Está en la página 1de 1

La Infamia y su diferencia con la Capitis Diminutio

Implica una merma a la existimatio, que es la fama, la consideración pública de que goza un
ciudadano.

En un principio los censores, que cuidaban de las buenas costumbres, podían excluir a un senador
del Senado, a un caballero de la orden ecuestre o a un ciudadano de los comicios (nota censoria).

Algunas leyes como la Iulia de adulteriis, Iulia et Papia y otras, incapacitaban a determinadas
personas para realizar ciertos actos, de manera que la prostituta y la mujer sorprendida en
flagrante adulterio, no pueden casarse con hombre ingenuo.

El Edicto del pretor prohíbe a determinadas personas aparecer en un juicio como representantes
de otro, sólo pueden abogar por sí o para parientes cercanos;1 estas prohibiciones afectan a
quienes han sido condenados por determinados actos como el robo, o el tutor sentenciado por
distraer los bienes de su pupilo, como bien dice d’Ors, “conductas que suponen un dolo en el
demandado o falta de la confianza prestada”.

Según menciona Gayo, “en ninguna parte del Edicto se dice expresamente cuándo recae sobre
alguien una nota de ignominia; pero se entiende que está tachado de ignominia el que tiene
prohibido postular por otro, nombrar cognitor o tener procurator o intervenir él como procurator
o cognitor”.

Es Justiniano quien recoge todas estas proscripciones dispersas y con base en el Edicto del pretor
que establece prohibiciones para postular, llama infames o ignominiosae al dado de baja del
ejército ignominiosamente; al que se contrata para salir en escena, como el actor y el gladiador; al
que se dedica al lenocinio, prostituta, lenón o lena; al condenado en juicio de hurto, injuria, rapiña
o dolo; al condenado en juicio de sociedad, tutela, mandato o depósito; el que consintió que se
casara su hija viuda sin haber concluido el tempus luctus, quien se casó con ella y el padre que
consintió que su hijo tomase tal esposa; el que contrae o autoriza a contraer esponsales o nupcias
con dos personas al mismo tiempo, etcétera.

La diferencia de la infamia y la capitis diminutio es que en la infamia era la degradación del honor
civil, consistente en la pérdida, ante la sociedad o incluso legal, de reputación o descrédito en la
que caía el ciudadano romano una vez efectuado el Censo por parte del magistrado competente
(el censor). De esta forma, era tachado como infamis y en la capitis deminutio suponía una
incapacidad de derecho absoluta en la persona, aunque podía ser máxima, media o mínima.

También podría gustarte