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María Blanchard
MARIA BLANCHARD,
EN SU CENTENARIO
Manuel Arce
H
ace ahora cuarenta y nueve años, exac
tamente en su número de mayo de 1932,
La Nouvelle Revue Fran<;aise publicaba
un emocionado artículo de André Lhote
sobre su compañera la pintora española María
Blanchard, a quien, unos cuantos amigos, muy
pocos, habían dado tierra un mes antes en el ce
menterio de Bagneaux. «Los artistas de gran clase
-se dolía Lhote en su artículo-, se van sin ruido.
Para echarlos de menos habría que haber tenido
en cuenta su presencia. Pero, ¿quién, además de
diez pintores, unos cuantos «amateurs» amigos y
un joven marchante se fijaron alguna vez en la
pintura de esta criatura extraordinaria?». Las pa
labras de André Lhote, pintor y teórico del cu
bismo, han permanecido ahí como un reto de acu
sante actualidad, hasta hace muy pocos años.
PRESENCIA DE SU OBRA
EN ESPAÑA
En vida de la artista, sólo una vez -dejando
aparte las periódicas aportaciones en su época de
estudiante a las Exposiciones Nacionales-, sólo
una vez su obra fue expuesta en Madrid. Sucedió
con motivo de la exposición Pintores Integras or
ganizada por Ramón Gómez de la Serna. Y en
Santander, su tierra natal, tan sólo en el mes de
julio de 1932 (tres meses después de su muerte),
descubrimos su nombre en una exposición colec
tiva titulada Arte Regional que el Ateneo de la
ciudad organiza en el recinto de la Feria de Mues
tras. Su nombre figura en el catálogo como María
G. Cueto, lo que significa que los cuadros que la
han representado son anteriores a 1915. También
en 1932 Clara Calderón organiza en el Ateneo
madrileño una velada de póstumo homenaje que
da motivo a que Federico García Lorca, que no la
había conocido personalmente, escriba sobre su
obra. Más tarde es la Condesa de Campo Alange
-impresionada por la gran exposición póstuma que
Rosenbarg había montado de su obra en París-,
quien escribe la primera biografía de la pintora y
quien, en colaboración con Eugenio D'Ors, hace
posible que en el Primer Salón de los Once cele
brado en la Galería Biosca, de Madrid, en 1946, se
exhiban seis cuadros de la artista. Desde esta fe
cha, 1946, hasta 1976, sólo en contadas ocasiones
el nombre de María Blanchard salta a la vista en la
relación de alguna exposición colectiva. Y sólo
María Blanchard, con su alumna Jacqueline Riviere; 'en el gracias a los buenos oficios de José Hierro y al
estudio de la calle Boulard de París. tesón y entusiasmo de Joaquín de la Puente el
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1881
1932
LA PINTORA
«No me extrañaría nada -vaticinaba Lhote en
su artículo- que en un tiempo más o menos lejano,
los historiadores del cubismo, olvidándose o reba
jando a algunos puros, para quienes la pipa o una
botella encierran más emoción que un rostro hu
mano, consideren a María Blanchard como un hé
roe de este movimiento prodigioso». Pero, ¿quién
era María Blanchard? ¿Quién era esta pintora a
quien Lhote se refiere con tanta admiración (llegó
a decir de ella que estaba rayando con el genio) y
que había muerto en medio de una total indiferen
cia cuando el París de aquel abril de su muerte era
todo él como un gran marché des fleurs recién
pintado por la primavera?
Nace María Blanchard (María Eustaquia Adria
na Gutiérrez-Cueto Blanchard) el 6 de marzo de
1881 en la santanderina calle de Santa Lucía y es
bautizada en la parroquia del mismo nombre. Es
hija de Enrique Gutiérrez-Cueto y de Concepción
Blanchard Santisteban. Familia liberal, pertene
ciente a la alta burguesía montañesa. Familia con
sólido y tradicional prestigio intelectual. Su abuelo
paterno fue fundador, en 1857, del periódico La
Abeja Montañesa. Y su propio padre, secretario
de la Junta de Obras del Puerto, muy aficionado a
la pintura, creó a su vez, en 1886, El Atlántico.
Doña Concepción Blanchard (hija de padre
francés y abuela polaca), al intentar subir al es
tribo de una calesa no logra alcanzarlo y cae al
suelo. Esta caída iba a señalar para siempre el
cuerpo de la criatura de cuyo embarazo se hallaba
en adelantada gestación. La niña nace deforme.
Desde que María despierta «a la lucidez y se da
cuenta del contraste entre su vida y la vida -diría
María Blanchard: Maternidad. Oleo/tela. Ramón Gómez de la Serna-, se propone un ideal
de perfección en ése espejo indirecto que es el
lienzo». María, la niña, como casi todos los niños,
Museo de Arte Contemporáneo de Madrid pudo pinta y dibuja. Y el padre, intuyendo que aquella
enriquecerse con un importante lote de pinturas dedicación infantil puede llegar a ser un refugio
de fa. artista. Pero la primera gran exposición de salvador para el espíritu de su hija, le compra
María Blanchard en España -cuando comienza a lápices de colores, pinceles, modelos para copiar
dejar de ser para el público aficionado esa mítica y alienta su vocación artística durante su infancia
gran desconocida-, es la que organiza la Galería y adolescencia hasta el punto que, en 1902, recién
Biosca en Madrid en octubre de 1976. Exposición cumplida su mayoría de edad, María es enviada a
que más tarde se repetiría en la Galería Laietana Madrid a seguir estudios de dibujo y pintura.
de Barcelona en diciembre de 1976 y en la Galería Debieron ser éstos, sus primeros años madrile
Sur de Santander, en febrero de 1977. También el ños, tremendamente difíciles. Pero su vocación, el
Banco de Santander organizaría en la capital cán refugio del arte, le hacía sobreponerse a todo. En
tabra una muestra de su obra en el verano de las distintas fases de su aprendizaje, la señorita
1980. Y ya este mismo año la Galería Gavar de Gutiérrez-Cueto, fue pasando por los talleres de
Madrid y el Museo Camón Aznar de Zaragoza. Manuel Benedito, Fernando Alvarez de Sotoma
Esta ha sido la presencia de la obra de María yor y Emilio Sala. Su padre muere en 1904 y su
Blanchard en España. Se anuncian ahora, con mo madre, buscando una más fácil salida para sus
tivo de su centenario, la muestra antológica que la hijos, se instala en un piso del número 7 de la
«Fundación Santillana» proyecta montar en la To madrileña calle Castelló. Un tío de María, el tío
rre de don Borja, incomparable marco de su sede Domingo, sigue costeando los estudios de la joven
en Santillana del Mar, y la que el Ministerio de y contrahecha pintora. En 1908 concurre a la expo
Cultura, a través del Centro de Promoción de Ar sición Nacional de Bellas Artes con un cuadro
tes Plásticas, prepara con la publicación de un titulado Los primeros pasos que se hace acreedor
catálogo razonado de su obra. de una Tercera Medalla. Este modesto éxito de la
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Centenario
María Blanchard
PARIS 1909
AÑOS FINALES
Sus viejos amigos -Gris, Leger, Waldemar
George, Lhote... - reciben calurosamente a María.
María Blanchard: Bodegón de la caja de cerillas.
(De la colección de Léonce Rosenberg). Todos la quieren. Es para ellos la petite Blan
chard. Un ser desvalido y entrañable a quien es
tán obligados a proteger. Ha llegado con bastantes
cuadros, muchos de ellos cubistas, y éstos son los
BREVE PARENTESIS ESPAÑOL que Leonce Rosenberg -a quien Gris le ha presen
tado- le adquiere. Entre ellos se encuentran algu
En 1914, al iniciarse la Gran Guerra, María, ya nos de los más admirables pintados durante los
sin la ayuda económica de las pensiones que antes años 1916 a 1918: Bodegón de la botella, Perió
disfrutaba, decide, como tantos otros artistas, dico y vaso, Bodegón de la caja de cerillas... La
abandonar París. Regresa a España y se instala en venta significa la liberación económica para una
casa de su madre, en Madrid, en la calle Goya. temporada y ella espera entregarse por completo a
Estudio en el que dará cobijo a sus amigos Diego su trabajo. Está en plena fiebre cubista. Son los
Rivera y Lipchitz. Aquí pinta, además de La años de más estrecha amistad con Gris, Lhote y
Communiante- que en 1920 será presentado con Lipchitz. Los años de sus estancias en Céret for
gran éxito en Salón de los Independientes, de mando grupo. Cuando en 1920 su obra La Com
París- los cuadros que serán exhibidos en la expo muniante obtiene tanto éxito en el Salón de los
sición Pintores Integras ( 1915). Muestra que cons Independientes, Rosenberg, quien no había que
tituiría la primera manifestación cubista en Es rido comprárselo antes, lo adquiere a «un precio
paña. La integraban, además de María Blanchard, moderado» con la promesa de un futuro mece
Diego Rivera, Gabaría y los escultores Lipchitz y nazgo para su obra. En 1921 Rosenberg, cum
Choco. La exposición armó un auténtico escán pliendo su palabra, hace una exposición de María
dalo. La «crítica situada» de la época, puso el Blanchard en su Galeríe de L'Effort Moderne.
grito en el cielo. La policía obligó a retirar el Desde la calle de Maine (donde se había insta
retrato que Diego Rivera había pintado a Ramón lado a su regreso de España) María Blanchard
Gómez de la Serna. La pintura de María Blan huye -siempre asediada por vecinos molestos- a
chard no fue entendida y, para ella, aquella fue un nuevo estudio en la calle Boulard. Tiene cua
una amarga experiencia. No así para Ramón. «La renta años y es hipersensible a cuanto le rodea.
nueva simiente ha sido lanzada -dijo como ba Sus relaciones con Rosenberg se han deteriorado.
lance final de la experiencia- y nosotros reímos y Nuevamente está sin dinero. Sólo se sabe ampa
discutimos llenos de fe en la renovación del deco rada por un pequeño grupo de amigos íntimos
rado íntimo de la vida». entre los que se encuentra el matrimonio Riviere,
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Centenario 1881
María Blanchard 1932
34
taurus ediciones
E.M.Cioran Mig uel de Unamuno
DEL INCONVENIENTE DE LA TIA TULA
HABER NACIDO Ed. de A. Sánchez Barbudo
MarioPraz Juan Benet
MNEMOSYNE UNA TUMBA y otros relatos
El paralelo entre la literatura Ed. de Ricardo Gullón
y las artes visuales
Georges Duby
I Ese rifor Eugenio D'Ors
DIALOGOS
SAN BERNARDO Y EL ARTE y In Crífim Ed. de Carlos D'Ors
CISTERCIENSE JUAN RAMON JIMENEZ LA POESIA DE LA
El nacimiento del Gótico VANGUARDIA ESPANOLA
E.Le Roy Ladurie Ed. de Aurora de Albornoz Antología por Germán Gullón
MONTAILLOU, Aldea Occitana JULIO CORTAZAR
Pierre Aubenque Ed. de Pedro Lastra
EL PROBLEMA DEL SER GABRIEL GARCIA MARQUEZ
EN ARISTOTELES Ed. de Peter G. Earle
Henri Arvon PABLO NERUDA Louis Vax
EL ANARQUISMO EN EL Ed. de E. M. Santí y LAS OBRAS MAESTRAS DE
SIGLO XX Emir Rodríguez Monegal LA LITERATURA FANTASTICA
Erik H.Erikson Ag nes Gullón
IDENTIDAD: LA NOVELA EXPERIMENTAL
JUVENTUD Y CRISIS DE MIGUEL DELIBES
David Matza Antonio Márquez
EL PROCESO DE DESVIACION LITERATURA E INQUISICION
Eugenio Garin A.K.Coomaraswamy Manuel Ballesteros
MEDIOEVO Y RENACIMIENTO LA FILOSOFIA CRISTIANA POESIA Y REFLEXION
Jürgen Habermas Y ORIENTAL DEL ARTE Hans Hinterhauser
LA RECONSTRUCCION DEL Martín Lings FIN DE SIGLO
MATERIALISMO HISTORICO QUE ES EL SUFISMO
Hermano Bauer Jean Eracle
HISTORIOGRAFIA DEL ARTE LA DOCTRINA BUDICA
Eduardo García de Enterría DE LA TIERRA PURA
REVOLUCION FRANCESA
Y ADMINISTRACION
CONTEMPORANEA Edición del Centenario en
Eduardo Subirats 20 volúmenes
LA ILUSTRACION Títulos aparecidos:
INSUFICIENTE POESIA
Carlos García Gual ARIAS TRISTES
MITOS, VIAJES, HEROES LA SOLEDAD SONORA
Elías Díaz VOCES DE MI COPLA
ESTADO DE DERECHO Y ROMANCES DE
Y SOCIEDAD DEMOCRATICA CORAL GABLES
Miguel A.Quintanilla RIMAS
A FAVOR DE LA RAZON MELANCOLIA
Diego Romero de Solís PROSAS CRITICAS
POJESIS BELLEZA
Las relaciones entre filosofía PIEDRA Y CIELO
y poesía desde el alma trágica
Manuel Villeg as López Príncipe de Vergara, 81 · Madrid-6
LA NUEVA CULTURA
Distribuye ITACA.
López deHoyos, 41 · Madrid-2
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