Al mundo arribó un ser que no había sido invitado, este
afecto a demasiadas personas ya que perdieron muchos familiares; de repente el amor, las muestras de afecto, la cercanía de los cuerpos, todas esas nobles demostraciones de sentimientos se esfumaron, pasaron a formar parte de un nostá lgico “cuento”, de una pesadilla sin fin de la cual espero despertar algú n día. Por suerte aú n nos queda la virtualidad, la contextualizació n de las palabras, los gestos y las miradas có mplices para continuar mostrando nuestros aprecios.