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valoración subjetiva: se basa en el estado general del enfermo y los efectos locales y sistémicos
de la enfermedad, en el tipo de intervención, en los hallazgos analíticos e instrumentales y en la
experiencia del examinador. Permite clasificar a los pacientes como de riesgo alto, moderado o
bajo y, por tanto, señala el grupo de pacientes con mayores o menores probabilidades de sufrir
complicaciones postoperatorias. Sin embargo, su utilidad real puede ser limitada, ya que el
paciente puede tener enfermedades ocultas que los estudios preoperatorios rutinarios no
identifican.
Valoración objetiva: da un valor numérico a cada uno de los hallazgos clínicos, exploratorios y
analíticos eliminando, así, el factor subjetivo. La suma de todos ellos permite obtener una cifra
que cuantifica el riesgo de cada paciente. El mayor nivel de objetividad se consigue con sistemas
matemáticos basados en el empleo de técnicas estadísticas de regresión logística múltiple. El
método APACHE( Acute Physiology and Chronic Health Evaluation) desarrollado por Knauss,
puede ser considerado en este grupo de métodos.
RIESGO OPERATORIO
Temperatura
Frecuencia cardíaca
Frecuencia respiratoria
PaO2
pH arterial
Sodio sérico
Creatinina sérica
Valor hematocrito
Cifra de leucocitos
Edad**
Salud crónica
B. Preparación preoperatoria.
Buscaremos las medidas que reduzca al máximo los riesgos. Los cuidados deben ir
encaminados a mejorar y normalizar el estado general del paciente, a corregir sus
déficits y carencias orgánicas y metabólicas, a mantener y recuperar el estado
nutritivo, prevenir la infección y a plantear la indicación quirúrgica correcta,
eligiendo el momento y la técnica adecuada para cada caso. Para ello es necesario
conocer la situación general y particular del paciente, teniendo en cuenta los datos
de la historia clínica referentes al proceso responsable de la cirugía y a las
enfermedades padecidas o concomitantes. Es imprescindible la búsqueda de
antecedentes personales y familiares de tendencia hemorrágica, de alergia o de
medicaciones habituales. También, a partir de los hallazgos obtenidos en la
exploración física general, toraco-pulmonar y de la zona sobre la que se asienta el
proceso quirúrgico. Y, finalmente, de los estudios biológicos e instrumentales
rutinarios o específicos que, además de permitir el diagnóstico del proceso, informe
de la situación particular de los órganos, especialmente de los que hayan resultado
sospechosamente patológicos en la historia y en la exploración clínicas o que vaya a
sufrir más específicamente la agresión quirúrgica. Simultánea o posteriormente, se
debe preparar al enfermo desde el punto de vista psicológico y fisiológico:
C. En la fase perioperatoria.
Será necesario reducir el shock y las probabilidades de infección, realizando una técnica
quirúrgica delicada y anatómica, evitando la hemorragia, la excesiva manipulación de los
tejidos y el abandono de tejidos necróticos y de cuerpos extraños.
2- PROFILAXIS TROMBOEMBÓLICA
Evitar el éstasis venoso. Mediante la movilización precoz del paciente y/o la utilización de
métodos de movilización pasiva de miembros o grupos musculares.
Pacientes obesos
Cirugía abdominal.
Cirugía ortopédica.
Decúbito prolongado.
Una hemorragia excesiva en el campo quirúrgico sin hemorragia en otros sitios, suele
sugerir hemostasia mecánica inadecuada más que un defecto en el proceso biológico.
Aunque los datos clínicos hagan posible asegurar razonablemente que la hemorragia
quirúrgica se relaciona con problemas locales, debe confirmarse con estudios de
laboratorio.
D. En el postoperatorio.
El paciente será dado de alta a una sala de hospitalización general una vez cumpla una serie
de condiciones:
Despierto con capacidad normal de respuesta.
Hemodinámicamente estable.
1-Valoración inmediata: Una vez que el paciente ha sido trasladado del quirófano se
realizará una valoración general del mismo:
Evaluación de la vía aérea: la mayoría de los pacientes salen del quirófano extubados(sin tubo
endotraqueal) y con respiración espontánea. Es necesario comprobar la permeabilidad de la vía
aérea.
OBJETIVOS
MONITORIZACIÓN RESPIRATORIA
Todo paciente sometido a anestesia general puede presentar disfunción pulmonar. Asegurar
una adecuada oxigenación (mantener un aporte de oxígeno humidificado), si fuese
necesario garantizar una correcta ventilación(eliminación de CO2) y evitar la formación de
atelectasia mediante una correcta fisioterapia.
Examen físico:
MONITORIZACIÓN CARDIOVASCULAR
Medida de la tensión arterial (TA): Junto con el registro ECG constituye la monitorización
hemodinámica imprescindible.
MONITORIZACIÓN NEUROLÓGICA
El paciente se encuentra con tendencia al sueño pero con respuesta adecuada a estímulos y
durante el tiempo de recuperación postanestésica debe de apreciarse una mejoría
progresiva del nivel de conciencia. En todo enfermo postquirúrgico en el que se observe un
deterioro de situación neurológica o una recuperación más lenta de la esperada, es preciso
verificar la estabilidad hemodinámica y normovolemia, valorar el efecto de fármacos,
(analgésicos, sedación), excluir alteraciones metabólicas (glucosa, sodio), y descartar
causas neurológicas (isquemia, hemorragia subaracnoidea).
MONITORIZACIÓN METABÓLICA-RENAL
MONITORIZACIÓN ANALÍTICA
Analítica: Será variable dependiendo del tipo de enfermo, la cirugía realizada y la evolución
postoperatoria. En general, es necesario, realizar una valoración analítica (hemograma,
formula leucocitaria, plaquetas, sodio, potasio, glucosa, creatinina, urea), en las 24 h
primeras del postoperatorio.
PROFILAXIS ANTIBIÓTICA
Para una adecuada profilaxis en el paciente quirúrgico, debemos tener en cuenta que el
antibiótico ha de llegar al tejido antes de que se contamine. Será eficaz contra los gérmenes
potencialmente contaminantes y se mantendrá una concentración sérica adecuada durante
la cirugía. En la "cirugía sucia", no se efectúa estrictamente profilaxis, dado que se
considera que ya está presente la infección. Se realiza, por tanto, un tratamiento.
ANALGESIA