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1 Pedro - Introducción

De los doce apóstoles que Jesús llamó, tres fueron escogidos para escribir libros o epístolas (cartas)
inspiradas del Nuevo Testamento. Estos tres son Mateo, Juan y Pedro. Pedro en sus dos epístolas
cumplió el mandato que Cristo le dio de apacentar Sus corderos y ovejas.
Estos tres apóstoles han sido clasificados de la siguiente manera: Pedro, el “apóstol de la esperanza”;
Pablo, el “apóstol de la fe”, y Juan, el “apóstol del amor”—Ver 1 Corintios 13:13.
Primera de Pedro forma parte del grupo de cartas del Nuevo Testamento que se conocen como las
Epístolas universales o católicas. De todas las Epístolas universales, la Primera de Pedro es
probablemente la más apreciada y leída.
Moffatt escribió de ella: “El espíritu hermoso del cuidado pastoral irradia en cualquiera de las
traducciones del original”. Esta carta es la producción del amor del corazón de un pastor para ayudar
a los que están pasando dificultades, y que aún les esperan peores.
TEMA—El primer tema de 1 Pedro es el SUFRIMIENTO. El segundo tema es la GRACIA DE DIOS.
Sin la Gracia Divina no podríamos hacer frente a las aflicciones que los creyentes piadosos
experimentamos.
El término “sufrimiento” aparece en siete diferentes vocablos en la epístola. Esta palabra o sus
equivalentes se usan 16 veces; seis veces para hablar de los sufrimientos de Cristo y diez veces de los
padecimientos de los creyentes.
La otra palabra importante, la “gracia”, aparece 8 veces.
Moffatt sigue diciendo que “La clave es el aliento constante a la resistencia en la conducta y la
inocencia del carácter”.
E. J. Goodspeed escribió: “Primera de Pedro es una de las piezas más conmovedoras de la literatura de
la persecución”.
PROPÓSITO—Es evidente que el objeto de Pedro es alentar y fortalecer a los cristianos en las cinco
provincias del Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, quienes estaban sufriendo ardientes pruebas
(1:7ss). Existen todas las razones por las que Pedro, como el apóstol principal a la circuncisión,
escribiera a estos creyentes en las provincias, especialmente por cuanto el largo encarcelamiento de
Pablo en Cesarea y Roma le había impedido sus actividades y viajes acostumbrados.
Pedro les recordó la esperanza celestial y la herencia eterna que poseían, de modo que fueran
fortalecidos para perseverar en medio del sufrimiento. Hizo énfasis en que los creyentes son
llamados a la santidad y a una vida de amor.
A los creyentes se los llama a glorificar a Dios en la vida diaria y a imitar a Cristo que sufrió en la cruz
por amor a Su pueblo. Pedro aquí hace un bosquejo de qué significa vivir como cristiano, cómo los
creyentes deben relacionarse con las autoridades de gobierno, con los amos crueles y los maridos
incrédulos. Advirtió que el sufrimiento puede ser intenso, pero los creyentes deben descansar en la
gracia de Dios sabiendo que hay recompensa celestial.
SÍNTESIS—Esta hermosa carta fue escrita a los creyentes del Asia Menor, a fin de estimular en ellos
una gozosa esperanza frente a la persecución que se cernía. El apóstol tenía la intención de que esta
carta circulase entre los creyentes de diversas herencias (judíos y gentiles), en congregaciones
ubicadas en las provincias de Imperio Romano, donde probablemente el yugo imperial sería más
severo.
La persecución no era desconocida por la iglesia. Desde las primeras persecuciones en tiempos de
Esteban y la dispersión que siguió, hasta el constante hostigamiento de que era objeto el apóstol
Pablo por dondequiera que iba, los creyentes de la iglesia primitiva habían experimentado en carne
propia la fatiga y la tensión provocadas por el antagonismo.
Y ahora la ira del emperador Nerón estaba a punto de explotar en Roma, a expensas de la iglesia. Por
lo tanto, el apóstol Pedro procuró preparar a la iglesia en el Asia Menor para el desastre inminente

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que se avecinaba en estas provincias orientales, en donde la opresión se esparciría sin duda desde su
origen en Roma.
Inspirado de un espíritu de pastor fiel y obispo de las almas, el apóstol Pedro envía esta carta
“pastoral” para confirmar al rebaño en la esperanza consoladora de la venida del Espíritu Santo.
Puesto que están arraigados en Cristo, deben abstenerse de los deseos de la carne. Si se encuentran
en una sociedad hostil, sus sufrimientos por amor a la justicia serían en realidad una bendición.
En esta carta nos encontramos con que la esperanza de la Venida de Cristo por Su Iglesia aparece en
primera fila. Los cristianos somos guardados para la Salvación que se revelará en el tiempo postrero
(1:5). Los que se mantengan firmes en la fe estarán a salvo en las diversas pruebas (1:7). Los
cristianos tienen que esperar la gracia que vendrá con la revelación de Jesucristo (1:13). Se espera el
día de la visitación (2:12). El final de todas las cosas está cerca (4:7). Los que sufran con Cristo se
regocijarán con Él cuando se revele Su gloria (4:13). El mismo autor está seguro de que participará
de la gloria por venir (5:1). Cuando el Pastor Supremo aparezca, los pastores fieles recibirán una
corona de gloria (5:4).
En toda esta carta es evidente que se espera Su Venida. Es la razón para mantenernos firmes en la fe,
y vivir lealmente la vida cristiana, y resistir noblemente en medio de los sufrimientos que han venido
y que vendrán después.
EL AUTOR—Esta epístola no es anónima, sino que declara haber sido escrita por “Pedro, apóstol de
Jesucristo” (1:1), esto es, Cefas (Simón Pedro). Es interesante notar que él usa su nombre griego para
dirigirse a los creyentes de esas provincias.
FECHA DE REDACCIÓN—Dando por sentada la genuinidad de la epístola y la muerte de Pedro
alrededor del 67 o 68 d.C., se puede suponer la fecha como de alrededor del 65 d.C.
Probablemente la epístola fue escrita al final de su vida. Se piensa que fue arrestado y juzgado poco
después de escribirla, y escribió 2 Pedro en el intervalo entre su juicio y ejecución (2 Pedro 1:13-21).
LUGAR DE REDACCIÓN—Pedro dice estar en Babilonia (5:13). La lista de provincias en 1 Pedro 1:1
abarca del Oriente al Occidente, y sugiere que el apóstol estaba en el Oriente en el momento de
escribir.
Acerca de esto Vernon McGee escribe: “Había en este tiempo una amplia colonia de judíos en la
antigua Babilonia, quienes habían huido de Roma durante la severa persecución de Claudio y en el
tiempo en que el sanguinario Nerón estaba en el trono”—Through the Bible, p.256.
Además, los descendientes de los judíos que fueron llevados cautivos por Nabucodonosor todavía
vivían en Babilonia y sus alrededores.
SU RELACIÓN CON OTROS LIBROS DEL NUEVO TESTAMENTO— No hay razón alguna para dudar
de que Pedro estaba familiarizado con algunas de las epístolas de Pablo (Ver 2 Pedro 3:15-16),
particularmente la de Romanos y la de Hebreos. Existe una extraordinaria similitud de pensamientos
entre estas cartas y 1 Pedro. Además, hay cierta relación entre Primera de Pedro y Efesios.
Una lectura cuidadosa de 1 Pedro y Efesios muestra más de cien paralelismos en la enseñanza y en el
vocabulario:
1 Pedro Efesios
1:3 1:3
1:12 3:5, 10
4:11 3:6, 21
1:8 3:8
3:9 4:2
4:10 4:7, 11
2:2 4:13, 15

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Las exhortaciones a los esclavos, maridos y mujeres en Primera de Pedro y en Efesios son muy
similares. También se observa una notable similitud entre los discursos de Pedro en los Hechos de los
Apóstoles y los conceptos vertidos en la epístola.
EL ESTILO Y EL VOCABULARIO—Como los discursos de Pedro en Hechos, la epístola es
principalmente exhortatoria, con un mínimo de argumentación y poco del razonamiento
estrechamente encadenado que vemos en Romanos. Se da un uso frecuente de la LXX (Septuaginta—
Traducción griega del Antiguo Testamento) y el griego es un koiné correcto con poco del rudo
arameo del galileo (Mateo 26:73), o del koiné vernacular que se aprecia en los papiros o en 2 Pedro
(Hechos 4:13). Este hecho puede ser explicado por la ayuda de Silvano (Silas) como amanuense. Hay
62 palabras en el griego de esta epístola que no aparecen en el resto del N.T. Hay iteración verbal,
como en 2 Pedro.
CONTENIDO—Pedro desarrolla la doctrina de Cristo de una manera notable en esta corta epístola.
Trata en ella:
—La Encarnación de Cristo (1:20).
—Los títulos de Cristo: (1) Cordero sin mancha (1:19); (2) La principal piedra del ángulo [Su relación
con las Escrituras (2:6)]; (3) Piedra preciosa [Su relación con los creyentes (2:7)]; (4) Piedra de
tropiezo [Su relación con los incrédulos (2:8)]; (5) Pastor y Obispo de nuestras almas (2:25); (6) El
Príncipe de los pastores (5:4).
—Su vida sin mancha y sin contaminación (1:19; 2:22).
—Sus sufrimientos y muerte (1:11; 2:23-24; 3:10; 4:1, 13; 5:1).
—Su Resurrección (1:3; 3:21).
—Su ascensión y presencia en los cielos a la Diestra de Dios (3:22).
—Su Segunda Venida (1:13, 17; 4:13; 5:1, 4).
Pedro también nos da una serie de títulos que describen a los creyentes. Se habla de nosotros como:
—Hijos obedientes (1:4) —Extranjeros y peregrinos (2:11)
—Niños recién nacidos (2:2) —Cristianos (4:16)
—Piedras vivas (2:5) —Justos (4:10)
—Sacerdocio santo (2:5) —Elegidos de Dios (1:2)
—Real sacerdocio (2:9) —Pueblo de Dios (2:10)
—Nación santa (2:9) —Oráculos de Dios (4:11)
—Pueblo adquirido (2:9) —Grey de Dios (5:2)
Se considera generalmente que el Evangelio de Marcos refleja las enseñanzas de Pedro. Sin duda que
el joven Juan Marcos había escuchado frecuentemente a Pedro predicar y hablar.
BOSQUEJO
- El saludo de Pedro, dirigido a sus lectores (1:1-2)
- La Doxología Trinitaria (1:3-12)
- Nuestra relación con Dios (1:13-2:10)
- Nuestra relación con los hombres (2:11-3:12)
- Bendiciones por amor a la justicia (3:13-5:11)
- Saludos (5:12-14)

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