Está en la página 1de 1

"A Buenos Aires le hace falta llorar" Card. Bergoglio.

30 de diciembre de 2005

Hoy pienso ¿que más nos hace falta llorar a todos los argentinos? A pocos días de haberse
cumplido 208 años de aquel mayo de 1810 que buscaba empezar a escribir una historia que se
renovaba y empezaba a ser cada vez más nuestra. Veo como las “grietas” fueron marcando
nuestra historia. Grietas políticas, económicas, culturales y sociales. Pero esta vez la grieta fue más
profunda. Esta vez la grieta fue mucho más profunda. LA GRIETA ALCANZÓ LA VIDA, LA GRIETA
ALCANZA HOY TODA VIDA.

¿Lloramos por esta grieta que nos divide discutiendo por la vida? Nos sigue haciendo falta llorar.
Nos falta llorar por aquellos que estaban y de un momento al otro no estuvieron más. Nos falta
llorar por todos los que fueron a defender nuestra tierra y quedaron alla, lejos, solos con ese
viento frio y ese silencio ensordecedor como compañeros, bajo una cruz, símbolo de una vida
entregada por los demás. Nos falta llorar por quienes volvieron y no supimos acompañar y
tomaron la decisión de irse del todo. No lloramos lo suficiente tal vez por aquellos que siguiendo
sus ideales, buscando la justicia y la igualdad dejaron esta vida, en manos de otros que decidieron
por ellos. No lloramos por los jóvenes que murieron y mueren buscando “una salida”, buscando no
ser marginados y despreciados por que no se respeta TODA VIDA. No lloramos por quienes sufren
a causa de una pobreza que consume su vida y su esperanza, al contrario, los juzgamos, sin ver
que su condición social o su forma de vestirse no lo califican. No lloramos frente a las injusticias de
quienes teniendo el poder nos mienten y engañan.

Lloramos, “pataleamos y hablamos a los cuatro vientos” cuando muere un perro, una ballena o un
elefante. Nos emocionamos al encontrar células en otros planetas, con la ilusión de que el día en
que la Tierra diga: “Hasta acá llegue”, podamos buscar una posible salida y continuar nuestro
rumbo en otros pagos.

¿Qué nos está pasando? ¿Qué nos tiene que pasar? Estamos buscando “una salida” a “un
problema”. LA VIDA NO ES UN PROBLEMA. EL PROBLEMA ES QUE NO ENTENDEMOS LA VIDA.
TODA VIDA VALE. VALE LA VIDA DE LOS QUE NO ESTAN, DE LOS QUE ESTAN Y TAPAMOS, DE LOS
QUE EMPIEZAN A FORMARSE EN ESTA VIDA. VALE TODA VIDA. RESPETEMOS TODA VIDA DESDE EL
MOMENTO DE LA CONCEPCION HASTA LA MUERTE NATURAL.

Ya lloramos bastante, no tiene que ser necesario seguir llorando más. Busquemos una patria más
justa y fraterna, construyamos la unidad. Que no se nos vea dentro de unos años como la
generación que avaló la muerte de tantos inocentes y permaneció en un silencio cómplice.

También podría gustarte