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Como utilizar este Subsidio de formación que aborda la experiencia de los 800 años del
encuentro entre San Francisco y el Sultán de Egipto.
Este trabajo fue preparado para la Familia Franciscana por Fr. Anselmo Maliaño Téllez,
OFM.
2. Discernir, es abrir los ojos a otra realidad, es la habilidad de ver claramente cuáles son esas
fuerzas, esas motivaciones que nos inspiran a servir como hermanos y como Familia
Franciscana, desarrollando más el sentido de una eclesiología de la comunión que nos lleve a
descubrir y ser capaces de identificar y leer los signos de los tiempos y de los lugares, la
docilidad al Espíritu para acoger la manifestación del otro con misericordia, buscar la verdad y
el bien en medio de los gritos y clamores del pueblo y de la crisis socioambiental . También el
discernimiento no es tanto entre el bien y el mal, cuanto entre el bien y lo mejor: “Cuanto
hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron” (Mt 25, 40). En
realidad, en un mundo en donde “hay tantas iniquidades y son cada vez más las personas
descartables, privadas de derechos humanos básicos, es urgente discernir desde unas opciones
preferenciales por los más pobres” (LS 158).
Finalmente, el papa Francisco recuerda a todos en la Exhortación apostólica Gaudete et
Exsultate: “El discernimiento … es una verdadera salida de nosotros mismos hacia el misterio
de Dios, que nos ayuda a vivir la misión a la cual nos ha llamado para el bien de los hermanos”
(GE 175).
3. Salir, convicciones y compromisos, actuar en torno a los ejes transversales que la Orden ha
priorizado en los últimos documentos como lo son: “Pobres y Menores: ¿Dónde estamos?”;
“Hermanos y Menores hacia las periferias”; “Ite, nuntiate”. En este sentido el papa Francisco
nos advierte claramente señalando que: “la primera salida es la salida de sí hacia el hermano”
(EG 179); también: “Salir de sí mismo para unirse a los demás hace bien” (EG 87); y, por
último: “Todos estamos invitados a aceptar esta llamada: salir de la propia comodidad y tener el
valor de llegar a todas las periferias” (EG 20). Y la Orden nos invita a: “Salir a las periferias del
mundo con la alegría del Evangelio”. (Documento final del Capítulo general de 2015).
II. Contexto eclesial y del carisma franciscano
A) Las Cruzadas
Las cruzadas tienen su origen a finales del siglo XI, cuando el emperador bisantino Alejo I,
pidió ayuda militar al Papa Urbano II para proteger los pueblos cristianos de Oriente ante el
acecho de los musulmanes. Así inició una serie de misiones armadas en contra de los infieles,
principalmente los musulmanes, a los cruzados se les concedía indulgencia de sus pecados y
otras prebendas más…
El Papa San Juan Pablo II, pidió públicamente perdón por los pecados cometidos en las
cruzadas, y aseguró que jamás volverán a ocurrir.
C) Texto histórico.
a) Siguiendo las huellas de San Francisco: la vida como un diálogo; el diálogo de los creyentes;
la vocación ecuménica del franciscanismo.
b) 1219 una peregrinación de la autenticidad de la fraternidad.
c) Historicidad del encuentro: 1Cel 57; 2Cel 30; LM IX, 7-9; Flor XXIV.
1. ¿Qué es lo que el Señor nos está pidiendo que abracemos como franciscanos, franciscanas,
como Familia, como fraternidad en misión?
3. Francisco nos invita a adentrarnos en la espiritualidad del abrazo, ¿Cómo concretarlo hoy?
¿Qué estoy dispuesto a dejar para ir hacia el encuentro del otro?
Hans Küng sacerdote suizo católico, afirma que: “No habrá paz entre las naciones sin paz entre
las religiones; no habrá paz entre las religiones sin diálogo entre las religiones. No puede haber
diálogo entre las religiones sin una búsqueda de los fundamentos teológicos” .
Efectivamente nuestro mundo se ha caracterizado por la violencia y por las guerras, y en cada
una de estas guerras la religión ha estado implicada. Los conflictos se han convertido en un
obstáculo para la misión, y agravamos aún más la crisis humana y ecológica. Urge asumir una
nueva visión, y Francisco de Asís nos da ese legado, que es el camino de la paz y de la
reconciliación. Sin embargo, tenemos necesidad de sanación y de una purificación de nuestra
memoria, de nuestro pasado violento y conflictivo (lógica de la fuerza), la falta de compasión,
el odio, los rencores que nos han marcado profundamente.
En la encíclica Laudato Si, el papa Francisco afirma que hay que “entrar en dialogo con todos
acerca de nuestra casa común” (LS 3).
Hace 800 años Francisco de Asís propició un encuentro inolvidable, que ha favorecido a la
propia identidad misionera de la Iglesia y de la Familia Franciscana; la fidelidad al Evangelio es
la clave del diálogo para reconocer y respetar la fe de los otros (prójimo) y al mismo tiempo
testimoniar el amor de Dios y su salvación histórica.
4.1 El mundo tiene necesidad de diálogo: la urgencia del encuentro y el misterio del diálogo .
Vivimos en un mundo que padece una crisis de comunicación en todos los niveles de la
sociedad.
La comunicación por medio del propio cuerpo, se rompe.
Una comunicación que me impide ir al otro de verdad.
El papa Francisco convoca a ir en contra de lo que llama la “rapidación” del mundo actual y
seguir el ritmo biológico, más lento y paciente (LS 18).
El encuentro con el otro es a menudo complicado; los otros hacen que yo descubra mis propias
limitaciones, mi debilidad y mis frustraciones. En la vida estamos expuestos a la simpatía y la
antipatía, hay gente que siempre contradice todo. La vida está expuesta a dos peligros: la
amistad y la enemistad. La vida de fraternidad jamás me impide ir a los otros…