Soy lo que era, lo que soy y lo que seré.

¿Quién soy? Esta es una de las preguntas acerca de nuestra existencia de las
cuales siempre dudamos, o pensamos demasiado para tener una respuesta
apropiada. Desde épocas muy antiguas y remotas e inclusive desde el origen de
todo, muchas personas alrededor del mundo han tenido esta misma inquietud, es
por esto, que se necesitan muchas palabras para definir algo tan aparente simple,
pero de esto se trata este texto, así que lo intentare, yo soy el constructo del
mundo, de la sociedad en que me desenvolví, de la familia que me dio la vida, de
mis amigos, de la educación que recibí de mis padres y de instituciones, de cada
una de las personas que han pasado por mi vida, todos han dejado una
enseñanza sea buena o mala, es por esto, que soy lo que soy, un ser cambiante
adaptable, dispuesto a darlo todo por lo que creo que es correcto y creo que debe
pasar, soy lo que la vida me ha enseñado a ser, y lo que he decidido ser, entre
estas cosas, una de la más importante es mi profesión, la medicina, desde
siempre pensé que sería médico, nunca me he imaginado haciendo otra cosa que
no fuera prevenir, mejorar, recuperar o sanar a alguien, es por esto que me decidí
por la que es para mí, la carrera más integral que alguien pueda tener, ser médico
significa mi vida.
Estoy y siempre he estado muy interesado por el conocimiento, por la adquisición
de nuevas habilidades, por el análisis y la interpretación de todo. Cada día se
investigan y publican múltiples teorías que aunque no podamos tener el
conocimiento de todas, si podemos intentar, intentar conocer, saber, leer, analizar,
criticar y sobre todo apropiar para la práctica, con el objetivo fundamental de
mantener la salud y bienestar biopsicosocial individual y colectivo, sin olvidar
nunca los principios éticos, morales y la importancia de la dignidad humana, así
como las consecuencias legales de las decisiones, este camino no ha sido fácil,
no ha sido sencillo, muchas veces me he sentido decepcionado, defraudado con
ganas de dejar todo a un lado y siempre, siempre, encuentro un motivo, una
razón, una esperanza, para seguir andando este camino, constantemente han
habido personas que me han ayudado a no perder la fe de que las cosas pueden
ser mucho mejor, de que lo importante no es llegar rápido, es llegar bien, que la
vida no es sencilla que muchas veces es dolorosa, es difícil ver fallecer a alguien a
quien ves todos los días, por quien diste todo tus conocimientos, tu tiempo tu
paciencia, tu esfuerzo, pero simplemente no fue suficiente.
Para los que creemos en un ser superior, sabemos que es sentir su presencia
muchas veces a lo largo de la práctica, cuando devuelves la esperanza a alguien o
cuando simplemente se toma la decisión menos dañina, a lo largo de esta ardua
carrera me he dado cuenta que el objetivo en mi vida no es tener mucho dinero ni
tener la mejor casa o el carro más a la moda, ni siquiera la esposa más bella, a mi
parecer esto va mucho más allá, esto es mucho más que un intercambio de
conocimiento por dinero, es algo más que una simple transacción comercial, es
poder ayudar a todos aquellos que lo necesiten, a dar esperanza, a ser útiles en
una situación de vida o muerte, he aprendido a darle a esto la importancia que se
merece, en mi opinión, esta es la profesión más honorable a la cual se puede
dedicar alguien. Cada día que pasa voy con la cabeza más alta y me siento más
orgulloso de ser lo que soy. Siento que puedo ayudar a todos los que lo necesiten
y esto en definitiva es mi motivación diaria. Motivación sin la cual no podría haber
llegado hasta donde me encuentro ahora mismo. Sé que en la vida se toman
decisiones acertadas y decisiones erróneas, es por esto que puedo decir que ser
médico es lo mejor que me ha podido pasar. Sé que el camino es largo y aún
faltan muchas cosas por aprender y por vivir, pero si me dispongo y doy todo mi
esfuerzo sé que seré un excelente profesional, me prepare diariamente hasta que
esto pase.
Salmo 147:3;
“sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas”.