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Universidad Pedagógica Nacional

Sebastián Camilo Pérez Moreno

Código: 2019153024

Aportes de Orlando Fals Borda a la Investigación Acción Participativa.

Orlando Fals Borda: investigador y teórico, magister en sociología y Doctor en sociología


latinoamericana, es uno de los más influyentes en el marco de la IAP, resaltado con el
compromiso político de quienes investigan. Contiene diversas obras, las cuales dan cuenta
de su basta construcción práctica y teórica, desde el texto de Campesinos de los Andes
(1955), El hombre y la tierra en Boyacá; bases sociológicas e históricas para una reforma
agraria. (1957), La violencia en Colombia. (1962), hasta una de las más influyentes obras
de su pensamiento: Historia doble de la Costa, de cuatro tomos.

En esta ocasión nos apoyaremos de textos de autores como la entrevista hecha por Lola
Cendales, Alfonso Torres y Fernando Torres a Fals Borda. Lola, una educadora popular
comprometida, integrante del colectivo Dimensión Educativa, uno de los más importantes
de Latinoamérica en la construcción y aportes teóricos con y desde la Educación Popular.
Fernando, también educador popular y teólogo de la liberación, con múltiples obras
encaminadas a la pedagogía, la teología y la investigación. Alfonso, investigador de la
UPN, educador popular, autor de obras sobre movimientos sociales e investigación
alternativa.

Introducción.

La Investigación Acción Participativa, se ha construido a lo largo de su trayectoria como un


enfoque de investigación en las ciencias sociales, puesta en práctica por diferentes
profesionales de diversos campos del conocimiento. De esta manera es fundamental iniciar
cuestionándonos ¿es posible articular lo vivencial con lo racional? ¿Tienen alguna relación
o son algo aislado? Estos cuestionamientos son centrales en la fundamentación
epistemológica que Orlando Fals Borda le aporta a la IAP y es uno de los aportes que
constituyen el enriquecimiento que desborda este marco paradigmático.

En este sentido, otro aspecto clave en la construcción de la IAP también como paradigma
epistemológico que democratiza el conocimiento, es la implementación de la sostenibilidad
de las acciones y el compromiso, asumido como reto pero también en múltiples sentidos:
desde la perspectiva de las transformaciones estructurales del país, como la reforma agraria,
hasta la consolidación de escenarios de participación, transformación y acción comunal. En
este marco es preciso relacionar la Educación Popular (en adelante E.P) con la IAP en la
incidencia en los sectores que construyen desde sus bases transformaciones y que de la
misma manera han forjado por sí mismas escenarios de resistencia.

Por último, es importante reflexionar sobre la organización investigativa que se construyó


por medio de La Rosca, que a través de sus investigaciones en el campo, en el terreno,
donde se construye y se analiza la realidad social, marcaron un paso amplio en la difusión y
el debate en torno a la conceptualización de la IAP, como metodología, pero como se
menciona anteriormente, como paradigma alternativo.

Fundamentos.

Inicialmente, surge la importancia de hacer énfasis en reflexionar sobre uno de los


principales aportes pero también ampliaciones a los debates y análisis que Orlando Fals
Borda brinda; la necesidad de consolidar convergencias, diálogos, entre la teoría y la
práctica, ya que preguntarse “Cómo combinar precisamente lo vivencial con lo racional en
estos procesos de cambio radical, constituye la esencia del problema que tenemos entre
manos.” (Fals Borda, 2009, p 253)

Por ende, señalar que la Investigación Acción Participativa, en buena parte consolidada por
La fundación La Rosca (caracterizada en párrafos posteriores), procuró dirigir sus
investigaciones a las situaciones históricas de los sectores más explotados; implica revivir
que el compromiso del investigador/a forja el dialogo entre la teoría y la práctica, la
vivencia y la razón. En este sentido, una de las tensiones de la IAP frente al determinismo
se consideró a partir de una única causa, originando una única consecuencia. Precisamente
Fals menciona que inicialmente en Sociología se consideraba la causalidad en el marco de
las ciencias sociales tal como se asume en las naturales, por lo que no se tiene en cuenta
que los problemas sociales son constituidos por redes de causas y efectos, que para ser
explicados deben salirse de las pautas mecanicistas y lineales para entender la realidad.
(Fals Borda, 2009, p 8)

Ante este aporte, surge la necesidad de “apreciar, en los hechos, que la ciencia se construye
socialmente, y que, por lo tanto, queda sujeta a interpretación, reinterpretación, revisión y
enriquecimiento.” (Fals Borda, 1999, p 77) En relación incluso con la democratización del
conocimiento, la relación entre saber popular y académico tuvo mayor ímpetu gracias a los
diversos debates que empezaron a originarse a comienzos de los 70’s, y es precisamente a
partir de la reflexión de marcos teóricos y vivencias colectivas que para Orlando podrían
darse espacios de construcción de conocimiento.

Ahora, frente a esto último, la sostenibilidad de los procesos de acción en la investigación


están fuertemente asociados al tema del compromiso de quien investiga, pero también es
fundamental la organización de estos, los cuales también proporcionan en la academia y por
fuera de ella los debates, aportes, tensiones, reflexiones, necesarias para la construcción de
lo que Orlando denomina un paradigma alternativo. (Fals Borda, 1999)

En orden con esta idea, es importante asociarla con los diferentes congresos que se han
realizado; el primer simposio de IAP en la ciudad de Cartagena, 1977, caracterizó la
importancia de dar inicio a la construcción teórica de las prácticas emancipadoras que por
medio de la IAP se fueron tejiendo, previas al encuentro. Dichos congresos agruparon una
diversidad práctica y teórica de todo el mundo, donde no solo se implementaba en
Colombia sino en diferentes partes del mundo, cuyas interpretaciones y reinterpretaciones
fueron enriquecidas por sus contextos locales, particulares. Previamente Fals Borda adoptó
el concepto triangular de Investigación Acción, de autores que se apartaron
sistemáticamente del positivismo y/o el funcionalismo, sin embargo, una preocupación de
él giró en torno a los conceptos tradicionales y clásicos del racionalismo cartesiano, los
cuales fueron adoptados en el siglo XVII. En este sentido, se fueron sentando las bases de
la IAP:

“En nuestro primer Simposio ya había dos tendencias: una activista representada por
el contingente latinoamericano, y otra de colegas educadores canadienses. A la
contribución de los primeros sobre la “investigación acción” los segundos añadieron
la idea de “participación”, con lo que nació la fórmula combinada de “investigación-
acción participativa” (IAP) que dio la vuelta al mundo. Las dos tendencias
sobrevivieron separadas hasta cuando la reflexión obviamente aclaró que la
participación incluía elementos de acción y compromiso.” (Fals Borda, 1999, p 85)

A partir de esto, se fortalecen los escenarios de investigación y dado ya el congreso, se


consolida La Rosca, al inicio de los 70’s, como una organización de investigadores/as con
el compromiso de investigar la realidad social para transformarla, precisamente con el fin
de soltar la IAP de la academia, como se había estado consolidando en aquel entonces. Fue
en ginebra, donde profesionales desde la antropología hasta la economía se juntaron. Para
el 69, toman rumbo a Colombia para poner en práctica todo aquello que había surgido de
las investigaciones y sin duda alguna también habían resaltado ya las convergencias con la
Educación popular, ya que en Suiza Fals se encuentra con Freire, como si se tratase de un
encuentro ecuménico. (Cendales, Torres Carrillo & Torres, 2012)

Pero ¿cómo materializar y poner en práctica todos estos presupuestos de los que nos habla
Fals? Precisamente nos responde con una pregunta que lanzan sus entrevistadores ¿Qué es
la acción comunal? Sin duda la respuesta constituye como se mencionó anteriormente uno
de los grandes rollos por resolver: “se intuyó que la acción de la comunidad organizada
podía resolver muchos problemas empleando lo que se llamó entonces la mano de obra
local.” (Cendales, Torres Carrillo & Torres, 2012, p 155)

En este marco, en el municipio de Saucío, cerca de Bogotá, Orlando empieza a analizar


desde una perspectiva más funcionalista la vida rural y las relaciones que allí emergen. En
este territorio, se construye una escuela entre toda la comunidad con el propósito de
organizar escenarios educativos y de formación, y cuenta Fals que en allí donde nace la
primer Junta de Acción Comunal del país: a partir de la continuidad y sostenibilidad de la
acción y el compromiso de quienes participan en los procesos emancipatorios.

Allí entra el papel clave de la educación popular y comunitaria, ya que son escenarios que
posibilitan y viabilizan la participación de las comunidades, su incidencia en las
transformaciones de los territorios, el acompañamiento en los procesos educativos que
construyen y alimenten sus saberes a partir de sus experiencias. Todo esto es posible a
partir del compromiso que como bien lo dice Fals se le debe a Camilo Torres: es
fundamental asumir el papel transformador que tiene quien investiga, no solo por su trabajo
sino porque las personas participes de ella fortalecen y sostienen la convergencia entre
saber popular y académico. Construyen conocimiento a partir de sus experiencias y todo
ello visibiliza perspectivas de una realidad nunca antes vistas.
En síntesis, vale la pena señalar más que las conclusiones, algunos de los retos que Orlando
Fals Borda nos plantea por medio de sus aportes a la IAP: el primero tiene que ver con la
multidisciplinariedad, que sin duda nutre en perspectivas la investigación que propenda el
compromiso y la acción a lo largo del tiempo. Allí también es importante reconocer cómo
la institucionalidad académica ha cooptado en cierta medida los planteamientos teóricos de
la IAP con el fin de posibilitar reflexiones que surgen desde marcos interpretativos
funcionalistas, o a partir de escuelas de pensamiento que defienden hasta los tuétanos el
principio de causalidad única.

Asimismo, un reto clave es preguntarnos ¿cómo se valida y se da rigurosidad a la


investigación hecha desde el terreno, con las bases y desde sus saberes y/o experiencias?
Fals nos aporta que un criterio en la IAP que permite dar cuenta de la validez y la
rigurosidad es la Praxis, las articulaciones que propicia quien investiga entre la teoría y la
práctica, la vivencia y la razón. Ya que allí se conocen y se consolidan los saberes producto
de la investigación, nos permite asumir cuál es el compromiso que se tiene ante la acción o
el acontecimiento que se desarrolla; por lo tanto, surge la fórmula de propiciar situaciones
transductivas, que pueden surgir del sentido común y de la vida cotidiana.

Bibliografía

Cendales, L., Torres Carrillo, A., & Torres, F. (2012). “Uno siembra la semilla pera
ella tiene su propia dinámica”. Entrevista a Orlando Fals Borda. In M. Ampudia & M.
Córdoba, Investigación Acción Participativa y Cartografía Social. Debates y
resignificaciones desde la Educación Popular. Saarbrücken: Editorial Académica Española.

Fals Borda, O. (1999). Orígenes universales y retos actuales de la IAP. Análisis


Político, (38), 73-90. Recuperado a partir de
https://revistas.unal.edu.co/index.php/anpol/article/view/79283

Fals Borda, O. (2009). Cómo investigar la realidad para transformarla. In O. Fals


Borda, Una sociología sentipensante para América Latina.. Bogotá: Siglo del hombre
editores.

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