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Joseph Schumpeter: ‘’el trabajo analítico comienza con el material provisto por
nuestra versión de las cosas y esta visión es ideológica casi por definición’’.
La selección del objeto de investigación, la determinación de la problemática
particular a indagar, la elaboración de las preguntas sobre el problema
escogido y el mismo campo probable de las respuestas, son procesos
atravesados por nuestra ‘’visión de las cosas’’ y por nuestro punto de vista
sobre el entorno y sobre nosotros mismos.
El entorno del economista como científico social es condicionante y conflictivo,
lo que impide aproximaciones neutras o totalmente asépticas. El economista es
actor y espectador al mismo tiempo, por lo que no puede tener relaciones
distantes y objetivas respecto al medio social.
Las ciencias sociales y la economía tienen cierta especificidad frente a las
ciencias naturales. Los fenómenos sociales son históricos ya que son
transitorios, perecederos. Ninguna sociedad puede dejar de producir, distribuir
y consumir sin poner en riesgo su propia existencia. Sin embargo, los modos y
las maneras en que estos procesos vitales pueden desarrollarse y llevarse a
cabo cambian en las distintas épocas históricas.
Lo que se modifica es la forma histórica en que las actividades fundamentales
para toda sociedad se llevan a cabo. El conocimiento económico lleva consigo
la característica de su propio objeto de estudio: es provisorio, relativo e
históricamente determinado.
Las formas históricas de los procesos sociales pueden modificarse por la
acción humana. Desde este punto de vista, el conocimiento económico o social
puede provocar resultados importantes sobre la acción transformadora,
orientarla, delimitarla. El conocimiento económico puede tener incidencia sobre
los conflictos sociales y sobre las prácticas sociales.
La organización social concreta de los procesos de producción, distribución y
consumo supone el desarrollo de disputas y enfrentamientos entre intereses
materiales concretos. No obstante, las condiciones de vida de cada uno de los
sujetos o grupos pueden ser muy diferentes. Todos viven pero algunos pueden
vivir mejor que otros. Las desigualdades, los privilegios no aceptados
socialmente, etc, ocasionan un desarrollo conflictivo de intereses sociales
contrapuestos. El conocimiento social y económico sólo puede incorporar este
conflicto como visiones construidas desde distintos intereses materiales.
El economista es sujeto y objeto del conocimiento social, es
investigador/observador y al mismo tiempo actor social.
No es posible disociar ideología de conocimiento científico en economía: los
valores, las concepciones y los ángulos de enfoque orientan, influyen y
condicionan el análisis científico.
CONCLUSIONES
LAS CLÁSICAS
LA ESCUELA MARXISTA
CONCLUSIONES
CAPITULO III: RESUMEN PRELIMINAR DE LA TEORÍA GENERAL DEL
EMPLEO
El punto de partida lógico de la teoría keynesiana del empleo es el principio
de la demanda efectiva. El empleo total depende de la demanda total, y el
paro es el resultado de una falta de demanda total. Cuando el empleo
aumenta, aumenta la renta. Sin embargo, cuando la renta real de una
comunidad aumenta, aumenta también el consumo (pero menos que la renta).
Por consiguiente, para que haya una demanda suficiente para mantener un
aumento en el empleo tiene que haber un aumento en la inversión real igual a
la diferencia entre la renta y la demanda de consumo procedente de esa renta.
Básicamente, el empleo no puede aumentar a no ser que aumente la inversión.
La demanda total designa la demanda total del conjunto del sistema
económico. Esta debe distinguirse de la demanda de productos de empresas
aisladas y de industrias singulares: la demanda para una empresa o industria
significa un esquema de las diversas cantidades de mercancía que se
adquieren a un precio determinado. El precio constituye la cantidad de dinero
recibido por la venta de una cantidad física dada de productos.
Cuando el volumen de producción de todo el sistema económico no puede ser
medido simplemente, Keynes utiliza como medida del volumen total de la
producción la cantidad de trabajo empleado. El precio de demanda total del
volumen de producción de una cantidad dada de empleo es la suma total de
dinero o ingresos que se espera de la venta del volumen de producción total
alcanzada cuando se emplea esa cantidad de trabajo.
La curva de la demanda total o función de la demanda total consiste en una
curva de los ingresos esperados de la venta de la producción resultante de
diversas cantidades de empleo. El precio de la demanda total aumenta a
medida que aumenta la cantidad del empleo y disminuye a medida que
disminuye la cantidad de empleo.
En una economía empresarial donde el móvil de producción es el lucro, cada
hombre de negocios emplea el número de empleados que le rinden el mayor
beneficio. El número total de hombres empleados en el conjunto de la
economía es el total o suma de los empleados por todos los empresarios. El
precio mínimo o el rendimiento, que logrará el empleo de una escala dada, se
conoce como el precio de la oferta total de dicho empleo. La función de la
oferta total es entonces una curva que representa las cantidades mínimas de
rendimientos requeridas para inducir a las diversidad cantidades de empleo.
Mientras más aumente la cantidad de rendimiento, más aumentará la cantidad
de empleo ofrecido a los obreros.
Según la teoría de Keynes, en cada momento existe una cantidad de empleo
determinada con toda precisión, que será la más lucrativa para ser ofrecida a
los obreros por los empresarios.
La demanda total y la oferta total pueden ser iguales en el empleo total, pero
éste solamente tendrá lugar si la demanda de inversión resulta igual a la
diferencia entre el precio de la oferta total correspondiente al empleo total y la
cantidad que los consumidores deciden gastar conjuntamente en el consumo
de la renta procedente del empleo total. Más empleo crea más renta, y un
porcentaje de esta se gasta en bienes de consumo. Si la inversión no aumenta
cuando aumenta el empleo, la suma de demanda de consumo y de demanda
de inversión pasa a ser menor que el precio de oferta total por el nivel más
elevado de empleo. En consecuencia, los empresarios reducen el empleo.
La esencia de la teoría de Keynes se encuentra en el análisis de la función de
la demanda total. Puesto que el empleo depende de la demanda y la demanda
total es igual a la renta total, la teoría general del empleo es también una teoría
de la demanda total o renta total. Como el valor del volumen total de
producción es igual a la renta total, la teoría de Keynes también puede llamarse
teoría del volumen total de producción. El empleo da como resultado la
elaboración del volumen total de producción, de una parte, y la creación de la
renta, de otra parte. El volumen total de producción, integrado por la
producción de bienes de consumo y la producción de bienes de inversión,
tendrá un valor igual a la renta total, la cual se obtiene de la producción de
bienes de consumo y de la producción de inversión. Suponiendo que la función
de la oferta total está dada, la tesis de su teoría propone entonces que el
empleo está determinado por la demanda total, la cual depende, a su vez, de la
propensión al consumo y de la cantidad de inversión en un momento dado.
La propensión al consumo
La demanda de consumo depende del volumen de la renta y de la parte de ella
que se gasta en bienes de consumo. La propensión al consumo es una
relación funcional que indica cómo varía el consumo cuando varía la renta. Tal
relación puede mostrarse para una unidad de consumo individual o familiar
pero en la teoría de Keynes lo que interesa es la relación entre el consumo
total de la comunidad y la renta total de la misma.
El supuesto de Keynes de que la propensión al consumo es relativamente
estable a corto plazo es una generalización de la experiencia real y constituye
una parte esencial de la estructura de su teoría: si este supuesto es válido, la
cantidad del consumo de la comunidad varía de una manera regular con la
renta total..
La propensión al consumo depende de varios factores (por ejemplo, de las
costumbres arraigadas en la comunidad).La propensión marginal al
consumo es la proporción que guarda una pequeña variación en el consumo
con una pequeña variación en la renta. Puede ser designada por incremento
(delta) C/ incremento ( delta ) Y. La propensión media es igual a C/Y. Esta
propensión marginal al consumo no sólo es menor que la propensión media al
consumo sino que desciende a medida que la renta se eleva.
La demanda efectiva para la inversión es más completa (compleja?) y más
inestable que la demanda efectiva para el consumo. Invertir significa producir
más de lo que se consume habitualmente, adoptando la forma de una adición a
la riqueza acumulada de la sociedad. Aunque la inversión toma a veces la
forma de adiciones a las existencias de productos terminados, su forma más
importante es la de gastos realizados por los hombres de negocios en fábricas,
maquinarias y otras formas de bienes de producción.
La propensión de los hombres de negocios a construir fábricas y a invertir de
otras formas surge de la previsión de que tal inversión resultará lucrativa.
Como estas previsiones se basan con frecuencia en apreciaciones defectuosas
del futuro, el volumen de la inversión está sujeto a amplias fluctuaciones. Los
hombres de negocios tomarán dinero a préstamo para invertir hasta conseguir
que el rendimiento previsto de las nuevas inversiones sea igual al costo de los
fondos tomados a préstamo con los que se ha de realizar la inversión.
El aliciente (atractivo, incentivo, estímulo) para la inversión está determinado,
en el análisis de Keynes, por las estimaciones de los hombres de negocios
acerca de la lucratividad de la inversión en relación con la tasa de interés del
dinero para la inversión. La lucratividad prevista de la nueva inversión se
conoce como eficacia marginal del capital.
La eficacia marginal de un bien de capital es el tipo (tasa) de rendimiento
más elevado sobre el costo previsto para producir una unidad más (una unidad
marginal) de un tipo particular de bien de capital. Es la tasa prevista de
porcentaje de beneficio por año sobre las inversiones reales más eficaces. La
inversión continúa mientras que el tipo de rendimiento esperado exceda el tipo
de interés.
Keynes utiliza esta expresión de eficacia marginal del capital para destacar el
ajuste dinámico al que están ligados el presente y el futuro por las previsiones
de los inversiones. El papel de los bienes de capital como nexo, mediante el
cual los poseedores de riqueza ‘’crean un puente’’ sobre la brecha entre el
presente y el futuro, es una de las ideas fundamentales del intelectual.
La eficacia marginal del capital se caracteriza por la inestabilidad a corto plazo
y por una tendencia hacia el descenso a largo plazo. Las fluctuaciones de la
eficacia marginal del capital son las causas fundamentales del ciclo económico.
La cesación en la acumulación de capital (es decir, de inversión) genera un
colapso y depresión.
Se aludirá brevemente al sentido operativo de las teorías de la tasa de interés y
de la eficacia marginal del capital….las dos variables independientes que,
juntamente con la propensión al consumo …..determinan el nivel de empleo
. L a singularidad de la teoría del tipo de interés de Keynes , radica en la
importancia de la regulación de la cantidad de dinero. El concepto nuevo es
el de la preferencia de liquidez por el motivo especulación .Los poseedores
de riqueza tienen una preferencia por mantener sus bienes de capital en
forma líquida, en forma de dinero , y este deseo de atesorar es lo que
determina el nivel de los tipos (tasas ) de interés. Una política de dinero
fácil bajo una autoridad monetaria fuerte puede mantener bajos los tipos de
interés y estimular así la inversión y el empleo. Sin embargo el sentido
práctico de Keynes es demasiado vigoroso para llevarle a conceder
importancia únicamente a los tipos de interés , y así encontramos una
acentuación paralela en la eficacia marginal del capital. La característica
principal de la eficacia marginal del capital es su gran inestabilidad………
Un tipo bajo de interés y una elevada eficacia marginal del capital son las
condiciones favorables para la inversión y el empleo.
LA PARADOJA DE LA POBREZA Y LA ABUNDANCIA
El principio de la demanda efectiva de Keynes proporciona una explicación de
la paradoja de la pobreza en medio de la abundancia potencial, lo cual
demuestra una de las grandes contradicciones del capitalismo moderno.
‘’LAISSEZ-FAIRE’’ Y CORPORATIVISMO
Doble faz del sistema económico de las ciudades medievales: por un lado,
el régimen del laissez-fair domina las operaciones del comercio externo. Por
otro, la reglamentación estricta (en forma de la competencia pura o en forma de
las corporaciones de oficios) controla las actividades internas de la ciudad.
La competencia pura y las corporaciones de oficio tuvieron en común un solo
objetivo: reducir a un mínimo los márgenes de ganancia. Las ciudades eran
gobernadas por grandes comerciantes, a quienes les interesaba evitar la suba
de los alimentos y otros bienes de consumo en la ciudad. Los dos tipos de
reglamentación (la competencia pura y las corporaciones de oficios o gremios)
aseguraban a las clases dirigente dos objetivos: evitar engaños o
adulteraciones o bien prohibir las prácticas desleales de comercio, y limitar la
especulación y los grandes porcentajes de ganancia.
El régimen de las corporaciones de oficios no fue una creación o imposición de
los gobiernos de las ciudades, sino que surgieron espontáneamente y luego
fueron reglamentadas. El régimen corporativo era un arreglo entre los
artesanos y la clase comerciante dominante. Sin embargo, al desarrollarse las
ciudades, el número de artesanos debía reducirse.
La respuesta habitual de quienes ya vivían en las ciudades era la defensa
contra un exceso de competidores. Con ese fin surgieron las corporaciones,
organismos de defensa que servían para proteger la clase artesanal contra los
intrusos y para mantener el nivel de calidad de los productos y reglamentar los
precios.
El nivel global del ingreso era determinado por las ganancias de la gran clase
dominante. Si los comerciantes reducían sus gastos se reducían los ingresos
de los artesanos y en consecuencia estos también comprimirían sus gastos,
generando así una cadena de reducciones de ingreso. La contracción de los
gastos de los comerciantes provocaría una reducción final del ingreso.
Por otro lado, los precios relativos (es decir, los términos del intercambio
interno) constituían otro gran problema de la comunidades. El funcionamiento
interno de una economía urbana medieval típica tenía varias semejanzas con
el de la economía feudal. Si bien la economía urbana está integrada en una
corriente de comercio y el feudo es principalmente una economía cerrada, el
funcionamiento interno de las dos economías se parece. En el feudo, la
distribución del ingreso se realiza partiendo del nivel de la cosecha con arreglo
a la tradición establecida, la cual tiende a beneficiar al grupo propietario de la
tierra. En la ciudad, dado el nivel del ingreso global, la distribución es realizada
igualmente de acuerdo con una serie de normas rígidas que tienden a
beneficiar al grupo comerciante dirigente y que representan un compromiso
entre los grupos de artesanos. En ambos casos se reconoce un sistema de
organización de la producción desprovisto de impulso propio de desarrollo.
Desde este punto de vista, entonces, la economía urbana medieval se acerca
más a la economía feudal que a la industrial.
No obstante, contrariamente a lo que sucedía con la economía feudal, la
urbana medieval posee un factor dinámico: la clase de los grandes
comerciantes. Esta se desenvolvió como intermediaria del intercambio entre las
regiones productoras de artículos primarios (agrícolas) y entre estas últimas y
las regiones productoras de manufacturas.
Con el desarrollo de la vida urbana y la diversificación del consumo de los
grupos dirigentes del campo, ciertos productos manufacturados pasaron a
tener una mayor demanda.
La manufactura urbana de exportación se diferencia totalmente de la artesanía
corporativa. Mientras que esta última se organizaba para satisfacer una
demanda regular y estable, la manufactura de exportación dependía de una
serie de factores aleatorios ligados al mercado externo. En el mercado externo
predominaba la competencia laissez-faire. Las cantidades que se colocaban en
él podían variar según las condiciones de un momento particular.
COMPETENCIA Y MONOPOLIO
LA PROPENSIÓN AL CONSUMO
LOS PRECLÁSICOS
LA ÉPOCA MERCANTILISTA
LA ESCUELA FISIOCRÁTICA
LA ECONOMÍA CLÁSICA
Esta tiene como núcleo ideológico los trabajos de Adam Smith. Estas fueron
desarrolladas y formalizadas por David Ricardo. No obstante, dentro de la escuela
clásica deben mencionarse una serie de autores que tuvieron relevancia: Malthus y
J.S Mill.
RENTA ECONÓMICA
Fue un concepto formalizado por Ricardo. Al estudiar la renta de la tierra, las
diferencias en la calidad de la misma determinarían que, si bien los propietarios de las
tierras fértiles obtendrían rentas económicas cada vez más altas, la producción en las
de peor calidad sería sólo la justa para cubrir los costos y no daría lugar a la renta. La
clave de la aparición de renta económico radica en que la oferta de tierras fértiles es
rígida.
LEY DE LA DISTRIBUCIÓN
Según Ricardo, la ley de la distribución era uno de los temas más importantes de la
teoría económica. Al analizar la distribución de la renta nacional entre las tres clases
sociales más importantes (trabajadores, capitalistas y terratenientes), el autor destacó
que la renta total estaba limitada por los rendimientos decrecientes y, en
consecuencia, los incrementos en la renta alcanzados por una clase social tienen que
lograrse a costa de arrebatárselos a otro grupo social.
Ricardo consideraba que el crecimiento de la población acompañaba a la expansión
económica y que esta expansión llevaría consigo un aumento de las necesidades de
alimentos que, debido a la ley de los rendimientos decrecientes, sólo podían
satisfacerse a costos más altos.
Con el objetivo de mantener los salarios reales a su nivel anterior eran necesarios
salarios monetarios más altos, lo cual haría disminuir la participación de los beneficios
en el producto.
Según este economista, el proceso de expansión económica podía sentar su propia
base, es decir, la acumulación de capital a partir de los beneficios para la emergencia
del estado estacionario en el que ya no habría acumulación neta.
Según la ley de Say, la oferta crea su propia demanda, por lo que se descarta la
posibilidad de una superproducción general.
Si bien Say admitía la superproducción parcial, no admitía una general; es decir, una
situación en la que los recursos están ociosos (inactivos/parados) debido a la
insuficiente de la demanda.
LA ECONOMÍA MARXISTA
KARL MARX
La base de la teoría de Marx constituía su análisis de la historia, que él fundaba
en el materialismo dialéctico. La concepción materialista de la historia sostiene
inicialmente que la producción y el intercambio de productos constituyen la
base de todo orden social. La validez de esto descansaba en que la división de
clases en toda sociedad está determinada por tres hechos: lo que se produce,
cómo se produce y por la forma en que se intercambia la producción.
La fuerza básica en la historia es, para Marx, la estructura económica de la
sociedad. Esto no excluye el impacto de las ideas, sino que sostiene que las
ideas son un reflejo de la sociedad que las alienta.
Su objetivo principal era descubrir las ‘’leyes de movimiento’’ de la sociedad
capitalista. Para esto, construyó su modelo económico para demostrar cómo el
capitalismo explotaba necesariamente a su clase trabajadora y cómo esta
explotación conduciría inevitablemente a su destrucción. En este esquema, la
teoría del valor-trabajo desempeña un papel importante.
La teoría del valor-trabajo sostiene que el valor de los bienes se deriva
íntegramente de la cantidad de trabajo necesario para producirlos.
Según Marx, el valor de uso o utilidad de una mercancía constituye la
sustancia de toda riqueza. Por otro lado, una mercancía también posee un
valor de cambio, el cual está determinado por el tiempo socialmente necesario
incorporado a ella, considerando unas condiciones normales de producción y la
especialización e intensidad medias del trabajo en ese momento.
El tiempo de trabajo socialmente necesario incluye tanto el trabajo directo
de producción de la mercancía como el trabajo incorporado en forma de
maquinaria y materias primas utilizadas y el valor transferido a la mercancía
durante el proceso de producción.
LA TEORÍA DE LA EXPLOTACIÓN
Según Marx, el beneficio lo obtiene el capitalista al adquirir una mercancía, el
trabajo, que puede crear un valor mayor que el de su propia fuerza de trabajo.
El autor distingue el tiempo de trabajo y la fuerza de trabajo. La fuerza de
trabajo hace referencia a la capacidad del hombre para el trabajo; el tiempo
de trabajo es la duración del trabajo.
El beneficio que obtienen los capitalistas es el resultado de la explotación de
los trabajadores (y no una retribución por el alquiler del capital y su actitud
innovadora).
El autor postula que el empresario paga al trabajador una cantidad igual al
valor de su fuerza de trabajo, pero este pago equivale sólo a una parte de la
producción diaria del trabajador y, por ende, sólo a una parte del valor que éste
produce.
En el pensamiento marxista, todo se vendía por su valor y el valor de la mano
de obra es la cantidad de trabajo necesario para ‘’crear’’ dicha mano de obra,
es decir, un salario de subsistencia.
En este sistema, la clave de la explotación consistía en el hecho de que existe
una diferencia entre el salario que un trabajador recibe y el valor del producto
que ese trabajador produce. Esta diferencia se conoce como plusvalía.
ALFRED MARSHALL
La determinación de los precios de mercado se convirtió en el problema fundamental
de la economía neoclásica. Para Marshall, el análisis del funcionamiento del sistema
de mercado empezaba con el estudio del comportamiento de los productores y los
consumidores, ya que era un factor clave para analizar la determinación de los
precios.
En la formulación de Marshall, el concepto de demanda con una tabla de relaciones
precio-calidad era crucial para su solución. Según esta tabla, el consumidor racional
estaría dispuesto a pagar menos por la última unidad de un bien que por las anteriores
y sería necesaria una reducción en el precio para inducirlo a comprar más.
LA TEORÍA DE LA PRODUCCIÓN
La suposición de que los empresarios buscaban racionalmente el máximo beneficio
explicaba el intento de minimizar los costos. Cualquier volumen deseado de
producción podría obtenerse con varias combinaciones diferentes de factores
productivos; el empresario seleccionaría la combinación de más bajo costo.
Para Marshall, los rendimientos crecientes de escala asociados a la aplicación de
tecnologías avanzadas podían originar ciertas complicaciones. Las economías de
escala implicaban que un pequeño número de grandes productores podía funcionar a
un costo medio más bajo produciendo la misma cantidad que un gran número de
pequeñas empresas. Este autor consideraba que, generalmente, las ventadas de cada
empresa están limitadas al mercado particular lenta y costosamente adquirido y que,
aunque la producción pueda aumentar muy rápidamente, las ventas no subirían tan
rápido.
LEÓN WALRAS
Walras se ocupó del estudio de la teoría de la determinación de los precios bajo un
régimen hipotético de libre y perfecta competencia. Este autor pretendía expresar sus
descubrimientos en forma de proposiciones matemáticas que le dieran a la Economía
un rango científico comparable al que disfrutaban las ciencias físicas.
Este economista intentaba demostrar que los resultados de la libre competencia eran
beneficiosos y ventajosos. Para ello, era necesario conocer exactamente cuáles eran
estos resultados y precisar las definiciones y las leyes necesarias de un régimen de
competencia perfecta. Según Walras, los economistas habían extendido a menudo el
principio de la librecompetencia más allá de los límites de la verdadera aplicabilidad, lo
cual probaba que el principio no había sido demostrado.
En el esquema walrasiano, la competencia perfecta se presentaba como una situación
donde compradores y vendedores se reunían en una subasta masiva; de esta manera,
las condiciones de cambio eran públicamente anunciadas y se les daba una
oportunidad a los vendedores para bajar sus precios y a los compradores para recibir
sus ofertas.
El objetivo principal de este intelectual era la formulación del proceso mediante el cual
podía establecerse un equilibrio general, es decir, aquel que tomaba en cuenta la
interrelación de todas las actividades económicas.
El enfoque walrasiano del equilibrio competitivo se presenta en forma de un sistema
de ecuaciones simultáneas susceptibles de una solución matemática determinada.
Este método de análisis destaca la interdependencia entre todos los precios dentro del
sistema económico y hace desaparecer la distinción entre el enfoque micro y macro de
la economía. Las actividades de las economías domésticas y las de las empresas no
pueden entenderse ni considerarse separadamente.
LA SÍNTESIS NEOCLÁSICA
En las décadas de los años ‘40 y ‘50 tuvieron lugar las reconciliaciones de las
corrientes de pensamiento neoclásico y keynesiano, dando lugar a la ‘’síntesis
neoclásica’’.
El modelo general de la síntesis neoclásica es un modelo de equilibrio general
agregado que, bajo el supuesto de plena y absoluta flexibilidad de los precios, alcanza
el equilibrio en los diversos mercados.
Uno de los supuestos de este modelo es el de la rigidez de los salarios (o
directamente un desajuste entre las cantidades de dinero y el salario monetario).
Además, la demanda de dinero se podría especificar de modo que incluyera la
‘’trampa de la liquidez’’. El supuesto que justificaba el equilibrio con desempleo era la
rigidez de los salarios.
Con la síntesis neoclásica desaparece la incertidumbre como determinante
fundamental de muchas conductas de los agentes económicos. La inversión vuelve a
aparecer como una función estable del tipo de interés. La preferencia por la liquidez se
muestra también como una función estable y la economía tiende hacia un equilibrio
con pleno empleo.
Con esta síntesis, el mensaje keynesiano queda tergiversado ya que, bajo el nuevo
enfoque, la clave del modelo se encuentra en la rigidez a la baja de los precios y los
salarios, sin importar la insistencia de Keynes en que la flexibilidad de precios y
salarios no permitiría la vuelta al equilibrio con pleno empleo.
La síntesis neoclásica, si bien abandonó la esencia de la teoría keynesiana, retuvo sus
prescripciones de la política económica ya que también confiaba en que las políticas
monetarias y fiscales pudieran estabilizar la economía a altos niveles de actividad.
LA CONTRARREVOLUCIÓN MONETARIA
Ideas centrales de la escuela monetarista:
Rechazo de las relaciones básicas del modelo keynesiano.
Importancia de las variaciones de la tasa de crecimiento de la cantidad de
dinero respecto de la evolución de la economía.
Inoperancia de las políticas de estabilización.
Inconveniencia de la política fiscal activa.
Existencia de una tasa natural de desempleo que depende sólo de factores
reales y que únicamente se puede reducir a largo plazo.
Friedman, el principal creador de los elementos e ideologías de esa escuela
monetarista, ataca las definiciones y relaciones de los dos componentes básicos de la
demanda agregada keynesiana: el consumo y la inversión. En primer lugar, sostiene
que los individuos ajustan su consumo respecto a su renta a largo plazo y afirma que
la relación a corto plazo entre consumo y renta no puede ser estable. En segundo
lugar, trata de demostrar empíricamente que tampoco la relación renta-inversión es
estable.
Por otra parte, sostiene que existe una relación estable entre la tasa de variación de la
masa monetaria y las fluctuaciones económicas y la inflación a largo plazo (aunque no
puede determinarse exactamente dicha relación ya que las variaciones monetarias son
variaciones en el sector real con variables temporales y porque no se puede
determinar en qué medida las variaciones en la cantidad de dinero se transforman en
incrementos de precios y en qué medida se transforman en aumento de la producción
real.
EL EQUILIBRIO COMPETITIVO
La Nueva Macroeconomía Clásica utiliza una segunda hipótesis para asentar sus
argumentos: la proposición walrasiana fundamental de que la libre competencia
soluciona un sistema de ecuaciones que equilibra continuamente todos los mercados.
Los funcionamientos de esta hipótesis se encuentran en la teoría del equilibrio general.
Dicha teoría se centró en establecer los supuestos sobre el comportamiento de los
agentes y el funcionamiento del mercado que aseguran la existencia de un único
equilibrio o vaciado del mercado, que tiene un carácter estable. Además, esta
formalización del equilibrio competitivo proporcionó el desarrollo de la Nueva
Economía del Bienestar, preocupada en analizar las propiedades de las asignaciones
resultantes del mecanismo de mercado en relación con el bienestar de los agentes
económicos.
Para que los mercados se mantengan en equilibrio se requiere una información
adecuada a los fines de la optimización de las decisiones. En este sentido, los agentes
económicos adoptan un comportamiento racional y tratan de maximizar la posibilidad
de que el volumen de información recogida permita un conocimiento cierto. Los
agentes deben comparar los beneficios de la información con los costos de su
obtención.
Los precios son flexibles y los mercados se despejan. De esta forma, la ley de oferta y
la demanda funciona adecuadamente.
LA ECONOMÍA DEL DESEQUILIBRIO
Para la Escuela de la Economía del Desequilibrio (o equilibrio no walrasiano), los
agentes económicos se enfrentan con restricciones distintas a las que supone la
Nueva Macroeconomía Clásica. La restricción más importante es la de mercado, que
implica la imposibilidad de vender (o comprar) todo lo que se desea a los precios
vigentes. Por esta razón, a estos precios también se los denomina de equilibrio
general con racionamiento de cantidades.
Los agentes toman en consideración la existencia de restricciones de cantidad a los
precios existentes en el mercado, es decir, existen desajustes en la oferta y en la
demanda. El equilibrio de la demanda se produce, entonces, a través de un ajuste en
las cantidades, permaneciendo invariables los precios.
Los fenómenos macroeconómicos a corto plazo (como el paro, la acumulación o el
agotamiento involuntario de existencias, los retrasos en las entregas, etc) se
consideran desviaciones de la ley de la oferta y la demanda.
Estos mecanismos de precios fijos no ofrecen una fundamentación teórica suficiente
entre la rigidez de precios. En consecuencia, se han desarrollado nuevos modelos en
los cuales la determinación de los precios forma parte del problema de asignación de
recursos.
Si se observa a la teoría keynesiana y sus posteriores desarrollos, tanto de la síntesis
neoclásica como de los monetaristas, pueden reconocerse una serie de elementos del
mensaje keynesiano auténticamente innovadores.