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el valor de estos ($115 MM), obtendremos el valor del PIB de esta economía imagi-
naria ($135 MM), del cual $115 MM son bienes y servicios para consumo, y $20 MM
son bienes de capital.
Y, como era de preverse, el valor del PIB es igual al del VA total, que se descom-
pone en $40 MM por pago de salarios, $30 MM por pago de rentas, $45 MM por ga-
nancias y $20 MM por beneficios. Con estas remuneraciones, los titulares de factores
productivos habrán de demandar el producto final de la economía.
Este apartado tiene como objetivo indagar acerca de lo que se conoce como “eco-
nomía” desde una perspectiva de manual introductorio al análisis económico, por lo
que se busca realizarlo en los términos más accesibles posibles para un público no
especializado.3
Tal como se ha puesto de manifiesto en el apartado previo, un sistema económico
refiere a la forma en que una sociedad se organiza con el fin de producir bienes y ser-
vicios que permitan satisfacer las necesidades de sus integrantes. Ciertas necesidades
son básicas (primarias o vitales) en cuanto son de imprescindible satisfacción para la
supervivencia humana. Se incluye en este grupo las necesidades de alimentación, vi-
vienda (refugio) o abrigo (vestimenta). Estas necesidades tienen la particularidad de
que se mantienen presentes más allá del transcurso del tiempo y el tipo de sociedad
que se considere, aunque los bienes para satisfacerlas cambien con la época (pense-
mos tan solo en las modificaciones acontecidas en los tipos de vestimenta –diseño,
materiales, etc.–utilizados por el hombre en los últimos siglos).
Otras necesidades, en cambio, son sociales (o secundarias), ya que dependen de
patrones culturales propios de cada comunidad y de cada momento histórico. En la
sociedad actual, podemos encontrar abundantes ejemplos de necesidades inexisten-
tes hace tan solo algunas décadas (por ejemplo, contar con acceso a internet en el
hogar o un teléfono celular). Este tipo necesidades se difunden en la sociedad prin-
3 Esto plantea ciertas dificultades de difícil abordaje, ya que algunos aspectos requerirían un análisis
más profundo, lo cual iría en desmedro de la accesibilidad general. Planteada esta situación, se
recomienda leer directamente a los distintos autores que se citan ya que, como indefectiblemente
ocurre, lo plasmado en estas líneas responde a una mirada crítica de los coautores de este manual.
¿QUÉ ES LA ECONOMÍA? 39
4 El sistema capitalista es una forma de organización social que se basa en la apropiación privada de
los bienes y que, cuando están destinados a la producción de otros bienes y servicios, dan derecho
a sus propietarios a la obtención de una ganancia sobre los costos, cuya maximización pasa a ser el
principal objetivo de la producción.
La economía es una ciencia social, y como tal, posee rasgos particulares que la
diferencian de las ciencias naturales o de las exactas (como la física o la química). En
primer lugar, el objeto de estudio de la ciencia económica se modifica a medida que
transcurre el tiempo, adquiriendo nuevas características. Todo sistema económico
es complejo, social e histórico y, por lo tanto, no permanece inalterado en el tiempo.
Incluso, los sistemas económicos cambian de forma continua: surgen nuevos sectores
y bienes; cambian las formas de producción, las condiciones de trabajo, las formas de
reparto de la riqueza y las formas de interactuar con otras economías, etc. Las leyes
que rigen los modos de producción y distribución y las relaciones sociales que de allí
se desprenden son muy diferentes si observamos la sociedad helénica del siglo V a.
C., la china del siglo XIV, la inglesa del siglo XIX o la norteamericana actual. En cam-
bio, la tierra siempre fue “redonda”. Al respecto, Marcelo Diamand sostiene:
En economía, como en todas las ciencias sociales, los hechos como tales varían. La
primera variación es el tiempo. En las ciencias naturales, si la Tierra giraba alrededor
del Sol en los tiempos de Ptolomeo, aún sigue haciéndolo. En cambio, David Ricardo6
escribía sobre una realidad económica totalmente distinta a la actual (Diamand, 1996:
p. 121).
6 David Ricardo (1772-1823) fue un economista inglés quien, junto a otros pensadores como Adam
Smith y Thomas Malthus, conforma el grupo de pensadores clásicos (ver Anexo I-1).
42 INTRODUCCIÓN AL ANÁLISIS ECONÓMICO
Un enfoque para economías periféricas
los precios domésticos, el economista cuenta solo con los efectos revelados una vez
acontecido en el suceso en la realidad, no puede “probar” sus efectos previamente en
un laboratorio. Frente a esto, el economista tiende a recurrir a la observación de expe-
riencias históricas comparables, aunque a sabiendas de que ningún fenómeno se re-
plica con exactitud en el tiempo, ya que las mismas condiciones son irreproducibles.
economía es una ciencia exacta, carente de todo juicio de valor, ideología y conflictos
de interés. La cuestión económica se reduce a analizar si el sistema económico fun-
ciona de forma eficiente, es decir, si logra maximizar la producción de bienes dados
los recursos productivos con los que cuenta.
Esta visión sobre la economía como ciencia y su objeto de estudio se ha confi-
gurado como la visión predominante en el mundo científico. Pertenece a la escuela
económica denominada “neoclásica” u “ortodoxa”.
Una de las tesis principales de esta escuela es que el (libre) mercado conforma un
mecanismo social de organización de los procesos de producción y distribución que
garantiza la eficiencia económica; esto es, permite una asignación y una utilización
óptima de los recursos de una sociedad. Luego, cualquier injerencia que limite o con-
dicione el funcionamiento de los mercados debe ser evitada.7
Como se aprecia con claridad, la definición ortodoxa discrepa con la expuesta en
la sección anterior. Además, discrepa con la concepción que predominaba en los eco-
nomistas clásicos. Para los padres fundadores de la ciencia económica, la disciplina
consistía en el estudio de las leyes que gobiernan la producción y la distribución de
bienes en la sociedad; es decir, en el pensamiento económico clásico se concebía la
economía como una ciencia social. No obstante, con el trascurrir de los años, esta
visión fue perdiendo protagonismo. En el Anexo I-1 se presenta esta trayectoria
histórica. Allí puede verse cómo en poco más de un siglo la economía deja de estu-
diar los modos de producción y distribución para concentrarse en cómo asignar
recursos escasos entre distintos usos alternativos, definición que fue acuñada origi-
nalmente por Robbins en 1932.
7 Como se discutirá más adelante se reconocen excepciones (fallas de mercado). No obstante, las
mismas no invalidan la regla general sobre la eficiencia de los mercados.
fallas del mercado que causan una pérdida de eficiencia y que es necesario regular,
desconociendo u ocultando que la concentración económica es el resultado lógico
de la competencia inicial. Se plantea una situación ideal de mercado competitivo
como una normalidad hacia donde apuntar la legislación antimonopólica. De esta
forma, se asume como normal la excepción y se transforma en excepción una de las
características más evidentes de la economía actual: el alto grado de concentración y
centralización de los capitales. En el extremo hasta se sostiene que una sola empresa
en condiciones de libre entrada y salida de competidores a un mercado puede com-
portarse como si estuviera en una situación de competencia perfecta. Así se llega a
una conclusión pretendidamente lógica que sirve de sustento para la desregulación
de toda clase de mercados, desde el aeronáutico al de galletitas.
Continúa Diamand:
48 INTRODUCCIÓN AL ANÁLISIS ECONÓMICO
Un enfoque para economías periféricas
Tratemos de imaginar –por ejemplo– el esfuerzo que debió significar para la gente
educada en la concepción de la tierra plana, que la tierra era redonda y que del otro
lado había gente que vivía “con la cabeza para abajo” (…) “Un hecho muy importante
es que las investigaciones sobre paradigmas se centran en forma casi exclusiva sobre
las ciencias exactas y naturales –física, química, astronomía– o sea en las que se
consideran las ramas más “científicas” de la ciencia (Diamand, 1996: p. 121).
Los hechos varían de un país a otro. Mientras las propiedades de la luz son las mismas
en los EE.UU. que en la Argentina, la situación política, económica y social es muy
diferente. Por lo tanto, lo que es verdad en los EE.UU. no necesariamente lo es en la
Argentina (Diamand, 1996: p. 122).
¿QUÉ ES LA ECONOMÍA? 49
Varios son los problemas específicos que traban el desarrollo económico en la pe-
riferia. Entre estos, se encuentran su marcada especialización en bienes primarios y
la baja diversidad productiva, los significativos desbalances en los niveles de produc-
tividad de cada sector, la baja acumulación del excedente en inversiones productivas,
la dependencia tecnológica, la pobreza y la desigualdad del ingreso. Otro destacado
economista latinoamericano como el argentino Aldo Ferrer otorgaba un rol crucial
al desarrollo tecnológico autóctono como vector de desarrollado. Al cotejar la expe-
riencia de los países industrializados con los subdesarrollados expresaba:
50 INTRODUCCIÓN AL ANÁLISIS ECONÓMICO
Un enfoque para economías periféricas
En todos los casos hubo una injerencia clave del Estado, que aplicó políticas para
apuntalar el proceso productivo interno. ¿Por qué entonces, para la teoría dominante,
el Estado debe achicarse a su mínima expresión en pos del “sano” funcionamiento de
los mercados? También muestra que todos los países que se desarrollaron lo hicieron
a partir de un proceso autocentrado de acumulación productiva a partir de sus pro-
pios recursos y que el capital externo, cuando jugó algún rol, lo hizo complementa-
riamente. ¿Por qué entonces, la teoría dominante no estudia a Celso Furtado, la teoría
del excedente y las relaciones de poder?, ¿por qué no se estudia la tecnología como
soporte de esos procesos de generación, apropiación y uso del excedente?
La realidad de no todos los países se ajusta a los supuestos de la teoría dominante.
Cada país partió desde distintos puntos en la historia, a veces decidiendo autónoma-
mente qué producir y otras veces dejando al mercado que decida en qué especializarse
y, como decía Friedrich List:12
Llegó a ser evidente para mí que, entre dos países muy adelantados, la libre competencia
no puede sino reportar ventajas a uno y a otro si ambos se encuentran en el mismo
grado de educación industrial, poco más o menos, y que una nación retrasada por un
destino adverso, con relación a la industria, al comercio y a la navegación, y que, por
otra parte, posee los recursos materiales y morales necesarios para su desarrollo, debe,
ante todo, extremar sus esfuerzos a fin de llegar a ser capaz de sostener la lucha con las
naciones que la han adelantado (List, [1841] 1959: p. XXI).
12 Georg Friedrich List (1789-1846) fue un destacado economista alemán, considerado el padre de
la industrialización alemana, y que desarrolló el Sistema de Innovación Nacional en su país. Fue
precursor de la escuela historicista alemana de economía y uno de los teóricos impulsores de la
Unión Europea.
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Un enfoque para economías periféricas
ni analiza objetos concretos de la realidad, sino que trabaja con conceptos intangibles
que suelen ser producto de un proceso de abstracción de ciertas particularidades
para concentrarse en aspectos esenciales de un fenómeno.
Para tratar de facilitar ese proceso de “pensar diferente” en esta sección se abordan
tres cuestiones fundamentales para el análisis económico, como son la abstracción,
los supuestos (y sus parientes, las premisas y los axiomas) y los modelos, para repre-
sentar de una manera esquemática, las relaciones económicas en su forma más pura.
qué entendemos por producto, cuándo lo consideramos bruto y cuándo neto, definir
el período que estamos considerando y luego dividir el valor obtenido por la cantidad
de habitantes de ese país. Todo ese proceso de definiciones o acuerdos previos es la
etapa de conceptualización, abstracción de ese aspecto de la realidad para transfor-
marla en conceptos manejables. Finalmente tendremos que comprender que el PIB
per cápita, aunque no sea la participación o contribución de ningún habitante en
particular en esa economía, es una medida promedio del grado de bienestar de todos
ellos; o hacer las salvedades correspondientes para aclarar que es un promedio, pero
que el bienestar efectivo de cada habitante depende, además, de la forma en que se
distribuye ese producto entre todos.
Otros ejemplos de abstracción pueden ser los conceptos de demanda o consumo,
por tomar solo dos de uso habitual. La Real Academia Española (RAE) tiene doce
acepciones para la palabra “demanda”, y la decimoprimera es la específica para eco-
nomía: ‘cuantía global de las compras de bienes y servicios realizados o previstos por
una colectividad’. En economía la cuestión es parecida, pero distinta.
En primer lugar, hay que aclarar si hablamos de la demanda de un bien en particu-
lar o de la demanda de un grupo o todos los bienes que se ofrecen en una economía.
En el caso de un bien particular, la demanda es una función o relación de todas las
cantidades que se está dispuesto a adquirir para cada precio posible de ese bien; el
proceso de abstracción ahí nos lleva a prescindir de la idea de que sería necesario
armar una tabla con esos valores encuestando a todos los consumidores para luego
sumar las respuestas y ver cuánto se demanda a cada precio posible. En la realidad,
ese resultado se infiere por métodos estadísticos de regresión que asumimos como
una síntesis de la encuesta que no se hace.
Si estamos hablando, como sugiere la definición de la RAE, de todos los bienes y
servicios demandados por todos los habitantes de un país o región, ya no hay posi-
bilidad de referir cantidades y precios por ser un universo muy amplio y no factible
de adición. En este caso, lo que se hace en macroeconomía es relacionar lo que se
denomina “demanda agregada” (o “demanda global”) con los ingresos que percibe la
población y deducir lo que se denomina “propensión media a consumir el ingreso”
por parte de esa comunidad que, al igual que la estatura promedio del curso, segura-
mente no coincide con la propensión a consumir su ingreso de ningún miembro de la
comunidad. Pero abstraemos todos estos “detalles” y nos creemos que, como un todo,
la comunidad tiene un comportamiento estándar que podemos prever y proyectar.
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Un enfoque para economías periféricas
Para muchos este puede parecer una especie de juego irreal que puede llevar a
engañarnos sobre algunas conclusiones. Las dos cosas son ciertas: por momentos el
proceso de abstracción y de conceptualización se parece a un juego de ingenio para
sortear las dificultades de aislar y estudiar ciertas variables económicas y, si nos ol-
vidamos de algunas particularidades que dejamos de lado para analizar lo esencial,
muchas veces corremos el riesgo de desechar algún aspecto importante y llegar a
conclusiones tan irreales como esos conceptos. Para tratar de evitar esos riesgos, muy
presentes cuando formulamos supuestos en economía, hay que hacer un ejercicio
permanente de espíritu crítico volviendo la mirada hacia atrás para revisar cómo fue
que llegamos a cada lugar.
Con estos supuestos, más inexistentes en la realidad actual que la estatura prome-
dio de un curso, se define un mercado de competencia perfecta y las bondades del
precio de equilibrio entre oferta y demanda. A partir de este núcleo duro de lo que
debería ser la realidad, todas las imperfecciones derivadas del no cumplimiento de
uno o varios de esos supuestos son tratados en la teoría económica tradicional como
“fallas de mercado”. Entonces, el juego del que se hablaba en al acápite anterior con-
siste en hacer supuestos irreales, sacar conclusiones valiosas sobre ese mundo ideal
y luego ir eliminando alguno o todos esos supuestos para llegar a la conclusión de
que la realidad consiste en estudiar la economía como un conjunto de fallas sobre
lo que debería ser.
Uno de los supuestos más usados en el análisis económico es el principio denomi-
nado ceteris paribus, expresión latina que significa ‘dejando todo lo demás inalterado’.
Este recurso consiste en suponer que, para analizar el efecto en una variable de una
medida o fenómeno económico en particular, las demás variables que pueden estar
relacionadas permanecen inalteradas o no afectadas por el cambio.
Tomemos como ejemplo de este recurso analítico el caso de la devaluación de la
moneda de un país con respecto a otra, el dólar por caso, con la intención de que esa
medida redunde en un incremento de las ventas al exterior (exportaciones) y una
reducción en las compras de bienes importados, para lograr con ello una mejora en
el balance de pagos con el resto del mundo. La justificación de una medida de este
tipo podría ser que, ceteris paribus, al aumentar el valor del dólar (devaluando la
moneda local) las exportaciones serán más rentables y las importaciones más caras
en pesos, alentando el incremento de las primeras y la reducción de las segundas.
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Un enfoque para economías periféricas
Pero ¿qué significa en este razonamiento el ceteris paribus? Significa suponer que,
luego de aumentar el valor del dólar, el precio de los demás productos en el país no
aumenta, precios que constituyen los costos de las empresas que producen bienes
exportables e importables. Si los precios internos (costos) aumentaran tanto o más
que el dólar como consecuencia de la devaluación, como sucede en los países que pa-
decen de inflación cambiaria, el efecto favorable sobre exportaciones e importaciones
no se verificaría y, por lo tanto, el ceteris paribus sería un recurso analítico inaplicable.
El problema es que en muchos análisis económicos se llega a conclusiones que
suponen que todo lo demás queda invariante sin decir explícitamente ceteris paribus,
por lo cual al estudiar economía hay que estar muy atentos a que no se esté suponien-
do la invariancia de todo lo demás cuando en la realidad eso no es así.
Finalmente haremos referencia a otro recurso analítico típico del análisis econó-
mico como son los denominados “modelos”. Un modelo económico es una represen-
tación estilizada de la realidad, expresada generalmente en términos matemáticos
mediante ecuaciones. Decimos “estilizada” porque lo que se hace es representar con
ecuaciones matemáticas las relaciones que hay entre ciertas variables claves del fenó-
meno económico que se analiza, prescindiendo de otras que se consideran irrelevan-
tes para lo que se trata de mostrar.
Los modelos económicos pueden ser parciales o generales. Un modelo parcial re-
presenta las relaciones básicas de una parte del sistema económico, suponiendo que
los demás aspectos son un dato conocido y no otra variable, a los que se denominan
“parámetros” o “variables exógenas”. Los modelos generales pretenden representar
toda la realidad económica de manera simplificada, generalmente combinando mo-
delos parciales en un sistema global de ecuaciones.
En la construcción e interpretación de modelos económicos es fundamental tener
conocimientos sólidos de matemática; para los desarrollos más simples, como los que
se presentan en una materia introductoria, basta con conocimientos elementales de
matemática intermedia y álgebra,13 pero para quienes siguen la carrera de Economía
es preciso aprehender desarrollos más complejos como análisis matemático, estadís-
tica, matemática para economistas y econometría.
13 Para un ejemplo de modelo económico simple utilizando matemática, ver el Anexo I-2.
¿QUÉ ES LA ECONOMÍA? 57
Dos objetivos son los que presenta la economía política, considerada como una de
las ramas de la ciencia de un legislador y que debe cultivar un estadista; el primero,
suministrar al pueblo o Nación, respectivamente, abundante subsistencia, o hablando
con más propiedad, habilitar a sus individuos y ponerles en estado de poder surtirse
por sí mismos de todo lo necesario; el segundo, proveer al Estado o República de rentas
suficientes para los servicios públicos y las expensas o gastos comunes, dirigiéndose
en ambos objetos a enriquecer al Soberano y al pueblo como tales (Smith, [1776]
1958: p. 377).
David Ricardo ([1817] 1959) sostiene que la “Economía política estudia las leyes
que gobiernan la distribución” (Ricardo, [1817] 1959: p. 5).
Un poco más sofisticado, aunque podríamos decir en el mismo sentido, John
Stuart Mill ([1844] 1997) afirma que la economía es:
La ciencia que describe las leyes de aquellos fenómenos de la sociedad que se originan
en las operaciones continuadas de la humanidad para la producción y distribución
de la riqueza en la medida en que esos fenómenos no quedan modificados por la
persecución de otro objeto (Mill, [1844] 1997: p. 6).
Karl Marx ([1859] 1980) postula que la economía política es la ciencia que estudia
las relaciones sociales de producción:
=
=
≡
≡
=
=
− =
≡ = −
¿QUÉ ES LA ECONOMÍA? 61
Las ecuaciones (1) y (2) se denominan “de comportamiento” y nos dicen que el
consumo total de las familias es una proporción del ingreso, siendo c un valor entre
0 y 1, donde 0 es nada y 1 la totalidad del ingreso que perciben;14 la inversión, como
dijimos, es un valor externo dado que solo depende del “capricho” de los empresa-
rios. La (3) y la (4) son identidades o definiciones, por eso las expresamos con el
símbolo “≡”, que significa ‘decir lo mismo de dos maneras distintas’: la oferta global
(OG) de esta economía es lo que se produce en ese período y la demanda agregada
(DA), también llamada demanda global (DG), está dada por la suma del consumo
y la inversión.
La (5) es, en cambio, lo que se denomina una “condición”; expresada con el sím-
bolo de igualdad y no de equivalencia, es una condición que se debe cumplir (pero
no está garantizada) para que lo que se produce sea vendido en su totalidad. Esta
condición es que el PIB sea igual a la suma del consumo y la inversión.
A partir de allí, las siguientes ecuaciones surgen por reemplazo de variables y pa-
sajes de términos (álgebra elemental). En la (6) reemplazamos PIB por Y porque
dijimos que el valor del producto y el ingreso eran equivalentes, el consumo lo reem-
plazamos según la ecuación (1) y la inversión según la (2).
En la (7) lo que hicimos fue pasar el primer término del segundo miembro al pri-
mero, cambiado de signo como corresponde (álgebra elemental) y sacamos factor
común Y, que quedó multiplicado por (1 – c). Finalmente, esta última expresión
que en el primer miembro de (7) multiplicaba, pasó dividiendo al único término
que había quedado en el segundo miembro (Io), con lo cual la ecuación (8) nos dice
que para que la oferta global y la demanda agregada se igualen es necesario que el
producto/ingreso sea igual a la inversión de las empresas dividida por el recíproco
de la propensión a consumir, que en economía se denomina “propensión al ahorro
de las familias”.
¿Cuáles son los conocimientos imprescindibles para poder entender estos de-
sarrollos?
14 Todos consumimos una cierta proporción de nuestro ingreso entre 0 y 100%. En las ecuaciones, la
proporción se expresa no en porcentaje, sino en “tanto por uno” (el 80% de 1 es 0,8); por eso se dice
que el coeficiente c varía entre 0 y 1 y no entre 0 y 100.
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