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GIORGIO NARDONE

ALESSANDRO SALVINI

El diálogo estratégico
Comunicar persuadiendo:
técnicas para conseguir el cambio
ÍNDICE

Introducción 7

Capítulo 1 - El descubrimiento de lo olvidado 9


1. El diálogo, la dialógica y la dialéctica:
El diálogo estratégico Las formas sutiles de la persuasión 9
2. Conocer cambiando: el diálogo estratégico .. 22
Autores: Giorgio Nardone, Alessandro Salvini
Traducción: Jorge Bargalló
Diseño de cubierta: Opalworks Capítulo 2 - La estructura del diálogo estratégico . . . . 45
Corrección técnica: Adela Resurrección
1. Las preguntas con ilusión de alternativas . . . . 45
Composición: David Anglés
2. Las paráfrasis reestructurantes 51
Título original: I1 dialogo strategico 3. Evocar sensaciones 54
© Ponte alle Grazie srl, Milano, 1004
© de la traducción, Jordi Bargalló, 2.006
4. Resumir para redefinir 57
© de esta edición: 2006, RBA Libros, S.A. 5. Prescribir como descubrimiento conjunto . . . 60
Pérez Galdós, 36 - 08012 Barcelona
rba-libros@rba.es / www.rbalibros.com
Capítulo 3 - El diálogo estratégico en acción: 63
Primera edición: abril zoo6 Ejemplos de tecnología mágica 63
Reservados todos los derechos.
Caso I Dismorfofobia 64
Ninguna parte de esta publicación Caso II Depresión de ejecutivo 75
puede ser reproducida, almacenada
Caso III Vomiting 84
o transmitida por ningún medio
sin permiso del editor. Caso IV Ataques de pánico 108

REF.: OALR093 ISBN: 8 4 - 7 8 7 1 - 5 4 7 - 9


DEPÓSITO LEGAL: B. 18077-1006
Capítulo 4 - El diálogo sobre el diálogo 131
Impreso por Novagráfik, S.L., Pol. Ind. Foinvasa,
Vivaldi, 5 - 08110 Monteada i Reixac Bibliografía 143
INTRODUCCIÓN

Este libro representa al mismo tiempo el punto de llegada y el


de partida de un recorrido de investigación, aplicación clínica
y consulta empresarial, realizado a lo largo de más de quince
años en el Centro de Terapia Estratégica de Arezzo, después
de su fundación a cargo de Giorgio Nardone y Paul Watzla-
wick. Este camino se debe al esfuerzo y a la contribución tan-
to de los autores como de muchos otros: colegas, colaborado-
res y estudiosos italianos y extranjeros, y pacientes, a menudo
inconscientes de la ayuda ofrecida durante nuestros diálogos.
«Punto de llegada» porque el diálogo estratégico, o la téc-
nica evolucionada para dirigir un coloquio «terapéutico» ca-
paz de inducir cambios radicales en el interlocutor, representa
la síntesis de todo lo que se ha llevado a cabo anteriormente.
Esta refinada estrategia para obtener el máximo con el míni-
mo se ha llegado a formar a través de una evolución natural
de la anterior formulación de modelos de tratamiento especí-
fico para patologías particulares, compuestos por estratage-
mas terapéuticas y por una secuencia de maniobras construi-
das a propósito para los diferentes tipos de problemas. Ha
sido, precisamente, el éxito de estos protocolos en cuanto a
eficacia y eficiencia terapéutica el que ha llevado a estructurar

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la primera entrevista como una verdadera intervención más
que como una fase preliminar. De este modo, las preguntas
han llegado a ser cada vez más estratégicas, las paráfrasis más CAPÍTULO I
reestructuradoras, el lenguaje más evocador de sensaciones y,
finalmente, las prescripciones se han convertido en la evolu- EL DESCUBRIMIENTO DE LO OLVIDADO 1
ción espontánea del diálogo realizado de forma estratégica,
en lugar de una inducción forzada. De esta forma, conocer
los problemas a través de sus soluciones se ha convertido, de
ser un constructo y método de investigación, en lógica opera-
tiva y estratégica para la primera, y a menudo única, entrevis-
ta de terapia o consulta.
«Punto de partida», en cuanto al perfeccionamiento de la
técnica del diálogo estratégico y su experimentación, con sor-
prendentes efectos ya sea promoviendo cambios, ya sea en «No es necesario violentar la naturaleza,
sus posibles aplicaciones en contextos diferentes, que ha sino persuadirla.»
abierto nuevas y prometedoras perspectivas de investigación EPICURO
y de intervención. Esto, desde nuestro punto de vista, se debe
al hecho de que los cambios inducidos no son el producto de I. El diálogo, la dialógica y la dialéctica: las formas sutiles de
directrices que el «experto» da al «inexperto», sino el fruto de la persuasión
descubrimientos conjuntos tras un diálogo sabiamente estruc-
turado para este fin. «No hay nada nuevo bajo este cielo, sólo lo olvidado.» Las pa-
De este modo se elimina la resistencia natural que todo sis- labras de Santajana sirven para la más actual, y al mismo tiem-
tema humano, individual o no, opone al cambio de su equili- po antigua, forma de comunicación persuasiva: el arte del
brio aunque éste represente sufrimiento o sea incluso patoló- «diálogo».
gico; más bien, mediante el diálogo estratégico esta limitación Éste es el motivo por el que nos es grato iniciar nuestra ex-
se convierte en recurso, porque el terapeuta, como un sabio posición con un breve resumen histórico relativo al uso del
estratega, con sabias maniobras, guía a su interlocutor a ser el diálogo como instrumento de persuasión, tanto en la comuni-
actor protagonista de la escena, de modo que se persuada de cación escrita como en la oral.
lo que él mismo siente y descubre. La utilización con fines estratégicos de esta estratagema re-
La «magia» de esta técnica reside en su rompedora esen- tórica, en efecto, ahonda sus raíces en la historia de la civiliza-
cialidad, o, parafraseando a los primeros Siete Sabios de la
tradición helena, «nada en exceso, sólo lo necesario».
I. Este capítulo ha sido redactado con la colaboración de la doctora Si-
mona De Antoniis.

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ción. Ya el significado etimológico del diálogo, dia-logos, «in- contra-afirmaciones; guiando, en cambio, al interlocutor a
teligencia a dos, intercambio de inteligencias o encuentro de descubrir las alternativas a través de preguntas sabiamente
inteligencias», hace referencia a un acto de comunicación a propuestas. De esta manera, éste se convencía de que las tesis
través del cual se consigue un conocimiento nuevo, se descubre sobre las que al final estaba de acuerdo eran un descubrimien-
conjuntamente algo más de lo que se puede descubrir solo. to suyo, no propuestas o imposiciones.
En sus variadas formas, el diálogo representa el artificio Urdido de esta forma, el diálogo requería capacidades su-
retórico, quizás, más utilizado en la historia del pensamiento gestivas y, en cierto modo «teatrales», y Protágoras, verdadero
humano y de su divulgación. experto, había creado incluso una escenografía con el objetivo
No por casualidad es la forma de exposición que más se de presentarse a sí mismo a quien reclamaba sus «costosos»
repite en las disertaciones científicas, religiosas y filosóficas, servicios. En efecto, cuando éste se presentaba en casa de un
tanto en el mundo occidental como en el oriental. noble, convocado para que impartiera su doctrina, llevaba
Pensemos en el conocido diálogo referido por los primeros consigo a un grupo de seguidores que iban tras él, dispuestos
profetas entre Dios y el Diablo, en el que el Maligno induce a en dos filas. Apenas Protágoras se paraba, las personas que
Dios a que torture a Job, su más devoto creyente, para poner a iban detrás se distribuían a sus lados, como formando los bas-
prueba su verdadera devoción, pero sobre todo consideremos tidores de un teatro, para volver a colocarse detrás cuando
el gran número de pensadores que, dialogando con sus pro- volvía a caminar. En definitiva, todo estaba estudiado, hasta
pios interlocutores, han podido difundir sus ideas y convencer los más mínimos detalles, incluso el lenguaje no verbal y los
de su validez. He aquí por qué, creemos, el diálogo representa efectos escénicos.
un instrumento extraordinario. El lector, por lo tanto, tendrá El diálogo es elevado a técnica retórica, precisamente, por
que perdonar nuestra digresión histórica, no necesariamente los sofistas y, como tal, incluido entre las disciplinas que los
exhaustiva, de ejemplos del uso persuasivo del diálogo. Esto, hombres, miembros del nuevo estado democrático, estudia-
sin duda, no es para defender o atacar ninguna posición ideo- ban para ennoblecerse a sí mismos. De hecho, el saber, según
lógica, sino para poner de manifiesto el formidable poder de Protágoras, consiste en el acervo de conocimientos capaz de
esta estratagema retórica. implicar activamente al mayor número de personas en la so-
El primero en servirse de la eficacia persuasiva del lenguaje ciedad; es un saber práctico más que teórico, que se basa en
fue Protágoras, el exponente principal de los grandes sofistas una síntesis de disposiciones naturales y ejercicio constante.
de la antigua Grecia. Sabio maestro, Protágoras hace uso de la Así, el filósofo se ocupa de la importancia de la palabra, estu-
eristiké téchne, «arte del disputar», con el objetivo de persua- dia la metáfora, el lenguaje, la forma aforística y los métodos
dir al interlocutor de su propia tesis (Abbagnano, 1993; Volpi, de la argumentación a través de lógicas no ordinarias. Según
1991). Un arte fundado en el hacer preguntas más que en el algunos, Protágoras fue alumno de Demócrito, el que por pri-
proponer afirmaciones; preguntas estructuradas sucesivamen- mera vez cree que la materia consiste en pequeñas sustancias
te para hacer evolucionar las respuestas del interlocutor en la infinitas y el primero en hablar de átomos. Por desgracia, de
dirección deseada por el persuasor. El secreto residía en evitar sus escritos casi no ha quedado nada, ya que sus obras, más de
contrastar las convicciones que se querían deconstruir con un centenar, fueron quemadas en la plaza pública de Atenas

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por la acusación de impiedad (Diels-Kranz, 1981). Protágoras para cambiar alguna cosa se necesita conocerla; de la convic-
afirmaba: «El hombre es la medida de todas las cosas» y, res- ción según la cual, a través de procedimientos lógico-raciona-
pecto a los dioses, sostenía que no era posible aceptar «ni que les es posible comprender los fenómenos, explicarlos y, en
existen, ni que no existen» (Diógenes Laercio, IX, 51): una consecuencia, intervenir sobre ellos. Nace la que podríamos
posición sin prejuicios, radicalmente relativista y en oposición definir con Nietzsche «ilusión racionalista».
a cualquier forma de ortodoxia o verdad revelada. Protágoras Sócrates retoma las técnicas retóricas de Protágoras pero
enseñaba y practicaba un relativismo cognoscitivo, no moral, las transforma en algo sustancialmente diferente: Un instru-
sosteniendo que el sabio, con las armas del discurso y de la mento de búsqueda de la verdad, dentro de la experiencia del
elocuencia, dirige al interlocutor hacia lo que es más correcto individuo. La dialéctica ayuda al individuo a conocerse a sí
para él y más útil para su devenir. Su técnica refinada fue ta- mismo y la realidad que lo rodea.
chada como deseo ilícito de indagar de modo fraudulento en En línea con la idea de un arte «mayéutico», más que «re-
los problemas físicos y morales, fuente de escepticismo religio- tórico», Sócrates renuncia a escribir y lo hace como opción,
so e instrumento de manipulación deshonesta mediante los ar- enfatizando de este modo el carácter irrepetible de la búsque-
tificios de la sofística. Ironías de la fortuna, Protágoras y Só- da dialéctica. Al silencio literario de Sócrates hacen eco los es-
crates, a pesar de ser rivales, compartieron la misma condena: critos de su discípulo Platón, casualmente en forma de diálo-
impiedad. go. Una producción vastísima, una fuerza persuasiva que ha
En contraposición al diálogo erístico, que era una pura influenciado la filosofía de los siglos posteriores.
técnica retórica sin ninguna asunción ideológica, sino al con- Aunque se presenta oficialmente como depositario de las
trario, instrumento para convencer al interlocutor de cual- enseñanzas de Sócrates, no duda en sus escritos en ir más allá
quier tesis, como afirmaba el gran sofista Gorgias; Sócrates del patrimonio doctrinal del maestro; escribe en nombre de un
practica la dialéctica, es decir, el diálogo orientado a la bús- saber «abierto»; sin embargo, esta declaración es, en sí misma,
queda de la «verdad», no a la negación de la opinión de la te- un recurso retórico persuasivo. En sus diálogos, 34 en total,
sis adversaria. Su técnica consistía en admitir en vía de hipó- Platón concede la palabra a muchos filósofos importantes, ha-
tesis las afirmaciones del interlocutor y en hacer ver que, de ciéndoles hablar a todos, sí, pero a su manera. La figura de Só-
aquellos presupuestos, se llegaba a consecuencias inacepta- crates es exaltada, él es casi siempre el personaje principal, en
bles; la intención era ayudar al interlocutor a alcanzar, con su polémica con los sofistas, a los que atribuye afirmaciones ex-
misma razón, nuevas verdades. tremas e indignas. También él utilizó el «diálogo retórico» co-
Mientras Protágoras y los sofistas fueron tachados de mis- mo recurso literario persuasivo (Boorstein, 2003). Solamente
tificadores de la palabra, y la importancia de su influencia en en los diálogos más maduros y más ricos presentará y defende-
la filosofía posterior fue subestimada, la huella socrática ha rá explícitamente los hitos de su propio pensamiento. En los
marcado el pensamiento occidental. Todo Occidente señala diálogos juveniles, Platón despeja el terreno de las tesis opues-
a Sócrates como iniciador del método de investigación que se tas a su sistema. En otras palabras, hace que los pensadores
basa en la razón: su famosa afirmación «conócete a ti mis- que le habían precedido, incluidos Protágoras, Gorgias, Sócra-
mo» es el fundamento del racionalismo y de la idea de que tes, sostengan tesis funcionales al desarrollo de su procedi-

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miento dialéctico. Y estas tesis han influido tanto las teorías que es suficiente para hacerse entender; respecto a las perso-
posteriores que han llevado a Whitehead a declarar que «toda nas a quienes se dirige, hay que tenerlo muy en cuenta; res-
la filosofía, en casi veinte siglos, no es más que una serie de no- pecto al tiempo, hay que hablar en el momento oportuno, ni
tas a pie de página de las afirmaciones de Platón». Paradójica- antes, ni después. De otro modo, no se hablará bien y nos di-
mente, podemos afirmar, por tanto, que el primer «gran im- rigiremos hacia el fracaso» (Roncoroni, 1993).
postor del pensamiento escrito» ha condicionado, gracias a su Por lo que parece, para demostrar la verdad, él podía estar
capacidad expositiva basada en el recurso del diálogo, el de- no muy ligado a la verdad.
sarrollo del pensamiento filosófico durante casi veinte siglos. El hecho de que una cosa sea real o sea falsa depende de la
En Menón, Platón formula por primera vez la teoría de la forma que la representa para hacerla verdadera; la eficacia
reminiscencia. En este famoso diálogo, Sócrates, a través de persuasiva de los diálogos platónicos es una de las pruebas
preguntas oportunas, consigue hacer que un esclavo, comple- más desarmantes.
tamente ignorante en geometría, llegue por sí mismo a de- Con su habilidad expositiva, Platón consiguió presentar a
mostrar el teorema de Pitágoras. Esto es posible, sostiene Pla- la humanidad algo suyo como si fuera una verdad universal.
tón, no porque un sabio empleo del lenguaje pueda persuadir La dialéctica platónica es inductiva, avanza de proposición
de cualquier creencia, como sostenían los sofistas, sino por- en proposición, de concepto en concepto hasta la verdad gene-
que el hombre lleva en sí mismo el conocimiento y depende ral, a los principios, a las «ideas», a la Metafísica. Éste es el
del arte mayéutico del filósofo el hecho de «hacer salir» este motivo por el que Platón siempre ha gustado tanto a los reli-
patrimonio. Por lo que el conocimiento vuelve a ser un con- giosos, depositarios de la verdad más absoluta, la de Dios. En
cepto definible de forma absoluta, no es una praxis relativa al efecto, en los diálogos de la madurez se encuentra la primera
hombre como individuo que juzga; ya no es el hombre que aparición, en la historia de la filosofía, de la idea de verdad ab-
mide la verdad, como querían Protágoras y los sofistas, o que soluta. Filosofía y fe se unen. Y, según Platón en La República,
la hace emerger a través de la razón, como indicaba Sócrates; quien no reconoce la verdad ha de ser relegado fuera de la po-
es la verdad metafísica, son las «ideas absolutas» que «mi- lis para ser reeducado, hasta que acepte la verdad, tras lo cual
den» al hombre, que lo definen y que le dan las reglas del pen- podrá ser reintroducido en la ciudad.
sar y del vivir. Es así como Platón traiciona a su maestro y su Bertrand Russell, en uno de sus Estudios impopulares
investigación libre de dogmas, para introducir su propia ideo- (1950), ha llegado a considerar como un auténtico «escánda-
logía absolutista. lo» la admiración que la obra de Platón siempre ha despertado
Y para este fin, para imponer las «ideas absolutas», Platón por parte de los políticos; pero la importancia política de los
incluso no desdeña la retórica sofista, sino que la utiliza. diálogos platónicos es comprensible si se considera su base
«Un discurso claro y perfecto está determinado por cuatro persuasiva. Desde esta perspectiva pueden ser usados como un
cosas: lo que se necesita decir, cuánto se necesita decir, las per- manual de técnicas para el ejercicio de la influencia psicológi-
sonas a las que hay que dirigirse y el tiempo en que se necesita ca. Por esto, Platón puede ser considerado como el maestro de
decirlo. Lo que se necesita decir ha de parecer útil a quien es- la persuasión filosófica mediante la escritura. De hecho, preci-
cucha; cuánto se necesita decir debe ser, ni más ni menos, lo samente gracias al éxito de la obra de Platón, el artificio litera-

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rio del diálogo se convierte en la estratagema retórica de los que quiere llegar con falsedad a la manipulación, o la figura de
grandes historiadores griegos y latinos, Plutarco, Herodoto, Dios, siempre magnánima, los escolásticos proponen dilemas
Luciano (Boorstin, 2001). «insolubles» para llegar a la conclusión de que hay dos posibi-
A continuación, Aristóteles, alumno de Platón, desarrolló lidades: existe el bien y existe el mal, ¿en qué parte quieres es-
la dialéctica basada en la lógica del «verdadero-falso» y del tar? Lo que más sorprende es el juego persuasivo creado por
«tercero excluido». De ahí en adelante la retórica de la persua- los escolásticos y utilizado en muchas de sus disertaciones: la
sión, en la lógica y en la ciencia, quedó relegada a un mero ilusión de alternativas, la alternativa entre bien y mal. Volvien-
procedimiento de explicaciones por «silogismos», o mediante do a encerrar toda la realidad entre las dos posibilidades, bien
procedimientos deductivos rígidamente reductivistas, del tipo: y mal; un diálogo semejante propone implícitamente cual será
«si es blanco, no es negro» o «todos los perros tienen cuatro la elección: el bien. Sin embargo, ya entonces alguien se rebeló
patas; tiene cuatro patas, por tanto es un perro»... ante la «verdad absoluta» y su presentación como conclusión
Sin embargo, en este caso, es realmente ambivalente leer obvia de un sabio racionamiento. Éste, un anónimo herético,
Retórica a Alejandro, porque en este libro —partiendo de la lo hizo utilizando las mismas armas de sus enemigos: un diálo-
más inquisitoria acusación en relación con los sofistas, defini- go paradójico. Lo consiguió en la forma de un dilema en el
dos como mentirosos deshonestos, llevada a cabo en su Con- cual el diablo tiene sujeto a su rival, Dios, con una demanda
futaciones Sofísticas— Aristóteles propone a su príncipe una imposible de satisfacer: «Si eres omnipotente, crea una roca
serie de técnicas de comunicación realmente «sofísticas», co- tan grande que ni tan siquiera tú puedas levantar». Si Dios no
mo por ejemplo: «si quieres persuadir a alguien hazlo a través puede levantar la roca ya no es omnipotente. Sin embargo,
de sus mismos argumentos». más allá de este ejemplo irreverente, los escolásticos produje-
El diálogo, como forma de retórica de la persuasión, no ron una obra persuasiva sin igual: los diálogos con ilusión de
sólo dentro de los textos sino también de las disputas verba- alternativas; además, en torno a sus debates se alentó la Prime-
les, es la base de la búsqueda del conocimiento y de la verdad ra Universidad, la de París, y en la misma senda todas las otras
del movimiento filosófico de la Escolástica, la filosofía cris- universidades en Europa.
tiana del medievo. Santo Tomás de Aquino es quizás el intérprete más brillan-
En las universidades medievales se desarrollaron numero- te de esta escuela. Él desarrolló el arte de la retórica de mane-
sas estrategias retóricas para sostener con éxito las disputas in- ra refinada en la doctrina Escolástica. Prueba de ello es su
telectuales; el diálogo se convierte en el instrumento para lle- formidable Summa Teológica donde, como un funámbulo de
var al hombre a hacer propia la verdad revelada a través de las la argumentación, guía al lector a través de «preguntas que
Sagradas Escrituras. Florece, de este modo, «el diálogo religio- crean las respuestas» en un recorrido dirigido a valorar la te-
so»: en forma oral, en las disputas entre teólogos sobre los sis de la Iglesia católica. No propone dogmas sino «interro-
dogmas de la iglesia, y en forma escrita, en los tratados ecle- gantes», en un diálogo literario directo al lector que crea res-
siásticos. A esto se añade también el género literario del dile- puestas predeterminadas.
ma a resolver: los diálogos insolubilia entre Dios y el demonio. Un ejemplo famoso de la utilización de la lógica con ilusión
A través del diálogo, entre la figura demoníaca siempre mala, de alternativas, explotada por los escolásticos, es lo que hizo

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Blaise Pascal en la argumentación conocida como «la apues- gioso, el ignorante. También en este caso, la técnica retórica
ta». Él afirma que entre creer y no creer en la existencia de Dios condujo al que la utilizó al éxito de sus teorías innovadoras,
y del Más Allá es, de largo, más conveniente creer, porque si el las cuales, de otro modo, habrían permanecido en el olvido.
más allá no existe sólo habrás perdido la apuesta; pero si existe De hecho, Galileo escribió su Dialogo después de que sus te-
y no has creído en ello, habrás perdido la vida eterna. Sólo hay orías habían sido tachadas de heréticas. La cuestión coperni-
cosas que ganar comportándose como creyente, rezando, arro- cana es presentada como una hipótesis matemática sin llegar
dillándose, persignándose con el agua bendita..., porque existe a ninguna conclusión sobre su validez efectiva.
al menos una posibilidad de que Dios exista, por no hablar de También en los siglos siguientes, la mayoría de los grandes
los potenciales beneficios de la fe. A través de argumentaciones científicos presentó su propio trabajo en forma de diálogo
aparentemente racionales, Pascal lleva a la decisión racional de (Boorstin, 2003; Helman, 1998). Los descubrimientos más im-
creer en lo irracional (Elster, 1983; Nardone, 2003). portantes que han cambiado la historia de la humanidad han si-
Tenemos una prueba posterior del hecho de que la «ver- do presentados, desde un punto de vista retórico, como diálo-
dad» deviene tal en virtud de la capacidad de presentarla de gos entre personas imaginarias que discuten sobre un tema, o a
manera aceptable y convincente. He aquí que el tan vitupera- través de un diálogo sutil entre el que escribe y su lector. En am-
do relativismo de los sofistas y su refinada técnica persuasoria bos casos, la explicación de la teoría del autor llega como evolu-
reaparecen constantemente, aunque bajo veladas apariencias, ción inevitable de la argumentación. El mismo Einstein, cuando
en la historia del pensamiento humano y de su divulgación. presenta la teoría de la relatividad, utiliza un estilo dialógico
Paralelamente a la producción medieval del diálogo reli- con el lector, lo que ha originado gran parte de su popularidad.
gioso se desarrolla el «diálogo científico». Por tanto, también En el campo de la psicoterapia, desde sus albores, el diálo-
un campo virtualmente neutro como el de la ciencia ha tenido go ha representado una técnica fundamental no sólo como
necesidad de una retórica de la persuasión para dar a conocer modelo de presentación de las propias argumentaciones, sino
y aceptar las tesis sostenidas por los científicos. sobre todo como técnica de investigación de la psique y del
Un ejemplo para todos es Galileo Galilei, que escribe en comportamiento humano.
lenguaje ordinario el Diálogo sobre los dos máximos siste- «En un origen las palabras eran mágicas» es la famosa afir-
mas del mundo, ptolemaico y copernicano, sin afirmar explí- mación de Freud que destacaba el poder de la palabra y del
citamente cuál de los dos es preferible. Galileo pretende de- diálogo entre el analista y su paciente como instrumento de
mostrar la insostenibilidad de la física aristotélica, la validez conocimiento y de cambio. Con Freud nace el «diálogo psico-
de la cosmología copernicana y la existencia de auténticas analítico», caracterizado por un encuadre particular: el diván,
pruebas físicas —el fenómeno de las mareas, las manchas so- la posición del analista detrás del paciente..., una escenografía
lares y lunares, los satélites de Júpiter— apoyándose en la dirigida a ampliar la potencia de esta particular forma de diá-
teoría de los movimientos de rotación y revolución de la tie- logo. El paciente, acostado, sin ver a su interlocutor —que
rra (explicación que hoy se reconoce como errónea). Para ello permanece sentado a sus espaldas— da la salida a sus propias
utiliza el recurso retórico del diálogo entre tres personas de asociaciones mentales. El comentario del psicoanalista activa
origen cultural completamente diferente: el estudioso, el reli- así otras asociaciones —por decirlo así— «libres», a las que

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seguirán aún otras interpretaciones. Todo, en la estructura- primera formulación del enfoque estratégico a la psicoterapia
ción del diálogo psicoanalítico, está orientado a valorar la teo- (Erickson, 1930) y la sistematización de técnicas de comunica-
ría de Freud sobre el inconsciente y a infundir una doctrina ción sugestiva dentro del diálogo terapéutico. A Rogers (1957)
mediante un recorrido dialógico rígidamente ritualizado. se debe la formulación de un modelo de conversación clínica di-
La oleada psicoanalítica, con su enfoque en el diálogo in- rigida a desarrollar empatia a través de la técnica del «mirro-
terior que brota de la misma teoría, ha dominado incontro- ring» (especularización), es decir, el reflejo de las asunciones del
vertible y, aún hoy, una legión de seguidores la declaran como cliente. Pero hay que esperar a los años cuarenta para asistir a
«verdad» absoluta. una auténtica y verdadera recuperación, dentro de las ciencias
Todo esto ha desplazado la atención de lo observable a lo humanas, de una atención específica a la comunicación y a la
oculto, de la interacción de las personas a sus dinámicas in- técnica del diálogo como instrumento capaz de producir cam-
conscientes, cimentando una especie de tiranía platónica del bios prefijados en las actitudes y en los comportamientos de las
inconsciente, mediante una retórica específica: el diálogo psi- personas. Se debe a Gregory Bateson y a su famoso grupo de in-
coanalítico. vestigadores el primer proyecto de estudio sobre la comunica-
Sin embargo, ya antes de Freud, algunos pensadores consi- ción y sus efectos no sólo semánticos y sintácticos, sino sobre
derados como los fundadores de la psicología moderna, co- todo pragmáticos. Esto significa que, 2.400 años después, nos
mo Bacon, Locke y James, habían resaltado la enorme poten- interesa nuevamente, de forma sistemática y libre de asunciones
cialidad del intercambio comunicativo entre personas en la dogmáticas, que la utilización estratégica del lenguaje puede in-
forma de diálogo, como instrumento de conocimiento y de ducir cambios radicales en la percepción y en la «gestión» de la
cambio de los individuos y de sus opiniones. William James, realidad por parte de las personas. Por primera vez, gracias a las
en particular, enfocando sus investigaciones sobre los proce- filmaciones, diferentes tipos de comunicación se analizan rigu-
sos personales e interpersonales dio inicio a la fecunda escue- rosamente en su estructura y en sus efectos. Las técnicas de la
la de estudios sistemáticos sobre el lenguaje y sobre la interac- sofística, como el uso de antilogías y paradojas, y el recurso a
ción comunicativa, el Pragmatismo. una lógica no lineal y no ordinaria, se estudian y experimentan
George Mead continuó por el mismo camino, analizando sistemáticamente como eficaces instrumento de comunicación.
más específicamente el aspecto de las interacciones simbólicas En particular, se demuestra su idoneidad para afrontar todas
producidas por el diálogo entre personas. Irving Goffman, a aquellas situaciones humanas en las que la lógica racionalista y
continuación, desarrolló esta perspectiva hasta estudiar en el lenguaje de la demostración y de la explicación naufragan,
profundidad las dinámicas de la interacción estratégica o có- como en el caso de las formas graves de trastorno psíquico o de
mo los individuos pueden utilizar conscientemente las técnicas relaciones conflictivas.
dialógicas para conseguir sus objetivos persuasorios. No es casualidad que Bateson estructure una de sus obras
Sin embargo, dos son las figuras que se han opuesto efectiva- más importantes utilizando el diálogo como recurso para im-
mente a la doctrina psicoanalítica: Milton Erickson y Carl Ro- primir en el lector, a través de las preguntas del joven y las res-
gers. El primero es conocido por su estudio empírico y aplicado puestas del sabio, mayor eficacia en los contenidos y a su for-
de la hipnosis y del lenguaje hipnótico. A él se deben también la ma expresiva. El acuña el término «metálogo» para definir su

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técnica particular, una combinación entre sentencias casi inevitabilidad, o bien escoger hacerlo de manera estratégica y
crípticas y explicaciones iluminadoras: estilo expositivo, éste, gestionarlo.
tanto desarmante como fascinante. De esta asunción nace el enfoque estratégico, o la aplica-
De este proyecto nace la llamada Escuela de Palo Alto, o sea, ción a la comunicación interpersonal y terapéutica de las for-
el enfoque del estudio de los seres humanos, de su interacción, mulaciones teóricas y aplicativas, fruto del trabajo del grupo
sana o enferma, pacífica o conflictiva, y de las posibles solucio- de Palo Alto (Watzlawick, Weakland, 1980; Nardone, Watzla-
nes concretas a estos problemas, basado en la pragmática de la wick, 1990; Watzlawick, Nardone, 1997). Más que basarse en
comunicación (Watzlawick, 1969). una teoría de la naturaleza humana para «analizar» el com-
En esta perspectiva, el estudio de las formas de diálogo entre portamiento, el modelo estratégico de terapia se ocupa del mo-
las personas se convierte en el estudio de las terapias psicológi- do en que el hombre percibe y gestiona la realidad propia a tra-
cas de la comunicación para influir en las personas, mediante el vés de la comunicación consigo mismo, los demás y el mundo,
lenguaje, a cambiar su realidad (Watzlawick, Weakland, Fisch, transformándola de disfuncional en funcional, con el fin de
1974). poder «actuar» sobre ella. Los «problemas» del hombre son el
Con la Escuela de Palo Alto se constituye una nueva tradi- producto de la interacción entre individuo y realidad, por lo
ción de estudios interdisciplinarios que, dirigiéndose de nuevo a que remontarse a los orígenes del problema es a menudo una
la antigua tradición de los sofistas, de los cínicos y de los estoi- desviación para hallar las soluciones.
cos, a su «relativismo teórico y pragmatismo operativo» (Salvi- Por este motivo, el trabajo del terapeuta estratégico se enfo-
ni, 1989), propone una metodología para el estudio y para la ca no sobre el «por qué existe» el problema, sino sobre «cómo
intervención sobre los problemas de los seres humanos ligada al funciona» y especialmente sobre «qué hacer» para resolverlo,
constructo de base por el que la comunicación «construye» la guiando a la persona a cambiar no sólo sus propios comporta-
realidad y a la idea, brillantemente expresada por Oscar Wilde, mientos sino también las propias modalidades perceptivas y
de que «el verdadero misterio no es lo invisible, sino aquello de atribución causal. Todo pasa prioritariamente a través del
que se ve». diálogo entre terapeuta y paciente; el primero guía al segundo
a descubrir el modo de resolver sus problemas, haciendo de
manera que perciba perspectivas diferentes respecto a las pa-
2. Conocer cambiando: el diálogo estratégico tógenas.
El constructo operativo fundamental de este enfoque es el
«Ten muy claro lo que has de decir: de «solución intentada» formulado por primera vez por el
Las palabras vendrán.» grupo de investigadores del MRI (Mental Research Institute)
CATÓN de Palo Alto (Watzlawick, Weakland, Fisch, 1974; Weakland
et al., 1974); las soluciones intentadas son las reacciones y
«No se puede no comunicar» es el primer postulado de la comportamientos llevados a cabo por las personas para
Pragmática de la comunicación (Watzlawick, 1967). Por lo afrontar las dificultades en la relación consigo mismas, con
tanto, hay que escoger si hacerlo de modo casual y sufrir esta los demás y con el mundo; reacciones y comportamientos que

22 23
complican más que resuelven, y que terminan por volverse rí- mas de psicoterapia —cognitiva, conductual o psicoanalíti-
gidos en redundantes modelos disfuncionales de interacción ca— intentan realizar el cambio de la consciencia de sus pa-
con la realidad. El comportamiento disfuncional es la reac- cientes, de forma coherente con sus respectivas asunciones
ción que la persona cree mejor para una situación determina- teóricas; esto implica el uso del razonamiento y del lenguaje
da; así «el problema existe precisamente en virtud de lo que indicativo, el lenguaje de la descripción, de la explicación, de
se ha hecho para intentar resolverlo». la comparación, de la interpretación y así sucesivamente.
La solución intentada disfuncional sustituida por una solu- En cambio, desde una perspectiva estratégica, el cambio
ción funcional se convierte en la clave para estudiar las «tram- es, antes que nada, «actuado» y la comunicación terapéutica
pas» —mentales, emotivas, relacionales— en las que incurre el deviene su vehículo; en síntesis, se trata de «hacer las cosas
ser humano y al mismo tiempo sirve para determinar los estí- con las palabras» (John L. Austin, 1987).
mulos estratégicos del cambio, «conocer los problemas a tra- Conminación, sugestión, artificios y estratagemas comu-
vés de su solución» (Nardone, 1993). Como anuncia el impe- nicativas, retórica de la persuasión son, en terapia estratégica,
rativo estético del famoso cibernético Heinz Von Foerster el principal vehículo de cambio, en cuanto envuelven los sis-
(1975): «Si quieres ver aprende a obrar». temas de representación de la persona haciendo de manera
De aquí ha tomado las maniobras, la historia y la evolu- que ésta construya, sin tener consciencia inmediata de ello,
ción del modelo de terapia breve estratégica el Centro de tera- percepciones, acciones y cogniciones alternativas.
pia Strategica (CTS) de Arezzo, que ha desarrollado técnicas Cada sesión es como una partida de ajedrez entre el tera-
terapéuticas cada vez más eficaces y eficientes puestas a punto peuta y el paciente, con sus problemas, un continuo de movi-
en forma de protocolos específicos de tratamiento para for- mientos que tienden a producir efectos específicos. Después
mas particulares de patología: trastornos fóbicos y obsesivos, de cada cambio o resultado obtenido, se procede a una redefi-
trastornos de alimentación, etc. (Nardone, Watzlawick, 1990; nición del cambio mismo y de la situación en evolución. El
Nardone, 1993; Watzlawick, Nardone, 1997; Nardone, Ver- programa terapéutico se desarrolla estrategia tras estrategia
bitz, Milanese, 1999; Nardone, Cagnoní, 2002; Loriedo, Nar- sobre la base de los objetivos acordados y se ha de reorientar
done, Watzlawick, Zeig, 2002; Nardone, 2003), además de según los efectos observados.
formulaciones específicas para aplicaciones particulares, en «Cambiar para conocer» deviene, por lo tanto, el cons-
las organizaciones, en los contextos educativos, en el manage- tructo operativo de la intervención estratégica, porque cam-
ment (Nardone, Fiorenza, 1995; Nardone, Milanese, Mariot- biando las sensaciones y la visión de la persona se la conduce
ti, Fiorenza, 2000; Nardone, Giannotti, Rocchi, 2001; Skorja- a «descubrir» nuevas y resolutivas modalidades de percep-
nec, 2 0 0 0 ) . ción y gestión de los problemas y de las dificultades.
Creemos que al lector ya le habrá parecido claro todo lo Desde la perspectiva de esta lógica y gracias a investigacio-
que esto colisionó con el concepto tradicional de psicotera- nes empíricas y experimentales, hemos llegado a la puesta a
pia, basado en el presupuesto de que para cambiar la actitud punto de formas específicas de terapia para las distintas pato-
problemática de una persona se debe cambiar antes su modo logías, modelos aplicados con éxito, en el transcurso de quin-
de pensar. Sobre la base de este presupuesto, las diversas for- ce años, en miles de casos (Nardone, Watzlawick, 1997). Es-

24 25
tos protocolos se componen de una secuencia de maniobras lación de la búsqueda del problema que hay que resolver. Las
terapéuticas estudiadas ad hoc para las diferentes y particula- preguntas han sido modificadas en su forma interrogativa. Ya
res formas de persistencia patológica, a través de la selección no son abiertas, del tipo: «Cuando usted tiene un ataque de
de estratagemas capaces de producir efectivos, por lo rápido, pánico, ¿qué siente?», sino preguntas cerradas, en una especie
cambios terapéuticos. de ilusión de alternativas: «Cuando usted tiene el ataque de
Desde el inicio de nuestras investigaciones clínicas, la co- pánico, ¿siente miedo a morir o miedo a perder el control?»;
municación y el lenguaje han representado el medio priorita- de esta forma las personas responden con una de las dos res-
rio a través del cual aplicar las estratagemas terapéuticas. puestas planificadas.
En los últimos años, mirando hacia el pasado, hemos con- Obviamente, la pregunta cerrada es posible sólo porque
centrado la mirada en la línea trazada por la evolución de la en los diez años anteriores, estudiando el síndrome del ataque
comunicación terapéutica dentro de nuestro modelo, en sin- de pánico en todas sus formas y conociéndolo a través de sus
tonía con del desarrollo de técnicas cada vez más avanzadas. soluciones, se ha evidenciado que este tipo de patología se
Observando el pasado nos hemos dado cuenta de cuál iba manifiesta con constantes que se repiten. Y esto vale para to-
a ser el futuro. Nos hemos percatado de que el diálogo lleva- dos los tipos de patología.
do a cabo en la primera sesión ha evolucionado con fuerza, Esto no es volver a formular un nuevo modelo diagnósti-
convirtiéndose en la estratagema a través de la cual, desde las co, sino lo contrario, porque en este caso «se conoce cambian-
primeras fases de la entrevista, se volvía al paciente activo do» y no «primero se conoce para después cambiar». El pro-
respecto a las soluciones de su problema. cedimiento diagnóstico se convierte ya en una intervención,
Una vez más, la lógica no ordinaria vino en nuestra ayuda, más bien la intervención más importante; si, en efecto, yo di-
haciendo que nuestro mirar atrás nos permitiera ver hacia de- go a una persona que sufre ataques de pánico: «Cuando usted
lante. A estrategias terapéuticas cada vez más eficaces, efi- tiene el ataque, ¿tiene miedo a perder el control o tiene miedo
cientes y rigurosas, hemos unido, por lo tanto, un diálogo ca- a morir?», y como en la mayoría de los casos del último dece-
da vez más estratégico. nio, la persona me responde: «Tengo miedo a perder el con-
La primera sesión ya no es «diagnóstica» y «preliminar» trol», ya he reducido a la mitad las posibilidades de incerti-
para la intervención, sino que ella misma es una estratagema dumbre.
terapéutica. La búsqueda se ha transformado en intervención. Algo parecido sucedía frente al dilema, ya presentado en
Las preguntas, en vez de limitarse a guiar al terapeuta a la otros libros nuestros, de determinar una casilla imaginada
comprensión del problema por resolver, se han convertido en por el interlocutor en un tablero de ajedrez, a través de tan só-
el vehículo para inducir al paciente a «sentir» las cosas de mo- lo seis preguntas estratégicas, reduciendo las posibilidades de
do diferente y, en consecuencia, a cambiar sus reacciones, des- elección de sesenta y cuatro casillas a dos, se llega a la solu-
cubriendo sus recursos, que estaban bloqueados por las per- ción. Esto ocurre porque cada pregunta estratégica reduce
cepciones anteriores, rígidas y patógenas. significativamente el campo en el cual yo estoy indagando,
El estilo de la conducción de la primera sesión ha sido, abriendo nuevos escenarios de cambio.
pues, completamente modificado, comenzando por la formu- Cójase un tablero de ajedrez que, como el lector sabrá, se

26 27
compone de sesenta y cuatro cuadrados, blancos y negros, en tablero y así hemos llegado a solamente dos posibilidades; fi-
alternancia (figura I). nalmente se preguntará si la casilla seleccionada es la de arriba
El problema es adivinar en cuál de las 64 casillas yo estoy o la de abajo.
pensando en este momento. Encontrar la respuesta parece El resultado será que hemos obtenido la respuesta con só-
más bien complicado. lo seis preguntas, ya que hemos utilizado una estratagema ló-
gica que, a posteriori, parece realmente sencilla (véanse las fi-
guras 2 a 7).

Figura 1

En realidad, basta asumir una perspectiva estratégica, utili- Figura 2


zando pues una lógica no ordinaria de problem solving for-
mulada para el problema y para el objetivo a alcanzar.
Se pregunta al interlocutor si la casilla escogida está en la
mitad derecha o en la mitad izquierda del tablero. Tras esta
respuesta habremos reducido las posibilidades a la mitad. Por
tanto, se continuará preguntando si la casilla está en la mitad
de arriba o en la mitad de debajo de la parte seleccionada, y de
este modo habremos reducido la posibilidad a un cuarto. Se
continuará preguntando si la casilla está en la mitad izquierda
o derecha de la parte que queda del tablero, y así habremos re-
ducido a ocho las posibilidades. Respecto a la parte restante,
preguntaremos después si la casilla seleccionada está en la mi- Figura 3
tad de arriba o en la mitad de abajo, y así hemos llegado a tan
sólo cuatro posibilidades. Se continúa preguntando todavía si
la casilla seleccionada está en la mitad derecha o izquierda del

28 29
Figura 7

Es como un embudo que se estrecha, que guía hasta el conoci-


miento del problema. Un conocimiento al que llegan conjun-
tamente terapeuta y paciente: por esto lo definimos «diálo-
go», un descubrimiento al que se llega en pareja.
Continuando así, la terapia se convierte en un proceso de
«descubrimiento» en el interior del cual paciente y terapeuta,
a través de una serie de preguntas, una serie de respuestas y
una serie de paráfrasis estratégicas, llegan conjuntamente a
conocer el problema en su funcionamiento y a cambiar su
percepción.
Volvamos al ejemplo anterior. Imaginemos que la repuesta
del paciente sea: «Tengo miedo a perder el control».
La segunda pregunta será:
«¿Pero estos momentos en los que tiene miedo a perder el
control suceden en situaciones que usted puede prever o son
absolutamente imprevisibles?»
La persona, la mayoría de las veces, responde:
«Bah... ¡No sé!, aunque si lo pienso bien, solamente en
ciertas situaciones.»
Y entonces se repite:
«¿Y usted puede prever estas situaciones?»
El paciente dice:

31
«Sí, ahora que lo pienso, sí. Por ejemplo, cuando me alejo de descubrimiento. De este modo no se sentirá descalificado,
solo..., o si estoy en medio de la muchedumbre..., o si estoy sino gratificado. No está frente al profesional que le dice «ha-
en un lugar cerrado..., o si estoy en un lugar alto...», según el ga esto, esto otro y aquello» y tampoco frente a alguien que
tipo de fobia. sentencia «tú eres un enfermo de pánico»; se siente compren-
Intentemos analizar ahora lo que hemos obtenido con dos dido y emocionalmente fortalecido, reconocido.
preguntas: ya hemos obtenido un conocimiento real, porque Se construye así una relación positiva que amplía la cola-
ahora sabemos que la persona no tiene miedo a morir sino a boración y la expectativa de la persona respecto a la terapia.
perder el control, y que esto ocurre en situaciones que puede Además, empieza a tener un conocimiento no de las causas
prever. Ésta es la comprensión por parte del terapeuta. El pa- del problema, sino de cómo lo gestiona y cómo el problema
ciente, en cambio, comienza a tener un mapa claro de su pro- funciona.
blema, con coordenadas precisas y empieza a pensar que, en Continuando con las preguntas estratégicas, la tercera
realidad, no tiene miedo a morir —ya lo sabía, pero ahora lo cuestión idónea en este caso es:
ha focalizado— y que esta fobia llega solamente en situacio- «¿Estas situaciones previsibles, usted tiende a evitarlas o a
nes previsibles. afrontarlas?»
Para continuar adelante, en este punto de la sesión, es útil La pregunta sirve para entender si la persona es por ten-
dar un paso atrás que luego nos habrá de permitir, con un sal- dencia alguien que evita el miedo o al que cede tras haberse
to, dar dos hacia delante. Con este objetivo, es importante que enfrentado sin éxito. Las dos respuestas abren escenarios di-
el terapeuta utilice una paráfrasis que confirme que vamos en ferentes y requieren estrategias distintas en la evolución del
la dirección correcta y que ancle la percepción del paciente a la diálogo.
nueva perspectiva respecto al funcionamiento de su trastorno. Imaginemos que la persona responde:
Y entonces decimos: «Evito las situaciones.»
«Corríjame si me equivoco —asumiendo una posición hu- Entonces la siguiente pregunta será:
milde—. Usted me está diciendo que sufre ataques de pánico, «Pero, si justamente no las puede evitar, qué hace: ¿pide
que corresponden al miedo a perder el control y que esto su- ayuda a alguien o las afronta usted solo?»
cede en situaciones que usted puede prever.» Normalmente la persona en este caso responde:
La persona responde: «Pido ayuda.»
«Sí, eso mismo.» Ésta es una pregunta muy importante, porque determina si
Es como si una especie de calle enorme se redujese, elimi- la persona depende de los demás o intenta arreglárselas con
nando los carriles laterales hasta llegar a ser una sola: la del sus propias fuerzas, y esto orienta de modo completamente di-
cambio. ferente la evolución del tratamiento. En el primer caso nos fo-
No estamos solamente procediendo con una lógica que se calizamos más en romper la dependencia y hacer descubrir a
estrecha hacia la solución, estamos también realizando otra la persona los recursos propios, mientras que en el segundo
cosa importante: al decir «corríjame si me equivoco» se hace caso, se busca desactivar la trampa que se autoconstruye. Gra-
sentir al paciente que es él quien guía el proceso del diálogo cias a esta respuesta hemos añadido otra porción de conoci-

33
32
miento estratégico: o la persona evita las situaciones amenaza- «Hablo de ello con todo el mundo.»
doras o pide ayuda para afrontarlas. En este punto se requiere Desde un punto de vista estratégico, el cuadro ya es muy
una nueva paráfrasis de confirmación y redefinición. claro: disponemos de todo lo que nos sirve para empezar la
«Corríjame si me equivoco: así que usted es una persona fase más activa. Podemos comenzar a guiar al paciente hacia
que sufre ataques de pánico, que puede ocurrir en situaciones el cambio indirectamente: nuestro modo de proceder al pre-
que usted puede prever, y usted tiende a evitar estas situacio- guntar ha de ser como lanzar una bola de nieve para que rue-
nes. Si, justamente, no puede evitarlas, necesita un acompa- de hasta convertirse en una avalancha.
ñante listo a intervenir en el caso de que esté mal.» Con este objetivo en mente, se habrá de preguntar:
«¡Así es!», responde el paciente. «Y cuando habla de ello ¿usted está mejor o está peor?»
Permítanos el lector analizar estas cuatro preguntas, las Y el paciente:
respuestas inducidas y las dos paráfrasis, en su secuencia, co- «Estoy mejor porque me descargo.»
mo forma de estrategia terapéutica. Entonces preguntaremos:
Gracias a estas maniobras, disponemos ya de mucho co- «Me ha dicho que cuando habla de ello se siente mejor
nocimiento operativo sobre el funcionamiento del problema; porque se descarga. Pero al cabo de un rato, ¿está mejor o es-
al mismo tiempo, la atención del paciente se focaliza sobre es- tá peor?»
te funcionamiento y sobre cómo él intenta gestionarlo: surge Normalmente la persona te mira y responde:
de forma evidente que las soluciones por él adoptadas son «Ahora que lo pienso, después me siento todavía más frus-
disfuncionales. trado.»
Además, la persona se siente comprendida y tiene la im- Entonces la paráfrasis será:
presión de estar frente a un interlocutor competente, porque «Por lo tanto, si no he entendido mal, usted habla mucho
le hace preguntas muy cruciales. Esto incrementará ya sea su de ello y cuando lo hace está bien porque se siente descarga-
expectativa terapéutica como la relación entre terapeuta y pa- do; pero luego se siente aún más frustrado, porque percibe
ciente: por lo que nos dicen los investigadores (Hubble, Dun- aún más lo fuerte que es su incapacidad.»
can, Miller, 1999) esto representa más del 70% de lo que pro- La persona, atada a la nueva perspectiva, normalmente re-
voca el cambio.
plica:
Si a este dato se añade la apertura de nuevas perspectivas «Sí, así es.»
que hacen percibir como posibles las soluciones, el gradiente Estamos empezando a cambiar su percepción y sus emocio-
terapéutico resulta posteriormente incentivado. nes respecto a las soluciones intentadas: algo que primero pa-
Realizado todo lo descrito, en la situación citada se conti- rece que haga estar bien, acabará por hacer mucho más daño.
núa con otras preguntas estratégicas y paráfrasis reestructu- Se continúa entonces con otra pregunta:
radoras:
«Y cuando usted pide ayuda a alguien para afrontar cual-
«Sobre su problema, ¿usted tiende a hablar mucho de él o quier cosa, y esta persona le ofrece su ayuda, ¿usted está me-
lo guarda todo para sí?»
jor o está peor?»
Imaginemos que la persona diga: La persona, habitualmente, responde:

34 35
«¡Mejor...! Sí, pero después..., estoy peor, porque me sien- pias, en cambio, trabaja sobre el cambio en la comprensión o
to aún más incapaz.» del comportamiento, de las emociones. En realidad, lo que
« Ah, corríj ame si me equivoco. Por lo tanto, cuando usted orienta cada proceso es nuestro sentir, nuestro percibir; todo
pide ayuda y la recibe, en aquel momento está bien porque se lo demás viene después.
siente a salvo, pero luego se siente aún más incapaz, porque Volviendo a nuestro paciente, a través de las preguntas y
recibir ayuda de alguien dispuesto es la confirmación de que de las paráfrasis, él siente de modo diferente y siente que cada
usted solo no es capaz de arreglárselas y esto le hace sentir ca- vez que pide ayuda y la recibe, que cada vez que habla de ello
da vez peor.» y es escuchado, la situación empeora aunque en aquel mo-
La persona replica una vez más: mento se sienta mejor. Esto nos permite pedirle algo que de
«Sí, así es.» otro modo sería imposible pedir y puede aceptarlo porque ha
De nuevo estamos introduciendo un elemento de cambio, comprendido que aquello le ayudará; porque ha sentido y
con preguntas y paráfrasis hemos hecho sentir, en lugar de luego ha comprendido.
entender. Ha pasado por un proceso de «descubrimiento» junto al
Sentir que cuando se habla de ello o se pide ayuda la situa- terapeuta. Un descubrimiento que, sin embargo, ha guiado él,
ción empeora significa que el miedo se convierte de límite en porque es él quien ha dado las respuestas a las preguntas: no
recurso. Aquello que impedía el cambio se convierte en la ha sido obligado, sino inducido. El terapeuta únicamente ha
fuerza propulsora para cambiar. En efecto, el miedo mayor, el confirmado, parafraseándole, sus respuestas y ha construido
de empeorar, inducirá a eliminar el miedo menor, el que lleva el proceso a través de preguntas precisas.
a pedir ayuda. Así se puede guiar al paciente, ya en la primera sesión, a
Desde nuestro punto de vista es realmente importante la di- descubrir nuevas percepciones que determinarán nuevas reac-
ferencia entre «sentir» y «entender». Es una antigua ilusión de ciones en relación con su problema. Haciéndolo así introdu-
los seres humanos pensar que si se entiende algo se podrá cam- cimos una reacción de cambios en cadena. Conocemos cam-
biarlo; esta ilusión es desmentida cada día. Todos hemos expe- biando.
rimentado la frustración de querer dejar a alguien, pero no Alcanzado este punto de la sesión, para reforzar los efec-
conseguirlo. Hemos comprendido que no era la persona co- tos de todo lo conseguido, se realiza una maniobra que tiende
rrecta; queremos romper; sin embargo, sentimos que estamos a que se reconozca la necesidad y lo inevitable del cambio.
demasiado ligados y no podemos hacerlo. ¿Existe prueba me- «Permítame resumir todo lo que hemos dicho y, si me equi-
jor de la diferencia entre sentir y entender? voco en algo, me corrige. Usted es una persona que sufre ata-
En una óptica estratégica, la terapia es hacer sentir de mo- ques de pánico, en situaciones que puede prever y que tiende a
do diferente, no hacer entender de modo diferente. Cambiar evitar. Si no puede evitarlas pide ayuda y habla mucho de ello.
la percepción de las cosas, no cambiar la comprensión, por- Cuando habla, primero se siente mejor, pero luego siente que
que si yo cambio la percepción cambio la reacción emotiva, las cosas van peor, porque si le escuchan quiere decir que hay
cambio la reacción comportamental y, como efecto final, algo en usted que no va. Así como cuando pide ayuda para
cambio la comprensión. La gran mayoría de las psicotera- afrontar alguna cosa que no puede evitar, en aquel momento

36 37
se siente a salvo, pero después se siente aún más incapaz, por- ba Blaise Pascal, uno de los persuasores más grandes de la
que si la otra persona le ha ayudado significa que usted solo historia.
no es capaz.» Por tanto, a través de las maniobras terapéuticas descritas,
La persona confirma: la persona descubre que sus soluciones intentadas son algo
«Sí, así es.» que hace empeorar su estado. En otras palabras, hemos crea-
«Sabe, cuanto hemos dicho hasta aquí me recuerda una do una reestructuración a través de un proceso de descubri-
cosa que dijo un poeta famoso, Fernando Pessoa, que escri- miento realizado mediante un diálogo estratégico, aquello que
bió: 'Llevo encima todas las heridas de las batallas que he evi- mi querido maestro y amigo Paul Watzlawick llamaría «un
tado', y —yo añado— las heridas de las batallas evitadas evento casual planificado», porque para el terapeuta esto está
nunca se curan.» planificado, pero para el paciente es un descubrimiento, y co-
Este aforismo es como una cuchilla al rojo vivo que pene- mo lo descubre él, lo siente como evolución personal y espon-
tra en la persona. tánea. De este modo, la «resistencia al cambio» se elimina, ya
La forma del aforismo, desde nuestro punto de vista, es el que esto no se siente como una imposición exterior sino como
medio más potente de comunicación literaria, porque es evo- una inclinación natural interna, fruto de un descubrimiento
cador de inmediato: hace sentir las cosas, no las explica y no que le ha hecho cambiar de perspectiva.
requiere ningún esfuerzo porque entra él solo dentro de ti. El En este punto, gracias a cuanto ha sucedido durante la se-
paciente en aquel momento, normalmente, tiene las pupilas sión, el paciente estará mucho más dispuesto a aceptar suge-
dilatadas, te mira como un gato frente a los faros de un co- rencias o incluso prescripciones directas para llevar a cabo. De
che. El aforismo permanece dentro de su mente como una este modo, prescribir modos diferentes de comportamiento se
marca de fuego. convierte en una realización conjunta entre terapeuta y pa-
¿Qué hemos hecho hasta aquí? Algunas preguntas, algu- ciente. Las «directrices» se transforman en «colaboración».
nas paráfrasis, un aforismo. A través de este poco, en apa- Ahora el paciente estará mucho más dispuesto a aceptarlas y,
riencia, hemos obtenido realmente mucho, porque hemos in- en este caso, por ejemplo, podemos decir:
troducido un cambio radical en la percepción del paciente. «Muy bien... Yo quisiera que desde ahora hasta cuando
Ahora la persona tiene la percepción clara, sentida, de que al- nos volvamos a ver usted pensara en lo que hemos hablado
gunas cosas que hacía para salvarse del miedo, lo mantienen e conjuntamente: al hecho de que cada vez que usted habla de
incluso hacen que empeore. Es bueno subrayar: no le hemos su problema lo hace empeorar; quisiera que pensara que cada
«explicado» que sus soluciones intentadas hacen empeorar el vez que pide ayuda y la recibe hace empeorar el problema
problema además de mantenerlo, se lo hemos hecho «sentir», aunque en aquel momento esté mejor, así como cada vez que
y ésta es una experiencia emocional correctiva, la visión de evita hacer alguna cosa —como Pessoa— acaba por llevar en-
una realidad nueva a través de un proceso de descubrimiento cima las heridas de las batallas evitadas. Sin embargo, yo no
que el paciente cree que ha conducido en primera persona. puedo pedirle que deje de hacer estas cosas, porque usted no
No ha sido obligado y es sabido que «si una persona se per- es capaz de hacerlo...»
suade ella sola se persuade antes y mejor»: esto ya lo afirma- Ésta es una «estratagema prescriptiva»: primero se evoca

38 39
el temor a hacer alguna cosa, luego se dice «... sin embargo, que en realidad es técnica del desplazamiento del síntoma, lo
tú no eres capaz de no hacerlo...»; una pequeña provocación que en el arte de la estratagema es la primera estratagema:
paradójica, después de haber puesto contra el mismo miedo «Surcar el mar sin que el cielo lo sepa». Al escribir, toda la
un miedo aún mayor, el de empeorar. atención de la persona es desplazada de la escucha a sí misma
«Por lo tanto, yo no puedo pedirle que deje de 'evitar' y a la ejecución de la tarea; de este modo lo que podría parecer
deje de 'pedir ayuda', porque usted no es capaz; sin embar- un concentrarse más en el síntoma, sirve, en realidad, para
go..., piense que cada vez que lo hace, no sólo mantiene el hacerlo decaer.
problema, sino que lo hace empeorar. Puedo pedirle, sin em- Normalmente, las personas vuelven a la segunda sesión
bargo, que evite 'hablar de ello', porque esto es más fácil...» sin haber tenido un ataque de pánico o, si lo han tenido, el he-
Una maniobra comunicativa, ésta, que refuerza el efecto cho de anotar ha servido para interrumpir la escalada; sin
de la reestructuración anterior y que, indirectamente, prescri- embargo, lo más interesante es que, habitualmente, han deja-
be un freno a «socializar» el problema; indicación propuesta do de hablar del problema y de pedir ayuda, por el miedo a
como fácil de realizar frente a las otras dos, declaradas como estar peor. Esto significa, para una persona afectada por ata-
casi imposibles para la persona. El lector notará que también ques de pánico, encontrarse después de mucho tiempo en
ésta es una variante de la técnica de la ilusión de alternativas. condiciones de afrontar por sí misma lo que antes evitaba ha-
Se continúa finalmente dando la única prescripción direc- cer por miedo, descubriendo de este modo recursos que antes
ta que, sin embargo, y como veremos, es una última «estrata- no creía tener. No hay nada que entusiasme más a alguien que
gema terapéutica». ha estado bloqueado por el miedo durante tanto tiempo que
«... le he preparado un sencillo esquema con varias co- descubrir que puede hacer cosas sin miedo y que la realidad
lumnas, que tendrá que copiar en una libreta que llevará que anteriormente le aterrorizaba ahora ya no lo hace, sino al
siempre consigo, un auténtico 'diario de a bordo'. Desde aho- contrario: puede afrontarla tranquilamente.
ra hasta cuando nos volvamos a ver, cada vez que esté mal, La estructura del diálogo estratégico es teóricamente com-
que tenga uno de sus momentos críticos..., en aquel momen- pleja pero, en su realización práctica, es realmente muy senci-
to, esté donde esté, con quien esté, usted saca su libreta y ano- lla; ha de serlo, ya que, de otro modo, no sería eficaz.
ta. Sin embargo, es importante que usted apunte exactamente Gracias a este modo de conducir la primera sesión, en los
en el mismo momento en que le suceda, ni un momento antes últimos cuatro años, la tasa de personas que han reducido a
—porque entonces nos explicaría sus fantasías— ni un mo- cero su trastorno entre la primera y la segunda sesión equiva-
mento después —porque entonces nos contaría sus recuer- le al 69-70% de los casos y esto con respecto a la mayoría de
dos. Necesitamos tener justamente una especie de fotografía formas de psicopatología.
instantánea de su problema. Esto nos servirá para compren- El ejemplo utilizado, en efecto, es sólo una de las muchas
der cómo funciona exactamente y qué estrategias específicas posibilidades de aplicación de esta innovadora técnica. En los
son las indicadas para usted.» últimos años, a través de una laboriosa investigación empíri-
Se le da así al paciente un esquema, el «diario de a bordo»: ca, para cada tipo de patología hemos preparado una serie de
un aparente chequeo diagnóstico de los episodios de pánico, preguntas estratégicas y paráfrasis específicas que permiten

40 41
pre superior a lo que es inamovible. Éste es el principio según
resultados como los expuestos. El diálogo estratégico, sin em-
el cual el control de las cosas se obtiene colaborando con
bargo, no es una entrevista estructurada con rigidez: puede
ellas, la supremacía mediante la adaptabilidad».
ser corregido continuamente, porque cada dos o tres pregun-
tas, a través de las paráfrasis, la persona nos muestra si va-
mos bien o no. Por lo tanto, es un proceso de descubrimiento
autocorrectivo. Se puede corregir el error antes de haberlo co-
metido y haber organizado un problema irreparable, y esto
puede ser de gran ayuda para el paciente, que no corre ries-
gos, y para el terapeuta, que tiene constantemente la medida
de la trayectoria que está siguiendo.
La explicación —y, como decía Wittgenstein: «toda expli-
cación es una hipótesis»— de este instrumento tan potente,
aunque tan sutil y sencillo en apariencia, es que —como su-
giere Saulo Sirigatti, insigne estudioso de Psicología— de esta
forma se trabaja al mismo tiempo sobre muchos niveles. Se
trabaja sobre la percepción del problema del paciente, se tra-
baja sobre su relación emotiva con el terapeuta y sobre sus
( expectativas, incrementando todos los efectos sucesivos, sin
hacer que el paciente se sienta manipulado, porque es él quien
guía, es él quien da las respuestas; al mismo tiempo se cam-
bian sus comportamientos, sus soluciones intentadas.
( Por tanto, se trabaja al mismo tiempo sobre el nivel per-
( ceptivo, sobre el nivel emotivo y sobre el nivel conductual y,
como efecto final, llegará también al cambio de la cognición:
sólo después de que la patología haya sido bloqueada.
En este caso se da la vuelta al procedimiento usual de to-
das las psicoterapias, porque primero se obtiene el cambio y
luego la consciencia, mientras que en la mayoría de las tera-
pias se busca antes la consciencia para obtener el cambio.
Queda claro que ésta es una terapia que le debe mucho al
arte de la estratagema (Nardone, 2003), porque también su
procedimiento es en realidad una estrategia. Por decirlo con
las palabras de Lao Tse: «La flexibilidad triunfa sobre la rigi-
dez, la debilidad sobre la fuerza. Lo que es maleable es siem-

42 43
! CAPÍTULO 2

(
LA ESTRUCTURA DEL DIÁLOGO ESTRATÉGICO

<

«Muchas palabras nunca son indicio


< de mucha sabiduría.»
TALES
<
I. Las preguntas con ilusión de alternativas

«La mayoría de los problemas no deriva de las respuestas que


nos damos sino de las preguntas que nos hacemos.»
Con esta sentencia se podría resumir gran parte de la Críti-
ca de la razón práctica de Emmanuel Kant. O sea, la idea de
que son las preguntas las que crean las respuestas en lugar de
que las hipótesis inducen las preguntas. Desde esta perspecti-
va, Kant y buena parte de la epistemología moderna se han
ocupado de cómo construir correctamente las preguntas a las
que dar respuesta. Basta pensar lo dicho por Einstein: «Son
nuestras teorías las que determinan nuestras observaciones».
Este enfoque racionalista ha evidenciado la importancia
fundamental para el ámbito científico de la interdependencia
entre preguntas y respuestas en la praxis de investigación em-
pírico-experimental y en la formulación de hipótesis someti-
das a verificación, y se ha ocupado muy poco de los efectos

45
sugestivos, evocadores y persuasivos del diálogo. En otras pa- Descartes enseña que cada uno debe hacer sus propios des-
labras, el riguroso análisis científico ha olvidado la retórica, cubrimientos, «porque nadie puede entender algo bien y hacer-
infravalorando el peso que ésta ha ejercido en la historia de la lo propio cuando lo ha aprendido de otro, respecto a cuando lo
ciencia. ha aprendido por sí mismo». Sin embargo, el ejemplo más ex-
Todo gran científico, de hecho, ha necesitado la retórica traordinario del poder persuasivo de hacer preguntas estratégi-
para hacer aceptar sus nuevas teorías y evitar la resistencia al cas en secuencia para llevar al interlocutor a persuadirse de for-
cambio de sus contemporáneos, ligados a posiciones preexis- ma espontánea a través de sus respuestas es, sin duda, la Summa
tentes (Nardone, Domenella, 1993). Theologiae de Tomás de Aquino. En esta obra, el santo dialoga
Ya hemos anotado que el poder de hacer preguntas que ge- con su lector a través de más de cien preguntas, guiándolo de es-
neran respuestas es un arte conocido desde la antigüedad: te modo hasta las respuestas deseadas. Por ejemplo, a la pregun-
Protágoras fue el primero que lo utilizó y la definió como «ar- ta: «¿La sagrada doctrina es una ciencia?» le siguen objeciones,
te erístico». Éste preveía un proceso de preguntas que guia- a su vez seguidas de su propia refutación. Un proceso de diálogo
ban al interlocutor a responder cayendo en contradicción con riguroso que parte de Dios, pasa por el orden de la Creación,
sus asunciones precedentes, llegando de este modo a cambiar- para llegar finalmente al complejo de la doctrina cristiana: pre-
las por su descubrimiento personal. guntas y respuestas que conducen a la respuesta preestablecida
William James afirmaba que el genio no era más que «la como objetivo de la disertación. Al lector, como afirmaría un sa-
capacidad de percibir las cosas desde perspectivas no ordina- bio estratega de la antigua China, se le hace «subir al desván pa-
rias». Como el inventor genial, que se hace preguntas particu- ra después quitarle la escalera».
lares para encontrar nuevas perspectivas y llega a descubri- La extraordinaria fuerza persuasiva de este método reside
mientos innovadores, del mismo modo cada uno de nosotros, en que es aparentemente lo contrario, porque no prescribe, si-
sometido a preguntas particulares respecto a los propios pro- no que sugiere perspectivas nuevas.
blemas, puede llegar a descubrir nuevas maneras de solución. Se trata del paso desde la manipulación directa a la induc-
Respondiendo a preguntas que le inducen a asumir pers- ción indirecta de autoengaños estratégicos. Y si al poder de la
pectivas nuevas, el paciente podrá, como el inventor, descubrir argumentación mediante peguntas se le añade la construcción
soluciones nuevas y eficaces, invisibles hasta aquel momento. de estos autoengaños, utilizando una técnica sugestiva además
Haciéndolo de este modo, se influye suavemente en nues- de persuasiva, el efecto será aún más portentoso. En nuestro
tro interlocutor en vez de intentar forzar sus puntos de vista caso, como el objetivo es llevar al paciente a salir de su trampa
(Loriedo, 2001). mental, las preguntas se convierten, si están bien construidas y
Respondiendo a preguntas estratégicas, es decir interroga- son lo bastante sugestivas, en reales instrumentos terapéuti-
ciones dirigidas a proporcionar alternativas en dirección al cos, en cuanto inducen en la persona, atrapada en sus percep-
i
objetivo persuasivo, el paciente se encamina espontáneamen- ciones patógenas y en sus reacciones patológicas, nuevos mo-
te a terrenos diferentes de los que ya conoce. Descubre, de es- dos de sentir y reaccionar frente a su propia realidad.
ta manera y aparentemente en forma del todo personal, nue- En la terapia, las preguntas estratégicas permiten al pacien-
vas posibilidades de percepción de las cosas que realiza. te sustituir los propios autoengaños disfuncionales por auto-

46 47
engaños funcionales, ya que él transformará, inducido por sus se adaptan, como un traje hecho a medida, a la lógica del in-
propias respuestas, su modo de gestionar y percibir las cosas. terlocutor.
Para hacer aún más eficaz el instrumento terapéutico he- De acuerdo con esta lógica y con las asunciones consiguien-
mos recurrido a una muy conocida técnica de comunicación tes se construyen las preguntas específicas y las alternativas de
sugestiva: la ilusión de alternativas. respuesta, las cuales deben conducir a la crisis de la percepción
Esta técnica, ilustrada por Milton Erickson como eficaz que la persona tiene de las cosas, para después reorientarlo ha-
instrumento de comunicación para inducir las prescripciones cia direcciones más funcionales.
terapéuticas, que se aplica en los casos en que se prevé una El proceso es una especie de «danza» interactiva entre pre-
gran resistencia por parte del paciente a seguir las indicaciones guntas que crean las respuestas y respuestas que permiten
del terapeuta, es una de las formas más elegantes de conmina- construir las siguientes preguntas estratégicas, hasta el punto
ción (Watzlawick, 1980; Nardone, Watzlawick, 1990; Lorie- en que el interlocutor declara haber cambiado su posición
do, 2001). gracias a lo que ha descubierto a través del diálogo.
Sin embargo, en el caso del diálogo estratégico, la ilusión de Sin embargo, es necesario decir que las preguntas con ilu-
alternativas se utiliza no para prescribir acciones, sino para in- sión de alternativas, para ser reales instrumentos terapéuticos
ducir respuestas a las preguntas estratégicas. En otros términos, y vehículos de descubrimiento, han de focalizarse sobre aspec-
la pregunta se estructura con dos posibilidades opuestas de res- tos de percepción y reacción de la persona en relación con su
puesta y el interlocutor podrá «decidir» cuál de las dos se adap- problema. Hay que enfocar sobre la concreta interacción entre
ta a su caso. El arte persuasivo está en el proceder con una serie la persona y la realidad problemática, sobre sus tentativas fra-
de preguntas que, como un embudo, hacen que la persona con- casadas en gestionarla y sobre las visiones que la alimentan.
fluya, a través de sus respuestas, al punto clave respecto a sus Ya Pitágoras, hace más de 2.500 años, advertía:
aserciones precedentes. Todo de tal forma que él llegue a sentir
la exigencia de cambiarlas, gracias a las nuevas percepciones «Recordad que los hombres son ellos mismos artífices de sus
descubiertas dentro del diálogo, y a sustituirlas por las nuevas. propias desgracias.»
Por tanto, las preguntas estratégicas con ilusión de alter-
nativas parten de interrogaciones, primero más generales, Las preguntas, en consecuencia, proponen como alternativas
que después, en un proceso en espiral, se estrechan, sobre la de respuesta, pares de reacciones opuestas al problema, como
base de las respuestas, estructurándose en torno a las particu- por ejemplo:
laridades de las situaciones y poniendo en evidencia los pun-
«¿Usted piensa que su problema es único e irrepetible o
tos críticos potenciales. Como indica Francois Jullien en su
que forma parte de una clase de problemas?»
Tratado de la eficacia, se trata de evocar el potencial de ac-
«Frente a situaciones problemáticas, ¿usted intenta alejar-
ción de la situación a través de la circunstancia construida ad
se de ellas o las afronta directamente?»
hoc para movilizar los recursos.
«¿Usted afronta su problema solo o con la ayuda de al-
Esto significa que ya sea la secuencia, ya sean las pregun- guien?»
tas, no dictan un programa rígido y preestablecido, sino que Las alternativas de respuesta se refieren a las posibles per-

48 49
(
(
cepciones y maneras de combatir el problema de la persona, Éste es el motivo por el que el cambio obtenido no es sola-
ofreciendo así una imagen operativa de cómo cada uno cons- mente un moldeado superficial o intento de control de las re-
truye aquello que después padece. acciones de la persona, sino una alteración radical de sus per-
En otras palabras, el proceso de preguntas estratégicas de- cepciones y atribuciones causales. Con palabras de Marcel
be, con su secuencia en embudo, llevar al interlocutor a que Proust: «El verdadero viaje de descubrimiento no es ver mun-
descubra de qué forma él es artífice de su destino, poniendo en dos nuevos sino cambiar los ojos».
evidencia «cómo» él mismo alimenta su problema con inten-
tos disfuncionales de solución que se basan en percepciones
erróneas. Este proceso de descubrimiento inducido produce en 2. Las paráfrasis reestructurantes
la persona un «salto» real perceptivo (Thom, 1990), puesto
que cortocircuita su círculo vicioso de percepciones y reaccio- «Las mismas palabras en una secuencia distinta darán resulta-
(
nes, evidenciando la disfuncionalidad. dos diferentes.» Esta afirmación de Blaise Pascal nos introdu-
(
Este cambio de perspectiva tiene un impacto emocional ce con una claridad fulminante en el tema de este parágrafo.
( parecido a una iluminación, en el sentido budista del término. La segunda componente del diálogo estratégico es la pará-
Las personas, a menudo, reaccionan con un asombro total frasis reestructurante.
descubriendo que todo lo que habían pensado y hecho hasta Así se designa la maniobra que sigue a una secuencia de
aquel momento para combatir el problema es, precisamente, dos o tres preguntas: se utilizan las respuestas para formular
lo que lo mantiene. Esto representa una real y verdadera «ex- una definición del problema que verifique la correcta com-
periencia emocional correctiva», sobre la base de la cual la prensión.
persona no puede más que cambiar sus anteriores guiones No se propone ninguna valoración ni interpretación, más
mentales y de comportamiento. Las indicaciones para la rea- bien, de forma humilde, se solicita una verificación del propio
lización concreta del cambio encontrarán el camino despeja- proceso de comprensión del funcionamiento del problema.
do de toda resistencia. Como debería parecer claro de todo lo Por ejemplo:
expuesto hasta aquí, la técnica de las preguntas estratégicas «Corríjame si me equivoco: ateniéndonos a todo lo que
con ilusión de alternativas está orientada a desmontar, a tra-
usted ha afirmado, parece que...»
vés de una secuencia en embudo, las modalidades perceptivas
El especialista se quita su capa de experto y pregunta a su
patógenas del paciente y las consecuentes reacciones de com-
interlocutor en busca de ayuda para verificar sus formulacio-
portamiento, guiándole a cambiarlas por otras más elásticas
nes respecto al problema presentado. Haciéndolo así, le da la
y eficaces. Se parte de soluciones que no funcionan y alimen-
vuelta a la usual relación entre el experto y el que pide ayuda.
tan el problema, para llegar a soluciones que funcionan. Esta
El paciente es el que guía la conversación y es el verdadero ex-
sustitución, sin embargo, no se sugiere ni prescribe, sino que
perto del problema, precisamente porque es suyo.
se induce a través de un recorrido de preguntas que guían al
Parafraseando de esta manera las dos o tres respuestas a las
descubrimiento de aquello que resuelve el problema, tras des-
anteriores preguntas estratégicas se da a la persona la sensa-
velar aquello que, en cambio, lo mantiene.
ción de ser respetado y no obligado, y considerado más que

50 51
descalificado, ya que el experto al cual se ha dirigido le pide nalidad de estos últimos. Esta experiencia concreta de descu-
que le confirme la valoración, en vez de proponerle sentencias. brimiento correctivo inducirá a un cambio inevitable en sus
Esto crea un clima de relación colaboradora entre ambos, reacciones respecto a las situaciones problemáticas.
eliminando eventuales resistencias e incomprensiones, y esto La solicitud de confirmación por parte del experto no es
representa ya un componente terapéutico del diálogo. La per- solamente una verificación de la corrección diagnóstica, más
sona se siente no sólo aceptada, sino puesta en la posición de bien es la misma inducción al cambio, cambio de aquello que
primer artífice del proceso de búsqueda del propio problema. de ahora en adelante sentirá como un peligro en lugar de co-
Por otra parte, en el diálogo estratégico, a diferencia de otras mo una ayuda.
formas de búsqueda estructurada, el parafrasear las respues- En efecto, dar una confirmación al terapeuta estratégico
tas a preguntas que han sacado a la luz los intentos fracasa- que indaga es para el paciente como ayudar a un compañero
dos —incluso contraproducentes— en gestionar el problema, de viaje a no equivocar la dirección en el recorrido de conoci-
orienta inevitablemente la atención del interlocutor sobre es- miento. Pero inconscientemente el paciente está también ca-
te círculo vicioso patógeno, colocándole de esta forma en la sándose con la paráfrasis que se le propone y la hace suya
posición de «sentir la exigencia» de cambiar lo que por vez hasta el punto de activar una especie de autopersuasión. Res-
primera resulta que alimenta, más que reduce, su problema. ponder a alguien que nos pide confirmación a sus aserciones
Una vez más Pascal nos ayuda a comprender el proceso de —«Sí..., las cosas funcionan precisamente como usted di-
persuasión: ce. ..»— no sólo confirma a mi interlocutor, sino que también
me persuade a mí mismo de lo correcto de este punto de vista.
Cuando se quiere reprochar con utilidad y mostrar a alguien que Una vez más es como un descubrimiento hecho en primera
se equivoca, es necesario observar de qué lado éste considera el persona, como efecto de mis mismas respuestas que el interlo-
asunto, porque generalmente de aquel lado, éste es correcto, y cutor, aparentemente «no experto», me devuelve reordena-
reconocerle esta verdad, pero revelarle aquel otro lado del cual das con la petición de confirmación. Si, por el contrario, el
es falso. Y él se contentará con esto, pues verá que no se equivo- paciente no manifiesta su acuerdo sobre la paráfrasis que or-
caba y que su defecto era solamente no ver todos los lados de la dena en secuencia reestructurante sus respuestas a las pregun-
cuestión. Ahora bien, no se disgustará uno por no verlo todo, tas con ilusión de alternativas, esto indica que se está fuera
pero no quiere admitir haberse equivocado; y quizás esto derive del camino y que, por lo tanto, hay que corregir el tiro.
del hecho de que naturalmente el hombre no puede verlo todo y Por tanto, parafrasear estratégicamente puede inducir el
de que naturalmente no puede estar equivocado en el lado que él cambio en el interlocutor o inducir a cambiar de dirección en
considera particularmente (Pascal, Pensamientos, 9-93). la indagación. En otras palabras, o es correctivo para el que
pide ayuda, o lo es para el que está intentando ayudar; el cual
De manera sutil, la paráfrasis de las respuestas a las pregun- puede reorientar sus motivaciones, hasta encontrar la apro-
tas estratégicas abre a la persona perspectivas nuevas hasta el bación del interlocutor a sus paráfrasis.
momento incomprensibles para él, porque estaba atrapado En este punto queda clara la interdependencia entre la se-
en sus rígidos guiones perceptivos, y le muestra la disfuncio- cuencia de preguntas con ilusión de alternativas, focalizadas

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en las soluciones intentadas disfuncionales, y la paráfrasis capaz de relacionarse con el mundo exterior, una intensa sen-
que, al pedir aparentemente sólo una confirmación de las sación de cuan disfuncional es esta modalidad, y empuja, más
aserciones, induce a reestructurar la percepción y la reacción que cualquier intento forzado, a querer cambiarla.
respecto al problema. Dialogar estratégicamente significa inducir cambios en el
Todo sucede suavemente, sin ningún forcejeo, en cuanto interlocutor mediante aquello que se le hace sentir; por lo tan-
que el proceso se muestra como un descubrimiento guiado to, el recurso al lenguaje evocativo se convierte en esencial.
por el que pide ayuda y no por el especialista. Todas las figuras retóricas y las formas poéticas pueden ser
Gracias a esto, la resistencia al cambio se elimina, porque utilizadas con este fin. Lo importante es que la formulación
este último no se pide directamente sino que es inducido de comunicativa provoque en el interlocutor el efecto evocador
forma indirecta. planificado y útil para los fines prefijados en el diálogo. En
Como quedará ilustrado a través de ejemplos reales en el otros términos, que se utilice un aforismo o una metáfora, una
capítulo siguiente, las paráfrasis reestructurantes siguen, en anécdota o un ejemplo concreto, una cita poética o una narra-
sucesión, a grupos de preguntas estratégicas, haciendo pasar ción, una argumentación o un contrasentido, es igual, con la
gradualmente la atención del interlocutor del problema y de condición de evocar la sensación que active el efecto emocio-
su persistencia a la solución y a las maniobras que ésta re- nal idóneo para el fin persuasivo.
quiere para llevarse a cabo. Se puede redefinir eficazmente una situación de soledad
Esta espiral en embudo compuesta de preguntas, respues- desesperada, por ejemplo con una imagen: « Usted es como
tas, paráfrasis y confirmaciones produce un gradual, aunque "una cerilla encendida en la oscuridad..."», o bien, utilizan-
rápido, proceso de cambio en la percepción de las cosas en do una cita poética: Como para Saffo de Leopardi: «También
cuestión y conduce a la modificación de las modalidades pre- el agua del mar se aleja cuando usted se acerca a ella...» Am-
cedentes, sin que dicha modificación sea directa o arbitraria- bas formulaciones son capaces de evocar sensaciones fuertes,
mente prescrita. que si se usan estratégicamente se convierten en correctivas.
El arte de utilizar esta técnica reside en orientar sus efectos
en dirección opuesta respecto a las actitudes y comporta-
3. Evocar sensaciones mientos que han de interrumpirse o cambiarse, y de forma
ensalzada respecto a aquellas reacciones que hay que incenti-
«Antes de convencer al intelecto es preciso tocar y predispo- var o incrementar. La evocación de sensaciones no ha de ser
ner el corazón.» Una vez más, el gran persuasor en nombre de un mero ejercicio literario o una exhibición de capacidad
Dios, Blaise Pascal, nos indica la importancia fundamental, analógica, sino un preciso corte retórico que golpee el punto
en un proceso persuasivo, de evocar sensaciones. de apoyo de las emociones del interlocutor para que se pro-
Podríamos definir su estado como el de «una marioneta duzcan las reacciones deseadas.
rota con los ojos girados hacia dentro.» Esta expresión, más Con este fin, la formulación ha de estar en sintonía con el
que cualquier docta explicación, evoca a una persona conti- estilo comunicativo y las características personales de la per-
nuamente atenta a sus propios síntomas físicos y, por ello, in- sona. La estructura retórica escogida no ha de enfrentarse con

54 55
los usuales sistemas de representación de la persona a persua- puede aprender a tocar bien el piano e interpretar un fragmen-
dir, ya que de otro modo se produciría el efecto contrario. Por to; sin embargo, pocos son capaces de estremecer a los espec-
ejemplo, no será eficaz contarle a un intelectual racionalista tadores. Del mismo modo, cualquiera puede aprender la técni-
una historia zen, porque se sentirá tratado como un ignorante, ca del diálogo estratégico y utilizarla discretamente; sin
mientras que probablemente quedará fulminado por un docto embargo, pocos serán capaces de hacer de ella un verdadero
aforismo centroeuropeo. A este respecto, en la bibliografía arte. Pero si se estudia y se ejercita durante el tiempo adecua-
científica sobre el tema hallamos muchos equívocos, y dema- do, se puede aprender a hacer preguntas estratégicas con ilu-
siado a menudo se hace referencia al uso de metáforas dentro sión de alternativas, a parafrasear las respuestas reestructu-
del lenguaje terapéutico sin especificar su utilización estratégi- rándolas y a usar fórmulas para evocar sensaciones. Esto nos
ca y, sobre todo, limitando el poder evocador sólo a la narra- hará capaces de guiar a nuestro interlocutor hacia cambios te-
ción de historias o a la cita de imágenes metafóricas. rapéuticos. Para ser terapeutas eficientes, la excelencia artísti-
La forma de comunicación preestablecida, pues, además de ca no es una cualidad indispensable. De hecho, en la mayoría
adaptarse al interlocutor, ha de ser coherente con el estilo per- de los casos, poseer una buena técnica es cuanto basta para
sonal y relacional de quien la utiliza. Una persona grácil y con obtener óptimos resultados. Finalmente, para saber si se pue-
un hacer humilde que cite una de las sentencias del Arte de la de ser o no artista sólo hay un modo, continuar desarrollando
guerra, no sólo no evoca sensaciones estratégicas, sino que las propias capacidades técnicas buscando continuamente su-
puede parecer ridicula y poco creíble. Evocar sensaciones de perar los propios límites.
forma estratégica es en realidad una técnica refinada y com-
pleja, que requiere, para ser aprendida como competencia, un
ejercicio prolongado de la retórica, del recitado y del arte de la 4. Resumir para redefinir
estratagema. En caso contrario, los efectos de este arma de
persuasión sutil y refinada no sólo serán ineficaces, sino con- «Las ideas se transforman en nosotros, triunfan sobre la resis-
traproducentes. tencia que inicialmente les oponíamos y se nutren de ricas re-
El persuasor estratégico requiere, de hecho, ser capaz de servas intelectuales ya preparadas, que no sabíamos que esta-
seleccionar el recurso retórico más adecuado a la situación y ban destinadas a ellas.» Marcel Proust, en En busca del tiempo
a la persona que hay que cambiar, presentarlo en el momento perdido, nos indica que las ideas evolucionan en nosotros, nos
más idóneo del diálogo y en la forma verbal y no verbal más descubren imágenes olvidadas y recursos inesperados. Este
eficaz. Todo esto requiere una verdadera capacidad de fu- proceso también puede ser inducido, de modo que las ideas se
námbulo de la comunicación. reorganicen en una nueva configuración. El mismo narrador
El diálogo estratégico estructurado en la secuencia de pre- continúa: «El gran talento, más que de elementos intelectuales
guntas, paráfrasis y sentencias evocadoras es como una parti- y de refinamiento social superior al de los demás, proviene de
tura musical, ha de poseer armonía y requiere un intérprete la facultad de transformarlos, de trasladarlos».
capaz de extraer plenamente sus efectos. Diferentes ejecuto- Una vez completada la fase de búsqueda-descubrimiento o
res producen efectos distintos de la misma obra. Cualquiera de inducción de nuevas perspectivas, se ha de continuar resu-

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miendo para enmarcarlo todo. Este resumen —una secuencia ce venir a la mente una máxima de Napoleón Bonaparte:
articulada de las respuestas de la persona— tiende a redefinir «Como tengo mucha prisa, voy muy despacio».
de forma concluyeme los descubrimientos que hemos hecho Volviendo a nuestro resumir para redefinir, nos interesa po-
de forma conjunta respecto al problema presentado, a su per- ner de manifiesto que el hecho de proponer al paciente este
sistencia y, sobre todo, a las soluciones: éstas, sin embargo, marco de conclusión hará que éste se fije en él como represen-
no se declaran directamente, sino que se proponen como con- tación mnemónica de algo ya realizado y no aún por realizar.
secuencia lógica del conocimiento alcanzado. De este modo, Las consecuencias operativas que seguirán serán, de este mo-
el paciente es llevado de forma inevitable a un cambio, como do, vividas como efectos de algo conocido y no de una realidad
efecto de lo que ha sido descubierto y convenido respecto a su amenazadoramente desconocida.
malestar. En efecto, esta maniobra es una especie de hiperpa- Todos nosotros tendemos a reconocer, antes que cono-
ráfrasis que destaca el proceso entero del diálogo estratégico cer; así pues, dar un marco conocido a lo desconocido nos
llevado a cabo, construyendo a su alrededor el marco idóneo. tranquiliza. Mediante esta maniobra se crea una sensación
Efectivamente, así como un buen marco revaloriza el cuadro, tranquilizante de conocimiento respecto al problema y a su
este resumir para redefinir consolida e incrementa todos los percepción, además de aquello que se hace necesario para
efectos inducidos anteriormente, haciéndolos confluir hacia su solución. Este valioso autoengaño convierte el hecho de
el cambio. poner en acción los cambios necesarios verdaderamente más
Enmarcar todo el anterior proceso dialógico, con sus puntos realizables, ya que no sólo elimina la resistencia, sino que in-
cruciales, dentro de una secuencia lógica convenida por ambos crementa las expectativas positivas y el sentido de control de
interlocutores produce un efecto persuasivo formidable. Los es- la persona. Ésta no sentirá tener que aventurarse en lo desco-
tudios psicosociales sobre la influenza personal (Cialdini, 1989) nocido, sino que tendrá la idea de que parte a una aventura
demuestran claramente que una serie de acuerdos mínimos en con precisas y tranquilizantes coordenadas que lo guiarán a la
secuencia conducen a un gran acuerdo final: se trata de «meter meta. Finalmente, la redundancia del resumir, presentada de
el pie en la puerta para después hacerse espacio con todo el manera retórica, produce efectos fuertemente sugestivos que
cuerpo». potencian el efecto de la propia maniobra, ya que al proceso
«Cada cosa lleva a otra, que a su vez conduce a otra..., si terapéutico en curso se le añade también un efecto hipnótico
te concentras en hacer la más pequeña, luego la siguiente y así (Sevillat, Z004).
sucesivamente..., encontrarás que logras hacer las grandes co- A través de esta forma evolucionada de diálogo se puede
sas, habiendo hecho sólo las pequeñas.» trabajar al mismo tiempo sobre cuatro niveles psicológicos
Con estas palabras, John Weakland, uno de los grandes ma- fundamentales: percepción, emoción, comportamiento y cog-
estros de la terapia breve estratégica, guiaba a sus alumnos a nición, mediante una sutil y elaborada forma de dirigir sin
concentrar sus esfuerzos durante la terapia en los pequeños dirigir.
cambios en lugar de en los más grandes, para después, a través De hecho, «¡hay que meterse en la piel de aquellos que de-
de una cadena progresiva de pequeños pero inexorables pasos, ben escucharnos y probar en uno mismo el efecto que hará el gi-
alcanzar con rapidez el objetivo del gran cambio. Todo esto ha- ro que se dé al discurso, para ver si uno está hecho para el otro y

58 59
si se puede estar seguro de que el oyente se verá como obliga- Del mismo modo, sin la puesta a punto de estratagemas tera-
péuticas específicas para el desbloqueo de las distintas formas
do a rendirse!» (Pascal, Pensamientos, 16).
de persistencia de los problemas no habría sido posible cons-
truir las paráfrasis reestructurantes o seleccionar las formas
de lenguaje capaces de evocar las sensaciones de forma estra-
5. Prescribir como descubrimiento conjunto
tégica. La única cosa que hace diferente la fase prescriptiva ac-
«Al final del viaje nos encontraremos en el punto de partida.» tual de la elaborada y practicada en los años anteriores es lo
Con esta imagen poética Thomas Stern Elliot nos proporcio- que se ha realizado antes, durante el diálogo, porque esto pre-
na la idea de que el final de cualquier cosa abre el inicio de dispone al interlocutor a aceptar las consignas que ha de po-
otra. Esto vale también para el diálogo estratégico. ner en práctica. De este modo se elimina el paso drástico de la
Llegados al final de la sesión, tras haber seguido todas las fase de indagación sobre el problema a la de conminación de
fases descritas del diálogo estratégico, no nos queda sino con- las prescripciones. Toda la secuencia del diálogo discurre con
venir lo que hay que realizar para hacer que los cambios de fluidez y llega de manera natural a las indicaciones de lo que
perspectiva, realizados durante el coloquio, se conviertan en ha de hacerse. El armonioso evolucionar del diálogo estratégi-
acciones operativas en la vida real de la persona que ha pedi- co en las prescripciones a realizar convierte a estas últimas no
do ayuda. La fase de las indicaciones prescriptivas representa sólo en aceptables, sino en inevitables. El arte de la terapia, en
un punto fundamental, en cuanto que representa el momento los hechos, no es hacer el cambio esperable, sino convertirlo
en el cual hay que transformar en tareas a realizar todo lo que en inevitable.
se ha descubierto, acordado y redefinido en el diálogo. Ésta es
la fase del diálogo estratégico en la cual no existe una diferen-
cia sustancial con el estilo terapéutico del decenio anterior a
su puesta a punto. La clausura de la entrevista, con las pres-
cripciones que se dan para que se realicen entre una sesión y
otra, parece sin cambios respecto a los conocidos protocolos
terapéuticos presentados en nuestras tesis anteriores. Las
conminaciones específicas, para poner en práctica por parte
del paciente, son las mismas en las distintas patologías y sus
variantes.
No se debe olvidar que sin aquella anterior investigación
sobre las tácticas terapéuticas para las diferentes formas de
trastorno psicológico no habría sido posible estudiar la evo-
lución técnica del diálogo en la primera sesión, porque sin el
estudio de las soluciones intentadas, no habría sido posible
seleccionar las preguntas estratégicas focalizadas sobre ellas.

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CAPÍTULO 3

EL DIÁLOGO ESTRATÉGICO EN ACCIÓN:


EJEMPLOS DE TECNOLOGÍA MÁGICA 2
<

«Una tecnología lo suficientemente evolucionada en sus efec-


tos no es diferente de una magia.» Con estas palabras uno de
los máximos estudiosos del MIT (Massachussets Institute of
Technology), Clarke, nos dice que cuando la técnica llega a
ser muy refinada, sus efectos concretos pueden hacer pensar
en un milagro.
Creemos que éste es también el caso del «diálogo estraté-
gico», cuando es aplicado a importantes y resistentes formas
de patología psicológica. Con el fin de aclarar aún más al lec-
tor la técnica rigurosa que ha sido puesta a punto, presenta-
mos a continuación algunos ejemplos de aplicaciones reales.
Se ha escogido un variopinto abanico de casos —desde
trastornos fóbicos más o menos avanzados a las últimas espe-
cialidades de los trastornos de la alimentación, a problemáti-
cas más corrientes— afrontados por personas heterogéneas
por sexo, cultura, condición, en diversos contextos —de si-
tuaciones públicas y demostrativas a otras más clínicas.

2. Este capítulo ha sido redactado con la colaboración de Simona De


Antoniis.
Los comentarios al margen sobre la comunicación servi- Terapeuta (T): Buenos días, Cinzia.
rán para clarificar la estrategia evolucionada de cambio utili- Paciente (P): Buenos días.
T. ¿Puedo tutearte?
zada, puntualizando cada maniobra específica y la secuencia
P. Cómo no.
procesal del problema a la solución. Definición del
T. Bien, ¿qué es lo que te ha traído hasta mí? problema
El lector podrá, de esta manera, dejarse caer en el interior
P. En realidad, me ha traído hasta aquí mi
del riguroso y al mismo tiempo creativo arte del diálogo es- cirujano, porque yo le he pedido que me
tratégico. haga una intervención en los labios, para
agrandar el labio superior, pero él dice
que, de hecho, no hay necesidad.
Caso I: Dismorfofobia
T. Uhm... ¡Y así que te ha dicho que vinie-
Atraídos por los métodos de la psicoterapia breve, los autores ras a hablar conmigo!
de un conocido programa de televisión sobre medicina y salud P. Sí.
Preguntas
propusieron un experimento de «máxima audiencia»: la fil- T. Ok. ¿Tú ya te has hecho alguna inter- focalizadas en las
vención estética o es la primera vez que soluciones
mación de una sesión de psicoterapia para demostrar al gran intentadas
lo pides?
público cómo resolver en breve tiempo complicados proble-
P. No, ya me he hecho una intervención
mas humanos.
estética: me he aumentado el seno.
La paciente «designada» era un joven de veintitrés años,
T. Ok, ¿y esto ha salido bien o te ha crea-
que sufría un problema particularmente difundido en el am-
do algún problema?
biente del espectáculo: la «dismorfofobia». En la práctica, tras
P. No, ha salido bien.
haberse sometido a una intervención para aumentar el volu- Paráfrasis
T. Por lo tanto, en realidad —corrígeme si reestructurante:
men del seno, la joven se dirige de nuevo a su cirujano plásti-
me equivoco— tú has hecho una inter- resumir
co, esta vez para aumentar el volumen del labio superior. Con redefiniendo
vención para corregir algo estético que
profesionalidad, el especialista rechaza la solicitud y la envía a
no te gustaba, ha funcionado bien, y aho-
otro especialista, idóneo para el nuevo problema.
ra te ha venido el deseo de corregir otra
La dismorfofobia es un fenómeno típicamente posmoder-
cosa que según tú no está como quisie-
no (Nardone, 2003), en cuanto va ligado al creciente desarro-
ras...
llo del sentido estético como fenómeno social y a la evolución
P. ¡Sí, justo!
de la cirugía estética, basado en las posibilidades actuales de
T. Los labios.
poder cambiar también lo aparentemente inmutable: el as- P. Los labios.
pecto exterior. T. Sin embargo, tu cirujano te ha dicho
A continuación exponemos el «diálogo» entre la persona «creo que no hay necesidad, ves a hablar
y el terapeuta.
con...»

65
64
P. Sí. Indagación sobre T. ¡Eh...! Guiar
el modelo hacia el
T. Uhm. Ok, ¿y a ti esto te fastidia, el hecho repetitivo de
P. ... que evidentemente aquel ya no lo mi- descubrimiento
de que él te haya dicho «no hay necesi- soluciones ro, porque ahora lo he resuelto, miro el
dad» o bien te tranquiliza? intentadas otro.
P. N o , digamos que..., solamente me pue- T. Ok. ¿Y piensas que después de haberte Evocar temor
de gustar. Porque, evidentemente, desde arreglado los labios podría haber cual-
su punto de vista, el lado masculino, me quier otra cosa que corregir, o te conten-
ha dicho que no hacía falta. Pero yo pien- tarías?
so en mí y en lo que, de hecho, a mí me P. Eh, ¡no lo sé! Ésta es una pregunta del
gusta. millón de dólares... Justamente, no lo
T. Ok, pero según lo que te gusta a ti, ¿se- Indagación con sé...
preguntas en Escenario más allá
ría necesario o no sería necesario? T. Ok, imagina: arreglas el labio superior,
embudo para del problema
P. Creo que sí. focalizar «cómo se vuelve más bello. Funciona... ¿Podrías
T. ¿Antes de intervenir en el seno, estabas funciona el ver después otro defecto que corregir, se-
problema»
convencida de tenerte que arreglar tam- gún tú?
bién los labios, o esto se te ha ocurrido P. No.
después de haber arreglado el seno? T. ¿Por qué no?
P. Ehm... N o , se me ha ocurrido después P. ¡Porque no!
de haber arreglado el seno. T. ¿Y crees que una cadena progresiva de
Resumir para
T. Por lo tanto, ¿tú has empezado a descu- redefinir intervenciones correctivas con el bisturí
brir el defecto en los labios solamente te mejorarían o te podrían hacer empeo-
después de haber arreglado el defecto rar?
del seno? Preguntas P. A nivel psicológico me hacen estar bien,
P. Correcto, sí. estratégicas: porque estoy en paz conmigo misma. Y lo
dirigir la atención
T. Ok... ¿Esto, qué te hace pensar? sobre el modelo importante para mí es esto: estar bien
P. ¿A mí? A mí, nada... (Ríe) perceptivo conmigo misma y, por lo demás, no im-
disfuncional,
T. ¿Qué te hace pensar el haber encontrado haciéndolo
portada nada...
un defecto solamente después de haber emerger T. Por lo tanto, la cosa más importante para Redefinir para
arreglado uno anterior? provocar lo que es
ti es arreglar los defectos y luego estar
inaceptable
P. Bien, en efecto sí..., la gracia es ésta. bien contigo misma.
(Ríe) P. Cuidado, no. No.
T. ¿Cómo es que antes no lo veías y ahora T. Ah...
lo ves? P. Para mí son importantes una serie de
P. Bien... ¡Esta es una buena pregunta! cosas, una de éstas es estar bien conmi-

66 67
go misma, mirarme al espejo y estar P. Sí.
contenta de cómo soy. Preguntas T. ¿Cuánto se ha corregido él?
T. Ok, pero si intervenir sobre un defecto estratégicas: P. ¡Hasta lo inverosímil! (Ríe)
incidir sobre las
y arreglarlo hace que descubras otro de- T. ¿Recuerdas? Empezó por la piel, luego
soluciones
fecto y lo arreglas..., y luego lo arreglas... intentadas que la nariz, luego la cara...
P. Esto no lo he dicho. Puede ser que me alimentan el P. ¡No exageremos! ¡Hemos cogido un ca- Redefinir para
problema cambiar, pasar de
pare aquí, como puede ser que siga ade- so espectacular! las sensaciones
lante, no se sabe. T. ... ¿dónde llegó? Esto lo comento senci- evocadas
T. ¿Así que puede ser que te pares aquí? llamente para decirte que una buena so- a proponer
nuevas visiones
¿Qué podría hacer que te parases aquí? lución, si se repite, puede transformarse
P. El hecho de no descubrir otros defectos. en un problema.
(Ríe) P. Uhm.
T. Sin embargo, ahora el defecto en los la- T. Uhm... Mi consejo es: empieza a pensar
bios lo ves. que corregir una forma de presunto de-
P. Sí, bien, ¡efectivamente...! fecto puede serte de ayuda, sin duda; sin
T. ¿Tienes presente el juego de las cajas chi- Evocar temor: embargo, también podría transformarse
reestructurar
nas? Abres una caja grande y encuentras a través de en un problema que crea un nuevo pro-
una más pequeña; abres la más pequeña, imágenes blema, que crea un nuevo problema...,
encuentras otra aún más pequeña; abres ¡como el juego de las cajas chinas! Y he La redefinición
se convierte en una
esta más pequeña y encuentras otra aún utilizado la imagen de Michael Jackson indicación
más pequeña... Si empezases a pensar precisamente porque es muy fuerte. acordada en
que después de cada intervención co- conjunto
P. Sí, bien, en efecto...
rrectiva que ha funcionado te vendrán T. Te doy un consejo. Si me lo permites...
ganas de otra, después de una interven- P. ¡Claro!
ción te vendrán ganas de otra, después T. En las próximas semanas diviértete yen- Prescripción
de otra intervención te vendrán ganas de do delante del espejo al menos cinco ve- directa de un
ritual que sature
otra..., sencillamente porque corregir ces al día, cada tres horas durante cinco basta la ruptura
con el bisturí algo que funciona bien po- minutos, con un lápiz y un papel, y di- del modelo
dría hacer que descubrieras un nuevo de- viértete encontrando todos tus defectos.
fecto que arreglar, y un nuevo defecto Evocar Escribe y piensa en cómo deberías co-
que arreglar... En otras palabras, ¡po- sensaciones: rregirlos, escribiendo también esto. Esta
asociar lo
dría ser el correctivo que se convierte en desagradable a lo es una óptima manera de evitar el juego
lo que crea cosas nuevas que corregir...! que se percibe de las cajas chinas, ¿de acuerdo?
¿Tienes presente a Michael Jackson? como agradable
P. Bien.

68 69
Segunda entrevista Periodista (Per): Cinzia... ¿Qué efecto te ha hecho ver otra
vez la conversación que tuviste hace unos días con el pro-
Tras la primera entrevista, el terapeuta y Cinzia se ven una se- fesor Nardone?
gunda vez, directamente en los estudios de televisión. La en- P. Digamos que me ha hecho mucho efecto..., digamos que
trevista transmitida entre terapeuta y paciente no está en ab- me ha hecho recordar un buen momento, porque esta
soluto «preparada», de manera que lo que sucedió se refiere conversación para mí ha sido muy importante.
sin una mínima alteración de la escena. Per. ¿Un buen momento?
El presentador continúa, entrevistando a los protagonistas P. Sí, porque me ha bloqueado, ha bloqueado lo que yo
del caso, tras una breve introducción a modo de resumen de pensaba.
la situación que ha llevado al experimento televisivo... Per. Disculpa... ¿Te ha «bloqueado», o ha «desbloqueado» lo
que pensabas?
(Introducción del periodista) P. N o , ha bloqueado lo que yo pensaba.
Per. Es decir, tu decisión.
Alargar la juventud es una legítima aspiración de todos. Aun- P. Sí, mi decisión. Sí, de rehacerme el labio superior.
que sólo en apariencia, porque no..., pero podría también Per. ¡Ah! ¿Y cómo es eso?
convertirse en una obsesión. Ésta es la historia de Cinzia. P. Lo ha bloqueado, sí. En diez minutos consiguió hacerme
Cinzia tiene veintitrés años, ya se ha hecho una interven- ver por un instante más allá de la apariencia estética..., de
ción de cirugía estética en el seno, pero después de esta inter- lo que yo podía querer o no querer. Así que, por el mo-
vención ha descubierto que tenía «otra cosa» que no le gus- mento, lo he dejado correr todo, porque lo estoy pensan-
ta..., es decir, el labio superior. En este punto ha ido a su do muy bien. Me ha impactado.
cirujano plástico, el mismo que la había operado anteriormen- Per. Escucha... Bien, ¿qué es lo que, en particular, ha desmon-
te —el doctor Siniscalco— que le dice: «Creo que hay que es- tado esta convicción que tenías?
perar. Más bien, sería mejor que fueses a otro profesional, a un P. El hecho de que yo no veía el problema de mi labio supe-
psicoterapeuta, para entender si todo esto es una aspiración rior antes de que me rehiciera el seno. Para mí esto antes
legítima a sentirse mejor contigo misma, o si hay otra cosa de- no era ningún problema en absoluto, sólo después de la
trás». Cinzia va a Giorgio Nardone. operación noté este defecto.
Hemos mostrado, y lo estamos volviendo a ver, el docu- Per. A propósito, ¿has hecho las tareas?
mento de esta psicoterapia breve, de esta primera sesión de P. N o , no las he hecho porque no ha habido necesidad. No
psicoterapia breve, en el curso de la cual el profesor Nardone ha habido necesidad en absoluto.
intenta comprender si hay algo detrás de este deseo de Cinzia Per. ¿Has tomado de repente una decisión tras una sola sesión
de rehacerse también el labio superior. Le da también una pe- de psicoterapia breve?
queña tarea: en los próximos días ves frente al espejo y escri- P. Sí, sí, ¡me ha impactado verdaderamente mucho!
be todas las cosas de ti misma que no te gusten. Per. Profesor Nardone, ¡explíquelo mejor!
T. Bien, hacer un diálogo estratégico como el que han visto

70 71
no es intentar comprender, sino intentar hacer sentir a la hecho muchas intervenciones quirúrgicas, que continúan
persona que viene a nosotros lo que nos presenta, que es teniendo la obsesión de la intervención quirúrgica sobre fe-
un problema, desde una perspectiva diferente. Estimular nómenos estéticos inexistentes, o bien con problemas crea-
una percepción distinta del mismo fenómeno, que le haga dos por las mismas intervenciones quirúrgicas en sucesión,
cambiar completamente la reacción y la cognición. entonces seguramente no basta una sesión. Sin embargo,
Per. ¿Cambiar el punto de vista? es verdad que la intervención terapéutica puede conducirse
T. Sí, cambiar el punto de vista. Y esto a través de una serie de siempre en un número muy limitado de sesiones si se tra-
preguntas, como habrán observado y oído, preguntas par- baja llevando a la persona, a través de las preguntas y de
ticulares que guían a la persona a través sus mismas res- sus respuestas, y de las paráfrasis a sus respuestas, no a
puestas a cambiar su punto de vista. Y las paráfrasis que comprender, sino a sentir de modo diferente.
he hecho para confirmarlo han reforzado sus nuevas sen-
saciones. Para resumir esquemáticamente la técnica del diálogo estraté-
Per. ¡Todo esto en una sola sesión de psicoterapia breve! Es gico aplicado a la dismorfofobia nos parece útil ofrecer un es-
decir, ¿después no ha habido otras? quema secuencial de las maniobras efectuadas.
T. Ninguna otra.
Per. Disculpe, profesor... ¿Qué significa esto, que había un
problema inicial... ?
T. Bien, digamos que seguramente Cinzia ha reaccionado
de la mejor de las maneras. Ha sido muy sensible y cola-
boradora, por tanto, el hecho de haberla guiado a que
sintiera las cosas de modo diferente ha activado en segui-
da lo que tenía que activar; tanto que no ha sentido la ne-
cesidad de hacer la tarea, la prescripción, que era solamen-
te un refuerzo de la sesión. Normalmente, después de una
sesión de este tipo, la mayoría de los pacientes no sigue la
prescripción porque no lo necesita, ya que el cambio ya
ha sucedido en la sesión. Si, en cambio, el impacto en la
sesión no ha sido lo bastante fuerte, entonces la tarea se
realiza.
Ahora, es muy importante pensar cómo ha llegado Cin-
zia a la situación inicial de activación de la duda de necesi-
tar otras intervenciones y, por tanto, la hemos cogido en
un momento en el que seguramente ha sido más fácil hacer
palanca sobre el cambio. Cuando llegan personas que han

72 73
Caso II: Depresión de ejecutivo
Gráfico resumen de la secuencia de este diálogo estratégico

Al término de un seminario sobre la comunicación y el pro-


PROBLEMA
«Según mi cirujano plástico no necesito blem solving estratégico dirigido a ejecutivos, existe el espa-
la intervención» cio imprescindible dedicado a la aplicación de las técnicas y
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de de las lógicas ilustradas, con un voluntario del público dis-
alternativas alternativas
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de
puesto a exponer su propio problema.
alternativas alternativas Con mucho valor, se adelanta una mujer de unos cuarenta
PARÁFRASIS REESTRUCTURANTE
RESUMIR REDEFINIENDO años que presenta una dificultad personal en la vida y en la elec-
Ilusión de
ción profesional. El diálogo asume las características de la in-
PREGUNTA Ilusión de
alternativas alternativas vestigación-intervención; a través de las preguntas estratégicas
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de
alternativas alternativas
se guía a la mujer a que especifique mejor, sobre todo a sí mis-
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de ma, los términos concretos del problema, y de ahí a trazar las
alternativas alternativas
PARÁFRASIS REESTRUCTURANTE conclusiones, que antes eran invisibles para ella ya que estaba
atrapada en su rígida percepción del problema.
na.
GUIAR AL DESCUBRIMIENTO

PREGUNTA: ESCENARIO MÁS ALLÁ DEL


PROBLEMA Terapeuta: ¿Cuál es el objetivo que quieres Definición del
problema
conseguir presentándote como volun-
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de
alternativas alternativas taria?
PARÁFRASIS REESTRUCTURANTE Paciente: Eh..., tener fuerza para tomar la
PROVOCATIVA
decisión de cambiar de trabajo.
PREGUNTA ESTRATÉGICA
T. Uhm, bien. Y..., ¿cuál es el problema que
EVOCAR SENSACIONES A te impide hacerlo: una debilidad perso-
TRAVÉS IMAGEN METAFÓRICA
nal tuya o una condición del ambiente?
EVOCAR SENSACIONES P. Una debilidad personal.
REDEFINIR LAS T. Ok. ¿Y tu debilidad personal está en to-
SENSACIONES EVOCADAS
mar decisiones..., o en el miedo a los
PRESCRIPCIONES COMO efectos de la decisión?
DESCUBRIMIENTO CONJUNTO
DE LO QUE HARÁ CAMBIAR P. En el miedo a los efectos de la decisión.
T. Por tanto..., corrígeme si me equivoco, Tres preguntas
Ritual de la cartilla estética generales
I tú en este momento te encuentras en y paráfrasis
SOLUCIÓN
una encrucijada..., tendrías que tomar de resumen
la decisión de cambiar de trabajo, pero
a causa de tu debilidad personal no lo-

74 75
gras hacerlo porque temes los efectos de P. A los efectos negativos del momento. «Crear de la
nada»
esta decisión. T. Los efectos negativos del momento...,
P. Sí. ¿serían efectos irreparables o podrían
T. Ok. ¿Los efectos de esta decisión se vol- superarse en un tiempo relativamente
verían solamente sobre ti o también so- breve?
bre otras personas? P. Esto no lo sé, superados pero..., quizá no
P. También sobre otras personas. en un tiempo relativamente breve.
T. Bien, ¿y los efectos de esta decisión serían T. Por tanto, si no me equivoco, de otro
inmediatos o a largo plazo? modo corrígeme, tú en este momento
P. Esto no lo sé..., quizás..., quizás inme- temes tomar una decisión que te expon-
diatos. dría a ti o a personas que quieres a efec-
T. Ya... De acuerdo. tos más bien difíciles..., y no tienes cer-
P. Sin embargo..., de todas formas..., bien..., teza ninguna..., que después..., pudieras
efectos no sé si decir positivos o negati- remediar estos efectos en un futuro, ya
vos, pero... sea breve o a largo plazo.
T. ¡Ah! Esto es interesante. P. Sí, no tengo la certeza en breve plazo,
P. Inmediatos negativos los veo, a largo mientras que a largo plazo sí, podría re-
plazo, quizá positivos. mediarlos. Resumir para
T. Por tanto, si no lo he entendido mal..., si Redefinición del redefimr
T. Por lo tanto, si no me equivoco, tú a lar-
problema a través go plazo sabes que seguramente reme-
no corrígeme, tu estas en un impasse..., de paráfrasis diarás los efectos de una decisión que
has de tomar una decisión y esta deci- acarrea efectos negativos de inmediato.
sión tendría efectos importantes que, de P. No estoy tan segura, pero tengo mucha Preguntas
inmediato, serían negativos, pero a largo confianza, mucha... en «embudo»
plazo podrían ser positivos..., sin embar- T. No estás segura pero tienes mucha con-
go, estos efectos negativos a corto plazo fianza. ¿Tu confianza en los efectos po-
no se vuelven solamente sobre ti, sino sitivos a largo plazo..., se basa en el he-
también sobre otras personas. cho de que son proyectos reales..., o en
P. Sí. una expectativa tuya?
T. Y por miedo a estos efectos tú titubeas. P. En el hecho de que son proyectos reales
P. Sí..., digamos que estoy paralizada. y en el hecho de sentir mucha potencia-
T. Bien... Y valorando los efectos de tu de- lidad inexpresada.
cisión, mhm..., ¿estás dando más peso a T. Ok... ¿Y esta potencialidad inexpresa-
los efectos negativos del momento o a los da que sientes, es inexpresada porque tu
posibles efectos positivos a largo plazo?
76 77
actual rol de trabajo te lo impide o por- P. En todos los ámbitos, en mí y en los de-
que tú no consigues expresarla en tu ac- más.
tual rol de trabajo? T. Sin embargo, ¿por dónde ha comen-za-
P. Más de lo segundo... do?
T. ¿Osea? P. Por mí.
P. Porque yo no consigo expresarla. T. Y has producido efectos en los demás, si
T. Por tanto, corrígeme si me equivoco, tú Redefinir a través
no me equivoco.
eres una persona que tiene un problema de paráfrasis P. Ajá. {Asiente)
en decidir si deja un trabajo o no. Dudas T. Ok... ¡Sin embargo, has dicho que ha
mucho porque hay efectos negativos a durado poco! ¿Pero tú después has per-
corto plazo que influirían no sólo en tu severado en estas cosas que funciona-
vida sino también en la de personas que- ban, o después de un tiempo las has de-
ridas; estos efectos negativos podrían ser jado porque eran incómodas?
Reestructuración
sólo a corto plazo, porque a largo plazo P. Las he dejado. circular del
podrías tener realmente otras ocasio- T. Ah... Permíteme que puntualice, de modelo fallido
nes..., y tú estas cosas las sientes, aunque otra forma no lo entiendo..., pero corrí- de soluciones
intentadas
no estás segura..., y sientes que estás blo- geme si me equivoco: si no lo he entendi-
queada en expresar tu potencialidad, pe- do mal, tú has puesto en acción estra-
ro que el bloqueo no deriva de la situa- tegias exitosas donde trabajas..., que te
ción en la que te encuentras sino de tu habrían permitido expresar tu potencia-
incapacidad de expresarte. lidad. Han funcionado, pero después de
P. Ya. (Asiente) un tiempo las has dejado y, obviamente,
T. Corrígeme si me equivoco, ¿podemos Orientar a través han vuelto las situaciones anteriores.
pensar que si tú consigues superar tu del «escenario P. Sí. (Asiente)
más allá del Parafrasear con el
bloqueo personal podrías cambiar la si- problema» T. Permíteme que utilice una imagen un enunciado directo:
tuación en la que estás trabajando sin el «punto de vista
poco extraña: así que tú eres una perso-
del interlocutor»
abandonarla? na que tiene un problema donde traba-
P. Algunas veces lo he intentado y he obte- ja, una frustración en no poder expresar
nido resultados apreciables, pero ha du- Desarrollar su propia potencialidad, tanto que deci-
supuestos hasta
rado poco. sacar conclusiones:
des «me voy»..., pero si me voy, corro Añadir para
T. De acuerdo. Cuando lo has intentado, «hacer subir riesgos más bien grandes para mí y para cambiar
al enemigo al
¿ha cambiado alguna cosa en ti o algu- personas queridas. Además, cuando he
desván y quitarle
na cosa en los demás? la escalera» hecho cambios en mí he conseguido
cambiar la situación de mi entorno...,

78 79
sin embargo, no he conseguido mante- T. ¿Te hicieron traducir las fábulas de Fe-
ner los cambios en mí. dro? Evocar sensaciones:
P. (Asiente) Sí. P. Alguna cosa... (Asiente). «¿vale la pena?»:
T. Ok... Entonces, en este momento, ¿he- reestructuración
T. ¿Recuerdas la zorra y las uvas?
a través de
mos de cambiar la organización o hemos Mostrar la P. (Asiente) los clásicos
de cambiar tus estrategias? encrucijada T. ¿Qué te recuerda?
a quien apunta en
P. Mis estrategias, seguramente. una sola dirección
P. Cuando la zorra no llega a alcanzar las
T. Y en este momento, ¿es indispensable uvas dice que están agrias.
marcharse o es indispensable cambiar T. Ah... ¿Crees que tiene algo que ver con
tus maneras de quedarte? tu situación, o está lejos?
P. (Pausa). En este momento yo siento que P. (Pausa). No, no lo veo así.
es indispensable marcharse. T. Ya, y ¿nunca has pensado que existe una Evocar temor
T. Ok, y... regla particular en la vida?... Sólo se
P. Porque si se repite esto, buscando cam- puede abandonar un campo de batalla
biar en este contexto, evidentemente si cuando se es capaz de permanecer en él;
yo abandono hay..., resistencias por las si se abandona cuando no se es capaz de
que no vale la pena... permanecer en él se trata de una fuga.
T. ¿Pero resistencias por parte de los de- P. (Asiente). Uhm...
más o por tu parte? T. Y toda fuga nos deja heridas que no se
P. Por mi parte, probablemente pienso curan.
que no vale la pena..., invertir demasia- P. (Pausa, asintiendo) Así que vale la pena
do en este tipo de contexto. insistir y volver a encontrar aquella car-
T. Ah, ok..., recuerdas... ga...
P. Así que me canso, lo dejo por este moti- T. Vale la pena llegar a ser capaces de per- Prescribir como
vo. manecer, para después decidir si mar- «descubrimiento
T. Por lo tanto, si no lo he entendido mal, charse o no. Si uno se va cuando se es conjunto»

tú podrías cambiar la situación, incluso Redefinir a través


incapaz de estar, se trata de una fuga.
lo has conseguido, pero el hecho de no de paráfrasis P. De hecho, por eso no me voy, porque he
lograr mantener la estrategia de éxito te comprendido que estaba huyendo.
hace pensar que no vale la pena. T. Ok. Éste es un recurso importante que se
P. Uhm... (Asiente). explota y que va junto a la idea «soy yo La enseñanza
de los «grandes»
T. Ok, ¿has estudiado latín en el colegio? quien debo cambiarme a mí misma para
P. (Asiente) cambiar a los demás». ¿Recuerdas lo que
hemos dicho antes de Gandhi?: «Sé lo

80 81
que tú quieres que el mundo sea». Si quie-
ro cambiar a los demás, debo comenzar Gráfico resumen de la secuencia de este diálogo estratégico

por cambiarme a mí misma, pero mante-


PROBLEMA
niendo la línea. Encontrar mas decisión para el cambio de
P. Sólo que es demasiado cansado, es de- trabajo

cir... Ilusión de PREGUNTA Ilusión de


alternativas alternativas
T. A veces la vida es cansada, sin embargo, Ilusión de PREGUNTA Ilusión de
¿es más cansado quedarse y esforzarse en ilusión de alternativas alternativas
RESUMIR PARA REDEFINIR
ser lo que tú quieres que el mundo sea, alternativas
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de
o... marcharse y padecer todos los efec- alternativas alternativas
tos de la fuga? Ilusión de PREGUNTA Ilusión de
alternativas alternativas
P. No, en efecto, aunque luego de hecho RESUMIR PARA REDEFINIR
pienso que... pienso que la fuga es tam- PREGUNTA Ilusión de
Ilusión de
bién, de alguna forma, un acto de valor, alternativas alternativas
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de
porque... alternativas alternativas
T. Uhm, esto... Permíteme... PARÁFRASIS REESTRUCTURANTE
P. No, pero es verdad. PREGUNTA
T. Y corrígeme si me equivoco, lo has dicho
ESCENARIO MÁS ALLÁ DEL PROBLEMA
tú misma, ¿verdad?... Ésta es la justifi- Ilusión de Ilusión de
alternativas PREGUNTA alternativas
cación que se dan los que no son dignos Ilusión de Ilusión de
ni de una vida ni de una muerte heroica. alternativas PREGUNTA alternativas

¿He de añadir aún alguna cosa o ya has PARÁFRASIS REESTRUCTURANTE


Ilusión de Ilusión de
visto el camino que has de recorrer? PREGUNTA alternativas
alternativas
P. ¡Ay! ¡Sí! Ilusión de Ilusión de
alternativas PREGUNTA alternativas
T. ¡Ay! ¡Sí! Perfecto. Ilusión de Ilusión de
alternativas PREGUNTA alternativas

PARÁFRASIS REESTRUCTURANTE

EVOCAR SENSACIONES
PRESCRIBIR COMO DESCUBRIMIENTO
CONJUNTO DE LO QUE HARÁ CAMBIAR

ILUSIÓN DE ALTERNATIVAS PARA


NEUTRALIZAR LA RESISTENCIA

l
SOLUCIÓN

82 83
Caso III: Vomiting co ». Por todo lo que respecta a..., las
cosas prácticas, sobre esto, o sea...,
A continuación se presenta un ejemplo de intervención con sobre mi duda de la comida..., todo
una especialista de los trastornos de la alimentación. ha permanecido...
Como sucede a menudo, las personas se dirigen al Centro C. Ok. Así que habéis hablado.
de Terapia Estratégica de Arezzo como «último recurso» y des- P. Sí.
pués de que el problema se haya agravado y complicado, debi- C. ¿Este tipo de trabajo que has hecho
do también a intervenciones terapéuticas inadecuadas. con la psicóloga consistía en hablar,
Las trampas conectadas a una relación difícil con la comi- expresarse, o también te ha dado ta-
da son numerosas y nuestra paciente había conseguido caer reas precisas?
en gran parte de ellas; la última es la demoníaca trampa del P. No, hablar y expresarse.
vomiting, el síndrome del comer para vomitar. C. Entendido.
En este caso específico, la terapia fue dirigida «en tándem» Madre Al principio, las tareas eran para no-
por Giorgio Nardone y Simona de Antoniis. Lo que sigue es sotros, como pesarla cada tres días o
un ejemplo óptimo que ilustra la forma en que el diálogo es- cosas así.
tratégico puede funcionar no tan sólo para una persona, sino Padre Me daba las tareas a mí y a ella.
también para la familia. T. ¿Y qué tareas les dio?
M. De no estarle encima con el hecho
Coterapeuta (C): ¿Cuál es el problema que de la comida. De dejarla, cómo se di-
les trae aquí? ce..., bastante «libre», en el senti-
Definición
P. He tomado este libro suyo como del problema do... siempre.
pretexto... P. Yo empecé con la nutrición mecáni-
C. ¿Sí? ca, una nutricionista y una alimen-
P. «Más allá del...» tación mecánica...
C. «Más allá del odio y del amor por T. Más o menos todas empiezan así, ¡no Salir después
la comida». eres original...! (Pausa). Bien, ¿luego para llegar
antes
P. Porque hace muchos años que... que la cosa evolucionó, en el sentido que
sufro de anorexia. Es decir, antes ha- empezaste a limitarte, o a comer y
bía adelgazado un poco, pesaba once vomitar?
Secuencia de
kilos menos que ahora... P. Eh... ¡Sí! preguntas en
T. Uhm. T. «Eh... ¡Sí!»... Escucha... Roberta. «embudo» para
focalizar el modelo
P. Luego fui a psicoterapia. Una psicó- P. Sí.
disfuncional
loga que, he de decirlo, me ha ayuda- T. ¿Tú comes y vomitas usualmente de percepción
todos los días o no siempre? y reacción
do bastante, pero a nivel «psicológi-

84
No, no. Antes era más..., era más..., Fuera de las comidas.
ocurría más a menudo, ahora mu- Por lo tanto, comes regularmen-
cho menos. El problema es que si yo te...
estoy ocupada, yo he de tener cada Sí.
cinco minutos de mi vida ocupados, Controladísima...
no pienso en ello y va bien. Si cinco Controladísima.
minutos de mi vida estoy sentada en Sin embargo, fuera de...
una silla... ¡Es un desastre!
T. Como te relajes..., ¡te viene el rapto! Es un desastre... ¿Las cosas para co- Indagación
focalizada en
P. Sí. mer y vomitar las consigues tú sola o «cómo funciona»
T. Y empiezas a tener la primera fase Redefinir para te las consiguen ellos? el problema:
reestructurar la calidad de
de fantasía... N o . ¡No me las consiguen ellos! O
la comida
P. Sí. sea, lo que encuentro, cualquier cosa,
... después una especie de carga, pe- Técnica de la
T. no es que tenga un... no. No voy...
anticipación
sada.. . hasta que has de acabar sobre no salgo, compro... ¡no!
la comida, a comer, comer, comer..., ¡Ya no hago más postres, más de
y luego..., vomitar. nada...!
P. Sí. Indagación ¡Sí, pero es igual!
focalizada en
T. Ok. Cuando lo haces, ¿lo haces una Es igual... ¿Qué sueles comer?
«cómo funciona»
sola vez este proceso o lo repites? el problema: Cualquier cosa, es decir, no...
P. ¿En un día? la secuencia ¡Lo que encuentras!
temporal
T. Sí. Lo que encuentro, no es que tenga
P. ¿En una jornada? Repetidamente. Paso a paso preferencias. Antes eran más los dul-
redefinición
T. «Repetidamente», Ok. Así que más ces, ahora no...
guiada de los
atracones y vomitadas. descubrimientos Vale, Roberta, ¿te la preparas, en el
P. Sí. Indagación sentido de si cocinas, o te comes lo
focalizada en
T. ¿Son consecutivas o con intervalos «como funciona» que encuentras ya preparado?
de tiempo? el problema: A veces sí, depende... A veces sí...
las modalidades
Consecutivas. O también... depen- ¡Depende de cómo te coge!
Resumir para
de. redefinir Sí.
¿Tus encuentros con esta dimensión Te cocinas la pasta, te haces las co-
suceden habitualmente fuera de las sas...
comidas, con rituales que tú te cons- No cosas muy elaboradas, ¡eh!
truyes, o en las comidas? Basta con llenarse. Tanto que lo que

86 87
gusta es: llenarte y vaciarte... llenar- Evocar Pero si pierdes el control, luego...
te y vaciarte... sensaciones
vomitas.
(Asiente). Si pierdo el control, sí. Lo hago ra-
¿Sí? Bien. (A los padres). ¿Y uste- ra vez, ahora últimamente consigo
des, en este momento, dejan que to- Indagación sobre alguna cosa más...
do vaya como va o intentan inter- las soluciones Ok, Roberta, pero tú has dicho an- Volver a los
intentadas de puntos tocados:
venir de alguna manera? la familia tes que normalmente te construyes
«lineal contra
N o , últimamente ella... O sea, hace tus momentos; por lo tanto, no son circular»
un trabajo... en un centro de llama- precisamente pérdidas de control,
das, ¿no? Y está mucho tiempo fuera son cosas buscadas... Si no me equi-
de casa. Así que... creo que lo hace voco, ¿verdad?
más fuera de casa en la actualidad. Sí, es decir..., ehm... ¡No lo sé! Es
N o , yo nunca lo hago fuera de casa. decir, no... consigo entender si son
Digamos que ahora lo dejamos co- así. Ni siquiera yo sé por qué...
rrer porque no es frecuente... antes Ya. ¿Qué cosa del libro es la que te
eran más... Ahora, o quizás también ha hecho tomar la decisión de venir
ella... intenta estar más pendiente... aquí?
Pero no es tanto la... N o , pero... Es por el tipo de terapia que... es de-
—aparte de esto— no es tanto la co- cir, ¡se hace! El hecho de que, sobre
sa del... Es precisamente no encon- todo, para resolver determinados
trarme a mi aire... o sea, decir «quie- problemas no se necesita mirar las
ro comer esto. ¡Lo hago!» No causas por las que han ocurrido, pe-
encontrarme precisamente a mi aire ro más que otra cosa mirar... es de-
con la comida, ¡para nada! Es decir, cir, lo que hay que hacer, resolverlo
desde que empecé la alimentación al momento, sin...
mecánica parece que todo lo que ten- ¿Te has visto reflejada en alguna de
go que comer es lo que me dan... y las imágenes descritas?
nada más... y nada distinto. Había una chica...
Y si vas más allá de esto, has de co- Entendido.
mer y vomitar. Sí, pero no... Precisamente..., o sea,
Sí. Añadir algo de una... No es que me haya
para cambiar
... has perdido mucho el control. focalizado en una persona sola, he
O no lo hago. Es decir: o no lo hago tomado alguna nota...
precisamente... Ok, bien. Si tuviésemos, en una esca-

88 89
la del 1 al 10, que valorar lo motiva- Desconfiar parte de mí que consigue focalizar- « Enturbiar las
para movilizar aguas para hacer
da que estás para dejarlo, ¿qué pun- y motivar
lo todo de forma lúcida; sin embar- subir los peces
tuación te darías? go, después, al mismo tiempo... a la superficie»
P. ¡Diez! T. ¡Te sale!
T. ¿Estás segura? P. Sí.
P. Sí. T Cuando sale esta dimensión, esta
T. ¡Mira que te pondré aprueba...! dimensión es otra dimensión..., el
P. ¡Son tantos años...! Es decir, fuerza doctor Jeckyll y Mr. Hyde... ¡Y lue-
de voluntad, tengo. He de admitir go está lo demás!
que muchas veces he... no es que ha- P. Además, pienso... por ejemplo, últi-
ya tenido «miedo»; sin embargo... mamente con el hecho de que ha-
no lo sé, es como si..., ¡boh! Es como ce... hace mucho que no vomito. Es
si una parte de mí estuviese frenada, decir, vomito muy raramente, aho-
aunque después la fuerza de volun- ra, justamente porque me esfuerzo
tad es salir, pero siempre hay algo en cada momento del día. Además,
que... Uhm... «un diablo tentador», ellos lo saben. El sábado y el domin-
lo llamo yo... go voy a la playa, de lunes a viernes
Infundir temor
T. Es un demonio... ¡que te trastoca! y evocar trabajo en Roma, vivo en provin-
P. Ah. sensaciones
cias, así que...
con imágenes «Enturbiar las
T. La tentación... metafóricas T ¡Sin embargo, ellos desconfían! Ellos aguas para hacer
P. Sí. han dicho: «Quizá lo hace fuera de subir los peces
a la superficie»
T. Bien. Por esto te digo que dudo de casa»...
tu 10... P. No. En cambio, yo nunca lo hago
P De hecho... No, yo hablo como fuer- fuera de casa.
za..., es decir, como... Porque creo Padre Quizá cuando nos ausentamos...
que tengo una doble personalidad, La dejamos sola en casa...
cuando estoy así. Cuando logro estar P. Yo no lo hago nunca fuera de ca-
lúcida, consigo hablar de mis proble- sa... ¡Nunca!
mas y decir como están las cosas... M. Cuando nos ausentamos, porque
T. ¿Solamente te das dos posibilidades últimamente yo, cuando estoy pre-
de personalidad? sente no me ha parecido haberla...
P. ¡No! Antes me daba cuenta... ¡Puede ser
T. ¿Te reduces a dos? ¿Sólo a dos? que se haya espabilado!
P. No. En el sentido de que hay una T. Y para hacerlo bien hay que hacer-

90 91
lo a escondidas. Es más bonito... Evocar T. Tú has dicho que estás motivada
sensaciones para dejarlo, ¿verdad?
¿Tengo razón?
También la psicoterapeuta me dijo P. Sí.
que si he de hacerlo, he de hacerlo T. Entonces quisiéramos medir cuánto
Estratagema
a escondidas, que ellos no han de lo estás «en verdad» y lo haremos a de la estratagema
verlo. nuestro estilo, dándote indicaciones desvelada
¡Ah!... Bien... ¡Es una manera de precisas, que nos permitirán ver si
perfeccionarse! Ok. ¿Toda la fami- eres una trasgresora «arrepentida» o
lia está aquí o hay otros miembros? una trasgresora «complacida». Te-
Tengo un hermano. nemos que saberlo.
¿Mayor o pequeño? (A los padres). Estas indicaciones se
Ironizar para las daremos sólo a ella, pero para us-
Más pequeño. Tiene veinte años,
yo tengo veintiséis, él veinte. tedes vale una indicación importan-
Bien. ¿Él interviene de alguna for- te y es que desde hoy hasta cuando
ma o se mantiene al margen? nos volvamos a ver cualquier cosa
(Pausa) (Miradas interrogantes en- que ella haga o no haga, ustedes han
tre madre e hija). de observarla sin intervenir...
¿Cómo dice? Padre Ya lo estamos haciendo.
¡Dios mío! Es extraño, eh... ¡Mi her- T. ... como ya están haciendo: « obser-
mano es extraño! var sin intervenir».
Ahora es militar... Está poco, por M. Sin poner caras tristes..., caras ale-
eso. gres...
Bien. T. ... así como tendrán que «evitar ha-
Sin embargo, antes se mantuvo bas- blar del problema». Es todo asunto
tante a distancia. Nunca la compa- suyo.
deció ..., nunca la... Estuvo siempre M. Nunca, nunca hablamos de él. ¡Es
distante. ella quien empieza algunas veces...!
Es una persona una poco cerrada... P. Antes, al principio se había conver-
mi hermano. Así que nunca sabes lo tido un poco en el centro de la...
que piensa, nunca sabes... Quizá su- pero ahora, en cambio...
fra cien veces más que los otros, pe- «Doble vínculo Padre Porque el problema era, sustan-
terapéutico» cialmente, que ella había llegado a
ro siempre se hace ver... fiel al deber.
Sin embargo..., el sufrimiento... un peso peligroso y en aquel mo-
¡Su situación la sufría! mento...

92 93
T. Cierto, cierto... (A la paciente). Pe- método no funciona y no queremos
ro ésta era otra fase, ¿verdad? Esta convertirnos en cómplices de tu pro-
era la fase de abstención. Ahora en blema si no somos capaces de ayu-
esta fase normalmente no existen darte a resolverlo.
riesgos. De acuerdo... Correcto.
P. El problema grande era la fase de Tú has leído que la terapia conti-
peligro y estábamos precisamente núa con indicaciones que se dan,
«a cero»... las prescripciones. Éstas pueden pa-
P. No es algo..., es decir, se pasa así, o recer banales, ilógicas, grotescas...
de la abstinencia... a... N o . . . ¡las he visto!
T. Ah. Escucha... San Agustín —lo Cita de ... han de seguirse al pie de la letra,
los «grandes» ¿de acuerdo? Ahora, antes te he he-
dijo, ¿no?— escribía: «Es más fácil
la abstinencia que la moderación». cho una pregunta, al pedirte una
O la abstinencia, o la pérdida de puntuación entre cero y diez, sobre
control. lo motivada que estarías para de-
R Es verdad. jarlo. Tú has dicho «diez»... ¡ahora
T. Una vía en medio... tendrás que demostrarlo!
R ¡No existe la vía del medio! Ok... (Asintiendo)
T. (A los padres). Bien, si quieren po- Y yo te he dicho también que más
nerse cómodos, después nos despe- bien desconfío porque, al haber co-
dimos. nocido a muchas, muchas, como
tú... —como has dicho— sé bien
M. Bien.
que existe una diferencia...
Padre Gracias
Hay una diferencia, ¡es verdad!
(Los padres salen) Evocar
... entre la voluntad...
T. Una cosa que no está escrita en el li- sensaciones
... y lo que se consigue hacer.
bro —¿ok?— es que aquí hacemos
. . . y una cierta reacción epidérmi-
intervenciones breves, focales. Por
ca, arrebatadora que te viene, ¿uh?
lo tanto, nosotros te daremos so-
Infundir temor Sí, lo sé.
lamente diez sesiones de plazo...
P. Después de las que... (Ríe) Por lo tanto, déjame resumir, si no
T. Si no vemos ningún cambio, te deja- hemos entendido mal. Corrígeme.
mos. En el sentido de que si no con- Tú empezaste hace muchos años
seguimos ver ningún cambio en diez con una fase anoréxica abstinente,
sesiones, quiere decir que nuestro después...

94 95
P. Uhm... Es decir... Yo, después, aho- cones. En el sentido: menos cosas,
ra que han pasado muchos años, menos veces...
lo veo todo con un poco de confu- ¡Ah!
sión... Además, mientras que antes tenía
T. ¡Cierto! justamente «hambre»... ¡ahora ya
P. O sea..., no tengo una visión preci- no lo hago por hambre! No sé por
sa de lo que... Resumir para qué. Quizá porque se ha convertido
T. Bien. Déjame resumir... definir en algo que... es una costumbre,
P Ah, ok. ¡no lo sé! Y... ¡en mi casa!
Evocar
T. Empezaste con la dieta mecánica, Cierto. Se requiere un lugar preciso sensaciones
luego empezaste a restringir, luego para hacerlo bien. ¿No?
empezaste a vomitar. Has descubier- Sí... ¡No lo haría de otra manera!
to que puedes hacer algo tecnológi- Bien, ahora para ver si eres una «El secreto es
camente más evolucionado: comer y complacida o una arrepentida te que no existen
secretos»
vomitar. La cosa gradualmente se ha vamos a dar una tarea algo particu-
convertido en un placer, te ha cogi- lar para que hagas, que te sugiere la
do, cogido, cogido... Últimamente, doctora...
por lo que parece, te esfuerzas, estás La tarea un poco particular es ésta: te Prescripción:
fuera y consigues hacerlo menos, pedimos que comas cuando y cuanto técnica del
intervalo
pero cuando tienes un espacio li- quieras, que te llenes hasta que te
bre... acabas dentro. ¿Tengo razón? sientas justamente saciada. Come...
P Sí. Imagen come... come, hasta que te sientas
T. Por lo tanto, en este momento con- reestructurante llena. En aquel momento... paras.
sigues evitar hacerlo algunas pocas Cuando te sientas realmente bien...
veces sencillamente porque te man- bien... bien que ya no puedes más...
Evocar en aquel momento, te esperas una
tienes como Vittorio Alfieri atado a
sensaciones para
una silla; haciendo cosas no puedes transformar la hora y después vas a vomitar.
hacerlo, pero si tú dispusieses de un percepción de Por lo tanto, te pedimos que continú-
libertad de acción
poco de tiempo... lo harías. en esclavitud
es dándote tus atracones —como
P Lo haría, sí. siempre has hecho, cómo y cuándo
T. Y lo harías exactamente como al te plazca— come hasta sentirte lle-
principio, ¿tengo razón? na... bien... bien... bien... Cuando
P. Últimamente he notado que, res- sientas precisamente que llega el mo-
pecto a antes, disminuyo los atra- mento en que tienes ganas de ir a vo-

96 97
mitar... espera. Un intervalo de una embargo, cada vez que comas para
hora. Después, vas a vomitar... ¿De vomitar, come lo que quieras, ¿ok?
acuerdo? pero... vomita una hora después, ni
P. ¿He de vomitar por fuerza? (Ríe). un minuto antes ni un minuto des-
Porque estoy mal... pués. Y, por favor, en esta hora has
T. Estamos diciendo «puedes no ha- de evitar meter cualquier otra cosa
cerlo». dentro de ti.
P. Cierto. P. Es decir: debo esperar una hora y
T. Sin embargo, sabemos que tú ahora imagen después vomitar.
reestructurante
T. Exacto.
consigues no hacerlo porque te es-
P. ... si siento la necesidad.
fuerzas, ¿ok? Como Ulises atado en
T. ... sin comer ni beber, después.
la nave... se hizo atar para no ceder
P. ¡Ah! No he de hacer nada durante
a la llamada de las sirenas.
P. Porque yo, de todas formas, en el tra- esta hora...
bajo estoy fuera todo el día, así que T. ¡Una hora después! Exacto: esperas
no... ¡ni tan siquiera pienso en ello! y, después de una hora, vas a vomitar.
T. Ok. Así que «puedes no hacerlo» si P. Pero, osea... una cosa... Uno ha de
no te apetece. Pero todas las veces sentir la sensación si está en casa, y
que te vengan ganas de hacerlo, te bueno... Sin embargo, últimamente
decimos: hazlo como te venga en ga- me ha sucedido —de hecho el médi-
na, sin ninguna restricción. Sin em- co me ha dado inyecciones para
bargo, cuando hayas comido... co- que me ponga— no sé si quizás es
mido...comido... Cuando de hecho una consecuencia del hecho de que,
llegues a descubrir que quisieras co- a lo mejor, yo no me desahogo de
rrer a vomitar... «esa» forma y debo encontrar otra
P. He de esperar una hora. manera de desahogarme... Tengo
T. Mira el reloj, espera una hora. Ni como... ataques de pánico: que es-
un minuto después, ni un minuto toy mal, se me baja la presión, sien-
antes. A la hora exacta corres a vo- to que me falta el aire, la cabeza me
Evitación del
mitar. ¿Te ha quedado claro? da vueltas... desvío del foco
P. ¡Cuando tenga necesitar de vomi- T. ¿Son ataques de pánico o es algo de la terapia
tar, si no quiero no debo hacerlo! que tiene que ver con tu estado físi-
T. Cierto. No es obligatorio. Te deja- co, según tú? ¿O ambas cosas?
mos libre de organizarte la vida. Sin P. Es decir..., el médico que me visitó
98 99
me dijo que es algo..., es el cansan- tumbres nos construyen a nosotros.
cio, el estrés, los nervios..., son los Se trata de darle la vuelta a esto.
nervios... Te digo que escojas una cosa peque-
T. Ah... ¡Ok! Ok, ¿te ha dado medica- ña que pudiera gustarte y descubras
mentos? si te gusta o no. Sin embargo, una
P. ... el Samir... pequeña al día..., ¿de acuerdo?
T. Ok... Ok.
P. Me ha dado el Samir que, he de ser Por lo tanto, te hemos dado dos ta-
sincera, me ha ido bien. reas, ¿entendido?
T. Bien... Es un reconstituyente, así
que lo creo... Bien, ¿recuerdas las
prescripciones?
P. Sí. He de comer —incluso me atra-
co otra vez— esperar una hora y
después vomitar.
T. Uhm. Y otra pequeña cosa..., ésta
quizás hará que te sientas un poqui-
to más en riesgo, ¿ok? Quisiera que
tú incluyeras cada día en tu rutina
de alimentación una pequeñísima,
agradable, trasgresión.
P. (Pausa) Eh, pero la trasgresión para
mí..., de hecho yo, esta cosa..., yo...,
pero a mí la..., es decir yo..., a ver si
me aclaro: «¿Qué es lo que me gus-
ta..., que un día como...?» Pero mi
transgredir..., lo que yo puedo co-
mer..., es decir, ¡no consigo escoger,
existe precisamente una dificultad
Prescribir como
en la elección! descubrimiento
T. Lo creo, porque te has acostumbra- conjunto
do tanto que ahora todo es mecáni-
co. Pero sabes, nosotros construimos
nuestras costumbres y luego las cos-

101
100
Después de un mes, en el Centro de Terapia Estratégica de
Arezzo, se desarrolla la cuarta sesión con la paciente, de la
Gráfico resumen de la secuencia de este diálogo estratégico
cual presentamos la transcripción.
PROBLEMA En este lapso de tiempo la paciente ha sido seguida por la
«Como y vomito»
coterapeuta, un mes durante el cual explica se ha visto «li-
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de bre» del vómito, consiguiendo también estar en casa sin caer
alternativas alternativas
REDEFINIR PARA REESTRUCTURAR nunca en la tentación de comer y vomitar.
I
Ilusión de
Ilusión de PREGUNTA
alternativas alternativas Terapeuta: Infórmame de la situación. Ob-
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de
alternativas
viamente tengo algo de información de
alternativas
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de ella, pero quiero tenerla de ti.
alternativas alternativas
RESUMIR PARA REDEFINIR Paciente: ¡Bien! O sea..., por mí va bien,
I I
I Ilusión de
¡porque no he vuelto a vomitar!
Ilusión de PREGUNTA
alternativas alternativas T. ¿No has vuelto a vomitar?
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de
alternativas
P. No.
alternativas
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de T. ¡Uau!
alternativas alternativas
I EVOCAR SENSACIONES P. He estado en casa... Es decir, tenía un
I instante..., era un poco..., bien, de todos
Ilusión de PREGUNTA Ilusión de
alternativas alternativas modos continuaba, en casa me agitaba...
PREGUNTA
DOBLE VINCULO
Sin embargo, conseguía controlarme con
tranquilidad. No tenía esta cosa. Digo:
PRESCRIPCIONES FAMILIARES
«No». Conseguía controlarme...
RESUMIR PARA REDEFINIR T. ¡Uau!, ¿cómo se explica todo esto?
PRESCRIBIR P. ¡No lo sé! (Ríe). No sé qué me ha... Ade-
COMO DESCUBRIMIENTO CONJUNTO DE
LO QUE HARÁ CAMBIAR
más he notado que consigo comer con
Intervalo de una hora entre comer y vomitar más tranquilidad.
y
una pequeña trasgresión alimentaria T. ¿Sí?
P. Sí. Es decir, fui a una boda también, co-
l
SOLUCIÓN mí —se lo he dicho también a la docto-
ra— o sea, no me siento muy..., aunque
después me miro al espejo, quizás siento
que he engordado..., pero se me pasa, es
decir, intento que se me pase. Es mucho
más fácil que antes.

102 103
T. Bien. ¿Cómo han reaccionado a este P. Sí, tengo más tiempo.
cambio las personas de tu entorno? ¿Se T. Bien. ¿Has intentado comer solamente
han dado cuenta, antes que nada, o no? aquello que más te gusta}
P. Sí, pero hacen como si no hubiera pasado P. He comido cosas que antes nunca hu-
nada... Es decir, no le dan importancia al biera comido: un cruasán de crema...,
asunto. También porque en casa, de to- una pizza recalentada con jamón y mo-
dos modos, yo estoy siempre igual, no es zarella...
que... T. ¡Oh!... ¿Sin tener la tentación de ir a vo-
T. ¿Y esto, qué cambia en tu vida? mitar?
P. Estoy más segura. Ya no estoy... ¡He P. Fui a una boda... Me comí un trozo y
adquirido seguridad! medio de pastel... ¡No! ¡No!
T. Por lo tanto, ¿podemos decir que ya no T. ¿Pero en este caso te retuviste o..., jus-
te sientes aquella que pierde el control tamente no tenías ganas?
con poco? P. No. Es decir... En aquel momento dije:
P. ¡Sí! Es decir, no, no. ¡Consigo contro- «Ahora voy a la boda, seguramente a la
larme mucho más! hora de cenar tendré un montón de pro-
T. Ok. Sin embargo, ¿tú no has vuelto a vo- blemas. ..» Era la boda de mi mejor ami-
mitar y..., has disminuido la comida, o te ga. En cambio, me senté, empecé a co-
has concedido las cosas como dijimos? mer y... ¡Fue bien! No hice caso. Pareció
P. Sí, me las he concedido y..., sobre todo en casi... ¡Natural!
el desayuno —se lo he dicho a la docto- T. Uhm... Bien. Escucha... Así pues, en es-
ra—, en la cena... En la comida, un poco te momento esta especie de demonio-
menos porque no..., tengo poco tiempo amante secreto...
para comer, no puedo comer con tranqui- P. Desaparecido.
lidad. T. ... ¿lo hemos encerrado en la mazmorra
T. Por lo tanto, no puedes saborear cosas de tu castillo?
buenas. P. Sí. Aunque luego tengo momentos...,
P. No, porque a las dos, dos y media, aca- pero consigo controlarlos. Si antes no
bo por un lado y empiezo por el otro... conseguía controlarlos, ahora sí.
T. Haces unos buenos saltos... T. Por lo tanto, en este caso, si tuviésemos
P. Sí, no tengo..., no tengo tiempo preci- que dar una valoración en una escala
samente de..., en cambio, para desayu- del cero al diez, cero cuando nos cono-
nar y para cenar, que estoy en casa... cimos —hace poco tiempo— y diez
T. Entonces te cuidas. cuando puedas decir: «He resuelto mis

104 105
problemas». ¿Qué puntuación te darías mente lo que te gusta más», de la mane-
hoy? ra que más te gusta.
P. No he resuelto mis problemas al cien por Éste es el modo de concederte un placer y,
cien, no. Sin embargo, por lo que he con- por esto, poder renunciar al resto. Cuan-
seguido hacer en un mes..., un siete me lo do no te lo concedías, el resto era irrenun-
daría... ciable... ¿De acuerdo?
T. ¿Siete? Muy bien. También yo estoy de P (Asiente)
acuerdo contigo, diría que... T. Ahora hemos de pasar de siete a diez, pe-
P. ¡Nunca me lo hubiera esperado! ro con calma, sin prisa. Lo más impor-
T. ¿De verdad? tante era interrumpir este círculo vicioso.
P. Uhm, uhm..., nunca. No..., precisamen- Ahora estos tres puntos, de siete a diez,
te..., para mí era... Además, he hecho hemos de hacerlos más lentamente. ¿Ok?
un cambio justamente a nivel..., he lle- Bien.
gado a ser diferente.
T. «Eres diferente»... ¿Qué significa?
P. Pues que puedes hablar del sufrimiento,
cuando no lo vives.
T. ¿Por qué te sientes distanciada?
P. Sí.
T. Ok.
P. Por tanto, hablas de ello..., y luego con-
sigues verlo todo de forma distinta...,
eres más...
T. Bien.
P. ... te gusta lo que haces..., mientras que
antes quizás... Te miras al espejo..., te
gusta un poquito respecto a antes... Prescripción
final
T. Ok.
P. Todo diferente.
T. Bien. Bien, Roberta..., yo añado solamen-
te una cosa, luego será la doctora que
añadirá las otras cosas en vuestras citas
sucesivas. Lo importante es que tú conti-
núes cultivando el placer de comer «sola-
106 107

(
nueva interacción de pareja llevarán al paciente a reconstruir
Caso IV: Ataques de pánico
sus capacidades personales, sociales y profesionales, hasta
El caso que vamos a presentar es un caso de terapia evolucio- ahora bloqueadas por el problema; la autonomía respecto a:
nada dirigido por Giorgio Nardone y Simona de Antoniis, en toda la organización familiar y, sobre todo, la exclusiva con-
el Centro de Terapia Estratégica de Arezzo. fianza en sí mismo para construir su propio equilibrio y su
Hemos escogido precisamente este caso —entre los cente- propia seguridad.
nares y centenares de casos de pánico resueltos con éxito en
nuestro instituto— porque es un caso clínico al mismo tiem- Coterapeuta: ¿Cuál es el problema que le
po ejemplar y original. «Ejemplar» porque el protocolo espe- trae aquí?
cífico de tratamiento del pánico despliega su eficacia; «origi- Paciente: ¡Soy yo el problema! Desde hace
nal» porque el recorrido terapéutico requirió una adaptación trece años sufro ataques de pánico,
específica, o la implicación de la pareja, en lugar de solamen- éste es el problema, que ha evolucio-
te la de la persona. nado en varias..., en varios... tipos
Se presenta a la sesión, acompañado por su mujer, un de ataques... Es decir, durante un
tiempo he tenido miedo de..., otras
hombre de cerca de cuarenta años, padre de dos niñas. Desde
cosas, durante un tiempo tenía mie-
hace trece años el hombre sufre ataques de pánico y de agora-
do de algo distinto, pero el resultado
fobia; lleva una vida completamente condicionada y limitada
siempre es éste: ataques de pánico.
por su problema. Con el intento de escuchar el propio cuer-
Huir del sitio donde estás..., los clá-
po, el paciente, con la idea de reducir las sensaciones amena- Definición
sicos ataques de pánico.
zadoras, propicia la activación de la escalada de pánico. La del problema
T. ¡Ah, ah! Bien, pero... ¿Puede em-
indagación sobre las «soluciones intentadas» nos dice que el
paciente, desde hace trece años hasta la actualidad, afronta el pezar?
problema gracias a la ayuda de su mujer y gracias a la planifi- C. ¿Concretamente qué le ocurre?
cación de una vida totalmente limitada y protegida. En este P. Concretamente me ocurre que me
Técnica de
caso, pues, ataques de pánico y agorafobia persisten sobre la viene una fuerte agitación. la anticipación
base de una enraizada evitación y de una total solicitud de T. Ah.
ayuda, soluciones intentadas a través de las cuales, cada vez, P. Una fuerte agitación...
este hombre se confirma a sí mismo su propia incapacidad. C. ¿Taquicardia, sudoración... ? «El sabio se
P. Sí... En efecto, últimamente, por finge estúpido»
Una vez más, el problema se complica precisamente en virtud
de aquello que se hace para intentar resolverlo. ejemplo, la cabeza la siento lige-
Desde la primera sesión, nos focalizaremos, sobre todo, en ra..., esto y...
la ruptura de la dependencia, con el fin de inducir a la perso- T. ¿Qué quiere decir con «la cabeza li-
na a que descubra sus propios recursos. gera»?
La ruptura de las soluciones intentadas de la familia y la P. Qué quiere decir...

109
108
T. ¿ Cómo si volase la cabeza ? T. Pongamos un ejemplo.
P. Como si... P. Un ejemplo..., un ejemplo... (Mira
T. ¿Se separa del cuerpo y vuela? a su mujer).
P. ¡No! T. Por ejemplo en el trabajo.
T. ¡Ah! Secuencia de P. En el trabajo. Tenemos una autoes-
P. Sin embargo..., como si volara, co- preguntas «en cuela. Por la mañana hay que ir a
embudo» para hacer prácticas, al registro...
mo si tuviese un aturdimiento.
focalizar el modelo
T. Ah, ok. de percepción T. Sí.
P. Y tengo miedo de este aturdimiento y reacción P. Últimamente no consigo hacer es-
y, cómo diría... tas cosas porque me viene una fuer-
Mujer ... ¡que pueda suceder algo más! te agitación.
T. Ok, ok. Pero el miedo es que suce- T. En este caso..., en este caso, si no me
da algo y morirse de golpe, sentirse equivoco, ¿es el miedo a exponerse?
mal, o... P. Sí.
P. Sí, ¡precisamente que me pueda T. ¿A relacionarse? ¿O es el miedo a
morir! estar en una oficina cerrada? ¿Cuál
T. ... o el miedo es a perder el control y es el miedo?
volverse loco, ¿Cuál es el miedo en P. Miedo..., ¡a que me pueda encon-
el momento en que tiene los ata- trar mal!
ques de pánico? T. Pero en este caso lo que le asusta es
P. No, más que volverme loco es miedo la relación con las personas o tener Secuencia
a que pueda tener algo, que pueda... que estar allí, esperando, sin poder de preguntas
T. Morir. irse... ¿Qué es? 'a embudo' para
focalizar las
P. Morir. P. ¡Quizás ambas cosas! soluciones
T. Ok, muy bien. Bien, y..., en estas fa- T. Y, como tendencia, las cosas que le intentadas
disfuncionales
ses en las que entra en este túnel... asustan, las situaciones que le asus-
P. Sí... tan, ¿las evita o las afronta?
T. Antes de tener el ataque, ¿vale? ¿Son M. ¡Las está evitando!
habitualmente situaciones que se P. Últimamente las estoy evitando, pe-
pueden prever o puede suceder en ro he de decir esto: cada vez que las
cualquier parte, en situaciones im- he afrontado y superado...
previsibles? T. ¿Sí...?
P. Bah, últimamente me ocurre cuan- P. ¡Estoy de maravilla! ¡Estoy real-
do he de afrontar algo. mente bien!

110 III
¡Lo creo! Sin embargo, como yo no siempre
(Risas) puedo acompañarlo, porque tene-
Me entran ganas de ir otra vez a mos dos niñas...
aquel sitio, de volver a afrontarlo ¡Ah!
Paráfrasis
para... reestructurante: Eh... Digamos que hemos supera-
Sin embargo, al mismo tiempo lo resumir para do... Es decir, evitado este proble-
redefinir
evita... ma, al menos por lo que respecta al
Sí, últimamente sí. No lo consigo. trabajo. Estos servicios los hace mi
Por lo tanto —si no lo he entendido hermano, ahora.
mal— usted es una persona que tie- Ha contratado a su hermano para Ironía sobre
ne estos ataques de pánico, conno- mandarlo a estos sitios y yo hago las soluciones
intentadas de
tados por el terror a tener una espe- otras cosas. la familia
cie de descarga eléctrica que le haga ¡Fantástico!... Se han organizado
morir. bien, ¿eh?
¡Sí, en efecto..., sí! (Risas)
Y sucede en determinadas situacio- La persona tiende a crearse su..., su
nes que usted descubre, y una vez mundo para... Aunque no es ver-
que ha descubierto estas situacio- dad, es decir, para protegerme, pero
nes usted tiende a evitarlas... en efecto no es verdad.
Sí. Ah... Usar la primera
Aunque sabe que si las afronta y le ¡Peor! ¡Porque ahora precisamente persona para
declarar el
sale bien, después..., está verdade- yo lo sé, lo entiendo! «punto de vista»
Foco en la
ramente bien. solicitud de ayuda Ok, sin embargo, dice: «¿No soy del interlocutor
Sí. que mantiene capaz y, por lo tanto, qué debo ha-
el problema
¿Es mayor la tendencia a evitar las cer?... Lo entiendo, pero no soy ca-
situaciones o es mayor la tendencia paz, y por tanto, estoy aún peor».
a hacerse ayudar, qué sé yo, a ha- Es decir, en efecto hay..., «yo consi-
cerse acompañar..., por ella..., qué go» afrontarlas y también estuve
es? un mes, un mes y medio, bien..., pe-
Ehm... Quizás «hacerme acompa- ro luego recaigo de nuevo, no con-
ñar por ella». sigo...
Indagación sobre
Ok. ¡Ok! las terapias
Sin embargo... ... estar siempre bien. Éste es el anteriores
Sin embargo, a veces... problema.

112 113
T. Bien. ¿Antes de venir aquí había ya ictus»..., y de ahí fue la muerte...
intentado otras terapias o no? Fue precisamente...
P. En trece años solamente he hecho M. Ahí tuvo un hundimiento... Diga-
una sesión. mos que desde que empezó esta his-
M. ¡...dos! toria, ahora, pienso que he visto al-
P. ¡Dos sesiones! Con el neurólogo. En guna mejora. Porque antes cerraba
Ironía sobre la oficina y venía a casa, ahora esto
Salerno. Luego lo he visto en Cos- los intentos fallidos no lo hace. Es decir, si está mal y es-
tanzo, he leído su libro y me he con- de solución tá solo, consigue..., ehm, salir ade-
vencido de venir aquí. Resumir para
lante, en definitiva. redefinir
T. Ah, ok. Así que en trece años nunca P. Aunque no estoy bien, ¡eh! Ahora,
ha hecho terapia. entre paréntesis...
P. ¡No! T. Ok. Por lo tanto, si hay un lugar se-
T. Solamente se ha organizado. guro, como la oficina, y le viene el
P. ...sí. miedo, consigue controlarlo...
T. ¡Bravo! P. Sí.
(Risas) T. Sin embargo, si está, como se dice,
T. ¡... se ha organizado muy bien...! en situaciones que le asustan..., no
M. Entonces... lo consigue.
T. ¡Por favor! P. No. No lo consigo. Tampoco si he
M. Digamos que..., yo no sé, pero..., de hacer cola en algún lugar..., aun-
sólo para... que tenga que tomar un café en el
T. ¡Ah! bar. Exacto. No lo consigo.
M. Bien, todo empezó, creo, M. Bien, le pongo un ejemplo: hemos
cuando él..., éramos novios y se venido aquí, nos hemos adelantado,
fue a Milán... hemos ido a una tienda de juguetes,
P. ¡A trabajar! teníamos que escoger uno.
M. ¡Y allí, en efecto, empezó la T. Aja...
historia! M. ¡No lo hemos escogido, hemos co-
P. ¡Eh! ¡Allí empezó! gido el primero que hemos visto!
M. Lo ingresaron con la presión a dos- P. Le he dado prisa. No podía más.
cientos y el médico le hizo ver que Eh, eh. Penetrar la
con esta presión a doscientos le po- percepción del
M. ... nos hemos ido y hemos venido miedo a través
día dar un ictus. Todo empezó allí. de preguntas que
aquí.
P. «Vigile que dentro de poco le da un

114 115
T. En estos momentos, cuando dice eliminan la cer la mayoría de las veces banales
«no puedo más», ok, usted, ¿se con- ambiguedad o, aparentemente, ilógicas, pero
centra en escuchar su cuerpo, sus que han de hacerse al pie de la letra.
«Doble vínculo
síntomas, o bien se siente observado Sí. terapéutico»:
por los demás? ¿De acuerdo? dudar para
P. No, no, me coge..., en este momen- De acuerdo. movilizar

to, siento la cabeza que se va... La otra regla es que nos damos un
Reestructuración tiempo limitado: nos daremos so-
T. Por tanto, «por las nubes»... Meta- mediante la imagen
lamente diez sesiones, ni una más si
fóricamente usted es una especie de metafórica no vemos el resultado. ¿Qué signifi-
marioneta rota, con los ojos vueltos ca? Que si llegados a la décima se-
hacia dentro: mira siempre hacia sión no hubiésemos visto ningún
dentro. cambio, interrumpiremos; no que-
P. Sí. remos convertirnos en cómplices de
T. Y el que busca, encuentra. su problema si no somos capaces
P. ¡Y el que busca, encuentra! Me in- de ayudarle a resolverlo, pero he de
vento los males..., la extrasístole... decir que —como ha leído— en este
T. Bien. tipo de problemas no sucede casi
P ... estos síntomas que me crean
nunca.
miedo.
Sí.
T. Bien, bien. He de decir que todo lo
Más bien, en la mayoría de los ca-
que nos ha contado nos da a enten-
der que es un caso de nuestra com- sos, el problema se resuelve mucho Concordar el
antes, pero no sé si será su caso... objetivo a través
petencia. Más bien, como ha oído y de la imagen
Veremos...
como ha leído, es el tipo de proble- metafórica
¡Esperemos!
ma que más afrontamos desde hace
Bien, bien. Entonces veamos si con-
muchos años; por lo tanto, creo
seguimos transformar la marioneta
que disponemos de los instrumen-
rota en una marioneta que funcione,
tos para ayudarle muy rápidamen-
que mire hacia fuera en lugar de mi-
te; sin embargo, no sabemos si será
rar hacia dentro. ¿Ok? Tenemos dos
capaz de seguirnos en el tratamien-
tareas para usted. Una se la sugiere
to. Usted ha leído el libro, ha visto
la doctora y la otra yo.
que el tratamiento se basa en el he-
Sí.
cho de que se prescriben cosas para
Mientras tanto yo le doy el esquema
que haga o piense que pueden pare-

116 117
que sirve para la explicación que le Prescripción de todos estos momentos. Esto nos
va a dar la doctora. del "diario de ayudará a comprender «cómo fun-
a bordo»
ciona» y qué hemos de hacer para
P. Sí.
cambiarlo. Así que, cuanto más pre-
C. Bien. Lo que le vamos a pedir es
ciso sea, tanto más nos ayudará a
que tome una verdadera fotografía
ayudarle.
de lo que le sucede en estos momen-
Disculpe, en el caso de que sucedie-
tos críticos. En el preciso momento
se..., le pongo un ejemplo, en la ofi-
en que usted siente que está tenien-
cina, y está solo con un cliente...
do esta reacción, que se está encon-
Le dice: «Disculpe. Tengo que ano-
trando mal, en aquel momento, co-
tar una cosa del trabajo...» ¡Inven-
ge el papel y escribe cuáles son las
te! ¡Qué sabe el cliente lo que usted
sensaciones.
está haciendo!... ¡Disculpe!
T. El esquema que ya tiene, lo ha de
Cierto.
transcribir en una libreta, ¿ ok?
Usted prepara una buena libreta, no-
P. Sí. La fecha, lugar, personas, situa-
sotros la llamamos «diario de a bor-
ciones, pensamientos..., síntomas y
do». Llévelo siempre con usted, en el
reacciones. bolsillo, listo para usarlo. «... Dis-
T. ¡Bien! cúlpeme, tengo que hacer unas ano-
C. ¡Síntomas y reacciones! Todas estas taciones, que si no me olvido...» Sa-
cosas las escribirá con precisión en el be, yo siempre lo hago, digo «Oh, he
momento en que sienta que está te- de tomar unas notas, si no me lo ol-
niendo una crisis. Nosotros hemos vido...».
de tener una fotografía; no el mo- ¡... y anoto!
mento siguiente, porque sería sola- Y toma nota en el momento exacto. Prescripciones
mente una reconstrucción. Bien. familiares:
P. Cuando note que dentro de poco Sí.
entraré en el pánico. En aquel mo- Bien, la otra cosa importante que
mento... tiene que ver con los dos es que, des-
T. Bien. de hoy hasta cuando nos volvamos a «conjura del
P. ¡... me paro y escribo! ver, respecto a este problema, han silencio »y
T. Y escribe. Lo primero que debe ha- de asumir la que nosotros llama- «observar sin
intervenir»
cer. De tal forma que nosotros, den- mos «conjura del silencio», o em-
tro de dos semanas, tendremos de pezar a pensar que cuanto más se
forma precisa la imagen fotográfica

118 119
habla de ello, más se alimenta el P. Es decir... ¡Yo quiero estar mal!
miedo. T. Racionalmente, ¿cómo podría pro-
El miedo es una de estas formas de gramar un empeoramiento? ¿Qué
nuestra construcción del cual hablar debería hacer, qué debería dejar de
no sólo no le va bien, sino que lo ha- hacer? ¿Qué debería pensar, qué de-
ce aumentar. En cambio, la mayoría bería dejar de pensar para empeorar
de las personas piensa que cuanto voluntariamente ?
más habla y habla, más se descarga. P. ¿Me lo está pidiendo?
Sin embargo, es como echar un ferti- T. Sí. Es la pregunta que ha de hacerse
lizante especial en una planta: la ha- todos los días y traerme las respues-
ce crecer de forma desmedida. Así tas. La lógica de la pregunta es: «Si
que han de asumir la «conjura del si- queremos enderezar alguna cosa,
lencio», ¿de acuerdo? aprendemos primero todas las for-
O sea no hablar de ello. mas de torcerla aún más».
Evitar hablar. P. Sí.
Evitar hablar. T. Obviamente la pregunta es teórica
O sea, si yo me doy cuenta... y las respuestas serán teóricas, ya
Prescripción
Tener miedo de hablar. Si hablan de «cómo empeorar»: ha sido bastante bueno en compli-
ello, lo alimentan. si quieres enderezar carse, ¿sí?
algo, aprende
Es decir, si yo me doy cuenta de que antes cómo
P. Sí.
él..., eh, debo hacer como si nada. torcerlo aún más T. Por lo tanto, sólo respuestas teóricas,
Exacto, «observar sin intervenir». ¿ok? Así pues: ¿Cómo empeorar?, la
Bien, precisamente así... ¿De acuer- pregunta, «la conjura del silencio» y
do? Además, quiero que usted se ha- «el diario de a bordo». ¿De acuerdo?
ga una pregunta todos los días. La P. Sí.
pregunta es esta —sé que es extra- T. Nos vemos dentro de dos semanas.
ña—: si usted quisiera de forma vo-
luntaria hacer empeorar sus trastor-
nos, en lugar de hacerlos mejorar,
¿cómo podría hacerlo? ¿qué debería
hacer, qué debería dejar de hacer...,
qué debería pensar, que debería de-
jar de pensar para hacer empeorar
sus síntomas?

120 121
II Sesión - con la mujer
Gráfico resumen de la secuencia de este diálogo estratégico
Terapeuta: Bien, ¿cómo van las cosas?
PROBLEMA Paciente: Las cosas van..., «un poquito bien».
«Hace 13 años que sufro de pánico»
T. ¿Qué significa?
Ilusión de Ilusión de P. Significa que, en efecto... Después de estas cosas nuevas
alternativas PREGUNTA GENERAL alternativas
Ilusión de Ilusión de que estoy haciendo, el hecho de escribir en el papel ape-
alternativas PREGUNTA alternativas nas sé que me vendrá el ataque de pánico...
Ilusión de Ilusión de
alternativas PREGUNTA alternativas T. ¡Ah!
Ilusión de Ilusión de
PREGUNTA alternativas
P. Pues no me ha vuelto a dar un ataque de pánico.
alternativas
T. ¿No le ha vuelto a dar ningún ataque de pánico?
PARÁFRASIS REESTRUCTURANTE
Ilusión de Ilusión de
P. ¡Ni un ataque de pánico!
alternativas PREGUNTA alternativas T. ¿Ni siquiera una sola vez?
PREGUNTA P. ¡No!
SOBRE LAS TERAPIAS ANTERIORES T. No, ah, menos mal.
P. Por lo tanto...
RESUMIR PARA REDEFINIR Ilusión de
Ilusión de T. Por lo tanto, estamos contentos.
alternativas alternativas
PREGUNTA
P. ¡Bien!
IMAGEN METAFÓRICA T. ¿Y que tipo de vida hemos hecho? ¿Ha continuado evi-
PRESCRIPCIONES
COMO DESCUBRIMIENTO CONJUNTO
tando algunas situaciones?
DE LO QUE HARÁ CAMBIAR P. Eh, digamos que sí.
Diario de a bordo
y T. Oh, ¡pero nadie se lo había pedido!
Cómo empeorar P. Sin embargo, especialmente los primeros días desde que
PRESCRIPCIONES FAMILIARES
COMO COLABORACIÓN A LA TERAPIA nos despedimos, estuve ligeramente más sereno..., inte-
Observar sin intervenir riormente. Esto ha sido lo que...
y
Conjura del silencio T. Ah.
i
P. Además, el trabajo, el estrés..., entonces..., disminuyó es-
SOLUCIÓN ta serenidad interior que de cualquier forma tuve, pero
conseguí encontrarla al escribir.
T. Ah. Por lo tanto, ha habido momentos críticos, pero no
ataques de pánico.
P. Ningún ataque de pánico.
T. ¡Oh! ¡Veamos!

122 123
P. Y dos o tres veces, después de haber escrito, ¡estuve real- P. No, apenas empezaban a venir..., los he bloqueado. Prác-
mente bien! ticamente...
T. ¡Oh! Bien, bien, ¿me las ha traído? ¿Las cosas escritas? T. Bien, bien. ¿Usted qué dice?
P. Sí, sí, se las he traído. M. Oh, yo a veces me he dado cuenta, y a veces no.
T. Por lo tanto, al escribir, aquellos momentos un poco críti- T. ¡Incluso ni siquiera se ha dado cuenta!
cos, se deshacían. M. A veces no.
P. Sí. La ansiedad permanecía, ¿eh? T. Uh, bien. ¿Y usted ha seguido estando siempre tan pre-
T. No debemos creer demasiado, ¿no?, en la Providencia... sente y protectora con él?
P. Sí, sin embargo..., antes nunca me había sucedido. M. No, no, he evitado el tema como dijo usted.
T. Ah, la Providencia nos ayuda, pero sabe, no podemos pe- T. Ah. ¡Uhm! ¿Así que han evitado hablar de ello?
dir demasiado, si no seríamos avaros... P. Sí, al menos hasta ahora, sí.
P. Disculpe la caligrafía. T. ¿Ha sido difícil o ha sido fácil?
T. Por favor, nada... (Mirando el 'diario'). Bien, bien, bien, M. No.
así que cada vez que escribía, las cosas se le pasaban. P. No. Solamente un cierto... ¿Pero qué hay de malo? Yo le
P. Sí. dije, le pedí: «Pero... ¿Cómo me ves?» En el sentido que...,
T. Bien, por lo tanto, se habrá dado cuenta de que esta tarea que..., sólo por...
no tan sólo era diagnóstica, sino que era ya..., era algo te- M. Lo que pensaba.
rapéutico. P. O sea, para saber yo si había cambiado... ¡No lo sé!
P. Cierto, cierto. Como un pequeño desahogo... T. Ah, ¿qué le respondió?
T. Ya, como un «pasar cuentas». M. Le he dicho que me di cuenta alguna vez; sin embargo,
P. ¿Cómo? notaba que él..., o sea, que reaccionaba de forma diferen-
T. Como un pasar cuentas con este miedo. te a lo habitual.
P. Ah, sí, sí, sí. T. ¡Bien! Bien, estoy muy contento, bien. ¿Ha sucedido al-
T. El miedo mirado a la cara... guna vez que haya hecho algo que le habría entrado páni-
P. ... mirado a la cara. co y en cambio no le ha entrado?
T. ... ya no es miedo, se transforma en valor; el miedo evita- P. No. O sea, en el sentido que...
do se transforma en pánico. M. Creo que, de todas formas, fue al peluquero.
P. ¡Sí! P. Sí, fui... ¡Lo afronté!
T. Bien, bien. Yo le he obligado a pasar cuentas, a mirarlo a T. ¡Ok!
la cara, a apuntarlo... P. Lo he afrontado, y...
P. Sí. T. Por lo tanto, ha evitado evitar ciertas situaciones.
T. ¡Muy bien! Así que momentos reales de pánico no ha ha- M. Sí.
bido... P. Sí, pero no siempre. Otras veces he evitado...
T. Cierto. Nadie le pidió que se pusiera a prueba, ¿no?

124 125
P. Pero, cuando he dado las últimas cosas... T. ¡Ah!
T. ¡Cierto! Muy, muy bien... P. Por tanto..., pero, digamos que en estos días he estado en
M. Por ejemplo, él al barbero no iba desde... varios sitios, pensando en el trabajo, he conseguido...
T. ¿Nunca? T. ¡Ah! Por lo tanto, ha hecho cosas que antes habría evita-
M. No, o sea, no iba con ganas, o sea, trataba de evitarlo, en do hacer.
cambio... P. Sí, las he hecho. Y también estaba contento de...
T. ¿Ah?... T. ... de hacerlas.
M. ¡Fue! P. De hacerlas, porque han habido, han sucedido, no esta-
P. Bien. Aunque dos o tres veces, de cualquier forma. Sin ban en el programa, y estuve contento de que sucedieran
embargo... estas cosas que hacer, precisamente porque tenía manera
M. ¡Bien, pero fue! de afrontarlas...
T. ¿Y cuáles son las respuestas que me ha traído? Las res- T. Bien, bien, bien. Así que, en realidad no sólo no ha tenido
puestas a la pregunta que le habíamos propuesto. La se- más pánico, sino que cuando ha tenido ansiedad, el mie-
gunda tarea... do se ha ido al escribir, y también ha hecho cosas que an-
P. La segunda tarea era la de no hablar y además de pensar tes hubiera evitado hacer... ¡Algunas!
al menos una vez al día... P. Algunas...
T. En «cómo empeorar»... T. Bien, ¿ok?
P. ... eh, las cosas que me habrían hecho venir durante el P. Sin embargo, no es que se haya ido toda la ansiedad, ¿eh?
día el ataque de pánico. No he conseguido pensar todos T. Poco a poco...
los días, en el sentido de que a veces me he olvidado de M. Los primeros días es cuando se siente más cargado.
pensar en ello. Oh, lógicamente sólo lo he olvidado algu- T. Sería demasiado, si no habría venido aquí a por un mila-
nas veces, pero la vez que lo he pensado digamos que he gro, y yo aún no estoy cerca del buen Dios, ¿no?
afrontado aquello de modo diferente. P. Sí.
T. ¿Ah, sí? ¿Cuáles son las ideas que le han venido a la cabe- T. Bien, bien, bien. Entonces, yo digo que en estos casos he-
za para empeorar voluntariamente la situación?.¿Qué mos, como se suele decir, desbloqueado un mecanismo
podría haber hecho para estar peor? obstruido, y ahora tenemos que hacer que funcione...
P. Ir a determinados lugares...
T. Bien. La terapia continuó durante otras ocho sesiones, siguiendo al
P. hacer determinadas cosas en la oficina. O bien..., por pie de la letra el protocolo de terapia para los ataques de pá-
tanto más..., más que nada ir a determinados lugares. nico (Nardone 1993; Nardone 2000; Nardone 2003), hasta la
T. Ok. completa solución del problema presentado. Es decir, la con-
P. Es el hecho de que tengo que ir solo... quista de la completa autonomía personal por parte del pa-
T. ¡Uhm! ciente.
P. Es ahí donde me bloqueo. En este caso, al diálogo estratégico desarrollado durante

126 127
o
la primera sesión le siguió la terapia específica para el tras- el inicio de nuestro trabajo de investigación, la intervención
torno particular, con la secuencia de técnicas y estratagemas sobre pacientes, así como la formación de los alumnos, se de-
terapéuticas construidas ad hoc para este tipo de persistencia sarrollan con la ayuda de grabaciones de vídeo como instru-
patológica. Lo que es importante subrayar es que en éste, co- mento no sólo de observación sino también de entrenamien-
mo en la mayoría de los casos, gracias al diálogo inicial, los to. Los alumnos, en efecto, gracias a las grabaciones de vídeo
síntomas invalidantes desaparecieron tras la primera entrevis- de las sesiones en las que participan, pueden volverse a ver y
ta. Por tanto, las sucesivas fases de la terapia se desarrollaron confrontar su quehacer terapéutico con el del supervisor que
de acuerdo con el «dramático», por lo «sorprendente» para el está a su lado. De este modo, el que está aprendiendo la técni-
paciente, cambio obtenido en la primera sesión. Parece claro ca corrige gradualmente sus propios errores de estrategia y de
que este inicio, en apariencia mágico, hace más fácil el hecho comunicación, primero al imitar a su «maestro», llegando des-
de guiar después a la persona a la recuperación de sus propios pués a encontrar el maestro dentro de él.
recursos personales.

Después de esta inmersión total en el diálogo estratégico en


acción, creemos útil reclamar la atención del lector sobre al-
gunos puntos clave.
En primer lugar, sobre la reestructuración de las preguntas
y de las paráfrasis. Por cuanto puedan ser construidas ad hoc
para clases específicas de problemas, requiere siempre una
correcta adaptación a la persona y a su contexto. Además,
dentro de una misma patología podemos encontrar diferentes
variantes que requieren distintas orientaciones del diálogo.
( A este respecto, en nuestro Centro, está en curso un trabajo de
sistematización de todas las variantes de preguntas, paráfrasis
y maniobras evocadoras más idóneas para la diferenciación
interna en las patologías, así como la formulación de diálogos
estructurados para otras patologías que se encuentran en ob-
servación empírica (Brief Strategic and Systemic European
Journal, 2004).
En segundo lugar es importante poner de manifiesto que
también la dimensión no verbal, que no puede ser expresada
plenamente en las trascripciones comentadas de los diálogos
terapéuticos, desarrolla un rol fundamental, porque amplía,
enmarca la comunicación verbal. No es casualidad que desde

128 129
CAPÍTULO 4

EL DIÁLOGO SOBRE EL DIÁLOGO

«De la combinación de cosas discordantes


nacen las más bellas armonías.»
HERÁCLITO

Para finalizar nuestra exposición, hemos considerado útil y,


esperamos, agradable para el lector, poner en escena un diálo-
go entre los dos autores relativo al diálogo estratégico. No
podíamos hacerlo más que utilizando la técnica hasta aquí
ilustrada.
La diferencia es que, en este diálogo, como dos combatien-
tes que se alternan en el rol del que ataca y del que defiende
para entrenar lo mejor posible las técnicas, realizando una es-
pecie de danza, los dos autores se alternan en el papel de
quien hace preguntas, quien da respuestas y quien propone
paráfrasis para redefinir los contenidos del diálogo.

Giorgio Nardone (G.N.) Querido Alessandro, creo que tú me-


jor que yo, en virtud de tu prolongada experiencia como
estudioso de psicología y psicoterapia, puedas guiarme
a comprender si esta técnica es, en verdad, innovadora,
o si yo lo creo así porque estoy muy implicado.

131
Alessandro Salvini (A.S.) Ciertamente, sería demasiado apresu- condicionamientos realmente padecidos, sino que los
rado decir que aquello que parece de inmediato como in- transforman, los elaboran, produciendo una experiencia
novador en este método que tú propones es el hecho de y un consiguiente modo de pensar y actuar. Por tanto, el
volver, siempre y en cualquier forma, activo al interlocu- terapeuta estratégico es, antes que nada, un psicólogo o
tor, respecto a todo lo que se dice y se hace. El cambio un psiquiatra que ha cambiado su modo de pensar, al pa-
implica siempre un individuo activo y no «pasivo» o «re- sar de un paradigma positivista y empirista a otro prag-
activo». El salto entre las viejas y las nuevas formas de mático, a una forma de interacción libre de un estorbo fí-
psicoterapia consiste precisamente en esto: el paso de un sico, apriorístico, factual y determinístico. A menudo, al
esquema positivista —en el cual el otro es alguien que es contrario de cuanto se pueda creer, son precisamente los
el producto de sus genes, de su educación, de la familia, psicólogos y los psiquiatras los que oponen resistencia a
de las experiencias precoces, de los rasgos de personali- este salto paradigmático; sus resistencias cognitivas son
dad— a un esquema pragmático en el cual la persona es, funcionales en relación con su identidad, las expectativas
en cualquier forma, la constructora de su propia realidad sociales, el rol que se les ha pedido que tengan. Se puede
a través de sus interacciones concretas y simbólicas con- verter un nuevo saber en el mismo vaso, pero el nuevo
sigo misma, los demás y el mundo. saber no modificará el vaso, sino que cogerá su misma
Como ya hemos aclarado anteriormente, «pragmático» forma.
no quiere decir «práctico». Es decir, en el sentido dado Una característica más que innovadora de esta técnica es
por Dewey y James, significa un modo diferente de ver el hecho de que este tipo de diálogo se distingue de otros
los problemas psicológicos. Lo que el paciente dice de sí, métodos de comunicación en uso en psicoterapia y cons-
siente y percibe, explica y realiza es siempre fruto de su tituye una real y auténtica interacción estratégica en la
proceso interpretativo, de su forma de manipular su his- cual se induce a la persona a que asuma el punto de vista
toria. Su verdad narrativa explota y manipula, en cual- que le sugiere el terapeuta, por lo que entiende, por
quier forma aquella historia, sometiéndola a un sentido ejemplo, sin que se le diga directamente, el efecto disfun-
y a un significado: en el caso de las patologías esto suce- cional de sus soluciones intentadas y tiene como efecto
den con las tentativas disfuncionales y redundantes por la tendencia natural a querer cambiarlas. Esta forma de
controlar o resolver el problema. En este sentido, el diá- diálogo entre terapeuta y paciente es una forma de co-
logo estratégico, como evolución de la psicoterapia bre- municación particular. Sintéticamente podemos decir
ve estratégica, al focalizarse en conocer los problemas que es una co-construcción de la realidad, en la cual la
mediante su solución, representa una decidida evolución persona es implicada, de forma inconsciente, pero acti-
epistemológica. va; se trata de inducir al otro a que se convenza de que
Además, en línea con la tradición pragmática, según este está viendo las cosas a través de una perspectiva que, en
modelo se asume una posición en la que se ve al paciente realidad, le es sugerida por el terapeuta a través de las es-
como una persona cuyas ideas y sentimientos no se limi- tratagemas dualísticas y el embudo de las preguntas y
tan a reflejar su realidad psicobiográfica o sus hechos y respuestas.

132 133
(
(
Estas preguntas tienen la doble tarea de hacer entender cepciones, valoraciones, atribuciones causales, atribu-
al paciente cómo afronta su realidad y, al mismo tiem- ciones de sentido, géneros de discurso... Hacer cambiar
po, inducirlo a escoger, entre opciones antagonistas, un de perspectiva activa un cambio en todos estos niveles,
modo diferente de configurarla. Las paráfrasis siguien- el cual es, por lo tanto, algo que además de producir
tes hacen que ancle estas asunciones como verdaderas efectos rápidos y concretos, tenderá a estabilizarse. Si lo
experiencias vividas y todo ello conduce a un cambio inventado, o mejor, lo reconstruido, lo canalizado se
efectivo de su modo de percibir las cosas. En otros tér- convierte en creíble y en sí mismo sentido como verda-
minos, si la persona es víctima de un autoengaño puede dero, será el interlocutor sin darse cuenta el que halle
curarse a través de otro autoengaño. La característica una coherencia entro todo lo dicho, afirmado y sentido,
de este modo de conducir el diálogo terapéutico, real- reorganizando así de manera estructural su percepción
mente innovadora, es que transforma los autoengaños de la realidad.
patógenos del paciente en autoengaños terapéuticos de G.N. ¿Definirías esta modalidad de conducir el diálogo co-
los cuales él mismo es el artífice. mo una técnica manipuladora o como una estrategia
G.N. Desde tu punto de vista de estudioso escéptico, el cam- que induce a una colaboración terapéutica?
bio que se obtiene de modo tan rápido, gracias a esta A.S. El diálogo estratégico me parece un conjunto de estrata-
forma de diálogo terapéutico, ¿te parece algo radical y gemas terapéuticas, algo, pues, diferente a una consulta,
persistente o un cambio superficial que acarreará, al ca- a una conversación exhortativa, a una comunicación
bo de un tiempo, recaídas en los viejos modelos patóge- descriptiva y explicativa. En este caso, como afirma
( Austin, «decir es hacer».
nos del paciente?
< A.S. Mira, querido Giorgio, los problemas psicológicos hu- El terapeuta, pues, no explica, hace al decir, utilizando
manos son problemas particulares. El modo en que se todo lo que el interlocutor le responde. Se trata de una
generan y puede ser resueltos implica una manera de interacción estratégica; es decir, de un modo particular
pensar diferente de la que utilizamos para resolver pro- de gestionar una relación dialógica, de los efectos per-
blemas físicos, por llamarlos así. Los individuos son suasivos y reestructurantes. El esquema dialógico cons-
personas activas que construyen eventos que luego pa- truido por antinomia, o sea el diálogo que guía al inter-
decen. Su nivel de realidad, además de en la experiencia locutor por un recorrido de alternativas en el que una
concreta, está inscrito en los enunciados discursivos, excluye a la otra, utiliza y recalca una concepción lógica
implícitos y explícitos, que producen efectos reales a de la realidad dividida entre opuestos que es fundamen-
partir de estructuras de pensamiento organizadas de tal en la cultura occidental. El efecto es una dulce mani-
forma dialógica. Estos confieren a la realidad producida pulación, simplificadora pero no reductivista. Esta sirve
una tangibilidad que pertenece al sentido y al significa- para reducir la complejidad, para introducir al interlo-
do que la persona misma les atribuye. La clave del cam- cutor en un recorrido capaz de explotar al máximo una
bio es, por tanto, inducir a que la persona modifique su posibilidad de persuasión que se basa en el principio de
punto de vista respecto al problema que le aflige: per- la coherencia; se explota un modo convencional y ele-

134 135

(
(
mental de representar la realidad, o sea, por opuestos. A.S. Sí, así es, ¡veo que has entendido bien mis pensamien-
Nadie consigue tolerar o violar el principio de no con- tos...!
tradicción, cuando está inserto en una argumentación ¿Tú crees que cambiar el punto de vista implica sólo el
que lo propone como regla. No es la validez, la verdad hecho de cambiar las cogniciones o requiere también
del esquema lo que interesa, sino el hecho de obtener cambiar los actos?
efectos autopersuasivos; para evitar las defensas es ne- G.N. Desde mi punto de vista, el cambio de las cogniciones, al
cesario valerse de un esquema de argumentación cuya contrario de lo que se piensa en las formas tradicionales
lógica sea altamente tranquilizadora, porque ya forma de psicoterapia —orientadas todas ellas a la introspec-
parte del modo de pensar del interlocutor. Para después ción y, por lo tanto, a un trabajo predominante sobre el
alcanzar, gracias a todo ello, el descubrimiento de algo incremento de las estructuras cognitivas del paciente—
que rompe sus modelos precedentes de percepción de la representa únicamente el último efecto terapéutico y no
realidad, llevándolos a la autodestrucción. el más importante. Cuando se induce a una persona a
G.N. Bien... Alessandro, parafraseando juntos. De tus res- cambiar sus puntos de vista respecto a la realidad que
puestas, corrígeme si me equivoco, deduzco que tú con- no consigue gestionar, el primer efecto que se obtiene es
sideras el diálogo estratégico como una técnica inno- de tipo perceptivo, es decir, se modifica el modo de sen-
vadora, que es la evolución natural de un modelo de tir aquello. El segundo efecto es el hecho de transferir en
psicoterapia breve estratégica, desarrollado originalmen- acciones las diferentes sensaciones producidas por las
te en el Centro de Terapia Estratégica en los últimos quin- diferentes percepciones.
ce años, en una tradición que parte del pragmatismo, pa- Sólo después de haber realizado, a través de estas dos fa-
sa por la interacción simbólica, hasta las formulaciones ses, los cambios necesarios para la solución del proble-
de la Escuela de Palo Alto. ma, es necesario orientar al paciente hacia la adquisi-
Además, si no me equivoco, piensas que los efectos de ción de conciencia de todo aquello. El cambio del punto
esta estrategia terapéutica son cambios radicales, y no de vista prevé un descubrimiento iluminador. Los descu-
una especie de maquillaje terapéutico en la percepción, brimientos, en el sentido más real del término, no pue-
en las representaciones y en los comportamientos de las den ser realizados a nivel cognitivo: las cogniciones son
personas. Estos efectos terapéuticos tienden a persistir el efecto, no la causa del descubrimiento.
en el tiempo porque inciden en las modalidades a través A.S. ¿El diálogo estratégico es un método aplicable sólo a
de las que cada individuo construye aquello que después algunas clases de trastornos o a la totalidad de las pato-
padece. logías conocidas?
Finalmente, te parece claro que este intercambio comu- G.N. Nada vale para todo o para siempre. Si así fuera, no se-
nicativo no es un forzamiento directivo manipulador, ría una obra humana. La técnica del diálogo estratégi-
sino una sutil inducción a autoengaños terapéuticos co, así como la psicoterapia breve estratégica, es un
que activa una espiral virtuosa de descubrimientos con- modelo de problem solving que por definición puede
juntos entre terapeuta y paciente. aplicarse a todos los tipos de problemas, pero requiere

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una adaptación constante a lo irrepetible de los contex- la persona la que determina soluciones intentadas pa-
tos, de las situaciones, de las personas. Además, cómo tógenas, sino la organización del problema, que estruc-
técnica se ha demostrado sin duda más eficaz sobre al- tura respuestas similares en personas diferentes. Es,
gunas clases de trastornos en las que la sintomatología pues, la interacción entre individuo y realidad la que
se expresa de forma invalidante para la persona, como determina, en situaciones parecidas, las mismas reac-
por ejemplo, los trastornos fóbicos y obsesivo-compul- ciones en personas diferentes. Esto también nos indica
sivos, los trastornos de la conducta alimentaria, las pre- que ciertas modalidades redundantes de gestión inten-
suntas psicosis, las relaciones conflictivas y así sucesi- tadas de un problema tienden a establecerse como for-
vamente. En cambio, no se muestra significativamente mas de equilibrio que se resiste al cambio y que estruc-
más eficaz, respecto a otras formas de diálogo terapéu- tura a su alrededor toda una serie de otros equilibrios
tico basado en las explicaciones más que en las conmi- interdependientes que acabarán por hacerlo funcional
naciones, frente a malestares psicológicos que no pre- e incluso útil. Por ejemplo, una persona con un trastor-
sentan trastornos agudos. La paradoja que de ello se no fóbico que pide continuamente ayuda a su pareja o
deriva es que la forma más breve de terapia parece idó- a su madre para afrontar situaciones amenazadoras,
nea precisamente para las patologías más difíciles y re- tras un cierto periodo de persistencia de este guión, lle-
sistentes. gará a estructurar un ligamen morboso con su ayudan-
¿Las soluciones intentadas disfuncionales se mantienen te privilegiado, por el cual el problema se convierte en
como efecto sintomático de una patología de la perso- una especie de ventaja.
nalidad, o bien desarrollan o han desarrollado una fun- A.S. Querido Giorgio..., parafraseemos juntos tus respues-
ción importante para la persona? tas... Corrígeme si me equivoco. Por lo que dices, es im-
El constructo de solución intentada, elaborado por el portante repetirlo con las palabras de Austin, que el de-
grupo de investigadores del Mental Research Institute, cir es también hacer: lo pensado, realizado a través de
de Palo Alto, se refiere a los modos redundantes que las palabras, se convierte en acción y, como tal, se cons-
pueden observarse en las personas como respuesta a de- tituye como experiencia que, bien enfocada, es autoco-
terminadas situaciones problemáticas. Se trata de for- rrectiva.
mas de interacción entre la persona y su realidad que se Tú opinas, si lo he entendido bien, que esta forma de diá-
establecen gracias a la experiencia, como guiones rígi- logo estratégico es aplicable a todas las disfunciones psi-
dos que se repiten. En las investigaciones empíricas para cológicas. Sin embargo, queda a la habilidad del terapeu-
la puesta a punto de los protocolos de tratamiento espe- ta recortar el proceso no sólo del problema en cuanto
cífico de patologías particulares, llevados a cabo por síntoma, sino en sintonía con las representaciones, las or-
nuestro centro durante más de quince años, hemos ob- ganizaciones mentales y de comportamiento con las que
servado que ciertos guiones de soluciones intentadas fa- el otro gestiona de forma recursiva sus problemas. Final-
llidas son los mismos para personas diferentes dentro de mente, tú crees, si no me equivoco, que las ventajas se-
la misma patología; por tanto, no es la personalidad de cundarias que se forman sobre la base de dinámicas pa-

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tológicas son, pues, importantes para la organización, anticonvencional, dirigido a cultivar la ética como con-
aunque sean disfuncionales, de la persona. Por ejemplo, quista personal, resultado demostrado de un estilo de
en el caso en que, para mantener estables las relaciones, vida y de una manera de pensar. Antístenes, Tales o Lu-
es necesaria la persistencia de los síntomas. De las inves- ciano de Samósata, son algunos de los muchos filóso-
tigaciones efectuadas no se ha demostrado que estas ex- fos que sufrieron el juicio moralizador por parte de
presiones sintomáticas, fruto de redundantes guiones de otras escuelas filosóficas, sobre todo de las confesiona-
soluciones intentadas disfuncionales, estén determina- les, basadas en la autoridad religiosa o política, es de-
das por la personalidad alterada de las personas con cir, sobre las definiciones apriorísticas y autoritarias de
trastorno, sino como efecto de la interacción disfuncio- cómo las personas han de percibir y actuar. Las disfun-
nal con situaciones que han puesto a las personas en la ciones psicológicas (las que con una similitud llama-
condición de activar percepciones y reacciones patóge- mos «psicopatológicas») son hijas de un modo autori-
nas, cuya repetición en el tiempo ha llevado a la estruc- tario y dogmático de pensar la realidad; el individuo
turación de la real y verdadera patología. tiende a congelarla haciéndola invasora, redundante,
G.N. Precisamente así. ¡Me complace constatar que has co- productora de soluciones intentadas fallidas. Sin más,
gido plenamente mis ideas...! podemos entonces reconocer el valor del diálogo estra-
A.S. Si me lo concedes, querido Giorgio, permíteme acabar tégico, no sólo de la antigua tradición sofística, sino
con una reflexión que propongo al lector. Todo lo des- también de la escuela cínica. Es irrelevante la acepción
crito en este texto puede parecer cínico, sofista, em- negativa —instrumental e impropia— de los términos
baucador y así sucesivamente, pero en este caso (en «sofista» y «cínico». El diálogo estratégico que hemos
una realidad controlada deontológicamente y califica- descrito hasta aquí, en línea con esta tradición, guía a
da profesionalmente), el fin conjunto de terapeuta y la persona no sólo a descubrir cómo resolver sus pro-
paciente justifica los medios. En cirugía existe una pra- blemas, sino también a inventarse su libertad fuera de
xis recurrente, con el fin de restituir la salud al pacien- las rígidas jaulas patógenas y típicas normativas de vi-
te; llamar «manipulador», «embaucador» es ver las siones ideológicas, en el interior de las cuales, entre los
cosas presumiendo una verdad metafísica. También un muchos recursos de poder, las formas tradicionales de
maestro de primaria manipula la atención del propio psiquiatrización, como la historia antigua y moderna
alumno, manipula su mente en función del aprendiza- nos enseña, son el ejemplo más recurrente.
je. En ciertos casos se necesita sustraer las palabras a su G.N. Todo lo que dices de forma tan apasionada no sólo me
uso corriente. También el término «cínico», reconduci- entusiasma, sino que impone en mi mente las palabras
do a su significado original, ilustra un modo de pensar de tres pensadores. Éste me parece el mejor modo de
y de actuar, cuyo rigor moral se encomienda a la des- asociarme a cuanto has afirmado.
confianza hacia las reglas, las costumbres, las conven- El primero es Francis Bacon, quien frente a la trampa
ciones impuestas por la tradición (el nomos). Los cíni- del conocimiento rígido afirma: «La comprensión hu-
cos son los exponentes de un pensamiento sobrio, mana, por su misma naturaleza, tiende a concebir la

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existencia de más orden y regularidad de todo lo que en
el mundo encuentra».
El segundo es William James, quien advierte del riesgo BIBLIOGRAFÍA
de vincularse a las tranquilizantes teorías descriptivas,
invitando a utilizarlas, no como punto de llegada, sino
como trampolín de lanzamiento: «Las teorías se con-
vierten entonces en instrumentos y no en respuestas a
los enigmas con los que terminar la investigación».
Finalmente, las palabras de un filósofo «estoico», Epí-
teto, quien nos invita a salir de la trampa de la búsque-
da de una causa o de un culpable, si queremos de ver-
dad resolver un problema o cambiar constructivamente
una realidad: «Acusar a los demás de las propias des-
gracias es una prueba de la ignorancia humana; acusar- Abbagnano, N., Storia de la filosofía antica, Utet, Torino, 1993.
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