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Historia de Tegucigalpa
Historia de Tegucigalpa
En 1953, Tegucigalpa estaba sumamente poblada de pèch, tolupanes y tawahkas. Todos indígenas
aguerridos, llamados xicaques, fueron la base de las grandes encomiendas, que tipificaron el
surgimiento de las enormes haciendas ganaderas, así como de la explotación de las minas del sector.
En la actualidad existe un sin numero de escritos que hablan del potencial minero que encontraron los
primeros pobladores en aquella época. Hoy en día, de esta fuente de riqueza colonial, solo queda la
historia plasmada en excavaciones, que desaparecieron con el paso de los años y la inclemencia del
tiempo.
El poblado se presume según documentos históricos fue fundado el 29 de septiembre de 1578 por
los hombres venidos de ultramar en el lugar conocido como Teguzgalpa y al que llamaron Real de las
Minas de San Miguel de Tegucigalpa, la historia alude a los yacimientos de plata que se descubrieron
en los alrededores.
Cuenta la historia que los españoles tenian ansias de hallar riquezas y se encontraron en efecto con
una ciudad rica en diferentes factores en el momento del hallazgo, ellos la conocieron como
“Teguycegalpa”; el territorio localizado estaba escondido justo debajo del cerro de “El Picacho” donde
se asentaron aquellos hombres que olvidaron levantarel acta de fundación de la ciudad.
Por lo que fue hasta en 1977 que se declaro el 29 de septiembre de 1578 como fecha de fundación
de la ciudad y desde esa fecha cada año los tegucigalpenses celebran con júbilo el aniversario de
ciudad capital.
Sin embargo, en escritos publicados en 1795 se establece que con motivo de la demarcación de los
límites jurisdiccionales de la Villa de Tegucigalpa, que se habían traído a la vista los autos del Real de
Minas, cuyo nombre conservo hasta 1962, el real titulo de Villa de San Miguel y Heredia a la minas de
Tegucigalpa. El nombre de Heredia se conservo a lo largo del tiempo, en recuerdo del presidente
Fernández de Heredia.
En el año de 1579 San Miguel de Tegucigalpa fue elevada al rango de Alcaldía Mayor con una
jurisdicción señalada por Cedula Real de 1580. Una cédula del monarca español del 18 de junio de
1762 dio al poblado el titulo de Real Villa de San Miguel de Tegucigalpa y Heredia.
El 11 de diciembre de 1821 esta obtendría el titulo de ciudad y el presidente Marco Aurelio Soto la
convertiría oficialmente el 30 de octubre de 1880, en capital de la República.
Para esas fechas el Poder Legislativo, considero que era preciso nombrara la capital del Estado de
Honduras para dar a las autoridades al establecimiento o espacio necesario para realizar sus
ocupaciones.
Fue así como desde el 8 al 15 de agosto de 1856 la capital fue traslada a Tegucigalpa, las oficinas y
personal de las instituciones y poderes se reubicaron en el departamento de Francisco Morazán en el
municipio del Distrito Central, según lo establece el decreto de traslado de gobierno y siendo
presidente el doctor Marco Aurelio Soto.
Entre esas ventajas también figura el funcionamiento de la Corte Suprema de Justicia, la Caja Real, la
Universidad Nacional y los centros económicos más importantes que generaban el desarrollo nacional.
Existen muchas versiones que establecen que la capital fue trasladada a Tegucigalpa porque el Dr.
Marco Aurelio Soto, se caso con una mujer de Tegucigalpa, misma que fue desaparecida por la alta
sociedad de Comayagua, y que ante tal desprecio, el Dr. Soto tomo la decisión de trasladar la sede
de la capital a Tegucigalpa.
Sin embargo la historia del traslado de la capital tiene mas que ver con los intereses personales del
presidente Soto, quien al tener una participación accionaría importante en la Rosario Mining Company
de San Juancito, prefería a Tegucigalpa como sede de la capital por su proximidad a la sede minera.
Tegucigalpa desde sus tiempos de fundación fue un poblado minero y a partir de 1898 conformo con
Comayaguela una misma ciudad. Hoy en día no es raro que se le conozca como “Teguz” y unida a
Comayaguela constituyen el Distrito Central.
Considerando:
Que la ciudad de Tegucigalpa reúne las condiciones y elementos necesarios de población y riqueza,
para la residencia del gobierno y de la Corte Suprema de Justicia y reunión del Congreso, que en ellas
se encuentra el almacén principal de guerra, la Casa de la Moneda y la Imprenta Nacional, lo mismo
que las oficinas centrales de renta, telegráfica y de correos, por tanto,
BASILICA DE SUYAPA
Decreta:
Articulo Único.
De Comayagua a Tegucigalpa
DECRETA:
Articulo 1.
Se traslada el gobierno de esta capital a la ciudad de Tegucigalpa y su salida tendrá lugar del 8 al 15
de mes entrante.
Articulo 2.
El tiempo de su traslado, será el que fuese bastante para llenar los objetos expresados.
Articulo 3.
En consecuencia con el administrador General de Correos, cada tres días hará salir con propio de esta
capital a la referida cuidad de Tegucigalpa, la correspondencia que hubiese.
Articulo 4.
Hay quienes aseguran que se refiere a un palabra náhuatl (lengua hablada por indios mexicanos)
que significa “Montaña de Plata”, otros aseguran que significa “Lugar donde se encuentran los
hombres”, “piedras de colores”, “montaña de dinero” o “en la casa de piedras amarillas” entre otras.
Sin embargo, para historiadores mexicanos, la palabra Tegucigalpa tiene sus orígenes en la
civilización azteca, y significaría “La región de los cerros de los venerables ancianos”.
Mientras que para el escritor hondureño, Jesús Aguilar Paz, el significado de “Cerro de Plata” que se
le otorga la actual capital, debe ser considerado como una creación de la ignorancia.
Lo cierto es que son muchas las apreciaciones que se tienen en cuanto al significado del nombre de la
capital de Honduras, sin embargo, sea cual sea, los capitalinos están seguros de que se trata de una
ciudad que en estilo, espacio y forma conlleva una serie de tesoros, debido a la historia que encierra
en sus calles empedradas y en los antiguos edificios que aun perduran.
Escudo de Armas de la Real Vila de san Miguel de Tegucigalpa de
Heredia
El escudo de forma oval, donde aparecen varios cerros de plata con una especie de puntas y árboles
de color simple, que representan la riqueza mineral, la prosperidad y la vida obrera.
El fondo azul representa el cielo y la concordia, y sobre los cerros de plata aparece san Miguel de
Arcángel, vestido de color de gules y de oro, sostiene en su mano derecha una balanza y en su
izquierda un escudo oval, todo de oro y significa que es el santo patrón de la Villa, que simboliza la
paz, protección y justicia, entereza y magnanimidad de los sentimientos cristianos dentro de los
cañones de la religión católica. Alrededor del Arcángel san Miguel se encuentra un anillo de tres caja
de color oro y gules, adornado con rosas del último de dichos metales, este anillo simboliza los lazos
inquebrantables que unen esta villa con la madre patria, estas son algunas de las características del
escudo.
Ya poblada la Villa de San Miguel, su cabildo era posiblemente de bahareque, su techo de tejas y
maderas de la comarca circunvecina, no tenia campana para invitar a las sesiones a los justicias, a los
consejos y regimenes y a las reuniones entre autoridades edilicias y sectores de la población que
iniciaba su desarrollo, fue entonces cuando el 25 de septiembre varios personajes adinerados de esa
época acordaron en contribuir para comprar una nueva campana, con algunas arrobas de peso y
que fue fundida en la Villa de San Miguel y fue ubicada en frente de la plaza principal.
Entre las reglas para utilizar la campana se estableció que se tocaría cuando hubieran elecciones en
horas hábiles tanto de la noche como de la mañana, en la víspera del año nuevo y las nueve de ese
mismo día por la noche un repique doble y al siguiente día lo mismo.
Se indico que la campana no se utilizaría para otra celebración o evento en el que no estaba
establecido, a menos que fuese una orden de ayuntamiento de la Real Villa de San Miguel de
Tegucigalpa.
Mientras algunos pobladores de La Cuesta, al norte de Tegucigalpa, señalan que fue de Jano,
Olancho de donde vinieron sus antepasados. Durante su trayecto la población se dividió, una parte
se dirigió a Lejamaní y la otra se marcho a La Cuesta.
Se cree que los indígenas que formaron Comayagüela, vinieron a este lugar en los primeros años de
la conquista, o sea a mediados del siglo XVI. El cosmógrafo de Velasco, en la obra inspirada en
documentos oficiales y publicada en 1575, llama a esta ciudad “Comayagua de los indios”.
A pesar del entusiasmo mostrado por el pueblo de Comayagüela, el gobierno de la provincia con
sede en Comayagua, ordeno al ayuntamiento de Tegucigalpa no prestara obediencia a ninguna
autoridad, militar, eclesiástica, ni civil de aquella metrópoli.
El ayuntamiento les contesto con dignidad y firmeza, manifestando que su conducta seria obedecer
de ambas autoridades, lo concerniente a sus respectivas atribuciones.
El gobernador Tinoco quedo contrariado al recibir el oficio anterior y dispuso reunir el mayor numero
de elementos para someter a los disidentes de Tegucigalpa.
Todo el pueblo acudió a defender a sus autoridades y en pocos días se presentaron más de mil
hombres, organizándose en varias compañías, nombrando ellos mismos a los oficiales, entre el
teniente salio nombrado, Francisco Morazán, quien ya era predestinado para ser el genio, el héroe
legendario y el mártir de nuestra emancipación política.
Calle Real de los Dolores: esta calle es conocida actualmente como avenida Paz Barahona.
Avenida Cervantes: recibió este nombre en 1905, al celebrarse el tercer centenario de la obra de
Miguel de Cervantes Saavedra, Hidalgo D. Quijote de la Mancha.
Avenida Jerez: recubro este nombre en honor al líder nicaragüense, Máximo Jerez, quien lucho por
organizar Centroamérica.
Calle Centenario Morazán: se ubica desde La Concordia hasta el puente Carias y fue inaugurado el 15
de septiembre de 1942.
Calle El Guanacaste: ubicada en el centro de Tegucigalpa, a inmediaciones del mercado del mismo
nombre, antes era llamada calle o avenida san miguel.
TEGUCUIGALPA cuenta con un sin numero de lugares vistosos y que durante el paso de la historia
muchos de ellos se han perdido y solo viven en la memoria de quienes afortunadamente vivieron esos
bellos tiempos en que la población era escasa, se respiraba un aire puro y el clima era formidable.
Después la imagen era llevada al mercadito “San Miguel” donde permanecía en su interior bajo la
custodia de personas que por muchos años organizaban las fiestas con rezos, eventos populares
como las carreras de cintas, competencias del palo ensebado, los encostalados y por la noche
desfilaban por las calle principal del barrio, las mojigangas como la “Nana Yaca”, las correrías del toro
fuego, una armazón de varas de bambú, petate, con cachos rodeada de cohetes y luces artificiales
bajo el árbol de guanacaste y en el predio donde años después se construyo el Cine Presidente.
Entre las familias y personas entusiastas que participaban en estas celebraciones allá por los años
treinta, cuarenta y todavía en los cincuenta, recordamos a los Zepeda, doña Maria Lagos madre de
nuestro asiduo lector el Dr. Alejandro Zúñiga, la familia Leurinda, las hermanas Pavón, don Alejandro
Colindres, don Adán espinal, don Elegio Elvir Quiñónez, las Ochoa, las Velásquez, Juanita Gamundi,
los Ariza, la familia Rodríguez, Aurorita Martínez madre del lic. Manlio Martínez Cantor y muchos otros
que de barrios aledaños como La Ronda, La cabaña, La Plazuela, y Casamata colaboraban en las
actividades artísticas y religiosas.
La fiesta patronal culminaba el 29 de septiembre con la procesión que salía al mercadito San Miguel,
pasaba por el arbolito tomaba el rumbo de la avenida Cervantes hacia la Catedral para colocar
nuevamente en el altar mayor al santo patrono de la capital. La imagen de San Miguel se trasladaba
en una carroza y la procesión la encabezaban el cura párroco de Tegucigalpa.
Hoy se guarda muy poco de esa tradición, solo queda la procesión del día 29 pero en El Guanacaste
desaparecieron la mayoría de los festejos y la feria patronal de los capitalinos solo queda en el
recuerdo de quienes vivimos y disfrutamos en los frescos días septembrinos consagrados al Arcángel
San Miguel.