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REPENSAR LA JUSTICIA SOCIAL . Dubet.

En la actualidad existen dos grandes concepciones de la justicia social: la igualdad de posiciones y


la igualdad de oportunidades, ambas tratan de reducir las inequidades sociales nacidas en las
sociedades democráticas.

El estado muestra en las políticas el posicionamiento que tiene frente a algún principio de justicia.
En el sistema capitalista no es posible la igualdad, la desigualdad es intrínseca a él. El estado debe
corregir las brechas de inequidad. La igualdad es para todos los mismo, es universal. Para alcanzar
esta primero es necesario desarrollar equidad. En los ’90 se planteaba la desigualdad como
diferencia.

Igualdad de posiciones: cada individuo ocupa un lugar en la estructura social, las PP intervienen
en las posiciones que ocupa. Asi, achica la brecha. Se centra en los lugares que organizan la
estructura social, en el conjunto de posiciones ocupadas por los individuos. Busca reducir las
desigualdades de los ingresos, de las condiciones de vida, del acceso a los servicios, de la
seguridad, que se ven asociados a las diferentes posiciones sociales que ocupan los individuos,
altamente dispares. Estuvo vigente en el Estado de Bienestar. Entonces, busca hacer que las
distintas posiciones estén, en la estructura social, más próximas las unas de las otras. Desde un
lugar subalterno puedo acceder al lugar del ejecutivo, con vacaciones, protección social, salud y
educación.

Igualdad de oportunidades: Hoy está vigente. Los Estados generan condiciones para que los
individuos podamos acceder, y si no aprovechas es tu culpa. Consiste en ofrecer a todos la
posibilidad de ocupar las mejores posiciones en función de un principio meritocratico, las
inequidades son justas ya que todas las posiciones están abiertas a todxs, en función de los
proyectos y meritos de cada uno. Denuncia discriminaciones inaceptables que calla el modelo de
las posiciones

En materia de políticas sociales y programas, dar preferencia a una u otra no es indistinto. Por
ejemplo, no es lo mismo apostar al aumento de los bajos salarios y alas mejoras de la condiciones
de vida en los barrios populares que procurar que los niñxs de esos barrios tengan las mismas
oportunidades que los otrxs de acceder a la elite en función de su merito. Tiene que tener en
cuenta el punto de partida/ lugar. También, no es lo mismo obtener para las minorías etnorraciales,
una representación igualitaria en el Parlamento y en los medios, que transformar los empleos que
ocupan en una construcción y la administración pública para volverlos más remunerativos y menos
pesos. Estamos obligadxs a elegir que via nos parece mas justa y eficaz, debemos fijar prioridades.

Los movimientos sociales también privilegian a grupos y a intereses diferentes entre sí, no obro de
la misma manera si lucho para mejorar mi posición que si lo hago para incrementar mis
oportunidades de salir de ella. En el primer caso, el actor esta definido por su trabajo, su función,
su utilidad, incluso por su explotación. En el segundo caso, esta definido por su identidad, por su
naturaleza y por las discriminaciones eventuales que sufra en tanto mujer, desempleado, hijo de
inmigrantes, etc. La sociedad también se inclina diferente, no es lo mismo.

Es natural que un gobierno liberal de derecha prefiera el mérito, la responsabilidad individual y la


libertad de empresa, un modelo que se apoya sobre el imaginario de una competencia equitativa.
La escuela afirma este principio.
La igualdad de posiciones refuerza la solidaridad, ya que consiste en triunfar socialmente, busca la
calidad de la vida social y por ese camino, la de la autonomía personal: soy tanto más libre de
actuar cuanto menos me veo amenazado por desigualdades sociales demasiado grandes. La mayor
igualdad posible es buena en si porque refuerza la autonomía de los individuos.

La igualdad de posiciones constituye sin duda la mejor manera de realizar la igualdad de


oportunidades.

La igualdad de oportunidades no dice nada acerca de las desigualdades sociales que separan entre
si alas distintas posiciones.

La igualdad de posiciones podría construir uno de los elementos de la reconstrucción ideologica de


la izquierda

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