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2. LA SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.

La Segunda revolución industrial corresponde al período que inició entre los años 1850-1870 y el
inicio de la Primera Guerra Mundial en 1914. Fue una época de importantes cambios económicos
y sociales como consecuencia de un acelerado desarrollo tecnológico.

La caracterizaron los siguientes rasgos:


El empleo de nuevas fuentes de energía
El desarrollo de nuevos sectores de la producción
Cambios en la organización de la producción y el trabajo
Nuevas formas de capital empresarial
La formación de un mercado de extensión mundial.

2.1 Expansión demográfica y grandes migraciones.

Las transformaciones que tuvieron lugar en el campo económico fueron acompañadas de otras
tantas en la estructura social.

Durante el siglo XVIII el ritmo de crecimiento de la población europea experimentó un espectacular


crecimiento generado por múltiples factores. En primer término, las transformaciones en la
producción agrícola; con la incorporación y aplicación de nuevas tecnologías y técnicas que
permitieron obtener un mayor rendimiento de los terrenos de cultivo, la introducción de cultivos
provenientes del continente americano (papa, maíz), así como la explotación de terrenos
cultivables en los continentes colonizados, contribuyeron al aumento de la población al
incrementarse la capacidad de producir alimentos. Asimismo, los avances en la medicina
produjeron una reducción considerable en las tasas de mortalidad y un incremento sostenido en
las tasas de natalidad. De esta manera, entre los siglos XVIII y XIX el continente europeo
experimentó un crecimiento espectacular en su población, que pasó de 208 a 430 millones en el
periodo citado. Fue consecuencia del mantenimiento de altas tasas de natalidad (en torno al 40 x
mil) y la drástica reducción de las de mortalidad. Este incremento tuvo mayor relevancia en las
ciudades que en el ámbito rural.

Los cambios demográficos, así como la rápida urbanización de la población y un excedente de la


población activa, como consecuencia de la capacidad productiva de la agricultura impulsados por
la Revolución Industrial, motivaron movimientos migratorios de la población europea de gran
magnitud hacia países en proceso de industrialización. Además de los anteriores, otro factor que
contribuyó a impulsar las corrientes migratorias fue la revolución en el transporte, con la aplicación
del vapor en el transporte terrestre y la navegación, a través de los transatlánticos impulsados por
turbinas de vapor, que facilitaron el transporte de pasajeros y mercancías, al reducirse de forma
considerable el costo y tiempo empleados en los desplazamientos entre Europa y América. Se
calcula que entre el periodo entre 1850 y 1940 se desplazaron cerca de 55 millones de europeos,
la mayoría de ellos, se asentaron en los Estados Unidos, país que se convirtió en el principal polo
de atracción de emigrantes europeos provenientes de las islas británicas, Italia, Alemania, entre
otros, aunque los movimientos migratorios también se dirigieron hacia países como Argentina,
Venezuela, Brasil y Canadá.

2.2 Ciencia e industria

Después de 1840, el maquinismo industrial se complicó y en el término de 50 años todas las


industrias fueron reequipadas eficaz y completamente. En las ciudades se concentró la industria
con sus grandes fábricas y los talleres desaparecieron progresivamente. El obrero ya no fue
responsable del producto final, sino un pequeño engranaje dentro del proceso productivo. Prueba
de ello fueron los nuevos métodos de trabajo " taylorismo". Estos intentaban obtener el máximo de
rendimiento en el menor tiempo posible. La especialización y la producción en serie fueron
también rasgos típicos de éste período.
El aprovechamiento de las nuevas fuentes de energía, sumado a la invención de nuevas
máquinas, abrieron paso a la era de la siderurgia moderna. Comenzaron a utilizarse la rotativa y la
máquina de escribir (1867), el cemento y el hormigón (1883), las armas de repetición (1862) y la
dinamita(1866), además de los tornos y las perforadoras neumáticas. Inglaterra, Francia,
Alemania y los Estados Unidos, dominaron la producción mundial y se convirtieron en potencias
de primer orden.

A su vez, también el maquinismo agrícola se diversificó: se fabricaron trilladoras, segadoras,


tractores, etc. Estas nuevas máquinas comenzaron a utilizarse a partir de 1870 en los Estados
Unidos e Inglaterra. Se adoptaron métodos intensivos de agricultura; el guano peruano, por
ejemplo, fue utilizado como fertilizante.

A partir de 1850, el libre cambio y el deseo de competir, aceleró las transformaciones agrícolas
estimuladas, a su vez, por la ampliación de nuevos mercados consumidores. Se fortalecieron, de
este modo, los lazos coloniales que sometieron a las naciones pequeñas, productoras de materias
primas, a la voluntad de las poderosas.

En ciencias se producen una serie de avances que ayudan en la segunda fase de


industrialización:

Las ciencias físicas, naturales y humanas experimentaron el mismo impulso que la técnica y la
industria. En física se realizaron experiencias con la luz y la electricidad. En 1903, Ernesto
Rutheford descubrió los elementos radioactivos y años más tarde ideó un modelo del átomo. En
1895, Guillermo Röngten descubrió los rayos X. En 1905, Alberto Einstein, basándose en sus
estudios matemáticos, revolucionó la concepción del cosmos con su Teoría de la Relatividad,
punto de partida de nuevas investigaciones.

Los avances médicos y el mejoramiento de los métodos de higiene lograron un progreso en


beneficio de una mejor salud pública y una mayor expectativa de vida. Roberto Koch (1843-1910)
descubrió los bacilos que producen la tuberculosis y el cólera. El francés Luis Pasteur (1822-1895)
ideó un proceso de conservación de los alimentos al descubrir que la fermentación era producida
por bacterias y que al exponer dichos alimentos a altas temperaturas éstas morían. Este
procedimiento recibió el nombre de Pasteurización. Por otra parte, el estudio de las bacterias dio
origen a una nueva ciencia: la bacteriología. Al mismo tiempo, los estudios médicos de Pasteur
permitieron el descubrimiento de la vacuna antirrábica.

En sicología Sigmund Freud (1859-1939) dio un giro rotundo a la psicología. Con su teoría del
psicoanálisis abrió grandes puertas para el conocimiento del interior del hombre, su conducta y
sus motivaciones. Su obra marcó un hito en la historia de los estudios psicológicos y fue la piedra
fundamental de la psicología del siglo XX.

2.3 Nuevas fuentes de energía y nuevos transportes

La electricidad.
Ya era conocida, pero ahora se trataba de producirla en cantidades industriales, a bajo
precio, y resolver el problema de su transporte. Bergès descubrió que podía obtenerse
electricidad en centrales hidroeléctricas, a partir de la fuerza del agua. Desprez, en 1881, resuelve
el problema de su traslado ideando el transporte de la corriente a alta tensión, posibilitada
por la reciente invención del transformador. El abanico de sus aplicaciones fue enorme:
alumbrado (en 1878, Edison ultima su lámpara de filamento o incandescente), sistemas de
comunicaciones (telégrafo, teléfono y radio) y de transporte (ferrocarril, tranvías eléctricos
y el “metro”).

El petróleo
Adquirió importancia cuando empezó a utilizarse como combustible en los medios de
transporte. Ello fue posible tras los inventos del motor de combustión interna, obra
deRudolf Diesel, y del motor de explosión, construido por los alemanes Gottlieb Daimlery
Karl Benz. Con ellos se desarrolló la automocíón y se revolucionaría el transporte por carretera.

En cualquier caso, la utilización de la electricidad y del petróleo como fuerza motriz


siguió siendo modesta hasta 1895. Desde 1890 estaban ya a punto el motor de petróleo y el
motor eléctrico, pero el monopolio de la máquina de vapor seguía siendo total a finales
del siglo XIX: el carbón suministraba más del 90% de la energía producida y consumida
en Europa.

2.4 Nuevos sectores industriales y nuevas formas de producción

Los nuevos sectores industriales.


Acompañando a la industria textil y la siderúrgica, verdaderos motores de la primera
industrialización, nuevos sectores se constituirán en punteros entre 1870 y 1914:

La Industria Química. Fabricaba colorantes, explosivos (dinamita, de Nobel), abonos,


medicamentos, fibras artificiales (naylon), caucho, etc.

La nueva siderurgia. Transformaba níquel, aluminio y otros metales. El hierro se sometió a


novedosos procesos de refinado a través del convertidor de Bessemer o el de Siemens-Martin,
favoreciendo el desarrollo de la industria de armamentos que habría de alcanzar una progresión
sin precedentes en los años previos a la I Guerra Mundial.

Las industrias alimentarias: latas de conserva esterilizadas (1875), frigoríficos industriales


(1878), etc.

Nuevas formas de control de la producción y del trabajo

La complejidad del entramado empresarial y de los procesos de producción pusieron de


manifiesto en esta segunda fase de la industrialización la necesidad de nuevos sistemas
organizativos que dieron lugar al Taylorismo y a la cadena de montaje.

La idea de este sistema organizativo del trabajo industrial partió de F. Taylor quien en su obra "The
Principles of Scientific Management", publicada en 1911, teorizó sobre la especialización de las
funciones en el trabajo y la estandarización de los procedimientos a seguir.
Según él las tareas debían realizarse con el menor esfuerzo y en el menor tiempo posible
eliminando pasos y movimientos innecesarios con el objeto de reducir los costes de fabricación. El
obrero debe ser aislado convenientemente y tener todos los elementos que manipula a su
disposición y fácil alcance, para lo que se crea la cadena de montaje. El trabajo intelectual y el
manual deben estar separados. Corresponde al primero organizar, impartir directrices y supervisar
al segundo. Establece un riguroso cronometraje de cada tarea a fin de evitar el descuido o pérdida
de tiempo del operario.

Aplicado con éxito en las fábricas de automóviles de Henry Ford significa la máxima
especialización del trabajo, la optimización de los rendimientos y el abaratamiento de las
mercancías, permitiendo el acceso a las mismas a un creciente número de consumidores.
Estos procedimientos rompieron con los métodos de producción del pasado, en los que los
trabajadores creaban y transformaban la materia prima dentro de un mismo proceso, sin apenas
especialización.

2.5 Capitalismo financiero


Si los pioneros de la industrialización habían financiado sus negocios en buena medida con capital
familiar, las nuevas necesidades impulsaron la búsqueda de nuevas fuentes de financiación. Es el
caso del ferrocarril, para cuya implantación y desarrollo se necesitaban grandes cantidades de
recursos que desbordaban las posibilidades de los particulares adinerados. Texto

Destacaron como formas o instrumentos de capital:


La Banca: los empresarios acudieron a ella en busca de créditos con los que hacer frente a los
crecientes desembolsos de inversión.

Las sociedades anónimas: constituidas por socios propietarios de acciones (participaciones) de la


empresa, que se repartían los beneficios generados proporcionalmente. La compra y la venta de
acciones tuvo como escenario la Bolsa.

Durante la primera industrialización los capitales estuvieron dispersos en pequeñas empresas que
competían en un mercado libre. Durante la Segunda Revolución Industrial se tendió a la
concentración de capitales en pocas manos y a la fusión empresarial. Las compañías más
poderosas absorbieron a las más débiles y controlaron las distintas ramas de la producción
pretendiendo controlar el mercado en régimen de monopolio. Monopolio

Destacaron tres fórmulas de concentración industrial:

El cártel: acuerdo entre dos o más empresas, que conservaban su autonomía financiera para
fijar precios, cuotas de producción y repartirse el mercado. Más infornación sobre el Cártel

El trust: fusión de empresas para imponer los precios de venta y la producción. Ej., la Standard
Oil Company, o la fábrica de automóviles Ford. Texto

El holding: sociedad financiera que controla empresas pertenecientes a sectores productivos


diversos mediante la adquisición de la mayoría de sus acciones en Bolsa.

Todas estas transformaciones propiciaron la evolución hacia una economía mundializada. La


globalización de la economía se produjo como consecuencia de la necesidad de materias primas y
el control de nuevos mercados donde vender los excedentes industriales. Las principales
potencias se embarcaron en la conquista y control de amplios territorios en África y Asia,
ampliando enormemente las relaciones comerciales y conduciendo a una universalización
mercantil y financiera.

Sin embargo, las relaciones de producción se sustentaron en la desigualdad entre las potencias
industrializadas (monopolizadoras de la tecnología y productoras de manufacturas) y las áreas no
industrializadas (proveedoras de materias primas y mano de obra). Este rasgo fue clave en el
fenómeno del Imperialismo.

Por otra parte, la competencia colonial entre los países imperialistas se materializó en conflictos
que ocuparon buena parte del siglo XIX y los comienzos del XX, hasta culminar en el estallido de
la Primera Guerra Mundial.

A mediados del siglo XIX, Gran Bretañaera la primera potencia industrial en Europa; la segunda,
con una potencia mucho menor, era Francia. A partir de 1860, la producción industrial
alemana superaba a la de Francia. En 1890-1900, Alemania estaba a punto de alcanzar a la
economía británica; a su vez, la mayoría de los países europeos estaban ya industrializados
(Austria-Hungría, Italia, España) o bien daban comienzo a la industrialización, como era el
caso de la Rusia zarista. Si del ámbito económico europeo nos trasladamos al mundial, entre
1850 y 1900 se observa como Europa va perdiendo su superioridad mientras EE.UU.se
ha convertido en la primera potencia mundial. La economía europea, sin embargo,
superaba a la de los EE.UU. en la disposición de mercados internacionales, en el de los
transportes marítimos y en el del mercado de capitales(es decir, Europa, en concreto,
Francia, Gran Bretaña, Alemania y Bélgica, disfrutaban de los intereses de sus
inversiones en el resto del mundo). Sin embargo, la Primera Guerra Mundial pondrá a
prueba este sistema económico y obligará a introducir profundos cambios en la economía
europea.

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