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Domiciano
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Para otros usos de este término, véase Domiciano (desambiguación).
Domiciano
Emperador romano
Domiziano da collezione albani, fine del I sec. dc. 02.JPG
Busto de Domiciano
Reinado
14 de septiembre de 81-18 de septiembre de 96
Predecesor Tito
Sucesor Nerva
Información personal
Nombre secular Titus Flavius Domicianus
Nacimiento 24 de octubre de 51
Roma, Italia
Fallecimiento 18 de septiembre de 96 (44 años)
Roma, Italia
Familia
Dinastía Dinastía Flavia
Padre Vespasiano
Madre Domitila la Mayor
Cónyuge Domicia Longina (70-96)
Descendencia Un hijo, muerto de joven
[editar datos en Wikidata]
Tito Flavio Domiciano (Roma, 24 de octubre de 51-ibídem, 18 de septiembre de 96),
comúnmente conocido como Domiciano, fue emperador del Imperio romano desde el 14 de
octubre de 81 hasta su muerte el 18 de septiembre de 96. Fue el último emperador de
la dinastía Flavia, la cual reinó sobre el Imperio romano desde el año 69 hasta el
año 96 y abarcó los reinados de su padre, Vespasiano (69-79), de su hermano mayor
Tito (79-81) y finalmente el suyo propio (81-96).

Los triunfos de su hermano Tito marcaron la juventud y los inicios de su carrera,


ya que aquel alcanzó considerable renombre militar durante las campañas en Germania
y Judea de los años 60. Dicha situación se mantuvo durante el reinado de su padre
Vespasiano, coronado emperador el 21 de diciembre de 69, tras un largo año de
guerras civiles conocido como el Año de los cuatro emperadores. Al tiempo que su
hermano gozó de poderes semejantes a los de su padre, él fue recompensado con
honores nominales que no implicaban responsabilidad alguna. A la muerte de su padre
el 23 de junio de 79, Tito le sucedió pacíficamente, pero su corto reinado finalizó
abrupta e inesperadamente a su muerte por enfermedad, acaecida el 13 de septiembre
de 81. Al día siguiente Domiciano fue proclamado emperador por la Guardia
Pretoriana; su reinado, que duraría quince años, sería el más largo desde el de
Tiberio.

Las fuentes clásicas le describen como un tirano cruel y paranoico, ubicándole


entre los emperadores más odiados al comparar su vileza con las de Calígula o
Nerón. No obstante, la mayor parte de las afirmaciones acerca de él tienen su
origen en escritores que le fueron abiertamente hostiles: Tácito, Plinio el Joven y
Suetonio. Dichos hombres exageraron la crueldad del monarca al efectuar adversas
comparaciones con los "Cinco Buenos Emperadores" que le sucedieron. A consecuencia
de todo ello, la historiografía moderna rechaza la mayor parte de la información
que contienen las obras de estos escritores al considerarlos poco objetivos.1 Se le
describe como un autócrata despiadado pero eficiente, cuyos programas pacíficos,
culturales y económicos fueron precursores del próspero siglo II, en comparación
con el turbulento crepúsculo del siglo I. Su muerte marcó el final de la dinastía
Flavia, a la cual seguiría la dinastía Ulpio-Aelia, que comenzaría con el
nombramiento de Nerva.
Índice
1 Biografía
1.1 Juventud
1.1.1 Familia
1.1.2 Adolescencia y carácter
1.2 Ascenso de la dinastía Flavia
1.2.1 Año de los Cuatro Emperadores
1.2.2 Consecuencias del conflicto
1.2.3 Matrimonio
1.2.4 Heredero de carácter formal. Ascenso al trono
1.3 Emperador
1.3.1 Administración
1.3.2 Economía
1.3.3 Aspectos militares
1.3.3.1 Campaña contra los catos
1.3.3.2 Conquista de Britania
1.3.3.3 Guerras dacias
1.3.4 Política religiosa
1.3.5 Oposición
1.3.5.1 Revuelta de Saturnino
1.3.5.2 Relaciones con el Senado
1.4 Muerte
1.4.1 Asesinato
1.4.2 Sucesión y consecuencias
2 Legado
2.1 Fuentes antiguas
2.2 Revisionismo moderno
3 Historiografía
4 Representaciones en el arte
4.1 Literatura
4.2 Pintura
4.3 Cine y televisión
5 Notas
6 Referencias
7 Bibliografía
7.1 Autores clásicos
7.2 Autores modernos
7.3 Bibliografía complementaria
8 Enlaces externos
Biografía
Juventud
Familia
Artículo principal: Dinastía Flavia

Bustos de Vespasiano (izda.) y Tito (dcha.). Museos Capitolinos, Roma.


Nacido en Roma el 24 de octubre del año 51, era el tercer hijo de Vespasiano y
Domitila la Mayor.2 Sus hermanos eran Domitila la Menor (nacida en 39) y Tito
(nacido el mismo año que su hermana y conocido popularmente como Tito).

Las décadas de guerra civil que azotaron al Imperio a lo largo del siglo I a. C.
habían contribuido enormemente a la decadencia de la vieja aristocracia romana, que
fue gradualmente sustituida en el poder por una nueva nobleza provincial durante la
primera parte del siglo I.3 Una de esas familias fue la de los Flavios, o gens
Flavia, que se elevó desde una oscuridad relativa hasta la prominencia en tan solo
cuatro generaciones, adquiriendo considerable riqueza e influencia bajo el reinado
de los emperadores de la dinastía Julio-Claudia. El bisabuelo de Domiciano, Tito
Flavio Petrón, sirvió como centurión a las órdenes de Cneo Pompeyo Magno durante la
segunda guerra civil. Su carrera militar terminó cuando Pompeyo fue derrotado de
manera aplastante por Julio César en la batalla de Farsalia.4

Sin embargo, Petrón logró mejorar su situación casándose con Tértula, una mujer
sumamente rica, cuya fortuna garantizó el ascenso del hijo de ambos, Tito Flavio
Sabino, el abuelo de Domiciano.5 El mismo Sabino amasó una gran riqueza como
recaudador de impuestos en la provincia de Asia y como banquero en Helvecia. Al
casarse con Vespasia Polión se alió con una de las familias patricias de mayor
abolengo aristocrático. La riqueza y el linaje de los hijos de Vespasia Polión y
Tito Flavio Sabino II garantizaron el ascenso de sus hijos, Vespasiano y Tito
Flavio Sabino, al rango senatorial.5

Estatua de Domiciano.
La carrera política de Vespasiano comprendió los cargos de cuestor, edil, pretor,
culminando con un consulado en 51, año de nacimiento de Domiciano. Vespasiano
alcanzó la gloria militar merced a su destacada participación en la Invasión de
Britania.6 Aunque las fuentes antiguas alegan la pobreza de la familia flavia
durante la época del nacimiento de Domiciano,7 e incluso sugieren que los Flavios
habían caído en desgracia durante los reinados de Calígula (37-41) y Nerón (54-
68),8 historiadores modernos como Jones afirman que estos relatos constituyen solo
una parte de la campaña propagandística realizada durante los reinados de los
emperadores pertenecientes a la dinastía Flavia; dicha campaña tenía como fin minar
la popularidad de estos impopulares emperadores y alabar la del emperador Claudio
(41-54) y la de su hijo Británico.9 Al parecer, el favor imperial hacia los Flavios
fue considerable a lo largo del periodo comprendido entre 40 y 60. Mientras Tito
recibía una extraordinaria educación en la corte imperial junto a Británico,
Vespasiano ejerció importantes magistraturas civiles y militares.

Tras haber estado retirado de la vida pública durante la década de 50, Nerón nombró
procónsul de África a Vespasiano (63). El futuro emperador acompañará al emperador
en un viaje a Grecia en 66.10 Tras el estallido de la primera guerra judeo-romana
en la provincia de Judea, el emperador designó a Vespasiano comandante de los
ejércitos allí estacionados.11 Al finalizar su formación militar, Tito se unió a su
padre y dirigió personalmente una de sus tres legiones durante la campaña.12

Adolescencia y carácter

Busto de Vespasiano, Museo Pushkin (Moscú). Domiciano tenía quince años cuando el
emperador Nerón encargó a su padre la tarea de someter a los rebeldes judíos.
Ya en el año 66, hacía tiempo que habían muerto tanto la madre como la hermana de
Domiciano, mientras que su padre y su hermano lideraban los ejércitos de Germania y
Judea; todo ello motivó que pasase la mayor parte de su adolescencia en ausencia de
sus parientes más cercanos. Durante la primera guerra judeo-romana, Domiciano pasó
al cuidado de su tío Tito Flavio Sabino, que era praefectus urbi de Roma. Es
probable que Nerva, quien sería su sucesor en el trono, lo tomara bajo su
protección.11 Recibió una educación privilegiada, digna de un joven procedente de
la clase senatorial; estudió retórica y literatura. Suetonio, en su obra Las vidas
de los doce césares escribe acerca de la capacidad que tenía para citar frases de
grandes poetas como Homero o Virgilio en las ocasiones adecuadas,1314 y lo describe
como un adolescente culto y educado, capaz de conversar de una manera muy
elegante.15 Sus primeras obras publicadas fueron poemas, así como tratados sobre la
ley y administración. A diferencia de su hermano Tito, no fue criado propiamente en
la corte imperial, ni parece que recibiera una educación militar formal; aunque
Suetonio le describe como un tirador diestro.16

Suetonio, además, consagra una parte importante de su biografía a hablar de la


personalidad de Domiciano y proporciona una detallada descripción de su carácter y
apariencia física.
Domiciano era de elevada estatura, semblante modesto, tez sonrosada y ojos grandes,
aunque débiles; era hermoso y apuesto, sobre todo en la juventud, aunque tenía los
dedos de los pies muy cortos. Más adelante a este defecto se unieron otros: cabeza
calva, vientre enorme y piernas extraordinariamente delgadas, y más debilitadas aún
por larga enfermedad.17
Al parecer, su calvicie le avergonzaba tanto que en etapas posteriores trató de
disimularla con el empleo de pelucas.18 Siempre según Suetonio, se obsesionó tanto
que llegó a escribir un libro acerca del cuidado del cabello.17 En lo que respecta
a su personalidad, los escritos de Suetonio alternan bruscamente entre una
descripción emperador-tirano, el de un hombre física e intelectualmente perezoso o
el de un emperador de carácter refinado y de gran inteligencia.19 Brian Jones
concluye en su obra, The Emperor Domitian, que es complicado hablar acerca de la
verdadera naturaleza de la personalidad de Domiciano a causa de la parcialidad de
las fuentes supervivientes.19 Según sugieren las partes comunes de las fuentes
supervivientes, parece ser que carecía del carisma natural de su hermano y de su
padre, que era propenso a sospechar de las personas, y que estaba dotado de un
extraño y en ocasiones autodespreciativo sentido del humor.2021 La naturaleza de su
carácter se vio agravada por su tendencia al aislamiento del resto del mundo; a
medida que pasaban los años esta tendencia se acentuó hasta el punto que se
comunicaba de manera críptica con los demás o incluso llegaba a no mantener
contacto con nadie. Quizá esto fuera consecuencia de su infancia, transcurrida
lejos de sus familiares más cercanos.11 Es más, cuando tenía dieciocho años la
mayor parte de sus familiares cercanos habían muerto en combate o de enfermedad.
Por otro lado, y a consecuencia de haber pasado casi toda su juventud bajo el
reinado de Nerón, sus años de educación estuvieron fuertemente influenciados por la
agitación política de la época, que culminó con la guerra civil de 69 que llevaría
a su familia al poder.

Ascenso de la dinastía Flavia


Año de los Cuatro Emperadores

Mapa del Imperio romano durante el Año de los Cuatro Emperadores, las provincias
azules indican las regiones leales a Vespasiano.
Artículo principal: Año de los cuatro emperadores
El 9 de junio del año 68, entre la creciente oposición del Senado y el ejército,
Nerón se suicidó, terminando así con la dinastía Julio-Claudia y desatando una
devastadora guerra civil conocida como el Año de los cuatro emperadores. En dicha
guerra, los cuatro generales más influyentes del Imperio romano —Galba, Otón,
Vitelio y Vespasiano— se fueron disputando sucesivamente el control del mismo.
Informado de la muerte del último Julio-Claudio, así como del nombramiento como
emperador de Servio Sulpicio Galba, entonces gobernador de Hispania Tarraconense,
el futuro emperador, Vespasiano, decidió pausar su campaña y enviar a su hijo Tito
a presentar sus respetos al nuevo emperador.22

Antes de alcanzar Italia, Tito fue informado de que Galba había sido asesinado y de
que Otón había sido nombrado su sucesor. Nada más iniciar su reinado, el ex-
gobernador de Lusitania tuvo que hacer frente a la rebelión de Vitelio y sus
legiones de Germania. El rebelde fue coronado emperador por sus tropas e inició una
marcha sobre Roma. No queriendo arriesgarse a ser capturado por ninguno de los dos
bandos, Tito suspendió el viaje y volvió a Judea junto a su padre.23

Otón y Vitelio eran conscientes de la amenaza que representaba Vespasiano. Con


cuatro legiones a su disposición, lideraba una fuerza compuesta por unos 80.000
soldados. Además, su sólida posición en Judea le confería la ventaja de estar
próximo a la provincia de Egipto, territorio vital que controlaba el suministro de
grano de la capital. Paralelamente, su hermano, Tito Flavio Sabino, era praefectus
urbi, por lo que controlaba el destacamento militar estacionado en la ciudad.24 A
pesar de que la tensión entre sus tropas se acrecentaba, decidió no pasar a la
acción mientras Galba y Otón ostentaron el poder. Sin embargo, tras la derrota de
Otón en Bedriacum,25 y de su noble suicidio, que emocionó a Roma, los ejércitos de
Judea y Egipto decidieron actuar y nombraron emperador a Vespasiano el 1 de julio
de 69.26 Vespasiano aceptó y, tras duras negociaciones, Tito obtuvo el apoyo del
gobernador de Siria, Muciano; esta unión representaba la formación de una imponente
fuerza en el Este.27 Al tiempo que Vespasiano se trasladaba a Alejandría a fin de
asegurarse el control de la provincia egipcia, Tito quedó al mando del conflicto
que les enfrentaba con los judíos sediciosos; por todo ello, sobre Muciano recayó
la tarea de tomar Roma.2829

Réplica del siglo XVI de un busto del emperador Vitelio. Museo del Louvre (París).
En Roma, Vitelio puso a Domiciano bajo arresto domiciliario a fin de poder
emplearlo como rehén ante el inminente ataque de Muciano a la capital.30 La
situación del emperador era desesperada, pues sus soldados desertaron en masa a las
filas de su adversario. El 24 de octubre de 69 los dos ejércitos se enfrentarían en
la Bedriacum; dicha batalla finalizó con una aplastante victoria sobre los soldados
vitelianos.31 Tras su derrota, Vitelio trató de firmar un tratado en el que
renunciaba al trono voluntariamente; no obstante, los pretorianos se lo
impidieron.32

La mañana del 18 de diciembre el emperador se encaminó al Templo de la Concordia a


fin de depositar la insignia imperial; sin embargo, en el último momento volvió
sobre sus pasos y regresó al Palacio Imperial. Creyendo a Vitelio fuera de juego,
los estadistas más influyentes de la capital se reunieron en la casa del Flavio
Sabinon. 1 y declararon emperador a Vespasiano. Pero las tropas de Vitelio atacaron
a la escolta de Sabino obligándola a refugiarse en la Colina Capitolina.33 Aunque
Muciano se acercaba a Roma, los familiares de Vespasiano no fueron capaces de
resistir el asedio. A la mañana siguiente, las tropas imperiales irrumpieron en el
Arx, la ciudadela de la Colina Capitolina; Sabino cayó víctima de la escaramuza que
se produjo.34 Domiciano logró escapar disfrazándose de adorador de Isis y pasó la
noche en casa de uno de los simpatizantes de su padre.35El 20 de diciembre, Vitelio
y sus ejércitos fueron derrotados y sus oficiales ejecutados por las tropas de
Vespasiano. Sin nada que temer, Domiciano salió de su escondite y se presentó a las
fuerzas invasoras, que lo aclamaron como Caesar y lo condujeron a la casa de su
padre.36 El 21 de diciembre, el Senado proclamó oficialmente a Vespasiano como
emperador, terminando así con este sangriento ciclo de guerras civiles.37 Había
finalizado el año de los cuatro emperadores; se iniciaba el reinado de Vespasiano.

Consecuencias del conflicto

La conspiración de Cayo Julio Civilis de Rembrandt (1661). Durante la rebelión de


los batavios, Domiciano disfrutó momentáneamente de una oportunidad de alcanzar la
gloria militar; sin embargo, los oficiales superiores le denegaron el mando de una
legión.
Aunque la guerra civil hubiera finalizado oficialmente, un estado de anarquía se
apoderó de la capital durante los primeros días que transcurrieron tras el
fallecimiento de Vitelio; sin embargo, Muciano restauró el orden de manera
satisfactoria a principios de 70. Por su parte, Vespasiano no acudiría a Roma hasta
septiembre de aquel año.35 En ausencia de su padre y su hermano, Domiciano actuó
como representante de los Flavios en el Senado, cuyos integrantes le otorgaron el
título de César y lo nombraron pretor con poderes proconsulares.38 No obstante, su
poder y autoridad eran puramente nominales, presagio del papel que desempeñaría a
lo largo de los siguientes doce años. Todas las fuentes afirman que era Muciano el
que ejerció el verdadero poder en ausencia del emperador; el exgobernador de Siria
no permitió que un joven de dieciocho años traspasara los límites de su función
simbólica.38 Tácito describe su primer discurso ante los senadores como un informe
breve y moderado.39 A fin de controlarle, se mantuvo una estrecha vigilancia sobre
el séquito del César; además, los militares más influyentes como Arrio Varo,
praefectus praetorio, o Marco Antonio Primo, comandante de los efectivos del
emperador en Bedriacum, fueron enviados a peligrosas misiones en provincias lejanas
y sustituidos por hombres fácilmente controlables como Marco Arrecino Clemente.38

Al igual que había hecho con sus ambiciones políticas, Muciano hundió las
aspiraciones militares del joven. El Año de los cuatro emperadores había causado
una gran inestabilidad en las provincias, conduciendo a una serie de rebeliones
lideradas por regímenes locales; en la Galia, comandados por Cayo Julio Civilis,
los batavios, efectivos auxiliares de las legiones del Rin, desertaron y se unieron
a los tréveros de Julio Clásico. Desde la capital se enviaron siete legiones
comandadas por el cuñado del emperador, Quinto Petilio Cerial, que sometió
rápidamente a los sediciosos. A pesar de ello, Muciano se vio forzado a marchar con
sus propias tropas a la zona afectada a consecuencia de los exagerados informes que
había recibido. El César trató entonces de alcanzar una reputación como militar,
para lo que se unió a los oficiales con la esperanza de que se le concediera el
mando de una legión. Tácito escribe que Muciano no confiaba en Domiciano, si bien
prefería que permaneciera cerca de él, en donde pudiera controlarle, en lugar de en
Roma.40 Cuando llegaron las noticias de la victoria de Cerial, Muciano intentó
disuadir al hijo de su aliado de perseguir la fama militar.41 Sin embargo,
Domiciano decidió escribir directamente a Cerial, al que sugirió que le traspasase
el mando del ejército. Advertido por Muciano, este le volvió a rechazar.42 La
llegada de su padre a la ciudad le apartó definitivamente de la política. Pasó los
años siguientes dedicándose a las artes y a la literatura.42

Matrimonio

Busto de Domicia Longina, esposa de Domiciano. Nótese el peculiar peinado, muy


popular durante el gobierno de la dinastía Flavia.
Fracasada su carrera política y militar, el futuro emperador centró su atención en
los asuntos que afectaban a su vida doméstica. Vespasiano intentó concertar un
matrimonio entre su hijo menor y la hija de Tito, Julia Flavia.43 Sin embargo, este
estaba tan profundamente enamorado de Domicia Longina que logró convencer a su
marido, Lucio Elio Lamia, de que se divorciase con el objeto de poder casarse con
ella él mismo.43 Vespasiano, aunque en un principio se opuso a esta unión, cedió al
ver lo beneficiosa que era para ambas familias. Longina era hija de Cneo Domicio
Corbulón, un militar competente y político respetado, que se suicidó por órdenes de
Nerón tras el fracaso de la Conspiración de Pisón. A través de este matrimonio no
solo se restablecían las conexiones con la oposición senatorial, sino que también
se reforzaba la campaña propagandística que trataba de ocultar el éxito
experimentado por la carrera política de Vespasiano durante el reinado del odiado
emperador. Los oficiales imperiales manipularon la información a fin de crear unos
falsos vínculos con los fallecidos Claudio y Británico. Se rehabilitaron las
propiedades de las víctimas de los excesos de Nerón.44

Al parecer el matrimonio fue feliz,45 aunque se vio obligado a tolerar constantes


acusaciones de adulterio y divorcio.45 En 73 nacería el único hijo de la pareja, un
varón del que se desconoce el nombre fallecido en 81.46 Jones opina que esta fue la
razón por la que en 83 Domiciano exilió a su esposa bajo acusaciones de
infertilidad.47 Sin embargo la haría volver; quizá por amor o con el objeto de
acallar los rumores que le relacionaban con su sobrina, Julia Flavia.48 Se
desconoce si tuvo algún hijo ilegítimo y nunca se volvió a casar. Tras suceder en
el trono a su hermano, otorgó a su mujer el título honorífico de Augusta y forzó al
Senado a deificar a su hijo. Esta información procede del grabado presente en el
reverso de una moneda acuñada durante su reinado.49

Heredero de carácter formal. Ascenso al trono

Triunfo de Tito, por Lawrence Alma-Tadema (1885). La pintura describe la procesión


triunfal de la Familia Flavia durante el triunfo de Tito. Vespasiano aparece a la
cabeza de la familia ataviado de Pontifex Maximus, seguido por Domiciano y Domicia
Longina y finalmente por Tito, que porta una regalía religiosa.
En junio de 71, Tito regresó a la capital tras derrotar a los sediciosos que se
habían rebelado en Judea. El conflicto se había saldado con la captura o
fallecimiento de cerca de un millón de personas, de las cuales casi todas eran
judías.50 Se destruyeron Jerusalén y su templo y se capturó y esclavizó a 100.000
personas.50 A fin de recompensar su victoria, el Senado concedió a Tito un triunfo;
durante la celebración del mismo, los miembros de la dinastía Flavia se presentaron
ante el pueblo romano precedidos por un desfile en el que se exhibía el botín de
guerra.51 A la cabeza de la procesión iban Tito y Vespasiano, seguidos por
Domiciano - a lomos de un semental blanco - y el resto de la familia.52 Tras
ejecutar a los líderes de la resistencia judía en el Foro se realizaron sacrificios
religiosos en el Templo de Júpiter.51 A fin de conmemorar la victoria de Tito se
ordenó la construcción del Arco de Tito, situado en la entrada sureste del Foro.

El regreso de su hermano puso de manifiesto la insignificancia de Domiciano, tanto


militar como políticamente. En su condición de primogénito y merced a su
experiencia, Tito fue nombrado cónsul en siete ocasiones, censor en una, y, además,
se le concedió la tribunicia potestas y el mando sobre el cuerpo de seguridad
imperial, la Guardia Pretoriana; todo ello durante el reinado de su padre.53 Por
otra parte, estas concesiones confirmaban que Tito era el heredero del Imperio.54 A
Domiciano se le concedieron los títulos honoríficos de césar o princeps iuventis,
además de varios sacerdocios como el de augur, pontifex, frater arvalis, magister
frater arvalium y sacerdos collegiorum omnium,55 aunque ningún cargo con imperium.
Ejerció un consulado ordinario en 73 y cinco consulados suffectus en 71, 75, 76, 77
y 79, sustituyendo casi siempre en el puesto a su padre o a su hermano a mediados
de enero. Durante los reinados de ambos no obtuvo ningún cargo público de
importancia.55 Por otro lado, y si bien sus cargos eran más formales que
materiales, esos puestos sirvieron sin duda para que Domiciano adquiriese una
valiosa experiencia tratando con el Senado.56 Muciano, estrecho colaborador de su
padre durante el año de los cuatro emperadores, desapareció completamente de la
vida pública y es probable que muriera en 75/7.57 El verdadero poder se concentró
en manos de Vespasiano, Tito, y sus aliados políticos; el Senado se mantuvo como
una falsa fachada de democracia.58

La eficacia de Tito como coemperador de su padre garantizó que tras la muerte de


este último (23 de junio de 79)59 se produjera una sucesión pacífica y con pocos
cambios. Tito aseguró a su hermano que sería designado para desempeñar cargos de
importancia durante su reinado, aunque no le invistió con el poder tribunicio ni le
concedió ningún cargo con imperium.60 De todas formas, si bien Tito pudo haber
tenido en mente otorgar a su hermano cargos públicos de importancia, varios sucesos
ocurridos durante el transcurso de su reinado requirieron toda su atención. El 24
de agosto de 79 el Vesubio entró en erupción,61 enterrando bajo metros de ceniza y
lava las ciudades de Pompeya y Herculano. Al año siguiente estalló un incendio en
la capital que dañó una parte importante de los edificios públicos.62

Por todo ello, Tito pasó gran parte de su reinado tratando de restaurar las
propiedades de las víctimas. El 13 de septiembre de 81, tras dos años en el trono,
el hermano de Domiciano falleció a causa de unas fiebres que contrajo durante un
viaje que realizó al territorio de los sabinos.63

Las fuentes clásicas implican a Domiciano en esta muerte, acusándolo directamente


de asesinato,64 o afirmando que abandonó a su hermano cuando este se encontraba muy
enfermo a fin de que muriera.5265 La veracidad de estas historias, sobre todo
considerando la subjetividad de las fuentes contemporáneas, es difícil de
evaluar.65 Es muy probable que el afecto fraternal fuera mínimo, hecho nada
sorprendente, ya que apenas se conocían entre ellos.60 Independientemente de la
naturaleza de esta relación, Domiciano nunca mostró mucha preocupación por su
hermano moribundo.
Un día después del fallecimiento de Tito, el Senado proclamó emperador a Domiciano
y le concedió la tribunicia potestas, el cargo de pontifex maximus, y los títulos
de augusto y pater patriae.

Emperador
Administración

Busto de Domiciano como emperador con la corona cívica. Museo del Louvre (París).
Como emperador, Domiciano puso pronto fin a la falsa fachada de democracia
republicana establecida por su padre y estimulada durante el reinado de su
hermano.66 Hizo del Senado una institución obsoleta al concentrar en sus manos los
poderes gubernamentales. En su opinión el Imperio debía ser gobernado por una
monarquía divina dirigida por él, un déspota benevolente.66 Al margen de su poder
político, estimaba que su papel como emperador abarcaba los aspectos de la vida
cotidiana de la sociedad romana. Constituyó el referente cultural, así como la
autoridad moral.67 Al embarcarse en una serie de ambiciosos proyectos económicos,
militares y culturales destinados a restablecer la gloria que experimentó el
Imperio durante el reinado del emperador Augusto,68 señaló el camino hacia una
nueva época de prosperidad imperial dirigida por el gobierno de los "Cinco Buenos
Emperadores".

A pesar de sus revolucionarios proyectos, estaba determinado a gobernar el Imperio


concienzuda y escrupulosamente; de este modo se implicó personalmente en todas las
ramas de la administración imperial.69 Los edictos publicados durante su reinado
afectaban a los aspectos más íntimos de la vida privada de los romanos, mientras
que los impuestos, las leyes y la moral pública se aplicaron de manera rigurosa.
Según Suetonio, la burocracia imperial jamás se desempeñó de manera tan eficiente
como durante su periodo como emperador; su opresiva exigencia y su predisposición a
la sospecha llevaron a los niveles más bajos de la historia en cuanto a corrupción
entre los gobernadores provinciales y los funcionarios electos.70Entre los ejemplos
de celo por el control gubernamental en las provincias se encuentra el proceso
contra el procónsul Bebio Masa, gobernador de la provincia Bética, quien según
Plinio el Joven, fue acusado de concusión durante el reinado de Domiciano.

Aunque no atacara al Senado de manera expresa, los integrantes de la cámara


consideraban indigna la posición a la que habían sido relegados por la política del
emperador. En cuanto a los cargos públicos, no hubo casi ningún tipo de favoritismo
por motivos familiares, sino que se distribuyeron entre sus hombres de confianza;
de ese modo rompía con la política nepotista practicada por Tito y Vespasiano.71 A
la hora de asignar los oficios valoraba por encima de todo la lealtad y la
maleabilidad, cualidades que encontró más entre los hombres pertenecientes al ordo
equester que entre los senadores o sus familiares, de los que desconfiaba y a los
que destituía si no estaban de acuerdo con la política imperial.72

Su autocracia se acentuó con el hecho de que permaneció largos períodos fuera de la


capital, comparables a los de Tiberio en Capri o Rodas.73 A pesar de que el poder
del Senado ya había disminuido considerablemente tras la caída del orden
republicano, durante el reinado de Domiciano el poder central no parecía siquiera
encontrarse en la capital imperial, sino en el lugar en el que él se encontrara.66
De hecho, los miembros de la corte imperial habitaron en Alba o Circeo hasta que se
completó la construcción del Palacio Flavio, emplazado en el Monte Palatino. El
emperador viajó por todas las provincias occidentales del Imperio, permaneciendo
tres años en Germania e Iliria; desde estas provincias combatió a las tribus que
amenazaban sus territorios.74

Economía

Tras su ascenso al trono, Domiciano revaluó la moneda al aumentar en un 12 % el


contenido de plata de cada denarius. Esta moneda conmemora la deificación de su
hijo, fallecido en c. 81.
La tendencia del emperador a supervisar los detalles administrativos se hizo
evidente en su política financiera. Aunque la cuestión de si Domiciano dejó la
economía imperial con deuda o superávit ha sido intensamente debatida, la mayoría
de las pruebas apuntan a una economía relativamente equilibrada durante la mayor
parte de su reinado.75 A su ascenso al trono revalorizó la moneda al aumentar en un
12 % el contenido de plata presente en el denario; no obstante, una crisis en 85
forzó la devaluación de la divisa, que alcanzó el nivel establecido por Nerón en
65. Aun así, su valor se conservó por encima del nivel mantenido durante los
reinados de Vespasiano y Tito, y la estricta política fiscal de Domiciano aseguró
que dicho estándar se sostuviese los siguientes once años.76 Las monedas acuñadas
durante su reinado manifiestan un considerable grado de calidad, incluyendo una
meticulosa atención a la hora de citar los títulos del emperador y un gran cuidado
en los retratos integrados en el reverso de dichas monedas, que constituían
refinadas obras de arte.76

Jones establece que durante esta época los ingresos anuales de la administración
imperial alcanzaban los mil doscientos millones de sestertii, más de un tercio de
los cuales se destinaban a costear el mantenimiento del ejército.75 Gran parte de
este dinero sirvió para costear la reconstrucción de la capital imperial, cuyos
dañados edificios habían sufrido el Incendio de 64, el Año de los cuatro
emperadores (69), y el incendio del año 80.77 Más allá de un plan de reformas, los
proyectos urbanísticos de Domiciano estaban destinados a renovar el capital
cultural del Imperio. Durante su reinado se erigieron o completaron más de
cincuenta nuevas estructuras, número solo superado por los edificios construidos
bajo la administración de Augusto.77 Entre estas nuevas edificaciones destacan un
odeón, un estadio y un imponente palacio construido por el maestro arquitecto
Rabirio; esta suntuosa construcción, emplazada en la colina Palatina, se conocía
como el Palacio Flavio.78 Restauró el Templo de Júpiter, cuyo techo revistió de
oro. Completó el Templo de Vespasiano y Tito, el Arco de Tito y el Anfiteatro
Flavio; a esta estructura añadió un cuarto nivel y el acabado de la zona interior
en las que se sentaba el público.79

Para proteger la agricultura de la península itálica frente a las de las


provincias, intentó limitar el cultivo de viñedos en estas, tratando, al mismo
tiempo, de sustituir las vides por el cultivo de cereales y aumentar la
disponibilidad de estos para la annona imperialis y la annona militaris.

A fin de contentar a la plebe, la administración imperial invirtió cerca de 135


millones de sestertii en donativos o congiariae.80 Se resucitaron los banquetes
públicos, degradados a simples distribuciones de alimentos durante el reinado de
Nerón, y se asignaron grandes cantidades de dinero a los juegos y espectáculos. En
86 se crearon los Juegos Capitolinos, una prueba deportiva celebrada cada cuatro
años y que integraba competiciones atléticas, carreras de carros y concursos
musicales e interpretativos.81 El emperador subvencionó los viajes que desde
cualquier parte del Imperio efectuaban los competidores, y costeó los premios. Se
introdujeron innovaciones en el programa de entretenimientos; tales como las
simulaciones de enfrentamientos navales, las batallas nocturnas y los combates de
gladiadores protagonizados por mujeres y enanos.82 En las competiciones de carros
se añadieron dos nuevos equipos, la de los oros y la de los púrpuras.

Aspectos militares

Reconstrucción de una de las atalayas del Limes Germanicus. Lo más significativo de


la política militar de Domiciano fue la expansión y mejora de las defensas
fronterizas.
Las campañas militares que tuvieron lugar durante su reinado fueron de naturaleza
defensiva, pues el emperador rechazaba la idea de la guerra expansionista.83
Militarmente su aportación más importante fue el desarrollo del Limes Germanicus,
una vasta red de caminos, fortalezas y torres de vigilancia construidas a lo largo
del Rin a fin de defender el Imperio.84 Se libraron importantes conflictos; en la
Galia contra los chatti, y en la frontera del Danubio contra los suevos, sármatas y
dacios. La conquista de Britania continuó bajo el mando de Cneo Julio Agrícola, un
competente general que logró conquistar el territorio de Caledonia, correspondiente
a la moderna Escocia.n. 2 En 82 fue creada una nueva legión a fin de combatir a los
chatti, la I Minervia.85

Administró el ejército como había hecho con el resto de ramas gubernamentales, con
una incómoda y constante intervención. Sin embargo, su falta de competencia como
estratega militar se convirtió en blanco de las críticas de sus contemporáneos.83
Reclamó varios triunfos, entre el que destaca el realizado con el objeto de
celebrar la victoria sobre los chatti. No obstante, dichos triunfos constituyen
simples maniobras propagandísticas cimentadas sobre ficticias victorias en
conflictos que no habían llegado a su término. Tácito los cataloga como «simulacros
de triunfos», y efectúa una dura crítica sobre la decisión del emperador de retirar
los efectivos estacionados en Britania.8687 A pesar de todo, se hizo
considerablemente popular entre los soldados tras permanecer junto a ellos tres
años de campaña y aumentar un tercio su salario.8884 Mientras sus oficiales sí que
pudieron desaprobar sus decisiones tácticas, la lealtad que su figura ejercía en el
soldado raso era incuestionable.89

Campaña contra los catos


Cuando ascendió al trono, el emperador trató de labrarse la reputación como militar
que no había podido conseguir hasta entonces. A principios de 82/3 se desplazó a la
Galia con la pretensión de renovar el censo; sin embargo, a su llegada ordenó al
ejército iniciar una campaña contra los catos.90 Para este fin, ordenó el
reclutamiento de la Legio I Minervia, para reforzar el ejército de Germania
Superior y luchar contra esta tribu germánica; sus hombres construyeron más de 75
kilómetros de carreteras para descubrir los lugares donde se ocultaba el enemigo.85
Aunque ha sobrevivido poca información acerca del conflicto, la rápida vuelta del
emperador a la capital apunta a que los romanos alcanzaron una pronta victoria.

En Roma, se organizó un elaborado triunfo en su honor y él mismo se otorgó el


título de Germanicus.91 Los escritores antiguos desprecian esta supuesta victoria,
a la que describen como una campaña «fuera de lugar»,92 de la que deriva un
«simulacro de triunfo».86 El importante papel que esta tribu desempeñó en la
revuelta de Saturnino es síntoma de lo espurio de la campaña.84 Pese a todo esto
las evidencias arqueológicas nos muestran que la campaña significó un avance
militar romano en la parte superior del río Rin y el establecimiento de una zona de
fortificación en piedra en la parte del Taunus y el río Main, además fueron
construidas múltiples torres de vigilancia en el área.

Conquista de Britania
Artículo principal: Conquista romana de Britania

Estatua de Cneo Julio Agrícola en Bath.


Tácito, a través de la biografía de Agrícola, su suegro, confeccionó el informe
militar más detallado del Periodo Flavio. El historiador dedica gran parte de la
obra a la campaña realizada por este en Britania entre los años 77 y 84.84 A su
llegada a la isla en 77/78, Agrícola lideró una campaña en Caledonia, en la moderna
Escocia.

En 82, el comandante romano alcanzó territorios y combatió a tribus hasta entonces


desconocidos para su nación.93 Tácito escribe que su administración fortificó la
costa orientada hacia Irlanda y que su suegro afirmaba a menudo que se podía tomar
la isla con una sola legión reforzada por un destacamento de auxiliares.94 Agrícola
refugió a un monarca irlandés exiliado por su pueblo a fin de usarle como excusa
para tomar la isla. Aunque dicha conquista nunca tuvo lugar, ciertos historiadores
- como Vittorio Di Martino - defienden que las tropas romanas penetraron en ese
territorio durante una misión de exploración a pequeña escala o, en su defecto, una
expedición de castigo.95 Al año siguiente Agrícola formó una flota y avanzó allende
Forth, río ubicado en Caledonia. A fin de ofrecer una firme cobertura defensiva al
avance se construyó la enorme fortaleza de Inchtuthil.94 En el verano de 84 el
comandante romano se enfrentó a las fuerzas caledonias lideradas por Calgaco en la
Batalla del Monte Graupio.96 Aunque los romanos infligieron una aplastante derrota
a las fuerzas indígenas, dos terceras partes de las huestes caledonias lograron
escapar y esconderse en los pantanos escoceses y en las highlands. Este ejército
sería el que a la postre impidió que Agrícola tomara toda la isla bajo su
control.94

En 85 Domiciano decidió llamar a Roma a Agrícola, quien había servido más de seis
años como gobernador de la isla, más que cualquier legatus consularis ordinario de
la Época Flavia.94 Tácito afirma, en la obra que dedicó a su suegro, que el motivo
por el cual este había vuelto a ser llamado a la capital imperial era que sus
victorias hacían sombra a los modestos triunfos que había obtenido el emperador en
Germania.86 La relación entre Agrícola y Domiciano no está clara: por un lado el
primero fue recompensado con honores triunfales y en su honor se erigió una
estatua; por otro nunca pudo volver a ejercer cargo público alguno, a pesar de su
experiencia y su fama. Aunque se le ofreció el gobierno de la provincia de África,
Agrícola se negó; quizá a consecuencia de su mala salud o, tal como escribe Tácito,
por temor a las maquinaciones del emperador.97 Poco después de que Agrícola
regresara a Roma el Imperio romano entró en guerra en Oriente con el Reino de
Dacia. A medida que se fueron requiriendo refuerzos en el este, Domiciano comenzó a
retirar a las legiones que estaban desplegadas en suelo britano, se desmanteló la
fortaleza de Inchtuthil y se abandonaron los fuertes y demás fortificaciones de
Caledonia y, además, se desplazó la frontera romana 120 kilómetros al sur.98 Es
posible que los mandos militares echasen en cara a Domiciano su decisión de
retirarse, pero para él los territorios caledonios no suponían más que una pérdida
de dinero para el Erario.84

Guerras dacias
Artículo principal: Guerra dacia (86-89)

La provincia romana de Dacia (el área señalada en rojo), tras la conquista de


Trajano de 106. A la derecha de la imagen se encuentra el Mar Negro.
La amenaza más peligrosa a la que el Imperio tuvo que hacer frente durante el
reinado de Domiciano tenía su origen en el norte de Iliria, donde suevos, sármatas
y dacios realizaban continuas incursiones sobre los asentamientos romanos ubicados
a orillas del Danubio. De estos pueblos, los más poderosos eran los sármatas y los
dacios. Liderados por su rey, estos últimos cruzaron el Danubio y se internaron en
la provincia de Mesia, sembrando el caos a su paso en 84/85 y asesinando
brutalmente al gobernador, Sabino.99 El emperador se trasladó de inmediato a la
provincia a la cabeza de un ejército; aunque en la práctica delegó el mando en su
praefectus Fusco, quien, a mediados del año 85, logró hacer retroceder a los dacios
hasta su territorio. El emperador regresó a la capital imperial a fin de celebrar
su segundo triunfo.100 Sin embargo, la victoria no sería definitiva ya que, a
principios del año 86, Fusco se embarcó en una fatídica expedición en territorio
dacio, de la que derivó la completa destrucción de la Legio V Alaudae en Tapae. El
praefectus fue asesinado y el aquila de la Guardia Pretoriana fue capturada.101

El emperador regresó a Mesia en agosto del año 86. Una vez ahí dividió la provincia
en Baja y Alta Mesia y trasladó tres nuevas legiones a la frontera del Danubio.
Liderados por Lucio Tetio Juliano, los romanos volvieron a invadir Dacia en 87, y
consiguieron derrotar a Decébalo en el mismo lugar donde Fusco había sido derrotado
en 88.102 Sin embargo, la situación se complicó cuando los dacios consiguieron
derrotar a los romanos en Sarmizegetusa, y los germanos devastaron la frontera
alemana. A fin de evitar un conflicto en dos frentes, el emperador llegó a un
acuerdo con el monarca dacio para la firma de un tratado de paz por el cual se
permitiría el libre acceso de efectivos romanos a través de territorio dacio a
cambio de una retribución anual de ocho millones de sestertii para Decébalo.73 Los
escritores contemporáneos se mostraron inflexiblemente críticos con el documento,
que consideraban vergonzoso para los romanos y al que criticaban que no contemplase
cláusula alguna que sancionara a los asesinos de Fusco y Sabino.103 Durante el
resto del reinado de Domiciano, el territorio dacio se mantuvo relativamente
pacífico como reino cliente del Imperio; sin embargo, Decébalo invirtió el dinero
romano en la construcción de defensas y volvió a desafiar a Roma en ulteriores
ocasiones. La victoria decisiva sobre el rebelde monarca dacio no se produciría
hasta 106, durante el reinado de Trajano. Aunque el ejército romano sufrió graves
pérdidas, el Imperio capturó Sarmizegetusa, y lo más importante, las minas de oro y
plata localizadas allí.104

Política religiosa

Áureo romano acuñado durante el reinado de Domiciano. El reverso contiene el


grabado de la diosa Minerva, deidad favorita del emperador que apareció en
numerosas clases de monedas emitidas por su administración. Esta moneda representa
a la diosa avanzando con jabalina y escudo en mano.
Domiciano creía firmemente en la religión romana tradicional; dirigió una intensa
política con el objeto de resucitar las antiguas costumbres y restablecer la moral
romana. A fin de justificar la divina posición de la dinastía Flavia, enfatizó las
ficticias conexiones con la deidad romana más importante, Júpiter.67 Se restauró el
Templo de Júpiter de la Colina Capitolina y se construyó una pequeña capilla
dedicada a Jupiter Conservator en las inmediaciones del edificio donde se escondió
el emperador el 20 de diciembre de 69. A finales de su reinado el edificio sería
ampliado y consagrado a Jupiter Custos.105 Sin embargo, la deidad favorita del
emperador era Minerva.106 No sólo mantuvo una capilla dedicada a ella en su
dormitorio, sino que ordenó a su administración que la diosa apareciera de manera
regular en sus monedas. Además, en su honor se fundó la Legio I Minervia.107
Domiciano también resucitó la práctica del culto imperial, caída en desuso durante
el reinado de Vespasiano; además, se confirieron honores a su hermano y se completó
el Templo de Vespasiano y Tito, dedicado a su padre y hermano.79 A fin de estimular
la memoria de los triunfos de los flavios, se construyeron el Templum Divorum y el
Templum Fortuna Redux y se finalizó el Arco de Tito.

Los proyectos de construcción constituyen la parte más ostensible de la política


religiosa efectiva durante su reinado, aunque el emperador también se preocupó en
hacer que se cumpliera la ley religiosa y la moral pública. En 85 se designó a sí
mismo censor perpetuo, magistratura responsable de supervisar la moral y conducta
romana.108 De nuevo, el emperador desempeñó las responsabilidades derivadas de su
cargo con gran diligencia. Se restauró la Lex Iulia de Adulteriis Coercendis, en
virtud de la cual se exiliaba a los adúlteros. Golpeó y expulsó a un caballero que
formaba parte de un jurado por haberse divorciado de su esposa y expulsó del Senado
a un ex-cuestor por actuar y bailar.109 Se persiguió despiadadamente la corrupción
existente entre los funcionarios públicos a través de la eliminación de jurados que
habían aceptado sobornos y la derogación de leyes cuando se sospechaba la
existencia de un conflicto de intereses.70 Castigó con el exilio o el asesinato a
los autores de escritos difamatorios, especialmente cuando dichos escritos iban
dirigidos contra él.69 Se controlaba opresivamente a los actores a consecuencia de
que sus actuaciones podían ser objeto de sátiras dirigidas a desprestigiar al
emperador. En consecuencia, se prohibieron las apariciones públicas de los mimos.
En 87 se descubrió que las vírgenes vestales habían roto su voto de castidad
durante su época al servicio del Imperio; debido a que éstas eran consideradas
hijas de la comunidad, esta ofensa constituía en esencia un incesto. Jones afirma
que se condenó a muerte a los implicados en el delito y se quemó vivas a las
vestales.110n. 3
Las religiones extranjeras se toleraban en la medida que no interfirieran en el
orden público y que pudieran ser asimiladas a la tradicional religión romana.
Durante el reinado de la dinastía Flavia creció el culto a las distintas deidades
egipcias de un modo que no volvería a verse hasta el inicio del reinado de Cómodo.
Entre las deidades veneradas destacaban Serapis e Isis, identificadas con Júpiter y
Minerva respectivamente.107 Una tradición basada en los escritos de Eusebio de
Cesárea sostiene que cristianos y judíos fueron implacablemente perseguidos a
finales de su reinado.111112 Algunos historiadores actuales señalan que no existen
pruebas suficientes de una verdadera opresión religiosa ejercida durante su
reinado.113114 Aunque los judíos fueron fuertemente gravados con impuestos, ninguna
fuente contemporánea pone de manifiesto la existencia de juicios o ejecuciones
basados en ofensas religiosas de esta naturaleza. Sin embargo la mayoría de los
biblistas,115116 y otros historiadores117 defienden la posición de que el
Apocalipsis fue escrito durante el reinado de Domiciano como reacción a la
intolerancia religiosa del emperador. Mientras que el emperador se hacía llamar
"señor y dios Domiciano", el Apocalipsis responde «Εγω ειμαι το Α και το Ω, αρχη
και τελος, λεγει ο Κυριος» (Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el
Señor Dios —Ap. 1, 8—), es decir, que hay un solo Señor. La tensión también se
manifiesta en grafitos hallados de la época, como el conocido Grafito de Alexámenos
descubierto en el Palatino, que muestra a modo de burla a un cristiano adorando a
un crucificado con cabeza de asno.

El destierro de Juan el Apóstol desde Éfeso a la isla de Patmos, donde según la


tradición de Ireneo de Lyon,118 fue escrito el Libro del Apocalipsis,117 y la
ejecución de Tito Flavio Clemente no pueden considerarse ejemplos de libertad
religiosa. Según el historiador Dión Casio,119 Clemente y su esposa Flavia Domitila
fueron acusados de ateísmo y condenados: Clemente fue ejecutado y Domitila
desterrada a la isla de Pandataria.120121 Es bien conocido que en el Imperio
Romano, la acusación de "ateísmo" indicaba la negación a adorar a los dioses
romanos en general y a reconocer el origen divino del emperador en particular.117n.
4 Según las legendarias Actas de los santos Nereo y Aquileo, Domitila y dos
servidores suyos fueron exiliados, siendo los servidores decapitados y ella
quemada.121 Es claro que, tanto bajo Nerón como bajo Domiciano, no hubo necesidad
de legislación especial para perseguir.122

Oposición
Revuelta de Saturnino

Estatua de Domiciano como emperador. Museos Vaticanos (Roma).


El 1 de enero de 89, Lucio Antonio Saturnino, gobernador de Germania Superior, y
las dos legiones estacionadas en Mogontiacum (Maguncia), la XIV Gemina y la XXI
Rapax, se rebelaron contra el Imperio con la ayuda de los chatii.89 Se desconocen
las causas de la revuelta, aunque al parecer fue organizada con gran antelación.
Los oficiales senatoriales despreciaban las estrategias militares de su emperador:
su decisión de fortificar la frontera germana en lugar de atacar a las belicosas
tribus que la habitaban, su reciente retirada de Britania, y su acuerdo de paz con
Decébalo.123 En cualquier caso, la revuelta se limitaba estrictamente a la
provincia de Saturnino; aunque la noticia del levantamiento rebelde pronto se
conoció en los territorios vecinos. Asistido por el procurator de Recia, Tito
Flavio Norbano, se trasladó a la provincia el gobernador de Germania Inferior, Aulo
Bucio Lapio Máximo. Trajano acudió desde Hispania y el propio Domiciano inició su
marcha a la cabeza de los pretorianos. La suerte hizo que un deshielo evitara que
los chatii cruzaran el Rin a fin de acudir en ayuda de Saturnino.92 En 24 días los
rebeldes fueron aplastados y sus líderes cruelmente castigados. Se enviaron a
Iliria las legiones de Saturnino, mientras que las que las habían derrotado fueron
generosamente recompensadas

Lapio Máximo recibió el gobierno de la provincia de Siria, un segundo consulado


suffecto en mayo de 95, y un sacerdocio todavía ejercido en 102. Quizá Norbano
fuera nombrado praefectus de Egipto, pero lo más probable es que alcanzara la
prefectura pretoriana en 94, con Tito Petronio Segundo como colega.124 El emperador
inició el año siguiente con un consulado compartido con Nerva, lo que sugiere que
este último desempeñó un papel importante en el descubrimiento de la conspiración;
quizá de manera similar a lo que hizo con la Conspiración de Pisón durante el
reinado de Nerón. Aunque poco se conoce acerca de su carrera antes de su adhesión
al trono, Nerva se muestra como un político diplomático y maleable, capaz de
sobrevivir a numerosos cambios de gobierno; el sucesor de Domiciano fue uno de los
asesores de mayor confianza de los Flavios.125 Su consulado parece estar encauzado
a mostrar la estabilidad de su régimen.126 Tras la supresión de la revuelta, el
Imperio volvió a estar en orden.

Relaciones con el Senado


Desde la caída del orden republicano, la autoridad del Senado se había visto muy
mermada bajo el régimen gubernamental establecido por Augusto, conocido comúnmente
con el nombre de Principado. Esta forma de gobernar permitía la existencia de un
régimen autocrático de facto al tiempo que mantenía los aspectos formales del
sistema republicano. La mayor parte de los emperadores estimularon esta falsa
fachada democrática al tiempo que se aseguraron su reconocimiento como monarcas
(«princeps») entre los senadores. Sin embargo, Domiciano y otros emperadores no se
valieron de la diplomacia a fin de alcanzar este reconocimiento, sino que emplearon
la fuerza. El propio Domiciano había dado muestras de su autocracia nada más
ascender al trono; no gustaba de los aristócratas y no tenía miedo en mostrarlo. Su
gobierno supone la total anulación del poder del Senado, pues sus decisiones se
basan en los consejos de un pequeño grupo de asesores y caballeros a los que se
otorgó el control de importantes magistraturas estatales.127 Por otro lado, tras el
asesinato de Domiciano los senadores de Roma se apresuraron a reunirse para aprobar
una moción de condena de la memoria.128

No obstante, trató de realizar alguna concesión al Senado. Considerando que durante


los reinados de su padre y su hermano se concentró el poder consular en manos de la
Familia Flavia, el emperador admitió un número sorprendentemente considerable de
opositores provincianos al consulado; siempre y cuando él abriera cada año como
cónsul ordinario.129 A pesar de ello, no se ha determinado si esto constituye un
verdadero intento de reconciliarse con las facciones hostiles del Senado. Es
probable que, al ofrecer el consulado a opositores potenciales pretendiera ponerles
en peligro a ojos de sus partidarios. Cuando la gestión de sus enemigos no era
impecable, eran exiliados o ejecutados y sus bienes confiscados.127

Y con frecuencia exclamaba: ¡Qué miserable condición la de los príncipes! No se les


cree acerca de las conspiraciones de sus enemigos hasta que son asesinados.21
Tanto Tácito como Suetonio mencionan en sus obras una escalada de persecuciones
hacia el final de su reinado. Ambos historiadores identifican el momento crítico de
estas persecuciones en algún punto entre el año 89, año de la supresión de la
revuelta de Saturnino, y el año 93.130131 Se condenó a muerte al menos a veinte
opositores políticos e ideológicos,n. 5 entre los que se encuentran el anterior
marido de Domicia Longina, Lucio Elio Lamia, y tres miembros de la familia
imperial, Tito Flavio Sabino, Tito Flavio Clemente y Marco Arrecino Clemente.n. 6
El hecho de que algunos de estos hombres fueran asesinados en 83/5 desacreditan la
parte de la obra de Tácito en la que el historiador da testimonio de la existencia
de un «reino del terror» a finales de su reinado. Según Suetonio, aquellos de los
que sospechaba el emperador eran declarados culpables de corrupción o de traición.

Jones compara las ejecuciones que ordenó Domiciano con las que se llevaron a cabo
durante el reinado del emperador Claudio (41-55), haciendo hincapié en el hecho de
que, aunque Claudio asesinara a 35 senadores y a 300 miembros del ordo equester,
fue deificado por el Senado y aún se le recuerda como uno de los mejores
emperadores de la historia del Imperio romano.132 Domiciano, aunque incapaz de
obtener el apoyo de la aristocracia, trató de neutralizar la oposición procedente
de las facciones senatoriales hostiles a través de diversos nombramientos
consulares. Su autocrático estilo de gobierno acentuó la pérdida de poder
senatorial. Por otra parte, su ecuánime trato tanto al patriciado como a la realeza
le valió el desprecio del pueblo.132

Muerte
Asesinato

Según Suetonio, el emperador adoraba a Minerva como su protectora con supersticiosa


veneración. Se dice que en un sueño le abandonó poco antes de su asesinato.
El emperador fue asesinado el 18 de septiembre de 96 a consecuencia de una
conspiración palaciega urdida por un grupo de oficiales de la corte.133 Suetonio
ofrece una detallada descripción del homicidio, afirmando que el líder de los
conspiradores era el chambelán imperial Partenio. Este oficial se había enemistado
con el emperador a consecuencia de la ejecución de su secretario Epafrodito.134 Los
autores materiales del crimen fueron un liberto de Partenio, llamado Máximo, y
Esteban, mayordomo de la sobrina del emperador, Flavia Domitila. No se ha
determinado con total certeza la participación de la Guardia Pretoriana, liderada
por Norbano y Petronio Segundo; de entre ellos, se sabe que este último tenía
conocimiento del complot.135 La Historia romana de Dión Casio, escrita casi cien
años después del delito, cita a Domicia Longina entre los conspiradores. No
obstante, la fe y devoción que esta mujer sintió por su marido incluso después de
su muerte hace que su participación en la conjura sea muy poco probable.136

Dión sugiere que el asesinato fue un acto improvisado.137 Sin embargo, los escritos
de Suetonio implican la existencia de una conspiración bien organizada. La víspera
del ataque, Esteban fingió una lesión a fin de poder llevar una daga debajo de las
vendas con las que se cubría la ficticia herida.138 El día del asesinato se
cerraron las puertas de los cuartos de los sirvientes imperiales. El personal del
emperador se llevó la espada que este ocultaba debajo de su almohada.138 A
consecuencia de una predicción astrológica, el emperador creía que moriría a
mediodía. El día señalado por el astrólogo, preguntó a un mancebo la hora; el
muchacho, incluido en el complot, le respondió que era más de mediodía.139
Aliviado, el emperador se dirigió a su escritorio donde tenía planeado firmar
algunos decretos; de repente, Esteban se le aproximó:

He aquí lo que se supo acerca de esta conjuración y de la manera cómo pereció


Domiciano. No sabiendo los conjurados dónde ni cómo lo atacarían, si en la mesa o
en el baño, Esteban, intendente de Domitila, acusado entonces de malversación, les
ofreció sus consejos y su brazo. Para evitar sospechas, fingió tener una herida en
el brazo izquierdo, y lo llevó durante muchos días rodeado de lana y vendajes.
Llegado el momento, ocultó en él un puñal, e hizo pedir una audiencia al emperador
para denunciarle una conspiración. Introducido en su cámara, mientras Domiciano
leía con espanto el escrito que acababa de entregarle, lo hirió en el bajo vientre.
Herido el emperador, trató de defenderse, cuando Clodiano, legionario distinguido,
Máximo, liberto de Partenio, Saturio, decurión de los cubicularios, y algunos
gladiadores, cayeron sobre él y le dieron siete puñaladas.138
Esteban y el emperador continuarían combatiendo en el suelo hasta que el resto de
conspiradores consiguieron dominarle y asestarle varias puñaladas. Solo un mes
antes de que se produjera su 45º cumpleaños, Domiciano murió; sin ceremonia alguna
se arrastró su cuerpo y se cremó el cadáver. Consumido el fuego se mezclaron sus
cenizas con las de su sobrina Julia, depositadas en el Templo Flavio.138 Suetonio
atestigua la existencia de una serie de presagios que habían predicho su muerte.106
Varios días antes Minerva se le había aparecido en sueño anunciándole que Júpiter
le había desarmado y que ya no sería capaz de protegerle.106

Sabedores los complotados de la afición de Domiciano por los oráculos y


predicciones, utilizaron ese carácter del emperador para el triunfo del complot que
terminó con su vida. Puede considerarse este un caso de "profecía autocumplidora",
en el cual una creencia negativa sobre el futuro conduce a que suceda lo que tanto
se teme.

Busto del emperador Nerva. Según ciertos historiadores tomó parte o tuvo
conocimiento de la conspiración contra Domiciano. Inmediatamente después del
asesinato fue proclamado emperador por el Senado.
Sucesión y consecuencias
Según el Fasti Ostienses,n. 7 el Senado proclamó emperador a Nerva el mismo día del
asesinato de Domiciano.140 El hecho de que en ese momento fuera considerado un
sucesor inapropiado al trono ha dado pie a diversos autores a especular acerca de
su participación en el homicidio.141142 Dión Casio afirma que antes de cometer el
crimen, los conspiradores debatieron cuál sería el sustituto del último Flavio;
Nerva fue uno de ellos, no solo a causa de sus dotes administrativas, sino también
porque el emperador sospechaba de él, haciendo que no tuviera nada que perder si
tomaba parte en el complot.143 Si bien nunca se ha confirmado su participación en
el homicidio,144 Murison —entre otros— sostiene que fue proclamado emperador unas
horas después de conocer la noticia y exclusivamente por iniciativa de los
senadores.140 Aunque es factible, no parece que participara en la conjura.145

Tras el nombramiento de Nerva como emperador, el Senado emitió un damnatio memoriae


(literalmente, «condena de la memoria») sobre Domiciano:128 sus monedas y estatuas
fueron fundidas, sus arcos derribados y su nombre eliminado de todos los registros
públicos.146147 Domiciano es el único emperador sobre el que se emitió de manera
oficial un damnatio memoriae, aunque se pudo imponer de facto sobre otros. La
mayoría de sus retratos fueron restaurados a fin de que representaran al nuevo
emperador; de este modo se impulsaba la producción de nuevos cuadros al tiempo que
se eliminaba el material sobre el que pesaba la condena senatorial.148 Casi todas
las estatuas que han llegado hasta nuestros días se hallaron en las provincias
imperiales. El Palacio Flavio pasó a llamarse la «Casa del Pueblo»; Nerva se
trasladó a vivir a la antigua residencia de Domiciano, ubicada en los Jardines de
Salustio'.149

Aunque la sucesión se efectuó de manera muy rápida, se mantuvo latente el apoyo de


las fuerzas armadas al recién fallecido emperador. A su muerte los militares
solicitaron su deificación,146 y a modo de medida compensatoria se demandó la
ejecución de los asesinos de Domiciano, a lo que Nerva se negó.150 Receloso, el
emperador sustituyó a Tito Petronio Segundo por Casperio Eliano como praefectus
praetorio.151 El inicio del reinado de Nerva estuvo marcado por la total
insatisfacción por el estado de las cosas; en octubre de 97 estallaría una nueva
crisis cuando los pretorianos, liderados por Casperio Eliano, asediaron el Palacio
Imperial y tomaron al emperador como rehén.152 Este se vio obligado a ceder a sus
peticiones, a entregar a los responsables por la muerte de Domiciano e incluso a
emitir un discurso en el que elogiaba su actitud.153 Tito Petronio Segundo y
Partenio fueron capturados y asesinados. Aunque el emperador salió ileso de su
secuestro, este supuso un durísimo revés a su autoridad.152 Poco después se anunció
la adopción de Trajano y su nombramiento como sucesor al trono.152 Esta decisión
supone para muchos historiadores —como Plinio o Syme— su abdicación.154155

Legado
Fuentes antiguas
La mala relación que mantenía el emperador con las clases senatorial y
aristocrática —con la que la mayor parte de historiadores clásicos mantenían una
estrecha relación— determinó a los mismos a ofrecer en sus obras una visión muy
desfavorable del último de los Flavios.128 Por otra parte, historiadores
contemporáneos como Plinio, Tácito y Suetonio completaron las obras sobre su
reinado después de que este terminara, y tras la emisión del damnatio memoriae. Las
obras de algunos poetas cortesanos como Marcial y Estacio constituyen los únicos
testimonios escritos durante su reinado. A pesar de ello, no es sorprendente que, a
consecuencia de la posición de los autores de los poemas, dichos escritos sean una
mera colección de halagos; de hecho llegan a comparar al emperador con un dios.156

La obra que trata de forma más extensa la vida y reinado de Domiciano fue escrita
por el historiador Suetonio, que nació durante el reinado del emperador Vespasiano,
y publicó sus obras durante el reinado de Adriano (117-138). Su De Vita Caesarum
constituye la fuente principal de lo que se conoce acerca de su vida; este escrito,
aunque predominantemente negativo, no le alaba ni le condena de forma expresa, y de
hecho asegura que el aterrador final de su reinado venía precedido por un próspero
inicio del mismo.157 A pesar de todo, la veracidad de esta obra se ve afectada en
el momento en que se contradice al presentar al emperador como un hombre moderado
al tiempo que como un decadente libertino.19 Según Suetonio, el interés del
emperador por el arte y la literatura era fingido; el historiador afirma que nunca
se molestó en conocer a los autores clásicos. Paralelamente, ciertos extractos de
la obra describen el interés que sentía el emperador por la expresión epigramática,
lo cual sugiere que estaba familiarizado con los clásicos, por lo que existe otra
contradicción evidente. Durante su reinado apadrinó a diversos poetas y
arquitectos, se fundaron unas «Olimpiadas del Arte» y se restauró la Biblioteca de
Roma, gravemente dañada tras un incendio.19n. 8

A su vez, Suetonio es la fuente de varias de las historias escandalosas surgidas en


torno al matrimonio de Domiciano. Según él, Domicia Longina fue exiliada en 83 a
consecuencia de la relación extramatrimonial que mantuvo con el famoso actor Paris.
Esta obra afirma que cuando el emperador la descubrió, asesinó a Paris en la calle
y se divorció de su esposa; se afirma además que tras el exilio de Longina,
Domiciano tomó como amante a Julia, quien posteriormente fallecería a causa de un
aborto.45158 Levick considera este relato muy poco plausible, y hace hincapié en la
existencia de rumores maliciosos en torno a la infidelidad de Domicia en las obras
de los escritores post-flavios; de hecho se busca poner de relieve la hipocresía de
un monarca que, al tiempo que defendía con ahínco la moral romana, cometía excesos
en privado y estaba al frente de una administración corrupta.159 A pesar de todo,
los escritos de Suetonio dominaron la historiografía imperial romana durante
siglos.

Aunque considerado el más fiable de los historiadores de la época, la veracidad de


los escritos de Tácito que tratan del emperador puede verse distorsionada en la
medida que su suegro, Cneo Julio Agrícola, era considerado como un enemigo personal
de Domiciano.160 En la obra que dedica a su suegro, Agricola, Tácito afirma que el
emperador le hizo volver de Britania a consecuencia de que sus victorias sobre los
caledonios habían puesto de manifiesto su propia incompetencia militar. Por otra
parte, diversos autores modernos, como Dorey, sostienen que Agrícola fue un íntimo
amigo del emperador y que, con su obra, Tácito trataba únicamente de distanciar a
su familia de la fallecida dinastía en el momento en que Nerva accedió al poder.161
160 Las Historias de Tácito, así como la obra dedicada a Agrícola fueron escritas y
publicadas bajo los reinados de Domiciano, Nerva (96-98) y Trajano (98-117).
Lamentablemente, la parte de las Historias en que se habla acerca de la dinastía
Flavia se ha perdido casi en su totalidad. La opinión del historiador acerca de
Domiciano nos ha llegado a través de los breves comentarios presentes en sus cinco
primeros libros y en Agricola, libro en el que critica duramente las capacidades
militares del emperador. A pesar de todo, Tácito admite abiertamente la deuda que
tiene con los Flavios, quienes le ayudaron a progresar en su carrera pública.162

Otros importantes autores del S. II —Juvenal y Plinio— dedican parte de sus


escritos a la vida de este emperador. Plinio el Joven, compañero de Tácito,
pronunció ante el Senado y Trajano su famoso Panygericus Traiani (100), en el cual
exalta la nueva era de libertad que comenzaba, definiendo de ese modo al último de
los Flavios como un tirano. Juvenal satiriza cruelmente a su administración en sus
Sátiras, en las que describe el entorno del emperador como corrupto, injusto y
violento. A consecuencia de ello, los historiadores de finales de siglo heredarían
de estos escritores la negativa visión que está presente en sus obras. En el S. III
dicha perspectiva fue estimulada a través de los escritos de Eusebio de Cesárea y
de otros historiadores eclesiásticos, quienes lo consideran uno de los primeros
perseguidores de los cristianos.

Revisionismo moderno

Domiciano vestido de militar. (Vaison-la-Romaine)


Esta visión del reinado de Domiciano se mantuvo hasta los inicios del siglo XX,
cuando los avances arqueológicos y numismáticos dieron pie a que los expertos
volvieran a interesarse por su reinado. Fue en esta época cuando se advirtió la
necesidad de revisar los escritos de Tácito y de Plinio. En 1930, Ronald Syme
ofreció una nueva perspectiva acerca de la política financiera de este emperador,
considerada un desastre durante siglos. Su escrito contiene la siguiente
introducción:
La labor de la pala y el uso del sentido común han hecho mucho por mitigar la
influencia de Tácito y Plinio, así como por rescatar la memoria de Domiciano de la
infamia o el olvido. Sin embargo, aún queda mucho por hacer.163
Durante el transcurso del s. XX se volvieron a evaluar las políticas militares,
administrativas y económicas de Domiciano. Sin embargo, no se publicaron los
escritos que exponían el resultado de estos estudios hasta la década de 1990, casi
cien años después de la publicación del Essai sur le règne de l'empereur Domitien
(1894), de Stéphane Gsell. La más importante de estas obras es The Emperor
Domitian, escrita por el historiador Brian W. Jones, que llega la conclusión en su
monografía sobre el emperador que este era un despiadado aunque eficiente
autócrata.164 Este historiador afirma que durante la mayor parte de su reinado no
existió un sentimiento hostil generalizado hacia el emperador o hacia su
administración. Solo unos pocos fueron los que denunciaron su dureza; los mismos
que a su muerte serían los que se atreverían a exagerar su despotismo a fin de
obtener el favor de la dinastía Antonina.164 Esto puede ser cierto en algunos
casos, aunque también resulta previsible que no se explicitara en demasía la
animaversión al emperador, siendo que este eliminaba a sus oponentes manifiestos.

Tras sus estudios, Jones concluye que la política exterior del emperador era
realista: rechazaba la guerra expansionista y se inclinaba por negociar tratados
con sus enemigos; de ese modo se rompía con la tradición militar romana, que
llamaba a la conquista de nuevos territorios mediante ataques violentos. Pero cabe
cuestionarse si esta política era fruto del convencimiento de las ventajas que
otorga la paz sobre la guerra, de una "natural bonhomía", inexistente en Domiciano,
o más bien de su incapacidad para triunfar en la arena de la guerra.

No caben dudas que su eficiente programa económico elevó a la moneda romana a


valores que no volvería a alcanzar.

Por otra parte, los estudios de Jones sostienen que cesaron las persecuciones
desarrolladas sobre las minorías religiosas, incluso sobre judíos y cristianos.164
Para llegar a esa conclusión, Jones se limita a descalificar todas las fuentes
anteriores, sin aportar ninguna que implique una acción positiva de parte de
Domiciano a favor de una tolerancia religiosa. Una de las razones que habilita
sospechas razonables sobre el alcance de la tolerancia de Domiciano era su propio
carácter, descrito por el mismo Jones. La personalidad de Domiciano, los elementos
totalitarios que exhibía su administración en general, su propia visión como
emperador, considerándose a sí mismo el nuevo Augusto, o más aún, haciéndose llamar
"señor y dios Domiciano" y deificando a tres miembros de su familia, la importancia
que daba al culto imperial y a los oráculos, facilitaban su comportamiento
despótico, al creer en su propia iluminación e ilustración, y en su destino de
guiar al Imperio romano hacia una nueva era de prosperidad. En ese marco, cualquier
oponente suyo en las ideas o creencias, fuese senador, cortesano o líder religioso
se convertía en un riesgo potencial. De allí a la búsqueda de la eliminación del
oponente solo mediaba un paso.

Ciertos historiadores llaman a esta hipotética era el «Renacimiento Flavio».68 La


propaganda religiosa, militar y cultural iba encaminada a fomentar el culto a su
personalidad; levantó poderosas estructuras a fin de que el pueblo recordara los
logros de su dinastía, celebró elaborados triunfos para crearse una imagen de
emperador-guerrero,83 se autonombró censor perpetuo y controló eficazmente la moral
pública y privada.108 También se implicó personalmente en todas las ramas de su
administración, haciendo que cesara la corrupción existente entre los funcionarios
públicos. Lo malo de su censura es que implicaba una total anulación de la libertad
de expresión; además, durante su reinado mantuvo una opresiva actitud hacia los
senadores. Se penaba la difamación con el exilio o la muerte, aunque a consecuencia
de su naturaleza sospechosa aceptaba información de delatores a fin de formular
falsas acusaciones de traición sobre sus enemigos.165

Aunque sus contemporáneos le vilipendiaran tras su muerte, su administración sentó


las bases para el pacífico siglo II. Las políticas de sus sucesores, aunque menos
restrictivas, diferían bien poco de las suyas. De hecho, el «triste colofón del
siglo I» de Tácito, Plinio y sus sucesores no es más que una de las más prósperas
épocas del Imperio. Theodor Mommsen considera que su reinado está marcado por un
despotismo sombrío e inteligente.166

Historiografía
Tácito. Este historiador escribió sus Historias durante el reinado de la dinastía
Flavia. Sin embargo, parte de su obra se ha perdido.
Décimo Junio Juvenal. Este autor de sátiras representa a Domiciano y su reinado
como corrupto, injusto y violento.
Suetonio. Este historiador, en su trabajo Las vidas de los doce césares, muestra la
visión más completa de todas las fuentes antiguas que escriben acerca de
Domiciano.167
Estacio. Escribió cuatro poemas que contienen detalles de la vida de Domiciano.
Marco Valerio Marcial. Su trabajo contiene referencias y epigramas sobre Domiciano.
Representaciones en el arte
Literatura
Domitia and Domitian (2000) es una novela histórica escrita por David Corson. Está
basada en los trabajos de Brian Jones y Pat Southern, y se desarrolla en torno a
los personajes del título (Domicia Longina y Domiciano).
Las novelas de Marco Didio Falco (1989-?) son una serie de novelas históricas-
policíacas escritas por Lindsey Davis. La trama se desarrolla durante el reinado de
Vespasiano; Domiciano aparece como personaje secundario en algunas de ellas.
The Light Bearer (1994), novela histórica escrita por Donna Gillespie.
The Roman Actor (1626), una pieza de teatro escrita por Philip Massinger en la que
Domiciano se destaca como personaje principal.
Misterios Romanos (2002-2008) son novelas basadas en hechos reales escritas por
Caroline Lawrence que narran las aventuras de cuatro jóvenes ciudadanos romanos por
todo el Imperio. Se sitúan durante todo el reinado de Tito Flavio Domiciano.
Los asesinos del emperador (2011) es una novela histórica escrita de Santiago
Posteguillo en la que se presenta a Domiciano como antagonista de Trajano hasta el
asesinato del primero.
Pintura
El triunfo de Tito, Lawrence Alma-Tadema (1885). Óleo sobre lienzo. Colección
privada. Dicha pintura refleja la triunfal procesión de Tito y su familia tras la
victoria en Judea. Alma-Tadema era conocido por sus meticulosas investigaciones
históricas.168 Vespasiano, ataviado con la túnica de pontifex maximus, camina a la
cabeza de su familia seguido por Domiciano y su primera esposa, Domicia Longina,
con la que se había casado recientemente. Tras Domiciano se encuentra Tito, vestido
con una sacra regalía. La mirada que se dedican Tito y Domicia ha dado pie a muchos
historiadores —tales como Jones— a especular sobre una posible relación entre
ambos.46
Cine y televisión
La rivolta dei pretoriani (1964) es una película italiana dirigida por Alfonso
Brescia. En ella se narra un complot ficticio de la Guardia Pretoriana que tenía
como fin derrocar a Domiciano. Pierro Lulli encarna al emperador.
Dacii (1967) es una película rumana dirigida por Sergiu Nicolaescu. Narra cómo se
desarrollaron las guerras dacias. György Kovács encarna a Domiciano.
Age of Treason (1993) es un telefilm británico basado en las novelas de Marco Didio
Falco, escritas por Lindsey Davis. La trama tiene lugar durante el reinado de
Vespasiano. Aquí Domiciano, interpretado por Jamie Glover, aparece como un
personaje secundario.
San Giovanni - L'apocalisse (2002), dirigida por Raffaele Mertes, es un telefilm
ambientado en las persecuciones a las que fueron sometidos los cristianos durante
el reinado de Domiciano. El actor Richard Harris, en una de sus últimas
interpretaciones, caracteriza a Juan el Apóstol, en tanto que el papel de Domiciano
es interpretado por Bruce Payne.
Notas
Hermano de Vespasiano.
A pesar de ello el dominio romano sobre la zona no sería duradero. Los próximos
gobernadores de la isla irían perdiendo territorios de forma gradual hasta la
retirada romana.
Esta afirmación del historiador es extraña, ya que en la Antigua Roma el castigo
que se infligía a una vestal que había incumplido el voto de castidad (pudiendo
traer la mala suerte para todo el pueblo) era el de enterrarlas vivas.
Roma era liberal en admitir nuevas deidades y tolerante con los cultos
extranjeros, mientras ninguno de ellos se alzara contra la religión oficial romana
ni prohibiera a sus seguidores participar en sus ritos. En cambio, el cristianismo
exigía de sus fieles exclusividad en la adoración religiosa, ya que el culto de
adoración implica para los cristianos un tributo que solo puede rendírsele a Dios.
Pero los romanos consideraban a las ceremonias y las manifestaciones públicas de su
religión politeista también como actos simbólicos de orden político, por lo cual la
participación de los súbditos era a la vez un acto religioso, un deber cívico y un
signo visible de fidelidad a Roma. Los cristianos no podían tomar parte en esas
manifestaciones cívico-religiosas, y por esa razón se les tachaba de ateísmo.
Para la lista completa de los senadores asesinados, véase Jones (1992), pp. 182-
188
Aunque es probable que M. Arrecino Clemente fuera exiliado en lugar de ser
ejecutado.
Calendario de Ostia.
Con esta «biblioteca» se pueden referir diversos edificios. No obstante, lo más
probable es que sea la que construyó Cayo Asinio Polión, primera biblioteca pública
de Roma.
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Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Domiciano.
BLANCO FREIJEIRO, Antonio: Un retrato de Domiciano; texto en PDF en la Biblioteca
Virtual Miguel de Cervantes.
FERNÁNDEZ URIEL, Pilar (2016). Titus Flavius Domitianus. De Princeps a Dominus: un
hito en la transformación del Principado. Signifer. monografías y Estudios de la
Antigüedad Griega y Romana (48). Madrid-Salamanca. ISBN 978-84-9411374-1.
Consultado el 15 de diciembre de 2017.

Predecesor:
Tito Emperador romano
81 - 96 Sucesor:
Nerva
Predecesor:
Vespasiano y
Nerva Cónsul sufecto
con Gneo Pedio Casco (abril-mayo) y
C. Calpetano Rancio Quirinal Valerio Festo (junio-julio)
abril-julio de 71 Sucesor:
Lucio Flavio Fimbria y
Cayo Atilio Bárbaro
Predecesor:
Vespasiano y
Tito Cónsul romano
con Lucio Valerio Catulo Mesalino
73 Sucesor:
Vespasiano y
Tito
Predecesor:
Vespasiano y
Tito Cónsul romano
con Tito
80 Sucesor:
Lucio Flavio Silva Nonio Baso y
Lucio Asinio Polión Verrucoso
Predecesor:
Lucio Flavio Silva Nonio Baso y
Lucio Asinio Polión Verrucoso Cónsul romano
82-88 Sucesor:
Tito Aurelio Fulvo y
Marco Asinio Atratino
Predecesor:
Tito Aurelio Fulvo y
Marco Asinio Atratino Cónsul romano
con Nerva
90 Sucesor:
Manio Acilio Glabrión y
Trajano
Predecesor:
Manio Acilio Glabrión y
Trajano Cónsul romano
con Quinto Volusio Saturnino
92 Sucesor:
Sexto Pompeyo Colega y
Quinto Peduceo Priscino
Predecesor:
Lucio Nonio Calpurnio Torcuato Asprenas y
Tito Sextio Magio Laterano Cónsul romano
con Tito Flavio Clemente
95 Sucesor:
Cayo Manlio Valente y
Cayo Antistio Vétere
Control de autoridades
Proyectos WikimediaWd Datos: Q1423Commonscat Multimedia: Domitianus
IdentificadoresWorldCatVIAF: 96284078ISNI: 0000 0001 2144 4389BNF: 119376464
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a1267331Diccionarios y enciclopediasDBE: urlBritannica: urlTreccani: url
Categorías: HombresNacidos en 51Fallecidos en 96Cónsules del Imperio romanoMiembros
de la dinastía FlaviaEmperadores de la Antigua Roma del siglo IEmperadores de la
Antigua Roma asesinadosNacidos en RomaDomicianoFallecidos en Roma
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