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CASO CLÍNICO:

“EL PROBLEMA DEL ABANDONO DE LA


MEDICACIÓN”

P R E S E N TA : L I N A H E R N Á N D E Z B E C E R R A
21 DE SEPTIEMBRE DE 2021
CASO CLÍNICO
• Antonio tiene 39 años y desde los 21 fue diagnosticado de esquizofrenia paranoide. Vive con sus
padres, quienes son adultos mayores. El padre tiene una cardiopatía isquémica, por la que tiene que
acudir con frecuencia al cardiólogo, en ocasiones visita el servicio de urgencias por dolor precordial.
Su madre es diabética, insulino-dependiente. Tiene una prótesis de rodilla y está esperando una
intervención para que le implanten una prótesis en la otra rodilla. Actualmente está siendo tratada
con diversos analgésicos, incluidos opiáceos.

• La esquizofrenia de Antonio empezó en una época en la que fumaba cannabis casi a diario, y
ocasionalmente esnifaba cocaína. Tuvo un episodio alucinatorio delirante y se puso agresivo con su
familia y vecinos porque creía que lo iban a matar. En el primer ingreso respondió bien al
tratamiento, estuvo tres semanas y al alta no tenía ningún síntoma psicótico. A los dos meses del alta
volvió a fumar cannabis. El psiquiatra del Centro de Salud Mental insistió en que no debía consumir
drogas, pero Antonio no hizo caso. Sus padres tampoco consiguieron que dejase de consumir
cannabis. A los cinco meses del alta dejó de tomar los fármacos, y a los siete meses volvió a tener
una recaída con síntomas psicóticos y un nuevo reingreso.
• Desde el comienzo de su enfermedad, hasta la actualidad, esta dinámica se ha repetido en 17 ocasiones,
en lo que su familia ha definido como una “puerta giratoria”. Cada vez que ingresa le ponen la
medicación y Antonio mejora, junto al hecho de que deja de fumar cannabis.

• La Dra. Pérez, psiquiatra tratante de Antonio, lo ha psicoeducado en diversas ocasiones. En los meses
siguientes al alta, Antonio no presenta alteraciones psicopatológicas. No se detectan delirios ni
alucinaciones. No muestra trastornos formales del pensamiento y tiene consciencia de enfermedad.
Antonio entiende que padece una enfermedad crónica y que tiene frecuentes recaídas. Sin embargo,
rechaza tomar la medicación porque dice que se nota raro “muchas veces siento como si no fuera yo
mismo” sic pac. La Dra. Pérez le ha cambiado el esquema farmacológico en varias ocasiones, pero el
paciente siempre termina diciendo que todos le sientan mal.

• En los últimos reingresos las recaídas de Antonio se han acompañado de gran agresividad. Un día salió a
la calle e insultó a un desconocido con el que se cruzó por la acera. Tuvo que intervenir la policía.
Antonio tiene dos hermanos que viven cerca de sus padres y que han acudido a hablar con la Dra.
Pérez para plantearle el problema. Están enojados, ya que consideran que el sistema de salud tendría
que hacer algo, por lo menos ingresarlo en un “psiquiátrico” porque sus padres ya no lo pueden
controlar y, además, “un día va a ocurrir una desgracia, cuando Antonio vuelva a tener una recaída” sic
fam.
• La Dra. Pérez se plantea pedir al Juzgado de Incapacidades que corresponda, que emita una orden de
tratamiento involuntario obligatorio por la que obligue a Antonio a ponerse la medicación, aunque no
quiera. Y que si la rechaza, se le pueda administrar a la fuerza. El caso se plantea en la reunión quincenal
de los profesionales del programa de rehabilitación, y se suscita un intenso debate ya que algunos
miembros del equipo piensan que si se obtiene esa orden del Juzgado se romperá la alianza terapéutica
con Antonio, y se volverá todavía menos colaborador. Además, opinan “que no todo se resuelve con
medicación”.

• La Dra. Pérez se pregunta qué debe hacer, si ingresar al paciente en un centro de larga estancia,
optar por el tratamiento obligatorio involuntario o, simplemente, seguir como hasta ahora.
VALORES EN CONFLICTO
– En este caso es claro que entran en conflicto dos grupos de valores. Por un lado, la salud
mental del paciente, quien necesita de su medicación. En este lado, también está la
seguridad de los padres, familiares y vecinos, quienes podrían llegar a sufrir agresiones
cuando el paciente tiene recaídas.

– Por otra parte, está la voluntad y libertad del paciente, las cuales necesitan ser respetadas
en todo lo que resulte posible, precisamente porque se trata de un valor muy importante
que es preciso respetar o no lesionar.
RECOMENDACIONES
• Realizar una evaluación detallada de la capacidad del paciente para tomar decisiones en el ámbito
sanitario, en cada momento evolutivo y para tomar una decisión.
• Aprovechar la temporada de estabilizacion clínica para realizar una labor psicoeducativa con el objetivo
de mejorar el manejo de las recaídas.
• Valorar si el rechazo al plan de tratamiento que se le ofrece tiene motivaciones psicopatológicas, o bien
tiene razones que son justificadas.
• Mantener una comunicación fluida, tanto con el paciente como con su entorno familiar. Garantizando
desde el equipo asistencial una rápida respuesta ante los incidentes que se puedan producir. La familia
debe sentir que tiene fácil acceso al equipo asistencial y que habrá una pronta respuesta en caso de que
se produzca una crisis.
• Mantener un diálogo a tres bandas (paciente, familia y equipo asistencial). Dejando claro que los
objetivos que nos planteamos son el cumplimiento terapéutico y la evitación de nuevos incidentes en la
convivencia familiar.

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