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AfIO/. BUENOS AIRES, ENERO S DE 1896 NOM.

LA VOZ DE LA MUJER
Aparece cll8l1do puede ow..dóo, J. CALVO, ............ periódk.
y por ....cripeioo voluntaria Periódico Comunista-Anárquico A"'rquieo ~ euno _ paWielk"iÓII

N uestros propósitos nos ofrecía con insinuante y artera


voz un cambio, un negocio, un billete
--*-- de banco con que tapar la desnudez de
nuestro cuerpo, sin más obligación
COMPAÑEROS y COMPAÑERAS ¡SALUD! que la de prestarles el mismo. -
Marchamos más adelante, siempre
y bien: hastiadas ya de tanto y tanto confiadas y con la esperanza puesta en
llanto y miseria, hastiadas del eterno y Dios y en los cielos, y después de ha-
desconsolador cuadro que nos ofrecen ber tropezado y caído por no mirar por
nuestros desgraciados hijos, los tiernos donde caminábamos mientras fijába-
pedazos de nuestro corazón, hastiadas mos nuestra anhelante mirada en los
de pedir y suplicar, de ser el juguete, el cielos, ¿sabéis lo que encontramos?
objeto de los placeres de nuestros infa- Lascivia y brutal impureza, corrupción
mes explotadores o de viles esposos, y cieno y una nueva ocasión de ven-
hemos decidido levantar nuestra voz der nuestros flacos y macilentos cuer-
en el concierto social y exigir, exigir pos. Volvimos atrás nuestros ojos, ¡se-
decimos, nuestra parte de placeres en cos sí, muy secos ya! y allá, a lo lejos,
el banquete de la vida. en lontananza, casi vimos a nuestros
Largas veladas de trabajo y padeci- hijos, pálidos, débiles y enfermizos ... y
mientos, negros y horrorosos días sin la brisa caliginosa ya, nos traía la eter-
pan han pesado sobre nosotras, y ha na melodía del pan. ¡Mamá, pan por
sido necesario que sintiésemos el grito Dios! Y entonces comprendimos por-
seco y desgarrante de nuestros ham- qué se cae ... porqué se mata y porqué
brientos hijos, para que hastiadas ya se TOba (léase expropia).
de tanta miseria y padecimiento, nos y fue entonces también, que desco-
decidiésemos a dejar oír nuestra voz, nocimos a ese Dios y comprendimos
no ya en forma de lamento ni supli- cuán falsa es su existencia; en suma,
cante querella, sino en vibrante y que no existe.
enérgica demanda. Todo es de todos. Fue entonces que compadecimos a
Hasta ayer hemos suplicado a un nuestras caídas y desgraciadas compa-
Dios, a una virgen u otro santo no ñeras. Entonces quisimos romper con
menos imaginario el uno que el otro, todas las preocupaciones y absurdas
y cuando llenas de confianza hemos trabas, con esta cadena impía cuyos
acudido a pedir un mendrugo para eslabones son más gruesos que nues-
nuestros hijOS, ¿sabéis lo que hemos tros cuerpos. Comprendimos que te-
hallado? La mirada lasciva y lujuriosa níamos un enemigo poderoso en la so-
del que anhelando cambiar de conti- ciedad actual y fue entonces también
nuo el objeto de sus impuros placeres, que mirando a nuestro alrededor, vi-
44 Año I. N. 1. - 8 de enero de 1896

mos muchos de nuestros compañeros Serenas, sin temor, siempre avanzando,


luchando contra la tal sociedad; y co- Siempre altivas marchamos por
mo comprendimos que ése era tam- [doquier,
bién nuestro.enemigo, decidimos ir Los esbirros burgueses arrollando
con ellos en contra del común enemi- Destrozando las leyes y el poder.
go, mas como no queríamos depender
de nadie, alzamos nosotras también ¡Compañeros! Cada claro en nuestras
un girón del rojo estandarte; salimos a [filas
la lucha ... sin Dios y sin jefe. Contestado ha de ser con la
He aquí, queridas compañeras, el . [explosión,
porqué de nuestro periódico, no nues- y así, cual torrente, iremos formidable
tro sino de todos, y he aquí, también, Proclamando Social Revoluci6n.
porqué nos declaramos COMUNISTAS
ANÁRQUICAS proclamando el dere- JOSEFA M. R. MARTÍNEZ
cho a la vida, o sea igualdad y libertad.

LA REDACCIÓN •••••••••••••••••••••••••••••••••••••

BRINDIS
-
......... ,,' .... ,,' ...............................
¡OBREROS!

¿Será posible, que jamás os habéis de


dar cuenta de lo que sois y deberíais ser?
¿No habéis comprendido aún, el
¡Salud Compañeras! La Anarquía tristísimo y repugnante papel que re-
Ya trémola el pendón libertador; presentáis cuando acudís, como mise-
¡Hurra, hermanos queridos, a la lucha! rables idiotas, a esas plazas, a esas ro-
¡Fuerte el brazo, sereno el corazón! merías, a esas paradas militares, etc.,
en donde sois despreciados, y escarne-
Miradlo ¡s(! ¿No veis el Horizonte cidos de mil maneras y modos?
Radiante luz iluminando estar? ¿No habéis observado, pobres ilu-
y entre inmensos cendales ondeando sos, el desprecio con que sois mirados,
Nuestro rojo pendón. ¡Hurra a lucharL por los que os roban?
¿No habéis visto, cual se apartan
Que no haya entre nosotras rezagadas de vosotros, donde quiera que os pre-
Nuestra lucha es a muerte y sin cuartel; sentéis, aquellos a quienes con vuestro
¡Hurra! hermanas queridas, otro sudor mantenéis y sostenéis de mil
[esfuerzo, modos, y dais vida, como el sol da luz,
y ¿quién duda que habremos de como el fuego da calor?
[vencer? Id, sí, pobres gentes, como ellos os
llaman, id a divertir' al verdugo, id a
Estrechemos las filas, camaradas animar sus fiestas, id a ser el objeto de
El rojizo pendón al tremolar, la risa de nuestros explotadores, id a
¡Anarquía y Salud! ¡Y destrozadas recoger las denigrantes frases con que
Las falanges burguesas huirán! os nombran.

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