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Calderon Ana
Calderon Ana
POR
ANA ISABEL CALDERÓN CRISTAL
PREVIO A CONFERÍRSELE
Pero a pesar de la represión, seguimos aquí, vivos. No tenemos dónde vivir, pero
no queremos irnos a otro lado. De todas formas, ¿a dónde iríamos? Aquí está
nuestra tierra, le pertenecemos y en ella sobreviviremos. A pesar de los siglos de
persecuciones, nuestra cultura sigue viva, es nuestra fuerza más grande, es
nuestra dignidad.
Humberto Ak’abal
Testimonio de un indio k’iche’. Recogido por Catherine Vigor
Listado de abreviaturas
i
Introducción
Por otra parte, producto de las negociaciones para dar fin al conflicto armado
interno acontecido en el país, fue adoptado el Acuerdo de Paz sobre Identidad y
Derechos de los Pueblos Indígenas –AIDPI– (México, 1995), que contiene una
serie de valiosos reconocimientos y compromisos, no obstante, su nivel de
cumplimiento, tras veinte años de vigencia, es escaso.
ii
En lo concerniente al derecho internacional, Guatemala aceptó importantes
compromisos estatales plasmados en instrumentos como el Convenio 169 de la
Organización Internacional de Trabajo, la Declaración de las Naciones Unidas
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y la Declaración Americana sobre
Derechos de los Pueblos Indígenas. Pese a lo anterior, indicadores de desarrollo
denotan altos niveles de desigualdad en el goce real de derechos, situando a los
miembros de pueblos indígenas en una posición de importante desventaja. Ello,
devela el incumplimiento de las responsabilidades de respeto, protección y
garantía contraídas por el Estado en los instrumentos referidos.
En ese sentido, el presente trabajo tiene por objeto identificar los progresos de la
inclusión del elemento de interculturalidad en la interpretación y argumentación
realizadas por el último interprete del texto fundamental guatemalteco, la Corte de
Constitucionalidad, en aquellos casos sometidos a su conocimiento que guardan
relación con derechos de pueblos indígenas y sus miembros; además, identificar
cuáles son los retos que enfrenta el máximo tribunal constitucional de cara a
nuevos casos que se planteen.
Como objetivos específicos, fueron trazados los siguientes: (i) realizar una
aproximación contextual e histórica sobre la situación de los pueblos indígenas en
el país; (ii) perfilar los derechos de colectividades y personas indígenas y su
abordaje en el marco legal interno e internacional; (iii) definir conceptos
relacionados a la interculturalidad y denotar su aplicación en el ámbito jurídico,
particularmente, en el campo de la interpretación y argumentación; (iv) distinguir y
analizar la postura asumida por la Corte en materia de derechos de pueblos
iii
indígenas, a través de la labor hermenéutica y argumentativa que realiza en los
casos objeto de estudio, y (v) establecer directrices que han guiado y que puedan
seguir encaminando la labor jurisprudencial en favor del abordaje intercultural de
los asuntos.
Por su parte, entre los elementos de estudio, figuran algunos conceptos que, aun
originarios de ciencias distintas al Derecho, resultan de utilidad dada su
aplicabilidad en el ámbito jurídico. Haciendo acopio de las definiciones que son
propias de los autores citados en el presente trabajo, logra identificarse como: (i)
cultura, un sistema de representaciones colectivas y de prácticas sociales con
sentido propio, concebido actualmente como complejo y dinámico, como
consecuencia de las interacciones permanentes entre los diversos grupos; (ii)
multiculturalismo, reconocimiento de la coexistencia de grupos culturales
diferentes dentro de un mismo estado-nación y su inclusión en los campos
existentes, diferenciado del pluralismo cultural por contener aquél concepto una
mayor carga histórica e ideológica y encontrarse relacionado, por su origen, con
los inmigrantes culturalmente diferenciados, mientras que este, vinculado
principalmente, en el caso latinoamericano, a los grupos indígenas de
ascendencia histórica y previa a la conformación de los Estados, y (iii)
interculturalidad, relaciones entre culturas diversas en las que el contacto se
desea pluralista; además, busca confrontar y transformar las relaciones de poder.
El diálogo se constituye como elemento clave.
iv
tribunales abandone lo neutral, avance hacia lo culturalmente sensible y alcance lo
intercultural, lo que implicaría conciliación entre culturas y enriquecimiento mutuo.
En las decisiones adoptadas por el más alto tribunal constitucional que tienen
relación con pueblos y personas indígenas han sido abordadas diversas
temáticas, como el derecho sobre tierras y territorios ancestrales, derecho de
propiedad intelectual colectiva indígena, derecho al agua, derecho a la salud y
educación con pertinencia cultural, consulta previa y pluralismo jurídico. La
cantidad de estas decisiones ha ido en aumento en los últimos años. Con objeto
de dibujar un panorama general de la temática y escapando de la complejidad que
conlleva hacer acopio de cada uno de los casos que, en la materia y a lo largo de
la existencia de la referida Corte, han sido conocidos y resueltos, la presente
investigación propone enfocar su atención en cuatro fallos emitidos por ese
Tribunal.
v
En lo referente al pluralismo jurídico, se consideró una materia de imprescindible
estudio en el presente trabajo, tomando en cuenta que la existencia de sistemas
jurídicos convergentes requiere imperativamente la comunicación y coordinación
entre los grupos culturales, viéndose en ese aspecto una ocasión para materializar
la interculturalidad.
El enfoque realizado sobre los cuatro fallos seleccionados no excluye que, al tratar
cada uno de los temas, en lo aplicable, sean incluidas algunas referencias a
sentencias precedentes o posteriores sobre el asunto en discusión, con el objeto
de aportar algunos elementos de análisis sobre la evolución –o permanencia– de
líneas jurisprudenciales que desean ser destacadas.
vi
La investigación pretende aportar elementos de análisis a los estudiosos de la
materia, profesionales del Derecho y, en general, a agentes de la sociedad; busca
constituirse como un avance, aun mínimo, en la búsqueda de soluciones que
permitan hacer frente a la conflictividad que surge de la realidad multiétnica,
pluricultural y multilingüe de Guatemala, esencialmente, efectuando propuestas a
la labor de interpretación y argumentación constitucional, como medio para
contribuir a la construcción de un Estado incluyente.
Procura constituirse como un punto de partida para análisis cada vez más
especializados y extensos del tema, además, superar la ausencia de tratamiento
del asunto por parte de autores nacionales, obstáculo que impide tener un
panorama crítico de la labor ejercida por la Corte de Constitucionalidad en el deber
de protección de la diversidad étnica y cultural, y de la libertad de
autodeterminación de los pueblos.
vii
Capítulo I. Pueblos indígenas y conflicto cultural
1. Contextualización
1 Instituto Nacional de Estadística, Principales resultados Censo 2018, Guatemala, 2019, pág. 10.
2 Naciones Unidas, Asamblea General, Informe anual del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos sobre las actividades de su oficina en Guatemala, 2018, pág.
12.
3 Instituto Nacional de Estadística, Censos nacionales XI de población y VI de habitación, 2002.
1
medido con base en información de ingresos de las personas, salud y educación–
Guatemala se sitúa en el puesto 127 de 189 países, encontrándose en la
categoría de desarrollo medio.5
Conforme el informe anual del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre las actividades de su oficina en Guatemala de 2017, el
país tiene un coeficiente de Gini de 0,63, uno de los peores del mundo. 6 Este
último dato da cuenta de la profunda desigualdad de la distribución de los
ingresos en Guatemala. Dentro de ese contexto, las personas pertenecientes a
pueblos indígenas son objeto de graves niveles de exclusión y desigualdad, lo
que resulta en una constante conculcación de sus derechos, como se verá a
continuación.
2
indígena era de casi el doble en comparación con la población no indígena
(79.2% contra un 46.7%, respectivamente).7
bienestar. Informe Nacional de Desarrollo Humano 2015/2016, Guatemala, 2016, pág. 18.
3
con aseguramiento (frente a un 64% de personas no indígenas), 76% de ellos no
superaban la primaria (frente a un 46% de personas no indígenas), 90% tenía un
ingreso menor a la canasta básica vital (frente a un 67% de personas no
indígenas) y 72% a la canasta básica alimentaria (frente a un 40% de personas no
indígenas). Respecto a la profundidad de las privaciones de cada dimensión, en
un rango de 0 a 1 (en el que 0 representa la privación completa), las estadísticas
reportaron para el grupo indígena 0.50 en salud, 0.39 en educación y 0.58 en
ingresos, mientras que, para el grupo no indígena, 0.32, 0.23 y 0.35,
respectivamente.10
4
trabajos viven en constante estado de vulnerabilidad alimentaria dada la escasez
de tierras y recursos de producción.13
La tierra con los mejores suelos para cultivos, ubicada en la Costa Sur, es
utilizada en un 30.48% para caña de azúcar; además, se hallan en esa región
cultivos extensivos, como palma aceitera, hule, pastos cultivados, así como
cultivos de exportación como banano, piña y mango. En contraste, la tierra
utilizada para la producción de granos básicos, destinados a la alimentación de la
población, se encuentra situada, en su mayoría, en suelos no aptos para el
cultivo, que representa el 65.2% del territorio y poseen diversas limitaciones,
requiriendo enormes cantidades de trabajo y recursos para su conservación y
manejo productivo. Son en estas tierras en las que se desarrolla la actividad del
92% de los productores agrícolas en niveles de infrasubsistencia y subsistencia.15
5
En Guatemala, 5 de cada 10 niños menores de cinco años sufren desnutrición
crónica (49.8%), padeciéndola 8 de cada 10 niños indígenas (80%). En los 166
municipios priorizados por la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional
(Sesan), la desnutrición crónica en niños menores de cinco años alcanza el
58.2%. La situación se agrava para las familias de comunidades que han sido
objeto de desalojos, en las que se calcula que un 77% de ellas consumen una
dieta inadecuada e insuficiente; el 9% se hallan en un nivel de inseguridad leve, el
31%, en un nivel de inseguridad moderada y el 20% en un nivel de inseguridad
severa. Esa precariedad es producto de la falta de reserva de granos básicos,
pérdidas de cultivo por fuertes lluvias, falta de opciones de trabajo,
estigmatización, escasez de agua y altos costos en alimentos.16
Dentro de los factores que guardan relación con el tema señalado y que provocan
constantes violaciones de derechos de las personas indígenas se enumeran: la
falta de seguridad jurídica en torno a la tenencia de la tierra, el irrespeto a
territorios tradicionales, las demandas agrarias aún pendientes de resolución, los
desplazamientos forzados, la criminalización de los líderes indígenas y la pérdida
de tierras como consecuencia del conflicto armado interno. Aspectos sobre estos
problemas serán puestos en relieve a continuación.
6
de desalojos forzosos –que afectan principalmente a comunidades indígenas y
provocan desplazamientos internos–, son algunas de las situaciones
observadas.18
Sobre el uso del agua, aproximadamente el 40% de los hogares no tiene acceso a
una fuente de agua potable mejorada. No se toman en cuenta los efectos globales
de los proyectos relacionados con ese recurso sobre mismos cuerpos de agua. Es
aún inexistente la legislación que regule el uso de este recurso. Más de la mitad
de las denuncias relativas a protección ambiental fueron desestimadas, mientras
que en un 15% el ente acusador se abstuvo de ejercitar la acción penal. En la
mayor parte de los casos no se aseguró la participación y acuerdo de las
18 Naciones Unidas, Asamblea General, Informe anual del Alto Comisionado… Óp. cit. pág. 13.
19 Naciones Unidas, Asamblea General, Informe de la Relatora Especial sobre los derechos de los
pueblos indígenas sobre su visita a Guatemala… Óp. cit. pág. 7.
20 Naciones Unidas, Asamblea General, Informe anual del Alto Comisionado… Óp. cit. págs. 8 y 9.
7
comunidades afectadas, la proporcionalidad de las medidas de reparación y las
garantías de no repetición.21
8
Los esfuerzos del gobierno para combatir la desigualdad y discriminación
estructural no han sido suficientes, viéndose obstaculizados en muchas ocasiones
por la corrupción. En su informe, OACNUDH refiere que investigaciones
realizadas por el Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la
Impunidad en Guatemala (Cicig) han dado cuenta de la existencia de complejas
redes delictivas vinculadas con el sector público y el privado, y de acciones
deliberadas sobre las instituciones estatales a fin de mantener la impunidad.25
25Naciones Unidas, Asamblea General, Informe anual del Alto Comisionado… Óp. cit. pág. 2
26 Entre estas se incluyen propuestas para fortalecer su participación en los procesos
democráticos, mecanismos de consulta que permitan su participación, reconocimiento de radios
comunitarias indígenas, protección del conocimiento tradicional y expresiones culturales, así como
propiedad intelectual colectiva.
27 Naciones Unidas, Asamblea General, Informe anual del Alto Comisionado… Óp. cit. págs. 3 y 4.
28 Sentencias de 8 de mayo de 2007, 9 de abril de 2008, 21 de diciembre de 2009, 19 de enero y 5
9
legislativa, pese a la existencia de diversas iniciativas de ley. Aunque el Ministerio
de Trabajo adoptó una guía sobre normas mínimas para la realización de la
consulta, su elaboración no fue acorde a los estándares internacionales.29
Se señala que el referido derecho sigue siendo visto como una formalidad
procesal o un mecanismo de mitigación de efectos negativos; asimismo, la
respuesta estatal parece orientarse más a asuntos de seguridad en áreas de
conflicto. Por otra parte, las empresas privadas ofrecen beneficios a cambio de
apoyo a los proyectos, sin que se observen los procesos de adopción de
decisiones en la comunidad, lo que provoca divisiones a lo interno de esta.30
10
Aunque el Estado ha adoptado algunas medidas para la aplicación de los
Acuerdos de Paz, estas se han orientado principalmente a la creación de
estructura institucional para atender cuestiones indígenas.33 A pesar de la
existencia de ciertos programas, como el Programa Nacional de Resarcimiento
para compensar a las víctimas del conflicto armado (2003) y la política pública
para la convivencia y la eliminación del racismo y la discriminación racial (2006),
organizaciones indígenas han señalado que han sido diseñados sin su
participación, no respondiendo a sus visiones. Por su parte, se evidencia una
escasa destinación del presupuesto general a la institucionalidad indígena
(solamente un 0.12%) y ausencia de políticas públicas que se traduzcan en
mejores condiciones de vida para los pueblos indígenas. 34 En casos de crímenes
cometidos durante el conflicto armado interno se observaron prácticas dilatorias,35
no obstante lo anterior, se han reportado algunos avances.36
sentencia por la que se condenó a dos ex militares por crímenes de lesa humanidad. En el caso
Marco Antonio Molina Theissen, fue emitida sentencia condenatoria contra ex militares por los
delitos de deberes contra la humanidad, desaparición forzada y violencia sexual. Finalmente el
caso por genocidio ixil se reanudó tras varios años de estancamiento posterior a que la CC
dispusiera la anulación de la sentencia condenatoria de José Efraín Ríos Mont. En el caso
CREOMPAZ (crímenes de lesa humanidad y desaparición forzada), se retiró la inmunidad a uno
de los acusados, diputado y fundador del entonces partido oficial, quien se encuentra actualmente
prófugo.
11
La discriminación sistemática y estructural es puesta de manifiesto en la pasividad
estatal, en sus diversas esferas, respecto a la procura de que los pueblos
indígenas puedan mejorar su calidad de vida. Prueba de esto último es la falta de
emisión de leyes que den desarrollo al mandato constitucional de reconocimiento
y promoción de los derechos de los pueblos indígenas, la falta de consulta acorde
a los estándares internacionales en los distintos proyectos que afectan sus tierras
ancestrales y recursos naturales, la ausencia de mecanismos de reconocimiento
de tierras comunales, así como de planes de ubicación y garantía de goce de
derechos en casos de desalojos forzosos, entre otros.
Por su parte, las acciones emprendidas por los organismos estatales parecieran
desatender las necesidades propias de los pueblos indígenas e ignorar el derecho
de autodeterminación de estas colectividades; en esa línea, la deficiente medición
estatal del impacto social y cultural de los proyectos de aprovechamiento de
recursos naturales que afectan territorios indígenas, la desatención de demandas
relacionadas a la afectación del medio ambiente, el desconocimiento de los
derechos indígenas en pronunciamientos judiciales y la falta de enfoque
intercultural en la formulación de políticas de salud, por mencionar algunas.
Para comprender las profundas diferencias sociales existentes entre las personas
pertenecientes a pueblos indígenas y no indígenas en Guatemala, corresponde
hacer referencia a los sucesos históricos que han marcado el curso de la historia
de los pueblos mayas. No es la intención efectuar un desglose detallado de los
diversos acontecimientos suscitados a lo largo de la historia guatemalteca en el
12
presente segmento, pero sí resaltar aquellos que se consideran más importantes
para comprender las relaciones asimétricas puestas anteriormente en evidencia.
37 La referida Comisión fue establecida en el marco del proceso de paz que puso fin al conflicto
armado interno suscitado en Guatemala entre 1960 y 1996. El acuerdo que le dio vida fue firmado
en Oslo, el 23 de junio de 1994. En este se señaló, como finalidades de la Comisión, el
esclarecimiento de las violaciones a los derechos humanos y los hechos de violencia vinculados
con el enfrentamiento armado, la elaboración de un informe que contuviera los resultados de las
investigaciones y la formulación de recomendaciones encaminadas a favorecer la paz.
38 Comisión para el Esclarecimiento Histórico de las Violaciones a los Derechos Humanos y los
13
manifestó, entre otras prácticas, en el considerado deber de los españoles de
enseñar leyes y evangelizar a cambio de trabajo indígena. Pese a que existió
cierto reconocimiento de autoridades indígenas, así como de los usos y
costumbres de sus pueblos, esta concesión se efectuó en tanto no afectara los
intereses españoles; además, las facultades de las autoridades indígenas en
torno a las controversias suscitadas en sus comunidades eran limitadas, pues
solo se reconocían para casos menores. Por otro lado, este reconocimiento
posibilitó que los grupos indígenas mantuvieran su identidad cultural.
14
represión de la oposición, la emisión de leyes que garantizaban el trabajo forzoso
y la consolidación de la presencia extranjera en el país.
39 Instancia consultiva regional de pueblos indígenas de la Oficina regional para América Central
del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Diagnóstico sobre la
situación de los derechos humanos de los pueblos indígenas de América Central, Tomo I, 2011,
págs. 203 y 204.
40 Loc. cit.
15
reglamentación de formas de movilizar a trabajadores y la financiación de fuerzas
armadas cuyo objetivo era el de contener la resistencia indígena contra las
políticas implementadas.41
Valga acá pausar por un breve momento el relato de hechos históricos en el que
se ha avanzado, con el objeto profundizar sobre el racismo presente en la
sociedad y el Estado guatemalteco. Para ello, es oportuno citar a Marta Elena
Casaús Arzú, quien, en su obra, ha identificado algunas de las causas de la
persistencia de ese comportamiento en el tiempo.
Identifica la autora, entre otros, algunos puntos que desean resaltarse por su
relación con el tema histórico abordado: i) existe arraigo de las raíces históricas
del racismo, que inicia en la Colonia y se refuerza debido a la persistencia de la
ideología dominante y su fuerte presencia en las instituciones del Estado; ii) la
ideología de la clase dominante, dispersada por el conjunto de la sociedad, tuvo,
desde sus inicios, un fuerte componente racista, que fue reforzado durante la
época liberal con las teorías darwinistas. Esto se intensificaría en el período
contrainsurgente, del cual se hará mención más adelante; iii) la construcción de
un discurso racista contra los indígenas que apenas ha variado desde la
Conquista, con la finalidad de descalificar al Otro y humillarlo, como justificación
de un sistema de dominación basado en desigualdades económicas, políticas y
sociales; iv) la ideología racista de la clase dominante guatemalteca es
particularmente manifiesta y agresiva, y se fundamenta en un racismo biológico-
racial. El reconocimiento de sí mismos como “blancos o blancos-criollos por
definición” justifica su supuesta superioridad racial frente a los Otros, los “indios”,
junto con todo un sistema de explotación; v) la escasa presencia de una ideología
de mestizaje que permitiera valorar, en conjunto, la cultura de los pueblos
ancestrales y la hispánica, dando como resultado la identidad del mestizaje como
superación de ambas; vi) la naturaleza misma del Estado guatemalteco,
fundamentada en un racismo de Estado que empieza a operar como tal desde el
41 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Más allá del conflicto… Óp. cit. pág. 184.
16
Siglo XIX en la medida en que excluye, desconoce y minusválida a los pueblos
indígenas y que trata de homogeneizar la nación por vía de la eugenesia o del
blanqueamiento; vii) el tránsito de un Estado racial a uno racista, basado en la
jerarquización de razas y un modelo estatal monoétnico y monocultural, se
produce cuando los aparatos represivos e ideológicos del Estado comienzan a
obedecer a una lógica de discriminación racial, exclusión social y política e,
incluso, exterminio hacia otros grupos étnicos, comunidades o pueblos, con el fin
de mantener el dominio bajo el argumento racial; viii) el miedo de la sublevación
de “el indio”, que se manifestó particularmente, de nuevo, en la etapa
contrainsurgente.
Tales argumentos, continúa afirmando Casaús Arzú, tenían como fin mantener el
férreo control del poder por parte de un pequeño grupo de propietarios
relacionados a través de las redes familiares de larga duración vinculados a la
tierra y posteriormente al comercio, la industria y las finanzas, para asegurar de
este modo un sistema de explotación y de mano de obra barata en el campo y la
ciudad y, sobre todo, para preservar el Estado como su feudo.42
Sirvan los factores identificados por la citada autora para explicar los
acontecimientos hasta ahora relatados, que transcurren desde la época colonial
hasta el período liberal. De igual forma, para comprender los sucesos que
acontecieron tras la primavera democrática, incluidos en la narración seguida.
42 Casaús Arzú, Marta Elena, Racismo, genocidio y memoria, Guatemala, F&G Editores, 2019,
págs. 9-12.
43 Comisión para el Esclarecimiento Histórico de las Violaciones a los Derechos Humanos y los
Hechos de Violencia que han Causado Sufrimientos a la Población Guatemalteca, Óp. cit. Capítulo
I, págs. 82 y ss.
17
Arévalo Bermejo y Jacobo Árbenz Guzmán. Durante ese período se promulgó el
Código de Trabajo, se creó el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y se
emitió una nueva ley electoral.
18
El período democrático finalizó con la renuncia de Árbenz, en 1954, alzándose
Carlos Castillo Armas como jefe de junta militar y dándose paso al período
contrarrevolucionario. Estados Unidos de América mantuvo la convicción que
Árbenz representaba una amenaza, por lo que dispuso poner en marcha un plan
para su expulsión. La Agencia Central de Inteligencia (CIA) elaboró tácticas de
desinformación, operaciones psicológicas y listas de funcionarios que debían ser
amenazados e incluso asesinados.
19
Seguridad Nacional (DSN) y la Alianza para el Progreso (ALPRO). Cuba, por su
parte, apoyó a los grupos insurgentes, incluidos los guatemaltecos. El triunfo de
Fidel Castro y la radicalización del proceso revolucionario sirvieron de punto de
referencia para la izquierda ilegal.
20
Durante la guerra interna ocurrieron violaciones masivas de derechos humanos,
siendo el pueblo maya especialmente agraviado. Los datos registrados por la
CEH demuestran esa aseveración: del total de violaciones registradas por la
Comisión, 70% de ellas se cometieron contra mayas, el 10% contra ladinos y, del
resto, no se pudo identificar la adscripción étnica.44
44 Comisión para el Esclarecimiento Histórico de las Violaciones a los Derechos Humanos y los
Hechos de Violencia que han Causado Sufrimientos a la Población Guatemalteca, Óp. cit. Capítulo
II (Continuación), pág. 183.
45 Ibíd., Capítulo II (Continuación), págs. 257 y 258.
46 Ibíd., Tomo V, Conclusiones y Recomendaciones, pág. 21.
21
Gobierno declarara el abandono voluntario de tierras y las entregara a nuevos
ocupantes.47
Es dicho que el referido Acuerdo puso fin al conflicto armado interno, pero no
constituyó en sentido estricto un pacto de paz, pues para ese entonces no había
guerra, sino transcurría ya el período democrático, iniciado en 1985. Más bien, se
buscaba la construcción de una sociedad mejor, desarrollada y democrática, y la
creación de las condiciones necesarias para que un conflicto de la naturaleza del
suscitado no volviera a ocurrir. Casi diez años después, en septiembre de 2005,
se decretó la Ley Marco, que le dio reconocimiento jurídico a los Acuerdos como
compromisos de Estado y que creó la institucionalidad para monitorear y
promover su cumplimiento.49
A pesar de la suscripción de los acuerdos, ello no logró dar paso a una conciencia
colectiva enfocada en un programa de reconstrucción nacional; la agenda
nacional ambiciosa fue perdiendo fuerza. El referéndum de las reformas
constitucionales intentadas como derivación de los acuerdos de paz [1999] contó
con una débil campaña electoral y la movilización del sector conservador,
ganando el «NO».50
47 Instancia consultiva regional de pueblos indígenas de la Oficina regional para América Central
del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos… Óp. cit. pág. 204.
48Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Más allá del conflicto… Óp. cit. págs. 92 y
93
49 Loc. cit.
50 Loc. cit.
22
Transcurridos 20 años desde la firma de los Acuerdos de Paz, 50.4% de los
acuerdos sigue sin aplicarse, particularmente los relacionados con la desigualdad
y la no discriminación. Los porcentajes de implementación más bajos
corresponden al Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas –
AIDPI– (que solo se ha aplicado en un 19.49%) y al Acuerdo sobre Aspectos
Socioeconómicos y Situación Agraria (aplicado en un 34.39%).51
51Naciones Unidas, Asamblea General, Informe anual del Alto Comisionado... Óp. cit. pág. 4.
52Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Más allá del conflicto… Óp. cit. pág. 17.
53 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Más allá del conflicto, luchas por el
bienestar. Informe Nacional de Desarrollo Humano 2015/2016, Guatemala, 2016, pág. 34.
23
políticas contra el racismo y la discriminación. Pese a lo anterior, sigue pendiente
una reforma constitucional para reconocer la identidad y derechos de los pueblos
indígenas. La ausencia de normativa apropiada también ha sido resaltada. El
Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial afirmó que hacen falta
leyes y medidas más contundentes para la lucha contra el racismo y la
discriminación contra los pueblos indígenas.54
De igual forma, se afirma que, no obstante que la cuestión de las tierras fue un
componente central de los acuerdos suscritos, no se han implementado
adecuadamente las medidas previstas para el desarrollo de un nuevo marco legal,
la provisión de tierras y el apoyo agrario para las comunidades rurales e
indígenas. En el ámbito legal, solo se ha adoptado la Ley del Registro de
Información Catastral, que se vio debilitada por una reforma posterior. Por su
parte, el Fondo de Tierras informó sobre la carencia de fondos necesarios para
cumplir significativamente con su función de facilitar el acceso asequible a tierras.
Para el 2016, de 800,000 familias demandantes sin tierra, únicamente se habían
beneficiado poco más de 13,000 familias, de las cuales 10,719 pertenecen al
grupo maya.56
24
Los datos históricos y actuales referidos en los apartados que anteceden permiten
concluir que la concentración del poder en un grupo pequeño de personas,
dejando al margen a las grandes mayorías, ha sido una constante en las diversas
épocas: los indicadores relativos a la distribución de los ingresos en Guatemala
reflejan claramente como esa situación persiste en la actualidad. La tradición
política guatemalteca, a lo largo de su vida, se ha caracterizado por su carácter
dictatorial y autoritario, con el consiguiente cierre de canales de expresión y
participación ciudadana. La sucesión de gobiernos militares y dictaduras durante
el período republicano da cuenta de ello.
Los sucesos relatados denotan además la forma en que las instituciones públicas
han sido instrumentalizadas y han llegado incluso a reducirse a conductos para la
satisfacción de los intereses de los poderes dominantes. Prueba de esto es lo es
la forma en que las políticas estatales y el marco jurídico se han alineado para
facilitar el despojo de las tierras indígenas y garantizar la mano de obra barata, en
beneficio de los grandes exportadores. El racismo, presente desde la época
colonial, fue heredado y se manifiesta de numerosas formas, tanto en los sucesos
históricos, como en la forma en que el Estado se desarrolla en la actualidad y
asume sus compromisos.
25
Tras haber transcurrido más de veinte años de su adopción, los compromisos
adquiridos en los Acuerdos de Paz, como ruta para lograr la reconciliación
nacional, aún se encuentran, en un alto grado, pendientes de cumplimiento. La
promoción de políticas públicas y de normativa adecuada que traduzca el
reconocimiento de los derechos de las comunidades y personas indígenas en una
mejora de sus condiciones de vida, como vía imprescindible para la consolidación
de la reciente era democrática, es, sin duda, un reto mayúsculo que enfrenta
actualmente el Estado guatemalteco.
26
Capítulo II. Derechos de los pueblos indígenas
27
El Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas
añade, como criterios que contribuyen a la definición de pueblo indígena, los
siguientes: i) un vínculo fuerte con el territorio y los recursos naturales
circundantes; ii) sistemas sociales, económicos o políticos singulares, e iii)
idiomas, cultura y creencias singulares.57
Una vez aclarado el anterior concepto, es posible continuar con el tema que
concierne al presente segmento. Sobre el recorrido del reconocimiento de los
derechos humanos de los pueblos indígenas, Jesús M. Casal resalta que, tanto
en el ámbito de protección interno como en el plano internacional, este no ha sido
el mismo que en otras materias. En ese sentido, existe una tendencia del
reconocimiento y protección de nuevos derechos humanos, a medida en que una
situación se hace problemática para la dignidad humana (por ejemplo, el derecho
a un medio ambiente sano, el que no resulta extraño que no hubiere sido incluido
en las declaraciones de derechos francesa y americana).
57 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, Los pueblos indígenas y el sistema de
derechos humanos de las Naciones Unidas, Folleto informativo N° 9, rev. 2, Nueva York y
Ginebra, Naciones Unidas, 2013, pág. 3.
58 Papadópolo, Midiri, El nuevo enfoque internacional en materia de derechos de los pueblos
28
Sin embargo, continúa indicando el autor, no sucede lo mismo respecto a los
derechos de los pueblos indígenas, puesto que, mucho antes de las primeras
declaraciones, estas colectividades ya sufrían explotación, discriminación o
desconocimiento, sin que esa situación generara especial inquietud sobre los
postulados de los derechos naturales.59
59 Casal, Jesús M., El pluralismo jurídico en América Latina. Algunas reflexiones, en: Justicia
Constitucional y Derechos Fundamentales N° 4 pluralismo jurídico, Colombia, Fundación Konrad
Adenauer, 2014, págs. 74 y 75.
60 Yrigoyen Fajardo, Raquel Z., Pluralismo jurídico y jurisdicción indígena en el horizonte del
constitucionalismo pluralista, en: El Estado de derecho hoy en América Latina, México, Fundación
Konrad Adenauer, 2012, pág. 172 y ss.
29
El horizonte del constitucionalismo liberal del siglo XIX tuvo como soporte el
Estado-nación monocultural, el monismo jurídico y el modelo de ciudadanía
censitaria (para hombres blancos, propietarios e ilustrados). Esta etapa se
caracterizó por la exclusión de los pueblos originarios, afrodescendientes, mujeres
y mayorías subordinadas; además, tuvo por objeto mantener la sujeción indígena,
por medio de técnicas constitucionales como la asimilación, reducción, civilización
y cristianización de los indígenas no colonizados, así como la guerra ofensiva y
defensiva a las naciones indias.
30
ii) El constitucionalismo pluricultural (1989-2005): ocurre en el marco de la
adopción del C 169 (1989). Las constituciones desarrollan el concepto de nación
multiétnica/multicultural y Estado pluricultural, avanzando hacia una redefinición
del carácter del Estado; el pluralismo y la diversidad cultural se convierten en
principios constitucionales, se incorpora un listado de derechos indígenas y se
introducen fórmulas de pluralismo jurídico que rompen el monismo jurídico,
aunque no siempre exentas de limitaciones o efectivamente introducidas de forma
orgánica y sistemática. Paralelamente, se introdujeron reformas destinadas a
facilitar la implementación de políticas neoliberales enmarcadas en la
globalización, lo que trajo como consecuencia la neutralización de los nuevos
derechos proclamados. Quedaron pendientes los mecanismos institucionales para
su efectividad, así como una revisión integral del derecho.62
62Se inscriben aquí las constituciones de Colombia 1991, México 1992, Paraguay 1992, Perú
1993, Bolivia 1994, Argentina 1994, Ecuador 1996 y 1998 y Venezuela 1999.
31
las formulaciones pluralistas, tanto de índole constitucional como,
mayoritariamente, ordinaria.
63 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, Los pueblos indígenas… Óp. cit. pág. 20.
64 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Proyecto para
Guatemala de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos, Guía para la aplicación judicial: Los derechos de los pueblos indígenas en el Convenio
169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), s/lugar, 2019, disponible, acceso directo:
https://www.acnur.org/fileadmin/Documentos/Publicaciones/2009/6903.pdf, fecha de consulta: 1 de
octubre de 2019.
65 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, Los pueblos indígenas… Óp. cit. pág. 20.
32
empezaron a formularse cuestionamientos al Convenio 107, principalmente por su
carácter integracionista y el hecho que todas las decisiones relacionadas con el
desarrollo de los pueblos interesados correspondían al Estado, y no a los mismos
pueblos. En 1986 se concluyó en la necesidad de revisar esa normativa
internacional, señalándose que su enfoque era obsoleto y su aplicación incluso
dañina en el mundo moderno.66
En 1989 el Convenio 107 fue revisado, lo que conllevó la aprobación del C 169,
en el que se rebajó el tono asimilacionista y paternalista del primer instrumento.67
El Convenio fue adoptado por la OIT el 27 de junio de 1989, con 328 votos a
favor, 49 abstenciones y 1 en contra, con un total de 378 representantes de
Estados, patronos y trabajadores del mundo. 68 En la actualidad, el C 169
únicamente ha sido ratificado por 23 Estados.69
66 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Op. cit.
67 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, Los pueblos indígenas… Óp. cit. pág. 20.
68 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Op. cit.
69 Organización Internacional del Trabajo, Ratificación del C169 - Convenio sobre pueblos
indígenas y tribales, 1989 (núm. 169), s/lugar, 2017, disponible, acceso directo:
https://www.ilo.org/dyn/normlex/es/f?p=NORMLEXPUB:11300:0::NO::P11300_INSTRUMENT_ID:3
12314, fecha de consulta: 1 de octubre de 2019.
70Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, Los pueblos indígenas… Óp. cit. págs. 20
y 21.
33
En 1982, el Consejo Económico y Social –órgano creado en la Carta de las
Naciones Unidas– formó el Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas como
órgano subsidiario de la Subcomisión, quien se encargaría de redactar los
primeros borradores de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas. En 1995, la desaparecida Comisión de
Derechos Humanos estableció un grupo de composición abierta que se reuniría
entre períodos de sesiones para estudiar el proyecto de la Declaración
presentado por la Subcomisión. Este grupo, integrado por Estados y abierto a la
participación de individuos y representantes indígenas, así como de agentes no
estatales y el mundo académico, se reunió anualmente hasta 2006, cuando el
Presidente propuso al Consejo de Derechos Humanos [órgano que reemplazó a
la Comisión] un proyecto de declaración. El Consejo lo aprobó en junio del
mencionado año y lo presentó a la Asamblea General.71
34
Se señala que, en realidad, la espera fue más larga, si se considera que desde
1989 la Asamblea General encargó a su Comisión de Asuntos Jurídicos y
Políticos la preparación del proyecto. Inicialmente, se previno que la Declaración
fuera acordada en 1992, sin embargo, fue hasta 1999 que las propuestas se
sometieron a la deliberación intergubernamental. Otro detalle del proceso de
elaboración de la declaración consiste en que el acuerdo del reconocimiento del
derecho de libre determinación se logró hasta el 2015, pese a que, desde 2007,
este derecho ya había sido proclamado expresamente en la Declaración de
Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.74
Estos datos resultan ilustrativos del largo proceso llevado a cabo en el seno de los
Estados Americanos previo a la proclamación del instrumento internacional,
situación que también puede advertirse con relación a la declaración adoptada en
el sistema de Naciones Unidas. La lucha del reconocimiento de los derechos de
los pueblos indígenas y las resistencias encontradas en los procesos de adopción
de instrumentos internacionales quedan evidenciadas tan solo tomando en cuenta
la cantidad de tiempo transcurrido entre la encomienda de los proyectos y el
consenso en la adopción de las declaraciones mencionadas; otro indicativo
resulta del bajo número de Estados que han ratificado el C 169.
35
2. Marco legal
2.1. Nacional
36
introdujo una variación sustancial, estableciendo que “El Estado fomentará una
política que tienda al mejoramiento socioeconómico de los grupos indígenas para
su integración a la cultura nacional.”. De la forma en que quedó redactada la
norma, puede advertirse una tendencia integracionista, al referirse a una “cultura
nacional”, distinta a la propia de los pueblos indígenas, a la que estos deberían
“integrarse”.
Pese a que resultan relevantes los avances logrados, en alguna medida, hasta
esa época, en tanto que los textos fundamentales colocaron en el plano
constitucional la existencia de pueblos indígenas y consideraron, de manera
especial, la índole particular de los problemas que enfrentan estas colectividades,
debe señalarse que ninguno de ellos reconoció los derechos de identidad cultural
y libre determinación de los pueblos originarios; este último incluso fue negado en
la norma fundamental de 1965, al incluirse, como deber del Estado, la integración
de los grupos indígenas a la denominada cultura nacional, sin consideración de lo
que actualmente se erige como el derecho de estas colectividades de definir, en
uso de su libre determinación, sus formas de vida.
Finalmente, la Constitución actual (1985) forma parte del denominado ciclo del
constitucionalismo multiculturalista (1932-1988) desde la visión autoral de Raquel
Yrigoyen, explicado precedentemente y caracterizado justamente por la
introducción de la diversidad cultural, el reconocimiento de la configuración
multicultural y multilingüe de la sociedad, el derecho individual y colectivo a la
identidad cultural y algunos derechos indígenas específicos.
37
esenciales de identificación cultural de estas comunidades. De la siguiente forma
se encuentra redactada la norma:
ARTICULO 66. Protección a grupos étnicos. Guatemala está formada por diversos grupos
étnicos entre los que figuran los grupos indígenas de ascendencia maya. El Estado reconoce,
respeta y promueve sus formas de vida, costumbres, tradiciones, formas de organización
social, el uso del traje indígena en hombres y mujeres, idiomas y dialectos.
38
2.1.2 Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los
Pueblos Indígenas
Compromisos para la asunción del deber de adoptar medidas para la lucha contra
la discriminación y promoción de los derechos de la mujer indígena, así como de
adecuación de la normativa interna a los preceptos de la Convención
Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial,
la aprobación del C 169 y la declaración de derechos de los pueblos indígenas en
el seno de la ONU, quedaron también plasmados en la sección II del AIDPI.
75 Elevado a rango de ley por medio de la Ley Marco de los Acuerdos de Paz, Decreto 52-2005 del
Congreso de la República.
76 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Acuerdo sobre Identidad y Derechos de
los Pueblos Indígenas: avances y desafíos a veinte años de la firma de los Acuerdos de Paz,
Guatemala, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2016, pág. 9.
39
La sección III y IV enumera compromisos estatales de reconocimiento de
derechos culturales, civiles, políticos, sociales y económicos de los pueblos
indígenas.
De igual forma, se incluyó el compromiso, por parte del gobierno, de promover las
reformas legales e institucionales que facilitaran, normaran y garantizaran la
participación de la población indígena en el proceso de decisión de los distintos
ámbitos de la vida nacional. Quedó plasmada también la necesidad de
implementar medidas en diversos ámbitos, incluido el referente a los mecanismos
obligatorios de consulta de los pueblos indígenas cada vez que se previeran
medidas legislativas y administrativas susceptibles de afectarlos (sección IV,
literal D., numerales 4 y 5 inciso i).
40
los Consejos de Desarrollo Urbano y Rural (2002)78 y la Ley General de
Descentralización (2002).79 Sobre tales regulaciones, se ha señalado que
contienen contradicciones y no se ajustan a estándares internacionales.80 Otros
cuerpos legales, como la Ley de Áreas Protegidas (1989), no protegen los
derechos de los pueblos indígenas ni contienen estándares sobre consulta o
consentimiento.81
2.2 Internacional
Mientras que el Convenio 107 (predecesor del C 169) tuvo por intención proveer
protección a los pueblos indígenas y tribales a partir de su paulatina integración a
las sociedades nacionales, el C 169 se enfoca en el respeto y protección de las
culturas, formas de vida y derecho consuetudinario de esas colectividades, con
base en la presunción de la perduración y permanencia de su cultura e identidad.
Dentro de su filosofía, se incluye que los pueblos tienen el derecho de ser parte
de los procesos de decisión sobre asuntos que les afecta; además, se resalta la
indígenas, las consultas a los pueblos maya, xinca y garífuna sobre medidas de desarrollo que
impulse el Organismo Ejecutivo y que afecten directamente a estos pueblos, podrán hacerse por
conducto de sus representantes en los consejos de desarrollo.”.
79 En su artículo 18, señala que: “Las organizaciones comunitarias reconocidas conforme a la ley,
41
importancia de la defensa de su integridad cultural contra presiones que tiendan a
su asimilación.82 Algunas de las cuestiones más relevantes del Convenio son:
iii) Derecho a las tierras, territorios y recursos: el C 169 destina una sección
específica para el tema de las tierras (Parte II), en la que refiere, entre otras
disposiciones, la obligación de los gobiernos de respetar la importancia especial
que para los pueblos reviste su relación con las tierras y/o territorios (artículo
13.1), el deber de reconocimiento a los pueblos del derecho de propiedad y
posesión de las tierras que tradicionalmente ocupan, así como de la utilización de
aquellas a las que han tenido acceso tradicionalmente (artículo 14.1), el deber de
protección especial de los derechos de los pueblos a los recursos naturales
existentes en sus tierras (artículo 15.1) y el deber de respeto a las modalidades
de transmisión de los derechos sobre las tierras entre los miembros de los
pueblos (artículo 17.1).
82 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Op. cit.
83Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Op. cit.
42
iv) Derechos económicos, sociales y culturales: el Convenio abarca además
una serie de garantías respecto de los derechos económicos y sociales de los
pueblos indígenas y tribales, entre estos, derechos laborales (artículo 20),
seguridad social (artículo 24), salud (artículo 25) y educación (artículos 26 al 31).
El artículo 2.2 literal b. establece, entre las medidas que deberán incluirse en la
acción de los gobiernos, aquellas que promuevan la plena efectividad de los
derechos sociales, económicos y culturales de esos pueblos, respetando su
identidad social y cultural, sus costumbres, tradiciones e instituciones. En el
artículo 7.2 se dispone que el mejoramiento de las condiciones de vida, trabajo,
salud y educación de los pueblos deberá ser prioritario en los planes de desarrollo
económico global de las regiones en las que habitan.
43
derechos. En tal sentido, al redactarse este tratado de derechos humanos, se
consideró a los pueblos indígenas como titulares de derechos, existiendo una
clara intención de expresarlo así. Abona a la anterior afirmación el hecho que,
cuando en el Convenio se alude a derechos de naturaleza indiscutiblemente
individual, sí se hace referencia a los “miembros” de pueblos indígenas y no a la
comunidad en tanto sujeto colectivo, verbigracia, los artículos 10.1, 20 y 21.84
Sobre las normas que hacen referencia a derechos colectivos, se trae a colación:
el artículo 8.2, que dispone que los pueblos tendrán derecho a conservar sus
costumbres e instituciones propias; el artículo 12, que refiere que los pueblos
indígenas deberán tener protección contra la violación de sus derechos y el poder
de iniciar procedimientos legales, sea personalmente o por conducto de sus
organismos representativos, para asegurar el respeto efectivo de tales derechos;
el artículo 13.1, en lo concerniente al deber del gobierno de respetar la
importancia especial que para los pueblos reviste su relación con las tierras y/o
territorios y, en particular, los aspectos colectivos de esa relación; el artículo 14.1,
que señala que deberá reconocerse a los pueblos interesados el derecho de
propiedad y de posesión sobre las tierras que tradicionalmente ocupan, así como
tomarse medidas adecuadas para salvaguardar el derecho de los pueblos a
utilizar tierras a las que hayan tenido tradicionalmente acceso, y el artículo 15,
que establece el deber de protección especial de los derechos de los pueblos a
los recursos naturales existentes en sus tierras.
84 Vismara, Juan Pablo, Pueblos indígenas y derechos colectivos. La consulta previa como
garantía esencial para el reguardo de los derechos indígenas. La nueva jurisprudencia de la Corte
IDH, en: Derechos humanos, año 2, No. 2, Argentina, 2013, págs. 85 y 86.
44
los pueblos gozar, en pie de igualdad, de los derechos y oportunidades que la
legislación nacional otorga a los demás miembros de la población.
45
Adicionalmente, en el artículo 15.2 se prevé la obligación de los gobiernos de
establecer o mantener procedimientos con miras a consultar a los pueblos
interesados a fin de determinar si sus intereses serían perjudicados y en qué
media, antes del emprendimiento o autorización de programas de prospección o
explotación de recursos naturales en sus tierras, en caso de que pertenezca al
Estado la propiedad de los minerales o de los recursos del subsuelo, o tenga
derechos sobre otros recursos existentes en las tierras.
En el artículo 17.2 se indica que deberá consultarse a los pueblos siempre que se
considere su capacidad de transmitir sus derechos sobre las tierras fuera de su
comunidad. El artículo 22.3 señala el deber de consulta sobre la organización y
funcionamiento de los programas especiales de formación profesional, mientras
que el 27.3, sobre las normas mínimas que deberán ser satisfechas por las
instituciones y medios de educación.
El artículo 27 del PIDCP preceptúa que en los Estados en que existan minorías
étnicas, religiosas o lingüísticas, no se negará a sus integrantes el derecho que
les corresponde, en común con los demás miembros del grupo, a tener su propia
vida cultural, religión e idioma.
46
De importante mención resulta la existencia de: i) el Comité de Derechos
Humanos, órgano creado por el PIDCP (artículo 28) y encargado de la supervisión
de la aplicación de ese instrumento, y ii) el CESCR, creado por resolución
ECOSOC 1985/17 de 28 de mayo de 1985 para llevar a cabo las funciones de
seguimiento asignadas al Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas en
la Parte IV del PIDESC.85
85 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, Comité de Derechos Económicos
Sociales y Culturales, s/lugar, 2019, disponible, acceso directo:
https://www.ohchr.org/sp/hrbodies/cescr/pages/cescrindex.aspx, fecha de consulta: 1 de octubre
de 2019.
86 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, Comité de Derechos Humanos, s/lugar,
47
Ambos Comités examinan los informes que deben presentar periódicamente los
Estados y exponen sus inquietudes y recomendaciones en forma de
observaciones finales. También publican su interpretación de las disposiciones del
Pacto cuya supervisión ha sido encomendada a través de las observaciones
generales.
88Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, Los pueblos indígenas… Óp. cit. pág. 5.
48
ii) Derecho a las tierras, territorios y recursos: la Declaración reconoce, en su
artículo 26, el derecho de los pueblos indígenas sobre las tierras, territorios y
recursos que tradicionalmente han poseído, ocupado, utilizado o adquirido,
además del derecho de poseer, utilizar, desarrollar y controlar las tierras,
territorios y recursos que poseen en razón de la propiedad tradicional u otro tipo
tradicional de ocupación o utilización, así como aquellos que han adquirido de otra
forma. Ese mismo artículo contiene la obligación de los Estados de asegurar el
reconocimiento y protección jurídica de esas tierras, territorios y recursos. El
artículo 27 determina la obligación de los Estados de establecer y aplicar
procesos de reconocimiento y adjudicación de los derechos de los pueblos
indígenas con relación a sus tierras, territorios y recursos.
49
individuos indígenas a pertenecer a una comunidad o nación indígena de conformidad con las
tradiciones y costumbres de la comunidad o nación de que se trate. 89
89 Ibíd., pág. 7.
90 Ibíd.. pág. 8.
50
mismo tiempo, el derecho de todos los pueblos a ser y considerarse diferentes, y
ser respetados como tales. El artículo 2 establece que los pueblos y los individuos
indígenas son libres e iguales a todos los demás pueblos y personas y tienen
derecho a no ser objeto de ningún tipo de discriminación en el ejercicio de sus
derechos.
Los Estados celebrarán consultas y cooperarán de buena fe con los pueblos indígenas
interesados por medio de sus instituciones representativas antes de adoptar y aplicar medidas
legislativas o administrativas que los afecten, a fin de obtener su consentimiento libre, previo e
informado.
51
Los artículos 15, 17, 30, 36 y 38 prevén expresamente el deber de consulta en la
adopción de medidas para combatir los prejuicios, eliminar la discriminación y
promover la tolerancia, comprensión y buena relación entre pueblos indígenas y
los demás sectores de la sociedad, proteger a los niños indígenas, utilizar las
tierras o territorios indígenas para actividades militares, facilitar el ejercicio y
asegurar la aplicación del derecho de los pueblos indígenas, especialmente de
aquellos divididos por fronteras internacionales, a mantener y desarrollar
contactos, relaciones y cooperación con sus propios miembros y con otros
pueblos a través de las fronteras, así como para adoptar las medidas apropiadas
para alcanzar los fines de la Declaración.
52
Mantiene un diálogo interactivo con el mecanismo de expertos sobre los derechos
de los pueblos indígenas y el relator especial sobre los derechos de los pueblos
indígenas –ambos órganos serán mencionados más adelante–. Celebra mesas
redondas sobre cuestiones concretas relativas a pueblos indígenas y aprueba una
resolución anual sobre el tema por el que suele encomendar al mecanismo de
expertos el examen de cuestiones particulares. También examina el informe anual
del ACNUDH sobre los pueblos indígenas, así como la situación de los derechos
humanos por medio del procedimiento de denuncia y el examen periódico
universal.92
iv) Relator Especial sobre los derechos de los pueblos indígenas: uno de los
denominados procedimientos especiales del Consejo de Derechos Humanos. Su
mandato fue establecido por la antigua Comisión de Derechos Humanos en 2001
y mantenido por el Consejo de Derechos Humanos [órgano que sustituyó a la
mencionada Comisión] en 2007. El Relator Especial presenta un informe anual al
Consejo; en el marco de su mandato, evalúa la situación de los pueblos indígenas
en determinados países, realiza estudios temáticos y se pone en comunicación
con gobiernos, pueblos indígenas y otras instancias cuando se denuncian
violaciones de los derechos de los pueblos indígenas. También realiza visitas a
los países.94
53
El Foro Permanente, el Mecanismo de Expertos y el Relator especial se reúnen
una vez al año para coordinar sus labores e intercambiar información.95
Como punto de partida, la Corte IDH resaltó el carácter dinámico del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, circunstancia que, según señaló,
conducía a efectuar una interpretación del caso sometido a su análisis tomando
en cuenta la evolución de los derechos humanos en el plano internacional. En las
siguientes palabras se expresó:
El corpus juris del Derecho Internacional de los Derechos Humanos está formado por un
conjunto de instrumentos internacionales de contenido y efectos jurídicos variados (tratados,
convenios, resoluciones y declaraciones). Su evolución dinámica ha ejercido un impacto
positivo en el Derecho Internacional, en el sentido de afirmar y desarrollar la aptitud de este
último para regular las relaciones entre los Estados y los seres humanos bajo sus respectivas
jurisdicciones. Por lo tanto, esta Corte debe adoptar un criterio adecuado para considerar la
54
cuestión sujeta a examen en el marco de la evolución de los derechos fundamentales de la
persona humana en el derecho internacional contemporáneo.96
En el Caso Comunidad indígena Yakye Axa vs. Paraguay la Corte IDH resaltó
que, a fin de garantizar efectivamente los derechos de los miembros de una
comunidad indígena, debía interpretarse y aplicarse la normativa tomando en
consideración las características propias que los diferencian de la población en
general y que conforman su identidad cultural.98 Haciendo referencia también a la
Tingni vs. Nicaragua, Fondo, Reparaciones y Costas, resolución de 31 de agosto 2001, párr. 148 y
149.
98 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Comunidad indígena Yakye Axa vs.
55
interpretación evolutiva y la prohibición de interpretación restrictiva, determinó los
alcances del derecho de propiedad a la luz del C 169, señalando que:
…el Tribunal considera útil y apropiado utilizar otros tratados internacionales distintitos a la
Convención Americana, tales como el Convenio No. 169 de la OIT, para interpretar sus
disposiciones de acuerdo a la evolución del sistema interamericano, habida consideración del
desarrollo experimentado en esta materia en el Derecho Internacional de los Derechos
Humanos.99
Por su parte, en el Caso del Pueblo Saramaka vs. Surinam, ante la ausencia de
legislación interna del derecho de propiedad comunal y la falta de ratificación del
C 169 por el Estado demandado, el Tribunal regional trajo a colación, en su
análisis, normativa del PIDCP y el PIDESC –instrumentos que sí habían sido
ratificados– así como su interpretación por parte del Comité de Derechos
Humanos y el CESCR,100 considerando que los derechos reconocidos en esas
normativas no podrían ser restringidos al interpretar la CADH. Además, hizo
mención de normativa contenida en la Declaración de Naciones Unidas sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas, al referirse a las salvaguardas de
participación efectiva y participación de los beneficios respecto a proyectos de
desarrollo o inversión dentro de territorios tradicionales indígenas y tribales.101
Más adelante, en el Caso Pueblo Indígena Kichwa de Sarayaku vs. Ecuador, bajo
el principio de no discriminación (artículo 1.1 de la CADH), la Corte IDH estableció
que la obligación de consulta, además de estar reconocida en instrumentos
convencionales, constituía también un principio general del Derecho Internacional,
partiendo de su incorporación de los estándares internacionales en la
56
jurisprudencia de los altos tribunales de justicia de los Estados miembros de la
OEA e incluso fuera de la región.102
Como puede observarse, la interpretación efectuada por la Corte IDH sobre los
derechos reconocidos en la CADH toma en cuenta una diversidad de fuentes, que
incluyen tanto la legislación interna de los Estados, como instrumentos externos al
sistema interamericano y las observaciones de los distintos órganos encargados.
Tal labor interpretativa permitió superar la hasta entonces inexistente base jurídica
en el marco del sistema de fuentes regional. Estas pautas interpretativas han
tenido diversas repercusiones.
102 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Pueblo Indígena Kichwa de Sarayaku vs.
Ecuador, Fondo y reparaciones, resolución de 27 de junio de 2012, párr. 164.
103 Ibíd., párr. 231.
104 Vismara, Juan Pablo, Óp. cit. págs. 79, 84-87.
105 Además del de propiedad ya referido, el reconocimiento de personalidad jurídica, vida,
57
como el uso consuetudinario indígena, la noción de cosmovisión ancestral de los
territorios tradicionales, la identificación de formas de propiedad tradicional y de
derechos preexistentes, así como la extensión del vínculo espiritual comunitario
más allá de la tierra, hacia los recursos naturales de uso tradicional. También ha
desembocado en el análisis de derechos que no figuran expresamente en la
CADH, destacándose el derecho a la consulta y el derecho de identidad
cultural,106 dotándolos de nombre y contenidos propios a partir de la lectura en
conjunto de más de uno de sus artículos.107
La Corte IDH, partiendo del hecho que la estrecha relación de los pueblos con su
territorio tiene un componente esencial de identificación cultural basado en sus
cosmovisiones y que, como actores sociales y políticos diferenciados en
sociedades multiculturales, deben ser especialmente reconocidos y respetados en
una sociedad pluralista, multicultural y democrática, ha señalado salvaguardas
que deben cumplir los Estados en todo plan de desarrollo, inversión, exploración o
extracción en territorios tradicionales de comunidades indígenas o tribales, siendo
estas: i) efectuar un proceso adecuado y participativo que garantice su derecho a
la consulta; ii) realizar un estudio previo de impacto ambiental y social, y iii) en su
caso, compartir razonablemente los beneficios que se produzcan de la
explotación de los recursos naturales.108
familia, derechos de los niños, garantías judiciales, circulación y residencia, derechos políticos y la
igualdad ante la ley, así como protección judicial.
106 Este último derecho, el de identidad cultural, ha sido definido como “…ingrediente y vía de
interpretación transversal para concebir, respetar y garantizar el goce y ejercicio de los derechos
humanos de los pueblos indígenas”. Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Pueblo
Indígena Kichwa de Sarayaku vs. Ecuador, Óp. cit. párr. 213.
107 Estupiñan Silva, Rosmerlin y Juana María Ibáñez Rivas, La jurisprudencia de la Corte
58
derecho internacional –cimentado en la estrecha relación de las comunidades con
su territorio y el respecto a los derechos de propiedad colectiva y a la identidad
cultural– que los Estados deben de cumplir, independientemente de que se
encuentre regulada expresamente en su legislación, por lo que es exigible que el
Estado cuente con mecanismos adecuados y efectivos para garantizar el proceso
de consulta, sin perjuicio de que pueda ser precisado en ley.109
109 Ibíd., párr. 222, Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso del Pueblo Indígena Kichwa
de Sarayaku, Óp. cit. párr. 164 y Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Comunidad
Garífuna Triunfo de la Cruz y sus Miembros vs. Honduras, Fondo, Reparaciones y Costas,
sentencia de 8 de octubre de 2015, párr. 158.
110 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Comunidad Garífuna Triunfo de la Cruz y
vs. Surinam, Óp. cit. párr. 128, y Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso del Pueblo
indígena Kichwa de Sarayaku vs. Ecuador, Óp. cit. párr. 156.
59
Discriminación Racial, distinguió entre “consulta” y “consentimiento”,112 señalando
que la salvaguarda de participación efectiva en aquellos planes de desarrollo o de
inversión a gran escala que tendrían un mayor impacto requería la obligación
adicional de obtener el consentimiento libre, informado y previo de los pueblos,
según sus costumbres y tradiciones.113
112 La Corte IDH, para el efecto, citó: “[s]iempre que se lleven a cabo [proyectos a gran escala] en
áreas ocupadas por pueblos indígenas, es probable que estas comunidades tengan que atravesar
cambios sociales y económicos profundos que las autoridades competentes nos son capaces de
entender, mucho menos anticipar. [L]os efectos principales […] comprenden la pérdida de
territorios y tierra tradicional, el desalojo, la migración y el posible reasentamiento, agotamiento de
recursos necesarios para la subsistencia física y cultural, la destrucción y contaminación del
ambiente tradicional, la desorganización social y comunitaria, los negativos impactos sanitarios y
nutricionales de larga duración [y], en algunos casos, abuso y violencia.” y ““[e]s esencial el
consentimiento libre, previo e informado para la protección de los derechos humanos de los
pueblos indígenas en relación con grandes proyectos de desarrollo” (ONU, Informe del Relator
Especial sobre la situación de los derechos humanos y libertades fundamentales de los pueblos
indígenas, Rodolfo Stavenhagen, presentado de conformidad con la resolución 2001/65 de la
Comisión, quincuagésimo novena sesión, ONU Doc. E/CN.4/2003/90, 21 de enero de 2003, párr. 2
y 66).
113 Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso del Pueblo Saramaka vs. Surinam, Óp. cit.
párr. 135-137.
60
propiedad tradicional u otro tipo tradicional de ocupación o utilización, o que
hayan adquirido de otra forma. Esa misma disposición señala la obligación del
Estado de reconocer y proteger jurídicamente las tierras, territorios y recursos,
con respeto de las costumbres, tradiciones y sistemas de tenencia de los pueblos.
61
vi) derecho de participación y obligación del Estado de realizar consultas a
los pueblos indígenas: este instrumento reconoce el derecho de participación en
su artículo XXIII, que reza:
1. Los pueblos indígenas tienen derecho a la participación plena y efectiva, por conducto de
representantes elegidos por ellos de conformidad con sus propias instituciones, en la adopción
de decisiones en las cuestionen que afecten sus derechos y que tengan relación con la
elaboración y ejecución de leyes, políticas públicas, programas, planes y acciones relacionadas
con los asuntos indígenas. 2. Los Estados celebrarán consultas y cooperarán de buena fe con
los pueblos indígenas interesados por medio de sus instituciones representativas antes de
adoptar y aplicar medidas legislativas o administrativas que los afecten, a fin de obtener su
consentimiento libre, previo e informado.
63
internacionales de supervisión o jurisdiccionales. Estos controles son previstos en
el tratado internacional, por lo que se denominan de autocontrol, sin embargo,
también existe el heterocontrol, que refiere a mecanismos fuera del marco
normativo del tratado.115
Por otra parte, el artículo 149 constitucional preceptúa que Guatemala normará
sus relaciones con otros Estados de conformidad con los principios, reglas y
prácticas internacionales, con el propósito de contribuir al mantenimiento de la
paz y la libertad, al respeto y defensa de los derechos humanos, y al
fortalecimiento de los procesos democráticos e instituciones internacionales que
garanticen el beneficio mutuo y equitativo entre los Estados.
64
El contenido de este artículo es, a decir de Alejandro Maldonado Aguirre, aparte
de las garantías constitucionales instituidas, uno de los elementos más
importantes de la norma suprema, por sus amplias derivaciones, dentro de las
que cabrían la reafirmación y el refinamiento de los derechos humanos.116
Todo lo anteriormente señalado brinda fundamento normativo para afirmar que los
Estados se encuentran sujetos al cumplimiento de las obligaciones contenidas en
los tratados internacionales, por lo que estas resultan ser exigibles, no solo en el
ámbito internacional, sino particularmente en el plano nacional, por medio de los
distintos órganos públicos, dentro de los que destaca el papel relevante de los
tribunales locales y, especialmente, de los tribunales constitucionales.
Ahora bien, debe hacerse acá el reparo sobre los distintos grados de
vinculatoriedad que pudieren existir entre los instrumentos internacionales, según
su naturaleza. Los tratados contienen compromisos asumidos por los Estados
libre y expresamente, a través de un proceso que los incorpora al derecho interno
vigente, con lo que su carácter es vinculante. Ahora bien, respecto de otros
116 Maldonado Aguirre, Alejandro, Guatemala: recepción del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos, en: Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano 2001, Argentina,
Konrad Adenauer Stiftung, 2001, págs. 245 - 248.
117 Loc. cit.
65
instrumentos internacionales, por ejemplo, la Declaración de las Naciones Unidas
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y la Declaración Americana de los
Derechos de los Pueblos Indígenas, igualmente puede afirmarse que, conforme
los principios de pacta sunt servanda y buena fe, también obligan a los Estados
en tanto reflejan principios que estos acuerdan.
Así las cosas, sobre la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos
de los Pueblos Indígenas es afirmado, de manera general, que, aun no teniendo
carácter formalmente vinculante, contiene derechos como la libre determinación y
la no discriminación que se enuncian en el derecho convencional internacional de
derechos humanos de carácter vinculante e incluso consuetudinario. Esto
obedece a un consenso mundial sobre los derechos en mención.118
118 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, Los pueblos indígenas... Óp. cit. pág. 9.
119 Loc. cit.
66
Con todo, en la exigibilidad del contenido de los instrumentos internacionales, se
traten de tratados u otros instrumentos, juega un papel sumamente importante los
distintos métodos de recepción del derecho interno que adopten los Estados,
particularmente sus jueces, a través de la labor hermenéutica que realicen. Es por
ello que, para dar una respuesta más apropiada a la interrogante planteada, es
necesario recurrir a las figuras del bloque de constitucionalidad y control de
convencionalidad.
i) Consideraciones preliminares
120 El preámbulo establece: “El pueblo francés proclama solemnemente su adhesión a los
derechos humanos y a los principios de la soberanía nacional tal y como fueron definidos por la
Declaración de 1789, confirmada y completada por el Preámbulo de la Constitución de 1946…”.
Actualmente, producto de una reforma realizada en 2005, el preámbulo también hace referencia a
los derechos y deberes definidos en la Carta de Medio Ambiente de 2003.
67
situadas a nivel constitucional, cuyo respeto se impone a la ley, prefería
expresiones como la de principios y reglas de valor constitucional.121
121 Favoreu, Louis, El bloque de la constitucionalidad, en: Revista del Centro de Estudios
Constitucionales, número 5, España, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 1990, págs.
46-49.
122 Góngora Mera, Manuel Eduardo, La difusión del bloque de constitucionalidad en la
bloque de constitucionalidad a las condiciones propias de cada país obedeció a distintos factores
de la coyuntura político institucional, dentro de los que se enlistan los procesos de
democratización y las reformas constitucionales desde finales de los ochenta, que incluyeron
referencias explícitas a diversos instrumentos internacionales en materia de derechos humanos,
68
Luego de un repaso del bloque de constitucionalidad en el ámbito
latinoamericano, Góngora Mera asevera que la adopción de esta figura supone
que varios tratados internacionales de derechos humanos han adquirido rango
constitucional en distintos países, lo que ha generado una convergencia
normativa en el derecho constitucional de varios Estados. Concluye que, pese a la
heterogeneidad respecto de las normas que efectivamente se integran al bloque,
la expansión intra-regional de su doctrina ofrece un potencial muy significativo
para la convergencia de estándares normativos en materia de derechos humanos
y, consecuentemente, para la construcción colectiva de un ius constitutionale
commune en América Latina.124
69
fundamental, con sus reformas de 1994, enumera instrumentos claramente
definidos a los que asigna ese rango. Sí incluye la constitución guatemalteca,
empero, el precepto contenido en el artículo 46, previamente transcrito, que
establece la preminencia de los tratados en materia de derechos humanos
aceptados y ratificados por Guatemala sobre el derecho interno. Asimismo, el
artículo 44 establece: “Derechos inherentes a la persona humana. Los derechos y
garantías que otorga la Constitución no excluyen otros que, aunque no figuren
expresamente en ella, son inherentes a la persona humana…”.
70
internacionales en materia de derechos humanos constituyen parámetro de
constitucionalidad de los actos de poder público y leyes.127 A partir de entonces,
paulatinamente, la CC iría incorporando, en su tesis argumentativa, la figura del
bloque de constitucionalidad.
…por vía de los artículos 44 y 46 citados, se incorpora la figura del bloque de constitucionalidad
como un conjunto de normas internacionales referidas a derechos inherentes a la persona,
incluyendo todas aquéllas libertades y facultades que aunque no figuren en su texto formal,
respondan directamente al concepto de dignidad de la persona, pues el derecho por ser
dinámico, tienen reglas y principios que están evolucionando y cuya integración con esta figura
permite su interpretación como derechos propios del ser humano. El alcance del bloque de
constitucionalidad es de carácter eminentemente procesal, es decir, que determina que los
instrumentos internacionales en materia de derechos humanos que componen aquél son
también parámetro para ejercer el control constitucional del derecho interno. Así, a juicio de
esta Corte, el artículo 46 constitucional denota la inclusión de los tratados en el bloque de
71
constitucionalidad, cuyo respeto se impone al resto del ordenamiento jurídico, exigiendo la
adaptación de las normas de inferior categoría a los mandatos contenidos en aquellos
instrumentos. El contenido del bloque de constitucionalidad está perfilado por la Constitución, y
esta Corte, como máximo intérprete de la norma suprema, cuyas decisiones son vinculantes a
los poderes públicos, es la competente para determinar, en cada caso, qué instrumentos se
encuentran contenidos en aquél.
Sin embargo, resulta de importante mención el hecho que, desde los primeros
fallos subsiguientes al emitido dentro del expediente 1822-2011 precitado, puede
advertirse que el empleo del bloque de constitucionalidad perfilado por la CC no
se limita al control de normas jurídicas, sino que, además, de los actos del poder
público. En los siguientes términos se ha manifestado, en cuanto a la posibilidad
de cuestionar violaciones o amenazas de violación de derechos humanos por
medio de la garantía del amparo: “…el amparo se circunscribe a intervenir ante la
amenaza o lesión a los derechos que la Constitución, el bloque de
constitucionalidad o el resto del orden jurídico reconocen y garantizan...”.130
Esta última acotación resulta de importante mención, pues como señala Jesús M.
Casal, al referirse a las funciones de la jurisdicción constitucional, se observa un
desplazamiento en el tratamiento dogmático de esa jurisdicción, que en una
72
primera etapa giró en torno al control constitucional de las leyes, pero
posteriormente, ha desembocado en una intensificación de las tareas de control
sobre los jueces ordinarios, mediante mecanismos como el amparo, lo que ocurre
en Alemania y España. Lo anterior conlleva, para el citado autor, la necesidad de
realizar un reexamen de las funciones de la jurisdicción constitucional, que suelen
perfilarse centrándose en la revisión de leyes, pese a que esta no es, en muchos
ordenamientos, el principal campo de actuación de esa jurisdicción.131
131 Casal, Jesús M., Aproximación a las funciones de la jurisdicción constitucional, en: La justicia
constitucional y su internalización ¿hacia un Ius Constitutionale Commune en América Latina?
Tomo I, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Instituto Max Planck de Derecho Público Comparado y Derecho Internacional, Instituto
Iberoamericano de Derecho Constitucional, 2010, págs. 68 y 67.
132 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en amparo, sentencia de 23
73
constitucionales, incluso a la CC misma, como intérprete última del texto
fundamental. En ese sentido, expresó lo siguiente: “…la interpretación de la
Constitución Política de la República de Guatemala debe ser de forma integral,
analizando y ponderando todas las normas y principios del bloque de
constitucionalidad.”.133
Previo al fallo proferido dentro del expediente 1822-2011 arriba aludido (17 de
julio de 2012), el tribunal constitucional, dentro del expediente 3878-2007,134
empleó como criterio determinante para considerar a un documento multilateral
incluido dentro de la figura, su ratificación por parte del Estado de Guatemala. De
la siguiente forma se expresó:
74
constitucional como mecanismo para la conformación de la noción de bloque fue
reiterado expresamente en diversas oportunidades subsiguientes.
75
cual considera que los instrumentos internacionales que emplea tienen aptitud
para servir como parámetro del control constitucional. Además, se registran
ocasiones en las que la Corte, sin hacer alusión explícita a la figura del bloque, sí
realiza una labor de parificación entre normas o actos y fuentes internacionales,
razón por la que estas decisiones se incluyen dentro del grupo de sentencias en
el que no es posible la identificación del criterio empleado. En contraste, son
encontradas oportunidades en las que la CC sí indica que la observancia de cierto
instrumento obedece a su inserción al bloque, por parte del mismo Tribunal, en
fallos precedentes.136
76
que los instrumentos internacionales automáticamente integraban el bloque al ser
ratificados por el Estado.
Otros instrumentos internacionales que pueden ser considerados como parte del
elenco del bloque de constitucionalidad, conforme el criterio del que se ha hecho
mención, lo son: la Declaración Universal de Derechos Humanos;139 el Protocolo
77
Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales,140 el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos,141 el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales,142 la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes y su Protocolo Facultativo y la Convención
Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura,143 la Convención sobre los
Derechos del Niño144 y, con un menor grado de determinación, los estándares
internacionales protectores de los derechos de niños, niñas y adolescentes,145 la
78
Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer,146 la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la Mujer “Convención de Belém do Pará”, 147 la Convención sobre
la Nacionalidad de la Mujer Casada148 y, de forma general, los tratados
internacionales en materia de derechos de la mujer,149 las Reglas Mínimas de las
Naciones Unidas sobre las medidas no privativas de la libertad (Reglas de
Tokio)150, la Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad,151 el Convenio 98 de la Organización Internacional de Trabajo
sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva,152 el Convenio 154 de
la Organización Internacional de Trabajo sobre la negociación colectiva,153 y la
Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los
Trabajadores Migratorios y sus Familiares154 y la Convención sobre el Estatuto de
los Apátridas.155
79
las disposiciones de ese cuerpo normativo podían condicionar actos públicos,
particularmente, la formación de leyes,156 son halladas oportunidades en la que
fue explícita en indicar que el citado convenio constituye parte integrante del
bloque.157 Existe también abundante jurisprudencia en la que se reitera que el
derecho de consulta, previsto en esa normativa, es parte del bloque, 158 y casos en
los que ha empleado disposiciones del C 169, distintas a aquellas relacionadas al
derecho de consulta, como parámetro para la verificación de la
156 Cuando, por ejemplo, se impugnó de inconstitucional la Ley de Minería, pues en su contenido
no se contempló el derecho de consulta; además, se afirmó que como medida legislativa debió ser
sometida a consulta antes de ser formulada, según los lineamientos contenidos en el C 169. En
sus consideraciones, la CC refirió: “… es preciso mencionar que el proceso de formación y
sanción de la ley en Guatemala, se encuentra establecido a nivel constitucional, en los artículos
174 al 181 de la norma suprema, procedimiento utilizado para la emisión de la Ley que se
cuestiona, sin que pueda apreciarse en el reproche que se formula se refiera al incumplimiento de
las etapas previstas en la normativa antes indicada. Si bien, se cuestiona que a juicio de los
accionantes, debió darse cumplimiento a la previsión contenida en el Convenio 169 de la
Organización Internacional del Trabajo, a juicio de este Tribunal en el proceso de formación y
sanción de la ley deviene aplicable la normativa antes indicada, por lo que no resulta acogible el
citado argumento”. Sin embargo, más adelante, el Tribunal plasmaría apreciaciones sobre la forma
en que, en cada caso concreto, según interpretó, podía darse cumplimiento a la obligación de
consulta contenida en el referido instrumento. Nótese que la sentencia a la que se ha hecho
referencia es posterior a la emitida dentro del expediente 1822-2011 (de 17 de julio de 2012), en la
que se abordó de forma expresa el reconocimiento del bloque de constitucionalidad. Corte de
Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general total, sentencia de 28 de febrero de
2013, expediente 1008-2012, gaceta 107.
157 Por ejemplo, cuando señaló: “No está demás subrayar que el derecho de los pueblos indígenas
a estar plenamente informados, se deriva del derecho de estos pueblos a determinar y elaborar las
prioridades y estrategias de desarrollo o la utilización de sus tierras o territorios y otros recursos.
Artículo 7.1, del Convenio 169 de la OIT, instrumento que como ya se ha mencionado con
antelación forma parte de la Constitución Política de la República como consecuencia de su
incorporación a la misma como Bloque de Constitucionalidad”. Corte de Constitucionalidad de
Guatemala, Apelación de sentencia en amparo, sentencia de 26 de mayo de 2017, expedientes
acumulados 90-2017, 91-2017 y 92-2017, gaceta 124. Otro ejemplo es hallado en: Corte de
Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en amparo, sentencia de 30 de mayo de
2012, expedientes acumulados 401-2012 y 489-2012, gaceta 104.
158 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en amparo, sentencia de 21
80
constitucionalidad,159 en algunas ocasiones, sin referir con claridad que el cuerpo
normativo integra el bloque, pero sí haciéndolo, respecto de los estándares
internacionales en materia de derechos humanos.160
81
jurisprudencia de la Corte IDH también forma parte del bloque de
constitucionalidad.164
164 Esta apreciación fue plasmada en resoluciones en las que se aludió a la situación de
vulnerabilidad en que se encuentran las niñas víctimas de violación, el interés superior del niño y
la niña y su derecho a ser escuchados, así como el deber de motivación de las resoluciones como
garantía de la recta administración de justicia. Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Amparo
en única instancia, sentencia de 24 de octubre de 2017, expediente 6276-2016, gaceta 126; Corte
de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en amparo, sentencia 22 de mayo de
2018, expediente 5024-2017, gaceta 128; Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación
de sentencia en amparo, sentencia 26 de junio de 2018, expediente 3448-2017, gaceta 128; Corte
de Constitucionalidad.
165 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Amparo en única instancia, sentencia de 24 de abril
82
Nacional Guatemalteca forman parte del bloque.166 Hasta donde alcanza la
información, este tema no ha sido objeto de tratamiento por parte del tribunal
guatemalteco.
…ello no implica que [la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados], se convierta
en un Instrumento Internacional de Derechos Humanos y por ende le amerite ser parte del
bloque de constitucionalidad antes aludido y que pueda ser parámetro de constitucionalidad
del marco jurídico nacional. La intención del legislador constituyente plasmada en los
artículos 44 y 46 constitucionales, fue respecto de los tratados cuyo contenido sea
precisamente en materia de Derechos Humanos, lo que no concurre en la Convención de
Viena que el accionante trata de utilizar como marco de referencia o parámetro de
constitucionalidad…”.167
Aunque con una referencia inicial en el voto razonado de Sergio García Ramírez
en el caso Myrna Mack Chang vs. Guatemala (2003),168 el control de
convencionalidad, como doctrina de la Corte IDH, tiene su surgimiento en el caso
166 En el caso colombiano, la intención de que el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y
la Construcción de una Paz Estable y Duradera, suscrito entre el Gobierno de Colombia y la
guerrilla, se calificara expresamente en el ordenamiento constitucional como acuerdo especial bajo
derecho internacional humanitario y como parte integrante en estricto sentido del bloque de
constitucionalidad, no prosperó; la Corte Constitucional colombiana tampoco conoció el fondo de
la solicitud que le fue dirigida para ese efecto. Ver Amaya-Villarreal, Álvaro Francisco y Valeria
Guzmán Duarte, La naturaleza jurídico-internacional de los Acuerdos De Paz y sus consecuencias
en la implementación, en: International Law, Revista Colombiana de Derecho Internacional,
número 30, Colombia, Pontificia Universidad Javeriana, 2017, págs. 51-53.
167 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general parcial y total,
83
Almonacid Arellano vs. Chile (2006), oportunidad en la que el mencionado
Tribunal afirmó que, cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional como
la CADH, sus jueces también están sometidos a este, situación que les obliga a
velar porque los efectos de sus disposiciones no se vean mermados por la
aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin. En tal sentido, determinó:
…En otras palabras, el Poder Judicial debe ejercer una especie de “control de
convencionalidad” entre las normas jurídicas internas que aplican en los casos concretos y la
Convención Americana sobre Derechos Humanos. En esta tarea, el Poder Judicial debe tener
en cuenta no solamente el tratado, sino también la interpretación que del mismo ha hecho la
Corte Interamericana, intérprete última de la Convención Americana.169
Una obligación de origen internacional, a cargo de todas las autoridades del Estado –
especialmente los jueces–, de crear (en el caso del Poder Legislativo), interpretar, y aplicar
toda norma jurídica nacional (constitución, ley, decreto, reglamento, jurisprudencia, etc.), de
conformidad con el Corpus Juris Interamericano (principalmente la Convención Americana y las
interpretaciones que de ella haga la Corte Interamericana), y en caso de incompatibilidad
manifiesta abstenerse de aplicar la norma nacional. Las autoridades estatales deben ejercer de
oficio el control de convencionalidad, pero siempre actuando dentro de sus respectivas
169Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Almonacid Arellano y otros vs. Chile.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, sentencia de 26 de septiembre de
2006, párr. 124.
84
competencias y de las regulaciones procesales correspondientes, las cuales están definidas en
el derecho nacional.170
Para resaltar el alcance de la tarea encomendada por la Corte IDH, integrada por
las dimensiones aludidas por el autor precedente, resulta oportuno traer a
colación la distinción entre los papeles represivo y constructivo o positivo que
derivan de la práctica del control de convencionalidad, señalada por Néstor Pedro
Sagüés. El primero, concebido desde el Caso Almonacid Arellano vs. Chile
(2006), consiste en la inaplicación de reglas del derecho interno opuestas a la
CADH (y en general, de los tratados internacionales sobre derechos humanos
ratificados por un Estado, según aclara el mismo autor) y la doctrina sentada por
la Corte IDH; el segundo, perceptible con claridad a partir del Caso Radilla
Pacheco vs. México, hace alusión a la necesidad de que las interpretaciones
constitucionales y legislativas locales se adecuen a los principios establecidos por
la jurisprudencia del tribunal regional lo que, en definitiva, implica realizar la
170 González Domínguez, Pablo, La Doctrina del Control de Convencionalidad a la luz del Principio
de Subsidiariedad, en: Estudios Constitucionales, Año 15, Nº 1, Chile, Centro de Estudios
Constitucionales de Chile Universidad de Talca, 2017, pág. 66.
171 Ferrer Mac-Gregor, Eduardo, El control de convencionalidad como un vehículo para el diálogo
judicial entre la Corte Interamericana de Derechos Humanos y los tribunales de América, en:
Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano 2016, año 22°, Colombia, Konrad Adenauer
Stiftung, 2016, págs. 333-343.
85
“interpretación conforme” del derecho local con la CADH y la jurisprudencia de la
Corte IDH.172
Ahora bien, mucho se ha discutido sobre el grado de exigencia del deber de los
Estados en la aplicación del referido control y la operatividad que la figura pueda
tener en el interior de cada país. Ambas cuestiones se encuentran relacionadas
con las distintas modalidades de incorporación del derecho internacional en los
ordenamientos jurídicos de los Estados parte de la CADH. Se condicionan,
consecuentemente, por las normas referentes a la jerarquía normativa de la
Convención, tratados del Sistema Interamericano e interpretaciones de la Corte
IDH (en cuyo caso, se entendería una mayor intensidad de obligación en aquellos
Estados, como el de Guatemala, en el que la Norma Fundamental reconoce la
preeminencia del derecho internacional de los derechos humanos sobre el
derecho interno), o bien, su incorporación al bloque de constitucionalidad. En su
facultad legítima de decidir el nivel de incorporación de las fuentes del derecho
internacional como derecho nacional, los Estados pueden disponer, por ejemplo,
si tales interpretaciones poseen rango constitucional (como es el caso de Costa
Rica) o bien, constituyen un criterio hermenéutico relevante, no necesariamente
decisivo (como en el caso de Colombia).173
172 Sagüés, Néstor Pedro, Notas sobre el control ejecutivo de convencionalidad, en: Anuario de
Derecho Constitucional Latinoamericano 2015, año 21°, Colombia, Konrad Adenauer Stiftung,
2015, págs. 142 y 143.
173 González Domínguez, Pablo, Óp. cit. págs. 76 y 77.
86
Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas
y la Declaración Americana de los Derechos de los Pueblos Indígenas. Estos
últimos tres instrumentos internacionales reconocen un amplio catálogo de
derechos específicos de pueblos indígenas y brindan un grado superior de
protección con relación a la normativa nacional, lo que los convierte en fuente
normativa primaria para garantizar los derechos propios de esos grupos.
Ello tiene especial significación para los Estados americanos puesto que los fallos
emitidos en muchas ocasiones recogen disposiciones contenidas en tratados
internacionales –de los que pueden ser o no partes–, así como el sentido de otros
instrumentos que pudiesen determinarse carentes de fuerza jurídica vinculante
para el Derecho Internacional, como las declaraciones, informes, observaciones y
otros pronunciamientos de similar naturaleza. La incorporación de esos materiales
en la interpretación del tribunal regional, en tanto que el producto de su proceso
hermenéutico debe ser observado por los Estados en aplicación del control de
convencionalidad, tiene implicaciones como el surgimiento de nuevas
obligaciones para los Estados que no han ratificado tratados como el C 169, pero
87
que sí están sujetos a la CADH, o la maximización el nivel de vinculatoriedad del
denominado soft law.
88
de protección de derechos. Ahora bien, partiendo del contenido del artículo 46
constitucional, la Corte pudo haber optado por señalar que conformaban la
noción, de forma general, los tratados ratificados por Guatemala en materia de
derechos humanos. Esta vía no ha sido la elegida.
De lo señalado, merece ser indicado que, por una parte, exista la posibilidad de
que tratados de carácter internacional que reconozcan derechos no sean dotados
de valor constitucional de forma contundente, como podría suceder, por ejemplo,
con el C 169 de la OIT, respecto del cual existe una jurisprudencia ondulante.
89
cumplimiento reportados, aspecto que ya ha sido expresado en este trabajo. Esa
situación encontraría, de ostentar tales acuerdos un estatus especial, un
mecanismo de exigibilidad reforzado a través de la justicia constitucional.
90
el bloque de constitucionalidad. Esta consideración envuelve que la misma
Constitución, como también lo ha expresado el alto tribunal constitucional, sea
interpretada en análisis y ponderación de los materiales jurídicos contenidos en el
bloque.
91
constitucionalidad. El valor decisivo de la jurisprudencia que emana de la Corte
regional en la aplicación del derecho, como consecuencia de su visualización
como parámetro de constitucionalidad, resulta relevante, pues otorga la
posibilidad de aumentar el nivel de protección en favor de las personas; además,
las autoridades estatales guatemaltecas poseen una mejor posición para defender
el empleo del producto hermenéutico del tribunal interamericano a través de ese
cause.
Además, es necesario que exista una línea jurisprudencial constante que permita
la consolidación de criterios doctrinarios inequívocos, teniéndose un área de
oportunidad, por ejemplo, en lo concerniente a los instrumentos internacionales de
protección de colectividades y personas indígenas. La sistematización que, de
parte del mismo seno del tribunal constitucional pudiera realizarse, respecto a los
fallos en los que invoca el bloque de constitucionalidad, representaría una
herramienta invaluable para que la figura se difunda de maneras más precisas en
otros campos de aplicación jurídica.
92
porque se considere que, a raíz de la falta de una inclusión contundente, proceda
alegar que las obligaciones a las que se suscribió el Estado de Guatemala en
esos documentos jurídicos no le son exigibles. Más bien, su propósito radicaría en
que la Corte asuma posturas que contribuyan a reafirmar la necesidad de
garantizar el goce de los derechos de tales sujetos en aquellos ámbitos en los que
el despliegue de la normatividad interna no ha sido suficiente, impregnando de
contenido constitucional los instrumentos que brinden una mejor protección y, por
tanto, construyendo vías que refuercen la exigibilidad de los compromisos
existentes.
93
bien, que resten vinculatoriedad a importantes instrumentos internacionales,
posturas que, en algún evento, pudieran conllevar incumplimiento de
compromisos internacionales o redundar en una protección menos favorable para
el tutelado.
Finalmente, no se desea pasar por alto que, de la mano del adecuado desarrollo
del bloque, la caracterización multinivel de la protección de derechos humanos
requiere, como ya fue adelantado, de la observancia del principio pro persona –
con una visión no circunscrita al continente de los instrumentos que conforman el
bloque–, como otro mecanismo armonizador de los distintos niveles de
normatividades y autoridades existentes. Ambos elementos favorecen a la
concepción del derecho internacional de los derechos humanos y lo decidido por
los órganos supranacionales, como insumo para el perfeccionamiento del derecho
interno y de las interpretaciones efectuadas por los órganos locales.
94
El nivel de vinculación de estos instrumentos, en el plano guatemalteco, es
reforzado mediante su inclusión al bloque de constitucionalidad por parte del alto
tribunal constitucional. Esto los dota de la fuerza normativa que caracteriza a las
disposiciones constitucionales, debiéndose por ello esperar su observancia por
todos los órganos estatales, así como la posibilidad de su exigencia, por vía de
las garantías constitucionales, cuando esto no suceda.
95
Capítulo III. Interpretación intercultural
El presente capítulo intentará servir como puente entre los temas hasta ahora
abordados –pueblos indígenas y conflicto cultural, y normatividad relacionada a
derechos de esas colectividades y sus miembros– y el aporte que pretende
realizar este trabajo mediante el análisis jurisprudencial propuesto. Su desarrollo
busca realizar una aproximación de lo que debe entenderse por interpretación
intercultural. Para tal fin, se iniciará recorriendo el tema de interpretación jurídica.
Adicionalmente, en atención a la relación estrecha que guarda la interpretación
con la argumentación jurídica, también se desarrollaran elementos que procurarán
brindar un panorama general sobre este último tópico. Finalmente, se discurrirá
sobre algunos aspectos que brindan especificidad a la interpretación jurídica que
guarda relación con la norma suprema. En un segundo bloque, se comenzará
ofreciendo acercamientos hacia conceptos de cultura, multiculturalismo,
pluralismo e interculturalidad. Este conocimiento, sumado a los abordajes
precedentes sobre la interpretación jurídica, posibilitará entrar al campo del tema
que refleja el nombre de este capítulo.
1. Interpretación jurídica
96
1.1 ¿Cuál es el objeto de la interpretación jurídica?
174 Lifante Vidal, Isabel, Interpretación jurídica, en: Enciclopedia de Filosofía y Teoría del Derecho,
volumen 2, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2015, pág. 1350.
175 Pérez Luño, Antonio, Derechos humanos, Estado de Derecho y Constitución, España, Editorial
97
que mayor relevancia posee para Tarello es la interpretación de la ley [entendida
esta en un sentido amplio, como cualquier fuente de Derecho que tiene su origen
en una autoridad política], por ser la fuente primordial del Derecho. Esta
concepción habría sido el sentido predominante hasta el Siglo XVIII.177
98
autores que sostienen esa tesis, mayoritaria en la teoría del Derecho, son
aquellos que se decantan por el uso de interpretación jurídica según el cual esta
solo puede recaer en los objetos lingüísticos.180
99
que realiza el intérprete. Otras veces, el resultado o producto de tal actividad. El
citado autor se inclina por concebir la interpretación como una actividad discursiva
“…o dicho de otra manera, someter a análisis no ya la interpretación en cuanto tal
(la interpretación en cuanto actividad) sino más bien su «producto literario», es
decir, el discurso de los intérpretes”. 184
100
Guastini, por su parte, refiere que son productos de la actividad interpretativa los
enunciados interpretativos, es decir, aquellos mediante los cuales se atribuye
significado a un texto normativo, o bien, el significado adscrito al texto mediante
tales enunciados. Afirma, sobre los primeros, que estos pueden ser tan diversos
como diversas son las prácticas interpretativas, que clasifica de la siguiente
forma:
188 Guastini señala que, en la interpretación en abstracto, se identifican las normas en vigor; en la
interpretación en concreto, se identifican los casos concretos regulados por cada norma. En el
primero de los casos, se reduce la indeterminación del ordenamiento jurídico, provocada por la
equivocidad de los textos normativos, en el sentido que no se sabe qué normas pertenecen a él o
están en vigor. En el segundo de los casos, se reduce la indeterminación de cada una de las
normas vigentes, sobre la que refiere que, a causa de la vaguedad de los predicados en todo
lenguaje natural, no se sabe exactamente qué casos entran en su campo de aplicación.
189 Asumirá la forma “T puede significar S1, o S2, o S3…”.
190 Asumirá la forma “T significa S”.
101
a partir de normas explícitas,191 normas no expresadas, implícitas en sentido
amplio, se inscribe particularmente, según refiere, en el ámbito de la actividad de
construcción jurídica, y no en el de la interpretación propiamente dicha o
genuina.192
191 Toda norma (es decir, al contenido de significado del enunciado normativo) que pueda ser
imputada a un preciso enunciado normativo (es decir, una disposición) como uno de sus
significados; en contraposición con la norma no expresada, aquella de la que no se puede decir
razonablemente que constituye uno de los significados de un enunciado normativo. Así, las
normas explícitas son las que encuentran formulación en una específica disposición, y la son
expresadas, son fruto de construcción jurídica de los intérpretes.
192 Guastini, Riccardo, Óp. cit. págs. 33, 45, 46, 49 y 76.
193 Guastini, Riccardo, Óp. cit. págs. 106-108.
102
obscuridad o equivocidad del lenguaje normativo, sostiene que la interpretación
acompaña a todo acto de aplicación y realización del derecho. Asimismo apunta
que, frente al pensamiento consistente en que cada norma posee un único
significado, auténtico y verdadero, sostenido por la Escuela histórica y llevado
hasta sus últimas consecuencias por el positivismo jurídico decimonónico, debe
recordarse que toda norma constituye una estructura abierta (una open texture
según H.L.A. Hart) susceptible de asumir diversos significados posibles.194
Esta idea encuentra relación con una de las clasificaciones del significado
mencionada por Guastini, el prima facie/todo considerado, sea el significado
extraído de una actividad irreflexiva, o bien, reflexiva, último caso que requeriría
argumentación.
103
Los nuevos parámetros metodológicos han permitido revisar la propia naturaleza atribuida a la
interpretación en el Derecho romano, para poner de manifiesto que el inter-pretium no consistía
en descifrar el ius civile o en una mera actividad mediadora entre el ius y sus destinarios, sino
implicaba la emisión de un mensaje (ius dicere) por parte de quien tenía el poder de atribuir un
significado al ius […] [este planteamiento] pretende básicamente ampliar el concepto de norma
al entenderla como un proceso que conjunta la «norma dato» o la «norma preexistente» que
constituye el prius de la interpretación, con la «norma producto» o «norma resultado» que
supone el momento completo y culminante de la elaboración normativa.196
La aplicación del derecho ha sido entendida de dos formas distintas, según las
épocas. En la primera, que tendría su formulación extrema en la Escuela de la
exégesis, resume Vigo, al único que se le reconocía capacidad creadora jurídica
era al legislador. Ni la interpretación ni la aplicación del derecho, identificado con
la ley, implicaba un aporte normativo. El juez nada nuevo creaba, sino que decía
mecánicamente la ley para el caso concreto; para ello, utilizaba el silogismo
deductivo de certeza teórica. Posteriormente, vendrían las corrientes que
reivindicarían el rol activo y creador de los jueces. Estos, pasan a ser vistos como
productores de normas jurídicas tan obligatorias y válidas como las leyes. Autores
como Kelsen, Dworkin, Hart, Pelerman, Viehweg, Villey, Recasens Siches,
Gadamer, Kriele, Giuliani, Kaufmann y Alexy, cada uno a su modo, rechazan la
idea de que el intérprete, cuando aplica la norma jurídica, repite sin aportar nada
novedoso para el ordenamiento jurídico; a su vez, procuran establecer
mecanismos que permitan asegurar cierta racionalidad, razonabilidad, justicia u
objetividad en el resultado interpretativo.197
104
a) Teoría cognoscitivista, según la que la interpretación es un acto de
descubrimiento o conocimiento del significado. Supone que existe un
sentido unívoco, preconstituido, susceptible de conocimiento por medio de
la interpretación; concibe al intérprete como un sujeto políticamente pasivo.
198La causa de la equivocidad de los textos normativos no depende solamente de ciertos defectos
objetivos de su formulación (oscuridad, ambigüedad semántica y sintáctica, entre otros), sino,
sobre todo, de otras cuestiones, como la existencia de conflicto de intereses, distintos sentimientos
de justicia, multiplicidad de métodos interpretativos y construcciones dogmáticas.
105
interpretación es un acto de conocimiento cuando el texto jurídico es claro
e inequívoco, y un acto de voluntad, cuando el texto jurídico es oscuro o
equívoco.199
106
La caracterización clásica de cánones interpretativos -también denominados
argumentos interpretativos, instrumentos, métodos o directivas de la
interpretación-, es la realizada por Friedrich Karl von Savigny en el Siglo XIX. Para
el mencionado autor, lo que revelaba el carácter peculiar de la interpretación de la
ley, respecto de las interpretaciones realizadas sobre otros pensamientos
expresados por el lenguaje (por ejemplo, de la que se ocupa la filología), son los
siguientes elementos:
200
Savigny, F.K.v., Sistema del Derecho Romano Actual, Tomo I, traducción de: Jacinto Mesía y
Manuel Poley, España, F. Góngora y Compañía, Editores, 1878, págs. 149-150.
107
A partir de lo anterior, la gran mayoría de listados de argumentos interpretativos
han recogido como mínimo los cuatro elementos descritos. Vale resaltar, de los
trabajos dedicados a analizar los catálogos de argumentos interpretativos, el
elaborado por MacCormick y Summers. Estos autores, al realizar un estudio
comparado, además de los argumentos interpretativos lingüísticos201 y
sistémicos202, identificaron una tercera categoría, denominada teleológicos y
deontológicos, que ofrece las interpretaciones que mejor se acomodan al
propósito o fin de la norma o la mayor realización de un valor considerado
fundamental en el sistema jurídico. Aunado a lo señalado, distinguen un elemento
transcategórico, es decir, que opera como oscilante entre las categorías ya
señaladas, siendo este el de la intención del autor, que bien puede estar ligada a
elementos lingüísticos de semántica o sintaxis, a elementos del contexto
sistémico de un texto jurídico o a los objetivos perseguidos o principios
respaldados por el legislador, bien como un cuerpo histórico o como un legislador
racional. Es precisamente esta ambigüedad entre concepciones objetivas y
subjetivas, que le da la calidad de oscilante al elemento de la intención.203
2. Argumentación jurídica
201 Estos elementos apelan al lenguaje como fuente de razones para favorecer una u otra
interpretación, incorpora tanto los argumentos del significado ordinario, como el significado
técnico.
202 Estos elementos son aquellos que se orientan hacia la comprensión aceptable de un texto
jurídico visto como parte de un todo. Se incluyen en esta categoría seis tipos de argumentos, que
son los que apoyarían las interpretaciones que mejor armonizan con: i) otra interpretaciones de
términos o expresiones usadas en otras partes del mismo texto legal; ii) precedente judiciales; iii)
provisiones análogas contenidas en otras leyes; iv) construcciones dogmáticas; v) principios
generales del derecho aplicables al caso, o vi) con el entendimiento históricamente desarrollado
sobre su objeto y propósito o sobre su corrección.
203 Lifante Vidal, Isabel, Óp. cit. págs. 1371 y 1372.
204 Guastini, Riccardo, Óp. cit. pág. 261.
108
Por su parte, Vigo señala que, en líneas generales, la argumentación jurídica
consiste en la exposición de argumentos o razones que avalen una posición en
cuestiones jurídicas debatidas o dudosas, a efecto que resulte más y mejor
justificada, logrando vencer racionalmente a otras alternativas.205
…una cosa sería dar cuenta de los motivos (el sentido de los factores causales) de diverso tipo
que llevan a un juez o a un tribunal a tomar una determinada decisión; y otra señalar las
razones que permiten considerar esa decisión como algo aceptable, justificado. En otros
términos: una cosa son las razones que explican la decisión, y otra las que la justifican. La
palabra «motivar» puede utilizarse en los dos sentidos, pero cuando se dice que los jueces
tienen la obligación de motivar sus decisiones, lo que quiere decirse es que deben justificarlas.
205 Vigo, Rodolfo Luis, Argumentación constitucional, en: Revista Iberoamericana de Derecho
Procesal Constitucional, número 12, México, Editorial Porrúa, 2009, pág. 217.
206 Atienza, Manuel, Óp. cit. págs. 109-113.
109
una distinción de manera nítida, pues es perfectamente posible que una razón
explicativa tenga también fuerza justificativa.207
Por su parte, resulta útil traer a cuenta la distinción que, entre las
argumentaciones, las líneas argumentativas y los argumentos, realiza el citado
autor. En ese sentido: i) argumentación es el conjunto de pasos, actos de
lenguaje y enunciados que median entre el planteamiento de una pregunta inicial
–el problema que da lugar a la argumentación– y la respuesta a esta –la solución–
; ii) argumento es una razón a favor o en contra de una determinada tesis; las
argumentaciones no constan exclusivamente de argumentos, y iii) línea
argumentativa es un conjunto de argumentos orientados en un mismo sentido:
defender una tesis o atacarla.208
110
De cualquier forma, siguiendo la línea convencional, en los siguientes segmentos
del presente capítulo se preferirá la interpretación como opción terminológica,
haciéndose referencia a la interpretación constitucional e interpretación
intercultural, entendiéndose incluida, dentro de esta, la actividad discursiva del
intérprete.
3. Interpretación constitucional
210 Vigo, Rodolfo Luis, Interpretación Constitucional, Óp. cit. págs. 82-85.
111
se hace necesaria la observancia de principios especiales, tema en el que se
volverá en el siguiente apartado.211
3. 1 Principios
112
ii) Concordancia práctica: obliga a que los bienes jurídicos
constitucionalmente protegidos sean coordinados, de manera tal que en la
solución del problema todos estos bienes conserven su entidad. Exige una
labor de optimización de los bienes en juego y la fijación de límites que
respondan, en cada caso concreto, al principio de proporcionalidad.
4. Interpretación intercultural
113
exista una sola respuesta al respecto. A continuación se presentarán anotaciones
que permitirán conocer algunos de los diversos significados atribuidos.
214 Giordano, Christian, Las nociones de cultura y de derechos en antropología, en: Sistema de
control penal y diferencias culturales, anuario de derecho penal 2010, Perú, Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú y Universidad de Friburgo, Suiza, 2012, págs. 29-32.
215 Dado el evidente etnocentrismo de la terminología utilizada (en el que se distinguió tres etapas
por las que las sociedades han pasado o debían pasar: salvaje, bárbara y civilizada), así como la
naturaleza especulativa de la teoría (no reposaba sobre datos seguros), el evolucionismo fue
abandonado
216 Ibíd., pág. 39.
114
Para este último autor, la cultura es, antes que nada, un sistema de
representaciones colectivas y de prácticas sociales, poseedoras de un sentido
propio. La perspectiva interpretativa coloca en el centro de la investigación el
sentido colectivamente compartido que los actores dan a las instituciones
culturales que han creado y que los guían, pero sin determinarlos en sus acciones
cotidianas. Para esta corriente, es necesario comprender las acciones de los
actores que pertenecen a otra cultura y así resaltar la lógica cultural que subyace
a esas formas de comportamiento; esta comprensión se efectuaría mediante
propuestas confirmadas por la experiencia. Existe un deseo de lograr la unión
entre la comprensión y la explicación, basado en lo que Max Weber consideró
como paso casi obligatorio para obtener un análisis comparativo apto para
explicar las causas de comportamiento en diferentes culturas: la interpretación del
comportamiento y, por tanto, la búsqueda de su significado.217
115
Esta crítica de la noción de cultura, que pretende abandonar la idea de esta como
inmutable e independiente y resaltar, por el contrario, su carácter dinámico e
influenciado por la interacción continua de individuos pertenecientes a diferentes
grupos, ha provocado que se hable con mayor frecuencia de términos como
multiculturalidad e interculturalidad.
219 Ha sido señalado que el movimiento multicultural apareció en los primeros años de la década
de 1970 en Canadá y Australia y, un poco más tarde, en Estados Unidos de América, Inglaterra,
Alemania y Francia. El término fue acuñado en Canadá para hacer referencia a una nueva política
de fines de 1960, cuyo fin era el de tener en cuenta a las tres entidades sociales de la Federación:
la anglófona (mayoría étnica), la francófona y la aborigen (minorías étnicas). Más adelante esa
política se amplió hasta abarcar a los inmigrantes, también considerados como minorías étnicas;
finalmente, el concepto refirió a las variadas ciudadanías segmentadas por cultura, lengua e
historia que confluyen en un estado democrático.
116
masificación de la migración internacional, una disciplina humanística,220 un modo
de tratar la diversidad cultural, un desafío moral, un tipo de política pública o
característica del posmodernismo. En cualquiera de los casos, se coincide en que
se fundamenta en el reconocimiento público de derechos culturales dentro de un
estado-nación. Ello, ha permitido abandonar el supuesto de los estados-nación
homogéneos y monoculturales y vincular derechos de diversidad cultural con
igualdad social y la no discriminación. Ahora bien, el multiculturalismo, ligado con
la globalización, también ha generado críticas de muchos autores, quienes
consideran que se ha producido una segregación entre culturas, marginación y
construcción de ghettos.221
220 Esta fue expresada en las aulas en los Estudios Culturales, convirtiéndose en el top académico
en Estados Unidos de América en 1980.
221 Barabas, Alicia M., Multiculturalismo, pluralismo cultural y interculturalidad en el contexto de
América Latina: la presencia de los pueblos originarios, en: Configurações, No. 14, s/lugar, Centro
de Investigação em Ciências Sociais, 2014, págs. 2-4.
222 Loc. cit.
117
y el derecho a la diferencia y operan principalmente por el reconocimiento y la
inclusión dentro de lo establecido. 223 Aunque reconoce que se trata de un paso
importante, la citada autora refiere la vinculación de esos términos a la idea de
una sociedad parcelada y cuestiona si el reconocimiento o inclusión pretende
atacar asimetrías y promover relaciones equitativas. 224
223 Un ejemplo de ello, sigue explicando la autora, es la creación de instituciones indígenas dentro
del Estado. Estas contribuyen a pluriculturalizar el Estado, sin embargo, no tienen la posibilidad
sustancial de alterarlo ni promover cambios fuera de lo indígena.
224 Walsh, Catherine, Interculturalidad, reformas constitucionales y pluralismo jurídico, en: Aportes
Andinos: revista de derechos humanos, No. 2, Ecuador, Universidad Andina Simón Bolívar, Sede
Ecuador; Programa Andino de Derechos Humanos, 2002, págs. 1-3.
225 Giordano, Christian, Óp. cit. págs. 43 y 44.
226 Barabas, Alicia M., Óp. cit. págs. 8-10.
118
su objeto el de confrontar y transformar las relaciones del poder, que incluyen las
estructuras e instituciones de la sociedad. Va más allá de la diversidad, el
reconocimiento y la inclusión, advierte no solamente la diferencia cultural, sino
que, además, la diferencia colonial.227
119
coexisten en paralelo o se integran en un único sistema jurídico aceptado como
culturalmente híbrido, casos en los que se habla de pluralismo jurídico.229
4.2 Definición
120
diversidad, como puede evidenciarse en la sentencia emitida en el Caso Yakye
Axa vs. Paraguay.
Refiere el citado autor otras ocasiones en las que la Corte IDH ha desarrollado la
interpretación abierta, por ejemplo, al tocar los temas de adquisición de la
personalidad jurídica por las comunidades indígenas, el derecho de propiedad, la
determinación de condición de víctima por violaciones a derechos humanos, la
magnitud de la lesión sufrida, los daños que deben ser reparados y formas de
reparación aceptables, los efectos de los desplazamientos forzados, así como los
derechos a la protección de la familia y del niño, oportunidades en las que se ha
considerado la especificidad de la cosmovisión indígena.231
Por su parte, Claudio Nash Rojas señala que, para dar solución a la
discriminación que genera una interpretación neutral –basada en el paradigma del
titular de derechos como hombre, propietario, blanco y adulto y, por ende,
tendiente a excluir a importantes grupos sociales–, debe considerarse el rol del
contexto y las particularidades de los titulares de los derechos. Refiere que una
interpretación culturalmente sensible pasa por considerar el contexto en el que se
desarrollan las comunidades indígenas y las particularidades culturales de sus
titulares al momento de interpretar sus derechos.232
…los jueces al aplicar o dotar de contenido a los principios y reglas en casos que afecten a los
indígenas o a las propias comunidades, deben considerar elementos de la diversidad cultural
como sus cosmovisiones, conocimiento, costumbres, normas y procedimientos propios. Se
trata de que la interculturalidad opere de ida y vuelta, es decir, no solo de que el derecho
estatal (p. ej., los derechos fundamentales) sea tomado en cuenta por las comunidades
121
indígenas, sino de que las normas y prácticas indígenas sean también consideradas por los
jueces de la república de los distintos niveles. 233
Walsh resalta que ese esfuerzo de conciliar debe ser un elemento central de la
interpretación intercultural, sin embargo, agrega también el deber de considerar la
posibilidad de que la interpretación intercultural se extienda, por ejemplo, a favor
de la persona que, no perteneciendo a una colectividad indígena, sea juzgado por
esta. De tal manera, sugiere que el problema de la interculturalidad no se limite a
ser visto como propio del tratamiento de los indígenas sino como un tema
histórico y estructural de toda la sociedad. Walsh, citando a Xavier Albó, señala la
necesidad de buscar un enriquecimiento y posible convergencia intercultural
jurídica, que también permite incorporar algunos principios subyacentes en el
derecho indígena al derecho estatal. A estas ideas relaciona Walsh la
interpretación intercultural.234
122
Como antes fue referido, un elemento importante de la interculturalidad, desde el
punto de vista antropológico, es el diálogo entre culturas. Una interpretación
cultural incluiría además el diálogo intercultural. Este es concebido como un
camino para evitar la confrontación entre la concepción teórica de la universalidad
de los derechos humanos y una interpretación y aplicación práctica de corte
multicultural, constituyéndose como medio para encarar el desafío de conseguir
elaborar una ética común, sobre la cual se encontrarían fundamentados derechos
humanos verdaderamente universales. Requiere, como contrapropuesta a la
negación de la existencia de valores universales, propia del relativismo, la
apertura de considerar a las culturas, no como universos cerrados, sino abiertos,
en mayor o menor grado, tanto a los cambios internos como a los influjos
externos.235
Para comprender mejor las ideas antes señaladas, conviene una mayor
profundización con relación el universalismo y el multiculturalismo, y la supuesta
contraposición que existe entre ambos.
235 Fernández, Pedro Talavera, Diálogo intercultural y universalidad de los derechos humanos, en:
Revista IUS, volumen 5, número 8, México, Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla, 2011, págs.
21-24.
236 Afirma, al respecto, que los derechos no son, de hecho, compartidos por todos, no solamente
por quienes no tienen una cultura distinta a la occidental, sino ni siquiera por los que pertenecen a
esa cultura; además, el principio de igualdad es un principio normativo, no se trata de una
descripción sino una proscripción sobre la igualdad de valor de todas las diferencias personales
que hacen a cada persona un individuo diferente de los demás, y a cada individuo, una persona
igual a las otras. Se trata, en realidad, de una norma o convención, estipulada para valorar todas
las diferencias de identidad.
123
Piensa que, para apartarse de estos equívocos, debiera atenderse al significado
lógico y formal de la universalidad de los derechos fundamentales, consistente en
que tales derechos son conferidos a todos en cuanto personas,
independientemente de su consenso, equivalente lo anterior, a afirmar la igualdad
en tales derechos. Así comprendida la universalidad y su corolario de la igualdad,
no solo son compatibles con el respeto de las diferencias culturales reivindicado
por el multiculturalismo, sino representan su principal garantía. Esto, pues los
derechos son atribuidos a todos en igual medida y protegen a cada uno contra
todos, esencialmente al más débil frente a cualquiera, incluso frente a las culturas
dominantes en las comunidades a las que se pertenezca.
124
intercultural. Esto último implicaría no solamente interpretar los derechos
humanos observando la identidad cultural de los sujetos que se tutelan, sino
además, buscar conciliar las diferencias culturales existentes entre los distintos
sistemas jurídicos, de modo que los principios de unos y otros se enriquezcan
mutuamente. El diálogo intercultural es concebido como un medio para la
consecución de ese fin. A través de este, se aspiraría a la construcción de una
ética común.
Para Habermas, el sistema jurídico debe comprenderse como un órgano vivo que,
en la medida en que crece y se complejiza la sociedad, debe ensanchar sus
horizontes de comprensión a fin de permitir la inclusión del otro. En ello consistiría
la legitimidad de una norma. Además, consideró que la discusión pública en el
Estado democrático de derecho requiere el uso de procedimientos discursivos y
normativos que faciliten a los participantes el proceso comunicativo orientado al
entendimiento de quienes participan. Tales procedimientos deben estar guiados
125
con reglas como la inclusión de todos los afectados en la discusión, la equidad y
la ausencia de violencia.238
Como una de las respuestas a las críticas del déficit democrático del control
contramayoritario, y buscando hacer acopio de los principios de la democracia
deliberativa en los procesos de interpretación de la norma fundamental, la teoría y
la práctica han ido desarrollado una serie de mecanismos deliberativos a fin de
posibilitar la participación de diversos actores en la discusión de los asuntos que
les atañen.
238 Domínguez, Héctor, Democracia deliberativa en Jürgen Habermas, en: Analecta política,
volumen 4, número 5, Colombia, Universidad Pontificia Bolivariana, 2013, págs. 320 y 321.
239 Gargarella, Roberto, El nuevo constitucionalismo dialógico, frente al sistema de los frenos y
contrapesos, en: Escuela de Derecho, Revista argentina de teoría jurídica, volumen 14, Argentina,
Universidad Torcuato di Tella, 2013, págs. 23-25
126
valor preponderante que se asigna al discurso de los abogados, la utilización de
tecnicismos por parte de los técnicos del derecho u otras ciencias, difíciles de
descifrar para la ciudadanía, y la reducción de las exposiciones a guiones que
dificultan diálogos fluidos y libres entre quienes intervienen.240
intercultural en Colombia, en: Acceso a la justicia de los pueblos indígenas: los peritajes culturales
y la visión de pobreza desde su cosmovisión, Costa Rica, Instituto Interamericano de Derechos
Humanos, 2010, págs. 17-19.
127
contacto con los ciudadanos, la instauración de la figura del amici curiae, los
diálogos entre diversos órganos estatales, entre otros.
128
Capítulo IV. Interculturalidad en las sentencias emitidas por la Corte de
Constitucionalidad
i. Cuestiones preliminares
129
futuro de temas en los que adquiera relieve la caracterización pluralista de la
sociedad guatemalteca.
130
prórrogas) vinculadas a minería encuadran dentro de los supuestos de
procedencia de la consulta previa a los pueblos indígenas, conforme las
disposiciones del C 169 y la forma en que ese tipo de proyectos se encuentra
regulado en el ordenamiento jurídico interno. Las condiciones que deben
observarse en la consulta previa se extraen de lo preceptuado en el C 169 y el
desarrollo interpretativo efectuado por la Corte IDH, la Comisión de Expertos en
Aplicación de Convenios y Recomendaciones de la Organización Internacional del
Trabajo y el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas.
A pesar que la existencia del pueblo xinca en la zona de influencia fue negada
durante el proceso, tanto por la empresa minera como por el Estado, por medio
de peritajes antropológicos de entidades académicas la CC logró determinar la
presencia del pueblo indígena en los sitios afectados. Del análisis de los medios
de comprobación aportados se determinó que los parámetros para la realización
de la consulta, tras el examen de las circunstancias del caso objeto de estudio, no
fueron observados.
243 Para ese efecto, la Corte alude al texto siguiente: “El Relator Especial considera que enmarcar
el debate de esta manera no encaja en el espíritu de los principios de consulta y consentimiento tal
como están sentados en la normativa internacional aplicable. La elaboración de estos principios en
los instrumentos y jurisprudencia internacionales responde a una historia en que se ha negado
repetidamente a los pueblos indígenas la participación en la toma de decisiones que les han
afectado profundamente, muchas veces en detrimento de sus derechos humanos fundamentales y
en ocasiones hasta de su propia supervivencia como pueblos. Los principios de consulta y
consentimiento intentan revertir esta pauta histórica, para evitar en el futuro la imposición a los
pueblos indígenas de nuevas condiciones de vida, de manera consonante con el derecho a la libre
determinación. Pero con este propósito los principios de consulta y consentimiento no dan lugar a
que los mismos pueblos indígenas impongan su voluntad sobre el resto de la sociedad cuando
estos otros tengan intereses legítimos e importantes en juego. Al oponerse a la imposición de una
parte sobre la otra, los principios de consulta y de consentimiento buscan promover el
entendimiento mutuo y el consenso en la toma de decisiones”. (Observaciones del Relator
131
A partir de opiniones versadas aportadas en el proceso, se concluyó que: i) el
área de influencia del proyecto de explotación debía ser revisada, en atención a
las dudas surgidas de los estudios especializados realizados, que fueron
contestes en afirmar que el área de influencia podía resultar de mayor extensión.
También se consideró que la posible afectación directa de derechos por los
proyectos debe determinarse de manera integral, en vista que enfocarse
únicamente en “áreas geográficas de influencia directa” de una medida propuesta,
limitaría la protección de derechos humanos a cuestiones ambientales; ii) existió
negligencia en el actuar institucional respecto al informe que documentó el
monitoreo ambiental, y iii) concurría duda razonable en torno a si el Estado ha
observado de manera diligente y escrupulosa su deber de vigilar el cumplimiento
de los compromisos ambientales que le son exigibles a la entidad minera,
específicamente, respecto a la provocación de contaminación del recurso hídrico
del área en la que se desarrolla.
Sobre los efectos del fallo en la continuidad del proyecto minero, la CC optó
“…por conferir a su fallo efectos que conlleven a la armonización de las posturas
antagónicas que han surgido dentro del propio seno de la población.”, resolviendo
ordenar la realización del proceso de consulta en el área determinada, conforme
los estándares señalados, pero sin disponer la anulación de la licencia de
132
explotación. En ese sentido, el Tribunal ordenó realizar inmediatamente el
proceso de consulta sobre el proyecto minero, una vez hubiera tenido verificativo
la revisión del área de influencia del proyecto de explotación (último punto para lo
cual también se estimó necesario el desarrollo de proceso consultivo). Al
respecto, dispuso que: “La inmediatez en la realización del proceso de consulta se
ordena con el objeto de que transcurra el menor tiempo posible para el reinicio de
las actividades de la entidad minera.”.
1.1.2 Reflexiones
133
como contenido esencial del procedimiento; iv) la metodología que sugiere
contrae el ejercicio del derecho de consulta a un mero acto único de captación de
votos con solamente dos respuestas posibles; v) al tratarse de regulación
circunscrita al ámbito municipal, se limitan drásticamente los alcances del derecho
de consulta e incluso se excluyen cualesquiera asuntos cuyo tratamiento
trascienda ese ámbito territorial.244
244 I Congreso de Filosofía del Derecho para el mundo latino, Universidad de Alicante, Alejandro
Morales Bustamante, El complejo tránsito del integracionismo al etnodesarrollo. El derecho de
consulta previa de los pueblos indígenas y su tratamiento en Guatemala, s/lugar, 2015, disponible,
acceso directo:
http://iusfilosofiamundolatino.ua.es/download/El%20complejo%20tr%C3%A1nsito%20del%20integr
acionismo%20al%20etnodesarrollo...-Alejandro%20Morales%20Bustamante%20(GUA).pdf, fecha
de consulta: 1 de octubre de 2019.
134
Adicionalmente, fue señalado que existe abundante jurisprudencia en la que se
reitera que el derecho de consulta, previsto en esa normativa, es parte del bloque,
siendo de esta forma como, en el sistema jurídico guatemalteco, la consulta
previa adquiere naturaleza de derecho fundamental. Por otra parte, sobre la
Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas,
debe recordarse que la Corte la ha reconocido principalmente como pauta
interpretativa que da sentido y alcance a los derechos contenidos en los otros
instrumentos internacionales.
245
Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general total, sentencia de 8 de
mayo de 2007, expediente 1179-2005, gaceta 84.
135
órgano estatal (Ministerio de Energía y Minas) diferente del convocante (concejo
municipal) ni podían afectar los intereses legítimamente adquiridos por terceros
que hubieren obtenido licencias para reconocimiento, exploración y explotación de
minerales. En el mismo fallo, la Corte exhortó al Congreso de la República a que,
para efectivizar el derecho de consulta reconocido en el C 169, emitiera
regulación sobre la forma en que debían realizarse los procedimientos
consultivos.
La Relatora Especial desea clarificar que el Estado tiene la obligación de aplicar los
estándares internacionales de derechos de los pueblos indígenas independientemente de la
existencia o no de una ley específica. No puede argumentarse que las obligaciones de
derechos humanos solo pueden cumplirse una vez adoptada la ley. 246
136
El impacto nacional que tiene esa doctrina puede verse reflejado en el fallo en
comento, en la medida en que las diversas interpretaciones realizadas por la
Corte IDH alimentan la argumentación jurídica desarrollada por el tribunal
constitucional, en aspectos fundamentales que sustentan el otorgamiento de la
tutela, por ejemplo, el reconocimiento de la especial conexión existente entre
pueblos indígenas y sus tierras y territorios y la consecuente necesidad de
adopción de medidas especiales para la garantía del ejercicio pleno de sus
derechos, las salvaguardas que el Estado debió cumplir en los proyectos mineros
y los elementos esenciales del derecho de consulta.
137
Debido a que las ideas abordadas poseen un valor práctico al momento de dotar
de contenido los derechos analizados, corresponde realizar algunas
consideraciones sobre el fallo analizado.
Por ahora, bastará indicar que resulta valioso el empleo, por parte de la Corte, de
materiales jurídicos que emanan del ámbito internacional, determinantes para
resolver el presente caso ante la ausencia de normativa adecuada en el plano
local. Una apreciación orientada a circunscribir la labor del tribunal constitucional
como verificador de la adecuación de los actos a la normativa interna hubiere
conducido probablemente, en este caso, a denegar la acción constitucional, toda
vez que es en los instrumentos internacionales de los que hace empleo la CC, en
los que se delinean con mayor precisión las obligaciones estatales relacionadas
con programas de prospección o explotación de los recursos existentes en tierras
indígenas.
138
ii) Abordaje interdisciplinar para la solución de algunos puntos
controvertidos y acercamiento al constitucionalismo dialógico
139
La documentación que se aportó como derivación del requerimiento efectuado fue
valorada por el Tribunal como idónea para establecer la presencia de pueblos
indígenas en el área de influencia del proyecto de inversión.247
El objeto de lo señalado, según fue afirmado por la misma Corte, fue el de obtener
opinión especializada e imparcial con relación al Estudio de Impacto Ambiental
presentado por la entidad minera y establecer la confiabilidad del documento que
fijó puntos torales. Los medios de comprobación aportados por las entidades
requeridas llevaron a concluir, entre otros extremos, que el área de influencia del
proyecto de explotación minera debía ser revisada; además, posibilitó resaltar
algunos puntos en los que la confiabilidad de las medidas de mitigación
propuestas podía ser mejorada. Por otro lado, los informes evidenciaron que el
desempeño de los funcionarios que conformaron la comisión interinstitucional
integrada por técnicos de los Ministerios de Energía y Minas, de Ambiente y
Recursos Naturales y de Salud Pública y Asistencia Social, fue negligente al
efectuar los monitoreos al proyecto minero.
247 Junto a lo informado en los peritajes antropológicos requeridos por la CC, fue también
considerado idóneo el “Diagnóstico situación de la cultura Xinka” de la antropóloga Claudia Dary
Fuentes, que ya obraba en las actuaciones.
248 Se requirió que en estos estudios se estableciera si las medidas de mitigación previstas por la
entidad minera a cargo de los proyectos son eficientes para evitar la contaminación de las aguas
superficiales y del medio ambiente en general. En caso de advertirse contaminación al agua, se
debía establecer si tal alteración posee relación con la actividad del proyecto de explotación
minera. Se requirió a ambos entes que determinaran las consistencias e inconsistencias de los
estudios sobre los cuales se requería su opinión, debiendo agregar sus propias conclusiones.
140
En estrecha vinculación con lo señalado en los párrafos precedentes, también se
valora como positiva la inclusión, en los apartados considerativos del
pronunciamiento emitido, de estudios jurídicos presentados por diversas
personas249 dentro del proceso de amparo. Se estima que esa inclusión, en la
medida en la que los argumentos presentados son valorados por la Corte,
constituye un claro avance en la búsqueda de que las decisiones del tribunal
constitucional sean adoptadas con la participación de la sociedad, a través de
prácticas incluyentes, como resulta ser la recepción y valoración de los elementos
aportados por estudios jurídicos provenientes de diversas personas individuales y
jurídicas ajenas al proceso, en la tesis argumentativa que da fundamento al fallo.
Resulta interesante discurrir sobre los alcances que la corte guatemalteca brinda
al derecho de consulta reconocido en el fallo. Corresponde, pues, el abordaje del
tema de la distinción entre consulta y consentimiento, extremo que
constantemente fue alegado por las partes en caso particular y que constituye,
indudablemente, uno de los aspectos que más controversia ha generado, tanto en
el plano nacional, como en el internacional, por sus implicaciones en la
continuidad de los proyectos de inversión o desarrollo.
141
Frente a la postura del accionante, que sostiene la necesidad de obtener
consentimiento de los pueblos indígenas, la posición adoptada por la CC en la
cuestión jurídica parece ser clara en el deber de realización de consulta con el fin
de buscar un acuerdo entre las partes. El Tribunal no es ajeno a la exigencia de
que, en determinados casos, además de la realización de la consulta, se requiera
el consentimiento de las poblaciones indígenas, consentimiento que ya no se
circunscribiría al objeto de la consulta, sino se erigiría como derecho fundamental.
Al tratar el tema, partiendo del informe elaborado por la CIDH, refiere que el
Sistema Interamericano de Derechos Humanos ha delineado una serie de
circunstancias en las que la obtención del consentimiento de los pueblos
indígenas es obligatoria, concurrencia que debe establecerse en cada caso en
particular.250 No obstante lo anterior, no se efectúan consideraciones que
comprueben, o bien, descarten la existencia de tales supuestos en el caso
particular, siendo quizá, el de más obvia concurrencia, una posible privación del
uso y goce de tierras necesarias para la subsistencia del pueblo xinca. La Corte
se limitó a indicar que:
…en el caso en particular, las afectaciones que se aduzcan producidas por el proyecto
minero que se ejecuta en el territorio del pueblo Xinka, deben ser debidamente
comprobadas en el proceso de diálogo que debe agotarse entre las partes, con el auxilio de
los expertos en la materia que corresponda.
250 En ese sentido, enumera: situaciones de desplazamiento de los pueblos indígenas, privación
de usar y gozar de sus tierras y de otros recursos naturales necesarios para su subsistencia y
autorización del depósito o almacenamiento de materiales peligrosos en tierras o territorios
indígenas.
142
protección constitucional, dentro de los que se incluye la orden de realización de
la consulta de forma inmediata, con el objeto de que transcurra el menor tiempo
posible para el reinicio de las actividades de la entidad minera. Para sustentar esa
posición, la CC nutre su tesis argumentativa en observaciones efectuadas por el
Relator Especial sobre la situación de derechos humanos y libertades
fundamentales de los indígenas, que señalan la inexistencia de un derecho
absoluto al veto.
Sin que sean ajenas las conclusiones de algunos autores, sobre la falta de
claridad que en el mismo sistema interamericano existe sobre la posibilidad del
veto por parte de las poblaciones indígenas,251 es un hecho que la Corte IDH, en
la sentencia emitida en el caso Saramaka vs. Surinam, señaló que la salvaguarda
de participación efectiva en aquellos planes de desarrollo o de inversión a gran
escala que tendrían un mayor impacto requería la obligación adicional de obtener
el consentimiento libre, informado y previo de los pueblos, según sus costumbres
y tradiciones.
251 Ver por ejemplo: Gourtin, Armelle y Adriana Aguilar, La adopción de la Declaración Americana
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas: un análisis crítico desde el punto de vista de los
derechos ambientales, en: Anuario Mexicano de Derecho Internacional, volumen XVII, México,
Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2017, págs. 307
– 317 y Ruiz Chiriboga, Oswaldo y Gina Donoso, Pueblos Indígenas y la Corte Interamericana:
Fondo y Reparaciones, Corte Interamericana de Derechos Humanos, disponible, acceso directo:
http://www.corteidh.or.cr/tablas/r28583.pdf, fecha de consulta: 15 de agosto de 2019, págs. 74-80.
143
produce a los pueblos indígenas– o, incluso, en el planteamiento de un escenario
en el que, de no lograrse obtener consentimiento de la población indígena, el
Estado tendría que justificar el proyecto de extracción como necesario,
proporcional y con fin de lograr un objetivo legítimo en una sociedad democrática,
en aplicación de pautas de imposición de limitaciones o restricciones de derechos.
Sobre este punto, no es ajena la posibilidad de imponer límites sobre los derechos
relacionados a los pueblos indígenas puesto que, como sucede con la
generalidad de derechos, estos no poseen un carácter absoluto. Sin embargo, al
referirse al ejercicio del derecho de los pueblos indígenas a la propiedad sobre
sus tierras, territorios y recursos naturales, la imposición de límites también
exigiría la determinación de la afectación de la subsistencia del pueblo, según ha
sido señalado por la Corte IDH en el caso Comunidad Garífuna Triunfo de la Cruz
y sus Miembros vs. Honduras.
Un ejemplo de acogimiento del estándar trazado por la Corte IDH en los casos
citados es proporcionado por la experiencia colombiana. Véanse algunas notas
sobre el tema.
144
consentimiento pueden incluso llegar a determinar la medida menos lesiva, como
medida de protección de las comunidades.
145
Abandonando ya la breve mirada al caso colombiano y retomando los
comentarios sobre el pronunciamiento del tribunal guatemalteco, se resaltarán
algunos aspectos que se consideran importantes. El primero, consistente en que
la CC, de optar por apoyar su argumentación jurídica en jurisprudencia de la Corte
IDH, en este caso, para esclarecer una posible necesidad de obtener
consentimiento por parte la población indígena –como ya ha sido realizado por
otros tribunales homólogos, tal es el citado caso de Colombia–, hubiere
encontrado, a través de la aplicación del bloque de constitucionalidad, el cauce
procesal que dota de obligatoriedad a las decisiones del tribunal interamericano
como fuente utilizada.
En este último supuesto, existe una mejor posición para defender el empleo de la
jurisprudencia de la Corte IDH en comparación al empleo de lo dispuesto en la
observación del Relator Especial sobre la situación de derechos humanos y
libertades fundamentales de los indígenas, opinión que, vale precisar, si bien
señaló la inexistencia de un derecho absoluto al veto, también reconoció
situaciones en que la medida tendría impactos substanciales que podrían poner
en peligro el bienestar físico o cultural básico de la comunidad indígena
interesada, en cuyo caso –se continuó determinando–, el Estado sí tiene el deber
de no adoptar la medida sin el consentimiento de la comunidad.253
En orden de incluir otros elementos que permitan aportar a esa discusión, debe
señalarse que en las observaciones presentadas sobre la situación de los
derechos de los pueblos indígenas de Guatemala con relación a los proyectos
253Oficina del Alto Comisionado, Naciones Unidas, Observaciones del Relator Especial sobre la
situación de derechos humanos y libertades fundamentales de los indígenas acerca del proceso
de revisión constitucional en el Ecuador, 2008, párr. 39.
146
extractivos y otro tipo de proyectos en sus territorios tradicionales (2011), el
Relator Especial indicó que, durante su visita al país, pudo percibir un alto grado
de ambigüedad e incluso confusión en torno a los contenidos y alcances de la
consulta.
Ante ello, dejó plasmadas en su informe algunas apreciaciones que, según indicó,
siguen lineamientos de informes anteriores y se encuentran basadas en las
normas del C 169 y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de
los pueblos indígenas, así como en la interpretación de estos y otros instrumentos
que han desarrollado progresivamente los órganos y mecanismos internacionales
de derechos humanos.
Tal como prescriben el Convenio (art. 6, párr. 2) y la Declaración (art. 19), el objetivo de la
consulta con los pueblos indígenas sobre proyectos que les afectan es llegar a acuerdos y
al consentimiento. Desde el punto de vista de esta finalidad, la consulta con los pueblos
indígenas nunca se puede percibir como un procedimiento que consista simplemente en
informar y recibir comentarios sobre la medida propuesta.
147
consentimiento es exigido en la medida en que exista el riesgo de afectar a la
“supervivencia física y cultural” de un pueblo.254
Frente a ello, es opinable la forma en la que la Corte zanja la cuestión sobre una
posible afectación de la población xinca producto de la ejecución del proyecto
minero, indicando que las afectaciones deberán ser debidamente comprobadas
en el proceso de diálogo entre las partes, con el auxilio de expertos. Ello, puesto
que es justamente uno de los derechos que se consideran vulnerados el del
consentimiento que, a juicio de la postulante, debió obtenerse de la población
xinca para llevar a cabo los proyectos de inversión; por lo tanto, siguiendo las
pautas ya referidas, la CC tenía la oportunidad de determinar en el proceso
constitucional cuál era el grado de afectación y, si por lo tanto, sería requerido el
consentimiento como mecanismo de protección del grupo étnico, recurriendo para
ello, tal como lo aseveró, al diálogo entre las partes y la ayuda de expertos.
254Naciones Unidas, Asamblea General, Informe del Relator Especial sobre los derechos de los
pueblos indígenas, James Anaya, Observaciones sobre la situación de los derechos de los
pueblos indígenas de Guatemala en relación con los proyectos extractivos, y otro tipo de
proyectos, en sus territorios tradicionales, 2011, págs. 11 y 12.
148
derechos en discusión. La referencia efectuada, sobre la manera en que el
tribunal constitucional elige los elementos normativos en la interpretación que
efectúa en un caso como el analizado, no pretende sugerir que las decisiones del
tribunal regional o las observaciones de órganos autorizados deban prevalecer de
forma indefectible respecto del resto de materiales jurídicos. Más relevante que la
prevalencia de una u otra fuente, resulta que los jueces consideren todos los
instrumentos disponibles y elijan aquellos que doten de mejor contenido el
derecho interno, procurando la armonización de las fuentes por medio del
principio pro persona, que conduce, finalmente, a una mejor protección de los
derechos humanos.
149
comunidades indígenas y tribales se beneficien razonablemente de las
actividades de explotación de recursos, y iv) apreciación que la denuncia
efectuada en cuanto al abandono en el cual ha incurrido la entidad minera en la
ejecución de algunas obras que había aceptado realizar en distintas comunidades
no podía ser tomada como referente de actuar negligente o alevoso de esa
entidad, tomando en cuenta el recrudecimiento del clima de conflictividad;
asimismo, los datos técnicos y científicos expuestos en algunas de las actividades
documentadas por la entidad minera encontraban concordancia con varias de las
afirmaciones contenidas en las dos opiniones versadas que obtuvo el Tribunal
derivado del requerimiento que efectuó previo a resolver.
Parecieran ser discutibles las motivaciones plasmadas por el Tribunal para decidir
los efectos de la tutela, particularmente, en cuanto a la improcedencia de dejar sin
validez la licencia de explotación. Ello, por la complejidad de compatibilizar la
apreciación de la existencia de voluntad de diálogo entre las partes, estas son, la
comunidad indígena y la entidad minera, con la circunstancia de que esta última
negó, a lo largo del proceso constitucional, la existencia de población xinca en el
área de influencia del proyecto. Esta situación –la negación por una de las partes,
de la existencia de la otra– hace pensar en la dificultad de corroborar que, en
etapas previas, haya existido una verdadera apertura para la celebración de
acuerdos y que, en caso de haberse materializado algunos, fueran los miembros
del pueblo indígena afectado quienes participaron en estos.
Aunado a lo indicado, una valoración que califique como positivos los acuerdos
entre la entidad minera y algunos actores de la región, relacionados al pago de
regalías y aportes económicos, no toma en cuenta que ha sido señalado ya por
órganos internacionales que los beneficios ofrecidos por las empresas a ciertos
grupos, a cambio de apoyo, repercuten de forma negativa en los procesos de
consulta. En las siguientes palabras se indicó:
En algunos casos, las empresas ofrecieron ciertos beneficios a determinados grupos de las
comunidades para conseguir que apoyasen los proyectos, sin respetar los procesos de
150
toma de decisiones comunitarias, lo que condujo a divisiones internas. Las acciones de este
tipo repercuten negativamente en la viabilidad de los procesos de consulta genuinos. 255
…Hay que señalar que en varias sentencias referidas a la consulta, los estándares
internacionales se incorporan adecuadamente en el razonamiento pero no en las medidas
dictadas en la sentencia y se evidencian lagunas en la aplicación de los controles de
convencionalidad y razonabilidad. Estas contradicciones no generan la necesaria seguridad
jurídica en relación con los derechos de los pueblos indígenas, ni ayudan a solucionar los
problemas de fondo que generaron las demandas. Una dificultad añadida es el reiterado
incumplimiento de las sentencias dictadas.256
Naciones Unidas, Asamblea General, Informe anual del Alto Comisionado… Óp. cit. pág. 13.
255
256Naciones Unidas, Asamblea General, Informe de la Relatora Especial sobre su visita a
Guatemala…Óp. cit. pág. 9.
151
Aunado a lo anterior, debe indicarse que, en el pronunciamiento que antecedió al
comentado, emitido dentro de los expedientes acumulados 90-2017, 91-2017 y
92-2017,257 se dispuso otorgar el amparo requerido, pero dentro de sus efectos,
no consideró la anulación ni suspensión de la licencia gubernamental otorgada,
sino concedió plazo de doce meses para realizar la consulta, tiempo en el que los
proyectos (hidroeléctricas) podrían continuar sus operaciones.
152
También es destacable la orden efectuada a las autoridades involucradas, de
rendición de informes periódicos sobre las medidas adoptadas, así como de
informe final con base en el que, previa audiencia a los demás sujetos procesales,
se determinaría el cumplimiento de lo resuelto en cuanto al derecho de consulta.
Aunque las medidas que el tribunal de amparo debe llevar a cabo para la
ejecución de lo resuelto poseen desarrollo en la normativa de la materia, la
disposición dictada por la CC explicita la responsabilidad del tribunal en el
seguimiento de las acciones que se vayan realizando y la posibilidad de que, en el
camino, puedan corregirse eventuales apartamientos de lo ordenado en los fallos
constitucionales.
Dentro de las alegaciones presentadas por los acciones, se señaló que el modelo
de educación desarrollado por la autoridad cuestionada carece de pertinencia
cultural, es de tipo transitorio, porque únicamente utiliza la lengua materna de los
niños como instrumento para la enseñanza del idioma castellano, los valores y
filosofía de la cultura occidental, dejando de lado el estudio de la cosmovisión,
153
historia, conocimientos y aspiraciones del pueblo maya k’iche’, siendo su objetivo
social la asimilación y el monolingüismo relativo o bilingüismo sustractivo. Los
maestros no son dotados de métodos y material didáctico necesarios para la
implementación efectiva y adecuada de la educación bilingüe multicultural e
intercultural, tampoco existe un plan de capacitación docente apropiado. Esto
provoca desarraigo cultural, pérdida de identidad comunitaria y desaparición de
las manifestaciones culturales del pueblo maya k’iche’.
154
Programa Nacional de Educación Bilingüe Intercultural y la emisión del Acuerdo
Gubernativo 22-2004 [que generaliza la Educación Bilingüe Multicultural e
Intercultural en el Sistema Educativo Nacional], el currículo del Sistema Nacional
de Educación, entre otros.
1.2.2 Reflexiones
155
i) Apertura del tribunal constitucional a conocer
cuestionamientos relacionados a la ejecución de políticas
públicas en materia de DESCA
156
ii) Relevancia de las fuertes normativas ordinarias para la
protección de los derechos denunciados como vulnerados
157
constitucional requiere precisamente que, al momento de la escogencia de los
materiales legales que van a servir como parámetro para ejercer ese control, se
prefieran aquellos instrumentos que brinden una protección más amplia a los
justiciables, aun y cuando estos constituyan disposiciones infraconstitucionales,
como en el caso analizado.
259 Nogueira Alcalá, Humberto, Los derechos esenciales o humanos contenidos en los tratados
internacionales y su ubicación en el ordenamiento jurídico nacional: doctrina y jurisprudencia, en:
Ius et Praxis, volumen 9, número 1, Chile, Universidad de Talca, 2003, pág. 431.
158
En análisis de este último segmento, puede afirmarse que el fin de la disposición
constitucional es que los derechos ya reconocidos por la norma fundamental o por
cualquier otra fuente formal constituyan un mínimo sobre el cual pueda caber
ulterior desarrollo; contrario sensu, las disposiciones de cualquier naturaleza que
representen un retroceso respecto a los derechos reconocidos adolecen de
nulidad. Esta última aseveración debe matizarse, debiéndose hacer referencia a
la posibilidad de limitar, constitucionalmente, los derechos reconocidos, para lo
cual se requiere el empleo de ciertas técnicas que permitan determinar si la
restricción impuesta guarda legitimidad constitucional, por ejemplo, mediante la
determinación de que tal limitación no afecta el núcleo duro del derecho en
cuestión, o bien, a través del empleo del examen de proporcionalidad.
159
infraconstitucionales, tanto de índole legislativa como administrativa, corresponde
a los principios interpretativos de los derechos humanos desarrollados
doctrinalmente, pero también encuentra su apoyo en la misma norma suprema
(artículo 44) y las disposiciones internacionales que hacen alusión al principio pro
persona y de progresividad.
160
este sobre el idioma maya. Esto se traduce en una paulatina pérdida de identidad
y cultura original; además, en debilitamiento del desarrollo educativo de los niños
y niñas indígenas maya-k'iche's que asisten a los citados centros educativos.
Dentro del material probatorio figuró, entre otros documentos, peritaje educativo, a
partir del cual se corroboró el hecho de la utilización del idioma k'iche' para fines
comunicacionales, como factor de traducción cultural y lingüística que protege el
predominio del español. Adicionalmente, fueron colacionadas aseveraciones
contenidas en el citado peritaje, consistentes en la evidencia de una práctica de
sustitución del lenguaje, la insuficiencia de la educación brindada para coadyuvar
el fortalecimiento de la identidad y valores de la cultura maya y la ausencia de
multiculturalidad e interculturalidad en el modelo educativo escolar. La valoración
de este material probatorio –no objetado por el ente reprochado, siendo señalado
así por el Tribunal–, junto con los demás documentos aportados, condujo al
Tribunal a determinar el incumplimiento de la autoridad denunciada en la
concreción de una educación bilingüe intercultural.
161
que valora gocen de objetividad, para lo cual, pudiera no limitarse a las pruebas
aportadas por las partes, sino, en el uso de sus facultades, incorporar estudios de
entidades técnicas neutrales, que no sean parte de la controversia planteada,
para sustentar con elementos objetivos el análisis que plasma en su fallo.
Para discutir ese aspecto, debe citarse el artículo 27.1 del C 169 de la OIT
(disposición que figura dentro de las que sirven de apoyo al Tribunal para emitir la
sentencia en comento), que establece: “Los programas y los servicios de
educación destinados a los pueblos interesados deberán desarrollarse y aplicarse
en cooperación con éstos a fin de responder a sus necesidades particulares…”.
…para reformar los sistemas educativos con el objeto de reorientar la educación hacia el
pleno respeto de todos los derechos humanos, sobre todo los derechos culturales y
lingüísticos, es preciso que los pueblos indígenas puedan reconocerse a sí mismos en estos
esfuerzos. Para ello se requiere que puedan participar libremente en todas las etapas de
162
planeación, diseño, implementación y evaluación de estas reformas. Hasta ahora, una de
las deficiencias en los sistemas de educación que no responden a las necesidades de los
pueblos indígenas es la falta de participación de estos desde el origen en el diseño de los
programas y políticas de educación. La participación debe involucrar a los padres de familia,
a los representantes legítimos de las comunidades indígenas, así como a los maestros,
administradores y empleados indígenas de los establecimientos escolares y miembros de la
burocracia educativa. Los planes y programas educativos no deben ser diseñados en
lejanas oficinas técnicas sin contacto directo con las comunidades indígenas . 260
Se considera, en tal sentido, que las medidas para implementar una educación
intercultural bilingüe no pueden quedar únicamente asignadas a las instituciones
estatales; hubiera convenido, pues, que la CC incluyera, dentro de las medidas
reparatorias, el elemento de participación a las comunidades indígenas y sus
líderes, a fin, por un lado, de reconocer el protagonismo que poseen como
260 Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Informe del Relator Especial sobre la situación
de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los indígenas, Rodolfo Stavenhagen,
2005, pág. 18.
261 Valga realizar algunas aproximaciones al contexto colombiano. Refiere Alexei Julio Estrada que
163
destinatarias de este tipo de educación, pero además, como mecanismo de
garantía para asegurar que las medidas estatales sean implementadas y
respondan a las necesidades particulares. Finalícese este párrafo señalándose
que una postura en ese sentido evitaría que las decisiones adoptadas sin la
participación de los afectados sean tachadas de paternalistas o elitistas, o bien,
sean carentes de legitimidad.
Por otro lado, constituye un recurso eficaz, como mecanismo para garantizar el
efectivo cumplimiento de la ejecución de sentencias del tipo como la comentada,
164
la delegación que se realice en una persona o grupo como contralor del debido
cumplimiento de lo ordenado.
En este caso, la Corte dispuso, en la literal b), numeral II del apartado resolutivo,
que: “el Procurador de los Derechos Humanos deberá, por medio de funcionarios
idóneos para el efecto, dar acompañamiento a la implementación de lo
ordenado…”. La designación del Procurador de los Derechos Humanos como
apoyo en el seguimiento del cumplimiento del fallo es acorde a la tarea de
defensa de los derechos humanos que le fue encomendada a ese funcionario y
sus diversas atribuciones, reguladas en la Ley de la Comisión de Derechos
Humanos del Congreso de la República y del Procurador de los Derechos
Humanos, Decreto 54-86 del Congreso de la República. Puede señalarse, al
respecto, que algunos fallos del tribunal colombiano, justamente en materia de
etnoeducación, también han previsto encomendar a la institución equivalente en
ese país –Defensoría del Pueblo– esa tarea, requiriendo incluso la presentación
de informe sobre seguimiento y culminación de lo dispuesto.263
165
pequeñas localidades. Manifestó además que persiste en la práctica un modelo
de educación en castellano.264
264Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Informe del Relator Especial sobre la situación
de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los indígenas, Rodolfo Stavenhagen,
2005, pág. 14.
166
que la solución que desde la lectura constitucional pudiera proponer el tribunal en
los casos que eventualmente llegaran a plantearse sobre el tema.
167
son atendidos por ellas, atención médica a mujeres indígenas que no se realiza
en su idioma, prohibición de empleo de métodos medicinales tradicionales,
irrespeto a manifestaciones culturales, entre otros.
1.3.2 Reflexiones
168
ii) Utilización de peritaje antropológico y de género
169
Existe un elemento de interculturalidad cuando el Tribunal pasa, de ver el
problema sometido a su conocimiento, como una cuestión que incumbe tan solo a
los pueblos indígenas, a concebirlo como un asunto estructural que interesa a la
totalidad de la población.
170
capacitación de las comadronas por parte del ente encargado de la salud, sino
además, de la educación de los miembros del sistema de salud oficial en la labor
que aquellas realizan; asimismo, la adopción de decisiones en conjunto, lo cual es
congruente con la necesidad de que las medidas que conciernan a las
poblaciones indígenas y sus miembros se desarrollen con su participación y
cooperación, propiciándose un diálogo entre culturas.
Las observaciones efectuadas por los entes internacionales citados hacen notar la
significación que la sentencia emitida por la CC posee como aporte a los
esfuerzos en la implementación de las políticas estatales sobre salud y la
integración de los sistemas a través de los que se satisface ese derecho.
266 Naciones Unidas, Asamblea General, Informe de la Relatora Especial… Óp. cit. pág. 16
267 Naciones Unidas, Asamblea General, Informe anual del Alto Comisionado… Óp. cit. pág. 14.
171
Con motivo del expediente 1467-2014,268 el máximo tribunal constitucional
conoció el amparo promovido por la defensa del sindicado, para cuestionar la
decisión emitida por la Sala jurisdiccional, por medio de la que revocó, a petición
del Ministerio Público, el sobreseimiento decretado a favor del procesado, en el
juicio penal del que era objeto por la supuesta comisión de delito de violación.
172
derecho estatal bajo un prisma de pluralismo jurídico e indicando la necesidad de
respetar las formas de organización social de los pueblos indígenas, que
involucran sus propios métodos de resolución de conflictos; su desconocimiento,
provoca lesión a mandatos contenidos en la CPRG y tratados internacionales.
173
1.4.2 Reflexiones
174
ha señalado que la interpretación jurídica en un Estado Constitucional de Derecho
debe realizarse de manera sistemática, siendo que los órganos estatales y los
gobernados deben efectuar la labor hermenéutica de las disposiciones jurídicas
en coherencia con los principios y postulados que emanan de la CPRG y del resto
de normas que conforman el bloque de constitucionalidad.
175
iii) Importancia del reconocimiento del pluralismo jurídico por
parte de los tribunales de justicia
176
obligaciones que el Estado de Guatemala ha adquirido en materia de derechos de
pueblos indígenas.
Adicionalmente, denotó que en las áreas en las que se aplica la justicia indígena,
las tasas de crímenes violentos son las más bajas, por lo que concluyó que el
reconocimiento del pluralismo jurídico y su armonización con el sistema de justicia
ordinaria no solo permitirían avanzar en el cumplimiento de los compromisos
internacionales, sino favorecerían la gobernanza y la lucha contra la impunidad.269
177
los usos, costumbres y procedimientos comúnmente conocidos y aceptados por la
comunidad) y objetivo (afectación de intereses de la comunidad por lesión a un
valor protegido por la cultura).
A partir del referido caso, la CC ha proferido fallos que reiteran el criterio del
reconocimiento del pluralismo jurídico. En esa línea se inscribe el emitido dentro
del expediente 943-2017,270 en el que el Tribunal dictaminó la constitucionalidad
de lo decidido por autoridad indígena con relación a una controversia de índole
familiar.
Por su parte, el sitio en el que acontecieron los hechos objeto del proceso en el
caso conocido en el expediente 943-2017, esto es, dentro del territorio ocupado
por la comunidad, determinó la concurrencia del elemento de territorialidad,
reiterándose así el criterio vertido en el expediente 1467-2014.
178
comunidad, a partir de la organización de esa institución y sus fines, dentro de los
que se encuentra la resolución de conflictos puestos a su conocimiento. Se afirmó
además que, debido a que el postulante, acusado en el proceso, compareció en la
primera citación ante la municipalidad indígena y manifestó inicialmente su
conformidad con la petición de la contraparte, había aceptado tácitamente el
sometimiento a la autoridad que ahora refutaba.
179
Pese a la existencia de fallos que de manera consistente reconocen el pluralismo
jurídico, queda por superar aún grandes retos en la delimitación del fuero
indígena, a través del desarrollo, por ejemplo, de los aspectos que permiten
constatar la pertenencia de los sujetos a la comunidad –que pudieran incluir,
además del idioma, origen, vecindad y residencia ya examinados por la Corte, la
necesidad de acreditar la integración a la colectividad y la observancia de los usos
y costumbres que le son propios–, o bien, de la procedencia del juzgamiento de
conductas acontecidas fuera del ámbito territorial de la comunidad, o incluso, la
posibilidad de juzgar a personas que no pertenecen al grupo indígena, desde una
perspectiva también intercultural.
Otro aspecto de gran complejidad tendría que ver con la anuencia de los
involucrados a someterse a esa jurisdicción, la existencia de garantías dentro del
proceso indígena y, en general, la solución de eventuales colisiones entre los
derechos individuales de los miembros de la comunidad y el interés colectivo. Sin
duda, los casos que desafíen al alto tribunal en el análisis de esas aristas u otras
aún no exploradas permitirán ir creando reglas jurisprudenciales que coadyuven a
la realización de la justicia indígena.
180
conforme el principio de solidaridad comunal, la búsqueda del restablecimiento del
equilibrio, la armonía y la paz social y la aceptación de la solución por ambas
partes.272
2. Reflexiones finales
181
los derechos humanos, en contrapartida a los métodos y principios utilizados para
la interpretación de la legislación ordinaria.273
273Rivera S., José Antonio, Los pueblos originarios en el nuevo sistema constitucional boliviano,
en: Justicia Constitucional y Derechos Fundamentales N° 4 pluralismo jurídico, Colombia,
Fundación Konrad Adenauer, 2014, pág. 18.
182
En su labor de escogencia del material jurídico a utilizar, el máximo tribunal
constitucional ha fundamentado sus decisiones tanto en normativa perteneciente
al orden jurídico nacional, como al internacional. En líneas generales, según se
extrae de los casos analizados, la CC hizo acopio de instrumentos internacionales
que brindaban una mayor cobertura de protección que los cuerpos normativos
locales.
183
generales de los órganos de tratados, informes de procedimientos especiales o principios de
los derechos económicos, sociales y culturales, a excepción de algunos, tales como la
interpretación de los derechos humanos, el principio de no discriminación y pro persona.” 274
274Naciones Unidas, Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos, Tendencias jurisprudenciales de la Corte de Constitucionalidad de Guatemala en
materia de Derechos Humanos, 2010.
184
En ocasiones, la Corte ha incorporado elementos de interculturalidad. Esto se
advirtió, por ejemplo, al interpretar el derecho a la salud, caso en el que el
abordaje del problema no se comprendió como exclusivo del tratamiento de las
comunidades indígenas y sus miembros, sino como un tema estructural que
incumbe a toda la sociedad. Esta cuestión es perceptible al momento en que la
CC, al fijar las medidas de reparación, involucra tanto al sistema de salud oficial
como al sistema de salud ancestral en la toma de decisiones. Además, cuando en
el cuerpo del pronunciamiento efectúa estimaciones a través de las que se devela
la necesidad de que ambos sistemas se enriquezcan mutuamente, no operando
en una única vía la necesidad de adecuación.
185
No debe olvidarse que una interpretación que aspira a integrar la interculturalidad
debe incluir de forma imprescindible el diálogo intercultural. Ciertamente
constituye una dificultad para lograr este propósito, la circunstancia de que el
tribunal constitucional no cuente, en su mecanismo de integración, con cierta
cuota de magistrados que posean origen indígena, y que puedan aportar distintas
visiones de los asuntos tratados.
En Bolivia, por ejemplo, la Constitución prevé que los magistrados sean electos
con criterios de plurinacionalidad, con representación del sistema jurídico
ordinario y del sistema jurídico indígena originario. La norma fundamental, al igual
que la Ley n° 27 del Tribunal Constitucional Plurinacional, dispone que los
candidatos también podrán ser propuestos por organizaciones sociales de las
naciones y pueblos indígenas originario campesinos y de la sociedad civil en
general. Esto implicaría que, en ese país, existen dos fuentes de postulación de
los candidatos al cargo de magistrados: la Asamblea Legislativa Plurinacional y
las organizaciones referidas.275
186
tradiciones, usos y costumbres indígenas que requieren ser comprendidos por los
órganos de justicia al momento de decidir sobre el contenido de los derechos
fundamentales.
187
confiabilidad de los instrumentos ambientales presentados y el desempeño de los
funcionarios encargados del monitoreo del proyecto minero. Estudios jurídicos
presentados por diversas personas también fueron incluidos en el
pronunciamiento, lo cual brinda señales de aperturismo hacia la participación de
diversos sectores de la sociedad en casos complejos como el tratado.
A pesar de los avances enumerados, debe reconocerse que existen retos para la
justicia constitucional. Valdría iniciar reiterando sobre la importancia de que
existan líneas jurisprudenciales constantes que permitan la consolidación de
188
criterios sobre la incorporación de los diversos instrumentos internacionales de
protección de colectividades indígenas al bloque de constitucionalidad, dadas sus
importantes implicaciones prácticas.
Por otra parte, el estudio de casos permite concluir sobre algunas deficiencias en
la aplicación del control de convencionalidad particularmente advertidas en el
tema del derecho de consulta, en lo que concierne al deber de observancia de las
decisiones emitidas por la Corte IDH, pese al valor constitucional del que han sido
dotadas. Otros instrumentos internacionales como la Declaración de las Naciones
Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas y las observaciones del
Relator Especial sobre la situación de derechos humanos y libertades
fundamentales de los indígenas, analizados de forma integral, o el empleo de
herramientas como el principio de proporcionalidad, pudieron servir de apoyo para
que el tribunal brindara razones que justificaran la necesidad (o no) de la
obtención de consentimiento por parte de la población indígena en el caso
concreto, en congruencia con las reclamaciones realizadas en el planteamiento
de la garantía.
También sería deseable que los efectos que se dispongan en futuros casos tomen
en cuenta la problemática detectada por órganos internacionales dotados de
autoridad y las recomendaciones que han sido realizadas para el caso
guatemalteco, en el caso de la consulta previa.
189
Existen también importantes retos para garantizar el debido cumplimiento de lo
resuelto en las sentencias de la CC. La efectividad de los mecanismos de
ejecución de los fallos prosee una relación inescindible con el grado de garantía
de los derechos de los pueblos y personas indígenas. La ejecución de las
decisiones es, además, parte integrante del derecho a la tutela judicial efectiva.
190
su propia cultura y situación, visitas in loco por parte de los miembros del tribunal
e incluso, involucramiento de los pueblos indígenas y otros sujetos procesales en
el diseño de los efectos de la decisión previo a que esta se dicte; iii) interpretación
favorable a la protección de poblaciones e individuos indígenas y sus derechos y
razonabilidad de las motivaciones esgrimidas. Este punto guarda relación con el
empleo de los materiales jurídicos que mejor permitan la protección de los
derechos, la solidez de los argumentos presentados y la congruencia entre los
distintos segmentos del pronunciamiento; iv) previsión de la participación de los
miembros de pueblos indígenas en la implementación de las acciones
reparadoras, en reconocimiento al derecho de los pueblos indígenas a
involucrarse en las decisiones que les afectan directamente, y v) inclusión de
mecanismos que garanticen la efectividad del fallo, por ejemplo, plazos
razonables, consideraciones de índole presupuestaria y designación de personas
que acompañen en el cumplimiento de lo dispuesto, pudiendo preverse también
en este aspecto el involucramiento de los colectivos indígenas en el monitoreo y
evaluación de las acciones adoptadas.
191
las medidas reparadoras, se procura el involucramiento de los afectados y la
búsqueda de consensos entre autoridades estatales e indígenas en la adopción
de las acciones. Sobre la efectividad del fallo, es valorada la inclusión de
consideraciones presupuestarias que posibilitan el cumplimiento de las
obligaciones y la orden dirigida a la autoridad denunciada de realizar, también en
consenso con las comadronas indígenas, un plan de monitoreo y seguimiento de
las acciones correctivas requeridas.
192
Respecto al pluralismo jurídico, la Corte ciertamente cumple con señalar las
diferencias culturales de los pueblos indígenas y la relevancia de esas
características particulares en el enjuiciamiento a sus miembros; asimismo,
realiza una interpretación sistemática y armónica que resulta en la protección del
derecho de autodeterminación de los pueblos indígenas. Aunque no emplea,
dentro del trámite de la acción, herramientas que posibiliten el entendimiento
entre culturas, rescata la obligación de que, al enjuiciar la constitucionalidad de
los procesos llevados a cabo en la jurisdicción indígena, se utilicen peritajes
antropológicos que permitan conocer los aspectos sociales y culturales de la
comunidad.
193
tribunal y permitieron que terceros ajenos a la controversia colaboraran con
opiniones para la solución del caso.
194
una etapa previa a la realización de la consulta (revisión del área de influencia del
proyecto) y durante el desarrollo del proyecto de inversión (monitoreo de las
medidas de mitigación de impactos), lo cual posibilita la fiscalización de las
acciones que se adopten y observa el derecho de participación que poseen esas
colectividades. Relacionado a la eficacia del fallo también, la orden de rendición
de informes al tribunal de amparo de primer grado por parte de las autoridades
obligadas remarca la obligación que posee el órgano jurisdiccional en el
seguimiento de las disposiciones dictadas.
Para cerrar este segmento, se desea opinar sobre la conveniencia de que los
integrantes de pueblos indígenas acudan a la justicia con posibilidades de
establecer diálogos directos con quienes dirigen el alto tribunal constitucional.
Conviene insistir en la necesidad de que el Tribunal adopte posturas que procuren
la participación de los grupos indígenas y la creación de espacios de diálogo entre
culturas.
195
Conclusiones
-I-
-II-
196
aspectos que no poseen un adecuado despliegue en el ámbito interno. Algunos
de estos instrumentos han sido incorporados, en diversa medida de contundencia,
dentro del bloque de constitucionalidad perfilado por el máximo órgano de justicia
constitucional.
-III-
197
confrontación de las relaciones de poder hegemónicas existentes, teniendo como
pretensión su transformación. Constituye un avance respecto al reconocimiento
de la diversidad y la inclusión, propio del multiculturalismo o pluralismo cultural.
-IV-
198
Dentro de estos avances figura la inclusión, dentro del bloque de
constitucionalidad, de algunas disposiciones internacionales relativas a pueblos
indígenas; también, la utilización de diversas fuentes formales de Derecho, que
incluyen diversidad de instrumentos inscritos el ámbito internacional,
disposiciones constitucionales y normativa interna de naturaleza legislativa y
ejecutiva. Además, mayoritariamente, la utilización de herramientas como los
principios pro persona y de progresividad, así como el canon de interpretación
sistemática y armónica, ha redundado en una mejor protección en favor de los
pueblos indígenas, ante la deficiente labor de adecuación de la normatividad
interna a los estándares internacionales fijados en la materia.
199
disposiciones en esa misma línea pueden observarse también al abordarse el
derecho de consulta, al incluirse la participación de los pueblos indígenas en
acciones como la revisión del área de influencia del proyecto y el monitoreo de las
medidas de mitigación de su impacto. Esta inclusión no se encuentra presente en
todas las decisiones que admitían esa posibilidad, no siendo encontradas
consideraciones de esa naturaleza al desarrollarse el tema de la educación
bilingüe intercultural.
Algunos avances hacia el diálogo intercultural también han sido logrados. En esta
línea se inscribe la valoración realizada en las sentencias sobre educación, salud
y consulta previa, de peritajes y opiniones versadas en diversas disciplinas, en
último caso mencionado, incorporados a instancias de la Corte. Del mismo modo,
en el caso del pluralismo jurídico, el alto tribunal sugirió el empleo de peritaje
cuando surgiera el deber de determinar la existencia de vulneración de derechos
humanos en la actuación de las autoridades tradicionales. Otro auxilio percibido
como avance hacia el diálogo intercultural es la inclusión, también en la decisión
sobre consulta previa, del contenido de opiniones presentadas por sujetos que no
forman parte de controversia, pero que suministran elementos de análisis al
Tribunal en asuntos con alto grado de complejidad como el discutido.
200
A pesar de los avances logrados, también existen grandes retos para la justicia
constitucional. Dentro de estos se enlista la coherencia y contundencia con que
los instrumentos en materia de derechos indígenas son insertos al bloque de
constitucionalidad. El análisis de diversos fallos en los que esa figura es invocada
por las partes o por el tribunal demuestra la persistencia de líneas
jurisprudenciales ondulantes sobre el tema.
201
la delegación realizada al Procurador de los Derechos Humanos, del monitoreo
del cumplimiento de lo ordenado –educación– y la orden de rendición de informes
periódicos dirigida a las autoridades obligadas –consulta previa–, existen algunos
temas pendientes, en tal sentido: la búsqueda, entre los involucrados, de
consensos sobre las posibles acciones previa emisión del fallo, la fijación de
plazos amplios para llevar a cabo la restauración de los derechos que se hallasen
violados, cuando su desarrollo sea complejo y requiera la coordinación de
diversos entes; asimismo, la ineludible inclusión de consideraciones de naturaleza
presupuestaria si el caso así lo exige y la creatividad en los mecanismos de
designación de personas o grupos encargados del monitoreo de las acciones y la
graduación de los avances alcanzados.
Por otro lado, se resalta la necesidad del empleo de mecanismos que permitan la
comprensión de la lógica cultural de los pueblos originarios. La utilización de
auxilios provenientes de otras ciencias o disciplinas ciertamente constituye un
acercamiento a ese fin. Ahora bien, la interacción directa de los involucrados en la
controversia con los miembros del tribunal en escenarios más igualitarios y
dinámicos, por ejemplo, en la celebración de las vistas públicas o por medio de
visitas in loco, permitiría seguir avanzando, de una actitud culturalmente sensible,
hacia una intercultural.
202
Recomendaciones
-I-
Es necesario que los operadores jurídicos, desde los distintos ámbitos del
ejercicio de la profesión, en los asuntos que involucran personas y grupos
indígenas, observen con seriedad los compromisos adquiridos por el Estado,
tanto en los diversos instrumentos internacionales –particularmente aquellos
adoptados específicamente para la promoción de los derechos de las
mencionadas colectividades–, como en las fuentes del ordenamiento jurídico
interno. A la par de lo anterior, es requerido que en la creación de leyes, así
como en la interpretación y argumentación que de los preceptos jurídicos se
realice en el ámbito administrativo y judicial, los distintos actores tomen en
cuenta las particularidades propias de los pueblos indígenas y procuren
garantizar la efectividad del goce de sus derechos, a través de los métodos que
mejor viabilicen el logro de ese propósito.
-II-
203
-III-
204
culturas, no solamente mediante la utilización de auxilios como la antropología,
como intermediaria entre los distintos códigos culturales, sino principalmente, a
través del contacto directo, dinámico y en planos de igualdad con los afectados.
-IV-
205
Referencias
1. Bibliográficas
206
grupos vulnerables, Red Derechos Humanos y educación superior,
2014, págs. 301-336.
2.1.8 Góngora Mera, Manuel Eduardo, La difusión del bloque de
constitucionalidad en la jurisprudencia latinoamericana y su potencial
en la construcción de un ius constitutionale commune latinoamericano,
en: Ius constitutionale commune en América Latina: rasgos,
potencialidades y desafíos, México, Universidad Nacional Autónoma de
México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, Instituto Max Planck de
Derecho Público Comparado y Derecho Internacional, Instituto
Iberoamericano de Derecho Constitucional, 2014, págs. 301-327.
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Políticos y Constitucionales, 2014
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Estudios Constitucionales, 1992, segunda edición, págs. 15-20, 26, 35-
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2.1.11 Lifante Vidal, Isabel, Interpretación jurídica, en: Enciclopedia de Filosofía y
Teoría del Derecho, volumen 2, México, Universidad Nacional
Autónoma de México, 2015, págs. 1349-1387.
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Universidad Rafael Landívar, 2013.
2.1.13 Nash Rojas, Claudio, La interpretación culturalmente sensible de los
derechos humanos, en: Justicia Constitucional y Derechos
Fundamentales N° 4 pluralismo jurídico, Colombia, Fundación Konrad
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2.1.14 Papadópolo, Midiri, El nuevo enfoque internacional en materia de derechos
de los pueblos indígenas, Guatemala, Universidad Rafael Landívar,
Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales, 1995.
2.1.15 Pérez Luño, Antonio, Derechos humanos, Estado de Derecho y
Constitución, España, Editorial Tecnos, Sociedad Anónima, 1984.
207
2.1.16 Rivera S., José Antonio, Los pueblos originarios en el nuevo sistema
constitucional boliviano, en: Justicia Constitucional y Derechos
Fundamentales N° 4 pluralismo jurídico, Colombia, Fundación Konrad
Adenauer, 2014, págs. 3-29.
2.1.17 Sagüés, Néstor Pedro, La interpretación judicial de la Constitución, México,
Editorial Porrúa, s/año.
2.1.18 Savigny, F.K.v., Sistema del Derecho Romano Actual, Tomo I, traducción
de: Jacinto Mesía y Manuel Poley, España, F. Góngora y Compañía,
Editores, 1878.
2.1.19 Vigo, Rodolfo Luis, Interpretación Constitucional, Argentina, Abeledo
Perrot, 2004, segunda edición.
2.1.20 Yrigoyen Fajardo, Raquel Z., Pluralismo jurídico y jurisdicción indígena en
el horizonte del constitucionalismo pluralista, en: El Estado de derecho
hoy en América Latina, México, Fundación Konrad Adenauer, 2012,
pág. 171-193.
2. Normativas
2.2 Nacionales
208
2.2.7 Congreso de la República, Ley de los Consejos de Desarrollo Urbano y
Rural, Decreto 11-2002, 2002.
2.2.8 Congreso de la República, Ley General de Descentralización, Decreto 14-
2002, 2002.
2.2.9 Congreso de la República, Ley Marco de los Acuerdos de Paz, Decreto 52-
2005, 2005.
2.2.10 Gobierno de Guatemala y Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca,
Acuerdo sobre identidad y derechos de los pueblos indígenas, 1995.
2.3 Extranjeras
2.4 Internacionales
209
2.4.7 Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, Declaración de
las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas,
2007.
2.4.8 Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, Declaración
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, 2007.
2.4.9 Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 1966.
2.4.10 Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, 1966.
2.4.11 Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 1966.
2.4.12 Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, 1966.
2.4.13 Organización Internacional de Trabajo, Convenio 169 de la Organización
Internacional de Trabajo sobre pueblos indígenas y tribales, 1989.
3. Electrónicas
210
la OIT (Organización Internacional del Trabajo), s/lugar, 2019,
disponible, acceso directo:
https://www.acnur.org/fileadmin/Documentos/Publicaciones/2009/6903.
pdf, fecha de consulta: 1 de octubre de 2019.
3.3 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, Comité de Derechos
Humanos, s/lugar, 2019, disponible, acceso directo:
https://www2.ohchr.org/spanish/bodies/hrc/, fecha de consulta: 1 de
octubre de 2019.
3.4 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, Comité de Derechos
Económicos Sociales y Culturales, s/lugar, 2019, disponible, acceso
directo:
https://www.ohchr.org/sp/hrbodies/cescr/pages/cescrindex.aspx, fecha
de consulta: 1 de octubre de 2019.
3.5 Organización de Estados Americanos, Fin de espera para los pueblos
indígenas, s/lugar, 2016, disponible, acceso directo:
https://www.oas.org/es/centro_noticias/comunicado_prensa.asp?sCodi
go=C-075/16, fecha de consulta: 21 de mayo de 2019.
3.6 Organización Internacional del Trabajo, Ratificación del C169 - Convenio
sobre pueblos indígenas y tribales, 1989 (núm. 169), s/lugar, 2017,
disponible, acceso directo:
https://www.ilo.org/dyn/normlex/es/f?p=NORMLEXPUB:11300:0::NO::P
11300_INSTRUMENT_ID:312314, fecha de consulta: 1 de octubre de
2019.
4. Otras
4.1 Informes
211
4.1.1.1 Comisión para el Esclarecimiento Histórico de las Violaciones a los
Derechos Humanos y los Hechos de Violencia que han Causado
Sufrimientos a la Población Guatemalteca, Guatemala, memoria del
silencio, Guatemala, Oficina de Servicios para Proyectos de las
Naciones Unidas (UNOPS), 1999.
4.1.1.2 Instituto Nacional de Estadística, Censos nacionales XI de población y VI
de habitación, 2002. Características de la población y de los locales de
habitación censados, Guatemala, 2003.
4.1.1.3 Instituto Nacional de Estadística, Principales resultados Censo 2018,
Guatemala, 2019.
4.1.1.4 Secretaría de Planificación y Programación, Informe final de cumplimiento
de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, Guatemala, 2015.
212
Guatemala en relación con los proyectos extractivos, y otro tipo de
proyectos, en sus territorios tradicionales, 2011.
4.2.1.6 Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Informe del Relator
Especial sobre la situación de los derechos humanos y las libertades
fundamentales de los indígenas, Rodolfo Stavenhagen, 2005.
4.2.1.7 Naciones Unidas, Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos, Tendencias jurisprudenciales de la Corte
de Constitucionalidad de Guatemala en materia de Derechos Humanos,
2010.
4.2.1.8 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, Los pueblos
indígenas y el sistema de derechos humanos de las Naciones Unidas,
Folleto informativo N° 9, rev. 2, Nueva York y Ginebra, Naciones
Unidas, 2013.
4.2.1.9 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Índices e
indicadores de desarrollo humano. Actualización estadística de 2018,
Estados Unidos de América, 2018.
4.2.1.10 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Más allá del
conflicto, luchas por el bienestar. Informe Nacional de Desarrollo
Humano 2015/2016, Guatemala, 2016.
4.2 Jurisprudencia
213
4.2.2.4 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Amparo en única instancia,
sentencia de 17 de julio de 2018, expediente 1907-2017, gaceta 129.
4.2.2.5 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Amparo en única instancia,
sentencia de 24 de octubre de 2017, expediente 6276-2016, gaceta
126.
4.2.2.6 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Amparo en única instancia,
sentencia de 30 de octubre de 2012, expediente 1240-2012, gaceta
106.
4.2.2.7 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Amparo en única instancia,
sentencia de 7 de agosto de 2013, expediente 1497-2013, gaceta 109.
4.2.2.8 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Amparo en única instancia,
sentencia de 19 de marzo de 2014, expediente 1552-2013, gaceta 111.
4.2.2.9 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Amparo en única instancia,
sentencia de 7 de diciembre de 2017, expediente 2841-2017, gaceta
126.
4.2.2.10 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Amparo en única instancia,
sentencia de 8 de agosto de 2018, expediente 858-2016, gaceta 129.
4.2.2.11 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Amparo en única instancia,
sentencia de 21 de octubre de 2015, expediente 5290-2014, gaceta
118.
4.2.2.12 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Amparo en única instancia,
sentencia de 6 de febrero de 2017, expediente 4136-2016, gaceta 123.
4.2.2.13 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 21 de junio de 2017, expediente 943-2017,
gaceta 124.
4.2.2.14 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 7 de febrero de 2018, expediente 4221-2017,
gaceta 127.
4.2.2.15 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 19 de octubre de 1990, expediente 280-90,
gaceta 18.
214
4.2.2.16 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 8 de septiembre de 1998, expediente 1042-97,
gaceta 49.
4.2.2.17 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 16 de agosto de 2016, expedientes acumulados
5341-2015 y 5350-2015, gaceta 121.
4.2.2.18 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 23 de diciembre de 2015, expediente 3137-2015,
gaceta 118.
4.2.2.19 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 14 de marzo de 2016, expediente 3370-2015,
gaceta 119.
4.2.2.20 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 26 de febrero de 2015, expedientes acumulados
3308-2014 y 3347-2014, gaceta 115.
4.2.2.21 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 5 de julio de 2016, expedientes acumulados
4783-2013, 4812-2013 y 4813-2013, gaceta 121.
4.2.2.22 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 26 de mayo de 2017, expedientes acumulados
90-2017, 91-2017 y 92-2017, gaceta 124.
4.2.2.23 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 5 de febrero de 2013, expediente 4419-2011,
gaceta 107.
4.2.2.24 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 21 de diciembre de 2009, expediente 3878-2007,
gaceta 94.
4.2.2.25 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 25 de marzo de 2015, expedientes acumulados
156-2013 y 159-2013, gaceta 115.
215
4.2.2.26 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 10 de septiembre de 2015, expediente 1149-
2012, gaceta 117.
4.2.2.27 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 12 de enero de 2016, expediente 3753-2014,
gaceta 119.
4.2.2.28 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 12 de enero de 2016, expediente 411-2014,
gaceta 119.
4.2.2.29 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 7 de julio de 2016, expediente 5711-2013, gaceta
121.
4.2.2.30 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia 29 de junio 2017, expediente 3120-2016, gaceta
124.
4.2.2.31 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 10 de marzo de 2016, expediente 1467-2014,
gaceta 119.
4.2.2.32 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 21 de junio de 2017, expediente 943-2017,
gaceta 124.
4.2.2.33 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia 22 de mayo de 2018, expediente 5024-2017, gaceta
128.
4.2.2.34 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia 26 de junio de 2018, expediente 3448-2017, gaceta
128.
4.2.2.35 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 12 de octubre de 2017, expediente 2709-2017,
gaceta 126.
216
4.2.2.36 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 22 de mayo de 2018, expediente 5024-2017,
gaceta 128.
4.2.2.37 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 30 de mayo de 2012, expedientes acumulados
401-2012 y 489-2012, gaceta 104.
4.2.2.38 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 3 de septiembre de 2018, expediente 4785-2017,
gaceta 129.
4.2.2.39 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 27 de marzo de 2019, expediente 3362-2017.
4.2.2.40 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 18 de diciembre de 2014, expediente 3340-2013,
gaceta 114.
4.2.2.41 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Apelación de sentencia en
amparo, sentencia de 21 de septiembre de 2017, expediente 2906-
2017, gaceta 125.
4.2.2.42 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Dictamen, resolución de 31 de
julio de 1990, expediente 90-1990, gaceta 17.
4.2.2.43 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Dictamen, resolución de 23 de
noviembre de 2017, expediente 919-2016, gaceta 126.
4.2.2.44 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad de ley en
caso concreto, sentencia de 25 de octubre de 2018, expediente 5614-
2016, gaceta 130.
4.2.2.45 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad de ley en
caso concreto, sentencia de 17 de noviembre de 2016, expediente
4076-2016, gaceta 122.
4.2.2.46 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad de ley en
caso concreto, sentencia de 22 de noviembre de 2013, expediente
1094-2013, gaceta 110.
217
4.2.2.47 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad de ley en
caso concreto, sentencia de 15 de mayo de 2013, expediente 4793-
2012, gaceta 108.
4.2.2.48 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general
parcial, sentencia de 8 de noviembre de 2016, expediente 3438-2016,
gaceta 122.
4.2.2.49 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general
parcial, sentencia de 29 de enero de 2019, expediente 3239-2017,
gaceta 131.
4.2.2.50 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general
total, sentencia de 8 de mayo de 2007, expediente 1179-2005, gaceta
84.
4.2.2.51 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general
parcial, sentencia de 21 de junio de 2018, expediente 1749-2017,
gaceta 128.
4.2.2.52 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general
parcial, sentencia de 26 de marzo de 1996, expediente 334-95, gaceta
39.
4.2.2.53 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general
parcial, sentencia de 12 de marzo de 1997, expediente 131-95, gaceta
43.
4.2.2.54 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general
parcial por omisión, sentencia de 17 de julio de 2012, expediente 1822-
2011, gaceta 105.
4.2.2.55 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general
parcial, sentencia de 13 de agosto de 2015, expediente 1732-2014,
gaceta 117.
4.2.2.56 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general
parcial, sentencia de 24 de enero de 2019, expediente 1705-2017,
gaceta 131.
218
4.2.2.57 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general
parcial, sentencia de 26 de noviembre de 2015, expediente 1006-2014,
gaceta 118.
4.2.2.58 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general
parcial y total, sentencia de 6 de agosto de 2013, expediente 143-2013,
gaceta 109.
4.2.2.59 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general
total, sentencia de 14 de febrero de 2017, expediente 1490-2016,
gaceta 123.
4.2.2.60 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general
total, sentencia de 4 de febrero de 2015, expediente 5237-2013, gaceta
115.
4.2.2.61 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general
total, sentencia de 8 de septiembre de 2015, expedientes acumulados
2-2015, 151-2015, 298-2015 y 1045-2015, gaceta 117.
4.2.2.62 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general
total, sentencia de 20 de julio de 2017, expediente 1264-2017, gaceta
125.
4.2.2.63 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general
total, sentencia de 28 de febrero de 2013, expediente 1008-2012,
gaceta 107.
4.2.2.64 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general
parcial, sentencia de 26 de noviembre de 2015, expediente 1006-2014,
gaceta 118.
4.2.2.65 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Inconstitucionalidad general
parcial, sentencia de 20 de mayo de 1998, expediente 159-97, gaceta
48.
4.2.2.66 Corte de Constitucionalidad de Guatemala, Opinión Consultiva, sentencia
de 18 de mayo de 1995, expediente 199-95, gaceta 36.
219
4.2.3 Jurisprudencia extranjera
220
4.2.4.5 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso de la Comunidad
Mayagna (Sumo) Awas Tingni vs. Nicaragua, Fondo, Reparaciones y
Costas, resolución de 31 de agosto 2001.
4.2.4.6 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso del Pueblo Saramaka
vs. Surinam, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
resolución de 28 de noviembre de 2007.
4.2.4.7 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Myrna Mack Chang
vs. Guatemala, Fondo, Reparaciones y Costas, sentencia de 25 de
noviembre de 2003, Opinión Concurrente del Juez Sergio García
Ramírez.
4.2.4.8 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Pueblo Indígena
Kichwa de Sarayaku vs. Ecuador, Fondo y reparaciones, resolución de
27 de junio de 2012.
4.2.4.9 Corte Interamericana de Derechos Humanos, El Derecho a la Información
sobre la Asistencia Consular en el Marco de las Garantías del Debido
Proceso Legal, OC-16/99, resolución de 1 de octubre de 1999.
4.3 Revistas
221
originarios, en: Configurações, No. 14, s/lugar, Centro de Investigação
em Ciências Sociais, 2014, págs. 1-13.
4.3.1.4 Becerra Ramírez, Manuel, Control de cumplimiento de los tratados
internacionales en materia de derechos humanos, en: hacia un
instrumento regional interamericano sobre la bioética. Experiencias y
expectativas, México, Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad
Nacional Autónoma de México, págs. 73-94.
4.3.1.5 Clavero, Bartolomé, La Declaración Americana sobre Derechos de los
Pueblos Indígenas: el reto de la interpretación de una norma
contradictoria, en: Pensamiento Constitucional N° 21, Perú, Pontificia
Universidad Católica del Perú, 2016, págs. 11-26.
4.3.1.6 Domínguez, Héctor, Democracia deliberativa en Jürgen Habermas, en:
Analecta política, volumen 4, número 5, Colombia, Universidad
Pontificia Bolivariana, 2013, págs. 301-326.
4.3.1.7 Favoreu, Louis, El bloque de la constitucionalidad, en: Revista del Centro
de Estudios Constitucionales, número 5, España, Centro de Estudios
Políticos y Constitucionales, 1990, págs. 45-68.
4.3.1.8 Fernández, Pedro Talavera, Diálogo intercultural y universalidad de los
derechos humanos, en: Revista IUS, volumen 5, número 8, México,
Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla, 2011, págs. 7-38.
4.3.1.9 Ferrajoli, Luigi, Universalismo de los derechos fundamentales y
multiculturalismo, en: Boletín mexicano de derecho comparado,
volumen XLI, número 122, México, Universidad Nacional Autónoma de
México, 2008, págs. 1135-1145.
4.3.1.10 Ferrer Mac-Gregor, Eduardo, El control de convencionalidad como un
vehículo para el diálogo judicial entre la Corte Interamericana de
Derechos Humanos y los tribunales de América, en: Anuario de
Derecho Constitucional Latinoamericano 2016, año 22°, Colombia,
Konrad Adenauer Stiftung, 2016, págs. 337-356.
4.3.1.11 Gargarella, Roberto, El nuevo constitucionalismo dialógico, frente al
sistema de los frenos y contrapesos, en: Escuela de Derecho, Revista
222
argentina de teoría jurídica, volumen 14, Argentina, Universidad
Torcuato di Tella, 2013, págs. 1-32.
4.3.1.12 Giordano, Christian, Las nociones de cultura y de derechos en
antropología, en: Sistema de control penal y diferencias culturales,
anuario de derecho penal 2010, Perú, Fondo Editorial de la Pontificia
Universidad Católica del Perú y Universidad de Friburgo, págs. 27-46.
4.3.1.13 González Domínguez, Pablo, La Doctrina del Control de
Convencionalidad a la luz del Principio de Subsidiariedad, en: Estudios
Constitucionales, Año 15, Nº 1, Chile, Centro de Estudios
Constitucionales de Chile Universidad de Talca, 2017, págs. 55-98.
4.3.1.14 Maldonado Aguirre, Alejandro, Guatemala: recepción del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, en: Anuario de Derecho
Constitucional Latinoamericano 2001, Argentina, Konrad Adenauer
Stiftung, 2001, págs. 245-260.
4.3.1.15 Nogueira Alcalá, Humberto, Los derechos esenciales o humanos
contenidos en los tratados internacionales y su ubicación en el
ordenamiento jurídico nacional: doctrina y jurisprudencia, en: Ius et
Praxis, volumen 9, número 1, Chile, Universidad de Talca, 2003, págs.
403-466.
4.3.1.16 Raúl Llasag Fernández, Constitucionalismo Plurinacional e intercultural de
transición: Ecuador y Bolivia en: Meritum – Belo Horizonte, volumen 9,
número 1, Brasil, 2014, págs. 295-319.
4.3.1.17 Sagüés, Néstor Pedro, Notas sobre el control ejecutivo de
convencionalidad, en: Anuario de Derecho Constitucional
Latinoamericano 2015, año 21°, Colombia, Konrad Adenauer Stiftung,
2015, págs. 141-149.
4.3.1.18 Vendramin, Bruno, Las audiencias públicas en el ámbito de la Corte
Suprema de Justicia argentina: un caso de constitucionalismo dialógico,
en: Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano 2018, año 24°,
Colombia, Konrad Adenauer Stiftung, 2018, págs. 217-229.
223
4.3.1.19 Vigo, Rodolfo Luis, Argumentación constitucional, en: Revista
Iberoamericana de Derecho Procesal Constitucional, número 12,
México, Editorial Porrúa, 2009, págs. 215-247.
4.3.1.20 Villanueva Flores, Rocío, La interpretación intercultural en el Estado
constitucional, en: Revista Derecho del Estado, No. 34, Colombia,
Universidad Externado de Colombia, 2015, págs. 289-310.
4.3.1.21 Vismara, Juan Pablo, Pueblos indígenas y derechos colectivos. La
consulta previa como garantía esencial para el reguardo de los
derechos indígenas. La nueva jurisprudencia de la Corte IDH, en:
Derechos humanos, año 2, No. 2, Argentina, 2013, págs. 77-100.
4.3.1.22 Walsh, Catherine, Interculturalidad, reformas constitucionales y pluralismo
jurídico, en: Aportes Andinos: revista de derechos humanos, No. 2,
Ecuador, Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador; Programa
Andino de Derechos Humanos, 2002, pág. 1-6.
224
Anexos
225
Expediente No. 4785-2017
Fecha de 3 de septiembre de 2018
sentencia
Accionante Centro de Acción Legal-Ambiental y Social de Guatemala –CALAS–
Autoridad Ministerio de Energía y Minas
denunciada
La discriminación y violación al derecho de consulta a los pueblos indígenas
Xinkas de los departamentos de Santa Rosa y Jalapa, derivado del otorgamiento
de las licencias siguientes: i) de exploración, denominada Juan Bosco, otorgada
Acto reclamado mediante resolución 009 de veintiséis de abril de dos mil doce de la Dirección
General de Minería del Ministerio de Energía y Minas y ii) de explotación,
denominada Escobal, aprobada mediante resolución 1302 de tres de abril de
dos mil trece del Ministerio de Energía y Minas.
Derechos
denunciados Protección a grupos étnicos, participación y otorgamiento de consentimiento,
libre, previo e informado, igualdad y principio de no discriminación racial.
como violados
226
Energía y Minas, conforme la CPRG y la Ley del Organismo Ejecutivo, así como
la jurisprudencia de la CC, al que corresponde promover ese proceso en los
procedimientos de autorizaciones de operaciones que propendan a la
exploración, explotación o uso de recursos naturales no renovables.
A pesar que la existencia del pueblo xinca en la zona de influencia fue negada
durante el proceso, tanto por la empresa minera como por el Estado, por medio
de peritajes antropológicos de entidades académicas se logró determinar la
presencia del pueblo indígena en los sitios afectados. Los parámetros para la
realización de la consulta, tras el examen de las circunstancias del caso objeto
de estudio, no fueron observados.
227
por la CIDH, se refiere que el Sistema Interamericano de Derechos Humanos ha
delineado una serie de circunstancias en las que la obtención del consentimiento
de los pueblos indígenas es obligatoria, cuya concurrencia debe establecerse en
cada caso en particular.
Sentido del
Confirma otorgamiento, con la modificación en efectos positivos de la protección.
pronunciamiento
228
Expediente No. 4783-2013, 4812-2013 y 4813-2013
Fecha de 5 de julio de 2016
sentencia
Derechos
denunciados Educación bilingüe multicultural e intercultural, uso del idioma en el sistema
educativo, no discriminación, integridad y vida cultural.
como violados
229
jurídicas vinculantes que devengan atinentes para reparar los motivos de
agravio denunciados, por lo que no se satisface la condición de exigibilidad de
ese mecanismo, relativa en que los efectos previstos legamente en caso de
declaratoria de procedencia conlleven la potencial reparación de los agravios.
230
requiere que el reconocimiento de la identidad cultural de los pueblos indígenas
–y de los idiomas– se materialice en programas y prácticas estatales que
propicien un estado de interculturalidad. Adicionalmente, los instrumentos
internacionales apuntan a la adaptación de la enseñanza al derecho igualitario
de todos a la educación, lo que implica la pertinencia cultural de la educación,
preceptiva recogida también en el artículo 76 CPRG (enseñanza en las escuelas
establecidas en zonas de predominante población indígena deberá impartirse
preferentemente en forma bilingüe). Esta última disposición, interpretada en
conexión con lo dispuesto en artículos 58 y 66 de la CPRG, los preceptos
aplicables del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y el principio de
progresividad, debe considerarse un estándar mínimo susceptible de desarrollo
por las autoridades con potestad regulatoria.
231
k'iche' a recibir enseñanza en su lengua materna y con pertinencia cultural, y a
ser formados en la interculturalidad, redundando en conculcación a su derecho a
la educación, así como los derechos, tanto de los infantes como de la
comunidad indígena maya k'iche', a la identidad cultural y el uso de la lengua
materna, y el derecho a la igualdad material en el trato de las autoridades
estatales.
Sentido del Con lugar recurso de apelación, revoca resolución apelada y, resolviendo
pronunciamiento conforme a Derecho, otorga la protección requerida.
Ordena a la autoridad cuestionada tomar las medidas que sean necesarias para
conseguir, en el plazo de seis meses, que en las trece escuelas identificadas de
La Antigua Santa Catarina Ixtahuacán se desarrolle auténtica educación bilingüe
intercultural.
232
Expediente No. 3362-2017
233
Consideraciones sobre los presupuestos procesales
Legitimación activa: las postulantes poseen interés personal y colectivo,
pues acuden como pacientes, comadronas y organizaciones que se
consideran víctimas directas de las arbitrariedades denunciadas. En el
caso de la municipalidad indígena de Sololá, esta representa a la
comunidad indígena, por lo que el reclamo es indivisible y supra
individual.
Legitimación pasiva: conforme la normativa, al Ministerio denunciado le
compete responder por las omisiones reprochadas; tales violaciones se
endilgan al Estado, por medio del Ministerio encargado,
independientemente de la persona que funja como titular.
234
se corrobora con las declaraciones de mujeres y comadronas usuarias
del sistema de saludo estatal, contenidas en actas notariales. Los
medios probatorios presentados dan cuenta que la situación real es que
el sistema de salud indígena es irrespetado, y que pese a la existencia
de disposiciones, planes y políticas con algún enfoque cultural, no se
han obtenido resultados reales y efectivos. Tampoco se contempla que
el personal de salud se capacite con los conocimientos que poseen las
comadronas y sus tratamientos medicinales tradicionales; además, no
se incluye la totalidad de niveles de atención de salud que consagra la
ley.
235
correspondiente para la entrega de los insumos.
Expediente No. 1467-2014
Fecha de 10 de marzo de 2016
sentencia
Accionante Humberto Rafael Hidalgo Caballeros, en calidad de abogado defensor público
de Esvin Abel García Cardona
Autoridad Sala de la Corte de Apelaciones de la Niñez y Adolescencia
denunciada
236
El derecho indígena implica: existencia de autoridades propias, potestad para
establecer normas y procedimientos, necesidad de adecuar el derecho indígena
a los derechos y garantías establecidas en la CPRG y normas que integran el
bloque de constitucionalidad, así como el esfuerzo que debe efectuar el Estado
para dictar pautas de coordinación y cooperación entre ese derecho y el sistema
de justicia oficial. Adicionalmente, se definen los elementos que deben concurrir
para su aplicación (ámbito personal, territorial, institucional y objetivo) y se
puntualiza que su aplicación pueden ser sometida al control de
constitucionalidad.
Sentido del Con lugar recurso de apelación, revoca resolución apelada y, resolviendo
pronunciamiento conforme a Derecho, otorga la protección requerida.
Efectos en caso Ordena a la autoridad cuestionada dictar nueva resolución congruente con lo
de otorgamiento considerado, dentro del plazo de cinco días, bajo apercibimientos
de protección correspondientes.
237