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La sostenibilidad de un mundo con menos agua

Author(s): Olcay Ünver


Source: Política Exterior , JULIO / AGOSTO 2012, Vol. 26, No. 148 (JULIO / AGOSTO
2012), pp. 72-74, 76-80
Published by: Estudios de Política Exterior S. A.

Stable URL: http://www.jstor.com/stable/41702699

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La sostenibilidad
de un mundo
con menos agua
O/cay Ünver

imprevisible, creando incertidumbre e incrementando los riesgos.


Muchos de estos cambios tienen que ver con el impacto
El Muchos medioambiental immedioambiental
previsible, mundo está de estos creando cambiando de cambiode
s nuestro inuestro
ncertidumbre más rápido tienenmodelo
modelo e que que incrementando
dede nunca desarrollo. ver con y de el una los TodasTodas
desarrollo. impacto manera rielas
sgos. las
actividades sociales y económicas, así como el funcionamiento del
ecosistema dependen del agua. La relación entre las cantidades de agua
disponible y las cambiantes demandas del futuro no puede abordarse
exclusivamente a partir de las series de datos históricos acumulados. Las
nuevas incertidumbres crean desafíos adicionales en la distribución y en la
gestión de los recursos hídricos. Debido a que el agua es el elemento
central del nexo de desarrollo y tiene conexiones con todos los ámbitos de
la vida humana -desde necesidades básicas como la alimentación, la salud
y la energía, hasta la actividad de la industria y el comercio-, entender el
futuro de los recursos hídricos es fundamental a la hora de analizar la
prosperidad venidera y evitar una catástrofe.
Gomo señala el Programa Mundial de Evaluación del Agua de las Nacione
Unidas (UN-Water) en su "IV Informe sobre el Desarrollo de los Recursos
Hídricos en el Mundo" presentado en marzo, el agua es la base de todos l

Olcay Ünver es coordinador del Programa Mundial de Evaluación del Agua de las Naciones Unidas (UN-Water).

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ESTUDIOS

Cualquier estrategia de desarrollo sos


contemplar el futuro desde un prisma
una demanda de agua en ascenso par
humano, agricultura, industria y produ
se necesita una gestión coordinada de

aspectos del desarrollo, ya que es el único medio qu


sectores y a través del cual pueden abordarse de for
crisis. Por ello, se necesita un enfoque coordinado de
ción del agua, al tiempo que se crean instituciones
discusión y la toma de decisiones que ayuden a equil
que las interdependencias a través de los recurso
progresivamente, es preciso tomar medidas de in
regiones y los sectores económicos sin suficiente ag
recursos de otros para satisfacerlas. En unas cond
crecimiento constante de la incertidumbre y el riesg
los líderes políticos, la sociedad y las empresas de
concertadas de forma colectiva. Para ello, los gob
liderazgo e incluir el agua como prioridad en tod
(comercio y economía, alimentación, seguridad en
sanidad pública y seguridad).
El agua es un elemento clave del crecimiento ecoló
una economía más sostenible. El nexo entre el ag
energía muestra las difíciles decisiones, los riesgos y
que se enfrentan hoy los legisladores. Existen num
consecuencias deseadas e indeseadas derivadas de la defensa de una causa
en detrimento de otras (por ejemplo, la seguridad alimentaria en vez de l

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ESTUDIOS / LA SOSTENIBILIDAD DE UN MUNDO CON MENOS AGUA

seguridad energética o hídrica). Por ello, es preciso integrar estas complejas


interconexiones en unas estrategias de respuesta que tengan en cuenta las
diferentes compensaciones e intereses de las partés.
Suministrar suficiente agua para hacer frente a las necesidades sociales,
económicas y medioambientales ha sido tradicionalmente una responsabi-
lidad de los agentes que participan de forma directa en su extracción, reco-
gida y uso, es decir el "sector hídrico". Sin embargo, la disponibilidad del
agua en todo el ciclo hidrológico está influida por muchos factores fuera del
control directo de las autoridades hídricas. La gestión eficaz y sostenible de
los recursos hídricos y su distribución requieren cooperación y coordina-
ción entre las diversas partes. Por tanto, es necesario modificar el procedi-
miento anterior de toma de decisiones, basado únicamente en el sector, por
un marco más amplio que tenga en cuenta los diferentes aspectos del
desarrollo y los riesgos, incertidumbres, costes y beneficios de cada deci-
sión con vistas a un objetivo a largo plazo. A este respecto, los gobiernos
tienen que crear unas instituciones más sólidas, colaboradoras y flexibles,
y adoptar mecanismos de financiación adecuados que garanticen la viabi-
lidad a largo plazo de los servicios y de las infraestructuras hídricas, asegu-
rando que lo relativo al agua está incluido tanto en las decisiones políticas
nacionales como en los procedimientos de gobernanza internacional. Los
gestores del agua tienen la responsabilidad de informar sobre estos proce-
dimientos, y de concienciar a la sociedad de la importancia del agua en el
desarrollo.

Demanda y disponibilidad de recursos hídricos


La demanda de agua está aumentando al tiempo que el cambio climático
altera su disponibilidad. La protección de los recursos hídricos, la optimi-
zación de su uso y la garantía de un reparto equitativo de los beneficios de
las actividades que requieren un uso intensivo del agua deberían ser funda-
mentales en la gobernanza y en la regulación de todo lo relativo a este
recurso natural. Los gestores hídricos tienen que desempeñar un liderazgo
activo para educar e informar a los legisladores en todos los sectores sobre
los diferentes valores del agua, sus beneficios para el desarrollo y las
opciones que pueden contribuir a maximizar el bienestar socioeconómico
humano. El hecho de no abordar estratégicamente los problemas de distri-
bución pondrá en peligro la disponibilidad y sostenibilidad de los recursos
hídricos en el futuro.

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ESTUDIOS / LA SOSTENIBILIDAD DE UN MUNDO CON MENOS AGUA

La demanda de agua procede de cuatro fuentes principales: la agricultura,


la producción de energía, la industria y el consumo humano. La producción
de cosechas y la ganadería requieren un uso intensivo de agua. Así, la agri-
cultura representa el 70 por cien del consumo conjunto de los sectores agrí-
cola, municipal e industrial (incluida la energía). El incremento de la
demanda de productos ganaderos se traduce en un aumento de las necesi-
dades de agua. Se prevé que la demanda mundial de alimentos aumente un
70 por cien de aquí a 2050. Los mejores pronósticos sobre el consumo
mundial de agua para la agricultura (incluyendo tanto los cultivos de secano
como los de regadío) prevén un incremento cercano al 19 por cien de aquí al
mismo año, pero podría ser mucho más elevado si los rendimientos de las
cosechas y de la producción agrícola no aumentan drásticamente. Hay que
tener en cuenta que una gran parte del incremento del riego se producirá en
regiones que ya sufren escasez de agua. Por tanto, la gestión responsable del
agua para la agricultura contribuirá de forma significativa a la seguridad
hídrica mundial en el futuro.
Todas las fuentes de energía necesitan agua en sus procesos de produc-
ción: la extracción de materias primas, la refrigeración en los procesos
térmicos, el cultivo de cosechas para biocombustibles y el funcionamiento
de las turbinas que generan hidroelectricidad, entre otros. En la actualidad,
más de 1.000 millones de personas no tiene acceso a la electricidad ni a
fuentes de energía limpia. Se espera que el consumo energético mundial
aumente cerca del 50 por cien de aquí a 2035 debido al incremento de la
población y de la actividad económica; los países no pertenecientes a la
Organización para la Cooperación y él Desarrollo Económicos (OCDE)
serán responsables del 84 por cien de ese consumo.
El agua es parte esencial de muchos procesos industriales, y el incre-
mento de la demanda para usos industriales será consecuencia del aumento
de la actividad económica. Surge aquí el término "agua virtual" (o "agua
oculta"), referido al volumen utilizado en la producción de un bien o un
servicio, lo que significa que los países llevan a cabo un comercio de agua a
través de los productos. Miles de millones de toneladas de alimentos y de
otros bienes que necesitan agua para su producción se intercambian a diario
en el mundo.
En lo que se refiere al consumo humano, la principal fuente de demanda
proviene de las comunidades urbanas que necesitan agua para beber, la
higiene y el alcantarillado. La ONU estima que la población urbana del
mundo pase de 3.600 millones de personas en 2011 a 6.300 millones en

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OLCAY ÜNVER / ESTUDIOS

Fuente: UNEP/GRID-Arendal (2008).

2050, incluyendo tanto el crecimiento de la población como la em


neta del campo a la ciudad. En la actualidad ya hay una gran cant
zonas urbanas desabastecidas, y se calcula que el número de perso
no tiene acceso al agua potable y para la higiene en las ciudades h
tado cerca de un 20 por cien desde que en 2000 se establecieron los
Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

Variabilidad, vulnerabilidad e incertidumbre


Las reservas de agua dulce están distribuidas de forma irregular, geográfica-
mente y a lo largo del tiempo. Comprender la distribución espacial y
temporal así como el movimiento del agua es fundamental para la gestión
eficaz de los recursos hídricos. El agua subterránea es básica para el
sustento y la alimentación de más de 1.000 millones de hogares en las
regiones más pobres de África y Asia, y para las reservas de una gran parte
de la población de otros lugares del mundo. Durante los últimos 50 años, el
índice de extracción de agua subterránea mundial al menos se ha triplicado,
lo que ha aumentado de forma significativa la producción de alimentos y el
desarrollo rural. Hoy el agua subterránea es muy importante para abastecer

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ESTUDIOS / LA SOSTENIBIUDAD DE UN MUNDO CON MENOS AGUA

el consumo humano, ya que suministra cerca de la mitad de* todo el agua


potable del mundo. La omnipresencia y la capacidad amortiguadora del
agua subterránea han permitido que las personas se establezcan y sobre-
vivan en zonas secas, donde la lluvia y la escorrentía son escasas o imprede-
cibles. Sin embargo, por muy grandes que sean los volúmenes de agua que
contienen los acuíferos, el hecho de que a menudo no sean renovables signi-
fica que, al final, si su uso no se gestiona de manera adecuada, se agotan. En
algunos lugares de alto riesgo, la disponibilidad de recursos de agua subte-
rránea no renovable ha alcanzado límites críticos.
Los glaciares también actúan como amortiguadores. El agua se desprende
en los años de pocas nevadas, y se retiene en forma de hielo en los periodos
de altas precipitaciones de nieves. A corto plazo, la disminución de los
glaciares añade agua al caudal, y de esta manera aumentan las reservas
inmediatas. Pero a largo plazo, a medida que los glaciares desaparecen, se
reducirán las reservas de agua.
La disponibilidad también viene determinada por su calidad. El agua
contaminada no puede utilizarse para beber, ni para usos industriales, ni
para la agricultura. Cuanto mayor sea la contaminación, mayor será el coste
del tratamiento que se requiere para devolverla a un nivel en que se pueda
usar. Se calcula que más del 80 por cien de las aguas residuales del mundo
no se recogen ni se tratan, y los asentamientos urbanos son la principal
causa de contaminación. Los costes económicos de un agua de baja calidad
en los países de Oriente Próximo y del norte de África oscilan entre el 0,5 y
el 2,5 por cien del PIB.
Junto a todo esto, se prevé que el cambio climático provoque una dismi-
nución de la disponibilidad del agua en muchas regiones, lo que incremen-
tará la polarización económica entre los países ricos y los pobres en
recursos hídricos, así como entre sectores o regiones dentro de los países.
Es probable que una gran parte de la carga de los efectos del cambio climá-
tico recaiga sobre los pobres, algo que ya vemos con las sequías e inunda-
ciones registradas en África y en Asia en los últimos años.

Agua, alimentos y energía


El reconocimiento del nexo entre el agua, los alimentos y la energía ha sido
uno de los grandes avances para el estudio de los problemas relacionados
con el agua, especialmente porque algunas de las iniciativas más promi-
nentes las han dirigido actores de los sectores de la energía y de la alimenta-

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OLCAY ÜNVER / ESTUDIOS

ción. Al no existir planes totalmente aplicados (y adaptables) p


Gestión Integrada de Recursos Hídricos (GIRH), el diálogo sobre e
crea una oportunidad para una nueva toma de decisiones. También
producido mejoras en la GIRH: los hallazgos preliminares de u
mundial sobre el agua realizado en 2011 por la ONU para deter
progresos hacia la GIRH muestran una adopción más amplia de es
ques integrados, con un impacto significativo en el desarrollo y en
hídrica a escala nacional. También se han producido algunos avanc
reciente Conferencia de las Partes

(GOP) de la Convención Marco Cerca


de de 800 millones
la ONU sobre Cambio Climático.
Las crisis financieras, alimenta-
de personas viven sin
rias, de combustibles y climáticasacceso al agua potable
son, individualmente, problemas
graves, pero combinadas, sus y 1 .400 millones
efectos serían catastróficos para la no tienen electricidad
sostenibilidad mundial. Por ello, el
"IV Informe sobre el Desarrollo de en sus hogares
los Recursos Hídricos en el
Mundo" proporciona una nueva
forma de observar la realidad hídrica, a través de la perspectiva del riesgo y
la incertidumbre. Por riesgo se entiende la probabilidad de un aconteci-
miento adverso o la consecuencia de una decisión (por ejemplo, no tener
suficiente agua). La incertidumbre se refiere a la falta de conocimiento
sobre lo que existe en la actualidad o sobre lo que ocurrirá en el futuro (por
ejemplo, no saber cuánta agua necesitaremos). Cuantos más riesgos se
comprendan, mejor se podrán planificar y gestionar los sistemas hídricos
para reducir el impacto de la variabilidad en el futuro.
El objetivo es fomentar nuevas formas de pensamiento colectivo sobre el
futuro del mundo mediante la identificación de herramientas y de estrate-
gias que maximicen los beneficios del agua para los diferentes sectores que
inciden en el desarrollo. Los líderes políticos y empresariales, así como los
gestores hídricos y los ciudadanos tienen la oportunidad de ver más allá de
los desafíos y riesgos inmediatos, y realizar un cambio a largo plazo orien-
tado a la prosperidad sostenible para todos a través del agua.
Sin embargo, desde que UN-Water publicara el informe de 2009 no se han
producido los cambios necesarios: hoy cerca de 800 millones de personas
siguen sin tener acceso a fuentes de agua potable, y el número de personas

JULIO /AGOSTO 2012 POLÍTICA EXTERIOR 79

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que no tienen agua del grifo en las ciudades es mayor que a finales de la
década de los noventa. A estas cifras hay que añadir los 1.400 millones de
personas sin electricidad en sus casas, y los cerca de 1.000 millones que
sufren malnutrición. En 2010, 2.500 millones de personas no tenían instala-
ciones de higiene mejoradas. De los cerca de 1.800 millones de personas que
lograron acceder a estas instalaciones en el periodo 1990-2010, más del 60
por cien vivía en zonas urbanas que intentan hacer frente al ritmo del creci-
miento de la población. Aunque se han realizado progresos en varios ODM
relacionados con el agua en algunos países y regiones, queda mucho trabajo
pendiente, especialmente para satisfacer las necesidades de los miembros
más vulnerables de la sociedad -las mujeres y los niños- que soportan lo
más duro de la pobreza en todo el mundo.
La actual crisis económica podría ser una oportunidad para reflexionar
sobre el futuro colectivo deseado y ofrecer una mirada crítica sobre las
conexiones del agua entre países, sectores y políticas. Para ello, es funda-
mental mirar el futuro a través de un prisma hídrico con el fin de tomar
decisiones que maximicen los beneficios para las personas, el medio
ambiente y la economía mundial.
Es imprescindible que la gestión de recursos de agua dulce se aborde en
los planos local, nacional, regional e internacional. Todas las partes,
incluidos los gobiernos, las organizaciones internacionales, el sector
privado, la sociedad y el ámbito académico, deben comprometerse teniendo
en cuenta los factores sociales, económicos y medioambientales de los
recursos hídricos, y prestando especial atención a los más pobres y vulnera-
bles. Una de las tareas prioritarias de la comunidad internacional es encon-
trar la forma de transformar los compromisos en acciones concretas. No
podemos quedarnos de brazos cruzados y observar cómo los recursos de
agua dulce y sus infraestructuras se deterioran y ponen en riesgo a miles de
millones de personas y al medio ambiente. El agua dulce es esencial para
todos los objetivos de desarrollo sostenible.

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