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LA FAMILIA
Junio 2021
Problemas de salud. fracturas en las diferentes etapas del ciclo de vida
familiar.
Algunos aspectos que nos pueden llamar la atención pueden ser: Alianza con la
familia de origen de uno o ambos miembros, esto acarrea una dificultad para
asumir el rol de esposo/a, padre/madre. Transferencia del rol de padre/madre en
el otro miembro de la pareja: la llegada del hijo es vivida como una competencia
por el cariño del otro. Alianza fraternal entre los cónyuges como forma de poder
salir del hogar de origen. Impide la inclusión del hijo como tal. Búsqueda de un hijo
para consolidar la unión de la pareja que todavía no ha sido lograda.
Problemas frecuentes:
5. Salida de los hijos del hogar: Esta nueva etapa está marcada por la
capacidad de la familia de origen para desprenderse de sus hijos y de incorporar
nuevos individuos como el cónyuge y la familia política. Los hijos entraran en una
nueva etapa donde deberán formar su propia familia, con las características que
vimos al inicio del capítulo, para poder continuar el ciclo vital. Desde el punto de
vista de los padres, se enfrentan con la salida definitiva de los hijos del hogar.
Hasta ahora se había agrandado el círculo social y afectivo en que se movía el/la
joven, pero seguía siendo la familia de origen la única y la de pertenencia. A partir
de este momento los padres deberán reconocer a la nueva familia como diferente
y con características propias, aceptando la incorporación de otros en la vida
familiar.
Problemas frecuentes
- Algunas familias atraviesan esta etapa con mucha dificultad. Las parejas que
dejan “todo” por la crianza de los hijos pueden acusar a éstos de dejarlos solos,
cuando en realidad lo que hay es una dificultad en la pareja (antes padre y madre)
para reencontrarse, estar solos o aceptar el paso del tiempo. El hecho de que los
hijos logren la salida del hogar, y el modo en que se realiza esta salida, podrá ser
favorecido o no por las familias de origen
Crisis familiares.
Durante las diferentes etapas del desarrollo familiar, la familia enfrenta diferentes
momentos críticos del ciclo evolutivo, que implican cambios tanto individuales
como familiares, los que pueden constituir un período de crisis.
En estos períodos de transición de una etapa del ciclo vital a otra hay indefinición
de las funciones, porque los miembros de la familia están asumiendo un nuevo rol.
El querer conciliar ambos funcionamientos produce en ocasiones fluctuaciones,
inestabilidades, transformaciones, que se expresan en ciertos niveles de
desorganización de la familia, y es lo que se denomina como crisis evolutiva.
Según Blaustein S. estas crisis son llamadas evolutivas, porque están en relación
con los cambios biológicos, psicológicos y sociales de cada uno de los miembros
de la familia, y con los cambios, en consecuencia, de las pautas de interacción en
el contexto familiar. En estas crisis evolutivas se cambian las viejas pautas de
interacción por otras nuevas que posibilitan, a cada uno de los miembros de la
familia, el desempeño de nuevas funciones en sus roles, poniendo de manifiesto
un desarrollo cada vez más acabado de individuación y de una estructura familiar
cada vez más compleja y diferente a la anterior, lo que da lugar al crecimiento y
desarrollo de la familia.
Por su parte Louro I. plantea que en este proceso de cambio predominan las
tareas denominadas de desarrollo, las que están relacionadas con las etapas del
ciclo vital que necesariamente tiene que atravesar la familia para desarrollarse,
crecer y madurar. Cuando cada uno de los miembros de la familia tiene bien
definidas sus funciones y los roles correspondientes al ciclo vital cronológico, va
creándose una estructura familiar organizada que le permite tener un desarrollo en
su identidad familiar y en la individualidad personal de sus componentes. Ahora
bien, si en el esfuerzo de reorganización familiar la propia estructura familiar, por
su falta de flexibilidad, no lo permite, aparecen entonces las disfunciones
familiares.
Como hemos visto las crisis familiares están asociadas tanto a la ocurrencia de
determinadas situaciones transitorias de la vida familiar como el matrimonio, el
nacimiento de un hijo, la jubilación, que dan lugar a las llamadas crisis normativas;
como también por situaciones o hechos accidentales, que desencadenan las crisis
no transitorias o para normativas, que generalmente tienen un mayor costo para la
salud. Las crisis familiares han sido abordadas por algunos autores dada la
importancia que le atribuyen en la salud familiar. Al término crisis se le han dado
diferentes significados, según la intencionalidad de los estudios de los diferentes
autores. Es una palabra que arrastra, desde siglos, un significado dramático y
negativo, del cual, recién en los últimos tiempos y con el desarrollo de las nuevas
concepciones sobre las crisis evolutivas, se ha tratado de dar un concepto más
positivo.
Ortiz T. plantea que los eventos que desencadenan estas crisis son:
La familia y la tensión.
La presencia de estos momentos normativos en la vida de una familia es
considerada como una variable evolutiva necesaria a tener en cuenta en el estudio
de cualquier grupo familiar. Si además sabemos que ocurren también eventos no
normados o accidentales, consideramos muy importante conocer el impacto de
estos acontecimientos o eventos, y reconocer que esta repercusión o impacto
puede darse de muy diversas maneras en la salud familiar.
El impacto de los eventos en la familia, puede ser tanto favorecedor, como
obstaculizador en la salud familiar. La familia alcanzará la salud en la medida en
que sea capaz de enfrentar de manera eficiente y adecuada los acontecimientos
de la vida.
El estrés, al que muchas veces nos referimos como la tensión o desequilibrio ante
las crisis familiares, puede propiciar que el individuo o la familia desarrolle
recursos adaptativos que nunca habían supuesto tener, lo cual le permite ganar en
firmeza, y utilizar estos aprendizajes en posteriores crisis, haciendo que se
crezcan o desarrollen como consecuencia de este. De ahí que consideremos que
el estrés no es bueno o malo, sino conocer bien, en qué cantidad, en qué
momentos de la vida y bajo qué circunstancias sociales y familiares resulta
perjudicial o beneficioso.
Aunque ciertas presiones y demandas ambientales producen estrés en un número
considerable de familias, siempre se ponen de manifiesto las diferencias
individuales, familiares y sociales, en cuanto a intensidad y tipo de respuesta. Las
personas, las familias y los grupos difieren en su sensibilidad y vulnerabilidad a
ciertos tipos de acontecimientos, así como en sus interpretaciones y reacción ante
los mismos.
Un modelo teórico es el modelo doble ABCX de estresores y tensiones familiares
de Mc Cubbin y Patterson, que fue elaborado a partir del anteriormente descrito
por Hill, pero se añade una doble A, que significa la acumulación de eventos
estresantes previos al evento vital. La hipótesis central de este autor plantea que
la acumulación de tensiones y estresores familiares al punto de sobrepasar la
capacidad de ajuste del sistema familiar, lo hace entrar en crisis, y está asociada
con el deterioro del funcionamiento familiar y del bienestar de sus miembros.