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―A ldocencia
dejar la enseñanza privada ―continuó― decidí alternar la
con la ampliación de mis estudios, y hasta que me jubilé,
di clase en varios institutos públicos y posteriormente en un par de
universidades.
››Salvo honrosas excepciones, que sin duda las hay, ¡cuánta gente sin
espíritu he visto al frente de las aulas a lo largo de estos años! La educación
tendría que ser impartida por personas con vocación, que fuesen
conscientes de la responsabilidad que se adquiere cuando unos padres dejan
en tus manos su bien más preciado. El proceso de selección para poder dar
clase tendría que ser exhaustivo. Sin duda, la calidad de la atención
prestada a estas almas jóvenes en proceso de formarse en ese momento tan
delicado de su desarrollo, puede ser determinante para el futuro de sus
vidas. Son años cruciales para ellos.
››Al margen de magníficos compañeros de profesión profundamente
comprometidos con este noble oficio conscientes de todas las limitaciones y
deficiencias del actual sistema educativo, he conocido a muchos otros que
ni el concepto de orden sabían transmitir, siendo ellos los primeros en llegar
tarde a su obligación encontrando desde primera hora de la mañana un aula
sin gobierno a la que se limitaban a “largar” la lección del día ajenos al
alboroto de la clase, incapaces de imponer el mínimo concierto. No me
extraña que el gremio de la enseñanza tenga uno de los mayores índices de
depresión. Pero es que, Ismael... ¿cómo te lo explicaría?... ¿Sabes cómo se
llama la vara de madera que se clava al lado de un frutal joven?
―No lo sé profesor.
―“Tutor”, ese es su nombre. El tutor cuida al retoño para que no se tuerza
durante su desarrollo. El maestro, en este caso, es el que debe transmitir con
su ejemplo y su guía cuál es el camino recto. Sin embargo, en la práctica,
no es infrecuente que personas con gran cantidad de lagunas y dudas
internas asuman la formación de los estudiantes. Estos docentes, entre los
que se encuentran aquellos que sólo han visto en la enseñanza una salida
laboral, son a su vez asalariados de un gobierno al que no le interesa
“formar” de verdad a los jóvenes para que tengan criterio propio, sino
“programarlos” para ubicarlos en el futuro en los diferentes establos que la
sociedad guarda para ellos, donde serán ordeñados a conciencia durante el
resto de sus vidas.
»Los educadores se convierten así en muchos casos en meros transmisores
de información, una información anónima, uniformada, masificada,
vulgarizada..., una amalgama de datos con cierta utilidad práctica en el
mejor de los casos, cuando no se transforman sencillamente en basura y
estorbo en la cabeza de los estudiantes hasta el fin de sus días.
―Es verdad, menuda sarta de tonterías nos hacían memorizar a veces,
cosas a las que jamás les he sacado el más mínimo partido ―confirmé.
―Las materias impartidas a los alumnos ―prosiguió D. Andrés―
deberían de aportar, además de cultura general, habilidades prácticas para
desenvolverse mejor en la vida, algo de lo que hoy, por fortuna, son
conscientes muchos profesores. Tenemos conocimiento de lo que sucede
fuera de nosotros, pero una ignorancia casi total de lo que ocurre en nuestro
interior, de lo que nos condicionan nuestras emociones, muchas veces
desbocadas, y cómo éstas influyen en nuestra calidad de vida. La educación
tendría que tener por objetivo, no programar al individuo, sino “enseñarle a
vivir”, a entender cómo funciona su cabeza y por qué reacciona de
determinadas maneras ante lo que acontece. De hecho, educar viene de
Educere, que significa “sacar afuera lo que se tiene dentro”.
››Lo cierto es que los malos tragos que la existencia nos va trayendo
tenemos que pasarlos solos, improvisando malamente en la mayoría de los
casos. Nadie nos ha dicho cómo caminar por esos páramos desérticos que
en más ocasiones de las que quisiéramos tenemos que atravesar: sin agua,
sin compañía, sin rumbo, sin esperanza...
―Estoy de acuerdo con usted. Si algo tengo claro a estas alturas de la vida
es que las cosas importantes no se aprenden en la escuela.
››Desde luego en aquel colegio en el que usted dio clase y en el que estuve
casi diez años, no consiguieron despertar en mí la pasión por el saber. Al
recordar aquel embutir en mi cabeza datos y más datos para ser volcados
después en un examen y pasar al olvido de inmediato, me da la sensación
de haber sido como uno de esos capones de Villalba a los que se les
alimenta forzadamente metiéndoles en la garganta una bola de maíz tras
otra para que engorden, a la espera de convertirse en un suculento asado en
Navidad.
―Tú lo has dicho ―contestó―: “Las cosas verdaderamente importantes
no se aprenden en la escuela”
››Durante esos años de formación, se desperdician miles y miles de horas
(o se invierten, según se mire) en transmitir datos y más datos para
“robotizar” a los estudiantes, dejándolos en perfectas condiciones para que
puedan ser obedientes consumidores de todo cuanto el sistema les ofrecerá
a lo largo de su vida en cómodos plazos; cosas “imprescindibles”, como
sofisticados teléfonos móviles que incorporan mil funciones que jamás
utilizarán, o “bibliotecas de dos patas que caminan sin saber a dónde
dirigirse...”. El caso es que el individuo se sienta constantemente
insatisfecho y desee tener lo último, a pesar de que lo que ya tiene cubra
con creces sus necesidades. Esto se consigue gracias a la obsolescencia
programada, una práctica habitual en muchos sectores de la industria
consistente en acortar la vida útil de las cosas haciendo que estas se
estropeen mucho antes, para obligar así a los clientes a comprar la versión
“actualizada” del producto.
››También se encarga de la “educación” de las personas la publicidad
(comercial, política...) y un entorno al que imitan compuesto de individuos
que siguen las pautas imperantes inoculadas desde los medios, lo que les
hace no cuestionarse su propio proceder al creer que es el correcto en base a
que es lo que hace la mayoría, y ya sabes… lo que hace el vulgo, es lo
vulgar; y la media, representa lo mediocre.
―Estoy de acuerdo. A veces los grupos humanos recuerdan más a un
rebaño que otra cosa.
―Precisamente por eso, porque lo hacen lo demás, a lo largo de su vida
seguirán dócilmente la moda de cada época sin el más mínimo criterio,
sustituyendo ropa, coches, teléfonos móviles, ordenadores... no porque
hayan dejado de estar en buenas condiciones, sino porque algo ajeno a ellos
los manipula desde los medios para que se sientan incómodos y adquieran
ese nuevo producto que promete darles una felicidad mayor. Ese espejismo
de felicidad de forma invariable se desvanecerá como arena entre sus dedos
en el momento en el que sus manos lo alcancen, pero en lugar de sacar
alguna conclusión sobre el tremendo esfuerzo realizado para obtenerlo y el
desencanto posterior, la gente siempre sustituye su frustración por otra
alucinada ilusión que volverá a ponerla de nuevo en marcha hacia otro
“objeto”.
―Sí, pero esa dinámica no termina nunca ―apunté.
―Efectivamente. Lo malo es que esa carrera agotadora, hasta que uno
“Despierta”, no tiene fin, y lo peor de todo es que en cada espejismo
perseguido se consumen cantidades ingentes de energía.
―Sí que consumen energía ―respondí―, ¡y tanta! Yo mismo sucumbí a
la tentación de comprarme un piso antes del colapso que estamos viviendo.
Al quedarme sin trabajo, después de haber afrontado durante más de quince
años el importe de la hipoteca, en el momento en que no pude hacerlo el
banco se hizo con la propiedad, lo que supuso perder, además de la
vivienda, todo el dinero que había entregado.
―Eres uno más entre cientos de miles Ismael. Supongo que habrás
extraído tus propias conclusiones cara al futuro, porque ya sabes: el que no
aprende de sus errores está condenado a repetirlos.
››Ya ves qué está pasando con la economía y cómo afecta a tu vida, y sin
duda, a la de muchos de tus conocidos.
››No tanto en los países emergentes, pero para occidente, vienen tiempos
especialmente delicados en los que mucha gente va a llevar muy mal lo que
se avecina, lo que ya está aquí, y esa pésima educación recibida desde la
infancia va a tener gran parte de culpa en ese sufrimiento. No hemos sido
cultivados para “Ser” con mayúsculas, sino aleccionados para “tener”, para
ser “diferentes”, para parecer mejores que el vecino, aunque sólo sea en
apariencia mostrando las señales del éxito: coches, casa, mujer o marido
espectacular, viajes...
››Lo que no nos han enseñado es cómo tener éxito en el “arte de vivir”.
››Los individuos con los que te cruzas a diario creen que toman sus
propias decisiones, cuando son marionetas sin conciencia manejadas por
hilos invisibles. Las personas marcan distancias con los demás utilizando la
fachada exterior, proyectando una parte visible basada en objetos materiales
que puede ser deslumbrante, pero que con frecuencia oculta un interior
donde reina el caos, la falta de valores y el egoísmo más absoluto.
››Recuerdo el lema del anuncio de un automóvil en el que no hacían
referencia a su potencia o a su seguridad; su mensaje era: “¡Diferénciate!”.
Otro producto destinado a la mujer rezaba: “¡Serás la envidia!”. Ese énfasis
puesto en proyectar determinada imagen hacia los demás (imagen
comprada con dinero), consume una enorme cantidad de recursos al
individuo, tanto económicos como personales y psicológicos.
―¿De verdad cree que vienen tiempos aún peores que los que estamos
viviendo?
―Para quien basa su vida únicamente en lo material y en esa proyección
hacia al exterior de la que te hablo, sí, sin duda alguna.
››En esta época que estamos viviendo en la que las personas pierden sus
trabajos o ven drásticamente disminuido su poder adquisitivo y por lo tanto
su nivel de vida, a esas personas como te digo, y son la inmensa mayoría,
les espera una larga temporada de evolución interna por la que tendrán que
pagar un precio en forma de dolor. Primero vendrá la desorientación al ver
que los asideros materiales que creían tan firmes en los que basaban gran
parte de su felicidad se desmoronan a su alrededor. Después iniciarán un
camino de cambios profundos en lo que hasta ese momento han sido sus
“costumbres”. De forma inevitable, en algún momento de este proceso,
tendrán que asumir su autoeducación y empezar a desarrollar un trabajo
consigo mismos que ha sido postergado y que ya no admite más demora.
Aprenderán poco a poco (o de golpe) que las cosas materiales en las que
habían basado su felicidad no son tan sólidas como parecían. Iniciarán así
un viaje hacia sí mismos que les llevará a descubrir un mundo interno
desconocido hasta ahora para ellos en el que se irán afianzando, un mundo
que no es tan susceptible a los abruptos vaivenes de la vida, en el que
cuanto se conquista lo acompaña a uno ya para siempre, incluso aunque
todo se desmorone a su alrededor.
―Desde que me quedé sin trabajo, por la sencilla razón de no poder
acceder económicamente a ellas, he tenido que prescindir de muchas cosas
―apunté―. Al principio fue duro, pero una vez hecho a la idea, no crea
que noto en exceso su falta. He podido comprobar en la práctica que
muchas de ellas eran superfluas o al menos no tan importantes como creía.
Por ejemplo, ahora estoy alquilado en lugar de ser propietario de un piso a
medias con el banco. Rectifico. El verdadero propietario resultó ser el
banco, pues cuando dejé de pagar fue él quien se lo quedó dejándome a mí
en la calle. También me he desecho del coche todo terreno que tenía; lo he
sustituido por un pequeño automóvil que consume muy poco y por el que
pago menos de seguro, pero que como el otro, me lleva a todas partes.
―Esa está siendo una de las consecuencias positivas de todo lo que está
pasando ―dijo el profesor―. Presionadas por las circunstancias, las
personas están simplificando sus vidas.
››Ante la reiterada promesa no cumplida de felicidad ofrecida por el
consumo, algunos individuos ya no dedican tanta energía ni tiempo a
conseguir el dinero que antes “necesitaban” para comprar. De forma
voluntaria se han ido apeando de esa dinámica y están encaminando sus
esfuerzos, no hacia un exterior en perpetuo movimiento del que
mayormente han cosechado frustración, sino hacia un interior desconocido
y estimulante, prácticamente virgen, que está por explorar.
››Aunque no siempre es así, muchos seres humanos inician ese viaje que
tienen pendiente a su interior a partir de comprender lo relativo que es todo
lo material debido a alguna experiencia traumática: la pérdida de un amor,
del trabajo, la muerte de un ser querido...
―Pero lo tangible al menos aporta un asidero, algo a lo que agarrarse; y
nos es necesario para vivir ―casi protesté.
―Por supuesto. Pero el valor que hasta ahora se ha dado a lo material ha
sido desmedido y nos ha vuelto ciegos a otras realidades.
››Todo cuanto te rodea es mente Ismael. Cualquier objeto, la misma silla
en la que estás sentado, fue concebida antes por alguien como una idea que
acabó irrumpiendo en este plano físico. Lo mismo ha ocurrido con esa
lámpara, esa mesa o la ropa que llevas puesta. La idea, concebida por la
mente, siempre precede a cada materialización. Ese poder creativo lo
poseemos todos, pero tenemos un pensamiento voluble que no ha sido
educado, y como un niño caprichoso, lo quiere todo a la vez, sin ningún
criterio en verdad propio, sino deformado por ingentes cantidades de
información basura con la que hemos sido “hipnotizados” y que nos hace
correr detrás de objetos que no deseamos genuinamente, sino que
perseguimos como consecuencia de la programación que nos ha sido
implantada. Confundimos esos “deseos” que intentamos hacer realidad, con
decisiones originales que creemos haber tomado nosotros, cuando ni son
originales, ni difieren en esencia de las de cualquiera de nuestros
congéneres.
―¿De verdad no estamos detrás de cada paso que damos?
―En más del 99% de los casos, no. La decisión ya ha sido tomada de
antemano por quienes ofrecen una gama acotada de opciones entre las que
nos limitamos a elegir una. Nuestro margen de opción, comparado con las
inmensas posibilidades creativas que están a nuestro alcance, se limita
escasamente a señalar el color de aquello que adquirimos.
››Pero esto no sólo ocurre con los objetos, sino también con las opciones
políticas, por ejemplo. En este caso, como habrás observado, los poderes
ocultos han ido haciendo desaparecer las minorías en muchos países,
reduciendo al final la posibilidad de decisión entre dos opciones a las que
de forma artificial se les atribuyen pequeñas diferencias con la intención de
que se alternen en el poder, pero básicamente, en cualquiera de ellas, el
egoísmo personal de sus integrantes y no el bien común es lo que guía sus
actos en la mayoría de los casos.
―Bueno, al menos no estamos en una dictadura y nos dejan votar cada
cuatro años ―observé.
―El tipo de gobierno que tenemos en occidente es, al menos hasta el
momento, el menos malo, pero ¿sabes en qué se diferencia de una
dictadura?
―¡En muchas cosas! ―respondí.
―No creas que en tantas. Básicamente en que cada cuatro años se
representa una pantomima en la que nos hacen creer que participamos en
las decisiones que los dirigentes toman sobre nuestras vidas. Lo único que
hacemos en esas consultas populares es elegir nuestro dictador particular
como nación, el que tendrá carta blanca para, por ley (leyes que pueden ser
creadas de la nada), “dictar” qué es lo que podrá o no podrá hacer la
población en función de los poderes a los que representa el mandatario y
que han contribuido a auparle al cargo que ostenta.
››Por supuesto este personaje dependerá de otras organizaciones
supranacionales que también le “dictarán”, a su vez, qué es lo que tiene que
legislar y cómo deberá hacerlo en el campo de la información, en el
financiero, sanitario, laboral, etc.
―¿Y cómo hacen para llevar todo esto a efecto sin que se les note mucho?
―pregunté.
―No te engañes; no les preocupa lo más mínimo que se les note, o al
menos eso es lo que puede deducirse de sus burdas prácticas. A la luz de los
escándalos que se destapan a diario en todo el mundo entre los que detentan
el poder en cualquier grado, en muchas ocasiones da la sensación de que
sencillamente no nos consideran a los ciudadanos “seres inteligentes”.
››Sus tácticas son de lo más variopinto: atiborran a la gente con cantidades
ingentes de información intrascendente para mantenerla distraída de los
problemas importantes que ellos mismos crean (“a río revuelto, ganancia de
pescadores”); fraccionan en el tiempo medidas sociales o cambios
escandalosos que si los hiciesen de golpe tendrían la oposición de la
población (subida de la gasolina, presión fiscal, pérdida de derechos, etc.);
estimulan la mediocridad y la incultura en la gente para volverla menos
exigente y más previsible, y por lo tanto manipulable, etc. etc. etc.
››Saben también, que a base de repetir una y otra vez sus mensajes, las
personas, en su mayoría semidormidas y sin ningún tipo de filtro, acabarán
“tragando” y pensando que aquello que les sugieren es “lo mejor”, porque
si no, no se lo propondrían: a ese nivel tan básico funcionan muchas
mentes, y ellos lo saben. Es como cuando la gente acaba tarareando una
canción espantosa cantada por un tipo estrafalario y afónico, que a base de
marketing y machaconería en las emisoras, los editores musicales han
conseguido incrustar, literalmente, en el cerebro de los oyentes.
››En fin, nadie nos ha enseñado a utilizar esto ―dijo señalándose la sien
con el dedo índice―, son otros los que colonizan nuestra mente desde
afuera, de manera constante, sobre todo por medio de la prensa y la
televisión, y lo hacen muy bien, “educándonos” a su medida desde niños,
metiendo la información que les conviene en nuestro software mental para
impedir algo que temen más que a nada, porque iría en contra de sus
intereses y les desmontaría todo su tinglado.
―¿Y qué es lo que temen esos poderes?
―Que puedas llegar a tener “criterio”, que consigas pensar por ti mismo y
alcanzar a ver la gran mentira que se esconde en la publicidad o en cada
titular.
››Hay un juego divertido que puedes hacer cuando leas la prensa o veas las
noticias en televisión que en muchas ocasiones te aproximará mucho más a
lo que de verdad ocurre que lo que estás viendo o escuchando.
―Soy todo oídos.
―Cuando digan que está controlado el déficit, es que la economía está
absolutamente desbocada; cuando escuches que este mes “tan solo” hay
cien mil parados más, es que han cambiado el sistema de recuento para
ocultar los otros cien mil; si van a defender a la población de un país árabe
del dictador de turno, es que van a “beber” su petróleo, o cuando digan que
bajan la velocidad en las autopistas a 110 Kms/h “por tu seguridad”, es que
los del departamento de tráfico se van a dar una buena fiesta a tu salud y a
la mía con lo que piensan recaudar en sanciones.
››Así que ya lo sabes, cuando den el pronóstico del tiempo y anuncien un
sol de justicia, no salgas sin paraguas.
Su última frase provocó una explosión de risas compartidas.
Pocas veces había disfrutado tanto de una conversación. La sensación de
relajación y confianza que experimentaba al lado de aquel señor con
sombrero, bigote y pelo blanco al que hacía más de cuarenta años que no
veía, me recordó mucho al placer de disfrutar de la compañía de un buen
amigo.
Con un apretón de manos cálido y prolongado nos despedimos con el
mutuo deseo de que la vida nos tratase bien.
¿QUIÉN HABLA EN TU INTERIOR?
―¿C ómo puede uno distinguir en los cruces de caminos por dónde
debe tirar? ¿Cómo saber cuál es la opción correcta? ―pregunté.
―Prestando Atención. ATENCIÓN con mayúsculas.
››Te invito a que abras los ojos y observes a partir de ahora en tu vida que
tras el desarrollo de los acontecimientos hay unos “códigos” camuflados en
lo cotidiano que se repiten, que afectan absolutamente a todo, y que forman
parte de las grandes Leyes de la Naturaleza que gobiernan el universo y a
todas sus criaturas. Estos “códigos” pueden ser descubiertos iluminándolos
con el foco de la Atención.
››Cuando se comprenden estos procesos y logran verse con claridad, uno
deja de estar a merced de un entorno siempre cambiante para empezar a
crear él mismo sus propias circunstancias favorables, no en base a sus
deseos caprichosos, sino a partir de entender el funcionamiento de las
auténticas reglas que mueven las cosas.
››De forma paralela hay que crear barreras para impedir que las
situaciones adversas nos roben nuestro bien más preciado: la Energía, de la
cual te hablaré más adelante.
››El conocimiento o la ignorancia de la existencia de estos mecanismos
inexorables que subyacen tras los acontecimientos, ocultos al principio, y
evidentes allí donde se posa la vista una vez se han reconocido, va a tener
mucho que ver con que alcancemos o no el estado armónico al que todos
aspiramos: la felicidad.
―¡Qué poco dura ese estado y que esquivo se muestra! ―afirmé.
―Se muestra esquivo para muchos porque creen que es algo aleatorio,
cuando la realidad es que el azar tiene muy poco que ver con su
manifestación.
››Para alcanzar esa hipotética felicidad de la que hablamos, es necesario
detectar y evitar los obstáculos que nos separan de ella. Por lo tanto, un
objetivo prioritario debe ser esquivar las piedras del camino en las que con
más frecuencia hemos tropezado hasta ahora para no volver a sufrir donde
lo hicimos en el pasado.
››También debemos cultivar el sentirnos plenos y agradecidos donde
antes, a pesar de irnos todo relativamente bien, no había por nuestra parte
más que queja, rutina, hastío e indiferencia. Vivir de forma mecánica,
atrapados y dominados por los ritmos que rigen nuestra existencia, nos
vuelve ciegos a otras realidades.
››Tras lo aparentemente insignificante, el ojo atento descubre que suceden
cosas maravillosas, verdaderos milagros, todos los días, en cada lugar, a
cada instante. Como dijo el poeta: “Mientras camino voy pisando tesoros”,
pero esos tesoros sólo serán visibles para quien sea consciente de que
aquello fresco que hay bajo sus pies cuando camina descalzo por un prado,
es la Vida en forma de hierba, de llantén, de diente de león, de tréboles y
margaritas...
››Ismael, son muchas las cosas valiosas e importantes y al mismo tiempo
sencillas y cotidianas de las que disfrutamos a diario y que damos por
supuestas, y es bien triste, como le pasa a muchos, descubrir su auténtico
valor en el momento en que las pierden o cuando se encuentran a las
puertas de la muerte, justo cuando ya no hay posibilidad de recuperarlas.
―Es cierto profesor, siempre estamos expectantes, aguardando algo
diferente a lo que tenemos con la esperanza de que nos haga más felices, lo
que nos impide disfrutar con intensidad de lo mucho y bueno que ya
tenemos.
―Desde siempre hemos sido portadores de un llavero que abre todas las
puertas ―dijo D. Andrés―, y sin embargo, con frecuencia nos hemos
quedado al otro lado incapaces de traspasarlas siendo nosotros mismos,
inconscientemente, los primeros boicoteadores del ansiado logro de
nuestras aspiraciones.
››Tenemos la mala costumbre de emplazar nuestro bienestar (estar bien)
en ese momento futuro imaginado que mencionas que nunca logramos
alcanzar, y que en el mejor de los casos se evaporará convirtiéndose en
niebla en nuestras manos tan pronto consigamos tocarlo. Con el tiempo
comprenderás que la felicidad, más que en retener, en aferrarse, está en
soltar, como esos pajarillos cuya libertad se compra por unas monedas en
Tailandia por el placer de verlos volar libres.
››Todo eso a lo que aspiramos y que equivocadamente situamos en un
tiempo que ya pasó o en otro que aún no ha llegado, está aquí, junto a
nosotros, en este mismo momento.
―Estoy de acuerdo. Muchas veces no damos importancia a infinidad de
cosas valiosas que existen en nuestra vida porque la costumbre las ha vuelto
invisibles a nuestros ojos, poniendo más énfasis en lo que nos falta que en
lo que ya tenemos.
―Mira Ismael, la vida fluye a gran velocidad en estos tiempos desbocados
en los que cuanto deseamos queremos obtenerlo ¡ya! Todo lo que no sea la
satisfacción inmediata de los deseos que nos crean (y nos creemos) causa
desilusión y amargura en el individuo. De hecho, hemos sido programados
para sentirnos así por unos poderosos medios de comunicación que de
forma constante nos bombardean con enormes cantidades de información
de la que es difícil defenderse. Esta información, si no se filtra, puede
infringir a las personas poco formadas graves daños, proporcionándoles
entre otros efectos ansiedad permanente, impidiéndoles ver con claridad
una salida a su constante estado de insatisfacción.
››Una lectura fácil del asunto haría culpables a la prensa, a la televisión, o
a los políticos de esa perpetua sensación de frustración en la que vive la
población manipulada y explotada de esta manera por el poder, pero esta
visión ni es del todo correcta ni exime de culpa a quien se ha dejado
embaucar. Si esos clanes hacen lo que hacen y les da sus buenos resultados
económicos o ideológicos, es porque realizan su trabajo de manipulación a
conciencia.
››Como ya te dije, menos honrosas excepciones, en general nos consideran
su ganado, al que ordeñan y del que viven, muy bien por cierto. Lo más
habitual es que logren sus objetivos poniendo en sus anzuelos verdades a
medias o directamente la mentira. El problema reside en los peces que
pican en esos burdos cebos y en su incapacidad para darse cuenta del
engaño, un engaño que podrían evitar si estuviesen Atentos, lo que les
permitiría detectarlo, dar un rodeo, y continuar su camino sin mirar atrás.
››También la selección natural opera en la especie humana. En un banco
de peces, la red envolvente y mortal la evitan sólo determinados individuos
que no pertenecen al núcleo de la masa. De la misma manera, Despertar
siempre será una experiencia individual... y “contagiosa”, de hecho, cuando
un número crítico de individuos Despierten, la humanidad entera dará un
salto cualitativo en su evolución.
ABORDA LOS PROBLEMAS
COMO DESAFÍOS A TU DESTREZA
―Y todas estas cosas de las que habla ¿las hace uno suyas en el
momento en que se da cuenta de ellas?
―No, no es tan fácil. El primer paso sin duda es reparar en ellas. Después
hay que entender y ejecutar correctamente la secuencia de movimientos que
deben seguirse para que puedan ser integradas, algo que refleja
perfectamente la Ley del Campo.
››El concepto “gratis” es un invento del hombre, no existe en la
Naturaleza. Cualquier avance que consigas supondrá pagar un precio por él.
Tu progresión será a base de sudor y lágrimas, puesto que tendrás que
vencer las poderosas inercias que te mantienen cautivo y te limitan, pero a
cambio del esfuerzo obtendrás Poder, no para manipular a los demás, sino
poder sobre ti mismo, algo que te permitirá abrir todas las puertas sin tener
que violentar nada ni a nadie.
―¿Qué es la Ley del Campo?
―Aplicar a nuestra vida, como si fuese un campo de cultivo, las labores
que un agricultor realiza en sus tierras para obtener una buena cosecha.
››Al observar con atención el entorno natural podemos encontrar claves
que nos facilitan, por extrapolación, una explicación clara de muchos de los
procesos por los que pasamos como seres humanos y que no pocas veces
nos desconciertan. Al fin y al cabo, como te decía, somos Naturaleza, y en
ella podemos vernos reflejados como en un espejo.
››El que un árbol llegue a dar el fruto esperado por el agricultor, es la
culminación de un proceso laborioso, de la previsión, y de la confianza.
Antes de recoger, hubo que preparar la tierra, abonar, sembrar, limpiar de
malas hierbas, podar, regar, etc. De la misma manera, las metas que nos
proponemos conseguir y que aspiramos a que algún día se conviertan en
realidad, serán la consecuencia de recorrer paso a paso, con constancia, con
determinación, el camino que nos separa de ellas. Si tenemos mucha
energía, podemos dar un salto y plantarnos directamente allí, pero lo normal
es que al igual que un largo viaje nos lo planteamos en varias etapas
haciendo paradas para comer o dormir en alguna ciudad intermedia, la
consecución del objetivo llega después de una planificación, de un ponerse
manos a la obra, y del paso de una determinada cantidad de tiempo.
―Encuentro lógico lo que dice.
―Una cosecha no madurará antes por sentarnos frente a ella observándola
impacientes. Asimismo precipitar una acción, o realizarla cuando ya es
tarde, puede tener serias consecuencias, por ejemplo, desandar de golpe
todo lo que con mucho trabajo pudimos haber avanzado con anterioridad.
―¿Podría ponerme algún caso?
―Si nos disponemos a cruzar una calle abarrotada de tráfico, tenemos que
esperar el momento (que siempre acaba llegando), en el que la distancia
entre los vehículos que circulan nos permita hacerlo sin peligro; atravesar la
carretera en el momento indebido, tentando a la suerte, puede costarnos un
buen susto, incluso la vida.
››Otro ejemplo sería lo que ocurre con el proceso de maduración de la
fruta. Una ciruela todavía verde no tiene ningún valor; si uno, impaciente
por comerla del árbol acude a hacerlo antes de tiempo, no sólo no se
desprenderá con facilidad de la rama arriesgándonos a romperla al tirar del
fruto (observa que hasta el árbol, resistiéndose, dice de esta manera que no
es el momento), sino que estará ácida en lugar de dulce, convirtiéndose en
una experiencia desagradable y posiblemente indigesta.
››La recogida del resultado de tu acción, debería ser algo tan natural como
llegar en el momento justo de recolección debajo del árbol, y abriendo tu
mano lentamente, que cayese en ese instante la fruta sobre la palma antes
de llevarla a tu boca. Las cosas caen de maduras, y el comprender la
secuencia previa que rige su materialización, te evitará muchas
contrariedades generadas por impaciencias y falsas expectativas.
―Es cierto, muchas veces nos puede la impaciencia ―comenté.
―Eso ocurre en gran medida porque los medios de comunicación nos
bombardean a todas horas con mensajes en los que nos dicen que podemos
disponer “ahora” de tal o cual bien, al instante, dándonos todo tipo de
facilidades para adquirirlo, pero con contrapartidas en el pago que tal vez
no seamos capaces de afrontar o que pueden hipotecar gran parte de nuestra
vida.
››Si no podemos hacernos con el objeto o el bien deseado, esta situación
produce en nosotros un estado de insatisfacción. Tener las cosas de “ya para
ya” no es lo natural, y las actuaciones que se alejan de los ritmos naturales
pueden convertirse en atajos que a la postre aporten dolor. Aunque siempre
existe la excepción, debe haber una correlación en los pasos, de la misma
manera que una novela se lee siguiendo la secuencia numérica de sus
páginas, y no plantándose directamente en el final.
››Es posible no tener aquello que deseamos (o creemos desear), pero si de
verdad lo queremos o lo necesitamos, no deberemos poner el énfasis en
nuestro sufrimiento por no poder obtenerlo, o en que la vida nos niega algo
que los demás sí poseen, sino que, conscientes ahora de que para muchas
cosas y situaciones (prácticamente todas) rige la Ley del Campo, nos
pondremos manos a la obra para alcanzar aquello que queremos conseguir,
descubriendo que existe placer no sólo en la consecución, sino también en
cada uno de los movimientos que nos encaminan hacia ese logro.
―Se me ocurren infinidad de situaciones en las que podría ser aplicada
esa ley: en el aprendizaje de un instrumento, en la educación de un hijo, en
la materialización de un proyecto... ―intervine.
―Esta ley es tan solo uno de los principios que existen y que subyacen
tras los acontecimientos ―retomó la palabra D. Andrés―. No es necesario
experimentar de forma directa sus infinitas manifestaciones, lo importante
es tenerla identificada para aplicarla cuando sea necesario en algo que
llevemos entre manos. También nos ayudará a comprender por qué a veces
no conseguimos lo que nos proponemos, algo que suele tener que ver con
no dar los pasos en el orden correcto o no poner en cada uno de ellos la
energía y constancia necesarias. Si logramos entender en profundidad este
principio, nos será de gran utilidad en muchas ocasiones a lo largo de
nuestra vida.
››Igual que la sabia Naturaleza premia con el orgasmo el impulso de
reproducirse, el placer por el logro de un pequeño o gran avance hacia una
meta que nos hemos propuesto es como un anticipo de la recompensa que
nos espera cuando lleguemos a conseguir aquello que tenemos la
determinación de conquistar. Pero ojo, debemos saber que esa meta, cuando
sea alcanzada, se convertirá en el hito superado de un camino que continúa
y que presentará nuevos desafíos. Para quien ha Despertado, esa senda deja
de ser algo amenazante, algo incierto o inseguro, para convertirse en un reto
estimulante que deseará afrontar para poner a prueba sus habilidades.
Cuando se enfrente a los desafíos que lleguen, recordará que logró superar
situaciones similares en el pasado, lo que le dará seguridad. La memoria de
sucesos anteriores le hará tener presente que, a pesar de las dificultades,
siempre, siempre, hay un premio que aguarda como recompensa por la
resolución del “enigma”.
››Quiero insistirte Ismael en que es importante que como fruto de nuestra
observación, localicemos y vayamos ampliando las que identifiquemos
como constantes que se repiten en nuestra vida. Hemos de aprender a
reconocerlas, pues nunca se presentan de la misma manera, aunque, como
te comenté, el guión sea el mismo.
››Si hay algo con lo que tropezamos con frecuencia y no logramos
solucionar, no podemos permitirnos el lujo de continuar nuestro camino sin
pararnos a pensar y analizar qué es lo que no acaba de ir bien. “¿En qué me
estoy equivocando?” Esa es la pregunta.
››Lo que no funciona debe intentar ser arreglado, dejado temporalmente
hasta reunir las energías necesarias para afrontarlo, esperar a que se den
circunstancias más favorables para atacarlo, o abandonarlo de forma
definitiva.
››El modo de resolver algo una vez sabemos cómo hacerlo gracias a
experiencias que hemos vivido con anterioridad (o a la intuición) se aplica
en lo que dura un chasquido de dedos. Pero ese movimiento, tan
comprimido en el tiempo, se consiguió a base de sintetizar aciertos y
fracasos en una definitiva fórmula de actuación que hoy aplicamos sin
dudar. Quiero decir con esto que debemos conformarnos con los pequeños
avances que nos es posible dar a los distintos asuntos cada día; si hay una
progresión, por pequeña que sea, vamos por el buen camino, es suficiente
(por hoy). No hay que caer en la impaciencia y sí convivir con el ritmo
natural de las cosas en cada momento, vivir “golpe a golpe, verso a verso”,
como lo hace un racimo en la cepa que está llamado a convertirse tras
noches estrelladas, rocíos, soles, y profundos sueños en la oscuridad de la
bodega, en un magnífico vino.
―Al hablar de ese “identificar” lo que ha sucedido en el pasado para
tenerlo en cuenta en el momento presente, supongo que no se referirá sólo a
las cuestiones negativas. El darse cuenta de ello, tanto de lo que nos
funciona como de lo que no, ¿tiene que ver con ese “Despertar” al que se
refiere?
―Así es. Todas y cada una de las personas en algún momento de su
evolución alcanzarán algún día este punto, un hito que no es una meta, sino
la señalización de un nuevo comienzo desde un lugar interno más elevado a
partir del cual el mundo se expande sin límite en progresión geométrica.
››La mayoría de los individuos están, por decirlo de alguna manera, en un
estado de somnolencia, no están despiertos del todo. No son conscientes de
lo que realizan en cada momento. La repetición automática de sus rutinas al
caminar, al conducir, al comer, incluso al hablar, les hace dar la apariencia
ante ellos y ante los demás de que su estado es de vigilia, pero dentro de sus
cabezas están recordando o imaginando, soñando en definitiva, ajenos a lo
que realmente están haciendo.
››Una buena unidad de medida para saber en qué curso estamos, en esta
carrera en la que todos estamos matriculados de “El Despertar”, es que,
como te dije antes, nos vayamos alejando de la manida frase: “el hombre
siempre tropieza en la misma piedra”. Hay quien repite una y otra vez
patrones de conducta que invariablemente le acarrean consecuencias
negativas, siendo incapaz de encontrar una correspondencia entre la
situación no deseada que sufre y su propia actuación. Esto le lleva a
recorrer de nuevo el mismo camino, un camino que invariablemente
acabará otra vez en el sufrimiento. Estas personas están atrapadas en un
círculo vicioso del que no logran salir.
››Despertar viene a ser algo así como escuchar una voz desde el interior
que en un momento dado dice: “¿Qué está pasando aquí? ¿Qué hay que
hacer para escapar de esto?”
››Surgen preguntas, ¡importante!, algo se ha puesto en marcha dentro. A
partir de este punto, de una manera natural, por mero instinto de
supervivencia, nuestra percepción sobre lo que acontece aumenta de grado,
aunque en esta primera fase sin la participación activa de nuestra voluntad.
Cuando la voluntad entre en escena, nuestro avance se acelerará
enormemente; será como si enganchásemos nuestros vagones a una potente
máquina de tren que nos llevará a otras tierras más fértiles y con infinitas
posibilidades que conquistaremos por méritos propios.
VIVE INTENSAMENTE EL MOMENTO PRESENTE
―S ientregado
le he entendido bien, el hecho de estar “Despierto” supone estar
de forma total a lo que ocurre a cada momento, sin
proyectarse hacia el pasado ni hacia el futuro.
―Así es. Esa es una de las condiciones para considerar que una persona
está Despierta, pero no la única.
››Es importante que entiendas las aplicaciones prácticas que tiene
incorporar el concepto “aquí y ahora” en tu vida. Son innumerables las
ventajas que aporta el hacer que forme parte de tu cotidianidad y
muchísimos los inconvenientes de no hacerlo.
››Te pondré un pequeño ejemplo de cómo se enriquece un momento
cotidiano vivido con intensidad: ayer, sin ir más lejos, al llegar a casa, no es
que tuviera sed, pero me apetecía algo fresco. Cogí un yogurt líquido
azucarado natural. Me lo bebí en seis tragos, ¡pero qué deliciosos tragos! Sí,
lo reconozco, me asaltó la voluptuosa tentación de convertir los tres últimos
en uno, pero no, me contuve, y demoré el alimento en mi boca: fresco,
cremoso, exquisitamente dulce... perfecto. Tan bueno estaba, y tanto lo
disfruté a través de mis sentidos plenamente inmersos en la agradable
experiencia, que en esos momentos el mundo se paró para mí.
››Vivir el presente es la total entrega al instante que vivimos descubriendo
y experimentando con absoluta intensidad cada uno de sus matices. Una
existencia plena sería la sucesión ininterrumpida de experiencias sentidas
de esta manera. Esa plenitud podemos encontrarla bebiendo un vaso de
agua, paseando, aspirando el perfume de una flor, o asistiendo a un entierro.
Sin embargo, lo más habitual, es que nuestra mente esté ausente de lo que
está ocurriendo.
››Todos los hombres nos hemos cortado afeitándonos. La próxima vez que
te ocurra, comprueba como esto sucede justo en el momento en que irrumpe
un pensamiento ajeno a lo que estás haciendo y que por un segundo distrae
tu concentración. Un caso mucho más grave es un despiste al volante, una
distracción que puede acabar en un grave accidente. Son estas tan solo dos
muestras que ilustran las consecuencias que puede tener no sincronizar
mente y acción.
››Otro ejemplo es la duda que tiene mucha gente en cuanto a lo que
puedan significar ellos mismos para los demás, algo que es motivo de
inseguridad para muchas personas.
―Mucho me temo que yo soy una de ellas.
―Pues relájate y sé tú mismo. Aporta a cualquier encuentro el Ismael
auténtico que eres, con esa espontaneidad y frescura con la que te muestras
ante mí.
››Las personas aquejadas de este mal están tan preocupadas por la
impresión favorable que quieren causar, que olvidando su realidad, lo que
de verdad son aquí y ahora, interpretan papeles de personajes imaginarios
que han creado convencidos de que de esa forma gozarán de mayor
aceptación. En una eterna y fatigosa contradicción (para ellos y para los
demás), intentan dar una imagen idealizada de su persona con sus palabras
y gestos: de cultos, de simpáticos, de ingeniosos... metiéndose en ocasiones
en verdaderos líos.
››Cuando un individuo posee genuinamente alguna característica positiva
especial, es un placer disfrutar de ese aspecto destacado de su personalidad,
pero cuando es una pose, una máscara, el espectáculo es patético, y él es el
único que no es consciente de lo que está proyectando y del resultado
contrario a sus intereses que está produciendo en los demás.
―He vivido alguna situación así en más de una ocasión “viendo actuar” a
alguien, y la verdad es que se pasa un mal rato. Estaré más pendiente de mí
a partir de ahora para no caer en el mismo error.
―En tus relaciones con los demás, una entrega plena al lugar y al
momento, proporcionará a tus labios la palabra justa o el silencio cuando
sea lo más adecuado.
››En el presente no hay poses que proyectar, sencillamente hay que “ser”,
actuar conforme a lo que pida la situación manifestando tu opinión sincera,
no buscando el beneplácito de quienes te rodean. Tu autenticidad y tu
fuerza estarán en la tranquila o apasionada descripción del paisaje que
describas a los demás desde donde te encuentres en cada momento de tu
vida, tal y como lo vean tus ojos, tal y como lo sientas. Los que te rodean
no sabrán porqué lo saben, pero percibirán en ti a alguien que manifiesta
algo con lo que pueden estar o no de acuerdo, y que sin embargo, en
cualquier caso, les sonará auténtico y con fuerza porque es tu opinión
convencida, al menos hasta ese momento, lo que hará ganarte su respeto.
Esto lo manifestarán en la aceptación de tu persona, que es el primer
requisito indispensable para poder interaccionar con los demás desde un
punto de vista enriquecedor, creativo, y que pueda tener un camino de ida y
vuelta.
››Para ello, para compartir distintas visiones, las reglas del juego son
claras: no se trata de que cada uno se encasille en sus opiniones, sino de
intercambiar puntos de vista con el objetivo de encontrar lo más cercano a
“la verdad” sobre la cuestión que nos ocupe. Cuando por parte de otro
contertulio nos llegue un dato que pueda contradecir algo que defendemos
convencidos, si nos aporta luz sobre la cuestión, de ninguna manera debe
ser vivido como un “touché” humillante, y mucho menos guardarle rencor,
todo lo contrario, debe tener, manifestado o no, nuestro agradecimiento,
porque nos habrá aportado una de las piezas que nos faltaba para completar
el cuadro.
››Una conversación así, como la que tú y yo estamos manteniendo, en
clave de auténtica búsqueda o sentimiento y en un lenguaje de absoluto
presente, es uno de los mayores placeres que existen.
―Así estoy experimentado mi reencuentro con usted, D. Andrés. Siento
que en mi interior hay algo que, como una esponja, absorbe todo lo que me
ha contado hasta ahora. Tengo la intuición de que en mi vida va a haber un
antes y un después tras todo lo que me está enseñando.
―Si lo sientes así es que estás preparado para entenderlo. Eso quiere decir
que también has hecho tu camino, un camino con sus luces y sus sombras
que te ha predispuesto a estar receptivo a estos conceptos nuevos que están
llegando a tu vida, y que como bien dices, “intuyes” que van a mejorarla.
››Te aseguro que una vez los integres en tu día a día, no sólo la mejorarán,
sino que la cambiarán radicalmente.
CONVIERTE AL SUBCONSCIENTE EN TU ALIADO
―S í,››Ojalá
pero es tanto lo que me queda por hacer...
tuviese más control sobre mi mente. Aunque por lo que
usted dice, el hecho de controlar el pensamiento no es un don que se tiene o
no se tiene, sino que es fruto de un entrenamiento.
―Por supuesto. Y cualquiera tiene a su alcance esa posibilidad de
dominarlo, incluido tú, desde luego. Para ello es importante que prestes
atención al funcionamiento de tu memoria, la capacidad que te permite
clasificar correctamente los recuerdos que vas atesorando de tus
experiencias.
››En tu biblioteca interior, la memoria es la que coloca cada libro
(vivencia) en el lugar adecuado en esa inmensa estancia llena de hileras e
hileras a diferentes alturas repletas de millones de volúmenes: el colosal
archivo que es tu subconsciente.
››Gracias a ella puedes acceder a la enorme cantidad de información que
acumulas, cuya recuperación cuando te hace falta no siempre es fácil. Por
eso es frecuente que las personas repitan una y otra vez el mismo error, al
no poder rescatar de forma rápida y clara los datos precisos que les haría
tener la certeza de que determinada acción debe ser realizada de tal o cual
manera. Esa dificultad para acceder a la información de calidad es debida a
la tremenda abundancia de datos basura que de forma caótica se amontonan
en su interior, y que no hacen otra cosa que ralentizar los procesos y dar
fallos en el sistema.
››Muy dentro de nosotros (en el subconsciente) sabemos que aquello que
queremos resolver hay que enfocarlo de determinada manera porque nos
hemos equivocado en el pasado, pero como no lo recordamos con nitidez,
el error vuelve a hacer acto de presencia en nuestra vida con la consiguiente
dosis de dolor y toda la pérdida de tiempo y oportunidades que esto supone.
―¿Podría darme un ejemplo?
―Una imagen te ayudará a comprender mejor el mecanismo que está
actuando en ti ahora mismo en el procesamiento de la información que
estás recibiendo a través de mis palabras.
››Piensa en la superficie del planeta. Imagínala como lo que es: una
inmensa extensión de agua y tierra que se extiende en el horizonte en todas
direcciones. Tu mente sería esa enorme “superficie” que interacciona con el
exterior: con el aire, las tormentas, el sol, la luna, los animales que la
habitan, los ríos que surcan sus montañas, etc. Extrapolándolas, estas
escenas que te describo son, en definitiva, los aconteceres diarios que
vivimos cualquiera de nosotros a través de nuestra superficie, de nuestra
mente, de aquello a lo que damos carta de “realidad”. Pero tanto el mar
como la tierra tienen otra dimensión que es la profundidad, una dimensión
que se corresponde con lo no visible, con el subconsciente.
››La mente es una frontera, una membrana, un punto de encuentro entre el
mundo exterior y el interior a través del cual fluye información de fuera
adentro y viceversa. En ese preciso lugar en que confluyen ambos mundos
se desarrolla nuestra existencia, ahí es donde vivimos y florecemos... o
donde nos marchitamos.
››Teniendo nuestro mundo interno en orden, si fuésemos un árbol,
nuestras raíces se hundirían en ese insondable subconsciente dando lugar a
un magnífico ejemplar sobre la superficie de la tierra en un perfecto
equilibrio entre su parte visible y la invisible, siendo la una reflejo de la
otra: “lo que es arriba es abajo, lo que es adentro es afuera”
―“Lo que es adentro es afuera...” ¿Es entonces el exterior un reflejo de
nuestro mundo interno? ―pregunté.
―Ni más ni menos. Uno ve aquello que tiene dentro, lo que conoce; lo
demás permanece invisible para él.
››Las profundidades de los océanos, con sus poderosas corrientes, fallas
volcánicas, formas de vida y misterios por descubrir, son un universo
prácticamente desconocido para el hombre, al igual que la inmensa
dimensión y posibilidades del subconsciente. En él está grabado cada año
de tu vida, cada día y cada minuto.
››Al igual que en un DVD puedes seleccionar un fragmento muy concreto
del film, incluso una imagen fija, si supieses como acceder a tu
subconsciente podrías recuperar tus recuerdos con total precisión, pudiendo
reproducir el día en que cumpliste nueve años, los amigos que asistieron a
la fiesta, el tono de voz de cada uno de ellos, sus nombres, lo que decían,
cómo era la tarta que comisteis... Esa información es real y existe dentro de
ti.
―¿Hasta esos pequeños detalles están guardados?
―En el subconsciente está absolutamente todo lo que has vivido y mucho
más: desde la herencia que has recibido en tu cerebro reptiliano, fruto de
millones de años de evolución... hasta este preciso instante en el que me
estás escuchando. Esos arcaicos conocimientos adquiridos por las especies
que nos precedieron, y de las cuales somos herederos, se manifiestan hoy
en tu cuerpo, entre otras cosas, en el cumplimiento de las necesidades
básicas para preservar la vida, como es el impulso de beber y alimentarse,
el de reproducirse, o el de defenderte cuando eres atacado y tu vida puede
estar peligro. Una de las muchas reminiscencias a nivel físico que
conservamos de aquellos lejanísimos tiempos de nuestros tatara
tatarabuelos provenientes de los océanos, es la salinidad de nuestra sangre.
››Al igual que se renueva el interior del mar en un ciclo sin fin gracias a
las corrientes que ascienden desde el fondo y vuelven a precipitarse en las
profundidades cargadas de oxígeno y nutrientes, así nuestro pensamiento
actualiza y enriquece de forma constante esa inmensa base de datos que es
nuestro subconsciente. Siguiendo con la analogía de la superficie del
planeta, la mente es el paso obligado para toda la información que
interiorizamos, y al mismo tiempo, el punto de surgencia del enorme bagaje
de experiencia que llevamos dentro. En este punto, en el mágico lugar
donde se funden pasado y futuro (el momento presente) y en el preciso
lugar donde nos encontramos, es donde debemos manifestar en su máxima
expresión todo nuestro saber, realizando entregados al instante cada acto de
forma Impecable.
―Según lo que me está diciendo, las decisiones que vamos tomando no
las llevamos a cabo teniendo en cuenta toda la información de la que
disponemos, sino con la que escasamente recordamos y que muchas veces
está, por decirlo de alguna manera, distorsionada, cuando no sencillamente
olvidada.
―Espera, espera… No sólo se trata de que no sepamos rescatar con
nitidez los datos que podemos necesitar en el momento presente, sino que
además, a veces esos datos están asociados a traumas pasados, a
experiencias negativas que no hemos actualizado y que condicionan nuestra
visión actual, lo que puede estar haciéndonos ver algo malo donde nada de
eso existe.
››En definitiva hay que aprender a zambullirse en el subconsciente de una
manera “consciente” para traer perlas de su interior. También hay que dejar
en él semillas seleccionadas para que vayan creciendo poco a poco hasta
que lleguen a convertirse un día en los fuertes árboles y hermosas flores que
poblarán nuestra superficie.
››Sin embargo, en lugar de cultivarnos, nos limitamos a vivir en la parte
exterior (la mente), una zona, como te digo, constantemente encrespada por
las incesantes olas de la cotidianeidad. Rodeados de ese vaivén mareante,
creemos de forma equivocada que “aquello” es nuestra vida, todo cuanto
somos. Nada más lejos de la realidad. Compara los cinco primeros metros
de la superficie del mar y los más de 11.000 metros de profundidad de la
Fosa de las Marianas. ¿Qué parámetro es más significativo? De la misma
manera, si pretendes resolver algún tema y lo haces valiéndote tan sólo del
pensamiento, es muy probable que te agotes antes de encontrar una
solución satisfactoria. Todas las respuestas a todas las preguntas ya existen
dentro de ti.
―A grosso modo creo comprender lo que dice. Desde luego si tuviéramos
acceso a esa gran cantidad de datos que hay en el subconsciente nos sería
mucho más fácil tomar las decisiones.
―No sólo las decisiones Ismael, también entenderíamos por qué se
repiten situaciones o actitudes que obstinadamente mantenemos y que nos
perjudican, algo que con frecuencia se debe a información mal clasificada o
no actualizada en esa biblioteca interna de la que te hablé.
››Te lo diré de otra manera. Imagínate ese lugar como una inmensa
estancia circular con las paredes llenas de cajones desde el suelo hasta el
techo. En esos cajones es donde guardas recuerdos de todo tipo: la música
que te gusta hoy, la que marcó tu adolescencia o tu niñez, amigos de hoy,
de ayer, amores, trabajos, aficiones... Lo ideal sería abrir uno de esos
compartimentos, extraer lo que necesitamos de él (o guardar en su interior
algo) y volver a cerrarlo, pero es frecuente que en esas paredes haya
algunos cajones mal cerrados o fuera de su lugar, cuando no extendidos
caóticamente en las mesas o por el suelo bajo una gran capa de polvo. Esos
“asuntos” fuera de lugar son los que tendrán un reflejo negativo en nuestra
vida en forma de fobias, miedos, inseguridades, etc. y que en algún
momento habrá que archivar de forma adecuada volviendo al pasado por
medio de la Recapitulación, una técnica que nos permite reubicarlos en su
sitio correcto para impedir que volvamos a tropezar con ellos.
―Entonces, todo lo que pensamos, hacemos, imaginamos, vivimos... ¿va
a parar a ese subconsciente... lleno de cajones?
―Absolutamente todo. Al igual que nuestro cuerpo digiere los alimentos
y en ese proceso los clasifica llevando agua, vitaminas y minerales donde
son necesarios, durante la noche se lleva a cabo la “digestión mental” de
todo lo que nos ha ocurrido a lo largo del día.
››Habitualmente, el final del día es una mezcla turbia de elementos
(acontecimientos) como la que puede haber en un frasco con distintas
sustancias disueltas; si este frasco se deja quieto, dichas sustancias se
sedimentan en diferentes capas. De la misma manera, después de una dura
jornada, durante el sueño se analiza, clasifica y archiva la información en el
lugar correcto para que pueda ser utilizada cuando sea necesario en el
futuro.
››Ese potencial que llevas dentro y que ahora conoces, sólo está esperando
tus órdenes para ponerse a tu servicio.
››Accediendo a tu interior y combinando de forma adecuada la ingente
cantidad de datos que atesoras, tendrás la capacidad de elaborar y aplicar en
cada situación que vivas la fórmula magistral idónea para transmutar las
cosas. En ti, Ismael, duerme un alquimista.
―¿Y cómo podemos contactar con esa parte de nosotros?
―Un buen momento para conectar es durante el sueño. Cuando necesites
una respuesta a algo que no ves claro, antes de dormirte formúlale
confiadamente una pregunta a tu interior dejándola caer en el abismo. Ten
en cuenta que esto no lo has hecho nunca, por lo que si tardas dos o tres
noches en “pescar” algo no debe extrañarte. La contestación te llegará en
forma de un impulso que puede hacerte dar un salto y plantarte sin más en
la solución correcta o, lo más habitual, “sintiendo” que debes dar dos o tres
pasos en cierto orden y en determinada dirección que serán los que te
encaminen hacia la solución.
―¿De verdad funciona?
―Funciona. Y funcionará mejor en la medida que practiques y vayas
obteniendo resultados positivos que te lo confirmen. Para hacer del
subconsciente nuestro aliado debemos entender sus caminos y recorrerlos
de ida y vuelta hasta que se conviertan en una ruta habitual para nosotros.
Ya sabes: “No permitas que crezca la hierba en la senda que une tu casa con
la del amigo”.
CUANDO LAS CIRCUNSTANCIAS
SE ALINEAN A TU FAVOR…
―M enuestro
habla usted de mundos extraordinarios y me asegura que están a
alcance. Sin embargo la vida diaria es más bien tediosa,
cuesta arriba, y tiene poco de extraordinaria.
―No es así para quien ha Despertado; pero incluso para el común de los
mortales “adormecidos”, para quienes permanecen en un estado de
ensoñación que les impide percibir el misterio insondable que a todas horas
se manifiesta dentro y fuera de ellos, surge de vez en cuando “el centímetro
cúbico de suerte”.
››Efectivamente la cotidianeidad tiene, en apariencia, bastante de lineal.
Los acontecimientos que se destacan de forma clara de los demás son la
excepción, sin embargo esos momentos significativos que se presentan de
improviso pueden suponer un cambio importante, a veces incluso radical,
en aspectos destacados de nuestra vida: un nuevo trabajo, conocer a alguien
“diferente”, una oportunidad que se cruza en el camino, etc. Entre esos
“picos” está lo que ocurre todos los días y que no nos parece que sobresalga
de manera especial. No obstante, ese día a día que vamos viviendo cumple
un papel fundamental: es un entrenamiento que fortalece la musculatura
mental y los reflejos para que, cuando surja esa ocasión fuera de lo común,
en un movimiento rápido y certero podamos atraparla y hacerla nuestra.
››El hecho de estar alerta para que cuando aparezca no se nos escape, se
convierte así en nuestra principal misión y en lo que da sentido en última
instancia a todos nuestros movimientos anteriores. Esa oportunidad que
surge es como el peldaño de una escalera a la que logramos encaramarnos
para poder ascender un paso más e ir adquiriendo, poco a poco, o de un
gran salto a veces, una perspectiva más amplia y elevada de todo lo que
hay, y te lo aseguro, es mucho.
―¿También pasan ante mí esas oportunidades?
―Ante todos. Esos “centímetros cúbicos de suerte”, como los llama
Carlos Castaneda, surgen de manera imprevista cada cierto tiempo, sin un
ritmo predeterminado. Muchas veces son situaciones que no te permiten
dudar, como una puerta que se abre por unos instantes, que no espera por ti
ni hace concesiones, y que si no traspasas en ese preciso momento, se cierra
sin remedio.
››Nuestros sentidos deben estar permanentemente atentos en una calma
expectante ante la posibilidad de que afloren este tipo de situaciones. Así,
cuando surjan, nos encontrarán lúcidos y preparados, algo que sólo será
posible si caminamos Atentos por la vida.
―La escena que me ha venido a la cabeza al oírle es la de un guepardo
dando caza a una gacela.
―No andas descaminado. De hecho, es fundamental que al salir de tu casa
cada mañana tengas claro qué vas a ser durante el día: cazador (de energía)
o presa.
››Es frecuente no aprovechar circunstancias favorables dándonos cuenta
de nuestro error cuando la oportunidad ya ha pasado, pero si aprendemos la
lección que encierra esa pérdida el problema no es mayor, pues esas
ocasiones volverán a presentarse bajo otra apariencia, aunque ahora ya no
nos cogerán desprevenidos, pues tendremos el firme propósito de
acecharlas y no dejarlas escapar la próxima vez que nos encontremos frente
a ellas.
››No importa lo que en el pasado hayamos podido perder por nuestra falta
de reflejos, lo importante es tener el conocimiento de la existencia de este
proceso, lo que hará que estemos alerta. De esta manera, gracias a la mayor
atención que prestaremos a nuestro “aquí y ahora”, no dejaremos de
aprovechar ni uno sólo de los vientos que puedan soplar a nuestro favor.
››Es este un sistema de progresión absolutamente justo, pues estas
ocasiones surgen de forma periódica en el camino de todas y cada una de
las personas y en todos lo niveles de percepción. Donde uno ve con claridad
“algo” y actúa con valentía y decisión, otro lo percibe a nivel de dudosa
posibilidad, y otro, sencillamente no ve nada. Es como un tren que se pone
en marcha al que una corazonada hace que nos subamos de un salto,
iniciando así un viaje que en ocasiones nos llevará a sorprendentes
territorios o nos proporcionará curiosos compañeros de viaje.
―¿Podría ponerme un caso de esto que describe?
―Una oportunidad nueva de negocio puede surgir de la unión de dos
conceptos que en apariencia no tienen que ver entre sí, como pudo ser en su
día el invento al que dio lugar el unir un caramelo y un palo: el Chupa
Chups; o a juntar otro palo con un trapo y crear la fregona. Alguien lo vio,
se adelanto, y atrapó su centímetro cúbico. No quitó nada a nadie,
simplemente creó algo nuevo que antes no existía ampliando el mundo, y si
tiene que tener alguna consecuencia en forma de compensación económica
por ejemplo, es lícito y natural que así sea.
››A todo el mundo se le presentan ocasiones de este tipo. En todas partes y
en todo momento existen posibilidades latentes de traer cosas inéditas al
plano material; lo que ocurre es que se pueden tener delante y no verse por
falta de Atención (nuestra mente no está a lo que está ocurriendo, sino
recordando o imaginando), o porque el bagaje de información no incluye
los datos que permitirían establecer una relación entre lo que se tiene
delante y algo creativo que hacer con ello.
››Por ello es importante que la información de la que nos vayamos
dotando sea plural, equilibrada, y que abarque un poco de todo debidamente
filtrado: lectura, actividades, música, viajes, trabajo, aficiones, relaciones...
Así, todo lo que nos va aportando este variado número de campos en los
que nos movemos nos convertirá en una especie de enorme “cajón de
sastre”, el lugar en el que encontramos esa pequeña pieza que guardamos en
su día y a la que hoy le damos nueva vida para que algo pueda volver a
funcionar o ser creado. Esa pieza puedes ser tú el único que la tengas, y lo
que hagas surgir gracias a ella cobrará existencia irrumpiendo en este
mundo a través de ti.
―Me vienen a la cabeza un par de ocasiones en las que esa falta de
reflejos de la que habla hizo que el tren se me escapase. Fue una pena...
―Una oportunidad perdida es irrecuperable y no hay más vueltas que
darle. Así que cuando te suceda no te lamentes por ello, puesto que
lamentarte te haría fijar la atención en el pasado haciéndote perder también
lo que está sucediendo en este momento con todas sus posibilidades.
››No te importe lo que haya podido pasar hasta ahora; las ocasiones
volverán a surgir y no te cogerán ya distraído. La habilidad para detectarlas
y atraparlas al vuelo se convertirá para ti en un juego divertido, y cuando
esto suceda, como si hubieses atrapado una bella mariposa en tu red, te
oirás exclamar entusiasmado: “Ya eres mía… ¡te pillé!”
CONSTRÚYETE A TI MISMO:
CREA UNA OBRA DE ARTE ÚNICA
―E nsilencio―
más de una ocasión ―continuó el profesor tras un breve
has mostrado tu inquietud por lo que el futuro pueda
depararte.
Asentí con la cabeza con gesto preocupado sin pronunciar palabra.
―Como tú, son muchas las personas que ven el porvenir con temor o al
menos con recelo, y muchas más las que condicionan su felicidad a una
situación que teóricamente esperan que se produzca más adelante. Quienes
así piensan dejan de vivir con plenitud esta hora y este día al estar
convencidos de que será el mañana el que les traerá “algo mejor” que su
situación actual.
››El momento presente se convierte así para ellas en un inconveniente, en
un obstáculo, puesto que las separa de su objetivo. En su mente bullen
pensamientos del estilo: “me quedan 10 años fastidiado trabajando, pero
pasado ese tiempo me jubilaré y seré feliz”, o “cuando acabe de pagar el
piso (le quedan 22 años de hipoteca) les diré a esos sinvergüenzas del banco
lo que pienso de ellos”, o “dentro de ocho años mi hijo será mayor de edad
y ya no hará falta estar tan pendiente de él” etc., etc., etc.
››Este tipo de ficción mental, de aplazamiento de la felicidad en el que
está sumida la inmensa mayoría de la gente, tiene muchas versiones, tantas
como personas.
―Me temo que yo soy una de ellas ―reconocí.
―Para quien está sumergido en este sueño ―prosiguió― su vida se
desarrolla en mundos oníricos, oscilando su pensamiento, sin tregua, entre
lo que ocurrió y lo que está por venir, entre el recuerdo y la imaginación,
con una desatención absoluta de su aquí y ahora, de las oportunidades que
ofrece, y de los placeres que proporciona. Cuando el tiempo avanza y ve
que las cosas que ocurren no se corresponden con lo previamente
imaginado, surge el sufrimiento.
››Los proyectos no deben ser concebidos como un fin, sino como un hilo
conductor hacia aquello que hemos visualizado. Aunque las cosas no se
desarrollen tal y como se habían concebido, la flexibilidad y la adaptación a
las circunstancias, a lo que “es”, es fundamental para no perder ni el
equilibrio ni el disfrute de cada pequeño logro, de cada pequeño avance, de
cada hito del camino.
››“El hombre propone y Dios dispone…” El maestro hindú Swami Visnhu
Devananda decía que toda la filosofía del Yoga se resumía en una frase,
unas palabras que son un arma poderosa para avanzar y un verdadero
bálsamo para las contrariedades: “Adáptate, ajústate, acomódate”. Tres
palabras y una sola verdad.
―¿El antídoto contra mi ansiedad por el futuro es entonces la plena
entrega al presente?
―Sí, porque estás temiendo algo que ni siquiera existe.
››El futuro se manifestará en función de la calidad de atención que
prestemos a cada “ahora”. Es en el presente donde construimos el porvenir.
››Pon toda tu entrega y dedicación en lo que haces a cada instante y el
futuro hablará por sí solo. Posponer nuestra felicidad condicionándola a ver
cumplido nuestro anhelo, es un juego mental peligroso que nos hará vivir
en un estado de insatisfacción permanente, ciegos a miles de cosas buenas
que ya existen en nuestra vida. Sin saberlo, estamos con mucha más
frecuencia de lo que creemos en “terreno feliz”, pero nuestra expectativa de
una felicidad mayor que está por llegar (o ya vivida y añorada) nos impide
ser conscientes de ello. Además, un problema añadido muy frecuente es
“programarse” para ser infeliz con pensamientos del estilo: “No tengo ese
hijo que deseo; no tengo dinero; o pareja; o trabajo... luego, no soy feliz”
››Todos hemos sido atendidos en una cafetería por alguna persona
malcarada y desagradable que traslucía en su rostro su enojo con la labor
que desempeñaba, posiblemente renegando de su destino y pensando que se
merecía algo mejor. Con esta actitud, difícilmente podrán este tipo de
personas evolucionar en su vida laboral. Sin embargo, alguien que, por
ejemplo, te devuelva el cambio en el peaje de una autopista con una sonrisa,
o te atienda con suma corrección en un establecimiento desempeñando de
manera impecable su cometido, puede ser “fichado” para un trabajo de
mayor categoría por un empresario que valore la buena impresión que se ha
llevado al interaccionar con él o ella sabiendo lo importante que es contar
con colaboradores de buen carácter y con buena disposición en el mundo de
los negocios. O tal vez, un trabajo no muy complicado pero perfectamente
realizado por un operario, incluso más allá de lo esperado, haga pensar al
jefe que esa persona pueda ser ascendida dentro de su organización dándole
mayor responsabilidad y aumentando su remuneración económica.
››La posibilidad de progresar en el terreno laboral es más fácil que llegue
en plena tarea, sea cual sea nuestro cometido. El requisito es “bordar” lo
que uno realice en el sitio donde esté, donde la vida le ha puesto en esa
etapa de su existencia, confiando en que es el lugar adecuado ―al menos
de momento― e intentando brillar al máximo desde ese lugar. Como reza
un sabio proverbio: “Si no puedes ser la alta montaña, sé la verde y
ondulada colina; si no puedes ser un fuerte árbol en la ladera, sé florecilla
entre la hierba del valle, pero sé la más hermosa de todas”
››La oportunidad de mejorar, de atrapar tu “centímetro cúbico de suerte”,
no lo dudes, llegará. No lo hará ni antes ni después. Aparecerá en el
momento justo, y tu labor no es otra que aguardarlo atento e impedir que se
te escape.
―Tengo que librarme de la preocupación D. Andrés. Me doy cuenta de
que este estado permanente de incertidumbre no hace más que desgastarme.
―Pues ya sabes, en lugar de pre-ocuparte (ocuparte previamente), ocúpate
de que el sillar tallado en piedra que estás colocando en este momento en la
construcción de tu vida sea el adecuado, que esté bien asentado, pues será
sobre él donde se apoyará el resto de tu edificación.
››Pon en cada movimiento que realices plena entrega y toda tu atención
para no tener que rehacer más adelante tu trabajo, de forma especial tu
trabajo interno, puesto que no actuar así te obligaría en algún momento a
volver sobre tus pasos para reparar esas viejas chapuzas con las que
malamente has ido “tirando”, haciéndote perder un tiempo precioso. Para
que no aporten debilidad al conjunto esos puntos débiles de tu estructura
realizados con la mente en otro sitio o de mala manera en el pasado, debes
saber que existe la Recapitulación, una técnica que permite viajar hacia
atrás en el tiempo para restañar viejas heridas.
››Actuando de esta manera, integrando de forma sólida cada experiencia,
tendrás la certeza de que todo lo que está bajo tus pies es suelo firme, un
terreno asentado en el que, ocurra lo que ocurra, podrás confiar. De esta
forma los avatares de la vida se convierten en algo relativo, pues aunque en
algún momento vengan mal dadas, sabrás que lo que has logrado atesorar
en tu interior te pertenece, que lo has ganado a pulso, y que a pesar de no
ser tangible, te apuntala con firmeza ante las adversidades.
››Cuando comprendas e integres todo esto, verás que la vacilación
desaparece de tu vida. Serás consciente de que para continuar progresando
sólo tienes que tomar el siguiente bloque de piedra, el que te entrega el
momento presente y no otro, y convertirlo de nuevo en una obra de arte
tallándolo de manera impecable, porque, recuérdalo, ese acto que realizas,
tal vez sea lo último que hagas en tu vida.
››No te preocupes por el mañana Ismael, porque él hablará por sí mismo
cuando llegue el momento. Ese hipotético futuro que imaginas no es más
que una entelequia que existe sólo en tu insegura mente, y esa inseguridad,
ese temor, puedes llegar a transmutarlo en valentía y confianza.
››La entrega total a tu tarea cada jornada, a cada una de sus fracciones de
tiempo acompañado del golpeteo rítmico del cincel ante tu piedra diaria,
desvanecerá en tu mente cualquier proyección futura negativa que pueda
preocuparte sencillamente porque no existe, y si algo no existe, es
imposible temerlo.
―¿Cómo es que no vemos todas estas cosas profesor? Nunca me había
parado a pensar en ellas, pero para mi sorpresa, cuando le escucho hablar
me parecen obvias. ¿Qué es lo que nos impide verlas?
―¡El estar atrapados por las rutinas!: movernos por los mismos lugares
una y otra vez, frecuentar a la misma gente, repetir las mismas acciones un
día tras otro de una manera mecánica: levantarnos por la mañana, ir al
trabajo, comer, acostarnos…; levantarnos por la mañana, ir al trabajo,
comer, acostarnos...
››Realizar todas estas actividades de forma automática, sin consciencia,
tiene como consecuencia que el estado de atención hacia lo que ocurre
dentro y a nuestro alrededor baje en intensidad, lo que nos hace pasar por
alto infinidad de interesantes detalles en los que nos vendría muy bien
reparar que nos aportarían energía, o al menos, nos abrirían los ojos para no
perderla.
VIVIR: UN VIAJE APASIONANTE
ÚNICO Y MARAVILLOSO
¿A sídesplazándote
que creías que sólo era posible enriquecerte con nuevos paisajes
a tierras lejanas? ¿Te gustaría poder hacerlo cada día?
―me interrogó el profesor.
Asentí con la cabeza levantando las cejas.
››Puedes hacerlo practicando la “rotura de la continuidad”.
―¿La rotura de la continuidad? ¿Qué es eso? ―pregunté extrañado.
―Una interesante experiencia que propone D. Juan Matus, el indio yaqui
maestro de Castaneda.
››Como ya sabes, muchos de nuestros movimientos los automatizamos,
los llevamos a cabo de forma distraída, con la mente en otro sitio. Lo que
hace que lo que realizamos a diario no parezca tener un especial relieve, es
la costumbre. El viaje, del que acabamos de hablar, es una de las prácticas
que nos da la posibilidad de alterar ese ritmo monótono y adormecedor.
››Cuando esas acciones cotidianas y repetitivas, tediosas en ocasiones, se
ejecutan de forma consciente y de manera distinta a la habitual, desarrollan
la Atención, aportándonos un nuevo ángulo de visión sobre lo que
considerábamos “conocido”.
››Te propongo una práctica: intenta realizar unas cuantas de esas acciones
rutinarias con la mano contraria a la que usas habitualmente, como accionar
la manilla de una puerta, pulsar un interruptor, cepillarte los dientes,
abrocharte los botones de la camisa… Realizar las acciones de esta manera
requerirá un estado de mayor alerta por tu parte obligándote a estar más
concentrado en lo que haces. Esa concentración disuelve el parloteo mental,
focaliza tu atención, y te da la oportunidad de ver las cosas desde otro punto
de vista.
››Cuando vayas al trabajo o te dirijas a un sitio al que acudes con
frecuencia, hazlo por rutas diferentes, rodeando las manzanas de casas que
recorres todos los días por el lado contrario o con un paso ligeramente más
lento. No camines de forma mecánica, con el “piloto automático” puesto.
Siente el contacto de tus pies sobre el suelo en cada paso y piensa que estás
recorriendo, inspeccionando “tus dominios”.
››En lugar de dirigir la mirada al suelo o al frente, repara también en las
partes altas de los edificios. Descubrirás muchas cosas interesantes.
››Observa en su avance las majestuosas nubes que viajan en silencio sobre
tu cabeza hacia tierras lejanas. Siente el aire fresco de la mañana
penetrando en tus pulmones...
››Como canta Joan Manuel Serrat, no olvides que: “todo cuanto te rodea lo
han puesto para ti, no lo mires desde la ventana y siéntate al festín”.
Siéntete parte de todo ello. Sin ti como espectador/actor no tendría sentido.
Existe por y para ti. No lo vivas con indiferencia. Sumérgete en la escena,
decide disfrutar y formar parte de ella.
―Prometo estar atento a partir de ahora hasta al más mínimo detalle
―comenté―. “La rotura de la continuidad...”, curioso concepto.
―Otro experimento que puedes hacer en un lugar en el que estés solo (o
con gente si quieres que la vivencia sea más intensa), es caminar unas
decenas de metros hacia atrás y observar como todo lo que creías conocido
se muestra nuevo a tu paso. Verás que con ésta, e infinidad de prácticas más
que se te ocurran por el estilo, tu perspectiva del mundo se modifica y
enriquece. Se te revelarán matices ocultos cuyo descubrimiento estará a
partir de ahora al alcance de tu mano en cualquier parte, en cualquier
momento; viviéndolos te preguntarás tú también como yo: “¿cómo es
posible que haya gente que se aburra?”
››Huye de la monotonía Ismael. Educa tu vista y afina tu sensibilidad.
Como te he dicho, jamás estés de vuelta de nada. No te conformes con
captar tan solo una milésima parte de lo que se manifiesta a tu alrededor;
averigua qué más está ocurriendo. No vagues indolente, ciego a lo que te
rodea. No hagas lo que los demás hacen. Fuérzate a descubrir lo que se
esconde tras una primera y superficial lectura de lo que sucede. Aplica esta
fórmula a tu trato con las personas, a la percepción del sabor del agua y de
las comidas, a los sonidos del día y de la noche, a las sensaciones asociadas
a la respiración... Todos los campos te aportarán algo nuevo y enriquecedor
si te paras a sentirlos, a “escucharlos”. Descubrirás así que “esto”: el
mundo, tu vida..., es infinitamente más grande de lo que parece a primera
vista.
LOS TALENTOS:
DONES QUE ATESORAS EN TU INTERIOR
Vive el dolor
es el camino
a tu sonrisa dará valor
Tú, juventud
vamos recuerda
días de fiesta, estrellas y color
Súbete al tren
no te entretengas
la misma vida te abrirá la puerta
Que sí mi amor
vale la pena
así es la vida, como tú la sueñas
Sigue la luz
no tendrás pérdida
todo será así como lo creas
Yo estoy aquí
llama a mi puerta
lo que yo sea será para ti
―L e››No
das demasiadas vueltas a la cabeza Ismael.
te digo que no sea bueno pensar, ¡pero hacerlo en la cama...!
Es el lugar menos apropiado.
››Presta especial atención a la calidad de tu sueño. Es importante que
descanses profundamente, pues entre otras cosas, te facilitará una buena
“digestión” de los acontecimientos vividos durante el día permitiendo así la
adecuada asimilación e integración de lo que has experimentado a lo largo
de la jornada. Para ello hay que tener la predisposición adecuada para entrar
en él, y también valerse de algún truco si la mente está agitada en el
momento de acostarse.
››Una forma de ver la cama es como el lugar en el que nos dejamos caer
rendidos al final de un día agotador. Otra es considerarla una alfombra
mágica en la que viajaremos a lo largo de la noche a lugares sorprendentes,
viviendo situaciones, en ocasiones, desconcertantes.
››No se debe pasar directamente de la actividad al lecho al final del día. Lo
ideal es que haya un tránsito, un ritual que vaya ralentizando el movimiento
físico y mental preparándonos para el reposo.
››La cama no es un lugar para pensar, sino para descansar, algo que,
mucho más que el pensar, nos ayudará a encontrar al día siguiente la
respuesta más adecuada a las cuestiones pendientes.
―¿Y qué puedo hacer para deshacerme del hábito de buscar solución a las
cosas cuando debería estar durmiendo?
―Hay varias formas de apaciguar la mente. Una de ellas es relajar los
ojos y concentrarse en no moverlos bajo los párpados. Cada vez que pasas
de un pensamiento a otro, tus ojos experimentan un pequeño movimiento.
Detener ese movimiento tiene como efecto que el pensamiento, a su vez,
también se pare.
››Si ves que tu mente está agitada, concéntrate en la lenta entrada y salida
del aire por las fosas nasales, sintiendo como exhalas aire cálido e inhalas
aire fresco. Verás como el pensamiento se ralentiza. Comprueba incluso
que, si retienes el aire, tu mente se detiene.
››Observa que cuando estás alterado, cuando estás enfadado por ejemplo,
tu respiración está acelerada (“como es adentro es afuera”). Sin embargo, al
dormir, respiras lenta y tranquilamente con el abdomen. Inspira y expira de
esta manera de forma consciente cuando estés a las puertas del sueño,
porque esta es la cadencia que tendrás al estar dormido; así señalarás a tu
cuerpo el camino hacia el descanso profundo.
―Lo pondré en práctica esta misma noche.
―Estos y otros sencillos ejercicios ralentizan el pensamiento y
predisponen al sueño. También es muy agradable y útil para este fin la
lectura de un texto ligero que no exija una concentración excesiva. Pero hay
un instante preciso para dejarlo, y es cuando tienes que volver atrás porque
no has entendido lo que acabas de leer. Ese es el momento de posar el libro
en la mesita de noche y dejarte arrastrar al mágico reino de Morfeo.
››La combinación y aplicación de estas simples técnicas harán que el
nuevo día te encuentre descansado, lúcido, y “Despierto” para vivirlo con
intensidad.
››Por cierto, hay a quien le cuesta mucho levantarse convencido de que no
ha dormido las horas suficientes. Si esto te pasa también a ti, observa que
esa sensación, con frecuencia, está sólo en los ojos, no en el cuerpo. Puedes
hacerla desaparecer justo antes de levantarte masajeándolos con suavidad
durante unos segundos con la punta de tus dedos, primero en círculos hacia
dentro despidiéndote mentalmente del sueño, y después con círculos hacia
fuera, aperturando este sentido, predisponiéndote a todo lo que vas a ver y
experimentar a lo largo del nuevo día que comienza.
“SI LO HUBIESE SABIDO ANTES...”:
UN ENGAÑO DE TU MENTE
nsisto D. Andrés: ojalá hubiese sabido todo esto mucho antes. Tengo la
I sensación de haber perdido un tiempo precioso.
―No Ismael, no. No caigas en esa trampa mental. A toro pasado es
muy fácil darse cuenta de que las cosas podrían haberse hecho de otra
manera, pero ese razonamiento no es más que un juego de tu mente.
››Una mujer que después de mucho miedo e indecisiones acaba tomando
la determinación de poner fin a su relación de pareja, es muy posible que
pasado el trance, y viendo que le van mejor las cosas, piense como tú:
“Tendría que haber hecho esto hace mucho. ¡Cuánto tiempo he perdido!”.
Algo similar pudiera pensar alguien que decide poner en marcha la idea que
ronda en su cabeza desde hace años, y viendo su buen funcionamiento una
vez llevada a la práctica, también se recrimina por no haber dado antes el
paso.
››Este tipo de acusación que la gente se hace cuando ya está al otro lado es
estéril, pues el acierto no puede tomar forma ni antes ni después, sino en su
justo momento. La realidad es la que es y hay que aceptarla, y el error, o el
tiempo que tardan las cosas en materializarse, también son parte
importantísima del proceso de aprendizaje.
››Cuando se “Despierta”, entre otros muchos efectos, empiezan a verse las
cosas con mayor claridad, comprendiendo los procesos que subyacen
previos a la materialización de las cosas.
››Cada vez que subimos un escalón en nuestra percepción, es a partir de
ese punto desde donde hemos de retomar nuestro trabajo: desde un nivel
superior. Lo que es absurdo es lamentarse por no haber comprendido antes
lo que hoy vemos con claridad, algo que en todo caso debería ser motivo
para felicitarse, no para hacerse ningún tipo de recriminación.
››Como te digo, todo es fruto de un proceso. Hay que convivir con el
ritmo natural de las cosas. Cada evento tiene su momento, y en muchas
ocasiones es inútil o contraproducente, tanto ralentizar, como precipitar los
acontecimientos.
››Igual que sucede con un avión, cuando uno consigue “despegar” dejando
“en tierra” aquello que ha tomado la determinación de abandonar, es porque
ha logrado la suficiente velocidad y energía para hacerlo. La distancia más
o menos larga que hemos recorrido por la pista de la vida antes de salir al
aire, es el tiempo que ha sido necesario rodar para acumular la fuerza de
impulsión e inercia necesarias antes de poder levantar vuelo y elevar
nuestras miras, y por tanto, ampliar nuestra perspectiva del mundo.
Nuestros potentes motores han sido la memoria, la voluntad y la decisión
(¡ahora es el momento!), permitiéndonos dejar atrás lo que ya no nos vale,
lo que ya ha cumplido su propósito.
››Así es como aplicamos a nuestra vida el don que tenemos de crear, de
recrearnos, de volar cada vez más alto, razón y consecuencia de la sabiduría
que vamos adquiriendo a base de alternar entre el placer y el dolor.
››Ese momento, el de tomar la determinación de actuar, se ve o no se ve...,
pero si lo has visto, no lo dudes, es tu hora, la hora de lanzarte, de partir, de
atrapar el “centímetro cúbico de suerte” que te hará, de un gran salto, llegar
aún más lejos.
LAS GRANDES VERDADES (PRÁCTICAS)
DE LA FILOSOFÍA
―D Andrés, ¿cree usted que las cosas están tan mal como se escucha
últimamente? ―dije cambiando de tema―. Lo pregunto porque
ya no es sólo que lo repitan con insistencia en los medios de comunicación.
Como sabe, yo mismo me encuentro sin trabajo desde hace muchos meses,
y otro tanto les pasa a varias personas de mi círculo más próximo. Pero no
es sólo la economía, hay en el ánimo de la gente una sensación como de
desasosiego, incluso cierto temor. Nada parece funcionar correctamente. Es
como si el mundo estuviese patas arriba.
―Las cosas nunca están mal Ismael, están como deben estar. Siempre son
la consecuencia de lo que ha sucedido con anterioridad, y esto es aplicable
tanto a la situación personal, como a la económica, ecológica, política...
››Efectivamente, y más en estos tiempos de crisis, es frecuente escuchar
esa frase de “las cosas están mal” expresada en tono de queja, como si fuese
algo ajeno a nosotros lo que nos agrede amenazando nuestra tranquilidad o
nuestro medio de vida.
››Siempre sucede lo que tiene que suceder y siempre hay algo que lo
origina: los ríos discurren por los valles porque antes llovió en las
montañas; un niño viene al mundo porque un óvulo fue fecundado; nieva en
lugar de llover cuando la temperatura es igual o inferior a cero grados; etc.
etc.
››De la misma manera, el que una ciudad no esté limpia, por poner un
caso, es la consecuencia de infinidad de movimientos faltos de conciencia
que apuntan en la misma dirección: el cenicero del coche que vacía un
conductor por la ventanilla, la botella plástica de agua que se abandona en
un parque después de beberla, el papel del pastel que una vez comido se
arroja en la acera... Sin embargo las mismas personas que realizan estos
actos son los que emiten juicios del estilo “¡qué sucia está esta ciudad!”,
sin, increíblemente, encontrar una correlación entre su forma de actuar y el
estado de limpieza del suelo que pisan. A veces su pobre razonamiento
disculpa su propia actuación creyendo, convencidos, que es el
Ayuntamiento el que está obligado a recoger cuanto hay tirado, por
supuesto también la basura que ellos arrojan al suelo, “que para eso pago
mis impuestos” ―dicen cargados de razón.
››Por sorprendente que parezca hay mentes, muchas, que funcionan bajo
estos parámetros, y no sólo en este campo; y así les van las cosas a ellos y
al mundo.
―Estoy de acuerdo en que hay personas con una sensibilidad nula hacia la
Naturaleza ―observé―. También yo he visto a individuos estrellar botellas
de cristal contra las rocas de una playa, arrojar neumáticos al lecho de un
río, o plantar fuego a un bosque sin tener la más mínima sensación de estar
haciendo algo incorrecto.
―Es lógico que haya gente a nuestro alrededor que no tenga ni siquiera
conciencia de estar haciendo mal alguno mientras deja un rastro de caos y
entropía por donde pasa ―contestó D. Andrés―. Ten en cuenta que los
actos son siempre un reflejo del estado interno del individuo.
››Quien ya sepa que la mejor huella que puede dejar de su paso por la
Naturaleza es precisamente la invisibilidad de su paso, aplicará esa forma
de proceder en su relación con ella al margen de que otros no lo hagan. Su
ámbito de actuación estará en él mismo y en su radio de acción; es cuanto
puede y debe hacer. Obrando de esta manera, con su ejemplo, antes o
después, en mayor o menor medida acabará transmitiendo a los de su
entorno esta visión, visión con toda probabilidad ya compartida con las
personas más afines con las que se relaciona, pues “lo similar atrae lo
similar”.
››Piensa que en el gran “tejido humano” que formamos entre todos, cada
individuo no es más que una hebra de determinado color y tonalidad, pero
que tiene la posibilidad de tintar a las que tiene a su alrededor (ojo: y
viceversa, para bien y para mal; ten en cuenta que la estupidez también es
contagiosa). Cuando nosotros cambiamos, nuestro entorno también
comienza a cambiar.
››La atracción entre las personas, las razones por las que unas adquieren
en nuestra vida más relevancia que otras, es, entre otras cosas, porque
existen visiones parecidas sobre lo que nos rodea. Una de ellas, en este caso
que estamos hablando de la Naturaleza, sería el convencimiento de que el
medio ambiente debe ser cuidado para que las generaciones siguientes lo
reciban en las mejores condiciones posibles.
―A propósito de lo que está diciendo ―interrumpí― en cierta ocasión
mantuve una breve pero interesante charla con un paisano en Chamonix, un
precioso pueblo al pié de los Alpes Franceses.
››Allí, durante una placentera caminata por el valle en la que coincidimos
sumergidos en la magnífica floresta, le expresé mi sana envidia por el
exquisito cuidado que en su país dispensaban a la Naturaleza y al bosque en
especial. Le hablé por contraste de como en Galicia se habían sustituido las
inmensas frondas de robles y castaños que durante siglos formaron parte del
paisaje por un eucaliptal sin fin. Le mencioné las razones por las que esto
había ocurrido: la voracidad de las contaminantes celulosas y su insaciable
apetito de materia prima, la connivencia de los corruptos gobiernos de turno
con esta tropelía, y el ansia de ganar cuatro euros por parte de los
ignorantes propietarios de las fincas talando cada pocos años unos árboles
raquíticos a base de empobrecer sus terrenos y secar los acuíferos
subterráneos y las fuentes en las que antaño bebieron sus padres y abuelos.
››¿Sabe lo que me contestó el paisano?
―Cuéntame.
―Girando sobre sí, describiendo un círculo completo con el brazo en alto
señalándome orgulloso los gruesos troncos de los árboles que nos rodeaban,
me dijo que la diferencia que encontraba entre lo que ocurría en Galicia y lo
que hacían ellos en Francia era que ellos, al igual que antes lo habían hecho
sus padres, cuando plantaban árboles lo hacían pensando en sus hijos y en
sus nietos.
―Me parece muy interesante la historia que acabas de contar Ismael.
Como ves, una vez más, lo que se tiene dentro, se refleja en el exterior.
››Sin embargo todo está en evolución, y a pesar de cómo están hoy las
cosas aquí en ese terreno ―francamente mal, estoy de acuerdo contigo―,
una tendencia depredadora y destructiva puede evolucionar con el tiempo
hacia el cuidado y la conservación, como ya ha ocurrido en otros lugares.
Esto es posible, no sólo en lo relativo a la Naturaleza, sino en otras muchas
áreas.
››Lo que sucede en cualquier campo en el que estén implicadas personas,
tiene relación directa que ver con la media del nivel de conciencia de los
individuos que componen el grupo. Lo bien cierto es que esa media siempre
resulta ser descorazonadoramente baja. Tenemos tendencia a confundir lo
normal con lo mejor, y nada más lejos de la realidad. Lo normal sólo es la
norma, y como ya te dije el primer día que nos vimos, la media, de forma
necesaria siempre será mediocre, y lo que piensa el vulgo, vulgar.
››Es triste, pero a muchos les tranquiliza pertenecer a la manada, formar
parte de esa “mayoría” que aporta una sensación ficticia de calor y
seguridad a cambio de anular su individualidad.
››Todo es susceptible de mejora Ismael, tanto en el ámbito personal como
en los temas globales. El punto de partida para cualquier cambio es darse
cuenta de que las cosas no funcionan bien o que podrían hacerse mejor. La
constatación de este hecho puede ser vivido en un principio como una mala
noticia, pero una mente que trabaja en positivo siempre encontrará el
camino para revertir aquello que la contraría.
››La actuación individual tiene más fuerza de lo que pudiera parecer a
primera vista. La forma de lograr que las cosas mejoren en términos
generales es sumando individuos a la causa, buscando el punto crítico que
permita crear un nuevo equilibrio que se corresponda con un nivel de
conciencia más elevado. Si “las cosas están mal”, en cualquier asunto, en
mayor o menor medida siempre podremos hacer algo para que mejoren,
¡por supuesto que sí! Aún en cuestiones que escapen a nuestro control,
siempre tendremos la posibilidad de modificar, al menos, la forma en que
las vivamos, para que lejos de afectarnos (como tal vez haya ocurrido hasta
ahora) las pongamos en su justo lugar extrayendo al mismo tiempo algún
tipo de enseñanza. Eso sí es algo que podemos decidir nosotros.
››En todo caso, para ponerse en marcha hacia la solución de algo siempre
hay que dar un primer paso. Como dijo Aurobindo: “Sólo se trata de dar un
paso cada vez”, de subir ese primer peldaño, aunque no logremos ver la
escalera completa.
››Lo de la contaminación sólo es un ejemplo. Podrían citarse mil cosas
más que están mal o que son susceptibles de mejora en el individuo y en la
sociedad, una sociedad que no es otra cosa que la suma de las distintas
individualidades que la componen.
››A nivel de esas individualidades, en estos momentos de crisis muchos se
limitan a lamentarse: “No tengo trabajo...” “Todo está fatal...” “Hay mucho
paro...” Quien así se expresa ha decidido ponerse a sí mismo la etiqueta de
víctima, de “maltratado injustamente por la vida”. ¿Quién ha dicho que las
cosas sean fáciles, ni siquiera para los que hoy tienen ocupación?
Posiblemente la forma en la que hoy muchos se ganan la vida no sea la que
soñaron. Hay casos de ingenieros licenciados hace años que no han logrado
acceder a su primer empleo, que se ganan la vida regentando un estanco
montado por sus padres (la vida tiene estas aparentes incongruencias).
Habrá mujeres que acaben con los pies destrozados después de una larga
jornada como dependientas en unos grandes almacenes, o viajantes que
lleguen tarde a su hogar cansados y desanimados después de una jornada
improductiva. Haga uno lo que haga para ganarse la vida, lo quiera o no, lo
sepa o no, ese es su lugar, el que le ha asignado la vida en esa etapa de su
existencia para su evolución (al menos de momento). Es en ese sitio donde
encontrará, en la mayoría de las ocasiones, los resortes o puntos de apoyo a
partir de los cuales podrá impulsarse para mejorar su situación. Por
supuesto esto no llega poniéndole una vela a un santo, sino teniendo la
determinación de que las cosas cambien a base de atención, voluntad y
visualización.
››Al irrumpir en este mundo ―continuó D. Andrés― se nos ha asignado
una parcela. Como te comenté cuando hablamos de la Ley del Campo,
nuestra obligación es cultivarla de la mejor manera que sepamos
procurando obtener de ella el máximo rendimiento posible.
―Recuerdo a la perfección sus palabras D. Andrés: “para recoger los
mejores frutos hay que seguir los pasos correctos: preparar la tierra,
sembrar, regar, esperar, confiar... Actuando de esta manera, el resultado de
nuestro esfuerzo acabará llegando”. ¿No es así?
―Veo que lo tienes claro. Hay muchos ejemplos en la historia y también a
nuestro alrededor de personas que partiendo de la nada han conseguido
crear auténticos imperios. Sin tener por qué ser tan ambiciosos, mejorar
nuestra vida es una posibilidad real que depende en gran medida de
nosotros mismos. Hay que desearlo con fuerza, eso en primer lugar, y a
continuación, asumir la parte que nos corresponde en ese esfuerzo que nos
permitirá hacer que se materialice aquello que hemos visualizado. Si por
desconocimiento, falta de experiencia o pereza no hacemos lo correcto, el
producto de nuestra recolección necesariamente será pobre o inexistente.
››Cuando las cosas vayan mal, en lugar de continuar dando tumbos
debemos pararnos y reflexionar con la determinación de averiguar qué es lo
que no estamos haciendo de forma correcta. Lo más fácil (y lo más
frecuente) es echar la culpar a las circunstancias o a los demás para
disculparnos a nosotros mismos asumiendo el cómodo y estéril papel de
víctimas. Alimentar este tipo de actitud sólo demora en el tiempo lo que
más tarde o más temprano deberá ser abordado. Lo fácil, rápido y gratis no
existe; todo es fruto del trabajo, y trabajar es construir, crear, hacer que
surja algo donde antes nada había decidiendo utilizar el abundante
“material” que tenemos alrededor, un material que muchas veces nos pasa
desapercibido por falta de atención.
››Claro que este proceso de construcción, como te digo, requiere un
esfuerzo, y no todo el mundo está dispuesto a llevarlo a cabo. Precisamente
es la pereza lo que paraliza muchos desarrollos personales dejando en el
mundo de las conjeturas proyectos que jamás llegarán a tomar forma por
falta de voluntad. Esto es así porque la energía necesaria para lograr que se
conviertan en realidad ni siquiera ha hecho acto de presencia, o porque ese
“primer impulso” para escapar de algo (que se quiere dejar atrás pero que al
mismo tiempo es cómodo) se desinfla en los primeros pasos cada vez que
se intenta de una forma tibia, una tibieza que sólo conduce al fracaso.
―O sea, que cualquier cosa a la que aspiremos siempre será a cambio de
pagar un precio por ella.
―Tal vez te desilusione la respuesta, pero así es. Las cosas hay que
ganárselas, y para ello hay que ser consciente de que en la vida no hay
premios ni castigos, sólo consecuencias.
››La Naturaleza es justa, no favorece ni perjudica a nadie en especial. Lo
que sucede es que la mayoría se ve zarandeada en el mundo de los efectos,
sin reparar siquiera en que esos efectos se han originado por determinadas
causas. Estas personas seguirán recibiendo golpes hasta que tomen
conciencia de este mecanismo. Sin embargo el que ha “Despertado” ya no
se conforma con lo que llega sin más: se dedica a moverse en el plano de
las causas para conseguir que éstas obren los efectos deseados.
D. Andrés, al ver mi expresión de perplejidad al mirarle con los ojos
enfocados en algún punto más allá de él tratando de encajar en mi interior
toda aquella avalancha de información que llegaba por oleadas para
trastocar mi mundo, como si asistiese a lo que estaba ocurriendo en mi
cabeza me trajo de nuevo al presente con sus palabras.
―No le des tantas vueltas... Todo es más sencillo de lo que parece, lo que
pasa es que tenemos la mala costumbre de complicarlo todo.
―Es cierto ―contesté―, el pensamiento no es que ayude mucho, lo
cierto es que en ocasiones lo enreda todo aún más. ¡Esta cabeza mía...! Me
estoy dando cuenta de la cantidad de rutinas que tengo que cambiar, entre
ellas, la manía que tiene mi mente de ponerse siempre en el peor de los
casos: “¿Y si ocurre esto...? ¿Y si ocurre lo de más allá...? ¿Y si...?” ¡Es
agotador!
―¡Cómo no vas a acabar agotado! No sabes cuanta energía se desperdicia
pensando de esa manera.
››¡La vida es maravillosa! ¡Claro que tiene momentos en los que no parece
que sea así!, pero el contraste es necesario. Los momentos de duda y
amargura son el telón oscuro de fondo que permite que podamos apreciar,
destacados sobre él, el color y la belleza.
››Ese miedo que a veces te embarga está producido por una falta de
presencia y un exceso de futuro. Cuando te enfrentes a algo piensa que no
existen problemas, sino tan solo situaciones que deben ser atravesadas. Ese
tránsito ha de hacerse perdiendo la menor cantidad de energía posible.
Viéndolos de esta manera te darás cuenta de que los “problemas”, como
tales, no existen, existe en todo caso la “preocupación”, y el 99% de las
cosas que te preocupan..., sorpréndete, ¡jamás pasarán!
››La preocupación es un desvitalizador juego mental que debes erradicar
de tu vida cuanto antes. Sustituye la pre/ocupación por la “ocupación”
plena en aquello que lleves entre manos a cada momento. No olvides que
no sólo son las circunstancias, también estas tú y lo que puedas decir o
hacer ante lo que acontece. Un 10% de nuestra vida son las cosas que
ocurren “ahí afuera” sobre las que no tenemos ningún control; el 90%
restante está directamente relacionado con cómo reaccionamos ante ellas, y
cada persona, como ser único que es, reaccionará de manera diferente. Sé
consciente del gran margen que tienes para transformar los
acontecimientos, para crear, para hacer que mágicamente tome forma
“algo” que sólo puede irrumpir en el mundo a través de ti.
››Siempre vas a tener temas que resolver. Como dijo el sabio: “La vida no
es esperar a que pase la tormenta, es aprender a bailar bajo la lluvia”. No
permitas que el temor a equivocarte te paralice; todos los que han llegado
lejos han pagado un alto precio en errores. Gandhi dijo que el fracaso es la
experiencia que precede al triunfo, así que “usa” la vida, permítete
experimentar con ella como si fuese un laboratorio: acierta y equivócate,
acierta y equivócate... y saca tus conclusiones para estar cada vez más cerca
de la actuación correcta, de la fórmula definitiva e infalible de actuación.
―Sin embargo a veces nos empeñamos al máximo en sacar algo adelante
y no hay manera... ―afirmé.
―Si has hecho lo que has podido entregándote a fondo, cumpliste. A
partir de ese punto relájate y confía; deja el asunto en manos de… el
“destino” si quieres llamarlo así.
››No podemos tener el control sobre todo lo que ocurre. Con frecuencia las
cosas dependen de otros factores que están fuera de nuestro alcance. Las
hay que en cierto punto hay que dejarlas para que tomen su propio rumbo, y
a partir de ahí, como si adquiriesen vida propia, en no pocas ocasiones
evolucionan ante nuestros ojos de forma sorprendente. Es como si “algo” se
hiciese cargo de ellas. Al vivir situaciones desconcertantes de este estilo es
posible que no entendamos qué pasa en el momento, pero una vez
superadas, cuando miramos hacia atrás, ya serenos, nos damos cuenta de
que cuanto ocurrió “encaja” a la perfección.
››Cuando te sientas agobiado relativiza lo que ocurre recordándote que
cualquier obstáculo siempre es temporal. Descansa en la idea de que ese
desafío surge en tu camino para que ejercites cualidades adormecidas que
posees, que una vez conquistadas, te acompañarán ya para siempre; esa es
la razón por la que la vida te pone en situaciones que no dominas.
››No tengas miedo a los problemas, son la excusa para que puedas
expresar tu creatividad, y en esas circunstancias, para los que tienen el valor
de tomar decisiones arriesgándose a equivocarse, la vida abre puertas en los
aparentes callejones sin salida. Confía en que todo cuanto sucede, en última
instancia, siempre opera a tu favor.
Mientras escuchaba al profesor hablar, viendo la utilidad que podía tener
lo que decía en mi vida, me esforcé en concentrarme en sus palabras para
grabarlas a fuego en mí.
―El sufrimiento ―prosiguió― es algo que todo el mundo experimenta.
El fin que persigue esa sensación que clasificamos en nuestra mente como
desagradable, es que evolucionemos. Es la forma que tiene la Naturaleza de
decirnos que algo está fallando en nuestra vida. Cuando nos vemos cara a
cara con el sufrimiento, lo más habitual es que recurramos a un apaño
provisional para salir del paso en lugar de buscar, encontrar, y cortar su raíz
para que no vuelva reproducirse. Sin embargo lo normal es angustiarse por
cómo pueda evolucionar lo que nos aflige, o revivir una y otra vez
“aquella” circunstancia nefasta perteneciente al pasado, maltratando nuestra
psique y nuestro cuerpo y cosechando las lógicas consecuencias de esta
forma de actuar: envejecimiento prematuro, estrés, depresión, cáncer,
infarto, infelicidad...
››Aunque en una primera lectura pudiera parecer que es la situación la que
causa el sufrimiento, no es así. Recuerda lo que hablamos sobre la
aceptación. El dolor que se experimenta tiene su origen en la oposición, en
la negación, en la resistencia “a lo que es”.
››Lo primero que hay que hacer en lugar de despotricar contra el destino,
es aceptar lo que hay, por terrible que pueda parecer. Es a partir de esta
actitud cuando el cambio se pone en marcha. Una vez aceptamos aquello
que nos aflige, alcanzado este punto, sólo hay que dar un primer paso para
intentar mejorar la situación, sólo uno, por pequeño que sea. Sólo uno hoy,
y otro mañana, y otro pasado..., conviviendo serenamente con la evolución
progresiva de las cosas hasta que el equilibrio vuelva a restablecerse.
CREANDO TU FUTURO:
LA VISUALIZACIÓN
―P orcasualidades
lo que deduzco después de todo lo que me ha explicado, las
no existen, todo tiene un motivo.
―Así es. No existen las casualidades, sino las causalidades.
››Nada es casual. Tampoco lo es el que tú y yo nos hayamos reencontrado.
De hecho este encuentro que se ha producido entre nosotros... ―dijo
demorándose unos instantes― has sido tú quien lo ha convocado.
Tras su afirmación, sorprendido por lo que acababa de escuchar, no supe
qué contestar. Me quedé en silencio, un silencio que se prolongó varios
minutos y que él respetó sin pronunciar palabra mientras observaba pasar a
la gente por el boulevard al otro lado de la cristalera.
En mi mente resonó varias veces su última frase: “...has sido tú quien lo ha
convocado” sin saber dónde encajar aquella aseveración en mi lógico
mundo.
―Profesor, ignoro a qué puede deberse el hecho de que nos hallamos
reencontrado, pero tengo la intuición de que lo que me está llegando estos
días a través de usted va a tener un impacto muy profundo en mi vida.
››Tengo una sensación extraña. A pesar de lo novedoso que es para mí
todo lo que he escuchado de sus labios, de alguna manera un eco lejano en
mi interior me confirma que cuanto dice es cierto, que la vida opera en los
parámetros que usted describe.
―Ismael, la posibilidad de acceder al conocimiento profundo aparece en
escena cuando se está preparado para recibirlo. Desde las primeras palabras
que intercambiamos alrededor de esta misma mesa hace un par de días,
percibí tu predisposición interna a elevar tu nivel de conciencia. En esta
época de desorientación que atraviesas, sin tú saberlo, has estado pidiendo
al universo luz para iluminar tus tinieblas. Nuestros caminos se han cruzado
porque yo tenía algo que decirte y tú algo que escuchar. Las casualidades
no existen. No se mueve una brizna en el campo sin la voluntad de Dios.
―Realmente sí que ocurren a veces cosas a las que es muy difícil
encontrarles explicación ―dije pensativo―. Le contaré algo curioso:
››A mi padre la guerra civil le tocó vivirla en la ciudad donde nació, en
Valencia. Contaba por aquellas con tan solo 22 años de edad.
››Su destacamento estaba instalado en la catedral, y la misión que tenía
encomendada era manejar un potente foco instalado en lo alto del
campanario para localizar a la aviación, que procedente de la isla de
Mahón, bombardeaba sin tregua la ciudad cada noche.
››Una de esas noches, una de tantas, cuando mi padre se disponía a
acostarse en su camastro situado cerca de las capillas laterales bajo una
arcada gótica, el suboficial de turno se dirigió a él para decirle que se había
hecho un reajuste en los relevos y que no era necesario que pernoctase allí,
que si lo deseaba, podía irse a dormir a su casa.
››Mi padre no daba crédito al ofrecimiento que acababa de hacerle el
sargento. Durante meses no había sido relevado de su puesto excepto en
una ocasión en la que junto a otros compañeros escoltó un convoy de
munición con destino a Gandía. Sin pensárselo dos veces, temiendo que
pudiese ser una confusión y que llegase la contraorden en cualquier
momento, cogió su petate, salió de la catedral, y atravesando la ciudad a pié
siguió caminando entre naranjos hasta su pueblo situado a escasos
kilómetros de Valencia.
››Tras un emotivo encuentro con su madre y sus hermanas y después de
dar cuenta de la frugal cena, hablaron y hablaron hasta las tantas
poniéndose mutuamente al día. Más tarde, envuelto por el tibio contacto de
las sabanas limpias, mi padre escuchó el retumbar lejano de las bombas que
cayeron esa madrugada en la ciudad.
››Al día siguiente, al volver de nuevo a su puesto, cuando entró en la
catedral varios compañeros le salieron al encuentro felicitándole.
―¡Qué suerte tienes Manuel! ―le dijo uno.
―¡Has vuelto a nacer! ―exclamó otro abrazándole.
››Él, sin entender a qué se referían y al ver que no soltaban prenda, se
limitó a seguirlos como le pidieron.
››Al llegar a donde dormía habitualmente, al pié de una de las altas
columnas, se encontró con un enorme y verdinoso ángel de piedra partido
en dos que se había desprendido desde lo alto durante el bombardeo
nocturno, convirtiendo su camastro en un amasijo de hierros retorcidos.
››Ya ve lo que son las cosas D. Andrés. Si mi padre hubiese pasado esa
noche en la iglesia como llevaba haciéndolo los últimos ocho meses yo no
podría estar ahora hablando con usted, porque ni siquiera habría tenido la
oportunidad de nacer.
―Me parece muy interesante lo que acabas de contar Ismael ―dijo el
profesor tomando la palabra.
››Como tú mismo has comprobado en la singular experiencia que vivió tu
padre y por otras situaciones que sin duda te habrá tocado atravesar a ti, la
vida tiene su propio lenguaje, y el impulso de descifrarlo, de entenderlo, es
algo que surge de forma natural en quien ha “Despertado”.
››¿Recuerdas cuando hablamos del agradecimiento?
―Lo recuerdo profesor. Usted comentó que debemos dar a la vida un
“gracias” por respuesta cada vez que ocurra algo que de alguna forma nos
favorezca, por pequeño que sea. También dijo que en la medida en que
pongamos esto en práctica, cada vez surgirán más circunstancias y
acontecimientos por los que sentirnos agradecidos.
―Veo que tienes buena memoria.
››Algo parecido ocurre con esas “cosas raras” que a todo el mundo le
suceden de vez en cuando. Insisto: las casualidades no existen. Una causa
precisa junta a los seres humanos y provoca todos y cada uno los
acontecimientos que deben ser vividos. Por eso cuando algo se manifieste
en tu vida de manera misteriosa no lo eches jamás en el saco de la
casualidad: cuando suene el teléfono y sepas quien es antes de descolgar;
cuando abras un libro al azar y encuentres en las primeras líneas en las que
se posa tu vista la respuesta que buscabas; cuando sueñes con alguien que
no ves desde hace años y te lo encuentres por la calle al día siguiente;
cuando llegue a tu vida algo justo en el momento en que más lo necesitas...
››Las posibilidades de la mente son inmensas, y hay muchas capacidades
que poseemos en estado latente a la espera de ser despertadas, aunque antes
de volar, hay que aprender a caminar. Por eso debes tener en cuenta todo lo
que te he dicho a lo largo de estos días. La intuición no es algo que se tiene
o no se tiene, es algo que se desarrolla, y la Atención tiene mucho que ver
con ello. Lo sutil no está separado de lo material, lo que pasa es que es tan
“transparente” que casi nadie lo percibe, pero cuando se sabe cómo mirar,
se encuentra en todas partes.
››Estas capacidades extraordinarias de la mente se manifiestan al principio
de forma esporádica, sin previo aviso. Surgen como relámpagos azules en
plena oscuridad. Si, al igual que con el agradecimiento, cada vez que hagan
acto de presencia en tu vida en lugar de pensar “¡qué coincidencia!” lo
vives como “algo” que acaba de irrumpir en el plano material, si lo sientes
como lo que es: un lenguaje nuevo que quiere abrirse paso hasta ti,
comprobarás que la frecuencia de estos fenómenos irá en aumento.
››Con el tiempo, cuando esas facultades se hayan potenciado y las poseas
plenamente, se convertirán en una valiosa herramienta que tendrás a tu
disposición y que entre otras cosas te permitirá, en no pocas ocasiones,
anticipar los acontecimientos.
CUATRO EXPERIENCIAS CON TU ALIADA: EL AGUA
―C reo››Empleando
que esto no tiene marcha atrás D. Andrés...
la lógica, supongo que cuando se toma contacto con
esta forma de vivir que usted describe, como me está pasando a mí ahora,
ya no queda más remedio que sustituir los viejos e ineficaces hábitos
anteriores por otros más operativos ―dije pensando en alto.
―No necesariamente. Esa decisión siempre estará en tu mano, aunque
desde luego es absurdo seguir sufriendo donde antes lo hacías si has
averiguado cómo evitarlo. Sin embargo romper esos ritmos “ineficientes”
que nos tienen atrapados, quebrar esa apacible e improductiva comodidad
que genera la rutina, incluso persiguiendo un bienestar mayor, requiere un
esfuerzo: el de la creación de nuevos hábitos que nos permitan ser más
“eficaces” ante los desafíos de la vida.
››Uno puede demorar esos cambios si así lo decide, pero hay algo “real”,
una certeza, que si se tiene presente ―con todo lo que implica― hará que
nos pongamos manos a la obra de forma inmediata.
―¿Y qué es eso tan “real”?
―Algo en lo que rara vez reflexionamos: la certeza de que hemos de
morir.
››Graba bien esto en tu cabeza Ismael: cada segundo que “no estás en ti”
viviendo, sintiendo lo que ocurre... lo pierdes para siempre.
››Me preguntas qué es eso “tan real”. Te lo diré: cada instante que pasa
estás más cerca del fin.
››Ten presente la posibilidad de la muerte: un aparente fondo oscuro que
te servirá de contraste para vivificar cualquier experiencia. No hay nada que
aplazar: ni proyectos de cambio personales, ni expectativas de felicidad...
nada, porque todo aquello que sitúes dentro de tu cabeza en el futuro,
además de impedirte ser feliz ahora, puede verse truncado de golpe por la
guadaña de la parca.
››Por eso quien a “Despertado” concede una especial atención al tiempo
“llenándolo” de vida, no dejándolo pasar indolentemente. Invierte tu
tiempo, porque literalmente es oro.
››La gente no le da importancia a su vida diaria, creen que tienen tiempo...
y el tiempo se acaba. A pesar de que en apariencia disponemos de él de
manera indefinida, es limitado, para ti, para mí, para todos.
››No dejes por tanto vagar tu mente recordando o esperando, traumatizada
por el pasado y angustiada ante el futuro. Átala al presente por medio de la
respiración y la Atención. Vive cada día como si fuese el último. No te
permitas perderlo ni permitas a nadie que te lo haga perder a ti. Vívelo
como el regalo que es y haz de él una experiencia única, intensa e
irrepetible. No caigas en la trampa mental de poner la felicidad en un punto
inconcreto que no sea este, porque si hoy no has reído, tal vez no puedas
hacerlo mañana.
›› Jamás dejes de disfrutar lo que está pasando preocupado por lo que
pueda pasar o las fantasías de tu mente volverán invisible para ti este aquí y
ahora. Se trata de sincronizar momento presente y vivencia sin preocuparte
por el mañana en la certeza de que éste se resolverá por sí mismo.
››Tampoco revivas de forma obsesiva lo que ocurrió, porque quien así
actúa se convierte en prisionero de su pasado: aquello que perdiste, aquella
ofensa que te hicieron, aquel rencor que guardas... ¡déjalos atrás!, libérate
de todo ello, vuélvete ligero.
››Desarrolla la compasión, la compasión no en el sentido de “lástima
por...”, sino en el de “comprender”. Disculpar en los otros aquello que te
ofendió es perdonar, entender que esa persona no podía actuar de otra
manera sencillamente porque, como todos en mayor o menor medida, está
limitada y esclavizada por su rígido esquema mental, algo que al juntarse
con el ego crea una mezcla envenenada. Esto no significa en absoluto dar la
razón a quien no la tiene, se trata de comprender la fase del proceso en la
que está esa persona, de entender que cada cual tiene su propio camino y
que no tiene por qué ser coincidente con el tuyo. Al mismo tiempo, y aquí
está la dificultad, hay que hacer este análisis sin ponerse en una posición de
superioridad sobre el otro. “Digerir” el “porqué” del rencor, nos da la
oportunidad de desarrollar un intenso trabajo interno. En estos casos
muchas veces la solución más sencilla es apartarse y dejar al otro que viva
su propia historia evitando que su entropía te afecte. Nunca guardes
resentimiento a nadie, pues quien actúa de esta forma queda conectado de
manera permanente a aquello que detesta. Todo eso que te desagradó, pasó,
y ya no existe como tal. Sin embargo, si lo retienes y lo mantienes vivo
alimentándolo con pensamientos, puedes hacerte mucho daño. Estate atento
a tu corazón, no guardes nada que lo perjudique, no consientas tampoco que
nada ni nadie lo lastime. Abandona la ira y la rabia, no son más que lastre
en tu vida.
―Además de ser consciente de la respiración y de estar Atento, ¿qué
puedo hacer para atarla al presente? ¿Cómo puedo evitar que mi mente se
escape a esos momentos desagradables vividos o a situaciones que
imagina? ―pregunté.
―Empleando plenamente tus sentidos allí donde estés, disfrutando de
cuanto te rodea aunque creas que ya lo conoces, entregándote a la
experiencia como si fuese la primera vez: lugares, situaciones, personas...
Mira a tu alrededor con profundidad, con tridimensionalidad, observa las
formas, la luz, los colores, los sonidos, las sensaciones que te produce todo
aquello con lo que interactúas...
››Una cosa cada vez; una cosa cada vez; una cosa cada vez... ―dijo
despacio, chasqueando los dedos entre frase y frase―. Este debería ser tu
ritmo de actuación para que no te ocurra lo que al Titanic, el fabuloso barco
que se hundió en las profundidades del océano porque sus cámaras de
flotación, en lugar de ser independientes, estaban comunicadas entre sí. De
la misma manera, si en vez de movernos en “compartimentos estancos de
tiempo” dejamos que nuestro presente se contamine de pasado y de futuro,
nos será imposible flotar con semejante lastre y también, como el
transatlántico, acabaremos inundándonos y yéndonos a pique.
››Por complicada que pueda parecerte tu existencia Ismael, estas allí
donde la vida quiere que estés. Acéptalo. Resuelve el desafío de hoy, sólo
el de hoy, sin temor, sin amargura, sin rechazo, tratando de descubrir y
disfrutar al mismo tiempo las muchas cosas buenas que también este día
trae para ti, realizando cada acto de forma que concentres en él toda la
sabiduría que hayas podido acumular convirtiendo las lecciones aprendidas
en el pasado en algo práctico que te sirva para este momento que vives,
porque la sabiduría no es teoría, es movimiento, es acción, y la prueba de
fuego para saber si hemos comprendido por fin algo es que esta vez...
¡funcione!
ÚLTIMAS PALABRAS
Estimado lector/a:
Gracias por el tiempo que has dedicado a leer este libro. Deseo que hayas
disfrutado de él y que hayas podido encontrar, navegando entre sus páginas,
alguna idea o reflexión que pueda venirte bien en estos momentos de tu
vida.
Porque tu opinión es importante para mí, y porque me ayudarías a llegar a
más personas a las que pueda serles de utilidad esta lectura, quisiera pedirte
un favor: que entres de nuevo en www.amazon.es, y en la ficha del libro, en
la pestaña “opiniones clientes” dejes una breve reseña sobre la impresión
que te ha causado, y si fuese el caso, si lo consideras merecedor de tu
recomendación a otros posibles lectores.
Vaya por delante mi agradecimiento.
Javier Gil Lloréns
www.javiergilllorens.com