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El 'retail' que viene en

València

Foto: EDUARDO MANZANA

VALÈNCIA. Los movimientos en el 'retail' de València


vuelven a despertar tras el letargo provocado por la
pandemia. Aunque se trata de uno de los sectores del
mercado inmobiliario más afectados por la crisis, poco a
poco se recupera el ritmo, aunque sin el dinamismo de los
meses anteriores al estallido de la pandemia. La fotografía
fija de la ciudad es bien distinta. Muchos son los comercios
que se han visto obligados a bajar la persiana de forma
definitiva. Otros, en cambio, encuentran una oportunidad
de aterrizar en el cap i casal ante la mayor disponibilidad de
espacios generando un nuevo baile comercial.
Un nuevo escenario se vislumbra en el horizonte del retail
de la plaza valenciana, donde se prevén muchos cambios:
entradas y salidas de marcas, unificaciones y
reubicaciones. Con el parón de la actividad durante los
meses de confinamiento estricto, la mayoría de inquilinos
han tenido que renegociar sus contratos con los
propietarios para ajustar las rentas a la actual situación.
Algunas conversaciones han prosperado, incluyendo ya
una especie de 'cláusulas antipandemia'. "En los próximos
contratos se irá incluyendo que si un negocio se ve
abocado a cerrar la persiana por causa ajena no pague
durante ese periodo la renta o algún descuento en el
alquiler", explica Jorge Caruana, director
de Retail de Olivares Consultores. En otros casos, no se
ha podido alcanzar un acuerdo, lo que ha llevado a algunos
establecimientos al cierre definitivo.

La rentas en València ya estaban muy ajustadas tras la


pasada crisis de 2008 y, por tanto, únicamente se prevén
pequeñas variaciones en zonas comerciales más
secundarias donde sí podría haber una contracción de
hasta el 20%. "Hay alegría contenida y se está
consumiendo, pero no estamos en los niveles precovid y
esta situación tiene un efecto clarísimo en las rentas.
Aunque aquellas que se encuentran en zonas más prime de
la ciudad como Jorge Juan, Colón o Don Juan de Austria
están muy consolidadas y no se moverán, sí lo harán en
zonas más secundarias y en locales que, de alguna manera
estaban fuera del mercado", explica a este diario Yolanda
Lozano, directora general de Olivares Consultores.

Actualmente, las calles Colón, Don Juan de Austria y Jorge


Juan son las más caras de la urbe, con valores que
alcanzan los 100-120 euros por metro cuadrado al mes,
mientras que vías adyacentes a estos focos se sitúan en
cifras que oscilan entre los 20-35 euros por metro
cuadrado al mes. En cambio, comercios más de barrio se
establecen en una franja entre los 10-15 euros por metro
cuadrado al mes. Aunque antes de la crisis existían
excepciones y algunos inmuebles concretos de la ciudad
podían tener rentas más agresivas de hasta 200 euros por
metro cuadrado al mes, estos precios tenderán a corregirse
a la baja en el actual contexto.

Y será la imposibilidad de algunos de permanecer en las


vías principales de la ciudad, lo que permitirá las rotaciones
de marcas y la entrada de negocios que estaban a la espera
de dar el salto al hight street. "A las marcas que buscaban
Colón, Jorge Juan o Don Juan de Austria y tenían difícil
encontrar un local ahora se les abre una pequeña ventana,
porque hay opciones de algún local libre, lo que permitirá
poder posicionarse a firmas que desde hace años
buscaban estos enclaves en València", señala Caruana.

Incluso no será extraño ver que firmas que cuentan con


varias tiendas muy próximas entre ellas opten por quedarse
con un único establecimiento y cerrar el resto. Un
planteamiento que también puede liberar locales y dar
entrada a otras compañías. Y es que ahora prima la
ubicación frente a cualquier otra variable. "Antes se
priorizaba la ubicación, pero ahora mucho más, y ya no se
tiene tanto en cuenta la renta o la superficie. Por eso se
verán movimientos de agrupación de compañías que
pasarán de tener tres tiendas a una sola en el mejor
enclave", subraya el director de Retail de la consultora.

¿Adiós a las flagships?

Un efecto que podría suponer el adiós a las flagships, esto


es, grandes tiendas que se erigen como buque insignia de
las marcas en las que se aúna producto, tecnología y
grandes espacios. "Los grandes operadores ya no van a
priorizar las grandes superficies por encima de todo. Las
tiendas con 3.000 m2 ya no serán tan necesarias, por lo
que si antes contar con este tipo de establecimientos era
una tendencia, ahora se antepondrá la buena ubicación
frente al espacio", puntualiza.

Eso sí, las principales arterias comerciales de la ciudad se


mantendrán intactas. Colón y Don Juan de Austria
concentran las principales cadenas de Inditex, así
como H&M o El Corte Inglés, con un consumo más
frenético y de tránsito, mientras que Jorge Juan centra su
oferta en las boutiques y con un ticket medio de compra
más elevado: el consumidor acude allí no de paso, sino a
comprar. En los últimos tiempos cogen fuerza las tiendas
destinadas a un segmento más joven y puede que los
nuevos aterrizajes mantengan esa tendencia.
Las vías más secundarias y adyacentes a estos ejes, como
Cirilo Amorós, sí sufrirán el golpe, al ser zonas con
comercio más pequeño y compañías más familiares.
Aunque desde Olivares no prevén que se vayan a erigir
nuevos focos comerciales en la ciudad, sí apuntan a alguna
concentración concreta y en alguna calle. Así, por ejemplo,
en el comienzo de la calle Hernán Cortes desde Colón, tras
la pandemia, han desembarcado Singularu y Beige, dos
compañías dedicadas a la joyería, que se suman a insignias
enfocadas a este tipo de producto, como Aristocracy y
Apodemia, desde hace años ubicadas en este enclave.

Asimismo, zonas menos consolidadas podrían salir


reforzadas al calor de alguna firma potente que se
posicionará en esas vías. Eso fue lo que sucedió hace unos
años en el paseo de Ruzafa, en su tramo más próximo a
Colón, y en el Pasaje Doctor Serra. Con la llegada de
Primark resurgieron propiciando un nuevo polo comercial. Y
esa podría ser la solución para Poeta Querol, la marchita
'milla de oro' de la ciudad que ya no brilla como antaño,
cuando se erigió como la calle con las grandes firmas
internacionales de lujo. "Necesita una regeneración del
negocio, porque el lujo ha salido para no volver. Falta
alguien con capacidad de atracción para generar
movimientos", señalan.

Pese a todo, la actividad seguirá en la plaza valenciana ante


el interés de los operadores y la posibilidad de entrada en
puntos de la ciudad de difícil acceso antes de la pandemia.
"Habrá nuevas oportunidades en zonas secundarias y en
zona prime donde antes era casi imposible. Continuaremos
viendo movimientos comerciales", concluyen.

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