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Mallas Espaciales
Mallas Espaciales
Mallas Espaciales
casuaHdad, las organizaciones estructurales más las mallas, que es su capacidad para cubrir mayor
elementales de la naturaleza como son las que res luces bajo los mismos niveles de esfuerzo»
forman los átomos para componer los cristales Teniendo en cuenta además que sus barras sólo
moleculares. En los casos más frecuentes el con- trabajan a tracción o compresión y que ordinaria-
junto está comprendido eiiUe dos superficies en- mente se construyen con perfil tubular, óptimo
volventes, sensiblemente parelelas, planas o no, para este tipo de solicitaciones, se comprende fá-
que se denominan capas de la malla. Cada capa cilmente que estas estructuras tengan yn peso
suele estar compuesta por una red de barras dis- propio muy inferior al de las convencionales. Es
puestas en forma de retícula. Los nudos de cada frecuente que para cubiertas ligeras con luces
capa se conectan con los de la opuesta mediante comprendidas entre 20 y 50 m el peso propio os-
otras barras denominadas normalmente «diago- cile entre 12 y 20 Kg/m^,
nales».
Otra consecuencia de la favorable distribución de
Con el fin de presentar las peculiaridades de estas esfuerzos es la obtención de estructuras muy es-
estructuras, a continuación se exponen los aspec- beltas, en el sentido de que el volumen ocupado
tos comparativos que, a nuestro Juicio, mejor dife- es mínimo. Una característica Interesante a consi-
rencian las mallas espaciales respecto de las es- derar en cualquier estructura de cubierta es la re-
tructuras metálicas convencionales. lación entre el canto y la luz. Normalmente es
conveniente obtener valores reducidos de este co-
Las primeras diferencias se deducen de la propia ciente. La disminución del mismo hace crecer in-
organización geométrica. Las estructuras conven- versamente las solicitaciones y las deflexiones
cionales para cubrir grandes luces ordinariamente bajo carga, exigiendo finalmente dimenslcnamien-
se componen de subestructuras planas de diferen- tos mas costosos. A nivel práctico el citado co-
tes órdenes (jácenas, cerchas, correas, etc.), cada ciente suele quedar limitado, y en el caso de las
una de las cuales recibe las cargas de otras de estructuras metálicas ordinarias para grandes lu-
orden inmediato ¡níerlor para transmitirlas, a su ces no conviene adoptar valores inferiores a 1/15
vez, a las de orden superior. En las mallas espa- a p r o x i m a d a m e n t e . En las mallas espaciales el
dales, por el contrario, no existen elementos pre- canto suele denominarse «espesor de malla», sien»
ponderantes. Todas las barras forman parte de un do la separación entre las capas opuestas. En
conjunto entrelazándose de forma que los esfuer- aplicaciones a cubiertas planas apoyadas en todo
zos se reparten erare todas siguiendo preferente- el contorno puede llegarse razonablemente a rela-
mente las direcciones principales de la retícula. ciones espesor/luz del orden de 1/20 sin esfuer-
En las aplicaciones más normales de estas estruc- zos ni deflexiones excesivos.
turas, las superficies envolventes de la malla son
dos planos paralelos que frecuentemente se dis- Evidentemente el óptimo aprovechamiento de es-
ponen horizontalmente dando lugar a lo que se tas estructuras se consigue cuando las diferentes
conoce por «cubiertas planas». Conviene aclarar direcciones principales de la malla contribuyen
equilibradamente a soportar las cargas exteriores.
que a pesar de esta denominación se trata de es-
Esto se consigue en mayor grado en aquellas cu-
tructuras espaciales, que en absoluto se compo-
biertas en que la malla puede apoyarse en todo el
nen de subestructuras planas. El comportamiento
contorno y cuando las dimensiones generales que
conjunto es simíilar al de una placa en la cual las
definen la planta son parecidas. Es decir, en este
flexiones según dos direcciones ortogonales que-
sentido será más favorable una cubierta de planta
dan canalizadas a través de las barras horizontales
cuadrada, que una rectangular de la misma luz
y los esfuerzos cortantes son soportados por las
pero con notable diferencia entre sus dimensiones
diagonales. Normalmente las conexiones entre las
principales. Análogamente una planta circular se
barras son tales que permiten ser consideradas
comportaría mejor que otra elíptica de gran excen-
como articulaciones puras; en consecuencia di-
tricidad. En definitiva, la competitividad de las
chas barras, a menos que reciban acciones direc-
mallas espaciales respecto de las estructuras pla-
tas del exterior, quedan exclusivamente sometidas
nas depende no sólo de la luz o dimensión míni-
a esfuerzos axiles; de aquí su clasificación como
ma entre alineaciones de soportes, sino también
celosías.
de las proporciones de la planta a cubrir Por su-
El trabajo conjunto de todos los elementos y el puesto que si en una cubierta cuadrada la malla
reparto de los esfuerzos, en varias direcciones sólo puede soportarse en dos contornos opuestos,
principales, hace que los valores máximos de las quedando los otros dos sin apoyos, una de las
solicitaciones sean normalmente muy inferiores a direcciones no contribuye al esfuerzo y el benefi-
los que se producirían en una estructura equiva- cio derivado de! aprovechamiento de la forma se
lente constituida por celosías planas. De aquí se desaprovecha. En tal caso la malla queda traba-
deduce una de las aptitudes más significativas de jando como un conjunto simple de vigas paralelas.
igualdad de capacidad resistente suelen ser meno- ra puede resultar todavía más económica, pero
res. A pesar de esto las mallas tetraédricas son normalmente no interesa demasiado su utilización
generalmente más caras porque, en el caso de desde una perspéctica global porque los sistemas
aplicar la misma longitud elementai de barra, el habituales de cerramiento, a base de chapas,
número t o t a ! de elementos requeridos para la sandwich, etc., no permiten mayores separaciones
construcción de la malia es notablemente supe- entre apoyos. Módulos muy superiores oblíganan
rior Como se expondrá más adelante, la densidad a una estructura auxiliar para el apoyo del elemen-
de nudos de una estructura es un factor decisivo to de cierre y el coste total podría salir perjudi-
en su economía. Â titulo indicativo cabe citar que, cado.
por término medio, la malla tetraédrica puede re-
sultar del orden de un 20 a 30% más cara que la En cuanto al espesor de la malla, también tiene
octaédrica, pero esto no debe considerarse en ab- una incidencia apreciable en el coste, ya que los
soluto como una regla, ya que en determinadas esfuerzos originados en una determinada malla
aplicaciones puede incluso resultar más econó- son inversamente proporcionales al valor de este
mica. En particular, en los casos de estructuras parámetro. Con anterioridad se ha citado el orden
con planta hexagonal o triangular este t i p o de de magnitud que adquiere el cociente espesor/luz
malla puede resultar más adecuado por su mejor para las utilizaciones comunes en cubiertas pla-
adaptación a! contorno. nas. En cuanto a su relación con el módulo, el
espesor también debe estar comprendido entre
Partiendo de las dos topologías citadas pueden ciertos límites. E! cociente espesor/módulo nor-
deducirse otras mediante cambios en la orienta- malmente suele estar comprendido entre 0,5 y 1.
ción de alguna de las retículas, eliminación o adh Relaciones inferiores provocan esfuerzos excesi-
cfón de determinadas barras, etc. Algunas de es- vos en las barras diagonales, mientras que las su-
tas derivaciones pueden incluso resultar más eco- periores tienden a aumentar la esbeltez de estas
nómicas en ciertas aplicaciones concretas, pero barras obligando a dimensionamientos excesivos
no se expondrán aquí por carecer de interés ge- por pandeo. En general, en estructuras de grandes
neral luces con esfuerzos importantes conviene que el
Como en cualquier tipo de estructura, en las ma- espesor se aproxime al valor del módulo, siempre
llas espaciales concurren una serie de variables que sea compatible con las posibles limitaciones
cuya incîdencîa sobre el coste puede ser impor- que por otras razones puedan imponerse al volu-
tante. Algunas de ellas pueden quedar bastante men de la cubierta.
impuestas por la funcionalidad del edificio a cu- En la figura 3 puede apreciarse la influencia com-
brir, como son la carga unitaria a soportar, la luz, binada del módulo y espesor sobre el coste. Estas
etcétera. Sin embargo existen otras que, teniendo tendencias serian aplicables a estructuras concre-
una repercusión trascendental sobre el coste, pue- tas, en el supuesto de que se mantengan constan-
den ser elegidas con bastante libertad. Se ha ci-
tado ya la influencia que puede tener el tipo de
I COSTE
malla. Mucha mayor trascendencia tienen los pa-
rámetros que la determinan, módulo y espesor. K f
Se entiende por módulo la longitud de cada una
de las barras de la retícula, normalmente horizon- 12 +
tales. El número de nudos y barras requerido por
una estructura varía de forma inversamente pro-
10 +
porcional al cuadrado del módulo. Análogamente
a lo citado al comparar las dos topologías bási-
cas, el incremento de la densidad de nudos reper-
cute negativamente en el coste. Por ser el módulo
la variable que mayor incidencia tiene en la densi-
dad de nudos de la estructura, este parámetro re-
sulta ser el de mayor repercusión económica. Valo-
res inferiores a los 2 m son casi siempre antieco-
nómicos y sólo cabe aplicarlos en condiciones
especiales o en estructuras de reducidas dimen-
siones con carácter preferentemente ornamental.
Cuando las dimensiones generales y las luces son
importantes conviene acercarse a los 3 m de mo- ( Mts.)
dulación. Por encima de estos valores la estructu-
tes las demâs variables» También conviene aclarar supone una rigidez cónica baja combinada con
que en io que respecta al espesor este gráfico una rigidez axli elevada. En general los sistemas
sólo es válido para los casos de grandes luces en atornillados se aproximan bastante a la reducida
cubiertas planas. En los casos de estructuras con rigidez cónica, pero no todos aportan una rigidez,
reducidos esfuerzos la incidencia óeí espesor en axil suficiente. La conexión atornillada presenta
el coste en mucho menos apreciabie. siempre una cierta discontinuidad con mayor o
menor flexibilidad localizada y generalmente con
un comportamiento no lineal. Si la rigidez axil es
muy baja, la distribución de esfuerzos obtenidos
3. SísteiTias constructíwos por e! cálculo puede discrepar notablemente de la
que realmente se producirá en la estructura, pero
En las mallas espaciales ordinarias, las barras se además las deflexiones reales originadas bajo las
conectan entre sí por medio de una pieza especial cargas de trabajo pueden ser muy superiores a las
que constituye el núcleo del nudo. Las conexio- determinadas en el cálculo. Cualquier sistema de
nes presentan unas caracteristicas peculiares conexión debe ser ciudadosamente ensayado tanto
muy diferenciadas de las que se producen en las a nivel de nudos como de pequeñas estructuras
estructuras planas. El nudo debe permitir la con- con el fin de conocer su comportamiento real
currencia de un elevado número de barras, ocho o Pueden considerarse satisfactorios los sistemas
nueve frecuentemente, algunas de ellas bajo direc- que por término medio producen deflexiones glo-
ciones muy diversas en el espacio; pero además bales no superiores en un 10% a las determinadas
debe proporcionar el cumplimiento de unas condi- por cálculo bajo la hipótesis de articulaciones
ciones técnicas aceptables dentro de un diseño puras.
económicamente viable.
No es objeto de este trabajo la descripción de los
Las propiedades deseables más Interesantes que,
distintos sistemas que se encuentran en el merca-
a nuestro juicio, deben reunir los sistemas de co
do, no obstante cabe citar aquí el sistema MERO
nexión son:
diseñado por el Dr, Mengeringhausen, que fue
uno de los precursores del empleo de las mallas
a. Capacidad para adaptarse a cualquier distribu- espaciales> A pesar de que sus primeras ejecucia-
ción geométrica de barras en el espacio. nes datan de hace cuarenta años, este sistema
b. Sencillez de montaje e independencia en e! or» presenta todavia una completa actualidad siendo,
den de ensamblaje de los elementos^ cualquie- sin duda, el rnás difundido hasta el momento. Bá-
ra que sea la topología.. sicamente está constituido por nudos esféricos y
c„ Fiabilidad de la estructura. barras tubulares que se atornillan axilmente sobre
d. Optimo aprovechamiento de los matefmles. los nudos por medio de un ingenioso dispositivo
e. Comportamiento acorde con la hipótesis de de conexión. Con esta disposición consigue un
cálculo. razonable equilibrio entre las propiedades citadas
f.. Bajo coste de mantenimiento. anteriormente.
santa una forma similar a un gajo de naranja. En cubierto tenga forma circular. Sin embargo derh
su punto de maxima anchura el vuelo es de 46 m, vándose de esta disposición caben soluciones
lo que hubiese sido excesivo para un trabajo en adaptables a las formas concretas de los estadios
voladizo simple» La solución adoptada ha consisth deportivos. En la figura 9 se representa una posi-
do en apoyar la maya en todo su contorno exte- ble derivación de la idea anterior. La cubierta se
rior haciéndola trabajar en forma de bóveda con ha dividido en una serie de sectores cada uno de
una separación creciente que en sus extremos llega los cuales es una especie de bóveda distorsiona-
a 215 m» Siendo el espesor de la malla de 2,30, la da, cuya superficie constituiría un sector cónico.
fracción espesor/luz resulta ser 1/90« Esta estruc- Las generatrices de las bóvedas tienen una Incli-
tura ha sido construida mediante el sistema nación ascendente para que, cuando por acción
MERO y contiene del orden de 3.500 nudos y de las cargas el borde de la cubierta tienda a
unas 13<000 barras distribuidas en una malla oc- descender, entren en acción los elementos estruc-
taédnca de 3 m de módulo. El peso propio de la turales pareielos al contorno interior, comportán-
estructura es de 40 kg/m^. La ejecución de una dose como anillos comprimidos. De este modo se
cascara de estas dimensiones meúlante sistemas garantizarían unos empujes horizontales entre fas
constructivos tradicionales hubiera sido muchísi- bóvedas contiguas de modo que pueden trabajar
mo más pesada, requiriendo un montaje más len- en la dirección de sus arcos.
to y costoso»
Indudablemente las cubiertas para estadios se
En la misma linea de pretender encauzar los es- prestan a la aplicación de muy diversas tipologías
fuerzos según la dirección longitudinal de las cu™ que pueden Ir desde la formas estructurales más
biertas pueden proyectarse diversas tipologías, al- simples hasta las de más sofisticada fantasía. Las
gunas de las cuales se citan a continuación a títu- Interesantes propiedades que presentan las mallas
lo de ejemplo. espaciales, reiteradas a lo largo de! presente ar-
tículo, hacen de estas estructuras una herramienta
Cada vez se emplean en mayor proporción las es- extraordinariamente capaz para materializar las dh
tructuras suspendidas por cables para la consecu- ferentes soluciones estructurales proyectadas. Una
ción de grandes vanos sin apoyos. utilización racional de las mismas, en combina-
ción con ios restantes elementos estructurales del
Bajo esta Idea cabria sustentar toda la parte de- proyecto, puede reportar importantes beneficios
lantera de las cubiertas de estadios mediante ti- tanto económicos como funcionales. Aspectos ta-
rantes. En las figuras 7 y 8 se presentan dos so- les como la selección del tipo de malla a emplear,
luciones de este tipo. La primera de ellas serla determinación de los parámetros más convenien-
aplicable a los casos en los que tanto los masth tes, localizacíón de los puntos de apoyo, etc. de-
les como los anclajes opuestos de los tirantes ben ser objeto de un detallado estudio y fruto de
puedan situarse por los costados de la cubierta, colaboración entre el director del proyecto y el es-
mientras que la segunda se emplearla con estos pecialista en el tratamiento de las mallas espa-
elementos situados detrás del grader!o. No obs- cíales.
tante^ en las soluciones a base de estructura ati-
rantada hay que tener presente el problema susci-
tado por una posible inversión de esfuerzos que
tenderla a levantar la cubierta. En los casos en
que esto sea posible cabe recurrir al diseño de
alerones o deflectores del viento que lo impidan. # # #