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QUE ES PERJUICIO
Perjuicio proviene del latín praeiudicium que es efecto de perjudicar o
perjudicarse; jurídicamente puede concebirse como una afectación –daño o
menoscabo- material o moral consecuencia de la realización del comportamiento
típico. Según PEÑA CABRERA, se entiende por daño la destrucción o menoscabo
del interés protegido, tutelado por los tipos penales de la Parte Especial del
Código Penal298. En tanto que COBO y VIVES afirman que exclusivamente el
delito conlleva la exteriorización y materialidad de un hecho y, al mismo tiempo,
que con tal hecho se daña un bien jurídico protegido299. El perjuicio en los delitos
de falsedad documental, puede ser entonces una lesión en el patrimonio, un
detrimento o mella de la reputación, o en una inscripción ilegal, entre otros casos,
es decir, que puede haber perjuicio patrimonial como no. Pero basta con que se
perjudique a alguien en su status, en su fama, reputación . El artículo IV del Título
Preliminar del Código Penal peruano de 1991 prescribe que: “La pena,
necesariamente, precisa de la lesión o puesta en peligro de bienes jurídicos
tutelados por la Ley”. Esta norma rectora asegura el cumplimiento del principio de
legalidad y otras garantías fundamentales. Para que una conducta típica sea
sancionable, se exige que lesione o ponga en peligro el bien jurídico tutelado por
la Ley. Esta lesividad es tanto formal como material.
Tiene que distinguirse el alcance del daño y la visualización del peligro, es decir,
en el desvalor de acción y del resultado se tiene que avizorar la lesión del bien
jurídico. En suma, no basta la pura contradicción entre conducta y norma
prohibitiva, precísase la ofensa. En otras palabras, el comportamiento debe
lesionar o poner en peligro intereses de la colectividad y del individuo. Precisando
ambos conceptos, Raúl PEÑA CABRERA escribe que: “Entendemos por daño la
destrucción o menoscabo del interés protegido tutelado por los tipos penales de la
parte especial; mientras que el peligro lo concebimos como aproximación a la
ejecución de la destrucción o deterioro del bien jurídico (adelantamiento de la
punibilidad). Necesariamente debe existir posibilidad real de la producción de un
daño. En cuanto al desvalor del acto y desvalor de resultado, es necesario
connotarlos” 301 . También PEÑA CABRERA postula que una exacta concepción
del injusto se orienta a la punición estrictamente de las lesiones efectivas,
proscribiéndose categóricamente las tendencias a castigar las ideas,
pensamientos y la mera peligrosidad. La lesividad del bien jurídico está vinculado
a la subjetividad o voluntad del autor302 . El Derecho positivo peruano es tajante
en cuanto a vincular el Derecho penal con la protección de bienes jurídicos. En
efecto, el ordenamiento penal se concreta a proteger “bienes vitales”: vida,
integridad corporal, libertad, salud, patrimonio, etc. Como enseña JESCHECK, lo
importante es que los bienes vitales sean indispensables para la convivencia
humana en la sociedad; por eso mismo deben ser protegidos por el poder coactivo
del Estado a través de la pena pública30
COBO y VIVES, ponen de manifiesto que la relevancia del principio de ofensividad
del bien jurídico y la carga del injusto que se ocasiona se enlaza en una
comprensión general del Derecho como protector de bienes e intereses ya
constituidos, y no precisamente como la construcción de un orden imperativista,
regulador de las conductas individuales. Es obvio, que el fortalecimiento de esta
vinculación en el marco de una concepción liberal del Derecho penal y significando
por supuesto la necesaria y concreta manifestación de la lesividad que implica el
delito, es una garantía de la libertad del individuo frente al poder represivo del
Estado. Solamente así el bien jurídico adquiere gran importancia, al constituirse en
el corazón del delito sienta las bases de una noción material, factor decisivo en la
interpretación, elaboración de la teoría jurídica del delito y, sobretodo, de los
distintos tipos penales en singular304 . En realidad, en expresión de PEÑA
CABRERA, no es posible imaginar un delito que no ocasione daño u ofensa; esto
permite la intensa vigencia del principio de ofensividad, ofensión o lesividad, y que
se expresa en el axioma “nullum crimen sine iniuria”305. COBO y VIVES afirman
que exclusivamente el delito conlleva la exteriorización y materialidad de un hecho
y, al mismo tiempo, que con tal hecho se daña un bien jurídico protegido. Se va a
diferenciar así el delito de las simples actitudes internas, de un lado, y de otro, los
hechos materiales no lesivos de bien alguno
EL PERJUICIO EN LOS DELITOS DE FALSEDAD DOCUMENTAL.
Jurídicamente el perjuicio puede ser una lesión al patrimonio, un detrimento o
mella en la reputación, es decir, que puede haber perjuicio patrimonial como no.
Pero basta con que se perjudique a alguien en su estatus, en su fama o
reputación307. Sobre este punto, Sebastián SOLER, sostiene que: el perjuicio
puede consistir en una lesión de cualquier naturaleza, siempre que sea
jurídicamente apreciable (mínima non curat praetor), tanto de carácter material
como moral308 . Por lo que se ha postulado procedentemente (CREUS; 2004:71-
73) que debe considerarse que la ley exige que a la eventual lesión abstracta: la
funcionalidad en el tráfico jurídico o la fe pública, se sume el perjuicio a otros
bienes jurídicos de terceros que pueden ser de variada naturaleza309: patrimonial,
moral, política. Al respecto, Carlos CREUS expresa que: “Normalmente la misma
falsedad –sobre todo cuando recae sobre documentos públicos- puede señalarse
ya como un menoscabo de la fe pública en cuanto se ha deformado el documento
que la lleva; pero ese efecto no es típicamente suficiente; la Ley exige que a esa
eventual lesión ‘abstracta’ se sume la concreta de la posibilidad de perjuicio de
otros bienes jurídicos (distintos de la fe pública) que pueden ser de variada
naturaleza: patrimonial, moral, política, y deben pertenecer a un tercero,... Ese
efecto tiene que provenir directamente de la falsificación, de lo que ella represente
para la extinción o creación de derechos, facultades y cargas” 310 . Siendo así
que este requisito típico debe interpretarse como si el perjuicio se refiriera o
estuviera enderezado hacia otro bien jurídico distinto al bien jurídico protegido en
la falsedad documental. Dicho perjuicio no es indispensable que sea un
menoscabo estrictamente patrimonial (lo que podrá dar lugar –en caso sucedaal
concurso con un delito de estafa), sino que basta la posibilidad que se pueda
dañar un bien o interés de un tercero, independientemente de la naturaleza o del
orden al que pertenezca311. Puede tratarse de un perjuicio al honor o a la
reputación, como también a un interés moral, político y social312, o también la
administración de justicia (en cuyo caso da lugar a un concurso con el delito de
fraude procesal, como igualmente ocurre frecuentemente). En otras palabras,
como asimismo anota CREUS, la falsedad documental no se castiga por el mismo
hecho de la falsedad, sino porque ella acarrea peligro para bienes jurídicos
distintos de la fe pública313 . El perjuicio no debe entenderse como la afectación a
las funciones directas del documento como es la función de garantía, perpetuación
probatoria, pues ellas ya sufren una vulneración cuando se realiza cualquiera de
las modalidades típicas de la falsedad material o como una efectiva lesión a la
seguridad en el tráfico jurídico. La ley exige que a la eventual lesión abstracta se
sume la concreta posibilidad de perjuicio a otros bienes jurídicos que pueden ser
de variada naturaleza314 . B.3.
NATURALEZA JURÍDICA DEL PERJUICIO EN LOS DELITOS DE FALSEDAD
DOCUMENTAL.
En expresión de CHOCANO RODRÍGUEZ, sobre el perjuicio, hay un viejo
problema por resolver. Pero sobre ello, por lo menos, está claro la identificación
del problema, puesto que no hay criterio consensual sobre la naturaleza jurídica
del perjuicio, es decir, el significado, alcance y consecuencias del perjuicio; pues ni
la jurisprudencia ni la doctrina nacionales tienen una respuesta consistente y
uniforme sobre el contenido y significado del perjuicio315. Asimismo, el precitado
autor señala que: “hasta ahora sólo podemos decir que el (perjuicio) en los delitos
contra la fe pública es un elemento esencial para determinar la exclusión,
atenuación y agravación en la imposición de la pena”. Es importante saber a qué
tipo de perjuicio nos referimos cuando nos encontramos frente al delito de
falsedades, es decir, cual es su naturaleza jurídica: si es una condición objetiva de
punibilidad, o si es un elemento del tipo. B.3.1.
PORQUE ALGUNOS CONSIDERAN AL PERJUICIO COMO CONDICIÓN
OBJETIVA DE PUNIBILIDAD?
Por un lado, se plantea en la doctrina y en la jurisprudencia la cuestión de si es
necesario que haya perjuicio en el delito de falsedades para que se consume el
delito. O más precisamente, si se requiere de la causación del perjuicio para
sancionar al autor de la conducta falsaria. Según CHOCANO RODRÍGUEZ
(2000:499), para dar respuesta a esta cuestión, es fundamental partir del análisis
del tenor de la ley, la que advierte que el perjuicio a que se refiere en los delitos de
falsedades, es una condición objetiva de punibilidad 316. Opinan en el mismo
sentido PRADO SALDARRIAGA317 y BRAMONT-ARIAS TORRES318 . También
CASTILLO ALVA (2001:173-176) postuló, en un primer momento, que la ley
peruana considera que el momento consumativo del delito de falsedad documental
(art. 427) no requiere que la acción de falsificación, que bien puede revestir la
modalidad de hacer un documento falso o adulterar uno verdadero, cause de
manera efectiva un perjuicio a un tercero o que incluso el documento se use en el
tráfico jurídico-mercantil; que no es necesario exigir –al menos desde la
perspectiva de lege lata- la comprobación de si el documento falso o alterado se
usó o ingresó al tráfico jurídico o si en realidad devino en la producción de un
perjuicio como hasta ahora ha llegado a sostener de modo más mayoritario
nuestra jurisprudencia histórica, pasada y actual, en uno de los errores judiciales
más graves en lo que a interpretación y aplicación de las categorías dogmáticas
se refiere319 .
La ley cuando alude al perjuicio –continúa anotando CASTILLO ALVA- no lo hace
como si exigiera esta condición de manera efectiva o real, sino potencial. Sólo
cuando se entiende de este modo dicha referencia legal es que se fija
correctamente el aspecto central de la problemática320. La posibilidad del
perjuicio y no del perjuicio realmente producido, da pie a la consumación de este
delito, pero es indispensable que esa posibilidad exista, puesto que en caso
contrario se trataría de una acción que siendo totalmente inocua, no habría por
qué reprimir321 . Por su lado, PEÑA-CABRERA señala que en el delito de
falsedad material para alcanzar el momento consumativo, basta que el documento
falsario penetre en el tráfico documental; pero que el legislador ha considerado
necesario condicionar su relevancia penal a que el documento falsario pueda
ocasionar efectos lesivos hacia intereses jurídicos de terceros, con lo que ingresa
un elemento de punibilidad ajeno a su configuración típica que condiciona el
merecimiento y la necesidad de la sanción punitiva322 . Sin embargo –y esto
justifica la interrogante en el epígrafe-, las condiciones objetivas de punibilidad son
circunstancias ajenas a la acción típica, que si bien se encuentran en relación con
el hecho, pero que no pertenecen al tipo de injusto ni a la culpabilidad323. Las
condiciones objetivas de punibilidad son circunstancias que, sin pertenecer al
injusto o a la culpabilidad, condicionan en algún delito en concreto la imputación
de una pena. Al no pertenecer al tipo, no es necesario que se refiera a ellas el dolo
o la imprudencia del autor, siendo indiferente que sean o no conocidas por él. En
este sentido, aunque haya concurrido el delito, el legislador niega la necesidad de
la pena324. Puesto que el tipo penal es el concepto que sirve para seleccionar los
hechos que son penalmente relevantes, lo más oportuno parece incluir todos los
elementos que condicionan la objetiva punibilidad del hecho –tanto si afecta a la
gravedad del injusto, como si obedece a otras razones político-criminales- en el
tipo penal325 .
De tal modo, la naturaleza jurídica del perjuicio es una cuestión que no ha
terminado por aclararse en la doctrina ni jurisprudencia nacional, por la poca
profundidad con la que ha sido abordada326 . B.3.2.
PORQUE SE LE CONSIDERA AL PERJUICIO COMO ELEMENTO DEL TIPO
OBJETIVO.
Por otro lado, la doctrina y la jurisprudencia han establecido que el perjuicio es un
elemento del tipo objetivo en los delitos de falsedad documental. En ello, el propio
CASTILLO ALVA (2001:194-195) enmendando su opinión anterior en contrario,
expresa que “a nuestro criterio el recurso de la ley que fluye de la frase “si de su
uso puede causar algún perjuicio” constituye un elemento integrante del tipo
objetivo, cuya utilización es propia de la técnica legislativa empleada en la
construcción de los delitos de peligro y pretende remarcar la idoneidad que la
conducta de falsificación (llamada acción falsaria) debe cumplirse para ingresar al
tráfico jurídico, afectándolo327. De tal manera, que aún habiendo falsedad
documental, pero sin que concurra, o se encuentre completamente descartada la
eventualidad de causar perjuicio, queda también sin efecto alguno o sin relevancia
penal la conducta que recae afectando las funciones del documento. Ello sucede,
por ejemplo, en los casos de falsedad inútil y la falsedad inocua o burda”328. Otro
autor nacional que interpreta al perjuicio, o su posibilidad de él, como elemento del
tipo es REVILLA LLAZA, Percy329 . La frase: “…si de su uso puede resultar algún
perjuicio,…”, empleada por el artículo 427 del Código Penal peruano,
indudablemente es una expresión típica, vale decir, integrante del tipo penal, aún
cuando se considere en cuanto al perjuicio, basta que éste obre como posibilidad.
Cuando él se concreta en daño, precisa CREUS, con mayor razón se da la
característica de tipicidad, sin perjuicio de que pueda originarse otro delito que
concurra –material o idealmente- con el defalsedad documental. Agrega el citado
autor. No se trata tanto de distinguir lo que es perjuicio real de lo que es perjuicio
posible, sino de precisar este último concepto, ya que en él radica el límite mínimo
de lo típico330 . También Eusebio GÓMEZ, con contundencia señala que no
existe falsificación sino media algún perjuicio, que puede ser real o simplemente
potencial. El perjuicio real o potencial que la Ley exige, no es, únicamente el de
carácter económico; puede ser un perjuicio moral, político o de cualquier índole, a
condición de que derive de la falsificación, directamente. Señala asimismo,
elemento esencial de la falsificación es el dolo, el que consiste no sólo en tener la
intención de hacer un documento falso o adulterar uno verdadero, sino, además,
en la de efectuar la fabricación o la adulteración con la conciencia del daño que
con el hecho se puede causar3
TIPICIDAD SUBJETIVA. (EL PERJUICIO ES UN ELEMENTO CONSTITUTIVO
DEL TIPO PENAL OBJETIVO Y NO PERTENECE AL SUBJETIVO, LA
FALSEDAD DOCUMENTAL SOLO SE DA POR DOLO Y NO POR CULPA)
Según lo pone de manifiesto CASTILLO ALVA, el tipo subjetivo del delito de
falsedad documental sólo puede cometerse mediante la conducta típica dolosa,
excluyéndose cualquier modalidad de la culpa, sea conciente o inconciente. Ello,
por la misma noción de falsedad la cual supone la exigencia de una carga
subjetiva y una determinada intención del agente. No hay falsedad o falsificación
sin una conducta voluntaria que obra con pleno conocimiento del sentido de la
acción o del objeto en la que ésta recae332. En la doctrina argentina, también
Sebastián SOLER señala que: “La falsificación de documentos requiere el dolo.
No hay falsificación por culpa. Para advertirlo, basta considerar el sentido mismo
de la palabra falsedad y lo que ella supone en cuanto a las relaciones
intelectuales. Para que de falsedad pueda hablarse, se requiere siempre
conocimiento: lo 330 CREUS, Carlos-BUOMPADRE, Jorge Eduardo, Ob.cit., pp.
83-84. 331 Gómez, Eusebio, “Tratado de Derecho penal”, Buenos Aires, pp. 181-
182. 332 CASTILLO ALVA, Luis José, Ob.cit., p. 201. 167 inexacto se transforma
en exacto solamente cuando es conocida la inexactitud por el sujeto que emplea el
documento”333 . El dolo debe abarcar todos los elementos objetivos del tipo,
comprendiendo la acción típica de falsificación como el crear un documento falso o
adulterar uno verdadero, el perjuicio, y los demás elementos del tipo. Nuestra ley
sustantiva exige expresamente la necesidad que el autor tenga el propósito de
utilizar el documento. a) La Falsedad documental se concreta con dolo directo. En
la legislación peruana en virtud a la especial formulación típica de la falsedad
documental el delito sólo puede cometerse por dolo directo tanto del primero como
del segundo grado. Excluye, así la posibilidad de admitir el dolo eventual. Se llega
a tal conclusión en base a la exigencia por parte de la ley de un elemento subjetivo
del injusto, que se encuentra determinado por la expresión “con el propósito de
utilizar el documento”, hecho que descarta de manera plena cualquier referencia
anímica que no sea el dolo directo. La voz propósito tal como lo entiende la
doctrina penal, hace referencia a una modalidad de dolo directo: el de primer
grado, siendo equivalente a la intención de cometer el hecho. Si el legislador
peruano ha elegido y empleado de manera expresa en la redacción del
presupuesto una referencia subjetiva como el propósito de utilizar … es porque
busca y pretende enfatizar un elemento subjetivo especial que excluye
implícitamente cualquier duda o incertidumbre y el conocimiento de la posibilidad
de un determinado resultado, característica inherente del dolo eventual. La ley
penal para admitir el dolo eventual requiere que la formulación típica no contenga
alguna referencia a un elemento subjetivo, a manera de una tendencia interna
trascendente o una tendencia interna intensificada, cuestión que se echa de
menos en nuestra legislación334 . b) El conocimiento, como elemento integrante
del dolo, debe abarcar la específica modalidad de conducta que el autor realiza: ya
sea la creación total o 333 SOLER, Sebastián, Ob.cit., p. 346. 334 CASTILLO
ALVA, Luis José, Ob.cit., pp. 204-207. 168 parcial de un documento falso, o la
adulteración de un documento existente y genuino. El autor debe conocer
plenamente que realiza, hace o confecciona un documento falso; de tal manera
que termina por modificar la imputación de la autoría de la declaración a un sujeto
distinto al que la realizó. En cuanto a la adulteración o alteración el autor debe
conocer que añade o destruye, total o parcialmente, una declaración por otra
modificando los elementos esenciales del documento. Junto al conocimiento de
cualquiera de las acciones típicas de la falsedad documental es necesario también
que el autor conozca que su conducta produce una apariencia de documento y se
encuentra en condiciones de engañar al tráfico jurídico o a cualquier hombre
medio que participe en él. Por otro lado, resulta necesario que el autor sepa que
actúa sobre un documento público o sobre un documento privado, porque la
penalidad que establece el artículo 427 del Código Penal peruano está en función
a la clase de documento sobre el que actúa el agente, siendo la más grave la que
corresponde al documento público. Por lo cual, no se puede condenar por
falsedad material en documento público cuando el autor creía que el documento
sobre el que desplegaba su conducta era un documento privado. En este caso
creemos que muy bien puede plantearse un error sobre el objeto material de la
acción y su clase respectiva. El dolo, por ello, no basta que se dirija, con
conciencia y voluntad, contra el documento creándolo o adulterándolo, o sepa la
idoneidad o aptitud para engañar el tráfico jurídico y que se conozca la posibilidad
del perjuicio. Es necesario que se identifique la clase de documento sobre el que
se actúa o desarrolla sus efectos la respectiva modalidad de comportamiento. La
ley al acudir a la expresión “…con el propósito de utilizar el documento”, está
significando que el sujeto tenga la firme intención y la voluntad de utilizar el
documento en el tráfico jurídico. Lo que la ley permite remarcar aquí es que el
autor debe querer, después de la acción de falsificación, introducir el documento
falso en el tráfico jurídico. El verbo utilizar al que apela la ley peruana en la
formulación de la falsedad documental supone la intensión o el elemento subjetivo
distinto del dolo dirigido a emplear e introducir el documento en la amplia gama de
relaciones jurídicas y sociales. Cualquiera de las acciones 169 típicas realizadas
por el autor no bastan ni son suficientes para colmar la tipicidad del art. 427 si no
se busca emplear el documento, en el tráfico jurídico. No basta que se conozca el
hecho de actuar sobre un documento, sino que a ello debe agregarse el
conocimiento de la clase jurídica del soporte material en el que la conducta
despliegue sus efectos. Se trata, igual que el concepto de documento, de un
elemento normativo del tipo de necesaria observancia. Por ello, la ignorancia de
dicho elemento deberá valorarse como un error de tipo. En este caso estaremos
ante un error de un elemento esencial del tipo335. Si el sujeto cree que el
documento que hace o altera es un documento privado cuando en realidad se
trata de un documento público deberá castigarse sólo a título de falsificación de
documento privado. Por su parte, si el autor cree falsificar un documento público
cuando en realidad lo que falsifica es un documento privado deberá apreciarse
falsedad en documento privado
PARA ARGUMENTAR:
OPINION A FAVOR DE CONSIDERAR AL PERJUICIO COMO UN ELEMENTO
CONSTITUTIVO DEL TIPO PENAL Y NO COMO UNA CONDICION DE
PUNIBILIDAD:
La proposición ambigua del tipo penal del artículo 427 del Código penal
peruano de 1991, sobre la naturaleza jurídica del perjuicio en los delitos de
falsificación de documentos, y su interpretación teórica deficiente por la
jurisprudencia y la doctrina nacionales, generan consecuencias negativas:
a) de índole jurisdiccional, reflejado en sentencias discordantes; b) de
índole doctrinario, reflejado en discordancia interpretativa; y, c) colisión con
el criterio de seguridad jurídica, reflejado en la impredictibilidad de las
resoluciones judiciales y en el desconcierto en los abogados defensores en
lo penal, profesores de Derecho Penal y estudiantes de Derecho.
La posibilidad de causar perjuicio es un elemento del tipo objetivo y no una
condición de punibilidad, la misma que deviene de la potencialidad de
producir efectos en el tráfico jurídico.
Cierto sector jurisprudencial entiende que la consumación de este delito se
da cuando se causa un perjuicio objetivo; otro sector entiende que lo propio
se realiza con la introducción del documento falsificado en el tráfico jurídico
El perjuicio, al estar conectado con la acción de falsificar y usar el
documento en el tráfico jurídico, siendo el resultado de ello y del dolo del
agente, por lo cual le corresponde su ubicación en la hipótesis de hecho de
la estructura del artículo 427 del Código Penal, ello permite establecer que
su naturaleza jurídico-penal en los delitos de falsificación de documentos es
la de ser un elemento del tipo objetivo.
El perjuicio en los delitos de falsificación de documentos no es una
condición objetiva de punibilidad, porque éstas son entes jurídicos
absolutamente extraños a los elementos objetivos y subjetivos del tipo
penal; en tanto que el perjuicio es la consecuencia del obrar doloso del
agente, por lo cual está comprendido en el tipo penal y en el supuesto de
hecho de la norma.
La posición jurisprudencial y doctrinaria que considera al perjuicio como una
condición objetiva de punibilidad en la estructura del artículo 427 del Código
Penal peruano, parte de considerar erróneamente que los delitos contra la
fe pública son delitos de peligro. 5. Al ser el perjuicio un elemento del tipo
objetivo en los delitos de falsificación de documentos, como resultado de la
acción dolosa del sujeto activo en la elaboración, adulteración o uso del
documento falso, entonces ello permite establecer que los delitos de
falsificación de documentos son delitos de lesión y no delitos de peligro, ya
que la consumación del delito se produce con el causamiento del perjuicio.