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CONCEPTOS BASICOS

QUE ES PERJUICIO
Perjuicio proviene del latín praeiudicium que es efecto de perjudicar o
perjudicarse; jurídicamente puede concebirse como una afectación –daño o
menoscabo- material o moral consecuencia de la realización del comportamiento
típico. Según PEÑA CABRERA, se entiende por daño la destrucción o menoscabo
del interés protegido, tutelado por los tipos penales de la Parte Especial del
Código Penal298. En tanto que COBO y VIVES afirman que exclusivamente el
delito conlleva la exteriorización y materialidad de un hecho y, al mismo tiempo,
que con tal hecho se daña un bien jurídico protegido299. El perjuicio en los delitos
de falsedad documental, puede ser entonces una lesión en el patrimonio, un
detrimento o mella de la reputación, o en una inscripción ilegal, entre otros casos,
es decir, que puede haber perjuicio patrimonial como no. Pero basta con que se
perjudique a alguien en su status, en su fama, reputación . El artículo IV del Título
Preliminar del Código Penal peruano de 1991 prescribe que: “La pena,
necesariamente, precisa de la lesión o puesta en peligro de bienes jurídicos
tutelados por la Ley”. Esta norma rectora asegura el cumplimiento del principio de
legalidad y otras garantías fundamentales. Para que una conducta típica sea
sancionable, se exige que lesione o ponga en peligro el bien jurídico tutelado por
la Ley. Esta lesividad es tanto formal como material.
Tiene que distinguirse el alcance del daño y la visualización del peligro, es decir,
en el desvalor de acción y del resultado se tiene que avizorar la lesión del bien
jurídico. En suma, no basta la pura contradicción entre conducta y norma
prohibitiva, precísase la ofensa. En otras palabras, el comportamiento debe
lesionar o poner en peligro intereses de la colectividad y del individuo. Precisando
ambos conceptos, Raúl PEÑA CABRERA escribe que: “Entendemos por daño la
destrucción o menoscabo del interés protegido tutelado por los tipos penales de la
parte especial; mientras que el peligro lo concebimos como aproximación a la
ejecución de la destrucción o deterioro del bien jurídico (adelantamiento de la
punibilidad). Necesariamente debe existir posibilidad real de la producción de un
daño. En cuanto al desvalor del acto y desvalor de resultado, es necesario
connotarlos” 301 . También PEÑA CABRERA postula que una exacta concepción
del injusto se orienta a la punición estrictamente de las lesiones efectivas,
proscribiéndose categóricamente las tendencias a castigar las ideas,
pensamientos y la mera peligrosidad. La lesividad del bien jurídico está vinculado
a la subjetividad o voluntad del autor302 . El Derecho positivo peruano es tajante
en cuanto a vincular el Derecho penal con la protección de bienes jurídicos. En
efecto, el ordenamiento penal se concreta a proteger “bienes vitales”: vida,
integridad corporal, libertad, salud, patrimonio, etc. Como enseña JESCHECK, lo
importante es que los bienes vitales sean indispensables para la convivencia
humana en la sociedad; por eso mismo deben ser protegidos por el poder coactivo
del Estado a través de la pena pública30
COBO y VIVES, ponen de manifiesto que la relevancia del principio de ofensividad
del bien jurídico y la carga del injusto que se ocasiona se enlaza en una
comprensión general del Derecho como protector de bienes e intereses ya
constituidos, y no precisamente como la construcción de un orden imperativista,
regulador de las conductas individuales. Es obvio, que el fortalecimiento de esta
vinculación en el marco de una concepción liberal del Derecho penal y significando
por supuesto la necesaria y concreta manifestación de la lesividad que implica el
delito, es una garantía de la libertad del individuo frente al poder represivo del
Estado. Solamente así el bien jurídico adquiere gran importancia, al constituirse en
el corazón del delito sienta las bases de una noción material, factor decisivo en la
interpretación, elaboración de la teoría jurídica del delito y, sobretodo, de los
distintos tipos penales en singular304 . En realidad, en expresión de PEÑA
CABRERA, no es posible imaginar un delito que no ocasione daño u ofensa; esto
permite la intensa vigencia del principio de ofensividad, ofensión o lesividad, y que
se expresa en el axioma “nullum crimen sine iniuria”305. COBO y VIVES afirman
que exclusivamente el delito conlleva la exteriorización y materialidad de un hecho
y, al mismo tiempo, que con tal hecho se daña un bien jurídico protegido. Se va a
diferenciar así el delito de las simples actitudes internas, de un lado, y de otro, los
hechos materiales no lesivos de bien alguno
EL PERJUICIO EN LOS DELITOS DE FALSEDAD DOCUMENTAL.
Jurídicamente el perjuicio puede ser una lesión al patrimonio, un detrimento o
mella en la reputación, es decir, que puede haber perjuicio patrimonial como no.
Pero basta con que se perjudique a alguien en su estatus, en su fama o
reputación307. Sobre este punto, Sebastián SOLER, sostiene que: el perjuicio
puede consistir en una lesión de cualquier naturaleza, siempre que sea
jurídicamente apreciable (mínima non curat praetor), tanto de carácter material
como moral308 . Por lo que se ha postulado procedentemente (CREUS; 2004:71-
73) que debe considerarse que la ley exige que a la eventual lesión abstracta: la
funcionalidad en el tráfico jurídico o la fe pública, se sume el perjuicio a otros
bienes jurídicos de terceros que pueden ser de variada naturaleza309: patrimonial,
moral, política. Al respecto, Carlos CREUS expresa que: “Normalmente la misma
falsedad –sobre todo cuando recae sobre documentos públicos- puede señalarse
ya como un menoscabo de la fe pública en cuanto se ha deformado el documento
que la lleva; pero ese efecto no es típicamente suficiente; la Ley exige que a esa
eventual lesión ‘abstracta’ se sume la concreta de la posibilidad de perjuicio de
otros bienes jurídicos (distintos de la fe pública) que pueden ser de variada
naturaleza: patrimonial, moral, política, y deben pertenecer a un tercero,... Ese
efecto tiene que provenir directamente de la falsificación, de lo que ella represente
para la extinción o creación de derechos, facultades y cargas” 310 . Siendo así
que este requisito típico debe interpretarse como si el perjuicio se refiriera o
estuviera enderezado hacia otro bien jurídico distinto al bien jurídico protegido en
la falsedad documental. Dicho perjuicio no es indispensable que sea un
menoscabo estrictamente patrimonial (lo que podrá dar lugar –en caso sucedaal
concurso con un delito de estafa), sino que basta la posibilidad que se pueda
dañar un bien o interés de un tercero, independientemente de la naturaleza o del
orden al que pertenezca311. Puede tratarse de un perjuicio al honor o a la
reputación, como también a un interés moral, político y social312, o también la
administración de justicia (en cuyo caso da lugar a un concurso con el delito de
fraude procesal, como igualmente ocurre frecuentemente). En otras palabras,
como asimismo anota CREUS, la falsedad documental no se castiga por el mismo
hecho de la falsedad, sino porque ella acarrea peligro para bienes jurídicos
distintos de la fe pública313 . El perjuicio no debe entenderse como la afectación a
las funciones directas del documento como es la función de garantía, perpetuación
probatoria, pues ellas ya sufren una vulneración cuando se realiza cualquiera de
las modalidades típicas de la falsedad material o como una efectiva lesión a la
seguridad en el tráfico jurídico. La ley exige que a la eventual lesión abstracta se
sume la concreta posibilidad de perjuicio a otros bienes jurídicos que pueden ser
de variada naturaleza314 . B.3.
NATURALEZA JURÍDICA DEL PERJUICIO EN LOS DELITOS DE FALSEDAD
DOCUMENTAL.
En expresión de CHOCANO RODRÍGUEZ, sobre el perjuicio, hay un viejo
problema por resolver. Pero sobre ello, por lo menos, está claro la identificación
del problema, puesto que no hay criterio consensual sobre la naturaleza jurídica
del perjuicio, es decir, el significado, alcance y consecuencias del perjuicio; pues ni
la jurisprudencia ni la doctrina nacionales tienen una respuesta consistente y
uniforme sobre el contenido y significado del perjuicio315. Asimismo, el precitado
autor señala que: “hasta ahora sólo podemos decir que el (perjuicio) en los delitos
contra la fe pública es un elemento esencial para determinar la exclusión,
atenuación y agravación en la imposición de la pena”. Es importante saber a qué
tipo de perjuicio nos referimos cuando nos encontramos frente al delito de
falsedades, es decir, cual es su naturaleza jurídica: si es una condición objetiva de
punibilidad, o si es un elemento del tipo. B.3.1.
PORQUE ALGUNOS CONSIDERAN AL PERJUICIO COMO CONDICIÓN
OBJETIVA DE PUNIBILIDAD?
Por un lado, se plantea en la doctrina y en la jurisprudencia la cuestión de si es
necesario que haya perjuicio en el delito de falsedades para que se consume el
delito. O más precisamente, si se requiere de la causación del perjuicio para
sancionar al autor de la conducta falsaria. Según CHOCANO RODRÍGUEZ
(2000:499), para dar respuesta a esta cuestión, es fundamental partir del análisis
del tenor de la ley, la que advierte que el perjuicio a que se refiere en los delitos de
falsedades, es una condición objetiva de punibilidad 316. Opinan en el mismo
sentido PRADO SALDARRIAGA317 y BRAMONT-ARIAS TORRES318 . También
CASTILLO ALVA (2001:173-176) postuló, en un primer momento, que la ley
peruana considera que el momento consumativo del delito de falsedad documental
(art. 427) no requiere que la acción de falsificación, que bien puede revestir la
modalidad de hacer un documento falso o adulterar uno verdadero, cause de
manera efectiva un perjuicio a un tercero o que incluso el documento se use en el
tráfico jurídico-mercantil; que no es necesario exigir –al menos desde la
perspectiva de lege lata- la comprobación de si el documento falso o alterado se
usó o ingresó al tráfico jurídico o si en realidad devino en la producción de un
perjuicio como hasta ahora ha llegado a sostener de modo más mayoritario
nuestra jurisprudencia histórica, pasada y actual, en uno de los errores judiciales
más graves en lo que a interpretación y aplicación de las categorías dogmáticas
se refiere319 .
La ley cuando alude al perjuicio –continúa anotando CASTILLO ALVA- no lo hace
como si exigiera esta condición de manera efectiva o real, sino potencial. Sólo
cuando se entiende de este modo dicha referencia legal es que se fija
correctamente el aspecto central de la problemática320. La posibilidad del
perjuicio y no del perjuicio realmente producido, da pie a la consumación de este
delito, pero es indispensable que esa posibilidad exista, puesto que en caso
contrario se trataría de una acción que siendo totalmente inocua, no habría por
qué reprimir321 . Por su lado, PEÑA-CABRERA señala que en el delito de
falsedad material para alcanzar el momento consumativo, basta que el documento
falsario penetre en el tráfico documental; pero que el legislador ha considerado
necesario condicionar su relevancia penal a que el documento falsario pueda
ocasionar efectos lesivos hacia intereses jurídicos de terceros, con lo que ingresa
un elemento de punibilidad ajeno a su configuración típica que condiciona el
merecimiento y la necesidad de la sanción punitiva322 . Sin embargo –y esto
justifica la interrogante en el epígrafe-, las condiciones objetivas de punibilidad son
circunstancias ajenas a la acción típica, que si bien se encuentran en relación con
el hecho, pero que no pertenecen al tipo de injusto ni a la culpabilidad323. Las
condiciones objetivas de punibilidad son circunstancias que, sin pertenecer al
injusto o a la culpabilidad, condicionan en algún delito en concreto la imputación
de una pena. Al no pertenecer al tipo, no es necesario que se refiera a ellas el dolo
o la imprudencia del autor, siendo indiferente que sean o no conocidas por él. En
este sentido, aunque haya concurrido el delito, el legislador niega la necesidad de
la pena324. Puesto que el tipo penal es el concepto que sirve para seleccionar los
hechos que son penalmente relevantes, lo más oportuno parece incluir todos los
elementos que condicionan la objetiva punibilidad del hecho –tanto si afecta a la
gravedad del injusto, como si obedece a otras razones político-criminales- en el
tipo penal325 .
De tal modo, la naturaleza jurídica del perjuicio es una cuestión que no ha
terminado por aclararse en la doctrina ni jurisprudencia nacional, por la poca
profundidad con la que ha sido abordada326 . B.3.2.
PORQUE SE LE CONSIDERA AL PERJUICIO COMO ELEMENTO DEL TIPO
OBJETIVO.
Por otro lado, la doctrina y la jurisprudencia han establecido que el perjuicio es un
elemento del tipo objetivo en los delitos de falsedad documental. En ello, el propio
CASTILLO ALVA (2001:194-195) enmendando su opinión anterior en contrario,
expresa que “a nuestro criterio el recurso de la ley que fluye de la frase “si de su
uso puede causar algún perjuicio” constituye un elemento integrante del tipo
objetivo, cuya utilización es propia de la técnica legislativa empleada en la
construcción de los delitos de peligro y pretende remarcar la idoneidad que la
conducta de falsificación (llamada acción falsaria) debe cumplirse para ingresar al
tráfico jurídico, afectándolo327. De tal manera, que aún habiendo falsedad
documental, pero sin que concurra, o se encuentre completamente descartada la
eventualidad de causar perjuicio, queda también sin efecto alguno o sin relevancia
penal la conducta que recae afectando las funciones del documento. Ello sucede,
por ejemplo, en los casos de falsedad inútil y la falsedad inocua o burda”328. Otro
autor nacional que interpreta al perjuicio, o su posibilidad de él, como elemento del
tipo es REVILLA LLAZA, Percy329 . La frase: “…si de su uso puede resultar algún
perjuicio,…”, empleada por el artículo 427 del Código Penal peruano,
indudablemente es una expresión típica, vale decir, integrante del tipo penal, aún
cuando se considere en cuanto al perjuicio, basta que éste obre como posibilidad.
Cuando él se concreta en daño, precisa CREUS, con mayor razón se da la
característica de tipicidad, sin perjuicio de que pueda originarse otro delito que
concurra –material o idealmente- con el defalsedad documental. Agrega el citado
autor. No se trata tanto de distinguir lo que es perjuicio real de lo que es perjuicio
posible, sino de precisar este último concepto, ya que en él radica el límite mínimo
de lo típico330 . También Eusebio GÓMEZ, con contundencia señala que no
existe falsificación sino media algún perjuicio, que puede ser real o simplemente
potencial. El perjuicio real o potencial que la Ley exige, no es, únicamente el de
carácter económico; puede ser un perjuicio moral, político o de cualquier índole, a
condición de que derive de la falsificación, directamente. Señala asimismo,
elemento esencial de la falsificación es el dolo, el que consiste no sólo en tener la
intención de hacer un documento falso o adulterar uno verdadero, sino, además,
en la de efectuar la fabricación o la adulteración con la conciencia del daño que
con el hecho se puede causar3
TIPICIDAD SUBJETIVA. (EL PERJUICIO ES UN ELEMENTO CONSTITUTIVO
DEL TIPO PENAL OBJETIVO Y NO PERTENECE AL SUBJETIVO, LA
FALSEDAD DOCUMENTAL SOLO SE DA POR DOLO Y NO POR CULPA)
Según lo pone de manifiesto CASTILLO ALVA, el tipo subjetivo del delito de
falsedad documental sólo puede cometerse mediante la conducta típica dolosa,
excluyéndose cualquier modalidad de la culpa, sea conciente o inconciente. Ello,
por la misma noción de falsedad la cual supone la exigencia de una carga
subjetiva y una determinada intención del agente. No hay falsedad o falsificación
sin una conducta voluntaria que obra con pleno conocimiento del sentido de la
acción o del objeto en la que ésta recae332. En la doctrina argentina, también
Sebastián SOLER señala que: “La falsificación de documentos requiere el dolo.
No hay falsificación por culpa. Para advertirlo, basta considerar el sentido mismo
de la palabra falsedad y lo que ella supone en cuanto a las relaciones
intelectuales. Para que de falsedad pueda hablarse, se requiere siempre
conocimiento: lo 330 CREUS, Carlos-BUOMPADRE, Jorge Eduardo, Ob.cit., pp.
83-84. 331 Gómez, Eusebio, “Tratado de Derecho penal”, Buenos Aires, pp. 181-
182. 332 CASTILLO ALVA, Luis José, Ob.cit., p. 201. 167 inexacto se transforma
en exacto solamente cuando es conocida la inexactitud por el sujeto que emplea el
documento”333 . El dolo debe abarcar todos los elementos objetivos del tipo,
comprendiendo la acción típica de falsificación como el crear un documento falso o
adulterar uno verdadero, el perjuicio, y los demás elementos del tipo. Nuestra ley
sustantiva exige expresamente la necesidad que el autor tenga el propósito de
utilizar el documento. a) La Falsedad documental se concreta con dolo directo. En
la legislación peruana en virtud a la especial formulación típica de la falsedad
documental el delito sólo puede cometerse por dolo directo tanto del primero como
del segundo grado. Excluye, así la posibilidad de admitir el dolo eventual. Se llega
a tal conclusión en base a la exigencia por parte de la ley de un elemento subjetivo
del injusto, que se encuentra determinado por la expresión “con el propósito de
utilizar el documento”, hecho que descarta de manera plena cualquier referencia
anímica que no sea el dolo directo. La voz propósito tal como lo entiende la
doctrina penal, hace referencia a una modalidad de dolo directo: el de primer
grado, siendo equivalente a la intención de cometer el hecho. Si el legislador
peruano ha elegido y empleado de manera expresa en la redacción del
presupuesto una referencia subjetiva como el propósito de utilizar … es porque
busca y pretende enfatizar un elemento subjetivo especial que excluye
implícitamente cualquier duda o incertidumbre y el conocimiento de la posibilidad
de un determinado resultado, característica inherente del dolo eventual. La ley
penal para admitir el dolo eventual requiere que la formulación típica no contenga
alguna referencia a un elemento subjetivo, a manera de una tendencia interna
trascendente o una tendencia interna intensificada, cuestión que se echa de
menos en nuestra legislación334 . b) El conocimiento, como elemento integrante
del dolo, debe abarcar la específica modalidad de conducta que el autor realiza: ya
sea la creación total o 333 SOLER, Sebastián, Ob.cit., p. 346. 334 CASTILLO
ALVA, Luis José, Ob.cit., pp. 204-207. 168 parcial de un documento falso, o la
adulteración de un documento existente y genuino. El autor debe conocer
plenamente que realiza, hace o confecciona un documento falso; de tal manera
que termina por modificar la imputación de la autoría de la declaración a un sujeto
distinto al que la realizó. En cuanto a la adulteración o alteración el autor debe
conocer que añade o destruye, total o parcialmente, una declaración por otra
modificando los elementos esenciales del documento. Junto al conocimiento de
cualquiera de las acciones típicas de la falsedad documental es necesario también
que el autor conozca que su conducta produce una apariencia de documento y se
encuentra en condiciones de engañar al tráfico jurídico o a cualquier hombre
medio que participe en él. Por otro lado, resulta necesario que el autor sepa que
actúa sobre un documento público o sobre un documento privado, porque la
penalidad que establece el artículo 427 del Código Penal peruano está en función
a la clase de documento sobre el que actúa el agente, siendo la más grave la que
corresponde al documento público. Por lo cual, no se puede condenar por
falsedad material en documento público cuando el autor creía que el documento
sobre el que desplegaba su conducta era un documento privado. En este caso
creemos que muy bien puede plantearse un error sobre el objeto material de la
acción y su clase respectiva. El dolo, por ello, no basta que se dirija, con
conciencia y voluntad, contra el documento creándolo o adulterándolo, o sepa la
idoneidad o aptitud para engañar el tráfico jurídico y que se conozca la posibilidad
del perjuicio. Es necesario que se identifique la clase de documento sobre el que
se actúa o desarrolla sus efectos la respectiva modalidad de comportamiento. La
ley al acudir a la expresión “…con el propósito de utilizar el documento”, está
significando que el sujeto tenga la firme intención y la voluntad de utilizar el
documento en el tráfico jurídico. Lo que la ley permite remarcar aquí es que el
autor debe querer, después de la acción de falsificación, introducir el documento
falso en el tráfico jurídico. El verbo utilizar al que apela la ley peruana en la
formulación de la falsedad documental supone la intensión o el elemento subjetivo
distinto del dolo dirigido a emplear e introducir el documento en la amplia gama de
relaciones jurídicas y sociales. Cualquiera de las acciones 169 típicas realizadas
por el autor no bastan ni son suficientes para colmar la tipicidad del art. 427 si no
se busca emplear el documento, en el tráfico jurídico. No basta que se conozca el
hecho de actuar sobre un documento, sino que a ello debe agregarse el
conocimiento de la clase jurídica del soporte material en el que la conducta
despliegue sus efectos. Se trata, igual que el concepto de documento, de un
elemento normativo del tipo de necesaria observancia. Por ello, la ignorancia de
dicho elemento deberá valorarse como un error de tipo. En este caso estaremos
ante un error de un elemento esencial del tipo335. Si el sujeto cree que el
documento que hace o altera es un documento privado cuando en realidad se
trata de un documento público deberá castigarse sólo a título de falsificación de
documento privado. Por su parte, si el autor cree falsificar un documento público
cuando en realidad lo que falsifica es un documento privado deberá apreciarse
falsedad en documento privado
PARA ARGUMENTAR:
OPINION A FAVOR DE CONSIDERAR AL PERJUICIO COMO UN ELEMENTO
CONSTITUTIVO DEL TIPO PENAL Y NO COMO UNA CONDICION DE
PUNIBILIDAD:
 La proposición ambigua del tipo penal del artículo 427 del Código penal
peruano de 1991, sobre la naturaleza jurídica del perjuicio en los delitos de
falsificación de documentos, y su interpretación teórica deficiente por la
jurisprudencia y la doctrina nacionales, generan consecuencias negativas:
a) de índole jurisdiccional, reflejado en sentencias discordantes; b) de
índole doctrinario, reflejado en discordancia interpretativa; y, c) colisión con
el criterio de seguridad jurídica, reflejado en la impredictibilidad de las
resoluciones judiciales y en el desconcierto en los abogados defensores en
lo penal, profesores de Derecho Penal y estudiantes de Derecho.
 La posibilidad de causar perjuicio es un elemento del tipo objetivo y no una
condición de punibilidad, la misma que deviene de la potencialidad de
producir efectos en el tráfico jurídico.
 Cierto sector jurisprudencial entiende que la consumación de este delito se
da cuando se causa un perjuicio objetivo; otro sector entiende que lo propio
se realiza con la introducción del documento falsificado en el tráfico jurídico
 El perjuicio, al estar conectado con la acción de falsificar y usar el
documento en el tráfico jurídico, siendo el resultado de ello y del dolo del
agente, por lo cual le corresponde su ubicación en la hipótesis de hecho de
la estructura del artículo 427 del Código Penal, ello permite establecer que
su naturaleza jurídico-penal en los delitos de falsificación de documentos es
la de ser un elemento del tipo objetivo.
 El perjuicio en los delitos de falsificación de documentos no es una
condición objetiva de punibilidad, porque éstas son entes jurídicos
absolutamente extraños a los elementos objetivos y subjetivos del tipo
penal; en tanto que el perjuicio es la consecuencia del obrar doloso del
agente, por lo cual está comprendido en el tipo penal y en el supuesto de
hecho de la norma.
 La posición jurisprudencial y doctrinaria que considera al perjuicio como una
condición objetiva de punibilidad en la estructura del artículo 427 del Código
Penal peruano, parte de considerar erróneamente que los delitos contra la
fe pública son delitos de peligro. 5. Al ser el perjuicio un elemento del tipo
objetivo en los delitos de falsificación de documentos, como resultado de la
acción dolosa del sujeto activo en la elaboración, adulteración o uso del
documento falso, entonces ello permite establecer que los delitos de
falsificación de documentos son delitos de lesión y no delitos de peligro, ya
que la consumación del delito se produce con el causamiento del perjuicio.

RECOMENDACIONES PARA SOLUCIONAR LA CONTROVERCIA


REFERENTE AL PERJUCIO EN EL DERECHO PENAL:
 Los órganos jurisdiccionales penales y fiscales penales del Ministerio
Público, deben tener en cuenta que en la postura dominante de la
jurisprudencia, que considera al perjuicio como elemento del tipo, la
consumación del delito sólo se produce con el causamiento del perjuicio al
usar el documento falso, lo que establece que el delito contra la fe pública
es un delito de lesión o resultado; no debiendo recoger la argumentación de
que el delito se ha consumado con la sola falsificación del documento o el
solo uso del mismo al margen de que cause perjuicio o no, que es propio de
los delitos de peligro, a cuya naturaleza no corresponde el delito de
falsificación de documentos.

 Los magistrados de los Órganos Jurisdiccionales Penales y los Fiscales


Penales del Ministerio Público, ante la denuncia de un delito de falsificación
de documentos o falsedad material, de no encontrar acreditado que se haya
producido perjuicio con la falsificación del documento y el uso del mismo,
deben aplicar el criterio dominante de la jurisprudencia que considera al
perjuicio como elemento del tipo objetivo, y, así desestimar la denuncia,
absteniéndose de instaurar proceso investigatorio, ya que al faltar el
perjuicio como un elemento del tipo, no existe delito; superando de ese
modo las consecuencias negativas que viene generando la discordancia de
criterios con la otra postura que considera al perjuicio como condición
objetiva de punibilidad.

 Asimismo, se recomienda a los abogados defensores en lo penal que ante


un caso en el que los órganos jurisdiccionales penales o miembros del
Ministerio Público, hayan aperturado investigación penal por el delito de
falsificación de documentos, sin que se haya producido el perjuicio, hagan
uso del medio de defensa técnico de la excepción de naturaleza de acción,
en la acepción de no constituir delito los hechos imputados, ya que el
perjuicio al ser un elemento del tipo objetivo en esos delitos, y no
encontrarse presente en el caso, entonces los hechos no constituyen el
delito imputado. Con ello además contribuirán los 266 señores abogados
defensores penales a que se supere el criterio discordante con la otra
postura doctrinal y jurisprudencial que considera al perjuicio como una
condición objetiva de punibilidad.
 En tanto se modifique el artículo 427 del Código Penal, se recomienda que
en el ámbito jurisdiccional la Corte Suprema establezca una Doctrina
Jurisprudencial vinculante, por el pleno de los Vocales Supremos en lo
Penal, quienes deben dictar una sentencia plenaria uniformando los
criterios, sobre la naturaleza jurídica del perjuicio, que debe ser en el
sentido de que éste es un elemento del tipo objetivo en los delitos de
falsedad documental, conforme a lo prescrito por los artículos 22 y 116 de
la Ley Orgánica del Poder Judicial, y últimamente, en materia penal, en el
artículo 301-A del Código de Procedimientos Penales de 1940 (introducido
por el Decreto Legislativo 959, del 17 de Agosto de 2004), a fin de superar
las consecuencias negativas de la proposición ambigua del tipo penal del
art. 427 del Código Penal y su interpretación teórica deficiente.
 Ante el debate doctrinal en el Derecho Penal Nacional, de si el perjuicio es
una condición objetiva de punibilidad o un elemento del tipo objetivo en los
delitos de falsedad documental material; se recomienda a los
investigadores nacionales, y especialmente a quienes simpaticen con la
postura que considera al perjuicio como una condición objetiva de
punibilidad, a que reformulen sus ideas y se adhieran a la postura doctrinal
y jurisprudencial, así como de la legislación comparada, que postula al
perjuicio como elemento del tipo, lo que hace el delito de falsedad
documental sea uno de lesión o resultado y no de peligro, y de ese modo
sumarse a la exigencia de la reforma legislativa para eliminar la proposición
ambigua del tipo penal del art. 427 del Código Penal peruano, y su
interpretación teórica deficiente con sus consecuencias negativas.

JURISPRUDENCIA A FAVOR DE CONSIDERAR PERJUICIO COMO


ELEMENTO DE TIPO
EJECUTORIA SUPREMA QUE ESTABLECE QUE EL PERJUICIO ES
ELEMENTO DEL TIPO SALA SUPREMA PENAL TRANSITORIA R.N. N° 773-
2001411
LIMA Diecinueve de junio de dos mil uno.-
VISTOS; de conformidad con lo dictaminado por el señor Fiscal; por los
fundamentos de la recurrida y la apelada; y CONSIDERANDO: que, conoce del
presente proceso esta Suprema Sala, por haberse declarado fundada la queja
interpuesta, por presuntas irregularidades; que, de la revisión de los actuados,
aparece que se atribuye a los procesados Fajrry Taly Hamideh Saavedra y Faresh
Miguel Átala Herrera, la comisión del delito de estafa y contra la fe pública; que, en
primer lugar, es del caso discernir sí el comportamiento en debate cuenta con los
elementos que exige el tipo legal, como es examinar si la conducta encuadra
como supuesta infracción punible de estafa y contra la fe pública; que, a este
respecto, se debe tener en cuenta que el elemento material de la estafa está dado
por la procuración para sí o para otro de un provecho ilícito mediante el uso de la
astucia, ardid, o engaño, pero, su esencia en sí es el engaño, que se traduce
comúnmente en la falta de verdad de lo que se dice o se hace creer, con el
evidente propósito de lograr una disposición patrimonial perjudicial a través del
error, pero dicho engaño, debe ser suficiente y debe revestir características serias
para hacer o inducir a error y consecuentemente al acto de disposición, en suma,
se debe determinar sí el error ha sido consecuencia del engaño, o por el contrario,
consecuencia de alguna actitud negligente reprochable a la víctima, vale decir, si
entre el engaño y el error ha habido la relación de causalidad necesaria para el
delito de estafa de modo que el engaño haya sido una condición cuantitativamente
dominante, y, si el error procede de una actitud negligente o de censurable
abandono o por motivos distintos al engaño, este no será relevante, negándose la
relación de causalidad y, por tanto el carácter idóneo y eficaz del engaño; que, en
el presente caso, fluye de la denuncia de parte, formalizada por el Representante
del Ministerio Público, que Industrias Polaris Sociedad Anónima, representada por
Fajrry Taly Hamideh Saavedra y Faresh Miguel Átala Herrera, inician sus
operaciones con el Banco agraviado, principalmente con financiamiento de venta,
par lo cual se le otorgó una línea de descuentos de letras y sobregiro en cuenta
corriente, tal como se desprende de la solicitud de contrato de adelanto en cuenta
corriente de fojas mil trescientos noventi-siete y del con trato privado por garantía
de letras y documentos entregados o por entregaren cobranza, suscrito el seis de
abril de mil novecientos noventicuatro, obrantes a fojas quinientos once y mil
trescientos noventicinco; que, fue así que se le otorgó una línea denominada
cobranzas de letras en garantía, que significa que la entidad Sanearía recibe letras
aceptadas por diferentes personas y sobre el monto de las mismas concedían el
setenticinco por ciento de su valor, lo cual era abonado a la cuenta corriente de
industrias Polaris; que, en vista que los aceptantes no honraban las cambiales,
fueron objeto de protesto, y se les cortó la línea de crédito, y según la parte
denunciante llegaron a verificar que los aceptantes, que en su mayoría eran
empresas, no existían, otras tenían el mismo domicilio, y nunca funcionaron en las
direcciones consignadas, presumiendo que fueron creadas con el propósito de
estafar a la 411 PÉREZ ARROYO, Miguel. La evolución de la jurisprudencia penal
en el Perú (2001-2005), t. II. Iuris Consulti, Lima, 2006, p. 1125-1129. 275
institución crediticia; que, narrados así los hechos, aparentemente tendrían
contenido penal, empero, debe de tenerse en cuenta, que de los sendos
documentos presentados por los sujetos procesales no se acredita conducta
engañosa y que se haya mantenido en error al Banco agraviado respecto a las
cambiales, apreciándose del tenor del contrato privado suscrito entre dichas
partes, que en su sétima cláusula establecía, que sí alguna de la letras resultaba
incobrable, Industrias Polaris se obligaba a entregar.su importe inmediatamente; y
en su cláusula décima quinta, concluida la cuenta corriente, el banco tenía el
derecho de girar contra el cliente una letra a la vista, la misma que protestaba por
la falta de pago, daría lugar a una acción ejecutiva; cláusula que en parte fue
efectivizada por el Banco, conforme se desprenden del escrito de fojas mil
trescientos noventiocho y siguientes, señalando que se procedió a disponer el
cierre de la cuenta por encontrarse sobregirada y consecuentemente, girar una
letra a la vista por la suma de un millón novecientos diez mil ciento noventinueve
dólares, que fue materia de protesto el veintitrés de mayo de mil novecientos
noventisiete ante Notario Público, y que solo han ejercido su derecho en la vía
penal; que, asimismo se aprecia, que Industrial Polaris, a través de sus
representantes, en la carta dirigida al Banco de Crédito, recepcionada el veinte de
octubre de mil novecientos noventicuatro, obrante a fojas quinientos diez, le hace
saber al Banco, que de existir incumplimiento de pago en las cambiales por parte
de sus obligados principales, se limitarán a devolverlos, y que además de las
cambiales y otros documentos, les ofrecían las adicionales garantías que tuvieren
o puedan constituir a su favor, obligándose a mantener fondos suficientes en sus
cuentas, para los fines de atender la operación crediticia, lo cual se ve corroborado
con la copia simple de la escritura de constitución de fianza solidaria respaldada
con garantía hipotecaría de fojas quinientos veinte y siguientes que otorgaba el co-
procesado Faresh Miguel Átala Herrera a favor del Banco, y mediante la cual se
constituía en fiador de Industrial Polaris por la suma de cuatrocientos mil dólares, y
con la carta recepcionada el trece de diciembre de mil novecientos noventiséis, de
fojas quinientos treintiuno, se comprometía irrevocablemente con el Banco, a
otórgales las garantías hipotecarias y las prendas industriales con maquinaria de
primera y alta tecnología, además de los avales de los accionistas de la empresa,
hasta cubrir los requerimientos del Banco; de lo que se infiere, que en todo
momento se garantizaba la obligación contraída, desvirtuando alguna maniobra o
trama delictiva, es decir hay ausencia del elemento subjetivo, el dolo; que, en todo
caso, los funcionarios de la entidad agraviada que intervinieron en la operación
crediticia, no desarrollaron las mismas precauciones para verificar los datos
consignados en las cambiales y si eran objeto de cobro y finalmente en
cumplimiento de los térmi nos del contrato, bien pudieron interponer la acción
pertinente en la vía extrapenal; que, en cuanto al delito contra la fe pública, uno de
sus presupuestos objetivos, es la de causar perjuicio, y en el caso concreto, no se
ha determinado; consecuentemente, los hechos denunciados resultan atípicos,
encontrándose la absolución conforme a lo previsto en el artículo trescientos
ochenticuatro del Código de Procedimientos Penales: declararon NO HABER
NULIDAD en la sentencia recurrida de fojas mil ochocientos veintinueve, su fecha
once de octubre de mil novecientos noventinueve, absuelve a Fajrri Taly Hamideh
Saavedra y Faresch Miguel Átala Herrera, de la acusación fiscal por el delito
contra el patrimonio - estafa - y contra la fe pública - falsedad material- en agravio
del Banco de Crédito del Perú y el Estado, dejando a salvo la facultad de los
agraviados de hacer valer sus derechos en la vía respectiva; con lo demás que
contiene y los devolvieron.- TEXTO DEL DICTAMEN FISCAL SUPREMO: Viene el
presente proceso en cumplimiento de la Resolución Suprema de fs. 1888 que
declara FUNDADA la queja interpuesta por la entidad agraviada y orden ase
conceda el recurso de nulidad contra la resolución de fs, 1829 su fecha 11 de
Octubre de 1999, que confirma la sentencia de fs. 1733 de fecha 05 de Mayo de
1999, que ABSUELVE a FAR1 TALI HAMIDEH SAAVEDRA y FARESCH MIGUEL
ÁTALA HERRERA por delito contra el Patrimonio y contra la Fe Pública - Falsedad
Material de Documentos, en agravio del Banco de Crédito del Perú y del Estado,
dejando a salvo la facultad de los agraviados de hacer valer sus derechos en la
vía civil respectiva; con lo demás que contiene. Se imputa a los encausados Fari
Tali Hamideh Saavedra y Faresch Miguel Átala Herrera, quienes en su condición
de Directores Generales de la Empresa «Industrias Polaris Sociedad Anónima»,
para procurarse provecho económico ilícito en perjuicio del Banco de Crédito, 276
manteniéndolos en error y de forma fraudulenta, lograron obtener una línea de
crédito de descuentos y sobregiros garantizados por letras de cambio aceptadas
por diferentes personas; sin embargo al no ser canceladas y protestadas,
descubrieron que varias empresas que figuraban como aceptantes no existían y
otras no funcionaban en las direcciones que indican, motivo por las cuales les
atribuyen los delitos de Estafa y Falsificación. Durante el proceso ha quedado
establecido que entre el Banco de Crédito del Perú y la Empresa Industrias Polaris
S.A., representado por los encausados, el 06 de Abril de 1994 celebraron un
contrato privado de crédito por garantía de letras y documentos entregados o por
entregar en cobranza, bajo una serie de términos de entre los cuales cabe
destacar el numeral séptimo que estipula «si alguna o algunas de las letras que e!
cliente haya entregado o entregase en adelanto al Banco resultasen incobrables
ajuicio del Banco, el cliente se obliga a entregar al Banco su importe
inmediatamente que se le comunique que dicha letra o letras que han resultado
incobrables», como se ve a fs. 1395; según Pericia Contable de fs. 1641, desde
1995 hasta Marzo de 1997, el Banco de Crédito del Perú abonó a favor de
Industrias Polaris S.A.., un total de $ 3'196,56.10 dólares americanos, habiendo
pagado dicha empresa a Marzo de 1997 la suma de $ 1 '399,144.87 ascendido la
deuda a la suma de $ 1,796.911.13 dólares americanos sin considerar intereses y
gastos adicionales; respecto a esta deuda los encausados ofrecieron mejores
garantías hipotecarias de las que tenían constituidas para lo cual cursaron cartas a
la mencionada entidad crediticia, conforme a fs. 542; los hechos citados
precedentemente nos conllevan a concluir que entre ambas partes existió
relaciones comerciales sujetas a cláusulas que estipulan formas de pago de los
créditos asumidos por los encausados cuyo incumplimiento debe ser tratado en
otra vía, más no en lo penal, cuanto más si en autos no se ha establecido
fehacientemente que las diferentes cambiales cuestionadas constituían o no
transacciones comerciales entre las empresas involucradas, duda que en todo
caso favorece a los encausados. Por otro lado, respecto al delito contra la Fe
Pública- Falsedad Material de Documentos, en cuanto a estas cambiales
entregada por los encausados a la entidad Sanearía agraviada que vendrían en
documentos falsificados sobre su situación económica y financiera se tiene, que
durante el desarrollo del procesado no ha podido se probados, ya que la sola
imputación de la entidad agraviada si no ha sido corroborada con otros elementos
que sustente dicha imputación, no es suficiente para que se configure dicho ilícito
penal; por consiguiente lo resuelto por la Sala Superior Penal se encuentra
arreglada a ley. En consecuencia, esta Fiscalía Suprema en lo Penal opina NO
HABER NULIDAD en la resolución materia de recurso. S.S. SALAS GAMBOA /
CARRILLO HERNÁNDEZ/ BIAGGI GÓMEZ/PADILLA MARIOS / SANTOS PEÑA.
JURISPRUDENCIA QUE CONSIDERA EL PERJUICIO COMO CONDICION DE
PUNIBILIDAD
EJECUTORIA SUPREMA QUE ESTABLECE QUE EL PERJUICIO ES
CONDICIÓN OBJETIVA DE PUNIBILIDAD SALA SUPREMA PENAL
PERMANENTE
R.N. N° 3812-2003416 LIMA
Lima, veintisiete de abril de dos mil cuatro.-
VISTOS; el recurso de nulidad interpuesto por el acusado Andrés Zambrano Vera
o Gualberto Zambrano Rodríguez contra la sentencia condenatoria de fojas
doscientos nueve, de fecha de junio de dos mil tres, oído el informe oral; de
conformidad con el dictamen del señor Fiscal Supremo en lo Penal; y,
CONSIDERANDO: Primero,-Que con la boleta de información básica de vehículos
obrante a fojas diecisiete y el resultado de autenticación de fojas diecinueve se
acredita que la tarjeta de propiedad de fojas dieciocho a nombre de Juan
Zambrano Torres es falsa, así como que se alteró la placa de rodaje del vehículo y
se cambió el color del mismo. Segundo.- Que el vehículo marca VW intervenido
por la policía el uno de noviembre de mil novecientos noventa y uno al haber
protagonizado un accidente automovilístico había sido robado a su propietario
Jorge Villarroel Pinto el día quince de octubre de mil novecientos noventa y uno;
que Jeny María Lench Maguiña y Antonio Cachuan Cristóbal, así como el acusado
Zambrano Vera o Zambrano Rodríguez, quien huyó raudamente al notar la
presencia policial, eran los ocupantes del mismo; que en dicho vehículo,
conducido en esa ocasión por el imputado, se encontró una tarjeta de propiedad
falsificada; que la tenencia del vehículo por parte del imputado se acredita con la
declaración de los intervenidos y con su aceptación una vez que fue capturado por
la policía. Tercero.- Que el acusado Zambrano Vera o Zambrano Rodríguez en su
declaración rendida en el juicio oral reconoce que conducía el vehículo, que huyó
luego del accidente y que el automóvil estaba bajo su dominio; que, sin embargo,
como argumento de defensa alega que el señor Zapata Zambrano, amigo de su
suegro, le vendió el vehículo, bajo el sistema de alquiler - venta, y que no pudo
percatarse que la tarjeta de propiedad que le entregó era falsificada, que el color
había sido modificado y que la placa había sido adulterada. Cuarto.- Que, sin
embargo, no es de recibo la aludida exculpación, si se tiene en cuenta: a) la
posesión del documento falso y del vehículo con placas adulteradas y color
cambiado; b) el hecho que huyó al momento de la intervención policial del vehículo
robado; c) la tenencia del vehículo en cuestión por un tiempo prudencial y que, por
lo demás, era obvio darse cuenta de las alteraciones del vehículo así como de la
evidente falsedad de la tarjeta de propiedad; d) la intrínseca falta de verosimilitud
de la alegación de desconocimiento de la falsedad y de su adquisición legitima - ni
siquiera puede sostener la realidad de un vendedor conocido por él-dado que,
como ya se anotó, no existe elemento de prueba que corrobore tal versión
exculpatoria y, menos, su solvencia para comprar un vehículo; y e) la presencia de
un indicio posterior a los hechos, consistente en la segunda fuga que protagonizó,
esta vez en la propia sede judicial cuando fue puesto a disposición del órgano
jurisdiccional por la policía, conforme se advierte de la razón obrante a fojas ciento
cincuenta y dos; que estos indicios valorados conjuntamente permiten una
inferencia razonable y unívoca en el sentido que utilizó a sabiendas una tarjeta de
propiedad falsa y que estaba en posesión de un vehículo con el color modificado y
la placa adulterada. Quinto.-Que, la pena impuesta guarda proporción con la
naturaleza del delito, la forma y circunstancias de su comisión, así como por la
entidad del injusto, siendo de resaltar al amplio prontuario judicial que registra;
que, de otro lado, al fijarse la pena de multa no sólo debe indicarse los días multa
y el porcentaje a pagar, sino también el plazo perentorio para su 416 PÉREZ
ARROYO, La evolución de la jurisprudencia penal en el Perú (2001-2005), t. I. p.
594- 596. 285 pago y el apercibimiento de ley en caso de incumplimiento,
conforme a lo previsto por artículo cuarenticuatro y cincuentiséis del Código Penal,
por lo que es del caso integrarla al no modificar el sentido de la resolución, de
conformidad con el 1 penúltimo parágrafo del artículo doscientos noventiocho. Por
estos fundamentos: declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia de fojas
doscientos nueve, de i fecha doce de junio de dos mil tres, en el extremo que
condena a Andrés Walberto Zambrano Vera o Gualberto Zambrano Rodríguez
como autor del delito contra la fe pública - falsificación de documentos en agravio
del Estado, y Jorge Villarroel Pinto a cinco años de pena privativa de la libertad, y
el pago de cuarenta días multa de su renta a razón del veinticinco por ciento de su
haber diario; e, integrando la citada sentencia: DISPUSIERON que la pena de
multa se pagará en el termino de diez días, bajo apercibimiento de conversión en
caso de incumplimiento; con lo demás que contiene; y los devolvieron. S.S.
PAJARES PAREDES/SAN MARTÍN CASTRO/ PALACIOS VILLAR/LECA- í ROS
CORNEJO/MOLINA ORDÓÑEZ.

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