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INFORMACIÓN BÁSICA SOBRE EL JAGUAR

(Panthera onca)

SAVIA–IUCN NL Operación Jaguar Bolivia


INFORMACIÓN DE APOYO A PROCESOS DE CAPACITACIÓN

Elaboración: Marco Octavio Ribera Arismendi


Angela Nuñez Quiroz

Revisores:
Damián I. Rumiz
Melisa Arias
Luís Pacheco

Mayo 2020

1
…Dedicado a todos los jaguares que
murieron asesinados …y a todas las
futuras generaciones de jaguares que
vivirán protegidos y en libertad…

2
Introducción

El presente texto fue elaborado en la perspectiva de aportar una base de conocimientos sobre
la conservación del jaguar, dirigido a guardaparques de las áreas protegidas, así como de
técnicos de gobiernos departamentales y municipales en las tierras bajas de Bolivia. El
esfuerzo radicó en la sistematización de la mayor cantidad de valiosa información valiosa y
clave sobre esta hermosa especie de la biodiversidad neotropical. El jaguar, Panthera onca, es
un animal carismático, casi místico para muchas culturas indígenas. En la ciencia de la
conservación es una especie emblemática, “bandera” y “paraguas”. Su función en los
ecosistemas tropicales y subtropicales es fundamental, como regulador, controlando las
densidades de un gran número de especies, tanto terrestres, como acuáticas, contribuyendo de
forma decisiva en las dinámicas de la composición y equilibrio funcional de los ecosistemas. En
lo económico, es un valor de primer nivel para las actividades de ecoturismo, siendo muy
gratificante el solo hecho de observar y fotografiar sus enormes huellas, o escuchar sus
bramidos. Es un animal furtivo y huidizo y no representa peligro para el ser humano, salvo en
muy ocasionales circunstancias.

A lo largo de décadas, la constante, la destrucción a gran escala de su hábitat por el creciente


avance de la ganadería de reemplazo y la agroindustria, han reducido sus números y su rango de
distribución geográfica. El jaguar, el mayor félido de Sudamérica y el tercero en talla y peso
en el mundo, es un animal poderoso, cuya fuerza y mordedura se equipara al de los mayores
felinos del África y Asia, esta es una razón para que en los últimos años personas de países
asiáticos en particular, le atribuyan poder y vigor a sus partes (dientes, garras, huesos,
bigotes, testículos) que son consumidas o usadas como talismanes; esto ha incentivado la caza,
el tráfico y comercio de la especie. Esta situación indeseable, prosperó en los últimos años en
función a una intensa afluencia de empresas, capitales y personas desde la China hacia Bolivia.
La cacería para fines de tráfico incrementa notablemente el nivel de amenaza para el jaguar,

De acuerdo a la lista roja de la IUCN (Red List) el jaguar se encuentra en la categoría de Casi
Amenazada, y según dicha lista no es considerada como especie amenazada propiamente. En
este trabajo se expone la propuesta de cambio del estado de la especie en la Lista Roja de la
IUCN a la categoría de Vulnerable, con el fin de exigir y promover mayores acciones de
protección y control, argumentado el mayor riesgo de extinción que enfrenta la especie,

El presente trabajo es una herramienta que se deriva del Proyecto Operación Jaguar, que fue
gestado en la IUCN de Holanda, para ser desarrollado en Bolivia, Surinam y Guyana, del cual en
Bolivia, la organización ecologista SAVIA se constituye en contraparte de dicha Operación. El
proyecto orienta sus esfuerzos a lograr una mayor protección y un horizonte efectivo de
conservación del Jaguar en Bolivia. Entre sus metas están, el lograr un mayor conocimiento
sobre aspectos claves del estado del Jaguar en Bolivia, contrarrestar las presiones de caza y
tráfico; lograr un mayor apoyo y empatía hacia la figura del jaguar por parte de autoridades y
sociedad en general; así como, fortalecer los aparatos de control, judiciales y de fiscalización
en el tema. Una de las metas es repercutir en el ámbito continental e internacional, con el fin
de inducir o propiciar esfuerzos mancomunados más extensos y contundentes para la
protección del Jaguar y lograr una tácita reducción de las grandes amenazas, en especial la del
tráfico global.

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ÍNDICE

ASPECTOS BIOLÓGICOS 6

Ubicación taxonómica 6
Rango de peso y tamaño 7
Coloración 8
Huellas y heces 8
Morfología y comportamiento predador 9
Tiempo de vida 10
Reproducción, gestación, número y cuidado de crías 10
Comportamiento 11

ASPECTOS ECOLÓGICOS 13

Poblaciones del jaguar 13


Territorialidad y movilidad 14
Alimentación, diversidad de presas 15
Beneficios ecológicos, carácter ícono y paraguas 17

RELACION CON EL SER HUMANO 19

Aspectos culturales 19
Percepción e intención de caza 22
Jaguares y turismo 23
Actores y organizaciones 26
Malas y buenas prácticas en relación al jaguar 27
Mitos, supuestos y creencias sobre la peligrosidad del jaguar 29
Por qué el jaguar no es un “come gente”, la explicación evolutiva 32

ESTADO DE CONSERVACIÓN - IMPACTOS Y AMENAZAS 35

Antecedentes históricos – matanzas del siglo XX 35


Tipos de caza del jaguar 36
Cacería por avance de la ganadería, colonización y deporte 37
Cacería para fines de tráfico de partes del jaguar 40
Efecto de la caza de jaguares hembras con crías y machos territoriales 41
Reducción de la disponibilidad de presas 42
Distribución histórica y actual y pérdida de hábitat 43
Importancia de las áreas protegidas y corredores biológicos 51
Poblaciones, reducción de la abundancia 53
Cuellos de botella 56
Ubicación en la Lista Roja de la IUCN y en el Libro Rojo de Vertebrados
de Bolivia 57
Aspectos y eventos importantes relacionados al jaguar 63

4
Investigaciones realizadas sobre el jaguar 65

BASE LEGAL Y ASPECTOS DE CONTROL y FISCALIZACIÓN 66

Normativa en Bolivia 66
Instancias de Control 70
POFOMA 70
SERNAP – Cuerpos de Protección de las Áreas Protegidas 71
Fuerzas Armadas 72
Aduanas, correos y medios de comunicación 72
Debilidades de las instancias de control 73
Órgano judicial y sus debilidades 76
El tráfico de partes del Jaguar en Bolivia 76
Estudio de caso de tráfico: Los chinos de La Ramada en Santa Cruz de la Sierra 82

RECOMENDACIONES DE PROCEDIMIENTOS A CUERPOS DE


PROTECCIÓN DE LAS AREAS PROTEGIDAS 85

Resumen de Procedimientos claves respecto del Jaguar 86


Procedimientos de control de ilícitos en contra de la vida silvestre
en áreas protegidas 91
Procedimiento para el reconocimiento de presas muertas por el jaguar 96
Mensajes claves que deben transmitir los guardaparques, operadores 97
Cuadros resumen 98
La Operación Jaguar 100

BIBLIOGRAFIA UTILIZADA 104

ANEXO 1 Protocolo de entrevistas para pobladores locales 111


ANEXO 2 Protocolo de entrevistas para ganaderos 112
ANEXO 3 Moción 106. Prioridad continental de conservación del jaguar 114
ANEXO 4 CATEGORIAS DE CONSERVACIÓN DEL JAGUAR POR PAIS 117
ANEXO 5 SISTEMATIZACIÓN DE CRITERIOS INDICATIVOS DEL ESTADO
DE CONSERVACIÓN DEL JAGUAR POR PAÍS 118

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INFORMACIÓN BÁSICA SOBRE EL JAGUAR (Panthera onca)
ASPECTOS BIOLÓGICOS

Varios autores durante más de tres décadas realizaron estudios y descripciones de la


taxonomía y aspectos biológicos del jaguar (Rabinowitz, 1986; Emmons, 1987;
Seymour, 1989; Hoogesteijn y Mondolfi, 1992; Rommeu, 1996; Torres, 2008; Rumiz,
2015).

Ubicación taxonómica

Clase: Mammalia (Mamíferos)


Orden: Carnívora
Familia: Felidae
Subfamilia: Pantherinae
Género: Panthera
Especie: Panthera onca

Subespecies que posiblemente se encontrarían en Bolivia:

P. onca onca (Amazonía)


P. onca paraguensis (Chaco)
P. onca palustris (Pantanal)

Más de seis subespecies del jaguar fueron descritas a inicios y fines del siglo XX, en
base a rasgos morfológicos y de talla o peso, (Pocock, 1939; Seymour, 1989). La
diferenciación de subespecies de una especie, implica una notoria variación de rasgos
(tamaño, forma, peso, color), pero también diferencias genéticas estudiadas a nivel
molecular. En la actualidad, no hay consenso entre los científicos en cuanto a la
diferenciación de subespecies del jaguar y los resultados recientes de estudios de
genética molecular (Ruiz 2013, 2007; Eizirik, et al. 2001) indican la inexistencia de
diferentes subespecies, destacando un alto flujo de genes y alta variabilidad genética
de la especie. Sin embargo, hay una notoria diferenciación de tamaño entre los
jaguares de Centroamérica y los de la Amazonía, así como entre los jaguares de la
Amazonía y los del Chaco - Pantanal, estos últimos, notablemente de mayor talla. Sin
duda es un aspecto que requiere mayores investigaciones.

Panthera onca, es el único miembro del género Panthera existente en la actualidad en


el Nuevo Mundo.

6
El jaguar está emparentado con el león (África –Asia), el tigre (Asia), el leopardo
(África-Asia), y el leopardo de las nieves (Asia). Este grupo tiene una edad de entre 6
y 10 millones de años y comparten un antepasado común. El registro fósil indica que el
género Panthera apareció hace unos 3 millones de años (Ruiz, 2013; Larson, 1997).

En América el jaguar tuvo dos antepasados extintos en el Pleistoceno (hace 1 millón de


años): Panthera onca augusta y Panthera onca mesembrina.

Rango de peso y tamaño

Machos pesan entre 70 - 130 kilogramos. Hay registros de machos de hasta 160 kg
(Pantanal)

Hembras entre 60 - 90 Kg. Las hembras suelen ser un 10-20% más pequeñas y livianas
que los machos.

Subadultos (jaguares jóvenes de unos dos años) 30 – 60 Kgr.

Altura del suelo a los hombros es de 60 a 80 cm., longitud entre 160 - 190 cm y la cola
puede añadir unos 70 cm más. El jaguar es más largo que alto, una adaptación para
moverse rápida y sigilosamente en el piso del bosque (Fig 1).

En Centroamérica y norte de Sudamérica se localizan los jaguares de menor talla y


más esbeltos. Los jaguares de la Amazonia son grandes y pesados (80-130 Kgr.), en
tanto que la talla y peso se incrementa hacia el sur (Pantanal y el Chaco).

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En general, el jaguar es un felino robusto, más largo que alto, musculoso y compacto,
de patas cortas muy gruesas, cuello macizo y cabeza grande (Ruiz, 2015, Rabinowitz,
1986). Tiene unos ojos relativamente grandes, situados para proporcionar visión
binocular y una notable visión en la oscuridad, gracias a una membrana especializada en
sus ojos, que concentra la luz; su olfato está muy bien desarrollado (un sistema de
láminas óseas y tejido sensitivo, los huesos turbinales, en sus conductos nasales), así
como el órgano vómero nasal en el paladar, pudiendo detectar el olor de sus presas a
grande distancia. También su sentido auditivo está muy bien desarrollado.

Coloración

La piel se caracteriza por su belleza, situación que también, ha incentivado su caza. De


color amarillo naranja, está cubierta de rosetas y manchas negras irregulares, que le
permiten camuflarse en su hábitat selvático. El patrón de las manchas varía de un
individuo a otro, y pueden servir para identificarlos, no hay dos jaguares con idéntico
patrón de manchas. En algunas poblaciones de jaguares pueden existir ejemplares
negros, esto es una variación genética, denominada melanismo y comúnmente se les
llama panteras, pero no son otra especie (Rumiz, 2015), son jaguares melánicos (Fig 2).
El melanismo es el resultado de un tipo de gen que se manifiesta en algunos individuos
en ciertas regiones. En Bolivia se han reportado jaguares negros en algunas regiones
de Pando (Abuná), en el rio Iténez, y hace muchos años en el Bosque Chimanes.

Huellas y heces

Las huellas del jaguar son macizas, pueden llegar a tener diámetros entre 9 y 14 cm.
(Fig 3), las huellas de las hembras son de menor tamaño en general. Excepcionalmente
se han encontrado huellas de 15 cm., de diámetro. Las huellas de pumas en general son
de menor tamaño (7-11 cm.), las de adultos machos pueden alcanzar 13cm. Los dedos
del jaguar son redondeados y las almohadillas son anchas y casi cuadradas, mientras

8
que en el puma los dedos son más alargados, que redondos y las almohadillas más
alargadas y casi triangulares (Márquez y Goldstein, 2014).

Las heces del jaguar, son en general grandes, varían de color plomizo a pardo, algunas
veces muy oscuras, pudiendo reconocerse bajo análisis, abundantes pelos de las presas
y restos de huesos (Fig 4).

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Morfología y comportamiento predador

Los jaguares tienen una mordedura excepcionalmente potente, incluso en comparación


con otros grandes félidos (Del Moral Sachetti et al, 2011). Ataca directamente la
cabeza o nuca de la presa. Puede atacar y matar con notable facilidad presas de gran
tamaño y biomasa (anta, ciervo de pantanos, reses). Un ejemplar adulto puede
arrastrar un toro de 360 kilogramos y puede cargar con presas grandes hasta lo alto
de un árbol (Rabinowitz, 1986).

Es un cazador más dado a preparar emboscadas (acecho y captura fulminante) que a la


persecución, pero es muy veloz en carreras cortas y es capaz de dar saltos de captura
de hasta 6 metros. Gasta una energía considerable para capturar y matar las presas.
Se estima la necesidad alimenticia 6 a 7 kilogramos de comida al día, y pueden
consumir hasta 25 kg de carne de una vez. Pueden pasar algunos días sin probar
alimento, hasta que vuelve a cazar (Rabinowitz, 1986).

Tiempo de vida

Los jaguares en su medio natural pueden vivir entre 11-12 años, y en cautividad pueden
vivir hasta más de 20 años. Estas cifras sitúan al jaguar entre los felinos que viven
más tiempo.

Reproducción, gestación, número y cuidado de crías

Las hembras alcanzan la madurez sexual aproximadamente entre los 12 y 24 meses de


edad (1 a 2 años) y los machos entre los 24 y 36 meses (2 a 3 años). En estado salvaje
pueden aparearse durante todo el año, pero mayormente en la estación lluviosa,
cuando las presas son más abundantes (Rumiz, 2015, Jorge-Neto et al. 2018). El celo
de la hembra dura 6-17 días de un ciclo completo de 37 días; las hembras indican que
son fértiles con marcas de olor de orín y una activa vocalización para atraer a uno o
más machos que compiten por ella, uno finalmente la acompaña para aparearse durante
el tiempo que ella es receptiva. Durante el cortejo y apareamiento ambos sexos
cubren un territorio más amplio del habitual. Un jaguar macho puede aparearse con
varias hembras en un mismo periodo, dentro de su territorio. También se conoce que a
veces una hembra en celo puede aceptar otros machos vecinos.

Las parejas se separan después de la etapa de apareamiento y el periodo de gestación


dura entre 93 y 105 días (3 meses y una semana, en promedio); la madre no tolera la
presencia de machos después del nacimiento de las crías (tampoco del macho
procreante), por el riesgo de canibalismo infantil, o que otros machos maten a los

10
cachorros, para inducir a que la hembra entre nuevamente en celo. Las madrigueras de
cría se ubican normalmente en huecos de grandes árboles caídos, o en oquedades
profundas semi-subterráneas al pie de árboles con grandes aletones.

Las hembras paren habitualmente dos crías, muy raramente tres (se han reportado
camadas de hasta 4, pero son casos excepcionales). Las crías nacen ciegas e
indefensas y dependen por completo de su madre; empiezan a ver después de dos
semanas. Su dieta hasta los tres meses es la leche materna. Los cachorros son
destetados a la edad de 3 meses, pero permanecen en la madriguera donde han nacido
hasta los 5 o 6 meses. Los cachorros empiezan a comer carne, que les lleva la madre, a
partir de los tres meses. A partir del sexto mes comienzan a acompañar a la madre y
aprenden a cazar y la acompañan en las cacerías hasta más de un año. Se conocen
casos aislados de canibalismo de crías por jaguares madres en condiciones de
cautiverio, debido a stress y desórdenes de comportamiento. No hay reportes de
estos casos en la naturaleza.

Es en esta etapa, cuando el territorio de la hembra se expande para poder cubrir más
espacios y tener mayor probabilidad de encontrar presas suficientes y deambulan en
grandes espacios. Es una etapa de muy alta vulnerabilidad, puesto que pueden
acercarse a zonas de habitación humana y atacar eventualmente al ganado, siendo
toda la familia propensa a morir por efecto de la caza. Los cachorros, ya como sub
adultos (1,5 a 2 años) abandonan el territorio materno en busca de uno propio, y se
exponen a la falta de comida. Los juveniles de ambos sexos, son inicialmente nómadas,
enfrentándose con ejemplares más viejos, machos o hembras, hasta que consiguen
establecer un territorio propio. En esta etapa hay un alto riesgo de peleas, heridas o
muerte por encuentros con jaguares machos o hembras residentes, además del riesgo
de conflicto y caza, cuando se acercan a viviendas y atacan animales domésticos.

Comportamiento

Como la mayoría de las especies de felinos, el jaguar es un animal solitario. Machos y


hembras adultos viven separados, exceptuando la etapa de celo y apareamiento. Luego
se forma el núcleo familiar de la madre con la camada de cachorros. En algunas
situaciones, cuando los jaguares jóvenes sub adultos abandonan el territorio materno,
pueden deambular juntos por un tiempo, hasta que se separan para buscar un
territorio propio. Es un animal cauteloso y silencioso la mayor parte del tiempo, el
comportamiento de acecho a sus presas está altamente desarrollado, lo cual tiene
también relación con el aprendizaje de la madre, cuando los jaguares son cachorros.

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Existen estudios que estiman que pasa hasta un 50-60% de su tiempo activo, sin
embargo, en los períodos que no necesita cazar, es un excelente ahorrador de energía
y puede pasar días enteros descansado en ramas de árboles o en playas, muchas
fotografías tomadas en la vida silvestre muestran este comportamiento plácido y
holgazán.

El jaguar es un animal de actividad de caza nocturna, pero mayormente crepuscular


tanto al empezar el día, como al acabar la tarde, sin embargo, si tiene la oportunidad,
puede cazar en cualquier momento del día. El jaguar tiene un poderoso rugido que
puede ser escuchado a gran distancia (hasta un par de Km.) es capaz de rugir, gracias
a su alargada laringe y la unión con el hueso hioides de su garganta. El macho ruge más
fuerte que las hembras y usa regularmente su rugido para delimitar su territorio o
su apareamiento y advertir a otros machos, y para atraer hembras. Como parte de su
comportamiento territorial, usa además de sus rugidos, arañazos en los árboles y
suelo, marcas de orina y heces. Los machos se desplazan más que las hembras, en
consonancia con su territorio más amplio.

El jaguar es un animal arisco y en general rehúye la presencia humana. En zonas


prístinas e inexploradas, puede mostrar cierta tolerancia a la presencia humana, pero
normalmente se aleja. Es por ello que es una especie muy sensible y huye ante
perturbaciones de gran magnitud, como procesos de explotación forestal, uso de
maquinarias, actividades petroleras, en especial las exploraciones sísmicas, que
implican, explosiones, vuelos de helicópteros y gran número de trabajadores (Wallace
et al., 2003). Incluso, formas inadecuadas de turismo, con grandes grupos y bullicio,
pueden ocasionar la huida del jaguar de sus espacios territoriales o de cría. Polisar et
al. (2016), mencionan que el jaguar puede convivir con operaciones forestales
responsables y certificadas.

Carlos Galindo Leal (Panthera onca. Universidad Autónoma Metropolitana. México)

Se despierta por la tarde, a la caída del crepúsculo. Se levanta lentamente estirando sus
músculos con pereza. Aún antes de abrir los ojos ya empieza a percibir los olores que el viento
le acerca. Sin cambiar de lugar, reconoce los cambios que han ocurrido en su ambiente desde
el día anterior y también reconoce a qué distancia los vecinos andan merodeando. La riqueza
de sensaciones olfativas que percibe el jaguar, le permite reconstruir detalladamente
múltiples aspectos de su entorno con una sola inhalación.
El olfato es el principal sentido de los felinos. Sus células sensitivas a los aromas son 40 veces
más numerosas que las nuestras. Si el nuestro es un ambiente tapizado de colores, el del
jaguar es un mosaico de olores. Después de percibir y examinar la información que le aporta
el viento, el jaguar comienza con su rutina diaria. Camina lentamente en busca de alimento y,

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al mismo tiempo, marca su territorio salpicando de orina los sitios por los que pasa en su
recorrido habitual. Al olfatear estas señales, otros jaguares podrán distinguir los principales
atributos del dueño, como su sexo, edad y aun su estado reproductivo.
En su caminar entre pastos, hierbas y arbustos, su olfato y su oído se complementan con la
información capturada por su efectivo y sensitivo radar: sus vibrisas, también conocidas como
bigotes. Estos gruesos pelos, unidos a su piel con una profunda raíz que se conecta
directamente a las células sensoriales, detectan pequeños cambios en el ambiente, la presión y
dirección del aire, la temperatura y las corrientes. Generalmente tiene en el hocico cuatro
hileras de bigotes, con tres cerdas en cada una. Otras vibrisas se encuentran en sus mejillas,
por encima de los ojos y en la parte trasera de las patas delanteras (pelos carpales). Con
asombrosa agilidad, de un salto, sube a un árbol en las inmediaciones de una aguada y se
sienta en una gruesa rama, desde donde espera pacientemente a que algún animal se acerque a
beber. Aunque su agudeza visual no es tan buena, sus grandes ojos localizados en el frente de
la cara le confieren gran precisión al saltar sobre sus presas. Sus pupilas se agrandan dos
veces más que las nuestras y alcanzan a cubrir el 90% de su ojo, permitiendo la entrada de la
poca luz presente. Su retina posee una estructura especial para detectar movimientos.
El jaguar detecta frecuencias de sonidos más altas que los perros. Sus orejas, movidas
independientemente por más de 20 músculos, pueden rotar 180 grados para localizar la fuente
de los sonidos y determinar exactamente su dirección.
Los jaguares son únicos entre los grandes felinos por su técnica de matar a sus presas
mediante una mordida entre la base del cráneo y la parte posterior del cuello.

ASPECTOS ECOLÓGICOS

Poblaciones del jaguar

Una especie, como el jaguar, comprende muchas poblaciones y subpoblaciones a lo


largo de su rango general de distribución; estas poblaciones comparten una herencia o
acervo genético común y los individuos de estas, pueden interactuar entre ellos. Las
poblaciones de una especie, son grupos de individuos que comparten un determinado
espacio geográfico, y que están mayormente aislados o poco vinculados con otras
poblaciones de la misma especie en otras regiones. Este aislamiento o poca vinculación
se puede dar por las grandes distancias, barreras geográficas (altas serranías), o
amplias zonas perturbadas por actividades humanas. Por ejemplo, los jaguares del
Parque Nacional Noel Kempff Mercado constituyen una población diferente a la de los
jaguares del Madidi, o los del Kaa Iya.

Si bien puede haber una vinculación poblacional e intercambio genético, las grandes
distancias y actualmente las barreras hechas por el ser humano, dificultan o impiden
el flujo de individuos entre estas zonas. Normalmente, en áreas grandes como el Kaa
Iya (zona Isoso, zona Quebrada Abaroa, zona Palmar de la Isla, etc.), podrían

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diferenciarse subpoblaciones más o menos restringidas a ciertas zonas regularmente
aisladas por las grandes distancias, aunque con posibilidades de vinculación y flujo
genético (flujo o movimiento de individuos) entre ellas. Es importante tener en mente,
que el jaguar es un animal de gran capacidad de movilidad, y puede recorrer enormes
distancias en pocos días, lo cual reduce el riesgo de aislamiento excesivo.

Territorialidad y movilidad

El tamaño de los territorios del jaguar es variable según las regiones o incluso en una
misma región, sin embargo, por regla general, éstos abarcan grandes espacios que le
permiten abastecerse de suficientes presas.

Tanto machos, como hembras, mantienen territorios estables, los de las hembras, son
normalmente de menor tamaño y anexos o insertos a los delos machos con los cuales se
aparean. La hembra con cachorros, para preservar su seguridad y sobrevivencia,
rehúye o incluso, expulsa de su territorio de cría, al macho procreador y a otros
jaguares machos y hembras. En general los territorios de los machos son más
extensos que el de las hembras.

Los territorios de jaguares pueden ser muy grandes, hasta más de 1.000 km2 en el
Chaco paraguayo, mientras que estudios del pantanal y del bosque chiquitano-chaqueño
estiman de 50 a >150 km2 para machos y 25-50 km2 para hembras (Rumiz, 2015).
Cuellar y Noss (2003) reportaron áreas de acción individual para el bosque seco del
Chaco, entre 84 y 190 Km2. Diversos estudios en Latinoamérica indican una variación
de tamaño territorial entre 20 y 420 Km2, dependiendo del tipo de región ecológica
que ocupan.

Los territorios son muy variables, dependiendo su expansión o retracción de factores


como la abundancia de presas, presencia de jaguares competidores o procesos de
deterioro de hábitats por actividad humana. Dependiendo de la densidad de jaguares
en una región, los territorios pueden solaparse, creando zonas “comunes” (Cavalcanti y
Gese, 2009), los cuales normalmente son zonas de confrontación entre jaguares
machos o hembras. La densidad poblacional de acuerdo a las diferentes regiones en el
continente y las características ecológicas de cada lugar, a nivel continental varía
entre 0,1 y 12 individuos /100 Km2. La densidad estimada en el Chaco varía entre 2,5 y
5,3 individuos/100 km² (Maffei et al., 2004); 4 individuos /100 Km2 en el Bajo
Paragua (MHNNKM). En las regiones de Alto Madidi- Madidi y Tacana es de 0,95 –
5,08 individuos/100 km²es de 4 – 6 individuos/100 km² (Wallace et al., 2003). Un
promedio general para el país es 1,73 / 100 km².

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Los jaguares se mueven distancias notablemente grandes para obtener su alimento y
controlar su territorio, buscar nuevos territorios o aparearse. A partir de mediciones
de collares telemétricos y registros de cámaras trampas, se han medido recorridos
entre 8 y más de 40 Km por día, esto depende de situaciones como tamaño del
territorio, abundancia de presas, abundancia de hembras, etc. Los individuos jóvenes,
machos y hembras (subadultos) que dejan territorios natales y salen a buscar nuevas
áreas, suelen recorrer mayores distancias. Estas grandes movilizaciones implican
serios riesgos para los jaguares ambulantes, puesto que pueden salir de las áreas
protegidas, cruzar o ingresar a zonas de actividad humana y ser cazados, o ingresar a
territorios de jaguares machos ya establecidos con los cuales se pueden generar
conflictos y ser heridos o muertos.

Estudios realizados en el Chaco (Maffei et al.2004), indican que los jaguares, aun
estando resguardados en áreas protegidas, pueden atravesar los límites de estas
áreas y también los límites internacionales entre Bolivia y Paraguay, donde a menudo
mueren cazados.

Alimentación, diversidad de presas

El jaguar es un felino oportunista y generalista alimentario, esto quiere decir que


“come prácticamente todo”, lo cual también depende de los tipos de los ecosistemas
que habita. Para las regiones de bosques y sabanas tropicales, se han descrito
alrededor de 85 especies de presas (Ruiz 2013; Rommeu, 1996). Si bien el jaguar es
considerado como un “come de todo“, observaciones de pobladores indígenas
(Chimanes, Moxeños) y de guardaparques muy experimentados y de origen local,
indican que los jaguares pueden ser más selectivos de ciertas presas, en situaciones
(épocas o lugares) donde hay abundancia de tipos de presas; en tanto que son menos
selectivos u oportunistas, cuando la diversidad y abundancia de presas es baja.

Entre las presas más comunes están: Chancho de tropa o tropero, taitetú, capibara,
anta, guazo, urina, ciervo de pantano, jochi, tatú o armadillo, monos, perezoso, peta de
monte, peta de rio, lagarto, tejón (Fig 5). El jaguar en la etapa inicial de crecimiento
de los cachorros, es decir, desde que son destetados (4 -5 meses) y hasta que
alcanzan un porte mediano (un año o algo más), pueden atrapar mamíferos pequeños,
como parte del aprendizaje de caza. El jaguar también puede ser carroñero, es decir,
puede aprovechar como alimento, animales ya muertos, sean estos silvestres, o en el
caso de reses muertas, por diversas circunstancias. Cuando al jaguar caza no está

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libre de peligros, en especial atrapar chanchos troperos implica un alto riesgo que
eventualmente puede acabar incluso con la muerte de jaguar.

La diversidad y disponibilidad de presas para el jaguar es clave para asegurar su


supervivencia y continuidad en la naturaleza. En zonas donde hay disminución de
especies de la vida silvestre, sea por caza excesiva o por pérdida de hábitat
(destrucción o degradación de ecosistemas por avance de la agricultura, ganadería o
grandes quemas), el jaguar abandona dichas áreas y en la búsqueda de nuevos
espacios, se aventura en regiones ocupadas por el ser humano, pudiendo depredar
sobre el ganado y otros animales domésticos, y ser cazado, aumentando su nivel de
amenaza (Burgas et al. 2014).

Si bien el jaguar puede alimentarse de muchas especies, inclusive de pequeña talla,


necesita regularmente cazar presas grandes como troperos y venados. Si no hay
disponibilidad de presas mayores, el éxito reproductivo del jaguar se reduce (Miranda
et al.2015), o busca alternativas de alimento en las zonas de cría de ganado.

Algunos pobladores indígenas y campesinos de las regiones selváticas, manifiestan


rechazo al jaguar, argumentando que es un competidor por presas de la vida silvestre.

16
Este es un tema de debate y se constituye en la base de una hipótesis. Si el jaguar, se
alimentaría de unos pocos tipos de presas, digamos, sólo de chancho tropero o taitetú,
entonces, esto podría ocasionar una fuerte disminución sobre las poblaciones de estas
presas silvestres que son preferentes en muchas comunidades, y competir con los
pobladores locales. Es posible que el jaguar, al cazar y alimentarse de una enorme
diversidad de presas, realice una presión muy bien distribuida y equilibrada, sin
ejercer sobrepresión sobre ninguna de las especies en particular. Mientras más
diversa en vida silvestre sea una zona y no se realicen presiones de sobre-cacería por
parte del ser humano, mas disponibilidad de presas habrá para el jaguar y las
comunidades locales. Ciertamente, pueden existir eventos de competencia
circunstancial directa entre el jaguar y cazadores humanos, que convergen sobre una
misma presa (e incluso esto puede dar lugar a comportamiento agresivo por parte del
jaguar).

Beneficios ecológicos, carácter ícono y paraguas

El jaguar es una especie emblemática en la ciencia de la conservación, considerada,


como especie “bandera” o “paraguas” (Conde et al. 2011; Figel et al.2018), puesto que
la protección del jaguar y su hábitat significa la posibilidad de conservación de
grandes extensiones de ecosistemas naturales dentro y fuera de las áreas protegidas.
Proteger y conservar al jaguar significa proteger y conservar toda la biodiversidad de
las zonas naturales, y esto genera un beneficio amplificado a grandes regiones y sus
poblaciones, que pueden gozar de servicios ecosistémicos fundamentales, como la
provisión de agua y de recursos.

En la actualidad, el jaguar es considerado una especie conectora de culturas y países,


puesto que su distribución y capacidad de movimiento, transcienden las fronteras.
Existen regiones transfronterizas entre países que protegen la mayor diversidad de
jaguares del continente; en el caso de Bolivia y Perú está la región de Madidi-Bahuaja
Sonene, también, en el caso del Chaco, con el Paraguay y en el caso del Brasil en
relación al Pantanal.

A partir de la amplia diversidad de presas que aprovecha el jaguar (un uso de presas
muy bien distribuido y balanceado), se deriva otra función ecosistémica muy
importante, cual es el control de las densidades de las especies de la vida silvestre, y
por tanto la regulación del funcionamiento y estructura de los ecosistemas en general.
En regiones donde desaparecen los jaguares y pumas, que son los predadores máximos
de las cadenas y redes alimenticias, podrían darse desequilibrios en poblaciones de

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herbívoros, dispersores de semillas y otros, lo cual afectaría la composición de los
bosques (Tonhasca, 2005). Es posible que al jaguar, como a otros predadores, le sea
más fácil atrapar presas con mayores dificultades de escapar (viejas, enfermas o con
alguna discapacidad), lo cual podría contribuir a mantener saludables las poblaciones
naturales de la vida silvestre, y un efecto positivo en la selección natural y los
procesos evolutivos. Es un tema que bien podría ser más investigado. En base a estos
aspectos, se ha plantado que la presencia del jaguar en las regiones es indicador de la
buena salud de los ecosistemas.

Los cachorros de jaguar ya empiezan a cazar bajo la guía de la madre, esto es desde
los 4 o 5 meses hasta algo más de un año) las presas más probables que pueden
atrapar pueden ser roedores y otros mamíferos de pequeño a mediano porte.
Planteamos una hipótesis, el jaguar en dicha etapa, podría ser muy importante en el
control de las poblaciones de roedores (Fig 6), incluidos aquellos géneros y especies
que son reservorios probados o probables de enfermedades víricas letales como el
Hantavirus o Arenavirus.

Diversos estudios mencionan a géneros especialmente riesgosos como posibles


reservorios: Oryzomys, Akodon, Calomys, Neacomys, Oligoryzomys, Oecomys,
habitando zonas boscosas húmedas densas, bordes de bosques, bosques de galería,

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bosque seco chaqueño, bosques semiabiertos y sabanas tipo Cerrado (Arata y Gratz,
1975; Palma et al. 2012; Lacher y Alho 2001; Sahley et al. 2016; Lambert et al. 2006;
Fonseca, 1989). Es conocido que muchas de las especies de roedores reservorios de
virus, proliferan en ambientes antropizados, cerca de zonas cultivos y ocupaciones
humanas, donde encuentran abundantes recursos, sin embargo, también ocupan zonas
boscosas como hábitat original (posiblemente Calomys callosus y C. laucha, sean los
casos más excepcionales, que prefieren zonas abiertas sabanoides) y podrían darse
situaciones de control por cachorros de jaguar y otras especies de félidos de pequeño
porte. Este puede ser un tema relevante de investigación, pues se trataría de un
servicio ecológico fundamental que podría prestar el jaguar, además, esto justificaría
aún más la protección de jaguares hembras y crías.

RELACIÓN CON EL SER HUMANO

Culturas indígenas y regionales

La importancia cultural del jaguar se remonta a épocas precolombinas (Fig 7). Muchas
de las grandes culturas, andinas, amazónicas y del Chaco, consideraron al jaguar un
animal sagrado, asociado al inframundo, a la cosmovisión y deidades, e incluso,
considerado como un Dios por su astucia y fortaleza (Sánchez de Friedemann y
Arocha Rodríguez, 2016; Ayala y Wallace, 2008).

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Los diversos pueblos indígenas de Bolivia, tiene denominaciones propias para el jaguar
(Plan de Acción Jaguar. Bolivia. 2020): Uturunco (Quechua Apoleño o Atique),
Nuitimixi (Chiquitano), Yagüa o Yagüarete (Guaraní), Putugutoy – Catay Ihaai (Ayoreo),
Chini (Mojeño), Iba (Tacana), Rulrul (Movima), Quinam Rocopati (Moré), Yagua pini
(Guarayo), Nyakua risha (Sirionó), Rinchu (Yuracaré), Itsiqui (Tsimane-Mosetene),
Ehua (Guaragsüe).

Relatos de vivencias indígenas y el jaguar

Una anécdota de los bosques de la EBB en el Beni, allá por los años 80, en la estancia centro
de operaciones, criábamos dos cachorritas de jaguar (decomisadas a un cazador que asesinó a
la madre), y las crías jugaban remoloneando por el patio de la estancia. Allá llegaba con
frecuencia Ignacio Huareco, nuestro intrépido y valiente amigo guía Chimane, y un buen día
apareció para visitarnos, de pronto una de las cachorritas de jaguar, no más grande que un
gato doméstico, se acercó y se arrimó a él, como lo hacía con cualquier visitante…de pronto,
Ignacio dio un salto prodigioso, como si hubiera visto una víbora venenosa, gritando “itsiki”
(tigre en Chimane) y riendo nerviosamente… Ignacio se resistió y evitó tomarla en brazos y
acariciarla, como lo hacíamos nosotros o cualquier visitante…se mantuvo a buena distancia, sin
quitarle la vista y sonriendo nerviosamente. Paradójico…pues él era para nosotros, y lo sigue
siendo (aunque su espíritu ya ha partido), como un superhéroe de la selva…y que sentía un
temor reverenciado al itsiki.

Otra anécdota. .. Muchos pobladores indígenas chimanes y mosetenes, muestran temor y


recelo al jaguar, en tanto que, en algunas oportunidades, muestran especial empatía y simpatía
por el animal (comunicación personal en la zona del rio Beni). Allá por 2013, realizamos una
caminata por una zona poco explorada del territorio Mosetene, en una zona donde se suponía
que podía ingresar la perforación del pozo petrolero Liquimuni. Yo caminaba con dos
muchachos jóvenes Mosetenes que hacían de guías, el sendero era una picada, apenas visible, y
de pronto vimos una huella grande de jaguar. Bromeando comenté debe ser muy grande…le
tienen miedo??...uno de los jóvenes indígenas, sin sonreír, ni bromear, me miro fijo y me
dijo…no es malo, …es amigo… además aquí hay harto chancho (tropero), y seguimos caminado
tranquilamente hasta casi el anochecer.

Muchos pueblos indígenas de las tierras bajas mantuvieron a lo largo de siglos un


sentido de respeto, reverencia y temor hacia el jaguar, estando presente en diversos
mitos y leyendas en los cuales se pone en relevancia su poder, astucia y ferocidad, es
el caso de los Araonas, Kaxinawa, Kogi, algunas, se identifican con el jaguar, tal es el
caso de los Matsés (“Pueblo jaguar”) de la región amazónica entre Perú y Brasil.
Algunas culturas, cazaban al jaguar de forma ritual (chamanismo) y como prueba de
fortaleza, esto ha sido descrito por ejemplo, para la cultura moxeña del Beni (Hirtzel,
2016). Algunos pobladores indígenas aun lo cazan por temor a su presencia cerca de
las aldeas.

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21
En la actualidad los procesos de pérdida cultural en diversos pueblos indígenas, da
lugar a un progresivo abandono de sus creencias y de valores de respeto hacia el
jaguar y la naturaleza. La intención de caza del jaguar, por ejemplo, es evidente en
pobladores indígenas de la llanura beniana que trabajaron en estancias ganaderas o
que tienen amplio contacto con las sociedades regionales. Entre algunos pobladores o
familias indígenas, persiste, sin embargo, un sentimiento de respeto-temor-miedo y
recelo (miedo reverente), y por tanto, de antagonismo hacia el jaguar, prefiriendo
rehuirlo o cazarlo. Como menciona Camilo Morón (2009), los indígenas juegan a tener
miedo al jaguar, porque ellos le temen efectivamente.

Percepción e intención de caza

La percepción u opiniones sobre el jaguar entre las poblaciones regionales de las


tierras bajas de Bolivia, es diversa y es un aspecto que aún necesita más investigación.
La intención de caza se refiere a la predisposición o “ánimo”, que la gente local puede
llegar a tener sobre el jaguar. Hay algunos estudios interesantes al respecto y que en
gran parte tiene que ver con las bases de la psicología ambiental, uno de ellos es el
realizado por Knox y un grupo de expertos, el año 2019 (Konx et al., 2019) en la región
norte amazónica de Bolivia, y otro estudio realizado en México (Álvarez et al., 2015);
ambos muestran la complejidad de percepciones y opiniones que existen sobre el
jaguar.

En términos generales, se pueden diferenciar algunas posiciones o percepciones que en


cierta medida determinan la intención de cazar al jaguar. Por un lado, están los grupos
antagónicos o enemigos del jaguar, en especial los estancieros o criadores de ganado,
también están los campesinos, propios del lugar o venido de otras regiones, que crían
preferencialmente animales domésticos y que eventualmente perdieron algún ganado u
otro animal doméstico por ataques del jaguar. En el caso de los interculturales o
colonos, se desarrolla una aversión al jaguar pues desconocen la interacción con esta
especie y otras del entorno al cual fueron trasladados desde las tierras altas. Muchos
de éstos, simplemente reaccionan negativamente por las historias de ataques o por
lealtad al sentir general del gremio local o grupo al que pertenecen. En estos grupos, la
intención de caza del jaguar es evidente.

Están, además, los pobladores de las localidades o pueblos de las llanuras (podrían
considerarse la generalidad) que tienen miedo, por las leyendas e historias, muchas de
ellas exageraciones o distorsiones, sobre la ferocidad o peligrosidad del jaguar, aun
cuando nunca tuvieron una experiencia real con la especie. Entre estos la intención de

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caza es evidente. Una fracción relativamente importante de pobladores locales
(especialmente en centros poblados importantes) tendría mayormente un
comportamiento neutral hacia el jaguar.

Existen pobladores que saben de su ferocidad de forma directa, pues alguna vez
participaron en alguna cacería y en general lo respetan y temen; entre éstos, hay
quienes consideran que cazar, o haber cazado un jaguar es un compromiso o desafío de
valentía (machismo) y la intención de caza esta exacerbada. A este grupo, pertenecen
los que se podría considerar en pueblos y comunidades, “cazadores de oficio”,
personas que, por ejemplo, aceptan encargos de ganaderos para cazar jaguares que
atacaron al ganado; y es un grupo crítico por ser más proclive a participar en las redes
de tráfico.

En los últimos años, se reportó en algunas zonas y localidades de las tierras bajas
(comunicaciones personales de informantes locales) de Bolivia, una tendencia a sobre
enfatizar la peligrosidad del jaguar y el riesgo para los seres humanos y el ganado,
argumento que se podría interpretar como un pretexto para cazar al jaguar y
posiblemente, aumentando la intención de caza de la especie y acopiar sus partes. Esto
se dio en regiones, donde desafortunadamente se extendió la presencia de traficantes
(en especial ciudadanos chinos).

Más recientemente, se pueden encontrar también, corrientes de pobladores de los


grandes centros o ciudades intermedias, que demuestran empatía hacia el jaguar,
debido a su fortaleza y poder, y manifiestan orgullo de que exista en su región.

Jaguares y turismo

El jaguar, en lo económico, es un valor de primer nivel para las actividades de


ecoturismo, a pesar de que en muchos casos su observación no es fácil, dado su
carácter cauteloso, el observar y fotografiar sus enormes huellas, o escuchar sus
bramidos, incluso el solo hecho de saber que existe en una región, se considera
gratificante. Puede convertirse en un elemento central y estrella del ecoturismo, y las
áreas protegidas, territorios indígenas, reservas forestales y grandes propiedades
con poblaciones de jaguar son privilegiadas. Esto puede tener importantes
repercusiones económicas positivas, tanto para las áreas, como para las poblaciones
locales. Existen experiencias exitosas en algunos países y regiones sudamericanas, es
el caso del Pantanal brasilero, donde la observación, toma de fotografías y filmaciones
del jaguar, se desarrolla mayormente en estancias y reservas privadas. En Bolivia se
han dado experiencias de turismo con avistamientos de jaguar en los Parques

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Nacionales Kaa Iya y Madidi, y en la estancia privada San Miguelito en Santa Cruz. La
narrativa local (cuentos, mitos, leyendas) sobre el jaguar puede ser parte de estas
experiencias innovadoras. Es importante informar al turista que el jaguar, en general,
puede atacar solo si es acosado, o en circunstancias muy particulares, como cuando se
trata de robar su presa.

Las prácticas de turismo enfocadas al jaguar, deben ser llevadas con mucha
responsabilidad y cuidado. Para empezar, En el caso de las áreas protegidas, estas
actividades deben estar contempladas en planes específicos de manejo y los
Reglamentos de Operación Turística, (Fig 9). Para otro tipo de espacios donde se
realizan actividades de turismo con el jaguar, deben elaborarse planes especiales y
protocolos avalados por la DGBAP y autoridades municipales. Las operaciones
turísticas para observar jaguares, deben estar cuidadosamente planificadas,
realizarse con guías experimentados, evitando el ingreso en ciertas épocas a zonas con
territorios de apareamiento o de hembras con crías. La observación de jaguares
requiere grupos pequeños (no más de 3 personas), nunca hablar en tonos altos, gritos,
silbidos, risas, evitar música de celulares o de instrumentos musicales, etc. Si se

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quiere ver un jaguar, es aconsejable hablar casi en susurros y hasta por señas,
caminar despacio y lentamente. Se recomienda ser tan silencioso y sigiloso como un
jaguar, “jaguarizarse” (”jaguarness” en el sentido de Alan Rabinowitz); es parte de las
buenas prácticas y de un turismo responsable. En casos de pernocte, no encender
fogata, uso controlado de linternas, no encender cigarrillos, el olfato del jaguar es
muy agudo.

Se recomienda no usar “bramadores” (artefactos artesanales indígenas hechas de


calabazas) para atraer jaguares, pues el sonido puede imitar llamados de jaguares
competidores y generar comportamiento territorialista y promover algún tipo de
ataque.

Un atractor químico que viene siendo utilizado para atraer grandes felinos, es el
perfume Obsession de Calvin Klein (Viscarra et al. 2011; BBC News Mundo. 2018), esto
debido a que es fabricado con una sustancia (feromona) similar al almizcle secretado
por un animal africano, la civeta, mal llamado gato de Algalia (Viverridae) y que tiene la
particularidad de actuar, como atractor de tigres, leopardos, chitas y jaguares. En la
India ha sido utilizado para atraer y cazar felinos que atacan a humanos, y ha sido
utilizado con fines de investigación por biólogos para atraer jaguares hacia cámaras
trampas. Su uso debería estar restringido a usos científicos controlados. Un uso
indiscriminado en operaciones de turismo, por ejemplo, en sitios no aptos, como en
proximidades a senderos o sitios de camping, o en grandes cantidades, o de forma muy
frecuente, podría traer consecuencias negativas. Es posible también, que un uso no
controlado, pueda ocasionar alteraciones en los patrones territoriales de los jaguares,
producir concurrencia de varios individuos a los sitios de atracción, e inducir
confrontaciones y peleas entre ellos. Por principio precautorio, el uso de estos
atractores en turismo debería estar prohibido, hasta que se cuente con más
información científica concluyente. Otras malas prácticas de turismo que deben ser
prohibidas, dentro y fuera de las áreas protegidas son la caza tipo safari, el acoso
con perros o colocación de cebos, para obtener filmaciones y fotografías, y el tráfico
de partes asociado a falsas prácticas shamánicas. Esto último ha sido denunciado para
la región de Iquitos (Perú), donde las prácticas de turismo de consumo de la planta
psicotrópica ayahuasca, se entremezclan con el comercio de partes del jaguar, como
garras y colmillos, dando lugar a situaciones de tráfico (Braczkowski et al. 2019). Esta
mala práctica, también ha sido detectada para la región de Rurrenabaque en Bolivia,
donde existen sospechas sobre algunas agencias y operadores de turismo.

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Actores y organizaciones

Comúnmente hay un nutrido grupo de actores sociales en torno a la conservación y


estado de amenaza del jaguar. En el caso de Bolivia (Fig 10), se han identificado
preliminarmente un total de 29 grandes tipos de actores. De este total, 5 tipos de
actores, realizan actividades que afectan o pueden afectar negativamente la
conservación del jaguar. Doce tipos de actores están efectivamente a favor de la
conservación del jaguar, entre los que se cuentan a organizaciones defensoras de la
biodiversidad, guardaparques de áreas protegidas, centros académicos y activistas
ambientales. Aproximadamente 12 tipos de actores son considerados neutrales, como
ser medios de prensa, sociedad civil en general y algunas oficinas estatales.

En cuanto a las organizaciones que trabajan con el jaguar en Bolivia, a partir de


estudios, proyectos, procesos de capacitación, incidencia, etc., son relativamente
pocas, comparando la situación en otros países. Destacan por su accionar sostenido
WCS (Wildlife Conservation Society), WWF (Fondo Mundial de Defensa de la Vida
Silvestre). Además se encuentran, Fundación Panthera, Fundación SAVIA, Fundación

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Noel Kempff Mercado, el Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado, ACEEA
(Asociación Boliviana para la Investigación y Conservación de Ecosistemas Andino-
Amazónicos). Son pocos los especialistas en manejo y conservación del jaguar,
pudiendo nombrarse a Rob Wallace, Leo Maffei, Guido Ayala, Damián Rumiz, Rosario
Arispe.

Malas y buenas prácticas en relación al jaguar.

En relación a las actividades humanas que se desarrollan en las diversas regiones de


las tierras bajas de Bolivia, puede reconocerse un conjunto de buenas y malas
prácticas, las cuales repercuten, positiva o negativamente en el estado de
conservación del jaguar. Las malas prácticas pueden ser directas, como la caza
“deportiva” del jaguar, el colocado de cebos envenenados, matanzas por conflictos
con la ganadería, y la caza para obtención de partes del jaguar (colmillos garras, piel y
otros) para proveer a traficantes. También hay acciones indirectas que contribuyen
negativamente, como comprar partes del jaguar, u objetos artesanales o prendas
hechas con partes del jaguar, la caza de especies de vida silvestre para proveer
mercados de carne, o la invasión de zonas donde vive el jaguar. Se presenta un listado
de algunas de las principales malas y buenas prácticas que afectan la supervivencia del
jaguar.

Malas prácticas
 Búsqueda y caza indiscriminada de jaguares por represalia ante un ataque al ganado u
otros animales domésticos
 Abandono de los hatos en zonas apartadas (p,e, islas de bosques, potreros apartados) sin
presencias de cuidadores.
 Colocación de cebos envenenados.
 Permitir la caza del jaguar y la caza regular de vida silvestre en estancias y predios
forestales.
 Caza de ocio o “deportiva” por visitantes, propietarios o trabajadores, de estancias,
predios forestales, o pobladores de localidades.
 Caza de madres jaguares y cachorros.
 Caza de hembras gestantes.
 Caza de cachorros.
 Comprar o vender (tráfico) crías de jaguares como mascotas.
 Caza de jaguares bajo argumento o pretexto de control de ataques al ganado para acopiar
colmillos y otras partes para comercio y tráfico.
 Ofertar oportunidades de turismo de caza-safari en estancias o zonas vecinas; búsqueda
tigras “paridas” para realzar la experiencia de ferocidad y riesgo de la caza.
 Buscar la aprobación de normas que pudiesen permitir la caza “regulada” deportiva para
trofeos.
 Caza regular y/o en grandes volúmenes de especies de la vida silvestre (chanchos,

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taitetúes, antas, jochis, huazos) para consumo de carne, o para proveer a restaurantes y
mercados locales o regionales de carne de monte.
 Invasión de asentamientos en áreas protegidas y zonas naturales restringidas, y
establecimiento de nuevos potreros o campos en zonas apartadas boscosas con vida
silvestre.
 Caza de jaguares bajo argumento o pretexto de riesgo o peligro, con el fin de acopiar
colmillos y otras partes para comercio y tráfico.
 Participación en los mercados de carne de monte (comercio ilegal).
 Ofertar por medios de comunicación masiva la compra de partes de jaguar con fines de
tráfico (Apología del delito).
 Demandar, ofertar y participar en eventos de caza de safari.
 Comprar o encargar colmillos y otras partes del jaguar a pobladores de comunidades o
localidades.
 Incentivar a pobladores locales en la caza del jaguar u otras especies, con el fin de
participar en las cacerías o comprar partes del animal.
 Atraer jaguares para fotografiarlos o filmarlos, utilizando sebos, animales silvestres
cazados, o animales domésticos vivos.
 Prácticas de turismo shamánico que propician el tráfico de partes.
 Perseguir y acosar jaguares con perros para fotografiarlos o filmarlos.
 Promover o divulgar la idea de cazar jaguares argumentando que es un animal peligroso y
dañino para la gente

Buenas prácticas
 Buen resguardo de los hatos de ganado y de otros animales domésticos, con corrales y
cuidadores (buen manejo de los hatos ganaderos).
 Medidas de ahuyentamiento en caso de acercamiento del jaguar (cohetes, ruidos, cercas
eléctricas).
 Cría de búfalos en grandes estancias.
 No proceder a la caza indiscriminada de jaguares en caso de ataque al ganado, y búsqueda
de asesoramiento y alternativas de manejo.
 Prohibiciones de caza del jaguar y otra vida silvestre a trabajadores o vivientes en la
propiedad ganadera o predio forestal, y aplicación de normativa vigente.
 Rechazo y denuncia a las autoridades cuando hay situaciones de caza de jaguar y otra
vida silvestre al interior de la propiedad ganadera o predio forestal por parte de
terceros.
 Rechazo y denuncia a las autoridades, cuando en la zona hay situaciones de caza de jaguar
y otra vida silvestre o actividades de caza relacionadas al tráfico, o malas prácticas de
turismo – safari, o caza de vida silvestre para provisión de mercados de carne.
 Denuncia a las autoridades de la presencia de traficantes o cazadores contratados por
estos.
 Denuncia y rechazo de la caza regular y/o en grandes volúmenes de especies de la vida
silvestre (chanchos, taitetúes, antas, jochis, huazos) para consumo de carne, o para
proveer a restaurantes y mercados locales o regionales de carne de monte.
 Rechazar y denunciar prácticas no responsables de turismo que implican cazar al animal o
atraerlo con sebos para fotografiarlo.
 Denunciar la tenencia o negocios de venta de crías como mascotas.

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 Promoción o emprendimiento de actividades responsables de ecoturismo dirigidas y
reguladas a la observación y fotografía-filmación del jaguar y otra vida silvestre.
 Disuasión de actividades dirigidas de caza del jaguar a estancieros o predios forestales
vecinos.
 Participación en campañas o proyectos de protección del jaguar.
 Divulgar la idea y mensaje de que el jaguar, en general, no es un animal peligroso, ni dañino,
y que si está tacando al ganado o animales domésticos, es porque posiblemente sus presas
naturales se están acabando por la caza del hombre, o pro algunas circunstancias
particulares.
 Denunciar ante las autoridades competentes la oferta por medios de comunicación masiva
la compra de partes de jaguar con fines de tráfico (Apología del delito).
 Pronunciarse en contra de la caza del jaguar y en especial del tráfico de sus partes
(colmillos, pieles, etc.).
 Rechazar la aprobación de normas que pudiesen permitir la caza “regulada” deportiva para
trofeos.

Otras buenas prácticas de enorme relevancia hacia el jaguar, implican: La reducción de


riesgos de ataques al ganado, la mejora de la forma de vida de las personas que
conviven con el jaguar, el propiciar cambios de comportamiento, acciones de educación
ambiental, la mejora de financiamientos para la generación de rentas y beneficios a
partir de servicios ambientales, la efectividad de la aplicación de las normas, la
generación de interés público para reformar las leyes referentes a la vida silvestre,
mejora del sistema judicial, etc., (com per. Melissa Arias).

Mitos, supuestos y creencias sobre los ataques del jaguar a la gente

El jaguar es un animal poderoso, su fuerza es casi comparable al de los grandes felinos


de Asia y África (tigre, león), sin embargo, no es un depredador que vea a los humanos
como una presa para alimentarse. Aunque curioso, es un animal cauteloso, silencioso y
arisco, que en general rehúye la presencia humana. No ataca al ser humano sin motivo
alguno.

El jaguar puede atacar, es decir, ser peligroso para el hombre en ciertos casos:

 Si está herido, o acosado y acorralado en situaciones de caza.


 Si hay acercamiento a tigres hembras con crías.
 Si una persona trata de quitarle su presa (se crea una situación de competencia).

Si los cazadores coinciden en una zona donde los jaguares están cazando, hay riesgo
de ataque, como es el caso de dos Chimanes atacados por un par de jaguares el año
2016, en el bosque Chimanes, cuando ambos convergieron sobre una tropa de
chanchos. Sin embargo, Tortato et al. (2016), hacen referencia a circunstancias en las

29
cuales, la cercanía de personas a jaguares con presas, no despertó señas de
agresividad. Un riesgo comprobado (Tortato et.al) se puede dar cuando las personas
se aventuran en zonas con jaguares en celo y fase de apareamiento (con un alto
despliegue hormonal y fuerte comportamiento territorialista). Los Chimanes en el Beni
procuran no ingresar a zonas donde los bramidos de jaguar indican situaciones de celo
o apareamiento por el riesgo de ataque. Al respecto, son necesarias mayores
investigaciones en aspectos del comportamiento reproductivo y antagonista del jaguar.
Es posible que también, puedan ocurrir casos de ataque, si una persona que se
encuentra con un jaguar, huya corriendo, lo cual podría desatar el instinto de caza del
animal; esto se ha comprobado en pumas.

Existe además, el riesgo de ataque en casos de malas prácticas de turismo donde se


atraen jaguares con cebos. En este caso, el comportamiento del jaguar se traduce en
la presunción de que el cebo colocado por el operador turístico es su presa, y la
cercanía de personas son asumidas como competencia, pudiendo desencadenarse el
ataque. Varios ataques registrados en diversas partes de Sudamérica se han dado en
situaciones de cautiverio (zoológicos, centros de investigación) por condiciones de
stress del animal y falta de precauciones de personal técnico y de visitantes.

Un jaguar, macho o hembra, emite señales de advertencia de un posible ataque, una de


las más comunes, es la “sonrisa”, los pobladores de las selvas y sabanas (pampas) del
Beni, mencionan que el jaguar puede atacar cuando “sonríe”, es decir cuando frunce el
ceño y muestra los enormes colmillos superiores; el echar las orejas para atrás es otra
señal de alerta o ataque entre los felinos; también, cuando menean la cola de un lado
para otro. La apertura parcial de la boca mostrando los colmillos inferiores, puede
significar la percepción más directa de olores hacia el órgano vómero nasal situado en
el paladar, pero también una comportamiento de alerta.

Muchos pobladores de zonas con jaguares, expresan su temor de posibles ataques a


los niños de las familias y comunidades, o a mascotas, como perros, y esta es una razón
por la cual a veces se los caza si se acercan a los poblados. Se observó un caso en la
Reserva Pilón Lajas (zona Gredal) el año 2015, cuando un poblador Chimane, abatió un
jaguar, que supuestamente merodeaba y acechaba a los niños en una playa alejada
(com.per. comunario de Gredal).

Al respecto se conoce un reporte (Iserson y Francis, 2015) de un ataque a una niña en


Guyana. Es posible que pueda existir riesgo para niños pequeños que deambulan solos

30
en playas o bordes de poblados de zonas agrestes, y que pueden ser confundidos por
el jaguar con una especie animal pequeña; es un tema que merece ser investigado.

Recomendaciones en caso de un encuentro frontal con un jaguar o un puma


Fuente: Tortato et al. 2016

a) Mantenga la calma, no grite ni haga movimientos bruscos, o de amenaza al animal;


b) Nunca le dé la espalda al jaguar y salga corriendo. Recuerde que de nada sirve correr ya
que el jaguar corre más rápido que usted, correr es un comportamiento de presa, que
puede desencadenar el instinto de persecución y ataque;
c) Sin quitarle la vista o mirando un punto delante del animal en el suelo, camine lentamente
hacia atrás, tratando de ganar una distancia prudencial entre el mismo y usted de unos 30
– 40 mt., el jaguar probablemente hará lo mismo;
d) Si hay niños con usted o en el grupo, colóquelos detrás de un adulto, de forma que entre el
jaguar y el niño haya un adulto.

Pobladores indígenas Chimanes del rio Curiraba en el Beni, manifestaban que cuando
uno se encuentra de frente con un jaguar, no es bueno mirarle directamente a los
ojos, es decir, evitar hacer el contacto visual directo, y caminar despacio hacia atrás
Es posible que el contacto visual directo sea interpretado por el jaguar, como un
comportamiento de competencia y de desafío, desencadenando un ataque.

Pero que pasa, si alguien es seguido por un jaguar?, esta situación se puede dar en
senderos de la selva o veredas alejadas de zonas pobladas. No se han encontrado
reportes en la literatura al respecto. Un comunario beniano (Tito Zelada) viejo amigo y
muy experimentado en lides de la selva, mencionó en una oportunidad, las siguientes
recomendaciones: nunca salir corriendo, nunca darle la espalda, caminar de lado o
hacia atrás lentamente, creando una buen espacio entre uno y el animal, en lo posible
buscar un claro o espacio más abierto, saliendo de las “chipazones” (espesura), hasta
que el animal se aleje. En estos casos, lo más seguro es que el animal actúe por
curiosidad y de media vuelta o se interne en el monte. No se conocen datos de ataques
en este tipo de circunstancias.

Una investigación de Jedrzejewski (et al, 2017), indica que de 923 registros de
jaguares desde 1940, hasta 2015, solo encontraron 22 reportes confiables de ataques
de jaguares a humanos. De estos 22 ataques, siete ocurrieron durante eventos de
cacería, uno concluyó en la muerte del atacado y 18 sobrevivieron. Aunque 22 ataques
parecería alto, llama la atención, de que ocurrieron a lo largo de 75 años, lo que
equivale a 0,3 ataques por año, casi nada. Sorprende el hecho de que 18 personas

31
sobrevivieran, si se toma en cuenta la potencia del jaguar y la facilidad con la que
podría matar a una persona.

Cabrera (1985), otro investigador legendario de jaguares, indica que el jaguar, a


diferencia de otros integrantes del género Panthera, tiene la tendencia de evitar la
confrontación con los humanos, sin embargo, cuando el enfrentamiento es inevitable,
porque está acorralado o herido, llega al paroxismo de la ferocidad y no se amedrenta
por las heridas, conservando la agresividad hasta la muerte. Precisamente, la fama de
ferocidad del jaguar, se desprende de los relatos de cazadores que acosaron al animal
hasta matarlo, y que pudieron observar en esos eventos, el paroxismo de fiereza del
jaguar próximo a morir, situación en la que más peligroso realmente puede ser.

La idea o creencia de que el jaguar es una fiera peligrosa y que ataca al hombre, fue
impuesta a lo largo de siglos por diversos exploradores que equiparaban al jaguar a
fieras de otros continentes (Tortato et al. 2016). También se buscaba magnificar el
mito de la Amazonía como un lugar en extremo peligroso y salvaje. Esto se ha
mantenido injustificadamente en los miles de poblados y comunidades próximas a las
regiones donde vive el jaguar en América Latina. Existen muchas historias y leyendas
de jaguares comedores de gente, pero ninguna ha sido comprobada. No se conoce
ningún caso de jaguares que se dediquen sistemáticamente a matar y consumir seres
humanos (Hoogesteijn et al. 2014). Esta declaración separa tajantemente al jaguar de
las otras especies del género Panthera, como el León, el Tigre y el Leopardo, especies
en las cuales, algunos individuos se acostumbran a atacar seres humanos y devorarlos
Corbett (1930). Un caso reciente (2016) de un tigre de Bengala devorador de gente,
se dio en la región de Pandharkawada (India).

A modo de comparación, un depredador de gran talla, que tampoco es un “devorador de


humanos”, es el oso pardo (Ursus arctus), cuyos ataques se hicieron frecuentes en
Norteamérica en las últimas décadas. La mayoría de los ataques fueron por
interferencia de turistas a hembras con cachorros, aproximaciones temerarias a osos
con su presa, y osos heridos por cazadores no experimentados (Bombieri et al. 2018).

Porque el jaguar no es un “come gente”, la explicación evolutiva

Durante un millón de años, el jaguar evolucionó en las Américas sin la presencia de


humanos y subsistiendo de una enorme diversidad de presas. Los primeros humanos
ingresaron al continente americano aproximadamente hace unos 30.000 años, es decir,
comparativamente no hace mucho (Fig 12). El jaguar no había desarrollado el
comportamiento de agresividad y ataque a los humanos para alimentarse, y no tenía

32
necesidad de que ingresen en su menú (Tortato, et al., 2016). Diferente situación
ocurrió al otro lado del océano, en África y Asia, donde los grandes felinos (leones,
tigres y leopardos), evolucionaron durante algunos millones de años junto a los
homínidos ancestros de la actual especie humana, en un constante juego de ataque-
defensa-huida, donde los humanos o sus anteriores linajes, formaban ocasionalmente
parte de la dieta de los grandes depredadores (Fig 11).

El jaguar rehúye normalmente la presencia humana, no es agresivo al ser humano; huye


de éste, o incluso, le es indiferente su presencia, y puede acercarse por simple
curiosidad. En situaciones donde hay escasez de sus presas naturales por la sobre
cacería hecha por el ser humano, o porque el tipo de manejo ganadero no es eficiente,
o se pone mucho ganado cerca de zonas boscosas, puede acercarse a los lugares de
cría y atacar al ganado y otros animales domésticos, sin embargo, esto no es una regla
y ocurre eventualmente.

La creencia de que el jaguar es una fiera de riesgo para el ser humano, se basa en
mitos, cuentos y especulaciones que se han mantenido a lo largo de siglos, y que
aumentan injustificadamente el miedo y aversión al magnifico animal (Tortato, et al.
2016).

33
Algunos aspectos evolutivos de los homínidos en general y del Homo sapiens (especie
humana actual) como el bipedismo o posición erecta, el uso de utensilios y el
comportamiento grupal o gregario, habrían significado al momento del arribo del
hombre al continente americano, que el jaguar evite verlo como a una presa potencial
(Castaño Uribe et al. 2016).

…Más allá de las fechas del poblamiento humano, es el efecto de la llegada del hombre a un continente
(América), donde los grandes felinos, especialmente el jaguar (Panthera onca) eran los principales
predadores de la cadena alimenticia. Así como la relación simbiótica y sincrética que se establece desde
entonces y hasta la llegada de los europeos en el siglo XVI, cuando hay un cambio abrupto del paradigma
Homofelino al paradigma felinofóbico que se ha perpetuado en la población mestiza hasta nuestros días.

Es evidente que este felino (P. onca) representó, en la imaginería humana, un ser sobrenatural cargado
de principios energéticos vitales y muchos otros elementos asociados con la fuerza y el carácter seminal
que cualquier cazador-guerrero debiera alcanzar. La nueva doctrina religiosa, el catolicismo y las
doctrinas hegemónicas feudales propias de los conquistadores, socavaron profundamente los pilares de
la adaptación lograda en miles de años de convivencia sinérgica entre H. sapiens y felinos en América.

La brecha de la felino-fobia se fue consolidando en la medida que la nueva identidad opacaba la visión
socio ecológica propia de los pueblos vernáculos del continente. Algunas comunidades indígenas, ya bien
por convencimiento propio e identitario o por temor generacional de las consecuencias de mantener este

34
entendimiento “diabólico”, optaron por alejar al ícono felino y a los principios de la jaguaridad
(Homofelinidad).

Fuente: Castaño-Uribe,C.,Lasso,R.,Hoogesteijn,.R.,Diaz-Pulido,A,.Payán,E. (Eds). 2016. Conflictos entre


felinos y humanos en América Latina. Serie Editorial Fauna Silvestre Neotropical. Instituto de
Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt (IAvH), Bogotá, D. C., Colombia.

ESTADO DE CONSERVACIÓN - IMPACTOS Y AMENAZAS

Antecedentes históricos – matanzas del siglo XX

En los años 50’s a 70s del siglo pasado, la biodiversidad de Latinoamérica, pero
especialmente en Perú y Bolivia, fue impactada por un proceso sistemático, expoliativo
(saqueador), e irrestricto de caza de vida silvestre para el comercio de pieles,
provenientes de nutrias, caimanes, lagartos, pecaríes y por supuesto felinos, entre
ellos el jaguar como presa preferencial (Rumiz, 2015, Ruiz, 2013).
Desafortunadamente, muchos pobladores indígenas y campesinos en las regiones
fueron utilizados como mano de obra barata de este comercio expoliativo.

Esta presión que duro muchos años, ocasionó grandes vaciamientos de fauna silvestre
y de felinos en particular; los procesos de recuperación de sus poblaciones fueron sin
duda lentos y dificultosos, al punto de que emergía la duda, sobre si las poblaciones
naturales de las especies afectadas se restauraron plenamente. Ciertamente, especies
como, el caimán negro o la nutria gigante presentan actualmente escasas poblaciones
de carácter remanente. Cuidadosos estudios genéticos realizados sobre las
poblaciones de jaguares de Perú y Bolivia (Ruíz, 2013), países donde se reportó la caza
de miles de jaguares, parecen indicar que se habrían generado “cuellos de botella”
(procesos que conducen a la extinción), indicativo de que dichas poblaciones de jaguar
en dichas épocas enfrentaron un alto riesgo de extinción local. Este triste episodio
llegó a su fin, gracias a la aplicación de la Convención sobre el Comercio Internacional
de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres o sus Derivados (CITES), la cual
entró en vigencia a principios de los años 70. El jaguar en la actualidad se encuentra
en el apéndice I de CITES, lo que implica que está completamente prohibida su
comercialización, tanto de jaguares vivos, partes y/o productos de éste.

35
Tipos de caza del Jaguar

El jaguar a lo largo de la historia ha estado sujeto a diversos tipos o modalidades de


caza, que varían de acuerdo a la circunstancia y tipo de actor.

 Caza de control ante ataques al ganado en zonas ganaderas. También se la


denomina caza de represalia por ataque al ganado (“retaliation”, en inglés); puede
tener dos modalidades, el jaguar es abatido en el acto mismo de depredación de
los vacunos, o también, es buscado, perseguido y acosado hasta darle muerte. Esta
segunda forma implica el riesgo de no abatir al jaguar depredador, sino a otro u
otros. Similar situación puede ocurrir si el jaguar ataca otros animales domésticos,
como chanchos, potros o cabras.
 En algunas zonas ganaderas se realizan batidas para cazar jaguares que merodean
las zonas ganaderas, usualmente jaguares jóvenes o subadultos, y hembras. Los
estancieros suelen contratar cazadores locales, los cuales, con ayuda de perros,
acorralan a los jaguares. Esta modalidad es una de las más impactantes y dañinas a
las poblaciones de jaguares.
 Caza eventual o casual, cuando un cazador que busca presas comunes, encuentra un
jaguar y lo abate, ya sea por temor, por ocio (“dañinera”), o bajo la expectativa de
tener sus partes y comercializarlas.
 Caza eventual, cuando un jaguar merodea las viviendas (buscando animales
domésticos), y es cazado por temor, relacionado a posibles ataques a niños (esta es
una suposición falsa).
 Caza “deportiva”, tipo safari, con búsqueda de ejemplares grandes adultos. Puede
estar incentivada por propietarios de estancias, o gente de poblados que lucra con
esta actividad. También asociada a malas prácticas de turismo, involucrando a
ciertas agencias u operadores independientes. Esto se relaciona mayormente con la
obtención de trofeos, en especial la hermosa piel.
 Caza dirigida por traficantes de partes del jaguar, o por gente que trabaja para
ellos, y que contratan cazadores locales, o incentivan la caza entre pobladores,
para poder comprar y acopiar las partes.
 Caza que se torna regular, cuando bajo el incentivo de vender partes del jaguar, la
gente local, lo busca o propicia situaciones de caza del jaguar, argumentando daño
al ganado o animales domésticos, temor de ataques.
 Muerte del jaguar por colocación de cebos envenenados o trampas de escopetas
preparadas para disparar solas al contacto (“armadillas).

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 Un tipo de caza ancestral y relacionada a prácticas de determinados pueblos
indígenas, era la caza ritual, la cual podía implicar situaciones de chamanismo,
iniciación, demostración de valor y dominio (Hirtzel, 2016).
 Un tipo de caza, que es considerada localmente, como tradicional (por indígenas y
campesinos) en ciertas regiones tropicales como Pando, considera la caza de jaguar
como un sinónimo de estatus, de “hombría” o valentía, aspecto relacionado además
con un enfoque de machismo.

Otra especie fuertemente amenazada por la caza de represalia por ataque al ganado
es el puma o león (Puma concolor). Se da el caso de que muchos ataques ocasionados
por el puma, se atribuyen erróneamente al jaguar (Inchauste, 2015).

El jaguar es especialmente vulnerable a la caza, en el periodo de grandes inundaciones


de la llanura (EBB, TIPNIS, Beni en general) cuando busca refugio en zonas de alturas,
junto con otra fauna, y los pobladores locales aprovechan para cazarlo.

Un aspecto muy crítico a rebatir, y por cierto que despierta intenso debate, son las
intenciones o ideas de poder permitir la caza “regulada” deportiva jaguar para trofeos
y generar ingresos económicos. Varios estudios indican que esta práctica, no ha dado
buenos resultados en otros países (en especial en África) y da lugar a cadenas de
corrupción, falseamiento de datos, y reducción de las poblaciones naturales. Algunos
expertos sostienen que en determinados casos pueden dar resultados, por ejemplo, los
“criaderos” de leones o algunos casos excepcionales bien controlados en la naturaleza,
sin embargo, esto también es rebatido (Paterniti, 2017).

Este tipo de manejo es riesgoso en especies con pronunciada declinación poblacional,


como es el caso del jaguar, con el riesgo adicional de ausencia de normas básicas en
materia de vida silvestre en el país, debilidad de control, falta de experiencia en
planes de manejo de especies, etc. De cualquier forma, para mucha gente de Bolivia y
del exterior, es una práctica inmoral y antiética, por tanto inaceptable, y afectaría
negativamente la imagen del país.

Cacería por avance de la ganadería, colonización y deporte

Históricamente, el jaguar ha sido una especie particularmente perseguida y acosada a


lo largo de siglos. La mayor parte de las muertes de jaguar, se producen en zonas
ganaderas por caza de represalia o de conflicto por ataques al ganado (“retaliation” en
inglés). La expansión de zonas ganaderas y la caza de represalia ligada a la ganadería,
son situaciones que afectan en mayor grado a la supervivencia del jaguar. Según

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reportes locales se darían mayores ataques en predios ganaderos que reemplazan
zonas boscosas, que en sabanas naturales con ganadería, sin embargo faltan mayores
estudios al respecto. Para una extensa región de estancias ganaderas en el Beni
central, Inchauste (2015) reporta una mayor propensión de ataques del jaguar, cuanta
más cercanía hay del ganado a zonas boscosas y cuerpos de agua; así mismo el mayor
número de ataques parece darse en la época húmeda.

Las causas de la depredación al ganado pueden ser muy diversas, en muchos casos las
actividades humanas han avanzado hacia regiones más alejadas y normalmente
ocupadas por vida silvestre, de tal forma que la expansión de las zonas de ganadería y
el incremento del tamaño de los hatos, hace que el ganado se acerque a territorios
ocupados por el jaguar, con funestas consecuencias para ambas partes. A esto, se
suma la destrucción de su hábitat en prácticas para habilitar más campos de cría y la
pérdida de presas silvestres. La expansión de zonas ganaderas y la caza de represalia
ligada a la ganadería, son situaciones que afectan en mayor grado a la supervivencia
del jaguar, y en general, el ganado juega un rol de atractor del jaguar.

Se conoce que determinados jaguares se acostumbran a atacar y alimentarse de


ganado, sea porque son ejemplares viejos, o con limitaciones físicas por heridas, a los
cuales les es ya difícil cazar presas silvestres, o en el caso de jaguares jóvenes que
deambulan buscando presas, o hembras con cachorros que necesitan más comida. En
todos estos casos, la caza del jaguar por conflicto tiende a concentrarse en este tipo
de individuos. Muchos jaguares pueden acostumbrase a cazar vacas u otros animales
domésticos, simplemente porque las actividades humanas les brindan una oportunidad
más ventajosa, menos riesgosa y más fácil (de menor gasto energético), que perseguir
troperos (pecaríes) o lagartos.

Un interesante datos numérico, proveniente del Beni central (zona de estancias


ganaderas superpuestas o próximas a 4 TCOs indígenas) menciona para el año 2010,
sobre un total de 30 estancias, 216 cabezas muertas por el jaguar y 133 cabezas, por
el puma (Inchauste, 2015). La misma investigadora, refiere para el mismo año y las
mismas estancias, que de la totalidad de mortalidad de ganado registrada, un 24%
corresponde a ataques de jaguar y puma y un 76% a otras causas (enfermedades,
sequía, inundación, intoxicación).

En las zonas habitadas por colonos venidos de las tierras altas, la caza de conflicto es
menos frecuente, principalmente por la poca experiencia de caza que tienen los

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colonos, aunque existe la tendencia a la contratación de cazadores de los pueblos
vecinos para abatir jaguares.

Otro aspecto de potencial impacto de la ganadería sobre las poblaciones de jaguar ha


sido reportado por Tortato et al. (2016) en relación a casos de infanticidio de
cachorros de jaguar, en zonas con restos de reses (muertas por jaguares o por otras
causas) y donde confluyen otros jaguares adultos, que llegan a atacar a los cachorros.
El reporte proviene del pantanal del Brasil y valdría la pena verificar la ocurrencia de
similares situaciones en las zonas ganaderas del país.

Rumiz (2015) menciona un total de 347 jaguares cazados durante cuatro años de la
década pasada, en 85 estancias de Santa Cruz, esto es 86 jaguares por año. La cifra
es alta, pero de cualquier forma, parcial por estar circunscrita solo al departamento
de Santa Cruz. Inchauste (2015) para las estancias del Beni anteriormente
mencionadas, reporta para el año 2010, 93 jaguares y 25 pumas cazados. Son cifras
parciales, tanto geográfica, como temporalmente, pero indicativos de la magnitud de lo
que la caza por conflicto ganadero significa para la supervivencia de la especie.

En algunas regiones tropicales de Bolivia (Beni) y Sudamérica (p.e. Brasil), la especie


todavía sigue siendo perseguida preferencialmente por cazadores “deportivos”, como
presa codiciada para trofeos (com.per informante X de Santa Rosa de Yacuma).

Garrote et al. (2019), recomiendan una serie de medidas de manejo ganadero que
pueden evitar o al menos reducir los ataques de jaguares al ganado:

 Reducir el movimiento del ganado hacia las zonas boscosas.


 Recoger el ganado al final de la faena diaria para ubicarlo en zonas seguras, como
corrales de encierro nocturno o potreros electrificados.
 Evitar que el ganado pase la noche en el bosque, los arroyos y sitios de mayor
riesgo.
 Ubicar bebederos para especies domésticas en zonas lejanas del bosque y en lo
posible más cerca de las viviendas.
 Concentrar la reproducción en la misma época para poder tener un mayor control
de las crías que son las más vulnerables.
 Controlar los partos para que se produzcan en potreros controlados y limpios, lejos
de las zonas boscosas.

Otras medidas relacionadas a la mejora del manejo ganadero, ya mencionadas en las


buenas prácticas hacia el jaguar, son:

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 Criar razas de ganado como búfalos para proteger al ganado de ataques por el
jaguar.
 Instalación de cerco eléctrico para guardar al ganado durante la noche.
 Conservar las presas naturales del jaguar, prohibir la caza de presas en la estancia
y sus alrededores.

La depredación eventual del jaguar hacia el ganado, no justifica de


ninguna manera, las acciones de persecución y caza masiva de jaguares, a
modo de campañas de exterminio, que se realizan aun hoy en día an varios
países con regiones ganaderas. Otro aspecto aún menos justificable y de
carácter delictivo, es aprovechar la caza del jaguar para ofrecer las
partes de los jaguares cazados a traficantes de vida silvestre

Cacería para fines de tráfico de partes del jaguar

La caza para fines de tráfico es tremendamente impactante para el jaguar, debido al


alto número de animales que son cazados para satisfacer la elevada demanda y codicia de
los traficantes. Los traficantes que delinquen en una región, pueden contratar cazadores
que les proveen las partes, o simplemente comprar las partes que son solicitadas o
reunidas por acopiadores locales (que tienen relación con cazadores locales). La fuerte
connotación negativa que tiene en lo social, es utilizar a los indígenas y pobladores
locales como mano de obra barata para la caza y acopio de partes, explotándolos e
involucrándolos en la acción delictiva. Varios reportes locales parecen indicar que la caza
y la intención de caza, se han incrementado en muchas localidades de las tierras bajas,
bajo el argumento de que el jaguar se acerca a las viviendas, y es un peligro para las
personas y el ganado, lo cual se ha interpretado como un argumento de alguna gente local
para cazar jaguares y acopiar partes, que pueden ser vendidas a traficantes, ingresando
en el circuito del delito de tráfico.

La caza para el tráfico además impacta a hembras gestantes o con crías y por tanto a
individuos jóvenes, reduciendo al mínimo el potencial de regeneración de las poblaciones
y aumentando el riesgo de extinción. También puede estarse afectando en este tipo de
cacería al Puma (Puma concolor), cuyos colmillos pueden ser vendidos como de jaguar.

40
Efecto de la caza de jaguares hembras con crías y machos territoriales

La caza del jaguar en cualquiera de sus formas, conlleva aspectos negativos para la
especie. Se analizan dos situaciones que son comunes:

Numerosos reportes locales indican que muchos de los eventos de caza por situaciones
de depredación del jaguar sobre el ganado o animales domésticos, se dan sobre
jaguares hembras y sus cachorros, lo cual desemboca en la muerte de la madre, algún
cachorro o ambos. Esto se fundamenta en la dinámica reproductiva del jaguar, las
hembras que dan a luz, lo hacen en el territorio del macho procreante.

La hembra ocupa este espacio solo los primeros meses, luego abandona el mismo,
cuando los cachorros ya tienen amplia movilidad. Esto se da por competencia de otras
hembras con crías, ante la necesidad de cubrir mayores espacios y tener mayor
disponibilidad de presas, o ante el riesgo de que un jaguar macho o incluso el propio
jaguar procreante, maten a los cachorros (situaciones de canibalismo o para que la
hembra entre nuevamente en celo, o). El hecho de que una jaguar hembra con crías
pueda frecuentar zonas ganaderas o comunidades con otros animales domésticos y
ataque el ganado, y sea abatida junto a sus cachorros, es alta. Deben realizarse
esfuerzos entre los ganaderos para realizar acciones de ahuyentamiento de jaguares
hembras con crías y no recurrir directamente a la su caza, por tanto deben realizarse

41
esfuerzos entre los ganaderos para realizar acciones de ahuyentamiento de jaguares
hembras con crías y no recurrir directamente a la su caza.

Esta forma de caza de exterminio, es una de las peores acciones de caza del jaguar
pues debilita notablemente la capacidad de renovación de las poblaciones. La muerte
frecuente de jaguares hembras y sus crías estaría determinando un mayor riesgo de
reducción poblacional del jaguar y un aumento del riesgo de extinción (Fig 13). Este
tema crítico debería constituirse en un elemento fundamental en los procesos de
investigación y de búsqueda de alternativas de manejo del acercamiento del jaguar a
comunidades y estancias, de manera de reducir en especial, las muertes de jaguares
hembras con crías.

Los felinos, en general, son animales poligínicos (cada macho tiene un territorio que
abarca el de varias hembras y defiende el mismo de la intrusión de otros machos).
Cuando un macho territorial es cazado, otro macho toma ese territorio y las hembras
pasan a ser parte de su grupo de potencial reproducción. Como las hembras cuidan a
sus cachorros un promedio de 18 meses (a veces más), el macho que ingresa debería
esperar muchos meses para que la hembra lo acepte. Para “acelerar” el proceso de
ingreso a celo, el macho suele matar a todas las crías, con lo que logra que la hembra
entre en celo más rápidamente y pueda aceptar su cortejo, asegurando de esa manera
que las crías serán suyas. En caso de que la hembra se oponga, puede morir también (a
veces ocurre). Esto significa que la caza de machos territoriales, también tiene
repercusiones negativas sobre la renovación natural de las poblaciones del jaguar y las
posibilidades de supervivencia de la especie.

Reducción de la disponibilidad de presas

La reducción de la diversidad y abundancia de presas es una fuerte amenaza sobre el


jaguar (Burgas et al, 2014; Guadamuz et al. 2015; Azevedo y Murray 2007). En Bolivia,
esto se da por efecto de sobre-cacería en varias regiones rurales relacionadas a
localidades con población humana importante, y donde progresan crecientes
vaciamientos de fauna, en especial mamíferos de importante tamaño, como tropero,
taitetú, anta, venados, tortugas, tatúes (Caranavi, Alto Beni, San Borja, Riberalta,
Concepción, San Ignacio de Velasco, Villa Tunari, Bermejo, solo para dar algunos
ejemplos).

En el Brasil, en el Parque Nacional Serra da Capivara (Caatinga), se reporta un caso de


reducción de la abundancia de la vida silvestre por sobrepresión de cacería ilegal en
dicho Parque, con pérdida de la fauna mayor, dando lugar a que el éxito reproductivo

42
de jaguares hembras gestantes sea muy bajo. Esto implica la drástica reducción de la
población del jaguar y su posible desaparición (Miranda et al, 2018).

Desde hace ya algunas décadas se ha incrementado otra amenaza latente, los


mercados de carne silvestre, ya sea en localidades o pueblos, incluso en medianas y
pequeñas comunidades, pero especialmente, la proliferación de restaurantes o fincas
en diversas ciudades mayores, sus zonas conurbadas, ciudades intermedias y pueblos
importantes, que ofertan carne de animales silvestres. Esta oferta creciente y
regular, está popularizando el consumo de carne de monte, siendo una actividad que
transgrede las normas vigentes, favorece solo a ciertas personas o familias de las
comunidades, perjudica a muchas otras familias de la comunidad y afecta la
conservación del jaguar. La amenaza aumenta al persistir la debilidad normativa y de
los sistemas de control de la policía de medio ambiente (POFOMA), de autoridades del
nivel central, gobernaciones y gobiernos municipales. Tampoco existen estudios
específicos actualizados al respecto.

Esta amenaza, influye directa y negativamente en la disponibilidad de presas, no solo


para el jaguar, sino para la gente local de las comunidades.

Distribución histórica y actual - Pérdida de hábitat

El área de distribución geográfica de una especie es el lugar donde puede ser


localizada, varía de acuerdo a las condiciones ambientales a las que está habituada y
puede cambiar con el tiempo (Maciel-Mata, C. A., et al. 2015). El jaguar es un predador
de máximo nivel, sus números poblacionales nunca son muy elevados, y depende de la
existencia de espacios territoriales de caza y reproductivos muy amplios, es decir,
grandes extensiones de ecosistemas naturales bien conservados en cuanto a su
biodiversidad y disponibilidad de presas. Sin embargo, existen importantes cambios
ambientales a nivel continental que han afectado su distribución. Grandes espacios
naturales, en todos los países, están siendo destruidos o modificados a gran escala por
la agricultura y la ganadería, poniendo en mayor riesgo a la especie (Fig. 15). En los
últimos 50 años, en varias regiones de Latinoamérica, se eliminaron grandes masas
boscosas, como también los corredores o ecosistemas que conectaban dichas áreas,
proceso que se ha intensificado en las dos décadas del siglo 21. Solo en los últimos 25
años Latinoamérica perdió alrededor de 100 millones de hectáreas de zonas boscosas
(Damasco y Lujan, 2017), la cifra es mucho más alta si se suman pérdidas históricas
como la zona central de México o la Mata Atlántica en Brasil. En Bolivia, considerando
que en la década de los 60 tenía 60 millones de hectáreas de bosques y al 2018 se

43
estiman 47 millones de hectáreas, la deforestación alcanzaría 13 millones de
hectáreas.

En el caso de Bolivia, en las últimas décadas, el avance de las fronteras de la


agroindustria y la ganadería de reemplazo, han ocasionado procesos de fragmentación
y devastación total de grandes superficies de ecoregiones, vitales para la
supervivencia del jaguar y de la vida silvestre de la cual depende.

En el último siglo, el jaguar perdió entre el 40 y 50% de todo su rango de distribución


(Fig 13), esto significaría una reducción de 19 millones de km² a 8.5 millones de km2
(Sanderson, 2002; De La Torre, 2017; Roadmap 2030, 2019; Rumiz, 2015; Rabinowitz
y Zeller, 2010). Este rango es en general coincidente con la reducción de rango
específico en la mayoría de los países (Fig 14). La reducción del rango geográfico, no
solo implica expansiones latitudinales, sino también reducciones altitudinales, en
especial en las vertientes andinas de Ecuador, Colombia, Venezuela, Bolivia, Perú y
Argentina, donde los bosques húmedos montanos fueron erradicados o muy
fragmentados a lo largo de siglos. Existen reportes de la presencia del jaguar incluso
hasta el límite del bosque nublado (2.200 msnm.).

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El jaguar (Panthera onca) hace 10.000 años tenía su límite geográfico norte a la mitad
de Estados Unidos de América, actualmente el límite norte está en la frontera sur de
Estados Unidos con México, mientras que su límite sur llegaba hasta la provincia de
Chubut en Argentina y actualmente llega a la parte norte, hasta Santiago del Estero,
por lo que ese fenómeno espacial es dinámico en el tiempo (Brown & López, 2001 en
Maciel-Mata, C. A., et al 2015).

Lamentablemente la región de la Amazonía está siendo afectada notablemente por la


deforestación con distintos fines, en países donde las poblaciones de jaguar eran
consideradas más estables como: Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, Bolivia, Guyana y
Venezuela. La idea de una Amazonía con una red interconectada y casi prístina de
áreas protegidas y territorios indígenas, que se visualizaba idealmente en los primeros
años del siglo 21, parece desvanecerse ante la arremetida destructiva de la ganadería
a gran escala, agroindustria, operaciones mineras, caminos, nuevos asentamientos y
megaproyectos (Barreto y Souza, 2006; De La Torre, J. A., et al. 2017; Begotti y
Peres, 2019; Finer y Mamani, 2019; Fearnside, 2017; Sonter, et al. 2018; Little, 2013;
Valqui,et al. 2014; FILAC. 2018; ASCEMA 2019; Amazon Watch. 2019). El mapa
elaborado por la organización Panthera (Unidades de Conservación del Jaguar) es
elocuente. Muestra que casi toda la región Este del Brasil, que incluye Amazonía,

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Cerrado y Mata Atlántica, ha sido devastada o profundamente alterada, e implica la
pérdida de hábitat del jaguar. En dicho escenario, solo persiste un mosaico de parches
boscosos dispersos, producto de la fragmentación, supuestamente unido por
corredores. En el Oeste, aún permanece el gran bloque continuo de bosque amazónico,
que sin embargo, se encuentra fuertemente amenazado por diversos proyectos y
procesos de desarrollo.

Todo esto es un indicativo de que la situación del jaguar y el resto de la vida silvestre
han empeorado notablemente en algo más de 10 años.

A ctividades económicas como la agroindustria, la ganadería, y megaproyectos están


estrechamente ligadas a quemas y fuegos extendidos. Los grandes incendios de la
Chiquitanía, Chaco y Pantanal, del año 2019, pudieron tener un impacto severo sobre
las poblaciones del jaguar (Payan, E. 2019; Anívarro et al.2019), especialmente en
cuanto a las pérdidas de vida silvestre y disponibilidad de presas (Fig 16). De igual
forma, el nuevo Plan de Uso del Suelo del Beni, recientemente aprobado, tendrá en
dicho departamento, efectos devastadores sobre la biodiversidad en general y el

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jaguar en particular, en tanto que el uso de la soya transgénica HB4 resistente a la
sequía, puede significar un incremento incontrolado de la frontera agroindustrial en el
bosque seco chiquitano y el Chaco.

En Bolivia el jaguar habita los siguientes ecosistemas: Bosque Amazónico, Cerrado,


Sabanas Inundables, Bosque Seco Chiquitano, Gran Chaco, remantes bien conservados
de Yungas (Bosque montano), Bosque Tucumano boliviano, Chaco Serrano y relictos
remotos de Bosques Secos Interandinos. La figura 17 muestra el mapa con 16 zonas
naturales remanentes con poblaciones de jaguar, de estas, al menos 5 son de especial
importancia para la especie; Norte de La Paz-Iturralde, Ríos Blanco y Negro, Noreste
de Pando, Yambiguazu, Vaca Diez, Itenez. El jaguar tolera una gran variedad de

47
condiciones ambientales, pero está asociado principalmente a hábitats húmedos
próximos a cursos de agua y con coberturas vegetales densas, al igual que aquellos con
presas abundantes por debajo de los 2.000 msnm; por ello su presencia disminuye en
las zonas de montaña. Actualmente el Jaguar, prácticamente ha desaparecido de los
bosques secos de los Valles interandinos y de una gran parte de los bosques de Yungas.
Existen reportes y registros de huellas y bramidos en las zonas de Yungas muy
alejadas y poco intervenidas: Alto Choro (1.900 msnm.), Cielo Jahuira-Cotapata (1.850
msnm.), Santa rosa de Quilo Quilo (1985-1700 msnm.), Yungas de Vandiola (1800
msnm.). Los Valles secos mesotérmicos en los que hay reportes de su presencia son:
Asariamas (Parque Nacional Madidi); Río Grande, entre las áreas protegidas Iñao y
Valles Cruceños y Valle del rio Pilaya (Chuquisaca).

Datos sobre la deforestación en Bolivia

Se estima que la superficie de bosques en Bolivia en años sesenta, ascendía a 60 millones de


hectáreas. En 1975 la cobertura forestal fue calculada en más de 56 millones de hectáreas.
En el periodo 1990-2000, la superficie de bosque quedo reducida a 55 millones de hectáreas.
A fines del año 2003, se estimaba que la superficie deforestada en el país en más de 5
millones de hectáreas, con un 75 % en el departamento de Santa Cruz. El año 2018, la cifra de
bosques en Bolivia se estimaba en 47 millones de hectáreas. Considerando las deforestaciones
mayores entre 2011 y 2018, y el acumulado histórico de décadas pasadas, la pérdida de
bosques en el país sería de 13 millones de hectáreas.
La deforestación anual se ha incrementado en Bolivia en un promedio de aproximadamente
150.000 hectáreas por año durante los años 90, a más de 350.000 hectáreas por año durante
los años 2016-2019. 2016 fue el año con el más alto nivel de deforestación en la historia de
Bolivia, con más de 417.000 hectáreas deforestadas. La mayor área deforestada se encuentra

48
en el departamento de Santa Cruz.
El 2014, Bolivia se encontraba en el puesto 12 de países con mayor pérdida de bosques, en
tanto que el 2019, Bolivia estaba entre los 10 países que más deforestan en el mundo. 25
municipios del país se hallan los niveles más preocupantes de deforestación, de los cuales el
68% se encuentra en el departamento de Santa Cruz (Chiquitanía y el norte cruceño), por
avance de la agroindustria y la ganadería. El año 2019, las grandes quemas de la Chiquitanía y
el Chaco, afectaron más de 5 millones de hectáreas de ecosistemas, de los cuales algo más de
40 % correspondieron a bosques.
Fuentes: FAN (2012), Muller et al. 2014; FAN (2019), Anívarro et al. 2019.

Algunas regiones transfronterizas, tienen especial importancia para la conservación,


por la alta presencia de jaguar y de vida silvestre en general, más aún cuando existen
áreas protegidas y/o esfuerzos y compromisos de gestión en ambos lados de las
fronteras (Fig 18 y 19). En el caso de Bolivia, destacan de manera especial los
siguientes casos:

49
1. Región amazónica entre Perú y Bolivia, incluye las zonas de Madre Dios (Perú) y
Pando y Norte de La Paz (Bolivia)-ríos Heath y Madre de Dios, y las áreas protegidas
Madidi-Manuripi de Bolivia y Bahuaja Sonene-Tambo Pata Candamo del Perú.

2. Chaco Pantanal entre Bolivia y Paraguay, en la región limítrofe del Rio Paraguay
y el Rio Negro justo en la zona del Triángulo Foianini. Abarca la zona en el Parque
Nacional Otuquis y Reservas Privadas del Paraguay (Tres Gigantes-Fundación Guyra).

3. Pantanal Brasil-Bolivia en las zonas de San Matías - Cáceres y Corumbá –


Puerto Suárez, incluye la extensa zona este del ANMI San Matías en Bolivia y zonas
de reservas estaduales y privadas en el pantanal brasilero.

Otra zona transfronteriza que podría ser importante para la conservación del jaguar
está en la frontera Bolivia – Argentina, a lo largo del bosque montañoso del Yungas
tucumano-boliviano (Cuyckens et al. 2014), y que abarcaría las áreas protegidas
Tariquia (Bolivia) y Baritú (Argentina). Es importante considerar en estas regiones, las
capacidades de los cuerpos de protección de las áreas protegidas y reservas privadas

50
de los países, así como otras autoridades e instancias de control, como la Policía
Ambiental del Brasil.

Importancia de las áreas protegidas y corredores biológicos

En la actualidad y considerando los escenarios ecológicos en Latinoamérica, La


dependencia del jaguar de hábitats naturales, implica una relación imprescindible con
áreas protegidas y Territorios indígenas, de grandes superficies (mayor a los 1.000
Km2), que posiblemente podrían asegurar poblaciones viables. Alrededor de un 38% de
su hábitat en el continente está resguardo por áreas protegidas (Roadmap 2030,
2019); y menos de un 10%, en Bolivia (Fig 20).

Un elemento de preocupación es que la mayor parte de ellas en los diversos países


latinoamericanos, enfrentan creciente amenaza por el avance de fronteras
agropecuarias y actividades extractivas. También, los espacios de conexión entre
áreas protegidas o corredores en los diversos países, están siendo modificados y
devastados a gran escala y aceleradamente por los cambios del uso de suelo. Esta es
otra circunstancia que aumenta significativamente el grado de amenaza del jaguar.

51
En Bolivia, 10 áreas protegidas conservan las poblaciones más importantes del jaguar
(Fig, 19). Es ampliamente reconocido que el jaguar por su posición de super-
depredador, requiere de amplios territorios de caza y reproductivos, y para el
mantenimiento de poblaciones genéticamente viables, En Bolivia, las siguientes áreas
protegidas de importancia nacional albergan las mayores poblaciones del jaguar:
Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Kaa Iya, Parque Nacional Noel
Kempff Mercado; Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Otuquis, Área
Natural de Manejo Integrado San Matías, Parque Nacional y Área Natural de Manejo
Integrado Madidi, Reserva de Biosfera y Territorio Indígena Pilón Lajas, Parque
Nacional y Territorio Indígena Isiboro Secure-TIPNIS. Otras áreas de carácter
departamental con presencia de jaguar, son las Reservas Iténez en el Beni y Ríos
Blanco y Negro en Santa Cruz, los territorios indígenas Bajo Paragua, Tacana I y II,
Cavineño y Bosque Chimanes, así como áreas municipales en el sudoeste del Beni y el
norte de La Paz. Todas estas unidades, abarcan más de 20 millones de hectáreas y
asegurarían al menos un 70% de la presencia de la especie. Varias de las áreas
protegidas de Bolivia, aún enfrentan crecientes amenazas de reducción de su
superficie de ecosistemas naturales por la construcción de caminos, habilitación de
tierras agropecuarias, operaciones petroleras y mineras, o megaproyectos
hidroeléctricos.

Otro elemento fundamental para la buena salud de los ecosistemas y su biodiversidad,


que incluye al jaguar, es la existencia de corredores naturales que inter-conecten a las
grandes áreas protegidas. Estos corredores, constituyen manchones o cinturones de
bosques naturales remanentes, en medio de zonas modificadas por actividades
agrícolas, agroindustriales o ganaderas, y permiten el paso e intercambio genético de
la vida silvestre entre las áreas protegidas y otras grandes masas boscosas. En
algunas oportunidades estos corredores están conformados por áreas protegidas
municipales, o propiedades privadas que actúan como reservas de la vida silvestre. La
degradación y desaparición de estos corredores naturales, significa la dificultad o
imposibilidad para muchas especies de poder moverse entre las grandes masas de
bosques. También implica, el aislamiento de las áreas protegidas que quedan rodeadas
de zonas abiertas de uso agropecuario intensivo. El aislamiento de las áreas, significa
a su vez, el empobrecimiento paulatino de su biodiversidad y la desaparición de
especies. Los caminos y carreteras, rodeados de amplias zonas de asentamientos y
usos agrícolas ganaderos, son uno de los factores más impactantes a los corredores y
que promueven en mayor grado el aislamiento de las áreas protegidas. La

52
responsabilidad del buen manejo y protección de estos corredores fuera de las áreas
protegidas recae en los gobiernos municipales.

Ejemplo de un corredor de interconexión en funcionamiento, es el caso de la Reserva


municipal Tucabaca, que interconecta, al menos parcialmente, al Parque Nacional Kaa
Iya y el ANMI San Matías. Casos de un corredor eliminado es el bosque de galería del
río Maniqui, que interconectaba en los años 80 del siglo pasado, a la Estación Biológica
del Beni con el gran Bosque de Chimanes en el sur. Un caso dramático de aislamiento
se observa en los Parques Nacionales Carrasco y Amboró, casi totalmente rodeados de
zonas modificadas por actividades productivas.

Una gran barrera u obstáculo que deteriora los corredores de paso de fauna en la
región Chaco-Chiquitanía del país, es la carretera bioceánica Santa Cruz-Puerto
Suárez, un legado progresista del Programa IIRSA. Su efecto es más drástico a
partir de la progresiva ampliación de su zona de influencia con masivos asentamientos
agropecuarios a ambos lados de la vía.

Poblaciones, reducción de la abundancia

Podríamos suponer que en épocas precolombinas o incluso al ingreso del período


colonial, hubieran podido existir más de 300.000 jaguares en los bosques americanos,
esta es una mera conjetura, pero puede ayudar a dimensionar la pérdida poblacional
que ha sufrido la especie.

Así como su rango de distribución se ha ido reduciendo de forma acelerada en los


últimos cincuenta años, también ha ido disminuyendo su abundancia, es decir, el
tamaño de sus poblaciones naturales se ha ido reduciendo al punto de haber
desaparecido de algunos países (Uruguay, Salvador), mientras que en muchos otros
tiene abundancias muy bajas y está a punto de desaparecer (Estados Unidos,
Argentina, Paraguay). Un estudio realizado en el Instituto de Ecología (Fig. 25) de la
UNAM-México (De La Torre et al. 2017), indica la cifra estimada de 64.000
ejemplares en el continente americano, de los cuales 57.000 ejemplares se albergan
en la Amazonía, esto representa un 89 % del total de los jaguares del continente. Esta
cifra es alarmantemente baja, y a pesar de las críticas a la metodología utilizada
(Jedrzejewski, 2018) principalmente por el uso de pocos estudios con estimaciones de
densidad, parece ser bastante realista.

Dicho estudio, identificó además la existencia de 34 subpoblaciones en el continente,


siendo que solo una, la que corresponde a la Amazonía (posiblemente también se

53
incluirían Chiquitanía y Chaco), se considera estable; mientras que las otras 33,
dispersas en diversos países y regiones, enfrentan situaciones de alto riesgo de
extinción. Muchas de estas subpoblaciones se encuentran mayormente aisladas, es
decir sin flujo genético o reproductivo entre ellas, por la poca efectividad de los
corredores conectores debido a su degradación (Fig 21).

En el caso del Madidi, si bien se han registrado importantes poblaciones a partir del
monitoreo de cámaras trampa (Wallace, et al. 2003), se menciona probables colapsos
poblacionales en décadas pasadas, a partir de perturbaciones considerables como las
matanzas por pieles comerciales (años 50 a 70), la mortandad masiva de pecaríes por
posibles epidemias, y la reducción de presas por la intensa explotación forestal en los
años 80.

Otro estudio, del año 2018 (Jedrzejewski et al. 2018), basado en un alto número de
estimaciones de densidad de cámaras trampa y el rango de superficie histórica de
distribución de la especie, asume que existirían algo más de 170.000 jaguares en

54
Latinoamérica, el mismo estudio indica que Bolivia tendría alrededor de 12.000
jaguares. A pesar del carácter alentador de estas cifras, dicho estudio, existe
bastante escepticismo por sus resultados aparentemente sobredimensionados. Según
las estimaciones de Jedrzejewski, el Brasil tendría 86.000 ejemplares, sin embargo,
Oliveira et al. (2012) estiman la población del jaguar en Brasil, en unos 10.000
jaguares, mientras que Gonçalves Morato (2013) menciona la alarmante cifra de 5.000
ejemplares. Esta última cifra, claramente parece tener una marcada subestimación.

La Moción 106 (anexo 3), elevada a la IUCN – de Prioridad Continental de Conservación


del Jaguar (Panthera onca) - presentada en el Foro Sudamericano de Conservación
realizado en agosto de 2019, en Ciudad del Este, Paraguay, menciona, tanto la cifra de
60.000 ejemplares, en correlación con el estudio realizado por De La Torre, como la
173.00 ejemplares dada por Jedrzejewski.

Tomando en cuenta la estimación total posiblemente baja de De La Torre (2017), y la


de Jedrzejewski (2018), al contrario, probablemente muy alta, tal vez sería
aconsejable manejar una cifra promedio, que nos sitúe más cerca de la realidad.

Hasta el momento, no existen estimaciones concretas sobre la población de jaguares


en Bolivia. Solo el estudio de Jedrzejewski, menciona los 12.000 ejemplares. Si se
consideran, las estimaciones hacia abajo de De La Torre, se puede asumir que Bolivia
podría tener unos 6.000 ejemplares (posiblemente un 20 a 30% de lo que pudo haber
originalmente) cifra preocupantemente baja. De cualquier forma, considerando ambas
estimaciones, Bolivia se situaría entre los cuatro países con mayor abundancia de
jaguares, después de Brasil, Perú y Colombia.

Investigaciones de la WCS en el paisaje del Gran Chaco, que incluye el Parque


Nacional Kaa Iya, estimaron una población de al menos 1.000 jaguares, posiblemente la
más grande bajo protección del mundo. Un ejemplo del éxito de conservación se
documentó en bases a los frecuentes registros fotográficos de jaguares en las
estaciones de control y con la identificación de una hembra residente, reproductiva y
habituada a ser fotografiada a lo largo de varios años.

Otra noticia alentadora se desprende de un reporte de WCS, el cual indica que las
cifras de jaguares aumentaron casi un 8% al año entre 2002 y 2016 en los sitios de
estudio en América Central y del Sur. Noticia alentadora, pero que fue recibida con
bastante escepticismo en los medios científicos (Mongabay, 2018).

55
La disminución de las poblaciones de jaguar, no solo se relaciona con la constante
cacería, sino también con la pérdida de hábitat, es decir la reducción-pérdida de la
cobertura o superficie de los ecosistemas naturales, situación que empeoró desde
mediados del siglo 20.

Cuellos de botella

El cuello de botella es un término científico utilizado en la ecología de conservación,


para definir una reducción o disminución muy crítica de la abundancia de las
poblaciones naturales de una especie, que tiene efecto en la condición genética de las
poblaciones de la especie, al punto de que puede desaparecer o extinguirse (Smith y
Smith, 2001).

Una población estable (en buen estado) de animales de una especie, comparte una base
de riqueza genética (número de genes que determinan su buena capacidad física para
huir o cazar, su resistencia a enfermedades, o su tolerancia a situaciones climáticas).
Si las poblaciones de una especie se reducen, por muerte constante o masiva de sus
individuos, por caza sostenida, destrucción de su hábitat o por enfermedades, se
pierden muchos de estos genes (se pierde la riqueza genética o variabilidad) que le
brindan vigor y salud a la población. A medida que la población se reduce más, hay un
mayor riesgo de que entren en un “cuello de botella” (Fig 22). A esto puede sumarse el
fenómeno de aislamiento, es decir, que cada población de la especie sin posibilidad de
intercambio genético, se va reduciendo e ingresando en su cuello de botella. Este
fenómeno podría estar en curso en el caso del jaguar y de muchas especies.

Un “cuello de botella”, significa una disminución drástica de la variabilidad genética de


las poblaciones de una especie, e implica que ya no puede adaptarse a las nuevas
situaciones adversas o difíciles, como enfrentar una enfermedad, efectos del cambio
climático o un cambio en la disponibilidad de recursos. Muchas especies que se
caracterizan como amenazadas o en peligro de extinción, podrían estar enfrentando
situaciones de “cuello de botella”. En el caso del jaguar, existe la posibilidad que en
ciertos países que hace décadas (1940-1960) sufrieron intensos procesos de cacería
comercial para proveer de pieles a mercados mundiales (caso Perú y Bolivia), el jaguar
y otras especies, como la londra o el caimán negro, pudieron haber entrado en proceso
de “cuello de botella”. Sin embargo, descontando los procesos históricos, actualmente
para muchas poblaciones de jaguar en los diversos países, podría existir el riesgo
latente, dada la regular cacería y acelerada pérdida de hábitat.

56
Ubicación en la Lista Roja de la IUCN y en el Libro Rojo de Vertebrados de
Bolivia

El jaguar se encuentra actualmente y desde el año 2002, en la categoría Casi


Amenazada (Near Threatened -NT) de la Lista Roja (Red List) de especies
amenazadas de la IUCN (Cat Specialist Group, 2002; Caso,A, et al. 2008; Quigley, et
al. 2017; Fig. 23), en tanto que en la lista del Libro Rojo de la Fauna Silvestre de
Vertebrados de Bolivia, está en categoría de Vulnerable - VU (Aguirre et al. 2009), la
cual, también se basa en las categorías de la IUCN. La condición Casi amenazada o
Near Threatened-NT, según los criterios de la IUCN, significa que se considera a la
especie como No Amenazada.

Wallace y Rumiz (2008), mencionan que el año 2002 el grupo de especialistas de gatos
de la IUCN (Cat Specialist Group), rebajó la categoría del jaguar de Vulnerable a Casi
amenazada (NT) en la Lista Roja internacional de la IUCN (Red List), debido a su
amplia distribución y presencia en áreas protegidas. Estos autores, ya advirtieron el
año 2008, que con la indicación de sus poblaciones en declinación y que con más datos
sobre amenazas, como la destrucción del hábitat y la cacería, su estatus podría
cambiar nuevamente a una categoría más estricta.

57
Los principales argumentos para exigir cambios de categorías de conservación más
estrictas para el jaguar, se relacionan con los diversos puntos antes estudiados. Uno
de los más importantes, es la pérdida y la fragmentación de su hábitat, a gran escala,
por la deforestación acompañada de prácticas de chaqueo, quemas provocadas por el
ser humano con fines de preparar la tierra para la siembra o cría de ganado, ampliando
la frontera agropecuaria fuera y dentro de áreas protegidas, que desembocan en
inmensas conflagraciones de fuego como al del 2019. La pérdida de hábitat. También
significa la pérdida de presas, lo cual conduce a conflictos con ganaderos debido a que
los jaguares se ven obligados a atacar al ganado vacuno, siendo una de las mayores
razones por las que se evidencian grandes cantidades de jaguares cazados en las
últimas décadas. Finalmente, a partir del 2014, se activa nuevamente una fuerte
amenaza sobre sus poblaciones, el tráfico de sus colmillos y otras partes hacia el
continente asiático, con diferentes fines (Ayala y Wallace, 2009; Nuñez y Aliaga,
2017).
Se sabe que las grandes matanzas de vida silvestre y de jaguares en los años 50 y 60
del siglo pasado (comercio de pieles), pudieron ocasionar críticos colapsos
poblacionales y “cuellos de botella” en las poblaciones de jaguares en Perú (y
posiblemente también en Bolivia). Si bien se reconoce al jaguar, como una especie de
gran potencialidad y variabilidad genética, en especial por su amplia distribución y
gran capacidad de movilidad e intercambio de genes, nuevos periodos de gran
mortandad por la caza derivada de la rápida expansión ganadera o el tráfico de
partes, podría poner a la especie más cerca de la extinción.

58
Desde el Programa Operación Jaguar, se ha propuesto un cambio de categoría de la
especie en la Lista Roja internacional de la IUCN, a la categoría, o de Vulnerable (VU),
o incluso en la de En Peligro (Endangered - EN), debido a las crecientes amenazas que
enfrenta, la masiva destrucción de su hábitat y el peligro del tráfico, e implica que la
especie enfrenta mayores riesgos de extinción. Con esto, se busca exigir y promover
mayores acciones de protección y control, medidas legales más contundentes, y
probabilidades de mejores financiamientos para su conservación (Fig 24). Similar
posición se ha venido sustentado en el Brasil (Oliveira et al, 2012).

Las amenazas, ejercen una presión importante y creciente sobre la especie, y a pesar
de encontrarse a lo largo y ancho del continente americano, su realidad no es uniforme
en todo su espacio de distribución, por tanto, tampoco su estado de conservación. Esto
ha llevado a que, de los 21 países del continente (ver Anexo 3) con presencia actual o
histórica del jaguar, en 6 está incluido en la categoría de Vulnerable (VU), en 2, está
en la categoría En Peligro (EN), y en 6, en la categoría de En Peligro Crítico (CR). En
dos ya está extinto en la vida silvestre (Uruguay y El Salvador).

59
60
La mayor parte de estas categorizaciones por país, no coinciden con la de la Lista Roja
internacional. Este es otro argumento importante para subir la categoría del jaguar al
menos a Vulnerable, en la lista mundial. Únicamente Perú y Belice, mantienen la
condición de Casi amenazada (Near Threatened-NT), concordante con la actual
ubicación mundial de la especie en la Lista Roja Mundial del IUCN (Red List).

Algunas situaciones podrían no facilitar la re-ubicación del jaguar a una categoría más
estricta, una de ellas se refiere al argumento de la gran movilidad de la especie y su
reconocida buena variabilidad genética (Ruíz, 2013), aun cuando se sabe de la
existencia de 33 poblaciones regularmente aisladas y con bajos números poblacionales.
El argumento de que la situación de jaguar no debería ser muy preocupante, puesto
que se trata de una especie de gran movilidad y con un rango de ocupación geográfico
aún muy amplio; debería ser considerado con mayor seriedad. Considerando la severa
reducción del rango geográfico de la especie, la alta movilidad del jaguar, implica
ahora, que el moverse hacia zonas ocupadas por el hombre y el ganado, que significa
una elevada mortalidad por casa de conflicto. Como se analizó en un punto anterior, un
elemento que también, debería debatido ampliamente es la visión idealista de que la
Amazonía es un vergel bien conservado de áreas protegidas, territorios indígenas y
corredores, lo cual es rebatido por una realidad evidenciada por más de una decena de
estudios recientes. Otro elemento pueden ser cifras exageradamente elevadas que
aumentan la cifra poblacional estimada de jaguares y que podrían desviar la atención
de la situación crítica por la que atraviesa el jaguar, y adoptar posiciones más pasivas.

En resumen, el estado de conservación de la especie es mucho más crítico de lo que se


pensaba hasta hace unos años y su actual ubicación en la Lista Roja de la IUCN (e
incluso en la de Bolivia) no reflejan la gravedad de su estado de conservación, por lo
que una recategorización sería la medida precautoria y estratégica más adecuada. Es
totalmente incongruente, que el jaguar, enfrentado todas las amenazas existentes y la
reducción acelerada de sus poblaciones y su hábitat, esté en la categoría de Casi
amenazada, es decir, como No amenazada, según los criterios de la IUCN.

De cualquier forma, se percibe que la IUCN, se enmarca en la tendencia a utilizar la


cifra de De La Torre, lo cual, en el caso de especies amenazadas como el jaguar,
condice plenamente con la aplicación del Principio Precautorio, es decir, es mejor
manejar la cifra poblacional más baja y de mayor riesgo, que obliga a tomar mayores
recaudos, que la más alta, que podría implicar el entrar en una tendencia más relajada
y “bajar la guardia”. En relación a la transferencia de especies en la Lista Roja (Red
List) la guía de Categorías y Criterios de la IUCN (IUCN, 2000), hay una disposición

61
fundamental, que en la práctica estaría aplicando el Principio Precautorio: El cambio
de las categorías de riesgo más bajo a las categorías de mayor riesgo debería hacerse
en forma inmediata.

El Principio Precautorio

Es importante considerar un principio fundamental en la ecología de la conservación, el


Principio precautorio, acuñado por el ecologista Ernest Mayer (Porrit,J. 2003), y que forma
parte de la Declaración de los Principios de la Cumbre de la Tierra o Río 92 (Principio 15): Con
el fin de proteger el medio ambiente, los Estados deberán aplicar ampliamente el criterio de
precaución conforme a sus capacidades. Cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la
falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la
adopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir la degradación del medio
ambiente.

El Principio, hace referencia a que las decisiones sobre problemas ambientales y a favor del
ambiente, deben tomarse, aun cuando no exista la totalidad de investigaciones o pruebas
concluyentes sobre la magnitud o gravedad del problema en cuestión. Esto quiere decir, que es
una obligación asumir decisiones que permitan reducir amenazas a la biodiversidad o el
ambiente, aun cuando no se cuente con toda la información concluyente o verificatoria
proveniente de largas y costosas investigaciones. De otro modo, se incrementan las
probabilidades de que se produzcan impactos graves e irreversibles, como la extinción de una
especie.

La Lista Roja de la UICN se usa ampliamente para guiar las políticas y prácticas de
conservación (De la Torre 2017), sin embargo, en la mayoría de los casos, la evaluación
de una especie utilizando los criterios de la Lista Roja de la UICN, solo tiene en
cuenta el estado global de la especie, y no el estado de las diversas poblaciones.
Aunque las poblaciones dispersas o aisladas pueden evaluarse utilizando las categorías
y criterios de la UICN, esto rara vez ocurre, ya sea porque es difícil identificar
poblaciones y subpoblaciones, o por el esfuerzo involucrado. Utilizando el jaguar, como
modelo, De La Torre (2017) ilustraron que las especies de amplio alcance a las que se
les asigna una categoría particular de amenaza según los criterios de la Lista Roja de
la UICN, pueden mostrar una considerable heterogeneidad a nivel de subgrupo
poblacional, en términos del nivel de riesgo que enfrentan (ver recuadro La abundancia
del jaguar en debate). Basado en este enfoque, los esfuerzos de conservación futuros
pueden priorizarse para las subpoblaciones más amenazadas. De la Torre (2017)
recomiendan que para futuras evaluaciones de la Lista Roja, los evaluadores
consideren el valor de realizar evaluaciones a nivel de población y/o subpoblación. Para

62
el jaguar, las evaluaciones sub-globales deben incluirse en la Lista Roja con carácter
de urgencia.

Aspectos y eventos importantes relacionados del jaguar

a) El Perú solicitó el año 2019, ante la Convención sobre el Comercio Internacional de


Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres CITES, que se reconozca al
jaguar (Panthera onca), como la especie bandera de los países de América en los
que habita y que, además, se adopten medidas especiales para proteger a esta
especie (Y.Sierra, 2019). Esta solicitud argumenta que las amenazas para la
supervivencia del jaguar van en aumento, con el comercio ilegal y la caza furtiva
que se han incrementado en los últimos años debido a una demanda creciente de
sus colmillos en el mercado asiático, sumándose la pérdida de su hábitat. Estas
presiones están acelerando el riesgo de amenaza de extinción para la especie.
b) El 3 y 4 de octubre de 2019, se llevó a cabo en Lima-Perú, la Primera Conferencia
de Alto Nivel de las Américas sobre el Comercio Ilegal de Vida Silvestre, 20
países, incluido Bolivia, firmaron la Declaración de Lima Sobre el Comercio Ilegal
de Vida Silvestre. Entre los varios puntos acordados, se declaró al jaguar
(Panthera onca), como especie emblemática de las Américas, debido a su
importancia en el mantenimiento de la integridad y la funcionalidad de los
ecosistemas, así como por representar un ícono espiritual y cultural de muchos
pueblos a lo largo de su rango de distribución, y como símbolo de la lucha contra el
comercio ilegal de la vida silvestre.
c) Considerando el grave riesgo de extinción del jaguar en el Chaco, la Organización
Greenpeace presentó una demanda ante la Corte Suprema de Justicia de la
Argentina, para que el Estado garantice su supervivencia (Lucotti, 2020). El jaguar
tiene la máxima categoría de protección que en Argentina se le puede dar a una
especie, y está al borde de la extinción. Es la primera vez se presenta amparo ante
la Justicia a una especie animal (no persona) silvestre, otros antecedentes se
refieren a amparo judiciales de animales exóticos en zoológicos. Para los abogados
argentinos que impulsan dicho amparo, el caso del yaguareté argentino va más allá
del Derecho animal; se trata de Derecho de la naturaleza, ya que se intenta
proteger no solo la especie sino el conjunto del ecosistema. El equipo legal pide que
la causa se caratule "Yaguareté vs. Estado nacional" y las provincias mencionadas, y
además la demanda reclama una política de deforestación cero en esa zona para
evitar la extinción.

63
d) Entre el 12 y 14 de agosto de 2019, en Ciudad del Este, Paraguay, se desarrolló el
Foro Sudamericano de Conservación, con el objetivo fundamental de discutir los
aportes sudamericanos al Programa 2021 – 2024 de la UICN. En dicho evento,
organizaciones y expertos de Bolivia presentaron la Moción (106) de Prioridad
continental de conservación del Jaguar (Panthera onca), la cual fue posteriormente
aceptada (Anexo 3). Los aportes presentados, serán aprobados durante el gran
Congreso Mundial de las Naturaleza organizado por la IUCN, a llevarse a cabo en
Marsella – Francia en junio de 2020.
e) La Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y
flora silvestres (CITES.), en su Decimoctava Reunión de la Conferencia de las
Partes (CoP18), desarrollada en Ginebra (Suiza), entre el 17 y 28 de agosto de
2019, consideró la revisión de los documentos-Doc. 77,1 y 77,2, relativos a
Asuntos específicos de la especie: Jaguar (Panthera onca) / JAGUAR TRADE. La
versión presentada, fue producida por Costa Rica, México y Perú, con el apoyo y
aporte del Estado Plurinacional de Bolivia y Guatemala. En dichos documentos se
recomienda a que las Partes de la CITES y la comunidad más amplia de la CITES,
contribuyan significativamente a monitorear el comercio ilegal de especímenes de
jaguar y analizar sus consecuencias para la conservación de las poblaciones de esta
especie en la naturaleza. Así mismo se invitó a la Conferencia de las Partes a
considerar y aprobar los proyectos de decisión sobre el comercio ilegal de
jaguares (Panthera onca) con el fin de evaluar la magnitud del riesgo y determinar
los puntos clave de origen y demanda en la cadena comercial a través de un estudio
financiado con fondos externos. En estrecha cooperación con las partes
interesadas relevantes, el Comité de Fauna y el Comité Permanente, hicieron
recomendaciones para adoptar medidas urgentes destinadas a combatir el
comercio ilegal del jaguar en toda su área de distribución. Así mismo, en dicho
evento, los Estados del área de distribución del jaguar, destacaron que el jaguar
representaba una especie emblemática para la región y que las medidas a
adoptarse los ayudarían a combatir el comercio ilegal.
f) Roadmap 2030: En noviembre del año 2018, con motivo de celebrarse la
Conferencia de partes (COP 14) del Convenio de Biodiversidad, catorce países se
unieron para crear el Plan Jaguar 2030 (Roadmap 2030, 2019), una estrategia
regional que busca proteger los corredores por los que se desplaza esta especie.
(Mongabay 2019). Con el doble objetivo de guiar la conservación de los jaguares y
sus hábitats en los países del área de distribución y estimular un compromiso, una
participación y una coordinación más amplios por parte de los gobiernos y de la
comunidad internacional en su conjunto, se presentó el Proyecto Conservación

64
Jaguar 2030 - Hoja de ruta para las Américas. Esta Hoja de ruta sienta las bases
para una estrategia integral que garantice que los jaguares no caigan en el tipo de
espiral descendente enfrentado en los últimos años por otros grandes felinos,
especialmente el tigre. La hoja de ruta se basa en ejercicios previos de
establecimiento de prioridades en todo el rango que han identificado poblaciones
centrales de jaguar, concentradas dentro de las "Unidades de Conservación de
Jaguar (JCU)", así como en los "Corredores de Jaguar" que conectan estas
poblaciones centrales y, por lo tanto, permiten la dispersión y el intercambio
genético. La hoja de ruta establece un conjunto de vías complementarias y de
refuerzo mutuo, incluidas acciones y objetivos prioritarios a nivel regional, nacional
y paisajístico, que convergerán en el objetivo Jaguar 2030: fortalecer el corredor
Jaguar en los países del área de distribución, asegurando 30 paisajes prioritarios
de jaguar para 2030, reducir el conflicto entre humanos y jaguares en paisajes
dominados por humanos, y aumentar la seguridad y la conectividad de paisajes
protegidos centrales, cumpliendo así los objetivos de biodiversidad globalmente
significativos. Bolivia y Honduras, asistieron a la COP 14, pero no firmaron el
acuerdo del Plan Jaguar 2030.
g) En el marco de la iniciativa Plan Jaguar 2030 y la COP 14, los países del continente
con presencia de jaguar y varios organismos internacionales, instauraron el 29 de
Noviembre, como el Día Internacional del Jaguar.

Investigaciones realizadas en torno al jaguar

Tanto por las amenazas a su estado de conservación, como por su carácter


emblemático, el jaguar es una especie que ha recibido importante atención de
investigación en Latinoamérica, especialmente, desde el enfoque de la ecología de
conservación. Se mencionan los campos de investigación más atendidos y los
principales autores de los estudios más relevantes que aparecen en la bibliografía.

Muchos estudios sobre la especie se han dirigido al tema de los ataques al ganado
(Hoogesteijn, Polisar, Garrotee, Castaño-Uribe, Payan, Amit), varios otros se han
concentrado en el tema de la densidad, abundancia y distribución del jaguar, en
regiones específicas, la mayoría utilizando la metodología de cámaras trampa (Soisalo,
Wallace, Ayala, Maffei, Noss, Guadamuz), varias de estas investigaciones abordaron
paralelamente el tema del uso del espacio y la territorialidad de la especie,
direccionándose especialmente a dar información clave para apoyar acciones de
conservación. A su vez, los resultados de estas investigaciones, han sido utilizados
para modelaciones de densidad poblacional y abundancia del jaguar (De La Torre,

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Jdrzejewski, Oliveira), así como de la pérdida de hábitat y reducción del rango
geográfico. Algunos estudios se han concentrado en los hábitos alimenticios y ecología
trófica del jaguar (Azevedo, Murray, Crawshaw), pocos en la selección de hábitat
(Cullen, Crawshaw). Investigadores legendarios del jaguar, como Rabinowitz,
realizaron estudios pioneros en la ecología y comportamiento del jaguar.

Diversos otros temas no han tenido tanta atención, como los anteriores, por ejemplo,
comportamiento sexual y biología reproductiva en la vida silvestre (Neto). Hay pocos
estudios sobre los supuestos de peligrosidad o ferocidad del jaguar (Tortato,
Hoogesteijn, Marchini); son escasos los estudios genéticos, mayormente realizados
por Ruiz y su equipo, en Colombia. Así mismo, hay pocos estudios socioambientales
relacionados a la percepción del jaguar por parte de la gente local (Álvarez, Knox), o
en temas culturales (Payán, Morón), o relacionados al turismo (Marchini). En los
últimos años se ha realizado importante atención al tema del tráfico de parte del
jaguar (Reuter, Maffei, Verheij). En Bolivia, las investigaciones relacionadas se
orientaron mayormente a estimaciones de abundancia y distribución en áreas
protegidas de la Amazonía y el Chaco (Wallace, Noss, Ayala, Rumiz). Destaca además
un estudio sobre percepciones locales sobre el jaguar (Knox) y una investigación sobre
la relación de ataques del jaguar al ganado (M.Arias), ambos para la región amazónica.
El Instituto de Investigaciones Químicas del UMSA de La Paz, viene realizando
estudios de patrones de estructura genética del jaguar (a partir del análisis de
muestras de colmillos) en base a marcadores nucleares.

BASE LEGAL: ASPECTOS DE CONTROL y FISCALIZACIÓN

Normativa en Bolivia

La legislación que protege a la vida silvestre es aún una cuestión a la cual se le asigna
una prioridad baja y tiene muchas debilidades e inconsistencias en la mayoría de los
países latinoamericanos

Un hecho paradójico es la ausencia de un reglamento o Ley de Vida Silvestre en el


País, posiblemente Bolivia es uno de los pocos países del mundo que carece de un
Reglamento de Vida Silvestre, aunque existen una docena de proyectos de dicho
Reglamento que vienen desde los años 90 que nunca fueron aprobados; esto muestra la
falta de voluntad política y desidia de los diversos gobiernos. Hubo varios intentos
fallidos en los años 90, que buscaron promover el fortalecimiento directo e indirecto

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de la normativa para la protección, y manejo de la vida silvestre, por ejemplo, la
propuesta de Ley de Biodiversidad con innumerables versiones, más recientemente, la
propuesta de Ley de Áreas Protegidas y las diversas versiones de Reglamento de vida
silvestre y Ley de vida silvestre, probablemente en revisión en la actualidad. También,
el Ministerio de Desarrollo Sostenible elaboró una Estrategia de Biodiversidad a fines
de los años 90, la cual no llegó a tener aplicación alguna debido a los cambio de
gobierno. El año 2018 se impulsó oficialmente una nueva Estrategia de Biodiversidad,
que a{un tiene escasa aplicación. Durante muchos años se ha pretendido manejar la
vida silvestre a partir de un Decreto-Ley obsoleto de los años 70 (Decreto-Ley N°
12301 de 1975: Ley de Vida Silvestre, Parques Nacionales, Caza y Pesca) y el conocido
Decreto de Veda General e Indefinida. Hasta 2019, solo se conocía de la existencia de
una propuesta de Ley en contra del tráfico de vida silvestre que supuestamente hacía
énfasis en el jaguar.

En cuanto al Reglamento General de Áreas Protegidas (DS.24781 /1997), si bien


permitió durante muchos años desarrollar acciones de gestión, administración y
control, es evidente que ya es obsoleto y presenta numeroso vacíos e insuficiencias, en
especial en materia de la vida silvestre. Se considera urgente, la actualización y
fortalecimiento de dicho instrumento, inclusive proyectándolo a una Ley de Áreas
Protegidas, que contemple además, un conjunto de reglamentos temáticos y permitan
una mayor solvencia jurídica y operatividad.

Lista de normas aplicables a la Vida Silvestre:

 La Constitución Política del Estado Boliviano en sus art. 33, 34, 348, 349, 381, 382 y 383
que dispone que se sancionará penalmente la tenencia, manejo y el tráfico ilegal de
especies de la biodiversidad.
 Ley N° 300, Ley Marco de la madre tierra y Desarrollo integral para vivir bien en su
artículo 44 indica que, en los delitos relacionados con la Madre Tierra, no habrá lugar al
beneficio de la suspensión condicional de la pena, y además que son imprescriptibles.
 Ley N° 071, Ley de Derechos de la Madre Tierra que, en su artículo 9, establece que es
deber de las personas naturales y jurídicas, públicas o privadas, denunciar todo acto que
atente contra los derechos de la Madre Tierra, sus sistemas de vida y/o sus componentes
(flora y fauna).
 Ley N° 1333, Ley del Medio Ambiente, en sus artículos 52, 57, 106, 110 y 111 establece
delitos contra el medio ambiente y la biodiversidad.
 El Código Penal Boliviano en su artículo 223, sanciona penalmente la destrucción o
deterioro de bienes del estado y la riqueza nacional. Entiéndase como bien del Estado al
patrimonio natural, es decir especies nativas de origen animal y vegetal (art. 381 CPE).
 El D.S. Nº 22641, Decreto Supremo de Veda General e Indefinida (ratificado por el D.S.

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Nº 25458).
 El D.S. N° 3048, Decreto Supremo sobre el Comercio Internacional de Especies
Amenazadas de fauna y flora silvestres, donde se afirma que el jaguar es una especie
listada en el Apéndice I de CITES, lo que significa que está prohibida la comercialización
de la especie, sus partes y productos a nivel internacional.
 La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora
Silvestres - CITES es el principal instrumento internacional para controlar y regular el
comercio internacional de especies protegidas y reprimir las operaciones ilícitas que
afecten la fauna y flora silvestres.
 Ley Departamental N° 98, Ley de Conservación del patrimonio natural del departamento
de Santa Cruz, en la cual el jaguar es una de las especies priorizadas para el
departamento.
 Decreto Supremo N° 24781, 1997. Reglamento General de Áreas Protegidas. Constituyen
infracciones administrativas la colecta y acopio de especímenes vivos de animales
silvestres para fines biomédicos o genéticos; capturar o acopiar animales vivos de
especies amenazadas o en peligro de extinción; colectar, capturar, poseer, procesar,
transportar o comerciar cualquier especie, derivado o producto de origen animal, vegetal o
mineral.

Se debe mencionar que existe una norma del año 1979 (DS 16605) que prohíbe la caza del jaguar, la cual
no ha sido derogada y por tanto tendría aun vigencia: Veda Total: Pejichi, chinchilla, oso, jaguar, puma,
cóndor, garzas, flamencos, bufeos, caimán, boas, tortugas. Aprobado en la presidencia de David Padilla
Arancibia.

Todas las prácticas de caza del jaguar, son prohibidas legalmente en el territorio
boliviano, la caza que deriva en acciones de tráfico de partes, se considera un delito
ambiental penalizado con cárcel. El marco legal que sostiene esta posición es: Ley del
Medio Ambiente 1333 (artículos 52, 57, 106, 110 y 111); Código Penal Boliviano
(artículo 223); D.S. 22641, Decreto Supremo de Veda General e Indefinida
(ratificado por D.S. 25458; La Constitución Política del Estado Boliviano (art. 33, 34,
348, 349, 381, 382 y 383) dispone se sanción penal por tenencia, manejo y el tráfico
ilegal de especies de la biodiversidad; D.S. 3048, Decreto Supremo que ratifica el
Convenio CITES (el jaguar se encuentra en el Apéndice I); DS 16605 de 1979, que
prohíbe la caza del jaguar; DS 24781, 1997, Reglamento General de Áreas Protegidas;
Ley Departamental N° 98, Ley de Conservación del patrimonio natural del
departamento de Santa Cruz (el jaguar es considerada especies protegida y
priorizada).

De acuerdo a la Ley del Medio Ambiente 1333, el Jaguar y la vida silvestre en general,
son parte del Patrimonio natural del Estado. El artículo 52 establece: El Estado y la
sociedad deben velar por la protección, conservación y restauración de la fauna y flora
silvestre, tanto acuática como terrestre, consideradas patrimonio del Estado, en

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particular de las especies endémicas, de distribución restringida, amenazadas y en
peligro de extinción.

Sin embargo, la Ley 1333, tiene poca contundencia en términos de delitos ambientales,
dando una pena muy leve en casos del tráfico de vida silvestre (2 años, Artículo 111).
La ausencia de una Ley marco de Protección y Manejo de la Vida silvestre o un
reglamento específico de la Ley ambiental, impide desarrollar procedimientos penales
más contundentes. Sólo cuando se vinculó la Ley 1333 (Artículos 106, 111, 114), con el
Código Penal Vigente (Artículo 223: Destrucción o deterioro de Bienes del Estado y la
Riqueza Nacional), en el caso de los traficantes chinos de La Ramada, hubo cierta
posibilidad de una pena de reclusión que alcanzó los 6 años, sin embargo, la pena
máxima dictada por los jueces fue de 4 años y uno de los traficantes se dio a la fuga.

En Bolivia, de acuerdo a la Constitución Política del Estado y de las normas jurídicas


vigentes, está terminantemente prohibida la caza, captura, transporte, tenencia,
acopio, manejo, incitación, promoción y comercialización de especímenes (animales o
plantas vivos, partes, productos y/o derivados de la vida silvestre), que no esté
autorizada por la Autoridad Ambiental Competente Nacional – AACN o Departamental
- AACD, que estén declarados en veda en todo el territorio nacional o con destino a
otros países. Las personas que infrinjan las normas jurídicas, es decir que incurran en
la comisión de delitos contra la vida silvestre estarán sujetas al régimen sancionatorio
con las acciones legales correspondientes (penal y administrativo). La constitución
Política es muy concreta respecto de la penalización de los delitos en contra de la
biodiversidad, el Artículo 383 establece: El Estado establecerá medidas de
restricción parcial o total, temporal o permanente, sobre los usos extractivos de los
recursos de la biodiversidad. Las medidas estarán orientadas a las necesidades de
preservación, conservación, recuperación y restauración de la biodiversidad en riesgo
de extinción. Se sancionará penalmente la tenencia, manejo y tráfico ilegal de
especies de la biodiversidad.

Es importante conocer, que las acciones legales (denuncia, demanda, incluso la


aprensión de delincuentes y su conducción ante las autoridades) en contra de actos
ilícitos sobre el jaguar o la vida silvestre en general, pueden ser realizadas por
cualquier persona, como lo estipula la Constitución Política del Estado en su Artículo
34: Cualquier persona, a título individual o en representación de una colectividad, está
facultada para ejercitar las acciones legales en defensa del derecho al medio
ambiente, sin perjuicio de la obligación de las instituciones públicas de actuar de
oficio frente a los atentados contra el medio ambiente.

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Instancias de Control

La formulación, promoción aplicación de políticas y normas relacionadas al sector


ambiental y de biodiversidad, así recae en el Ministerio de Medio Ambiente y Aguas y
su Viceministerio de Medio Ambiente (MMyAA), Biodiversidad, Cambio Climático, y de
gestión y Desarrollo Forestal, (que es la AACN - Autoridad Ambiental Competente
Nacional). Uno de sus brazos operativos es la Dirección General de Biodiversidad y
Áreas Protegidas (DGBAP). En los ámbitos departamentales, están las Secretarías de
Desarrollo y Medio ambiente de los Gobiernos Autónomos Departamentales
(Gobernaciones) y los Gobiernos Autónomos Municipales. Estas instancias tienen
competencias concurrentes con el nivel central (Ministerios) en materia de control,
prevención y protección de la biodiversidad. La aplicación de medidas de prevención y
control de ilícitos (cualquier acto que contravenga el ordenamiento jurídico) contra la
vida silvestre, son determinantes para su conservación. Dentro de las medidas de
prevención, está el coadyuvar en la difusión de información sobre prohibiciones y
sanciones respecto a los ilícitos contra la vida silvestre.

Para el control, se requiere de la acción coordinada de instancias gubernamentales en


todos sus niveles autónomos, nacional, departamental, municipal, indígena, además de
diferentes reparticiones del Estado que se constituyen en instancias operativas como
la Policía Nacional (su Unidad especial POFOMA), fuerzas armadas, ADUANA,
operadores de SABSA, SENASAG, Cuerpo de Protección en Áreas Protegidas, etc.

Un aspecto muy importante a destacar, es el Control Social, especialmente en contra del


tráfico de partes del jaguar o de otra vida silvestre. Esto implica un accionar responsable de
las comunidades indígenas y campesinas, que amparadas en la Constitución Política y la
normativa vigente, pueden realizar acciones directas de protección de sus territorios y su
medio natural. Tiene aún más importancia, considerando las limitaciones y debilidades de las
instancias oficiales de control. Para ejercer la responsabilidad de este control social, es
fundamental que las personas de las comunidades asuman que el tráfico es un delito, que no
puede ser justificado o socapado de ninguna manera, a nombre de un uso tradicional o
sostenible que supuestamente beneficie a las comunidades. Es imperativo promover el control
social responsable y respetuoso con la naturaleza.

POFOMA

La Policía Boliviana, según la CPE, tiene como misión específica defender a la sociedad,
conservar el orden público y dar cumplimiento a las leyes en todo el territorio

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boliviano (art. 257). También son atribuciones de la Policía Boliviana, según su Ley
Orgánica, coadyuvar a preservar los derechos y garantías fundamentales reconocidos
a las personas y patrimonio público y privado. La Policía Forestal y de Preservación del
Medio Ambiente – POFOMA, es una unidad de la Policía Nacional, que tiene entre sus
funciones: dar seguimiento a los procesos y juicios iniciados en temática ambiental y
de biodiversidad; evaluar e identificar a las personas que atenten o promuevan
acciones contra su misión; investigar a personas sospechosas que pudieran estar
relacionadas con actividades que atenten contra el medio ambiente, la destrucción de
áreas forestales y áreas protegidas, la comercialización ilegal de la flora y fauna;
planificar y desarrollar operaciones a nivel departamental; y realizar la investigación
de los casos y coordinar con los investigadores asignados.

A pesar de las limitaciones existentes, el accionar de esta unidad en los últimos


sucesos relacionados a la caza del jaguar ha sido importante en las acciones de control
de ilícitos de tráfico. Existe además otra unidad de la Policía, la Policía Ecológica que
fue designada para apoyar caso relacionados al control de tráfico de drogas
restándole importancia al tema ambiental. En algunos departamentos como Beni o
Cobija, al no existir unidades específicas de POFOMA, la Policía desarrolla algunas
acciones de control en temas de vida silvestre.

SERNAP – Cuerpos de Protección de las Áreas Protegidas

El cuerpo de protección, conformado por un jefe de protección y guardaparques tiene


la responsabilidad de llevar a cabo las actividades que aseguran la protección y el
mantenimiento de los recursos con los que cuenta el área protegida, se constituyen en
el pilar fundamental. Los guardaparques ejercen jurisdicción y competencia dentro de
las áreas del SNAP. Fuera de éstas podrán coadyuvar a la autoridad competente para
prevenir o perseguir contravenciones o delitos dentro del ámbito de su competencia.
Considerando que los guardaparques se rigen en un Plan General de Protección para
efectivizar sus funciones dentro del área protegida, entre éstas el control y vigilancia
de actos ilícitos, es importante que se destaque la conservación del jaguar como una
prioridad, en todas las áreas protegidas donde habita. El rol del Servicio Nacional de
Áreas Protegidas -SERNAP y en especial de los cuerpos de protección, es fundamental
toda vez que las poblaciones más estables del jaguar y de otras especies de la vida
silvestre, están en las áreas protegidas.

El Artículo 62 del Reglamento General de Áreas Protegida (DS.24781 /1997),


establece: El guardaparques del Cuerpo de Protección ejercen jurisdicción y

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competencia dentro de las APs del SNAP, donde han sido oficialmente asignados para
el ejercicio de las atribuciones específicas de protección ecológica y social de las APs.
Fuera de éstas podrán coadyuvar a la autoridad competente para prevenir o perseguir
contravenciones o delitos dentro del ámbito de su competencia. Sin embargo, en
relación a esta disposición, es importante no olvidar la responsabilidad civil frente a
los delitos ambientales que otorga la Constitución en el artículo 34.

Fuerzas Armadas

Según la CPE, las Fuerzas Armadas tienen como misión específica defender y
conservar la independencia, seguridad y estabilidad del Estado, su honor y la
soberanía del país (art. 245).

Dentro su Ley Orgánica, las Fuerzas Armadas tienen la misión de defender, controlar
y conservar la integridad territorial, así como contribuir a la protección del medio
ambiente, los recursos naturales y de todo el patrimonio nacional. Tiene como misión
específica la protección de las fuentes de producción y los servicios legalmente
constituidos, así como los recursos naturales y la preservación ecológica dentro el
territorio nacional, entre otras misiones.

Aduanas, correos y medios de comunicación

En relación al Servicio de Aduanas, existen vacíos de control en aspectos de vida


silvestre, así como de coordinación con autoridades del sector; a esto se suma la
ausencia de capacidades y el hecho de que el tema de la vida silvestre no figura en su
manual de funciones. En general, personeros de aduanas, control de aeropuertos y en
terminales de buses, carecen de capacidades y estructuras tecnológicas y operativas
claras para el control del tráfico de vida silvestre. En las terminales de buses de La
Paz y Santa Cruz, no existe ningún tipo de control de equipajes o envíos. Por el
contrario, el personal de la Empresa de Correos de Bolivia – ECOBOL si contaba con
capacitación, y se constituyeron en un freno a este delito, por las denuncias y
decomisos que se hicieron en coordinación con POFOMA y la AACN. Dicha Empresa
estatal cerró, sin embargo, existen oficinas de envíos courrier al exterior que podrían
estar siendo usadas para el tráfico de vidas silvestre, pues no cuentan con la
capacitación con que contaba el personal de ECOBOL.

La ausencia de capacidades periciales en el reconocimiento de las partes (colmillos,


garras, pieles, etc.), en aeropuertos y puestos de control fronterizo, es otro aspecto
fundamental a ser atendido en el control del tráfico del jaguar y de la vida silvestre

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en general. En este sentido, es relevante la elaboración de materiales didácticos
(tríptico, posters, banners) sencillos y con buenas fotografías (Rumiz, 2019).

Existe aún otra debilidad, el uso irrestricto de los medios de comunicación, en especial
las radios locales de onda corta de poblaciones como Rurrenabaque, San Borja, Reyes,
Tumupasa, etc., y los sistemas de radio-operadoras, las cuales difunden libremente
cualquier tipo de mensajes en extensas regiones selváticas de la Amazonía boliviana.
Existen reportes de ofrecimiento de compra de partes de jaguar y otra vida silvestre,
lo cual significa Apología del Delito de acuerdo al Código Penal. La AACN inició algunos
procesos que no tuvieron éxito. Hubo una débil intervención del Ministerio de
Comunicación y la Autoridad de Telecomunicación (ATT) sobre los contenidos
difundidos en la programación de los medios de comunicación a nivel nacional y en las
regiones.

Debilidades de las instancias de control

A lo largo de 13 años (2006-2019) fue patente la debilidad de la Dirección General de


Biodiversidad y Áreas Protegidas (DGBAP), y en general del Ministerio de Medio
Ambiente y su Viceministerio de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambio Climático, y
de gestión y Desarrollo Forestal, (que funge como AACN - Autoridad Ambiental
Competente Nacional) para orientar las políticas públicas y promover acciones de
control conjuntamente las Gobiernos departamentales. Esta debilidad, implicó una
posición marginal en el aparato de gobierno, respecto de las decisiones que podían
atentar en contra del medio ambiente y la biodiversidad (Belpaire y Ribera, 2008;
Ribera, 2008 a; Ribera. 2008 b; Ribera, 2010; Palerm y Ribera, 2011; Ribera, 2011;
Ribera, 2013). Las instancias oficiales responsables del tema ambiental, estuvieron
absolutamente supeditadas a las disposiciones de sectores productivos
(hidrocarburos, energía, minería, agricultura, etc.). Tampoco los Gobiernos
departamentales y municipales han desarrollado capacidades para accionar en forma
efectiva tareas de control. Adicionalmente, la oficina de CITES, dependiente del
MMyAA y VMABCCGDF, no se pronunciaron ante el problema del tráfico de partes del
jaguar, hecho por demás paradójico y preocupante. Las acciones sobre alertas o
instrucciones a los aeropuertos o terminales de buses, puestos fronterizos, radios
locales, etc., en torno al tema del tráfico del jaguar, por parte de las autoridades,
fueron muy limitadas.

En septiembre del 2017, se implementó un taller con participación de la DGBAP, y un


grupo de especialistas en jaguar y temas relacionados a las amenazas que enfrenta,

73
para elaborar el “Plan de acción para la conservación del jaguar (Panthera onca) en
Bolivia”, a partir de este taller se elaboró una propuesta en la cual se identificaron y
priorizaron líneas de acción, problemas específicos por los cuáles está atravesando la
especie, acciones y corresponsables para la implementación de dichas acciones. En
este taller, se identificó al tráfico de colmillos de jaguar, como una de las amenazas
más fuertes sobre las poblaciones de jaguar. La versión final del Plan fue presentada a
la DGBAP para su consolidación y aprobación, y así poder contar con un documento
estratégico oficial que oriente en la elaboración de propuestas apuntando a objetivos
claramente identificados. Entre 2027 y 2019 dicho plan no fue aprobado oficialmente,
y recién el 2020, la DGBAP retomó acciones para darle atención (Plan de Acción
Jaguar, 2020). El Plan de Acción Jaguar de Bolivia reconoce las siguientes líneas de
acción estratégicas y prioritarias; a) Tráfico; b) Perdida de hábitat natural; c)
Conflictos Ganadería/Animales Domésticos; d) Disminución de presas.

La Dirección General de Biodiversidad y Áreas Protegidas, los años 2016 y 2017, llegó
a colaborar con Fiscales y Jueces para investigar los casos de tráficos de jaguares,
pero no se pronunció públicamente sobre la existencia de una red de tráfico ilegal de
origen chino. Activistas en base a declaraciones de la propia DGBAP en ese entonces,
denunciaron el año 2018, que las políticas y decisiones gubernamentales, buscaron
evitar que el asunto provoque un roce diplomático con China. El gobierno de entonces
llegó a negar que ciudadanos chinos estuvieran involucrados en el tema tráfico, tema
por demás evidente a nivel internacional.

La Dirección de Recursos Naturales (DIRENA) dependiente de la Gobernación de


Santa Cruz, presenta una situación similar a la de las reparticiones del Ministerio de
Medio Ambiente y Agua, con una posición relegada respecto de otras reparticiones
privilegiadas de la Gobernación, como las relacionadas con temas productivos o de
infraestructura. Además, enfrentan, al igual que toda la Gobernación una marcada
reducción presupuestaria, debido a la caída de los ingresos por recaudación tributaria
petrolera.

Los sistemas de control de la vida silvestre en aeropuertos del país son muy débiles y
poco eficientes, a lo que se suma el desconocimiento de aspectos básicos sobre partes
de la vida silvestre; en tanto que en terminales de buses no hay control de equipajes.
Similar situación de debilidad y desconocimiento se da en puntos de control aduanero
en sitios de frontera.

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Desde el año 2006, el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP) y el conjunto
de áreas protegidas bajo su tuición, ingresaron en un proceso de debilitamiento y
abandono. La escasa importancia que desde el poder ejecutivo se dio al tema ambiental
en general y al de la protección de la biodiversidad en particular, decantó en
administraciones deficientes, reducción de presupuestos, improvisación en la
designación de autoridades, así como en las contrataciones de personal, reducción del
número de guardaparques y reducción de sus salarios, abandono de campamentos,
falta de logística básica, y por tanto una reducción en las efectividad de las acciones
de control y vigilancia. Todo lo que arduamente se había logrado entre 1992, cuando se
crea el SNAP (Sistema Nacional de Áreas Protegidas) y el año 2005, fue
progresivamente colapsando. El SERNAP, oficina estatal responsable de las áreas
protegidas, además de debilidad institucional, mostró una total subordinación a las
decisiones de los diversos aparatos del gobierno en materia extractiva y de ocupación
de tierras. Un aspecto que obstaculiza realizar acciones sostenidas en determinados
procesos de largo alcance, son los frecuentes cambios de destino, en especial de
Directores y Jefes de protección.

Sí el Sistema de áreas protegidas siguió funcionando a pesar de las enormes


dificultades, fue únicamente por la labor sacrificada y tenaz de los cuerpos de
protección, mal atendidos y reducidos en número u operatividad. Gracias a esta
entrega en su labor, los guardaparques del Parque Nacional Madidi, de la Reserva Pilón
lajas y la EBB, lograron realizar acciones de control efectivas y hasta decomisos en el
caso de los traficantes chinos que actuaban en la región de Rurrenabaque. El
testimonio de un guardaparque de la Reserva Pilón Lajas es concluyente: “Para vigilar
40 mil hectáreas entre el Área Protegida Pilón Lajas y el Madidi hoy trabajamos 12
guardaparques….en 1997 éramos 25, pero han ido desertando. No se puede pedir
mucho a quienes en el mejor de los casos ganan 1.800 bolivianos mensuales y
esporádicamente reciben equipos y vituallas”….

POFOMA ha jugado en los últimos años un rol muy relevante y decisivo en casos de
control y captura de traficantes de vida silvestre-jaguar. Se observa un alto nivel de
compromiso, sin embargo, enfrenta notable debilidades en materia logística,
capacidades-conocimientos y operatividad. En total cuenta con alrededor de 30
funcionarios para atender todos los casos relacionados al medio ambiente y vida
silvestre-forestal en el país, número absolutamente irrisorio considerando la
multiplicidad de situaciones de delitos y contravenciones ambientales que se suscitan,
paradójicamente, también se les asignó tarea de hacer cumplir la Ley N° 700, de
defensa de los animales domésticos. El relacionamiento con las Fiscalías no es el
mejor, instancias en las cuales encuentran frecuentes tropiezos, por ejemplo, el año

75
2018 se denunciaba el caso de un decomiso de lana de vicuña, donde su accionar se vio
obstaculizado por la inacción y negligencia de la Fiscalía.

Otra situación que impide un accionar eficiente y sistemático en el tiempo, es el


frecuente cambio de destino de los efectivos, impidiendo la formación de miembros
altamente capacitados, experimentados y eficientes. Esto repercute además en las
proyecciones de capacitación a mediano y largo plazo de los efectivos.

Órgano judicial y debilidades

La aplicación de la justicia, depende del Órgano judicial; incluye a las Fiscalías,


encargadas esencialmente, de realizar las demandas e imputaciones formales, y los
Juzgados, encargados de dictaminar e imponer multas y sentencias.

Un elemento crítico es la parte de aplicación de la Ley, por cuanto a Fiscales y Jueces,


desconocen, y no están sensibilizados respecto a los aspectos básicos relacionados a la
vida silvestre y especialmente sobre la protección de especies amenazadas;
concomitantemente, relativizan y minimizan la problemática del tráfico como delito,
restándole importancia. Para muchos jueces y fiscales, la caza de un jaguar u otro
animal silvestre, no llega a constituir un delito propiamente, y consideran casos no
punibles con reclusión. Algunos fiscales simplemente no dan atención a las denuncias y
detenciones de la Policía en casos relacionados a la vida silvestre. Las ganancias
comerciales ilegales por el tráfico de vida silvestre, y en especial por las partes del
jaguar son un estímulo muy atractivo para los traficantes, y esto se agrava aún más
por las reducidas sanciones. En la práctica, las condenas de los acusados, cuando se
dan, nunca los llevan a la cárcel o solo de manera preventiva, en el peor de los casos,
con detención domiciliaria y otros con medidas sustitutivas, cual es el caso del súbdito
chino en Rurrenabaque (Jabin), lo cual permite fugas. A esto se suman posibles casos
de corrupción ante los casos delictivos por tráfico de vida silvestre, e implica uno de
los cuellos de botella más críticos en esta materia.

El tráfico de partes del Jaguar en Bolivia

Bolivia es uno de los países latinoamericanos que enfrenta grandes amenazas por el
tráfico de partes del jaguar. Entre los elementos que habrían incentivado el ingreso y
accionar de traficantes de vida silvestre chinos a Bolivia entre 2013 y 2018, se puede
considerar en primera instancia, que en los países del Asia, la reducción crítica del
número de tigres (Panthera tigris) y las medidas de control cada vez más estrictas,
sumada la atención internacional, ha significado que las redes de tráfico deriven su
atención a otros animales emblemáticos, en otras latitudes, como el jaguar.

76
Otro aspecto que parece estar estrechamente relacionado con la reciente persecución
de la especie para el tráfico de partes, en especial colmillos, fue la gran afluencia de
empresas y ciudadanos chinos al país (Fig. 26). Esto se dio en función a diversos
proyectos de desarrollo que se impulsaron en el período 2013-2018, así como con la
intensificación de acuerdos y políticas comerciales y diplomáticas con la China
(CEDLA, 2016; CEDIB, 2017; CEDLA, 2014; Nuñez y Aliaga-Rosell, 2017; Verheij,
2019). La apertura gubernamental significó el arribo de cientos de personas de
nacionalidad china a diversos a proyectos, como carreteras, operaciones petroleras,
puentes, ingenio azucarero y otros, muchos de los cuales estaban emplazadas en sitios
donde habita naturalmente el jaguar). Algunas de estas personas podrían haber
establecido contactos con gente vinculada a las redes de tráfico (p.e. caso de los
Chinos de la Ramada en Santa Cruz). Otra posibilidad es que con dichos contingentes
de trabajadores, pudo ingresar gente ya vinculada a redes de tráfico o que trabajó
para traficantes, y que vio una oportunidad del negocio ilícito en las zonas selváticas
de Bolivia. También es posible, que las redes de tráfico ya hubieran identificado a
Bolivia varios años atrás, como potencial fuente de partes del jaguar, y solo esperaron
la oportunidad para actuar. Es posible además, que los traficantes se anoticiaran de
que en Bolivia las instancias de control tienen limitadas capacidades, el aparato
normativo y el sistema judicial son en extremo débiles, y que imperaban amplias
oportunidades para la corrupción.

El tráfico de partes de animales a nivel mundial (tigre asiático, leopardo, rinoceronte)


ha prosperado, porque existe una importante población de usuarios con alto poder
adquisitivo, principalmente en los países asiáticos, que atribuyan poder y vigor a sus
partes (dientes, garras, huesos, bigotes, testículos, cuernos, sangre, etc.) y que son
consumidas o usadas como talismanes. Esto ha incentivado la caza, el tráfico y
comercio ilegal de muchas especies. El pelaje del jaguar es también excepcionalmente
hermoso, lo cual ha puesto a la especie en una situación crítica respecto a la caza para
tráfico de pieles y obtención de trofeos. De acuerdo a información de especialistas en
vida silvestre, los colmillos de jaguar, en el mercado negro boliviano pueden alcanzar
valores muy altos, y en la China su valor se multiplica muchas veces (Verheij, P. 2019).
El conjunto formado por los colmillos, las garras, los testículos y la piel de jaguar
alcanza precios tan altos en los mercados asiáticos, que sitúan a esta actividad
criminal a la par del narcotráfico. El tráfico es un delito que pone en alto grado de
vulnerabilidad a la especie y podría significar el camino a su extinción.

77
Los primeros rumores y reportes de tráfico de partes del jaguar en Bolivia se dieron
el año 2013 en la región de Rurrenabaque, en relación al accionar de un ciudadano
chino, el cual traficaba especialmente colmillos, promoviendo la caza ilegal en la zona.
El año 2014, el hecho fue anunciado formalmente en diversos medios de prensa.

Desde el año 2014, Marcos Uzquiano. Jefe de protección del Parque Nacional Madidi y
el cuerpo de guardaparques de dicha área protegida, iniciaron una campaña
sistemática para controlar y neutralizar el accionar de cazadores y traficantes en el
área protegida y el norte de La Paz. A partir de estas diligencias, denuncias de
biólogos sobre anuncios en radio, e intervención de la DGBAP así como del órgano
judicial y Policía, en diciembre del 2014 el ciudadano chino Yan Yixing fue capturado a
partir del allanamiento a su morada donde se identificaron y decomisaron partes de
distintas especies silvestres (piel de serpiente, garras de oso bandera, colmillos de
caimán, astas de ciervos, una cabeza taxidermizada y un cráneo de jaguar y otra
cabeza de un felino silvestre pequeño) más de 100 piezas dentarias de jaguar (Fig
26).

78
Del 2014 al 2016, ECOBOL, conjuntamente POFOMA y la DGBAP lograron el decomiso
de 16 paquetes que contenían colmillos de jaguar, mismos que estaban siendo enviados
a China, los procesos fueron iniciados por la POFOMA, pero no prosperaron. En mayo
del 2016, otro ciudadano chino, Jian Fang Xiao, fue atrapado en un operativo de
guardaparques de la Reserva Pilón Lajas y el Parque Nacional Madidi en posesión de 7
colmillos de jaguar, y fue detenido preventivamente cerca de un año, posteriormente
esperaba la sentencia en libertad, y finalmente huyó pues no se presentó a las
audiencias a las cuáles fue citado.

De acuerdo con los reportes de los guardaparques del Madidi a los medios de prensa,
la confianza de los traficantes llegó a tal grado que Jiang Fang Xiao, había pagado un
aviso en radio “Efeme” de Rurrenabaque (radio local de transmisión provincial),
ofreciendo dólares americanos por cada colmillo de jaguar y/o cráneos. Un jurista de
la zona ha mencionado al respecto: …“Es notoria la autoridad sobre algunos de sus
compatriotas, anda haciendo gala de dinero y prepotencia –explica…no sólo está implicado en el
tráfico de colmillos y pieles de jaguares, tiene varios otros negocios, incluido un burdel y trata
de personas.

Personal del Parque Madidi denunció que se registraron similares acciones delictivas
de ofertas de dinero por colmillos en Santa Rosa y Riberalta. En el 2016, la
Gobernación del Beni, junto a POFOMA y la Policía Nacional procedieron al decomiso
de 24 cráneos de jaguar, gracias a una denuncia anónima a la línea gratuita sobre un
anuncio en una joyería, donde ofrecían “comprar cabeza, colmillos y uñas de tigre”, el
proceso nunca fue iniciado. El año 2019 la DGAP, anunció que se había detectado en
páginas sociales, anuncios donde ofrecen a la venta colmillos de jaguar, uno de estos
casos fue atendido a partir de un proceso.

Dos casos fue atendidos por personal del Parque Nacional Madidi en coordinación con
la Policía de Ixiamas, donde se detuvo a Daveyva Mano Molina de nacionalidad boliviana
en posesión de 5 colmillos de jaguar, misma que fue relacionada con otro anuncio de
radio por la “Red Patria Nueva” de San Borja, el caso fue presentado en la Fiscalía de
Ixiamas, lastimosamente fue desestimado y la persona inmediatamente liberada. El
segundo en 2019, cuando se detuvo a 2 personas del pueblo indígena Chimane
procedentes de la zona de San Borja, en posesión de 4 colmillos de jaguar para su
comercialización, el caso se presentó ante la Fiscalía de Ixiamas y actualmente se
desconoce estado. El 20 de marzo del 2018, fue aprendida en la ciudad de Trinidad,
Beni, una persona identificada por POFOMA, como “German B”, en posesión de
colmillos y el cráneo de un jaguar, quien había ofertado las partes de la especie por

79
internet. El operativo fue realizado por personal de POFOMA y del Ministerio Público.
En marzo del 2018, circuló en el internet una fotografía de un jaguar muerto por un
individuo que portaba un arma de caza y lucía un chaleco del INE (Instituto Nacional
de Estadística), se desconoce si la DGBAP o la POFOMA (Policía Forestal y
Preservación del Medio Ambiente) realizaron las diligencias del caso. Otro caso
reportado en la prensa se dio en marzo del 2019, cuando fueron capturados dos
ciudadanos argentinos en posesión de 100 colmillos de jaguar y puma, con fines de
comercio.

En el caso del Madidi y el norte de La Paz, se estableció que el tráfico se realiza vía a
Ixiamas y luego hacia Perú, ruta que puede cubrirse fácilmente en menos de media
jornada. Ixiamas se constituye en un punto muy neurálgico; incluso pobladores de una
comunidad Chimane, asentada en dicha región (migrantes desde la llanura sur del
Beni), participaron en caza de jaguar e intento de venta a traficantes acopiadores que
recorren dicha zona (com.per. Marcos Uzquiano). La región de Rurrenabaque tiene
otro punto crítico hacia el sur en la zona de Guanay, donde existen grupos de
ciudadanos chinos que se dedican a la minería, existiendo el riesgo de que se
involucren en actividades de tráfico de vida silvestre.

Existe información de que más hacia el norte las rutas del tráfico de colmillos llegan a
Bolpebra, la triple frontera con Perú y Brasil. Adicionalmente, se conoce que las rutas
de tráfico de vida silvestre, desde Cochabamba y Santa Cruz, siguen la ruta hacia San
Matías, en el Este boliviano, y frontera con Brasil. Existe la sospecha que la cacería
del jaguar con fines de tráfico se habría generalizado en varias regiones de Bolivia,
incluido el Chaco. En tanto, la Dirección Ejecutiva de Servicio Nacional de Áreas
Protegidas (SERNAP), el GAD de Santa Cruz, el GAD de Cochabamba y la AACN
pidieron la pena máxima de 6 años de cárcel (de acuerdo al Código Penal) para Xiao
y Yixing, la pareja de ciudadanos chinos Ming Li y Jinlan Li (caso de la Ramada de
Santa Cruz). Existirían indicios de que algunos casos de tráfico detectados en
Ixiamas, pudieron haber tenido alguna conexión con estos ciudadanos chinos de Santa
Cruz (com.per. Marcos Uzquiano). La lentitud e ineficacia de las instancias policiales,
judiciales y de la Fiscalía para estos ilícitos en el norte de La Paz, impidieron acciones
efectivas para establecer los posibles vínculos.

Datos recabados por investigadores biólogos que trabajan con la especie y en el tema
tráfico específicamente, tienen registrados alrededor de 27 casos de decomisos de
animales vivos y partes de jaguar como colmillos, pieles y cráneos, 26 detectados en
Bolivia y uno en China cuando arribaba con 120 colmillos de jaguar y 13 garras. Del

80
total de casos solamente 3 tienen sentencia ejecutoriada, el de China con 4 años de
prisión y 10.000 $US de multa, un caso en Cochabamba por un animal vivo y el caso en
Rurrenabaque por tráfico, estos dos últimos con una pena de 3 años, lo que consiste en
la aplicación del perdón judicial o medidas sustitutivas, es decir quedaron en libertad.
Del total de 27 casos identificados, 19 estaban protagonizados por ciudadanos chinos.

Entre el 2014 y 2018, la cantidad estimada de colmillos decomisados es de 760, y


sumados a los casos de animales vivos y otras partes decomisadas, se estima cerca de
200 jaguares muertos. Esta cifra se considera muy parcial, debido a que muchos
envíos por correo o vía aeropuertos, no habrían sido interceptados. Una comunicación
vía web de Nicholas Mcphee, hace mención a 119 colmillos decomisados en el
aeropuerto de Beijing, China, por autoridades de Aduana de dicho país.

Hasta inicios del 2019, se conocían de tres casos concretos de enjuiciamiento y


penalidad de cárcel por tráfico del jaguar, uno en Santa Cruz (traficantes que
enmascaraban su accionar en una Chifa); el caso del ya famoso del traficante chino
Yan Yixing o “Jabin”, detenido hace poco en la localidad de San Borja y con condena en
la cárcel de Mocoví en la ciudad de Trinidad. En ambos casos las penas de cárcel no
pasan de los 5 años (3 para Yan Yixing), clara muestra de la debilidad del Código penal.
En el caso de la cárcel de Mocoví, emerge otro serio problema para el jaguar y la vida
silvestre, en dicho recinto penitenciario, existe una asociación de reclusos artesanos
que elabora collares, sombreros, chalecos, cinturones, bolsas, carteras, etc., con
partes de animales silvestres, entre ellos, el jaguar. A pesar de que se argumenta una
razón social de sustentación y reinserción, los reclusos ciertamente participan de un
acopio y comercio ilícito de partes de vida silvestre, incluido del jaguar. Ciertamente
es un tema a ser resuelto por la Gobernación del Beni y autoridades judiciales de
dicho departamento. De cualquier forma, el hecho de haber enviado a Mocoví, a un
delincuente con los antecedentes de tráfico, como Jabin, no parece haber sido una
acertada medida judicial.

De acuerdo a la Dirección de Biodiversidad y Áreas Protegidas (DGBAP), 14 hallazgos


en la Empresa de Correos de Bolivia se relacionan con envíos de ciudadanos chinos que
trabajan en Bolivia. También, según datos de la DGBAP de enero del 2018, en 10 años
se habían abierto 65 casos por tráfico de especies. Dentro de ese total, apenas se ha
registrado la detención de tres personas, en los tres casos por la caza furtiva de
vicuñas. Finalmente, está el caso de los ciudadanos argentinos que, en 2019 fueron
sentenciados a 3 años de cárcel, que no se cumplieron pues fueron deportados del

81
país. El quinto caso corresponde fue reportado en China, cuyo traficante cumplió 4
años de cárcel en dicho país y pagó una multa de 10.000 $US.

Otro elemento débil e incierto, se refiere a la cadena de custodia, esto es el


almacenamiento y resguardo de pruebas decomisadas de ilícitos, como ser colmillos,
garras, pieles, etc., a lo largo de los procesos judiciales. En esta cadena de custodia,
POFOMA es simplemente una instancia de tenencia temporal de las partes
decomisadas. La cadena de custodia está contemplada en el Código Penal, y dispone
como destino final de depósito en las Fiscalías, lo cual, en el caso de las partes del
jaguar y de otra vida silvestre, no deja de tener un gran halo de incertidumbre por el
alto riesgo de pérdida, apropiación indebida y/o comercialización ilegal, pues esto
fomentaría las redes de tráfico. La figura más acertada es que es estas partes, sean
puestas a custodia en instituciones científicas acreditadas, lo cual permitiría además
la realización de estudios (por ejemplo genéticos). Al respecto y en este tema, la
Dirección General de Biodiversidad y Áreas Protegidas, viene impulsando un proyecto
de modificación al Código Penal.

Estudio de caso de tráfico: Los chinos de La Ramada en Santa Cruz de la Sierra


Fuente: Expediente Caso Fiscalía FIS-ABT-01/2018 Santa Cruz

El 16 de enero del 2018 el Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz – GAD SC


recibió una DENUNCIA anónima sobre un anuncio que decía: “se compra diente de tigre”,
a la línea gratuita “Fauna Viva”, dicho anuncio estaba colocado en el local de venta de
pollos a la brasa ubicado en la Av. Grigotá, zona la Ramada, propiedad de un ciudadano de
origen chino. Una vez constatada la denuncia, el 23 de febrero, en un operativo conjunto
entre la fiscalía, la Policía Forestal y de Medio Ambiente – POFOMA y personal del
GADSC procedieron al allanamiento del domicilio y al DECOMISO de 185 colmillos de
jaguar, garras y pieles de jaguar y otras especies de felinos, cornamenta de ciervo de los
pantanos, garra de pejiche, colas de cascabel, un abrigo de leopardo africano, estatuillas
de marfil y un arma de fuego. Se APREHENDIÓ a una pareja Ming Li y Jinlan Li en
flagrancia por el delito de TENENCIA Y PORTE ILÍCITO. Procedieron a la denuncia y
querella, inicialmente la Gobernación y posteriormente el Viceministerio y a la detención
preventiva en el Centro de rehabilitación de Palmasola.
El 11 de mayo se dio la cesación a la detención preventiva porque los aprehendidos
desvirtuaron los riesgos procesales, señalados en la audiencia cautelar. Finalmente, al
cabo de diez meses y después de 17 audiencias suspendidas, el 7 de diciembre el Juez
dictó la sentencia de tres años a la mujer y de cuatro años al varón. Antes de dictar la
SENTENCIA EJECUTORIADA, él apeló a la sentencia y ella no, al no presentarse al
juicio el Sr. Li, alegando estar enfermo, y siendo que la Sra. Li se presentó, el Juez aplicó
el art. 44 de la Ley de la Madre Tierra que no da lugar al beneficio de la suspensión
condicional de la pena al tratarse de delitos contra la madre tierra. Actualmente, la Sra.

82
Li cumple la sentencia de 3 años en Palmasola, mientras que el Sr. Li se dio a la fuga.
Algunas de las razones por la cuáles se suspendieron las audiencias fueron: falta de
intérprete, ausencia del abogado apoderado del Viceministerio, el Juez se encontraba en
comisión, el fiscal olvidó llevar las pruebas del delito a la audiencia, etc. (FIS-ABT-
01/2018, Santa Cruz).

Es importante mencionar que, ante las acciones de control en la región norte de La Paz
y oeste del Beni, los traficantes chinos ya no se visibilizan y aparentemente, recurren
a habitantes de los lugares que actúan como acopiadores (com.per. Marcos Uzquiano).
Otro aspecto preocupante es la posibilidad de que la estrategia de tráfico, de

83
convertir el cuerpo del jaguar en una pasta o polvo, más fácil de traficar, y que fue
detectada en Surinam y Centroamérica, también habría llegado a Bolivia (fuente
información confidencial). Se sabe que en Riberalta se vende “aceite de tigre”. Otros
países donde se ha reportado tráfico de partes del jaguar son México, Bélice,
Honduras, Guyana, Surinam, Brasil, Perú (Verheij, 2019; Reuter el al. 2018; Anexo 4).

Otro problema colateral en las localidades y zonas rurales alejadas, es que las
acciones de control, sea policial o por los guardaparques, se ve obstaculizada por el
“apoyo social” que las propias comunidades dan a las personas locales capturadas con
partes del jaguar, para evidente fines de tráfico, alegando incluso que es un
aprovechamiento tradicional de los recursos. Otro aspecto negativo, es la
benevolencia con la que policías y fiscales pueden llegar a tratar a los pobladores
locales capturados con partes del jaguar, inclinándose a liberarlos sin cargos,
obstaculizando la profundización de las investigaciones (com.per. Marcos Uzquiano).

No se debe confundir el tráfico de partes del jaguar para fines de comercio ilegal, con
prácticas tradicionales que aún perviven en ciertos pueblos indígenas, los cuales
pueden usar algunas partes de jaguares cazados para fines rituales, shamánicos, o
medicinales. Sin embargo, también, es importante diferenciar situaciones en las

84
cuales, pobladores indígenas de ciertas comunidades capturados con colmillos de
jaguar, para su venta a acopiadores que trabajan para traficantes, reciben apoyo
directo de otros pobladores alegando que es una práctica tradicional. Claramente los
indígenas, como en otras épocas son utilizados por los traficantes, como mano de obra,
e incorporados en la red o cadena delictiva (Fig.26).

En plena pandemia del COVID-19 el año 2020, surgieron hipótesis de responsabilizar


al tráfico mundial de vida silvestre (y su consumo) y la destrucción de los ecosistemas,
por la liberación y dispersión de virus letales, algo a considerar muy seriamente.

En la lucha por proteger al jaguar y la biodiversidad en general, los grupos de


activistas a nivel de toda Latinoamérica, juegan un rol cada vez más relevante (Fig. 28)
Es posible que la caza y tráfico del jaguar en los episodios de la Ramada, hubieran
quedado en la impunidad, poniendo en mayor riesgo a la especie, si no se hubieran
realizado las denuncias y protestas de académicos y activistas, que fueron
determinantes para que las instancias judiciales tomen acciones.

RECOMENDACIONES DE PROCEDIMIENTOS A CUERPOS DE PROTECCIÓN DE


LAS ÁREAS PROTEGIDAS

Es muy probable que, durante los patrullajes sean de oficio o a causa de una denuncia,
los guardaparques identifiquen actos ilícitos, si se da el caso deberán iniciar un
proceso administrativo o penal, según corresponda (RGAP 1997). Es importante
recordar que los Guardaparques tienen limitadas atribuciones fuera de sus Áreas
protegidas, es decir en las zonas de influencia, y tiene obligación de coordinar con
otra autoridad (Fig, 29). Sin embargo, la constitución Política le confiere, como a
cualquier ciudadano, facultades de ejercicio legal en defensa del medio ambiente en
cualquier parte del territorio nacional.

Por otro lado, se considera de suma importancia que la información recabada durante
los patrullajes en los que se realice el control y vigilancia, sea sistematizada en una
base de datos que ayudará a realizar el seguimiento respectivo en el corto y mediano
plazo y el monitoreo de estos actos ilícitos en el largo plazo (Ficha de levantamiento
de información). Toda esta información servirá para determinar, entre otros, si el
acto ilícito va en aumento, disminuye o se mantiene con la misma intensidad, la
reincidencia del infractor, los puntos críticos de comisión de éste ilícito y esta
información a su vez servirá de insumo a los procesos penales que se puedan iniciar
para identificar a todos los eslabones dentro de la cadena de tráfico.

85
En caso de encontrarse con un infractor violento o peligroso que esté portando un
arma, es aconsejable alejarse del lugar e intentar fijarse en las características del
infractor para su posterior denuncia e identificación, pues en ocasiones es preferible
recopilar información del lugar donde se está cometiendo un delito contra el
patrimonio natural, para luego regresar con apoyo legal y de la policía o de las fuerzas
armadas.

Resumen general de actividades de control relacionadas al Jaguar (Fig 32)

1. Reportes de avistamiento o presencia de jaguar en el área protegida o en la zona


de influencia.
Obtención de la información y llenado de formulario y base de datos: Fecha, hora,

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nombre del informante, ubicación lo más exacta posible, de acuerdo al mapa de
zonificación de manejo del área, circunstancias del avistamiento.

2. Avistamiento u observación directa de jaguar en el AP o zona de influencia.


Reporte de la información - llenado de formulario y base de datos: Fecha, hora,
nombre del observador, ubicación lo más exacta posible de la observación y mapeo,
circunstancias del avistamiento, si se tomaron fotografías es importante codificarlas.

3. Hallazgo-observación de partes, huellas, heces, marcas, o audición de voces, en


el AP o en la zona de influencia.
Reporte de la información - llenado de formulario y base de datos: Fecha, hora, toma
de fotografías, nombre del observador, ubicación lo más exacta posible de la
observación y mapeo. Las fotografías deben ser codificadas. Verificación de huellas
para determinar si el ataque es por jaguar o puma.

4. Reporte de ataque de jaguar al ganado o animales domésticos en el área


protegida
Indagaciones y llenado de formulario y base de datos: Verificación en terreno,
observación pericial del ganado muerto, ubicación exacta del ataque y mapeo, fecha,
hora, circunstancias, nombre de la estancia y propiedad del hato, toma de fotografías
(deben ser codificadas). Verificación de huellas para determinar si ataque es por
jaguar o puma.

5. Reporte de ataque de jaguar al ganado o animales domésticos en la zona de


influencia
Indagaciones y llenado de formulario y base de datos: Verificación en terreno,
observación pericial del ganado muerto, ubicación exacta del ataque y mapeo, fecha,
hora, circunstancias, nombre de la estancia y propiedad del hato, toma de fotografías
(deben ser codificadas). Verificación de huellas para determinar si ataque es por
jaguar o puma.

6. Reporte de caza de represalia por ataque al ganado al interior del área protegida
Indagaciones en terreno y verificación del ataque a ganado (similar paso 5), datos
sobre nombre de la estancia y propiedad del hato, ubicación, mapeo, fecha, hora.
Identificación de los responsables, circunstancias del ilícito. Amonestación y proceso
administrativo. Reporte a policía, sub gobernación y municipio. En coordinación con la
Policía y/o personal del Municipio o de la Subgobernación se inicia de proceso penal
ante el Ministerio Público.

Decomiso del animal cazado. El animal cazado es patrimonio natural del pueblo y el
estado según la constitución, no es propiedad del ganadero. El guardaparque es
autoridad y funcionario de Estado.

87
El ejemplar cazado debe ser fotografiado, medido, en los posible pesado,
determinación de sexo y edad aproximada. Se debe proceder mediante acta, a
separar el cráneo, garras y colmillos, así como la piel, todo debe ser debidamente
codificado, catalogado y fotografiado. Los restos posteriormente deben ser
remitidos a la DGB y POFOMA, de acuerdo a acta de entrega rigurosamente
inventariada y firmada por personal responsable del AP, infractor y testigos. Se debe
proceder al llenado de formulario y base de datos.

7. Reporte de caza de represalia por ataque al ganado en la zona de influencia


Indagaciones en terreno y verificación del ataque a ganado (paso 5), datos sobre
nombre de la estancia y propiedad del hato, ubicación, mapeo, fecha, hora.
Identificación de los responsables, circunstancias del ilícito. En coordinación con la
Policía y/o personal del Municipio o de la Subgobernación se establece la pertinencia
de inicio del proceso penal ante el Ministerio Público.

Decomiso del animal cazado. El animal cazado es patrimonio natural del pueblo y el
estado según la constitución, no es propiedad del ganadero. El guardaparque y
personal de policía, Municipio o de la Subgobernación, son autoridades y funcionarios
de Estado.

El ejemplar cazado debe ser fotografiado, medido, en los posible pesado,


determinación de sexo y edad aproximada. Se debe proceder mediante acta firmada
por las otras autoridades locales, a separar el cráneo, garras y colmillos, así como la
piel, todo debe ser debidamente codificado, catalogado y fotografiado. Los restos
posteriormente deben ser remitidos a la DGB y POFOMA, de acuerdo a acta de
entrega rigurosamente inventariada y firmada. Se debe proceder al llenado de
formulario y base de datos.

8. Reporte de caza de jaguar “deportiva” o de “dañinera” al interior del área


protegida
Indagaciones en terreno y de ser posible, verificación del animal cazado. Toma de
datos sobre nombre del infractor o infractores, ubicación, mapeo, fecha, hora.
Operativos de captura, decomiso del animal cazado y de armas en coordinación con
Policía, Sub gobernación y Municipio. Circunstancias del ilícito vía interrogación.
Levantamiento del proceso penal y reporte a Policía, Sub gobernación y Municipio.
Procedimientos de reporte y denuncia a Fiscalía, enmarcados en la Ley 1333 y Código
Penal.

Decomiso del animal cazado. El animal cazado es patrimonio natural del pueblo y el
estado según la constitución, no es propiedad del cazador, es una prueba de delito
ambiental. El guardaparque es autoridad y funcionario de Estado.

88
El ejemplar cazado debe ser fotografiado, medido, en los posible pesado,
determinación de sexo y edad aproximada. Se debe proceder mediante acta, a
separar el cráneo, garras y colmillos, así como la piel, todo debe ser debidamente
codificado, catalogado y fotografiado. Los restos posteriormente deben ser
remitidos a la DGB y POFOMA, de acuerdo a acta de entrega rigurosamente
inventariada y firmada. Se debe proceder al llenado de formulario y base de datos.

9. Reporte de caza de jaguar “deportiva” o de “dañinera” en la zona de influencia


Indagaciones en terreno y de ser posible, verificación del animal cazado. Toma de
datos sobre nombre del infractor o infractores, ubicación, mapeo, fecha, hora.
Operativos de captura, decomiso del animal cazado y de armas en coordinación con
Policía, Sub gobernación y Municipio. Circunstancias del ilícito vía interrogación.
Responsable del cuerpo de Protección del Área Protegida, conjuntamente la Policía,
Sub gobernación y Municipio, desarrollan los procedimientos de reporte a Fiscalía
para imputación formal, enmarcados en la Ley 1333 y Código Penal.

Decomiso del animal cazado. El animal cazado es patrimonio natural del pueblo y el
estado según la constitución, no es propiedad del cazador, es una prueba de delito
ambiental. El guardaparque es autoridad y funcionario de Estado.

El ejemplar cazado debe ser fotografiado, medido, en los posible pesado,


determinación de sexo y edad aproximada. Se debe proceder mediante acta, a
separar el cráneo, garras y colmillos, así como la piel, todo debe ser debidamente
codificado, catalogado y fotografiado. Los restos posteriormente deben ser
remitidos a la DGB y POFOMA, de acuerdo a acta de entrega rigurosamente
inventariada y firmada. Se debe proceder al llenado de formulario y base de datos.

10. Reporte de acciones de tráfico de jaguar (o vida silvestre) y/o de caza


dirigida al tráfico en el área protegida.
Indagaciones en terreno y de ser posible, verificación del animal o animales cazados, o
de tenencia de partes del jaguar. Toma de datos sobre nombre del delincuente,
ubicación, mapeo, fecha, hora. Operativos de captura y decomiso del animal cazado
y/o de sus partes, medios de transporte o contención de la fauna y de armas, en
coordinación con la Policía, Sub gobernación y Municipio. Circunstancias del ilícito vía
interrogación. Levantamiento del proceso penal en coordinación con la Policía, Sub
gobernación y Municipio. Procedimientos de reporte a Fiscalía, enmarcados en la Ley
N° 1333 y Código Penal.

Decomiso del animal cazado. El animal cazado es patrimonio natural del pueblo y el
Estado según la constitución, no es propiedad del cazador, es una prueba de delito

89
ambiental. El guardaparque es autoridad y funcionario de Estado. El ejemplar o
ejemplares cazados deben ser fotografiados, medidos, en lo posible pesados,
determinación de sexo y edad aproximada. Las parte decomisadas (cráneos, colmillos,
garras, pieles, etc.) deben ser, mediante acta y en presencia de funcionarios de la
Policía, Sub gobernación y Municipio, debidamente codificados, catalogados y
fotografiados, constando como pruebas del delito. Todo este material,
posteriormente deben ser remitidos a la DGB y POFOMA, de acuerdo a acta de
entrega rigurosamente inventariada. Se debe proceder al llenado de formulario y base
de datos.

11. Reporte de acciones de tráfico de jaguar (o vida silvestre) y/o de caza


dirigida al tráfico en la zona de influencia
Indagaciones en terreno y de ser posible, verificación del animal o animales cazados, o
de tenencia de partes del jaguar. Toma de datos sobre nombre del delincuente,
ubicación, mapeo, fecha, hora. Operativos de captura, decomiso del animal cazado y/o
de sus partes, y de armas, en coordinación con Policía, Sub gobernación y Municipio.
Circunstancias del ilícito vía interrogación. Levantamiento del proceso penal en
coordinación con la Policía, Sub gobernación y Municipio. Procedimientos de reporte a
Fiscalía, enmarcados en la Ley 1333 y Código Penal.

Decomiso del animal cazado. El animal cazado es patrimonio natural del pueblo y el
estado según la constitución, no es propiedad del cazador, es una prueba de delito
ambiental. El guardaparque y los Funcionarios de Policía, Municipio y Subgobernación
son autoridades de estado.

El ejemplar o ejemplares cazados deben ser fotografiados, medidos, en lo posible


pesados, determinación de sexo y edad aproximada. Las parte decomisadas (cráneos,
colmillos, garras, pieles, etc.) deben ser, mediante acta y en presencia de funcionarios
de la Policía, Sub gobernación y Municipio, debidamente codificados, catalogados y
fotografiados, constando como pruebas del delito. Todo este material,
posteriormente deben ser remitidos a la DGB y POFOMA, de acuerdo a acta de
entrega rigurosamente inventariada y firmada. Se debe proceder al llenado de
formulario y base de datos.

12. Hallazgo o reportes de cebos envenenados, trampas o armadillas en el área


protegida o zona de influencia
Indagaciones en terreno y verificación de los aparejos datos, responsabilidad del
colocado y fines, ubicación, mapeo, fecha, hora, toma de fotografías que deben ser
debidamente codificadas. Identificación del o de los responsables, circunstancias del
ilícito. Decomiso de los aparejos. Amonestación y desarrollo de proceso penal. Reporte
a Policía, Sub gobernación y Municipio, para elevar el caso a la Fiscalía. Se debe

90
proceder al llenado de formulario y base de datos.

13. Reporte de mala práctica de turismo (acoso, cebos) en el área protegida o


zona de influencia
Indagaciones en terreno y de ser posible, verificación de los procedimientos de la
empresa u operador. Toma de datos sobre nombre del infractor o infractores
(personas, operadores, empresas), ubicación, mapeo, fecha, hora, fotografías.
Circunstancias del ilícito vía interrogación. Levantamiento del proceso administrativo
en coordinación con Policía, Sub gobernación y Municipio. Si amerita el caso y se
verifican daños al animal u otra fauna, se inicia solicitud de inicio de procedimiento
penal a la Fiscalía, enmarcados en la Ley 1333 y Código Penal.

El animal utilizado indebidamente para fines de turismo es patrimonio natural del


pueblo y el Estado según la Constitución, no es propiedad del operador y es una prueba
de infracción. El guardaparque es autoridad y funcionario de Estado. Se debe
proceder al llenado de formulario y base de datos.

Procedimientos de control de ilícitos en contra de la vida silvestre en áreas


protegidas

Siendo las Áreas protegidas territorios especiales, sujetos a legislación, jurisdicción y


manejo especiales, la autoridad del AP, mediante resolución fundamentada, está facultada
para disponer medidas de carácter precautorio, tales como: anotación preventiva, embargo
preventivo, secuestro y otras, bajo responsabilidad. Estas resoluciones, podrán ejecutarse
con el auxilio del Cuerpo de Protección del área, de la Policía Nacional o POFOMA y en caso
de peligrosidad deberán ser las Fuerzas Armadas, quiénes coadyuven a este fin. (art. 97).

Inicio y seguimiento de un proceso administrativo y penal (Fig 30, 31).


a) Procesos Administrativo

Según el art. 92 del Reglamento General de Áreas Protegidas, se debe aplicar el siguiente
procedimiento:
Una vez que el personal del AP toma conocimiento de un acto ilícito:
• Levanta un acta circunstanciada
• En presencia del infractor y de testigos,
• Precisar la naturaleza de contravención, la individualización del responsable, incluyendo
sus generales de ley, el lugar donde se cometió la infracción incluyendo un croquis, que
junto al acta deberán ser firmados por los guardaparques intervinientes, el infractor y los
testigos si hubieren. En caso de negativa, se dejará expresa constancia.

91
• Se dispondrá y ejecutará el secuestro de bienes, productos y medios, debiendo constar
en el acta el inventario detallado de los mismos, incluyendo las características que
permitan su individualización inequívoca, su estado de conservación.
• Entregar una copia del acta firmada al infractor y citarlo para que se apersone al
Director del AP.
• El GP elevará informe, acompañando la documentación pertinente a la autoridad
jerárquica superior.
• En caso de tener la certeza de la comisión de la infracción, el Director del AP, dictará
la sanción administrativa a partir de un Resolución.
• Las sanciones se impondrán tomando en cuenta la gravedad de la infracción, las
circunstancias atenuantes o agravantes y la reincidencia en su comisión.
• Constituyen sanciones administrativas la multa, el decomiso de bienes y productos, así
como de los instrumentos que se utilicen de manera directa para la comisión de la
infracción y otras que se establezcan en éste carácter en normas vigentes.
• La sanción de multa, salvo disposición contraria, se fijará en base a días multa. Tendrá
un mínimo de un (1) día multa y un máximo de trescientos (300) días multa. El día multa
equivale al 30% del salario mínimo nacional.
• Si del trámite se infiriese la existencia de delito, los obrados serán remitidos al
Ministerio Público para el procesamiento penal correspondiente, debiendo constituirse el
Director del Área en parte civil a efectos de resarcimiento.

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Procedimiento para el reconocimiento de presas muertas por el jaguar.

Iniciar el examen antes de que el cuerpo se descomponga o que algún animal


carroñeros u oportunista lo altere, e impida identificar las causas y/o al causante de
su muerte (WCS.2012; Nallar, R., et al. 2008; Márquez y Goldstein, 2014; Calvacanti
et al. 2015).

 Descartar muerte por enfermedad o accidente.


 Inspeccionar la amplitud y extensión de las lesiones externas (cuanto mayor es el
daño, menor es el tamaño del animal depredador comparado con la presa)
 Buscar principalmente en la nuca y la base de la cabeza, las marcas de mordidas o
lesiones que podrían haber causado la muerte.
 En el caso del Jaguar (también en el puma) es importante determinar si la presa
(más importante aún si se trata de ganado) fue atacada y muerta o si el ganado o
presa, ya estaban muertos y el jaguar actuó como carroñero.
 Para ataque es importante verificar la existencia de la mordedura en la nuca
(jaguar) y marcas de garras en los costados, o manchas de sangre. Esto puede ser
indicativo que la presa trató de escapar o luchar y estaba vivo cuando fue atacada
por el depredador, caso contrario la presa o ganado murió por otras causas (rayo,
enfermedad, picadura de víbora, etc.). Si el animal presa tiene restos de mordidas
y de haber sido comido, pero no tiene mordida en el cuello o heridas de garras,
entonces ya estaba muerta
 En caso de encontrar mordidas, medir la distancia entre las perforaciones o
huecos que dejaron los colmillos
 Buscar señales de hemorragias (manchas rojas bajo el cuero) en el cuello y la nuca,
así como marcas de garras o rasguños.
 Revisar si la posición del cuello y la cabeza está girada hacia atrás, típico del
ataque de un depredador.
 Si se advierte presencia de espuma en la laringe y la tráquea significa que el animal
fue atacado cuando aún estaba vivo y respirando.
 Si el color de los pulmones es rosado se trata de un animal sano, por el contrario,
si es oscuro de un animal enfermo.
 Rastros en el entorno (huellas, heces, arañaduras en árboles) o de arrastre de la
presa, pueden ayudar a la identificación del depredador.
 Tanto los manejadores de vida silvestre como la gente local en las regiones
ganaderas (Inchauste, 2015) reconocen diferencian los ataques del jaguar y el
puma. Una res comida por delante (cuello, pecho) y arrastrada o incluso subida a un

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gajo de un árbol, con seguridad es de jaguar. Si la res empezó a ser comida por
detrás (vientre) y esta tapada con hojas, ramas y tierra, correspondería a un
puma.

Mensajes claves que deben transmitir los Guardaparques, operadores turísticos, o


los responsables de acciones de sensibilización

 El Jaguar es un símbolo cultural de las regiones, su presencia debe ser un motivo


de orgullo.
 El jaguar es parte del Patrimonio Natural del Estado y protegido legalmente por la
Ley del Medio ambiente y la Constitución Política del Estado.
 Es un animal muy poderoso, pero no come gente, y solo puede atacar al ser humano.
si se lo molesta, se lo persigue, o se le quiere quitar la presa.
 No es dañino, aunque puede atacar al ganado, si no se toman precauciones, o si el
jaguar ya no tiene presas silvestres.
 El jaguar come todo. Si hay suficiente vida silvestre, el jaguar no le quita presas al
cazador de la comunidad, ni lo perjudica, pues al alimentarse de una enorme
variedad de presas, no hace escasear ninguna de ellas.
 Cazar jaguar es un delito ambiental y está prohibido por varias normas legales
vigentes.
 Cazar para proveer a traficantes de colmillos o pieles es un delito grave y penado
con cárcel.
 Matar jaguares para sacar sus partes y venderlas a los traficantes, no es una
actividad tradicional, ni significa desarrollo, simplemente es un delito.
 Proteger el jaguar en su habitat ayuda a conservar los bosques, tener un buen
clima, la provisión de agua y de recursos para todos.
 Es una oportunidad clave para enriquecer las prácticas de ecoturismo que buscan
observar y fotografiar la vida silvestre.

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LA OPERACIÓN JAGUAR

La situación crítica del Jaguar ha significado que muchas instancias en el País,


orienten diversos tipos de esfuerzos al desarrollo de acciones y proyectos en favor de
la conservación del jaguar. Entre ellos está la Operación Jaguar, proyecto gestado en
la IUCN de Holanda, para ser desarrollado en Bolivia, Surinam y Guyana, del cual, la
organización SAVIA se constituye en contraparte de dicha Operación en Bolivia.

Objetivo General: Apoyar la conservación del jaguar y proteger la especie contra


la caza y el tráfico

Los esfuerzos destinados a lograr una mayor protección y un horizonte efectivo de


conservación del jaguar en Bolivia, implican: a) Lograr un mayor conocimiento sobre
aspectos claves del estado del jaguar en Bolivia y las dinámicas relacionadas con su
caza y tráfico; b) Lograr un mayor apoyo y empatía hacia la figura del jaguar y la vida
silvestre por parte de autoridades, la Sociedad en general, y organismos
internacionales; c) Apoyar el fortalecimiento de los sistemas de control y del órgano
judicial.

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Una de las metas es repercutir en el ámbito continental e internacional, con el fin de
inducir o propiciar esfuerzos mancomunados más extensos y contundentes para la
protección del jaguar y lograr una tácita reducción de las grandes amenazas, en
especial la del tráfico global. La Operación Jaguar en Bolivia, se desarrollará en las
tierras bajas tropicales, abarcando las ecoregiones de la Chiquitanía-Chaco-Pantanal y
parte de la ecoregión Amazónica. Considerando este marco ecoregional, se tiene
previsto realizar acciones sistemáticas (capacitación, sensibilización, investigación)
en las áreas protegidas del departamento de Santa Cruz: Parque Nacional y Área
Natural de Manejo Integrado Kaa Iya, Área Natural de Manejo Integrado San Matías,
Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Otuquis, Parque Nacional Noel
Kempff Mercado (PNNKM). Este conjunto de áreas protegidas, albergan importantes
poblaciones de jaguar y tienen gran importancia en la conservación de la especie por
sus grandes superficies de ecosistemas naturales. En conjunto superan 10 millones de
hectáreas. Algunas intervenciones claves se realizaran en las zonas de influencia o del
entorno de estas áreas protegidas (por ejemplo, Bajo Paragua en el Parque Noel
Kempff o Puerto Quijarro entre San Matías y Otuquis).

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 Instituto de Ecología-UNAM. 2017. Estimación de la población del Jaguar ( Panthera onca)
en el continente americano. México.
 Ruiz–García,M.,Murillo,A.,Corrales,C.,Romero–Aleán,N.,Álvarez–Prada,D. 2007. Genética de
poblaciones amazónicas: La historia evolutiva del jaguar, ocelote, delfín rosado, mono
lanudo y piurí, reconstruida a partir de sus genes. Animal Biodiversity and Conservation
30.2 (2007).
 Ruiz-García,M. 2013. Jaguar, Genes y Conservación. La historia poblacional del gran félido
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 Rumiz,D.I. 2015. El jaguar o tigre en Bolivia. Centro de Ecología Difusión Simón I.Patiño.
Cochabamba, Bolivia.
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Tropical Ecology (2016) 32:125–134.
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 Soisalo,K.M., Cavalcanti,S. 2006. Estimating the density of a jaguar population in the
Brazilian Pantanal using camera-traps and capture–recapture sampling in combination with
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 Sonter,J.L.,Herrera,D.,Soares-Filho,B. et al. 2018. Mining drives extensive deforestation
in the Brazilian Amazon. NATURE COMMUNICATIONS.
 Tirelli,F.P.,de Freitas,T.,Michalski,F.,Percequillo,A.,Eizirik,F. 2019. Using reliable predator
identification to investigate feeding habits of Neotropical carnivores (Mammalia,
Carnivora) in a deforestation frontier of the Brazilian Amazon. Mammalia 2019; 83(5):
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 Tonhasca Jr,A. 2005. Ecologia e História Natural da Mata Atlantica. Ed. Interciencia.
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 Torres,N. 2008. Jaguar Conservation in Brasil: The role of Protected Areas. Jaguar
Conservation Fund. Research Gate.
 Tortato,R.F.,Jdrzejewski,W.,Payan,E.,Marchini,S. 2016. Consideraciones sobre la
peligrosidad del jaguar para los humanos ¿Quién es letal para quién?. Research Gate.
 Tortato,F.R.,Devlin,A.L.,Hoogesteijn,R., et al. 2016. Infanticide in a jaguar ( Panthera onca)
population—does the provision of livestock carcasses increase the risk? acta ethol, Short
Comunication. Springer-Verlag Berlin Heidelberg and ISPA.
 Valqui,M.,Feather,C.,Espinoza Llanos,R. 2014. Haciendo visible lo invisible. Perspectivas
indígenas sobre la deforestación en la Amazonía peruana. AIDESEP/FPP.
 Verheij,P. 2019. An assessment of wildlife poaching and trafficking in Boliva and Suriname.
IUCN NL, Amsterdam.
 Wallace,R.,Gomez,H.,Ayala,G.,Espinoza,F. 2003. Camera Trapping for Jaguar (Panthera
onca) in the Tuichi Valley, Bolivia. Mastozoología Neotropical / J. Neotrop. Mammal.;
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 Wallace,R.,Rumiz,D.I. 2008. Jaguares (Panthera onca). 498-501 p. En Belpaire,C.M.,
Ribera,A,M.O. (Eds). Informe del Estado Ambiental de Bolivia. 2008. LIDEMA. 680 p.
 WCS.2012. Guía de acciones para el manejo de conflictos entre humanos y animales
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 Viscarra,M.E.,Ayala,G.,Wallace,R.,Nallar,R. 2011. The use of commercial perfumes for
studying jaguars. CATnews 54. Short communication.
 WCS Paraguay. 2016. Plan de Manejo de Panthera onca. 2017-2027. Secretaria del Medio
Ambiente.
 Woods,E.J.L. 2019. Protecting Jaguars Across Borders. When big cats cross from one
country into another, they can fall victim to wildlife traffickers, drug cartels, highways
and more emerging threats. Wildlife. The Revelator.
 Primera Conferencia de Alto Nivel de las Américas sobre el Comercio Ilegal de Vida
Silvestre. 2019. Declaración de Lima Sobre el Comercio Ilegal de Vida Silvestre.

109
ANEXO 1 Protocolo 1 de entrevistas para pobladores locales

Indagaciones sobre la percepción del jaguar N° (código)……………………

1. Fecha…………….
2. Lugar, zona, comunidad…………………………………………………………………………
3. Nombre…………………………………………………(opcional)
4. Edad……………………….
5. Nombre del Entrevistador………………………………………………………..
6. Número de entrevista…………………………….

7. Desde cuando vive aquí ? (donde vivía antes?)


……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

8. Hay Tigre en esta zona de la comunidad? Había mas Tigre hace 5 años? Y ahora?
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

9. Se acuerda cuando fue la primera vez que escucho hablar del Tigre?
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

10. Que cosas escuchaba hablar sobre el tigre cuando era niño o joven? Que pensaba del Tigre? Que
piensa ahora?
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………

11. Ccree que la gente le tiene miedo al Tigre? Porque?


……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

12. Usted sabe o ha escuchado de ataque del Tigre al ganado en la zona de su comunidad?
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………..………………………………………………………………………………………….
13. Ha visto ganado muerto por el Tigre? Donde muerde a su presa?
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………

14. Usted sabe o escucho historias de ataque del Tigre a personas? Cree Que puede atacar al hombre?.
..a los niños?
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………

15. Usted cree que el Tigre puede comer gente? A escuchado historias sobre eso?
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………

16. Usted cree que el Tigre debería desaparecer? Debería aumentar? Se debe protegerlo?
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………

110
ANEXO 2 Protocolo 2 de entrevistas para ganaderos

Indagaciones sobre relacion jaguar – ganadería N° (código)……………………

1. Fecha…………….
2. Lugar, zona,estancia……………………………………………………………………………..
3. coordenada……………………………………………………
4. Nombre………………………………………………………(opcional)
5. Edad……………………….
6. Ocupación……………………………………………………………………………………
7. Entrevistador………………………………………………………………………………..

8. Desde cuándo vive en la zona? (dónde vivía antes?)


……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

9. Cuantos años es criador de ganado?


………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….

10. Hay Tigre en la zona-región? Igual, más o menos que hace 5 años?
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

11. Usted sabe o ha escuchado de ataque del Tigre al ganado en la zona?


……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

12. Se conoce de ataque frecuentes (una vez por mes)? O mas bien son raros (dos veces al año)? Han
aumentado en relación a años anteriores? Porque?
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………..…………………………………………………………………………………………

13. Usted ha tenido pérdidas de ganado por ataques del jaguar? Cuanto?
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

14. En qué época del año se escucha de más ataques al ganado?


……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………..…………………………………………………………………………………………

15. Cree que hay alternativas para evitar o reducir los ataques al ganado por el jaguar, sin necesidad de
cazarlo? Cuales?
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

16. Hay caza de jaguar en las estancias de la región, mucho (una vez por mes)?, poco (dos veces al año)?
, existen cifras?
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………..…………………………………………………………………………………………

17. Hay cazadores especiales de jaguar en la región que sean contratados?


……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

111
18. Cuál es la percepción, que piensan los ganaderos, sobre el jaguar en la región?
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

19. Ha escuchado del seguro que cubre ataques de jaguar al ganado? Qué opinión tiene de ello?
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

20. Usted sabe o escuchó historias de ataque del Tigre a la gente en la región?
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

21. Usted cree que el Tigre puede atacar a la gente? .. porqué?


……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

22. Usted cree que el Tigre puede comer gente?


……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..
23. Se conoce de traficantes que buscan colmillos, huesos o pieles de jaguar en la región?
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

24. Ha escuchado de las alternativas de turismo de observación y fotografía del jaguar en estancias y
zonas ganaderas? Cuál es su opinión?
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

25. Usted cree que el Tigre debería desaparecer? Debería aumentar? Se debe protegerlo?
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

112
Anexo 3

Moción 106 - Prioridad continental de conservación del jaguar (Panthera onca)


Versión más reciente en este idioma: Version as revised after first reading | Publicado 29 Enero
2020. Fuente: Página oficial de la IUCN

RECONOCIENDO que el jaguar (Panthera onca), el felino más grande de América, es una especie
emblemática del continente, con un profundo significado simbólico, central en la cosmovisión, cultura y
prácticas de numerosos pueblos indígenas; que es fundamental en el mantenimiento de los ecosistemas
tropicales, por situarse en la cúspide de la red trófica; y que constituye un elemento clave en operaciones
de ecoturismo que contribuyen a la mejora de las economías comunitarias locales;
OBSERVANDO que su distribución geográfica se ha reducido un 45% [55%] en los últimos 70 años a causa
de la pérdida de hábitat y la degradación de los ecosistemas; [y, que el 38,4% del rango geográfico de la
especie se encuentra en áreas protegidas].
OBSERVANDO ADEMÁS la sistemática persecución del jaguar durante siglos, cazado para la
comercialización de sus pieles o exterminado por el avance de las fronteras de colonización de bosques y
sabanas;
PREOCUPADO por la creciente demanda de partes de jaguar (pieles, colmillos y huesos) en el orden local e
internacional;
CONSCIENTE de que las poblaciones de jaguar en los países que conforman sus áreas de distribución
histórica han mermado, se han extinguidas en al menos dos de ellas, y que según las últimas estimaciones
su número total [se encuentra entre 64.000 individuos (De La Torre et al. 2018) a 173.000 individuos
(Jędrzejewski et al. 2018) posiblemente no supera los 60.000 ejemplares [posiblemente no supere los
173.000 ejemplares];
TENIENDO EN CUENTA que la conservación de esta especie se debe de construir desde visiones locales,
involucrando a todos los actores, con participación activa de la comunidad local y de los pueblos indígenas
y afroamericanos de América [quienes juegan un rol crítico para la conservación de esta especie];
RECONOCIENDO los esfuerzos de diversos grupos, Estados y organizaciones para la conservación del jaguar
en su ámbito de distribución, [asimismo la importancia de compartir experiencias de conservación de
otros felinos realizados en otras regiones]; y
RECONOCIENDO ADEMÁS que en marzo de 2018, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) organizó un evento de alto nivel que incluyó a los gobiernos del área de distribución del jaguar que
produjo: 1) El Pronunciamiento de Nueva York – Jaguar 2030; 2) la formación de un comité de coordinación
de la Iniciativa Jaguar 2030; y 3) una Hoja de Ruta para la Conservación del Jaguar en las Américas 2030;
El Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN, en su período de sesiones en Marsella, Francia, 11 a 19
de junio de 2020:

1. SOLICITA al Director General que:


a. convoque a los países del área de distribución del jaguar, desde México hasta Argentina, para que se
comprometan a conservar el jaguar como especie focal y emblemática de América, incluyendo que:
i. reconozcan su valor ecológico como indicador del buen estado de los ecosistemas;
ii. prioricen su protección [, incentivos de conservación y medidas disuasivas] ante el avance de la
pérdida de hábitat;
iii. trabajen por minimizar el conflicto entre los seres humanos y el jaguar, con especial participación
de las comunidades locales y los pueblos indígenas [,]y afroamericanos [y todos los
grupos involucrados];
iv. implementen medidas estrictas frente a su caza ilegal [caza furtiva] y su explotación como mascota
y su uso en circos o espectáculos, y se apliquen todas las medidas legales y políticas necesarias
para combatir las redes de tráfico que comercializan el jaguar y sus partes;
v. manejen efectivamente las presiones de caza sobre las presas naturales del jaguar;
vi. aseguren que en la planificación [inclusiva, participativa, con presupuesto de ejecución y

113
monitoreo] de las unidades de gestión dentro de las áreas de distribución del jaguar se consideren
las necesidades de conectividad de la especie y de sus presas naturales; y
vii. fortalezcan las áreas naturales protegidas, las zonas de amortiguación, los espacios privados y los
corredores biológicos integrados a la gestión territorial del jaguar, incluyendo los territorios
transfronterizos;
viii. [viii. realicen investigaciones de la relación de la conservación del jaguar como predador, los
ecosistemas saludables y la prevención de enfermedades zoonóticas.]

2. SOLICITA a los Miembros valorizar y enriquecer las prácticas culturales asociadas al jaguar compatibles
con la conservación de la especie, para que sean consideradas patrimonio cultural inmaterial de los Estados
Miembros y posteriormente de la humanidad;
[2b. SOLICITA a la Comisión de Supervivencia de Especies de la IUCN realice la actualización del estado de
conservación del jaguar sobre su categoría de amenaza, teniendo en consideración de la
destrucción vertiginosa de su hábitat.]
3. INSTA a los organismos internacionales y programas de las Naciones Unidas, especialmente a la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y al Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) a que:
a) atiendan las amenazas a la especie y establezcan y/o promuevan agendas conjuntas con acciones para
su conservación; e
b) incorporen las estrategias de protección del jaguar en iniciativas de desarrollo; y

4. SOLICITA que la Oficina Regional Sudamericana (UICN América del Sur), junto a los Miembros y
Comisiones, organice un evento que convoque a los Estados del ámbito geográfico del jaguar y
especialistas, comunidades y pueblos indígenas, orientado a promover el reconocimiento y adopción de la
Hoja de Ruta para la Conservación del Jaguar en las Américas 2030.

Memorandum explicativo

El Jaguar, por su ubicación en la pirámide alimenticia y la extraordinaria diversidad de presas de las que se
alimenta, ha sido identificado, como una especie fundamental en la regulación de las poblaciones de otras
especies y por tanto, en el mantenimiento de la estabilidad de los ecosistemas que habita. Su importancia
también implica el control de pequeños roedores, entre los cuales hay especies que pueden ser reservorios
de virus que ocasionan enfermedades letales, especialmente, dado que son presas comunes de cachorros
jóvenes que empiezan a cazar. Su rol, como especie paraguas, no solo permite la protección de decenas de
especies silvestres que comparten su hábitat, sino que además se extiende a justificar plenamente la
conservación de extensas masas de ecosistemas naturales, que incluyen áreas protegidas y otros espacios
naturales bajo gestión, ambas figuras, bajo atención permanente de las políticas de la IUCN.

EL papel que la IUCN ha desarrollado a nivel internacional en la protección y conservación de los grandes
felinos, como el jaguar en América, permite:
1. Priorizar las acciones de protección del jaguar en los diversos países de Sud y Meso América, a
partir del fortalecimiento de las políticas de conservación de la biodiversidad y medidas efectivas
de control.
2. Defender las acciones de las organizaciones de la sociedad civil y de movimientos sociales que
exigen en sus respectivos países la protección efectiva del jaguar y de la biodiversidad en general.
3. Adherirse y ratificar los acuerdos y convenios internacionales, como el CBD o CITES, que amparan
la protección y conservación de la biodiversidad en todos sus niveles y que comprometen a los
países ratificantes a establecer y desarrollar políticas y acciones efectivas para el logro de los
objetivos acordados, entre los cuales se encuentra incluida la protección del jaguar.
4. Asegurar que se establezcan en los países, sistemas eficientes de control de la caza furtiva y el
tráfico de especies, que afectan especialmente al jaguar, así como plataformas legales que
judicialicen de forma efectiva las prácticas delincuenciales que atentan contra la biodiversidad.

114
5. Proteger debidamente los espacios e iniciativas de la sociedad civil, ONGs, y en especial de los
activistas que denuncian y defienden la biodiversidad, y que enfrentan conflictos y ataques de
terceros.
6. Apoyar las contribuciones de organizaciones de la sociedad civil y sus vocerías en procesos
ambientales multilaterales globales y regionales.
7. Permitir el acceso a mecanismos de financiamiento y cooperación tanto nacionales como
internacionales dirigidos a la protección del jaguar, y el fortalecimiento de aquellas áreas
protegidas que aseguran su conservación.
8. Promover diálogos nacionales, resolución de conflictos y mecanismos de quejas para la membresía
de organizaciones de la sociedad civil que promueven la protección de la biodiversidad en general
y del jaguar en particular.
9. Los procesos de conservación de la biodiversidad de manera histórica ha sido lineales, sin generar
un esquema que permita la participación de toda las sociedad, excluyendo muchas veces a los
pueblos originarios quienes conocen y tienen un vínculo directo con la naturaleza. En el caso del
jaguar este animal es el más importante en la cosmovisión de los pueblos Americanos sin embargo
los proceso de transculturización afectaron gravemente el tejido socio ambiental derivando en la
explotación de la naturaleza. En el caso particular del jaguar sus poblaciones se han visto
seriamente afectadas hasta colocarlo en riesgo de desaparecer. Por esta razón el paradigma se la
conservación tiene que cambiar si pretendemos salvar la vida de las especies con las que
coexistimos.

115
ANEXO 4 CATEGORIAS DE CONSERVACION DEL JAGUAR POR PAIS

CATEGORIAS DE CONSERVACIÓN DEL JAGUAR EN LOS PAISES DE DISTRIBUCIÓN ACTUAL E HISTÓRICA


N° PAÍS CATEGORÍA DE AMENAZA REFERENCIA AÑO
1 Argentina CR http://cma.sarem.org.ar/es/especie-nativa/panthera-onca 2019
Libro Rojo de Mamíferos Amenazados de la Argentina
2 Belice NT Guatemala’s List of Endangered Species en Jaguar Hunting and 2018
Trafficking in Mesoamerica. Recent Observations
3 Bolivia VU Libro Rojo de los vertebrados 2009
4 Brasil VU Livro Vermelho da Fauna Brasileira Ameaçada de Extinção volume 2018
II – mamíferos.
5 Colombia VU Distribución y estado de conservación del jaguar en Colombia. E. 2006
Payán, et al.
6 Costa Rica CR Estado de conservación del jaguar (Panthera onca) en Costa Rica a 2018
través de la integración de datos de registro de la especie y
modelaje del hábitat idóneo. Law 32633, MINAE, 2005 en Jaguar
Hunting and Trafficking in Mesoamerica. Recent Observations.
7 Ecuador VU Libro Rojo de los mamíferos del Ecuador 2001
8 EEUU CR https://www.fws.gov/international/jaguars.html#Threats 2019
9 El Salvador EX The IUCN Red List of Threatened Species: Panthera onca – 2008
published in 2008. En
http://dx.doi.org/10.2305/IUCN.UK.2008.RLTS.T15953A5327466
10 Guatemala VU Jaguar Hunting and Trafficking in Mesoamerica. Recent 2018
Observations en Guatemala’s List of Endangered Species
11 Guyana No tiene protección legal http://www.animalesextincion.es/articulo.php?id_noticia=000060&tit 2008
ulo=Jaguar_(Panthera_onca)
12 Guyana Aún se permite la caza del jaguar http://www.animalesextincion.es/articulo.php?id_noticia=000060&tit 2008
Francesa ulo=Jaguar_(Panthera_onca)
13 Honduras EN https://animalespeligroextincion.org/pais/animales-peligro-extincion- 2018
honduras/
14 México CR NOM-059-SEMARNAT-2010. Categoría de riesgo 2010 en Jaguar 2018
Hunting and Trafficking in Mesoamerica. Recent Observations
15 Nicaragua CR LIBRO ROJO de los mamíferos de Nicaragua 2018
16 Panamá EN Listas de fauna de importancia para la conservación de 2018
Centroamérica y México.
Resolution N° DM-0657-2016, Ministry of
Environment) There is an Action Plan for jaguar
conservation in Panama en Jaguar Hunting and Trafficking in
Mesoamerica. Recent Observations
17 Paraguay CR Libro Rojo de los Mamíferos del Paraguay: especies amenazadas 2017
de extinción
18 Perú NT Libro rojo de la fauna silvestre amenazada del Perú 2018
19 Surinam Prohibido cazar jaguar http://www.animalesextincion.es/articulo.php?id_noticia=000060&tit 2008
ulo=Jaguar_(Panthera_onca)
20 Uruguay EX The IUCN Red List of Threatened Species: Panthera onca – 2008
published in 2008.
http://dx.doi.org/10.2305/IUCN.UK.2008.RLTS.T15953A5327466
21 Venezuela VU Jedrzejewski, W., Abarca-Medina, M. R., Boede, E. O., Hoogesteijn, R., 2015
Isasi-Catalá, E., Carreño, R.,Viloria, A. L., Cerda, H., Lew, D., González-
Fernández, A. J., Perera, L. y Puerto Carrillo, M. F. (2015).Jaguar, Panthera
onca. En: J.P. Rodríguez, A. García-Rawlins y F. Rojas-Suárez (eds.). Libro
Rojo de la Fauna Venezolana. Cuarta edición. Provita y Fundación
Empresas Polar, Caracas, Venezuela.
https://www.researchgate.net/publication/303314902_Yaguar_Pant
hera_onca
EX Extinta; CR En peligro crítico; EN En Peligro (Threatened); VU Vulnerable; NT (Casi amenazada (Near Threatened)
Fuente: Angela Nuñez

116
ANEXO 5 SISTEMATIZACION DE CRITERIOS INDICATIVOS DEL ESTADO DE CONSERVACION DEL JAGUAR POR PAIS
Los datos de esta tabla corresponden al texto Jaguar 2030. Conservation Roadmap for the Americas, Draft. 2019. WWF, PANTHERA, WCS,
UNDP. Varias de las cifras poblacionales se refieren al trabajo de Jedrzejewski,M., Robinson,H. et al. 2018. Compilación M.O.Ribera

País Tamaño de la Población total – Superficies de UCJ / hábitat Grado de impacto y Grado de impacto y Tráfico – Planes y
distribución, densidad estimada - Numero de corredores amenaza por pérdida de amenaza por cacería comercio estrategias de
hábitat ilegal conservación del
jaguar
Argentina La población total del país se estima en Superficie de Unidades de Acelerada pérdida de hábitat Cacería indiscriminada , No reportado Plan Nacional para la
menos de 300 jaguares. En reducidos Conservación del Jaguar: por avance de la agricultura incluso al interior de Conservación del
parches aislados de habitats remanentes. 36.531 Km2. intensiva y ganadería, e áreas protegidas Jaguar – 2016.
Situación muy crítica al punto de estar Superficie de hábitats del incremento de tierras áridas
clasificado como en peligro de extinción. Jaguar: 76.000 Km2.
Densidad est. 0,41 / 100 km2 Se reportan 4 corredores
(10.461 Km2)
Población pequeña, estimada en 560 Superficie de Unidades de Deforestación intensificada Sobre-cacería de vida Reportes de No tiene plan ni
Bélice jaguares, distribuida en importantes Conservación del Jaguar: amenaza los corredores de silvestre para consumo tráfico de partes estrategia para la
bloques de hábitat natural conectados por 8.700 Km2 bloques de hábitats y con local y reducción de del jaguar conservación del
3 corredores. La densidad estimada en Superficie de hábitats del dejar en aislamiento a las disponibilidad de presas. Jaguar
áreas protegidas es 3.5 a 11.0 Jaguar: 21.000 Km2. poblaciones Muerte de jaguares
individuos/100 km². 3 corredores reportados (472 como respuesta al
Promedio: 2,69 / 100 km². Km2) ataque de ganado
Bolivia Población estimada en 12.800 jaguares. Superficie de hábitats del Deterioro de ecosistemas Caza regular de Reportes de No tiene plan ni
Importantes poblaciones en grandes Jaguar: 743.000 Km2 naturales a gran escala por jaguares relacionada a tráfico de estrategia para la
bloques de hábitats naturales Superficie de Unidades de avance de agroindustria, conflictos por ataques a colmillos y otras conservación del
(mayormente en 9 grandes áreas Conservación del Jaguar: colonización y ganadería, ganado y animales partes desde el Jaguar
protegidas áreas protegidas de la 226.974 Km2 procesos favorecidos por la domésticos. Eventual año 2014,
Amazonía, Chaco, Chiquitanía y Se identificaron 8 corredores. construcción de caminos. caza deportiva. Sobre responsabilizan
Pantanal). Densidad estimada baja en el (191.825 Km2 ) Deterioro ecológico de presión de caza de vida a ciudadanos
Chaco (0,3 – 1,82 individuos/100 km²) y varios corredores. silvestre en ciertas chinos ligados a
más alta en la región Tacana-Madidi (4 – Amenazas de minería y regiones, reduciendo mafias
6 individuos/100 km²). Promedio: 1,73 / exploración petrolera en disponibilidad de presas. internacionales.
100 km²). áreas protegidas.
Brasil La población de la especie se estima en La superficie de Unidades de En todos los biomas Caza deportiva ilegal en Reporte de Plan de Acción
algo más de 86.000, es la mayor Conservación del Jaguar es de brasileros se han registrado ciertas regiones decomisos de Nacional de
población mundial de jaguares, distribuida 2.651.827 Km2 proceso de declinación de amazónicas y caza colmillos y otras Conservación del
en grandes bloques de hábitat natural. Superficie de hábitats del las poblaciones por la regular por conflictos partes de Jaguar, 2013
Las poblaciones de la Amazonia central y Jaguar: 4.500.000 Km2 pérdida y fragmentación de con el jaguar (predación jaguar con
este, están muy fragmentadas y existe un 35 corredores identificados. hábitat y caza de jaguar por de ganado) en zonas destino a China
inmenso bloque aun intacto hacia la (654.654 Km2 ) conflictos en zonas ganaderas. (Com.Thais –
Amazonia oeste. Según Oliveira et al. ganaderas. Morcatty)

117
2012, la población de jaguares de la
Amazonia no superaría los 10.000
individuos y sugieren una
recategorización de la especie en las
Listas Rojas.
Densidad est. 1.89 / 100 Km2
Colombia Población estimada en algo más de Superficie de Unidades de Pérdida y fragmentación de Caza regular en zonas No reportado Programa Nacional
16.000 jaguares. Importante población Conservación del Jaguar: hábitat por agricultura ganaderas por conflictos de conservación de
mayormente concentrada en un inmenso 699.377 Km2 extensiva, y operaciones con el jaguar (predación Felinos
bloque de habitat amazónico hacia el Superficie de hábitats del mineras en zonas de de ganado).
este. Bloques menores hacia el norte y la Jaguar: 872.000 Km2 hábitats claves.
costa del Pacífico. Se estima que el área 9 corredores identificados.
de distribución se ha reducido en 39% del (34.056 Km2 )
área original.
Densidad est: 1.90 / 100 Km2
Costa Rica Población estimada en 570 jaguares. Superficie de Unidades de Perdidas de hábitat en Caza regular en zonas No reportado No tiene plan ni
Pequeña población en tres bloques Conservación del Jaguar: corredores y construcción de ganaderas por conflictos estrategia para la
importantes de habitat natural. 17.900 Km2 barreras, riesgo de con el jaguar (predación conservación del
Densidad est. 1.48 / 100 Km2 4 corredores (4.640 Km2) aislamiento de poblaciones. de ganado Jaguar
Ecuador Población estimada en 1.960 jaguares Superficie de Unidades de Avance de la frontera Muerte de jaguares en No reportado Plan Nacional
(1.100 otra fuente). Pequeña población Conservación del Jaguar: agrícola y ganadera. zonas ganaderas por decenal para la
mayormente concentrada en un bloque 64.709 Km2 Aumento de operaciones conflictos de predación conservación del
de habitat natural en la Amazonia en el Superficie de hábitats del mineras y petroleras en sobre el ganado jaguar, 2015
este del país, poblaciones muy reducidas Jaguar: 93.700 Km2 áreas protegidas y zonas
en parches dispersos hacia el oeste y la 9 corredores (22.694 Km2) próximas. Deterioro de
costa del Pacífico. corredores.
Densidad est. 2.10 / 100 Km2
French Pequeña población estimada en 1.600 Superficie de Unidades de ¿? Amenazas derivadas de No reportado No tiene plan ni
Guiana jaguares, concentrada en un solo gran Conservación del Jaguar: conflictos en zonas estrategia para la
bloque de hábitat, en el sur hacia la 34.164 Km2 ganaderas por conflictos conservación del
Amazonía. Superficie de hábitats del (predación de ganado). Jaguar
Densidad est. 1.95 / 100 Km2 Jaguar: 82.000 Km2
No existen corredores.
Guatemala Pequeña población estimada en 1.000 Superficie de Unidades de Deterioro y fragmentación de Caza de vida silvestre No reportado No tiene plan o
jaguares, mayormente concentrada en un Conservación del Jaguar: ecosistemas por avance que reduce la estrategia para
bloque mayor de habitat natural en el 19.890 Km2 industrial y urbano. disponibilidad de presas conservación del
norte del país. Bloques menores en el Superficie de hábitats del del jaguar. Jaguar
noreste. (Belice, Guatemala, Costa Rica y Jaguar: 43.000 Km2
Panamá muestran densidades variables 2 corredores (10.682 Km2)
que van de 0,74 a 11,2 individuos/100
km²). Promedio est: 2.35 / 100 Km2
Guyana Importante población estimada en 4.300 Superficie de Unidades de Degradación de hábitats por No reportado Tráfico de No tiene plan o

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jaguares, concentrada en un bloque Conservación del Jaguar: avance de la explotación partes estrategia para
grande de habitat natural situado en el 124.990 Km2 forestal y minería, así como reportado en conservación del
sur del país, y dos bloques menores en el Superficie de hábitats del la agricultura de arroz en 2016 Jaguar
norte. Jaguar: 208.000 Km2 regiones de sabanas.
Densidad est. 2.09 / 100 Km2 2 corredores (68.269 Km2)
Honduras Pequeña población estimada en 1.200 Superficie de Unidades de Aislamiento de poblaciones Sobre caza de vida Reportan tráfico Plan Nacional de
jaguares, mayormente concentrada en un Conservación del Jaguar: por construcción de caminos silvestre amenaza de partes de Conservación del
bloque de hábitat natural en el este del 18.689 Km2 y deforestación en disponibilidad de presas. jaguar y posible Jaguar 2012-2021
país. Superficie de hábitats del corredores. Amenazas a tráfico de jaguar
Densidad est. 2.48/ 100 Km2 Jaguar: 49.000 Km2 Reserva de Biosfera completo
3 corredores transfronteriza. convertido en
pasta
Mexico Mediana población estimada en 4.300 Superficie de Unidades de Deterioro de corredores por Muerte de jaguares en Reporte de Plan de Acción
jaguares, distribuida en varios bloques Conservación del Jaguar: construcción de caminos y zonas ganaderas por demanda de Nacional para la
discontinuos de hábitat natural. Se han 162.300 Km2 avance de asentamientos conflictos de predación garras de Conservación del
identificado 11 poblaciones y, de acuerdo Superficie de hábitats del para fines agrícolas y sobre el ganado jaguar y otras Jaguar
con la categorización UICN, la mayor Jaguar: 530.000 Km2 ganaderos. Elevado grado partes para el
parte de las subpoblaciones está en 8 corredores (152.560 Km2) de aislamiento de tráfico
estado crítico de amenaza debido al poblaciones dispersas.
tamaño y aislamiento. Las densidades
estimadas varían de 0,05 a 7,4
individuos/100 km². ²). Promedio est:
1.28 / 100 Km2
Nicaragua Pequeña población estimada en 600 Superficie de Unidades de Pérdida de hábitat por Muerte de jaguares en No reportado No tiene plan o
jaguares, (Jedrzejewski, et al.mencionan Conservación del Jaguar: avance de la frontera zonas ganaderas por estrategia para
1.476 individuos) concentrada en dos 43.000 Km2 agrícola y ganadera. conflictos de predación conservación del
bloques separados de habitat natural. Superficie de hábitats del sobre el ganado Jaguar
Densidad est. 2.44 / 100 Km2 Jaguar: 16.000 Km2
Un corredor (14.788 Km2)

Panamá Pequeña población estimada en 870 Superficie de Unidades de Pérdida y fragmentación de Sobre cacería de vida Reportes de Plan de Acción para
jaguares, mayormente concentrada en un Conservación del Jaguar: hábitat por intenso cambio silvestre amenaza trafico de partes la Conservación del
bloque mayor de habitat natural situado 27.680 Km2 de uso del suelo disponibilidad de presas. Jaguar, 2011
en el este del país. Superficie de hábitats del Caza de jaguar en
Densidad est. 2.02 / 100 Km2 Jaguar: 43.000 Km2 zonas ganaderas por
2 corredores (7.350 Km2) conflictos de predación
sobre el ganado
Paraguay Existen discrepancias en cuanto al Superficie de Unidades de Acelerada pérdida de hábitat Caza regular de jaguar Plan Nacional
tamaño poblacional, se mencionan una Conservación del Jaguar: natural por Intenso avance en zonas ganaderas por decenal para la
cifra algo mayor a 1.500 (Jędrzejewski et 42.100 Km2 de la agroindustria de la conflictos de predación Conservación del
al. 2018), pero oficialmente se asume que Superficie de hábitats del soya y ganadería a gran sobre el ganado Jaguar, 2017-2026
hay menos de 500 jaguares. Pequeña Jaguar: 233.000 Km2 escala

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población mayormente concentrada en un 2 corredores (30.300 Km2)
bloque grande de hábitat natural en el
norte (región del Chaco). En el país está
reconocido oficialmente como especie en
peligro de extinción. La densidad
estimada es de 0,7 individuos/100km2.
Perú Importante población (la segunda de Superficie de Unidades de Pérdida de hábitat por Caza regular del jaguar Reportes de No tiene plan o
Sudamérica) estimada en 22.200 Conservación del Jaguar: construcción de caminos, en zonas afectadas por comercio ilegal estrategia para
jaguares, distribuida en varios grandes 27.680 Km2 aumento de operaciones nuevos asentamientos de su piel, conservación del
bloques de hábitat natural situados en la Superficie de hábitats del agrícolas, explotación de de colonización; colmillos, Jaguar
región amazónica del país. La densidad Jaguar: 129.000 Km2 maderas y avance acelerado sobrecaza de vida huesos, pieles,
estimada para la región Madre de Dios es 7 corredores (104.900 Km2) de la minería formal e ilegal. silvestre y mercados de grasa, entre
4-5 individuos/100 km² (Amazonía). carne silvestre. otras partes de
Densidad est. 3.00 / 100 Km2 su cuerpo
Surinam Mediana población de jaguares estimada Superficie de Unidades de Intenso avance de la Caza del jaguar por Reportes de No tiene plan o
3.190 jaguares, concentrada en un Conservación del Jaguar: agricultura y ganadería, conflictos con la tráfico de partes estrategia para
bloque importante de hábitat natural 18.000 Km2 afecta corredores y el bloque ganadería del jaguar conservación del
ubicado en la zona central del país. Superficie de hábitats del de hábitat natural; avance de Jaguar
Densidad est. 2.24 / 100 Km2 Jaguar: 142.000 Km2 la minería.
2 corredores (29.263 Km2)
Venezuela Importante población estimada en 11.590 Superficie de Unidades de Pérdida de hábitat por el Caza regular del jaguar No reportado No tiene plan o
jaguares, concentrada mayormente en un Conservación del Jaguar: Intenso avance de la por conflictos con la estrategia para
gran bloque de habitat natural situado en 535.440 Km2 agricultura y ganadería; ganadería conservación del
el sur del país, y bloques menores hacia Superficie de hábitats del también operaciones Jaguar
el norte. Jaguar: 589.000 Km2 mineras y petrolera
Densidad est. 1.97 / 100 Km2 8 corredores (41.440 Km2)
Fuentes
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 https://www.lavanguardia.com/natural/20180305/441291400418/jaguar-muertos-trafico-colmillos-medicina-china.html https://www.latribuna.hn/2018/12/23/descubren-importante-poblacion-
de-jaguares-en-selva-de-la-mosquitia/

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