Está en la página 1de 2

Contradicciones en la defensa de la vida

Catholic.net

La Madre de nuestra esperanza es la Virgen María. Quienes caminamos en el


camino de la elección al sacerdocio ministerial debemos experimentar, desde el
inicio de nuestra vocación, que la devoción a la Reina del Cielo conlleva
necesariamente la presencia de la gracia, de la vida y de la salvación de Jesús en
nosotros.

Esta experiencia la debemos mantener durante el tiempo de nuestra preparación y


durante el tiempo que dure nuestro ministerio. Nunca debemos abandonar la
devoción, la confianza y el amor a Ella, porque eso nos asegura la presencia de la
salvación segura e inmediata que nos ofrece su Hijo.

Me dirijo a los seminaristas para que, desde ya, en la etapa en la que se


encuentren de formación, se empeñen en crecer en el conocimiento y en el amor a
la Virgen María.

Eso que decimos para los que fuimos elegidos a la vocación sacerdotal, lo tenemos
que decir para toda experiencia de vida cristiana, y para todas las circunstancias
de la vida humana. En todo momento necesitamos la protección de la vida, el
cuidado de que se vea libre de todas las amenazas que tiene en esta Tierra.

Pensemos en los acontecimientos que estamos viviendo en difernetes estados del


país, por ejemplo, las lluvias copiosas y sus consecuentes inundaciones. ¿Qué es lo
que más preocupa a todos? La seguridad de la vida, que nadie la pierda. Tenemos
esta preocupación porque la vida es sagrada, porque es lo máximo que tenemos
mientras estamos en el mundo.

Nos damos cuenta del valor que significa nuestra vida y la de los demás, y
el cuidado y la preocupación que debemos tener por ella.

En contraste con esta preocupación por la vida ante los fenómenos naturales,
llama la atención que el poder legislativo de casi todos los estados de México se

página 1 / 2
Contradicciones en la defensa de la vida
Catholic.net

sienta presionado por aprobar el aborto, que es la amenaza más cruel e injusta
contra la vida.

Como sabemos, la Suprema Corte de Justicia de nuestra nación aprobó el ‘derecho’


que tienen las mujeres a eliminar la vida en su etapa más vulnerable y más
necesitada de la protección de la madre, de la ley y de la sociedad.

¿No es, acaso, ésta una contradicción que, por una parte, nos preocupe
salvar vidas ante los fenómenos naturales, pero que en la etapa de la
concepción no nos importe conservarla, al contrario, que se vea como un
derecho el eliminarla?

Que la Virgen María nos alcance la gracia de un amor grande por la vida y de un
respeto a su sacralidad, desde el momento de su concepción hasta el momento de
la separación natural de este mundo.

Ciertamente, la mujer se ve en muchas circunstancias presionada porque no tiene


el apoyo del que abusó de ella o del que estuvo en acuerdo para sembrar el
germen de una nueva vida, y que, además, no cuenta con la aprobación de la ley o
de la sociedad para sacar adelante la vida que lleva, y que no se le presentan
opciones favorables a la dignidad de ambos, madre e hijo. Pensemos, también, en
soluciones para esto.

Yo les bendigo en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

página 2 / 2

Powered by TCPDF (www.tcpdf.org)

También podría gustarte