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Profesora: Feggy Ostrosky Solís

Neuropsicología de la Atención
- Feggy Ostrosky Solís -

Directora del Laboratorio de Neuropsicología y Psicofiosiología


Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional Autónoma de México

Neuropsicología de la Atención

El objetivo general de este módulo, dividido en cinco


secciones, es revisar principios cognoscitivos y biológicos
básicos sobre el proceso de la atención y sus alteraciones.
En la primera sección se presenta distinciones que se han
propuesto entre diversos tipos de atención. Estas
distinciones están relacionadas con la clase de demandas
que puede imponer cada tarea atencional, y de acuerdo
con la cual se habla de la atención sostenida, la atención
selectiva, la atención dividida y el control atencional.

La segunda sección incluye un recuento histórico que nos


permite comprender la manera en la que ha evolucionado
el estudio de la atención. En este apartado, se presentan
las aportaciones más importantes de autores pioneros como Wundt, Titchener, James, y Pillsbury, quienes
sentaron las bases para el desarrollo de una gran cantidad de trabajos sobre el proceso de la atención. Así
mismo, esta sección incluye una revisión de algunos de los modelos teóricos más importantes que han sido
desarrollados para explicar el funcionamiento de la atención, entre los que se encuentran el modelo de filtro, el
modelo de dos procesos, y el modelo de esquemas.

La tercera sección está dedicada a la revisión de algunas de las áreas cerebrales que se ha considerado están
relacionadas con el funcionamiento del proceso de atención y de algunas teorías que han integrado el
funcionamiento de estas áreas en modelos de redes neuronales. En la cuarta sección se describen las principales
alteraciones de la atención. El último apartado describe diversas pruebas neuropsicológicas para la evaluación de
la atención y se revisan estrategias y estudios de rehabilitación neuropsicológica que han sido desarrolladas en la
rehabilitación de los problemas atencionales.

Objetivos

Valorar la importancia del proceso de la atención y la manera en la que puede facilitar la ejecución
cognoscitiva y conductual.

Definir qué es la atención y qué tipos de atención se han planteado en la literatura psicológica.

Distinguir cuáles son las diferencias entre los tipos de atención que se han planteado en la literatura.

Describir y valorar las aportaciones de autores pioneros al estudio del proceso de la atención.

Exponer y analizar los principales modelos teóricos que se han propuesto para explicar el funcionamiento
del proceso de la atención.
Distinguir las aportaciones de los modelos teóricos que se han propuesto para explicar el funcionamiento
de la atención.

Evaluar las críticas que se han hecho a los modelos teóricos que se han propuesto para explicar el
funcionamiento de la atención.

Identificar cuáles son las principales áreas cerebrales que se han relacionado con el funcionamiento del
proceso de la atención.

Distinguir el papel de cada una de las principales áreas cerebrales que se han relacionado con el
funcionamiento del proceso de la atención.

Identificar los neurotransmisores se han relacionado con el funcionamiento del proceso de la atención.

Exponer y analizar teorías que han integrado el funcionamiento de estas áreas cerebrales en modelos de
redes neuronales.

Describir las principales alteraciones de la atención y sus bases neurobiológicas.

Conocer las pruebas neuropsicológicas para la evaluación de la atención.

Conocer estrategias neuropsicológicas para la rehabilitación de los problemas atencionales.

Copyright © Instituto de Altos Estudios Universitarios

Esquema de conceptos básicos


Introducción general

Aunque intuitivamente todos comprendemos a qué nos referimos con el término “atención” y entendemos el
sentido de frases como “debes poner atención”, lograr una definición no ha sido una tarea sencilla. Sin embargo,
en términos generales, las definiciones concuerdan en que tenemos limitaciones en la cantidad de información
que podemos manejar en un momento dado y requerimos de un proceso selectivo al cual conocemos como
atención.

La importancia de este proceso selectivo en la vida diaria es


notable. El proceso de atención facilita la ejecución
cognoscitiva y conductual de diferentes maneras. La atención
sirve para reducir la cantidad de información que será
procesada por el cerebro mientras que en otras ocasiones, la
atención permite que cierta información reciba un
procesamiento adicional. Los organismos estamos
constantemente bombardeados por un número infinito de
señales externas e internas. La atención ajusta esta entrada
de información con respecto a la capacidad disponible del
individuo, facilitando la selección de la información relevante
y la asignación del procesamiento cognoscitivo apropiado
para esa información. Por lo tanto, la atención actúa como
una compuerta para el flujo de información que llega al
cerebro. Dado que la atención nos permite seleccionar en un
ambiente complejo y cambiante los estímulos relevantes para
una tarea, es un prerrequisito para el adecuado funcionamiento de procesos tales como el aprendizaje y la
memoria.

Sabemos además, que el avance en la comprensión del proceso de la atención ha abarcado el área biológica y
nos ha permitido entender la forma en la que el cerebro funciona como un sistema con relaciones entre
estructura y función. Así, revisaremos algunas de las áreas cerebrales relacionadas con el funcionamiento del
proceso de atención y algunas teorías que han integrado el funcionamiento de estas áreas en modelos de redes
neuronales.

Entre los principales desórdenes atencionales se encuentran los Estados Confusionales, los Síndromes
Atencionales parciales, el Síndrome de Heminegligencia, el Síndrome de Balint, la Asimultagnosia, el Trastorno
por Déficit de Atención e Hiperactividad y el Mutismo a Acinético.

Para evaluar en forma exhaustiva la función atencional, se deberá contar con un conjunto de pruebas que
abarque los diversos aspectos atencionales. Es importante que las pruebas neuropsicológicas sean sensibles para
detectar alteraciones de la atención y que cuenten con datos normativos de acuerdo a la edad y escolaridad. Se
presentan pruebas específicas y se sugieren referencias integrativas para la rehabilitación.

1. Definición y tipos de atención

La atención se refiere a un proceso selectivo que ocurre en respuesta a la capacidad de procesamiento limitada.
Este proceso se ha dividido en diferentes tipos que incluyen la atención sostenida, la atención selectiva, la
atención dividida y el control atencional.

La atención es un proceso que no tiene una definición


estándar y universalmente aceptada. Este término puede
ser difícil de definir porque, más que ser un objeto, es un
proceso que no se comprende completamente. A pesar de
las dificultades para lograr un consenso para definir qué
es la atención, la mayoría de los psicólogos concuerdan en
que las personas tenemos limitaciones en la cantidad de
información que podemos procesar, lo cual nos impide
realizar muchas tareas simultáneamente. Esta limitación
implica que, para funcionar adecuadamente, debemos tener una forma de filtrar o seleccionar información. Este
proceso selectivo que ocurre en respuesta a la capacidad de procesamiento limitada es conocido como atención
(Heilman, 2002).
En diversos contextos, el individuo debe ser capaz de seleccionar y mantener su atención en un estímulo en
particular y resistir atender otros (distractores), distribuir su atención entre varios o atender a distintos
estímulos de manera alternada. Esta habilidad humana es esencial en la vida diaria porque permite que otros
procesos se lleven a cabo de forma adecuada, como la velocidad de procesamiento y procesos de memoria y
aprendizaje (Kannass et al., 2006; Mahone y Schenider, 2012).

Se han postulado diferentes niveles de la Atención: Orientación, Atención enfocada, Atención sostenida, Atención
selectiva, Atención alternada, Atención dividida. La capacidad atencional es jerárquica: esto es, para poder tener
éxito en tareas que requieren altos niveles atencionales, como la atención alternada y la atención dividida, es
necesario entrenar primero la atención sostenida y la atención enfocada. Esta última es el tipo atencional más
básico. Dentro de la jerarquía mencionada, la atención dividida es la forma de atención más sofisticada por su
complejidad y manifestación, sin embargo, es la más vulnerable (Sohlberg & Mateer, 2001). A continuación se
describen los niveles utilizados en este modelo con el objeto de clarificar los criterios conceptuales y así tener
una adecuada utilidad clínica en la evaluación de los procesos.

1.1 Orientación

Permite establecer el nivel de conciencia y estado general


de activación. Es la conciencia de sí mismo con relación a
sus alrededores. Requiere de una confiable integración de
la atención, percepción y memoria. Un deterioro en el
proceso perceptual o en la función de la memoria puede
desencadenar en un defecto específico de orientación. Su
dependencia con las diferentes actividades mentales,
hace que la orientación sea extremadamente vulnerable a
los efectos de una disfunción cerebral (Lezak, 1985).

Los defectos en orientación es uno de los síntomas más


frecuentes de una alteración cerebral, y lo más común es
el deterioro en la orientación de tiempo y espacio. Existen
deficiencias en el nivel de conciencia o estado de activación. La rehabilitación de los déficit de la orientación se
enfoca en redirigir la atención de los estados internos del paciente a los eventos externos.

1.2 Atención enfocada

Es la habilidad de responder específicamente a estímulos


visuales, auditivos o táctiles. La persona debe atender a
una sola fuente de información e ignorar todos los demás
estímulos. Este nivel se entrena generalmente en
pacientes que han tenido alteraciones en los niveles de
conciencia.

El decir que un paciente despierto está alerta, se refiere al


hecho de que sus mecanismos de activación más básicos
le permiten responder a los estímulos medio ambientales.
El paciente alerta, pero con deficiente atención o inatento,
no es capaz de filtrar los estímulos irrelevantes y, por lo
tanto, se distrae ante los estímulos externos (sonidos,
movimientos, estímulos visuales, etc.) que ocurren a su alrededor. Por ejemplo, al preguntársele algo básico, el
paciente se muestra torpe para responder y pide le repitan la pregunta varias veces. Por el contrario, el paciente
atento sí es capaz de filtrar los estímulos irrelevantes. La atención presupone activación, pero el paciente alerta
no necesariamente está atento.
Las deficiencias de activación son evidentes durante la entrevista con el paciente y se manifiestan por
aletargamiento y por la necesidad de repetir frecuentemente la estimulación para que el paciente responda. El
aletargamiento generalmente refleja alteraciones del sistema reticular activador ascendente por causas tóxico-
metabólicas o bases estructurales.

1.3 Atención sostenida

El término atención sostenida se refiere a la habilidad


para mantener una repuesta conductual consistente
durante una actividad continua y repetitiva. La atención
sostenida puede ser demandante por razones diferentes a
las tareas de corta duración que requieren la detección de
un estímulo entre una multitud de distractores. Algunos
tipos de atención sostenida requieren niveles altos de
vigilancia, pero pocas respuestas. Por ejemplo, un guardia
de un edificio puede pasar una noche entera buscando
intrusos, aún cuando no aparezca ninguno. La atención a
estos eventos de baja frecuencia requiere procesos
diferentes a las respuestas a eventos de alta frecuencia
con una duración corta. El guardia se confronta con diversos factores temporales, tales como un nivel
motivacional sostenido, fatiga y aburrimiento.

Este componente de la atención se ha estudiado mediante el uso de las tareas de ejecución continua. En estas
tareas se miden los tiempos de reacción ante la presentación de estímulos blanco, requiriendo el mantenimiento
de la atención durante períodos largos de tiempo.

1.4 Atención selectiva

El término atención selectiva alude al proceso por el cual se


le da prioridad a algunos elementos sobre otros. La atención
selectiva se refiere a la habilidad para elegir los estímulos
relevantes para una tarea, evitando la distracción por
estímulos irrelevantes. Cuando escuchamos en el aparato de
radio una canción en particular, exhibimos atención selectiva.

Dentro se las tareas que se han empleado, tanto en el ámbito


clínico como experimental, para medir la atención selectiva-
sostenida se encuentran las de cancelación. En este tipo de
tareas se presentan visualmente una serie de estímulos
blanco dentro de un arreglo de estímulos distractores y los sujetos deben marcar los estímulos blanco dentro de
un tiempo límite.

1.5 Atención dividida

La atención está siempre sujeta a una división entre una multitud de procesos y de estímulos potenciales. La
atención dividida involucra la habilidad para responder simultáneamente a tareas múltiples o a demandas
múltiples de una tarea. Un adolescente que hace la tarea mientras mira la televisión está haciendo uso de la
atención dividida. Existe un debate en cuanto a si la atención puede dividirse entre fuentes múltiples en un
momento dado. La evidencia sugiere que aunque las personas tienen cierta capacidad para dividir la atención,
esta capacidad es limitada. A medida que las fuentes simultáneas de información aumentan y los requerimientos
de la tarea son demandantes, la ejecución se deteriora. La calidad de la ejecución en tareas múltiples y
simultáneas depende de cuán automáticas son las tareas. Por ejemplo, algunas mecanógrafas son capaces de
conversar o ejecutar otras tareas mientras mecanografían un texto, debido a que han logrado automatizar el uso
del teclado de escritura.

En las tareas de atención dividida se requiere realizar simultáneamente más de un tipo de tarea o procesar
también simultáneamente múltiples estímulos. Un ejemplo citado con frecuencia es la tarea de adición serial
auditiva (PASAT por sus siglas en inglés, Paced Auditory Serial Addition Task). En esta tarea se requiere que el
sujeto sume pares de dígitos presentados a una tasa predeterminada, de manera que cada dígito se sume al
dígito precedente. Por ejemplo, si se leen los números “2, 8, 6, 1, 9” las respuestas correctas inmediatamente
después de la presentación del dígito 8 son “10, 14, 7, 10”. Dado que en cada ensayo se presentan 60 dígitos,
esta tarea incorpora demandas en la atención sostenida y dividida.

1.6 Atención alternada

Este nivel de atención se refiere a la capacidad de tener


flexibilidad mental que permite a los individuos cambiar
su foco de atención y moverse entre tareas que tienen
diferentes requisitos cognitivos, por tanto, se controla la
información que será atendida selectivamente. Implica la
capacidad de cambiar los focos de atención de un
estímulo al otro. Los problemas a este nivel se hacen
evidentes en el paciente que tiene dificultades en cambiar
las tareas del tratamiento una vez que la serie se ha
establecido y que tiene necesidad de claves para iniciar
las nuevas tareas requeridas. Las demandas de la vida
real en este nivel de control atencional son muy
frecuentes. Por ejemplo, la secretaria que tiene que moverse continuamente entre contestar el teléfono, teclear
y responder preguntas.

1.7 Control atencional

Además de los anteriores, existen otros aspectos


importantes de la atención, los cuales están
estrechamente ligados con lo que se ha denominado
funciones ejecutivas. Las funciones ejecutivas incluyen
procesos como la capacidad de planear y organizar la
conducta, la inhibición de conductas inapropiadas para la
realización de una tarea y el mantenimiento de un
pensamiento flexible durante la resolución de problemas.
Todos estos aspectos de las funciones ejecutivas
mantienen una estrecha relación con la atención y, por lo
tanto, han sido también denominados como aspectos de
alto orden de la atención o control atencional.

Un ejemplo de tarea que se ha utilizado para evaluar el control atencional es la prueba de Stroop. En ella se
presentan ensayos donde el color de la tinta y el nombre del color no corresponden (la palabra azul escrita en
tinta roja). La tarea automática favorecería la lectura de la palabra, mientras que el proceso controlado, no
automático, sería denominar el color de la tinta.
2. Teorías generales sobre la atención

Se presentan algunas de las aportaciones más importantes al estudio de la


atención de autores pioneros como Wundt, Titchener, James y Pillsbury. Así
mismo, se revisan tres modelos teóricos que han sido desarrollados para
explicar el funcionamiento de la atención, a saber, el modelo de filtro, el modelo
de dos procesos, y el modelo de esquemas.

2.1 Aportaciones pioneras al estudio de la atención

El estudio de la atención se vio favorecido durante los siglos XIX y principios del XX por aportaciones
importantes de algunos psicólogos pioneros, entre los que se encuentran Wilhem Wundt, Edward Titchener,
William James y Walter Bowers Pillsbury. A continuación se señalan las principales aportaciones de estos autores
al estudio de la atención.

Wilhem Wundt fue uno de los fundadores de la psicología experimental que se interesó por el estudio de la
atención. Este autor definió a la psicología como la investigación de los hechos de los que estamos conscientes y
de las leyes que gobiernan sus relaciones y combinaciones.

Una pregunta constante sobre el proceso de la atención ha sido cuál es su capacidad. Al respecto, Wundt sugirió
que el número máximo de elementos perceptuales o semánticos a los cuales puede prestarse atención de
manera concurrente varía entre tres y siete.

Entre sus aportaciones destacan la asociación entre la atención y la conciencia. Wundt caracterizó a la conciencia
como un gran campo de contenido sensorial y mental. De acuerdo con él, la atención está enfocada en una
pequeña área de este campo, y este pequeño campo constituye el elemento, o elementos, de la conciencia.
Cuanto más se enfoque la atención en un elemento particular, menos claro será el campo de fondo restante. La
concepción de Wundt de la atención como un punto focal en un campo más amplio de la conciencia tuvo una
gran influencia en el desarrollo de los posteriores modelos atencionales.

Edward Titchener, alumno de Wundt, se interesó en


describir modelos psicológicos con bases empíricas o
experimentales. Este interés lo llevó a discutir el papel de
los estímulos y del contexto en la atención. De acuerdo
con él, propiedades como la intensidad de un estímulo, su
inicio repentino, el cambio abrupto de sus propiedades, su
movimiento, terminación y su novedad o rareza, son
características que pueden incrementar la respuesta
atencional. En cuanto al contexto, Titchener sugirió que
era probable que un estímulo fuera atendido cuando una
sensación es similar a los contenidos actuales de la
conciencia. Además, propuso una ley de la entrada
prioritaria, sugiriendo que el estímulo hacia el cual
estamos predispuestos puede producir un efecto en la
conciencia con mayor rapidez que otro estímulo.
Las aportaciones de este autor siguen siendo temas de investigación actualmente. Por ejemplo, él propuso que
el proceso de atención está formado por dos factores: una mayor claridad de las sensaciones o ideas atendidas y
una inhibición de otras impresiones o imágenes de la memoria. Con esto, destacó la importancia de la inhibición
en el proceso atencional, así como su relación con otros procesos cognitivos como la memoria. Al señalar que la
atención es lábil, cambia constantemente, y que esta variación en la atención tiene un origen central, más que
deberse a fatiga de los órganos sensoriales, también destacó la importancia del estudio biológico de la atención.

William James, uno de los psicólogos más influyentes del siglo XIX, pensaba en la atención como un proceso
activo, con efectos tanto activadores como inhibidores en el contenido de la conciencia. Así, sugirió que la
atención tiene el efecto general de mejorar la ejecución, haciéndonos percibir, concebir, distinguir y recordar
mejor. Además, disminuye el tiempo de reacción, facilitando tanto el reconocimiento sensorial como la selección
de la respuesta.

Este autor consideró el fenómeno de la inatención argumentando que las impresiones que no notamos tampoco
contribuyen a las discriminaciones conscientes. De acuerdo con él, la inatención puede ocurrir ante estímulos
redundantes, predecibles o repetitivos.

Dos de las aportaciones más valiosas de James en su concepción de la atención fueron:


1. el incluir un componente cognitivo o motivacional al considerar que la atención que enfocamos en un objeto
es una función de nuestro interés en él y
2. la distinción entre una forma pasiva y una activa de la atención. Según James, el interés podría deberse a la
naturaleza inmediata del objeto o derivarse de las asociaciones con el objeto.

La atención pasiva fue considerada reflexiva y sin esfuerzo, mientras que la atención activa era voluntaria y
requería esfuerzo. James consideró que la atención volitiva no podría ser sostenida por más de unos pocos
segundos sin un esfuerzo constante. El esfuerzo, entonces, era el resultado del conflicto de interés en la mente,
por ejemplo, cuando tenemos que enfocar la atención en un objeto que no nos resulta interesante para obtener
una recompensa remota. Si este esfuerzo resultara en que el objeto adquiriera interés por sí mismo, entonces la
atención podría sostenerse de manera pasiva. Él argumentaba que la atención no podía mantenerse en un
objeto que no cambiara, a menos de que uno considerara intelectualmente diferentes aspectos del objeto con el
fin de mantener el interés.

Por su parte, Pillsbury, profesor de filosofía en la Universidad de Michigan entre finales del siglo XIX y principios
del siglo XX, señaló la participación de la atención en otros procesos psicológicos como la memoria, así como las
bases biológicas de la atención. Específicamente, Pillsbury relacionó la atención con lo que se conoce como
memoria de trabajo. Pillsbury propuso que el número de objetos que pueden atenderse simultáneamente varía
entre cuatro y cinco para la visión y entre cinco y ocho para la audición, y que la duración de un único acto de
atención es usualmente de entre cinco y ocho segundos.

Sus especulaciones biológicas en cuanto a la atención resultaron concordar con los descubrimientos
contemporáneos, lo cual es notable considerando la rudimentaria comprensión de la neurofisiología y la
psicofisiología en aquel tiempo. Él concluyó que la base anatómica de la atención residía en los lóbulos frontales,
que eran centros de asociación que actuaban como mediadores entre las áreas sensoriales y motoras de la
corteza. Además, especuló que hay dos procesos fisiológicos que subyacen a la atención: el reforzamiento o
facilitación, y la inhibición. De acuerdo con él, el reforzamiento o facilitación es el incremento de la actividad de
una célula nerviosa debido a la actividad de otra célula, y la inhibición es la oposición de la actividad de dos
células. Atribuyó las fluctuaciones de la atención y su decaimiento a lo largo del tiempo, a los efectos de fatiga
de las células corticales y a la influencia de la actividad rítmica de los centros respiratorios y vasomotores en las
células corticales. También destacó los efectos de la neuropatología y los desórdenes psiquiátricos en la
atención, señalando que las degeneraciones de la mente están comúnmente acompañadas de una atención
disminuida o alterada.

Después de estas aportaciones pioneras sobre la atención, este proceso desapareció del estudio de la psicología
en los Estados Unidos con la llegada del conductismo, y fue en la última parte del siglo XX que recuperó el grado
de importancia teórica que estos primeros autores le habían asignado.

Uno de los factores determinantes en la recuperación de la atención como un tema importante de estudio dentro
de la psicología experimental fue la influencia que recibió de la teoría de la comunicación desarrollada por el
ingeniero Shanon y el sociólogo Weaver. La teoría proponía que la comunicación podría ser analizada
matemáticamente en términos de transmisión y recepción de información, a partir de lo cual, los psicólogos
empezaron a ver la mente como un sistema de procesamiento de información. La comunicación fue definida
como todos los procedimientos por los cuales una mente puede afectar a otra, o incluso de manera más general,
como los procedimientos por los cuales un mecanismo afecta a otro mecanismo. Esta metáfora de la
telecomunicación inspiró la generación de modelos estructurales en los cuales ocurre una cadena de eventos
entre el estímulo y la respuesta, términos que quedaron como herencia del conductismo. Así mismo, permitió
empezar a caracterizar de manera matemática la interacción entre los mecanismos mentales, y legitimar a una
psicología que, una vez más, examinaría las actividades de la caja negra situada entre el estímulo y la
respuesta.

El impacto de esta teoría de la comunicación en la psicología fue profundo. Desde la década de los años 20 en el
siglo XIX, la psicología en los Estados Unidos había estado dominada por una caracterización conductual de la
actividad humana y animal. La psicología conductual enfatiza el aprendizaje y la conducta observable,
típicamente asociada con una renuencia a considerar las actividades sensoriales o conceptuales que no pueden
ser fácilmente relacionadas con contingencias ambientales y conductas motoras simples. La teoría de la
comunicación, con su énfasis en la transmisión de información, brindó a los psicólogos un modelo que permitía a
los investigadores formular teorías y probar hipótesis relacionadas con las etapas de la transmisión de
información en el sistema nervioso.

2.2 Modelo de filtro

Dentro de los modelos psicológicos influidos por la teoría de la comunicación, el más conocido es el modelo de
filtro diseñado por Broadbent (1958). Donald Broadbent fue un psicólogo inglés que, utilizando métodos
experimentales, hizo contribuciones notables al estudio del proceso de atención. Broadbent utilizó el sistema de
comunicación como una metáfora de las relaciones en el sistema nervioso humano: la relación entre un receptor
sensorial y el cerebro o entre el sistema sensorial y la memoria o entre una percepción y la generación de la
respuesta.

Todas estas relaciones podrían ser consideradas sistemas de comunicación. Cada uno de estos sistemas
consistiría de una fuente de información, un canal o canales de transmisión y un receptor. El receptor, a su vez,
podría funcionar con una nueva fuente de transmisión. Cada sistema podría ser conceptualizado como una
unidad, y sus propiedades podrían ser estudiadas considerando experimentalmente cómo diferentes demandas
de las tareas afectan las salidas del sistema, dada una entrada específica.

Este tipo de modelos postuló la existencia de una etapa temprana en la cual las características de los estímulos,
tales como sonido, color, intensidad e incluso patrones de simetría son procesadas automáticamente en paralelo.
Se asumía que estos atributos eran codificados en paralelo por medio de características innatas del sistema
nervioso central. La identificación del estímulo y la selección de la respuesta ocurrían en etapas posteriores.

La atención es incorporada en estos modelos de dos formas, a través de los conceptos de selectividad y de
capacidad.

1. En cuanto al concepto de selectividad, Broadbent apuntó que la escucha es usualmente un proceso selectivo,
particularmente la escucha de comunicaciones lingüísticas. En estudios de laboratorio sobre la escucha selectiva,
generalmente un sujeto escucha dos mensajes diferentes a través de audífonos o bocinas y se le pide que
atienda a uno y que ignore el otro. El elegir escuchar a un mensaje, particularmente cuando se requiere de una
respuesta, requiere la selección de la fuente de información que transmite el mensaje relevante y el filtraje de
los demás mensajes. Por filtraje Broadbent se refería a que algún mecanismo en el sistema nervioso excluye los
mensajes no deseados de un posterior análisis, de manera similar a un selector de radio que selecciona un canal
(frecuencia de transmisión) para su amplificación y excluye otras frecuencias de transmisión. Todos los
investigadores asumían que después de la etapa paralela inicial, el sistema daba prioridad a una menor parte de
la información que entraba, ignorando en cierto grado el resto. Broadbent postuló la existencia de un filtro que
excluía la información irrelevante en base a características físicas simples tales como color, localización o tono,
permitiendo al sistema manejar eficientemente señales relevantes para la tarea.

De acuerdo con la idea de un filtro atencional, durante el procesamiento toda la información del sistema
sensorial periférico es inicialmente procesada en paralelo para las propiedades físicas gruesas y, en un punto del
procesamiento, se selecciona un canal de información de entre las varias entradas. La selección de canales es
muy efectiva cuando está basada en una propiedad sensorial como la ubicación espacial o las características de
la voz, aunque Broadbent consideró la evidencia de que algunas características de los estímulos, por ejemplo
características semánticas, podrían ser utilizadas en este proceso de filtraje de información. La información
seleccionada continúa procesándose en el sistema, ahora de una forma más serial como el análisis del
significado de una secuencia temporal. Otra información se filtra y no se sigue analizando. Este filtraje podría
deberse a la inhibición de la señal para prevenir su entrada al dominio de procesamiento de alto orden, o debido
simplemente a una inhabilidad del procesador central para manejar más que el canal de entrada. La probabilidad
de los eventos de ser seleccionados para un procesamiento posterior está influida por las propiedades de los
mismos (tales como intensidad o probabilidad) y por el estado del organismo. A los estados del organismo que
influyen en la selección se les llamó estados motivacionales, tales como el hambre, la sed o el deseo sexual.

2. En cuanto al concepto de capacidad, Broadbent propuso


que dos mensajes pueden comprenderse simultáneamente si
contienen poca información, pero si la cantidad de
información transmitida por estos mensajes aumenta,
únicamente uno de ellos podría ser comprendido
completamente. De esta manera, después de un punto, el
incremento de la cantidad de información transmitida no
aumenta la información recibida. Esto implicaba que el
escucha tiene una capacidad limitada. Cuando la tasa de
transmisión de información excede la capacidad del canal de
un sistema, el mensaje no será transmitido en su totalidad.
De hecho, los mensajes involucrados probablemente serán
degradados. Si la información presentada por el ambiente excede la capacidad del sistema, éste deberá
seleccionar una cantidad limitada de información y deberá rechazar la información que exceda este límite. En los
humanos, los receptores proveen grandes cantidades de información momento a momento. Debido a que somos
inconscientes a mucha de esta información (por ejemplo, a la actividad de receptores de presión o calor en el
cuerpo), esta información debe ser filtrada o codificada en una forma más concisa antes de alcanzar el nivel de
conciencia.

Al tratar de explicar dónde se localiza esta limitación de capacidad en el sistema nervioso, Broadbent sugirió que
muchas sensaciones son recibidas y procesadas en paralelo por el sistema nervioso y son transmitidas a través
de miles de fibras nerviosas. Sin embargo, dado que estas sensaciones están organizadas en percepciones, y
estas percepciones integradas generan respuestas, la capacidad del sistema nervioso se vuelve cada vez más
limitada. Debido a este límite en la capacidad, el sistema nervioso excluye los mensajes no deseados para
atender a los mensajes de interés.

Broadbent enfatizó que el filtro de los mensajes no deseados no es una eliminación total de los mismos, sino que
el filtro permite que alguna información de un canal no atendido llegue a la conciencia, aunque sólo sea de una
manera fragmentada. Típicamente estos fragmentos son segmentos del mensaje rechazado que tenían una
breve duración (unos pocos segundos), pero el contenido narrativo del mensaje se perdería.

Debido a que el filtraje más efectivo parece ocurrir en base a diferencias sensoriales simples entre los mensajes,
se sugirió que el cuello de botella (el cambio de procesamiento sensorial a paralelo) ocurre de manera temprana
en la secuencia del procesamiento de información, inmediatamente después de la categorización sensorial de los
mensajes. Este modelo de cuello de botella temprano surgió del modelo original de Broadbent, en el cual el filtro
fue colocado después de procesamiento perceptual de canales múltiples de información.

Además, Broadbent relacionó las limitaciones en la capacidad con lo que se conoce como memoria de trabajo,
memoria inmediata o memoria a corto plazo. Para ello, sintetizó la evidencia experimental que especificaba las
características del almacén a corto plazo, o de la memoria de trabajo. A partir de esto concluyó que la memoria
a corto plazo es un sistema distinto a la memoria a largo plazo. La información mantenida en la memoria a corto
plazo es extremadamente limitada en contenido, usualmente menos de diez unidades. Esta capacidad limitada
contrasta con la gran capacidad de la memoria a largo plazo, que parece no tener un límite conocido de
capacidad.

No sólo la capacidad del almacén a corto plazo es limitada, sino que además su contenido decae rápidamente.
De hecho, a menos de que se haga un esfuerzo consciente para retener información específica en el almacén a
corto plazo, ésta decae en unos pocos segundos. La memoria a corto plazo comúnmente parece retener
información que representa los resultados, segundo a segundo, del procesamiento sensorial. Esta naturaleza
transitoria contrasta con la permanencia de la memoria a largo plazo, que puede contener recuerdos de los años
pasados.

Finalmente, el almacén a corto plazo, según la descripción de Broadbent, puede contener información antes de
ser filtrada y puede retener información después de que ha pasado por un procesamiento central. Si el
almacenamiento en la memoria a corto plazo ocurre antes de que haya un filtraje completo, es posible que la
información de un canal rechazado de información sea almacenada brevemente y posteriormente procesada. La
memoria a largo plazo, por otro lado, almacena únicamente información que ha pasado por el filtro.

Este modelo se ajustó a muchos descubrimientos experimentales y concordó con nuestra experiencia
fenomenológica. Sin embargo, también se reportaron descubrimientos experimentales que no podían ser
explicados por el modelo. Por ejemplo, ciertas palabras, como el propio nombre de la persona que realizaba la
tarea, eran captadas aún en el canal de información no atendido, o los sujetos pueden distraerse de una tarea
por estímulos aparentemente irrelevantes, como el sonido débil exterior de un automóvil, lo cual era
incompatible con la idea de un filtro rígido colocado en etapas tempranas del procesamiento de información.

Este tipo de descubrimientos dio lugar a modificaciones en el modelo selectivo de cuello de botella de “todo o
nada”, de manera que algunos teóricos posteriores (Deutsch y Deutsch, 1963; Treisman, 1964) postularon que
la información “ignorada” en realidad sólo se atenuaba, pero se seguía procesando por el sistema de una manera
superficial. La información atenuada se pasaría a centros superiores de análisis únicamente si superaba cierto
umbral. Este umbral identificaría palabras que tienen una importancia aprendida (por ejemplo, nuestro propio
nombre o alguna advertencia como “Cuidado”), o que pueden ser favorecidas por las probabilidades contextuales
o su uso reciente.

Este parece ser un mecanismo biológicamente sensible ya que permitiría a los animales y humanos reaccionar a
señales que indican o anuncian peligro aún cuando estén concentrados en una tarea. Sin embargo, este
procesamiento no ocurriría si el nivel de alerta de una persona es bajo, particularmente cuando el mensaje no
tiene gran importancia.

Broadbent adaptó su modelo original introduciendo un filtro de atenuación y asumiendo la existencia de un


segundo mecanismo que se refería a la existencia de umbrales relativos de respuesta en el lado de salida de
sistema.

Deutsch y Deutsch (1963) propusieron que todas las señales que llegaban eran analizadas por su importancia, y
que el mensaje más importante era seleccionado para ser procesado posteriormente. Este procesamiento
posterior era el que tenía acceso a la conciencia. Sin embargo, el procesamiento posterior de un mensaje podría
no ocurrir si el nivel de alerta de la persona era bajo, particularmente cuando el mensaje no tenía mucha
importancia.

A pesar de que no se describió con precisión cómo es que el sistema asigna importancia a una señal, el modelo
de Deutsch y Deutsch implica que todas las señales reciben un análisis, y que la señal más importante es
seleccionada para un procesamiento adicional en una etapa posterior. Este modelo es considerado vago sobre
cuánto análisis se asigna automáticamente a todos los estímulos, dónde se localizan las etapas posteriores
durante el procesamiento de información y cómo es que los experimentadores pueden detectar el procesamiento
de estímulos que usualmente no entran a la conciencia y no son recordados. Treisman (1964) argumentó en
contra del modelo de Deutsch y Deutsch que éste imponía grandes demandas al sistema de procesamiento de
información para poder ordenar semánticamente todas las señales de acuerdo con su importancia, antes de
seleccionar una señal para su análisis final.

El debate sobre si el cuello de botella atencional ocurre de manera temprana o tardía durante el procesamiento
de información no mostraba una solución sencilla. A medida que el modelo de filtro evolucionó, el proceso de
selección se volvió demasiado rígido. Los experimentadores buscaban un cuello de botella debido a que se
consideraba que el filtraje era un proceso del todo o nada. Algunos resultados favorecían la idea de un cuello de
botella temprano, mientras que otros sugerían uno tardío, y otros más sugerían que más de un canal de
información se procesa en un momento dado.

La postura de Broadbent ha sido criticada tanto desde el punto de vista teórico, como desde el experimental. Sin
embargo, la influencia de su modelo de procesamiento de información ha sido enorme para la subsecuente
evolución de la psicología, y su modelo general de procesamiento de información continúa siendo importante.
Dentro de las aportaciones de Broadbent, cabe también destacar que recuperó el trabajo de los psicólogos del
siglo XIX, quienes, a través de técnicas introspectivas, describieron muchos de estos fenómenos y dieron
descripciones cualitativas de constructos que fueron posteriormente desarrollados de manera más formal con la
teoría de la comunicación.

2.3 Modelo de dos procesos

El problema de las características y colocación de un filtro atencional durante el procesamiento de información


fue parcialmente resuelto por Shiffrin y Schneider (1977). Estos autores presentaron un modelo de dos procesos
del procesamiento de información en el cual incorporaron el concepto de selectividad flexible, manteniendo la
posibilidad de una selección rígida en base a una índole duradera.

En el modelo se retomó una distinción que se había hecho entre el procesamiento automático y el procesamiento
consciente de información. En la década de 1970, algunos investigadores iniciaron líneas de trabajo experimental
y teórico sobre las características de los procesos mentales que, a pesar de mediar actividades sensoriales y
motoras complejas, proceden con poco esfuerzo, y con frecuencia con una baja percatación por parte del
individuo.

Tales procesos que son activados y procesados con un


esfuerzo consciente mínimo son usualmente llamados
procesos automáticos. Posner y Snyder (1975)
propusieron tres criterios para un proceso automático: el
proceso ocurre sin intención, sin dar lugar a una
percatación consciente y sin producir interferencia con
otra actividad mental simultánea ya que los procesos
automáticos no demandan recursos atencionales.

Estos procesos son contrastados con un segundo tipo de


operaciones mentales, que requieren un compromiso
intencional y se han llamado conscientes, atentivas o
controladas. Los procesos controlados requieren
capacidad mental o recursos, están influidos por las
características del sujeto y por las estrategias conscientes y usualmente se degradan cuando se requiere
ejecutar dos tareas simultáneamente. En general, los procesos controlados, en relación con los automáticos,
requieren sustancialmente más atención, esfuerzo, tiempo de procesamiento, y es más fácil inhibirlos
(Schneider, Pimm-Smith y Worden, 1994).

Posner y Snyder (1975) utilizaron investigaciones sobre el efecto Stroop para señalar las características de las
conductas automáticas y de las controladas. En el paradigma Stroop, a las personas se les pide que denominen
el color en el cual están impresos nombres de colores. Se ha encontrado que cuando el nombre del color no
corresponde con el color de la tinta (“verde” escrito en tinta roja), es difícil evitar leer las palabras y responder
únicamente al color impreso.

Los estudios sobre el efecto Stroop sugieren que la denominación de color y la lectura de palabras se efectúan
en paralelo, independientemente de las intenciones del sujeto, y que ocurre una interferencia en la generación
de la respuesta, cuando únicamente uno de estos procesos automáticos puede nombrarse. Con este tipo de
información, Posner y Snyder hicieron una distinción entre la activación automática, que no requiere intención y
que permite el procesamiento paralelo con otras vías, y la atención consciente que requiere de capacidad y
resulta en la inhibición de otras vías de procesamiento.

Un problema con los modelos de procesamiento automático es la falta de elaboración de cómo estos procesos
encajan con modelos más generales de procesamiento de información y aprendizaje. La teoría de procesamiento
automático y controlado propuesta posteriormente por Shiffrin y Schneider (1977) brindó una explicación más
completa de estos procesos.

Esta teoría se ocupaba particularmente de la distinción entre las actividades mentales que requieren un control
consciente y aquellas que parecen proceder automáticamente una vez que han iniciado. El modelo también
buscaba explicar qué tipo de procesos, que originalmente requieren esfuerzo, pueden ser automatizados con la
práctica y cómo cambia la ejecución como resultado de la automatización. Además, se otorgó un énfasis especial
al papel de la memoria en la modulación de los procesos atencionales.

En el modelo, la memoria se describe como una colección de nodos interrelacionados, cada uno con muchos
elementos de información. Cuando se activa un elemento de un nodo, todos los elementos asociados se activan
también. Mientras que el almacén a largo plazo consiste de nodos inactivos, el almacén a corto plazo consiste de
nodos activados, cuya información está disponible para ser procesada posteriormente.

Los procesos controlados manipulan la entrada y la salida de información del almacén a corto plazo. Un proceso
controlado es una secuencia de nodos activados por la atención para lograr una tarea específica. Tal proceso es
flexible, temporal y limitado por la capacidad del almacén a corto plazo. Debido a esta limitación en la capacidad,
los procesos controlados deben ejecutarse de manera serial.

Por su parte, los procesos automáticos son la activación aprendida y secuencial de nodos en donde la misma
secuencia es activada siempre por una información de entrada particular, y la secuencia es activada y ejecutada
con poco o ningún requerimiento de atención. Una vez aprendida, es difícil suprimir, ignorar o modificar una
secuencia automática. Debido a que los procesos automáticos imponen demandas mínimas en la capacidad del
almacén a corto plazo pueden ejecutarse en paralelo. Además de enfatizar la importancia del procesamiento
automático de información, Shiffrin y Schneider postularon la existencia de un director hipotético de la atención
que puede seleccionar información de cualquier fuente en cualquier etapa entre el estímulo y la respuesta para
procesar este material conscientemente en etapas posteriores.

Las limitaciones de la capacidad del almacén a corto plazo tienen una importancia particular en el modelo. El
almacén a corto plazo tiene dos funciones: brindar un reservorio para la información que actualmente es
relevante, y un espacio de trabajo para los procesos controlados. Una gran cantidad de información en el
almacén a corto plazo puede activarse simultáneamente, pero solo una pequeña cantidad persistirá por más de
unos pocos segundos. La incorporación de un proceso de decaimiento dentro del almacén a corto plazo permitió
al modelo explicar cómo el sistema puede reaccionar ocasionalmente a información sensorial que está fuera del
canal primario cuando su significado puede extraerse en unos pocos segundos.

Recapitulando la información sobre las teorías estructurales influidas por la teoría de la comunicación
presentadas anteriormente, tenemos que en ellas la selección trabaja como un proceso de atenuación de parte
de la información que entra al sistema en base a características físicas y en el lado de salida del sistema como
un proceso de selección modulando los umbrales para que ocurra una respuesta.

En la teoría de Shiffrin y Schneider la atención no está localizada en una etapa fija de la cadena estímulo-
respuesta y no se postulan mecanismos selectivos separados. En cualquier nivel del procesamiento, cuando una
representación recibe un procesamiento controlado, se dice que ha sido atendida. Debido a que el procesamiento
controlado es un proceso lento y de capacidad limitada, las limitaciones en la atención ocurren cuando una tarea
requiere muchas operaciones controladas por unidad de tiempo. La atención a través del procesamiento
controlado puede ser entendida en términos de la analogía del software. Las acciones cognitivas requeridas para
esta selectividad están reguladas a través del programa de control actualmente activo en la memoria de trabajo
y sólo puede ser interrumpido por el resultado del proceso automático que procede independientemente de la
memoria de trabajo.

La fuerza de esta aproximación recae en el poder de predicción preciso y cuantitativo de la ejecución de tareas
cognoscitivas relativamente simples con el elemento de la presión de tiempo y la relación definida entre los
aspectos de selección e intensidad de la atención.

Una limitación del modelo es la falta de datos empíricos sobre su generalización en diferentes paradigmas
experimentales ya que la mayoría de los estudios de los procesos automáticos y controlados usan variaciones de
la detección visual de un estimulo blanco con demandas similares de la tarea. Otra limitación es la exclusión de
factores tales como esfuerzo y el nivel de alerta.

Tampoco se ha tomado en cuenta las grandes diferencias que parecen existir entre modalidades. En el sistema
auditivo, por ejemplo, existe poca posibilidad para el filtro periférico de información, a excepción de que uno
ponga un dedo sobre el oído, como cuando hacemos una llamada telefónica en un cuarto ruidoso. En los
sistemas visual y táctil el filtraje se logra fácilmente dirigiendo la orientación de los ojos o dedos.

Así mismo, las aproximaciones hasta aquí reseñadas no consideran los aspectos de alto orden de la atención,
tales como la planeación y la regulación de la actividad dirigida hacia una meta. Las posturas basadas en
esquemas proveen una explicación de estos aspectos.

2.4 Modelos de esquemas

Ulric Neisser (1976) también intentó desarrollar una posición teórica que eliminara el papel de un filtro
atencional en la atención y contribuyó a explicar de los aspectos de alto orden de la atención. Argumentó que, a
pesar de ser correcto en términos de la teoría de información que muchas sensaciones se filtran antes de
alcanzar la conciencia o de influir en la conducta, esto no implica que haya un sistema de filtro en el cerebro. La
persona que percibe selecciona información que es consistente con las expectativas actuales, las experiencias
pasadas, y sus planes. El resto de la información simplemente es ignorada. Neisser adoptó el término esquema
para describir la estructura cognitiva que dirige la percepción. Definió este término como la porción interna de la
percepción que es modificable por la experiencia y es específica a lo que se está percibiendo. Los esquemas
describen a la estructura mental que nos permite tener una experiencia integrada del mundo, así como actuar de
manera apropiada hacia ella. Los esquemas son generados en reacción al ambiente actual para representar
nuestra comprensión del mismo, para tener una base que nos permita interpretar nuestras percepciones y para
permitir la selección de respuestas apropiadas, metas y expectativas.

De acuerdo con Neisser, la persona que percibe muestrea información sensorial del ambiente que modifica sus
esquemas actuales. Con base en estos esquemas modificados, la persona se puede anticipar al ambiente y dirigir
sus exploraciones perceptuales y motoras. Este mecanismo explica la percepción como un proceso activo y a los
esquemas como estructuras cognitivas dinámicas. En el funcionamiento de la atención, los estímulos o
pensamientos que son inconsistentes con los esquemas actuales, con unas pocas excepciones, no alcanzan la
conciencia. Además, existen esquemas innatos como aquellos que dirigen la atención hacia los ruidos fuertes, el
dolor, o movimientos visuales repentinos. Los demás esquemas se adquieren durante el desarrollo. Cuando se
escucha el propio nombre mientras se lee, nuestra atención cambia automáticamente del texto a la fuente que
emite nuestro nombre. Estos esquemas son procesos preatentivos que están siempre listos para activarse por
los estímulos apropiados pero actúan fuera de la atención.

El papel de los esquemas, así como del procesamiento


automático o controlado de información, fue
posteriormente retomado por Shallice (1982), quien
presentó un modelo teórico de la conducta humana en el
cual toda la actividad, mental y abierta o manifiesta, es
vista como el desplegamiento de esquemas mentales.
Estos esquemas especifican la interpretación de la entrada
de información externa y las acciones subsecuentes. Se
requieren condiciones específicas de disparo en la entrada
de información externa para que un esquema se active y
para que ocurra una conducta. Con frecuencia, sin
embargo, muchos disparadores están presentes al mismo tiempo y por lo tanto muchos esquemas pueden
activarse de manera simultánea lo cual produce una conducta caótica. Shallice postuló dos mecanismos de
adaptación para regular las relaciones mutuas de poder entre los esquemas: la contención de horario y el control
atencional supervisor.

La contención de horario es un proceso automático de resolución de conflictos que selecciona uno de los
esquemas en conflicto de acuerdo con prioridades y claves ambientales y le da preferencia en un momento dado.
Cuando un esquema se activa se asume que produce un sesgo en otros esquemas mediante una inhibición de los
esquemas incompatibles y una facilitación de los compatibles. Este proceso hace menos probable que los
esquemas incompatibles que podrían provocar conductas caóticas sean seleccionados.

Los esquemas se desarrollan a través de la experiencia y están representados por conexiones asociativas entre
sus representaciones en la memoria a largo plazo. Un esquema compatible es un esquema experimentado
previamente que ha dado lugar a una ejecución exitosa en un contexto similar. Así, la contención de horario es
óptima para conductas rutinarias en circunstancias bien conocidas.
El otro mecanismo adaptativo, el control atencional supervisor, es utilizado en situaciones no rutinarias. En
contraste con la contención de horario, los esquemas no están sesgados con base en relaciones asociativas
representadas en la memoria a largo plazo sino en base a una estrategia activa en la memoria de trabajo. El
control atencional supervisor puede ser visto como una modulación voluntaria de la excitabilidad de los
esquemas. Se piensa que el control atencional supervisor no puede seleccionar esquemas de una manera directa
sino que debe proceder influyendo en la excitabilidad de los esquemas. Debido a esto, es posible que los
esquemas no deseados se activen a pesar del funcionamiento del control atencional supervisor, como se ve en la
prueba de Stroop. La anticipación, inhibición y flexibilidad son elementos importantes del control atencional
supervisor. El carácter anticipatorio es provisto principalmente por el plan detrás de la estrategia cognitiva. La
inhibición y la flexibilidad son características de la regulación de esta estrategia de acuerdo con los
requerimientos de la tarea.

Tanto la teoría del esquema cognitivo como la aproximación del procesamiento de información han confrontado a
los investigadores con las conexiones cercanas entre la atención y la memoria. Los modelos de Shiffrin y
Schneider y el de Shallice contienen características que están relacionadas en el concepto de memoria de
trabajo. El modelo de Shallice tiene algunas características en común con el modelo de Shiffrin y Schneider.

Este último enfatizó que todo el procesamiento de información empieza con un procesamiento automático y
procede utilizando las conexiones asociativas existentes en la memoria a largo plazo. De manera similar, Shallice
señala que los esquemas de rutina son activados en cualquier actividad mental. Aún en el caso de una tarea
nueva habrá componentes familiares ya sea en la entrada de información, en la salida motora o en ambas. Más
aún, el director de la atención en el modelo de Shiffrin y Schneider es capaz de eliminar información de cualquier
etapa en un procesamiento automático, así como el control atencional supervisor es capaz de suprimir
programas de rutina en cualquier lugar entre el estímulo y la respuesta.

Sin embargo, entre estos dos modelos existe una diferencia. El modelo de Shallice está básicamente interesado
en la selección y cambio entre esquemas, mientras que el modelo de Shiffrin y Schneider está interesado en la
ejecución de actividades especificadas por estos esquemas.

Una crítica hecha a los modelos de esquemas es que éstos representan estructuras tan globales que difícilmente
podrían ser sujetas a experimentación. A pesar de que Neisser sugirió que los esquemas requerían una
explicación biológica, resulta complejo encontrar la técnica adecuada para caracterizarlos. Sin embargo, el punto
de vista de los modelos de esquemas resolvió algunos de los problemas del modelo de filtro dando énfasis en
aspectos que habían sido ignorados: la importancia de la disposición cognitiva, las expectativas, las experiencias
previas y las metas. Lo que anteriormente fue llamado atención, se convirtió en una función de los esquemas
actuales.

En conjunto, las perspectivas teóricas del modelo de filtro, del modelo de dos procesos y del modelo de
esquemas han brindado una comprensión más completa de la atención. Los esquemas determinan porqué algo
es seleccionado por la atención, las teorías de filtro describen cómo ocurre esto y qué limitaciones existen para
comprender la diversidad de señales que se presentan en el ambiente, y la diferencia entre actividades
automáticas y controladas nos facilitan entender por qué las demandas atencionales no son siempre las mismas.

3. Sustrato neuroanatómico de la atención

Se revisan algunas de las áreas cerebrales que se ha considerado están relacionadas con el funcionamiento del
proceso de atención, entre ellas el Sistema Reticular ascendente, los colículos superiores, los ganglios basales, el
tálamo, la corteza del cíngulo y la corteza cerebral, así como algunas teorías que han integrado el
funcionamiento de estas áreas en modelos de redes neuronales. Se identificarán los neurotrasmisores cerebrales
asociados con el proceso atencional.

El adecuado funcionamiento del proceso de atención depende de la actividad de diferentes regiones cerebrales
que mantienen entre sí interacciones complejas. La neuroanatomía y fisiología pueden contribuir a la
comprensión de la forma en la que el cerebro funciona como un sistema con relaciones difusas entre estructura y
función.
El propósito de esta sección es hacer una revisión de algunas de
las áreas cerebrales y los neurotransmisores que se ha
considerado están relacionados con el funcionamiento del
proceso de atención, y de algunas teorías que han integrado el
funcionamiento de estas áreas en modelos de redes neuronales.

La atención está controlada por una red de estructuras


cerebrales cuyas funciones interactúan y se solapan. Cada
región juega un papel más prominente en ciertas funciones que
son parte del proceso de atención y van desde los niveles más
básicos como sería la capacidad de recepción de la información del medio ambiente, hasta las funciones más
complejas como la selección de respuestas y programas motores particulares, para el reclutamiento de la
atención en servicio de una meta o plan. A continuación se describen las principales estructuras cerebrales
relacionadas con el funcionamiento del proceso de atención (Carlson, 2006; Kandel Schwartz y Jessell, 2000;
Posner y Raichle, 1997).

3.1 Principales estructuras cerebrales relacionadas con el


funcionamiento de la atención

Sistema reticular ascendente

En el nivel más básico, la habilidad para poner atención requiere que el Sistema Nervioso sea receptivo a la
estimulación. Los umbrales para reaccionar a la estimulación ambiental varían de acuerdo con nuestro estado de
alerta, el cual se ha definido como un estado generalizado de receptividad a la estimulación y preparación para
dar una respuesta.

En el tallo cerebral mesencefálico existe una columna de células que al ser observadas bajo el microscopio tiene
la apariencia de una red, mostrando un enrejado intrincado de células nerviosas llamado formación reticular. Los
cuerpos celulares de la formación reticular tienen conexiones difusas con la mayoría de las regiones de la
corteza. La formación reticular es responsable de mantener el nivel de alerta al ejercer una influencia excitadora
en el cerebro por medio de un sistema de proyección no específico, llamado sistema activador reticular
ascendente (ARAS). El ARAS juega un papel decisivo en la activación de la corteza y la regulación del estado de
su actividad. Entonces, en el grado en el que este sistema mantiene al cerebro en un estado de atención
constante, se cree que contribuye a la atención sostenida. El ARAS consiste de la formación reticular y de las
aferencias no específicas que ascienden desde ella a través del núcleo intralaminar del tálamo y después se
distribuyen a varias partes del cerebro, particularmente a la corteza.

La actividad de la formación reticular está determinada principalmente por la estimulación sensorial. A medida
que las vías aferentes principales ascienden a lo largo del tallo cerebral y se aproximan al tálamo, algunas
ramificaciones se separan de la vía principal y entran a la formación reticular. El ARAS entonces transmite esta
excitación a través de su sistema de proyección difusa a la corteza. Esto implica que cualquier estimulación
sensorial afectará a la corteza de dos maneras: como una entrada específica con un relevo en el núcleo talámico
y como una contribución en el sistema de activación no específico.

Colículos superiores

El poner atención requiere no sólo estar alerta, también debemos tener medios para dirigir nuestra atención y
para cambiarla de posición o de un objeto a otro. Los colículos superiores son una estructura del cerebro medio
que ha sido implicada en este proceso de cambio, al menos en el caso de los estímulos visuales. Los colículos
superiores ayudan en el cambio de atención a nuevos lugares u objetos controlando los movimientos oculares
responsables de llevar los estímulos periféricos hacia el área visual de la fóvea. A pesar de que nuestro foco de
atención no necesita estar en el mismo lugar que nuestros ojos, la posición de nuestros ojos con frecuencia
sigue a nuestro foco de atención. El proceso de llevar la estimulación periférica hacia la zona de visión central se
acompaña de una sácada, que es un movimiento rápido de los ojos que nos permite cambiarlos de un lugar a
otro. Hay dos tipos de sácadas: las expresas y las reguladas. Las primeras son rápidas y se dan cuando aparece
un estímulo visual novedoso en la periferia. Este tipo de sácadas es el que está controlado por los colículos
superiores y en investigaciones con monos se ha
encontrado que si esta estructura se daña estas sácadas
se extinguen. Las sácadas reguladas son efectuadas
voluntariamente, son más lentas y dependen del
funcionamiento de los campos visuales frontales (Guitton,
Buchtel, & Douglas, 1985).

Ganglios basales

Los ganglios basales son una colección de núcleos


subcorticales rodeando al tálamo. El mayor de estos
núcleos es el núcleo caudado. Otros dos núcleos son el
putamen y el globo pálido, los cuales se sitúan entre el
tálamo y la ínsula. Anteriormente se consideraba que los ganglios basales eran una parte subcortical del sistema
motor. Desde 1970, sin embargo, se ha acumulado evidencia de que esta visión es muy limitada ya que los
ganglios basales no tienen únicamente una función motora, sino que también contribuyen a la selección en la
percepción y en las respuestas.

Con base en las conexiones con otras estructuras cerebrales, los ganglios basales pueden dividirse en un grupo
aferente y un grupo eferente. El núcleo caudado y el putamen, llamados colectivamente el cuerpo estriado, son
la parte aferente o receptiva. El estriado recibe una entrada excitadora del núcleo intralaminar del tálamo y se
considera que esta parte de los ganglios basales está integrada en la vía tálamo-cortical no específica. Por lo
tanto, el núcleo caudado y el putamen están funcionalmente relacionados con la formación reticular, y se
considera que regulan la información sensorial que hace un relevo en el tálamo antes de llegar a la corteza,
jugando un papel importante en la atención selectiva. Bajo condiciones normales, cada región cortical recibe dos
tipos de impulsos durante la percepción. Un tipo llega a través de la proyección tálamo-cortical de las diferentes
vías sensoriales, el otro del circuito no específico a través de los ganglios basales. Este segundo tipo de impulso
determina el grado de alerta.

Mientras que el núcleo intralaminar del tálamo tiene un efecto excitador en el cuerpo estriado, la corteza frontal
tiene conexiones inhibitorias importantes con los ganglios basales. Se ha sugerido, por lo tanto, que la selección
de la estimulación sensorial se realiza por un sistema fronto-estriado integrado.

El globo pálido parece ser la parte eferente de los ganglios basales y tiene efectos excitadores a través del
tálamo ventral en las áreas premotoras anteriores a la corteza motora primaria. El globo pálido es esencial para
la orientación motora hacia la estimulación que llega fuera de nuestro actual foco de atención y su actividad
puede suprimirse por proyecciones inhibitorias del putamen.

Núcleo pulvinar del tálamo

Se ha sugerido que esta región cerebral ayuda a filtrar información específica para ser procesada más tarde. La
información de casi todos los receptores sensoriales hace un relevo en el tálamo, de donde se transmite al resto
del cerebro. Por lo tanto, el tálamo es un candidato para jugar un papel en la atención porque es un lugar en el
cerebro donde la información se modula.

Corteza del cíngulo

Hemos visto cómo el sistema se mantiene alerta, cómo se orienta hacia información que antes no era atendida y
cómo filtra las enormes cantidades de información que recibimos. Una vez que el cerebro ha logrado tales
procesos, otro proceso útil de la red de atención es integrar toda esta información con la emoción y ayudar a
seleccionar una respuesta. La corteza del cíngulo se encarga de esto y es una región que puede ser concebida
como una interface entre las regiones subcorticales y las regiones corticales.

La corteza cerebral

La neocorteza cerebral tiene diversos papeles en la atención.

- Áreas posteriores de la corteza. Uno de los papeles de la corteza consiste en analizar la información
sensorial monitoreando la estimulación continua, aún cuando un sujeto se haya habituado a ella y no la esté
atendiendo conscientemente. Este monitoreo, por lo tanto, puede caracterizarse como preatentivo. Es posible
que las regiones de la neocorteza que contienen áreas de proyección de los sentidos como visión y oído jueguen
un papel en el análisis continuo de la estimulación sensorial. En otras palabras, la corteza posterior a la cisura
central permite el monitoreo del ambiente para favorecer la detección de cambios.

- Sistema activador reticular descendente. La neocorteza cerebral sirve como fuente de entrada a la
formación reticular del tallo cerebral regulando el nivel de activación. El papel de la corteza como activador
depende de conexiones que forman el sistema activador reticular descendente. Estas fibras descendentes van de
la corteza frontal medial y orbital al tálamo y al tallo cerebral. Estas fibras forman un sistema que permite a los
niveles más altos de la corteza, que participan directamente en la formación de planes e intenciones, reclutar a
los sistemas inferiores y modular su actividad.

- Lóbulo parietal. Esta región se ha considerado importante para aspectos espaciales de la atención y la
asignación de los recursos de la atención a un estímulo particular o tarea. La evidencia del papel que juegan los
lóbulos parietales posteriores en la atención selectiva visual viene de registros celulares en monos. La tasa de
disparo de estas células aumenta cuando la atención se dirige un objeto visual. Este incremento no puede ser
atribuido a acciones motoras porque es independiente de los movimientos oculares hacia el estímulo.

- Lóbulo frontal. Las regiones frontales son importantes para la selección de respuestas y programas motores
particulares, para el reclutamiento de la atención en servicio de una meta o plan, para el control voluntario de
los movimientos oculares y para la inhibición (a través de áreas orbitales y mediales) de los movimientos
oculares controlados por los colículos superiores.

3.2 Neurotransmisores y proceso atencional

El estudio de la atención se ha enfocado principalmente a través del área de la psicología cognitiva o la


neuropsicología. Para el estudio de la neurofarmacología de la atención se han utilizado modelos animales,
generalmente con monos o ratas, que adaptan tareas que comúnmente se emplean en experimentos con
humanos tales como tareas de atención sostenida, como el Continuos Performance Task (CPT) o el 5 Choice
Serial Reaction Time (5CSRT), y en menor medida también se han realizado estudios con poblaciones clínicas,
como pacientes con demencia. A partir de estos estudios ha sido posible identificar que durante el proceso
atencional son liberados neurotransmisores tales como la acetilcolina, la noradrenalina, la serotonina y la
dopamina.

Sistema colinérgico

La acetilcolina (ACh) es liberada tanto en el Sistema


Nervioso Periférico como en el Sistema Nervioso Central.
La red de neuronas colinérgicas las encontramos en los
núcleos septales (con terminaciones hacia el hipocampo),
en la sustancia perforada anterior y bulbo olfatorio, en el
núcleo basal magnocelular y en el puente y mesencéfalo;
estas neuronas poseen receptores de tipo nicotínico y
muscarínico, a su vez cada uno de ellos tiene diversos
tipos de receptores.

Por estas razones la ACh es vinculada primordialmente


con el Sistema Activador Reticular o con el sueño MOR
(movimientos oculares rápidos). El papel de este
neurotransmisor en la modulación de procesos cognitivos
ha sido descrito principalmente en relación al proceso de memoria. Sin embargo, recientemente se ha señalado
su participación en procesos atencionales como la detección y selección de respuestas. Por ejemplo, algunos
estudios han señalado que la cantidad de ACh incrementa significativamente en tareas de atención sostenida,
especialmente ante el incremento en la complejidad de la tarea, por lo que se ha sugerido que el papel de la ACh
estaría relacionado con el mantenimiento de la atención (Himmelheber et al., 2000; Dalley et al., 2001).

Por otro lado, en estudios que hacen una manipulación farmacológica de este sistema de neurotransmisión, se
ha observado que agonistas de los receptores nicotínicos favorecen la atención y la respuesta selectiva. Por
ejemplo, la administración de agonistas colinérgicos cono la nicotina, ha mostrado efectos positivos en tareas
que requieren velocidad y precisión de respuesta. Estos efectos se han observado tanto en población clínica
como pacientes con demencia tipo Alzheimer en etapas iniciales, como en ancianos normales y en jóvenes
(Sahakian et al., 1989). Del mismo modo, se ha señalado su participación en la capacidad de cambio en el foco
de atención ante tareas de claves (Phillips et al., 2000).

Por su parte, los agonistas de los receptores muscarínicos tienen efectos opuestos, es decir, disminuye la
capacidad del mantenimiento de atención y del cambio atencional. Además se sugiere que la escopolamina
(bloqueador de receptores muscarínicos) provoca la alteración de la atención selectiva (Phillips et al., 2000).

Otros estudios han mostrado que la lesión exitotóxica en núcleos colinérgicos de ratas o monos repercuten en
los tiempos de respuesta de los animales, ya que a pesar de no haber diferencias en cuanto a los aciertos, sí se
presenta mayor latencia en las respuestas relacionadas a una mayor demanda de la tarea, al número de
condiciones concurrentes a las que sean sometidas o si se presentan claves inválidas que predicen la localización
espacial de un estímulo. Por lo que se ha propuesto que estas fallas en el desempeño se relacionan con
dificultades para desengancharse de ciertos estímulos, ya que también se presenta conducta perseverativa, así
como una desinhibición general de respuestas (Chiba et al., 1999; Voytko, 1994).

En general, estos datos indican que las proyecciones colinérgicas están involucradas en una variedad de
aspectos atencionales: facilitan el desenganche de un estímulo a otro y modula el mantenimiento de un nivel
atencional adecuado antes el incremento en la demanda de las tareas mejorando los tiempos de reacción y
haciendo más precisa la ejecución.

Sistema noradrenérgico

La noradrenalina (NE) contiene axones ampliamente distribuidos en el SNC, es secretada por el locus coeruleus
(LC) en el mesencéfalo y sus terminales llegan al hipocampo y la neocorteza por lo que se ha relacionado con
procesos cognitivos superiores y en el procesamiento emocional. La red proveniente del LC se relaciona con
circuitos neuronales esenciales para el alertamiento, y el nivel del estado cerebral dependiente del
procesamiento cognitivo. Durante el estado de alerta la NE inicia o modula la colección y procesamiento de
información sensorial saliente vía procesos motores, de memoria y atencionales (Berridge & Waterhouse, 2003).

Los estudios indican la relación especial del nivel de NE con la atención selectiva. Esto ha sido demostrado por
medio de la lesión de la protuberancia dorsal noradrenérgica, la cual se manifiesta como afectación de la
atención selectiva; lo interesante de la noradrenalina es que las alteraciones son dependientes del contexto, ya
que la atención o la alerta puede afectarse en determinadas tareas y no durante la línea base.

Drogas como la clonidina y la guanfacina bloquean la noradrenalida, lo cual reduce o elimina el efecto normal de
las señales de alertamiento en los tiempos de reacción, pero no tiene efecto en la orientación para ubicar un
estímulo blanco (Marrocco & Davidson, 1998). También se ha observado el fenómeno de dosis-respuesta en los
efectos sobre el alertamiento ante la administración de este tipo de sustancias (Beane et al., 2002).

Por otro lado, se ha mostrado que la tasa de disparo del las neuronas del LC se correlaciona con la conducta
atentiva en tareas de vigilancia (Aston-Jones et al., 1991). Además se ha señalado que los niveles de disparo
tónicos altos o bajos se relacionan con estados de inatención y de somnolencia respectivamente, lo cual ocasiona
que disminuya el desempeño en tareas de atención focalizada; por su parte, las tasas intermedias de disparo, se
asocian a un desempeño atencional óptimo (Aston-Jones et al., 1994; Rajkowski et al., 1994; Usher et al.,
1999).

Con base en estos resultados se ha sugerido que el LC puede ser importante en la atención selectiva, así como
en la regulación atencional y estabilidad de la respuesta. Es decir, se sugiere que este neurotransmisor actúa de
manera general en el proceso atencional, mostrando sus efectos son más notables cuando se requiere de niveles
elevados de alertamiento o ante el cambio de contingencias ambientales que demandan un aumento en el nivel
de activación (Robbins & Everitt, 1995).

Sin embargo, aún queda por identificar si este efecto de la noradrenalina es independiente o si depende de la
interacción con el sistema colinérgico (Berridge & Foote, 1996).

Sistema dopaminérgico

La dopamina (DA) es un neurotransmisor que tiene relación directa con la respuesta emocional, la regulación del
movimiento, el control cognitivo y en la atención (Glickstein et al., 2002).
La DA mantiene una pequeña red neuronal que se circunscribe al circuito mesolímbico, nigroestriado,
tuberoinfundibulares, y tuberohipofisiarias. Así los receptores a DA se clasifican en dos grandes grupos, en el
primero se incluyen los receptores D1 y D5, y en el segundo los D2, D3 y D4 (Schmauss, 2002).

Particularmente se han encontrado receptores a DA en la corteza prefrontal medial, la cual es responsable del
control de muchas funciones cognitivas superiores, realizando un papel primordial en la memoria a corto plazo y
en el control atencional (Fan et al., 2003).

En cuanto al proceso atencional los receptores dopaminérgicos median los cambios atencionales entre las
características perceptuales de estímulos complejos, en estudios realizados en monos (Bush et al., 2000;
MacDonald et al., 2000), mientras los estudios en ratas muestran que las lesiones en la corteza prefrontal
medial ocasiona alteraciones en el sistema atencional supervisor, por lo que los animales no pueden realizar los
cambios atencionales perceptuales adecuados (Birrell & Brown, 2000).

Además la DA se ha relacionado con el agregado de notabilidad en las claves ambientales lo cual guía la
conducta dirigida a una meta, fomenta las conductas adaptativas, como la atención centrada (Kruzichm et al.,
2004). Es por ello que diversos estudios han demostrado que la estimulación o lesión del receptor a DA tiene
efectos diferenciales en los niveles de atención, ligando esto al papel que la dopamina juega en trastornos
atencionales como el trastorno por déficit de atención (TDA).

Sistema serotoninérgico

La serotonina es liberada en los núcleos dorsal y medial del rafé, los cuerpos de estas neuronas se encuentran
en el núcleo accumbens, en la corteza prefrontal y en el estriado, también tienen conexiones con terminales
dopaminérgicas en el cuerpo estriado y el área tegmental ventral.

Debido a la interacción de la serotonina con la dopamina, ambas tienen repercusión en trastornos conductuales y
afectivos, como esquizofrenia, depresión, abuso de drogas; estas enfermedades están relacionadas con los
cambios atencionales que demanda el medioambiente. La serotonina a su vez participa en la modulación con el
control de sueño y vigilia y la regulación y procesamiento de la información entrante y en procesos cognitivos
como la reversibilidad del aprendizaje y en la modulación atencional.

El papel de la serotonina durante el proceso atencional se ha relacionado con los cambios extradimensionales de
los estímulos demostrado durante el consumo limitado de triptófano en la dieta diaria y la baja actividad de la
corteza prefrontal (Robbins, 2005). Por otra parte la serotonina se ha visto involucrada en la flexibilidad mental
relacionada con la capacidad de cambio atencional (como en la prueba de Wisconsin Card Sorting Test), en el
control inhibitorio (tarea go-no-go) y su relación con el control atencional y la atención ejecutiva.

Posner y Rosenthal (2007) proponen de acuerdo a su modelo la intervención de tres sistemas de


neurotransmisión: acetilcolina, norepinefrina y dopamina, cuyas alteraciones también tienen repercusiones en
alteraciones y enfermedades neurológicas, las cuales pueden ser consultadas en la Tabla 1.

Tabla 1. Sistemas de neurotransmisión y sus alteraciones

Función Estructura Neurotransmisor Sitios Alteraciones

Parietal superior, unión


temporoparietal,
Orientación Acetilcolina V1, A1, S1 Autismo
campos visuales
frontales

Locus coeruleus, corteza


Sistema de Envejecimiento normal
Alerta frontal, corteza parietal Noradrenalina
orientación Déficit de Atención
derecho.

Atención Ejecutiva Cíngulo anterior, corteza Dopamina Todas las áreas Alzheimer
prefrontal lateral cerebrales
ventral, ganglios basales Trastorno límite de la
personalidad

Esquizofrenia

Síndrome de deleción
del cromosoma 22q11
Si bien cada uno de los neurotransmisores actúa en diferentes aspectos del proceso atencional, también es
importante su interacción. Por tanto, el conocer los aspectos cognitivos que modulan los neurotransmisores y las
consecuencias de sus alteraciones ayudará a establecer un tratamiento farmacológico más eficiente.

3.3 Teorías integradoras

Como se ha descrito hasta este punto, el adecuado funcionamiento del proceso de atención depende del
funcionamiento de diversas regiones cerebrales, cada una de las cuales contribuye a aspectos específicos del
proceso. La comprensión del cerebro como un sistema altamente integrado ha promovido la concepción de
modelos en los cuales los procesos cognoscitivos complejos, como la atención, dependen de la combinación del
funcionamiento de diversas estructuras cerebrales. Tales combinaciones han sido descritas como redes
neuronales que permiten que los procesos cognoscitivos se distribuyan en diversas regiones cerebrales de
manera paralela. A continuación se describen dos modelos que han explicado la actividad integrada de diversas
estructuras cerebrales para el funcionamiento de la atención.

Una red cortical para la atención selectiva espacial

La habilidad para dirigir la atención hacia segmentos relevantes del espacio extrapersonal es un requisito
importante para una conducta adaptativa. El daño profundo en esta habilidad es conocido como negligencia
unilateral. Los pacientes con este síndrome no necesariamente tienen debilidad muscular o pérdidas sensoriales
primarias, pero tienen dificultad para atender o responder a los eventos sensoriales en la parte del espacio
ignorada (Mesulam, 1990).

Mesulam (1981) describió un sistema cerebral para la


atención selectiva espacial que explica las características
observadas en pacientes con negligencia unilateral. Este
sistema tiene cuatro componentes: 1) un sistema parietal
posterior que provee un mapa sensorial interno, 2) un
sistema frontal que incluye a los campos oculares
frontales y coordina los programas motores para la
exploración, escaneo y fijación, 3) un sistema límbico
relacionado con el giro del cíngulo y con la regulación de
la distribución espacial de la valencia motivacional y 4) un
sistema reticular relacionado con el nivel de alerta y
vigilancia.

El sitio de lesión más comúnmente asociado con la negligencia unilateral está localizado en la corteza parietal
posterior. El componente parietal posterior descrito por Mesulam (1990, 1999) se encuentra centrado alrededor
del surco intraparietal, pero incluye también a la corteza inferior y superior de los lóbulos parietales y
probablemente a la región de la corteza parieto-occipito-temporal. El componente parietal permite el mapeo de
los eventos sobresalientes. La representación mental resultante permite que los eventos del medioambiente
relevantes sean codificados con respecto de uno a otro y con respecto al observador, de manera que permitan el
cambio de atención encubierta entre ellos, la exploración oculomotora, la exploración táctil y el alcance o
asimiento manual. El papel del componente parietal sería compilar una representación dinámica de las señales o
marcas sobresalientes en el ambiente y brindar estrategias provisionales para cambiar la atención de un
estímulo sobresaliente a otro.

El componente frontal de la red se encuentra centrado alrededor de los campos frontales oculares pero incluye
también a la corteza premotora adyacente y probablemente a la corteza prefrontal. El papel crítico del
componente frontal es convertir las estrategias para el cambio de la atención en actos motores específicos. Si la
corteza parietal permite la elaboración de un mapa atencional, los campos frontales oculares seleccionan y
forman una secuencia de los actos individuales necesarios para navegar y explorar el mapa resultante (Mesulam,
1990, 1999).

El papel del componente del cíngulo es, de acuerdo con Mesulam (1999), el menos comprendido. Como un
componente límbico de la red de la atención, el papel del giro del cíngulo podría ser identificar la relevancia
motivacional de los eventos extrapersonales y sostener el nivel de esfuerzo necesario para la ejecución de las
tareas de la atención.

Una contribución adicional es provista por un grupo de diversas proyecciones a los tres componentes corticales
desde el tallo cerebral y los componentes talámicos del sistema reticular activador. Esta entrada es
probablemente importante para modificar o mantener el nivel de alerta en cada uno de las principales áreas
corticales (Mesulam, 1990). En la Figura 1 se presenta el modelo de atención de Mesulam (1990).

Figura 1. Sistema cerebral para la atención selectiva espacial

Traducido de Mesulam (1990). Abreviaciones: SRAA, Sistema Reticular Activador Ascendente.

Las redes anterior, posterior y de vigilancia

Posner y sus colaboradores han estudiado la atención espacial, en particular, los cambios de atención en el
campo visual y su relación con la neuroanatomía. El resultado de sus estudios ha dado origen a la creación de
un modelo de la atención basado en tres redes anatómicas: posterior, anterior y de vigilancia.

De acuerdo con Posner, Petersen, Fox y Raichle (1988) un grupo de áreas cerebrales distribuidas debe actuar en
conjunto para la ejecución de tareas cognitivas. La tarea por si misma no se ejecuta por la actividad de un área
única del cerebro, pero las operaciones que subyacen a la ejecución están estrictamente localizadas. En las
Figuras 2 y 3 se ilustran los sistemas de atención posterior y anterior.

Figura 2. Sistema de atención posterior

Adaptado de Posner y Petersen (1990).

Figura 3. Sistema de atención anterior


Adaptado de Posner y Petersen (1990).

Mediante estudios de lesiones cerebrales en humanos y estudios de registros celulares con animales se ha
identificado un sistema neuronal posterior involucrado en la atención espacial. Este sistema neuronal incluye
áreas del lóbulo parietal posterior de la corteza cerebral, el núcleo pulvinar del tálamo y los colículos superiores.

Algunos estudios han utilizado claves para dirigir la atención hacia áreas del campo visual sin que se produzcan
movimientos oculares (Posner, Walker, Fridrich y Rafal, 1984). La atención se mide por los cambios en la
eficiencia de procesamiento de estímulos blanco en los lugares señalados por las claves en comparación con
otros lugares no señalados por claves en el campo visual. A este incremento en la eficiencia de procesamiento,
que empieza antes de que ocurran los movimientos oculares, se le ha llamado atención encubierta y su función
parece ser guiar a los ojos al área donde aparecerá el estímulo blanco en el campo visual.

Este tipo de estudios ha encontrado deficiencias en el cambio de la atención encubierta en pacientes con daño en
las tres áreas cerebrales relacionadas con el sistema neuronal posterior. Sin embargo, el daño a cada una de
estas áreas produce un tipo diferente de deficiencia. Los pacientes con daño en el lóbulo parietal posterior tienen
tiempos de reacción muy largos para responder ante estímulos localizados en el lado opuesto a la lesión
únicamente cuando la atención se había dirigido primero a un lugar en el mismo lado de la lesión. Este
incremento en el tiempo de reacción es consistente con una deficiencia en la habilidad del paciente para
desenganchar la atención de un lugar cuando el estímulo está en el lado opuesto a la lesión.

Los pacientes con deterioro progresivo de los colículos superiores tienen un aumento en el tiempo de reacción
necesario para cambiar la atención independientemente de si ésta había estado previamente enganchada o no
en otro lugar. En estos casos también se observa un incremento en el tiempo necesario para establecer una
ventaja en el tiempo de reacción en un lugar señalado por una clave en comparación con un lugar no señalado
por una clave. Estas deficiencias parecen estar ligadas con mecanismos involucrados en los movimientos
sacádicos.

Los pacientes con lesiones en el tálamo tienen mayores tiempos de reacción ante estímulos señalados y no
señalados por claves en el lado opuesto de la lesión en comparación de sujetos control y tienen dificultad para
evitar la distracción por estímulos irrelevantes. Estos resultados sugieren una dificultad para enganchar la
atención en un estímulo de una manera selectiva (Posner, Petersen, 1990; Fox y Raichle, 1988).

Una función importante de la atención es la habilidad para preparar y sostener el nivel de alerta para procesar
señales con una prioridad alta. Posner y Petersen (1990) también plantearon la existencia de una red de
vigilancia. Al revisar estudios fisiológicos, sugirieron que la habilidad para desarrollar y mantener un estado de
alerta depende fuertemente de la integridad de hemisferio cerebral derecho y de la actividad del sistema de la
norepinefrina que surge en el locus coeruleus. Las vías de la norepinefrina siguen una trayectoria a través de
áreas frontales, dividiéndose al dirigirse a áreas posteriores.

El nivel de alerta involucra un subsistema específico de la atención que actúa en el sistema de atención posterior
para apoyar la orientación visual y probablemente otros subsistemas atencionales. La activación de la vía de la
norepinefrina, a través del sistema de atención posterior, incrementa la tasa a la cual la información visual de
alta prioridad puede seleccionarse para ser procesada más tarde. Esta selección más rápida con frecuencia
ocurre a expensas de una calidad más baja de la información y produce una mayor tasa de errores.
Mientras que el sistema posterior está involucrado en la orientación automática o involuntaria, el sistema
anterior es importante para la atención consciente y enfocada. El sistema de atención posterior visual-espacial,
está conectado con el sistema anterior que es un sistema de atención más general e independiente de la fuente
o modalidad sensorial.

La red anterior actúa para detectar eventos sensoriales o semánticos y parece estar relacionada con la
percatación consciente y el control voluntario de la atención, además está relacionado con la detección de
señales. Durante el procesamiento semántico de palabras se observa un incremento en el flujo sanguíneo en
áreas del lóbulo frontal medial. En los casos en los que está involucrada una respuesta motora, como en la
denominación de palabras, el área motora suplementaria muestra la mayor activación, pero cuando se resta la
actividad motora o cuando no se requiere actividad motora la mayor activación aparece en el giro anterior del
cíngulo. El grado de flujo sanguíneo en el cíngulo anterior aumenta a medida que el número de estímulos que
deben ser detectados es mayor. Así, el cíngulo anterior parece ser particularmente sensible a operaciones
involucradas en la detección de estímulos (Posner & Petersen, 1990; Posner, Petersen, Fox y Raichle, 1988;
Petersen, Fox, Posner, Mintun y Raichle, 1988).

4. Evaluación neuropsicológica de la atención

Se revisa una conceptualización actual de la evolución neuropsicológica y se expone la necesidad de utilizar


distintas pruebas que permiten evaluar un proceso encubierto como el proceso atencional identificando
instrumentos que son sensibles de acuerdo a la edad y la escolaridad, considerado la etapa del desarrollo, por lo
que se presentan pruebas como La batería de Diagnóstico Neuropsicológico Infantil Luria-DNI, Neuropsi:
Atención y Memoria, La batería Evaluación Neuropsicológica Infantil (ENI) y Batería Neuropsicológica para
Preescolares.

La atención es una función compleja que interrelaciona con diversos procesos cognitivos, asignando recursos
para que la tarea que se lleva a cabo se realice de manera eficaz. Comúnmente, pueden diferenciarse tres
componentes: selección, vigilancia y control. El normal funcionamiento de estos tres aspectos va a permitir al
sujeto ejecutar y mantener una conducta dirigida a una meta.

La evaluación neuropsicológica se percibe como un


proceso activo pues requiere la participación del paciente
emitiendo respuestas voluntarias, por lo tanto su objetivo
no se centra exclusivamente en el diagnóstico del daño,
sino también en establecer el estado cognoscitivo, realizar
un análisis cualitativo del síndrome, indicar las posibles
causas y ayudar al diagnóstico topográfico de la lesión
(Ardila & Ostrosky, 1991).

Para la evaluación neuropsicológica de la atención existen


diferentes instrumentos y escalas; el desempeño en este
tipo de evaluación va a estar afectado significativamente
por las variables de maduración y desarrollo, por este motivo los instrumentos clínicos utilizados deben ser
flexibles y acordes con la etapa de desarrollo en la que se encuentran, así como estandarizados y normalizados
por grupos de edad (ENI, 2007).

Para evaluar en forma exhaustiva la función atencional, se deberá contar con un conjunto de pruebas que
abarquen los diversos aspectos atencionales. Es importante que las pruebas neuropsicológicas sean sensibles
para detectar alteraciones de la atención y que cuenten con datos normativos de acuerdo a la edad y escolaridad
(Gómez y Ostrosky-Solis, 2003).

En diversas valoraciones neuropsicológicas, la evaluación de la atención es conducida de una manera casual.


Por otro lado, se ignora el hecho de que ninguna evaluación de memoria puede hacerse sin una evaluación
sistemática de la función atencional. En algunos casos, un problema que en un inicio se manifiesta como un
déficit de aprendizaje o memoria puede ser secundario y puede ser el resultado de que una persona no tenga la
habilidad para atender efectivamente a un estímulo relevante e ignorar aquella información irrelevante (Mapou &
Spector, 1995). La atención a menudo es evaluada informalmente, incluso es evaluada como un todo sin
analizar que existen diferentes tipos de atención (Mirsky, 1995).

En la actualidad existen diversas pruebas que sirven para realizar evaluaciones neuropsicológicas de la atención
en poblaciones normales y con patología tanto en niños, como en adultos y ancianos. El objetivo del presente
apartado es describir las pruebas neuropsicológicas que se utilizan con mayor frecuencia para evaluar la
atención y sus diferentes procesos. El Neuropsi Atención y Memoria (Ostrosky-Solis et al., 2003, 2007) es un
instrumento que explora de manera sistematizada los procesos de Atención, Memoria y Funciones ejecutivas y
cuenta con datos normativos de acuerdo a edad (6 a 85 años) y a escolaridad (0 a 24 años) en población
hispanohablante.

4.1 Pruebas de vigilancia y rendimiento continuo

La ejecución exitosa de cualquier prueba de atención, concentración o rastreo requiere de la capacidad de


sostener la atención. Las pruebas en vigilia examinan la habilidad para sostener y enfocar la atención en una
tarea. Estas pruebas típicamente constan de la presentación secuencial de estímulos (tales como hileras de
números o palabras) durante un periodo de tiempo. La tarea del sujeto consiste en realizar la instrucción
previamente dada, por ejemplo mover la mano o tocar, cuando se da un número o una letra y este es
percibido. Muchas variaciones en la complejidad de las tareas durante la vigilia requieren que el sujeto responda
solamente cuando se presenta el ítem objetivo después que aparezca un ítem específico (por ejemplo, toca
B solo cuando siga a D).

Estas tareas durante la vigilia son ejecutadas fácilmente por aquellas personas cuya capacidad de atención
sostenida se encuentra intacta y que no están afectadas por la edad. En el caso de alteraciones, uno o dos
partes de estas pruebas pueden reflejar problemas de atención (Lezak, 2004, Ostrosky–Solis, et. al, 2003,
2007).

Detección de Dígitos

La tarea de detección de dígitos consiste en leer una serie de dígitos y la tarea a realizar por el sujeto es
detectar cuando escuche el estímulo objetivo, que en este caso consiste en dar un golpe sobre la mesa cada vez
que se escucha un 2 seguido de un 5 en un bloque de dígitos. Se registran aciertos, errores y omisiones. La
Figura 6, tomada del Neuropsi Atención y Memoria, muestra un ejemplo de esta tarea.

Series Sucesivas

La prueba de series sucesivas consiste en que el sujeto debe contar de 3 en tres a partir del número 1 hasta
llegar al número 40. Se registra el tiempo y la calificación depende de los errores cometidos. Tomado del
Neuropsi Atención y Memoria (Ostrosky-Solís, et al, 2003, 2007)

Retención de Dígitos

La prueba de retención de dígitos en orden progresivo involucra diferentes actividades mentales que pueden
estar afectadas por diferentes tipos de daño cerebral. Este tipo de prueba se emplea en aquellos pacientes que
tienen problemas de atención y que no aprenden. Adicionalmente, esta prueba depende de la capacidad de
retención a corto plazo. La tarea consiste en secuencias comúnmente de 9 números con dos ensayos en cada
secuencia y la tarea del sujeto consiste en repetir los números que escuchó exactamente como el examinador los
mencionó, por ejemplo se lee “2, 5” y el sujeto debe repetir los mismos dígitos (Lezak, Howieson & Loring,
2004).

4.2 Pruebas de atención sostenida

Estas pruebas examinan la capacidad de mantener y focalizar la atención, y consisten en la presentación


secuencial de estímulos durante un cierto período de tiempo en el cual el paciente indica de alguna manera (con
un golpe, con la mano, etc.) cuándo el estímulo es percibido. Los ítems o estímulos son presentados en una lista
de 60 o más, y pueden ser leídos o escuchados. La forma más simple de esta tarea presenta un único estímulo
blanco, pero pueden usarse dos o más. Estas tareas de vigilancia son realizadas fácilmente por personas cuya
capacidad de sostener la atención está intacta y no son afectadas mayormente por la edad. Por lo tanto, una o
dos fallas en estas pruebas pueden reflejar un problema de atención (Lezak, Howieson & Loring, 2004).

Adicionalmente, las formas más comunes de evaluación y que brindan información interesante son los sistemas
computarizados. Estas pruebas de vigilancia son conocidas como pruebas de rendimiento continuo y también
como CPT (Continuos Performance Test) por sus siglas en inglés, y se han desarrollado varias versiones de ellas.
Suelen durar entre 10 y 20 minutos, que es el tiempo mínimo necesario para observar si existe alguna alteración
en el sostenimiento de la atención a lo largo de una prueba monótona. La proporción estímulo blanco/estímulo
no-blanco así como la velocidad de presentación de los estímulos van variando a lo largo de la prueba, lo que
permite ver si hay diferencia en las respuestas de acuerdo a las distintas modalidades de presentación.

Las dos versiones más difundidas y aceptadas internacionalmente son el T.O.V.A y el CPT.

TOVA (Test of Variable of Attention)

Es una prueba de rendimiento continuo, computarizado,


que consiste en la presentación alternada de dos
estímulos, el estímulo blanco y el no blanco, sobre una
pantalla de fondo negro. El estímulo blanco consiste en un
cuadrado de color blanco, que posee en su interior, en la
parte superior, un cuadrado pequeño de color negro. El
estímulo no blanco es también un cuadrado de color
blanco con un cuadrado pequeño negro, que en este caso
está ubicado en la parte inferior del cuadrado grande. El
sujeto debe responder apretando una tecla cada vez que
aparece el estímulo blanco. La prueba tiene una duración
de 21 minutos, dividida en cuatro módulos de 5.25 minutos cada uno, que varían en cuanto a la frecuencia de
aparición del estímulo blanco entre los no blancos. En los módulos 1 y 2, el estímulo blanco es infrecuente (con
una proporción de 1 estímulo blanco cada 3.5 estímulos no blanco), en tanto que en los módulos 3 y 5 él
estímulo blanco es frecuente (un estímulo no blanco por cada 3.5 estímulos blancos). En este caso el tiempo de
presentación de los estímulos así como el intervalo interestímulo se mantienen constantes a lo largo de toda la
prueba. Finalizada la prueba, se obtienen puntajes para los siguientes parámetros:

a. errores de omisión (indicadores de sostenimiento de la atención)


b. errores de comisión (dificultades en el control de los impulsos y una incapacidad de inhibir la respuesta
no pertinente (atención selectiva y controlada)
c. tiempo de respuesta (que informa sobre la velocidad de procesamiento de la información)
d. variabilidad del tiempo de respuesta (que refleja la capacidad de mantener la atención en el tiempo)
e. respuestas anticipadas (indicadores de impulsividad)

CPT- II de Conners

En la versión computarizada normalizada del CPT- II de Conners (1995), el sujeto debe responder apretando una
tecla cada vez que aparezca en la pantalla de fondo negro una letra blanca, a excepción de la letra X (es decir,
existen múltiples estímulos blanco) y el estímulo no-blanco en la letra X (único). La prueba dura 14 minutos y el
tiempo de presentación de cada estímulo es de 250 ms, con un intervalo interestímulo variable entre 1000 y
4000 ms. En esta versión, la proporción estímulo blanco/estímulo no blanco no varía.

Como puede observarse, el paradigma es considerablemente diferente al del TOVA (por ejemplo: Longitud de la
prueba, invariabilidad de proporción estímulo blanco vs. no blanco, variabilidad interestímulo).

Una vez terminada la administración, el programa arroja una serie de puntuaciones que reflejan el rendimiento
del paciente. Los parámetros que toma en cuenta son la cantidad de respuestas correctas frente a un estímulo-
blanco, errores de omisión (no respuesta frente a un estímulo blanco), tiempo de reacción, desvío estándar del
tiempo de reacción y un índice de desempeño global.

Para poder concluir que un sujeto tiene algún trastorno atencional debe existir un desempeño atípico en al
menos 2 de los parámetros considerados. Un único parámetro alterado no puede considerarse evidencia de
déficit. A mayor cantidad de parámetros atípicos, mayor evidencia de problema atencional.

El análisis del desempeño también arroja un índice que refleja el estilo de respuesta del sujeto. Algunos sujetos
son cautelosos y prefieren no responder antes que cometer errores y otros son más arriesgados o impulsivos y
responden más frecuentemente.

El nivel de activación (arousal), se refleja en la coherencia existente entre la velocidad de respuesta y la


velocidad de presentación del estímulo. La gente tiende a ajustar su velocidad de respuesta de acuerdo con lo
rápido que ocurre el estímulo. Cuando los estímulos se presentan rápidamente se da una activación alta y las
respuestas tienden a ser rápidas. Cuando los estímulos son lentos hay una menor activación y las respuestas
tienden a ser más lentas y menos consistentes. Un perfil de desempeño que no responda a esta tendencia
estaría indicando alguna falla en la activación.

4.3 Pruebas para evaluar la atención alternada

Prueba de Rastreo o de trazo (Trail Making Test)

Prueba de Rastreo o de trazo o Trail Making Test (TMT) es una prueba de lápiz y papel, creada por Partington
en 1938, y posteriormente se le incorporó la Batería Neuropsicológica de Halsted Reitan. La efectividad de esta
prueba para discriminar sujetos con daño cerebral del resto de la población ha sido reportada en varios trabajos
por lo que pasó a ser una de las herramientas más utilizadas por los neuropsicólogos.

Esta prueba consta de 2 partes: la parte A consiste en una hoja de tamaño carta en la cual se encuentran
distribuidos al azar los número del 1 al 25. El sujeto debe unir los números con una línea recta en orden
consecutivo creciente (de menor a mayor) lo más rápidamente posible.
La parte B se asemeja a la forma A, pero con mayor demanda cognitiva. En esta segunda parte, hay distribuidos
al azar números (del 1 al 13) y letras (de A a L) y el sujeto debe unir los estímulos alternando entre números y
letras, respetando el orden numérico ascendente y el alfabético. La secuencia que debe seguir, es 1-A-2-B-3-C,
etc., lo cual exige flexibilidad para la alternancia continua. Ambas partes poseen una hoja de práctica. Se
comienza a cronometrar inmediatamente luego de finalizar la consigna. Si el sujeto comete algún error, se le
interrumpe marcándole el error, y se le hace continuar desde el último elemento completado correctamente. No
debe detenerse el cronómetro durante la corrección. Una vez finalizada la prueba se registra el tiempo empleado
en segundos. La cantidad de errores se anota, pero para el puntaje sólo se considera el tiempo utilizado (que
será mayor obviamente, si el sujeto ha cometido errores, debido al tiempo que demanda la corrección).

Se suele tener en cuenta también los errores cometidos, considerando tanto la cantidad como el tipo de éstos.
Un único error en la parte A (como sería la omisión de un número en la secuencia esto es, 1, 2, 3, 5 por
ejemplo) aún empleando un tiempo bajo, es ya un indicador importante de alguna falla en la atención. En la
parte B, si bien un error puede hallarse entre los desempeños normales, la presencia de más de uno de ellos
puede también ser reveladora. En este caso puede haber dos tipos de errores, el del primero, más frecuente, es
el tipo de error denominado “perseverativo”, en donde el sujeto no logra alternar entre un número y una letra y
permanece en una misma secuencia, esto es por ejemplo, número, letra, número, número, (1-A-2-3); el del
segundo tipo es el error no “perseverativo”, cuando si bien mantiene la alternancia de las series, equivoca el
orden (por ej., 1-A-2-B-4-C). La persistencia en la comisión de errores, aun luego de la corrección por parte del
examinador tiene un valor significativo.

Frecuentemente se considera que la parte A mide habilidades motoras, viso-espaciales de búsqueda visual y
atención sostenida, en tanto que la parte B implica, además, flexibilidad mental y atención dividida.

El TMT ha demostrado gran sensibilidad para el deterioro cognitivo en las demencias y los compromisos
atencionales en los traumatismos de cráneo, la esclerosis múltiple y epilepsia, entre otras enfermedades
neurológicas.

4.4 Pruebas para evaluar la capacidad atencional

Algunas pruebas de capacidad atencional consisten en una tarea


que cuenta con ocho niveles progresivos, que aumentan de
complejidad, con dos o tres ensayos en cada nivel y ensayos de
práctica precediendo cada grupo de pruebas. El primer nivel
simplemente requiere la repetición del sujeto de los dígitos
escuchados y así sucesivamente hasta completar todos los niveles
(Lezak, Howieson & Loring, 2004).

La tarea de Cubos de Corsi consiste en 9 cubos colocados sobre un


tablero. En cada ocasión el examinador toca o señala los cubos en
una secuencia y el paciente debe atender para copiar el mismo
patrón que el examinador. Cada secuencia consta de dos ensayos y si el sujeto no falla en los dos ensayos, se
pasa a la siguiente secuencia y así sucesivamente.

4.5 Pruebas para medir la atención selectiva

Las pruebas de cancelación representan una evaluación clásica de la atención selectiva. Son pruebas de lápiz y
papel que requiere de selectividad visual y rapidez. La exploración visual, activación e inhibición de respuestas
rápidas son también necesarias para la ejecución exitosa de este tipo de tareas. Puntajes bajos en estas tareas
pueden reflejar la respuesta general disminuida.

El formato básico de estas pruebas sigue los patrones de las pruebas de vigilia. Estos consisten en renglones de
letras, figuras o números aleatoriamente interpuestos con una letra, figura o número objetivo designado. El
sujeto es instruido para marcar todas las figuras, letras o números objetivos. La ejecución es calificada por los
errores y el tiempo en el que completan la tarea; si es en un tiempo límite, la calificación es por errores y
número de objetivos marcados dentro del tiempo. Las posibilidades para variaciones en el formato básico son
ilimitadas. Muchas tareas similares pueden ser presentadas en una página. La tarea puede hacerse más difícil
incrementando el espacio entre los tipos de objetivos o por el número de no objetivos (Lezak, Howieson &
Loring, 2004).

Prueba de Dígito Símbolo

Esta prueba, que forma parte de la batería WAIS-II, consiste en una hoja que posee impresa en la parte superior
un modelo que contiene una serie de 9 cuadrados pequeños numerados del 1 al 9, cada uno de los cuales posee
debajo un símbolo diferente para cada número.
Contiene una fila que tiene una serie de pequeños
cuadrados, cada uno con un número asignado al azar del
1 al 9, debajo del cual el sujeto debe completar el símbolo
que le corresponde de acuerdo al modelo. Después de
ejecutar una serie de práctica, el sujeto debe completar
la mayor cantidad de símbolos posibles en un tiempo de
120 segundos. El puntaje es el número de cuadros
completados correctamente.

Tradicionalmente se la considera una prueba de


aprendizaje, velocidad de procesamiento de la
información y de atención sostenida, pero como ocurre
con muchas otras pruebas, un desempeño pobre puede
deberse a varios factores.

La gran importancia que la velocidad motora juega en el puntaje, y particularmente el componente escrito, les
da una escasa validez para muchos trabajadores manuales, que obtienen baja calificación, y para cualquiera
cuyas respuestas motoras tienden a ser lentas.

Es particularmente difícil para los sujetos añosos, cuya visión o coordinación visomotora está alterada o que
tienen dificultad en comprender las instrucciones. Varios trabajos han sugerido que gran parte de la disminución
del rendimiento relacionado con la edad, sería un producto de la habilidad motora y no tanto un reflejo de
dificultad atencional.

Prueba de Símbolos y Dígitos (SDMT)

Es utilizada para evaluar exploración y rastreo visual, atención sostenida y selectiva visual y velocidad de
procesamiento de la información. Esta prueba es muy parecida a la subprueba Dígito-Símbolo del WAIS, al
requerir substitución bajo limitaciones de tiempo, pero altera el formato de este último, ya que al sujeto se le
presentan símbolos y él debe completar el número que le corresponde. Este formato lo hace apto para ser
administrado también en forma oral, eliminando de esta manera el componente grafo-motor que puede
enturbiar los resultados.

El formato oral puede ser particularmente útil con pacientes cuyo trastorno atencional tiende a afectar las
actividades en curso, puesto que estos pacientes son propensos a saltar o repetir ítems o líneas (dado que no
hay ninguna marca de lápiz que le indique por donde va) a menos que se ayuden con el dedo. Estas fallas de
mantener el control de lo que se realiza proveen evidencia de los tipos de problemas que estos pacientes
encuentran cuando tratan de realizar sus actividades diarias. Otra virtud del SDMT es que hay tres pares de
figuras en espejo, que pone de relieve problemas de inatención a los detalles o fallas en apreciar cambios de
orientación.

En pacientes con esclerosis múltiple (una población en la que suelen observarse alteraciones en la atención y la
velocidad de procesamiento de la información) las dificultades en esta prueba son un hallazgo consistente, aun
en la versión oral que evita la exigencia motora.

PASAT

El Paced Auditory Serial Addition Test (PASAT) consiste en la presentación auditiva (en una grabación) de una
serie de 60 dígitos de 1 al 9 ordenados al azar y el sujeto deber ir sumando los números de a pares, de manera
que cada número sea sumado al inmediatamente anterior, sin ir acumulando las sumas. Esto es, el segundo
número es sumado al primero, el tercero al segundo y así sucesivamente. Se le considera una prueba que evalúa
la capacidad y velocidad de procesamiento de la información y atención sostenida y dividida.

Cuando el tiempo interestímulo es bajo (por ejemplo cuatro segundos) la tarea suele ser fácil para los sujetos
cognitivamente normales. Cuando la velocidad es aumentada a un dígito cada dos segundos los sujetos
comienzan a cometer errores porque se excede su capacidad de procesamiento.

Hay diversas versiones de esta prueba, variando series de dígitos y la velocidad de presentación, esto es, el
tiempo interestímulo que puede ir de 3 a 12 segundos.
4.6 Pruebas para la medición del control atencional

Ostrosky-Solís, et al. (2003, 2007) mencionan que las


pruebas del lóbulo frontal incluyen las habilidades que
permiten:

a. Iniciar y mantener una serie de asociaciones dirigidas


b. Mantener una serie ante interferencias
c. Cambiar de una estructura conceptual a otra
d. Mantener una serie de actividades motoras alternantes

A continuación se mencionan algunos ejemplos de pruebas


que examinan estas habilidades:

Prueba de Stroop

Existen diferentes versiones de la prueba de Stroop. Una de ellas, cuenta con una serie de 3 ensayos. En
algunos casos solamente se usan 2 ó 4 ensayos. La tarea consiste en que los sujetos en el primer ensayo deben
leer una lista de palabras. En el siguiente ensayo deben denominar el color en el cual se encuentran impresos
unos ovalillos. Con el fin de incrementar la complejidad de la tarea, en el tercer ensayo, el paciente debe
nombrar el color en el cual se encuentran impresas las palabras, en lugar de leerlas. A este último ensayo se le
llama ensayo de interferencia. El número de ítems es de 36, sin embargo en algunos casos puede variar de unos
pocos hasta 176. En los tres ensayos se registra el tiempo y los errores (Lezak, Howieson & Loring, 2004). En la
siguiente figura tomada del Neuropsi Atención y Memoria (Ostrosky-Solís et al. 2003, 2007), se ilustra la tarea
de interferencia.

4.7 Evaluación de la heminegligencia espacial

Una forma sencilla de exhibir esta condición es solicitarle


al sujeto que señale o tome objetos colocados en una
superficie, como una mesa. Comúnmente, la respuesta de
los sujetos es ignorar los objetos que se encuentran
colocados del lado izquierdo.

Las pruebas de cancelación consisten en una hoja de


papel con letras o signos claves colocados al azar entre
otros que no son claves. La tarea del sujeto consiste en
marcar aquellos signos que son claves.

En la prueba de bisección de líneas se le da al paciente de


frente una hoja que contiene líneas horizontales, en
donde debe marcar justo en la mitad de cada una. La ejecución común del paciente es que la marca la realice
hacia la derecha de la línea.

En el análisis de los dibujos realizados a la orden y a la copia se deben analizar las características de los mismos,
las omisiones, así como las asimetrías.
4.8 Baterías neuropsicológicas

Entre las baterías neuropsicológicas se encuentran la batería de Diagnóstico Neuropsicológico Infantil Luria-DNI,
compuesta por 19 subtests para evaluar capacidades del niño en edad escolar, de a 7 a 10 años, que puedan ser
deficitarias. Se exploran 4 grandes áreas, la primera es el área de funciones motoras y sensoriales: en esta área
se evalúa la motricidad, audición, tacto-cinestesia y visión (percepción visual y orientación espacial); la segunda
es lenguaje hablado en la cual se evalúa el habla receptiva y el habla expresiva; la tercera es lenguaje escrito y
aritmética; y por último memoria (Manga & Fournier, 1997).

Otra batería de gran relevancia en hispanohablantes es la batería Neuropsi: Atención y Memoria (Ostrosky et al.,
2012), permite evaluar a detalle diferentes tipos de atención, entre los cuales se encuentra la orientación,
atención selectiva y sostenida, control atencional; tipos y etapas de memoria, como memoria de trabajo, a corto
y largo plazo para material verbal y visoespacial. Posee datos normativos desde los 6 hasta los 85 años,
incluyendo 3 niveles de escolaridad.

La batería Evaluación Neuropsicológica Infantil (ENI; Rosselli-Cock, Matute-Villaseñor, Ardila-Ardila, & Botero-
Gómez, 2004), Tiene como objetivo examinar el desarrollo neuropsicológico de la población infantil
hispanohablante, diseñada para niños entre los 5 y 16 años. Comprende la evaluación de 12 procesos
neuropsicológicos:

1. Habilidades construccionales.
2. Memoria (codificación y evocación diferida).
3. Habilidades perceptuales.
4. Lenguaje.
5. Habilidades metalingüísticas.
6. Lectura.
7. Escritura.
8. Aritmética.
9. Habilidades espaciales.
10. Atención.
11. Habilidades conceptuales.
12. Funciones ejecutivas.

Para la evaluación de preescolares, recientemente se ha desarrollado la Batería Neuropsicológica para


Preescolares (BANPE; Ostrosky; Lozano & González, 2016) que incluye tareas para evaluar 16 áreas:
orientación, atención y concentración, memoria, lenguaje, comprensión, lenguaje expresión, lenguaje
articulación, coordinación motora, habilidades académicas, inhibición, memoria de trabajo, flexibilidad,
planeación, abstracción, teoría de la mente, riesgo-beneficio y emociones.

5. Trastornos de la atención

La exploración de la atención se lleva a cabo a partir de las tres principales funciones que la conforman: la
orientación hacia estímulos sensoriales, las funciones ejecutivas y el mantenimiento del estado de alerta; en
cada una de estas funciones están involucradas áreas y redes cerebrales distintivas. Los desórdenes
atencionales son muy frecuentes y han sido considerados como una de las condiciones neurológicas más
devastadoras. Existen diversos síndromes atencionales que presentan características neuropsicológicas
distintivas.

En la actualidad, la exploración de la atención se lleva a cabo a partir de tres principales funciones que la
conforman, estas son, la orientación hacia estímulos sensoriales, funciones ejecutivas y el mantenimiento del
estado de alerta. Se han descrito mecanismos cerebrales específicos que se encuentran involucrados en estas
funciones, describiendo de esta forma, áreas y redes cerebrales responsables de estas. Se ha mostrado
evidencia de que el daño en alguna de estas redes causa
síntomas similares sin importar si la etiología es un infarto
cerebral, alguna enfermedad degenerativa, trastornos
psicopatológicos o ciertas anormalidades en el desarrollo.

Dada la importancia de la atención para el procesamiento


sensorial y procesamiento cognitivo, es común encontrar que
los desórdenes atencionales son muy frecuentes y sobre
todo, han sido considerados como una de las condiciones
neurológicas más devastadoras.

Entre los principales desórdenes atencionales se encuentran los Estados Confusionales, los Síndromes
Atencionales Parciales, el Síndrome de Heminegligencia, el Síndrome de Balint, la Asimultagnosia, el Trastorno
por Déficit de Atención e Hiperactividad y el Síndrome de Mutismo Acinético. El objetivo de los siguientes
subapartados es describir las principales alteraciones de la atención.

5.1 Síndrome confusional

El síndrome confusional es un trastorno orgánico cerebral de presentación súbita, de curso fluctuante y duración
generalmente breve, que se produce como consecuencia de la claudicación mental del enfermo. También recibe
otras denominaciones como síndrome confusional agudo, psicosis orgánica o reacción cerebral aguda
(Portellano, 2005). Una variante del síndrome confusional es el delirium, un cambio global en el estado mental
en donde el principal déficit cognitivo es una alteración en el tono atencional. Algunos síntomas asociados
pueden incluir pensamiento incoherente, distractibilidad, alteraciones preceptuales, incoordinación, juicio
alterado, reducción de la reflexión así como agitación. Algunas de estas alteraciones pueden presentarse junto
con el déficit atencional, pero otros pueden presentarse de manera independiente. Los pacientes que atraviesan
por un estado confusional, frecuentemente se les puede observar desorientados y por lo tanto, su memoria
puede estar alterada. También pueden presentar déficits cognitivos de niveles medio a moderado, tales como
anomia, disgrafía, discalculia, o dificultades construccionales (Mesulam, 2000).

A pesar de las alteraciones cognitivas, los pacientes usualmente


no tienen signos neurológicos lateralizados y las funciones tanto
sensoriales como motoras, generalmente, están intactas.

Cuando ocurren signos neurológicos, se pueden presentar


temblores, mioclonías o asterixis, como indicadores de
desórdenes metabólicos. La asterixis y la mioclonía son dos
tiempos específicos de movimientos anormales. La asterixis es la
incapacidad de una persona para mantener una postura fija en
el espacio. Se aprecia, principalmente en las extremidades, y se
evidencia pidiendo al paciente que estire los brazos hacia
adelante con los dedos ya manos muy extendidos. El paciente
con asterixis "aletea" los dedos y las manos hacia abajo por
incapacidad de fijar esta postura. La mioclonía multifocal se
observa ante todo cuando el paciente está en reposo. Consiste
en contracciones rápidas, breves, irregulares y asimétricas de
los músculos y grupos musculares. Los más afectados son los
músculos de la cara y de los hombros.

El síndrome confusional es más frecuente en personas de edad


avanzada, especialmente si presentan un deterioro cognitivo
previo. Entre las causas más comunes de los estados
confusionales, se encuentran la Epilepsia, Encefalopatía tóxica,
estrés ambiental, lesiones cerebrales multifocales y focales, traumatismos craneoencefálicos, efectos
secundarios de fármacos o desintoxicación de drogas, alteraciones orgánicas como metástasis cerebrales,
infecciones, hiperglicemia, falla hepática, renal o respiratoria, entre otras. Los mecanismos que se han descrito
recientemente respecto a estas alteraciones atencionales incluyen alteraciones multifocales, lesiones focales
estratégicas o interferencia con la función de ciertos neurotransmisores, particularmente colinérgicos. Las
regiones anatómicas focales asociadas con los estados confusionales incluyen el giro lingual-fusiforme-
parahipocampal, en ambos hemisferios, lesiones del lado derecho de la corteza parietal posterior, así como la
corteza prefrontal.

5.2 Síndrome atencional parcial

El deterioro atencional puede también estar presente de


forma más focal, como síndromes atencionales. Esos
síndromes no están bien definidos debido a que el deterioro
atencional tiende a no estar presente como un síndrome
definido aislado, sino que se manifiestan como una
ejecución reducida en uno o más dominios cognitivos. Por
ejemplo, si observamos ciertos cambios en la atención que se
basa en estimulación visual, puede provocar una reducción
en la detección de los estímulos presentes en el ambiente,
mientras que si observamos cambios en la atención que se
basa en el lenguaje, podremos observar reducción en la
fluidez verbal. Es decir que la manifestación de las
alteraciones de la atención pueden variar debido a la modalidad sensorial y al tipo de proceso cognitivo asociado.
De tal forma, que es importante descartar la posibilidad de que el déficit sea producto de algún desorden visual
o algún tipo de afasia, respectivamente.

5.3 Negligencia atencional

Una de las anormalidades más comunes de la orientación es una alteración lateral en la cual los pacientes tienen
dificultad para desengancharse de una señal presentada en el lado de la lesión para responder a un objetivo
localizado en el lado opuesto del daño. En su forma más extrema, conocida como “negligencia”, los pacientes
pierden completamente los estímulos en el lado opuesto a la lesión. En el extremo más leve, la “extinción”,
puede perder estímulos contralaterales a la lesión sólo cuando éstos son presentados de manera simultánea con
otro estímulo ipsilesional (Fernández-Duque & Posner, 2001). A continuación se revisará con más detalle esta
condición.

La negligencia atencional indica una falla para responder u orientarse hacia un estímulo que se encuentra
presente justo en el lado contrario a la lesión cerebral. Esta condición excluye aquellas condiciones donde se
encuentra comprometida la función motora o sensorial. La negligencia es un déficit multimodal y puede afectar
uno o varios sistemas sensoriales, así como representaciones internas de memorias.

Comúnmente, el hemiespacio izquierdo es el lado afectado con negligencia debido a que este desorden es más
frecuente y más severo tras lesiones del hemisferio derecho.

Frecuentemente se ha considerado que la heminegligencia


puede ser una condición en la cual los pacientes no
pueden ver, oír o sentir, sin embargo, en realidad es una
condición que implica que estos pacientes son incapaces
de buscar, detectar, escuchar y explorar en una mitad de
su propio espacio. Prácticamente, es una patología del
sistema atencional.

La negligencia visual es más severa y más frecuente por


una lesión del hemisferio derecho, particularmente en
hombres. En años recientes, la tomografía computarizada
(TC) ha demostrado que la región inferior del lóbulo parietal del hemisferio derecho, está comúnmente dañada
en pacientes que muestran severa negligencia. A pesar de que la negligencia también se presenta tras lesiones
del lóbulo frontal, ganglios basales y tálamo, actualmente son escasos los reportes de las lesiones que se
encuentran fuera del lóbulo parietal y que dan como resultado, el síndrome de negligencia (Husain & Kennard,
1996).

La heminegligencia puede ser visual, auditiva o táctil y se caracteriza porque los pacientes no dirigen
espontáneamente su atención hacia el espacio que se encuentra alterado.

Se puede presentar en dos formas. En la más severa, los pacientes actúan como si la mitad del mundo hubiera
dejado de existir, mientras que en las formas mas leves, sólo atienden menos a los estímulos o simplemente se
conducen con menor eficacia en una mitad del espacio. En algunos casos, las deficiencias son tan sutiles que
pueden pasar desapercibidas para los demás y solamente se exhiben cuando se realizan pruebas más
específicas.

Estos pacientes pueden tener dificultades para arreglar o asear el lado con negligencia, incluso pueden
presentar dificultades para afeitarse o para comer en un plato de comida del lado afectado. En ciertas
actividades, tales como la lectura, estos pacientes pueden comenzar a leer a la mitad de la línea, no desde la
izquierda.

El fenómeno de extinción puede ocurrir junto o separado de la negligencia. La extinción es diagnosticada cuando
el paciente es capaz de detectar estímulos presentados de forma separada en cada uno de los lados, pero
cuando estos estímulos son presentados simultáneamente, solo detecta uno de ellos, comúnmente, el del lado
derecho.

Entre las áreas lesionadas se han descrito regiones tanto corticales como subcorticales, las cuales, están
implicadas en la red de la atención. Esas regiones incluyen la corteza parietal posterior, la unión parieto-
temporal particularmente, el campo ocular frontal, corteza cingulada y corteza motora suplementaria, ganglios
basales, tálamo, cerebro medio y el colículo superior. La mayor incidencia es el hemisferio derecho.

La negligencia usualmente se observa cuando el daño ocurre en el giro supramarginal de la región parietal y
puede extenderse hacia áreas subcorticales. Una causa muy frecuente puede ser una lesión vascular.

Vulleumier et. al., (2001) usaron Resonancia Magnética y Potenciales Evocados en pacientes que mostraban
negligencia y extinción después de haber sufrido daño parietal focal del hemisferio derecho y que habían
conservado sus campos visuales intactos. En su estudio, realizaron una tarea donde mostraban rostros o formas
que aparecían en el lado derecho, izquierdo o en ambos campos. Encontraron que los estímulos presentados
unilateralmente producían respuestas normales en la región V1 y en áreas extraestriadas. Ante la presentación
bilateral de los estímulos, rostros izquierdos que no fueron percibidos, continuaban activando la región V1
derecha y la corteza temporal inferior, mientras que en los potenciales evocados, mostraron una reducción no
significativa del componente N1, con potenciales negativos específicos a rostros preservados a los 170 ms.
Cuando las caras en la región izquierda fueron percibidas, el mismo estímulo produjo gran actividad en una red
distribuida en diversas áreas que incluyeron V1 derecha y cuneo, giro fusiforme bilateral y la corteza parietal
izquierda. Concluyen, que estos resultados sugieren que la actividad puede ocurrir en V1 y la corteza temporal
ventral sin la conciencia.

5.4 Heminegligencia espacial

La heminegligencia espacial es una condición en la cual existe una dificultad para atender a estímulos que se
encuentran presentes en el espacio extracorporal, y en ciertas ocasiones, abarca actividades del paciente como
vestirse, escribir, o leer, entre otras. Ciertas pruebas simples pueden ofrecer la oportunidad de cuantificar
dichas alteraciones, un ejemplo es la prueba de bisección de líneas y el análisis de los dibujos a la orden y a la
copia. Las figuras 4 y 5 muestran el desempeño en estas tareas de pacientes con heminegligencia.

Figura 5: Dibujo a la orden de un círculo, una margarita y una


Figura 4: Test de bisección de líneas casa en el paciente con heminegligencia y desorden visuo-
en un paciente con constructivo.
heminegligencia
5.5 Heminegligencia personal

La heminegligencia personal también es conocida como


hemisomatoagnosia. En dicha condición, el comportamiento de
heminegligencia está directamente relacionado con el propio
cuerpo. Oliver Sacks (2005) documentó el caso de un paciente
con heminegligencia que se encontraba hospitalizado y presionó
el botón para solicitar la asistencia de la enfermera, quien acudió
en su ayuda. El paciente con gran agitación le dijo a ésta que
pensaba que alguien del personal trataba de jugarle una broma
extremadamente cruel e inapropiada, ya que habían colocado
una pierna separada en su propia cama. Sin embargo, cuando
trató de arrojar la pierna ajena fuera de la cama, solo consiguió
lanzarse él mismo hacia el piso, debido a que había intentando
arrojar su propia pierna. Este es uno de los ejemplos de cómo
algunos de estos pacientes, no sólo niegan la pertenencia de un
miembro, sino que incluso pueden referir que el miembro le pertenece a alguien más. Sin embargo, a pesar de
estas creencias extrañas, el razonamiento de estos pacientes es normal.

A continuación se presenta otro caso descrito por O. Sacks, en su libro El hombre que confundió a su mujer
con un sombrero, pp.107-110.

Vista a la derecha

La señora P. una mujer inteligente de sesenta años, ha sufrido un grave ataque que afecta a las partes
posteriores y más profundas del hemisferio cerebral derecho. Conserva plenamente la inteligencia… y el humor.

A veces se queja con las enfermeras de que no le han puesto el postre o el café en la bandeja. Cuando las
enfermeras le explican: “Pero señora S., lo tiene ahí, a la izquierda” parece no entender lo que le dicen, y no
mira a la izquierda. Si tiene la cabeza ligeramente girada, de manera que resulte visible el postre para la mitad
derecha intacta del campo visual, dice: “vaya, pero si ahí esta…pues antes no estaba”. La señora S. ha perdido
totalmente la noción de “izquierda”, tanto por lo que se refiere al mundo como a su propio cuerpo. Se queja a
veces de que las raciones son demasiado pequeñas, pero esto se debe a que sólo come la mitad derecha del
plato…, no cae en la cuenta de que pueda haber también una mitad izquierda. A veces se pinta los labios y se
maquilla la mitad derecha de la cara, olvidándose por completo de la izquierda: es casi imposible tratar estos
problemas porque no hay modo de atraer su atención hacia ellos y no tiene idea de que existan. Lo sabe
intelectualmente, y puede comprenderlo y reírse, pero le es imposible saberlo de una forma directa.

Al saberlo intelectualmente, al saberlo por deducción, ha elaborado estrategias para resolverlo. No puede mirar a
la izquierda, directamente, no puede girar a la izquierda, así que lo que hace es girar a la derecha, haciendo un
círculo, hasta que lo ve. Este procedimiento le parece notablemente práctico si no puede hallar el café o el
postre. Si la ración le parece demasiado pequeña, se gira a la derecha, mirando en esa misma dirección, hasta
que se hace visible la mitad que faltaba, entonces se la come, o come más bien la mitad, y siente menos
hambre que antes. Pero si aun tiene hambre, o piensa en el asunto y se da cuenta de que quizá haya visto sólo
la mitad de la mitad perdida, realiza una segunda rotación hasta que ve el cuarto restante, y lo bisecciona de
nuevo también. Suele bastar con esto (si echamos cuentas se habrá comido ya las siete octavas partes de su
ración) pero si lo considera necesario, si se siente particularmente hambrienta u obsesionada, da una tercera
vuelta y se asegura otra dieciseisava parte de la ración (dejando en el plato, desde luego, el dieciseisavo
restante, el de la izquierda).

Es absurdo -dice-. Es como la flecha de Zenón… nunca acabo de llegar. Puede parecer raro, pero ¿qué otra cosa
puedo hacer, dadas las circunstancias?

En principio da la impresión de que le sería muchísimo más fácil girar el plato que girarse ella. La señora S., está
de acuerdo en eso, y lo ha intentado… o intentó intentarlo, por lo menos. Pero le resulta absurdamente difícil, no
es algo que se produzca de modo natural, mientras que girar en la silla lo es, porque su mirada, la atención, los
impulsos y movimientos espontáneos, están así dirigidos todos, exclusiva e instintivamente, hacia la derecha.

A la señora S. le resultaban particularmente desagradables las burlas de que la hacían objeto cuando aparecía
con solo la mitad de la cara maquillada, el lado izquierdo absurdamente vacío de carmín y de colorete. -Yo miro
en el espejo –decía- y pinto todo lo que veo.

¿No sería posible, nos preguntamos, que tuviese un “espejo” con el que pudiese ver el lado izquierdo de la cara
por la derecha? Es decir, tal como la vería otra persona situada delante de ella. Probamos un sistema de vídeo,
con la cámara y el monitor enfocados hacia ella y los resultados fueron chocantes y extraños. Utilizando como
espejo la pantalla de vídeo, veía el lado izquierdo de la cara a la derecha, una experiencia desconcertante hasta
para una persona normal (como muy bien sabe todo el que haya intentado afeitarse utilizando una pantalla de
vídeo) y doblemente desconcertante, inquietante, para ella, porque para la señora S. el lado izquierdo de su
rostro y de su cuerpo, el que veía ahora, no le transmitía ninguna sensación, no tenía para ella existencia,
debido al ataque.

-¡Quítenme eso de ahí! – gritó, muy alterada y desconcertada, así que no investigamos más por esa vía. El
asunto es tan desconcertante físicamente, metafísicamente incluso, que sólo la experimentación nos puede
guiar.

Caso clínico

A continuación vemos un caso clínico que presenta heminegligencia especial, apraxia y agnosia

Antecedentes: Paciente diestra de 34 años de edad con estudios de Medicina y especialización en


Psiquiatría, quien hace 3 años presentó un coma hipoglicémico no diabético. Permaneció en terapia intensiva
durante 10 días, en donde presentó tres paros cardio-respiratorios. Gradualmente recuperó su funcionalidad.
Actualmente la paciente presenta severas dificultades para la ejecución de las tareas de la vida diaria, no es
autosuficiente para vestirse, bañarse ni preparar sus alimentos.

Elsa vive con sus padres. Recibe terapia neuropsicológica dos veces por semana y terapia física en su casa. Se
encuentra bajo tratamiento farmacológico con Atemperator y Fluoxitina.

Pruebas administradas: Entrevista Clínica, Esquema de Diagnóstico Neuropsicológico Ardila-Ostrosky,


NEUROPSI, Escala de Inteligencia Wechsler para Adultos WAIS IV, Escala de Evaluación de Lóbulos Frontales y
Funciones Ejecutivas (Flores & Ostrosky, 2007). Inventario de Depresión de Beck. Inventario de Ansiedad de
Beck.

Resultados: Al examen se encuentra una paciente diestra, en adecuadas condiciones de aliño, higiene y
arreglo personal. Se encuentra orientada en persona y espacio pero desorientada en tiempo. Durante la
evaluación la paciente mostró buen manejo de las relaciones sociales con disposición para colaborar.
Presenta leve conciencia de enfermedad, reportó “tener problemas para vestirse y para bañarse “sin
mostrarse afectada por sus dificultades.

El lenguaje espontáneo es fluido, bien articulado, coherente en su contenido; esporádicamente se observa olvido
de palabras con ocasionales parafasias de tipo semántico que son auto-corregidas por la paciente. En pruebas
formales de denominación presentó dificultades para denominar objetos comunes. Los problemas de
denominación estuvieron asociados a una agnosia, por ejemplo denominó a una serpiente y a un reloj como
“cinturón”. La administración de claves de tipo fonológico fueron estrategias moderadamente eficientes para que
lograra evocar la información.

Los períodos de atención fueron cortos con dificultad para mantener la atención dirigida durante tareas largas.
Las pruebas que exigieron mantener un alto nivel de atención se vieron muy disminuidas. Presentó severas
alteraciones en la concentración y severas dificultades para organizar su atención y mantenerla enfocada
durante una tarea específica. Por ejemplo en pruebas de fluidez verbal mostró una marcada dificultad para
generar palabras dentro de una misma categoría semántica, perdiendo el set mental e introduciendo palabras
que no correspondían a la categoría.

Se observó apraxia de pose e idiomotriz, con severas dificultades para imitar posiciones de la mano y realizar
secuencias de movimientos. Los problemas son más marcados en la mano derecha. Utiliza la mano como objeto
al realizar movimientos como cepillarse los dientes o peinarse. Presenta apraxia ideacional mostrando severas
dificultades para ejecutar tareas complejas como preparar café, seguir la secuencia necesaria para encender un
cigarro o prender una vela. Presenta una severa apraxia construccional. No fue capaz de armar rompecabezas,
hacer diseños con cubos ni copiar de diseños tridimensionales. Se observó apraxia troncopedal, con dificultades
para ejecutar movimientos con el cuerpo.

Se encontraron signos de agnosia visual y de agnosia espacial observándose dificultades en la identificación de


dibujos enmascarados y en la rotación espacial de figuras geométricas. Presentó simultanoagnosia con
dificultades para percibir simultáneamente más de un estímulo dentro de un patrón complejo. Existen
dificultades para integrar más de un estímulo a la vez y/o utilizar claves visuales que permiten un análisis
rápido de figuras complejas.

En pruebas de detección visual, ignora la mayor parte de los estímulos situados en el hemiespacio izquierdo, y
al pedirle que señale el centro del cuerpo con los ojos cerrados, señala el lado derecho.

No fue capaz de identificar dibujos simples de objetos comunes como flauta, guitarra, partes del cuerpo como
dedo, brazo. La paciente puede ver los estímulos pero no los puede reconocer. Es capaz de identificar líneas,
formas y describir las partes del estímulo. Pero fue incapaz de reconocer el significado de lo que ve. Estrategias
como trazar el dibujo y verbalizar ayudan levemente en la identificación. Presenta agnosia espacial unilateral
mostrando dificultades para atender el lado izquierdo del espacio.

Las deficiencias visuales afectaron su capacidad para leer y escribir. Fue capaz de reconocer letras y palabras de
alta frecuencia pero fue incapaz de leer oraciones .En la lectura de frases y oraciones simples tendió a leer la
mitad derecha del texto. La escritura espontánea, al igual que su capacidad para escribir al dictado, está
severamente afectadas.

Debido a sus deficiencias con el manejo de la información visual, en pruebas intelectuales únicamente fue
posible administrar la Escala de Inteligencia Verbal. Calificó dentro de un rango normal bajo (CI Verbal=85). En
la Escala Verbal, mostró adecuada capacidad de abstracción (Semejanza, puntaje normalizado=11) y habilidad
para definir palabras, (Vocabulario, puntaje normalizado=12) pero mostró severas dificultades para
comprender conductas apropiadas que deben presentarse ante una situación social (Comprensión, puntaje
normalizado=6 ) y limitada información práctica y de eventos históricos y sociales, por ejemplo no recordó a
qué temperatura hierve el agua, cuantas semanas hay en un año, a cuánto asciende la población de México, o
en dónde se encuentra Egipto. (Puntaje normalizado=8). No fue capaz de resolver problemas aritméticos
presentados oralmente (Puntaje=0).

La memoria inmediata (visual y verbal) está disminuida, fue capaz de retener 5 dígitos en secuencia progresiva
y 3 en secuencia regresiva. La ejecución en pruebas de memoria se vio afectada por distracción y por la
dificultad para mantener la atención dirigida. No hay una curva ascendente de aprendizaje, el máximo número
de palabras que retiene es de tres y no aumenta con la presentación repetida de las mismas palabras. La
memoria diferida mostró una recuperación deficiente de huellas de memoria para palabras, frases y párrafos. La
memoria visual también se encuentra severamente afectada. Con un intervalo de 20 minutos fue capaz de
evocar una sola de las palabras que previamente había repetido. El uso de claves semánticas y de
reconocimiento no incrementó su evocación.

La memoria antigua se encuentra moderadamente afectada con dificultades para evocar detalles históricos y
sociales.

Presenta una severa acalculia, no fue capaz de ejecutar cálculos aritméticos sencillos ni de resolver problemas
simples que se le presentaron oralmente.

Conclusiones: En la valoración neuropsicológica se observó la presencia problemas atencionales, curvas no


ascendentes de memoria, y dificultades en la interpretación de material verbal abstracto y acalculia. La
ejecución en tareas visuales y visoespaciales se encuentra muy afectada. La valoración neuropsicológica reveló
un síndrome de agnosia visual, heminatención y heminegligencia espacial, simultanoagnosia, apraxia
ideomotora e ideacional.

Diagnóstico sindrómatico: Patología de la Atención, Síndrome de heminegligencia y apraxia.

Diagnóstico topográfico: Alteración parieto-occipital bilateral, existe un mayor predominio de lesiones del
lóbulo parietal derecho en unión con la corteza de asociación temporoparietooccipital. Estos datos fueron
corroborados con un estudio de Resonancia Magnética.

Se recomendó implementar un programa de rehabilitación funcional y re-valoración en un año para observar la


evolución del cuadro.

5.6 Síndrome de Balint

De un vistazo, el ser humano es capaz de percibir sutilezas y una imagen detallada del mundo. Sin embargo, un
daño cerebral puede destruir esta ilusión. Esto es exactamente lo que sucede en el Síndrome de Balint. El
mundo visual se percibe erróneamente, como una serie de objetos individuales.

El Síndrome de Balint fue descrito en 1909 por el médico Húngaro Rezzo


Balint. Este síndrome está caracterizado por la presencia de una
constricción de la atención visual, resultando una incapacidad para percibir
más de un objeto a la vez; y en la "ataxia óptica" o incapacidad de alcanzar
visualmente un objeto con precisión. De cierta forma, parece ser similar a la
negligencia atencional, sin embargo, una forma de hacer una distinción
entre estas dos condiciones es que la omisión o negligencia en el caso del
Síndrome de Balint se presenta independientemente de la localización del
objeto.

El síndrome de Balint surge como consecuencias de lesiones bilaterales de la


unión parietooccipital, donde es característico encontrar afectaciones en la
circunvolución angular, la zona dorsolateral del lóbulo occipital y a menudo
el precúneo (lóbulo parietal superior). Las recientes revisiones de casos
enfatizan la lesión de la circunvolución angular como crítica para la producción del síndrome (Rizzo & Vecera,
2002).

Una caracterización más precisa de este síndrome es a través de la triada que incluye:

1. Trastorno de la atención espacial: inhabilidad para percibir al mismo tiempo varios estímulos visuales en
el entorno.
2. Parálisis psíquica de la mirada: incapacidad de dirigir voluntariamente la mirada a un objeto, descartando
incapacidad de la movilidad ocular.
3. Ataxia óptica: dificultad para alcanzar adecuadamente un objeto bajo el control visual a pesar de una
motricidad normal a nivel de los miembros.
5.7 Asimultagnosia

Los pacientes con Asimultagnosia, presentan una fijación en la atención sobre un


solo objeto o detalle de una escena, ignorando todos los demás estímulos, con
excepción del que están mirando.

La asimultagnosia ha sido descrita en pacientes con daño bilateral de la región


superior de ambos occipitales, sin la presencia de un Síndrome de Balint completo.
Ardila y Ostrosky ( 2000) describen la asimultagnosia como la inhabilidad para
interpretar la totalidad de una escena a pesar de tener conservada la habilidad para
percibir cada parte como un todo.

5.8 Trastorno por déficit de atención con hiperactividad

Características

Desde 1940, los psiquiatras han aplicado varias etiquetas para los niños que tienen hiperactividad. Entre esas
etiquetas podemos mencionar disfunción cerebral mínima, síndrome del niño con daño cerebral, reacción
hiperkinética de la niñez, síndrome del niño hiperactivo y, más recientemente, Trastorno por Déficit de Atención
e Hiperactividad (TDAH). Estas variaciones en la asignación de un nombre, refleja cómo los investigadores han
explorado las causas de este trastorno, para poder tener criterios diagnósticos más precisos (Barkley, 1998).

El TDAH es un desorden prevalerte del desarrollo que de acuerdo a los criterios diagnósticos del DSM-V
(American Psychiatric Association, 2013), está caracterizado por un patrón persistente de síntomas conductuales
de inatención, hiperactividad e impulsividad. El TDAH es uno de los problemas más comunes en la infancia. Su
incidencia aproximada es de 5 a 7% para los niños y 2 a 4 % para las niñas. El TDAH aparece a edad muy
temprana, antes de los 12 años. Estos problemas no siempre se resuelven durante la adolescencia, y persisten
en el adulto en el 30 al 50% de los casos, por lo que representan un importante problema de salud pública
(Barkley, Fischer, Edelbrock & Smallisch, 1990).

El diagnóstico de TDAH sólo debe hacerse si el síndrome


está interfiriendo visiblemente con el desarrollo social,
académico, ocupacional y/o funcional del paciente. En
algunos niños el trastorno es predominantemente
atencional (primer subgrupo); en otros se puede centrar
en el componente de hiperactividad-impulsivo (segundo
subgrupo) y también hay quienes combinan la
hiperactividad con los problemas de atención (tercer
subgrupo).

En los problemas de inatención, la desorganización de la


conducta y el mal rendimiento académico son en cierta forma silenciosos, ya que pueden atribuirse a pereza,
depresión o falta de motivación.

Cuando el TDAH persiste en la adultez, muestra manifestaciones un poco diferentes. Algunos adultos con TDAH
residual buscan atención médica y/o psicológica por una o varias de las siguientes razones:

Están insatisfechos porque tienen problemas laborales severos, cambian constantemente de actividad
laboral, o en su trabajo no se les promueve tan rápido a pesar de ser aparentemente eficientes.
Tienen conflictos frecuentes en sus relaciones interpersonales y con su pareja.
Se sienten frustrados porque no logran alcanzar sus metas; aunque realicen grandes planes, sólo
consiguen un poco de lo que se proponen.
En años recientes, se ha ido esclareciendo los síntomas y causas que pueden dar origen a este trastorno y se ha
encontrado que puede tener un origen genético. Se ha descrito, que el TDAH no es un trastorno de la atención
per se, como se había pensado. Más bien, se origina como una falla en el desarrollo en los circuitos cerebrales
que son responsables de la inhibición y el autocontrol. Está pérdida de autocontrol deteriora otras funciones
cerebrales importantes para el mantenimiento de la atención, incluyendo la habilidad para postergar
recompensas inmediatas y así obtener mayores ganancias (Barkley, 1998).

Los criterios para su diagnóstico de acuerdo a las dos clasificaciones de enfermedades mentales más
importantes, CIE 10 y DSM-V, son:

1. Aparición de los síntomas antes de los 12 años


2. Duración del trastorno superior a los 6 meses
3. Presencia de los síntomas en dos o más contextos diferentes
4. Deterioro significativo en la actividad académica o sociolaboral como consecuencia del trastorno por déficit
de atención.

Los síntomas no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno generalizado del desarrollo,


esquizofrenia u otro trastorno psicótico y no se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental
(trastorno del estado de ánimo, de la personalidad o disociativo).

Un factor que reduce el reconocimiento de TDAH, especialmente en casos de hiperactividad, es el problema de


comorbilidad (alteraciones asociadas). De hecho, existe una alta correlación entre TDAH y otros trastornos
psiquiátricos. Más de 50% de los sujetos diagnosticados con TDAH también cumplen los criterios de algún
trastorno psiquiátrico, por ejemplo, trastornos afectivos, ansiedad, problemas de aprendizaje, uso de drogas, o
problemas de conducta. En adultos y adolescentes los trastornos asociados pueden ser más sobresalientes que
el TDAH.

Como casi todos los niños experimentan alguna vez los síntomas de TDAH, el especialista tiene que distinguir si
estos síntomas son mayores sustancialmente que en otras personas de la misma edad. La pregunta no es si
tiene más síntomas sino si sufre de los síntomas en forma más intensa. En el diagnóstico es necesario distinguir
si se trata de alteraciones crónicas y permanentes, o de alteraciones asociadas con alguna situación particular,
como angustia, depresión, ansiedad o uso de drogas. En los adultos es importante observar aspectos tales como
la organización del presupuesto personal o del horario diario, la habilidad para mantener la atención en tareas
cotidianas, como leer el periódico, la comunicación con los amigos y con la familia y la habilidad para mantener
un trabajo independiente.

Los estudios longitudinales indican que si se investiga a los niños durante un tiempo suficientemente largo –del
orden de décadas–, se encuentra con cierta frecuencia que los síntomas de TDAH no desaparecen totalmente. En
general, la hiperactividad tiende a disminuir, pero la inatención persiste. Estos estudios longitudinales muestran
también que los síntomas de TDAH predicen dificultades significativas para funcionar adecuadamente como
adultos. Por ejemplo, más de la mitad de los niños que sufrieron TDAH presenta graves problemas
interpersonales y alguna comorbilidad psiquiátrica cuando crecen.

Entre los síntomas frecuentemente reportados por los adultos con historia de TDAH durante la infancia están las
dificultades para concentrarse en un estímulo u objeto, cambiar el foco de atención y terminar las tareas. Estas
dificultades en encuentran hasta en 92% de estas personas. Los componentes hiperactivos son menos
frecuentes, e incluyen interrupción permanente de las tareas, dificultad para esperar turnos, e inquietud y
movimiento excesivo. En general, los adolescentes tienen más problemas escolares y los adultos más conflictos
laborales.

Se han identificado y clasificado cinco grupos de síntomas diferentes:

Problemas con activación y organización para el trabajo: La persona presenta dificultades para
organizarse y empezar a trabajar, así como para autoactivarse para las rutinas cotidianas; por ejemplo,
tiene una dificultad excesiva para iniciar trabajos de oficina o contactar personas.
Dificultad para mantener o sostener la atención: La persona tiene problemas para mantener la atención
en su trabajo. Constantemente sueña despierto o se distrae al escuchar o ver; por ejemplo, cuando lee,
frecuentemente pierde la idea y necesita releer varias veces.
Dificultad para mantener la energía y el esfuerzo. La persona tiene problemas para mantener o sostener
la energía y el esfuerzo constantes en tareas del trabajo. Este tipo de persona es muy inconsistente en su
producción y es necesario presionarla.
Malhumor y sensibilidad a la crítica: La persona es irritable, con aparente falta de motivación y sensible a
la crítica, al grado de que lo resiente por mucho tiempo.
Problemas de Memoria. La persona se autoclasifica como olvidadiza. Si alguien le hace una pregunta, pero
no le exige la respuesta inmediatamente, al rato él ya no se acordará ni siquiera de lo que le preguntaron.

Bases Cerebrales del TDAH

Como señala Ostrosky-Solis (2000b) los trastornos de atención pueden surgir de tres tipos de alteraciones:

Inhabilidad del cerebro para filtrar entradas sensoriales que compiten como señales y sonidos,
Incapacidad para inhibir los impulsos motores a estas entradas, e
Insensibilidad para retroalimentarse de sus errores y anticiparse al resultado de los eventos. Por ejemplo,
en un estudio que midió los tiempos de reacción en un grupo de niños con TDAH, se encontró que fueron
menos eficientes y mostraron incapacidad para prepararse y apretar una de varias teclas cuando se les
daba una señal visual. Tampoco se monitorearon después de cometer errores en estas pruebas y, a
diferencia de los niños sin problemas, no lograron mejorar su exactitud a pesar de la práctica.

Los estudios de neuroimagen –en los que se observa la actividad cerebral con técnicas como la Tomografía por
Emisión de Positrones– han encontrado que los niños con TDAH tienen alteraciones en la corteza prefrontal,
parte del cerebelo y ganglios basales. La corteza prefrontal derecha, y los ganglios basales, incluyendo el núcleo
caudado y el globo pálido, así como el vermis del cerebelo, son más pequeños que en los niños normales.

Estas áreas que están reducidas en tamaño son las que regulan la atención. La corteza prefrontal derecha está
involucrada en monitorear nuestra conducta, resistir la distracción y desarrollar la conciencia de uno mismo y del
tiempo. El núcleo caudado y el globo pálido ayudan a apagar las respuestas automáticas para que la corteza
prefrontal haga una evaluación más cuidadosa y coordine la información que llega de varias regiones del
cerebro. El papel de los vermis cerebelosos podría estar relacionado con regular la motivación.

A pesar de que aun no se sabe con certeza la razón de la reducción en el tamaño de algunas estructuras
cerebrales se ha postulado que puede estar relacionado con mutaciones en varios genes que normalmente son
muy activos en la corteza prefrontal y en los ganglios basales. Se piensa que es un trastorno poligenético, es
decir, en el que intervienen varios genes. Estudios familiares muestran que los hermanos de niños con TDAH
tienen de 5 a 7 veces más probabilidades de desarrollar este síndrome que niños de familias no afectadas. Los
hijos de padres con TDAH tienen 50% de probabilidad de experimentar las mismas dificultades.

Los estudios en gemelos han encontrado que un niño cuyo gemelo idéntico padece este trastorno tiene entre 11
y 18 veces más riesgo de padecerlo que un hermano no gemelo. Entre 55 y 92% de gemelos idénticos
eventualmente desarrollan esta condición. Estudios llevados a cabo en 526 gemelos idénticos (que heredan los
mismos genes) y 389 gemelos fraternales (que no son genéticamente idénticos) han encontrado que 80% de las
diferencias en atención, hiperactividad e impulsividad entre personas con TDAH y personas sin el trastorno se
puede explicar por factores genéticos.

Entre los factores no genéticos asociados con la prevalencia de TDAH se encuentran: el nacimiento prematuro, el
alcoholismo y tabaquismo materno, la exposición a altos niveles de plomo en la infancia y el daño cerebral,
especialmente aquellos que afectan la corteza prefrontal. Contrariamente a lo que se piensa el consumo de
azúcar y la falta de educación y límites no contribuyen sustancialmente al desarrollo del verdadero síndrome de
TDAH.

Bases Genéticas del TDAH

Aparentemente los genes dictan la forma en que el cerebro utiliza un importante neurotransmisor: la dopamina.
La dopamina se secreta en partes especificas del cerebro para inhibir o modular la actividad de otras neuronas,
en particular de aquellas involucradas en la emoción y el movimiento. Los trastornos de movimiento de la
Enfermedad de Parkinson, por ejemplo, son causados por la muerte de células que secretan dopamina en la
substancia nigra. Existen diversos transportadores dopaminérgicos encargados de absorber la dopamina que no
se usa, para reutilizarla posteriormente. Las mutaciones en los receptores dopaminérgicos pueden ocasionar que
éstos sean menos sensibles a la dopamina e, inversamente, las mutaciones en los genes que transportan la
dopamina pueden hacer que éstos la absorban demasiado rápido, antes de que pueda unirse al receptor de la
otra neurona. En 1995 se descubrió que los niños con TDAH tenían una variación en el gen que transporta la
dopamina (Barkley, 1995).
TDAH y Funciones Ejecutivas

La maduración de los lóbulos frontales del cerebro continúa hasta la adolescencia. Las habilidades cognoscitivas
y comportamentales relacionadas con los lóbulos frontales del cerebro se conocen como “funciones ejecutivas”.
Es precisamente cuando se requiere hacer uso de estas funciones, que se manifiestan las dificultades
cognoscitivas y comportamentales en la persona con TDAH. Se ha definido al déficit atencional como un
“desorden en el desarrollo de funciones ejecutivas en el cerebro”: Este desorden se observa en niños pequeños
que primero se muestran excesivamente inquietos y posteriormente manifiestan problemas evidentes de
atención. Los trastornos se presentan cuando hacemos una demanda intensa de estas funciones ejecutivas.

Las funciones ejecutivas se van complejizando con el tiempo. Aparece la habilidad de incrementar la capacidad
de autocontrol basado en el control interno. Esta capacidad de autocontrol nos ayuda a manejar situaciones
cognoscitivas y sociales más complejas.

Los trastornos atencionales se originan desde la infancia. En ocasiones, a estos niños se les puede calificar de
indisciplinados, necios, perezosos y poco motivados. En los adultos se manifiesta como un conjunto amplio de
síntomas crónicos relacionados con dificultades laborales, interpersonales y comportamentales.

El autocontrol –o capacidad para inhibir o retrasar las respuestas motoras y emocionales a una situación– es de
suma importancia para la ejecución de cualquier tarea. Con la edad se incrementa la habilidad para involucrase
en actividades mentales, o funciones ejecutivas que les ayudan a inhibir distracciones, recordar metas y tomar
los pasos necesarios para alcanzarlas.

Para lograr una meta en un trabajo es necesario recordar el objetivo y lo que se necesita para alcanzarlo,
detener las emociones y automotivarse. A menos que una persona pueda inhibir los impulsos y pensamientos
que interfieran, ninguna de estas funciones pueden llevarse a cabo con éxito.

En las etapas tempranas, las funciones ejecutivas se llevan a cabo externamente: los niños hablan para recordar
una tarea o resolver un problema. A medida que los niños crecen, interiorizan o hacen mas privado estas
funciones ejecutivas que previenen que otros conozcan sus pensamientos. Los niños con TDAH parecen carecer
de las restricciones necesarias para inhibir la ejecución pública de sus funciones ejecutivas.

Las funciones ejecutivas pueden agruparse en cuatro actividades mentales. Una es la operación de la memoria
de trabajo (mantener información en la mente mientras trabaja sobre una tarea, aun si el estímulo original que
aportaba la información ha desaparecido). Este recuerdo es crucial para la obtención de una meta. Aporta los
medios para el análisis, preparación y habilidad para iniciar conductas complejas. Todo esto esta afectado en
TDAH.

La interiorización del lenguaje autodirigido es otra función ejecutiva. Antes de los 6 años de edad, los niños
hablan en voz alta, se recuerdan cómo ejecutar una tarea o cómo resolver un problema (por ejemplo, “¿dónde
puse el libro?”). Este lenguaje externo progresivamente se interioriza y desaparece hacia los 10 años. El
lenguaje interno permite reflexionar acerca de uno mismo, seguir reglas e instrucciones, utilizar el
autocuestionamiento para seguir reglas e instrucciones, como una forma de resolver problemas y construir meta
reglas (bases para comprender las reglas). En los niños con TDAH la interiorización del lenguaje está retrasada.

Una tercera función ejecutiva es el control de la emoción, motivación y nivel de activación. Estos controles
ayudan al individuo a alcanzar las metas permitiéndole retrasar o alterar reacciones emocionales potencialmente
distractores y generar emociones y motivaciones privadas. Quien pueda retener sus pasiones inmediatas se
puede comportar de manera más aceptable socialmente.

La cuarta función ejecutiva incluye dos procesos relacionados: separar las conductas observables y combinar las
partes en una nueva acción que no estaba previamente aprendida. La capacidad de reconstrucción le suministra
al humano un mayor grado de fluidez, flexibilidad y creatividad, permitiéndole al individuo dirigirse hacia una
meta sin tener que aprender todos los pasos necesarios de memoria. Esta capacidad de reconstrucción es la que
permite a los niños, a medida que maduran, dirigir su conducta a través de intervalos más prolongados y
combinar conductas en cadenas más largas para obtener una meta. Los niños con TDAH son menos capaces de
reconstruir.

Al igual que sucede con el lenguaje, las otras funciones ejecutivas se interiorizan durante estadios típicos en la
niñez. Esta privatización es esencial para crear un pensamiento verbal y una representación interna del mundo.
A medida que maduran, los niños son capaces de comportarse interiormente, de enmascarar sus conductas y
sentimientos ante los otros. La inatención, la hiperactividad y las conductas impulsivas de los niños con DAH
están relacionadas con una falla para seguir instrucciones internas y una incapacidad para contener o refrenar
sus propias conductas inapropiadas.

Diagnóstico del TDAH

Desde hace unos años, una cantidad creciente de adolescentes y adultos están buscando evaluaciones y
tratamientos para su falta de atención. Son personas que tienen dificultades crónicas para mantenerse alertas o
suficientemente concentrados cuando escuchan o leen, y también presentan dificultades permanentes en las
relaciones interpersonales.

Cuando el TDAH se observa como un trastorno disruptivo en los niños, el diagnóstico se hace generalmente con
base en los informes de padres y maestros; también se utilizan cuestionarios para conocer el comportamiento
del niño en la casa y en la escuela. También es importante hacer una valoración de los procesos cognoscitivos.
Para llevar a cabo una valoración neuropsicológica es necesario utilizar instrumentos estandarizados y validados
ya que el diagnóstico se realiza en relación a los datos normativos y la comparación con los pares de la misma
edad y nivel educativo. El estudio de adolescentes y adultos ha identificado nuevos modelos en los que estos
desórdenes emergen como un conjunto de alteraciones cognoscitivas que pueden estar o no estar acompañadas
de conductas impulsivas e hiperactividad.

Los adultos y adolescentes con problemas de inatención tienen dificultades crónicas para iniciar tareas
relacionadas con la escuela o el trabajo, mantener el esfuerzo para completar proyectos, organizar rutinas
cotidianas y utilizar la memoria de trabajo. Se estima que cerca del 3 al 5% de los niños en edad escolar
presentan TDAH y que alrededor del 30 al 50% de éstos continúan teniendo problemas cuando se convierten en
adultos. Por lo tanto, se estima que del 2 al 3% de la población adulta puede cumplir los criterios diagnósticos
para TDAH. Longitudinalmente se sabe que lo adultos que tienen TDAH presentan algunos defectos cognoscitivos
(particularmente en la ejecución de tareas que requieran atención), problemas psicosociales, dificultades
académicas y un limitado avance vocacional. En ocasiones pueden tener problemas psiquiátricos y una incidencia
alta de abuso de drogas.

El Manual estadístico y diagnóstico de la Sociedad Americana de Psiquiatría, en su última edición (DSM-V),


requiere 6 de 9 síntomas de inatención y 6 de 9 síntomas de hiperactividad-impulsividad para el diagnóstico de
DAH. Debe existir, además, evidencia clara de alteraciones funcionales observables en diferentes ambientes, así
como mostrar su inicio desde la infancia. El TDAH no surge de repente a la edad de 30 años.

A continuación se enlistan las principales características del TDAH de acuerdo a la clasificación del DSM-V.

INATENCIÓN
1. No pone atención a los detalees y comente errores por descuido en sus tareas.
2. Tiene dificultades para sostener la atención en las tarea y en los juegos.3. No parece escuchar lo que se dice.
4. No sigue las instrucciónes o no termina las tareas en la escuela o actividades en la casa
a pesar de comprender las órdenes.
5. Tiene dificultades para organizar sus actividades.
6. Evita hacer tareas o cosas que le demanden esfuerzos.
7. Pierde sus útiles o las cosas necesarias para hacer sus actividades.
8. Se distrae fácilmente con estímulos irrelevantes.
9. Es olvidadizo en las actividades de la vida diaria

HPERACTIVIDAD - IMPULSIVIDAD
10. Mueve en exceso las manos y los pies mientras está sentado.
11. Se levanta de su asiento en la clase o en otras situaciones donde debe estar sentado.
12. Corretea y trepa en situaciones inadecuadas.
13. Tiene dificultades para relajarse o practicar juegos donde deba permanecer quieto.
14. Está permanentemente en marcha, como si tuviera un motor por dentro.
15. Habla demasiado.
16. Contesta o actúa antes de que se le terminen de hacer las preguntas.
17. Tiene dificultades para hacer filas o esperar turnos en los juegos.
18. Interrumpe las conversaciones o los juegos de los demás.

Entre los síntomas de comorbilidad asociados TDAH se incluyen: baja autoestima, ansiedad, depresión, conducta
antisocial, consumo de sustancias adictivas en la adolescencia, dificultades de aprendizaje y fracaso escolar,
trastorno opositivo desafiante.
El diagnóstico de TDAH requiere:

1. Evaluación profesional.
2. Documentación actual y seguimiento.
3. Influencia del trastorno funcional anterior y actual en el funcionamiento cotidiano. Registro de
actividades cotidianas.
4. Impacto del trastorno. Debe demostrase con pruebas neuropsicológicas o psicoeducativas.
5. Exclusión de otras posibles causas.
6. Diagnóstico especifico de acuerdo con criterios determinados.
7. Recomendaciones.

Tratamiento del TDAH

Si el TDAH es una falla en la inhibición de conductas, interiorización y control de las funciones ejecutivas, la
existencia de ambientes estructurados será de gran beneficio. La creación de ambientes estructurados puede ser
un importante complemento de la terapia farmacológica. Los inhibidores de la recaptura de la dopamina y de la
noradrenalina como el Metilfenidato y la Atomoxetina ayudan a incrementar la capacidad para inhibir y regular
conductas impulsivas. Estos medicamentos actúan inhibiendo al transportador de la dopamina y de la
noradrenalina, aumentando el tiempo en que estos neurotransmisores se unen a los receptores de otras
neuronas. Los niños con TDAH que utilizan estos fármacos son menos impulsivos, inquietos y distraídos, son
capaces de recordar información importante, pueden ser más productivos académicamente, tener un mejor
lenguaje interno y mayor autocontrol.

El entrenamiento a los padres y maestros en técnicas de manejo comportamental es muy importante. Estas
técnicas ayudan a los niños en el aprendizaje de reglas sociales y a mejorar su capacidad para anticipar eventos.
También las técnicas de verbalización como por ejemplo, el diálogo continuo y la verbalización de las acciones
han demostrado ser particularmente útiles en el tratamiento de estos niños.

5.9 Mutismo acinético

Como señala Portellano (1935), el mutismo acinético es un


severo trastorno atencional que fue descrito para definir una
grave alteración del estado de vigilia que se acompaña por
una profunda apatía, falta de iniciativa psíquica, motora o
verbal e indiferencia frente a todo tipo de estímulos. Los
pacientes carecen de movimientos espontáneos y no
responden a órdenes, preguntas o estímulos, permaneciendo
en silencio de forma permanente.

Existen diferentes grados de mutismo, desde un estado de


abulia con inhibición psicomotora, apatía, pobreza de
lenguaje y pérdida de la espontaneidad, hasta un estado
vegetativo crónico en los casos de mayor gravedad. Se han
descrito dos modalidades de mutismo según la localización de las lesiones:

a) Mutismo acinético anterior, secundario a tumores localizados en torno al tercer ventrículo o causado
por infartos de la arteria cerebral anterior que afectan al giro cingulado de ambos hemisferios.
b) Mutismo acinético posterior causado por infarto mesencefálico que lesiona al sistema reticular
activador ascendente e implica al tálamo, quedando inactivas las vías dopaminérgicas.

6. Rehabilitación neuropsicológica

Rehabilitación de los trastornos atencionales


Los déficit atencionales y en la autorregulación son las complicaciones más comunes posteriores a diversos
desórdenes, como en el TDAH, la esquizofrenia, trastornos afectivos, enfermedades neurológicas y en el
traumatismo craneoencefálico, sin importar la edad de instalación del daño. La necesidad de rehabilitar los
déficits atencionales surge de la premisa básica de que un adecuado nivel atencional es un prerrequisito
necesario para el procesamiento eficiente de la información y un precursor para la memoria y otros procesos
cognitivos; la atención tiene también un papel esencial en la realización exitosa de actividades de la vida diaria.
En muchos casos, las quejas de memoria son la consulta más frecuente, sin embargo en muchos casos los
trastornos de memoria reflejan una alteración subyacente en el proceso atencional. Es importante considerar
que los problemas atencionales dificultan el entrenamiento o rehabilitación de otros procesos cognitivos, de ahí
la importancia de incluirlos en los programas de rehabilitación.

Los programas que han sido desarrollados para la rehabilitación de la atención incluyen:
1. el trabajo directo en el proceso de atención (incluyendo el entrenamiento en el procesamiento atencional, la
medicación y la bio-retroalimentación),
2. entrenamiento en habilidades específicas, y
3. modificación del medioambiente, automanejo y apoyo.

El entrenamiento (o reentrenamiento) en habilidades específicas menciona que es posible llevar a cabo estas
actividades en pacientes con daño cerebral, usando las habilidades preservadas, sin embargo, en quienes no
tienen daño cerebral se utiliza el reentrenamiento en la tarea.

El uso de la técnica de entrenamiento en habilidades específicas ha sido criticado ya que se tienen pocas
expectativas o en ocasiones ninguna de obtener una generalización a habilidades que no han sido entrenadas,
mientras que en el entrenamiento del procesamiento atencional, de acuerdo a la teoría es posible entrenar el
proceso atencional subyacente, el cual repercute en funciones cognitivas más complejas.

Existen programas de entrenamiento centrados en particular en alguno de los aspectos citados anteriormente.
Por ejemplo, el Sistema de Entrenamiento Atencional (ATS por sus siglas en inglés), es un programa multinivel
que aborda la atención desde diferentes perspectivas incluyendo la atención focalizada, la atención sostenida, la
atención selectiva, el alertamiento, y la atención dividida (Sohlberg y Mateer, 2001). Este sistema computarizado
permite al instructor dar retroalimentación al usuario al ganar o perder puntos por las tareas realizadas, además
automonitorear la ejecución ya que cada vez que se escucha un sonido éste es grabado y se puede saber cuándo
se puso o no atención. Este programa cuenta un una grabación que alienta al usuario a seguir realizando la
tarea; proporciona el tiempo de ejecución lo cual ayuda al usuario a realizar la actividad en un tiempo
establecido. Los pocos estudios sobre el uso de ATS en rehabilitación señalan efectos positivos, pero sólo
mientras se trabaja con el programa. No hay cambios en el mantenimiento de la atención en ausencia de claves
externas, por lo que su uso a largo plazo no es apoyado por la literatura (Riccio y French, 2004).

El programa ¡Pon Atención!, se basó en las características del


ATP pero está diseñado para personas con disfunciones
cognoscitivas menos severas (Sohlberg y Mateer, y Stuss,
1993) y se ha enfatizado su uso en niños. Las tareas incluyen
tanto estímulos visuales como auditivos que van
incrementando en grado de dificultad de acuerdo a la tarea,
además requiere que se cumplan ciertos criterios para poder
pasar a la siguiente etapa de la actividad. Este programa, ha
demostrado ser eficaz en pacientes con TDAH y traumatismo
craneoencefálico.

Para determinar la importancia del entrenamiento cognitivo


de la atención y la modificación en la funcionalidad neuronal,
Penkman y Mateer (2004) realizaron una medición con potenciales relacionados a eventos (PRE) usando el
paradigma oddball P300, es decir, se pedía a los pacientes que prestaran atención al estímulo que era
incongruente o diferente dentro de una serie de estímulos. Después del entrenamiento cognitivo se observó un
incremento en las ondas N100 y P200 (relacionados con la atención) al igual que en la P300. Sin embargo, las
diferencias individuales fueron muy importantes en este estudio, por lo que la mejoría y el área cerebral dónde
hubo mejoría dependía también del tipo de lesión, edad del paciente y otras variables.

La Técnica de entrenamiento Atencional (ATT) (Wells, 1990) es un programa que consiste en ejercicios de
atención selectiva, cambio atencional y atención dividida. Los tres objetivos fundamentales son modificar la
intensidad y amplitud de la atención, incluyendo la autofocalización y el incremento del control atencional. El
programa proporciona un monitoreo auditivo que incrementa gradualmente en nivel de dificultad conforme
avanza el entrenamiento. Debido a la redirección de la atención a otros estímulos se sugiere que ayuda a
disminuir la ansiedad. Desafortunadamente son escasos los estudios que sustentan su uso en poblaciones con
trastornos atencionales.

El programa Módulo Remedial de la Orientación (ORM), incorpora principios conductuales, la práctica y ejercicios
en computadora para trabajar con déficits atencionales (Ben-Yishay, Piasetsky, & Rattok, 1987). Está
conformado por cinco módulos, cada uno incrementando en grado de dificultad, las actividades están diseñadas
para trabajar con el foco atencional, la concentración, la modulación de respuestas, la pauta interna, la
discriminación, el mantenimiento del ritmo y la toma de decisiones. De igual forma, las tareas sirven para
promover la activación y alerta, incrementar la detección y facilitar el procesamiento rápido auditivo y visual, con
retroalimentación inmediata del desempeño.

La Biot-retroalimentación es una técnica que también se ha utilizado en el tratamiento de los trastornos


atencionales. La bio-retroalimentación con EEG se basa en el condicionamiento operante, por medio de la
retroalimentación se entrena a los pacientes para modificar la amplitud, frecuencia y coherencia de sus ondas
cerebrales. En los pacientes con trastornos atencionales se ha reportado un aumento de las ondas theta, delta,
y alfa (involucradas en el estado somnoliento) y un decremento de la onda beta (relacionada con el proceso
cognitivo más activo). El biofeedback trabaja en entrenar el aumento de las ondas beta y disminución de theta.
Sin embargo existe amplia controversia acerca de la efectividad de esta técnica.

Ambientes virtuales

Los programas arriba mencionados están diseñados para trabajar en ambientes cerrados, como en el
consultorio, en escuelas, o en casa, pero es difícil para el rehabilitador asistir a la casa de las personas, a su
comunidad, a la escuela, o a los lugares de empleo, lo cual tiene una limitante sobre la generalización de los
procesos cognoscitivos tratados. Una solución a este problema ha sido incorporar el uso de ambientes virtuales,
en los que por medio de un software y unos lentes especiales, es posible que el individuo se encuentre en un
ambiente habitual para él (por ejemplo su casa) y así el terapeuta tiene mayor acceso al trabajo de las
habilidades que requiere en un ambiente “real” y facilita el impacto sobre las actividades de la vida diaria. En la
actualidad esta nueva tecnología incluye un sistema caro y de difícil acceso para el trabajo cotidiano, aunque ha
generado muchas expectativas hacia el futuro, ya que se puede utilizar para rehabilitar o tratar distintos tipos de
trastornos psicológicos y neurológicos.

Rehabilitación de Síndromes Específicos

- Síndrome de Balint: Lopera (2002) propone los siguientes ejercicios de rehabilitación de los trastornos
atencionales en el Síndrome de Balint. :

1. Seguimiento visual. Consiste en seguir visualmente un estímulo en movimiento a través del campo
visual, tratando de no perderlo de vista. El examinador desplaza el estímulo desde el campo visual sano
hacia el campo visual alterado con el fin de tener un mayor éxito en el seguimiento. La velocidad del
desplazamiento podrá incrementar a medida que progresa la recuperación.

2. Seguimiento digital. Cuando el seguimiento visual es muy difícil el paciente puede ayudarse con
seguimiento digital, eliminándolo tan pronto le sea posible y hacer sólo el digital.

3. Indicadores. El indicador ha sido una estrategia muy utilizada en casos de hemi-inatención, en especial
en tareas de lectura. Colocar una o varias líneas bien resaltadas a color o puntos o números al inicio de
cada renglón facilita al paciente la tarea de cubrir la totalidad del campo visual. Los indicadores se van
disminuyendo de manera gradual hasta hacerlos desaparecer por completo en el estado final de la
recuperación. La utilización del dedo índice como indicador focal, podría complementar la ayuda de
indicadores de línea para contrarrestar la tendencia del paciente con heminegligencia a seguir ignorando
la primera parte del estimulo.

4. Cancelación. Es un trabajo de búsqueda de un estímulo distribuido en todo el campo visual y que el


paciente debe tachar en el menor tiempo posible.

5. Decisión perceptual. Se presentan dos imágenes complejas similares en la pantalla para decidir en el
menor tiempo posible si son idénticas o diferentes. La presentación puede hacerse en uno u otro
hemicampo visual y comportarse la eficiencia tanto desde el punto de vista de aciertos como de rapidez
en la toma de la decisión. El terapeuta refuerza el ejercicio en el hemicampo más afectado.

6. Lectura secuenciada de imágenes. Utilizando un indicador (camino o calle) que contenga múltiples
imágenes secuenciadas, el paciente describe cada uno de los estímulos visuales que va encontrando en el
recorrido. Éste puede hacerse de derecha a izquierda en casos de heminegligencia izquierda, o de arriba
hacia abajo en casos de déficit en la mirada vertical. O combinando las dos situaciones, desplazamiento
de arriba hacia abajo y de derecha a izquierda.

7. Tiempo de reacción visual. Es un ejercicio que sobre todo busca aumentar la eficiencia en la percepción
visual identificando en el menor tiempo posible la forma o el estímulo visual presentado en la pantalla
(imágenes, formas, palabras, etc.).

8. Eludir obstáculos. Consiste en tareas de desplazamiento a través de un espacio que contiene obstáculos
localizados en ambos lados del campo visual.

9. Descripción de imágenes. Se describen lugares o imágenes situacionales con riqueza variable de


detalles. Al principio la exploración visual debe guiarse con un indicador externo por parte del terapeuta o
resaltando las imágenes localizadas en el hemicampo comprometido.

10. Conteo de objetos. Aquí no importa tanto el reconocimiento como el recorrido organizado de la mirada
captando la totalidad de los estímulos del campo visual. Por lo tanto se trata de identificar el número de
objetos que se le presentan incrementándolos de manera progresiva. Para facilitar la tarea en fases
iniciales pueden distribuirse de modo simétrico o en forma lineal.

- Heminegligencia: Desde 1962, Lawson sugirió en dos pacientes con el síndrome de heminegligencia las
siguientes estrategias de rehabilitación:

1. Hacer consciente al paciente de la existencia del lado izquierdo insistiéndole una y otra vez mirar hacia
ese lado.
2. Usar una señalización digital como una clave guía en la lectura.

Diller et al. (1981) propusieron ejercicios sobre el esquema corporal. Para ello inventaron un maniquí con 12
lámparas en su dorso. La tarea del paciente consiste en tocar el botón de la lámpara que corresponde al lugar
donde es estimulado en su dorso. Si acierta en la localización, la lámpara se enciende obteniendo una
retroalimentación positiva.

Para la rehabilitación neuropsicológica se recomienda consultar los libros Rehabilitación Neuropsicológica del
Daño Cerebral (Ostrosky, Ardila y Chayo, 2000b) y Cognitive Rehabilitation. An Integrative Neuropsychological
Approach (Sohlberg y Mateer, 2001).

También se han desarrollado programas de entrenamiento para mejorar la atención -“¿Problemas de Atención?
Un Programa para su estimulación y rehabilitación” (Ostrosky-Solís, Gómez, Chayo-Dichy, Flores, 2004)- y para
mejorar la memoria -“¿Problemas de Memoria? Un Programa para su estimulación y rehabilitación” (Ostrosky-
Solís, Gómez, Chayo-Dichy & Flores, 2005)-, en donde se han diseñado ejercicios específicos para estimular los
procesos de atención, memoria y lenguaje para población hispanohablante.

Ejercicios de autoevaluación

1. Cuando una tarea requiere de una persistencia atentiva durante un período relativamente
largo, se dice que demanda este tipo de atención:

a) Sostenida

b) Selectiva

c) Dividida
d) Control atencional

2. En su modelo se retomó una distinción que se había hecho entre el procesamiento


automático y el procesamiento consciente de información:

a) Pillsbury

b) Broadbent

c) Shiffrin y Schneider

d) Titchener

3. De acuerdo con este autor, la persona que percibe muestrea información ambiental que
modifica sus esquemas actuales, con lo cual se puede anticipar al ambiente y dirigir sus
exploraciones perceptuales y motoras:

a) Wundt

b) Neisser

c) Titchener

d) Pillsbury

4. Nombre de la estructura que, además de tener funciones motoras, contribuye a la selección


en la percepción y en las respuestas.

a) Lóbulo parietal

b) Ganglios basales

c) Sistema reticular

d) Colículos superiores

5. Nombre de la estructura localizada en el tallo cerebral y que es responsable de mantener el


nivel de alerta al ejercer una influencia excitadora en el cerebro.

a) Tálamo

b) Globo pálido

c) Formación reticular

d) Cuerpo estriado

6. Área que permite el monitoreo del ambiente para favorecer la detección de cambios.

a) Área posterior de la corteza

b) Lóbulo temporal

c) Área anterior de la corteza

d) Lóbulo frontal

7. Está integrado por fibras que van desde la corteza frontal hacia el tálamo y el tallo cerebral
permitiendo el reclutamiento y modulación de sistemas cerebrales inferiores.

a) Sistema reticular ascendente


b) Tálamo

c) Sistema activador reticular descendente

d) Colículos superiores

8. Esta región se ha considerado importante para la selección de respuestas y programas


motores particulares, el control de los movimientos oculares, o el reclutamiento de la atención
en servicio de una meta.

a) Lóbulo temporal

b) Lóbulo frontal

c) Lóbulo parietal

d) Lóbulo occipital

9. La función de esta estructura es integrar la información de respuestas como el nivel de


alerta, orientación o selección de información con la emoción y la selección de una respuesta.

a) Putamen

b) Cuerpo estriado

c) Corteza del cíngulo

d) Núcleo caudado

10. De acuerdo con Posner y Petersen, la habilidad para desarrollar y mantener un estado de
alerta depende de la integridad del hemisferio derecho y del neurotransmisor llamado:

a) Norepinefrina

b) Glutamato

c) GABA

d) Dopamina

11. Esta región se ha considerado importante para aspectos espaciales de la atención y la


asignación de los recursos atencionales a un estímulo particular o tarea.

a) Lóbulo frontal

b) Lóbulo occipital

c) Lóbulo temporal

d) Lóbulo parietal

12. El delirium que se presenta en el Síndrome Confusional se caracteriza por un cambio


global en el estado mental donde la principal alteración es sobre:

a) la selectividad

b) el tono atencional

c) la concentración

d) la filtración
13. El trastorno que indica una falla para responder u orientarse hacia un estímulo que se
encuentra presente justo en el lado contrario a la lesión cerebral se llama:

a) Déficit de Atención

b) Síndrome de Balint

c) Asimultagnosia

d) Heminegligencia atencional

14. En pacientes que muestran severa negligencia, comúnmente está dañada, en el hemisferio
derecho, la región inferior del …

a) lóbulo parietal

b) lóbulo occipital

c) lóbulo temporal

d) tálamo

15. El fenómeno de extinción puede presentarse junto o separado de la negligencia atencional


y es cuando el paciente no es capaz de detectar los estímulos cuando estos son presentados:

a) diferidos

b) alternados

c) separados

d) juntos

16. La heminegligencia usualmente se observa cuando el daño ocurre en la región conocida


como _______ de la región parietal del hemisferio derecho.

a) giro angular

b) giro supramarginal

c) circunvolución frontral

d) circunvolución temporal

17. El síndrome de Balint surge como consecuencia de lesiones bilaterales de la unión


parietoccipital, particularmente la región conocida como:

a) precuneo

b) ínsula

c) tálamo

d) circunvolución angular

18. Los pacientes con Asimultagnosia presentan una fijación en la atención sobre:

a) un solo estímulo

b) varios objetos
c) estímulos simultáneos

d) ningún estímulo

19. El TDAH es un trastorno que se origina como una falla en el desarrollo en los circuitos
cerebrales que son responsables de procesos como:

a) inhibición y control

b) memoria y lenguaje

c) atención y concentración

d) aprendizaje y memoria

20. Las pruebas de vigilancia examinan la habilidad para _______ la atención en una tarea.

a) dividir

b) sostener

c) cambiar

d) alternar

21. las pruebas de ________ son comunes en la evaluación de la atención selectiva.

a) rastreo

b) vigilancia

c) control atencional

d) cancelación

22. Las evaluaciones computarizadas son útiles para evaluar la atención

a) sostenida

b) dividida

c) alternada

d) selectiva

23. En la prueba conocida como TOVA, un parámetro indicador de impulsividad es:

a) errores de omisión

b) errores de comisión

c) tiempo de respuesta

d) respuestas anticipadas

ENVIAR RESPUESTAS

Anexos
Resumen

Bibliografía

Resumen

En este módulo hemos estudiado los aspectos conceptuales


de la relación entre estrés y salud mental. En la actualidad ya
no se discute el papel que juega el estrés en el desarrollo y
mantenimiento de determinadas enfermedades, tanto físicas
como psíquicas y, por otra parte, el hecho de que la salud
física se deteriore repercute negativamente sobre la salud
mental del individuo.

La relación entre el estrés y la salud mental es muy estrecha.


Percibir una situación como estresante depende de múltiples
factores que podemos resumir en los siguientes: la
incapacidad o dificultad para predecir los acontecimientos, el
carácter incontrolable de la situación, la falta de apoyo social
y el estilo de afrontamiento de la situación.

Se ha relacionado el estrés con diferentes estados del


organismo tanto psíquicos como físicos que repercuten negativamente en la salud mental del individuo, por lo
que nos hemos centrado en la influencia del estrés sobre determinadas enfermedades y estados físicos y
psíquicos y en las posibles repercusiones sobre los sujetos. La salud mental se deteriora en muchos estados
físicos y psíquicos que el individuo percibe como inadecuados.

Después de estudiar el concepto del estrés, nos hemos centrado en las aportaciones de autores clásicos en la
investigación sobre las situaciones estresantes y en los diferentes modelos explicativos sobre el término. Hemos
estudiado también que el estrés influye sobre la salud física y mental de las personas a través de complejas
interconexiones entre ambos tipos de salud. Así también, la influencia del estrés en la salud general de los
sujetos con el ejemplo del desarrollo de patología cardiovascular a partir de situaciones estresantes, es decir, el
papel del estrés en el desarrollo de la enfermedad.

Finalmente, hemos visto las diferentes enfermedades en cuyo origen y mantenimiento se ha demostrado la
influencia del estrés así como la hipótesis de la reactividad cardiovascular ante el estrés en laboratorio como
futuro marcador de la hipertensión arterial como ejemplo ilustrativo de las múltiples interconexiones entre estrés
y salud.

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