Está en la página 1de 1

EJERCICIO DE AUTOACEPTACIÓN: ACEPTAR NUESTRO FÍSICO

Empezaremos por un ejercicio simple que te pondrá en el camino para empezar a aceptarte. Debes
situarte frente a un espejo en el que puedas contemplar por entero tu cuerpo y tu cara. Intenta prestar
atenció n a lo que observas y a los sentimientos que empiezan a surgir. Mucha gente experimenta
rechazo al comenzar con este ejercicio, así que no te preocupes y esfuérzate por seguir delante del
espejo.

Como a casi todo el mundo, habrá  partes de tu cuerpo o de tu rostro con las que estará s contento
mientras que habrá otras que no te gustará tanto observar o que te causarán rechazo. Por ejemplo, es
posible que pienses que tienes unos ojos muy bonitos pero que tus caderas son muy anchas. O quizá
empiecen a preocuparte los signos de la edad: arrugas, pérdida de pelo, flacidez…

Todas las personas sienten ese tipo de complejos, así que, aunque los sentimientos que notes al
observarte te resulten desagradables, debes hacer el esfuerzo de continuar. Lo má s fá cil es huir, negar
lo que uno está viendo y esconderlo en lo má s hondo de la mente pero eso no nos ayudará a sentirnos
mejor con nosotros mismos y aceptarnos tal y como somos. Se trata de una huida fá cil, una negació n de
la realidad que, aunque en un primer momento nos tranquilice, só lo conduce a una baja autoestima y a
sentirnos desgraciados.

Tenemos que seguir mirando nuestra imagen e intentar decirnos a nosotros mismos “Me acepto a mí
mismo por completo, sean cuales sean mis defectos”. Intenta mantenerte relajado y respirando
profundamente y repítete la frase a ti mismo una y otra vez durante uno o dos minutos. No tengas prisa
y reflexiona sobre lo que está s diciendo y sobre los sentimientos que te provoca. Es posible que las
primeras veces esa frase te resulte vacía pero poco a poco, irá s creyendo en ella.

Puede que mientras estés diciendo la frase, tu mente se encargue de protestar con frases como “No me
gusta mi nariz”, “Me estoy poniendo muy gordo” o “¿Có mo me voy a aceptar con esta pinta?”. Aceptarse
a sí mismo no significa gustarse por completo y no desear cambiar nada. Significa dejar de negarse la
verdad, aceptar que tu cara y tu cuerpo son los tuyos, sean como sean. Es decirte a ti mismo “Este soy
yo ahora mismo y no lo niego”. Si consigues aceptarte y hacerte consciente de có mo eres en realidad,
te sentirá s má s relajado y a gusto contigo mismo.

Si practicas este sencillo ejercicio todas las mañ anas durante un par de minutos, notará s que en pocos
días has aprendido a aceptarte y, casi sin darte cuenta, empezará s a sentirte más seguro y
tu autoestima se elevará. Ademá s, al hacerte consciente de ti mismo de una forma má s relajada, te
sentirá s con má s fuerzas para hacer cambios en los aspectos que no te gustan y que está en tu mano
variar, en lugar de seguir negá ndolos sin hacer nada para cambiarlos.

A pesar de que nuestra autoestima no depende só lo de nuestro aspecto físico, el hecho de aceptar a la
persona que vemos en el espejo es el primer paso para mejorarla.

También podría gustarte