Está en la página 1de 6

La transformación del juego en construcción.

UNIVERSIDAD DEL VALLE


FACULTAD DE HUMANIDADES
DEPARTAMENTO DE FILOSOFIA

CURSO: Seminario filosofía del lenguaje I


PROFESOR: Nelson Jair Cuchumbe
ESTUDIANTE: Ángel David Silva Polo Cód. 1125336

América Latina construyendo su propia identidad

“Somos una visión, con el pecho de atleta, las manos de


petimetre y la frente de niño. Somos una máscara, con
los calzones de Inglaterra, el chaleco parisiense, el
chaquetón de Norte América, y la montera de España”.
”El problema de la independencia no es el cambio de
formas, sino el cambio de espíritu.”
José Martí

Me propongo abordar aquí uno de los problemas primordiales de la filosofía de la


liberación; el problema del pensamiento latinoamericano, la pregunta por si existe un
pensamiento auténticamente filosófico en nuestra América latina y de cómo se ha
venido construyendo este pensamiento a lo largo de la historia (haciendo referencia aquí
al pensamiento como la identidad o el rostro que se construye).

Antes de la conquista Europea lo que conocemos ahora como América latina era una
cultura autentica en su tradición, un territorio totalmente aislado de otros continentes en
sus relaciones comerciales y culturales. Con la conquista Española considerada como un
gran desarrollo evolutivo, social y cultural, se dejo atrás todo pasado cultural indígena y
se adaptaron muchos de los factores culturales Europeos. A partir de este proceso de
conquista Europeo es que se viene a conocer en América latina un pensamiento
filosófico; no es que no haya habido un pensamiento autentico en nuestra América antes
de la conquista, puede que lo haya habido; pero lo que ahora consideramos como
pensamiento filosófico autentico es el pensamiento impuesto por Europa y estamos
cegados frente a la posibilidad de seguir construyendo nuestra cultura, una cultura
autentica a partir de lo que hemos ganado a lo largo de ese proceso que llamamos
historia. Estamos dependiendo de otros para construir nuestra identidad.

Aquí tratare de hacer una analogía entre la problemática a tratar de si existe un


pensamiento auténticamente filosófico en nuestra América, y si lo hay cómo se ha ido
construyendo este pensamiento a lo largo de la historia y de cómo se da un esfuerzo
La transformación del juego en construcción.

existencial de estar construyendo una identidad, explicándolo desde La transformación


del juego en construcción en Gadamer.

En Gadamer cuando hablamos de transformación hacemos referencia a un cambio total,


a algo que se convierte de golpe en otra cosa y alcanza su verdadero ser. Esta
transformación se da en un proceso de construcción de una identidad, en el cual, quien
lo realiza muestra el verdadero significado de su existencia. Hablamos de la
transformación que se da en un proceso de construcción de una identidad, en el cual se
inicia con unos saberes previos (conocer), como saberes populares y prejuicios para
llegar a un perfeccionamiento y alcanzar el verdadero ser (reconocer), es decir,
elevamos nuestro ser (conocer) hasta otro ser, un ser nuevo (reconocer).Con la
transformación lo que se logra es renovar una identidad que se construye a medida que
esta se pone en juego (aquí me referiré al juego como la tradición o la historia que
acaece).

Me propongo demostrar como América latina considerada como una cultura cósmica, es
una cultura diversa en todas sus facetas, que está abierta a cualquier tipo de
conocimiento, es una cultura viva, que a pesar de perder sus raíces indígenas en el
proceso de colonización, ha venido construyendo una identidad; una identidad que
constantemente se ha venido renovando pero que poco se arriesga en el juego.

La construcción para la transformación hacia un verdadero ser

La transformación hacia un verdadero ser, es una construcción a lo que Gadamer


denomina el giro por el que el juego humano (la historia o la tradición que está en
constante construcción) alcanza su verdadera perfección, (transformación hacia lo
verdadero), de ser arte. Hablar de transformación no quiere decir alteración. Cuando
hablamos de una alteración hablamos de algo que se altera pero sigue siendo, es decir
solo cambia una parte de ese algo y sigue manteniéndose como tal por más que se
altere. En cambio con la transformación se quiere decir que algo se convierte de golpe
en una cosa distinta, que pasa a ser su verdadero ser, frente al cual el ser anterior a la
transformación no es nada, con esta transformación lo representado se convierte en sí
mismo, en lo que es en realidad. El juego alcanza su idealidad, la de ser obra de arte1.

Entonces si hablamos de una transformación como ese cambio que se da de golpe, cabe
hablar de cómo se da este proceso de transformación en nuestra cultura latinoamericana.
Este se da de tal manera que su identidad no se mantiene para nadie, como dice José
Vasconcelos se ha dado como una continua destrucción y sustitución de culturas en
lugar de un crecimiento y evolución regular de un periodo hacia el otro. Vasconcelos
nos dice que nuestras maneras culturales son como un tallo que brinda una bella flor
solo para morir sin dejar semilla, y que por lo tanto la tierra permanece estéril hasta
que otra flora accidental, independiente de la que le precedió, cobra vida. 2
Latinoamérica no lleva un proceso de construcción propio, está jugando a ser otro, es
decir esta aparentando ser otro, colocándose en una posición distinta a la propia; está
1
Gadamer, Verdad y Método, 1984, pág. 155.
2
José Vasconcelos, La otra raza cósmica, Edit. Almadía, 2010, pág.28-29
La transformación del juego en construcción.

negando su continuidad consigo misma. Como nos diría Gadamer: La transformación


en una construcción no es un simple desplazamiento a un mundo distinto. 3
Latinoamérica está en una constante transformación, pero sin llevar un proceso de
construcción propio, se disfraza y su transformación consiste en un cambio de disfraz;
no es que no quiera ser reconocida y por eso aparenta ser otro o se hace pasar por otro
cubriendo su identidad con un disfraz, lo que pasa es que Latinoamérica es una cultura
en trance de crecimiento. Su identidad aun se presenta como interrogante, por eso ese
cambio de formas o de disfraz se presenta como esa búsqueda de una identidad perdida
(al adaptarse un modelo Europeo a la cultura, se ha perdido gran parte de la identidad),
la cual sin darnos cuenta se ha venido construyendo dentro de esa misma búsqueda.

Para Gadamer la construcción de una identidad implica un esfuerzo existencial que es


experiencia de construcción, en donde lo que se busca es una transformación hacia un
verdadero sentido, un verdadero ser, una verdadera identidad, en donde el sujeto que
participa del juego y que tiene una variedad de expectativas construye su conocimiento
y busca transformarlo; el sujeto busca llevar su conocimiento a su máximo estado de
perfección, a su estado ideal. El sujeto en su experiencia de construcción gana
conocimiento y ensancha su tradición; construye su identidad.

Se puede decir que este proceso de construcción de una identidad, como la construcción
de un rostro en donde ya el sujeto que es parte de una historia (acaecer del juego) se
pregunta por su verdadero ser para empezar a dar cuenta de ello; este es el
descubrimiento de nosotros mismos. Latinoamérica está en trance de crecimiento, está
intentando descubrir su identidad perdida (la identidad que se presenta como
interrogante); es una búsqueda que a su vez ha sido proceso de construcción. Este
proceso de construcción que apunta al horizonte de un verdadero ser, que se puede
interpretar como un proceso de crecimiento en el sujeto o como dice Octavio Paz: es la
etapa de crecimiento del adolescente que queda suspenso ante la infinita riqueza del
mundo:

“El adolescente se asombra de ser. Y al pasmo sucede la reflexión:


inclinado sobre el rio de su conciencia se pregunta si ese rostro que aflora
lentamente del fondo, deformado por el agua, es el suyo. La singularidad
de ser –pura sensación en el niño- se transforma en problema y pregunta,
en conciencia interrogante.4”

Cabe hablar aquí del concepto de mimesis o de la imitación (concepto que le subyace a
todo arte, parte evidente mente del juego que, como danza, es la representación de lo
divino). Gadamer nos dice que el concepto de imitación solo alcanza a describir el juego
del arte si se mantiene presente el sentido cognitivo que existe en la imitación. 5 El que
imita algo, hace que aparezca lo que él conoce y tal como lo conoce. Un ejemplo de ello
es el niño pequeño que empieza a jugar imitando, y lo hace poniendo en acción lo que
3
Gadamer, Verdad y Método, 1984, pág. 156.
4
Octavio Paz, El laberinto de la soledad (colección popular), 1972, pág. 11.
5
Gadamer, Verdad y Método, 1984, pág. 157.
La transformación del juego en construcción.

conoce y poniéndose en acción a sí mismo. El niño pone en acción lo que conoce a


manera de imitación como si fuera un disfraz, pero el niño no pretende aparentar algo,
ni ocultarse para ser adivinado, como dice Aristóteles, lo que busca el niño con este
disfraz es hacer una representación de tal manera que solo haya lo representado. El niño
no quiere ser reconocido a ningún precio por detrás de su disfraz. No debe haber más
que lo que él representa, y si se trata de adivinar algo, es qué es esa representación.6 ¿A
qué se hace referencia cuando se habla de un conocimiento que se representa?

El conocimiento que se representa es la identidad, es el conocimiento ganado que al


representarse muestra un rostro, pero es un rostro imperfecto; es un rostro que no ha
realizado un verdadero proceso de transformación y no muestra el verdadero significado
de su existencia. ¿Entonces en qué consiste este verdadero proceso de transformación?
Un verdadero proceso de transformación nos lleva a un reconocer, a un estado de
perfección y exaltación, es el paso hacia el verdadero ser; es el producto de una
construcción. Con la transformación se logra renovar la identidad que se ha venido
construyendo, es ese paso en el que la identidad deja de presentarse como interrogante,
como en el caso del adolecente para convertirse en su verdadero ser, en algo ya
propiamente construido.

“No importa, pues, que las respuestas que demos a nuestras preguntas
sean luego corregidas por el tiempo; también el adolescente ignora las
futuras transformaciones de ese rostro que ve en el agua: indescifrable a
primera vista, como una piedra sagrada cubierta de incisiones y signos, la
máscara del viejo es la historia de unas facciones amorfas, que un día
emergieron confusas, extraídas en vilo por una mirada absorta. Por virtud
de esa mirada las facciones se hicieron rostro y, más tarde, mascara,
significación, historia.7”

América Latina siempre ha estado dentro de una experiencia de construcción; dentro su


búsqueda y su constante cambio de forma intentando descubrir su identidad, ha venido
ganando conocimiento, ha ensanchado su tradición. Latinoamérica es una cultura
siempre abierta a una relación con el otro, y en esto consiste su constante cambio de
forma, es decir, Latinoamérica está siempre ganando conocimiento en relación con otro,
esta siempre dispuesta a una relación con el otro para ensanchar su tradición y forjar su
rostro, su identidad. Esto es lo que hace que Latinoamérica sea una cultura cósmica, que
consta de una gran variedad de formas, pero que ha venido forjando un solo espíritu;
espíritu guiado por pasiones, valores, sentimientos, y propósitos que determinan su
acción. Esto es Latinoamérica, una cultura que se adapta a una multiplicidad de
conocimientos, como dice el cantante y compositor René Pérez Joglar: Su piel es de
cuero y por eso aguanta cualquier clima.8

Latinoamérica es una cultura autentica, con un gran espíritu, que no ha alcanzado su


estado ideal, no ha perfeccionado su conocimiento, que no ha dado ese gran paso hacia
6
Gadamer, Verdad y Método, 1984, pág. 158.
7
Octavio Paz, El laberinto de la soledad (colección popular), 1972, pág. 12.
8
Calle 13, Latinoamérica (canción), 2011.
La transformación del juego en construcción.

un reconocer. América Latina aun está construyendo su identidad; tiene la esperanza de


encontrarla y la sigue buscando entre otras culturas, entre los hombres, como dice
Octavio Paz:

“Quien ha visto la esperanza, no la olvida. La busca bajo todos los cielos


y entre todos los hombres. Y sueña que un día va a encontrarla de nuevo,
no sabe dónde, acaso entre los suyos. En cada hombre late la posibilidad
de ser o, más exactamente, de volver a ser, otro hombre. 9”

América Latina quiere descubrir su identidad, y ese es su gran propósito, lo que no nos
hemos dado cuenta es que en ese mismo proceso de búsqueda para descubrir nuestra
identidad, la hemos venido construyendo y ya es hora de arriesgar y de transformarnos;
ya es hora de hacer del conocimiento ganado, nuestro verdadero ser.

Bibliografía.

Hans George Gadamer, Verdad y método I, Sígueme Salamanca, 1984, (pp. 154-166).

9
Octavio Paz, El laberinto de la soledad (colección popular), 1972, pág. 31.
La transformación del juego en construcción.

Octavio Paz, El laberinto de la soledad (colección popular), Fondo de cultura


económica, 1972.

José Vasconcelos, La otra raza cósmica, Almadía, 2010.

También podría gustarte