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EL TERCER “YO SOY”

Yo soy la puerta (10:1–10)

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Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta
de las ovejas.

Jesús: el buen pastor

10 "De cierto, de cierto os digo que el que no entra al redil de las ovejas por
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la puerta, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y asaltante. Pero el
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que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. A él le abre el portero, y
las ovejas oyen su voz. A sus ovejas las llama por nombre y las conduce
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afuera. Y cuando saca fuera a todas las suyas, va delante de ellas; y las
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ovejas le siguen, porque conocen su voz. Pero al extraño jamás seguirán;
más bien, huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños."
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Jesús les dijo esta figura, pero ellos no entendieron qué era lo que les
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decía. Entonces Jesús les habló de nuevo: "De cierto, de cierto os digo que
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yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí eran
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ladrones y asaltantes, pero las ovejas no les oyeron. Yo soy la puerta. Si
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alguien entra por mí, será salvo; entrará, saldrá y hallará pastos. El ladrón
no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan
vida, y para que la tengan en abundancia.

1) La parábola del buen pastor, 10:1–6. El cap. 10 constituye el último


discurso público de Jesús y el último enfrentamiento con los dirigentes
judíos, introducido con una alegoría del buen pastor que ama y se sacrifica
por sus ovejas. Este pasaje está relacionado con la fiesta de la Dedicación
(ver 10:22), Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, celebrada
en el mes de diciembre, a los dos meses y medio de la fiesta de los
Tabernáculos.
El discurso presenta a Cristo como amor en que el pastor da su vida por sus
ovejas.
Los judíos, y especialmente los fariseos, presentados en los capítulos
anteriores como opositores hostiles a Jesús, se describen aquí como los
falsos pastores.
Este capítulo debe leerse con el trasfondo de varios pasajes en el AT
donde Dios es considerado como el buen pastor (Sal. 23:1; El Señor es mi
pastor 80:1, Isa. 40:11 Como pastor apacentará su rebaño) y algunos de los
profetas como falsos maestros y pastores.

La Biblia usa con frecuencia esta analogía. Muchos de los grandes


hombres del A.T. eran pastores (e.g., Abraham, Isaac, Jacob, Moisés,
David). Como líderes nacionales, tanto Moisés como David fueron “pastores”
de Israel.

En este capítulo Jesús se presenta como el cumplimiento de la profecía


de Ezequiel 34:23: “Yo levantaré sobre ellas un solo pastor, mi siervo David;
y él las apacentará. Él las apacentará y así será su pastor.”

A pesar de que la enseñanza principal del cap. 10 es clara y poderosa,


hay algunas dificultades.
Cristo se presenta como el buen pastor y la puerta.
También sus opositores son presentados como ladrones y asaltantes.
Sin una introducción, ni descripción del escenario, Jesús inicia su
discurso, aparentemente una continuación del cap. 9.

Una indicación de esto es que De cierto, de cierto, traducción de la doble


exclamación griega, nunca se usa para introducir un nuevo escenario ni
comenzar un nuevo discurso.
El redil era un lugar seguro contra las fieras, los ladrones y las
tempestades.

Normalmente consistía de un círculo o cuadro, rodeado por un muro de


piedras y con una sola entrada. Los pastores metían sus ovejas dentro de
ese corral para las horas de la noche y uno de ellos, el portero, se acostaba
en la abertura.

Los pastores, y los que ellos conocían, podían entrar y salir con el
permiso del que guardaba la entrada, pero éste resistiría a un ladrón hasta
la muerte si fuera necesario. La única manera segura que el ladrón tenía
para entrar sería saltando por el muro.

El hecho de subir por otra parte, y no por la puerta, lo identificaría como


ladrón y salteador.

El primero usaría sutilidad, astucia, engaño y el elemento de sorpresa


para ser inadvertido, mientras que el segundo emplearía violencia como un
asaltante y bandido.

La explicación de Cristo
“Yo soy la puerta de las ovejas” (10:7). La figura siempre es del redil. El
verdadero pastor llega a sus ovejas por medio de la puerta.
Los falsos (el ladrón y el salteador), no usan la puerta (10:8). Los
profetas, los maestros del Antiguo Testamento, los líderes religiosos, los
fieles a lo que Dios había dicho, siempre traían a los judíos (las ovejas) el
mensaje del Mesías.
Los falsos tenían otro enfoque, usualmente más egoísta.
Los verdaderos creyentes entre los judíos no seguían a esos pastores
falsos.
El pastor legítimo siempre entra por la puerta, llama a las ovejas y las
lleva a los pastos verdes.
Por sí misma, la oveja nunca sale a buscar comida; todos sabían que
esa era la costumbre debido al carácter del animal. El pastor siempre ha sido
responsable de buscar los prados más cómodos para las ovejas.
El pastor legítimo usaba la puerta del redil para atender los asuntos del
corral, por lo que éste estaba seguro.
La palabra que se traduce como “será salvo” tenía también el sentido, de
“seguro”. El ladrón que entraba saltando la pared, corría el riesgo de ser
castigado por el guardián y los dueños.
Los líderes ciegos y pastores falsos, se califican como ladrones y
salteadores. El propósito de Cristo: “…para que tengan vida y para que la
tengan en abundancia” (10:10), era opuesto al de ellos.

3. DISCURSO DEL BUEN PASTOR (10:1–21)

Era común en el Medio Oriente comparar a la gente con un pastor y sus


ovejas. Tanto los reyes como los sacerdotes se llamaban a sí mismos
pastores y a sus súbditos, ovejas.
Jesús, el pastor verdadero, vino a buscar y a sanar; sus ovejas oyen su
voz y responden a él.
10:1–2. Los vv. 1–5 describen una escena matutina de pastoreo. El
pastor entra por una puerta a un área bardeada con varios rebaños en un
redil. El área bardeada con piedra, es vigilada durante la noche por un
guardián que evita que entren ladrones y depredadores. Cualquier persona
que sube a los muros no lleva buenas intenciones.
10:3–4. En contraste, el pastor tiene derecho a entrar en el redil. A éste
abre el portero, y el pastor entra, y a sus ovejas llama por nombre, y
las saca (de los otros rebaños). Los pastores conocían bien a sus ovejas y
les daban nombres. Cuando las ovejas escuchan el sonido familiar de la voz
de su dueño, se dirigen hacia él y saca del redil a todas las propias, hasta
que su rebaño está completo. Entonces sale al campo y va delante de
ellas.
10:5–6. Si un extraño entra en el redil, las ovejas huirán de él,
porque su voz no les es familiar. El punto principal de esta alegoría
consiste en la manera en que un pastor forma su rebaño. Las personas
vienen a Dios porque él las llama.
Su respuesta al llamado del pastor es seguirle. Pero los que escuchaban a
Jesús no entendieron esta lección espiritual, aunque ciertamente
comprendieron la relación que hay entre el pastor y las ovejas. En su
ceguera espiritual, no podían ver a Jesús como el Señor, que es el pastor.
10:7–9. Por eso, Jesús desarrolló la alegoría del pastor y las ovejas de
otra manera. Después que el rebaño de un pastor ha sido separado de las
otras ovejas, se las lleva a pastar. Cerca de los prados está un corral para
el rebaño. El pastor toma su lugar en la entrada y funciona como puerta.
Las ovejas pueden salir a pastar frente al corral o, si tienen miedo, pueden
refugiarse de nuevo en la seguridad que él les da. El significado espiritual es
que Jesús es la única puerta por la que la gente puede entrar a recibir la
provisión que Dios tiene para ellos.
Cuando Jesús dijo: Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son
y salteadores, se estaba refiriendo a aquellos líderes de la nación que no se
habían preocupado por el bienestar espiritual de las personas, sino sólo por
ellos mismos. Jesús el pastor, provee protección de los enemigos para su
rebaño (el que por mí entrare, será salvo, o “mantenido a salvo”). Él
también suple sus necesidades diarias (las ovejas entran y salen y hallan
pastos).
10:10. El ladrón, esto es, un pastor falso, sólo se preocupa de
alimentarse a sí mismo, no de que las ovejas crezcan. Toma a las ovejas
para matarlas, destruyendo así parte del rebaño. Pero Cristo ha venido para
beneficiar a las ovejas. Les da vida, no limitada, sino abundante. El ladrón
quita la vida; Cristo la da en abundancia.

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Jesus dijo: yo soy LA puerta


Otros dice una puerta,
Una salida
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Jesus ES LA puerta, LA salida, LA esperanza

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