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Crea, Proclame y Viva a Cristo (17)

Juan 10:1-42 – Jesús el buen pastor

Juan 10:1-42  
14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.

El capítulo 10 de Juan es una secuela del capítulo anterior. 


Jesús todavía está en enfrentamiento con los fariseos. Líderes ciegos que se creían sabios y grandes
intérpretes de la ley. 

Esta narrativa es la continuación del discurso que nuestro Señor comenzó en presencia de los
fariseos y el ex ciego. 

Su propósito es:

1) Censurar la forma en que los fariseos trataban al hombre a quien Jesús le había dado la
visión.
2) Alentar al ex ciego en su fe y confianza.
3) Enfatizar el ministerio amoroso y salvador de nuestro Señor.

Se evidente el contraste entre el buen pastor que da su vida por las ovejas y los fariseos, que son
malos pastores, porque no se preocupan por las ovejas y las maltratan. 

El ciego de nacimiento, quién es una verdadera oveja, había sido excomulgado por las autoridades
judías, pero Jesús, el buen pastor, fue a buscarlo y lo encontró. 

Entonces esta sección es la continuación a lo revisado la semana pasada, con varios puntos a
destacar.

I.- El verdadero pastor de las ovejas (10:1-18)


II.- Las respuestas al pastor de las ovejas (10:19-29)
III.- El pastor es el Hijo de Dios (10:30-42)

I.- El Verdadero pastor de las ovejas (10:1-18)


- La parábola del pastor (10:1-6)
El Señor continúa un dialogo con las personas, y lo hace con una parábola:

1 De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que
sube por otra parte, ése es ladrón y salteador.
2 Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.
3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.
4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen,
porque conocen su voz.

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Juan 10:1-42 – Jesús el buen pastor

5 Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.
6 Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.

El Antiguo Testamento llama a menudo a Dios como un pastor y al pueblo como un rebaño (Salmo
23:1; 77:20; 79:13; 80:1; 95:7; 100:3; Isaías 40:11). 

Esto es importante, porque cuando vemos el dialogo de Jesús con los Fariseos tenemos que tener
como telón de fondo lo descrito en Ezequiel 34. 

Allí, Dios es el pastor de su pueblo y designa pastores subordinados para cuidar de su rebaño. Pero
estos pastores, como el inútil pastor de Zacarías 11:17, no obran en favor de las ovejas, sino que
abusan de ellas. 

Los pastores de Ezequiel 34 son pastores que:

- Se alimentan de las ovejas, en lugar de alimentar a las ovejas. 


- En vez de cuidar a las ovejas, estos pastores las sacrificaron, sacando su lana y comiendo su
carne. 

Estos pastores indignos son expulsados, y Dios mismo manifiesta que Él es quién se encargará de
pastorear sus ovejas. Mas promete que entregará sus ovejas a alguien digno de confianza:

Ezequiel 34:23
Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y
él les será por pastor.

Para los Judíos esta era una clara referencia Mesiánica, aquel que vendría del linaje de David.

Ezequiel 34:24-25
24 Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he
hablado.
25 Y estableceré con ellos pacto de paz, y quitaré de la tierra las fieras; y habitarán en el
desierto con seguridad, y dormirán en los bosques.

Estas profecías estaban muy presentes en la mente de los Judíos, por eso cuando Jesús está
refiriendo esta parábola del buen pastor, les está indirectamente diciendo que él mismo es el Mesías
davídico.

Por otro lado debemos saber que la parábola que Jesús cuenta puede entenderse si nos referimos a
la práctica pastoral de ese tiempo, y en aquella región. 

En Judea, un lugar de montañas y valles, había pocos lugares seguros con suficiente pasto para las
ovejas. 
Los pastores salían con sus rebaños y por la noche tenían que colocar a estas ovejas en el redil o
aprisco, un lugar seguro para protegerlas del clima, de los lobos y las hienas. 

Había dos tipos de rediles (Recinto cercado en el que los pastores guardan el ganado). 

En invierno, había un gran redil donde varios pastores llevaban sus rebaños. Este redil tenía una
puerta firme que estaba cerrada,  y cuya llave era confiada a un portero. Cada mañana el pastor
llamaba a sus ovejas y salía con ellas en busca de pastos verdes y aguas tranquilas. El pastor tenía
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Juan 10:1-42 – Jesús el buen pastor

un tipo de silbido o llamado característico que sus ovejas reconocían y salían de entre de la gran


manada para seguirle.

En verano, los pastores se quedaban con sus rebaños en los campos y los llevaban a un pequeño
redil de piedra. Este redil tenía una abertura por la cual las ovejas entraban y salían, no tenían
puertas, entonces el mismo pastor era la puerta. 

Jesús se refiere a estos dos rediles. 

En el primer redil (10:1-3), los ladrones intentaron robar las ovejas escalando las paredes. 
En el segundo redil, el pastor mismo sirvió como puerta para las ovejas (10:7). 

Jesús explica en la parábola la gran diferencia entre el ladrón y el pastor de las ovejas. 
El ladrón no entra por la puerta del redil. No es legítimo; Es usurpador. No le interesa cuidar a las
ovejas, sino robarlas. Su propósito no es servirles, sino usarles.

El pastor puede ser conocido por seis marcas. 

Primero, el pastor es de fiar, por eso el portero le abre la puerta.


Segundo, las ovejas conocen su voz. Distinguen su voz de la voz de extraños. 
Tercero, el pastor conoce a cada oveja particularmente y llama a cada una por su nombre. La
relación del pastor con las ovejas es individual. Aunque su rebaño es numeroso, conoce a cada oveja
por su nombre. 
Cuarto, el pastor saca a sus ovejas del redil y las lleva a los campos verdes y las aguas tranquilas.
Guía a tus ovejas por los senderos de la justicia. Incluso cuando pasa por el valle de la sombra de la
muerte, nunca los abandona; por el contrario, les consuela. Incluso en los desiertos, prepara una
mesa para ellas, y ante sus enemigos, unge su cabeza con aceite. 
Quinto, el pastor lidera a las ovejas. Les despeja el camino, ahuyenta a los depredadores y salvar a
tus ovejas del peligro. El pastor no golpea a la oveja como un vaquero toca al ganado, empujándolo;
El pastor es una guía. 
Sexto, el pastor es seguido por las ovejas. No siguen a extraños; ellos solo siguen al pastor.

Los fariseos no entendieron la parábola de Jesús, porque en realidad no eran pastores, sino ladrones
y asaltantes. 
No les importaba las ovejas, sino que solo buscaban sus intereses. 

Su poder despótico se había ganado por medios ilegales. Eran como ladrones, llenos engaño y e
hipocresía, de violencia y maldad. Cristo, por el contrario, había venido divinamente comisionado
como el Mesías,  el verdadero pastor que venía por sus ovejas.

El pueblo judío era representado por el total de ovejas, dentro de las cuales Jesús venía a apartar las
que son suyas.

3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.
4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen,
porque conocen su voz.

El total de las ovejas están representando al pueblo hebreo, pero de dentro de ese pueblo el
Señor llama a las que son suyas, ellas oyen su voz y le siguen. Ellas escuchan a su pastor y
salen a libertad por medio de Él.

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- La puerta de las ovejas (10:7-10)


Jesús en la parábola de los primeros versículos hace un contraste entre el pastor y los
ladrones y salteadores (10:1-6), ahora hace un contraste entre la puerta y el ladrón.

7 Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.
8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las
ovejas.
9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y
para que la tengan en abundancia.

Jesús declara categóricamente que él mismo es la puerta: yo soy la puerta de las ovejas (10:7),
como en el redil de verano. 

Ya no habla con parábolas en tercera persona, directamente dice quién es Él.

Nadie puede entrar al redil de Dios excepto a través de Jesús.


 
No hay otra puerta. 
No hay otra manera. 
No hay otro Salvador. 
No hay otro mediador. 
Jesús mismo es la puerta. 
No es una ceremonia o una doctrina. 
No es una iglesia o una denominación. 
¡La puerta es Jesús!

En estos versículos vemos cuatro verdades acerca de Jesús como la puerta de las ovejas:

Primero, Jesús es la puerta a la salvación (10: 9). Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será
salvo. 

Jesús es la puerta de la salvación, la puerta del cielo. 


Hay una puerta ancha que conduce a la perdición, pero solo Jesús es la puerta a la salvación.
Solo Jesús es la puerta del cielo. 
Nadie podrá entrar en la dicha excepto a través de Jesús. 
Nadie puede ir al Padre excepto a través de Jesús.

Esto excluye inmediatamente otros caminos como los que habían creado los Fariseos mediante el
cumplimiento de la ley de Moisés y otras reglas de hombres.

Jesus es la puerta a la salvación, pero también a la liberación.

Segundo, Jesús es la puerta a la liberación (10: 9). .. y entrará, y saldrá,. 

Hay puertas que conducen a la esclavitud, pero Jesús es la puerta que conduce a la libertad. 

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Quién entra por la puerta que es Jesús entra y sale. 

Las ovejas de Cristo son libres, no son libres para pecar,


sino libres para amar a quién les amó primero, Dios.
Dios nos llamó a la libertad.

Jesus es la puerta a la salvación, a la liberación y también a la provisión.

Tercero, Jesús es la puerta de la provisión (10: 9). […] y hallará pastos. 

Quien entra por la puerta que es Jesús encuentra pastos. 


En ella hay abundante provisión y abundante vida. 
Nuestra provisión espiritual se encuentra en Cristo.

El es nuestra comida. 
El es el pan de vida. 
El es el agua de la vida. 

El es todo lo que nadie puede ser y que sin duda esos religiosos jamas serían. 

El legalismo farisaico estaba matando gente. 

Pero aquel que iba a Jesús encontraba la salvación, la liberación, la provisión y una vida
abundante.

Cuarto, Jesús es la puerta a la vida abundante (10:10). ..yo he venido para que tengan vida, y
para que la tengan en abundancia.

Jesús es vida y vino a dar vida,


vida plena, abundante y eterna.

Cristo es todo y suficiente para sus ovejas.

Como dije:

El es nuestra comida. 
El es el pan de vida. 
El es el agua de la vida. 

Pero además:

El es el alfa y la omega.
El es el principio y el fin.
El es el Rey de reyes.
El es El Señor de señores.
El es el Hijo unigénito del Padre.
El es el Padre Eterno.
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Juan 10:1-42 – Jesús el buen pastor

El es el principe de Paz,
El es el Rey de Israel.
El es la luz del Mundo.
El es la puerta de las ovejas.
El es el camino, la verdad y la vida.
El es la vid verdadera.
El es la resurrección y la vida.
El es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
El es el León de Judá, 
la raíz de David, 
la estrella de la mañana, 
el sol de Justicia.
El es nuestra pascua.
El es la vida eterna.
El es el buen pastor.

Él es la antítesis a los ladrones y salteadores. 

¿Que podemos decir de ellos?

Primero, en cuanto a su profesión, los ladrones y salteadores no tienen legitimidad


(10:8). Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las
ovejas.

Obviamente, Jesús no se refiere a Juan el Bautista ni a los profetas, ya que ellos señalaron a Jesús
y fueron fieles en su ministerio.

1 Pedro 1:10-11 (RVR1960)


10 Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y
diligentemente indagaron acerca de esta salvación,
11 escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos,
el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras
ellos. 

Está claro que Jesús está hablando de líderes que, en lugar de llevar a las ovejas de manera segura
al redil de Dios, alejaron a las ovejas como lo acababan de hacer con el hombre ciego que fue
sanado y que por confesar a Jesús fue expulsado (9:34). 

Los fariseos, que fueron llamados por Jesús como hijos del diablo, actuaron como el ladrón
que viene a robar, matar y destruir (10:10).

En segundo lugar, los ladrones y ladrones en cuanto a su acción son devastadores (10:10). El
ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; 

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En primera instancia, el ladrón aquí es el fariseo (10:1 …..El que no entra por la puerta en el redil
de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador.). 

Estos líderes religiosos mataron y destruyeron a las personas que habían robado.

Mateo 23:15
!!Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un
prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.

El ladrón no tiene otra agenda que robar, matar y destruir. Viene solo por eso. Este es un retrato
inmediato de los fariseos. También señala a todos los líderes religiosos que oprimen y destruyen a las
personas en lugar de pastorearlas. Esta es una descripción clara del diablo mismo, inspirando a todos
los pastores falsos.

Jesus es el verdadero pastor, la puerta de la ovejas, en definitiva el es el


buen pastor.

- El buen pastor (10:11-18)


11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.

Jesús hace otro contraste, ahora entre el pastor y el mercenario. El mercenario es alguien contratado
para cuidar las ovejas, pero no es pastor ni dueño de las ovejas. Hace su trabajo solo para que le
paguen. No está allí para arriesgar su vida, sino para ganarse la vida. Sin embargo, el pastor, que es
el dueño de las ovejas, las cuida, las defiende e incluso está dispuesto a dar su vida por sus ovejas. 

Es muy singular que Él se llame el buen pastor y a nosotros nos llame ovejas.

La oveja es un animal indefenso, inseguro y miope que no puede alimentarse, protegerse o


limpiarse. 
La oveja es totalmente dependiente. 
Existe un marcado contraste entre el poder del pastor divino y la fragilidad de las ovejas. 
Existe un marcado contraste entre las necesidades de las ovejas y la rica provisión proporcionada por
el pastor.

Los grandes líderes del pueblo de Dios ejercieron el papel de pastor. 

Los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob eran pastores. 


Moisés fue un pastor. 
El rey David también fue pastor. 
Dios se llama el pastor de Israel. 
Israel se llama el rebaño de Dios. 
Judea, un lugar de montañas y valles, no era apta para la agricultura. El ganado prevaleció. Había
muchos rebaños de ovejas. 

El Mesías se nos presenta en el libro de los Salmos como:


el buen pastor que da su vida por las ovejas (Salmos 22)

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como el gran pastor que vive por las ovejas (Salmos 23)
y como el pastor supremo que volverá a las ovejas (Salmos 24)
En Juan 10:11 Jesús se presenta como el buen pastor que da vida por sus ovejas. 
El adjetivo "bueno" aquí no es agathos, sino kalos. El sentido básico de la palabra es "maravilloso”. 
La palabra kalos indica el excelente carácter de Jesús. 

Se deben destacar varias verdades acerca de Jesús como el buen pastor.

Primero, el buen pastor se sacrifica por las ovejas (10: 11,15b). Yo soy el buen pastor; el buen
pastor su vida da por las ovejas.

Jesús no es solo un pastor. El es el buen pastor. El buen pastor no es el que oprime, explota y devora
las ovejas, sino el que da su vida por ellas. Jesús hace esto explícito en los versículos 11 y 15
(pongo mi vida por las ovejas). 

Los fariseos acababan de expulsar al ciego sanado por Jesús de la sinagoga. 


Utilizaron su poder eclesiástico para oprimir a las personas y expulsarlas. 

Jesús, el buen pastor, vino no para expulsar a las ovejas, sino para dar su vida por ellas. 
Jesús vino a morir por las ovejas. Amaba a las ovejas y se entregó por ellas. 

Jesús no fue víctima de las circunstancias.


No era como un animal que se arrastra para sacrificarse
contra su voluntad.
Jesús voluntariamente dio su vida.

¿Cómo dio Jesús su vida por las ovejas?

Se ofreció como voluntario. La gente no pudo quitarle la vida.

17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.

No fue Judas quien, por codicia, llevó a Jesús a la cruz. 


No fue Pedro quien, por cobardía negó a Jesús, lo que lo llevó a la cruz. 
No fue el Sanedrín judío quien, por celos, juzgó a Jesús y lo declaró culpable de muerte y lo llevó a
la cruz. 
No fue Pilato quien, por conveniencia política, sentenció a Jesús a muerte y lo llevó a la cruz. 
No fue la multitud enloquecida, incitada por los sacerdotes, la que llevó a Jesús a la cruz. 

Fue a la cruz voluntariamente.


Se entregó por amor.
Se ofreció voluntariamente.
Se entregó sacrificialmente. 

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No amaba a sus ovejas solo con palabras. 


Derramó su sangre por las ovejas. 
No había otra manera más suave. 
No había otro camino de salvación. 
Para salvar a sus ovejas, la ley de Dios que fue quebrantada tuvo que ser obedecida. 
La  justicia de Dios necesitaba ser satisfecha. 
Solo el sacrificio de Cristo, el Cordero sin mancha, podría salvar a las ovejas.

Se entregó vicariamente.
Jesús murió en lugar de las ovejas. 
Su muerte no solo hizo posible que las ovejas se salvaran, sino que en realidad lo hizo. 
El sacrificio de Cristo fue sustitutivo. Murió en lugar de las ovejas. Pagó su deuda. 

Jesús nuestro Señor no murió para ablandar el corazón de Dios, 


sino como una expresión del amor de Dios.

No fue la cruz la que inundó de amor el corazón de Dios por las ovejas,
sino que fue el corazón de Dios inundado de amor por las ovejas,
lo que proporcionó la cruz.

En la cruz, el justo murió por los injustos. 

Al lo largo de este sermón Jesús afirma varias veces la naturaleza sacrificial de su muerte
(10:11,15,17,18). 

No murió como mártir, ejecutado por hombres; murió como sustituto, dando voluntariamente su vida
por sus ovejas, aquellas que el Padre le ha dado.

Aunque la sangre de Cristo es suficiente para la salvación del mundo, 


solo es efectiva para aquellos que creen. 

Segundo, el buen pastor conoce a sus ovejas íntimamente (10:14-15). 

14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,


15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.

Entre el pastor y sus ovejas, hay un profundo conocimiento mutuo. 


El pastor conoce a las ovejas, y las ovejas conocen al pastor. 

Este conocimiento no es solo teórico e intelectual, sino íntimo, estrecho, místico. 


El buen pastor tiene intimidad con sus ovejas. Se deleita en su relación con ellas. 

Así como el Padre lo conoce y como él lo conoce, sus ovejas también lo conocen. 

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Es una relación personal, profunda e íntima. La vida eterna es comunión con Dios y con Cristo. La
vida eterna es intimidad con Dios y Jesús. Estaremos con él, lo veremos cara a cara. Seamos como
él es. Lo glorificaremos y reinaremos con él. Te serviremos y disfrutaremos por toda la eternidad.

Tercero, el buen pastor tiene otras ovejas que aún no están en el redil (10:16). 

16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán
mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.

Dios prometió darle a Abraham numerosos descendientes. 


Dios ha comprado personas de todas las tribus, pueblos, idiomas y naciones, y estas personas
necesitan escuchar la voz del pastor y ser añadidas al redil de Dios. 

El rebaño de Cristo aún no está completo. Hay otras ovejas dispersas que deben llevarse al
redil (10:16). 

Esto significa que necesitamos hacer misiones hasta los confines de la tierra. 
El buen pastor murió para comprar con su sangre a los que vienen de todas las tribus, lenguas,
pueblos y naciones (Apocalipsis 5.9). 

Las ovejas que aún están dispersas necesitan ser guiadas por Cristo. 

Es él quien llama a estas ovejas y las llama por el evangelio (10:16b; 17:20). 
Jesús dijo que escucharán su voz (10:16c). 

Esto significa que la proclamación del evangelio es una misión victoriosa, porque la vocación es
efectiva y el llamado es irresistible. 
Jesús no solo establece la misión y garantiza una vocación efectiva, sino que también promete la
comunión universal con todos los salvos: [...] y habrá un rebaño y un pastor (10:16d).

La iglesia de Cristo, el rebaño del buen pastor, no es una denominación. 


Es un rebaño formado por todas las ovejas que han sido lavadas en la sangre de Jesús. 

Cuarto, el buen pastor murió voluntariamente y resucitó por las ovejas (10:17-18). 

17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.
18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo
poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.

El buen pastor es el Hijo de Dios, el amado del Padre. 


No murió como mártir ni como víctima del sistema. 

Aunque los judíos y los gentiles unieron fuerzas para clavarlo en la cruz, su muerte fue voluntaria. 
Su muerte no fue un accidente, ni su resurrección fue una sorpresa. 
El buen pastor tiene el poder de dar su vida y para volverla a tomar.

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Veamos ahora tres características del mercenario. 

El mercenario no es el ladrón o salteador, sino un empleado contratado para cuidar las ovejas. 
Los cuida a cambio de su salario. No hay voluntad de correr riesgos para defender a las ovejas. 

¿Cuáles son tus características?

Primero, el mercenario no es un pastor (10:12). 

12 Mas el asalariado, y que no es el pastor,

El mercenario no conoce a las ovejas, no ama a las ovejas, no está interesado en las ovejas. 
Es solo un empleado, un asalariado que cuida a los animales a cambio de su sustento.

Segundo, el mercenario no es el dueño de la oveja (10:12). 

12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas

No tiene cuidado con las ovejas. Si uno de ellos se desvía del rebaño, no lo persigue. 
Si las ovejas se enferman, no se esfuerza por curarlas. 
Si alguna es atacada por una bestia, no se involucra. 

Jesús, sin embargo, es el dueño de las ovejas. Nos compró con su preciosa sangre (1 Pedro 1:18). 
Somos sus ovejas, somos su propiedad exclusiva. Somos su herencia, su deleite, la niña de tus ojos. 
Fuimos sellados por Dios. 
El sello nos dice que somos propiedad exclusiva de Dios. 
El sello nos dice que somos propiedad inviolable de Dios. 
El sello nos dice que somos propiedad legítima y genuina de Dios.

Tercero, el mercenario no se sacrifica por las ovejas (10:12b,13). 

12………… ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las
dispersa.
13 Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.

Cuando un lobo ataca al rebaño, el mercenario se escapa.


Él está interesado en su seguridad, no en el bienestar de las ovejas. Huye porque no tiene cuidado
con las ovejas. 
Él no es el pastor ni el dueño de las ovejas. El no sirve ovejas; las usa.

Pero nuestro buen pastor, nos cuida, nos defiende, porque nos ama.

II.- Las respuestas al pastor de las ovejas (10:19-29)


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- La disensión entre la gente ante las declaraciones de Jesus (10:19-21)


19 Volvió a haber disensión entre los judíos por estas palabras.
20 Muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿por qué le oís?
21 Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los
ojos de los ciegos?

Cuando los judíos escucharon a Jesús hablar nuevamente sobre su profunda relación con el Padre,
es decir, su amor y su mandato de dar su vida y volverla a tomar (10:17-18), muchos trataron de
desalentar a sus oyentes lanzando una acusación de blasfema: Él está demonizado y está perdido
en su cabeza (10:20). 

Otros, sin embargo, rápidamente refutaron: Estas palabras no son las de un demoníaco [...] y
argumentaron: [...] ¿Puede un demonio abrir los ojos a los ciegos? (10:21) 

Sin duda las acciones de Jesús no son las acciones de un loco. Sanó a los enfermos, alimentó a los
hambrientos, consoló a los afligidos.

- La respuesta de la gente que le seguia (10:22-26)


La fiesta de la dedicación se celebró en Jerusalén. La ciudad de Jerusalén estaba abarrotada de
gente, y todos buscaban el templo. Destacamos cuatro puntos aquí.

Fue la fiesta de la dedicación (10:22). Las multitudes se dirigían a la ciudad de Jerusalén. Estas
fiestas eran sombras de la realidad que estaba por venir. Todos señalaron a la era mesiánica.

22 Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno,

Jesús estaba caminando en el templo (10:23), en el pórtico de Salomón, el mismo lugar donde los
apóstoles luego enseñarían (Hechos 3:11). Jesús no era un ermitaño. Él estaba donde estaba la
gente. Aprovechó las oportunidades para enseñar a la gente.

23 y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón.

Jesús ya había hecho muchas declaraciones inquietantes a los judíos:  “Yo soy el pan de vida. Soy
la luz del mundo. Soy el buen pastor."

Pero aún no les había dicho claramente, como le había dicho a la mujer samaritana: "Yo soy el
Mesías” (10:24). Ese fue el punto de inflexión…

24 Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el
Cristo, dínoslo abiertamente.

Jesús reprendió la incredulidad de los judíos, respondiendo que ya les había dicho quién era y que
las obras que hizo en el nombre del Padre testificaron acerca de él (10:25-26). 

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Juan 10:1-42 – Jesús el buen pastor

25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi
Padre, ellas dan testimonio de mí; 

El problema de la incredulidad de los judíos se debió al hecho de que no eran sus ovejas (10:26). 

26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.

Los que no son tus ovejas endurecerán sus corazones. Estos seguirán la voz de extraños y
mercenarios, en lugar de escuchar la voz del pastor. Hay dos tipos de llamadas: una externa y otra
interna. 
Uno está dirigido a los oídos y el otro al corazón. 
Jesús dijo que muchos son llamados, pero pocos son escogidos. 
Jesús muestra que no creen por falta de evidencia, sino porque no tienen una disposición moral en su
corazón.

- La respuesta de las ovejas (10:27-29)


Después de decirles a los judíos que no creían porque no eran sus ovejas, Jesús continúa hablando
sobre los privilegios de sus ovejas.

Primero, las ovejas oyen la voz del pastor (10:27).  Mis ovejas oyen mi voz,

No escuchan la voz de extraños, sino la voz del pastor. Es la gracia es irresistible. 


Los que son de Cristo oyen las palabras de Cristo. 
Los que son de Dios oyen la voz de Dios. 

Un día, escuchaste la voz del pastor y la respondiste. 

Escuchaste un mensaje, o leíste un folleto. Fuiste tocado por un pasaje de la Escritura, y el Espíritu
Santo abrió tu corazón. 
El Espíritu Santo ha plantado la semilla divina en ti. 
El Espíritu Santo te ha regenerado. 

Luego respondiste al llamado y respondiste con arrepentimiento y fe. Has sido justificado y sellado
con el Espíritu Santo.

Segundo, las ovejas son conocidas por el pastor (10:27) ...y yo las conozco,

El pastor ama a las ovejas y las conoce personalmente. 


El Señor conoce a los que le pertenecen (2 Timoteo 2:19). 
Las ovejas de Cristo tienen su sello. 

Antes de que nacieras, Jesús ya te amaba. 


Antes de que te formaras en el útero de tu madre, él ya te había visto. 
Él te amó primero. 
Él no te eligió por tus méritos, sino por su generosa gracia. 
Jesús conoce su naturaleza. 
Jesús conoce nuestras necesidades. Satisface nuestras necesidades.

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Crea, Proclame y Viva a Cristo (17)
Juan 10:1-42 – Jesús el buen pastor

Tercero, las ovejas siguen al pastor (10:27). ..y me siguen,

Las ovejas escuchan y siguen. 


El pastor es tu guía. 
El pastor es tu líder. 
Recorren los caminos de la justicia. 
El buen pastor se nos adelanta. 
Cruza con nosotros el valle de la sombra de la muerte. 
Prepara una mesa para nosotros en el desierto. 
Unge nuestra cabeza con aceite.

Cuarto, las ovejas reciben vida eterna (10:28). y yo les doy vida eterna; 

La vida eterna no es un logro de obras, sino una ofrenda de gracia. 


Es un regalo dado por el pastor. 
Las bendiciones de las ovejas de Cristo no son solo terrenales, sino también celestiales. 
No son solo temporales, sino también eternas.

Quinto, a las ovejas se les da seguridad eterna (10.28b, 29). y no perecerán jamás, ni nadie las
arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede
arrebatar de la mano de mi Padre.

El Padre y el Hijo garantizan a las ovejas la seguridad eterna. 

Las ovejas de Cristo nunca perecen. 


Son un regalo de Dios el Padre a Dios el Hijo. 
Son el bien más preciado de Jesús. 
Son su herencia particular. 

Nuestra garantía no se basa en nuestros méritos o nuestra fortaleza. 

La seguridad de la salvación no se basa en nuestra fe o incluso en nuestra perseverancia, sino


en la promesa de quien no puede fallar. 

Nuestro ancla segura es el pastor supremo. En eso está nuestra certeza. Él es el ancla de nuestra
esperanza.

Jesús dice que ni los lobos (los falsos maestros) ni el diablo nos pueden arrebatar de sus manos
(Romanos 8:31-39). 

Nuestra seguridad es absoluta. Nuestra salvación tiene su base y su consumación en el cielo.


Nuestra salvación tiene su garantía en Dios y en sus decretos eternos. Nuestra salvación está
asegurada por el sacrificio perfecto, suficiente, minucioso y vicario de Cristo.

Jesús dice que de la mano del Padre, nadie puede arrebatar sus ovejas, y él y el Padre son uno. 
Estamos a salvo en manos del Padre y del Hijo. 
Estamos sentados con Cristo en las regiones celestiales. 
Estamos en manos de aquel que se sienta en el trono alto y sublime. 
Estamos en manos de quien gobierna los cielos y la tierra.

Finalmente el revela con mayor fuerza que es el Mesías, el Hijo de Dios.

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Crea, Proclame y Viva a Cristo (17)
Juan 10:1-42 – Jesús el buen pastor

III.- El pastor es el Hijo de Dios (10:30-42)


- El testimonio del hijo de Dios (10:30-39)
Jesús enfatiza, de manera más profunda, su relación con el Padre, dejando en claro, a los ojos de los
judíos incrédulos, su divinidad innegable. 

Él es el Hijo de Dios, y esto se puede probar de tres maneras claras.


Primero, debido a su naturaleza (10:30). 30 Yo y el Padre uno somos.

Yo y el Padre somos uno. Cuando Jesús dijo que él y el Padre son uno, no significa que sean la
misma persona, sino que son de la misma esencia. Jesús es la Palabra eterna, personal y divina que
se hizo carne. Jesús es una luz de luz, Dios de Dios, igual, coeterno y consustancial con el Padre.

Segundo, por sus obras (10:31-33).

31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.


32 Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas
me apedreáis?
33 Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la
blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.

Los judíos tomaron piedras para apedrear a Jesús (10:31) porque, en su entendimiento, al hacerse
uno con Dios, estaba blasfemando, y el pecado de la blasfemia era castigado con lapidación (Levítico
24:16). Luego, usando la estrategia de la ironía, Jesús les pregunta: Muchas buenas obras os he
mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? (10.32) Responden que lo que les
molesta no son sus obras, sino sus declaraciones.

Tercero, por las Escrituras (10:34-38). 

34 Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?
35 Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser
quebrantada),
36 ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo
de Dios soy?
37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis.
38 Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis
que el Padre está en mí, y yo en el Padre.

Jesús usa las Escrituras para sellar su argumento de que no está blasfemando al presentarse como
el Hijo de Dios, porque el Padre lo santificó y lo envió al mundo para hacer sus obras. Y él reafirma
categóricamente: [...] el Padre está en mí, y yo en el Padre. (10.38). 

Nuevamente, la reacción de los judíos es hostil. En lugar de creer en Cristo, decidieron arrestarlo,
pero Jesús se escapó nuevamente de sus manos (10.39).

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Crea, Proclame y Viva a Cristo (17)
Juan 10:1-42 – Jesús el buen pastor

39 Procuraron otra vez prenderle, pero él se escapó de sus manos.

- El Hijo de Dios se retira (10;40-42)


40 Y se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando
Juan; y se quedó allí.
41 Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que
Juan dijo de éste, era verdad.
42 Y muchos creyeron en él allí.

Ante la continua y severa resistencia de los judíos, Jesús se retira definitivamente. 

Lo que está escrito al principio de esta carta de Juan se cumple y muestra en detalle: A lo suyo vino,
mas los suyos no lo recibieron (1:11). 

Jesús dejó Jerusalén para no regresar más hasta antes del Domingo de
Ramos, tres o cuatro meses después de estos eventos.
Muchos Judios quedaron exasperados por las declaraciones de Jesús, y están callados. 
Muchos, sin embargo, acuden a Jesús y testifican que, aunque Juan el Bautista no realizó ningún
milagro, todo cuando dijo acerca de él era verdad (10:41). 

Lejos del clima religioso cargado de Jerusalén, fuera del alcance de los escribas y fariseos, muchos
creyeron en Jesús (10:42).

REFLEXIONES FINALES

1.- Lo importante no es solo creer, sino creer en la verdad. Hay gente sincera que creen un error que
los lleva al infierno. Los Fariseos creían un error, Saulo estaba en un error que le mandaba al infierno.
La doctrina, la verdad es importante. Conocer la verdad, a Jesús, y creyendo en Él, nos permite la
vida eterna.

La voluntad de Dios precede a la voluntad humana.

2.- El texto sugiere que Cristo vino al mundo a Salvar a su rebaño. Y aunque hay otros textos que
Cristo murió por el mundo. Esa muerte significa que si el mundo entero fuese su rebaño, su muerte es
suficiente para salvarlos a todos, su Sangre tiene el poder suficiente para salvarlos a todos. Pero lo
que Cristo hizo en la cruz es salvar eficazmente a su rebaño. El vino a dar la vida por sus ovejas, y no
por otros. Cristo no murió en vano por ninguno. Ni una gota de su Sangre fue derramada en vano.

3.- Antes, durante y después aparecen falsos maestros, falsos pastores. Muchas doctrinas
falsas han habido errores, pero siempre hay personas nacidas de nuevo que no doblan sus rodillas
frente a Baal.

4.- ¿Como llama hoy a sus ovejas?, por la predicación del evangelio, y las enseñanzas de sus
pastores de ovejas, aquellos que Él llama. En su Palabra escucharemos la voz del buen pastor. En La

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Juan 10:1-42 – Jesús el buen pastor

Biblia y solo en ella encontramos la voz de Cristo, iluminada por el Espíritu Santo, y quienes oyen su
voz, le siguen. 

¿Somos ovejas de Él?, ¿estas escuchando su voz y siguiendo?, porque pudiese que necesitas
arrepentirte y creer en el evangelio. Oro para que no escuches mi voz, porque mi voz no salva, pero
si en este sermón estás escuchando la voz de Cristo, arrepiéntete y síguele.

Esta predicación divide el rebaño. La gente dice, la doctrina divide, es verdad, entre los que creen
en Jesús y los que no. Predica la verdad y verás las reacciones. Cuando el estaba dandole a la gente
lo que ella quería, cuando les daba lo que necesitaban las multitudes le seguían, pero cuando predicó
la verdad eso dividió el rebajo en dos.

Prediquemos siempre la Palabra de verdad porque es el medio que el Señor usa para separar los dos
rebaños. Sino predicamos la Palabra van a estar todos juntos.

Dios obre en el corazón de todos quienes escuchan este mensaje. Dios tenga misericordia de
nuestras vidas para escuchar siempre su voz y no la de los falsos maestros.

5.- Este texto deja claro que desde la eternidad Dios dió a Jesucristo un pueblo de entre los pueblos
de la tierra. Ellos creen porque son ovejas, no dice que porque creyeron se convirtieron en ovejas. 

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