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Esquizofrenia

1- Definición

La esquizofrenia es un trastorno mental grave por el cual las personas


interpretan la realidad de manera anormal. La esquizofrenia puede provocar
una combinación de alucinaciones, delirios y trastornos graves en el
pensamiento y el comportamiento, que afecta el funcionamiento diario y puede
ser incapacitante.

Las personas que padecen esquizofrenia necesitan recibir tratamiento durante


toda la vida. El tratamiento temprano puede ayudar a controlar los síntomas
antes de que se desarrollen complicaciones más graves y puede mejorar el
pronóstico a largo plazo.

2- Epidemiologia

La esquizofrenia afecta a más de 21 millones de personas en todo el mundo,


pero no es tan común como muchos otros trastornos mentales. Es más
frecuente en hombres (12 millones) que en mujeres (9 millones). Asimismo, los
hombres desarrollan esquizofrenia generalmente a una edad más temprana.

La esquizofrenia se asocia a una discapacidad considerable y puede afectar al


desempeño educativo y laboral.

Las personas con esquizofrenia tienen entre 2 y 2,5 veces más probabilidades
de morir a una edad temprana que el conjunto de la población. Esto se debe
por lo general a enfermedades físicas, como enfermedades cardiovasculares,
metabólicas e infecciosas.

Los esquizofrénicos suelen sufrir estigmatización, discriminación y la violación


de sus derechos humanos.

3- Factores relacionados

Alteraciones bioquímicas. La esquizofrenia podría ser consecuencia de un


problema de comunicación entre las neuronas. De todos los neurotransmisores
(los que se encargan de transmitir la información entre las neuronas), se ha
visto que la dopamina (neurotransmisor presente en diversas áreas del cerebro
y que es especialmente importante para la función motora del organismo) es el
que está más alterado. Clásicamente, la hipótesis de que existe un
desequilibrio de la función dopaminérgica ha sido la principal hipótesis
neuroquímica de la esquizofrenia, postulando que la enfermedad, o al menos
los síntomas psicóticos, son el resultado de un exceso de actividad
dopaminérgica. La principal baza de esta hipótesis se basa en que los
fármacos que disminuyen la dopamina mejoran la psicosis, mientras que los
fármacos o drogas que la aumentan pueden desencadenar síntomas de este
tipo o agravar la esquizofrenia.

Alteraciones en la estructura del cerebro. Cerca de la mitad de los pacientes


presentan alteraciones en la estructura del cerebro. Estas incluyen dilatación
de los ventrículos, disminución del volumen de determinadas áreas del cerebro
(especialmente del lóbulo temporal, de la formación amigdalo-hipocampal, del
tálamo, de la corteza prefrontal) y una disminución global del tamaño del
cerebro. No obstante, es importante resaltar que estas alteraciones no son
específicas de la esquizofrenia ni todos los pacientes las presentan.

Alteraciones del funcionamiento del cerebro. La mayoría de los estudios de


neuroimagen funcional, en los que no solo se estudia la estructura del cerebro
sino también la función, han señalado una disminución en la función de la
corteza prefrontal en la esquizofrenia, que es la parte del cerebro que da
habilidad de razonamiento. Esta hipofrontalidad constituye uno de los hallazgos
biológicos de esquizofrenia más ampliamente contrastados. La hipofrontalidad
es más evidente durante la realización de pruebas mentales que requieren de
una activación prefrontal.

A pesar de toda la investigación y de los grandes avances que se han logrado


en los últimos cuarenta años, no existen pruebas diagnósticas
complementarias que aseguren el diagnóstico del trastorno.

El inicio de los síntomas de la enfermedad, típicamente en la adolescencia


tardía, se produce cuando las estructuras implicadas alcanzan su madurez
funcional, puesto que la maduración del cerebro no termina en la adolescencia,
sino que continúa durante la edad adulta en la que se eliminan algunas
neuronas y circuitos inútiles mediante complejos procesos, como la muerte
celular preprogramada (apoptosis) neuronal y sináptica. En la actualidad
también se conoce que determinados fenómenos inflamatorios e inmunológicos
podrían estar implicados en la aparición y la progresión de la esquizofrenia.

Factores de riesgo

Un factor de riesgo es aquella condición que no causa una determinada


enfermedad, pero que está asociado a ella. Por ejemplo, el colesterol alto
(hipercolesterolemia) actúa como factor de riesgo para el infarto de miocardio.
No quiere decir que lo cause, porque no todas las personas con colesterol alto
tendrán un infarto ni todas las personas con infarto tienen el colesterol alto.
Pero sí quiere decir que aumentan las probabilidades de tener un infarto.

Así, se han encontrado diversos factores de riesgo que aumentan las


posibilidades de tener una esquizofrenia, aunque no la causen de manera
directa.

Tipo ambiental, entre los que se incluyen: las complicaciones obstétricas,


drogas de abuso y determinados virus.

Tipo genético

El factor genético es el más trascendente y se estima que tiene un peso del


80% de la enfermedad. La probabilidad de que se presente un caso de
esquizofrenia en una familia es mayor si otro familiar está ya diagnosticado de
la enfermedad.

En función del grado de parentesco con el familiar afectado el riesgo se


incrementa o se reduce. ¿Quiere decir esto que la esquizofrenia es una
enfermedad genética? Si por enfermedad genética se entiende una
enfermedad producida por un único gen, la respuesta es no. El peso de la
genética en esta enfermedad es enorme (entorno al 80%), pero no en un único
gen.

Las teorías más actuales señalan que la presencia de un número de genes


alterados predispone a tener la enfermedad. Es decir, al igual que otras
dolencias médicas complejas, como la diabetes, es necesario más de un gen
alterado para desarrollar la enfermedad. Esta herencia predispone a una mayor
vulnerabilidad a desarrollar una esquizofrenia ante determinados factores
ambientales que desencadenarían la aparición del cuadro clínico.

Población Prevalencia (%)

Población general 0.7-1

Hermanos no gemelos 8

Hijo de un progenitor afectado 12

Hijo de los dos progenitores afectados 40

Hermanos gemelos dizigotos (mellizos) 12

Hermanos gemelos monozigotos (idénticos) 47

4- Etiología

No existe un factor etiológico único en la esquizofrenia, sino que su aparición


depende de factores que afectan el genotipo y el fenotipo. En este sentido, se
admite una predisposición genética a la adquisición de determinadas
alteraciones de la estructura y el funcionamiento del sistema neuroendocrino
que condicionan una vulnerabilidad al estrés. Se acepta también que el
mecanismo de defensa que el niño adquiere desde su primera infancia en
relación con las personas más significativas de su entorno le permite modular,
de forma más o menos adecuada, los estímulos exteriores. Los
acontecimientos vitales estresantes se hallan contrarrestados por los
mecanismos de apoyo comunitario (familia, redes sociales). Sólo cuando
sobrepasan a éstos se hace necesaria la intervención de los mecanismos de
defensa que, si no son suficientes, obligan a entrar en acción a los sistemas
biológicos de adaptación. Cuando una fragilidad heredada de estos sistemas
biológicos les hace incapaces de contrarrestar los estímulos estresantes se
produce la esquizofrenia.

Factores genéticos
Los primeros indicios de la heredabilidad de la esquizofrenia surgieron de los
estudios de prevalencia que demostraron que, si el riesgo de padecimiento del
trastorno es en la población general del 0,2-2%, en los padres de enfermos es
del 2-12%, en los hermanos (incluidos los gemelos dicigotos) del 8-18% y en
los gemelos monocigotos alcanza en algunas muestras el 86%. La
concordancia entre hermanos no puede explicarse sólo por la influencia de una
supuesta acción educativa nociva similar de los padres puesto que la
concordancia en los gemelos monocigotos criados separados es muy elevada
(77,6% en un estudio de Kallman). Sin embargo, el hecho de que esta
concordancia sea superior en los criados conjuntamente (91,5%) subraya
también la importancia cocausal de la interacción con los padres.

Factores psicológicos

Diferentes estudios psicológicos han confirmado los trabajos clásicos que


postulaban la existencia de alteraciones de la atención, la percepción y la
cognición en los esquizofrénicos. Así, se ha demostrado que presentan un
mayor tiempo de reacción y que tienden a distraerse por estímulos irrelevantes.
Se ha puesto también de manifiesto una respuesta psicogalvánica en reposo
aumentada, una respuesta excesiva al estrés, la adquisición rápida de
respuestas condicionadas y una excesiva reacción de generalización de
estímulos. Todo ello hizo pensar en una excesiva predisposición al estrés de
los esquizofrénicos. Se postuló que cierta dificultad en el filtro de los estímulos
les inclinaría a controlarlos mediante el aislamiento social.

Factores socioculturales

Varias investigaciones habían señalado factores que influían sobre la


incidencia: socioeconómicos (pobreza, densidad de la población y
desorganización social) y culturales (migración, cambio cultural e
industrialización). Sin embrago, estudios más recientes no han confirmado que
el sexo, la raza, la educación o el lugar de residencia desempeñen un papel
epidemiológico significativo.

5- Criterios diagnósticos del DSM 5

Los criterios específicos del DSM-5 para la esquizofrenia son los siguientes:
La presencia de al menos dos de los siguientes cinco ítems, cada uno presente
durante una porción de tiempo clínicamente significativo durante un periodo de
1 mes (o menos si se trata con Éxito), siendo al menos uno de ellos los ítems
1), 2), o 3): 1) delirios, 2) alucinaciones, 3) habla desorganizada, 4)
comportamiento extremadamente desorganizado o catatónico, y 5) síntomas
negativos (p. ej., disminución de la motivación y disminución de la
expresividad).

Durante una parte clínicamente significativa del tiempo transcurrido desde el


inicio de la perturbación, el nivel de funcionamiento en una o más áreas
principales (por ejemplo, trabajo, relaciones interpersonales o autocuidado)
está marcadamente por debajo del nivel alcanzado antes del inicio; cuando el
inicio es en la infancia o adolescencia, no se alcanza el nivel esperado de
funcionamiento interpersonal, académico u ocupacional.

Los signos continuos de la alteración persisten durante un periodo de al menos


6 meses, que debe incluir al menos 1 mes de síntomas (o menos si se trata con
éxito); Los síntomas prodrómicos a menudo preceden a la fase activa, y los
síntomas residuales pueden seguirla, caracterizados por formas leves o
subliminales de alucinaciones o delirios.

Se ha descartado el trastorno esquizoafectivo y el trastorno depresivo o bipolar


con características psicóticas porque no se han producido episodios
depresivos, maníacos o mixtos importantes simultáneamente con los síntomas
de la fase activa o cualquier episodio del estado de ánimo ocurrido durante los
síntomas de la fase activa que han estado presentes en una minoría de la
duración total de los periodos activos y residuales de la enfermedad.

La alteración no es atribuible a los efectos fisiológicos de una sustancia (por


ejemplo, una droga de abuso o un medicamento) u otra afección médica.

Si hay antecedentes de trastorno del espectro autista o un trastorno de


comunicación de inicio en la infancia, el diagnóstico adicional de esquizofrenia
se realiza solo con delirios o las alucinaciones prominentes, además de los
otros síntomas requeridos o esquizofrenia, también están presentes durante al
menos 1 mes (o menos si se trata con éxito).
Además de las áreas de dominio de síntomas identificadas en el primer criterio
diagnóstico, la evaluación de los dominios de síntomas cognitivos, de
depresión y manía es vital para distinguir entre la esquizofrenia y otros
trastornos psicóticos.

6- Cuadro clínico
La esquizofrenia implica una serie de problemas de pensamiento (cognición),
comportamiento y emociones. Los signos y síntomas pueden variar, pero
generalmente implican fantasías, alucinaciones o habla desorganizada, y
reflejan una capacidad deficiente de vivir normalmente. Entre los síntomas se
pueden incluir los siguientes:
 Fantasías. Son creencias falsas que no tienen base en la realidad. Por
ejemplo, crees que estás siendo perjudicado o acosado; ciertos gestos o
comentarios se dirigen a ti; tienes una habilidad o fama excepcionales;
otra persona está enamorada de ti; o está a punto de ocurrir una
catástrofe importante. Las fantasías se producen en la mayoría de las
personas que tienen esquizofrenia.
 Alucinaciones. Por lo general implican ver o escuchar cosas que no
existen. Sin embargo, para la persona con esquizofrenia, tienen toda la
fuerza y la repercusión de una experiencia normal. Las alucinaciones
pueden implicar cualquiera de los sentidos, pero escuchar voces es la
alucinación más común.
 Pensamiento desorganizado (discurso). El pensamiento
desorganizado se infiere a partir del habla desorganizada. La
comunicación eficaz se puede ver afectada y las respuestas a preguntas
pueden no relacionarse con estas de manera parcial o completa. En
raras ocasiones, el habla puede incluir el agrupamiento de palabras sin
sentido que no se puedan entender, lo cual suele conocerse como
ensalada de palabras.
 Comportamiento motor extremadamente desorganizado o
anormal. Esto puede mostrarse de varias maneras, desde la tontería
infantil hasta la agitación impredecible. El comportamiento no está
enfocado en un objetivo, así que es difícil hacer las tareas. El
comportamiento puede incluir resistencia a seguir instrucciones, postura
inadecuada o extraña, una completa falta de respuesta o movimiento
inútil o excesivo.
 Síntomas negativos. Esto se refiere a la capacidad limitada para vivir
de manera normal, o a la falta de ella. Por ejemplo, la persona puede
descuidar su higiene personal o parecer que carece de emociones (no
hace contacto visual, no cambia las expresiones faciales o habla en un
tono monótono). Además, la persona puede perder interés en las
actividades cotidianas, retraerse socialmente o carecer de la capacidad
de experimentar placer.
Con el paso del tiempo, los síntomas pueden variar con respecto al tipo y la
gravedad, con periodos de empeoramiento y remisión de los síntomas. Algunos
síntomas pueden estar siempre presentes.
En los hombres, los síntomas de la esquizofrenia suelen comenzar entre
principios y mediados de los 20 años. En las mujeres, los síntomas suelen
comenzar a finales de los 20 años. Es poco común que a los niños se les
diagnostique esquizofrenia y poco común para los mayores de 45 años.
Síntomas en adolescentes
Los síntomas de la esquizofrenia en los adolescentes son similares a los que
se presentan en los adultos, pero la afección puede ser más difícil identificar.
Esto puede deberse en parte a que algunos de los síntomas tempranos de la
esquizofrenia en los adolescentes son comunes en el desarrollo típico de la
adolescencia, como estos:
 Distanciamiento de los amigos y los familiares
 Menor desempeño en la escuela
 Trastornos del sueño
 Humor irritable o depresivo
 Falta de motivación
Además, el uso de sustancias recreativas, como la marihuana, las
metanfetaminas o el LSD, a veces puede causar signos y síntomas similares.
En comparación con los síntomas de la esquizofrenia en adultos, los
adolescentes pueden tener lo siguiente:
 Menos probabilidad de tener ideas delirantes
 Mayor probabilidad de tener alucinaciones visuales

7. Síntomas y signos premórbidos


 Síntomas positivos: Alucinaciones, Delirios, Lenguaje desorganizado,
Comportamiento desorganizado y Asociaciones laxas.
 Síntomas negativos Afecto plano, Alogia, Abulia, Anhedonia y Atención.
8. Evolución y pronóstico
Evolución: Los síntomas prodrómicos de ansiedad, perplejidad, terror o
depresión suelen preceder al comienzo de la esquizofrenia, que puede
resultar aguda o insidiosa. Los síntomas prodrómicos pueden estar
presentes durante meses antes de que se establezca el diagnóstico
definitivo. El comienzo ocurre, por lo general, al final de la adolescencia y
comienzo de la juventud; las mujeres enferman casi siempre a mayor edad
que los hombres. Los episodios precipitantes (p. ej., trauma emocional, uso
de drogas, separación) desencadenan algunos episodios entre personas
predispuestas. Típicamente, la evolución de la esquizofrenia se caracteriza
por el deterioro a lo largo del tiempo, con brotes agudos superpuestos a un
cuadro crónico. La vulnerabilidad frente al estrés persiste durante toda la
vida. En la fase residual pueden aparecer episodios depresivos
postpsicóticos. Otros trastornos relacionados son aquellos por abuso de
sustancias, el obsesivo-compulsivo, la hiponatremia secundaria a polidipsia,
el hábito tabáquico y la infección por el virus de la inmunodeficiencia
humana (VIH).
Pronostico: En cuanto al pronóstico general, algunos investigadores
mencionan una regla laxa de tercios: alrededor de un tercio de los pacientes
llevan una vida casi normal, otro tercio experimenta síntomas importantes,
pero puede vivir dentro de la sociedad y el tercio restante tiene alteraciones
importantes y requiere hospitalizaciones frecuentes. Aproximadamente el
10% de este último tercio precisa ingresos prolongados en una institución
sanitaria. El pronóstico general de las mujeres es más favorable que el de
los hombres.
9. Tratamiento
El tratamiento clínico del paciente esquizofrénico incluye el ingreso hospitalario
y la administración de medicamentos antipsicóticos, además de tratamientos
psicosociales de tipo conductual, familiar, grupal, individual y social, así como
la rehabilitación. Cualquiera de estas modalidades de tratamiento se puede
aplicar de manera hospitalaria o ambulatoria. Las indicaciones de
hospitalización incluyen peligro para otros, tentativa de suicidio, sintomatología
grave que lleva a una escasa autoestima o riesgo de lesión secundario a
desorganización, estudio diagnóstico, falta de respuesta al tratamiento en
condiciones poco restrictivas, comorbilidades que producen complicaciones y
necesidad de modificar regímenes de tratamiento farmacológico complejos.
Trastorno esquizoafectivo
10. Definición
Trastorno con rasgos concomitantes tanto de esquizofrenia como de trastorno
del estado de ánimo que no permite hacer un diagnóstico por separado.
11.Epidemiología
La prevalencia de por vida es menor al 1%. El trastorno esquizoafectivo de tipo
depresivo puede ser más frecuente en los adultos mayores que en los más
jóvenes, y el de tipo bipolar puede observarse más a menudo en los adultos
jóvenes respecto de los mayores. Se ha informado una prevalencia menor en
hombres que en mujeres, sobre todo las casadas; la edad de inicio en las
mujeres es mayor que la de los hombres, al igual que en la esquizofrenia. Los
hombres con trastorno esquizoafectivo tienden a exhibir conductas antisociales
y a mostrar un afecto marcadamente plano o inadecuado.
12.Etiología
Algunos pacientes pueden ser mal diagnosticados; en realidad presentan
esquizofrenia con síntomas anímicos prominentes o tienen un trastorno del
estado de ánimo con síntomas psicóticos prominentes. La prevalencia de
esquizofrenia no aumenta en las familias esquizoafectivas, pero la de los
trastornos del estado de ánimo, sí. Los pacientes con trastorno esquizoafectivo
tienen mejor pronóstico que aquellos con esquizofrenia y peor que aquellos con
trastornos del estado de ánimo.

Diagnóstico y cuadro clínico.


Se observan signos y síntomas de esquizofrenia junto con episodios maníacos
o depresivos. El trastorno se divide en dos subtipos: (1) bipolar, en caso de
haber ciclos maníacos y depresivos, y (2) depresivo, si las alteraciones sólo
incluyen episodios depresivos mayores.
Diagnóstico diferencial.
Debe considerarse cualquier afección médica, psiquiátrica o relacionada con
fármacos que cause síntomas psicóticos o anímicos.
Evolución y pronóstico.
Un mal pronóstico se asocia con antecedentes familiares positivos para
esquizofrenia, inicio temprano e insidioso sin factores precipitantes, predominio
de síntomas psicóticos y antecedentes premórbidos desalentadores. Los
pacientes con trastorno esquizoafectivo tienen mejor pronóstico que aquellos
con esquizofrenia y peor que aquellos con trastornos del estado de ánimo.
Estos pacientes responden con más frecuencia al litio y tienen menos
probabilidades de mostrar deterioro que las personas con esquizofrenia.
Tratamiento.
Se deben emplear tratamientos antidepresivos o antimaníacos en combinación
con fármacos antipsicóticos a fin de controlar los signos y síntomas psicóticos.
Los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS; p. ej.,
fluoxetina y sertralina) suelen utilizarse como fármacos de primera línea, pero
el tratamiento con antidepresivos corresponde al de la depresión bipolar. Se
debe tener cuidado de no precipitar un ciclo de cambios rápidos de depresión a
manía con el antidepresivo. En los casos de manía, se debe considerar el uso
de terapia electroconvulsiva. Los pacientes se benefician con una combinación
de terapia familiar, capacitación en habilidades sociales y rehabilitación
cognitiva.
Trastorno Esquizofreniforme.

Definición.
Conjunto de síntomas similares a los de la esquizofrenia, salvo que duran por
lo menos 1 mes, se resuelven en alrededor de 6 meses y luego regresan al
nivel inicial de funcionamiento.

Epidemiología.
Se sabe poco sobre la incidencia, prevalencia y proporción por sexo del
trastorno esquizofreniforme. Es más frecuente en adolescentes, hombres y
adultos jóvenes, y se presenta en una proporción menor a la mitad respecto de
la esquizofrenia. Se ha informado una prevalencia de por vida del 0.2% y una
prevalencia a 1 año del 0.1%.

Etiología
Se desconoce la causa del trastorno esquizofreniforme. Según Langfeldt en
1939, los pacientes con este diagnóstico probablemente compongan un grupo
heterogéneo. Algunos pacientes presentan un trastorno similar a la
esquizofrenia, mientras otros muestran uno similar a un trastorno del estado de
ánimo por esto es probable que este trastorno tenga cierta similitud con el
origen episódico de los trastornos del estado de ánimo, aunque datos
demuestran que tiene una estrecha relación con la esquizofrenia.
En pacientes con trastorno esquizofreniforme se ha descrito un déficit relativo
de la activación en la región prefrontal inferior del cerebro mientras el paciente
efectúa una tarea psicológica específica de la región. En un estudio se
demostró que el déficit se limitaba al hemisferio izquierdo, y también se
observó una alteración de la supresión de la actividad del estriado limitado al
hemisferio izquierdo durante el procedimiento de activación demostrando su
relación con la psicosis de la esquizofrenia. Otros datos también indican que
los pacientes con los trastornos esquizofreniforme pueden presentar dilatación
de los ventrículos cerebrales, determinada por TC y RM.

Diagnóstico y Cuadro Clínico


El perfil sintomático inicial es idéntico al de la esquizofrenia, con dos o más
síntomas psicóticos el paciente presentará alucinaciones, delirios, discurso y
conductas desorganizadas o síntomas negativos que indican mal pronóstico
cuando están presentes. Se trata de un trastorno psicótico agudo de inicio
rápido, sin una fase prodrómica larga. Los pacientes con trastorno
esquizofreniforme vuelven a su estado inicial en 6 meses. En algunos casos, la
enfermedad es episódica y pueden producirse varios episodios tras largos
períodos de remisión completa. Si la duración combinada de síntomas supera
los 6 meses, se considerará el diagnóstico de esquizofrenia.

El criterio diagnostico utilizado son los criterios del DSM-5 para el


trastorno esquizofreniforme:

A. Dos (o más) de los síntomas siguientes, cada uno de ellos presente durante
una parte significativa de tiempo durante un período de un mes (o menos si se
trató con éxito). Al menos uno de ellos ha de ser (1), (2) o (3):
1. Delirios.
2. Alucinaciones.
3. Discurso desorganizado (p. ej., disgregación o incoherencia frecuente).
4. Comportamiento muy desorganizado o catatónico.
5. Síntomas negativos (es decir, expresión emotiva disminuida o abulia).

B. Un episodio del trastorno dura como mínimo un mes, pero menos de seis
meses. Cuando el diagnóstico se ha de hacer sin esperar a la recuperación, se
calificará como “provisional.”

C. Se han descartado el trastorno esquizoafectivo y el trastorno depresivo o


bipolar con características psicóticas porque 1) no se han producido episodios
maníacos o depresivos mayores de forma concurrente con los síntomas de la
fase activa, o 2) si se han producido episodios del estado de ánimo durante los
síntomas de fase activa, han estado presentes durante una parte mínima de la
duración total de los períodos activo y residual de la enfermedad.

D. El trastorno no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia


(p. ej., una droga o un medicamento) u otra afección médica.
Especificar si: Con características de buen pronóstico: Este especificador
requiere la presencia de dos o más de las siguientes características: aparición
de síntomas psicóticos notables en las primeras cuatro semanas después del
primer cambio apreciable del comportamiento o funcionamiento habitual;
confusión o perplejidad; buen funcionamiento social y laboral antes de la
enfermedad; y ausencia de afecto embotado o plano.
Sin características de buen pronóstico: Este especificador se aplica si no han
estado presentes dos o más de las características anteriores.
Especificar si: Con catatonía
Nota de codificación: catatonía asociada a trastorno esquizofreniforme para
indicar la presencia de catatonía concurrente.
Especificar la gravedad actual:
La gravedad se clasifica mediante evaluación cuantitativa de los síntomas
primarios de psicosis: delirios, alucinaciones, discurso desorganizado,
comportamiento psicomotor anormal y síntomas negativos. Cada uno de estos
síntomas se puede clasificar por su gravedad actual (máxima gravedad en los
últimos siete días) sobre una escala de 5 puntos de 0 (ausente) a 4 (presente y
grave). Véase la escala administrada por el clínico Dimensiones de la gravedad
de los síntomas de psicosis en el capítulo “Medidas de evaluación” en la
Sección III del DSM-5.)
Nota: El diagnóstico de trastorno esquizofreniforme se puede hacer sin utilizar
este especificador de gravedad.
Diagnóstico Diferencial
Es importante diferenciar el trastorno esquizofreniforme de las psicosis que
pueden surgir por afecciones médicas. Para ello, debe obtenerse una
anamnesis detallada y una exploración física completa, y si está indicado,
practicar análisis de laboratorio o exploraciones de diagnóstico por la imagen.
Como muchas sustancias pueden provocar psicosis aguda se debe hacer la
anamnesis detallada del uso de fármacos, incluidos los preparados sin receta y
productos fitoterapéuticos, uso de sustancias y debe realizarse un análisis
toxicológico. La duración de los síntomas psicóticos es uno de los factores que
distingue el trastorno esquizofreniforme de otros síndromes. Se diagnostica una
esquizofrenia si la duración de las fases prodrómica, activa y residual es
superior a 6 meses, mientras que los síntomas de duración inferior a 1 mes
indica un episodio psicótico breve o trastorno esquizofreniforme. Se debe hacer
el diagnóstico diferencial con los trastornos del estado de ánimo ya que en
estos pacientes se presenta la abulia y la anhedonia.
Evolución y pronóstico
La evolución del trastorno esquizofreniforme se define, en su mayor parte, por
los criterios. Es una enfermedad psicótica que dura más de 1 mes y menos de
6 meses. En algunos pacientes presentan un segundo o tercer episodio
durante el cual se deterioran hasta alcanzar una forma más crónica de
esquizofrenia. Otros pacientes pueden presentar un único episodio y seguir con
su vida diaria.
Tratamiento
La hospitalización es necesaria en los individuos con trastorno
esquizofreniforme y permite la evaluación efectiva el tratamiento y la
supervisión de la conducta del paciente. Los síntomas psicóticos habitualmente
pueden tratarse con un ciclo de antipsicóticos como la risperidona durante 3-6
meses, ya que los pacientes con trastorno esquizofreniforme responden al
tratamiento con antipsicóticos con mucha mayor rapidez que aquellos con
esquizofrenia. En los episodios recurrentes el tratamiento con litio,
carbamazepina o valproato puede estar justificado para el tratamiento y la
profilaxis, son eficaces junto con la psicoterapia para ayudar a los pacientes a
integrar la experiencia psicótica en la comprensión de sus propias mentes y
vidas. La mayoría de los pacientes con trastorno esquizofreniforme progresan
a una forma de esquizofrenia completa a pesar del tratamiento. En estos casos
debe plantearse un tratamiento compatible con una enfermedad crónica.

TRASTORNO PSICÓTICO BREVE


Definición
El trastorno psicótico breve se define como un trastorno que implica el inicio
súbito de síntomas psicóticos como las ideas delirantes, alucinaciones u otros
síntomas psicóticos que duran 1 día o más, pero menos de 1 mes.
Epidemiología

Se desconoce la incidencia y la prevalencia exactas del trastorno psicótico


breve, aunque generalmente se considera infrecuente. Es más común en
pacientes jóvenes (entre 20 y 30 años) que en pacientes de mayor edad.

Los datos fiables sobre la distribución por sexos y determinantes


socioculturales son limitados, aunque algunas observaciones indican una
incidencia superior en mujeres y en individuos en países en vías de
desarrollo.

Dichos patrones epidemiológicos difieren claramente de los de la


esquizofrenia. Algunos médicos indican que el trastorno puede observarse
con mayor frecuencia en pacientes de clases socioeconómicas bajas y en los
que han experimentado desastres o grandes cambios culturales (p. ej.,
inmigrantes).

Etiología

Se desconoce la causa del trastorno psicótico breve. Los pacientes con un


trastorno de la personalidad pueden presentar una vulnerabilidad biológica o
psicológica a la aparición de síntomas psicóticos, en particular los pacientes
con cualidades límite, esquizoide, esquizotípica o paranoide. Algunos pacientes
con trastorno psicótico breve tienen antecedentes familiares de esquizofrenia o
trastornos del estado de ánimo, aunque este dato no es concluyente.

Las formulaciones psicodinámicas han puesto de relieve la presencia de


mecanismos inadecuados de afrontamiento y la posibilidad de un beneficio
secundario para los pacientes con síntomas psicóticos.
Otras teorías psicodinámicas indican que los síntomas psicóticos son una
defensa frente a una fantasía prohibida, el cumplimiento de un deseo no
alcanzado o la huida de una situación psicosocial estresante.

Diagnóstico y Cuadro Clínico

Probablemente sea adecuado un diagnóstico de trastorno psicótico breve


para los 748 síntomas psicóticos que duran al menos 1 día, pero menos de 1
mes, y que no se asocian con un trastorno del estado de ánimo, un trastorno
relacionado con sustancias o un trastorno psicótico causado por una afección
médica general.

Se describen tres subtipos: 1) la presencia de factores estresantes; 2) la


ausencia de factores estresantes, y 3) el inicio durante el posparto. Como
sucede con otros pacientes psiquiátricos agudos, es posible que no pueda
obtenerse la anamnesis necesaria para establecer el diagnóstico únicamente
a partir de los datos que proporciona el paciente.

Cuadro Clínico

Los síntomas del trastorno psicótico breve siempre incluyen al menos


un síntoma principal de psicosis, habitualmente de inicio repentino,
pero que no siempre incluye el patrón sintomático completo observado
en la esquizofrenia. Algunos médicos han observado que el estado de
ánimo lábil, la confusión y la disminución de la atención pueden ser
más habituales al inicio del trastorno psicótico breve que al inicio de los
trastornos psicóticos que finalmente se cronifican. Los síntomas
característicos del trastorno psicótico breve consisten en volatilidad
emocional, conducta extraña o extravagante, gritos o mutismo y
alteración de la memoria. Algunos de los síntomas sugieren un
diagnóstico de delírium, y justifican la evaluación médica,
especialmente para descartar reacciones adversas a sustancias

Diagnóstico Diferencial

Los clínicos no deben asumir que el diagnóstico correcto de un paciente con


una psicosis breve es un trastorno psicótico breve, aun cuando se identifique
un claro factor psicosocial precipitante. Dicho factor puede ser meramente
fortuito. Si los síntomas psicóticos se prolongan durante más de 1 mes, se
considerarán los diagnósticos de trastorno esquizofreniforme, trastorno
esquizoafectivo, esquizofrenia, trastornos del estado de ánimo con rasgos
psicóticos, trastorno delirante y trastorno psicótico no especificado.

No obstante, si los síntomas psicóticos de inicio súbito están presentes


durante menos de 1 mes en respuesta a un factor estresante obvio, el
diagnóstico sugerido debe ser el de trastorno psicótico breve.

Otros diagnósticos que cabrá considerar en el diagnóstico diferencial incluyen


el trastorno facticio con signos y síntomas predominantemente psicológicos, la
simulación, el trastorno psicótico causado por una afección médica general y
el trastorno psicótico inducido por sustancias.

Si el paciente admite el uso de sustancias ilegales, el facultativo puede


evaluar la intoxicación o la abstinencia de sustancias sin recurrir a analíticas
de laboratorio.

Los pacientes con epilepsia o delírium también pueden presentar síntomas


psicóticos que se asemejan a los observados en el trastorno psicótico breve.
750 otros trastornos psiquiátricos que cabe considerar en el diagnóstico
diferencial son el trastorno disociativo de la identidad y los episodios
psicóticos asociados a los trastornos límite y esquizotípico de la personalidad.

Evolución y pronóstico

Por definición, la evolución del trastorno psicótico breve es inferior a 1 mes.


Sin embargo, la aparición de un trastorno psiquiátrico tan significativo puede
poner de manifiesto la vulnerabilidad mental de un paciente.
Aproximadamente la mitad de los pacientes en los que se diagnostica por
primera vez un trastorno psicótico breve muestran finalmente síndromes
psiquiátricos crónicos, como esquizofrenia y trastornos del estado de ánimo.

Sin embargo, los pacientes con trastorno psicótico breve generalmente tienen
un buen pronóstico; los estudios europeos han indicado que del 50% al 80%
de todos los pacientes no presentan otros problemas psiquiátricos
importantes. La duración de los síntomas agudos y residuales con frecuencia
solo es de unos días.
En ocasiones, los síntomas depresivos aparecen después de resolverse los
síntomas psicóticos. El suicidio es una de las preocupaciones durante la fase
psicótica y la fase depresiva pospsicótica. Varios indicadores se han asociado
con un buen pronóstico.

Tratamiento

Dado que el trastorno debe remitir en menos de un mes no existe un


tratamiento establecido para este, siendo muy similar a la intervención que
se realiza en los episodios agudos de esquizofrenia.
No obstante, es necesario aumentar y mantener las precauciones durante el
tiempo que dure el episodio dado que la persona puede llegar a
autolesionarse, dañar a otros o, incluso, suicidarse.

Asimismo, en algunas ocasiones la aparición de un trastorno psicótico breve


es una señal de aviso de que la persona puede estar desarrollando cualquier
otro tipo de trastorno mental grave, por lo que es de vital importancia realizar
una observación exhaustiva de la evolución del paciente.

Hospitalización. Un paciente psicótico agudo puede requerir una


hospitalización breve tanto para su evaluación como para su protección. La
evaluación requiere una estrecha vigilancia de los síntomas y un control del
nivel de peligro del paciente hacia sí mismo y hacia los demás.

Tratamiento farmacológico. Las dos principales clases de fármacos


utilizadas en el tratamiento del trastorno psicótico breve son los
antipsicóticos y las benzodiazepinas.

Si se selecciona un antipsicótico, puede emplearse uno de alta potencia


como el haloperidol, o un agonista serotoninérgico-dopaminérgico como la
ziprasidona.

En pacientes con alto riesgo de efectos adversos extrapiramidales (p. ej.,


varones jóvenes), se administrará un antagonista serotoninérgico-
dopaminérgico como profilaxis para los trastornos motores inducidos por la
medicación. Alternativamente, pueden administrarse benzodiazepinas en el
tratamiento a corto plazo de la psicosis.

Trastorno delirante

Definición (Subtipos de trastorno delirante)


Los delirios son creencias falsas fijas, culturalmente discordantes. Se
encuentran entre los síntomas psiquiátricos más interesantes por la enorme
variedad de falsas creencias que pueden sostener personas distintas y porque
son de tratamiento muy difícil.

El diagnóstico de trastorno delirante se establece cuando un individuo


presenta delirios no extravagantes de al menos 1 mes de duración que no
pueden atribuirse a otros trastornos psiquiátricos.
La expresión «no extravagantes» significa que los delirios deben corresponder
a situaciones que pueden suceder en la vida real, como ser perseguido,
estar infectado, ser amado en secreto, etc.; es decir, habitualmente
conciernen a fenómenos que, aunque no sean reales, son, cuando menos,
posibles. Pueden estar presentes varios tipos de delirios, y el tipo
predominante se especifica cuando se establece el diagnóstico

Tipo persecutorio El delirio de persecución es un síntoma clásico del


trastorno delirante; los delirios de tipo persecutorio y de tipo celotípico
probablemente son las formas observadas con más frecuencia por los
psiquiatras. Los pacientes con este subtipo están convencidos de que les
están persiguiendo o perjudicando. Las creencias persecutorias suelen
asociarse a querulancia, irritabilidad e ira, y el individuo que actúa bajo los
efectos de su ira a veces puede ser agresivo e incluso homicida.

Tipo celotípico El trastorno delirante con delirios de infidelidad se ha


denominado paranoia conyugal cuando se limita a la idea de que el cónyuge
es infiel. El epónimo síndrome de Otelo se ha empleado para describir la
celotipia que puede surgir por múltiples preocupaciones. El delirio afecta por
lo general a los varones, con frecuencia sin antecedentes psiquiátricos. Puede
aparecer de forma repentina y servir para explicar múltiples acontecimientos
presentes y pasados de la conducta del cónyuge. Es difícil de tratar y puede
resolverse únicamente con la separación, el divorcio o la muerte del cónyuge.

Tipo erotomaníaco

En la erotomanía, también denominada síndrome de Clérambault o


psychose passionnelle (psicosis pasional), el paciente tiene la convicción
delirante de que otra persona, habitualmente de estatus superior, está
enamorado o enamorada de él o ella. Estos pacientes también tienden a
ser solitarios, retraídos, dependientes y sexualmente inhibidos, y además
su funcionamiento social o laboral suele estar por debajo de lo normal.

Tipo somático

El trastorno delirante con ideas delirantes somáticas se ha denominado


psicosis hipocondríaca monosintomática. Difiere de los restantes trastornos
con síntomas hipocondríacos en el grado de alteración de la realidad. En el
trastorno delirante, el delirio es fijo, indiscutible, y se presenta intensamente
porque el paciente está totalmente convencido de la naturaleza física del
trastorno. En cambio, las personas con hipocondría admiten con frecuencia
que su temor a estar enfermos es infundado.

Tipo de grandeza

Los delirios de grandeza (megalomanía) se han observado desde hace años.


Kraepelin fue quien los describió por primera vez.
Tipo mixto
La categoría mixta se aplica a pacientes con delirios sobre dos temas o más.
Este diagnóstico se reserva para los casos en que no predomina un único tipo
de delirio.

Tipo no especificado

La categoría de tipo no especificado se reserva para los casos en que no


puede subtipificarse el delirio predominante en las categorías previas.

Un posible ejemplo es el de ciertos delirios de errores de identificación; por


ejemplo, el síndrome de Capgras, denominado así en honor al psiquiatra
francés que describió la ilusión de los sosias o la ilusión de los dobles. El delirio
del síndrome de Capgras es la creencia de que una persona familiar ha sido
reemplazada por un impostor.
Trastorno delirante
1. Definición (Subtipos de trastorno delirante) 
El trastorno delirante es un desorden psicológico también conocido como
psicosis paranoica. Se caracteriza por la presencia de delirios o creencias
extrañas, pero sin que aparezcan otros síntomas más graves. Esto significa
que el paciente, aun teniendo delirios, no padece de esquizofrenia ni
de alucinaciones significativas (aunque sí leves).
Se reconocen varios subtipos de trastornos por ideas delirantes:
Erotomaníaco: los pacientes creen que hay otra persona que los ama. Es
frecuente que hagan esfuerzos por contactar con el objeto de su idea delirante
mediante llamadas telefónicas, cartas, vigilancia o acecho. Las personas que
tienen este subtipo pueden tener conflictos con la ley relacionados con su
comportamiento.
Grandioso: los pacientes creen que tienen un gran talento o que han hecho un
descubrimiento importante.
Celoso: los pacientes creen que su cónyuge o su amante son infieles. Esta
creencia se basa en deducciones incorrectas apoyadas por evidencias
dudosas. Pueden recurrir a la agresión física.
Persecutorio: los pacientes creen que están siendo vigilados, espiados,
calumniados u hostigados. Pueden intentar en repetidas ocasiones obtener
justicia apelando a los tribunales y a otros organismos gubernamentales y
recurren a la violencia como represalia por esa persecución imaginaria.
Somático: la idea delirante se relaciona con una función corporal; p. ej., el
paciente cree que tiene una deformidad física, un olor o un parásito.
2. Epidemiología
La prevalencia de esta afección es de aproximadamente 24 a 30 casos por
cada 100.000 personas, mientras que cada año se notifican de 0,7 a 3,0 casos
nuevos por cada 100.000 personas. El trastorno delirante representa del 1 al
2% de los ingresos a centros de salud mental para pacientes hospitalizados. 
La incidencia de primeros ingresos por trastorno delirante es menor, de 0,001 a
0,003%.
El trastorno delirante tiende a aparecer en la edad adulta media o tardía y, en
su mayor parte, los primeros ingresos al hospital por trastorno delirante se
producen entre los 33 y los 55 años.  Es más común en mujeres que en
hombres, y los inmigrantes parecen tener un mayor riesgo.
3. Etiología

4. Diagnóstico y Cuadro Clínico


 El diagnóstico del trastorno delirante es exclusivamente clínico. Se
emplean los criterios del DSM-V y CIE-10. Para el diagnóstico de
cualquier patología mental, habrá que tener en cuenta la detección de
patología orgánica que pueda justificar la sintomatología del paciente.
 Ideas delirantes no extrañas (p. ej., que implican situaciones que ocurren
en la vida real, como ser seguido, envenenado, infectado, amado a
distancia o engañado por el cónyuge o amante, o tener una enfermedad)
de por lo menos 1 mes de duración.
 Nunca se ha cumplido el Criterio A para la esquizofrenia. 
 Excepto por el impacto directo de las ideas delirantes o sus
ramificaciones, la actividad psicosocial no está deteriorada de forma
significativa y el comportamiento no es raro ni extraño.
 Si se han producido episodios afectivos simultáneamente a las ideas
delirantes, su duración total ha sido breve en relación con la duración de
los períodos delirantes.
 La alteración no es debida a los efectos fisiológicos directos de alguna
sustancia (p. ej., una droga o un medicamento) o a enfermedad médica.

5. Diagnóstico Diferencial
Se diferencia del trastorno psicótico relacionado con padecimientos médicos
generales y del trastorno psicótico inducido por sustancias por:
 Falta de datos en la historia clínica, exploración física y estado mental.
 Pruebas de laboratorio de factores etiológicos posibles (encefalitis,
neoplasia, trastornos endócrinos), uso de drogas
 Cursos inferiores a 6 meses

6.  Evolución y pronóstico
El trastorno delirante no conduce por lo general a una discapacidad grave. Sin
embargo, la persona puede verse cada vez más implicada en su propio delirio.
La mayoría de las personas afectadas pueden permanecer en su trabajo,
siempre que no esté relacionado con personas o eventos que tengan que ver
con sus delirios.

7. Tratamiento
 Establecer una buena relación médico-paciente
 En algunos casos, fármacos antipsicóticos
 El tratamiento puede ser difícil debido a que algunas personas creen
firmemente su delirio y se niegan a buscar ayuda. Una buena
relación médico-paciente es beneficiosa. Una vez que se establece
una relación, los médicos pueden alentar a las personas que son
resistentes a ser tratadas para participar en el tratamiento.
 Se puede requerir hospitalización si el médico estima que la persona
es peligrosa.
 No se utilizan por lo general fármacos antipsicóticos, pero a veces
son eficaces en la reducción de los síntomas.
 Un objetivo de tratamiento a largo plazo es el de desviar el foco de
atención que la persona tiene en la idea delirante hacia un área más
constructiva y gratificante, aunque esta meta suele ser difícil de
conseguir.

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