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Fonética y fonología
Prof. Mariano Degli Uomini
Si se analiza una palabra de la lengua española como /ˈd e d o/ desde un punto de vista
fonológico […], se observa que está formada por unas unidades, los segmentos fonológicos
/d/-/e/-/d/-/o/, que contrastan significativamente con otras combinaciones del español,
como dado, dudo […]. Sin embargo, las dos consonantes /d/, inicial e intervocálica, de la
palabra dedo en español se realizan fonéticamente de manera diferente: [d], en posición
inicial, supone un cierre de la boca, una oclusión realizada en los dientes superiores, lo que
la caracteriza como una consonante de tipo obstruyente; la realización fonética
correspondiente a la consonante intervocálica, [ð], no cierra el canal, sino que permite la
salida suave del aire […]. En consecuencia, unos segmentos del idioma contrastan
significativamente, como /e/- /a/ en dedo – dado, lo que da lugar a diferencias semánticas,
frente a otros, los segmentos [d], [ð], que son simplemente variantes contextuales. (NGLE,
2011, p. 2)
1
1.1. Fonética
1
La disciplina que se ocupa del estudio de los elementos suprasegmentales es la prosodia. Así la define la
Real Academia Española en el Diccionario de la lengua española (2016): ‘Parte de la gramática que enseña la
recta pronunciación y acentuación’, o ‘Estudio fonético y fonológico de los elementos que se refieren a
unidades superiores al fonema, como las sílabas u otras secuencias de la palabra u oración’ (los destacados
son nuestros). Cabe aclarar que la sílaba es considerada por algunos autores como un elemento
suprasegmental (así lo entienden la RAE y la ASALE), ya que, aunque puede estar constituida por un único
sonido, también puede componerse de varios segmentos y posee su propia estructura interna (NGLE, 2011).
2
Existe otra definición del término “consonante” expuesta por Bello ([1947] 1958), de acuerdo con la cual el
término —derivado del latín consŏnans, -antis (participio activo de consonāre, que significa ‘estar en
armonía’)— alude a los sonidos que, a diferencia de los vocálicos, no pueden pronunciarse de manera aislada
“a lo menos de modo claro y distinto; y para que se perciban claramente es necesario que suenen con algún
sonido vocal: llámanse por eso CONSONANTES [léase con-sonantes]” (1958, p. 26). Sin embargo, esta
caracterización relacionada con el uso de las consonantes no es aplicable a todas las lenguas; en japonés, por
ejemplo, existen palabras que carecen de vocales, lo mismo que en el idioma checo.
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Esquema del aparato fonador (en NGLE, 2011, p. 27)
3
a) Por el punto de articulación
• Sonidos sordos: en su articulación no vibran las cuerdas vocales (zorro, jamón, etc.)
4
• Sonidos sonoros: en su articulación vibran las cuerdas vocales (beso, narración,
además de los vocálicos).
Como se explicó, todas las vocales son sonoras porque se generan mediante la vibración
de las cuerdas vocales. Durante su producción, el flujo del aire que atraviesa las cavidades
supraglóticas no encuentra ningún obstáculo en su salida. Las vocales poseen el grado
máximo de perceptibilidad, gracias a lo cual pueden constituir, por sí solas, el núcleo de
una sílaba. El sistema fonológico de las vocales en español es relativamente simple en
comparación con otras lenguas. Se compone de cinco segmentos: /a/, /e/, /i/, /o/ y /u/, que
pueden distinguir significados (caso/coso, puso/piso, etc.).
Para clasificar los sonidos vocálicos en español desde el punto de vista articulatorio, se
toman en cuenta dos parámetros: la abertura oral o altura, y la posición de la lengua o
retraimiento. La altura se determina por la posición más o menos elevada de la mandíbula
inferior y por la distancia de la lengua y la parte superior de la cavidad oral. En español, la
vocal de grado máximo de abertura es [a]; las de grado mínimo son [i], [u], y las de grado
intermedio, [e], [o]. La posición de la lengua, por su parte, permite distinguir entre vocales
anteriores, como [i] y [e], que son palatales; vocales que tienden a realizarse como
centrales, como [a], y vocales posteriores, como [o] y [u], que son velares. Además, en la
clasificación articulatoria de las vocales del español, se suele considerar el redondeamiento
o abocinamiento de los labios. Las vocales [o] y [u] se realizan con labialización
(redondeamiento), y las demás, sin ella.
El fisiólogo Hellwag (en Kovacci, 1980) mostró de manera esquemática, con el
triángulo vocálico, el punto de articulación de cada vocal y su grado de abertura:
5
Las vocales de la lengua española presentan numerosas variantes fonéticas o alófonos.
La aparición de las diferentes variantes o alófonos está determinada por diversos factores,
algunos de naturaleza lingüística y otros de naturaleza extralingüística:
a) La coarticulación fonética: se trata de los ajustes a los que son sometidos los
sonidos en la cadena hablada en función de los segmentos precedentes o siguientes.
Por ejemplo:
• Nasalización: las realizaciones nasales suelen aparecer cuando la vocal se
encuentra entre dos consonantes nasales, como en mano [ˈmãno], y cuando
la vocal está al comienzo de la palabra, precedida de pausa y seguida de
consonante nasal, como en honra [ˈõnra].
• Velarización: el contacto con un sonido velar produce un retraso o
velarización en la pronunciación de la vocal. Por ejemplo, en la palabra
gato, el sonido del fonema /a/ se realiza como [ɑ], que es el resultado de un
desplazamiento de la lengua hacia el velo del paladar [ˈgɑto].
Teniendo esto en cuenta, se puede realizar en español, por ejemplo, una vocal anterior
media semicerrada nasalizada [ẽ] o una vocal anterior media semicerrada [e], pero “esta
distinción no es relevante fonológicamente, porque no distingue significados, a diferencia
de lo que ocurre en otras lenguas, como el francés” (NGLE, op. cit., p. 76). Esto significa
que, en español, las vocales pueden abrirse o cerrarse más, nasalizarse, etc., de acuerdo con
su proximidad a determinadas consonantes o por otras razones, pero ello no constituirá un
rasgo distintivo (ver 1.2.) que altere el significado.
1.1.3.2 Consonantes
Se indicó en un apartado anterior que las consonantes son sonidos que se articulan
mediante un contacto o una aproximación de los órganos articulatorios, los cuales
constituyen un obstáculo a la salida del aire procedente de los pulmones (NGLE, 2011). Se
clasifican en dos grandes grupos: obstruyentes y sonantes. En el punto 1.1.4.2, dedicado a
la transcripción fonética de consonantes, se estudiarán someramente algunas características
de las consonantes y las subclasificaciones de estos grupos.
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1.1.4. La transcripción fonética
Vocales
ə central, media
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ɘ central, media semicerrada
ɵ central, media semicerrada, redondeada
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Consonantes obstruyentes oclusivas: son aquellas en cuya pronunciación existe un
obstáculo total que impide la salida del aire.
Sonidos
[k] en la escritura es k, qu- o c ante a, o, u (casa, cura, queso, kiosco)
[t] en la escritura es una t (tarde)
[p] en la escritura es una p (puño)
[b] en la escritura es v, b (voto, bestia)
[g] en la escritura es una g (gallo, vengador)
[d] en la escritura es una d (día)3
Esta letra no tiene en español el sonido labiodental del francés vie, alemán was, inglés very;
su pronunciación en español es la misma que hemos dicho de la b. En la escritura, b y v se
distinguen escrupulosamente; pero su distinción es sólo ortográfica. La v, como la b, se
pronuncia, pues, bilabial oclusiva en posición inicial absoluta o precedida de nasal, y
bilabial fricativa, en todos los demás casos. […] No hay noticia de que la v labiodental haya
sido nunca corriente en la pronunciación española; los gramáticos la han recomendado
insistentemente; pero la Academia Española parece haber desistido ya de este empeño. Hoy
sólo pronuncian entre nosotros la v labiodental algunas personas demasiado influidas por
prejuicios lingüísticos o particularmente propensas a afectación.
Sonidos
[f] en la escritura es una f (fin)
[s] en la escritura es una s (sinuoso)
[x] en la escritura es una j (jamón)4
3
Respecto de los segmentos oclusivos sonoros /b/, /d/ y /g/, existen, además de las realizaciones oclusivas,
alófonos o variantes aproximantes: [β] en globo, nave, [ð̞] en dado y [ɣ] en haga ['aɣa]. Nótese que en los tres
casos estos sonidos se producen cuando los segmentos /b/, /d/ o /g/ aparecen entre vocales. Se explica en la
NGLE (2011) que la producción de estas consonantes aproximantes es similar a la de las fricativas, aunque,
en el caso de las aproximantes, el canal de la salida del aire no es tan estrecho, ni se produce la fricción propia
de los sonidos fricativos.
4
Observación: un caso, si se quiere, llamativo en esta correspondencia lo constituye la palabra México. Según
lo expuesto por la Real Academia Española y la ASALE (2005), la grafía recomendada para dicho topónimo
es, precisamente, México, con x, y su pronunciación correcta es [ˈmejiko], no [ˈmeksiko]. También se
recomienda escribir con x todos sus derivados: mexicano, mexicanismo, etc. ([mejiˈkano, mejikaˈnismo, etc.]).
La aparente falta de correspondencia entre grafía y pronunciación, continúan explicando la RAE y la ASALE,
se debe a que la letra x que aparece en la forma escrita de este y otros topónimos americanos conserva el valor
que tenía en épocas antiguas del idioma, en las que representaba el sonido que hoy corresponde a la letra j.
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[θ] en la escritura es una z o una c (español peninsular: zapato, cine)5
[ʝ̞] en la escritura es una y (vaya)
Sonido
[ʧ] en la escritura es el dígrafo ch (ocho)
[ʤ] por ejemplo, el sonido de y en inyección.
• Laterales (el aire es expulsado por las aberturas existentes en los lados de la cavidad
bucal)
Sonido
[l] en la escritura es una l (lámpara)
[ʎ] en la escritura es el dígrafo ll (lluvia, pollo)6
Sonido
[m] en la escritura es m (manzana)
[n] en la escritura es n (nariz)
[ ɲ] en la escritura es una ñ (niños)
[ɱ] en la escritura es una n labiodentalizada (infiel)
Este arcaísmo ortográfico se conservó en México y, por extensión, en el español de América, mientras que en
España las grafías usuales hasta no hace mucho eran Méjico, mejicano, etc. Aunque son también correctas las
formas con j, se recomiendan las grafías con x por ser las usadas en el propio país y, mayoritariamente, en el
resto de Hispanoamérica.
5
En distintas regiones de España, a diferencia de lo que sucede en Hispanoamérica, la Z y la C tienen en
ocasiones el mismo sonido interdental. En su Manual de pronunciación española (1919, p. 72), por ejemplo,
Navarro Tomás propone un ejercicio de lectura que muestra esta igualdad en la pronunciación:
Ejercicio. — Los sonidos interdentales: «En los lugares andalθues nada hay que pasme tanto como una
boda repentina. Por allí todo suele haθerse con mucha pausa. En parte alguna es menos aθeptable el
refrán inglés de que el tiempo es dinero. En parte alguna se emplea con más frecuenθia y en la vida
práctica la frase castiθa y archiespañola de haθer tiempo, esto es, de perderle, de gastarle, sin que nos
pese y aburra su andar lento, infinito y callado. [...]
6
Como se explica en la NGLE (2011), el subsistema en que no se distinguen los sonidos /ʎ/ y /ʝ/ se denomina
sistema yeísta. En algunas regiones, el sonido /ʎ/ ha sido sustituido por /ʝ/, /j/ (estos sonidos son similares a
los que se producen si pronunciamos “allá” como “aiá”, con un sonido fricativo palatal suave entre la primera
/a/ y la /i/), o, en el castellano rioplatense, por /ʃ/. Cuando un hablante de la capital de Argentina pronuncia las
palabras “lluvia” o “pollo”, se percibe el sonido [ʃ], que es similar al del término inglés shower.
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[ŋ] en la escritura es una n palatalizada (blanco)
• Róticas o vibrantes (el aire se expulsa a través del movimiento rápido y breve de la
lengua)
Sonido
[ɾ] en la escritura es una r (claro)
[r] en la escritura es una r inicial (o precedida de /n/, /l/, /s/) o rr (rito, carro)
ː larga
̥ ensordecida
b, β̞, w, j, ð̥ debilitada
. límite silábico
ˈ acento primario
ˌ acento secundario
# pausa
͜ sinalefa
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Una explicación similar, aunque mucho más brece, aparece en el diccionario bilingüe
Collings Pocket Italiano-Spagnolo Español-Italiano (2006, p. 11):
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Por último, y también a modo de ejemplo, presentamos una transcripción fonética del
francés, del diccionario Harper Collins Pocket (1994, p. 10), y, posteriormente, la del
portugués, del libro Entre nós 1 (2011, p. 23):
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1.2. Fonología
La fonología, como indicamos al principio, se ocupa del sonido solo en la medida en que
diferencia significados en oposición con otros sonidos dentro del sistema o, lo que es lo
mismo, dentro de la lengua (Gómez Torrego, 2007). Según lo expuesto en la NGLE (2011,
p. 54), la fonología “…estudia cómo se estructuran los segmentos y los elementos
suprasegmentales de una lengua para transmitir significados”. La fonética se interesa por
los mecanismos de producción y percepción; la fonología, por la forma en que las lenguas
organizan la materia fónica. Mientras que la primera establece las características
articulatorias y acústicas de los sonidos, la segunda se encarga de determinar cuáles de esas
características son relevantes para distinguir la significación de los enunciados.
En cuanto a su objeto de estudio, las unidades básicas de la fonología clásica eran los
fonemas. Un fonema es, según Saussure (1945 [1916]), la menor unidad del significante
que por conmutación altera el significado del signo lingüístico. Así, por ejemplo, en la
cadena sonora “cosa” (que fonéticamente representamos [ˈkosa],), si reemplazamos un solo
elemento de esa cadena y decimos “tosa” —[ˈtosa]—, vemos que varía el significado,
aunque el resto de la cadena sonora es idéntico. Se trata, entonces, de elementos distintivos
ya que basta con cambiar uno de ellos para que cambie completamente el significado de la
cadena. Como se indicó antes, cuando se realiza una transcripción fonológica, se escribe
entre barras: /.../.
Sin embargo, la fonología actual se basa, más que en la noción de fonema, en el
concepto de rasgo distintivo (NGLE, 2011.). Los fonemas son, desde esta perspectiva,
unidades complejas que están constituidas por elementos más simples denominados rasgos
distintivos:
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Un rasgo distintivo puede definirse como cada uno de los elementos constitutivos de
un segmento cuya modificación puede dar lugar a un contraste significativo. […] peso y
beso se diferencian por un único rasgo distintivo. El segmento /p/ se define mediante los
siguientes rasgos:
+consonante
-sonante
-continuo
-sonoro
-redondeado7
Es, por tanto, obstruyente, pues tiene el rasgo [-sonante]; oclusivo, por ser [-continuo];
sordo o [-sonoro], y labial con el rasgo [-redondeado]. En cambio, /b/ se define mediante
estos otros rasgos:
+consonante
-sonante
-continuo
+sonoro
-redondeado
(NGLE, 2011, pp. 57-58)
Los sonidos [b] (bomba) y [β] (sacaba) son variantes de un mismo fonema (/b/). En la
primera palabra, las consonantes destacadas se pronuncian como oclusivas; en la segunda,
es aproximante (se articula de forma similar a las fricativas, pero con una abertura más
amplia de los órganos fonatorios y sin ruido de fricción). Esos sonidos, que vimos al
estudiar la trascripción fonética, nunca diferencian significados por sí mismos cuando se
oponen entre sí, por lo que no son fonemas, son simples sonidos. Los sonidos que dependen
del contexto y que representan un mismo fonema se llaman alófonos y se representan
siempre entre corchetes. Cada fonema puede tener una cantidad variable de alófonos, los
cuales son estudiados desde la fonética (pues, como se indicó, no distinguen significados).
Explican Nieto et al. (2016) que, según el modo en que los pronunciamos, los fonemas
pueden ser clasificados de diferentes maneras. Por ejemplo, si comparamos /p/ y /b/, vamos
a comprobar que las dos son bilabiales, ya que usamos los labios para poder pronunciarlas.
Sin embargo, son fonemas distintos, porque distinguen significados. Pero si tenemos en
cuenta las vibraciones que hace nuestra garganta cuando las pronunciamos, vamos a
comprobar que, como se vio más arriba, mientras /b/ produce vibraciones, /p/ no lo hace.
/b/ es sonora; /p/ es sorda.
7
El redondeamiento de los labios es un movimiento articulatorio como el que se registra en la pronunciación
de las vocales o, u.
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El fonema /m/, por su parte, también es sonoro, pues las cuerdas vocales vibran al
pronunciarlo, por lo que comparte con /b/ las dos características estudiadas: bilabialidad y
sonoridad. La diferencia es que para pronunciar /m/ se usa la nariz (el aire sale por la nariz),
o sea que /m/ es un fonema nasal.
De acuerdo con la forma en que se expulsa el aire al pronunciar un fonema
consonántico, en el caso de los fonemas orales, el cierre de la cavidad comprometida puede
ser completo, juntando los órganos que intervienen y separándolos bruscamente para que
pase el aire, o puede pronunciarse sin juntar los órganos, acercándolos y dejando una
pequeña abertura por la que pase el aire. En el primer caso, el fonema es oclusivo; en el
segundo, fricativo. Tanto /b/ como /p/ son oclusivos. El fonema /f/, por ejemplo, es
fricativo.
Resumiendo, los tres sonidos bilabiales analizados son:
• /b/: bilabial, sonora, oclusiva,
• /p/: bilabial, sorda, oclusiva,
• /m/: bilabial, sonora, nasal.
Algunos de los fonemas consonánticos y los fonemas vocálicos del español son los
siguientes:
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/ʎ/: Fonema lateral palatal (grafía ll).
1.2.3. La entonación
Explica Gómez Torrego (2007) que el enunciado, unidad mínima comunicativa, siempre
aparece enmarcado entre pausas mayores. Todo enunciado, además de componerse de unos
determinados fonemas, sílabas, morfemas, palabras o grupos sintácticos, también se
acompaña de una determinada melodía ejecutada por las diversas variaciones de la voz en
relación con la tensión de las cuerdas vocales. Esta melodía que recubre el enunciado como
un todo se llama entonación. En la continuidad del habla, comenta Kovacci (1990), el
hablante fragmenta la emisión en oraciones, y el oyente, por su parte, percibe esa
fragmentación en virtud de las unidades de entonación, llamadas figuras tonales. Estas
siempre están comprendidas entre un silencio inicial y una pausa o juntura terminal.
Desde el punto de vista del sistema de la lengua, una oración como Te lo ha enviado está
desprovista de relieve melódico. Cuando un locutor emite este enunciado, realiza un acto
de enunciación y confiere a las palabras emitidas un patrón melódico que transmite un
significado determinado. Si el hablante utiliza un patrón como el que corresponde a ¿Te
lo ha enviado?, el enunciado constituye una pregunta; si el hablante utiliza un patrón
como Te lo ha enviado, está emitiendo una aseveración; si emplea una melodía como la
de ¡Te lo ha enviado!, el enunciado será exclamativo.
La entonación, o sea, la melodía que acompaña a los enunciados y grupos fónicos y que
es simultánea a todos los signos del enunciado, se expresa mediante una curva melódica o
secuencia de tonos.
En toda curva melódica se distinguen tres fases:
• La fase inicial, que aparece desde el principio de la emisión hasta el primer
elemento tónico. En esta fase, las cuerdas vocales se ponen en tensión y el tono
asciende.
• La fase media o central, que se caracteriza por mantenerse uniforme el tono sin
grandes oscilaciones.
• La fase final, que empieza en el último elemento tónico del enunciado o grupo
fónico hasta su término.
Ejemplos:
fase inicial fase media fase final fase inicial fase media fase final
Según Gómez Torrego (2007), de las tres fases de la curva melódica de la entonación, la
verdaderamente significativa o pertinente es la fase final. Esta última fase puede
manifestarse con inflexiones ascendentes o descendentes llamadas tonemas. En la lengua
española se distinguen tres tonemas fundamentales y dos variedades.
a) Tonemas fundamentales
Ha venido tu primo.
• Anticadencia: inflexión ascendente que indica el final un enunciado interrogativo
total. Ejemplo:
anticadencia
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suspensión
b) Variedades de tonemas
En el interior de un enunciado puede haber segmentos que van entre pausas menores
(normalmente, marcados por una coma en la escritura) y que van acompañados en su final
por un tonema. Este tonema puede ser de dos clases:
• Semicadencia: es un tonema descendente, aunque algo menos que el de la cadencia.
• Semianticadencia: es un tonema ascendente, aunque algo menos que el de la
anticadencia.
Ejemplo:
semicadencia semianticadencia cadencia
a) Modalidad asertiva
La modalidad asertiva comienza con una elevación desde la fase inicial hasta la primera
sílaba tónica, se mantiene uniforme en la fase media hasta la última sílaba tónica, desde la
que desciende en cadencia hasta el final. Ejemplo:
b) Modalidad interrogativa
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misión de la cadencia la ejercen, en cierto modo, los pronombres o adverbios interrogativos
correspondientes. Ejemplo:
En lenguas como el inglés, por ejemplo, pueden darse otras variantes. Al igual que en
español, la entonación en las preguntas con pronombres interrogativos (denominadas
usualmente wh-questions) se caracteriza por la denominada falling intonation (entonación
descendente), esto es, fonema final de cadencia:
c) Modalidad exclamativa
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1.2.3.5. Grupos fónico y unidad melódica
Un grupo fónico es una porción de discurso comprendida entre dos pausas y que forma
parte de un único enunciado (Gómez Torrego, 2007). Sus límites son, más precisamente, el
silencio inicial y la juntura (interna o terminal) o dos pausas. La línea de tonos que
acompaña al grupo fónico es la unidad melódica (Kovacci, 1990). Se trata de la línea
musical descripta por una secuencia de tonos (Kovacci, 1986). Esta unidad, que de manera
habitual sirve de base para el análisis de la melodía, suele ser parte por sí misma
significativa dentro del enunciado (NGLE, 2011). En ocasiones, una unidad melódica
puede constituir un enunciado completo (como en Busquémoslo o Es de día).
Para entender mejor la organización de estas unidades, leamos la siguiente explicación
ofrecida en la NGLE:
El acento léxico [el que recae sobre la sílaba tónica, por realce fonético de una sílaba] es
el que corresponde al ámbito de la palabra, de modo que, por lo general, cada palabra
tiene un acento de este tipo. Existen, no obstante, en español palabras que contienen más
de un acento léxico, así como palabras no acentuadas. Cuando las unidades léxicas se
combinan para construir enunciados, surgen unidades superiores […]. La unidad acentual
mínima superior a la palabra es el grupo acentual, que está integrado por una o varias
palabras no acentuadas, como en el coche o en de mi madre. Varios grupos acentuales se
combinan para construir una unidad de rango mayor, el grupo fónico, como en el coche
de mi madre. Finalmente, varios grupos fónicos pueden formar una unidad melódica,
como en El coche de mi madre es descapotable (2011, pp. 421-423).
Un enunciado sin segmentos entre pausas es por sí mismo un grupo fónico (porción del
discurso entre pausas); pero en un enunciado puede haber otros grupos fónicos con su curva
melódica concreta, normalmente acabados en semianticadencia, en suspensión o en
semicadencia (Gómez Torrego, 2007). Por ejemplo:
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Bibliografía consultada
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