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1.

Fonética y fonología
Prof. Mariano Degli Uomini

Explican la Real Academia Española y la ASALE en su estudio dedicado a la fonética y


la fonología (en adelante, NGLE, 2011) que la gramática está formada por tres
componentes: la fonología, que estudia la organización lingüística de los sonidos del habla;
la morfología, que se ocupa de la estructura de las palabras, y la sintaxis, encargada de
analizar cómo se combinan las palabras y los grupos que forman. Los estudios de fonología
se relacionan tradicionalmente con los de fonética. Esta última estudia los aspectos físicos
del habla, sus componentes sonoros, mientras que la primera se ocupa de la estructura de
dichos componentes (NGLE, op. cit.).
Con respecto al objeto de estudio, tanto la fonética como la fonología analizan unidades
segmentales (o sonidos del habla) y elementos suprasegmentales o prosódicos (acento,
entonación, ritmo, pausa, velocidad de elocución y cualidad de voz). Los elementos de la
fonética se transcriben entre corchetes ([ ]), y los fonemas, elementos de la fonología, entre
barras (//).
Según Gómez Torrego (2007), la fonética se ocupa de la materialidad o sustancia del
sonido, y lo describe en sus cualidades físicas (el tono o altura musical; la intensidad o
energía articulatoria; la cantidad o duración en el tiempo; el timbre, que depende del
volumen y la caja de resonancia). Además, estudia la producción y percepción del sonido.
No obstante, cabe aclarar que no solo analiza los sonidos aislados, sino además ciertas
combinaciones que constituyen lo que llamamos sílaba. Por su parte, continúa el autor
citado, la fonología estudia el sonido solo en la medida en que diferencia significados en
oposición con otros sonidos dentro del sistema. Veamos un ejemplo presentado en la
NGLE:

Si se analiza una palabra de la lengua española como /ˈd e d o/ desde un punto de vista
fonológico […], se observa que está formada por unas unidades, los segmentos fonológicos
/d/-/e/-/d/-/o/, que contrastan significativamente con otras combinaciones del español,
como dado, dudo […]. Sin embargo, las dos consonantes /d/, inicial e intervocálica, de la
palabra dedo en español se realizan fonéticamente de manera diferente: [d], en posición
inicial, supone un cierre de la boca, una oclusión realizada en los dientes superiores, lo que
la caracteriza como una consonante de tipo obstruyente; la realización fonética
correspondiente a la consonante intervocálica, [ð], no cierra el canal, sino que permite la
salida suave del aire […]. En consecuencia, unos segmentos del idioma contrastan
significativamente, como /e/- /a/ en dedo – dado, lo que da lugar a diferencias semánticas,
frente a otros, los segmentos [d], [ð], que son simplemente variantes contextuales. (NGLE,
2011, p. 2)

A la fonología, entonces, le corresponde el estudio de los rasgos que, en cada sonido,


resultan pertinentes para la diferencia de los significados. Los rasgos no pertinentes (la
materialización de los sonidos) los estudia la fonética.
En las páginas que siguen, desarrollaremos algunas características generales vinculadas
con ambas disciplinas con el propósito ahondar —si bien no de modo exhaustivo— en la
descripción de las unidades u objetos de estudios de cada una.

1
1.1. Fonética

La fonética es “…la disciplina que estudia los mecanismos de la producción, de la


transmisión y de la percepción de la señal sonora que constituye el habla” (NGLE, 2011, p.
24). Suele dividirse en tres campos:
• fonética articulatoria: estudia la producción de los sonidos del habla mediante la
acción del aparato fonador y de los órganos articulatorios;
• fonética acústica: analiza las características físicas de las ondas sonoras que
conforman los sonidos de las lenguas;
• fonética perceptiva o auditiva: investiga cómo segmentan, procesan e interpretan los
hablantes los sonidos que perciben.
En función del objeto de estudio, se suele distinguir, además, entre fonética general
(análisis de los mecanismos de producción y de las estrategias de percepción presentes en
todas las lenguas del mundo), fonética descriptiva (la rama de la fonética que se ocupa de
describir los sonidos particulares de las lenguas naturales) y ortología, también llamada
ortoepía u ortofonía (rama de la fonética que establece las normas convencionales de
pronunciación de una lengua) (NGLE, 2011).

1.1.1. Unidades de la fonética

Los elementos propios de la fonética pueden ser segmentales o suprasegmentales1. Los


sonidos del habla, elementos segmentales, se definen de acuerdo con principios
articulatorios, acústicos y perceptivos. Como se indicó anteriormente, estos sonidos se
transcriben entre corchetes ([a], [θ], etc.). Estos elementos se clasifican en vocales y
consonantes. Durante la realización de las vocales, “…el aire sale libremente por el tracto
vocal”, mientras que la articulación de las consonantes “…se caracteriza por la presencia de
un obstáculo en la región central del tracto vocal que impide o dificulta la salida del aire”2
(NGLE, 2011, p. 25). A efectos de explicar características articulatorias del español,
presentamos, en primer lugar, un esquema del aparato fonador; en segundo lugar, un
esquema de la cavidad oral:

1
La disciplina que se ocupa del estudio de los elementos suprasegmentales es la prosodia. Así la define la
Real Academia Española en el Diccionario de la lengua española (2016): ‘Parte de la gramática que enseña la
recta pronunciación y acentuación’, o ‘Estudio fonético y fonológico de los elementos que se refieren a
unidades superiores al fonema, como las sílabas u otras secuencias de la palabra u oración’ (los destacados
son nuestros). Cabe aclarar que la sílaba es considerada por algunos autores como un elemento
suprasegmental (así lo entienden la RAE y la ASALE), ya que, aunque puede estar constituida por un único
sonido, también puede componerse de varios segmentos y posee su propia estructura interna (NGLE, 2011).
2
Existe otra definición del término “consonante” expuesta por Bello ([1947] 1958), de acuerdo con la cual el
término —derivado del latín consŏnans, -antis (participio activo de consonāre, que significa ‘estar en
armonía’)— alude a los sonidos que, a diferencia de los vocálicos, no pueden pronunciarse de manera aislada
“a lo menos de modo claro y distinto; y para que se perciban claramente es necesario que suenen con algún
sonido vocal: llámanse por eso CONSONANTES [léase con-sonantes]” (1958, p. 26). Sin embargo, esta
caracterización relacionada con el uso de las consonantes no es aplicable a todas las lenguas; en japonés, por
ejemplo, existen palabras que carecen de vocales, lo mismo que en el idioma checo.
2
Esquema del aparato fonador (en NGLE, 2011, p. 27)

Esquema de la cavidad oral


(fuente: http://www.definicionabc.com/comunicacion/fonetica.php)

1.1.2. Características articulatorias de los sonidos del español

La clasificación o descripción fonética de los sonidos en español se realiza según los


siguientes criterios (transcribimos a continuación lo expuesto por Gómez Torrego, 2007):

3
a) Por el punto de articulación

Atendiendo al punto o lugar exacto de la cavidad bucal en que se articula el sonido y a


los órganos de dicha cavidad que intervienen en la articulación, los sonidos pueden ser:
• Sonidos labiales (o bilabiales): intervienen los labios superior e inferior (amaba).
• Sonido labiodental: interviene el labio inferior sobre el que se apoyan ligeramente
los dientes superiores (afilado).
• Sonidos dentales: la lengua se apoya en los dientes superiores (adelantar).
• Sonido interdental: la lengua sale ligeramente entre los dientes superiores y los
inferiores (zapatos, en el español peninsular).
• Sonidos alveolares: la lengua se apoya en los alvéolos (narices)
• Sonidos velares (o guturales): la lengua se retrasa hasta el paladar blando o velo del
paladar (hagámoslo).
• Sonidos palatales: la lengua se apoya en el paladar duro (chancho).

b) Por el modo de articulación

Si atendemos al grado de abertura o de cierre de los órganos articulatorios en relación


con la posición que adoptan, podemos hablar de los siguientes sonidos:

• Sonidos vocálicos: el aire proveniente de los pulmones encuentra la cavidad bucal


libre de obstáculos en su exterior: [a], [e], [i], [o], [u].
• Sonidos consonánticos: el aire proveniente de los pulmones encuentra algún
obstáculo en la cavidad bucal en su salida al exterior: [p], [b], [t], [k]...

A su vez, los sonidos consonánticos se clasifican en distintos grupos:

Sonidos oclusivos: los órganos articulatorios se cierran completamente (pantalón, gato)


Sonidos fricativos: los órganos articulatorios se estrechan sin llegar a juntarse del todo, por
lo que se deja salir el aire rozándolos (sol, finales)
Sonidos africados: se cierran los órganos articulatorios como en los oclusivos, pero en la
segunda fase el aire no sale con explosión o repentinamente sino de forma continuada y
rozando dichos órganos (ochenta).
Sonidos orales: el aire sale sólo por la cavidad bucal (todos los sonidos consonánticos
excepto los nasales).
Sonidos nasales: el aire sale por el canal nasal (mañana)...
Sonidos laterales: el aire sale por un lado o los dos de la cavidad bucal (los bordes de la
lengua dejan salir el aire): lámina.
Sonidos vibrantes: la punta de la lengua choca en los alvéolos produciendo una vibración
(cura) o varias (carro).

c) Por la acción de las cuerdas vocales

• Sonidos sordos: en su articulación no vibran las cuerdas vocales (zorro, jamón, etc.)
4
• Sonidos sonoros: en su articulación vibran las cuerdas vocales (beso, narración,
además de los vocálicos).

1.1.3. Vocales y consonantes

1.1.3.1 Las vocales

Como se explicó, todas las vocales son sonoras porque se generan mediante la vibración
de las cuerdas vocales. Durante su producción, el flujo del aire que atraviesa las cavidades
supraglóticas no encuentra ningún obstáculo en su salida. Las vocales poseen el grado
máximo de perceptibilidad, gracias a lo cual pueden constituir, por sí solas, el núcleo de
una sílaba. El sistema fonológico de las vocales en español es relativamente simple en
comparación con otras lenguas. Se compone de cinco segmentos: /a/, /e/, /i/, /o/ y /u/, que
pueden distinguir significados (caso/coso, puso/piso, etc.).
Para clasificar los sonidos vocálicos en español desde el punto de vista articulatorio, se
toman en cuenta dos parámetros: la abertura oral o altura, y la posición de la lengua o
retraimiento. La altura se determina por la posición más o menos elevada de la mandíbula
inferior y por la distancia de la lengua y la parte superior de la cavidad oral. En español, la
vocal de grado máximo de abertura es [a]; las de grado mínimo son [i], [u], y las de grado
intermedio, [e], [o]. La posición de la lengua, por su parte, permite distinguir entre vocales
anteriores, como [i] y [e], que son palatales; vocales que tienden a realizarse como
centrales, como [a], y vocales posteriores, como [o] y [u], que son velares. Además, en la
clasificación articulatoria de las vocales del español, se suele considerar el redondeamiento
o abocinamiento de los labios. Las vocales [o] y [u] se realizan con labialización
(redondeamiento), y las demás, sin ella.
El fisiólogo Hellwag (en Kovacci, 1980) mostró de manera esquemática, con el
triángulo vocálico, el punto de articulación de cada vocal y su grado de abertura:

5
Las vocales de la lengua española presentan numerosas variantes fonéticas o alófonos.
La aparición de las diferentes variantes o alófonos está determinada por diversos factores,
algunos de naturaleza lingüística y otros de naturaleza extralingüística:

a) La coarticulación fonética: se trata de los ajustes a los que son sometidos los
sonidos en la cadena hablada en función de los segmentos precedentes o siguientes.
Por ejemplo:
• Nasalización: las realizaciones nasales suelen aparecer cuando la vocal se
encuentra entre dos consonantes nasales, como en mano [ˈmãno], y cuando
la vocal está al comienzo de la palabra, precedida de pausa y seguida de
consonante nasal, como en honra [ˈõnra].
• Velarización: el contacto con un sonido velar produce un retraso o
velarización en la pronunciación de la vocal. Por ejemplo, en la palabra
gato, el sonido del fonema /a/ se realiza como [ɑ], que es el resultado de un
desplazamiento de la lengua hacia el velo del paladar [ˈgɑto].

b) Variables sociales y espaciales: estas variables pueden intervenir en la realización


de los sonidos del habla.
c) Contacto con otras lenguas: por ejemplo, en América de Sur, el contacto lingüístico
del español con el quechua o el aimara produce en varias regiones un conjunto de
alternancias entre vocales altas (/i/, /u/) y medias (/e/ y /o/), debido a la interferencia
del sistema trivocálico /a, i, u/ de estas lenguas con el sistema pentavocálico del
español. Se explica en la NGLE (2011) que los hablantes bilingües con dominio
incompleto del español tienden a reducir la diferencia entre vocales altas y medias.

Teniendo esto en cuenta, se puede realizar en español, por ejemplo, una vocal anterior
media semicerrada nasalizada [ẽ] o una vocal anterior media semicerrada [e], pero “esta
distinción no es relevante fonológicamente, porque no distingue significados, a diferencia
de lo que ocurre en otras lenguas, como el francés” (NGLE, op. cit., p. 76). Esto significa
que, en español, las vocales pueden abrirse o cerrarse más, nasalizarse, etc., de acuerdo con
su proximidad a determinadas consonantes o por otras razones, pero ello no constituirá un
rasgo distintivo (ver 1.2.) que altere el significado.

1.1.3.2 Consonantes

Se indicó en un apartado anterior que las consonantes son sonidos que se articulan
mediante un contacto o una aproximación de los órganos articulatorios, los cuales
constituyen un obstáculo a la salida del aire procedente de los pulmones (NGLE, 2011). Se
clasifican en dos grandes grupos: obstruyentes y sonantes. En el punto 1.1.4.2, dedicado a
la transcripción fonética de consonantes, se estudiarán someramente algunas características
de las consonantes y las subclasificaciones de estos grupos.

6
1.1.4. La transcripción fonética

La transcripción fonética, según se explica en la NGLE (2011, p. 43) es “…un sistema


de notación escrita de los sonidos del habla cuyo objetivo es representar siempre un mismo
sonido con idéntico símbolo, de forma que se eviten las ambigüedades habituales existentes
en los sistemas habituales de escritura”. Aunque en la tradición filológica hispánica ha sido
común el empleo de un sistema propio de transcripción, el alfabeto fonético de la Revista
de Filología Española (ARFE), presentaremos a continuación parte del Alfabeto Fonético
Internacional (AFI), publicado por primera vez en 1886 por la Asociación de Fonética
Internacional, el cual se actualiza periódicamente, respetando el principio de la simplicidad
(NGLE, op. cit.). Este alfabeto está constituido por una serie de caracteres alfabéticos,
muchos de los cuales han sido tomados del alfabeto latino y del griego —algunos con
modificaciones—, y signos diacríticos que, colocados cerca de alguno de los signos
alfabéticos, les confieren un valor especial: el signo [ʰ], por ejemplo, colocado a la derecha
de un signo alfabético, indica que el sonido de este es aspirado (así sucede si transcribimos
fonéticamente la pronunciación más generalizada en nuestro territorio de la palabra hasta:
['asʰta]).

1.1.4.1 Transcripción fonética de las vocales

El sistema fonológico de las vocales en español es relativamente simple en comparación


con otras lenguas. Se compone de cinco segmentos: /a/, /e/, /i/, /o/ y /u/, que pueden
distinguir significados (caso / coso, puso / piso, etc.). No obstante, como vimos, las vocales
en español pueden abrirse o cerrarse más, nasalizarse, etc. de acuerdo con su proximidad a
determinadas consonantes o por otras razones, pero ello no constituirá un rasgo distintivo
que altere el significado.
Presentaremos a continuación varios de los signos empleados para la transcripción
fonética de distintos sonidos vocálicos. Posteriormente, algunos signos diacríticos que
suelen combinarse con estos.

Vocales

a central anterior, abierta


æ palatal o anterior, abierta media
ɑ velar o posterior, abierta
ɐ central, abierta media

e palatal o anterior, media semicerrada


ɛ palatal o anterior, media semiabierta
ø palatal o anterior, media semicerrada, redondeada

ə central, media
7
ɘ central, media semicerrada
ɵ central, media semicerrada, redondeada

o velar o posterior, media semicerrada, redondeada


ɔ velar o posterior, media semiabierta, redondeada

i palatal o anterior, cerrada


ɨ central, cerrada
ɪ palatal o anterior, cerrada media

u velar o posterior, cerrada, redondeada


ɯ velar o posterior, cerrada
ʊ velar o posterior, cerrada media

Marcas diacríticas que pueden aparecer sobre (o junto a) las vocales:

Si bien, como se indicó, las diferentes pronunciaciones vocálicas no distinguen


significados en español, suelen realizarse sonidos diferentes. Por ejemplo: en general, se
explica en la NGLE (op. cit.), la contigüidad de un sonido palatal produce un ligero
adelantamiento en la posición de la lengua, mientras que el contacto con sonidos velares da
lugar a un ligero retraso. Así, la vocal central [a] se palataliza en contacto con cualquier
consonante palatal (como en chato [ˈʧæto]) y se velariza especialmente en palabras como
gato [ˈgato].

1.1.4.2. Transcripción fonética de consonantes. Correspondencias con grafías o letras

Presentaremos en la siguiente sección algunos de los símbolos propios de la


transcripción fonética ofrecidos en el AFI. Para comprender mejor los sonidos que
representan, mostraremos, además, algunas equivalencias entre la escritura en español y
dichos símbolos.

8
Consonantes obstruyentes oclusivas: son aquellas en cuya pronunciación existe un
obstáculo total que impide la salida del aire.

Sonidos
[k] en la escritura es k, qu- o c ante a, o, u (casa, cura, queso, kiosco)
[t] en la escritura es una t (tarde)
[p] en la escritura es una p (puño)
[b] en la escritura es v, b (voto, bestia)
[g] en la escritura es una g (gallo, vengador)
[d] en la escritura es una d (día)3

Con respecto al sonido de las letras v y b en español, es oportuno observar que, a


diferencias de lo que ocurre en otras lenguas, no existen en este idioma diferencias entre la
pronunciación de una y otra (nótese que la fonética propone un solo sonido para ambas). Ya
lo explicaba claramente Navarro Tomás en su Manual de pronunciación española (1918, p.
68):

Esta letra no tiene en español el sonido labiodental del francés vie, alemán was, inglés very;
su pronunciación en español es la misma que hemos dicho de la b. En la escritura, b y v se
distinguen escrupulosamente; pero su distinción es sólo ortográfica. La v, como la b, se
pronuncia, pues, bilabial oclusiva en posición inicial absoluta o precedida de nasal, y
bilabial fricativa, en todos los demás casos. […] No hay noticia de que la v labiodental haya
sido nunca corriente en la pronunciación española; los gramáticos la han recomendado
insistentemente; pero la Academia Española parece haber desistido ya de este empeño. Hoy
sólo pronuncian entre nosotros la v labiodental algunas personas demasiado influidas por
prejuicios lingüísticos o particularmente propensas a afectación.

Consonantes obstruyentes fricativas: el obstáculo a la salida del aire es parcial, se produce


una fricción.

Sonidos
[f] en la escritura es una f (fin)
[s] en la escritura es una s (sinuoso)
[x] en la escritura es una j (jamón)4

3
Respecto de los segmentos oclusivos sonoros /b/, /d/ y /g/, existen, además de las realizaciones oclusivas,
alófonos o variantes aproximantes: [β] en globo, nave, [ð̞] en dado y [ɣ] en haga ['aɣa]. Nótese que en los tres
casos estos sonidos se producen cuando los segmentos /b/, /d/ o /g/ aparecen entre vocales. Se explica en la
NGLE (2011) que la producción de estas consonantes aproximantes es similar a la de las fricativas, aunque,
en el caso de las aproximantes, el canal de la salida del aire no es tan estrecho, ni se produce la fricción propia
de los sonidos fricativos.
4
Observación: un caso, si se quiere, llamativo en esta correspondencia lo constituye la palabra México. Según
lo expuesto por la Real Academia Española y la ASALE (2005), la grafía recomendada para dicho topónimo
es, precisamente, México, con x, y su pronunciación correcta es [ˈmejiko], no [ˈmeksiko]. También se
recomienda escribir con x todos sus derivados: mexicano, mexicanismo, etc. ([mejiˈkano, mejikaˈnismo, etc.]).
La aparente falta de correspondencia entre grafía y pronunciación, continúan explicando la RAE y la ASALE,
se debe a que la letra x que aparece en la forma escrita de este y otros topónimos americanos conserva el valor
que tenía en épocas antiguas del idioma, en las que representaba el sonido que hoy corresponde a la letra j.
9
[θ] en la escritura es una z o una c (español peninsular: zapato, cine)5
[ʝ̞] en la escritura es una y (vaya)

Consonantes obstruyentes africadas: existe un obstáculo total a la salida del aire y, a


continuación, un obstáculo parcial que provoca una fricción.

Sonido
[ʧ] en la escritura es el dígrafo ch (ocho)
[ʤ] por ejemplo, el sonido de y en inyección.

Consonantes sonantes: en su articulación el aire sale sin fricción ni turbulencia apreciables


y las cavidades supraglóticas actúan como caja de resonancia. Pueden ser:

• Laterales (el aire es expulsado por las aberturas existentes en los lados de la cavidad
bucal)

Sonido
[l] en la escritura es una l (lámpara)
[ʎ] en la escritura es el dígrafo ll (lluvia, pollo)6

• Nasales (el aire sale tanto de la cavidad bucal como de la nasal)

Sonido
[m] en la escritura es m (manzana)
[n] en la escritura es n (nariz)
[ ɲ] en la escritura es una ñ (niños)
[ɱ] en la escritura es una n labiodentalizada (infiel)

Este arcaísmo ortográfico se conservó en México y, por extensión, en el español de América, mientras que en
España las grafías usuales hasta no hace mucho eran Méjico, mejicano, etc. Aunque son también correctas las
formas con j, se recomiendan las grafías con x por ser las usadas en el propio país y, mayoritariamente, en el
resto de Hispanoamérica.
5
En distintas regiones de España, a diferencia de lo que sucede en Hispanoamérica, la Z y la C tienen en
ocasiones el mismo sonido interdental. En su Manual de pronunciación española (1919, p. 72), por ejemplo,
Navarro Tomás propone un ejercicio de lectura que muestra esta igualdad en la pronunciación:
Ejercicio. — Los sonidos interdentales: «En los lugares andalθues nada hay que pasme tanto como una
boda repentina. Por allí todo suele haθerse con mucha pausa. En parte alguna es menos aθeptable el
refrán inglés de que el tiempo es dinero. En parte alguna se emplea con más frecuenθia y en la vida
práctica la frase castiθa y archiespañola de haθer tiempo, esto es, de perderle, de gastarle, sin que nos
pese y aburra su andar lento, infinito y callado. [...]
6
Como se explica en la NGLE (2011), el subsistema en que no se distinguen los sonidos /ʎ/ y /ʝ/ se denomina
sistema yeísta. En algunas regiones, el sonido /ʎ/ ha sido sustituido por /ʝ/, /j/ (estos sonidos son similares a
los que se producen si pronunciamos “allá” como “aiá”, con un sonido fricativo palatal suave entre la primera
/a/ y la /i/), o, en el castellano rioplatense, por /ʃ/. Cuando un hablante de la capital de Argentina pronuncia las
palabras “lluvia” o “pollo”, se percibe el sonido [ʃ], que es similar al del término inglés shower.
10
[ŋ] en la escritura es una n palatalizada (blanco)

• Róticas o vibrantes (el aire se expulsa a través del movimiento rápido y breve de la
lengua)
Sonido
[ɾ] en la escritura es una r (claro)
[r] en la escritura es una r inicial (o precedida de /n/, /l/, /s/) o rr (rito, carro)

Algunos de estos signos pueden aparecer con marcas diacríticas:

ː larga

̥ ensordecida
b, β̞, w, j, ð̥ debilitada

Otros signos utilizados

. límite silábico
ˈ acento primario
ˌ acento secundario
# pausa
͜ sinalefa

Veamos algunos ejemplos de transcripción fonética: si en un diccionario inglés-español


encontramos al lado del término inglés change la transcripción [ʧeɪnʤ], debemos tener en
cuenta que el símbolo inicial se pronuncia como “ch” en español y el final como la y en
“yema”. En relación con los otros signos que presentamos, una palabra como dedo (en
español) puede aparecer transcripta fonéticamente con un acento primario que indica que la
primera sílaba posee acento fuerte: [ˈdeðo].
Generalmente, los tipos de diccionarios a los que hacemos referencia suelen presentar
una tabla con los símbolos fonéticos empleados y los sonidos (aproximados) que estos
representan. Veamos, primero, el caso del Nuevo diccionario de inglés Clarín (1998, pp.
12-13), que ofrece explicaciones claras sobre cómo suenan distintos símbolos:

11
12
Una explicación similar, aunque mucho más brece, aparece en el diccionario bilingüe
Collings Pocket Italiano-Spagnolo Español-Italiano (2006, p. 11):

13
Por último, y también a modo de ejemplo, presentamos una transcripción fonética del
francés, del diccionario Harper Collins Pocket (1994, p. 10), y, posteriormente, la del
portugués, del libro Entre nós 1 (2011, p. 23):

14
15
1.2. Fonología
La fonología, como indicamos al principio, se ocupa del sonido solo en la medida en que
diferencia significados en oposición con otros sonidos dentro del sistema o, lo que es lo
mismo, dentro de la lengua (Gómez Torrego, 2007). Según lo expuesto en la NGLE (2011,
p. 54), la fonología “…estudia cómo se estructuran los segmentos y los elementos
suprasegmentales de una lengua para transmitir significados”. La fonética se interesa por
los mecanismos de producción y percepción; la fonología, por la forma en que las lenguas
organizan la materia fónica. Mientras que la primera establece las características
articulatorias y acústicas de los sonidos, la segunda se encarga de determinar cuáles de esas
características son relevantes para distinguir la significación de los enunciados.
En cuanto a su objeto de estudio, las unidades básicas de la fonología clásica eran los
fonemas. Un fonema es, según Saussure (1945 [1916]), la menor unidad del significante
que por conmutación altera el significado del signo lingüístico. Así, por ejemplo, en la
cadena sonora “cosa” (que fonéticamente representamos [ˈkosa],), si reemplazamos un solo
elemento de esa cadena y decimos “tosa” —[ˈtosa]—, vemos que varía el significado,
aunque el resto de la cadena sonora es idéntico. Se trata, entonces, de elementos distintivos
ya que basta con cambiar uno de ellos para que cambie completamente el significado de la
cadena. Como se indicó antes, cuando se realiza una transcripción fonológica, se escribe
entre barras: /.../.
Sin embargo, la fonología actual se basa, más que en la noción de fonema, en el
concepto de rasgo distintivo (NGLE, 2011.). Los fonemas son, desde esta perspectiva,
unidades complejas que están constituidas por elementos más simples denominados rasgos
distintivos:

16
Un rasgo distintivo puede definirse como cada uno de los elementos constitutivos de
un segmento cuya modificación puede dar lugar a un contraste significativo. […] peso y
beso se diferencian por un único rasgo distintivo. El segmento /p/ se define mediante los
siguientes rasgos:

+consonante
-sonante
-continuo
-sonoro
-redondeado7

Es, por tanto, obstruyente, pues tiene el rasgo [-sonante]; oclusivo, por ser [-continuo];
sordo o [-sonoro], y labial con el rasgo [-redondeado]. En cambio, /b/ se define mediante
estos otros rasgos:

+consonante
-sonante
-continuo
+sonoro
-redondeado
(NGLE, 2011, pp. 57-58)

1.2.1. Los alófonos

Los sonidos [b] (bomba) y [β] (sacaba) son variantes de un mismo fonema (/b/). En la
primera palabra, las consonantes destacadas se pronuncian como oclusivas; en la segunda,
es aproximante (se articula de forma similar a las fricativas, pero con una abertura más
amplia de los órganos fonatorios y sin ruido de fricción). Esos sonidos, que vimos al
estudiar la trascripción fonética, nunca diferencian significados por sí mismos cuando se
oponen entre sí, por lo que no son fonemas, son simples sonidos. Los sonidos que dependen
del contexto y que representan un mismo fonema se llaman alófonos y se representan
siempre entre corchetes. Cada fonema puede tener una cantidad variable de alófonos, los
cuales son estudiados desde la fonética (pues, como se indicó, no distinguen significados).

1.2.2 Clasificación de los fonemas

Explican Nieto et al. (2016) que, según el modo en que los pronunciamos, los fonemas
pueden ser clasificados de diferentes maneras. Por ejemplo, si comparamos /p/ y /b/, vamos
a comprobar que las dos son bilabiales, ya que usamos los labios para poder pronunciarlas.
Sin embargo, son fonemas distintos, porque distinguen significados. Pero si tenemos en
cuenta las vibraciones que hace nuestra garganta cuando las pronunciamos, vamos a
comprobar que, como se vio más arriba, mientras /b/ produce vibraciones, /p/ no lo hace.
/b/ es sonora; /p/ es sorda.
7
El redondeamiento de los labios es un movimiento articulatorio como el que se registra en la pronunciación
de las vocales o, u.
17
El fonema /m/, por su parte, también es sonoro, pues las cuerdas vocales vibran al
pronunciarlo, por lo que comparte con /b/ las dos características estudiadas: bilabialidad y
sonoridad. La diferencia es que para pronunciar /m/ se usa la nariz (el aire sale por la nariz),
o sea que /m/ es un fonema nasal.
De acuerdo con la forma en que se expulsa el aire al pronunciar un fonema
consonántico, en el caso de los fonemas orales, el cierre de la cavidad comprometida puede
ser completo, juntando los órganos que intervienen y separándolos bruscamente para que
pase el aire, o puede pronunciarse sin juntar los órganos, acercándolos y dejando una
pequeña abertura por la que pase el aire. En el primer caso, el fonema es oclusivo; en el
segundo, fricativo. Tanto /b/ como /p/ son oclusivos. El fonema /f/, por ejemplo, es
fricativo.
Resumiendo, los tres sonidos bilabiales analizados son:
• /b/: bilabial, sonora, oclusiva,
• /p/: bilabial, sorda, oclusiva,
• /m/: bilabial, sonora, nasal.

1.2.2.1. Fonemas consonánticos y fonemas vocálicos

Algunos de los fonemas consonánticos y los fonemas vocálicos del español son los
siguientes:

/a/: Fonema vocálico de apertura máxima.


/b/: Fonema obstruyente bilabial sonoro (grafías: b, v y w).
/tʃ/: Fonema africado palatal (grafía ch).
/d/: Fonema obstruyente.
/e/: Fonema vocálico palatal de apertura media.
/f/: Fonema labial, fricativo, sordo, oral, en muchas zonas se realiza fricativo bilabial
/ɡ/: Fonema obstruyente velar sonoro (grafías g y gu)
/i/: Fonema vocálico palatal y apertura mínima.
/x/: Fonema fricativo velar (grafías g y j)
/k/: Fonema oclusivo velar sordo (grafías c, qu y k).
/l/: Fonema lateral alveolar.
/m/: Fonema nasal labial.
/n/: Fonema nasal alveolar.
/ɲ/: Fonema nasal palatal (grafía ñ).
/o/: Fonema vocálico velar de apertura media.
/p/: Fonema oclusivo.
/ɾ/: Fonema vibrante simple (grafía -r-, -r).
/r/(rr): Fonema vibrante múltiple (grafía -rr-, r-).
/s/: Fonema fricativo (grafía s).
/t/: Fonema oclusivo alveolar sordo.
/u/: Fonema vocálico velar de apertura mínima.
/ʝ̞/: Fonema sonante palatal (grafía y, en las zonas yeístas también corresponde a ll).
/θ/: Fonema consonántico, interdental, fricativo y sordo (grafías c y z)

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/ʎ/: Fonema lateral palatal (grafía ll).

1.2.3. La entonación

Explica Gómez Torrego (2007) que el enunciado, unidad mínima comunicativa, siempre
aparece enmarcado entre pausas mayores. Todo enunciado, además de componerse de unos
determinados fonemas, sílabas, morfemas, palabras o grupos sintácticos, también se
acompaña de una determinada melodía ejecutada por las diversas variaciones de la voz en
relación con la tensión de las cuerdas vocales. Esta melodía que recubre el enunciado como
un todo se llama entonación. En la continuidad del habla, comenta Kovacci (1990), el
hablante fragmenta la emisión en oraciones, y el oyente, por su parte, percibe esa
fragmentación en virtud de las unidades de entonación, llamadas figuras tonales. Estas
siempre están comprendidas entre un silencio inicial y una pausa o juntura terminal.

1.2.3.1. Valor funcional de la entonación

La entonación es un rasgo que añade al enunciado un significado nuevo. En este sentido,


la entonación se mueve entre el plano fónico (en ella intervienen el tono, la intensidad y la
cantidad de los sonidos) y el plano significativo de la lengua, pues significa por sí misma.
La entonación es, precisamente, el elemento que permite saber si el hablante manifiesta
un significado de aserción, de pregunta, de exclamación, de mandato, etc., además de otros
matices significativos dependientes de la situación, ámbito, individuo, etc. (Gómez
Torrego, 2007). Un claro ejemplo de estas aseveraciones aparece en la NGLE (2011, p.
437):

Desde el punto de vista del sistema de la lengua, una oración como Te lo ha enviado está
desprovista de relieve melódico. Cuando un locutor emite este enunciado, realiza un acto
de enunciación y confiere a las palabras emitidas un patrón melódico que transmite un
significado determinado. Si el hablante utiliza un patrón como el que corresponde a ¿Te
lo ha enviado?, el enunciado constituye una pregunta; si el hablante utiliza un patrón
como Te lo ha enviado, está emitiendo una aseveración; si emplea una melodía como la
de ¡Te lo ha enviado!, el enunciado será exclamativo.

Estas modalidades que permiten expresar diferentes significados se denominan


modalidades de la enunciación, y, como vimos en el ejemplo anterior, la entonación
(aunque también el orden de palabras, presencia de determinadas piezas gramaticales, etc.),
expresa modalidad asertiva, interrogativa y exclamativa. Ejemplos:

Modalidad asertiva: Ha llegado tu primo.


Modalidad interrogativa: ¿Ha llegado tu primo?
Modalidad exclamativa: ¡Ha llegado tu primo!

En la escritura, las modalidades interrogativa y exclamativa se representan


respectivamente con los signos de interrogación y de exclamación.
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1.2.3.2. La curva melódica

La entonación, o sea, la melodía que acompaña a los enunciados y grupos fónicos y que
es simultánea a todos los signos del enunciado, se expresa mediante una curva melódica o
secuencia de tonos.
En toda curva melódica se distinguen tres fases:
• La fase inicial, que aparece desde el principio de la emisión hasta el primer
elemento tónico. En esta fase, las cuerdas vocales se ponen en tensión y el tono
asciende.
• La fase media o central, que se caracteriza por mantenerse uniforme el tono sin
grandes oscilaciones.
• La fase final, que empieza en el último elemento tónico del enunciado o grupo
fónico hasta su término.

Ejemplos:

fase inicial fase media fase final fase inicial fase media fase final

¿Ha venido tu primo? Ha venido tu primo.

1.2.3.3. Los tonemas

Según Gómez Torrego (2007), de las tres fases de la curva melódica de la entonación, la
verdaderamente significativa o pertinente es la fase final. Esta última fase puede
manifestarse con inflexiones ascendentes o descendentes llamadas tonemas. En la lengua
española se distinguen tres tonemas fundamentales y dos variedades.

a) Tonemas fundamentales

• Cadencia: inflexión descendente que indica el final de un enunciado asertivo, el de


un enunciado interrogativo parcial o el de un enunciado exclamativo. Ejemplo:
cadencia

Ha venido tu primo.
• Anticadencia: inflexión ascendente que indica el final un enunciado interrogativo
total. Ejemplo:
anticadencia

¿Ha venido tu primo?

• Suspensión: sin inflexión ascendente ni descendente. Se indica una interrupción.


Aparece en enunciados incompletos o en incisos o secuencias parentéticas.
Ejemplos:

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suspensión

El que a un buen árbol se arrima...

b) Variedades de tonemas

En el interior de un enunciado puede haber segmentos que van entre pausas menores
(normalmente, marcados por una coma en la escritura) y que van acompañados en su final
por un tonema. Este tonema puede ser de dos clases:
• Semicadencia: es un tonema descendente, aunque algo menos que el de la cadencia.
• Semianticadencia: es un tonema ascendente, aunque algo menos que el de la
anticadencia.

Ejemplo:
semicadencia semianticadencia cadencia

Me dijeron que, si no aprobaba, no iría a París.

1.2.3.4. Esquemas de entonación: principales esquemas entonativos

Hay algunos esquemas de entonación normales en la Península, pero algo diferentes de


los que aparecen en otras zonas de habla española (Canarias, Hispanoamérica). En
cualquier caso, las curvas melódicas propias de las modalidades interrogativa, asertiva y
exclamativa son comunes a todos los ámbitos de habla castellana. Respecto de estas tres
modalidades, Gómez Torrego (2007) explica lo siguiente:

a) Modalidad asertiva

La modalidad asertiva comienza con una elevación desde la fase inicial hasta la primera
sílaba tónica, se mantiene uniforme en la fase media hasta la última sílaba tónica, desde la
que desciende en cadencia hasta el final. Ejemplo:

Me preocupa que no llueva.

b) Modalidad interrogativa

En enunciados interrogativos parciales: se diferencia de la asertiva en que la inflexión


final (tonema), aunque acabada en cadencia, lo hace con un descenso del tono desde la fase
media. Si no es necesaria la inflexión ascendente en este tipo de enunciados es porque la

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misión de la cadencia la ejercen, en cierto modo, los pronombres o adverbios interrogativos
correspondientes. Ejemplo:

¿Quién ha llamado por teléfono?

En enunciados interrogativos totales: la inflexión final es anticadencia a partir del último


acento. Ejemplo:

¿Has ido al cine?

En lenguas como el inglés, por ejemplo, pueden darse otras variantes. Al igual que en
español, la entonación en las preguntas con pronombres interrogativos (denominadas
usualmente wh-questions) se caracteriza por la denominada falling intonation (entonación
descendente), esto es, fonema final de cadencia:

Who was that? What is his name?

En ciertos casos denominados Non-Final Intonation se emplea primero una entonación


ascendente (rising intonation) seguida de otra descendente (falling intonation), por
ejemplo, en preguntas que ofrecen opciones:

Do you live in New York or New Jersey?

c) Modalidad exclamativa

En la modalidad exclamativa, el tono se eleva en la fase inicial hasta la primera sílaba


tónica en un grado mayor que en los enunciados de modalidad asertiva; luego desciende,
por lo general de forma brusca, hasta la fase final en cadencia. Por tanto, este tipo de
modalidad se caracteriza por un ascenso rápido del tono, más alto de lo normal, y un
descenso brusco.
De cualquier forma, la gama de estados anímicos del hablante es muy variada, por lo
que la descripción de la curva melódica de enunciados exclamativos es compleja.
Ejemplos:

¡Qué estás haciendo!

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1.2.3.5. Grupos fónico y unidad melódica

Un grupo fónico es una porción de discurso comprendida entre dos pausas y que forma
parte de un único enunciado (Gómez Torrego, 2007). Sus límites son, más precisamente, el
silencio inicial y la juntura (interna o terminal) o dos pausas. La línea de tonos que
acompaña al grupo fónico es la unidad melódica (Kovacci, 1990). Se trata de la línea
musical descripta por una secuencia de tonos (Kovacci, 1986). Esta unidad, que de manera
habitual sirve de base para el análisis de la melodía, suele ser parte por sí misma
significativa dentro del enunciado (NGLE, 2011). En ocasiones, una unidad melódica
puede constituir un enunciado completo (como en Busquémoslo o Es de día).
Para entender mejor la organización de estas unidades, leamos la siguiente explicación
ofrecida en la NGLE:

El acento léxico [el que recae sobre la sílaba tónica, por realce fonético de una sílaba] es
el que corresponde al ámbito de la palabra, de modo que, por lo general, cada palabra
tiene un acento de este tipo. Existen, no obstante, en español palabras que contienen más
de un acento léxico, así como palabras no acentuadas. Cuando las unidades léxicas se
combinan para construir enunciados, surgen unidades superiores […]. La unidad acentual
mínima superior a la palabra es el grupo acentual, que está integrado por una o varias
palabras no acentuadas, como en el coche o en de mi madre. Varios grupos acentuales se
combinan para construir una unidad de rango mayor, el grupo fónico, como en el coche
de mi madre. Finalmente, varios grupos fónicos pueden formar una unidad melódica,
como en El coche de mi madre es descapotable (2011, pp. 421-423).

Un enunciado sin segmentos entre pausas es por sí mismo un grupo fónico (porción del
discurso entre pausas); pero en un enunciado puede haber otros grupos fónicos con su curva
melódica concreta, normalmente acabados en semianticadencia, en suspensión o en
semicadencia (Gómez Torrego, 2007). Por ejemplo:

El martes, en la esquina, encontré un billete de cien.

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Bibliografía consultada
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Lengua Castellana (con notas de Cuervo, J.). Buenos Aires: Editorial Sopena
Argentina.
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Lidel.
GÓMEZ TORREGO, L. (2007). Gramática didáctica del español. España: Ediciones SM.
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ESPAGNOL (1994). México, DF: Editorial Grijalbo.
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KOVACCI, O. (1986). “La oración en español y la definición de sujeto y predicado”. En
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filología española.
NIETO, H. ET AL. (2016). “Fonética y Fonología”. En Lengua Española. Estudios
gramaticales para ELE. Material del curso a distancia Especialización en enseñanza
del español para extranjeros. Campus de la Universidad del Salvador.
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Editorial Argentino.
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ESPAÑOLA (2005). Diccionario Panhispánico de Dudas. Madrid: Santillana.
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