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OMC | Solución de Diferencias - Portada

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Solución de Diferencias
La solución de diferencias comerciales es una de las actividades básicas de la OMC. Se plantea una
diferencia cuando un gobierno Miembro considera que otro gobierno Miembro está infringiendo un
acuerdo o un compromiso que ha contraído en el marco de la OMC. La OMC cuenta con uno de los
mecanismos de solución de diferencias internacionales más activos del mundo: desde 1995 se han
planteado 600 diferencias ante la OMC, y se han publicado más de 350 fallos.

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NOTICIAS    volver al principio N

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Puntos propuestos para su examen en la próxima reunión del Órgano de Solución de Diferencias
19 DE MARZO DE 2021

La Secretaría de la OMC ha distribuido una convocatoria y una lista de puntos propuestos para…

https://www.wto.org/spanish/tratop_s/dispu_s/dispu_s.htm[11/03/2021 11:33:36]
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Más noticias sobre la solución de diferencias  C


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Introducción a la solución de diferencias en la OMC


A ¿Cómo resuelve la OMC las diferencias comerciales? Introducción básica
A Curso interactivo sobre el sistema de solución de diferencias de la OMC
A Nota informativa sobre la solución de diferencias preparada para la Décima Conferencia Ministerial

Procedimiento de solución de diferencias volver al principio N

A El Entendimiento sobre Solución de Diferencias (ESD) es el principal acuerdo de la OMC relativo a la solución
de diferencias
A Explicación técnica del ESD
A Normas de Conducta relativas a las normas y procedimientos por los que se rige la solución de diferencias
A Procedimientos de trabajo para el examen en apelación

Órgano de Solución de Diferencias volver al principio N

El Consejo General se reúne como Órgano de Solución de Diferencias (OSD) para examinar las diferencias entre
los Miembros de la OMC.

El Órgano de Apelación volver al principio N

El Órgano de Apelación se encarga de examinar las apelaciones. Se trata de un órgano permanente establecido por
el Órgano de Solución de Diferencias y que está integrado por siete miembros representativos en términos
generales de la composición de la OMC.

Documentos volver al principio N

A Documentos recientes relativos a las diferencias


A Búsqueda de documentos relativos a las diferencias

Interpretación de los Acuerdos de la OMC volver al principio N

El Índice Analítico de la OMC es una guía completa sobre la interpretación y la aplicación de los Acuerdos de la
OMC por el Órgano de Apelación, los grupos especiales de solución de diferencias y otros órganos de la OMC.
Contiene extractos de los principales pronunciamientos y conclusiones procedentes de decenas de miles de
páginas de jurisprudencia de la OMC, incluidos informes de grupos especiales, informes del Órgano de Apelación,
decisiones y laudos arbitrales y decisiones de comités, consejos y otros órganos de la OMC.

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El Repertorio del Órgano de Apelación: Informes y Laudos abarca todas las resoluciones del Órgano de Apelación
en diferencias en la OMC desde el establecimiento de esta en 1995.

Compartir
Negociaciones para mejorar el procedimiento de solución de diferencias volver al principio N

En la Conferencia
PRÓXIMAS Ministerial
AUDIENCIAS de Doha, en 2001, los Miembros de la OMC convinieron en entablar negociaciones
PÚBLICAS
para mejorar
No hay y aclarar
audiencias el previstas
públicas ESD, es decir, las normas y procedimientos por los que se rige la solución de diferencias
en el marco de la OMC.

Publicaciones recientes on Dispute settlement


Consultas informales de la Secretaría acerca del procedimiento de los grupos volver al principio N

especiales
A petición del Director General, la Secretaría inició en 2010 un proceso de consultas informales con el fin de
estudiar si es posible mejorar la eficiencia del procedimiento de los grupos especiales.

GATT Dispute Settlement Reports : Disputes initiated in 1948-1993

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A GATT Disputes: 1948-1995 (Volumes 1 and 2)


A Solución de diferencias en la OMC: Resúmenes de una página por caso (1995-2018)

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A Manual sobre el Sistema de Solución de Diferencias de la OMC - Segunda edición


A Informes sobre la solución de diferencias 2016

More publication on Dispute settlement C


EVENTOS

A Presentación del libro “GATT Disputes: 1948-1995”


14 de diciembre de 2018
A International Law Today
29 de julio de 2016

A Actividades archivo C

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entre las naciones. Su principal función es velar por que el comercio se realice de la manera más fluida, previsible
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Vol. 11 (No. 31) Septiembre- diciembre 2018, www.olafinanciera.unam.mx

Mercados internacionales de capital,


inversión extranjera directa y grandes
empresas en México
International capital markets, foreign direct
investment and large companies in Mexico
Gregorio Vidal 1
Resumen
En años recientes existe un notable incremento del ingreso de Inversión
Extranjera Directa (IED) a México. Las cifras de entrada a partir del año
2001 son notablemente superiores a los años previos y se mantienen en
montos semejantes o mayores hasta la fecha. No es un hecho específico de la
transformación de la economía en el país. La adopción de una política
económica que busca atraer capitales del exterior ejecutando cambios legales
que propicien su ingreso es parte de acciones de gobierno y
transformaciones en muy diversas economías y el incremento de los flujos
financieros internacionales una característica destacada de la economía
mundial.
Entre los argumentos que las distintas administraciones federales han
sostenido desde finales de los años ochenta a la fecha están que la Inversión
Extranjera (IE) es una importante fuente de financiamiento y permite
incrementar la capacidad de exportación. En el periodo de 1994 a la fecha,
cuando es relevante la apertura comercial y financiera la mayor parte del
ingreso de IED no es en nuevas inversiones. Son algo mayores las cuentas
entre compañías y la reinversión de utilidades de la empresas extranjeras.
Además, en las nuevas inversiones un segmento relevante se destina a la
compra de empresas, por lo que no impacta positivamente el incremento en
la producción. Así, es una parte menor de la IED que ingresa al país la que

1
Profesor Titular, Departamento de Economía, Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa,
México; correo electrónico: gvb@xanum.uam.mx y vidal.gregorio@gmail.com

254
http://dx.doi.org/10.22201/fe.18701442e.2018.31.68113
Gregorio Vidal Análisis Mercados de capital y grandes empresas en México

se asocia al cambio relevante, el desarrollo de una plataforma exportadora en


la industria manufacturera.
En el texto se presenta a detalle el caso de la industria automotriz, que
incluye importantes montos de nueva IED; pero también de reinversión de
utilidades y cuentas entre compañías. Además se trata de una industria
altamente importadora, que destina la mayor parte de su producción al
mercado exterior, principalmente a Estados Unidos. Estas inversiones no
impulsan encadenamientos productivos internos relevantes y menos una
diversificación de la producción industrial. La situación es semejante en la
industria de aparatos y equipos eléctricos y electrónicos. Como en el caso de
otras actividades altamente exportadoras, el impulso al crecimiento de la
economía es muy limitado y sumadas a otras inversiones de capitales del
país y del exterior no han alcanzado una modificación positiva sobresaliente
en el coeficiente de inversión.
Palabras clave: Inversión extranjera directa, flujos internacionales de
capital, fusiones y adquisiciones.
JEL: F21, F34, F63, G18, G28
Abstract
In recent years there has been a notable increase in FDI income to Mexico.
The entry figures from the year 2001 are notably higher than the previous
years and are sustained in similar or larger amounts to date. It is not a
specific fact of the transformation of the economy in the country. The
adoption of an economic policy that seeks to attract foreign capital by
implementing legal changes is part of government actions and
transformations in different economies and the increase of international
financial flows a prominent feature of the world economy.
Among the arguments that different federal administrations have held since
the end of the eighties to date is that FI is an important source of financing
and allows increasing export capacity. Since 1994, commercial and financial
opening has been relevant, but most of the FDI income is not in new
investments. The inter-company accounts and the reinvestment of profits of
foreign companies are somewhat higher. In addition, in the new investments
a relevant segment is destined to the purchase of companies, so it does not
positively impact the increase in production. Thus, it is a minor part of the
FDI that enters the country that is associated with relevant changes or the
development of an export platform in the manufacturing industry.

255
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Vol. 11 (No. 31) Septiembre- diciembre 2018, www.olafinanciera.unam.mx

This paper explores in detail the case of the automotive industry, which has
received important amounts of new FDI, but also of reinvestment of profits
and accounts between companies. It is also a highly importing industry,
which allocates most of its production to the foreign market, mainly to the
United States. This paper argues that these investments do not promote
relevant internal production chains and result in industrial production
restricted diversification. The situation is similar in the electrical and
electronic equipment and appliances industry. As in the case of other highly
exporting activities, the boost to the economy's growth is very limited and,
in addition to other capital investments in the country and abroad, they have
not achieved an outstanding positive change in the investment coefficient.
Keywords: Foreign direct investment, international capital flows, mergers
and acquisitions.
CÓDIGO JEL: F21, F34, F63, G18, G28.

Introducción
La Secretaría de Economía (SE) de México informó que durante
los primeros cinco años del gobierno de Enrique Peña Nieto se
acumula un total de 171,471.4 millones de dólares (mdd) de
inversión extranjera directa (IED), 50.7% mayor al monto
reportado en el mismo periodo del gobierno anterior y 82.8%
superior a la cifra correspondiente a 2001 a 2005 que corresponde
a una administración federal previa. En mayo de 2017, en una
reunión con el Consejo Mexicano de Negocios, Enrique Peña
Nieto destacó la importancia de los montos de ingreso de IED para
el país. En el documento distribuido por Presidencia de la
República sobre esa reunión se destaca el cambio positivo en la
materia desde el gobierno de Salinas de Gortari, que se profundiza
al comienzo de la década pasada (Presidencia de la República,
2017: 11 de mayo). A la fecha, se insiste que la economía de
México es una sólida receptora de IED de muy diversas partes del

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Gregorio Vidal Análisis Mercados de capital y grandes empresas en México

mundo, lo que constituye un dato relevante de la transformación de


la economía y, según este punto de vista, un elemento necesario
para lograr el desarrollo.
El incremento en los flujos de entrada de IED a México no es un
hecho específico de la transformación de la economía en el país.
La adopción de una política económica que busca atraer inversión
extranjera ejecutando los cambios legales que propicien su ingreso
es parte de acciones de gobierno y transformaciones en muy
diversas economías y caracterizan a los movimientos de capital en
las décadas recientes. En los informes anuales sobre las inversiones
en el mundo que publica regularmente la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus
siglas en inglés) durante los años noventa hasta la fecha se da
cuenta de los cambios favorables a la IED introducidos en gran
cantidad de países, que incluye la firma de acuerdos internaciona-
les de inversión (AII) y cambios en las leyes nacionales. En el
Informe de 2004 se destaca la significación de la liberalización en
curso en la materia como uno de los medios que impulsa el avance
de la IED. En 2003 a nivel mundial hay 244 cambios en leyes y
regulaciones que afectan a la IED, 220 de los cuales son en la
dirección de mayor liberalización (UNCTAD, 2004: 6). En los
años siguientes se continúan los cambios legales para promover el
ingreso de IED. En el informe de 2017 se señala que la mayoría de
las políticas de inversión introducidas en 2016 tuvieron como
objeto la promoción, la facilitación y la liberalización de las
inversiones. Se liberalizaron en diversas industrias las condiciones
de entrada a la inversión extranjera (IE), se simplificaron los
procedimientos de registros, se proporcionaron nuevos incentivos o
se continuaron los procesos de privatización (UNCTAD,2017: xii).
Como se destaca en el informe de UNCTAD (2017), el
comportamiento de la IE actualmente y desde hace algunos años es
más diverso y muy complejo. Es notable su peso en fusiones y
adquisiciones transfronterizas, por lo que al lado de la liberaliza-
ción, se observan regulaciones específicas que se vinculan con
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esta materia. Sin embargo, ello no implica disminución de los AII.


También se multiplican los casos de solución de controversias
entre empresas y Estados basados en tratados y acuerdos
comerciales. Hay entre diversos gobiernos una suerte de disputa
para generar condiciones para atraer IE, con base en el principio
del avance de la liberalización. En el caso de México es el signo
de la política ejecutada por la administración federal desde finales
de los años ochenta. Al inicio del gobierno de Salinas de Gortari
se consideró prioritario la promoción de la IE. En el segundo
informe de gobierno de Salinas de Gortari se hace mención al
resultado positivo en materia de ingreso de IE producto de los
incentivos establecidos, destacando las adecuaciones reglamenta-
rias aprobadas en 1989 (Salinas de Gortari, 2006). En los
gobiernos siguientes se mantiene la misma política en la materia,
realizando diversas modificaciones legales para permitir mayores
ingresos de IE. La adopción de una nueva ley sobre la inversión
extranjera directa que considera la liberalización como elemento
sustantivo se dio en el año 1993. Antes, a partir de 1984, se avanza
en la liberalización y la creación de incentivos para atraer IED con
base en decisiones administrativas ejecutadas por los órganos del
ejecutivo federal encargados de regular el ingreso de IED. Como
en gran cantidad de países se sostiene la necesidad de la IED. Los
argumentos sobre sus beneficios son diversos, desde el tema de la
escasez de capital en los países no desarrollados hasta otros de
naturaleza más específica. Fuente relevante de financiamiento,
medio para lograr la transferencia de tecnología o el efecto
derrame por la presencia de firmas extranjeras y otros más como la
contribución a la creación de empleo. En el texto se analiza
únicamente el papel de la IED en el proceso de formación de
capital en México y en el desarrollo de la plataforma exportadora
en la industria manufacturera. El aumento de las exportaciones
manufactureras es una de las características más destacadas del
comercio exterior del país clave para entender la dinámica de la

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economía y la propia relación con el exterior y no se explica sin la


participación de algunas firmas transnacionales. Se estudia
principalmente el comportamiento de la IED y, en todo caso, las
referencias al sistema financiero se hacen únicamente considerando
el ingreso de capitales en esa actividad sin analizar las
modificaciones en los circuitos crediticios y los propios cambios
en el financiamiento del sector público. El punto de partida es
reconocer que la IED y las empresas extranjeras en el país son un
hecho presente desde finales del siglo XIX. En todo caso una
pregunta relevante es: ¿Qué ha cambiado con las reformas
estructurales y la práctica de una política sistemática de austeridad
desde hace tres décadas?

La IED en la economía de México, ayer, antier, hoy: Continui-


dad y cambio
Entre los argumentos positivos que las distintas administraciones
federales han sostenido desde finales de los años ochenta a la fecha
están que la IE es una importante fuente de financiamiento, realiza
transferencia de tecnología, contrata mano de obra y en particular
permite incrementar la capacidad de exportación. Pero también se
destaca que el ingreso de inversiones por empresas extranjeras es
resultado de los cambios producidos por las reformas estructurales.
En el III Informe trimestral de 2016 (julio-septiembre) del Banco
de México se presenta la propuesta que se está ejecutando desde
finales de los años ochenta del siglo pasado:
“Para lograr una mayor diversificación y, más importante, alcanzar
un crecimiento económico acelerado y sostenido, es necesario que
México continúe mejorando su infraestructura, logrando mejoras
en los sistemas de comunicaciones, transportes y demás elementos
que puedan incentivar inversiones. Asimismo, es imprescindible
continuar con la adecuada y pronta implementación de las reformas
estructurales, toda vez que incrementarán la productividad del país
y darán lugar a una mejor asignación de recursos. De este modo,

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una mayor competitividad permitirá que México se distinga como


destino de inversión, además de que induciría un incremento en el
valor agregado de nuestras exportaciones, haciéndolas más
atractivas para el resto del mundo. Adicionalmente, las reformas
estructurales impulsarán un mayor crecimiento sostenible del
mercado interno, lo que permitirá contrarrestar los efectos del
entorno externo adverso que enfrenta la economía mexicana”
(Banco de México, 2016: 204). La observación es precisa: Para el
banco central, como para la administración federal, el país debe
distinguirse como destino de inversión, lo que es una condición
para un mayor crecimiento que se articula con la ejecución de las
reformas estructurales. Sin embargo, la IED tiene una larga historia
en el país, sin que se hayan ejecutado medidas extremas para evitar
la acción de firmas extranjeras.
De 1870 a 1910 el ingreso de capitales del exterior a México sumó
cerca de 2000 mdd. Comparada con las cifras actuales es una
cantidad muy menor. No obstante, en esos años representó, con
base en los datos disponibles, entre 67 y 73% del capital invertido
en el país (Anderson 1976: 19, citado en Haber, 1992: 28). Durante
ese periodo, descontando las colocaciones de deuda del país en el
extranjero y los créditos que el gobierno contrata en el exterior, la
inversión extranjera se concentra en actividades primarias,
principalmente en minería y en inversiones en infraestructura y en
servicios públicos. Gran parte de estas inversiones y la operación
de varias empresas tenían por destino el mercado exterior.
Durante e inmediatamente después de la Revolución Mexicana los
capitales extranjeros permanecieron en el país y estas firmas u
otras realizaron inversiones en minería y en la explotación de
petróleo. En el año de 1929 las inversiones estadounidenses en
México ascendían a 682 mdd, cifra ligeramente superior a la de
1911, mientras que las inglesas sumaban 160 millones de libras
esterlinas (Ceceña, 1975). En los años treinta, durante el gobierno
de Cárdenas tampoco existe una corrida de las inversiones
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extranjeras y se mantiene cierta actividad de empresas extranjeras


en México. La expropiación petrolera de 1938 y la Ley de la
Industria Eléctrica promulgada el 31 de diciembre de 1938, que
establece un periodo máximo para las concesiones no mayor a 50
años quedando los bienes en poder del Estado sin pago alguno, no
implicó la salida de todos los capitales extranjeros. Ford Motor,
que consideró desde el principio en su internacionalización las
inversiones realizadas en México, continuó operando sin
interrupción alguna hasta la fecha. Igualmente City Bank ha
mantenido hasta el presente sus actividades en el país.
Después de la Segunda Guerra Mundial hay un repunte en el
ingreso de capitales del exterior, pero la materia dominante no son
actividades vinculadas al mercado externo y menos aún actividades
primarias. Es el cambio más importante con relación a los años
previos. El destino principal de las inversiones extranjeras es la
manufactura. En química industrial y química farmacéutica, pero
también en equipo de transporte y maquinaria eléctrica y no
eléctrica se establecen filiales de empresas extranjeras. La
participación en el capital de la firma extranjera en gran cantidad
de empresas es superior al 75% (Fajnzylber y Martínez Tarragó,
1976: 375). Son años en que dominan las inversiones realizadas
por empresas con matriz en Estados Unidos. Además de nuevas
inversiones, varias compañías deciden adquirir empresas en
operación para su implantación en la producción de manufacturas
en el territorio de México (Fajnzylber y Martínez Tarragó, 1976).
En los años siguientes el proceso continúa de tal manera que en los
setenta la presencia de empresas de Estados Unidos en varias
ramas de las manufacturas es relevante.
Las Empresas Transnacionales (ET) con matriz en Estados
Unidos, acompañadas de algunas firmas de otros países tienen la
condición de líderes en el sistema industrial que funciona desde
finales de los años cuarenta hasta principios de los setenta. La
forma en que se produce la sustitución de importaciones estimuló
su presencia y favoreció su crecimiento. “Las ET no constituyen un

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enclave en ciertas áreas localizadas de la estructura industrial, sino


que conforman un conjunto integrado que se articula a través de las
relaciones interindustriales” (Fajnzylber y Martínez Tarragó, 1976:
365). En los años siguientes este hecho no se modifica. Por tanto,
un elemento que caracteriza el funcionamiento de la economía de
México desde finales de los años cuarenta hasta finales de los
setenta del siglo pasado es la implantación de un número relevante
de ET, la mayor parte con matriz en Estados Unidos que tienen un
papel destacado en la dinámica de la economía y ocupan un lugar
de líderes en las actividades en que participan (Fajnzylber y
Martínez Tarragó, 1976). Dominan mercados, influyen en la
formación de precios, utilizan el sistema de crédito interno y se
benefician de las políticas ejecutadas por la administración federal,
incluida la protección en materia de importaciones a la producción
manufacturera y los precios de los energéticos. Son empresas que
producen para el mercado interno, ocupando el papel de líderes en
las actividades en que participan. En ese periodo no hay
inversiones importantes por parte de empresas con matriz en
México en territorio de Estados Unidos o en otros países. Es la
situación que prevalece hasta los años ochenta cuando gana fuerza
la aplicación de las políticas de ajuste económico y las reformas
que constituyen la denominada agenda del Consenso de
Washington.
A partir del final de los años ochenta hay un cambio relevante en
materia de política económica. El proceso macroeconómico clave
es la crisis de la deuda externa. En las partes siguientes del texto se
presentan algunas de las modificaciones realizadas para incentivar
la inversión por empresas extranjeras. También se expone el
notable incremento en los ingresos de IED, sin que exista en
correspondencia una salida semejante o equivalente por cuenta de
empresas con matriz en México como sucede en los países
desarrollados. A la fecha se ha configurado una situación en la que
no hay límites a la acción del capital extranjero en la economía del

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Gregorio Vidal Análisis Mercados de capital y grandes empresas en México

país. Además de la inversión directa y la operación de empresas


que operan en la manufactura; pero también, en comercio,
servicios, incluidos telecomunicaciones, transporte y finanzas, otro
dato relevante es la intervención del capital extranjero en el
financiamiento del sector público adquiriendo documentos
denominados en pesos.

Los flujos de IED bajo la apertura comercial y financiera


En los primeros años de la década de los ochenta no hay
incrementos en los ingresos de IED. De 1980 a 1982 las cifras son
superiores a 1300 mdd y se explican principalmente por la
ejecución de proyectos conjuntos entre inversionistas extranjeros y
compañías privadas y públicas de México. Entre las empresas
extranjeras destacan las que tienen matriz en algunos países
europeos. Por ello se observa una continuidad con la política
económica que se impulsa desde comienzos de la década previa, en
el marco de la ley vigente desde 1973, que promueve la IED y la
transferencia de tecnología constituyendo empresas con participa-
ción de capitales del país. Sin embargo, a partir de 1983 hay un
cambio en los flujos de ingreso de IED que acompaña el fin del
proyecto previo y una modificación en el conjunto de la política
económica. Son años marcados por la crisis de la deuda externa y
la ejecución inicial de políticas de ajuste fiscal. De 1983 a 1985 el
ingreso de IED es muy menor, en promedio de 475 mdd por año.
El crecimiento a partir de 1986 es parte de un proceso de otra
naturaleza. Se comienzan a tomar decisiones administrativas para
ampliar las opciones de inversión al capital extranjero, a la vez que
se avanza en la apertura comercial y la liberalización financiera.
De 1987 a 1990 el ingreso anual de IED es de 3314 mdd (Vidal,
2002).
Con base en la metodología para contabilizar el ingreso de IED
utilizada hasta mediados de la década del noventa del siglo pasado,
los flujos anuales en promedio en el periodo de 1991 a 1994 son de

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5 631 mdd. Es un aumento con relación a los años previos, pero


una cantidad menor con las cifras que se reportan en adelante. En
esos años, como acontece desde 1988, destacan las inversiones
realizadas por las transnacionales de la industria automotriz que
operan en México desde décadas previas. De 1989 a 1994 ingresan
a México por cuenta de Chrysler, Ford, General Motors, Nissan y
Volkswagen inversiones que suman 5 473 mdd. En 1995 y 1996
los recursos provenientes del exterior con destino a las filiales en la
industria automotriz son 2 927 mdd. En el periodo de 1989 a 1996,
se estima que las inversiones realizadas por estas firmas
representan el 17.6% de toda la IED efectuada en la época (Vidal,
2001). Es un proceso importante de ampliación de la capacidad de
producción en esa actividad que permite a las compañías
incrementar sus exportaciones. Sin embargo, otras inversiones
incluyen compra de activos, fusiones y más adelante participación
en empresas que recientemente habían sido privatizadas.
De 1994 a 1998 la IED que ingresa al país se cuantifica
considerando las cifras notificadas al Registro Nacional de
Inversión Extranjera (RNIE) que efectivamente se materializaron
en cada año, más una estimación de la IED realizada en el mismo
año y no notificada al RNIE y el valor de las importaciones de
activo fijo que, mediante un contrato de comodato, transfieren las
empresas matrices a sus filiales o asociadas de México que operan
según el régimen de maquila. El contrato permite el uso gratuito
del activo a la maquiladora para que desarrolle su actividad, pero
no le otorga la propiedad del mismo, por lo cual la sociedad
mexicana no puede reportarlo en su contabilidad. También se
estima la inversión extranjera que ingresa como parte de la
reinversión de utilidades y las cuentas entre compañías. Para tener
una idea de la importancia de los datos estimados, considérese que
en 1994 del total de IED que reporta la Comisión Nacional de
Inversiones Extranjeras (CNIE), el 15.7% corresponde a lo
estimado en reinversión de utilidades y 13.5% en lo que

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Gregorio Vidal Análisis Mercados de capital y grandes empresas en México

corresponde a cuentas entre compañías. La suma de ambos


conceptos es de 4 400 mdd.
Antes de 1994 la cantidad anual que se reporta de IED considera
las cifras notificadas al RNIE sin tomar en cuenta el momento en
que efectivamente se efectuó la inversión, más las cifras que
corresponden a los proyectos autorizados por la CNIE que no
necesariamente se materializarán, por lo menos en su totalidad,
incluso en años posteriores. No se indica que exista información
precisa sobre la reinversión de utilidades, ni tampoco sobre los
préstamos o transferencias entre compañías. Por ello la dificultad
para comparar ambas cifras. Sin embargo, la diferencia, con un
monto mucho mayor en años recientes, da cuenta de un cambio. La
apertura de la cuenta de capital de la balanza de pagos implicó que
el ingreso de IED sea mucho mayor. También la vigencia del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), como
se analiza más adelante, impulsa el ingreso de IED y hace parte de
la nueva situación: la creación y desarrollo de una plataforma
exportadora en la manufactura en el país con un alto contenido
importado.
De 1994 a 1998, con la nueva metodología, pero aun estimando los
montos que corresponden a las reinversiones y las cuentas entre
compañías con base en información de la CNIE, la IED que
ingresa al país alcanza un monto promedio anual de 12 279 mdd.
De 1999 a 2005 el ingreso anual promedio es de 17 781 mdd
(CNIE, 2006). Para tener una idea de la revisión continua a que
están sometidas esta cifras conviene tener presente que en el año
2005 el RNIE “…recibió notificaciones sobre IED por 14,994.7
millones de dólares (md); de ellos, el 55.2% (8,271.6 md) se
realizó en enero - diciembre de 2005; el 16.0% (2,393.5 md), en
2004; el 10.5% (1,573.2 md), en 2003; y el restante 18.4% (2,756.4
md), antes de 2003” (CNIE, 2006: 9). Como destaca la propia
CNIE, los datos notificados a la Comisión en 2005 dan cuenta del
rezago con el que las empresas realizaban está comunicación y la
revisión que debe llevarse a cabo a las cifras sobre el ingreso de la

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IED. Así, con base en información de la CNIE de 2006, el ingreso


promedio anual para el periodo de 1999 a 2005 de IED es de 17
781 mdd (CNIE, 2006). Sin embargo, según información reciente,
proporcionada por la Secretaría de Economía, el ingreso medio en
ese periodo es aún mayor, del orden de 22 200 mdd.
No obstante, como se destaca líneas antes, el monto que está
ingresando de IED al año al país expresa una nueva situación. En
el periodo de 2006 a 2010 hay un nuevo incremento y el promedio
anual es de 25 600 mdd (Secretaría de Economía, 2017). Las
nuevas inversiones representan el 50.6% del total; por lo que,
como en años anteriores las cuentas entre compañías y la
reinversión de utilidades mantienen una notable importancia. En el
periodo de 2011 a 2016 hay mayores entradas de IED, destacando
el año 2013 con una entrada de IED de 48 482 mdd. En la propia
introducción se destaca el punto de vista de la administración de
Peña Nieto que enfatiza el alto ingreso de IED en los años de su
administración. El promedio anual para el periodo 2011 a 2016 es
31 300 mdd de entradas de IED. En esos años destaca que las
nuevas inversiones representan el 24.9% del total de IED que
ingresa al país. La reinversión de utilidades es una cantidad mucho
mayor que la entrada de nuevas inversiones. En el periodo
equivalen al 40.5% del total de la IED y suman 76 200 mdd. Una
vez que ciertas inversiones han madurado y las empresas están
ampliando algunas líneas de producción, gran parte de las nuevas
inversiones se financian en una proporción importante con las
utilidades generadas por la filial. Es un elemento que se analiza
más adelante en tanto es un dato relevante del impacto de la IED
en la formación de capital en el país.

La inversión y la composición de la IED


Las cifras de ingreso anual de IED son importantes. Los montos
pueden llevar a la conclusión de que es un componente

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fundamental en la formación de capital y en su crecimiento y


permite ampliar la capacidad de producción en el país. Sin
embargo, el examen detallado de su composición y de sus
características no permite sostener ese resultado. La reducción de
la inversión pública que se pone en práctica a partir de la
administración federal de Salinas de Gortari y la generación de
leyes y reglas para incentivar la inversión privada y el ingreso de
IE no ha implicado un aumento significativo del coeficiente de
inversión hasta la fecha.
En 1994, cuando se puede observar un cambio en el ingreso de
IED al país, el coeficiente de inversión es de 19.6%. En 1996, una
vez superada la crisis de finales de 1994 y del año de 1995 el
coeficiente de inversión es de 19.6%. En los años siguientes hay
ligeros aumentos, situándose en varios de ellos en torno al 22% de
tal manera que no se observa un incremento relevante. Incluso en
años recientes, cuando los ingresos de IED son muy superiores, la
FBCF como porcentaje del PIB se mantiene entre 22.6 y 23.6%.
Según datos de Banco de México en 2015 el coeficiente de
inversión fue de 22.9% y en 2016 de 23.3%.
De 1994 en adelante se han firmado acuerdos comerciales y de
inversión con gran cantidad de países y existe un incremento en los
flujos de entrada de IED. Ello se produce en un contexto de
modificaciones legales que promueven su ingreso. El crecimiento
de la economía, según la política económica y las reformas
estructurales que se ejecutan, están en función del incremento de la
inversión privada, considerando un componente relevante a la IED.
Sin embargo, la cifra de 538 462 mdd de entrada de IED para el
periodo 1994 al tercer trimestre de 2017 no implica en gran propor-
ción ingresos de divisas para realizar inversiones en nuevas plantas
productivas, ni menos aún está dedicada en su mayor parte a la
ampliación capacidad de producción en compañías que están
operando en el país crecientemente articuladas con otras empresas
que le den profundidad y diversidad al mercado interno. La
composición de la IED incluye otros rubros, con orígenes en

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México o en su caso permiten impulsar la capacidad exportadora


sin articularse mayormente con proveedores del país.
En su conjunto, considerando el periodo de 1970 a 2016, existe un
incremento de la IED como porcentaje de la formación de capital
del año 1994 en adelante. En el periodo de 1986 a 1993 la IED
representa alrededor del 7% de la formación bruta de capital fijo
(FBCF). A partir de 1994 se observa un ligero incremento de tal
forma que desde ese año hasta 2017 los flujos de entrada de IED
como proporción de la FBCF se mueven en una franja de entre el
10 y el 15%. A la baja destacan los años de 2009 y 2012. En el
primero la IED equivale al 9.0% de la FBCF, en el segundo a
7.9%. En 2009 es el año de mayor contracción de la economía de
México en el contexto de la crisis monetaria y de crédito que
estalla desde finales de 2007, lo que puede explicar la reducción
atendiendo a decisiones de inversión de la ETN por las dificultades
financieras que atraviesan. En 2012 no existe un hecho semejante,
por lo que la reducción puede ser producto de decisiones de
inversión de algunas firmas extranjeras y la no existencia de
oportunidades en México para nuevas inversiones o la compra de
empresas y activos.
El punto relevante es que los montos de ingreso acreditados a la
IED no implican una contribución equivalente a la inversión en
ampliación o modernización de la planta productiva en el país. Por
otro lado, una parte de los ingresos de IED son resultado de la
acción de las empresas en México, por lo que no amplían con
fondos del exterior la inversión. Los años en que las alzas son
notables, 1995, 2001 y 2013, dan cuenta de este conjunto de
hechos. En 1995 es un año clave a partir de la vigencia del
TLCAN, pero la economía tiene una notable disminución del PIB,
a la vez que se realizan operaciones de venta de activos y de
empresas del país a firmas extrajeras, por lo que una parte de los
ingresos se destina a ese propósito y no para ampliar la capacidad
de producción. En 2001 una sola operación de venta de una
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empresa implicó una gran cantidad de recursos financieros por


cuenta de una corporación extranjera. Como se señaló desde
páginas previas, fue la venta de Banamex a Citi por un monto de
12 500 mdd. En 2013 sucede algo semejante con la venta de Grupo
Modelo a AB-InBev por 20 000 mdd. Para destacar la importancia
de estas transacciones tómese en cuenta que las nuevas inversiones
por firmas extranjeras realizadas en 2001 fueron por 23 000 mdd.
La venta de Banamex equivale a 54.3% de las nuevas inversiones
realizadas por empresas extranjeras. En 2013 la venta de Modelo
equivale a 89% de las nuevas inversiones, que sumaron 22 446
mdd. En otros años existen diversas ventas de empresas o activos
que involucran cuantiosas cantidades y explican gran parte del
ingreso de nuevas inversiones de extranjeros al país. Además,
como se observa (Gráfica 1), hay otros componentes de la IED que
son sumamente importantes y no representan ingresos de capitales
del exterior.
Gráfica 1

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Como se advirtió en el apartado sobre los flujos de IED en


condiciones de apertura comercial y financiera, en una parte del
periodo que se examina (1994-1999) las entradas de capital
consideran las estimaciones de la CNIE para acreditar la
reinversión de utilidades y las cuentas entre compañías. En algunos
años posteriores hay otras estimaciones producto de la diferencia
entre los datos reportados y los efectivamente realizados. En
conjunto no es posible contar con datos precisos de estos
componentes de la IED en ese periodo. Es posible sostener que son
relevantes. En el periodo de 1999 al tercer trimestre de 2017 las
cifras confirman la relevancia de estos componentes de la IED. Las
cuentas entre compañías son 23.6% y la reinversión de utilidades
28.8% del total. Por lo que las nuevas inversiones son menos de la
mitad del total, 47.2%. La información actualizada sobre IED no
incluye el rubro de importaciones de activo fijo realizado por
empresas maquiladoras con inversión extranjera, por lo que no se
considera en términos generales. Como se observa (Gráfica 1)
existe una variación importante en algunos años entre los
componentes de la IED. Sin embargo, es notable que con relación
al PIB el peso de las nuevas inversiones, como la reinversión de
utilidades y las cuentas entre compañías es en general menor.
Antes de examinar el concepto de nuevas inversiones, es necesario
destacar el comportamiento de las cuentas entre compañías y la
propia reinversión de utilidades. En el apéndice metodológico del
Informe estadístico sobre el comportamiento de la IED en México,
la CNIE destaca que las cuentas entre compañías son las transac-
ciones originadas por deudas de empresas que operan en México
con IED en su capital social con otras empresas del mismo grupo
corporativo que son residentes en el exterior (CNIE, 2006: 8). Es
decir, son deudas de las filiales de empresas extranjeras que operan
en México con la matriz o con otra compañía del grupo
domiciliada en el extranjero. En tanto deudas deben ser liquidadas,
según las reglas de la compañía, con los recursos financieros

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producto de su operación en el país, incluidos los que resulten de


las exportaciones o de las colocaciones financieras en documentos
que circulan en el mercado financiero en México o en otros países.
En todo el periodo se reportan cifras significativas por este
concepto. Como señalo líneas arriba, el total equivale a casi la
cuarta parte de lo que se reporta como ingresos de IED de 1999 al
tercer trimestre de 2017. Destaca el dato del año 2009, el menor en
todo el periodo, con un ingreso de IED por este concepto de 1 325
mdd. La profundidad de la crisis monetario crediticia y de la propia
recesión económica, obligó en ese año a dotar de recursos financie-
ros a las matrices de las ETN al liquidar adeudos entre compañías
o no otorgándose créditos. El ingreso medio anual de 1999 a 2016
es de 6 617 mdd. El otro año con una cifra por debajo de la media
es 2001, con un ingreso de 3 045 mdd. En 2001 también existieron
dificultades mayores para algunas ETN, por lo que demandaron
recursos extraordinarios de sus filiales.
La reinversión de utilidades tiene un comportamiento relativamen-
te estable al compararse con el PIB del año 1999 al año 2007
(Gráfica 1). En varios de los años siguientes alcanza una cifra
mucho mayor, en 2015 equivale al 1.38% del PIB y en 2016 al
1.25%. Las cifras que se reportan sobre reinversión de utilidades a
cuenta de la IED a partir de 2011 y hasta 2017 son mayores al
ingreso de nueva IED. Ello puede implicar que para el caso de
algunas empresas una vez que han madurado sus inversiones y no
realizan nuevas adquisiciones, incluso su plan de incremento de la
capacidad de producción se financia en gran parte con beneficios
obtenidos en el país. Al igual que las cuentas entre compañías, la
reinversión de utilidades por cuenta de las filiales de ETN que
operan en México no implican aporte de recursos frescos y nuevos
desde el exterior para ampliar la formación de capital. Sin discutir
la propiedad de los activos y los beneficios en manos de la ETN, la
reinversión de utilidades implica el uso de recursos generados en el
país.

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Nuevas inversiones de IED, exportación de manufacturas y


grandes empresas
Las nuevas inversiones incluyen los recursos utilizados para
compras y adquisiciones transfronterizas en México por empresas
transnacionales. Es una cifra de gran significación y explica la
presencia en el país de muchas compañías. Los recursos utilizados
en fusiones y adquisiciones transfronterizos reportados al RNIE en
el periodo inicial a partir de 1994 son 18.5% de toda la IED. La
cifra puede ser mayor, dado que no existían reportes en los
primeros años en que se aplica la nueva metodología para calcular
la IED. La UNCTAD informa que en el periodo de 1995 a 2003
los capitales utilizados en fusiones y adquisiciones en México por
cuenta de empresas extranjeras son algo más del 30% de la IED
que ingresó al país (UNCTAD, 2004). Ello implica que las nuevas
inversiones para ampliar plantas, adquirir equipos, instalar nuevas
empresas son una cantidad mucho menor de la IED. Aun
considerando la cifra de fusiones y adquisiciones reportada por el
RNIE, las nuevas inversiones equivalen al 35.9% del total de la
IED en el periodo de 1994 a 2010. En los años siguientes y hasta
2017 hay un crecimiento de las nuevas inversiones, pero también
se realizan varias de las mayores operaciones de adquisición de
empresas con matriz en México por firmas transnacionales del
extranjero. En el periodo de 1999 a 2017 las nuevas inversiones de
empresas extranjeras en México suman 235 998 mdd. Teniendo en
cuenta en algunos años las estimaciones del RNIE y los cálculos de
UNCTAD el resultado es que los capitales que ingresan al país
para aplicarse en nuevas instalaciones, ampliación de líneas de
producción, nuevos equipos y construcción de plantas equivalen al
33.8% de toda la IED del periodo.
Las fusiones y adquisiciones (F&A) transfronterizas son un
componente importante en el crecimiento de la IED desde los años
noventa. A la fecha en muy diversas actividades son un método

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relevante para contar con operaciones en el extranjero. En


actividades tan disimiles como bebidas, biotecnología, vidrio,
alimentos y tabaco, papel, dispositivos médicos, productos
farmacéuticos, atención a la salud, comunicaciones, transporte,
productos de madera, servicios de IT y software y servicios
financieros las ETN optan mayoritariamente por las F&A (World
Bank, 2018: 113). Según información del Banco Mundial, para el
caso de los países desarrollados, en el periodo 2003 a 2015, las
inversiones transfronterizas en servicios financieros fueron en 80%
por medio de F&A. La cifra es semejante en transporte y mayor en
atención a la salud. En bebidas es 87% y en dispositivos médicos
83%. Por el contrario en industria automotriz dominan ampliamen-
te las nuevas inversiones (World Bank, 2018: 113). En la industria
automotriz, aun cuando también se han producido notables
adquisiciones y proyectos de asociación y alianzas, las nuevas
inversiones son relevantes y explican el crecimiento de esa
industria.
Considerando este contexto, no sorprende que en México los años
con mayor ingreso de IED por concepto de nuevas inversiones
sean los mismos en que se realizan las más importantes
operaciones de compra de empresas del país por firmas extranjeras.
Por ejemplo, en 2001 la IED representó 4.78% del PIB y las
nuevas inversiones fueron equivalentes a 3.72% del PIB, la cifra
más alta del periodo (Gráfica 1). Sin embargo, en ese año los
ingresos por F&A suman, según el RNIE, 14 244 mdd. Esta cifra
equivale a 47.5% de toda la IED y 62% de las nuevas inversiones.
En 2013, las nuevas inversiones suman 22 450 mdd. Sin embargo,
como destaco desde páginas previas, tan sólo la operación de
compra de Modelo por ABInBev explica gran parte de la IED,
equivale al 89.5% del total de las nuevas inversiones de IED en ese
año. Otros hechos dan cuenta de un impacto más restringido de la
IED en la formación de capital e impulso del crecimiento de la
economía.

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En correspondencia a la tendencia que existe a nivel global, hay


algunas actividades que concentran gran parte de las nuevas
inversiones. La característica sustancial para el caso de México es
que son ramas de la economía que están concentradas en la
exportación, con un alto contenido importado en su producción. Es
la situación de la industria automotriz. La IED realizada en la
industria automotriz en el periodo de 1997 a 2004 es el 15% de
toda la nueva IED. En el periodo de 1999 a 2010 la inversión
materializada en la industria automotriz, incluyendo la que se
realiza para establecer las plantas que fabrican partes y accesorios
para camiones es 25.1% de la nueva IED, una vez descontados los
recursos que se utilizan en las F&A. En los años siguientes hasta la
fecha se han realizado nuevas inversiones por empresas extranjeras
en la industria automotriz. Además, algunas transnacionales de la
industria automotriz que no contaban con plantas en México han
iniciado la construcción de alguna y otras compañías han puesto en
operación plantas en años recientes. Son los casos de Hyndai y
Kia, Mazda, BMW. Daimler Benz se asocia con Nissan para que
en una de las plantas manufactureras del grupo en Aguascalientes
se fabrique uno de sus modelos. Volkswagen, Audi y Honda
anuncian nuevas inversiones.
La industria automotriz que opera en México destina la mayor
parte de la producción a la exportación. Las ventas en México se
cubren en su mayoría con unidades importadas. Para tener el total
de lo importado en esta actividad deben sumarse las importaciones
de partes, carrocerías y chasises con motor que se utilizan para
ensamblar los automóviles que luego serán exportados. En 2015 se
exportó 81.2% de lo producido y en 2017, 82.2%. En 2013 del
total exportado 68% tuvo por destino el mercado estadounidense.
A Canadá se destinó 8%. En los años siguientes las cifras son
semejantes. AMIA (2017) informa que en 2016 el mercado
estadounidense fue el destino de 77.1% de las exportaciones,

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mientras en 2017 la cifra fue de 75.3%. En ambos años le sigue


Canadá.
Del total de compañías las cinco más importantes, con años de
implantación en el país, explican la mayor parte de las
exportaciones, 79.1%. En 2017 encabeza la lista General Motors,
le sigue Fiat-Chrysler, después Nissan, Ford y Volkswagen. Las
tres empresas cuya matriz se encontraba en Estados Unidos antes
de la firma del TLCAN, destinan desde hace años y hasta la fecha
una proporción regularmente mayor al 80% de la producción
realizada en México a su exportación, predominando ampliamente
el mercado de Estados Unidos. Las cifras son menores tratándose
Nissan y Volkswagen, pero también la mayor parte se exporta.
Las empresas de la industria automotriz que han realizado
inversiones en años recientes tienen un comportamiento semejante.
La mayor parte de lo producido se exporta, incluso se alcanzan
cifras superiores al 95%, estas compañías son: Honda, Toyota y
Mazda, todas actualmente con matriz en Japón. En años más
recientes se incorpora Kia, con matriz en Corea. Lo producido en
México se exporta, principalmente a Estados Unidos.
Por lo que corresponde al mercado interno se cubre mayoritaria-
mente con vehículos importados, que también se benefician de las
reglas contenidas en los acuerdos comerciales. En 2015, 53.3% de
las ventas de automóviles ligeros se cubre con importaciones. En
2017 hay un incremento, 59.2% de las ventas son vehículos
importados.
En resumen, aun cuando es únicamente en el segmento de partes
para automóviles que existen empresas maquiladoras en esta
actividad económica, lo dominante es producir para exportar sin
que se observe un crecimiento notable del contenido nacional en lo
que se exporta. Es sin embargo, la primera o la segunda actividad
por su monto entre las exportaciones manufactureras y la más
destacada en cuanto a la realización de nuevas inversiones por
parte de empresas extranjeras desde finales de los años ochenta.

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En la fabricación de equipos y aparatos eléctricos y electrónicos


sucede algo semejante, como también en la de equipos y aparatos
para industrias diversas. En ambas actividades industriales operan
empresas transnacionales ensamblando algunos productos o
fabricando partes cuyo destino preferente es el mercado de Estados
Unidos. En estas actividades el número de empresas es mayor que
el existente en la fabricación de vehículos de transporte,
destacando algunas compañías con matriz en Japón y en Corea,
junto a compañías de países de la Unión Europea y de Estados
Unidos. Son manufacturas dominadas por la importación de
insumos, equipo y maquinaria.
Los datos agregados del comercio exterior en la industria
automotriz, equipos y aparatos eléctricos y electrónicos, equipos y
aparatos para industrias diversas y alguna otra actividad que opera
bajo la modalidad de maquila o en industrias procesadoras no
dejan espacio para interpretaciones. Explican la mayor parte del
grado de apertura de la economía. Es en estas actividades que se
concentra la mayor parte de las nuevas inversiones que realizan las
ETN. Son las inversiones que implican ingreso efectivo de
capitales y también generación de capacidad de producción. Por el
contrario, la reinversión de utilidades implica que los recursos
usados se han producido en el país. Pero además, no existe entrada
de divisas y representan más de la cuarta parte de la IED desde el
año 1994 a la fecha. Las cuentas entre compañías son créditos que
además de la liquidación respectiva demandan una mayor salida de
divisas para el pago de los respectivos intereses. Sin duda su uso es
diverso, pero no necesariamente implica aumentos en la capacidad
de producción de la firma. Los recursos utilizados en las operacio-
nes de compras de empresas tampoco influyen en el aumento de la
capacidad de producción y son otra parte relevante de la IED.
La inversión que está asociada a la ampliación de capacidad de
producción implica un aporte de divisas y se realiza en empresas
nuevas o en el crecimiento de firmas que están operando desde
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hace años en el país lo dominante es la producción para la


exportación con un alto contenido importado. Las firmas en
México no toman decisiones de incrementos de producción o
realización de inversiones por cuenta propia y mucho menos
atendiendo a las condiciones del mercado interno. Son filiales de
transnacionales encargadas de tareas específicas y explican gran
parte del comportamiento de la manufactura en el país y la propia
relación con la economía de Estados Unidos y la economía
internacional. Estas inversiones son la parte menor de los ingresos
de IED, probablemente menor de la quinta parte de todo lo
reportado desde 1994.

Conclusión
En años recientes existe un notable incremento en el ingreso de
IED al país. Las cifras de entrada de IED a partir del año 2001 son
notablemente superiores a los años previos y se mantienen en
montos semejantes hasta la fecha. Hay otros cambios que deben
considerarse, sin embargo ello no implica que la IED sea un hecho
nuevo en el funcionamiento de la economía del país. Como se
destaca en el texto la IED ha tenido un papel relevante desde las
últimas décadas del siglo XIX hasta la fecha. Sin embargo, el
cambio de años recientes no se reduce únicamente a su notable
incremento.
Desde finales de los años ochenta del siglo pasado, con las
reformas estructurales, la ejecución de una política económica
fundada en el ajuste fiscal y con una alta preeminencia del
endeudamiento público, la apuesta de las administraciones
federales es que la IED ocupe un sitio clave en la formación de
capital, propiciando su notable incremento. La composición de la
IED, tal como se expone en el texto, no permite concluir que tenga
un papel particularmente destacado impulsando el incremento de la
inversión de capital. Las privatizaciones, la disminución de la
inversión pública, la supresión del encaje legal y la adopción de un

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mecanismo de mercado abierto para colocar deuda pública interna


y, más en general, la ejecución de una política de reducción
relativa del gasto público, son medidas que se han realizado para
permitir que los mercados operen y en particular la formación de
capital crezca a cuenta de recursos privados, afirmando que solo
así el proceso es sostenible y no se crecerá sobre bases falsas. Sin
embargo, el coeficiente de inversión casi no ha cambiado y el
crecimiento del producto en el largo plazo se sitúa entre 2 y 3%,
apenas por encima del aumento anual de la población. La
formación bruta de capital como proporción del PIB ha aumentado
tan solo unos puntos por encima de 20%. En 2016, como se
destaca en el texto, el coeficiente de inversión es de 23.3%.
Los cambios en las leyes y en las reglas para eliminar las
restricciones al ingreso y a la salida de inversión extranjera, la
puesta en marcha de acuerdos comerciales que consideran un
capítulo en materia de inversiones, construido para no presentar
objeciones a la acción de empresas transnacionales, e, incluso la
labor de cabildeo y publicidad para atraer capitales del exterior, no
han modificado el hecho de que la inversión sigue dependiendo
sustantivamente de recursos internos. Aún más, la propia IED
considera fuentes internas para realizar inversiones, lo que se
expresa en las cantidades notablemente importantes de reinversión
de utilidades y de cuentas entre compañías. En esto no ha existido
un cambio, ni se observa que pueda producirse en los años
siguientes.
El aumento de la IED tiene otros impactos macroeconómicos. Los
flujos acumulados de entrada de IED desde principios de la década
de 1990 están creciendo como proporción del PIB. En 2010
representan 31.5% del producto. En los años siguientes esta cifra
continuará aumentando, como también crece el valor en libros de
la IED, que es la cantidad sobre la que se calculan las utilidades de
estas empresas. En conjunto, es posible sostener que hay una
cantidad creciente del valor agregado en la economía que tiene por
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destino las matrices de estas empresas. Por ello el rubro de


utilidades y dividendos pagados a la inversión extranjera que se
registra en la cuenta corriente de la balanza de pagos de la
economía del país arroja cifras significativas que no necesariamen-
te dependen de nuevos ingresos de IED.
Con información de CEPAL, en los años de 1997 a 2004 las
utilidades y dividendos que son pagados a las empresas extranjeras
equivalen a 29.3% de los flujos de entrada de IED. Estas divisas no
proceden necesariamente de las exportaciones realizadas por las
empresas transnacionales, dado que algunas de ellas están
concentradas en el mercado interno, por ejemplo en la industria de
alimentos o en el comercio en grandes superficies. Además, son
firmas que operan con importaciones. Pero también, las empresas
exportadoras tienen una contribución menor o incluso marginal,
considerando el alto grado de contenido importado de sus
exportaciones. Ello significa que aun cuando disminuyan los
ingresos de IED, el pago de utilidades se mantendrá, constituyén-
dose en una presión sobre la balanza de pagos. El ingreso de IED
al país implica considerar en la balanza de pagos diversos egresos
asociados a esta presencia. Las cuentas entre compañías demandan
cubrirse, incluyendo los costos asociados a estas transacciones. Las
empresas extranjeras que destacan en las exportaciones operan con
altos niveles de importación de insumos, además de las
importaciones de maquinaria y equipo. Las firmas que actúan
preferentemente en el mercado interno realizan importaciones de
insumos, equipos y maquinaria. También salen recursos del país
por pagos de patentes y marcas, y otros más por concepto de
utilidades. El resultado es un aporte positivo mínimo o nulo en
materia de ingresos de divisas en la balanza de pagos al considerar
plazos de diez a quince años. La IED, sumada a otras formas de
inversión extranjera y las deudas del gobierno y las empresas
colocadas en los mercados del extranjero tienen resultados
negativos en las cuentas de la economía del país con el exterior.

279
http://dx.doi.org/10.22201/fe.18701442e.2018.31.68113
Vol. 11 (No. 31) Septiembre- diciembre 2018, www.olafinanciera.unam.mx

El cambio relevante resultado del ingreso de capitales del exterior


se vincula al desarrollo de una plataforma exportadora en la
industria manufacturera. En el texto se presenta con detalle el caso
de la industria automotriz, que incluye importantes montos de
nueva IED; pero también de reinversión de utilidades y cuentas
entre compañías. Además se trata de una industria altamente
importadora, que destina la mayor parte de su producción al
mercado exterior, principalmente a Estados Unidos. Estas
inversiones no impulsan encadenamientos productivos internos
relevantes y menos una diversificación de la producción industrial.
La situación es semejante en la industria de aparatos y equipos
eléctricos y electrónicos. Como en el caso de otras actividades
altamente exportadoras, el impulso al crecimiento de la economía
es muy limitado y sumadas a otras inversiones de capitales del país
y del exterior no han alcanzado una modificación positiva sobresa-
liente en el coeficiente de inversión.

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la Industria Automotriz, México, en: www.amia.com.mx
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Recibido 1 julio de 2018 Aceptado 10 julio de 2018

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http://dx.doi.org/10.22201/fe.18701442e.2018.31.68113
ACUERDO RELATIVO A LA APLICACIÓN DEL ARTÍCULO VI
DEL ACUERDO GENERAL SOBRE ARANCELES
ADUANEROS Y COMERCIO DE 1994

Los Miembros convienen en lo siguiente:

PARTE I

Artículo 1

Principios

Sólo se aplicarán medidas antidumping en las circunstancias previstas en el artículo VI del


GATT de 1994 y en virtud de investigaciones iniciadas 1 y realizadas de conformidad con las
disposiciones del presente Acuerdo. Las siguientes disposiciones regirán la aplicación del artículo VI
del GATT de 1994 siempre que se tomen medidas de conformidad con las leyes o reglamentos
antidumping.

Artículo 2

Determinación de la existencia de dumping

2.1 A los efectos del presente Acuerdo, se considerará que un producto es objeto de dumping, es
decir, que se introduce en el mercado de otro país a un precio inferior a su valor normal, cuando su
precio de exportación al exportarse de un país a otro sea menor que el precio comparable, en el curso
de operaciones comerciales normales, de un producto similar destinado al consumo en el país
exportador.

2.2 Cuando el producto similar no sea objeto de ventas en el curso de operaciones comerciales
normales en el mercado interno del país exportador o cuando, a causa de una situaci ón especial del
mercado o del bajo volumen de las ventas en el mercado interno del país exportador2, tales ventas no
permitan una comparación adecuada, el margen de dumping se determinará mediante comparación
con un precio comparable del producto similar cuando éste se exporte a un tercer país apropiado, a
condición de que este precio sea representativo, o con el costo de producción en el país de origen más
una cantidad razonable por concepto de gastos administrativos, de venta y de carácter general así
como por concepto de beneficios.

2.2.1 Las ventas del producto similar en el mercado interno del país exportador o
las ventas a un tercer país a precios inferiores a los costos unitarios (fijos y
variables) de producción más los gastos administrativos, de venta y de
carácter general podrán considerarse no realizadas en el curso de operaciones
comerciales normales por razones de precio y podrán no tomarse en cuenta en
el cálculo del valor normal únicamente si las autoridades 3 determinan que
esas ventas se han efectuado durante un período prolongado 4 en cantidades5

1
En el presente Acuerdo se entiende por "iniciación de una investigación" el trámite por el que un
Miembro inicia o comienza formalmente una investigación según lo dispuesto en el artículo 5.
2
Normalmente se considerarán una cantidad suficiente para determinar el valor normal las ventas del
producto similar destinado al consumo en el mercado interno del país exportador si dichas ventas representan el
5 por ciento o más de las ventas del producto considerado al Miembro importador; no obstante, ha de ser
aceptable una proporción menor cuando existan pruebas que demuestren que las ventas en el mercado interno,
aunque representen esa menor proporción, son de magnitud suficiente para permitir una comparación adecuada.
3
Cuando se utiliza en el presente Acuerdo el término "autoridad" o "autoridades", deberá interpretarse
en el sentido de autoridades de un nivel superior adecuado.
4
El período prolongado de tiempo deberá ser normalmente de un año, y nunca inferior a seis meses.
sustanciales y a precios que no permiten recuperar todos los costos dentro de
un plazo razonable. Si los precios inferiores a los costos unitarios en el
momento de la venta son superiores a los costos unitarios medios ponderados
correspondientes al período objeto de investigación, se considerará que esos
precios permiten recuperar los costos dentro de un plazo razonable.

2.2.1.1 A los efectos del párrafo 2, los costos se calcularán normalmente sobre la
base de los registros que lleve el exportador o productor objeto de
investigación, siempre que tales registros estén en conformidad con
los principios de contabilidad generalmente aceptados del país
exportador y reflejen razonablemente los costos asociados a la
producción y venta del producto considerado. Las autoridades
tomarán en consideración todas las pruebas disponibles de que la
imputación de los costos ha sido la adecuada, incluidas las que
presente el exportador o productor en el curso de la investigación,
siempre que esas imputaciones hayan sido utilizadas tradicionalmente
por el exportador o productor, sobre todo en relación con el
establecimiento de períodos de amortización y depreciación
adecuados y deducciones por concepto de gastos de capital y otros
costos de desarrollo. A menos que se reflejen ya en las imputaciones
de los costos a que se refiere este apartado, los costos se ajustarán
debidamente para tener en cuenta las partidas de gastos no recurrentes
que beneficien a la producción futura y/o actual, o para tener en
cuenta las circunstancias en que los costos correspondientes al período
objeto de investigación han resultado afectados por operaciones de
puesta en marcha. 6

2.2.2 A los efectos del párrafo 2, las cantidades por concepto de gastos administrativos, de
venta y de carácter general, así como por concepto de beneficios, se basarán
en datos reales relacionados con la producción y ventas del producto similar
en el curso de operaciones comerciales normales, realizadas por el exportador
o el productor objeto de investigación. Cuando esas cantidades no puedan
determinarse sobre esta base, podrán determinarse sobre la base de:

i) las cantidades reales gastadas y obtenidas por el exportador o productor en


cuestión en relación con la producción y las ventas en el mercado interno del
país de origen de la misma categoría general de productos;

ii) la media ponderada de las cantidades reales gastadas y obtenidas por otros
exportadores o productores sometidos a investigación en relació n con la
producción y las ventas del producto similar en el mercado interno del país de
origen;

iii) cualquier otro método razonable, siempre que la cantidad por concepto de
beneficios establecida de este modo no exceda del beneficio obtenido
normalmente por otros exportadores o productores en las ventas de productos
de la misma categoría general en el mercado interno del país de origen.

5
Se habrán efectuado ventas a precios inferiores a los costos unitarios en cantidades sustanciales
cuando las autoridades establezcan que la media ponderada de los precios de venta de las operaciones
consideradas para la determinación del valor normal es inferior a la media ponderada de los costos unitarios o
que el volumen de las ventas efectuadas a precios inferiores a los costos unitarios no representa menos del 20
por ciento del volumen vendido en las operaciones consideradas para el cálculo del valor normal.
6
El ajuste que se efectúe por las operaciones de puesta en marcha reflejará los costos al final del
período de puesta en marcha o, si éste se prolonga más allá del período objeto de investigación, los costos más
recientes que las autoridades puedan razonablemente tener en cuenta durante la investigación.
2.3 Cuando no exista precio de exportación, o cuando, a juicio de la autoridad competente, el
precio de exportación no sea fiable por existir una asociación o un arreglo compensatorio entre el
exportador y el importador o un tercero, el precio de exportación podrá reconstruirse sobre la base del
precio al que los productos importados se revendan por vez primera a un comprador independiente o,
si los productos no se revendiesen a un comprador independiente o no lo fueran en el mismo estado en
que se importaron, sobre una base razonable que la autoridad determine.

2.4 Se realizará una comparación equitativa entre el precio de exportación y el valor normal. Esta
comparación se hará en el mismo nivel comercial, normalmente el nivel "ex fábrica", y sobre la base
de ventas efectuadas en fechas lo más próximas posible. Se tendrán debidamente en cuenta en cada
caso, según sus circunstancias particulares, las diferencias que influyan en la comparabilidad de los
precios, entre otras las diferencias en las condiciones de venta, las de tributación, las diferencias en los
niveles comerciales, en las cantidades y en las características físicas, y cualesquiera otras diferencias
de las que también se demuestre que influyen en la comparabilidad de los precios. 7 En los casos
previstos en el párrafo 3, se deberán tener en cuenta tambié n los gastos, con inclusión de los derechos
e impuestos, en que se incurra entre la importación y la reventa, así como los beneficios
correspondientes. Cuando, en esos casos, haya resultado afectada la comparabilidad de los precios,
las autoridades establecerán el valor normal en un nivel comercial equivalente al correspondiente al
precio de exportación reconstruido o tendrán debidamente en cuenta los elementos que el presente
párrafo permite tomar en consideración. Las autoridades indicarán a las partes afectadas qué
información se necesita para garantizar una comparación equitativa y no les impondrán una carga
probatoria que no sea razonable.

2.4.1 Cuando la comparación con arreglo al párrafo 4 exija una conversión de monedas,
ésta deberá efectuarse utilizando el tipo de cambio de la fecha de venta 8, con
la salvedad de que cuando una venta de divisas en los mercados a término est
é directamente relacionada con la venta de exportación de que se trate, se
utilizará el tipo de cambio de la venta a término. No se tendrán en cuenta las
fluctuaciones de los tipos de cambio y, en una investigación, las autoridades
concederán a los exportadores un plazo de 60 días, como mínimo, para que
ajusten sus precios de exportación de manera que reflejen movimientos
sostenidos de los tipos de cambio durante el período objeto de investigación.

2.4.2 A reserva de las disposiciones del párrafo 4 que rigen la comparación equitativa, la
existencia de márgenes de dumping durante la etapa de investigación se
establecerá normalmente sobre la base de una comparación entre un
promedio ponderado del valor normal y un promedio ponderado de los
precios de todas las transacciones de exportación comparables o mediante
una comparación entre el valor normal y los precios de exportación
transacción por transacción. Un valor normal establecido sobre la base del
promedio ponderado podrá compararse con los precios de transacciones de
exportación individuales si las autoridades constatan una pauta de precios de
exportación significativamente diferentes según los distintos compradores,
regiones o períodos, y si se presenta una explicación de por qué esas
diferencias no pueden ser tomadas debidamente en cuenta mediante una
comparación entre promedios ponderados o transacción por transacción.

2.5 En caso de que los productos no se importen directamente del país de origen, sino que se
exporten al Miembro importador desde un tercer país, el precio a que se vendan los productos desde el
país de exportación al Miembro importador se comparará, normalmente, con el precio comparable en
el país de exportación. Sin embargo, podrá hacerse la comparación con el precio del país de origen
cuando, por ejemplo, los productos transiten simplemente por el país de exportación, o cuando esos
productos no se produzcan o no exista un precio comparable para ellos en el país de exportación.

7
Queda entendido que algunos de los factores arriba indicados pueden superponerse, y que las
autoridades se asegurarán de que no se dupliquen ajustes ya realizados en virtud de la presente disposición.
8
Por regla general, la fecha de la venta será la del instrumento en que se establezcan las condiciones esenciales de
la venta, bien sea el contrato, el pedido de compra, la confirmación del pedido, o la factura.
2.6 En todo el presente Acuerdo se entenderá que la expresión "producto similar" ("like product")
significa un producto que sea idéntico, es decir, igual en todos los aspectos al producto de que se trate,
o, cuando no exista ese producto, otro producto que, aunque no sea igual en todos los aspectos, tenga
características muy parecidas a las del producto considerado.

2.7 El presente artículo se entiende sin perjuicio de lo establecido en la segunda disposición


suplementaria del párrafo 1 del artículo VI del GATT de 1994, contenida en su Anexo I.

Artículo 3

Determinación de la existencia de daño9

3.1 La determinación de la existencia de daño a los efectos del artículo VI del GATT de 1994 se
basará en pruebas positivas y comprenderá un examen objetivo: a) del volumen de las importaciones
objeto de dumping y del efecto de éstas en los precios de productos similares en el mercado interno y
b) de la consiguiente repercusión de esas importaciones sobre los productores nacionales de tales
productos.

3.2 En lo que respecta al volumen de las importaciones objeto de dumping, la autoridad


investigadora tendrá en cuenta si ha habido un aumento significativo de las mismas, en t érminos
absolutos o en relación con la producción o el consumo del Miembro importador. En lo tocante al
efecto de las importaciones objeto de dumping sobre los precios, la autoridad investigadora tendrá en
cuenta si ha habido una significativa subvaloración de precios de las importaciones objeto de dumping
en comparación con el precio de un producto similar del Miembro importador, o bien si el efecto de
tales importaciones es hacer bajar de otro modo los precios en medida significativa o impedir en
medida significativa la subida que en otro caso se hubiera producido. Ninguno de estos factores
aisladamente ni varios de ellos juntos bastarán necesariamente para obtener una orientación decisiva.

3.3 Cuando las importaciones de un producto procedentes de más de un país sean objeto
simultáneamente de investigaciones antidumping, la autoridad investigadora sólo podrá evaluar
acumulativamente los efectos de esas importaciones si determina que a) el margen de dumping
establecido en relación con las importaciones de cada pa ís proveedor es más que de minimis, según la
definición que de ese término figura en el pá rrafo 8 del artículo 5, y el volumen de las importaciones
procedentes de cada país no es insignificante y b) procede la evaluación acumulativa de los efectos de
las importaciones a la luz de las condiciones de competencia entre los productos importados y el
producto nacional similar.

3.4 El examen de la repercusión de las importaciones objeto de dumping sobre la rama de


producción nacional de que se trate incluirá una evaluación de todos los factores e índices económicos
pertinentes que influyan en el estado de esa rama de producción, incluidos la disminución real y
potencial de las ventas, los beneficios, el volumen de producción, la participación en el mercado, la
productividad, el rendimiento de las inversiones o la utilización de la capacidad; los factores que
afecten a los precios internos; la magnitud del margen de dumping; los efectos negativos reales o
potenciales en el flujo de caja ("cash flow"), las existencias, el empleo, los salarios, el crecimiento, la
capacidad de reunir capital o la inversión. Esta enumeración no es exhaustiva, y ninguno de estos
factores aisladamente ni varios de ellos juntos bastarán necesariamente para obtener una orientación
decisiva.

3.5 Habrá de demostrarse que, por los efectos del dumping que se mencionan en los párrafos 2 y
4, las importaciones objeto de dumping causan daño en el sentido del presente Acuerdo. La
demostración de una relación causal entre las importaciones objeto de dumping y el daño a la rama de

9
En el presente Acuerdo se entenderá por "daño", salvo indicación en contrario, un daño importante
causado a una rama de producció n nacional, una amenaza de daño importante a una rama de producción
nacional o un retraso importante en la creación de esta rama de producción, y dicho t érmino deberá
interpretarse de conformidad con las disposiciones del presente artículo.
producción nacional se basará en un examen de todas las pruebas pertinentes de que dispongan las
autoridades. Éstas examinarán también cualesquiera otros factores de que tengan conocimiento,
distintos de las importaciones objeto de dumping, que al mismo tiempo perjudiquen a la rama de
producción nacional, y los daños causados por esos otros factores no se habrán de atribuir a las
importaciones objeto de dumping. Entre los factores que pueden ser pertinentes a este respecto
figuran el volumen y los precios de las importaciones no vendidas a precios de dumping, la
contracción de la demanda o variaciones de la estructura del consumo, las prácticas comerciales
restrictivas de los productores extranjeros y nacionales y la competencia entre unos y otros, la
evolución de la tecnología y los resultados de la actividad exportadora y la productividad de la rama
de producción nacional.

3.6 El efecto de las importaciones objeto de dumping se evaluará en relación con la producción
nacional del producto similar cuando los datos disponibles permitan identificarla separadamente con
arreglo a criterios tales como el proceso de producción, las ventas de los productores y sus beneficios.
Si no es posible efectuar tal identificación separada de esa producción, los efectos de las
importaciones objeto de dumping se evaluarán examinando la producción del grupo o gama más
restringido de productos que incluya el producto similar y a cuyo respecto pueda proporcionarse la
información necesaria.

3.7 La determinación de la existencia de una amenaza de daño importante se basará en hechos y


no simplemente en alegaciones, conjeturas o posibilidades remotas. La modificación de las
circunstancias que daría lugar a una situación en la cual el dumping causaría un daño deberá ser
claramente prevista e inminente.10 Al llevar a cabo una determinación referente a la existencia de una
amenaza de daño importante, las autoridades deberán considerar, entre otros, los siguientes factores:

i) una tasa significativa de incremento de las importaciones objeto de dumping en el


mercado interno que indique la probabilidad de que aumenten sustancialmente las
importaciones;

ii) una suficiente capacidad libremente disponible del exportador o un aumento


inminente y sustancial de la misma que indique la probabilidad de un aumento
sustancial de las exportaciones objeto de dumping al mercado del Miembro
importador, teniendo en cuenta la existencia de otros mercados de exportación que
puedan absorber el posible aumento de las exportaciones;

iii) el hecho de que las importaciones se realicen a precios que tendrán en los precios
internos el efecto de hacerlos bajar o contener su subida de manera significativa, y
que probablemente hagan aumentar la demanda de nuevas importaciones; y

iv) las existencias del producto objeto de la investigación.

Ninguno de estos factores por sí solo bastará necesariamente para obtener una orientación decisiva,
pero todos ellos juntos han de llevar a la conclusió n de la inminencia de nuevas exportaciones a
precios de dumping y de que, a menos que se adopten medidas de protección, se producirá un daño
importante.

3.8 Por lo que respecta a los casos en que las importaciones objeto de dumping amenacen causar
un daño, la aplicación de las medidas antidumping se examinará y decidirá con especial cuidado.

Artículo 4

Definición de rama de producción nacional

10
Un ejemplo de ello, si bien de carácter no exclusivo, es que existan razones convincentes para creer
que en el futuro inmediato habrá un aumento sustancial de las importaciones del producto a precios de dumping.
4.1 A los efectos del presente Acuerdo, la expresión "rama de producción nacional" se entenderá
en el sentido de abarcar el conjunto de los productores nacionales de los productos similares, o
aquellos de entre ellos cuya producción conjunta constituya una proporción importante de la
producción nacional total de dichos productos. No obstante:

i) cuando unos productores estén vinculados11 a los exportadores o a los importadores o


sean ellos mismos importadores del producto objeto del supuesto dumping, la
expresión "rama de producción nacional" podrá interpretarse en el sentido de referirse
al resto de los productores;

ii) en circunstancias excepcionales, el territorio de un Miembro podrá estar dividido, a


los efectos de la producción de que se trate, en dos o más mercados competidores y
los productores de cada mercado podrán ser considerados como una rama de
producción distinta si: a) los productores de ese mercado venden la totalidad o la casi
totalidad de su producción del producto de que se trate en ese mercado, y b) en ese
mercado la demanda no está cubierta en grado sustancial por productores del
producto de que se trate situados en otro lugar del territorio. En estas circunstancias,
se podrá considerar que existe daño incluso cuando no resulte perjudicada una
porción importante de la rama de producción nacional total siempre que haya una
concentración de importaciones objeto de dumping en ese mercado aislado y que,
además, las importaciones objeto de dumping causen daño a los productores de la
totalidad o la casi totalidad de la producción en ese mercado.

4.2 Cuando se haya interpretado que "rama de producción nacional" se refiere a los productores
de cierta zona, es decir, un mercado según la definición del párrafo 1, apartado ii), los derechos
antidumping s ólo se percibirán12 sobre los productos de que se trate que vayan consignados a esa
zona para consumo final. Cuando el derecho constitucional del Miembro importador no permita la
percepción de derechos antidumping en estas condiciones, el Miembro importador podrá percibir sin
limitación los derechos antidumping solamente si: a) se ha dado a los exportadores la oportunidad de
dejar de exportar a precios de dumping a la zona de que se trate o de dar seguridades con arreglo al
artículo 8 y no se han dado prontamente seguridades suficientes a este respecto, y si b) dichos
derechos no se pueden percibir únicamente sobre los productos de productores determinados que
abastezcan la zona en cuestión.

4.3 Cuando dos o más países hayan alcanzado, de conformidad con las disposiciones del
apartado a) del párrafo 8 del artículo XXIV del GATT de 1994, un grado de integración tal que
ofrezcan las características de un solo mercado unificado, se considerará que la rama de producción
de toda la zona integrada es la rama de producción nacional a que se refiere el párrafo 1.

4.4 Las disposiciones del párrafo 6 del artículo 3 serán aplicables al presente artículo.

Artículo 5

Iniciación y procedimiento de la investigación

11
A los efectos de este párrafo, únicamente se considerará que los productores están vinculados a los
exportadores o a los importadores en los casos siguientes: a) si uno de ellos controla directa o indirectamente al
otro; b) si ambos están directa o indirectamente controlados por una tercera persona; o c) si juntos controlan
directa o indirectamente a una tercera persona, siempre que existan razones para creer o sospechar que el efecto
de la vinculación es de tal naturaleza que motiva de parte del productor considerado un comportamiento
diferente del de los productores no vinculados. A los efectos de este párrafo, se considerará que una persona
controla a otra cuando la primera esté jurídica u operativamente en situación de imponer limitaciones o de
dirigir a la segunda.
12
En el presente Acuerdo, con el término "percibir" se designa la liquidación o la recaudación
definitivas de un derecho o gravamen por la autoridad competente.
5.1 Salvo en el caso previsto en el párrafo 6, las investigaciones encaminadas a determinar la
existencia, el grado y los efectos de un supuesto dumping se iniciarán previa solicitud escrita hecha
por la rama de producción nacional o en nombre de ella.

5.2 Con la solicitud a que se hace referencia en el párrafo 1 se incluirán pruebas de la existencia
de: a) dumping; b) un daño en el sentido del artículo VI del GATT de 1994 según se interpreta en el
presente Acuerdo y c) una relación causal entre las importaciones objeto de dumping y el supuesto
daño. No podrá considerarse que para cumplir los requisitos fijados en el presente párrafo basta una
simple afirmación no apoyada por las pruebas pertinentes. La solicitud contendrá la información que
razonablemente tenga a su alcance el solicitante sobre los siguientes puntos:

i) identidad del solicitante y descripción realizada por el mismo del volumen y valor de
la producción nacional del producto similar. Cuando la solicitud escrita se presente
en nombre de la rama de producción nacional, en ella se identificará la rama de
producción en cuyo nombre se haga la solicitud por medio de una lista de todos los
productores nacionales del producto similar conocidos (o de las asociaciones de
productores nacionales del producto similar) y, en la medida posible, se facilitará una
descripción del volumen y valor de la producción nacional del producto similar que
representen dichos productores;

ii) una descripción completa del producto presuntamente objeto de dumping, los
nombres del país o países de origen o exportación de que se trate, la identidad de cada
exportador o productor extranjero conocido y una lista de las personas que se sepa
importan el producto de que se trate;

iii) datos sobre los precios a los que se vende el producto de que se trate cuando se
destina al consumo en los mercados internos del país o países de origen o de
exportación (o, cuando proceda, datos sobre los precios a los que se venda el
producto desde el país o países de origen o de exportación a un tercer país o a terceros
países, o sobre el valor reconstruido del producto) así como sobre los precios de
exportación o, cuando proceda, sobre los precios a los que el producto se revenda por
primera vez a un comprador independiente en el territorio del Miembro importador;

iv) datos sobre la evolución del volumen de las importaciones supuestamente objeto de
dumping, el efecto de esas importaciones en los precios del producto similar en el
mercado interno y la consiguiente repercusión de las importaciones en la rama de
producción nacional, según vengan demostrados por los factores e índices pertinentes
que influyan en el estado de la rama de producción nacional, tales como los
enumerados en los párrafos 2 y 4 del artículo 3.

5.3 Las autoridades examinarán la exactitud y pertinencia de las pruebas presentadas con la
solicitud para determinar si existen pruebas suficientes que justifiquen la iniciación de una
investigación.

5.4 No se iniciará una investigación de conformidad con el párrafo 1 si las autoridades no han
determinado, basándose en el examen del grado de apoyo o de oposición a la solicitud expresado 13 por
los productores nacionales del producto similar, que la solicitud ha sido hecha por o en nombre de la
rama de producción nacional.14 La solicitud se considerará hecha "por la rama de producción
nacional o en nombre de ella" cuando esté apoyada por productores nacionales cuya producción
conjunta represente más del 50 por ciento de la producción total del producto similar producido por la
parte de la rama de producción nacional que manifieste su apoyo o su oposició n a la solicitud. No

13
En el caso de ramas de producción fragmentadas que supongan un número excepcionalmente
elevado de productores, las autoridades podrán determinar el apoyo y la oposición mediante la utilización de
técnicas de muestreo estadísticamente válidas.
14
Los Miembros son conscientes de que en el territorio de ciertos Miembros pueden presentar o apoyar
una solicitud de investigación de conformidad con el párrafo 1 empleados de los productores nacionales del
producto similar o representantes de esos empleados.
obstante, no se iniciará ninguna investigación cuando los productores nacionales que apoyen
expresamente la solicitud representen menos del 25 por ciento de la producción total del producto
similar producido por la rama de producción nacional.

5.5 A menos que se haya adoptado la decisión de iniciar una investigación, las autoridades
evitarán toda publicidad acerca de la solicitud de iniciación de una investigación. No obstante,
después de recibir una solicitud debidamente documentada y antes de proceder a iniciar la
investigación, las autoridades lo notificarán al gobierno del Miembro exportador interesado.

5.6 Si, en circunstancias especiales, la autoridad competente decidiera iniciar una investigación
sin haber recibido una solicitud escrita hecha por la rama de producció n nacional o en nombre de ella
para que se inicie dicha investigación, sólo la llevará adelante cuando tenga pruebas suficientes del
dumping, del daño y de la relación causal, conforme a lo indicado en el párrafo 2, que justifiquen la
iniciación de una investigación.

5.7 Las pruebas de la existencia del dumping y del daño se examinarán simultáneamente: a) en el
momento de decidir si se inicia o no una investigación y b) posteriormente, en el curso de la
investigación, a partir de una fecha que no será posterior al primer día en que, de conformidad con las
disposiciones del presente Acuerdo, puedan aplicarse medidas provisionales.

5.8 La autoridad competente rechazará la solicitud presentada con arreglo al párrafo 1 y pondrá
fin a la investigación sin demora en cuanto se haya cerciorado de que no existen pruebas suficientes
del dumping o del daño que justifiquen la continuación del procedimiento relativo al caso. Cuando la
autoridad determine que el margen de dumping es de minimis, o que el volumen de las importaciones
reales o potenciales objeto de dumping o el daño son insignificantes, se pondrá inmediatamente fin a
la investigación. Se considerará de minimis el margen de dumping cuando sea inferior al 2 por ciento,
expresado como porcentaje del precio de exportación. Normalmente se considerará insignificante el
volumen de las importaciones objeto de dumping cuando se establezca que las procedentes de un
determinado país representan menos del 3 por ciento de las importaciones del producto similar en el
Miembro importador, salvo que los países que individualmente representan menos del 3 por ciento de
las importaciones del producto similar en el Miembro importador representen en conjunto más del
7 por ciento de esas importaciones.

5.9 El procedimiento antidumping no será obstáculo para el despacho de aduana.

5.10 Salvo en circunstancias excepcionales, las investigaciones deberán haber concluido dentro de
un año, y en todo caso en un plazo de 18 meses, contados a partir de su iniciación.

Artículo 6

Pruebas

6.1 Se dará a todas las partes interesadas en una investigación antidumping aviso de la
información que exijan las autoridades y amplia oportunidad para presentar por escrito todas las
pruebas que consideren pertinentes por lo que se refiere a la investigación de que se trate.

6.1.1 Se dará a los exportadores o a los productores extranjeros a quienes se envíen los
cuestionarios utilizados en una investigación antidumping un plazo de 30 días
como mínimo para la respuesta. 15 Se deberá atender debidamente toda
solicitud de prórroga del plazo de 30 días y, sobre la base de la justificación
aducida, deberá concederse dicha prórroga cada vez que sea factible.

15
Por regla general, los plazos dados a los exportadores se contarán a partir de la fecha de recibo del
cuestionario, el cual, a tal efecto, se considerará recibido una semana después de la fecha en que haya sido
enviado al destinatario o transmitido al representante diplomático competente del Miembro exportador o, en el
caso de un territorio aduanero distinto Miembro de la OMC, a un representante oficial del territorio exportador.
6.1.2 A reserva de lo prescrito en cuanto a la protección de la información de carácter
confidencial, las pruebas presentadas por escrito por una parte interesada se
pondrán inmediatamente a disposición de las demás partes interesadas que
intervengan en la investigación.

6.1.3 Tan pronto como se haya iniciado la investigación, las autoridades facilitarán a los
exportadores que conozcan16 y a las autoridades del país exportador el texto
completo de la solicitud escrita presentada de conformidad con el párrafo 1
del artículo 5 y lo pondrán a disposición de las otras partes interesadas
intervinientes que lo soliciten. Se tendrá debidamente en cuenta lo prescrito
en cuanto a la protección de la información confidencial, de conformidad con
las disposiciones del párrafo 5.

6.2 Durante toda la investigación antidumping, todas las partes interesadas tendrán plena
oportunidad de defender sus intereses. A este fin, las autoridades darán a todas las partes interesadas,
previa solicitud, la oportunidad de reunirse con aquellas partes que tengan intereses contrarios para
que puedan exponerse tesis opuestas y argumentos refutatorios. Al proporcionar esa oportunidad, se
habrán de tener en cuenta la necesidad de salvaguardar el carácter confidencial de la información y la
conveniencia de las partes. Ninguna parte estará obligada a asistir a una reunión, y su ausencia no irá
en detrimento de su causa. Las partes interesadas tendrán también derecho, previa justificación, a
presentar otras informaciones oralmente.

6.3 Las autoridades sólo tendrán en cuenta la información que se facilite oralmente a los efectos
del párrafo 2 si a continuación ésta se reproduce por escrito y se pone a disposición de las demás
partes interesadas, conforme a lo establecido en el apartado 1.2.

6.4 Las autoridades, siempre que sea factible, darán a su debido tiempo a todas las partes
interesadas la oportunidad de examinar toda la información pertinente para la presentación de sus
argumentos que no sea confidencial conforme a los términos del párrafo 5 y que dichas autoridades
utilicen en la investigación antidumping, y de preparar su alegato sobre la base de esa información.

6.5 Toda información que, por su naturaleza, sea confidencial (por ejemplo, porque su
divulgación implicaría una ventaja significativa para un competidor o tendría un efecto
significativamente desfavorable para la persona que proporcione la información o para un tercero del
que la haya recibido) o que las partes en una investigación antidumping faciliten con carácter
confidencial será, previa justificación suficiente al respecto, tratada como tal por las autoridades.
Dicha información no será revelada sin autorización expresa de la parte que la haya facilitado. 17

6.5.1 Las autoridades exigirán a las partes interesadas que faciliten información
confidencial que suministren resúmenes no confidenciales de la misma.
Tales resúmenes serán lo suficientemente detallados para permitir una
comprensi ón razonable del contenido sustancial de la información facilitada
con carácter confidencial. En circunstancias excepcionales, esas partes
podrán señ alar que dicha información no puede ser resumida. En tales
circunstancias excepcionales, deberán exponer las razones por las que no es
posible resumirla.

6.5.2 Si las autoridades concluyen que una petición de que se considere confidencial una
información no está justificada, y si la persona que la haya proporcionado no
quiere hacerla pública ni autorizar su divulgación en términos generales o
resumidos, las autoridades podrán no tener en cuenta esa información, a

16
Queda entendido que, si el número de exportadores de que se trata es muy elevado, el texto completo
de la solicitud escrita se facilitará solamente a las autoridades del Miembro exportador o a la asociación
mercantil o gremial competente.
17
Los Miembros son conscientes de que, en el territorio de algunos Miembros, podrá ser necesario
revelar una información en cumplimiento de una providencia precautoria concebida en términos muy precisos.
menos que se les demuestre de manera convincente, de fuente apropiada, que
la información es correcta.18

6.6 Salvo en las circunstancias previstas en el párrafo 8, las autoridades, en el curso de la


investigación, se cerciorarán de la exactitud de la informaci ón presentada por las partes interesadas
en la que basen sus conclusiones.

6.7 Con el fin de verificar la información recibida, o de obtener más detalles, las autoridades
podrán realizar investigaciones en el territorio de otros Miembros según sea necesario, siempre que
obtengan la conformidad de las empresas interesadas y que lo notifiquen a los representantes del
gobierno del Miembro de que se trate, y a condición de que este Miembro no se oponga a la
investigación. En las investigaciones realizadas en el territorio de otros Miembros se seguirá el
procedimiento descrito en el Anexo I. A reserva de lo prescrito en cuanto a la protecci ón de la
información confidencial, las autoridades pondrán los resultados de esas investigaciones a disposición
de las empresas a las que se refieran, o les facilitarán información sobre ellos de conformidad con el
párrafo 9, y podrán ponerlos a disposición de los solicitantes.

6.8 En los casos en que una parte interesada niegue el acceso a la información necesaria o no la
facilite dentro de un plazo prudencial o entorpezca significativamente la investigación, podrán
formularse determinaciones preliminares o definitivas, positivas o negativas, sobre la base de los
hechos de que se tenga conocimiento. Al aplicar el presente párrafo se observará lo dispuesto en el
Anexo II.

6.9 Antes de formular una determinación definitiva, las autoridades informarán a todas las partes
interesadas de los hechos esenciales considerados que sirvan de base para la decisión de aplicar o no
medidas definitivas. Esa información deberá facilitarse a las partes con tiempo suficiente para que
puedan defender sus intereses.

6.10 Por regla general, las autoridades determinarán el margen de dumping que corresponda a cada
exportador o productor interesado del producto sujeto a investigación de que se tenga conocimiento.
En los casos en que el número de exportadores, productores, importadores o tipos de productos sea
tan grande que resulte imposible efectuar esa determinación, las autoridades podrán limitar su examen
a un número prudencial de partes interesadas o de productos, utilizando muestras que sean
estadísticamente válidas sobre la base de la información de que dispongan en el momento de la
selección, o al mayor porcentaje del volumen de las exportaciones del país en cuestión que pueda
razonablemente investigarse.

6.10.1 Cualquier selección de exportadores, productores, importadores o tipos de productos


con arreglo al presente párrafo se hará de preferencia en consulta con los
exportadores, productores o importadores de que se trate y con su
consentimiento.

6.10.2 En los casos en que hayan limitado su examen de conformidad con lo dispuesto en el
presente párrafo, las autoridades determinarán, no obstante, el margen de
dumping correspondiente a todo exportador o productor no seleccionado
inicialmente que presente la información necesaria a tiempo para que sea
considerada en el curso de la investigación, salvo que el número de
exportadores o productores sea tan grande que los exámenes individuales
resulten excesivamente gravosos para las autoridades e impidan concluir
oportunamente la investigación. No se pondrán trabas a la presentación de
respuestas voluntarias.

6.11 A los efectos del presente Acuerdo, se considerarán "partes interesadas":

18
Los Miembros acuerdan que no deberán rechazarse arbitrariamente las peticiones de que se considere
confidencial una información.
i) los exportadores, los productores extranjeros o los importadores de un producto
objeto de investigación, o las asociaciones mercantiles, gremiales o empresariales en
las que la mayoría de los miembros sean productores, exportadores o importadores de
ese producto;

ii) el gobierno del Miembro exportador; y

iii) los productores del producto similar en el Miembro importador o las asociaciones
mercantiles, gremiales o empresariales en las que la mayoría de los miembros sean
productores del producto similar en el territorio del Miembro importador.

Esta enumeración no impedirá que los Miembros permitan la inclusión como partes interesadas de
partes nacionales o extranjeras distintas de las indicadas supra.

6.12 Las autoridades darán a los usuarios industriales del producto objeto de investigación, y a las
organizaciones de consumidores representativas en los casos en los que el producto se venda
normalmente al por menor, la oportunidad de facilitar cualquier información que sea pertinente para la
investigación en relación con el dumping, el daño y la relaci ón de causalidad entre uno y otro.

6.13 Las autoridades tendrán debidamente en cuenta las dificultades con que puedan tropezar las
partes interesadas, en particular las pequeñas empresas, para facilitar la información solicitada y les
prestarán toda la asistencia factible.

6.14 El procedimiento establecido supra no tiene por objeto impedir a las autoridades de ningún
Miembro proceder con prontitud a la iniciación de una investigación o a la formulación de
determinaciones preliminares o definitivas, positivas o negativas, ni impedirles aplicar medidas
provisionales o definitivas, de conformidad con las disposiciones pertinentes del presente Acuerdo.

Artículo 7

Medidas provisionales

7.1 Sólo podrán aplicarse medidas provisionales si:

i) se ha iniciado una investigación de conformidad con las disposiciones del artículo 5,


se ha dado un aviso público a tal efecto y se han dado a las partes interesadas
oportunidades adecuadas de presentar información y hacer observaciones;

ii) se ha llegado a una determinación preliminar positiva de la existencia de dumping y


del consiguiente daño a una rama de producción nacional; y

iii) la autoridad competente juzga que tales medidas son necesarias para impedir que se
cause daño durante la investigación.

7.2 Las medidas provisionales podrán tomar la forma de un derecho provisional o,


preferentemente, una garantía -mediante depósito en efectivo o fianza- igual a la cuantía
provisionalmente estimada del derecho antidumping, que no podrá exceder del margen de dumping
provisionalmente estimado. La suspensión de la valoración en aduana será una medida provisional
adecuada, siempre que se indiquen el derecho normal y la cuantía estimada del derecho antidumping y
que la suspensión de la valoració n se someta a las mismas condiciones que las demás medidas
provisionales.

7.3 No se aplicarán medidas provisionales antes de transcurridos 60 días desde la fecha de


iniciación de la investigación.

7.4 Las medidas provisionales se aplicarán por el período más breve posible, que no podrá
exceder de cuatro meses, o, por decisión de la autoridad competente, a petición de exportadores que
representen un porcentaje significativo del comercio de que se trate, por un período que no excederá
de seis meses. Cuando las autoridades, en el curso de una investigación, examinen si bastaría un
derecho inferior al margen de dumping para eliminar el daño, esos períodos podrán ser de seis y
nueve meses respectivamente.

7.5 En la aplicación de medidas provisionales se seguirán las disposiciones pertinentes del


artículo 9.

Artículo 8

Compromisos relativos a los precios

8.1 Se podrán19 suspender o dar por terminados los procedimientos sin imposición de medidas
provisionales o derechos antidumping si el exportador comunica que asume voluntariamente
compromisos satisfactorios de revisar sus precios o de poner fin a las exportaciones a la zona en
cuestión a precios de dumping, de modo que las autoridades queden convencidas de que se elimina el
efecto perjudicial del dumping. Los aumentos de precios estipulados en dichos compromisos no serán
superiores a lo necesario para compensar el margen de dumping. Es deseable que los aumentos de
precios sean inferiores al margen de dumping si así bastan para eliminar el daño a la rama de
producción nacional.

8.2 No se recabarán ni se aceptarán de los exportadores compromisos en materia de precios


excepto en el caso de que las autoridades del Miembro importador hayan formulado una
determinación preliminar positiva de la existencia de dumping y de da ño causado por ese dumping.

8.3 No será necesario aceptar los compromisos ofrecidos si las autoridades consideran que no
sería realista tal aceptación, por ejemplo, porque el nú mero de los exportadores reales o potenciales
sea demasiado grande, o por otros motivos, entre ellos motivos de política general. En tal caso, y
siempre que sea factible, las autoridades expondrán al exportador los motivos que las hayan inducido
a considerar inadecuada la aceptación de un compromiso y, en la medida de lo posible, darán al
exportador la oportunidad de formular observaciones al respecto.

8.4 Aunque se acepte un compromiso, la investigación de la existencia de dumping y daño se


llevará a término cuando así lo desee el exportador o así lo decidan las autoridades. En tal caso, si se
formula una determinación negativa de la existencia de dumping o de daño, el compromiso quedará
extinguido automáticamente, salvo en los casos en que dicha determinación se base en gran medida en
la existencia de un compromiso en materia de precios. En tales casos, las autoridades podr án exigir
que se mantenga el compromiso durante un período prudencial conforme a las disposiciones del
presente Acuerdo. En caso de que se formule una determinación positiva de la existencia de dumping
y de daño, el compromiso se mantendrá conforme a sus términos y a las disposiciones del presente
Acuerdo.

8.5 Las autoridades del Miembro importador podrán sugerir compromisos en materia de precios,
pero no se obligará a ningún exportador a aceptarlos. El hecho de que un exportador no ofrezca tales
compromisos o no acepte la invitación a hacerlo no prejuzgará en modo alguno el examen del asunto.
Sin embargo, las autoridades tendrán la libertad de determinar que es más probable que una amenaza
de daño llegue a materializarse si continúan las importaciones objeto de dumping.

8.6 Las autoridades de un Miembro importador podrán pedir a cualquier exportador del que se
haya aceptado un compromiso que suministre periódicamente informació n relativa al cumplimiento
de tal compromiso y que permita la verificación de los datos pertinentes. En caso de incumplimiento
de un compromiso, las autoridades del Miembro importador podrán, en virtud del presente Acuerdo y
de conformidad con lo estipulado en él, adoptar con prontitud disposiciones que podrán consistir en la
aplicación inmediata de medidas provisionales sobre la base de la mejor información disponible. En

19
La palabra "podr án" no se interpretará en el sentido de que se permite continuar los procedimientos
simultáneamente con la aplicación de los compromisos relativos a los precios, salvo en los casos previstos en el
párrafo 4.
tales casos podrán percibirse derechos definitivos al amparo del presente Acuerdo sobre los productos
declarados a consumo 90 días como máximo antes de la aplicación de tales medidas provisionales,
con la salvedad de que esa retroactividad no será aplicable a las importaciones declaradas antes del
incumplimiento del compromiso.

Artículo 9

Establecimiento y percepción de derechos antidumping

9.1 La decisión de establecer o no un derecho antidumping en los casos en que se han cumplido
todos los requisitos para su establecimiento, y la decisión de fijar la cuantía del derecho antidumping
en un nivel igual o inferior a la totalidad del margen de dumping, habrán de adoptarlas las autoridades
del Miembro importador. Es deseable que el establecimiento del derecho sea facultativo en el
territorio de todos los Miembros y que el derecho sea inferior al margen si ese derecho inferior basta
para eliminar el daño a la rama de producción nacional.

9.2 Cuando se haya establecido un derecho antidumping con respecto a un producto, ese derecho
se percibirá en la cuantía apropiada en cada caso y sin discriminación sobre las importaciones de ese
producto, cualquiera que sea su procedencia, declaradas objeto de dumping y causantes de daño, a
excepción de las importaciones procedentes de fuentes de las que se hayan aceptado compromisos en
materia de precios en virtud de lo establecido en el presente Acuerdo. Las autoridades designarán al
proveedor o proveedores del producto de que se trate. Sin embargo, si estuviesen implicados varios
proveedores pertenecientes a un mismo país y resultase imposible en la práctica designar a todos
ellos, las autoridades podrán designar al pa ís proveedor de que se trate. Si estuviesen implicados
varios proveedores pertenecientes a más de un país, las autoridades podrán designar a todos los
proveedores implicados o, en caso de que esto sea impracticable, todos los países proveedores
implicados.

9.3 La cuantía del derecho antidumping no excederá del margen de dumping establecido de
conformidad con el artículo 2.

9.3.1 Cuando la cuantía del derecho antidumping se fije de forma retrospectiva, la


determinación de la cantidad definitiva que deba satisfacerse en concepto de
derechos antidumping se efectuará lo antes posible, normalmente en un plazo
de 12 meses, y en ningún caso de más de 18 meses, a contar de la fecha en
que se haya formulado una petición de fijación definitiva de la cuantía del
derecho antidumping.20 Toda devolución se hará con prontitud y
normalmente no más de 90 días después de la determinación, de conformidad
con el presente apartado, de la cantidad definitiva que deba satisfacerse. En
cualquier caso, cuando no se haya hecho la devolución en un plazo de 90
días, las autoridades darán una explicación a instancia de parte.

9.3.2 Cuando la cuantía del derecho antidumping se fije de forma prospectiva, se preverá la
pronta devolución, previa petició n, de todo derecho pagado en exceso del
margen de dumping. La devolución del derecho pagado en exceso del
margen real de dumping se efectuará normalmente en un plazo de 12 meses,
y en ningún caso de más de 18 meses, a contar de la fecha en que el
importador del producto sometido al derecho antidumping haya presentado
una petición de devolució n debidamente apoyada por pruebas. Normalmente
la devolución autorizada se hará en un plazo de 90 días contados a partir de la
decisión a que se hace referencia supra.

9.3.3 Cuando el precio de exportación se reconstruya de conformidad con las disposiciones


del párrafo 3 del artículo 2, al determinar si se debe hacer una devolución, y

20
Queda entendido que, cuando el caso del producto en cuestión esté sometido a un procedimiento de
revisión judicial, podrá no ser posible la observancia de los plazos mencionados en este apartado y en el
apartado 3.2.
el alcance de ésta, las autoridades deberán tener en cuenta los cambios que se
hayan producido en el valor normal o en los gastos habidos entre la
importación y la reventa y los movimientos del precio de reventa que se
hayan reflejado debidamente en los precios de venta posteriores, y deberán
calcular el precio de exportación sin deducir la cuantía de los derechos
antidumping si se aportan pruebas concluyentes de lo anterior.

9.4 Cuando las autoridades hayan limitado su examen de conformidad con la segunda frase del
párrafo 10 del artículo 6, los derechos que se apliquen a las importaciones procedentes de
exportadores o productores no abarcados por el examen no serán superiores:

i) al promedio ponderado del margen de dumping establecido con respecto a los


exportadores o productores seleccionados, o

ii) cuando las cantidades que deban satisfacerse en concepto de derechos antidumping se
calculen sobre la base del valor normal prospectivo, a la diferencia entre el promedio
ponderado del valor normal correspondiente a los exportadores o productores
seleccionados y los precios de exportación de los exportadores o productores que no
hayan sido examinados individualmente,

con la salvedad de que las autoridades no tomarán en cuenta a los efectos del presente párrafo los
márgenes nulos y de minimis ni los márgenes establecidos en las circunstancias a que hace referencia
el párrafo 8 del artículo 6. Las autoridades aplicarán derechos o valores normales individuales a las
importaciones procedentes de los exportadores o productores no incluidos en el examen y que hayan
proporcionado la información necesaria en el curso de la investigación, de conformidad con lo
previsto en el apartado 10.2 del artículo 6.

9.5 Si un producto es objeto de derechos antidumping en un Miembro importador, las autoridades


llevarán a cabo con prontitud un examen para determinar los márgenes individuales de dumping que
puedan corresponder a los exportadores o productores del país exportador en cuestión que no hayan
exportado ese producto al Miembro importador durante el período objeto de investigación, a
condición de que dichos exportadores o productores puedan demostrar que no están vinculados a
ninguno de los exportadores o productores del país exportador que son objeto de derechos
antidumping sobre el producto. Ese examen se iniciará y realizará de forma acelerada en
comparación con los procedimientos normales de fijación de derechos y de examen en el Miembro
importador. Mientras se esté procediendo al examen no se percibirán derechos antidumping sobre las
importaciones procedentes de esos exportadores o productores. No obstante, las autoridades podrán
suspender la valoración en aduana y/o solicitar garantías para asegurarse de que, si ese examen
condujera a una determinación de existencia de dumping con respecto a tales productores o
exportadores, podrán percibirse derechos antidumping con efecto retroactivo desde la fecha de
iniciación del examen.

Artículo 10

Retroactividad

10.1 Sólo se aplicarán medidas provisionales o derechos antidumping a los productos que se
declaren a consumo después de la fecha en que entre en vigor la decisión adoptada de conformidad
con el párrafo 1 del artículo 7 o el párrafo 1 del artículo 9, respectivamente, con las excepciones que
se indican en el presente artículo.

10.2 Cuando se formule una determinación definitiva de la existencia de daño (pero no de amenaza
de daño o de retraso importante en la creación de una rama de producción) o, en caso de formularse
una determinación definitiva de la existencia de amenaza de daño, cuando el efecto de las
importaciones objeto de dumping sea tal que, de no haberse aplicado medidas provisionales, hubiera
dado lugar a una determinación de la existencia de daño, se podrán percibir retroactivamente derechos
antidumping por el período en que se hayan aplicado medidas provisionales.
10.3 Si el derecho antidumping definitivo es superior al derecho provisional pagado o por pagar, o
a la cantidad estimada a efectos de la garantía, no se exigirá la diferencia. Si el derecho definitivo es
inferior al derecho provisional pagado o por pagar, o a la cuantía estimada a efectos de la garantía, se
devolverá la diferencia o se calculará de nuevo el derecho, según sea el caso.

10.4 A reserva de lo dispuesto en el párrafo 2, cuando se formule una determinación de la


existencia de amenaza de daño o retraso importante (sin que se haya producido todavía el daño) sólo
se podrá establecer un derecho antidumping definitivo a partir de la fecha de la determinación de
existencia de amenaza de da ño o retraso importante y se procederá con prontitud a restituir todo
depósito en efectivo hecho durante el período de aplicación de las medidas provisionales y a liberar
toda fianza prestada.

10.5 Cuando la determinación definitiva sea negativa, se procederá con prontitud a restituir todo
depósito en efectivo hecho durante el período de aplicación de las medidas provisionales y a liberar
toda fianza prestada.

10.6 Podrá percibirse un derecho antidumping definitivo sobre los productos que se hayan
declarado a consumo 90 días como máximo antes de la fecha de aplicación de las medidas
provisionales cuando, en relación con el producto objeto de dumping considerado, las autoridades
determinen:

i) que hay antecedentes de dumping causante de daño, o que el importador sabía o debía
haber sabido que el exportador practicaba el dumping y que éste causaría daño, y

ii) que el daño se debe a importaciones masivas de un producto objeto de dumping,


efectuadas en un lapso de tiempo relativamente corto que, habida cuenta del momento
en que se han efectuado las importaciones objeto de dumping, su volumen y otras
circunstancias (tales como una rápida acumulación de existencias del producto
importado), es probable socaven gravemente el efecto reparador del derecho
antidumping definitivo que deba aplicarse, a condición de que se haya dado a los
importadores interesados la oportunidad de formular observaciones.

10.7 Tras el inicio de una investigación, las autoridades podrán adoptar las medidas que puedan ser
necesarias, como la suspensión de la valoración en aduana o de la liquidación de los derechos, para
percibir retroactivamente derechos antidumping según lo previsto en el párrafo 6, una vez que
dispongan de pruebas suficientes de que se cumplen las condiciones establecidas en dichos párrafos.

10.8 No se percibirán retroactivamente derechos de conformidad con el párrafo 6 sobre los


productos declarados a consumo antes de la fecha de iniciación de la investigación.

Artículo 11

Duración y examen de los derechos antidumping y de los


compromisos relativos a los precios

11.1 Un derecho antidumping sólo permanecerá en vigor durante el tiempo y en la medida


necesarios para contrarrestar el dumping que esté causando daño.

11.2 Cuando ello esté justificado, las autoridades examinarán la necesidad de mantener el derecho,
por propia iniciativa o, siempre que haya transcurrido un período prudencial desde el establecimiento
del derecho antidumping definitivo, a petición de cualquier parte interesada que presente
informaciones positivas probatorias de la necesidad del examen.21 Las partes interesadas tendrá n
derecho a pedir a las autoridades que examinen si es necesario mantener el derecho para neutralizar el

21
Por sí misma, la determinación definitiva de la cuantía del derecho antidumping a que se refiere el
párrafo 3 del artículo 9 no constituye un examen en el sentido del presente artículo.
dumping, si sería probable que el daño siguiera produciéndose o volviera a producirse en caso de que
el derecho fuera suprimido o modificado, o ambos aspectos. En caso de que, a consecuencia de un
examen realizado de conformidad con el presente párrafo, las autoridades determinen que el derecho
antidumping no está ya justificado, deberá suprimirse inmediatamente.

11.3 No obstante lo dispuesto en los párrafos 1 y 2, todo derecho antidumping definitivo será
suprimido, a más tardar, en un plazo de cinco años contados desde la fecha de su imposición (o desde
la fecha del último examen, realizado de conformidad con el párrafo 2, si ese examen hubiera
abarcado tanto el dumping como el daño, o del último realizado en virtud del presente párrafo), salvo
que las autoridades, en un examen iniciado antes de esa fecha por propia iniciativa o a raíz de una
petición debidamente fundamentada hecha por o en nombre de la rama de producción nacional con
una antelación prudencial a dicha fecha, determinen que la supresión del derecho dar ía lugar a la
continuación o la repetición del daño y del dumping. 22 El derecho podrá seguir aplicándose a la
espera del resultado del examen.

11.4 Las disposiciones del artículo 6 sobre pruebas y procedimiento serán aplicables a los
exámenes realizados de conformidad con el presente artículo. Dichos exámenes se realizarán
rápidamente, y normalmente se terminarán dentro de los 12 meses siguientes a la fecha de su
iniciación.

11.5 Las disposiciones del presente artículo serán aplicables mutatis mutandis a los compromisos
en materia de precios aceptados de conformidad con el artículo 8.

Artículo 12

Aviso público y explicación de las determinaciones

12.1 Cuando las autoridades se hayan cerciorado de que existen pruebas suficientes para justificar
la iniciación de una investigación antidumping con arreglo al artículo 5, lo notificarán al Miembro o
Miembros cuyos productos vayan a ser objeto de tal investigación y a las demás partes interesadas de
cuyo interés tenga conocimiento la autoridad investigadora, y se dará el aviso público
correspondiente.

12.1.1 En los avisos públicos de iniciación de una investigación figurará, o se hará constar
de otro modo mediante un informe separado 23, la debida información sobre lo
siguiente:

i) el nombre del país o países exportadores y el producto de que se trate;

ii) la fecha de iniciación de la investigación;

iii) la base de la alegación de dumping formulada en la solicitud;

iv) un resumen de los factores en los que se basa la alegación de daño;

v) la dirección a la cual han de dirigirse las representaciones formuladas por las


partes interesadas;

vi) los plazos que se den a las partes interesadas para dar a conocer sus
opiniones.

22
Cuando la cuantía del derecho antidumping se fije de forma retrospectiva, si en el procedimiento más
reciente de fijación de esa cuantía de conformidad con el apartado 3.1 del artículo 9 se concluyera que no debe
percibirse ningún derecho, esa conclusión no obligará por sí misma a las autoridades a suprimir el derecho
definitivo.
23
Cuando las autoridades faciliten información o aclaraciones de conformidad con las disposiciones
del presente artículo en un informe separado, se asegurarán de que el público tenga fácil acceso a ese informe.
12.2 Se dará aviso público de todas las determinaciones preliminares o definitivas, positivas o
negativas, de toda decisión de aceptar un compromiso en aplicación del artículo 8, de la terminación
de tal compromiso y de la terminación de un derecho antidumping definitivo. En cada uno de esos
avisos figurarán, o se harán constar de otro modo mediante un informe separado, con suficiente
detalle las constataciones y conclusiones a que se haya llegado sobre todas las cuestiones de hecho y
de derecho que la autoridad investigadora considere pertinentes. Todos esos avisos e informes se
enviarán al Miembro o Miembros cuyos productos sean objeto de la determinación o compromiso de
que se trate, así como a las demás partes interesadas de cuyo interés se tenga conocimiento.

12.2.1 En los avisos públicos de imposición de medidas provisionales figurarán, o se harán


constar de otro modo mediante un informe separado, explicaciones
suficientemente detalladas de las determinaciones preliminares de la
existencia de dumping y de daño y se hará referencia a las cuestiones de
hecho y de derecho en que se base la aceptación o el rechazo de los
argumentos. En dichos avisos o informes, teniendo debidamente en cuenta lo
prescrito en cuanto a la protección de la información confidencial, se indicará
en particular:

i) los nombres de los proveedores, o, cuando esto no sea factible, de los países
abastecedores de que se trate;

ii) una descripción del producto que sea suficiente a efectos aduaneros;

iii) los márgenes de dumping establecidos y una explicación completa de las


razones que justifican la metodología utilizada en la determinación y
comparación del precio de exportación y el valor normal con arreglo al
artículo 2;

iv) las consideraciones relacionadas con la determinación de la existencia de


daño según se establece en el artículo 3;

v) las principales razones en que se base la determinación.

12.2.2 En los avisos públicos de conclusión o suspensión de una investigación en la cual se


haya llegado a una determinaci ón positiva que prevea la imposición de un
derecho definitivo o la aceptación de un compromiso en materia de precios,
figurará, o se hará constar de otro modo mediante un informe separado, toda
la información pertinente sobre las cuestiones de hecho y de derecho y las
razones que hayan llevado a la imposición de medidas definitivas o a la
aceptación de compromisos en materia de precios, teniendo debidamente en
cuenta lo prescrito en cuanto a la protección de la información confidencial.
En el aviso o informe figurará en particular la informació n indicada en el
apartado 2.1, así como los motivos de la aceptación o rechazo de los
argumentos o alegaciones pertinentes de los exportadores e importadores, y la
base de toda decisión adoptada en virtud del apartado 10.2 del artículo 6.

12.2.3 En los avisos públicos de terminación o suspensión de una investigación a raíz de la


aceptación de un compromiso conforme a lo previsto en el artículo 8,
figurará, o se hará constar de otro modo mediante un informe separado, la
parte no confidencial del compromiso.

12.3 Las disposiciones del presente artículo se aplicarán mutatis mutandis a la iniciación y
terminación de los exámenes previstos en el artículo 11 y a las decisiones de aplicación de derechos
con efecto retroactivo previstas en el artículo 10.

Artículo 13
Revisión judicial

Cada Miembro en cuya legislación nacional existan disposiciones sobre medidas antidumping
mantendrá tribunales o procedimientos judiciales, arbitrales o administrativos destinados, entre otros
fines, a la pronta revisión de las medidas administrativas vinculadas a las determinaciones definitivas
y a los exámenes de las determinaciones en el sentido del artículo 11. Dichos tribunales o
procedimientos serán independientes de las autoridades encargadas de la determinación o examen de
que se trate.

Artículo 14

Medidas antidumping a favor de un tercer país

14.1 La solicitud de que se adopten medidas antidumping a favor de un tercer país habrán de
presentarla las autoridades del tercer país que solicite la adopción de esas medidas.

14.2 Tal solicitud habrá de ir apoyada con datos sobre los precios que muestren que las
importaciones son objeto de dumping y con información detallada que muestre que el supuesto
dumping causa daño a la rama de producción nacional de que se trate del tercer país. El gobierno del
tercer país prestará todo su concurso a las autoridades del país importador para obtener cualquier
información complementaria que aquéllas puedan necesitar.

14.3 Las autoridades del país importador, cuando examinen una solicitud de este tipo, considerarán
los efectos del supuesto dumping en el conjunto de la rama de producción de que se trate del tercer
país; es decir, que el daño no se evaluará en relación solamente con el efecto del supuesto dumping
en las exportaciones de la rama de producción de que se trate al país importador ni incluso en las
exportaciones totales de esta rama de producción.

14.4 La decisión de dar o no dar curso a la solicitud corresponderá al país importador. Si éste
decide que está dispuesto a adoptar medidas, le corresponderá tomar la iniciativa de dirigirse al
Consejo del Comercio de Mercancías para pedir su aprobación.

Artículo 15

Países en desarrollo Miembros

Se reconoce que los países desarrollados Miembros deberán tener particularmente en cuenta
la especial situación de los países en desarrollo Miembros cuando contemplen la aplicación de
medidas antidumping en virtud del presente Acuerdo. Antes de la aplicación de derechos
antidumping se explorarán las posibilidades de hacer uso de las soluciones constructivas previstas por
este Acuerdo cuando dichos derechos puedan afectar a los intereses fundamentales de los países en
desarrollo Miembros.

PARTE II

Artículo 16

Comité de Prácticas Antidumping

16.1 En virtud del presente Acuerdo se establece un Comité de Prácticas Antidumping


(denominado en este Acuerdo el "Comité") compuesto de representantes de cada uno de los
Miembros. El Comité elegirá a su Presidente y se reunirá por lo menos dos veces al año y siempre
que lo solicite un Miembro según lo previsto en las disposiciones pertinentes del presente Acuerdo.
El Comité desempeñará las funciones que le sean atribuidas en virtud del presente Acuerdo o por los
Miembros, y dará a éstos la oportunidad de celebrar consultas sobre cualquier cuestión relacionada
con el funcionamiento del Acuerdo o la consecución de sus objetivos. Los servicios de secretaría del
Comité serán prestados por la Secretaría de la OMC.

16.2 El Comité podrá establecer los órganos auxiliares apropiados.

16.3 En el desempeño de sus funciones, el Comité y los órganos auxiliares podrán consultar a
cualquier fuente que consideren conveniente y recabar información de ésta. Sin embargo, antes de
recabar información de una fuente que se encuentre bajo la jurisdicción de un Miembro, el Comité o,
en su caso, el órgano auxiliar lo comunicará al Miembro interesado. Habrá de obtener el
consentimiento del Miembro y de toda empresa que haya de consultar.

16.4 Los Miembros informarán sin demora al Comité de todas las medidas antidumping que
adopten, ya sean preliminares o definitivas. Esos informes estarán a disposición en la Secretaría para
que puedan examinarlos los demás Miembros. Los Miembros presentarán también informes
semestrales sobre todas las medidas antidumping que hayan tomado durante los seis meses
precedentes. Los informes semestrales se presentarán con arreglo a un modelo uniforme convenido.

16.5 Cada Miembro notificará al Comité: a) cuál es en él la autoridad competente para iniciar y
llevar a cabo las investigaciones a que se refiere el artículo 5 y b) los procedimientos internos que en
él rigen la iniciación y desarrollo de dichas investigaciones.

Artículo 17

Consultas y solución de diferencias

17.1 Salvo disposición en contrario en el presente artículo, será aplicable a las consultas y a la
solución de diferencias en el marco del presente Acuerdo el Entendimiento sobre Solución de
Diferencias.

17.2 Cada Miembro examinará con comprensión las representaciones que le formule otro Miembro
con respecto a toda cuestión que afecte al funcionamiento del presente Acuerdo y brindará
oportunidades adecuadas para la celebración de consultas sobre dichas representaciones.

17.3 Si un Miembro considera que una ventaja resultante para él directa o indirectamente del
presente Acuerdo se halla anulada o menoscabada, o que la consecución de uno de los objetivos del
mismo se ve comprometida, por la acción de otro u otros Miembros, podrá, con objeto de llegar a una
solución mutuamente satisfactoria de la cuestión, pedir por escrito la celebración de consultas con el
Miembro o Miembros de que se trate. Cada Miembro examinará con comprensión toda petición de
consultas que le dirija otro Miembro.

17.4 Si el Miembro que haya pedido las consultas considera que las consultas celebradas en virtud
del párrafo 3 no han permitido hallar una solución mutuamente convenida, y si la autoridad
competente del Miembro importador ha adoptado medidas definitivas para percibir derechos
antidumping definitivos o aceptar compromisos en materia de precios, podrá someter la cuestión al
Órgano de Solución de Diferencias ("OSD"). Cuando una medida provisional tenga una repercusión
significativa y el Miembro que haya pedido las consultas estime que la medida ha sido adoptada en
contravención de lo dispuesto en el párrafo 1 del artículo 7, ese Miembro podrá también someter la
cuestión al OSD.

17.5 El OSD, previa petición de la parte reclamante, establecerá un grupo especial para que
examine el asunto sobre la base de:

i) una declaración por escrito del Miembro que ha presentado la petición, en la que
indicará de qué modo ha sido anulada o menoscabada una ventaja resultante para él
directa o indirectamente del presente Acuerdo, o bien que está comprometida la
consecución de los objetivos del Acuerdo, y
ii) los hechos comunicados de conformidad con los procedimientos internos apropiados
a las autoridades del Miembro importador.

17.6 El grupo especial, en el examen del asunto al que se hace referencia en el párrafo 5:

i) al evaluar los elementos de hecho del asunto, determinará si las autoridades han
establecido adecuadamente los hechos y si han realizado una evaluación imparcial y
objetiva de ellos. Si se han establecido adecuadamente los hechos y se ha realizado
una evaluación imparcial y objetiva, no se invalidará la evaluació n, aun en el caso de
que el grupo especial haya llegado a una conclusión distinta;

ii) interpretará las disposiciones pertinentes del Acuerdo de conformidad con las reglas
consuetudinarias de interpretación del derecho internacional público. Si el grupo
especial llega a la conclusión de que una disposición pertinente del Acuerdo se presta
a varias interpretaciones admisibles, declarará que la medida adoptada por las
autoridades está en conformidad con el Acuerdo si se basa en alguna de esas
interpretaciones admisibles.

17.7 La información confidencial que se proporcione al grupo especial no será revelada sin la
autorización formal de la persona, organismo o autoridad que la haya facilitado. Cuando se solicite
dicha información del grupo especial y éste no sea autorizado a comunicarla, se suministrará un
resumen no confidencial de la misma, autorizado por la persona, organismo o autoridad que la haya
facilitado.

PARTE III

Artículo 18

Disposiciones finales

18.1 No podrá adoptarse ninguna medida específica contra el dumping de las exportaciones de otro
Miembro si no es de conformidad con las disposiciones del GATT de 1994, según se interpretan en el
presente Acuerdo.24

18.2 No podrán formularse reservas respecto de ninguna de las disposiciones del presente Acuerdo
sin el consentimiento de los demás Miembros.

18.3 A reserva de lo dispuesto en los apartados 3.1 y 3.2, las disposiciones del presente Acuerdo
serán aplicables a las investigaciones y a los exámenes de medidas existentes iniciados como
consecuencia de solicitudes que se hayan presentado en la fecha de entrada en vigor del Acuerdo
sobre la OMC para el Miembro de que se trate o con posterioridad a esa fecha.

18.3.1 En lo que respecta al cálculo de los márgenes de dumping en el procedimiento de


devolución previsto en el párrafo 3 del artículo 9, se aplicarán las reglas
utilizadas en la última determinación o reexamen de la existencia de
dumping.

18.3.2 A los efectos del párrafo 3 del artículo 11, se considerará que las medidas
antidumping existentes se han establecido en una fecha no posterior a la
fecha de entrada en vigor del Acuerdo sobre la OMC para el Miembro de que
se trate, salvo en caso de que la legislación nacional de ese Miembro en vigor
en esa fecha ya contuviese una cláusula del tipo previsto en el párrafo
mencionado.

24
Esta cláusula no pretende excluir la adopción de medidas al amparo de otras disposiciones
pertinentes del GATT de 1994, según proceda.
18.4 Cada Miembro adoptará todas las medidas necesarias, de carácter general o particular, para
asegurarse de que, a más tardar en la fecha en que el Acuerdo sobre la OMC entre en vigor para él,
sus leyes, reglamentos y procedimientos administrativos estén en conformidad con las disposiciones
del presente Acuerdo según se apliquen al Miembro de que se trate.

18.5 Cada Miembro informará al Comité de toda modificación de sus leyes y reglamentos
relacionados con el presente Acuerdo y de la aplicación de dichas leyes y reglamentos.

18.6 El Comité examinará anualmente la aplicación y funcionamiento del presente Acuerdo habida
cuenta de sus objetivos. El Comité informará anualmente al Consejo del Comercio de Mercancías
sobre las novedades registradas durante los períodos que abarquen los exámenes.

18.7 Los anexos del presente Acuerdo forman parte integrante del mismo.

ANEXO I

PROCEDIMIENTO QUE DEBE SEGUIRSE EN LAS


INVESTIGACIONES IN SITU REALIZADAS
CONFORME AL PÁRRAFO 7 DEL ARTÍCULO 6

1. Al iniciarse una investigación, se deberá informar a las autoridades del Miembro exportador y
a las empresas de las que se sepa están interesadas de la intención de realizar investigaciones in situ.

2. Cuando, en circunstancias excepcionales, se prevea incluir en el equipo investigador a


expertos no gubernamentales, se deberá informar de ello a las empresas y autoridades del Miembro
exportador. Esos expertos no gubernamentales deberán ser pasibles de sanciones eficaces si
incumplen las prescripciones relacionadas con el carácter confidencial de la información.

3. Se deberá considerar práctica normal la obtención del consentimiento expreso de las empresas
interesadas del Miembro exportador antes de programar definitivamente la visita.

4. En cuanto se haya obtenido el consentimiento de las empresas interesadas, la autoridad


investigadora deberá comunicar a las autoridades del Miembro exportador los nombres y direcciones
de las empresas que han de visitarse y las fechas convenidas.

5. Se deberá advertir de la visita a las empresas de que se trate con suficiente antelación.

6. Únicamente deberán hacerse visitas para explicar el cuestionario cuando lo solicite una
empresa exportadora. Tal visita sólo podrá realizarse si a) las autoridades del Miembro importador lo
notifican a los representantes del Miembro de que se trate y b) éstos no se oponen a la visita.

7. Como la finalidad principal de la investigación in situ es verificar la información recibida u


obtener más detalles, esa investigación se deberá realizar después de haberse recibido la respuesta al
cuestionario, a menos que la empresa esté de acuerdo en lo contrario y la autoridad investigadora
informe de la visita prevista al gobierno del Miembro exportador y éste no se oponga a ella; además,
se deberá considerar práctica normal indicar a las empresas interesadas, con anterioridad a la visita, la
naturaleza general de la información que se trata de verificar y qué otra información es preciso
suministrar, si bien esto no habrá de impedir que durante la visita, y a la luz de la información
obtenida, se soliciten más detalles.

8. Siempre que sea posible, las respuestas a las peticiones de información o a las preguntas que
hagan las autoridades o las empresas de los Miembros exportadores y que sean esenciales para el buen
resultado de la investigación in situ deberán darse antes de que se efectúe la visita.

ANEXO II
MEJOR INFORMACIÓN DISPONIBLE EN EL SENTIDO DEL
PÁRRAFO 8 DEL ARTÍCULO 6

1. Lo antes posible después de haber iniciado la investigación, la autoridad investigadora deberá


especificar en detalle la información requerida de cualquier parte directamente interesada y la manera
en que ésta deba estructurarla en su respuesta. Deberá además asegurarse de que la parte sabe que, si
no facilita esa información en un plazo prudencial, la autoridad investigadora quedará en libertad para
basar sus decisiones en los hechos de que tenga conocimiento, incluidos los que figuren en la solicitud
de iniciación de una investigación presentada por la rama de producción nacional.

2. Las autoridades podrán pedir además que una parte interesada facilite su respuesta en un
medio determinado (por ejemplo, en cinta de computadora) o en un lenguaje informático determinado.
Cuando hagan esa petición, las autoridades deberán tener en cuenta si la parte interesada tiene
razonablemente la posibilidad de responder en el medio o en el lenguaje informático preferidos y no
deberán pedir a la parte que, para dar su respuesta, utilice un sistema de computadora distinto del
usado por ella. Las autoridades no deberán mantener una petición de respuesta informatizada si la
parte interesada no lleva una contabilidad informatizada y si la presentación de la respuesta en la
forma pedida fuese a dar lugar a una carga adicional fuera de razón para la parte interesada, como
puede ser un aumento desproporcionado de los costos y molestias. Las autoridades no deberán
mantener una petición de respuesta en un determinado medio o lenguaje informático si la parte
interesada no lleva una contabilidad informatizada en ese medio o lenguaje informático y si la
presentación de la respuesta en la forma pedida fuese a dar lugar a una carga adicional fuera de razón
para la parte interesada, como puede ser un aumento desproporcionado de los costos y molestias.

3. Al formular las determinaciones deberá tenerse en cuenta toda la información verificable,


presentada adecuadamente de modo que pueda utilizarse en la investigación sin dificultades
excesivas, facilitada a tiempo y, cuando proceda, en un medio o lenguaje informático que hayan
solicitado las autoridades. Cuando una parte no responda en el medio o lenguaje informático
preferidos pero las autoridades estimen que concurren las circunstancias a que hace referencia el
párrafo 2 supra, no deberá considerarse que el hecho de que no se haya respondido en el medio o
lenguaje informático preferidos entorpece significativamente la investigación.

4. Cuando las autoridades no puedan procesar la información si ésta viene facilitada en un


medio determinado (por ejemplo, en cinta de computadora), la información deberá facilitarse en
forma de material escrito o en cualquier otra forma aceptable por las mismas.

5. Aunque la información que se facilite no sea óptima en todos los aspectos, ese hecho no será
justificación para que las autoridades la descarten, siempre que la parte interesada haya procedido en
toda la medida de sus posibilidades.

6. Si no se aceptan pruebas o informaciones, la parte que las haya facilitado deberá ser
informada inmediatamente de las razones que hayan inducido a ello y deberá tener oportunidad de
presentar nuevas explicaciones dentro de un plazo prudencial, teniendo debidamente en cuenta los
plazos fijados para la investigación. Si las autoridades consideran que las explicaciones no son
satisfactorias, en cualesquiera determinaciones que se publiquen se expondrán las razones por las que
se hayan rechazado las pruebas o las informaciones.

7. Si las autoridades tienen que basar sus conclusiones, entre ellas las relativas al valor normal,
en información procedente de una fuente secundaria, incluida la información que figure en la solicitud
de iniciación de la investigación, deberán actuar con especial prudencia. En tales casos, y siempre
que sea posible, deberá n comprobar la información a la vista de la información de otras fuentes
independientes de que dispongan -tales como listas de precios publicadas, estadísticas oficiales de
importación y estadísticas de aduanas- y de la información obtenida de otras partes interesadas
durante la investigación. Como quiera que sea, es evidente que si una parte interesada no coopera, y
en consecuencia dejan de comunicarse a las autoridades informaciones pertinentes, ello podría
conducir a un resultado menos favorable para esa parte que si hubiera cooperado.
MÓDULO 

La Organización Mundial del 
Comercio 
TIEMPO PREVISTO: 1 hora y 30 minutos 

OBJETIVOS DEL MÓDULO 1 

§  presentar una sinopsis de los antecedentes históricos de la OMC 

§  presentar los objetivos y algunos nuevos principios básicos de la OMC; 

§  explicar la función y la estructura orgánica de la OMC; y 

§  presentar las negociaciones iniciadas en el Programa de Doha para el Desarrollo. 
I.  ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA OMC 

LA HISTORIA EN BREVE 

Desde  1948  hasta  1994,  el  Acuerdo  General  sobre  Aranceles  Aduaneros  y  Comercio  (GATT)  estableció  las 
reglas  aplicables  a  una  gran  parte  del  comercio  mundial.    A  pesar  de  su  apariencia  de  solidez,  el  GATT  fue 
durante esos 47 años un acuerdo de carácter provisional asistida solamente por una organización "de facto". 

El  GATT  ayudó  a  establecer  un  sistema  multilateral  de  comercio  que  se  hizo  cada  vez  más  liberal  mediante 
rondas sucesivas de negociaciones comerciales. Las negociaciones en el marco del GATT condujeron a la Ronda 
Uruguay y, en definitiva, condujeron a la creación de la Organización Mundial del Comercio en 1995. 

RONDAS DE NEGOCIACIONES COMERCIALES 

Año  Lugar/denominación  Temas abarcados  Países 

1947  Ginebra  Aranceles  23 

1949  Annecy  Aranceles  13 

1951  Torquay  Aranceles  38 

1956  Ginebra  Aranceles  26 

1960­1961  Ginebra ­ Ronda Dillon  Aranceles  26 

1964­1967  Ginebra.­ Ronda Kennedy  Aranceles  y  medidas  62 


antidumping 

1973­1979  Ginebra ­ Ronda de Tokio  Aranceles,  medidas  no  102 


arancelarias  y  acuerdos 
relativos al marco jurídico 

1986­1994  Ginebra ­ Ronda Uruguay  Aranceles,  medidas  no  123 


arancelarias,  normas, 
servicios,  propiedad 
intelectual,  solución  de 
diferencias,  textiles, 
agricultura,  creación  de 
la OMC, etc. 

EN DETALLE... 

El proyecto de establecer un sistema multilateral de comercio para negociar la disminución de los derechos de 
aduana y la reducción  o eliminación de otros  obstáculos al  comercio para estimular  la expansión del comercio 
mundial nació en los años cuarenta. 

Iba dirigido a avanzar en dos vías 

ú  la Creación de la Organización Internacional de Comercio (OIC) y 

ú  el lanzamiento de negociaciones arancelarias multilaterales; que impliquen la redacción de una "provisión" 
legal vinculante en materia arancelaria bajo el "Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio" 
(GATT)
El GATT había sido  redactado, pero nunca se creó la OIC.  Sin embargo, se estableció la Comisión Interina de 
la Organización Internacional de Comercio (ICITO) y ejerció las funciones de Secretaría de facto de las Partes 
contratantes del GATT. 

Entre 1947 y 1994, las Partes Contratantes organizaron ocho rondas de negociaciones. Las principales fueron: 

ú  La Ronda Kennedy (1964­1967): 

ú  reducción sustancial de los obstáculos arancelarios. 

ú  La Ronda de Tokio (1973­1979): 

ú  primeras negociaciones sobre obstáculos no arancelarios 

ú  códigos plurilaterales, y 

ú  la cláusula de habilitación (la primera decisión importante relativa al trato diferenciado y la no 
reciprocidad para los países en desarrollo). 

ú  La Ronda Uruguay (1986­1994): 

ú  creación de la OMC 

ú  transformación de los códigos plurilaterales de la Ronda de Tokio en acuerdos 

ú  multilaterales 

ú  sistema reforzado de solución de diferencias 

ú  incorporación de los nuevos acuerdos sobre el comercio de servicios y los aspectos de los derechos de 
propiedad intelectual  relacionados con el comercio que ampliaron considerablemente el alcance del 
sistema multilateral de comercio. 

Los participantes en la Ronda Uruguay de negociaciones comerciales multilaterales concluyeron la Ronda con la 
adopción del "Acta Final en que se incorporan los resultados de la Ronda Uruguay de negociaciones comerciales 
multilaterales"  (el  Acta  Final).  El  Acta  Final  incluía  el  "Acuerdo  de  Marrakech  por  el  que  se  establece  la 
Organización Mundial del Comercio" (el Acuerdo sobre la OMC). 

El  Acuerdo  sobre  la  OMC  estableció  una  nueva  entidad  orgánica,  la  Organización  Mundial  del  Comercio  (la 
OMC), para administrar los Acuerdos de la Ronda Uruguay. 

II.  OBJETIVOS DE LA OMC 

EN BREVE: 

En el preámbulo del Acuerdo de Marrakech por el que se establece la OMC, las partes en el Acuerdo reconocen 
determinados objetivos que desean alcanzar mediante el sistema multilateral de comercio: 

ú  elevar los niveles de vida, 

ú  lograr el pleno empleo 

ú  lograr un volumen considerable y en constante aumento de ingresos reales y demanda efectiva, y 

ú  acrecentar la producción y el comercio de bienes y servicios, permitiendo al mismo tiempo la utilización
óptima de los recursos mundiales de conformidad con el objetivo de un desarrollo sostenible. 

El Acuerdo también reconoce que es necesario "realizar esfuerzos positivos para que los países en desarrollo, y 
especialmente  los  menos  adelantados,  obtengan  una  parte  del  incremento  del  comercio  internacional  que 
corresponda a … su desarrollo económico". 

EN DETALLE... 

En el Preámbulo del Acuerdo sobre la OMC se enuncian sus objetivos.  En él se establece lo siguiente: 

"Las Partes en el presente Acuerdo 

Reconociendo que sus relaciones en la esfera de la actividad comercial y económica deben tender a elevar 
los  niveles  de  vida  a  lograr  el  pleno  empleo  y  un  volumen  considerable  y  en  constante  aumento  de 
ingresos  reales  y  demanda  efectiva  y  a  acrecentar  la  producción  y  el  comercio  de  bienes  y  servicios 
permitiendo  al  mismo  tiempo  la  utilización  óptima  de  los  recursos  mundiales  de  conformidad  con  el 
objetivo de un desarrollo sostenible y procurando proteger y preservar el medio ambiente e incrementar 
los  medios  para  hacerlo  de  manera  compatible  con  sus  respectivas  necesidades  e  intereses  según  los 
diferentes niveles de desarrollo económico 

Reconociendo  además  que  es  necesario  realizar  esfuerzos  positivos  para  que  los  países  en  desarrollo  y 
especialmente los menos adelantados obtengan una parte del incremento del comercio internacional que 
corresponda a las necesidades de su desarrollo económico 

Deseosas  de  contribuir  al  logro  de  estos  objetivos  mediante  la  celebración  de  acuerdos  encaminados  a 
obtener  sobre  la  base  de  la  reciprocidad  y  de  mutuas  ventajas  la  reducción  sustancial  de  los  aranceles 
aduaneros y de los demás obstáculos al comercio así  como  la eliminación del trato discriminatorio en las 
relaciones comerciales internacionales …" 

Los objetivos de la OMC no son fundamentalmente diferentes de los objetivos contenidos en el preámbulo del 
GATT de 1947.  Sin embargo, es importante señalar los dos puntos siguientes: 

Aunque los objetivos de la OMC no mencionan la liberalización del comercio como un medio para establecer el 
libre  comercio  entre  los  Miembros,  los  redactores  consideraron  que  "la  reducción  sustancial  de  los  aranceles 
aduaneros  y  de  los  demás  obstáculos  al  comercio,  así  como  la  eliminación  del  trato  discriminatorio  en  las 
relaciones comerciales internacionales", eran pasos importantes para el logro de esos objetivos. 

Un segundo medio para alcanzar los objetivos señalados es la práctica de los Miembros de celebrar "acuerdos 
[…] a base de reciprocidad y de mutuas ventajas", como se menciona en el texto del GATT de 1947. 

En consecuencia, la OMC añade tres nuevas dimensiones a los objetivos contenidos en el preámbulo del GATT 
de 1947, a saber: 

ú  la expansión de "la producción y el comercio de bienes y servicios" para tomar en consideración la 
ampliación de los temas abarcados por la OMC.  Es decir mientras que el GATT abarcaba el comercio
de mercancías en el marco de la OMC se amplió la cobertura a otra esfera el comercio de servicios 
(véase el AGCS); 

ú  "el objetivo de un desarrollo sostenible […] procurando proteger y preservar el medio ambiente e 
incrementar los medios para hacerlo …"; 

ú  la "dimensión de desarrollo", destinada a ayudar a que "... los países en desarrollo, y especialmente 
los menos adelantados, obtengan una parte del incremento del comercio internacional que 
corresponda a las necesidades de su desarrollo económico".
III. FUNCIONES DE LA OMC 

EN BREVE: 

Para lograr sus objetivos, la OMC: 

ú  administra acuerdos comerciales entre sus Miembros; 

ú  sirve de foro para las negociaciones comerciales; 

ú  resuelve diferencias comerciales; 

ú  examina las políticas comerciales de los Miembros; 

ú  ayuda a los países en desarrollo en las cuestiones de política comercial, prestándoles asistencia técnica y 
organizando programas de formación; y 

ú  coopera con otras organizaciones internacionales. 

EN DETALLE... 

El artículo III del Acuerdo sobre la OMC explica las funciones de la OMC, a saber: 

1.  "La  OMC  facilitará  la  aplicación,  administración  y  funcionamiento  del  presente  Acuerdo  y  de  los 
Acuerdos  Comerciales  Multilaterales  y  favorecerá  la  consecución  de  sus  objetivos,  y  constituirá 
también  el  marco  para  la  aplicación,  administración  y  funcionamiento  de  los  Acuerdos  Comerciales 
Plurilaterales." 

2.  "La OMC será el foro para las negociaciones entre sus Miembros acerca de sus relaciones comerciales 
multilaterales en  asuntos  tratados en  el  marco de  los acuerdos incluidos en  los Anexos del  presente 
Acuerdo…" 

3.  "La  OMC  podrá  también  servir  de  foro  para  ulteriores  negociaciones  entre  sus  Miembros  acerca  de 
sus  relaciones  comerciales  multilaterales,  y  de  marco  para  la  aplicación  de  los  resultados  de  esas 
negociaciones, según decida la Conferencia Ministerial." 

Estos  párrafos  hacen  referencia  al  papel  de  la  OMC  en  tanto  que  foro  institucional  permanente  para  las 
negociaciones comerciales entre  los Miembros.   Esas negociaciones pueden  versar  sobre  temas ya  abarcados 
bajo los acuerdos de la  OMC o  sobre "nuevas cuestiones",  para someterlas a las disciplinas de acuerdos de la 
OMC.

4.  "La OMC administrará el Entendimiento relativo a las normas y procedimientos por los que se rige la 
solución  de  diferencias  (denominado  en  adelante  "Entendimiento  sobre  Solución  de  Diferencias"  o 
"ESD") que figura en el Anexo 2 del presente Acuerdo."
Este  párrafo  se  refiere  a  la  función  que  cumple  la  OMC  como  foro  para  la  solución  de  diferencias  entre  sus 
Miembros,  de  conformidad  con  las  disciplinas  y  procedimientos  desarrollados  en  el  Entendimiento  sobre 
Solución de  Diferencias (Anexo  2  del  Acuerdo  sobre  la  OMC).    Cuando  los  Miembros no  pueden  alcanzar una 
solución  mutuamente  aceptable  de  una  diferencia  surgida  en  el  ámbito  de  uno  de  los  Acuerdos  bajo  el 
Entendimiento sobre Solución de Diferencias, pueden recurrir al procedimiento de solución de diferencias. 

5.  "La OMC administrará el Mecanismo de Examen de las Políticas Comerciales (denominado en adelante 
"MEPC") establecido en el Anexo 3 del presente Acuerdo." 

Esta  función  subraya  el  papel  desempeñado  por  la  OMC  en  el  contexto  del  mecanismo  de  transparencia 
concebido por los Miembros durante la Ronda Uruguay.  El Mecanismo de Examen de Política Comercial (MEPC) 
era  uno  de  los  pocos  elementos  del  Acuerdo  sobre  la  OMC  que  formaban  parte  de  la  "cosecha  temprana" 
obtenida  antes  de  la  conclusión  de  la  Ronda  Uruguay.  "Cosecha  temprana"  es  un  concepto  (también 
denominado  "primer  resultado"  o  "resultado  inicial")  que  fue  utilizado  en  las  negociaciones  de  la  Ronda 
Uruguay cuando en el "balance a mitad de período" de la Reunión Ministerial, celebrada en Montreal en 1988, 
las  Partes  Contratantes  del  GATT  acordaron  que  entrasen  en  vigor  inmediatamente,aunque  con  carácter 
provisional,  algunos  resultados  de  las  negociaciones  sobre  los  que  ya  existía  un  claro  consenso.    En  otras 
palabras, se cosecharían algunos frutos tempranos (de las negociaciones). 

6.  "Con  el  fin  de  lograr  una  mayor  coherencia  en  la  formulación  de  las  políticas  económicas  a  escala 
mundial  la  OMC  cooperará    según  proceda  con  el  Fondo  Monetario  Internacional  y  con  el  Banco 
Internacional de Reconstrucción y Fomento y sus organismos conexos." 

Esta cita final identifica un aspecto que los Miembros necesitan considerar cuando entablen negociaciones para 
diseñar  un  marco  regulador  internacional.    Podrían  cooperar  con  otros  organismos  multilaterales.  Parece  ser 
también  una  referencia  implícita  al  período  en  que,  en  el  contexto  de  la  Conferencia  de  La  Habana,  muchos 
participantes consideraban que se podía establecer una OIC amparada por las Naciones Unidas, junto al FMI y 
el  Banco  Mundial.  Se  preveía  que  la  OIC  fuera  el  tercer  pilar  de  un  sistema  establecido  para  conformar  las 
relaciones económicas internacionales en el período de reconstrucción de la posguerra, el denominado sistema 
de Bretton Woods. 

AUTOEVALUACIÓN: 

1.  ¿Cuál es el objetivo principal de la OMC? 

2.  ¿Cuáles son las principales funciones de la OMC?
ESTRUCTURA ORGÁNICA DE LA OMC 

Con  una  red  tan  densa  de  disposiciones  jurídicas  y  procedimientos  para  regir  sus  transacciones  comerciales, 
los  Miembros  de  la  OMC  establecieron  una  estructura  de  trabajo  en  la  Organización  que  les  permitiera 
supervisar la aplicación y el desarrollo del sistema. 

Figure 1 
El Consejo General se reúne también en calidad de Órgano de Examen de las Políticas Comerciales y Órgano de 
Solución de Diferencias.  Las negociaciones cuya celebración está prevista en la Declaración de Doha se llevan 
a  cabo  en  el  Comité  de  Negociaciones  Comerciales  (CNC)  y  sus órganos  subsidiarios. Entre  éstas  se  incluyen 
ahora las negociaciones sobre la agricultura y los servicios que se iniciaron a comienzos de 2000. El CNC opera 
bajo la autoridad del Consejo General. 

El Acuerdo sobre la OMC contiene disposiciones conforme a las cuales se organiza la labor de la Organización. 
Los  Miembros  adoptan  sus  decisiones  basadas  en  el  consenso  en  varios  órganos,  abiertos  a  todos  los 
Miembros.  La "estructura jurídica" de la OMC se muestra en el diagrama. 

A.  LA CONFERENCIA MINISTERIAL 

La Conferencia Ministerial reviste la máxima autoridad en la OMC.  Sus períodos de sesiones han de celebrarse 
al  menos  una  vez  cada  dos  años.    La  Conferencia  Ministerial  puede  adoptar  decisiones  sobre  todas  las 
cuestiones abarcadas por cualquiera de los acuerdos comerciales multilaterales.  La cronología de los períodos 
de sesiones de la Conferencia Ministerial es la siguiente: 

1.  DICIEMBRE DE 1996/PRIMER PERÍODO DE SESIONES/SINGAPUR 
(SINGAPUR) 
Los  Ministros  adoptaron  la  Declaración  Ministerial  de  Singapur  por  la  que  reforzaban  su  compromiso  de 
respetar las  normas de la  OMC en  sus relaciones comerciales.  Los Ministros decidieron iniciar conversaciones 
exploratorias en cuatro esferas, que posteriormente pasaron a denominarse: 

También  adoptaron  un  Plan  de  Acción  amplio e  integrado de 


IMPORTANTE: 
la  OMC  para  los  países  menos  adelantados  (PMA),  que  se 
Temas de Singapur:  convirtió en la base de un esfuerzo coordinado por facilitar la 
ú  comercio e inversiones,  integración  de  los  PMA  en  la  economía  mundial.    Esta 
iniciativa vino  seguida de una Reunión de Alto Nivel sobre la 
ú  comercio y política de competencia, 
asistencia  a  los  PMA  (en  1997)  que  condujo  al 
ú  facilitación del comercio, y  establecimiento  del  Marco  Integrado  para  la  asistencia  al 
desarrollo. 
ú  transparencia de la contratación pública.

Varios Ministros adoptaron además un instrumento plurilateral, la Declaración Ministerial sobre el Comercio de 
Productos  de  Tecnología  de  la  Información    (denominada  posteriormente  la  iniciativa  del  ATI),  cuyo  objetivo 
era la expansión del comercio de productos de tecnología de la información. 

En  virtud  de  ese  instrumento,  las  partes han  adoptado  decisiones unilaterales  encaminadas  a  mejorar  (sobre 
una base NMF) las condiciones de acceso a los mercados para dichos productos. 

2.  MAYO DE 1998/SEGUNDO PERÍODO DE SESIONES/GINEBRA (SUIZA) 


Los  Ministros  adoptaron  una  Declaración  Ministerial  en  la  que  se  subrayaba  la  importancia  del  sistema 
multilateral de comercio basado en normas, conmemoraron el cincuentenario de dicho sistema, y reafirmaron 
los compromisos y evaluaciones hechos en Singapur. 

Los  Ministros  también  adoptaron  una  Declaración  sobre  el  comercio  electrónico  mundial,  que  dio  inicio  a  los 
debates  sobre  un  programa  de  trabajo  global  destinado  a  examinar  todas  las  cuestiones  planteadas  en  el 
comercio electrónico mundial.  Los Ministros también se comprometieron a mantener la práctica de no imponer 
derechos de aduana sobre las transacciones electrónicas. 

3.  NOVIEMBRE‑DICIEMBRE DE 1999/TERCER PERÍODO DE 
SESIONES/SEATTLE (ESTADOS UNIDOS) 
Los Ministros no lograron adoptar ninguna Decisión ni Declaración. 

4.  NOVIEMBRE DE 2001/CUARTO PERÍODO DE SESIONES/DOHA 
(QATAR) 
Los  Ministros  adoptaron  una  Declaración  Ministerial  que  puso  en  marcha  el  "Programa  de  Doha  para  el 
Desarrollo"  (PDD)  y  estableció  un  programa  de  trabajo  para  las  negociaciones.    Las  negociaciones  del  PDD 
abarcan  las  que  ya  estaban  previstas  en  varias  disposiciones  contenidas  en  el  Acuerdo  sobre  la  OMC  y  sus 
Anexos (el denominado programa incorporado) y negociaciones sobre otros temas, para las cuales los Ministros 
presentes  en  Doha  adoptaron  el  mandato  de  negociación.    El  PDD  contiene  una  serie  de  plazos  para  la 
consecución de diversos objetivos. 

Los Ministros también adoptaron una Declaración relativa al Acuerdo sobre los ADPIC y la Salud Pública, en la 
que aclararon la relación entre la necesidad de proteger los derechos de propiedad intelectual y el derecho de 
los gobiernos a proteger la salud pública. 

Además, los Ministros adoptaron  una  Decisión  sobre  las  cuestiones  y  preocupaciones relativas  a  la  aplicación, 


relacionada  con  las  dificultades  encontradas  por  varios  Miembros  en  el  contexto  de  la  aplicación  de  diversas 
disposiciones del Acuerdo sobre la OMC y de sus Anexos. 

También  se  adoptaron  otras  Decisiones  en  el  contexto  del  cuarto  período  de  sesiones  de  la  Conferencia 
Ministerial. 

5.  SEPTIEMBRE DE 2003/QUINTO PERÍODO DE SESIONES/CANCÚN 
(MÉXICO) 
La  principal  tarea  de  este  período  de  sesiones  era  hacer  balance  de  los  progresos  en  las  negociaciones  y  en 
otras esferas en el marco del Programa de Doha para el Desarrollo. 

Los Ministros adoptaron una comunicación en la que reafirmaron el compromiso de completar las negociaciones 
previstas en el Programa de Doha para el Desarrollo.
Sin embargo, no pudieron llegar a un consenso sobre la forma de continuar las negociaciones en esferas clave 
como  la  agricultura.    Tampoco  hubo  acuerdo  entre  los  Miembros  acerca  de  las  modalidades  que  habían  de 
adoptarse para las negociaciones sobre los temas de Singapur y los productos no agrícolas. 

6.  DICIEMBRE DE 2005/ SEXTO PERÍODO DE SESIONES/ HONG KONG 
La Sexta Conferencia Ministerial de la OMC se celebró en Hong Kong, China, del 13 al 18 de diciembre de 2005. 

La declaración Ministerial se acordó después de varios días de reuniones que se prolongaron hasta altas horas 
de la noche;  las dos últimas, hasta la madrugada. 

Ahora  que  el  documento  de  44  páginas  ya  está  acordado,  los  Miembros  se  enfrentan  a  una  intensa  presión 
para  completar  las  "modalidades  plenas"  en  materia  de  agricultura  y  de  acceso  a  los  mercados  para  los 
productos no agrícolas antes del 30 de abril de 2006, que es el nuevo plazo que se han fijado. 

En  comparación  con  el  proyecto  que  se  envió  de  Ginebra  a  Hong  Kong,  varias  cuestiones  han  quedado 
resueltas o resueltas en parte.  La más clara es el acuerdo para eliminar las subvenciones a la exportación de 
los  productos  agrícolas  para  2013,  lo  que  sólo  pudo  acordarse  en  los  últimos  minutos,  y  los  Miembros 
expresaron su reconocimiento a la Unión Europea, que tuvo las mayores dificultades en esta cuestión. 

La  declaración  aclara  que  la  fecha  convenida  es  condicional.    Se  deben  evitar  las  escapatorias  para  que  no 
haya  subvenciones  a  la  exportación  encubiertas  en  los  créditos,  la  ayuda  alimentaria  y  las  ventas  realizadas 
por las empresas exportadoras del Estado. 

En el caso del algodón, la eliminación se adelantó para finales de 2006.  Además, las exportaciones de algodón 
provenientes de los países menos adelantados podrán entrar libres de derechos o de contingentes a los países 
desarrollados  desde  el  principio  del  período  para  la  aplicación  del  nuevo  acuerdo  sobre  la  agricultura.    Los 
Ministros  también  han  convenido  en  tratar  de  disminuir  las  subvenciones  nacionales  al  algodón  que 
distorsionan el comercio en mayor medida de lo que sería normalmente el caso en virtud del nuevo acuerdo, y 
en hacerlo más rápidamente. 

Las dos partes que intervinieron en la negociación de este difícil tema se expresaron mutuo reconocimiento por 
lo que describieron  como el espíritu del compromiso:  los Estados Unidos y los cuatro países que presionaron 
para alcanzar un acuerdo sobre el algodón (Benin, Burkina Faso, el Chad y Malí). 

Diversas  otras cuestiones específicas  se  han  acordado  en  materia  de  agricultura,  acceso  a  los mercados para 
los productos no agrícolas y servicios. 

B.  EL CONSEJO GENERAL 

El Consejo General constituye el segundo nivel de la estructura de la OMC.  Está compuesto por representantes 
de  todos  los  países  Miembros,  normalmente  a  nivel  de  Embajadores  o  Representantes  Permanentes  basados 
en  Ginebra.    Se  reúne  con  regularidad  (aproximadamente  una  vez  al  mes)  para  adoptar  decisiones,  en  la 
mayor  parte  de  los  casos  en  ejercicio  de  las  funciones  de  la  Conferencia  Ministerial  cuando  ésta  no  está 
reunida. 

El Consejo General se reúne también como:
Órgano de Examen de las Políticas Comerciales (OEPC), con un Presidente distinto, para realizar los exámenes 
de  las  políticas  comerciales  previstos  en  la  Decisión  sobre  el  Mecanismo  de  Examen  de  las  Políticas 
Comerciales. 

Órgano  de  Solución  de  Diferencias  (OSD),  con  un  Presidente  distinto,  para  administrar  las  disposiciones  del 
Entendimiento relativo a las normas y procedimientos por los que se rige la solución de diferencias (ESD).  El 
OSD  tiene  facultades  para  establecer  grupos  especiales,  adoptar  los  informes  de  los  grupos  especiales  y  del 
Órgano  de  Apelación,  vigilar  la  aplicación  de  las  resoluciones y  recomendaciones y  autorizar la  suspensión  de 
concesiones  y  otras  obligaciones  previstas  en  los  Acuerdos  en  el  marco  de  los  cuales  el  OSD  puede  resolver 
litigios –los "Acuerdos abarcados"­. 

El OSD establece los grupos especiales con carácter ad hoc, a petición de un Miembro (o varios), normalmente 
con el siguiente mandato: 

... "examinar a la luz de las disposiciones pertinentes (del o de los acuerdos abarcados correspondientes) 
el asunto sometido al OSD por el Miembro reclamante y formular conclusiones que ayuden al OSD a hacer 
las recomendaciones o dictar las resoluciones previstas en dicho o dichos acuerdos". 

El OSD también designa a las personas que integrarán el Órgano de Apelación.  El Órgano de Apelación hace 
recomendaciones  al  OSD.    Los  informes  del  Órgano  de  Apelación  y  los  informes  de  los  grupos  especiales 
confirmados, modificados o revocados por el Órgano de Apelación, una vez adoptados por el OSD, pasan a ser 
vinculantes para los Miembros partes en la diferencia. 

C.  LOS CONSEJOS 

Los Consejos pueden definirse como órganos subsidiarios del Consejo General.  Son tres: 

ú  El Consejo del Comercio de Mercancías (CCM), encargado de supervisar todas las cuestiones relacionadas 
con los Acuerdos sobre el comercio de mercancías. 

ú  El Consejo del Comercio de Servicios (CCS), encargado de supervisar todas las cuestiones relacionadas 
con el AGCS. 

ú  El Consejo de los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio 
(Consejo de los ADPIC), encargado de supervisar todas las cuestiones relacionadas con el Acuerdo sobre 
los ADPIC. 

Estos  Consejos  están  compuestos  por  todos  los  Miembros  de  la  OMC  y  tienen  a  su  vez  órganos  subsidiarios 
(véase infra). 

Hay otros órganos que rinden informe al Consejo General.  Sus ámbitos de actividad se centran en cuestiones 
específicas.  Normalmente se denominan Comités o Grupos de Trabajo, y son los siguientes: 

ú  Comité de Comercio y Desarrollo (CCD); 

ú  Comité de Comercio y Medio Ambiente (CCMA); 

ú  Comité de Acuerdos Comerciales Regionales (CACR);
ú  Comité de Restricciones por Balanza de Pagos (Comité de Balanza de Pagos); y 

ú  Comité de Asuntos Presupuestarios, Financieros y Administrativos. 

D.  ÓRGANOS SUBSIDIARIOS 

Cada uno de los tres Consejos (CCM, CCS y Consejo de los ADPIC) cuenta con órganos subsidiarios. 

El CCM tiene 11 comités que se ocupan de temas específicos (por ejemplo, agricultura, acceso a los mercados, 
subvenciones, y medidas antidumping).  Estos comités también están compuestos por todos los Miembros. 

Los órganos subsidiarios del CCS se ocupan de los servicios financieros, la reglamentación nacional, las normas 
del AGCS y los compromisos específicos.  Este Consejo no  cuenta con un número fijo de órganos subsidiarios. 
Por  ejemplo,  el  Grupo  de  Negociación  sobre  Telecomunicaciones  Básicas  se  disolvió  en  febrero  de  1997  al 
concluir  su  labor.    A  pesar  de  contar  con  menos  órganos  subsidiarios  que  el  CCM,  los  que  dependen  del 
Consejo de Servicios llevan a cabo una labor más técnica que requiere un enfoque específico y conocimientos 
especializados. 

AUTOEVALUACIÓN: 

1.  Establezca el orden jerárquico entre los siguientes órganos de la OMC: 

ú  Consejo General; 

ú  Comité de Agricultura; 

ú  Consejo del Comercio de Mercancías; 

ú  Conferencia Ministerial. 

2.  Describa la función de los siguientes órganos de la OMC: 

ú  Consejo General; 

ú  Comité de Agricultura; 

ú  Consejo del Comercio de Mercancías; 

ú  Conferencia Ministerial.
E.  LA ADOPCIÓN DE DECISIONES 

El consenso frente a... 

La OMC es una Organización dirigida por sus Miembros y basada en el consenso. 

Se entiende por consenso la situación en que ningún Miembro presente en una reunión en que se adopte una 
decisión se opone formalmente a ella.  La definición figura en: 

Nota de Pie de página 1 del Artículo IX del Acuerdo de la OMC 

"Se  considerará  que  el  órgano  de  que  se  trate  ha  adoptado  una  decisión  por  consenso sobre  un  asunto 
sometido  a  su  consideración  si  ningún  Miembro  presente  en  la  reunión  en  que  se  adopte  la  decisión  se 
opone formalmente a ella". 

Este procedimiento permite que todos los Miembros se aseguren de que se tienen debidamente en cuenta sus 
intereses. 

... la votación 

Cuando no es posible alcanzar consenso, el Acuerdo sobre la OMC prevé la votación:  una votación en la que se 
gana por mayoría de los votos emitidos y que se realiza sobre la base del principio de "cada Miembro un voto". 

En  el  Acuerdo  sobre  la  OMC  se  prevee  la  votación  cuando  una  decisión    no  puede  tomarse  por consenso.  Sin 
embargo, la votación ha sido más bien ejercida en los 4 tipos de situaciones específicas siguientes. : 

Puede  adoptarse  una  interpretación  de  cualquiera  de  los  acuerdos  comerciales  multilaterales  por  mayoría  de 
tres cuartos de los Miembros de la OMC en la Conferencia Ministerial o el Consejo General. 

Por  la  misma  mayoría,  la  Conferencia  Ministerial  puede  decidir  eximir  de  una  obligación  impuesta  por  un 
acuerdo multilateral a un determinado Miembro. 

Las decisiones de enmienda de disposiciones de los acuerdos multilaterales deben ser adoptadas por todos los 
Miembros o por mayoría de dos tercios, según la naturaleza de la disposición de que se trate. 

La decisión de admitir a un nuevo Miembro se adopta por mayoría de dos tercios en la Conferencia Ministerial, 
o en el Consejo General en el período entre conferencias. 

Modo Formal y modo informal 

Los progresos importantes a  menudo,  pero no  siempre  se  hacen  en  las  reuniones formales  o  en  los Consejos 
de  nivel  superior.    Dado  que  las  decisiones  se  adoptan  generalmente  por  consenso  y  sin    votación,  las 
consultas  informales  en  el  marco  de  la  OMC  desempeñan  una  función  de  vital  importancia  en  el  proceso 
necesario para que una gran diversidad de Miembros se pongan de acuerdo.
Aparte de las reuniones formales, se celebran otras reuniones en modo informal, como las reuniones de Jefes 
de Delegación, en las que también participan todos los Miembros de la OMC,.  Los asuntos más complejos son 
propensos  a    debatirse  en  grupos  más  pequeños.    Una  práctica  habitual  adoptada  recientemente  es  que  el 
presidente de un grupo de negociación trate de forjar un compromiso mediante la celebración de consultas con 
las  distintas  delegaciones,  en  grupos  de  dos  o  tres,  o  en  grupos  de  20  a  30  (de  las  delegaciones  más 
interesadas). 

Esas reuniones más reducidas deben organizarse con gran  cuidado.  Lo esencial es asegurarse de mantener a 
todos informados de lo que está ocurriendo, aun cuando no asistan a una determinada reunión o consulta  (el 
proceso  debe  ser  "transparente"),  y  de  que  todos  tengan  oportunidad  de  participar  o  aportar  contribuciones 
(debe ser "inclusivo"). 

En  el  pasado,  las  delegaciones  tenían  a  veces  la  impresión 


Has escuchado sobre la "sala verde"? 
de  que  las  reuniones  de  la  "Sala  Verde"  podían  conducir  a 
La  "Sala  Verde" es una  expresión  tomada  del 
transacciones  llevadas  a  cabo  sin  su  aportación  o 
nombre  informal  que  se  le  daba  a  la  sala  de 
consentimiento.    Por  consiguiente,  se  hacen  esfuerzos 
conferencias  del  Director  General  del  GATT 
adicionales  para  garantizar  que  el  proceso  se  lleve  a  cabo 
que  era  verde.    Actualmente,  el  termino  se 
correctamente, con reportes regulares y enviados a todos los 
usa para  referirse a reuniones pequeñas, que 
miembros  y se presentan regularmente informes a todos los 
son  ,  a  veces  convocadas  por  el  Director 
Miembros.    Las  decisiones  han  de  adoptarlas  todos  los 
General,  y  pueden  celebrarse  en  otro  lugar, 
Miembros por consenso. 
incluso en Conferencias Ministeriales.

Las  negociaciones  sobre  el  acceso  a  los  mercados  requieren  también  grupos  reducidos,  pero  por  una  razón 
completamente  diferente.    El  resultado  final  es  un  conjunto  multilateral  de  compromisos  de  distintos  países, 
que  a  su  vez  son  el  resultado  de  numerosas  reuniones  bilaterales  de  negociación  de  carácter  informal  y  que 
reflejan  los  intereses  de  los  distintos  países  (cabe  citar  como  ejemplo  las  negociaciones  arancelarias  y  las 
relativas al acceso a los mercados en el comercio de servicios). 

Las consultas informales desempeñan, pues, una función de vital importancia en el logro de consenso, aunque 
no  aparezcan  en  los organigramas por el  hecho  de  ser  informales.    Por  otra  parte,  las  consultas informales  y 
las reuniones formales no constituyen compartimentos estancos.  Las primeras son necesarias para facilitar las 
decisiones  que  posteriormente  se  formalizarán  en  los  Consejos  y  Comités.    Las  reuniones  formales  tienen 
también  su  importancia:    constituyen  el  foro para  intercambiar  opiniones, hacer  constar las  posiciones de  los 
Miembros y, en última instancia, confirmar las decisiones. 

F.  LAS NEGOCIACIONES EN CURSO: EL PROGRAMA DE 
DOHA PARA EL DESARROLLO 

En la Conferencia Ministerial celebrada en Doha (Qatar) en noviembre de 2001, los Miembros decidieron poner 
en marcha una nueva ronda de negociaciones y,  con arreglo a esta decisión, adoptaron el Programa de Doha 
para el Desarrollo y el correspondiente programa de trabajo. 

La Declaración Ministerial de Doha, que establece el mandato de las negociaciones, disponía que los Miembros 
de la OMC crearan un Comité de Negociaciones Comerciales (CNC).  El CNC, a  su vez, estableció  mecanismos 
de negociación y está supervisando las negociaciones en curso bajo la autoridad del Consejo General. 
Las negociaciones tienen lugar: 

ú  En nuevos grupos de negociación sobre: 

ú  el acceso a los mercados 

ú  las normas de la OMC (antidumping, subvenciones y acuerdos comerciales regionales) 

ú  la facilitación del comercio 

ú  En órganos existentes, sobre: 

ú  la agricultura: en el Comité de Agricultura en Sesión Extraordinaria; 

ú  los servicios: en el Consejo del Comercio de Servicios en Sesión Extraordinaria; 

ú  las indicaciones geográficas (un sistema multilateral de registro): en el Consejo de los Aspectos de los 
Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) en Sesión Extraordinaria.  A 
otras cuestiones relativas a los ADPIC son discutidos en las reuniones ordinarias del Consejo de los 
ADPIC; 

ú  el Entendimiento sobre Solución de Diferencias: en el Órgano de Solución de Diferencias en Sesión 
Extraordinaria; 

ú  el medio ambiente: en el Comité de Comercio y Medio Ambiente en Sesión Extraordinaria; y 

ú  las cuestiones pendientes relativas a la aplicación: en los órganos competentes de conformidad con el 
párrafo 12 de la Declaración Ministerial de Doha. 

La Declaración Ministerial de Doha hace especial hincapié en 
PEQUEÑO CONSEJO:  el trato especial y diferenciado para los países en desarrollo. 
Este  trato  es  parte  integrante  de  los  Acuerdos  de  la  OMC. 
Para acceder al Módulo 2: 
Todas las negociaciones y demás aspectos de los trabajos del 
Ahora tiene que enviar el cuestionario de final 
Programa  de  Doha  deben  tener  plenamente  en  cuenta  este 
de módulo.  El acceso a este cuestionario está 
principio. 
situado al final de la página. 

De  conformidad  con  la  Declaración  Ministerial  de  Desarrollo 


ú  seleccione sus respuestas a las preguntas 
de  Doha  (párrafo  44)  y      "Cuestiones  y  preocupaciones 
ú  haga clic en "Enviar".  relativas a la aplicación" , todas las disposiciones relativas al 
trato  especial  y  diferenciado  deben  de  ser  examinadas  para 
Una  vez  que  haya  enviado  el  cuestionario,  se 
hacerlas  más  precisas,  eficaces  y  operativas.    Estos 
desbloqueará el acceso al Módulo 2.
exámenes  se  llevan  a  cabo  en  el  Comité  de  Comercio  y 
Desarrollo en Sesión Extraordinaria. 
IV. RESUMEN 
ú  Objetivos de la OMC: 

ú  Mejorar el bienestar de los pueblos de los países Miembros. 

ú  Funciones de la OMC: 

ú  Facilitar la aplicación, administración y funcionamiento y fomentar los objetivos de los Acuerdos de la 
OMC (incluidos los Acuerdos Plurilaterales); 

ú  Servir de foro para las negociaciones comerciales; 

ú  Administrar el Entendimiento sobre Solución de Diferencias (ESD); 

ú  Administrar el Mecanismo de Examen de las Políticas Comerciales (MEPC); y 

ú  Cooperar con el FMI y el BIRF (Banco Mundial) para lograr coherencia en la formulación de las políticas 
económicas a escala mundial. 

ú  Estructura de la OMC: 

Conferencia Ministerial 

Consejo General (también OSD y OEPC) 

Consejos del Comercio de Mercancías, del Comercio de Servicios y de los ADPIC 

Comités 

Subcomités
RESPUESTA PROPUESTA: 

1.  El  objetivo  de  la  OMC  es  mejorar  el  bienestar  de  la  población  de  los  países  Miembros  (nivel  de  vida, 
empleo,  ingresos,  etc.)  mediante  la  expansión  de  la  producción  y  el  comercio  de  bienes  y  servicios.  La 
expansión  de  la  producción  y  el  comercio  de  bienes  y  servicios  ha  de  lograrse  mediante  negociaciones 
conducentes  a  la  liberalización  del  comercio.  Este  objetivo  debería  lograrse  de  conformidad  con  el 
desarrollo  sostenible  y  teniendo  debidamente  en  cuenta  las  necesidades  de  desarrollo  de  los  países  en 
desarrollo. 

2.  Las principales funciones de la OMC son: 

ú  Administrar los acuerdos comerciales; 

ú  Servir de foro para las negociaciones comerciales; 

ú  Resolver las diferencias comerciales; 

ú  Examinar las políticas comerciales de los Miembros; 

ú  Ayudar a los países en desarrollo en las cuestiones de política comercial, prestándoles asistencia técnica y 
organizando programas de formación; y 

ú  Cooperar con otras organizaciones internacionales. 

3.  Conferencia Ministerial; 

ú  Consejo General; 

ú  Consejo del Comercio de Mercancías; 

ú  Comité de Agricultura. 

4.  La  Conferencia  Ministerial  reviste  la  máxima  autoridad  en  la  OMC.    Se  reúne  al  menos  una  vez  cada  dos 
años.   Hasta  la fecha,  se ha reunido en Singapur (1996),  Ginebra (1998), Seattle (1999), Doha (2001) y 
Cancún  (2003).  En  el  siguiente  nivel,  el  Consejo  General  adopta  todas  las  decisiones  en  ejercicio  de  las 
funciones  de  la  Conferencia  Ministerial  cuando  ésta  no  está  reunida.    El  Consejo  General  se  reúne  con 
regularidad  (en  principio  cada  mes),  normalmente  en  la  sede,  en  Ginebra.    El  Consejo  General  rinde 
informe  a  la  Conferencia  Ministerial.  Por  debajo  del  Consejo  General,  el  Consejo  del  Comercio  de 
Mercancías (CCM)  supervisa  la  aplicación  de  los Acuerdos  Multilaterales  sobre  el  Comercio  de  Mercancías 
(Anexo 1A del Acuerdo de Marrakech), y rinde informe al Consejo General. El Comité de Agricultura es uno 
de  los órganos  subsidiarios que  dependen  del  Consejo del  Comercio  de  Mercancías. Es  responsable  de  la 
aplicación  de  disposiciones  y  acuerdos  específicos,  como  el  Acuerdo  sobre  la  Agricultura.  Todos  los 
Miembros  participan  en  la  labor  de  todos  los  órganos  de  la  OMC.Para  adoptar  decisiones,  en  la  OMC  se 
mantiene el principio del "consenso" del GATT.
MÓDULO 

2
GATT: Principios básicos y 
excepciones específicas 
DURACIÓN PREVISTA: 5 horas 

OBJETIVOS DEL MÓDULO 2 

§  explicar el concepto de no discriminación consagrado en los principios de la nación 
más favorecida (NMF) y de trato nacional; 

§  explicar el principio de consolidación; 

§  explicar lo que abarca el principio de prohibición de las restricciones cuantitativas. 
I.  INTRODUCCIÓN 
En el Módulo 2 se abordan principios básicos de la OMC: 

las obligaciones de no discriminación (trato nacional y trato de la nación más favorecida); 

La prohibición del uso de restricciones cuantitativas; y el principio de  consolidación. 

Las  normas  y  principios del  GATT  se  establecieron  en  1947  para  regular  el  comercio  de  mercancías  entre  las 
Partes  Contratantes.    De  1947  a  1994,  el  GATT  fue  el  foro  para  la  negociación  de  las  reducciones  de  los 
aranceles y la reducción o eliminación de otros obstáculos al comercio.  El texto del Acuerdo General enunciaba 
normas importantes, en particular la no discriminación. 

Al  concluir  la  Ronda  Uruguay  y  entrar  en vigencia  el  Acuerdo  de  la  OMC,  los principios  básicos formulados en 
las negociaciones del GATT se mantuvieron prácticamente sin cambios.  Desde 1995, el GATT actualizado se ha 
convertido en el Acuerdo que abarca el comercio de bienes y tiene anexos que tratan con sectores específicos, 
como  por  ejemplo  agricultura  y  textiles,  así  como  asuntos  relativos  a  obstáculos  técnicos  al  comercio, 
subvenciones y medidas anti­dumping. 

También  se  añadieron  al  Acuerdo  sobre  la  OMC  nuevas  disciplinas:   entre  sus objetivos figura  una  referencia 
explícita  al  trato  especial  y  diferenciado,  esto es,  un  trato  más favorable  a  favor  de  los países  en  desarrollo; 
además, se incluyeron en el marco del Acuerdo el AGCS y el Acuerdo sobre los ADPIC.  Estas innovaciones van 
más allá del ámbito de aplicación inicial del GATT. 

Los  Módulos  2,  3,  4  y  5  abordan  las  disciplinas  fundamentales  de  la  OMC  y  sus  excepciones;    están 
relacionados entre sí y han de leerse conjuntamente. 

En  el  Módulo  2  se  examinan,  con  referencia  al  GATT,  los  principios  enumerados  supra  y  sus  excepciones 
específicas. 

El  Módulo  3  constituye  una  continuación  del  Módulo  2;  en  él  se  explican  los  principios  y  sus  excepciones 
específicas en el contexto del AGCS y del Acuerdo sobre los ADPIC. 

En el Módulo 4 se examinan las excepciones horizontales condicionales a todas las obligaciones dimanantes del 
GATT,  del  AGCS  y  del  Acuerdo  sobre  los  ADPIC  (incluidas  las  "excepciones  generales"  y  las  "excepciones 
relativas a la seguridad").  Asimismo, se examina el derecho que tienen los Miembros a solicitar una dispensa 
especial del cumplimiento de cualquiera de los principios o disposiciones de la OMC en virtud de lo dispuesto en 
el párrafo 3 del artículo IX del Acuerdo sobre la OMC en relación con las "exenciones", así como el derecho de 
los Miembros a concluir acuerdos de integración regional. 

En el Módulo 5 se hace un análisis de las medidas que los Miembros pueden adoptar para protegerse contra las 
importaciones  objeto  de  un  comercio  desleal  y  corregir  desequilibrios  en  las  relaciones  comerciales 
internacionales  (medidas  de  salvaguardia,  etc.).    Estas  medidas  constituyen  excepciones  a  los  principios 
básicos de la OMC expuestos en los Módulos 2 y 3.
II.  NORMAS RELATIVAS AL COMERCIO DE 
MERCANCÍAS 

A.  PRINCIPIO DE NO DISCRIMINACIÓN 

1.  PRINCIPIO DE LA NACIÓN MÁS FAVORECIDA (NMF) 

EN BREVE: 

En  virtud  de  los  Acuerdos  de  la  OMC,  los  países  no  pueden  en  principio  discriminar  entre  sus  interlocutores 
comerciales.  Si  un  Miembro  otorga  una  ventaja  especial  a  un  país  (como la  reducción  de  los aranceles para 
uno de sus productos), ha de otorgársela también a todos los demás Miembros de la OMC. 

EN DETALLE … 

Los Miembros de  la  OMC  pueden  ser  considerados como  miembros  de  un  club.    Una  de  las  reglas  del  club  es 
que  cada  miembro otorgará  a  cualquier otro  miembro el  mejor trato  posible  que  conceda  a  cualquiera  de  los 
demás.  De este modo se garantiza a cada miembro del club que recibirá de cada uno de los demás miembros 
el mejor trato posible. 

Por ejemplo, supongamos que el derecho NMF establecido por Alba (derecho aplicable a todos los Miembros de 
la OMC) para los tomates es del 10 por ciento.  Medatia es un importante productor de tomates interesado en 
expandir sus exportaciones al mercado de Alba.   Si durante una ronda de negociación de la OMC el Gobierno 
de  Medatia  inicia  con  Alba  negociaciones  arancelarias  sobre  los  tomates  y,  después  de  unas  prolongadas  y 
difíciles negociaciones bilaterales, Alba conviene en otorgar a Medatia un trato de franquicia arancelaria (0 por 
ciento) para los tomates, con arreglo al principio NMF Alba deberá hacer extensivo a todos los Miembros de la 
OMC el derecho del 0 por ciento sobre los tomates. Esto es así porque todos los Miembros de la OMC deberán 
beneficiarse del trato más favorable concedido por Alba con respecto a este producto. 

a.  EL PRINCIPIO NMF EN LAS NORMAS RELATIVAS AL COMERCIO DE MERCANCÍAS 


El principio NMF se aplica al comercio de mercancías, al comercio de servicios y a los aspectos de los derechos 
de propiedad intelectual relacionados con el comercio.  En el caso del comercio de mercancías, el principio NMF 
requiere que cada Miembro conceda a todos los demás Miembros un trato no menos favorable que el concedido 
a las importaciones procedentes de cualquier otro país. 

Examinemos con más detalle el texto del párrafo 1 del artículo I del GATT:
Párrafo 1 del artículo I del GATT 

Trato general de la nación más favorecida 

Con respecto a los derechos de aduana y cargas de cualquier clase impuestos a las importaciones o a las 
exportaciones,  o  en  relación  con  ellas,  o  que  graven  las  transferencias  internacionales  de  fondos 
efectuadas  en  concepto  de  pago  de  importaciones  o  exportaciones,  con  respecto  a  los  métodos  de 
exacción de tales derechos y cargas, con respecto a todos los reglamentos y formalidades relativos a las 
importaciones y exportaciones, y con respecto a todas las cuestiones a que se refieren los párrafos 2 y 4 
del artículo III, cualquier ventaja, favor, privilegio o inmunidad concedido por un Miembro a un producto 
originario  de  otro país o  destinado  a  él,  será  concedido  inmediata  e  incondicionalmente  a  todo  producto 
similar originario de los territorios de todos los demás Miembros o a ellos destinado. 

Lo esencial del principio establecido por este artículo se expresa en la segunda parte de la frase: 

"… cualquier ventaja, favor, privilegio o inmunidad …" 

El  principio  NMF  se  refiere  al  trato  "más  favorable"  otorgado  a  un  producto.    Al  interpretar  esta  disposición 
crucial,  los  términos  "ventaja",  "favor",  "privilegio"  o  "inmunidad"  resultan  instructivos.    Implican  que  un 
Miembro  no  puede  otorgar  a  un  producto  importado  de  otro  Miembro  un  trato  más  favorable  que  el  que 
concede  a  los  productos  de  los  demás  Miembros.    Una  vez  que  ha  concedido  un  "favor",  "ventaja", 
"inmunidad", etc., a un país, el Miembro está obligado a  conceder "inmediata e incondicionalmente" el mismo 
trato a los "productos similares" originarios de otros países Miembros de la OMC. 

"… concedido por un Miembro …" 

Esta  cita  nos recuerda  que  el  principio  NMF  se  aplica a  las  medidas  adoptadas  por los gobiernos y  no  por las 
empresas  privadas.    En  consecuencia,  la  ventaja,  favor,  privilegio  o  inmunidad  se  refiere  a  las  leyes  y 
reglamentos aduaneros y a otros reglamentos conexos aplicados en la frontera. 

"… a un producto originario de otro país o destinado a él …" 

El principio NMF se aplica por igual a los productos importados y a los exportados.  Para las importaciones, esto 
significa  que  un  Miembro no  debe  establecer discriminaciones entre  los productos  importados,  cualquiera  que 
sea su origen, y para las exportaciones, quiere decir que un Miembro no debe establecer discriminaciones entre 
los productos exportados, cualquiera que sea el país de destino del producto.
Dado que el principio NMF obliga a los Miembros a dispensar a los productos de los demás Miembros el mismo 
trato  concedido  a  los  productos  de  cualquier  país  (y  no  solamente  a  los  productos  procedentes  de  otros 
Miembros de la OMC), no se da a los Miembros flexibilidad para que puedan conceder una ventaja (etc.) a un 
país que no  sea Miembro sin concederla también a todos los Miembros de la  OMC.   El principio NMF se aplica 
con respecto a cualquier trato de favor que un Miembro pueda conceder a los productos de otro Miembro o de 
otro país que no sea Miembro de la OMC. 

"… ventaja ...  será concedid[a] ...  a todo producto similar originario de los territorios de todos los demás 
Miembros o a ellos destinado" 

El  concepto  de  "producto  similar"  es  esencial  para  la  aplicación  del  trato  NMF,  puesto  que  este  principio 
consiste  en  la  obligación  de  garantizar  la  no  discriminación  entre  los  productos  que  se  consideran  similares. 
Por  lo  tanto,  podría  esperarse  que  este  concepto  de  "similitud"  ­tan  esencial  para  el  artículo  I  del  GATT­ 
estuviera aclarado en el texto del Acuerdo. 

En  realidad,  no  lo  está.    La  doctrina  de  la  "similitud"  de  los  productos  se  ha  desarrollado  esencialmente  a 
través de  la  jurisprudencia,  en  el  contexto  de  una  serie  de  diferencias surgidas  en  el  marco del  GATT  y  de  la 
OMC.    En  la  jurisprudencia,después  de  un  análisis  de  caso  por  caso,  los  productos  se  han  considerado 
"similares" sobre la base de un conjunto de factores, entre los que se incluyen: 

ú  sus características físicas, 

ú  su uso final, 

ú  las preferencias de los consumidores y las prácticas de clasificación arancelaria adoptadas por los 
Miembros de la OMC (incluidos los Miembros que son parte en una diferencia concreta). 

El  principio  NMF  impide  a  un  miembro  crear  clasificaciones  (o  categorizaciones)  diferentes  que  solamente 
distinguirían los productos por su origen, con miras a otorgar un trato arancelario preferencial a una categoría 
de  dichos  productos  sin  concederlo  automática  e  incondicionalmente  a  las  demás  categorías  de  "productos 
similares". 

Aunque  lo  esencial  del  principio  establecido  en  este  artículo  se  expresa  en  la  segunda  parte  de  la  frase,  una 
lectura cuidadosa de la primera parte aclara su ámbito de aplicación. El principio NMF abarca cuatro categorías 
importantes de medidas o políticas: 

8.  "Con respecto a los derechos de aduana y cargas de cualquier clase impuestos a las importaciones o 
a las exportaciones o en relación con ellas o que graven las transferencias internacionales de fondos 
efectuadas en concepto de pago de importaciones o exportaciones …" 

La primera categoría abarca las medidas en la frontera adoptadas cuando las mercancías salen de un territorio 
aduanero y/o entran en él.  Como hemos visto antes, las  medidas no deben establecer discriminaciones entre 
las mercancías de países Miembros por razón de su origen o destino.
9.  "… con respecto a los métodos de exacción de tales derechos y cargas…" 

Esta  segunda  categoría,  además  de  las  medidas  en  sí,  abarca  también  la  manera  en  que  éstas  se  aplican. 
Como  se  explicó  antes,  los  métodos  utilizados  por  las  autoridades  nacionales  competentes  para  aplicar  las 
medidas no deben establecer discriminaciones entre las mercancías por razón de su origen o destino. 

10.  "… con respecto a todos los reglamentos y formalidades relativos a las importaciones y exportaciones 
…" 

Esta  tercera  categoría  abarca  además  todas  las  normas  que  tienen  una  repercusión  bastante  directa  en  la 
importación  y  exportación  de  las  mercancías.    Como  hemos  visto  antes,  esas  normas  tampoco  deben 
establecer discriminaciones entre las mercancías por razón de su origen o destino. 

11.  "… y con respecto a todas las cuestiones a que se refieren los párrafos 2 y 4 del artículo III …" 

Este cuarto aspecto se  tratará  más adelante cuando  abordemos otra disciplina básica abarcada por el artículo 


III  del  GATT  (trato  nacional).    Todos  los  reglamentos  nacionales  sujetos  a  las  obligaciones  de  trato  nacional 
establecidas en el artículo III también deben cumplir la obligación de otorgar trato NMF. 

b.  EXCEPCIONES 
Las  excepciones  generales  de  carácter  horizontal  y  las  medidas  de  protección  que  también  constituyen  una 
exención del principio NMF y de otras normas se examinarán en los Módulos 4 y 5. 

Una excepción importante a la obligación de trato NMF es la Cláusula de Habilitación, que permite a los países 
desarrollados  ofrecer  un  trato  arancelario  más  favorable  a  las  importaciones  procedentes  de  los  países  en 
desarrollo  sin  la  correspondiente  obligación  de  conceder  ese  trato  favorable  a  los  demás  Miembros.    Esta 
excepción  se  aplica  exclusivamente  a  los  países  en  desarrollo  y  a  los  países  menos  adelantados.    Estos 
derechos especiales reconocidos a los países en desarrollo y países menos adelantados y otras excepciones de 
carácter general se examinan con mayor detalle en el Módulo 4. 

Las  excepciones  específicas  relacionadas  con  la  obligación  de  trato  NMF  se  pueden  resumir  de  la  siguiente 
manera: 

ú  Preferencias históricas (Párrafos 2 a 4 del artículo I del GATT) 

Actualmente  subsisten  muy  pocas  "preferencias  históricas".    Las  pocas  preferencias  que  se  apartan  del 
principio NMF y pueden mantenerse son remanentes de situaciones particulares que existían en 1947, cuando 
se  redactó  el  texto  del  GATT.    Por  eso  se  llaman  preferencias  "históricas".    Hay  que  subrayar  que  estas 
preferencias  no  guardan  relación  alguna  con  los  procesos  de  integración  regional  (que  pueden  dar  lugar  a  la
creación de preferencias).  La integración regional está abarcada por el artículo XXIV del GATT y se examinará 
en el Módulo 4. 

ú  Tráfico fornterizo (Párrafo 3 del artículo XXIV del GATT) 

Las  ventajas  concedidas  por  los  Miembros  a  "países  limítrofes"  con  el  fin  de  facilitar  las  transacciones 
fronterizas  constituyen  una  exención  autorizada  del  principio  NMF.    No  obstante,  hay  que  subrayar  que  esta 
exención  se  refiere  a  la  facilitación  de  las transacciones en  las  proximidades de  la  frontera  y  que  de  ninguna 
manera podría abarcar un acuerdo sobre el comercio entre todo el territorio de dos países limítrofes.  Al igual 
que sucede con las preferencias históricas, la repercusión económica de esta exención es muy limitada. 

EJEMPLO ILUSTRATIVO 

Principio NMF (para las mercancías) 

Supongamos que Alba, Vanin, Medatia y Tristat son Miembros de la OMC y que Ruritania no lo es.  El principio 
NMF  prohibiría  que  las  autoridades aduaneras de  Alba  gravaran  con un  derecho  arancelario  del  10  por ciento 
los relojes de bolsillo importados originarios de Medatia y recaudaran al mismo tiempo un derecho arancelario 
inferior, del 5 por ciento,  sobre los relojes de bolsillo importados originarios de Vanin.   El principio NMF exige 
que  se  conceda  automática  e  incondicionalmente  el  mismo  trato  (5  por  ciento  en  este  caso)  a  los  relojes  de 
bolsillo importados originarios de los demás Miembros de la OMC (en este caso, Medatia y Tristat).  Conviene 
tener presente que este principio también se aplicaría si inicialmente se hubiese otorgado el "mejor trato" a los 
relojes de bolsillo originarios de Ruritania, que no es Miembro de la OMC. 

Una cuestión pertinente es la de si los relojes de bolsillo originarios de Medatia han de considerarse "productos 
similares" con respecto a los relojes de bolsillo procedentes de Vanin.  Si no son productos similares, se podría 
aplicar un trato (derecho arancelario) diferente.  Sin embargo, éste no es el caso. 

En caso de que se observe una discriminación en cuanto al trato otorgado, habrá que considerar (como posible 
justificación  de  esa  desviación  del  principio  NMF)  si  Alba  puede  beneficiarse  de  una  de  las  excepciones  que 
permiten  a  los Miembros de  la  OMC  apartarse  del  principio  NMF.    En  este  caso se  podría  ver, por ejemplo, si 
Alba  y  Vanin  han  concertado  un  acuerdo  comercial  regional  (como  una  zona  de  libre  comercio) que  satisfaga 
los criterios contenidos en el artículo XXIV del GATT y, por lo tanto, les autorice a concederse mutuamente un 
"trato preferencial" que no es necesario otorgar a los demás Miembros de la OMC. 

AUTOEVALUACIÓN: 

1.  El texto del párrafo 1 del artículo I del GATT dice lo siguiente:  "Con respecto a los derechos de aduana ..., 
cualquier ventaja, ... concedid[a] por un Miembro a un producto originario de otro PAÍS o destinado a él, 
será concedid[a] inmediata e incondicionalmente ... etc …". ¿Por qué los redactores del párrafo 1 del 
artículo I del GATT optaron por referirse a "otro PAÍS" y no a "otro MIEMBRO"?
Advertencia: 

si  bien  el  estudio  de  un  caso  práctico  que  figura  a  continuación  está  basado  en  resoluciones  existentes  del 
Grupo Especial y del Órgano de Apelación de la OMC, su principal objetivo no es exponer y examinar en detalle 
todos los argumentos y  conclusiones que  se  formularon  en  el  asunto,  sino enfocar las  cuestiones y  principios 
que  se  abordan  en  el  curso  y  facilitarle  a  usted  una  reseña  de  los  elementos  que  podría  considerar  al 
reflexionar sobre esas cuestiones y principios.

ESTUDIO DE UN CASO PRÁCTICO: CANADÁ AUTOMÓVILES 

Panorama general 

ú  Canadá – Determinadas medidas que afectan a la industria del automóvil 

ú  Reclamación presentada por las CE y el Japón 

ú  Terceros participantes: Corea y los Estados Unidos. 

En 1999 se estableció un Grupo Especial para que examinara las alegaciones formuladas por las Comunidades 
Europeas y el Japón con respecto a una medida adoptada por el Canadá que había entrado en vigor en 1998 y 
por  la  que  se  eximía  de  derechos  la  importación  de  determinados  automóviles,  autobuses  y  otros  vehículos 
comerciales específicos. 

Esta  medida  era  la  Orden  Arancelaria  relativa  a  los  vehículos  de  motor  (MVTO),  que  declaraba  exentos  de 
derechos  a  la  importación  a  los  fabricantes  de  vehículos  de  motor  en  relación  con  las  importaciones 
procedentes  "de  cualquier  país  que  tuviera  derecho  al  arancel  de  la  nación  más  favorecida"  siempre  que  el 
fabricante (no el Miembro de la OMC) cumpliera determinadas condiciones. 

¿Cuáles fueron los argumentos? 

Argumentos presentados por las Partes (Artículo I y NMF) 

El  Canadá  adujo  que  los vehículos  de  motor importados en  régimen  de  franquicia  arancelaria  en  su  territorio 
procedían  de  muy  diversos  países,  y  que  las  condiciones  para  estar  exentos  de  derechos  establecidas  en  la 
medida  no  tenían  nada  que  ver  con  el  origen  de  los  vehículos.    El  Canadá  argumentó  que  la  medida  era 
"neutral  con  respecto  al  origen"  y  de  jure  (es  decir,  conforme  a  derecho),  y  por  lo  tanto  compatible  con  el 
párrafo 1 del artículo I del GATT de 1994, que prohíbe la discriminación en función del origen de los productos. 

Las  CE  y  el  Japón  alegaron  que  aunque  la  medida  (de  que  se  trataba  en  este  asunto)  se  aplicaba  a  los 
importadores y, a juzgar por su texto, era neutral con respecto al origen, podía otorgar una ventaja de facto a 
los productos originarios de  determinados países,  esto es,  dar  lugar  a  una  discriminación  en  la  práctica  entre 
los Miembros de la OMC. 

¿Qué dijo el Grupo Especial? 

En  su  informe  de  11  de  febrero  de  2000,  el  Grupo  Especial  concluyó  que  el  Canadá  había  actuado  de  forma 
incompatible con el párrafo 1 del artículo I del GATT de 1994. 

El  Grupo  Especial  explicó  que  el  párrafo  1  del  artículo  I  no  sólo  se  aplicaba  a  la  discriminación  de  jure,  sino 
también  a  la  discriminación  de  facto,  es decir,  la  que  se  deriva  de  una  norma  que,  a  juzgar  por  su  texto,  es 
compatible con la obligación NMF contenida en el párrafo 1 del artículo I. 
Puesto  que  el  Canadá  había  otorgado  una  "ventaja"  a  ciertos  productos  procedentes  de  determinados 
Miembros, que no había "concedido inmediata e incondicionalmente" a los productos "similares" "originarios de 
los territorios de todos los demás Miembros o a ellos destinados", el Grupo Especial concluyó que la medida del 
Canadá era incompatible con la obligación que le correspondía en virtud del párrafo 1 del artículo I del GATT de 
1994. 

En marzo de 2000, el Canadá presentó un anuncio de apelación ante el Órgano de Apelación. 

AUTOEVALUACIÓN: 

2.  Imagine que usted es Miembro del Órgano de Apelación.  ¿Confirmaría usted las conclusiones del Grupo 
Especial con respecto a la infracción del párrafo 1 del artículo I o las revocaría?  ¿Cree usted que la medida 
del Canadá infringía las disposiciones de este artículo?  ¿Qué argumento(s) esgrimiría usted? Tómese unos 
minutos para reflexionar sobre el asunto y redacte algunas líneas en las que se reflejen sus ideas 
principales, a fin de comparar su razonamiento con los argumentos y las conclusiones del Órgano de 
Apelación.
2.  TRATO NACIONAL (ARTÍCULO III) 
El  principio  del  trato  nacional  constituye  el  segundo  componente  del  pilar  de  la  no  discriminación,  siendo  el 
primero el principio de la nación más favorecida que acabamos de examinar. 

EN BREVE 

¿Qué significa trato nacional? 

Trato nacional  significa que las mercancías importadas (al igual que los servicios y los derechos de propiedad 
intelectual, tales como las patentes o los derechos de autor) deben recibir el mismo trato dentro del territorio 
de un Miembro que el otorgado a las mercancías de producción nacional. 

Mientras que el principio NMF tiene por objeto garantizar que un país Miembro no establezca discriminaciones 
entre productos similares originarios de otros países Miembros de la OMC o a ellos destinados, el trato nacional 
está  orientado  hacia  el  plano  interior,  por  cuanto  se  refiere  al  trato  que  ha  de  otorgarse  a  los  productos 
similares  importados  una  vez  que  éstos  han  entrado  en  el  territorio  de  un  Miembro.    El  principio  del  trato 
nacional prohíbe a un Miembro privilegiar sus productos nacionales respecto de los importados de otros países 
Miembros. 

Dicho de otro modo, el principio del trato nacional se refiere a la no discriminación entre los bienes o servicios 
de  producción  nacional  (o  los  proveedores  nacionales  de  servicios) y  los  bienes o  servicios importados  (o  los 
proveedores  extranjeros  de  servicios).    Al  igual  que  el  trato  NMF,  el  principio  del  trato  nacional  se  aplica  al 
comercio  de  mercancías,  al  comercio  de  servicios  y  a  los  aspectos  de  los  derechos  de  propiedad  intelectual 
relacionados con el comercio (ADPIC). 

El  principio  del  trato  nacional  se  rige  por  el  artículo  III  del  GATT  para  el  comercio  de  mercancías;    por  el 
artículo XVII del AGCS para el comercio de servicios; y por el artículo 3 del Acuerdo sobre los ADPIC para los 
aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio. 

a.  EL  PRINCIPIO  DEL  TRATO  NACIONAL  EN  LAS  NORMAS  RELATIVAS  AL  COMERCIO  DE 
MERCANCÍAS 

Con arreglo al principio del trato nacional, cada interlocutor comercial debe dar a las  importaciones  (que han 
pasado la aduana) un trato no menos favorable que el otorgado a los bienes de producción nacional que sean 
iguales o similares. 

Examinemos con más detalle el texto jurídico:
Artículo III del GATT 

Trato nacional en materia de tributación y de reglamentación interiores 

1.  Los Miembros reconocen que los impuestos y otras cargas interiores, así como las leyes, reglamentos 
y prescripciones que afecten a la venta, la oferta para la venta, la compra, el transporte, la 
distribución o el uso de productos en el mercado interior y las reglamentaciones cuantitativas 
interiores que prescriban la mezcla, la transformación o el uso de ciertos productos en cantidades o 
en proporciones determinadas, no deberían aplicarse a los productos importados o nacionales de 
manera que se proteja la producción nacional. 

2.  Los productos del territorio de todo Miembro importados en el de cualquier otro Miembro no estarán 
sujetos, directa ni indirectamente, a impuestos interiores u otras cargas interiores, de cualquier clase 
que sean, superiores a los aplicados, directa o indirectamente, a los productos nacionales similares. 
Además, ningún Miembro aplicará, de cualquier otro modo, impuestos u otras cargas interiores a los 
productos importados o nacionales, en forma contraria a los principios enunciados en el párrafo 1. ... 

4.  Los productos del territorio de todo Miembro importados en el territorio de cualquier otro Miembro no 
deberán recibir un trato menos favorable que el concedido a los productos similares de origen 
nacional, en lo concerniente a cualquier ley, reglamento o prescripción que afecte a la venta, la oferta 
para la venta, la compra, el transporte, la distribución y el uso de estos productos en el mercado 
interior.  Las disposiciones de este párrafo no impedirán la aplicación de tarifas diferentes en los 
transportes interiores, basadas exclusivamente en la utilización económica de los medios de 
transporte y no en el origen del producto. 

El principio del trato nacional responde a tres objetivos clave: 

ú  En primer lugar, las cargas interiores, las leyes, reglamentos y prescripciones que afecten a la venta del 
producto importado "...  no deberían aplicarse a los productos importados o nacionales de manera que se 
proteja la producción nacional".  En otras palabras, la aplicación de esas leyes, reglamentos, etc., que 
afecten a la venta del producto importado no debe ser discriminatoria.  Si la ley (reglamento, etc.) es igual 
para el producto nacional y el importado, pero se aplica de manera discriminatoria, infringe no obstante 
esta disposición porque podría considerarse que hace que "se proteja la producción nacional". 

ú  En segundo lugar, las cargas y los impuestos interiores a los que están sujetos los productos de los países 
Miembros no deben ser "superiores a los aplicados, directa o indirectamente, a los productos nacionales 
similares".  Dicho de otro modo, al  producto importado deben aplicarse los mismos impuestos que se 
aplican a los productos nacionales.  En ningún momento esas cargas han de otorgar protección a la 
producción nacional. 

ú  En tercer lugar, el principio se aplica a los "productos similares".  ¿Qué se entiende por "productos 
nacionales similares"? Tradicionalmente, la "similitud" se determina bajo un análisis de caso por caso, 
implica pero no se limita a  los cuatro siguientes criterios generales: 

ú  las propiedades, naturaleza y calidad de los productos; 

ú  los usos finales de los productos;
ú  los gustos y hábitos de los consumidores, y/o la percepción y comportamiento de los consumidores con 
respecto al producto; y 

ú  la clasificación arancelaria del producto. 

El artículo III define la "similitud" en relación con el tipo de reglamento nacional que se aplica: 

ú  para los impuestos y otras cargas (regulados por el párrafo 2), la "similitud" se define en la primera frase 
del párrafo y puede equipararse en cierto modo a una "cuasi identidad"; 

ú  la segunda frase del párrafo 2, "ninguna parte contratante aplicará, de cualquier otro modo, impuestos u 
otras cargas interiores a los productos importados o nacionales", extiende la obligación de trato nacional a 
las mercancías que son "directamente competidoras" y/o "sustituibles" (incluso si no son "similares" en el 
sentido de la primera frase); 

ú  para otros tipos de reglamentos nacionales (regulados por el párrafo 4), la "similitud" se define de modo 
amplio e incluye no sólo las mercancías "cuasi idénticas", sino también todos los productos importados que 
guardan una relación de competencia con los productores nacionales. 

El alcance de "producto nacional similar" en el párrafo 4 del artículo III es más amplio que en la primera frase 
del  párrafo  2  del  artículo III,  pero no  más que  en  el  párrafo  2  del  artículo III  en  su  conjunto.    En  síntesis, el 
alcance de la obligación establecida en el párrafo 4 del artículo III es más o menos igual al alcance combinado 
de las dos frases del párrafo 2 del artículo III. 

Además, en relación con el concepto de "similitud", resulta instructiva la siguiente disposición: 

Nota al párrafo 2 del artículo III del GATT 

"Un  impuesto  que  se  ajuste  a  las  prescripciones  de  la  primera  frase  del  párrafo  2  no  deberá  ser 
considerado  como  incompatible  con  las  disposiciones  de  la  segunda  frase  sino  en  caso  de  que  haya 
competencia  entre,  por  una  parte,  el  producto  sujeto  al  impuesto,  y,  por  otra  parte,  un  producto 
directamente  competidor  o  que  puede  substituirlo  directamente  y  que  no  esté  sujeto  a  un  impuesto 
similar." 

Esta  nota  aclara  el  significado  de  la  segunda  frase  del  párrafo  2  del  artículo  III  del  GATT.    Complementa  el 
concepto de "productos nacionales similares" y, como se describe supra, especifica que el criterio de "similitud" 
ha  de  emplearse  en  sentido  amplio.    Los  "productos  nacionales  similares"  se  refieren,  no  solamente  a  los 
bienes similares o cuasi idénticos de producción nacional, sino también a los bienes de producción nacional que 
compiten directamente con el producto importado o pueden sustituirlo directamente. 

En  consecuencia,  la  segunda  frase  del  párrafo  2  del  artículo  III,  considerada  conjuntamente  con  su  nota, 
prohíbe  la  aplicación  de  impuestos  internos  que  hagan  recaer  una  mayor  carga  fiscal  sobre  las  mercancías 
importadas  que  son  directamente  competidoras  de  los  bienes  nacionales  o  que  pueden  sustituirlos 
directamente, cuando dichos impuestos se aplican para proteger la rama de producción nacional. 

Por  consiguiente,  todos  los  reglamentos  internos  que  pongan  a  los  bienes  importados  en  una  situación  de 
desventaja competitiva en relación con los productos nacionales "similares", incumplirían la obligación de trato 
nacional establecida en el artículo III.
Finalmente, en el párrafo 4 del artículo III se expone el criterio fundamental de "trato no menos favorable que 
el concedido a los productos similares".  Dispone en parte lo siguiente: 

Párrafo 4 del artículo III del GATT 

"Los  productos  del  territorio  de  todo  Miembro  importados  en  el  territorio  de  cualquier  otro  Miembro  no 
deberán  recibir un  trato  menos favorable  que  el  concedido  a  los productos similares  de  origen  nacional, 
en  lo  concerniente  a  cualquier  ley,  reglamento  o  prescripción  …  Las  disposiciones  de  este  párrafo  no 
impedirán  la  aplicación  de  tarifas  diferentes en  los  transportes  interiores,  basadas  exclusivamente  en  la 
utilización económica de los medios de transporte y no en el origen del producto." 

Los productos similares importados no serán objeto de discriminación con respecto a: 

ú  la aplicación de los reglamentos pertinentes y, 

ú  las cargas a las que están sujetos los productos. 

Sin  embargo,  el  párrafo  4  del  artículo  III  reconoce  que  en  algunos  casos  podrán  permitirse  tarifas 
discriminatorias  en  los  transportes,  siempre  que  esas  tarifas  estén  basadas  exclusivamente  en  el  entorno 
económico operativo del Miembro en cuestión. 

La primera nota al artículo III aclara lo que podría considerarse un "impuesto interior": 

"Todo  impuesto  interior  u  otra  carga  interior  o  toda  ley  reglamento  o  prescripción  de  la  clase  a  que  se 
refiere el párrafo 1 que se aplique al producto importado y al producto nacional  similar y que haya de ser 
percibido o impuesto en el caso del producto importado en el momento o en el lugar de la importación será 
sin  embargo  considerado  como  un  impuesto  interior  u  otra  carga  interior  o  como  una  ley  reglamento  o 
prescripción de la clase mencionada en el párrafo 1 y estará por consiguiente sujeto a las disposiciones del 
artículo III." 

Esta  nota  aclara  que  los reglamentos nacionales, incluidos  los impuestos  interiores, se  pueden  imponer en  el 
momento  y  en  el  lugar  de  la  importación.    En  otras  palabras,  el  hecho  de  que  los  impuestos  interiores  se 
recauden sobre los productos importados en la frontera, mientras que en el caso de los productos nacionales el 
impuesto se imponga en el lugar de venta, no convierte la medida en un arancel o derecho de aduana (párrafo 
2 a) del artículo II del GATT).  Este impuesto está igualmente sujeto al artículo III. 

Recaudar este impuesto en la frontera, o exigir el cumplimiento de cualquier reglamento interior en la frontera, 
no  es necesariamente  un  incumplimiento  del  principio  del  trato  nacional.  Además,  las  empresas  comerciales 
del  Estado  (artículo  XVII)  están  sujetas  a  la  obligación  de  no  discriminación  y  tampoco  pueden  infringir  el 
párrafo 4 del artículo III. 

Centrémonos ahora en algunos términos utilizados en el primer párrafo del artículo III:
Párrafo 1 del artículo III del GATT 

"… los impuestos y otras cargas interiores, así como las leyes, reglamentos y prescripciones que afecten a 
la  venta,  la  oferta  para  la  venta,  la  compra,  el  transporte,  la  distribución  o  el  uso  de  productos  en  el 
mercado interior …" 

Los  impuestos  interiores  podrían  abarcar,  por  ejemplo,  los  reglamentos  nacionales  aplicados  en  forma  de 
impuestos  especiales  de  consumo,  impuestos  indirectos  e  impuestos  sobre  el  consumo,  impuestos  sobre  la 
renta, y exenciones del impuesto sobre la renta. 

Las  otras  cargas  interiores  también  podrían  incluir  las  cargas  que  graven  las  transferencias  efectuadas  en 
concepto  de  pago  de  importaciones  o  exportaciones.    Estos  tipos  de  impuestos  y  cargas  (regulados  por  el 
párrafo  2)  afectan  claramente  a  la  venta,  la  compra,  el  transporte,  la  distribución  o  el  uso  de  los  productos 
importados.   Están  "regulados"  por el  GATT,  puesto que  afectan  a  la  relación de  competencia  existente  entre 
los  productos  nacionales  y  los  productos  importados  "similares",  y  pueden  distorsionarla.  Lo  que  es  más 
importante,  muchos  otros  tipos  de  leyes,  reglamentos  o  prescripciones  pueden  tener  un  efecto  similar  y,  en 
consecuencia, también están sujetos a la obligación de trato nacional (véase el párrafo 4). 

AUTOEVALUACIÓN: 

3.  Alba prohíbe los anuncios publicitarios de relojes extranjeros. ¿Es esto compatible con el GATT? 

4.  Un nuevo reglamento de Alba prescribe que los relojes vendidos en Alba tengan como mínimo un 
"contenido nacional" del 10 por ciento, es decir, que por lo menos el 10 por ciento del valor del reloj esté 
fabricado con materiales originarios de Alba.  ¿Es esto compatible con el GATT?
b.  EXCEPCIONES 
Hay dos tipos de excepciones: 

ú  Las excepciones generales de carácter horizontal y las medidas de protección que también constituyen una 
dispensa del cumplimiento de otras normas se examinan en los módulos 4 y 5 

ú  Las  excepciones específicas que solo estan relacionadas con el principio del trato nacional se pueden 
resumir de la siguiente manera: 

CONTRATACIÓN PÚBLICA (PÁRRAFO 8 A) DEL ARTÍCULO III DEL GATT) 

Se  pueden  conceder  ventajas/preferencias  a  los  productos  nacionales  respecto  de  los  importados  si  los 
organismos gubernamentales adquieren dichos productos para cubrir las necesidades de los poderes públicos y 
no  para  su  reventa  comercial  ni  para  ser  utilizados  en  la  producción  de  mercancías  destinadas  a  la  venta 
comercial. 

El Acuerdo plurilateral sobre Contratación Pública contiene normas específicas relacionadas con la apertura del 
proceso de contratación por las entidades gubernamentales a la competencia internacional.  Dado que se trata 
de  un  acuerdo  plurilateral,  los  derechos  y  obligaciones  que  contiene  solamente  vinculan  a  los  Miembros 
ratificantes  del  texto.    El  Acuerdo  plurilateral  sobre  Contratación  Pública  tuvo  su  origen  entre  algunas  Partes 
Contratantes del GATT en la Ronda de Tokio, y se desarrolló en la Ronda Uruguay. 

SUBVENCIONES A LOS PRODUCTORES NACIONALES (PÁRRAFO 8 B) DEL ARTÍCULO III DEL GATT) 

Los gobiernos pueden otorgar subvenciones a los productores nacionales (incluidos los pagos a los productores 
nacionales con cargo a fondos procedentes de impuestos o  cargas interiores aplicados de conformidad con las 
disposiciones del artículo III).  Las Partes Contratantes del GATT y los Miembros de la OMC consideraron que la 
práctica de conceder subvenciones no era necesariamente ilegal. 

No  obstante,  en  la  Ronda  de  Tokio  y  en  la  Ronda  Uruguay,  las  Partes  Contratantes  han  introducido 
progresivamente  disciplinas  sobre  la  utilización  de  las  subvenciones.    Las  subvenciones  y  su  utilización  están 
reguladas por el Acuerdo sobre Subvenciones y Medidas Compensatorias y por el Acuerdo sobre la Agricultura 
(en el caso de las subvenciones limitadas a los productos agropecuarios). 

Hay que señalar también que los Miembros tienen derecho a adoptar determinadas "medidas correctivas" ­una 
de  ellas  consistente  en  medidas  "antisubvenciones"  (o  compensatorias)­  contra  los  productos  importados 
subvencionados  que  causan  daño  a  la  rama  de  producción  nacional  de  un  Miembro  que  produce  "productos 
similares".  Esos derechos antisubvenciones se aplican en forma de un recargo percibido en la frontera además 
e independientemente de los aranceles. 

PELÍCULAS CINEMATOGRÁFICAS (párrafo 10 del artículo III y artículo IV del GATT) 

Como  excepción  del  principio  del  trato  nacional,  los  negociadores  del  GATT  mantuvieron  la  posibilidad  de 
otorgar  preferencias  a  los  productos  derivados  de  la  industria  cinematográfica  nacional  (películas 
cinematográficas impresionadas).  Las preferencias nacionales se rigen por las disposiciones del artículo IV del 
GATT y consisten en reglamentaciones cuantitativas interiores en materia de "contingentes de proyección". 

Esta  disposición  debe  leerse  ahora  junto  con  los  compromisos  específicos  contraídos  por  los  Miembros  en  el 
sector audiovisual del AGCS.
EJEMPLO ILUSTRATIVO 

Trato nacional (para las mercancías) 

Supongamos que Alba, Vanin, Medatia y Tristat son Miembros de la OMC. 

En el artículo III del GATT se enuncia el principio del trato nacional.  Su objeto es prohibir que los Miembros de 
la OMC discriminen en favor de las mercancías de producción nacional;  por consiguiente, una vez pagados los 
derechos  en  frontera  aplicables  (por  ejemplo,  aranceles)  el  Miembro  importador  no  puede  aplicar  ninguna 
carga ulterior que no se imponga al producto nacional similar. 

El artículo III es aplicable a dos tipos de medidas internas.   El párrafo 2 del artículo III lo es a los "impuestos 
interiores  u  otras  cargas  interiores",  mientras  que  el  párrafo  4  del  mismo  artículo  se  aplica  a  "cualquier  ley, 
reglamento  o  prescripción  que  afecte  a  la  venta,  la  oferta  para  la  venta,  la  compra,  el  transporte,  la 
distribución y el uso de estos productos en el mercado interior". 

Por  lo  tanto,  Alba  tendría  prohibido  aplicar  un  impuesto  sobre  las  ventas  del  5  por  ciento  a  los  relojes  de 
producción nacional y al mismo tiempo un impuesto sobre las ventas del 10 por ciento a los relojes importados 
de  Vanin,  Medatia  o  Tristat.    Si  se  parte  del  supuesto  de  que  los  relojes  nacionales  e  importados  son 
"productos  similares",  y  en  este  caso  podemos  concluir  que  muy  probablemente  lo  son,  este  impuesto  sobre 
las  ventas  infringiría  el  párrafo  2  del  artículo  III  puesto  que  la  medida  grava  los  productos  importados  con 
impuestos "superiores" al impuesto aplicable a los productos nacionales similares. 

¿Ha comprendido usted el principio de trato nacional?  ¿Le parece bastante sencillo? 

Bien, veamos ahora un caso muy notorio de solución de diferencias que involucra al artículo III, el concepto de 
productos similares y la forma en que éstos se relacionan con preocupaciones no comerciales como la  salud y 
el medio ambiente. ¿Listo? 

Advertencia: 

si bien el estudio de un  caso práctico que figura a continuación se basa en resoluciones anteriores de Grupos 
Especiales  y  del  Órgano  de  Apelación  de  la  OMC,  su  objetivo  principal  no  es  exponer  y  examinar  en  detalle 
todos  los  argumentos  y  las  conclusiones  que  se  formularon  en  el  asunto,  sino  enfocar  las  cuestiones  y 
principios que se abordan en este curso y facilitarle a usted una reseña de los elementos que podría considerar 
al reflexionar sobre esas cuestiones y principios. 

ESTUDIO DE UN CASO PRÁCTICO: CE‑AMIANTO 
Panorama general 

ú  Comunidades Europeas ­ Medidas que afectan al amianto y a los productos que contienen amianto 

ú  Reclamación del Canadá 

ú  Terceros participantes: El Brasil y los Estados Unidos 

ú  En 1999 se estableció un grupo especial para examinar las reclamaciones formuladas por el Canadá sobre 
el Decreto Nº 96­1133 de la República Francesa, relativo al amianto y a los productos que contienen 
amianto. 

ú  El decreto afirmaba que el amianto era peligroso para la salud de los trabajadores y los consumidores y
establecía prohibiciones al amianto y a los productos que contuvieran fibras de amianto, junto con algunas 
excepciones limitadas y temporales a esas prohibiciones. 

¿Cuáles fueron sus argumentos? 

Argumentos de las partes (Artículo III y trato nacional) 

El  Canadá  alegó  que  el  decreto  era  incompatible  con  las  obligaciones  de  las  Comunidades  Europeas  (y  de 
Francia)  dimanantes  del  párrafo  4  del  artículo  III  del  GATT  de  1994.  El  Canadá  sostuvo  que  existía  una 
discriminación  reglamentaria  contra  los  productos  de  amianto  importados  frente  a  los  productos  similares  de 
producción nacional que no contenían amianto. 

Las CE alegaron que la medida no establecía un trato menos favorable para los productos importados que para 
los  productos  nacionales  similares  en  el  sentido  del  párrafo  4  del  artículo  III  del  GATT  de  1994  porque  los 
productos  de  amianto  cancerígenos  y  los  productos  sustitutivos  sin  amianto  no  cancerígenos  no  se  pueden 
considerar "productos similares" en el sentido del párrafo 4 del artículo III del GATT de 1994. 

¿Qué dijo el Grupo Especial? 

En  su  informe  de  fecha  18  de  septiembre  de  2000,  el  Grupo  Especial  llegó  a  la  conclusión  de  que  el  decreto 
infringía  el  párrafo  4  del  artículo  III.  El  Grupo  Especial  constató,  entre  otras cosas, que  las  fibras de  amianto 
crisotilo y  las  fibras que  las  pueden  sustituir  son "productos similares"  en  el  sentido  del  párrafo  4 del  artículo 
III del GATT de 1994. 

El Grupo Especial llegó a la conclusión de que la prohibición al amianto constituía una infracción al principio de 
trato nacional porque discriminaba entre los productos de amianto importados y los productos nacionales que 
no contenían amianto y que son "productos similares" en el sentido del párrafo 4 del artículo III. 

¿Recuerda cómo se aborda la ʺsimilitudʺ en el artículo III del GATT de 1994? 

Como  se  ha  indicado  antes, el  artículo  III  define  la  "similitud" en  relación  con el  tipo  de  reglamento  nacional 
que se utilice: 

para  los  impuestos  y  otras  cargas  (regulados  por  el  párrafo  2),  la  "similitud"  se  define  primero  de  manera 
restringida ­en la primera frase del párrafo­ y casi puede equipararse a una "cuasi identidad"; 

la  segunda  frase  del  párrafo  2,  "ningún  Miembro  aplicará,  de  cualquier  otro  modo,  impuestos  u  otras  cargas 
interiores a  los productos importados o  nacionales", extiende  la  obligación  de  trato  nacional  a  las  mercancías 
que  son  "directamente  competidoras"  y/o  "sustituibles"  (incluso  si  no  son  "similares"  en  el  sentido  de  la 
primera frase); 

para  otros  tipos  de  reglamentos  nacionales  (regulados  por  el  párrafo  4),  la  "similitud"  se  define  de  modo 
amplio  e  incluye  no  sólo  las  mercancías  "cuasi  idénticas",  sino  también  todos  los  productos  importados  que 
guardan una relación de competencia con los productos nacionales. 

Tomando  como  base  para  su  razonamiento  la  jurisprudencia  anterior  del  GATT  y  la  OMC,  el  Grupo  Especial 
examinó  cuatro  criterios  generales con el  fin  de  determinar  la  "similitud"  con arreglo  al  párrafo  4  del  artículo 
III: 

ú  las propiedades, naturaleza y calidad de los productos;
ú  los usos finales de los productos; 

ú  los gustos y hábitos de los consumidores; y 

ú  la clasificación arancelaria de los productos. 

El  Grupo  Especial  constató  que,  aun  cuando  el  decreto  infringía  la  obligación  de  trato  nacional  de  las  CE,  la 
prohibición  podía  aplicarse  de  cualquier  forma  y  se  justificaba  en  virtud  del  apartado  b)  y  el  preámbulo  del 
artículo  XX  del  GATT  de  1994,  que  permiten  a  los  Miembros  adoptar  medidas  "necesarias"  para  proteger  la 
salud de las personas. Analizaremos esto con más detalle en el módulo 4, donde examinaremos el artículo XX y 
las excepciones generales a los principios básicos. 

En octubre de 2000, el Canadá presentó un anuncio de apelación ante el Órgano de Apelación. 

AUTOEVALUACIÓN: 

5.  Imagine que es usted miembro del Órgano de Apelación. ¿Confirmaría las constataciones del Grupo 
Especial con respecto a la infracción del párrafo 4 del artículo III o las revocaría?  ¿Cree que el decreto 
infringe las disposiciones de este artículo? ¿Qué argumento(s) esgrimiría usted? Tómese unos minutos 
para reflexionar sobre el caso y redacte algunas líneas en las que se reflejen sus ideas principales a fin de 
comparar su razonamiento con los argumentos y las conclusiones del Órgano de Apelación.
B.  CONSOLIDACIÓN (ARTÍCULO II) 

La segunda disciplina básica en materia de acceso a los mercados que estudiaremos se llama "consolidación" y 
se  rige  por el  artículo II  del  GATT  (en  el  caso del  comercio  de  mercancías).    Para  el  comercio  de  servicios, el 
artículo  XX  del  AGCS  contiene  un  concepto  similar,  con  algunas  variaciones.    Debido  a  la  naturaleza  del 
Acuerdo  sobre  los  ADPIC,  que  es  un  acuerdo  en  el  que  se  establecen  obligaciones  generales  para  cumplir 
normas  mínimas,  en  este  caso  no  hay  compromisos  específicos  que  estén  consignados  en  Listas  para  cada 
Miembro. Por lo tanto, en el Acuerdo sobre los ADPIC no existe el principio de consolidación. 

1.  EL PRINCIPIO DE CONSOLIDACIÓN EN LAS NORMAS DEL GATT 
RELATIVAS AL COMERCIO DE MERCANCÍAS 

EN BREVE: 

¿Qué es una consolidación? ¿Qué es un arancel consolidado? 

Según  el  GATT  de  1994,  una  consolidación  es  un  compromiso  de  no  elevar  el  arancel  aplicado  en  el  Arancel 
Aduanero Nacional por encima del nivel consolidado. Un arancel "consolidado" es un arancel respecto del  cual 
hay un compromiso jurídico de no elevarlo por encima del nivel consolidado. Un arancel consolidado puede ser 
distinto de un arancel aplicado puesto que un Miembro puede aplicar un arancel diferente (menor) que el que 
se comprometió a aplicar como máximo. 

EN DETALLE … 

El Principio de Consolidación (o Compromiso) establece un nivel máximo del derecho de aduana que se puede 
percibir  sobre  los  productos  importados  a  un  Miembro.    Cada  Miembro  se  encarga  de  negociar  sus  propias 
consolidaciones  (niveles  máximos  de  los  aranceles  que  se  recaudarán  en  la  frontera).    Los  "niveles 
consolidados"  se  acuerdan  durante  las  "negociaciones  sobre  el  acceso  a  los  mercados",  que  a  menudo  son 
bilaterales, pero a veces se determinan con arreglo a "niveles indicativos", u objetivos de reducción, que deben 
cumplirse  mediante  "recortes  arancelarios".    Los  niveles  consolidados  para  cada  partida  se  consignan  en  la 
Lista de concesiones de cada Miembro.  En la biblioteca en línea se puede imprimir un ejemplo de esas Listas. 

Examinemos en detalle el texto del artículo II del GATT: 

Párrafo 1 b) del artículo II del GATT  ­ primera frase: Listas de concesiones 

1.  b) "Los productos enumerados en la primera parte de la lista relativa a uno de los Miembros, que son 
productos de los territorios de otros Miembros, no estarán sujetos al ser importados en el territorio a 
que se refiera esta lista y teniendo en cuenta las condiciones o cláusulas especiales establecidas en 
ella a derechos de aduana propiamente dichos que excedan de los fijados en la lista ...". 

Observaciones:
"Los productos enumerados en la primera parte de la lista relativa a uno de los Miembros …" 

Las Listas de concesiones arancelarias son instrumentos jurídicos anexos al Acuerdo de Marrakech ­a través del 
"Protocolo de Marrakech"­ y forman parte integral de los compromisos jurídicamente vinculantes contraídos por 
los Miembros. 

Las  Listas  enumeran  los  productos  para  los  que  el  Miembro  interesado  ha  acordado  un  derecho  de  aduana 
máximo  aplicable.    El  producto  se  identifica  con  un  código  y  su  designación  se  basa  generalmente  en  el 
Sistema  Armonizado  de  Designación  y  Codificación  de  Mercancías  (SA).  Este  derecho  máximo  aplicable 
representa el nivel "consolidado" del arancel. 

Los Miembros pueden, naturalmente, aplicar derechos de aduana inferiores ("nivel arancelario aplicado") pero 
no  pueden  aplicar  el  derecho  de  aduana  a  un  nivel  superior  al  señalado  en  su  Lista  de  concesiones 
arancelarias. 

Cada Miembro de la OMC podrá negociar el nivel "consolidado" del derecho para cada producto contenido en la 
Lista.    Los  Miembros  no  están  obligados  a  consolidar  los  aranceles  de  todas  sus  importaciones  pero 
actualmente,  después  de  50  años  de  existencia  del  GATT  y  la  OMC,  muchos  niveles  arancelarios  están 
consolidados.    Los  países  en  proceso  de  adhesión  también  tienen  que  negociar  sus  Listas  de  concesiones 
arancelarias  en  las  negociaciones  ­normalmente  bilaterales­  sobre  acceso  a  los  mercados  que  tienen  lugar 
durante el proceso de adhesión. 

"Los productos...que son productos de los territorios de otros Miembros …" 

Este  principio, al  igual  que  otros  principios básicos, crea  derechos  y  obligaciones  para  los Miembros,  pero no 
concede ventajas a  los que no  sean Miembros.  Se aplica a las  mercancías originarias de  los territorios de un 
Miembro.  El concepto de "territorio" es importante porque además de los Estados, pueden obtener la condición 
de Miembro los territorios aduaneros distintos. 

"Los productos … al ser importados en el territorio a que se refiera esta lista …" 

El  artículo  II  del  GATT  se  aplica  a  los  productos  importados.    En  consecuencia,  los  operadores  económicos 
reciben la garantía de que el derecho de aduana propiamente dicho que se recaudará sobre sus importaciones 
no será superior al nivel indicado como "nivel consolidado" en la Lista de concesiones arancelarias del Miembro 
importador. 

Se  requiere  una  lectura  pormenorizada  de  la  Lista  ­con  inclusión  de  las  notas  a  pie  de  página  y  los 
encabezamientos­ a fin de tener un conocimiento preciso de lo que convino el Miembro de la OMC.  Durante las 
negociaciones se  podrán  acordar  limitaciones específicas  o  condiciones particulares  y  consignarlas  en  la  Lista 
como limitación a los compromisos o como parte de ellos.
"Los productos ... no estarán sujetos ... a derechos de aduana propiamente dichos …" 

En  principio,  la  "protección"  que  pueda  otorgarse  a  los  productos  de  producción  nacional  con  respecto  a  los 
importados  deberá  consistir  en  "derechos  de  aduana  propiamente  dichos",  a  menudo  llamados  "aranceles". 
Ese es el objetivo primero del artículo II del GATT. 

"Los productos ...  no  estarán  sujetos al  ser  importados… a  derechos  de  aduana  propiamente  dichos  que 
excedan de los fijados en la lista." 

En  resumen,  este  principio  es  bastante  simple:    el  "tipo  consolidado"  del  derecho  de  aduana  indicado  en  la 
Lista de concesiones arancelarias representa el derecho de aduana máximo que los Miembros pueden imponer 
en otro miembro bajo los reglamentos generales de la OMC. 

AUTOEVALUACIÓN: 

2.  En la Lista de concesiones arancelarias de Tristat, el derecho consolidado para los televisores es del 10 por 
ciento. ¿Puede Tristat aplicar un arancel distinto al del 10 por ciento indicado en su Lista?
2.  EXCEPCIONES 
Las  excepciones  generales  de  carácter  horizontal  y  las  medidas  de  protección  que  también  constituyen  una 
dispensa del cumplimiento de otras normas serán examinadas en los Módulos 4 y 5. 

Las  excepciones específicas que  están  relacionadas  con el  principio  de  las  consolidaciones  se  pueden  resumir 
de la siguiente manera: 

Los demás derechos o cargas (párrafo 1 b) del artículo II del GATT ­ segunda frase) 

Podrán imponerse derechos y cargas especiales, llamados "los demás derechos o cargas", además del "derecho 
de aduana propiamente dicho". En esas circunstancias, las  cargas podrán exceder del "nivel consolidado" que 
se  consigna  en  la  Lista  de  concesiones  arancelarias.    No  obstante,  los  demás  derechos  o  cargas  DEBEN 
consignarse en la Lista para que sean aplicables. 

El  Entendimiento  relativo  a  la  interpretación del  párrafo  1  b)  del  artículo  II  del  GATT,  incorporado  al  Acuerdo 
sobre  la  OMC,  tiene  por  objeto  aclarar  los  tipos  de  derechos  y  cargas  que  se  pueden  percibir  además  de  los 
"derechos de aduana propiamente dichos". 

Impuestos interiores, medidas comerciales correctivas, derechos de aduana (párrafo 2 del artículo II del GATT) 

Además  de  los  "derechos  de  aduana  propiamente  dichos"  (estrictamente  regulados  a  través  del  principio  de 
consolidación) las autoridades aduaneras están autorizadas a recaudar: 

ú  impuestos interiores; 

ú  derechos antidumping; 

ú  derechos de salvaguardia 

ú  derechos compensatorios;  y 

ú  derechos o tasas de aduana proporcionales al costo de los servicios prestados. 

El umbral del "tipo consolidado" se aplica a los derechos de aduana propiamente dichos. 

Los  impuestos  interiores,  los  derechos  antidumping  y  compensatorios,  y  los  derechos  o  tasas  de  aduana  por 
servicios  prestados  pueden  imponerse  además  del  tipo  consolidado,  pero  cada  uno  de  ellos  debe  respetar 
también las siguientes normas específicas: 

ú  el artículo III del GATT para los impuestos interiores; 

ú  el artículo VI del GATT (y los subsiguientes acuerdos) para las medidas antidumping, las subvenciones y 
las medidas compensatorias;  y 

ú  el artículo VIII del GATT para los derechos o tasas de aduana por servicios prestados. 

Las  concesiones  incluidas  en  las  listas  de  concesiones  arancelarias  pueden  modificarse  utilizando  los 
procedimientos indicados en el artículo XXVIII del GATT: 

RENEGOCIACIÓN DE LAS CONCESIONES/MODIFICACIÓN DE LAS LISTAS (ARTÍCULO XXVIII DEL GATT) 

El  procedimiento  es bastante  simple:    si  un  Miembro  desea  retirar  sus  compromisos anteriores  e  imponer un 
derecho de aduana más elevado que el tipo consolidado, tiene dos alternativas:
ú  el Miembro puede ser "eximido" TEMPORALMENTE de la obligación de respetar el nivel "consolidado", 
cuando el Miembro, en circunstancias excepcionales, ha recibido una autorización específica de todos los 
demás Miembros por un período de tiempo limitado; 

ú  el nivel de la concesión arancelaria se puede modificar PERMANENTEMENTE (reducir o aumentar). Este 
cambio creará un desequilibrio entre los derechos y concesiones de un Miembro con respecto a los demás. 
Además ­por lo menos potencialmente­ los Miembros que exportan las mercancías objeto de un derecho 
de aduana más elevado que el aplicado antes de modificar la concesión sufrirán pérdidas. 

Por esta razón, la renegociación de cualquier concesión arancelaria requiere que se  compense a los Miembros 
exportadores. Se debe renegociar con: 

ú  los abastecedores principales; 

ú  los Miembros que tengan un "interés substancial" (por lo menos el 10 por ciento de la participación total 
en las importaciones del producto de que se trate en el país importador); 

ú  los Miembros que tengan "derechos de primer negociador"; y 

ú  el Miembro con la proporción más elevada de exportaciones afectadas por la modificación de las 
concesiones en relación con sus exportaciones totales. 

Esta  renegociación  se  rige  por  las  normas  y  disposiciones  contenidas  en  los  artículos  XXVIII  y  XXVIIIbis  del 
GATT y el entendimiento relativo a la interpretación del artículo XXVIII del GATT de 1994. 

EJEMPLO ILUSTRATIVO 

Consolidaciones (para las mercancías) 

Supongamos  que  Alba,  Vanin,  Medatia  y  Tristat  son  Miembros  de  la  OMC  y  que  Ruritania  no  lo  es  y 
supongamos también que Alba ha contraído el compromiso de consolidar su arancel sobre los relojes de bolsillo 
(partida arancelaria 9101.29 del SA) al 15 por ciento (ad valorem). 

Los funcionarios de aduanas de Alba no podrán percibir un derecho de aduana más elevado que el señalado en 
la  Lista  de  concesiones arancelarias  de  Alba  (15  por ciento).  Por  lo  tanto,  la  administración  de  aduanas  está 
"vinculada"  por  el  compromiso  contraído  por  Alba  con  respecto  a  los  relojes,  consignado  en  su  Lista  de 
concesiones. Excepcionalmente, y en determinadas condiciones previstas en distintas disposiciones de la OMC 
(por  ejemplo,  el  artículo  XXIV  del  GATT  y  la  Cláusula  de  Habilitación),  Alba  podría  aplicar  un  tipo  inferior 
solamente a los relojes originarios de países específicos. 

Naturalmente,  las  autoridades  aduaneras  de  Alba  pueden  recaudar  un  derecho  de  aduana  inferior  al  15  por 
ciento.  De  hecho,  el  tipo  aplicado  contenido  en  la  "Lista  nacional  de  concesiones  arancelarias" de  Alba  podrá 
señalar, por ejemplo, un tipo arancelario (NMF) aplicado del 10 por ciento. 

No  hay  que  olvidar  que, debido  al  principio  NMF  que  hemos  examinado  antes, el  derecho  de  aduana  aplicado 
que  se  perciba  sobre  los  relojes  originarios  de  Vanin  importados  por  el  Sr.  Smith  también  debe  recaudarse 
sobre  los  relojes  ("productos  similares")  originarios  de  todos  los  demás  países  Miembros.    No  obstante,  Alba 
podrá  gravar  los  relojes  importados  de  Ruritania  con  un  arancel  más  elevado  que  el  indicado  en  la  Lista, 
porque Alba no está sujeta a las obligaciones de la OMC con respecto a Ruritania, que no es Miembro. 

Además  del  "derecho  de  aduana  propiamente  dicho"  aplicado  (10  por  ciento),  las  autoridades  aduaneras  de 
Alba también podrán percibir:
ú  "Los demás derechos o cargas" si éstos fueron enumerados en su Lista de concesiones arancelarias. 

ú  Una cuantía correspondiente a los impuestos interiores (por ejemplo, el IVA), siempre que esos impuestos 
interiores también sean percibidos sobre los relojes producidos en Alba (en conformidad con la obligación 
de no discriminación derivada del principio del "trato nacional"). 

ú  Una cuantía (derechos o tasa de aduana) que corresponda a los servicios (aduaneros) prestados por la 
autoridad aduanera. 

ú  Sumas destinadas a cubrir los derechos antidumping o compensatorios, así como las medidas de 
salvaguardia; éstas se examinarán en el Módulo 5. 

Hay  que  recordar  que  el  principio  de  las  consolidaciones se  aplica solamente  a  las  mercancías  incluidas en  la 
Lista de concesiones arancelarias. 

Si el Gobierno de Alba considera que el tipo que consolidó inicialmente para los relojes resulta demasiado bajo, 
podrá modificarlo de dos maneras: 

ú  solicitar a todos los Miembros de la OMC una exención por un período de tiempo limitado (esto se 
examinará con más detalle en el Módulo 5). 

ú  modificar su Lista de concesiones arancelarias. En este caso, Alba tendría que negociar las 
compensaciones, especialmente con los principales exportadores de relojes a Alba. 

AUTOEVALUACIÓN: 

3.  ¿Es el "arancel consolidado" la única carga que Tristat puede percibir sobre los televisores importados?
C.  ELIMINACIÓN GENERAL DE RESTRICCIONES 
CUANTITATIVAS (ARTÍCULO XI) 

La  tercera  disciplina  básica  en  materia  de  acceso  a  los  mercados  que  estudiaremos  se  llama  "Prohibición 
general  de  las  restricciones  cuantitativas".  Está  regulada  por  el  artículo  XI  del  GATT  (para  el  comercio  de 
mercancías) y por el artículo XVI del AGCS (para el comercio de servicios). 

1.  EL PRINCIPIO DE LAS RESTRICCIONES CUANTITATIVAS EN LAS 


NORMAS RELATIVAS AL COMERCIO DE MERCANCÍAS 

EN BREVE: 

¿Qué  es  una  restricción  cuantitativa?  ¿Pueden  los  Miembros  aplicar  restricciones 

cuantitativas? 

No  existe  una  definición  explícita  del  término  restricción  cuantitativa.  Una  definición  ímplicita  figura  en  el 
párrafo  1  del  artículo  XI  del  GATT,  que  proscribe  toda  prohibición  o  restricción,  aparte  de  los  derechos  de 
aduana,  impuestos  u  otras  cargas,  ya  sea  aplicada  mediante  contingentes,  licencias  de  importación  o  de 
exportación, o por medio de otras medidas. 

En  una  decisión  de  1996  (G/L/59,  Anexo),  el  Consejo  del  Comercio  de  Mercancías  presenta  una  lista  de 
restricciones  cuantitativas.  Esa  lista  incluye:  prohibición,  prohibición  excepto  en  determinadas  condiciones, 
contingente  global,  contingente  global  asignado  por  países,  contingente  bilateral  (es  decir,  todo  contingente 
que  no  sea  global),  régimen  de  licencias  automáticas,  régimen  de  licencias  no  automáticas,  restricciones 
cuantitativas  aplicadas  mediante  operaciones  de  comercio  de  Estado,  reglamentación  sobre  el  contenido  de 
aportación  nacional,  precio  mínimo  a  partir  del  cual  se  establece  una  restricción  cuantitativa  y  limitación 
"voluntaria" de las exportaciones. 

Las  únicas  restricciones  al  libre  comercio  que  la  OMC  permite  son  los  derechos  de  aduana,  los  impuestos  u 
otras cargas y las salvaguardias o medidas de emergencia en circunstancias limitadas. 

EN DETALLE … 

Las  restricciones  cuantitativas  a  las  importaciones  constituyen  una  prohibición  de  efectuar  importaciones  o 
exportaciones  una  vez  que  haya  entrado  en  el  territorio  una  determinada  cantidad  (el  contingente).    Con 
arreglo  a  lo  dispuesto  en  el  artículo  XI  del  GATT,  los  Miembros  de  la  OMC  no  deberían  mantenerlas.  La 
prohibición  significa  que  sólo  se  pueden  utilizar  los  derechos  de  importación  para  regular  el  comercio  en  las 
aduanas. 

Examinemos con más detalle el artículo XI del GATT:
Párrafo 1 del artículo XI del GATT 

Eliminación general de las restricciones cuantitativas 

1.  Ningún Miembro impondrá ni mantendrá ­aparte de los derechos de aduana, impuestos u otras 
cargas­ prohibiciones ni restricciones a la importación de un producto del territorio de otro Miembro o 
a la exportación o a la venta para la exportación de un producto destinado al territorio de [otro 
Miembro], ya sean aplicadas mediante contingentes, licencias de importación o de exportación, o por 
medio de otras medidas. 

"[Ningún Miembro] impondrá ni mantendrá ­aparte de los derechos de aduana, impuestos u otras cargas­ 
prohibiciones  ni  restricciones  …  ya  sean  aplicadas  mediante  contingentes,  licencias  de  importación  o  de 
exportación, o por medio de otras medidas." 

Este principio es bastante simple:  Por regla general, un Miembro de la OMC no puede imponer prohibiciones a 
la  importación  o  exportación  ni  restricciones  relativas  a  las  cantidades  o  el  valor  a  los  productos  de  otro 
Miembro. 

"[Ningún Miembro] impondrá ni  mantendrá aparte de los derechos de aduana, impuestos u otras cargas 
prohibiciones ni restricciones …" 

Los  únicos  obstáculos  de  protección  que  los  Miembros  de  la  OMC  pueden  mantener  o  imponer  son  los 
"derechos  de  aduana,  impuestos  u  otras  cargas"  compatibles  con  las  normas  del  GATT  ya  examinadas.  Por 
consiguiente, las "restricciones cuantitativas", ya se apliquen mediante "contingentes, derechos de importación 
o  exportación,  o  por  medio  de  otras  medidas",  constituirán  una  transgresión  de  la  norma  contenida  en  el 
artículo XI. 

La expresión "o por medio de otras medidas" utilizada en la disposición supra es una indicación de que la lista 
de  medidas  no  es  exhaustiva.    Por  lo  tanto,  si  una  medida  tuviera  un  efecto  similar  a  los  señalados  en  la 
disposición, dicha medida podría estar prohibida en virtud del artículo IX y, por lo tanto, no se podría aplicar. 

"Ningún Miembro impondrá ni mantendrá … prohibiciones ni restricciones a la importación de un producto 
del territorio de otro Miembro o a la exportación o a la venta para la exportación ..." 

La prohibición general de las restricciones         cuantitativas se aplica por igual a las medidas de importación y 
de  exportación.    Las  empresas  comerciales  del  Estado  (artículo  XVII)  también  tienen  prohibido  imponer 
restricciones cuantitativas. 

Por último, también debemos señalar el artículo XIII del GATT sobre la aplicación de los contingentes:
Aplicación no discriminatoria de las restricciones cuantitativas 

1.  Ningún Miembro impondrá prohibición ni restricción alguna a la importación de un producto originario 
del territorio de otro Miembro o a la exportación de un producto destinado al territorio de otro 
Miembro, a menos que se imponga una prohibición o restricción semejante a la importación del 
producto similar originario de cualquier tercer país o a la exportación del producto similar destinado a 
cualquier tercer país. 

Básicamente,  cuando  se  utilizan  restricciones  cuantitativas,  es  decir,  en  los  casos  en  que  así  lo  autoriza  el 
GATT  (por  ejemplo,  en  el  caso  de  las  medidas  de  salvaguardia),  dichas  restricciones  deben  imponerse  de 
manera no discriminatoria.  En otras palabras, el Miembro que las impone no está autorizado a favorecer a un 
país frente a otro. Se espera del Miembro que las imponga con carácter general. 

2.  Al aplicar restricciones a la importación de un producto cualquiera los Miembros procurarán hacer una 
distribución del comercio de dicho producto que se aproxime lo más posible a la que los distintos 
Miembros podrían esperar si no existieran tales restricciones… 

Esta disposición se centra en la asignación de contingentes entre los Miembros exportadores y tiene por objeto 
garantizar  que,  cuando  se  impongan  restricciones  cuantitativas,  éstas  no  distorsionarán  los  intercambios 
comerciales normales.   En otras palabras, los contingentes deben aplicarse por igual a los productos de todos 
los orígenes y su repartición debe aproximarse lo más posible a lo que podría haberse obtenido si no existieran 
esos  contingentes.    No  obstante,  el  Miembro  importador  puede  concertar  acuerdos  con  sus  abastecedores 
principales. 

2.  EXCEPCIONES 
Las  excepciones  generales  de  carácter  horizontal  y  las  medidas  de  protección  que  también  constituyen  una 
dispensa del cumplimiento de otras normas se examinarán en los Módulos 4 y 5. 

Se  admiten  excepciones  específicas  al  principio  de  las  restricciones  cuantitativas  en  las  normas  relativas  al 
comercio de mercancías: 

ú  prevenir una escasez aguda de productos alimenticios o de otros productos esenciales (párrafo 2 a) del 
artículo XI del GATT); 

ú  eliminar sobrantes temporales de un producto nacional similar que pueda ser substituido directamente por 
el producto importado (párrafo 2 b) del artículo XI del GATT); 

ú  mantener restricciones a la importación de productos agrícolas o pesqueros (párrafo 2 c) del artículo XI del 
GATT). 

Los  redactores  del  GATT  se  dieron  cuenta  de  que  en  circunstancias  específicas  (escasez  o  excedentes  de 
productos  de  producción  nacional)  era  posible  desviarse  de  los  principios  de  "prohibición  de  las  restricciones 
cuantitativas" a fin de prevenir situaciones críticas o hacer frente a éstas.
La  excepción  contenida  en  el  párrafo  2  c)  del  artículo  XI  del  GATT,  que  establece  una  dispensa  casi  general 
para  las  políticas  agrícolas  y  medidas  relacionadas  con  los  productos  de  la  pesca,  fue  la  disposición  esencial 
que condujo al "trato especial" para la agricultura.  La  "excepción agrícola" expiró con la entrada en vigor del 
Acuerdo sobre la Agricultura de la OMC. El  Acuerdo sobre la Agricultura de la OMC sustituyó al párrafo 2 c) del 
artículo  XI  del  GATT.    El  artículo  4  del  Acuerdo  sobre  la  Agricultura  dispone,  entre  otras  cosas,  que  los 
contingentes deben convertirse en derechos de aduana (proceso llamado "arancelización"). 

Por  consiguiente,  en  el  marco  de  la  OMC,  sólo  sigue  siendo  posible  aplicar  restricciones  cuantitativas  a  los 
productos de la pesca. 

Puede  resultar  útil  hacer  una  distinción  entre  los  contingentes  ­que  están  generalmente  prohibidos­  y  los 
contingentes arancelarios.  Los contingentes arancelarios consisten en cantidades preestablecidas de productos 
que  pueden  ser  importadas  a  un  tipo  "preferencial"  de  derecho  de  aduana  ("tipo  arancelario  dentro  del 
contingente").    Una  vez  que  el  contingente  arancelario  ha  sido  utilizado,  se  puede  seguir  importando  el 
producto sin ningún límite ­de modo que no constituye una restricción cuantitativa en el sentido del artículo XI 
del GATT­ pero a un tipo más elevado ("tipo arancelario fuera del contingente").  El "tipo arancelario fuera del 
contingente"  es  generalmente  el  tipo  NMF.  En  un  contingente  arancelario  es  posible  importar  cantidades 
específicas de productos a distintos niveles arancelarios. 

La asignación de los contingentes arancelarios debe ajustarse a las disciplinas contenidas en el artículo XIII del 
GATT  (Aplicación  no  discriminatoria  de  las  restricciones  cuantitativas),  que  dispone  que  los  contingentes 
arancelarios deben aplicarse de  manera  similar a  los productos de todos los orígenes, pero que  su asignación 
debe  asimismo  aproximarse  lo  más  posible  a  la  participación  en  el  mercado  prevista  que  habría  existido  en 
ausencia  de  los  contingentes  arancelarios.    También  cabe  la  posibilidad  de  concertar  acuerdos  con  los 
abastecedores principales. 

EJEMPLO ILUSTRATIVO 

PROHIBICIÓN DE LAS RESTRICCIONES CUANTITATIVAS (PARA LAS MERCANCÍAS) 

Supongamos que Alba y Vanin son Miembros de la OMC. 

El párrafo 1 del artículo XI del GATT exige que los Miembros eliminen las restricciones cuantitativas aplicadas 
mediante contingentes, licencias de importación o de exportación, o por medio de otras medidas.  Por lo tanto, 
una infracción de lo dispuesto en el GATT puede revestir diversas formas. 

Una  infracción  típica  ocurre  cuando  un  Miembro  importador  trata  de  limitar  la  cantidad  de  un  producto  que 
entra  en  el  país,  normalmente  con  el  fin  de  proteger  una  rama  de  producción  nacional  competidora.    Por 
ejemplo, si Alba determinara que su mercado potencial para los relojes es de 1 millón al año y decidiera, a fin 
de  garantizar  la  supremacía  de  la  rama  de  producción  nacional,  limitar  el  número  de  relojes  importados  de 
Vanin a 400.000, ello constituiría una infracción del párrafo 1 del artículo XI. 

No  obstante,  se  podría  establecer  una  distinción  entre  los  contingentes  prohibidos  y  los  contingentes 
arancelarios. Alba podría en cambio permitir la importación de 400.000 relojes de Vanin a un tipo arancelario 
preferencial, y percibir un tipo de derecho más elevado sobre los relojes que sobrepasaran el límite de 400.000 
(aunque  no  superior  al  tipo  consolidado  de  Alba).    Esta  política  estaría  permitida  con  arreglo  al  artículo  XI, 
porque, en el ejemplo, no habría una limitación numérica de la cantidad de relojes que se pueden importar.  El 
Gobierno  de  Alba  simplemente  otorga  un  mejor  acceso  a  su  mercado  por  medio  de  un  derecho  preferencial 
para  los  relojes  importados  hasta  una  cantidad  determinada  (de  1  a  400.000  relojes).    El  tipo  de  derecho
ordinario se aplica una vez utilizado totalmente el contingente, es decir, a partir del 400.001° reloj importado 
en el país.  En consecuencia, no hay restricción del comercio. 

No  obstante,  se  pueden  aplicar  restricciones  cuantitativas  a  los  productos  de  la  pesca.    Por  lo  tanto,  Alba 
podría imponer un contingente sobre el número de salmones que puede importar. Por ejemplo, el Gobierno de 
Alba  puede  introducir  un  contingente  de  10  toneladas  métricas  de  salmones.    En  esas  circunstancias,  los 
importadores no podrán importar en el país más de 10 toneladas métricas de salmones al año. 

Además,  se  permite  a  los  Miembros  apartarse  de  la  obligación  de  eliminar  las  restricciones  cuantitativas 
cuando adoptan "medidas de salvaguardia".  Éstas se examinarán con más detalle en el Módulo 5. 

AUTOEVALUACIÓN: 

8.  Medatia desea introducir un contingente de importación para el atún fresco y la carne de cordero 
congelada. ¿Están estas medidas en consonancia con sus derechos y obligaciones en el marco de la OMC? 

9.  Tristat aplica un contingente arancelario de 1 millón de toneladas a los pepinos frescos.  ¿Qué significa 
esto?
III. RESUMEN 
LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL GATT 

ú  Obligaciones generales en el marco del GATT: 

ú  Principio de la nación más favorecida (NMF): prohíbe la discriminación entre las importaciones, 
cualquiera que sea su origen o destino. 

ú  Principio de trato nacional:  prohíbe la discriminación entre los productos importados y los de 
producción nacional 

ú  Principio de consolidación:  postula que los Miembros se atengan a los tipos consolidados que figuran en 
sus Listas de concesiones arancelarias. 

ú  Principio de las restricciones cuantitativas:  prohíbe la adopción o el mantenimiento de restricciones 
cuantitativas. 

ú  Artículos del GATT que contienen los principios: 

ú  NMF – Artículo I 

ú  Trato nacional – Artículo III 

ú  Consolidaciones – Artículos II, XXVIII y XXVIIIbis + el Entendimiento sobre el artículo XXVIII 

ú  Restricciones cuantitativas – Artículos XI and XIII 

ú  Excepciones y dispensas de estas obligaciones básicas: 

ú  Las excepciones específicas se incluyen en los artículos que contienen los principios 

Excepciones  generales  de  carácter  horizontal  que  también  son  aplicables  a  otras  normas  de  la  OMC  (se 
examinarán en los módulos 4 y 5).
RESPUESTA PROPUESTA: 

1.  Si el texto hiciera referencia a otro MIEMBRO, esto significaría que los Miembros sólo deberían asegurarse 
de que el mejor trato otorgado a los productos originarios de uno de los Miembros fuese concedido a los 
demás Miembros. Por lo tanto, esto podría significar que un Miembro (Alba) podría conceder una ventaja a 
los productos originarios de un país que no fuera Miembro de la OMC (Ruritania en nuestro ejemplo) sin 
tener que dispensar este trato "más favorable" a los otros Miembros de la OMC.  En otras palabras, Alba 
tendría que aplicar el trato del "Miembro más favorecido" pero no el trato que se estipula en el párrafo 1 
del artículo I del GATT. A tenor del texto actual (en el que se utiliza el término PAÍS), las ventajas 
concedidas a los productos procedentes de Ruritania también deben otorgarse a todos los Miembros de la 
OMC.  En consecuencia, los Miembros de la OMC obtienen el mejor trato, a reserva de las excepciones 
permitidas por los Acuerdos de la OMC. Procedamos ahora a estudiar un asunto sometido al mecanismo de 
solución de diferencias de la OMC a fin de dilucidar cómo se aplica el principio NMF en el marco económico 
y reglamentario de los Miembros.  Y, lo que es más interesante, examinemos de qué forma pueden 
interpretarse las disposiciones que rigen este principio básico. 

2.  El Órgano de Apelación confirmó las conclusiones del Grupo Especial conforme a las cuales el Canadá había 
actuado de forma incompatible con el párrafo 1 del artículo I del GATT de 1994, así como el razonamiento 
que el Grupo Especial había seguido. Puede consultar más detalladamente los argumentos y el 
razonamiento desarrollados por las Partes y por el Órgano de Apelación, así como las conclusiones de este 
último, en el documento WT/DS139/AB/R (párrafos 70 a 86 y 185) al que podrá acceder a través de la 
biblioteca en línea. 

3.  La prohibición de la publicidad constituye una medida "que afecta a la venta en el mercado interior" de 
productos "similares" importados a tenor del párrafo 4 del artículo III del GATT. Esta medida constituiría 
una infracción de dicho párrafo si los relojes nacionales y extranjeros fueran "productos similares" a tenor 
del mismo, puesto que la prohibición de hacer la publicidad de los relojes extranjeros equivale a imponer 
un trato menos favorable a los bienes importados que el concedido a los productos "similares" de origen 
nacional. 

4.  En la medida en que los relojes importados y nacionales son "productos similares", los relojes importados 
no pueden recibir un trato menos favorable que los relojes nacionales, ni viceversa. Un trato 
discriminatorio sería contrario al párrafo 4 del artículo III, que prohíbe los reglamentos interiores que 
favorezcan la producción nacional. Puesto que este nuevo reglamento de Alba favorecería la producción 
nacional de materiales para los relojes (exigiendo que los relojes extranjeros contengan un determinado 
nivel de contenido nacional), es contrario al párrafo 4 del artículo III del GATT.  Obsérvese que por lo 
general, y a menos que el Miembro se beneficie de un período de transición en el marco del Acuerdo sobre 
las Medidas en materia de Inversiones relacionadas con el Comercio (MIC), cualquier forma de prescripción 
en materia de contenido nacional es contraria al párrafo 4 del artículo III. 

5.  El Órgano de Apelación constató que los productos de amianto y los productos que no contienen amianto 
que los pueden sustituir no eran "productos similares" en el sentido del párrafo 4 del artículo III. El Órgano 
de Apelación basó sus argumentos en lo siguiente: 

ú  el concepto de la salud es pertinente para el análisis de la "similitud" a efectos de las disposiciones del 
artículo III (el amianto tiene propiedades cancerígenas); y 

ú  las diferencias consiguientes en los gustos y hábitos de los consumidores en lo referente a los productos 
de amianto y los productos que no contienen amianto que los pueden sustituir llevaron al Órgano de
Apelación a concluir que los productos no son "productos similares" con arreglo al párrafo 4 del artículo 
III 

Por lo tanto, se constató que el decreto de las CE no infringía el principio de trato nacional contenido en el 
artículo III del GATT de 1994. 

Sírvase  leer  los  interesantes  argumentos  y  razonamientos  formulados  por  las  partes  y  el  Órgano  de 
Apelación  así  como  las  conclusiones del  Órgano  de  Apelación  en  el  documento  WT/DS135/AB/R  (párrafos 
87  a  120,  192  y  193)  que  se  encuentra  en  la  biblioteca  en  línea.  Otros  documentos  relacionados  con  el 
caso, como el informe del Grupo Especial, también están disponibles en la biblioteca en línea. 

6.  Sí.  Hay dos circunstancias en las que Tristat podría aplicar un arancel distinto al indicado en su Lista de 
concesiones arancelarias. 

ú  Tristat podrá imponer un arancel aplicado inferior al arancel consolidado señalado en su Lista.  No 
obstante, si Tristat ofrece un tipo inferior, por ejemplo a Vanin, debe aplicarlo a todos los Miembros. 

ú  Tristat podrá imponer un arancel superior al arancel consolidado indicado en su Lista a cualquier país que 
no sea Miembro, como Ruritania, dado que las obligaciones en el marco de la OMC no se aplican a los 
países que no son Miembros. 

7.  No.  Tristat puede percibir, además de los aranceles: 

ú  "los demás derechos o cargas" si están enumerados en su Lista; 

ú  impuestos interiores (por ejemplo, el IVA); 

ú  medidas comerciales correctivas (por ejemplo, derechos compensatorios o antidumping); y 

ú  derechos (tasas) de aduana por los servicios prestados. 

8.  Medatia puede imponer un contingente de importación al atún fresco.  Los productos de la pesca 
constituyen una excepción a la prohibición que figura en el artículo XI relativa a las restricciones 
cuantitativas a la importación. No obstante, desde la Ronda Uruguay, Medatia no puede imponer una 
restricción cuantitativa a la importación de un producto agrícola como la carne de cordero congelada. Con 
arreglo al párrafo 2 c) del artículo XI del GATT de 1947, los productos agrícolas no estaban sujetos a la 
eliminación de las reducciones cuantitativas.  Sin embargo, esta disposición ha sido sustituida por el 
artículo 4 del Acuerdo sobre la Agricultura, que ahora prohíbe las restricciones cuantitativas a los 
productos agrícolas. 

9.  Los contingentes arancelarios permiten una administración de los derechos de aduana en dos niveles.  Se 
permite importar una cuantía preestablecida de un determinado producto a un tipo "preferencial".  Una vez 
superada esa cuantía, todas las importaciones adicionales estarán sujetas a un tipo más elevado 
(normalmente, el tipo NMF o "consolidado").  En realidad no hay un límite máximo a las importaciones. En 
nuestro ejemplo, Tristat aplica un contingente arancelario de 1 millón de toneladas a los pepinos frescos. 
Los pepinos comprendidos entre 0 y 1 millón de toneladas pueden ser importados a un tipo preferencial 
de, por ejemplo, el 2 por ciento (derecho consolidado dentro del contingente).  Una vez cubierto el 
contingente de 1 millón de toneladas, los pepinos se pueden importar a un tipo NMF del 10 por ciento 
(derecho consolidado fuera del contingente). Sin embargo, no hay restricciones a la cantidad de pepinos 
que se pueden importar.
Definicion - Derecho Comercial Internacional

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DERECHO COMERCIAL INTERNACIONAL


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DERECHO COMERCIAL
INTERNACIONAL Definicion
Carta intención

Condiciones generales de
venta

Es una rama del derecho que regula las relaciones de caracter mercantil entre privados provenientes de distintos
países, que se encarga de determinar la legislación por la cual se van a regir esas relaciones y sus efectos.
DERECHO COMERCIAL INTERNACIONAL

Concepto de Derecho Comercial Internacional:


"Es el conjunto de principios, valores y normativas jurídicas que tiene por objeto regular una rama de la economía
denominada "comercio internacional", que es el intercambio de bienes y servicios, que se produce entre bloques o
regiones económicas a través de todo ente comercial sean estos personas naturales o jurídicas, Estados u
organizaciones .
Todo esto se ha producido por el fenomeno de la globalización, y el desarrollo de nuevas potencias economica que
abren sus fronteras a fin de lograr abastecer con precios mas competitivos sus mercados internos y asimismo generar
exportaciones a otras economias, generando una necesidad implicita de regular dichas relaciones internacionales."

Victoria Parra

DERECHO COMERCIAL INTERNACIONAL Es una rama del derecho internacional, en virtud de la cual se establecen los
principios y normas que regulan los actos de comercio entre los sujetos de derecho internacional de carácter progresivo . Al
mismo tiempo que evolucionan las condiciones sociales y económicas el derecho mercantil internacional ha de
internacionalizándose. Para lo cual diversos organismos trabajan en su normativización internacional
Laura Gonzalez

Derecho Comercial Internacional: Conjunto de Normas y principios de caracter nacional como internacional que regulan
actos juridicos de caracter comercial entre los distintos sujetos de derecho que contratan y que se encuentran domiciliados en
distintos Estados, y cuyo objeto es la solucion de conflictos que puedan nacer entre estos mediante la aplicacion de
convenciones internacionales, internalizacion de derecho extranjero en el derecho nacional, determinacion de la competencia,
o el establecimiento normas comunes, aplicables a las partes, segun lo que se determine en las mismas clausulas de los
contratos correspondientes.

Gustavo Muñoz B.

El Derecho comercial internacional (o Derecho mercantil internacional) es el conjunto de normas relativas a los
comerciantes en el ejercicio de su profesión, a los actos de comercio legalmente calificados como tales y a las relaciones
jurídicas derivadas de la realización de estos; en términos amplios, es la rama del derecho que regula el ejercicio del comercio
internacional. Uno de sus fundamentos es el comercio.
En la mayoría de las legislaciones, una relación se considera comercial, y por tanto sujeta al Derecho mercantil, si es un actos
de comercio . El derecho mercantil internacional actual se refiere a estos actos, de los que lo son intrínsecamente, aunque en
muchos casos el sujeto que los realiza no tenga la calidad de comerciante (sistema objetivo); sin perjuicio de ello, existen
ordenamientos juridicos en que el sistema es subjetivo, en base a la empresa, regulando tanto su estatuto jurídico, como el
ejercicio de la actividad económica, en sus relaciones contractuales que mantienen los empresarios entre ellos y con terceros.
El Derecho comercial internacional es una rama especial del derecho internacional privado.

JOSÉ TORO TREJOS

Derecho Comercial Internacional:

Es una rama del Derecho que tiene como fin regular las relaciones
de indole comercial suscitadas entre privados procedentes de diversos paises.
Este conjunto de normas y principios que reglan u ordenan estas relaciones se
manifiestan en la aplicacion de tratados, acuerdos y convenciones nacidas de
reuniones y conferencias internacionales.

http://ubointernacional.wikifoundry.com/page/Definicion[11/03/2021 08:48:37]
Definicion - Derecho Comercial Internacional

Nancy Lagos Latorre.

DERECHO COMERCIAL INTERNACIONAL


Es un conjunto de normas que regulan las relaciones mercantiles entre privados provenientes de distintos
paises y que viene solucionar conflictos de legislaciones divergentes, utilizando como fuentes las
convenciones internacionales, la costumbre internacional, los principios generales del derecho,decisiones
judiciales, doctrina, lex mercatorias, y el derecho nacional y su aplicación internacional.

Daniel Ponce Labbé

"El derecho comercial internacional se puede definir como un conjunto de normas que tienen por objeto regular
las relaciones de carácter mercantil o comercial existente entre diferentes estados, como también entre personas
de distintas nacionalidades,esto con la finalidad de evitar que se produzcan conflictos de carácter jurisdiccional, y
así, coexistan de manera armónica las legislaciones de cada país,en consecuencia, sea más accesible el
comercio con países extranjeros lo cual les permite adquirir las tecnologías y recursos que necesitan."

Victoria Urra Fuentes

Derecho comercial Internacional.


El derecho comercial internacional,corresponde a una rama del derecho internacional y que se ve representa a
traves de un conjunto de principios , valores y normativa juridica, que tiene por objeto regular las relaciones
economicas que nacen de los diversos actos juridicos llevados a cabo por los diferentes sujetos de derecho
situados en distintas partes del mundo.Por otro lado se encarga de determinar cual va a ser la egislacion
aplicable en la solucion de conflicto.

Alejandra Diaz Guzman

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Claudio_Santo Claudio Santo Rodriguez 0 Jun 15 2008, 12:52 PM EDT by


Claudio_Santo

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El derecho comercial internacional esta determinado por un conjunto de principios y normas de caracter
nacional como internacional cuya funcion principal es solucionar conflictos que se susciten entre aquellos
intervinientes capaces de actuar, con el fin de llegar a acuerdos conciliables en las distintas materiales que
son sometidas a su conocimiento a traves de los diversos mecanismos que el derecho establece.

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HECTORGOMEZ DERECHO COMERCIAL INTERNACIONAL 0 Jun 10 2008, 6:02 AM EDT by


HECTORGOMEZ

luifernandorojas definicion 0 May 27 2008, 7:18 PM EDT by


luifernandorojas

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LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO. ANTECEDENTES,
SITUACIÓN Y PERSPECTIVAS.

María Isabel Heredero


Universidad Autónoma de Madrid

El sistema multilateral de comercio, establecido a finales de 1947 con la firma del


Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) buscaba una mayor
liberalización del comercio mundial a través de la cooperación internacional, cooperación
que se ha consolidado y potenciado con la creación de la Organización Mundial de
Comercio (OMC). Organización que, fuera de toda duda, constituye, hoy, el mayor ente
operativo del orden económico universal denominado globalización.

La OMC significa una transformación importante respecto al sistema GATT; aporta


nuevos elementos, que unidos a los ya establecidos desde 1947, consolidan y fortalecen el
actual sistema del comercio internacional.

ABSTRACT

The multilateral trade system established at the end of 1947 by the General Agreement
of Tariffs and Trade (GATT) has always pursued as its main objective the liberalisation of
world trade through the international cooperation, a cooperation which has been encouraged
and consolidated by the creation of the World Trade Organisation (WTO). At present the
WTO constitutes, without any doubt, the most important universal operational entity of
economic order called globalisation.

The WTO entails an important transformation with respect to the GATT, it brings new
elements which, together with those established since 1947, tend to consolidate and
strengthen the present international trade system.

PALABRAS CLAVE

Globalización, Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT),


Comercio Mundial, OMC.

1
LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO. ANTECEDENTES,
SITUACIÓN Y PERSPECTIVAS.

1. INTRODUCCIÓN

2. EL PAPEL DEL GATT COMO INSTRUMENTO DE


LIBERALIZACIÓN COMERCIAL MULTILATERAL
2.1. Antecedentes y principios básicos de funcionamiento

2.2. El proceso de liberalización del comercio

2.3. La Ronda Uruguay

3. LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO


3.1. Objetivos y contenido
3.2. La OMC en funcionamiento
3.3. Los nuevos problemas del comercio mundial. La Ronda del milenio.

4. LA OMC. CAMBIOS E INNOVACIONES RESPECTO AL SISTEMA


GATT.

BIBLIOGRAFÍA

2
1. INTRODUCCIÓN

El comercio como actividad económica y social tiene sus orígenes en las primeras
épocas de la historia de la humanidad. El nacimiento de los Estados modernos planteó
sobre este esquema tradicional nuevos elementos a considerar y, paulatinamente, las
reglamentaciones administrativas del comercio y la presencia de los poderes públicos en
estas actividades comerciales aumentaron y revistieron formas cada vez más complejas y
diferentes.

El siglo XIX, dominado por la economía británica, fue, en general, un largo período
de rápido crecimiento comercial; los años treinta del siglo XX, caracterizados por la
convulsión de la gran Guerra y por la fortísima depresión iniciada a finales de la década
anterior, son años en que las corrientes comerciales se reducen; la segunda mitad del siglo
XX, con presencia dominante de la economía norteamericana, es testigo de un crecimiento
considerable del comercio que, en términos generales, ha ido por delante de la producción
total. Puede decirse, sin temor a equivocarse, que la segunda mitad del siglo XX
constituye, con altibajos, un largo periodo de desarrollo abierto, por lo menos para los
países industrializados.

El sistema multilateral de comercio, establecido a finales de 1947 con la firma del


Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) buscaba una mayor
liberalización del comercio mundial a través de la cooperación internacional, cooperación
que se ha consolidado y potenciado con la creación de la Organización Mundial de
Comercio (OMC). Organización que, fuera de toda duda, constituye, hoy, el mayor ente
operativo del orden económico universal denominado globalización.

El objetivo del presente artículo es el análisis de la liberalización comercial


multilateral llevada a cabo en el seno del GATT y, posteriormente, en la OMC.

El primer epígrafe se dedica al análisis del GATT como instrumento de


liberalización multilateral comercial examinando los antecedentes, principios básicos de
funcionamiento y su evolución, enfatizando en la última ronda de negociación del GATT,
la Ronda Uruguay.

3
Posteriormente se examina la OMC a través del estudio del contenido y los objetivos
que persigue, del funcionamiento y de los nuevos problemas del comercio mundial.

Por último, la creación de la OMC ha supuesto un cambio importante con respecto al


sistema GATT por lo que el epígrafe final se consagra al establecimiento de una
comparación entre el GATT y la OMC. Comparación que permite detectar las debilidades
del sistema anterior, las fortalezas del nuevo y las razones que han provocado la
transformación del Acuerdo en un Organismo Especializado del Sistema de Naciones
Unidas.

2. EL PAPEL DEL GATT COMO INSTRUMENTO DE LIBERALIZACIÓN


MULTILATERAL COMERCIAL

2.1. Antecedentes y principios básicos de funcionamiento

La finalización de la segunda guerra mundial y el fuerte deterioro que


experimentaron las relaciones económicas internacionales a lo largo del periodo
entreguerras, provocó que los países aliados, con EEUU a la cabeza, asumieran la
responsabilidad de recomponer los elementos básicos de una disciplina económica mundial
en los ámbitos comercial, monetario y financiero.

La planificación del orden económico de la posguerra constituyó un hecho sin


precedentes. En un período relativamente breve, los países acordaron las normas básicas,
que regularían las relaciones económicas internacionales y definieron y crearon los
organismos internacionales que desarrollarían y ejecutarían la normativa.

Para ello, muy pronto, en la Conferencia de Bretton Woods, se crearon el Fondo


Monetario Internacional y el Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo/Fomento
que tendrían como misión la regulación de las cuestiones monetarias y la movilización de
capital a largo plazo necesaria para lograr un crecimiento adecuado.

El edificio institucional se completaría con la creación de una Organización


Internacional de Comercio (OIC) que no fue posible. Aunque su creación fue realmente
acordada en la Conferencia de la Habana, nunca llegó a ser ratificada por los países,
especialmente por Estados Unidos1; una paradoja, si se tiene en cuenta que fue el principal
4
promotor de la idea. Varias fueron las razones que motivaron esta decisión, entre ellas,
cabría destacar su evolución política y, sobre todo, el recelo existente hacia un organismo
internacional, que podía impedir su plena libertad de decisión en materia de comercio2.

Mientras seguían los trabajos preparatorios de la Carta de la OIC los principales


países llevaron a cabo una serie de negociaciones arancelarias encaminadas a reducir
aranceles y preferencias. Estas negociaciones dieron lugar al Acuerdo General sobre
Aranceles Aduaneros y Comercio -General Agreement on Tariffs and Trade- GATT. El
acuerdo entró en vigor el 1 de enero en 1948 al mismo tiempo que las rebajas arancelarias
acordadas3.

A partir de su entrada en vigor, asumió muchos de los principios que hubiera


seguido la OIC, pero configurado como un proyecto, claramente, menos ambicioso en su
objetivo de vigilar la disciplina comercial internacional. El GATT4 se convirtió en un
marco estable donde las partes contratantes (países) de los acuerdos multilaterales
encontraron unas bases genéricamente aceptadas de negociación sirviendo, a su vez, para
zanjar potenciales conflictos en la interpretación de los acuerdos5.

El GATT, a diferencia del FMI y BIRF, nunca fue un organismo de Naciones


Unidas sino un acuerdo internacional multilateral que reguló las relaciones comerciales
entre sus signatarios.

Los principios básicos de funcionamiento del GATT6 persiguieron, como objetivo


central, la consecución de un comercio internacional más libre, a través de la negociación
multilateral y el respeto a los acuerdos alcanzados. Fueron los principios de no-
discriminación, reciprocidad y transparencia.

El eje central lo constituyó el principio de no-discriminación institucionalizado en


la cláusula de la nación más favorecida que aseguraba la multilateralización de las
concesiones y contraprestaciones conseguidas en cualquier negociación.

El principio de reciprocidad de las concesiones mutuas, menos contundentemente


definido supuso, también, un principio común de actuación por los países contratantes.

5
La transparencia de las políticas comerciales, desde una perspectiva más
instrumental, hizo referencia al uso de los aranceles7 como medida de protección,
prohibiendo determinados mecanismos de protección (restricciones cuantitativas) por su
escasa transparencia a la hora de evaluar sus efectos sobre el mercado protegido8.

La aceptación de tales principios requirió a su vez la aprobación y regulación de


determinadas excepciones de los citados principios. Entre ellas cabe citar los acuerdos
regionales de libre comercio o uniones aduaneras9, las preferencias concedidas antes de la
firma del GATT10 y las preferencias que representaban ventajas para los países en
desarrollo11.

Quedaron fuera del amparo del GATT sectores específicos como los textiles,
regulados a través del Acuerdo Multifibras; la agricultura y los servicios. Además, la
aplicación de los principios del GATT mostró una cierta flexibilidad muy ligada a los
intereses particulares de los países desarrollados. De esta forma, a través de acuerdos o
excepciones se mantuvieron fuera de los procesos de liberalización parcelas muy
importantes del comercio mundial12.

Adicionalmente, el GATT13 nació con una carencia básica, no era una organización,
aunque facultaba a los países miembros para actuar conjuntamente y tomar decisiones. El
conjunto de Estados firmantes del Acuerdo, llamados Partes Contratantes, tenía atribuida
esa función, adoptando las decisiones por mayoría simple, excepto para decisiones
específicas (acceso de nuevos miembros o concesión de dispensas a obligaciones del
Tratado) que requerían los dos tercios de los votos.

La estructura orgánica del GATT, inicialmente, constaba de una única institución,


la Conferencia, que reunía periódicamente a las partes contratantes. El funcionamiento del
GATT indicó la escasa funcionalidad de un solo órgano y progresivamente le fue dotando
de una cierta institucionalización. En 1954 se creó un Comité Intersesión con el fin de
asegurar una continuidad durante los períodos en que la Conferencia no estaba reunida; su
función fue la resolución de las cuestiones urgentes, preparación de la siguiente
conferencia y coordinación de las actividades de diversos grupos de trabajo.

6
Desde el principio dispuso de una Secretaría, que junto con los Comités y Grupos
de trabajo completaron la estructura institucional del GATT, y en ellos se realizó buena
parte del trabajo derivado del Acuerdo.

En otro orden de cosas, la solución de diferencias entre Estados se buscó a través


de acuerdos bilaterales. En muchos casos, tales diferencias permanecieron durante mucho
tiempo, constituyendo una rémora en las relaciones comerciales entre los países afectados;
al final, la solución se alcanzaba a través de la cesión de la parte que tenía más que perder
de dicha paralización, generalmente la parte más débil. El GATT trató de establecer un
procedimiento que evitara tal situación, dando posibilidad, al país que se consideraba
agraviado, de iniciar un expediente que podía dar lugar a acciones por parte del conjunto
de los países miembros14.

2.2. El proceso de liberalización del comercio

Las negociaciones multilaterales fueron la actividad más importante del GATT. Se


iniciaron con la firma del Acuerdo en 1947 en Ginebra celebrándose siete posteriores (véase
cuadro 1) que, generalmente, llevan el nombre de la ciudad o Estado en que se acordó o la de
algún político que la impulsó. Desde su creación hasta 1994 se conformó un largo período de
liberalización comercial protagonizado por el GATT y definido por su falta de homogeneidad
tanto en los logros conseguidos como en el método utilizado para negociar las reducciones
arancelarias.

Hasta la quinta Ronda -“Ronda Dillon”- se desarrolló un proceso de liberalización


comercial, que, inicialmente se caracterizó por fuertes reducciones arancelarias ofrecidas por
EEUU, y, que posteriormente se ralentizó (véase cuadro 1), entre otras cosas por la creación
de la Comunidad Europea. El procedimiento de negociación utilizado fue bilateral basado en
la oferta-contraoferta producto por producto. De esta forma, iniciada la Conferencia, cada
parte presentaba a las restantes una serie de peticiones formuladas en una serie de solicitudes
para las que se querían obtener consolidaciones arancelarias. Si el país aceptaba, el país
solicitante había de dar una ventaja de valor equivalente al país otorgante. Las concesiones se
formalizaban en listas, una para cada país, en la que se incluía la totalidad de las concesiones
hechas al resto de los signatarios del GATT15. Este procedimiento, producto por producto

7
para su ulterior multilateralización, fue muy efectivo al principio y resultó después
demasiado enojoso y difícil para conseguir los necesarios acuerdos.

Este método se sustituyó a partir de la sexta Ronda (“Ronda Kennedy”) por una
nueva fórmula de negociación basada en un sistema de rebajas lineales. Consistía este sistema
en el establecimiento de una reducción lineal de partida de los aranceles como regla general, a
partir del cual los países negociaban la lista de excepciones a esa regla general.

Esta nueva fórmula supuso un empuje al proceso de desmantelamiento arancelario de


los productos manufacturados y, aunque, aparecieron en la negociación temas que nunca
habían estado bajo el amparo del GATT, no fue posible incluirlos ya que no se alcanzó
acuerdo alguno.

La Ronda Kennedy16 fue la más importante de las celebradas hasta entonces tanto por
el volumen de comercio al que afectó como por el cambio en el sistema de negociación.

Aun con todos sus defectos, al comienzo de los años setenta, con un clima de
crecimiento importante del comercio internacional, el GATT mostró las ventajas de la
cooperación frente al enfrentamiento como forma de resolver las cuestiones asociadas a las
relaciones comerciales entre países. No obstante le quedaban muchas cuestiones pendientes
por resolver entre las que cabe destacar la provisionalidad del Acuerdo y no haber conseguido
la universalización. A estas cuestiones se dedicarán las dos Rondas siguientes.

Los años que marcan el inicio y la conclusión de la séptima Ronda (“Ronda Tokio”,
1973 – 1979) definieron una situación generalizada de crisis por la que pasaba en aquellos
momentos la economía mundial. El cambio cualitativo que comenzó en la anterior Ronda, en
cuanto a la forma de negociar se consolidó en esta Ronda, donde los mayores esfuerzos se
centraron en las barreras no arancelarias.

Como resultado de esta negociación se redujeron notablemente los aranceles


aplicables a los productos industriales, entre los principales países industriales del mundo
occidental, aunque no sucedió lo mismo con los países en desarrollo. La novedad más
importante de esta Ronda fue la adopción de varios códigos de conducta17 que pretendían
reducir las barreras no arancelarias. Ahora bien algunos de estos códigos no fueron acordados
o lo hicieron de forma inadecuada, pese a ser objeto de negociación18
8
CUADRO 1. RONDAS DE NEGOCIACIONES CELEBRADAS AL AMPARO DEL GATT
Ronda Fecha Países Volumen de Contenido de las Resultado de las Problemas
negociación participantes Comercio negociaciones negociaciones planteados
afectado (1)
Ginebra 1947 23 10.000 Aranceles: producto 45.000 No-agricultura
a producto concesiones
arancelarias
Annecy 1949 33 ----- Aranceles: producto Nuevas --------
a producto reducciones
arancelarias
Torquay 1950 34 ---- Aranceles: producto Concesiones -------
a producto arancelarias
suplementarias
Ginebra 1956 22 2.500 Aranceles: producto -------------------- -----
a producto
Dillon 1960-61 45 4.900 Aranceles: producto Revisión de Complejidad
a producto aranceles tras la Tratado de Roma
creación de la CE.
Nuevas
concesiones
Kennedy 1964-67 48 40.000 Aranceles: rebaja Reducción media Siguen fuera del
lineal. Barreras no de aranceles GATT agricultura y
arancelarias productos textiles. Primeros
industriales: 35 %. acuerdos
Aranceles regionales
productos
agrícolas: 20 %
Tokio 1973-79 99 155.000 Aranceles: rebaja Derechos Siguen fuera
general no lineal. arancelarios agricultura y
Barreras no medios para textiles. Proliferan
arancelarias productos acuerdos
industriales: 4,7 %. regionales
Acuerdos no
arancelarios
Uruguay 1986-94 120 3,7 billones de Aranceles: fórmula Rebaja arancelaria Inversiones.
$ USA mixta. Barreras no media: 38 %. Normas sociales.
arancelarias. Nuevas disciplinas Sistemas de
Inclusión de materias materias no distribución.
no comerciales arancelarias. Competencia
tradicionales Nuevas materias Normas
cubiertas. Creación medioambientales.
de la OMC Sistemas Jurídicos
Fuente: VARELA PARACHE, F. y DÍAZ MIER, M.A. (1998), op. cit. pp. 27.

9
La Ronda Tokio se alargó no solo por las dificultades de negociación, sino porque con
ella se abrió una nueva etapa en las relaciones comerciales entre las partes contratantes del
GATT. Se cerró seis años después de su inicio, con acuerdos en aspectos nuevos que, sin
embargo, siguieron sin integrarse en el marco general del Acuerdo. Bajo la fórmula jurídica
de códigos suplementarios del GATT, las partes contratantes fueron libres de aceptarlos o no,
y mientras los países desarrollados lo hicieron mayoritariamente, los países en vías de
desarrollo mantuvieron una posición menos decidida19.

Los años ochenta significaron la pérdida de preeminencia del sistema multilateral a la


vez que aumentaban los acuerdos regionales, el uso de medidas no transparentes de política
comercial fuera de las normas del GATT, el relajamiento del sistema de solución de
diferencias y la modificación en la composición de los agentes económicos tradicionales
(multinacionales, comercio intraindustrial, nuevas formas de comerciar a partir del desarrollo
del transporte y las comunicaciones).

3.3. La Ronda Uruguay

La década de los ochenta configuró un escenario mundial marcado por una recesión
económica generalizada y por la articulación de tres grandes bloques comerciales a escala
mundial, EEUU, la Comunidad Económica Europea y Japón. Escenario que determinó el
origen y las negociación de la octava y última Ronda del GATT y, por supuesto, el resultado
final en 1993.

Fue la más amplia de las negociaciones y los antecedentes inmediatos que


caracterizaron el periodo entre rondas definieron, a su vez, algunos de los elementos
explicativos del proceso de negociación y de la dinámica de los acuerdos logrados durante los
últimos años20.

La negociación, a diferencia de las anteriores, se caracterizaría por la transparencia


conforme a los objetivos y a los principios del Acuerdo General, la globalidad y la aplicación
de los principios de trato diferenciado y favorable a los países en desarrollo. El GATT
introdujo por primera vez los temas agrícolas, sometiéndolos de forma general a sus reglas
básicas de negociación obteniendo la transformación en aranceles de los mecanismos de
protección utilizados en el sector.

10
Después de siete años de duras y complejas negociaciones finalizó la Ronda Uruguay.
El Acta Final, que lleva fecha de 17 de abril de 1994 se suscribió por 117 países21.

Hasta el último momento, el tema agrícola supuso un freno al cierre de la Ronda, y fue
la propia reforma de la Política Agrícola Común (PAC) la que, abandonando la insistencia
europea en el mantenimiento de los subsidios a la exportación, permitió el acercamiento
suficiente para llegar a un acuerdo final. Es importante destacar que significó más que la mera
inclusión de los productos agrícolas llegándose a reducciones concretas de las barreras, y
alcanzando objetivos específicos de liberalización22.

En el ámbito del comercio de productos textiles la contribución más relevante fue el


compromiso de eliminar el actual sistema de cuotas (acuerdo multifibras para finales de la
década).

En relación con las barreras no arancelarias, la Ronda Uruguay significó su reducción


sustantiva, pues la desaparición gradual de las restricciones voluntarias a la exportación
(VER), comportará beneficios para los países en desarrollo.

Como resultado final de la Ronda Uruguay se produjo el desdoblamiento del GATT


tradicional en dos nuevos acuerdos: el que establece la Organización Mundial del Comercio y
en el que se integra el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio resultante de la Ronda
Uruguay (GATT 1994) así como una serie de acuerdos sobre diversas materias no
arancelarias y relativas a sectores.

Los aspectos positivos derivados de la Ronda Uruguay son incuestionables, sin


embargo, no hay que desestimar que, en algunas áreas, el Acta Final quedó lejos, en sus
resultados concretos, de las expectativas que se habían formado. Incluso en los sectores en los
que se había avanzado más en las negociaciones, agricultura y textiles, no se sabe si tales
rebajas conducirán a una liberalización efectiva y si beneficiará de forma equitativa a los
distintos grupos de países involucrados en el comercio internacional23.

La aparición de nuevas áreas de negociación, las relativas al comercio de servicios


(GATS), Aspectos Comerciales de los Derechos de la Propiedad Intelectual (TRIP), Aspectos
Comerciales de las Medidas en Materia de Inversión (TRIM) abre una nueva era de

11
disciplinas multilaterales pactadas y representan la intención de ampliar el marco regulador de
las transacciones internacionales más allá del simple intercambio de bienes.

La Ronda Uruguay constituye el principio de un proceso liberalizador que se concreta


en la Organización Mundial de Comercio, heredera del GATT, al que ha de asociarse la
estabilidad de los intercambios comerciales a escala mundial para lograr un crecimiento
económico sostenido y equilibrado.

3. LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO

3.1. Objetivos y contenido

La Organización Mundial de Comercio, en adelante OMC, es el organismo, dentro del


marco de Naciones Unidas, sustitutivo del GATT en todas sus funciones24. Por tanto, a
diferencia de este último, tiene un estatuto legal perfectamente definido creado por medio de
un acuerdo con características de tratado internacional, con personalidad jurídica propia y de
características similares a la de los organismos especializados de Naciones Unidas.

Tiene asignados una serie de ámbitos de actuación (véase cuadro 2) que se resumen en
la aplicación de cinco acuerdos multilaterales: Comercio de mercancías (GATT 1994),
Comercio de servicios (GATS), Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual
relacionados con el comercio (ADPIC), Normas y procedimientos por los que se rige la
solución de diferencias25 y Mecanismo de examen de políticas comerciales y cuatro acuerdos
plurilaterales, cuyas normas afectan esencialmente a los países que los han firmado.

La estructura diseñada para la OMC recoge en buena parte la que el Acuerdo fue
estableciendo a partir de 1955. El órgano supremo es la Conferencia Ministerial, compuesta
por representantes de todos sus países miembros, que ha de reunirse cada dos años como
mínimo; que tiene la facultad de adoptar decisiones sobre todos los asuntos comprendidos en
el ámbito de cualquiera de los Acuerdos multilaterales; examina los trabajos en curso, da
orientaciones políticas para esa labor, y establece el programa para la continuación de los
trabajos.

12
CUADRO 2. CONTENIDO DE LA OMC SEGÚN EL ACTA FINAL DE LA RONDA URUGUAY

A. Acuerdos multilaterales sobre el comercio de B. Comercio de Servicios


mercancías
Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (GATS)
1. Acuerdo General sobre Aranceles
Aduaneros y Comercio de 1994

2. Acuerdo sobre Agricultura C. Propiedad Intelectual

3. Acuerdo sobre medidas sanitarias y Acuerdo sobre los aspectos de los derechos de la propiedad
fitosanitarias intelectual relacionados con el comercio (TRIPS)

4. Acuerdo sobre los textiles y el vestido

5. Acuerdo sobre obstáculos técnicos al D. Solución de diferencias


comercio
Entendimiento relativo a las normas y procedimientos por los que
6. Acuerdo sobre medidas en materia de se rige la solución de diferencias
inversiones relacionadas con el comercio
(TRIMS)

7. Acuerdo relativo a la aplicación del art. IV E. Examen de las políticas comerciales


del Acuerdo General sobre Aranceles
Aduaneros y Comercio de 1994. Mecanismo de examen de las políticas comerciales

8. Acuerdo relativo a la aplicación del art. VII


del Acuerdo General sobre Aranceles
Aduaneros y Comercio de 1994. F. Acuerdos comerciales plurilaterales

9. Acuerdo sobre inspección previa a la 1. Acuerdo sobre el comercio de aeronaves civiles


expedición
2. Acuerdo sobre la contratación pública
10. Acuerdo sobre normas de origen
3. Acuerdo internacional de los productos lácteos
11. Acuerdo sobre procedimientos para el
trámite de licencias de la importación 4. Acuerdo internacional de la carne de vacuno

12. Acuerdo sobre subvenciones y medidas


compensatorias

13. Acuerdo sobre salvaguardias

Fuente: ORTS, V. y SUÁREZ, C. (1996), op. cit. p. 21.

En los períodos entre conferencias el órgano de mayor entidad es el Consejo General,


compuesto por representantes de sus miembros, a quien corresponde adoptar las medidas que
sean necesarias, además de llevar a cabo las tareas concretas que se le atribuyan en el Acuerdo
sobre la OMC. Ejerce las funciones de la Conferencia en los intervalos entre reuniones. Su
competencia más importante es la de ser el órgano de solución de diferencias desempeñando,
también, las funciones de órgano de examen de políticas comerciales. Asume, sobre todo, la

13
coordinación del complejo tinglado institucional, la competencia de interpretar los Acuerdos y
el poder de conceder derogaciones26. De el dependen los órganos creados específicamente
para cada uno de los cinco acuerdos multilaterales señalados, así como de los llamados
plurilaterales. A cada consejo, o a cada órgano, se le asocian comités y grupos de trabajo.

También estableció una Secretaría dirigida por un Director General, que será
nombrado por la Conferencia y ésta, a su vez, adoptó un reglamento que definirá las
funciones, derechos y deberes del director.

La toma de decisiones en la OMC, siguiendo la tradición del GATT, será por


consenso, es decir, se adoptan las decisiones si ningún miembro presente en la Reunión se
opone formalmente a ello. En los casos en los que no se puede pactar el consenso se llega a la
votación. Cada miembro dispone de un voto; los miembros que formen una unión aduanera o
cualquier otro tipo de unión dispondrán de un voto por cada miembro de la OMC.

Los miembros de la OMC fueron, inicialmente, las Partes Contratantes del GATT,
siempre que aceptaran los acuerdos comerciales multilaterales. A estos miembros se añadirán
los que, mediante un procedimiento de adhesión adquieran esta condición. Al igual que en el
GATT apunta que se fijarán las condiciones para cada caso particular.

La OMC se constituye, por tanto, en el foro de discusión y negociación que, hasta su


creación, venía auspiciando el GATT.

Asume, también, la responsabilidad de cooperar con el FMI y el Banco Mundial y sus


organismos conexos. En este sentido, su carta fundacional establece que el Consejo General
concertará acuerdos apropiados de cooperación efectiva con otras organizaciones
intergubernamentales que tengan responsabilidades afines a la OMC27 y sobre los que el
Consejo podrá adoptar las disposiciones de colaboración.

Como meta a alcanzar con el funcionamiento de la OMC, se establece “el desarrollo


sostenible” desde una perspectiva de la utilización óptima de los recursos naturales, en un
marco de respeto y de protección al medio ambiente. Los dos aspectos fundamentales que
configuran el ámbito de interés de la relación entre el comercio internacional y el medio
ambiente son, por un lado, el impacto que los procesos de liberalización comercial tienen

14
sobre los estándares de protección ecológica y, por otro, la influencia que dicha liberalización
tiene sobre los patrones de competitividad28.

En cualquier caso, la OMC sigue rigiéndose por las decisiones, procedimientos y


prácticas que definían la actuación del GATT, si bien ampliando su ámbito de
funcionamiento a otros campos, que no son únicamente los relativos al comercio de
mercancías.

3.3. La OMC en funcionamiento

La primera Conferencia Ministerial de la OMC tuvo lugar durante los días 9 a 13 de


diciembre de 1996, en Singapur y permitió comprobar la eficacia de la nueva entidad, en la
que se apoya el sistema global de comercio. En esta Conferencia se estudiaron tres
cuestiones fundamentales29:

• Evaluación de la puesta en marcha de los acuerdos de la Ronda Uruguay de 1994, que


se calificó de razonable.

• Elaboración de una agenda de trabajo para los años 1997 y 1998

• Impulso de las negociaciones en marcha y, específicamente, de dos acuerdos, el


relativo a las tecnologías de la información (ATI) y el acuerdo sobre
telecomunicaciones.

La Declaración final concretó algunas cuestiones y advirtió sobre la heterogeneidad


en la introducción de la normativa comercial de los países miembros. En cualquier caso
desde Diciembre de 1996 hasta mayo de 98 han sido 30 los países que han intentado
acceder a la organización, y muy significativamente Rusia y China que tenían que
introducir considerables reformas en sus sistemas económicos30, lo que indica, en cierta
medida, el éxito de la Organización.

La reunión de Singapur constituyó la primera prueba de esta nueva organización y


sirvió, tanto para reafirmar su papel como gestor del ordenamiento y liberalización del
comercio internacional como para lanzar nuevas ideas31.

15
La segunda Conferencia Ministerial se celebró en Ginebra en mayo de 1998 y tuvo
un carácter transitorio e incluso político. Organizada al mismo tiempo que la celebración
del 50 Aniversario de la firma del GATT, recibió un impulso político muy importante que
tendría que materializarse en la próxima Ronda. También puso de relieve la necesidad de
mantener una política informativa con la llamada sociedad civil (organizaciones no
gubernamentales) que desarrollase la mayor transparencia posible en el proceso de
liberalización promovido por el sistema multilateral de Comercio resaltando sus efectos
positivos.

3.4. Los nuevos problemas del comercio mundial. La Ronda del Milenio

Mil novecientos noventa y nueve fue un año turbulento para la OMC32, estuvo
presidido por numerosas tensiones entre las grandes potencias comerciales mundiales
estando la OMC en el centro de muchos debates a lo largo de muchos meses33.

El primer debate que se produjo fue la imposibilidad de nombrar sustituto para su


Director General (Renato Ruggiero) en tiempo y forma. Como afirma Granell “la falta de
avenencia obligó a una solución salomónica de alargamiento y división del mandato, de
forma que el Sr. Moore tomó posesión el 1 de septiembre cuando debiera haberlo hecho el
1 de mayo”34.

Pero los problemas no acabaron ahí, durante 1999 proliferaron las disputas
comerciales sometidas al Mecanismo de Solución de Diferencias de la OMC35.

El acontecimiento más significativo ha sido, sin duda, el fracaso de la Reunión


Ministerial de la OMC, que se celebró en Seattle, con relación al proyecto de lanzamiento
de la que debería haber sido la Primera Ronda de Negociaciones Multilaterales de la OMC.

Los grandes países ya tenían dificultades sobre la Agenda que debería guiar los
trabajos de la potencial Ronda del Milenio36, que unidas a las presiones adversas en las
calles y las quejas de los Países en Desarrollo para que se retrasara la convocatoria hicieron
que, efectivamente, no se lanzara la nueva Ronda de Negociación.

“Nunca una reunión internacional de estas características había provocado tanto


revuelo. Los ecologistas opuestos a unos patrones de consumo no sostenibles, los

16
sindicalistas de los países pobres opuestos a las exportaciones de países que permiten la
explotación de sus trabajadores, los ideológicamente opuestos a la globalización
destructora de los valores y las culturas indígenas, los amantes de la diversidad cultural y
otros grupos, se unieron para boicotear el lanzamiento de la Ronda”37.

La Tercera Conferencia Ministerial habría de iniciar un amplio programa de trabajo


para los primeros años del nuevo decenio, incluido un mínimo de negociaciones para
proseguir la liberalización del comercio en los sectores de la agricultura y los servicios y
abordaría cuestiones relativas a la aplicación de los acuerdos existentes.

Es un hecho indiscutible que, a pesar de la labor preparatoria llevada a cabo un año no


se logró llegar a un acuerdo ni sobre el lanzamiento de una nueva ronda de negociaciones
comerciales ni sobre las demás cuestiones importantes que habían surgido en el curso del
proceso preparatorio.

La negociación puso de manifiesto que los principales poderes no fueron capaces de


ponerse de acuerdo, debido, fundamentalmente, a la cuestión agrícola por las aspiraciones de
EE.UU. de mantenerse como primer exportador mundial38. Cabe destacar que su principal
adversario es la Unión Europea y, de hecho, uno de los primeros preacuerdos se convirtieron
en el detonante para el aplazamiento de los trabajos39.

Otra cuestión fundamental fueron las normas laborales, cuyo tratamiento se llevó a
cabo en un Grupo de Trabajo OMC/Organización Internacional del Trabajo (OIT) dedicado a
resolver las implicaciones entre comercio y normativa laboral. Teóricamente no debería haber
problema alguno, pues la inmensa mayoría de los 135 países que integran la OMC son partes
contratantes de los convenios de la OIT40. Sin embargo los países menos desarrollados ven en
sus precarias retribuciones, largas jornadas y permisividad en la discriminación, su auténtica
ventaja comparativa, para competir con los más avanzados.

Por último en el comercio electrónico tampoco quedó claro si todos están de acuerdo
en una moratoria de la actual situación de hecho, de no grabar con impuestos aduaneros las
compras a través de este sistema en lo que se refiere a ediciones, tanto gráficas como
musicales, software y otros productos y servicios que pueden suministrarse directamente a
través de la red.

17
Todo ello no quiere decir que el trabajo de la OMC no haya sido satisfactorio en sus
frentes normales y en relación con el ingreso de China y de otros candidatos.

Aunque el Consejo de la OMC ha reiniciado contactos con el objetivo de recuperar la


confianza y el interés, no parece que sea posible hasta que no finalice el proceso electoral de
EE.UU. Además aunque muchos miembros siguen siendo partidarios del lanzamiento de una
nueva Ronda, muchas de las cuestiones que impidieron llegar a un acuerdo en Seattle todavía
no están resueltas y no se producen signos de flexibilidad en las posiciones nacionales que
pueda predecir con confianza un pronto lanzamiento.

4. LA OMC. CAMBIOS E INNOVACIONES RESPECTO AL SISTEMA GATT

La creación de la OMC ha significado la continuación, en sus líneas básicas, y


también ha generado una serie de cambios respecto del sistema anterior.

El ámbito de actuación de la OMC es más amplio, pues se extiende, de hecho, a


cualquier parcela de las relaciones económicas internacionales que, directa o indirectamente,
esté vinculada con el intercambio comercial entre países.

El GATT fue un Acuerdo entre las Partes Contratantes que se plasmó en una serie de
derechos y obligaciones para ellas. La provisionalidad otorgada al Acuerdo provocó la
necesidad de creación de diversos mecanismos de acceso a sus instrumentos poniendo de
manifiesto que la gran mayoría de los países aceptaron, con plenitud, solo algunas partes del
Acuerdo.

La OMC finalizó con el carácter provisional arrastrado por el GATT desde su


fundación. Se constituyó como una organización con personalidad jurídica con todos los
privilegios e inmunidades para el ejercicio de sus funciones. Se configura como el marco
institucional para el desarrollo de las relaciones comerciales y cambia el nombre de “parte
contratante” propia de la naturaleza de un Acuerdo por “miembro”, típica de una
Organización Mundial41.

La carta fundacional de la OMC no contiene los principios que la inspiran,


incorporando los principios que han mostrado su eficacia en los años de vigencia del GATT,
como son la no-discriminación y la transparencia.

18
Tampoco contiene referencia explícita a los criterios de funcionamiento que la
sustentan, aunque sí contiene el propósito de universalidad o presencia de todos los países; de
integridad, esto es, de que los miembros han de aceptar plenamente las obligaciones de los
acuerdos multilaterales; de continuidad, puesto que acepta buena parte del acervo construido
en los años previos del GATT y de cooperación.

Con la OMC se han solucionado varios de los problemas aparecidos a lo largo de la vida
del GATT. La OMC supone:

• La creación de un amparo institucional al Acuerdo sobre el intercambio de servicios y al


relativo a los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el comercio.

• Una estructura organizativa similar para los citados acuerdos, extendiendo a todos ellos
los Entendimientos relativos a solución de diferencias y al mecanismo de examen de las
políticas comerciales. También son similares los sistemas de toma de decisiones, la
aceptación de nuevos miembros, la entrada en vigor y otros aspectos.

• La supresión del carácter provisional del Acuerdo General, que se refleja en la OMC y
GATT 1994 que se aplican en toda su integridad.

• La ratificación por los legislativos nacionales debido al rango jurídico otorgado a la OMC.
En consecuencia la aplicabilidad del Acuerdo de Marrakech es superior a la del GATT en
la gran mayoría de las legislaciones nacionales.

• Mayor claridad del principio de transparencia, al señalarse, en la OMC, la obligación de


adoptar leyes, reglamentos y procedimientos administrativos en la legislación nacional de
los países miembros.

• La preocupación por parte de la OMC de conseguir la integración plena de los países en


desarrollo y las economías en transición .

Sin embargo no ha resuelto todos los problemas. Es el caso de aquellas materias en


que los resultados de las negociaciones han sido incompletos, especialmente en el acuerdo
sobre las inversiones relacionadas con el comercio o en el tratamiento de la compatibilidad
entre acuerdos regionales42 y el sistema multilateral de comercio.

19
La influencia que pueda desarrollar la OMC en la escena económica internacional
dependerá de la potenciación de su liderazgo y del papel asignado como impulsora de nuevas
áreas como la de los servicios, el medio ambiente o las inversiones.

En cuanto a la evolución futura de la OMC, prácticamente todos los acuerdos que la


configuran tienen establecidos, mediante las correspondientes disposiciones transitorias,
plazos de desarrollo y de aplicación. Por tanto, buena parte de la actividad inmediata de la
Organización vendrá definida por el cumplimiento de los compromisos ya asumidos. Aunque,
existen diversas parcelas en las que debe adoptar la iniciativa para el impulso de las “nuevas
áreas”.

El carácter dinámico y la implantación gradual de buena parte de la normativa que


configura la OMC hace especialmente compleja la labor de determinar los efectos que puede
generar, tanto en términos cuantitativos como de estrategias de política comercial mediante
las que los países traten de reaccionar frente a una disciplina más rígida para sus transacciones
internacionales43.

1
Entre los temas no estrictamente comerciales, tratados en la Carta y no recogidos en el GATT, destaca el
capítulo dedicado a “Empleo y actividad económica”. “Los críticos de la Carta en EEUU vieron este
capítulo como una cláusula de escape, mientras los gobiernos de otros países lo consideraron una
salvaguardia insuficiente frente al poderío de la economía americana”. Otra cuestión fue la relativa a las
inversiones extranjeras, recogida en el capítulo “Desarrollo Económico”. Dejaba que los países en
desarrollo pudieran establecieran las condiciones en las que se permitirían las inversiones siempre con el
compromiso de dar oportunidades “razonables” y una seguridad “adecuada” a las inversiones aceptables.
Condiciones demasiado amplias y vagas que provocaron la oposición del Congreso. Cf. VARELA
PARACHE, F. y DÍAZ MIER, M. A. (1998): “Historia del GATT: Desde sus orígenes a la situación
actual”, Información Comercial Española, nº 770, pp. 17 – 33, p. 20.
2
Cf. TAMAMES, R. y G. HUERTA, B. (1999): Estructura Económica Internacional, Alianza Editorial,
Madrid, p. 158.
3
VARELA PARACHE, F. y DÍAZ MIER, M. A. (1998), op. cit. p. 17.
4
Contenía tres partes de desigual longitud y contenido:
I Parte: Establecía las obligaciones básicas de los países y el mecanismo para las concesiones
arancelarias (artículos 1 y 2)

20
II Parte: Constituye un código de conducta que recoge de forma no sistemática reglas aplicables en
materia de comercio exterior, utilizando como base las cláusulas de la nación más favorecida y la
de igualdad de trato (artículos 3 al 23).
III Parte: Establecía las condiciones para la aplicación y modificaciones del Acuerdo, reglas de entrada y
salida de países y decisión de los firmantes de llevar a la práctica determinados capítulos de lo
que estaba siendo negociado como “Carta de la Habana” (artículos 24 al 35).
En 1965 se añadió una Parte IV, referida a los principios y relaciones entre comercio y desarrollo
(artículos 36 a 38).
Cf. DÍAZ MIER, M. A. (1994): “La distribución comercial en el GATT”, Revista Distribución y
Consumo, nº 17, año 4, agosto-septiembre, pp. 45 – 54.
5
Cf. ORTS, V. y SUÁREZ, C. (1996): “La Ronda Uruguay y la Organización Mundial de Comercio”,
Papeles de Economía Española, nº 66, pp. 10 – 22.
6
Cf. DÍAZ MIER, M. A. (1996): Del GATT a la Organización Mundial de Comercio, Editorial Síntesis,
Madrid, pp. 55 – 61.
7
Existe un buen número de razones para su empleo, la facilidad de su establecimiento, la posibilidad de su
medición, tanto en el aspecto recaudatorio como en su impacto en los precios; la posibilidad de estimar
objetivamente sus efectos sobre diversas variables económicas y su extensa utilización en las relaciones
internacionales de los siglos XIX y mitad del XX. Cf. TAMAMES, R. y G. HUERTA, B. (1999), op. cit.
p. 155.
8
El GATT estableció a finales de los años ochenta un mecanismo de revisión de la política comercial de
los países mediante el cual se analizan tales políticas por todos los países miembros interesados, con la
consiguiente mejora de transparencia de las medidas adoptadas y de sus efectos prácticos. Esta revisión
tiene lugar cada dos años para los grandes países, cada cuatro para un grupo de 16 países importantes y
cada seis años para el resto. Cf. VARELA PARACHE, F. y DÍAZ MIER, M. A. (1998), op. cit. p. 21.
9
El Acuerdo originalmente consideraba como fórmulas aceptables las uniones aduaneras y las zonas de
librecambio, aunque las sometía a ciertas exigencias, estableciendo unos requisitos mínimos para su
validación – han de afectar a lo esencial de los intercambios comerciales, han de hacerse de acuerdo con
un programa, no deben perjudicar a las partes contratantes que no formen parte del área y todas son
sometidas a un proceso de examen y control. Se regula en el artículo XXIV del GATT. Cf. TEIJELO
CASANOVA, C. (1997): “El nuevo tratamiento del regionalismo en la OMC”, Boletín de Información
Comercial Española, nº 2529, enero, pp. 17-20.
10
Las correspondientes a la Commonwealth, Unión Francesa, EEUU, Filipinas y otros territorios como sur
de Sudamérica y países relacionados con la vieja unión aduanera sirio-libanesa. Cf. TAMAMES, R. y G.
HUERTA, B. (1999), op. cit. p. 160.
11
La llamada “cláusula de habilitación” permite a los países desarrollados otorgar concesiones sin
contrapartida a los países en desarrollo.
12
Cf. ORTS V. y SUÁREZ, C. (1996), op. cit. p. 11.
13
La Carta de la Habana preveía la creación de la OIC, que hubiese desempeñado en el campo comercial un
papel similar al Fondo Monetario Internacional en el terreno monetario. La no-ratificación de la OIC dejó
coja una parte del esquema de organizaciones internacionales diseñado después de la Segunda Guerra
Mundial. Cf. VARELA PARACHE, F. y DÍAZ MIER, M. A. (1988), op. cit. p.24.
14
Ante una situación conflictiva, el país agraviado se podía dirigir a la otra parte planteando los motivos de
su queja; el otro país debía atender con prontitud la consulta formulada y resolver, si era posible, la
cuestión planteada. Si en el ámbito bilateral no se producía el acuerdo, se planteaba el tema a las partes
contratantes, las cuales normalmente solían constituir un grupo o panel que oía a ambas partes, deliberaba
y elaboraba un informe en que se analizaba la situación planteada a la luz de la normativa del GATT,
concluyendo con una recomendación que se sometía a la consideración de las partes contratantes, que
21
normalmente la hacían suya. Con esta recomendación tenían lugar nuevos contactos bilaterales y, si no se
llegaba a un acuerdo, el país agraviado podía ser autorizado a suspender temporalmente algunas de sus
obligaciones con la otra parte. La utilización de este sistema de solución de diferencias fue frecuente,
especialmente entre grandes países. Las soluciones a diversos problemas comerciales se consiguieron en
diferentes estadios del proceso, con el problema adicional de necesitar un tiempo dilatado si no se
resolvían en las primeras fases. Un ejemplo que siempre suele citarse es el litigio planteado por los
productores americanos de pastas contra la CE en 1981. Se tardaron dos años hasta que el “panel” hizo su
informe, favorable a EEUU. Pero la CE lo rechazó y fueron precisos otros cuatro años de negociación
para llegar a una solución que además fue menos favorable que el dictamen anterior para los
demandantes. Cf. VARELA PARACHE, F. y DÍAZ MIER, M. A. (1988), op. cit. p.25.
15
Cf. TAMAMES, R. y G. HUERTA, B. (1999), op. cit. p. 162.
16
El Congreso de EEUU concedió un mayor margen de negociación a su gobierno a través de la llamada
Ley de Expansión Comercial (1962) que permitió a la administración estadounidense iniciar las
negociaciones de la Ronda Kennedy con una oferta de elevadas reducciones arancelarias. Cf. ORTS, V. y
SUÁREZ, C. (1996), op. cit. p. 12.
17
Fueron los siguientes: Valoración de aduanas, Código sobre Subvenciones y derechos compensatorios,
Acuerdo sobre compras gubernamentales, Acuerdo sobre obstáculos técnicos al comercio, Acuerdo sobre
procedimientos para el trámite de licencias de importación, Revisión del código antidumping: existente con
anterioridad. Cf. DÍAZ MIER, M. A. (1996), op. cit., p.130.
18
Incapacidad para acordar un código de salvaguardias, el Código antidumping que, aunque, se revisó fue una
revisión poco precisa y protección agrícola.
19
Es sumamente ilustrativo el análisis detallado de la posición de cada una de las partes contratantes del
GATT-Tokio con referencia a su aceptación o no de los diferentes protocolos y códigos opcionales. Cf.
GOLT, S. (1988): The GATT Negotiations 1986-90: Origins, Issues and Prospects, British-North
American Commitee, Londres.
20
La fase preparatoria fue especialmente compleja y dilatada. En noviembre de 1985 las Partes Contratantes
establecieron un Comité Preparatorio de la nueva ronda de negociaciones comerciales multilaterales y en
septiembre de 1986 se presentó la Declaración de Punta del Este lanzándose el nuevo proceso negociador.
Constituyó un hecho significativo también la aprobación en julio de 1986 del cuarto Acuerdo Multifibras
(AMF4) que ofreció el marco jurídico apropiado para los arreglos bilaterales que los países
industrializados negociaran con los países en desarrollo. Cf. TAMAMES R. y G. HUERTA, B. (1999),
op. cit. p. 168.
21
Los principales acuerdos fueron:
• Rebajas arancelarias: La cifra media de reducción arancelaria por parte de los países desarrollados, se
fijó en un 38 por ciento para los productos industriales y un 36 por ciento para los productos agrarios. La
rebaja de los productos industriales deberá realizarse en un período de cinco años mientras que para los
productos agrarios será de seis años.
• Sector agrario: El acuerdo hubo de alcanzarse primeramente, de forma bilateral entre EE.UU. y la Unión
Europea. Al final alcanza los puntos siguientes: Arancelización de las barreras no arancelarias (precios
mínimos, calendarios, ... etc.); Garantía de acceso a los mercados de productos anteriormente
bilateralizados, a base de contingentes con derechos reducidos, que irán incrementándose; Reducción de
ayudas a la exportación en un 21 por ciento.
• Cuestiones institucionales: Se mejora el sistema de solución de diferencias. Cualquier país que se sienta
perjudicado por las acciones comerciales de otro, por entender que son contrarias a las reglas del GATT
puede llevarlo a juicio en la OMC.
• Reglas y disciplinas: Se mejoraron considerablemente las reglas del Acuerdo General, dándose una
definición precisa del concepto de subvención. Se aclararon también las normas antidumping y quedaron
totalmente prohibidas las restricciones voluntarias a la exportación.
• Nuevos sectores de regulación internacional: En la Conferencia de Marrakech se acordó crear la
Organización Mundial de Comercio (OMC) , como sucesora del GATT, formada por todos los países
22
signatarios de la Ronda Uruguay. Incluye entre sus funciones la administración de los convenios sobre
Aspectos Comerciales de los Derechos de la Propiedad Intelectual (TRIPS), Aspectos Comerciales de
las Medidas en Materia de Inversión (TRIMS) y todo lo relativo al sector servicios (GATS).
• Textiles y confección: Se llegó a un acuerdo para liberalizar el sector paulatinamente, a lo largo de diez
años.
Cf. TAMAMES, R. y G. HUERTA, B. (1999), op. cit. pp. 173-176.

22
A pesar de estos acuerdos relativamente satisfactorios en las cuestiones agrícolas, los catorce países
exportadores de productos agropecuarios no subsidiados, decidieron mantener su organización, el Grupo de
Cairns, (Formado por Hungría, Canadá, Colombia, Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, Tailandia, Malasia,
Indonesia, Filipinas, Islas Fidji, Australia y Nueva Zelanda) para continuar propiciando una liberación aún
mayor del comercio mundial.

23
Cf. ORTS, V. y SUÁREZ, C. (1996), op. cit. pp. 14 - 19.
24
Cf. TAMAMES, R. y G. HUERTA, B. (1999), op. cit. p.175.
25
El nuevo sistema recogido en el Entendimiento de Solución de Diferencias de la OMC que sustituyó al
anterior estipula que las conclusiones de los Grupos Especiales (paneles), modificadas o no, en su caso,
por el Organo de apelación deben adoptarse necesariamente por el Organo de Solución de Diferencias A
no ser que se produzca un consenso negativo para ello -que se ha demostrado en la práctica como
imposible de conseguir, puesto que el miembro de la OMC a quién favorezcan las conclusiones no acepta
y probablemente no aceptará en el futuro el que las mismas no entren en vigor.
Los principios que sirven de base al entendimiento son:
Equidad: Todos los miembros de la OMC con independencia de su peso económico y comercial o
importancia política gozan de los mismos derechos
Rapidez: se fija un sistema de plazos que difícilmente puede romperse
Eficacia: las decisiones deben de adoptarse obligatoriamente por el Órgano de solución de diferencias,
que somete a vigilancia su cumplimiento por los miembros aceptados. Si estos no cumplen las
decisiones adoptadas quedan sometidos a la obligación de otorgar compensaciones y si las mismas no
son aceptadas deberán sufrir sanciones que en todo caso deben ser equivalentes al daño causado por
las medidas condenatorias que deberían haberse corregido. Este sistema entraña, sin duda, una
importante cesión de soberanía a la OMC.
Aceptabilidad mutua: Contempla la OMC que las diferencias puedan resolverse mediante acuerdos
mutuamente aceptables entre las partes. Dichos acuerdos deben notificarse y explicarse a todos los
demás miembros para que ninguno de ellos quede perjudicado en sus derechos.
Cf. SUBDIRECCIÓN GENERAL DE POLÍTICA COMERCIAL DE LA UNIÓN EUROPEA (2000): “El
proceso de solución de diferencias en la Organización Mundial de Comercio”, Boletín Económico del ICE, nº
2647, pp. 43 – 69.

26
Cf. DÍAZ MIER, M. A. (1994), op. cit. p. 49.
27
Además se incluyen la UNCTAD, OCDE, OMPI y algunas organizaciones no gubernamentales afines
como la Cámara de Comercio Internacional. Cf. DÍAZ MIER, M. A. (1994), op. cit. p. 49.
28
Cf. ORTS, V. y SUÁREZ, C. (1996), op. cit. p. 16.
29
Cf. TAMAMES, R. y G. HUERTA, B. (1999), op. cit. p. 175.
30
Cf. TAMAMES, R. y G. HUERTA, B. (1999), op. cit. p. 177.
31
Cf. CARDERERA SOLER, L. (1998): “La administración comercial española ante la OMC”,
Información Comercial Española, nº 770, pp. 47 – 56.

23
32
Informe anual de la OMC (2000), puede encontrarse y consultarse en la dirección de Internet de la OMC,
http: www.wto.org.
33
Cf. GRANELL TRÍAS, F. (2000): “El sistema económico internacional en 1999”, Boletín de Información
Comercial Española, nº 2639, enero, pp. 11 – 16.
34
Cf. GRANELL TRÍAS, F. (2000), op. cit. p.12.

35
Los casos más sonados han sido los referidos al régimen europeo de importación bananera que condena a
Europa por discriminar a favor de los plátanos originarios de los países asociados al Convenio Lomé. Esta
cuestión ha generado la mayor tensión, pues además de los intereses de algunos países latinoamericanos
en contra de Europa, EE.UU.. ha defendido algunas de sus multinacionales bananeras. Otros casos han
sido el régimen norteamericano de ayudas fiscales de proyección internacional de las empresas, las
barreras europeas respecto de la carne hormonada norteamericana y las barreras antidumping
establecidas por EE.UU.. contra las exportaciones japonesas y brasileñas de acero. Cf. GRANELL
TRÍAS, F. (2000), op. cit. p. 12.

36
EE.UU. quería limitarlo a las cuestiones pendientes en los temas agrícolas y de servicios, Europa y Japón
querían abordar otros temas.
37
Cf. GRANELL TRÍAS, F. (2000), op. cit. p.12.
38
TAMAMES, R. (1999): “Un nuevo mundo en perspectiva”, El Mundo, 5 de diciembre.
39
Según el profesor Tamames se difundió un texto elaborado por el presidente de la Comisión de
Agricultura como si fuera un acuerdo definitivo que fue rechazado por entender que podía significar lisa y
llanamente, el desmantelamiento del modelo multifuncional de la agricultura europea. Cf. TAMAMES,
R. (1999): “Un nuevo mundo en perspectiva”, El Mundo, 5 de diciembre.
40
En 1996 suscribieron la Declaración de Singapur, en que se afirma que el comercio debe contribuir a
evitar propósitos proteccionistas, al abrigo de la legislación laboral y los bajos salarios. Además, en
1998, también en la propia OIT se adoptó una declaración conjunta para eliminar el trabajo forzoso,
abolir efectivamente el infantil y superar las discriminaciones por edad y sexo en las prácticas de
contratación y empleo.
41
Cf. DÍAZ MIER, M. A. (1994), op. cit. p. 49.
42
El desarrollo de un sistema de bloques comerciales, como alternativa al modelo de apertura comercial
global permite reforzar el libre comercio, mediante reglas más estrictas, dentro de cada bloque, pero
restringe el intercambio con los países exteriores. Ahora bien, los acuerdos regionales no son
incompatibles con la liberalización mundial del Comercio. El propio GATT reconoció el derecho a la
formación de áreas de libre comercio y de uniones aduaneras habiendo coexistido con el multilateralismo
a lo largo de toda la historia. Cf. TAMARIT, C. R. (1996): “La política comercial entre bloques
regionales: ¿integración versus multilateralismo?”, Papeles de Economía Española, nº 66, pp. 23 – 39.
Véase también OYARZUN, J. (1998): “Efectos de la Ronda Uruguay”, en RUESGA, S. M.,
HEREDERO, M. I. y FUJII, G. (Coordinadores): Europa e Iberoamérica: Dos escenarios de integración
económica, Editorial Parteluz, Madrid, pp. 90 – 104.

43
Cf. ORTS, V. y SUÁREZ, C. (1994), op. cit. p. 16.

24
Introducción

I
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

II
Introducción

Internacionalización de las empresas latinoamericanas

III
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

IV
Introducción

Aníbal Sierralta Ríos

Internacionalización de las
empresas latinoamericanas

Prólogo
de
Welber Barral

V
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Internacionalización de las empresas latinoamericanas


Primera edición: marzo de 2007

© Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2007


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Diseño de interiores: Juan Carlos García Miguel

Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio y bajo cualquier
modalidad, sin la autorización previa y escrita del editor, excepto citas, siempre que se mencione
su procedencia.

ISBN 978-9972-42-799-2
Hecho el depósito legal 2007-02413 en la Biblioteca Nacional del Perú

Impreso en el Perú - Printed in Peru

VI
Introducción

A los señores profesores


Dr. Klaus J. Hopt
y
Dr. Ulrich Magnus,
del Max Planck Institute (Hamburgo).

VII
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

VIII
Introducción

Contenido

Prólogo XV

Introducción 1

Capítulo I
COMERCIO INTERNACIONAL Y EXPLICACIÓN TEÓRICA 5
1. El marco del comercio internacional 5

2. Las teorías del comercio internacional 9


2.1. La teoría clásica 9
2.2. La teoría de las ventajas comparativas 11
2.3. La teoría neoclásica 14
2.4. La teoría de las ventajas competitivas 15

3. Hacia una nueva teoría 18


3.1. La exportación de commodities 22
3.2. La exportación de manufacturas 25
3.3. La exportación de servicios 29
3.4. La inversión 34
3.5. La penetración cultural 41
3.5.1. Las telecomunicaciones y los medios de información 43
3.5.2. La educación, la tecnología y los regímenes legales 44
3.5.3. La adecuación de la historia 46

IX
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

3.6. La dominación tecnológica 54


3.7. La interferencia política 58

4. Criterios metodológicos de la teoría 63

5. Factores de la evolución del comercio 67


5.1. Los cambios en los medios de transporte 67
5.2. Las innovaciones tecnológicas 67
5.3. El acercamiento de la oferta internacional 68
5.4. La diferenciación del producto 68

Capítulo II
DESARROLLO DEL COMERCIO EXTERIOR DE AMÉRICA LATINA 69
1. Los albores de las exportaciones 69

2. Las exportaciones no tradicionales 72


2.1. El problema conceptual 74
2.2. Composición de las exportaciones latinoamericanas 77

3. Los servicios y la inversión 81

4. Inversión extranjera y exportaciones 84


4.1. Concepto de inversión extranjera 86
4.2. La inversión extranjera directa en la región 88

Capítulo III
EMPRESA Y COMERCIO INTERNACIONAL 95
1. La administración internacional 95
1.1. Principios de gestión 97
1.2. Formas de organización 99
1.2.1. Estructura organizacional de la empresa internacional 104
1.2.2. Tecnología decisoria 107
1.3. Estilos de dirección 111

X
Introducción

2. Perfil del empresario 112


2.1. Perfil del empresario latinoamericano 113
2.2. Perfil del empresario peruano 119
2.2.1. Formación 120
2.2.2. Flexibilidad 121
2.2.3. Carácter innovador 121
2.2.4. Confianza 122
2.2.5. Planeamiento estratégico 123

3. Las empresas transnacionales 124

4. La nacionalidad de las empresas 133

Capítulo IV
EL PROCESO DE INTERNACIONALIZACIÓN
DE LAS EMPRESAS LATINOAMERICANAS 137
1. Internacionalización y empresa 137

2. Estrategias de internacionalización 140


2.1. Especificidad del producto 146
2.2. La concentración empresaria 150
2.3. La globalización 152

3. La experiencia latinoamericana 155


3.1. Argentina 162
3.2. Brasil 174
3.3. Colombia 180
3.4. Costa Rica 183
3.5. Chile 185
3.6. México 195
3.7. Perú 200

XI
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

4. Obstáculos al proceso de internacionalización 209


4.1. Barreras al comercio exterior latinoamericano 209
4.2. El problema de la oferta exportable 212
4.2.1. Falta de capacidad física 212
4.2.2. Falta de capacidad económica 213
4.2.3. Falta de capacidad financiera 216
4.2.4. Límites tecnológicos 218
4.2.5. Falta de capacidad administrativa 219
4.2.6. Ausencia de una cultura exportadora 220

Capítulo V
PLANEAMIENTO ESTRATÉGICO INTERNACIONAL 223
1. El plan estratégico 224

2. Modelo de planeamiento estratégico para empresas latinoamericanas 227


2.1. Establecimiento de la misión 228
2.2. El medio ambiente internacional 229
2.3. Medio ambiente interno 231
2.4. Determinación de la estrategia 233

3. Formulación 233

4. Implementación 237

Capítulo VI
INTERNACIONALIZACIÓN E INTERESES NACIONALES 241
1. El fenómeno de la globalización económica 241
1.1. Impacto del comercio 253
1.2. La internacionalización y la cultura nacional 254

XII
Introducción

2. Proyecto o acuerdo nacional 261

3. Las políticas nacionales 262


3.1. Política de captación y fomento de inversiones 263
3.2. Centro de planeamiento estratégico 264
3.3. Infraestructura tecnológico-científica 264
3.4. Fortalecimiento educativo 265
3.5. Protección de la libre competencia 265
3.6. Criterios de reciprocidad 266
3.7. Universidades para el desarrollo 267
3.8. Políticas públicas realistas y justas 268
3.9. Política cultural 269
3.10. Procesos de integración latinoamericana 269
3.11. Competencia, libre mercado y solidaridad 269
3.12. Promoción y consolidación de marcas y nombres 270
3.13. Equilibrio estratégico económico, comercial y militar 270
3.14. Determinación de áreas sensibles 270
3.15. Sistema de alerta temprana sobre prácticas desleales 271
3.16. Mecanismos de solución de controversias 271

Bibliografía 273

XIII
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

XIV
Introducción

Prólogo
En las últimas dos décadas tuve el placer de mantener un debate, descontinuado, pero
proficuo, con el profesor Aníbal Sierralta Ríos. La admiración por sus obras fue crecien-
do desde que pude leer Introducción a la Juseconomia, que es seguramente uno de
los trabajos más importantes en la región en cuanto al análisis económico del derecho.
De la misma forma que en aquella obra seminal, el presente libro también posee
un gran mérito metodológico: el de demostrar cómo un trabajo serio sobre comercio
internacional requiere necesariamente un diálogo entre derecho y economía. En efecto,
solo este diálogo puede trascender las limitaciones de las dos ciencias clásicas: de un
lado no se limita a los modelos formales tartamudeados por los juristas; de otro lado,
supera la incomprensión en cuanto al importante papel de los fenómenos institucionales,
la cual afecta a muchos economistas.
Esta obra alcanza a tratar un tema relevante en la actualidad —el proceso de in-
ternacionalización de las empresas latinoamericanas— con dosis exactas de teoría y
práctica. La lectura de la obra permite constatar que se trata de una reflexión cargada
de pragmatismo, sobre el estado actual y las perspectivas de corto plazo para todos
aquellos que quieran envolverse con el proceso de internacionalización en curso en
nuestros países. Esta reflexión abarca, inclusive, una teoría más actualizada sobre el
comercio internacional que no incorpora a penas los modelos clásicos sobre ventajas
competitivas, sino que también ayuda a comprender las nuevas tendencias a afectar
por los agentes económicos en el plano regional.
El modelo propuesto por este libro, resalta varias de esas tendencias de mediano
plazo, muchas veces desapercibidas por los operadores del comercio, más preocupados

XV
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

con su labor cotidiana. Me permito destacar tres temas, explicitados en el tercer subca-
pítulo del primer capítulo, que seguramente caracterizarán la evolución del comercio
internacional en los próximos años y que subvertirán las trivialidades muchas veces
repetidas en análisis superficiales.
El primer tema consiste en la creciente relevancia de la exportación de servicios,
sobre todo para países con ventajas comparativas, en términos de calificación de mano
de obra. Los países latinoamericanos, con pocas excepciones, todavía son novatos en
la exportación de servicios, cuya definición amplísima cubre, desde servicios de trans-
portes, hasta servicios legales. La relevancia del sector de servicios es proporcional al
desenvolvimiento económico de cada país y sus efectos afectan no solo el bienestar de
la población, sino también la distribución de la renta y el grado de calificación deman-
dado. Al mismo tiempo, la evolución reciente de las reglas regionales y multilaterales
sobre comercio de servicios, exige atención redoblada del gobierno y de empresas
interesadas en posicionarse de forma constructiva en un sector que desafía el sentido
común, cuanto la dinámica del comercio internacional.
El segundo tema que afecta la teoría del comercio internacional, también discutido
en este libro, se refiere al dominio del conocimiento tecnológico. En efecto, no solo
el conocimiento científico afecta la forma como se efectúa el comercio internacional
—sobre todo en cuanto al comercio electrónico se refiere— sino que afecta también
el contenido de los flujos comerciales, al agregar más valor a los productos por medio
de marcas y patentes.
Durante las décadas de 1980 y 1990, los países en desenvolvimiento, inclusive en
América Latina, resistieron arduamente la expansión de reglas multilaterales sobre el
tema —que acabaron materializándose en el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos
de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio, ADPIC o TRIPS (por sus siglas
en inglés) y en otros acuerdos—. Hoy, los gobiernos ya despertaron respecto al hecho
de que no habrá retroceso en esa reglamentación y que más importante es acompañar
cualquier evolución de las reglas, así como asegurar que intereses nacionales, como
la protección del conocimiento tradicional, sean garantizados internacionalmente. In-
fortunadamente, esa conciencia respecto a la relevancia del conocimiento tecnológico
todavía es precaria en las empresas latinoamericanas: gran parte aún no se convenció
de que la protección de la tecnología generada será una enorme fuente de recursos y
que la inversión privada en el desenvolvimiento de tecnología puede, en una sociedad
del conocimiento, engendrar más lucros que la venta de productos.

XVI
Introducción

Finalmente, un tercer tema que merece ser recordado, como la tendencia marcante
del comercio internacional en los próximos años, es la creciente evolución del comercio
intra-empresa. Se puede comprender este fenómeno como el comercio entre las varias
filiales extranjeras de una empresa multinacional. El comercio ínter-empresarial distorsio-
na las teorías clásicas respecto al papel de la competencia y de las ventajas comparativas
en el comercio internacional, a favor de modelos que consideran la especialización
y el costo del transporte. En ese sentido, para el jurista, el crecimiento del comercio
intra-empresa torna obsoletas las reglas sobre competencia y sobre defensa comercial.
Los tres temas citados son ejemplos de cómo la comprensión actual del comercio
internacional demanda análisis sofisticados que estén atentos frente a factores cambian-
tes. Trágicamente para América Latina, mucha de esa necesaria sofisticación intelectual
está siendo, en la academia y en la política, desperdiciada en discursos anticuadamente
cargados de ideología, que miran el comercio como una suma cero y todavía repiten
que las relaciones con el mundo exterior son la fuente de los males sociales y políticos
de América Latina. Por desgracia, existen todavía los que vociferan por América Latina
blasfemias populistas cuanto al comercio internacional, blasfemias que ya fueron des-
mentidas por la experiencia reciente de la región más dinámica del mundo.
Esa coyuntura pesimista resalta todavía más la necesidad de análisis como los conte-
nidos en este libro, que demuestran que el comercio no es un juego de suma cero y que
hay ventajas para los socios comerciales, en la distribución de recursos y en la creación
de riquezas. Asimismo, estos análisis apuntan a considerar que hay limites, geográficos
y sociales, en la distribución de las ventajas del comercio; que si el comercio sufre y
provoca interferencia políticas, nunca estará siendo neutro; que cada país dependerá
de una estructura institucional eficiente, a fin de que el comercio internacional pueda
traer provecho para toda la sociedad; que la estructura institucional, que debe reflejar
la realidad económica de cada país, debe proveer mecanismos de adaptación y de in-
cremento de la competitividad, sea por medio de incentivos a los agentes económicos
o por la adopción del combate a la deslealtad en las relaciones comerciales.
Al analizar los obstáculos para que América Latina pueda tener una inserción virtuosa
en el comercio internacional, el presente libro enfatiza varios problemas históricos y co-
munes a muchos de nuestros países. Ahí está el problema logístico, con una demanda de
inversiones, que solamente será efectuado si hubiera más imaginación y menos retórica
por parte de los líderes de la región. Están también los problemas institucionales, que
van desde un sistema jurídico inestable, hasta servicios públicos ineficientes. Ahí está

XVII
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

la ausencia de una cultura exportadora, agravada, además, por la falta de capacitación


y de inversión en capital humano.
Todos esos problemas, así como las ideas para solucionarlos, están cubiertos por esta
contribución del profesor Sierralta Ríos, que garantiza la relevancia contemporánea de
esta obra. Una cualidad final puede, todavía, ser resaltada. El libro contiene no apenas la
perspectiva de los agentes económicos privados, al indicar la ruta para un planeamiento
estratégico, sino también incorpora la perspectiva pública, al apuntar las políticas que
pueden facilitar el comercio y las inversiones en nuestra región.
Por todo eso, el placer de seguir el diálogo intelectual con Aníbal es también la
satisfacción de comprobar —como se dice en portugués— con os pés-no-cháo, o sea,
alguien cuya reflexión se mantiene y se sustenta, intelectualmente, sobre el suelo de
nuestra grande patria.

Dr. Welber Barral


Profesor de Derecho Internacional Económico
Universidad Federal de Santa Catarina (Brasil)
Florianópolis, enero de 2007

XVIII
Introducción

Introducción
El esfuerzo exportador de América Latina, iniciado desde mediados de la década
de 1970 y fortalecido a partir de la década de 1980, ha traído como consecuencia
la internacionalización de muchas empresas latinoamericanas, que han emprendido
la tarea difícil de competir en el mercado mundial. Aunque dicho empeño ha estado
concentrado en pocos países de la región, las formas de actuación y la experiencia
reciente de estas empresas merecen que se les dedique atención para que puedan
mejorar su desempeño, evitar fricciones en los mercados vecinos, obtener ventajas
y posicionarse en el mercado en el futuro cercano.
El siglo xxi inicia una nueva etapa en el comercio internacional. Previamente,
había ocurrido algo similar con el descubrimiento del petróleo y, antes, con el des-
cubrimiento del carbón mineral y la máquina de vapor. Cada uno de estos descubri-
mientos impulsó el comercio en direcciones específicas e incorporó nuevos actores
y modelos contractuales u operacionales. Esta nueva etapa está caracterizada por
el estupendo y explosivo desarrollo de las telecomunicaciones y las innovaciones
en el transporte. El fenómeno de la globalización económica, a su vez, ha traído
una serie de nuevas exigencias y presiones por el lado de los países industrializados
que se expresan en un creciente proteccionismo y barreras para-arancelarias que
afectan directamente a los países latinoamericanos; una reducción de la soberanía
del Estado y sus políticas públicas; el afán de estandarizar, que se presenta como un
proceso aleatorio al sistema de valores y a la supervivencia cultural de los pueblos
y naciones; el surgimiento de las empresas transnacionales, impulsadas por los

1
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

estados, como los principales actores de la economía mundial; y la regulación del


comercio y las finanzas por organismos supranacionales.
Abordamos el presente trabajo a partir de este escenario y nos planteamos como
objetivo general determinar cómo las empresas latinoamericanas han logrado inter-
nacionalizarse. Igualmente, nos interesa establecer cómo dicho poder comercial y
de inversiones impacta en los países receptores y qué nuevas situaciones ha susci-
tado. Para ello, en primer lugar, auscultamos cómo han ido escalando las empresas
y los países el largo camino de la conquista de los mercados, lo cual nos lleva a
esbozar las líneas básicas de una teoría que explique cómo evoluciona el comercio
internacional y de qué manera actúan los países en el desarrollo de su comercio
exterior. A partir de ella, analizamos el esfuerzo exportador de América Latina y el
proceso de internacionalización desde una visión particular del ciclo concadenado
de la actuación de un país en los mercados externos. Particularmente, intentamos
responder y precisar lo que significa el impacto del comercio y la inversión en los
países receptores y cómo el desarrollo del comercio internacional puede llevar a la
interferencia política. Posteriormente, exponemos las condiciones particulares que
las empresas transnacionales latinoamericanas tienen y que no son similares a las
que operan en sus mercados internos.
Las empresas transnacionales son los agentes efectivos y dinámicos en los mer-
cados y tienen características y formas de actuación propias. Por ello, se hace un
recuento sucinto de la experiencia latinoamericana en el proceso de internacionali-
zación; se exponen criterios básicos para un planeamiento estratégico internacional
que posibilite a los agentes económicos actuar con mayor eficiencia en escenarios
altamente competitivos y concurridos; y, finalmente, se sugieren algunas políticas
nacionales para facilitar el comercio y la inversión intralatinoamericana de una
manera más solidaria y pacífica, de modo que se evite la creación de conflictos
por medio de la definición de sectores económicos restringidos a operadores cuya
concurrencia pueda generar alteraciones en la convivencia pacífica de las naciones.
Al culminar este libro, queremos expresar nuestro particular reconocimiento al
profesor Nissim Alcabés, de la Universidad ESAN, por sus oportunos comentarios
y sugerencias a la presente investigación.
Igualmente a los señores profesores Jürgen Samtleben, Jan Schmidt y Jan
Kleinheisterkamp, del prestigioso Instituto Max Planck (Hamburgo), quienes me
permitieron seguir profundizando los criterios expuestos en el primer capítulo.

2
Introducción

Reconocimiento a los señores profesores Dr. José Gómez Carrión y Dr. Julio
López Mas, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, quienes, desde
diferentes ángulos, hicieron factible la culminación de esta obra.
En igual sentido a las señoras profesoras Julia García P. y Luz María Muñoz,
de la Universidad Los Libertadores (Colombia), quienes apoyaron la presentación
pública de muchos de mis trabajos sobre comercio internacional.
Gratitud al embajador Óscar Maurtua de Romaña por su aliento y simpatía
en nuestras tareas de investigación. Igualmente a los embajadores Eduardo Llosa
Larrabure y Hernán Couturier.

Aníbal Sierralta Ríos

Lima, octubre 2005

3
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

4
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

Capítulo I
COMERCIO INTERNACIONAL
Y EXPLICACIÓN TEÓRICA

El fenómeno de las sociedades transnacionales y la internacionalización de las empresas


es posible abordarlo como una reciente realidad del crecimiento del comercio mundial
que llega a competir con los estados, como un nuevo modelo de gestión administrativa
o como un desafío para el esfuerzo exportador latinoamericano. Sin embargo, para
poder entenderlo y avizorar sus consecuencias, es necesario hurgar en la forma y el
momento en que estos recientes agentes económicos lograron adquirir ciudadanía en el
mundo. Su nacimiento y desarrollo ha estado emparejado con cada uno de los jalones
exportadores que han efectuado los países dentro de un escenario comercial que no es
el mismo que existía en el siglo xviii, cuando se empezó a entender y estudiar el comercio
internacional. Hoy, el desarrollo vertiginoso, sorprendente y profuso de la tecnología
de la información muestra características nuevas y constantemente cambiantes, de tal
manera que las empresas globales poseen otros desafíos y tienen intereses particulares
frente a los de los otros operadores o agentes.

1. El marco del comercio internacional


El comercio internacional es el intercambio de mercancías y servicios entre diferentes
países, pero es también —qué duda cabe— la circulación de corrientes financieras,
tecnología e inversión. A ello debe añadirse la circulación de garantías, títulos y créditos
que han traído abajo conceptos tan antiguos como la idea de que la hipoteca es la reina
de las garantías, ya que esta ha sido superada en eficiencia y agilidad por las técnicas de
securitización o de titulización. De esta manera, el actual comercio internacional con-
lleva un aspecto mercantil, como es la exportación propiamente dicha, pero también
involucra elementos financieros, como es el caso de los contratos turn-key o «llave en

5
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

mano», donde el monto de los flujos financieros, los performance bond o las «garantías
a demanda» son más significativas que la operación física de traslado o exportación de
equipos, maquinarias o insumos. Todo ello nos lleva a la conclusión de que tanto comer-
cio como los servicios y la inversión, son fases de una misma operación internacional.
Ese flujo de mercancías, servicios, financiamiento y garantías se hace a través de
países que tienen sistemas y regímenes jurídicos distintos, así como culturas e historias
diferentes. De esta manera, junto con las mercancías y la inversión, se intercambian
aspectos culturales y tecnológicos, ya sea dentro de la comercialización o marketing,
cuanto en la propia mercancía o servicio, que, luego, ingresa o se radica en otro mercado
que también tiene sus propios sistemas jurídicos. Hay importantes elementos culturales
del exportador o del inversor que están presentes en sus operaciones y que se introducen
en la cultura del país comprador o nación anfitriona de las inversiones. Estos elementos
impactan o alteran los aspectos culturales de dichos países y, en muy contados casos,
se produce una fusión o asimilación cultural. Tanto el exportador como el inversionista
huésped buscan consolidar su presencia en determinado mercado y, lo que es más,
su crecimiento y fortalecimiento, ya que está implícito en la naturaleza y propósito de
cualquier empresa o conglomerado económico el dominio del mercado con el fin de
asegurar y proteger su inversión, así como percibir los lucros proyectados. Por su parte,
el país anfitrión se ve impactado por actitudes, modelos contractuales, comportamientos
y prácticas que pueden violentar sus costumbres, identidad y estructura económica
frente a la competencia externa, cuando no su estructura política o administrativa. Cada
nivel o etapa del comercio internacional crea, a su vez, áreas de conflicto en su afán
de posicionarse en el mercado, sin que ese, necesariamente, sea su interés particular,
debido a diferentes regímenes legales, nacidos de los diferentes sistemas jurídicos que
existen en el mundo y que contienen respuestas distintas a cuestiones contractuales
como, por ejemplo, la buena fe, los intereses y el concepto de daño.
El estudio del comercio internacional ha sido hecho desde diferentes ángulos:
desde el punto de vista de la ciencia económica pura, interesada por el desarrollo
y el crecimiento, así como desde la preocupación de las ciencias administrativas y
del marketing en particular. También se ha realizado desde la perspectiva de la ciencia
política para referir las distintas corrientes y grupos de presión que entran en juego.
El Derecho, en tanto, ha dedicado interés preferente al proceso del comercio interna-
cional a través del estudio de las figuras contractuales, las empresas transnacionales y
los nuevos modelos comerciales tendientes a asegurar el interés de los operadores y
equilibrar las prestaciones.

6
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

Sin embargo, hay aspectos importantes que deben ser considerados para poder
entender a plenitud la exacta dimensión del comercio mundial: los actores o agentes
(empresas y Estado) y la cultura, cuyas tenues líneas transitan por cada uno de los
canales de comercialización, los estilos gerenciales, los modelos contractuales y las
políticas de internacionalización que diseñan las empresas y los países, todo lo cual
impacta cuando penetran comercialmente en los estados receptores o anfitriones. Debe
determinarse cómo los empresarios perciben el mercado y qué tecnología decisoria
emplean cuando resuelven internacionalizarse, es decir, debe especificarse lo que al-
gunos llaman cultura exportadora, que involucra desde la percepción de los mercados
externos, hasta la forma de organizar, administrar y orientar las unidades productivas
hacia los países de destino. Esta se expresa mediante la interacción de dichas culturas
empresariales y los distintos objetivos que tienen las empresas transnacionales cuando
se radican en determinados mercados.
Las empresas generan y viven en un mundo de competencia. Para dominar el
mercado, requieren de plena libertad con el fin de que circulen los bienes y servicios
atravesando las fronteras, sin barreras legales, así como para que los flujos de capita-
les puedan dirigirse sin limitaciones hacia los recursos naturales o materias primas y
las fuentes de trabajo baratas. Todo ello requiere de una adecuada protección al libre
mercado, inversión y mecanismos convenientes fuera de la esfera jurisdiccional para
resolver eventuales disputas entre tales inversiones u operaciones con el país receptor.
El comercio y las inversiones, en sus variadas formas, constituyen rasgos caracte-
rísticos de nuestra época. Su intensidad se hace sentir en la vida social de los pueblos
y en su propia cultura, de tal manera que las corrientes de inversión deben considerar
la forma en que la cultura de los países receptores las acepta, admite o rechaza. Este
impacto también se hace sentir en el Derecho, ya que se precisa de reglas y normas
que protejan la afluencia de capitales, medios para solucionar conflictos, mecanismos
para protegerse de la acción imperativa del Estado, y leyes que propicien y aseguren un
rápido retorno de sus capitales. Los fenómenos cada vez más cambiantes del comercio
internacional demandan, pues, una respuesta del Derecho, desde que este intercambio
se realiza entre estados soberanos con distintos regímenes y sistemas jurídicos. Y así ha
ocurrido en cada nivel de desarrollo comercial, lo que ha involucrado cambios también
en el Derecho, que se ha ido adaptando a los nuevos fenómenos y ha dado soluciones
mediante criterios de armonización legislativa, limitaciones a la soberanía estatal y
nuevos modelos en la relación vendedores-compradores. También se manifiesta en
la administración de las empresas, ya que la tecnología decisoria es diferente cuando

7
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

se opera dentro de un mercado doméstico que cuando se hace en otros con disímiles
niveles de desarrollo tecnológico y administrativo. Las empresas que se internacionalizan
precisan, además, de un medio cultural y estabilidad política que posibilite proyectarse
en un horizonte dado de tiempo, debido a que interactúan en los niveles de decisión
política del país anfitrión. Hay, pues, una relación comercio-inversión-cultura. El estudio
de esta ecuación plantea la necesidad de una teoría que explique cómo evoluciona el
comercio internacional y todos sus componentes, principalmente las empresas, así como
los mecanismos que se desarrollan para ingresar en el mercado global y la manera en
que consolidan su presencia escalando etapas, con el fin de fortalecerse e incrementar
sus beneficios.
Todas las teorías que buscan explicar el comercio internacional parten de una reali-
dad concreta: las cuestiones básicas de la producción y la forma como se articulan los
diferentes factores, sin la participación del dinero o con él, con el fin de precisar cuáles
son las mercancías que se exportan o se importan y a qué relación de intercambio.
Algunas de ellas, luego, pasan a dar una explicación de ese flujo de bienes y servicios
cuando hay interferencias originadas por las monedas, por el Estado o por los costes
comparativos y la acción de la demanda. De esta manera, las actuales teorías, exce-
lentemente fundamentadas y argumentadas, dan una explicación sólida y clara de las
cuestiones sobre el tipo de mercancías que se comprará o venderá, el precio al que
se comercializará y la opción que tiene un país para operar en los mercados externos.
Sin embargo, no conocemos una teoría que explique cómo ese comercio inicial va
desarrollándose y qué niveles o etapas va alcanzando cuando se incrementa el flujo de
tales mercancías, ni tampoco que explique la acción que cumplen las empresas cuando
inician su proceso de internacionalización.
Conviene, entonces, a manera de referente liminar, exponer, resumida y brevemente,
las teorías del comercio internacional para, luego, intentar una explicación completa y
ordenada de hechos o fenómenos como una fuerza o dinámica del intercambio, que
va transitando por diferentes etapas o niveles, en la medida en que se acrecienta la
relación y la competencia por conquistar los mercados se hace más exacerbada. Es decir,
conviene intentar una explicación de un comercio dinámico en el que las empresas,
como principales y directos actores, y los estados, como promotores y sostén de gestión,
diseñan estrategias de penetración comercial.

8
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

2. Las teorías del comercio internacional


Una teoría es una explicación de una realidad compleja a través de un conjunto sis-
tematizado de ideas y hechos que posibilitan entenderla y brindan instrumentos para
actuar en medio de ella. Así, a partir del siglo xviii y, a medida que los países empezaron
a actuar en un escenario de intercambio mercantil, se hizo necesaria una explicación de
ese flujo creciente. De esa manera, la interpretación frente a una misma realidad ha dado
origen a teorías distintas como la teoría clásica, la teoría de las ventajas comparativas,
la teoría neoclásica y la reciente teoría de las ventajas competitivas.

2.1. La teoría clásica

Esta teoría se estructura a partir de las ideas filosóficas del empirismo, de los enciclo-
pedistas franceses y de la filosofía de la Ilustración, las cuales tuvieron aplicaciones en
los campos sociales, legales y económicos, y originaron el librecambismo. El liberalismo
invadió todas las esferas de la vida social. La economía política no podía escapar a
esta corriente de pensamiento; por ello, los fisiócratas creyeron encontrar el principio
fundamental que rige todo el proceso productivo, que se condensa en la frase «dejar
hacer, dejar pasar; el mundo va por sí mismo» (laissez faire, laissez passer, le monde
va de lui même).
Los fisiócratas surgieron en Francia a mediados del siglo xviii a partir de los traba-
jos de François Quesnay, quien fue secundado, luego, por sus discípulos Dupont de
Nemours, Mercier de la Riviere y Anne-Robert Jacques Turgot. A partir de sus plantea-
mientos, el liberalismo económico comenzó a tener una posición definida en Inglaterra
y Francia, sobre todo en el primer país, cuyo desarrollo industrial y progreso técnico dio
argumentos a sus teóricos, aunque todo ello no era sino la aplicación mecánica de los
recientes inventos, cuyos frutos más ostensibles fueron el empleo de técnicas productivas
que aumentaron el requerimiento de bienes y servicios destinados a la producción y
crearon, a su vez, una demanda para la inversión de las ganancias, transformándolas
en acumulación de capital. El desarrollo industrial aumentó la demanda de bienes y
servicios destinados a la producción, lo que propició, como consecuencia, una mayor
acumulación de capital.
El excedente económico generado por el creciente industrialismo fue aplicado para
fines productivos. La burguesía industrial, a diferencia de la burguesía comercial del
período mercantilista, dispuso de mayores oportunidades e incentivos para la acumu-
lación de ganancias transformadas en bienes de producción. Tal situación relegó a los

9
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

metales preciosos a su función natural de servir como medio de cambio, en tanto que
el Estado fue siendo cada vez menos gravitante. El comercio exterior libre de trabas
resultaba ser la consecuencia necesaria del industrialismo de la economía inglesa que
el Estado se encargaba de prohijar por todos los medios.
Los fisiócratas sentaron de esa manera las pautas del individualismo económico,
que reclamaba plena libertad de trabajo, de comercio y de competencia. En general,
reclamaban absoluta libertad para el desarrollo de la vida, ya que el derecho natural es
la base de toda normatividad humana. Su filosofía influyó en Francia y particularmente
en Inglaterra.
Así, las riquezas de las naciones se consideraron un fenómeno natural que los seres
humanos producían espontáneamente, a condición de no interferir su libre acceso.
La política del Estado consistía en abstenerse de participar en ese juego de las fuerzas
económicas a fin de que la acción del mercado fluya sin ninguna interferencia por
parte de unidades administrativas o individuos. De esa manera se sostenía que el libre
actuar de las personas, guiadas por su ley natural, produciría los mejores y mayores
resultados. La ley de la oferta y la demanda, entonces, se erigió en regla suprema de
las actividades productivas y comerciales. En lo productivo conducía, bajo la acción
de la libre competencia, al mejor empleo de los recursos, encauzándolos hacia aque-
llos sectores de la actividad económica en los cuales su rendimiento resultaba más
provechoso. En lo comercial consagraba la prevalencia del mercado cuando la oferta
superaba a la demanda, originando el descenso de los precios de las mercaderías. Esto
impulsaba, a su vez, a que los productores disminuyeran la oferta en el grado necesa-
rio para igualarla con la demanda; luego, si esta era mayor que la oferta, los precios
subían y se incrementaban las ganancias, estimulando la producción hasta ajustarla
posteriormente con la demanda1.
Un orden natural, decían, lo preside todo. Respetar ese orden es la mejor política
que se debe seguir. Adam Smith aceptó este principio y consideró la ley natural como la
ley fundamental del progreso indefinido. Su aplicación práctica se cristalizó mediante la
adopción de una política librecambista en el campo internacional que fue propugnada
por David Hume, David Ricardo y, principalmente, John Stuart Mill.
John Stuart Mill, en su texto Principios de economía política, formula la teoría clá-
sica del comercio internacional. En ella señala que el comercio internacional posibilita:

1
Torres Gaytan1985, 68 y ss.

10
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

- El empleo más eficiente de las fuerzas productivas del mundo. Así, si dos países
que comercian entre sí resolvieran producir lo que cada uno compra, ni la mano
de obra ni el capital de ninguno de ellos sería tan productivo y ninguno obtendría
de sus industrias la cantidad suficiente de mercancías como ocurriría si cada uno
decidiese producir aquello para lo que realmente es más apto. Vale decir, producir
aquello para lo cual se tiene condiciones y ventajas: en otras palabras, «zapatero
a tus zapatos».
- Abaratar la producción, lo que determina que el consumidor sea, en última
instancia, quien se beneficia, ya que cada país producirá aquello en lo que tiene
más ventajas.
- La penetración de una empresa en otro país le permite ampliar su mercado y,
en consecuencia, mejorar su proceso de producción para llegar a niveles de
competitividad.
- La apertura de un país a nuevos productos y medios de comercialización que,
hasta entonces, estaban considerados fuera del alcance de su población. Esto
funciona como una especie de revolución industrial en una nación cuyos recursos
estaban anteriormente sub explotados debido a la falta de energía e interés de la
población. De esa manera, esta se verá incentivada a esforzarse más para satisfacer
sus nuevos gustos y hasta para ahorrar con el fin de satisfacer más plenamente
esos gustos y las necesidades que se presenten en el futuro.

2.2. La teoría de las ventajas comparativas

La teoría de las ventajas o de los costos comparativos fue desarrollada por Robert
Torrens y, subsecuentemente, por David Ricardo, a comienzos del siglo xix, en su libro
Economic Principles and Taxation. Esta teoría afirma que el comercio exterior de un
país puede generar algunas ventajas relativas, aun cuando su productividad sea inferior
en términos absolutos en cada sector de producción, con respecto al país con el que
intercambia. La ley de costos comparativos es la que gobierna el comercio exterior y la
división internacional del trabajo. De acuerdo con esta ley, el comercio exterior puede
ofrecer ventajas a cada participante en todos los países y contribuir, así, a la intensifi-
cación de la productividad del trabajo.
Karl Marx aceptó el núcleo racional de la teoría de los costos comparativos en un
Estado que, aun con desventajas absolutas observadas en la productividad de todo su
sector productivo, puede beneficiarse del mercado exterior. Al mismo tiempo, criticó
fuertemente la apología del libre comercio capitalista expuesta por Ricardo como base

11
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

de su teoría y expresó que, bajo condiciones capitalistas, el comercio mundial ofrece a


los países más desarrollados una oportunidad para explotar a los menos desarrollados
y reducirlos al estatus de oferentes de materias primas y productos alimenticios más
baratos.
Ciertamente, David Ricardo, en su teoría de los costos comparativos, despreció el
hecho mutuamente ventajoso de la división del trabajo para promover el desarrollo
económico de todos los países participantes, el cual podría descansar en forma exclu-
siva sobre las invariables ventajas comparativas heredadas del pasado. Esta fue una
interpretación estática de las ventajas comparativas que lo llevó a exponer el ejemplo
según el cual «El vino podría ser producido en Francia y Portugal, el trigo en los Esta-
dos Unidos y Polonia, mientras que los productos de ferretería e industriales deben ser
producidos en Inglaterra».
En efecto, los bienes y las riquezas de la naturaleza, así como los talentos, no han
sido distribuidos por igual en todo el planeta ni entre todos los hombres. La costa del
Perú es rica en recursos pesqueros pero pobre en recursos hídricos para la agricultura
y, por ende, para la ganadería, que solo se ve favorecida cada cuatro años con abun-
dantes lluvias en el norte —Piura y Tumbes— que permiten almacenar los pastos para
los cuatro años siguientes; en tanto que los Andes contienen una inmensa riqueza
mineral. Algunos otros países son pobres en recursos naturales. Japón, por ejemplo,
no tiene petróleo, carece de grandes áreas para el cultivo extensivo y sus habitantes
pagan hasta US$ 30 por un melón amarillo y US$ 7,32 por una papaya, en tanto que
el habitante del Perú o Brasil solo tiene que abonar US$ 2 o US$ 0,95 por el mismo
fruto, extraído del mismo suelo y por las mismas manos. Sin embargo, el peruano o
el brasilero tienen que comprar una videocámara por un equivalente de ocho salarios
mínimos vitales o US$ 800.
Por otro lado, la habilidad de los habitantes también es un factor que influye en la
mayor o menor ventaja para exportar, así como la educación formal y técnica de los
trabajadores, el sistema de transporte y movilidad social, el grado de desarrollo tecno-
lógico y la concepción del comerciante. Las jóvenes de 16 a 18 años de la región de
Córdoba (Argentina), por ejemplo, tienen mayor habilidad para el corte y la selección
de las uvas que se producen en dichas tierras que las del altiplano boliviano, pero estas
últimas tienen creatividad para los tejidos de lana. Cuando Texas Instruments diseñó su
proyecto de exportación de calculadoras, su fábrica de Taiwán programó un período de
cuatro meses de entrenamiento para el personal femenino encargado del ensamblaje de
los productos; sin embargo, a las cinco semanas de asistencia, todo el equipo humano

12
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

entrenado estaba en aptitud de producir, lo que determinó el adelanto del proyecto.2


Los comerciantes de Cajamarca (Perú) no venden la totalidad de su stock de una sola
vez, pues, para ellos, el acto de vender tiene también un contenido de vinculación
social; por tanto, prefieren vender a muchas personas durante un largo período. Como
resultado de estas diferencias, algunos países pueden producir ciertos productos mejor
y a un menor costo que otros. Así, pues, las diferencias en el costo de los factores de
producción, en la fabricación en escala, en las disimilitudes educativas y tecnológicas,
y aun en los gustos propician el incremento del comercio internacional.
El flujo del comercio y de las inversiones surge de una ventaja económica que un
país o región tiene sobre otro en la producción de determinado bien o servicio. Es
decir, producir soldadura de plata o tractores puede tener, para un país, menor costo
que para otra nación, la que a su vez deseará negociar para satisfacer algunas otras
necesidades. Si esta tiene ventajas absolutas en otros productos —como bálsamos,
ácidos o automóviles—, es claro que existirá una base para el intercambio.
Este proceso acusa claras limitaciones, ya que quien produce soldadura de plata, por
ejemplo, puede no tener disposición ni deseo de adquirir bálsamo. En la práctica, estas
ventajas absolutas y sus condiciones de demanda se complementan adecuadamente.
Y así, nuestro razonamiento se habrá entrabado. Afortunadamente, la economía tiene
una receta: «[…] para una nación, puede ser racional y económicamente provechoso
importar mercancías que ella misma podría producir a un costo más bajo que otros
países —esto es importar mercancías en las cuales tengan ventajas absolutas en costos
de producción—».3 Esta es la teoría de las ventajas comparativas, que explica la exis-
tencia del comercio internacional.
También es provechoso el intercambio cuando uno de los países puede producir
todas las mercancías más baratas que otro, siempre que existan diferencias relativas al
producir los distintos bienes en los dos mercados. De esa manera, podría darse el caso
de un país latinoamericano que tenga una ventaja comparativa en la producción de
bienes en los que es relativamente más eficiente y viceversa, en tanto que un país
industrializado hallará razonable especializarse en aquellas mercancías en que su
ventaja absoluta es relativamente mayor y, a su vez, comprar en el país subdesarrollado,
que posee la mayor desventaja absoluta.

Sierralta Ríos 2004, 14.


2

Hays, Korth y Roudiani 1974, 52.


3

13
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Tal vez la forma más gráfica de explicar esta vieja teoría de las ventajas comparativas
o de los costos comparativos es el tradicional ejemplo que plantea Paul Samuelson:
el caso del abogado que es el mejor de todos los de la ciudad y al mismo tiempo es
también el mejor mecanógrafo.4 La lógica nos dice que el abogado se dedicará al
ejercicio del Derecho y dejará la mecanografía para una secretaria, pues en la primera
actividad su ventaja comparativa es muy grande como para dedicarla a actividades
mecanográficas, en las que si bien la secretaria tiene una ventaja absoluta, su ventaja
es relativa con respecto a la secretaria, quien, a su vez, tiene una desventaja relativa
menor en mecanografía. Es decir, relativamente hablando, la secretaria posee una
ventaja comparativa en la mecanografía y una desventaja en el Derecho, aparte de la
posible sanción por ejercicio ilegal de la abogacía.

2.3. La teoría neoclásica

La escuela neoclásica, como elaboración posterior a la escuela clásica, recoge lo esen-


cial de la teoría de las ventajas comparativas pero sustituye la teoría valor-trabajo por
el estudio de los aspectos de la distribución basados en el principio de que cada factor
contribuye al proceso productivo con un aporte marginal. De ahí, concluyen el cambio
ideológico consistente según el cual todos los factores tienen su remuneración natural
respectiva: renta para la naturaleza, salario para el trabajo e intereses para el capital.
En este sentido, la escuela neoclásica significa un cambio con relación a la escuela
clásica, porque provoca un quiebre epistemológico en la ciencia económica ya que
modifica el objeto de estudio que identifica el factor trabajo como generador de valores
económicos para resaltar más bien el capital y obtener el máximo provecho neto de
una dotación determinada de recursos productivos, con lo que se logra el equilibrio
del sistema de manera espontánea, casi automáticamente, por la libre competencia
en un mercado competitivo, que es el único mecanismo válido para asignar recursos
escasos a través de un sistema de precios. Así, se llega a la importancia del precio hasta
convertirlo en centro y guía de todas las decisiones.
El enfoque neoclásico se inicia a partir de la relación de cambio. Luego, continúa con
las interacciones entre la oferta y la demanda para llegar a los términos de intercambio.
Finalmente, analiza el aspecto crítico de la asignación de factores en cada función de
la producción y arriba a criterios de elección expresados en las curvas de costos de

Samuelson 1966, 756.


4

14
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

oportunidad que, mediante su comparación internacional, buscan obtener el equilibrio,


cuya base, concluye, corresponde al reciente nivel de entendimiento de esta teoría.
La relación de intercambio real se determina por la intensidad y la elasticidad de la
demanda de cada país por los productos de otro país. Así, el comercio resulta positivo
cuanto más intensa y elástica sea la demanda externa y menos elástica e intensa sea
la demanda nacional por los productos importados. A partir de ello, se deduce que los
precios relativos internacionales actúan como ley para que la producción de un país se
intercambie por la de otros a los valores necesarios con el fin de cancelar, con el total
de las exportaciones, todas las importaciones.
El equilibrio entre las exportaciones y las importaciones se conservará en el largo
plazo debido a las variaciones de los términos de intercambio que sirven de mecanismo
de ajuste de los desniveles ocurridos entre ellas. Por lo tanto, el valor de intercambio
de las mercaderías entre los países se ajusta necesariamente a las cantidades recípro-
camente demandadas. Tal adecuación se logrará por las fluctuaciones de los precios y
los términos de intercambio o por la relación real de este. Simplificando el mecanismo,
podríamos asumir, por ejemplo, que nos encontramos en una economía de trueque en
la cual la relación real de intercambio es la cantidad de importaciones que se obtiene a
cambio de las exportaciones. La equivalencia en valor de las importaciones con el de
las exportaciones es la condición del equilibrio y se alcanza cuando las exigencias de
cada país logran un múltiplo común de dicha relación de intercambio.
Se afirma que la elasticidad de la oferta puede compensar los movimientos de la
demanda. Por lo general, cuanto mayor sea la elasticidad de la oferta y la demanda, la
producción se adaptará en el corto plazo a las variaciones de la demanda en función
de cambios en el precio o en el ingreso.

2.4. La teoría de las ventajas competitivas

Fueron dos los factores que impulsaron la búsqueda y aparición de nuevas teorías que
explicaran la competitividad y el comercio internacional. El primero destacó la naturaleza
esencialmente imperfecta de la competencia en los mercados debido al predominio
de oligopolios, monopolios, oligopsonios y monopsonios; el segundo buscó actualizar
la teoría de las ventajas comparativas frente a las nuevas realidades. Así, aparecieron
nuevas explicaciones del comercio internacional: algunos lo entienden como un
fenómeno macroeconómico; otros argumentan que depende de la disposición de la
fuerza de trabajo barata y abundante; y otra teoría, en cambio, adujo la presencia de un

15
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

intercambio desigual entre el «centro» y la «periferia» de los países, es decir, entre los
países industrializados y los que están en vías de desarrollo, como los latinoamericanos.
Sin embargo, diversos países en nivel de subdesarrollo —como Corea del Sur, Taiwán
y Singapur— han prosperado pese a las tesis sostenidas por algunas de las teorías
mencionadas anteriormente, así como otras economías —como las de Inglaterra y los
Estados Unidos de América— han experimentado cierta involución en algunas áreas
productivas. Ello ha demostrado el carácter no lineal del desarrollo de la competitividad.
Michael Porter publicó, en 1990, su libro The Competitive Advantage of Nations,
en el que desarrolla una nueva teoría que versa acerca de la manera en que compiten
las naciones, las provincias y las regiones, y se pregunta cuáles son las fuentes de su
prosperidad económica. Dicha teoría surge en el mismo momento en que se plantean,
dentro de los lineamientos del Consenso de Washington, las nuevas líneas de desarro-
llo, inversión y apertura de mercados que signaron los últimos años del siglo xx y que
afectaron a toda América Latina.
La competitividad de un país, hasta antes de la teoría de las ventajas competitivas de
Porter, se había explicado a través de la teoría clásica de las ventajas comparativas, que
pone énfasis en la abundancia de recursos naturales y en los factores de producción. A
fines del decenio de 1980, esta teoría no pudo explicar el desarrollo de las economías
industrializadas, ya que la competencia en los mercados no es perfecta, pues tanto
empresas como gobiernos actúan afectando los flujos comerciales y, por tanto, el nivel
de riqueza de una nación. En consecuencia, también pueden sufrir alteraciones las
condiciones del mercado y la competitividad de las industrias.
Porter, partiendo de las ideas de Smith, destinadas a elevar en forma constante
y creciente el nivel de vida de la población de un país, reformuló la definición de
competitividad y la apartó de la noción de competitividad nacional, que caracterizó el
planteamiento de Smith y la hizo depender, en cambio, de la productividad, la cual se
refiere a la manera en que se pueden utilizar los factores de la producción —mano de
obra, naturaleza y capital— o los insumos, de tal suerte que los recursos de una nación
puedan ser maximizados. La productividad está, pues, en manos de las industrias o
empresas de un país. Se establece, así, una relación entre la competitividad de este y
la capacidad de sus empresas para llegar exitosamente a los mercados internacionales.
De esa manera, la única forma de mantener una ventaja competitiva en el ámbito in-
ternacional es actualizando y revolucionando constantemente las condiciones técnicas
de producción, es decir, adquiriendo nuevas tecnologías.

16
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

La competitividad se maneja, así, en términos de la capacidad de ocupar y liderar


los espacios más dinámicos del mercado en proporción cada vez más creciente. En el
caso de los países, esta les permite captar, mantener e incrementar mercados nacionales,
regionales, subregionales, internacionales y globales, y, sobre tal base, elevar el nivel
de vida y el grado de bienestar de su población.
Porter planteó tres preguntas básicas para desarrollar su teoría: ¿por qué algunas
naciones tienen éxito en industrias internacionalmente competitivas?, ¿qué influencia
tiene una nación sobre la competitividad de sus diferentes industrias o segmentos
industriales?, ¿por qué las empresas de diferentes naciones eligen estrategias parti-
culares? Para responder a estas interrogantes, consideró cuatro premisas claves: la
primera es que el nivel de competencia y los factores que generan ventajas compe-
titivas difieren ampliamente de industria a industria —inclusive entre los distintos
segmentos industriales—; la segunda considera que las empresas generan y conservan
sus ventajas competitivas, primordialmente, a través de la innovación tecnológica;
la tercera es que las empresas que crean ventajas competitivas en una industria en
particular son las que, consistentemente, mantienen un enfoque innovador, oportuno
y audaz, y explotan los beneficios que esto genera; y la última admite que es típico de
las empresas transnacionales competitivas realizar parte de sus actividades dentro de
la cadena de valor fuera de sus países de origen, con lo que capitalizan los beneficios
que derivan del hecho de disponer de una red internacional que puede proveerles
ventajas específicas.
Todo ello origina, según Porter, cuatro factores determinantes: la dotación del país
en cuanto a cantidad y calidad de los factores productivos básicos —fuerza de trabajo,
recursos naturales, capital e infraestructura—, así como las habilidades, los conocimientos
y las tecnologías especializadas determinan su capacidad para generar y asimilar las
innovaciones. La naturaleza y calidad de la demanda interna exigen nuevas condicio-
nes al aparato productivo nacional, razón por la cual los consumidores presionan a los
ofertantes con sus demandas de nuevos artículos.
Todo esto determina la existencia de una estructura productiva conformada por
empresas de distintos tamaños, relacionadas tanto horizontal como verticalmente, y
que impulsan la competitividad por medio de una oferta interna especializada de in-
sumos, tecnologías y habilidades para sustentar un proceso de innovación a lo largo
de cadenas productivas. Así, se requiere la creación de un ambiente competitivo en
el que todos estén comprometidos. Para ello, en el país, deben diseñarse condiciones
particulares en materia de creación, organización y manejo de las empresas, así como

17
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

de competencia, principalmente si está alimentada o inhibida por las regulaciones y las


actitudes culturales frente a la innovación, la ganancia y el riesgo.
Para todo ello, es necesario, por un lado, la intervención del gobierno y, por el otro,
considerar los fenómenos de carácter fortuito para constituir el sistema que Porter
denomina «diamante», cuyas características determinan las industrias o los segmentos
industriales en los que una nación tiene las mejores oportunidades para internaciona-
lizarse. Con este fin, Porter ideó tres acciones que permitirían a una empresa crear o
mantener ventajas competitivas y, así, lograr una fortaleza de gestión internacional,
es decir, una organización que genere productos o servicios que constituyan sustitutos
entre sí. Esas tres estrategias genéricas posibles son mantener el costo más bajo frente
a los competidores y lograr un alto volumen de ventas; crear un producto o servicio
que sea percibido en toda la industria como único; y, finalmente, concentrarse en un
grupo específico de clientes, en un segmento de la línea de productos o en un mercado
geográfico.

3. Hacia una nueva teoría


Las diversas teorías sobre el comercio internacional han indagado las causas y motiva-
ciones del intercambio mundial a partir del supuesto de que estas relaciones se hacen
espontáneamente y en un medio ambiente totalmente libre. Empero, ello no ha sido
precisamente así; por el contrario, han estado marcadas por un control rígido de los
compradores, por una articulación de los medios de pagos y una intervención poderosa
de nuevos agentes.
Las metrópolis controlaban el comercio latinoamericano hasta antes de la Inde-
pendencia, es decir hasta el primer cuarto del siglo xix. Posteriormente, el régimen de
patrón de oro concentró los medios de pago en una sola moneda y, luego, el surgimiento
de empresas transnacionales creó un centro de poder económico y financiero que se
enfrentaba, con frecuencia, al propio Estado.
El volumen de operaciones comerciales, las empresas transnacionales, los bancos
y las corrientes financieras establecen determinada correspondencia con el país im-
portador o receptor de la inversión y pueden ejercer sobre él un papel incentivador,
innovador o también dominante, condicionante o determinante. Contribuye de modo
decisivo a moldear las llamadas superestructuras como la cultura, la ideología, el dere-
cho y hasta el concepto de nación, ya que precisan de un medio ambiente adecuado
para establecerse, desarrollarse y alcanzar beneficios importantes. De esa manera, las

18
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

unidades económicas de gran porte, como las empresas transnacionales orientadas


fundamentalmente al sector servicios (eléctricos, energéticos, financieros y de comercia-
lización), pueden incentivar, dominar, condicionar y determinar el funcionamiento de
las sociedades y también el tratamiento de la historia de los países en los cuales operan.
Claro que esto no ocurre de manera inmediata, sino a través de un lapso dilatado, ya
que es un proceso en el desarrollo del comercio internacional y del crecimiento de las
inversiones. También es posible que dicha interacción sirva como fuente innovadora y
propicie, así, que las unidades productivas nacionales, a través de la observación y las
prácticas de las empresas transnacionales, la incorporación y desarrollo de tecnologías
primarias, adquieran nuevos conocimientos para operar en los mercados o, incluso,
exportar por medio de los canales de comercialización de las inversiones foráneas, es
decir, propiciar la formación de unidades productivas que crezcan en razón de la ma-
yor envergadura de las inversiones extranjeras. Sin embargo, también es posible que
ocurran manifestaciones de dominio, condicionamiento o determinación de conductas
que afecten las tradiciones históricas, las costumbres, los usos y prácticas, es decir, la
cultura en general.
La evolución del comercio se realiza por la interacción de agentes económicos y de
países que tienen propósitos diferentes y urgencias que cumplir en medio de un esce-
nario de competencia que, frecuentemente, ocasiona lamentables fricciones debido a
las diferencias culturales e intereses económicos, políticos y comerciales en juego, así
como a las distintas etapas del desarrollo jurídico, económico y tecnológico en que se
encuentran. Ese conjunto de fases o niveles en el desarrollo del comercio internacional
en general se puede resumir en siete etapas:

• Exportación de commodities. Se refiere al período inicial de cada economía nacional,


en el que se exportan recursos naturales o materias primas y transcurre, inicialmente,
sin generar fricciones comerciales con otros países, ya que, usualmente, las econo-
mías primarias y monoexportadoras no compiten sino que atienden los pedidos de
los grandes importadores.
• Exportación de manufacturas. Mediante un parque industrial básico, se empieza a
exportar materias primas procesadas que contienen aspectos del derecho intelec-
tual y que requieren de una respuesta del Derecho frente a los nuevos fenómenos
del intercambio. En esta etapa, se inicia el proceso de internacionalización de las
empresas latinoamericanas.

19
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

• Exportación de servicios. Consiste en la actuación internacional por medio de acti-


vidades como transporte, almacenamiento seguro, servicios financieros y los propios
canales de comercialización, los cuales permiten captar los excedentes generados
por la venta de mercancías. En esta fase, empiezan a formarse las empresas trans-
nacionales.
• Inversión. Ocurre cuando, superadas las anteriores etapas, se busca la radicación
de bienes de capital y recursos expresados a través del establecimiento de plantas
locales o la actuación en operaciones de coinversión en otros países, que, usual-
mente, son aquellos hacia los cuales se dirigió la acción comercial de las fases
anteriores.
• Penetración cultural. Es la fase correspondiente a la adecuación de las unidades
productivas y los modelos contractuales a la estructura de los países inversionistas
con mayor presencia en los mercados internacionales y que intentan radicarse en un
determinado mercado. En ella, se percibe con mayor nitidez la confrontación de los
diferentes sistemas jurídicos que hay en el mundo y las nuevas categorías jurídicas.
• Dominación tecnológica. Es el nivel evolutivo en el cual un país logra poseer el
mayor número de patentes, know how y conocimiento científico del cual depende el
aparato productivo que se desarrolló durante el proceso industrial y que es necesario
para impulsar la fase de exportación de manufacturas.
• Interferencia política. Es la última etapa y se da cuando las inversiones necesitan de
un medio ambiente económico y político estable y duradero, que propicie el pleno
desarrollo de sus inversiones y protección de sus capitales.

Cada una de estas fases se da secuencialmente en la medida en que ocurre un


mejoramiento cualitativo de las operaciones comerciales y de sus estructuras empresa-
rias. Sin embargo, no se pasa totalmente de una a la otra y se deja atrás la fase previa;
frecuentemente, se llega a un nuevo nivel sin abandonar totalmente el anterior, ya que
este le da un soporte. Así, un sector del aparato productivo se tecnifica y ocupa nuevas
posiciones en los mercados en tanto otro queda retrasado en el rubro de exportaciones
primarias anterior. Por ello, los países que emprenden acciones de exportación de ma-
nufacturas continúan vendiendo también materias primas e intentan ser exportadores
de servicios para crear, así, los medios necesarios para dominar la logística de distri-
bución física, el almacenamiento y el embalaje. Operadores y estados buscan transitar
hacia nuevos niveles en un porcentaje significativo o un mejoramiento de la relación
commodities-manufacturas y servicios, pues estiman que la siguiente fase genera mayo-
res beneficios y expresa mejor presencia tecnológica. Después, buscan arribar a la etapa

20
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

Gráfico 1
Teoría evolutiva del comercio internacional

Exportación de commodities

Exportación de manufacturas

Exportación de servicios

Inversión

Penetración cultural

Dominación tecnológica

Interferencia política

de penetración cultural que acondicione al país receptor a la oferta y requerimientos del


inversor directo. Este período requiere, a su vez, de medios de información y control
tecnológico como los servicios de teleinformación o transferencias de recursos electró-
nicos, es decir, un dominio de la tecnología para facilitar los servicios financieros y de
logística de distribución física internacional como el manejo de carga, disposición de
bodegas e información de demandas. Finalmente, la evolución producida por el poder
de los agentes nos llevará a una nueva fase: la interferencia política.

21
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

3.1. La exportación de commodities

Así como las personas que carecen de experiencia, formación o instrumentos para
trabajar solo pueden ofrecer su fuerza física como medio generador de recursos para
sobrevivir, actuando como cargadores o limpiadores, los países que solo poseen materias
primas dan sus primeros pasos en los mercados internacionales vendiendo u ofertando
sus recursos naturales. Es la primera etapa o nivel en la relación con otros países me-
diante las exportaciones de materias primas, recursos naturales, primary commodities,
foodstuffs o raw materials. Es la acción natural de un país que solo tiene las entrañas de
su propia naturaleza física y no posee tecnología ni capital para transformarlas. Algo así
como una persona que, sin tener formación ni entrenamiento, busca obtener recursos
para subsistir y, entonces, tiene que recurrir a lo único que puede ofrecer y que le ha
prodigado la naturaleza gratuita y milagrosamente: su mano de obra, su disponibilidad
material, su fuerza y su energía.
Los países en desarrollo y, singularmente, las naciones latinoamericanas hasta la mitad
del siglo xix tenían una estructura económica basada en la agricultura y minería que era
explotada, sustancialmente, por su población activa. De esa manera, sus exportaciones
se concentraban únicamente en los productos primarios, en particular en uno o dos
grandes productos básicos. Ello se mantuvo hasta muy entrado el siglo xx y llevó a al-
gunos pensadores como Raymond Barre a calificar nuestras economías como primarias
y duales, ya que en ellas predominaba la actividad primaria (agrícola y minera) dentro
de dos estructuras yuxtapuestas: un sector precapitalista, basado en el trueque, y un
capitalismo, particularmente extranjero, dedicado al comercio exterior.5 Sin embargo,
aun este primer paso hacia los mercados externos no ha estado exento de obstáculos.
Como el comercio exterior, en su aspecto básico, es una relación, fundamentalmente,
de vendedores y compradores, resulta explicable que, en la medida en que los primeros
logran conquistar mercados, los compradores, inmediatamente, busquen mecanismos
para obtener ventajas, proteger su producción industrial con precios de materias
primas baratas y evitar la presencia significativa de los vendedores. Ello propicia que
también se establezcan reglas y normas por parte de los países compradores con el fin
de obtener el mayor lucro o disminuir sus egresos. Así, las naciones latinoamericanas,
como reacción, establecieron mecanismos y políticas para resguardar el desarrollo de
sus exportaciones básicas.

5
Barre 1962, 16-25.

22
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

La independencia latinoamericana, consolidada en el siglo xix, debilitó económica


y políticamente a España y Portugal; eliminó las ataduras con un poder monopólico
férreo; e hizo surgir nuevos actores en la demanda y control de las materias primas como
Inglaterra, Francia y Holanda, que se convirtieron en las nuevas metrópolis y diseñaron
un sistema comercial y legal destinado a mantener el control del comercio de aquellos
bienes que les eran escasos pero, a la vez, necesarios para su aparato productivo. Ello
explica por qué los países en vías de desarrollo, y los latinoamericanos en particular,
han visto sus exportaciones de commodities —como hasta ahora— reguladas por gre-
mios de compradores de fuera de la región, quienes diseñaron modelos contractuales
sobre la base de los cuales podrían realizarse fácilmente las operaciones de comercio
internacional como The London Corn Trade Association para el maíz; The Federation
of Oils, Seeds and Fats Associations (FOSFA) para las operaciones de aceites y grasas;
The Grain and Feed Trade Association (GAFTA) para sorgo y soya en granos; The
British Wool Federation para las lanas; The London Rubber Trade Association para el
caucho; The International Wool Textile Organization para las lanas; The General Products
Brokers Association of London; The London Oil and Tallow Trades Association; The
London Cattle Food Trade Association; The Hide Shippers and Agents Association; The
Timber Trade Federation of the United Kingdom; The London Copra Association; The
Refined Sugar Association Inc. para el azúcar; o el The Cocoa Association of London
Ltd. para el caso de la cocoa.6
De esa manera, el comercio de materias primas estuvo, desde la Independencia
hasta bastante avanzada la mitad del siglo pasado, regulado por gremios de importa-
dores europeos situados en la city londinense. Ni los precios, contratos o esquemas de
negociación eran cuestiones conocidas por los países latinoamericanos o articuladas por
ellos dentro de una libre interrelación de intereses, debido a la inexistente formación de
cuadros locales gerenciales y de técnicos en comercio internacional e investigaciones.
Incluso, a fines del siglo xx, los expertos en esta área solo estaban disponibles en los
organismos internacionales y los países carecían de ellos para diseñar sus políticas co-
merciales o ilustrar a los operadores en las nuevas técnicas de negociación o contratación
comercial internacional. Por ello, podríamos decir que América Latina no vendía sino
que se le compraba, sin poder siquiera argumentar términos de contratación, precio
o condiciones.

6
Sierralta Ríos y Baptista 1992, 29.

23
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Recién a partir del decenio de 1970, los países en vías de desarrollo, para hacer
frente a las dificultades en los términos de intercambio y en la negociación contrac-
tual internacional, empezaron a formar bloques. Primeramente, fueron los Acuerdos
Internacionales sobre Productos Básicos (AIPB), especie de cárteles; posteriormente,
el Programa Integrado de Productos Básicos, estrategia de interdependencia global de
cooperación entre los productores de materias primas; y, finalmente, las asociaciones
de países productores de productos básicos, cuyas más significativas expresiones son
la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el Consejo de Países
Exportadores de Cobre (CIPEC) o el Grupo de Países Latinoamericanos Exportadores
de Azúcar (GEPLACEA), que constituían instituciones formadas «[...] esencialmente
por países productores y exportadores de materias primas cuyo propósito central es
controlar, defender y proteger el mercado y los precios de dichos productos, asegurando
ingresos remunerativos y estables para sus asociados».7
Las exportaciones de materias primas se han caracterizado por una explotación
de la minería, la agricultura y la mano de obra del país de donde se extraían dichas
mercancías, lo que implicó iniciales inversiones extranjeras y mano de obra tecnificada
hacia el sector primario de las economías latinoamericanas, tanto para la labor extractiva
cuanto para la comercialización, ya que las exportaciones de guano, caucho, salitre y
azúcar, por ejemplo, se hacían mediante comercializadoras extranjeras. Así, los produc-
tores de lana peruanos, uruguayos y argentinos colocaban su producción en manos de
trading companies europeas. En el caso del esfuerzo exitoso del estaño boliviano, su
principal exportador, Leonel Patiño, tuvo que instalar una empresa comercializadora
en Londres, pues los gremios de compradores de materias primas estaban domiciliados
en dicha ciudad. De esa manera, los beneficios de las exportaciones de commodities
se diluyeron por la intervención de los importadores, que no agregaban ningún valor
a los commodities, sino que facilitaban su ingreso.
Las ganancias económicas de estas exportaciones afluyeron a las potencias europeas
pero nadie podría asegurar que su reparto resultara equitativamente distribuido entre
las metrópolis y sus representantes en la periferia, por un lado, y la periferia en sí,
por otro. El poder de coacción y control de la metrópoli europea, la concentración del
poder económico y la fuerza comercial en muchas de las industrias europeas dedicadas
al comercio y la inversión exterior, así como la relativa debilidad comercial de las eco-
nomías colonizadas, fueron los factores que se combinaron para dirigir los resultados
de todas las negociaciones que tuvieron lugar para beneficio de los intereses europeos.

7
Martner 1982, 34.

24
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

Sucedió así incluso en los casos en que las ex colonias salieron mejor paradas de tales
negociaciones, es decir, fue como si estas no hubieran existido.8
Ello explica el hecho de que todos los gremios formados para regular las negociacio-
nes y la contratación de commodities estuvieran establecidos en Inglaterra, que, hasta
antes de la Segunda Guerra Mundial, era el centro comercial más importante y con
mayor presencia en América Latina. No olvidemos, por ejemplo, que los ferrocarriles
argentinos propiedad de empresas inglesas llegaron a determinar, a través de la libre
disponibilidad de sus líneas, el precio de los commodities más importantes, los granos,
pues bastaba un almacenamiento forzado o una inmovilidad de los productos argentinos
para que subiera el precio internacional de estos. La regulación de los precios no se
hacía por la libre oferta argentina, sino por la intervención de las empresas ferrocarrileras
inglesas que decidían lo que debían trasladar a los puertos del Río de la Plata y hacían
depender, así, la economía argentina de lo que era conveniente para las empresas in-
glesas propietarias de dichos servicios de transporte. El contrato Grace, celebrado entre
el Perú y los tenedores de bonos de la deuda externa, bajo presión del gobierno inglés
a fines del decenio de 1880, concedió el transporte ferrocarrilero a empresas inglesas
por 66 años (que, luego, se extendió a 99), la entrega de tres millones de toneladas de
materias primas (guano) y el pago de 80 mil libras esterlinas durante 33 años.
América Latina sigue siendo un exportador significativo de materias primas a pesar
de que algunos países —muy pocos— han ascendido hacia otras etapas del desarrollo
del comercio exterior. Sin embargo, la gran mayoría aún depende de estos recursos
naturales, sobre todo los más privilegiados por la naturaleza, pues no realizan ningún
esfuerzo por exportar, sino que se les compra o, dicho de manera más dramática, se
les viene a comprar. Tales ventajas absolutas han sido, paradójicamente, perniciosas
principalmente después de la Guerra de Corea, ya que las economías en desarrollo,
dotadas con abundantes recursos naturales, han crecido a tasas menores por habitan-
tes que las que no disponen de ellos. Esto se observa, principalmente, en los países
exportadores de recursos minerales.9

3.2. La exportación de manufacturas

El siguiente paso, una vez alcanzada cierta experiencia en la comercialización de commo-


dities, es la exportación de manufacturas, que se logra cuando los países tienen una

8
Helleiner 1972, 197.
9
Schuldt 2005, 15.

25
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

clase profesional y empresarial forjada y tecnificada a través de sus contactos previos


durante el período anterior de comercialización de commodities con otros mercados,
así como la formación de un parque industrial incipiente constituido sobre la base y
condiciones del sector primario exportador de la primera etapa. En América Latina,
esta fase se inicia a comienzos del siglo xx, cuando las grandes empresas explotadoras
de sus recursos naturales empiezan a montar industrias ligadas a sus actividades de
exportaciones primarias como la refinación de azúcar, los tejidos a base de algodón y
lanas, aceites vegetales y de pescado, neumáticos y productos de caucho, e industrias
básicas de metales no ferrosos. Las organizaciones empresariales se construyeron a partir
de las experiencias del sector primario con el que estaban vinculadas, en tanto que el
Estado no mejoró su estructura administrativa ni estableció líneas de acción directa de
promoción con el sector exportador.
El Perú, durante toda la primera mitad del siglo xx, fue una de las economías más
abiertas en toda América Latina por su reducido abanico arancelario de bajos niveles,
la falta de control cambiario y una estructura administrativa del Estado pequeña, sin
preparación y que ni siquiera recaudaba sus tributos, ya que ello estaba en manos de
una empresa privada, la Caja de Depósitos y Consignaciones.
Hacia 1960, la economía peruana era una de las más abiertas al comercio exterior
a nivel latinoamericano. De los once países latinoamericanos considerados, el Perú era
la segunda economía más abierta después de Bolivia —si es que el indicador usado
es importaciones totales como porcentaje del Producto Nacional Bruto— y también
la segunda después de Venezuela —si es que el indicador usado es el promedio de
importaciones y exportaciones totales como porcentaje del PNB—.10
Vale decir, Perú, Venezuela y Bolivia eran los países más liberales en el mercado
exterior dada la casi nula intervención del Estado en su comercio exterior, pues, como
señalan Daniel Schydlowski y Juan Julio Wicht, el Perú, hacia 1960, tenía «[...] una
de las administraciones públicas y sectores públicos más débiles de América Latina».11
El incipiente sector exportador de América Latina se estructuró sobre la base del es-
fuerzo de sus propias empresas, que, con el significativo incremento de las exportaciones
de commodities mantenidas desde el siglo xix, se vieron favorecidos por la demanda
internacional originada por los requerimientos de las dos Guerras Mundiales y, más
tarde, la Guerra de Corea. El Estado no tuvo participación promotora en este período.

10
Rojas 1996, 29.
11
Schydlowski y Wicht 1979, 36.

26
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

Después de la Guerra de Corea y la tecnificación de su clase empresaria, que había


logrado comercializar directamente con otros mercados durante los dos períodos de
las postguerras, se inició una política de industrialización dentro del modelo llamado
de sustitución de importaciones, lo que creó nuevas fuentes de trabajo, un incipiente
desarrollo tecnológico que se fue apreciando con la creación de las facultades de In-
geniería y de Química en sus universidades, así como la base de la acumulación de
capital, y un deseo de disminuir la dependencia externa en la provisión de mercaderías
y de tecnología. Este nuevo modelo surge ante una caída en la rentabilidad de las
exportaciones de commodities y con el propósito de impulsar esa incipiente industria
vinculada al sector primario exportador.
Este esfuerzo industrial fue generando, simultáneamente, procesos de apren-
dizaje e incorporación de una estructura gerencial adecuada a una economía
manufacturera, así como también un entrenamiento de los operadores y de los
agentes económicos, un marco institucional y regulatorio, y una organización
empresarial volcada hacia el exterior. Dicha tarea dio frutos en América Latina,
cuyas exportaciones de manufacturas crecieron a un promedio anual del 11% en
el decenio de 1980 hasta inicios de la década de 1990, muy por encima del 6%
de los países industrializados.
Ello se logró porque las industrias básicas, estructuradas para el mercado domés-
tico, se formaron en mérito a los recursos que generaban las exportaciones de sus
materias primas. Tal situación —atractiva en un inicio— encasilló, posteriormente, a
casi todos los países de América Latina en un cuello de botella al momento de salir
a los mercados externos en razón de la significativa correlación sectorial cruzada
existente entre el tamaño del país productor o el tamaño del mercado nacional y la
participación de las manufacturas en el total de las exportaciones de manufacturas
de otros países. Es decir, no había una capacidad física de exportación porque la
mayoría de las empresas latinoamericanas habían sido diseñadas para el mercado
nacional dentro de los criterios de sustituir las importaciones y reducir la depen-
dencia externa.
Cuando las empresas decidieron salir hacia mercados ampliados, motivadas por
procesos de integración, percibieron que tendrían más éxito en la exportación de
productos semielaborados que en el de manufacturas terminadas y diferenciadas. Por
ello, durante el decenio de 1970, se creó una serie de incentivos para coadyuvar al
esfuerzo de construir una capacidad industrial u oferta exportadora. Así, se estableció
una serie de organismos encargados de apoyar y promover al sector exportador. Los

27
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

más importantes y los que más duraron fueron los de Brasil, México y Chile, aunque
también se debe mencionar el caso de Argentina, si bien su esquema de incentivos
fue desmontado a comienzos de la década de 1990, de la misma manera que su-
cedió en el Perú. También se desarmó la asistencia internacional en capacitación
y asistencia en la promoción de exportaciones, ya que los países industrializados
restringieron sus aportes a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y a la
Organización de Estados Americanos (OEA), que sostenían dos de los más impor-
tantes proyectos internacionales de asistencia técnica internacional: el International
Trade Center (ITC), con sede en Ginebra, y el Centro Interamericano de Comercia-
lización (CICOM), con sede en Río de Janeiro, pertenecientes al organismo mundial
y regional, respectivamente.
El desarrollo de las exportaciones de manufacturas demanda tres consideraciones:
un crecimiento industrial, un adecuado conocimiento de los canales de comercializa-
ción y una logística de distribución física que posibilite hacer llegar las mercaderías en
oportunidad y precio a los mercados externos. Así, en un primer momento, el esfuerzo
exportador de América Latina, una vez agotado el modelo de sustitución de importa-
ciones, se articuló sobre la base de estas tres cuestiones, aun cuando, por la escasez de
recursos, solo se centró en la parte industrial. Aparecieron, entonces, industrias ligeras
establecidas, principalmente, en el ramo agroindustrial.
Posteriormente, cuando las empresas empiezan a operar exportando manufacturas,
requieren de una estructura más sofisticada que implica diseñar una estrategia de co-
mercialización que les posibilite ingresar con ventaja en los mercados externos, asignar
recursos y talentos, establecerse y obtener ganancias. Muchas de esas estrategias se
ejecutan con el aporte del Estado mediante una acción efectiva de su diplomacia; un
adecuado sistema educativo; entidades promotoras; líneas de financiamiento a las
exportaciones; o el esfuerzo conjunto del sector empresarial, las universidades y los
organismos gremiales.
Todos los países latinoamericanos que se han consolidado en esta etapa (Argen-
tina, Brasil, Colombia, Chile y Costa Rica) han tenido un gran apoyo del Estado a
través de asistencia técnica, financiamiento, exoneración tributaria, beneficios fiscales
y administrativos, así como un buen soporte de sus universidades. En algunos casos,
incluso, contaron con subsidios y asesoría especializada para sus empresas nacionales.
Así, por ejemplo, la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) de Chile,
desde su creación en 1939, fue destinada a apoyar al sector exportador de dicho
país, en el que otorgaba un subsidio por consultoría o asistencia técnica, e, incluso,

28
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

asesoría jurídica internacional, con el fin de potenciar la capacidad de las empresas


nacionales cuando operasen o actuasen en el exterior. No es un secreto que muchos
países subsidian a sus empresas para que puedan ingresar en los mercados; es prác-
tica usual que, por lo demás, está legalizada por la propia Organización Mundial
del Comercio (OMC). Así, tenemos el caso de los plásticos colombianos y el de las
conservas, jugos y envases chilenos. El caso del Perú es diferente, pues es el único
país de América que, a partir de 1992, ha dogmatizado el criterio de «no subsidio y
no exoneraciones».
Y es que las exportaciones de manufacturas requieren, en sus primeros diez años,
de una estrecha vinculación entre el sector privado, el Estado y la universidad. La inves-
tigación de mercados y la apertura de canales de comercialización necesitan de fuerte
apoyo estatal, pues es una especialidad cuyo costo no está al alcance de las empresas
de mediano porte que, como la mayoría de las unidades económicas latinoamericanas,
han sido diseñadas para mercados pequeños y carecen de capacidad física, económi-
ca, administrativa y financiera que les permita indagar nichos de mercado, desarrollar
nuevos productos y avizorar prácticas de dumping por parte de las empresas extranjeras
que penetran en sus países para desplazarlas, así como también carecen de un esquema
de protección de marcas.
El potencial exportador y la oferta exportable real requieren de un soporte financiero
y de logística de distribución física integrada que posibilite un mayor margen de autono-
mía y de ingresos para los países, razón por la cual aquellos que ya han comenzado a
establecerse en los nuevos mercados internacionales tienen que dar un paso más hacia
adelante con el fin de consolidar el esfuerzo anterior de exportación de manufacturas.
Ese nuevo paso tiene que ser, indudablemente, hacia el sector servicios, ya que ello
reduce costos en rubros como transporte, financiamiento, embalaje, almacenamiento
e, incluso, en el control de la cadena de distribución física internacional al disminuir
los eslabones de esta y al permitir llegar a menores precios a los mercados ya conquis-
tados. Así, se llega al tercer paso en la teoría evolutiva del comercio internacional: la
exportación de servicios.

3.3. La exportación de servicios

A esta etapa de exportación de servicios o de intangibles llegan los países que han logrado
una exportación de manufacturas significativa, han abierto canales de distribución en el
exterior y necesitan facilitar la comercialización de dichas mercancías para aumentar
los lucros de sus operaciones. En esta tercera fase, se desarrollan los servicios como el

29
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

transporte, las estructuras de comercialización propias, las fuentes de financiamiento y


de seguros, el almacenamiento, el embalaje, el envasado y elementos facilitadores del
comercio internacional como la logística de distribución física. También se desarrollan
la supervisión de importaciones, exportaciones y el control de calidad; la construcción
pesada; la prestación de labores de profesionales como los médicos, contadores, abo-
gados, arquitectos y técnicos; la información y procesamiento de datos; e, incluso, la
educación. Igualmente, están presentes los servicios eléctricos y de telecomunicaciones
aunque en otro aspecto y con otros agentes.
Los países que alcanzan medios de tecnificación en el sector minero, industrial y
energético empiezan a desarrollar los servicios de comercio internacional como una
fase necesaria para consolidar la etapa anterior y como un soporte para su sector
exportador. De esa manera, aparecen los bancos como un respaldo a las empresas
por medio de la apertura de sucursales en los países donde están vendiendo o
en aquellos que han sido considerados objetivos para una audaz penetración de
mercaderías. Así, se completa el círculo del comercio exterior, debido a que, sin el
respaldo financiero no es posible entender la cuestión comercial. Incluso, cuando
esta se desenvuelve, a través de los supermercados o de las grandes tiendas de
almacenes, se requiere de los servicios financieros que faciliten la actuación y el
mayor volumen de las ventas en el mercado anfitrión o importador. Dichos servicios
financieros logran captar el ahorro de los propios ciudadanos anfitriones, ya que,
a través de las tasas de interés para la compra de productos en los citados canales
de comercialización, alcanzan un mayor predominio en el mercado local. Además,
operan, con frecuencia, bajo las formas de factoring. Así, compran a los productores
nacionales sus mercaderías pagándolas a través de contratos de factoring que son
operados por los propios bancos del país que está desarrollando o se encuentra en
esta etapa comercial y que le significa, al productor nacional, un precio menor, ya
que tiene que sacrificar un porcentaje de sus beneficios por la venta de sus factu-
ras. Luego, las empresas comercializadoras (supermercados) venden los productos
adquiridos vía factoring para, posteriormente, con tales recursos, comprar en su
propio país productos nacionales al contado, con lo que logran mejores precios.
Importan, así, de sus sedes o de los productores de su país, ingresan otra vez en los
mercados anfitriones, desplazan a los productores locales y consolidan su presencia.
Es decir, los fabricantes del país anfitrión se convierten, indirectamente —a través
de operaciones de factoring—, en financiadores de las importaciones que llegan al
mercado a menores precios, no necesariamente en operaciones de dumping, sino

30
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

con ventaja, pues las adquisiciones en su mercado nacional de origen se hacen al


contado y, en consecuencia, a precios más favorables.
Esta práctica comercial de las grandes tiendas de almacenes y de los supermercados
es el mecanismo de servicios más efectivo para la penetración mercantil y completa
la relación comercial y financiera. A través de ella, las cadenas de supermercados
extranjeras adquieren de los productores nacionales mercaderías (generalmente,
hortifrutigranjeros) a bajo precio, les pagan en facturas a ser abonadas a 60 ó 120
días y, como el pequeño agricultor o empresario no tiene capacidad financiera,
entonces, se ve obligado a vender sus facturas a empresas de factoring creadas por
tales supermercados y bancos, quienes adquieren dichos documentos comerciales
a un precio vil o menor del valor expresado en ellos. Ese diferencial, que es el plus
beneficio, fortalece al sector bancario asociado con el de servicios de comercialización
de los supermercados. Luego, estos adquieren, pagando al contado, productos de los
fabricantes o productores de su país y les facilitan la colocación de sus mercancías
en dichos canales de comercialización. Esa es la ventaja y la agilidad de actuar en
la exportación de servicios a través de una cadena comercial que involucra super-
mercados, bancos y empresas de factoring. Existe una estrecha vinculación entre las
comercializadoras (supermercados, grandes almacenes) y los bancos e instituciones
financieras de un mismo país exportador que logra desplazar a las empresas locales
que, al no tener esta base financiera, sucumben y desaparecen.
El VI Plan de Desarrollo Económico y Social de Francia decía, en su oportunidad,
dentro de su política de comercio exterior:

La implantación de redes comerciales, así como de filiales en el extranjero, será facilitada


mediante el desarrollo de sociedades comerciales, el perfeccionamiento y, eventualmente,
la extensión de sistemas de financiamiento prioritario y la garantía de las inversiones. Por
otro lado, se alentará la implantación del sistema bancario francés en el extranjero para
que acompañe a las inversiones industriales y comerciales y participe más activamente
en la atracción del ahorro local en beneficio de esas empresas.12

Se puede apreciar una secuencia natural: desde la conquista de mercados a través de


las exportaciones de manufacturas y, luego, desde el apoyo de los servicios financieros
hasta la inversión directa en el país importador.

12
VI Plan de développement économique et social 1971-1975, 23.

31
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Los servicios de transporte y la logística de distribución física son un aspecto im-


portante en la cadena de comercialización, pues afectan directamente el costo final de
las mercaderías y son significativos de la presencia de un país a través de sus llamadas
líneas de bandera. Por ello, los países asisten a sus empresas de transporte y les otorgan
facilidades para contrarrestar la competencia externa. Por ejemplo, las compañías Braniff
Airways y Pan American Airlines, de los Estados Unidos de América, fueron impulsadas
por su gobierno para establecer rutas hacia el lado este y oeste de América del Sur con
el fin de contrarrestar el éxito inicial de la empresa colombiana Avianca, que se había
convertido en la única empresa que transportaba la carga y, fundamentalmente, el
correo entre norte y sur del continente.
Las empresas que operan en el exterior necesitan un gran número de servicios agre-
gados para consolidarse, como los estudios de marketing y contables, asesores fiscales
y legales, y programadores de sistemas. Con frecuencia, resulta más barato y eficiente
comprar los servicios especializados a proveedores externos que pueden capacitar a
su propio personal.
El procesamiento de datos y las telecomunicaciones han reducido radicalmente el
costo y el tiempo requerido para adquirir servicios de proveedores más distantes y ello
ha complicado el escenario de transacciones. Así, aparecen las grandes cadenas de
almacenes, hoteles, restaurantes, fuerza de trabajo temporal y bienes raíces. Hoy en
día, se puede estructurar una fuerza de ventas constituida por operadoras telefónicas
que, a través del computador, actúan desde Lima, Caracas, Bogotá o Asunción ofer-
tando mercaderías producidas en China a compradores hispanoparlantes residentes
en Los Ángeles, California o Texas. Para ello, una pequeña empresa establecida en los
países importadores remite, vía Internet, a las operadoras en ciudades latinoamerica-
nas, que solo requieren de una remuneración de US$ 200 mensuales, un mailing list
de consumidores de habla hispana. Dichas operadoras ofertan las mercaderías en su
mismo idioma a ese inmenso mercado sentimental residente en las grandes ciudades
estadounidenses, quienes sienten que están a la vuelta de la esquina. Registran el
pedido y la pequeña sociedad formada por empresarios latinoamericanos lo atiende y
les remiten por courier la mercadería vendida. Es decir, se trata de una larga operación
en la geografía acortada por las telecomunicaciones.
El proyecto del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), alentado por
los Estados Unidos de América, con el propósito de establecer una América Latina
abierta comercialmente, ha expresado, en la Reunión Ministerial de San José (Costa
Rica), celebrada en mayo de 1998, su mayor interés en establecer disciplinas para

32
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

liberalizar progresivamente el comercio de servicios, de modo que permita alcanzar


un área hemisférica de libre comercio en condiciones de certidumbre y transparencia
bajo dos aspectos: tratamiento de los servicios como bienes y pleno acceso al mercado
de servicios por parte de las empresas transnacionales, así como la resolución de los
problemas de operación al interior de los países latinoamericanos. De esa manera, las
grandes transnacionales podrían actuar sin ninguna limitación desde afuera en cual-
quier mercado latinoamericano y sin que se les exija siquiera radicación de recursos,
capitales o inversión en los países en donde actúan al amparo del nuevo concepto de
«presencia comercial», que busca reemplazar el de inversión directa, tal como la doctrina,
la legislación y el buen entendimiento lo exigen.
Un ejemplo de que el paso de las exportaciones de manufacturas lleva a escalar el
de los servicios es el de la empresa chilena Ripley, que, a fin de agilizar e incrementar
las ventas en sus tiendas de almacenes, estableció un sistema de financiamiento al
consumidor final. Sin embargo, ahora, para consolidarse, incursiona en los servicios
financieros con la creación de una tarjeta de crédito y de su Banco Ripley. Sigue, así,
el mismo derrotero de su similar Falabella, que, ahora, domina el mercado de ropa,
vestido y electrodomésticos en Bolivia y Perú.
Las empresas y los países ingresan al sector servicios empujados por dos factores: la
inercia de penetrar y afincarse en los mercados externos y la reducción de los márgenes
de ganancia ocasionada por la expansión de la competencia, que las hace buscar en
los servicios la rentabilidad disminuida en la etapa de exportación de mercaderías.
Aunque todavía es muy incipiente su desarrollo en América Latina, se puede apreciar
que aquellos países que han tenido mayor éxito en las exportaciones de sus manufac-
turas, como Argentina, Brasil, Costa Rica, Chile y México, son igualmente los líderes
potenciales en la exportación de servicios dentro de las economías emergentes. En el
otro extremo, se puede observar que los países que menos han crecido en sus expor-
taciones de manufacturas también han experimentado un detrimento en el volumen
de los escasos servicios que exportaban. Así, Perú, Paraguay y Venezuela han sido los
únicos países latinoamericanos que han dejado de tener navieras y aerolíneas de carga
nacionales y han perdido, en el decenio de 1990, sus compañías estatales. Mientras
tanto, se han consolidado con éxito Lan Chile; Taca, que es un conglomerado de líneas
liderada por Costa Rica; y TAM, una empresa de capitales brasileños que empezó sus
vuelos internacionales a inicios de la década de 1980 y, hoy en día, es el único caso
de nueva empresa aérea descollante en los últimos 25 años en el Brasil y en América
Latina en lo que se refiere a tamaño e innovaciones.

33
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

3.4. La inversión

Posteriormente, cuando los servicios ya están establecidos y han alcanzado un buen nivel
de desarrollo, tanto en el sector trasporte, financiero, seguros y centro de distribución
(cadenas de supermercados), y han dado un soporte facilitador a la consolidación de las
exportaciones de manufacturas, se realizan las actividades de radicación de inversiones.
Las inversiones extranjeras directas (llamadas IED), así como las indirectas, son una
estrategia de internacionalización propia de las unidades productivas y de los países
que han alcanzado un significativo volumen de exportaciones y, en consecuencia, un
gran porcentaje de sus lucros depende de lo que generen los mercados externos donde
estén operando. Allí, entonces, se hace aconsejable o es necesaria la inversión, de modo
que ella es un paso secuencial dentro del dinamismo del comercio mundial.
El establecimiento en el país anfitrión con ánimo de permanencia requiere de un
medio ambiente jurídico, económico, financiero y político que sea estable y duradero.
Los países que ya han recorrido las diferentes etapas del comercio han adquirido una
gran experiencia mercantil, están entrelazados con una cadena de servicios facilitantes
de su comercio exterior y sus directivos se pasean con comodidad en los organismos
internacionales, de modo que tienen la capacidad gerencial y la experiencia comercial
para radicar sus inversiones en otras realidades e interactuar en diferentes espacios
culturales.
Aunque no existe una definición universalmente aceptada de lo que es inversión
extranjera, ya que es un fenómeno cambiante con el desarrollo y crecimiento de un
país, su línea común, a través de las escuelas clásica, neoclásica y keynesiana, nos lleva
a admitir una ecuación ahorro externo-inversión que influye en el país receptor y que
depende de las tasas de interés y capital. Sin embargo, lo que pretendemos entender y
explicar en este trabajo es el momento en que este fenómeno se da y qué consecuencias
conlleva. En ese sentido, como señala Gilles Bertin, la inversión es una de las formas
de internacionalización del capital que se radica en un determinado país denominado
receptor o anfitrión. Las empresas y los países que continúan en este proceso y que se
encuentran en este estadio tienen que crear los mecanismos adecuados para que sus
inversiones se consoliden y su sector empresarial pueda actuar en el exterior con la
misma comodidad que si estuviera en su propio medio.
La radicación de inversiones es una etapa natural y consecuente a las demás, debido
a que las unidades económicas requerirán disminuir costes, aprovechar los recursos
naturales y la mano de obra disponible para alcanzar mayores niveles de producción y

34
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

de rentabilidad. La radicación de inversiones no siempre está representada por la insta-


lación de fábricas. Puede graficarse a través de la explotación de marcas; el dominio de
determinadas fuentes de producción para su propia industria; centros de financiamiento
o créditos; la explotación de la propiedad intelectual; el control de los servicios básicos
de la población como agua potable, electricidad y energía; y la infraestructura física de
exportación. Esta etapa requiere un esfuerzo conjunto de las empresas y de sus estados,
ya que precisa de políticas externas de sus países que actúen como promotores de sus
gestiones y como escudos después. Ningún país podría dejar a la libre decisión y acción
de los países receptores la suerte de sus inversiones externas. Pensemos que, cuando
estamos hablando de inversiones, no nos estamos refiriendo al valor de una fábrica de
US$ 20 ó 15 millones, sino a un monto significativo de recursos colocados en países
extraños, en diferentes áreas o actividades económicas, y cuya participación y acción
puede afectar para bien o para mal la economía del país inversionista, de manera que,
por la propia fuerza y peso de la inversión comprometida en un territorio extranjero,
los gobiernos deben actuar diseñando políticas de desarrollo y de protección de sus
empresas. Ningún Estado puede descuidar y dejar a la libre decisión de las fuerzas
comerciales o a la política del país anfitrión la suerte de un monto de inversiones que
muchas veces representa el 10% de su PBI. Sería una torpeza, pues ello afectaría,
para bien o para mal, su propia economía y el bienestar de su población, que es el
fin fundamental de cada Estado. Luego, se quiera o no, los países huéspedes tienen
que cuidar de sus inversiones en ultramar mediante acuerdos bilaterales de protección
de inversiones, estrategias de negociaciones cooperativas y una estrecha vinculación,
cuando no influencia, con los niveles de decisión política interna. Algunos otros utilizan
para estos fines incluso mecanismos demostrativos de poder bélico. Muchas empresas y
países actúan a través de los bancos, fondos de inversiones o empresas administradoras
de pensiones (AFP), que invierten y captan recursos de países en los que operan de
tal manera que los ingresos que estas perciben representan una parte significativa de
lo que el país inversor obtiene de fuente extranjera.
Pensemos por algún momento en la posibilidad de que un país anfitrión nacionalice
o establezca una serie de políticas que afecten negativamente tales inversiones extranje-
ras; ello repercutiría inmediatamente en la economía del país inversor. Claro está que
existen mecanismos en el sistema financiero internacional que hacen difícil pensar en la
posibilidad real de este ejemplo, ya que el Convenio Multilateral Investment Guaranty
Agency (MIGA), del Banco Mundial, por ejemplo, acudiría para resarcir al inversionista
extranjero y, luego, efectuaría una acción de regreso contra el país actor. Sin embargo,

35
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

el lapso entre la decisión soberana de una parte y la solución de la controversia sería


suficiente para ocasionar un daño, a veces, con caracteres tan fuertes que podría
afectar la estabilidad económica del Estado inversor y el bienestar de su población.
Por ello, la inversión tiene que estar protegida por el propio Estado inversionista a
través de una serie de mecanismos de carácter comercial, financiero, tecnológico,
político e, incluso, militar.
No se puede negar la importancia que, en la economía de un país, tiene la inversión
extranjera, ya que es un elemento impulsor de su desarrollo, así como una muestra
de confianza y un aval del exterior para el país receptor, ya que posibilita atraer otras
nuevas inversiones. Por otro lado, la inversión extranjera es un complemento cualita-
tivo para el país de destino, debido a que aporta tecnología, información y canales de
comercialización internacional. No obstante, también es importante que la inversión
coadyuve al desarrollo nacional en áreas de particular interés y aporte tecnológico, por
lo que debería canalizarse hacia ámbitos preferentes del país receptor, de igual manera
como se deben extender las medidas de protección que exige el inversor extranjero
hacia el empresariado nacional.
Esta etapa del proceso del comercio internacional ha sido impulsada y fortalecida
a partir de la década de 1990 con las recomendaciones de la comunidad financiera
internacional para que las naciones latinoamericanas liberalicen los mercados y las
regulaciones a la inversión extranjera. Tales políticas se han articulado dentro de una
estrategia de desarrollo que privilegia al mercado como asignador de recursos y confía
en que la desregulación, la liberalización y la menor intervención estatal generarán una
tasa de crecimiento más alta para todos los países.
Ello ha posibilitado que los países industrializados amplíen sus emprendimientos
en muchas áreas del mundo y que las empresas transnacionales incrementen sus
inversiones en América Latina, las que, en el decenio de 1990, llegaron a US$ 86
mil millones y se redujeron a US$ 80 mil millones al iniciarse el presente siglo, con
Estados Unidos de América como el primer inversor, con el 32% del total, seguido
de España, con el 19%, según datos de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE). En el año 2001, sorprendentemente, China desplazó
del primer lugar a los Estados Unidos de América como país receptor de IED, aunque
este sigue siendo el primer país receptor de IED y el mayor inversor en el extranjero.
Este posee inversiones en Europa (40%) y en los países en desarrollo (30%), particu-
larmente en América Latina, donde alcanzó un porcentaje significativo, y, en menor
medida, en el sureste asiático.

36
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

La IED distribuida en el mundo en el 2003 frisa los US$ 653 mil millones y mantie-
ne los mismos niveles del año anterior, según cifras de la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). Una gran parte de este flujo proviene,
esencialmente, de dos países: Estados Unidos de América y el Reino Unido. La tendencia
a la concentración de las IED seguirá en el futuro y se dirigirá, sobre todo, a la infraes-
tructura física, la distribución, la electrónica, la química, los servicios no financieros y,
a un ritmo más lento, a los servicios inmobiliarios. Ello explica las distintas medidas de
protección y algunas otras de carácter coercitivo.
La inversión extranjera requiere no solo de un medio ambiente propicio para des-
envolverse, sino, además, de mecanismos y medidas legales que la protejan como el
convenio MIGA, del Banco Mundial, y el Convenio Overseas Property Investment
Corporation (OPIC), de los Estados Unidos de América con el resto del mundo, además
del marco de protección dentro de la OMC y los Acuerdos de Protección de Inversiones
(acuerdos bilaterales API) que algunos países plantean directamente con aquellos que
son los receptores de tales inversiones. De esta manera, los riesgos que caracterizaban
a cualquier negocio internacional quedan reducidos o totalmente eliminados a favor
de la inversión extranjera que se radica segura. Esta tendencia se mantiene creciente
e influyente como se ha podido apreciar por el proyecto de Acuerdo Multilateral de
Inversiones (AMI) alentado por las siete más grandes potencias industrializadas dentro
del marco de la OCDE y que aún no ha sido puesto en vigencia debido a la resistencia
de Francia y, tal vez, porque aún no es oportuno.
Igualmente, tenemos las medidas coercitivas que ha diseñado el mayor inversor
mundial, como son la cláusula especial súper 301 de la Ley General de Comercio y
Competitividad y la enmienda Helms-Burton, que afectan la soberanía de los países
latinoamericanos. Tal cláusula posibilita a los Estados Unidos de América adoptar
represalias comerciales contra los países que estime no protejan adecuadamente los
derechos de la propiedad intelectual de autores e inventores estadounidenses. Por otro
lado, la ley Helms-Burton, en su título I, sección 102, faculta y estimula la restricción de
las relaciones comerciales y crediticias con Cuba, así como a adoptar sanciones inme-
diatas a todos aquellos países que la ayuden. Tales sanciones van desde una multa de
US$ 50 mil hasta la posibilidad del decomiso de propiedades, fondos, embarcaciones,
muebles y cualquier otro artículo. Igualmente, prohíbe la financiación directa e indirecta
y se opone al ingreso de dicho país al Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco
Mundial y al Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Incluso, los países que efectúen
donaciones no recibirán asistencia de los Estados Unidos de América.

37
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Por otro lado, la implantación conceptual de «presencia comercial», cuyo ámbito


aún no está plenamente determinado, pretendería restringir cualquier acción guberna-
mental que establezca exigencias (monto de capitales, tipo de instalación o inversión,
nivel tecnológico o número de trabajadores) a determinada IED, lo que posibilitaría
que actúen sin ninguna exigencia en homenaje a una irrestricta libertad comercial y
a la sustitución del Estado por la acción de las empresas transnacionales. Ello podría
limitar la acción soberana de un Estado para conducir su economía en función a un
proyecto nacional.
Los principales países latinoamericanos inversores en la región son México y Chile;
este último actúa directamente en Argentina y Perú. Se calcula que, en el Perú, sus
inversiones superan los US$ 4,5 mil millones en sectores estratégicos —aun cuando
algunos estimen que no se puede hablar de ello— como el cobre, la energía, el sistema
privado de pensiones, la banca y el financiero, comercializadoras e industria ligera.
Los ingresos que perciben de todas estas inversiones, algunas a través del proceso de
privatizaciones, contribuyen al desarrollo significativo de la economía chilena.
El control de las empresas estratégicas, aquellas que están en sectores sensibles de
la economía nacional, ha impedido a países que cuidan de su identidad cultural y de
su propia soberanía pasar a manos de inversionistas extranjeros. Así, Brasil mantiene
la explotación de sus hidrocarburos y comparte con capitales extranjeros, mediante
operaciones de joint venture, la explotación, que es una operación de mayor riesgo.
Por su parte, Chile nunca ha permitido privatizar su producción de cobre. Tales países
adoptan estas políticas porque el grueso de su PBI depende de tales actividades. Otros,
a su vez, buscan extender hacia otras geografías la explotación de determinados pro-
ductos con el fin de tener un mayor control de los centros de producción de materias
primas y alcanzar más presencia en los mercados internacionales. Ello explica la compra
de Quellaveco por parte de la empresa chilena Mantos Blanco por la suma de US$
12 millones en un gesto del gobierno de Alberto Fujimori con ribetes de corrupción.
Las inversiones, cuando alcanzan volúmenes significativos, requieren de un medio
ambiente político, económico y social sólido y estable que las resguarde, ya que, de
ellas y de sus lucros, depende, en gran parte, el desarrollo económico de sus países.
Ello explica el nuevo rediseño de las políticas internacionales de muchos países, incluso
latinoamericanos. El servicio de inteligencia nacional chileno ha replanteado sus ob-
jetivos al introducir el concepto de «seguridad económica», según el cual la Dirección
de Seguridad Pública debe concurrir con su política exterior y con su inteligencia para
asegurar, preservar y promover los más de US$ 16 mil millones que tiene invertido Chile

38
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

en Argentina y en el Perú. A ello, se suma el particular afán del gobierno chileno por
suscribir con el Perú un Tratado de Libre Comercio innecesario, debido a que ambos
países tienen un acuerdo de complementación económica (ACE 38) y forman parte
del convenio MIGA, que es un convenio multilateral de protección de inversiones, así
como de una serie de medidas de penetración y gravitación en la economía de los
países anfitriones, dentro de los cuales no se puede negar están las políticas. Algunas
de esas expresiones están registradas en la historia y otras más recientes en la actuación
de sus empresas.
Hacia 1870, los territorios de Tarapacá, pertenecientes al Perú, y los de Antofagasta
y Caracoles, pertenecientes a Bolivia, tenían importantes inversionistas chilenos en la
exploración y explotación de salitres, que era uno de los commodities de mayor valor
en el mercado internacional. Ocurre que, en 1873, el presidente Manuel Pardo dispuso,
mediante decreto, su estatización y ello fue la causa de la Guerra del Pacífico.

En los trabajos de aquellas salitreras estaban colocados capitales chilenos, que obtenían
pingües y seguras ganancias; así es que al verse privados de esa industria sufrieron
positivas y fuertes pérdidas; pero esos decretos no se dictaron con ánimo de hostilizar
a los capitalistas chilenos, pues también los había peruanos que representaban algunos
millones de pesos, sino como recursos fiscales para aumentar las entradas del Perú que
disminuían, porque los productos del guano estaban destinados, casi en su totalidad,
al pago de la deuda externa; pero cualesquiera que fuesen los móviles del gobierno
peruano al dictar esta medida, el hecho es que produjo la ruina de muchos capitalistas
chilenos [...].13

El caso Lucchetti es un ejemplo reciente. En efecto, la empresa chilena, dentro de


su estrategia de internacionalización, estableció, en el Perú, hacia 1996, una subsidiaria
del tipo 100% de capital; suscribió con el Estado un convenio de protección a su inver-
sión; y construyó, en 1997, su planta en una zona de resguardo ecológico. La inversión
total alcanzó la suma de US$ 135 millones. Resulta que la planta se instaló sin contar,
en su oportunidad, con los estudios previos de impacto ambiental, lo que llevó a la
Municipalidad de Lima a entablar una serie de acciones legales ante la administración
de justicia. Ello originó que el presidente de Lucchetti interviniera a través de un grupo
de lobby para presionar a las autoridades judiciales.

13
Paz Soldán 1979, 93.

39
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Las grandes inversiones necesitan proteger sus intereses y, por eso, intervienen
en la política interna para fijar reglas que las beneficien; mantener una posición en el
mercado; garantizar sus aportes de capital; y, con frecuencia, cerrar las puertas a los
competidores. Tal forma de intervención lleva consigo un estilo cultural y de percep-
ción sobre el país intervenido. La actuación del presidente de Lucchetti en un video
sorprendente, pero previsible, muestra una característica cultural de la inversión.
Sus palabras e intenciones reflejan un estilo de manejar las cosas, pues establecieron
vínculos de corrupción; coaptaron a dirigentes, periodistas y profesores de las más
destacadas universidades; y contaron con la venalidad de los jueces más corruptos.
La expresión «[…] yo quiero una guerra corta, sangrienta y decisiva, como se ganan
las batallas», pronunciada por el más alto directivo de la empresa, era no solo una
estrategia de la empresa, sino una línea cultural y una evocación histórica que se
inicia desde que el vicealmirante Patricio Lynch tuviera como misión el saqueo corto
y decisivo de la economía peruana. Este, incluso, determinó que, el 7 de diciembre de
1881, se interviniera la caja comunal de la Municipalidad de Lima y, dos días después,
finalmente, cesó al entonces Alcalde de Lima.
La actitud de Lucchetti no solo tiene antecedentes históricos, sino que se inserta den-
tro de los objetivos macroeconómicos de Chile, diseñados desde la época del gobierno
militar de Augusto Pinochet, destinados a conquistar el Pacífico, pues el almirante Toribio
Merino, encargado del sector económico de la Junta de Gobierno, planteó, en su tesis
del desarrollo mirando hacia el Pacífico, tres condiciones esenciales para este fin, una de
las cuales era lograr una posición adecuada de economía creciente y complementaria
con países del Pacífico Sur de similares características como exportadores de materias
primas con grandes espacios marítimos y terrestres no ocupados. Ello conlleva articular
una política de inversiones hacia tres países limítrofes —Argentina, Bolivia y Perú—,
dos de los cuales, sin una política promotora y ordenada de su comercio internacional
y con una fuerte dependencia en la exportación de commodities, son más propicios
para radicar inversiones y controlar la exportación de servicios como energía eléctrica,
sistemas de comercialización a través de tiendas de almacenes, productos alimenticios,
bancos y empresas de fondos de inversiones. Tales objetivos de desarrollo y protección
de sus inversiones se pudieron ver claramente cuando la empresa Lucchetti demandó
al Estado peruano ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a
Inversiones (CIADI) y contó con la adhesión y codemanda del Estado chileno a pesar
que dicha acción era improcedente, como más tarde lo ratificó el propio organismo de
solución de diferencias del Banco Mundial. En sentido contrario, la política chilena de

40
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

inversiones impide la radicación de operaciones foráneas; ordena el cierre de una em-


presa peruana bajo el cargo de sospecha de actividades irregulares; e impone, incluso,
un interventor para liquidarla, sin juicio previo, en abierta actitud confiscatoria, sin que
medie ningún reclamo de la autoridad peruana.
Otro ejemplo que registra la historia universal es la acción directa y abierta de los
grandes inversionistas norteamericanos de la industria azucarera, que, a fines de 1888,
iniciaron una serie de maniobras destinadas a derrocar el gobierno de Hawai, con el
propósito de mantener sus operaciones sin la interferencia soberana de una monarquía,
que había empezado a modernizarse en el Palacio Iolane. Lo que querían dichos inver-
sionistas eran nuevas reglas para el desarrollo y crecimiento de sus inversiones así como
medidas proteccionistas, lo que los llevó, incluso, a la creación de una fuerza paramilitar
para resguardar sus instalaciones, sus exportaciones y sus intereses en territorio libre de
las islas hawaianas. Todo ello condujo, más tarde, al derrocamiento de la monarquía y
su inmediata anexión a los Estados Unidos de América en 1898.
En América Latina, tenemos la experiencia de la United Fruit Company, inversión
estadounidense en América Central, particularmente en Guatemala. Dicha IED era pro-
pietaria de las mayores plantaciones de plátanos de Puerto Barrios, de donde salía dicho
producto, y mantenía el monopolio del transporte de ferrocarril. En 1954, la United Fruit
alentó un golpe de Estado —que contó con el respaldo de su país— contra el gobierno
reformista de Jacobo Arbenz, que había expropiado parte de las plantaciones de la
empresa. El gobierno estadounidense, en apoyo a su empresa, bombardeó la estación
ferroviaria de Zacapa y dejó incomunicada a Guatemala con el resto de países.
Un caso que ilustra esta fase, aunque se pierde en las grandes páginas de la his-
toria, es la acción del Perú destinada a proteger a sus inversionistas que actuaban en
California hacia el año 1849, durante la fiebre del oro. En efecto, el presidente Ramón
Castilla envió, en febrero de 1849, a las costas de California, en los Estados Unidos de
América, al bergantín «Gamarra» con el propósito de proteger y dar seguridad a los
inversionistas peruanos que, con otros de diferentes nacionalidades, se habían radicado
en las costas del Pacífico. Durante tres meses, los infantes de marina peruanos, al mando
del capitán de fragata AP José María Silva Rodríguez, protegieron a los inversionistas
de su país e impusieron el orden.

3.5. La penetración cultural

La antepenúltima etapa en el movimiento evolutivo del comercio internacional es la


penetración cultural, destinada a fijar un tipo de inversión, dominar un mercado y

41
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

desplazar los obstáculos o reservas a su expansión. Es una secuencia natural e inmediata


después de la inversión. Es la fase en la cual las unidades productivas, conjuntamente
con su país de origen, crean los condiciones necesarias para que sus inversiones y sus
servicios puedan desarrollarse de manera pacifica y su acción no se vea alterada por
decisiones de política interna del país receptor. Asimismo, se fijan patrones y usos favo-
rables a las grandes inversiones, tanto en el campo empresarial, particularmente de las
telecomunicaciones, como en el campo educativo y legal, singularmente el tributario.
Esta etapa es la que genera las mayores fricciones, sobre todo si los agentes y los
países que actúan como exportadores o inversiones frente a los importadores o receptores
de inversión poseen sistemas jurídicos diferentes, ya que todos ellos son una expresión
cultural y concepción del mundo distinta. Los cuatro principales sistemas jurídicos —el
sistema romano-germánico o latino, el sistema del common law, el sistema musulmán
y el sistema socialista— tienen líneas distintas en instituciones como los intereses, la
contratación, los derechos humanos, la libertad de contratación y la administración de
justicia, de tal manera que las empresas y los países confrontan sus servicios e inver-
siones, pero, además, sus sistemas jurídicos.
La consolidación de la fase anterior, la inversión, requiere de mecanismos legales
y modelos contractuales comunes al sistema jurídico del país inversor, así como de
estructuras supranacionales por encima de las estructuras nacionales tradicionales. La
cultura juega, pues, un rol importante en los negocios internacionales, ya que puede
facilitar la comercialización de determinados productos y la radicación de inversiones,
pero también puede dificultar la consolidación o establecimiento de determinados
emprendimientos.
La cultura es el conjunto de creencias, sentimientos y comportamientos de una
sociedad determinada. Incluye la educación y la percepción estética, pero, fundamen-
talmente, es el significado admitido y comprobado que nos facilita la antropología y
la sociología para entender a un pueblo y la forma como responde frente al trabajo, el
lucro, la innovación y el sentido de la vida. Los elementos básicos de la cultura son la
lengua, la religión, la legislación, el referencial histórico, el significado del trabajo, las
actitudes y simpatías, los modales, y la percepción estética y educacional, que pueden
convertirse en facilitantes para la actuación y desarrollo de las inversiones o en barreras
que obstaculizan las decisiones de las empresas y, en consecuencia, su dirección estra-
tégica. Ello explica, por ejemplo, el rápido crecimiento de las inversiones españolas
en América Latina, principalmente en el sector de telecomunicaciones, así como el de
las inversiones mexicanas y chilenas en otros sectores, ya que los elementos básicos

42
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

culturales son compartidos con el país receptor, sobre todo la lengua, la religión y la
percepción estética y educacional. Es lo que puede denominarse la cercanía cultural
que las empresas inversionistas extranjeras tratan de resaltar o de morigerar para ge-
nerar un clima de confianza y simpatía a sus operaciones a través de la acción cultural.
La penetración cultural busca crear un medio ambiente jurídico, ideológico y aca-
démico propicio para recibir con simpatía las inversiones y facilitar su mayor desarrollo.
Se ejecuta mediante la acción en tres planos: las telecomunicaciones y los medios de
comunicación masiva (radio, televisión, prensa escrita, revistas y editoriales); la edu-
cación general primaria y la transferencia tecnológica (libros de enseñanza, cursos de
extensión, formación de corrientes de opinión); y la renovación de los libros de historia
cuando el país inversor ha tenido, en el pasado, conflictos históricos con el país anfitrión
o receptor de inversiones. Las empresas, las misiones culturales y los lobbies actúan en
esos tres planos para crear un ambiente adecuado.

3.5.1. Las telecomunicaciones y los medios de información

Uno de los planos sobre los cuales se afianza y actúa la penetración cultural es la utiliza-
ción de los medios de comunicación masiva, particularmente la radio y la televisión (los
enlatados y series), así como la gran prensa escrita en todas sus formas. El desafiante
empuje de las exportaciones de servicios —financieros, tecnológicos o telemáticos—,
el dominio de los gigantes de las telecomunicaciones por cable y el empuje de las
grandes multinacionales de la propaganda y la publicidad se acompasan dentro de un
proceso cultural que posibilita inversiones prósperas y duraderas, y, en tal razón, logra
difundir nuevos hábitos de consumo, cánones estéticos, moda, lectura y hasta nuevos
sistemas de valores en un afán por estandarizar a los hombres para que las economías
de escala puedan colocar sus productos y consolidar sus marcas, y los consumidores
las acepten y protejan.
Durante las negociaciones de la Ronda Uruguay, que más tarde dieron origen a
la OMC, fue Francia la que luchó tenazmente para que el tema de los audiovisuales
(videos, películas, publicidad, disquetes y casetes) fuera excluido del acuerdo con el fin
de proteger su cultura. A su vez, la Unión Europea reserva el 51% de la programación
de sus televisoras a programas de sus países miembros, de la misma manera que, en
las señales de satélite por cable, reserva el 51% de cada canal a especiales y películas
europeos. China, por otro lado, ha permitido a las grandes televisoras europeas el acceso
a su mercado pero ha limitado su participación a una pequeña cantidad de horas, en
tanto que Brasil dispone del proceso de adaptación y traducción al portugués de las

43
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

obras audiovisuales y publicitarias importadas para preservar, de esa forma, su cultura.


Otros países establecen un límite a la inversión extranjera en la conformación del capital
social de sus empresas de radio y televisión, con el fin de que no afecten su identidad
cultural. En mayo de 1999, una fuerte corriente de historiadores y políticos franceses
cuestionó el proyecto de venta del prestigioso diario parisino Le Fígaro al grupo Carlyle
de los Estados Unidos de América.
La multiplicación de los canales de televisión y su expansión a través del cable;
las informaciones vía satélite; y el incremento en la demanda de series, programas y
telenovelas que pretende ser satisfecha por la presencia de empresas y conglomerados
europeos, estadounidenses y también latinoamericanos están abriendo brecha en el
dominio de la potencia hegemónica y dividiendo al mundo en dos escenarios: uno
industrializado y productor; otro, únicamente consumidor. Tal vez, algunos países están
interesados en difundir una cultura desarticulada de sus referentes propios y que, más
bien, sea indiferente a su referente geográfico nacional e histórico.
La facultad soberana que tienen los países de imponer tributos a los actos comerciales
que se realizan en su territorio se ha visto cuestionada cuando se trata de los servicios
de teleinformación. Algunos sostienen que la libertad de prensa y el libre flujo de in-
formación son más importantes para que todos tengan acceso, que la facultad estatal
de recaudar tributos para satisfacer las necesidades de su población. Las regulaciones
gubernamentales con fines políticos como la protección de la privacidad o la preservación
de las comunicaciones públicas pueden considerarse inconvenientes para un sector de
empresarios, pues afectan los flujos internacionales de información.

3.5.2. La educación, la tecnología y los regímenes legales

La penetración cultural es de lo más amplia, pues cubre no solo la educación, sino,


también, la utilización de nuevos modelos jurídicos o formas societarias, estilos de
gerencia y mecanismos financieros que se introducen en la plaza receptora para fa-
miliarizar a las empresas, con el fin de que puedan desenvolverse como si estuvieran
en su propio mercado. El mundo está dividido en sistemas jurídicos que pueden ser
agrupados en cuatro grandes sistemas: el common law, el civil law o romano-germánico,
el musulmán y el socialista. El primero se desarrolló en Inglaterra, después de la con-
quista de los normandos en 1066, y abarca casi todos los países angloparlantes como
Estados Unidos de América, Canadá, Nueva Zelanda, Australia y el Caribe inglés. El
sistema de la ley escrita o del ius civile abarca todos los países latinos de América y los
europeos que fueron dominados, en su tiempo, por el imperio romano. En su inicio,

44
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

sus reglas se aplicaron sin distinción a comerciantes y no comerciantes, así como en


contratos mercantiles y no mercantiles. Posteriormente, el Código de Comercio Francés,
promulgado por Napoleón en 1807, y el Código Alemán, de 1897, marcaron un hito
fundamental en las relaciones de comercio. A su vez, el sistema musulmán, basado en
aspectos religiosos, mantiene vigencia en Irán, Irak y Arabia Saudita, en tanto que el
sistema socialista rige, con ciertas diferencias, en Vietnam del Norte, Camboya, algunos
países de la ex Unión de Repúblicas Socialistas y Cuba.
Este mosaico de sistemas jurídicos da origen a diferentes regímenes en cada país,
los que, al vincularse en los mercados, originan diferentes modelos contractuales y
societarios, así como distintos criterios sobre los derechos de propiedad intelectual y
responsabilidad extracontractual. Por tal razón, los países con mayor presencia en el
comercio internacional tratan de imponer sus regímenes jurídicos o buscan que los otros
se adapten a nuevas categorías jurídicas. Así, se puede ver que la parte más compleja
en las negociaciones sobre un tratado de libre comercio entre los Estados Unidos de
América y los países latinoamericanos es la cuestión de la propiedad intelectual, las
patentes, los servicios y la responsabilidad de los operadores, pues está de por medio
una confrontación de sistemas jurídicos.
En el área educativa, se plantea reescribir el pasado, ya que los referentes históricos
influyen en la acción de los operadores y los grupos sociales, lo que frena, con frecuencia,
el desarrollo de algunas inversiones extranjeras. Con tal motivo, se busca dejar a un lado
el pasado si es que este es molesto e incómodo para el país inversionista. Entonces, se
habla de no recordar la historia, sobre todo si esta evoca circunstancias que se pueden
repetir en el campo de la inversión y en la política interna. Por ello, los estados y las grandes
transnacionales, que, con frecuencia, tienen un volumen de ventas mayor que el PBI
de cualquier país latinoamericano, actúan a través de las instituciones académicas, los
medios culturales, las fundaciones, los periódicos, las editoriales, las revistas e, incluso,
los simposios universitarios y de instituciones de intelectuales con el fin de influir en la
sociedad. Igualmente, algunos estados alientan su industria editorial o facilitan que sus
empresas adquieran las de otros países para privilegiar algunos textos y autores. Por
ejemplo, la Editorial Jurídica de Chile es una empresa pública que busca abrir campo
a su doctrina jurídica y comercial, en tanto que el conglomerado angloholandés Reed
Elsevier ha comprado recientemente las prestigiosas editoriales Depalma y Abeledo-
Perrot de Argentina, que han sido dos de las más importantes empresas divulgadoras
del pensamiento jurídico y filosófico argentino y latinoamericano. Algunas empresas
transnacionales buscan acercar la cultura de sus países hacia la del país receptor o

45
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

convertirse en centro cultural, cuando no en gestoras de proyectos, con el fin de crear


un círculo intelectual dependiente o simpatizante de sus operaciones. Telefónica, una
de las más grandes transnacionales españolas que opera en América Latina, ha creado
la Fundación Telefónica, entidad que ejecuta proyectos culturales en varios países de
América Latina con el fin de crear una buena imagen y superar su accionar monopólico,
gracias al cual lograron instalarse en varios países de la región.

3.5.3. La adecuación de la historia

El tercer plano de la penetración cultural se refiere a «cambiar los libros de historia» y


olvidar para consolidar las empresas y las inversiones en el país receptor, sobre todo con
la argumentación de que estas crean fuentes de trabajo. Una influyente revista peruana
que exponía las ventajas de las inversiones chilenas concluía afirmando: «De un concepto
de soberanía nacional y estatal debemos pasar a un concepto de soberanía ciudadana y
civil. En algunos años debemos, quizá, revisar nuestros libros de Historia».14
También es la acción destinada a borrar cualquier referencia histórica que haga
recordar un pasado incómodo a los nuevos grupos de poder económico que se radican
en el inicial país receptor. Es el caso de la dominación hawaiana cuando, después de
la instalación del gobierno provisorio integrado por inversionistas estadounidenses,
se inició una subasta de todo aquello que evocara una referencia a la monarquía. Se
remataron todos los bienes de la corona hawaiana —su vajilla, sus joyas y hasta sus
muebles— en una larga subasta que demoró diez años y que incluyó, claro está, el
cambio arquitectónico del Palacio Iolane y su nombre. Sin embargo, su pueblo siguió
cantando durante un siglo su himno, «La oración de la reina», en un homenaje y re-
cuerdo a su antigua independencia.
En consecuencia, cuando las empresas y los estados orientan su inversión hacia un
determinado país y adecuan sus organizaciones deberán interesarse en los aspectos
culturales, ya que ellos repercutirán directamente en su desempeño.15 La penetración
cultural es necesaria para cualquier inversión y muchos sectores son enrolados y la
admiten plenamente dentro de este esquema por razones económicas o por intereses po-
líticos; la justifican a partir de la afirmación dogmática que, en un proceso de globalización,
no se puede evitar que los estilos y prácticas decisorias, así como las costumbres, sean
estandarizadas. Sin embargo, la comprobación empírica nos dice que el nacionalismo,

14
Debate 1996, 22.
15
Rugman y Hodgetts 1997, 158.

46
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

las diferencias religiosas y hasta étnicas se mantienen, para bien o para mal, vigentes y,
en algunos casos, con desmedida y condenable acción. Sin embargo, lo cierto es que
se da. Luego, las empresas y los gobiernos que se encuentran en esta etapa deben de
reconocer tal situación y amoldarse para no afectar cuestiones como la historia nacio-
nal, el sentimiento religioso y la cultura de los pueblos. De la misma manera, los países
receptores deben prever lo que ocurrirá con su identidad cultural cuando la inversión
extranjera es significativa en los sectores vitales de su economía, con el fin de que ello
no sea caldo de cultivo de futuros conflictos.
Las cuestiones culturales han sido siempre un freno y un limitante al desarrollo de
muchas inversiones extranjeras directas, ya que la prisa en su radicación para obtener
beneficios no va al mismo ritmo que la inserción en la cultura del país receptor. Esa
anacronía origina fricciones y resentimientos que impiden su crecimiento. Así, las prime-
ras experiencias en la década de 1960 de las empresas petroleras estadounidenses en
Arabia Saudita fueron traumáticas, debido a que sus ejecutivos y sus esposas trasladaban
sus costumbres y estilos a las calles y sociedad musulmana, con lo que afectaban las
rígidas reglas del Corán. La población reaccionó protegiendo su cultura a través de un
mayor dogmatismo que no ha logrado disminuir aun después de la acción multilateral
de las fuerzas militares occidentales posterior a los sucesos del 11 de setiembre de 2001
en Nueva York.
El estudio del desarrollo de los países y la teoría de su crecimiento ha partido desde
el célebre libro Principios de economía política, de Mill, en 1848, pero la perspectiva
cultural, fundamentalmente, ha sido enfocada recién a partir de los trabajos de Max
Weber, W. Arthur Lewis y Joseph A. Schumpeter. Sin embargo, el enfoque dentro del
proceso del comercio exterior no muestra ejemplos destacables, lo cual llena de inquietud
académica su indagación y de necesidad práctica su aproximación.
A partir de los trabajos precedentes, enfocados particularmente desde la teoría del
desarrollo, es posible apreciar, nítidamente, que el crecimiento de una industria y de un
país depende de factores específicos (recursos naturales, capital, tecnología), así como
de la cultura de los pueblos y los países, en definitiva, de la conducta humana. Así, el
esfuerzo por economizar determinará las posibilidades de inversión; los conocimientos
y su aplicación posibilitarán adquirir nuevos productos y tecnologías; en tanto que el
incremento del volumen de capital y de otros recursos por habitante permitirá un ma-
yor consumo y, en consecuencia, la conveniencia de radicación de nuevas empresas y
servicios. Hay conductas y costumbres que favorecen la inversión extranjera directa o
son un freno para su crecimiento. Tales actitudes son una expresión del valor que dan

47
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

las personas a las satisfacciones no materiales como el ocio, la seguridad, la igualdad,


la religión y los referentes históricos.
Weber señala que el trabajo, en los países con marcada población protestante, no es
solo un medio para salir adelante, sino que representa un valor moral positivo. Por su
parte, en algunas sociedades y culturas, el trabajo se considera simplemente como un
medio; en otras, se divide y clasifica a los trabajadores y se crea una especie de clase
diferente. Así, en América Latina, las leyes laborales distinguen a empleados y obreros.
Incluso, la seguridad social dividía a los hospitales, hasta hace unos cinco años atrás,
en hospital del empleado y hospital obrero. Y cuando llegaron los ingleses a radicarse
en inversiones mineras y ferrocarrileras, introdujeron, en razón de esa realidad cultural,
una nueva clasificación: funcionarios (solo para ingleses), empleados y obreros.
Los distintos valores interactúan en cualquier empresa, más allá de la naturaleza y el
medio geográfico. Ello nos lleva a reconocer que las instituciones, creencias o condiciones
del medio son estimulantes o pueden ser un freno para la actuación de determinadas
empresas que se radican en un país.
La postergación de los estudios de sociología por parte de las acciones efectivas e
inmediatas de la economía, en los últimos diez años, ha omitido y postergado el estudio
de la cuestión cultural frente a la acción económica de la inversión. De igual manera,
se han privilegiado las técnicas de administración y organización en las grandes cor-
poraciones y se ha descuidado la cuestión cultural y el análisis de cómo esta impacta
en la inversión.
A la luz de sencillas generalizaciones, es fácil concluir que algunas creencias o institu-
ciones fomentan o frenan el crecimiento de las inversiones extranjeras. Sin embargo, se
ha pretendido concluir que tales barreras o límites culturales de la inversión se pueden
superar a partir de la suposición de que los criterios que, en una sociedad inversora
están presentes, son extrapolables a todas las demás sociedades y que estas los admiten
o los incorporan en sus decisiones de negocios.
Las diferencias culturales evidentes en cada mercado son un límite para la radicación
de inversiones, ya sea por la necesidad de mayores recursos para adaptarse o por el
requerimiento de mayor entendimiento para su aceptación y crecimiento en mérito a
los referenciales éticos, religiosos, históricos o de sentimiento nacionalista. Para superar
tales limitaciones, que solo son las diferencias válidas en cualquier grupo social, las
grandes transnacionales han diseñado criterios de estandarización, homogenización o
de globalización económica.

48
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

Hoy en día, ese proceso de globalización nos empuja a admitir una nueva cultura
que adquiere ribetes de colonización cultural: la cultura de lo fácil, lo simple y lo rápido.
Esta cultura intenta imponerse como un mecanismo de mantenimiento del poder políti-
co, aislado del mundo civilizado, porque, aun cuando cualquiera puede en un instante
captar las imágenes de lo que está ocurriendo en otras partes del mundo y disfrutar
de las manifestaciones de libertad, democracia y bienestar que puede mostrarnos la
televisión, ello no consigue crear una comunión cultural entre nosotros y los lugares
que observamos.
Sin duda, hoy estamos interconectados, a través de las maravillas de las telecomu-
nicaciones, a cualquier lugar del planeta. Más de 500 satélites activos cubren la super-
ficie de la Tierra con señales de radio y televisión. Imágenes uniformes, en millones de
televisores, alimentan los mismos deseos. Nadie consigue controlar el éter o el aire del
territorio nacional. Sin embargo, la proximidad y la simultaneidad creada por los me-
dios de telecomunicación mundial no consiguen establecer una comunicación cultural
entre los pobladores de un mismo país y mucho menos una adaptación económica.
La política antinacionalista y neoliberal impuesta por el proceso de globalización
no solo ha fragmentado económicamente más a la sociedad, sino que la existencia en
algunos países, como el Perú, de un sistema de justicia corrupto la ha tornado más
insegura y desestimulante para el esfuerzo productivo. Las jornadas de protesta de las
gentes en las plazas y en las calles del Perú y la grita de justa rabia de la juventud, que
rompió el silencio desde 1997 y enarboló banderas éticas y morales —no a la impuni-
dad, defensa de la libertad, lucha por la democracia, justicia y libertad de expresión—,
fueron el espíritu de esa inmensa masa anónima que derrocó a la dictadura corrupta:
un cambio cualitativo.
La globalización económica ha exacerbado los sentimientos nacionalistas y regio-
nalistas. Italianos y suizos batallan por su identidad. Los israelíes están preocupados
por la pérdida de identidad, afectada por los Pizza Hut, los Blockbuster y los canales
inundados de pornografía; ello ha ocasionado diferencias profundas entre religiosos
y seculares, entre sefardíes y asquenazíes, ya que han alterado el respeto al descanso
sabático y propiciado lo que el filósofo israelí David Hartman advierte como la «nueva
división de Israel». Canadá y Bélgica están siendo paralizados por las disputas de sus
grupos lingüísticos. En los Estados Unidos de América, cuyos inmigrantes durante tanto
tiempo aceptaron el idioma nacional, millones de hispanoparlantes, junto con los jó-
venes de segunda y tercera generación, ahora recurren al inglés. Las inversiones en la
explotación y procesamiento petrolero por parte de las empresas estadounidenses en

49
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Arabia Saudita, Irak e Irán han conllevado costumbres, comportamientos y formas de


vestir que han exacerbado, con frecuencia, el sentimiento religioso de millones de ára-
bes, quienes han reaccionado adoptando posiciones de extremismo y fundamentalismo
religioso pues han visto invadida su cultura religiosa y su derecho basado en el Corán.
La batalla de Kosovo (Yugoslavia), librada hace 600 años, parece no haber acabado
a pesar de tratarse de pueblos vecinos. Ello hace surgir la pregunta: ¿cómo es posible que
la nostalgia de una batalla perdida por los serbios en 1389 frente al Imperio otomano
desencadene una masacre reciente contra los croatas? Croacia y Serbia son eslavos y
hablan el mismo idioma, pero los separa la religión: los eslavos son cristianos ortodoxos;
los croatas, católicos. También los separa el alfabeto: los croatas utilizan el latín; los ser-
bios, el cirílico. A ello, se suma que Bosnia está dividida entre musulmanes y católicos,
en tanto que los kosovares pertenecen a la etnia albanesa. Tales diferencias han aflorado
fuertemente y, basadas en la búsqueda de la cuna del pueblo serbio frente a la del pue-
blo albanés, han terminado en un sanguinario enfrentamiento que ha conmovido a la
humanidad en medio de una Europa que busca integrarse y obviar antiguas rencillas y
luchas. Tales situaciones demuestran que la historia es un factor determinante en las
relaciones comerciales y que los cambios culturales son lentos, muy lentos.
Los modelos económicos y las inversiones son fundamentales pero ninguno de ellos
se puede implementar si no tienen en consideración los valores y actitudes sociales.
El pensamiento económico tradicional parte del principio de que el consumidor actúa
racionalmente maximizando la utilidad y buscando el propio interés económico. Sin
embargo, las personas tienen diferentes percepciones de la utilidad e, incluso, pasan
por alto las normas racionales y de maximización utilitaria, como lo hace la gente del
Ande en el Perú, donde el trabajador no solo requiere una remuneración expresada
en salario, sino una vinculación espiritual, y donde el comercio no solamente es un
punto de encuentro entre la oferta y la demanda, sino un medio de vinculación social.
La penetración cultural es una secuencia natural e inmediata después de la inver-
sión. Es la fase en la cual las unidades productivas y los conglomerados empresariales,
conjuntamente con su Estado de origen, crean los acondicionamientos adecuados para
que sus emprendimientos puedan desarrollarse de manera pacífica en el país anfitrión
y su ciclo no se vea alterado por cuestiones de política interna del país receptor.
La III Conferencia Ministerial de la OMC fue una expresión de esta relación cultura-
comercio internacional-inversión, ya que, concebida para profundizar la liberalización
del comercio y definir en Seattle un proceso acelerado, terminó en un profundo fracaso
por acción directa de la población. En efecto, en los primeros días de diciembre de 1999,

50
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

desde el inicio de las reuniones, la protesta ciudadana, que se ha convertido en el medio


más efectivo para la conquista de los reclamos populares, detuvo las conversaciones del
más importante organismo de administración del comercio internacional. Sin embargo,
no solo fueron los ciudadanos estadounidenses los que protestaron, sino, además, otras
organizaciones, entre ellas algunas muy influyentes en los países en desarrollo como la
Third World Network, la Conferencia Internacional de los Sindicatos Libres y la Public
Citizens Global Trade Watch. Así, pues, la protesta social, medioambiental, ciudadana,
la de los consumidores y la de los operadores tuvo un papel clave en el fracaso de las
negociaciones por cuanto la liberalización de la economía no habría traído el bienestar
a los trabajadores.
Japón ha intentado acercarse a los países del sudeste asiático elaborando y pro-
piciando textos de historia light que omitan la referencia a los atropellos que, en el
transcurso de su historia, hicieron contra los pueblos de China, Corea e Indonesia. Sus
libros recientes omiten los trágicos sucesos del expansionismo nipón con el fin de crear
un medio ambiente propicio para el establecimiento de sus inversiones. No obstante,
ello ha creado el descontento de las naciones que, en el siglo pasado, sufrieron tales
abusos. A mediados de julio de 2001, Corea del Sur decidió romper relaciones militares,
culturales y turísticas con el Japón y señaló que el intercambio entre los pueblos debe
fundarse en una visión correcta de la historia y en la confianza mutua con el apoyo
de la población. Por ello, se suspendió la apertura del mercado surcoreano a los pro-
gramas de televisión, videos y cine japonés, luego que, en 1998, se había levantado
gradualmente la prohibición que existía desde hacía decenios para la importación de
medios de entretenimiento y expresiones culturales japoneses.
Este conflicto cultural y comercial no es un hecho aislado. Durante los últimos cincuenta
años, la cuestión cultural ha sido un factor gravitante en las relaciones comerciales. Ja-
pón, antes de esta situación, había realizado dos revisiones de los libros de historia de
enseñanza secundaria a pedido de Corea, las cuales no satisficieron el espíritu coreano
ni el chino. Tanto Corea, colonizada por Japón desde 1910 hasta 1945, como China,
que sufrió el primer genocidio de la historia moderna al perder más de seis millones
de habitantes y amplias áreas de territorio frente al imperialismo japonés, entre 1930
y 1940, han objetado los textos de historia de enseñanza media, ya que sostienen que
encubren las atrocidades japonesas y omiten mencionar prácticas de esclavitud sexual
que afectaron a miles de mujeres coreanas y chinas. La sensibilidad del tema no ha sido
superada en la actualidad a pesar de que Japón es el primer socio financiero de China
en Asia. La situación se complica en la medida en que no hay ningún foro bilateral.

51
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Mientras, el gigante asiático reclama del Japón un permanente homenaje a las víctimas
de su pueblo diezmadas durante la época de ocupación.
En abril de 2005, una ola de protestas recorrió China frente a los consulados y
restaurantes japoneses en Shanghai, Shenyang, Shenzhen y Hong Kong en respuesta
a una modificación histórica por parte de Japón que minimizaba los crímenes que
cometió durante la ocupación a China. Las protestas llegaron a boicotear los produc-
tos japoneses que se comercializan en China y alcanzaron una explicación oficial del
malestar chino cuando el consejero de Estado, Tang Jianxuan, expresó, a nombre de
su gobierno que las visitas del primer ministro japonés Junichiro Koizumi al santuario
Yasukini de Tokio, que honra a los dos millones de japoneses muertos en la guerra,
entre los que hay responsables de crímenes de guerra, era un obstáculo crucial para
las relaciones entre ambos países.
En 1996, un grupo de historiadores chilenos llegó al Perú y permaneció durante
algunas temporadas entrevistando a antiguos residentes tarapaqueños y descendientes
de estos. Una de las entrevistadas fue la señora Eva Ossio de Gómez, quien relató, a
sus 93 años, los sufrimientos que experimentaron los niños durante la ocupación chi-
lena. Ella, hija de peruanos y nacida en antigua tierra peruana, contó que les daban
varazos en las piernas por negarse a cantar el himno chileno. Tuvieron, entonces, que
aprender la letra de una canción que repetían con imperceptible movimiento de los
labios imitando los fonemas del himno extranjero. Los niños y los jóvenes, en rebeldía,
imprecaban al ejército invasor diciendo que sus corazones siempre serían peruanos;
por ello, la frase «del ombligo para arriba somos peruanos y del ombligo para abajo,
chilenos». La hostilidad creció día a día; se colocaban carteles en los colegios con la
frase: «prohibido el ingreso de perros y peruanos». Así es que su padre, al igual que
otros, retiró a sus hijos de la escuela y les dio, en su propio hogar, una instrucción que
fortalecía su sentimiento patrio. Sin embargo, también narró que, durante los días de la
persecución, alguna vez cobijaron en su casa a otros niños y que la gendarmería chilena
los protegió de la agresión de los ciudadanos chilenos, debido a que su familia tenía
importantes inversiones salitreras (Santa Bárbara, San Francisco) conjuntamente con
inversionistas ingleses. Los historiadores le pidieron que, por favor, narrara únicamente
esta anécdota en una ceremonia de presentación que harían en una universidad limeña
y que, luego, gestionarían que se le devolviera su antigua casa tarapaqueña. La señora,
por supuesto, se negó a narrar solo una parte de la historia.
Un ejemplo reciente de esta etapa es la decisión del Parlamento Europeo que, en
setiembre de 2005, pidió a Turquía que reconozca el genocidio armenio de 1915 y

52
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

abogó porque este gesto sea considerado una condición previa para la adhesión de
este país a la Unión Europea. En dicha resolución, el parlamento introdujo, por amplia
mayoría, una enmienda en la que se reclama a Turquía que reconozca el genocidio
sufrido por los armenios.
El ex ministro de Economía chileno Hernán Bücchi fue asesor del Ministerio de
Economía peruano durante el inicio de las privatizaciones y las inversiones chilenas en
el Perú, en la gestión del ministro de Economía Carlos Boloña Behr. Igualmente, una
misión de técnicos chilenos visitó el Perú durante el gobierno de Fujimori para asistir
al Congreso de la República en técnica legislativa. Tal visita fue coincidente con el pe-
ríodo en que el gobierno peruano enviaba al Congreso las llamadas Convenciones de
Lima, en 1993, sobre el cumplimiento de los compromisos y obligaciones derivados
del Tratado de Ancón, que dio por finalizado el conflicto bélico entre los dos países
iniciado en 1879. Y el presidente Alejandro Toledo Manrique empezó su gestión con
dos consejeros presidenciales chilenos de la mayor cercanía e influencia en los asuntos
nacionales internos.
En 1998, la Cámara de Comercio de Chile empezó un proyecto destinado a crear
un fondo, con recursos públicos y privados, con el propósito de realizar actividades de
comunicación, obras sociales, cooperación técnica con presencia de asesores y con-
sultores chilenos en los países latinoamericanos en donde son más significativas sus
inversiones. Igualmente, empezó a propiciar acuerdos bilaterales de arbitraje comercial
e, incluso, acuerdos de protección de trabajadores chilenos en el exterior.
Algunas transnacionales que han empezado a operar en América Latina a través del
proceso de privatizaciones han desconocido el lenguaje cultural. Un caso anecdótico
se dio cuando Telefónica del Perú colocó una grabación efectuada por una dama de
fuerte acento madrileño y producida en Nueva York para ilustrar a los usuarios que el
número que habían marcado había sido cambiado. Eso resentía el oído de los nacionales
y los hacía sentir extraños en su propia tierra. Era una inútil grabación que generaba
extrañeza cuando el principal objetivo era crear simpatía y recepción cultural. Fue inútil
y costosa, pues se hizo en una empresa neoyorquina cuando se pudo haber hecho en
Lima a un costo veinte veces menor y con mejor impacto social.
Como señala Marcos Kaplan, existe una dinámica entre la economía, la cultura y
la política mundial que ha sido propiciada por el propio capitalismo, incluso por su
expansión,16 de tal manera que el comercio y la inversión, como manifestaciones de la

16
Kaplan 1987, 33.

53
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

economía internacional, se articulan con la cultura en una primera instancia y, después,


llegan a las referencias políticas. Las fuerzas externas, representadas por las unidades
productivas y por los volúmenes de mercancías, inciden en la configuración de situa-
ciones económicas precisas, en la estructura del poder político y en los mecanismos de
decisión a través de manifestaciones culturales o de operaciones de lobby, que, al fin
y al cabo, es la técnica que más tienen en cuenta los medios de comunicación masiva
y la idiosincrasia de los pueblos. Estas consideraciones son relevantes para apreciar la
importancia que tienen la dinámica del comercio internacional y las inversiones forá-
neas, no solo desde el punto de vista del diagnóstico, que es lo que estamos intentando
exponer, sino también de la posibilidad de formular y aplicar una estrategia y alternativa
de nuestro propio comercio exterior.
Se puede comprobar, empíricamente, que hay una secuencia en el proceso evolutivo
del comercio internacional que llega hasta la cultura del país receptor de las inversiones
y establece un conjunto de referencias organizativas, expresado como esquemas con-
ceptuales, así como símbolos a los cuales se les atribuye un significado más o menos
sistemático que posibilita construir, integrar y operar a la organización social. Así, se
establecen normas y modelos de conducta que constituyen una expresión cultural en
la cual el Derecho está presente, sea para dar una respuesta al fenómeno comercial,
sea para diseñar diferentes modelos jurídicos que se hacen necesarios para resguardar
los intereses de los operadores o de los estados.
Los hombres heredan su cultura a través de las generaciones. Es una acumulación
de experiencias, a veces ambigua y contradictoria. Es una colección de resultados his-
tóricos que puede determinar estímulos y, también, actitudes recesivas. Así, estimula
o reprime, favorece o niega, impulsa o frena, ya que hay referencias a las tradiciones,
la historia, la simpatía y las antipatías. Sin embargo, es, asimismo, dinámica, debido
a que se reajusta a nuevas experiencias y exigencias, de tal manera que, cuando los
agentes económicos actúan dentro de otro ambiente cultural al de su origen, trasladan
al nuevo esos rasgos propios.

3.6. La dominación tecnológica

El Informe sobre desarrollo humano 2001, del Programa de las Naciones para el De-
sarrollo (PNUD),17 divide a todos los países en cuatro categorías: líderes en tecnología,

17
Programa de la Naciones para el Desarrollo (PNUD) 2001, 61-62.

54
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

líderes potenciales, utilizadores dinámicos de tecnología y países marginales. La pri-


mera categoría incluye a Estados Unidos de América, Finlandia, Suecia, Japón, Corea,
Holanda, Reino Unido, Canadá, Australia y Singapur, que, coincidentemente, son los
países de mayor presencia y significado en el comercio mundial de manufacturas. Por
su parte, en la segunda categoría, están Argentina, Brasil, Costa Rica, Chile y México,
que son los países de mayor crecimiento exportador desde el decenio de 1980. Además,
algunos de ellos se ubican entre los 30 primeros países exportadores de productos con
«fuerte contenido tecnológico». Así, México ocupa el undécimo lugar con exportaciones
por US$ 38 mil millones, en tanto que Brasil y Costa Rica se ubican en el vigésimo
séptimo y trigésimo lugar, respectivamente, dentro de este ranking de las treinta primeras
economías exportadoras de tecnología.
Hoy, además de la exportación de servicios para sostener las exportaciones, se hace
uso de cuestiones vinculadas a la propiedad intelectual como marca y gerenciamiento,
y ello alcanza un nivel de aceptación que se expresa a través de un nombre conocido:
la marca comercial. El uso o explotación de la propiedad intelectual, a través del uso
de dichas marcas, ocasiona una renta que se llama royalties.
Las pequeñas y medianas empresas latinoamericanas cuyos productos no son
bien conocidos internacionalmente requieren, para ingresar a nuevos mercados o ser
aceptados por los recientes consumidores, de una marca o nombre que posibilite su
venta. Por esta razón, tienen que comercializarlos bajo el nombre de las tiendas por
departamentos que les facilitan el punto de venta y la lealtad de un buen número de
consumidores, pues estos confían en dichas empresas de comercialización más que en
el nombre de los productores latinoamericanos. Por ello, muchas mercaderías latinoa-
mericanas, para ingresar en determinados mercados, tienen que hacerlo bajo marcas
o nombres comerciales de los importadores, sin los cuales no pueden llegar a otros
centros de distribución. Tales son los casos del atún enlatado del Ecuador, que solo se
comercializa en el mercado estadounidense bajo el nombre de las grandes empresas
distribuidoras del país de destino, o el caso de los productos cárnicos paraguayos, que
solo pueden ser exportados bajo nombres comerciales europeos como Argenbeef de
Alemania, que, curiosamente, tiene un prefijo evocador de otro país latinoamericano
exportador de carnes.
La tecnología, entendida como todo el conocimiento desarrollado, organizado y
sistematizado para su aplicación con fines productivos, es la etapa previa al desarrollo
industrial que sirvió para la consolidación de la fase de exportación de manufacturas y,
luego, de servicios. La experiencia en la producción de manufacturas y el desarrollo de

55
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

servicios que se exportan generan, indudablemente, una acumulación de conocimien-


tos que, luego, son sistematizados, ordenados y dan origen a procesos de producción
(mercaderías, envases, marcas diseños de máquinas) y mecanismos de comercialización
(canales, nombres, know how, símbolos) que se conocen genéricamente como derechos
o propiedad intelectual. Tales conocimientos o propiedad intelectual se refunden en
una mercancía objeto de comercialización y, por lo tanto, generan una nueva fase en
la evolución del comercio internacional, que es el control de las tecnologías.
Los países que han logrado establecerse en los mercados externos a través de
las exportaciones de manufacturas y de servicios, así como la radicación de inver-
siones, han desarrollado, por medio de esta relación entre producción exportable
y consumo, una serie de procedimientos y técnicas que, siendo un subproducto de
las etapas de exportación de mercaderías o de servicios, se tornan en una nueva
mercancía basada, sustancialmente, en el conocimiento y la técnica generada en
esas etapas previas y que conocemos como propiedad intelectual. De esta manera,
los países y las empresas que han salido con éxito a los mercados han obtenido,
como consecuencia de dicha relación y de las fuerzas de la competencia mercan-
til, un cúmulo de conocimientos que, en algunos casos, adquiere valor mayor
que el comercio de dichas mercancías y servicios. Ese conocimiento organizado y
sistematizado adquiere un valor significativo para quien lo detente, pues permite a
sus propietarios participar en otros esfuerzos productivos, sea comercializándolo o
controlando diferentes industrias.
La transferencia de tecnología se convierte, así, en una fase muy clara y diferenciada
de las otras etapas evolutivas del comercio mundial y adquiere diferentes formas como
procesos de fuerzas de trabajo, diseño de nuevas máquinas, sistemas de información
o de know how. Esta se contrata de diferentes maneras: a través de licenciamiento,
contratos de patente, uso exclusivo de los conocimientos, contratos de know how y
asistencia técnica. Propiedad intelectual y modelos contractuales que posibilitan su
uso o transferencia son dominio de los países industrializados o de aquellos que han
logrado transitar por cada una de las etapas en que vislumbramos está dividido el
comercio internacional.
Así, los países más industrializados o las empresas que ya han llegado al nivel de la
exportación de servicios implantan una infraestructura tecnológico-científica como un
mecanismo de sistematización y posterior transferencia del conocimiento. En la medida
en que se ejerza un mayor control y concentración de la tecnología, los países y sus
unidades operativas tendrán un mayor poder de negociación comercial internacional.

56
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

Por ello, los países con mayor desarrollo tecnológico o destacada presencia en el esce-
nario de la propiedad intelectual buscan resguardar estos conocimientos a través de la
normatividad internacional, como ocurrió durante las discusiones que dieron origen a
la Convención de Viena de 1980 sobre compraventa internacional de mercaderías, la
cual regula la transferencia de mercaderías. El texto no aborda la propiedad o legalidad
de las manufacturas, excepto cuando se trata de aspectos vinculados a la propiedad
intelectual que no quedan amparados por las reglas convencionales, pues son materia
sustraída del texto internacional. Igual actitud y comportamiento podemos observar en
las actuales discusiones sobre los tratados de libre comercio entre la primera potencia
del mundo y los países latinoamericanos, en donde el tema de la propiedad intelectual
es un asunto no negociable.
A partir del decenio de 1970, la UNCTAD realizó esfuerzos para propiciar meca-
nismos de transmisión de tecnología entre las naciones industrializadas y los países en
desarrollo partiendo de la apreciación que las transacciones se efectúan en condiciones
de mercado altamente imperfectos, pues el proveedor ocupa una posición dominante
en el proceso de negociación, lo que ocasiona acuerdos desfavorables para los países
receptores, debido a que aquellos tienen una posición monopolística derivada del
mayor nivel evolutivo de su comercio exterior. Tal posición trae como consecuencia
la imposición de precios superiores al valor de la tecnología y a plazos latos para su
mayor protección.
El dominio tecnológico busca proteger el conocimiento científico e imponer nuevos
procesos a las industrias de los países compradores o usuarios. Ese dominio abarca
la propiedad intelectual y los mecanismos de comercialización y de transferencia, en
el primer ámbito, con un régimen de protección legal dilatado en el tiempo, y, en el
segundo, el control sobre el desarrollo tecnológico del país receptor o el aliento de su
uso descontrolado y masivo. Tanto el control de la tecnología como su uso masivo
pueden ocasionar perjuicios a los países latinoamericanos. De esa manera, el control
puede impedir el desarrollo de determinadas industrias en las cuales se tenga ventajas
comparativas reales de comercialización, en tanto que la transferencia masiva puede
provocar perjuicios, pues puede desplazar mano de obra abundante o adquirir tecnología
innecesaria, como sucede con las firmas digitales. Así, esa transferencia masiva puede
ocasionar el desplazamiento de los servicios y conocimientos nacionales; la distorsión
de los patrones de consumo a favor de bienes de alta calidad para las clases de altos
ingresos, con la consiguiente disminución del ahorro y reasignación de los recursos en

57
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

desmedro de la producción de bienes de consumo masivo y menos sofisticados; y la


creación de empleos y de nuevos ingresos para los grupos de altos ingresos a expensas
de los de baja renta.18
Si bien es cierto que la dominación tecnológica tiene aspectos particulares, su
expresión se puede dar paralelamente en la etapa de penetración cultural, pues se
requiere modificar los patrones de consumo para adquirir nuevas tecnologías, adecuar
las simpatías populares orientándolas hacia determinadas marcas y nuevos hábitos, y
preterir usos y afectos de determinados aspectos de cohesión social. Una vez lograda
esta fase, solo resta la siguiente como una consecuencia natural de todo el esfuerzo
anterior y con el propósito de lograr el pleno dominio del país que ha sido identificado
como mercado.

3.7. La interferencia política

La última etapa del proceso internacional del comercio es la interferencia política.


Esta se da luego de que las empresas y sus países han iniciado este recorrido a través
de las exportaciones de sus productos y servicios, se han consolidado en el medio
ambiente del país receptor o destinatario, se han internacionalizado y han dominado
los mercados externos. Su presencia en el exterior se hace a través de la exportación
de servicios facilitantes del comercio, así como de la radicación de las inversiones. El
control tecnológico como mecanismo de vinculación entre los servicios y la inversión
es una consecuencia natural de todas las otras fases previas. Tal esfuerzo tiene su
culminación con la interferencia política, pues la acción de las empresas requiere,
para su ulterior desarrollo, ejercer presión política hasta llegar al control político con
el fin de asegurar y proteger sus inversiones, así como obtener las medidas de gobier-
no que sean necesarias para que su presencia sea admitida en un medio ambiente
externo favorable.
La fricción entre el Estado y los grupos de poder económico no es reciente ni
exclusivo del desarrollo de las grandes inversiones, como ahora la conocemos, sino
viene de antigua data. Tal vez, la primera expresión en la historia moderna la tene-
mos cuando el rey francés Felipe El Hermoso, en el siglo xiii, persiguió y aniquiló
a la orden religiosa de los Caballeros Templarios solo porque habían acumulado

18
Nitsch 1973, p. 21.

58
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

inmensas riquezas y eran uno de los acreedores más importantes de la corona. Así,
ese afán por alcanzar el poder económico enfrentó al poder político con el poder
económico de una orden religiosa que se había diseminado en toda Europa y había
sido constituida precisamente por los señores franceses en su afán de recuperar los
santos lugares siglos antes.
Durante la Edad Media, fueron los pequeños comerciantes y banqueros incipientes,
intermediarios entre los productores infantes y las nuevas rutas del comercio, los que
dieron origen al más grande cambio político de la época: las ciudades, que, en com-
petencia precisamente con los feudos, se unieron, a los reyes para centralizar el poder
y disminuir la influencia de los señores feudales. Los comerciantes locales, sin dejar de
sentirse borgoñones, flamencos o venecianos, se extendieron y se fortalecieron de tal
manera que ningún señor feudal podía enfrentárseles. Apoyaron al rey contra los duques
y barones, crearon las primeras ciudades repúblicas o fortalecieron la monarquía para
que protegiera su comercio e inversiones.
Para resguardar sus inversiones, los países invocan principios y valores universales
como los derechos humanos, la libertad y la democracia, tal como lo demuestran mu-
chos casos que registra la historia universal. Los países con mayor actividad comercial
son los recurrentes y los actores principales. Así, en 1851, los ingleses intentaron abolir
el comercio internacional de esclavos provenientes del África; para ello, bombardearon
la capital de Lagos e instalaron en el poder a un gobierno dócil, que redujo los ingre-
sos del país que vivía de ello, así como la exportación de aceite de palma africana. La
crítica situación económica en que se sumió Lagos llevó al gobierno títere a ceder su
territorio a Inglaterra, con lo que se convirtió en colonia a cambio de una renta que
compensara los menores ingresos.
La defensa del libre comercio internacional llevó a los empresarios de Lancashire
y a los comerciantes y armadores ingleses a un conflicto con China en 1839, cuando
este país aplicó rigurosamente la ley de 1800, que prohibía la importación del opio
proveniente de la India y que era exportado por intereses del imperio inglés. Ello derivó
en una trágica e injusta intervención militar en China desde 1839 hasta 1842.
El poder de las grandes corporaciones, bancos y empresas industriales influye en las
decisiones internas del país receptor para que no se alteren las reglas de juego y para
facilitar la protección y repatriación de capitales.
La ITT (International Telephone and Telegraph), bajo el amparo y protección
de su gobierno, intervino directamente en el derrocamiento del Presidente de Chile,

59
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Salvador Allende, contando con el apoyo de las empresas estadounidenses explotadoras


de cobre, tal como fue revelado en el Senado de los Estados Unidos de América.19
Nuevamente, como se ha señalado anteriormente, el caso de Hawai es dramático y
elocuente por la interferencia directa de los inversionistas de la industria azucarera que
impusieron un nuevo régimen político a través de tres etapas: primero, un gobierno
provisional; luego, en 1893, se promulgó una nueva Constitución, en la cual se esta-
blecía que dicho gobierno no tenía facultades para imponer decisiones a las grandes
inversiones extranjeras, y una fuerza de la infantería de marina estadounidense ingresó
al país para proteger los intereses norteamericanos; posteriormente, en la última etapa,
secuestraron a la reina Liliou-Kalani y, aunque el pueblo se rebeló en 1895, la fuerza
del ejército estadounidense y sus inversionistas, en agosto de 1898, anexaron las islas
a su soberanía.
La interferencia política se puede apreciar en diferentes y variadas circunstancias
y realidades geográficas, ya que no solo se da en América Latina, sino en todo país
receptor. El movimiento de los países agrupados dentro de la OPEP se vio afectado
cuando la compañía Aramco, una de las siete grandes operadoras de petróleo en los
países árabes, presionó al gobierno saudita para destituir al ministro Abullah Al-Tariki,
quien sustentaba la tesis de la nacionalización del hidrocarburo. Al-Tariki «[…] consi-
deraba la presencia extranjera como auténticos parásitos industriales, que además se
adueñaban de la economía nacional y disimuladamente de su soberanía».20
Cuando Aristóteles Onassis compró un importante paquete de acciones del Casino
de Montecarlo (inversión directa), que es una de las tres más grandes fuentes de re-
cursos del principado, estableció que únicamente podrían ingresar los millonarios que
superaran los US$ 10 millones de ingresos o capital. Era, indudablemente, una refe-
rencia no solo social sino cultural, ya que, tradicionalmente, el Casino de Montecarlo
era abierto a todos los turistas. Sin embargo, fue más allá, pues decidió buscar esposa
al hasta entonces soltero príncipe Rainiero (un propósito de interferencia política) en
Hollywood. Y aunque el descendiente de los Grimaldi no se casó con una de las pre-
seleccionadas —Marylin Monroe, entre ellas—, sí contrajo nupcias con una distinguida
artista del cine estadounidense.

19
U.S. Congress Senate Subcomitee on Multinationals 1974.
20
Kaplan 1993, 58.

60
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

La ocupación de Lima, después de la terrible Guerra del Salitre, tenía como objeto
impedir la recuperación de la economía peruana y debilitar su estructura política con
el fin de hacer posible cualquier planeamiento del invasor, antiguo inversionista de
dichas operaciones en territorio peruano. «Chile buscó, durante la ocupación, man-
tener la privación económica de la sociedad para que, aunque el gobierno del país
no quisiera ceder a sus presiones militares, fuese el mismo pueblo el que manifestase
sus exigencias para la firma de la paz».21 Las acciones de depredación económica
efectuadas por los invasores posibilitaron que los inversionistas extranjeros ocuparan los
negocios y actividades de los peruanos, que quedaron sumidos en la mayor miseria en
razón de los cupos impuestos arbitrariamente por los chilenos, así como por la acción
destructiva de la expedición Lynch, que arrasó con todas las haciendas costeñas del
Perú. Ello explica la aparición de nuevos inversionistas en actividades «[…] como el
azúcar, donde intervinieron inicialmente italianos (Larco) y alemanes (Gildemeister),
aunque posteriormente llegarían en forma arrolladora los Grace; también la minería,
particularmente el petróleo, [...] además, otras explotaciones como el cobre, el hierro,
etc. [...] algo similar ocurrió con los ferrocarriles [...]».22
En el año 2001 salió a la luz la acción de una empresa chilena cuyo accionista
principal, Andrónico Luksic Craig, fue acusado de haber entregado, en marzo de 1998,
US$ 2 millones al asesor principal de Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos, para
resolver a favor de la compañía Luccheti un litigio judicial. En un video hecho público
se observó al empresario pidiendo apoyo en los procesos que le entabló la Munici-
palidad, en tanto que Montesinos admitió ser el autor de una clara interferencia en el
Poder Judicial por haber gestionado una resolución que autorizaba a la transnacional
la construcción de una planta en un área ecológica protegida.23 Sin embargo, Luksic
Craig publicó, el 10 de julio de 2001, en todos los diarios de Chile, el siguiente aviso:
«Niego terminantemente que Vladimiro Montesinos me haya pedido alguna vez dinero
por ayudar a Lucchetti en los problemas que vivió ante la Municipalidad de Lima y,
luego, ante los tribunales de justicia peruanos».
A pesar de las evidencias, el proceso judicial culminó satisfactoriamente para la trans-
nacional en el primer semestre de 2002, durante el gobierno del presidente Toledo. Así,
después de haberse negado a asistir a cinco citaciones de la juez que llevaba el caso,

21
Guerra Martinieri 1996, 19.
22
Ib., 166.
23
Diario Liberación 2001, 10.

61
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

tanto Luksic Craig como su gerente Menéndez, fueron excluidos del proceso. Llegaron
a Lima en su avión particular, se acercaron al juzgado y, cinco horas más tarde, el juez
los liberó por «colaborar con la justicia».
La vinculación estrecha con los gobiernos, que llega, como afirmamos, a la
interferencia política, es admitida por algunos estudiosos de la internacionalización
y de la IED de Chile en América Latina. En efecto, Andrés López señala que los
empresarios chilenos han realizado inversiones en el exterior con el propósito de un
mejor entendimiento de la cultura local y un acceso más cercano a los gobiernos
respectivos24 en donde buscan una explicable protección y fortalecimiento de sus
inversiones.
Un ejemplo que demuestra la validez de la teoría evolutiva del comercio inter-
nacional, en el sentido de la secuencia de los diferentes estadios del comercio, son
los tratados de libre comercio entre países con grandes desniveles tecnológicos,
políticos y militares. Así, el ATPDEA o Ley de Promoción Comercial Andina y
Erradicación de la Droga, que estrictamente no es un acuerdo ni un tratado, sino
una decisión unilateral del gobierno de los Estados Unidos de América a favor de
las exportaciones de Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú, que, indudablemente, con-
lleva ventajas a los países andinos, contiene una exigencia muy clara que se puede
considerar como una interferencia política, pues claramente exige que los países
beneficiarios efectúen una transformación de la estructura del Estado, sin saber en
qué sentido y en qué proporción.
El sentido de democracia y de Estado está en discusión y la convivencia de diferentes
estructuras sociales se encuentran en peligro. La búsqueda de la estandarización política
crea nuevas interrogantes con respecto a las formas de cooperación internacional y a
la estructura política más conveniente para lograr el bienestar de los pueblos. Hasta
ahora, la estructura política del Estado se ha superpuesto a las más diversas arquitec-
turas sociales sin que se confronten o contradigan con otras. Así, en la mayoría de los
países latinoamericanos, el Estado es concebido como el protector del bien común y
las personas esperan seguridad y aliento de su parte; en tanto que, en los Países Bajos,
es el árbitro indispensable para la existencia de las diferentes comunidades que lo cons-
tituyen y busca repartir equitativamente entre ellas la soberanía de que está investido
con la condición de no ejercerla; en otros países, el Estado es el gran conductor de la

24
López 1999, 279.

62
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

población. Tal situación es erosionada por concepciones hedonistas como lo fácil, lo


simple, lo práctico y lo redituable, que generan tensión y conflicto. Surgen, de esa ma-
nera, movimientos fundamentalistas en esta última etapa de la evolución del comercio
internacional.

4. Criterios metodológicos de la teoría


Para validar la teoría, es menester disponer de un método que posibilite analizar la reali-
dad compleja en la que determinadas cuestiones se mezclan con aspectos económicos,
financieros, culturales, sociales o tecnológicos. Para comprender tal realidad, tenemos
que admitir, en primer lugar, que esta es un problema, una cuestión que merece ser
analizada y debe tener una respuesta para ser entendida. Al reconocer que es un pro-
blema, también concebimos que es compleja. Ello, entonces, nos obliga a trasladarnos
al dominio de la sencillez lógica. De esa forma, por medio de la abstracción teórica y
del análisis lógico, dejamos lo accesorio para quedarnos únicamente con los elemen-
tos básicos o supuestos manejables. El resultado será un modelo lógico que tiene las
siguientes fases: admite la realidad, abstrae, interpreta, retorna al mundo real y busca
la explicación de una realidad específica.
Admite una realidad como lo es el comercio internacional, con las características
de ser un problema, pues contiene diferentes elementos, y la observa como un hecho
concreto, sin que distorsionen tal apreciación preconceptos o ideas preliminares. Efectúa,
luego, una abstracción del mundo real hacia un modelo lógico simple, como dividir
el proceso en etapas. Deja a un lado lo accesorio, lo intrascendente y se queda con lo
principal, lo fundamental. Las ideas básicas son ordenadas lógicamente en este modelo
sencillo de siete niveles de desenvolvimiento. Posteriormente, interpreta ese modelo
sencillo para llegar a una o varias conclusiones en abstracto, como la apreciación de la
ecuación comercio-inversión-cultura. Sin embargo, para hacerlo útil, retorna al mundo
real y busca, a través de las conclusiones anteriores, una explicación del mundo físico,
de la realidad concreta. Sobre la base de ello, en algunas circunstancias, puede hacer
predicciones como las posibles fricciones entre estados cuando no se han delimitado
las áreas de actuación de la inversión extranjera.
Aristóteles concibe la investigación científica como una relación o proceso que
parte de la observación de los hechos concretos a los principios generales y regresa a
los hechos. Es decir, parte del conocimiento que cierto hecho o circunstancia ocurre o
que ciertas notas distintas de algo coexisten.

63
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

La teoría evolutiva del comercio internacional se basa en supuestos. Uno de ellos


es que las unidades operativas del comercio internacional (agentes, transnacionales,
Estado y consumidores) tienen un comportamiento racional; sin embargo, al con-
frontarlo con la experiencia de todos los días, nos encontramos con contradicciones.
Sin duda, tales supuestos son, en cierta medida, sobresimplificadores e irreales, como
las descripciones del comportamiento humano que señalan que el ser humano busca
la racionalidad, actúa con discreción, mide los resultados y pondera la eficiencia
de sus acciones. Un ejemplo de lo anterior es describir las relaciones económicas
de los países como una interacción armónica y paritaria cuando la realidad muestra
la relación asimétrica y el ejercicio del poder comercial del que tiene mayor volumen
de operaciones. Sin embargo, criticar una teoría sobre la base que sus supuestos son
irreales es cometer un error metodológico fundamental. La abstracción es la esencia
de la indagación científica.
Una teoría científica debe seleccionar del tumulto de la experiencia lo que está
tratando de aplicar y es, por lo tanto, necesariamente «no realista» cuando se compara
directamente con las condiciones reales. La ley sobre la caída de los cuerpos de Isaac
Newton, por ejemplo, no es realista en su supuesto básico de que los cuerpos caen en
un vacío, pero sigue siendo una teoría útil porque predice con una exactitud suficiente,
aunque no completa, el comportamiento de una gran variedad de cuerpos en caída
en el mundo real. De manera similar, la teoría evolutiva del comercio internacional no
capturará la total complejidad, riqueza y confusión de los fenómenos originados por los
individuos, las empresas o los estados cuando interactúan para conseguir un objetivo
económico o comercial. Sin embargo, su falta de realismo, lejos de invalidar la teoría,
es su precondición esencial. Una teoría que busca fielmente reproducir la complejidad
del mundo empírico en sus supuestos no sería una teoría, sino una descripción, y tam-
poco permitiría una apreciación clara de esta, pues, aun esa misma descripción, no
sería exacta, ya que depende de la oportunidad y factores influyentes del observador.
La verdadera prueba de una teoría consiste en su utilidad para predecir o explicar
la realidad. Juzgada con este criterio, la teoría evolutiva del comercio internacional, a
pesar de la falta plena de realismo de sus supuestos, puede juzgarse positiva y lógica,
por cierto, en comparación con otros modelos que tratan de explicar la acción de los
sujetos en el comercio. Se podrían dar muchos ejemplos de la eficacia de la teoría
para predecir correctamente cómo se comportarán los agentes o las empresas en
respuesta a acciones originadas por otros individuos en el campo comercial o en el de
las relaciones económicas internacionales como, por ejemplo, los movimientos de las

64
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

empresas cuando, dentro de un propio mercado, buscan someterlo y mantener un poder


hegemónico, o las acciones de los países para controlar los suministros o las materias
primas o dominar los mercados.
Las teorías también juegan con suposiciones. Al respecto, es irrelevante si ellas son
descriptivamente correctas mientras sean predictivamente correctas, es decir, si guardan
relación entre la conclusión y los hechos. El enfoque predictivo, también llamado proféti-
co, ha sido usado con éxito en el campo penal, en lo que se ha llamado la economía del
crimen, donde los modelos de comportamiento individual o grupal fueron usados para
desenvolver pronósticos sobre cómo y de qué manera responderían los delincuentes o
antisociales frente a algunas normas sobre penas y carcelerías. Sin embargo, también
sirve para explicar el comportamiento del consumidor; la acción de las empresas en
un mundo acicateado por el sentido de competencia; la posible fricción de los bloques
económicos en que se ha dividido el mundo; las necesidades de los estados por captar
recursos del exterior para satisfacer las necesidades de sus poblaciones; y, también,
claro está, para entender la actitud y reacción de los jugadores de un equipo de fútbol
cuando están cotizados en los mercados.
No es posible obtener una visión precisa y exacta del mundo real. Las ciencias
naturales tienen como propósito dar esta visión del mundo. Sin embargo, ninguna la
consigue de manera absoluta. Incluso, las nuevas ideas de la física parten de una nueva
visión de la realidad que conlleva una cuota de racionamiento, debido a que no hay
modo de intercambiar información que no requiera de un acto de juicio. Así, tenemos
que el átomo es una partícula que nos da información limitada. La información que
lleva el electrón es reducida en su totalidad, ya que su velocidad y posición se adaptarán
en tal forma que son limitados.
Si un objeto fuera exactamente la misma cosa y así lo apreciáramos, estaríamos
reconociéndolo. Sin embargo, en ese acto de reconocimiento, se lleva a cabo un juicio
dentro de un área de tolerancia. Ningún evento atómico se puede describir con «0» de
tolerancia. El punto de medida es el quantum de Max Planck. En la ciencia, y obvia-
mente en la teoría evolutiva que se plantea, nuestro conocimiento está limitado a una
cierta tolerancia. Todo conocimiento y toda información solo pueden ser intercambiados
dentro de un margen de tolerancia.
La teoría evolutiva del comercio internacional busca dar una explicación de la
realidad partiendo de ciertas nociones, ciertos principios susceptibles de convertirse
en tales, que deben apreciarse dentro de esa relación conocimiento-naturaleza-hombre
con el fin de que nuestra conclusión sea una expresión científica y correcta. Una teoría

65
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

del comercio que explique la forma en que este evoluciona tiene su origen en el com-
portamiento de los agentes económicos en la medida en que una acción comercial
dirigida a un mercado origina una respuesta y el modelo lógico para explicarla es que
la expresión positiva de la regla debe ser acorde con la realidad. La evolución es parte
integrante del mundo real, nace de él y, en todo caso, varía su intensidad según la
estructura social, económica y cultural en la que se desenvuelve.
El comercio internacional presenta una serie de elementos que, en una primera
impresión, son confusos y complejos. Para describirlos y entenderlos mejor es nece-
sario, como se ha señalado anteriormente, elaborar un modelo lógico que explique
los aspectos del comportamiento de las unidades económicas y las nociones, ideas o
motivaciones que influyen en su interacción con otras.
El comportamiento racional, con frecuencia, se contradice con la experiencia cuan-
do se observa que el consumidor empieza a actuar de manera errática. Esta primera
apreciación parecería derrumbar la teoría, pero el modelo nos puede llevar a la con-
clusión que, por ejemplo, la actitud equivocada ha sido inducida por la propaganda y
publicidad. De igual manera, las reglas (leyes) que pueden ser una creación libérrima
del legislador o de los propios operadores, siguiendo todo el proceso de su formulación,
están limitadas por las nociones básicas de una realidad natural, económica y social
específica. Así, los tratados y las convenciones, que, por naturaleza, son expresiones
libres de mutuo consentimiento, conllevan, con frecuencia, una asimetría de poderes
que afecta al país más débil, con menor presencia en el mercado mundial y menos pre-
parado tecnológicamente, o, precisamente, afecta los derechos de las grandes mayorías.
Es posible que el modelo lógico propuesto no sea perfecto ni suscite acuerdo uná-
nime, pero persigue explicar, de manera conjunta, el modelo de la teoría evolutiva
del comercio en el entendido que la división del trabajo académico ha incrementado
nuestro conocimiento social de la experiencia diaria y puede facilitar la comprensión
de las empresas, las transnacionales y los países cuando se enfrentan a situaciones de
conflicto, o de competencia en el mercado, o para realizar emprendimientos en los
que se requiera la participación de otros agentes. Por ello, con el fin de promover un
entendimiento uniforme de la realidad, se necesita crear un método que explique, de
manera conjunta, aquello que es complejo por los distintos elementos que tiene en sus
diferentes épocas.

66
Capítulo I. Comercio internacional y explicación teórica

5. Factores de la evolución del comercio


Hemos partido por admitir, a la luz de la comprobación empírica, que el comercio
internacional evoluciona en diferentes niveles hacia estadios más complejos en los
cuales se unen aspectos tecnológicos, culturales, sociales y políticos. Ello hace suscitar
la pregunta: ¿cuáles son los factores determinantes que dan dinamismo a ese proceso y
que llevan a las empresas y los estados a intentar dominar los mercados? Vislumbramos
cuatro factores básicos:

5.1. Los cambios en los medios de transporte

Los medios de transporte juegan un rol decisivo en la evolución del comercio mundial, lo
que permite hablar de etapas siguiendo los cambios experimentados en dichos medios.
De tal manera que este es un factor que impulsa el proceso, pues, en la medida, en que
un invento o descubrimiento posibilita trasladar un mayor volumen de mercaderías hacia
otros mercados, el comercio crece. Asi el cambio experimentado por la máquina a vapor,
que reemplazó la energía eólica como motor del transporte marítimo a vela; la energía del
carbón, que mueve el nuevo transporte marítimo hizo surgir, también, los ferrocarriles.
Posteriormente, el descubrimiento del petróleo y la gasolina marcó una nueva fase que
trajo consigo el transporte terrestre, el aéreo y fortaleció el marítimo. Finalmente, las pistas
de la teleinformación posibilitaron la transferencia de millones de monedas a través de
la red, acercando en tiempo real la oferta y la demanda. Tales cambios dieron inicio al
comercio por encima de las exportaciones de materias primas y las manufacturas.

5.2. Las innovaciones tecnológicas

A medida que los países alcanzan niveles de bienestar, las necesidades van incrementán-
dose y se demandan nuevos bienes que satisfagan no solo las necesidades individuales,
sino que, además, provean estatus, confort y distinción. A ello, se unen los requerimientos
de las nacientes industrias y los recientes patrones de producción manufacturera que
requieren de nuevos y más crecientes insumos y bienes.
Por otro lado, los países líderes en tecnología, a fin de mantener el alto estandar de
su desarrollo industrial, introducen variaciones en sus productos, que en la mayoría
de los casos son innecesarios, pero que crean nuevas generaciones de manufacturas,
como por ejemplo, los televisores cuyas nuevas funciones no llegan a ser utilizadas por
los consumidores, pero que si son pagadas.

67
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

5.3. El acercamiento de la oferta internacional

La vieja tradición nacida en el Medioevo, en las plazas públicas, mostraba un acer-


camiento simultáneo entre vendedores y compradores. La plaza de los burgos y, más
tarde, el mercado público eran centros de conjunción simultánea entre la oferta y la
demanda. Hoy, ello ha sido superado: no se requiere que ambos estén juntos; basta
con que surja la oferta pública, se muestre la mercadería, aunque no se conozca ni esté
identificado el destinatario. Basta que, en la red, aparezca la oferta para que se esté
moviendo el mercado. No se requiere de la presencia simultánea en un lugar específico
ni en un tiempo determinado; solo se precisa que la oferta exista y, en algún lugar del
mundo, aparecerá un comprador.

5.4. La diferenciación del producto

Los mercados demandan productos diferenciados en cuanto a su composición natural


y en cuanto a su procesamiento o incremento tecnológico, sea en su fabricación o en
su comercialización. Vale decir, los consumidores buscan bienes singularizados por su
producción —bienes naturales que protejan el medio ambiente, que preserven la salud—
o bienes que, además, se distingan de sus similares por aspectos relacionados como
la propiedad intelectual —marca, nombre, denominación de origen—. Ello hace que
las empresas y los países trasladen sus recursos hacia los centros de producción o que
diseñen nuevas fases de comercialización que los lleven a la generación de servicios,
la radicación de inversiones o el dominio de la ventaja tecnológica para cubrir todo el
mundo con un solo producto o servicio.

68
Capítulo II. Desarrollo del comercio exterior de América Latina

Capítulo II
DESARROLLO DEL COMERCIO EXTERIOR
DE AMÉRICA LATINA

El sector externo ha constituido, desde la gesta de la Independencia, una variable muy


importante en el desarrollo económico de América Latina. Ha estado basado, inicial-
mente, sobre las exportaciones de commodities; regulado por normas heredadas de las
metrópolis española y portuguesa; y dentro de un esquema cultural en formación que
luchaba por conciliar las aspiraciones criollas, la fuerte tradición de los pueblos indígenas
y el ímpetu de las migraciones europeas que, con nuevas tecnologías y percepciones
de la riqueza basadas en el comercio, crearon nuevos modelos y estilos decisorios en
el manejo de las unidades productivas. Las exportaciones son la única posibilidad
para obtener las divisas necesarias para el desarrollo industrial y tecnológico, así como
para mejorar nuestra competitividad internacional, obtener los recursos para pagar
la inmensa deuda externa generada en los últimos veinte años, y adquirir equipos y
maquinarias que no se producen.

1. Los albores de las exportaciones


Las exportaciones empiezan a ser una actividad destacada de las empresas y los esta-
dos latinoamericanos recién a partir de fines del siglo xix, cuando diseñan su propio
ordenamiento jurídico y establecen las primeras sociedades exportadoras. Antes, no se
puede hablar de exportaciones propiamente dichas, ya que el comercio exterior, hasta
la Independencia de América Latina, estuvo bajo el rígido control y administración de
los reinos dominantes mediante la Casa de Contratación de Sevilla y la Casa de Indios
o el Centro Comercial de Lisboa y ningún país latinoamericano podía, independien-
te y soberanamente, hacer transacciones con el mundo. Los severos términos del
mercantilismo impidieron a las colonias americanas desarrollar siquiera una mínima

69
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

experiencia internacional, debido a que a los extranjeros —considerados como tales a


los extraibéricos— no se les permitía establecerse en tierras americanas y el cultivo de
determinados productos les estaba prohibido con el fin de que fueran adquiridos solo
de las metrópolis española y portuguesa. La cantidad y el precio eran fijados por los
imperios, así que, cuando los países alcanzaron su independencia, no tuvieron ninguna
preparación para desarrollar mercados, ni tampoco existía en ellos una clase empresarial
capaz de articular una oferta exportable con cierto valor agregado.
Medio siglo después del descubrimiento de América por Cristóbal Colón, el comercio
de las colonias ibéricas con el continente europeo estuvo controlado por las metrópolis.
Para comerciar, así como para trasladarse o establecerse en América, se requería de
permisos especiales otorgados por las coronas imperiales. La Real Cédula del 3 de se-
tiembre de 1501 no fue derogada nunca en su letra ni en su espíritu y mantuvo, durante
siglos, este trato discriminatorio con los nacidos en tierras americanas.
La comercialización entre América Latina y Europa se hacía sobre la base únicamente
de materias primas: el oro, la plata y la cascarilla del Perú; el tabaco, el pau brasil y el
café del Brasil; la plata, el cáñamo y el henequén de México; los yerbales naturales de
Paraguay; y el plátano de la Nueva Granada. Sin embargo, aun después de la primera
revolución industrial y la utilización de los barcos a vapor, se siguieron extrayendo
minerales y vegetales cultivados para suministrar materias primas a los consumidores
y a la industria europea. Florecieron el caucho, la papa, el azúcar y el algodón. En
el Alto Perú, hoy Bolivia, se desarrolló una economía exportadora de plata y estaño,
en tanto que la Patagonia argentina era el centro generador de productos cárnicos,
lana y trigo. El Brasil tuvo un régimen sustancialmente agrícola y posteriormente se
sumó la explotación minera; pero en definitiva, producción primaria, sin tecnología
y sustentada en la esclavitud, con un bajo índice de productividad debido a su nivel
monoexportador basado en el café. Esta situación duró más de un siglo.1 Toda la
actividad económica giraba en torno a la exportación de materias primas, productos
básicos o recursos naturales, bienes que únicamente eran extraídos de su ecosiste-
ma sin experimentar transformación alguna y adquirían un valor económico por el
bajo costo de su extracción y la venta en grandes volúmenes. Una expresión de que
ello obedecía a un proyecto político y económico es la tesis de desarrollo escrita en
1743 por José del Campillo, que sostenía —paradójicamente, de manera similar a
proyectos recientes para América Latina— que las antiguas naciones de América del

1
De Almeida 2004, 3.

70
Capítulo II. Desarrollo del comercio exterior de América Latina

Sur deberían ser únicamente productoras de materias primas e importadoras netas de


manufacturas ibéricas. De tal manera que la tesis de Michael Porter, en este aspecto,
no es novedosa.
Este comercio se realizaba dentro de una estructura en la cual el valor de los envíos
de materias primas, sustancialmente metales preciosos, que realizaban los mineros de
América, era cerca de cuatro veces mayor que el valor de las importaciones. Como
consecuencia de ello, el trabajo realizado en tierras latinoamericanas creaba una acu-
mulación significativa de recursos que se concentraban en España. El elevado saldo
positivo de la balanza comercial pone en evidencia que la clase de encomenderos se
permitía ahorrar una parte sustancial de su renta, de la cual una parte también signi-
ficativa era para España.2
El comercio de dichas mercaderías, en algunos casos, logró salvar del hambre a la
Europa del siglo xviii y xix. Ese fue el caso, por ejemplo, de la papa, originaria del Perú,
cuyas virtudes alimenticias fueron reconocidas por los pueblos y la nobleza europea en
todos sus niveles, los que, en gesto de gratitud, incluyeron el color y el diseño de su hoja
en las chaquetas y uniformes de la realeza como signo de distinción. El arte registró las
bondades de la papa, que salvó del hambre a Europa, y, así, el pincel de Vincent Van
Gogh nos dejó la célebre «Cena de las patatas». Igual ocurrió con el maíz, el camote y
la coca, sin la cual no hubiera podido desarrollarse la cirugía del siglo xx. Sin embargo,
pese al valor extraordinario de tales productos, las tierras que las proveían y su pobla-
ción no han sido mínimamente retribuidas y han quedado rezagadas en su desarrollo.
Tal paradoja ha tratado de ser explicada con diversas teorías como el crecimiento
desigual, la dicotomía campo-ciudad, la insuficiencia técnico-empresarial, la estructura
pre-mercantil, las sociedades tradicionales y arcaicas, y hasta la inferioridad étnico-racial,
cuando no la influencia religiosa específica y el sentido de recompensa eterna. Todas
estas explicaciones se refunden en una suerte de división internacional del trabajo
que delimita la economía internacional entre países exportadores de materias primas
y alimentos incapaces de transformarlos y países industrializados y procesadores de
productos y tecnologías.
Empero, lo preciso es que los países latinoamericanos empezaron a operar en los
mercados internacionales basándose en sus commodities y, en algunos casos esporá-
dicos, con un desarrollo agroindustrial significativo que, con el tiempo, al sofisticarse el
comercio, demandó de estructuras empresarias modernas que pudieran enfrentarse a

2
Furtado 1976, 25-26.
71
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

otras similares en un mercado concurrido y competitivo como el actual. Esas operacio-


nes iniciales de exportación de materias primas llevaron a algunos países y empresas
hacia un largo recorrido y acción en los mercados internacionales a través de lo que
llamamos un proceso natural del comercio mundial, constituido por etapas dentro de
un criterio evolutivo. Algunos, muy pocos, han superado la etapa de las exportaciones
de materias primas y han alcanzado significativo posicionamiento en el nivel de las
exportaciones de manufacturas o exportaciones no tradicionales.

2. Las exportaciones no tradicionales


Desde los albores de la Independencia, los commodities o materias primas han sido
los productos de exportación de América Latina y, hoy, siguen siéndolo en la gran ma-
yoría de nuestros países; de allí que, al conjunto de estos, también se le conozca, en el
campo del comercio internacional, como productos tradicionales. Sin embargo, en los
últimos 50 años sus precios han venido decreciendo. Ello ha exigido de las naciones
exportadoras un esfuerzo mayor con el fin de incrementar sus volúmenes de expor-
tación para mantener los mismos ingresos que les posibiliten atender sus necesidades
básicas y el fuerte servicio de la deuda externa, contraída principalmente en el decenio
de 1970 con la oferta financiera de los excedentes de capital derivados del boom del
petróleo. Tal situación ha dado como resultado un pobre comportamiento de nuestra
balanza comercial, que, mientras el precio de las manufacturas que importábamos
crecía, el precio de los productos tradicionales de exportación disminuía. Esa situación
crítica solo se ha visto superada con ocasión de las dos grandes guerras mundiales y la
Guerra de Corea, pero la declinación de los precios de commodities se ha mantenido
como una constante desde la segunda mitad del siglo pasado en favor del precio de
las manufacturas, que ha ido creciendo en el mismo período, todo lo cual ha afectado
los términos de intercambio y la balanza comercial de América Latina (véase el gráfico
2). Una sola excepción es el caso de los minerales, principalmente petróleo, oro, plata,
cobre y hierro, que ha impedido una alteración traumática y el desequilibrio de la
balanza comercial a partir del inicio del decenio de 2001, gracias al ingreso efectivo y
poder de compra de China.
A causa del deterioro de los términos de intercambio de los últimos treinta años,
varios países latinoamericanos, con la asistencia del Centro de Comercio Internacional
(CCI) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con sede en Ginebra, así
como del Centro Interamericano de Comercialización (CICOM), de la Organización de

72
Capítulo II. Desarrollo del comercio exterior de América Latina

Estados Americanos (OEA), con sede en Río de Janeiro, realizaron un gran esfuerzo en
capacitar y crear mecanismos de fomento de las exportaciones no tradicionales. Para
ello, se estructuraron y dictaron cursos sobre mecanismos de exportación en los países
de la región. Asimismo, se preparó abundante material de lectura, se brindó asistencia
técnica a los empresarios, y se facilitó esquemas y modelos de comercialización inter-
nacional a los organismos oficiales de fomento de las exportaciones. Así, se creó, en sus
veinte años de funcionamiento, una verdadera escuela de negociadores y especialistas
en el desarrollo de las exportaciones no tradicionales. Sus expertos y profesores inter-
nacionales son, ahora, los que brindan asesoría y consultoría a diferentes instituciones,
organismos y universidades latinoamericanas, y han publicado los primeros libros sobre
comercio internacional, promoción de exportaciones y negociaciones comerciales desde
un enfoque y con experiencias latinoamericanas como una fuente de consulta útil para
las pequeñas y medianas empresas.

Gráfico 2
Situación de las exportaciones de materias primas y productos manufacturados
(precios)

150

100

50

0
1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990

Productos Básicos Manufacturas

Fuente: Elaboración propia

73
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

2.1. El problema conceptual

El término «exportaciones de bienes no tradicionales», si bien tiene diferentes acep-


ciones de acuerdo a cada país y según la opinión de sus analistas, ya que algunos se
basan en enfoques prácticos y otros en criterios lógicos, tiene una idea común: es el
conjunto de bienes nuevos que cada país empieza a colocar en los mercados externos
y que, anteriormente, no lo había hecho. Es decir, se trata de nuevas mercaderías que
superan lo tradicional, de allí su denominación común de «no tradicionales». Estos
englobaban y eran una expresión del esfuerzo exportador de América Latina, iniciado
en la década de 1960 y afianzado a través de una serie de medidas promocionales
durante el decenio de 1970.
En ese período, el término «exportaciones no tradicionales» incluía tanto a los produc-
tos manufacturados, como a los nuevos, aunque estos no tuvieran una gran transforma-
ción, pero cuya exportación inicial marcaba una nueva línea de mercancías que salían
de los centros de ventas latinoamericanos (sustancialmente, productos agroindustriales
u hortifrutigranjeros). Sin embargo, las legislaciones de los países latinoamericanos
sobre promoción de exportaciones no entraron a definir el término. Las publicaciones
de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) no ofrecían un
concepto claro del término o, a veces, este era contradictorio,3 ya que, por una parte,
hablaba de las políticas de promoción de las exportaciones manufactureras, mientras
por la otra, cuando se refería a las exportaciones no tradicionales se mencionaba tanto
productos primarios como elaborados.
La Ley de Promoción de las Exportaciones no Tradicionales, promulgada en el Perú
en 1979, trae la primera delimitación de lo que son productos no tradicionales. Así, el
artículo 2 dice: «Se consideran bienes de exportación no tradicionales a todos aquellos
no incluidos en la lista de productos de exportación tradicional […]». Es decir, son no
tradicionales los que no se consideran tradicionales por una decisión y enumeración
del propio legislador. Si bien es un concepto impreciso y absolutamente discrecional,
dada la ausencia de otra referencia, fue una base conceptual que ayudó a entender la
novedad de las mercancías.
A partir de la década de 1990, cuando ya muchos países latinoamericanos habían
logrado penetrar con cierto éxito en los mercados externos, se precisó, con más detalle,

3
Kouzmine 2000, 8 y ss.

74
Capítulo II. Desarrollo del comercio exterior de América Latina

el término de ‘no tradicional’. Así se hizo, por ejemplo, en el libro Exportación, comer-
cialización y administración internacional, editado por la OEA y el CICOM en 1983 e
impreso en Lima, y en el trabajo La exportación de productos básicos no tradicionales de
América Latina, publicado por la División de Comercio Internacional y Financiamiento
para el Desarrollo de la CEPAL en agosto de 1992.
El trabajo de la CEPAL esbozó los siguientes criterios para caracterizar los pro-
ductos no tradicionales: el producto no debe estar incluido en el Programa Integrado
para los Productos Básicos (plátano, cacao, café, algodón, yute, carne bovina, caucho,
azúcar, té, madera tropical, aceite vegetal, bauxita, cobre, hierro, manganeso, fosfato
y estaño); el producto no debe pertenecer al rubro de los energéticos (petróleo y sus
derivados); su exportación puede ser un fenómeno nuevo para el país productor; el
país exportador podría encontrar un nuevo mercado para este rubro; la mercancía
puede aparecer en el mercado fuera de la temporada tradicional; y su exportación
debe ser de cierta importancia para algún sector de la economía. Como se puede
apreciar, la nota característica propuesta por la CEPAL incide en lo que hemos seña-
lado: no debe tratarse de commodities tradicionales; debe ser un producto nuevo que
penetra en un mercado externo y cuyo volumen y precio sea de cierta importancia
para el país exportador.
Posteriormente, la Unidad de Desarrollo Agrícola de la CEPAL, en setiembre de
1993, publicó otro trabajo, La apertura y los procesos agroexportadores recientes,
en el que señala que un producto es de exportación tradicional si es que, a lo largo
del presente siglo y hasta antes de la crisis de la deuda externa, integró la lista de los
productos que concentraron la mayor parte del valor de las exportaciones. Vale decir,
serían tradicionales los minerales y los agrícolas en su estado de extracción.
Milton Von Hesse diferencia los productos tradicionales y, como complemento, los no
tradicionales. Los primeros son aquellos que entre las dos grandes crisis económicas del
siglo xx integraron la lista de los productos que representaban más de las tres cuartas
partes de las exportaciones latinoamericanas. Entre estos destacaron los jugos de fruta
(naranja) del Brasil, los tomates de México, la uva de Chile y las flores de Colombia.4
Por otro lado, se ha querido precisar el término sobre la base de la Clasificación
Uniforme para el Comercio Internacional de las Naciones Unidas, según la cual, tra-
dicionales serían aquellas mercancías expresamente especificadas, en tanto que no

Von Hesse 3 y ss.


4

75
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

tradicionales serían las demás. Esta es una definición práctica pero elemental, debido
a que no indica las características de este grupo de productos.
Hacia junio de 2000, la CEPAL, en un trabajo precisamente sobre exportaciones
no tradicionales, propuso tres criterios básicos para determinar cuándo un producto es
no tradicional: «i) elegir uno o más productos cuya dinámica de exportación incide o
incidía en la estructura de las ventas externas de un país; ii) determinar el período de
mayor dinamismo de esas exportaciones en algún país, después del cual ya se vuelven
tradicionales; iii) enfocar y analizar dichas ventas externas en uno o más países, por
separado, en el curso de ese período y hasta el momento actual, con énfasis en su
importancia cuantitativa en las exportaciones totales».5 Dicha definición es, al revés de
las anteriores, compleja, puesto que determina la tradicionalidad o no de un producto
en función de la temporalidad o período de las exportaciones de dichos bienes, con lo
cual todo producto, en esencia, sería tradicional, ya que una mercancía en sí está poco
tiempo en el mercado, dado que tiene que adaptarse al mercado y al comportamiento
del consumidor, por lo que sufre alteraciones en cuanto a su presentación, envase,
nombre y marca, cuando no en cuanto al propio producto. Incluso, la llamada artesanía
utilitaria (artículos para el hogar como vajilla y alcuceros) sería tradicional, así como
los jugos y concentrados de frutas que experimentan cambios por variaciones, ya que
su permanencia en los mercados externos es poca o reducida. Por otro lado, existe
una gran complejidad en determinar cuál es la duración de ese «período de mayor
dinamismo» o «el curso de ese período». Y, aunque la propuesta establece que es un
período de no más de diez años a partir del comienzo de su desarrollo, no explica qué
ocurre cuando el producto sufre variaciones en su presentación, nombre o contenido
durante su comercialización. Luego, la claridad del concepto y la explicación de este
tipo de exportaciones no se habrían alcanzado, por lo que el razonamiento teórico no
sería útil para los operadores y los analistas. Aunque la propuesta es un buen esfuerzo
metodológico y tiene un aspecto valioso —referir como uno de sus requisitos que los
productos incidan «en la estructura de las ventas externas de un país»—, al concadenarlo
con los otros dos criterios basados en la temporalidad, se hace poco útil.
Proponemos, en tal razón, un concepto más preciso de productos no tradicionales:
serán aquellas mercaderías nuevas que un país empieza a exportar de manera perma-
nente y sostenida, durante un horizonte dado de tiempo, en los mercados externos y
que, después de asentarse en ellos, logran generar un ingreso de divisas significativo para

Kouzmine ob.cit.,10.
5

76
Capítulo II. Desarrollo del comercio exterior de América Latina

el país. Ello lleva a afirmar que la tradicionalidad o no de un producto está en función


del país exportador. Tales mercancías deben tener un grado mínimo de preparación y
transformación, lo cual incluye el almacenamiento, conservación e individualización por
marcas, nombres o denominación de origen de la mercancía. De esta manera, pueden
ser excluidas aquellas materias primas o productos naturales que, desde los albores de
la independencia latinoamericana, fueron la fuente fundamental de sus ingresos hasta
el decenio de 1970.
Lo que conviene destacar es que precisamente esas exportaciones no tradicionales
constituyen la esperanza de mejorar cualitativamente el comercio exterior de los paí-
ses latinoamericanos, ya que —como se ha dicho—, frente al deterioro de los precios
de los commodities, la única alternativa posible para captar mayores ingresos son las
exportaciones de productos no tradicionales y, dentro de ellos, de los intensivos en
recurso humano o los intensivos en tecnología. Luego, es necesario conocer cuál es la
composición de esas exportaciones en América Latina.

2.2. Composición de las exportaciones latinoamericanas

La primera impresión es que hay un importante cambio al finalizar el siglo xx debido al


aumento en la participación de los productos no tradicionales, principalmente agroin-
dustriales, en desmedro de los commodities o bienes primarios, que, como se ha dicho,
han sufrido un deterioro en cuanto a valor en los últimos cincuenta años. En todo el
último decenio del siglo xx, la participación de los productos primarios en el rubro total
de exportaciones se redujo de 43% al 38%, en tanto que los bienes manufacturados
frisaron el 26%. Es bueno diferenciar los productos manufacturados con economías de
escala y los manufacturados con aporte tecnológico; los primeros pasaron de más del
17%, al finalizar el decenio de 1990, a un porcentaje que superó el 20% en el 2002,
en tanto que aquellas manufacturas con contenido tecnológico llegaron, al finalizar el
mismo decenio, a superar el 13%. Conviene destacar que los países que tuvieron mejor
expresión fueron Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile y México (cuadro 1).
Estas exportaciones de manufacturas no solamente han crecido en volúmenes
y precio, sino también en el número de productos exportados y en el de mercados
conquistados. Brasil y México son los países que llevan el mayor porcentaje de tales
operaciones, aunque estuvieron orientadas a pocos mercados de destino, debido a que
México se benefició del North American Free Trade Agreement (NAFTA), en tanto Brasil
lo hizo a través del Mercosur.

77
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Cuadro 1
Composición de las exportaciones latinoamericanas 1990, 1999 y 2002
(en porcentajes del total)
Países y subregiones

Commodities Manufacturados de escala tecnología


Manufacturados con economías Manufacturados
tradicionales intensivos en

1999 2002 1999 2002 1999 2002 1999 2002

MERCOSUR 30,38 45,29 42,43 33,15 16,48 17,73 10,73 3,83

Argentina 31,60 41,50 27,90 21,00 24,90 32,00 15,60 5,50

Brasil 18,30 46,30 39,70 26,70 24,70 25,70 17,30 1,30

Paraguay 55,10 72,10 35,70 20,70 7,80 5,50 1,40 1,70

Uruguay 16,50 21,27 66,40 64,20 8,50 7,70 8,60 6,83

Chile 31,70 40,70 19,80 21,20 41,30 56,30 2,10 -18,20

Comunidad Andina 56,10 52,10 20,06 17,62 16,10 14,98 7,74 15,30

Bolivia 31,70 31,40 28,20 19,30 12,40 14,40 27,70 34,90

Colombia 59,60 56,60 18,10 15,50 17,40 19,00 4,90 8,90

Ecuador 75,50 67,00 16,20 12,10 6,20 5,60 2,10 15,30

Perú 30,30 23,50 34,90 35,70 32,60 24,30 2,20 16,50

Venezuela 83,40 82,00 2,90 5,50 11,90 11,60 1,80 0,90

México 10,40 14,40 19,30 39,40 6,90 12,80 38,90 33,40

MCCA 42,66 53,02 32,78 36,36 10,08 13,18 14,48 -2,56

Costa Rica 24,20 50,80 20,30 21,00 5,50 12,00 50,00 16,20

El Salvador 26,40 56,30 43,10 58,40 20,70 26,70 9,80 -41,40

Guatemala 47,90 50,40 31,60 30,00 13,00 12,70 7,50 6,90

Honduras 52,40 59,80 36,60 28,90 7,60 7,30 3,40 4,00

Nicaragua 62,40 47,80 32,30 43,50 3,60 7,20 1,70 1,50

Panamá 62,00 53,20 20,70 26,60 12,90 9,00 4,40 11,20

Total 38,87 43,12 25,84 29,06 17,29 20,66 13,06 7,16

Fuente: División de Comercio Internacional y Financiamiento para el Desarrollo de la CEPAL, a partir de cifras de la base
de datos estadísticos de comercio exterior.

78
Capítulo II. Desarrollo del comercio exterior de América Latina

Otra característica del último decenio del siglo xx fue el notable aumento del inter-
cambio regional, en especial de manufacturas, con mayor contenido tecnológico. Los
mercados más atractivos para las manufacturas latinoamericanas, excluidas aquellas
con elevadas economías de escala y uso intensivo de materias primas, que se destinan
principalmente a los mercados europeos y asiáticos, son la propia América Latina y los
Estados Unidos de América. Movidos por aquello que se conoce como la psicología
de la distancia, las naciones latinoamericanas han orientado sus exportaciones hacia
aquellos mercados que geográfica y culturalmente les son más cercanos, es decir, hacia
los países en los que no encuentran diferencias sustanciales para sus negociaciones y
sus misiones comerciales. Por su parte, el mercado estadounidense, por ser un poten-
cial comprador sin ninguna limitación para los pagos internacionales, asimismo es un
objetivo atractivo, debido a que en dicho país reside igualmente un significativo número
de latinoamericanos o descendientes de ellos, que conforman lo que llamamos un
«mercado sentimental», lo que facilita la adquisición de mercaderías latinoamericanas.
Es el caso de Miami, Los Ángeles, San Francisco o Texas. Así, pues, solo el continente
americano absorbe el 83% de las manufacturas latinoamericanas y el Caribe. El Perú
llega a un mínimo de 51%, a pesar del Sistema de Preferencias Andinas, que le otorga
facilidades arancelarias. El Salvador representa el máximo: 96%.
Otro importante cambio es el crecimiento de las exportaciones de servicios. Chile
es una muestra de ello, ya que, entre 1999 y 2002, creció en el rubro transportes un
6,7%, en tanto que, en otros servicios, como las actividades financieras y de comercia-
lización, llegó a un 52,04% en el mismo período. De igual manera sucede con Brasil,
que muestra un crecimiento en el rubro de viajes. Tales servicios están concentrados
sustancialmente en el turismo, ya que los otros son, particularmente, comunicaciones,
construcción, seguros, finanzas, informática, regalías, royalties por uso de marcas y nom-
bres, y gerenciamiento. Estos representan una proporción significativa del comercio total
de los países del Mercosur, particularmente de Argentina y Brasil (véase el cuadro 2).
Así, pues, se puede comprobar que los países que se han consolidado como expor-
tadores de productos no tradicionales, principalmente de manufacturas, han logrado
establecerse, igualmente, como exportadores de servicios. Ello debido a que las exporta-
ciones de productos no tradicionales requieren no solo de transportes y embalaje, sino,
además, de una serie de servicios adicionales para facilitar su adquisición, como el caso
de líneas de financiamiento a los compradores del exterior, así como una estructura de
comercialización a través de los supermercados o de grandes almacenes, a lo cual se
unen los servicios de seguros.

79
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Cuadro 2
Exportaciones latinoamericanas de servicios
(en porcentajes del total)

Transportes Viajes Otros servicios

Proporción Crecimien- Proporción Crecimien- Proporción Crecimien-


to % to % to %

1999 2002 2002/1999 1999 2002 2002/1999 1999 2002 2002/1999

Mercosur 19,30 18,63 -3,94 39,23 41,03 4,08 41,48 40,35 -10,86
Argentina 22,00 23,30 5,91 65,30 70,00 7,20 12,70 6,70 -47,24
Brasil 21,10 19,90 -5,69 20,30 24,10 18,72 58,60 56,00 -4,44
Paraguay 16,20 15,60 -3,70 20,40 18,00 -11,76 63,40 66,40 4,73
Uruguay 17,90 15,70 -12,29 50,90 52,00 2,16 31,20 32,30 3,53

Chile 40,30 43,00 6,70 27,80 8,50 4,10 31,90 48,50 52,04

Comunidad
Andina 26,84 25,70 -5,17 46,88 51,96 10,51 26,28 22,34 -15,75

Bolivia 20,40 18,70 -8,33 33,50 37,70 12,54 46,10 43,60 -5,42
Colombia 36,30 37,70 3,86 45,50 50,80 11,65 18,20 11,50 -36,81
Ecuador 34,50 33,00 -4,35 42,80 46,20 7,94 22,70 20,80 -8,37
Perú 15,30 14,30 -6,54 59,70 74,70 25,13 25,00 11,00 -56,00
Venezuela 27,70 24,80 -10,47 52,90 50,40 -4,73 19,40 24,80 27,84

México 11,50 12,00 4,35 63,80 67,20 5,33 24,70 20,80 -15,79

MCCA 21,36 25,88 18,42 50,78 58,96 16,06 27,86 15,16 -47,82

Costa Rica 14,70 16,70 13,61 67,50 74,70 10,67 17,80 8,60 -51,69
El Salvador 35,60 45,00 26,40 39,20 44,90 14,54 25,20 10,10 -59,92
Guatemala 12,30 13,90 13,01 50,10 56,90 13,57 37,60 29,20 -22,34
Honduras 30,30 38,00 25,41 39,90 45,80 14,79 29,80 16,20 -45,64
Nicaragua 13,90 15,80 13,67 57,20 72,50 26,75 28,90 11,70 -59,52

Panamá 53,10 55,00 3,58 22,90 24,30 5,90 24,00 20,70 -13,75

Total 28,73 30,03 3,99 41,90 41,99 7,66 29,37 27,98 -8,66

Fuente: División de Comercio Internacional y Financiamiento para el Desarrollo de la CEPAL, a partir de cifras de la base
de datos estadísticos de comercio exterior.

80
Capítulo II. Desarrollo del comercio exterior de América Latina

Como se puede ver en el cuadro 2, en la columna de la variación porcentual en


el período de 1999 a 2002, los países que han tenido una modesta presencia en las
exportaciones de productos no tradicionales o manufacturas son, igualmente, los que
han experimentado una contracción en el rubro servicios que, coincidentemente, en el
caso del transporte, son aquellos que han perdido presencia por la desaparición de sus
aerolíneas de bandera. Por su parte, el rubro viajes se ha mantenido en líneas positivas,
excepto en los casos de Paraguay y Venezuela.

3. Los servicios y la inversión


La exportación de servicios es la siguiente etapa después de la exportación de manu-
facturas y es un nivel necesario para consolidarlas, pues posibilita establecer los medios
facilitantes del comercio internacional como los transportes, los servicios financieros
y de seguros, los almacenes, las empresas de supervisión, los envases, los embalajes,
la construcción pesada, los servicios profesionales, información o procesamiento de
datos y las telecomunicaciones. Solo aquellos países que se han destacado en el rubro
de exportaciones de manufacturas durante los últimos años son los que han escalado
al nivel de la exportación de servicios, tal como se puede ver en el cuadro 2.
Hoy, podemos afirmar que la revolución de las telecomunicaciones ha marcado el
inicio, a partir del decenio de 1980, de una nueva etapa en el desarrollo del comercio
internacional que hace depender el aparato productivo de la acción de los servicios. De
esa manera, la informática, las comunicaciones satelitales, la educación, los servicios
financieros, el transporte, la construcción, la contabilidad y hasta los servicios médicos
son tratados como si fueran bienes.
Esta explosión ha puesto en evidencia la desnudez de muchos países latinoameri-
canos que llegaron sin tener una estructura en ninguna de las ocho líneas de servicios.
En consecuencia, su esfuerzo en la etapa de exportación de manufacturas se desvanece
frente a quienes detentan los diferentes tipos de servicios.
Una primera dificultad para entender el rubro servicios es, paradójicamente, el con-
cepto de comercio, que significa, básicamente, transponer una frontera, un territorio, en
tanto que el servicio involucra una relación estrecha y cercana entre el proveedor y el
consumidor, de manera que es posible que la relación de servicio se realice sin trans-
poner una frontera, en un mismo país, y ser, por su contenido, un caso de comercio
internacional. A partir de ello, podríamos afirmar que el comercio internacional de
servicios no es realmente posible porque ello requiere cercanía y, de serlo, no podría ser

81
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

muy frecuente y preciso. Esta aparente contradicción se desvanece cuando admitimos


que existen varias formas de aproximación, real o virtual, entre los generadores del
servicio y los usuarios o consumidores. Así, por ejemplo, el presente libro se aproxima
a los consumidores de tres formas: la primera, cuando los alumnos se acercan al lugar
de venta de los libros: una librería o un quiosco; la segunda, al viajar el profesor a di-
ferentes ciudades latinoamericanas y exponer cada uno de los capítulos; y finalmente,
cuando el autor abre una página web para consulta de diferentes personas ubicadas
en diversas partes del mundo.
Una segunda dificultad, de carácter moral, es el sentido y fin que los detentadores
de los servicios quieren darles al considerarlos como una mercancía o un producto
cuando, en algunos casos, son más precisamente un derecho. Este es el caso de la salud
(servicios médicos), la justicia (servicios legales) y la educación (servicios educativos
y de capacitación). Esta es, tal vez, una de las grandes cuestiones que la globalización
económica pretende imponer, como se puede observar en tratados de libre comercio
como el suscrito por los Estados Unidos de América con México, Chile y, prontamente,
con Perú y Colombia.
Se puede afirmar que todas las exportaciones de manufacturas solo son posibles si
existe un amplio comercio internacional de servicios. Cada empresa exportadora de
bienes y equipos requiere de servicios internacionales para efectivizarse: el transporte
para llevarlos, las comunicaciones para formalizar el contrato, los recursos financieros
para facilitar la producción y la importación, los seguros para resguardar los riesgos y
el resto de sistemas facilitantes de la logística para la distribución física.
Una tercera y última dificultad es que la casi totalidad de dichos servicios no pueden
ser identificados ni medidos a menos que intervenga el Estado. Esto explica porqué las
barreras al comercio de servicios adquieren forma a través de los obstáculos técnicos
como muchas normas para controlar la producción y los estándares de calidad.
Los servicios guardan una estrecha relación con la inversión, pues, para su comer-
cialización, requieren de emprendimientos en el país importador. En efecto, la mayoría
de los servicios que se venden precisan de inversiones significativas en instalaciones,
locales de producción y distribución, ya que la prestación de ciertos servicios depende
de las interacciones entre el proveedor y el usuario. Es el caso de las empresas de tele-
fonía fija y celular, las firmas digitales, los bancos y la logística.
La inversión extranjera directa (IED) necesaria para facilitar el comercio de servi-
cios se convierte, así, en una fase posterior al intercambio de servicios cuando este es
demandado significativamente por el país comprador. Sin embargo, esta dimensión y

82
Capítulo II. Desarrollo del comercio exterior de América Latina

correlación no se haya explicada expresamente en la teoría de la ventaja comparativa a


pesar de que, objetivamente y como se puede comprobar empíricamente, representan
efectos económicos adicionales.
Los países latinoamericanos deben hacer una revisión o, más bien, un planteamien-
to original sobre la competencia en el sector servicios y los efectos en sus economías.
Cuando el suministro de servicios depende del desarrollo y el mantenimiento de una
instalación costosa, las presiones económicas limitan el número de ofertantes o pro-
ductores y los llevan a una estructura monopólica como en el caso de telefonía, trans-
porte, logística en puertos o aeropuertos de gran tamaño. Por ello, en muchos países,
tales servicios son prestados por el Estado o por monopolios nacionales. Sin embargo,
puesto que ningún país puede sostener un monopolio de estos servicios que se prestan
entre naciones, la mayoría de los estados ha convenido por un duopolio en el cual el
productor de un país compite con el productor del otro bajo un conjunto de reglas o
convenios negociados bilateralmente.6 La concesión y explotación de puertos y aero-
puertos, que es una forma de exportación de servicios, debe realizarse con reglas que
eviten potenciales conflictos entre el inversor extranjero y el usuario nacional, debido
a que, como se ha explicado, aquel es el mecanismo para facilitar la exportación de
manufacturas, de tal suerte que sus costos pueden afectar las condiciones de venta de
las mercaderías que lo utilizan.
Importa precisar si un país que posee competencia en su propio mercado puede
beneficiarse al permitir que un monopolio extranjero (no es posible técnicamente la
existencia de dos operadores de puerto al mismo tiempo ni de puertos alternativos)
participe en su mercado, es decir, si puede derivar beneficios económicos de la operación
logística. La necesidad es mayor cuando el prestador de servicios lo es, igualmente, en
su propio país y este es competidor en la misma línea de productos, ya que es posible
que una empresa que presta el mismo servicio en su país y en el exterior, donde tiene
una IED, pueda variar los términos del comercio en su favor al desplazar por mayores
costos las ventas del otro país que actúa como receptor o anfitrión.
Por ello, algunos países, paradójicamente los más desarrollados, han establecido
sectores, como los indicados, en los cuales no es posible una participación de la inversión
extranjera de manera significativa. Incluso, esta limitación se extiende a los servicios pro-
fesionales como los médicos y legales. Este es el caso de los Estados Unidos de América,
donde las asociaciones profesionales ejercen un considerable control con respecto a la

6
Feketekuty 1990, 135.

83
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

admisión de alumnos y las licencias para ejercer la profesión, de tal manera que, aun
existiendo tratados bilaterales entre los estados, tales asociaciones pueden restringir la
actuación de profesionales extranjeros. Se basan en el criterio de que la calidad y la con-
fiabilidad de tales servicios son más importantes para los consumidores que los precios.
Los países latinoamericanos tienen un desafío respecto de los servicios y de la inver-
sión, ya que pueden verse afectados u obtener beneficios. En efecto, si la competitividad
en este rubro está determinada por la mano de obra, los conocimientos tecnológicos, los
equipos, telecomunicaciones y la organización empresarial, se pueden obtener beneficios
a partir del bajo costo de varios de estos elementos. Sin embargo, tendrán dificultades
en otros como equipos, transmisión de datos, y adecuada preparación y educación
de su mano de obra para manejar las nuevas tecnologías. La comprobación empírica
nos muestra que muchos países latinoamericanos han creado ventajas competitivas
en áreas como el procesamiento de datos e, incluso, en montaje y ensamblado de
computadoras, con lo que han abierto una nueva posibilidad para aquellos que tienen
una sólida estructura de exportación de manufacturas.

4. Inversión extranjera y exportaciones


Las exportaciones de servicios, después de las exportaciones de manufacturas, son el
paso previo y anterior a la inversión. Por ello, cuando un país ha logrado consolidarse
en la exportación de servicios, sin que ello excluya las exportaciones de manufacturas,
necesariamente empieza a realizar las primeras inversiones en el país que, inicialmente,
fue importador o comprador de sus mercaderías.
El decenio de 1990 se ha caracterizado por un incremento significativo de los flujos
de inversión en y hacia América Latina, los cuales se han concentrado, particularmen-
te, en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Venezuela aprovechando las
ventajas que estos países han dado con ocasión de las privatizaciones y siguiendo las
pautas de aquello que se conoce como el Consenso de Washington, que, más académi-
camente, es el manifiesto de política publicado, en 1986, por el Institute for International
Economics y denominado Hacia un nuevo crecimiento económico en América Latina.
A causa de ello, las inversiones extranjeras directas (IED) llegaron a cuadriplicarse con
relación a los datos de 1985 (véase el cuadro 3).
Sin embargo, paradójicamente, ese significativo flujo de inversiones ha crecido sin
orden ni prioridades ni orientación específica para el país receptor que, sacrificando
expectativas, concedió beneficios, liberaciones y facilidades para la inversión extranjera

84
Capítulo II. Desarrollo del comercio exterior de América Latina

Cuadro 3
Inversión extranjera directa en América Latina
(en millones de dólares)

1990-1994 1995-1999
Promedio anual Promedio anual 2000 2001 2002

Argentina 3.027 10.599 10.418 2.166 775


Bolivia 85 711 736 706 677
Brasil 1.703 19.240 32.779 22.457 16.566
Chile 1.207 5.401 4.860 4.200 1.888
Colombia 818 2.796 2.299 2.500 1.974
Ecuador 303 639 720 1.330 1.275
México 5.430 11.398 16.449 26.569 14.435
Paraguay 99 185 119 95 -22
Perú 801 2.350 810 1.070 2.391
Uruguay 51 164 179 320 177
Venezuela 836 3.449 4.701 3.683 779

Total 14.360 56.932 74.070 65.096 40.915

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). La inversión extranjera en América Latina y el Caribe.
Santiago de Chile: CEPAL, 2001, pp. 30-32.

directa. Y, así, por falta de un plan de desarrollo, tales inversiones se han orientado hacia
la extracción de materias primas y la explotación de servicios, principalmente financieros
y de telecomunicaciones, en desmedro de la fabricación de manufacturas, que es lo
más conveniente dentro de una cultura productiva. En toda América Latina, «[…] una
parte sustancial y creciente de la IED se orientó en toda la década a los sectores de los
servicios, aprovechando procesos de liberalización, privatización y desregulación».7 A
los cuales habría que añadir el libre juego de las tasas de interés y la desaparición de la
usura como un delito dentro de los códigos penales, particularmente en países como el
Perú, en donde no existe límites para las tasas de interés, lo que propicia la inversión en
áreas especulativas como son los bancos, tarjetas de crédito o las simples empresas de
pignoración. Las unidades operativas gestoras de dicho proceso han sido, fundamen-
talmente, las grandes empresas transnacionales, que incrementaron su participación

Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) 2001, 18.


7

85
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

en las ventas totales de las 500 empresas más grandes de América Latina y pasaron
de un 27% de participación en el período 1990-1992 a frisar un 43% en solo los dos
últimos años del decenio de 1990.

4.1. Concepto de inversión extranjera

No existe un concepto preciso y unánime de inversión extranjera directa. Algunos países


la definen en su legislación interna; otros solo la regulan sin precisarla; y, finalmente,
algunos remiten su definición a las normas contenidas en los tratados internacionales
como los documentos de la Comunidad Andina de Naciones o el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte.
La Organización Mundial del Comercio (OMC), dentro del Acuerdo TRIM´S (Trade
Related Investment Measures), no define lo que es una IED, únicamente enumera las
medidas que son incompatibles con los derechos del inversor y la eliminación general
de restricciones cuantitativas. En el Perú, el decreto legislativo 662 define este fenómeno
como el conjunto de inversiones del exterior que se orientan hacia actividades económicas
generadoras de renta y que pueden adoptar varias modalidades como aportes de capital,
aplicaciones en moneda nacional provenientes de recursos con derecho a ser remitidos al
exterior, conversión de obligaciones privadas con el exterior en acciones (contribuciones
tecnológicas) y títulos financieros o derechos de participación contractual.
La explicación teórica de inversión extranjera también muestra varios conceptos.
Así, algunos autores acentúan la idea de aportes o transferencias desde el exterior;
otro grupo la define como aporte proveniente del exterior de propiedad de personas
naturales o jurídicas extranjeras.
Entendemos por inversión extranjera directa cualquier desarrollo de proyectos
que involucren recursos que efectúa un país, usualmente llamado inversor, en otro
país, usualmente llamado receptor o anfitrión. Estos aportes pueden ser directos y
nuevos (greenfield investment) o pueden realizarse mediante la compra de empre-
sas nacionales ya existentes a través de una adquisición directa, la compra de un
porcentaje de acciones, una privatización, un consorcio u operaciones conjuntas
(joint ventures).
Las inversiones pueden ser estudiadas como acciones de radicación en América
Latina, lo que puede adquirir diferentes formas y, de hecho, se ha acentuado con el
proceso de privatizaciones, y como acciones dinámicas o de internacionalización de las
empresas de la región hacia otros mercados, sean latinoamericanos o de otras latitudes.

86
Capítulo II. Desarrollo del comercio exterior de América Latina

Las inversiones dentro de la propia región se denominan inversiones intrarregionales,


término que abarca la acción de las empresas y la de los gobiernos.
Una de las cuestiones más importantes respecto al concepto y ámbito de la IED es
la referente a los criterios de tratamiento. Al respecto surgen tres formas o expresiones:
el trato justo y equitativo, el trato nacional, y el tratamiento igual o similar de la nación
más favorecida.
El primer criterio el «trato justo y equitativo» aparece a partir de fines del decenio
de 1950 en los tratados bilaterales siendo los más cercanos en el tiempo, el tratado del
NAFTA y el Protocolo de Promoción y Protección de Inversiones del MERCOSUR. Pre-
cisar el contenido del término puede convertirse en tarea compleja conforme se trate de
los sistemas jurídicos dentro de los que se plantee o invoque; así para el sistema jurídico
romano-germánico tiene un acento ético, en tanto que para el sistema del common
law puede conllevar una percepción igualitaria. Tal indeterminación puede ser resuelta
por medio de un arbitraje o el dictum de un juez; pero ciertamente muestra un área de
imprecisión pues el Estado receptor no sabe exactamente cuáles son las medidas que
debe establecer, y si estas son verdaderamente justas o equitativas; en tanto que por
el lado del inversor no conoce, con precisión, lo que puede exigir y esperar del Estado
que lo acoge.
El segundo patrón es «el trato nacional» que debe recibir el inversor extranjero. Está
basado en el sentido igualitario que debe tener cualquier operación de riesgo tanto
para el nacional, como para el extranjero. Y en el propósito de no otorgar ventajas
mayores a quienes no nacen en el país o no se constituyen como personas jurídicas,
pero tampoco discriminarlos.
Finalmente está el criterio de «tratar al inversor extranjero de manera igual o similar
al que recibiría la nación más favorecida». Este es un concepto de transparencia en el
comercio internacional que tiene una vieja tradición en el Derecho Latinoamericano, y
que deber ser cuidadosamente precisado en cualquier tratado bilateral de inversiones
o contratos entre inversores extranjeros y el Estado; debido a que puede tener efecto
sobre otras consideraciones o patrones como el de tratamiento nacional o el de trata-
miento justo y equitativo que aparezcan en otros convenios, pues elevaría a los países
signatarios del primer acuerdo al nivel del tratamiento establecido en el nuevo, si es
que este fuera más beneficioso.

87
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

4.2. La inversión extranjera directa en la región

Las IED se han concentrado en pocos países, como se ha señalado, en función de su


estabilidad política, económica y social, así como por la liberalización de los merca-
dos y una legislación alentadora para su captación. Ello explica por qué Brasil, por
ejemplo, no ha mantenido una captación de inversiones significativas con relación al
tamaño de su economía, ya que ha sido el país más reticente a liberalizar su mercado
y ha sufrido el proceso inflacionario más agudo y prolongado de la región. Es im-
portante anotar que hasta fines de la década de 1970, Brasil era el principal receptor
de inversiones extranjeras de fuera de la región. Parece, entonces, que las reformas
económicas en general y las perspectivas que ofrece el país, desde el punto de vista
político, con un gobierno estable, sólido y que pueda imponer sus decisiones es el
escenario propicio para atraer las IED, más que la captación de flujos extranjeros
puramente financieros.8
Todos los cambios en las legislaciones de América Latina para captar inversiones se
han hecho dentro del espíritu de liberalización de los mercados más que por la orienta-
ción benéfica de la inversión hacia determinados sectores productivos o manufactureros
necesarios para una región en proceso de industrialización hacia los mercados externos.
Así, 106 de las 112 modificaciones legislativas en el campo económico, ocurridas hacia
1995 en América Latina y otros países del mundo, han sido leyes únicamente de libe-
ralización. De manera análoga, se ha dado más importancia a los acuerdos bilaterales
de inversión que a los multilaterales. Todo ello lleva a concluir que debería buscarse
una orientación y armonización de las reglas de IED, lo cual exige de los países en
desarrollo evaluar los objetivos nacionales y sus expectativas de desarrollo frente al
interés de los inversores.9
Como se ha dicho, el proceso de globalización ha impulsado la IED por parte de las
empresas transnacionales. Así, durante el decenio de 1990, las ventas de las filiales de
dichas empresas crecieron mucho más aceleradamente que las exportaciones globales
y sus niveles de producción se expandieron de un 5% del PBI global en 1982 a un 10%
en 1999. Los flujos de IED hacia América Latina se expandieron significativamente,
particularmente hacia Brasil y México al finalizar dicho decenio, y disminuyeron para
los países de la Comunidad Andina de Naciones (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú
y Venezuela), quienes redujeron su participación dentro de los flujos totales de la

8
Agosin 1990, 6.
9
Ricupero ob. cit., 221.

88
Capítulo II. Desarrollo del comercio exterior de América Latina

Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) y pasaron de un 18%, en promedio,


en la segunda mitad de la década de 1990 a un 12% aproximadamente en el 2000. El
resto de países de Sudamérica (Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay) también vieron
reducida su participación en el total de flujos de IED a los países de la ALADI: de un 28%
en promedio en el período 1995-1999 a cerca del 25% en el 2000 (véase el cuadro 4).
Los flujos de IED que llegan hacia América Latina responden a las fuerzas globales
que vienen impulsando el comercio a escala mundial. A esta determinación, se adicio-
nan los procesos propios de la región por acción de algunos países latinoamericanos
que se encuentran en esta etapa luego de una década de crecimiento sin precedentes
como fue la de 1990. Es conveniente, entonces, determinar de qué manera y con qué
resultado los países latinoamericanos han dado el paso hacia la inversión dentro de
esa secuencia del proceso evolutivo del comercio internacional, que va desde la ex-
portación de commodities y llega hasta la interferencia política, vale decir, estudiar las
inversiones que los países latinoamericanos han hecho en otros mercados siguiendo
ese proceso, según el cual quienes consolidan sus exportaciones de manufacturas y de
servicios pasan a ser, posteriormente, inversores.
Hay una relación causal entre el comercio total (bienes y servicios) y la inversión,
aunque la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) señala que
no es clara, es decir, no se sabe si el comercio ha inducido a la radicación de inversiones
o viceversa. «Lo más probable es que ambos procesos actúen simultáneamente, con
distinta intensidad, según las condiciones objetivas que imperan en un determinado
momento».10 Sin embargo, reconoce que es probable que la liberalización comercial,
es decir, la consolidación de la etapa de la exportación total (manufacturas y servicios),
haya dado paso a las inversiones que apuntaban a racionalizar los procesos de produc-
ción y comercialización en un mercado determinado y ya conocido. También se debe
mencionar que otro factor motivador ha sido la oscilación sin barreras de los intereses
que cobran las empresas comercializadoras por el financiamiento que otorgan a los
consumidores de los países receptores
Tal circunstancia puede haber incidido en un incremento de la inversión intrarregio-
nal, aunque existen dificultades para mostrar un panorama claro de dicha inversión, pues
no existen registros sistemáticos ni se han compatibilizado los métodos de recolección
y presentación de los datos.

10
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Ob. cit., p. 197.

89
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Cuadro 4
Inversión extranjera directa en América Latina – año 2000
(en millones de dólares)

País/ Origen de la Estados Europa América Sudeste Otros Montos de inversión


inversión Unidos de Latina y el asiático intraregional
América Caribe

1990 1995

Argentina 1.991,55 2.143,02 875,16 0,00 600,27 364,00 5.610,00

Bolivia 233,84 35,37 86,85 1,57 35,37 132,00 393,00

Brasil 1.781,05 2.135,32 300,89 373,68 262,06 1.786,00 4.853,00

Chile 1.182,80 730,38 218,82 115,32 709,68 602,00 2.957,00

Colombia 539,18 178,11 210,06 18,39 22,26 36,00 968,00

Ecuador 314,43 101,52 43,24 1,41 9,40 0,00 470,00

México 5.667,97 2.229,08 571,56 485,83 571,56 0,00 9.526,00

Paraguay 10,09 40,07 47,69 0,93 4,22 75,00 103,00

Perú 298,12 1.418,64 230,27 14,39 94,58 289,00 2.056,00

Uruguay 55,74 59,97 24,49 3,14 13,66 0,00 157,00

Venezuela 524,02 276,79 101,46 37,43 45,31 300,00 985,00

Costa Rica 253,09 31,34 39,77 12,13 0,67 22,00 337,00

El Salvador 13,68 9,42 7,45 0,72 6,73 1,00 38,00

Guatemala 41,40 4,20 6,75 3,90 18,75 0,00 75,00

Panamá 198,92 9,35 16,02 10,15 32,57 1.729,00 267,00

República
Dominicana 120,89 41,40 13,25 1,24 237,22 14,00 414.00

Totales 5.350,00 29.209,00

Fuente: Centro de Información de la Unidad de Inversiones y Estrategias Empresariales de la División de Desarrollo Productivo
y Empresarial de la CEPAL sobre la base de cifras de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo
(UNCTAD). World Investment Report 2001. Geneva: UNO, 2001, pp. 291-296.

90
Capítulo II. Desarrollo del comercio exterior de América Latina

El dato inicial para ubicar el tema es la determinación de la importancia relativa


de las inversiones intrarregionales frente a las procedentes del resto del mundo. En el
cuadro 5 figura el monto de capital extranjero por países de destino, pero es importante
resaltar la inversión intrarregional, que, aunque en pocos montos, resulta notable por
su dinamismo y la demostración de la relación y paso secuencial del comercio total
(manufacturas y servicios) a la IED neta.
Durante el año 2000, en quince países latinoamericanos, la inversión extranjera
intrarregional alcanzó al 7,4% del total. Este porcentaje aumentaría significativamente
si se incluyeran las cifras de los paraísos fiscales del Caribe, pero, en tal caso, se le ha-
bría «perdido la pista» al origen de los capitales. En 1997, de acuerdo con el directorio
elaborado por la CEPAL, las inversiones intrarregionales frisaban el 9,1% de un total
mucho menor. En ese lapso, las inversiones intrarregionales se multiplicaron por tres,
mientras las globales se duplicaron. Cabe señalar que estas cifras constituyen estimacio-
nes conjeturales, para cuya construcción se combina el acervo de inversión extranjera
total calculado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo
(UNCTAD) para cada país con el porcentaje de inversión intrarregional por países que
realizó la CEPAL. Las metodologías utilizadas no se hacen explícitas en ninguno de los
dos estudios. Con todo, sirven para fijar un orden de magnitud.
Las inversiones directas efectuadas por países latinoamericanos y caribeños en la
región durante el período 1990-1999 consistieron, sobre todo, en compra de activos
existentes (51%). De acuerdo con estimaciones de la CEPAL, basadas en informacio-
nes de la prensa financiera, los países inversores latinoamericanos que tuvieron mayor
presencia fueron Argentina, Brasil, Chile y México, particularmente en lo que se refiere
a las privatizaciones y en la compra de empresas privadas locales. Destaca, principal-
mente, Chile, con una participación del 45% del total, seguido de Argentina, México
y Venezuela, que, en conjunto, suman el 41% (véase el cuadro 5). Chile resulta ser el
país inversor más importante cuando se consideran las inversiones por origen y destino,
pues llega al 50% del total de la inversión intrarregional, particularmente como país de
origen, seguido de Argentina y Brasil.
En la actualidad, en América Latina, se acepta el principio de la no discrimina-
ción entre inversionistas extranjeros y nacionales; se ha suprimido el requisito de
la autorización previa de la inversión, excepto en Chile y Uruguay. Se han reducido
los sectores reservados al Estado o a los empresarios nacionales; se permite la remisión
inmediata de las utilidades, sin límites de monto. Es posible la conversión de deuda
externa en capital y la creación de zonas de procesamiento de exportaciones y de

91
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Cuadro 5
Inversión extranjera directa intrarregional – Periodo 1990-1999
(en millones de dólares)

Origen / Destino Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Perú Venezuela Otros Total

Argentina ..... 534 1.097 400 ..... 263 1.129 113 3.535
Bolivia ..... ..... ..... 6 ..... ..... ..... ..... 6
Brasil 985 48 ..... ..... 151 151 165 32 1.533
Chile 1.513 176 1.791 ..... 1.333 1.426 209 279 6.727
Colombia ..... ..... ..... ..... ..... 18 922 ..... 940
Costa Rica ..... ..... ..... ..... ..... ..... ..... 2 2
Ecuador ..... ..... ..... ..... 115 7 45 2 169
México 702 ..... 206 111 700 19 2.152 897 4.786
Perú ..... 6 ..... ..... ..... ..... 100 30 136
Venezuela 118 ..... ..... 15 967 ..... ..... 480 1.580
Otros 17 ..... ..... ..... ..... 31 ..... 737 785
América Latina
y el Caribe 3.335 764 3.093 532 3.265 1.915 4.721 2.573 20.198

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Panorama de la inserción internacional. Panorama de
la inserción internacional de América Latina y el Caribe 1999-2000. Santiago de Chile: CEPAL, 2001, p. 200.

zonas francas industriales. Además, se aplica una amplia gama de incentivos fiscales,
financieros, arancelarios, canje de deuda por capital social, apoyo para infraestructura,
contratos de estabilidad tributaria y provisión de algunos servicios. Asi como la libre
articulación de las tasas de interés.
Sin embargo, el principio de reciprocidad no es práctica usual, principalmente por
parte de Chile y Uruguay que exigen calificación previa para autorizar una IED. Esto ha
dado origen a una asimetría como es la relación Perú-Chile, que muestra una inversión
de apenas 25 millones de dólares americanos por parte del Perú, frente a un monto
superior a US$ 4.500 millones a favor de Chile.
En el ámbito de la solución de controversias, se está abandonando la «doctrina
Calvo», tesis tradicional de los países de América Latina cuyo nombre hace referencia a
su autor y que se mantuvo vigente durante algunos decenios. Según esta, un extranjero
debe recurrir, exclusivamente, a los tribunales de justicia del país receptor de la inversión
y acatar su legislación. Actualmente, en muchos casos, se acepta el arbitraje interna-
cional o la jurisdicción de los países de origen de la inversión cuando no se someten a
acuerdos multilaterales como el Multilateral Investment Guaranty Agreement (MIGA)

92
Capítulo II. Desarrollo del comercio exterior de América Latina

o el Overseas Property Investment Corporation (OPIC), o se diseñan los Acuerdos de


Protección de Inversiones (API) de carácter bilateral.
Desde principios del decenio de 1990, los países latinoamericanos y caribeños han
suscrito un elevado número de tratados bilaterales de inversión que la promueven y
protegen, así como regulan el establecimiento de empresas binacionales. Su texto se
ajusta al Código de Conducta de Empresas Transnacionales, propuesto por el Centro
de Empresas Transnacionales de las Naciones Unidas; incorpora el trato nacional y la
cláusula de la nación más favorecida; y establece el derecho a la repatriación de los
capitales, la subrogación con respecto al pago de seguros contra riesgos no comerciales
(tales como nacionalización y expropiación) y normas para la solución de controversias.
Asimismo, se reservan la facultad de conceder tratos más favorables que los otorgados
en los acuerdos extrarregionales.
Además de estos acuerdos bilaterales, los procesos de integración subregional han
diseñado normas para unificar el tratamiento de la inversión extranjera. En la Comuni-
dad Andina de Naciones, rige la decisión 291 del año 1991, que, si bien distingue entre
inversores nacionales, subregionales y extranjeros, no otorga privilegios al inversor de
la Comunidad Andina con respecto al que aporta capitales desde terceros países y, en
general, sigue normas de liberalización de la inversión. También se aplica el régimen
de Empresas Multilaterales Andinas, modificado por la decisión 292 del año 1991, que
tiende a igualar su tratamiento con el de las empresas nacionales de los países miembros
de la Comunidad Andina de Naciones.
En el Mercosur, el Protocolo de Colonia (decisión 11 de 1993) promueve y protege
las inversiones de los países miembros estableciendo, para los inversores del Mercosur,
un tratamiento no menos favorable que el concedido a los inversionistas nacionales o
a las inversiones provenientes de terceros países. Las controversias entre un inversor
y una parte contratante se pueden llevar ante los tribunales competentes del país que
recibe la inversión o a un arbitraje internacional a elección del inversor. Además, se
establecen algunas excepciones transitorias al tratamiento nacional; también se regulan
las inversiones originadas en terceros países.
El Acuerdo de Complementación Económica entre Colombia, México y Venezuela
(Grupo de los tres) establece normas análogas a las de los acuerdos bilaterales de pro-
moción y protección a la inversión acerca del trato nacional y a la nación más favore-
cida, la no exigencia de requisitos de desempeño, sectores reservados, expropiación y
compensación, transferencias y solución de controversias.

93
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Algunos acuerdos de alcance parcial de complementación económica suscritos en el


marco de la ALADI incluyen cláusulas sobre el tratamiento de las inversiones, pero, en
general, se limitan a enunciar el principio de promoción y facilitación de las inversiones
recíprocas y, en ocasiones, a establecer convenios sobre doble tributación.

94
Capítulo III
EMPRESA Y COMERCIO INTERNACIONAL

La sociedad mercantil o estructura legal y la administración son los elementos funda-


mentales para la existencia de una empresa. Sin embargo, no existe un modelo óptimo
y único para su gestión y dirección, dadas las cambiantes situaciones de la tecnología
de información y de los mercados. La complicada y confusa situación es mayor si se
trata de una empresa que tiene que actuar en medios culturales y sociales distintos. Si
a ello unimos el diferente tamaño de las unidades productivas, no es difícil llegar a la
conclusión de que una empresa que decide internacionalizarse no cabe en un modelo
único. Ello hace desafiante hurgar en líneas que han de sistematizarse para que puedan
ser aprovechadas por las unidades productivas y comerciales latinoamericanas que de-
cidan operar en los mercados externos y, de esa manera, disponer de ciertos principios,
formas y estilos de organización internacional.

1. La administración internacional
La empresa que ocasionalmente exporta solo se preocupa de los canales de comer-
cialización, la cotización internacional, las técnicas de despacho y el contrato de trans-
porte. Sin embargo, cuando ese esfuerzo se convierte en una política de empresa, es
decir, cuando se percibe a la exportación como un medio para estabilizar la operación
empresaria, generar riqueza y, en consecuencia, fijar una meta empresarial con el fin
de desarrollar nuevos mercados, se hace necesaria una estrategia específica y clara
que sustituya a aquellas otras propias y elaboradas para el mercado nacional. Ante tal
necesidad, nos estamos adentrando en el campo de la administración internacional,
sobre todo para la empresa latinoamericana.
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

La administración internacional es una moderna disciplina que comprende la pro-


blemática decisoria de las unidades productivas cuando operan en mercados o espacios
geográficos con características económicas y culturales diferentes. Richard Robinson
la define como el campo de estudio y práctica que cubre las actividades de negocios
públicos y privados que afectan a las personas o instituciones de más de un país.1 Por
su parte, Samuel Certo y Paul Peter, de manera más simple, dicen: «La administración
internacional implica el desarrollo de las actividades empresariales más allá de las fron-
teras nacionales. Es decir, la organización procura cumplir su misión en parte, llevando
a cabo sus actividades comerciales en países extranjeros».2
Es indudable que el esquema conceptual y analítico, desarrollado por las ciencias
administrativas como disciplina, es aplicable para apreciar internamente una empresa
que opera en los mercados internacionales; sin embargo, muchos de sus principios no
son extrapolables, ya que la primera evidencia es que la empresa internacionalizada
opera en medio de realidades económicas y culturales diferentes, aparte de los aspectos
dimensionales y ambientales. Todo ello exige formas distintas de análisis para cuando
su acción se dé dentro de un determinado mercado doméstico y para cuando se dé en
mercados diferentes, debido a que, en esta última circunstancia, la unidad operativa
estará fuertemente influenciada por factores externos críticos como la legislación del país
de destino, cuestiones financieras internacionales, la economía de la región o el mercado,
la cultura de sus funcionarios y el comportamiento del consumidor, entre otros. Tales
influencias actúan de manera interrelacionada sobre los gerentes y directivos y propician
o limitan su eficiencia. Esas características singulares requieren, necesariamente, de un
planeamiento estratégico, es decir, de una selección de política o una orientación básica
en el largo plazo y en un medio ambiente externo.
América Latina ha tenido contacto con las empresas internacionales como impor-
tador hasta el decenio de 1960, en que era un comprador neto de mercaderías. Sin
embargo, luego, cuando se inicia el esfuerzo exportador, sus unidades productivas se
ven en la necesidad de adquirir y conocer las nuevas tecnologías de gestión para incor-
porarlas al esfuerzo exportador. No obstante, no ha encontrado un soporte académico
regional, puesto que ello no era objeto ni interés de las universidades, dado que el
mercado nacional no demandaba profesionales formados en esta nueva disciplina y
el volumen de oferta exportable, como de corrientes de inversión, no era significativo.

1
Robinson 1973, 10 y ss.
2
Certo y Peter 1998, p. 177.

96
Capítulo III. Empresa y comercio internacional

Por ello, creemos que, a la luz de la administración en general y considerando los


aspectos particulares del comercio como la inversión internacional, las nuevas corrientes
financieras y, principalmente, su proceso, así como los aspectos culturales que entran
en juego, es necesario determinar los principios de gestión, las formas de organización
y los estilos de dirección de una empresa que opera en los mercados externos.

1.1. Principios de gestión

El estudio de la función directiva cuenta con más de ochenta años de antigüedad,


empero, todavía no podemos disponer de una definición precisa y unánimemente
aceptada de gerencia o de gestión. Así, algunos la resumen como «la ciencia de admi-
nistrar personas», «disciplina que orienta la toma de decisiones y control», «ejercicio
del liderazgo» o «la ciencia que procura que se realicen las tareas que hay que hacer».
Peter Drucker dice que el management es un órgano y los órganos solo pueden descri-
birse y definirse a través de sus funciones. Por lo tanto, lo que interesa es analizar las
funciones que la dirección tiene que asumir y ejecutar dentro de la empresa, aunque
estas no tengan cabida en el breve campo de las definiciones. Y, en realidad, parece
práctico que busquemos entender la nueva ciencia de la administración a través de
las funciones, es decir, de lo que se hace en una empresa y de lo que persiguen sus
componentes a través de la organización. Sin embargo, entender la administración
solo por las funciones es caer en el mecanicismo, ya que se omiten aspectos tan
importantes como las motivaciones de los individuos y la cultura de cada uno de los
grupos de trabajadores y de los propios directivos, así como la cultura del país donde
se está operando. Por ello, hoy en día, la dirección de empresas pone énfasis en la ad-
ministración de los recursos humanos, en la capacitación, en las relaciones humanas y
en el comportamiento cultural y la forma como las unidades productivas se engarzan
en los diferentes espacios geográficos, sobre todo cuando analizamos la empresa desde
una dimensión internacional.
De esta manera, las corrientes clásicas, como las teorías de la gestión científica de
Frederick Taylor, la teoría burocrática de Max Weber o la teoría del proceso de gestión
de Henri Fayol, son concepciones administrativas de tipo mecanicista que ignoran las
motivaciones de los trabajadores, la cultura de cada grupo de ellos y los intereses que
varían cuando nos enfrentamos a empresas que operan en diferentes países y realida-
des o cuando, en una de ellas, intervienen trabajadores de diferentes nacionalidades y
culturas. Hoy, tales teorías no logran explicar ni sirven para crear modelos de dirección

97
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

de las empresas internacionalizadas tal como las estamos concibiendo. Por ello, se han
propuesto diferentes escuelas de administración y de gestión.
Una de ellas es la llamada escuela de las relaciones humanas, cuyos cimientos
empíricos se encuentran en los controvertidos experimentos de Elton Mayo, durante
la década de 1930, acerca del influjo de la iluminación en las fábricas y el rendimiento
laboral. También en los trabajos de Douglas McGregor y su fórmula sobre las teorías x
(hipótesis de la mediocridad) y las teorías e/y (hipótesis optimista), quien concluye que,
para la actuación de las personas dentro de las empresas, existen medios de estímulo
distintos a la coerción destinados a motivar una mayor producción. Esta teoría hace
aflorar el concepto de que la productividad crece no solo por el castigo en el incumpli-
miento laboral, sino por factores psicológicos como resaltar la responsabilidad de los
trabajadores y admitir que la creatividad, la imaginación y el ingenio están generosa-
mente y no reducidamente repartidos entre la población.3
El desarrollo y la influencia de los modelos matemáticos y la teoría de sistemas
han hecho surgir otro enfoque en la organización y gestión de empresas: la lla-
mada corriente científica. Según esta, la empresa es un conjunto de subsistemas
cuya dirección tiene como misión integrarlos entre sí y con el entorno utilizando,
para tal efecto, los medios más eficientes y las abstracciones más sofisticadas que
la matemática y la informática brindan. Esta escuela está en el otro extremo de
la referida a las relaciones humanas y hace un énfasis sustancial en las cuestiones
matemáticas y tecnológicas.
Más recientemente, hacia la década de 1970, se ha desarrollado la llamada
escuela de la contingencia, cuyo objetivo es aunar teoría y práctica en el marco
de la teoría de los sistemas, para lo cual hace un énfasis particular en el carácter
situacional y, por tanto, contingente de la acción directiva. Esta teoría afirma que
no hay fórmulas universales que garanticen lo que podríamos llamar una buena
gestión de la empresa; tan solo se pueden encontrar medios situacionales a las
necesidades de coordinación de los subsistemas entre sí y frente a los retos que
plantea el medio ambiente externo.
Esta escuela explica y propicia la mejor comprensión de la interacción de las unidades
operativas en los mercados internacionales, ya que posibilita plantear fórmulas espe-
cíficas para cada uno de los mercados donde la presión del consumidor, la actuación
de los trabajadores y su carga cultural es distinta y variada. De esta manera, se pueden

3
McGregor 1960, 10 y ss.

98
Capítulo III. Empresa y comercio internacional

establecer líneas de dirección básica en cuanto a la elaboración de un producto, es


decir, en el aspecto estrictamente industrial; planteamientos distintos, específicos y
particulares, para el caso de la dirección de personal; y la integración de los diferentes
subsistemas según sea el mercado en el cual se está operando.
Todas estas escuelas proponen un conjunto de principios de gestión con induda-
bles diferencias. Así, el fayolismo y el taylorismo inciden en las cuestiones de tiempo y
procesos mecánicos; el enfoque de las relaciones humanas rescata los estímulos y los
intereses personales; y la escuela de la contingencia concluye que no se puede hablar
de reglas universales para la administración de la empresa, sino de determinados y muy
reducidos principios que explican o adecuan las unidades operativas a las cambiantes
situaciones del mercado internacional.
Abordar los extremos y el concepto de la administración internacional exige de
ciertos principios que, siendo válidos para cualquier gestión, tengan un interés y
utilidad para entender y organizar la acción de personas, recursos y cultura de una
unidad operativa que actúa en varios mercados. Tales principios están en un rápido
proceso de integración en la medida en que las empresas actúan en los mercados
externos. Estos, que deben ser tratados individualmente, pueden enumerarse de la
manera siguiente: planeación internacional, dirección estratégica, coordinación inter-
nacional e inteligencia comercial.

1.2. Formas de organización

La organización es un instrumento al servicio de los objetivos de la empresa que opera


en los mercados internacionales y, en consecuencia, está estrechamente ligada a los
principios de gestión. Toda decisión acerca de la organización de la empresa que
opera en los mercados externos debe ponderar el medio ambiente doméstico y el
ambiente internacional, y, luego, aplicar aquella forma organizativa que sea más
conveniente para la estrategia de internacionalización, sin olvidar que la estructura
y organización de una empresa hecha para un mercado interno no es extrapolable
hacia otro mercado, debido a los diferentes requerimientos de los consumidores, los
trabajadores, la provisión de materias primas y los distintos regímenes legales y sociales
que entran en juego.
Otra consideración importante es que la configuración concreta de una organización
no es solo fruto de una estructura racional, sino también de la tradición de sus directivos
y la cultura de los individuos que laboran en ella. Por ello, la administración de una

99
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

empresa internacional debe adaptarse para operar en otros mercados que poseen
cultura e intereses diferentes y como tal, distintas simpatías.
Aun cuando existe un proceso de estandarización internacional en el área industrial
que se ha querido extender hacia el área administrativa y, particularmente, al desempeño
de determinadas actividades como, por ejemplo, los análisis contables a través de las
llamadas normas internacionales de contabilidad, es bastante difícil que esta estandariza-
ción se pueda extender hacia el manejo de una empresa en la cual intervienen hombres
con diferentes culturas, percepciones e intereses. Este último aspecto es más gravitante
e impactante en el caso de las empresas que actúan en los mercados internacionales y
en donde encontrarán culturas diferentes en las que deberán introducir sus productos,
desarrollar nuevas tecnologías o radicar inversiones.
El análisis teórico sobre la forma de organización presenta una serie de modalidades
que han sido aplicadas en cada país de manera independiente y se basan, sustancial-
mente, en el desarrollo lineal y limitado de una empresa en un mercado local.
Una de estas formas de organización es la llamada estructura funcional, que ordena
la empresa según la naturaleza o funciones del trabajo a realizar. De esta manera, la
empresa tiene una estructura con tres subdivisiones básicas: las áreas de producción,
marketing y finanzas, las cuales, a su vez, se subdividen según su tamaño y objetivos.
Esta estructura mantiene la toma de decisiones en los niveles superiores y es la más
conveniente cuando se trata de empresas integradas verticalmente con un solo producto
en un mercado específico.
Otro es el caso de la llamada estructura divisional, que se basa en adecuar la
organización en función de los diferentes productos que la empresa fabrica. En cada
división, se agrupan todas las actividades necesarias para producir y comercializar un
producto, de tal manera que cada división se convierta en una pequeña organización
dentro de otra mayor. Esta estructura tiene la ventaja que disminuye el trabajo de
coordinación, ya que cada unidad actúa de manera autónoma, empero, tiene el in-
conveniente que los niveles de asesoría y de investigación de mercados, así como la
función meramente administrativa, se pueden duplicar en cada línea de productos.
Este modelo es recomendable cuando una compañía tiene diversos productos o
mercancías.
Adicionalmente, existe otra forma de organización, la llamada estructura geo-
gráfica, según la cual la base de agrupación de las actividades de procesamiento y
comercialización es, como su nombre lo indica, geográfica o territorial. Esta es una
forma conveniente para operar en mercados diferentes cuando las fábricas deban estar

100
Capítulo III. Empresa y comercio internacional

operando en distintos países y el volumen de las ventas aumenta significativamente


sin que ocurra lo mismo con el número o la variedad de productos. Tal vez se pueda
considerar como un inconveniente la posible duplicación de funciones o de equipos,
así como la dificultad de una sola política empresarial y la ejecución de sus órdenes;
sin embargo, esto estaría superado por el extraordinario desarrollo tecnológico de
la teleinformación y de los sistemas de comunicación empresaria que permitiría un
estrecho y rápido flujo en la toma de decisiones y su divulgación a los demás niveles
de la organización.
Más recientemente, se ha diseñado una nueva forma de organización llamada
estructura matricial, que ordena la empresa combinando los modelos de organización
funcional y de estructura divisional. Así, los gerentes se dividen según funciones y sobre
la base de las unidades de producción o de los productos que se elaboran siguiendo
un manual de operaciones y procedimientos prolijo. Su aplicación es viable cuando la
actividad internacional implica incremento en el volumen de ventas y en la variedad
de productos. Un inconveniente de este modelo es el exceso de formatos, reglas y
protocolos, así como su complejidad burocrática.
Otra forma es la organización por grupos. Según esta, la empresa se estructura en
base a tareas o grupos semiautónomos, como los equipos de proyectos, los grupos de
operaciones y los equipos de investigación, que actúan de manera autónoma y que
reportan sus actividades a una dirección común que coordina las tareas de cada uno de
ellos. Dentro de esta forma, se puede señalar el contemporáneo detalle de los llamados
círculos de calidad, cuya característica fundamental es considerar que las empresas están
formadas por pequeños grupos que actúan voluntariamente en actividades de gestión
de la calidad, en el lugar mismo donde opera cada uno de sus miembros. El fin de estos
círculos es convertir la gestión de la calidad en una tarea continua que se dé durante
todo el proceso de fabricación y que recaiga en manos de los propios operarios. De
esta manera, la preocupación por la calidad se convierte en un estado del espíritu, un
comportamiento, incluso antes de haber aparecido los métodos, las herramientas, los
presupuestos y las pautas de fabricación.4
Finalmente, existe la llamada forma de organización multidimensional, diseñada
para las empresas de gran porte y que buscan adecuarse a las diferentes características
de los mercados. Son las llamadas también estructuras híbridas que caracterizan a las

4
Monteil y Alexandre 1985, 78.

101
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

grandes empresas transnacionales. Su armazón es muy complicada, pues deben inten-


tar una mezcla de centralización de la dirección global con una descentralización de la
producción que reduzca costos y que posibilite la coordinación y control internacional.
Hacia esta forma caminan las empresas transnacionales.
No se puede adoptar cualquiera de estas estructuras como un modelo único de la
organización empresarial volcada al mercado mundial, aun cuando cada una de ellas
intenta resolver la polaridad entre la unidad central de decisiones y la operación en
diferentes mercados. Sin embargo, desde el punto de vista de la realidad latinoameri-
cana, no podemos concluir que alguna de estas formas de organización pueda servir
eficientemente como un modelo a seguir, ya que la estructura empresarial está consti-
tuida, fundamentalmente, por un alto número de pequeñas y medianas empresas que
llegan al 90% del total de unidades manufactureras. Otra de las características de esta
realidad es que la mayor parte de las empresas latinoamericanas poseen configuración
familiar y el accionariado difundido es aún incipiente, lo que hace que se refundan
las funciones de gestión en una sola persona: el inversionista propietario. A ello debe
añadir otras limitaciones como la falta de capacidad física, económica, administrativa
y financiera que afecta las prácticas decisorias.
Por ello, el proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas en
cuanto a su aspecto administrativo y organizacional, debe distinguir la situación de la
gran empresa, generalmente subsidiaria de una empresa transnacional, del caso de la
pequeña y mediana empresa.
La gran empresa presenta una problemática específica, ya que su programa de
exportaciones (mercados, tecnología y mecanismos de penetración) es definido
siempre por la casa matriz localizada en otro país y conforme a un plan global de
operaciones que busca maximizar el resultado del sistema productor-vendedor inter-
nacional. Así, la decisión de exportar no depende de lo que pueda decir y resolver
la empresa subsidiaria. Las políticas de atracción de inversiones o exoneración de
gravámenes, que ofrecen los países latinoamericanos e, incluso, los países del sudeste
asiático, así como la estabilidad política y social de determinadas naciones, son factores
que influyen en el análisis global de las empresas matrices, que van a reorientar sus
inversiones o sus centros de producción internacional en función de una estabilidad
política, social y financiera.
Muchas de las empresas transnacionales están interesadas en establecer sus subsi-
diarias en América Latina, con el fin de captar mano de obra barata, materias primas
cercanas, atractivos para el inversionista o dominar áreas mayores geográficamente.

102
Capítulo III. Empresa y comercio internacional

Este propósito de las grandes transnacionales con respecto a América Latina también
ha sido un factor motivador para algunas empresas latinoamericanas —todavía en
pequeño número— que han salido a los mercados internacionales, particularmente
hacia los países vecinos de la región. Estas empresas, por su gran tamaño, tienen una
estructura orgánica de forma híbrida, es decir, una estructura para el mercado interno
y otra hacia el exterior, usualmente a través de un área internacional.
Es cierto que el accionar de estas transnacionales es significativo en el desarrollo
de las exportaciones. Sin embargo, el esfuerzo del Estado, el empresariado y la uni-
versidad han de confluir mediante la incorporación de estrategias y técnicas de inter-
nacionalización a la pequeña y mediana empresa latinoamericana, que presenta una
problemática diferente de la que corresponde a las grandes empresas transnacionales
y cuya actuación en diferentes mercados, con culturas distintas y comportamientos
diferentes de los consumidores, exige un esfuerzo de imaginación, sistematización y
herramientas de gestión.
En el caso de la pequeña y mediana empresa latinoamericana, la preocupación
inicial es inducirla a que se interese en el mercado exterior; modifique la actitud del
propietario, normalmente gerente de la empresa y principal directivo; y cambie el peso
de su accionariado, predominantemente familiar. Igualmente, se debe concebir la idea
que operar en el mercado internacional es no solamente conquistar un mercado sino
permanecer en él, adaptarse y enfrentar la competencia de otras empresas, cuando
no el proteccionismo, todavía latente, de muchos países industrializados y también de
algunos latinoamericanos.
Aun cuando el modelo neoliberal privilegia a las grandes empresas transnacionales,
las que, por sus economías de escala, posesión de tecnologías y vinculaciones estrechas
con el sistema financiero, dominan los mercados y pretenden hacerlo con la soberanía
de los pueblos, la pequeña y mediana empresa todavía tienen un lugar en el mercado
mundial. Ello debido a su rápida forma de adaptación y adecuación y por la agilidad
en la toma de decisiones, así como, en algunos casos, por el desarrollo de medianas
tecnologías, convenientes para precisos espacios económicos que optan por productos
de bajo costo y prescinden, con frecuencia, de las marcas.
El desarrollo de la pequeña y mediana empresa internacional es un mecanismo
de modernización y aceleración del crecimiento económico de los países de América
Latina, así como un medio para la formación de la clase dirigente nacional. Por ello, un
esfuerzo conjunto del Estado, sector privado, gremios y universidad se hace necesario
y urgente con el fin de crear las condiciones para que la pequeña y mediana empresa

103
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

pueda enfrentar los mercados internacionales e, incluso, producir en distintos países


y exportar desde ellos. Esto significará, sin duda, modificar su estructura, así como su
tecnología decisoria y su planeamiento estratégico, y crear una cultura exportadora.
En el presente capítulo, solo explicaremos lo referente a la estructura organizacional y
la tecnología decisoria, ya que el planeamiento estratégico corresponde al capítulo V
y la cultura exportadora es tratada en el capítulo IV.

1.2.1. Estructura organizacional de la empresa internacional

La pequeña y mediana empresa latinoamericana que empieza a operar en los mer-


cados internacionales debe iniciar su proceso de internacionalización reconociendo la
diferencia que hay entre ser inversionista o propietario y ser el gerente o el director de
la empresa. Son roles totalmente diferentes, empero, existe la tendencia a creer que la
persona que busca invertir en una actividad económica está preparada técnicamente
para ser, a su vez, el conductor o gerente de dicho negocio. En algunos casos, es una
feliz y provechosa coincidencia. En otros, es una combinación ineficiente y contradic-
toria. Este es el primer cambio de percepción que tienen que enfrentar los directivos
de las pequeñas y medianas empresas y que exige un alto costo de desprendimiento
pues, con frecuencia, el propietario debe ceder la función directiva a un extraño mejor
preparado y con experiencia internacional.
A partir de entonces ha de iniciarse un proceso de análisis de las actividades que
desarrollará la empresa con miras a penetrar en los mercados externos. Junto a ello
se determinará quién y cómo se adoptan las decisiones, así como los mecanismos de
coordinación y control.
Después de este cambio en la percepción de inversión, dirección y objetivos de
internacionalización las empresas han de diseñar su estrategia: sea la exportación
directa o a través de terceros, instalación de filiales, formulación de contratos de
joint ventures o radicación de inversión directa. Reconociendo que por su tamaño
las pequeñas y medianas empresas parten de la exportación indirecta, y luego esca-
lan los otros niveles de organización, parecería que la forma más conveniente es la
estructura funcional. En este primer nivel, la acción externa es una consecuencia de
las operaciones domésticas y, por tanto, dependen normalmente del área comercial
que a su vez está construida en razón de las funciones de comercialización, finanzas,
producción y personal.
Dentro de cada una de estas cabezas funcionales, se da, luego, un proceso evolutivo
conforme se va penetrando en los mercados. Así, la comercialización comienza como

104
Capítulo III. Empresa y comercio internacional

una función de ventas en la que, generalmente, uno o más vendedores tratan de co-
locar un producto o servicio que, probablemente, no ha sido diseñado a partir de las
necesidades o requerimientos del consumidor. Sin embargo, una vez que la mercancía
es presentada en el mercado internacional, se recibirán las primeras respuestas del
mercado, lo que llevará a incorporar en la función respectiva cuestiones sobre com-
portamiento del consumidor, diseño, envasado, embalaje, estimación del potencial
de ventas y precios, es decir, un proceso de aprendizaje y de adaptación adquirido
en el camino empíricamente y, con frecuencia, bajo el método de error-corrección.
Aunque racionalmente ello no es lo más recomendable, la experiencia nos demuestra
que esa ha sido y es, actualmente, la forma como se van organizando las pequeñas y
medianas empresas que han ingresado o tienen un corto período de permanencia en
el exterior. En este nivel de desarrollo, se justifica la creación de un departamento de
comercialización internacional que tenga subdivisiones de investigación de mercados,
promoción, ventas y desarrollo de productos. Posteriormente y a medida que la em-
presa se va consolidando en los mercados externos o permanece durante un horizonte
dado de tiempo en él, el departamento de comercio exterior empieza a adquirir un
peso mayor dentro de la propia dirección, sobre todo si un porcentaje significativo de
sus ingresos depende de las exportaciones. En este nivel de gestión, es conveniente
que el área de comercialización, tanto interna como externa, esté dentro de una sola
gerencia, aunque con dos divisiones específicas, ya que así se podrá programar y co-
ordinar toda la función de comercialización. Posteriormente y en la medida en que las
exportaciones aumenten, podrá independizarse la gerencia de exportaciones de la de
comercialización en general, que, usualmente, supervisa y dirige por igual el mercado
doméstico como el internacional.
Considerando que todas las unidades productivas buscan crecer en su volumen de
ventas y que esa, en definitiva, es la misión de una empresa que se internacionaliza,
las funciones de investigación de mercados, de diseño de productos y de promoción
se independizarán en divisiones específicas y adquirirán un mayor peso e importan-
cia en la organización. Si ello, además, conlleva una diversificación de mercaderías,
podrá producirse la necesidad de ajustes en la organización con el establecimiento de
un modelo por líneas de productos y con un sistema homogéneo de comercialización.
Ello también puede alterar la producción.
Tal situación puede complicar la función de coordinación y de control, pues cada
área tenderá a especializarse, en cuyo caso se pueden crear los profit centers, general-
mente definidos por líneas de productos, que son recomendables cuando la fabricación

105
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

exige tecnologías productivas especiales y su comercialización obedece a estrategias


diferentes. En tanto que si el criterio es el de diferenciación o segmentación del mercado,
entonces, la organización por regiones será la más recomendable.
Ello implica un cambio en la estructura, pues cada área funcional es dividida y con-
trolada por un gerente de producto específico. Así, cada gerente de producto tendría en
su departamento especialistas en finanzas, marketing, producción y personal. Este sería
autónomo dirigiendo una unidad generadora de beneficios independientemente de los
demás ejecutivos de productos. En este caso, el gerente general es el coordinador de las
políticas de los demás gerentes de productos. Esta forma de organización haría duplicar las
funciones e incrementar el número de áreas y el personal para dirigir los departamentos
de finanzas, información comercial, investigación y desarrollo, debido a que también
deberían existir estos departamentos y sus respectivos funcionarios a escala corpora-
tiva, con el fin de brindar un esquema a toda la empresa y a cada departamento. Así,
pues, a medida que los ingresos de la empresa provienen del exterior, las funciones de
finanzas, inteligencia comercial y desarrollo adquirirán mayor importancia para adaptar
los productos al consumidor final, evaluar las políticas de ventas y prevenir sobre las
prácticas desleales al comercio internacional que afectan, sobre todo, a las empresas que
carecen de un departamento especializado en inteligencia comercial que les posibilite
detectar tempranamente una acción de dumping o de subsidio.
Si la empresa progresa en su expansión internacional puede apuntar hacía la crea-
ción de filiales, en cuyo caso estas actuan con bastante independencia respecto de la
matriz, de forma que sus ejecutivos tienen una gran autonomía en la toma de decisiones
dependiendo directamente de la presidencia localizada en el país de origen, a través
de canales de comunicación informales. Hay un alto grado de descentralización en la
toma de decisiones sin que las filiales participen en su diseño. Sin embargo, el nivel
de intercambio de información táctica entre la matriz y las filiales y/o departamentos
funcionales es elevado aunque entre las distintas divisiones es bajo.5
La explicación y formas de organización detalladas anteriormente son convenientes
siempre y cuando la estrategia de la empresa sea exportar o establecer filiales pero,
en caso su estrategia sea la de inversión internacional, la organización global surge
como una respuesta y hay que diseñar lo que se llama la gerencia internacional como
unidad independiente con funciones específicas en función de los emprendimientos
en el exterior. Habría, entonces, un sector doméstico, con divisiones por productos o

Pla Barber, José y Fidel León Darder. Dirección de empresas internacionales, p. 134.
5

106
Capítulo III. Empresa y comercio internacional

geográficas, y un sector internacional, con divisiones funcionales por productos, por


áreas geográficas o una combinación de ambas. En este modelo, los directivos tienen
responsabilidades de ámbito mundial y del conjunto global de la empresa. Tales activi-
dades involucran asuntos políticos, dirección estratégica, coordinación internacional y
asesoría especializada. Esta es la estructura de las grandes transnacionales, en donde
muchas de las consideraciones pertinentes de las empresas de mediano porte, que solo
están exportando, sea directa o indirectamente, se conviertan en factores variables. Estas
consideraciones no es necesario ejecutarlas cuando se trata de pequeños o recientes
emprendimientos.
La estructura organizativa de este tipo de empresa engloba el concepto de una ge-
rencia internacional que tiene en cuenta siete aspectos, como refiere Richard Robinson:
analizar el mercado externo para evitar tener intermediarios de quienes depender;
formar un equipo de profesionales interesados globalmente en la investigación de
mercados; crear una cámara de compensación centralizada que estudie los proyec-
tos a desarrollar en ultramar, que provenga de fuentes internas y externas, y que se
asegure que el personal y equipo se asignen a mercados prioritarios; formar cuadros
con profesionales especializados en derecho comercial, finanzas, mercadotecnia y
ciencia política que le permita evaluar el riesgo y oportunidades; reconocer la impor-
tancia del área operativa y fortalecer el departamento de investigación y desarrollo
de productos para nuevos mercados, así como los sistemas de comercialización; crear
círculos de calidad para que los técnicos tengan acceso a los niveles directivos en
que se toman las decisiones con el fin de mejorar los proyectos para el extranjero; y,
finalmente, reconocer que el éxito obtenido en experimentos internacionales es un
factor valioso para ascender.6

1.2.2. Tecnología decisoria

Una de las grandes dificultades en toda empresa es la cuestión de la toma de decisiones,


tanto en cuanto a su planeación, como en cuanto a la oportunidad en que se deben
tomar y la forma en que los recursos, los procedimientos y las personas se deben alinear
para que se ejecuten. En el caso de las empresas internacionales, la situación es más
compleja porque dichas decisiones han de adoptarse para, luego, ejecutarse en otros
mercados y a través de personas que no están cerca del núcleo de decisión y que, con
frecuencia, poseen culturas y patrones de actuación diferentes. Si a ello se une la cuestión

6
Robinson, 32-33.

107
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

del tiempo, ya que muchas decisiones se resuelven en horario de oficina y, luego, no


se pueden trasmitir en tiempo real a los otros mercados, porque, tal vez, los ejecutivos
que tienen que cumplirla están en la hora del sueño reparador, la situación se puede
convertir realmente en un problema complejo que requiere de una solución tecnológica.
Una decisión orientada hacia el exterior presenta una primera cuestión a resolver:
la perspectiva local y el mercado externo. Esto lleva a determinar cuál debe ser la
forma de distribuir el poder de la dirección, sea Directorio o Consejo de Adminis-
tración. Por tanto, las empresas se enfrentan a la cuestión de cuánto y qué delegar.
Algunas han trasladado las decisiones operativas a niveles inferiores, exigiendo
mayor responsabilidad a los directivos que no pertenecen al país de origen, pero
manteniendo el control decisorio, en tanto otras han dotado a sus unidades en el exterior
de una mayor autonomía.7
La tecnología decisoria se refiere a la habilidad para formular una estrategia
internacional de ventas y organizar un departamento de exportaciones, así como
su implementación a través de los procedimientos y acciones en el mercado se-
leccionado. «La mayor parte de las empresas en América Latina son orientadas
hacia el mercado interno y, aunque un gerente tenga una actitud favorable hacia
las exportaciones, no necesariamente significa que tenga los conocimientos para
ello».8 Se requiere, en consecuencia, diseñar un conjunto de criterios para la toma
de decisiones que se ejecutarán más allá y fuera del lugar de su elaboración, así
como un mecanismo para su formulación y posterior aceptación por parte de los
llamados a implementarla.
La tecnología decisoria clásica, desde Fayol, establece que un gerente planea, or-
ganiza, coordina y controla. Sin embargo, ello no explica totalmente las decisiones que
transponen fronteras ni las que corresponden a las empresas latinoamericanas, cuyo
diseño está más cerca de los patrones básicos del comportamiento social en el que se
desenvuelven las empresas como, por ejemplo, la actitud frente al cambio, la cuestión
ética, y la percepción del tiempo y el espacio.
Una aproximación a dicha tecnología es descubrir algunas falacias presentes en las
decisiones internacionales y determinar cuáles son las especificidades gerenciales en
los países latinoamericanos, lo cual nos ha de llevar, necesariamente, a auscultar los

7
Martínez Bobillo, López Iturriaga, Fernández Temprano y Tejerina Gaite 2001, 53.
Colaiacovo 1983, 59.
8

108
Capítulo III. Empresa y comercio internacional

estilos de dirección y el perfil o características del empresario latinoamericano. Luego,


restará esclarecer cuáles son dichas incoherencias en las decisiones internacionales para
no caer en ellas y para facilitar, justamente, esa tecnología decisoria volcada hacia los
mercados externos.
Una de las falacias más comunes es creer que el gerente, sustancialmente, es un
planificador y que, además, no debe ceñirse a patrones regulares de acción cotidianos
y fijos porque ello lo limita. Ello puede parecer un contrasentido, pero, en realidad,
son dos cuestiones independientes, pues la planificación es el diseño reflexivo a futuro
de una serie de pasos para cumplir objetivos empresariales (planeamiento estratégico
internacional) y el cumplimiento de rutinas o patrones establecidos es parte de la liturgia
empresarial que debe cumplir el gerente o directivo para mantener la cohesión y el
espíritu de sus trabajadores. Las tradiciones del trabajador y de la empresa juegan un
papel gravitante y, con frecuencia, el directorio debe adoptar decisiones convenidas
en los diferentes estamentos organizacionales para no afectar su desenvolvimiento
integral.
La experiencia empírica muestra que los gerentes, si bien es cierto planifican,
saltan con frecuencia de un asunto a otro para satisfacer continuamente las necesi-
dades coyunturales o las presiones del trabajo, o para responder a los estímulos y a
las condiciones del trajín comercial. Por otro lado, las verdaderas tareas del gerente
comprenden la realización de cierto número de acciones regulares, incluidas las ri-
tuales y ceremoniales, las negociaciones y el procedimiento de la información, que
vinculan a la organización con su medio ambiente. De esa manera, si bien es cierto
que hay una planificación previa, esta no es cerrada, sino, más bien, abierta a cambios
continuos y está sujeta a la ejecución de los procedimientos y actividades rutinarias
de manera constante.9
El diseño de una adecuada tecnología decisoria para operar en los mercados
internacionales requiere auscultar cuáles son las condiciones previas que deben
tenerse en cuenta para adoptar decisiones con un mínimo de riesgo. Al respecto,
avizoramos cuatro condiciones básicas: la información, el poder del directivo o ge-
rente para hacerla cumplir, la asignación de recursos para ejecutarla y la habilidad
negociadora.
La información comercial parece ser la primera condición tecnológica previa para el
diseño de una decisión de comercialización internacional. Si bien hoy en día el directivo

9
Mintzberg. Facetas, 10, 1977,29-30.

109
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

puede obtener la más abundante información de un banco de datos computarizado, ello


no ha podido postergar otras fuentes como documentos, llamadas telefónicas, contactos
personales y las técnicas de la negociación en ambientes diversos. La comunicación
verbal y la presencial, hasta ahora, presentan características insuperables. Y ella se
torna compleja cuando se tiene que actuar en medios culturalmente disímiles y con la
angustia del tiempo que impulsa a fraccionarlas. A ello, se unen las diferentes personas
y públicos que se ven involucrados y que no son solo los clientes y los proveedores,
sino otros públicos como las asociaciones de trabajadores, los defensores del medio
ambiente, las asociaciones de consumidores y los organismos no gubernamentales.
La forma de aplicar y cumplir una decisión de comercio internacional varía según
los espacios culturales. Así, en Japón o en América Latina, la sociedad está más es-
tratificada y torna difícil la expresión de los trabajadores, sea para manifestarse o con-
tradecir las decisiones, aunque las estimen convenientes para la empresa. La cultura
latinoamericana parece dar importancia a la conservación de las relaciones aunque
sea superficialmente; tal vez ello explique la aparición permanente, en la región, de
dictaduras que han durado veinte o cuarenta años. Por su parte, en otras realidades,
sobre todo anglosajonas, es natural expresar libremente un desacuerdo y, cuando no
se hace, surge un sentimiento de culpa.
La segunda condición tecnológica es que el gerente tiene el papel principal en la toma
de decisiones que comprometen a la empresa, ya que él dispone de la información más
completa. No obstante, además, requiere del poder para ejecutarla y hacer que se
cumpla en otras geografías. Ello nos lleva al campo del poder, que ha fascinado a la
ciencia política, pero que es de interés también de la economía, la administración de
negocios y el comercio internacional, pues las empresas y los países buscan conquistar
los mercados con decisión y firmeza para internacionalizarse efectivamente. Para ello,
es necesario que las decisiones impartidas en los centros de dirección se cumplan en
otras realidades culturales.
El poder no solo es la fuerza con que se impone una decisión gerencial, sino la forma
como el resto —funcionarios, proveedores, competencia y clientes— la advierten. El
poder debe ser percibido para que exista. Luego, los otros públicos o segmentos en los
que interactúa una empresa deben creer que el poder existe y aceptar la autoridad de
quien transmite una decisión gerencial. Una buena decisión gerencial no requiere ser
impuesta o abrirse paso solo por la fuerza del poder. Importa su aceptación por quienes
están llamados a ejecutarla (funcionarios, proveedores y clientes). Tal aceptación de-
pende tanto de la percepción de su solidez y pertinencia en cuanto no viole los valores

110
Capítulo III. Empresa y comercio internacional

del grupo relevante. De igual manera, los estados, como sociedad organizada, actúan
estableciendo vínculos políticos, comerciales, tecnológicos, científicos y culturales con
otros países o apoyando a sus empresas transnacionales. Esos vínculos, para que duren
a través del tiempo, requieren de estar revestidos de poder, entendido este como la
capacidad de influir o condicionar el mercado y la actuación de otras empresas o países
hacia una alineación con los objetivos de internacionalización.
Una tercera condición en materia de tecnología decisoria es la asignación de recursos
para ejecutarla, lo que implica elaborar la decisión en función de la disponibilidad de
recursos y medios con que se dispone en el inmediato plazo, así como en el período
en que debe ejecutarse.
Finalmente, una última condición es la habilidad negociadora para involucrar a varios
agentes y públicos en la decisión que se va a implementar, pues esta es una técnica y
un arte que posibilita cumplir objetivos comunes, solucionar controversias, y propiciar
emprendimientos que involucran a personas con distintas percepciones y, a lo mejor,
distintos intereses. La habilidad negociadora es un atributo personal o de un equipo
gerencial desarrollada, básicamente, con la práctica en operaciones comerciales o a
través de un proceso formal de entrenamiento que puede incluir ejercicios prácticos en
operaciones idealizadas (armchair cases), así como el estudio de anteriores experiencias
de negociaciones comerciales internacionales. Cuando una empresa, gremio o país
posee escuelas de negociación, le es más fácil interactuar en los escenarios mundiales,
ya que los ejecutivos entrenados podrán aportar criterios y elementos a la tecnología
decisoria de la unidad operativa o del país comprometido en las exportaciones de sus
manufacturas o servicios.
Todo ello requiere de formación, entrenamiento y práctica, lo que no siempre puede
ser abordado por las universidades o las empresas latinoamericanas debido a sus limi-
tados recursos económicos y financieros, así como por el hecho que el reciente proceso
de internacionalización apenas está demandando de ejecutivos formados en gerencia
internacional. Este desafío solo puede ser enfrentado por una relación conjunta entre
el Estado, el sector privado y las universidades a través de una educación continua y la
investigación de las nuevas técnicas de gestión a la luz de las características culturales
de sus nacientes directivos.

1.3. Estilos de dirección

Los principios de gestión, las diferentes formas de organización y la cultura dentro de


la cual se desenvuelve una empresa y la que esta genera, conforman lo que ha venido

111
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

en llamarse el estilo de dirección o el estilo gerencial. Es, evidentemente, un concepto


complejo que exige de grandes abstracciones, pues abarca la historia de la empresa;
la historia del país; la sociología; la psicología; y el comportamiento y actitudes de los
operadores, de los consumidores y del país receptor.
El conjunto de normas y valores, así como de costumbres y de actitudes frente a los
compromisos, es lo que viene a conformar lo que podríamos llamar «cultura empresaria».
También se dice que cultura organizativa o empresaria es:

[…] el conjunto de principios y creencias básicos de una organización que son compartidos
por sus miembros y que la diferencian de otras organizaciones. Este conjunto de principios
y creencias han sido aceptados por la organización, de una manera inconsciente, como
propios a través de los años y se manifiestan exteriormente a través de las políticas,
estructuras, procedimientos, normas de conducta, signos externos, etc. Los principios y
creencias básicos suelen desarrollarse —dentro del marco «macro cultural» en el que la
organización está inmersa— a partir de los valores e ideas del fundador o fundadores y
con el tiempo se van concretando en un conjunto coherente.10

Es, pues, un intangible importantísimo en una empresa que, operando en me-


dios distantes y distintos, busca la confianza y la credibilidad de sus clientes o de sus
proveedores.
De ahí la necesidad de intentar abordar el tema a pesar de su complejidad y la
escasa bibliografía. Debido a esta complejidad, no existen investigaciones suficientes
en América Latina, sobre todo en el estudio de las empresas que se han internaciona-
lizado. No obstante, algunos trabajos recientes y algunos casos tangenciales permiten
entresacar determinados rasgos característicos de un estilo gerencial en las empresas
internacionalizadas. Ello nos lleva a escudriñar la experiencia administrativa de los
operadores para determinar lo que podríamos decir es el perfil del empresario latino-
americano que opera en los mercados externos.

2. Perfil del empresario


Habiéndose expuesto los principios de gestión, las formas de organización y los estilos
de dirección, conviene exponer cuáles son las características deseables de un directivo
o gerente de una empresa que se internacionaliza, es decir, cuál es el perfil de un ad-
ministrador de empresa que dirige y coordina una operación internacional. Algunos
autores sostienen que conviene distinguir entre servicios empresariales y servicios

Anzizu 1985, 63-64.


10

112
Capítulo III. Empresa y comercio internacional

gerenciales basándose en la diferencia existente entre quienes planean (empresario) y


quienes ejecutan (ejecutivos o gerentes). Esta distinción es intrascendente, ya que in-
cluso aquellos autores que la propugnan admiten que, en numerosas ocasiones, ambas
funciones recaen o las realizan las mismas personas, lo cual es particularmente cierto
en las pequeñas y medianas empresas.11
En el caso de América Latina, la situación configura una característica natural, ya
que, como se ha señalado anteriormente, el mismo inversionista que planifica y elabora
las ideas es quien más tarde las ejecuta. Por ello, a partir de la observación de muchas
empresas de la región, se puede constatar que estas funciones se desenvuelven de manera
conjunta y constante, más aún cuando se ha tomado la decisión de operar en el exterior,
en donde es frecuente ver que el propio dueño de la empresa y máximo directivo es quien
sale a vender y negociar. En Argentina, donde el 40% de los pequeños y medianos em-
presarios poseen derechos sobre más del 50% del capital social de la empresa o son los
únicos dueños, es explicable que tales dirigentes y propietarios sean los que resuelvan
exportar y, en consecuencia, se refundan en él todas las funciones y tareas de gestión,
inversión, apertura de canales de comercialización, negociación y penetración en nuevos
mercados, cuando no las de recursos humanos o diseño de productos.

2.1. Perfil del empresario latinoamericano

Muchos de los principios de gestión y tipos de organización están estructurados y ba-


sados en experiencias y en premisas sobre las personas, las organizaciones, el gobierno
y el medio ambiente en que se desarrollan, los cuales pueden estar muy alejados de la
realidad latinoamericana, la que, por otro lado, tampoco es uniforme. Tales principios y
tipos de gestión tienen características singulares que hacen que su utilidad sea viable en
razón del grado de modernidad de las empresas en las cuales se quiere aplicar. Así que,
cuando una de ellas tiende a internacionalizarse, lo hace a partir de su propia realidad
latinoamericana, que la impulsa o la limita, pues, en definitiva, el medio ambiente es
el que hace practicables o no los principios y tipos de gestión.
El empresario latinoamericano, al momento de aplicar tales principios y técnicas,
lo hace dentro de un medio ambiente específico. Esa realidad nos muestra que sus
decisiones y actuación se ejecutan a través de pocos sujetos; en cambio, cuando debe
orientar sus acciones hacia el mercado internacional, se encuentra con diferentes actores

11
Alonso y Donoso 1989, 46.

113
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

y públicos. Por otro lado, en América Latina, el Estado sigue teniendo un gran peso en
el desempeño del mercado, mientras que, fuera de este ámbito regional, el mercado
y el sistema financiero internacional son los que tienen peso decisivo. Es decir, al salir
del ámbito regional, el empresario latinoamericano se topa con un nuevo panorama.
Las ventas las debe orientar hacia la fuerte y exigente clase media de los países indus-
trializados, mientras que antes ha estado acostumbrado a comercializar, en su país,
con una clase empobrecida y sin pretensiones. Asimismo, la tecnología decisoria, en el
exterior, es de uso frecuente y natural, mientras que, en su medio ambiente local, ella
es ocasional y adquirida. A partir de esta realidad, podemos vislumbrar el perfil del
empresario latinoamericano.
Las cualidades deseables en un directivo de una empresa internacional, es decir, lo
que podría llamarse su perfil, no son unívocas, sino que dependen, en gran medida,
de la perspectiva del análisis. Así, para los teóricos del crecimiento de la empresa, es
importante la versatilidad. Un ejemplo de ello es el trabajo de Edith Penrose titulado
The Theory of Growth of the Firm, según el cual el empresario debe tener flexibilidad
en los negocios, sentido de la oportunidad y capacidad de intuición. Otro atributo es
el ingenio, cualidad especialmente estimable en el empresario que tiene que adaptarse
rápidamente a las exigencias del mercado y a las contingencias y limitaciones tecno-
lógicas donde se desenvuelve. Finalmente, la ambición, que parece ser una cualidad
fundamental para iniciar un negocio, es, hoy en día, acicateada por las corrientes de
competitividad. Estas tres características parecen ser las notas distintivas del empresario
latinoamericano después de una auscultación empírica.
Por otro lado, hay quienes establecen el perfil como un prerrequisito o como condi-
ciones que debe tener un directivo para actuar eficientemente en empresas internacio-
nalizadas. Así, por ejemplo, Mark Casson, en su libro The Entrepreneur: An Economic
Theory, resalta que la cualidad básica en la que deben encuadrarse las capacidades
del empresario es la generalización en contraposición a la especialización. Es decir, es
preferible que un empresario posea todas las cualidades necesarias para la toma de
decisiones de manera amplia a que sea extraordinariamente profesional en algunas de
ellas e ineficiente en las demás. Incluso, si es un técnico o un empresario con énfasis
en una especialidad concreta de la gestión de empresas, debería disponer de la capa-
cidad de organizar y delegar en quien pudiera tener un sentido de generalización y de
coordinación, aun cuando esto signifique mayores egresos a la empresa. Otras de las
cualidades que señala Casson son el autoconocimiento, el conocimiento práctico, la
capacidad de organización y de delegación, y la oportunidad de comunicación dentro

114
Capítulo III. Empresa y comercio internacional

de la organización. Sin embargo, la imaginación que nosotros hemos apreciado como


el atributo del ingenio configura una de las virtudes más necesarias para el hombre de
una empresa internacional.
Estas cualidades, obtenidas de forma deductiva a través de los postulados de Casson,
encuentran su realización o refrendo en la investigación aplicada durante el desenvol-
vimiento del presente trabajo. Los resultados los podríamos agrupar en tres aspectos:
adaptabilidad, innovación y emprendimiento. Veámoslo con más detalle.

• Adaptabilidad: capacidad para poder adaptarse a las exigencias y características


de un mercado internacional cambiante, así como para entender las variaciones
de su propio medio ambiente interno.
• Innovación: cualidad especialmente destacada en el pequeño empresario para
superar las limitaciones financieras y tecnológicas.
Muchos países, incluso los que ahora son naciones industrializadas, empezaron
su desarrollo tomando tecnologías; otros, adaptándolas; y, finalmente, hubo
quienes crearon nuevas técnicas y procedimientos frente a sus carencias. Japón,
en los primeros años de su proceso industrial, fue gran imitador de la tecnología
electrónica y de la construcción naval. México institucionalizó la imitación en sus
industrias y ello se convirtió en una institución nacional que se llama ‘fusilar’, es
decir, copiar. Cuba, qué duda cabe, superó el bloqueo comercial creando nuevas
tecnologías a partir del conocimiento básico existente, sobre todo en la industria
farmacéutica. Las exigencias de los mercados externos demandan innovación
en las mercaderías, en los envases, en los canales de comercialización y en las
técnicas mercadológicas. Ello ha llevado a muchos empresarios latinoamericanos
a crear tecnologías intermedias o adquirirlas de los países industrializados.
La capacidad innovadora del empresario latinoamericano ha merecido juicios
muy diversos. Para algunos, es una categoría social reciente, como lo señalan
Fritz Wils en Los industriales, la industrialización y el estado nación en el Perú;
José Luis de Imaz en Los que mandan para el caso de Argentina; o Fernando
Henrique Cardozo en El empresario industrial en América Latina: Brasil. Se-
gún estos autores, los empresarios latinoamericanos solo podrían invocar dos
generaciones en las tareas innovadoras, debido a que la mayoría de ellos sería
producto de la inmigración. Por su parte, otros autores, muy pocos, consideran
que la capacidad innovadora es una estructura cultural que depende de aspectos
históricos y predisposición al cambio.

115
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Una apreciación conjunta respecto de la innovación fue efectuada por el Centro


Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo Latinoamericano (CIEDLA),
con el auspicio de la Fundación Konrad Adenauer, mediante una encuesta
realizada a dirigentes latinoamericanos. Las respuestas obtenidas son diferentes
según los sectores de la actividad económica, sea este agropecuario, industrial
o comercial. El sector industrial contaría con empresarios más dinámicos que,
en mayor proporción, generan las innovaciones (23%) o las imitan inmediata-
mente (30%); un menor número de ellos las rechazan (12%). Por su parte, el
sector agropecuario es más conservador, ya que solo el 13% de los empresarios
generan la innovación y prefieren, más bien, imitarlas inmediatamente (22%).
Incluso, un porcentaje mayor, que llega al 24%, rechaza tales innovaciones. El
sector comercial, apreciado, más bien, como una actividad de comercio interno,
presenta porcentajes más bajos, ya sea en innovación (17%) o en rechazo (17%).12
Hay una mayor disposición innovadora en los empresarios industriales, sobre
todo en aquellos volcados a la exportación, con respecto a los del agro en virtud
de la mayor competencia que existe en los productos manufacturados. También
interviene en esto una cuestión cultural, pues el industrial vive del cambio y de
la adaptabilidad del producto, en tanto que el agricultor del volumen y del éxito
de la cosecha. Sin embargo, tampoco se puede negar que, en América Latina,
el sector agrícola ha vivido rezagado en relación con la industria, debido a que
esta recibió, desde inicios de la década de 1960, mayores incentivos y medidas
promotoras. Además, hay una cuestión de perspectiva de los horizontes en los
que se actúa: el agricultor convive dentro de los espacios de su producción, en
tanto que el industrial busca nuevos escenarios y aprecia sus exigencias para
moldear sus productos.
• Emprendimiento: cualidad que permite orientar el esfuerzo al desarrollo de una
actividad específica y a la eficacia en el mercado. Es la tenacidad y esfuerzo en
mantenerse a pesar de las dificultades.

Con respecto a la experiencia comercial y a la confianza como elementos funda-


mentales para ingresar a operar en el mercado internacional, es interesante conocer
la actitud del empresario latinoamericano, particularmente del Grupo Andino, hoy

12
Estrada y Masi 1983, 63.

116
Capítulo III. Empresa y comercio internacional

Comunidad Andina de Naciones, que integra a cinco países. En marzo de 2000,


durante la realización del III Foro Empresarial Andino, se efectuó una encuesta entre
los empresarios asistentes con el propósito de conocer sus experiencias y expectativas
comerciales dentro del proceso de integración. Sustancialmente, fueron tres las cuestio-
nes de indagación: la experiencia internacional, el grado de confianza entre los países
miembros y la percepción del riesgo u oportunidad de internacionalizarse.
En lo que corresponde a la experiencia internacional, la mayoría, un 53%, manifestó
que tenían una experiencia en operaciones previas con otros países de la región. Los
colombianos (75%) y los venezolanos (59%) eran los que ocupaban los primeros lugares
y los bolivianos eran los de menor experiencia (38%), tal vez por su mediterraneidad.
Con respecto a la confianza, que es la base de todos los negocios mercantiles, los
empresarios de la Comunidad Andina de Naciones mantienen una moderada actitud
ante sus similares de la propia región. No hay mucha confianza, pero esta tampoco es
escasa. El cuadro 6 muestra las respuestas de los empresarios que ya tenían experiencia
de negocios en la subregión, quienes señalaron, mayoritariamente, que sus similares
de la Comunidad Andina de Naciones les merecían una confianza calificada como
«normal». Se evidenciaba, además, una mayor inclinación a señalar a los empresarios
del Ecuador y Venezuela como aquellos que son más confiables. Otra característica
que se desprende del cuadro es que fueron muy pocos los empresarios que mostraron
desconfianza respecto de sus pares andinos. Dicha conclusión se confirma cuando se
consideran las respuestas de la totalidad de los empresarios encuestados: los resultados
siguen siendo altos a pesar de que una parte significativa de ellos aún no ha realizado
operaciones de comercio exterior a escala subregional y, por lo tanto, no tendrían una
experiencia que avalara su respuesta (véase el cuadro 7). Las respuestas tendrían, pues,
un carácter intuitivo o emotivo, dado el espíritu que, generalmente, reina en este tipo
de eventos.
Finalmente, en lo que corresponde a la percepción del riesgo en las operaciones
internacionales, se aprecia que los empresarios andinos no detectan riesgos mayores,
sino todo lo contrario: oportunidades. El cuadro 8 muestra que los ejecutivos consul-
tados opinaron mayoritariamente que la internacionalización hacia el mercado andi-
no les traería «oportunidades algo mayores» a las que ellos preveían si no se lograse
instrumentar dicho propósito (46%). Ello demuestra, además de una buena dosis de
optimismo, un alto grado de seguridad para enfrentar nuevos escenarios que se perciben
como cercanos culturalmente.

117
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Cuadro 6
Confianza que en los negocios le ofrecen los empresarios
de la Comunidad Andina de Naciones

Mucha Normal Poca Ninguna

Bolivia 8% 62% 22% 8%


Colombia 10% 63% 24% 3%
Ecuador 50% 31% 13% 6%
Perú 19% 60% 21% 0%
Venezuela 40% 44% 16% 0%
Comunidad Andina 21% 56% 20% 3%

Cuadro 7
Grado de confianza que empresarios sin experiencia internacional tienen de los em-
presarios de la Comunidad Andina de Naciones

Mucha Normal Poca Ninguna

Bolivia 4% 66% 22% 8%


Colombia 16% 59% 23% 2%
Ecuador 44% 28% 9% 19%
Perú 14% 64% 22% 0%
Venezuela 29% 50% 21% 0%
Comunidad Andina 16% 59% 21% 4%

Cuadro 8
Oportunidad o riesgo en la internacionalización hacia el mercado andino
Bolivia Colombia Ecuador Perú Venezuela Comunidad
Andina

Oportunidades mucho mayores 33% 42% 62% 34% 33% 38%


Oportunidades algo mayores 37% 50% 31% 53% 56% 46%
Oportunidad aproximadamente igual 20% 08% 7% 11% 06% 12%
Riesgos algo mayores 00% 00% 00% 00% 00% 00%
Riesgos mucho mayores 00% 00% 00% 00% 00% 00%

No tiene idea / No sabe 10% 00% 00% 02% 05% 04%

118
Capítulo III. Empresa y comercio internacional

2.2. Perfil del empresario peruano

Determinar el perfil del empresario peruano implica efectuar una generalización, pues el
universo empresario está conformado por grandes empresas, aquellas que tienen gran
presencia en el mercado y marcan su accionar; medianas, que son las que tienen mayores
posibilidades de actuar en los mercados externos; y pequeñas, que, aun cuando llegan
a las 100.000 unidades económicas, sufren grandes carencias en su oferta exportable.
Se hace, pues, una generalización aglutinando las grandes y las medianas a pesar que,
en cada una de ellas, sus directivos tienen potencialidades y características diferentes,
pues obedecen a formación y manejo de tecnología decisoria distinta. Sin embargo,
considerarlas por separado llevaría a un fraccionamiento de la muestra. Por otro lado,
tanto las grandes como las medianas son las que están más aptas para un proceso de
internacionalización por su capacidad física y administrativa.
Aunque no se puedan asimilar las características del mediano empresario con la de
los grandes, como concluye Pedro Franco,13 ni se pueda sostener que la diferencia solo
esté dada por el poder económico y los grandes ingresos, hemos aglutinado ambos tipos
por las razones antes expuestas. Para efecto de determinar su perfil en el comportamiento
organizacional y en la tecnología decisoria, hacemos una generalización estrictamente en
cuanto a su forma de gestión, mas no en cuanto a su presencia en el mercado. Incluso, es
necesario hacer una salvedad con respecto a la captación de información para la toma
de decisiones: hay una gran diferencia, ya que, mientras los directivos de las grandes
actúan sobre la base de criterios de certeza o riesgo calculado, las empresas medianas,
usualmente, deciden sobre la base de información incompleta.
Muchas de las características del perfil del empresario latinoamericano que actúa
en los mercados externos también se encuentran presentes, de manera particular, en
el empresario peruano. De la investigación de campo que se ha efectuado al respecto
sobre una muestra de cincuenta empresas de mediano porte, así como de la indagación
de los estudios académicos del empresario exportador, debido a que se trata de una
técnica totalmente nueva que conlleva, igualmente, un cambio en la conciencia o la
cultura del directivo de empresas, podemos extraer algunas características singulares que
se pueden resumir en cinco: formación, flexibilidad, carácter innovador, predisposición
al planeamiento estratégico y confianza.

13
Franco 1997, 45.

119
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

2.2.1. Formación

El 30% de los empresarios y directivos encuestados que dirigen empresas orientadas


al exterior tienen estudios superiores. Se aprecia una clara tendencia a que los niveles
de formación se desplacen desde la enseñanza primaria hasta la carrera universitaria
y al grado superior según va creciendo la empresa. Asimismo, se observa que aquellas
empresas que tienen participación de capital extranjero tienen un porcentaje de di-
rectivos con estudios superiores notablemente mayor que las empresas que no tienen
participación de capital extranjero. Un dato relevante es que el 25% de esos directivos
ha realizado estudios formales o cursos de especialización de comercio exterior, si bien
no se ha podido precisar con detalle su contenido y alcance, en tanto que el 75% res-
tante carece de preparación específica. Los comentarios que merecen estas referencias
nos llevan a afirmar que el empresario exportador reproduce la dialéctica tradición-
modernidad, entendiendo por estos términos la formación empírico-práctica frente al
estudio universitario. Es decir, el empresario exportador va adquiriendo su formación
sobre los mercados internacionales a través del método error-corrección, según el cual
cometer un tropiezo lleva a entenderlo y enfrentarlo posteriormente para corregirlo tras
haber adquirido mayores conocimientos y nuevas destrezas.
Un segundo rasgo significativo es la experiencia en el sector externo. Esta solo llega
a un 15%. Es decir, los directivos de las empresas peruanas tienen una experiencia
previa muy limitada operando en los mercados internacionales. Ello es explicable
por la reciente internacionalización de nuestras empresas, tal como la estamos en-
tendiendo y desarrollando en el presente trabajo, pues las exportaciones realizadas
durante los primeros setenta años del siglo xx, han sido operaciones de despacho
de mercaderías más que real búsqueda, penetración y consolidación en los merca-
dos externos. Es decir, nos han venido a comprar mercaderías más que a formalizar
negocios internacionales con intervención de exportadores e importadores que han
auscultado posibilidades y, luego, articulado su comercialización en una mesa de
negociaciones comerciales.
Un complemento en la formación o especialización es el dominio de un idioma
extranjero, de manera particular el inglés, el francés o el portugués. Al respecto, cabe
resaltar que un 50% de los directivos declara, al menos, dominar un idioma. En la
mayoría de los casos, es el inglés, y de ese 50%, casi la totalidad lo dominan; el resto
se refiere al portugués o al francés.

120
Capítulo III. Empresa y comercio internacional

2.2.2. Flexibilidad

Es la característica que posibilita al empresario adaptarse rápidamente a las condiciones


y limitaciones tanto del medio ambiente interno como del medio ambiente exterior.
Las cambiantes condiciones sociales, económicas y políticas que ha experimentado
en los últimos treinta años la ciudadanía peruana la han llevado a asumir, dentro de
su estructura de supervivencia, un entrenamiento rápido e intensivo de adaptación, lo
que ha llevado a los empresarios a ser flexibles frente a las contingencias del mercado.
La muestra da como resultado que un 60% de empresarios han pasado hacia el co-
mercio exterior desde otras actividades en las cuales han trabajado inicialmente. Es decir,
muy pocos ejecutivos han empezado su labor productiva directamente en operaciones
internacionales; más bien, han devenido en actores internacionales por un proceso
de adaptación que los ha conducido de ser despachadores aduaneros, importadores
o vendedores a agentes comerciales de exportación. Hay una flexibilidad en la gestión
que se ha complementado con seminarios o cursos en temas específicos. Para ello, han
coadyuvado muchas entidades gremiales como la Asociación de Exportadores (ADEX)
y la Sociedad de Industrias (SI), conjuntamente con escasas acciones de instituciones
académicas como la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), la Escuela
de Administración para Graduados (ESAN) —hoy Universidad ESAN— y el Centro
Internacional de Administración y Comercio (CIAC). También es justo mencionar
la asistencia internacional de la Organización de Estados Americanos (OEA) que, a
través de su Centro Interamericano de Comercialización (CICOM), desarrolló los más
importantes cursos de comercio y negociaciones internacionales entre 1980 y 1992
para formar cuadros gerenciales en administración y comercialización internacional.

2.2.3. Carácter innovador

Una de las premisas de las técnicas de gestión es la innovación, según la cual la super-
vivencia de la empresa en el largo plazo depende, marcadamente, de su capacidad de
adaptarse al consumidor o diseñar y crear nuevas tecnologías y productos. Una empre-
sa, sin el compromiso, la habilidad y la capacidad de variar y mejorar sus productos y
servicios por medio de la creación de otros nuevos cuando han llegado a un proceso
de maduración y por medio de la ampliación de los segmentos de mercado cuando la
competencia amenaza o se satura el mercado, no puede permanecer en los mercados
externos. Ello la lleva a innovar. Por eso, se dice, no sin razón, que el empresario que
sobrevive es el que se adapta a los cambios y exigencias del mercado, en tanto que

121
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

triunfa el que se adelanta o propicia el cambio y fracasa el que se niega a adaptarse a


las contingencias comerciales.
Uno de los atributos más favorables de un empresario exportador es, pues, su
capacidad para innovar en la gestión de la empresa. Así, un 40% de los empresarios
considera que la única posibilidad de salir de la recesión económica es exportando,
aunque esta actitud se torna más cautelosa al momento de incluir nuevos productos
en sus exportaciones.
La innovación, sustancialmente, se da para sobrevivir en el mercado interno. Se
observa también una marcada inclinación a hacer de la calidad el fundamento de la
competencia internacional. Esta característica positiva se ve limitada por la poca aten-
ción que se otorga a la marca o nombre como elemento tecnológico y de servicios para
poder ubicarse y consolidarse en los mercados internacionales. Es decir, no existe la
percepción de que una de las formas de conquistar los mercados internacionales sea
a través de marcas y su consolidación, lo cual evidencia el nivel de desarrollo del Perú
dentro del proceso del comercio internacional ya explicado.
Por su parte, en otros países, como Argentina, Brasil, Colombia, Chile y México,
las empresas han logrado consolidar sus propias marcas y nombres en los mercados
internacionales, lo que les ha permitido maximizar beneficios a través del aspecto y
condición física de la mercancía, así como por medio de los derechos de propiedad
intelectual a través de las marcas, nombres o denominaciones de origen. Así, no
son solo exportadores de mercaderías, sino, además, de servicios mediante el uso
de marcas o por diferenciación del producto, lo que les permite obtener beneficios a
través de royalties.

2.2.4. Confianza

Este es el atributo más importante para operar en los mercados internacionales. No-
sotros lo hemos enfocado desde dos puntos de vista: la confianza en uno mismo y la
confianza en los demás.
En cuanto a lo primero, la conclusión es que una significativa mayoría de los empre-
sarios, un 60%, piensa que sus productos, principalmente agrícolas, están adaptados
y satisfacen las exigencias de los consumidores, y, en consecuencia, pueden entrar con
facilidad en el mercado de la Unión Europea, de los Estados Unidos de América y de
América Latina. Ello, sin embargo, no es exactamente correcto, ya que el consumidor
de los países industrializados reclama tipos de productos que exigen una adaptación no
solo de manufacturas industriales, sino de productos agrícolas y de artesanías. Ahora,

122
Capítulo III. Empresa y comercio internacional

se reclaman uvas y chirimoyas sin pepa o papayas y pepinos más pequeños de los que,
generosamente, se producen en Colombia, Ecuador o Perú. Las artesanías ingresan
a los mercados cuando tienen un carácter utilitario y no cuando pretenden ser solo
expresiones artísticas populares. De esa manera, los productos agrícolas y nuestra rica
y singular artesanía latinoamericana deben experimentar un proceso de adaptación o
modificación.
Con respecto a la confianza en los demás, debemos mencionar por referencias y
fuentes de información indirecta que el peruano es desconfiado. Tal vez ello tenga su
origen en los inicios de la conquista hispana, cuando Francisco Pizarro negoció con
Atahualpa su liberación a cambio del pago de un rescate de cuartos de oro y plata sin
que, al final, el conquistador cumpliese con el acuerdo.
En lo que se refiere a la confianza que les merecen a los peruanos el resto de los
empresarios latinoamericanos, es significativa la encuesta sobre el tema realizada
entre ejecutivos de la Comunidad Andina de Naciones, la cual concluye que tienen
poca confianza en ellos (21%). En el mejor de los casos, solo el 19% afirma que tiene
«mucha confianza» en sus pares de la Comunidad Andina de Naciones, en tanto que
ecuatorianos y venezolanos responde de manea disímil ante la misma indagación: 50%
y 40%, respectivamente, declaran tener «mucha confianza». En el mercado andino, los
menos confiados con respecto a sus similares de la misma área son bolivianos (22%)
y peruanos (21%), lo cual hace difícil llegar a acuerdos rápidos mediante alianzas
estratégicas como contratos de joint ventures, franchising u operaciones conjuntas en
asociaciones empresarias (véase el cuadro 6).

2.2.5. Planeamiento estratégico

La conveniencia y la necesidad del planeamiento estratégico para enfrentar el reto de


los mercados internacionales, sea por parte de los empresarios como de los estados, es,
hoy, un consenso en todas las realidades. Durante la Conferencia Anual de Ejecutivos
del año 1996 (CADE 96), organizada por el Instituto Peruano de Administración de
Empresas (IPAE), se efectuó una encuesta entre los asistentes que arrojó resultados
sorprendentes para la época en que se tomó la muestra, marcada por la política neoli-
beral del decenio de 1990. La gran mayoría de encuestados concluía que era necesario
realizar sistemáticamente planeamiento estratégico. De una muestra de 291 entrevistas,
el 95% opinó que el país debía realizar planeamiento estratégico y que debía de eje-
cutarse en un horizonte de diez años (el 31% de los encuestados) o de veinte años (el
27% de la muestra), en tanto que solo un 4% afirmó que este debía tener como plazo

123
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

máximo un año (probablemente se trataba de ese 5% del universo que estimaba que
la planeación no era necesaria).
Con respecto al planeamiento estratégico por parte de las empresas, la respuesta,
dentro de un total de 286 entrevistas, arrojaba las siguientes conclusiones: el 83% se-
ñalaba afirmativamente que realizaba planeamiento estratégico, en tanto que el 17%
no lo efectuaba. Ello quería decir que un gran porcentaje manejaba las técnicas y el
método para operaciones a futuro. Sin embargo, su visión temporal del planeamiento
era de corto plazo, ya que el 40% consideraba que ello debía tomar como término
un año y solo el 3% sostenía que el plazo debía ser de diez años, que es el lapso más
razonable para operaciones de marcada presencia en el mercado. Evidentemente, el
horizonte de tiempo para las empresas es menor que para el Estado, pues si se convie-
ne que el Estado debe realizar operaciones de planeamiento que tomen entre diez y
veinte años, las empresas las deben hacer para un período más corto, de cinco a diez
años. Bajo esta premisa, los empresarios peruanos estiman que su planeamiento debe
ser, fundamentalmente, de un año (40%) y, en todo caso, de dos a tres años (32%) o,
como máximo, de cinco años (24%).

3. Las empresas transnacionales


El concepto y ámbito de empresa transnacional se empieza a elaborar a partir del trabajo
de Howard Perlmutter titulado «The Tortuous Evolution of the Multinational Corporation»,
publicado en 1969, en el que establece una tipología de mentalidades multinacionales
u orientaciones cognitivas distintas con respecto a los negocios internacionales, las que
clasifica en etnocéntricas, policéntricas y geocéntricas.14 Las primeras se refieren a una
forma de dominio del país de origen o empresa matriz; las segundas se refieren a las
compañías que tratan a cada filial según el país de operación; y las terceras o geocén-
tricas identifican a las empresas que desarrollan un estilo cosmopolita e integrador y
que vendrían a ser lo que llamamos empresas transnacionales.
El tema se ha conceptualizado, igualmente, según el ámbito geográfico en que actúa
la empresa. Así, William Dymsza dice con respecto a la empresa transnacional:

[…] opera en el mundo entero, por encima de las fronteras nacionales, y pertenece a
accionistas de muchos países. La gerencia de la compañía transnacional es totalmente
internacional, eligiéndose sus ejecutivos de cualquier país del mundo, sobre la base de

Perlmutter 1969, 9-18.


14

124
Capítulo III. Empresa y comercio internacional

su habilidad y experiencia. Están capacitados y son expertos en contemplar el mundo


como una unidad económica, y se los puede trasladar de una unidad de la compañía
a cualquier otra. La compañía transnacional es diversificada en cuanto a producción
y esferas de intereses. Puede surgir de la fusión de varias compañías internacionales
en una sola.15

Los teóricos de la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos de América,


posteriormente y hacia el año 1986, consideraban que una empresa era transnacional
cuando tenía subsidiarias en seis países o más. Así lo explicaba el Harvard Business
School’s Multinational Enterprise Project cuando abordó lo que eran emprendimientos
corporativos de gran porte.
A partir del decenio de 1990, con los trabajos sobre globalización o mundialización,
se empezó a labrar un concepto más amplio de empresas transnacionales que incidía,
principalmente, en sus formas de gestión. Así lo ilustran el trabajo de Robert Boyer titu-
lado «Les mots et les réalités», publicado en el libro Mondialisation au-déla des mythes,
y los varios trabajos de Kenichi Ohmae, quien le dio a la empresa transnacional una
dimensión mundial en razón de su dinámica y poderío, que llegaba, en algunos casos,
a superponerse sobre el poder de los estados nacionales al momento de definir cuáles
eran las reglas de juego en los mercados.
Sin embargo, todos estos comentarios y expresiones son una elaboración teórica
que sirve para entender una forma de organización empresaria internacional más que
una realidad tangible y precisa, ya que, con frecuencia, algunas empresas tienen su
propiedad dispersa y otras la tienen concentrada en determinadas personas o, inclu-
so, en estados, cuando no en paraísos fiscales. Podemos, en consecuencia, concluir
que las empresas transnacionales consideran al mundo como un solo mercado y sus
operaciones, por su volumen, afectan a toda la teoría de la empresa que se tenía hasta
ahora, debido a que ellas, por sí mismas, son una fuerza concentradora de capital;
pueden ser consideradas como un sistema corporativo a escala mundial que controla,
de manera efectiva, una serie de establecimientos e inversiones en varios países, así
como tecnologías y recursos financieros; y pueden llegar a impactar la cultura de los
países en donde actúan.
Se calcula que, en el mundo, existen cerca de 40 mil empresas transnacionales, de las
cuales casi el 90% tiene sus establecimientos principales en los países industrializados.
Son 300 las que dominan el escenario económico mundial, suficientes para controlar

Dymsza 1974, 22.


15

125
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

la cuarta parte del producto bruto mundial.16 Solo 200 de este total de transnacionales,
de manera conjunta, tienen un volumen de ventas que superan a las economías totales
de 182 países, es decir, un número mayor que el correspondiente a los países miem-
bros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Sin embargo, si sumáramos el
producto bruto interno (PBI) de todos los países del mundo con el total de ventas de
tales corporaciones, llegaríamos a la conclusión que, del total de las 100 economías
más grandes del planeta, 52 de ellas corresponden a la performance económica de las
transnacionales, en tanto que tan solo 200 de ellas concentran ingresos superiores a
las 4/5 partes de toda la humanidad.
Este sorprendente crecimiento de las empresas transnacionales se ha dado, ade-
más, en un período de apenas diez años. Ya en el decenio de 1990, cerca de dos
tercios del comercio mundial correspondían a transacciones entre dichas empresas,
localizadas en diferentes países que manejan no solo productos manufacturados,
sino también materias primas e influyen en los precios internacionales. Tales empre-
sas pertenecen a los países industrializados, particularmente a Estados Unidos de
América, Japón y Europa, y actúan en América Latina a través de inversión directa,
ya que su ciclo, dentro del proceso del comercio internacional, es precisamente el
de la inversión extranjera directa (IED), que pasa, luego, como es de suponerse,
al de la penetración cultural y, luego, al de la interferencia política a través de la
interacción entre la empresa matriz y sus filiales. Las áreas productivas en las que
actúan son minería, energía, agricultura, medicinas y agroindustria, aunque ya se
han iniciado recientes operaciones en los océanos, control de los servicios de agua,
y también en el espacio estelar y satelital con el control del comercio electrónico y
de las firmas digitales.
También forman parte de este exclusivo club algunas empresas latinoamericanas.
Fruto del gran esfuerzo exportador iniciado precisamente a partir del decenio de 1970,
que las dotó de ciertas capacidades gerenciales y experiencia internacional, empresas
de los países con mayor éxito en sus exportaciones, como Argentina, Brasil, México y
Chile, adquirieron fisonomía transnacional, lo que ha suscitado el interés académico
reciente, destinado a explicar cómo y por qué las empresas latinoamericanas empezaron
a internacionalizarse. Así, Daniel Chudnovsky, Bernardo Kosacoff y Andrés López, en
su libro Las multinacionales latinoamericanas: sus estrategias en un mundo globalizado,

16
CorpWatch. A brief history of TNC’s <http://www.corpwatch.org/search.php>

126
Capítulo III. Empresa y comercio internacional

plantean la hipótesis de internacionalización de las empresas latinoamericanas a partir


de la experiencia previa de dichas unidades productivas en el campo internacional.
Dicen al respecto:

Nuestra hipótesis es que al enfrentar las nuevas reglas del juego (tanto locales como
internacionales) las empresas habrían debido realizar un rápido proceso de reestructuración
y modernización del cual habría surgido una serie de ventajas adicionales, tanto firma como
país-específicos, que, sobre la base de los activos acumulados a lo largo de su sendero
evolutivo previo, indujeron y sustentaron el presente proceso de internacionalización. A
su vez, al sumergir a dichas firmas en un escenario competitivo mucho más complejo, las
reformas estructurales habrían motivado la adopción de nuevas estrategias, en las cuales
el rol de la internacionalización pasa a ser clave.17

La hipótesis es verosímil, ya que estimamos que el comercio internacional pasa


por un proceso (véase el capítulo I) en el que una de las etapas previas a la inversión
es la exportación de manufacturas y de servicios, que ubica a cualquier empresa lati-
noamericana en un escenario distinto y distante, y la conecta con nuevas necesidades
y tecnología decisoria para adecuar sus organizaciones a las necesidades cambiantes
de los mercados. Para ubicarse en dicha etapa, es necesario haber crecido, haberse
fortalecido y, en algunas casos (como los de Brasil, Chile y México), contar con el apoyo
decidido del Estado.
Nosotros añadimos, en tanto, otro factor: la necesidad de preparar y adecuar la
empresa al flujo impresionante de la liberalización de los mercados para contrarrestar
el natural desplazamiento que el ingreso macizo de importaciones ocasiona en sus
ventas locales. Ello significó que las empresas latinoamericanas que ya conocían los
mercados externos tuvieran que ampliar y diversificarse dinámicamente hacia otros
países con el fin de mantener el equilibrio de sus ventas afectadas por las políticas de
liberalización, que permitieron el ingreso de productos importados y las desplazaron
de sus propios mercados nacionales. De esa manera, las empresas latinoamericanas,
las más preparadas —como ocurre en todo proceso de selección natural y el mercado
lo es—, ajustaron sus estrategias a las nuevas condiciones del contexto internacional a
través de operaciones conjuntas o constituyendo filiales tipo 100% de capital propio.
Así, se radicaron en otros países y, siguiendo una tendencia natural que nosotros
llamamos la psicología de la distancia, se instalaron en los países vecinos. Chile se
orientó hacia sus países limítrofes; Brasil, aprovechando las ventajas del Mercosur, lo

17
Chudnovsky, Kosacoff y López (editores). 1999, 9.

127
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

hizo en Argentina; y este último país, presionado por el radical proceso de privatización
durante el decenio de 1990 y aprovechando una experiencia previa ganada a fines del
decenio de 1970, diversificó sus operaciones internacionales.
También es conveniente señalar que el crecimiento de las empresas transnacionales
provenientes de fuera de la región se ha debido al deseo de dominio de los mercados,
pero, además, a tres factores adicionales: la política de privatización de las empresas
del Estado aplicada radicalmente en América Latina; la corrosión que afectó a las
empresas nacionales originada por la apertura traumática de sus mercados y que
las debilitó en términos económicos y de competitividad y obligó a sus accionistas a
venderlas; y, finalmente, los esquemas de captación de inversiones extranjeras, que
otorgaban una serie de ventajas y protecciones distintas que las que se proporcio-
naban a las inversiones nacionales. Por ejemplo, a veces, solo se exige un reducido
monto de capital, como en el Perú, cuya política de inversiones desde la década de
1990 exige únicamente US$ 500 mil para ser beneficiario de convenios de estabi-
lidad tributaria y liberación impositiva durante diez años. O, incluso, pueden llegarse
a entregar mercados, como el caso de los servicios de telefonía en el Perú, donde se
requirió de un monopolio legal.
Sobre la base de dichas motivaciones, existen, en el Perú, más medidas de protección
a las grandes transnacionales que a las pequeñas y medianas empresas nacionales, ya
que aquellas están resguardadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco
Mundial, los convenios de estabilidad tributaria que se suscriben con cada país, los
convenios Multilateral Investment Guaranty Agency (MIGA) y el convenio Overseas
Property Investment Corporation (OPIC), así como por la estrecha relación con el
sistema financiero, que sustrae de la jurisdicción nacional cualquier controversia y la
lleva al campo arbitral internacional.
El descomunal tamaño de estas empresas influye en la cultura de los pueblos al
establecer criterios de comercialización que afectan las costumbres, su religión y su
propia historia y prácticas gerenciales. Desde el enfoque administrativo y económico,
las empresas transnacionales persiguen la eficiencia no como un fin en sí mismo, sino
como medio para alcanzar la competitividad global. Reconocen la importancia de la
sensibilidad local pero como instrumento para alcanzar la flexibilidad en las operaciones
internacionales. Las innovaciones son contempladas como resultado de un proceso más
largo de conocimientos organizativos que involucra a cada miembro de la compañía.
Esta redefinición del escenario de gestión comercial permite a los directivos de la

128
Capítulo III. Empresa y comercio internacional

compañía transnacional desarrollar una perspectiva más amplia e induce a un criterio


muy diferente a la hora de tomar decisiones.18
La capacidad económica las dota de una tecnología decisoria más completa y efi-
ciente, ya que sus directivas y metas las desarrolla en un área más amplia que la de uno
o dos mercados: el mundo como un todo estandarizado. Empero, la fragmentación de
sus actividades, sobre todo en la industria de autopartes, puede tener efectos inevitables
sobre la eficiencia, pues la articulación de diferentes centros de producción y, luego, su
posterior unificación o centralización para elaborar el producto final ocasiona no solo
mayores costos, sino que las decisiones pueden demorar y no ser acatadas plenamente.
Esta debilidad puede posibilitar un margen mayor de maniobra y de adaptación a las
pequeñas y medianas empresas dentro de las cuales las decisiones se pueden tomar
más rápidamente y cumplir plenamente también.
Sin embargo, para contrarrestar esta limitación administrativa, las transnacionales han
diseñado lo que se llama una red integrada en la cual las cada vez más especializadas
unidades dispersas en cada uno de los países se vinculan a una red de operaciones que
les posibilita alcanzar objetivos estratégicos multidimensionales de eficiencia, sensibilidad
e innovación que superan las limitaciones de la dispersión. Mediante esta integración,
una empresa interactúa con sus filiales a través de redes integradas. El conjunto formado
por empresa matriz y filiales es un todo complejo en el que cada parte es valorada en
función de su contribución a la cadena productiva total. Así, varias actividades funcio-
nales pueden dejar de ser realizadas en la casa matriz dependiendo de las características
de los países en la que se localizan sus filiales. Entre estas actividades, pueden señalarse
la producción, la investigación y desarrollo, las finanzas, los recursos humanos y, funda-
mentalmente, las políticas culturales de publicidad y comercialización.19 Ello conlleva,
naturalmente, a diseñar mecanismos de penetración cultural e interferencia política,
ya que las señaladas actividades requieren, con frecuencia, de un acondicionamiento
político y de gestión pública.
Dentro de este modelo empresario, resta conocer si, a su vez, existen empresas
transnacionales latinoamericanas que hayan empezado a actuar para realizar inversio-
nes en otros países o penetrar con productos no tradicionales. La primera observación
de los últimos diez años nos lleva a dar una respuesta afirmativa, aunque siempre en
pocos casos, ya que solo es posible incluir en este grupo a Argentina, Chile, Brasil y

18
Bartlett y Ghoshal 1991, 65-66.
19
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) 2001, 63.

129
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

México, aunque, recientemente, Colombia ha ingresado a este selecto y reducido grupo


de las transnacionales latinoamericanas. Sin embargo, ninguna de las transnacionales
latinoamericanas llega al volumen de inversiones de las empresas transnacionales del
mundo industrializado, como ya se ha explicado.
Han sido las empresas chilenas las que recientemente y con éxito han empezado
a actuar dentro del modelo transnacional aprovechando los procesos de privatización
realizados en América Latina a fines del siglo pasado, particularmente en Argentina
y Perú, sus países vecinos. Así, en 1996, adquirieron 73 empresas estatales por un
valor de US$ 14.600 millones, 58% más que en 1995, y han pagado US$ 2.344
millones, es decir, un 16% del total recaudado. Entre las principales operaciones
en las que participaron tales empresas hasta fines del decenio pasado, podemos
enumerar:

• El consorcio liderado por Enersis y Chilectra, propietario del 70% de la Compa-


ñía Eléctrica de Río de Janeiro (CERJ), en Brasil, por US$ 587 millones. Otro
grupo internacional, liderado por el mismo holding a través de Endesa, adquirió
el 100% de la hidroeléctrica Betania (Colombia) por US$ 302 millones.
• Chilgener adquirió la Central Chivor (Colombia) pagando US$ 643 millones
y, conjuntamente, con Emec, obtuvo el 90% de la Empresa de Distribución de
Electricidad de San Juan (Edessa), en Argentina. Ambas empresas desembolsaron
para ello más de US$ 62 millones.
• Con un aporte de US$ 48 millones, Saesa (filial de la Compañía de Petróleos de
Chile - Copec) participó en el consorcio que se adjudicó el control de la Empresa
Eléctrica de Río Negro (ERSA), de Argentina. En tanto, Celulosa Arauco (tam-
bién filial de Copec) adquirió el 95% de la productora de celulosa Alto Paraná
(Argentina) con un pago de US$ 267 millones.
• El consorcio integrado por la Compañía de Telecomunicaciones de Chile (CTC),
que aportó US$ 45,8 millones, ganó el 35% de la Compañía Riograndese de
Telecomunicaciones (CRT), de Brasil.
• El consorcio Infisa (actual Corp Group) pagó US$ 123,5 millones por el Banco
Consolidado de Venezuela.

Sus principales mercados de operaciones son Argentina, Bolivia y Perú, adonde


se han extendido siguiendo la psicología de la distancia o de la cercanía geográfica y
la apertura neoliberal de los gobiernos de Carlos Saúl Menem, Gonzalo Sánchez de
Lozada y Alberto Fujimori. Por ello, existe interés en los países inversores por suscribir

130
Capítulo III. Empresa y comercio internacional

convenios bilaterales de protección de inversiones y de protección laboral para sus


trabajadores.
Esta penetración internacional ya ha comenzado a dar sus frutos. Las 139 filiales
chilenas que operan en la región mostraron utilidades por US$ 577 millones en 1996.
Edesur, Edegel, Distrilec Inversora, Generandes Perú y Central Costanera lideraron los
resultados, cuya matriz es el holding energético Enersis. De hecho, las utilidades de esas
cinco empresas sumaron US$ 346 millones, es decir, el 60% del total. A fines de 2000,
el 31% de las utilidades de Enersis fueron generadas en el exterior, muy lejos del 14%
que representaron en 1995. En el mismo sector, Chilgener también exhibe expansiones
de sus filiales en el exterior. Así, las utilidades de Gener Argentina aumentaron 37% y
las de Energy de las Islas Caimán subieron casi diez veces. En el sector construcción,
destaca Polpaico, pues Cementos Boyacá registró ganancias por US$ 3.989 millones,
con lo que superó los US$ 1.067 millones del año 1995. Asimismo, Masisa Argentina
superó sus pérdidas por US$ 204 millones y llegó a obtener una ganancia de US$
3.522 millones en 1996.
Brasil es otro de los países que ofrecen al mundo sus empresas transnacionales,
principalmente en la industria manufacturera y de construcción pesada. Su política
industrial, esbozada desde el gobierno de Getulio Vargas y enlazada dentro de la
estrategia geopolítica diseñada por Golbery do Couto e Silva, ha posibilitado que su
aparato industrial haya resistido los embates de la liberalización de los mercados y,
en muy significativos casos, destacados ejemplos de florecimiento de transnacionales
como la constructora Andrade Gutierrez, Mendes Junior, Camargo Correa, Odebrechet,
Gerdeu, Caloi y Petrobrás, que es una empresa estatal.
Por su parte, México, a través de operaciones conjuntas de su sector empresario,
está actuando en los mercados con empresas transnacionales desde comienzos del
decenio de 1990. De acuerdo con el paradigma de John Dunning, dicha internaciona-
lización se ha hecho sobre la base de una cierta configuración específica de ventajas de
localización e internacionalización determinadas por las condiciones y acciones de las
empresas, pero también por la influencia de algunas variables como las especificidades
en cuanto a los rasgos de sus ventajas competitivas generadas a lo largo de sus años
precedentes como consecuencia del apoyo que recibieron del Estado a través de una
serie de políticas gubernamentales administradas a través de su Instituto de Comercio
Exterior, así como por la competencia internacional y las relaciones con otras inver-
siones extranjeras directas, principalmente de los Estados Unidos de América. Así, su
decisión de internacionalizarse ha partido como una respuesta a las nuevas condiciones

131
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

creadas por la liberalización económica dentro de la misma política latinoamericana


que signó todo el decenio de 1990, es decir, una economía traumáticamente abierta
que empujó a las empresas con cierta experiencia internacional a diseñar esquemas
de comercialización para contrarrestar la importación de productos similares que los
desplazaba del mercado local.
Dentro de las principales empresas transnacionales mexicanas que actúan de
esta manera, debemos mencionar a Cementos Mexicanos (CEMEX), dedicada a la
elaboración y venta de cemento y sus derivados, que, actualmente, es el segundo
productor mundial; la empresa La Moderna-Seminis, que está concentrada en
agrobiotecnología y es parte del Grupo Pulsar Internacional, constituido en 1982
por Alfonso Romo a partir de panaderías en la ciudad de Monterrey y que comer-
cializa, también, cigarrillos; Bimbo; Gruma; y Femsa-Cerveza. En la industria de
construcción pesada, tenemos a la empresa GEO y Posadas, dedicada, igualmente,
a la hotelería. En el rubro de transportes, se encuentra la empresa Dina y Vitro en
el caso de bienes intermedios. En telecomunicaciones, debemos resaltar a Vitro20 y,
por supuesto, al gigante Telmex, que, en corto plazo, ha extendido sus operaciones
a Centroamérica y Sudamérica.
Mención particular merecen las transnacionales argentinas, aunque estas, como
en muchos otros casos, no son íntegramente de capital nacional, sino que tienen
un porcentaje significativo de aportes del exterior. Empero, tienen una estructura
matriz establecida en Argentina y, en consecuencia, sus decisiones y referencias cul-
turales nacen de tal condición. Las principales transnacionales son Perez Companc,
Yacimientos Petrolíferos Fiscales y Techint, que representaban más del 80% del
total de las IED a fines del decenio de 1990. Sus operaciones están orientadas a la
exploración y explotación petrolera y siderúrgica, así como a la industria alimentaria,
farmacéutica y de construcción pesada. Estas empresas actúan en América del Sur
(73% del total de sus actividades) y, particularmente, en Brasil, gracias a los acuerdos
comerciales dentro del Mercosur. A partir de ello, podemos concluir que los procesos
de integración subregional han traído beneficios singularmente para aquellos países
que ya tenían una infraestructura industrial y cierta experiencia internacional. Así lo
demuestra el hecho que las transnacionales argentinas estén actuando en Bolivia,
Ecuador, Guatemala, Perú y Venezuela, que tuvieron, durante todo el decenio del

20
Garrido 1999, 229.

132
Capítulo III. Empresa y comercio internacional

crecimiento transnacional argentino, un pobre desempeño debido, sustancialmente, a


la política de liberalización de mercados aplicada en países con una industria infante,
escasa experiencia internacional y una raquítica infraestructura administrativa de
desarrollo de su comercio exterior.

4. La nacionalidad de las empresas


El primer esfuerzo para proteger las sociedades comerciales y las inversiones extran-
jeras fue la llamada «cláusula diplomática» en los contratos internacionales, destinada
a reconocer la propiedad extranjera sobre los equipos, bienes y los trabajadores que
se desplazaban de un país a otro. Ello significaba que había una inversión con una
nacionalidad específica.
Luego, el Código de Bustamante, de 1928, refería que las sociedades comerciales ten-
drán la nacionalidad del Estado que las autorice o admita (artículos 16, 17, 18 y 19).
Posteriormente, el Tratado de Roma, de 1957, reconocía la personalidad de la persona
jurídica que hubiera adquirido la nacionalidad de uno de los estados miembros de la
comunidad de entonces (artículo 58). Más nítidamente, la Convención de la Haya
sobre Reconocimiento de la Personalidad Jurídica de las Sociedades dispuso que la
personalidad jurídica de una sociedad será reconocida de pleno derecho por los otros
estados miembros de dicho acuerdo (artículo 1). Existe, además, una Convención sobre
Personalidad y Capacidad de las Personas Jurídicas, adoptada por la III Conferencia
Especializada Interamericana de Derecho Internacional Privado, celebrada en la ciudad
de La Paz en 1984.
A partir de la década de 1990, se han ido complementando estas reglas con el conve-
nio MIGA, el convenio OPIC, el Comité de Medidas en Materia de Inversiones de la
Organización Mundial del Comercio (OMC) y los Acuerdos Bilaterales de Protección
de Inversiones (API). Todos ellos están destinados, exclusivamente, a proteger las in-
versiones extranjeras que tengan nacionalidad, pues ese es el requisito básico; si no,
tendrían la misma condición nacional que las empresas del país receptor. Los países
latinoamericanos, en su gran mayoría, han suscrito acuerdos API, cuyo texto se ajusta
al código de conducta de empresas transnacionales propuesto por el entonces Centro
de Empresas Transnacionales de las Naciones Unidas, que incorpora la cobertura de
riesgos frente a posibles nacionalizaciones y, como es obvio, ello solo es posible si hay
una nacionalidad específica.

133
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

En el ámbito de la solución de controversias se ha abandonado la «doctrina Calvo»,


tesis latinoamericana que se mantuvo vigente durante decenios y según la cual un
extranjero debía someterse a las leyes y los tribunales de justicia nacionales. Ahora, se
ha articulado el arbitraje como en el convenio del Centro Internacional de Arreglos de
Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), que permite a las empresas extranjeras,
frente a cualquier controversia, demandar al país receptor ante dicho organismo.
A ello se unen otras normas como las de la Comunidad Andina de Naciones: decisión 291,
que distingue entre versiones nacionales, subregionales y extranjeras; y decisión 292, que
iguala como nacionales a empresas extranjeras. En el ámbito del Mercosur, el Protocolo
de Colonia reconoce la inversión con nacionalidad distinta a la de sus países miembros y
protege la de sus socios. Igualmente, el Acuerdo de Complementación Económica entre
Colombia, México y Venezuela establece normas análogas a los acuerdos API.
Es más, el Convenio Antidumping de la OMC, conocido como «Acuerdo relativo a la
aplicación del artículo VI del Acuerdo general sobre aranceles aduaneros y comercio
de 1994», reconoce, en todos sus artículos, la existencia de empresas con determinada
nacionalidad. Incluso, los procesos de investigación sobre esta práctica desleal exigen
que se considere «parte interesada» a la empresa extranjera y al país al cual pertenece
(artículo 6.11); igualmente, señala que, en los avisos públicos de iniciación, se haga
constar el nombre de la empresa y el país al que pertenece (artículo12.1.1); y también
faculta a los países a los cuales pertenece una empresa acusada de dumping a que
celebre consultas con el país afectado o perjudicado (artículo 17).
De esta manera, las empresas y las inversiones tienen nacionalidad y, por eso, los estados
intervienen para defenderlas. Por esta razón y con el fin de evitar futuros y eventuales
conflictos, se deben adoptar medidas que restrinjan la participación de inversiones de
países fronterizos en las concesiones de puertos, aeropuertos y carreteras, ya que las
decisiones de exportación y de transporte serían adoptadas fuera del país receptor
o anfitrión y, lógicamente, según los intereses del inversionista, que no siempre son
coincidentes con los nacionales.
Nadie pone en duda, hoy en día, que las empresas y las inversiones tienen nacionalidad
y, precisamente por ello, existe todo el andamiaje legal de protección. Aunque está clara
la noción de nacionalidad que tienen las empresas constituidas en personas jurídicas,
en algún momento se puso en duda la precisión de este reconocimiento sobre la base
de las cuestiones que planteó Jean-Paulin Niboyet hacia 1927 cuando afirmó que la
nacionalidad, representada por una relación política entre el individuo y el Estado, no
es aplicable a una persona jurídica, ya que se originaba por un contrato y ello no puede

134
Capítulo III. Empresa y comercio internacional

engendrar un ser dotado de nacionalidad. Sin embargo, ese ejercicio académico fue
desvanecido por la propia doctrina francesa que demostró claramente que el vínculo
que liga a una persona jurídica con un Estado no es el mismo que existe entre este y la
persona natural, porque la persona humana es, obviamente, diferente, posee un alma.
Realmente, la atribución de nacionalidad a una persona jurídica encierra un análisis
de carácter técnico distinto al de la persona física, pues cada Estado determina quiénes
pueden ser sus nacionales, lo que no ocurre con las personas jurídicas o empresas,
que pueden poseer determinada nacionalidad siguiendo varios criterios como el de la
incorporación (nacionalidad establecida por el país en que se constituye), el de la sede
social (la actividad determina la nacionalidad) o el del control (nacionalidad determi-
nada en función de los intereses que la animan). No hay duda, entonces, que todas
las empresas constituidas como personas jurídicas tienen una nacionalidad específica.
Dudar siquiera de tal naturaleza sería poner en peligro toda la inversión extranjera.

135
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

II
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

Capítulo IV
EL PROCESO DE INTERNACIONALIZACIÓN
DE LAS EMPRESAS LATINOAMERICANAS

La estrecha interrelación entre las economías latinoamericanas y la economía


internacional nos lleva a afirmar, sin temor a equivocarnos, que el desarrollo de
los países latinoamericanos dependerá de cómo estén operando en los merca-
dos externos, es decir, de su proceso de internacionalización y de la estructura
administrativa y legal de sus empresas, así como de las políticas de desarrollo en
el mediano y largo plazo. Este esfuerzo exportador por parte de América Latina,
iniciado durante el decenio de 1960, se encuentra, ahora, con un escenario en el
que confluyen el peso de las grandes transnacionales y la acción política de sus
países, que es, en síntesis, la globalización económica, que pretende encasillar, sin
posibilidades de reaccionar, todo el acontecer de la vida humana a la interacción
de las fuerzas del mercado.

1. Internacionalización y empresa
Conviene precisar el concepto y el sentido del proceso de internacionalización, ya que,
con frecuencia, se le ha querido vincular con el accionar de las empresas transnacionales
o con la actuación de determinado sector de las industrias. Según ello, «[…] cuantas
más empresas multinacionales posea una nación, más dominante será su posición en
la economía internacional. De tal creencia surge la carrera de las economías nacionales
por desarrollar sus empresas hasta las dimensiones multinacionales […]».1 De igual ma-
nera, también se dice que la internacionalización es la actuación de determinado sector
de la industria, es decir, en la medida en que el sector manufacturero, agroindustrial o

1
Palloix 1997, 3.

137
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

pesquero, por ejemplo, adquieren mayor presencia en los mercados externos, estaremos
frente a un proceso de internacionalización. En tal sentido, dice Rolande Borrelly: «La
dinámica global va unida a la estructura de las tasas de ganancia de unas industrias
en relación con otras, y no a la estructura de las tasas de ganancia de las empresas
en el seno de la industria —traducción del autor».2 Es decir, la ganancia se mide por
el desarrollo externo de determinado sector industrial y no por el crecimiento de una
empresa en particular o de algunas específicas.
La internacionalización se da en dos planos: el esfuerzo singular de las empresas
por conquistar los mercados externos y el empuje de un determinado sector de la
industria que adquiere presencia significativa en dichos mercados. En el primero, es
un trabajo aislado que no siempre se puede sostener en un horizonte dado de tiempo;
en el segundo, hay una labor conjunta entre el Estado y las empresas que diseñan
un planeamiento estratégico para penetrar en los mercados externos, establecerse y
dominar el comercio internacional de un producto o de un sector industrial, lo que
involucra aspectos tecnológicos, financieros, manejo de la infraestructura del comercio
internacional (puertos, aeropuertos, medios de transmisión de datos) y mecanismos
de protección de inversiones.
En América Latina, a partir de 1992, se pretende establecer este primer nivel adu-
ciendo que el Estado debe ser pequeño y que, más bien, es el mercado el que libremente
debe determinar la asignación de recursos y, en consecuencia, la presencia exitosa o
no de sus unidades productivas en un intercambio mundial sujeto a restricciones de
carácter tecnológico o manejo de las grandes corrientes financieras. Por su parte, el
segundo nivel es sofisticadamente estructurado en los países industrializados como
Japón, el sudeste asiático, la Unión Europea y los Estados Unidos de América, que,
con su régimen de cuotas y barreras técnicas, protege las espaldas de sus industrias,
les permite un mercado interno resguardado y recomienda un mercado libre para las
economías importadoras.
Sin embargo, existen criterios para determinar el proceso de internacionalización.
Así, para Raymond Vernon, la internacionalización de una empresa se mide por el vo-
lumen de ventas al exterior, de tal manera que una empresa habrá entrado en el más
franco proceso de internacionalización cuando una parte significativa de su producción
se exporte. En cambio, para autores como John Daniels y Jeffrey Bracker una empresa

2
Borrely 1972, 27.

138
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

se ha internacionalizado cuando sus activos en el exterior superan a sus activos totales


en la sede.
Para algunos autores europeos como José Antonio Alonso y Vicente Donoso, la
empresa internacional se mide «[…] a través de la participación del capital extranjero
en el capital social, la pertenencia de la empresa a algún holding internacional y la
existencia de casa matriz en el exterior».3 Los autores españoles tipifican la empresa
internacional y su proceso en relación con la tenencia del capital social o la dependencia
de una matriz ubicada fuera del mercado a definirse. Esto es, ciertamente, válido en
cuanto a tratar de precisar cuándo una empresa es internacional, pero no facilita una
plena comprensión cuando lo que se busca —como en la circunstancia actual— es
determinar la acción de expansión hacia otros mercados como una decisión de gestión
que parte de una estructura nacional o doméstica de una empresa que decide arriesgar
en operaciones internacionales.
Para autores latinoamericanos como Daniel Chudnovsky, Bernardo Kosacoff y
Andrés López, el proceso de internacionalización es una etapa de la evolución general
de la empresa; por tanto, sus tiempos, características y resultados estarán fuertemente
anclados en la historia previa, en sus estructuras organizativas y en las estrategias de la
propia empresa. Así, dependiendo del país en el cual se haya constituido, habrá ciertas
diferencias que podrán actuar como estímulos o como limitantes en el propósito de
internacionalizarse, lo que definirá tanto su estructura orgánica como las modalidades
y estrategias en los mercados externos, lo cual, a su vez, contribuirá a explicar por qué
y cómo deciden las firmas encarar un emprendimiento internacional. En América La-
tina, ello se ha hecho mayormente a través de grupos empresariales o conglomerados
económicos.4
Todos, con muy sutiles diferencias, coinciden en afirmar que el proceso de interna-
cionalización está dado por el esfuerzo de las empresas que, de manera singular, con
la asistencia del Estado a través de programas sectoriales o de ramas industriales del
sector educativo y su formación tecnológica, empiezan a actuar de manera sostenida
en los mercados externos. De esta manera, la internacionalización está dada no por la
exportación esporádica u ocasional de una empresa, sino por la manera como esta se
mantiene durante un horizonte prolongado de tiempo en los mercados internaciona-
les, para lo cual habrá desarrollado determinadas estrategias de comercialización que

3
Alonso y Donoso 1989, 174-175.
4
Chudnovsky, Kosacoff y López 1999, 40.

139
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

involucran ofertas, recursos, tecnología y management. Todo ello se da dentro de una


estrategia en la que interviene el Estado, el aparato productivo y el sector académico
y tecnológico de manera coincidente.

2. Estrategias de internacionalización
La decisión de salir a los mercados externos, sea a través del esfuerzo individual o de
la acción conjunta con el Estado, obedece a varias motivaciones que se convierten en
estrategias o modos de penetrar en otros mercados. Conviene hacer un distingo entre
las teorías del comercio internacional que buscan explicar la realidad de la economía
internacional como una forma de entender la cuestión de la interrelación entre com-
pradores y vendedores en el mercado mundial o responder a la pregunta de por qué
comercializan los países, y lo que es realmente la estrategia de internacionalización
entendida como el curso de acción conscientemente determinado de penetrar en los
mercados externos. De esta manera, las diferentes teorías del comercio internacional
parten de una realidad concreta y evidente y le dan una explicación, en tanto que las
estrategias de internacionalización son ex-ante, es decir, se elaboran antes de las acciones
comerciales y la determinación de los mercados en los cuales se desarrollarán con un
propósito u objetivo determinado.
Las teorías del comercio internacional se empezaron a desarrollar a partir del tra-
bajo de Adam Smith, quien estructuró la teoría de las ventajas absolutas en su obra
An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations, publicada en 1776, y
de la teoría de las ventajas comparativas de David Ricardo, planteada en su libro The
Principles of Political Economy and Taxation, cuya tercera edición, aparecida en 1821,
marcó el inicio del estudio de la relación comercial con los factores de producción hasta
entrado el siglo xx, en que surgen las indagaciones de Bertil Ohlin.
El pensador sueco Ohlin señaló, hacia 1933, que las mercancías diferentes requieren
proporciones distintas de los factores de la producción y que los países están dotados
de diversos factores y en disímiles proporciones, lo que posibilita el intercambio. Más
tarde, planteó, junto a su connacional Eli F. Heckscher, una explicación totalizante del
comercio internacional que recreó la teoría de la ventaja comparativa y la relacionó no
tanto con las mercancías sino con las actividades económicas. A ellas se han sumado
otras teorías como las de Alfred Marshall, Francis Ysidoro Edgeworth, Raymond Vernon
y, más recientemente, la de Michael Porter.

140
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

Por el lado de las estrategias de internacionalización, es decir, de las motivaciones


y objetivos diseñados para que las empresas y los países penetren y conquisten los
mercados internacionales, se han planteado distintas metodologías. El marco analítico
desarrollado por John Dunning para estudiar las distintas motivaciones de interna-
cionalización sugiere cuatro grandes categorías.5 La primera de ellas pone la atención
en el objetivo de la búsqueda de recursos naturales y mano de obra no calificada (re-
source seeking) con el fin de superar los costos del transporte del producto terminado
o aprovechar el grado de protección a la industria local. La segunda es la localización
de la inversión extranjera directa (IED) motivada por el interés de explotar el mercado
doméstico del país/región de destino (market seeking) con el fin de evitar los costos de
transporte del producto terminado o aprovechar el grado de protección a la industria
local. Al incluir la motivación de generar economías en el proceso de producción que
sean de escala, de complementación o de especialización, se les considera que tienden
a la búsqueda de la eficiencia (efficiency seeking), que vendría a ser la tercera categoría.
Por último, está la motivación para desarrollar activos de tipo estratégico, que pueden
ser tecnológicos, financieros, de recursos humanos calificados, estructuras organizacio-
nales o networks comerciales (strategic asset seeking). Tales motivaciones o estímulos
son los que harán a las unidades productivas adoptar la decisión de internacionalizarse.
Desde la experiencia latinoamericana, el marco analítico de Dunning ha sido supe-
rado por la forma como han salido las empresas latinoamericanas hacia otros países,
sobre todo después de la política de apertura de los mercados, que originó una nueva
motivación o motor para internacionalizarse. En efecto, cuando las grandes y medianas
empresas latinoamericanas observaron que la disminución de los aranceles de impor-
tación, el levantamiento de prohibiciones, la desaparición de las listas de importación
restringidas y, en general, la política de liberalización desplazó de sus propios merca-
dos a las mercancías y servicios que se habían estado produciendo y comercializando
en el medio ambiente local, respondieron de dos maneras: reduciendo sus costos y
mejorando su productividad o buscando otros mercados para colocar sus productos
desplazados por la novedad de la importación y los bajos costos con que ingresaban
tales importaciones que, muchas veces —las más de ellas—, lo hacían a precios de
dumping o contaban con subvenciones estatales.

5
Dunning 1994, 27-51.

141
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Las empresas latinoamericanas decidieron, entonces, colocar los huevos en dife-


rentes cestas. Por cierto, ello fue una motivación y realización para aquellas firmas
que tenían cierta experiencia internacional, es decir, las que habían acumulado
capacidades gerenciales y canales de comercialización, las cuales pudieron salir
con mayor facilidad a los mercados externos. No todas lograron adecuarse a este
nuevo desafío en el corto plazo, pero sí se pudo observar que aquellas empresas con
cierta experiencia exportadora fueron las que se internacionalizaron francamente.
La motivación de expandirse o crecer determinó la acción de seleccionar y poner
en práctica una estrategia internacional, sea en razón del producto mismo en sí o
de la actuación como una empresa cuyos ingresos dependiesen, sustancialmente, de
las operaciones en el exterior o de la concentración con otras unidades operativas
del extranjero.
Existen muchas estrategias de internacionalización, desde la simple exportación
hasta la radicación de inversiones, que se van estructurando a través de una secuencia
de fases y períodos de menor a mayor compromiso tecnológico, gerencial e industria-
lizador. Así lo señala la llamada escuela de Uppsala, representada por los trabajos de
Jan Johanson y Jeffrey Vahlne,6 y de Hans Olson y Paul Wiedersheim, que plantea
un proceso continuo de internacionalización llamado learning by doing según el
cual la empresa acumula conocimientos y capacidades gerenciales a través de su
experiencia actuando en los mercados externos. Hay, pues, en efecto, una dinámica
evolutiva o un proceso secuencial y, en algunos casos, imperativamente concade-
nado, pues las empresas pasan de una etapa a otra no solo por un objetivo natural,
sino para consolidar el nivel de desenvolvimiento de la etapa anterior a través de
determinadas estrategias de internacionalización que nosotros clasificamos, desde la
óptica latinoamericana, en tres: especificidad del producto, concentración empresaria
y globalización (véase el gráfico 3). Todas ellas se centran en la elección del modo de
penetrar en los mercados externos.
Sin embargo, otros ensayos clasifican las estrategias de internacionalización en otros
rubros. Así, un trabajo realizado en la Universidad de Salamanca las clasifica en siete
tipos: teoría clásica, teoría del ciclo de vida del producto, modelo Uppsala, paradigma
de Porter, teoría estratégica, teoría de la internacionalización y paradigma de Dun-
ning.7 Vale observar que tal clasificación refunde en la misma categoría a las teorías

6
Johanson y Vahlne 1977, 1-44.
7
Galán Zazo, Galende del Canto y González Benito 2001, 33-48.

142
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

que explican el comercio internacional —la teoría clásica y teoría del ciclo de vida del
producto— con aquellas propias de las estrategias de internacionalización —escuela
de Uppsala, paradigma de Dunning y teoría de la internacionalización (Peter Buckley,
Mark Casson, Jean-Francois Hennart y Alan Rugman).

Gráfico 3
Estrategias de internacionalización

Coop. de
Brokers
exportación
Licencias/

Consorcios Trading
companies

ESPECIFICIDAD DEL
PRODUCTO Franchising
Exportación Licenciamiento
patentes
Directa
Know-how
Indirecta

Joint ventures

CONCENTRACIÓN Empresas conjuntas


EMPRESARIA

Conglomerados de empresas

GLOBALIZACIÓN IED

143
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Es necesario mantener y recalcar el distingo entre las teorías que explican el comer-
cio internacional y las estrategias como mecanismos a seguir para canalizar el esfuerzo
exportador de las empresas latinoamericanas con un instrumental metodológico que
las asista.
Como la aparición de empresas transnacionales latinoamericanas es reciente, la
literatura sobre el tema en particular es escasa y breve. El trabajo de investigación
académica más resaltante y conocido se ha hecho dentro de un marco mayor: el de
los países en desarrollo en general, que abarca a las naciones emergentes que han
tenido mayor presencia en los mercados internacionales. En esa línea, podemos
mencionar los trabajos de Louis Wells (Third World Multinationals), Sanjaya Lall
(The New Multinationals. Spread of Third World Enterprises), John Cantwell y Paz
Estrella Tolentino (Technological Accumulation and Third World Multinationals) y John
Dunning (Re-evaluating the Benefits of Foreign Direct Investment). Este último es el
que más divulgación ha tenido en el campo de estudio latinoamericano y es también
el más aceptado.
Tales trabajos se han efectuado a partir de la observación y la experiencia de los
países en desarrollo en un ámbito general y con una limitada y nula referencia o cita
de empresas latinoamericanas. A su vez, se han hecho en períodos distintos del de-
sarrollo de las inversiones extranjeras directas, sea en la etapa inicial de control de las
materias primas o en la de acumulación de capacidades tecnológicas. Sin embargo, las
estrategias de internacionalización obedecen a características administrativas, políticas y
tecnológicas muy particulares que no siempre son similares a las condiciones y estadio
del desarrollo comercial e industrial latinoamericano.
Dunning plantea cinco etapas o estrategias de internacionalización. La primera
se caracteriza por que las empresas locales, al no tener capacidad para operar en el
exterior, no salen hacia él y, más bien, son requeridas para proveer mercancías. La
segunda etapa, que se denomina la primera ola de la internacionalización, se basa en
industrias tradicionales o intensivas en mano de obra que salen muy limitadamente
hacia el exterior y, más bien, actúan a través de agentes u oficinas comerciales y se
dirigen a otros países en desarrollo y geográficamente cercanos. La tercera estrategia
es cuando interviene el Estado y posibilita, de esa manera, que sus unidades produc-
tivas se inserten en los patrones internacionales de especialización del comercio y la
producción; en ella, se percibe un propósito de dominar ciertos mercados y obtener
ventajas de la coordinación conjunta de sus distintas unidades productivas ubicadas en
diferentes países. La cuarta estrategia es la inversión directa en el exterior debido a que

144
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

los costos reales de los recursos nacionales inmóviles se convierten en menos favorables
que aquellos que ofrecen otros países o porque sus ventajas comparativas se concentran
crecientemente en la posesión de experiencias de gestión, tecnología, producción de
sus mercancías o equipos técnicos que pueden ser transferidos a sus otras unidades del
exterior. Finalmente, la última estrategia es aquella en donde el peso específico de la
internacionalización está dado por las características singulares de la empresa y cuyo
dominio tecnológico caracterizará su accionar sobre las decisiones políticas en el país
receptor. Es el dominio total de la empresa en los mercados mundiales, a la cual se
llama precisamente efficiency seeking.
A partir de las características tecnológicas de América Latina, de su reciente
experiencia en el mercado mundial y de la estructura de sus empresas, es posible
determinar tres tipos de estrategias de internacionalización que van desde la expor-
tación hasta la inversión. Cada una de estas estrategias se diferencia por el grado
de control que la empresa matriz puede ejercer sobre sus filiales en el exterior, así
como por los recursos que debe aplicar y los beneficios que potencialmente podría
obtener. En este sentido, se puede apreciar que, a medida que el grado de control
sobre la operación comercial se acrecienta, el costo también se incrementa, debido
al mayor compromiso de recursos en comunicaciones y medidas de control, pero
también las posibilidades de beneficios potenciales crecen. Sin embargo, también
es preciso reconocer que algunos otros ensayos consideran la importancia de
los países de origen y de destino, de tal manera que el desarrollo tecnológico y la
situación del mercado interno pueden empujar a una empresa hacia los mercados
externos, pero, además, se señala que pueden deberse a una actitud de rebalanceo
cuando, ante la invasión de productos importados, las empresas tienen que salir a
contrarrestar la caída de sus ventas locales con operaciones de exportación. Dichas
estrategias vienen a ser el camino o procedimiento que diseña cada empresa o el
Estado, cuando actúa de manera concertada con las firmas comerciales, para poder
conquistar los mercados externos o establecer una presencia para otras exportaciones
de servicios o tecnologías. Estas son formas de actuar claramente establecidas y que
comprometen a toda la empresa.
Para Chudnovsky y López, el proceso de internacionalización de las empresas
latinoamericanas «[…] se enmarca en los procesos de apertura y reestructuración de
dichas economías. No es extraño que Chile y México hayan sido los países en donde
más tempranamente, dentro de la región, se registraran tendencias sostenidas hacia la
internacionalización de un número significativo de firmas locales, y que la Argentina

145
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

haya seguido poco después esos mismos pasos […]».8 Según los autores argentinos,
el proceso de liberalización y apertura económica habría inducido a un conjunto de
empresas latinoamericanas a efectuar una transformación en su dotación de ventajas
competitivas adquiridas a lo largo de su evolución y las habría provisto de condiciones
acordes con el nuevo escenario competitivo de la economía internacional.
Sin embargo, la observación empírica de la actuación de las principales transnacionales
latinoamericanas evidencia que su decisión de internacionalización se ha debido también
a una forma de contrarrestar la invasión de productos importados que empezaron a
llegar masivamente dentro de esa etapa de liberalización. Ello fue un factor clave para
la supervivencia de las empresas latinoamericanas. El caso de México es un ejemplo
precursor: debido a que el 70% de sus exportaciones iban al mercado estadounidense
vecino, aprovechó esa marcada dependencia con el mercado de destino. Por su parte,
la presencia retrasada de las empresas brasileras se debe al inmenso tamaño de su
mercado interno, que absorbía la totalidad de su producción nacional y que las des-
motivaba a enfrentar los desafíos externos, en tanto que, por el contrario, sus empresas
de servicios, principalmente de construcción pesada, ya habían salido en el decenio de
1980 a operar en los mercados internacionales. Así, son muy variadas las motivaciones
que impulsan a una decisión de internacionalización.
La decisión que toman las unidades productivas para optar por una u otra es-
trategia genera una primera dificultad para mensurar su influencia y planear en un
horizonte dado de tiempo. Para efectos de nuestra investigación, el universo son las
empresas latinoamericanas con presencia en los mercados internacionales; en este,
se evaluarán los factores que determinan los rasgos esenciales de la internacionali-
zación. Las decisiones que se tomen al respecto pueden ser agrupadas y explicadas
por diferentes estrategias como la especificidad del producto, la concentración y
la globalización.

2.1. Especificidad del producto

Una consideración en la formulación de una estrategia de internacionalización es buscar


los requerimientos de los mercados o la forma en que un determinado producto se
adecua a los mercados existentes. De esa manera, se articula el programa exportador
en función de las características específicas de la mercadería que va a satisfacer las

8
Chudnosvky y López. Ob. cit., 54.

146
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

necesidades del consumidor del mercado de destino y se convierte en la base de la


acción empresarial.
Las ventajas de una empresa que se internacionaliza pueden derivar de ciertas carac-
terísticas peculiares en la mercancía, como sus bondades naturales, atributos originales,
patentes, marcas o elementos tecnológicos. En definitiva, esas habilidades o condiciones
específicas las diferencian de otros productos y le permiten llegar con ciertas ventajas,
muchas de ellas no estandarizadas. La diferenciación o singularización del producto
en función de su composición tecnológica, es decir, los componentes naturales que lo
integran, es, pues, una de las estrategias de la internacionalización que, apoyándose
en tales ventajas comparativas, desarrolla su visión a largo plazo. Según esta estrategia,
al diferenciar sus productos, las empresas y los países pueden fortalecer su capacidad
comercial, dominar el mercado y llegar, incluso, a una posición monopólica, ya que
pueden influir sobre el precio de sus mercancías.
Un país se hallará en posición de lograr mayores beneficios no solo mediante la
exportación de aquellos productos en las cuales goza de ventajas comparativas, sino
también debido a la naturaleza intrínseca o natural de la mercancía, a su marca, sus
aspectos singulares, su originalidad o la elaboración de mercancías para una relación
intraindustrial dinámica, que es apreciada por los compradores extranjeros como as-
pectos singulares respecto de otros similares ofrecidos por otros países proveedores.

Los productos manufacturados se diferencian más fácilmente que los productos básicos.
Debido a que los bienes manufacturados tienen más valor agregado que los productos
básicos, los productores tienen mayor oportunidad de hacer que un bien manufacturado
sea diferente del mismo tipo de bienes producidos en otros países. Una vez que los
productores comienzan a diferenciar activamente a sus productos de los otros, aparece
una nueva forma de comercio. Además del comercio interindustrial (o sea el comercio
entre diferentes industrias, asociado a la productividad de los factores y la dotación de
recursos de cada país), también existe el comercio intraindustrial (CI), o comercio dentro
de la misma industria. Este comercio intraindustrial se relaciona con la necesidad o el
deseo de un país de especializarse en la producción de unos pocos productos con el
objeto de lograr economías de escala, permitiéndole consumir una mayor diversidad de
bienes a través de un mayor comercio.9

Las marcas, el componente natural específico de cada mercancía y la producción


para la demanda intraindustrial caracterizan la estrategia de especificidad del producto.

9
Lord 1992, 218.

147
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Podemos distinguir, entonces, tres formas de diferenciación de los productos: la


diferenciación intelectual, a la cual Montague Lord llama horizontal, basada en la
marca, nombre o diseño; la diferenciación intrínseca (vertical), basada en la calidad o
el componente natural específico de cada producto; y la diferenciación por el destino,
según la cual un producto puede ser para consumo directo o para producción intra-
industrial. Un ejemplo de esta estrategia de exportación fue la experiencia piloto del
decreto supremo 019-1988 que impulsó el Perú para promover las exportaciones de
prendas de vestir en base a las ventajas comparativas naturales de su algodón y pelo
fino de auquénido, las cuales alcanzaron éxito y fueron una de las exportaciones más
dinámicas del comercio exterior peruano.
Otra de las especificidades son el nombre de la marca e, incluso, la denominación del
origen, ya que logran particularizar y privilegiar determinadas mercancías. Cuando las
mercancías se individualizan por su estructura tecnológica, know how, marca o nombre
(propiedad intelectual), se está exportando no solo un producto, sino una mercancía
individualizada, singularizada por sus componentes diferenciados, al igual que el caso de
los bienes cuyas propiedades naturales son únicas. Así, tenemos el caso clásico del pisco,
aguardiente de uva de cuyo nombre se apropió Chile, aunque es originario del Perú (su
nombre proviene de la región peruana donde se produce, que se llama precisamente
así desde la época prehispánica). Sin embargo, a pesar de la evidencia histórica y de los
esfuerzos de las autoridades peruanas, el producto chileno ha logrado abrirse un espacio
en el mercado europeo y estadounidense. Incluso, ahora están por culminar un acuerdo
con la Unión Europea para poder ingresar a dicha región libre de aranceles (con lo que
el auténtico pisco quedaría postergado). Esta estrategia de internacionalización a través
de diferenciación por el producto les ha dado tan buen resultado que, ahora, Chile se
apresta a identificar la tradicional papa, la chirimoya y la lúcuma, oriundos del Perú,
como productos con denominación de origen chilena.
La internacionalización implica la entrada en un entorno complejo donde la empresa
tiene que hacer frente a distintos factores, algunos diferentes a los del país de origen,
que, al ser desconocidos, se convierten en un obstáculo para el éxito de una operación.
Frente a tal situación, las unidades productivas prefieren mantener el control sobre la
producción de un bien sin arriesgar su fabricación; entonces, actúan bajo contratos de
licenciamiento o know how para, posteriormente, pasar a estructuras de ensamblaje
y luego, de fabricación en el mercado de consumo, lo cual es ya la inversión directa.
Algunos investigadores han demostrado que, en la medida en que las empresas van
vinculándose con el mercado de destino, asumen mayores compromisos y riesgos.

148
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

Hemos mencionado la marca, el nombre o la denominación de origen como factores


a considerar o seleccionar dentro de la estrategia de internacionalización. «Una vez que
se emplea una marca se convierte en una parte integral del producto, por esta razón la
política sobre marcas será discutida como una parte de la política sobre productos, aun
cuando está cercanamente unida a la publicidad y a otras formas de producción».10 Las
empresas pueden optar, entonces, por salir a los mercados externos usando sus propias
marcas o nombres, las de los exportadores, las de los canales de comercialización (como
el nombre de las cadenas de supermercados o los distribuidores) o, incluso, las de la
competencia extranjera.
La decisión de internacionalización siguiendo esta estrategia puede darse, a su vez,
por medio de diferentes opciones. Una es la exportación, sea de una manera directa
con su propia estructura administrativa o indirectamente utilizando brokers, dealers,
consorcios de exportación o trading companies; la otra opción es articular, vía contratos
de licencia, patentes o know how, la producción de determinados bienes o servicios
en otros mercados. Incluso, podría darse el caso de instalar plantas conjuntamente
con otros inversionistas, aunque ello es una etapa que, más bien, caería dentro de la
estrategia que denominamos de concentración de empresas.
Esta decisión estratégica depende de un balance de costos y beneficios entre la
alternativa de exportar, sea directa o indirectamente, y la de celebrar contratos de
licencias o patentes en la que influyen diversos factores como el grado de desarrollo
tecnológico de la mercancía, sus características de productos originales y naturales,
el nivel de protección de los derechos de propiedad intelectual en el país de destino,
el lugar donde se celebrarán los contratos de licenciamiento o de patente, el grado
de concurrencia en el mercado de destino, el nivel de desarrollo tecnológico nuevo
a partir de otras patentes, y las políticas de los estados en donde se operará y desde
donde se exportará. El paso de una etapa de exportación a la de licenciamiento o
patentamiento se puede deber a determinadas ventajas que presenta un mercado en
cuanto a recursos humanos, infraestructura y capacidad de compra de sus consumi-
dores, ya que los habitantes de los países con un alto ingreso per cápita prefieren
u optan por productos de marca, en tanto que, en aquellos con baja renta, ello no
es un requisito para comprar.

10
Buzzell 1997, 407.

149
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

2.2. La concentración empresaria


La concentración de empresas no es un fenómeno ni una estrategia nueva. Surge
durante la Revolución Industrial, a fines del siglo xviii, cuando las incipientes industrias
aglutinan fuerzas para aumentar la producción y la productividad a través de las nuevas
técnicas y las nuevas máquinas. Posteriormente, la evolución de la economía capitalista
después de la II Guerra Mundial tomó un nuevo impulso en Europa a partir de dos
claros desafíos: enfrentar a los grupos empresariales de los Estados Unidos de América
y obtener recursos tecnológicos o mercadológicos para acometer con fortaleza el ingreso
en nuevos mercados extranjeros. Ello propició la formación de los conglomerados de
empresas, que son una forma típica de confluencia de aplicaciones financieras, comer-
ciales y tecnológicas que operan en diversas áreas geográficas conocidas genéricamente
como concentración empresaria.
Esta situación requirió de una explicación y solución por parte de las ciencias económicas
y administrativas en cuanto a la organización de las unidades de producción y por parte de las
ciencias jurídicas en cuanto a la personalidad, existencia y viabilidad de dicha concentración.
En lo que se refiere a la respuesta económica y administrativa, el modelo empresarial es el
de las empresas transnacionales y las diversas estrategias que ellas articulan para operar en
mercados diferentes. Por su parte, la respuesta jurídica fue dada por los modelos de contra-
tación o de asociación empresaria, así como por los distintos tipos de sociedades, escisiones,
incorporaciones y fusiones. Podemos ver esta respuesta en las recientes legislaciones que se
han dado en América Latina, las que han posibilitado no solo los contratos asociativos, sino
también las fusiones o incorporaciones de sociedades. Un ejemplo de ello, en el Perú, es
la Ley General de Sociedades, que, aunque con deficiencias de sistemática jurídica, incluye
los contratos asociativos, las fusiones y escisiones de sociedades.
Las motivaciones por las cuales dos o más empresas deciden instrumentalizar esta
estrategia pueden deberse a factores organizacionales, de economía de escala, integra-
ción industrial, razones tecnológicas o exigencias del país receptor de las exportaciones
o de la inversión cuando este fija determinadas reglas o condiciones de actuación con
empresas locales en mérito a objetivos o intereses de su propio desarrollo nacional.
Este es el caso de las políticas nacionales de República Dominicana o de Costa Rica
con el fin de impulsar su sector informático o de servicios.
Las motivaciones organizacionales se deben a la necesidad de establecer mecanismos
de toma de decisiones para mercados diferentes y con culturas disímiles, así como a la
conveniencia de conocer directamente el comportamiento del consumidor final. Así,
surgen, entonces, las estructuras de holding o de contratos de joint ventures.

150
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

La producción en economías de escala es otra de las motivaciones y se refiere a la


producción de grandes volúmenes, la formulación de esquemas masivos de publicidad
corporativa o la explotación de determinadas tecnologías cuyo costo o secreto hacen
difícil su adquisición por empresas independientes.
Una tercera motivación es la integración industrial, tanto horizontal como vertical. En
el primer caso, se realiza a través de la absorción empresaria; en el segundo, mediante
los fenómenos de fusión o de incorporación.
Las motivaciones tecnológicas se refieren a la conveniencia que el mercado de destino
cubra los costos del departamento de investigación y desarrollo que creó determinada
tecnología o el descubrimiento que obtuvo la empresa matriz durante su fase produc-
tiva. De este modo, es posible que una empresa otee otros mercados y diversifique
su producción en áreas en las cuales puede utilizar su nueva tecnología, sea creando
empresas independientes o ejecutando operaciones de joint venture. Un ejemplo es la
concentración entre una empresa productora y otra que ofrece nuevas tecnologías para
atender los nuevos requerimientos de los consumidores o, incluso, canales de comer-
cialización. Otra muestra de ello es la concentración, vía joint venture, entre la empresa
inglesa Thorn-Emi, fabricante de juegos electrónicos con canales de comercialización
establecidos, y la firma sueca Ericsson, que contribuyó con nueva tecnología para, de
manera conjunta, enfrentar la competencia nipona.
Finalmente, algunos casos de concentración empresaria son motivados por
dispositivos legales, sea por el lado del país de la matriz o del mercado de destino,
como los procesos de privatización de empresas estatales, explotación de recursos
naturales o turismo. Así, sucedió en los países de Europa Oriental y sucede, en
cuanto al último caso, en Cuba. También debe mencionarse el caso de la India,
que ha promovido las asociaciones de sus empresas con compañías extranjeras para
desarrollar nuevas tecnologías.
Las empresas latinoamericanas de porte medio pueden recurrir, para internacionali-
zarse, a estrategias de concentración empresaria como las llamadas alianzas estratégicas,
los grupos de interés, la asociación empresaria o los conglomerados económicos con el
fin de adoptar el tamaño que exige el mercado. La tendencia de atender la demanda de
grandes mercados ha impulsado a las empresas a concentrarse a través tanto de contratos
interempresariales como de modelos de fusión e integración societario.
John Stopford y Louis Wells, Benjamin Gomez-Casseres, Bruce Kogut y Harbir
Singh, y S. Agarwal y S. Ramaswami dan fundamento a esta teoría y sostienen que las
pequeñas empresas son las que orientan esta corriente para enfrentarse a las de gran

151
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

porte. Sin embargo, la concentración de empresas es también significativa entre las


grandes corporaciones. Algunos otros autores como M. K. Erramilli no perciben ninguna
relación entre el tamaño de la empresa y la elección del mercado de destino, por lo
que, en consecuencia, consideran irrelevante el tamaño para determinar el proceso de
internacionalización. Dentro de la misma línea, G. D. Newbould y otros autores, en un
estudio sobre la inversión externa realizada por pequeñas empresas, han comprobado
que un 72% de ellas van pasando a utilizar filiales propias. Esta situación contradic-
toria parece quedar aclarada en los trabajos de Sanna Randaccio, Marco Mutinelli y
Lucia Piscitello, quienes sostienen que hay una relación entre el tamaño de la empresa
inversora y la estructura de propiedad en forma de «U», es decir, la posibilidad de es-
tablecer una filial propia en el mercado de destino se incrementa a medida que crece
la empresa y, cuando llega a determinado tamaño, surge la probabilidad de establecer
una empresa conjunta. Ello ocurre porque las pequeñas y medianas empresas buscan
conformar operaciones conjuntas debido a limitaciones financieras y organizativas,
en tanto que las empresas de gran porte lo hacen para ampliar mercado o dominarlo,
principalmente, en las industrias oligopólicas, donde la asociación, vía consorcios, joint
ventures o grupos de interés, se convierte en un vehículo adecuado para la coordinación
de la conducta de las unidades operativas y la transmisión de información, de forma
que puedan obtenerse ciertos beneficios derivados de la cohesión.

2.3. La globalización

A partir de lo planteado por Michael Porter, los autores W. C. Kim y P. Hwang consideran
que la internacionalización se efectúa teniendo en cuenta, principalmente, la relación
costos-recursos necesarios y la adaptación al mercado de destino más que el grado de
control que se debe efectuar sobre la operación final de comercialización. Por otro lado,
las empresas que siguen una estrategia global prefieren métodos que suponen un control
total, como es el caso de las filiales propias o del dominio del 100% del capital social.
La decisión estratégica está basada en costes a través de economías de escala o
control de las líneas de producción o abastecimiento de materias primas o insumos.
Paralelamente, la empresa se estructura a lo largo de tres dimensiones: el ámbito de los
productos, esto es, si quiere ser especialista o genérica; el ámbito geográfico, es decir, si
pretende quedarse en el mercado nacional o internacionalizarse; y, finalmente, a nivel de
estructura, vale decir, el grado de integración vertical que pretende en sus operaciones.
La respuesta que da la empresa, es decir, especializarse, internacionalizarse e integrarse,
nos estará diciendo que la estrategia escogida es la de globalización.

152
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

Para que un país logre desarrollar ventajas competitivas no es suficiente que tenga
empresas que se esfuercen para mejorar sus niveles de productividad, especialización
y calidad. Es necesario que exista, además, un ambiente competitivo, lo que supone
que todos están en el mismo empeño: proveedores y empresas que busquen atender
el mercado, clientes informales, exigentes factores de producción de calidad, reglas
para estimular la competencia y una organización moderna de la empresa volcada a
las exportaciones.11
Algunos autores como José Carlos Jarillo sostienen que, de este análisis, se despren-
derá la elección de la posición competitiva de la empresa, sea el liderazgo en costes o
la diferenciación del producto. Nosotros hemos separado la estrategia de diferenciación
y la de especificidad del producto con el fin de precisar esta estrategia en orden, fun-
damentalmente, a los costes-recursos.

El determinante fundamental de los costes es con frecuencia el volumen. Hay muchas


actividades de la cadena de valor cuyo coste unitario disminuye si se incrementa el
volumen, hasta llegar al tamaño mínimo eficiente para esa actividad. El siguiente factor
fundamental en la determinación del coste de una actividad de la cadena de valor está
constituido por las interrelaciones de esa actividad con otras actividades de la cadena de
valor, o con actividades de la cadena de valor de otros negocios de la empresa.
Hay muchas determinantes del coste, tales como la localización geográfica de una
determinada actividad; interrelaciones del gobierno, gravando o fomentando una
determinada actividad, etc. Lo importante es aislar los fundamentales para cada actividad
y proceder a analizar cómo se determina el coste de cada una de las actividades de la
cadena de valor, y qué puede hacer la empresa para rebajarlo.
La esencia del análisis estratégico para obtener el liderazgo en costes es el estudio
diferenciado del comportamiento de los costes en cada actividad de la cadena de valor:
en primer lugar, porque el comportamiento es distinto en las diferentes actividades, por
lo que no tiene sentido tratar de analizarlo conjuntamente; en segundo lugar, porque es la
única forma de poder llegar a planes operativos para reducir los costes, que son la esencia
de una estrategia competitiva basada en el liderazgo en costes: «reducir costes» no es una
decisión que se pueda tomar sin más. La decisión (o decisiones) que sí se pueden tomar
son de volumen, tecnología, interrelaciones, etc., en cada una de las distintas esferas de
la empresa.12

11
Cornejo Ramíre 1996, 45-46.
12
Jarrillo 1996, 42-43.

153
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Así, pues, la estrategia de la globalización se articula sobre la base de las decisio-


nes de operar en los mercados internacionales a través de grandes volúmenes de
producción cuya economía de escala los hace competitivos por sus bajos costes o ade-
cuada articulación de la tecnología. Muchas de estas empresas que operan con filiales
o subsidiarias hacen uso de mano de obra preparada en los mercados de fabricación,
pues, con frecuencia, la mano de obra barata y preparada se convierte en un factor
fundamental de los costes y de la calidad de los productos.
La estrategia de la globalización estima que el proceso de internacionalización se
desarrolla al impulso de una serie de motores. El primero de estos es el mercado, es decir,
las necesidades homogéneas de los consumidores, la existencia de canales de distribu-
ción y los clientes globales. El segundo motor son los costes, que incluyen las economías
de escala, el aprendizaje, el entrenamiento, la eficiencia de las fuentes de suministro, la
logística de distribución y los costos de desarrollo de los productos. Luego, vienen los
motores gubernamentales como, por ejemplo, las políticas comerciales favorables tanto
del país exportador como de los derivados de los acuerdos bilaterales o de los acuerdos
de los grupos de integración, así como las llamadas barreras técnicas. Por último, están
los motores de la competencia, que incluyen la interdependencia entre países y los
competidores globalizados. Ello presupone que todos los países son similares.
Otras hipótesis dicen que los gastos de los consumidores son homogéneos en todo
el mundo y que las condiciones de la competencia son las mismas en toda la faz de la
Tierra. Se supone que los factores políticos, económicos, socioculturales y tecnológicos
no difieren mucho de un lugar del mundo a otro. Así, los productos son estandarizados
para el mundo entero. La producción está concentrada en una cantidad limitada de
ubicaciones y ofrece una mezcla óptima de los costos más bajos y las mejores habili-
dades. La estrategia global se determina centralmente y se integra por igual a todos
los países. Otro punto característico es la relativa sencillez de la organización. Aunque
el hecho de actuar a través de subsidiarias puede parecer inicialmente complicado, la
descentralización de cada subsidiaria posibilita tener poco personal en la matriz y reque-
rir, tal vez, poca coordinación, ya que la mayor parte de las decisiones son tomadas en
las propias subsidiarias. Como cada una de ellas es una unidad independiente, que
no tiene que interactuar con otras subsidiarias, los problemas de la transferencia de
precios se reducen muchísimo.13 Es lo que se conoce también como integración com-
pleta, según la cual las empresas transnacionales transforman sus filiales en una red de

13
Mintzberg, Quinn y Voyer 1997, 387.

154
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

distribución comercial y producción integrada regional o globalmente. Así, se crea una


estructura administrativa en la que el área de finanzas, mercadotecnia y de investigación
y desarrollo, entre otras, ven las cuestiones y necesidades de la matriz y de sus filiales
en el exterior de manera coordinada, de modo que las funciones pueden radicarse en
cualquier unidad operativa y vincular estratégicamente a todas las demás unidades de
la empresa internacional.

3. La experiencia latinoamericana
El esfuerzo exportador significativo de algunos países latinoamericanos, las particulares
condiciones que dejó la etapa sustitutiva de importaciones y el traumático escenario
de fines de la década de 1980, que atomizó la participación del Estado y liberalizó, en
algunos casos dramáticamente, el comercio internacional, generaron especificidades
muy particulares en cuanto a la forma y mecanismos de internacionalización. En el
curso de tales transformaciones de la economía latinoamericana, durante el decenio
de 1990, se destaca, entre otros elementos, el cambio en el perfil empresarial, el surgi-
miento de los nuevos paradigmas tecno-organizativos y la consolidación del proceso
de globalización de los mercados, que da un rol significativo a los agentes económicos
y a las actividades innovadoras en la búsqueda de mayor competitividad.
Con la crisis del modelo industrial de postguerra y el estancamiento de la demanda,
las nuevas tecnologías de organización flexible de la producción adquieren una cre-
ciente relevancia en la competitividad de las empresas. La emergencia de los nuevos
paradigmas tecno-organizativos produce transformaciones en la organización de la
producción con impactos importantes en las actividades innovadoras. En efecto, la
creciente importancia que comienza a asumir factores como la competitividad, la
excelencia de la calidad, los servicios de postventa, la adaptación del producto al
consumidor, el peso de la marca y el nombre, la segmentación de los mercados y el
acortamiento del ciclo de vida de los productos debido a innovaciones tecnológicas
o la intención de seguir controlando los mercados, replantea el proceso innovador e
involucra nuevos agentes y modalidades operativas. En el desarrollo de tales procesos
innovadores, adquiere creciente importancia la formación de redes, la constitución de
conglomerados empresariales y la concentración empresaria, así como el conjunto de
interfases que se articulan entre los agentes económicos e instituciones no comerciales
como las universidades, los centros de investigación, los foros de discusión ecológica
y la sociedad civil.

155
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Las transformaciones producidas en la organización de la producción y en el com-


portamiento de la demanda han modificado tanto las modalidades de los procesos de
innovación como su contenido. Así, la mayor importancia de las estrategias de dife-
renciación de producto y la segmentación del mercado, las mejoras incrementales de
mercancías y procesos, el desarrollo de nuevos modelos de organización y vinculación
con el mercado, y las crecientes exigencias de calidad constituyen aspectos claves de
la actual organización de la producción. En este contexto, además de la creación de
nuevos productos y procesos, los esfuerzos de gestión involucran acciones de variada
naturaleza e incluyen, también, las actividades orientadas al control de la calidad,
mejoras y desarrollos acumulativos de tipo incremental que, en el curso del tiempo,
son incorporados a los procesos productivos y a las modalidades de organización y de
comercialización. A su vez, los conocimientos firm-specific y los procesos informales de
aprendizaje e interacción (learning by doing, by using, by interacting, by producing) al
interior de la empresa comienzan a ser considerados fuentes relevantes en el desarrollo
de las actividades innovadoras.
Determinar el volumen de las inversiones directas en el exterior realizadas por em-
presas latinoamericanas no es una tarea sencilla. Los estudios realizados sobre el tema
son parciales, los criterios metodológicos difieren según el objetivo de cada estimación
y no registran el universo de las inversiones en el exterior y la información estadística es
incompleta y se encuentra muy dispersa. La Comisión Económica para América Latina y
el Caribe (CEPAL), en su trabajo La inversión extranjera en América Latina y el Caribe,
publicado en el 2001, reconoce las limitaciones estadísticas sobre el tema, a las que se
añaden las correspondientes al aspecto normativo y regulatorio. Sin embargo, a partir
de algunos trabajos, se puede tener una aproximación de la magnitud del proceso.
El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas, en un contexto
de fuertes cambios en el funcionamiento de sus propias economías, reconoce como
antecedentes tres modelos previos. El primero de ellos —que comenzó con los albores
de la Independencia y se extendió aproximadamente hasta la crisis de 1930— tuvo
como eje central la producción de bienes primarios orientada hacia los mercados ex-
ternos. Su dinamismo indujo al desarrollo de una incipiente industrialización interna
asociada tanto con las actividades mono-exportadoras como con aquellas destinadas
al consumo en el mercado doméstico. El segundo modelo, enmarcado con las condi-
ciones de un típico proceso de sustitución de importaciones, abarcó desde la década de
1950 hasta la de 1970. En él, se pueden observar distintos subperíodos, en uno de los
cuales —denominado segunda fase de sustitución de importaciones— Latinoamérica

156
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

tuvo su mejor desempeño industrial: se dio un proceso de generación de tecnologías


y fortalecimiento institucional asociado, principalmente, con el desarrollo de las ma-
nufacturas sin gran transformación. Finalmente, el tercer modelo, diseñado después
de que se agotó el modelo anterior de sustitución de importaciones, se inició a fines
de la década de 1960 y, durante diez años, los productos manufacturados crecieron el
doble: de 10,1% en 1960 se pasó a 19,7% en 1970; de igual manera, creció el ahorro
interno de 20% en 1966 a un 25% en 1973, lo que propició la inversión en pequeñas
industrias exportadoras.
Cada uno de estos modelos de industrialización devino en la internacionalización de
un conjunto acotado de empresas cuando estas alcanzaron un cierto nivel de madura-
ción tecnoproductivo y, simultáneamente, se encontraron con un mercado doméstico
limitado que, paradójicamente, las llevó a buscar mercados ampliados. Las nuevas
formas de organización de la producción industrial, el desarrollo vertiginoso de la te-
leinformación, los flujos financieros, las modalidades de las inversiones externas y las
prácticas proteccionistas de cada país o bloque económico eran, entre otros, algunos
factores que, en el plano externo, incidían sobre las conductas de internacionalización
de las empresas latinoamericanas. Sobre estas bases, las empresas articularon, con
distintos modelos y en distintos sectores, diversos emprendimientos externos, algunos
de los cuales aún persisten en la actualidad.
El proceso de reforma de la economía latinoamericana impulsada desde afuera
se caracteriza por un profundo cambio en la cultura empresarial. Se observa, ahora,
que los agentes económicos dinamizadores del proceso de industrialización y de in-
ternacionalización son las subsidiarias de las grandes empresas transnacionales y los
conglomerados económicos nacionales a través de mecanismos de concentración
empresaria. En contrapartida, han desaparecido prácticamente las empresas estata-
les en la producción de bienes y las pequeñas o medianas empresas nacionales han
experimentado un proceso de ajuste severo sin haber conseguido aún posicionarse
competitivamente en el nuevo estilo de desarrollo, por lo que se encuentran en un nivel
crítico de subsistencia, ya que el modelo económico neoliberal obliga a las empresas
a concentrarse y propiciar asociaciones de gran porte. Hoy, es posible contradecir la
frase pronunciada, en la década de 1970, por Erns Friedrich Schumacher que decía
lo pequeño es hermoso por la más real lo pequeño no era hermoso, ya que parece no
existir cabida para el pequeño negocio o la mediana industria.
Es posible ejemplificar estas nuevas tendencias con el cuadro 9, en el que se
pueden apreciar las diferentes estrategias de internacionalización de las empresas

157
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

latinoamericanas, particularmente las de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México,


Uruguay y Venezuela. En él, también se aprecia que las estrategias más utilizadas han
sido la concentración empresaria y la globalización en detrimento de la diferenciación
del producto, en la cual América Latina tendría, paradójicamente, mayores ventajas
por su diversidad en recursos naturales.
Las naciones latinoamericanas que mayor éxito han tenido en la internaciona-
lización de sus empresas son Brasil y Chile, debido a que, en un período corto, han
logrado ocupar los primeros lugares en cuanto al volumen y en los aspectos cualita-
tivos de sus exportaciones, así como en la formación de empresas transnacionales y
radicación de inversiones. Los dos países han tenido una armónica, permanente y
continua política gubernamental de promoción de su comercio exterior. Por ello, cree-
mos que su referencia particular es significativa, junto a la de otros países que, como
México, supieron aprovechar las ventajas de la psicología de la distancia geográfica
para extenderse hacia el mercado vecino, aprovechando, igualmente, los bolsones
del mercado sentimental representado por los millones de inmigrantes mexicanos
que viven en las ciudades de Texas, Miami, Los Ángeles y California, consumidores
importantes de productos de dicho país. A ello, debe sumarse la experiencia argen-
tina, sobre todo por la forma tan abierta como se liberalizó, y el caso de Colombia,
que ha tecnificado su gerenciamiento e, indudablemente, ha tenido un inmenso flujo
de recursos financieros, no todos ellos registrados y determinables. Añadimos a este
análisis, además, la experiencia peruana.
Razones de índole financiera, tecnológica y organizativa jugaron un papel desta-
cado a la hora de tomar una decisión de internacionalización. No obstante, también
pasa a ser decisiva cierta incapacidad para responder de manera adecuada al desafío
de operar en contextos de economía abierta y fuerte competencia, lo que llevó a
muchas empresas latinoamericanas a asociarse o fusionarse con otras de fuera de
la región para aminorar la incertidumbre. La magnitud de este proceso puede verse
claramente en el porcentaje total en que participaron las empresas extranjeras, según
se observa en el cuadro 10.
Como se puede apreciar, el proceso de liberalización de los mercados ha creado una
nueva fase: la transnacionalización, según la cual las empresas típicamente de propiedad
latinoamericana, o sea, de propiedad de nacionales, han pasado a manos de inver-
sionistas extranjeros. A mediados del decenio de 1990, 126 de las mayores empresas
exportadoras de la región eran de propiedad nacional (115 privadas y 11 estatales),
las que generaban más de un 70% de las exportaciones totales de dicho número de

158
Cuadro 9
Estrategias de internacionalización de las empresas latinoamericanas

Empresa País de origen Forma de participación Teorías de Empresa – País destino (receptor) Año
Internacionalización

Banco ITAU S.A. Brasil Compra 100% Globalización Banco del Buen Ayres S.A. Argentina 1999
(empresa privatizada)

IRSA Argentina Compra 60% de acciones Globalización Banco Caracas Venezuela 1999

ODEBRECHT Brasil Adjudicación de contrato Globalización Represa Cuchiquesera Perú 1999

Electricidad de Caracas Venezuela Compra 75% de acciones Globalización Compañía de Alumbrado de San Salvador 1998

ENERSIS CHILTECTRA Chile Compra en asociación 60% Globalización Cia. de Electricidad do Estado 1996
(empresa privatizada) Do Rio de Janeiro Brasil

ENDESA EDEGEL Chile/Perú Compra en asociación 93% Globalización Centrais Eléctricas Cachoira Dourada S.A. 1997

159
(empresa privatizada) Brasil

ENDERESISENDESA Chile/España Compra en asociación 83% Globalización Cia. Energética do Ceará (COELCE) 1998
(empresa privatizada) Brasil

MADECO Chile Compra 67% de acciones Globalización FICAP Brasil 1997

COMETRANS Argentina Compra en asociación 50% Globalización Cia. do Metropolitano de Rio de Janeiro 1997
(empresa privatizada) Brasil
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas
Empresa País de origen Forma de participación Teorías de Empresa – País destino (receptor) Año
Internacionalización

BIMBO S.A. México Filial – planta propia Globalización Argentina 2000

Supermercados Distribución Chile Filial propia Globalización Argentina 1993


y Servicios D&S

EMBONOR Argentina Asociación empresarial Globalización Embotelladora Coca Cola Perú 1999

Pérez Compac México Compra (empresa privada) Globalización Refinería La Pampilla S.A. Perú 1999

ELECTRA Uruguay Filial propia Globalización Perú 1998

DISCO Venezuela/Colombia Joint Venture 50% Concentración BOMBRELO – ALOHABrasil 1997

Electricidad Caracas Venezuela Compra en asociación 100% Concentración Termocartagena Colombia 1997
(empresa privatizada)

160
Electricidad Caracas Venezuela Compra en asociación 100% Concentración Energia del Pacífico S.A. Colombia 1997
(empresa privatizada)

Fuente: Cnudnovsky 1999 / Kosacoff 1999 / CEPAL 2001, 2004.


Internacionalización de las empresas latinoamericanas
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

Cuadro 10
Relación de empresas latinoamericanas propias y extranjeras
(en número, millones de dólares y porcentajes)

1995 1997 1999

POR PROPIEDAD

Número de empresas 200 200 200


Extranjeras 74 92 97
Privadas nacionales 115 88 94
Estatales 11 10 9

Exportaciones (millones de dólares) 92.946 139.883 131.041
Extranjeras 26.822 57.313 54.000
Privadas nacionales 34.475 42.644 42.989
Estatales 31.649 39.926 34.052

Distribución según propiedad (porcentajes) 100,0 100,0 100,0
Extranjeras 28,9 41,0 41,2
Privadas nacionales 37,1 30,5 32,8
Estatales 34,1 28,5 26,0

POR SECTOR

Número de empresas 200 200 200


Sector primario 41 36 39
Manufacturas 133 142 138
Servicios 26 22 23

Sectores (millones de dólares) 92.946 139.883 131.041
Sector primario 40.054 50.923 44.992
Manufacturas 46.561 78.638 74.825
Servicios 6.331 10.322 11.224

Distribución según sectores (porcentajes) 100,0 100,0 100,0
Sector primario 43,1 36,4 34,3
Manufacturas 50,1 56,2 57,1
Servicios 6,8 7,4 8,6

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) 2001, 64.

161
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

empresas. Sin embargo, en apenas cinco años, hacia 1999, el total de empresas de ese
universo de propiedad nacional se había reducido a 103 unidades, las que generaron
un 59% de las exportaciones.14

3.1. Argentina

Las primeras empresas latinoamericanas que avanzaron en el proceso de internacio-


nalización fueron las argentinas, inicialmente por una estrategia de especificidad del
producto y dentro de la modalidad de exportación directa, y, posteriormente, a través
de la radicación de plantas industriales en el exterior (IED). Las tres más significativas
empresas fueron Alpargatas, Bunge y Born, y SIAM, a las que se sumaron, en menor
escala, Grimoldi, Carlos Casado y Saint Hnos.
El análisis de la experiencia argentina se realizó a partir de la evaluación de fuentes
bibliográficas e informativas entre las que se destacan las memorias, balances y publi-
caciones institucionales de once empresas, las que fueron seleccionadas, fundamen-
talmente, por su grado de participación reciente en el proceso de internacionalización.
El listado de estas y sus datos de ventas, activos, empleados y exportaciones fueron
objeto de estudio por un destacado grupo de profesionales argentinos dirigidos por
Bernardo Kosacoff, quien evaluó los factores microeconómicos y macroeconómicos que
impulsaron este proceso de internacionalización. Una expresión real de la participación
en dicho proceso la dan algunas cifras en el rubro de trabajadores y volumen de ven-
tas. Así, estas empresas ocupan, en el exterior, a 44.838 personas y tienen ventas por
US$ 5.288 millones. Sus activos, en 1997, superaron los US$ 8.507 millones, lo que
evidencia su importancia en el proceso de internacionalización, ya que son una parte
altamente significativa de los montos totales de inversión externa argentina.15
Este notable dinamismo de la participación en el proceso inversor externo también
se refleja al interior de sus propios mercados nacionales, lo que demuestra que la solidez
nacional facilita la salida al exterior y el proceso de inversión externa, lo que ha deter-
minado que el grado de internacionalización se haya ido convirtiendo en una parte
importante de la estrategia empresarial. La muestra de la experiencia argentina se ha
hecho teniendo en cuenta la representatividad de sus empresas que están operando en
los mercados externos y cuyas exportaciones son significativas, así como su grado de

14
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). 2001, p. 63.
15
Kosacoff 1999, 37.

162
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

importancia y presencia en la economía interna, ya que es indudable que, mientras más


fuerte se es en casa, más confiadamente se pueden enfrentar nuevos escenarios. Tales
empresas lograron vender, en su mercado doméstico, durante 1997, un total de US$
21.336 millones; sus activos llegaron a US$ 30.813 millones; exportaron US$ 3.801
millones; y emplearon a 83.563 personas (véase el cuadro 11). Estas cifras nos están
indicando la diferencia cualitativa de este proceso de internacionalización, en el cual la
IED tiene un papel más determinante para algunas de estas empresas que el verificado
en los procesos históricos anteriores; también confirma que aquellas empresas que
tienen solidez económica organizativa y fuerte respaldo en sus mercados domésticos
pueden salir más confiadas hacia otros mercados. Si realizáramos una comparación
antropomórfica, podríamos decir que, al igual que a los hombres, una buena infancia
y juventud las prepara para el mundo competitivo.
Una primera lectura de las evidencias cuantitativas presentadas en los cuadros 10
y 11 nos permite observar que la participación en este proceso de IED es muy hete-
rogénea entre las empresas analizadas. Según el cuadro 11, es posible apreciar que,
en el decenio pasado, a fines del siglo xx, más de cincuenta empresas argentinas han
realizado o planean realizar inversiones directas en otros países por un monto estimado
en los US$ 12 mil millones, de los cuales su principal destino es América del Sur, par-
ticularmente Brasil. Ello comprueba, una vez más, la validez de la llamada psicología
de la distancia, según la cual los países logran iniciar sus exportaciones en aquellos
mercados más cercanos geográfica y culturalmente, así como los efectos benéficos de
la integración impulsada dentro del marco del Mercosur.

163
Cuadro 11
Grupos económicos argentinos
(en millones de dólares americanos - 2003)

En Argentina En el exterior Datos agregados


Grupo Ventas Activos Empleados Exportaciones Ventas Activos Empleados Ventas Activos Empleados

ARCOR 1.130,01 903 10.600 135,60 260,29 208.00 2.860 1.525,90 1.111 13.460

BAGÓ 425,74 118 2.168 34,06 1096,83 304,00 1.920 1.556,63 422 4.088

BEMBERG 724,29 835 3.200 94,16 296,65 342,00 2.381 1.115,09 1.177 5.581

FV-FERRUM 183,10 255 2.620 164,79 109,86 153,00 129 457,75 408 2.749

IMPSA 405,02 726 2.200 396,92 58,58 105,00 2.768 860,51 831 4.968

164
IMPSAT 140,24 298 255 15,43 60,24 128,00 392 215,89 426 647

PEREZ 23,92 250 165 3,35 15,69 164,00 68 42,96 414 233

COMPANC 52,49 548 4.650 9,45 67,33 702,85 532 129,26 1.250,85 5.182

SANCOR 3.636,95 682 5.890 436,43 79,99 15,00 38 4.153,37 697 5.928

SOCMA 4.059,12 1.598 20.500 487,09 416,58 164,00 3.420 4.962,79 1.762 23.920

TECHINT 4.296,59 3.975 22.002 515,59 4.105,27 3.798,00 26.400 8.917,45 7.773 48.402
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

YPF 6.917,82 14.002 8.265 830,14 1.979,20 4006,00 1.460 9.727,16 18.008 9.725

Total 21.995,29 24.190 82.515 3.123,01 8.546,52 10.089,85 42.368 33.664,82 34.279,85 124.883

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) 2004.


Elaboración: propia
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

Cuadro 12
Estado de las inversiones argentinas en el exterior
(en porcentajes)

Estado del proceso de IED

Años Período analizado En desarrollo Proyectadas

1990 - 1996 38,20% 0,00% 0,00%


1997 - 2000 29,80% 0,00% 0,00%
2000 - 2003 18,30% 24,00% 30,00%
Después del 2003 13,70% 12,00% 88,00%

TOTAL 100,00% 6,04% 17,55%

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) 1999.


Elaboración: propia

Por una parte, las operaciones en el mercado doméstico de las empresas nos permiten
diferenciar a Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), Techint, Perez Companc y Socma
como los conglomerados empresariales de mayor tamaño —los cuatro representan el
83% de las ventas locales del universo de empresas estudiadas. Por otra parte, también
se verifica una diferenciación en la importancia de la internacionalización de estos
conglomerados, que posteriormente analizaremos con más precisión en sus aspectos
estratégicos y cualitativos. Techint tiene una operatoria de negocios en el exterior que,
en 1997, representaba el 41% de sus ventas con una expresión de US$ 7 mil millones;
en tanto que, con valores en torno al 30%, se ubican Bemberg e Impsa-Impsat. Arcor
y Bagó tienen exportaciones que representan alrededor del 20% de sus ventas totales;
luego, están el resto de las firmas con valores entre el 5 y el 12%. Para la mayor parte
de los casos, este no es un punto de equilibrio, ya que, en forma generalizada, han
manifestado que su participación externa tiene una perspectiva de crecimiento mucho
más acelerada que el mercado local, el que para muchas actividades tiene un grado de
saturación y con participaciones de mercado muy difícil de crecer. Para ello, se están
posicionando estratégicamente, realizando inversiones específicas, en particular en el
Brasil, aprovechando condiciones de acceso preferenciales a ese mercado dadas por
el acuerdo de integración del Mercosur.

165
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Estas empresas son una expresión real de la internacionalización, ya que se radican


en el exterior a través de plantas industriales o centros de comercialización. A fines del
decenio de 1990, llegaron a sumar 63 empresas, que se ubicaron en los países limítro-
fes, lo que evidencia que así como los primeros pasos de la exportación se dan a los
países que geográfica y culturalmente están más cercanos, también la inversión, que
es un escalón subsiguiente, se realiza con la misma motivación y describe en números
y acciones la realidad del proceso de internacionalización.
Así, mientras que, en el período sustitutivo de las importaciones, las inversiones se
concentraban en los países de menor desarrollo relativo, el proceso actual tiene en el
mercado brasileño el eje central de las actividades inversoras, donde se verifica el desa-
rrollo de actividades productivas por parte de diez de los once casos. Si consideramos
al Mercosur conjuntamente con Chile y Bolivia, los casos llegan a 24, es decir, más de
la mitad del número de las IED de la muestra. Además de ser el área geográfica de
mayor concentración, surge un aspecto cualitativo diferenciador en comparación con
las operaciones fuera del proceso de integración subregional: el hecho que, en casi
todos los casos, la internacionalización está fundada en el desarrollo de la producción
localizada en los países de destino, lo que representa, asimismo, operaciones que se
destacan por su mayor tamaño relativo y por su reciente dinamismo.
En segundo lugar, se destaca la radicación de 18 inversiones en los países andinos,
entre las cuales 14 son proyectos asociados a la producción y cuatro están restringidos
a la esfera comercial. En el mercado de los países de América Central y el Caribe, la
penetración de las empresas argentinas solo se circunscribe a la presencia de Bagó en
la industria farmacéutica en Cuba.16
En el marco del Acuerdo de Libre Comercio entre Estados Unidos de América, México
y Canadá, North American Free Trade Agreement (NAFTA), las empresas argentinas
tienen algunas operaciones significativas y un gran desafío en la medida en que su
proceso de internacionalización tienda a consolidarse. En efecto, la exitosa presencia
de Techint en la operación de compra de Tamsa ha sido el hito de las inversiones en
México y, como tal, en el NAFTA, a la cual se deben sumar las radicaciones de inver-
siones de Bagó e Impsat. Asimismo, Sancor e Impsa realizaron inversiones para apoyar
su presencia comercial. Todos estos casos consideran al mercado del NAFTA con un
potencial muy importante que, de concretarse, significarán la plena internacionaliza-
ción de las empresas argentinas dentro de una estrategia global. Esa posibilidad está

16
Ib., 54.

166
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

próxima a concretarse debido a la compra de la empresa Maxus por parte de YPF y


a la presencia de Impsat en su búsqueda de transparencia para acceder a los mejores
instrumentos de financiamiento en la alianza con su socio minoritario Morgan Stanley.
Asimismo, se adicionan seis radicaciones de inversión que pretenden mejorar la
penetración comercial en los Estados Unidos de América. En este sentido, se verifican
experiencias que van desde la certificación y la consolidación de la marca Sancor para
sus productos diferenciados lácteos a las inversiones de posicionamiento estratégico
de Techint, que incluyen una planta de terminación de sus productos —para reducir
sus stocks, agregar valor local y tener más flexibilidad frente a los requerimientos de
la demanda—, su network comercial y su permanente evaluación de proyectos en el
ámbito siderúrgico.
En similar dirección a la experiencia en el mercado de Estados Unidos de América,
se pueden observar las inversiones en Europa. Techint ha dado, en 1996, un salto
cualitativo con el proceso privatizador de Dalmine en Italia y la posterior consolidación
de su sofisticada cadena de comercialización y de su centro de desarrollo de materiales
en Roma. Igualmente, se verifica la acción de Socma y Arcor en la búsqueda de una
mayor penetración comercial. Sin embargo, su presencia en Asia es muy reducida,
salvo la actividad pionera de Impsa, con un centro de producción y construcción en
Malasia especializado en la ejecución de obras que incluyen el equipamiento de bienes
de capital propios y que, en forma creciente, avanzan en la provisión complementaria
de los servicios operativos asociados a su especialización en los mercados portuarios y
energéticos. Otro ejemplo son las operaciones de YPF en Indonesia, viabilizadas a través
de la compra de la empresa Maxus, que le permite el acceso a las reservas petroleras, que
son el eje central de la valorización de la empresa. En forma complementaria, Techint,
además de poseer sus importantes centros de ventas, está evaluando la posibilidad de
iniciar la producción de acero en la región.17
La breve explicación de la experiencia de esas once empresas argentinas nos permite
efectuar una primera evaluación de sus diferentes estrategias de internacionalización
de acuerdo a los tres tipos de estrategias propuestos:

a) Estrategia de la globalización. Corresponden a los casos de Techint, en el área de


tubos sin costura y de YPF, en su intento de ser una empresa petrolera de mag-
nitud internacional. En un segundo plano de importancia, también Impsa tiene

17
Ib., 56.

167
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

algunos rasgos de una operatoria global en su evolución hacia la búsqueda de


mercados mundiales emergentes en el área de infraestructura. También se debe
incluir dentro de esta estrategia al proyecto de Impsat de construir una autopista
informática latinoamericana de un millón de kilómetros de fibra óptica.
b) Estrategia de la especificidad del producto. Tenemos como clásico ejemplo a Ar-
cor, con su red de golosinas y Bagó, con la consolidación de su network regional
de aprovisionamiento de especialidades medicinales. Asimismo, podemos situar
aquí los productos lácteos Sancor.
c) Concentración empresaria. Es el caso de Techint, en el área de aceros planos,
con su nueva operatoria regional asociativa en diferentes partes del mundo.
Igualmente, se ubican en esta estrategia las experiencias de Bemberg, FV-Ferrum,
Perez Companc y Socma.

Se han encontrado, en los once ejemplos, rasgos de las distintas estrategias de


internacionalización, lo que permite poder clasificar los proyectos con relación a estas
categorías. Obviamente, es necesario tener la precaución de no extender las conclusiones
en forma categórica, debido a que, en los distintos casos, existen matices difíciles de
precisar en el momento de encasillar cada empresa, pues, en la mayoría de ellas, hay
aspectos que incluyen más de una estrategia específica.
Las empresas YPF y Perez Companc han orientado su estrategia a la búsqueda de
recursos naturales asociada a la necesidad de aumentar sus reservas petroleras, que
es el mecanismo de valorización de las empresas o de lo que llamamos especificidad
del producto. La necesidad de salir en busca de nuevas áreas, ya que en el país se han
agotado —debido a la relación de precios internacionales y costos de explotación— y
la preocupación por ganar escala para poder competir como empresas internacionales
en mercados desregulados es la motivación de la expansión de estas empresas en
varios proyectos, fundamentalmente en el área latinoamericana. Es de destacar que,
en el caso argentino, no se verifica la existencia de proyectos localizados en el exterior
motivados para aprovechar mano de obra con salarios bajos, ya que el leit motiv de la
internacionalización fue contrarrestar el avance de las transnacionales y buscar mercados
ampliados ante la situación del mercado interno.
El desarrollo de la organización Techint como empresa transnacional en el área de
tubos sin costura posee varios de los rasgos característicos de las estrategias denominadas
de concentración empresaria, así como de globalización, pues aglutinó, como estructura
básica, tres grandes empresas: Dalmine (Italia), Siderca (Argentina) y Tamsa (México).

168
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

Su proceso de integración bajo la denominación de Tenaris significó el desarrollo de un


network internacional de producción, ventas y desarrollo de actividades centralizadas
que le ha permitido adquirir un importante poder en el mercado mundial con una
significativa diversificación geográfica y presencia en las bolsas de Nueva York, Milán,
México y Buenos Aires. La estrategia de concentración ha sido una constante, pues, a
las primeras tres empresas que integraron Tenaris, se han sumado la venezolana Tausa,
la brasileña Confab, la argentina Siat, la japonesa NKK Tubes y la canadiense Algoma
Seamless Tubes. La complementación y especialización de sus plantas industriales, que
abarcan distintos tamaños y gamas de productos, le han generado economías de escala
y especialización, lo que le ha posibilitado un mejor acceso a mercados protegidos y el
crecimiento en sectores de demanda escasamente penetrados.
Tenaris ha avanzado en la centralización de varias de sus actividades claves. Entre
ellas, se destacan su poder de compra en el ámbito mundial, con una gran capacidad
de negociación con los proveedores, de tal manera que ha desarrollado cierta posición
monopsónica para adquirir bienes de capital o materias primas. Igualmente, ha sabido
articular determinadas posibilidades que le permiten la investigación académica y el
desarrollo tecnológico de la región, como el uso de los esfuerzos de investigación y
desarrollo de los laboratorios nacionales aprovechando la alta capacidad técnica de los
profesionales argentinos; la rotación de su personal calificado por las distintas estruc-
turas empresariales dispersas en los distintos países en los que opera; la celebración de
acuerdos comerciales y tecnológicos con empresas internacionales; su capacidad de
autofabricación o reestructuración de sus plantas industriales; y la formación de recursos
humanos y políticas de reclutamiento para el conjunto de la organización utilizando la
experiencia de numerosos otros profesionales latinoamericanos que se van uniendo
a los emprendimientos en los países de la región en donde actúa la organización con
altos niveles de competitividad. El desarrollo de esta trama compleja de interacciones
la ha posicionado como referente internacional en sus mercados, con características
particulares que permiten calificarla como una verdadera empresa transnacional.
La experiencia de Impsat es otro caso sumamente importante de internacionaliza-
ción a través de la inversión directa que está motivado por la obtención de una mayor
eficiencia operativa. Sus negocios en el ámbito latinoamericano se fundamentan en
la integración de todas las últimas tecnologías disponibles en telecomunicaciones, con
el desarrollo de soluciones integrales digitales y de microondas a medida para los re-
querimientos internos de sus grandes usuarios. Su expansión regional le permite ganar
economías de escala, necesarias para poder amortizar sus inversiones y desarrollo.

169
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Realiza sus operaciones con las cinco mejores estaciones satelitales a escala mundial y
cuenta con adquisiciones de tecnología de punta en sectores competitivos centralizadas
en su casa matriz. Sus acciones previas en la Argentina, en mercados desregulados,
han sido un activo muy importante para operar en países con procesos y desarrollos
equivalentes. A su vez, utiliza el desarrollo de su capacidad de software para obtener
nuevos mercados con requerimientos similares y su prestigio en experiencias previas
para replicar hacia otros mercados. Su radicación en Estados Unidos de América y su
asociación con Morgan Stanley le facilitan el proceso de financiamiento a tasas inter-
nacionales. Finalmente, el desarrollo de su autopista latinoamericana de fibra óptica en
170 ciudades es un proyecto que le permite contar con un activo estratégico de notable
importancia para su expansión futura.18
En el campo de la comercialización, Arcor y Bagó han desarrollado una cadena de
mercadeo internacional que busca llegar hasta el consumidor final. Arcor, particular-
mente, se ha convertido en un importante productor mundial de caramelos y ha conso-
lidado su marca para un tipo de mercadería que no tenía un proveedor o diferenciación
destacada, ya que, en ese rubro, el énfasis está en los chocolates, pero la empresa se
ha adaptado a la idiosincrasia latinoamericana de los consumidores de golosinas. Al
tiempo de especializar parte de su producción en el ámbito regional, provee también a
los mercados más sofisticados influidos por las marcas y mercados de consumo masi-
vo popular con mayor elasticidad de la demanda con relación a los precios. A su vez,
tiene integrada su producción al desarrollo de insumos claves como envases de papel
flexibles, sabores y materias primas. Actualmente, es la mayor red latinoamericana de
golosinas en un mercado en el cual en varios segmentos, en particular en chocolates,
participan muy activamente las grandes transnacionales europeas y estadounidenses de
fuerte posicionamiento global como Nabisco, Kraft, Nestlé o Vevey-Suiza. Por su parte,
Bagó se ha abierto paso en el campo farmoquímico. Es actualmente uno de los más
grandes laboratorios de la región y actúa con diferentes estrategias de internacionali-
zación, ya sea especificidad del producto o concentración, pues ha concertado más de
25 acuerdos de cooperación empresaria que comprenden contratos de licenciamientos,
joint ventures y comercialización internacional.
Otra de las estrategias de internacionalización que han desarrollado las empresas
argentinas es la concentración empresaria, en ese sentido, se aprecian asociaciones
y alianzas estratégicas entre empresas argentinas y empresas de fuera de la región

18
Ib., 58.

170
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

que articulan acuerdos derivados de la privatización, como convenios tecnológicos y


comerciales, que han sido fundamentales para su presencia en los mercados externos.
Así, tenemos el caso de YPF con su similar Petrobras del Brasil, que lo ha llevado a
actuar de manera conjunta en exploraciones petroleras, fabricación de lubricantes y
cadenas de comercialización. También en el mismo rubro de actividades, se encuentra
la empresa Perez Companc. En otras áreas, se aprecia la asociación de Bemberg con
Coca-Cola en Paraguay, así como el joint venture celebrado entre Impsa con el grupo
colombiano Santo Domingo y otra operación conjunta con un socio local en Malasia
y con la empresa estatal China. También hay que destacar la asociación empresaria de
la compañía Socma en el campo de servicio y comunicaciones.
De esta manera, los conglomerados empresariales que reflejan esta estrategia llamada
de concentración empresaria tienen un volumen significativo en el universo de todas
las empresas que, desde Argentina, han salido a los mercados internacionales. Como
se puede ver en el cuadro 13, el volumen de ventas, activos y personal ocupado de
los conglomerados argentinos representa la tercera fuerza gestionaria después de las
empresas extranjeras, ya que un total de 75 empresas tiene el 22,3% del volumen de
ventas, el 29,1% de activos y utiliza el 20,6% de mano de obra.
El desempeño exitoso de las empresas argentinas está determinado, también, por la
capacidad de generar modelos organizativos en permanente evolución y cambio que
puedan tener, simultáneamente, varias estrategias de actuación y la flexibilidad para

Cuadro 13
Descripción de los conglomerados empresarios argentinos y las empresas extranjeras
(en porcentajes - 1997)

Ventas Activos Empleo Empresas


en % en % en % (dato total)

1. Total de empresas extranjeras 53,2 54,5 46,7 342

2. Total de conglomerados empresarios 22,3 29,1 20,6 75

3. Total de empresas nacionales 24,5 16,4 32,7 583

Total de las primeras 1.000 100,0 100,0 100,0 1.000

Totales (en millones de US$) 143.879 140.931 626.668

Fuente: Kosacoff 1999, 25.

171
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

cambiarlas en los períodos de cambio, lo que ha llevado a adecuar sus estructuras or-
ganizativas a multimercados. Las evidencias recolectadas entre las empresas confirman
la importancia esencial de la construcción de nuevos modelos empresariales como
condición imprescindible para la implantación de inversiones en el exterior. En todos
los casos —con sus diferencias de intensidad y matices—, se confirma una profunda
transformación de las antiguas estructuras familiares creadas en la etapa sustitutiva de
importaciones hacia nuevos modelos de organización con un mayor grado de profe-
sionalidad y complejidad. Estos cambios están en plena gestación y el éxito final aún
no está garantizado. En efecto, las diferencias de gestión son muy positivas con relación
al pasado reciente de las empresas, pero aún deben enfrentar innumerables desafíos
para posicionarse en igualdad de condiciones frente a las organizaciones empresariales
de escala global.
El tránsito de la empresa familiar a la estructura empresaria compleja ha pasado,
en todos los casos, por una decisión estratégica de las compañías de adecuar sus
organizaciones a los desafíos del comercio internacional. El punto de partida, gene-
ralmente, estaba en la redefinición del área de especialización, que debía aprovechar
las capacidades acumuladas del pasado, superar sus limitaciones y posicionarse en el
nuevo escenario competitivo.
La nueva área de especialización de los conglomerados empresariales tiene un primer
eje ordenador en el objetivo de centrar sus operaciones en aquellas actividades que son
el corazón de sus capacidades tecnoproductivas. Este proceso requiere, por una parte,
de la búsqueda de una mayor eficiencia operativa de la empresa que externalice fuera
de esta todas las actividades complementarias que resultan más eficientes, generarlas
con una mejor división del trabajo o comprarlas en el mercado más que producirlas
al interior de la firma —mantenimiento preventivo, seguridad, comedores, limpieza,
servicios técnicos de apoyo a la producción, etcétera—, todo lo cual, por otro lado, no
es más que la admisión de la teoría clásica de Adam Smith.
Por otra parte, y esto es lo más relevante, está la decisión de especialización y de
semiespecialización. Como tendencia general, se observa una alteración de la produc-
tividad de la mano de obra, el capital y la capacidad tecnológica debido a la dinámica
de las ventajas comparativas y la forma como las empresas argentinas las han consi-
derado en sus estrategias aprovechando el esquema de integración subregional y la
psicología de la distancia cultural, pues buena parte de sus éxitos se han evidenciado
en América Latina.

172
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

Las estrategias varían de empresa a empresa y, a veces, dentro de una misma se


aprecian dos o más estrategias de internacionalización, lo que demuestra las diferentes
motivaciones con que salen al exterior. Así, Socma busca una nueva especialización
reemplazando su antigua presencia automotriz por la infraestructura, comunicaciones y
alimentos; asimismo, busca posicionarse como empresa regional autodenominándose
«empresa Mercosur». Igualmente, Perez Companc vende su participación familiar en
el sistema bancario y sus operaciones inmobiliarias en los shopings y en el negocio de
la fabricación de centrales telefónicas, y se concentra, más bien, en el área energética
y petroquímica. Arcor abandona su integración vertical fabricando bienes de capital.
Impsa, por otro lado, desarrolla Impsat y sale a vender al mundo obras de infraestructura
asociada a la provisión de servicios. Bemberg, en tanto, tiene una parte importante
en el mercado cervecero doméstico, concentra su expansión en los países limítrofes y
diversifica su actividad doméstica en sectores nuevos. Techint, a su vez, se consolida en
la siderurgia como productor de tubos de acero sin costura y como productor regional
de aceros planos.
Todas las empresas que se internacionalizan tienen, desde el punto de vista organiza-
tivo, tres preocupaciones comunes: la redefinición y el perfeccionamiento de sus recursos
humanos; la búsqueda de nuevos esquemas de financiamiento; y la incorporación y
difusión de las nuevas tecnologías organizacionales referidas a la gestión de calidad,
manejo de inventarios, desarrollo de proveedores y modelos de participación, y el
análisis y conocimiento del medio cultural en el cual se desenvuelven. En esta transición
decidida de internacionalizarse, adquiere una mayor relevancia la complementación
entre la producción y la comercialización/distribución/servicios. Los componentes del
marketing, la diferenciación de productos, el desarrollo de marcas propias, así como los
sistemas de logística, almacenaje y transporte, son, entre otros, algunos de los factores
claves para su nuevo posicionamiento competitivo. La comercialización ha sido un factor
clave en la transformación de las empresas, pues las ha llevado a pasar de la etapa de
exportación de manufacturas a incursionar en el área de exportación de servicios como
un paso previo a la radicación de inversiones, lo que demuestra la validez teórica del
proceso evolutivo del comercio internacional, según el cual las empresas transitan por
diferentes etapas cuando buscan conquistar mercados.
Este proceso está aún en plena gestación y tiene algunas evidencias de éxito verifica-
das en la creciente importancia de los flujos de inversión. Algunas de estas experiencias
han sido objeto de estudio de importantes centros de investigación de escuelas de
negocios internacionales como la Universidad de Harvard o el Instituto Tecnológico

173
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

de Massachusetts, así como de universidades latinoamericanas. El factor en común


de todas estas investigaciones es la incorporación de múltiples variables en la explica-
ción de los determinantes de los comportamientos empresariales y la importancia de
los modelos organizativos en el desenvolvimiento de las empresas que actúan en los
mercados externos.

3.2. Brasil

Brasil ha sido el país latinoamericano que ha mantenido una política permanente de


desarrollo de su sector externo y ha potenciado sus empresas hacia la exportación
de mercancías, servicios (incluso los de construcción pesada) y, sustancialmente, de
bienes con tecnología media. Esta política de incentivos y de articulación efectiva entre
el Estado y el sector privado tiene ya, a la fecha, más de 35 años y sus resultados son
evidentes: aviones brasileros sobrevuelan Canadá y casi todos los países de América
Latina, consumidores agotan alimentos procesados y fabricados en el centro y sur de
Brasil que se muestran en todos los supermercados de la región, viajeros se trasladan
en ómnibus con carrocerías 100% fabricadas en el sur de Brasil y grandes obras
de construcción pesada son hechas por transnacionales del norte brasilero. A todo
ello, se une una eficiente logística de transporte internacional operada por empresas
nacionales.
Sus operaciones de internacionalización se han adaptado rápidamente a las reglas
de la Organización Mundial de Comercio (OMC), en particular, al régimen de subven-
ciones y de dumping, así como al Acuerdo sobre Medidas de Inversión relacionados
con el Comercio (TRIM’S), y han creado mecanismos ingeniosos de protección a
su industria hecha para el mercado interno más grande de América Latina. Muchos
de los instrumentos y políticas de desarrollo industrial, como estímulos fiscales,
crediticios, políticas de compras públicas y una extraordinaria organización de su
diplomacia volcada hacia las exportaciones, permitieron el estupendo desarrollo de
sus exportaciones y lo sostienen hasta la actualidad, ya que varias de dichas políticas
aún continúan vigentes. Incluso, las políticas de liberalización de los mercados que
se abrieron paso en toda América Latina a inicios del decenio de 1990 se hicieron
gradual y pausadamente, a diferencia de lo que ocurrió en los casos argentino, pe-
ruano o chileno. De esa manera, sus empresas han tenido tiempo para adecuarse
a los nuevos desafíos de la competencia extranjera aumentando productividad y
racionalizando sus estructuras.

174
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

El resultado, desde el punto de vista cualitativo, es que las empresas brasileras han
logrado tener una mayor presencia internacional a partir de la comercialización de bienes
industriales en lugar de la de bienes primarios. Y en el caso de commodities, estos cada
vez experimentan mayores transformaciones y, en consecuencia, mayor valor agregado,
por lo que consiguen, hoy en día, mercaderías con bajo valor unitario e intensivos en
recursos naturales, o lo que llamamos diferenciación del producto. Este es el caso de
los jugos de naranja, celulosa, alimentos, bebidas y manufacturas a partir de la soya.
Aunque algunos autores como López, que sigue en sus trabajos a E. A. Guimaraes
en The Activities of Brazilian Firms Abroad, sostienen que «[…] es difícil hablar de un
movimiento hacia la internacionalización de las firmas de dicho país»,19 debemos señalar
que la observación de muchos casos concretos nos lleva a afirmar todo lo contrario,
ya que la presencia de mercaderías y servicios brasileros no solo se puede constatar en
todos los mercados latinoamericanos, sino incluso en los de los países desarrollados.
Basta apreciar el cuadro 14 para ver como Brasil es el segundo exportador de la región,
muy por encima de los otros países objeto de nuestro estudio, y que ese volumen de
exportación está basado en aspectos cualitativos importantes, como se ha señalado. Lo
que ocurre es que la óptica de internacionalización en los trabajos de López se hace a
partir de la IED y, en verdad, esa es una de las estrategias de internacionalización, pues
la de diferenciación del producto y, dentro de ella, la exportación es una de las más
utilizadas por las empresas brasileras. Incluso, utilizan las operaciones de licenciamiento
a través de contratos de franchising, aunque es cierto que todavía no alcanzan montos
significativos en tipos de contrato y valores de exportación. Sin embargo, la sumatoria
de las operaciones de internacionalización nos lleva a concluir que, después de México,
Brasil es el país con mayor grado de internacionalización y de diversificación de su
comercio exterior.
Incluso, siguiendo los propios criterios de López, quien se refiere a la internacionali-
zación a partir únicamente de la IED, es posible afirmar que dicho proceso es significa-
tivo en sectores como el financiero, ingeniería pesada, petrolero y manufacturero. Así,
empresas como Votorantim, Sadia, Antártica, Perdigao, Odebrecht, Andrade y Gutiérrez,
Matarazzo, y Braspetro son una muestra evidente de la evolución y de la estrategia de
las empresas brasileras, sin mencionar medianas empresas en el rubro de calzados, cos-
méticos y equipamiento de telecomunicaciones. Particularmente, cabe resaltar el caso
de Embraco, que llegó a ser el primer productor mundial de compresores herméticos.

19
López ob. cit., 323-325.

175
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Son de destacar también las inversiones de Braspetro, que, siguiendo lo que llamamos
estrategia de concentración, celebró contratos de joint venture y se asoció con más de 70
empresas en países de tres continentes, con lo que obtuvo transferencia de tecnología,
abrió mercados, y facilitó servicios en actividades de exploración y explotación petrolera.
Un aspecto resaltante es que su sector financiero sigue la ruta de su sector manufactu-
rero, sobre todo hacia países latinoamericanos. De esta manera, la experiencia brasilera
sustenta nuestra tesis de que la teoría evolutiva del comercio internacional es un conjun-
to de etapas precisas y subsecuentes. Así, después de la etapa de las exportaciones de
manufacturas, que alcanzó un éxito indudable en todo el decenio de 1980, sigue la de
servicios, particularmente de las empresas financieras, con el fin de sostener la penetración
de las empresas de manufacturas, facilitar al consumidor extranjero la adquisición de los
bienes y servicios de estas, y atenderlas con una serie de servicios de facilitación de sus
exportaciones. La etapa de la exportación de servicios se concretó con el establecimiento
de canales propios de comercialización, oficinas de servicio de postventa, almacenes y
transporte, que permitieron consolidar una mayor penetración de las exportaciones de
manufacturas. Ese fue el caso de Cofap, Freios Varga y Metal Leve, que instalaron oficinas
de servicios de postventa en Estados Unidos de América y Europa.
Este proceso de internacionalización se viabilizó merced a cuatro factores: la política
de desarrollo de las exportaciones articulada por el gobierno desde el decenio de 1970,
que incrementó sus volúmenes y su composición; la estrategia que denominamos de
concentración empresaria, así como el desarrollo de la estrategia de diferenciación
del producto, que apunta a obtener un mayor grado de especialización y se orienta
a una integración empresaria en redes globales; la calificación y la orientación de la
captación de IED hacia el sector productivo; y, finalmente, el aprovechamiento que
daba el proceso de integración del Mercosur, que ofreció un mercado ampliado a las
empresas, lo que se vio facilitado por el desarrollo de la psicología de la distancia, que
hizo muy fácil la radicación de inversiones y la consolidación de mercados en los países
del Mercosur y de América Latina en general y, obviamente, por la ventaja de actuar en
un medio ambiente culturalmente próximo. A ello, se debe unir un aspecto que no ha
sido estudiado actualmente y que ha facilitado la penetración comercial de sus firmas:
la habilidad negociadora de sus operadores, que posibilita lograr fácilmente acuerdos
comerciales duraderos.
Una de las experiencias más significativas, como se ha dicho, es la industria de óm-
nibus y de automóviles que regula tanto la importación como la exportación, ya que es
difícil articular políticas diferenciadas, pues el comercio exterior es de ida y vuelta; la de

176
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

Cuadro 14
Brasil y América Latina
(en millones de dólares y porcentajes de crecimiento)

Exportaciones Importaciones Saldo comercial


(acumulado (acumulado
enero-setiembre) enero-setiembre)

Subregiones/países 1999 2000 1999- 1999 2000 1999- 1999 2000

2000 2000

Total (16 países) 209.472 257.268 22,8 212.454 250.775 18,0 -2.981 6.494

Total (sin Venezuela) 195.205 232.813 19,3 202.924 238.999 17,8 -7.718 -6.185

MERCOSUR 55.879 64.714 15,8 58.800 64.163 9,1 -2.922 551

Argentina 17.404 19.718 13,3 18.700 18.691 0,0 -1.296 1.027

Brasil 35.032 41.399 18,2 35.808 40.682 13,6 -776 717

Paraguay 1.824 1.859 1,9 1.864 2.237 20,0 -40 -377

Uruguay 1.619 1.737 7,3 2.429 2.553 5,1 -810 -816

Chile 11.521 13.628 18,3 10.344 12.578 21,6 1 .176 1.050

Comunidad Andina 31.271 44.085 41,0 24.601 28.727 16,8 6.669 15.358

Bolivia 1.041 1.085 4,2 1.306 1.434 9,8 -264 -349

Colombia 8.277 9.692 17,1 7.104 7.907 11,3 1.173 1.785

Ecuador 3.282 3.688 12,4 1.813 2.221 22,5 1.469 1.467

Perú 4.403 5.166 17,3 4.848 5.389 11,2 -445 -223

Venezuela 14.267 24.455 71,4 9.530 11.776 23,6 4.737 12.679

México 98.856 122.117 23,5 102.020 126.618 24,1 -3.163 -4.501

Centroamérica y El Caribe 11.946 12.724 6,5 16.688 18.689 12,0 -4.742 -5.965

Costa Rica 4.969 4.688 -5,7 4.513 4.568 1,2 456 120

El Salvador 1.904 2.258 18,6 2.870 3.378 17,7 -966 -1.120

Honduras 883 1.048 18,7 2.032 2.349 15,6 -1.149 -1.301

Nicaragua 391 475 21,3 1.546 1.360 -12,1 -1.155 -885

República Dominicana 3.799 4.256 12,0 5.727 7.035 22,8 -1.929 -2.779

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) 2001.

177
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

compresores; y la de servicios como facilitante de sus exportaciones de manufacturas.


En 1994, Brasil implantó una serie de medidas que, entre otras cosas, consideraba
un sistema de cuotas para la importación de vehículos, un sistema diferenciado para
aquellos vehículos producidos en el Mercosur y una programación para la reducción
progresiva del arancel de importación. A ello, se agregó más tarde, en 1996, un régi-
men de incentivos para las empresas que se establecieran en las tres regiones menos
desarrolladas del país.
Por supuesto, tales medidas originaron una serie de protestas por parte de la
Unión Europea, Japón, Estados Unidos de América y los llamados tigres asiáticos,
quienes sostenían que estaban concediéndose subsidios a las empresas que se orien-
taban a exportar, lo cual, en efecto, no dejaba de ser cierto, debido a que muchos de
los beneficios se concedían a través de líneas de financiamiento para la exportación y
para la producción.
Sin embargo, la calificación de subsidio o subvención según las reglas de la propia
OMC está referida a cuando el Estado lo hace directamente con una industria específica
y puede, al hacerlo, causar daño a las economías de los otros países miembros. Brasil
contraargumentó señalando que los subsidios eran para un área geográfica con el fin
de propiciar su desarrollo; en consecuencia, se trataba de una política válida y con un
objetivo de desarrollo social. Empero, esta larga discusión en el seno de la OMC no
impidió que las empresas brasileras, principalmente de la industria metalmecánica, como
Busscar y Marcopolo, continuaran exportando hacia toda América Latina y afectaran
particularmente a las industrias locales, donde sus escasos fabricantes de carrocerías
se vieron desplazados.
Una eficiente articulación del Estado y el sector privado ha logrado afianzar,
así, la presencia de los productos y servicios brasileros en toda América Latina
y en varios países del África, aprovechando la cercanía cultural (algunos países
también fueron colonias portuguesas), así como en Estados Unidos de América
y los países árabes.
Buen ejemplo es el de la empresa Empresa Brasileña de Aeronáutica S. A. (Embraer),
fabricante de aviones. La otrora enorme compañía estatal fue privatizada en 1994 y
convertida en un prolífico exportador de aviones de cincuenta asientos, que contaba
con una lista de clientes que incluía a Continental Airlines y American Airlines, de AMR
Embraer ha sido un punto de referencia obligado del impulso de Brasil para promover la
privatización hacia sus propios empresarios. Antes de su privatización era una empresa
estatal que destacaba por desatar el entusiasmo patriótico. Sus ciudadanos eran incluso

178
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

capaces de donar parte de sus devoluciones fiscales a las arcas de Embraer. El grupo que
compró Embraer, encabezado por el consorcio brasilero Banco Bozano, Simonsen S.
A., aportó fondos frescos y nueva tecnología. De 1998 a 2000, los ingresos de Embraer
se duplicaron a US$ 2.700 millones y fueron el ejemplo para muchos de que Brasil
podía competir a escala mundial en productos de alta tecnología. Su línea de aviones
militares, algunos de los cuales están diseñados para luchar contra los narcotraficantes,
también podrían recibir un impulso ahora que la potencia hegemónica y sus aliados se
equipan para combatir el terrorismo.
Otro ejemplo es el de la empresa Gerdau, una compañía siderúrgica que, bajo el
impulso de la promoción de exportaciones propiciada por el gobierno durante todo
el decenio de 1970, empezó, dentro de una estrategia globalizadora, a actuar en
Uruguay, Chile, Canadá, Alemania y Argentina, aprovechando la adquisición de las
materias primas de los países sede. Su política de expansión la llevó a producir más
de dos millones de toneladas métricas. Es lo que podríamos llamar una típica empresa
transnacional, ya que el 30% de sus operaciones se realiza fuera del país sede y, en su
caso, en más de cuatro países.
Un caso que debe destacarse es el de la empresa pública Vale do Río Doce, que,
bajo esta modalidad empresarial, se radicó en los difíciles mercados de Estados Unidos
de América y Francia procesando y comercializando minerales y acero. Ello demuestra
que la capacidad y fuerza exportadora no solo reside en el ámbito privado de las
inversiones, sino en la capacidad gerencial de sus cuadros ejecutivos. Actualmente,
es una de las más importantes empresas productoras y exportadoras de mineral de
hierro a escala mundial, con sucursales en Nueva York, Bruselas, Tokio y Shangai.
Opera en el sector ferrocarrilero, portuario y, a partir de 2001, en el energético
(hidroeléctrico). Igual actuación ha desplegado su similar Usiminas, que, habiendo
sido privatizada y merced a la experiencia de su estructura organizativa, pudo crecer
comprando empresas públicas latinoamericanas en Argentina (Somisa) y Venezuela
(Sidor) dentro de una estrategia de concentración empresaria y aprovechando la
experiencia minera latinoamericana.
Otro ejemplo de concentración empresarial es la vinculación de las empresas Mar-
copolo y Agrale, que se unieron para fabricar furgonetas, o vans, y crearon el modelo
Volare, vehículo con capacidad para 27 pasajeros. Agrale, que también fabrica moto-
cicletas y tractores, hizo el chasis. Marcopolo, la mayor ensambladora de ómnibus de
Brasil, hizo la carrocería. Desde entonces, se han vendido cerca de 5.000 vehículos de
este modelo a clientes brasileros, latinoamericanos, europeos y africanos. Ahora, están

179
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

instalando una fábrica para el montaje de camiones y chasis de ómnibus en Córdoba


(Argentina) en asociación con el Grupo Coafi y Perkins Argentina S. A. (PASA). Los
autobuses de Marcopolo salen de varias fábricas. Además de las tres fábricas brasile-
ras (Caxias do Sul, Sào José dos Pinhais y Río de Janeiro), también se fabrican en
Aguascalientes (México), Río Cuarto (Argentina), Pietersburg (Sudáfrica) y Coimbra
(Portugal). Por su parte, Agrale exporta a Guyana Francesa y Surinam. Tienen, ade-
más, una alianza estratégica con Modasa Perú, a la cual proveen de tecnología para el
montaje de camiones.
Busscar, con sede en Joinville, en el estado de Santa Catarina, es dueña de cerca
del 20% del mercado nacional de ensambladoras. Sin embargo, su éxito depende de
la internacionalización, pues, de una facturación de US$ 215 millones en el 2000, la
mitad proviene de sus exportaciones sobre la base de alianzas internacionales como la
formalizada en Noruega con Vest Karroserie para fabricar autobuses y, más reciente-
mente, una suscrita en Cuba.
Todo ello ha convertido a Brasil en el segundo exportador de la región, seguido
únicamente por México, que se ha visto favorecido con los acuerdos del NAFTA (véase
el cuadro 14). Podemos apreciar, además, que mantiene un régimen equilibrado de su
balanza comercial, ya que importa y exporta en cantidades similares. El volumen de
exportaciones ha llevado a sus empresas a ubicarse dentro de las cincuenta más grandes
transnacionales de los países en desarrollo. En ese listado, aparece Petrobrás, que es
la sexta en el ranking, a la cual siguen Souza Cruz, Sadia, Brahma, Construcciones y
Equipamientos Villares, Embraer, Usiminas, Aracruz, Ceval Alimentos y Hering, que se
dedican a actividades diversas que van desde la fabricación de productos medicinales
y alimentos hasta la construcción pesada, la producción de aviones, radioisótopos y
textiles.

3.3. Colombia

La consolidación de muchas empresas colombianas en el mercado interno, donde se


fortalecieron en base a una política de desarrollo industrial, les permitió el desarrollo
de una sólida estructura administrativa que pudo contrarrestar la apertura económica
y la liberalización de los mercados que se impuso en toda América Latina. Con este
bagaje de experiencia, muchas empresas colombianas de industria ligera y algunas en
el campo de la industria pesada empezaron a internacionalizarse.

180
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

Algunos estudios han considerado que la motivación en el proceso de internacio-


nalización es el llamado isomorfismo, que consiste en imitar a otra empresa para, de la
misma manera, salir a los mercados externos. Tales trabajos consideran que las empresas
colombianas han sido influidas por el isomorfismo, según el cual las imitaciones en
prácticas y estructuras juegan un rol muy importante, ya que muchas organizaciones
copian a sus competidores.20 Sin embargo, estimamos que ello no se puede extender
al universo de las empresas colombianas, dado que muchas de ellas —las más signifi-
cativas— han sido motivadas por una contracción en el mercado interno debido a la
penetración de nuevos productos con la apertura de los mercados, así como a la reduc-
ción arancelaria y a las ventajas que, indudablemente, trae un proceso de integración
como la Comunidad Andina de Naciones.
En el caso del sector químico, es indudable que algunas empresas tenían estándares
de calidad internacional, lo cual les da una ventaja competitiva frente a los productos de
los países vecinos, como es el caso de las pinturas, que se ha internacionalizado dentro
del área de la Comunidad Andina de Naciones y de Centroamérica. La empresa Pintu-
co diversificó su negocio y estableció nuevas líneas de productos hacia un sector más
sofisticado como el automotriz industrial. Igualmente, entró a la etapa de la inversión
directa instalando plantas en el país de destino, concretamente en los países andinos;
la primera inversión la realizó en 1973 en Venezuela. Su estrategia corporativa consi-
deró la expansión de negocios de químicos (resinas, polímeros y otros) hacia mercados
donde había penetrado mediante exportaciones, como Ecuador, Perú, Bolivia, Chile
y Centroamérica, mediante alianzas empresariales o de lo que denominamos concen-
tración empresaria. De esa manera, en Venezuela, compró el 35% de la corporación
Grupo Químico y amplió, en 1999, su participación al 79% del capital accionario; en
Ecuador, adquirió la firma Pinturas Ecuatorianas S. A., con sede en Guayaquil; y, en
el Perú, piensa invertir próximamente alentada por el incremento de sus exportaciones
hacia dicho destino.
Una de las esiones Grupo Editorial Norma, Edimedios, Norma Revistas, Parramón
Ediciones S. A. y Nuevos Medios, encargadas de crear, diseñar, editar y distribuir
productos de comunicación; Bico Internacional S. A., con sus divisiones Productos
Escolares Norma, Suministros para Oficina Norma y Productos de Expresión Social
Kiut, encargados de diseñar, elaborar y distribuir productos y suministros escolares,

20
Restrepo y Rosero 2002, 113.

181
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

universitarios, para la oficina y para la expresión social; Cargraphics S. A., con sus
divisiones Impresión de Publicaciones, Imprelibros, Mancol, Impresión Digital y Tecar,
para producir, imprimir y distribuir libros, revistas y directorios telefónicos; Carpak S. A.,
con sus divisiones Visipak, Comolsa, Flexa, Eticar y Plegacol, para diseñar, producir
y distribuir empaques y soluciones integrales de empaques; Fesa S. A., con sus divi-
siones formas eficientes, valores, Plasticar y Recsa, para diseñar, elaborar y distribuir
productos y servicios que optimizan el manejo y registro de la información relativa a
las transacciones empresariales; Mepal S. A., con sus divisiones muebles, internacional,
industrial y Almatec, para ofrecer soluciones integrales para el manejo de espacios
y de materiales, amoblamiento de oficinas y hoteles, suministros de estanterías y
montacargas para centros de distribución; Publicar S. A., para manejar, comunicar y
comercializar bases de datos propias y ajenas utilizando medios de difusión impresos y
electrónicos; Sycom S. A., con sus divisiones telecomunicaciones, informática, sistemas
y equipos para oficina, soluciones y equipos para comercio, soluciones informáticas,
servicio técnico, seguridad electrónica preventiva y la planta de ensamble electrónico,
para ofrecer soluciones tecnológicas integrales para el manejo de información en las
áreas de producción, comercialización y gerencia de empresas; Ofixpres S. A., para
suministrar a las empresas todo lo que sus oficinas necesitan para el funcionamiento
cotidiano en lo referente a productos, equipos y muebles; Musicar S. A., que ofrece
música ambiental y comunicaciones empresariales especiales; y Escarsa E. S. P., que
ofrece servicios públicos integrados de comunicaciones.
La transnacional más significativa, por su volumen de operaciones y el área geográfica
que cubre, es el Grupo Bavaria, que ha radicado inversiones en Ecuador, Panamá, Perú
y la Unión Europea. La motivación que ha tenido para internacionalizarse ha sido crecer
para contrarrestar la expansión de la empresa Leona, en tanto que su estrategia ha sido
la concentración empresaria por medio de fusiones y adquisiciones. Su actual participa-
ción en el mercado latinoamericano de las cervezas llega al 13% y se ubica en el tercer
lugar después de Brahma (Brasil), que posee el 18% y el Grupo Modelo (México), que
frisa el 14%. Su estrategia de concentración empresaria lo ha llevado a realizar una IED
en Ecuador a través de la adquisición, en 1982, de Cervecería de Ecuador y Cervecería
Andina; la adquisición de Cervecería Nacional en Panamá en 2001; y una adquisición
significativa del capital de Backus & Jhonston en el Perú en el año 2002. Uno de los
objetivos más ambiciosos de esta transnacional es convertirse, hacia el 2006, en uno
de los diez primeros grupos cerveceros del mundo, para lo cual entrará en un proceso
de alianza estratégica y transferencia de acciones con South African Breweries (Miller).

182
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

Otra de las recientes experiencias de internacionalización es la del Grupo Legis S.


A., con operaciones en Colombia, Venezuela, Chile, Perú, Argentina y México. Creado
en 1952, provee información legal y profesional a más de 350.000 suscriptores de todo
el mundo. Nació como respuesta a la necesidad de compilar y hacer comprensible toda
la legislación económica oficial. En este espíritu, introdujo su revolucionario sistema de
hojas sustituibles y, hoy, gracias a su permanente actualización tecnológica, Legis es la
empresa líder en información legal y empresarial de Latinoamérica.
El total de la inversión colombiana en el exterior alcanzó su punto más significativo
hacia 1998, cuando llegó a US$ 1 millón. Luego, a partir de la crisis económica ocurrida
en 1999, ha bajado significativamente, pero ello no ha impedido a sus empresas, que
ya están operando en los mercados internos, a mantener sus operaciones.

3.4. Costa Rica

El proceso de internacionalización de las empresas costarricenses se ha iniciado merced al


esfuerzo del sector privado y la actuación el Ministerio de Comercio Exterior, la Dirección
de Promoción del Ministerio de Relaciones Exteriores y la Coalición Costarricense de
Iniciativas para el Desarrollo (CINDE), quienes han desarrollado una labor coordinada
para captar IED y alentar a sus empresas exportadoras.
Así, es uno de los países que más han destacado en materia de atracción de inver-
siones extranjeras, tanto por la magnitud y estabilidad de estos recursos como por la
orientación de estos hacia el sector industrial. Los flujos de inversión extranjera directa
hacia Costa Rica, a partir de 1990, presentaron una tendencia creciente, resultado de
la apertura comercial, la estabilidad económica y el desarrollo de las zonas francas. A
finales del decenio del siglo pasado, importantes empresas transnacionales decidie-
ron establecerse en dicho país e impulsar el desarrollo de actividades intensivas en
tecnología, información, comunicación y capital humano calificado, particularmente
la fabricación de productos y dispositivos médicos, electrónica, servicios y turismo, con
lo que se fortalecieron, además, los sectores tradicionales como agricultura, comercio,
industria alimenticia y de confecciones.
A partir del 2001, los flujos de IED recibidos, en promedio, han superado los
US$ 600 millones. En el 2005, el ingreso alcanzó 653,2 millones, monto superior en
US$ 36 millones al registrado en el año anterior y equivalente a 3,3% del PBI. Entre
las inversiones relevantes, sobresalen las expansiones de algunas empresas de las zonas
francas, entre las que destacó la de Componentes Intel; la comercializadora Wal-Mart,

183
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

que compró el 33% de la Cadena de Supermercados Unidos (CSU); la Superferretera


EPA; y la instalación de un nuevo local de los supermercados Price Smart.
Esta captación ha tenido como destino, en los últimos ocho años y hasta el
2005, el sector industrial, que ha captado el 65,4% del total de estos recursos, lo
que muestra una característica muy singular de desarrollo económico, ya que ha
orientado la protección de las inversiones hacia el aparato productivo y no mera-
mente al especulativo. En los años recientes, las actividades con mayor recepción
fueron la industria electrónica de alta tecnología y la de dispositivos y productos
médicos. Además, sobresalieron los montos dirigidos hacia los sectores turismo, con
un 12,9%, y servicios, con una participación relativa del 10,5% (incluye los financieros
y los basados en tecnologías de información y comunicación). En el primer caso, el
dinamismo del turismo ha impulsado el crecimiento de la demanda tanto de habita-
ciones (hoteles y similares) como de servicios complementarios (agencias de viajes,
restaurantes, centros de recreación y esparcimiento, entre otros). En el caso de los
servicios, destacó la instalación de centros de servicios compartidos, desarrollo de
software y servicios financieros.
El mayor inversor es los Estados Unidos de América, que, durante el período 1997-
2005, alcanzó una participación promedio en el total de la IED del 64,1%. Cabe señalar
que, en el 2005, esa participación relativa ascendió a 80,4%. En el 2002-2003, las in-
versiones de países europeos también fueron significativas. Así, en el 2002, Heineken de
Holanda compró el 25% de Florida Bebidas y, en el 2003, la estatal Correos de Alemania
adquirió la empresa de servicios Cormar. Algunos países latinoamericanos también han
invertido como, por ejemplo, Argentina, Colombia, Venezuela, Perú, México, El Salvador
y Panamá. Estos capitales han estado dirigidos a la industria alimenticia, los servicios
financieros y el desarrollo de proyectos inmobiliarios y de turismo, principalmente la
instalación de fábricas de bebidas y restaurantes.
En tanto el proceso de internacionalización se ha efectuado a través de cinco formas
especificas que pueden aglutinarse dentro de dos de las estrategias de internacionali-
zación que visualizamos en el capítulo IV.

- Especificidad del producto. Esta estrategia se plantea a través de la exportación


indirecta y la utilización de brokers o distribuidores. La primera se complementa
con mecanismos de cooperación que facilitan la provisión de insumos agrope-
cuarios, transferencia de tecnología y de prácticas gerenciales, por parte de los
compradores. Un ejemplo es el de la empresa «Cafetera Lomas al Río» que en el
año 2000 acopió la producción de 125 pequeños cafetaleros a quienes otorgó

184
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

apoyo técnico, con el propósito de que el producto cumpliera con los estándares
requeridos por los consumidores del exterior.
En el caso de los brokers y distribuidores internacionales, estos imponen su
marca a los productos agrícolas que se exportan. Se ha adoptado este esquema
en razón del reducido tamaño de la oferta exportable de productos alimenticios
procesados, en relación al tamaño del mercado de destino, ya que la exportación
costarricense solo complementa el stock que comercializa el distribuidor.
- Concentración empresaria. Sus expresiones son los consorcios de exporta-
ción, las oficinas de representación y la formación de clusters. Los consorcios de
exportación representan la unión de empresas dispuestas a compartir información
y recursos, con el objetivo de aumentar su competitividad. Actualmente operan
tres consorcios: Costa Rica Fashion Port, en el sector confección (siete empresas);
Costa Rica Food Group, en la industria alimenticia (diez empresas); y MetalGroup,
metalmecánica (diez empresas).
Otra forma son las oficinas de representación de las empresas de software como
Exactus (oficinas en ocho países), Codisa (oficina en Venezuela), Aura (doce
países). Este sector dinámico también utiliza como mecanismo la formación de
empresas conjuntas.
Finalmente, existen las cadenas productivas y formación de clusters, que po-
sibilitan desarrollar proveedores locales para que en un futuro puedan suplir
directamente a las plantas de la transnacional establecida en el país. Así, los
proveedores locales pasan a ser exportadores directos. En la actualidad cerca de
355 empresas extranjeras mantienen vinculaciones con 250 proveedores, en las
áreas de tecnología de la información, eléctrica y electrónica, metalmecánica,
médica, química, farmacéutica, agroindustrial y textil, enfocadas a negocios con
alto valor agregado.

3.5. Chile

Uno de los países, junto con Brasil, que ha tenido una política constante y clara de
desarrollo de sus exportaciones como medio para generar el bienestar de su pobla-
ción ha sido Chile. El diseño de la llamada «geopolítica Portales» y las políticas de
Augusto Pinochet que pudieron ejecutarse durante 24 años de una manera constante
y definida han posibilitado crear un escenario económico estable y promotor de la
internacionalización de sus empresas, lo que ha forjado una estructura empresaria

185
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

nacional tecnificada y conjugado exportaciones de manufacturas y servicios con una


interacción diplomática eficaz que ha posibilitado colocar a sus mejores profesionales
en los organismos internacionales de carácter multilateral.
Si bien ha celebrado acuerdos bilaterales de comercio con los países de América
Latina, no forma parte de ninguna unión aduanera desde que, en 1976, se retiró del
más significativo esfuerzo de integración: el Grupo Andino. Es, en tanto, un activo par-
ticipante en foros como el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) al haber
sido el primer país sudamericano firmante de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con
los Estados Unidos de América.
Fruto de todo ello, las empresas chilenas han alcanzado en el exterior un dinamismo
ciertamente sorprendente. El vigor y expansión internacional de sus empresas y de
sus inversiones es el resultado de un conjunto de políticas adoptadas y ejecutadas en
distintos momentos por los gobiernos de aquel país, particularmente, desde el diseño
de la geopolítica de Diego Portales, como se ha señalado, hasta nuestros días, merced
a reglas estables y compartidas entre el Estado, el sector empresario y sus instituciones
sociales intermedias.
A partir de la década de 1940 y dentro de la política de sustitución de importa-
ciones y la actuación de un agente financiero como la Corporación de Fomento de la
Producción (CORFO), Chile se convirtió en el país latinoamericano con mayor número
de empresas públicas (270), así como en administrador e interventor de más de 250
empresas privadas. Todas ellas sirvieron de base para que el Estado, más tarde, a partir
de 1974, las transfiriera al sector privado nacional, incluidos los propios trabajadores, lo
que dio origen a una concentración de su propiedad, incluido bancos, en unos pocos
grupos económicos nacionales. Durante este período, el poder económico se concentró
en los conglomerados financieros que poseían contactos con el capital internacional,
quienes aprovecharon el acceso al crédito externo para adquirir tales empresas. A su
vez, las empresas, en manos de sus nuevos inversionistas, fueron preparándose, en su
organización, administración y en su producción, para competir en los mercados inter-
nacionales vía exportación de manufacturas. Sus nuevos cuadros ejecutivos tuvieron
el aliciente de acceder a la propiedad de las empresas que dirigían, ya que uno de los
mecanismos de la privatización chilena —con indudable inteligencia y sentido naciona-
lista, al contrario de los otros casos latinoamericanos— permitió a sus ejecutivos acceder
a porcentajes de acciones mayores que los porcentajes a los que pudieron acceder los
trabajadores e, incluso, los empleados públicos, lo que posibilitó que sus empresas no
terminen en poder del capital extranjero.

186
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

Su sector agropecuario ha recibido un tratamiento especial no solo para fortalecer


sus exportaciones, sino, además, para protegerlo de la competencia internacional ar-
ticulando, para tal efecto, una política de precios y aranceles. En el primer caso, se ha
establecido un sistema de bandas de precios para el azúcar, los aceites comestibles, el
trigo y los lácteos; en el segundo, se ha establecido un arancel considerado mayor para
los productos agrícolas en general (31,5%) y programas de desgravación especialmente
prolongados (hasta 18 años) para los productos agrícolas estipulados en los acuerdos de
integración regional y con Canadá. Incluso, se han impuesto medidas de salvaguardias
a partir del año 2000, renovables anualmente, lo que ha afectado a las industrias que
usan insumos importados, pues ello origina un incremento del precio del producto final
para el consumidor local.21
El Estado orientó, por otro lado, la captación de la IED y mantuvo una política
económica a favor de sus empresas manufactureras y de servicios financieros que
incluyó una política de subsidios, que llegaron, en algunos casos, al 90%, como en el
área forestal, que permitieron a sus unidades productivas superar el difícil período de la
llamada «industria infante». Igualmente, orientó la inversión estatal a la investigación
académica y formación de recursos humanos en los sectores frutícola y pesquero.
La capacidad de compra del Estado se dirigió, a partir de 1983, hacia la adquisición
de insumos y bienes nacionales. Se estimuló el ahorro y la reinversión de utilidades,
lo que facilitó ejecutar operaciones de crédito a las exportaciones. Ello y otras po-
líticas gubernamentales dieron como resultado que, en el primer quinquenio del
decenio de 1990, las exportaciones chilenas crecieran cerca del 10% anual, apenas
un dígito menos que las naciones emergentes del sudeste asiático, y que muchas
de sus empresas adquirieran grandes corporaciones y firmas transnacionales, como
la Corporación Nacional del Cobre (Codelco), que controla un gran porcentaje del
comercio mundial del cobre; las industrias de celulosa y papel (22,7% de crecimiento
anual); y la industria de alimentos. Posteriormente, después de exportar manufacturas,
dio el siguiente paso hacia la exportación de servicios y radicación de inversiones,
particularmente en América Latina.22
Aprovechando la apertura del modelo neoliberal en América Latina, iniciada en
el decenio de 1990, comenzó el proceso de radicación de inversiones en la región a

21
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). 2001, 130.
22
López, Andrés. «El caso chileno». En Daniel Chudnovsky, Bernardo Kosacoff y Andrés López (edi-
tores). Ob. cit., 264-266.

187
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

través de la adquisición de empresas privatizadas. Otro factor de orientación de tales


inversiones es la cercanía geográfica y el claro propósito de consolidar intereses en la
subregión. De los 45 países en los cuales se han hospedado sus inversiones, diez son
latinoamericanos y, de ellos, los dos primeros son sus vecinos (Argentina y Perú) como
se puede ver en el cuadro 15. Este ha sido un esfuerzo constante que ha experimentado
un fuerte repunte durante el primer trimestre de 2004, en que superó en un 42% los
valores alcanzados en el año 2003 y llegó a un acumulado de US$ 27.785 millones.
Las inversiones chilenas encajan dentro de lo que llamamos las estrategias de la
globalización y de la concentración, principalmente aquellas orientadas al sector in-
dustrial, ya que tales inversiones buscan controlar la producción de mercancías en las
cuales tienen experiencia y ventajas competitivas, sobre todo por su disposición de las
materias primas, es decir, el control de las fuentes de recursos naturales para ofrecer
a los mercados internacionales un mayor volumen de mercancías con las mismas
características. De esa manera, se han radicado las empresas que producen artículos
derivados del cobre, madera, papel, pastas y cervezas.
El desarrollo exitoso de la internacionalización de las empresas chilenas se aprecia
en áreas productivas específicas: vitivinícola, agroindustriales, lácteos, pesquera, servicios
comerciales, eléctricos, financieros, fondos de inversión, fondos de pensiones, ingeniería
y computación. Las dos primeras áreas productivas son las que más se han expandido
en los últimos veinte años y han llegado a radicarse en países latinoamericanos.
Durante 1996 y 1997, las empresas vitivinícolas se han sumado a la tendencia
de internacionalización de su actividad productiva, se han presentado en otros
subsectores de la agroindustria y han efectuado inversiones en Argentina. Para ello,
en diciembre de 1996, la Viña Concha y Toro, el mayor productor y exportador,
adquirió tierras y una bodega en la ciudad de Mendoza orientadas a la producción
de vinos finos principalmente para la exportación. Luego, en 1997, la Viña Santa
Rita siguió sus pasos y formó, en el mismo país, la Sociedad Viña Doña Paula S. A.
con iguales propósitos.
Hacia el año 1996, Empresas Santa Carolina internacionalizó su actividad vitivinícola
mediante la adquisición de la empresa Bodegas y Viñedos Santa Ana, quinta empresa
trasandina en vinos según volumen de ventas y segundo exportador. Las razones para
invertir en Argentina están basadas en la escasa y débil estructura exportadora de
dicho país a pesar del gran potencial exportador y de la excelente calidad de sus vinos,
por lo que se buscó contribuir con la experiencia ganada en los últimos años por la Viña
Santa Carolina para satisfacer la demanda por vinos finos argentinos en los mercados

188
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

Cuadro 15
Inversión chilena por país de destino
(millones de US$ y porcentajes a marzo de 2004)

País Inversión materializada Participación


(millones US$) (%)

Argentina 14.156 51,0%


Perú 3.828 13,77
Brasil 4.027 14,49%
Colombia 1.391 5,0%
Bolivia 373 1,34%
Venezuela 1.260 4,5%
Paraísos fiscales (Panamá, Islas Guernsey,
Islas Gran Caimán, Islas Vírgenes Británicas, Aruba) 1.389,28 5,0%
Otros (Resto de América Latina, Estados Unidos
de América, China y Tailandia 1.361,50 4,9%

Total 27.785,78 100,0 %

Fuente: Chudnovsky, Kosacoff y López 1999, 281.


Elaboración: propia

internacionales. Asimismo, el mercado interno argentino es de gran interés dado su tama-


ño y la demanda de sus consumidores, el cual es cinco o seis veces superior al chileno.
Otro factor que ha sido importante al tomar la decisión de realizar inversiones en
Argentina es el hecho que este país tiene un acceso al Mercosur mucho mejor que Chile,
por ser miembro de esta unión aduanera y por la cercanía de sus puertos. Argentina
es un importante productor de uvas a escala mundial, por lo que la producción en ese
país tiene expectativas muy promisorias.
Una de las ventajas que le han permitido a las empresas chilenas radicarse en los
países limítrofes es el hecho de disponer de canales de comercialización que le han
facilitado su internacionalización productiva y contar con buenos distribuidores de frutas
y vinos, como David del Curto, que opera en varios países del continente y en la Unión
Europea, por lo que pueden vender la producción argentina e incluso la peruana, cuya
cosecha sale antes, a los mismos distribuidores a los que venden la producción chilena.
A ello, hay que añadir que los canales de comercialización abiertos a través de una

189
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

cadena de supermercados como Santa Isabel han propiciado la penetración hacia el


consumidor final de Paraguay, Perú y Argentina de empresas como Unimarc, Jumbo,
Ekono, Falabella y, recientemente, Sodimac.
Otra forma de internacionalización ha sido la que denominamos concentración de
empresas. Durante el año 1996, se iniciaron las negociaciones entre ejecutivos de Viña
Concha y Toro S. A. y Barón Philippe de Rothschild S. A. que culminaron con el acuerdo
de producir, en conjunto y en Chile, un vino de calidad super premium para ser comer-
cializado mayoritariamente en el mercado internacional y complementar sus cadenas
de distribución tanto en Francia y Asia como en Latinoamérica. La necesidad de contar
con proveedores permanentes y en gran volumen para satisfacer los requerimientos
de sus distribuidores y consumidores del exterior ha motivado y reforzado la incursión
internacional por parte de las empresas productoras de frutas y hortalizas procesadas,
lo que ha llevado su actividad productiva al exterior, en donde han adquirido extensas
hectáreas de cultivo, principalmente en la costa central del Perú y en el noreste brasilero.
El mecanismo seguido por las empresas agroindustriales ha sido, inicialmente,
exportar productos con sus marcas propias a los mercados extranjeros para, posterior-
mente, desarrollar su actividad productiva en ellos. Watt’s sigue este proceso. El éxito
de sus exportaciones a los mercados del cono sur lo llevaron a comenzar su actividad
productiva en Paraguay mediante la instalación de la planta de jugos Larga Vida en
1996. Además, el holding Santa Carolina ha adquirido una empresa alimenticia en
Perú y dos en Argentina.
Empresas Iansa, luego de su consolidación en Brasil y Argentina como mercados
para sus exportaciones de pasta de tomate, inició, en 1995, la internacionalización
de su actividad productiva y constituyó, en el Perú, la filial Iansa Perú, encargada del
desarrollo de negocios en el rubro agroindustrial. Esta filial formó, asociada a capitales
peruanos, la empresa Icatom S. A., dedicada a la producción de concentrado y otros
derivados de tomate para la exportación a Europa y Estados Unidos de América. La
ventaja de producir en el Perú es que los productos originarios cuentan con ventajas
arancelarias para su ingreso a dichos mercados, así como la posibilidad de efectuar el
cultivo de tomate en la costa peruana a lo largo de todo el año. Dentro del rubro de
agroindustriales, las empresas no solo buscan los mercados europeos o estadouniden-
ses, sino que, bajo los criterios de la cercanía cultural, están orientándose a abastecer
a América Latina y, especialmente, los países de Mercosur con envase propio y marca
comercial mediante un joint venture con empresas internacionales como, por ejemplo,
Bonduelle.

190
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

Empresas como Frisac, productora de congelados, han comenzado a producir en


el exterior, fundamentalmente en Argentina, dado que, en este país, como en el Perú,
hay un tratamiento más favorable para las inversiones que en otros países latinoame-
ricanos, debido a su política neoliberal y la apertura de sus mercados. Además, las
cadenas de supermercados chilenas que se han instalado en este país han posicionado
diversas marcas, a lo cual se les une sistemas de crédito a los consumidores con líneas
de financiamiento por parte de bancos de su misma nacionalidad y cobertura de ries-
gos con seguros de desgravamen providenciados por compañías de seguros también
chilenas. Todo ello ha posibilitado que la introducción de productos se haya hecho más
fácil. Así, por ejemplo, la cadena de supermercados Santa Isabel facilita un sistema de
tarjetas de crédito a sus clientes, quienes pagan las tasas de financiamiento al Banco
de Trabajo, que, a su vez, exige un seguro de desgravamen para el caso de muerte de
titular que es vendido por la Compañía de Seguros Altas Cumbres: una comprobación
de la validez de la teoría evolutiva del comercio internacional, pues pasan de una etapa
de exportación de manufacturas a una de exportación de servicios (financieros y de
seguros). Se puede, entonces, afirmar que Chile, después de consolidarse en la etapa
de exportación de manufacturas, se encuentra cimentándose dentro de la etapa de la
exportación de servicios, a la cual seguirá la IED y las subsiguientes otras fases. Como
ilustración de ello, tenemos el caso de Falabella, Santa Isabel, Ripley, Boticas Fasa
(Farmacias Ahumada S. A.) y Sodimac.
En 1993, Falabella inició la internacionalización de sus actividades e inauguró
cinco tiendas en Argentina (Buenos Aires, Mendoza, Rosario, Córdoba y San Juan);
posteriormente, en 1995, ingresó al Perú mediante la adquisición de Saga, cadena que
ya contaba con dos tiendas en la ciudad de Lima. Pasó, luego, a la etapa de la expor-
tación de servicios mediante la facilitación de los servicios financieros y creó, en 1999,
el Banco Falabella, un banco orientado a la atención de personas a través del crédito
para compras en sus tiendas Saga Falabella y Tottus y convenios crediticios con que
cuenta la financiera mediante la tarjeta denominada CMR Falabella. Ello le ha permitido
realizar rápidamente colocaciones que representan el 7,7% del total de colocaciones
de consumo otorgadas por el sistema financiero peruano. Su rápida y fácil actuación
en el Perú la ha llevado a la etapa de la inversión directa, que se ha materializado en la
construcción, en el 2002, del primer hipermercado Tottus. Adicionalmente a la apertura
de Tottus, se tiene la fusión con Sodimac (una empresa del rubro ferretero como son
los home centers), con lo que el Grupo Falabella, tanto en Chile, Argentina como Perú,
se convierte en un retailer con una importante oferta de valor.

191
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Las cadenas de farmacias Fasa, Inkafarma y Boticas Torres de Limatambo (BTL)


han logrado establecerse en el Perú y desplazar a cientos de farmacias independien-
tes. Han impuesto marcas significativas como Fasa, con 72 locales, e Inkafarma,
perteneciente al grupo Salco Brand, con 34 establecimientos, lo cual evidencia
una clara IED.
Aprovechando los requisitos mínimos que ofrece la legislación peruana, que solo exi-
ge una inversión de US$ 500 mil para acogerse a beneficios tributarios y de estabilidad,
las empresas chilenas han incursionado en la internacionalización productiva. Así, en
1995, Empresas Santa Carolina adquirió una importante participación en Laive S. A.,
empresa líder en quesos y mantequilla en el mercado peruano, que proyecta ampliar
su producción a otros rubros, entre los que se incluye leche larga vida. Además, en
1996, compró Lácteos Conosur S. A., empresa que exporta leche en polvo a Brasil y
vende en la provincia de Buenos Aires. Ambos mercados son de gran interés. El Perú
es uno de los más prometedores de la región por las facilidades que sus autoridades
brindaron a los inversionistas chilenos desde 1992 y el mercado argentino se destaca
por su gran tamaño, alto consumo per cápita, ubicación estratégica en el Mercosur y
gran futuro como proveedor mundial.
La producción de celulosa y papel ha sido un interés de larga data en el esfuerzo de
internacionalización chileno que se ha visto colmado con las acciones del grupo CMPC
(Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones), que incluye las empresas: Forestal
Mininco, CMPC Celulosa, CMPC Papeles, CMPC Tissue y CMPC Productos de Papel.
Ello le ha posibilitado ingresar en todos los países latinoamericanos y también en
otros del Caribe, Asia y la Unión Europea. Siguiendo la estrategia de diferenciación,
ha radicado inversiones en Argentina, Perú y Uruguay para sus productos tissue
en las categorías de papeles higiénicos (Elite, Confort, Higienol, Noble, Orquídea y
Preferido), pañuelos desechables (Carilina de Elite y Elite), servilletas (Elite, Nova y
Sussex) y toallas de papel (Elite, Nova y Sussex), así como pañales desechables marca
Babysec y toallas higiénicas femeninas con las marcas Confidence y Ladysoft. En Ar-
gentina, posee una planta en Zárate, cuya operación industrial es la más importante
de tissues en Sudamérica, y una planta productiva de pañales en Naschel, provincia
de San Luis. En el Perú y Uruguay, las filiales Protisa e Ipusa, respectivamente, fabrican
tales productos y pañales. Igualmente han radicado inversiones mediante sus fábricas
Fabi Bolsas Industriales en Argentina y Forsac en Perú, en donde domina el 70% del
mercado. El negocio de sacos multipliego es operado por filiales en Argentina y Perú
(Protisa) desde las cuales atiende a los respectivos mercados locales, principalmente a

192
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

la industria del cemento y química, rubro en el que realizan exportaciones a diversos


países de la región.
Las inversiones de CMPC en el exterior se ubican en Argentina (CMPC Inversiones
de Argentina S. A., Papelera del Plata S. A., Fabi Bolsas Industriales S. A., Naschel S.
A. y Forestal Bosques del Plata S. A.), Perú (Forsac Perú S. A., Papelera del Rímac
S. A. y Protisa Perú S. A.) y Uruguay (IPUSA). Estas, como los mismos ejecutivos de
la empresa lo señalan, han sido fáciles, pues han contado con el apoyo de muchos
dirigentes empresariales, funcionarios estatales y un buen sector de la prensa del país
receptor. Su interés, además de expandirse, es asegurar en el extranjero mercados de
aprovisionamiento de materias primas mediante la adquisición de empresas cuyos
principales insumos sean los que la empresa chilena fabrica para exportar.
Además, ha desarrollado una estrategia de concentración empresaria al impulsar
acciones de fusión o incorporación de empresas. Esta estrategia se ha hecho por medio
de fusiones, joint ventures o venta de acciones a otras empresas extranjeras, principal-
mente de países desarrollados, con el fin de crear una imagen de mayor potencialidad
y comprometer a sus asociados en la protección de las inversiones con participación
chilena en sus países de origen. Es el caso de Enersis, que transfiere el 30% de sus
acciones a la española Endesa.
El proceso de internacionalización productiva en la industria pesquera no ha sido
un fenómeno de gran importancia. El único caso entre las empresas estudiadas es una
filial de la pesquera de Iquique, la Pesquera Marazul, que formó, en 1994, una sociedad
llamada Patagonian Pride con la empresa argentina Alpesca, destinada a desarrollar la
pesca de bacalao de profundidad en la Patagonia (Argentina). No obstante, ha logrado,
con éxito, desarrollar la piscicultura de río (pesca de salmón), cuyas exportaciones, en
el primer semestre de 2001, totalizaron más de US$ 585 millones, con lo que man-
tuvieron, así, un crecimiento sostenido. Su principal mercado de destino es el Japón,
seguido de Estados Unidos de América y la Unión Europea, lo que lo ha convertido
en el segundo mayor exportador a escala mundial, solo superado por Noruega. En el
2003, llegó a exportar salmón por un valor de US$ 973 millones aprovechando las
ventajas comparativas que tiene en su producción. La salida al exterior se hizo después
de incorporar tecnologías modernas en la producción y envase.
Similar al caso del salmón, cuya adaptación a la geografía chilena le ha costado
decenios de esfuerzos y transformación tecnológica que contó con el apoyo decisivo
del Estado a través de la Fundación Chile, es el de las plantaciones de pino radiata
para producir papel periódico. En ese rubro, han logrado resultados más prometedores

193
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

que los obtenidos en su lugar de origen (California), lo que lo ha convertido en uno


de los pocos países del mundo abastecedor de papel periódico, el cual solo se puede
producir a partir de fibras largas. Este producto se ha instalado precisamente en los
países vecinos y es vendido a los periódicos más importantes, incluso al crédito. Tal
vez ello explique algunas consideraciones de la penúltima etapa de la teoría evolutiva
del comercio internacional: la penetración cultural.
El proceso de internacionalización ha llegado al sector servicios (transporte, elec-
tricidad, finanzas, ingeniería y fondos de inversión) siguiendo a las exportaciones de
manufacturas en una confirmación que el proceso del comercio internacional tiene una
actuación lineal que se da etapa por etapa, y que la exportación de servicios se con-
vierte, además, en el soporte de la etapa anterior, la exportación de manufacturas, que
posibilitó abrirse paso y formar clientes en el exterior para, después, llegar a la radicación
de inversiones. Ejemplo de ello son el Banco del Trabajo, las empresas administradoras
de fondos de pensiones o AFP, las empresas de comercialización como Ripley y Saga
Falabella, Sol Gas y las empresas de seguros como Altas Cumbres. Además, está la
empresa LAN Chile, que, en una acción relámpago y con la asistencia de funcionarios
gubernamentales, ha logrado instalarse en el Perú y ha superado y casi anulando a la
empresa peruana Aerocontinente. También ha empezado a operar en Ecuador, con lo
que ha cerrado el circuito sudamericano hacia el mercado estadounidense.
Las empresas chilenas de servicios privatizados también se internacionalizaron,
fundamentalmente, hacia los países latinoamericanos que abrieron sus mercados; son
los casos de Enersis, Chilgener, Emel y Chilquinta, que han generado significativas uti-
lidades. Ello descubre que la estrategia básica es la globalización, factible por su actual
presencia, la cual las posiciona estratégicamente a futuro considerando, entre otras cosas,
las perspectivas, por ejemplo, de una creciente integración de los mercados eléctricos
nacionales en el ámbito del Mercosur. Incluso, accionan hacia otras áreas como el gas
y el agua potable. De esa forma, si se avanzara en una interconexión latinoamericana
o entre países fronterizos —alentada desde organismos internacionales—, las empresas
chilenas podrían pasar a implementar plenamente la estrategia de globalización mediante
esquemas de integración simple entre sus usinas de generación y sistemas de transporte
en los distintos países de la región.23
Finalmente, han ingresado a las operaciones de ingeniería o de construcción apro-
vechando el subsidio que el gobierno peruano ha orientado para la construcción de

23
Ib., 294.

194
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

viviendas de interés social mediante el programa «Mi vivienda». De esa manera, la


empresa Besalco construirá departamentos con precios de venta entre los US$ 18.000
y US$ 25.000. Igualmente, participará en las concesiones de las redes viales en el Perú,
particularmente en la concesión de las carreteras Ancón-Huacho-Pativilca y el tramo
Puente Pucusana-Cerro Azul-Ica-Cañete-Lunahuaná de la carretera Panamericana Sur.

3.6. México

La internacionalización de las empresas mexicanas se ha dado a través de las tres fases de


la teoría evolutiva del comercio internacional: la exportación de productos no tradicionales
o manufacturados, la exportación de servicios y la IED. La motivación que las ha impul-
sado hacia nuevos escenarios, dentro de las tres fases indicadas, ha sido, sustancialmente,
cubrir el espacio arrebatado por las empresas extranjeras que penetraron en el mercado
mexicano aprovechando su política de liberalización y apertura comercial. Frente a
ello, han respondido a través del incremento de capacidad física concentrándose en los
mercados sentimentales al sur de los Estados Unidos de América u orientándose hacia
América Latina aprovechando la proximidad geográfica y cultural.
Las empresas se internacionalizaron a partir de manufacturas básicas (alimentos,
cemento, bebidas, vidrios) en cuya producción habían adquirido fortalezas durante
el proceso de sustitución de importaciones, importantes innovaciones tecnológicas,
adaptaciones de productos y la formación de cuadros gerenciales y conductas estraté-
gicas volcadas al exterior. En el decenio de 1980, el crecimiento de las exportaciones
de productos no tradicionales mexicanos ha sido el más alto del mundo. Ellas pasaron
del 37,6% de las exportaciones totales en 1985 a 68,4% a fines de dicho decenio para,
luego, a comienzos del decenio de 1990, concretar inversiones directas en el exterior
y consolidar un volumen significativo de exportaciones no tradicionales que llegó, en
1996, al 83,7%. Tales exportaciones se han concentrado en la industria automotriz,
equipos y accesorios eléctricos y en la industria química, especialmente a través de
procesos de maquila, rubro en el cual han llegado a instalar cerca de cuatro mil plantas.
Los mercados de destino han sido, principalmente, los Estados Unidos de América,
la Unión Europea, América Latina y, finalmente, los países de Asia. Así, al iniciar el
siglo xxi, las exportaciones totales de México se dirigieron hacia el primer mercado y
llegaron a frisar el 90%, este, a su vez, importó de México el 77,4%, lo cual denota la
grande e íntima relación comercial que seguirá creciendo bajo el esquema del NAFTA
(Estados Unidos de América, Canadá y México), con el cual ya tiene un volumen de

195
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

transacciones que supera a los US$ 200 mil millones. Hacia Europa, México está ex-
portando productos manufacturados, aunque también petróleo y productos basados en
recursos naturales. Hacia América Latina, lo ha hecho en volúmenes que han llegado
a un incremento del 109% en la primera mitad del decenio de 1990, un hecho que
ratifica nuestra hipótesis de la llamada psicología de la distancia para desarrollar los
mercados de exportación. Así, se aprecia un incremento del 2,08% de la participación
de mercado en manufacturas debido, principalmente, a operaciones no basadas en
recursos naturales, cuyo aporte creció 133% en el mismo período. Las manufacturas
no basadas en recursos naturales aumentaron de 67,3% en 1980 a 84,7% en 1996
en desmedro de las basadas en recursos naturales, que cayeron de 5,9% al 3,4% en
el mismo período.24
México basó su estrategia de desarrollo buscando en el sector exportador un motor
de crecimiento. Los indicadores sucintamente expresados revelan una competitividad
sobresaliente orientada a dos mercados: el estadounidense y el formado por los países
miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE),
lo cual demuestra su gran dependencia sobre el comportamiento de tales compradores.
El primero ha sido un mercado tradicional de los productos mexicanos debido a dos
factores: la psicología de la distancia, que facilita exportar hacia aquellos mercados
que geográfica y culturalmente están más cercanos, y el desarrollo de los mercados
sentimentales, que es aquel formado por mexicanos residentes en el sur de California,
Texas y Miami o los descendientes de estos o de otros grupos latinoamericanos. Algu-
nos autores como Celso Garrido25 llaman a estos compradores mercados étnicos; sin
embargo, es más feliz denominarlos sentimentales no solo porque ese es el impulso
que orienta las compras, sino porque es más constructivo hoy en día diferenciar los
mercados por aspiraciones y sentimientos que por etnias.
El desarrollo de las exportaciones no solo determina la internacionalización de las
empresas mexicanas en cuanto a la conquista de nuevos mercados, sino también por
el incremento en el volumen total de las ventas hacia tales mercados. En verdad, la
característica fundamental de las empresas transnacionales que operan en mercados
extranjeros es que venden más al exterior que en su propio mercado. Y aquellas vol-
cadas a la internacionalización lo son por los diferentes países a los cuales sirven así

24
Mortimore, Buitelaar y Bonifaz 2000, 28-40.
25
Garrido. Ob. cit., 1999, 169.

196
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

como porque sus ventas al exterior superan más de la mitad de las ventas totales y, en
algunos casos, llegan a un 70%. El excelente resultado en la canasta de exportaciones
de productos no tradicionales en un país que, como México, dependía sustancialmente
de las exportaciones tradicionales de petróleo es la nota más saltante desde el aspecto
cualitativo de las exportaciones según se puede observar en el cuadro 16.
Las iniciativas para atraer inversión extranjera adquirieron gran relevancia en los
últimos diez años y se convirtieron en una de las principales fuentes de financiamiento.
Ello ha continuado hasta inicio del siglo XXI, en que se aceleró la apertura internacional.
Según el World Investment Report (WIR) de 2000, publicado por la Conferencia
de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), la IED realizada por
empresas mexicanas en diferentes países se incrementó notoriamente a partir de 1992
con respecto a los valores promedios registrados en el período 1988-1991 hasta alcanzar,
en 1994, un máximo del orden de los US$ 2 mil millones. Si bien en los años 1995 y
1996 la IED cayó a valores negativos como consecuencia de la crisis, desde 1997, se
recuperó y ha llegado al orden de los US$ 1 mil millones.
Un aspecto decisivo para esta evolución fue la posibilidad de obtener financiamiento
de los mercados internacionales tanto para apoyar sus IED como para la expansión
exportadora, lo que posibilitó disponer de fondos con los que participaron en las
privatizaciones de empresas públicas convocadas en toda América Latina. Tal como
se ha señalado, estas operaciones e inversiones se han orientado hacia los mercados
sentimental, cultural y geográficamente más cercanos, como se puede ver en el cuadro
16, lo que permite evidenciar que la decisión de internacionalización ha estado marcada
por el atractivo de dichos mercados a través de la acción de sus primeras empresas
transnacionales.
Un ejemplo de empresa transnacional es Cementos Mexicanos (Cemex), que, des-
pués de desenvolverse en la etapa de exportación de manufacturas, principalmente de
cemento, pasa a la exportación de servicios; establece una sociedad comercializadora,
Cemex Trading Company, una empresa de transporte de carga marítimo; luego, llega a
la fase de inversión directa al comprar plantas cementeras en Texas, Arizona y Califor-
nia; y realiza similares operaciones en España, Venezuela (donde adquiere la empresa
Vencemos), Trinidad y Tobago, Panamá y Cuba (en donde se asocia con la empresa
Mariel). Tiene una clara estrategia de globalización, pues está organizada en tres gran-
des divisiones: la división de Estados Unidos de América y el Caribe, la de España y la
de Venezuela. La primera comprende las operaciones en los países vecinos, como su

197
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

socio en el NAFTA, Centroamérica y el Caribe. Las distintas divisiones y plantas operan


articuladas y con un alto grado de centralización, lo que es posible porque la compañía
construyó una sofisticada red de información y comunicación computarizada que opera
vía satélite. Esta utilización de la informática dentro de sus operaciones la ha llevado
a constituir una subsidiaria denominada Cemtec, dedicada a la capacitación de sus
ejecutivos de alto nivel y de otras empresas de la región en este campo.
Otro ejemplo es la empresa Bimbo, que ha logrado un destacado desarrollo inter-
nacional. El grupo está estructurado en seis divisiones: Organización Bimbo, Marinela,
Ricolino, Barcel, Altex Organización Latinoamericana (OLA) y Bimbo USA. La primera
es la más importante del conglomerado y opera en México produciendo panes, pas-
teles, panes dulces y tortillas de harina y de maíz. La división latinomericana agrupa
las operaciones en Centroamérica y Sudamérica, donde tiene nueve plantas en seis
países. Bimbo USA posee 17 plantas y una red de distribución que cubre varios estados
de la Unión y es la más significativa fuera de México, ya que representa el doble de las
operaciones de América Latina, mientras que toda la operación de Bimbo por la vía
de IED representa aproximadamente 30% de los negocios en México.
Otra referencia obligatoria es Empresas La Moderna-Seminis, orientada hacia la agro-
biotecnología. Esta sociedad se inicia a partir de panaderías de la ciudad de Monterrey
en 1982. Posteriormente, le compró a British Tobacco la empresa cigarrera La Moderna,
productora de cigarros y desarrolló, sobre la base de la experiencia industrial, marcas
propias de cigarrillos que exportó a Rusia y China. Complementó sus actividades con
la fabricación de envases y papel de aluminio, de tal manera que hizo una integración
industrial efectiva. También se dedicó a exportar productos agrobiotecnológicos. Pasó
de la fase de exportación de manufacturas a la de servicios, pues consolidó marcas y
negocios financieros operando activamente a escala internacional.26
A ellas, se unen las empresas Zeta Gas Andino, Televisa, Electra, Carso Global,
Mabe, DINA y Vitro, que no solamente tienen operaciones de bienes en el exterior,
sino también de servicios financieros y turísticos. Este es caso de la empresa Posadas,
que ha adquirido hoteles en Argentina, Brasil y Perú.
En cuanto a las exportaciones de servicios, se han de señalar las de construcción
pesada (al igual que en Brasil), las de servicios financieros y las de la industria hotelera.
Uno de los grupos empresariales que ha orientado sus actividades a estos sectores es el

Ib., p. 225.
26

198
Cuadro 16
Orientación de las empresas mexicanas

199
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

Fuente: Garrido 1999.


Elaboración propia.
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Grupo Alfa, que, junto con otros, ha posibilitado que las estrategias de internacionali-
zación previas a la inversión hayan pasado por la etapa de la exportación de servicios,
sobre todo financiero, como un soporte para el sostenimiento de sus operaciones
propias de exportación.
También las exportaciones de servicios se han dirigido a la telecomunicación (como
el caso de Televisa), al transporte aéreo, los seguros y la inversión. Poseen, a su vez,
la transnacional latinoamericana más poderosa, Telmex, que le disputa el mercado
latinoamericano a la española Telefónica.

3.7. Perú

El proceso de internacionalización peruano se puede estudiar a través del comportamien-


to de la balanza comercial y de los pocos casos específicos de empresas que decidieron
internacionalizarse a través de exportaciones de manufacturas o, en contados casos,
de exportación de servicios.
La balanza comercial ha sido negativa durante más de un decenio debido a la polí-
tica de apertura comercial traumática y a la inexistente política de Estado en cuanto al
desarrollo del comercio exterior que caracterizó al gobierno de Alberto Fujimori desde
1990 y, particularmente, desde el año 1992. Dicho año se dio una liberal legislación
en materia comercial y de inversiones que dio paso al más absoluto libre mercado a
través de una serie de disposiciones legales como el decreto legislativo 662 (setiembre de
1991) y el decreto legislativo 757 (noviembre de 1991). Estos fueron complementados,
después del autogolpe de Estado de abril de 1992, mediante más de 100 dispositivos
que levantaron restricciones a determinadas actividades económicas reservadas al
sector público; limitaron los casos de expropiación; establecieron un trato nominal-
mente igualitario para inversionistas extranjeros y nacionales, aunque con privilegios
a algunas transnacionales extranjeras; permitieron transferir al exterior, sin ningún tipo
de autorización, las divisas que se generaran en el país; remesaron el íntegro de los
capitales y lucros provenientes de las inversiones realizadas en el Perú; facilitaron el
libre acceso a los créditos internos de corto, mediano y largo plazo; levantaron todas
las restricciones a los contratos de transferencia de los derechos de propiedad indus-
trial y tecnológicos; eliminaron todo tipo de autorización gubernamental al ingreso
de inversión extranjera, pues se estableció que bastaba únicamente el registro ante
la Comisión Nacional de Inversión y Tecnología (CONITE); crearon los convenios
de estabilidad jurídica que garantizaron la estabilidad del régimen tributario durante el

200
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

período de la inversión y posibilitaron, incluso, ceder su posición contractual; dieron


cobertura y protección a todas las inversiones al someter el Estado peruano al conve-
nio MIGA (Agencia Multilateral de Garantía a la Inversión); y sometieron al arbitraje
nacional o internacional cualquier diferendo derivado de inversiones o de los escasos
proyectos de exportación.
Todo ese aparato legislativo y medidas de captación de recursos trajeron consigo
una significativa inversión extranjera directa en el Perú. Así, de US$ 796 millones
en el período 1990-1994 se pasó a US$ 2.056 millones en el año 1995; luego,
en el año siguiente, se llegó a US$ 3.225 millones para empezar a estabilizarse a
partir del año 1997, en que llegó a US$ 1.781 millones y se mantuvo en cifras
similares hasta 1999, en que llegó a US$ 1.969 millones. A inicios del siglo, el
stock llegó a bordear los US$ 10 mil millones, aunque no existen cifras oficiales,
pues la entidad estatal Proinversión se basa únicamente en las declaraciones de
las transnacionales, ya que la legislación peruana, a tenor del decreto legislativo
662, no las obliga a informar, pues no señala plazo para hacerlo ni sanción para
quien no lo hiciera.
Sin embargo, tales cifras no tuvieron su correlato en el bienestar y el desarrollo
del país, que acusó los más altos índices de miseria en su historia republicana. En el
sector exportador, no hubo ningún crecimiento hasta iniciado el presente siglo, debido
a que toda la política de inversiones estuvo estructurada sobre la base de mecanismos
facilitantes e impulsores de inversión extranjera, pero no a través de la formación de
emprendimientos nacionales hacia el exterior.
Las inversiones extranjeras se orientaron a la explotación de materias primas, sin
ninguna transformación, como la energía y a la explotación de servicios, particularmente
financieros, comerciales y de telecomunicaciones. No existió ningún plan para orientar
las inversiones hacia sectores productivos, sino una entrega libre y sin restricciones de
recursos naturales y bolsones de mercado que se concedieron a través de monopolios
legales, como el caso de la telefonía, en una actitud contradictoria con los principios
del libre mercado.
Ninguna inversión se canalizó al sector manufacturero, menos aún a empresas volca-
das hacia los mercados internacionales. La industria, entonces, colapsó en determinados
sectores y, en otros, entró en un serio estado de letargo, primero, y de agonía, después,
ya que toda la inversión se canalizó al sector especulativo, minero y de servicios. Se
pasó por un período de privatización que posibilitó la penetración de inversión extran-
jera, pero, como se ha dicho, no hacia el sector manufacturero o de transformación

201
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

industrial. Luego, a partir del año 2000, se ha producido una expansión muy notable
de las fusiones y adquisiciones de las pocas empresas nacionales que quedaban, lo
cual fue facilitado con las nuevas reglas de la Ley General de Sociedades y normas
de beneficios tributarios que se promulgaron a fines del siglo xx y que regularon los
modelos de incorporaciones y asociaciones contractuales dentro de una línea concen-
tracionista a través de exoneraciones impositivas. El colofón de todo ello trajo, al final
del decenio, un panorama desolador de las posibilidades exportadoras nacionales. Y,
aunque a partir del año 1999, se inició un leve crecimiento, este se produjo en razón
del raquítico referente de los años anteriores o al crecimiento en volúmenes, pero ello
no obedeció a un crecimiento estructural sostenido, menos a un incremento en los
precios de las mercancías.
En el año 1999, las exportaciones totales alcanzaron los US$ 5.972,75 millones, lo
que representó un crecimiento de 5,15% respecto de 1998. Ello hizo avizorar el cre-
cimiento significativo del inicio del presente siglo. En efecto, a partir del 2003 y, más
claramente, en el año 2005, se registró el mayor nivel de la balanza comercial tanto a
escala mensual (US$ 1.650 millones) como a escala anual: se superaron los US$ 17
mil millones. Ello representó, por primera vez, después de más de un decenio, un saldo
comercial favorable.
Las exportaciones totales ascendieron a US$ 17 mil millones, monto superior en 31%
al del año anterior. Los commodities contribuyeron a este resultado, pues sus ventas
alcanzaron US$ 12.721 millones, lo que representó una variación de 37,8% y contribuyó
con más de las dos terceras partes del total de las exportaciones peruanas. Esto muestra
un pálido crecimiento de las exportaciones de manufacturas y un rezago en el ranking
de los países latinoamericanos, ya que la economía peruana continúa dependiendo de
sus materias primas, tal como ocurre desde los inicios de la Independencia, pues siguen
siendo estas las que representan el monto más significativo de todas sus exportaciones.
Se configura, así, no solo una economía primario-exportadora (minerales y harina de
pescado), sino un crecimiento basado en volúmenes.
El comportamiento lamentable del decenio de 1990 se evidencia, igualmente,
si apreciamos retrospectivamente las cifras. En efecto, las exportaciones totales
acumuladas hasta el 2005 se sostienen, básicamente, sobre la base de materias
primas o commodities. Por su parte, las exportaciones no tradicionales registraron
un monto de US$ 4.279 millones en el 2005 y mostraron un aumento de 22% en
el valor FOB exportado. Destacaron los sectores textil, químico, metal-mecánico y
sidero-metalúrgico, así como la exportación de madera, papeles, pieles, cueros y

202
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

artesanías, lo que demuestra un deterioro cualitativo de la canasta exportadora por


su bajo contenido de transformación y de valor agregado industrial.
El Perú todavía se encuentra en la etapa de exportación de manufacturas dentro de
nuestra teoría evolutiva del comercio internacional, ya que el monto significativo del total
de sus exportaciones se centra en productos mineros, pesqueros, petroleros y agrícolas.
En el primer caso, las ventas de los productos mineros crecen sostenidamente desde
el 2000 y, en el 2005, alcanzaron un valor FOB de US$ 9.166 millones. Destacaron el
cobre, los minerales menores, el plomo, el zinc, la plata refinada, el molibdeno, el oro,
el hierro y el estaño.
Los productos pesqueros representan el segundo rubro y crecieron, en el mismo
período de 2005, a un monto de US$ 1.640 millones. El más significativo fue la harina
de pescado, que alcanzó US$ 1.144 millones, lo que representó un aumento del 20%.
Le sigue, en orden de importancia, el aceite de pescado, la pota y el calamar congelado,
los filetes de perico, las conchas de abanico y los langostinos.
El Perú forma parte del más antiguo sistema de integración subregional, el Grupo
Andino, hoy Comunidad Andina de Naciones (CAN). Aunque no ha obtenido los
réditos que podría esperarse como país con una posición geográfica importante y
pese a ser sede del sistema, se puede apreciar que su participación en las expor-
taciones totales va creciendo y ha llegado a representar cerca del 7% del total en
los últimos diez años.
La presencia de empresas peruanas en los mercados externos también es reducida
y circunscrita a muy contados casos. El Grupo Cosapi Internacional, el Grupo Inca,
la Empresa Confecciones Textimax S. A. C., las Industrias Añaños S. A. C., Yanbal,
la Corporación Belcorp (Ebel) y el Grupo Gloria son algunos de los pocos ejemplos
de internacionalización que pueden resaltarse en medio de la peor crisis económica y
moral que sufrió el Perú en el decenio de 1990.
Hacia 1985, uno de los grupos empresariales más exitosos, que había hecho realidad
el mejoramiento de sus recursos humanos y cuyos principales directivos y fundadores
estaban imbuidos de un espíritu nacionalista que no reñía con la modernidad, tomaron
la decisión de internacionalizarse y constituyeron el Grupo Cosapi Internacional. La
estrategia de internacionalización, dentro de los diferentes tipos que hemos expuesto, es
la concentración, en la que actúa con otras empresas latinoamericanas con la intención
de aumentar la calidad de los servicios, la eficiencia, la productividad y la rentabilidad
de las empresas y negocios existentes.

203
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Comenzaron sus operaciones asociándose con tres constructoras de México, Co-


lombia y Costa Rica: Grupo Los Remedios, Schrader-Camargo S. A. y Sertra S. A.,
respectivamente. Posteriormente, ingresó a República Dominicana y se asoció con la
compañía Martínez Burgos C. por A., con la que, en 1987, desarrolló la construcción
de una planta de gas licuado en ese país. Más tarde, efectuó otra asociación empresaria
en Venezuela con la firma Guinand & Brillembourg C. A. En 1989, amplió el mercado
a Chile, aunque con limitada inversión. Importante en este proceso fue la formación,
por iniciativa de Cosapi, de la empresa Novox S. A., con la participación —como
accionistas— de empresas extranjeras asociadas a Cosapi. Esto permitió la mejor mo-
vilidad de capitales dentro del ámbito latinoamericano y, de esta forma, se facilitaron
las inversiones en cada uno de los países involucrados en los que actuaron.
En 1986, creó Interpro S. A. como una firma trading cuya actividad principal consiste
en identificar productos y servicios peruanos no tradicionales y competitivos en los mer-
cados del exterior. A fines de 1988, ya se habían hecho importantes exportaciones de
langostinos, pescado congelado y otros productos hidrobiológicos a España, Colombia
y Estados Unidos de América. También empezó a exportar mangos y otros productos
agroindustriales a través de operaciones de comercio compensado o countertrading.
Su trabajo de analizar oportunidades de comercio exterior la llevó a firmar un contrato
con el First Interstate Bank of California para desarrollar el pago de la deuda externa
nacional con productos de exportación. El volumen de operaciones de este contrato
asciende a más de US$ 40 millones.
Siguiendo lo que denominaríamos la psicología de la distancia, el grupo Cosapi ha
extendido sus operaciones internacionales a los países andinos y latinoamericanos
en general. Así, inicio sus operaciones en Bolivia a través de la construcción de un
edificio de oficinas, el túnel Misicuni y el transvase de los ríos Titiri-Serkhita Misicuni.
En México, incursionó en el montaje de obras industriales y en la ejecución del mon-
taje mecánico de la planta de Cemento Apasco. En Venezuela, desarrolló trabajos
en el sector de petróleo y petroquímica. Uno de los logros más recientes ha sido la
culminación del Proyecto Parc en la refinería de Maraven, en Cardón. Ha ingresado
igualmente al difícil mercado chileno, que ha mantenido ciertas reservas y limitaciones
para las empresas peruanas. Ahí ha podido ejecutar proyectos en el campo minero,
particularmente en las minas más importantes como Quebrada Blanca, el Abra, Man-
toverve y Radomiro Tomic.
El Grupo Cosapi es el abanderado en el Perú, junto con pocas empresas latinoa-
mericanas y ha percibido el impacto de la inversión y el comercio en la cultura. Así, en

204
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

1990, creó el Premio Nacional Cosapi a la Innovación, con el apoyo académico de la


Universidad del Pacífico y la Bienal Arte & Empresa. Paralelamente, publicó el libro
La experiencia de construir futuro, donde se presentan textos y discursos del ingeniero
Walter Piazza Tangüis y del ingeniero José Valdez Calle, fundadores de Cosapi, que
sirven de motivación a los nuevos empresarios.
Como parte de la estrategia de concentración empresaria, se constituyó la asociación
Bechtel-Cosapi para atender grandes proyectos mineros y de construcción pesada, así
como para desarrollar nuevos proyectos. Igualmente, se formó ACTEL S. A. con la
Empresa Abengoa de España para dar servicios especializados para la instalación de
líneas telefónicas.
Otro caso a mencionar es el del Grupo Inca, una firma dedicada a la adquisición,
selección y exportación de la fibra de alpaca. Su estrategia de internacionalización es
la que denominamos especificidad del producto, ya que la empresa trabaja con pro-
ductos naturales, a los que otorga el máximo de valor agregado para poder exportarlos
a los mercados más exigentes. Forma parte de Nature’s Netmork, cuyo concepto de
membresía es utilizar materias primas dejando de lado los mercados de baja calidad y
volumen (mayoritariamente de países en desarrollo) y agregándoles valor en el origen.
Sus operaciones internacionales llegan a generar US$ 35 millones.
Confecciones Textimax S. A. es otra de las empresas peruanas que inició sus
operaciones hacia el mercado internacional a fines de 1991 exportando prendas de
vestir de tejido de punto como camisas, faldas, pantalones, polos de algodón, ropa
deportiva, polones de algodón, pantalones cortos y buzos deportivos. Trabajan con
hilados de algodón pima y tangüis de calidad reconocida internacionalmente, así como
con mezclas de poliéster y otras fibras. En el año 2001, sus exportaciones llegaron a
frisar los US$ 41.629.680,89, lo que representa el 6,27% del total de exportaciones
peruanas. Se proyecta convertir en la primera exportadora peruana. Su estrategia
de internacionalización, aprovechando las facilidades unilaterales otorgadas por el
gobierno de los Estados Unidos de América a través del ATDPEA, es la concentración
empresaria, debido a que busca asociarse con algunas pequeñas empresas nacionales
a través de contratos de know how y aprovisionamiento de recursos financieros con el
fin de incrementar su oferta exportable y cubrir la creciente demanda internacional, ya
que el 95% de sus exportaciones se destina exclusivamente a dicho gran mercado y el
otro 5% a la Unión Europea.
Un caso particular de internacionalización de una empresa formada en medio del
clima de violencia subversiva que sufrió el Perú durante el período 1980 a 1993 y que

205
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

demuestra la capacidad de superación en medio de la adversidad es el de la empresa


Industria Añaños S. A. C., fabricante de bebidas no alcohólicas como Kola Real, Sa-
bor de Oro, Plus Cola y el agua mineral Cielo. El transporte de bebidas refrigerantes o
gaseosas hacia una zona convulsionada del Perú, como Ayacucho durante el período
indicado, era muy difícil, representaba un tema crítico y encarecía los costos, por lo que
consideraron la construcción de una planta en la propia convulsionada zona de Aya-
cucho. La primera planta fue financiada con un préstamo del Banco Industrial, lo que
demuestra que los mecanismos de apoyo estatal para el desarrollo de las exportaciones
logran superar la falta de capacidad física, ya que, conjuntamente con un capital de los
propios inversionistas, se logró instalar una planta para producir en el mismo lugar hacia
donde no llegaban aquellas bebidas de marcas internacionales y ya posicionadas en el
mercado. Se generó, así, una ventaja competitiva, pues producían en el propio centro
de consumo. A partir de entonces, desarrolló una política de internacionalización que
la ha llevado a operar en Ecuador, Costa Rica, Colombia, Venezuela y México dentro
de una estrategia global.
En Ecuador, la Industria Añaños S.A.C. ha instalado una planta de bebidas gaseosas
y ha variado la tendencia del mercado al sustituir el envase de vidrio por el de plástico
(envase pet), lo que ha facilitado su transporte en medios difíciles como cualquier
ciudad del interior de América Latina. De esa manera, la experiencia adquirida en
las iniciales operaciones en Ayacucho fue aplicada a otras regiones latinoamericanas
en las que la dificultad del transporte era un costo adicional. El mercado ecuatoriano
también es abastecido desde sus plantas de Sullana y Piura, cuyo radio de acción llega
a las ciudades de Guayaquil y Machala. El objetivo primordial es la exportación de
Kola Real hacia un mercado de bebidas gaseosas muy parecido al peruano. Como se
ve, en esta circunstancia, también influyó lo que nosotros denominamos la psicología
de la distancia.
Posteriormente, extendió su estrategia hacia Venezuela, que es un mercado similar
al peruano, donde ingresó, en el año 1999, con el producto Kola Real. En un año,
consiguieron resultados que, en el Perú, demoraron en conseguirlos trece años (7% del
mercado venezolano). Actualmente, poseen el 12% del mercado venezolano de bebidas
gaseosas y su facturación para el producto Kola Real es casi el doble que la facturación en
el Perú. Actualmente, la empresa tiene una planta de producción y embotellamiento en
la ciudad de Valencia que abastece a 11 ciudades de Venezuela e inclusive a Colombia
con envases pet. La inversión fue US$ 5 millones. Unas sesenta toneladas mensuales
de insumos tan variados como etiquetas, envases, tapas, saborizantes y repuestos son

206
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

exportados desde Perú hasta la planta ubicada en Valencia, lo que posibilita la expor-
tación de otros insumos peruanos que, por su volumen, no hubieran podido salir a
otros mercados extranjeros. La empresa registró, en febrero, ante el Servicio Autónomo
de la Propiedad Industrial (en la clase 32, perteneciente a bebidas no alcohólicas), los
sabores Oro Real, Fresa Real, Kolita Real, Naranja Real, Piña Real y Toronja Real, y
configuró, así, un incipiente proceso de desarrollo de propiedad intelectual peruano
que protege sus nuevas marcas en mercados latinoamericanos.
La estrategia de marketing de Kola Real está dirigida a los segmentos C y D de la
población y se basa en su precio bajo —que es asequible a las mayorías populares
venezolanas—, sus envases de plástico y una pequeña labor de promoción, así como
en el uso de canales de distribución que llegan directamente al consumidor final, ya que
su venta en las bodegas y tiendas de las zonas populosas ha posibilitado una rápida
consolidación en dicho mercado. Su objetivo es utilizar la mayor cantidad de insumos
peruanos y mantener a la empresa en estándares de calidad y competitividad para
ofrecer los productos que fabrican dentro de las mismas condiciones que en su sede
principal. Los refrescos Kola Real son, probablemente, los más baratos del mercado
venezolano; «la del precio justo» es el eslogan de la marca, pues la empresa redujo
gastos de comercialización mediante el uso de pequeños transportistas que distribuyen
las bebidas directamente a los centros de consumo ubicados en barrios populares.
La empresa Añaños S.A.C. también ha ingresado al mercado mexicano con una
inversión inicial que asciende a US$ 7 millones para fabricar sus productos de gaseosas
o refrescos y espera captar el 5% del mercado de gaseosas. Construyeron, en seis me-
ses, una planta en la ciudad de Puebla (México) con tecnología de última generación
desde donde empezaran a abastecer a las ciudades de Puebla, Veracruz y Acapulco.
Debemos considerar que México es el segundo mercado más importante del mundo
de bebidas gaseosas, con un consumo per cápita anual que supera los 150 litros (en el
Perú es de 40 litros). Los US$ 7 millones invertidos para su planta industrial provienen
del financiamiento directo de sus proveedores, así como de la inversión directa del
grupo, es decir, una asociación empresarial fabricante-proveedores. La estrategia de
marketing es la usual del grupo: se orienta hacia los segmentos económicos C y D de
los mercados mexicanos, cuyas características son similares al peruano, ecuatoriano y
venezolano; introduce los productos, al principio, a un precio 50% por debajo del precio
del resto del mercado; y realiza una inversión publicitaria moderada.
La Corporación Yanbal Internacional es otra transnacional que exporta productos de
belleza personal; cuenta con el 25% del mercado en los países en donde está presente:

207
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Bolivia, Colombia, Ecuador, México, Venezuela, Guatemala y, próximamente, España.


Su crecimiento se mantiene constante en sus plantas instaladas en Colombia, Ecuador,
Perú y los Estados Unidos de América.
Otro ejemplo de internacionalización es la Corporación Belcorp, que exporta
productos para el hogar, ropa, bisutería y cosméticos a Colombia, Chile, Guatemala,
Bolivia, México y Venezuela. Llega a facturar US$ 550 millones, lo que la convierte
en el líder indiscutible en el mercado de cosméticos de la región. Su estrategia es la
concentración empresaria a través del modelo de joint venture por razones tecno-
lógicas con laboratorios cosméticos de Francia, como el Centro de Biodermatología
de los Laboratorios Serobiológicos, y la participación de reconocidos centros de
investigación, como Vinscience, Sociedad de Extracción de Princios Activos y Se-
derma, quienes la proveen de una tecnología que permite a la mujer de esta parte
del mundo acercarse al ideal de belleza de la mujer europea. También ha realizado,
en el 2000, una IED en Colombia que ha llegado a un monto que supera los US$
30 millones con la instalación de una de las plantas más modernas en fabricación de
cosméticos de la región. Desde allí, atiende al mercado colombiano, pero también
destina el 30% de su producción a la exportación hacia la Comunidad Andina de
Naciones, Centroamérica y el Caribe.
Finalmente, una reciente transnacional peruana es el Grupo Gloria, un conglo-
merado industrial conformado por empresas con presencia en Perú, Bolivia y Puerto
Rico. Desde 1998, Gloria S. A., a través de su subsidiaria Empresa Oriental de
Emprendimientos S. A. (EMOEM), ha incursionado con éxito en el mercado lácteo
boliviano, donde opera con tres plantas en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz y goza
de una participación promedio del 90% de dicho mercado. Posteriormente, en 1999,
inició la exportación a Haití y amplió los negocios hacia otros mercados del Caribe
(Bermuda, Bahamas, Haití, Jamaica, Saint Croix y Saint Vicent) y de Sudamérica
(Venezuela, Guyana, Chile, Bolivia y Ecuador). En el 2002, inició la incursión al mer-
cado africano y al Medio Oriente, los cuales han mostrado una demanda creciente.
En la actualidad, exporta leche evaporada a más de 34 países en diferentes regiones
del mundo a través de marcas propias y marcas de terceros. Recientemente, a través
de su empresa holding Jorbsa, compró a Dean Foods Company —la empresa de
lácteos más grande de los Estados Unidos de América— sus operaciones en Puerto
Rico por un valor de US$ 121,7 millones.

208
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

4. Obstáculos al proceso de internacionalización


La decisión de internacionalización de las empresas y el plan de los países latinoa-
mericanos dentro de su programa de desarrollo de exportaciones se ha enfrentado a
dos grandes problemas: los obstáculos exógenos, como las barreras y restricciones de
los países industrializados al ingreso de las mercaderías de la región, y los obstáculos
endógenos, referidos a las propias limitaciones del parque industrial latinoamericano
que se conocen como el problema de la oferta exportable.

4.1. Barreras al comercio exterior latinoamericano

Las barreras al comercio internacional nacen desde que Jean-Baptiste Colbert y Jules
Mazarino, durante el reinado de Luis XIV, las implantaron con el propósito de fortalecer
la economía francesa. Durante todo el siglo xviii, adquirieron carta de imposición en
Gran Bretaña con la Sugar Act, dirigida a las colonias norteamericanas, y la Corn Law,
orientada a las islas inglesas en ultramar. Así, el continente americano ha soportado,
desde muy temprano, las restricciones a su comercio exterior impuestas desde afuera.
El mercantilismo era sustancialmente incompatible con el libre flujo de las mercancías
y de los servicios entre las naciones. Sin embargo, los clásicos del liberalismo económico
miraron desde el punto de vista del interés del Estado más que el de los individuos.
Smith y Ricardo destacaron los beneficios del intercambio comercial como una for-
ma de reducir los costos de transacción en las economías en pleno crecimiento y en
donde el consumidor final sería el mayor beneficiario, porque cada país producirá
aquellas mercancías en las cuales tuviera mayor ventaja comparativa y permitiría
que el consumidor final adquiriera los bienes a un menor costo que si él mismo los
produjera en su país.
La liberalización de los mercados y las declaraciones e invocaciones para un mundo
más abierto no han dejado de ser una declaración lírica, cuando no una expresión cínica,
mediante la cual los países industrializados piden que los países latinoamericanos abran
sus fronteras para sus productos, servicios e inversiones, en tanto ellos siguen subsidiando
su producción agrícola y protegiendo sus exportaciones a través de barreras técnicas,
ecológicas o, simplemente, reservas comerciales. Un ejemplo de ello son las medidas de
defensa comercial adoptadas por los Estados Unidos de América que afectan a algu-
nos de los exportadores más competitivos de América Latina e impiden concretar los
esfuerzos de internacionalización de muchas empresas de la región como las llamadas
barreras técnicas y sanitarias que se exigen a los exportadores latinoamericanos. En

209
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

efecto, muchos productos agroindustriales deben ser sometidos a una serie de pruebas,
etiquetados y certificación, en tanto que los países industrializados importadores man-
tienen el subsidio a su exportación agrícola y establecen líneas de crédito preferenciales
para sus productores para que los países en desarrollo puedan comprar sus excedentes
de producción.
Los Estados Unidos de América tienen una forma particular y especial de calificar y
evaluar las reglas antidumping propuestas por la OMC, ya que existen dos organismos
estatales encargados de determinarlo, el Departamento de Comercio y la Comisión de
Comercio Internacional, los cuales, con considerable discreción, determinan lo que cons-
tituye daño y el quantum y, en consecuencia, aplican los derechos compensatorios a los
productos que vienen de otros países, particularmente de América Latina. Aunque se
supone que, anualmente, se revisa el nivel de tales derechos, con frecuencia, se mantie-
nen durante un largo período, lo que obliga a los exportadores latinoamericanos a pagar
derechos más altos hasta que los casos se resuelvan y se ajusten los montos. Debido a
ello, toda medida de defensa comercial o, incluso, la amenaza de tomarla actúa como
barrera al comercio, ya sea justificadamente o no.27 Sobre la base de tales criterios, se
han impuesto derechos compensatorios al acero inoxidable de México, al salmón y
champiñones en conserva de Chile, al jugo de naranja concentrado del Brasil, a las
flores frescas cortadas de Colombia y a las escobas de sorgo provenientes de México.
Esta frenética política de proteccionismo aplicada por los países industrializados, que
va junto a la prédica de la liberalización y apertura de los mercados de los países en
desarrollo, particularmente de los latinoamericanos, se ha estructurado con el propó-
sito de proteger a los ciudadanos de las naciones desarrolladas, lo cual es un objetivo
natural y explicable de parte de cualquier Estado soberano que busca el bienestar de
sus pobladores, pero cuyas acciones comprometen y afectan a terceros países. Y es que
la rapidez del intercambio comercial y financiero apoyado en el vertiginoso desenvol-
vimiento de las telecomunicaciones ha generado desestabilización en todos los países,
principalmente en Europa y en los Estados Unidos de América, quienes se han visto
impelidos a establecer mecanismos de protección social, con frecuencia, por medio
de una asistencia social costosa, una legislación laboral prolija y el mantenimiento de
servicios públicos para un mayor número de ciudadanos.
Tal esfuerzo se ha tenido que hacer con el fin de proteger sus industrias de la com-
petencia externa y de aquellos países cuyo desarrollo industrial se ha basado, también,

Comisión Económica para América y el Caribe (CEPAL). 147.


27

210
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

en la disposición de la mano de obra barata, como los países del sudeste asiático y los
latinoamericanos. Ese esfuerzo ha ido acompañado de la imposición de barreras de
todo tipo a los productos de los países emergentes y en desarrollo que compiten con
los países desarrollados, compradores de tales mercancías, así como de la presión para
que, a su vez, aquellos eliminen o reduzcan abiertamente las barreras subregionales o
nacionales y adquieran mercancías de los países industrializados. A ello, se han unido
medidas de política monetaria para impedir que las empresas exportadoras latinoame-
ricanas jueguen con mecanismos de tasas de cambio y para limitar la acción del Estado
en operaciones de inversión.
Es claro que, con frecuencia, las barreras generan ineficiencia y costos más altos
para los compradores y los ciudadanos de los países importadores. Sin embargo, en
la medida en que se exacerba la competencia entre los agentes del mercado y el inter-
cambio acelerado y sin límites, así como se pueden maximizar los lucros de la eficien-
cia, también se maximizan los daños y las pérdidas. Para ese problema, dice Rubens
Ricupero, solo puede haber dos respuestas racionales. La primera es reconocer que,
como todo juego, la competencia necesita de reglas claras y justas, así como árbitros
para aplicarlas. Esas reglas tienen que tener en cuenta las diferencias y las desigualdades
entre los países y dar tratamiento favorable a los más vulnerables. Ese es el principio
de la equidad internacional, que solo puede ser ejercido por un Estado eficiente capaz
de arbitrar sin ahogar la economía y, en el plano internacional, por organizaciones con
poder y autoridad. La segunda respuesta solo podrá ser facilitada por la construcción
de una estructura de solidaridad como complemento a los mecanismos de competencia
y concurrencia internacional. La solidaridad debe ser entendida no como sinónimo de
caridad o asistencialismo, sino en el sentido y propósito de crear condiciones para que
todos, al interior de las sociedades ricas industrializadas y de los países marginados y
en desarrollo, participen del mercado internacional en términos menos asimétricos que
los actuales. Ello podrá hacerse sin contrariar los impulsos naturales de la economía de
mercado usando un sentido de responsabilidad social. Sin solidaridad, la alianza de los
excluidos de dentro con los marginados de fuera acabará por negar a la globalización
la posibilidad de cumplir su promesa: la unificación de un espacio destinado no apenas
a la obtención de los beneficios materiales, sino, sobre todo, a la realización plena del
potencial de cada hombre y de todas las naciones.28

Ricupero 1998, 122-123.


28

211
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

4.2. El problema de la oferta exportable

El segundo obstáculo que tienen las empresas latinoamericanas para internaciona-


lizarse es de carácter endógeno: sus propias limitaciones para enfrentar mercados
ampliados. A medida que las exportaciones no tradicionales comenzaron a evolu-
cionar, se fue observando claramente la importancia de un elemento dentro de esa
estrategia: la capacidad y condiciones de las empresas para operar en los mercados
externos. Así, se apreció que las dificultades no solo eran la carencia de oportunidades
en los mercados internacionales y las barreras que imponen los países industrializados
para el ingreso de mercancías, sino también las dificultades y limitaciones propias de
las estructuras empresarias latinoamericanas que se traducen en una falta de oferta
exportable para atender esas oportunidades en condiciones de competitividad in-
ternacional. La evidencia empírica acumulada muestra seis limitaciones a la oferta
exportable: falta de capacidad física, carencia de capacidad económica, falta de ca-
pacidad financiera, límites tecnológicos, falta de capacidad administrativa y ausencia
de una cultura exportadora.

4.2.1. Falta de capacidad física

La capacidad física se refiere a la estructura de planta y las condiciones productivas


que una empresa posee para poder atender mercados ampliados, mayores a aquellos
espacios naturales en que está operando y dentro de los cuales se ha constituido. La
decisión de internacionalizar conlleva, necesariamente, el incremento de la producción.
Sin embargo, la casi totalidad de las empresas latinoamericanas fueron estructuradas,
hasta fines del decenio de 1960, dentro de una estrategia de sustitución de importaciones
y, en consecuencia, dimensionadas para sus propios mercados nacionales. Luego, al
salir a atender a un mayor número de consumidores, se percibe que su estructura no
estaba preparada para dicha demanda; estaba limitada físicamente.
Si la unidad productora trabaja a plena capacidad, no tiene condiciones para
atender una demanda adicional, ya sea que ella provenga del mercado doméstico
o del mercado internacional. En estas circunstancias, si la empresa desea atender
nuevos clientes, tiene a corto plazo dos alternativas: subcontratar esa producción
adicional a otra empresa o desatender a los otros clientes tradicionales en sus pedidos
normales para satisfacer el incremento de la demanda internacional. En la primera
alternativa, la de la subcontratación, que puede ser interna o internacional, existi-
rá el problema de la viabilidad de precios, disponibilidad de capacidad y deseo de

212
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

producir para un competidor. También podrían subcontratarse partes o componentes


y líneas especiales. Sin embargo, en cualquier circunstancia, ello exigirá una estructura
administrativa eficiente, ágil y, además, con experiencia internacional, principalmente
si la subcontratación es en el exterior. Se requiere de un afiatado sistema de coordina-
ción internacional entre las diferentes unidades productivas y el centro de distribución
física. El que la empresa desatienda pedidos de clientes tradicionales para incorporar
nuevos clientes en razón de precios o por una política de diversificación puede ser un
precedente peligroso en la política de conservación de la lealtad de los clientes, debido
a que, con frecuencia, un consumidor desatendido se pierde definitivamente.
En numerosos casos, en América Latina, este problema de carencia de capacidad
física que conlleva la limitación en los volúmenes del producto para exportar es marcado
y se debe, entre otras causas, a la relativa capacidad y tamaño del parque industrial y
a la alta propensión al consumo en algunos rubros. Para superar dicha limitación, se
puede optar por cuatro mecanismos básicos: aumento de productividad, aumento del
horario de trabajo, inversión nueva en planta y equipo adicional, o conformación de
alianzas estratégicas con otras empresas. En cualquiera de estas alternativas, es necesario
diseñar un esquema de administración y de manejo de recursos humanos que nos lleva
a colisionar con otra carencia: la falta de capacidad administrativa.
Tales mecanismos básicos pueden ser articulados dentro de un marco de inte-
gración regional o subregional como el Mercosur, la CAN, el Mercado Común Cen-
troamericano (MCCA) y la Comunidad del Caribe (CARICOM), que posibilitarían
operaciones de subcontratación, mejorarían la relación comercial intraindustrial y,
en consecuencia, harían crecer la oferta exportadora. Aunque hasta fines del decenio
de 1990 ello no ha caminado rápidamente debido a las políticas de liberalización
y a los temores de los propios países integrantes, la experiencia de operaciones en
el Mercosur, principalmente entre las empresas argentinas y brasileras, muestra una
posibilidad real de asociación empresaria que propiciaría la especialización para lo-
grar economías de escala. Se hace evidente, entonces, que la integración de América
Latina puede resultar muy provechosa porque la competitividad está relacionada,
en parte, con las economías de escala, las que, a su vez, son una solución a la falta
de capacidad física.

4.2.2. Falta de capacidad económica

La capacidad económica es la posibilidad o condiciones que tiene una empresa para


poder atender con sus propios recursos monetarios los requerimientos de los mercados,

213
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

sea en volumen, envases, adecuación del producto o la prestación de servicios de


mantenimiento o reparación para dotar de fortaleza a productos manufacturados como
los electrodomésticos, máquinas y motores estáticos.
Existen muchas empresas que disponiendo de un producto tienen una estructura
de costos que les impide cotizar a precios compatibles con los precios internacionales.
Este fenómeno, que se debe básicamente a un problema de eficiencia productiva y
distributiva, afecta severamente la oferta exportable. Generalmente las causas radican
en el tipo de tecnología empleada, capacidad gerencial, tamaño de las firmas y precio
de los insumos.29
Para entender la forma como afecta esta limitación a la empresa, imaginémonos el
caso de un fabricante de calzado cuyo costo de exportación es mayor que el precio que
consigue en el mercado internacional. Así, por ejemplo, tiene un costo de exportación
de US$ 10 por unidad producida; si logra venderla en el mercado internacional a
US$ 9, entonces, soportará una pérdida de US$ 1 por cada unidad. Indudable-
mente, esa empresa no estará interesada en exportar en esas condiciones por más
que disponga de un saldo físico significativo de producción. La única solución sería
transformar los componentes de la ecuación de manera que la pérdida derive en lucro.
Así, consiguiendo un mayor precio internacional o un menor costo de exportación, le
sería rentable exportar.
El precio internacional, que es la resultante de la oferta y la demanda internacional,
es, generalmente, un dato no modificable para la casi totalidad de productos y empresas
de América Latina, debido a que tienen que llegar a mercados muy concurridos como
los países industrializados, que, usualmente, reciben una sobreoferta de mercadería
debido a su alta capacidad de pago. La única manera de modificar ese precio a favor
del exportador consiste en mejorar el precio en moneda local mediante una tasa de
cambio que fomente la producción y remunere, así, mejor al fabricante exportador.
En muchos casos, la política cambiaria tiende a mantener una tasa inferior a la real
mediante controles de cambio para proteger a los poseedores de deuda externa.
En algunos países donde existe control de cambios, se sigue una política cambiaria
de devaluaciones periódicas que contempla el diferencial de inflación entre ese país y
una canasta de países constituyentes de los principales mercados. Sin embargo, ello no
es posible en las condiciones actuales debido a las políticas estabilizadoras del Fondo

Colaiacovo 1983, 102.


29

214
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

Monetario Internacional, que concluyen en fijar una paridad cambiaria inalterable con
respecto al dólar. De esa manera, se preserva la estructura comparativa de costos entre
los países y los exportadores no tienen estímulo para salir al exterior pues reciben cada
vez menos moneda nacional.
Por ello, ahora, los países latinoamericanos, con más o menos diferencias, no han
podido estructurar una política cambiaria orientada hacia el sector exportador, pues, bajo
el nuevo principio de la paridad cambiaria, no devalúan ni establecen tasas cambiarias
sectoriales. Incluso, algunos países como Ecuador y Panamá tienen al dólar como divisa,
lo que impide las variaciones que potencien a los industriales locales. Otros países como
Perú tienen una paridad que dura casi diez años, es decir, prácticamente, asumen a
priori que el dólar no varía en los mercados internacionales, como en su momento lo
hizo Argentina con lamentables y trágicas consecuencias. En cambio, los países que
limitan el librecambio en sus propios mercados, con lo que obligan a sus agentes a
usar sus monedas locales y exigen el cambio de divisas extranjeras para operaciones
domésticas, han tenido un buen comportamiento en sus exportaciones; este es el caso
de Chile, Colombia, Brasil y México, que exigen, para sus operaciones domésticas, el
pago en moneda nacional. Tal vez, entonces, sea el momento de revisar la cuestión
cambiaria como un factor de política de exportaciones.
La otra alternativa apuntada es la reducción de los costos de exportación. Existen
tres mecanismos para ese propósito: introducción de medidas de mayor eficiencia;
establecimiento por el gobierno de economías externas; y, finalmente, otorgamiento de
subvenciones y subsidios. Con relación al último mecanismo, o sea, el otorgamiento de
incentivos fiscales, crediticios y administrativos, es importante mencionar que es una
medida generalizada en los países industrializados, sustancialmente para productos
agrícolas, a pesar de las prohibiciones de la OMC. Los argumentos principales para
justificar los incentivos son el sentido de la industria infante, un incremento en la es-
cala de operaciones y las deseconomías externas relativas. Empero, los acuerdos de la
OMC, en aplicación del artículo VI del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros
y Comercio (GATT), impiden a los países establecer políticas de subvenciones a sus
empresas bajo pena de ser pasibles de imposición de derechos compensatorios a las
mercaderías exportadas
Otro mecanismo empleado para la reducción de costos de exportación es el empleo
del concepto de costeo directo, es decir, incluir en el precio de venta solamente los
componentes directos del costo vinculado expresamente con la decisión de exportar. De
esa manera, la operación de exportación no absorberá los costos fijos de la empresa,

215
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

salvo que la empresa se dedique fundamentalmente a exportar. Así, si en el ejemplo


original de los zapatos, frente a un precio internacional de US$ 9 dado por el mercado
internacional, ofrecemos un producto cuyo costo total de exportación es de US$ 10,
podríamos prever claramente que tendríamos una pérdida de US$ 1 si es que consi-
deramos que el costo fijo es de US$ 4 y el costo variable es de US$ 6. Incorporando
solamente el costo variable, la empresa tendría una utilidad de US$ 3 por un par de
zapatos exportado. Así, el mercado interno absorbería los costos fijos completamente.
Este sistema de costeo ha permitido viabilizar muchas exportaciones latinoamerica-
nas. Lamentablemente, su empleo está provocando reacciones negativas en algunos
países importadores que efectúan acusaciones de dumping, es decir, denuncias sobre
venta de productos a un precio inferior a su «valor normal» o por debajo del costo con
el fin de que el país afectado por esta práctica, en aplicación de la legislación anti-
dumping, imponga una sobretarifa por un valor equivalente al dumping probado. Este
tipo de reacción, naturalmente, inhibe al exportador. Sin embargo, es bueno recordar
que el artículo 2 del acuerdo relativo a la aplicación del artículo VII del Acuerdo del
GATT de 1994, en su subinciso 2.2.1.1., reconoce el sistema de costeo directo como un
método de contabilidad para determinar el costo real de exportación y, en consecuencia,
el valor normal, que es uno de los elementos fundamentales, junto con el precio de
exportación, para determinar la existencia o no de dumping.
En efecto, dicho subinciso (2.2.1.1.) señala que, para determinar los costos de un
producto de exportación y establecer su valor normal, se calculan los costos sobre la
base contable que practique al exportador o productor sometido a investigación por
supuesta práctica desleal, siempre que los registros contables se lleven bajo principios
generalmente aceptados y reflejen razonablemente los costos directos asociados a la
producción y venta del producto objeto de investigación. Por ello, es aconsejable que
la empresa latinoamericana tenga un sistema de costeo directo sobre su producción
orientada al mercado externo para que, en la eventualidad que fuese acusada de dum-
ping, pueda acreditar fehacientemente una operación legítima. Por otro lado, ello le
permitirá conocer el resultado real de sus operaciones comerciales. Sin embargo, esto
también tiene que ver con la cuestión de la capacidad administrativa.

4.2.3. Falta de capacidad financiera

Muchos importadores requieren y piden un plazo para pagar las mercancías que, con
frecuencia, supera los 180 días, cuando no más de un año en el caso de bienes de
capital e, incluso, para la adquisición de productos perecederos como los agrícolas, y

216
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

resulta que la mayoría de empresas latinoamericanas no tiene la posibilidad de otorgar


tal financiamiento. Entonces, el importador busca otros proveedores que les extiendan
estas líneas crediticias de corto plazo. Paradójicamente, los países que otorgan estas
facilidades son los industrializados, como los Estados Unidos de América a través del
Eximbank o mediante mecanismos de cooperación como el P. L. 480 (Ley de finan-
ciamiento para exportaciones de productos agrícolas), que facilita la colocación de
productos agrícolas.
En cambio, muchas de las empresas latinoamericanas no tienen la capacidad fi-
nanciera de otorgar créditos a sus compradores, ya que no disponen de recursos para
adquirir la materia prima y los envases y asumir los costos de fabricación para atender
un pedido que será pagado en seis meses o más. La falta de capacidad financiera
es, pues, la carencia de la empresa latinoamericana para enfrentar, con sus propios
recursos, un programa efectivo de exportación. Además, hay limitaciones para realizar
estudios de mercados externos específicos, lo cual implicaría inversión de recursos para
proyectos de exportación, análisis de conducta de los consumidores y competidores,
tests de productos, tipos de envase y embalaje, entre otros.
A través de líneas de crédito especiales, los gobiernos tratan de atender estas ne-
cesidades, en tanto que, por el lado de los operadores financieros, se ofrece el uso de
los créditos documentarios, que solo son posibles cuando un país es confiable y tiene
estabilidad política y económica. Algunos países como Brasil, Chile y México establecie-
ron líneas de financiamiento a sus empresas o asumieron los costos de los estudios de
mercado y los proyectos de exportación. Incluso, captaban recursos del exterior a bajas
tasas de interés y los estados asumían los costos de administración y los traspasaban al
sector exportador a la misma tasa de interés. Entre las décadas de 1970 y 1990, el Ins-
tituto Mexicano de Comercio Exterior otorgaba financiamiento con tasa cero de interés;
la Fundación Chile financió, en un dilatado plazo, los proyectos de largo aliento que
requerían latos períodos de maduración como los casos del salmón y el pino radiata;
y algo similar hacía la Cartera de Comercio Exterior (Cacex) del Banco do Brasil para
alentar la adquisición de bienes de capital. Sin embargo, el modelo neoliberal se opone
a la acción del Estado promotor o de la banca de fomento y privilegia, únicamente, a la
banca comercial, que cobra mayores tasas de interés, con las que encarece el producto
de exportación en plazos cortos, como ha ocurrido en el Perú desde 1992.
El financiamiento es un factor decisivo para la internacionalización de las empresas
latinoamericanas. Empero, los estados se ven maniatados para facilitarlo debido a
dos factores: por un lado, la abultada deuda externa, su escandalosa capitalización

217
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

de intereses y la exigencia perentoria del pago del servicio de amortización que deja
a los países sin recursos; por otro, la política financiera internacional y su cultura
especulativa que privilegia la acción de los bancos, las empresas de inversión y las
empresas privadas de fondos de pensiones que, con sus altas tasas de interés, afectan
los márgenes de beneficios de los exportadores, cuando no sus posibilidades de
atender la demanda internacional. Tales consideraciones impiden un adecuado
aprovisionamiento de recursos a las empresas latinoamericanas. Y, cuando existe,
sus tasas son elevadas, de tal manera que el esfuerzo exportador solo sirve para
cubrir los intereses del sistema bancario y financiero, lo que impide la capitalización
de la empresa exportadora.
Algunas realidades latinoamericanas han acudido a fuentes de financiamiento in-
formal o extralegal de corto plazo. Su estudio aún no ha sido emprendido de manera
ordenada y directa, pero muchas acciones empresarias en la industria de la construc-
ción o de manufacturas que han alcanzado éxito en su acción externa solo pueden ser
explicadas por la canalización de abundantes recursos que se legalizan al ingresar al
aparato productivo. Ante tal situación, convendría diseñar diferentes mecanismos de
financiamiento como la factura conformada, duplicata mercantil o factura comercial;
garantías de instituciones multilaterales o créditos de emergencia; y garantías bancarias
y créditos documentarios con cláusulas que permitan pagos a cuenta (red clauses) antes
de la exportación física.

4.2.4. Límites tecnológicos

Las mercaderías cada vez más requieren de innovaciones tecnológicas. Incluso


aquellas que han tenido una larga e histórica producción, como los textiles, han
experimentado variaciones en su naturaleza específica. Así, los tejidos de algodón,
ahora, son requeridos con características adicionales de brillo y elasticidad para
satisfacer determinados usos, como en las prendas interiores o íntimas, y lo mismo
ocurre con las fibras de lana. Frente a estos productos, en los cuales Perú, Argentina,
Brasil y Uruguay tienen ventajas comparativas, se enfrentan las nuevas tecnologías
de las microfibras sintéticas más ligeras, que podrían desplazarlos. La situación es
más crítica aún para productos informáticos, biotecnológicos, electrónicos, médicos,
farmacéuticos y plásticos.
Para que las empresas latinoamericanas puedan enfrentar estas nuevas exi-
gencias, es necesario, urgentemente, la formación de investigadores, ingenieros e,
incluso, especialistas en contratación comercial y negociaciones. Empero, la realidad

218
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

actual nos muestra un panorama desolador, pues solo se dispone, en la región,


de una décima parte de lo que se dispone en los países industrializados y,
aproximadamente, una quinta parte de lo existente en los países NIC o PRI
(recientemente industrializados). Solo se puede mencionar a Argentina, Brasil y
Chile como los únicos que han comprendido esta necesidad y están enfrentándola,
aunque están todavía lejos de los niveles necesarios para producir mercaderías con
un alto componente tecnológico.
Mientras tanto, se ha impuesto la idea de que la educación universitaria debe estar
en manos del sector privado y, en consecuencia, debe ser una empresa competitiva,
lo que no ha redundado en una formación de calidad, sino en una educación mera-
mente lucrativa destinada a captar cantidades de estudiantes. La estructura académica
tradicional de sus universidades insiste en la formación de abogados o profesionales
de otras ramas sociales en lugar de incidir en las áreas técnicas y de ingeniería, debido
a que, para la educación de los primeros, solo se requiere de una sala y una pizarra
y para la de los segundos se precisa de laboratorios, insumos y costos adicionales en
las pruebas de ensayo. Lo lamentable es que, incluso en estas y otras áreas, el nivel
de las universidades, estatales y privadas, sobre todo en el Perú, es lamentable y vil,
particularmente en universidades privadas creadas recientemente.
Los mercados demandan cada vez más productos con alto contenido tecnológico;
su crecimiento frisa el 15% anual, mientras que la demanda de los productos manufac-
turados, como los que fabrica América Latina, disminuye constantemente (bordea el
5% anual). Para revertir todo ello, se requiere de técnicos, especialistas e ingenieros que
puedan aportar procedimientos y diseños en las empresas nacionales. Enfrentar esta
urgencia requiere de un esfuerzo conjunto del Estado, las universidades y las unidades
productivas, ya que es imposible que las empresas pequeñas y medianas latinoameri-
canas puedan hacerlo por sí mismas.

4.2.5. Falta de capacidad administrativa

Existe aún el caso de empresas que, superando los problemas anteriores, carecen de una
estructura administrativa, de recursos humanos y tecnología decisoria apropiados para
desarrollar el negocio de exportación en una forma continuada. Esto, normalmente,
ocurre en empresas de porte pequeño y medio, que constituyen la gran mayoría de
empresas latinoamericanas, que no han formado cuadros para operar en los mercados
internacionales y que, con frecuencia, tampoco los pueden adquirir en el mercado, pues

219
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

la demanda de las transnacionales los capta en razón a los beneficios y remuneraciones


atractivas y porque la oferta de una empresa sólida de gran porte conlleva un prestigio
adicional en el mercado de los ejecutivos. Este problema se ha tratado de superar a
través de asistencia técnica y capacitación; formación de emprendedores; organización
de programas, ferias y misiones comerciales internacionales; legislaciones que fomenten
el desarrollo de las empresas de exportación (trading companies); y consorcios de
exportación, información comercial y elaboración de proyectos de exportación. Un
ejemplo exitoso de lucha contra esta limitación es el que ha venido desarrollando
la Corporación de Fomento de la Producción de Chile (CORFO) desde 1939, que,
incluso, ha preparado empresas volcadas íntegramente a las exportaciones, desarrollado
estudios y proyectos de exportación, y realizado asistencia técnica en la formulación y
negociación de contratos internacionales.
Las escuelas de administración de muchas universidades latinoamericanas han
logrado formar cuadros gerenciales para enfrentar los retos de los mercados. Empero,
ello todavía es insuficiente debido a que no se han identificado las áreas de inver-
sión que requieren cada uno de nuestros países para adecuar hacia tales intereses
el entrenamiento y formación de sus recursos humanos. La ausencia de centros de
planeamiento estratégico nacional es una de las causas de estas carencias, ya que
no se identifican las necesidades de capacitación y entrenamiento, tanto técnico como
administrativo, con miras en el largo plazo.

4.2.6. Ausencia de una cultura exportadora

Finalmente, y siempre relacionado con la oferta, se presenta el problema de la falta


de una cultura de exportación, debido a que la casi totalidad de las empresas en América
Latina se crearon para trabajar, principalmente, en el mercado interno e ingresaron al
negocio de exportación como un desarrollo posterior. Existen muchas empresas que,
teniendo un desempeño satisfactorio en el mercado interno, no tienen interés en ex-
portar. Aun existen otras que no lo hacen por desconocimiento o por una percepción
del negocio de exportación como una actividad demasiado complicada. Este tipo de
actitudes a nivel del propietario o del administrador de una empresa se conoce como
carencia de una cultura exportadora.
Por impulso de los medios de comunicación de masas, entidades gremiales,
mesas redondas, seminarios, folletos o cursos universitarios, los gobiernos tratan de
superar esta limitación para poder ampliar la base empresarial exportadora, pero su

220
Capítulo IV. El proceso de internacionalización de las empresas latinoamericanas

financiamiento no puede estar exclusivamente en manos de los usuarios o alumnos,


pues lo hace costoso en el cortísimo plazo. Por esta razón, el Estado y las propias
empresas financieras deben asumir una parte de este, ya que la fortaleza y capacidad
económica de las empresas redundará en mayores impuestos para el Estado y mayor
capacidad crediticia para los bancos.
Casi siempre el inversionista que constituye una compañía le da el impulso inicial y
forma la cultura de la empresa. Ello ocurre, sustancialmente, en las medianas y peque-
ñas, que no tienen accionariado difundido. Los valores, ideas, objetivos y personalidad
del propietario inversionista constituyen la base a partir de la cual la empresa inicia su
existencia y opera. El diseño de la organización, las políticas de remuneraciones y de
comercialización permanecen durante largo tiempo. Incluso, en las grandes corpora-
ciones, este sello indeleble se mantiene, porque viene a formar el llamado espíritu de
la empresa que impulsa a actuar en los mercados externos.
Aunque cada unidad de gestión tiene su propia identidad, es posible distinguir algu-
nos tipos de cultura con respecto a la percepción de los mercados externos como una
opción para su desarrollo. Así, podríamos apreciar que, respecto de la cultura exporta-
dora, hay tres tipos: orientada hacia la exportación directa, hacia la inversión y hacia
la comercialización indirecta. En la primera, lo que se destaca y privilegia es el deseo
de dominar y controlar directamente la comercialización externa de su producto en los
nuevos mercados. Las empresas intentan ampliar su territorio y campo de influencia
trasladando su estilo de comercialización hacia los mercados externos. Es bastante
corriente encontrar este estilo en empresas familiares con muchos años de actuación
en su mercado nacional inicial. El segundo tipo está orientado hacia la inversión en
el extranjero. Este tipo de cultura la encontramos en empresas cuyos productos están
sujetos a rápidos cambios tecnológicos o donde hay una gran intervención de empresas
competidoras. La empresa buscará establecer inversiones directas o conjuntas en otros
países. Es el caso de la rama electrónica, agroindustrial y farmacéutica. Finalmente,
la cultura exportadora orientada a la comercialización indirecta, es decir, a través de
intermediarios, es aquella que se encuentra a menudo en las empresas que actúan en
sectores regulados y con escasa competencia. El medio ambiente nacional no les obliga
a salir desafiantemente a la búsqueda de nuevas áreas de conquista y prevalece, en
ellas, la estabilidad, la seguridad y el formalismo. Prefieren, entonces, actuar a través
de terceros como las trading companies, los consorcios, los brokers o los dealers, con
los cuales buscan conocer el mundo y desenvolverse en él.

221
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

La empresa latinoamericana tiene que realizar inmensos esfuerzos para superar estas
seis limitaciones. Y ello solo será posible mediante un trabajo conjunto entre el sector
empresarial, el Estado y la sociedad organizada, que, por medio de sus gremios, asocia-
ciones de consumidores y sindicatos, así como del campo académico, deben entender
que el comercio exterior es una necesidad del desarrollo nacional y, finalmente, que la
sociedad civil se ve afectada por cualquier decisión de política comercial internacional.

222
Capítulo V. Planeamiento estratégico internacional

Capítulo V
PLANEAMIENTO ESTRATÉGICO INTERNACIONAL

Una apreciación inicial en la gestión de empresas es que cualquier acción que se de-
see emprender debe estar precedida de un análisis previo y de un plan que oriente
los esfuerzos y recursos hacia objetivos o metas determinadas. A partir de ello, se ha
consagrado la idea que el resumen ordenado de una serie de acciones que ocurrirán
en el tiempo viene a ser el planeamiento estratégico. Luego, estrategia es el conjunto
de políticas que guiarán la conducción de una empresa o un país en relación con su
medio ambiente interno y externo (mercados, competidores, consumidores, provee-
dores, estados, gremios, centros académicos) en la búsqueda de objetivos precisos
(beneficios, bienestar de la nación, dominio de mercados). Luego, podríamos afirmar
que planeamiento estratégico es, más bien, una redundancia, ya que estrategia es una
secuencia coherente de acciones. Sin embargo, las ciencias administrativas han con-
venido conjugar y referirse al planeamiento estratégico como un proceso conducente
hacia un fin empresarial.
No hay duda que el sentido y término de estrategia sigue manteniendo ese contenido
militar que acuñaron los griegos en el siglo v a. C. y que modernizaron Carl Philipp
Gottlieb von Clausewitz y Dietrich Adam Heinrich von Bülow. Para el caso de las em-
presas que tienen que competir con otras corporaciones en escenarios desconocidos
y soberanías distintas, el aspecto militar está presente cuando se habla de negocios
internacionales o, particularmente, de administración estratégica internacional, sobre
todo en una época de acicateada competencia. Por ello, no es errado referirse al planea-
miento estratégico internacional como todo el acervo teórico y práctico necesario para
elaborar un plan destinado a internacionalizar una empresa o conjunto de productos
y servicios de un país dado.

223
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Toda empresa que decida internacionalizarse ha de diseñar una estrategia para operar
en los mercados externos, lo que significa elaborar un plan sobre la base de motivaciones
y objetivos en un horizonte dado de tiempo. Tal planeamiento estratégico es el resultante
de cuatro componentes básicos: oportunidades, restricciones ambientales, las preferencias
del mercado, y las capacidades y restricciones de la propia empresa.

1. El plan estratégico
El curso elaborado y previo de una acción para conseguir un objetivo comercial viene
a configurar lo que entendemos como un plan estratégico. Así, Von Clausewitz con-
cebía la estrategia como «[...] el plan de guerra [...] dirigir las campañas individuales
y, a partir de ello, decidir acerca de los compromisos individuales»,1 en tanto que
John von Newmann y Oskar Morgenstern sostenían que es «[...] un plan completo:
que especifica las elecciones que —el jugador— hará en cada situación posible».2 Es,
pues, un conjunto de pautas de acción para conquistar un mercado internacional o
posicionarse en determinado segmento de mercado dentro de un horizonte dado de
tiempo alcanzando objetivos de carácter cualitativo o cuantitativo. Por ello, cuando la
empresa consolida una posición, como, por ejemplo, exportadora de manufacturas,
pasa inmediatamente a ser exportadora de servicios y, luego, en un paso adicional, a
efectuar una inversión directa en el extranjero. Ese accionar, hoy día alentado por cri-
terios como competitividad y conquista de mercados, define al comercio internacional
en el mismo sentido en el que entendía el concepto estrategia Von Clausewitz. No en
vano se habla de marketing de guerra. Ese es el propósito y también el límite cuando
se opera entre diferentes países.
En el mundo de las transacciones internacionales, las operaciones locales quedan
absorbidas por el comercio internacional dentro de la estructura administrativa de la
empresa que se internacionaliza. «Al tomar decisiones, la gerencia, después de tomar en
cuenta la magnitud internacional de los negocios, muchas consideraciones pertinentes
se convierten en factores variables; consideraciones que no precisa hacer tratándose
de negocios locales».3 Ello requiere diseñar un plan estratégico internacional, ya que
muchas de las operaciones o canales de comercialización son totalmente extraños a la
forma de administrar localmente una empresa.

1
Von Neumann y Morgenstern 2004.
2
Ib.
3
Robinson 1973, 18.

224
Capítulo V. Planeamiento estratégico internacional

Como bien señala Kenneth Andrews, dicho plan estratégico es «[...] el proceso inte-
lectual de confirmar lo que una compañía podría hacer en términos de las oportunidades
del ambiente, de decidir qué puede hacer en términos de su capacidad y poder, así como
de reunir estas dos consideraciones mediante un equilibrio óptimo [...]».4 Posteriormente
al diseño del plan, se establece la estructura administrativa capaz de llevarlo a cabo, así
como las normas o pautas estratégicas según el conocido juego de sus componentes:
oportunidades, fuerzas, debilidades y amenazas. Para el área internacional, nosotros
equiparamos el esquema como oportunidades, restricciones ambientales, preferencias
del mercado, y las capacidades y restricciones de la propia empresa.
La estrategia debe, entonces, evaluar el medio ambiente externo dentro del cual se
desenvuelve la empresa con el fin de detectar las oportunidades que le ofrece el mer-
cado así como las restricciones que pueden ser exigencias de calidad, presentación del
producto o acuerdos comerciales bilaterales con determinados países. Posteriormente,
se deberán apreciar las oportunidades del mercado y analizar si estas coinciden con las
capacidades industriales y restricciones comerciales de la empresa ofertante, fabricante
de los bienes y servicios. De serlo así, estaremos ante un aspecto positivo o lo que se
llama las fuerzas de la empresa; en caso contrario, nos encontraremos ante una situa-
ción de debilidad. De esa manera, se tendrá un panorama claro de las posibilidades o
competencias distintivas de la empresa.
El plan estratégico fue expuesto primigeniamente por Igor Ansoff en Corporate
Strategy en 1965. Su pensamiento ha dominado las ciencias administrativas hasta
la fecha, aunque, recientemente, han surgido determinados cuestionamientos debi-
do a que, ahora, se da importancia a aspectos no cuantificables como el elemento
fortuito, los errores de la competencia, las actitudes no racionales del consumidor,
el espíritu nacionalista, y factores morales y culturales de los mercados que hacen
variar cualquier plan. Además, el posible éxito o situación prevista en el plan solo
podrá ser apreciado al final del proceso, debido a que el resultado predeterminado
es siempre incierto. Finalmente, un plan no puede ser repetido o aplicado por otra
empresa o situación ya que cambian los tiempos y las estructuras organizacionales.
Sin embargo, debemos convenir que, en tanto no exista una estructura o modelo
alternativo para desenvolver una estrategia, es más recomendable tener un plan
que carecer de él.

4
Andrews 1980, 45.

225
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Con frecuencia, la planeación estratégica es tildada de enfoque adecuado para


abordar el cambio y los ambientes turbulentos. Sin embargo, las organizaciones, nor-
malmente, hacen planes para fijar un rumbo y no para alentar el cambio. La planifica-
ción, puesto que obliga a seguir determinados pasos, se convierte, con frecuencia, en
inflexible y reduce las iniciativas de sus directivos ante situaciones nuevas e imprevistas
de los mercados. Por ello, se ha criticado a la planeación. Su rigidez impide la creación a
posteriori. Hay una predeterminación de lo que debe ocurrir, así como una separación
entre lo que se planea y lo que se ejecuta.5
Sin embargo, no se pueden ignorar los beneficios que trae la planeación cuando
se busca enfrentar mercados desconocidos fomentando que los directivos piensen de
manera estratégica e incluyendo nuevos elementos en el análisis, como los factores cul-
turales y los sentimientos de los consumidores que están presentes a pesar del proceso
de estandarización que persigue y alienta la globalización. De esta manera, incluyendo
en el análisis nuevas consideraciones, como el factor suerte o los errores que cometa la
competencia, tendremos un plan estratégico como un esquema vivo que se enriquece
con el tiempo. Hay que tener presente, además, que un plan puede buscar modificar el
medio ambiente externo donde está operando (mercado de destino) para hacerlo más
receptivo a su oferta o inversión. En consecuencia, la nueva consideración de un plan
estratégico exige darle vida y flexibilidad según las variadas y constantes mudanzas del
mercado y según los requerimientos de los consumidores.
Una empresa que decide internacionalizarse o un país que aliente a su sector
industrial o de servicios a penetrar y consolidarse en los mercados externos deberá,
necesariamente, formular guías para la acción que contengan objetivos cuantificables y
pautas para enfrentar tanto los cambios predecibles como los impredecibles que puedan
ocurrir en un horizonte dado de tiempo. Por supuesto, dentro de esa guía, hay otros
factores impredecibles como la suerte, los errores de la otra parte o el descubrimiento
de nuevos recursos que deberán ser incluidos dentro de ella.
Este esfuerzo metodológico de diseñar un plan estratégico internacional ha sido
enfrentado por los países industrializados a través de sus ministerios de planeamiento o
de comercio internacional, así como por las grandes transnacionales, que han orientado
recursos para facilitar el diseño de un plan estratégico con objetivos que posibiliten
dominar determinados mercados. Las transnacionales, controlando los centros de

5
Mintzberg, Quinn y Voyer 1997, 58-59.

226
Capítulo V. Planeamiento estratégico internacional

producción de materias primas, detentando el mayor grado de desarrollo tecnológico y


disponiendo de su habilidad gerencial, han logrado controlar la potencia humana de las
naciones y sus posibilidades por medio, justamente, de un plan estratégico que se abre
paso por el tamaño de sus operaciones y recursos, cuando no por el esfuerzo conjunto
y el poder de sus países. Si se aprecia el reciente intento de internacionalización de las
empresas latinoamericanas y de algunos países, es necesario, en primer lugar, admitir
la importancia de este método, considerarlo como necesario y, luego, diseñar un plan
dentro de la disponibilidad de recursos, bienes y objetivos específicos.

2. Modelo de planeamiento estratégico


para empresas latinoamericanas
En un intento de esbozar un modelo de planeamiento estratégico internacional, se
propone el siguiente esquema básico:

Establecimiento de la misión
a) Visión del futuro en un horizonte dado de tiempo
b) Determinación de lo que hace la empresa
c) Objetivos en el largo y mediano plazo

El medio ambiente internacional


a) Los sistemas jurídicos
b) Los sistemas empresariales
c) Los sistemas políticos
d) La psicología de la distancia (geográfica y cultural)
e) La situación de la competencia internacional

El medio ambiente interno


a) El problema de la oferta exportable
b) El nivel y situación del desarrollo tecnológico del producto o servicio
c) Oportunidades y restricciones de la empresa
d) El papel del Estado en el fomento del sector externo

Determinación de la estrategia
a) El tipo o modelo estratégico
b) Aspectos cuantitativos
c) Aspectos cualitativos (factor suerte, condiciones o expresiones culturales)

227
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

La misión describe el carácter o espíritu de la empresa u organización. Indica cómo


sus directivos y funcionarios ven el futuro y cómo actuarán dentro de ese nuevo escena-
rio. Establece lo que la empresa piensa hacer y el sentido trascendente que tendrán sus
operaciones. Es el credo o guía que orientará e impulsará la energía de sus ejecutivos,
de tal manera que los planes detallados expresados y contenidos en las instrucciones
puedan ejecutarse fácilmente con convicción y entusiasmo.
El medio ambiente internacional es la determinación del área hacia donde se dirigirá
la organización, evaluando sus oportunidades y restricciones. El medio ambiente interno,
por su parte, es el examen de conciencia que señala cómo está ubicada la empresa
en el país y cuáles son sus potencialidades o ventajas competitivas para enfrentar los
nuevos mercados o los nuevos objetivos. Son, como se ha señalado, las oportunidades,
restricciones y capacidades de la unidad operativa. Finalmente, viene la estrategia. Ello
nos lleva a analizar, necesariamente, el medio ambiente internacional, la formulación
de esta según los objetivos a largo plazo de la empresa y, finalmente, su ejecución o
implementación.

2.1. Establecimiento de la misión

El plan estratégico internacional ha de empezar por elaborar lo que para algunos es un


ideal o utopía, que es el gran motor de todo proyecto, o lo que para otros viene a ser la
prognosis de lo que va ocurrir en el futuro sobre la base de la información recopilada
del medio ambiente. La misión involucra, pues, un ideal: la visión del futuro en un
horizonte dado de tiempo, desarrollada a partir de la información que la empresa o el
país haya recopilado del medio ambiente internacional en donde va a estar insertado.
Es, por cierto, una cuestión que puede considerarse como una utopía, pero que moti-
va, entusiasma y alienta cuando se va a penetrar en medios extraños y culturalmente
distintos. Sin ella, los actores actuarán como instrumentos, medios mecánicos, pero
carecerán del influjo y el compromiso con lo que se está haciendo. Y está claro que
todo proyecto requiere de un estímulo motivador.
Después, viene la determinación de la misión, que, como se ha dicho, describe el
carácter o espíritu de la empresa. Es cómo se ve la empresa dentro de ese medio am-
biente externo y las alternativas a considerar para su desarrollo. Es el credo o himno
que orienta a los cuadros gerenciales hacia una ejecución eficaz y eficiente del plan.
Cuando esa misión ha sido diseñada con la participación del Estado o de otras institu-
ciones sociales y académicas del país de origen de la empresa, estamos frente a lo que
sería la gran misión de la internacionalización.

228
Capítulo V. Planeamiento estratégico internacional

Cuando se ha comprendido plenamente a la empresa y sus ideales, los procedi-


mientos y los programas podrán ser aplicados. Para ello, por supuesto, es necesario
que la empresa o el país tengan objetivos específicos y cuantificables plasmados en
documentos o políticas de Estado. La misión podría explicar aspectos como su filosofía
gerencial, consumidores del exterior, condiciones de los mercados, características de
sus productos o servicios, naturaleza y composición de su capital social y de sus accio-
nistas, disponibilidad de tecnologías, imagen pública y los objetivos ya comentados.
El diseño de la misión debe ser plenamente compartido por los recursos humanos de la
organización. La misión debe ser analizada y determinada en equipo y en consenso por
las diferentes unidades de la organización. Es lo que se llama el proceso de inducción de
los cuadros gerenciales de la empresa.

2.2. El medio ambiente internacional

Existe un consenso teórico acerca de que el medio ambiente es la apreciación de las


condiciones en las que van a operar las empresas con el fin de identificar potencialidades,
debilidades, oportunidades y amenazas, tanto actuales como futuras, que puedan afectar,
limitar o potenciar el logro de sus objetivos. Algunos de los principales condicionantes
del medio ambiente externo han sido los medios de pago internacionales, las sobera-
nías nacionales, los diferentes sistemas jurídicos y, en consecuencia, los contratos, pues
todo ello origina mayores costos y dificultades a las empresas que se internacionalizan
y demanda tiempo para entenderlas y actuar, finalmente, sin tropiezos. La demora
en atenderlas ocasiona que muchas empresas no puedan expandirse ni desarrollarse.
Así, por ejemplo, el problema de los medios de pago se agudiza con las dificultades
de convertibilidad de la moneda cuando se tiene que calcular entre dos regímenes: el
sistema de intercambio compensado (trueque) y el régimen monetario. Por otro lado,
las soberanías involucran barreras aduaneras y articulan modelos legislativos en cuanto
a los contratos y la responsabilidad de los sujetos.
Frente a tales condicionamientos, las grandes transnacionales y los países industriali-
zados, para tener una mayor presencia en el mercado, estandarizaron las transacciones
para que puedan ser efectuadas por medio del cambio monetario y desalentaron, así,
las operaciones de countertrading que tuvieron su apogeo durante el período de la
guerra fría. A ello, se unió la hegemonía del dólar proyectada desde los acuerdos de
Bretton Woods, que, a través del Fondo Monetario Internacional (FMI), establecieron
tasas de cambio fijas, cuando fuese necesario, en la paridad de las monedas y fomentó
la libre convertibilidad de la moneda. Sin embargo, esto último ha sido radicalizado ya

229
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

que, como el dólar es el medio más importante en las transacciones internacionales,


conjuntamente con el euro y el yen, se ha impuesto la paridad cambiaria en muchos
países latinoamericanos, algunos de los cuales, como el Ecuador, han adoptado al dólar
como moneda nacional.
Igualmente, los sistemas monetarios y políticos tienden a estandarizarse a través
de las cartas de intención del FMI y los organismos políticos internacionales como la
Organización de Estados Americanos (OEA), que, con frecuencia, actúa como super-
visor de los regímenes políticos latinoamericanos. Por ello, también, se armonizan los
diferentes sistemas jurídicos y los modelos contractuales para facilitar la fluidez de las
corrientes financieras y las inversiones directas. Todo ello es un esfuerzo para crear
un medio ambiente externo, más bien, uniforme. Sin embargo, y por establecer tales
criterios, las instituciones y organismos internacionales que los promocionan pasan a
constituir el nuevo contexto internacional.
En cualquier situación, la internacionalización exige vincular a la empresa con di-
ferentes escenarios. En ese sentido, Michael Porter señala lo siguiente: «La esencia de
la formulación de una estrategia competitiva consiste en relacionar a una empresa con
su medio ambiente. Aunque el entorno relevante es muy amplio y abarca fuerzas tanto
sociales como económicas, el aspecto clave del entorno de la empresa es el sector o
sectores en los que compite».6
Ese medio ambiente externo está dado, ahora, por el conjunto de condiciones
institucionales, económicas, políticas y tecnológicas dentro de las cuales va a operar
la empresa. Así, por ejemplo, la fuerte presencia del FMI en el sistema financiero
internacional, así como la institucionalización del comercio internacional con la
aparición de la Organización Mundial del Comercio (OMC), marcan una serie de
limitantes a las operaciones, pero también una serie de medidas positivas para las
empresas como, por ejemplo, la posibilidad que cualquier país pueda ser llevado a
estas instancias para absolver cuestionamientos por parte de países pequeños respecto
de subvenciones o cláusulas que atenten contra el libre comercio de mercancías y
de servicios. Otro ejemplo es el caso de los acuerdos bilaterales de alcance parcial
medio o las ventajas que se otorgan los países que conforman determinados bloques
subregionales de comercialización. Finalmente, en ese mismo sentido, se pueden
mencionar los acuerdos de protección de inversiones (API), que posibilitan
mecanismos de defensa a la inversión de determinadas empresas en los llamados

6
Porter 1982, 23.

230
Capítulo V. Planeamiento estratégico internacional

mercados emergentes. Los diferentes sistemas jurídicos en que está dividido el mundo
también son un área de interés para conocer el medio ambiente externo, así como, por
supuesto, los regímenes políticos.
Con el fin de obtener un conocimiento razonable de las características de ese medio
ambiente externo, debe extremarse la habilidad para analizar los elementos específicos
de cada mercado. Una forma de hacerlo es enumerar los factores de cada mercado:
educacionales, sociológicos, político-legales, económicos, tecnológicos, formas de or-
ganización empresaria y comportamiento del consumidor del exterior.

2.3. Medio ambiente interno

Partimos por afirmar que no conocemos casos significativos de empresas que, habien-
do olvidado o estando desconectadas de su medio ambiente interno, hayan logrado
éxito. Más bien, las empresas han empezado a partir de un posicionamiento en sus
mercados nacionales y se han destacado, luego, en su medio ambiente local. A partir
de ese fortalecimiento, han enfrentado el mundo exterior.
Esta parte del esquema está representada por el ambiente del propio país en donde
se encuentra la sede principal de la organización y se puede descomponer en los si-
guientes aspectos: social, cultural, político y económico. De esa manera, el PBI, la tasa
de inflación, la tasa de cambio, los niveles de empleo, el nivel educativo, la balanza
comercial, los tipos de interés y los impuestos son factores internos que van a influir en
las decisiones de internacionalización.
El componente social describe las características de la sociedad en la que opera
la empresa. Las tasas de alfabetización, los niveles de educación, las costumbres, las
creencias, valores y estilos de vida son indicadores que forman parte del componente
social del medio ambiente general. El componente político también tiene que ver con
la salida de las empresas al exterior, así como con las restricciones ecológicas o medio-
ambientales, las especificaciones técnicas, las normas de seguridad y las exigencias de
los productos. Adicionalmente, las nuevas tecnologías para abordar la producción de
bienes y servicios vienen a configurar ese medio ambiente que afecta, motiva o adecua
la decisión de internacionalizarse.7 Tales indicadores sociales y económicos crean los
condicionamientos domésticos o nacionales para una empresa que, partiendo de un
mercado local, decide internacionalizarse. Todos ellos impactan directamente en una

Certo y Peter 1998, 35-36.


7

231
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

empresa, básicamente, en tres aspectos: en lo que se refiere a los recursos, en la esta-


bilidad de la gestión y en el margen de beneficios.
Respecto de los recursos, es obvio que, mientras más abundantes sean, es mejor.
Así, la disponibilidad de personal, energía, insumos y materia prima y la facilidad para
adquirirlos son una ventaja y factor de éxito o fracaso. La empresa debe medir sus
requerimientos de personal, así como de recursos energéticos, equipos y materias pri-
mas, pues tales bienes y recursos pueden ser obtenidos con mayor o menor facilidad.
Ello explica por qué muchas empresas se lanzan a los mercados externos después de
haberse fortalecido previamente en los espacios nacionales.
Una segunda premisa que, a su vez, le da estabilidad a la empresa es el medio so-
ciopolítico y económico en el cual se ha desarrollado. Es cierto que algunas empresas
prosperan mejor en tiempos y mares de dificultad, crisis o limitaciones, pero la mayoría
lo hace en un medio estable. Un cúmulo de alteraciones sociales y violencia provoca
un clima de incertidumbre dentro del cual es imposible construir un gran emprendi-
miento. Las empresas que se internacionalizan experimentan con mayor fuerza estas
restricciones, toda vez que no solo tienen que pensar en cómo actuar en mercados
desconocidos, sino que los volúmenes de producción para atender los pedidos inter-
nacionales también se proyectan con incertidumbre porque no se sabe si se cumplirán
las proyecciones de venta o si se satisfarán los plazos y los volúmenes de producción
asumidos contractualmente.
Finalmente, un tercer aspecto es el margen de beneficios. Este debe ser evaluado
cuidadosamente precisando el tamaño del mercado o el segmento que se va a abastecer,
la situación de la competencia internacional o el grado de protección del mercado. Por
ello, las empresas que llegaron en número significativo a América Latina al inicio de
la liberación de los mercados se cuidaron que existiera, previamente, una legislación
que privilegiara el libre juego del mercado y que combatiera los monopolios domés-
ticos, usualmente formados durante el período de sustitución de importaciones, así
como políticas de fomento de las exportaciones no tradicionales. En efecto, antes de
las inversiones extranjeras del decenio de 1990, al finalizar el siglo, se adecuaron las
legislaciones latinoamericanas que permitieron las remesas de los lucros al exonerar
de tributos a los países inversores u omitir regalías a los países receptores. Todo ello
debe ingresar en el análisis de internacionalización. Igualmente, hay que apreciar los
mecanismos de protección de inversiones cuando la empresa nacional decide efectuar
una inversión directa en su tradicional mercado de exportación.

232
Capítulo V. Planeamiento estratégico internacional

2.4. Determinación de la estrategia

Conociendo tanto el medio ambiente externo como las ventajas y limitaciones del medio
ambiente nacional, se puede pensar en desarrollar el procedimiento para internacionalizarse.
Surge, así, el diseño de la estrategia para operar en los mercados internacionales, que es la
última parte del esquema básico de un modelo de planeamiento estratégico internacional
para las empresas latinoamericanas, así como para una política de gobierno.
Este es un proceso intelectual por el cual una empresa o gobierno confirma lo que
podría hacer según las oportunidades de los mercados externos y decide, igualmente,
lo que puede realizar considerando su oferta exportable o, dicho de otra manera, a partir
de lo que le permite su oferta exportable —esa capacidad física, económica, financiera,
administrativa, tecnológica y cultura exportadora— para actuar en los mercados exter-
nos. Apreciamos que existen tres estrategias de internacionalización: especificidad del
producto, globalización y concentración empresaria. Estas pueden ser seleccionadas
para la formulación del plan estratégico. Por supuesto, la situación concreta nos puede
llevar a diseñar una estrategia específica según las peculiares condiciones del mercado.
Sin embargo, y partiendo de la experiencia empírica, creemos que las indicadas son
tipos que han sido utilizados con éxito en un proceso de internacionalización.
El diseño de una estrategia de internacionalización debe ser sencillo y flexible con el
fin de permitir ajustes en función de los cambios que experimenten los mercados en el
largo plazo. Por ello, con frecuencia, algunas empresas diseñan dos tipos de estrategia
para operar en los mercados, sobre todo si la diferencia cultural es significativa, pero
aplican una y la otra queda en reserva. No se pueden aplicar ambas al mismo tiempo,
salvo quizá en mercados distintos.

3. Formulación
Sobre la formulación de un plan estratégico, se han esbozado diferentes criterios sobre
la base de las llamadas matrices de cartera, según las cuales las formas de establecer
una planificación estratégica se deben estructurar a partir de un índice, más o menos
complejo, que sintetice la posición de la empresa en el mercado analizado y las pers-
pectivas de evolución en un mercado dado o propuesto. Tales criterios no han podido
explicar nuevos problemas como el campo internacional, caracterizado por la fuerte
competencia y la incertidumbre presente en los aspectos financieros y tecnológicos.
Ello plantea alterar el acento en la formulación del plan estratégico para que tenga en
cuenta los aspectos culturales, de gestión y de organización.

233
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Ansoff es quien más se acerca a la conveniencia de un plan estratégico flexible,


menos determinista y, por consiguiente, adaptable a los cambios del comercio interna-
cional y a una fuerte competencia. A partir de su trabajo Strategic response in a turbulent
environment, se puede concluir que la relación fundamental de la matriz de un plan
estratégico, la que liga el rendimiento de la inversión a la cuota del mercado, es la que
explica y da contenido a las características del medio ambiente externo y el tipo de ven-
taja competitiva que la empresa manifiesta con respecto a la competencia internacional.
El plan estratégico, en consecuencia, se traza teniendo en consideración las diferen-
cias precisas no solo entre las variables internas y las del medio ambiente externo, sino
también los diferentes niveles de este. Las primeras tienen relación con las preferencias
de los directivos respecto de la exportación o, en otras palabras, con la predisposición
o la voluntad de exportar, que nosotros llamamos la cultura exportadora y que viene
a ser el impulso o la intención de internacionalizar la empresa que se manifiesta como
una decisión organizada, es decir, una adecuación de la empresa para operar en mer-
cados externos.
Esta decisión no tiene nada que ver, necesariamente, con el tamaño de la empresa y
los buenos resultados que se piensan obtener. No hay una evidencia que indique que el
tamaño tenga que ver con el resultado de la operación de exportación. Las ventajas de
las grandes empresas se localizan, más que en los beneficios, en la mejor calidad de la
dirección, en tanto que las medianas empresas pueden compensar, en buena medida,
su posición más vulnerable con una estructura directiva y de organización ágil y cuyos
objetivos claramente definidos y admitidos estén orientados hacia la internacionaliza-
ción. De esta manera, la cultura exportadora, en primer lugar, se ha de formar para los
emprendimientos o inversiones foráneas. Ello es conveniente porque se trata de adoptar
un cuadro de ejecutivos que se hayan fortalecido y formado en un medio local para
que, luego, actúen en otros escenarios y consigan éxitos transaccionalmente mayores.
Siguiendo el modelo usual y aplicado para los casos generales de administración
internacional, los directivos de la empresa han de formular una estrategia que refleje los
objetivos de la organización. Ello es válido si la empresa se orienta de manera directa
a los mercados externos; si usa una estructura de trading; si desarrolla una penetración
basada en marcas, nombres o gerenciamiento; o si, finalmente, efectúa una inversión
directa en el mercado de destino. A partir de ello, podemos concluir que las estrategias
de internacionalización deben analizar diferentes aspectos comerciales.
La formulación de la estrategia debe considerar tres elementos desde el punto de
vista de la organización de la empresa: el primero es la designación de los funcionarios

234
Capítulo V. Planeamiento estratégico internacional

que tendrán a su cargo la implementación de la estrategia así como los niveles de deci-
sión; el segundo es la organización misma en sí, es decir, los departamentos y divisiones
volcados o comprometidos directamente con la internacionalización; y, finalmente, el
diseño de los sistemas con el fin de garantizar que los diferentes niveles administrativos
se comuniquen y coordinen con eficacia, e integren esfuerzos y recursos.
Respecto a la organización, tal vez parezca más aconsejable formar departamentos
o divisiones con base en el mercado externo, lo que significa que tales unidades se
concentren en el consumidor, los productos o los servicios finales específicos, es decir, en
síntesis, trabajar bajo el esquema divisional. Sin embargo, en las grandes corporaciones,
muchas veces, es necesario combinar o agrupar en un solo departamento funciones
o áreas geográficas de mercados. De esa manera, algunas divisiones se agruparían
sobre la base de la función gerencial, mientras que otras unidades, dentro de la propia
empresa, se aglutinarían por tipos de mercado. Sería una forma híbrida con numeroso
personal especializado y varias líneas de actividades. En cualquiera de las dos formas
de organización, los mecanismos de coordinación serán necesarios, ya que cada de-
partamento se debe vincular con los otros de una manera ágil y clara.
Por otro lado, en el proceso de internacionalización, hay que trazar diferencias
precisas entre las variables internas de la propia estructura de la empresa y el medio
ambiente externo, ya que es frecuente escuchar que las circunstancias exteriores solo
son relevantes para la empresa en un sentido limitado, pues constituyen también restric-
ciones comunes para el resto de empresas. Sin embargo, ello no es correcto si estamos
pensando en un mercado internacional, debido a que las variables del medio ambiente
externo tienen una mayor importancia, debido a que pueden facilitar la radicación de
inversión de una empresa o ahuyentarla. Un ejemplo es el caso de las inversiones de las
empresas Edelnor y Luz del Sur radicadas en el Perú. Dichas empresas tuvieron un me-
dio ambiente externo —el país anfitrión— favorable y tolerante: el gobierno de Alberto
Fujimori, que, mediante ley, permitió, con la supuesta intención de promover fusiones,
depreciar sus activos y volver a revaluar aquellos que ya tributariamente habían sido
depreciados. Se promulgó, así, una norma cuyos beneficios permitían que los activos
ya depreciados de las empresas fusionadas recuperaran el valor del mercado. A pesar
de que la ley se derogó, las empresas eléctricas, apelando al convenio de estabilidad
jurídica celebrado con el Estado, siguieron disfrutando de dicha excepción. Sin embargo,
la Superintendencia de Administración Tributaria (SUNAT) acotó el impuesto a la renta
por los períodos no incluidos en la medida de excepción. No obstante, la SUNAT no solo
acotó el pago del impuesto a partir del período no incluido, sino que esa acotación, por

235
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

28 y 41 millones de soles, respectivamente, significaba que por primera vez, en todo el


proceso de privatización de dichas empresas, tanto Edelnor como Luz de Sur pagaran
impuestos, ya que nunca lo habían hecho antes pues se habían acogido al régimen
de beneficios y estabilidad tributaria establecido por el gobierno peruano para captar
inversión extranjera. Adicionalmente, Edelnor se fusionó con una pequeña empresa
distribuidora de energía, la que absorbió sus activos devaluados que, luego, fueron
aportados y revaluados. Finalmente, el superintendente de la SUNAT fue removido por
el gobierno de Alejandro Toledo y eso creó un nuevo medio ambiente conveniente y
beneficioso para la inversión chilena de entonces que, como se ve, contó con el apoyo
de funcionarios del gobierno anfitrión, aunque el caso también puede ser visto desde el
ángulo de la interferencia política. Es, pues, el medio ambiente externo el otro elemento
a considerar en la matriz para la radicación de una inversión y, por ello, las empresas
transnacionales buscan interferir o accionar con determinados funcionarios en la polí-
tica del país receptor para crear ese acondicionamiento o privilegio a sus operaciones.
Al formular el plan estratégico se tendrán en consideración tres aspectos fundamen-
tales: la conciencia o la cultura exportadora de sus directivos o ejecutivos, el medio
ambiente externo y las características administrativas de la empresa. Adicionalmente y
después de conocer esos tres aspectos, se adoptará la decisión de salir al exterior, sea
exportando o invirtiendo; luego, vendrá la selección del mercado en donde se piensa
actuar y establecer los canales de comercialización; y, finalmente, diseñar el programa
de marketing internacional.
Esto último obliga a un acopio de técnicas y procedimientos que la práctica em-
presarial llama las «4P» (producto, precio, promoción y plaza). Esta composición deja
afuera elementos como los servicios postventa o la fuerza de ventas, que constituyen,
en el área internacional, una ventaja competitiva. Integrar estos elementos dentro del
marketing internacional requiere, como se ha mencionado, un esfuerzo de coordinación
empresarial. Una última cuestión a considerar es la relativa a la clasificación y prepon-
derancia de dichas «4P», sobre todo cuando la empresa está en más de un mercado.
Ello es así porque la experiencia ha puesto de relieve que, a excepción de la marca o
del nombre, que son parte de la exportación de servicios, la mayoría de las empresas
modifica sus actividades entre distintos mercados en lugar de mantenerlas iguales. La
mayoría de las empresas latinoamericanas ha elegido la especificidad de las manufac-
turas como estrategia internacional, aunque ello no excluye que, con la asistencia de
sus gobiernos, algunas estén en el nivel de la concentración empresaria para obtener
la radicación de inversiones como Brasil y Chile.

236
Capítulo V. Planeamiento estratégico internacional

4. Implementación
La ejecución de una estrategia internacional suele considerarse como un desafío mucho
más complejo para una compañía actuante en los mercados externos que la correspon-
diente al ámbito estrictamente nacional, ya que los gerentes de una empresa que se
internacionaliza deberán diseñar nuevos sistemas administrativos para sus operaciones
y para sus ejecutivos que se desenvuelven en medios culturales distintos.
«El diseño de un sistema administrativo obedece a dos imperativos: la necesidad
de alinear los sistemas con las estrategias globales de la organización y la necesidad de
ajustarse a las características culturales de cada país anfitrión»,8 vale decir, adecuar toda
la organización dentro de la perspectiva de exportar o invertir en el exterior teniendo
en cuenta las particulares condiciones culturales del mercado de consumo y el de los
trabajadores o directivos. Cada gerente es la suma de sus experiencias y de su forma-
ción, así como también de su cultura, de tal manera que el afán de estandarización
tiene un límite dado por la propia cultura del individuo. La percepción del mundo, de
la empresa y la filosofía de vida son distintas en los japoneses, en los estadounidenses
y en los latinoamericanos, y ello pesa al momento de implementar una estrategia. Los
valores y la percepción para actuar varían de región en región y de país en país.
Todo plan solo es bueno si se ejecuta o implementa y alcanza los resultados espera-
dos. Por ello, la implementación involucra adecuar la organización al plan internacional
propuesto. Muchas empresas tienen gerentes sin práctica ni formación en comercio
internacional. Hay, en esta debilidad, una herencia del pasado sustitutivo de impor-
taciones según el cual las empresas se estructuraban para producir hacia el mercado
local; sin embargo, aquellas otras con presencia extranjera en su capital y directivos con
estudios especializados están más aptas para involucrarse en negocios internacionales
por el intercambio cultural y la experiencia que aportan sus directivos. Es el caso de las
empresas que salen del modelo cepalino de sustitución de importaciones y se lanzan a
la internacionalización a partir de un plan estratégico. La situación es adicionalmente
compleja cuando la estrategia es internacional, pues la implementación del plan supone
un cambio organizativo total y una actitud y estructura cultural diferentes, ya que la
visión del mercado superará los límites de las fronteras nacionales y abarcará países o
regiones totalmente distintos. Todo ello exige un cambio cuantitativo y cualitativo de
parte de la administración.

8
Certo y Peter ob. cit., 201.

237
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

La experiencia nos dice que quien pretenda producir un cambio en una organiza-
ción —y el proceso de internacionalización lo es— se encontrará con una resistencia
por parte de sus ejecutivos, proveedores y las otras unidades internacionales. Una
manera de enfrentarla es ajustar el cambio a las necesidades de los consumidores.
Entonces, hay que recurrir a la comunicación y a la educación con los mercados, lo
cual significa entender y satisfacer no solo las necesidades específicas, sino la actitud
cultural frente a la inversión o frente al producto o servicio. Por otro lado, también
se requiere de similar comportamiento en la estructura interna de la empresa para
adaptarla a los nuevos desafíos. El gerente internacional ha de tener siempre pre-
sente el conflicto potencial entre una decisión internacional en un país específico en
donde está actuando y la mejor acción para la empresa como un todo. Las personas
que se ven afectadas por el cambio lo aceptarán con más facilidad si se les explica la
verdadera necesidad de este y se les mantiene informadas sobre sus consecuencias
y beneficios, a que si se guarda silencio sobre las nuevas formas organizativas o se
mantienen en secreto. Es mejor aún si se puede hacer que estas participen en el diseño
o formulación de la decisión.
Una utilización imaginativa de los recursos de la empresa que se internacionaliza
que puede facilitar la innovación y la ejecución de un plan estratégico consiste en crear
equipos para el cambio, los que despiertan la emoción y la energía de las personas
que los componen. Otra aplicación creativa de los recursos de la empresa consiste en
fomentar la existencia de paladines del cambio: se trata de personas comprometidas con
la idea del cambio que se encargan que este no se pierda entre los trámites burocráticos
y que las actividades se realicen debida y totalmente.9
En lo que se refiere a la organización, un soporte importante es la existencia de
un departamento de comercio exterior, así como la actuación mediante agencias,
representaciones o sucursales en otros países. Los mercados a los cuales se dirige una
empresa determinarán la forma de implementar el plan estratégico, ya que este será
más impactante cuando se dirija a mercados de países en desarrollo y menos si lo hace
a países industrializados.10
La organización conlleva, pues, un aspecto concomitante a la implementación de
un plan estratégico internacional. Esto quiere decir que la estructura administrativa y
el personal han de tener el conocimiento del plan estratégico, estar convencidos de él y

9
Mintzberg, Quinn y Voyer ob. cit., 415.
10
Alonso y Donoso 1989, xvi.

238
Capítulo V. Planeamiento estratégico internacional

estar capacitados para poder implementarlo, lo cual requiere un cuidado en la selección


del personal que ejecutará el plan, sustancialmente en el área de comercialización.
No hay, por supuesto, una ley escrita que diga que el equipo administrativo,
previamente a la decisión de internacionalización, no pueda conducir el nuevo plan
estratégico. Sin embargo, normalmente, el equipo, si ha estado bien afiatado, tiene
una actitud y una creencia específica acerca de cómo conducir la empresa, lo cual no
siempre es compatible con la nueva misión que se han propuesto sus directivos, por
lo que, con frecuencia, es recomendable crear una gerencia internacional o un depar-
tamento de comercio exterior e incluir un nuevo personal. Por consiguiente, un plan
estratégico internacional requerirá, casi sin excepción, un cambio en la organización y
una alteración sustancial en el comportamiento del equipo de administración existente,
lo cual demandará de un personal que cuente con las habilidades ad hoc para ejecutar
el plan estratégico.11
Igualmente, la implementación de la estrategia internacional deberá tener en cuenta
el medio ambiente externo y, particularmente, la cultura de los mercados y la de sus
trabajadores, pues los estándares financieros, tecnológicos y contables pueden ser si-
milares en diferentes unidades operativas. Sin embargo, la forma de obtener y alcanzar
determinados niveles de performance depende de cuestiones de valor y percepción del
trabajo y del tiempo. De tal manera que, medir el rendimiento de un trabajador como
si fuera un estándar, es una ilusión y es algo totalmente subjetivo.12
Las empresas que se internacionalizan ajustan sus procedimientos con miras a la
implementación de una dirección estratégica. Por ello, el estudio del medio ambiente
externo incluye la evaluación de las condiciones y tendencias de los nuevos mercados,
que, con frecuencia, muestran idiosincrasias peculiares distintas a aquellas que guia-
ron a las empresas en sus escenarios nativos. Sus declaraciones de visión y de misión
han de ser el faro guía de las decisiones en lo que respecta al tipo y al alcance de su
compromiso de internacionalización y deben realizarse sobre la base del análisis del
medio ambiente internacional y del doméstico, debido a que, aun cuando estos no son
extrapolables, inciden en las políticas de internacionalización.

11
Mintzberg, Quinn y Voyer ob. cit., 436.
12
Certo y Peter ob. cit., 203.

239
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

II
Capítulo VI. Internacionalización e intereses nacionales

Capítulo VI
INTERNACIONALIZACIÓN E INTERESES
NACIONALES

Una de las cuestiones más fascinantes de indagación académica sobre las relaciones
entre los pueblos y la forma como el proceso de globalización ha impactado en el com-
portamiento de las personas es el de la cultura, ya que el proceso de estandarización
internacional pretende homogenizar a todos los países para facilitar la acción de las
grandes transnacionales, que consideran al mundo como un solo mercado, y, por lo
tanto, las técnicas de segmentación o diferenciación de los productos se convierten en
un obstáculo o generan costos adicionales a la producción internacional. Este concepto
de cultura es válido tanto para la cultura de los pueblos o los mercados como para la
cultura empresaria. Sin embargo, como nuestro interés es el campo internacional, nos
desenvolveremos apreciando el tema en cuanto a la cultura de los pueblos o de los
países de manera particular y la forma en que esta es afectada por el crecimiento del
comercio y la inversión extranjera.

1. El fenómeno de la globalización económica


Después del período histórico del decenio de 1980, marcado por la crisis de la deu-
da, el Institute for International Economics diseñó, en 1989, lo que se conoce como el
Consenso de Washington, elaborado por John Williamson y constituido por un conjunto
de diez reglas económicas y políticas aplicadas a los países de América Latina y que se
pueden resumir en una frase: Libre mercado y solvencia monetaria. A partir de este, las
naciones latinoamericanas liberalizaron, con más o menos entusiasmo, sus mercados,
privatizaron sus empresas públicas, crearon un marco incentivador de la inversión ex-
tranjera y el Estado dejó de ser promotor y actor de la economía. El Consenso propició
que las reglas comerciales, financieras y tecnológicas se estandarizaran y las corrientes

241
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

de inversión empezaron a circular libremente gracias al extraordinario desarrollo de la


teleinformación dentro de un proceso llamado globalización o mundialización.
La globalización económica va acompañada de una doctrina redentora de la eco-
nomía que un conjunto de economistas, políticos y profesores universitarios ha llevado
al rango de una estructura política: el neoliberalismo, cuya tesis fundamental es basar
el fin y meta del bienestar de la sociedad en el mercado. En consecuencia, cualquier
interferencia del Estado y la sociedad es mala y, a veces, incluso, se afirma que es con-
tranatural al desarrollo del hombre. Se ha expuesto la globalización como un modelo
de validez universal aplicable uniformemente a todas las naciones y, en consecuencia,
a todas las culturas de manera estandarizada y similar, lo que conlleva también una
concepción política y, más aún, un tema filosófico.
A partir de esta idea, de los trabajos de Milton Friedman y del modelo de
equilibrio diseñado por Marie Esprit Leon Walras, algunos gobiernos de América
Latina, como los de Argentina, Chile, Perú y Guatemala, elaboraron sus políticas
de gobierno bajo la influencia del neoliberalismo desde el decenio de 1990. Así,
las líneas fundamentales de muchos gobiernos latinoamericanos, bajo el aliento
y estímulo del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización Mundial del Comercio (OMC),
fueron la liberalización del comercio, la apertura traumática de las importaciones,
la protección y aliento de la inversión extranjera, la privatización de las empresas
estatales, así como gobiernos estables, fuertes y eficientes y una estructura finan-
ciera poderosa. Es lo que podríamos llamar ahora la nueva libertad impuesta y
no conquistada: la libertad absoluta del capital, que se impone por encima de los
hombres y de los estados con el criterio de que lo eficiente es orientar la riqueza a
quien pueda generarla de manera abundante.
La globalización económica tiene como sustento la llamada teoría del bienestar y
del equilibrio general diseñada por Walras, quien, en 1870, sostuvo que el mercado
es aquel lugar donde concurren los operadores para efectuar sus negocios bajo la su-
pervisión del subastador, quien representa la infraestructura pública que facilita tales
pacíficas transacciones evitando el uso de información privilegiada, el monopolio y los
delitos contra la fe pública para que funcione plenamente dicho mercado. Sin embargo,
la comprobación empírica demuestra todos los días que un mercado así de perfecto no
existe y menos en el área internacional, donde los países establecen medidas protec-
cionistas, entregan subsidios a sus empresas y establecen barreras técnicas.

242
Capítulo VI. Internacionalización e intereses nacionales

Por otro lado, los mercados actúan como redes a través de las cuales circulan flu-
jos financieros, corrientes de inversión y tecnologías por la acción de intermediarios
financieros como los bancos, los agentes de bolsa, los mercados de futuros y brollers
dentro de una estructura legal que los alienta y un Estado que resguarda los derechos
de tales intermediarios. Por ello, hoy en día se habla, en el campo de la ciencia de la
administración, de redes de producción, distribución y suministro. Así, en los mercados
interactúan las empresas, los intermediarios y el Estado y se diferencian únicamente
por el contexto histórico y cultural en el que dicha acción tiene lugar. Lo que se transa
en dicho mercado —según Walras— son bienes físicos; queda a un lado la tierra y la
mano de obra.
Esta teoría neoclásica se tiende a aplicar de manera global a todos los países, inde-
pendientemente de su contexto cultural y su nivel de desarrollo económico y tecnológico,
articulando tres medidas específicas: la desregulación de todos los procesos productivos
y comerciales, de tal manera que cualquiera puede importar en una estructura aran-
celaria plana, sin escalas y sin prohibiciones; la privatización de las empresas públicas;
y, finalmente, la eliminación de los controles de precio, incluyendo las diferencias de
los tipos de cambio monetario con el fin de fortalecer el dólar como medio de pago
internacional.
La caída del muro de Berlín favoreció la idea beneficiosa y paradigmática de esta
globalización económica. Libre de la amenaza de la dictadura del proletariado, el sistema
financiero se empeñó en imponer la dictadura de la oferta y la demanda. Repentina-
mente, la participación de los trabajadores en la creación de riqueza es presentada como
una concesión de los tiempos de la bipolaridad. En tanto, el neoliberalismo económico
empieza a destruir al propio Estado y la estabilidad democrática. La velocidad de la
acumulación del poder político en manos de gobernantes que facilitan las decisiones
del sistema financiero, así como la acumulación inextinguible de riqueza en pocas ma-
nos y el aliento de una cultura meramente especulativa, con el consiguiente desprecio
de la cultura productiva, ha empezado a corroer las instituciones sociales intermedias.
Lo paradójico es que esos mismos estados complacientes con este modelo neoliberal
se encogen constantemente. Y si los gobiernos de América Latina solo apuntan a los
imperativos de una economía donde lo gravitante sea la competencia, la calidad y la
competitividad basada en un dominio de los más poderosos, toda la estructura política
se tornará en una farsa, en una demostración de impotencia. Así, pues, la globalización
económica se convertirá en una emboscada para la libertad democrática, ya que el

243
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

privilegio de las grandes unidades productivas impondrá estructuras monopólicas u


oligopólicas en perjuicio de las otras con menor influencia.
Esta globalización económica va unida a una alteración en la cultura que pretende
fijar la idea de que la única felicidad terrenal es el estilo de vida del automóvil america-
no, la distracción de Disney World, el alimento McDonald’s y la imagen de la televisora
MTV. La creencia que el mundo es un solo mercado, similar a cualquier otro y en el
cual se intercambian pacíficamente los bienes y servicios, así como la idea que los paí-
ses industrializados están alentando el surgimiento comercial de los latinoamericanos,
parecen ser solo palabras huecas, sonoras pero sin contenido.
Hoy, el modelo neoliberal es cuestionado en el mundo académico, principalmente
en la Universidad de Stanford, donde un grupo de economistas dedicado al análisis
institucional competitivo señala que no existe un sistema económico atemporal y uni-
versal dotado de valores normativos y que su aplicación mecánica no resulta eficaz
en todas las economías o países. Por el contrario, debe reconocerse la existencia de
múltiples sistemas económicos; proceder al análisis de sus orígenes y su desarrollo
histórico, así como al balance de sus éxitos y sus fracasos y analizar la posibilidad de
obtener beneficios económicos a partir de tal diversidad o de sus ventajas comparativas.
La visión lanzada por el futurólogo canadiense Marshall McLuhan de una aldea global
y del mundo como un poblado homogéneo no se ha cumplido de ninguna manera.
Basta ver cuán poco el mundo se ha integrado. Es cierto que la globalización de las
comunicaciones funciona efectivamente y es posible que, en tiempo real, millones de
personas estén prendidas de las redes de televisión viendo el mismo programa, con las
mismas imágenes y los mismos conceptos. Sin embargo, es difícil esperar que ocurra
un intercambio de mutuos intereses o un mejor entendimiento entre los pueblos. La
proximidad y la simultaneidad creadas por los medios de comunicación masivos a los
cuales se puede tener acceso a través del cable e Internet no han conseguido crear una
comunicación cultural y, mucho menos, una adaptación económica.1 Por ello, la fuerza
representada por el sistema financiero y las empresas transnacionales busca imponer
sus modelos y prácticas por medio del comercio internacional y las inversiones, lo cual
afecta la cultura buscando estandarizarla, deteriora el medio ambiente y sume en la
miseria a millones de personas que miran, todavía sorprendidos, los bolsones de opu-
lencia de las grandes ciudades.

1
Martin y Schumann 1999, 37.

244
Capítulo VI. Internacionalización e intereses nacionales

«Este planeta está lejos de convertirse, con el actual modelo de globalización trans-
nacional, en una “aldea global” que integre a todas las naciones en la prosperidad
y en el respeto de la ecología; va, más bien, en el camino de ser una colección de
ghettos planetarios de gente próspera que son consumidores de la economía global,
que comparten el mismo estilo de vida y de destrucción ecológica».2 Este es un fenó-
meno que no ha sido apreciado todavía en su exacta dimensión por el campo aca-
démico a pesar que su manifestación es antigua y que, para América Latina, empezó
desde que los colonizadores españoles y portugueses impusieron patrones culturales,
comerciales y estilos de gestión sobre los pueblos nativos y sobre las organizaciones
de los nacientes criollos. Basta recordar el primer encuentro de Francisco Pizarro, el
cura Vicente Valverde y Atahualpa en la tarde triste del sábado 16 de noviembre de
1532, cuando los primeros impusieron al segundo y a su pueblo una nueva cultura.

Sin la dimensión cultural es muy difícil impartirle coherencia a una lectura del mundo
contemporáneo en el cual el nacionalismo, la religión y los conflictos interétnicos tienen
una influencia equivalente a los aspectos internacionales y seculares.
Los modelos de economía política y de relaciones internacionales actualmente vigentes
no pueden por sí solos explicar, dar sentido y proponer políticas orientadas a la solución
de los problemas multidimensionales que hoy enfrentamos.
En el ámbito político, los cambios en la cultura inciden tanto en la política internacional
como en la forma, valores, actores y mecanismos de la vida política interna de los países
industrializados y en desarrollo. Así, por ejemplo, amplios flujos migratorios provenientes
de otras culturas han modificado las situaciones socioculturales, políticas y económicas
de muchos europeos y de los Estados Unidos.3

La idea clave, entonces, para entender el cambio cada vez más fluido y cercano de
las operaciones de comercio internacional, no es englobar todo el mercado bajo reglas
únicas y uniformes, sino admitir, reconocer y respetar la diversidad, la interacción de los
operadores en los diferentes mercados y la reciprocidad en el trato, es decir, reconocer
la existencia de otras culturas y distintos procesos, así como de etapas en el desarrollo
de los países, con el fin de evitar la colisión de actitudes y sentimientos.
La globalización económica no ha logrado estandarizar la cultura, la religión ni los
sentimientos y, por ello, el impacto que recibe del comercio y la inversión pueden suscitar,
cuando ya no lo han hecho, serios conflictos o nuevas desavenencias entre los pueblos.

2
De Rivero 2001, 113.
3
Moneta 1996, 2.

245
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

La dinámica de los flujos de inversión y el comercio ha erosionado la unidad cultural


de las naciones latinoamericanas y de otras naciones del mundo. Ya en 1968, Charles
Kindleberger decía que «La diferencia entre comercio interregional y el internacional
consiste en que el comercio entre regiones es un comercio dentro del mismo grupo, en
tanto que el comercio entre países tiene lugar entre diferentes unidades de cohesión»,
entendiendo como tales a esa fuerza centrípeta que une a todos los ciudadanos de un
mismo país y que, usualmente, es esa identidad u orgullo nacional de pertenecer a una
sociedad. «Esta cohesión del grupo nacional ayuda a explicar las diferencias nacionales
en gustos y costumbres pues son como los divisores del mercado nacional». Y que es
una realidad palpable que busca defenderse y, en ocasiones, demuestra desconfianza
a la acción externa.4 Hay, pues, una diferencia tangible cuando el comercio se extiende
a otras áreas geográficas, precisamente porque transcurre dentro de espacios culturales
bastantes diferenciados.

Pese a su activa participación en la globalización de la economía, ni Corea ni


Japón parecen vivir la cultura mundializada que anuncia Occidente. Al contrario, el
nacionalismo moderno en China, Corea, Japón y Vietnam tiende a invocar razones
biológicas para sustentarse. Nutrida por el culto confucionista a los antepasados, la
idea de linaje es proyectada a escala del país para definir la nacionalidad como una
esencia lírica y superior. Obviamente esto da lugar a un «orgullo» racista y a un rechazo
total a la unión y a la procreación con personas de otras nacionalidades, en aras de
mantener la «pureza de sangre», especialmente en Japón, Corea y Vietnam, países
cultural y étnicamente homogéneos. Estas experiencias asiáticas de la modernidad
concebidas simultáneamente como adopción de la técnica occidental y mantenimiento
de la tradición se enrumbarían por un derrotero que combina avances económicos,
integración regional y reciclamiento de identidades.5

Paradójicamente, en las naciones industrializadas y creadoras de la gran tecnología,


la tradición y el pasado se refrescan continuamente a través de libros, películas y series
de televisión que se renuevan anualmente con el fin de perpetuar la línea viva de todas
sus generaciones, en tanto que esos paquetes y enlatados televisivos se comercializan
en las naciones en desarrollo afectando, cuando no fragmentando, sus líneas culturales
y empujando a esos retazos divididos a refugiarse en el fundamentalismo religioso, el

Kindleberger 1979, 10-11.


4

5
Protzel 1999, 46.

246
Capítulo VI. Internacionalización e intereses nacionales

nacionalismo racista y algunos atavismos tribales. Cuando los pueblos pierden ese
sentimiento de pertenencia que les da precisamente identidad, se les está empujando
al radicalismo, la agresión y el rechazo de todo aquello que los desnaturaliza. Y ello no
hace bien ni al inversor ni al anfitrión, pues produce radicalismo, cuando no violencia.
De esa manera, la globalización económica y el intercambio tecnológico y de medios
de información, como bien señala Samuel Huntington, están fragmentando a las socie-
dades y separando a las gentes de sus antiguas identidades locales al mismo tiempo que
debilitan a la nación y, por ende, al Estado como un elemento de cohesión y de identidad
cultural. El intercambio de los pueblos originado por el comercio y la telecomunicación
intensifica la conciencia de civilización y, en consecuencia, las diferencias entre los dis-
tintos tipos de civilizaciones que concurren al mercado, así como también hace posible
apreciar o resaltar lo que hay en común dentro de cada una de ellas.6 Tales diferencias
plantean escenarios y situaciones nuevas que, con frecuencia, facilitan el intercambio
de mercancías y servicios o el establecimiento de empresas transnacionales.
Los países, a su vez, reaccionan frente a estas circunstancias por medio de dos
argumentaciones distintas con respecto a la globalización, sea por el lado de los países
industrializados, que la ven benéfica y hasta prodigiosa, sea por el lado de los latinoa-
mericanos, que recién han empezado a cuestionarla con el temor inicial de enfrentarse
a muchos de sus gobiernos autoritarios pero eficaces en imponer sus modelos econó-
micos. Lo cierto es que tanto unos como otros perciben que hay un desorden en el
comercio internacional, ya que el crecimiento se ha concentrado en los que ya eran
más poderosos, que, trágicamente, están siendo subsidiados por los que tienen menos,
quienes, tal vez, incluso lo están haciendo con su propia vida. La inversión extranjera
directa, a su vez, se ha orientado únicamente hacia el sector primario, al de servicios
y al financiero, sin que la gran mayoría de los pueblos latinoamericanos haya recibido
beneficio, pues no se ha fortalecido el sector secundario, el de las manufacturas. Sin
embargo, cuestionar la globalización económica o mostrar sus resultados negativos no
significa oponerse, porque, al fin y al cabo, América Latina ha vivido un proceso de
globalización desde la Conquista, en el siglo xvi, hasta nuestros días, en el cual se han
dado, entre otros hechos, los intentos ingleses, holandeses y franceses por dominarla,
muestra palpable en el caso de las Guyanas.
Sin embargo, también en los países desarrollados la globalización económica ha
ocasionado desocupación, crisis cambiarias y monetarias. Hay una seria tensión entre

6
Huntington 1993, 25.

247
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

los inmigrantes anónimos en Europa y los Estados Unidos de América y las socieda-
des de los países que los reciben, lo que constituye un problema interno y económico,
pues son una fuerza de trabajo necesaria. Ello demuestra su debilidad para resolver el
problema del bienestar general. Tal vez, entonces, es necesario replantear el proceso
admitiendo que, al mercado concurren agentes desiguales, lo que evitaría fricciones y
desasosiego entre los pueblos. Es decir, reconocer la coexistencia de la universalización o
globalización, o lo que la doctrina social de la Iglesia llamaba, desde el siglo xix, unidad
dentro de la diversidad.
El Foro Social Mundial, surgido en Porto Alegre (Brasil), persigue explicar y cana-
lizar el proceso de globalización con el fin de construir alternativas económicas para
intercambiar experiencias que ayuden a fortalecer el flujo comercial entre la región y
los países industrializados, así como incentivar la participación de los trabajadores, los
empresarios, la sociedad civil, los consumidores y los exportadores. Los nuevos intereses
son la elaboración de políticas que promuevan el desarrollo humano; la formulación de
propuestas para democratizar organizaciones como la OMC, el FMI, el Banco Mundial
y el BID; el análisis de la influencia de las transnacionales en las comunidades locales;
y el diseño de propuestas de desarrollo sostenible para erradicar la miseria, el analfa-
betismo y proteger el medio ambiente. Este foro se estructura para hacer frente a ese
proceso de estandarización de la cultura, las costumbres y los sistemas de valores en
el que una de las repercusiones más sensibles la podemos encontrar en el imaginario
social, en donde subyace la idea de que se han borrado las fronteras nacionales y,
por lo tanto, perdido vigencia el derecho de los pueblos a ejercer soberanía sobre su
patrimonio cultural, entendido este como bienes y recursos materiales, lengua, historia,
formas de organización social, creencias y valores, cuyos defensores son calificados
como retrógrados y contrarios al progreso.7
Todo país no solo tiene sino que requiere de cultura para poder enfrentar el desa-
rrollo y lograr metas compartidas. Se requiere una cultura construida por sus hombres
y mujeres, por la nación y para ella, una cultura que haga del esfuerzo y el sacrificio
un elemento que conviva con el deseo de una vida terrena más justa y solidaria. Ese
contenido nacional de la cultura ha recibido fuertes objeciones, pues la modernidad
comercial e industrial invoca ideas universalistas de producción, de racionalización y de
mercado antes que la idea de nación. Y numerosas élites dirigentes se han empeñado

7
Foo Kong Dejo 1997, 1.

248
Capítulo VI. Internacionalización e intereses nacionales

intensamente en insertar a sus países dentro del proceso de internacionalización; sin


embargo, para hacerlo, han combatido ciertas formas de vida social y cultural, para lo
cual se han rebelado contra el nacionalismo.8
Para algunos autores como Richard H. Brown, el concepto de identidad no tiene
ninguna solidez y «[...] se parece más a una pila de papas fritas en hojuelas sobre una
mesa cercana a una ventana que a una unidad sólida, inconmovible. Una vez que la
ventana se abre y la brisa de la posmodernidad entra, las hojuelas de la identidad vuelan
por los aires y se rompen en pedazos».9 Y, al no existir una identidad, es conveniente
encontrar nuevas vías para estudiar la cultura y la globalización. «La globalización,
convertida en el discurso dominante de esta época, ha sustituido el concepto de na-
ción por el de mercado mundial, el cual es hoy el nuevo dogma sobre el que descansa
una decimonónica racionalidad destinada a legitimar la iniciativa privada y la voraz
competencia desatada al interior del capitalismo desarrollado en esta guerra comercial
de fin de siglo por un nuevo reparto de mercado».10
La mayor crítica que se puede hacer a la globalización económica es el intento
de querer imponerla como un hecho incontrovertible, inevitable e inexorable de
los tiempos, que debe admitirse en toda su extensión, y, frente al cual, solo resta
amoldar la cultura de nuestros pueblos a los estándares de gestión, estilos comercia-
les y modelos contractuales de las grandes transnacionales que pretenden sustituir
al Estado como administrador del bien común. Más aún, se pretende hacer creer
que este es un fenómeno nuevo, reciente y producto del desarrollo tecnológico. En
tanto tal, sería un hecho de los tiempos que debe ser reconocido y admitido, pues,
resistirse a él, sería luchar contra la modernidad y las nuevas tecnologías e impedir
un nuevo desarrollo.
Sin embargo, el intento de unificar el mundo bajo patrones estandarizados y
únicos, a los cuales todas las culturas deben adherirse, no es nuevo ni moderno. Ello
aparece desde que las civilizaciones intentaron vincularse y comunicarse, aunque
algunos estados poderosos, en algún momento histórico, no lo hicieron. Ni Roma
ni el Imperio otomano, como tampoco el Imperio incaico, intentaron estandarizar la
cultura de los pueblos que dominaban y, cuando lo intentaron, encontraron pronto
violenta resistencia.

8
Touraine ob. cit., 137.
9
Brown 1999, 123.
10
Foo Kong Dejo ob. cit., 1.

249
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Creyendo que los puentes de relación entre las culturas implican el establecimiento
de patrones y prácticas comunes entre ellos, se han realizado esfuerzos para estanda-
rizar no solo los mecanismos de producción, comercialización y de administración,
sino también la cultura de los pueblos con resultados no siempre alentadores y, por
el contrario, conflictuantes, cuando no estériles. Muchos de los nuevos y recientes
conflictos, como tal vez los futuros, están ligados a las externalidades negativas que
generan la solidez, fortaleza e irreductibilidad de los grupos de presión, sean empresa-
riales, políticos o económicos, que interactúan en el ámbito comercial, ya que buscan
imponer sus prácticas decisorias en cuanto a apertura de mercados, inversión directa
o transferencia de tecnología, y soslayan el sentido de cooperación que debe existir
con grupos como los consumidores, las otras empresas o las entidades sociales, por no
mencionar ya el espíritu de solidaridad o reciprocidad internacional. La posesión de
las inversiones y la tecnología hacen a aquellos grupos, conglomerados de empresas o
instituciones financieras internacionales menos maleables o adaptables a los países en
los que operan. Generalmente, actúan aislados de toda influencia del medio ambiente
nacional y el corto plazo los hace imponer rápidos esquemas de apertura de merca-
dos, privatización o nuevos centros de explotación de recursos naturales, para lo cual
violentan las costumbres y estilos de vida de miles de personas que han vivido cientos
de años bajo determinados patrones.
La vertiginosa acción de tales grupos y esquemas no solo se hace inflexible, sino,
con muchísima frecuencia, de manera intolerante, pues se desenvuelven dentro de lo
que llamamos la fase de la penetración cultural, lo que precipita la respuesta de otros
grupos sociales que contrarrestan tales actitudes con similares expresiones de violencia,
cuando no de odio. Tal imposición de prácticas, estilos y modelos de desarrollo ha
circulado hoy en día velozmente por el vertiginoso camino que brindan las telecomu-
nicaciones a todos los países sin excepción. Empero, tal proceso de globalización no
es reciente ni novedoso.
El primer gran esfuerzo de globalizar la medida del tiempo, a través de los calendarios
anuales, fue el trabajo del Papa Gregorio VII, quien diseñó el calendario que lleva su
nombre como un patrón de medida para todo el mundo. Empero y a pesar de los mu-
chos siglos que tiene dicho calendario, este rige únicamente para la cultura occidental
y cristiana, ya que dicho ordenamiento convive con el calendario judío, el árabe y el
chino o asiático. Es decir, coexisten cuatro calendarios en el mundo y el gregoriano, a
pesar del tiempo, es usado únicamente por un tercio de la humanidad. Otro intento
de globalización fue el esperanto, que buscó abrirse paso como una lengua común y

250
Capítulo VI. Internacionalización e intereses nacionales

universal para toda la humanidad y fue un fracaso. Incluso, el esfuerzo de universalizar


el sistema métrico decimal, a pesar de los trabajos de la International Standard Orga-
nization (ISO), que ya tiene cerca de cincuenta años, es una tarea con limitados éxitos,
pues el propio centro del poder industrial, los Estados Unidos de América, se resiste a
utilizarlo plenamente y, por ello, muchos de sus productos están medidos en yardas, pies
o pulgadas y sus pesos son expresados en bushels, libras o quintales. De esta manera,
se puede constatar que el fenómeno no es nuevo ni redentor ni ecuménico.
Paradójicamente, lo más universal que ha creado el hombre es el drama y la tragedia
humana, que, siendo historias individuales y específicas de una realidad geográfica con-
creta, pueden ser entendidas y comprendidas en todas las latitudes y culturas. Por ello,
en la literatura universal, las obras verdaderamente universales son aquellas del drama
humano local. ¿Acaso no es local El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha? Sin
embargo, es una cosmovisión de las necesidades espirituales y materiales, de los ideales
y los hechos prácticos. ¿Acaso no es local Edipo Rey? Sin embargo, es inmensamente
humano y sin fronteras, como son los traumas de la infancia y la relación entre madre
e hijo. ¿Acaso no es una historia de un reinado específico y temporal Hamlet? Empero,
su drama y duda metafísica son plenamente comprendidos y entendidos por todas las
culturas y los hombres en todos los tiempos.
Hay, más bien, en América Latina, como señalan Juan Carlos Moneta, Eisuke Saka-
kibara, Herminia Foo Kong Dejo y Javier Protzel, un intento claro de homogenización
cultural a partir de las empresas transnacionales, las grandes cadenas de televisión y
las referencias de marcas y nombres comerciales. Ese propósito encuentra un punto
de colisión con las civilizaciones, historia y cultura latinoamericana, ya que presenta
diferencias étnicas, tecnológicas, de patrones de consumo y de sentido de la vida. Por
ello, reaccionan de manera diferente ante la actuación o imposición de marcas, modelos,
sistemas de comercialización o radicación de inversiones.
Las grandes inversiones y las empresas transnacionales penetran en la cultura de
los países importadores o receptores de inversiones a través de una serie de

[...] instrumentos y prácticas que afectan de distinta manera y grado los contextos político,
económico y cultural nacionales y locales. Luego de su procesamiento, esos elementos
son remitidos en un diálogo conflictivo de contenidos y acciones concretas relativas
al mercado, la democracia, el libre desarrollo, la soberanía, los derechos humanos, el
desarrollo, el fundamentalismo, etc.11

11
Moneta ob.cit., 6.

251
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Hay, pues, una penetración cultural por parte del inversor extranjero sobre el país
anfitrión y, cuando ella se va extendiendo o alcanza altos niveles de aportación, es
natural que se dé una interferencia política, ya que esa influencia de prácticas y usos
empresariales requiere de su acatamiento por parte de los funcionarios de las empresas
y plena aceptación por parte del consumidor. Entonces, ese diálogo conflictivo termina
no siempre en un mutuo acuerdo, sino en una supremacía del poder económico sobre
el poder político utilizando, para tal fin, para culminar tal diálogo conflictivo, cuanto
recurso sea posible, ya que, en la mayoría de los casos, de la suerte de las inversiones
en el exterior puede depender el resultado exitoso de la empresa matriz y la economía
del país inversor.
Para contrarrestar y superar tal situación, el Estado receptor o importador solo tiene
ante sí una política de modernización urgente de su aparato industrial, empresarial y
académico que preserve los lazos y vínculos culturales que le dan ese carácter peculiar
de nación. Muchos países, como Francia, Japón, Alemania e Italia, han asociado la
modernización con la restauración y revaloración de su cultura nacional.

El nacionalismo es la movilización del pasado y de la tradición puesta al servicio del futuro


y de la modernidad. El nacionalismo expone la cultura o las culturas de su territorio o
los vientos de la modernidad y de la nacionalización, pero también construye un ser
nacional más modernizador que moderno y tanto más apegado a sus orígenes y a sus
tradiciones cuanto más alejado está el país de los centros de modernidad y cuanto más
amenazado se siente por un imperialismo extranjero. La nación no es la figura política de
la modernidad, la nación es el actor principal de la modernización, lo cual quiere decir
que es el actor no moderno que crea una modernidad cuyo control tratará de conservar
al tiempo que aceptará perderlo parcialmente en provecho de una producción y de un
consumo internacionalizados.12

El nacionalismo puede describirse como «una fusión de patriotismo con una con-
ciencia común» o como «la identificación del individuo con su grupo al cual le brinda
su suprema lealtad».13 Dicha lealtad es la que se resalta en las empresas para fortalecer
la gestión de sus ejecutivos y es la que se reconoce para fomentar la cooperación em-
presarial. Por ello, muchos trabajos la destacan. Al respecto, Richard Hays, Christopher
Korth y Manucher Roudiani, concluyen lo siguiente:

El nacionalismo no es una fuerza negativa [...] por el contrario, es un sentimiento y un


espíritu que puede ser útil a un país en particular y debe ser reconocido y adaptado

12
Touraine ob. cit., 137-138.
13
Hayes 1964, 2.

252
Capítulo VI. Internacionalización e intereses nacionales

para la empresa internacional. En muchos países desarrollados el espíritu nacionalista


es particularmente elevado y puede estar acompañado por un sentimiento intenso de
lealtad interna y aversión a cualquier cosa fuera de las fronteras nacionales (verbigracia
una empresa extranjera).14

Todo ello sintetiza los términos culturales de una nación frente a los desafíos de la
globalización, según los cuales no se trata de impedir el flujo beneficioso de los inter-
cambios, sino de adecuar un país y un Estado a todo lo que significa modernidad y
tecnología para, manteniendo sus características individuales, enfrentar, con entendi-
miento, los embates de una globalización económica, la influencia de la inversión, y
la acción de las transnacionales que pretenden estandarizar y homogenizar ciudades,
naciones y culturas. Tal intercambio debe darse dentro del principio de solidaridad
internacional, bajo criterios de justicia y equidad entre las naciones que participan del
comercio internacional y recordando aquel viejo axioma que señala que hay que res-
petar la diversidad para conseguir la unidad de un intercambio pacífico y beneficioso
para los pueblos que buscan su legítimo desarrollo nacional.

1.1. Impacto del comercio

El comercio de bienes y servicios, la inversión y la tecnología no pueden ser aprecia-


dos como elementos autónomos y aislados dentro del comercio internacional, debido
a que juegan un papel decisivo en la vida de los pueblos, en su cultura, el desarrollo
económico de los países y, finalmente, en el bienestar de sus habitantes.
Ello implica reconocer que el comercio internacional y la inversión no pueden
agotar lo real ni encerrar su objeto en paradigmas de librecambismo o proteccionismo.
No se pueden apreciar solo como una actividad independiente o autárquica, ya que
sus posibilidades y limitaciones están dadas por la cultura de cada pueblo. Han de
apreciarse en una dimensión mayor y dentro de una teoría de carácter interdisciplina-
rio. Se requiere una concepción integradora más allá de la consideración de parcelas,
puesto que es un proceso dinámico que involucra elementos sociales, medio ambiente
(ecología), usos y prácticas de los operadores, historia, patrones institucionales y reglas
y normas internacionales en medio de sistemas culturales distintos. La constatación
de estos elementos nos permite afirmar que hay una real expresión de la ecuación
comercio internacional-inversión-cultura, cuyos elementos interactúan entre sí, y que

14
Hays, Korth y Roudiani 1974, 103.

253
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

debe ser estudiada tanto por los países inversores como por los receptores, con el fin
que el costo de los incentivos a la inversión no perjudique la identidad cultural de los
pueblos ni su soberanía.
El derrumbe de las ideologías políticas y el unipolarismo ha dado origen al fortale-
cimiento de las teologías y del nacionalismo, que aparecen como una necesidad de los
hombres y los pueblos que buscan llenar el vacío de sus inquietudes por el bienestar,
la libertad y el sentimiento de solidaridad.
Los consumidores son seres humanos a los cuales se les ha querido aislar como
si fueran una especie que debe ser observada como un subtipo en la economía de
mercado que actúa en función de categorías teleológicas a tenerse en cuenta cuando
un grueso volumen de las inversiones foráneas se radican en un país, ya que los seres
humanos determinan, en considerable medida, su propia evolución —a pesar de las
influencias del marketing y de la publicidad— a partir de su capacidad natural de crear
su propio medio sociocultural, pues el hombre es, por esencia, un creador de espacios
y de imágenes.
El mayor o el menor volumen de las exportaciones o las inversiones nos puede indicar
el grado de crecimiento económico de un país, pero también nos indica el rasgo de las
relaciones culturales, así como también —en un nivel mayor de su desarrollo— de las
estructuras políticas, ya que operan como factor influyente de la vida social. Suscitan
también cambios en las fuerzas productivas, en el volumen del excedente económico,
en los centros de capacitación y de educación, en suma, en el proceso cultural y polí-
tico, afectando la forma de organización y el funcionamiento de la propia economía.
La cultura es, pues, un universo complejo y sus elementos constitutivos no son re-
flejos sino situaciones específicas que se construyen en función de nuevas situaciones
y exigencias de las instituciones sociales intermedias y de los propios individuos. Estos
actúan en uso de su libertad discriminando y optando en función de los intereses, los
prejuicios y los objetivos que se tracen. Ello los puede llevar a rechazar su propia he-
rencia cultural, pero también a admitir o invalidar innovaciones, incluso a remodelar
las normas de conducta, así como a ignorar algunos elementos básicos de su referente
histórico, reafirmarlos o crear otros.

1.2. La internacionalización y la cultura nacional

La primera reflexión sobre la cultura de los pueblos la hace Juan Luis Vivas, quien, en
el siglo xii, publica su obra De Tradendis disciplinis, en la que hace referencia al sentido
espiritual, anímico y vital de la cultura de un pueblo. Este pionero esfuerzo es seguido

254
Capítulo VI. Internacionalización e intereses nacionales

por Francis Bacon, quien, influenciado por los principios de la Reforma, le añade al
análisis un elemento ético y concluye que la ética era, más bien, un mecanismo o un
instrumento para lograr la felicidad del hombre. En los planteamientos de los dos au-
tores, está la constante de lo espiritual que nosotros visualizamos como el elemento de
la cultura y que llevó a Voltaire y Montesquieu, en el siglo xviii, a considerar el espíritu
de los pueblos o el espíritu de las leyes como el impulso que organiza a los hombres
en una vida orientada hacia el respeto de las reglas de la comunidad, lo que posibilita,
a su vez, una convivencia de las diferentes esferas de organización social y del Estado.
Así, la cultura no solo es un conjunto de valores y sentimientos, sino, también, una
expresión objetiva y tangible de cómo son las actitudes y las costumbres que deben ser
ordenadas y respetadas por los diferentes individuos en la sociedad.
En la medida en que es un objeto complejo, la cultura está conformada por varios
elementos: estilo de vida, religión, referencias históricas, sentido de trabajo y de la ri-
queza, percepción del tiempo. Estos marcan una dirección en las personas, los grupos
sociales y las naciones. Y todos ellos atraviesan y están presentes en el proceso del
comercio internacional y la radicación de inversiones.
La cultura subyace en la confianza o desconfianza que tienen los operadores cuando
actúan separados por grandes distancias, así como bajo el impulso que los lleva a buscar
un intermediario que los ayude a superar y despejar esas sospechas y dudas. También
actúa en el sentido de patria y en el nacionalismo, e, incluso, en la predisposición o no
de realizar emprendimientos conjuntos con personas y sujetos pertenecientes a otros
grupos y espacios. Las relaciones entre el proceso evolutivo del comercio internacional
y la cultura, tal como lo hemos explicado, son estrechas y abundantes. Y son resaltadas
o potenciadas cuando este se hace cada vez más intenso y frecuente, ya que, en la
medida en que los países escalan etapa por etapa en el desenvolvimiento del comercio
internacional, se van presentando áreas de fricción, pues la competencia exacerba los
comportamientos ya que las unidades productivas buscan, naturalmente, dominar los
mercados y tienen intereses distintos y, en definitiva, culturas distintas.
Las relaciones de intercambio frecuente, individual o colectivo, pueden, paradó-
jicamente, ocasionar irritaciones, aunque también acercamientos y afinidades. Los
estudios médicos y psicológicos dicen, por ejemplo, que dos personas, cuando conviven
y participan activamente en algo por más de cuatro horas, terminan con desavenencias
entre ellas, cuando no en situaciones de conflicto. Por eso, a veces, son recomendables
los silencios y las ausencias para revalorar las relaciones. Entonces, si, al fin y al cabo,
la demanda, según las leyes del mercado, no es más que la suma de las demandas

255
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

individuales, debemos concluir que la más estrecha relación comercial internacional y


la inversión pueden llevarnos a áreas de controversia, que pueden ser mayores si los
operadores no tienen la misma actitud de respeto hacia las cosas ni comparten con la
comunidad adonde llegan o invierten las mismas costumbres, historia y predisposición
cívica. En ese sentido, los elementos culturales de una sociedad inciden fuertemente
dentro del proceso del comercio internacional, sea que se actúe como exportador o
inversor, sea que se desenvuelva como importador o receptor del ahorro externo, ya
que ellos pueden ser un factor limitante o un generador de confianza.
Los empresarios, hombres al fin y al cabo, son producto de su herencia genética
y de una visión de la vida. Sus códigos culturales y éticos son parte de los recursos
productivos de la sociedad y una expresión de ella.15 Cuando estos códigos coinciden
con los de los operadores internacionales, la relación tiene un resultado fructífero;
en caso contrario, se originará un malestar social que, en el mediano plazo, afectará
al inversor del exterior, aunque lo mismo puede suceder con empresas estrictamente
nacionales.
El sistema educativo, los libros de historia, la prensa —sobre todo televisiva— y
las universidades influyen en la formación y consolidación de patrones culturales y
valores. Pueden estimular u obstruir el proceso del comercio internacional, que, a su
vez, tiene efectos de importancia sobre el desarrollo. Los valores y el sentido de patria,
a su vez, establecerán canales de entendimiento o murallas en la comunicación. Estos
valores tienen sus raíces en la cultura y son fortalecidos o debilitados por ella. Así, el
etnocentrismo, el altruismo, el dolor histórico y la esperanza son factores esenciales
que incidirán en el desarrollo de las actividades comerciales. Hay que añadir, además,
que toda actividad comercial puede afectar negativamente la cultura local, lo cual es
bastante grave si se toma en cuenta que esta es un factor decisivo de cohesión social.
Efectivamente, en ella, las personas pueden reconocerse mutuamente, creer en conjunto
y desarrollar la autoestima colectiva.
Esta fricción de patrones empresariales originada por la competitividad, sentido de
eficiencia y organización ha dado lugar a diferentes explicaciones y respuestas. Estas
van desde los grupos cerrados, que objetan todo aquello que es externo o moderno,
hasta aquellos que estiman que es inevitable y que solo resta esperar la llegada de
la modernidad y la tecnología, pasando por aquellos que recrean sus propios íconos

15
Sen 5-17.

256
Capítulo VI. Internacionalización e intereses nacionales

culturales inalterables, no adaptables a cambios de tiempo y lugar o por las expresiones


culturales influyentes del marketing televisivo.
La estandarización de la industria, las mercancías y los procesos de producción se
han extendido hacia aspectos estrictamente culturales como las técnicas administrativas,
de gestión, los modelos contractuales, el tamaño del Estado y sus fines, las formas de
gobierno, los horarios de trabajo y los mecanismos de administración de justicia. Todo
ello a través del bombardeo de los medios de comunicación de masas que, como explica
Marshall McLuhan, se elevan a la categoría de principio apócrifo en una incertidumbre
mesiánica que anuncia una nueva era y un nuevo hombre que vive en una aldea global
en la que los habitantes son dominados por los sentidos.
Hay una tendencia a imponer los patrones de una nueva cultura partiendo de
la desaparición de ciertas ideologías políticas que dejan el sitio a otras nuevas. Así,
desde las ideas de Oswald Spengler, que afirmaba, en La decadencia de Occidente,
la declinación de la cultura occidental, se ha llegado a proponer una nueva ideología
como la contenida en la obra de Richard Rorty titulada Consequences of Pragmatism.
A esta, se ha añadido el enfoque expuesto en el libro de Francis Fujuyama titulado El
fin de la historia y el último hombre, según el cual un solo destino o camino le queda
a la humanidad y, en consecuencia, se producirá una armonización cultural dentro de
instituciones políticas de la democracia liberal.
El estrecho intercambio del comercio, la inversión y las corrientes financieras conlleva
un flujo de aspectos culturales que se van imponiendo por medio de los agentes eco-
nómicos más poderosos y gravitantes en las negociaciones económicas internacionales
que necesitan de un tema que explique esa realidad, le dé contenido y la sustente. Ello
conduce a la elaboración no solo de nuevos esquemas y patrones culturales, sino de
categorías económicas y filosóficas que determinen las posibilidades de exportación de
los países latinoamericanos, su presencia en los mercados internacionales y el rol del
Estado en las áreas productivas y de comercio exterior.
El estudio de la cultura y el comercio internacional es una necesidad para entender
la misión de los agentes sociales y el Estado que posibilitará comprender el fenómeno
a partir de la comprobación de la marginación que sufre la cultura latinoamericana y
de la verificación de cómo la discriminación imprime su carácter a dicha cultura o de
cómo son postergados los pueblos y su cultura.16 A partir del estudio antes mencionado

Sobrevilla 1996, 92.


16

257
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

podríamos entender, también, las actitudes que permiten que nos dejemos marginar
por el resto del mundo.
Entender y preservar la cultura tiene gran importancia para el desarrollo en la me-
dida en que ella sirve como una fuerza cohesiva en una época en que muchas otras se
están debilitando.17 Esta energía se patentiza en la literatura, la historia y las costumbres
de los pueblos.
El intento de ocultar la historia para facilitar el establecimiento de operaciones co-
merciales y de inversión, como es por ejemplo, el cambio de los libros de historia por
parte de Japón en lo que respecta a sus relaciones con Corea, ha dificultado y entor-
pecido el intercambio cultural. Asimismo, el afán utilitario de las transnacionales que
desborda y agrede los valores y los sentimientos de los pueblos puede trabar no solo
las relaciones comerciales o los flujos de inversión sino las relaciones meramente de
convivencia. Tal vez, por ello, los flujos financieros y los llamados capitales golondrinos
se han dispersado más rápida y dinámicamente en los países de América Latina, por-
que su ánimo de permanencia ha sido breve y corto, y están desprovistos totalmente
de referencias culturales. Son meramente especulativos. Es un caso distinto a lo que
ocurre en el comercio de productos, donde estos van signados por marcas, nombres,
denominaciones y certificados de origen. Igualmente, sucede con la inversión, que se
traslada de un país a otro con capital, bandera y funcionarios, cuando no con estilos
de manejo gerencial y reminiscencias históricas.
Los valores y la ética son un aspecto cultural que está presente en cualquier grupo
social o empresarial y, en consecuencia, en toda operación mercantil internacional.
Las empresas y los empresarios tienen un referente ético que puede ser diferente al
de los consumidores o al de los ciudadanos de los países receptores o importadores.
La ética empresarial, usualmente, se adecua a los fines y objetivos que la empresa
persigue. Lo que se ha dado en llamar la ética de los negocios es, en gran medida,
una ética utilitaria (ethics is good business), es decir, que la construcción de la imagen
de la empresa no es para nada contradictoria con los negocios, sino, por el contrario,
es la elaboración a largo plazo del propio desarrollo de la empresa. Sin embargo,
algunos autores como Gilles Lipovetsky sostienen que ello no puede prolongarse por
mucho tiempo:

17
Kliksberg 1999, 90.

258
Capítulo VI. Internacionalización e intereses nacionales

[…] no hay utilitarismo, hay también exigencias éticas de tipo absoluto ya que el respeto
por la vida no es el resultado de un cálculo o el respeto por la seguridad de las personas
no puede ser un cálculo por lo tanto, el respeto por el ser humano o la condena a la
manipulación genética no son utilitarismos, son principios. Es sumamente complicada
la evolución de las sociedades post modernas. Por un lado asistimos al desarrollo de un
mercado, del individualismo y del utilitarismo, al mismo tiempo que se producen reglas
extremadamente estrictas las que parecerían que no se transigen, como por ejemplo, la
actitud general frente a la venta de órganos. No hay un solo país que la acepte y, a pesar
de ser algo muy utilitario, es una prohibición absoluta, al menos por ahora. La sociedad
tal como se está desarrollando no es para nada simple y hay muchas fases de exigencias
que se están produciendo simultáneamente.18

Otra de las cuestiones que resiente la cultura ética de los pueblos es la corrupción y
la forma como algunas de las empresas penetran en los mercados, comprando jueces y
violando las reglas constitucionales con el fin de dominarlo todo o de ganar licitaciones.
Sin embargo, las conductas empresarias monopólicas también afectan la propia cultura
del mercado y eso es algo sumamente perjudicial para los ciudadanos, porque ven un
privilegio adicional de las estructuras organizacionales más poderosas.
La corrupción es condenada en países con una fuerte tradición cristiana como los
países de Europa, los Estados Unidos de América y los países de América Latina. Tal
vez, la mejor muestra de este rechazo absoluto lo haya experimentado el Perú, donde
un gobierno institucionalizó la corrupción y algunas de las grandes empresas, princi-
palmente del sector financiero, participaron de ella y la fomentaron. Sin embargo, esta
cultura, unida a la mentira, no duró más que diez años, debido a que la sociedad en
su conjunto inició la protesta y, después, el derrocamiento del régimen sin más armas
que la grita pública. Esa protesta ciudadana, masiva, uniforme, decidida y ética, que
acabó con el régimen inmoral más explícito de América Latina, demuestra que la cultura
del peruano rechaza la corrupción y que, al fin y al cabo, es inmensamente difícil que
puedan convivir criterios de eficiencia, competitividad y calidad con acciones inmorales
o códigos internos de grupos mafiosos.
Sin embargo, tal vez en otras culturas, como en el Medio Oriente o en África, la
coima sí es parte de la vida diaria. Es frecuente realizar operaciones en dichas regiones
utilizando el bakhshish, o sea, la coima, así como algunos grupos reducidos, como la
mafia siciliana, juegan con normas de comportamiento basadas en el aprovechamiento
y abuso de toda persona ajena al núcleo familiar inmediato, ya que se supone que,

18
Lipovetsky, Gilles. «La cultura posmoderna». Archivos del Presente, Nº 14, 1999, p. 15.

259
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

de lo contrario, aquella se aprovechará de este. En otras realidades culturales, como


la japonesa, se acostumbra intercambiar regalos, invitaciones a cenas carísimas, tomar
unos tragos o ir al baño público sin que ello signifique, necesariamente, una voluntad
de dar prebendas o comprar a la otra parte; simplemente, son patrones culturales.
En Italia, están legisladas las comisiones de venta para promover las exportaciones y
motivar a los compradores corporativos o estatales.
La creación que hacen los pueblos en el arte, las costumbres, los sentimientos y las
percepciones son la expresión y el síntoma de la cultura; todo ello define a una nación,
a una sociedad en general. Por ello, Alain Touraine concluía diciendo: «Las naciones
se definen por una cultura más que por una acción económica».19
En las relaciones comerciales y de inversión es posible distinguir cuatro personajes
principales: el Estado, las empresas transnacionales, los consumidores, y ese fenóme-
no aún no precisado de la sociedad civil y que nosotros preferimos seguir llamando,
mientras tanto, la nación en general.
Los consumidores son un tipo de personas dentro de una economía global. Con-
figuran aquella masa indefinida y anónima de individuos que eligen diferentes bienes
para satisfacer sus diversas necesidades y que actúan no siempre bajo el impulso de
factores racionales, sino de los más diversos resortes de su personalidad, costumbres y
reglas tradicionales. El narcisismo, el nacionalismo, el sentido utilitario y práctico son,
ciertamente, fuerzas que definen el comportamiento del consumidor, así como también
lo son los mecanismos de influencia y seducción del marketing. De esta manera, no
siempre la racionalidad es el impulso fundamental que mueve a los consumidores. Hay
que apreciar su acción tanto desde el ángulo de su práctica económica como desde
las ideas y sentimientos.
Nación es el conjunto de individuos que, manteniendo su singularidad, muestran una
unidad política y cultural. Los países, para actuar en los variados y diferentes mercados,
requieren de unidad, de una cultura que trascienda por encima de los individualismos y
las reservas a los cambios y a la relación con otras culturas, pues ello les da consistencia
y cierto poder. Luego, el Estado, cuando diseña sus políticas macroeconómicas, debe
apoyarse en la tradición, la costumbre y la historia para poder interactuar de manera
sólida con otras potencias económicas. Tales políticas configuran un ordenamiento
jurídico que ha de ser justo, confiable y solidario. Cuando esas normas rebasan los

19
Touraine 1998, 135.

260
Capítulo VI. Internacionalización e intereses nacionales

espacios de soberanía para establecer relaciones internacionales, deberán tener, además,


sentido de reciprocidad.
La nación y el nacionalismo configuran la movilización del pasado y de la tradición
puesta al servicio de los objetivos de cada país. «El nacionalismo expone la cultura
o las culturas de su territorio a los vientos de la modernidad y de la racionalización,
pero también construye un ser nacional más modernizador que moderno y tanto más
apegado a sus orígenes y a sus tradiciones cuanto más amenazado se siente por un
imperialismo extranjero».20
La acción de las fuerzas comerciales y, en especial, de las transnacionales reduce
el espacio que hay entre los objetivos nacionales y sus intereses particulares, entre su
accionar económico y la cultura del medio ambiente en que se desenvuelven. Esa
dinámica se cruza con los objetivos y sentimientos de las naciones y, dentro de ella,
con los de los individuos. En esa intersección, con frecuencia, el agente o país más
poderoso económica o políticamente impone sus referentes sobre el otro y se genera,
así, una relación de dominio que deviene, con frecuencia, en conflicto. Sin embargo,
la búsqueda natural e instintiva del equilibrio ha impulsado a las sociedades a esfor-
zarse por lograr mecanismos de convivencia que les permitan conciliar sus intereses
y su afán de participación en una economía de mercado junto con la defensa de su
identidad cultural. Así lo vienen haciendo, desde hace siglos, las diferentes naciones
ibéricas —catalanes, gallegos y vascos— y los flamencos en Holanda, por no citar casos
más recordados hoy en día como los de los serbios y croatas, los hindúes y pakistaníes,
o los chinos y los tibetanos. Es más, recientemente, el Reino Unido está devolviendo
poderes estatales a diversas naciones que lo integran; por ejemplo, han permitido que
Escocia tenga su propio parlamento autónomo. Todos estos son casos de grupos que
reivindican y defienden su autonomía y particularidad en un mundo de fluido inter-
cambio comercial, tecnológico y financiero.

2. Proyecto o acuerdo nacional


El proyecto nacional es un acuerdo entre el Estado, el sector privado, las organizacio-
nes sociales y universidades, que constituyen el trípode del desarrollo integral. Todos
los países latinoamericanos, y en particular el Perú, requieren de un proyecto o acuerdo
nacional que establezca las líneas básicas del desarrollo, los grandes objetivos nacionales

20
Ib., 137-138.

261
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

y las metas. Tal instrumento debe contener los objetivos específicos de su sector externo
apreciando su oferta exportable, sus posibilidades de inversión, su dimensión histórica,
sus aspectos culturales y étnicos. El proyecto debe alentar las exportaciones de manu-
facturas y de servicios, así como otorgar asistencia técnica y asesoría a las unidades
económicas nacionales para escalar hacia la fase del dominio tecnológico.
El Perú ha venido estudiando y planteando este asunto desde la creación del Centro
de Altos Estudios Nacionales (CAEN), que conserva los más destacados ensayos; sin
embargo, hasta ahora, ha faltado la decisión política para aplicarlos. Resta a la comu-
nidad académica su discusión y divulgación. Junto a ello, es destacable el aporte que
ha hecho el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y la Propiedad Intelectual
(INDECOPI) al proponer dos trabajos en 2005: Perú: los intereses nacionales en defensa
de la competencia y los acuerdos preferenciales de comercio y Perú: los intereses nacio-
nales en la propiedad intelectual y los tratados de libre comercio. Estos, conjuntamente
con el que está en preparación sobre los obstáculos técnicos al comercio internacional,
configuran los primeros esfuerzos en materia de comercio e inversión internacional.

3. Las políticas nacionales


La expansión comercial y la penetración económica de los países inversores los con-
duce forzosamente a una penetración cultural y una interferencia política, cuando no
a un enfrentamiento indeseable, pero posible, por la cantidad de recursos económicos
comprometidos por los que presionan las élites de los países receptores con descono-
cimiento de la inmensa masa de la población. Este posible conflicto puede evitarse a
partir de una serie de medidas y pautas no excluyentes a escala subregional o regio-
nal, orientando los sectores hacia donde deberá ir la inversión extranjera directa con
el objetivo que coadyuve a los fines de la sociedad receptora. Tales políticas deben
ser ejecutadas por un organismo multirepresentativo de los diferentes estamentos del
Estado y la sociedad que efectúe una planeación estratégica del comercio exterior en
un horizonte dado de tiempo.
Cuando se desconoce este proceso natural del comercio internacional, los países
actúan a oscuras sin saber cuáles son los vericuetos de la gestión comercial o hacia
dónde va. Ello los puede llevar a un estado de frustración o de subordinación y control
por parte del país inversor que, a la larga, puede derivar en un conflicto de magnitudes
insospechadas, cuyo resultado será nocivo para los dos estados, pues el comercio se
paralizará y la confianza, que es su base, se deteriorará.

262
Capítulo VI. Internacionalización e intereses nacionales

La interacción entre las cuestiones culturales, las presiones económicas del proceso
de globalización y los intereses de las grandes empresas transnacionales debe ser en-
frentada desde una óptica integradora que posibilite el desarrollo de los países sin que
estos pierdan su identidad, permitiendo un pacífico intercambio sin generar conflictos.
Como señaló Kindleberger hace 35 años: «La tarea de la economía internacional con-
siste en encontrar, si ello es posible, una base para las relaciones internacionales que
resulte satisfactoria para los diversos componentes de un mundo de paz».21 Para ello,
sería necesario establecer algunos criterios básicos que posibiliten un desarrollo ade-
cuado de los beneficios del comercio y la inversión y que eviten, igualmente, áreas de
conflicto, pues ello afectaría a importadores, exportadores, inversionistas y anfitriones.
En ese sentido, se esbozan, a continuación, diecisiete criterios.

3.1. Política de captación y fomento de inversiones

Se debe diseñar una nueva política de captación y fomento de la IED, basada ac-
tualmente en criterios asimétricos, con el fin de extender los incentivos a la inversión
extranjera y nacional. A la primera, se le deben otorgar incentivos siempre y cuando
se dirija a sectores prioritarios del Estado, lo cual significa que el proyecto nacional
deberá indicar cuáles son los sectores prioritarios hacia donde deben orientarse
tales inversiones que, en este momento, son la industria (sector manufacturero) y el
desarrollo tecnológico, así como la logística de distribución física (estructuras de co-
mercialización); dejando que las inversiones en sectores especulativos como, casinos
o comercialización de productos, jueguen dentro de las reglas del libre mercado sin
gozar de incentivos y facilidades tributarias, pues no aportan al sector productivo. En
cuanto a la segunda, es decir, la inversión por parte de nacionales, se debe incentivar
la aplicación de la renta que genera la exportación de commodities o productos pri-
marios hacia la industria de manufacturas exportables o de logística de distribución
física. Todas las demás inversiones se regirán por las reglas del libre comercio, sin
limitaciones pero también sin incentivos específicos. Dicho proyecto deberá incluir
una preferencia por la integración regional y subregional que posibilite el comercio
intraindustrial y oriente la inversión extranjera a sectores productivos con el fin que
coadyuve a los fines de la sociedad receptora.

21
Kindleberger ob. cit., 11.

263
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Igualmente, se deben crear mecanismos legales, financieros y fiscales que compen-


sen a los empresarios nacionales cuando la acción de la inversión directa extranjera los
desplace del mercado nacional, tanto como industriales o como intermediarios, pues
la apertura de los mercados facilita el acceso de las empresas extranjeras pero, con
frecuencia, desplaza o destruye a los pequeños y medianos empresarios, como ocurre,
por ejemplo, cuando un gran centro comercial se instala en una ciudad y los pequeños
negocios (bodegas, farmacias, zapaterías, tiendas de ropa) desaparecen. Lo anterior
implica ponderar los criterios de exoneraciones, compensaciones y subvenciones como
mecanismos de reequilibrio por desplazamientos en el mercado y no como formas de
otorgar privilegios a determinados sectores.

3.2. Centro de planeamiento estratégico

A fines del decenio de 1980 desaparecieron los institutos de planificación estatal y el Estado
se quedó sin centros de planeación a largo plazo, mientras que las grandes transnacionales
y los países desarrollados sí poseían departamentos o ministerios de planificación. Nuestros
países requieren de un organismo encargado de ejecutar dicho proyecto nacional y que
efectúe una planeación estratégica que le dé real importancia al comercio exterior. Dicho
ente deberá coordinar los esfuerzos del sector público, el sector privado —empresas
y gremios—, las asociaciones sindicales y empresariales, así como las universidades.
Hoy las grandes empresas transnacionales, sin excepción, hacen planeamiento
estratégico. Japón y todos los países del sudeste asiático tienen un ministerio de plani-
ficación que los proyecta hacia el futuro y que se convierte en el pivot de los ministerios
de la producción y de infraestructura para desarrollar su comercio internacional y sus
inversiones en el exterior.
Este centro deberá orientar las inversiones hacia el sector manufacturero y el desa-
rrollo tecnológico con el fin de propiciar las exportaciones y la formación de alianzas
con empresarios nacionales.

3.3. Infraestructura tecnológico-científica

Se debe desarrollar una infraestructura tecnológico-científica que posibilite la creación


de nuevas tecnologías, marcas, nombres y denominaciones de origen que preparen
a los países para ingresar a la etapa del dominio tecnológico cuidando y protegiendo
sus plantas medicinales y la patente de tales recursos. La innovación tecnológica es un

264
Capítulo VI. Internacionalización e intereses nacionales

factor decisivo en cualquier proceso de desarrollo. Para ello, el Estado deberá orientar
recursos, así como facilitar la gestión y el esfuerzo de las empresas mediante medidas
fiscales y financieras de largo plazo.

Se requiere promover la acción de investigación científica y tecnológica por instituciones


especializadas y abiertas a la competencia, capaces de culminar en un alto nivel de
organización. Promover contactos estrechos entre los institutos de investigación y la
industria. Todo lo cual debe buscar una proporcionalidad apropiada entre el incremento
de la economía y el apoyo a la investigación y desarrollo científico.22

3.4. Fortalecimiento educativo

Se requiere un sistema educativo que restablezca a plenitud los cursos de historia


del Perú y las tradiciones nacionales, así como la historia de América Latina y sus
características culturales, con el propósito de fortalecer un área de integración que posi-
bilite formar grupos más sólidos y orientados hacia los megamercados internacionales.

En consecuencia, lo primero que hay que hacer es crear buenas facultades de Educación
y muy buenas escuelas normales. Cualquier esfuerzo es justificable y cualquier sacrificio
debe ser hecho para lograr esto [...] Desde el punto de vista técnico, en la educación
escolar y también en la universitaria habrá que enseñar [...] matemática, física, química
y bioquímica y se deberán presentar los grandiosos aspectos que son consecuencia de
la ciencia y tecnología moderna, como la conquista del espacio [...] Todo esto debe ser
aprehendido y asimilado por el educando del futuro. También debe de tener muy buena
educación en ciencias sociales, sociología, economía, pedagogía, politología e historia. No
hay que abandonar la educación política, la educación artística, la educación tradicional
y el conocimiento muy profundo de la historia tanto universal como latinoamericana.23

3.5. Protección de la libre competencia

La apertura de los mercados y la eliminación paulatina de los aranceles generan, pa-


radójicamente, prácticas que atentan contra la libre competencia. De esa manera, el
propósito loable de un libre comercio ha dado origen a un conjunto de mecanismos
restrictivos y desleales que afectan a los países que tienen una reducida estructura
administrativa y profesional como los latinoamericanos.

22
Morales-Bermudez Cerruti 1999, 30.
23
Miró-Quesada Catuarias 1992, 39-40.

265
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Por ello, se deben desarrollar políticas que protejan la libre competencia a medida
que el intercambio se acrecienta y los países van superando las distintas etapas del
comercio internacional. Esta necesidad es mayor ante la aparición de los sistemas inter-
nacionales de producción integrada, donde se realiza una manufactura por procesos en
diversos países buscando el menor costo real, así como cuando se suscriben acuerdos
de libre comercio entre países con distintos niveles de desarrollo, para poder controlar
los acuerdos globales y las fusiones en el ámbito global. Adicionalmente, los derechos
de propiedad intelectual contribuyen a la generación de monopolios, los cuales pueden
ser causa de abuso de posición de dominio dentro de los mercados ampliados y afectar,
precisamente, la libre competencia.24
Tal situación hace necesario diseñar un sistema subregional o regional de protección
a la libre competencia que fortalezca a las empresas latinoamericanas frente al inmenso
poder de las empresas transnacionales que dominan el mercado. Sobre el particular, es
alentadora la decisión 608 de la Comunidad Andina de Naciones que deberá ejecutarse
una vez se tenga una guía de procedimientos.
Los efectos benéficos de la IED conllevan, también, cuando no existen reglas de
juego claras y protectoras del interés nacional, al desborde de su accionar, que afecta
la economía y la cultura de los países receptores rompiendo el equilibrio de un libre
mercado. Esta es, también, una preocupación del UNCTAD.

3.6. Criterios de reciprocidad

Se necesitan mecanismos diplomáticos y comerciales que posibiliten una verda-


dera reciprocidad entre las inversiones que se reciben juntamente con aquellas
que, ocasionalmente, efectúan las empresas nacionales en los otros países. Esta
reciprocidad exige una simetría en las legislaciones internas tanto en la especia-
lidad mercantil como procesal. Este criterio posibilitará que exista una relación
equivalente entre aquellos países que ya han empezado a escalar la etapa de la
inversión directa y aquellos otros que recién están consolidándose en la expor-
tación de manufacturas.
Los países que se encuentran en la etapa de exportación de manufacturas y de
IED requieren, con frecuencia, de la provisión de commodities así como de energía
(gas, petróleo) y de agua para mantener su desarrollo industrial. Esta situación debe

24
Roca Tavella 2005, 110.

266
Capítulo VI. Internacionalización e intereses nacionales

ser aprovechada por los países que solo están en la fase de exportación de materias
primas, a fin de mejorar su capacidad negociadora y lograr niveles de simetría con los
más desarrollados. La reciprocidad consiste en reequilibrar los niveles del desarrollo
comercial y facilitar recursos a los que están más avanzados, pero sin privilegiar esta
situación de preponderancia económica. Así, por ejemplo, Chile precisa con urgencia
de energía y de agua para mantener la competitividad de su sector minero y manufac-
turero. Los países vecinos, como Perú y Bolivia, las poseen y en abundancia. Además,
son un excelente mercado para las transnacionales chilenas, que obtienen cuantiosos
beneficios, los cuales se repatrian al país de origen. Pero, a su vez, dichos países
mantienen diferendos marítimos que impiden una relación pacífica y el desarrollo de
mayores actividades económicas. Tal situación exige un tratamiento simultáneo de las
cuestiones políticas y comerciales.
Los tratados comerciales tienen un gran contenido político que debe ser considerado
para negociar en términos equitativos. Llevar los acuerdos políticos en cuerda separa-
da con los convenios comerciales es desconocer la realidad del proceso del comercio
internacional que escala posiciones hasta llegar a la interferencia política.

3.7. Universidades para el desarrollo

Deben fortalecerse las instituciones académicas y las universidades en el desarrollo


tecnológico; en la consolidación y formación de marcas y patentes nacionales; y en
el estudio y análisis de las corrientes de inversión, la geopolítica y las negociaciones
comerciales internacionales. Las universidades están llamadas a desarrollar proyectos
de inversión, exportación y nuevas tecnologías orientadas hacia los mercados inter-
nacionales.
En el Perú, la estructura legislativa, que ha creado la figura de las universidades pri-
vadas como sociedades anónimas y, en consecuencia, con afán lucrativo, solo ha traído
consigo su proliferación y el deterioro de los niveles educativos, sin ningún aporte a la
investigación y el desarrollo nacional, ya que sus socios, como es natural, han buscado
privilegiar las profesiones que no requieran de infraestructura física. Su prioridad es la
captación de alumnos. El problema es que, después, estos no son absorbidos por el
mercado. Por el contrario, aquellos países que han orientado recursos a las universidades
públicas, como Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México, son aquellos que mayor
presencia tienen en los mercados internacionales.

267
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

Esta es una tarea de la mayor urgencia para países como Perú, Bolivia, Ecuador y
Paraguay, donde los trabajos en investigación y desarrollo son casi inexistentes. Parece
ser que la estructura mercantil de una sociedad anónima no es acorde con el desarrollo
universitario, pues la cultura de quien participa en una sociedad anónima es obtener
el mayor lucro con el menor costo y en el menor tiempo, en tanto que la cultura de la
educación y la formación académica es entendible en el largo plazo y a través de la
experimentación, que no siempre dan lucro inmediato.

3.8. Políticas públicas realistas y justas

Deben diseñarse políticas públicas realistas y justas destinadas al incremento de la


inversión y el bienestar de sus propios nacionales en el campo educativo, tributario,
laboral y de salud. Tales políticas consisten en:

• Extender los beneficios que se otorgan a los inversionistas extranjeros —contratos


de estabilidad tributaria, privilegios monopólicos, depreciaciones aceleradas, in-
greso de mano de obra no calificada— hacia los nacionales que tengan capacidad
exportable y experiencia internacional
• Mejorar la calidad de la educación formal y técnica pública y privada
• Mejorar del sistema de salud pública, ya que la contribución a los seguros de salud,
cuando no los cubre el Estado, es un sobrecosto laboral que, paradójicamente,
puede reducir el costo de la mano de obra

Así, por ejemplo, en los Estados Unidos de América, el ciudadano promedio recibe
servicios de salud de inferior calidad a pesar de que su gasto representa el 4% del
PBI, proporción superior a la de otros países desarrollados. Ello se debe a que las
compañías aseguradoras incurren en gastos administrativos destinados a rechazar a las
personas que suponen mayor riesgo. En consecuencia, las empresas inversoras buscan
radicarse en aquellos países donde el Estado cubra más y mejor a sus trabajadores, de
esa manera, no tendrán que asumir costos adicionales en instalaciones hospitalarias
o contratación de servicios médicos para su personal, pues el Estado del país donde
está operando ofrece estos servicios a sus trabajadores. Así, por ejemplo, Brasil, que
es el país menos abierto al comercio exterior y con políticas públicas presentes en
toda la actividad económica, logra atraer una inversión extranjera superior a la de
cualquier país latinoamericano.

268
Capítulo VI. Internacionalización e intereses nacionales

3.9. Política cultural

Es necesario diseñar una política cultural nacional para cada país latinoamericano que
supere el interés particular y de rápida rentabilidad, que resalte y preserve el patrimo-
nio histórico y monumental, y admita la modernidad en los aspectos tecnológicos o
comerciales con el fin de crear fortalezas ante el avance cultural y la penetración de las
transnacionales. Se requiere de una política que afirme la personalidad nacional frente
a las exclusiones, las mutilaciones y las desviaciones que el intercambio tecnológico y
cultural pueda ocasionar. El fortalecimiento de la identidad nacional es un factor im-
pulsor para salir a los mercados nacionales, pues fortalece la autoestima para convivir
en otras realidades y mercados.
Admitir la mundialización o globalización de la economía no significa, de modo
alguno, rechazar el referente nacional. Para ser ciudadano del mundo primero hay
que serlo de un país determinado. Ser patriota significa mantener en alto el ideal de
nacionalidad que aliente el mejoramiento de la industria local, y que más tarde va a
circular en el mundo. Los cuatro países que más han destacado en los mercados inter-
nacionales poseen una fuerte tradición nacionalista, como México, Brasil, Argentina y
Chile. Esa autoestima los impulsa a mejorar su productividad y conquistar mercados.

3.10. Procesos de integración latinoamericana

Se deben fortalecer los procesos de integración regional de América Latina, que, a pesar
de tres decenios de creación, no ha establecido lazos reales y efectivos de integración
cultural. Ello significará incorporar el estudio y divulgación de los factores benéficos,
tanto comerciales como tecnológicos y económicos de la internacionalización, de cada
uno de los países y de la recepción de las inversiones. Asimismo, se debe impulsar la
más estrecha relación a partir de proyectos de integración fronteriza, principalmente
en el área subregional, entre los posibles polos de desarrollo: Colombia y Venezuela; el
sur peruano, el norte chileno y el occidente boliviano; o el ya iniciado proyecto entre
el sur brasileño, el norte argentino y el este paraguayo.

3.11. Competencia, libre mercado y solidaridad

Es necesario conciliar los criterios de competencia y libre mercado con el principio de


solidaridad, con el fin que el desarrollo del comercio y la inversión se logre no por la
destrucción de la identidad nacional de los pueblos que facilitan la importación de las

269
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

mercaderías o que reciben las inversiones, sino por la interrelación dentro de criterios
de justicia y de equidad, necesarios porque son distintos y diferentes los países y las
culturas de los pueblos que participan de estos intercambios y flujos materiales.

3.12. Promoción y consolidación de marcas y nombres

Las marcas, nombres y denominaciones de origen posibilitan articular una estrategia


de internacionalización que se basa en la diferenciación del producto y otorga un valor
agregado que, muchas veces, supera al costo de producción. Para las exportaciones, es
un instrumento decisivo, pues abre mercados y brinda confianza al consumidor. En ese
sentido, es necesario diseñar un mecanismo latinoamericano y nacional de promoción
y consolidación de marcas, nombres y denominaciones de origen para los productos
naturales que posibilite articular dicha estrategia de internacionalización basada en la
diferenciación de los productos, que es una de las formas de penetrar en los mercados
industrializados.
Esta es una política de largo aliento pues significa usar nombres, marcas y deno-
minaciones de origen en diferentes mercados, en un horizonte prolongado de tiempo,
que puede ser diez o veinte años.

3.13. Equilibrio estratégico económico, comercial y militar

Se debe alcanzar un temporal equilibrio estratégico de toda América Latina en lo eco-


nómico, comercial y militar por medio de acuerdos subregionales. El equilibrio militar
debe ser de carácter multilateral o bilateral con el fin de facilitar el intercambio entre
países vecinos y lograr una simetría en las negociaciones comerciales.

3.14. Determinación de áreas sensibles

Se necesitan medidas que eviten el conflicto, sobre todo, entre países vecinos. Para ello,
aunque parezca paradójico, se deben establecer normas que limiten su participación
en áreas sensibles como los puertos, aeropuertos, carreteras y servicios básicos. Los
estados vecinos no deben concurrir en el control de determinadas inversiones que
tengan que ver con la infraestructura de los servicios del comercio exterior, como la
logística de distribución física, pues pueden, a través de los costos de los servicios, restar
competitividad a los productos del país anfitrión.

270
Capítulo VI. Internacionalización e intereses nacionales

3.15. Sistema de alerta temprana sobre prácticas desleales

Las prácticas desleales del comercio internacional, como el dumping y los subsidios,
adquieren formas de sofisticación y sigilo que solo son detectadas por las empresas
nacionales afectadas cuando ya han perdido un porcentaje significativo del mercado o
de capital. Y, con frecuencia, no pueden remontar tales daños ni recuperar lo perdido,
terminando en el panteón de las industrias.
Se requiere, entonces, de un sistema de alerta temprana que informe a las empresas
potencialmente afectadas el momento en que está ingresando en el mercado un volu-
men significativo de un producto similar. Este sistema puede ser administrado por los
órganos de defensa de la competencia, como el INDECOPI en el Perú, a través de la
data de aduanas y por medio de la confrontación de esta información con la produc-
ción nacional del producto similar. Dicho análisis puede ser puesto en consideración de
los gremios industriales y exportadores para que evalúen cómo afecta a determinada
rama de la producción nacional. Esa temprana información dotará de elementos a la
empresa nacional establecida para que pueda denunciar o no tal práctica desleal ante
los organismos oficiales y estos, a su vez, inicien un proceso destinado a sancionar a
los infractores con medidas antidumping.

3.16. Mecanismos de solución de controversias

La inversión y el comercio pueden originar conflictos entre las empresas y los países
debido al sentido de competencia, el deseo de dominar los mercados o la imprecisión
de áreas específicas de actuación para cada una de las partes. Estas controversias deben
ser enfrentadas directamente, pues su permanencia en el tiempo es desgastante, no
productiva e impide la realización de otros objetivos. Por ello, la ciencia del compor-
tamiento humano, el Derecho, la Sociología y la ciencia política han creado una serie
de mecanismos para enfrentarlos y resolverlos como la negociación, la mediación, la
conciliación, el arbitraje e, incluso, los amigables componedores, llamados genérica-
mente facilitadores.
Los mecanismos de solución de conflictos o resolución alternativa de disputas son
nombres genéricos dados a un número creciente de opciones que, con excepción de
su apartamiento de los tradicionales procedimientos adversariales de los tribunales,
poco tienen en común. La Carta de las Naciones Unidas, en el inciso 1 del artículo 33,
propone ocho mecanismos para el arreglo pacífico de controversias: «Las partes en una

271
Internacionalización de las empresas latinoamericanas

controversia [...] tratarán de buscarle solución, ante todo, mediante la negociación, la


investigación, la mediación, la conciliación, el arbitraje, el arreglo judicial, el recur-
so a organismos o acuerdos regionales u otros medios pacíficos de su elección».
Adicionalmente, se pueden mencionar los medios que el derecho estadounidense
propone a través de la Dispute Resolution Act, de 1980: la mediación, la conciliación,
el arbitraje, los amigables componedores, el mini-juicio, el servicio legal prepago y el
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El Sistema de solución de controversias de la Organización Mundial del
Comercio (OMC) y algunos casos relacionados con bienes agrícolas

La solución de las diferencias comerciales en un momento preciso y de una manera eficaz y


ordenada contribuye a reducir posibles impactos negativos en el intercambio comercial entre
países e impide que haya desequilibrios normativos entre las partes.
La presente nota1 tiene como finalidad dar a conocer a los países miembros del Instituto
Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) algunos conceptos básicos que se
requieren para que las diferencias comerciales entre los países se resuelvan sobre la base de
normas establecidas en el marco del sistema de solución de controversias de la Organización
Mundial del Comercio (OMC).
Este documento fue elaborado con insumos obtenidos en los dos foros técnicos realizados de
manera conjunta entre el IICA y la OMC en agosto del 2017 y en junio del 2018.
1. ¿Qué es el sistema de solución de diferencias de la OMC?2

Es un conjunto integrado de normas que se aplica de manera uniforme a las diferencias en


el marco de todos los acuerdos comerciales internacionales de todos los Miembros3 de la
OMC. Este sistema brinda seguridad y previsibilidad para que los gobiernos y el sector
privado puedan llevar a cabo sus gestiones económicas. Este fue uno de los resultados más
sobresalientes de la Ronda Uruguay.
La función más importante que cumple este
sistema consiste en garantizar el cumplimiento
y aclarar el contenido de los derechos y
obligaciones establecidos en el marco del
Entendimiento relativo a las normas y
procedimientos por los que se rige la solución
de diferencias (ESD), contemplado en el anexo
2 del Acuerdo sobre la OMC. Este ESD
establece los plazos y los procedimientos por
seguir para cumplir con las diversas etapas de
una diferencia comercial.
Se aclara que debe recurrirse a la resolución
jurisdiccional solo cuando las partes no
puedan llegar a una solución convenida
mutuamente que esté de conformidad con el
Acuerdo sobre la OMC.
2. ¿Cuáles son los objetivos y la finalidad del sistema de solución de diferencias de la
OMC?
Con base en lo establecido en el ESD, los principales objetivos y funciones del sistema de
solución de diferencias de la OMC son:

1 Esta nota fue elaborada por Adriana Campos Azofeifa, especialista en Comercio, con aportes de Nadia Monge
Hernández, técnica en Comercio, ambas funcionarias del IICA. Junio de 2018.
2 Para mayor referencia de la solución de controversias en el comercio internacional, se puede consultar El
1
abecé de la solución de diferencias en la OMC, elaborado por el IICA en junio de 2014.
3 Para más información sobre este término, véase IICA s. f. p. 8.
- Brindar seguridad y previsibilidad al sistema multilateral de comercio (párrafo 2 del artículo
3 del ESD).
- Preservar los derechos y las obligaciones de los miembros de la OMC (párrafo 2 del artículo
3 y párrafo 2 del artículo 19 del ESD).
- Aclarar las disposiciones del Acuerdo sobre la OMC e interpretarlas de forma correcta
(párrafo 2 del artículo 3 del ESD).
- Dar preferencia a las soluciones convenidas mutuamente (párrafo 7 del artículo 3 y artículo
11 del ESD).

3. ¿Cuáles son las etapas del sistema de solución de diferencias de la OMC?


En términos generales, el sistema de solución de diferencias de la OMC consta de tres etapas:
las consultas entre las partes, la solución de la diferencia y la aplicación de las resoluciones
al conflicto.
Existen dos maneras de resolver la diferencia: por un lado, las partes pueden encontrar una
solución convenida entre ellas mismas y esta ocurre en el proceso de las consultas; por otro
lado, cuando no hay un resultado satisfactorio, se recurre a la vía jurisdiccional, donde
interviene un tercero imparcial que resuelve la diferencia por medio de grupos especiales, un
órgano de apelación o árbitros. Además, se puede recurrir a los buenos oficios, la conciliación
y la mediación en cualquier momento del proceso.
4. ¿Cuáles son algunos actores que intervienen en el sistema de solución de
diferencias de la OMC?

Algunos actores presentes en el sistema de


solución de diferencias son los siguientes:
- Los propios miembros de la OMC en
calidad de partes (estos participan como
“reclamantes” o como “demandados”) y
terceros (que tienen un interés en la
diferencia y gozan de ciertos derechos).
- La Secretaría de la OMC, que brinda
asistencia jurídica a los órganos
jurisdiccionales y asistencia administrativa al
órgano de solución de diferencias.
- Las instituciones políticas, es decir, el
Órgano de Solución de Diferencias, el cual
supervisa el proceso de solución de
diferencias.
- Los órganos cuasi judiciales, tales
como los siguientes: grupos especiales, que deben examinar los aspectos de hecho y de
derecho de la diferencia; el Órgano de Apelación, que es el órgano permanente que examina
únicamente los aspectos jurídicos de la diferencia; y los árbitros.
- Participantes externos, tales como expertos o instituciones especializadas, los cuales
prestan asesoramiento sobre cuestiones de hecho complejas de las diferencias.
- Participantes no estatales, como organizaciones no gubernamentales (ONG), que pueden
tener un interés en una diferencia, pero no tienen derecho de participación.
Todos los actores mencionados están sujetos a determinadas normas relacionadas con la
imparcialidad de las decisiones y con normas de conducta destinadas a garantizar la
integridad y la confidencialidad del sistema de solución de diferencias.
2
5. ¿En qué consiste el proceso de consultas del sistema de solución de
controversias?
En cualquier escenario, es
preferible que en el resultado
de una diferencia los
miembros encuentren una
solución mutuamente
aceptable de conformidad con
lo establecido en el
Entendimiento sobre Solución
de Diferencias. La mayoría de
las diferencias en la OMC se
han resuelto en la etapa de
consultas sin llegar a la vía
jurisdiccional.
La celebración de consultas
entre las partes corresponde
a la primera etapa en una
diferencia comercial y también es una condición previa para el inicio del trabajo con los grupos
especiales. Es decir, el reclamante solo puede recurrir a un grupo especial cuando no se haya
podido resolver la diferencia en las consultas con el demandado.
Las consultas entre las partes son confidenciales. Sin embargo, las soluciones mutuamente
convenidas por las partes deben notificarse al Órgano de Solución de Diferencias y a los
comités y consejos pertinentes.
El objetivo principal de las consultas es brindarles a las partes la oportunidad de debatir la
disputa y encontrar una solución a la diferencia antes de recurrir a la vía jurisdiccional al
amparo del ESD. En este proceso de consultas, las partes intercambian información, evalúan
los puntos fuertes y débiles, argumentan, reducen el alcance de la diferencia y, en muchos
casos, llegan a una solución mutuamente aceptable. También puede darse el caso en que el
reclamante decide no continuar con el reclamo.
Las consultas por lo general tienen una duración superior al plazo mínimo establecido que es
de 60 días. La inclusión de terceros en el proceso de consultas va a depender de que el
reclamante quiera que los miembros de la OMC tengan la posibilidad de participar.
6. ¿En qué consiste el proceso de examen por un grupo especial?
Si las consultas no permiten resolver el conflicto, la parte reclamante puede pedir que se
establezca un grupo especial para resolver la diferencia. Este grupo debe examinar todas las
pruebas que se le hayan presentado, evaluar su credibilidad, determinar su importancia y
asegurarse de que existe un fundamento adecuado. En esta etapa existe la posibilidad de que
los demás miembros puedan ser escuchados por los grupos especiales y presentar
comunicaciones escritas en calidad de terceros.
El grupo especial debe elaborar un informe que contenga las "constataciones", es decir, las
determinaciones que haya formulado sobre las cuestiones de hecho y de derecho que se le
han planteado. En el grupo especial también se exponen las razones sobre las que se basan
las constataciones. Si el grupo llega a la conclusión de que una medida (por ejemplo, una ley,
programa, procedimiento, entre otras) es incompatible con un acuerdo, el informe debe incluir
una recomendación para que el OSD indique al Miembro demandado que ponga dicha medida 3
en conformidad con las disposiciones del acuerdo.
7. ¿En qué consiste el proceso con el Órgano de Apelación?
En caso de que las partes no estén de acuerdo con el informe generado por el grupo especial,
existe la posibilidad de apelar ante el Órgano de Apelación. Al iniciar este proceso, se procede
con la segunda y última etapa de la vía jurisdiccional en el mecanismo de solución de
controversias. La función principal de este órgano consiste en examinar los aspectos jurídicos
de los informes emitidos por los grupos especiales; es decir, no pueden abordarse otros
asuntos que no sean jurídicos, como por ejemplo solicitar nuevas pruebas o exámenes para
comprobar la existencia de algo.
Solamente las partes en la diferencia tienen el derecho de presentar una apelación. Los
terceros en un procedimiento de grupo especial no pueden apelar el informe del grupo
especial.
Finalmente, los miembros del Órgano de Apelación deben efectuar todos los esfuerzos
posibles para adoptar sus decisiones por consenso. Cuando ello no sea posible, la decisión
sobre el asunto examinado se adoptará por mayoría.
8. ¿Cómo se aplican los acuerdos tomados por el Órgano de Apelación?
Para implementar las recomendaciones y resoluciones tomadas por el OSD, los miembros
disponen de un plazo determinado, el cual es negociado por las partes. Todo es válido cuando
se ha verificado que una medida de un miembro de la OMC no es compatible con los acuerdos
establecidos.

9. ¿Cuál es el rol de los países en


desarrollo dentro del sistema de solución
de diferencias?
Se estima que los países en desarrollo han
tenido una participación activa en el sistema
de solución de diferencias desde que fue
creado, como terceros o como partes. Por su
condición, existe un mandato que aplica tanto
para ellos como para las pequeñas
economías, con el fin de que puedan resolver
sus diferencias de manera justa, previsible y
rápida. A su vez, se sabe que estos países
deben mejorar sus capacidades técnicas para
utilizar con eficacia este mecanismo.
10. ¿Cuáles países, de las Américas,
han utilizado el mecanismo de solución de
diferencias de la OMC?
Los países de las Américas que más utilizan
el sistema de solución de diferencias de la
OMC son Estados Unidos, Canadá,
Argentina, Brasil y México (cuadro 1).
Además, algunos países participan como
terceros cuando están interesados en alguna
demanda. En el caso de los países en
desarrollo, es una ventaja participar en 4
calidad de tercero, pues les permite aumentar sus conocimientos y mejorar sus capacidades
para participar en este mecanismo y evitar disputas comerciales.
Cuadro 1. Algunos casos del mecanismo de solución de diferencias de la OMC donde los países de
América participan como demandados, reclamantes o terceros.

Disputa Demandado Reclamante Terceros


DS524 Costa Rica — Medidas relativas a la
importación de aguacates frescos procedentes de
México Costa Rica México Ninguno.
Solicitud de consultas: 8 de marzo de 2017
Situación actual: en fase de consultas
DS448 Estados Unidos — Medidas que afectan a
la importación de limones frescos Estados
Argentina Ninguno.
Solicitud de consultas: 3 de septiembre de 2012 Unidos
Situación actual: en fase de consultas
DS386 Estados Unidos — Determinadas
Argentina, Australia, Brasil,
prescripciones en materia de etiquetado indicativo
Canadá, China, Colombia, Unión
del país de origen Estados
México Europea, Guatemala, India, Japón,
Solicitud de consultas: 17 de diciembre de 2008 Unidos
República de Corea, Nueva
Situación actual: autorización para adoptar medidas
Zelandia, Perú, Taipéi Chino
de retorsión concedida
DS384 Estados Unidos — Determinadas Argentina, Australia, Brasil,
prescripciones en materia de etiquetado indicativo China, Colombia, Unión Europea,
del país de origen (EPO) Estados Guatemala, India, Japón,
Canadá
Solicitud de consultas: 1 de diciembre de 2008 Unidos República de Corea, México,
Situación actual: autorización para adoptar medidas Nueva Zelandia, Perú, Taipéi
de retorsión concedida Chino
DS293 Unión Europea (anteriormente CE) — Australia, Brasil, Canadá, Chile,
Medidas que afectan la aprobación y China, Taipéi Chino, Colombia, El
comercialización de productos biotecnológicos Salvador, Honduras, México,
Unión Europea Argentina
Solicitud de consultas: 14 de mayo de 2003 Nueva Zelandia, Noruega,
Situación actual: diferencia resuelta o terminada Paraguay, Perú, Tailandia,
(solución mutuamente convenida o desistimiento) Uruguay, Estados Unidos

DS284 México — Determinadas medidas que


impiden la importación de frijoles negros
procedentes de Nicaragua
México Nicaragua Ninguno.
Solicitud de consultas: 17 de marzo de 2003
Situación actual: diferencia resuelta o terminada
(solución mutuamente convenida o desistimiento)
DS237 Turquía — Determinados procedimientos
aplicados a la importación de frutos frescos
Colombia, Comunidades
Solicitud de consultas: 31 de agosto de 2001 Turquía Ecuador
Europeas, Estados Unidos
Situación actual: diferencia resuelta o terminada
(solución mutuamente convenida o desistimiento)
DS203 México — Medidas que afectan al comercio
de cerdos vivos Estados
México Ninguno.
Solicitud de consultas: 10 de julio de 2000 Unidos
Situación actual: en fase de consultas
DS144 Estados Unidos — Determinadas medidas
que afectan a las importaciones de ganado bovino y
Estados
porcino y de cereales procedentes del Canadá Canadá Ninguno.
Unidos
Solicitud de consultas: 25 de septiembre de 1998
Situación actual: en fase de consultas
Fuente: Elaboración propia, con datos de OMC, 2018.

5
Referencias

OMC (Organización Mundial del Comercio, Suiza). 2018. Solución de diferencias (en línea).
Ginebra, Suiza. Consultado 15 jun. 2018. Disponible en
https://www.wto.org/spanish/tratop_s/dispu_s/dispu_s.htm.
OMC (Organización Mundial del Comercio, Suiza); IICA (Instituto Interamericano de Cooperación
para la Agricultura, Costa Rica). 2014. El abecé de la solución de diferencias en la OMC (en
línea). San José, Costa Rica. Consultado 15 jun. 2018. Disponible en
http://repositorio.iica.int/bitstream/11324/6025/1/BVE17099238e.pdf.
IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, Costa Rica). s. f. Glosario
básico: los términos de comercio internacional más utilizados en la Organización Mundial del
Comercio (OMC) (en línea). San José, Costa Rica, CAESPA. Consultado 15 jun. 2018.
Disponible en http://repositorio.iica.int/bitstream/11324/6565/1/BVE18039757e.pdf.

Más información:

Adriana Campos Azofeifa, especialista en Comercio del IICA. Encargada de la Alianza OMC-IICA.
Correo: adriana.campos@iica.int / Teléfono: (506) 2216-0170.

Nadia Monge Hernández, técnica en Comercio del IICA en el Centro OMC-IICA.


Correo: nadia.monge@iica.int / Teléfono: (506) 2216-0358.

6
Revista de Derecho
Universidad Católica del Norte
Sección: Ensayos
Año 18 - Nº 1, 2011
pp. 213-239

EL MECANISMO DE SOLUCIÓN DE DIFERENCIAS DE LA OMC.


UN ELEMENTO DE SEGURIDAD Y PREVISIBILIDAD EN EL
SISTEMA MULTILATERAL DE COMERCIO*

CRISTIÁN DELPIANO LIRA**

RESUMEN: Uno de los objetivos fundamentales del sistema de solución


de diferencias de la Organización Mundial de Comercio consiste en otorgar
seguridad y previsibilidad al sistema multilateral de comercio. El presente
artículo pretende otorgar una visión panorámica acerca de la forma en que
se lleva a cabo este objetivo, a través de un análisis orgánico y procesal de
las actuaciones ante los Grupos Especiales y el Órgano de Apelación. De
esta manera, el artículo identificará las materias fundamentales a través de
las cuales el sistema funciona, así como los criterios del Órgano de Solución
de Diferencias que han permitido su desarrollo desde 1995 hasta la fecha.
El autor examina de esta manera el Órgano de Solución de Diferencias y
los órganos que le sirven de soporte (Grupos Especiales y Órgano de Apela-
ción), el fundamento de las reclamaciones, y los actores del sistema.

PALABRAS CLAVE: Organización Mundial de Comercio (OMC) –


solución de diferencias – sistema multilateral de comercio – política
comercial – GATT.

A DISPUTE SETTLEMENT BODY OF THE WTO. AN ELEMENT


OF SECURITY AND PREVISIBILITY IN THE MULTILATERAL
TRADING SYSTEM

ABSTRACT: One of the main objectives of the dispute settlement


body of the World Trade Organization is to provide security and
previsibility to the multilateral trading system. This article intends to give

* El presente trabajo se enmarca dentro de la ejecución del proyecto DGIP 10301273 finan-
ciado por la Universidad Católica del Norte. El contenido del artículo es una versión parcial
del módulo de Solución de Diferencias dictado por el suscrito en la Universidad de Tarapa-
cá, en el marco del curso de “Introducción al Sistema Multilateral de Comercio”, impartido
por la Cátedra OMC del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile y
la Organización Mundial de Comercio.
Fecha de recepción: 13 de enero de 2011.
Fecha de aceptación: 15 de abril de 2011.
** Abogado, DEA en Derecho Internacional Universidad de Salamanca (España), profesor
de Derecho Internacional Público de la Escuela de Derecho de la Universidad Católica del
Norte, sede Antofagasta. Correo electrónico: codelpiano@ucn.cl

Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011) 213


Cristián Delpiano Lira

an overview about how this aim is carried out through the organic and
procedural analysis of the proceedings before the panel and the Appellate
Body. Thus, this article tries to identify the key areas through which the
system carries out its objective and the criteria of the Dispute Settlement
Body that have enabled its development from 1995 to nowadays. The
author examines in this way the Dispute Settlement Body and bodies to
support them (Panel and Appellate Body), the merits of complaints, and
the actors of the system.

K EY WORDS : World Trade Organization (WTO) – dispute


settlement – Multilateral Trade System – commercial politics – General
Agreement on Tariffs and Trade (GATT).

INTRODUCCIÓN

El mejor de los acuerdos internacionales no funciona adecuadamen-


te si sus obligaciones no pueden hacerse valer cuando una de sus partes
falla en el cumplimiento de tales obligaciones. Con esta acertada frase
comienza el Manual relativo al Sistema de Solución de Diferencias (en
adelante “SSD”) de la Organización Mundial de Comercio (en adelante
“OMC”)1.
Esta premisa ha sido debidamente tomada en cuenta durante las
negociaciones de la Ronda Uruguay de Negociaciones Comerciales, de la
cual ha resultado un importante reforzamiento del Mecanismo de Solu-
ción de Diferencias (en adelante “MSD”) de la OMC.
En efecto, la regulación acerca de la solución de diferencias resultan-
te de esta ronda de negociaciones se plasmó en el Entendimiento Relativo
a las Normas y Procedimientos por el que se Rige la Solución de Diferen-
cias de la OMC (en adelante “ESD”), que se caracteriza por la obligato-
riedad para todos los Estados miembros de la OMC. Ello debido a que
todos los acuerdos resultantes de la Ronda Uruguay deben ser aceptados
en su conjunto, salvo los acuerdos plurilaterales del anexo 4 del Acuerdo
por el que se Establece la OMC2.

1 World Trade Organization (2004). A Handbook on the WTO Dispute Settlement System,
Cambridge University Press, p. 1.
2 A diferencia de la situación que se produjo como resultado de la Ronda Tokio de Nego-
ciaciones comerciales, en la que se dio un cierto fenómeno de fragmentación del sistema
GATT, debido a que los Estados podían aceptar ciertos acuerdos, denominados códigos, y
rechazar otros.

214 Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011)


El mecanismo de solución de diferencias de la OMC. Un elemento de seguridad y previsibilidad...

Este artículo tiene por objeto identificar ciertos aspectos orgánicos


y procesales del MSD que permiten otorgar seguridad y previsibilidad al
sistema multilateral de comercio, y que constituyen un parámetro de ac-
tuación para los Estados miembros de la OMC. De esta manera, si bien
las decisiones del OSD solo tienen valor para las partes en conflicto, se
presentan como un parámetro ineludible del comportamiento futuro de
los Estados en el sistema multilateral de comercio.
Así, el artículo se divide en cinco apartados. El primero tiene por ob-
jeto realizar un breve repaso histórico en relación con los aspectos funda-
mentales del rudimentario sistema creado en el GATT de 1947, y su pos-
terior reforzamiento en el ESD, con el consiguiente impacto en el sistema
multilateral de comercio.
El segundo apartado se dedica a un análisis institucional que permite
el adecuado funcionamiento del sistema, a través de los Grupos Especia-
les, el Órgano de Apelación y el OSD. Abordaremos también el alcance
de la jurisdicción y sus límites.
En el tercer apartado, analizaremos las funciones, objetivos y propó-
sitos fundamentales del sistema, así como la aplicación que ha recibido
por parte de los Grupos Especiales y del Órgano de Apelación. El cuarto
y quinto apartado tienen por objeto analizar la base jurídica sobre las cua-
les se puede recurrir al SSD. De esta manera, abordaremos las denomina-
das reclamaciones por infracción de normas, así como las reclamaciones
sin infracción, que probablemente constituya una de las grandes caracte-
rísticas diferenciadoras del sistema.
El quinto y último apartado se dedica a quienes pueden recurrir y
concurrir al sistema, con especial referencia a las denominadas comunica-
ciones Amicus Curiae. Terminaremos con unas breves reflexiones finales.

1) DESARROLLO HISTÓRICO DEL MSD

Como sabemos, el MSD de la OMC es heredero del antiguo MSD


creado con ocasión del GATT de 1947, así como de toda su práctica
posterior. Esta práctica fue primeramente codificada durante la Ronda de
Tokio, y luego reforzada en la Ronda Uruguay.
La base sobre la cual se estructuró el MSD del GATT de 1947 la en-
contramos en los artículos XXII y XXIII del Acuerdo General, que con-
templa una etapa de consultas, y una segunda etapa “cuasijudicial”.

(1.1.) EL MSD EN EL GATT DE 1947

Los artículos XXII y XXIII del GATT de 1947 contienen algunas re-
glas relativamente simples y de poca eficacia para resolver las controversias
entre las Partes Contratantes, que contemplaban un primer recurso a las

Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011) 215


Cristián Delpiano Lira

consultas directas entre los Estados implicados en la diferencia, además de


un recurso a la reunión de las partes contratantes, considerado el único
órgano establecido para la gestión del acuerdo3.
En lo fundamental proveía tres clases de soluciones, las decisiones,
recomendaciones y suspensión de obligaciones4. Las Partes Contratantes
debían realizar una “encuesta” sobre la cuestión y establecer recomenda-
ciones. Además, se facultaba para permitir la suspensión de concesiones o
de otras obligaciones dimanantes del Acuerdo General5.
Es discutible si en realidad los artículos XXII y XXIII contenían efec-
tivamente un sistema para la solución de las diferencias en el GATT6. Sin
embargo, el desarrollo posterior de estas normas nos permite afirmar que
ya no se trataba de un conjunto de normas aisladas, sino que un sistema,
que aunque rudimentario, fue mejorando a través de la práctica de los
Estados en la aplicación de los artículos XXII y XXIII, coincidente con el
propio desarrollo del GATT.
En una primera etapa, las diferencias se resolvieron por el propio
Consejo del GATT, para pasar a la constitución de los nacientes Grupos
de Trabajo. Estos grupos estaban compuestos por representantes de todas
las partes contratantes interesadas, quienes adoptaban la decisión por
consenso. Con posterioridad, los Grupos de Trabajo fueron reemplazados
por Grupos Especiales o panels de tres a cinco miembros independientes
y no relacionados con las partes en el litigio. Su labor fundamental con-
sistía en emitir un informe con recomendaciones para la solución de la
diferencia, para remitirla al Consejo del GATT. Una vez que el Consejo
lo aprobaba por consenso pasaba a ser vinculante para los Estados en la
diferencia. De esta forma, los panels fueron construyendo un acervo juris-
prudencial de una importancia fundamental para los criterios que actual-
mente adopta el OSD7. Sin embargo, su defecto de origen consistía en el

3 Véase Bou Franch (2005). Nuevas Controversias Internacionales y Nuevos Mecanismos de


Solución, Valencia, Tirant lo Blanch, p. 286.
4 Petersmann, E.-U. (1997). International Trade Law and the GATT/WTO Dispute Settle-
ment System, London: Kluwer Law International, p. 38.
5 Sin embargo, y a pesar del amplio poder de las partes contratantes para suspender las conce-
siones, fue utilizado solo una vez durante los 48 años de vigencia del GATT. “In 1952, the
Netherlands was authorized to take retaliatory trade restrictions vis-à-vis the US in response
to a persistent infringement by that country of article XI” (Petersmann (1997) 46.
6 En este sentido véase Diez-Eochleitner, J. (2005). “La Unión Europea ante la Reforma
del Sistema de Solución de Diferencias de la OMC”, en De Faramiñan, J. M. (coord.):
Globalización y Comercio Internacional: Actas de la XX Jornadas de la Asociación Española
de Profesores de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales, Madrid, Asociación
Española de Profesores de Derecho internacional y Relaciones Internacionales – BOE,
2005, p. 62.
7 Petersmann señala que esta práctica ha derivado hacia una orientación del sistema hacia las
normas, más que hacia consideraciones políticas (Petersmann (1997) 48. La relevancia de
los criterios adoptados por los panels en el GATT ha sido reconocida por el Órgano de Ape-
lación en el asunto caso Japón – Bebidas Alcohólicas, en el que rescató la importancia que

216 Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011)


El mecanismo de solución de diferencias de la OMC. Un elemento de seguridad y previsibilidad...

hecho que en la decisión debía participar también la parte perdedora en la


diferencia, lo que otorgaba una cierta inestabilidad a los informes de los
panels. A pesar de ello, era usual que los informes fueran finalmente adop-
tados por las Partes Contratantes, salvo en seis ocasiones8, básicamente
frente a resoluciones que pretendían que la parte demandada reembolsara
a la parte vencedora los perjuicios producidos por el acto considerado
contrario a la normativa GATT. Cabe agregar a ello, que las partes con-
tratantes demandadas en forma individual mayoritariamente se abstenían
del bloqueo de las decisiones por consenso y admitían a trámite las dispu-
tas en las cuales se encontraban envueltos, aun cuando fuera en su propio
detrimento en el corto plazo. Ello debido al interés sistémico a largo plazo
que tenían y el conocimiento que un excesivo uso del derecho de veto po-
día resultar en una respuesta similar por los otros. De acuerdo a esto, los
panels eran establecidos y sus reportes frecuentemente adoptados, aunque
muchas veces con retraso (aunque la autorización de contramedidas solo
fue concedida una vez).
De esta forma, la fragilidad del sistema creado en el GATT de 1947
dio pie para que el mecanismo se fuera desarrollando por la vía de la prác-
tica subsiguiente, que lo convirtió “en el más utilizado de todas las orga-
nizaciones internacionales existentes”9.
La práctica en materia de solución de diferencias en el GATT se
configuró por dos grandes vías. La primera de ellas se refiere a la práctica
desarrollada en el seno de los Grupos Especiales, que en muchas ocasiones
se han visto plasmadas en los propios informes que han remitido para la

tienen los informes adoptados de los Grupos Especiales del GATT para los criterios futuros
del MSD de la OMC, aun cuando no sean obligatorios sino para solucionar la diferencia
específica entre las partes en litigio. A mayor abundamiento, también señaló la importancia
que tienen los informes no adoptados del GATT. En este sentido, dichos informes carecen
de valor normativo en el sistema del GATT o de la OMC, puesto que no han sido avalados
por decisiones de las Partes Contratantes del GATT o de los Miembros de la OMC. Sin
embargo, “pueden contener útiles orientaciones en el razonamiento seguido en un informe
no adoptado de un grupo especial que a su juicio fuera pertinente al asunto que examinaba”
(Japón – Impuestos sobre las Bebidas Alcohólicas [Japón – Bebidas Alcohólicas], WT/DS8/
AB/R, Informe del Órgano de Apelación de 4 de octubre de 1996). Un Grupo Especial
fue más allá todavía. En efecto, en el asunto Argentina – Calzados se basó en el informe no
adoptado del Grupo Especial del GATT relativo a Comunidades Europeas – Bananos II
(Véase en este sentido Argentina – Medidas que afectan a las Importaciones de Calzados,
Textiles, Prendas de Vestir y otros Artículos (Argentina – Calzados), WT/DS56/AB/R, In-
forme del Órgano de Apelación de 27 de marzo de 1998, párrafo 43.
8 El profesor Petersmann cita los casos EC – Member´s states import regimes for bananas
(DS32/R); EC – Import regime for bananas (DS38/R); USA – Restrictions on imports of
tuna (DS21/R and DS29/R); USA – Taxes on automobiles (DS31/R) y Canada – Measures
affecting sale of gold coins (L/5863) (Petersmann (1997) 74).
9 Montañá I Mora, M. (1997). La OMC y el Reforzamiento del Sistema GATT, Madrid,
McGraw-Hill, p. 47.

Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011) 217


Cristián Delpiano Lira

aprobación de las Partes Contratantes10. La segunda vía se manifiesta en


los acuerdos que han adoptado las Partes Contratantes, que por una par-
te han sistematizado las prácticas de los panels ya señalados, y por otra,
han modificado prácticas procesales emergentes en materia de solución
de controversias. Diversos documentos han manifestado estas cuestiones,
entre las cuales se cuentan la decisión de 5 de abril de 196611, el En-
tendimiento Relativo a las Notificaciones, las Consultas, la Solución de
Diferencias y la Vigilancia de 1979, la Decisión relativa a la solución de
diferencias contenida en la Declaración Ministerial de 1982 y la Decisión
sobre Solución de Diferencias de 30 de noviembre de 198412.
A pesar de dicha evolución, hubo muchas otras cuestiones que se
mantuvieron intactas durante toda la vigencia del GATT y hasta la con-
clusión de la Ronda Uruguay, siendo la más importante de ellas la nece-
sidad que las instancias del proceso fueran aprobadas por consenso en el
seno del Consejo del GATT. De esta manera, la decisión de someter la
disputa a un panel, los informes de los mismos, así como las contrame-
didas autorizadas en contra de la parte contratante que no implementa-
ra las recomendaciones y resoluciones del Consejo General, debían ser

10 Los informes y las prácticas que han venido desarrollando los panels han reflejado también
ciertos principios procesales de actuación, tales como el principio de economía procesal,
bilateralidad de la audiencia, la delimitación de su ámbito de competencias, la carga de la
prueba, el principio de confidencialidad, la presunción de anulación o menoscabo, entre
otros Nichols, P. (1996). “GATT Doctrine”, Virginia Journal of International Law, vol.
36, Nº 2, p. 379; Mcgovern, E. (1996): “Dispute Settlement in the GATT – Adjudica-
tion or Negotiation?”, en Hilf, M., Jacobs, F. and Petersmann, E.-U. (eds.): The European
Community and GATT, Deventer: Kluwer Law and Taxation Publishers, p. 78, Mitchell,
A. (2008): Legal Principles in WTO Disputes, Cambridge University Press, 2008, especial-
mente pp. 145 y ss.; Hudec, R. (1990). The GATT Legal System and World Trade Diploma-
cy, New Hampshire Butterworth Legal Publishers, pp. 63 y ss.).
11 La decisión de 1966 estuvo marcada por la aparición de los países en desarrollo y menos de-
sarrollados provenientes del proceso de descolonización de África y Asia, lo que obligó a las
partes contratantes a disponer de un procedimiento diferenciado entre partes desarrolladas y
en vías de desarrollo. Entre estos, se dispuso la intervención del Director General del GATT
en la cuestión debatida, acudiendo con sus buenos oficios a intentar una solución satisfac-
toria a la diferencia. En segundo lugar, se previó la obligación de las partes contratantes de
estudiar las medidas ante el incumplimiento de la parte desarrollada en la diferencia (véase
los apartados 8 y 10 de la decisión, IBDD S14/20).
12 World Trade Organization (2004) 13. Adicional a ello, antes de la Ronda Tokio de
Negociaciones comerciales se realizaron una serie de enmiendas a los artículos XXII y XXIII
del GATT, entre las cuales se contó la facultad explícita de las Partes Contratantes para
intervenir en las consultas si las partes en la disputa no eran capaces de solucionar la contro-
versia por sí mismas, la autorización de las Partes Contratantes para suspender concesiones
y otras medidas de retorsión cuando las circunstancias sean lo suficientemente graves, la po-
sibilidad de asociar a terceros Estados a las consultas que se formulen de acuerdo al artículo
XXII. Véase Stewart, T. (ed.) (1993). The GATT Uruguay Round. A Negotiating History
(1986-1992), The Hague, Kluwer Law International, pp. 2675 y ss.; también puede verse
Petersmann, E. – Tersmannon “The Dispute Settlement System of the World Trade Or-
ganization and the Evolution of the GATT Dispute Settlement System Since 1948”, Com-
mon Market Law Review, vol. 31, N° 6, pp. 1157 y ss.

218 Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011)


El mecanismo de solución de diferencias de la OMC. Un elemento de seguridad y previsibilidad...

aprobadas por consenso positivo de las Partes Contratantes, incluida la


perdedora en el caso de los informes de los panels. De esta manera, las
Partes Contratantes gozaban de un derecho individual de veto sobre las
resoluciones del Consejo del GATT, que caracteriza al sistema como polí-
ticamente orientado.

(1.2.) LOS CAMBIOS FUNDAMENTALES PRODUCIDOS EN LA RONDA


URUGUAY

Como parte de los resultados de la Ronda Uruguay de Negociaciones


Comerciales, el ESD introdujo un reforzamiento significativo al SSD.
Entre otros factores, estableció procedimientos más detallados para todas
las instancias de la diferencia, incluidos plazos específicos. Por otra parte,
estableció el Órgano de Apelación, que tiene la facultad de revisar la in-
terpretación jurídica de los informes de los Grupos Especiales (Art. 17.6
del ESD), otorgándole una cierta continuidad y uniformidad a los crite-
rios que adopte el OSD. De esta manera, tanto Grupos Especiales como
el Órgano de Apelación han construido una jurisprudencia que permite
clarificar las reglas del juego, incrementando de esta forma la seguridad
jurídica, y la calidad del precedente GATT/OMC13.
Entre otras modificaciones, dispuso plazos estrictos para las actua-
ciones de los Grupos Especiales, el Órgano de Apelación, e incluso para
el propio OSD, consagró un tratamiento especial y diferenciado para los
países en desarrollo que participen del SSD14, y estableció un marco inte-
grado aplicable a todos los acuerdos abarcados.
Sin duda, la innovación más importante del ESD consistió en la
eliminación del derecho de las partes de bloquear la constitución de los
Grupos Especiales, así como la adopción de los informes de estos y del
Órgano de Apelación, salvo que exista consenso para no establecer el
Grupo Especial (Art. 6.1 del ESD), o para no adoptar el informe (Arts.
16.4 y 17.14 del ESD), cuestión que se suele denominar la regla del “con-
senso negativo” o derecho colectivo de veto15. Esta innovación ha hecho
que la adopción de los informes por parte del OSD se constituya como
un mero ritual de formalidad en la OMC16, caracterizándolo como un
sistema orientado hacia las normas.

13 Petersmann (1997) 66.


14 En este sentido véase Footer, M. (2001). “Developing Country Practice in the Matter of
WTO Dispute Settlement”, Journal of World Trade, vol. 35, Nº 1, p. 55.
15 Qureshi, A. (1999). International Economic Law, London: Sweet & Maxwell, p. 295.
16 Abi – Saab, G. (2006). “The Appellate Body and Treaty Interpretation”, en Sacerdoti,
G. – Canovich, A. – Bohanes, J. (eds.): The WTO at Ten. The Contribution of the Dispute
Settlement System, Cambridge University Press, p. 455.

Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011) 219


Cristián Delpiano Lira

En todo caso, este esquema de toma de decisiones es excepcional y


solamente aplicable a la adopción de los informes al interior del MSD y
otras cuestiones expresamente señaladas en el ESD, dado que la regla ge-
neral sigue siendo el consenso positivo17. Con este nuevo sistema se resta
todo valor por sí mismo al rechazo de los informes por la parte perdedora.
Junto con ello, también se elimina el incentivo de los países más podero-
sos de recurrir a medidas unilaterales para promover sus intereses comer-
ciales18, configurando un mecanismo que, asumiendo los principios bási-
cos y el acervo generado por varias décadas de aplicación de los artículos
XXII y XXIII del GATT, incorpora diversos elementos tendientes a refor-
zar su carácter jurisdiccional19.
Por último, cabe mencionar que el artículo 23 del ESD obliga a los
Estados miembros a recurrir al MSD cuando se trate de “reparar el in-
cumplimiento de obligaciones u otro tipo de anulación o menoscabo de
las ventajas resultantes de los acuerdos abarcados, o de un impedimento
al logro de cualquiera de los objetivos de los acuerdos abarcados, (…)”,
obligándolos, a su vez, a seguir las normas establecidas en dicha norma
para las reclamaciones y las medidas de retorsión20.
De esta manera, se “explicita la voluntad de los miembros de no
adoptar medidas unilaterales en defensa de sus políticas comerciales y, en
consecuencia, de seguir una aproximación institucionalizada en la resolu-
ción de los conflictos comerciales”21.

2) ÓRGANOS INVOLUCRADOS EN LA SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS

Desde el punto de vista operativo, el proceso completo de solución


de diferencias involucra en primer término a las partes y terceros en la

17 Así se desprende del artículo 2.4 del Entendimiento de 1994, que establece que “En los
casos que las normas y procedimientos del presente Entendimiento establezcan que el OSD
debe adoptar una decisión, se procederá por consenso”, entendiéndose por tal que ningún
miembro presente en la reunión del OSD en que se adopte la decisión se oponga formal-
mente a ella.
18 Rodríguez, M. (2005). “La Solución de Controversias en la OMC. Evolución y Reforma
(1995-2004)”, en De Faramiñan, J. M. (coord.): Globalización y Comercio Internacional: Ac-
tas de la XX Jornadas de la Asociación Española de Profesores de Derecho Internacional y Rela-
ciones Internacionales, Madrid, Asociación Española de Profesores de Derecho internacional
y Relaciones Internacionales – BOE, p. 46.
19 González, L. N. (1998). Política Comercial y Relaciones Exteriores de la Unión Europea,
Madrid, Tecnos, p. 163.
20 Un interesante análisis del artículo 23 en relación con los mecanismos de solución de di-
ferencias existentes en los acuerdos comerciales regionales puede verse en el asunto Méjico
– Medidas Fiscales sobre los Refrescos y otras Bebidas (Méjico – Refrescos), WT/DS308/
AB/R, Informe del Órgano de Apelación de 6 de marzo de 2006.
21 Diez-Eochleitner (2005) 65.

220 Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011)


El mecanismo de solución de diferencias de la OMC. Un elemento de seguridad y previsibilidad...

controversia22. Además, se puede identificar la actuación de otras insti-


tuciones como el OSD, los Grupos Especiales, el Órgano de Apelación,
la Secretaría de la OMC, árbitros, y expertos independientes. Entre estas
instituciones, se pueden identificar algunas independientes y cuasijudicia-
les, como los Grupos Especiales, el Órgano de Apelación y los árbitros,
así como otras de índole política, como es el caso del OSD. En el presen-
te artículo solo abordaremos los tres primeros.

(2.1) EL OSD

El artículo IV.3 del Acuerdo por el que se Establece la OMC dispone


que “El Consejo General se reunirá según proceda para desempeñar las
funciones del Órgano de Solución de Diferencias establecido en el En-
tendimiento sobre Solución de Diferencias”. De esta manera el Consejo
General adopta la calidad de OSD, compuesto en consecuencia por todos
los Estados miembros de la OMC, a través de delegaciones gubernamen-
tales (normalmente delegaciones diplomáticas), que a la vez representan
las posiciones de sus propios Estados dentro del Consejo y del OSD.
Esencialmente, tanto el Consejo como el OSD tienen el mismo ámbito
de actuación, pero operando en diferentes capacidades23.
Como funciones fundamentales se cuenta la designación de los Gru-
pos Especiales, adopción de los informes, tanto de los panels como del
Órgano de Apelación, la vigilancia en la aplicación de las resoluciones
y recomendaciones y la autorización para suspender concesiones y otras
obligaciones en el marco de los acuerdos abarcados24.
De conformidad con el artículo 2.4 del ESD, el OSD adopta sus de-
cisiones por “consenso positivo”, entendiéndose por tal el hecho que nin-
guno de los miembros presentes en la reunión se oponga formalmente a
ella25, de manera que la delegación que pretenda oponerse a una decisión
del OSD, deberá estar presente en la reunión en que dicha decisión se
adopte, y manifestar en términos formales y explícitos su oposición. Sin
embargo, el ESD contempla cuatro casos en que la regla del consenso po-
sitivo (o derecho individual de veto) se invierte, adoptando sus decisiones
según el denominado “consenso negativo”. Estos casos son respecto de la
decisión de establecimiento de un Grupo Especial26 y la adopción de sus
informes27, la adopción de los informes del Órgano de Apelación28, y la

22 Por tercero se entiende todo miembro que tenga un interés sustancial en un asunto someti-
do a un Grupo Especial y así lo haya notificado al OSD (Art. 10.2 del ESD).
23 Qureshi (1999) 290.
24 Artículo 2.1 del ESD.
25 Nota 1 al artículo 2.4.
26 Artículo 6.1 del ESD.
27 Artículo 16.4 del ESD.
28 Artículo 17.14 del ESD.

Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011) 221


Cristián Delpiano Lira

autorización para la suspensión de concesiones u otras obligaciones, den-


tro del marco de la vigilancia en la implementación de las resoluciones y
recomendaciones29.
De esta manera, las decisiones que debe adoptar por consenso posi-
tivo son la aprobación de las personas que integrarán la lista indicativa de
la cual puedan elegirse los integrantes de los Grupos Especiales30, el nom-
bramiento de los miembros del Órgano de Apelación31, y la aceptación
del plazo propuesto por la parte afectada para aplicar las resoluciones y
recomendaciones del OSD32.

(2.2.) LOS GRUPOS ESPECIALES Y EL ÓRGANO DE APELACIÓN

Los Grupos Especiales tienen como función principal asistir al OSD


a cumplir las funciones que le incumben en virtud del ESD y de los
acuerdos abarcados. Para satisfacer este cometido, debe hacer una evalua-
ción objetiva del asunto sometido a su consideración. Ello incluye una
apreciación de los hechos, de la aplicabilidad de los acuerdos involucrados
y su conformidad con estos, así como la formulación de otras conclusio-
nes que ayuden al OSD a hacer las recomendaciones o dictar las resolu-
ciones previstas en los acuerdos respectivos33.
Su composición proviene de una lista indicativa que debe mantener
la Secretaría de personas que hayan sido propuestas por cualesquiera de
los Estados miembros y aprobada por el OSD34.
Los Grupos Especiales son formados por tres personas, salvo acuer-
do de las partes, quienes pueden convenir que el Grupo Especial lo
formen cinco. Son nombrados a propuesta de la Secretaría de la OMC,
con acuerdo de las partes, quienes no podrán oponerse, salvo “razones
imperiosas”35. En caso de desacuerdo, su composición será establecida por
el Director General, en consulta con el Presidente del OSD y con el Presi-
dente del Consejo o Comité correspondiente.

29 Artículo 22.6 y 22.7 del ESD.


30 Artículo 8.4 del ESD.
31 Artículo 17.2 del ESD.
32 Artículo 21.3 a) del ESD.
33 Artículo 11 del ESD.
34 Artículo 8.4 del ESD. Por su parte, el artículo 8.1 establece que “estarán formados por per-
sonas muy competentes, funcionarios gubernamentales o no, a saber, personas que anterior-
mente hayan integrado un grupo especial o hayan presentado un alegato en él, hayan actua-
do como representantes de un Miembro o de una parte contratante del GATT de 1947 o
como representantes en el Consejo o Comité de cualquier acuerdo abarcado o del respectivo
acuerdo precedente o hayan formado parte de la Secretaría del GATT, hayan realizado una
actividad docente o publicado trabajos sobre derecho mercantil internacional o política co-
mercial internacional, o hayan ocupado un alto cargo en la esfera de la política comercial en
un Miembro”.
35 Artículo 8.6 del ESD.

222 Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011)


El mecanismo de solución de diferencias de la OMC. Un elemento de seguridad y previsibilidad...

Los miembros de los Grupos Especiales deben actuar siempre a título


personal, garantizando de esta manera su independencia e imparcialidad.
En consecuencia, se les prohíbe a los Estados miembros darles instruccio-
nes y ejercer sobre ellos cualquier clase de influencia con respecto a los
asuntos sometidos al Grupo Especial36.
A diferencia de los Grupos Especiales, el Órgano de Apelación es
permanente, siendo integrado por siete personas, quienes actúan por
turno de tres en cada caso. Sus miembros son nombrados por un perío-
do de cuatro años cada uno, y renovable por una sola vez37. Tiene como
función revisar las cuestiones de derecho tratadas en el informe del Grupo
Especial y las interpretaciones jurídicas formuladas por este, en el caso
que alguno de los Estados parte de la diferencia haya apelado de la deci-
sión del Grupo Especial38.

(2.3.) JURISDICCIÓN DE LOS PANELS Y DEL ÓRGANO DE APELACIÓN

De conformidad con el artículo 1.1 del ESD, la jurisdicción del


OSD se extiende a todas las disposiciones de consultas y solución de di-
ferencias de los acuerdos abarcados. De esta manera, todas las diferencias
que puedan producirse en el marco de los acuerdos OMC se encuentran
sujetas a las normas del ESD.
Sin embargo, esta jurisdicción no es absoluta. En efecto, una primera
limitación se encuentra en el artículo 1.2, que dispone que estas normas
se aplican “sin perjuicio de las normas y procedimientos especiales o adi-
cionales que en materia de solución de diferencias contienen los acuerdos
abarcados”, de manera que frente a un conflicto entre las normas del ESD
y las normas y procedimientos especiales del apéndice 2 al ESD, prevale-
cerán estas últimas39.

36 Artículo 8.7 del ESD.


37 Está integrado por personas de reconocido prestigio, con competencia técnica acreditada en
derecho, en comercio internacional y en la temática de los acuerdos abarcados en general.
No están vinculados a ningún gobierno, y serán representativos en términos generales de la
composición de la OMC (Artículo 17.3 del ESD).
38 Se excluye de la apelación a los terceros Estados (Artículo 17.4 del ESD).
39 Así lo ha reafirmado a partir de las normas y procedimientos del Acuerdo de Subvenciones y
Medidas Compensatorias y el Acuerdo Antidumping (véase los asuntos Comunidades Euro-
peas – Subvenciones a la Exportación de Azúcar, WT/DS265/AB/R, WT/DS266/AB/R y WT/
DS283/AB/R, Informe del Órgano de Apelación de 28 de abril de 2005, párrafo 333, así como
también el asunto Estados Unidos – Examen por Extinción de los Derechos Antidumping so-
bre los Productos Planos de Acero al Carbono Resistentes a la Corrosión procedentes del Japón
(Estados Unidos: Examen por Extinción: Acero resistente a la Corrosión), WT/DS244/AB/R,
Informe del Órgano de Apelación de 15 de diciembre de 2003, nota 82 al párrafo 83).

Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011) 223


Cristián Delpiano Lira

En segundo lugar, el OSD no tiene facultades para interpretar con


carácter general y abstracto las normas de los acuerdos OMC, debido
a que el propio acuerdo por el que es establece la OMC reserva esta
facultad al Consejo General. El Órgano de Apelación ha sostenido que
el proceso no se concibe para “alentar a los Grupos Especiales o al Ór-
gano de Apelación a ‘legislar’ mediante la aclaración de disposiciones
vigentes del Acuerdo sobre la OMC, fuera del contexto de la solución de
una determinada diferencia. Un grupo especial solo necesita tratar las
alegaciones que se deben abordar para resolver el asunto debatido en
la diferencia”40. Sin embargo, el Grupo Especial podría examinar una
cuestión a pesar que ello no se traduzca en resoluciones y recomenda-
ciones41.

3) FUNCIONES Y OBJETIVOS DEL MSD

Los propósitos fundamentales del SSD se encuentran expresados en


el artículo 3.2 del ESD, que señala que:

“El sistema de solución de diferencias de la OMC es un elemento


esencial para aportar seguridad y previsibilidad al sistema multilateral
de comercio. Los Miembros reconocen que este sistema sirve para
preservar los derechos y obligaciones de los Miembros en el marco de
los acuerdos abarcados y para aclarar las disposiciones vigentes de di-
chos acuerdos de conformidad con las normas usuales de interpreta-
ción de derecho internacional público”42.

De una manera funcional a estos propósitos, el artículo 3.7 dispone


que:

“El objetivo del mecanismo de solución de diferencias es hallar una


solución positiva a las diferencias. Se debe dar siempre preferencia a
una solución mutuamente aceptable para las partes en la diferencia y
que esté en conformidad con los acuerdos abarcados. De no llegarse
a una solución de mutuo acuerdo, el primer objetivo del mecanismo

40 Estados Unidos – Medida que Afecta a las Importaciones de Camisas y Blusas de Tejidos
de Lana Procedentes de la India (Estados Unidos – Camisas y Blusas), WT/DS33/AB/R,
Informe del Órgano de Apelación de 25 de abril de 1997 (cursiva en el original). De esta
manera, un Grupo Especial puede no considerar la compatibilidad de una medida con los
acuerdos OMC (Argentina – Calzados, párrafo 6.15).
41 Estados Unidos – Subvenciones al Algodón Americano (Upland) (Estados Unidos – Algo-
dón Americano (Upland)), WT/DS267/AB/R, Informe del Órgano de Apelación de 3 de
marzo de 2005, párrafo 510.
42 Cursivas añadidas.

224 Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011)


El mecanismo de solución de diferencias de la OMC. Un elemento de seguridad y previsibilidad...

de solución de diferencias será en general conseguir la supresión de las


medidas de que se trate si se constata que éstas son incompatibles con
las disposiciones de cualquiera de los acuerdos abarcados”43.

De esta manera, se pueden identificar tres grandes propósitos del


sistema. Por una parte, la aportación de seguridad y previsibilidad, en el
entendido que el comercio de bienes y servicios no es conducido general-
mente por los Estados, sino más bien por privados, lo que justifica que
estos deban saber adecuadamente las normas y las conductas que deben
seguir en su inserción en el comercio internacional, tanto en relación con
la regulación en general, así como también la regulación específica que se
aplica en su sector de actividad, especialmente cuando se trata de transac-
ciones de largo plazo.
Teniendo esto presente, el ESD se propone proveer de un mecanismo
rápido, eficiente, confiable y orientado hacia las normas, que permita re-
solver las disputas en torno a la interpretación y aplicación de las disposi-
ciones de los acuerdos abarcados.
Además, se propone establecer un procedimiento que funcione ade-
cuadamente ante el incumplimiento en la implementación de las medidas
exigidas para adecuar la política comercial interna al sistema multilateral
de comercio, de forma que en esta hipótesis el sistema permita establecer
sanciones comerciales.
El segundo propósito del SSD consiste en preservar los derechos y
obligaciones de los Estados miembros, de manera que ante una medida
de política comercial que se estime inconsistente con las obligaciones
provenientes de los Acuerdos OMC, el Estado que se sienta agraviado se
encuentra facultado para invocar las normas y procedimientos del SSD,
de manera de impugnar dicha medida.
Si las partes no logran una solución mutuamente convenida, a los
Estados miembros envueltos en la controversia se les garantiza un pro-
cedimiento basado en normas y bajo los parámetros del debido proceso,
en el que un órgano independiente e imparcial revisará los méritos de
la reclamación y de la defensa. En consecuencia, el objetivo primordial
del sistema no consiste en dictar sentencias ni tampoco desarrollar juris-
prudencia, sino que solo proveer una solución a la diferencia presentada,
preferiblemente a través de una solución mutuamente aceptable, cuestión
que puede conseguirse en cualquier etapa de todo el procedimiento44.
De conformidad con el artículo 3.7 del ESD, si los Grupos Especia-
les o el Órgano de Apelación aceptan la pretensión de la parte reclamante,
el objetivo será conseguir la supresión de la medida considerada inconsis-

43 Cursivas añadidas.
44 World Trade Organization (2004) 6.

Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011) 225


Cristián Delpiano Lira

tente. De esta manera, el mismo artículo 3.7 dispone que la posibilidad


de suspender en forma discriminatoria la aplicación de concesiones o el
cumplimiento de otras obligaciones en el marco de los acuerdos abarca-
dos será utilizado como último recurso, y siempre que el OSD autorice la
adopción de estas medidas45.
Como tercer propósito, el sistema pretende aclarar las disposiciones
vigentes de los acuerdos abarcados de conformidad con las normas usua-
les de interpretación del derecho internacional público46. Las normas de
la OMC, como cualquier precepto jurídico, requieren de la interpretación
de un criterio general para un caso en particular. Este ejercicio a ratos re-
sulta extremadamente difícil, especialmente teniendo en cuenta que mu-
chas veces las normas adolecen de falta de claridad como resultado de ser
la expresión de compromisos adquiridos en diversas rondas de negociacio-
nes comerciales. De esta manera, los participantes de dichos procesos de
negociación acuerdan un texto conciliatorio de diversas posiciones, que
puede ser interpretado de más de una forma, de manera de satisfacer a las

45 De esta manera, el Derecho de la OMC contiene diversas particularidades en relación con


el sistema general de responsabilidad internacional del Estado, cuestión que excede amplia-
mente el objeto de este trabajo. Sobre el particular véase Fernández, X. (2006). La OMC
y el Derecho Internacional, Madrid: Marcial Pons, especialmente pp. 259 y ss. A mayor
abundamiento, el SSD no define las responsabilidades legales de una parte contratante que
haya violado sus obligaciones. Sin embargo, desde la práctica en materia de solución de
diferencias del GATT se ha reconocido que “el objetivo de las Partes Contratantes ha
sido siempre encontrar una solución positiva a las diferencias. Evidentemente, es preferible
hallar una solución mutuamente aceptable para las partes en la diferencia. Si no se llega a
una solución mutuamente aceptada, el objetivo primordial que suelen perseguir las Partes
Contratantes es conseguir la supresión de las medidas de que se trate si se constata que
éstas son incompatibles con el Acuerdo General. No se debe conceder una compensación
sino en el caso de que no sea factible suprimir inmediatamente las medidas incompatibles
con el Acuerdo General y como solución provisional hasta su supresión. El último recurso
previsto en el artículo XXIII para el país que se acoja a este procedimiento es la posibilidad
de suspender la aplicación de concesiones o el cumplimiento de otras obligaciones de ma-
nera discriminatoria respecto de la otra parte contratante, siempre que las Partes Contra-
tantes autoricen la adopción de estas medidas” (párrafo 4 del anexo “Exposición Acordada
de la Práctica Consuetudinaria del GATT en Materia de Solución de Diferencias”, en el
Entendimiento Relativo a las Notificaciones, las Consultas, la Solución de Diferencias y la
Vigilancia, adoptado el 28 de noviembre de 1979 (Documento L/4907), como resultado de
la Ronda de Tokio de Negociaciones Comerciales).
46 Esta interpretación se entiende sin perjuicio de la disposición del artículo IX.2 del Acuerdo
por el que se Establece la OMC, que dispone que “La Conferencia Ministerial y el Consejo
General tendrán la facultad exclusiva de adoptar interpretaciones del presente Acuerdo y de
los Acuerdos Comerciales Multilaterales”. Esta facultad exclusiva de la Conferencia Ministe-
rial y del Consejo General debe entenderse como la posibilidad de adoptar interpretaciones
imperativas de validez general para todos los miembros de la OMC, a diferencia de la in-
terpretación que realizan los Grupos Especiales y el Órgano de Apelación, que solo obligan
a las partes en la diferencia y circunscrito al tema específico sobre el que verse la disputa
(World Trade Organization (2004) 4). Esta interpretación, en todo caso es aceptable
sin perjuicio de la imposibilidad de negar la influencia que ejercen los informes sobre las
conductas futuras de los Estados miembros de la OMC.

226 Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011)


El mecanismo de solución de diferencias de la OMC. Un elemento de seguridad y previsibilidad...

diversas posturas47. En este sentido, se puede sostener incluso que el pro-


pio ejercicio de interpretación de los acuerdos OMC se configura como
una extensión de la negociación original48.
De esta manera, el ESD reconoce la necesidad de aclarar los precep-
tos de la OMC a través de las normas consuetudinarias de interpretación,
contenidas fundamentalmente en los artículos 31, 32 y 33 de la Con-
vención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969 (en adelante
“CVDT”), disposiciones de amplia aplicación en los informes de los Gru-
pos Especiales y del Órgano de Apelación49.
En este sentido, el Órgano de Apelación ha agregado como corolario
de las normas de la CVDT el principio del efecto útil de la interpreta-
ción, de manera que debe dar sentido y ha de afectar a todos los términos
del tratado50. Cabe consignar que este principio fue excluido de la codi-
ficación por la Comisión de Derecho Internacional, de manera que no
aparece dentro de aquellos establecidos en los artículos 31, 32 y 33 de la
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, sin perjuicio de lo
cual ha sido también ampliamente aplicado por los Grupos Especiales y el
Órgano de Apelación51.

47 World Trade Organization (2004) 3.


48 El análisis de esta cuestión supera ampliamente los objetivos de este trabajo. Sin embargo,
sobre el particular puede verse Qureshi (1999) 293 y ss.; Pauwelyn, J. (2001). “The Role
of Public International Law in the WTO: How far can we go?”, American Journal of Inter-
national Law, vol. 95, pp. 535 y ss.
49 Los Grupos Especiales y el Órgano de Apelación han reiterado y seguido religiosamente
estos criterios, dejándose guiar en sus razonamientos por sentencias e informes de otros
tribunales internacionales, particularmente por la Corte Internacional de Justicia. Oesch,
M. (2005). Standards of Review in WTO Dispute Resolution, Oxford University Press, p. 43.
Algunos autores han sostenido, sin embargo, que en la interpretación y aplicación de estas
normas se ha otorgado un estrecho margen de deferencia a las autoridades nacionales en la
interpretación y aplicación de las normas OMC, lo que puede explicarse por una autoridad
y legitimidad del MSD que todavía es relativamente débil. Oesch (2005) 44. También
puede verse Jackson, J. H. (2000). The Jurisprudence of GATT & the WTO, Cambridge
University Press, 2000, pp. 133 y ss.
50 Estados Unidos – Pautas para la Gasolina Reformulada y Convencional (Estados Unidos
– Gasolina), WT/DS2/AB/R, Informe del Órgano de Apelación de 29 de abril de 1996;
Japón – Bebidas Alcohólicas. El artículo 31.1 de la CVDT dispone que “Un tratado deberá
interpretarse de buena fe conforme al sentido corriente que haya de atribuirse a los términos
del tratado en el contexto de éstos teniendo en cuenta su objeto y fin”. En general, los Gru-
pos Especiales suelen interpretar los acuerdos de la OMC enfocado más en el sentido gra-
matical y en el contexto, más que en el objeto y fin de estos (World Trade Organization
(2004) 5). Por su parte, el artículo 32 dispone que los trabajos preparatorios tienen solo un
rol subsidiario en materia de interpretación, pudiendo aplicarse exclusivamente cuando se
vaya a confirmar la interpretación lograda bajo los métodos del artículo 31, o cuando la in-
terpretación conforme a estos métodos deje ambiguo u obscuro el sentido o que conduzca a
un resultado manifiestamente absurdo o irrazonable.
51 Véase en este sentido Van Damme, I. (2009). Treaty Interpretation by the WTO Appellate
Body, Oxford University Press, pp. 275 y ss.; Abi – Iaab (2006) 462.

Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011) 227


Cristián Delpiano Lira

Por último, el sistema impide la adopción de medidas unilatera-


les frente al incumplimiento de obligaciones u otro tipo de anulación
o menoscabo de las ventajas resultantes de los acuerdos abarcados. En
efecto, el artículo 23 del ESD dispone que, en ese caso, los miembros se
encuentran obligados a recurrir a las normas y procedimientos del propio
ESD. Como efecto de lo anterior, el artículo 23 tiene como efecto excluir
otros foros para la solución de controversias relativas a las normas de la
OMC52, así como impedir que los miembros determinen “que se ha pro-
ducido una infracción, se han anulado o menoscabado ventajas o se ha
comprometido el cumplimiento de uno de los objetivos de los acuerdos
abarcados”53.

4) BASE JURÍDICA DE LA RECLAMACIÓN

El ESD conserva la base proveniente del GATT de 1947 en la ma-


teria, en la cual se contenían las normas originales sobre consultas y so-
lución de diferencias. Estas normas se encuentran en los artículos XXII
y XXIII que contienen un margen de actuación de los Grupos Especiales
inédito en el Derecho internacional.
En efecto, el artículo XXIII establece que:

“1. En caso de que una parte contratante considere que una ventaja
resultante para ella directa o indirectamente del presente Acuerdo se
halle anulada o menoscabada o que el cumplimiento de uno de los
objetivos del Acuerdo se halle comprometido a consecuencia de:
a) que otra parte contratante no cumpla con las obligaciones con-
traídas en virtud del presente Acuerdo; o
b) que otra parte contratante aplique una medida, contraria o no a
las disposiciones del presente Acuerdo; o
c) que exista otra situación,…”

De esta manera, el concepto fundamental que subyace a cualquier


controversia es el de anulación o menoscabo, que puede provenir de una
violación de normas del GATT, de la aplicación de una medida que, sin
ser contraria a los acuerdos OMC generen este efecto, que se denomina
reclamación sin infracción, y por último de la existencia de otra situa-
ción54.

52 Méjico – Refrescos, párrafo 58.


53 Artículo 23.2 a) del ESD.
54 La existencia de “otra situación” de conformidad con el artículo XXIII.1 letra c) del GATT
fue entendida originalmente para ser utilizada en situaciones de emergencia económica,
tales como crisis económicas generales, altos niveles de desempleo, colapso de precios de

228 Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011)


El mecanismo de solución de diferencias de la OMC. Un elemento de seguridad y previsibilidad...

(4.1.) LAS RECLAMACIONES POR VIOLACIÓN DE NORMAS

La parte agraviada tendrá acceso al OSD cuando considere que una


ventaja resultante de los acuerdos abarcados por el ESD ha sido anulada
o menoscabada o que el cumplimiento de uno de los objetivos de estos
acuerdos se halle comprometido como consecuencia de la violación de
alguna de las disposiciones de los acuerdos de la OMC. Desde luego, esta
hipótesis cubre la mayor parte de las reclamaciones que se han sucedido
en el GATT, y actualmente en la OMC.
En este caso, el artículo 3.8 del ESD señala que la anulación o me-
noscabo se presume. La norma proviene de la práctica anterior al ESD,
que ya había hecho de esta una presunción irrefutable55.

(4.2.) LA RECLAMACIONES SIN INFRACCIÓN

La segunda hipótesis permite al Estado miembro a recurrir al OSD


cuando un Estado miembro considere que una medida, sin ser contraria
a las normas de la OMC, anule o menoscabe una ventaja resultante de los
acuerdos abarcados, o que el cumplimiento de uno de los objetivos de los
acuerdos se halle comprometido.

commodities, etc. Cabe mencionar que en los más de sesenta años de existencia del MSD,
nunca un Grupo Especial ha conocido una diferencia relativa al artículo XXIII.1 letra c).
Sin embargo, esta posibilidad se consagró en el artículo 26.2 del ESD, en el cual hace apli-
cable la regla del consenso negativo hasta el momento de las actuaciones en que el informe
del Grupo Especial se distribuya entre los miembros, siendo aplicable a las actuaciones
posteriores las normas y procedimientos de solución de diferencias contenidos en la decisión
de 12 de abril de 1989 a la consideración de las recomendaciones y para su adopción y a la
vigilancia y aplicación de dichas resoluciones y recomendaciones. De esta manera, se esta-
blece la característica adicional que los informes deben ser adoptados por consenso positivo,
presentándose como una reminiscencia del procedimiento del GATT (véase entre otros
World Trade Organization (2004) 34; Matsushita, M. – Tchoenbaum, T. – Havroi-
dis, P. (2006): The World Trade Organization. Law, Practice and Policy, Oxford Univer-
sity Press, p. 122; Palmeter, D. – Lavroidis, P. (2004): Dispute Settlement in the World
Trade Organization. Practice and Procedure, Cambridge University Press, p. 164).
55 Esta disposición ya constaba en el párrafo 5 del anexo sobre la Exposición acordada de la
práctica consuetudinaria del GATT en materia de solución de diferencias, resultante del En-
tendimiento Relativo a las Notificaciones, las Consultas, la Solución de Diferencias y la Vi-
gilancia, del 28 de noviembre de 1979, que señalaba, en lo pertinente, que “En los casos de
contravención de las obligaciones contraídas en virtud del Acuerdo General, se presume que
la medida constituye un caso de anulación o menoscabo. La presunción de anulación o me-
noscabo de un beneficio entrañará ipso facto la necesidad de dilucidar si las circunstancias
son suficientemente graves para que esté justificada la autorización de suspender concesiones
u obligaciones, si así lo solicita la parte contratante que presente la reclamación. Esto signi-
fica que normalmente se presume que la infracción de las reglas tiene efectos perjudiciales
para otras partes contratantes, y en estos casos la impugnación del cargo corresponde a la
parte contratante contra la que se ha presentado la reclamación” (cursiva en el original).
Véase también GATT Analytical Index, pp. 659 y ss.

Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011) 229


Cristián Delpiano Lira

De esta manera, frente a una reclamación sin infracción el Estado re-


clamante no tiene la necesidad de acreditar la violación de alguna norma
de la OMC, aunque sí deberá acreditar la anulación o menoscabo de las
ventajas resultantes de los acuerdos.
En efecto, el artículo 26.1 a) del ESD establece que “la parte recla-
mante apoyará con una justificación detallada cualquier reclamación rela-
tiva a una medida que no esté en contradicción con el acuerdo abarcado
pertinente”.
Otra característica que presenta este tipo de litigios es que en el caso
que un Grupo Especial o el Órgano de Apelación considere que la medi-
da que no sea contraria a los acuerdos abarcados anula o menoscaba una
ventaja resultante del acuerdo, o compromete el logro de alguno de sus
objetivos, no podrá obligar a revocar la medida, sino que recomendarán
que el miembro otorgue un ajuste mutuamente satisfactorio56.
En la primera ocasión que un panel se vio enfrentado a esta cuestión,
observó que la norma del artículo XXIII tiene por objetivo fundamental
proteger el equilibrio de las concesiones arancelarias. De esta manera,
la idea que subyace a las reclamaciones sin infracción es que una conce-
sión arancelaria puede verse frustrada no solo por medidas contrarias al
Acuerdo General, sino que también por medidas compatibles con este.
“Para animar a las partes contratantes a otorgar concesiones arancelarias
debe por tanto concedérseles el derecho a buscar resarcimiento cuando
otra parte contratante menoscabe una concesión recíproca a consecuen-
cia de la aplicación de cualquier medida compatible o no con el Acuerdo
General”57. A mayor abundamiento, agregó que en caso contrario “no
tendrían interés en otorgar concesiones arancelarias y el Acuerdo General
dejaría de tener utilidad en tanto que marco jurídico para la incorpora-
ción de los resultados de las negociaciones comerciales”58.
Luego en el asunto Japón – Películas59, un Grupo Especial consideró
que la acción es un instrumento excepcional de la solución de diferencias,
debido a que “los miembros negocian las normas que convienen en seguir
y solo excepcionalmente prevén la posibilidad de que se dirijan contra
ellas impugnaciones por medidas que no infringen esas normas”60.

56 Artículo 26.1 b) del ESD.


57 Comunidad Económica Europea – Primas y Subvenciones Abonadas a los Elaboradores y a
los Productores de Semillas Oleaginosas y Proteínas Conexas destinadas a la Alimentación
Animal (Comunidad Económica Europea – Semillas Oleaginosas), IBDD 37s/93 – L/6627,
Informe del Grupo Especial adoptado el 25 de enero de 1990, párrafo 144.
58 Comunidad Económica Europea – Semillas Oleaginosas, párrafo 148.
59 Japón – Medidas que Afectan a las Películas y el Papel Fotográfico de Consumo (Japón –
Películas), WT/DS44/R, Informe del Grupo Especial de 31 de marzo de 1998, párrafos
10.33 y ss.
60 Japón – Películas, párrafo 10.36. Los comentarios a esta sentencia, así como el tratamiento
de las reclamaciones sin infracción pueden verse en Cho, S – Oroidismon (1998) “GATT

230 Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011)


El mecanismo de solución de diferencias de la OMC. Un elemento de seguridad y previsibilidad...

De acuerdo al Grupo Especial, el artículo XXIII.1 b) del GATT con-


tiene tres elementos que la parte reclamante debe acreditar para formular
su demanda, a) la aplicación de una medida por un miembro de la OMC,
b) una ventaja resultante del acuerdo pertinente, y c) anulación o menos-
cabo de la ventaja resultante por aplicación de dicha medida61.
En cuanto a la aplicación de una medida, el Grupo Especial conside-
ró que la expresión “medidas” a los efectos del artículo XXIII.1 b) tiene
un alcance amplio, pudiendo abarcar tanto las leyes o reglamentos publi-
cados por un gobierno, así como actos de gobierno que, no siendo vincu-
lantes, tenga efectos similares a los de una medida vinculante62. Tampoco
descartó que una acción realizada por particulares pueda considerarse una
medida gubernamental “si hay una intervención del gobierno suficiente
en ella”63.
En relación con las ventajas resultantes del acuerdo pertinente, se
suele entender como la expectativa legítima de mejores oportunidades
de acceso a los mercados derivada de las concesiones arancelarias corres-
pondientes. A su vez, para que las expectativas sean legítimas se deben
tener en cuenta todas las medidas de la parte que haga la concesión que
podrían haberse previsto razonablemente en el momento de la conce-
sión64. A su vez, las ventajas resultantes de concesiones otorgadas en
rondas sucesivas de negociaciones arancelarias pueden generar de forma
autónoma expectativas razonables de mejoramiento de acceso a los mer-
cados65.
Por último, para acreditar la relación causal, el Grupo Especial señaló
que se debe “demostrar que la competitividad de los productos importa-
dos objeto de una concesión (arancelaria) pertinente en materia de acceso
a los mercados se halla trastornada por (“anulada o menoscabada […] a
consecuencia de”) la aplicación de una medida que no ha sido prevista
razonablemente”66.

Non – Violation Issues in the WTO Framework: Are They Achilles’ Heel of the Dispute
Settlement Process?”, Harvard International Law Journal, vol. 39, N° 2, pp. 311 y ss.
61 Japón – Películas, párrafo 10.41.
62 Japón – Películas, párrafo 10.49.
63 Japón – Películas, párrafo 10.56.
64 Japón – Películas, párrafo 10.61.
65 Ello en contra de la tesis del Japón, que argumentaba que las expectativas razonables debían
limitarse a los resultados de la Ronda Uruguay (Japón – Películas, párrafo 10.66).
66 Este hecho debe ser acreditado por la parte reclamante, a diferencia del hecho que la medida
haya sido prevista razonablemente, cuestión que se presume a favor de esta (Japón – Pelícu-
las, párrafos 10.79 y 10.82).

Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011) 231


Cristián Delpiano Lira

5) PARTES Y TERCEROS EN EL PROCESO

Solo los Estados miembros de la OMC pueden actuar en el SSD, ya


sea como partes, así como también en calidad de terceros en la diferencia.
Ni la Secretaría de la OMC, ni los Estados observadores, ni otras organi-
zaciones internacionales, así como tampoco gobiernos regionales ni locales
de Estados miembros pueden iniciar procedimientos en el MSD de la
OMC. Tampoco tienen acceso directo los privados, ya sea las ONG, per-
sonas individuales o empresas, ni aun públicas de un Estado miembro, aun
cuando ellos suelen ser los más afectados frente a las posibles violaciones
de las normas de la OMC por parte de otro Estado miembro, o tiene un
mayor interés en que una medida sea retirada por ser contraria al derecho
OMC67. Sin embargo, la práctica de los Grupos Especiales ha permitido la
introducción limitada de observaciones a través de las denominadas comu-
nicaciones Amicus Curiae, que analizaremos a continuación.

(5.1.) LOS TERCEROS EN EL PROCESO

El artículo 10 del ESD consagra el derecho de los Estados miembros


de la OMC de participar como terceros Estados en la controversia ante
los Grupos Especiales y el Órgano de Apelación68.
Para poder ejercer este derecho se requiere primeramente ser Estado
miembro de la OMC. Ningún Estado que no sea miembro tiene derecho
a participar en esta calidad ante el SSD. En segundo lugar, se requiere que
tenga un interés sustancial en la controversia, y que así lo haya notifica-
do al OSD. Con esas constataciones, el Estado tercero en la controversia
puede ser oído ante el Grupo Especial y puede presentar a este comunica-
ciones por escrito, así como también se le dará traslado de las comunica-
ciones que presenten las partes en la controversia al Grupo Especial antes
de su primera reunión. Por su parte, dichas comunicaciones deben verse
reflejadas en el informe ante el Grupo Especial69.

67 En este sentido puede verse KESSIE, E. (2000). “Enhancing Security and Predictability for
Private Business Operators under the Dispute Settlement System of the WTO”, Journal of
World Trade, vol. 34 N° 6, pp. 1 y ss.
68 Sobre la participación de terceros Estados en las controversias en el GATT, así como las
particularidades de esta participación en relación con el derecho internacional público,
puede verse Covelli N. (1999). “Public International Law and Third Party Participation in
WTO Panel Proceedings”, Journal of World Trade, vol. 33 N° 2, pp. 125 y ss.
69 Artículo 10.2 y 10.3 del ESD. El Órgano de Apelación ha entendido que la exigencia de dar
traslado a los terceros en aplicación del artículo 10.3 del ESD es amplio, abarcando todas
las comunicaciones que presentaren las partes antes de la primera reunión, aun cuando fuere
la única reunión del Grupo Especial (Estados Unidos – Trato Fiscal Aplicado a las Empre-
sas de Venta en el Extranjero (WT/DS108/AB/RW), Informe del Órgano de Apelación so-
bre el Recurso de las Comunidades Europeas al párrafo 5 del artículo 21 del ESD, de fecha
14 de enero de 2002, párrafo 251).

232 Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011)


El mecanismo de solución de diferencias de la OMC. Un elemento de seguridad y previsibilidad...

Los Grupos Especiales, sin embargo, pueden conceder “derecho más


amplios” a los terceros participantes en la controversia, aunque ello que-
da a la razonable discreción y autoridad de los mismos. Esta discreción y
autoridad, sin embargo, “no son ilimitadas y, por ejemplo, están circuns-
critas por los requisitos que impone el respeto de las garantías de procedi-
mientos debidas”70, así como también por los derechos garantizados a los
terceros por las disposiciones del ESD71.
Los terceros, por su parte, no pueden formular alegaciones72, así
como tampoco tienen derecho a recurrir al Órgano de Apelación en el
caso que el informe no satisfaga sus intereses. Sin embargo, durante el
procedimiento de apelación pueden presentar comunicaciones, así como
también el Órgano de Apelación puede darles la oportunidad de ser oí-
dos. En todo caso, para poder actuar en apelación deben haber notificado
el interés sustancial ante el OSD durante el transcurso del procedimiento
ante el Grupo Especial, perdiendo la posibilidad de comparecer solo ante
el Órgano de Apelación73.

(5.2.) LAS COMUNICACIONES AMICUS CURIAE

Los Grupos Especiales y el Órgano de Apelación pueden aceptar y


considerar en su argumentación las denominadas comunicaciones amicus
curiae74. Estas comunicaciones suelen provenir de Organizaciones No
Gubernamentales, incluidas en ellas asociaciones de industriales o escritos
provenientes de académicos.
La facultad de recibir este tipo de escritos se infiere de la disposición
del artículo 13 del ESD, que señala que “Cada Grupo Especial tendrá el
derecho de recabar información y asesoramiento técnico de cualquier per-
sona o entidad que estime conveniente”, así como también de los acuer-
dos a que pueda llegar el Grupo Especial de conformidad al artículo 12.1.
En el caso Estados Unidos – Camarones, el Órgano de Apelación seña-
ló que el párrafo 1 del artículo 12 ESD “autoriza a los grupos especiales a
no seguir o a complementar los Procedimientos de Trabajo que se recogen
en el Apéndice 3 del ESD e incluso a elaborar sus propios procedimien-

70 Estados Unidos – Ley Antidumping de 1916, WT/DS136/AB/R y WT/DS162/AB/R, In-


forme del Órgano de Apelación de 28 de agosto de 2000, párrafo 150.
71 Estados Unidos – Trato Fiscal Aplicado a las Empresas de Venta en el Extranjero WT/
DS108/AB/RW, Informe del Órgano de Apelación sobre el Recurso de las Comunidades
Europeas al párrafo 5 del artículo 21 del ESD, de fecha 14 de enero de 2002, párrafo 243.
72 Chile – Sistema de Bandas de Precios y Medidas de Salvaguardia Aplicados a Determinados
Productos Agrícolas, WT/DS207/AB/R, Informe del Órgano de Apelación de 23 de sep-
tiembre de 2002, párrafo 163.
73 Artículo 17.4 del ESD.
74 En inglés también se les conoce como friends of the court.

Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011) 233


Cristián Delpiano Lira

tos de trabajo, tras consultar a las partes en la diferencia”75, de manera


que confiere “facultades amplias y extensas para emprender y controlar
el proceso mediante el cual recaban información”76. De esta manera, los
Grupos Especiales pueden recibir y aceptar comunicaciones amicus curiae
con independencia que la entidad que emite la comunicación haya sido
requerida por el Grupo Especial para tal efecto77.
En el caso de la recepción de comunicaciones amicus curiae en la
etapa de apelación, en el asunto Comunidades Europeas – Amianto, el
Órgano de Apelación dispuso de un procedimiento especial para la auto-
rización y recepción de comunicaciones amicus curiae, por parte de Orga-
nizaciones No Gubernamentales, estableciendo criterios específicos que
debían tener las solicitudes de comunicación, así como los criterios para
tener estos en cuenta o no78.
También se pueden recibir comunicaciones amicus curiae de parte de
Estados miembros de la OMC que no actúen como parte ni como terce-
ros en la controversia. En el asunto Comunidades Europeas – Sardinas, el
Órgano de Apelación señaló que del hecho que tenga la facultad de reci-
bir escritos amicus curiae de privado se sigue, a fortiori, que también tiene
la facultad de recibirlos de Estados miembros de la OMC79.
El problema que se planteaba en este caso, es que la aceptación de
este tipo de comunicaciones de otros Estados miembros que no partici-
pan ni como parte ni como tercero en la controversia implicaría poner
en pie de desigualdad a quienes han reservado efectivamente sus derechos
como terceros en el procedimiento. Sin embargo, el Órgano de Apela-
ción desechó este argumento, constatando que quienes hayan participado
como terceros ante el Grupo Especial tienen el derecho de presentar en
apelación una comunicación escrita. Por contrapartida, el Órgano de
Apelación tiene la obligación de examinarla. En el caso de los Estados
miembros que presenten escritos amicus curiae en la etapa de apelación
no tiene garantizado que el Órgano de Apelación acepte y examine el
escrito, y tampoco tiene derecho a asistir a la audiencia en ninguna cali-
dad80.

75 Estados Unidos – Prohibición de las Importaciones de Determinados Camarones y Produc-


tos del Camarón (Estados Unidos – Camarones), WT/DS58/AB/R, Informe del Órgano de
Apelación de 12 de octubre de 1998, párrafo 105.
76 Estados Unidos – Camarones, párrafo 106.
77 Estados Unidos – Camarones, párrafo 108.
78 Comunidades Europeas – Medidas que Afectan al Amianto y a los Productos que Contie-
nen Amianto (Comunidades Europeas – Amianto), WT/DS135/AB/R, Informe del Órgano
de Apelación de 12 de marzo de 2001, párrafos 50 y ss., especialmente el párrafo 52.
79 Comunidades Europeas – Denominación Comercial de Sardinas (Comunidades Europeas
– Sardinas), WT/DS231/AB/R, Informe del Órgano de Apelación de 26 de septiembre de
2002, párrafo 164.
80 Comunidades Europeas – Sardinas, nota 69.

234 Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011)


El mecanismo de solución de diferencias de la OMC. Un elemento de seguridad y previsibilidad...

Entendemos que esta facultad que asiste a quienes no pueden ser


parte en la controversia ante los Grupos Especiales y el Órgano de Ape-
lación se ha constituido en una poderosa herramienta de legitimidad y
transparencia del propio sistema de solución de diferencias, que ha per-
mitido la participación de la sociedad civil al menos en parte del proceso
de decisiones del OSD, influyendo a la vez un mayor desarrollo de la cali-
dad del precedente del propio sistema, como una forma de asistir en una
mayor adecuación de las conductas del Estado en el sistema multilateral
de comercio. Sin embargo, entendemos que el concepto de legitimidad
y transparencia habrán de ser reforzados en el sistema multilateral de co-
mercio, lo que invita a plantearse un reforzamiento del acceso de comuni-
caciones amicus curiae al sistema.

CONCLUSIONES

El reforzamiento del MSD en la Ronda Uruguay de Negociaciones


Comerciales ha otorgado al sistema multilateral de comercio un elemento
importante de destacar en materia de seguridad jurídica y previsibilidad
en el comportamiento de los Estados dentro de sus normas.
Ello se demuestra en la regla del consenso negativo en la aprobación
de los informes, que ha permitido otorgar una mayor seguridad en las
propias actuaciones del Órgano de Apelación, que le permite interpretar
con un alto grado de libertad las normas de los acuerdos abarcados. Este
grado de libertad, a su vez, ha permitido dar un giro al SSD desde un
sistema con orientaciones políticas hacia un sistema con orientación nor-
mativa, permitiendo unificar criterios futuros de actuación de los Estados
miembros.
No es el objetivo del sistema sancionar a los Estados ni tampoco
resolver la controversia, sino que solo pretende lograr una solución mu-
tuamente satisfactoria para las partes en la diferencia, así como también
la supresión de medidas que puedan considerarse incompatibles con las
normas de la OMC, en el caso que el primer objetivo no sea cumplido.
Desde esta perspectiva, el éxito que ha demostrado el SSD durante
los quince años de existencia ha constituido también un soporte extraor-
dinariamente relevante para el propio sistema multilateral de comercio,
que ha visto en el Órgano de Apelación un verdadero apoyo para la
cooperación en materia comercial. De esta manera, las obligaciones no
solo pueden identificarse en las normas de los acuerdos OMC, sino que
además su desarrollo e interpretación puede apreciarse en la actuación de
los Grupos Especiales y del Órgano de Apelación, los que han definido
con mayor precisión la conducta de los Estados miembros. Si bien los in-
formes adoptados son solo obligatorios para las partes en la diferencia, los
criterios subyacentes son de conocimiento necesario para los miembros

Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011) 235


Cristián Delpiano Lira

no partes en la diferencia, de manera de establecer con mayor claridad el


alcance de sus obligaciones.
Uno de los aspectos procesales relevantes a tener presente de cara
a una eventual reforma o un nuevo reforzamiento del SSD en la actual
Ronda de Doha de Negociaciones Comerciales, dice relación con las co-
municaciones amicus curiae, como un elemento de mayor legitimidad y
transparencia del sistema hacia la opinión pública mundial.

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CASOS

– Argentina – Medidas que afectan a las Importaciones de Calzados,


Textiles, Prendas de Vestir y otros Artículos (Argentina – Calzados),

Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011) 237


Cristián Delpiano Lira

WT/DS56/AB/R, Informe del Órgano de Apelación de 27 de marzo


de 1998.
– Chile – Sistema de Bandas de Precios y Medidas de Salvaguardia
Aplicados a Determinados Productos Agrícolas, WT/DS207/AB/R,
Informe del Órgano de Apelación de 23 de septiembre de 2002.
– Comunidad Económica Europea – Primas y Subvenciones Abonadas a
los Elaboradores y a los Productores de Semillas Oleaginosas y Proteínas
Conexas destinadas a la Alimentación Animal, IBDD 37s/93 –
L/6627, Informe del Grupo Especial adoptado el 25 de enero de
1990.
– Comunidades Europeas – Medidas que Afectan al Amianto y a los
Productos que Contienen Amianto, WT/DS135/AB/R, Informe del
Órgano de Apelación de 12 de marzo de 2001.
– Comunidades Europeas – Denominación Comercial de Sardinas,
WT/DS231/AB/R, Informe del Órgano de Apelación de 26 de
septiembre de 2002.
– Comunidades Europeas – Subvenciones a la Exportación de Azúcar,
WT/DS265/AB/R, WT/DS266/AB/R y WT/DS283/AB/R, Informe
del Órgano de Apelación de 28 de abril de 2005.
– Estados Unidos – Pautas para la Gasolina Reformulada y Convencional,
WT/DS2/AB/R, Informe del Órgano de Apelación de 29 de abril de
1996.
– Estados Unidos – Medida que Afecta a las Importaciones de Camisas y
Blusas de Tejidos de Lana Procedentes de la India, WT/DS33/AB/R,
Informe del Órgano de Apelación de 25 de abril de 1997.
– Estados Unidos – Prohibición de las Importaciones de Determinados
Camarones y Productos del Camarón, WT/DS58/AB/R, Informe del
Órgano de Apelación de 12 de octubre de 1998.
– Estados Unidos – Ley Antidumping de 1916 (WT/DS136/AB/R y
WT/DS162/AB/R), Informe del Órgano de Apelación de 28 de
agosto de 2000.
– Estados Unidos – Trato Fiscal Aplicado a las Empresas de Venta en el
Extranjero (WT/DS108/AB/RW), Informe del Órgano de Apelación
sobre el Recurso de las comunidades Europeas al párrafo 5 del
artículo 21 del ESD, de fecha 14 de enero de 2002.
– Estados Unidos - Examen por Extinción de los Derechos Antidumping
sobre los Productos Planos de Acero al Carbono Resistentes a la
Corrosión procedentes del Japón, WT/DS244/AB/R, Informe del
Órgano de Apelación de 15 de diciembre de 2003.
– Estados Unidos – Subvenciones al Algodón Americano (Upland), WT/
DS267/AB/R, Informe del Órgano de Apelación de 3 de marzo de
2005.
– Japón – Impuestos sobre las Bebidas Alcohólicas, WT/DS8/AB/R,
Informe del Órgano de Apelación de 4 de octubre de 1996.

238 Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011)


El mecanismo de solución de diferencias de la OMC. Un elemento de seguridad y previsibilidad...

– Japón – Medidas que Afectan a las Películas y el Papel Fotográfico de


Consumo, WT/DS44/R, Informe del Grupo Especial de 31 de marzo
de 1998.
– Méjico – Medidas Fiscales sobre los Refrescos y otras Bebidas (Méjico –
Refrescos), WT/DS308/AB/R, Informe del Órgano de Apelación de 6
de marzo de 2006.

Revista de Derecho Universidad Católica del Norte - Año 18 Nº 1 (2011) 239


Solución de diferencias en el
comercio internacional:
Organización Mundial del comercio,
Área de Libre comercio de las
Américas y otros foros
Alfredo Ferrero Diez canseco (*)
Abogado. Viceministro de Integración y Negociaciones
Comerciales Internacionales.

El presente artículo pretende analizar el tema de (1986-1994) y establecida el 1 de enero de 1995. Su


solución de diferencias en los diversos foros creación ha significado el establecimiento de un marco
internacionales, principalmente en la Organización institucional para la conducción de las relaciones en
Mundial del Comercio (OMC) y el Área de Libre el sistema multilateral del comercio. A diferencia del
Comercio de las Américas (ALCA). La denominación GATT (antecedente de la OMC, creada en la Primera
"diferencias" se emplea en la OMC, mientras que en el Guerra Mundial), la OMC goza de personalidad
ALCA se utiliza la terminología de "controversias"; jurídica, y cuenta con las inmunidades y privilegios
ambos términos consideramos que hacen alusión al atribuibles a las organizaciones internacionales, no
mismo fenómeno: una contraposición de intereses entre estando sujeta a las órdenes de ningún gobierno.
dos partes sobre hechos o interpretaciones de derechos La OMC es el único organismo internacional
u obligaciones asumidas por las partes. En este sentido, que se ocupa de las normas que rigen el comercio entre
un sistema de solución de diferencias es importante por los paísesCIJ. Tiene su fundamento en los acuerdos de
cuanto permite resolver las controversias comerciales la OMC, que han sido negociados y firmados por la
que surjan entre los países, por incumplimiento de las mayoría de los países que participan en el comercio
normas que rigen el comercio internacional. mundial. Dichos acuerdos establecen las normas
jurídicas fundamentales del comercio internacional,
1 Introducción. siendo básicamente contratos que obligan a los
gobiernos a mantener sus políticas comerciales dentro
1.1 La organización Mundial del comercio de límites convenidos. Aunque son negociados y
y el Área de libre comercio de las firmados por los gobiernos, su objetivo es ayudar a e
(/)

Américas. los productores de bienes y de servicios, los CD


....+

La Organización Mundial del Comercio (OMC) exportadores y los importadores a llevar adelante sus <
CD
fue creada por las negociaciones de la Ronda Uruguay actividades. ......
;::;.:
!lJ
(/)
N
(*) Agradecimiento especial a Vanessa Heller Lcdgard y Ernesto Guevara Lam, integrantes de la Dirección Nacional de Asuntos N
Multilaterales y Negociaciones Comerciales Internacionales del Yiceministerio de Integración y Negociaciones Comerciales
Internacionales del MlTINCl, por sus valiosos aportes en la realización del presente artículo.
( l) Actualmente son 140 los países integrantes de la O MC.
237
Alfredo Ferrero

La estructura de la OMC está conformada por: encuentra autorizado para establecer grupos especiales,
Una Conferencia Ministerial, autoridad máxima adoptar informes del grupo especial y del órgano de
conformada por todos los países miembros, apelación, supervisar las implementaciones y
representados por sus respectivos Ministros de recomendaciones, y autorizar medidas retaliatorias en
Comercio, que debe reunirse por lo menos cada dos caso que las recomendaciones no sean implementadas.
añosC 2 J. En cuanto al Área de Libre Comercio de las
Un Consejo General, conformado igualmente Américas (ALCA), en diciembre de 1994, los jefes de
por todos los países miembros, normalmente Estado de los 34 países del hemisferio, reunidos en
representados por embajadores y jefes de delegación Miami, suscriben la Declaración de Principios de la
acreditados en Ginebra, pero a veces por oficiales Cumbre de las Américas y deciden iniciar el
enviados desde las capitales. El Consejo General actúa establecimiento del ALCA. El ALCA busca eliminar
en representación de la Conferencia Ministerial en progresivamente las barreras al comercio y la
todos los asuntos de la OMC, entre las conferencias inversión, y ampliar y profundizar la integración
ministeriales. El Consejo General actúa también como económica hemisférica sobre la base de los acuerdos
Órgano de Solución de Diferencias para supervisar el subregionales y bilaterales existentes. Los ministros
procedimiento de solución de diferencias entre los de comercio del hemisferio acordaron que las
miembros, y como Órgano de Examen de las Políticas negociaciones deberán concluir a más tardar en el año
Comerciales para analizar las políticas comerciales de 2005, y que se debían alcanzar avances concretos para
los miembros. fines del siglo. En este sentido, establecieron un
El Consejo General tiene a su cargo tres consejos: programa de trabajo para preparar el inicio de las
a) El Consejo de Comercio de Mercancías, negociaciones, creando doce grupos de trabajo que se
b) El Consejo de Comercio de Servicios, y encargaron de recopilar información, elaborar
e) El Consejo de los Aspectos de los Derechos inventarios y bases de datos sobre los acuerdos,
de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio. legislaciones y medidas que, en sus respectivas áreas,
Además, se cuenta con una serie de comités pudieran estar afectando al comercio e inversión.
establecidos en la Ronda Uruguay, dedicados a los En marzo de 1998, se llevó a cabo la Reunión
siguientes temas: Comercio y Medio Ambiente, Ministerial de San José, en la cual se estableció nueve
Comercio y Desarrollo, Acuerdos Comerciales grupos de negociación, uno de ellos dedicado al tema
Regionales, Restricciones por Balanza de Pagos, de solución de controversias. Se señaló como objetivos
Asuntos Presupuestarios, Financieros y de este Grupo de Negociación el establecimiento de
Administrativos. un mecanismo justo, transparente y eficaz para la
Asimismo, encontramos a los grupos de trabajo, solución de controversias entre los países del ALCA,
a los órganos de supervisión y a la Secretaría General, tomando en cuenta, entre otros, el entendimiento
a cargo del Director General, cuyas funciones relativo a las normas y procedimientos por los que se
principales son prestar asistencia administrativa y rige la Solución de Diferencias de la OMC, y el diseño
técnica a los órganos delegados de la OMC (consejos, de medios para facilitar y fomentar el uso del arbitraje
comités, grupos de trabajo o grupos de negociación), y otros medios alternativos de solución de diferencias
con respecto a las negociaciones y la aplicación de los para resolver controversias privadas en el marco del
acuerdos, prestar asistencia técnica a los países en ALCA.
desarrollo, y realizar análisis de los resultados del En abril de 1998, se realizó la Segunda Cumbre
N
N comercio y de las políticas comerciales. de las Américas en Santiago de Chile, en donde los
C/)
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En caso que un miembro infrinja una norma jefes de Estado y de Gobierno decidieron lanzar las
·;::
Q.l comercial, se recurre al sistema multilateral de solución negociaciones sobre la base de los objetivos, principios
> de diferencias, a fin de evitar la adopción de medidas y mecanismos aprobados por los ministros de comercio
unilaterales. El Órgano de Solución de Diferencias se en su Reunión de San José. Desde entonces, el Grupo

238 (2) Se han realizado tres conferencias ministeriales hasta el momento: Singapur en diciembre de 1996, Suiza en mayo de 1998 y Estados
Unidos en noviembre de 1999.
Solución de diferencias en el comercio internacional

de Negociación sobre Solución de Controversias ha ayuda de un tercero imparcial que actúa como
realizado diez reuniones, con el fin de diseñar la facilitador y conductor de la comunicación. Los
estructura que tendrá el sistema de solución de interesados asumen su protagonismo en la búsqueda
controversias del ALCA. de alternativas posibles de solución y controlan por sí
mismos el proceso, cuyo desarrollo es rápido e
1.2 Los medios de solución de diferencias. informal. La decisión a la que eventualmente arriben
Al referirnos a los medios de solución de es elaborada por las partes y no por un tercero, como
diferencias, podemos distinguir entre el medio lo es en el caso de una sentencia judicial(4 J.
tradicional y los medios alternativos. El medio Los principales elementos de la mediación son:
tradicional está referido a un procedimiento (i) es una instancia eminentemente voluntaria: las
jurisdiccional, es decir, un sistema estructurado con partes deciden participar o no en el proceso de
pasos específicamente detallados y por lo general, poco mediación y ponerle fin en cualquier momento, y no
flexibles, destinados a lograr la solución de una están obligadas a llegar a un acuerdo, (ii) está basada
diferencia; el ejemplo típico es el denominado Poder en el principio de confidencialidad: el mediador y las
Judicial de los Estados. partes no pueden revelar lo sucedido en las sesiones,
En cuanto a los medios alternativos de solución salvo autorización expresa de los mediados, (iii) no
de diferencias, su uso se ha incrementado a fin de está sujeta a reglas procesales: el procedimiento es
resolver controversias, sobre todo en el ámbito absolutamente informal y flexible, (iv) posee una real
comercial. Estos medios son la conciliación, la inmediatez: las partes actúan por sí mismas, y (v) es
mediación y el arbitraje, los cuales pasamos a explicar efectivamente cooperativa: las partes actúan, negocian
brevemente. y proponen las soluciones. El acuerdo parte de los
La conciliación es una forma alternativa de propios interesados, protegiendo así los intereses de
resolución de conflictos, mediante la cual las partes ambos.
buscan por sí mismas, con ayuda de un tercero experto, El arbitraje es un mecanismo alternativo de
objetivo e imparcial, la solución de su diferencia, solución de disputas al cual las partes pueden someter,
originada en un negocio mercantil o derivada de de mutuo acuerdo, las controversias susceptibles de
actividades comerciales, con la finalidad de terminar transacción, existentes o futuras, para que sean
con el conflicto y evitar que llegue a la justicia ordinaria resueltas por los tribunales arbitrales que se
o arbitral. Con la conciliación, se busca lograr un conformaren o por árbitros independientes designados
acuerdo de voluntades entre dos a más personas en para conocer dichas controversias. En este sentido, el
controversia con la intervención de un conciliador, el árbitro resuelve la controversia investido de la función
cual se encuentra en la obligación de proponer una jurisdiccional mediante un "laudo arbitral" que es de
fórmula de arreglo a la controversia que puede o no cumplimiento obligatorio para las partes('J.
ser aceptada por las partes (esto diferencia a la El convenio arbitral es un acuerdo escrito
conciliación de la mediación, pues en esta última no mediante el cual se somete a arbitraje todas las
hay obligación de proponer una fórmula de arreglo por controversias que hayan surgido o puedan surgir entre
parte del mediador). Aunque la conciliación fracase las partes respecto de una determinada relación
totalmente, se consigue por lo menos un acercamiento jurídica, contractual o no contractual, tomando en
entre las partes( 31 • cuenta que su nulidad no afecta la vigencia del
La mediación es un sistema de negociación convenio arbitral.
e
asistida mediante el cual las partes involucradas en un Podrán acogerse al arbitraje las personas (/)

conflicto intentan resolverlo por sí mismas, con la naturales o jurídicas que se encuentren en capacidad CD
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(3) ZAMBRANO ORTIZ, Luis Fernando. l..a Conciliación Extrajudicial. Mecanismo Alternativo de Solución de Cm!flictos. En: http:/ (/)

/vlcx.com/pe/canales/Arbitraje. Conciliacion y Mediacion/2 N


N
(4) EQUIPO IMCA. Qué son los Métodos Alternativos de Resolucián de Disputas. En: http://www.equipo-imca.com/imca/htm/
metodos.htm
(5) CENTRO DE ARBITRAJE-CÁMARA DE COMERCIO (Caracas). http://www.arbitrajeccc.org/arbitraje.html 239
Alfredo Ferrero

de transigir, pudiendo indicar si los árbitros deben considerando además que en el caso del ALCA se trata
decidir en equidad, es decir, atendiendo a los principios de una zona de libre comercio en donde se busca la
de la sana crítica, o, en derecho, aplicando la ley, los eliminación de las barreras arancelarias y no
principios universales del derecho, la jurisprudencia y arancelarias al comercio de mercancías, servicios y a
la doctrina. las inversiones.
El arbitraje es un procedimiento de resolución
de conflictos más rápido que el proceso judicial y 2 Solución de Diferencias en la
brinda soluciones rápidas, seguras, confidenciales y Organización Mundial del Comercio.
de costos previsibles, ya que se trata de un
procedimiento privado, fundado en el deber de secreto 2.1 Solución de Diferencias: Principios y
profesional de los árbitros. Procedimiento.
El mecanismo de solución de diferencias
1.3 Importancia del mecanismo de habilita a los países miembros llevar sus desacuerdos
solución de diferencias. con respecto a las normas de la OMC ante el Órgano
El mecanismo de solución de diferencias es de de Solución de Diferencias, siguiendo el procedimiento
vital importancia en foros como la OMC y el ALCA, establecido en el Entendimiento de Solución de
ya que su existencia permite velar por el cumplimiento Diferencias (ESD). De esta forma, el sistema de
de las normas que rigen el comercio entre los países. comercio se vuelve más seguro y predecible. Los países
El Entendimiento sobre Solución de presentan sus casos a un grupo especial establecido
Diferencias de la OMC crea un mecanismo automático bajo el Órgano de Solución de Diferencias, y éste
desde el momento en que se plantea una diferencia adopta las conclusiones del grupo especial.
hasta la adjudicación final y la adopción de
recomendaciones. Las decisiones del Órgano de 2.1.1 Principios.
Solución de Diferencias (OSD) aseguran que lo El mecanismo de solución de diferencias se
previsto en los acuerdos de la OMC sea cumplido por basa en los siguientes principios: equidad, rapidez,
los miembros, evitando de este modo el recurso a eficacia, aceptabilidad mutua. Pasamos a explicar
medidas comerciales unilaterales, como por ejemplo, sucintamente estos principios:
incrementar aranceles o bloquear importaciones. El a) Equidad: todos los países miembros tienen el
procedimiento de solución de diferencias de la OMC mismo acceso al mecanismo de solución de diferencias.
puede ser revertido en cualquier etapa sólo por Sin embargo, no todos los países tienen los mismos
consenso. El Entendimiento sobre Solución de recursos para aprovechar tal acceso, de manera que
Diferencias resulta ventajoso y beneficiará a los países existen ciertas medidas a favor de los países en
débiles y pequeños, pues constituye un recurso para desarrollo. Por ejemplo, en un caso entre un país en
que los países desarrollados cumplan las reglas del desarrollo y un país desarrollado, el panel de expertos
sistema multilateral de comercio. Mediante él los que evalúa el caso debe incluir al menos un panelista
países pequeños pueden hacer que los países grandes de un país en desarrollo.
se sometan a reglas claras y predecibles para solucionar b) Rapidez: este sistema debe ser lo más expeditivo
una controversia, evitando que apliquen de inicio posible sin sacrificar la calidad. El tiempo total para
medidas comerciales unilaterales coercitivas. La una controversia con apelación no debe exceder de los
existencia del mecanismo de solución de diferencias quince meses aproximadamente.
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N de la OMC da confianza a los países, pues permite un e) Eficacia: este sistema debe ser efectivo en lograr
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sistema de comercio más seguro, transparente y soluciones que tomen en cuenta distintas
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Q) predecible, ya que los países miembros saben que se consideraciones legales y prácticas que sean relevantes
> tomarán las medidas necesarias para que las normas para la controversia.
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Q)
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comerciales sean respetadas. d) Aceptabilidad Mutua: el mecanismo de solución
::J La existencia de un mecanismo de solución de de diferencias alienta a los países en controversia a
diferencias en el ALCA resulta importante por los llegar a una solución negociada entre ellos. En caso
240 mismos argumentos señalados en el caso de la OMC, no sea posible, las decisiones del Órgano de Solución
Solución de diferencias en el comercio internacional

de Diferencias deben, en cuanto sea posible, ser deben basarse en los acuerdos invocados. El OSD
aceptables por ambas partes para que de esta manera adopta el informe del Grupo Especial, salvo que exista
se puedan ejecutar. apelación de cualquiera de las partes, en cuyo caso se
traslada la controversia al Órgano de Apelación.
2.1.2 Procedimiento.
La solución de diferencias es competencia del
Órgano de Solución de Diferencias (OSD), el que El mecanismo de solución de
tiene la facultad exclusiva de establecer "Grupos diferencias es de vital importancia
Especiales" (Paneles) de expertos para que examinen
la controversia. El OSD tiene la facultad de aceptar
en foros como la OMC y el ALCA, ya
o rechazar las conclusiones de dichos Grupos que su existencia permite velar por
Especiales o las recomendaciones del Órgano de el cumplimiento de las normas que
Apelación, en caso alguna de las partes haya apelado. rigen el comercio entre los países
El OSD vigila la aplicación de las resoluciones y
recomendaciones y tiene potestad para autorizar la
adopción de medidas retaliatorias cuando un país no Las apelaciones han de basarse en cuestiones
respete una resolución. de derecho. En este sentido, no es posible examinar
La primera etapa del procedimiento se inicia de nuevo las pruebas existentes ni examinar pruebas
con las consultas, que duran un plazo máximo de nuevas. Cada apelación es examinada por tres
sesenta días. El objetivo de las consultas es que los miembros de un Órgano Permanente de Apelación,
países celebren conversaciones para ver si pueden establecido por el OSD e integrado por siete miembros
resolver sus diferencias por sí solos. Si esto fracasa, representativos en términos generales de la
se puede pedir al Director General de la OMC que composición de la OMC. Los miembros del Órgano
medie o trate de ayudar de cualquier otro modo. de Apelación son nombrados por un período de cuatro
La segunda etapa comienza con el años, tienen competencia reconocida en derecho y
establecimiento del Grupo Especial (PanelY 6!, a comercio internacional, y no están vinculados a ningún
solicitud del país reclamante, en caso que las consultas gobierno. La apelación puede dar lugar a la
celebradas no lleguen a una solución satisfactoria. La confirmación, modificación, o revocación de las
constitución del Grupo Especial se hará en la reunión constataciones y conclusiones jurídicas del Grupo
del OSD siguiente a aquélla en la que la petición del Especial. Normalmente, la duración del procedimiento
país reclamante haya figurado por primera vez como de apelación no es superior a sesenta días y en ningún
punto en el orden del día del OSD, a menos que en esa caso excederá de noventa días. El OSD tiene que
reunión el OSD decida por consenso no establecer un aceptar o rechazar el informe del examen en apelación
Grupo Especial. Se tiene cuarenticinco días para el en un plazo de treinta días, pudiéndolo rechazar sólo
establecimiento del Grupo Especial y la designación por consenso.
de sus miembros, y éste cuenta con seis meses para Por lo tanto, cuando un Grupo Especial o el
emitir su informe definitivo y comunicarlo a las partes Órgano de Apelación lleguen a la conclusión de que
(este plazo se reduce a tres meses si se trata de una medida adoptada por un país es incompatible con
productos perecederos); tres semanas después se un acuerdo abarcado, recomendarán que dicho
distribuye este informe a los demás miembros de la miembro la ponga en conformidad con ese acuerdo.
OMC. El informe del Grupo Especial sólo puede ser e
Además de formular recomendaciones, el Grupo en
rechazado por consenso en el OSD, de manera que Especial o el Órgano de Apelación podrán sugerir la CD
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resulta difícil revocar sus conclusiones, las cuales forma en que el miembro afectado podría aplicarlas. <
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(6) De acuerdo con el artículo 8, párrafo del Entendimiento de Solución de Diferencias (ESO). los Grupos Especiales estarán formados
por tres integrantes, a menos que, dentro de los diez días siguientes al establecimiento del Grupo Especial, las partes en la diferencia 241
convengan en que sus integrantes sean cinco. La composición del Grupo Especial se comunicará sin demora a los miembros.
Alfredo Ferrero

El país demandado "perdedor" debe seguir las veces demasiado tiempo, como ha sucedido en el caso
recomendaciones formuladas en el informe del Grupo de los bananos. Por esta razón, algunos países
Especial o del Órgano de Apelación. En caso que no miembros buscan modificaciones en el procedimiento
pueda cumplir inmediatamente las recomendaciones para impedir que los países perdedores no implementen
y resoluciones, se le otorgará un plazo prudencial para las recomendaciones.
hacerlo. Si no adopta las medidas oportunas dentro de b) El artículo 27 del ESD establece que la
ese plazo, deberá celebrar negociaciones con el (los) Secretaría de la OMC presta ayuda en relación con la
país(es) reclamante(s) para establecer una solución de diferencias a los miembros que lo
compensación mutuamente aceptable, por ejemplo, soliciten. En este sentido, pondrá a disposición de
reducciones arancelarias. cualquier país en desarrollo miembro que lo solicite,
un experto jurídico competente de los servicios de
2.2 Diferencias con el procedimiento de cooperación técnica de la OMC. Sin embargo, los
solución de diferencias del GATT. países en desarrollo no sólo requieren de un experto
En el antiguo GATT existía ya un jurídico que los asesore, sino también de un experto
procedimiento de solución de diferencias. Este que pueda patrocinar su caso. Así, se encuentran en
procedimiento se diferencia del existente en la OMC desventaja frente a los países desarrollados, ya que
en lo siguiente: el acceso a un experto legal que patrocine el caso es
a) Las diferencias en el sistema de la OMC son costoso para los países en desarrollo, y resulta muy
resueltas más rápidamente que bajo el GATT: El importante para realizar una buena sustentación del
mecanismo de solución de diferencia de la OMC caso ante el Grupo Especial y, eventualmente, el
establece un procedimiento más estructurado, con Órgano de Apelación.
etapas más claramente definidas, y una mayor
disciplina en cuanto al tiempo que debe tardarse en
resolver una controversia, con plazos flexibles para 2.4 Algunos casos.
las diversas etapas del procedimiento. 2.4.1 Estados Unidos: Caso Delfín -Atún.
b) En el sistema de la OMC, las decisiones son Esta reclamación fue presentada por México
ejecutables a diferencia del GATT, en el que cualquier en 1991 (al amparo del procedimiento de solución de
parte de la controversia podía bloquear la adopción de diferencias del GATT), porque los Estados Unidos
un informe del Grupo Especial: el sistema de la OMC prohibieron sus exportaciones de atunes de acuerdo a
hace imposible que el país que pierda un caso obstruya la Ley Estadounidense de Protección de los Mamíferos
la adopción de la resolución. Según el procedimiento Marinos. Dicha ley establecía normas para la
del GATT, las resoluciones únicamente podían protección de los delfines, aplicables a la flota pesquera
adoptarse por consenso, lo que significaba que una sola norteamericana y a los países cuyos barcos de pesca
objeción podía bloquear la adopción. Actualmente, con capturan atún aleta amarilla en esa parte del Océano
el sistema de la OMC, la resolución se adopta Pacífico. Si un país que exporta atún a los Estados
automáticamente a menos que haya consenso para Unidos no puede demostrar a las autoridades
rechazarla. estadounidenses que cumple las normas de protección
e) Finalmente, el mecanismo de solución de de delfines establecidas en la ley norteamericana, el
diferencias de la OMC ha sido usado mucho más que el Gobierno de los Estados Unidos tiene que prohibir
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sistema del GATT, debido a las mejoras realizadas en el todas las importaciones de ese pescado procedentes
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sistema, y no a más diferencias surgidas entre los países. de dicho país.
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En febrero de 1991, México pidió el
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(J) 2.3 Críticas al procedimiento. establecimiento de un Grupo Especial, el cual señaló
> Entre las críticas más importantes al que los Estados Unidos no podían prohibir las
procedimiento de solución de diferencias de la OMC importaciones de atún procedentes de México
tenemos: simplemente por el hecho de que las reglamentaciones
a) El procedimiento a pesar de ser más mexicanas sobre la manera de producir el atún no se
242 expeditivo que el del antiguo GATT, toma algunas ajustaran a las normas estadounidenses (pero los
Solución de diferencias en el comercio internacional

Estados Unidos podían aplicar sus reglamentaciones al OSD el 5 de julio de 1996, consistente en la
sobre la calidad o contenido del atún importado). De posibilidad de comercializar los moluscos del género
otro lado, las normas del GATT no permiten que un pectinidae bajo cualquier expresión que contenga el
país adopte medidas comerciales para tratar de hacer término Saint Jacques, indicándose en la etiqueta del
cumplir su propia legislación interna en otro país, ni producto el país de procedencia.
siquiera para proteger la salud animal o recursos
naturales agotables. 2.4.3 Chile: Impuestos a las bebidas
alcohólicas.
2.4.2 Comunidades Europeas. Esta reclamación fue presentada por las
Denominación comercial de los moluscos del Comunidades Europeas0 2J. La solicitud de celebración
género pectinidae. Estas reclamaciones fueron de consultas, fechada el4 de junio de 1997, se refiere al
presentadas por CanadáUJ, Perú< 8 J y ChiJe<9 J. La impuesto especial sobre las ventas aplicado a las bebidas
reclamación se refiere a un decreto del gobierno francés espirituosas en Chile, del que se alega que grava las
por el que se establecen los nombres oficiales y la bebidas espirituosas de importación con un impuesto
denominación comercial de los moluscos del género más elevado que el que se aplica al pisco, una bebida
pectinidae. Los reclamantes alegan que dicha norma destilada de fabricación nacional. Las Comunidades
deteriorará su posición competitiva en el mercado Europeas alegan que este trato diferenciado de las
francés, en la medida en que su producto ya no se podrá bebidas espirituosas de importación infringe el párrafo
vender como Coquille Saint-Jacques, a pesar de no 2 del artículo III del GATT 19940 3!. En tal sentido, e13
existir diferencia entre sus productos y los productos de octubre de 1997, las Comunidades Europeas
franceses con relación al color, el tamaño, la textura, solicitaron el establecimiento de un Grupo Especial que
el aspecto externo y la utilización. Es decir, que se fue establecido por el OSD el 18 de noviembre de 1997.
aduce que son productos similares. En este sentido, se Canadá, México, Perú y Estados Unidos se reservaron
alega infracciones de los artículos I y III del GATT< 10J sus derechos como terceros.
y del artículo 2 del Acuerdo de Obstáculos Técnicos De otro lado, las Comunidades Europeas< 14J
al Comercio (OTC)(l 1J, de manera que se estableció un solicitan una celebración de consultas el 15 de
Grupo Especial por solicitud del Canadá el 19 de julio diciembre de 1997, la cual se refiere al régimen
de 1995 y el 11 de octubre de 1995 se estableció un impositivo interno aplicado en Chile a las bebidas
Grupo Especial conjunto a solicitud del Perú y Chile alcohólicas objeto de las reclamaciones de las
sobre la misma cuestión. Los dos Grupos Especiales Comunidades Europeas (DS87) y de los Estados
han concluido su labor sustantiva, pero suspendieron Unidos (DS109). Esencialmente, esta nueva solicitud
sus trabajos de conformidad con lo dispuesto en el de las Comunidades Europeas cuestiona la
párrafo 12 del artículo 12 del ESD en mayo de 1996, a modificación de la ley relativa a la imposición de las
la vista de las consultas entre las partes interesadas bebidas alcohólicas, introducida por Chile para atender
para alcanzar una solución mutuamente convenida. Las a las preocupaciones de las Comunidades Europeas
partes notificaron una solución mutuamente convenida en el asunto DS87. Las Comunidades Europeas alegan

(7) Documento WT/DS7.


(8) Documento WT/DS 12.
(9) Documento WT/DS14.
( 1O) El artículo 1 del GATT se refiere al trato general de la nación más favorecida y el artículo III del GATT se ocupa del trato nacional en e
materia de tributación y de reglamentación interior.
en
CD
( 11) El artículo 2 del Acuerdo OTC se refiere a la elaboración, adopción y aplicación de reglamentos técnicos por instituciones del ..-+

gobierno central. <


CD
( 12) Documento WT/DS87/I. ~ .
..-+
( 13) GATT de 1999, artículo III párrafo 2: "Los productos del territorio de toda parte contratante importados en el de cualquier otra parte m
contratante no estarán sujetos, directa ni indirectamente, a impuestos interiores u otras cargas interiores, de cualquier clase que sean, en
superiores a los aplicados, directa o indirectamente, a los productos nacionales similares. Además, ninguna parte contratante aplicará, N
N
de cualquier otro modo, impuestos u otras cargas interiores a los productos importados o nacionales, en forma contraria a Jos principios
enunciados en el párrafo 1".
(14) Documento WT/DSII0/1.
243
Alfredo Ferrero

que la ley modificada sigue infringiendo las Los reclamantes aducen que el régimen de importación,
disposiciones del párrafo 2 del artículo III del GATT venta y distribución de bananos de las Comunidades
de 1994. En tal sentido, el 9 de marzo de 1998, las Europeas es incompatible con los artículos I, U, III,
Comunidades Europeas solicitaron el establecimiento X, XI y XIII del GATT(I 6 J, así como con las
de un Grupo Especial, que fue establecido por el OSD disposiciones del Acuerdo sobre Procedimientos para
el25 de marzo de 1998. De conformidad con el párrafo el Trámite de Licencias de Importación, el Acuerdo
primero del artículo 9 del ESD, el OSD decidió que sobre la Agricultura, el Acuerdo sobre las Medidas de
esta diferencia sería examinada por el mismo Grupo Inversión relacionadas con el Comercio (MIC) y el
Especial establecido para examinar la diferencia DS87. Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios
Canadá, Estados Unidos y Perú se reservaron sus (AGCS). En la reunión del OSD del 8 de mayo de 1996,
derechos como terceros. El Grupo Especial constató se estableció un Grupo Especial, que concluyó que el
que el sistema de transición y el nuevo sistema de régimen de importación de bananos de las
imposición aplicados por Chile a las bebidas destiladas Comunidades Europeas, así como los procedimientos
era incompatible con el párrafo segundo del artículo de concesión de licencias para la importación de
III del GATT de 1994. El informe del Grupo Especial bananos dentro de este régimen, eran incompatibles
(que abarca el DS87) se distribuyó a los miembros el con el GATT. El Grupo Especial constató asimismo
15 de junio de 1999. El 13 de septiembre de 1999, que la exención relativa al Convenio de Lomé salva la
Chile notificó su intención de apelar contra incompatibilidad con el artículo XIII del GATT, mas
determinadas cuestiones de derecho e interpretaciones no las incompatibilidades derivadas del sistema de
jurídicas formuladas por el Grupo Especial. El Órgano concesión de licencias. El informe del Grupo Especial
de Apelación confirmó la interpretación y la aplicación se distribuyó a los miembros el 22 de mayo de 1997.
por el Grupo Especial del párrafo 2 del artículo III del El 11 de junio de 1997, las Comunidades Europeas
GATT de 1994, a reserva de la exclusión de notificaron su propósito de apelar determinadas
determinadas consideraciones alegadas como cuestiones de derecho e interpretaciones jurídicas
fundamento por el Grupo Especial. El informe del elaboradas por el Grupo Especial. El Órgano de
Órgano de Apelación se distribuyó a los Miembros el Apelación confirmó la mayor parte de las conclusiones
13 de diciembre de 1999. El OSD adoptó el informe del Grupo Especial, pero revocó las conclusiones del
del Órgano de Apelación el 12 de enero de 2000. Grupo Especial en cuanto a que la incompatibilidad
con el artículo XIII del GATT queda obviada por la
2.4.4 Comunidades Europeas: Régimen para la exención relativa al Convenio de Lomé, y también en
importación, venta y distribución de cuanto a que determinados aspectos del régimen de
bananos. concesión de licencias contravenían el artículo X del
Estas reclamaciones fueron presentadas por GATT y el Acuerdo sobre Procedimientos para el
Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras y Trámite de Licencias de Importación. El informe del
México< 15 J. Los reclamantes en este asunto, salvo Órgano de Apelación se distribuyó a los Miembros el
Ecuador, habían solicitado celebrar consultas con las 9 de septiembre de 1997 y, en su reunión del 25 de
Comunidades Europeas acerca de la misma cuestión septiembre de 1997, el OSD adoptó el informe del
el 28 de septiembre de 1995 (WT/DS16). Tras la Órgano de Apelación y el informe del Grupo Especial,
adhesión de Ecuador a la OMC, los entonces tal como lo había modificado el Órgano de Apelación.
reclamantes solicitaron celebrar de nuevo consultas con El 17 de noviembre de 1997, los reclamantes pidieron
las Comunidades Europeas el 5 de febrero de 1996. que el plazo prudencial para la aplicación de las

( 15) Documento WT/DS27.


(16) GATTde 1994:
Artículo 1: Trato general de la nación más favorecida.
Artículo 11: Lista de concesiones.
Artículo lll: Trato nacional en materia de tributación y de reglamentación interior.
Artículo X: Publicación y aplicación de los reglamentos comerciales.
Artículo XI: Eliminación general de las restricciones cuantitativas.
244
Artículo XIII: Aplicación no discriminatoria de las restricciones cuantitativas.
Solución de diferencias en el comercio internacional

recomendaciones y resoluciones del OSD se francesa es incompatible con las disposiciones sobre
determinase mediante arbitraje vinculante, de trato nacional del artículo III del GATT, ese país podía
conformidad con lo dispuesto en el párrafo 3 e) del aplicar la excepción del artículo XX, literal b)C' 9 J, que
artículo 21 del ESD. El árbitro concluyó que el plazo permite la adopción de medidas "necesarias para
prudencial para la aplicación sería el período proteger la salud y la vida de la persona y los animales
comprendido entre el 25 de septiembre de 1997 y el 1 o para preservar los vegetales".
de enero de 1999. El informe del árbitro se distribuyó
a los Miembros el 7 de enero de 1998. 2.4.6 Chile: medidas que afectan al tránsito y a
la importación de pez espada.
2.4.5 Comunidades Europeas: medidas que Esta reclamación fue presentada por las
afectan al amianto y a los productos que Comunidades Europeasc 20 J. Esta solicitud, de fecha 19
contienen amianto. de abril de 2000, se refiere a la prohibición de descargar
Esta reclamación fue presentada por CanadáCI7J. peces espada en los puertos chilenos establecida sobre
La solicitud del 28 de mayo de 1998, se refiere a las la base del artículo 165 de la -Ley General de Pesca y
medidas supuestamente impuestas por Francia, en Acuicultura de Chile, confirmada por el Decreto
particular el decreto del24 de diciembre de 1996, para Supremo 430 del28 de setiembre de 1991, y ampliada
la prohibición del amianto y de Jos productos que por el Decreto 598 del 15 de octubre de 1999. Las
contienen amianto, incluida la prohibición de las Comunidades Europeas afirman que no se permite a
importaciones de esos productos. Canadá sostiene que las embarcaciones de pesca de la Comunidad que
esas medidas infringen Jos artículos 2, 3 y 5 del operan en las aguas del Pacífico Sudeste descargar Jos
Acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias peces espada en Jos puertos chilenos ni tampoco
(MSF)C' 8!, el artículo 2 del Acuerdo sobre Obstáculos desembarcarlos para su depósito o transbordarlos a
Técnicos al Comercio (OTC) y los artículos 11, XI otras embarcaciones. Las Comunidades Europeas
y XIII del GATT de 1994. Canadá aduce además consideran que, por consiguiente, Chile hace imposible
anulación y menoscabo de ventajas para él resultantes el tránsito de Jos peces espada por sus puertos. Las
de los diversos acuerdos mencionados. El8 de octubre Comunidades Europeas reclaman que las medidas
de 1998, Canadá pidió el establecimiento de un grupo mencionadas anteriormente son incompatibles con el
especial. El OSD estableció un Grupo Especial en su GATT de 1994 y en particular con sus artículos V y
reunión del25 de noviembre de 1998. Estados Unidos XJC21J.

se reservó sus derechos como tercero. El Grupo


Especial concluyó que Francia puede mantener la 2.4.7 Brasil: medidas que afectan a la
prohibición de importar amianto de Canadá, protección mediante patente.
argumentando que la prohibición no es un reglamento Esta reclamación fue presentada por Estados
técnico y, por Jo tanto, no cae dentro del ámbito del Unidos (WT/DS199/1). La solicitud, de fecha 30 de
OTC. Asimismo, estableció que, si bien la prohibición mayo de 2000, se refiere a las disposiciones de la

(17) DocumentoWT/DSI35.
(18) Acuerdo MSF:
Artículo 2: Derechos y obligaciones básicos.
Artículo 3: Armonización.
Artículo 5: Evaluación del riesgo y determinación del nivel adecuado de protección sanitaria o fitosanitaria. e
(/)
( 19) GATT de 1999: Artículo XX: "A reserva de que no se apliquen las medidas enumeradas a continuación en forma que constituya un CD
medio de discriminación arbitrario o injustificable entre los países en que prevalezcan las mismas condiciones. o una restricción .-+

encubierta al comercio internacional, ninguna disposción del presente Acuerdo será interpretada en el sentido de impedir que toda <
CD
parte contratante adopte o aplique las medidas: ......
;::¡.:
( ... ) lll
(/)
b) necesarias para proteger la salud y la vida de las personas y de los animales o para preservar los vegetales".
N
(20) Documento WT/OS 193/l. N
(21) GATTde 1994:
Artículo V: Libertad de tránsito.
Artículo XI: Eliminación general de las restricciones cuantitativas.
245
Alfredo Ferrero

Ley de Propiedad Industrial de 1996 del Brasil (Ley El programa de trabajo de los Grupos de
No.9.279 de 14 de mayo de 1996, que entró en vigor Negociación, aprobado en Buenos Aires en junio de
en mayo de 1997) y otras medidas conexas, que 1998, estableció Jos siguientes términos de referencia
establecen un requisito de explotación local para el para el funcionamiento del GNSC:
disfrute de derechos exclusivos de patente. Los a) Continuar la tarea anteriormente realizada
Estados Unidos afirman que el requisito de por el Grupo de Trabajo sobre Solución de
explotación local sólo puede cumplirse mediante la Controversias, con el fin de completar el inventario
producción nacional y no la importación de la materia de mecanismos de resolución de controversias,
patentada. Más concretamente, Estados Unidos señala procedimientos y textos legales establecidos por
que el requisito brasileño de explotación local estipula arreglos, tratados y acuerdos de integración existentes
que una patente será objeto de licencia obligatoria si en el hemisferio y los de la OMC, con la salvedad de
la materia de la patente no se explota en el territorio que la realización de este trabajo no constituirá una
del Brasil. Estados Unidos señala además que Brasil condición previa para la continuación de las
define explícitamente la falta de explotación como negociaciones;
la no fabricación del producto o su fabricación b) A medida que las negociaciones avancen, y
incompleta o la no utilización del procedimiento sobre la base de las disposiciones sustantivas
patentado de manera plena. Estados Unidos considera desarrolladas en dichas negociaciones, definir el
que dicho requisito es incompatible con las alcance y cobertura de los procedimientos y
obligaciones que corresponden a Brasil en virtud de mecanismos de solución de controversias del ALCA;
los artículos 27 y 28 del Acuerdo sobre los ADPJC< 22 ! e) Desarrollar los mecanismos de solución de
y del artículo lii del GATT de 1994. El 8 de enero de controversias del ALCA, teniendo en cuenta las normas
2001 Estados Unidos solicitó el establecimiento de y procedimientos del régimen de solución de
un grupo especial. controversias de la OMC; y
d) Diseñar mecanismos que faciliten y
3 solución de controversias en el ALCA. fomenten el uso del arbitraje y otros procedimientos
alternativos de solución de controversias para resolver
3.1 Grupo de Negociación sobre Solución las controversias privadas en el marco del ALCA.
de controversias: objetivos y términos
de referencia. 3.2 Temas en discusión en el Grupo de
El Grupo de Negociación sobre Solución de Negociación.
Controversias (GNSC) del ALCA fue establecido en Los principales temas que se encuentran en
la Reunión Ministerial de San José en marzo de 1998, discusión en el GNSC son los siguientes:
con los siguientes objetivos: a) Mandato del Grupo Especial. Se busca
a) Establecer un mecanismo justo, transparente establecer cuáles son los términos de referencia para
y eficaz para la solución de controversias entre los la actuación del Grupo Especial (Panel). La mayoría
países del ALCA, tomando en cuenta, entre otros, el de las delegaciones se encuentran de acuerdo en que
entendimiento relativo a las normas y procedimientos los paneles cuenten con un mandato tipo, salvo se
por los que se rige la solución de diferencias de la disponga algo distinto. La Comunidad Andina (CAN)
OMC. está de acuerdo con ello, pero además propone que
b) Diseñar medios para facilitar y fomentar el dentro del mandato se establezca un plazo de tres meses
uso del arbitraje y otros medios alternativos de solución (podría ser más o menos) para que el Grupo Especial
de diferencias para resolver controversias privadas en emita su informe, con miras a darle celeridad al
el marco del ALCA< 23 J. procedimiento.
+-'
Q)
en
::J (22) Acuerdo ADPJC:
Artículo 27: Materia patentable.
Artículo 28: Derechos conferidos.
246
(23) Declaración Ministerial de San José, Anexo 11 (marzo, 1998).
Solución de diferencias en el comercio internacional

b) Procedimiento aplicable en caso de f) Informe Preliminar. Se plantea como una etapa


pluralidad de partes reclamantes o partes demandadas. intermedia de reexamen, que permitiría enmendar
Sobre el particular, México ha solicitado que se discuta errores contenidos en el informe elaborado por el Grupo
en el GNSC el caso en que se demandara a un miembro Especial. Dicho informe preliminar es puesto en
de una unión aduanera o de una zona de libre comercio, conocimiento de las partes, a fin de que puedan hacerle
sobre un asunto de interés de los otros miembros de la observaciones. Ha sido planteado por las delegaciones
zona de libre comercio o de la unión aduanera. de Canadá, México, Chile, Costa Rica Honduras y
e) Terceras partes. Se trata de garantizar, y a la Panamá, en tanto que ni la CAN ni el Mercado Común
vez, delimitar los derechos que le asisten a los países del Sur (MERCOSUR) Jo consideran. La CAN porque
miembros que no participan directamente en la está proponiendo una instancia de apelación dentro del
controversia, pero que tienen un interés justificado en procedimiento, y el MERCOSUR porque desea un
el resultado de la misma. En este sentido, la Comunidad procedimiento expedito, y considera que esto demoraría
Andina (CAN) ha propuesto que los terceros podrán la resolución final del Grupo Especial.
participar en la medida en que cuente con un interés g) Cumplimiento de la resolución final. La
comercial sustancial, que será determinado en cada caso discusión sobre este punto radica en el plazo en el
por el Grupo Especial. Canadá ha planteado al respecto que debería cumplirse con lo establecido por el panel,
que preferiría contar con una definición general de dicho y en la obligatoriedad de la resolución. Sin perjuicio
interés, mientras que Estados Unidos es de la opinión de que todos los plazos serán objeto de una revisión
que debería dejarse a los países libertad para intervenir. posterior, algunas delegaciones manifiestan que los
d) Constitución del Grupo Especia]< 24 J. Deberá mismos no deben ser tan largos como los del ESD de
establecerse si serán las partes o la Secretaría quien la OMC (México y Chile), mientras que otras
decidirá la constitución del panel. La CAN propone (Canadá, Estados Unidos), consideran que no se
que sean las partes quienes designen a dos de los puede exigir que el plazo establecido por el panel
miembros y que éstos elijan a su presidente, y que de
no hacerlo dentro de los plazos establecidos, sea la
Secretaría la que proceda a nombrar a los integrantes,
eligiéndose al presidente por sorteo. México y Chile
opinan que de no llegarse a un acuerdo sobre los
integrantes, la Secretaría (Chile) o el Órgano
Institucional (México), forme el Grupo Especial.
Estados Unidos considera que en esta etapa de la
negociación resulta prematuro determinar cómo se
formará el grupo de candidatos que integrarán los
paneles, en tanto Canadá ha propuesto que en, primera
instancia, sean las partes quienes elijan dentro de un
plazo determinado y que, a falta de acuerdo, una de
las partes elegida por sorteo designará al Presidente,
mientras que los demás miembros se seleccionarán del
mismo modo, de la lista de panelistas de la Secretaría.
e) Medidas provisionales. El tema ha sido
planteado por Chile y México. Se trata de establecer e
(/)

una disposición que evite un daño grave e irreparable (1)


..-+

a la parte demandante mientras dure el procedimiento <


(1)
.....
de solución de controversias. La CAN no ha presentado ;:::¡:
!l>
propuesta sobre el particular. (/)
N
N

(24) Este tema se encuentra estrechamente ligado al de la Lista de Panelistas que la Secretaría deberá mantener. En este sentido, el GNSC 24 ?
deberá decidir si se trata de una lista obligatoria. o meramente indicativa.
Alfredo Ferrero

sea obligatorio, pues no resultaría concebible que un b) La Acción de Incumplimiento, que es aquella
Grupo Especial le diga a un país miembro lo que debe en que la Secretaría General es el único titular de
hacer en un determinado plazo. manera que posee legitimación de manera exclusiva y
Respecto a la obligatoriedad de cumplir la excluyente. La relación jurídica se entabla entre la
resolución final, México plantea que aún cuando no Secretaría General y el país miembro demandado.
exista una disposición expresa que lo consagre, en La Secretaría General -luego de haber
virtud del principio pacta sunt servanda, todos los presentado su dictamen en el que se expresa que un
países firmantes se encontrarán obligados a acatar la país miembro ha incumplido alguna de las obligaciones
decisión. emanadas de las normas o convenios que forman el
ordenamiento jurídico de la Comunidad Andina-
4 otros foros. solicitará el pronunciamiento del Tribunal en caso que
dicho miembro persista con dicha conducta.
4.1 comunidad Andina (CAN). El Tribunal puede pronunciarse señalando que:
El Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina - No hay incumplimiento del ordenamiento
(CAN) es el órgano jurisdiccional de la Comunidad jurídico comunitario. Hasta ahora no existe ningún caso
Andina, que fue creado el 28 de mayo de 1979. Se en que el Tribunal haya dicho que no se ha producido
encuentra integrado por cinco magistrados incumplimiento por parte del país miembro.
representantes de cada uno de los países miembros con - Se incumplió. El Tribunal no dice
competencia territorial en los cinco países y con sede directamente que el país miembro incumplió y que
permanente en Quito, Ecuador. debe hacer algo concreto, sino que indica que debe
Es competente para conocer: ajustar su conducta y tomar las medidas necesarias para
a) La Acción de Nulidad, que procede contra que esté acorde al ordenamiento andino.
las decisiones del Consejo Andino de Ministros de Por lo tanto, por medio de la acción de
Relaciones Exteriores, de la Comisión de la incumplimiento se pretende lograr que el país remiso
Comunidad Andina, de las resoluciones de la Secretaría al cumplimiento de las normas comunitarias a que está
General y de los Convenios de Complementación sujeto, realice las acciones tendientes a su ejecución o
Industrial y otros que adopten los Países Miembros haga cesar los obstáculos que haya opuesto a la
entre sí en el marco del Proceso de Integración aplicación de las mismas.
Subregional Andino, que hayan sido dictados o La interpretación prejudicial, se cumple
acordados en violación de las normas que conforman mediante las consultas que deben formular al Tribunal
el ordenamiento jurídico de la Comunidad Andina, los jueces nacionales cuando tengan que aplicar normas
incluso por desviación de poder, cuando sean del ordenamiento comunitario en un proceso interno.
impugnados mediante una demanda presentada por La consulta que realiza el juez nacional es obligatoria,
algún país miembro, el Consejo Andino, la Comisión, si es de segunda o única instancia, de manera que el
la Secretaría o por personas naturales o jurídicas, Tribunal emita su opinión y garantice la aplicación
siempre que afecten sus derechos subjetivos o sus uniforme del ordenamiento jurídico comunitario. La
intereses legítimosC 25 J. interpretación será de obligatoria aplicación por el juez
El Tribunal en la sentencia señala sus efectos nacional. Es importante resaltar que el Tribunal emite
en el tiempo. La sentencia puede tener efectos hacia el opinión sobre la norma comunitaria y su aplicación,
futuro o efectos retroactivos -hasta el momento de nunca sobre cómo debe resolverse el caso concreto.
adopción del acto-, dependiendo de la materia del acto Asimismo, la interpretación prejudicial no resuelve
anulado y si resulta posible anular el acto pasado. controversias comunitarias pero sí ayuda a resolver

-
Q)
en
:J
(25) Causales de nulidad: De acuerdo al artículo 17 del Tratado de creación del Tribunal:
- Incompetencia del funcionarios u órgano que expide el acto.
- Violación del ordenamiento jurídico andino al que está sometido ese acto.
-Desviación del poder cuando el acto administrativo es el resultado del uso indebido de las facultades y atribuciones otorgadas a un
248 órgano de la CA o a un funcionario.
Solución de diferencias en el comercio internacional

controversias de un país miembro donde se aplica una comerciales y económicas al interior de APEC surgió
norma jurídica andina. Por lo tanto, se asegura una de una variedad de factores, incluyendo las continuas
aplicación uniforme en el territorio de los países tensiones comerciales entre Estados Unidos y Japón.
miembros( 26 J. Adicionalmente, ha existido un creciente interés de las
Mediante Protocolo Modificatorio del Tratado compañías occidentales involucradas en el comercio
de Creación del Tribunal de Justicia de la Comunidad transpacífico y las inversiones en ampliar los medios
Andina aprobado el 28 de Mayo de 1996, se le asignan para una efectiva solución de controversias comerciales
nuevas competencias entre ellas las siguientes: internacionales. Debido a ello, de conformidad con la
e) Recurso por Omisión o Inactividad, por el Declaración de Bogor, APEC estableció un Grupo de
cual en el caso que el Consejo Andino, la Comisión o Expertos en Mediación de Disputas ("Expertos"),
la Secretaría General se abstuviesen de cumplir una presidido por Canadá, para explorar cómo podría
actividad a la que estuvieran obligados expresamente crearse al interior de APEC tal servicio de mediación
por el ordenamiento jurídico de la Comunidad Andina, de disputas. En la Cumbre de Osaka en noviembre de
dichos órganos, los países miembros, o las personas 1995, y luego de la primera reunión de los Expertos,
naturales o jurídicas, podrán requerir el cumplimiento los líderes de APEC expresaron su continuo interés en
de dichas obligaciones. la mediación de disputas.
d) Función Arbitral, cuando se tenga que dirimir Teniendo en cuenta las Declaraciones de Bogor
las controversias que se suscitan por la aplicación o y Osaka, los Expertos basaron su trabajo en los
interpretación de contratos, convenios o acuerdos siguientes principios:
suscritos entre órganos e instituciones del Sistema a) La mediación de disputas en APEC debería
Andino de Integración o entre éstos y terceros, cuando estar encaminada a promover mayor confianza en el
las partes así lo acuerden. Para tales efectos, se emitirá acuerdo por el que se establece la Organización
un laudo ya sea en derecho o en equidad, que será Mundial de Comercio (el Acuerdo OMC), y debería
obligatorio, inapelable y constituirá título legal estar dirigida a reforzar la integridad de los
suficiente para ser ejecutado en cualquier país procedimientos de la OMC.
miembro. b) La mediación de disputas en APEC no
d) Jurisdicción Laboral, en donde el Tribunal perjudicaría los derechos y obligaciones bajo el
es competente para conocer las controversias laborales Acuerdo OMC y otros acuerdos internacionales, y no
que se susciten en los órganos e instituciones del debería duplicar o apartarse de las instituciones y
Sistema Andino de Integración. procedimientos de la OMC.
e) La mediación de disputas en APEC debería
4.2 Foro de Cooperación Económica Asia ser voluntaria y alentar aproximaciones no
Pacífico (APEC). confrontacionales y voluntarias, en función a los
Las economías del Asia y el Pacífico han estado mutuos intereses económicos de las partes
entre las más dinámicas en generar nuevos negocios, involucradas, y con debida consideración por los
tanto entre ellas dentro de la región como con otras intereses de otros miembros de APEC.
entidades comerciales y países. Las economías del d) El trabajo en APEC sobre mediación de
APEC( 27 J han reconocido que mientras el comercio se disputas debería mantenerse en contacto con la
genera a nivel individual entre una empresa y otra, es evolución del trabajo de APEC en los objetivos de
responsabilidad de los gobiernos crear las condiciones liberalización del comercio y las inversiones y
que promuevan estos intercambios. facilitación del comercio. e
(/)

La propuesta de creación de un servicio de e) Los miembros de APEC deberían ser CD


..-+

mediación de disputas para resolver controversias alentados a trabajar dentro del marco de los acuerdos <
CD
~-
..-+
m
(/)
(26) Ha sido la figura más usada. Desde 1987 han sido más de doscientos los casos resueltos.
(27) El Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) comprende 21 de las mayores economías de la región Asia Pacífico. N
N
Creado en 1989 como un grupo de diálogo informal, APEC se ha convertido en un importante vehículo para promover el comercio,
la inversión y la cooperación económica. En setiembre de 1998, tres nuevas economías miembros se incorporaron a APEC: Perú, la
Federación Rusa y Vietnam.
249
Alfredo Ferrero

y convenciones internacionales existentes sobre la paso para lograr la transparencia. El propósito de esta
solución de disputas entre partes privadas y a adoptar guía es proveer información práctica a los
apropiadas medidas legislativas internas para cumplir empresarios y a los asesores profesionales como, por
los objetivos de esos acuerdos y convenciones, ejemplo, abogados; constituyéndose en un resumen
incluyendo una adecuada observancia de los mismos. de los puntos relevantes con referencias a las fuentes
f) Debería continuar otorgándose prioridad a de información.
facilitar el acceso a la información sobre los servicios Entre los medios alternativos de solución de
de mediación, conciliación y arbitraje disponibles en controversias, se puede advertir que el arbitraje es un
las economías miembros. mecanismo empleado en la región Asia Pacífico. En
Teniendo en cuenta estos principios, el trabajo cuanto a la negociación, mediación y conciliación,
de los Expertos se ha desarrollado en cuatro áreas podemos advertir que ha existido una preferencia
clave: cultural en muchas sociedades asiáticas por resolver
a) Disputas entre gobiernos del APEC; disputas privadamente a través de estos medios.
b) Disputas entre gobiernos del APEC y En la actualidad, algunas economías de la
entidades privadas; región Asia Pacífico han promulgado leyes recogiendo
e) Disputas entre entidades privadas; y lo previsto en la Ley Modelo de UNCITRAL para
d) Evitar disputas comerciales a través de un arbitraje comercial, la Convención de Washington o
incremento de la transparencia. ICSID, para la solución de disputas en materia de
Los Expertos reconocieron que muchas inversiones entre Estados, y la Convención sobre
disputas pueden evitarse mediante un incremento de Compraventa Internacional de Mercancías, para
la transparencia de leyes, regulaciones, directrices otorgar mayor certeza a los contratos.
administrativas y políticas relacionadas al comercio y Debe tenerse en cuenta que las disputas
a la inversión. Han estimulado a los gobiernos del comerciales tienen implicancias negativas para la
APEC a adoptar o afirmar compromisos para una cooperación que APEC busca promover. El Comité de
mayor transparencia, haciendo que dicha información Comercio e Inversión de APEC en el área de Mediación
esté rápidamente disponible y desarrollando o de Disputas, busca explorar modos de resolver disputas
manteniendo procedimientos de apelación de manera cooperativa, centrándose en disputas
independientes para la revisión y corrección de gubernamentales y privadas y en promover
acciones administrativas sobre comercio e inversión. transparencia en leyes y regulaciones como un medio
La labor de los Expertos se ha dirigido a reducir los para evitar el surgimiento de disputas. APEC considera
riesgos y costos de realizar negocios en la región del el mecanismo de solución de controversias de la OMC
Asia Pacífico, haciendo que las reglas y procedimientos como el primer canal para la solución de disputas;
para la solución de disputas sean más transparentes, APEC puede desempeñar un rol en ayudar a evitar el
alentando a las economías miembros de APEC a surgimiento de controversias o solucionarlas a través
adherirse a los convenios internacionales importantes, de una aproximación voluntaria y no confrontacional.
y promoviendo una más amplia serie de técnicas de En su reunión de mayo de 1999, el Comité de Comercio
solución de disputas con reglas y procedimientos e Inversión decidió que el trabajo sustantivo en cuanto
adecuadamente conocidos. a la mediación de disputas sea llevado a cabo bajo la
En particular, los Expertos han desarrollado directa responsabilidad de la Presidencia del Comité
una revisión de los mecanismos actualmente de Comercio e Inversión.
existentes según la legislación interna de cada Finalmente, cabe mencionar como un logro el
economía de APEC para la mediación de disputas acuerdo para mantener la Guía para Arbitraje y
entre gobiernos y compañías privadas, o entre Resolución de Disputas en las economías miembro de
compañías privadas, con miras a publicar los APEC en internet y como próximo paso considerar
resultados en una guía o manual accesible, Guía para ampliar el Proyecto Piloto de Australia e Indonesia para
Arbitraje y Resolución de Di~putas en las Economías la Resolución Alternativa de Disputas a otras
Miembro de APEC (Guide to Arbitration and Dispute economías deAPEC en el período de julio 2000 a junio
250 Resolution in APEC Member Economies), como otro 2005.
Solución de diferencias en el comercio internacional

4.3 Mercado común del sur (MERCOSUR). El laudo se emite en un plazo de sesenta días
El mecanismo de solución de controversias se prorrogables por un plazo máximo de treinta días a
compone de tres etapas: partir de la designación de su presidente. Se adopta
por mayoría y no se fundamentarán los votos en
4.3.1 Primera etapa: negociaciones directas. disidencia. Los laudos son inapelables y obligatorios
Surgida cualquier controversia entre los Estados y deberán ser cumplidos en un plazo de quince días a
parte sobre la interpretación, aplicación o menos que el Tribunal fije otro plazo. Dentro de esos
incumplimiento de las disposiciones contenidas en el quince días, cada parte en la controversia puede
Tratado de Asunción, de los acuerdos celebrados en el solicitar una aclaración o interpretación de su contenido
marco del mismo así como de las decisiones del Si un Estado parte no cumple el laudo en treinta días,
Consejo Mercado Común y de las resoluciones del los otros Estados parte en la controversia podrán
Grupo Mercado Común, podrá ser solucionada adoptar medidas compensatorias temporales tales
mediante negociación directa. Dicha controversia y el como la suspensión de concesiones u otras medidas
resultado de la negociación se informarán al Grupo equivalentes tendientes a obtener su cumplimiento.
Mercado Común a través de la Secretaría
Administrativa. Salvo acuerdo distinto, esta etapa no 4.4 El Tratado de Libre Comercio de
podrá exceder un plazo de quince días desde que un América del Norte (NAFTA).
Estado parte plantea la controversia. Consta de las siguientes etapas:

4.3.2 Segunda etapa: intervención del Grupo 4.4.1 Primera etapa: período de consultas.
Mercado Común. Cualquier parte puede efectuar por escrito
Si las partes no llegan a un acuerdo, cualquier consultas a otra parte sobre cualquier medida adoptada
estado parte en la controversia podrá someterla a o en proyecto que considere que pueda afectar la
consideración del Grupo Mercado Común. Este se ejecución de este Tratado.
encargará de evaluar las posiciones de cada una de las Las partes deben hacer todo lo posible para alcanzar
partes, y si considera necesario, puede solicitar el un resultado mutuamente satisfactorio. Para cumplir
asesoramiento de expertos que se encuentran en una con tal finalidad, las partes deben brindar información
lista preestablecida. suficiente y buscar evitar cualquier solución que afecte
Al final de esta etapa, sólo se formulan adversamente los intereses bajo los alcances de este
recomendaciones. La presentación de éstas no podrá acuerdo de cualquier otra parte.
exceder un plazo de treinta días a partir de la fecha en
que se sometió la controversia a la consideración del 4.4.2 Segunda etapa: período de conciliación y
Grupo Mercado Común. mediación.
Si las partes intervinientes en la fase de consultas
4.3.3 Tercera etapa: procedimiento de arbitraje. no logran solucionar el asunto materia de controversia
Si es que no se ha llegado a una solución mediante en un plazo de treinta días contados desde la entrega de
lo establecido en las etapas 1 y 2, cualquier Estado parte la solicitud, cualquier de ellas puede acudir de forma
de la controversia podrá comunicarse con la Secretaría escrita a la Comisión de Libre Comercio. Este pedido
Administrativa a efectos de recurrir al Procedimiento se mantendrá en los términos de la medida o asunto
Arbitral que se establece en el Protocolo. La Secretaría materia del conflicto iniciado mediante consulta, y se
señalará los artículos relevantes de este acuerdo. e
notificará al otro u otros estados involucrados en la (J)

controversia y al Grupo Mercado Común. La Comisión emitirá opinión dentro de un plazo <D
......
El Tribunal Arbitral fijará, en cada caso, su sede de diez días de entregado el pedido. Puede contar con <
<D
.....
en alguno de los Estados parte y adoptará sus propias la ayuda de consejeros técnicos o crear grupos de ;:::¡.:
Ol
normas de procedimiento. A solicitud de parte trabajo o de expertos si se considera necesario; realizar (J)
N
interesada y en la medida que exista presunción que el buenos oficios, conciliación o cualquier otro N

mantenimiento de la situación ocasiona daño, goza de procedimiento de solución de disputas o hacer


la potestad de dictar medidas provisionales. recomendaciones. También puede asistir a las partes. 251
Alfredo Ferrero

4.4.3 Tercera etapa: procedimiento de Panel. Cabe señalar que en cualquiera de las tres etapas
Si después de realizado lo dispuesto en el punto se debe poner en conocimiento a las otras partes y a su
2, el asunto aún no se soluciona dentro de un plazo de sección de la secretaría. Además siempre cabe la
treinta días contados desde que se acudió a la posibilidad de que las partes involucradas puedan a
Comisión, cualquier parte consultante puede solicitar llegar a un acuerdo mutuamente satisfactorio en
por escrito el establecimiento de un Panel Arbitral. Ante cualquier momento, y que puedan establecer otros
este pedido, la Comisión establecerá tal panel. plazos.
El Panel estará integrado por cinco miembros
pertenecientes a una lista previamente establecida por 5 Conclusiones.
las partes que conforman el Tratado. El Estado que no
forme parte en la disputa se encontrará habilitado para a) El mecanismo de solución de diferencias es de
atender a todas las sesiones y a presentar informes tanto vital importancia en foros como la OMC y el ALCA,
escritos como orales y a recibir informes escritos de ya que su existencia permite velar por el cumplimiento
las partes en conflicto. El Panel efectuará un informe de las normas que rigen el comercio entre los países.
preliminar, basado en la información precedente, el b) El entendimiento sobre solución de diferencias
que se realizará dentro de un plazo de noventa días de la OMC, aunque susceptible de ser mejorado, resulta
contados desde que el último panelista es elegido. de utilidad para los países miembros, en particular, para
Contendrá: las conclusiones de hecho, que la medida los países en desarrollo como el Perú, pues constituye
materia del conflicto es o no incompatible con las un recurso para que los países desarrollados cumplan
obligaciones dimanantes del Tratado o que acarrea las reglas del sistema multilateral de comercio. Los
nulidad o cualquier otra determinación; y la principios que sustentan el mecanismo de solución de
formulación de recomendaciones. diferencias de la OMC: equidad, rapidez, eficacia,
Las partes en conflicto podrán entregar al panel aceptabilidad mutua, otorgan confianza a los países
comentarios escritos al informe preliminar dentro de pues permiten un sistema de comercio más seguro,
los catorce días de la presentación del informe. A transparente y predecible, en donde serán los mismos
continuación, el Panel por propia iniciativa o a solicitud países miembros quienes decidirán las medidas
de cualquiera de las partes en conflicto, puede formular necesarias para que las normas comerciales sean
preguntas sobre cualquiera de las posiciones de las respetadas.
partes participantes; reconsiderar su informe o efectuar e) En el ALCA, se busca establecer un sistema de
un examen más profundo si es que se considera solución de controversias que sea justo, transparente
apropiado. Dentro de treinta días de la presentación y eficaz, y tenga como base el mecanismo de solución
del informe preliminar, el Panel presentará su informe de diferencias de la OMC. Asimismo, también se busca
final. Las partes en conflicto notificarán el mismo a la promover en este proyecto hemisférico el empleo de
Comisión. El informe final será publicado quince días medios alternativos de solución de controversias como
después de que es comunicado a la Comisión. el arbitraje, la conciliación y la mediación para resolver
Las partes intervinientes en el conflicto deben controversias privadas en el marco del ALCA.
llegar a una solución de común acuerdo, la que d) El Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina
normalmente se basa en las recomendaciones del Panel, (CAN) se encarga de resolver las controversias que
ya que el informe final no constituye laudo arbitral, y surjan entre los países andinos y tiene entre sus
por lo tanto no es de carácter obligatorio. competencias la Acción de Nulidad, la Acción de
En caso que el informe final determine que la Incumplimiento, la Interpretación Prejudicial, el
medida adoptada por una de las partes es incompatible, Recurso por Omisión o I nacti vi dad, la Función
y esta parte se niega a llegar a un acuerdo mutuamente Arbitral, y la Jurisdicción Laboral.
+-'
satisfactorio para las partes involucradas en la e) En el marco del APEC, el Comité de Comercio e
(j)
(/)
controversia y ya ha transcurrido un plazo de treinta Inversión en el área de Mediación de Disputas busca
::J días desde que se recibe el informe final, la parte explorar modos de resolver disputas de manera
perjudicada podrá suspender la aplicación de cooperativa, centrándose en disputas gubernamentales
252 beneficios de efectos equivalentes. y privadas y en promover transparencia en leyes y
Solución de diferencias en el comercio internacional

regulaciones como un medio para evitar el surgimiento comerciales, estableciendo en cada caso tres etapas
de disputas. En este sentido, se ha elaborado una revisión definidas en donde como primer paso se busca que las
de los mecanismos actualmente existentes según la partes solucionen de mutuo acuerdo su diferencia.
legislación interna de cada economía de APEC para la g) El mecanismo de solución de diferencias en los
mediación de disputas entre gobiernos y compañías distintos foros (OMC, ALCA, MERCOSUR, NAFTA,
privadas, o entre compañías privadas con miras a etc.) resulta relevante, pues es una garantía del
publicar los resultados en una guía o manual accesible, cumplimiento de los acuerdos comerciales. Asimismo,
Guía para Arbitraje y Resolución de Disputas en las evita los posibles abusos por parte de los países
Economías Miembro de APEC (Cuide to Arbitration desarrollados, dado que permite a los países en
and Dispute Resolution in APEC Member Economies), desarrollo como el nuestro, resolver una eventual
como otro paso para lograr la transparencia. controversia con un país desarrollado ante una instancia
f) En MERCOSUR y NAFTA, los procedimientos imparcial, evitando represalias comerciales unilaterales
de solución de controversias buscan una manera sin que previamente pase por un órgano de solución
adecuada y expedita de resolución de las controversias de diferencias. ~

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253

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