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La Nación Genovesa de Cádiz encargó en 1651 el retablo de su capilla a los escultores genoveses Tomaso Orsolino y Giovanni Tomaso Orsolino. El retablo presenta una composición propia de Andalucía del siglo XVII e incluye esculturas de mármol de los cuatro protectores de Génova y la Virgen del Socorro, además de decoraciones geométricas de mármol y jaspe. A pesar de ser obras marmóreas, algunas imágenes conservan la policromía para promover la devoci
La Nación Genovesa de Cádiz encargó en 1651 el retablo de su capilla a los escultores genoveses Tomaso Orsolino y Giovanni Tomaso Orsolino. El retablo presenta una composición propia de Andalucía del siglo XVII e incluye esculturas de mármol de los cuatro protectores de Génova y la Virgen del Socorro, además de decoraciones geométricas de mármol y jaspe. A pesar de ser obras marmóreas, algunas imágenes conservan la policromía para promover la devoci
La Nación Genovesa de Cádiz encargó en 1651 el retablo de su capilla a los escultores genoveses Tomaso Orsolino y Giovanni Tomaso Orsolino. El retablo presenta una composición propia de Andalucía del siglo XVII e incluye esculturas de mármol de los cuatro protectores de Génova y la Virgen del Socorro, además de decoraciones geométricas de mármol y jaspe. A pesar de ser obras marmóreas, algunas imágenes conservan la policromía para promover la devoci
En 1651 la Nación Genovesa de Cádiz encarga el retablo de
su capilla a los escultores genoveses, de origen lombardo, Tomaso Orsolino y Giovanni Tomaso Orsolino. La simpleza tecnónica y retórica decorativa donde el mármol cobra especial importancia, hace que se integre en el espacio mismo de la fábrica, extendiéndose por los tres paramentos del brazo izquierdo del crucero.
El progresivo escalonamiento de masas destaca la calle
central donde se encontraban el Santo Cristo de Aguinaga, una obra mejicana que hoy se encuentra en la cripta de la Catedral Nueva, y la Virgen del Socorro, titular de la capilla. Posiblemente el diseño fue enviado desde Cádiz debido a que la obra presenta una composición propia de la Andalucía de este período de s. XVII. A pesar de ello, la huella genovesa queda patente en el clasicismo del doble tímpano, en las decoraciones geométricas a partir de delicados embutidos y taraceas de primorosa ejecución, y en la elección de los materiales, mármoles polícromos y jaspes. El programa iconográfico gira en torno a las devociones genovesas, así nos encontramos con los cuatro protectores de Génova: San Juan Bautista, San Jorge, San Lorenzo y San Bernardo, y en el centro la Madonna Regina di Genova. Algunas imágenes conservan la policromía, a pesar de ser obras marmóreas, como la Virgen del Rosario, o el Padre Eterno y los ángeles que lo flanquean en el ático. Ésta es una singularidad de las esculturas genovesas llegadas a Cádiz a fines del s. XVII y es que, las imágenes de mármol no promovían la devoción entre los españoles, acostumbrados al realismo de las esculturas en madera y policromadas.
Capilla de la Nación Genovesa, 1671. Catedral Vieja
Capilla de la Nación Genovesa, 1671. Catedral Vieja Capilla de la Nación Genovesa, 1671. Catedral Vieja Capilla de la Nación Genovesa, 1671. Catedral Vieja Capilla de la Nación Genovesa, 1671. Catedral Vieja Capilla de la Nación Genovesa, 1671. Catedral Vieja Capilla de la Nación Genovesa, 1671. Catedral Vieja Capilla de la Nación Genovesa, 1671. Catedral Vieja