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Promoción de la Salud Mental por medio del Entrenamiento en Flexibilidad Psicológica

utilizando la ACT-Matrix

Introducción

En nuestros días, la promoción y prevención en salud mental se ha transformado en un tópico

de especial interés en la literatura, en los congresos, universidades y espacios de formación de

profesionales. Es innegable su importancia tanto en términos de los efectos de las

intervenciones propiamente dichas como en términos de optimización de recursos

económicos. En relación al primer punto, la promoción de habilidades y recursos personales

en un enfoque de prevención primaria implica empoderar a la sociedad brindándoles

herramientas que les facilite el afrontamiento de estresores haciendo uso de sus propios

recursos, dándoles a su vez las herramientas para generalizar estas habilidades a otros

miembros de la sociedad. Esto trae aparejado un impacto económico, lo cual nos lleva al

segundo punto, ya que la prevención de problemas psicológicos es, a la larga, mucho menos

costosa que el tratamiento una vez que éstos aparecen.

Aun considerando esto, el entrenamiento de profesionales en Latinoamérica sigue

siendo predominantemente asistencialista y se continúa dedicando mucho menos tiempo y

esfuerzo a la prevención en comparación con el tratamiento de los problemas de salud mental.

Sumado a esto, y aún cuando las investigaciones en psicología y el desarrollo de las

ciencias de la salud sigue creciendo exponencialmente, se continúa transmitiendo una

determinada concepción de salud que reproduce en gran medida una idea arraigada en otros

ámbitos de la sociedad. Esta concepción parte de una idea tomada de un enfoque médico

asistencialista en donde la salud mental es un estado natural y homeostático que sólo cuando

es afectado por factores específicos se generan condiciones patológicas, las cuales son

reificadas como entidades para las cuales contamos con un increíble número de etiquetas

recogidas en manuales diagnósticos.


Esta visión de salud implica su equivalencia a la ausencia de enfermedad, y en

términos de salud mental a la ausencia de sufrimiento. Congruente con esta visión, la ausencia

de síntomas se corresponde con la presencia de salud mental y la búsqueda de una vida sin

malestar se constituye, de esta forma, en una meta deseada, en consonancia con los mensajes

sociales de “una vida sin sufrimiento”. La estrategia analítica apunta a la identificación de los

procesos causales de estos síntomas y a la intervención sobre los mismos con el ´propósito de

su desaparición y el regreso a una condición de “felicidad homeostática”.

Sin embargo, en los últimos años ha empezado a cobrar fuerza un punto de vista

alternativo que, aún cuando su énfasis inicial a nivel aplicado ha estado en la psicoterapia, en

la actualidad se ha ampliado a otros ámbitos tales como la educación, el trabajo, y la

prevención a nivel comunitario. Estos abordajes parten de esta mirada diferente, centrada en

la validación, la compasión y la aceptación. Desde este punto de vista, el sufrimiento es algo

inherente a nuestra condición humana y la salud mental se asocia con una mayor Flexibilidad

Psicológica.

Uno de estos enfoques es la Terapia de Aceptación y Compromiso, la cual se basa en

los presupuestos del Contextualismo Funcional y los desarrollos de la Teoría de los Marcos

Relacionales. Desde un punto de vista ACT, los seres humanos que sufren no tienen nada

“roto” o “mal” ya que los problemas psicológicos son en gran parte derivados del hecho de

vivir en un mundo “intensamente verbal” (Hayes, Strosahl, & Wilson, 1999).

Específicamente, sostenemos que los esfuerzos que los seres humanos habitualmente

utilizamos para evitar el sufrimiento son aprendidos de prescripciones culturales que

compartimos todos los seres humanos, las cuales responden a la máxima del “sentirse bien”

según la cual una respuesta apropiada a una emoción o pensamiento negativo es su

eliminación y control, dado que los mismos se transforman en algo que obstaculiza la

felicidad (Blackledge & Hayes, 2001).


Desde un punto de vista Contextualista Funcional, la salud mental se asocia a la

posesión de repertorios amplios de habilidades que permiten a las personas llevar a cabo

acciones que potencian sus posibilidades de vivir vidas valiosas. Dentro de estos repertorios

se encuentra el Mindfullnes, cuya práctica forma parte de la mayoría de las terapias

conductuales contextuales surgidas en la última década. Los abordajes basados en

Mindfulness y en procesos de Aceptación-Validación han contribuido a una ampliación del

alcance del enfoque conductual y a una verdadera revisión de muchas de las prácticas

utilizadas hasta el momento desde otras tradiciones desarrolladas para la promoción de la

salud mental.

Por todo lo dicho, en el presente capítulo se presentará una modalidad de trabajo que

hemos venido utilizando en relación a la promoción de la Salud Mental desde un modelo

basado en el modelo ACT-Matrix (Polk & Schoendorff, 2014). Este modelo de trabajo ha sido

utilizado por nuestro equipo de trabajo en diferentes ámbitos de intervención tales como

programas de prevención del Burn Out en Psicoterapeutas, Entrenamiento de Competencias

de estudiantes de graduación del último año de psicología, entrenamiento de padres,

entrenamiento de habilidades para la prevención del estrés en parejas, prevención del abuso

del alcohol y muchos otros. El capítulo comienza con un desarrollo conceptual necesario para

una mayor comprensión del modelo de trabajo y presenta en forma didáctica los pasos básicos

para su utilización, tomando como ejemplo un programa de entrenamiento en Flexibilidad

Psicológica que utilizamos con estudiantes del último año de la carrera de Psicología.

Estableciendo el punto de vista

El trabajo desde ACT está directamente basado en su filosofía y en la teoría del lenguaje

denominada Teoría de los Marcos Relacionales (RFT). De hecho, una de las cosas que

caracterizan a ACT es su particular forma de conceptualizar la psicopatología y de entender el

sufrimiento humano. ACT es, antes que nada, otro punto de vista acerca del mundo.
Tal como señala Pepper (1970), todas las ciencias se basan en presupuestos básicos o

hipótesis de mundo, las cuales incluyen metáforas de mundo y criterios de validación o de

verdad. Así, las filosofías que subyacen a las formas de ver el mundo tienen dos roles

principales, uno ontológico y otro epistemológico. El rol ontológico se basa específicamente

en cómo se aborda la pregunta ¿Es real la realidad? Este rol es metafórico debido a que la

realidad no puede conocerse de manera directa y solo pueden hacerse modelos o

representaciones de ella. Por otra parte, el rol epistemológico se vincula a la posibilidad de

establecer criterios de verdad en relación al conocimiento, es decir, a las reglas de evidencia

vinculadas con cada metáfora.

Así, podemos pensar al mundo desde una hipótesis mecanicista, adoptando la metáfora

de la máquina como modelo de representación. De esta forma, nos representamos a la realidad

como una gran máquina newtoniana, donde cada fenómeno se encuentra totalmente

determinado por causas identificables a partir de un análisis de cómo funcionan las partes de

esa “maquina”. El objetivo de la ciencia sería el descubrimiento de leyes que permitan

identificar las causas de los fenómenos para de esta manera llegar a la predicción de los

mismos. Se asume que los modelos que presentan una mayor correspondencia con el

funcionamiento de aquello que representan son más verdaderos, ya que aumentan el poder de

predicción. Los modelos más verdaderos serán utilizados para el diseño de intervenciones

centradas en la modificación de las causas para modificar el fenómeno.

Aplicado a la salud mental, este modelo implica la identificación de las causas

“internas” (cogniciones o emociones desadaptativas por ejemplo) de los problemas

psicológicos (depresión, alcoholismo, adicciones), las cuales son suficientes para entender la

raíz de estos problemas y generar intervenciones que apunten a un cambio de estas causas.

Así, los tratamientos e intervenciones tienen como objetivo modificar estas variables para

generar cambios en los problemas del individuo y este enfoque se hace presente en los
diferentes niveles de prevención (primaria, secundaria y terciaria). Aún desde un enfoque

primario de prevención, si el objetivo está orientado a modificar eventos psicológicos por

medio de otros eventos psicológicos, estaríamos trabajando desde un punto de vista

mecanicista.

En contraste con este punto de vista, podemos asumir una hipótesis contextualista

funcional acerca del mundo adoptando como metáfora de mundo el acto en contexto, y como

criterio de verdad el trabajo eficiente. Desde este punto de vista, el trabajo eficiente se define

a partir de los objetivos que se persiguen, y el objetivo de la ciencia contextual funcional es

predecir e influir en los eventos con precisión (parsimonia en el número de conceptos

utilizados para abordar un fenómeno), alcance (los conceptos son aplicables a diferentes

fenómenos) y profundidad (los conceptos utilizados en el nivel psicológico son aplicables en

otros niveles de análisis).

El Contextualismo Funcional (CF) comparte los presupuestos básicos del conductismo

radical. De esta forma, desde el CF un evento psicológico (comportamiento) incluye casi

cualquier cosa que un ser humano puede llevar a cabo, tales como caminar, llorar, hablar,

pensar, sentir, etc. Como puede observarse se incluye eventos privados en su pleno derecho,

sólo que para predecir e influir en ellos no precisamos diferenciarlos ni suponer primacía

alguna de uno sobre otros.

Otro de los presupuestos básicos del CF es que un comportamiento debe ser siempre

comprendido en relación al contexto en el cual éste ocurre, entendiendo por contexto todo lo

que rodea a un comportamiento, incluyendo la historia de aprendizaje. Por esto, y dado que el

interés no está puesto solo en predecir sino también en influir en los eventos psicológicos, el

foco estará en las variables del contexto, ya que es solo mediante su manipulación que se

puede influir en los eventos psicológicos. Dicho de otra manera, las intervenciones apuntan

siempre al contexto de los eventos psicológicos, y este contexto estará definido por la
posibilidad de predecir e influir en los comportamientos del individuo a partir de la

intervención.

Para predecir e influir en los eventos psicológicos debemos comprender su función, es

decir, para qué se lleva a cabo. En términos básicos, los eventos psicológicos tienen múltiples

funciones (apetitivas, aversivas, discriminativas, emocionales, entre otras), aunque la

posibilidad de predecir e influir en los mismos implicaría discriminar, en primer lugar, si los

mismos están controlados por funciones aversivas o apetitivas. Simplificando, la relación de

un comportamiento con su contexto puede estar establecida con el propósito de acercarse a

aquello que es importante para el organismo (función apetitiva) o para escapar de aquello que

es peligroso o aversivo (función aversiva). Los contextos de control aversivo del

comportamiento se vinculan a un estrechamiento del repertorio comportamental y de su

variabilidad, generando menor sensibilidad a las contingencias. Los contextos apetitivos, por

el contrario, se vinculan a una mayor sensibilidad a las contingencias, a una mayor

variabilidad en el repertorio comportamental y a una mayor flexibilidad (Sandoz, Wilson y

Dufrene, 2010).

Gráficamente, podemos representar lo dicho hasta aquí en la Figura 1.

5 sentidos
Contextualismo

Aversivo (Evitación) Apetitivo (Aproximación)

Funcional

Mente

Figura 1: Representación gráfica del punto de vista Contextualista Funcional


El comportamiento humano ocurre en dos contextos fundamentales, un contexto de

eventos públicos representado metafóricamente como “cinco sentidos” y un contexto privado

(verbal), representado metafóricamente como “mente”. Asimismo, el comportamiento atiende

a dos funciones principales representadas en el eje horizontal, funciones apetitivas

(aproximarse) y funciones aversivas (escaparse). Como puede observarse, el trabajo desde

ACT implica una visión en la cual todo comportamiento es analizado en su contexto y

función, priorizando el análisis funcional del comportamiento por encima de una visión

centrada en la reducción o modificación de eventos privados. Así, el abordaje parte de un

replanteo contextual de la problemática del individuo, focalizándose en la función de los

comportamientos.

La intervención implicaría un proceso de entrenamiento en discriminaciones de

contextos y funciones, con el propósito de establecer contextos verbales facilitadores de una

vida orientada a aquello que es importante y de esta manera la disminución de patrones de

comportamientos gobernados por contextos aversivos. En este sentido, nuestras

intervenciones no están guiadas a determinar si lo que piensa o siente una persona es

“verdadero”, sino a lo que funciona en las diferentes situaciones que afronta en su vida.

Una mirada atenta a nuestra mente

La investigación sobre el lenguaje a partir de los enfoques de derivación de funciones en

relaciones de equivalencia (Sidman, 1994) dio lugar a la constitución de la Teoría del Marco

Relacional (Hayes, Barnes-Holmes, & Roche, 2001) que constituye la base de la Terapia de

Aceptación y Compromiso (ACT) y abrió las posibilidades a un cambio epistémico en la

práctica psicológica. Los estudios realizados dentro de la Teoría del Marco Relacional (TMR)

permitieron una revisión de los conceptos de conducta verbal y una manera diferente de

estudiar y abordar eventos privados, rompiendo con la “primacía cognitiva” como modelo

explicativo de la conducta humana.


Desde la TMR, se considera que un comportamiento básico que aprendemos

tempranamente los seres humanos es el de relacionar eventos. Desde muy pequeños somos

entrenados para operar en el medio “relacionalmente”, “enmarcando” estímulos en relaciones

con otros estímulos, y estas relaciones permiten la transferencia de funciones entre ellos.

Como se señaló, existen diferentes funciones que guían la conducta humana, y gracias a la

asombrosa capacidad del lenguaje podemos transferir simbólicamente estas funciones entre

estímulos relacionados en forma arbitraria. Esta habilidad para relacionar no se vincula solo

con las propiedades físicas de los objetos, sino que aprendemos a derivar relaciones en forma

arbitraria, sin necesidad de que las mismas sean entrenadas.

A esta respuesta que relaciona eventos y permite la derivación de funciones se le

denomina “Respuesta Relacional Derivada” (RRD). Como todo comportamiento, la RRD es

una operante adquirida por medio del aprendizaje (aprendizaje por medio de múltiples

ejemplares) reforzada por la comunidad verbal y constituye la base de la capacidad de operar

simbólicamente con nuestro entorno.

La RRD es el medio por el cual transformamos el mundo de los “cinco sentidos” en

“experiencia mental” (Schoendorff, Webster & Polk, 2014) y un medio por el cual los eventos

de nuestra mente adquieren algunas de las funciones del mundo de los cinco sentidos. La

RRD incrementa su complejidad con el aprendizaje del lenguaje y se relaciona con la

emergencia de complejas redes relacionales que incluyen relaciones entre eventos públicos y

privados (pensamientos, emociones, recuerdos y sensaciones entre sí) y la transferencia de

funciones entre ellos (podemos sentir temor frente a imágenes mentales por ejemplo, aún

cuando aquello que se representa no está presente).

A medida que crecemos pasamos cada vez más tiempo en el mundo verbal, quedando

muchas veces atascados en él. De esta manera, si bien la RRD constituye una herramienta

fundamental para la supervivencia, también es la base de gran parte del sufrimiento


“típicamente humano” dado que respondemos en gran medida a los acontecimientos a partir

de las funciones derivadas en lugar de hacerlo a partir de las funciones directas de los eventos

(Polk & Schoendorff, 2014). De la misma manera, aprendemos a responder a nuestros propios

eventos privados a partir de funciones derivadas por vía relacional lo cual trae como resultado

que nuestros movimientos de escape no solo acontecen en relación a eventos de los “cincos

sentidos” sino que también escapamos de nuestros pensamientos, emociones, recuerdos y

sensaciones físicas. Estos esfuerzos de “Evitación Experiencial” (EE) conllevan un

estrechamiento del repertorio de comportamiento y una menor flexibilidad y sensibilidad a las

contingencias. Por esto mismo, la EE es uno de los procesos centrales del modelo de

“psicopatología” de ACT.

En la Figura 2 podemos representar el papel de la RRD en nuestro diagrama. Como

puede verse, este comportamiento verbal nos permite relacionarnos con el mundo de los

“cinco sentidos” (Contexto público) de una forma “verbal” (Contexto privado).

5 sentidos

Aversivo Apetitivo
(Aproximarse)
RRD

Mente

Figura 2: Representación gráfica de la Respuesta Relacional Derivada como medio de

vinculación entre los cinco sentidos y la mente

El modelo psicopatológico de ACT parte de la idea de que el sufrimiento humano es en

gran medida sufrimiento verbal, es decir, determinado por contextos verbales. Así, el

sufrimiento psicológico es el resultado de las operaciones lingüísticas en sí mismas y del


excesivo uso de estas como medio de regulación comportamental, el cual es reforzado por la

comunidad verbal. Debilitar el impacto de estos contextos verbales aversivos sobre la

conducta humana es uno de los principales objetivos.

Dado que la RRD también es el medio para la emergencia de contextos verbales

apetitivos (lado derecho), vinculados a aquello que es importante para las personas, el

terapeuta genera un contexto favorecedor de nuevas relaciones derivadas y de la

trasformación de funciones aversivas en apetitivas proporcionando claves verbales

especificas, brindando a la persona la posibilidad de general un mayor control apetitivo de su

comportamiento.

La Flexibilidad Psicológica como Salud Mental

El objetivo terapéutico en ACT es la Flexibilidad Psicológica, definida como la disposición

activa a hacer contacto con la experiencia en el momento presente, en forma consciente y sin

defensa, al servicio de aquello que es importante para la persona. Desde este mismo sentido,

se considera que la flexibilidad Psicológica es el resultado de seis procesos comportamentales

funcionalmente definidos y conceptualmente interdependientes.

Foco en el pasado o el futuro/ Momento Presente: Tal como se señaló, los seres

humanos vivimos imbuidos en un mundo intensamente verbal, y en la medida en que nos

“fusionamos” con este mundo verbal perdemos contacto con las experiencias y la invaluable

información de las contingencias del momento presente. La pérdida de contacto con el

momento presente nos lleva a una vida centrada en preocupaciones futuras y a dolores del

pasado. El estar fuera del momento presente nos expone a la ausencia de perspectiva en

relación a los eventos privados, lo cual potencia las funciones de los mismos en contextos de

literalidad.

Estar en el momento presente implica el contacto voluntario y flexible con la

experiencia mientras esta ocurre, tanto con la experiencia externa (el mundo de los cinco
sentidos) como con la experiencia interna (pensamientos, emociones, sensaciones, por

ejemplo). Con el objetivo de favorecer la Flexibilidad Psicológica a partir de este proceso

utilizamos prácticas contemplativas de Mindfulness como así también prácticas no

contemplativas, tal como el trabajo centrado en “Notar” utilizando la Matrix (ver más

adelante).

Evitación experiencial / Aceptación: Si bien la evitación de contextos aversivos

constituye una función conductual básica para la supervivencia, cuando los patrones de

evitación experiencial (EE) se cronifican pueden alejar a las personas de una vida orientada a

sus valores, ocasionando aún mayor sufrimiento. La EE hace referencia a una clase de

comportamientos definida funcionalmente cuyo objetivo es alterar la forma o frecuencia de

eventos privados no deseados (pensamientos, emociones, sensaciones, recuerdos). EE incluye

dos fenómenos relacionados: (1) la falta de disposición a experimentar eventos internos y 2)

las acciones dirigidas a remover los estímulos que provocan estas experiencias, tanto en

intensidad como en frecuencia (Hayes, Wilson, Gifford, Follette, & Strosahl, 1996), incluso

cuando esto puede ocasionar daños.

Desde este punto de vista, los eventos privados no son el problema fundamental en la

vida del cliente, sino los vanos intentos por aplicar estrategias de control de estos eventos que

el cliente ha aprendido. Este tipo de funcionamiento está presente en la mayoría de los

trastornos y problemas psicológicos que los seres humanos enfrentan en su vida, y el costo de

esta lucha es muchas veces extremo (Luciano Soriano, Gómez Becerra, & Valdivia Salas

2002).

La alternativa a la EE es la Aceptación, y el trabajo del profesional de la Salud Mental

en la generación de contextos de aceptación es una tarea fundamental, no como un fin en sí

mismo sino como un medio para fortalecer comportamientos orientados a valores. La

aceptación conlleva un proceso activo y consciente de apertura a las emociones, pensamientos


y demás procesos internos tal como ellos son, con la disposición a experimentarlos

completamente y sin defensas, dirigiendo el comportamiento hacia aquello que es importante

en la vida (Hayes, Pistorello, & Levin, 2012).

Fusión Cognitiva/ Defusión: Debido a la literalidad que caracteriza los procesos de

pensamiento humano los símbolos son tomados como equivalentes a aquello que representan

e incluso a las personas que los utilizan. Este proceso no es siempre dañino, dado que permite

el autocuidado frente a situaciones futuras o potenciales. Sin embargo, cuando este proceso se

cronifica puede generar la pérdida de vitalidad y una pérdida de contacto con la “experiencia”

de la vida, tal como se nos presenta a cada momento.

La fusión cognitiva trae aparejada la transferencia de funciones desde el evento al

símbolo utilizado para describir el evento, lo cual conlleva que las funciones del evento sean

transferidas al momento presente. Así por ejemplo, un adolescente puede estar fusionado con

ciertos pensamientos o expectativas vinculadas a la ingesta de alcohol tales como “si bebo

voy a parecer más divertido” lo cual trae como consecuencia que las funciones apetitivas de

“parecer divertido” sean transmitidas a “tomar alcohol” y que estas mismas funciones sean

traídas al momento presente en el cual el adolecente se encuentra frente a la posibilidad de

beber. Desde este enfoque, no son las expectativas positivas hacia el alcohol las que pueden

operar como gatillo para el consumo sino la fusión con las mismas.

La alternativa es la defusión, proceso mediante el cual intentamos debilitar este

contexto verbal y desliteralizar las representaciones del lenguaje, de forma tal que los

procesos verbales mediante los cuales organizamos relacionalmente el mundo son

identificados y observados en el momento que ocurren, lo cual debilita la transferencia de

funciones. Aprendiendo a ver un pensamiento como un pensamiento, una emoción como una

emoción y un recuerdo como un recuerdo podemos adquirir una mayor sensibilidad a las

contingencias y permanecer totalmente presentes, experimentando un evento en toda su


complejidad y riqueza.

El objetivo que buscamos cuando trabajamos con ejercicios de defusión es disminuir

la confianza y el apego a los pensamientos y experiencias privadas en lugar de intentar

modificar su intensidad o frecuencia (Hayes, Pistorello, & Levin, 2012). De esta manera, el

trabajo centrado en la defusión permite disminuir el impacto de los pensamientos, emociones

y de las ansias por beber, en el caso del ejemplo.

Yo concepto/ Yo Contexto: La ausencia de contacto con el presente, la fusión cognitiva

y la evitación experiencial obstaculizan el autoconocimiento. De esta manera, muchas

personas carecen a veces de la perspectiva necesaria para experimentar un sentido continuo

del Yo, independiente de claves externas acerca de que es lo que necesita o debe hacer. De

esta manera, una persona puede basar su bienestar o sus direcciones vitales en torno a lo que

otros desean o quieren y no en torno a lo que es realmente importante para ella.

Por otra parte, la identificación del Yo con ciertos eventos privados (la emoción de la

tristeza, por ejemplo) nos lleva a definirnos sobre la base de los mismos (soy una persona

triste, por ejemplo). Asimismo, muchas veces nos definimos a partir de las historias que

hemos construido sobre nosotros mismos, (“Soy un mal hijo”, “Soy un buen hijo”, por

ejemplo) y la fusión con estas historias, o Yo Concepto, nos obstaculiza experimentar otros

sentidos o perspectivas del Yo. De esta manera, la fusión con nuestro Yo concepto trae

aparejada rigidez comportamental, debido a que nos esforzamos por rechazar o evitar

cualquier contenido o experiencia que pueda contradecir estas historias. La fusión con un yo

concepto no nos permite vivenciar un sentido de continuidad que pueda trascender las

experiencias privadas, lo cual determina una gran inestabilidad en la identidad personal.

A diferencia de otros enfoques psicoterapéuticos, desde ACT no buscamos confrontar

el contenido de estas historias, y no intentamos un cambio directo de estas. Lo que intentamos

es fortalecer un sentido trascendente del Yo, trabajando inicialmente con el “Yo como
proceso”, esto es, desde una posición de observación de los eventos privados. Por medio de

ejercicios específicos y de la utilización del Minfulness, fortalecemos este Yo permitiendo

que el cliente observe y note los procesos internos, describiéndolos tal como ellos son:

pensamientos, emociones, sensaciones y recuerdos.

El trabajo con el “Yo como proceso” da lugar a un paulatino sentido de perspectiva en

torno a los contenidos privados y a las historias personales que elaboramos, fortaleciendo de

esta manera la flexibilidad psicológica. Así como la defusión implica observar un

pensamiento como un pensamiento, y una emoción como una emoción, el Yo Contexto

implica observar nuestro Yo como algo que trasciende nuestros pensamientos y emociones.

Por ello, es la base de los procesos de aceptación, ya que es sólo desde este locus desde donde

los eventos privados pueden ser “observados en perspectiva”.

Poca claridad / Contacto con Valores: Desde ACT se considera que la salud

psicológica está estrechamente vinculada con el mantenimiento de patrones de

comportamientos orientados a lo que es importante en las diferentes áreas de la vida de la

persona (Páez-Blarrina, Gutierrez Martinez, Valdivia Salas, & Luciano Soriano, 2006). En

este sentido, el trabajo terapéutico está dirigido a sustituir el control conductual basado en la

evitación de eventos privados aversivos, o en la fusión con reglas rígidas de obediencia

(Pliance) acerca de cómo se debería o no debería ser, por el control conductual basado en la

aproximación a aquello que es importante en la vida.

Los valores son las direcciones de vida globales construidas verbalmente y elegidas

voluntariamente, intrínsecas a los patrones de comportamiento. Son direcciones que orientan

las elecciones de las personas momento a momento. Así, una persona que valora el

autocuidado puede manifestar esto por medio de múltiples comportamientos tales como el

aseo, el cuidado de su cuerpo, hábitos alimenticios adecuados, etc. De esta manera, el valor

reforzante de los valores se instaura en el aquí y ahora, no en un futuro potencial permitiendo


a la persona escoger acciones valiosas aún cuando las mismas implican algún tipo de

sufrimiento. Tal como señalan Páez-Blarrina et al (2006) dado que los valores son el

horizonte de los comportamientos del cliente y no metas u objetivos que se pueden alcanzar,

son de gran utilidad ya que están siempre presentes y disponibles aportando sentido y

vitalidad al comportamiento frente a las dificultades que la vida inevitablemente brinda.

Dado que uno de los principales focos de trabajo en ACT es la clarificación de

valores, el trabajo permite reorientar la vida de la persona hacia aquello que es importante en

su vida y a elegir en forma activa aquello que es importante con una postura abierta, flexible y

no valorativa en relación al sufrimiento (willigness). Como puede verse, los valores

constituyen un eje fundamental en cualquier programa preventivo ya que permiten generan

una motivación abierta y flexible en las personas al vincular las acciones con aquello que es

importante “para la persona”.

Inacción o persistencia/Acción Comprometida: La acción comprometida no es otra cosa

que cualquier comportamiento al servicio de las cosas importantes en la vida. Estos

comportamientos permiten el logro de objetivos ligados a valores por lo cual la persona puede

llevarlos a cabo aún frente a obstáculos externos o eventos privados aversivos. De esta

manera, este tipo de acción dota a las personas de un mayor sentido de eficacia personal y de

empoderamiento. La acción comprometida también incluye el cultivo de habilidades que

permitan avanzar hacia las direcciones valiosas en la vida del cliente (habilidades sociales,

por ejemplo).

Así, desde el modelo psicopatológico propuesto por ACT muchas de las dificultades

que los seres humanos experimentan están determinados por contextos de fusión cognitiva, es

decir, contextos donde las personas responden a las emociones o pensamientos sobre un

evento más que al evento en sí mismo. Por otro lado, la fusión con los eventos internos viene

acompañada de operaciones de evaluación de estas experiencias internas (buenas y malas,


agradables y desagradables) que ponen en marcha esfuerzos de evitación experiencial que

impiden un movimiento hacia las cosas importantes en la vida. De esta manera, las diferentes

conductas desadaptativas de los clientes no serían otra cosa que intentos de control de las

emociones, pensamientos y sensaciones generadas por situaciones específicas, y amplificadas

por procesos simbólicos, que impiden a los individuos el contacto con contextos apetitivos

ligados a valores. Estos intentos de control están sostenidos a su vez por la fusión con el

conjunto de historias que operan como razones para nuestro comportamiento, las cuales

permiten “explicar” el sufrimiento desde nuestro Yo concepto. La fusión con estas historias

sobre el mundo y sobre nosotros mismos, permite dar un “sentido” culturalmente legitimado a

nuestro sufrimiento.

De esta manera, la inflexibilidad psicológica es una característica fundamental de los

diferentes problemas psicológicos y cada uno de los procesos desarrollados estará implicado

en mayor o menor medida en estos problemas. En conclusión, y coincidiendo con Sandoz,

Wilson y Dufrene (2010) podemos pensar que el comportamiento humano en general puede

ser descripto a partir de un continuum de Flexibilidad Psicológica, o de un continuum en

relación a cada uno de estos procesos, y el objetivo de las intervenciones desde ACT es la

búsqueda de la flexibilidad psicológica a partir de un aumento en la flexibilidad de los

repertorios comportamentales de la persona haciendo foco en cada uno de los procesos.

Desde esta perspectiva, los problemas psicológicos no son problemáticos no por su

frecuencia o por su carácter “anormal” sino porque los mismos se presentan como un

obstáculo para una vida valiosa y plena, y el cultivo de esta vida es el principal propósito de

nuestras intervenciones.

Trabajando con la “Matrix”

Como se señaló, una forma usual de presentación de los procesos de ACT es a través del

Hexaflex. Quizás una de las dificultades fundamentales del modelo Hexaflex sea postular
términos de “nivel medio” que no se corresponden fácilmente con procesos comportamentales

básicos, lo cual conlleva cierta ambigüedad en su definición e incluso el riesgo de que se

utilice ACT como una tecnología protocolizada dirigida a cada uno de los procesos por vez, lo

cual dista de una visión contextualista funcional. Por esto, desde nuestro trabajo utilizamos el

modelo ACT-Matrix, el cual constituye una alternativa más cercana a la los principios básicos

de la ciencia del comportamiento.

La Matrix es un punto de vista de ACT desarrollado por Kevin Polk que no solamente

permite presentar al individuo los procesos descriptos de ACT de una forma comprensible y

sencilla, sino que además permite fortalecer los mismos a partir de un entrenamiento en

discriminaciones, aumentando de esta manera la Flexibilidad Psicológica.

La Matrix es un diagrama simple, un punto de vista que invita al cliente a discriminar la

experiencia y la conducta a partir de un proceso de “notar diferencias” o de un entrenamiento

en “discriminaciones”. Estas discriminaciones son realizadas de acuerdo a dos dimensiones

fundamentales: la dimensión publico/privado, representada en el diagrama como experiencias

de los “5 sentidos” versus “experiencia mental/interna (D1) y la dimensión apetitiva/aversiva,

representada en el diagrama como movimientos de “Aproximación” o “Evitación” (D2)

(Figura 4).

Al utilizar la Matrix, la persona interactúa con el diagrama pudiendo percibir

visualmente sus comportamientos abiertos y encubiertos como así también las funciones que

regulan los mismos. De esta manera, la utilización de la Mattrix ayuda a que el

comportamiento de las personas sea más sensible al control apetitivo interno. También puede

ayudar a estos a hacer “tacto” con la experiencia interna en una forma menos amenazante,

más validante y menos aversiva. De esta manera, puede considerarse a la Matrix como una

manera simple de entrenamiento del “Yo Contexto”.

La primera discriminación que trabajamos está representada en el eje vertical. Así, el


individuo aprende simplemente a notar las diferencias entre las experiencias de los cinco

sentidos y las experiencias mentales. En términos teóricos esta discriminación se vincula con

los procesos de conciencia plena por lo cual denominamos a este eje el eje del “Minfulness”,

de forma tal que mediante el entrenamiento en múltiples ejemplares el cliente fortalece su

capacidad de permanecer en el momento presente en posición de observador notando las

diferencias entre los procesos internos y los eventos externos. Esto es muy importante ya que

en nuestra práctica hemos podido observar que para muchas personas las prácticas formales

de Mindfulness (contar respiraciones con los ojos cerrados, por ejemplo) les resultan

incómodas y hasta extrañas. Por el contrario, poder notar si nos encontramos dentro o fuera de

la mente es una metáfora que permite la observación de procesos internos en una forma más

amigable, lo cual resulta de gran utilidad para algunas poblaciones (adolescentes por ejemplo)

La segunda discriminación básica permite a la persona notar las diferencias entre los

movimientos de aproximación a lo que es importante en su vida y los movimientos de

alejamiento de las experiencias internas indeseadas. Mediante el entrenamiento en múltiples

ejemplares la persona adquiere paulatinamente una mayor sensibilidad a las funciones que

guían su comportamiento. En términos teóricos esta discriminación se vincula con la

posibilidad de entrenar mediante claves contextuales la discriminación de contextos de

control apetitivo (aproximación) y contextos de control aversivo (evitación) del

comportamiento, por lo cual también denominamos a este eje el eje del “Behaviorismo”.

Todo esto es representado en la Figura 4.


5 sentidos

Mindfulness
D1

Aversivo (Evitación) Apetitivo (Aproximación)


Yo

Behaviorismo
Notando
D2

Mente

Figura 4: Discriminaciones y procesos fundamentales en la Matrix

Posteriormente, la persona clasifica su experiencia en cuatro cuadrantes representados

por las cosas importantes en su vida, los obstáculos internos (experiencias internas

indeseadas), los comportamientos de evitación o lucha y los comportamientos de compromiso

o aproximación. Mediante un proceso de entrenamiento en múltiples ejemplares, las personas

aprenden a notar las diferencias y clasificar sus propias experiencias y comportamientos.

5 sentidos

Q3: Comportamientos de Q4: Comportamiento de Compromiso


lucha

Aversivo (Evitación) Apetitivo (Aproximación)


Yo
Notando Yo
Notando

Q2: Obstáculos Q1: Cosas importantes


Internos

Mente

Figura 5: Discriminaciones fundamentales en la Matrix y utilización de los cuadrantes


La importancia de esta tarea cobra sentido cuando recordamos que desde ACT se

considera que los problemas psicológicos son explicados como procesos de “atascamiento” en

el lenguaje, y el trabajo en notar las diferencias requiere procesos rápidos de aprendizaje que

no requieren procesos lingüísticos muy elaborados (Polk, 2014). Mediante este proceso los

clientes adquieren una creciente toma de perspectiva en relación a sus propios procesos

internos, aumentando de esta manera su Flexibilidad Psicológica y su apertura a hacer aquello

que los acerque a lo que es importante en sus vidas.

En este sentido, la persona puede trabajar desde las primeras sesiones todos los procesos

de ACT al mismo tiempo, por lo cual la Matrix es especialmente útil en procesos cortos en las

cuales se necesita “Empoderar” a la persona o grupos de personas con el propósito de generar

cambios sostenibles a través del tiempo. El entrenador utiliza preguntas que guían el proceso,

aumentando la disposición (willigness) en los participantes y generando muchas veces en

ellos la motivación necesaria para llevar a cabo comportamientos de importancia para ellos.

Para esto, no requiere nada más que vincular comportamientos con aquello que es más

importante para cada individuo. Para una mayor comprensión de la utilización de la Matrix, a

continuación se presenta en forma resumida la implementación de la Matrix para el

entrenamiento en Flexibilidad Psicológica en estudiantes del último año de un programa de

graduación en Psicología.

Es importante considerar que si bien no se cuenta con datos estadísticos publicados, uno

de los problemas que más reportan los alumnos en clase en la materia que dictamos es la gran

carga de tareas y obligaciones, sumada a la carga emocional que experimentan en su último

año de facultad. Sumado a esto, la presencia de temores en relación al ejercicio profesional en

un mercado incierto, el hecho de tener que retornar a sus lugares de origen (muchos

estudiantes vienen del interior del país), el abandono de sus parejas o tener que decidir sobre

el fututo próximo son factores que repercuten directamente en su salud mental.


Diferentes investigaciones han puesto de manifiesto que las intervenciones basadas en

Mindfulness son eficaces para reducir la vulnerabilidad a ciertos estados mentales asociados

al estrés que implican patrones de sobreidentificación y reactividad cognitiva a las

sensaciones, pensamientos y emociones y de ese modo producir mejoras duraderas en el

bienestar emocional de las personas. Así, las prácticas con base en mindfulness han

demostrado ser efectivas en el ámbito académico para reducir el estrés en adolescentes y para

la reducción del desgaste emocional en estudiantes universitarios, (Barnes, Bauza y Treiber,

2003; De la Fuente Arias, Justo y Mañas Mañas, 2010). Kang, Choi y Ryu (2009) examinaron

la eficacia de un programa de mindfulness en un grupo de estudiantes de enfermería

empleando un grupo experimental y un grupo control mostrando que el grupo experimental,

en comparación con el grupo control, mejoró de forma significativa en las variables estrés y

ansiedad.

Como puede observarse, existe evidencia de que las intervenciones con base en

Mindfulness son eficaces para el abordaje y prevención de problemáticas asociadas al estrés

y, de hecho, existe evidencia de su utilidad para muchas otras problemáticas. Sin embargo, en

nuestra experiencia la adherencia a la práctica formal no es muy alta entre adolescentes

universitarios, aún cuando su práctica es más conocida en nuestros días. Sumado a esto, en la

práctica habitual de Mindfulness, el trabajo centrado directamente en patrones de acciones

valoradas no es un objetivo a corto plazo, por lo cual la utilización de la Matrix se transforma

en una oportunidad para el entrenamiento de nuestros estudiantes en habilidades que pueden

fortalecer procesos salugénicos y promover una mayor Flexibilidad Psicológica.

En nuestro trabajo, la Matrix es presentada el primer día de clases a los alumnos de la

materia y en cada clase se incluyen diferentes ejercicios que apuntan a fortalecer cada uno de

los procesos de ACT. Esto se mantiene durante todo el año académico, por lo cual cada clase

tiene dos objetivos generales fundamentales: un objetivo académico (transmisión de los


conocimientos establecidos en el programa) y uno de proceso (entrenamiento en flexibilidad

psicológica). A continuación se presenta el protocolo básico de trabajo en las primeras clases.

El enfoque general de trabajo incluye las siguientes fases:

1. Entrenar a los estudiantes en las dos discriminaciones básicas

2. Identificar cosas importantes en la vida (valores)

3. Identificar los obstáculos internos (experiencias mentales desagradables)

4. Identificar estrategias utilizadas para escapar del sufrimiento

5. Chequear cómo han funcionado cada estrategia a corto y largo plazo, y el costo de las

mismas

6. Identificar comportamientos de aproximación a lo importante

7. Realizar ejercicios en relación a cada cuadrante durante el año

1. Discriminaciones Básicas:

Si bien la Matrix puede ser utilizada de múltiples maneras, nuestra forma de trabajo con

nuestros estudiantes se adecúa a el protocolo básico sugerido por Kevin Polk (2014,

comunicación personal). En este protocolo comenzamos por la discriminación D1 (véase más

arriba) vinculado a los procesos de “Mindfulness”. En principio, nuestro objetivo es que los

estudiantes puedan notar cuanto tiempo pasan en sus mentes en comparación con el tiempo

que utilizan en el mundo de los cinco sentidos, es decir, activamente comprometidos con la

vida en el momento presente. Discriminando en este eje, los estudiantes comienzan a notar en

posición de observador las diferencias entre los procesos internos y los eventos externos, y

posteriormente a notar estos eventos en forma no valorativa, en el momento presente. Para

comenzar este trabajo solemos comenzar con una breve psicoeducación como la siguiente:

“Muchos de nuestros problemas tienen que ver con la manera en la cual intentamos
manejar o resolver problemas. El objetivo de lo que vamos a trabajar hoy es
establecer un nuevo punto de vista con el propósito de aprender más a guiar su vida
hacia las cosas importantes. Este proceso se denomina Entrenamiento en Flexibilidad
Psicológica, ¿les gustaría saber de qué se trata esto?”
Cuando recibo una respuesta afirmativa dibujo una línea vertical en cuyo extremo

superior escribo las palabras “5 sentidos” y en el inferior la palabra “Mente” . Luego prosigo:

“Debo comentarles que el entrenamiento en Flexibilidad Psicológica no es otra cosa


que aprender a notar diferencias. En este proceso quizás se sientan un poco
confundidos, y si eso ocurre está bien. A veces el proceso de adquisición de nuevos
aprendizajes es precedido por un poco de confusión. Comencemos con un pequeño
ejercicio. Observen su mano durante algunos segundos como si fuese la primera vez
que la pueden observar, deténganse en cada detalle, en cada pliegue y permanezcan
así algunos segundos…”

Solicito que hagan lo mismo con cada sentido (olfato, audición, y tacto) Luego sigo de

esta manera:

“Ahora les voy a pedir que cierren los ojos e imaginen su mano, como si la tuviesen
en frente suyo, que la observen, la escuchen, la huelan… ¿Es exactamente la misma
mano?”-Al recibir respuestas negativas, refuerzo las respuestas diciendo:-
“¡Felicitaciones! Esta es la primera discriminación”. Podemos atascarnos de
diferentes maneras en la vida, y una de esas formas es no poder diferenciar el mundo
de los cinco sentidos y el de la mente. Esto no quiere decir que estemos locos o algo
por el estilo, sino que, dada la utilidad de nuestra mente para resolver problemas,
muchas veces pasamos más tiempo dentro de ella que en contacto con los atardeceres.
Esto no es un problema en sí mismo, pero a veces puede llevarnos a atascarnos en
nuestro mundo interno, por lo cual esta primera discriminación es muy importante.

Posteriormente, dibujo una línea horizontal en el centro y un círculo en el punto de

unión de ambas líneas. También escribo en el extremo derecho de esta línea la palara

“Aproximación” y en el izquierdo la palabra “Evitación”. Luego prosigo

Tanto los seres humanos como muchos animales hacemos todo por dos cosas, ir hacia
lo que es importante para nosotros o escapar de aquello que es peligroso o aversivo.
Así, mi perro se dirige con mucho entusiasmo a sus huesos y a jugar con sus
compañeros, pero escapa de las tormentas. Pero a diferencia de mi perro, los seres
humanos podemos dirigirnos a cosas importantes del mundo interno y escapar de
tormentas internas. ¿Pueden recordar alguna situación en la cual se hayan dirigido a
algo importante en su vida? ¿Podrán notar cómo se siente recordar eso? ¿Qué
sienten en su cuerpo mientras recuerdan eso?

Al finalizar pregunto:

¿Pueden discriminar la diferencia entre los movimientos de escape y de


aproximación? Al recibir respuestas afirmativas, refuerzo las respuestas diciendo:-
“¡Felicitaciones! Esta es la segunda discriminación”. La segunda discriminación
básica nos permite notar las diferencias entre los movimientos de aproximación a lo
que es importante en la vida y los movimientos de alejamiento de las tormentas
internas.
Ahora la pregunta es, ¿Quién puede notar todas estas diferencias?

Cuando los estudiantes responden “Yo”, escribo en el centro del diagrama “Yo

Notando”, de la forma que se expone en la figura 6

5 sentidos

Aversivo (Escaparse) Apetitivo (Aproximarse)


Yo
Notando

Mente

Figura 6: Diagrama de la Matrix como es presentado a los estudiantes

2. Identificar cosas importantes en la vida (valores)

Hace algún tiempo, en una conversación con Kevin Polk pregunté a este porqué iniciaba

siempre su rutina con la Matrix en el cuadrante de valores, y él respondió: “Por el efecto

priming”. Resumidamente, este efecto se refiere a que aquello que primero percibimos genera

una impronta en lo que percibimos en forma subsiguiente, determinándolo. Así, si lees la

palabra “Silla” responderás mucho más rápido a la palabra “mesa”. Por esto mismo, al

comenzar una intervención hablando sobre problemas o sobre cosas que las personas quieren

sentir o pensar puede generarse un efecto priming en todo lo que viene después (Polk,

comunicación personal).

El proceso de ACT implica poder mostrar a las personas como sus diferentes

estrategias de resolución de problemas pueden ser parte del problema, ya que los alejan de la
posibilidad de vivir una vida valiosa. Al trabajar en procesos de entrenamiento, focalizarse en

los problemas muchas veces lleva a que nos sintamos atascados en el proceso, de la misma

manera que ocurre fuera del mismo. Por esto, desde nuestro punto de vista intentamos

introducir el trabajo en valores (Q1, ver figura 5) cuanto antes se pueda, para generar un

contexto apetitivo en el transcurso de la intervención. Basándonos en esto, damos las

siguientes instrucciones:

Para continuar les voy a pedir que me respondan lo siguiente, ¿qué cosas o quienes
son importantes en sus vidas? Si bien no necesita ser una lista exhaustiva, si es
importante que incluyan todo aquello que consideren fundamental. También pueden
hace el ejercicio respondiendo a esta pregunta: si fuesen las personas que quieren ser,
¿Qué características tendrían?

Cada respuesta dada por los estudiantes es incluida en el Q1, sin evaluar sus respuestas.

Si algún colega opina sea positiva o negativamente sobre las cosas importantes de sus

compañeros solo pregunto: ¿Y quién es la persona que mejor puede saber qué es lo

importante para ella? …

3. Identificar los obstáculos internos (experiencias mentales desagradables)

En este punto es importante detenernos y preguntarnos: si estas cosas son tan


importantes para nosotros ¿qué es lo que nos impide caminar todo el tiempo hacia
ellas? La respuesta es sencilla, hay obstáculos en el camino, y esos obstáculos pueden
ser internos o externos. Así, somos como el cachorro que corre hacia sus huesos y
compañeros, pero que teme a las tormentas, y muchas veces elige alejarse de sus
cosas importantes por miedo a estas tormentas. Asimismo, nosotros también tememos
a las tormentas, pero a diferencia del cachorro que escapa de tormentas que pueden
ser percibidas desde los cinco sentidos, el hecho de tener una herramienta tan útil
como nuestra mente, nos permite temer también a ciertas tormentas que se encuentran
en el “mundo de adentro de la piel”. Para conocer mejor estas tormentas, vamos a
incluir en este cuadrante (Q2) cualquier experiencia interna que no nos guste sentir o
de las cuales intentamos escapar, tales como miedo, ansiedad, tristeza, aburrimiento,
etc. Pueden ser pensamientos (P), emociones (E), sensaciones (S), recuerdos (R),
reglas (Re) o cualquier otra experiencia “mental”.

A menudo utilizamos preguntas adicionales cuando los estudiantes no alcanzan a

comprender la consigna: ¿Que historias te hacen difícil ser la persona que te gustaría ser?

¿Qué pensamientos aparecen en el camino cuando estas a punto de hacer algo que te acerca a
tus cosas importantes?

4. Identificar estrategias utilizadas para escapar del sufrimiento

Una vez finalizado el trabajo en el Q2, explico a los estudiantes en forma general los

cuadrantes superiores:

En los cuadrantes superiores vamos a incluir comportamientos observables, es decir,


comportamientos que podría filmar si tuviese una cámara de video. A propósito, es
importante informarles que yo no puedo hacer nada para sacar los obstáculos
internos de su vida, como tampoco haría nada para convencerlos que lo que es
importante para ustedes no debería serlo. Como pueden ver, ambas cosas están del
lado de su mente (señalando los cuadrantes inferiores) y lo que en la mente entra en
la mente queda. Pero no tienen que creerme a mí, créanle a su experiencia! Sin
embargo, en los cuadrantes de arriba si podemos hacer cosas, por lo cual les voy a
preguntar: ¿Qué comportamientos (observables) utilizan para escapar, o manejar las
experiencias internas (pensamiento, emoción, recuerdo) desagradables que anotamos
en el cuadrante anterior? ¿Qué cosas hacemos inmediatamente después de
experimentar estas tormentas?

También podemos utilizar imágenes o metáforas cuando los estudiantes no alcanzan a

comprender la consigna: ¿De maneras intentamos esconder la basura debajo de la alfombra?,

¿Qué estrategias intentamos para esconder los mounstros en el ropero?, entre otras.

5. Identificar comportamientos de aproximación a lo importante

Muchas veces la poca claridad en los valores o la evitación experiencial conlleva pasividad e

inacción en la persona, alejándose de esta manera de aquello que es importante. Otras veces la

persistencia rígida en cursos de acción puede alejar a la persona de otras direcciones valiosas

que requieren un cambio de comportamiento, tal el caso de personas guiadas por reglas

rígidas acerca de lo que debe o no debe ser. Mediante el cultivo de acciones comprometidas la

persona aprende a encontrar otros repertorios comportamentales en línea con aspectos

valorados y esto asegura a su vez el mantenimiento de estos repertorios una vez finalizado el

proceso de intervención (Manlick, Cochran, & Koon, 2013). Por esto, en este cuadrante los

estudiantes incluyen acciones comprometidas, es decir, comportamientos que los acercan a

aquello que es más importante en su vida. Para esto, se les brinda la siguiente consigna:

Ahora vamos a escribir comportamientos que pueden aproximarnos a las cosas


importantes que escogimos en el primer cuadrante (señalando el Q1). Recuerden que
se trata de comportamientos observables, es decir que si yo los filmase podría ver
claramente que es lo que hacen. Escojan una de las cosas importantes y piensen en
alguna acción concreta que los pueda acercar a ello. Incluso pueden ser acciones que
podrían llevar a cabo en el transcurso de esta semana. Así por ejemplo, si yo escojo el
“autocuidado” como algo importante, la pregunta es ¿Qué hago, hice, o haría la
persona que quiero ser para cultivar el autocuidado?...

En aquellos casos donde una misma conducta pueda clasificarse tanto como una

conducta de aproximación (hacia), como de evitación (estudiar por ejemplo, a veces los

estudiantes incluyen este comportamiento como una forma de manejar la culpa o como una

forma de acercarse al desarrollo profesional) se les solicita que califiquen el porcentaje del

comportamiento que es utilizado para cada función. La mirada ACT va dirigida

fundamentalmente a las funciones de los comportamientos, no a su forma o topografía. Así,

un mismo comportamiento puede servir para evitar ciertas experiencias (EE) o para acercarse

a algo que es importante, dependiendo del contexto en el cual ocurre y de las funciones que el

comportamiento adquiere en cada contexto.

6. Chequear cómo han funcionado cada estrategia a corto y largo plazo, y el costo

de las mismas

Existen muchos comportamientos salugénicos y hábitos de vida saludables (el ejercicio

físico en el caso del estrés académico) que no se sostienen en el tiempo debido a procesos de

atascamiento verbal, en los cuales estos comportamientos están regulados por funciones

aversivas (voy al gimnasio para no sentir culpa, por ejemplo) lo cual conlleva su abandono.

Sumado a esto, muchos comportamientos adaptativos son abandonados debido a su bajo

poder apetitivo ya que los mismos no son vinculados con procesos más amplios de acción

comprometida ligada a valores. Por esto, el trabajo con la Matrix permite observar

claramente y en forma gráfica las funciones que regulan los comportamientos y las

consecuencias del control aversivo, debilitando de esta manera su función en el

comportamiento (lado izquierdo de la Matrix).


Con el objetivo de debilitar el control aversivo del comportamiento (lado izquierdo de la

Matrix) se muestra a los estudiantes las consecuencias de los movimientos de evitación de las

experiencias internas por medio de preguntas tales como: ¿Cómo funcionaron estas

estrategias de evitación?, ¿Realmente se puede eliminar estas experiencias internas?, ¿Cuál es

el costo de esto en relación a las cosas importantes? Esto se puede realizar gráficamente,

uniendo cada experiencia interna con su correspondiente movimiento de evitación y cada

movimiento de evitación con cada experiencia interna (representando círculos viciosos, ver

figura 7), o en forma verbal. Finalmente, y con el objetivo de aumentar el control apetitivo del

comportamiento les pregunto a los estudiantes:

Si pudiesen escoger entre una vida en la cual la mayoría de las cosas que haces son
para evitar o escapar del sufrimiento (apuntando a la izquierda) y una vida en la cual
la mayoría de las cosas que hacen están al servicio de lo que es importante en su vida
(apuntando a la derecha), ¿cual elegirían? Si erigirían, como yo, el lado derecho
¿Qué porcentaje del tiempo pasan en el lado izquierdo y que porcentaje del derecho?
¿Qué están dispuestos a hacer en el transcurso de esta semana para pasar aunque sea
un 1 % más del lado derecho?

80 % 5 sentidos 20 %
Estudiar
Comer Escuchar
Estudiar Ir al gimnasio y salir a correr (50%)
Ir al Gimnasio y salir a correr (50 %) Tocar con la banda
Pelear Expresar lo que siento
Discutir Hablar con mis seres queridos
Tirarme en la cama Dormir bien-Salir con amigos
Aislarme Compartir tiempo con mi pareja
Ver tele
Aversivo (Escaparse) Apetitivo (Aproximarse)
Yo
Notando
Preocupaciones Ser un profesional competente
“Soy un vago” “Soy un fracaso” Relacionarme empáticamente
Ansiedad Autorrealización
Bronca Cercanía-Intimidad
“Me tiene que ir bien” Sinceridad-Confianza.
Culpa Autenticidad
Frustración Disfrutar-Auto cuidado
Tristeza Compartir con mis amigos
Mente Compartir con mi pareja

Figura 7: Diagrama de la Matrix final realizado con un grupo de estudiantes

Una vez finalizada nuestra Matrix “grupal”, les dejo algún tiempo para que elaboren una

Matrix personal escogiendo algún área vital de importancia para ellos (familia, amigos, ocio y

tiempo libre, pareja, estudio, etc. Al terminar, cerramos la experiencia con feedback sobre lo
trabajado y asumimos el compromiso de realizar una acción comprometida en la semana.

Acordamos que no se trata de una obligación, sino de un compromiso con las personas que

queremos ser y que en caso de no hacer el ejercicio, solo debemos notar que obstáculo interno

apareció, o notar si no pudimos notar.

7. Realizar ejercicios en relación a cada cuadrante

El trabajo con la Matrix continúa en las sucesivas clases, y la misma es utilizada en diferentes

áreas vitales. Así, utilizamos el modelo cuando se acerca un examen, cuando se observa poca

participación en clase, cuando acontece algún problema interpersonal en el trabajo en grupo,

cuando se acerca el fin de año y se observan signos de estrés en los estudiantes, entre otros.

En todos estos casos, trabajamos con una Matrix orientada al aspecto o área vital de

importancia (Educación, Autocuidado, Relaciones Interpersonales, etc.) y en casos de que sea

necesario, incorporamos algunas técnicas de entrenamiento en habilidades (Entrenamiento en

Resolución de Problemas o Entrenamiento en Habilidades Sociales).

A su vez, a lo largo del año se incluyen diferentes ejercicios de conciencia plena (Toma 1,

contar respiraciones, Escaneo corporal), defusión (hojas en el río, leche leche leche) valores

(Bull eye), Yo contexto (ejercicios del Yo observador) y otras intervenciones ACT.

Conclusión

La utilización de la Matrix permite un trabajo profundo y a la vez fácil de implementar en

estudiantes universitarios con el objetivo de entrenar los procesos fundamentales que forman

parte de la Flexibilidad Psicológica. Si bien esto implica un cambio radical en nuestro rol

docente, también implica un acercamiento a una práctica verdaderamente formativa y de

promoción de la salud mental de nuestros estudiantes. Mediante este trabajo, las personas

aprenden a reconocer la naturaleza del funcionamiento de nuestra “mente”, o de las

operaciones verbales que nos atascan y alejan de aquello que es más importante en nuestras

vidas.
Todos los seres humanos muchas veces sentimos que la única forma de ir hacia aquello

que nos importa es controlando o manejando experiencias privadas (internas) que nos

provocan sufrimiento, lo cual es bastante lógico, ya que en el mundo externo cuando algo no

funciona solo tenemos que buscar que parte no funciona y cambiarla. Sin embargo, en el

mundo interno, cuando intentamos seguir esta estrategia terminamos atascados en nuestra

mente, luchando con muestras experiencias internas como si fuesen enemigos y alejándonos

de esa forma de una vida plena y vital. Por esto, el trabajo con la Matrix con los estudiantes

apunta a que puedan notar cuando se sienten atascados y notar cuáles son las opciones que

pueden acercarlos a la vida que quieren vivir.

En definitiva, el trabajo realizado apunta a establecer el punto de vista contextual

funcional, realizando un análisis funcional del comportamiento, ampliando el contexto verbal

hacia funciones apetitivas y reorientando los objetivos de los estudiantes hacia aquello que es

importante en sus vidas. De esta manera, ayudamos a los estudiantes a ser capaces de elegir

que tipo de vida quieren tener, basándose en su propia experiencia. De esta forma, su poder

para elegir es mayor, ya que pueden comportarse basándose aquello que funciona y no en

aquello que otras personas le dicen que funciona.

Resta aún evaluar el impacto de estas intervenciones y en la actualidad estamos

sistematizando el programa con el objetivo de evaluar la eficacia del mismo y elaborar un

manual de trabajo para otros docentes interesados en el mismo.

Para concluir, es importante añadir que la utilización de ACT desde un enfoque de

prevención y promoción de la Salud Mental ha empezado a generalizarse a diferentes áreas y

recomiendo enfáticamente al lector tomar contacto con el trabajo realizado por terapeutas

ACT en Sierra Leone para la prevención del contagio del Ébola. En ese proyecto, como en el

que acabo de presentar, puede observarse que es posible realizar intervenciones potentes y

efectivas en corto tiempo, guiando el trabajo a lo que es verdaderamente importante para los
actores implicados, fomentando la creatividad y la libertad como parte de nuestras

intervenciones.

Fabián O. Olaz: Doctor en Psicología por la Facultad de Psicología, Universidad Nacional de


Córdoba, Argentina. Director del Laboratorio de Comportamiento Interpersonal y Profesor
Adjunto de la Materia Clínica Psicológica y Psicoterapias. Supervisor clínico y coordinador
académico en el Centro Integral de Psicoterapias Contextuales. Reconocido entrenador en
ACT-Matrix en Argentina, Chile y Brasil donde más de 1000 personas han participado de sus
cursos y talleres. Ha escrito múltiples artículos, capítulos de libros y libros. En la actualidad
se encuentra trabajando en la publicación de un libro junto a Kevin Polk, Benjamin
Schoendorff y Mark Webster que será editado por New Hambirger Publications (EEUU)

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