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La Solidaridad
Es una virtud sospechosa. No ha sido un concepto frecuente ni central de la ética, sino una noción
lateral con la que se ha contado sin otorgarle excesiva importancia teórica. La virtud clave de la
ética, ha sido, por el contrario, la justicia. Virtud cardinal que, en cierto modo, constituye la
materialización de todas las demás virtudes. Los buenos sentimientos, la solidaridad, ayudan a la
justicia pero no la constituyen. Por otro lado se constata que la justicia es imperfecta por tres
razones :
• Toma cuerpo de ley.
• Nunca es total, nunca llega a realizarse del todo.
• Porque la vida misma es injusta y la igualdadnatural es un mito.
Por estas razones que empequeñecen el ideal de la justicia como único fin, es preciso cuidar y
atender a otro valor vecino de la justicia, el valor que consiste en mostrarse unido a otras personas
o grupos compartiendo sus intereses y necesidades, en sentirse solidario del dolor y sufrimientos
ajenos.
La solidaridad es, pues, una virtud que debe ser entendida como condición de la justicia y como
aquella medida que, a su vez, viene a compensar las insuficiencias de esa virtud fundamental. Esto
de algún modo lo decía Rousseau, que ve igualmente la necesidad de vínculos que refuercen las
obligaciones de la justicia. La idea de la solidaridad se gestó en la mística de la fraternidad propia
de los revolucionarios franceses.

b. La Responsabilidad
Sólo el ser libre es responsable. La responsabilidad, la autonomía y la libertad son lo mismo. Uno
se siente responsable después de la acción y antes de ella, hay que decir que ni una ni la otra son
obviables : porque somos parte de distintos colectivos, estamos obligados a dar cuenta ante los
otros de lo que hacemos, a título personal o plural.
La responsabilidad supone diálogo, disparidad, opcionalidad, pluralidad de perspectivas y también
previsión, expectativa, integración y orden.
La responsabilidad tiene que ver con la libertad o autonomía del individuo así como con su
capacidad de compromiso consigo mismo, y sobretodo, con otros hasta el punto de tener que
responder de sus acciones. Laresponsabilidad moral pretende llegar más lejos que la
responsabilidad civil, ya que esta última es más fácil de precisar que la moral puesto que el mal
moral es más difuso y menos específico que el daño legal. La realidad presente obliga a pensar la
responsabilidad más allá de la relación causa-efecto o de la relación de culpabilidad derivada de
una promesa incumplida o ley transgredida.

c. La Tolerancia.
La tolerancia es la virtud indiscutible de la democracia. El respeto a los demás, la igualdad de todas
las creencias y opiniones, la convicción de que nadie tiene la verdad, ni razones absolutas, son el
fundamento de esa apertura y generosidad que supone el ser tolerante.
Sin la virtud de la tolerancia la democracia es un engaño ya que conduciría al totalitarismo. La
lucha por la tolerancia coincide cronológicamente con la lucha por el liberalismo. La tolerancia
empieza siendo tolerancia religiosa, conciencia y expresión. La libertad de conciencia se
materializa en la libertad de expresión o de opinión o asociación. La tolerancia se apoya en una
certeza epistemológica (la verdad absoluta no la tiene nadie) y el imperativo moral por excelencia (
el respeto a las personas).
La libertad de conciencia y la libertad de estilos de vida son la consecuencia inmediata de las
teorías modernas sobre la tolerancia. Ambas tratan de corregir la intolerancia religiosa, la cual no
tiene sólo consecuencias teóricas que afectan únicamente a las creencias, sinoprácticas.
Admitir creencias dispares implica tolerar también puntos de vista distintos sobre el amor, el sexo,
etc.; tanto Locke como Stuart Mill predicaron la tolerancia como forma de ensanchar los
horizontes de la libertad. Poniéndole límites a la tolerancia ( no todo es tolerable), Locke, nos dice
son tolerables todas las creencias pero no la increencia. Mill, por su parte nos dice, lo que se haga
o se diga que lastime al otro.

La tolerancia no es ni debe ser lo mismo que la indiferencia. Por el contrario, se tolera lo diferente,
lo molesto, lo que parece equivocado porque no coincide con lo propio. Tolerar significa soportar,
aguantar, un ejercicio pasivo que supone un esfuerzo o cierto sufrimiento.
La tolerancia es la virtud más característica de la democracia pluralista, pero, en tal caso, el
pluralismo debería ser real y de algún modo habría de precisarse cuáles son los daños colectivos
que han de poner limites a la tolerancia.

d. La Profesionalidad.
La innovación de la modernidad es : 
• La sociedad es una sociedad de productores, el trabajo es una actividad necesaria para
sobrevivir.
• La conversión de la sociedad en sociedad de productores privatiza la vida.
La profesionalidad es el criterio social de la excelencia personal, no importa cual sea el oficio, sino,
la calidad profesional de quien lo ejerce, sea o no productivo, lo cierto es que recibe un
reconocimiento social como lo merecía la dedicación a la política en el mundo de los Griegoso la
categoría de propietario en el de los modernos : el buen profesional posee una identidad social.
Las virtudes que acompañan a la profesionalidad no son la sobriedad o el ahorro, sino la
ostentación y el despilfarro.
La profesionalidad será una virtud pública en la medida que sirva a los intereses comunes de la
sociedad. Y será virtud privada en la medida que ayude al individuo a serlo realmente, a ser
autónomo, Y no esclavo de sus actividades.

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