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FIELES DIFUNTOS
El pan de muerto nos recuerda las palabras de Jesús: “Yo soy el pan vivo que ha bajado
del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que Yo les voy a dar es
mi carne para que el mundo tenga vida”. Jn. 6, 50 - 51.
Muy buenos días tengan todos ustedes, hnas. religiosas, profesores y alumnos que nos
honran en este cálido y agradable amanecer, que Dios nos permite estar nuevamente
todos reunidos para agradar a Jesús con nuestra vida.
Los fieles difuntos, a quienes recordamos en esta fecha y también durante
este mes de noviembre, son aquellas personas que nos han precedido en el
paso a la eternidad y que aún no han llegado a la presencia de Dios en el
Cielo.
Son almas que han sido fieles a Dios, pero que se encuentran en estado de
«purificación» en el Purgatorio, en el cual están como «inactivos»; es decir, ya
no pueden «merecer» por ellos mismos. Por esta raz ón, es costumbre en la
Iglesia Católica orar por nuestros difuntos y ofrecer Misas por ellos, como
forma de aliviarles el sufrimiento de su necesaria purificación antes de pasar
al Cielo.
1º En este momento les pedimos una actitud de recogimiento, para realizar una
pequeña oración dirigida por el profesor Pedro Jiménez Méndez la profesora Cristina
González Limber y la profesora Miriam Edith Hernández Avalos, la cual se realizará con
el propósito de encomendar a nuestros familiares que han dejado esta vida para
disfrutar de la presencia de Dios.
Dios de infinita misericordia, confiamos a tu inmensa bondad a cuantos han dejado este
mundo hacia la eternidad, donde tú esperas a la humanidad entera, redimida por la
sangre preciosa de Cristo, muerto en rescate por nuestros pecados. No mires, Señor,
tantas pobrezas, miserias y debilidades humanas con las que nos presentaremos ante el
tribunal para ser juzgados para la felicidad o la condena.
Gloria al Padre… Dales señor el eterno descanso…y luzca para ellas la luz perpetua,
descansen en paz por la misericordia de Dios. Así sea.
Gloria al Padre… Por las ánimas benditas del purgatorio a Dios hemos de rogar, para que
las saque de penas y las lleve a la gloria a descansar .
Gloria al Padre…… Si con tu sangre preciosa, señor los haz redimido, que las perdones te
pido, por tu pasión dolorosa.
2) La Iglesia Triunfante, que son todas las almas que ya gozan de la presencia
de Dios en el Cielo, representada por estampas y figuras de santos.
3) La Iglesia Militante, que somos todos los que aún estamos en la tierra, y
somos los que ponemos la ofrenda.
Incienso. Aleja al demonio y simboliza el alma que está con Dios. Simboliza
además las oraciones que se hacen por los difuntos, "Que mi oración suba
hasta ti como el incienso, y mis manos en alto, como la ofrenda de la tarde"
(Salmo 141, 2).
Agua. El vaso con agua representa la fuente de la vida, la Palabra de Dios, esa
agua que Jesús le mencionó a la samaritana, "Jesús le respondió: «El que
beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que yo
le daré, nunca más volverá a tener sed.
Comida. Le ofrecen todos los alimentos que hayan sido del gusto de los
difuntos.
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