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Cod.

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Gramática

Fecha: 26/06/07
Teórico № 25 Prof.: Guiomar Ciapuscio

Contenido: Guía X. Gramática y variación.

Profesora: Buenas tardes. Hoy comenzamos nuestra última semana de clases,


en la cual presentaremos las nociones más importantes de la última Guía. El último
texto que tienen en la bibliografía obligatoria es el de Julián Marías: El uso lingüístico,
donde él introduce una visión particular sobre los niveles de uso y las distinciones que
pueden observarse en el uso de la lengua. Los conceptos que él utiliza nos serán útiles
para abordar, entre hoy y el jueves, las peculiaridades de nuestro dialecto, que suele
ser llamado rioplatense.
Cabe señalar que dicha denominación debe utilizarse con ciertas reservas, ya
que, en realidad, nos estamos refiriendo a un conjunto algo difuso. El término dialecto
rioplatense, naturalmente, remite a la zona del Río de la Plata, pero también se suele
hablar, en referencia a este mismo conjunto difuso, de español bonaerense, en cuyo
caso, ya nos estamos extendiendo hacia toda la provincia de Buenos Aires.
Además, en nuestro país no tenemos un dialecto, sino una pluralidad de
dialectos. Nosotros vamos a concentrarnos en la variedad que tenemos más cerca.
Para este tema, vamos a trabajar con el capítulo IV del libro de Fontanella de Weinberg
El español bonaerense. Cuatro siglos de evolución lingüística.
Fontanella de Weinberg fue una lingüista que, durante muchos años, tuvo su sede
de trabajo en la Universidad del Sur, en Bahía Blanca. Particularmente, Fontanella estudió
los italianismos, es decir, la influencia que ha tenido el italiano sobre el español
bonaerense. Hace algunos años, ella presentó una ponencia en un congreso realizado en
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esta Facultad, de la cual surgió el artículo "Una fugaza con fetas de panceta y provolone",
texto que también tienen indicado dentro de la bibliografía de esta última Guía.
Por último, para cerrar la materia, volveremos a un texto de la Guía I, que a
propósito ha quedado pendiente: Una introducción a la gramática funcional, de Halliday.
Este texto tiene el objetivo de presentar una reflexión general respecto de las distintas
teorías gramaticales contemporáneas. Habitualmente, y en líneas generales, las teorías
gramaticales y lingüísticas suelen agrupar en dos paradigmas: el formalista y el
funcionalista. A partir de considerar estos dos paradigmas dominantes en la lingüística
contemporánea, podremos reflexionar sobre lo que nosotros mismos hemos hecho en el
recorrido de este curso de Gramática.
Recordemos, antes de comenzar con los temas de hoy, algunas de las nociones
acuñadas por Coseriu que hemos visto la semana pasada. Dijimos que él fue uno de los
críticos más agudos de las dicotomías saussureanas; más específicamente, nos
concentramos en la crítica a la distinción tajante entre lengua, por un lado, y habla, por el
otro. Coseriu postula, como instancia intermedia, la noción de norma, una instancia
mediadora entre el habla y la lengua. En la norma se recogen aquellos fenómenos
lingüísticos que, naturalmente, son registrados y observados en los usos lingüísticos de
los hablantes. Ahora bien, estos fenómenos registrados en el uso no presentan una
naturaleza casuística única e irrepetible; se trata de fenómenos que pueden ser descriptos
como repetidos, convencionales o heredados.
Así, el uso de una lengua natural presenta siempre una mezcla de creación
individual por un lado, y, por otro, repetición. En las lenguas hay un aspecto creativo, una
selección individual, que cada individuo pone en la ejecución. Sin embargo, de manera
simultánea y permanente, toda apropiación de la lengua por parte de un individuo implica
la repetición de modelos anteriores. Siempre se manifiesta, como un aspecto constitutivo
del habla individual, la rutina, esto es, la repetición de los usos consagrados,
convencionales y aceptados por la comunidad de habla a la cual un individuo determinado
pertenece.
Consideremos más de cerca esta noción de comunidad. En primer lugar, una
comunidad se conforma en relación con coordenadas geográficas o tópicas. Por ejemplo,
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muchos de ustedes y yo misma hablamos el español de la zona rioplatense. Si vamos a


cualquier provincia de la Argentina, nuestra procedencia será reconocida inmediatamente
a partir de determinadas variantes en el nivel fonológico, en el nivel léxico y, a veces, en el
nivel morfológico. A partir de los rasgos lingüísticos que se revelan en nuestra habla es
que somos reconocidos como hablantes provenientes de una zona geográfica
determinada, en nuestro caso, se identifica nuestro hablar porteño o rioplatense. Es decir,
estamos sometidos a la dimensión espacial de la variación, bajo lo Coseriu llamó variación
diatópica.
Este concepto está muy ligado a la noción de dialecto. Precisamente, el dialecto es
la variedad lingüística considerada desde el punto de vista de sus límites geográfico-
espaciales. En términos generales, los dialectos son comprensibles entre sí. De hecho,
nosotros podemos comunicarnos sin mayores dificultades con los hablantes de otras
variedades dialectales del español. Esto es así porque, entre los diversos dialectos,
subsiste una lengua común de referencia, a la que se ha denominado lengua general.
También, para subrayar el carácter referencial de la lengua común a todos los dialectos,
se ha acuñado el término lengua estándar. La lengua estándar es, justamente, aquella
que permite la intercomprensión e intercomunicación entre los distintos dialectos.
Normalmente, se supone que los medios de comunicación, el periodismo y la enseñanza
transmiten la variedad de referencia o estándar de una lengua. En esta variedad de
referencia, los hablantes pertenecientes a comunidades lingüísticas muy extendidas
encuentran una zona común. Los medios de comunicación son una fuente de
centralización de las variedades lingüísticas. Lo mismo puede decirse del comercio
internacional y de la ciencia.
Sin embargo, y aceptando que lengua general o estándar es aquello que podemos
subsumir como fenómenos lingüísticos generales y compartidos por distintos dialectos,
naturalmente, nos estamos moviendo en el terreno de la abstracción. Podemos discutir
durante horas si un fenómeno dado es o no es general. Por ejemplo, si únicamente nos
centramos en el léxico, existen zonas del vocabulario que resultan más proclives que otras
a la variación dialectal. Muchas veces, particularmente, esta variación léxica se vincula
con la esfera de la vida cotidiana. Si uno va a México, por ejemplo, cuando abre un menú
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no entiende absolutamente nada. Y es que, justamente, el vocabulario relativo a la comida


suele tener un nivel de especificidad dialectal muy alto. Piensen en el enorme contraste
con otro tipo de vocabulario, como lo es el académico. Si yo asisto a un congreso de
Lingüística, aunque ese congreso se realice en México, será muy difícil que me encuentre
ante alguna dificultad de vocabulario.
A partir de estas últimas consideraciones, ingresamos a otra esfera de la variación:
la esfera diafásica, que también fue distinguida por Coseriu. En la esfera diafásica, se
describen las distintas formas de hablar que, en función de las diversas situaciones
comunicativas, tendrá el hablante. Nosotros somos hablantes de una lengua y, además,
tenemos un conocimiento de variedades lingüísticas. Dicho conocimiento nos habilita para
desempeñarnos de manera eficiente en la comunicación. Existen distintas situaciones de
comunicación. Como hablantes, se supone que estamos en posesión de un conocimiento
de variedades lingüísticas, conocimiento que nos habilita para desempeñarnos de manera
eficiente en esas diversas situaciones, mediante el uso de la variedad correspondiente.
Cuando hablamos de distintas situaciones de comunicación nos referimos a lo que, en
términos teóricos, se conoce como distintos registros.
El concepto de registros, de distintos registros, está conectado íntimamente con las
variedades lingüísticas propias de cada situación, de cada contexto. Actualmente, existe
una importante área de investigación dedicada a los registros. Se trabaja muchísimo en la
investigación de la variación lingüística vinculada con los distintos géneros del habla,
también conocidos como géneros del discurso. Como ya hemos mencionado, el tema de
conversación, la situación de comunicación, la persona con quien hablo y la relación que
tengo con esa persona, el tipo de situación, el tipo de canal -oral u escrito-, la finalidad de
la comunicación, etc., son todos factores que deben considerarse para definir los distintos
registros comunicativos.
En términos muy básicos y generales, suele distinguirse entre dos grandes
variedades diafásicas: el registro formal y el registro informal. Naturalmente, tanto dentro
de uno como de otro, vamos a encontrar, a su vez, muchas otras posibilidades. Con estos
dos grandes grupos, lo que se postula es una distinción general, con la intención de
desbrozar un amplio campo de fenómenos lingüísticos. En principio, podríamos decir que
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el registro formal se relaciona, en general, con la comunicación escrita y con la oralidad de


tipo formal. Existen géneros de la oralidad que implican la necesidad de utilizar este
último. Piensen, por ejemplo, en nuestra propia situación de clase. En este momento, yo
no podría hablar con un registro informal. En este ámbito, no puedo utilizar los rasgos
lingüísticos que sí puedo usar en la conversación con un amigo en el bar de la esquina;
donde sí puedo utilizar -y es esperable que lo haga- un registro informal. Y, del mismo
modo, ustedes, en un examen, van a tener que aprender a manejarse con un registro
propio de esa situación. Una situación de examen implica un cierto vocabulario, un estilo y
una sintaxis determinada.
Uno de los elementos centrales del registro formal, tanto en la escritura como en la
oralidad, es el predominio de la función referencial -tomo este término del esquema de
funciones lingüísticas de Bühler-. En una comunicación formal, se supone que el tema de
conversación está centrado en el mundo de objetos y relaciones, y no en la esfera
personal y subjetiva del hablante o del destinatario. En segundo lugar, la variedad del
registro formal también se caracteriza por poseer un vocabulario preciso y rico, y una
sintaxis variada. Es decir, no suele repetirse el mismo esquema oracional en una
construcción tras otra, sino que la sintaxis será variada y organizada. En tercer lugar, el
tipo de texto correspondiente a un discurso formal es cohesivo, esto es, está organizado a
partir de referencias deícticas anafóricas y catafóricas. En cuarto lugar, en las situaciones
formales también encontraremos un estilo general adecuado al objetivo y a la situación.
Por ejemplo, en el caso de una oralidad académica, suele esperarse un estilo objetivo de
presentación, un uso preciso, tanto del vocabulario como de la frase, y una economía de
la expresión, que elude la redundancia.
Veamos el registro informal. En general, lo encontramos en las interacciones orales
espontáneas, no preparadas. Así como en la oralidad formal el discurso está planificado,
en el registro informal, las interacciones no lo están. En segundo lugar, suelen referir a
temas cotidianos. En tercer lugar, en la conversación habitual, el tema puede estar
centrado en el hablante o en el otro, el interlocutor. En cuarto lugar, en el estilo informal
suele ser muy importante la función expresiva -en términos de Bühler, la función apelativa
del lenguaje-. Las intenciones de la comunicación son, en general, personales y
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subjetivas. Además, en quinto lugar, en el registro informal suele verificarse una


importante variación entonacional, con una importante presencia de interrogaciones y
exclamaciones. En sexto lugar, las oraciones incompletas son características del estilo
informal; se verifican falsos comienzos, repeticiones, vueltas atrás y rupturas. En este
campo aparecen todos los fenómenos típicos de lo que Saussure denominaba parole.
Piensen, por ejemplo, en llenados de pausa del tipo eh... también, en este tipo de registro,
suelen aparecer los tics o frases hechas, como yo qué sé, nada, todo bien, qué onda, etc.
Correlativamente, en el registro informal el léxico es restringido; abundan las frases
hechas y los pronombres de primera y segunda persona del singular, lo cual indica la
importancia de la subjetividad en la comunicación informal.
En síntesis, o como corolario, son propios del registro informal todos los rasgos
que, esperamos, estén ausentes del examen final de gramática. De hecho, este punto del
programa, el de las variedades diafásicas, es muy útil para orientarlos respecto del
examen final de la materia. El discurso de un examen oral debe ser preparado,
planificado. Ahora bien, para poder presentarme con un discurso organizado, tengo que
estudiar un tema a fondo: sólo entonces podré estar en condiciones de presentarlo de
manera coherente y organizada.
Se presupone que una persona comunicativamente competente es aquella que
tiene la capacidad de manejar todas las variedades diafásicas. Es decir, se supone que
los hablantes competentes son los que son capaces de adecuar su expresión lingüística al
tipo de situación en la que, en un momento determinado, están participando.
Por último, habíamos hablado de la variedad diastrática, es decir, aquella variedad
que se vincula con la pertenencia a un grupo o estrato social dado -de allí proviene el
término-. El habla, nuestros usos lingüísticos, marcan la pertenencia de las personas a
diversos grupos sociales. Evidentemente, es posible segmentar el conjunto de la sociedad
en numerosos grupos sociales, y por ello también resulta muy difícil realizar un análisis
diastrático que sea plenamente exhaustivo para el conjunto de una comunidad lingüística.
De todos modos, existen factores que permiten ordenar y segmentar de manera racional
diversos grupos lingüísticos: la edad, el género, la profesión u oficio.
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Los grupos de habla suelen conformarse en torno a la variable generacional. A su


vez, en la actualidad, la sociolingüística se ocupa mucho de la relación entre lenguaje y
género. Existen estudios donde se presentan estilos interaccionales propios de los grupos
femeninos, y otros, propios de grupos masculinos. Sin embargo, hay que decir que estos
interesantes estudios reciben no menos interesantes críticas. Si bien es posible sostener,
en principio, que las mujeres tenemos algunos rasgos en nuestros comportamientos
comunicativos distintos respecto del comportamiento comunicativo de los varones, como
ya he dicho en otras ocasiones, siempre no estamos moviendo con generalizaciones y, en
tanto tales, debemos tomarlas con cuidado.
Ahora bien, si consideramos las variables de uso desde el punto de vista de la
pertenencia social a un grupo determinado, debemos recurrir a un nuevo concepto: el de
sociolecto, que presentamos la vez pasada. Si un dialecto se refiere a la variedad
lingüística limitada y delimitada por aspectos geográficos, el sociolecto hace referencia a
las variedades lingüísticas que son propias o características de determinados grupos
sociales al interior de una misma comunidad. Es dentro de este marco, que vamos a
considerar variables como la edad, el género, la profesión, como así también los hobbies o
grupos de pertenencia. Por ejemplo, sin duda resulta posible hablar de un sociolecto
propio del hincha de fútbol.
Ahora bien, resulta más nítido distinguir las formas de hablar según las profesiones.
En estos casos, se habla también de lenguas de especialidad. Se trata, por ejemplo, de la
lengua de los economistas, la de los biólogos, la de los lingüistas, etc. Sin embargo,
existen bastantes discusiones sobre cómo distinguir entre un sociolecto y una lengua de
especialidad. Hay quienes dicen que los sociolectos están definidos a partir de
características propias del grupo y, en este sentido, a partir de variables como la edad, el
sexo y la actividad, mientras que las lenguas de especialidad estarían definidas por el
tema y por los fines que un grupo persigue. Naturalmente, si estoy hablando de una
lengua de la física, o de una lengua de la economía, es evidente que el objeto o tema del
ámbito de la especialidad correspondiente genera la necesidad expresiva de contar con
un léxico especializado. Las diferentes disciplinas acuñan y crean un léxico propio para
poder trabajar y avanzar en su grado de conocimiento. Pero también, cada disciplina
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produce sus propios géneros del discurso para poder solucionar tareas comunicativas
específicas de su área de especialidad.
Por otra parte, en relación con el tema de las variedades lingüísticas, existen otras
nociones; tal es el caso del concepto de jerga. Si recurrimos a un diccionario actual de
lingüística como el de Lewandovski, en la entrada correspondiente a este término
encontramos definiciones como la siguiente: lengua especial de determinados grupos
sociales, en tanto lengua artificial o de propósito que sirve para la autodelimitación del
grupo. En este sentido, una jerga es una variedad lingüística que, justamente, si admite el
adjetivo artificial, es que se trata de una creación intencional. En este sentido, una jerga
difiere de un dialecto, ya que, para este último, resulta difícil considerar una dimensión
intencional, el propósito deliberado de acuñar formas o palabras especiales. En cambio,
en la jerga habría una cuota importante de intencionalidad de grupo en la creación de
formas propias, en tanto dichas formas sirven para la unión o cohesión grupal y,
simultáneamente, también sirven para que ese grupo se diferencie respecto de otros.
Lewandowski dice que la jerga es el vocabulario especial de grupos sociales que
expresan una cultura alternativa, o subcultura. Pero él también considera que, dentro de la
definición de jerga, puede ubicarse el vocabulario especial de determinados oficios o
profesiones. En este sentido, podríamos mencionar, por ejemplo, la jerga del ferretero, la
del plomero, o la del marinero. De hecho, existen investigadores que se dedican a
componer glosarios con el vocabulario de las distintas profesiones.
Frente a jerga, se usa y distingue otro concepto: el de argot. Básicamente, se lo
define como lengua de ladrones. Nuevamente, estamos ante un vocabulario especial que,
en tanto es usado por grupos determinados, es un tipo de sociolecto. Existen grupos que
utilizan el argot como una manera de protegerse y encubrirse, como una forma para
mantener en secreto sus actividades. La palabra argot proviene del francés y, en principio,
se la acuñó para designar una variedad del francés utilizada por delincuentes.
En este punto, cabe mencionar otra noción: la de antilengua. Este concepto
aparece en lingüistas como Halliday y, al menos parcialmente, coincide con el de jerga.
Pero dicha coincidencia no se da por el hecho delictivo, sino por el tipo de características
propias del grupo que emplea una antilengua. Halliday relaciona la antilengua con las
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variedades utilizadas por culturas alternativas o contraculturas. Son las variedades que
podemos encontrar en grupos que se constituyen de manera separada y se presentan de
manera opuesta o controversial respecto a la sociedad en general. A partir de esta
definición, podemos considerar antilengua a la de la droga, la de las sectas religiosas, etc.
el concepto de antilengua entonces remite a todas las variedades lingüísticas que usan
aquellos sectores sociales que se autodefinen como contraculturales.
En nuestro país, podríamos hablar de una jerga o antilengua para el caso de los
presos; es lo que se conoce como lengua tumbera. Se trata de una variedad lingüística
que, aparentemente, es la que utilizan las personas que están detenidas en las cárceles.
Inclusive, si les interesa este tema y lo buscan en Internet, van a encontrar entre cuatro o
cinco vocabularios tumberos.
Ahora bien, tal como ya resulta visible, todas estas distinciones entre jerga, argot y
antilengua -realizadas en el marco general de la noción de sociolecto- tienen su foco en el
vocabulario. El corazón de la jerga o el argot es el vocabulario, las palabras especiales
que se acuñan para designar objetos, personas, relaciones, conceptos y procesos que
son propios de un mundo social distinto del común o general -recordemos que estos
grupos culturales se conciben en contraposición con ese mundo general-.
Alumno: ¿La noción de contracultura implica que revierten el sentido que las
palabras tienen en la lengua estándar?
Profesora: En muchos casos, es eso lo que sucede. Pero también es bastante
frecuente que se tomen unidades léxicas de la lengua general y se les asigne un
significado diferente. Podríamos tomar algunos ejemplos del vocabulario tumbero, pero no
voy a detenerme mucho en él, ya que no soy de las que piensan que profundizar en este
tipo de léxico resulte algo relevante. Si ustedes hacen el ejercicio de cotejar los
vocabularios tumberos que ofrece Internet teniendo un diccionario al lado, van a encontrar
que efectivamente, en muchos casos, se trata de palabras ya existentes. Estos
vocabularios ofrecen una larga lista de palabras con sus significados aproximados. Ahora
bien, si cotejamos con el Diccionario de la Real Academia Española, por un lado, con el
Diccionario Etimológico del Lunfardo de Oscar Conde -profesor de esta Facultad-, por
otro, encontraremos que, dentro de la lista de unidades que se proponen como propias de
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este nuevo lenguaje, hay palabras que están presentes en el español desde hace siglos, y
lo están con el mismo significado supuestamente tumbero. Algunas palabras vienen de
fines del siglo XIX y ya eran registradas en el lunfardo. En realidad, en estos vocabularios
tumberos hay pocas unidades léxicas que pueden ser consideradas como nuevas, o como
propias de ese grupo.
Por supuesto, vale la aclaración: no puede afirmarse con el más mínimo grado de
autoridad que, por ubicar una palabra en un diccionario o vocabulario, ese término
pertenezca a tal o cual grupo. Evidentemente, para decir que un elemento léxico es propio
de un cierto grupo se requiere una investigación muy concienzuda. Por eso, insisto, son
muy pocas las unidades de estos vocabularios que no estén ya presentes en diccionarios
generales o lunfardos. Por ejemplo, de acuerdo con el supuesto vocabulario tumbero, la
palabra alto no significa "cualidad física de altura", sino que significa "bueno" o
"excepcional".
Alumnos: Pero también se utiliza con ese significado cotidianamente.
Profesora: Claro, ha trascendido más allá de ese ámbito tumbero. Pero lo que les
quiero señalar es que no es algo nuevo, porque este otro sentido del adjetivo alto ya
aparece registrado en el lunfardo.
Otra palabra del vocabulario tumbero es gorra; tiene el significado de "policía" y ya
estaba en el lunfardo. Les aclaro que yo entiendo el lunfardo de acuerdo con la
concepción que maneja Oscar Conde: la lengua de las calles del Río de la Plata, más allá
de su eventual origen delincuencial. Si bien, en su momento, el lunfardo podrá haber sido
una variedad del Buenos Aires del bajo mundo, desde ese origen hasta el día de hoy
resulta evidente que el lunfardo se ha generalizado. En este sentido, hoy en día resulta
mucho más convincente hablar de lunfardo para referirse a la variedad primariamente oral
que se habla en las calles de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano. Por lo tanto,
muchos elementos que aparecen como propios del vocabulario tumbero, son parte del
lunfardo entendido en este sentido amplio que plantea Conde.
Hay algunas unidades divertidas, por ejemplo, mangangá, que significa "tonto".
Pero también esto ya está en la RAE: es un término que proviene del español. Otra
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palabra del vocabulario tumbero que ya registra la RAE es marmita, que, creo, es bastante
conocida como una forma de referirse a la olla.
Insisto: estos vocabularios circulan en Internet y no son demasiado confiables en
cuanto al rigor de la investigación. Son personas que recopilan palabras y dicen luego que
eso conforma la variedad utilizada en las cárceles. La tarea de elaborar un diccionario es
muy compleja; estos vocabularios no tiene rigurosidad investigativa.
La idea general es que en las contraculturas se toma una palabra y se le da otro
significado, muchas veces opuesto. Pero, como vemos, lo que nos muestra la jerga
tumbera es que recurre a términos ya utilizados anteriormente, y con el mismo sentido.
Inclusive, algunas unidades son muy poco confiables; un caso es el de la palabra astilla.
En tanto clase de palabra, astilla es un sustantivo; pero la definición de esta entrada en el
vocabulario tumbero es la siguiente: partir el botín de un robo o cualquier otra cosa.
Resulta poco creíble definir el significado de un sustantivo a través de un significado de
tipo verbal.
En estos vocabularios tumberos hay también expresiones diversas, tales como
pilotearla. Ustedes saben seguramente cuál es el significado: es una variante informal
para decir que hemos podido o vamos a poder manejarnos bien ante una cierta situación.
Y, nuevamente, este significado aparece en la RAE y en otros diccionarios generales.
En contraposición, hay algunas palabras que sí pueden sonarnos, efectivamente,
como una creación propia del ámbito carcelario; por ejemplo, paloma. En este vocabulario,
su significado el "bolsa atada a una soga que se descuelga por las ventanas y en la cual
se transporta fundamentalmente comida entre los pabellones". Pareciera que, en este
caso, sí estamos ante un término que es utilizado para responder a una necesidad propia
del ámbito social carcelario. Acá sí tenemos el caso de una palabra de la lengua general,
de una palabra con un significado compartido y convencional, pero a la cual se le asigna
un significado distinto. Esta modificación en el sentido del sustantivo paloma nos muestra
una necesidad del ámbito social. Quienes recurren a la jerga o al argot son aquellos que
integran grupos necesitados de encubrir y autoproteger sus actividades. El argot es lo que
les permite a estos grupos la realización de sus interacciones y de su cotidianeidad.
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Ahora bien, naturalmente, hablar de variedades lingüísticas, de variedades


condicionadas por geografía, por pertenencia social o por grupo, implica necesariamente
tomar determinada actitud frente a esos usos. Es más, en lingüística y en gramática
existen diferentes enfoques o teorías sobre la lengua, y cada una de estas teorías asume
una actitud determinada frente a los usos. Frente a los datos lingüísticos, frente a los datos
que le ofrecen los usos concretos de los hablantes, cada modelo asume una actitud
determinada, y cada teoría esgrime una determinada concepción de norma. Me refiero
aquí a norma con el sentido de lo aceptado y convencional, es decir, aquellos usos que se
consideran socialmente válidos. Cuando hay una norma, existen usos válidos y otros que
no lo son; elementos lingüísticos que quedan ubicados dentro y otros fuera de ella. El
punto es cómo regular el uso, cómo establecer límites y tomar la decisión de si
determinados usos o variantes son o no son socialmente aceptados. Porque, vean,
estamos hablando de una aceptación social, no de una aceptación que vendría otorgada
por una Academia de la Lengua. No se trata de recibir la "bendición" de alguna academia
con respecto a determinado uso. Al contrario, lo que podemos comprobar es que las
academias siempre van a la zaga del uso que los hablantes hacen de su lengua. Sin
embargo estas instituciones están constantemente lidiando con el tema de qué incluir y
qué no en los nuevos diccionarios. Y la decisión acerca de qué nuevos usos incluir está
ligado con una determinada concepción de la lengua y con una determinada concepción
del uso y de la norma.
Durante muchísimo tiempo, la actitud de la Academia Española fue la de considerar
como norma de prestigio a la lengua hablada en Castilla. Tomándola como parámetro, la
Academia Española se caracterizó por tener una actitud prescriptiva y conservadora.
Desde ya, es evidente que las actitudes de las academias o, más precisamente, sus
políticas lingüísticas, están muy vinculadas con los contextos políticos en los que estas se
inscriben. De hecho, las instituciones que conocemos como Academias de la Lengua han
surgido con la formación de los Estados nacionales y, justamente, ante la necesidad de
conformación de una lengua nacional.
Consideremos el caso de España. El régimen franquista cayó en 1976 y, a partir de
la recuperación de la democracia, se ha venido observando un cambio notable, y cada vez
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más marcado, respecto de los usos de la lengua: han tomado un respeto creciente hacia
las variedades hispanoamericanas. Hace poco se publicó un Diccionario Esencial de la
Lengua Española, en el que se recogen los 54.000 términos más vivos del idioma que
utilizan cuatrocientos millones de hispanohablantes. Pero, no sólo este Diccionario, sino
también las sucesivas ediciones del Diccionario de la RAE, intentan incorporar las nuevas
unidades léxicas que los individuos usan y que, en tanto hablantes de la lengua, muchas
veces usan desde hace décadas. A las autoridades de la Academia les lleva mucho
tiempo tomar la decisión sobre qué aceptarán y qué no en cada nueva edición de su
Diccionario.
Sin embargo, considero que resulta mucho más interesante plantear el problema
de los usos y las normas desde el punto de vista del lingüista. A un lingüista le interesa
describir cómo se usan las lenguas, estudiar las lenguas en su vitalidad o, por lo menos,
elaborar una teoría que pueda tomar su evidencia del uso lingüístico y que, por esto
mismo, pueda ser cotejada con datos vivos. Al lingüista le interesa cotejar su teoría con
datos que no sean de laboratorio, sino que sean, efectivamente, uso lingüísticos de los
hablantes.
Consideremos, entonces, no las actitudes de las academias, sino las actitudes que
la lingüística y sus diversas teorías han tenido respecto del uso y la norma. Naturalmente,
ha habido diversos períodos. En el texto inicial de Lyons, tratamos de brindarles un
panorama sobre la llamada gramática tradicional, una gramática que, justamente, se
caracterizó por tener una perspectiva prescriptiva. Bajo este sintagma, gramática
tradicional, Lyons incluye veinticuatro siglos de reflexión lingüística. Uno de los rasgos que
permiten definir al tipo de gramática que se practicó hasta el siglo XIX es su actitud ante el
uso. La gramática tradicional se caracterizaba por tener una actitud prescriptiva frente a
los usos lingüísticos. Se consideraba que la tarea de la gramática pasaba por fijar y
deslindar los usos correctos e incorrectos de la lengua o, dicho en otros términos, la tarea
de la gramática tradicional era dictaminar si los usos escritos se correspondían con la
pureza de la lengua; y dicha pureza era entendida de acuerdo con el modelo de lengua
escrita de los autores literarios consagrados. Así, la lengua literaria escrita era el punto de
referencia de acuerdo con el cual se juzgaban los usos correctos e incorrectos.
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Ahora bien, con el nacimiento del estructuralismo, esta perspectiva sufre un cambio
radical. A partir de Saussure, el objeto de estudio se transforma, en tanto él postula que la
lingüística, en tanto ciencia, debe describir y no prescribir. Se cambia el eje o punto de
vista: la lingüística tiene como misión la descripción del mayor número de lenguas
posibles.
Esta nueva perspectiva descriptiva de la ciencia lingüística implica que, como punto
de partida, se tome la descripción de los usos reales de la lengua. Desde el punto de vista
estructural, a partir de los usos puede abstraerse lo sistemático y lo regular. En el uso se
revelan regularidades de combinatoria, y estas regularidades son lo subyacente: son las
unidades, las relaciones y las reglas que configuran el sistema.
Ahora bien, las mismas nociones conceptuales con las cuales -desde su
conformación como ciencia moderna- la lingüística ha venido trabajando han recibido más
de una definición. Por ejemplo, el concepto mismo de dialecto ha sido definido de manera
diversa a lo largo de la lingüística moderna. Consideremos la definición de dialecto que da
Amado Alonso:

Los dialectos son modos especialmente rústicos de hablar que suponen un rezago
o un retroceso respecto del alto grado de cultura alcanzado por la lengua general.

Resulta muy clara en esta definición -a pesar de que Alonso es un estructuralista-


la presencia de valoraciones normativas sobre los usos.
Ahora bien, tampoco tiene sentido negar todo tipo de valorización sobre los usos, lo
que nos ubicaría en una suerte de todo vale. Pero es evidente que, al calificar a los
dialectos como modos rústicos, se está haciendo un juicio de valor. Sobre todo, si
tenemos en cuenta que el dialecto es lo que se considera como una variante regional: el
dialecto se identifica y define como la variante de un grupo, caracterizado por sus
coordenadas geográficas. En cambio, en la definición de Alonso, se está sosteniendo una
concepción de dialecto donde resultan determinantes factores que van más allá de lo
geográfico. Continúa Alonso:
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En Francia y en Italia, hay dialectos fuertemente diferenciados del francés y del


italiano, hasta el punto de que los italianos y los franceses de los diferentes dialectos se
entienden entre sí con dificultad o no se entienden.

Esta característica sigue vigente hoy en día. Hay muchos dialectos que presentan
una gran dificultad para su intercomprensión. Otro caso similar es el de Alemania.
Ahora bien, la definición de dialecto que maneja Alonso no es la misma que se
utiliza en la actualidad. Si Alonso considera que se trata de modos especialmente rústicos
de hablar, está claro que los dialectos son considerados como un retroceso respecto de la
lengua general, la cual es la portadora de un alto grado de cultura. En cambio, si
consideramos la definición del Diccionario de Lewandowski, encontraremos que un
dialecto es un modo de hablar entendido, generalmente, como vinculado a lo local. Dice:

Modo de hablar natural y usado en la cotidianeidad como normal o como manera


de expresión de una comunidad lingüística de un lugar o de una comarca.

Esta definición, más actual, no presenta ninguna connotación peyorativa


incorporada al concepto de dialecto. Tenemos, simplemente, la visión de que el dialecto
es la variedad marcada por lo local o regional, la variedad propia de una comunidad que
se define a partir de la consideración de factores geográficos.
Ahora bien, la afirmación de Amado Alonso no era gratuita: obedecía a la creencia
en que existía un peligro de no incomprensión. En más de una ocasión, se ha reiterado la
idea de que una sucesiva fragmentación en dialectos resultaría contraproducente respecto
de la lengua general. Si nos dividiéramos en dialectos, se dificultaría la comunicación
entre las distintas variedades regionales.
Alumna: ¿La definición de Alonso no es prescriptiva?
Profesora: Precisamente por eso la cito. Tiene un componente prescriptivo y
peyorativo muy importante.
Alumna: A pesar de que él se inscribía en la corriente estructuralista.
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 25

Profesora: Pero, antes del estructuralismo, ni siquiera era posible plantear el mero
estudio de estas variedades lingüísticas "rústicas". La posición de la gramática tradicional
era, exclusivamente, una posición prescriptiva y, en este sentido, las variables dialectales
eran descartables, en tanto el único punto de referencia era el que otorgaban las
variedades de prestigio. Justamente traje la cita de Alonso para señalar que incluso hay
autores estructuralistas todavía impregnados por consideraciones de tipo prescriptivo.
Ahora bien, la gramática prescriptiva implica un tipo valoración de los usos
lingüísticos que, de ninguna manera, puede ser considerada como una valoración
unánime. Siempre la valoración implica la existencia de una norma implícita; yo estoy
valorando un dialecto o juzgando un modo de hablar, y puedo hacerlo porque tengo una
norma de referencia que me orienta respecto de lo que es bueno o malo. Para poner un
ejemplo claro: si tomamos el contraste entre la variedad usada en la ciudad y la variedad
usada en zonas agrícolas, no podemos asociar mecánicamente un alto nivel de cultura
con una lengua normativa y, de manera paralela, un bajo nivel de cultura con un dialecto.
En todo caso, lo que ocurre es que la existencia de un sociolecto está depende de las
necesidades propias de una comunidad determinada. Y, en el caso de los dialectos,
deberé explicar su existencia a partir de necesidades históricas de esa comunidad, y
tendré que ver qué tipo de sustrato lingüístico había previamente.
Recuerden que, en el caso de nuestra lengua, estamos ante una lengua
transplantada, una lengua traída y, en muchos casos, impuesta. Así, en las regiones
donde se hablaban lenguas indígenas, se impuso el español. En este sentido, muchos de
los fenómenos dialectales del español argentino encuentran su explicación en el sustrato o
la existencia previa de lenguas indígenas anteriores.
Por todo esto, al abordar el estudio de los dialectos, el lingüista debe evitar
acercarse a ellos desde la perspectiva de los juicios de valor. Por el contrario, el lingüista
debe acercarse a ellos desde una perspectiva comprensiva, desde una perspectiva que le
permita explicar esa variación de una manera científica, y no emitiendo un mero juicio.
La lengua estándar es otro concepto que suele definirse apelando a distintos
factores. Cito, una vez más, el Diccionario de Lewandowski. Apelando a distintos factores,
este autor define la lengua estándar como aquella lengua que está históricamente
Gramática 2007/Teórico 25 Apuntes Sim 17

legitimada, institucionalizada suprarregionalmente. La lengua estándar está por encima de


los dialectos, o de la lengua coloquial. Es una lengua con un grado mayor de fijación que
el que presentan los dialectos. La lengua estándar es aquella que, de manera ideal, es
transmitida por las escuelas y los medios de comunicación. El poseer el dominio de una
lengua estándar es un factor que posibilita la movilidad social. Quienes no hayan sido
capaces de adquirir la variedad estándar de su lengua, se verán enfrentados a serias
dificultades respecto de sus posibilidades de movilidad social. Desde el punto de vista
social, y en contraste con dialectos y sociolectos, resulta evidente que la lengua estándar
es el recurso más abarcador.
Pero la lengua estándar también ha sido descripta a través de otros sintagmas:
lengua nacional o lengua culta, definiciones que, evidentemente, implican una abstracción.
Si algo pertenece o no pertenece a la lengua estándar, depende de la manera en la que
definamos esa lengua estándar.
Julián Marías trabaja con un concepto muy interesante: el de vigencia. Con esta
noción, él trata de describir esta especie de inestabilidad de los usos lingüísticos. En el
habla de los individuos, que usan una determinada lengua general, pueden verificarse
distinto tipo de vigencias, dice Marías. En primer lugar, puede distinguirse entre una
vigencia general y una vigencia parcial de un uso lingüístico. En la perspectiva lingüística,
decir que una expresión, un esquema o una forma lingüística presenta una vigencia
general equivale a decir que esa forma es común, que se extiende a una sociedad entera.
En cambio, una vigencia parcial -tal como la misma palabra lo indica- sólo tiene vigor en
un sector de la sociedad; es decir, tiene un vigor restringido, ya sea en una modalidad oral
o escrita, en un dialecto, en un sociolecto, etc.
Dentro del campo correspondiente a las vigencias generales del castellano, Marías
dice, metafóricamente, que corresponde incluir el torso del vocabulario, esto es, el
vocabulario central del castellano. Evidentemente, quedarán fuera las palabras propias de
ciertos grupos sociales, o específicas de determinados dialectos. La vigencia general
corresponde a esa zona del vocabulario que resulta común a todas las variedades del
castellano. También son partícipes de la vigencia general las principales estructuras
sintácticas, todos los esquemas y patrones sintácticos fundamentales. Marías también
18 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 25

incorpora gran parte de la fonética. Como ustedes ya saben, cada lengua selecciona un
repertorio específico de sonidos que convertirá en sonidos distintivos o variantes. Cada
lengua natural selecciona su espectro de materia sonora y hace sus propias distinciones.
Y, naturalmente, dentro de la vigencia general se incorporan las principales unidades y
combinaciones del nivel morfológico.
Veamos cómo define Marías la lengua general o estándar: es aquella a la que
tiende a aproximarse el hablante cultivado en el mundo hispánico. Y sería aquello que uno
podría describir, intuitivamente, como el hablar sin acento. Este hablar sin acento puede
entenderse de dos maneras: como interno a la propia lengua o como externo. Si oímos
hablar a un cordobés, percibimos inmediatamente su acento de cordobés; pero, a pesar
de la peculiaridad de su acento dialectal, igualmente consideramos su variedad como
parte de mi misma lengua. En este caso se trata de un acento interno. Pero también se
puede hablar con acento externo. Esto ocurre en el caso de los hablantes extranjeros, es
decir, en el caso de quienes tienen como lengua madre una lengua distinta de la nuestra,
lo cual hace que estos hablantes tengan un acento, pero diferente del acento dialectal, o
acento sociolectal.
En cuanto a la vigencia parcial, es la que puede vincularse con las variantes que
anteriormente hemos denominado registros. A su vez, tiene lugar una vigencia plenaria
cuando una forma lingüística es percibida por los hablantes nativos como un registro
normal. Tomemos ejemplos léxicos, considerando unidades contrastivas: muerto, fallecido
y fiambre. La primera corresponde a un estilo neutro; la segunda, a un registro más
afectado; y la tercera, a registro muy coloquial. Igualmente, registro o estilo neutro son
ladrón y drogadicto, frente a ladri y drogón, de registro coloquial.
Hay vigencia plenaria cuando una forma o esquema lingüístico resulta aplicado a
todo tipo de situación y cuando, además, esa forma no genera un significado connotativo
adicional -como sucedería con los términos fiambre, drogón o ladri-.
Dentro de la vigencia parcial, encontramos, aquellos elementos o marcas que son
propios de una especialización o, dicho de otro modo, los elementos de determinados
dominios o ámbitos particulares de experiencia: la ciencia, el comercio, la agricultura, la
administración, etc. Hay que señalar que una misma unidad léxica puede tener distinto
Gramática 2007/Teórico 25 Apuntes Sim 19

significado de acuerdo con el ámbito de especialización. Por ejemplo, la palabra operación


expresa un contenido bien distinto según sea utilizada en el campo de las finanzas, en el
terreno de la matemática, en el militar o en el de la medicina. En cada ámbito de
especialización, la misma unidad léxica adquiere un significado específico.
Otro ejemplo es la nominalización enriquecimiento. De acuerdo con la lengua
general, se trata sólo de un proceso, mediante el cual alguien se vuelve rico. Pero, en el
campo de la biología, esta palabra adquiere un significado particular y específico: el de
convertir en mayoritaria una población minoritaria de algún tipo de organismo. Decimos,
entonces, que cada palabra posee una vigencia parcial, o específica, de acuerdo con su
ámbito de especialidad.
Alumna: ¿En el diccionario aparecen la vigencia general y también la parcial?
Profesora: Sí. El texto de Marías también se ocupa del tema de los diccionarios. Él
tiene una frase que me gusta mucho: Cuando una expresión figura en el diccionario, ha
pasado por la lengua. Es decir, si la palabra figura en el diccionario, uno puede estar
seguro de que la palabra ha sido importante para una lengua, que ha sido utilizada.
La tarea de confeccionar un diccionario es apasionante y laboriosa, pero siempre
hay un déficit en las entradas. Podríamos decir que el de la confección de un diccionario
es un verdadero trabajo de Sísifo, porque el vocabulario de las lenguas se enriquece
permanentemente, por lo cual siempre vamos a estar ante una tarea interminable.
Inversamente, otro problema de los diccionarios es que presentan muchos elementos a
los que podemos considerar ya fósiles, es decir, unidades que han pasado por la lengua,
pero que ya no forman parte de ella, que no se utilizan y que, por lo tanto, han muerto.
Marías señala que lo que no se dice no son usos. En el diccionario vamos a
encontrar unidades léxicas que, tal vez en otro momento, han sido dichas, pero que ya no
forman parte de los usos. A esto hay que agregar que por la lengua tal vez han pasado
palabras que no están en el diccionario.
Otro aspecto es la edad de las vigencias: cuánto viven las vigencias en una lengua.
Marías considera que, como las personas, las vigencias tienen distintas edades. Existen
vigencias añosas, palabras antiguas que difícilmente usemos, y existen creaciones
recientes, que pueden considerarse vigencias jóvenes. Si comparamos mozo, muchacho,
20 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 25

y chabón, podemos decir que chabón tiene una vigencia joven respecto de muchacho, y
que evidentemente, mozo es de una vigencia añosa.
El jueves añadiremos algunos elementos más acerca del concepto de vigencia.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


GUÍAS TEMÁTICAS Y BIBLIOGRÁFICAS

GRAMÁTICA
(Primer cuatrimestre de 2007)

1
GRAMÁTICA

Guía I: Fundamentos teóricos

I. El estudio de la gramática. El concepto de Gramática. Teoría y descripción de la


lengua. Gramática universal/particular, gramática normativa/ descriptiva, gramática
sincrónica/ diacrónica. Modelos gramaticales. Los datos en gramática. Los textos
gramaticales.

II. La facultad del lenguaje, la lengua y el habla. El Signo lingüístico. Sistema, valor y
uso. Sintagma y paradigma.

III. Los niveles de la lengua y la gramática. Gramática y Fonología; Gramática y


Semántica; Gramática y Pragmática.

IV. Enfoques gramaticales: Formalismo y funcionalismo.

Bibliografía obligatoria:
Bühler, K. (1961) Teoría del lenguaje, Madrid: Revista de occidente, Capítulo I & 2,
págs. 46-56.
Di Tullio, A.(2005) Manual de Gramática del español, Buenos Aires: Isla Luna.
Introducción y capítulo I, págs. 13-32.
Saussure, F. de (1983) Curso de lingüística general, Madrid: Alianza editorial.
Introducción: caps. I, II, III y IV; Primera Parte: caps. I, II, III; y Segunda Parte: caps IV y
V.
Lyons, J. (1985) Introducción a la lingüística teórica, Barcelona: Teide. (1ª. Ed. En inglés
1968). & 1.4. La lingüística moderna.
Halliday, M.A.K. (1994) An Introduction to Functional Grammar, Introduction (xiii a
xxxv), Londres/Melbourne: E. Arnold.

Bibliografía optativa:

Benveniste, É. (1965) "La naturaleza del signo lingüístico". En: Problemas de lingüística
general, México, Siglo XXI Editores (1ª ed. 1939 en Acta lingüística I, Copenhague).
Chomsky, Noam (1994) El conocimiento del lenguaje, Barcelona: Altaya (1ª. ed. en
inglés, 1986).
Kovacci, O. (1990) El comentario gramatical, Madrid: Arco Libros, Tomo I, Cap. 1,
"Morfología y Sintaxis".
Saussure, F. de (2004) Escritos sobre lingüística general, Barcelona: Gedisa, extractos del
capítulo I, 23-88.
Guía II: Fonética y Fonología

I. El lenguaje como fenómeno oral. Fonética y Fonología. La transcripción fonética y el


Alfabeto Fonético Internacional (AFI).

II. La producción del sonido. Fonación y articulación. Clasificación articulatoria de los


sonidos. Vocales y consonantes. Parámetros de descripción i) zona de articulación; ii) modo
de articulación; iii) acción de las cuerdas vocales; iv) acción del velo del paladar; v) altura de
la lengua; vi) zona de la lengua; vii) acción de los labios.

III. Unidades de la descripción fonética y fonológica. Fonema, fono y alófono. Fonos del
español. Oposiciones, neutralización y archifonema. Sistema fonológico del español.

IV. Sílaba y prosodia. Conformación interna de la sílaba. Tipos silábicos del español.
Rasgos suprasegmentales: i) acento; ii) intensidad; iii) tonalidad; iv) cantidad.

Bibliografía obligatoria

Malberg; B. (1962), La Fonética, Buenos Aires: Eudeba. Introducción y capítulos II, III,
IV y V. [Para punto I y II].
Martínez Celdrán, E. (1989) Fonología General y Española, Barcelona: Editorial Teide.
Cap. 1: §§ 1.1. a 1.3.2.2. (inclusive). [para punto I, III y IV]
Gil Fernández, J. (1990) Los Sonidos del Lenguaje, Madrid: Síntesis. cap. 8. [para punto
IV].

Trabajos prácticos

Barba, J. (2006) Ejercicios de Fonética y Fonología (Ficha de cátedra), Buenos Aires:


OPFyL

Bibliografía optativa
Cerdá Massó, R. (1996), “La función del sonido”. Cap.5 en Vide, C. (ed.), Elementos de
Lingüística, España: Octaedro Universidad.
D’Introno, F., E. Del Teso y R. Weston (1995), Fonética y Fonología actual del español,
Madrid: Cátedra.
Llisterri, J. (1996), “Los sonidos del habla”. Cap.4 en Vide, C. (ed.), Elementos de
Lingüística, España: Octaedro Universidad; pp. 67-84 y 86-88
Martínez Celdrán, E. (1984) Fonética. Barcelona: Teide.
Martínez Celdrán, E. (1989) Fonología general y española,Barcelona: Teide.
Navarro Tomás, T. (1953) Manual de Pronunciación Española. Publicaciones de la
Revista de Filología Española.
Trubetzkoy, N. S. (1973) Principios de Fonología. Madrid: Cincel.

Guía III: Morfología

3
I. La morfología como estudio de la estructura de las palabras. Límites, objetivos y
relaciones con otros componentes de la gramática. Unidades del análisis morfológico.
Morfema, morfo y alomorfo. Segmentación y clasificación de morfemas. El concepto de
palabra: palabras simples, complejas y compuestas: criterios de reconocimiento. Derivación y
flexión.

II. Morfología léxica (derivativa)


La estructura de la palabra. Elementos: raíz, tema, afijos (prefijos, y sufijos), formantes
grecolatinos. Formación de palabras. Procesos morfológicos de afijación y composición.
Reglas y restricciones.
Creación léxica. Productividad. Acuñación y cambio de significado.

III. Morfología flexional


Categorías morfológicas. Las nociones de categoría y paradigma. Categorías
morfológicas flexionales del español:
a) categorías nominales: género y número. La categoría pronominal de caso.
b) categorías verbales: tiempo, concordancia (persona y número); modo y aspecto.

Concordancia y rección como conexiones sintagmáticas

Bibliografía obligatoria
Fernández Lagunilla M. y A. Anula Rebollo (1995), Sintaxis y Cognición. Introducción al
conocimiento, el procesamiento y los déficits sintácticos, Madrid: Síntesis. Parte II. Cap.
7: § 7.2.1.1 y cap. 8: § 8.2.1 (8.2.1.1 a 8.2).[para punto III).
Hockett, Charles (1972): Curso de Lingüística Moderna. Eudeba: Buenos Aires. (Original
1958) Traducción y adaptación al español de Emma Gregores y Jorge Alberto Suárez.
Capítulo XXVII [Para punto III].
Lyons, J. (1985), Introducción en la lingüística teórica, Barcelona, Teide. (1ª ed. (1968),
Introduction to theoretical Linguistics, Cambridge: Cambridge University Press). § 5.4
[para punto I].
Pena, J. (1999), “Partes de la morfología. Las unidades del análisis morfológico”. Cap. 66
en Bosque I y V. Demonte (eds.), Gramática descriptiva de la lengua española, Madrid:
Espasa Calpe. Vol. 3. § 66.1 [completo]; §§ 66.2.1-66.2.4.2; 66.2.5-66.3; 66.4. [completo]
y 66.5.1. [Para puntos I, II y III]
Radford, A. et al. (2000), Introducción a la lingüística, Cap. 10, Madrid: Cambridge
University Press (1ª.edición en inglés 1999) [Para puntos I, II y III].

Trabajos prácticos

Kornfeld, L.(2004) Ejercicios de Morfología (ficha de cátedra), Buenos Aires: OPFyL.

Bibliografía optativa

4
Akmajian, A., R. Demers, A. Farmer and R. Harnish (1997), Linguistics. An Introduction
to Language and Communication, Cambridge and London: The MIT Press. Cap.II.
Alcina Franch, J.y J. M. Blecua (1975), Gramática española, Barcelona: Ariel.. Capítulo
3 y 5.
Lyons, J. (1985), Introducción en la lingüística teórica, Barcelona, Teide. (1ª ed. (1968),
Introduction to theoretical Linguistics, Cambridge: Cambridge University Press). Capítulo
7.
Matthews, P. (1991), Morphology, Cambridge, University Press. 2da ed. Trad. Española de
la 1ra ed. (1980), Morfología, Madrid: Paraninfo.
Varela Ortega, S. (1990), Fundamentos de morfología, Madrid, Síntesis.
Varela Ortega, S. (2005), Morfología Léxica: la formación de palabras, Madrid: Gredos,
cap. 1, 2, 3 y 4.
Scalise, S. (1994), Morfología. Boloña: Il Mulino.

Guía IV: Sintaxis

I. Las clases de palabras: criterios formales y semánticos. Oración y enunciado.


Oraciones prototípicas y no prototípicas. Construcciones y constituyentes. Ambigüedad
estructural. La noción de núcleo y de sintagma. Configuración de los sintamas. Tipos de
sintagmas. Funciones sintácticas y papeles temáticos.

II. El sintagma nominal. Tipos de núcleo. Especificadores y complementos. Tipos de


especificadores. Complementos restrictivos y explicativos.

III. El sintagma verbal. Selección categorial y selección léxica. Complementos y adjuntos.


Verbos transitivos, inergativos e inacusativos. Tipos de complementos: objeto directo,
indirecto, complemento agente y complemento circunstancial. Los predicativos.

IV. Las oraciones impersonales. Verbos de conjugación completa e incompleta.

Bibliografía obligatoria
Bello, Andrés (1984/1ª. edición 1847) Gramática de la lengua castellana, Madrid: EDAF.
Apartados 772-795. [Para punto IV].
Ciapuscio, G. y L. Ferrari (2004) Nociones sintácticas. Ficha de cátedra, Buenos Aires:
OPFyL. [Para punto I, II y III].
Di Tullio, Ángela (2005) Manual de Gramática del español. Buenos Aires: Isla Luna
(capítulos III, IV y V).
Hernanz, M.L. y Brucart, J.M. (1987), La sintaxis, Editorial Crítica: Barcelona, Cap. 2, &
2.0 a 2.3. inclusive. [Para punto I].
Mendikoetxea, Amaya (1999) Construcciones inacusativas y pasivas en: Gramática
descriptiva del español, Bosque, I. y V. Demonte (directores), Madrid: Espasa. cap. 25.1.
hasta 25.1.2. [Para punto III].

Trabajos prácticos

5
Brandani, L., P. Gaspar e I. Otañi (2004) Ejercicios de sintaxis (Ficha de cátedra),
Buenos Aires: OPFyL.

Bibliografía optativa
Akmajian, A., R. Demers, A. Farmer and R. Harnish (1995), Linguistics. An Introduction
to Language and Communication, Cambridge and London: The MIT Press. Cap.5.
Alarcos Llorach, E. (1994) Gramática de la lengua española, Madrid: Espasa Calpe
(capítulos XIX, XXI, XXII, XXIII, XXIV, XXV).
Bosque, Ignacio (1990) Las categorías gramaticales, Madrid: Síntesis, (capítulo 3).
Di Tullio, Ángela (2005) Manual de Gramática del español. Buenos Aires: Isla Luna
(capítulos VI y VII).
Hernanz, Ma. Lluisa y José M. Brucart (1987) La sintaxis. Principios teóricos. La oración
simple, Barcelona: Editorial Crítica (capítulos 1, 2, 5 y 6).
Kovacci, Ofelia (1991) El comentario gramatical, Madrid: Arco Libros (volumen I,
capítulos 3, 4 y 5).

Guía V: Perífrasis verbales y construcciones pronominales

I. Perífrasis verbales.
Caracterización. Constituyentes: verbo auxiliar y verbo principal o auxiliado. Distinción
entre grupos verbales, giros verbales y locuciones verbales.
Tipos de perífrasis verbales: de participio, de infinitivo y de gerundio. Descripción
estructural. Valores semánticos: aspectuales, temporales y modales.

II. Construcciones pronominales.


Distinción entre construcciones oblicuas y reflexivas. Reflexividad y correferencia.
Construcciones reflexivas y recíprocas. Construcciones cuasirreflejas: de toda persona,
pasivas e impersonales. Se diacrítico y Se aspectual.

Bibliografía Obligatoria
Gómez Torrego, L. (1988), Perífrasis verbales. Sintaxis, semántica y estilística. Madrid:
Arco/ Libros. Cap. 1 [para punto I].
Di Tullio, A. (2005). Manual de Gramática del español, Buenos Aires: Isla Luna. Cap.
XIII, págs. 237-244 (hasta & 13.3) [para punto I] y Cap. IX, & 9.4 (págs. 172-184) [para
punto II].

Bibliografía optativa
Gómez Torrego, L. (1999), “Los verbos auxiliares. Las perífrasis verbales de infinitivo”.
Cap. 51 en: Bosque I y V. Demonte (eds.), Gramática descriptiva de la lengua española,
Madrid: Espasa Calpe. Vol.2.
Klein, P. W. (1987) “Syntax and Semantics of spanish se” en: Hispanic Journal, VI: 149-
162.
Manacorda de Rosetti, M (1971), “La frase verbal pasiva en el sistema español” En
Barrenechea A. y M. Manacorda de Rosetti (1971), Estudios de gramática estructural,
Buenos Aires: Paidós, 2da.ed. (Publicado por primera vez en Filología (1961)) [para
punto I].

6
Manacorda de Rosetti, M. (1971), “La llamada “pasiva con se” en el sistema español”. En
Barrenechea A.y M.l Manacorda de Rosetti (1971), Estudios de gramática estructural,
Buenos Aires: Paidós. 2da.ed. (Publicado por primera vez en 1962) [para punto II].
Mendikoetxea, A. (1999), “Construcciones con se: Medias, pasivas e impersonales”. Cap.
26 en Bosque I y V. Demonte (eds.), Gramática descriptiva de la lengua española,
Madrid: Espasa Calpe. Vol.2.
Otero, C. (1999), “Pronombres reflexivos y recíprocos”. Cap. 23 en en Bosque I y V.
Demonte (eds.), Gramática descriptiva de la lengua española, Madrid: Espasa Calpe.
Vol.1.

Guía VI: Las clases de palabras

I. Las partes de la oración. Clasificaciones binarias: variables/no variables; series


abiertas/cerradas; llenas/vacías; mayores/menores. Criterios morfológicos, sintácticos y
semánticos: alcances y restricciones de cada uno. Clases léxicas y funcionales: fundamentos
para la delimitación. Relaciones entre las clases de palabras.

II. Clases léxicas. El sustantivo: características morfológicas, sintácticas y semánticas de


la clase. El sustantivo común: definición. Subclases principales: contables y no contables;
pluralia tantum; individuales y colectivos.

El adjetivo: características morfológicas, sintácticas y semánticas generales. Determinantes y


adjetivos. Adjetivos calificativos y relacionales.

El adverbio y la preposición: características morfológicas, sintácticas y semánticas generales.

El verbo. Formas finitas y no finitas - infinitivo, participio y gerundio-. Características léxicas


y sintácticas.

III. Clases funcionales. Los determinantes: el artículo, los pronombres demostrativos y


posesivos. Los cuantificadores. Las conjunciones coordinantes y subordinantes. Los
pronombres relativos.

Bibliografía obligatoria:
Bosque, I. (1990), Las categorías gramaticales. Relaciones y diferencias, Madrid,
Síntesis. Cap. 2: §§ 2.1.- 2.3.
Bosque, I. (1999), “El nombre común”. Cap. 1 en Bosque I. y V. Demonte (ed.),
Gramática descriptiva del español, Madrid: Espasa. §§1.1., 1.2.1, 1.2.2, 1.3 y 1.4.1..
Demonte, V. (1999), “El adjetivo: clases y usos. La posición del adjetivo en el sintagma
nominal”. Cap. 3 en Bosque I. y V. Demonte (ed.), Gramática descriptiva del español,
Madrid: Espasa. Bosque I. y V. Demonte (ed.) §§ 3.1. 3.2., 3.2.2.1 y 3.2.2.2.
Di Tullio, Ángela (2005) Manual de Gramática del español. Buenos Aires: Isla Luna
(capítulo III).
Giammatteo, M. y H. Albano (2006), ¿Cómo se clasifican las palabras?, Buenos Aires:
Littera.

7
Bibliografía optativa
Barrenechea, A. M. (1984), Las clases de palabras en español como clases funcionales.
En Estudios de gramática estructural, Buenos Aires: Paidós.
Radford, A. (1997), Syntactic theory and the structure of English, Cambridge: Cambridge
Universiy Press. Cap.2: §§ 2., 2.1., 2.2., 2.3., 2.4.

Guía VII: Coordinación y subordinación

La estructura jerárquica de la oración y las estructuras recursivas. Oración simple, compuesta y


compleja.Las relaciones sintácticas de coordinación y subordinación: caracterización
opositiva. Coordinación y subordinación en el nivel sintagmático y oracional.

La coordinación. Caracterización. Tipos de coordinación: copulativa, disyuntiva, adversativa


y consecutiva. Características sintácticas y semánticas. Clases de conectores.

La subordinación. Caracterización. El concepto de proposición. Conjunciones subordinantes


y relacionantes. Proposiciones subordinadas sustantivas, relativas y adverbiales.
Proposiciones modificadoras del núcleo oracional. Proposiciones modificadoras de la
modalidad.

Bibliografía obligatoria
Ciapuscio, G.; Giammatteo, M.; Albano de Vázquez, H.; Ferrari, L. (2004), Proposiciones
subordinadas, Ficha de cátedra, Buenos Aires: OPFyL.
Di Tullio, Á. (2005), Manual de Gramática del Español, Buenos Aires: Isla Luna. Cap.
15.
Kovacci, O. (1990), El comentario gramatical I, Madrid: Arco Libros. Cap. 13.

Bibliografía optativa
Barrenechea, A. M. (1979) “Problemas semánticos de la coordinación”. En A.M.
Barrenechea y otros, Estudios lingüísticos y dialectológicos, Buenos Aires: Hachette.

Guía VIII: Pronombres

I. Inventario de formas. Subsistemas: personales, posesivos, demostrativos, relativos,


indefinidos, interrogativos, exclamativos. Su posición en las clases léxicas y funcionales.
II. Caracterización de la clase
a) El pronombre como clase gramatical: Particularidades morfológicas. Particularidades
sintácticas. Naturaleza transversal de la categoría
b) El pronombre como clase semántico-pragmática: El pronombre como sustituto o elemento
vicario. El pronombre como categoría semántica. El pronombre como categoría deíctica.

III. Funcionamiento de los pronombres en los textos. . Contexto de situación y contexto


lingüístico. Referencia exofórica y endofórica. Anáfora y catáfora.

8
Bibliografía obligatoria
Barrenechea, A. M. (1962) “El pronombre y su inclusión en un sistema de categorías
semánticas” en: Estudios de Gramática Estructural (A. M. Barrenechea y M. Rosetti),
Barcelona/Buenos Aires: Paidós.
Ciapuscio, G. (1988) “La deixis y el funcionamiento textual de los pronombres” en:
Revista Argentina de Lingüística 4 (1-2).
Kovacci, O. (1991) El comentario gramatical, Madrid: Arco Libros, tomo II, capítulo 13.

Bibliografía optativa
Bühler, K. (1950), Teoría del lenguaje, Madrid: Revista de Occidente. § 7 y 8.
Di Tullio, A. (2005) Manual de gramática del español, Buenos Aires: La isla de la luna,
Capítulo 9, & 9.1 a 9.3 inclusive (págs. 165-172).
Halliday, M.A.K. y R. Hasan (1976) Cohesion in English, London: Longman.
Radford, A. (1997) Syntax. A minimalist Introduction, Cambridge: Cambridge University
Press (cap. 2).

GUÍA IX: Modalidad

I. El concepto de modalidad: dictum y modus. Modalidad explícita e implícita, subjetiva y


objetiva. Tipos de modalidad: epistémica y deóntica.
II. Clases de oraciones según la modalidad: declarativas, dubitativas, interrogativas,
exclamativas y exhortativas. Polaridad y modalidad.
III. Recursos gramaticales que expresan la modalidad: entonación; orden de palabras, modo
verbal; verbos modales. Recursos léxicos: adjetivos, adverbios, verbos; reforzadores y
mitigadores. Construcciones modificadoras de la modalidad.

Bibliografía obligatoria
• Di Tullio, Á. (2005), Manual de gramática del español, Buenos Aires: La isla de la luna.
Cap. 13, § 13.2.1 a 13.3.1 inclusive.
Kovacci, O. (1992). El comentario gramatical Volumen II. Madrid: Arco/Libros. (Cf.
Capítulos 7, 8, 9 y 10)
Ridruejo, E. (1999), “Modo y modalidad. El modo en las subordinadas sustantivas”, en
Gramática descriptiva de la lengua española, Vol. 2. Madrid: Espasa. (Cf. § 49.1 a § 49.
2)
Zavadil, Bohumil (1968) “Medios expresivos de la categoría de modalidad en español”
en: Ibero-americana Pragensia, Año 11, p. 57-86.

Bibliografía optativa
Alonso Cortés, A. (1999). Las construcciones exclamativas, en Gramática descriptiva de
la lengua española, Volumen 3. Madrid: Espasa. (Cf. §62.1 a §62.4.4.)
Di Tullio, Á. (2005), Manual de Gramática del Español, Buenos Aires: La isla de la luna.
Cap. 14.

9
Escandell Vidal, M.V. (1999). Los enunciados interrogativos, en Gramática descriptiva
de la lengua española, Volumen 3. Madrid: Espasa. (Cf. §61.4 y §61.5)
Kovacci, O. (1994). Estudios de Gramática Española. Buenos Aires: Edicial.
Lyons, J. (1977). Semantics. (Vol. 2). Cambridge: Cambridge University Press.
Palmer, F. R. (2001). Mood and Modality. Cambridge: Cambridge University Press.

Guía X Gramática y variación

I. Las nociones de sistema, norma y habla. Lengua general, dialecto, sociolecto, tecnolecto.
Las dimensiones de la oralidad y la escritura: normas comunicativas y géneros.

II. El español rioplatense: particularidades fonológicas, morfológicas y léxicas. Las fórmulas


de tratamiento: rasgos distintivos del sistema pronominal. Incorporaciones léxicas.

Bibliografía obligatoria
• Carricaburo, Norma (1997). Las fórmulas de tratamiento en el español actual. Madrid:
Arco/Libros.
• Coseriu, E. (1972) “Sistema, norma y habla” en: Teoría del lenguaje y lingüística general,
Madrid: Gredos.
• Fontanella de Weinberg, M. B. (1987) El español bonaerense. Cuatro siglos de evolución
lingüística, Buenos Aires: Hachette. Cap. IV.
• Fontanella de Weinberg, M.B. (1994) “`Una fugaza con fetas de panceta y provolone´: la
incorporación léxica en el español bonaerense” Estudios sobre el español de la Argentina,
Departamento de Humanidades, Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca, 51-77.
• Marías, J. (1967) El uso lingüístico, Buenos Aires: Columba.

Bibliografía optativa
Halliday, M.A.K. y R. Hasan (1989) Language, context, and text: aspects of language in a
social-semiotic perspective, Oxford University Press. Cap. 3 y 4.
Kany, Ch. (1969) Sintaxis hispanoamericana, Madrid: Gredos. Cap. 3.
Meo-Zilio, Giovanni (1964) El “Cocoliche” rioplatense en: Boletín de Filología, Tomo
XVI, Univ. de Chile, págs.61-119.
Rona, José P. (1967) Geografía y morfología del voseo. Pôrto Alegre: Pontifícia
Universidade Católica.

10
16 Cod. 18

Gramática

Fecha: 17/04/07
Teórico № 8 Prof.: Laura Ferrari

Contenido: Guía III. Morfología.

Profesora: Buenas tardes. Hoy vamos a continuar con los temas de morfología,
completando algunos aspectos relativos a la clasificación de los morfemas; en segundo
lugar, vamos a referirnos al concepto de palabra y, por último, a los procesos
morfológicos.
Siguiendo la línea de pensamiento de Pena, hemos visto ya su definición de
morfema como unidad gramatical mínima. Esta línea de pensamiento se enfrenta a la
postura que define al morfema como signo mínimo. En cuanto a los distintos criterios
clasificatorios, han visto ya los sintácticos y los semánticos. Hoy vamos a presentar un
último criterio clasificatorio: el distribucional. Un criterio distribucional se centra en los
lugares que, dentro de la palabra, pueden ocupar los distintos tipos de morfemas. En este
sentido, la clasificación distribucional atañe a los llamados morfemas ligados. es decir, a
los morfemas que se unen a una base. De acuerdo con este criterio, en principio es
posible realizar una primera gran división según el lugar que un morfema ocupa en
relación con la raíz: por un lado, si la precede o la sigue y, por otro, si el morfema
interrumpe o no a la raíz. Sin embargo, sobre segundo aspecto del criterio distribucional
no vamos a profundizar, ya que, en el español, no existen casos, prácticamente, de
morfemas que interrumpan la raíz.
Sí podemos considerar in extenso los casos del primer tipo. Según el lugar que los
morfemas ocupan en relación con la raíz, podemos hablar de prefijos, sufijos o circunfijos.
Los prefijos son aquellas formas que preceden a la raíz. Se dan en palabras tales como
[re-leer], o [des-orden].
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 8

Por su parte, los sufijos son los que siguen a la raíz, como en [cristal-iz-a-r].
Una regla morfológica para las lenguas en general es que los prefijos pueden ser
tanto de derivación como de flexión. En español sólo puede haber prefijos de derivación.
Existen en cambio otras lenguas que sí pueden transmitir significados de tipo gramatical a
través de prefijos de flexión -el griego es un ejemplo de este tipo de lenguas-. Lo que sí
hay en español es sufijos de derivación y de flexión. Por ejemplo, en el sustantivo [cristal-
es] tenemos un sufijo flexivo [-es], un morfema que manifiesta la categoría morfológica de
número.
Los circunfijos, por su parte, son los afijos discontinuos, como sucede en palabras
como [a-noch-ec-e-r], [en-terr-a-r] o [em-botell-a-r] Algunos autores exponen este
fenómeno en términos de un prefijo y un sufijo que se añaden simultáneamente a la raíz.
Nosotros, en cambio, usaremos el término afijo discontinuo. Encontrarán que Pena los
denomina llama circunfijos, término que también utilizaremos. El añadido simultáneo de
dos formantes es, de todos modos, una descripción claramente visible, en tanto no existen
en la lengua *[terrar], ni *[enterra], ni *[botellar], etc. La anexión simultánea de este tipo de
afijos da lugar a un fenómeno llamado parasíntesis. Diremos entonces que el resultado es
una palabra parasintética.
Alumna: ¿Se separa [-e-] de [-r-]?
Profesora: Sí, porque [-e-] constituye la vocal correspondiente al tema verbal,
mientras que [-r] es el formante de infinitivo. Si ustedes segmentan [-er], no está mal,
considerando dicha segmentación sólo centrada en el proceso que describimos; pero es
importante que tengan clara la individualización de la vocal del tema verbal, porque los
procesos morfológicos actúan sobre el tema, ya sea este verbal o nominal.
Vale aclarar que hay otras teorías gramaticales que presentan ligeras diferencias;
nosotros seguimos la línea teórica planteada por Pena, quien le da mucha importancia a la
noción de tema. Compartimos la idea de que esta noción resulta muy ilustrativa para
explicar con claridad los procesos morfológicos.
Alumna: ¿Qué es [-ec-] en la estructura de [anochecer]?
Profesora: Forma parte del circunfijo, es decir, de este tipo de afijo discontinuo que
se adjunta a la raíz para dar lugar a la palabra derivada. En general, desde el punto de
Gramática 2007/Teórico 8 Apuntes Sim 3

vista del significado, el morfema [-ec-] indica la idea de "proceso de". Consideren que este
morfema siempre aparece en todos aquellos verbos que indican un proceso: reverdecer,
anochecer, oscurecer o entristecer.
Alumna: ¿Por qué en [anochecer] la raíz no es [noche]?
Profesora: porque [-e] es la vocal del tema, en este caso, nominal. Todo tema se
define como aquel formante morfológico sobre el cual operan los procesos morfológicos.
La unidad tema es una noción abstracta y, en el caso de que se trate de una palabra
simple, puede coincidir con la palabra. Precisamente, en el caso de noche, hay una
coincidencia entre tema y palabra. Por su parte, todos los temas verbales terminan en
vocal: [-a-], [-e-] e [-i-]. En cada caso, la vocal del tema adscribe el verbo a una
conjugación determinada, lo cual es relevante porque marca todo el paradigma flexivo de
un verbo, es decir, nuevamente, es sobre el tema que se despliegan los procesos
morfológicos. En cambio los temas nominales puede terminar en vocal o en consonante.
En palabras como [cárcel] o [cónsul], el tema termina en consonante y la palabra coincide
con el tema. En este caso, la relevancia de la noción de tema está en la formación de los
plurales. En los sustantivos terminados en consonante, utilizamos la forma [-es]. Esto es lo
que nos indica que [cárcel] o [cónsul] son el tema; mientras que en [noche], para formar el
plural agrego sólo [-s]. Sabiendo que el proceso morfológico de pluralización se forma
sobre el tema, deducimos que [noche] es tema. Recuerden la definición más básica que
hemos dado: tema es lo que queda al eliminar todos los morfemas flexivos. En este caso,
se trata de un tema nominal terminado en vocal. A su vez, la raíz de este tema, ahora sí,
es [noch-].
Otro dato que la lengua muestra respecto de que la raíz es [noch]-, es la existencia
de la palabra nocturno, donde también está presente el formante culto [-ct-], a partir del
cual se originó la variante [-ch-] propia del latín vulgar. De esa forma llegó a nuestras
lenguas romances.
Pero la pregunta de la compañera es muy atinada: el concepto de tema es
abstracto y no resulta fácil de comprender. Hay que leer varias veces el texto de Pena
para manejarlo con precisión; de hecho, si ustedes no entienden bien la noción de tema,
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 8

luego les va a costar muchísimo seguir la lectura y comprender los siguientes procesos
morfológicos que Pena describe, en tanto estos procesos actúan sobre la vocal del tema.
Vale la pena entonces precisar un poco más el concepto de tema. Hay temas
nominales y temas verbales. Los temas verbales siempre terminan en vocal y dividen el
paradigma verbal en 1ª, 2ª y 3ª conjugación. Por su parte, los temas nominales pueden
terminar en vocal o en consonante. Si terminan en consonante, forman el plural con [-es].
Si terminan en vocal átona, forman el plural con [-s]. Si terminan en vocal tónica, pueden
formarlo tanto con [-es] como con [-s]. A su vez, cuando nos ocupemos de los procesos
morfológicos, veremos que, en algunos casos, por ejemplo, cuando se enfrenta con la
vocal de un sufijo, la vocal temática puede caer.
Ahora volvamos a los afijos. Nos quedan por considerar las nociones de interfijo e
infijo. Como les adelanté, el infijo es el afijo que rompe la raíz. Aparece en árabe y en latín.
Para el español, el infijo no es un afijo que presente productividad; sólo se lo considera
para casos muy marginales como los de Carlitos o Marquitos. La raíz es toda la palabra:
[Carlos], por lo tanto, el formante de "diminutivo" [-it-] actúa como infijo, rompiendo la raíz.
El interfijo en cambio es un tipo de afijo que se coloca entre dos bases, en el caso
de palabras compuestas, o entre una base y un sufijo de derivación. Veamos:

Base Interf. Suf. der. Base Interf. Base


hum - ar - eda roj - i - negro
polv - ar - eda pel - i - largo

Estos ejemplos se vinculan con los cuestionamientos a la definición de morfema


como signo mínimo. El interfijo funciona como una unidad de unión y, en general, carece
de significado léxico o gramatical.
El sufijo derivativo [-eda] porta la idea de "difusión", respecto de las sustancias
expresadas por las bases -polvo, humo-. El interfijo es el afijo formante morfológico
ubicado entre la raíz o base y el sufijo derivativo. Vean que el interfijo se diferencia del
infijo en que no rompe la raíz, mientras que el infijo sí lo hace.
Gramática 2007/Teórico 8 Apuntes Sim 5

Por su parte, en los casos de las palabras compuestas rojinegro y pelilargo, el


interfijo es un elemento de unión entre las dos bases que dan.
Alumno: ¿La vocal temática tiene significado?
Profesora: La vocal temática no tiene significado, pero sí tiene función. En el caso
de los verbos, como ya dijimos, indican la conjugación verbal. En el caso de los nombres,
la vocal temática orienta en la formación del plural y, además, presenta determinados
comportamientos si el sufijo que sigue empieza con vocal o con consonante. Pero no tiene
significado.
Alumno: En rojinegro, ¿[-o-] se separa?
Profesora: La pregunta es si se trata o no de un morfema flexivo. Depende de si
usamos el femenino rojinegra.
Alumno: Los relatores de fútbol dicen "la camiseta rojinegra", en referencia a la de
Newels.
Profesora: Si se dice camiseta rojinegra, entonces sí se lo marca porque es un
sufijo de flexión.
Alumno: En cada caso, los compuestos están formados por diferentes clases de
palabras.
Profesora: Sí. En el primer caso, se trata de un compuesto formado por dos
adjetivos, mientras que en el segundo se trata de un compuesto formado por un nombre
masculino y un adjetivo. Se suele decir joven pelilargo; hay que pensar si existe algún
contexto en que se dé la variante pelilarga.
Alumno: A mí me parece posible las pelilargas multitudes de los setenta. Y, si es
adjetivo, debería poder flexionar.
Profesora: Habría que verlo. Respecto del hecho de si pelilargo es adjetivo o es un
nombre que se convierte en adjetivo, dejemos la respuesta en suspenso. Porque la
capacidad de flexionar se da sólo cuando el sustantivo se convierte plenamente en
adjetivo. Existe un proceso morfológico, al que en seguida nos referiremos, llamado
conversión: una palabra da lugar a otra palabra de distinta clase sin que dicho cambio se
manifieste morfológicamente. Un ejemplo es el del adjetivo ciego, como en El hombre
ciego, que puede convertirse en sustantivo: el ciego.
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 8

Pero en los compuestos el asunto es más complicado. Por ejemplo, en pelilargo


tenemos una base sustantiva [pel-] y una base adjetiva [-largo]. Podemos decir que se
trata de un adjetivo pero, de hecho, la lengua no registra la variante femenina. Es un paso
anterior al del caso, claramente adjetival, pelirojo/pelirroja. En este caso, el grado de
lexicalización es mucho mayor, lo cual ha provocado que el compuesto se vuelva un
adjetivo donde operan claramente las categorías morfológicas de género y número.
Ahora vamos a considerar la noción de palabra. Se trata de la unidad máxima de la
morfología. Existen lenguas -como las de la familia chino-tibetana- donde la mayoría de
las palabras están constituidas por un solo morfema -palabras monomorfémicas- y, por lo
tanto, como morfema y palabra son prácticamente coincidentes, su distinción no resulta
importante. En cambio, en español, la mayoría de las palabras suelen ser polimorfémicas;
por eso sí es para nosotros importante establecer la distinción entre morfema y palabra.
Por otro lado, veremos que los criterios a utilizar para definir palabra serán válidos
tanto en cuanto construcción morfológica en sí como también para la consideración de la
palabra en relación con las construcciones mayores en las que se inserte.
Como punto de partida, tomaremos la definición dada por Bloomfield en 1926, la
cual ha perdurado hasta hoy. Él define la palabra como unidad mínima permutable. Si
seguimos esta definición, sólo las clases léxicas - esto es: sustantivos, adjetivos, verbos y
ciertos adverbios- serían palabras en sentido estricto. Por lo tanto, nos quedan fuera de la
definición los artículos, los pronombres clíticos y la mayoría de las preposiciones. Esto nos
indica que la definición de Bloomfield debe ser, al menos, acotada.
Si consideramos la palabra desde la perspectiva de la construcción mayor en la
que se inserta, es decir, el sintagma, su característica principal es que cuenta con la
posibilidad, por cierto limitada, de cambiar su posición en el marco de ese sintagma. Si
bien luego tendremos que restringir esa libertad, en principio, podemos decir que, respecto
de la construcción mayor, la palabra es esa unidad que tiene la posibilidad de cambiar su
posición en la secuencia.
Esto da lugar a otra característica importante: la palabra es una unidad que permite
la separabilidad: entre dos palabras es posible insertar otra. En una secuencia como [El
auto es de María], puedo introducir una palabra y decir: [El nuevo auto es de María] o [El
Gramática 2007/Teórico 8 Apuntes Sim 7

nuevo auto blanco es de María]. La separabilidad implica que pueda introducirse, con
ciertas restricciones, una palabra en medio de otras dos.
Correlativamente, entre una y otra palabra existe la posibilidad de introducir una
pausa potencial. El hecho mismo de que pueda introducir una pausa está ligado con la
posibilidad de introducir, en esa misma posición donde hago la pausa, una nueva palabra.
Ahora bien, considerando a la unidad palabra desde el punto de vista de su
constitución interna, encontramos varios fenómenos. En relación con sus formantes, la
palabra se caracteriza por presentar un orden fijo. Es decir, los morfemas que la integran
tienen un orden fijo. Por ejemplo, en [humareda] no puedo alterar el orden de los
morfemas y decir *[humedaar].
Así, si, desde el punto de vista de una secuencia mayor, la palabra tiene la
posibilidad de cambiar su lugar, inversamente, desde el punto de vista de su constitución
interna, los morfemas que la integran no tienen ninguna posibilidad de cambiar el orden.
Por otro lado, más allá de los morfemas ligados que constituyen una palabra
polimorfemática, no hay posibilidad de introducir material morfológico de manera arbitraria.
En este sentido, existen reglas derivativas para la formación de palabras, que comportan
una serie de restricciones. Y asimismo, la adición de morfemas flexivos también sigue
determinadas reglas. Sabemos que los sufijos de flexión siempre siguen a los de
derivación.
Por último, los elementos que constituyen una palabra son inseparables; por lo cual
no puedo introducir una pausa virtual en el medio de una palabra, como sí puedo hacerlo
entre palabras.
Ahora bien, estos criterios que acabo de mencionar no se cumplen de manera
absoluta para todas las clases de palabras. En realidad, encontramos distintos grados.
Con respecto al lugar que ocupa la palabra en el sintagma, no todas las palabras tienen el
mismo grado de libertad dentro de él, ni dentro de la oración. En primer lugar, sabemos
que los artículos siempre preceden a los nombres. En segundo lugar, tampoco tienen esa
libertad las preposiciones, ya que siempre deben preceder a su complemento. Lo mismo
vale para los pronombres clíticos. Por lo tanto, la libertad de movimiento se cumple con
distintos grados.
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 8

Al respecto, en nuestra última clase de fonología dijimos que la posición de ciertas


palabras está ligada con características fonológicas: las palabras átonas no poseen
libertad de combinación. Inversamente, los adverbios terminados en -mente tienen una
gran movilidad, en cambio, los artículos, conjunciones y pronombres tienen una movilidad
mucho menor. Por ejemplo, las conjunciones coordinantes tienen que estar ubicadas entre
los elementos que coordinan, o al comienzo de la oración si es un coordinante
extraoracional.
Esta gradualidad será casi constante en los temas que veamos. Cuando hablamos
de la noción de morfema, ya observamos que hay algunos que se acercan más al
prototipo ideal. Con las palabras pasa lo mismo; hay palabras que están más cerca del
prototipo ideal, como los verbos plenos y sustantivos comunes, mientras otras se alejan
mucho más del prototipo -artículos, pronombres clíticos, etc.-. Por ejemplo, cuando el
verbo haber funciona como auxiliar átono -esto es: he, has, ha- sólo puede ocupar la
posición previa al participio y no admite que se introduzcan palabras entre él y el participio.
El hecho de que una palabra sea átona restringe su posibilidad de combinación en la
secuencia. Puedo decir [Hemos ya comido] pero no *[He mucho comido]. Aparentemente,
la única diferencia es que una forma es singular y la otra plural, pero, además, la forma he
es átona, mientras que hemos es tónica. Cuando la forma es átona registramos una
limitación para la introducción de material léxico.
Por otra parte, los artículos y los pronombres demostrativos no pueden acumularse.
Puedo decir [Estos libros], pero no *[Estos los libros]. En todo caso, sí podría decir [Estos,
los libros], pero en ese caso el pronombre dejaría de ser átono y se convertiría en tónico.
Pero un demostrativo en función de determinante no puede acumularse con otro
determinante.
Ahora bien, el artículo sí admite la introducción de otro tipo de material léxico: [El
gran libro], o [La importante película]. Sin embargo, no sucede lo mismo con los
pronombres clíticos. En una secuencia como [Se venden casas], tras [se] no puedo
introducir material léxico. Incluso esta dependencia se manifiesta en la escritura, donde el
pronombre clítico está gráficamente unido al infinitivo, por ejemplo, venderse. Esto nos
Gramática 2007/Teórico 8 Apuntes Sim 9

muestra que el pronombre clítico tiene un comportamiento muy cercano al de los


morfemas.
Alumna: ¿Qué son los clíticos?
Profesora: Los pronombres clíticos son los pronombres átonos que preceden o
siguen al verbo y que no pueden cambiar su posición. Sobre ellos se ha discutido si
verdaderamente tienen entidad como palabra o sólo son morfemas; pero, de hecho, como
pueden anteponerse o posponerse y, además, pueden cumplir una función sintáctica
independiente del verbo, se los considera con estatus de palabra.
Insisto: respecto a las características propias enumeradas como definitorias de la
unidad palabra, verificamos que existen grados en su cumplimiento. Hay algunas clases
de palabras que son más cercanas al prototipo ideal, y otras que están más alejadas del
mismo. Esta observación apunta a cuestionar, o al menos matizar, la definición dada por
Bloomfield sobre la palabra como unidad mínima permutable
Ahora vamos a considerar los procesos morfológicos. Ya sabemos que los dos
procesos básicos de la morfología son la derivación y la flexión. En español, como hemos
dicho, la derivación ser realiza a partir de prefijos y sufijos, mientras que, siempre dentro
del español, sólo existe sufijación flexiva.
Ahora bien, la flexión siempre es más externa que la derivación: los sufijos flexivos
son aquellos que cierran la palabra y, por lo tanto, siempre se agregan tras los sufijos de
derivación.
Los sufijos de derivación pueden cambiar la clase o subclase de palabra, aunque
no necesariamente lo hagan. Por ejemplo, a partir del adjetivo claro, podemos formar el
verbo clarificar. Pero también, del sustantivo libro puedo derivar otro sustantivo: librería.
Hay un cambio de subclase: se pasa de lo individual a lo colectivo. Este caso es similar a
humareda y polvareda: no se produce un cambio de la clase de palabra, pero se agregan
otros rasgos que determinan distintos tipos de subclases de sustantivos.
Por otra parte, los procesos de derivación pueden aplicarse más de una vez, y la
secuencia de clases de palabras ser diferente:
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 8

[claro] → [clarificar] → [clarificación]


Adj. V. N.

[europeo] → [europeizar] → [europeización]


Adj. V. N.

[constituir] → [constitución] → [constitucional]


V. N. Adj.

La derivación en la que se produce un cambio en la clase de palabras se denomina


derivación heterogénea, mientras que aquella en que no se verifica dicho cambio es la
derivación homogénea. Es el caso de la adición de los sufijos de tipo apreciativo: los
diminutivos, como en [niñ-it-a], los aumentativos y los peyorativos, como [tip-ej-o] o
[mujer-zuela], así como algunos frecuentativos.
Alumna: Está muy cerca de la flexión.
Profesora: Seguimos dentro de la derivación, pero es derivación homogénea. La
flexión no genera nuevas palabras, sino que genera distintas formas de la misma palabra
o tema. En cambio, la derivación sí produce temas o palabras nuevos. Tu observación es
muy pertinente: muchos gramáticos se han planteado si los sufijos apreciativos no
corresponderían más a la flexión que a la derivación, porque su comportamiento es
similar. Pero, como no manifiestan categorías morfológicas, es decir, como no relacionan
una palabra con otra ni tienen ninguna repercusión gramatical dentro de la secuencia que
integran, se ha considerado que pertenecen a la derivación. Sin embargo, dentro del
campo de la morfología, la sufijación apreciativa implica un terreno diferente, su
comportamiento difiere del resto de los derivativos. Muchas veces aporta valores
estilísticos y está ligada con los diferentes registros.
En cambio, la flexión nunca cambia la clase de palabras. Otra oposición entre
ambos tipos de proceso: los sufijos de derivación se pueden acumular, como vimos, e
incluso en el caso de los prefijos: [rereelección]; en cambio, no puedo acumular dos sufijos
flexivos del mismo tipo. Por supuesto, lo que sí puede hacerse es acumular distintos
Gramática 2007/Teórico 8 Apuntes Sim 11

sufijos flexivos, cada uno de los cuales se corresponda con información de distintas
categorías morfológicas; pero lo que no puede suceder es que se produzca una sucesión
de dos sufijos flexivos cuando ambos me están indicando, por ejemplo, la categoría de
tiempo. Por ejemplo, en [caminá-ba-mos], el sufijo [-ba-] indica tiempo, modo y aspecto,
mientras que el sufijo -también flexivo- [-mos] indica persona y número. No podemos
decir, por ejemplo, *[caminábanmos], o *[caminarébamos].
En general, los significados de los afijos derivativos suelen ser inherentes al
significado de la palabra o del tema: constituyen significados léxico-gramaticalizados. Por
eso es que los afijos de derivación forman parte del tema de la palabra: son inherentes al
significado de la palabra y, es más, constituyen nuevos temas de palabras. En cambio, los
sufijos de flexión no aportan ni significado léxico ni léxico-gramaticalizado; sólo aportan
significado gramatical.
Estos significados de tipo gramatical, vale decir, las categorías morfológicas, no son
inherentes al significado de una palabra. Son los significados que van a posibilitar la
inserción de una palabra dentro de la unidad mayor del sintagma. Dicho de otro modo, los
sufijos flexivos manifiestan categorías morfológicas, y estas categorías son las que
permiten articular la palabra dentro de secuencias mayores, como sintagmas u oraciones.
Esta última característica nos permite sostener que los sufijos flexivos resultan un
elemento intermedio entre la morfología y la sintaxis.
Veámoslo contrastando estas oraciones:

[La niña corría en el patio]


[Las niñas corrían en el patio]

Si modifico el artículo y lo paso al plural, automáticamente este cambio va modificar


al núcleo sustantivo del sintagma nominal, que será [niñas], y al del sintagma verbal, que
será [corrían]. Si paso el artículo a masculino, también habrá, necesariamente, un cambio
correspondiente en la manifestación de esa categoría morfológica. La modificación de un
sufijo flexivo suele traer repercusiones en el plano de la secuencia, pero no altera el
significado inherente de la palabra. Los contenidos de la flexión siempre son gramaticales;
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 8

los significados de una forma flexiva siempre son predecibles. Si agregamos un sufijo
plural a un tema, automáticamente sabemos a qué nos estamos refiriendo. Cuando un
hablante de una lengua extranjera aprende el funcionamiento de las categorías
morfológicas y sus sufijos flexivos, puede aplicarlas con relativa automatización. Y, salvo
casos especiales, no suele haber demasiadas lagunas en la flexión. Esto implica que,
cuando se aplican sufijos de flexión para un caso, estos sufijos se aplican siempre.
Esta característica nos permite acercarnos a un tema que veremos más adelante:
las clases de palabras. Una manera de considerarlas es dividiendo entre clases que
flexionan y clases que no, es decir, clases de palabras flexivas versus clases de palabras
no flexivas. Ahora bien, cuando una palabra flexiona -ya sea en género o número -, toda la
clase va a flexionar en esa categoría correspondiente. Por ejemplo, así como el sustantivo
silla flexiona en número, toda la clase de los sustantivos del español manifiesta la flexión
de número, salvo casos muy acotados. En este mismo sentido, todos los verbos
manifiestan la flexión de tiempo: presente, pasado y futuro. Inversamente, cuando una
clase no varía, como en el caso de los adverbios en -mente, toda la clase de los adverbios
será invariable. Así, cuando se aplica una regla flexiva, esa regla se aplica a toda la clase
de palabras de la que se trate.
En cambio en la derivación no sucede lo mismo, en el sentido de que tiene
muchas lagunas. Los sufijos de derivación se aplican a determinadas clases de palabras,
es decir, están especializados; pero muchas veces no se aplican, o se aplican otros. Este
fenómeno permite hacer la siguiente distinción en morfología: existen palabras posibles,
palabras que, de acuerdo con las reglas morfológicas del español, resultan susceptibles
de ser formadas pero que, sin embargo, no existen o no se usan como tales en la lengua.
Esto da lugar a que en morfología utilicemos tres conceptos: palabras existentes, palabras
posibles pero no existentes y palabras imposibles. Las últimas son las que violan reglas
morfológicas, como el ejemplo anterior de *[humedaar]: [-ar-] es un interfijo que no puede
aparecer después del sufijo [-eda]. Una palabra donde el sufijo de flexión se aplicase
antes que el de derivación también sería, para el español, una palabra imposible.
Ahora bien, hay múltiples motivos para que una palabra posible no exista. En la
poesía se trabaja mucho con la creación de palabras, justamente, utilizando palabras
Gramática 2007/Teórico 8 Apuntes Sim 13

posibles pero inexistentes. Volviendo al planteo inicial entonces, estas palabras posibles
pero inexistentes nos remiten a las lagunas de la derivación. Estas lagunas pueden
deberse a razones de economía de la lengua, por ejemplo, que ya exista un término para
ese caso específico y no haga falta crear una palabra nueva derivándola de otra.
Pero en la flexión, inversamente, la productividad es automática: si una categoría
morfológica se aplica a un caso particular de una clase de palabra, esa categoría se va a
aplicar a toda esa clase. Existen, como adelanté, algunas excepciones específicas, por
ejemplo, los sustantivos denominados pluralia tantum, que siempre se enuncian en plural -
como celos, anteojos, etc.).
Ahora veremos, entrando de lleno en la derivación, los distintos procesos de
formación de palabras. Hay dos grandes procesos: la afijación y composición. El primero
puede implicar adición, modificación, sustracción o sustitución. El segundo, la
composición, es la unión de dos o más bases o temas. En términos comparativos, la
afijación es en español un proceso mucho más productivo que la composición.
En el marco de estos procesos derivativos es donde vamos a tener que prestar
especial atención al comportamiento de la vocal del tema.
Hasta ahora hemos estado viendo distintos procesos de afijación: el agregado de
un prefijo en [re-leer], de sufijo en [cristal-iz-a-r], o de parasíntesis en [em-botell-a-r].
Alumna: Me parece que Pena lo explica de otra forma.
Profesora: Sí. Yo lo expongo así porque intento que se vean más claramente los
distintos procesos. Él realiza una gran cantidad de clasificaciones, que hacen difícil la
lectura. En este clase, prefiero que entendamos la derivación primero, y en forma general.
La diferencia central entre los prefijos y los sufijos es que los primeros, en general,
no cambian la clase de palabras. Una excepción es el prefijo [anti-] que produce antigás o
antiarrugas, es decir, convierto un sustantivo en un adjetivo. Decimos [máscara antigás] o
[crema antiarrugas].
La modificación es un proceso que incluye a otros dos: la repetición y la sustitución.
El primero no existe en español. Pena, para mostrar de qué se trata, da un ejemplo del
sudanés: rame significa "estar alegre", mientras que ramerame significa "estar muy
alegre". En cuanto a la sustitución, se trata de lo siguiente. A partir de un verbo, por
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 8

ejemplo, [atracar], derivo el sustantivo [atraco]. Es una sustitución porque se cambia la


vocal del tema: [a] por [o]. De ahí la importancia de la noción de tema: es sobre el tema,
que se produce, en este caso, la sustitución.

sustitución
[atrac - a - r] → [atrac - o]
raíz v.t. sf. flex raíz v.t.
tema tema

Es central identificar el tema para poder percibir que se trata de un proceso de


sustitución. Recordemos las dos definiciones complementarias: tema es raíz más vocal
temática, o bien, tema es lo que resta una vez eliminados los sufijos de flexión. Vemos
que el tema de [atracar] entonces es [atraca], y el de [atraco] coincide con la palabra.
Veámoslo con la sustracción.

[perdon - a - r] → [perdón]
tema tema

En la derivación del verbo al sustantivo se ha producido la caída de la vocal


temática [a]. La sustracción no cambia la vocal del tema sino que produce su caída.
Alumna: ¿Qué proceso es el cambio a [(yo) atraco]?
Profesora: Seguís teniendo un verbo: no es un proceso de derivación sino de
flexión.
Tomemos ahora el verbo [pagar] y derivemos el sustantivo [(la) paga]. En este
caso, no ha habido sustitución, ni sustracción, ni adición; no se ha producido ninguna
alteración morfológica. Decimos que se trata de un caso de conversión, proceso por el
cual hay un cambio en la clase de palabra sin marcas morfológicas.
Antes que prestar atención a las clasificaciones, es mucho más importante
entender que los procesos derivativos operan sobre el tema de las palabras, y en
particular sobre la vocal del tema. Digámoslo de este modo: a la vocal del tema le pueden
Gramática 2007/Teórico 8 Apuntes Sim 15

suceder tres cosas: en primer lugar, puede quedar igual, y estamos ante un caso de
conversión; en segundo lugar, puede cambiar por otra -sustitución-; y en tercer lugar,
puede caer -sustracción-.
Por momentos, el texto de Pena es excesivamente clasificatorio. Sin embargo, lo
esencial, lo relevante, es que los procesos morfológicos actúan sobre el tema; estos
procesos exhiben distintos comportamientos de la vocal temática. Siempre identifiquen la
vocal del tema y su comportamiento, sólo así podrán reconocer estos procesos.
En los tres últimos ejemplos, para cada proceso hemos visto el cambio de un verbo
a un nombre. Sin embargo, como adelantamos, no hay una única dirección de los
procesos derivativos. No siempre el origen de la derivación es un verbo, ni siempre lo es
un sustantivo. Sin embargo, hay un orden en la lengua que no es fácil de explicar. Este
orden no es perceptible de inmediato. Requiere un conocimiento importante sobre
morfología e historia de la lengua. Hay que saber qué palabra es anterior a la otra y, sobre
todo, cuál tiene más difusión, mayor uso. Evidentemente, tanto paga como perdón, son
palabras posteriores y menos difundidas que los respectivos verbos de origen pagar y
perdonar. En otros casos, sobre todo en los neologismos, solemos producir un verbo a
partir de un sustantivo.
Ahora bien, la conversión es un proceso morfológico más productivo que la
sustitución o la sustracción. Esto es algo que puede verse con claridad en los casos de
adverbios derivados de adjetivos. Por ejemplo, en [María canta lindo], lindo no funciona
como adjetivo sino como adverbio, ya que no concuerda con el sustantivo María. Es,
entonces, un caso de conversión. Ahora bien, yo sé que lindo como adverbio deriva de
lindo como adjetivo porque el adjetivo es más productivo y porque originariamente estuvo
primero en la lengua. A su vez, yendo a lo adelantado sobre los neologismos, construimos
el verbo chatear a partir de chat.
Alumno: No entiendo por qué no puede considerarse que perdonar deriva de
perdón y no a la inversa.
Profesora: Justamente, compará con chatear: la diferencia es que aparece un
interfijo [-e-] que no aparece en perdonar. Si hubiera sido primero perdón, la lengua
probablemente habría derivado *perdonear.
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 8

Comparemos ahora marear y mareo.


Alumnos: Mareo deriva de marear.
Profesora: Claro, porque se produjo un proceso morfológico de sustitución: la vocal
del tema cambió de [a] a [o]. En los verbos es simple: el verbo marear pertenece a la 1ª
conjugación, cuyo tema termina en [-a].
Alumna: Y, además, el interfijo es átono.
Profesora: Exactamente.
Por otro lado, la parasíntesis es muy productiva para generar verbos a partir de
nombres, ya sean sustantivos o adjetivos. En nuestro ejemplo [em-botell-a-r], tenemos la
flexión de infinitivo funcionando como sufijo. Eliminada, obtenemos el tema [embotella].
Según Pena -aunque no lo aclara demasiado-, en este caso, la vocal del tema funciona
como parte del circunfijo para formar el elemento parasintético.
En un grado menor, la 2ª conjugación también es productiva en la generación de
palabras parasintéticas: embellecer, empobrecer, reverdecer, etc.
Alumno: ¿A qué denomina productividad?
Profesora: Son productivos los procesos que, en una lengua determinada, siguen
generando nuevas palabras. La 1ª conjugación sigue siendo productiva, en mucho menor
medida lo es la 2ª, y ya casi no lo es la 3ª. El concepto de productividad se refiere a los
procedimientos comunes en una lengua y que se continúan produciendo en el momento
sincrónico en que se la considera. Por ejemplo, ciertos sufijos se han agregado en un
momento determinado de la lengua, pero ahora ya no se agregan; por lo tanto, ya no son
productivos; no dan palabras nuevas. En cambio, existen otros que sí continúan
haciéndolo, por ejemplo, el sufijo [-ble] convierte verbos en adjetivos y es muy productivo.
A su vez, decimos que la 1ª conjugación es muy productiva porque todos los verbos
nuevos que la lengua española acuña son verbos formados sobre esta 1ª conjugación.
El jueves vamos a trabajar el proceso morfológico de la composición.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod17
15
Gramática

Fecha: 12/04/07
Teórico № 7 Prof.: Guiomar Ciapuscio

Contenido: Guía III: Morfología.

Nota de la cátedra:
En la bibliografía obligatoria de la Guía I de las Guías temáticas y bibliográficas,
donde se señala, para Bühler, Teoría del lenguaje, Capítulo 1 y 2, págs. 46-56, debe decir:
Capítulo I, §2, págs. 46-56.

Profesora: Buenas tardes. Recordemos rápidamente las nociones vistas el martes.


Comenzamos con el bloque de la morfología, el sistema de la gramática que se ocupa de
estudiar la estructura interna de las palabras, la formación de palabras y la interpretación
de las mismas. En primer lugar, hicimos hincapié en el hecho de que todos los hablantes
contamos con una competencia sobre la morfología de nuestra lengua; esta competencia
es la que nos permite identificar, construir, reducir, ampliar los paradigmas flexivos.
También vimos que tenemos una competencia morfológica referida a la creación de
palabras nuevas: a partir de una raíz dada, podemos construir familias de palabras. Esto
implica que contamos con conocimientos acerca de los procesos de derivación y
composición de palabras. Esta competencia no sólo nos permite identificar componentes
de la palabra y, con ello, reconocer palabras simples, derivadas y compuestas, sino
también entender por qué determinadas palabras no son posibles en nuestra lengua -
vimos el caso de la formación de los adverbios en mente-, es decir, podemos formular
juicios sobre palabras posibles o imposibles en español.
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 7

En esta unidad recorreremos distintos aspectos de la morfología. En primer lugar,


como hicimos el martes, el lugar del componente morfológico dentro de la gramática, su
vinculación con los componentes léxico, fonológico y sintáctico. Concluimos que los
distintos componentes de la gramática son mutuamente necesarios. No se trata de
subsistemas no vinculados entre sí, sino de subsistemas estrechamente relacionados,
aunque -como ya señalamos en fonología- cada componente o subsistema tiene sus
propias unidades, y sus propias reglas o principios de organización.
Hoy vamos a definir de manera más precisa algunas unidades indispensables con
que trabaja la morfología: el morfema como su unidad mínima y distintiva; la palabra, en el
otro extremo, como su unidad máxima o contexto máximo de análisis de la morfología.
También estudiaremos la partes constitutivas de las palabras, para lo cual requeriremos
una serie de nociones: raíz, tema, base y afijos. Luego, fijaremos algunos puntos
esenciales que hacen a los dos grandes tópicos en que se divide la morfología: la
derivación y la flexión.
Bien. La noción de palabra es intuitiva; todos la conocemos e identificamos en la
grafía por un espacio en blanco inicial y uno final, y en la cadena hablada, con mayor o
menor nitidez, puede haber pausas entre palabra y palabra. Sin embargo, estos datos son
menores: la noción de palabra es intuitiva, vale decir, preteórica. En seguida trataremos de
profundizarla. Lo que necesitamos es la distinción entre morfema y palabra porque la
mayoría de las palabras son polimorfemáticas. Esto significa que podemos identificar, al
interior de la palabra, formantes menores que tienen relevancia: una relevancia vinculada
con la gramática, y no con la fonética o la fonología. Vale decir, no vamos a identificar
ahora sílabas, sino que ya nos movemos en el componente superior. Tenemos unidades
gramaticales distintivas que son parte de la palabra, y que en la mayoría de los casos,
tienen un significado -cosa que no ocurría ni con el fonema ni con la sílaba-. Tomemos
esta palabra: inobjetablemente. Lo primero que podemos observar es que los formantes
de esta palabra están dispuestos en un orden. Si cambiáramos el orden y dijéramos
*objetableinmente, no tendría ningún sentido. Por lo tanto, el orden de estos formantes es
significativo, relevante. Hay una organización lineal de la palabra, que está vinculada con
Gramática 2007/Teórico 7 Apuntes Sim 3

una característica que afecta a todo signo lingüístico: la linealidad del significante, el orden
del sintagma. Comencemos sólo subrayando esos formantes:

inobjetablemente

El primer elemento es el formante [in-], que va adelante con un significado de


"negación". Luego, tenemos [-objeta-]. Sabemos que existe el verbo objetar. A
continuación, tenemos [-ble], un formante que, al igual que el primero, nos sirve para
muchas palabras. En este caso, este sufijo está especializado en la construcción de
adjetivos a partir de verbos. Por último, el formante [-mente], otro sufijo, especializado en
construir adverbios a partir de adjetivos. Tanto [in-] como [-ble] o [-mente] son afijos; el
primero es un prefijo, los segundos son sufijos. Ahora bien, la base adjetiva sobre la que
se forman estos adverbios en mente tiene que cumplir con ciertos requisitos: si el adjetivo
flexiona, el formante deberá, en la nueva palabra construida, estar en femenino.
Analizando entonces linealmente la composición de esta palabra, es decir,
reconociendo su organización lineal, estamos segmentando componentes que añaden,
cada uno de ellos, un significado. Y el conjunto de estos componentes constituye un
significado global para la palabra. Las unidades componentes se denominan morfemas,
unidades gramaticales distintivas mínimas.
Ahora bien, como les decía el martes, la palabra no sólo tiene una organización
lineal, sino también jerárquica. Si ahora no pensamos en inobjetablemente considerando
su organización lineal sino cómo se origina, cómo es su proceso de formación desde el
constituyente mínimo hasta el constituyente mayor, el orden no será el lineal. Porque la
palabra no comienza a formarse a partir de [in-], sino a partir de [-objeta-]. Desde el punto
de vista del proceso de su formación, en esta palabra ha habido una expansión a partir de
su núcleo organizacional: [-objeta-].
Alumna: ¿El núcleo no sería [objet-]?
Profesora: Ahora vamos a eso. [objet-] es la raíz, es decir, lo que es común a toda
una familia de palabras. El formante [-a-] es una vocal temática, un elemento que lleva
todo verbo. Esta vocal identifica a qué conjugación pertenece el verbo. Sabemos que en
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 7

español tenemos tres conjugaciones, que reconocemos precisamente por esta vocal
temática: 1ª conjugación: [a], como en amar; 2ª conjugación: [e], como en temer; 3ª
conjugación: [i], como en partir. Dicho esto, si hacemos una segmentación estricta,
debemos también considerar separadamente la raíz y la vocal temática.
Ahora bien, volviendo a la formación de nuestra palabra compleja, a partir de
[-objeta-], hay un paso siguiente, no azaroso: [-ble], y no, por ejemplo, [in-]. Noten que no
existe *inobjeta, mientras que sí existe objetable. Pero además, el prefijo [in-] se adosa a
bases adjetivas, y no a verbos. Es decir que tenemos: primer paso, [-objeta-]; segundo
paso, [-objetable-], es decir, de verbo a adjetivo; para el tercer paso ya tenemos dos
posibilidades: existe tanto objetablemente como inobjetable. Si elegimos la segunda
posibilidad, la derivación de objetable a inobjetable no cambiará la clase de palabra. El
cuarto paso, [inobjetablemente], es el de la formación de un adverbio a partir de ese
adjetivo negado.
Tomemos ahora imperdonables, y comencemos a segmentar:

[ im [ [ [ [ perdon ] a ] ble ] s ] ]
n v adj. adj. adj.
1 2 3 4

"negación" "perdón" "acción de "que puede


otorgar perdón" perdonarse"

Esta palabra también es compleja; tiene una estructura interna, que debe ser
interpretada. Y tiene tanto una organización lineal como una jerárquica, que está dada
sobre la base de morfemas. Estas unidades mínimas contrastan, vale decir, habilitan la
distinción entre unas y otras palabras.
Ahora bien, desde el punto de vista de su proceso de formación, el componente
del cual deriva toda la palabra es [perdón], un nombre o sustantivo, y no [perdonar]: la
palabra entra a la lengua como nombre. A partir de aquí, el siguiente paso es, ahora sí, el
verbo perdonar, que se forma sobre la base del nombre. El tercer paso es el adjetivo,
Gramática 2007/Teórico 7 Apuntes Sim 5

dado que *imperdonar no existe. Una vez que he formado [perdonable], ahora sí, hay
alternativas: el adjetivo puede primero flexionar: [perdonables], o bien, primero ser negado
mediante un afijo derivacional de negación: [imperdonable].
Como ya podemos adivinar, los sufijos flexivos son diferentes de los derivacionales.
Aquí, [-s] sólo agrega el significado "plural", frente a "singular", que es la forma no
marcada, es decir, la que se da por ausencia de la forma marcada.
Alumno: ¿Es necesario marcar también la forma de plural?
Profesora: Para hacer la descripción estructural de la palabra tenés que agotar
todos los formantes. Describir una palabra en sus constituyentes consiste en identificar
todos los formantes que tenga.
Hay otro elemento importante sobre los sufijos de flexión: son los que cierran la
palabra. Vean que no podría decir *perdonalbesmente. Los sufijos de flexión o
gramaticales clausuran la palabra, especialmente los de número en los sustantivos y
adjetivos.
El último paso es la negación mediante el prefijo que ya conocemos.
Es posible numerar todos los morfemas de derivación identificados, que aquí son
cuatro. Se trata de morfemas que agregan significado, y sirven para construir el significado
léxico de la palabra, tal como indicamos entre comillas abajo.
En cambio el último sufijo es de flexión, y no suma significado léxico sino sólo
gramatical: el de "número".
A cada uno de estos elementos constitutivos de la palabra los denominamos
morfemas. Por analogía, el término morfema les debe recordar fonema. Ambas son
unidades de cada subsistema. El morfema es la unidad gramatical mínima del nivel
morfológico, que se representa en la lengua por lo que llamamos morfos. Los
componentes mórficos son las cadenas fonemáticas que representan los morfemas.
Consideremos esto con más cuidado, porque se trata de un paso más en niveles
de abstracción: el morfema de "negación" en español puede tener tres morfos:
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 7

/i-/
"negación" /im-/
/in-/

Durante mucho tiempo, esta distinción entre el nivel abstracto del morfema y el de
sus realizaciones se representó como acabo de hacerlo. Encerramos el significado
negación entre comillas, el cual tiene distintos morfos que lo representan o realizan.
Noten que un mismo morfema puede estar representado por distintos formantes, o
sea, un mismo significado puede estar representado por distintas cadenas fonémicas. En
el caso de "negación", los prefijos que niegan adjetivos tienen tres variaciones: /i-/ ante
lateral; /im-/ ante bilabial; e /in-/ para el resto. También un morfema puede tener una única
forma que lo represente. Pero cuando se trata de varias realizaciones fonémicas que
representan un solo morfema hablamos de alomorfos -otra analogía con el nivel
fonológico: recuerden los alófonos-. Ahora bien, los alomorfos pueden estar condicionados
-como es este el caso- por factores fonológicos. Lo que determina la aparición de un morfo
u otro es el segmento fonológico inicial de la base a la que se agrega el prefijo de
"negación".
Hay muchos casos de variación alomórfica para la representación de morfemas en
español. Consideremos este corpus:

Emperatriz Emperador
Actriz Actor
Gata Gato
Señora Señor
Duquesa Duque
Condesa Conde

Sobre la base de este corpus, puedo tratar de identificar cómo se forma el femenino
en español, y cuáles son sus posibilidades de representación. Es obvio que tenemos
varias posibilidades: la más escueta está representada por [-a], en gata y señora; [-sa] es
Gramática 2007/Teórico 7 Apuntes Sim 7

también clara en su identificación. En el contraste actriz/actor, para identificar el morfema


de "femenino" debo segmentar [-riz]: en cambio, en emperatriz se produce otro fenómeno
fonético: además de [-riz], ha cambiado /d/ por /t/. Esto se debe a que ambas tienen el
mismo punto de articulación, con la única diferencia de que la primera es sonora y la
segunda, sorda.
Pero lo que nos interesa en este momento es que un mismo morfema de
"femenino" en español se realiza por lo menos de tres maneras diferentes, es decir, tiene
tres alomorfos. Habrá que analizar si encontramos motivos para que determinados
sustantivos seleccionen determinados alomorfos, o si no hay un motivo, es decir, como se
dice en lingüística, si es arbitrario, si está vinculado con la historia de la lengua, etc.
Alumna: ¿Cuál es la diferencia entre morfema y morfo?
Profesora: Es analítica, es decir, teórica. Es la diferencia entre una noción abstracta
y su o sus manifestaciones lingüísticas. Los morfos, en el caso dado, los alomorfos,
realizan el morfema de "femenino". Hay distintas posibilidades de realización para ese
componente gramatical, en este caso, además, significativo.
Veamos ahora las nociones de raíz, afijo, tema y base. Para esto, nada mejor que
construir una familia de palabras, por ejemplo:

ric“o riqu“eza en“riqu“ecimiento


ric“a en“riqu“ecer en“riqu“ecid“o
ric“o“s “riqu“ísim“o“s en“riqu“ecid“a
ric“a“s “riqu“ísim“a en“riqu“ecid“a“s

No es un corpus exhaustivo. La raíz, en este caso [ric-] es lo que tienen en común


todas las palabras de una misma familia. Al segmentar, debo tener en cuenta sin embargo
todos los formantes. En rico, rica, enriquecido, enriquecida, etc., la segmentación muestra
variación de género. El morfema "masculino" se realiza con el componente [o] y el
"femenino" con [a]. En riqueza, segmento [-eza] considerando -como deben hacerlo
ustedes al resolver ejercicios de morfología- los proceso de formación de cada palabra.
Rico/rica son adjetivos; riqueza, desde el punto de vista gramatical, es un nombre. y el
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 7

sufijo [-eza], precisamente, sirve para construir muchos sustantivos sobre la base de
adjetivos. Por ejemplo, belleza, pobreza, etc. Así, al comparar con otras familias de
palabras, con otros paradigmas, encuentro que este sufijo forma sustantivos. Entre [ric-] y
[riqu-] no tengo una diferencia fonológica sino de ortografía, vinculada con normas de
escritura del español.
Alumno: ¿Es lo mismo hacer el análisis morfológico en base a la escritura que en
base a los símbolos fonéticos?
Profesora: Si escribimos el morfo de esta raíz tal como se hizo en el estructuralismo
durante mucho tiempo, lo haríamos en símbolos fonémicos: /rik-/. Tenemos una única
cadena mórfica porque, aunque la escritura es distinta, representa al mismo fonema.
Alumna: El morfema es /rik-/?
Profesora: No. El morfema es la idea de "rico", que está realizada lingüísticamente
por el segmento mórfico /rik-/, que es una cadena de fonemas. El estructuralismo era muy
estricto al respecto: las cadenas mórficas sólo podían escribirse con representaciones
fonemáticas. Pero en los textos de morfología moderna ya no se sigue este modo de
representar como el único posible. Simplemente se usan los corchetes.
Volvamos al concepto de raíz. Tenemos en el corpus distintas clases de palabras:
adjetivos, nombres, verbos. Enriquecer presenta la raíz en el centro de la palabra. Se trata
de un proceso de formación de palabras llamado parasíntesis, por el cual se forma una
nueva palabra con el agregado simultáneo de un prefijo y un sufijo a la base, que en este
caso, coincide con la raíz. No existe *riquecer, como verbo.
En el caso de riquísimo / riquísima estamos ante un caso de morfología apreciativa:
sufijos superlativos, flexionados en masculino y femenino.
En enriquecimiento, sobre la base del verbo enriquecer tengo una vocal de enlace y
luego, un sufijo derivativo: [-miento], que conozco ya como formador de nombres a partir
de verbos: pensamiento, esclarecimiento, etc. Si encorchetamos, tendremos:

[[Enriquec]i[miento]]
v n
Gramática 2007/Teórico 7 Apuntes Sim 9

Ahora bien, el significante común que tienen todas las palabras de esta familia es el
que porta el significado "rico", parcialmente común a todo el campo de palabras. Podemos
definirlo también como el segmento constante y básico de cualquier palabra, una vez que
la despojo de todos los afijos. Esto es la raíz: la unidad que constituye el punto de partida
de cualquier construcción morfológica.
Dentro de los afijos, los elementos que se agregan a la raíz de una palabra,
distinguimos afijos derivativos y afijos flexivos. Los primeros son aquellos que se unen
directamente o indirectamente -cuando hay una vocal de enlace o temática- a la raíz, y
son los que constituyen, junto con la raíz, aquello que llamaremos tema de la palabra.
Estas son nociones que hay que aprender porque sirven para entender los
procesos de formación de palabras. El tema de una palabra es entonces el segmento que
permanece estable en todas las formas flexivas. O, dicho de manera más simple, el tema
es la unidad que queda cuando suprimo los sufijos flexivos.
Estos últimos son también llamados desinencias, es decir, terminaciones de las
palabras porque, como ya adelantamos, son los que cierran la palabra. En español los
afijos flexivos siempre son sufijos. Y, definiendo por oposición, son los que se adjuntan al
tema ya constituido y adaptan el tema de la palabra para que pueda expresar las
categorías gramaticales. En nuestro corpus, tenemos:

ric “ o
raíz afijo flexivo
tema

En rico, como en rica, el tema coincide con la raíz. Recuerden: el tema es aquello
que resta al eliminar los sufijos flexivos. Por lo tanto, dado que en rico/rica no hay sufijos
derivativos sino sólo raíz y flexión, tema y raíz coinciden.

“riqu “ ísim “ o “ s
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 7

raíz sf der sfg fxn


tema

Tenemos una raíz, un sufijo derivativo que agrega el significado "superlativo", y dos
sufijos flexivos: "masculino" y "plural".
Alumna: ¿Cuáles son las categorías gramaticales?
Profesora: Lo adelanto. Para los sustantivos y los adjetivos, las categorías
relevantes son género y número; para el verbo, las categorías relevantes y propias de los
verbos, que se manifiestan en sus afijos flexivos, son: modo, tiempo, persona y aspecto.
Volviendo a riquísimos, el tema de esta palabra incluye raíz y sufijo derivarivo:
[riquísim-].
Ahora veamos un aspecto que se vincula con la complejidad estructural del tema
en las palabras. Como vimos, el tema puede coincidir con la raíz. Consideremos ahora
estos ejemplos:

blanc “ o
tema sfg
raíz

blanc“uzc“o para“brisas agua“marina


raíz tema tema tema tema
tema

Blanco tiene un solo tema, que coincide con la raíz. Es una palabra de tema simple.
En cambio si comparo blancuzco a partir de mi conocimiento de palabras similares como
parduzco, negruzco, etc., veo que estoy ante un sufijo derivativo: [-uzc-]. El tema de
blancuzco entonces, es [blancuzc-]. Al agregar un afijo derivativo, ya no tengo tema simple
sino tema derivado.
Gramática 2007/Teórico 7 Apuntes Sim 11

En parabrisas y aguamarina tenemos otro fenómeno: son palabras compuestas,


donde reconozco formantes que podrían funcionar como palabras independientes. Por lo
tanto, son palabras de tema compuesto. Ahora bien, en aguamarina sucede algo más: la
segunda parte de esta palabra compuesta es a su vez una palabra de tema derivado:

mar“in “ a
tema

Naturalmente, hay también temas verbales -hasta aquí hemos visto sustantivos y
adjetivos-, constituidos por la raíz y la vocal temática. Esta vocal puede ser tónica o átona,
de acuerdo con el paradigma flexivo de que se trate.
Ahora bien, los nombres pueden terminar en vocal tónica, átona o en consonante.
Dependiendo del tema del sustantivo, tomará determinados formantes para el plural. Los
sustantivos que terminan en vocal átona, por ejemplo, casa o gata, toman como formante
de pural sólo [-s], mientras que los nombres con tema consonántico, como lápiz, cárcel,
papel, etc., toman como plural el alomorfo [-es], al igual que los terminados en vocales
acentuadas. Es decir que el tema a que pertenece un sustantivo es relevante para la
conformación del plural.
En síntesis, el tema es la unidad básica en la descripción de la flexión y, en general,
en la descripción de la formación de palabras en español. En otras lenguas, como las
aglutinantes por ejemplo, la noción de raíz puede ser más relevante. Para el español, la
unidad central es el tema, porque es el elemento constitutivo intermedio entre la raíz de la
palabra y su forma flexiva.
Vayamos a la última noción, la cual es mucho más operativa y general. Ya la he ido
usando a lo largo de esta clase. Me refiero a la noción de base. Se trata de un concepto
relacional. Es aquel constituyente -en cualquier nivel de constitución de la palabra- sobre
el cual puede operar un proceso morfológico, dicho ahora en general, es decir, uno de
flexión, de derivación o de composición. La base es una unidad más genérica, que tiene,
insisto, un carácter relacional. Veamos un ejemplo:
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 7

in“confes“a“ble“s
base1
base 2
base3

La raíz es [confes-], el elemento común a todas las palabras emparentadas


léxicamente con la que analizamos. Repasemos antes: el tema de [inconfesables] es
[inconfesable], un tema derivado. Recuperemos el proceso de formación de las palabras
complejas, desde su núcleo. Si la base es cualquier constituyente de la palabra sobre el
cual puede operar un proceso morfológico determinado, tendremos, en todo el proceso,
varias bases. En el inicio del proceso, la base es [confesa], es decir, la raíz y la vocal
temática; pero [confesable] también es base, en este caso, del proceso de negación y
formación de [inconfesable]. Y a su vez [inconfesable] también es la base siguiente, sobre
la que opera el proceso de flexión. Por esto decíamos que el de base es un concepto
relacional. Una palabra compleja tendrá entonces varias bases, que puedo numerar.
Ahora podemos hacer una caracterización más precisa del morfema, y considerar
los criterios para su clasificación. El morfema es la unidad mínima del análisis morfológico.
Unidad mínima significa que no es posible descomponerla en unidades menores, sin
salirse del plano morfológico. Es, dicho de otro modo, la unidad mínima del análisis
gramatical.
Ahora bien, tal como verán largamente expuesto en el texto de Pena, hay en
lingüística -como en general en humanidades- controversias teóricas respecto de cómo
definir el morfema. Por mucho tiempo, el estructuralismo -que tiene una larga tradición de
investigación morfológica- definió el morfema como la unidad mínima con significado, o,
dicho de otro modo, unidad significativa mínima. Pena y muchos otros hoy prefieren definir
el morfema como lo hemos hecho aquí: unidad gramatical mínima.
En la mayoría de los casos es cierto que porta un significado. Sin embargo, hay
casos en que podemos identificar morfemas en español a los cuales no es posible
adscribirles un significado distintivo. Comparemos estos corpus:
Gramática 2007/Teórico 7 Apuntes Sim 13

1) reelegir reintentar repensar


2) reducir retirar referir
3) conducir, inducir estirar inferir, conferir

Los casos de 1) muestran una base verbal a la cual se ha agregado un prefijo que
porta significado: "iteración", o "volver a", o "repetición". En cambio, en los casos de 2) [re-]
no tiene ese significado. Sin embargo, si jugamos con nuestro conocimiento de otras
palabras semejantes, podemos encontrar ejemplos como los de 3). Es evidente que el
prefijo [re-] de las palabras de 2) no es el mismo que el de las de 1), en tanto no puedo
sostener que reducir es "volver a ducir", o que referir es "volver a ferir", dado que ni *ducir
ni *ferir existen como palabras independientes. Pero, como analista, me doy cuenta de
que en las palabras de 2) sigue habiendo dos formantes, en tanto puedo encontrar
palabras relacionadas (las de 3) que comparten ese segmento fonémico, a las cuales se
les agregan distintos elementos prefijoidales -que sin duda tuvieron un significado en la
lengua de la que deriva el español: son prefijos latinos-: el cambio de un prefijo por otro,
por ejemplo, el de [re-] por [con-] o por [in-], manteniendo la base, cambia el significado de
la palabra completa. Esto significa que el prefijo [re-] de 2) es un elemento mínimo
distintivo: permite contrastar, y es, por lo tanto, una forma gramatical mínima. Consideren:
el resto es un formante común: [ducir], [ferir], etc., y el solo cambio de ese prefijo da a la
palabra completa otro significado.
Encontrarán en el texto de Pena otros casos, además de estos. Por ejemplo,
dormilón. Si segmentamos, tenemos una base verbal, [dorm-] y un sufijo apreciativo [-on].
Pero hay además un elemento en el medio que no tiene ningún significado. Sin embargo
es un formante mínimo y contrastivo.
Por casos como estos, que sin duda no son los más en el sistema del español, hoy
en día se sostiene que estas unidades gramaticales mínimas carentes de significado pero
con la capacidad de contrastar, de distinguir palabras, son morfemas, en tanto forman
parte de la construcción formal de la palabra. Son unidades formales recurrentes,
combinables y conmutables. Por eso Pena y la mayoría de los especialistas se inclinan
hoy día por la esta definición de morfema.
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 7

Se han utilizado distintos criterios para caracterizar a los morfemas. Los que nos
interesan más son el semántico y el sintáctico. Desde el punto de vista semántico se
distingue entre morfemas léxicos y morfemas gramaticales. Hemos estado utilizando hoy
esta distinción a lo largo de la clase; distinción proviene del importante lingüista
estructuralista Eugenio Coseriu. Él sostenía que las lenguas codifican significado, es decir,
el qué significa una forma, qué significa una palabra, qué contenido léxico tiene y, por otro
lado, al mismo tiempo las lenguas tienen mecanismos para codificar el cómo significan las
palabras.
Esta distinción entre significado léxico y significado gramatical se corresponde
aproximadamente a la que hay entre raíz y morfemas flexivos. Estos últimos, como vimos,
son los que codifican significados gramaticales, es decir, categorías gramaticales, tales
como género, número, tiempo, modo, etc. Ustedes se preguntarán -y con razón- dónde
quedan los sufijos derivativos en esta distinción, si todas las raíces, desde el punto de
vista semántico, son morfemas léxicos y todos los sufijos flexivos son morfemas
gramaticales. A los sufijos derivativos se les concede un estatuto intermedio entre estos
dos extremos; están a mitad de camino en ese continuum. Los morfemas derivativos, dice
Pena, serían algo así como la primera gramaticalización del léxico. Recuerden que el
martes decíamos: los significados no entran en la lengua como raíces desnudas, sino que
necesitan ser categorizados en clases de palabras, tarea que asumen los sufijos
derivativos, justamente. Entonces, el significado léxico en bruto -si me permiten la
metáfora- entra a la lengua por un primer filtro gramatical: el que le proveen los sufijos
derivativos. Es decir, los significados se constituyen, con los sufijos derivativos, en clases
de palabras: verbos, adjetivos, adverbios, etc. Y también son estos sufijos los encargados
de un segundo filtro: el que permite a los temas de la palabra flexionar como corresponda
según su categoría gramatical, para acomodar la palabra a la sintaxis, es decir, adaptarla
a la cadena de palabras y poder cumplir las funciones de la concordancia y, de este modo,
conformarse sintagmas y oraciones.
El proceso entonces es el siguiente: el significado, como raíz desnuda, es el
puramente léxico; este recibe una primera codificación mediante la derivación; y luego el
significado se cierra gramaticalmente con las categorías flexivas.
Gramática 2007/Teórico 7 Apuntes Sim 15

Por último, desde el punto de vista sintáctico se suele distinguir entre morfemas
libres y morfemas ligados, distinción que también proviene del estructuralismo y que sigue
siendo empleada. Los morfemas libres son los autónomos: los que pueden aparecer solos
en la cadena del habla y tener significado pleno, mientras que los ligados son los que
nunca aparecen solos. Morfemas ligados son, por definición, los afijos. Pero también se
consideran morfemas ligados a las palabras cuyo significado es esencialmente gramatical,
como las conjunciones y las preposiciones: tampoco pueden aparecer solas en la cadena
del habla, sino que siempre necesitan apoyarse en otras palabras que son morfemas
libres.
Seguimos el martes.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod. 20
18
Gramática

Fecha: 10/04/07
Teórico № 6 Prof.: Guiomar Ciapuscio

Contenido: Guía III. Morfología

Profesora: Buenas tardes. Hoy vamos a empezar con el siguiente bloque de la


materia, correspondiente al análisis del sistema morfológico. En las clases teóricas, nos
dedicaremos a este tema por algo más de dos semanas y, a partir de la semana próxima,
ustedes comenzarán la ejercitación en los prácticos. Ayer lunes, por motivos de público
conocimiento, no hubo teórico-práctico, clase en la cual iban a trabajar ustedes algunos
ejercicios modelo de la parte fonético-fonológica; dado que igualmente los están viendo
con intensidad en los prácticos, en la siguiente clase teórico-práctica comenzarán con
morfología.
Veamos, en primer término qué es la morfología. Se trata del área de la gramática
que estudia cómo se forman las palabras desde el punto de vista de su constitución
interna. Para esto, tiene en cuenta, de acuerdo a la disposición lineal de sus
constituyentes, el orden en que aparecen; pero, además, la palabra es una unidad que
también presenta una organización de tipo jerárquica. Ambos aspectos serán
considerados.
Todos los hablantes del español disponemos de una competencia morfológica; por
competencia morfológica vamos a entender un tipo especial de conocimiento que, en
tanto hablantes, nos permite determinar cómo están construidas las palabras y a qué tipo
de cambios están sometidas las distintas clases de palabras. Ahora bien, esa
competencia morfológica no es meramente pasiva, es decir, no sólo se refiere al
reconocimiento de estructuras composicionales -lineales y jerárquicas-, sino que también
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 6

implica una dimensión creativa: a partir de nuestra competencia, todos nosotros, en tanto
hablantes de una lengua, nos encontramos potencialmente capacitados para crear
palabras nuevas. La existencia de los neologismos es una evidencia y un resultado de
esta capacidad creativa de los hablantes. Se trata, como sabemos, de palabras nuevas ya
incorporadas dentro del sistema de la lengua.
Nuestra competencia morfológica concierne, por una parte, a los constituyentes
menores de la palabra y, por otra, a una serie de reglas. Veremos que existen dos tipos de
reglas: las reglas de formación de palabras y las reglas flexivas. Ambas, insisto, están
incorporadas a dicha competencia de los hablantes. Nosotros, como dijimos en las
primeras clases, haremos, respecto de este conocimiento intuitivo, un distanciamiento
teórico. Consideremos el verbo pensar:

pienso
Pensar piensa
pensemos
pensaba

A partir de la palabra pensar, inmediatamente podemos evocar otras formas


relacionadas con esa palabra: pienso, piensa, pensamos, pensaba, etc. Todas estas
formas pertenecen al paradigma verbal de pensar. Las dos primeras, al presente del
indicativo; sabemos que podemos conjugar todo ese paradigma. A su vez, también
podemos ampliar ese paradigma hacia distintos subgrupos. Por ejemplo, con pensemos,
realizamos un cambio de modo, pasando al subjuntivo, o cambiarlo de tiempo, como en
pensaba. En esto consiste nuestra competencia: a partir de una forma de base, podemos
jugar con nuestros conocimientos flexivos. En tanto hablantes nativos del español,
tenemos el conocimiento de las posibilidades flexivas de los verbos, así como la de los
sustantivos y adjetivos. Inversamente, también podemos distinguir entre la posibilidad o
imposibilidad de flexión de otras clases de palabras, como adverbios, conjunciones o
preposiciones.
Gramática 2007/Teórico 6 Apuntes Sim 3

Ahora bien, no sólo poseemos el conocimiento de las reglas flexivas que hemos
adquirido, sino también un conocimiento referido a reglas de formación de diferentes
palabras. Se trata de las reglas vinculadas con las posibilidades de derivación y
composición de palabras.
Sigamos buscando a partir del mismo ejemplo, y consideremos tres posibilidades:
pensamiento, pensador, pensante. Todas parten de la base del verbo pensar. Vemos que
el elemento [pens-] es lo común, a lo cual denominaremos raíz. Luego, verificamos la
presencia de un elemento vocálico, en este caso, [-a-].
Entre paréntesis, ahora que hemos introducido el concepto de raíz, si repasamos el
paradigma flexivo descubrimos que no siempre [pens-] es la raíz común para todas las
formas posibles: en la 1ª y 3ª persona del singular, la raíz es [piens-]. Ya veremos qué es
lo que sucede con estos casos.
Tratemos de explicitar de qué se trata el otro gran procedimiento morfológico que
verificamos en el segundo corpus. En principio, ya identificamos que hay un elemento
común.

1) [ [ [pens] a] miento] ] ]
raíz vt suf. der.

2) [ [ [pens] a] dor] ] ]
raíz vt suf. der.

3) [ [ [pens] a] ante] ] ]
raíz vt suf. der.

En morfología utilizamos los corchetes como forma de segmentar y marcar la


constitución interna de las palabras en sus distintos constituyentes. Lo que se representa
con los corchetes es la descomposición de la palabra en sus elementos mínimos. Para
simplificar las exposiciones, podemos, como haremos a veces, utilizar simplemente barras
o guiones; pero el método estandarizado en morfología es la segmentación en corchetes.
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 6

Hemos identificado un formante común: [pens-], y visto que [-a-] también es común:
se trata de la vocal temática, la cual, en el caso de los verbos, marca a qué conjugación
pertenece un verbo determinado. El segundo momento de la descomposición es entonces
identificar esta vocal temática. El tercero momento nos muestra: en 1) el formante
[-miento]; en 2), [-dor]; y en 3) [-nte]. Se trata de elementos que se agregan a la raíz y a
ciertos componentes intermedios que luego definiremos. Son los llamados sufijos de
derivación. Se trata de formantes que permiten crear palabras distintas de la original. En
1), el sufijo nominaliza: a partir de una base verbal, [pensa-], el agregado del sufijo de
derivación [-miento] crea un nombre. Es un sufijo nominalizador, es decir, está
especializado en este proceso de cambio de clase de palabra. En 2), el formante [-dor]
crea también un nombre a partir de un verbo, es decir, nuevamente se produce un cambio
en la clase de palabra. Sin embargo, aunque los dos sufijos mencionados son
nominalizadores, su significado respectivo no es idéntico. En el segundo caso, si juego
con mi competencia morfológica y evoco, paradigmáticamente, otras derivaciones con el
sufijo [-or], encuentro cantor, profesor, pintor. Todos los casos tienen un significado
común: remiten a un actor. Por lo tanto, se trata de un sufijo agentivo. Dicho de otro modo,
el significado que el sufijo [-or] agrega al significado de la base es el de actor o agente, es
decir, añade el significado de aquel que realiza la acción designada por la raíz verbal. En
3), el sufijo [-nte] convierte el verbo en un adjetivo, es decir, también cambia la clase de
palabra. A su vez, también agrega un significado, el cual podría parafrasearse como "el
que piensa". Por lo tanto, una característica muy frecuente -pero no necesaria- de los
sufijos derivacionales es cambiar la clase de palabra:

1) [ [ [pens]a] miento] ] ] 3) [ [ [pens] a] ante] ] ]


V N V N

2) [ [ [pens] a] dor] ] ]
V N
Gramática 2007/Teórico 6 Apuntes Sim 5

Mediante estos ejemplos iniciales y sencillos, hemos presentado lo que llamamos


derivación. Los sufijos permiten formar palabras por derivación: al agregarlos, derivo
distintas palabras.
Tomemos ahora estas tres palabras: aguamarina, rompeportones y hombre-araña.
Son ejemplos de palabras constituidas a partir de otro mecanismo de formación: la
composición. El resultado es una palabra compuesta en la cual puedo identificar al menos
dos formantes; pero lo importante es que cada uno de estos dos formantes está en
condiciones de funcionar separadamente como una palabra individual: agua y marina,
rompe y portones, hombre y araña. Otros ejemplos: guardapolvo, paraguas, parabrisas,
etc.
Nuestra competencia morfológica involucra estos procedimientos, por lo cual nos
habilita para la formación de palabras nuevas, vale decir, nuestra competencia morfológica
es creativa. Ahora bien, para ello, este conocimiento implica una organización bien
determinada, cuyo funcionamiento se sostiene sobre la base de un conjunto de reglas y
principios. A lo largo de las próximas clases, trataremos de ir describiendo esas reglas y
su funcionamiento.
Como dijimos, no sólo podemos formar palabras y analizarlas sino también
podemos explicar por qué determinadas palabras no son posibles en nuestra lengua.
Nuestro conocimiento morfológico nos permite formular juicios sobre palabras posibles o
imposibles en el español. Veamos:

increíble - ilegítimo - imposible


infeliz - *imbello - impropio

Sobre *imbello coloqué un asterisco; seguramente ustedes estarán de acuerdo


conmigo en que es una palabra agramatical, algo que no resulta posible de acuerdo con
las reglas de la lengua. Pero, más allá nuestra posibilidad de formular juicios de este tipo,
tenemos que poder explicar por qué esa palabra no resulta posible dentro del sistema
léxico del español.
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 6

Alumna: Puede ser que sea una palabra posible pero no existente.
Profesora: Muy bien. No es lo mismo posible que no existente. Podemos, de hecho,
inventar neologismos y, si se incorporan, se vuelven existentes. En cambio, no podemos
crear palabras imposibles, en tanto se está violando alguna de las reglas de formación de
palabras en el español. Lo que quiero que veamos juntos es cuáles son las reglas que se
están violando en estos casos y, a su vez, cuáles son las reglas que podemos derivar,
cuáles son las reglas que gobiernan la estructura de las palabras.
Volvamos entonces al corpus. Si catalogamos estas palabras desde el punto de
vista de su categoría gramatical, en todos los casos nos encontramos con adjetivos. Y si
analizamos la estructura interna de estos adjetivos, encontraremos ciertas regularidades.
En primer lugar, en todos los casos las bases son adjetivas: [-creíble], [-legítimo],
[-posible], [-feliz], [-bello], [-propio]. A su vez, en todos los casos, estas bases adjetivas se
encuentran negadas, negación que se expresa por la adjunción de un formante
antepuesto. Estos formantes que se añaden al principio de la palabra son los llamados
prefijos. Tenemos entonces un formante que, agregado a una base adjetival, niega el
significado de esa misma base: [im[posible]], [i[legítimo]], [in[creíble]], [in[feliz]]. Este prefijo
que expresa "negación" posee tres alomorfos o realizaciones: /im/, /in/ e /i2/. El elemento
común es /i/. Podemos considerar más casos de la última realización: ilegal, ilegible o
ilícito; en todos ellos se verifica lo mismo que en ilegítimo: la caída de los fonemas
nasales. Habrá entonces que enunciar una regla. Tentativamente, vemos que el cambio
se produce cuando lo que le sigue al prefijo es un determinado tipo de fonema, en este
caso, la lateral. Por su parte, vemos que hay un cambio entre /in/ e /im/ que se vincula con
el punto de articulación de la consonante que inicia la sílaba siguiente. El prefijo adopta la
forma nasal bilabial /im/ cuando sigue una bilabial, como /b/.
Alumna: Es un caso de asimilación.
Profesora: Exactamente. Vemos que ese prefijo negativo puede variar su
composición fonológica y que, evidentemente, esa variación se encuentra vinculada con el
entorno fonético-fonológico.
Gramática 2007/Teórico 6 Apuntes Sim 7

Ya hemos avanzado en nuestro análisis de cómo construir adjetivos negativos. El


paso siguiente será explicar porqué motivo no es posible *imbello.
Alumna: Porque ya hay un adjetivo que significa *imbello, que es feo.
Profesora: Exactamente. Ya existe otro adjetivo en la lengua que designa ese
concepto. Aquí no se trata de un problema fonológico sino de un condicionante léxico: ya
tenemos disponible un antónimo. La restricción o imposibilidad de formar un adjetivo
negativo se explica por la presencia en el vocabulario de una palabra que me permite
verbalizar ese mismo concepto.
Alumno: Pero eso es un hecho casual y no causal. Podría no existir feo y usarse la
otra forma. No es causal porque, como regla, funciona a posteriori, tras el establecimiento
de las palabras. El contraste entre bello/feo podría no existir y, entonces, ya no vale como
regla general y fija.
Profesora: Yo no pretendo que sea general a toda la lengua. En principio, sólo
quiero explicar por qué razón no es posible tener una forma como *imbello. No tengo
ninguna razón de orden lingüístico, es decir, no cuento con razones morfológicas o
fonológicas referidas a la composición de las formas que me expliquen esa palabra. La
palabra *imbello -esto es importante- no altera ningún principio morfológico: está formada
de acuerdo con las reglas correspondientes. La razón por la que no la usamos es que ya
tenemos disponible otra palabra para designar ese concepto y, por lo tanto, no
necesitamos crear, a partir de una base positiva, su negación.
Consideremos un segundo corpus:

adecuadamente - infelizmente - ilusoriamente


*feomente - *cosamente

En todos los casos aparece la misma clase de palabras: adverbios terminados en


mente. Lo primero que debemos hacer es observar cómo se forman, analizar su
estructura interna. Tengo una base seguida por un sufijo especializado en la formación de
adverbios, el sufijo [-mente]. Las palabras de la primera línea pertenece a la clase de los
adjetivos. Sin embargo, en la segunda línea tenemos dos problemas. El primero es que
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 6

*feomente, no es posible, aunque feo sí sea también un adjetivo. Ahora bien, si cambio el
género de la base adjetival pasándolo del masculino al femenino, el adverbio sí es posible:
feamente. En este sentido, recurrimos al corpus y verificamos que la base femenina es
aquella con la que resulta posible formar adverbios en mente-: adecuadamente e
ilusoriamente, lo hacen. Por lo tanto, a partir de estos casos podría derivar, para el
español un esbozo de regla: los adverbios en mente se construyen sobre una base
adjetival femenina a la que se agrega dicho sufijo derivacional adverbial.
Pero, así formulada, la regla resulta incompleta e insuficiente, si consideramos el
caso de infelizmente. El adjetivo infeliz no presenta flexión de género y, por lo tanto, me
obliga a corregir la regla que esbocé. La regla más precisa es la que enuncia lo siguiente:
en el español, los adverbios en mente se forman sobre una base adjetival que, cuando
flexiona en género, debe estar en su forma femenina. Ahora sí, obtenemos una regla que
explica de manera más amplia el corpus presentado. A partir de esta regla, la respuesta
la segundo problema, la imposibilidad de *cosamente está implícita.
Alumno: Porque cosa es un sustantivo.
Profesora: Exactamente. Porque la base no es adjetival. En este sentido,
*cosamente es un ejemplo que refrenda la regla. La base debe ser un adjetivo y, en caso
de flexionar, ese adjetivo debe hacerlo en femenino. La regla que acabamos de enunciar
nos permite, no sólo describir, sino también explicar las reglas de formación para los
adverbios en mente.
Este ejemplo no hace más que confirmar que, en tanto hablantes de una lengua,
nuestra competencia morfológica es muy potente. En este sentido, para realizar una
descripción adecuada de la misma, será necesario explicitar una serie de nociones
teóricas y definir las unidades con las que vamos a trabajar en este subsistema.
El conjunto de los procesos de formación de palabras descansa sobre una lógica
de funcionamiento que todos poseemos. Lo que vamos a hacer en estas clases es darles
instrumentos de orden teórico-metodológico que los coloquen a ustedes en una mejor
posición a la hora de analizar la estructura interna de las palabras. Deberán, además,
explicar la posibilidad de formación de nuevas palabras, cómo es esa formación, y
también las imposibilidades morfológicas del español. A partir de ahora, vamos a ordenar,
Gramática 2007/Teórico 6 Apuntes Sim 9

explicitar y sistematizar el conocimiento morfológico del español que, como hablantes de


la lengua, todos poseemos. Ese conocimiento es el que nos habilita como hablantes
competentes de nuestra lengua.
En primer lugar, conviene considerar qué lugar ocupa la morfología en el marco del
sistema gramatical del español. Esto permitirá explicitar cuáles son las relaciones que el
componente morfológico de la gramática establece con los otros componentes.
Recuerden que, tal como dijimos anteriormente, el sistema gramatical del español, está
constituido por un conjunto de subsistemas interrelacionados. Los componentes no se
encuentran aislados, sino que cada uno de ellos establece vinculaciones muy estrechas
con los demás. La morfología y la fonología son dos componentes mutuamente
relevantes. A su vez, el vínculo de la morfología con la sintaxis será crucial para este curso
-curso que está centrado, precisamente, en la morfosintaxis-. Por último, también veremos
la relación que existe entre la morfología y el léxico, es decir, el conjunto de unidades
léxicas de la lengua.
En segundo lugar, tenemos que definir con precisión las unidades correspondientes
al subsistema morfológico. La morfología se ocupa de la estructura interna de la palabra y,
por lo tanto, tendrá a la palabra como su contexto máximo. A su vez, definiremos otras
unidades, menores que la palabra: el morfema, el morfo y el alomorfo, y presentaremos
las unidades con las que vamos a describir a las diferentes partes constitutivas de las
palabras: raíz, tema, base, afijos. Toda esta serie de unidades ofrece un conjunto de
herramientas teórico-metodológicas para la segmentación y categorización de las
palabras y, sobre su base, vamos a poder concentrarnos sobre los dos grandes bloques
de la morfología: la flexión y la derivación.
La bibliografía básica y obligatoria para esta unidad dedicada a la morfología
contiene un trabajo de particular importancia: el artículo de Jesús Pena. Se trata de un
texto de alta densidad informativa, que conviene ser leído con particular concentración y
esfuerzo. En la Guía III tienen descriptos todos los contenidos correspondientes, con su
respectiva bibliografía obligatoria y optativa.
Bien. La morfología busca delimitar, clasificar y definir las unidades de su propio
subsistema y, además, establecer cómo se relacionan esas unidades entres sí. El
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 6

componente morfológico trabaja sobre la base de una serie de unidades de distinto rango:
palabra, morfema, base, tema, etc. Estas unidades se vinculan entre sí conformando las
palabras de la lengua, sobre la base de dos tipos de relaciones: las relaciones
sintagmáticas y las relaciones paradigmáticas. Las primeras atañen al carácter lineal de
las palabras, y las segundas, al carácter jerárquico de las configuraciones posibles. Por
ejemplo, refiriéndonos a las relaciones sintagmáticas, sabemos que, en orden lineal, en
una palabra encontramos una determinada relación entre una base y un determinado
sufijo a continuación de ella, y no antecediéndola, como es el caso de [-mente]. En cuanto
a las relaciones paradigmáticas, los adverbios en mente requieren un elemento de base
perteneciente al paradigma de los adjetivos.
Contrastemos los elementos de este corpus:

1) sal - mar - sol


2) casona - cantores - familiarmente

En 1), ninguna de las palabras presentadas puede ser segmentada en


componentes más pequeños. Sal posee entonces un solo formante y un solo significado.
Lo mismo vale para mar, sol, ayer y muchas otras. En todos los casos, se trata de
palabras que no pueden ser sometidas a una segmentación interna, y que, por lo tanto,
carecen de unidades gramaticales menores. En el plano morfológico, no se las puede
descomponer en unidades distintivas.
Ahora bien, esto sí resulta posible con las palabras de 2). Para familiarmente tengo
tres segmentos: primero, un nombre [familia-]; luego, [-r-] me permite formar el adjetivo
[[familia]r] y, si agrego el sufijo, obtengo el correspondiente adverbio: [[[familia]r]mente]]].
Los dos sufijos son derivacionales, en tanto cambian la clase de palabra a la cual se los
adjunta. Pero no sólo hay cambio de clase de palabra sino que se agregan significados:
familiar es parafraseable por "relativo a la familia", mientras que familiarmente lo es por
"de manera familiar".
En casona tengo dos segmentos; primero una base [cas-] y luego un sufijo
derivativo [-ona]. Se trata de un sufijo aumentativo, y, en este tipo de casos, no se produce
Gramática 2007/Teórico 6 Apuntes Sim 11

ningún cambio en la clase de palabra: se mantiene la de la base. Esta es una


característica típica de la llamada sufijación apreciativa, un tipo de sufijación que incluye
los aumentativos, los diminutivos y los peyorativos.
En cantores encuentro, primero, [cant-], la base, que es raíz del verbo cantar, base
a la cual se agrega un primer sufijo que porta la idea "agentiva", es decir, "la persona que
canta" y además, convierte al verbo en nombre. Finalmente, hay un segundo sufijo: [-es],
que agrega la idea de "plural": cantor > cantores. Ahora bien, este segundo sufijo se
distingue del anterior por no ser derivativo sino flexivo. Los sufijos flexivos agregan
significados de orden gramatical -género, número, persona, etc.- y cumplen la función de
adecuar la palabra dada al contexto sintáctico.

1) [sal] [mar] [sol] palabras monomorfemáticas


n n n

2) [ [cas] ona] ] [[ [cant] or] es]]] [[familia] r] mente]]] palabras


base suf. der. base suf. der. flex base s der. s. der. polimorfemáticas
N N V N N N Adj Adv

La diferencia entre los elementos de 1) y los de 2) es que las primeras son palabras
monomorfemáticas, mientras que las segundas son polimorfemáticas. En 2), puedo
identificar más de un morfema constitutivo para cada palabra. En cambio, en 1) no puedo
segmentar en unidades menores: son palabras compuestas por un solo morfema.
Pero conviene ir introduciendo unidades teóricas y definiéndolas de a poco.
Podemos decir ya que las palabras del primer caso son estructuras de un solo
componente y las del segundo, de más de un componente, o morfema. Ahora veamos
qué es un morfema.
Los morfemas son unidades distintivas que aportan un significado y,
fundamentalmente, son unidades contrastivas, unidades que contrastan formas
gramaticales.
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 6

Ahora bien, existe otra perspectiva para contrastar a estas dos series de palabras.
Si las observamos desde el ángulo formal de la distinción entre palabras variables y
palabras invariables, diré que, en 1), las palabras están conformadas por una forma
invariable, mientras que, en 2), las palabras sí presentan una forma variable. Palabras
como ayer o ahora no varían; en cambio, palabras como lindo/a, son variables en su
forma. En gran medida, las palabras invariables coinciden con las palabras
monomorfemáticas, mientras que las variables lo hacen con las polimorfemáticas.
Alumna: ¿Las invariables serían monomorfemáticas?
Profesora: Coinciden en gran medida. Palabras como los adverbios, o las
conjunciones coordinantes y subordinantes, no varían nunca su forma. En cambio, sal o
mar sí son palabras variables en cuanto a su flexión: sales, mares; contrastan singular y
plural. El significado semántico es el mismo, lo que varía es el significado gramatical, en
este caso, el de número. Los sufijos flexivos no forman palabras nuevas, sino distintas
formas de una misma palabra. Por ejemplo, mar y mares, en su forma singular y plural,
respectivamente.
Alumna: ¿Hay palabras polimorfemáticas invariables?
Profesora: En términos estrictos, si son polimorfemáticas, hay más de un morfema
y, por lo tanto, son variables. Ahora bien, uno de esos morfemas puede ser una forma
libre. Por ejemplo, de la palabra mar, que es monomorfemática, puedo derivar marina, una
palabra polimorfemática.
En la gran mayoría de los casos, cada morfema conlleva un significado; en marina
tengo una base que se llama forma libre, porque puede funcionar independientemente, a
la cual se agrega un morfema ligado [-ina]. Se los llama morfemas ligados, precisamente,
porque no pueden funcionar solos sino que tienen que apoyarse en otros morfemas. Es
decir que en una palabra polimorfemática, muchas veces sólo una de las partes de la
palabra puede funcionar de manera libre.
Alumna: ¿Hay alguna diferencia entre morfemas derivados y morfemas ligados?
Profesora: Son dos criterios de clasificación diferentes. La derivación es un proceso
de formación de palabras. Un sufijo derivativo es un sufijo que deriva una palabra distinta
de la base. Por su parte, ligado implica un criterio de distinción formal: es aquel morfema
Gramática 2007/Teórico 6 Apuntes Sim 13

no puede funcionar solo. Ahora bien, todas estas clasificaciones presentan,


simultáneamente, puntos de encuentro y de desencuentro entre las categorías. Otro
ángulo de contraste entre las palabras es el que se basa en criterio distintivo entre
palabras simples y palabras complejas. Ya volveremos sobre todas estas clasificaciones.
Como adelantamos, existen dos áreas de la morfología. Por un lado, la morfología
léxica o derivacional y, por otro, la morfología flexiva. La primera se ocupa de la formación
de nuevas palabras. En cambio, la morfología flexiva se ocupa de las variaciones en una
misma palabra, es decir, de las distintas formas que una misma palabra adquiere por
intermedio de sus sufijos flexivos.
Hemos dicho también que la palabra es la unidad máxima de la morfología; sin
embargo, esto no significa que la unidad palabra sea de interés exclusivo de la morfología.
En este sentido, es que necesitamos, como decíamos, marcar las relaciones que este
subsistema morfológico y las otras partes de la gramática. La morfología toma la palabra
como contexto máximo y se concentra en el análisis de su constitución interna. En cambio
la sintaxis parte de la palabra como su unidad mínima y, a partir de ahí, analiza sus
combinaciones con otras palabras.
Por otra parte, la unidad palabra resulta muy interesante para la lexicología, aquella
disciplina que se ocupa de estudiar el vocabulario, las unidades léxicas que posee una
lengua determinada. Desde el punto de vista del vocabulario, los significados se realizan
en esa unidad llamada palabra.
Los distintos componentes, y las correspondientes unidades de la gramática, se
entrecruzan y se relacionan de una manera compleja. De hecho, la definición de la
palabra, en tanto, precisamente, unidad de carácter complejo, es una definición que
implica propiedades fonológicas, morfológicas, sintácticas y semánticas. En primer lugar,
las palabras presentan una perspectiva de análisis estrictamente fonológica: son
combinatorias silábicas y acentuales. Cada palabra se compone de un número
determinado de sílabas, con una organización específica, y un esquema acentual
correspondiente para cada caso. En segundo lugar, en términos sintácticos, las palabras
no pueden funcionar en cualquier posición. Por el contrario, sus posibles comportamientos
sintácticos se encuentran condicionados por la categoría a la que pertenece cada palabra.
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 6

En cuanto a la relación de la morfología con la lexicología, tenemos que considerar


muy especialmente que las reglas de formación de palabras operan a partir de raíces de
significados léxicos. Piensen, por ejemplo, en esta familia de palabras: casita, casona,
casero, caserón. Todas parten de la raíz común [cas-]. En este sentido, todo lo que hemos
hecho hasta ahora ha sido identificar componentes de significado al interior de la palabra.
Ahora bien, el español no utiliza raíces desnudas, sino que codifica las raíces de acuerdo
con su pertenencia a determinadas categorías y, en principio, toda raíz léxica resulta
susceptible de ser codificada, ya sea como sustantivo, verbo, adjetivo, etc. Ahora bien,
una raíz que ingresa originalmente a la lengua como verbo, por ejemplo, ver, puede
derivar -a partir de las reglas de formación de palabras- en nombres como visión, vista,
visionario, adjetivos como visual, etc. Incluso, del adjetivo visual, puedo derivar, a su vez,
otro verbo: visualizar -entre paréntesis, esto nos muestra otro elemento que hay que
considerar: las cadenas derivacionales de las palabras no siguen, necesariamente, un
único rumbo derivacional, sino que puede haber alternativas-. En síntesis, una raíz entra
en la lengua con una determinada categoría, en este caso verbal y, a partir de allí, puede
ir derivando hacia distintas clases de palabras.
Podemos también tener una raíz que entra como nombre: corral. A partir de este
nombre, podemos derivar un verbo como acorralar. En este caso, tiene lubar un proceso
muy interesante: la formación de este verbo implica que, simultáneamente, se adosan un
prefijo y un sufijo -el fenómeno se denomina parasíntesis-. A su vez, de ahí puedo derivar
un participio: acorralado. Como creación de un neologismo, cabe mencionar corralito, en
el sentido financiero que se acuñó durante la crisis de 2001. También se pueden derivar
sustantivos a partir de adjetivos; partiendo de grato, puedo obtener gratitud o, a su vez, un
verbo como gratificar.
Ahora bien, en cuanto a las categorías, existen determinadas constantes en las
reglas de derivación de palabras. Por ejemplo, una raíz nominal categoriza primero como
nombre, luego como adjetivo y, en tercer lugar, como verbo: línea (n) > lineal (adj.) >
linealizar (v). Una raíz adjetiva como blanco deriva en verbo: blanquear y, luego, en
sustantivo: blancura. A partir de las reglas de formación de palabras, podemos categorizar
las raíces léxicas de una lengua. Recordemos, dicho en líneas generales, que los
Gramática 2007/Teórico 6 Apuntes Sim 15

procesos de derivación pueden, aunque no en todos los casos, cambiar la clase de


palabras, pero también agregan nuevos significados.
Hemos visto la importancia de la morfología para el léxico. Ahora, veamos las
relaciones entre fonología y morfología. Al reconstruir algunas reglas, ya nos hemos
acercado a este punto. Tomemos parcialmente los paradigmas verbales de poder, pensar
y volver, prestando atención a la 1ª persona singular y plural del presente del indicativo en
voz activa:

1ª singular 1ª plural
poder puedo podemos
pensar pienso pensamos
volver vuelvo volvemos

Si utilizamos nuestro conocimiento flexivo de la lengua nos vamos a percatar de la


existencia de una variación en la raíz, más precisamente, una diptongación de la base en
la 1ª singular. Hay muchos más verbos en los que sucede lo mismo, y no sólo en
presente. Como analista, lo primero que tengo que buscar es la recurrencia, la
regularidad. En este caso, respecto de la 1ª singular, hay una diptongación: los verbos en
cuya raíz la vocal es o diptongan en ue; los verbos en e diptongan en ie. La motivación de
este cambio está ligada a la fonología, y la regla es la siguiente: cuando el acento fuerte
de la palabra cae sobre la vocal de la raíz verbal, se produce la diptongación. En cambio,
cuando el acento fuerte se desplaza hacia la sílaba siguiente, la vocal de la base no
diptonga. Con esta regla podemos explicar todos los casos y, por lo tanto, existe una
razón fonológica que incide en la alternancia de la base. Un factor fonológico resulta
condicionante para la forma de la palabra.
Alumna: Pero eso no pasa con todos los verbos. Por ejemplo, digo yo debo, pero
también digo debemos.
Profesora: Gran parte de los hechos gramaticales son explicables en términos de
principios y reglas, los cuales nos permiten explicar muchos casos: esa es nuestra tarea.
Sin embargo, hay zonas arbitrarias en la lengua, zonas que no tienen una explicación
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 6

sistemática sino que, en muchos casos, están relacionadas con la historia de la lengua. Tu
observación es, de todos modos, tan pertinente como para enunciar la regla de otro modo:
para los verbos cuyas raíces presentan dos formas, una que diptonga y otra que no, en
los casos en los que se produce la diptongación, se debe a una razón fonológica. Si estos
casos son más o menos que aquellos en que no ocurre, no será ya un problema de la
regla.
Para observar otro caso de influencia de la fonología en la morfología, podemos
considerar también la formación de plural en el español. Consideremos el siguiente
corpus:

casa-s
mesa-s
rubí-es
menú/-es
cárcel-es
menú-es

En estos casos hay una variación en la formación del plural que, nuevamente, se
debe a un condicionamiento fonológico: si el sustantivo termina en consonante o en vocal
acentuada, el plural se forma con /-es/. En cambio, si la última vocal presenta acento débil,
el sufijo de plural se realiza mediante el formante fonológico
/-s/. En estos casos, diremos que el morfema de plural para los sustantivos en español
cuenta con dos posibilidades o alomorfos.
Estos alomorfos se encuentran en distribución complementaria: cada uno es
seleccionado de acuerdo con reglas fonológicas respectivas. Hay dos segmentos
fonémicos que realizan un mismo significado de plural. La elección de uno u otro
representante del morfema "plural" nos remite a un principio de orden fonológico.
Alumna: Pero mamá es mamás.
Profesora: Lo que sucede es que hay zonas más inestables o dinámicas en la
lengua. También se puede decir rubís o menús. Cero que la zona de palabras terminadas
Gramática 2007/Teórico 6 Apuntes Sim 17

en vocal acentuada fuerte presenta mucha inestabilidad en el plural, mientras que, en


cambio, el sistema se comporta de manera mucho más estricta respecto de la distribución
entre final en vocal débil o en consonante.
Veamos ahora las relaciones entre morfología y sintaxis. Se trata de dos módulos
complementarios. Tal como dijimos en nuestra primera clase, en un sentido estricto, la
gramática se centra en la morfosintaxis. Una razón fundamental es que la sintaxis opera
sobre la base de clases o categorías de palabras. Las propiedades flexivas me permiten
distinguir entre sustantivos, adjetivos y verbos, por un lado, y adverbios y preposiciones
por otro. Es decir: puedo distinguir clases de palabras variables versus clases invariables.
Los sustantivos y adjetivos son variables en género y número y, por su parte, el verbo
varía en tiempo, número, persona, modo y aspecto. Las propiedades morfológicas me
permiten identificar clases de palabras y, a su vez, la pertenencia que una palabra
manifiesta respecto de una determinada categoría, es lo que va a explicar su
funcionamiento sintáctico. Cada clase de palabra, dentro del sintagma u oración, posee
determinadas posibilidades de funcionamiento. Las clases de palabras pueden estructurar
sintagmas al interior de la oración y, naturalmente, desempeñan funciones sintácticas
específicas.
En segundo lugar, ciertos sufijos derivacionales están especializados en la
formación de determinadas clases de palabras, por lo cual este proceso morfológico da a
la palabra roles sintácticos.
En tercer lugar, debemos considerar el aspecto flexivo, un fenómeno de relevancia
fundamental para el vínculo morfosintáctico. Justamente, la capacidad de flexión de las
palabras es la que permite la construcción de oraciones o sintagmas aceptables de la
lengua. En este sentido, no resulta posible una secuencia como *el casa lindo, ni tampoco
*La señora bordan la bandera. La concordancia entre verbo y sujeto me pide La señora
borda la bandera. La morfología flexiva me permite adaptar las palabras, armonizarlas
entre sí para poder formar sintagmas y oraciones posibles, esto es, gramaticales, en
español.
Veamos un último fenómeno en el que se percibe la estrecha relación entre
morfología y sintaxis. Tomemos dos verbos: depender y aspirar. Respecto del primero,
18 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 6

puedo derivar dependiente o dependencia. Si quiero elaborar un sintagma que tome como
base al verbo depender, voy a necesitar una preposición: [La universidad depende del
presupuesto] o [Esa persona depende de sus padres]. Lo mismo sucederá con aspirar,
que siempre es aspirar a. Se trata de verbos con un régimen preposicional, esto es,
exigen la presencia de una preposición particular y no de otra. Ahora bien, en el caso de
que yo quiera elaborar un sintagma a partir de derivados adjetivales o nominales de esos
verbos, como dependiente o dependencia, inevitablemente la preposición deberá estar
presente. Por ejemplo: [La universidad está en dependencia del presupuesto] o [Él es
dependiente de sus padres]. Si usamos un derivado de aspirar, tendremos [El aspirante a
tal puesto]. Todos estos ejemplos confirman lo siguiente: toda palabra derivada de un
verbo con régimen preposicional hereda dicha exigencia. La palabra derivada no sólo
conserva el significado de la base de la raíz, sino que también hereda sus propiedades
sintácticas. Este es otro aspecto que nos revela la importancia que la morfología tiene
para la sintaxis.
El jueves continuamos definiendo las unidades del nivel morfológico.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod. 18

Gramática 16

Fecha: 03/04/07
Teórico № 5 Prof.: Laura Ferrari

Contenido: Guía II. Fonología: fonema, alófonos, archifonema. Rasgos


suprasegmentales.

Profesora: Buenas tardes. Los martes tenemos ya asignada esta aula, la 108, y
para los jueves, la 324. Continuamos hoy con los conceptos básicos de fonología.
Ya hemos definido al fonema como una entidad abstracta y mínima, cuyo contraste
permite distinguir significados, vale decir, la conmutación de un fonema por otro en un
mismo contexto produce cambios de significado. Dijimos también que el fonema
pertenece al plano de la expresión, es decir, al plano sígnico del significante, pero que
cada uno de los fonemas no tiene en sí mismo un significado. La noción de unidad
mínima, recordemos, quiere decir que los rasgos que constituyen el fonema no tienen
existencia individual, sino que funcionan en haces para constituir el fonema.

/k/a/s/a/ significante
{casa} significado

Cada una de las partes que constituyen el significante -a las que algunos lingüistas
han llamado figuras del significante- no tiene una correspondencia con el plano del
significado. Pero estos elementos se suceden uno al otro en la línea temporal. Esto es lo
que le otorga al signo su carácter lineal.
2 Apuntes Sim Gramática 2005/Teórico 5

Ahora bien, los fonemas se relacionan entre sí para constituir el sistema fonológico
del dialecto de una lengua, y lo hacen, como también dijimos, en base a oposiciones.
Dichas oposiciones son de carácter distintivo. Veamos mejor qué quiere decir esto. Por
ejemplo, en el sistema del español, los fonemas /p/ y /b/ comparten algunos rasgos: ser
consonánticos, bilabiales y orales; pero existe un rasgo que los opone: sonoridad/sordez.
Mientras que /p/ es sorda, /b/ es sonora. Esto también se plantea -en fonología se utiliza
mucho- en términos binarios, esto es, por presencia o ausencia de un rasgo:

/b/ + sonoridad
/p/ - sonoridad

Esto equivale a decir que el fonema /b/ posee una marca de sonoridad que /p/ no
posee. Sobre esta manera de considerar las oposiciones volveremos hoy al abordar la
noción de archifonema.
Tomemos este corpus:
Contexto común
/pan/
/ban/ /_an/
/dan/
/tan/

Los significantes de estos signos poseen un contexto común, por lo cual cada uno
de los fonemas contrastivos constituye parte el paradigma de los fonemas del español. La
operación por la cual se reemplaza un fonema por otro en contextos iguales se denomina
conmutación.
Por otro lado, los fonemas también contraen relaciones con los otros fonemas de la
misma cadena, la que constituye el significante del signo. Estas relaciones están sujetas a
reglas. Por ejemplo, en español, sucede lo siguiente:
Gramática 2005/Teórico 5 Apuntes Sim 3

/amo4/
/roma/
/moa4/
*/4moa/

Podemos realizar una serie de combinaciones, que incluya palabras existentes en


español como amor o roma, e incluso una palabra no existente pero posible: moar. Pero
no podríamos tener una palabra como *rmoa, porque la combinación [4m] viola las reglas
fonético-fonológicas del español. Dicho de otro modo, las cadenas de fonemas no son
libres: existen determinadas reglas que deben seguir para generar palabras que sean
posibles dentro de un dialecto o lengua determinada.
Hemos dicho que las oposiciones que generan los fonemas son distintivas, y que
los rasgos que caracterizan a los fonemas son también llamados distintivos o pertinentes.
Ahora, volvamos a los fonemas /p/ y /b/ y veamos cómo definirlos en este sentido:

oral oral
/p/ bilabial /b/ bilabial
sordo sonoro

Alumno: ¿Y el rasgo común de oclusividad?


Profesora: Es cierto que lo comparten; pero en relación con sus oposiciones, no es
pertinente. Ahora lo veremos.
/p/ y /b/ son orales, oponiéndose en este sentido a, por ejemplo /m/, que es bilabial,
pero nasal. De este modo, el ser /p/ y /b/ ambas orales y bilabiales constituye la base
común de los dos fonemas, mientras que el rasgo sonoridad/sordez es el que los opone.
Los tres son rasgos pertinentes, distintivos, es decir, definen al fonema.
Ahora bien, nosotros hemos visto también que los fonemas se manifiestan a través
de fonos. Un mismo fonema puede realizarse a través de un solo fono o de más de uno.
4 Apuntes Sim Gramática 2005/Teórico 5

Así, cuando ponemos en relación fonos con fonemas podemos encontrar variantes o
alófonos. Veamos:

fonema alófonos variante


[b] oclusiva
/b/ rasgos combinatorios
[B] fricativa

El fonema /b/ se realiza a través de dos variantes: oclusiva [b] y fricativa [B]. Estas
variantes o alófonos dependen del contexto: [b] aparece en posición inicial o después de
nasal, mientras que [B] aparece en posición intervocálica. Estos dos alófonos tienen cada
uno un rasgo que los diferencia: uno es oclusivo y el otro fricativo. Ahora bien, estos dos
rasgos no son distintivos en español, porque no hay contexto alguno en el que su
conmutación produzca cambio de significado. Por eso son alófonos de un mismo fonema.
Y se denominan rasgos combinatorios porque surgen a partir de una distribución
complementaria, vale decir, aunque no distinguen significado, cada fono con ese rasgo
ocupa un contexto que el otro no. Dicho sintéticamente, son alófonos de un mismo
fonema, que se encuentran -en este caso- en distribución complementaria.
La característica importante de los alófonos es cierta similitud fonética; similitud que
suele traer dificultades en virtud de que no se percibe a simple vista a partir de la lectura
del cuadro fonético, sino a partir de otras características de orden fonológico, por ejemplo,
el grado de parentesco que esas formas puedan tener, los cambios fonológicos a los
cuales hayan estado sometidas, el hecho de que se neutralicen en determinadas
posiciones -como veremos en relación con el concepto de archifonema-, etc. Pero sí hay
una regla que podemos establecer, y que ya enunciaremos de manera completa: los
alófonos que se encuentran en distribución complementaria y tengan similitud fonética
serán alófonos de un mismo fonema.
Ahora bien, la distribución complementaria no es la única forma de aparición de los
alófonos. Tenemos también alófonos en variación libre. Ya han visto un caso:
Gramática 2005/Teórico 5 Apuntes Sim 5

['ZuBja]
['SuBja]

Los fonos [S] y [Z] ocupan el mismo contexto y no producen cambio de significado.
Aquí decimos que están en variación libre, o que son variantes facultativas.
A partir de lo visto, ya podemos formular algunas reglas para reconocer los
fonemas en una lengua. Estas reglas fueron formuladas por primera vez por quien ha sido
considerado el fundador de la fonología funcionalista: Nicolai Trubetzkoy. Con él pasó algo
similar al caso de Saussure. Comenzó a escribir su libro Principios de fonología, pero no
pudo terminarlo, dado que murió en la cárcel bastante joven; fueron sus discípulos,
quienes publicaron el libro. De este conjunto de reglas que él establece, daremos sólo las
principales. Insisto en que su fin es poder establecer los fonemas de una lengua.
Regla 1ª: si dos fonos no pueden ocupar los mismos contextos y tienen similaridad
fonética, serán alófonos de un mismo fonema que están en distribución complementaria -
o, según la denominación de Trubetzkoy, serán variantes combinatorias; las diferentes
terminologías corresponden a distintas escuelas fonológicas; pero, en relación con este
fenómeno, piensan lo mismo-.
Esto significa que cada uno de estos fonos tiene asignado su contexto de aparición.
Es lo que vimos con la [b] oclusiva, que aparece sólo en posición inicial o después de
nasal, mientras que la [B] aparece en posición intervocálica. Lo mismo sucede -siempre en
español- entre la [d] oclusiva y la [D] fricativa, y entre [g] y [G]. Y también sucede entre [N]
velar y [n] dentoalveolar:

fonema alófonos
[n] ['nene] (nene)
/n/
[N] ['oNgo] (hongo)

Es decir, en una pronunciación normal, nadie diría *['neNe] u *['ongo].


6 Apuntes Sim Gramática 2005/Teórico 5

Regla 2ª: si dos fonos ocupan el mismo contexto y no producen cambio de


significado se trata de alófonos en variación libre o variantes facultativas de un mismo
fonema.
Ahora bien, les estoy dando las reglas en este orden, aunque no es el original de
Trubetzkoy, porque sobre la base de la primera es que tienen que resolver la mayoría de
los ejercicios de fonología, y suele ser la que más les cuesta a los alumnos. Resulta
mucho más difícil ver cuáles son los contextos propios de cada uno de los fonos y
descubrir la distribución complementaria para identificar los alófonos de que mismo
fonema que descubrir los alófonos que están en variación libre. Además la distribución
complementaria es mucho más frecuente que la variación libre.
Regla 3ª: Si dos fonos ocupan el mismo contexto y producen cambio de significado,
estamos ante dos fonemas diferentes. Es el caso de /pan/ y /dan/. Cuando se dan estos
casos, estamos en presencia de pares mínimos. Dicho de otro modo: cuando tenemos
dos significantes que integran dos signos -que en el resto de la cadena presentan un
contexto idéntico-, y el cambio de un fono por otro produce cambio de significado, a estas
dos palabras se las denomina par mínimo. Esto es relevante porque es suficiente
encontrar un solo par mínimo en una lengua para que dos fonos de esa lengua sean
considerados fonemas diferentes. Y, aunque teóricamente podría aplicarse a casos en
que una de las dos palabras fuera irreconocible, se considera par mínimo a la existencia
de dos palabras con estas características que sean existentes en la lengua de que se
trate.
Si ustedes tienen claros estos principios de fonología, les va a resultar mucho más
fácil entender los ejercicios de fonología que tendrán en los trabajos prácticos. Porque
permiten entender que el fonema en realidad es la entidad abstracta que subyace a las
distintas manifestaciones fónicas. El fonema es lo común a los fonos que lo manifiestan.
Demos otros ejemplo de distribución complementaria: el de dos vocales del
español como lo son [e] y [«], es decir, mediocerrada y medioabierta. Sabemos que en
español son alófonos de un mismo fonema, porque hay cinco fonemas vocálicos; por lo
tanto, estos dos tienen que ser necesariamente alófonos de un mismo fonema. El
problema es cómo podemos demostrarlo.
Gramática 2005/Teórico 5 Apuntes Sim 7

Alumno: Buscando palabras en que, usando uno u otro, no se produzca cambio de


significado.
Profesora: Exactamente. Pero también veremos que no pueden ocupar el mismo
contexto, por lo cual están además en distribución complementaria: cuando aparece uno,
no aparece otro.
Naturalmente, un atajo para resolver esto es consultar un manual de pronunciación
española, como el de Tomás Navarro Tomás. Se trata de un fonetista español que, en
épocas en que no existían los medios informáticos y técnicos con que contamos ahora,
sólo agudizando su oído logró dar cuenta de todas las posibles combinaciones de los
fonos en español. Él ha listado los contextos en que aparece cada fono. Uno puede,
desde ya, intentarlo tratando de escuchar con cuidado; pero resulta más difícil al tratarse
de la propia lengua. Yendo a nuestro ejemplo vocálico, encontraremos:

Contexto
[e] [pelo] ante consonante que no es vibrante múltiple
[p«ro] ante vibrante múltiple
[«]
[p«ine] en diptongo

Vemos que donde aparece uno no aparece el otro. Esto indica que se trata de
alófonos de un mismo fonema en distribución complementaria. Cuando hagan los
ejercicios, precisamente, tendrán que buscar estos contextos de distribución, que son los
más difíciles de descubrir. Para saber entonces si se trata de fonemas diferentes o
alófonos de un mismo fonema, en primer lugar hay que verificar si existe al menos un par
mínimo. Eso resuelve el problema. Si no, hay que buscar los contextos en los que
aparezcan los fonos en cuestión. Y, si tienen cierta similaridad fonética, como en los
ejemplos dados, tendrán que buscar los contextos propios de cada uno.
Alumno: ¿El contexto es la ubicación?
Profesora: Es lo que precede y lo que sigue al fono en cuestión. Ahora bien, son
múltiples los motivos, generalmente fonéticos, que hacen que aparezca uno u otro. A
8 Apuntes Sim Gramática 2005/Teórico 5

veces es el acento, a veces el contexto inicial consistente en consonante o vocal, o un


contexto anterior y posterior vocálico, como en el caso de la [B] fricativa, que aparece en
contexto intervocálico. Otras veces, no es suficiente con esto: hay que considerar qué tipo
de vocales son, o qué tipo de consonantes. En el caso antes visto de [e] y [«] es muy difícil
porque incluso tanto [l] como [r] son líquidas, y, es más, tampoco se produce con la
vibrante simple: en pero tenemos un fono vocálico mediocerrado: [pe4o]. Es el contacto
con la vibrante múltiple, el que hace que se abra la articulación de la vocal.
Por todo esto es también importante tener un corpus suficientemente amplio como
para no sacar conclusiones apresuradas -sobre todo si uno está haciendo una
investigación y no un ejercicio de gramática-. Los lingüistas que se ocupan de lenguas
indígenas no estudiadas han hecho el mismo recorrido que haremos en el curso: primero,
estudiaron la fonética, luego la morfología, luego la sintaxis. Así ha hecho mucha gente,
incluso de nuestra Facultad. En la medida en que esas lenguas han podido ser
estudiadas, pueden ahora ser enseñadas y tienen menos posibilidades de desaparecer.
Ahora pasemos al concepto de archifonema. Se trata de un concepto muy
abstracto, de difícil captación. Ustedes no cuentan con bibliografía para este tema: lo que
aprenderán depende exclusivamente de lo que diremos en estas clases teóricas. No
damos bibliografía porque la existente es demasiado compleja, en tanto habría que dar
otros elementos para poder seguirla. De todos modos, daremos sólo una idea básica.
Hemos visto que los fonemas se oponen a partir de rasgos distintivos, como vimos
entre /p/ y /b/. Si recurrimos al modo binario de distinguirlos, /b/ posee el rasgo sonoridad,
que /p/ no posee. Por supuesto, se trata de dos fonemas diferentes porque contamos con
al menos un para mínimo: /pan/ y /dan/. Lo mismo sucede entre /t/ y /d/: el solo rasgo de
sonoridad los distingue, y hay al menos un par mínimo: /tan/ y /dan/. Y asimismo entre las
velares /k/ y /g/. Estos tres pares de fonemas son paralelos, en español.
Ahora bien, hay palabras en las que suceden cosas no tan claras. Veamos aptitud
y sus diferentes realizaciones:

aptitud
Gramática 2005/Teórico 5 Apuntes Sim 9

1) [apti'tud]
2) [abti'tud]
3) [aBti'tud]
4) [a2ti'tud]

Si prestamos atención al modo como las pronunciamos, veremos que hay distintas
formas, según sea la pronunciación muy esmerada, no tanto, o directamente subestándar.
El caso de 1) corresponde a una pronunciación muy esmerada. Sin embargo, en el habla
corriente ninguno de nosotros dice [apti'tud], sino [abti'tud], relajando la articulación. Si
estamos en una conversación muy rápida, es muy probable que digamos [aBti'tud],
relajando aun más, ya pronunciando esa consonante como fricativa. Y en un habla
subestándar esa consonante pueden llegar a caer, como en 4), caída que se simboliza
mediante [2]. Aunque este símbolo indique que no se pronuncia ese sonido, su inscripción
es necesaria porque siempre hay procesos fonológicos compensatorios, por ejemplo,
alargamiento de otras articulaciones.
Ahora bien, comparemos 1) y 2). Puedo decirlo de ambas maneras, y no se
interpreta ningún cambio de significado, con lo cual pareciera que estoy ante alófonos; sin
embargo /p/ y /b/ son fonemas diferentes. Pareciera que estoy violando alguna de las
reglas de Trubetzkoy. Pero él ya vio también estos fenómenos: se trata de ciertas
posiciones en la lengua en que ciertos fonemas pueden neutralizar su oposición. Por
ejemplo, respecto del par mínimo /p/ y /b/, cuya marca distintiva es la presencia de
sonoridad en el último, en este contexto determinado puede neutralizarse, es decir, se
suspende dicha oposición. Cuando esto sucede, estamos ante un archifonema, que se
simboliza por convención con una mayúscula, la de aquel fonema que posee la marca
distintiva -en este caso, sonoridad-: /B/, y podemos escribir /aBti'tud/. Cuando se suspende
la oposición, aparece el archifonema, cuyo concepto es aun más abstracto que el de
fonema. Lo definimos así: el archifonema es lo que tienen en común los fonemas que en
ciertos contextos se neutralizan. En este caso, lo común entre /p/ y /b/ es ser bilabiales y
orales; y estos rasgos definen, para este contexto, al archifonema /B/. Dicho de otro modo,
en esta posición o contexto, al desaparecer la oposición sonoridad/sordez, los fonemas se
10 Apuntes Sim Gramática 2005/Teórico 5

comportan como si fueran alófonos en variación libre. Recuerden que, entre fonos, la
variación libre se produce siempre. En cambio, este fenómeno del archifonema sólo se da
en estos contextos particulares. Por eso les dije hace un momento que basta con que
exista un par mínimo en la lengua para poder hablar de dos fonemas distintos. Pero este
par mínimo puede no abarcar todos los contextos de aparición. Sucede entre /pan/ y /ban/
en contexto inicial seguido de vocal. Pero no es ese el contexto de /aBti'tud/, el cual es:
final de sílaba y antes de consonante. Es decir, la posición más débil de la sílaba, y antes
de la aparición de otra consonante en comienzo de sílaba. Esa posición débil hace que, al
menos en español, se relaje la articulación y se produzca un archifonema. En otras
lenguas articulatoriamente más tensas no sucede así, por ejemplo, el alemán.
Ahora bien, hay casos de archifonema discutidos en la literatura. Por ejemplo, en
ciertos contextos, las nasales son consideradas por algunos lingüistas como
constituyendo un archifonema, mientras que otros sostienen que están en distribución
defectiva. Esto último significa que en algunos contextos no aparece. Sin embargo,
teniendo en cuenta los límites de nuestros conocimientos en fonología para este curso,
podemos decir que las nasales constituyen archifonema.
Veamos ahora:

acción

1) [ak'sjon]
2) [ag'sjon]
3) [aG'sjon]
4) [a2'sjon]

Es la misma gradación que para aptitud, y encontramos que se suspende el par


mínimo que forman /k/ y /g/, visible en /ok'tub4e/ y /og'tub4e/, y aparece el archifonema
/G/. Creo que es un caso muy claro: todos los hispanohablantes, en una conversación
normal y en este contexto, no pronunciamos la variante sorda. Con respecto al par /t/ y /d/,
Martínez Celdrán da el ejemplo de /a'tleta/ y /ad'leta/, que en rioplatense no se verifica.
Gramática 2005/Teórico 5 Apuntes Sim 11

Vayamos a las nasales, con el siguiente corpus:

1) ['mina]
2) ['mima]
3) ['nina]
4) [nino]
5) [niJo]

Tenemos las nasales [m] y [n] que constituyen par mínimo al contrastar en posición
inicial o en posición intervocálica. También hay par mínimo en esos dos contextos entre [n]
y [J]. En cambio, en los contextos en que la nasal sigue a una vocal y antecede a una
consonante, adopta el punto de articulación de la consonante que le sigue. Este proceso
fonético se llama asimilación; por lo cual, además, cada una tendrá un contexto propio de
aparición, es decir, estarán el distribución complementaria. Veamos:

Consonante posterior
[eF'fe4mo] labiodental
['kampo] bilabial
['oNgo] velar

En cada caso, la nasal se vuelve respectivamente labiodental, bilabial o velar.


Ahora bien, lo importante es que se neutraliza la oposición que sí encontramos en
otros contextos entre las nasales. [m] y [n] sólo contrastan en las posiciones antedichas;
pero ante consonantes se neutraliza la oposición. Si digo ['kanpo] en lugar de ['kampo] no
se produce cambio de significado. Encontramos así, nuevamente, que queda un rasgo
común entre estas nasales: el de nasalidad, es decir, el archifonema nasal, dirán algunos,
y representarán /N/, mientras que otros dirán que se trata de un caso de distribución
defectiva. Ustedes pueden sostener que es un archifonema, dado que es un caso dudoso
y hay discusión entre los fonólogos del español.
Alumna: ¿Hay diferencia con el caso de archifonema anterior?
12 Apuntes Sim Gramática 2005/Teórico 5

Profesora: Sí. Y por eso hay discusiones al respecto. Subrayé que aquí hay
distribución complementaria. Nosotros podemos pronunciar [ak'sjon] y [ag'sjon], pero en
realidad nunca decimos ['kanpo]. Si lo hacemos, en una pronunciación un poco forzada,
no se produce cambio de significado y podemos hablar entonces de neutralización; pero,
como no pronunciamos nunca de ese modo, se habla de distribución defectiva. Se trata de
alófonos que sí tienen asignado su propio contexto, pero no hay casos en que contrasten.
El de las nasales es un sistema muy trabado en las lenguas, y en el español en particular.
El último caso, que es muy señalado por la bibliografía, es el de las vibrantes
simple y múltiple. El único contexto en que podemos encontrar un par mínimo es el
intervocálico:

/'pero/ vibrante múltiple


/'pe4o/ vibrante simple

Alumna: ¿No tendría que ir el fono [«]?


Profesora: No, porque estamos en el nivel fonológico. [«] y [e] son alófonos de un
mismo fonema, que se escribe /e/. Y, como vamos a abordar el archifonema, tenemos que
partir del nivel del fonema. Sabemos que perro y pero son dos palabras diferentes. No hay
ningún otro contexto en el que contrasten. En posición inicial, en español, aparece
siempre la vibrante múltiple, por ejemplo, [ra'ton], y en posición final de sílaba, en general,
la simple, como en ['ka4pa], al igual que en final de palabra. Esto es norma dentro del
español. Por esto es que los hablantes de otras lenguas que sí aceptan la vibrante simple
en posición inicial -como en italiano- tienen dificultades. Como no hay un contexto que
contraste, es más difícil la comprensión de la diferencia. Por esto es que también en este
caso se ha hablado de archifonema o de distribución defectiva. Resumiendo: en primer
lugar, existe un contexto en que dan par mínimo, por lo cual no podemos decir que son
alófonos de un mismo fonema; en segundo lugar, hay contextos propios de aparición: en
posición inicial, siempre la múltiple; en posición final de sílaba -o de palabra, que repite la
regla de posición final de sílaba-, casi siempre la simple, pero si apareciera la múltiple no
produciría cambio de significado. En estas posiciones podemos hablar del archifonema
Gramática 2005/Teórico 5 Apuntes Sim 13

vibrante: /R/. Escribimos entonces, por ejemplo, /'Rindo/ o /'kaRpa/. Insisto con la
suspensión de la oposición, que se nota claramente en el último caso. Si alguien
pronuncia ['karpa], con vibrante múltiple, no hay ningún cambio de significado. Pero la
norma del español hace que se pronuncie ['ka4pa]. Lo que determina la aparición del
archifonema es que desaparezca la oposición distintiva entre dos fonemas en
determinados contextos. En esos contextos, funcionan como si fueran alófonos. En el
contexto de un grupo consonántico también aparece el archifonema vibrante, por ejemplo,
en /tRen/. El único contexto en que las vibrantes se comportan como fonemas diferentes
es en posición intervocálica.
Ahora pasamos a los rasgos suprasegmentales. Se llaman así porque su ámbito de
influencia va más allá del segmento -llamamos segmento al fono o fonema-, es decir, son
rasgos prosódicos que abarcan una sílaba, una palabra, un conjunto de palabras y
pueden llegar a afectar incluso a toda la oración. Pueden o no tener valor fonológico, es
decir, distintivo. Esto significa que pueden provocar o no un cambio de significado, de
acuerdo con la lengua de la que se trate y con el rasgo suprasegmental específico.
Cuando decimos prosódico nos referimos a la línea del significante. Los rasgos
suprasegmentales que vamos a estudiar son el acento, el tono -o rasgos tonales- y la
entonación, que se relaciona con el tono. Para este tema sí tienen bibliografía: el capítulo
VIII de k de Juana Gil Fernández.
El más tradicional de los rasgos suprasegmentales es el acento. Se trata del
fenómeno articulatorio que pone de relieve una sílaba, y provoca el contraste de una
sílaba con otra u otras. Desde el punto de vista tradicional, se consideraban tres tipos de
acento: el de intensidad, el tonal o tono y el de cantidad. Hoy en día se sabe que estos
tres fenómenos acústico-articulatorios están relacionados, y no se dan en forma
independiente. En realidad, la entidad acento está constituida, desde este punto de vista
acústico-articulatorio, por una combinación de estos tres fenómenos, que se dan en forma
conjunta. Ha habido muchas discusiones entre los fonetistas en cuanto a cuál de estos
fenómenos determina a los otros, cuál es el más importante o perceptible, etc. No nos
detendremos en estas discusiones porque nos interesa el aspecto lingüístico del acento,
vale decir, si tiene valor fonológico o no, y en qué lenguas lo tiene.
14 Apuntes Sim Gramática 2005/Teórico 5

El acento de intensidad refiere a la mayor fuerza espiratoria con que una sílaba es
pronunciada respecto de otras. El aire que sale de los pulmones otorga mayor intensidad
a una sílaba determinada, lo cual, desde un punto de vista acústico, hace que se produzca
una mayor amplitud de la onda sonora. Ahora bien, hoy día se sabe que este aumento de
intensidad provoca también una variación en el tono, es decir, en el acento tonal. Dicho
ahora también en términos acústicos, el tono es la mayor o menor frecuencia de la onda
sonora (Amplitud sonora refiere al volumen, mientras que frecuencia sonora refiere a la
altura musical -agudos y graves-). Cuando acentuamos una sílaba, estamos
simultáneamente aumentando la intensidad, variando el tono y aumentando la cantidad,
es decir, la duración de la sílaba, respecto de las sílabas no acentuadas.
Alumno: ¿No hay un tono propio de cada persona?
Profesora: Sí, ese es el tono de base. Pero sobre ese tono es que se producen las
variaciones al acentuar. Dicho de otro modo, si tu voz es, por ejemplo de barítono, sobre
esa base, al hablar subís o bajás el tono. Pero lo central es que los cambios de tono están
ligados al aumento o disminución de la intensidad, y esto a su vez provoca un cambio en
la cantidad. En síntesis: a mayor intensidad, mayor duración o cantidad y más altura
musical o tono.
Ahora bien, esto sucede así, como un conjunto de fenómenos ligados, en lenguas
como la nuestra; no así en las lenguas tonales, en las cuales hay pertinencia fonológica de
la altura con que se pronuncia una sílaba, independientemente de los otros dos factores.
Lo relevante para nosotros en cuanto al valor fonológico del acento es que hay
lenguas de acento fijo y otras de acento móvil. El español es una lengua de acento móvil,
dado que puede caer en la última sílaba, en la penúltima, en la antepenúltima o en la
anteantepenúltima. Y lo más importante: el hecho de que una palabra esté acentuada o no
puede provocar cambios de significado. Por eso, tenemos palabras diferentes, como lideró
y lidero. La primera es la 3ª persona del pretérito perfecto simple de liderar, mientras que
la segunda es la 1ª persona del presente de ese verbo. Hay entonces cambio de
significado, dados sólo por la diferencia de acento en una sílaba o en otra.
Recuerden que el hecho de que las palabras en la escritura lleven tilde o no, no
tiene nada que ver con el acento como rasgo fonético-fonológico. En algunos casos, el
Gramática 2005/Teórico 5 Apuntes Sim 15

acento se trascribe ortográficamente mediante una tilde, según reglas ortográficas que
dependen de cuestiones históricas. Pero la tilde no es el acento: lidero no lleva tilde, y sí
acento.
En español entonces el acento tiene valor fonológico o, dicho de otro modo, se
comporta como si fuera un fonema. No lo es en tanto no tiene entidad autónoma por sí
mismo: el acento necesita, para expresarse, ejercer su influencia en una sílaba. Una vez
que lo hace, adquiere su valor fonológico al ser capaz de hacer contrastar esa sílaba con
las otras que constituyen la palabra.
No sucede lo mismo en todas las lenguas. El inglés o el italiano son lenguas de
acento móvil. El francés no. Sin embargo, el acento sí tiene una función en francés: todas
las palabras son agudas, por lo cual el acento indica final de palabra. De ese modo, el
acento ayuda a segmentar las palabras en la oración. Tiene una función demarcativa,
pero no fonológica porque, al no haber movilidad, no hay contraste. Otra lengua en la que
el acento tampoco tiene valor fonológico es el catalán.
Vamos a otro aspecto relevante sobre el acento en español: la gran mayoría de las
palabras son tónicas, es decir, casi todas tienen un acento. Las pocas palabras que no lo
tienen, a las que llamaremos átonas, son algunos pronombres relativos, algunas
conjunciones -y, e-, los artículos, algunos pronombres posesivos -los que funcionan como
adjetivos-, las formas monosilábicas del verbo haber. Podemos reconocer todas estas
palabras átonas porque no pueden cambiar su orden en la oración, ni en el sintagma, en
tanto se apoyan en la palabra que les sigue. El hecho de que sean átonas las vuelve
dependientes del acento de la siguiente palabra y, en algunos casos, de la que las
antecede. Es el caso del pronombre clítico se, ya sea proclítico, como en se vende, o
enclítico, como en venderse. Incluso, en el último caso, arma una unidad gráfica con el
verbo. También el posesivo mi, como en mi libro, es átono. Y asimismo la mayoría de las
preposiciones.
Incluso hay algunas palabras en español que tienen doble acentuación.
Alumna: Los adverbios en mente.
Profesora: Muy bien. Mantienen los dos acentos: el del sufijo y el del adjetivo a
partir del cual se forma el adverbio.
16 Apuntes Sim Gramática 2005/Teórico 5

Finalmente, hay que decir que también hacemos un uso enfático del acento, que si
bien se vincula con el significado, no es de carácter fonológico. Por ejemplo, al decir: "no
sos vos, el que tiene que venir sino él", acentuar enfáticamente el pronombre vos no tiene
valor fonológico en tanto no produce cambio en la significación intelectual de la palabra,
pero sí produce otro tipo de significación: estilística o contrastiva.
Ahora bien, en todas las construcciones o grupos de palabras, cada una tiene su
acento propio; pero uno de ellos va a tener más fuerza. Por ejemplo, en el sintagma el
libro más importante, el acento de la última palabra seguramente tendrá más fuerza que
el de la primera. También se trata de valores estilísticos del acento de las palabras cuando
se combinan en una construcción determinada, lo cual tampoco tiene que ver con el valor
fonológico de una lengua como el español, el inglés o el italiano.
Terminamos aquí. El lunes de la semana próxima, en el teórico-práctico, la
profesora Paula Mahler va a completar el tema de rasgos suprasegmentales, refiriéndose
al tono y a la entonación.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod. 21

Gramática
19

Fecha: 29/03/07
Teórico № 4 Prof.: Laura Ferrari

Contenido: Guía I: Saussure


Guía II: Fonética y fonología

Profesora: Buenas tardes. Hoy vamos a terminar con los temas de Saussure que
quedaron pendientes en la clase anterior, y luego a comenzar con la Guía II.
Son centrales en el pensamiento de Saussure las nociones de sincronía y
diacronía. Cuando él reflexiona acerca del vínculo entre los fenómenos lingüísticos y el
factor tiempo, señala que, en relación con el estudio del lenguaje, es preciso plantear dos
ejes: por una parte, el de las simultaneidades y, por otro, el de las sucesiones. En tanto la
perspectiva de Saussure está enmarcada en el proyecto de constituir la lingüística en una
ciencia, él va a privilegiar el estudio de las simultaneidades, que denominará sincronía. Se
trata de estudiar el sistema en un momento dado de la evolución histórica. Un estudio
sincrónico implica la realización de un corte, desde ya artificial, por el cual aislar un
momento dado dentro del devenir histórico. A partir de este corte, piensa Saussure, es
posible estudiar cómo se relacionan los elementos lingüísticos entre sí. Al suspender el
devenir histórico, se pueden estudiar los elementos en sus relaciones sistemáticas. La
perspectiva saussureana privilegia el estudio de la lengua, entendiendo la idea de lengua
en términos de sistema y, por lo tanto, un estudio que se pare desde una perspectiva
sincrónica será, desde su punto de vista el más rentable. Por ese motivo él va a centrar
allí su perspectiva lingüística.
Saussure sostiene que, por el contrario, la lingüística anterior -la del siglo XIX- ha
estudiado los elementos lingüísticos de acuerdo con el eje de las sucesiones. De hecho a
esta corriente se la denominó lingüística histórica, cuyos desarrollos consideraban el
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 4

devenir de un elemento determinado, de manera aislada, es decir, sin pensarlo en el


marco de un sistema de pertenencia. Por ejemplo, se estudiaba la evolución de una
determinada vocal del sánscrito al latín, y de allí a las lenguas romances, sin estudiar el
sistema en el que se inscribía esa vocal en cada momento.
Para aclarar su concepto de sincronía, Saussure a la metáfora de la corteza de los
árboles: si hiciéramos un corte transversal, este permitiría observar toda una serie de aros
concéntricos. Cada uno representa un estado de ese árbol, en un momento determinado.
Dicho de otro modo, la serie de los arcos concéntricos es la serie de las simultaneidades.
La misma metáfora explica qué es un estudio diacrónico: si hacemos un corte longitudinal,
lo que veremos será los vasos interiores en sucesión, en su proceso.
Otra comparación muy famosa, que apunta a aclarar la noción de sistema, es la de
la lengua con el juego de ajedrez. Saussure dice que, si bien podemos observar una
partida de ajedrez en todo su desarrollo, también observamos, un movimiento y otro, todo
un estado de la situación, en el cual se ven las distintas relaciones que se establecen
entre las piezas en ese momento de la partida. En el momento entre una y otra jugada, lo
que importa son las relaciones que en ese momento se establecen entre las distintas
piezas que están en juego. Dicha situación entre movimientos es equivalente a un corte
sincrónico. En cambio, la historia de esa partida es equivalente a la diacronía.
Ahora bien, hay una diferencia muy importante entre el sistema de la lengua y el
ajedrez: cuando el jugador realiza un movimiento, obedece a un acto voluntario e
individual, mientras que en la lengua no hay nada voluntario, en el sentido individual. Para
Saussure, la lengua es una institución social, una institución que cada individuo hereda de
la sociedad, sobre la cual no puede actuar para modificarla de manera individual.
De este planteo se derivan dos características aparentemente contradictorias: 1)
mutabilidad del signo y, a la vez, 2) su inmutabilidad. El signo es mutable sólo en la
medida en que la acción del paso del tiempo se hace manifiesta: es la comunidad, la que
va registrando los cambios que se van produciendo en la lengua. Ningún individuo
particular puede modificar la lengua por su propia voluntad.
Podemos comprobar en parte este fenómeno en el carácter artificioso de muchas
de las decisiones de las academias de lenguas. No todas las comunidades lingüísticas
Gramática 2007/Teórico 4 Apuntes Sim 3

poseen este tipo de instituciones: nosotros tenemos la Real Academia Española, pero los
ingleses no tienen una institución semejante. Y es que legislar sobre la lengua puede
volverse muy artificioso, además de que conlleva una serie de limitaciones.
Bien. Saussure explica de manera más detallada sus conceptos de diacronía y
sincronía, como verán en su lectura de la bibliografía. Ahora es preciso considerar un
concepto crucial dentro de la concepción saussureana: el concepto de valor, que está
fuertemente relacionado con el de sistema. Saussure dice que cuando se acuñan los
signos, en el momento en que se establece la relación entre significado y significante, lo
que en realidad se está poniendo en relación es la masa amorfa de los conceptos con la
masa amorfa de los sonidos. Es la lengua -precisamente en tanto se encuentra constituida
por signos lingüísticos, es decir, por la unión de significado y significante, la que ordena
esas dos masas amorfas de sonido y pensamiento. Desde esta perspectiva, resulta claro
que no puede haber ideas preexistentes a la lengua. Lo que se da en la lengua es una
acuñación entre dos aspectos psíquicos: el contenido -significado o concepto- y la
expresión -significante o imagen acústica-, que quedan interrelacionados por el signo. La
unión de significado y significante es denominada por Saussure proceso de significación.
Vale decir, entre contenido y expresión, entre significado y significante, lo que existe es
una relación de significación.
Ahora bien, Saussure el proceso de significación no es lo mismo que el valor de un
signo. Este último está determinado por la relación que ese signo establece con todos los
otros elementos del sistema. Por lo tanto, el valor es un concepto opositivo, relativo y
diferencial. Cada signo obtiene su valor en virtud de su relación con los otros elementos
del sistema. Así, en el caso de que cambie algún elemento del sistema, cambiará también
el valor de cada uno de los otros signos, es decir, se modificará todo el sistema.
Veamos mejor la diferencia entre la noción de valor y la noción de significación. La
lengua es un sistema de signos; por lo cual, cada signo tiene tanto un valor como una
significación. Ahora bien, la significación es una relación vertical, una relación positiva que
se da entre el significado y el significante. En cambio, el valor es una relación negativa,
opositiva y horizontal que se establece entre los signos.
Alumno: ¿Por qué Saussure elige la palabra valor?
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 4

Profesora: Saussure toma el concepto de valor de la economía de su época. Por


ejemplo, si algo vale 3 francos, tiene ese valor en el sistema monetario francés; pero en el
alemán, podrá valer 2 marcos, siendo de todos modos un mismo objeto. Sin embargo, en
cuanto a su valor, ese objeto es a la vez diferente en virtud de cada sistema monetario, es
decir, establece, dentro del sistema de precios de un país, relaciones específicas con lo
que cuestan los demás objetos. Sin embargo, esta noción tomada de la economía no es
absolutamente trasladable a la lingüística. Por eso, aunque la van a encontrar en el texto
de Saussure, yo prefiero no usar esta comparación y sí dar ejemplos del área del
lenguaje.
Por una parte entonces, la relación de significación entre significado y significante
es vertical. Por otra parte, la relación de valor se da entre los signos, y es de carácter
horizontal. Siguiendo a Saussure, denominaremos valor a la relación horizontal que
establecen los signos entre sí. Insisto: es una relación caracterizada por los rasgos de
oposición y negatividad, en el sentido de que el valor de un signo está determinado por el
valor de los otros signos.
El sistema de los pronombres demostrativos es un buen ejemplo para ilustrar qué
es el valor. Comparemos el del español con el del inglés, tomando -para simplificar- del
español sólo el masculino, y de ambos, sólo el singular:

Este Ese Aquel


This That

En el inglés este mismo sistema tiene dos elementos. La significación de este y de


this es la misma, pero su valor es diferente, porque en un caso tenemos un sistema de
tres elementos, y en el otro de dos. This obtiene su valor sólo por oposición a that. En el
caso de que, en el transcurso de la historia de la lengua, se produjera la desaparición de
alguno de los elementos pertenecientes al sistema de español de tres, los otros dos
elementos sobrevivientes se repartirían el valor que le correspondía al elemento
desaparecido. Por eso, cuando desaparece un elemento de un sistema, todo el sistema se
reacomoda para volver a lograr un equilibrio.
Gramática 2007/Teórico 4 Apuntes Sim 5

Ahora bien, podemos verificar esto en ambos planos del signo, es decir, también en
el nivel léxico. Volvamos a comparar las mismas dos lenguas: la palabra inglesa fish cubre
un espectro que en español tiene dos términos posibles: pez y pescado, es decir, uno
designa el animal vivo y el otro el animal muerto. Por lo tanto, la significación de fish es la
misma que la de pez/pescado pero, en cambio, el valor es distinto. Porque, dentro del
sistema del inglés fish no tiene un elemento que se le oponga, mientras que, en el sistema
del español hay dos elementos: eso hace que cada uno tenga un opuesto que determine
el valor del otro.
Justamente esta característica del léxico de las lenguas es uno de los mayores
problemas para los traductores: al tratar de traducir una palabra de un sistema a otro,
tienen que suplir las diferencias de valor con otro tipo de información contextual.
André Martinet -un lingüista francés de la escuela saussureana- da un ejemplo de
su lengua: bois. Se trata de una palabra que, entre otros significados, puede equivaler
tanto a bosque como madera. Por lo tanto, si confrontamos con el sistema del español,
observamos rápidamente que la palabra bosque no tiene el mismo valor que bois, ya que
bosque se opone a madera, mientras que bois no. Si quiero decir en francés La silla de
madera, tendré que utilizar la palabra bois, al igual que si quiero señalar un lugar como el
bosque de Bologna porque en ese sistema no se oponen. Para cada sistema el valor es
diferente.
Si bien es cierto, por otro lado, que las palabras se reparten distintas posibilidades
de utilización según los diferentes contextos, estrictamente en relación con la noción de
sistema lo determinante es que las palabras constituyen distintos sistemas léxicos.
Podemos hablar de distintos campos léxicos: cada campo se va a encontrar determinado
por los elementos que existen en ese dominio de significado, y estos campos serán
distintos de una lengua a otra.
El mismo fenómeno encontraremos respecto de los verbos. Tomemos, por caso, el
subsistema de los verbos de movimiento del español ir/venir. En italiano, el valor deíctico
no es estrictamente el mismo. En español irse es partir del lugar donde estoy y venir es
llegar a un lugar desde otro. En cambio, el italiano utiliza el verbo venir en ciertos
contextos con el primer sentido. Esto es un error muy común en los hablantes del español
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 4

que aprenden italiano, y en los hablantes de italiano que aprenden español. Al ser lenguas
tan similares, suelen cometerse errores de este tipo. En este ejemplo, las diferencias de
valor entre lenguas se dan en el campo de la direccionalidad del hablante hacia el oyente.
La noción de valor se verifica claramente también respecto de la categoría
morfológica de número. En español tenemos dos subclases: singular y plural. Ahora bien,
otras lenguas poseen sistemas diferentes. Por ejemplo, en sánscrito, el sistema de
número tiene tres posibilidades: singular, dual y plural. El dual corresponde a todos
aquellos objetos que siempre vienen de a dos, tales como ojos, manos, pies, anteojos, etc.
Para nosotros, esos objetos simplemente se dicen -aunque ya hay variación al respecto-
en plural, porque nuestro sistema sólo considera la oposición uno versus más de uno. Así,
el valor del plural en sánscrito no es el mismo valor que el del español. El plural sánscrito
opone dos elementos frente a otro en el marco de un sistema de tres: singular se opone a
dual y plural, dual se opone a singular y plural.
Alumno: Y la significación tampoco es la misma. Porque en el español el plural
comenzaría en el dos, y en el sánscrito el plural empieza a partir de tres.
Profesora: En términos saussureanos, la significación es la misma en los dos
sistemas, en tanto la idea de multiplicidad es la misma. Pero cabe recordar que
significación no es lo mismo que significado: por significado entendemos el concepto, una
de las dos partes constitutivas del signo. Ahora bien, es cierto que deslindar de manera
tajante la significación de un signo respecto de su valor es en Saussure algo muy
complicado. Si nos alejamos de los términos en los que él lo plantea sí puedo decirte que
hay un también un cambio en la significación, porque tanto el uso como el contexto
aludido varía, es diferente de una lengua a otra. Comparativamente, en términos
genéricos, ambas comparten la idea de pluralidad [+ uno] en su significación pero, si
hacemos una distinción más fina, en sánscrito la significación de pluralidad sería [+ de
dos].
Lo central entonces es que el valor siempre existe dentro de un sistema particular.
Comparamos lenguas -sistemas- para hacerlo más evidente. Pero el valor es la
característica que tienen los signos en su relación con los otros elementos al interior de un
sistema en particular. Es más, el valor es lo propio del sistema, es lo que lo caracteriza. La
Gramática 2007/Teórico 4 Apuntes Sim 7

comparación de una lengua con otra permite ver el valor; pero ese valor es propio del
sistema de cada lengua. El valor de este es tal por la existencia de ese y de aquel. El valor
de this es tal por la existencia de that. Y, por lo tanto, el valor de este es distinto del de
this.
Alejémonos de la comparación entre lenguas, para verlo mejor. Entre los verbos de
transferencia del español, el verbo alquilar puede significar tanto [dar en alquiler] como
[ser locatario]. En cambio, el verbo rentar no tiene esas dos direcciones: sólo significa [dar
en alquiler]. Por lo tanto, el valor de ambos verbos es diferente; el valor de rentar está
determinado por alquilar. Ampliemos el subsistema de los verbos de movimiento: ir, venir,
moverse. El tercero es un ítem léxico que engloba a los dos primeros. Por su parte, ir y
venir indican ambos desplazamiento del sujeto, pero lo hacen en distintas direcciones.
Justamente, el valor de ir está determinado por la presencia de venir, y viceversa. Lo
mismo sucede con traer y llevar: si no existiese llevar, la forma traer sería también la que
ocuparía el valor de llevar. Los signos van delimitando su valor unos a otros. Pensémoslo
mediante esta analogía espacial; los signos están distribuidos en el espacio de manera
análoga a como cada uno de nosotros lo está en este espacio; cada uno de nosotros va a
ir ocupando el espacio que el otro le permite tener. Si un elemento desaparece, el o los
elementos subsistentes van a ocupar el espacio del otro. De esto se trata la noción de
valor.
E insisto: el valor se determinada al interior de cada sistema; pero, como se percibe
mejor estableciendo comparaciones entre distintos sistemas, Saussure da ejemplos de
una lengua a otra. Hace lo mismo para ejemplificar la idea de la arbitrariedad del signo.
Pero la arbitrariedad, tanto como el valor, existe en la lengua en sí misma.
Otra forma de verlo con claridad es con el subsistema de los tiempos verbales. En
español tenemos una determinada cantidad de tiempos verbales: presente, imperfecto,
pretérito perfecto simple, futuro; algunos son más usados que otros. Ahora bien, los
tiempos verbales del inglés, por ejemplo, no se corresponden uno a uno con tiempos
verbales del español. Hay áreas en común pero, los sistemas son diferentes y, por lo
tanto, el valor, por ejemplo, del present perfect difiere del pretérito perfecto compuesto en
español -que, además, en nuestro dialecto tiene un uso muy restringido-. Y lo mismo
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 4

sucede con el valor del presente o del imperfecto. Difieren en virtud de que cada uno
adquiere valor dentro de su propio sistema, su lengua. La lengua categoriza el tiempo de
acuerdo con el sistema del que se trate. Incluso, en algunos casos, lo hará con categorías
gramaticales pero, en otros, podrá valerse de otro tipo de categorías. Nosotros, para el
futuro, disponemos de una forma morfológica que está cayendo bastante en desuso: iré, y
en cambio usamos con mucha más frecuencia una forma perifrástica: voy a ir. Sin
embargo, esa forma perifrástica no se utiliza de manera similar en toda Hispanoamérica;
por ejemplo, en el dialecto peninsular, se la usa mucho menos y, siendo así, su valor será
diferente. Ahora bien, el significado es el mismo: se indica una acción prospectiva. Lo que
difiere para cada sistema es el valor.
Hasta ahora vimos el valor desde el plano del contenido, vale decir, del significado.
Veamos qué pasa con el valor en el plano del significante. Voy a dar unos pocos
ejemplos, porque cuando veamos el sistema fonológico y la noción de fonema nos vamos
a reencontrar con la noción de valor. Pensemos en el dialecto bonaerense, es decir, el que
se habla en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores. Tomemos además,
comparativamente, el dialecto peninsular, aquel que se utiliza de manera extendida en la
Península Ibérica -sobre todo en Castilla y alrededores-. Si consideramos las palabras
zapato y sala, vamos a ver que, en cada sistema, la pronunciación es diferente. En
términos de escritura fonética, nosotros pronunciamos [sa'pato] y ['sala] respectivamente.
En nuestro dialecto, tenemos un único fono para representar a dos grafías, z y s y, a su
vez, el fonema también es el mismo para ambos: /s/. Por su parte, el hablante peninsular
dirá [θa'pato] y ['sala], haciendo la salvedad de que incluso no pronuncian el fono [s] de la
misma forma que nosotros.
Así, encontramos que en el sistema del dialecto del Río de la Plata, el valor del
fonema /s/ es diferente del valor del fonema /s/ en el español peninsular. Porque en este
último, dentro del sistema de las sibilantes, /s/ se opone a /θ/. Más allá de una leve
diferencia en el punto de articulación, para ambos sistemas del español los rasgos de los
fonemas son los mismos, pero las relaciones que ese fonema establece dentro del
sistema fonológico son muy diferentes en cada caso. El fonema /s/ en el español
peninsular no establece las mismas relaciones que nuestro fonema /s/.
Gramática 2007/Teórico 4 Apuntes Sim 9

Alumno: Son pronunciaciones diferentes.


Profesora: No se trata de eso: estamos en el nivel fonológico, no fonético. En el
sistema peninsular existe un fonema /θ/ que nosotros no poseemos, lo cual cambia los
valores de todo el sistema. El hecho de que ustedes cambien una pronunciación no les va
a permitir identificar un fonema. Salvo que los fonos se encuentren en variación libre, los
alófonos de un mismo fonema jamás están en un mismo contexto. Cambiar
pronunciaciones nunca es una regla para reconocer fonemas. En español peninsular la
interdental fricativa sorda /T/ es un fonema. y no una variante alofónica de /s/, dado que
puedo encontrar fácilmente un par mínimo -recuerden las reglas de Trubetzkoy-, por
ejemplo, /'sjento/ y /'Tjento/ (gráficamente, siento y ciento). En cambio, para nosotros -y
prácticamente en toda América-, no es ni siquiera una variante, dado que [T] no existe en
nuestros dialectos. Cuando ustedes hagan los ejercicios de fonología y fonética, tengan en
claro que lo que tienen que encontrar son pares distintivos o alófonos en distribución
complementaria, es decir, variantes de un fonema que se encuentren en distintos
contextos. Insisto: alterar una pronunciación no es nunca un procedimiento que les
permita reconocer un fonema.
Alumno: El hecho de que en el español bonaerense no exista el fonema interdental
provoca el cambio de valor de todos los otros fonemas que no sean /s/.
Profesora: Exactamente. En principio, cambia principalmente a los que tiene más
cerca y con los cuales establece oposiciones pero, de alguna manera, llevando el
razonamiento al extremo, las relaciones van a ser distintas con todos los demás
elementos del sistema.
Lo mismo sucede con el fonema que, en muchas zonas dialectales del español,
corresponde a la grafía ll. Este fonema no existe en el sistema fonológico bonaerense, ni
puede ser considerado tampoco alófono respecto /Z/. Para nosotros, el fonema prepalatal
fricativo tendrá dos variantes de realización: una variante sonora [Z] y una variante sorda
[S]. El fonema /L/ palatal lateral aparece en palabras como llave en algunas zonas muy
restringidas de Castilla la Vieja. En el resto del español peninsular, aparece el fonema /y/;
sobre el cual existe una larga polémica en torno a si es o no un alófono de las
semiconsonantes.
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 4

Ahora volvamos a nuestro dialecto. Nosotros tenemos el fonema correspondiente a


la prepalatal fricativa sonora /Z/. Este fonema, sí cuenta con dos alófonos: el sonoro [Z], y
el sordo [S]. Cuando decimos calle, dependiendo de ciertos parámetros etarios sobre todo,
diremos['kaZe] o ['kaSe]. Entonces, para nuestro dialecto bonaerense, sí podemos hablar
de variación libre, porque el cambio de un fono por otro, en un mismo contexto, no
produce cambio de significado. Pero, a diferencia de lo que comentaba el compañero para
el ejemplo anterior, acá no estamos torciendo una pronunciación; porque las dos variantes
[Z] y [S] son usuales dentro de nuestra lengua.
Alumno: ¿Se puede hablar de valor respecto de los fonos y por otro lado respecto
de los fonemas?
Profesora: Sí, por supuesto. Son distintos sistemas; una cosa es el sistema de los
fonemas y otra el sistema de los fonos. Todo en la lengua es sistemático. Así como existe
un sistema de fonemas, existe un sistema de fonos. En general, el sistema fonético
presenta más elementos que el sistema fonológico. El valor es diferente si los
comparamos con una lengua donde, por ejemplo, los fonos citados existen como
fonemas: es el caso del francés, donde los [Z] y [S] realizan fonemas diferentes. Por lo
tanto, el valor del fonema /Z/ en español es diferente del valor de ese fonema en francés,
idioma en el cual se opone a /S/. En español rioplatense en cambio [S] existe como
alófono, pero no como fonema.
Alumna: Yo digo [LuBja]
Profesora: de dónde sos?
Alumna: De Corrientes.
Profesora: Entonces, comparamos el subsistema del español bonaerense con el de
Corrientes, en el cual la palatal lateral es un fonema diferente. Aunque igualmente nos
entendamos, en el dialecto rioplatense [Z] y [S] son alófonos, y [L] no es un fono del
sistema del Río de la Plata. Por esto es que no son lo mismo fonética y fonología. La
fonética es una disciplina auxiliar de la fonología: su tarea es realizar una descripción de
los sonidos. La fonología en cambio ya forma parte de la lingüística, y utiliza la información
que le brinda la fonética -información sobre todos los rasgos que definen a los fonos- para
estudiar en qué oposiciones se establecen.
Gramática 2007/Teórico 4 Apuntes Sim 11

Noten que los subsistemas no se corresponden con las lenguas en sentido general;
algo como un español neutro no se habla en ningún lado. En la bibliografía referida a este
tema, ustedes tienen que leer a Martínez Celdrán, quien indica que la fonética y la
fonología son como un perro que se muerde la cola, trabajan una junto a la otra.
Alumna: Saussure explica el concepto de valor. ¿Nosotros tenemos que buscar el
valor en lo fonético, en lo fonológico, o simplemente es un concepto?
Profesora: Saussure plantea el concepto de valor en relación con el contenido y
con la expresión, es decir, el valor en el plano del significado y el valor en el plano del
significante. Dice que son opositivos y negativos, y que la única entidad positiva es el
signo. No es que vayamos a aplicar el concepto de valor de manera explícita pero, como
verán, subyace a todos los temas que veamos en cuanto a la lengua como sistema. Esto
es así porque el concepto de valor es fundamental para el de sistema, y la lengua se
encuentra articulada en relación con el concepto de sistema. A lo largo del cuatrimestre
vamos a ir viendo los distintos subsistemas: fonológico, morfológico y sintáctico. A su vez,
todos los elementos del sistema en sus distintos niveles se encuentran vinculados por dos
tipos de relaciones: las relaciones sintagmáticas y las relaciones asociativas. Estos dos
tipos de relaciones son las que permiten vincular los signos en el sistema.
Alumna: No entiendo bien los conceptos de fonema y alófono.
Profesora: El fonema es una entidad abstracta del plano de la expresión y es,
además, un esquema mental que te permite identificar distintas manifestaciones. El
contraste de este tipo de unidades abstractas permite distinguir significados. Por su parte,
los alófonos son variantes combinatorias de un mismo fonema en distintos contextos. Pero
siempre se dan dentro de un mismo sistema; no se pueden trasladar elementos de un
sistema a otro.
Alumna: No entiendo por qué el fonema se presenta como /Z/ y no como /S/.
Profesora: Es sólo una cuestión de convención, en general, se utiliza el símbolo
correspondiente al fono tiene una mayor antigüedad en la lengua y es más utilizado. Al
final del cuatrimestre vamos a ver el tema de variación; dentro de la bibliografía
correspondiente a este tema, tienen un artículo de la profesora Fontanella de Weimberg
donde ella estudia, precisamente, la evolución de estos fonos que hemos estado viendo.
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 4

El subsistema de las palatales va evolucionando a lo largo de cuatro siglos de historia y,


en este sentido, resulta muy interesante comprobar que, en el pasado, en el español
bonaerense sí existía el fono /L/, pero luego fue desplazado en virtud de la inmigración
italiana y francesa.
Ahora bien, esto sucede porque, en el español, el subsistema de las palatales es
muy débil; las relaciones entre los elementos no están bien tramadas, y eso permite que
se produzcan cambios. El descubrimiento de esta característica de los sistemas
fonológicos se debe a la Escuela Lingüística de Praga: ellos acuñaron los conceptos de
núcleo y periferia. Decían que, en todo sistema lingüístico, hay una zona central, donde
los subsistemas están muy trabados, y otras zonas más periféricas del sistema. Por
ejemplo, dentro del sistema fonológico del español, la relación entre /p/ y /b/, entre /t/ y /d/
o entre /k/ y /g/, es siempre muy trabada. En cambio, la relación entre las palatales es
mucho más inestable. Es decir, las bilabiales, las velares y las dentoalveolares conforman
el núcleo del sistema fonológico, mientras que las palatales están en la periferia.
Alumno: ¿Arriesgan una hipótesis acerca de por qué las lenguas se centran en
determinados fonemas?
Profesora: No, pero sí han podido llegar a sostener que, llevado esto a todos los
planos de la lengua, los cambios lingüísticos suelen darse justamente en las zonas
periféricas del sistema.
Pasemos ahora al último tema relacionado con el Curso de Saussure: las
relaciones sintagmáticas y asociativas. Saussure nos dice que los signos contraen entre sí
estos dos tipos de relaciones. A su vez, estas relaciones resultan correspondientes con
dos tipos de actividad mental- ya que para Saussure la lengua es de carácter psíquico.
Las relaciones asociativas fueron luego llamadas paradigmáticas, un cambio de
terminología que corresponde a la posteridad lingüística; Saussure nunca las llama de ese
modo. Lo que sí dice es que el resultado de las relaciones asociativas da lugar a
paradigmas.
Las relaciones sintagmáticas o relaciones y están vinculadas al carácter lineal del
signo. Dado que el signo es lineal, va a contraer relaciones que se desarrollan en el
tiempo y que, cuando se transcribe la oralidad a la escritura, quedan reflejadas en la
Gramática 2007/Teórico 4 Apuntes Sim 13

espacialidad -la escritura, que se desenvuelve en el espacio, para la perspectiva


saussureana es una forma subsidiaria de la oralidad-. Ahora bien, en las relaciones
sintagmáticas, el orden no resulta indistinto. Cuando contraen relaciones sintagmáticas,
los signos siguen un orden determinado, el cual está ligado a una serie de reglas
determinadas. En todos los planos de la lengua se dan relaciones sintagmáticas. A su vez,
el resultado de esas relaciones sintagmáticas es siempre un conjunto de signos con un
orden y un número determinado de elementos. Ese orden está regido por reglas.
Algunos lingüistas posteriores a Saussure han llamado a los fonemas, como ya
hemos adelantado, figuras del significante, porque son elementos que integran es plano
del signo y, por lo tanto, resultan ser unidades menores que el signo. Por ejemplo, en
español, podemos formar palabras como traer o transporte en las que se combina el
fonema /t/ con el fonema vibrante /4/. La combinación [t4-] es posible en comienzo de
palabra, pero no lo es la inversa *[4t-]. Esto nos indica que el español cuenta con
determinadas reglas fonético-fonológicas, las cuales habilitan algunas combinaciones de
fonemas e inhabilitan otras. En este punto nos encontramos con una extensión de las
relaciones sintagmáticas. Si bien no se trata de relaciones entre signos -porque los
fonemas no son signos-, el vínculo entre las partes del significante también manifiesta
relaciones sintagmáticas y asociativas.
Veamos. En primer lugar, el signo y consecuentemente aquellas partes que lo
integran puede contraer relaciones sintagmáticas porque es el significante el que le otorga
su carácter lineal al signo. Un significante nunca puede ser simultáneo con otro. En
segundo lugar, el signo puede contraer relaciones asociativas porque los componentes del
significado en cambio sí se agrupan en un haz de rasgos simultáneos. Por ejemplo, si
descompongo el contenido del signo mesa, encontraré que tiene cuatro patas, que es un
objeto del mobiliario, etc. El contenido de un signo puede desplegarse en una serie de
rasgos, que no tienen un orden determinado y, por lo tanto, el significado de los signos no
sigue las relaciones sintagmáticas. El componente que sí sigue relaciones sintagmáticas
es la figura significante, es decir, la cadena de fonemas. Así, esta característica
sintagmática pasa también al signo, se verifica luego a partir del morfema -signo mínimo-,
pasa a las palabras y llega a la sintaxis.
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 4

La linealidad del signo en el plano de la morfología también nos mostrará entonces


que hay reglas sintagmáticas. Por ejemplo, en la palabra constituciones, tenemos lo
siguiente. A partir del verbo constituir, se forma constitución, agregándole un sufijo
especializado en la formación de sustantivos a partir de verbos y, a su vez, a constitución
se le agrega el plural -es. Vemos que existe un orden determinado, que debe ser
respetado: a la raíz verbal se le adjunta un sufijo derivativo -que, en español, sólo puede
adjuntarse a bases verbales- y, por último, aparece el sufijo flexivo de número.
Inversamente, una palabra como *constituesción no es una palabra posible dentro del
sistema del español.
Ahora bien, para ir ahondando más en la morfología, podemos agregar que en
constituciones tenemos tres signos: [constitu-], [-ción] y [-es]. Una palabra no equivale
necesariamente a un signo. Tenemos palabras constituidas por un signo mínimo, y
palabras formadas por más de un signo mínimo. En constituciones tenemos tres unidades
que reúnen tanto contenido como expresión y que, por lo tanto, ya ingresan en la
definición de signo, en tanto unión de significado y significante.
Vemos que la morfología tiene reglas que permiten, tanto la formación de palabras,
como la transformación de las palabras para que puedan combinarse con otras palabras
en la oración. Por ejemplo, el plural [-es] me permite combinar y obtener un sintagma
como constituciones americanas, mientras que *constitución americanas en cambio viola
otra regla de la lengua: la concordancia.
Pasemos a la sintaxis. Si combinamos la palabra constituciones en una oración del
tipo [Se leyeron las constituciones americanas], veremos que también existen reglas en el
plano de la sintaxis. No es posible un orden del tipo *[Leyeron las constituciones
americanas se] o *[Se leyeron constituciones las americanas]. Así, el carácter sucesivo de
las relaciones sintagmáticas se verifica en todos los niveles.
Saussure denomina sintagma al resultado de los signos que contraen entre sí
relaciones sintagmáticas. Es importante que ustedes sepan qué uso le da Saussure y a
qué se refiere, pero luego, cuando veamos sintaxis, verán la diferencia que introducimos.
Para Saussure, cuando los signos contraen relaciones sintagmáticas, el resultado de esa
combinación es un sintagma. Además, considera que el sintagma por antonomasia es la
Gramática 2007/Teórico 4 Apuntes Sim 15

oración, aunque puede haber sintagmas menores. Posteriormente, nosotros vamos a


trabajar la noción de sintagma con mayor precisión, desde otra perspectiva teórica que, si
bien no es absolutamente contrapuesta a la definición saussureana, tiene sus diferencias.
Pasemos ahora a las relaciones asociativas. Son las que contraen los signos sobre
la base de algún tipo, justamente, de asociación entre ellos, pero, a diferencia de las
sintagmáticas, se dan en ausencia. En la linealidad sintagmática, las relaciones se dan en
presencia: todos los elementos se encuentran presentes, y donde aparece uno no puede
aparecer otro. En cambio, las relaciones asociativas establecen una serie mnemónica
virtual. Por virtual entendemos que hay un elemento presente y que el resto está ausente,
pero asociado. Por ejemplo, si pienso en el verbo traer, toda la conjugación completa de
ese verbo constituye el paradigma de ese verbo -recordemos: para Saussure, paradigma
es el resultado de una relación asociativa-. La suma de conjugaciones, de todos los
tiempos y modos del español, expone las relaciones asociativas que ese signo puede
contraer. En este caso, lo similar es la raíz tra-, el morfema que porta el significado léxico
básico de la palabra, a partir del cual se da cierto tipo de asociaciones. Otras, igualmente
asociativas, pueden establecerse por similitudes fonéticas o semánticas.
Alumna: En ausencia puedo asociarlos con otros verbos parecidos como llevar, etc.
Profesora: Exacto. La asociación puede darse en cualquier nivel, tanto desde el
plano del contenido como desde el plano del significante. Por eso es que Saussure señala
que las relaciones de tipo asociativo están sujetas a muchas menos reglas que las
relaciones sintagmáticas. Las posibilidades de asociación respecto de un signo
determinado son muy variadas. Es más, las relaciones asociativas pueden dar lugar a
paradigmas definidos o indefinidos. Si tomo el paradigma de las preposiciones o de los
artículos, tendré paradigmas definidos, es decir, constituidos por un grupo limitado de
elementos. En cambio, si realizo la asociación a partir de la terminación [-er] de la 2ª
conjugación, tendré un paradigma indefinido. En la medida en que encuentre una posible
analogía, tengo una posible cadena asociativa.
Ahora bien, los seguidores de Saussure consideraron que las relaciones
sintagmáticas se encuentran vinculadas a un proceso denominado metonimia. Se trata de
un proceso cognitivo que ha dado lugar a un recurso retórico, aquel por el cual se toma la
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 4

parte por el todo -velas por barcos, por ejemplo-; pero más en términos generales, la idea
de la metonimia expresa cercanía o contigüidad entre las cosas.
Además, las relaciones asociativas han sido vinculadas también al recurso de la
metáfora entendida como comparación o similitud. Así podemos establecer relaciones
asociativas de intertextualidad. Las asociaciones pueden ser múltiples y, en este sentido,
tienen resultados impredecibles. Si esa asociación se realiza sobre elementos
gramaticales, tendremos un paradigma definido y, relativamente, sujeto a reglas.
Saussure dice que en los paradigmas no hay orden pero que eso no significa que,
necesariamente, tampoco haya reglas. Cuando veamos con más detenimiento los
fonemas, veremos que constituyen paradigmas y que sí poseen reglas.
Ahora bien, si el paradigma es muy laxo, por ejemplo si se hace una asociación por
una cierta terminación, lo que vamos a formar son paradigmas poco relevantes. En el
texto de Saussure, la traducción ofrece el ejemplo de enseñanza y da muchas de sus
posibles asociaciones con la terminación [-anza]. Pero, evidentemente, entre lanza y
enseñanza hay muy poco en común.
Vamos a ver que tanto la noción de valor como estos dos tipos de relaciones, las
sintagmáticas y las asociativas, atraviesan todos los planos y niveles de la lengua. Es por
eso que hemos tenido que volver a repasar Saussure.
Pasemos ahora a la Guía II, referida a la fonética y a la fonología.
Alumno: ¿El fonema se puede escribir con cualquiera de los dos fonos que lo
realizan?
Profesora: En teoría, sí, pero en la práctica no. Consideremos el fonema /b/. Tiene
en español dos realizaciones alofónicas: una oclusiva [b], y otra fricativa [B]. Pôr
convención -ya muy establecida- la representación del fonema coincide con la oclusiva.
[b]
/b/
[β]

Hemos señalado ya que la fonología y la fonética son disciplinas diferentes que, sin
embargo, se presuponen. La fonología no puede funcionar sin la información de la
Gramática 2007/Teórico 4 Apuntes Sim 17

fonética y, por su parte, cuando la fonética segmenta los fonos está, en cierta medida,
trabajando sobre la presuposición de ciertos conocimientos fonológicos, salvo cuando se
ocupa de una lengua absolutamente desconocida. Nosotros vamos a estudiar la fonología
funcionalista, es decir, una fonología que se basa en el concepto de función, entendido del
siguiente modo: la función de la lengua es la comunicación; por lo tanto, la identificación
de los fonemas respectivos y propios de cada lengua va a realizarse de acuerdo con el
reconocimiento de que la comunicación pueda o no ser posible. Es decir: el fonema es
una entidad abstracta del plano de la expresión cuyo contraste -cambio de un fonema por
otro- permite distinguir significados. Otra forma de reconocer un fonema es que, sin él, la
palabra en cuestión desaparece como tal y se vuelve ininteligible.
Ante cualquier signo, por ejemplo, la palabra pan, podemos reconocer dos planos:
el del significado y el del significante. Ahora bien, si nos centramos en el plano del
significante, nos vamos a basar en el concepto de la doble articulación del lenguaje.
Veamos qué significa este concepto. Según la idea saussureana, el lenguaje es un
sistema de signos. Para André Martinet, este sistema de signos se distingue de otros
sistemas de signos por una característica fundamental: está doblemente articulado. La
primera articulación se refiere a la relación de los signos entre sí, a la unión un signo con
el otro. Pero, a su vez, el significante de los signos se subdivide en unidades menores,
unidades que no tienen significado pero que se combinan para constituir los significantes
de los signos. Así, con un número relativamente pequeño de unidades es posible construir
un número indefinido de signos. En eso radica la economía del lenguaje.
Existen otros sistemas sígnicos más elementales. Un caso típico es el de los
semáforos: es un sistema rudimentario, que carece de esta característica fundamental de
la lengua que, en términos de Martinet, hemos descripto como doble articulación. En los
semáforos, los significantes no pueden descomponerse en unidades menores, ni tampoco
pueden combinarse para formar nuevos signos. La característica del significante de los
signos lingüísticos es que puede ser subdividido en unidades menores y, a su vez, esas
unidades menores no dejan ningún resto. Esto último significa que al dividir el significante
de un signo, podemos hacerlo en dos o tres unidades, pero nunca en dos y media. Cada
una de estas unidades compone una unidad mínima, que es el fonema.
18 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 4

El fonema ya no puede ser dividido en más elementos que cuenten con una
existencia por sí mismos. Si bien ya sabemos que podemos subdividir al fonema /b/ en
sus rasgos pertinentes, esos rasgos no tienen entidad en sí mismos, no existen en sí
mismos, sino que se agrupan para formar un fonema determinado. Por eso decimos que
el fonema es una entidad abstracta y mínima del plano de la expresión. No es posible
pronunciar sólo el rasgo bilabialidad. En todo caso, lo que hacemos es pronunciar una
bilabial sonora. El rasgo bilabial requiere agruparse con otros rasgos para dar, como
resultado, por ejemplo, el fonema /b/.
Por esto es que el fonema es una unidad discreta. Cuando se subdivide el
significante de un signo, sólo puede dar un número entero de fonemas. Jamás podemos
dividir un signo en fonemas que nos den una fracción. No tenemos dos fonemas y un
cuarto.
Cada uno de los fonemas carece de significado; por eso no son signos, sino partes
del significante. Ahora bien, podemos sustituir un fonema por otro y, al hacerlo, se va a
producir un cambio de significado. La operación de sustitución de un fonema por otro se
denomina conmutación, y es central que recuerden que esta operación tiene lugar
siempre en contextos idénticos, y el fonema a conmutar tiene que presentar alguna
similaridad. Por ejemplo, si tengo pan y quiero conmutar /p/, tengo que poner otro fonema
de tipo consonántico, y no una vocal en ese lugar. E, insisto, siempre tengo que conmutar
elementos que ocupen el mismo lugar en la sílaba, es decir, que ocupen el mismo
contexto. Veamos:

p an
d an
s an
c an
v an

Al hacer esto, estoy estableciendo un paradigma: marco todos los fonemas que, en
ese mismo contexto silábico, pueden ocupar la posición inicial en español. A su vez, entre
Gramática 2007/Teórico 4 Apuntes Sim 19

sí, todos estos fonemas contraen relaciones asociativas. A medida que achiquemos los
contextos, veremos que existen algunas posibilidades combinatorias para las sílabas, pero
que cada vez serán menores. El contexto /_an/ es muy amplio; pero en una palabra como
transporte se reduce, y si quisiéramos reemplazar el primer fonema /4/ no encontraríamos
ninguna posibilidad. Es decir, de acuerdo con los contextos de que se trate, habrá que ver
que fonemas pueden aparecer y otros no. Por ejemplo, en español, el grupo /d4/ es
posible, por ejemplo, en dragón, pero /dl/ no lo es.
Continuamos en la próxima clase con la Guía II.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod. 21
19

Gramática

Fecha: Martes 22/03/07


Teórico № 3 Prof.: Guiomar Ciapuscio

Contenido: Guía I: Fundamentos teóricos Lingüística normativa y descriptiva.


Saussure: Lengua y habla. El signo lingüístico.

Profesora: Buenas tardes a todos. Antes de comenzar, quiero contarles que


todavía no tenemos una solución definitiva para el problema de las aulas, aunque, al
menos, ya tenemos un certeza: los días martes, los teóricos serán en esta aula (108). El
aula para los jueves es, en principio, la 324, pero es imposible dar clase dado el lugar en
que está el pizarrón en esa sala. En el Departamento de Profesores están tratando de
solucionar el problema.
La clase pasada reflexionamos sobre algunas cuestiones generales referidas a la
adquisición lingüística y sobre los modos de entender la gramática. Nos referimos,
básicamente, a dos posibilidades: por un lado, una posición normativa, que entiende la
gramática como una disciplina prescriptiva; por otro, una posición descriptiva, que busca
no sólo descripciones ajustadas sino también explicaciones sobre los fenómenos
lingüísticos. También vimos cuáles son los tipos de datos con los que trabajan los
gramáticos; y, finalmente, definimos el enfoque con el que vamos a encarar el estudio de
la gramática en este curso: nosotros aspiramos a transmitirles un modo de observación y
reflexión sobre la lengua materna. Nuestra intención es brindarles instrumentos teóricos,
analíticos y metodológicos que les permitan a ustedes encontrarse en condiciones de
poder describir la morfología y la sintaxis del español. A su vez, como fundamentamos la
vez pasada, para poder hacer esto es imprescindible tomar en consideración otros dos
niveles o interfases: por un lado, la fonética y la fonología; y, por otro, la semántica.
2 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 3

En este curso, vamos a ocuparnos de trazar una descripción sincrónica de la


gramática del español, es decir, de los aspectos sistemáticos del español. Vamos a
reflexionar, fundamentalmente, sobre las estructuras de la morfología y la sintaxis, y a
considerarlas en relación con los planos de la fonología y la semántica.
Hablamos de una visión descriptiva de la gramática, precisamente, en sentido
opuesto a prescripción. La visión prescriptiva es la que ha dominado durante la llamada
gramática tradicional. Si bien esta es una etiqueta quizá demasiado general, bajo la misma
podemos englobar la reflexión gramatical que se extiende desde el siglo V a. C. hasta bien
avanzado el siglo XIX. En su momento fundacional, con los gramáticos griegos, la
gramática se encontraba fuertemente unida a la filosofía y, en general, suele considerarse
que, recién desde mediados del siglo XIX es cuando comienza a practicarse la disciplina
que, actualmente, conocemos como lingüística moderna.
La visión prescriptiva de la gramática enfocaba su tarea en decidir acerca de los
buenos y malos usos. Además, sostenía una visión jerárquica de las lenguas: consideraba
a ciertas lenguas como ejemplares, en tanto habían alcanzado un punto de perfección, y
por eso debían ser imitadas. Esa visión prescriptiva, asociada a conceptos como purismo
o conservadurismo lingüístico, es la que caracteriza a la llamada gramática tradicional. Las
lenguas prestigiosas eran el latín y el griego; y las lenguas romances (las derivadas del
latín) debían tratar de emular a las primeras.
Por otro lado, tener determinada norma a imitar implica considerar a quienes
dominan o ejemplifican las variedades consideradas prestigiosas en la lengua; en primer
lugar, los escritores consagrados. Es decir, dentro de cada lengua en particular, la lengua
a imitar era la literaria.
Esta caracterización de la gramática denominada tradicional está hecha sobre
grandes líneas; pero podemos también hilar más fino especificando sus períodos. Por
ejemplo, el siglo XVII es muy importante para el nacimiento de la ciencia lingüística. Y, ya
en el XIX, surgen pensadores que, con sus investigaciones de comparación de lenguas y
Gramática 2007 1º C /Teórico 3 Apuntes Sim 3

de búsqueda de familias de lenguas, van a poner en cuestión, de manera explícita o


implícita, muchas de las ideas de la gramática tradicional1.
Frente a esa perspectiva normativa, nosotros vamos a adoptar un enfoque
descriptivo -enfoque que se encuentra estrechamente ligado al nacimiento de la lingüística
moderna en tanto ciencia. Desde este momento, la tarea del lingüista ha puesto el énfasis,
no en legislar acerca de los buenos y malos usos sino en el estudio acerca de cómo las
lenguas realmente son. El lingüista moderno estudia cómo son habladas y usadas las
lenguas por parte de sus hablantes. Naturalmente, esta actitud descriptiva implica no sólo
cambiar el eje de la investigación sino cuestionar muchos de los supuestos anteriores. En
primer lugar, es necesario cuestionar la idea de una jerarquía de lenguas. Frente a la
tradición prescriptiva, la lingüística moderna va a considerar que todas las lenguas son
iguales, en el sentido de que todas merecen ser objeto de estudio, todas son igualmente
importantes en tanto son habladas y usadas por distintas comunidades lingüísticas. No
importa si la comunidad lingüística que habla una lengua determinada carece de
relevancia sociopolítica, ni tampoco importa si esa lengua carece de escritura. Lo que se
sostiene es la igualdad entre las lenguas. Siendo así, a su vez, el lingüista debe estudiar y
aprender la mayor cantidad de lenguas posibles.
En segundo lugar, esta nueva posición implica cambiar el foco del campo de
observación, en el sentido de que escritura no es sino una modalidad secundaria respecto
de la oralidad. De hecho, existen muchas lenguas que no poseen escritura y no por eso
dejan de ser lenguas: tienen un léxico, una sintaxis y una combinatoria tal en los distintos
niveles lingüísticos, todo lo cual revela que son un instrumento de comunicación para sus
hablantes. Para la lingüística moderna, la oralidad es lo primario; luego está la escritura.
En tercer lugar, tenemos la cuestión de la norma. La lingüística moderna también
va a poner en tela de juicio el aspecto normativo. Como ya hemos adelantado, la norma
siempre requiere una referencia. Algo será más o menos aceptable, siempre en relación
con un conjunto de parámetros. Ahora bien, los parámetros normativos van a estar
vinculados, no sólo con los grupos sociales de prestigio, sino también con normas

1
Para este tema referido a la distinción entre gramática tradicional y lingüística moderna, la referencia
bibliográfica es el texto de Lyons de la Guía I.
4 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 3

regionales, o con situaciones comunicativas particulares. Por ejemplo, una expresión


puede ser más o menos adecuada de acuerdo con el tipo de situación en que se la utiliza.
Una expresión informal puede no ser adecuada en una situación de examen universitario,
pero sí puede serlo en otro tipo de situación típicamente caracterizada por la informalidad
como lo son, por ejemplo, las charlas entre amigos en un bar. En síntesis, el concepto de
norma siempre debe ser referido a factores que son, a la vez, determinados y diversos;
factores que, además, son de naturaleza gradual o flexible.
Hemos contrastado los principales rasgos constitutivos de ambos enfoques. Nos
falta considerar el aspecto relacionado con el eje del tiempo. Si, para la gramática
tradicional, existían lenguas más prestigiosas que otras, lenguas que habían llegado a su
apogeo y que, en consecuencia, debían ser tomadas como modelo a imitar,
necesariamente en esta gramática tradicional lo que predominaba era una visión
diacrónica. Si las variedades lingüísticas más respetadas eran las usadas por los
escritores consagrados, es evidente que, en muchos análisis -especialmente en el siglo
XIX- tenía que predominar una visión diacrónica. Pero además, la gramática tradicional en
su última etapa estaba fuertemente interesada en la historia de las lenguas, desde una
visión evolutiva. Una tarea fundamental para la lingüística de la primera mitad del siglo XIX
fue la búsqueda de la lengua madre, la lengua de origen de todas las otras lenguas. La
mirada estaba puesta en el cambio y en la evolución lingüística.
En cambio la lingüística moderna, al pasar de prescriptiva a descriptiva, también
modifica su perspectiva en cuanto al eje del tiempo. El ángulo de observación de las
lenguas ya no será historicista –diacrónico, en sentido saussureano- sino que, al poner el
énfasis de la descripción de las lenguas en un estado determinado implica la realización,
respecto de la línea del tiempo, de un corte temporal: sincronía. Por ejemplo, si tomamos
la variedad argentina actual, hacemos un corte sincrónico y estudiamos un determinado
estado de lengua. Es igualmente sincrónico estudiar del español en la década del ‘20. En
lugar de ocuparnos de la evolución de un aspecto determinado a lo largo del tiempo,
estudiamos un estado de situación de un momento, en un período concreto. La visión
Gramática 2007 1º C /Teórico 3 Apuntes Sim 5

descriptiva de la lingüística resulta en un cambio de perspectiva, que centrará sus


esfuerzos en la realización de estudios sincrónicos de las lenguas.

Normativa Descriptiva
- lenguas de prestigio (griego, latín) - igualdad de lenguas
- escritura - oralidad
- una norma - variedad, gradualidad
- diacronía - sincronía

Estos cambios globales en el modo de entender lo que es el estudio de la lengua,


cambios que distinguen la gramática moderna respecto de la tradicional, son los que
marcan el nacimiento de la lingüística como disciplina y se deben a Ferdinand de
Saussure. Las características que enumeré son las principales ideas-fuerza, aunque no
todas, que, en términos de nacimiento de la disciplina, implican cambios que convierten a
Saussure en el llamado padre de la lingüística moderna. Naturalmente, hay antecesores
de Saussure, y existen influencias y trabajos de fines del siglo XIX que explican muchas
de sus ideas. Pero fue, sin duda, en sus tres cursos de Lingüística General, dictados en la
Universidad de Ginebra, donde estas ideas aparecieron de manera más nítida e
influyente.
Ahora bien, Saussure no produjo ninguna obra escrita donde podamos buscar su
pensamiento directo. Básicamente, lo que tenemos para trabajar es el Curso de lingüística
general, texto editado por dos de sus discípulos a partir de los apuntes que habían tomado
de esos tres cursos. El dato de que el texto se elaboró sobre la base de apuntes es
importante para poder explicar ciertos rasgos del libro: muchas veces encontramos
incongruencias entre los distintos capítulos, o fragmentos que son de oralidad pura. El
hecho de que el Curso no sea un libro de autor sino de discípulos, y de que esté
construido a partir de fragmentos, puede explicar también cierta distorsión que podemos
detectar en algunas de las ideas que se presentan en el texto. En la actualidad, y tomando
como base los manuscritos recientemente encontrados en su casona de Ginebra y
publicados en 2004 por Gedisa bajo el título de Escritos de lingüística general, podemos
6 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 3

ver esas incongruencias desde otra perspectiva. Lo que esos manuscritos muestran es
que, en realidad, muchas de las famosas dicotomías saussureanas, dicotomías que en el
Curso se encuentran planteadas de un modo irreductible -como la esencial entre lengua y
habla-, no se corresponden con el pensamiento de Saussure. En realidad, su pensamiento
era muy complejo, como vemos en estos manuscritos: él mismo se cuestionaba
permanentemente sus propias dicotomías.
Posiblemente, parte de esto se deba a que la fuente del Curso es un discurso
didáctico, y esto haya arrastrado el libro a simplificaciones propias de sus necesidades
didácticas. Podríamos sospechar que el mismo Saussure trataba de presentar sus ideas
de la manera más diáfana posible a sus alumnos; pero también que, a su vez, la
mediación de sus propios discípulos simplificó las ideas y tendió a presentarlas como
dicotomías estrictas. Sin embargo, estas ideas son las que, a partir del Curso, han
trascendido y han influido a la lingüística hasta el día de hoy.
Por ese motivo, por muchas de las ideas que acabo de mencionar y, sobre todo,
por la idea central de la estructura, es que Saussure resulta fundamental. De manera
nítida y cristalina, Saussure nos transmitió dicha noción, que implica lo siguiente: las
lenguas son sistemas. Las lenguas se encuentran conformadas por conjuntos de
unidades entre las cuales se establecen relaciones recíprocas y en tanto conjuntos de
elementos interrelacionados entre sí, las lenguas forman un todo; ese todo es lo que
denominamos sistema. Al mismo tiempo, el sistema es lo que le da su sentido a cada una
de las unidades o elementos. Cada elemento, independientemente del nivel específico en
el que se encuentre, debe ser explicado en términos del todo, es decir, en términos del
sistema al que pertenece. Ningún elemento tiene un valor aislado: para las unidades, no
hay valor por fuera del sistema.
En este sentido, podemos considerar que la lengua es un sistema de subsistemas.
El sistema de una lengua determinada se encuentra constituido por un conjunto de
subsistemas interrelacionados entre sí, y sus elementos, ya sean sonidos, palabras o
sintagmas, no tienen ningún tipo de validez por fuera de las relaciones de equivalencia y
Gramática 2007 1º C /Teórico 3 Apuntes Sim 7

contraste que existen entre ellos. Estos dos tipos de relaciones: de equivalencia y de
contraste, son los que ligan a los elementos integrantes del sistema en cada uno de sus
subsistemas. Me estoy refiriendo con otras palabras a los dos tipos de relaciones que
mencionamos en la clase anterior: las del tipo y o sintagmáticas y las relaciones del tipo o,
o paradigmáticas. Estos dos tipos de relaciones vinculan los elementos de los distintos
subsistemas, y los subsistemas con el sistema en su totalidad.
Así, la idea madre para explicar el funcionamiento de los distintos sistemas
lingüísticos -sea la lengua que sea- es la noción de estructura o sistema y,
concomitantemente, la de subsistemas, de unidades propias de cada subsistema, y la
existencia de una combinatoria de relaciones propias de cada subsistema. Es más, esta
idea persiste en los distintos modelos gramaticales actuales, ya sean funcionalistas o
formales. Nadie discute hoy que la parte nuclear de las lenguas, el corazón de la lengua
que explica su funcionamiento de base, debe entenderse en términos de estructura.
Actualmente se considera que esa parte nuclear de las lenguas naturales es una
organización que debe comprenderse en términos de distintos niveles que se relacionan
entre sí a partir de una combinatoria específica de las unidades del subsistema. A partir de
Saussure, las lenguas van a ser consideradas desde la perspectiva de la noción de
sistema, y, específicamente, como un conjunto de elementos interrelacionados de manera
sintagmática y paradigmática.
Por este motivo es que, dentro de este curso de gramática, volvemos a estudiar a
Saussure. Sus ideas-fuerza nos sirven para explicar el funcionamiento de la gramática
nuclear del español. En este curso de gramática vamos a tratar de ofrecerles una visión
coherente y ordenada del sistema lingüístico del español actual y, más particularmente,
vamos a focalizarnos en la morfología y la sintaxis. A pesar de ello, y como ustedes
habrán podido comprobar en el teórico-práctico de ayer, el primer escalón para ingresar a
ese núcleo morfosintáctico es el de la fonética y la fonología. Esto es así porque, en última
instancia, lo que intenta hacer la gramática es dar una explicación a la crucial relación que
existe entre significados y sonidos. Los estudios gramaticales se preguntan cómo resulta
posible transmitir significados a través de elementos fónicos, a través de elementos que,
una vez combinados de acuerdo con las reglas particulares de cada lengua, son capaces
8 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 3

de producir formantes de palabras con sentido, combinarse para construir palabras –


morfología-, combinar palabras para formar sintagmas –sintaxis- y, finalmente, que todos
nosotros, en tanto hablantes nativos de alguna lengua, estemos en condiciones de
producir e interpretar un infinito número de oraciones con sentido. Por eso es que, entre
hoy y el jueves, vamos a repasar las ideas saussureanas más relevantes, aquellas que
son de capital importancia para realizar el estudio gramatical de cualquier lengua.
En primer lugar, consideremos la dicotomía entre lengua y habla. Esta dicotomía
representa el enorme esfuerzo por delimitar un objeto posible de estudio. De manual en
manual se repite la famosa formulación acerca de la naturaleza del lenguaje, en la que
Saussure señala que el lenguaje es multiforme y heteróclito, a caballo de distintos
dominios. El lenguaje es algo físico, ya que es sonido, y además es fisiológico. Los
procesos de producción y audición de sonidos son, efectivamente, procesos que
comprometen nuestro aparato fisiológico. El lenguaje no es sólo una capacidad individual,
también es social, y es una precondición para el establecimiento de relaciones sociales.
Alumna: Saussure dice que el habla es una manifestación individual, secundaria
respecto a la lengua. Pero usted dijo que la oralidad está en primer plano.
Profesora: En Saussure el concepto de habla no es necesariamente idéntico al de
oralidad. Lo que dice Saussure respecto del par oralidad/escritura es que la oralidad es
primaria y la escritura es secundaria. Esto puede decirlo cualquiera, porque todos
aprendemos a hablar, pero no todos aprenden a escribir. Lo que él dice en su primer
capítulo es que un lingüista debe estudiar todas las manifestaciones de la lengua. Y esto
implica que, a diferencia de lo que se venía haciendo durante siglos, no se restringiera el
estudio solamente a la escritura.
En Saussure el de habla es un término. La pregunta viene bien para aclarar la
siguiente distinción que se hace en lingüística y de manera estricta entre las palabras y los
términos. Muchas de las palabras que yo uso aquí tienen un uso general; la virtud de las
palabras de uso general es que su significado no está circunscripto; esto las vuelve
proclives a la sinonimia y a la paráfrasis. Las palabras entonces son unidades léxicas de
Gramática 2007 1º C /Teórico 3 Apuntes Sim 9

significado general, se presentan con límites poco precisos, y se las usa para una
comunicación, justamente, general o amplia. En cambio, los términos se definen como
unidades léxicas que se utilizan con un sentido preciso y definido en distintas disciplinas.
Cada disciplina cuenta con su terminología, con su vocabulario especial. Los términos son
palabras que se encuentran acotadas en su significado, tanto por parte de los
especialistas como por parte de quienes son aprendices de una disciplina determinada.
Las palabras de uso general lengua y habla son, dentro de la teoría de Saussure,
términos, es decir: cuentan con un significado preciso y delimitado. En tanto lingüista,
Saussure le otorga a esas palabras un significado especializado, distinto del que esas
palabras tienen en el uso general. Veamos cómo define cada término.
En sus Escritos, Saussure llega a decir que el lenguaje es inabarcable, en tanto
implica una multiplicidad de puntos de vista. Todo estudio que se plantee al lenguaje como
su objeto será, por definición, incompleto. En el Curso también se hace mención a una
idea importante: la de la facultad del lenguaje. Tal como les comenté el último jueves,
Saussure ya postulaba la idea de que los individuos poseen una capacidad innata para
adquirir lenguas. Lo que Saussure llama facultad, luego fue denominado como un cierto
tipo de módulo en la mente, o como un tipo de instinto según comentamos. Esta facultad
de la que habla Saussure consiste en una potencialidad que los humanos tenemos para
adquirir lenguas.
Ahora bien, lo primero que debemos tener en claro es qué es lo que Saussure
quiere hacer: su objetivo principal es constituir a la lingüística en una disciplina de carácter
científico. Sausurre estaba imbuido en las ideas positivistas contemporáneas a él respecto
de aquello que debía considerarse ciencia y aquello que no. Naturalmente, Saussure toma
el ejemplo de las ciencias naturales y experimentales. Su propia familia provenía de las
ciencias duras, y él buscaba convertir a la lingüística en una ciencia, en el sentido en que
ya lo eran la biología o la psicología. Ahora bien, para hacer de la lingüística una ciencia,
Saussure necesita encontrar un objeto de estudio delimitado. El lenguaje no le sirve como
objeto, ya que, por su propia naturaleza, resulta inabarcable. El lenguaje conjuga lo social
y lo individual, lo físico y lo psíquico. Por lo tanto, Saussure necesitará realizar un recorte.
De frente al lenguaje, Saussure toma una decisión metodológica: recortar, delimitar en
10 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 3

medio del inmenso campo del lenguaje algo que sea susceptible de ser estudiado con un
método riguroso. Por eso postula la dicotomía lengua/habla, y luego delimita, más
específicamente, la lengua.
Pero antes de eso, Saussure pasa revista a todos los posibles puntos de vista de
los que podría ser objeto el lenguaje. Saussure se mueve en el nivel del léxico y, en este
sentido, suele ilustrar sus ejemplos con unidades de ese tipo, es decir, palabras.
Precisamente, toma como ejemplo la palabra lengua y examina todos los puntos de vista
desde los cuales sería posible estudiarla. Por un lado, podríamos preguntarnos de dónde
viene o deriva esa palabra, es decir, preguntarnos por su etimología. Esto nos llevaría a
hacer el recorrido desde la forma latina lingua hasta la forma española actual. Otro punto
de vista podría ser el de su sonido: hacer una descripción fonética de cómo suena esa
palabra. Sin embargo, no es la descripción fonética lo que le otorga relieve a una palabra:
si no reunimos a ese sonido con su significado, sólo tendríamos una suma de fonos
organizados en dos sílabas. Sin la idea que conlleva, la palabra lengua no sería,
esencialmente, una palabra.
Por lo tanto, una vez que ha comprobado que los puntos de vista a partir de los
cuales puede observarse una entidad léxica individual son enormes, Saussure toma otra
decisión metodológica: centrarse en la situación mínima, básica y elemental de la
comunicación. Esa situación, a la que podríamos calificar de minimalista, es, básicamente,
la de un diálogo: implica el encuentro de dos personas y la comunicación entre ellas.
Tenemos un hablante que le transmite algo a su interlocutor -hoy en lingüística se habla
de interlocutor, ya que el término oyente evoca una actitud muy pasiva frente a la
comunicación-. En esta situación elemental, Saussure va a ubicar con precisión el lugar
que, en el marco de los llamados hechos del lenguaje, le va a corresponder a la lengua.
Así construye su conocido esquema:
Gramática 2007 1º C /Teórico 3 Apuntes Sim 11

Audición Fonación

H O
C. Concepto C.
Imagen acústica
I.A. I.A.

Fonación consecuencia física Audición

Saussure dice que, en una situación mínima de diálogo, el hablante (H) quiere
expresar algo, que él denomina un hecho de conciencia. Estos hechos -que también
podríamos considerar como ideas o conceptos- quieren ser transmitidos por el hablante a
su oyente (O). Entonces, esas ideas desencadenan una determinada imagen acústica en
el cerebro de ese hablante. Notemos que la evocación del concepto viene ya unida a una
imagen acústica. La imagen es concebida como una huella psíquica de los sonidos. Este
hecho, que en un primer momento es psíquico, desemboca a continuación en un proceso
de tipo fisiológico: la orden del cerebro que hace intervenir al aparato fonador para que
produzca una determinada cadena de sonidos. Hasta aquí tenemos un aspecto psíquico y
otro fisiológico; ahora bien, el proceso fisiológico de la fonación implica producción de
sonidos y, a su vez, esta tiene como resultado una instancia a la que podemos denominar
física: la propagación de sonidos.
Por otra parte, este fenómeno físico de propagación desencadena en el oyente el
proceso fisiológico de la audición; este proceso es el que hace posible que el otro oiga, y
luego pueda llegar a comprender lo que el hablante le está diciendo. Nuevamente, en este
nivel de los hechos del lenguaje, vamos a encontrarnos con un proceso de tipo psíquico:
la imagen acústica -la cual permite que se produzca la audición- se reúne con un concepto
y así, finalmente, el oyente comprende. Naturalmente, el esquema implica una inversión:
el oyente, al responder, dispara todos los procesos enumerados, en la dirección inversa.
12 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 3

Este circuito mínimo de la comunicación intenta capturar los aspectos esenciales


de los hechos lingüísticos. Tomando como modelo esta situación, podemos verificar que
el lenguaje involucra: aspectos psíquicos, fisiológicos, físicos –tanto en la emisión oral
como en la manifestación espacial de la escritura- y, nuevamente -del lado del oyente-
procesos fisiológicos y físicos.
Ahora bien, podríamos también diferenciar lo que ocurre en la parte interna del
individuo respecto de la parte externa o expresiva, o distinguir una parte psíquica de otra
parte no psíquica. Pero lo esencial, lo común y compartido, es el momento psíquico: es en
ese momento que se unen el concepto y la imagen acústica. Este será el lugar de la
lengua, para Saussure. Pero además, en la zona de lo psíquico se encuentra lo social.
Dentro de los hechos del lenguaje, lo común en el sentido de social es lo que él
denominará e identificará como la lengua.
La lengua es ya un objeto definido y homogéneo. Lo común a todos los individuos –
social y compartido- que hablan una lengua es este momento psíquico, ese momento en
el que se unen conceptos con imágenes acústicas, eso lo que nos reúne a todos nosotros
como hablantes de una comunidad lingüística. Todos compartimos ese capital, depósito o
tesoro. Todos compartimos este conocimiento de conceptos -que luego serán llamados
por Saussure significados- y de imágenes acústicas –luego, significantes-.
Dentro de los hechos del lenguaje, la lengua es susceptible de ser estudiada a
través de un método riguroso y descriptivo. Todo el resto de los fenómenos -la fonación y
la audición, los aspectos físicos del lenguaje- resultan ser casuísticos y variables, están
sometidos a diversas contingencias, es decir, no son sistemáticos y, por lo tanto, su
estudio es mucho más dificultoso. Sin embargo, todos estos aspectos serán considerados
por Saussure como una tarea a estudiar, por lo que él llama una lingüística del habla. Si
existe la lengua frente al habla, si existen estos dos campos de objetos diferenciados,
deben existir, de manera análoga, dos disciplinas. Por una parte, una lingüística de la
langue -que él ubica dentro de la psicología social- y, por otra, una lingüística de la parole,
aunque el desarrollo de esta segunda disciplina se plantee para un momento futuro. Me
Gramática 2007 1º C /Teórico 3 Apuntes Sim 13

interesa señalar estos dos aspectos porque en la vulgata de Saussure se ha


malinterpretado su pensamiento. Según los testimonios que tenemos, jamás Saussure
dice que el único objeto de la lingüística sea la lengua. Lo que él dice es que en este
momento –es decir, como primer paso- la lingüística debe ocuparse de la lengua. Pero, en
un momento posterior, deberá ocuparse de los aspectos ligados con el habla y la
ejecución individual.
Alumna: ¿Hay una parte que se puede estudiar y otra que no?
Profesora: No hay una parte que no pueda ser estudiada. Lo que Saussure señala
es que el habla se encuentra sujeta a contingencias y que, por lo tanto, resulta mucho más
difícil de estudiar. Es muy probable que esa parte no pueda ser sometida a un método
riguroso. El habla puede ser sometida a predicciones, o a ciertas regularidades, pero no
puede ser sometida a reglas. Son distintas nociones metodológicas, y lo que busca
Saussure es estudiar la lengua con un método muy formal y estricto, a semejanza de las
disciplinas duras.
Veamos ahora más de cerca el concepto de lengua. Dice Saussure que, dentro del
conjunto heteróclito de los hechos del lenguaje, la lengua es un objeto bien definido.
Sabemos ya que ese objeto se ubica en la zona donde se unen concepto e imagen
acústica, es decir, en el cerebro del hablante. Ahora bien, a pesar de esa ubicación
interna, psíquica, la lengua se caracteriza también por ser la parte social del lenguaje, y
esto implica, desde la perspectiva de Saussure, considerarla como exterior al individuo. En
tanto la lengua se ubica en la cabeza de los hablantes, podemos decir que es interna,
pero es externa en el sentido de que ningún individuo puede modificarla ni ir en su contra.
Hay una obligación o sometimiento por parte de los individuos hablantes respecto de su
lengua.
Esta idea de la obligación va a quedar cristalizada en la metáfora saussureana de
la lengua como contrato. Para Saussure la lengua es semejante a un contrato social, un
convenio: nosotros adquirimos la lengua como una carta forzada, y, por lo tanto, no somos
libres de cambiar un signo porque se nos antoje. Por ejemplo: yo no puedo decir porque
sea de mi antojo que, a partir de este instante, el objeto que conocemos bajo la
denominación botella va a pasar a llamarse silla. O en todo caso, sí puedo decirlo, pero mi
14 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 3

decisión individual no va a tener el más mínimo efecto sobre el sistema de la lengua


española. En este sentido, los hablantes están sometidos al contrato de su lengua: no
tienen libertad para modificarla individualmente. La lengua es un hecho social y, frente a
esto, los individuos carecen del poder de cambiarla a su antojo. La lengua se encuentra en
el cerebro, tanto del hablante como del oyente, por eso es lo socialmente compartido.
Alumno: ¿Pero Saussure no dice que la posibilidad de modificar la lengua depende
de un abordaje sincrónico o diacrónico?
Profesora: Lo que estoy diciendo es que los individuos no pueden cambiar la
lengua a su antojo. Por supuesto, esto no quiere decir que no haya creaciones lingüísticas
que puedan prosperar. Pienso, sobre todo, en quienes son los individuos más creativos
con la lengua: los escritores. Piensen en Borges, que acuñaba un neologismo tras otro.
Las lenguas son fenómenos dinámicos y, en ciertas ocasiones, algunos de sus cambios sí
obedecen a una creación individual. Pero son casos bastante excepcionales.
Volviendo a nuestra caracterización de la lengua, naturalmente, los conceptos de
lengua y habla están fuertemente interrelacionados. Saussure indica que la lengua puede
ser estudiada separadamente, en tanto es homogénea. Ahora bien, dice también que la
lengua es un tesoro depositado por la práctica del habla; por lo tanto, la lengua requiere
de un aprendizaje. Saussure considera que los seres humanos, por una parte, contamos
con una facultad lingüística que nos predispone de manera innata a aprender lenguas.
Pero, por otra, el habla es el estímulo que todos los niños reciben para adquirir su lengua.
A partir de los productos del habla que recibe de sus mayores, el niño adquiere el sistema,
es decir, la lengua. La lengua es un tesoro depositado por la práctica del habla en todos
los sujetos que pertenecen a una misma comunidad lingüística.
La lengua es un sistema gramatical virtualmente existente en cada individuo, en
cada cerebro. Para decirlo de manera más exacta, siguiendo las palabras de Saussure, la
lengua existe en los cerebros de un conjunto de individuos, esto es, la lengua no está
completa en ningún cerebro individual; no existe perfectamente más que en la masa
parlante. Es decir: Saussure destaca el ángulo social, la lengua está en la comunidad. El
Gramática 2007 1º C /Teórico 3 Apuntes Sim 15

hecho social es definitorio para la lengua. Frente a esto, el habla es considerada como
acto de ejecución individual, en el sentido de que es un acto de voluntad e inteligencia
realizado por el individuo.
Es importante destacar esta relación de interdependencia entre lengua y habla. Por
una parte, el habla es producto de la lengua, que es el sistema. Estamos capacitados
para la producción de enunciados o emisiones porque poseemos el sistema gramatical
que nos posibilita hacerlo. En tanto poseemos la lengua, estamos capacitados para
hablar. Pero, al mismo tiempo, la lengua se adquiere a través del habla. Para Saussure, el
habla resulta accesoria respecto de la lengua. Por eso se pueden estudiar lenguas
muertas, lenguas que carecen de hablantes pero que, a partir de una buena gramática,
nos permiten reconstruir su sistema lingüístico. El habla es la puesta en uso de la lengua
y, además, esa puesta en uso no tiene por qué ser solamente oral. Por ejemplo, todo lo
que escribo en el pizarrón son productos de la ejecución y, por lo tanto, son habla aunque
sean escritos. La lengua está en el cerebro; es el sistema virtual que nos capacita para el
habla. Y, a su vez, el habla es la ejecución, el producto concreto realizado a partir de
nuestro sistema lingüístico. En toda producción o expresión lingüística yo siempre tengo al
sistema detrás.
La lengua es la condición de posibilidad del habla. Sin la lengua, los productos
verbales serían un sinsentido. Ahora bien, simultáneamente, la lengua se adquiere a
través del habla. El eje que nos permite entender con precisión esta dicotomía se
encuentra en el aspecto virtual. La lengua es un objeto virtual; yo tengo, como capacidad,
el sistema virtual en mi cabeza. En cambio, el habla es el producto -oral o escrito-del
sistema puesto en uso, del sistema ejecutado.
Alumno: Pero la idea de que la lengua se adquiere a través del habla, ¿no vuelve
imposible la invención de la lengua? Si toda lengua es adquirida a partir del habla, resulta
imposible que haya sido inventada alguna vez. ¿Cómo se puede formular una lengua
artificial como el esperanto?
Profesora: En primer lugar, Saussure se ocupa sólo de lenguas naturales. Las
lenguas artificiales -también conocidas como metalenguajes- no se encuentran dentro de
su campo de observación. Porque, para él, las lenguas son, justamente, hechos sociales.
16 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 3

La parte social es la que define la razón de ser de las lenguas, su finalidad y su evolución.
Las lenguas artificiales no están comprendidas en la búsqueda saussureana de encontrar
la esencia de las lenguas naturales. Tu inquietud es lícita: te estás preguntando cómo se
puede explicar el origen del lenguaje; si las lenguas siempre son adquiridas, no podríamos
explicar la creación de una lengua nueva; caeríamos en una incoherencia lógica. En
realidad, carecemos de evidencia sobre una primera lengua. Todo lo que conocemos son
procesos de derivación de lenguas. En el siglo XIX se trabajó mucho en la reconstrucción
de lenguas a partir de otras y se postularon estado de lengua previos.
Pero todo investigador recorta un objeto de estudio. Saussure no se ocupó en
absoluto del origen del lenguaje. Él piensa a partir del hecho de que existen diversas
lenguas y comunidades diversas que las hablan. Lo que él está tratando de hacer es
sentar los fundamentos para una nueva disciplina referida a las lenguas naturales. Su
énfasis es en las lenguas existentes en la contemporaneidad, recortar la lengua respecto
del lenguaje.
Alumna: Eso es bien estructuralista: hacer un recorte, plantear la lengua como
sistema y ya no preguntarse por lo demás.
Profesora: Sí, pertenece a un modo de pensar el objeto en términos sistemáticos.
Para entender el corazón sistemático hay que reducir el espectro de objetos.
Necesariamente, esto implica deja de lado otros aspectos, como los ligados al habla, a los
contextos sociales y a la cultura. Pero es una elección de puntos de vista porque, como ya
dijo Saussure, es el punto de vista el que va a crear el objeto de estudio. Cada elección de
método implica un costo, pero tenemos que tener en claro que no puede criticarse a una
teoría por aquello que decidió no estudiar. Lo que hay que juzgar, y exigir, es la real
consistencia entre lo que se quiere explicar -el objeto del que se quiere dar cuenta- y la
explicación que se da. Tanto a Saussure en particular como al estructuralismo en general
hay que entenderlos en esos términos, es decir, según su recorte del objeto. A su vez, la
dicotomía entre lengua y habla también debe ser considerada en el marco de la necesidad
Gramática 2007 1º C /Teórico 3 Apuntes Sim 17

metodológica que Saussure se plantea: recortar el objeto de estudio. Hay que trabajar
centrándose en el estudio del sistema.
Pasemos a considerar el signo lingüístico y sus características. El signo lingüístico
es la unidad fundamental del sistema lingüístico. Se desarrolla a partir de la dicotomía
entre concepto e imagen acústica, ambos, elementos de carácter psíquico. Recuerden
siempre que la imagen acústica también es psíquica: es la huella psicológica del sonido en
el cerebro. Piensen que esta huella es la que explica que podamos pensar sin emitir
palabras.
Por definición, el signo es una entidad biplánica. Detrás de la idea de signo aparece
la compleja relación entre significado y forma. Al respecto, lo primero que Saussure va a
aclarar es que la lengua -en tanto sistema de signos relacionados- no es una
nomenclatura. La lengua no ofrece etiquetas, no es un repertorio de nombres para
ponerles a las cosas. En verdad, semejante postura contiene dos errores de base. En
primer lugar, considerar a las lenguas como nomenclaturas implica una idea subyacente:
suponer que hay ideas preexistentes al lenguaje. Pero Saussure considera que el
lenguaje no puede tener un rol secundario o subsidiario en el pensamiento. En segundo
lugar, semejante postura supondría también que el vínculo entre lenguaje y pensamiento
es algo muy simple y sencillo. Lo que sí es cierto es que, por detrás de la lengua,
encontramos este doble plano de conceptos e imágenes acústicas, plano que, a
continuación, Saussure rebautizará con los términos correspondientes de significado y
significante. Saussure acuña una nueva teoría y, al mismo tiempo, define sus términos. De
hecho, precisar y definir conceptos es, a la vez, construir la teoría que cuenta con esos
conceptos.
El carácter biplánico del signo implica dos caras, es decir, la propiedad de reunir
siempre un aspecto del significado con un aspecto de la forma, o significante. Los dos
planos de la entidad sígnica se encuentra en una relación de interdependencia indisoluble.
Cada plano no puede existir sin su contra partida: no hay significado sin significante; no
hay significante sin significado. El signo es, entonces, una entidad de dos planos
solidarios, de dos planos en recíproca interdependencia.
18 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 3

Pensemos, en este punto, que las denominaciones elegidas por Saussure


comparten una misma raíz: signo, significado, significante. Este vínculo indica,
precisamente, lo estrecho de la relación. La elección del vocabulario es absolutamente
deliberada, porque intenta verbalizar el vínculo indisoluble entre las dos caras constitutivas
del signo.
Dicha indisolubilidad del vínculo se expresa en su primera característica esencial: la
arbitrariedad. Lo arbitrario es el tipo de relación que se establece entre el significado y el
significante que le corresponde, o sea, el signo es arbitrario en cuanto a la relación entre
sus dos planos y, por lo tanto, la característica de la arbitrariedad define al signo en su
totalidad. La arbitrariedad del signo lingüístico significa que la relación entre el significado
y el significante, la relación entre los conceptos y su vehículo de expresión, es una relación
inmotivada, carece de motivo. No hay razón alguna que explique por qué determinado
significado se expresa con determinado significante y, viceversa, por qué determinado
significante vehiculiza determinado significado.
La idea de la arbitrariedad del signo se vuelve muy evidente en la comparación
lingüística. Es decir, un mismo significado, por ejemplo “casa”, puede ser expresado en
distintas lenguas con distintos significantes –recordemos aquí que, en Saussure, la unión
del significado y el significante se da en el plano de las unidades léxicas-:

{casa} Significado

casa house meson hause Significante

español inglés francés alemán

Con estos pocos ejemplos ya puedo demostrar que un mismo significado se


expresa con distintos significantes, y con eso demuestro que la relación entre significado y
forma lingüística no es una relación necesaria sino, precisamente, arbitraria o inmotivada.
Gramática 2007 1º C /Teórico 3 Apuntes Sim 19

La segunda característica del signo es su linealidad. Se trata de una característica


que atañe al significante: ya sea en la oralidad o en la escritura, la expresión de un
significado se encuentra condicionada por la dimensión del tiempo. Cuando expreso una
forma lingüística, escrita o pronunciada, un elemento debe seguir a otro. Cuando
pronuncio, siempre un fono va detrás del otro; a su vez, en las palabras, un formante va
detrás del otro, y, en las oraciones, una palabra va detrás de otra. Todas las estructuras,
en sus distintos niveles, están sometidas a la linealidad: una relación de sucesión
ordenada. Los elementos del significante se disponen uno detrás del otro y forman una
cadena.
La tercera característica del signo es su inmutabilidad. Dice Saussure que el signo
lingüístico es inmutable por las razones ya mencionadas respecto del factor social. Es
decir, el signo es inmodificable por los miembros de la comunidad lingüística que lo
emplea. En este sentido, el signo es impuesto como una carta forzada. Yo no puedo ir en
su contra, porque la lengua es siempre herencia de una época precedente. Ni el individuo
ni la masa hablante son libres de cambiar un signo.
Sin embargo, la cuarta característica del signo es su mutabilidad. Este carácter
aparentemente contradictorio con el anterior debe ser enfocado en relación al paso del
tiempo. El tiempo determina cambios en el signo, ya sea alterando el plano del significado
o el del significante. Saussure sostiene que cualquier tipo de modificación en alguna de las
dos caras del signo va a implicar, a la larga, una modificación del signo en su conjunto.
Les doy un ejemplo. El latín clásico tenía dos palabras, testa (“cacharro”) y caput
(“cabeza”). A lo largo de la evolución del clásico hacia las distintas lenguas romances se
fue produciendo una mutación. En primer término, en el latín vulgar, testa pasó a significar
“cabeza”. Es decir, se produjo un cambio en el plano del significado: pasamos a tener dos
significantes para expresar un mismo significado. Luego, en las lenguas romances,
tenemos el francés tête, en castellano medieval tiesta, en el italiano capo, y en el catalán
cap. Se ve claramente cómo las lenguas mutan.
Seguimos el jueves.
***
Versión completa: Damián Grimozzi
Cod. 21

Gramática
19

Fecha: Jueves 22/03/07


Teórico № 2 Prof.: Guiomar Ciapuscio

Contenido: Guía I: Fundamentos teóricos

[Nota: Cambio de aula: en principio, las clases de los jueves se darán en el aula 324. Las
de los martes, todavía en la 347. Consultar en cartelera del 2º piso.]

Profesora: Buenas tardes. La profesora Ferrari ya les ha explicado el martes todo lo


referente a la bibliografía. Quiero solamente agregarles que utilicen siempre, como
herramienta, las Guías Temáticas y Bibliográficas, donde cada punto del programa está
expuesto en detalle, así como lo está bibliografía correspondiente.
Nuestro objetivo en la materia Gramática es brindarles a ustedes herramientas
teóricas y metodológicas para que estén en condiciones de reflexionar acerca de su
propia lengua. La mayor parte de nosotros somos hablantes nativos del español; es la
primera lengua que hemos adquirido. La manejamos perfectamente, así como sus reglas,
sus combinaciones; nos desempeñamos gracias a ese conocimiento gramatical de
manera competente y eficiente en las distintas situaciones de comunicación -formales, no
formales, etc.-; entonces, ¿para qué estudiar la gramática de la propia lengua? De hecho,
la gramática ha tenido y tiene muy mala prensa. Para mucha gente se trata de un saber
dogmático que se ocupa de reglas de corrección, de revisión. Reina en muchos el
convencimiento de que la gramática y los conocimientos que pueda darnos se limitan a un
saber normativo, prescriptivo, y que algunos, los "iluminados", los que dominan las reglas
a la perfección, el arte del hablar y escribir correctamente, dictaminan cuáles deben ser los
usos del resto de los ciudadanos, en términos de una norma de prestigio, una norma de
2 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 2

referencia. Ahora bien, el concepto de norma siempre es variable, relativo. Lo que es


correcto o apropiado para un grupo social puede no serlo tanto para otro. Corrección y
apropiación son palabras que uso, por ahora, de manera intuitiva, las cuales iremos
afinando durante estas primeras clases.
Naturalmente, los lingüistas consideramos que la gramática debe entenderse de un
modo completamente diferente. El conocimiento gramatical que tenemos los hablantes
corrientes de una lengua -ya sea el español, el francés, el inglés, etc.- es un saber
práctico; un saber hacer que nos capacita: sin necesitar un aparato teórico conceptual
para reflexionar sobre la lengua, todos estamos en condiciones de hablar y de escribir -me
refiero, naturalmente, a todos los que hemos sido escolarizados- de manera más o menos
aceptable. Definamos este último término: usar la lengua de manera más o menos
aceptable es tener la capacidad de ser comprendidos, interpretados; poder decir lo que
queremos decir. Ahora bien, lo que hacemos los lingüistas es tratar de convertir ese saber
práctico, ese saber hacer, en un saber científico, esto es, poder formular descripciones de
ese conocimiento gramatical que nos permitan producir generalizaciones; estas últimas
intentan explicar cómo funciona el sistema de la lengua, cuáles son los principios, las
regularidades que están detrás del andamiaje gramatical -en este caso, el de la lengua
española, aunque también podríamos hablar en términos de gramática universal.
En esta materia introductoria a la carrera de Letras nos concentraremos en hacer
explícito el núcleo de nuestra lengua. Para eso, vamos a tener que aprender una
terminología especial para hablar de la lengua, así como también unos métodos
específicos para describir la lengua. De ese modo, estaremos en condiciones entonces de
comprender la gramática nuclear de la lengua española. De lo que se trata es de convertir
un saber práctico en un saber científico. Esto implica también hacernos preguntas acerca
de cómo se adquiere la lengua; cómo es el proceso de adquisición lingüística cuando un
niño aprende a hablar. Este proceso es velocísimo, lo cual constituye uno de los
fenómenos más sorprendentes entre los que se vinculan con el lenguaje. Los niños
adquieren muy rápidamente los principios fundamentales del funcionamiento de su propia
Gramática 2007 1º C /Teórico 2 Apuntes Sim 3

lengua. Las actuales teorías lingüísticas tratan de responder a este fenómeno. Ya


Ferdinand de Saussure, de quien seguramente han oído hablar bastante en el CBC,
sostiene la existencia de una facultad del lenguaje. Los seres humanos vendríamos ya
dotados de una capacidad innata para adquirir lenguas. Este es, en principio, un rasgo
universal, común a la especie humana. Hoy en día, poco menos de cien años después, en
neurobiología se dice que los seres humanos venimos al mundo dotados de un sustrato
neurológico genéticamente determinado que nos permite ser hablantes, en principio, de
cualquier lengua. Desde el nacimiento hasta los siete u ocho años, pero sobre todo
durante el primer período de cero a cuatro años, se produce esa velocísima adquisición de
reglas y principios, es decir, la maquinaria para entender y producir un infinita cantidad de
oraciones. Esta última es otra de las características fundamentales de toda lengua natural,
que algunos han descripto en términos de economía de lenguas: a partir del conocimiento
de unas pocas reglas por un lado y, por otro, de un conjunto de piezas léxicas, los niños -y
luego los adultos- estamos en condiciones de entender infinita cantidad de oraciones y de
producir igualmente infinitas oraciones. Permanentemente, en nuestras prácticas
comunicativas, nos vemos confrontados a oraciones que nunca escuchamos antes, así
como a enunciados que nunca habíamos leído. Sin embargo, no tenemos ninguna
dificultad para interpretarlos. Detrás de esto tiene que haber evidentemente algo central,
nuclear, algún mecanismo poderosísimo, que no es otra cosa que la gramática -este
conocimiento de reglas, principios y piezas léxicas-, el cual nos habilita para la
comunicación.
Noam Chomsky -el lingüista más importante de los últimos cuarenta años, quien
además es un intelectual muy comprometido-, habla de un órgano mental, del cual los
seres humanos estamos dotados y que es privativo de nuestra especie. Esta afirmación
presenta un ángulo de controversia con otros científicos que estudian la comunicación
entre individuos de otras especies, sobre todo, entre los chimpancés. Esta es un
controversia muy fuerte y actual. A su vez, Steven Pinker, un psicólogo y lingüista
dedicado al estudio de la adquisición del lenguaje en términos interdisciplinarios con la
neurobiología, lo formula en términos distintos. Para él, del mismo modo que las arañas
poseen un instinto que, sin que puedan evitarlo, les hace tejer sus telarañas -es un instinto
4 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 2

que no puede reprimirse-, los seres humanos poseemos un instinto del lenguaje, y
adquirimos lenguas, dicho así, en plural, porque hasta determinada edad -ese período que
va desde el año y medio o dos hasta los seis o siete años- los niños tienen una capacidad
poderosísima de aprender, no una, sino varias lenguas. Esta capacidad lingüística se
define, para Pinker, en términos de una aptitud compleja, dice él, y especializada, que se
desarrolla espontáneamente en el niño, sin ningún tipo de instrucción formal ni especial.
Los niños de dos o tres años no tienen que ir a la escuela a aprender la lengua, sino que
esta capacidad se pone en marcha sólo a partir del imput, es decir, los estímulos que
reciben de su mundo adulto. Ahora bien, si nos ponemos a pensar, estos estímulos
lingüísticos que reciben los niños pequeños, las emisiones que reciben de los adultos en
las situaciones comunicativas, son estímulos muy pobres. Este es otro de los argumentos
para sostener la existencia de esa capacidad o aptitud innata. La pobreza de estímulos no
puede explicar de ninguna manera la adquisición tan veloz de una capacidad tan potente.
Esta capacidad se desarrolla entonces sin instrucción formal, de manera
espontánea y es igual en todos los individuos. Este último es otro punto muy importante:
todos los individuos somos exactamente iguales, tenemos exactamente la misma
potencialidad de adquirir esta competencia de lengua. Esta aptitud se distingue, en
términos de Pinker, de otras capacidades que, claramente, necesitan información,
entrenamiento y aprendizaje formal para ser adquiridas. La distinción implica que la
gramática surge fundamentalmente de la cabeza del niño, no de lo que recibe del exterior.
Como ven, estamos usando el término gramática en el sentido de conocimiento: un
sistema de conocimiento especial, entre otros sistemas de conocimiento que poseemos
los hablantes, y nos estamos alejando de una manera increíblemente fuerte de las
concepciones normativas de la gramática a las que hice referencia la comienzo: aquellas
que consideran la gramática en términos de reglas de revisión, reglas normativas, reglas
de control sobre lo que se dice "bien" o no. Esta manera normativa de entender la
gramática es post-facto, en tanto interviene como instrumento correctivo, con posterioridad
a las emisiones orales o escritas de los hablantes.
Gramática 2007 1º C /Teórico 2 Apuntes Sim 5

No digo que este aspecto correctivo o prescriptivo no sea importante para


determinadas esferas de acción social. Por ejemplo, en esta Facultad tenemos una
carrera de Edición: los editores necesitan una fuerte formación en gramática normativa. Se
aplicará este saber normativo para mejorar las producciones, especialmente escritas, de
determinadas personas.
Sin embargo, a nosotros nos interesa la otra perspectiva; nos interesa lograr
entender y describir cómo funciona ese conocimiento gramatical que se refleja
naturalmente en nuestras producciones lingüísticas. Por lo tanto, lo que haremos a lo largo
de este curso cuatrimestral de Gramática es convertir este objeto que nos es tan cercano,
nuestra propia lengua, en un objeto de estudio. Lo que haremos es un proceso de
extrañamiento: tomar nuestra lengua materna como objeto de observación, para intentar,
sobre la base de un aparato conceptual y metodológico que iremos aprendiendo, en
primer lugar, describir: formular descripciones adecuadas a ese objeto, que no se
contradigan con la oración, con la palabra que tengamos en cada caso para analizar; y, en
segundo lugar, trataremos de dar un paso más allá, reflexionar, y tratar de encontrar los
principios que explican ese modo de funcionar. Es decir, no sólo describir, sino explicar.
En cuanto a nuestro primer objetivo, y para tomar un ejemplo, sirvámonos de la
placa que tenemos en frente de nosotros:

Facultad de Filosofía y Letras


Fundada el 17 de marzo de 1896
Universidad de Buenos Aires

De aquí, tomemos una palabra cualquiera: fundada. Si nos colocamos en el nivel


de la morfología, debemos encerrarla entre corchetes: [fundada]. Así, la convierto en un
objeto de observación gramatical desde el punto de vista morfológico. Ahora pensemos
cómo podemos segmentar esta palabra y qué podemos descubrir respecto de su
estructura interna, es decir, detectar partes de la misma que impliquen sentidos,
significados.
Alumna: [fund]ada]
6 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 2

Alumna: [fund]ar]
Alumno: [fund]é]
Profesora: Bien. Comenzamos a jugar con nuestro conocimiento lingüístico.
Alumno: [fund-] es la raíz de un verbo.
Profesora: Sí, pero estamos tratando de realizar un primer acercamiento intuitivo,
sin adelantar categorías. Evidentemente, hay un verbo de base: fundar. Cuando
comenzamos a jugar con el paradigma, es decir, con el repertorio de posibles palabras
asociadas con la raíz [fund-], llegamos a la conclusión de que en realidad esta raíz se
repite a lo largo de todo el paradigma. Si tomamos el ejemplo dado por el compañero,
[fund]é], ya obtenemos más datos, que nos permiten ver que una segmentación como
[funda]da] no hubiese sido del todo correcta. Pero aún si tomamos [fund]a]r] encontramos
elementos para segmentar. Luego seremos más finos en este análisis. Tomando por
ahora solamente el nivel de la palabra, es decir, el de la morfología -la disciplina que se
ocupa fundamentalmente de estudiar la palabra y su estructura interna-, hemos
encontrado componentes internos y descubierto, en un primer acercamiento, cómo está
integrada esa palabra. Y pronto, sólo en base a mi conocimiento de hablante nativa, he
llegado a segmentaciones que me permiten decir que tengo una raíz verbal: [fund-]; a
continuación, una vocal [a] que aparece, como verán si siguen jugando con su
conocimiento del español, en muchos subparadigmas y en otros en cambio aparece [i]. Se
trata de vocales de enlace, que marcan el tema verbal. y luego, jugando sólo con mi
conocimiento, comparo fundada con reprobada o admirada, etc., y llego a la conclusión de
que el sufijo [-da] se repite determinada en una determinada forma verbal: el participio,
que, según su último elemento, podrá ser también [-do], flexionando en género. Ahora
bien, lo importante por ahora es que [da] no es una pieza individual de la palabra fundada,
ni se explica sólo en función de esa palabra, sino que es sistemática: [da] y [do] me
muestran una regularidad.
Esto que acabo de hacer en términos muy elementales es una descripción de los
componentes internos de una palabra seleccionada al azar. Lo que pretendemos en este
Gramática 2007 1º C /Teórico 2 Apuntes Sim 7

curso de Gramática entonces es, en primer lugar, describir, ya sean los componentes de
la palabra en el nivel morfológico, ya sean los componentes de la sintaxis, las reglas de
funcionamiento, etc.; y, en segundo lugar, tratar de acercarnos al nivel de los principios del
funcionamiento del sistema, los cuales no explicarán sólo casos aislados sino que nos
permitirán explicar un conjunto importante de casos, es decir, hacer generalizaciones.
Estos son básicamente los fines de toda teoría gramatical. Y cuentan con: 1) un nivel de
base, llamado observacional, en el cual sea posible registrar los datos de la lengua -
meramente registrarlos-; 2) un nivel descriptivo, en el cual se definen las unidades y la
combinatoria de esas unidades; y 3) un nivel que constituye la meta más ambiciosa de
toda teoría gramatical: poder explicar los principios que subyacen a esas reglas
combinatorias en los distintos niveles gramaticales.
En este curso de Gramática entonces -y en virtud de que así entendemos la
gramática los profesores que estamos a cargo de la materia- haremos un ejercicio
intelectual de reflexión y descubrimiento -tarea que, desde ya, jamás puede completarse.
No hay modelo o teoría gramatical que esté hoy en condiciones de decir que ha explicado
todo; estamos todavía muy lejos de eso. Pero no entendemos la gramática como se
entendió durante muchos años en la enseñanza, sobre todo la enseñanza media de la
Argentina, en el sentido de un ejercicio rutinario de rotulamiento, de etiquetamiento de
funciones sintácticas, de terminología vacía, sino que, para nosotros, es siempre una tarea
de reflexión que intenta descubrir qué está detrás: el porqué de las formas, el porqué de
las combinatorias.
Como adelanté, para nuestra meta de convertir nuestro saber hacer en un saber
reflexivo, sistemático, será necesario practicar ciertas restricciones, hacer un recorte
respecto de qué vamos a estudiar en este curso. La gramática puede entenderse en un
sentido estricto o en uno amplio. En el primer caso, por gramática se entiende la
morfosintaxis de una lengua. Como ya adelantamos, la morfología se ocupa de la
estructura interna de las palabras, es decir, identifica y describe las unidades mínimas las
palabras. Para esto deberemos comprender y adquirir conceptos como morfema,
alomorfo, morfo, entre otros. Y por otro lado, las reglas -nunca diré reglas en un sentido
prescriptivo, insisto en esto: piensen en las del ajedrez, una analogía que suele usarse
8 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 2

mucho para explicar el sistema de las lenguas: no se trata de reglas regulativas, como lo
son las prescriptivas, sino de reglas constitutivas: aquellas que explican el funcionamiento
mismo de la lengua, y la constituyen. El otro nivel entonces que se considera centro de la
una gramática en sentido estricto es la sintaxis. Dicho de una manera muy elemental, la
sintaxis es aquella parte nuclear de la gramática que se ocupa de la combinación de
palabras entre sí, es decir, en el nivel del sintagma o de la frase -según las distintas
terminologías de las teorías gramaticales- y en el nivel de la oración. Si la morfología
estudia la estructura interna de las palabras, la sintaxis también trabaja con las palabras,
pero en sus relaciones externas, en sus combinaciones con otras palabras en estructuras
intermedias, como los sintagmas, o en estructuras mayores como las oraciones.

Semántica

Sintaxis

Morfología

Fonología
(Fonética)

Ahora bien, en general, los modelos gramaticales actuales -modelo debe


entenderse como teoría sobre la gramática, teoría lingüística- entienden la gramática en
un sentido amplio. Si bien morfología y sintaxis son componentes esenciales del sistema,
también es preciso considerar los niveles de la fonología (que se apoya a su vez en las
descripciones de la fonética) y de la semántica. El corazón de la gramática está en la
morfosintaxis; pero es necesario -este es un consentimiento existente entre muchas
Gramática 2007 1º C /Teórico 2 Apuntes Sim 9

teorías gramaticales- apelar al plano del significado, a lo que las unidades léxicas
significan, y cómo se construye el significado en el sintagma y en la oración. El de la
semántica será un insumo imprescindible para comprender el funcionamiento sintáctico y
morfológico. Y del mismo modo serán necesarios los niveles de la fonética y la fonología,
esto es, por un lado, la descripción de lo sonidos de la lengua y, por otro, la determinación
de los fonemas, unidades más abstractas y distintivas que permiten alcanzar luego, como
veremos, el nivel morfológico.
Veamos otro ejemplo:

[paseo marítimo]
Sintagma

Esta es una combinación de palabras con estructura, lo cual implica que dicha
combinación tiene una organización interna. No es una suma caótica de palabras, sino
que se han establecido relaciones, y estas relaciones son visibles en las formas
lingüísticas. Evidentemente, no podemos decir *[paseo marítima]. La concordancia
muestra un nivel de estructura y de organización que permite hablar en el plano de la
sintaxis de un sintagma. Estudiar esta combinación de palabras desde el punto de vista de
su combinatoria es hacerlo en cuanto a su sintaxis. Pero también tendremos que estudiar
cada una de las unidades de este sintagma desde el punto de vista de su morfología. Por
ejemplo, [marítimo] es una palabra que posee una estructura interna. Como hablante
nativa, reconozco: [mar] como base, que funciona en otras palabras asociadas, como
marina, marea, etc. Pero además, en [marítimo] hay otro nivel de organización, del que se
ocupa la fonología: cómo se organizan los sonidos y cómo se combinan las sílabas para
formar esa palabra. Sé, por ejemplo, que si quiero segmentar [marítimo] de acuerdo a su
estructura fonológica, podré decir /ma/ri/ti/mo, pero no mariti/mo o mari/timo. Hay un nivel
de organización del sonido que corresponde a la fonología. Será absolutamente necesario
un conocimiento básico de fonética y fonología para entender de manera apropiada el
nivel de la morfología.
10 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 2

Así vemos que el corazón de la gramática, la morfosintaxis, para ser descripto y


explicado, requiere de conocimientos que provienen de planos que suelen considerarse
más externos, pero que las teorías gramaticales actuales consideran esenciales para
entender el funcionamiento del sistema: el plano del significado y el plano del puro sonido
y su organización fonológica. Esto es así porque lo que en el fondo intenta todo lingüista y
todo gramático es entender esa compleja relación entre significado y forma lingüística.
Una gramática como la que vamos a trabajar en este curso se interesa entonces
por la descripción de la lengua castellana; en este sentido, nos vamos a centrar en los
aspectos regulares, no en los casuísticos, no en las desviaciones, dado que queremos
entender el corazón, la máquina que explica las emisiones y las interpretaciones
lingüísticas de los hablantes. Pero, además de este enfoque descriptivo, espero poder
también desarrollar en muchos de ustedes una curiosidad por el funcionamiento de las
lenguas en general y del español en particular.
Otra cuestión a abordar es la de los datos con que trabajamos en gramática. Se
trata esencialmente de una ciencia empírica: necesita datos, a partir de los cuales
describir, explicar e interpretar. En este sentido, necesitamos los juicios de los hablantes
nativos. Piensen que sólo un grupo de lingüistas se ocupa de su propia lengua; en
general, los lingüistas somos personas interesadas además por otras lenguas. Muchos
lingüistas en nuestro país, por ejemplo, trabajan con lenguas indígenas, las cuales
desconocen y tienen que aprender. Piensen en el wichi o el toba, lenguas para las cuales
hasta hace poco tiempo -ahora ha cambiado- no teníamos gramáticas, tampoco léxicos.
Para acceder a estas lenguas, el lingüista requiere que los hablantes nativos produzcan
oraciones gramaticales, que juzguen qué oración es correcta y cuál viola los principios de
la gramática, por lo cual no será una oración posible en esa lengua. Es decir,
necesitamos, como datos, de lo que se denomina juicios de gramaticalidad. Estos juicios
son clave para la tarea de un gramático, por lo dicho: nos permiten distinguir oraciones
bien formadas en una lengua determinada de las mal formadas y, por lo tanto, no
existentes.
Gramática 2007 1º C /Teórico 2 Apuntes Sim 11

Tomemos un par de ejemplos del español:

1) El portero sonríe
2) *El portero dice

Si les pregunto por 1), todos ustedes, hablantes nativos del español, me dirán que
es una oración bien formada, gramatical, bien construida, a la cual no le falta ni le sobra
nada que la vuelva mal formada o imposible. Lo contrario ocurre con 2), porque el verbo
decir se comporta de una manera diferente que sonreír. Este último no requiere un
complemento, mientras que decir es, como ya se decía en la gramática tradicional -y
diremos nosotros, aunque realizando algunas especificaciones más finas- un verbo
transitivo. Sin embargo, intuitivamente, un hablante de español ya puede decirme que la
secuencia 2) no existe. Yo, como gramática, diré que es agramatical; que va contra las
reglas del español. Los enunciados u oraciones agramaticales se indican precedidos por
un asterisco. Otra señal es [?], un signo, también antepuesto, que significa {dudoso}. Se
aplica a todos los casos en que haya hablantes a los que les suena bien y otros a los que
les suena mal. Es decir, no hay un juicio categórico de gramaticalidad por parte de los
hablantes. Por ejemplo:

3) ?El ayudante que me dijo que ayer te había visto que habías venido

Alumno: Eso es directamente agramatical.


Alumna: Tiene demasiados que.
Profesora: Sin duda. Evidentemente no es la oración más linda que han oído. Pero
¿está mal construida?
Alumna: Eso depende del contexto.
Profesora: Claro. Y probablemente haya hablantes que consideren que requiere
demasiado esfuerzo de procesamiento: uno tiene que retener en la memoria todos los
antecedentes de cada que, y eso la hace difícil de procesar. Pero esto es discutible. Lo
que sí puede decirse es que no es del todo aceptable, y habrá hablantes que dirán que
12 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 2

eso no es español. Para estos casos controvertidos es que usamos en gramática el signo
[?].
Alumno: Esa clase de decisión ¿no depende de tener en cuenta un nivel más, el
pragmático?
Profesora: Es una buena observación: la decisión linda con la pragmática. Cuando
colocamos un signo de pregunta invertido al comienzo de una oración, eso significa que
en muchos contextos o situaciones es aceptable, y que el hablante la puede decodificar.
Ahora bien, su juicio de gramaticalidad es discutible. No es que esté mal construida, sino
que tiene, insisto, una acumulación de incrustaciones sucesivas que la hacen difícil de
procesar.
Alumno: En el Manual de Gramática de Di Tullio hay una oración muy parecida a la
que usted dijo y que es considerada agramatical.
Profesora: Justamente para eso existe este signo: para los casos en que no hay un
acuerdo completo. Algunos gramáticos pueden decididamente colocar un asterisco ante
una oración muy similar, pero también puede convertir ese asterisco en signo de duda, e
inversamente. Esto se vincula con lo que les decía antes: no todo está resuelto, ni
explicado. No hay para todo una respuesta. Por otro lado, en este curso no vamos a
trabajar con oraciones contextualizadas. Para poder entender el corazón de la gramática
trataremos de trabajar in vitro, es decir, en laboratorio, tratando de usar -sobre todo en las
primeras etapas del curso- oraciones aisladas del contexto. Necesitamos realizar una
progresión de lo simple a lo complejo. En tanto el gramático trata de estudiar los principios,
las regularidades, recorta el campo de fenómenos. Para entender lo nuclear entonces, hay
que desprenderse, en principio y en ese recorte, de una cantidad de variables pragmáticas
de contexto. Estas variables no dejan de ser de sumo interés para los lingüistas dedicados
a la pragmática, o que se ocupen del análisis del discurso. Dicho de otro modo, hay
distintos recortes del objeto, de acuerdo con los objetivos de investigación de cada
subdisciplina.
Gramática 2007 1º C /Teórico 2 Apuntes Sim 13

Alumna: Los juicios de los hablantes también son discutibles porque habrá muchas
diferencias entre hablante y hablante según su experiencia, su nivel cultural. Si uno va a
un pueblo wichi sin conocer su lengua, no puedo saber si el juicio de los hablantes es
válido o no; depende del manejo de la lengua que tenga ese hablante.
Profesora: Cuando dije que los datos que el lingüista requiere son los juicios de los
hablantes, me refería a los juicios de los nativos, es decir, hablantes que han adquirido el
sistema gramatical por completo. Las estructuras tardías de la gramática se adquieren
entre los trece y catorce años, y en ese momento ya se considera completo el proceso de
adquisición gramatical. Si voy entonces a una comunidad wichi, tendré que hablar con
sujetos competentes en ese sentido. Ahora bien, en tanto lo que a mí me interesa es ese
mecanismo esencial y central de la gramática, trabajaré con oraciones que estén
claramente en el corazón de esa gramática. A eso me refiero con trabajar in vitro.
Producciones lingüísticas como ¡Qué calor!, o ¡Exhausta!, o la simple pregunta ¿Y?, son
perfectamente aceptables. Pero quiero que hoy distingamos claramente entre
gramaticalidad y aceptabilidad. Esta última noción está más ligada con la pragmática.
Aquí, en el contexto dado de esta clase, yo puedo utilizar oraciones incompletas,
quebradas, feísimas desde el punto de vista de su construcción, que ustedes, en tanto
hablantes del español, pueden decodificar e interpretar. Esos enunciados míos,
incompletos, tienen un sentido, un efecto: son entonces aceptables. Otra cosa
completamente distinta es decir si una oración es gramatical o agramatical. Esta noción se
refiere a las reglas permitidas por la gramática. Por ejemplo, si yo digo: lo chicos stán
insoportable hoy, no creo que haya nadie aquí que no me haya entendido. Sin embargo,
es agramatical, porque hay reglas no cumplidas, comenzando por la concordancia. Si yo
tengo un plural en el nombre, necesito un plural en el artículo.
En síntesis, gramaticalidad y aceptabilidad son nociones que atañen a distintos
aspectos. La buena formación gramatical es una cosa y la aceptabilidad pragmática es
otra.
Alumno: Me parece que la aceptación de esas oraciones no bien construidas
atentaría contra la universalidad.
14 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 2

Profesora: En principio, atentar es un verbo demasiado fuerte. Oraciones no bien


construidas pero aceptables significa que se pueden interpretar, que el hablante logra
hacerse entender. De hecho, además, el español es un conjunto de dialectos. Si uno va a
otras regiones del país, donde se habla otra variedad del español, uno puede oír -por
ejemplo en zonas rurales- ¡Ojalá haiga más lluvia! Este enunciado puede juzgarse desde
el punto de vista de la norma dialectal. Y es perfectamente aceptable, porque quien habla
así lo hace de acuerdo con la norma regional, y para la norma regional rural haiga es la
forma estándar. Consideramos estándar toda emisión que el grupo social considera
válida, es decir, socialmente aceptable.
Por eso vale la pena hacer hincapié en que el concepto de norma es relativo:
relativo a. Por ejemplo, relativo a un grupo social determinado: no es igual la norma del
español de Madrid o de Toledo que la del español de Buenos Aires. Siempre conviene
poner en relación, por un lado, aspectos dialectales, es decir, regionales; por otro,
sociolectos: distintos grupos sociales, por ejemplo, grupos etarios, hablan distintas
variedades del español: una persona de ochenta años no habla de la misma manera que
una de veinte. Los criterios de corrección lingüística varían de acuerdo con estos criterios
y otros.
Esto no quiere decir que no haya una norma de prestigio, que actúe como norma
de referencia; tampoco quiere decir que no podamos esperar adecuación en
determinados registros, según niveles de formalidad o informalidad -como de hecho
hacemos-. Evidentemente, hay normas relativas a lo social, a lo regional, a la situación, al
género discursivo. Y los hablantes tenemos que ser competentes. El deseo es poder
contar con ciudadanos altamente competentes, que puedan desempeñarse eficazmente
en muy distintas situaciones. Porque uno es responsabilizado por sus formulaciones, así
como valorado, ubicado y hasta examinado por sus formulaciones. Ustedes en este
mismo momento están permanentemente monitoreando mi discurso, como yo también
monitoreo lo que oigo de ustedes.
Gramática 2007 1º C /Teórico 2 Apuntes Sim 15

El tema nos llevaría lejos del objetivo de esta clase. Quiero que queden bien
distinguidos los dos tipos de ámbito: una cosa es no violar las reglas de la gramática, por
ejemplo, las de concordancia o las que exigen que un verbo como decir tenga un objeto
(lo dicho), y otra cosa son los grados de aceptabilidad de los enunciados. Con respecto a
la gramaticalidad, consideremos estas tres posibilidades de sujeto para un mismo
predicado:

*La piedra
Martín asesinó a Juan
*El perro

Evidentemente, *La piedra asesinó a Juan no es gramatical. Quizás sería


gramatical, aunque con un [?] si en lugar de asesinó dijera mató.
Alumno: Pero ¿no es posible un caso como ese, en que la oración es
perfectamente gramatical y no es aceptable?
Profesora: Yo tengo mis diferencias respecto de que La piedra asesinó a Juan sea
perfectamente gramatical.
Alumna: Sintácticamente, está bien formada.
Profesora: Eso me gusta más. Tengo un sujeto, un verbo y un objeto. Sí. Pero hay
cierta anomalía, que pongo en evidencia cambiando asesinar por matar. Es cierto que la
primera posibilidad puede ser un título periodístico, un efectivo recurso retórico o literario,
es decir, La piedra asesinó a Juan puede ser aceptable dentro de determinados registros.
Pero la anomalía se vincula con la semántica del verbo: asesinar pide -selecciona,
diremos- un sujeto humano. Se trata de una restricción semántica, que se ve claramente
en la, ahora sí, perfecta gramaticalidad de Martín asesinó a Juan.
La tercera posibilidad presenta la misma dificultad que la primera, porque el perro
no posee el rasgo [+ humano]. Sin embargo desde el punto de vista semántico posee el
rasgo [+ animado]. Y, si bien no es una oración bien formada en español, tiene un grado
menor de dificultad.
Alumna: Asesinar implica intención.
16 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 2

Profesora: Exactamente. Por eso necesita un sujeto humano. El verbo requiere una
intencionalidad. Vean que es posible Martín mató a Juan por accidente, pero no lo es
Martín asesinó a Juan por accidente. Es muy correcta la intuición que tuvo ella: asesinar
es un verbo que, en virtud de sus rasgos semánticos, exige un sujeto intencional: tener el
propósito de. Por eso la última también es agramatical.
Esta discusión nos permite recuperar lo dicho antes: las teorías gramaticales
actuales establecen su centro en la morfología y la sintaxis; pero no conozco ningún
gramático que no apele a los rasgos semánticos de las piezas léxicas. La semántica es
indispensable para entender el funcionamiento gramatical.
Alumna: ¿Las series de incrustaciones son siempre gramaticales?
Profesora: Veamos. Yo puedo construir una oración con una cantidad excesiva de
incrustaciones -es decir, como veremos, proposiciones- que sea gramatical, pero poco
aceptable. Ahora bien, hay un límite para las incrustaciones, como también veremos,
porque el oyente no las puede procesar.
Bien. Volviendo a los datos que usamos los gramáticos, hay otro concepto que es
preciso introducir ahora: el de los corpora. Es el plural de corpus, palabra latina. Hoy en
día en lingüística se trabaja mucho con corpus, es decir, conjuntos de datos, de
emisiones. En español tenemos hoy muchos sobre los que podemos trabajar. La Real
Academia Española tiene lo que se denomina Corpus de Referencia de la Lengua
española, al que se puede acceder por Internet (en la página web de la Real Academia),
cuya sigla es CREA. Lo que tenemos allí son datos lingüísticos procedentes de fuentes
literarias, ensayos, fuentes periodísticas, fuentes orales transcriptas, etc., y están
organizados. Tenemos allí también las distintas variedades regionales del español.
Podemos verificar allí las combinaciones sintagmáticas que se dan, cuándo se dan, cuál
es su frecuencia, etc. Hoy se usa mucho este recurso del trabajo con corpus.
Naturalmente, uno mismo también puede crear su propio corpus, de acuerdo a lo que
quiera estudiar. Por ejemplo, si quiero estudiar la competencia gramatical de los niños de
cuatro años en la ciudad de Buenos Aires, tendré que ir, grabador en mano, a los jardines
Gramática 2007 1º C /Teórico 2 Apuntes Sim 17

de infantes, grabar a los chicos, transcribir esos datos, procesarlos, etc. O quizás yo
quiera estudiar -como hacemos en nuestro grupo de investigación desde hace unos años-
la variedad especializada del español, es decir, las producciones lingüísticas, por caso, de
los biólogos cuando se comunican entre sí. En este caso, armamos nuestro corpus de
datos basado en artículos de investigación, ponencias en congresos, conferencias, etc.
Una vez constituido el corpus, puedo trabajar sobre lo que me interesa.
Los corpus son útiles; cuanto más amplios y mejor organizados, más productivos
son. Pero nunca podremos decir que nos presentan toda la casuística posible de los
fenómenos que queremos estudiar. Los corpus, como dice Di Tullio en su Manual -que
usaremos bastante durante el curso- nos permiten hacer afirmaciones y estadísticas muy
interesantes -por ejemplo, podría concluir que el 60% de los chicos de cuatro años no usa
proposiciones relativas-, pero sobre los límites de la gramaticalidad, en situaciones como
las que hemos visto hoy, los corpus no pueden ayudarme: no puedo polemizar con el
corpus.
El tercer tipo de datos con que trabajan muchos gramáticos es su propia
competencia lingüística, sus propios juicios de gramaticalidad. Di Tullio también recuerda -
dado que ha sido ya dicho por otros hace tiempo- que la gramática es una ciencia que uno
puede practicar sentado en el sillón de su casa. Esto se debe a que uno, como hablante
nativo, puede reflexionar sobre su propia competencia, puede pensar ejemplos y
contraejemplos, puede hacer pruebas de gramaticalidad y sabría hacer una descripción de
su propia lengua sin hablar con otros hablantes y sin consultar un corpus.
Bien. Con respecto a los planos o niveles que mencionamos antes -la morfosintaxis
en el núcleo, la fonología y la semántica- sucede quizás demasiado asiduamente en
nuestra disciplina que cada teoría y cada teórico tenga su propia terminología, y con este
problema tendremos que lidiar. El estructuralismo, por ejemplo, hablaba de niveles
lingüísticos. Pero, sea cual fuere el término, desde Saussure en adelante no hay teoría
gramatical que niegue esto: la lengua tiene estructuras. Es un sistema de elementos
relacionados entre sí. Ese sistema lingüístico está compuesto por subsistemas o niveles:
fonológico, morfológico, sintáctico, semántico. En cada uno de esos subsistemas o
niveles, encontramos unidades propias y reglas combinatorias también propias de ese
18 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 2

subsistema. Para tomar el ejemplo del inicio de la clase, en el nivel de la morfología, que
se ocupa de la estructura interna de las palabras, tendremos que postular y definir una
serie de nociones teóricas que nombren las unidades del subsistema morfológico, tales
como el morfema, el alomorfo, el morfo, la raíz, el tema, los afijos -sean prefijos o sufijos-,
etc. Son una serie de nociones que nombran unidades de la morfología. Y tendremos
también que designar, describir y entender las relaciones de combinación de esos
distintos tipos de unidades al interior de la palabra, para conformar palabras posibles o
existentes en español. Del mismo modo, el subsistema sintáctico tendrá sus unidades y
sus reglas combinatorias, y asimismo el fonético-fonológico.
Pero todo el sistema gramatical, todos sus niveles, está estructurado sobre la base
de dos tipos de relaciones esenciales en la lengua, que fueron tipificadas y ejemplificadas
ya por Saussure. Me refiero a las relaciones sintagmáticas y las relaciones
paradigmáticas. Las primeras son relaciones entre los elementos de cada subsistema que
se explican en términos de secuencialidad, de linealidad. Demos un ejemplo, ahora, de
otro subsistema: el sintáctico. Sabemos que en este nivel existe cierto orden de palabras
que rige su encadenamiento en español de manera de formar oraciones gramaticales.

1) El niño sonríe
2) *Niño el sonríe

Sabemos que 1) es una muy elemental oración perfectamente formada desde el


punto de vista del orden de las palabras, y que invertir el orden, como en 2), no es posible
-siempre considerando [el] con su valor de artículo-. 2) es una combinación sintagmática
imposible en español. Hay un orden canónico que siguen todos los sintagmas nominales
cuando tienen un determinante -o artículo-.
Del mismo modo sabemos que, si tuviéramos un verbo transitivo, el orden general
de estructura de la oración es sujeto-verbo-objeto. No en todas las lenguas esto es así.
Las hay que tienen, como orden canónico, sujeto-objeto-verbo. Estas son relaciones
Gramática 2007 1º C /Teórico 2 Apuntes Sim 19

sintagmáticas, también llamadas relaciones y porque unen elementos en presencia. Están


fundadas en el carácter lineal del signo lingüístico, y regulan también las conexiones entre
palabras en la oración; centralmente, las de concordancia y las de orden.
En segundo lugar, tenemos las relaciones paradigmáticas, que son también
llamadas relaciones asociativas o relaciones o. Son las que se dan entre elementos que
pueden aparecer en el mismo lugar de la cadena, pero no al mismo tiempo. Por ejemplo,
consideremos el artículo el, definido y de género masculino. Supongamos que en lugar ser
la cadena [el niño], tengo [_niña]: evidentemente, el paradigma de los artículos: neutro,
femenino, masculino, singular y plural, me da un conjunto de elementos que están en
relación o, es decir, de alternativa: o uno u otro.
Alumno: Hablamos de alternativas que mantengan el significado de la oración o
que puedan cambiarlo, como por ejemplo, su?
Profesora: Me refiero a alternativas entre piezas gramaticales; alternativas que se
dan en ausencia, como dice Saussure. Su es un pronombre que también puede ocupar
ese lugar, pero pertenece a otro paradigma: el de los pronombres posesivos. Otro
paradigma es el de los demostrativos. Pero ambos ya aportan un significado diferente. El
artículo el sólo determina, sólo incluye al nombre en la cadena. Si en lugar de decir [el
perro] digo [su perro], además de determinar, estoy dando información sobre la posesión.
No son exactamente equivalentes, aunque sí pueden ocupar la misma posición sintáctica.
Para pensarlo en el marco de las relaciones paradigmáticas, hay que considerar
solamente el paradigma posicional común a esas distintas series paradigmáticas. Pero no
son gramaticalmente equivalentes.
Terminamos por hoy. El martes vamos a entrar de lleno con Saussure.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod. 6

Gramática
5

Fecha: Martes 20/03/07


Teórico № 1 Prof.: Laura Ferrari

Contenido: Introducción a la materia

[Nota: antes de comenzar se realiza la inscripción a trabajos prácticos, cuyos horarios se


especifican a continuación]

Horario Docente
Comisión 1 Martes y Jueves 19-21 Marcelo Arias
Comisión 2 Martes 13-17 Laura Kornfeld
Comisión 3 Martes 13-17 Alicia Avellana
Comisión 4 Jueves 13-17 M. del Pilar Gaspar
Comisión 5 Martes y Jueves 13-15 Adriana Manfredini
Comisión 6 Miércoles 9-13 Carla Miotto
Comisión 7 Jueves 9-13 Laura Moldes
Comisión 8 Viernes 13-17 Isabel Otañi
Comisión 9 Martes 19-23 Augusto Trombetta

Prof. Laura Ferrari: Buenas tardes a todos. Los resultados de la inscripción a


prácticos van a estar entre el viernes y el lunes. Podrán consultar en qué comisión han
quedado inscriptos en las listas correspondientes, que exhibiremos en la cartelera del
Departamento de Letras -3º piso-. Hoy no vamos a desarrollar una clase de contenido
teórico; simplemente voy a darles algunas indicaciones generales. Las profesoras a cargo
de las clases teóricas somos Guiomar Ciapuscio -la profesora asociada a cargo de la
2 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 1

Cátedra- y yo. Además, la materia cuenta con una clase teórico-práctica semanal que se
dicta los días lunes de 15 a 17 horas, a cargo de la profesora Paula Mahler. Estas clases
teórico-prácticas, al igual que los prácticos, comienzan el próximo lunes. Si bien la única
obligación de asistencia que ustedes tienen es a las clases de prácticos, el conocimiento
de los contenidos, tanto de las clases teóricas como de las teórico-prácticas, son
obligatorios. Si no pueden asistir a las clases teóricas, o teórico-prácticas, cuentan con la
versión desgrabada, tanto de Sim como del Centro de Estudiantes. Dichos contenidos se
completan con la lectura de la bibliografía obligatoria.
El ayudante de trabajos prácticos es fijo, es decir, durante todo el cuatrimestre van
a tener el mismo profesor o profesora, y los prácticos insumen cuatro horas de clases
semanales. Consideradas las cuatro horas de clases teóricas y las dos del teórico-
práctico, en total son diez horas semanales: el máximo de horas que la Facultad autoriza.
Decidimos hace ya varios años aumentar la carga horaria de ocho a diez horas con el
objetivo de tener más tiempo para el desarrollo de los contenidos teóricos. La clase
teórico-práctica sirve, en este sentido, de apoyo a las clases teóricas.
Las fechas de los dos exámenes parciales son las siguientes. 1º parcial: jueves 10
de mayo; 2º parcial: jueves 21 de junio. Ambos serán en el horario de las clases
teóricas. La condición de alumno regular depende de obtener, entre los dos parciales, un
promedio de cuatro (4), y además, tener un 75% de asistencia a las clases prácticas.
Dicha condición regular es la que los habilita para rendir el examen final. Nuestra materia
cuenta con un examen final obligatorio. Ya sea que tengan un promedio de diez o de
cuatro, todos tienen que rendir un examen final oral.
El examen final se toma en los turnos generales. El primero del que dispondrán es
en el mes de julio. Luego, cuentan con fechas en septiembre, diciembre y marzo. Para
rendir el examen final cuentan con un plazo de dos años, tras el cual se vence la materia.
Con respecto a lo que se les tomará en el final, dependerá, por un lado, de las notas que
cada uno ha sacado en los parciales, y por otro, de las dificultades que hayan tenido.
Solemos comenzar el examen final por aquellos temas de los exámenes parciales en los
Gramática 2007 1º C /Teórico 1 Apuntes Sim 3

cuales ustedes han tenido errores. Sobre estos temas iremos hablando a lo largo del
cuatrimestre.
La Cátedra tiene una sede institucional en el Instituto de Filología y Literaturas
Hispánicas Dr. Amado Alonso -conocido como Instituto de Filología-, el cual se encuentra
en 25 de mayo 217, 1º piso. En este edificio, perteneciente a la Facultad, funcionan
también el Laboratorio de Idiomas y otros institutos de investigación de nuestra facultad: el
Instituto de Lingüística, el Instituto de Literatura Argentina, el Instituto de historia Emilio
Ravignani. El Instituto de Filología fue fundado por el profesor Amado Alonso y posee una
biblioteca muy importante. De hecho, la mayoría de los materiales utilizados por la
Cátedra están en la biblioteca del Instituto, donde pueden consultar, si prefieren,
directamente los libros originales. También es allí donde desarrollamos nuestro trabajo de
investigación, y donde pueden consultarnos. El horario de atención al público es por la
tarde, de 14:00 a 19:00 horas. Con respecto a los materiales bibliográficos, también están
en su mayoría en la Biblioteca Central -ubicada en este mismo edificio, en el subsuelo, así
como en Sim Apuntes y en el Centro de Estudiantes.
Además del programa sintético de la materia, es importante que utilicen las Guías
Temáticas y Bibliográficas, dado que presentan más detallada y exhaustivamente los
puntos del programa con su bibliografía específica, tanto la de carácter obligatorio y como
la de carácter optativo. Las Guías son fundamentales para el seguimiento de la materia.
Ahora bien, la Guía I corresponde a los fundamentos teóricos de la gramática. Por este
motivo, algunos de sus puntos serán desarrollados al principio del cuatrimestre, mientras
que otros serán retomados al final de la cursada. En todas las Guías encontrarán una
distinción entre bibliografía obligatoria y bibliografía optativa. La primera está disponible en
los dos lugares ya mencionados.
Además, existe otro tipo de material bibliográfico: las Fichas de Cátedra o Fichas
bibliográficas, que también tienen indicadas en las Guías Temáticas como bibliografía. Se
trata de materiales de la Cátedra, es decir, sus autores son los profesores de teóricos y
prácticos que componen esta Cátedra. Estas Fichas se encuentran en Opfyl -Oficina de
Publicaciones de la Facultad de Filosofía y Letras, ubicado a la entrada de la Facultad-, es
decir, son editadas por la Facultad. La primera Ficha ya tiene que estar disponible para la
4 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /Teórico 1

venta: Ejercicios de fonética y fonología, por la profesora Julieta Barba. Es importante que
ya la tengan porque con esta ficha comienzan a trabajar tanto en el teórico-práctico como
en prácticos, e incluye el Alfabeto Fonético Internacional, sin el cual les va a resultar muy
difícil seguir la clase del lunes. A su vez, esa misma Ficha cuenta con ejercicios de
fonética y fonología con los que ustedes trabajarán en sus respectivas comisiones de
trabajos prácticos. El resto de las Fichas de Cátedra irá saliendo a lo largo del cuatrimestre
Este jueves, la profesora Ciapuscio comenzará con la Guía 1, cuyos punto II refiere
a contenidos del Curso de lingüística general de Ferdinand de Saussure. Si ustedes tienen
el libro, no es necesario que compren esa bibliografía. De hecho, aunque utilizaremos sólo
algunos capítulos, creo que, como alumnos de Letras con un cierto interés por la
gramática y la lingüística, es un texto que deberían tener. Existe una edición de Losada,
con traducción de Amado Alonso. También hay otras ediciones, como la de Alianza, que
tiene la misma traducción y la de Hyspamérica, con otra traducción que no es mala.
Alumno: ¿Sirven los materiales de años anteriores?
Profesora: En cuanto a la bibliografía general, una buena parte sirve, aunque las
Guías tienen algunas modificaciones según cuál equipo de profesores haya dictado en
cada cuatrimestre. Si ustedes tienen las Guías del año pasado correspondientes al
segundo cuatrimestre, encontrarán menos diferencias. Esto es así porque el año pasado
hemos invertido el orden tradicional: este equipo dictó en el segundo cuatrimestre. En
cambio, si ustedes tienen las Guías del cuatrimestre en que dictaron las profesoras
Giammatteo y Albano, pueden encontrar más diferencias, sobre todo en morfología. En
resumen: los materiales del segundo cuatrimestre del 2006 o del primero del 2005 tienen
escasas variaciones. Pero hay algunas, sobre todo en el aspecto bibliográfico. Hemos
cambiado alguna bibliografía que pasó de obligatoria a optativa, y viceversa. Todos los
años se hacen ajustes. Así que, si tienen Guías y materiales de años anteriores, es
conveniente compararlas con las de algún compañero que tenga los materiales de este
año.
Gramática 2007 1º C /Teórico 1 Apuntes Sim 5

También dentro de la Guía I, encontrarán como bibliografía el Manual de gramática


del español de Ángela Di Tullio. Usaremos con frecuencia este texto, de modo que es otro
libro que, si pueden, les recomiendo que compren.
Quiero hacer, para terminar, una reflexión sobre el lugar que esta materia ocupa
dentro de nuestra carrera. Para todos aquellos alumnos que sigan orientaciones en teoría
literaria o literaturas, esta será la única materia, junto con Lingüística, donde encontrarán
una reflexión sobre la lengua y, en Gramática, sobre el español en particular. De este
modo, quienes no sigan la orientación en lingüística sólo tendrán entonces dos materias
referidas al lenguaje. Sin embargo, muchos de ustedes, cuando se reciban, van a
encontrar una salida laboral en la enseñanza. Si esta va a ser su única Gramática es
bueno pensar en aprovecharla lo mejor posible. Nosotros vamos a hacer todo lo que esté
a nuestro alcance para que ustedes puedan aprovecharla, y para que puedan disfrutar de
la reflexión con el lenguaje. La idea es pensar la gramática desde una perspectiva
diferente a la que muchos conocen a través de la escuela secundaria. Sabemos, de
hecho, que muchos de ustedes ingresan a esta carrera porque les interesa la literatura y
no la gramática. Quizás esto es así justamente porque muchos han recibido en el
secundario una gramática sumamente mecanizada donde sólo se veía el aspecto del
análisis sintáctico. La enseñanza de la gramática en la escuela secundaria pasó por
diversas etapas. De acuerdo con esto, y con sus distintas edades, algunos de ustedes
habrán visto ciertas nociones gramaticales, mientras que otros no deben de haber visto
casi nada. Tal vez, algunos hayan tenido la suerte de contar con un profesor que los haya
hecho reflexionar y pensar acerca de lo que verdaderamente implica la gramática, es
decir, reflexionar acerca de cómo está constituida nuestra lengua y cómo funciona.
Nuestro interés entonces es que poder pensar la lengua; hacer una gramática lo más
reflexiva posible; una gramática cuyo estudio esté basado en el razonamiento y el
entendimiento, y la apelación a la memoria solamente sea una ayuda, un mero
instrumento para aprender sobre los fenómenos lingüístico-gramaticales.
Hasta el jueves.
***
Versión completa: Damián Grimozzi
20 Cod. 22

Gramática

Fecha: 19/04/07
Teórico № 9 Prof.: Laura Ferrari

Contenido: Guía III. Morfología.

Profesora: Buenas tardes. Vamos a retomar la exposición del martes acerca de los
procesos morfológicos derivativos, dado que he visto que el tema genera dificultades. Les
voy a proponer hoy una clasificación un poco más sencilla que la que presenta Pena,
aunque se trata de los mismos conceptos:

prefijación
- afijación sufijación
circunfijación

Procesos - composición
morfológicos
de derivación
- conversión
- sustitución
- sustracción

Esta es una versión simplificada de los procesos que presenta Pena. Los tres
últimos son presentados por Pena como subclases de la modificación; peor no queda
claro dónde queda ubicada la conversión. Por lo tanto, los vamos a considerar como tres
procesos productivos en menor grado, en español, que los dos principales.
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 9

De estos dos, hemos visto ya la afijación en sus tres variantes. Hoy veremos la
composición. Pero primero quiero que nos centremos en los tres últimos, que son los que
trajeron dificultades la vez pasada.
En la conversión, la sustitución y la sustracción hay que focalizar la atención en la
vocal del tema, porque es sobre ella que actúan. En la conversión, la vocal del tema
permanece inalterable; en la sustitución, la vocal se altera, se cambia por otra vocal; en la
sustracción, cae.

conversión pagar → (la) paga


sustitución pagar → (el) pago
sustracción perdonar → perdón

Hemos visto estos ejemplos. Un proceso de conversión da como resultado, a partir


de [pagar], [(la) paga]. El tema verbal, cuya vocal temática es [-a-] permanece idéntico en
el tema nominal. Lo único que cambia es la clase de palabra: el verbo se convierte en
sustantivo. Hemos visto también el caso de [Ella canta lindo], en que el adjetivo se ha
convertido en adverbio. Es visible que, de los tres procesos, este es el más productivo en
español.
Con la misma palabra, vemos que se produce sustitución al derivar, de [pagar], [(el)
pago], donde hay una alteración en la vocal temática: [a] es sustituida por [o].
Y para el caso de la sustracción, vimos el pasaje de [perdonar] a [perdón], donde la
vocal temática desaparece, y además se produce un cambio acentual. Recordemos: el
tema es [perdona], la [a] cae, y sólo queda [perdón]. Otro ejemplo de sustracción:
[deslizar] → [desliz].
También hay que destacar, respecto del primer proceso, la conversión, que lo único
que hace este proceso es cambiar la clase de palabra -recuerden que los procesos de
derivación a veces no lo hacen-. Por este motivo, la conversión está en el límite de la
morfología, en tanto no hay una realización mórfica de dicho cambio. Para casos como
este, el estructuralismo planteaba el concepto de alomorfo cero.
Gramática 2007/Teórico 9 Apuntes Sim 3

Lo importante para nosotros es que lo entiendan focalizando su atención en la


vocal del tema.
Alumna: No me queda claro lo que vimos la vez pasada acerca de cómo decidir
qué palabra deriva de cuál otra.
Profesora: Es difícil saberlo. Tiene que ver, en primer lugar, con el grado de
productividad de cada forma. Tomemos [perdón], que es un derivado sustantivo del verbo
[perdonar]. Esto quiere decir que mantiene algo de la idea presente en el verbo. Si
buscamos en el diccionario, posiblemente encontremos para perdón: "resultado de la
acción de perdonar". Piensen que la entrada del diccionario será completamente diferente
para sustantivos como mesa o silla, cuyo referente es un objeto. Nunca diríamos que
derivan de un verbo. En el segundo caso, desliz tampoco es un sustantivo prototípico, es
decir, no lo pensaríamos como un sustantivo en primera instancia, sino como el resultado
de una acción verbal.
Ahora bien, esto no debe entenderse como una regla general. Lo que sí sucede es
que, siempre que tenemos un sustantivo derivado de un verbo, no sólo el sustantivo
conserva parte de la idea verbal sino que, en su significación, hay una idea de resultado.
Pensemos en estos casos: [constituir] → [constitución]; [envejecer] → [envejecimiento]. En
los sustantivos correspondientes está condensado el proceso verbal. Una forma de
reconocer si es primero el sustantivo o lo es el verbo es analizar si lo que expresa el
sustantivo implica el resultado de un proceso. Pero, insisto, no es una regla general: en
morfología léxica todo es modalizable; ninguna descripción cubre todo el espectro de la
morfología. Un ejemplo contrario a los anteriores es [abanico] → [abanicar]. Resulta difícil
pensar que el verbo derivaría del sustantivo, porque abanico es un objeto. Una dificultad
adicional es que la sustracción no es un proceso suficientemente frecuente.
Alumno: Lo que se obtiene cuando se deriva un sustantivo de un verbo es un
sustantivo abstracto.
Profesora: No, porque la paga o el pago no son abstractos, sino bien concretos. Lo
que los caracteriza es que son el resultado de un proceso: el de pagar. Además, como
veremos en su momento, la distinción entre sustantivos concretos y abstractos es muy
difusa.
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 9

Ahora sí abordemos la composición. Es el proceso que se da cuando a una base


se añade otra base. En español, y en las lenguas romances en general, las palabras
formadas por la combinación de más de dos bases es rara. Uno de los pocos casos de
tres bases es [limpia-para-brisas]. Las palabras que se forman por composición son
entonces el resultado de la combinación de por lo menos dos formas libres, o que pueden
funcionar en la lengua como tales. Ejemplos:

cubrecamas maniatar espantapájaros


verdinegro pelirrojo

Formas libres son aquellos morfemas que no necesitan estar ligados a otros para
completar su significado. En este sentido, los afijos no son formas libres: siempre
necesitan anexarse a una raíz. Y a su vez las raíces -como adelantamos hace una o dos
clases- en español suelen no ser, tampoco, formas libres salvo algunas. Por ejemplo,
[blanc-] es una raíz que constituye un morfema ligado: requiere completarse con una vocal
temática.
En cambio, en [cubrecamas], tanto [cubre] como [cama] pueden funcionar como
formas libres. En [maniatar], si bien [mano] y [atar] son formas libres, vemos que la
palabra compuesta implica en muchos casos algunas modificaciones cuyo origen es
fonético. Lo mismo sucede en [verdinegro] o [pelirroja], donde [-i-] funciona como vocal de
enlace.
Existe un tipo particular de composición: aquel en que los formantes son temas
cultos, vale decir, derivados del griego o del latín, los cuales no pueden funcionar en forma
libre en la lengua. Las palabras resultantes constituyen un campo acotado; en general,
son términos que pertenecen al ámbito científico, filosófico o de las humanidades, que, en
algunos casos, han pasado a ser de uso cotidiano. Ejemplos de composición con temas
cultos son biología o filosofía. En [bio-logía], por ejemplo, ambos formantes provienen del
griego: [bio], de bíos, "vida"; y [logía], de lógos, que, entre muchas cosas, significa
"discurso" y "palabra". Ahora bien, dado su uso extendido, [bio-] en español se ha
convertido casi en un prefijo, y da lugar a muchos términos, como biotecnología, bioética,
Gramática 2007/Teórico 9 Apuntes Sim 5

etc. De todos modos, siempre está claro que no utilizamos [bio], [logía], [filo] o [sofía] como
formas libres en la lengua.
En la composición tenemos que tener en cuenta varios elementos. En primer lugar,
el tipo de base: si se trata de un sustantivo, un adjetivo, una forma que proviene de un
verbo, etc.; y, en segundo lugar, la relación que se establece entre las bases, dado que
esta relación puede ser de coordinación o de subordinación. Por ejemplo:

Coordinación Subordinación
[verd-] [-i-] [-negro] [pel-] [-i-] [-rroja]
Adj. Adj. N Adj.

En [verdinegro], se trata de dos adjetivos, que están en relación de coordinación.


En [peli-rroja], la relación es de subordinación: una base adjetiva modifica a una
sustantiva. Otro caso similar es [alta-voz].
A su vez, también encontramos en la lengua combinaciones entre procesos de
combinación y de afijación:

[agua][marina]

[mar-ina]

Aguamarina es una clase de piedra. La palabra posee una primera base de tema
simple, [agua] y a su vez una segunda base, [marina], que es una palabra derivada.
En cuanto a cómo considerar el tema, decimos que las palabras compuestas
poseen tema compuesto.
Alumno: En [marina] la raíz es [mar-] y el tema [marin]?
Profesora: No. el tema es toda la palabra: [marina]
Alumno: Pero ¿[-a] no es un sufijo flexivo?
Profesora: Lo sería en [marina] como palabra independiente; pero ya en tanto base
de la palabra compuesta [aguamarina], no. Se ha perdido ese carácter flexivo y [a] forma
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 9

parte del tema. Parece muy complicado, pero simplemente consideren que no tenemos un
par opositivo aguamarina/aguamarino, con lo cual se ve que no se trata de un sufijo
flexivo. Un fenómeno similar sucede cuando de un adjetivo que flexiona en género
derivamos un adverbio en -mente. La morfología de este tipo de adverbios siempre se
forma sobre el femenino del adjetivo, por lo cual, por ejemplo en [rápida-mente], no
podemos considerar que tenemos un tema, un sufijo flexivo y luego uno derivativo, lo cual
además violaría las reglas de formación de palabras (recuerden: los afijos flexivos cierran
las palabras; siempre van después de los derivativos). Por el contrario, en rápidamente la
segunda [a] ha dejado de ser un formante de "femenino" para convertirse en parte de la
base sobre la que opera el proceso de formación del adverbio.
Podemos decir algo más sobre aguamarina. La palabra, ahora un sustantivo, se
formó así, con [a] final, en tanto [marina] modificaba a [agua], y debía concordar. Pero al
lexicalizarse todo el conjunto y pasar a conformar una palabra compuesta, la [a] deja de
ser un afijo flexivo. Con lo cual, toda la palabra constituye el tema. Se trata de un tema
compuesto, es decir, constituido por dos temas: uno simple y otro derivado.
Alumno: ¿Cuál es la diferencia entre palabra compuesta y compleja?
Profesora: Las palabras compuestas son las que estamos viendo: aquellas
constituidas por un tema compuesto, es decir, dos bases que pueden funcionar en forma
libre dentro de la lengua -con la excepción ya mencionada de las palabras compuestas
por temas cultos-. Por su parte las palabras complejas son todas las palabras derivadas.
Usted debe haber leído esa distinción en el libro de Di Tullio. Ahora bien, particularmente
esa sección de su libro no forma parte de la bibliografía obligatoria para morfología. Para
ejemplificar, ella dice que gota es una palabra simple, gotita es compleja y cuentagotas es
compuesta. En nuestros términos, lo que ella denomina palabra compleja es aquella que
consta de un tema complejo, es decir, la raíz más algún afijo de derivación.
Quiero hacerles una aclaración a aquellos que lean la letra chica del texto de Pena.
Él sostiene que el español, como todas las lenguas romances, admite la composición sólo
entre sustantivos + sustantivos, sustantivos + adjetivos y adjetivos + adjetivos. La pregunta
inevitable, ante esa afirmación, es qué sucede en casos como [cubre-camas], [espanta-
pájaros], [lava-rropas], etc. La explicación es que en estos casos hay un proceso de
Gramática 2007/Teórico 9 Apuntes Sim 7

conversión de verbo a nombre: la primera base no es un tema verbal -[lava], [espanta],


etc.- sino un tema nominal. Es decir, aunque parecen verbos, son nombres que han
derivado de verbos. Ahora bien, Pena no avanza más: esta es toda la explicación que da.
Dejamos ahora la derivación para dedicarnos a la flexión. Vamos a considerar tanto
el aspecto flexivo de la palabra como el concepto de paradigma flexivo. Hemos
caracterizado derivación y flexión según una serie de parámetros que oponen ambos
ámbitos de la morfología. Uno de los más importantes es que los afijos derivativos son
opcionales. Cuando están presentes, forman parte de un tema derivado. Pero hay muchos
otros casos en que tenemos un tema simple. Es decir, el afijo de derivación no se aplica
siempre.
En cambio la flexión se caracteriza porque, en aquellos casos en que opera -
sabemos que hay palabras que no flexionan-, es obligatoria. Esto quiere decir lo siguiente:
si en español los sustantivos flexionan en número, todos lo harán -salvo raras
excepciones, debidas a fenómenos fonético-fonológicos o de historia de la lengua-.
Además, todos los sustantivos tienen género; de hecho, al establecerse la concordancia
en el sintagma nominal, exigen ese género de las palabras que los acompañan. Por su
parte, todos los verbos flexionan en tiempo, modo, aspecto, número y persona. Y dichas
categorías morfológicas, que se dan mediante afijos de flexión, se dan en forma
obligatoria y sistemática.
La flexión entonces es predecible, obligatoria, no constituye palabras nuevas y,
cuando un tema flexiona, necesariamente lo hace siempre. La flexión es necesaria para
que el tema pueda funcionar en la sintaxis. Dicho de manera un poco más desplegada: la
flexión es lo que permite que un tema pueda entrar en construcción con otros y funcionar
todos como palabras en la sintaxis. En cierto modo, la flexión es lo que convierte al tema
en palabra. Sólo que no siempre es así, porque, como sabemos, hay palabras que no
flexionan: en estos casos, tema y palabra coinciden. Este planteo es de un nivel
importante de abstracción. Por eso yo hago tanto hincapié en que entiendan la noción de
tema, que les permitirá entender todos los procesos morfológicos.
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 9

El tema es una entidad abstracta. Los afijos de flexión, para aquellos temas que
flexionan, son los que convierten el tema en palabra. Para aquellos temas que no
flexionan, tema y palabra serán homónimos.
Alumno: ¿Por qué decís que es abstracto, si yo puedo reconocer el tema en la
palabra?
Profesora: Porque es un concepto abstracto.
Alumno: Entonces, el de raíz también.
Profesora: Sí. Y ya hemos visto que el fonema también es un concepto abstracto,
que se realiza a partir de los fonos, los cuales también presentan un grado de abstracción,
aunque menor. En la misma dirección, decimos que el tema es un concepto abstracto que
se realiza en palabras. Justamente, aquello que convierte al tema en palabra son los afijos
flexivos. Y cuando el tema no flexiona, automáticamente se convierte en palabra, esto es,
sin afijos, ya puede funcionar en las construcciones sintagmáticas.
Enfoquemos ahora el paradigma de la flexión verbal.

[ cant] a ] ba ] mos ]
raíz v.t. suf. flex. suf. flex.
modo y pers. y
tiempo número

tema verbal sufijos flexivos

En una manifestación conjugada, como cantábamos, podemos considerar dos


partes principales: el tema verbal, constituido por la raíz y la vocal temática, y los sufijos de
flexión: identificamos un tipo de sufijo que indica tiempo y modo, en este caso, [-ba-], y
otro tipo de sufijo que indica persona y número: [-mos].
Los temas verbales se caracterizan por poseer siempre una vocal temática, aunque
a veces caiga por razones fonéticas según el afijo que siga al tema.
Por otra parte, todas las formas flexivas de un tema corresponden a una sola
palabra. Esto quiere decir que todas las formas flexivas de un tema constituyen un
Gramática 2007/Teórico 9 Apuntes Sim 9

paradigma flexivo que, en realidad, reúne todas las formas posibles de una misma
palabra. Por eso decimos que la flexión no produce ni palabras ni temas nuevos. Se trata
siempre del mismo tema, el cual tendrá distintas variaciones flexivas, también llamadas
formas flexivas. Todo el paradigma del verbo amar, por ejemplo, corresponde a una sola
palabra, y a un solo tema, que tiene distintas formas flexivas.
La flexión nominal y la verbal no son muy diferentes, en este sentido: tenemos
paradigmas flexivos nominales y paradigmas flexivos verbales. Las lenguas difieren en
cuanto a los grados de riqueza de dichos paradigmas. Por ejemplo, el español tiene una
morfología verbal mucho más rica que la nominal.
El paradigma de la flexión nominal del español posee dos dimensiones: género y
número, dimensiones que corresponden a categorías morfológicas. Puedo agotar
rápidamente todas las formas del paradigma flexivo de la palabra niño:

niño niña género


niños niñas número

Ahora bien, todo paradigma flexivo se basa en oposiciones. En el nominal, son


relativamente sencillas, y las variantes alomórficas de plural serán como ya hemos
expuesto en clases pasadas. En seguida vamos a completar la explicación de la
morfología flexiva nominal. Pero señalemos que el fundamento de todo paradigma flexivo
es el criterio de oposición. Y, cuantas más oposiciones tenga un paradigma, más
dimensiones se estarán oponiendo. En el caso del paradigma verbal, y en este sentido, la
complejidad aumenta: tenemos oposiciones relativas al tiempo, al modo, algunas
vinculadas al aspecto, y finalmente oposiciones relativas a la persona y al número. Hay
entonces un entrecruzamiento importante de oposiciones, que da a la morfología verbal
una complejidad mucho mayor, en español, que la nominal.
Comparemos nuestra segmentación de cantábamos con la de un nombre derivado
como niñitos:
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 9

[niñ] it ] o ] s]
raíz suf. der. suf. flex suf flex
apr. gén. núm.

Tenemos una raíz, un sufijo derivativo apreciativo y, luego, un sufijo flexivo de


género y uno de número: cada sufijo de flexión expresa separadamente una dimensión.
En cambio, en cantábamos, [-ba-] expresa a la vez tiempo, modo y aspecto, y [-mos]
expresa a la vez persona y número. No hay ninguna manera de distinguir los rasgos
flexivos de tiempo y de modo en [-ba-]: están fundidos. Lo mismo sucede en [-mos]. Y hay
que considerar que este es un ejemplo claro. Más complejo todavía es:

(él) [cant] a ]
raíz v.t.

Como ven, no tenemos casi nada: la raíz y la vocal del tema. Esto significa que los
morfemas de 3º persona, de singular, y de presente del indicativo no tienen realización.
Sólo podemos identificar estos morfemas a partir del lugar que canta ocupa dentro del
paradigma, y por oposición a otras formas del mismo paradigma. En este caso, tenemos
el tema puro, pero como sabemos que los demás morfemas flexivos del paradigma tienen
otras formas, cantemos, cantan, canto, etc.. con las cuales canta se halla en oposición,
identificamos canta como la forma de 3º persona del singular del presente del indicativo, a
pesar de que los formantes morfológicos correspondientes no estén presentes. El
estructuralismo hubiera sostenido que en estos casos hay alomofro cero, expresándolo
así: [2]. El significado está dado en virtud del juego de oposiciones, y no por realizaciones
alomórficas.
Alumna: En el práctico vimos la [a] de [canta] como morfo amalgama.
Profesora: En las notas de su texto, Pena sostiene que hay muchas
segmentaciones dentro de la morfología verbal; incluso, interpretaciones que se
contradicen. Pero en este caso no: es vocal del tema. Podría tomarse como un morfo
amalgama el de [o] en [cant]o], donde [cant-] es la raíz, la vocal del tema cae y [o] es
Gramática 2007/Teórico 9 Apuntes Sim 11

morfo amalgama. Pero nunca cuando aparece [a] porque es la vocal del tema. La vocal
temática suele caer cuando el sufijo comienza con vocal. Pensemos en la forma
subjuntiva [cant]e]: evidentemente, la vocal del tema cayó y [e] indica subjuntivo. Pero
como también indica singular y presente, podemos pensarlo como una amalgama. Sin
embargo es una posibilidad de interpretación que no es compartida por todos los autores.
Otros sostienen que, en [cante], [e] es el formante de modo, y que los otros morfemas no
tienen realización.
Alumno: Entonces, la vocal del tema no aporta ninguna información.
Profesora: Sí lo hace: te está diciendo a qué conjugación pertenece el verbo.
Alumna: ¿Por qué hablamos de flexión nominal y verbal, y no adjetival?
Profesora: Lo hacemos, porque el concepto de nombre, en este marco, engloba
sustantivos y adjetivos. Y además, el nombre es el que dirige la concordancia, como
veremos en breve. Podemos adelantar que en el sintagma nominal se produce una
reflexión de las categorías de género y número, esto es, el género y el número del nombre
se proyectan sobre adjetivo y determinante; así, el nombre rige la concordancia.
Volvamos al paradigma flexivo verbal. Más allá de la discusión acerca del término
amalgama, lo que es indudable es que hay fusión de morfemas: en los afijos flexivos,
como dirían los estructuralistas, tenemos más de un morfema para un mismo alomorfo. Es
el caso de [-ba-], que expresa a la vez tiempo y modo. Pero también tenemos el fenómeno
inverso: morfemas sin realización alomórfica, es decir, alomorfo 2.
Si recuerdan lo visto con la profesora Ciapuscio sobre la noción de morfema, una
de las razones por las cuales no puede decirse que el morfema sea equivalente siempre
al signo mínimo es lo que estamos relevando: todos estos casos de la flexión verbal en
que no hay una correspondencia uno a uno entre significado y significante, entre
contenido y expresión. El caso del alomorfo 2 es el de un contenido que no tiene
expresión. Está presente y se hace visible la idea -el morfema- en virtud del juego de
oposiciones, y no en virtud de un significante presente en la cadena. En cambio, cuando
tenemos una fusión, como en [-ba-], tenemos una sola expresión, un solo significante,
para varios significados o contenidos.
Alumna: ¿Fusión alomórfica es lo mismo que morfo amalgama?
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 9

Profesora: En cierta forma, sí. La variación terminológica se debe a las distintas


corrientes teóricas.
Ahora bien, para definir el paradigma flexivo en general diremos: en primer lugar,
que es un conjunto cerrado de significantes -es un sistema cerrado, como lo es todo
sistema gramatical-, que tienen un contenido común -representado por el tema-. Estos
significantes se manifiestan en los diferentes afijos flexivos. En segundo lugar, las
oposiciones intracategoriales -por ejemplo, dentro de la categoría morfológica de número-
son constantes. Si una clase de palabras flexiona en número, toda esa clase lo hará. En
tercer lugar, los formantes son regulares, esto es, hay determinados formantes y no otros:
no podemos -a diferencia de la morfología derivativa- crear nuevos formantes flexivos. Por
ejemplo, no podemos inventar una nueva forma de expresar el plural. Esto no significa
que no haya variantes, por ejemplo, en los verbos irregulares; pero ya la variación está
limitada a esos verbos irregulares existentes: no podemos crear verbos irregulares
nuevos. Esto se desprende de lo anterior: los paradigmas flexivos son, como todo sistema
gramatical, sistemas cerrados.
Ahora pasamos a las categorías morfológicas, es decir, lo que hasta ahora hemos
denominado dimensiones, y que constituyen los criterios de oposición en los paradigmas
flexivos. Comencemos por la flexión del nombre. Como adelantamos, los rasgos flexivos
que gravitan en el nombre, entendiendo ahora por nombre sustantivo, son el género y el
número. El nombre o sustantivo puede estar léxicamente determinado en cuanto al género
o bien puede manifestarlo en forma flexiva, cosa que sucede con un pequeño grupo de
nombres en la lengua. Este grupo está constituido por todos aquellos sustantivos en los
cuales el género indica variación de sexo: gato/gata, perro/perra, etc. El resto de los
sustantivos tiene asignado un género, es decir, poseen género inherente o léxico. En
estos casos, el género es un clasificador nominal, es decir, una forma de dividir los
sustantivos de una lengua en dos o más grupos.
Respecto de este tema, encontrarán en la Guía dos bibliografías muy diferentes:
por un lado, la lectura de Fernández Lagunilla, quien realiza una descripción fuertemente
gramatical de la flexión nominal y de la verbal y, por otro lado, un capítulo del Curso de
lingüística moderna de Hockett, quien fue un postestructuralista -sumamente lúcido-, que
Gramática 2007/Teórico 9 Apuntes Sim 13

analizó una gran cantidad de lenguas. Él es el que acuña el término tema que usamos en
morfología, y que retoma Pena -entre paréntesis, sin decir de quién lo toma-, definiéndolo
casi de la misma forma. Les damos esta bibliografía para que puedan ver que las
categorías morfológicas no son universales. Esto es: las lenguas tienen rasgos flexivos;
pero cada lengua categoriza en forma flexiva de diferente manera. El género, por ejemplo,
que en español divide los sustantivos en dos grupos, en otras lenguas funciona de manera
absolutamente diferente. Esta es una de las cosas que aporta Hockett.
Fernández Lagunilla se centra en lo gramatical: género y número son rasgos
flexivos que determinan la posibilidad del sustantivo de relacionarse con el adjetivo y el
determinante; dentro del sintagma nominal, el sustantivo dirige la concordancia. Ahora
bien, la concordancia no sólo consiste en esta confluencia de rasgos de género y número
al interior del sintagma nominal, sino que también el sustantivo deberá concordar con el
verbo -núcleo del sintagma verbal- en número y en persona, para poder articular la
oración.
Por esto es que dijimos al comenzar con esta unidad de morfología que la flexión
es una articulación entre morfología y sintaxis: en tanto permite que los temas se
conviertan en palabras, pueden así construirse los sintagmas como unidades intermedias
y, a su vez, los sintagmas constituir la oración. Sin la concordancia, no podríamos tener
oraciones bien formadas. [El libro rojo] es un sintagma nominal bien formado; no lo es *[La
libro rojos], donde se violan las reglas de la gramática.
Ahora bien, el hecho de que libro sea masculino, en este estado de la lengua, es
arbitrario. En el caso de este sustantivo, masculino no es sino una subclase de nombres.
De ahí género, término que, en este sentido, remite a su concepto clasificatorio: géneros,
especies y subespecies.
Sin embargo en otras lenguas no sucede lo mismo. Por ejemplo, sabemos que en
latín, griego y sánscrito tenemos tres géneros: masculino, femenino y neutro. En español
quedan rastros del neutro, apenas circunscriptos a los pronombres demostrativos y el
artículo neutro -que además tiene otra funcionalidad-.
Otra idea interesante que plantea Hockett es que el género tiene una motivación
semántica muy escasa y mediatizada. En español, se relaciona, originariamente, con la
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 9

distinción de sexo; pero una vez que se hubo determinado léxicamente, ya esa relación
entre distinción de sexo y distinción de género se pierde totalmente. En otras lenguas no
es así. Señala Hockett:

El ruso tiene un sistema similar de tres géneros -es decir, masculino, femenino y
neutro- pero también, en parcial intersección con él, un contraste bipolar de animado e
inanimado: sea cual fuere la asignación de un sustantivo animado en los géneros del
primer sistema, siempre se hace referencia a él con /któ/ 'quien', mientras que a uno
inanimado se hace referencia con /štó/ 'que'.

Por esto tenemos interés en que lean Hockett: podrán ver que existen lenguas en
que la distinción genérica puede tener una relación más o menos mediatizada con otros
rasgos: en este caso, [+/- animado]; en otros, por ejemplo, el género expresa si el objeto
está presente o no en la situación comunicativa. La impresión que se tiene es que el
género, en principio, fue motivado por algún tipo de significado -no necesariamente el
sexual-, y que, después, al lexicalizarse los sustantivos, esa motivación se ha ido
perdiendo y queda una clasificación arbitraria.
Por otra parte, dice Hockett que para que una categoría sea considerada género
debe aplicarse sistemáticamente a todos o casi todos los sustantivos de una lengua
determinada, es decir, dichos sustantivos tienen que pertenecer a una clase genérica o a
otra. Dicho con otras palabras, y volviendo a nuestra introducción del tema, tiene que
cumplir con las características del paradigma flexivo: ser cerrado, obligatorio y regular. Si
no se cumplen estos requisitos, ya no podemos hablar de género como una categoría
morfológica. Es preciso que esta categoría gramatical -que él llama selectiva, pero es
equivalente- debe aplicarse a todos los sustantivos. Cada uno de ellos debe estar en una
subcategoría o en otra. Si no sucede esto, ya deja de ser un sistema gramatical.
Alumno: ¿Entonces, según tu acepción de palabra, sólo existe dentro de una
oración, y no sola? Porque dijiste que todas las formas flexivas remiten a una sola palabra.
Gramática 2007/Teórico 9 Apuntes Sim 15

Profesora: Las palabras pueden existir solas. Yo me refería a que, por ejemplo,
niño, niña, niños y niñas, remiten a una sola palabra, en tanto entrada del diccionario. Pero
esa entrada, aunque no lo es, podría ser niña.
Alumno: ¿Palabra y lexema son lo mismo?
Profesora: No son términos equivalentes, pero tu pregunta apunta a lo anterior:
todas las variantes flexivas de niño corresponden al mismo lexema. El de lexema también
es un concepto abstracto: es el contenido denotativo de una palabra, no la palabra misma.
Como primera aproximación, podríamos decir que el lexema es una palabra teórica.
Alumna: Que se realiza con distintas formas.
Profesora: Exactamente. De todos modos, no todos los autores definen lexema de
la misma manera. Cuando hablamos de lexema, apuntamos al contenido léxico, y ya no a
la morfología.
Alumna: Por eso es que la flexión no es un proceso de formación de palabras.
Profesora: Claro. Por eso son llamadas formas de una misma palabra. Todo el
paradigma corresponde al mismo tema, es decir, a una noción abstracta de palabra. Los
autores, insisto, tiene distintas posturas sobre esto. Pero todos sostienen -en esto hay
acuerdo generalizado- que las reglas de formación de palabras corresponden a la
morfología derivativa. La morfología flexiva ya tiene la palabra, y lo que hace es preparla
para funcionar en la sintaxis.
Alumna: ¿La palabra es tal cuando ya la tengo en una oración?
Profesora: Lo hemos dicho al introducir el tema de morfología: depende del
enfoque. Si consideramos la palabra en cuanto a su constitución interna,
morfológicamente, es la unidad máxima de esta disciplina; pero en tanto unidad de la
sintaxis, es la unidad mínima.
Para terminar con la flexión nominal, una breve referencia a la categoría de
número. Así como dijimos respecto del género que las lenguas difieren, también lo hacen
en cuanto a la categoría de número: en griego, hay número singular, dual y plural. Hay
otras lenguas en que hay también número trial.
Pasemos ahora a la flexión verbal. Puede agruparse en dos grandes rubros: el
tiempo y la concordancia. El primero señala el momento en que ocurre lo expresado por
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 9

el predicado verbal. Cada vez que emitimos un enunciado, este tiene una relación
determinada con el tiempo de la enunciación, que es el momento en que se produce el
enunciado. Este es el eje con el cual hay que establecer todas las relaciones temporales.
El momento de la enunciación es el aquí y el ahora, las coordenadas espaciotemporales:
en relación con este momento, pueden establecerse en el discurso relaciones de
anterioridad, simultaneidad o posterioridad. Así, a grandes, rasgos, podemos hablar de
tres instancias temporales, respectivamente, pasado, presente y futuro. Parece una
verdad de Perogrullo; sin embargo, este sistema de presente, pasado y futuro tiene
distintas formas de expresarse de acuerdo con las lenguas, y flexivamente presenta en
cada una de ellas específicas distinciones.
Además de este eje primero, el que se vincula con los denominados tiempos
deícticos, es decir, los que se vinculan con el momento de la enunciación, existen los
tiempos relativos, también llamados tiempos anafóricos. A través de estos se establecen
relaciones secundarias con algún otro tipo de eje temporal. Por ejemplo, consideremos:
Mientras yo hablaba, entró un alumno. La acción de entrar está en relación con una acción
anterior, la de hablar, que a su vez es anterior al momento de la enunciación.
La relación entre yo hablaba y entró un alumno se establece entre esas dos
instancias; y estas a su vez se retrotraen al momento de la enunciación. Otro ejemplo:
Cuando yo llegué a la facultad, había terminado de llover. La acción de llover, enunciada
en pluscuamperfecto del indicativo, indica una acción anterior respecto del momento en
que yo llegué a la facultad, que a su vez es anterior al momento de mi enunciación. Bien:
ese tiempo pluscuamperfecto es llamado tiempo anafórico, porque su ubicación temporal
no se vincula con el momento de la enunciación sino con otro tiempo del discurso. Desde
ya que, a su vez, todo termina por retrotraerse al momento de la enunciación; pero hay
una distinción clara entre aquellos tiempos directamente relacionados con el momento de
la enunciación, llamados tiempos deícticos, y aquellos tiempos relacionados entre sí en el
discurso, llamados tiempos anafóricos.
El modo, por su parte, es una categoría morfológica verbal, es decir, una
realización gramatical manifestada a través de la flexión verbal, que se relaciona con la
actitud del hablante. Esta actitud puede variar en dos sentidos: en primer lugar, en cuanto
Gramática 2007/Teórico 9 Apuntes Sim 17

al grado de veracidad que el hablante le otorga a su enunciado, esto es, si lo considera


real, posible, probable o imposible -suele decirse, por ejemplo, aunque en seguida lo
matizaremos, que el modo indicativo es el de la realidad-; y, en segundo lugar, esta actitud
del hablante puede ser exhortativa, desiderativa, dubitativa, etc. Estas características del
modo dan las formas del indicativo, del subjuntivo y del imperativo. Sin embargo, las
distinciones no son tajantes. El subjuntivo es un modo muy amplio, que puede expresar
irrealidad, potencialidad, exhortación, deseo, y tiene un comportamiento muy particular.
Hay mucho para decir acerca de las diferencias entre subjuntivo e indicativo en
español. Una primera diferencia, muy cuestionada, es la que mencionamos: se ha
sostenido que el indicativo es el modo de la realidad, mientras que el subjuntivo lo es de la
irrealidad. Sin embargo, en muchas ocasiones expresamos irrealidad o potencialidad con
indicativo e, inversamente, el subjuntivo no necesariamente expresa potencialidad o falta
de realidad. Es el caso de los llamados verbos factivos. Por ejemplo, en Lamento que
hayas venido, la forma subjuntiva no expresa nada que sea irreal o posible, sino un hecho
real. También el subjuntivo ha sido considerado el modo de la subordinación, en tanto se
usa en la mayoría de las proposiciones subordinadas. Hay, sin embargo, algunos usos del
subjuntivo en oraciones independientes, pero por lo general, aun en estas oraciones, tiene
un elemento inductor, esto es, un elemento que exige el modo subjuntivo. Por ejemplo, los
adverbios ojalá o quizás: Ojalá vengas, Quizás no venga. No estamos ante proposiciones
subordinadas, pero hay un elemento que induce el uso del subjuntivo.
Alumna: ¿Y el que?
Profesora: Exactamente, como en ¡Que venga!, donde el subjuntivo expresa un
deseo.
Alumno: ¿El condicional no es un modo?
Profesora: Es un tiempo del indicativo, tal como lo define Bello. Normativamente, se
ha sostenido que el condicional es el futuro en el pasado. Sin embargo, también el
condicional puede tener valores modales, así como el subjuntivo. Por ejemplo, indicar
posibilidad, o falta de compromiso por parte del emisor respecto de lo que está diciendo.
Este último es el caso del llamado condicional periodístico: Cambiarían la conducción del
INDEC. El periodista sabe que lo van a hacer, pero no quiere comprometerse con su
18 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 9

enunciado. Por otra parte, el uso más habitual del condicional es en los llamados períodos
condicionales, en conjunción con el subjuntivo: Si vinieras a tiempo, encontrarías una silla.
En cuanto a los valores modales, también el futuro puede adoptarlos. Por ejemplo,
en Tendrá unos treinta años, no hay ninguna afirmación con respecto a un momento
posterior a la enunciación. El uso es modal, estoy haciendo una hipótesis que puede
parafrasearse: Debe de tener unos treinta años. Esto es posible en tanto el futuro siempre
tiene un grado de eventualidad. De lo único que podemos estar seguros es del pasado; ni
siquiera del presente podemos estarlo. Más allá de las connotaciones pragmáticas que
pueda tener mi afirmación, ya en esencia el futuro es eventual, en tanto no podemos
saber exactamente o aproximadamente qué sucederá. Por eso el futuro puede adoptar
usos modales.
Y a su vez, aunque el subjuntivo presente en español distinción de tiempos,
muchas veces esas distinciones se diluyen. Consideren: No creo que llueva hoy. Está en
subjuntivo presente. Pero también puedo decir No creo que llueva mañana, con lo cual el
tiempo presente del subjuntivo expresa un evento futuro. Sucede que en este ejemplo el
tiempo está dado por el adverbio. Esto significa que en subjuntivo las distinciones
temporales se neutralizan -concepto que traemos de la fonología- con muchísima mayor
facilidad que en el indicativo.
Una tercera categoría morfológica también exclusivamente verbal es el aspecto.
Indica la naturaleza del evento, en el sentido de si está concluido o no. Ahora bien, esta
categoría puede o no tener una manifestación morfológica; si la tiene, en español se
manifiesta en el contraste entre el pretérito imperfecto y el pretérito perfecto simple -antes
denominado indefinido-, es decir, amaba y amé. Si damos un ejemplo más complejo, se
verá mejor: Concurrí a clase aunque llovía copiosamente. Concurrí indica una acción
terminada, es decir, aspecto perfectivo; llovía en cambio expresa que ese evento no está
necesariamente concluido: es el aspecto imperfectivo.
Ahora bien, esta distinción entre acción o evento concluido y no concluido tiene
varias maneras de expresarse: una es morfológica -es decir, a través de un afijo de
flexión-, y es la que señalamos entre el pretérito imperfecto y el perfecto simple. Existe una
segunda, ya de carácter sintagmático, a través del contraste entre los tiempos
Gramática 2007/Teórico 9 Apuntes Sim 19

compuestos y los simples. Todos los tiempos compuestos del paradigma verbal indican
aspecto perfectivo, y todos los simples -menos el pretérito perfecto simple-, indican
aspecto imperfectivo. En tercer lugar, existen otras maneras de marcar distinciones
aspectuales, que retomaremos más adelante: a través de perífrasis verbales. Por ejemplo,
Comenzó a llover hace una hora. [Comenzar a + infinitivo] es una perífrasis que indica
inicio de acción.
Es decir que, desde el punto de vista morfológico, sólo tenemos distinción entre
acción concluida y acción no concluida; pero a través de las perífrasis podemos dar
muchos más valores aspectuales del evento: comienzo de la acción, finalización,
continuidad, obligación, etc.
Alumno: Pero en Comenzó a llover estoy usando el perfecto simple y expresando
una acción no concluida en cuanto a llover, pero concluida en cuanto al inicio.
Profesora: Claro, se entrecruzan el aspecto morfológico con el aspecto expresado
por la perífrasis. Es cierto. La acción de comenzar queda expresada como concluida. En
cambio si dijera Comenzaba a llover cuando entré a la facultad, la perífrasis indica
proceso.
Otro rasgo del aspecto es léxico y se vincula con la naturaleza del verbo. Este
aspecto ya no tiene realización morfológica. Hay verbos que, por su propia naturaleza
léxica, indican acción concluida. Por ejemplo, morir o nacer. En Juan nació a las dos de la
mañana, aunque además esté el refuerzo del uso del pretérito perfecto, la acción en sí
está terminada. A este tipo de verbos, Bello los llamó desinentes. Otros verbos, como
amar o tener, indican acción permanente, más allá de que podamos acotarlos en su uso.
Son todas distinciones de base netamente léxica. Todo esto lo retomaremos cuando
veamos perífrasis verbales.
Hemos dicho que el otro gran rubro de la flexión verbal es la concordancia. Esta es
un conjunto de rasgos que muestran su manifestación en categorías gramaticales: entre
sustantivo y adjetivo, en género y número, por un lado; y entre sustantivo y verbo, en
número. Pero además, entre sustantivo, o pronombre, y verbo se establece concordancia
según una categoría morfológica que todavía no hemos mencionado: la persona.
20 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 9

Lo peculiar de la persona es ser una categoría morfológica verbal y nominal. Esto


es central para comenzar la semana que viene con sintaxis: el verbo rige la concordancia
respecto del sujeto, tanto en persona como en número. Esta concordancia es la que
posibilita que se estructure la oración.
Nos queda una categoría morfológica muy importante: el caso. No podemos verla
en clase, de modo que les pido que la lean en la bibliografía, específicamente, en el
capítulo de Hockett.
Seguimos el martes.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod. 21
19

Gramática

Fecha: 30/04/07
Teórico-Práctico № 4 Prof.: Paula Mahler

Contenido: Guía IV: Sintaxis

Profesora: Hoy es nuestra última clase antes del parcial, que es el jueves que
viene. Los últimos temas que serán evaluados en el parcial son los que se van a ver esta
semana. Eso quiere decir que entrará todo lo que veamos hoy y lo que verán en Teóricos
y en sus comisiones de prácticos. No entrará en este parcial lo que corresponda al teórico-
práctico del lunes que viene, ni al teórico del martes previo al parcial.
Hoy comenzamos a trabajar, de los temas de sintaxis, especialmente la estructura
de las oraciones. Ustedes han visto una introducción a la sintaxis y la definición de oración
con la que trabajamos en la cátedra. Nosotros veremos hoy por qué la cátedra sostiene
que la oración es una estructura jerárquica.
Ya hemos visto que en las palabras se verifica una estructura jerárquica, que
analizamos en las clases de morfología. Si bien las palabras y las oraciones son
estructuras sintagmáticas, su estructura no es lineal: no está dada simplemente por el
agregado de un elemento detrás de otro, sino que ambas presentan una estructura
jerárquica. Lo que nos interesa en sintaxis es descubrir, precisamente, cuáles son las
relaciones que las palabras mantienen entre sí en el marco de la oración; cuáles son las
marcas que nos permiten establecer esas relaciones y qué relaciones son obligatorias y
cuáles son opcionales.
En principio, las relaciones que se establecen entre las palabras dentro de la
oración son de tres tipos: relaciones de orden; relaciones a partir de conexiones explícitas
o implícitas y relaciones de selección de unas palabras sobre otras. Por ejemplo:
2 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 4

Los niños tiraron la pelota roja hacia el techo.

Más allá de la definición de oración que se maneje, puede afirmarse que esta es
una oración. Una primera relación de orden que se detecta es la que se establece entre
[Los] y [niños], porque el artículo o determinante sólo puede ir a la izquierda del nombre.
Todas las lenguas tienen ciertas relaciones de orden establecidas, que se modifican
según la lengua. Existen lenguas, por ejemplo, en las que el núcleo de un sintagma sólo
puede estar al comienzo de la oración.
Veamos las relaciones explícitas. En esta oración, esas relaciones están dadas por
la concordancia: [los niños] está en plural y es 3ª persona, y [tiraron] incluye en su flexión
verbal una marca de plural y de 3ª persona. Esta es una conexión explícita.
En cuanto a la selección que las palabras ejercen unas sobre otras, encontramos,
por ejemplo, la que ejerce la preposición [hacia] respecto su complemento.
El concepto de selección implica el rasgo de obligatoriedad. Lo veremos con mayor
profundidad respecto de los verbos: cómo seleccionan sus argumentos, es decir, cómo
exigen determinados argumentos. La preposición exige un sintagma nominal después de
ella; a veces, un adverbio. Pero, en principio, sabemos que nunca podríamos encontrar
este contexto:

*[hacia ¯ .]

Por ejemplo, *[Los niños tiraron la pelota roja hacia] es agramatical. De eso se
tratan las selecciones que una palabra ejerce sobre otras dentro del marco de la oración.
Estas relaciones determinan una estructura interna de la oración. La cuestión es
entender cuál es esa estructura, si es lineal o es jerárquica. Como ya se ha mencionado,
la estructura de la oración es como la de las palabras, es decir, jerárquica.
Desde hace muchos años, en sintaxis se usan representaciones arbóreas de las
oraciones: sus elementos se representan mediante ramas y nudos. También pueden
hacerse representaciones por medio de corchetes, de la misma manera que se hace en
morfología.
Gramática 20071C/T-P 4 Apuntes Sim 3

Ahora veremos por qué es útil la representación arbórea, en comparación con una
lineal como la siguiente:

Los niños tiraron la pelota roja hacia el techo.

Esa representación señala que todas las palabras de la oración tienen la misma
jerarquía, es decir, que el tipo de relación que se establece, por ejemplo, entre [pelota] y
[roja] es igual a la que se establece entre [roja] y [hacia]. Aun sin saber sintaxis, en tanto
hablantes de esta lengua, sabemos que eso no es así. Este tipo de representación,
entonces, no marca las diferencias entre los tipos de relaciones, ni señala qué elementos
tienen que estar y cuáles pueden no hacerlo. De hecho, en este ejemplo, [roja] podría no
estar y la oración seguiría siendo gramatical, cuestión que no sucedería si faltara [la]: *Los
niños tiraron pelota roja hacia el techo.
Para determinar qué relaciones estrechas y relevantes mantienen las palabras
dentro de una oración, debe encontrarse una representación que permita reconocer los
constituyentes que las conforman. De hecho, como hablantes del español, podemos
determinar cuáles son los grupos de palabras relevantes dentro de esta oración.
Alumna: Sujeto, objeto directo...
Profesora: Primero, procedamos intuitivamente, sin las denominaciones.
Alumnos: [Los niños], [tiraron la pelota roja], el verbo.
Profesora: El verbo no es un grupo de palabras.
Alumno: [hacia el techo].
Profesora: Exactamente. Representemos con corchetes los grupos que
reconocimos:

[Los niños] [tiraron la pelota roja] [hacia el techo]


4 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 4

¿La relación entre [tiraron] y [la pelota roja] es igual a la relación entre [tiraron] y
[hacia el techo]?
Alumna: La primera es más importante.
Profesora: Sí. ¿Por qué?
Alumna: Porque [hacia el techo] podría no estar.
Profesora: Está bien. Al mismo tiempo, no podría decirse: *[Los niños tiraron].
Alumna: Pero se puede cambiar de lugar, y decir: Los niños tiraron hacia el techo la
pelota roja.
Profesora: Sí. Precisamente, el modo en que se mueven los grupos al cambiar de
lugar indica que se trata de constituyentes. También podría decir: Tiraron las pelota roja
los niños hacia el techo, o Hacia el techo los niños tiraron la pelota roja e incluso, podría
ponerse el verbo al final: Los niños hacia el techo la pelota roja tiraron. No es agramatical.
Sin embargo, se establece una relación diferente entre [tiraron] y aquello que se tira
y [tiraron] y la indicación de lugar. Intuitivamente ustedes se han dado cuenta de que
[hacia el techo] podría omitirse, con lo cual están reconociendo elementos obligatorios y
elementos opcionales.
Vamos a representar esta oración, teniendo en cuenta los grupos de palabras que
hemos detectado:
O

A B

C E

D F

Los niños tiraron la pelota roja hacia el techo


Gramática 20071C/T-P 4 Apuntes Sim 5

Como puede verse, intuitivamente ustedes separaron [los niños], que en esta
representación arbórea se representa como A y [tiraron la pelota roja hacia el techo], que,
como todo un conjunto, se señala como B. A y B son, entre sí, constituyentes inmediatos y
principales de la oración. Pero, a su vez, de B se desprenden dos ramas: por una parte, C
representa [tiraron la pelota roja], y por otra, E, [hacia el techo]1. Luego, siempre
extrayendo dos ramas de cada nudo (o nodo), se deriva [tiraron] de C y D, del cual se
desprenden [la] y G, nudo del cual a su vez se desprenden [pelota] y [roja]. Finalmente,
del nodo E se desprenden: el núcleo [hacia] y F, en tanto sintagma nominal [el techo].
De este modo, si se observa el árbol completo puede verse: en primer lugar, que se
señalan dos grandes segmentos: A: [los niños], y B: [tiraron la pelota roja hacia el techo].
En segundo lugar, se indica la independencia de [hacia el techo]. En tercer lugar, la
dependencia que sufre [la pelota roja] respecto de [tiraron]. En cuarto lugar, se muestra
que las oraciones tienen estructuras intermedias, a través de los nudos del árbol.
En la clase del jueves, van a trabajar la estructura de los sintagmas, y verán más
profundamente cómo se definen estos nodos intermedios en los árboles, que permiten
representar la estructura jerárquica de las oraciones.
En el árbol también puede observarse claramente que la relación entre [la] y
[pelota] no es la misma que entre [pelota] y [roja]: [la] funciona como un constituyente
inmediato de G, es decir, del grupo [pelota roja].
Alumna: ¿Por qué la relación entre [la] y [pelota roja] no es la misma que entre [los]
y [niños]?
Profesora: Porque en A no hay un adjetivo. Si hubiese uno que formase un
sintagma, debería ponerse otro nudo intermedio.
Esta segmentación se hace sobre la base de un único elemento que funciona como
sustituto del segmento completo. Ese único elemento es el núcleo de los sintagmas que,
como ya hemos visto, son clases de palabras léxicas.
Aquello que queda al final de las ramas son las construcciones. Una construcción
es un grupo de palabras entre las cuales se establece una relación sintagmática. [Los

1
Las letras no coinciden con las del texto de Di Tullio, pero son convencionales.
6 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 4

niños] es una construcción; la relación sintagmática que se establece allí es la de


concordancia en género y número.
A su vez, [tiraron la pelota roja] es también una construcción. Sin embargo, la
relación sintagmática que se establece aquí es de rección, porque un núcleo rige sus
complementos: [la pelota roja] es complemento del núcleo verbal [tiraron].
[Los niños tiraron la pelota roja hacia el techo] también es una construcción, cuyas
construcciones constituyentes son A y B, cuya relación sintagmática es la de
concordancia. La oración es, precisamente, la construcción mayor de la sintaxis. Como tal,
es una construcción que no integra ninguna otra, a diferencia de los sintagmas. El
postulado de autonomía sintáctica de la oración proviene de allí: una oración es una
construcción autónoma, porque no integra ninguna otra construcción. Por eso, es la
unidad mayor de la sintaxis.
Es evidente que las oraciones forman, a su vez, textos. Pero la sintaxis no analiza
textos, sino que termina en la oración, en tanto su unidad mayor de análisis. Este es un
postulado teórico, epistemológico y metodológico; es lo que nos permite decir cómo
funciona la sintaxis de una lengua.
Las relaciones que se establecen dentro de las construcciones son estructurales y
no de adyacencia. Si bien [roja] está al lado de [hacia], esta adyacencia no indica ningún
tipo de relación estructural entre estas dos palabras.
Cabe aclarar aquí que el concepto de constituyente es un concepto relacional. En
líneas generales, un elemento o una construcción será constituyente de algo. Es decir:
una construcción es constituyente de otra construcción si forma parte de esta
construcción. Es una definición tautológica. [la pelota roja] es constituyente de [tiraron la
pelota roja], es decir, D es constituyente de C. Esto es independiente de la complejidad
interna que tenga el constituyente: un constituyente puede ser una palabra, un sintagma o
una proposición subordinada. En todos los casos, es un constituyente porque forma parte
de una construcción de un nivel jerárquico mayor. De este modo, las palabras son
constituyentes de los sintagmas.
Sin embargo, las palabras no son construcciones, puesto que en las
construcciones tiene que establecerse determinada relación sintáctica cuestión que no
Gramática 20071C/T-P 4 Apuntes Sim 7

sucede con una palabra aislada. Debe hacerse aquí una salvedad: en [¡Vamos!], por
ejemplo, sí aparece una palabra aislada que forma una construcción, que es la oración.
Esto se produce porque el modo imperativo no tiene persona. Es un ejemplo de lo que
llamamos casos marginales.
Las unidades intermedias, entonces, son constituyentes de las unidades mayores;
son construcciones en relación con los elementos que las conforman. ¿Qué es el análisis
sintáctico?
Alumna: Un análisis jerárquico.
Profesora: Sí. En el análisis sintáctico se representan las relaciones jerárquicas
dentro de la oración. Se supone que este análisis representa el conocimiento que los
hablantes tienen de la sintaxis de esa lengua.
Vamos a representar nuestra oración con corchetes, que es el modo que usaremos
para hacer el análisis sintáctico:

[ [ [ Los niños ] [ [ tiraron [ la pelota roja ] ] [ [ hacia [ el techo ] ] ] ]


SN SN SN SP SV

Tenemos dos constituyentes mayores: el SN (sintagma nominal) y el SV (sintagma


verbal). A su vez, en el interior del SV encontraremos otros sintagmas: nominales,
preposicionales, etc. Por ahora no interesa la segmentación exhaustiva, sino simplemente,
mostrar que este tipo de representación nos permite ver que [los niños] no se relaciona
sólo con el verbo sino con toda la construcción del sintagma verbal.
En la representación arbórea podemos ver, con mayor claridad que en la
representación con corchetes, varias cuestiones. En primer lugar, posiciones de
dominancia: qué nodo domina a qué otro, es decir, cómo se establecen las relaciones
jerárquicas. En segundo lugar –en ambos tipos de representación– puede detectarse
cuáles son los elementos constituyentes de las distintas construcciones. En tercer lugar,
las posiciones de adyacencia o posiciones horizontales como, por ejemplo, las que se
producen entre [tiraron la pelota roja] y [hacia el techo].
8 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 4

Comprobar la existencia real de los nodos intermedios es lo que interesa a la


sintaxis y a la gramática. Esa comprobación se hace a través de pruebas sintácticas.
Seguramente, conocen algunas pruebas que han visto en la escuela secundaria. Por
ejemplo, ¿cómo se comprueba que un determinado sintagma nominal es el objeto directo?
Alumna: Mediante la pregunta: ¿Qué?
Profesora: No. Esa no es una prueba sintáctica.
Alumna: Con un pronombre.
Profesora: Esa sí lo es: se llama pronominalización. La pasivización –es decir, la
transformación de una oración en voz activa a una en voz pasiva– es otra prueba
sintáctica . Vamos a ver pruebas sintácticas que demuestran que estos nodos intermedios
son constituyentes.
Primera prueba: el movimiento. Si una construcción se puede mover, es un
constituyente. En la primera oración, todas las construcciones podían moverse:

[Los niños tiraron la pelota roja hacia el techo]


[Tiraron la pelota roja los niños hacia el techo]
[Hacia el techo los niños tiraron la pelota roja]
[Los niños hacia el techo la pelota roja tiraron]

Siempre se mueven los grupos completos: nunca se separa [la] de [pelota roja], ni
[hacia] de [el techo]. Entonces, cada una de estas construcciones es un constituyente.
Segunda prueba: sólo un constituyente puede funcionar como respuesta a una
pregunta. Si se pregunta qué tiraron los niños hacia el techo, la respuesta es un
constituyente: [la pelota roja]; si se pregunta hacia dónde tiraron la pelota roja los niños, la
respuesta es otro constituyente: [hacia el techo]; qué hicieron los niños: tiraron la pelota
roja; quiénes tiraron la pelota roja hacia el techo: los niños. Lo que funciona como
respuesta es el constituyente completo.
Tercera prueba: los constituyentes pueden simplificarse:

[Los niños tiraron la pelota roja hacia el techo] > [Ellos la tiraron hacia allí]
Gramática 20071C/T-P 4 Apuntes Sim 9

Inversamente -dentro de la misma prueba- los constituyentes pueden expandirse.


Por ejemplo:

[Los niños de quinto grado tiraron la pelota roja de cuero hacia el techo de la casa vecina]

Cuarta prueba: los constituyentes pueden identificarse porque conllevan dos tipos
de información que los hablantes de una lengua identifican intuitivamente y que nosotros
tendremos que identificar de manera explícita. La primera es la información categorial, y la
segunda, la información funcional. Un constituyente siempre tiene determinada
información categorial y determinada información funcional.
La información funcional siempre estará relacionada con la oración en la que ese
constituyente esté incluido, cuestión que no ocurre con la categorial. La información
categorial indica qué tipo de sintagma es esa construcción. Se denomina información
categorial porque la pregunta se orienta a la categoría o clase de palabras a la que
pertenece el núcleo de ese sintagma. En [Los niños], la información categorial indica que
ese sintagma es nominal, porque su núcleo es un nombre. En cambio, la información
categorial de [tiraron la pelota roja hacia el techo] señala que se trata de un sintagma
verbal, porque su núcleo es un verbo. A su vez, la información categorial de [hacia el
techo] es que se trata de un sintagma preposicional, porque su núcleo es una preposición.
Alumna: No entiendo la diferencia entre construcción, constituyente y sintagma.
Profesora: Un constituyente lo es siempre respecto de algo –es un concepto
relacional–. Por eso, la oración es una construcción, pero nunca es un constituyente. Un
sintagma se diferencia de un constituyente porque el sintagma no debe integrarse a nada
para serlo – es decir, no conlleva esencialmente un carácter relacional–. Podría hacerse
una lista de sintagmas nominales, de sintagmas preposicionales, etc., sin que ellos sean
constituyentes de nada. Para que esos sintagmas se transformen en constituyentes tienen
que estar en la estructura de una oración.
10 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 4

Por ejemplo, en el sintagma [la pelota roja], la estructura es [la] y [pelota roja], es
decir, estos dos elementos son constituyentes de ese sintagma. Y asimismo, si tomamos
[pelota roja], tenemos dos constituyentes.
Alumna: ¿Y la diferencia entre constituyente y construcción?
Profesora: Una palabra puede ser constituyente, pero no construcción porque las
construcciones siempre se establecen a partir de relaciones sintagmáticas que requieren,
al menos, dos palabras.
La información funcional es la información sintáctica de una oración. En este caso
es importante el contexto oracional, ya que es el único ámbito en el que se dan las
relaciones sintácticas.

1) [ [Los autos] [chocaron] ]


sn

2) [ [ Vendí ] [ los autos ] ]


sn

El sintagma [los autos] en 1) y en 2) comparte la misma información categorial: en


ambos casos es un sintagma nominal. Pero difiere en cuanto a la información funcional:
en 1), es sujeto mientras que en 2), es complemento de objeto directo.
Todas las construcciones tienen una información categorial y una información
funcional.
Las funciones sintácticas también se reconocen por marcas formales. El sujeto, por
ejemplo, se reconoce por la relación de concordancia con el verbo; el objeto directo por la
pronominalización o por la pasivización.
Cuando se hace el análisis sintáctico, es decir, cuando se representan las
relaciones jerárquicas internas de la oración, normalmente, no hay más que una
interpretación para cada oración. Dicho de otro modo, la mayoría de las oraciones de la
lengua no son ambiguas, y por eso, no aceptan más de una interpretación. Es lo que
sucede con el ejemplo que hemos venido viendo desde el comienzo.
Gramática 20071C/T-P 4 Apuntes Sim 11

Sin embargo, veamos una oración como la siguiente: María encontró el pantalón
amarillo. Pueden señalarse claramente dos interpretaciones. La primera es que María
encontró el pantalón, que era amarillo. La segunda, que buscaba el pantalón, y cuando lo
encontró, vio que estaba amarillo. Si se dan estas dos interpretaciones y ambas son
posibles, deben poder representarse cada una sintácticamente, porque no se trata de un
problema respecto del significado de las palabras –la ambigüedad no es léxica– sino
estructural. Esas dos interpretaciones tienen que poder representarse por medio de
corchetes. En primer lugar, se establece la presencia de dos constituyentes principales en
ambos casos, según las letras con las que asignamos en nuestro árbol a esos dos
constituyentes: A y B, siendo A [María] y B [encontró el pantalón amarillo]. Ahora, tenemos
que concentrarnos en el sintagma verbal:

1ª interpretación:
[ María ] [ encontró [ el pantalón amarillo ] ] ]

2ª interpretación:
[ María ] [ encontró [ el pantalón [ amarillo] ] ]

Para la 1ª, [el pantalón amarillo] es un solo constituyente de B; para la 2ª en


cambio, [el pantalón] y [amarillo] son dos constituyentes separados.
Las pruebas para detectar constituyentes que vimos anteriormente sirven
precisamente para estos casos:
Movilidad: 1ª interpretación: El pantalón amarillo encontró María; 2ª interpretación:
María encontró amarillo el pantalón.
Preguntas: para la 2ª puedo preguntar cómo encontró María el pantalón, y la
respuesta será [amarillo], como un constituyente.
Ampliación/reducción: puedo responder a la misma pregunta, para la 2ª
interpretación, diciendo [María lo encontró amarillo verdoso]
Pronominalización: 1ª María lo encontró; 2ª; María lo encontró amarillo o Amarillo,
lo encontró María.
12 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 4

Existe otra prueba, que podemos agregar, la denominada oración hendida:

1ª: Fue el pantalón amarillo, lo que encontró María


2ª Fue el pantalón, lo que encontró amarillo María.

En los casos en los que puede determinarse la existencia de más de una


interpretación para una misma oración, se habla de homonimia estructural.
Alumna: ¿Qué significa oración hendida?
Profesora: Es como si se metiera una cuña en la oración, que está dada por una
estructura con el verbo ser o estar y que. Ya veremos más ejemplos al respecto.
Veamos cuál es la diferencia entre ambas interpretaciones en el ejemplo dado. Se
trata de la función sintáctica de [amarillo]. Si fuera posible considerar el contexto,
seguramente no habría ambigüedad, porque habría elementos para saber si María
buscaba su pantalón amarillo, o un pantalón, que encontró sorpresivamente de ese color.
Pero para poder comprender cómo actúa la información funcional, no debe considerarse
el contexto, ya que categorialmente amarillo es siempre un adjetivo.
Existe también la homonimia léxica. Siempre doy el mismo ejemplo porque cada
año se agregan diferentes interpretaciones: Tengo el gato guardado en el garage. Ya
tengo cuatro interpretaciones, todas de carácter léxico en torno al significado de gato: 1ª:
el animal; 2ª, la herramienta para elevar un coche; 3ª: la peluca; 4ª: la prostituta.
Las causas de hominimia estructural son diversas, y siempre tienen que ver o con
la información categorial o bien con la información funcional. Veamos otro ejemplo:

El niño vio al hombre con el telescopio.

Lo que nosotros buscamos en estos casos de homonimia es que ustedes


descubran cuáles son las causas. Primero, pueden hacer un análisis con corchetes que
permita representar la homonimia.
Gramática 20071C/T-P 4 Apuntes Sim 13

1ª interpretación:

[El niño ] [ vio [ [ al hombre con el telescopio] ] ] ]


esp. n. n. n. SN
SN SV

En este caso, igual que en el anterior, la ambigüedad se da por la función sintáctica


diferente que se le atribuye al sintagma [con el telescopio]. Estamos de acuerdo en que
se trata de un sintagma preposicional, con la función, en el primer caso -esto lo verán en
la clase que viene- de complemento del núcleo del sintagma nominal [al hombre].
Cabe aclarar aquí que nosotros no vamos a trabajar con nociones probablemente
conocidas por ustedes como las de modificador directo e indirecto. El punto de vista
teórico que hemos elegido tiene la ventaja de economizar las explicaciones. La estructura
de un sintagma verbal es la misma que la de un sintagma nominal, y que la de un
sintagma preposicional, en el sentido de que en todo sintagma siempre tendremos un
núcleo y complementos. Los complementos van a variar, mientras que los núcleos
siempre estarán constituidos por clases de palabras léxicas. Esto es más potente con
respecto a la uniformidad de la sintaxis.

2ª interpretación:

[El niño ] [ vio [ al hombre ] [ con [el telescopio] ] ]


esp. n. n. n. SN
SN SN SP SV

Aquí en cambio [con el telescopio] es independiente de [al hombre]. Sigue siendo


un sintagma preposicional, o sea que desde el punto de vista categorial es igual que en la
1ª interpretación. Pero su función es ser un adjunto de instrumento. Ustedes quizás
todavía no puedan diferenciar entre complementos y adjuntos, pero sí se les va a pedir
14 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 4

que demuestren a través de las distintas pruebas sintácticas que en la 2ª interpretación


[con el telescopio] es un constituyente:
Movilidad (2ª interpretación): Con el telescopio el niño vio al hombre, o El niño con
el telescopio vio al hombre.
Preguntas: ¿Con qué vio el niño al hombre? Respuesta: [con el telescopio]
Expansión: El niño vio al hombre con el telescopio alemán.
Alumna: ¿No puedo sustituir con un pronombre?
Profesora: No es lo mismo expandir que sustituir. Si pronominalizamos, también
puede diferenciarse una interpretación de otra. Para la 1ª: El niño lo vio, lo cual quiere
decir que [con el telescopio] forma parte del sintagma nominal [al hombre con el
telescopio]; en cambio, en la 2ª, tenemos que decir: El niño con el telescopio lo vio.
Alumno: ¿Hay homonimia en: El chico vio al hombre grande?
Profesora: Ese es un caso interesante. Con el adjetivo, se ve mejor esta cuestión.
Se detectan, efectivamente, dos interpretaciones:

1ª [El chico] [vio [al hombre grande]]]

2ª [El chico [vio [al hombre [grande]]]]

Según la 1ª, el chico vio al hombre, que es grande; según la 2ª, el chico vio que el
hombre había envejecido. Cuando se sustituye en la 1ª, resulta: El chico lo vio porque
[grande] es un complemento de [hombre] y, por lo tanto, integra ese sintagma nominal. En
cambio, según la 2ª interpretación, [grande] ya no es complemento de [hombre] sino un
predicativo objetivo. Y si se hace la sustitución es: El chico lo vio grande. Ya verán en qué
consisten los predicativos.
Ya hemos visto las pruebas de movilidad, de las preguntas, de la sustitución y de la
expansión. La última es la oración hendida. Si tomamos la 2ª interpretación, es:

Fue con el telescopio, que el niño vio al hombre.


Gramática 20071C/T-P 4 Apuntes Sim 15

Entre los elementos que producen la incisión (verbo ser + que) queda el
constituyente entero: [con el telescopio].
Alumna: ¿Cómo sería para la 1ª?
Profesora: Para demostrar que es un constituyente, es suficiente con que pueda
hacerse para una de las interpretaciones.
Las distintas funciones de los constituyentes no son la única causa de la
homonimia o, por lo menos, no en el mismo sentido que acabamos de relevar. Veamos
este ejemplo:

1ª interpretación 2ª interpretación
[ Un viejo gobernante ] [ Un viejo gobernante ]
esp. n. comp. SN esp. comp. n. SN

En la secuencia Un viejo gobernante también se dan dos interpretaciones: la


primera es que hay un viejo que gobierna, y la segunda, que hace mucho tiempo que ese
gobernante lo es.
En este caso, la diferencia tiene que ver con la información categorial de los
elementos de ese sintagma. En los dos casos, se trata de un sintagma nominal. El
problema es si el núcleo es viejo o es gobernante. En el primer caso, la paráfrasis sería:
Un viejo que gobierna, y [gobernante] sería complemento del núcleo [viejo]. En cambio, si
el núcleo es [gobernante], la paráfrasis podría ser: Un señor que gobierna desde hace
mucho tiempo, donde, al revés, [viejo] sería el complemento del núcleo [gobernante]. En
este caso, es la información categorial lo que permite desambiguar las estructuras.

1ª interpretación 2ª interpretación
[ Alicia piensa [ en su casa ] ] [ Alicia piensa [ en su casa ] ]
SP SP
Adj. circ. de lugar Compl. régimen
16 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 4

Según la 1ª interpretación, Alicia está en su casa, y piensa; en la 2ª, aquello sobre


lo que piensa Alicia es su casa. Lo interesante es que en ambos casos el
encorchetamiento es el mismo. Lo que es distinto aquí es la función sintáctica. en la 1ª,
[en su casa] es un circunstancial de lugar -por ahora, lo denominaremos así pero ya
veremos que es, además, un adjunto circunstancial de lugar-. En cambio en la 2ª, el
sintagma [en su casa] es lo que llamamos complemento régimen.
Alumno: ¿Qué diferencia hay entre adjunto y complemento?
Profesora: En la primera oración que vimos hoy, el sintagma [hacia el techo] era un
grupo de palabras o construcción que podía obviarse, y se distinguía de [la pelota roja],
que era el elemento que no podía obviarse. Los elementos obligatorios son los
complementos y los opcionales son los adjuntos. El complemento régimen nunca es
opcional, por eso se lo llama de ese modo. En general, los circunstanciales suelen ser
opcionales y por eso son adjuntos.
Alumna: ¿[en su casa] no es un objeto directo, porque es el objeto en que ella
piensa?
Profesora: No, porque el objeto directo es siempre un sintagma nominal, y aquí
tenemos un sintagma preposicional.
Alumna: Pero es objeto de su pensamiento.
Profesora: Esa es una consideración semántica, no sintáctica. Como estructura
sintáctica, un complemento régimen siempre es un sintagma preposicional. De hecho, se
denominan de ese modo precisamente porque son sintagmas preposicionales exigidos
por los verbos: ciertos verbos exigen ciertos sintagmas preposicionales, cuya ausencia los
convierte en agramaticales.
Algunas veces, la ambigüedad tiene que ver con las relaciones semánticas que se
establecen entre el núcleo y los complementos. Por ejemplo, en La elección del
presidente. Tenemos dos interpretaciones: 1ª, que el presidente es Agente y eligió algo;
2ª, que el presidente es Paciente y fue elegido. Veamos:

[ La elección [ de/[l presidente ] ] ]


esp. n. n. comp. SN SP SN
Gramática 20071C/T-P 4 Apuntes Sim 17

En este caso, el análisis sintáctico no ofrece las herramientas para resolver esta
ambigüedad, que es netamente semántica porque se vincula con los papeles temáticos de
estos elementos, tema que veremos más adelante. Veamos un ejemplo más, que tiene
varias interpretaciones posibles:

Los amigos de Virginia y su padre viajaron a Brasil.

El asunto aquí es quién viajó y cuál es la relación entre [Virginia], [los amigos] y [su
padre]. Veamos:

1ª [[[Los amigos de Virginiai] y [su padrei]] [viajaron a Brasil]]

2ª [[[Los amigos de Virginiai] y [su padrej]] [viajaron a Brasil]]

3ª [[[Los amigos [de Virginia y su padre] [viajaron a Brasil]]

Si el padre es el de Virginia, lo marcamos con el mismo subíndice [i], con lo cual


tenemos la 1ª interpretación. La 2ª es que este padre no es el de Virginia sino el de otra
persona, un tercero, para lo cual marcamos con distinto subíndice cada constituyente. La
3ª interpretación es que consideremos que [los amigos] lo sean de Virginia y de su padre.
En este caso, [los amigos] es distributivo respecto de [Virginia] y [su padre], mientras que
en la 1ª y la 2ª, no interpretamos con este carácter distributivo, sino sólo como los amigos
de Virginia. De todas formas, dentro de este mismo sintagma, sigue pudiendo
interpretarse que el padre puede ser el de Virginia o el de un tercero.
Vamos a trabajar con otros ejemplos en los que sucederán cosas como las vistas,
y trataremos de resolverlos.

Llenó el tarro de pintura.


18 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 4

Alumno: Puedo interpretar, en primer lugar, que llenó el tarro de pintura con otra
cosa y, en segundo lugar, que con pintura llenó el tarro.
Profesora: Bien. Encorchetemos:

1ª [ [Llenó [el tarro de pintura] ]

2ª [ [Llenó [el tarro [de pintura] ]

Cabe señalar aquí que esta ambigüedad no existiría si la preposición fuera [con].
Veamos las pruebas. Pueden tomar cualquiera de los dos ejemplos. Lo que tienen
que demostrar, si toman el primero, es que [el tarro de pintura] es un constituyente único.
Lo primero es poder moverlo:
Alumna: El tarro de pintura llenó.
Profesora: Bien. La segunda prueba es hacer una pregunta: ¿Qué llenó? La tercera
es expandir.
Alumna: Llenó el tarro de pintura con tornillos.
Profesora: No, porque [con tornillos] es un constituyente separado. Expandir
implica, como prueba, poder hacerlo en el mismo constituyente que estás tratando de
demostrar que es tal. Por ejemplo, Llenó el tarro de pintura Alba. Sigue la sustitución.
Alumna: Lo llenó.
Profesora: Bien. Finalmente, la oración hendida es: Fue el tarro de pintura lo que
llenó.
Alumna: ¿Esta es homonimia estructural?
Profesora: Sí. La interpretación se debe a la función que se le atribuyó a los
constituyentes en la oración.
Comparemos estas dos oraciones:

1) La policía encontró el auto chocado.


2) La policía encontró el auto robado.
Gramática 20071C/T-P 4 Apuntes Sim 19

Alumno: Sólo la primera es ambigua.


Profesora: Exactamente. 2) tiene una sola interpretación, que se representa con
corchetes del siguiente modo:

[[La policía] [encontró [el auto robado]]]

En cambio, la primera tiene dos interpretaciones:

1ª [[La policía] [encontró [el auto chocado]]]


2ª [[La policía] [encontró [el auto] [chocado]]]

Si se prueba la 2ª, por ejemplo, a partir de la sustitución, resulta: Lo encontró


chocado. La prueba de movilidad para la 2ª podría ser: La policía encontró chocado el
auto. La pregunta, también, para la 2ª: ¿Cómo encontró el auto la policía? La expansión
sería Lo encontró chocado y quemado. La oración hendida: Fue chocado que la policía
encontró el auto. Para la 1ª interpretación, la oración hendida en cambio sería: Fue el auto
chocado lo que la policía encontró, donde se ve que el constituyente entero es [el auto
chocado]. La sustitución es La policía lo encontró.
Una última oración, que responde a un caso de homonimia por razones
semánticas:

La foto de Juan está sobre la mesa de madera.

Una 1ª interpretación es que Juan es quien está en la foto. Una 2ª, que la foto
pertenece a Juan, y una 3ª: que Juan sea quien sacó la foto. La ambigüedad es
semántica, y la interpretación sintáctica es siempre la misma.
Es todo por hoy. En virtud del parcial que tienen la semana que viene, el lunes,
antes de comenzar con el tema que tenemos que ver, voy a contestar todas las preguntas
que necesiten hacer.
*** Versión completa: Damián Grimozzi
Cod. 15

Gramática

Fecha: 23/04/07
Teórico-Práctico № 3 Prof.: Paula Mahler

Contenido: Guía III. Morfología.

Profesora: Buenas Tardes. En la clase anterior vimos las diferencias entre prefijos y
sufijos y entre flexión y derivación. Hoy vamos a trabajar con un tipo específico de afijos,
que son los apreciativos. Después veremos los que se denominan formantes cultos y
finalmente, las categorías morfológicas. El texto básico con el que nosotros trabajamos es
Pena; el resto es bibliografía complementaria. Algunas de las cosas que vamos a trabajar
hoy están en Varela Ortega.
Para comenzar, sería interesante comparar los procesos de flexión y los de
derivación. En primera instancia, los procesos derivativos son creativos, mientras que los
flexivos no lo son. Son creativos porque mediante la aplicación de un morfema derivativo a
una base léxica se crea una nueva palabra. Puede hablarse del menemato o del
delaruato. Esas palabras están formadas sobre Menem y sobre De la Rúa porque el sufijo
–ato lo permite. Se arman sobre otras bases que ya existen en la lengua, como por
ejemplo, virreinato. Esto es lo que luego permite hacerlo sobre nombres propios.
Entonces, los prefijos y los sufijos derivativos son los que permiten crear palabras nuevas.
En español, al menos, los sufijos derivativos son más que los flexivos. Los flexivos,
de hecho, constituyen clases cerradas: podemos saber claramente cuántos son. En
cambio, la cantidad de afijos derivativos puede ampliarse. El afijo re- y la duplicación que
implica es un ejemplo de esto, ya que es un prefijo bastante nuevo. Incluso puede
afirmarse que está circunscripto sociolingüísticamente, ya que se da solamente en el
español de la Argentina, aunque la televisión puede haberlo llevado a otros lugares. Se
trata de fenómenos locales que las lenguas permiten; incluso, aparecen en el diccionario
2 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 3

las palabras con re- como prefijo. Es un proceso que puede ser creativo en un momento
determinado y que quizás luego caiga en su uso. En este sentido, la flexión nunca permite
crear nuevas unidades léxicas: solamente permite flexionar unidades léxicas que sean
susceptibles de ser flexionadas, en tanto existen unidades léxicas que no lo son: las
preposiciones, los subordinantes. Los afijos flexivos componen clases cerradas, que se
denominan paradigmas. Por ejemplo, el plural nominal en español está conformado por el
siguiente paradigma:

-s
plural - es
-^

Estos son los únicos tres alomorfos para formar plural en español. El elemento que
determina qué forma debe usarse es de tipo fonológico. Estos paradigmas, además, son
para cada clase de palabra. El plural verbal no es igual que el nominal. En los verbos, los
morfemas flexivos son amalgamas, es decir, morfos en los que no se pueden separar las
categorías que indican. En comimos, la flexión es –imos: no se puede detectar qué
elementos corresponden al número, a la persona, al tiempo, etc. El paradigma de la
flexión verbal solamente puede darse en forma completa: el del modo indicativo, el del
subjuntivo, etc. Cuando se aprende la gramática de una lengua extranjera, se aprenden
estos paradigmas, que se corresponden con las conjugaciones. La clasificación en
conjugaciones ha sido armada por la gramática sobre la realidad de las lenguas.
El proceso derivativo puede cambiar la categoría gramatical de la base. En cambio,
en el proceso flexivo no hay cambio de esas categorías porque la flexión corresponde a
determinadas clases de palabras.
El proceso derivativo cambia la semántica de la base. Esto es inherente a su
capacidad como elemento formador de nuevas palabras. Finalmente, puede afirmarse que
la flexión es relevante para la sintaxis: es la porción de la morfología en la que aparece la
sintaxis en las relaciones de concordancia. Si tengo un sintagma nominal (SN) que
Gramática 20071C/T-P 3 Apuntes Sim 3

funciona como sujeto y que está en plural, cuestión que se detecta por los rasgos flexivos,
voy a necesitar en forma obligatoria un verbo en plural.

[ [Los claustros ] [ son tres ] ]


SN SV

Entre un SN y un sintagma verbal (SV), la concordancia se establece a partir del


número y de la persona. Dentro de un SN, la concordancia se dará en género y número
entre el adjetivo y el sustantivo:

[ La jirafa blanca ]
SN

Habiendo sintetizado las características de los procesos de flexión y derivación en


forma comparada, vamos a ver los sufijos apreciativos, que tienen un funcionamiento
especial. Se denomina sufijos apreciativos a los diminutivos, a los aumentativos y a los
despectivos.

Perrazo
Poquito
Poquitito

Este tipo de sufijos permite la reaplicación de los mismos, cuestión que no sucede
con los derivativos. Es el caso de poquitito; también se puede decir chiquititito o
muchisísimo. En todos esos ejemplos, se reaplica el mismo sufijo apreciativo. Cabe
aclarar que esto no sucede siempre: no se puede decir *perrazazo”, así como tampoco se
pueden unir sufijos apreciativos que denoten diferente valor semántico. Se puede decir un
cochecito pero no, un *cochezacito, ya que no se puede adjuntar un diminutivo a un
aumentativo: entran en contradicción.
4 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 3

Muchos autores afirman que los apreciativos están entre la flexión y la derivación.
Nosotros sostendremos que esto no es así. Son derivativos, fundamentalmente, porque
no pueden constituir paradigmas. El hecho de constituir paradigma es una condición sine
qua non de los sufijos flexivos y es lo que los caracteriza fuertemente. Los apreciativos no
tienen la relación con la sintaxis que sí tienen los flexivos.
Los apreciativos no cambian la clase de palabra. En sentido estricto, tampoco
cambian la semántica. Le agregan un rasgo diferente, pero no forman una palabra nueva.
Cuando se hace un plural, sucede lo mismo: se le agrega un rasgo a la palabra pero no se
forma una nueva. El hecho de que no cambien la clase de palabra los acerca a la flexión,
pero siguen siendo derivativos.
Los apreciativos no tienen especialización. En el caso de los sustantivos, puede
decirse:

Libro Bicho
Librito Bichito
Librazo Bichazo
Libraco Bichejo

En el caso de los adjetivos, también puede decirse poco, poquito pero no, *pocazo
porque el aumentativo entra en contradicción con el significado de poco. Los adjetivos que
indican colores no admiten este tipo de sufijación. Es decir: -ito sirve para sustantivos y
para adjetivos. Asimismo, pueden adjuntarse a adverbios: cerca, cerquita; lejos, lejísimo;
alto, altísimo, aun cuando los adverbios son palabras invariables, es decir, no flexivas.
El hecho de que no tengan relación con la sintaxis es otra característica que aleja a
los sufijos apreciativos de la flexión. No plantean ningún tipo de relación sintagmática
dentro de la oración. Las relaciones sintagmáticas, según Saussure, son aquellas
relaciones lineales que se dan entre signos y entre fonemas, es decir, entre unidades.
Esas unidades pueden ser desde la mínima (el fonema) hasta las sintagmáticas a nivel de
la oración. Son unidades lineales que tienen un orden, que se vuelve relevante.
Alumno: Se dan en presencia.
Gramática 20071C/T-P 3 Apuntes Sim 5

Profesora: Sí, no puedo evocarlas como sucede en las relaciones paradigmáticas.


En los paradigmas, si se usa el femenino, por ejemplo, es porque no puede usarse el
masculino: se da uno u otro. Pero usamos el femenino porque existe el masculino: esa es
la ausencia. Desde el punto de vista sintagmático, los sufijos apreciativos no dependen de
la sintaxis, de las relaciones gramaticales que se den. Esto los aleja de los flexivos.
Otra característica propia de estos sufijos es que aparecen antes de la flexión.
Algunas veces, funcionan como infijos: en Carlitos, en Marquitos, en azuquitar.
Ahora vamos a trabajar con los formantes cultos, a partir de este corpus:

Ecología
Ecoturismo
Fóbico

Alumno: Eco- aparece como prefijo.


Profesora: No. Para que eco- funcione como prefijo, tiene que haber un proceso de
derivación. En ecología, se da un proceso de composición con formantes cultos. Los
prefijos siempre se ubican antes de la raíz. Esto no sucede necesariamente con los
formantes cultos. Puede decirse filología y logopedia. Logo- aparece en cada caso en
distinta posición. Esta es un característica que diferencia a los afijos de los formantes
cultos. El prefijo siempre va ligado a una raíz. En este caso no hay raíz. En ecoturismo, el
formante culto se adjunta a una palabra. Turismo no es una base: la base es una noción
teórica. Lo que detecto como tal es el elemento que sirve como base para posibles
procesos. Podría decirse ecoturístico, por ejemplo, e incluso podría crearse el verbo
ecoturistear, que sería legítimo. Fóbico es un derivado de fobia. No hay ahí un formante
culto, porque fobia es una palabra, a pesar de que provenga del griego.

Ecología eco- + -logía (formante culto + formante culto)


Ecoturismo eco- + turismo (formante culto + palabra)
Fóbico (palabra + sufijo)
6 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 3

Pueden aplicarse procesos de derivación sobre bases que contengan formantes


cultos. El ejemplo sería ecológico. Los formantes cultos no tienen un orden establecido.
Cuando se unen dos formantes cultos, como en filosofía, la palabra resultante puede
flexionarse: Las filosofías actuales son deconstructivistas. No sucede lo mismo con la
afijación: no se pueden unir afijos y aplicar la flexión sobre eso.
Alumna: En el caso de palabras como agorafobia o claustrofobia, ¿cuál es el
proceso?
Profesora: Sería la unión entre un formante culto y una palabra. Estos formantes
cultos se asemejan a las raíces, porque son portadores de un sentido. No podría decirse
que –miento en estacionamiento es portador de sentido tal y como logos o filo lo son en
filosofía.
Alumno: ¿-miento no determina una clase de palabra?
Profesora: -miento es un afijo nominalizador deverbal. Ese es su significado, no
tiene otro de tipo léxico, como lo tienen: filo, sofía, eco, etc. Por eso digo que, en este
sentido, los formantes cultos se acercan a las raíces, ya que constituyen verdaderos
lexemas. Como las raíces, tienen un significado estable y no relacional.
Alumna: La composición por formantes cultos, ¿es derivación?
Profesora: No. Se trata de dos procesos diferentes. En palabras como casaquinta o
lavarropas, lo que se produce es la unión de dos palabras. Este es el proceso de
composición. Sin embargo, la composición a partir de dos palabras no es lo mismo que
entre dos formantes cultos, porque, en sentido estricto, los formantes cultos no funcionan
como palabras independientes. En español, se dice amor, no filo, aunque filos haya
significado amor en griego.
Alumno: Si se habla del logos, ¿deja de ser un formante culto y se transforma en
palabra? ¿No puede ser las dos cosas?
Profesora: Si se encuentra en un libro, seguramente va a aparecer en bastardilla,
como se hace cuando aparecen palabras extranjeras para las que no hay traducción. No
pueden ser formantes cultos y palabras a la vez: el formante culto no funciona de manera
independiente sino ligado a otra unidad. Se habla del logos o de la polis pero no se las
considera palabras del español. Se utilizan esos términos porque no hay equivalentes
Gramática 20071C/T-P 3 Apuntes Sim 7

exactos en español, pero eso no significa que dejen de ser palabras griegas. Ocurre lo
mismo con palabras como software: se utiliza en español pero sigue siendo una palabra
inglesa. En chatear, no puede decirse que chat sea la raíz en español. Habría que discutir
si tiene un significado léxico estable o no. De hecho, significa "charlar": en el idioma
original no está vinculado a la idea de escritura como en el uso que se le da ahora. Lo que
se produce en chatear es un proceso de derivación: a una palabra del inglés, se le agrega
un morfema de infinitivo: -ar. Todos los verbos nuevos pertenecen a la 1ª conjugación
porque es la más estable de las tres. La lengua es muy económica, tiende a optimizar
recursos.
Alumna: Las palabras que se forman por composición, ¿tienen uno o dos temas?
Profesora: Tienen un solo tema.
Alumna: Cuando en un ejercicio nos dan una palabra, ¿cómo se identifican los
formantes cultos? ¿Hay que saberlos?
Profesora: Nadie les va a dar un ejercicio sin los recursos para resolverlo. Los
ejercicios que se plantean en los exámenes no son capciosos. De hecho, algunos son
demasiado evidentes. Lo que deben hacer para reconocer los formantes cultos es trabajar
con las palabras. Por ejemplo, si se les da una palabra como logopedia: es el término que
se usa en España para referirse a la fonoaudiología, pero es una disciplina vinculada a los
chicos, a la educación. Pueden no conocer logopedia, pero pueden ponerla en relación
con otras que sí conozcan: enciclopedia u ortopedia y, en ese punto, determinar cuáles
son los formantes.
Alumna: ¿Filosofía no tiene raíz?
Profesora: Las palabras formadas por composición no tienen una raíz, porque son
el resultado de la unión de dos palabras. Si se descompone esa nueva palabra, pueden
detectarse las raíces. Pero lo que se forma es un nueva palabra, a la que se le pueden
aplicar procesos flexivos y derivativos. Podría decirse, por ejemplo, casaquintita.
Vamos ahora a las categorías morfológicas y, con ellas, vamos a dedicarnos a la
flexión morfológica. Ya sabemos que los morfemas flexivos son siempre sufijos; en
español, no existen prefijos flexivos. Las categorías morfológicas se definen como las
dimensiones en torno de la cuales se organizan las oposiciones dentro del paradigma
8 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 3

flexivo. Para el español, las nociones o dimensiones son: número, género, tiempo, modo,
aspecto, persona y caso. Algunas son nominales, otras verbales y otras, pronominales. El
número, por ejemplo, es compartido, pero el caso es inherente a una sola clase de
palabras: los pronombres.
Las oposiciones se organizan dentro de estas dimensiones. En el género, la
oposición se da entre femenino y masculino: si aparece uno, no aparece el otro. En el
tiempo, esa oposición se da entre presente, pasado y futuro. Esto es lo que aparece en el
morfema flexivo. En el modo: indicativo, subjuntivo e imperativo. En el aspecto, la
oposición se da entre el perfectivo y el imperfectivo. El aspecto es el modo en el que se
desarrolla la acción: el perfectivo indica una acción terminada y el imperfectivo, una no
terminada. Esto se produce morfológicamente. Sin embargo, si tenemos en cuenta los
tiempos continuos, el aspecto no se indica desde la morfología sino desde la sintaxis, a
través de una perífrasis verbal, como sucede en estoy comiendo.
La oposición en el número se da entre singular y plural. Hay lenguas que, además,
tienen dual, es decir, tienen marcas especiales para indicar "dos". En español, nos queda
una palabra en la que aparece la idea de dual: ambos. En la persona, la oposición es
entre primera, segunda o tercera. Finalmente, el caso puede ser: nominativo, acusativo y
terminal.
Las categorías, entonces, son nociones que engloban oposiciones para cada una
de ellas. Esas oposiciones se organizan dentro del paradigma flexivo. En español, por
ejemplo, el singular no tiene marcas; el plural tiene las que vimos al comienzo de la clase.
El género se manifiesta en –a o en –o, entre otras posibilidades.
En el paradigma flexivo se plasman las oposiciones dentro de las categorías –son
intracategoriales-. Por eso, tenemos un paradigma verbal y otro nominal. Los paradigmas
son conjuntos cerrados de significantes que tienen el mismo significado.
Veamos en qué clases de palabras aparecen las categorías:
Gramática 20071C/T-P 3 Apuntes Sim 9

Número: nombres, adjetivos, verbos, pronombres, determinantes


Género: nombres, adjetivos, pronombres, determinantes
Tiempo: verbos
Modo: verbos
Aspecto: verbos
Persona: verbos y pronombres
Caso: pronombres

Hablamos de caso cuando la morfología da cuenta de la sintaxis: se produce una


variación en la flexión de la palabra por la función sintáctica que ocupa en la oración. Lo
vimos en el latín y en el alemán. Esto aparece también en los pronombres personales del
español:
Nominativo Acusativo Terminal
1ª yo me mí
2ª tú te ti
3ª él lo - le sí

En latín, habíamos visto que puella aparecía como sujeto y puellam como objeto
directo. La forma, entonces, cambia de acuerdo a la función sintáctica. Veámoslo en
español:

1) Yo me lavo 2) Yo me lavo a mí

El pronombre de primera persona cambia su forma cuando funciona como objeto.


En el segundo ejemplo, como el pronombre está después de una preposición, cambia
también de forma. Entonces, cuando funciona como sujeto, se manifiesta en caso
nominativo; cuando lo hace como objeto (tanto directo como indirecto), en caso objetivo y
cuando aparece como término de una preposición, el caso es terminal. Los pronombres
son las únicas palabras en español que expresan morfológicamente el caso. En latín
10 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 3

existen otros casos: el ablativo, el genitivo. En español, no se expresan morfológica sino


sintácticamente. En el segundo ejemplo, los tres pronombres tienen la misma referencia.
Alumno: En Estoy enojado conmigo, ¿conmigo es terminal?
Profesora: No. Sólo los pronombres personales manifiestan caso. Las
preposiciones siempre forman un sintagma preposicional: la otras palabras que lo forman
son sustantivos o pronombres. Cuando lo hacen con un pronombre, el pronombre aparece
en caso terminal.
En el cuadernillo, hay un ejercicio interesante para que lo piensen, aunque no
vamos a hacerlo acá: el n° 4, de síntesis, que está en la página 11. Háganlo para el lunes
próximo y, si tienen alguna dificultad, la vemos en la primera parte de esa próxima clase.
Vamos a trabajar con las restricciones a la formación de palabras, a partir del
ejercicio n° 6, página 8 del Cuadernillo.
En morfología, se trabaja con palabras reales, con palabras imposibles –que son
aquellas que quiebran reglas de formación- y también con palabras posibles, es decir, con
aquellas palabras que por alguna razón no existen en el léxico de determinada lengua,
pero podrían existir porque siguen las reglas de formación. En este ejercicio, aparece una
cantidad de palabras que no forman parte del léxico del español; pero las razones por las
cuales no lo hacen no son siempre las mismas. En realidad, los hablantes reconocen
cuándo una palabra pertenece al léxico y cuando no. Asimismo, reconocen cuándo no
pertenecen pero podrían hacerlo. De hecho, los chicos en edad escolar detectan estas
cuestiones, porque reconocen los formantes. Un chico puede reconocer que una palabra
como *cansamiento sería posible en español. La proporción de chicos que reconocen las
palabras posibles es significativa, porque tienen internalizadas esas reglas, así como el
resto de las reglas de la gramática. Son las que funcionan en la comprensión y en la
producción de los enunciados.
Llamamos competencia morfológica al conocimiento de la estructura interna de las
palabras, de su relación formal y de las reglas de formación. La competencia lingüística es
el conocimiento que un hablante tiene de una lengua. Según Chomsky, es el conocimiento
que nos permite producir solamente oraciones gramaticales y detectar las agramaticales.
Los hablantes nunca se equivocan cuando hablan: no producen emisiones agramaticales.
Gramática 20071C/T-P 3 Apuntes Sim 11

Sin embargo, hay una diferencia entre la competencia flexiva y la derivativa. Las
operaciones morfológicas flexivas son obligatorias: si tengo un verbo en plural, necesito un
sujeto en plural. En ese sentido, no hay elección posible y, por eso, son operaciones muy
rápidas, que además no tienen ninguna productividad. En cambio, las derivativas, o las de
composición de palabras, tienen lagunas, faltas de regularidad, etc. Por ejemplo: el sufijo -
or, puede indicar una acción o su resultado, como en temor; puede indicar un agente,
como en pintor; o un instrumento, como en transmisor. En los tres casos se trata del
mismo sufijo. De igual modo, una misma forma derivada puede tener significados
diferentes. La palabra entrada refiere tanto al lugar por donde se entra como a la acción
de entrar. Puede decirse: La entrada de los jugadores se produjo por la entrada de la
cancha. Los significados de ambas son diferentes, a pesar de haber sido formadas por el
mismo proceso de derivación. Esto no quiere decir que no sea posible sistematizar la
derivación. El hecho de estudiar los procesos estructurales es una forma de sistematizar
dichos procesos.
Una palabra no es posible en una lengua cuando opera sobre ella una restricción.
Las restricciones pueden ser:

- Fonológicas
- Morfológicas
- Semánticas
- Léxicas

Una restricción fonológica se produce cuando una regla morfológica no se puede


aplicar porque la fonología lo impide. Por ejemplo, existen puerta, portero, portería, pero
no *porta. Puerta es una palabra de dos sílabas con diptongo; ese diptongo desaparece y
se transforma en vocal cuando la nueva palabra tiene más de dos sílabas.
Las restricciones morfológicas tienen lugar cuando hay una alternancia entre
morfemas. Nosotros sabemos a qué clase de palabra puede adjuntarse determinado
sufijo: lo vimos respecto de –miento y –ción. Si se quiere transformar el verbo chat en un
12 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 3

verbo del español, nunca podría decirse *chatamiento, porque –miento es un


nominalizador deverbal. Esa palabra es imposible por una restricción morfológica.
La restricción léxica es de tipo histórico: se debe a la existencia de una palabra que
ya significa lo que una determinada operación morfológica quiere significar. No decimos
*tora, porque existe vaca. Esta restricción léxica, proveniente de la historia de la lengua,
produce un bloqueo. El bloqueo se da cuando una forma regular o irregular ya existente
impide que se forme otra palabra por un proceso regular. Por ejemplo: un bloqueo de la
forma regular por la irregular se da en *ponido, que sería la forma regular, pero queda
bloqueada por puesto.
Las restricciones semánticas se vinculan con el significado: es cuando un morfema
no puede aplicarse porque contradice de alguna forma a otro morfema.
Veamos las palabras que tenemos en el ejercicio:
*amigacito: hace pensar en amigazo y en amiguito. La restricción que opera para
que esta no sea una palabra del español es semántica: no podemos aplicar un apreciativo
diminutivo junto con uno aumentativo, porque sus significados son opuestos.
*grandemiento: el proceso en este caso es de derivación: el morfema [-miento] es
un nominalizador deverbal. Sin embargo, esta no es una palabra del español porque ese
morfema está especializado: permite pasar de un verbo a un nombre, pero no de un
adjetivo a un nombre. La restricción es entonces morfológica.
*inlegal: aquí la restricción es fonológica. La palabra existente es ilegal. Pero
sabemos que [in-] es un prefijo de negación existente en español. Este prefijo tiene
alomorfos: [in-] es usado en inaprensible, indeterminado, es decir, antes de vocal y de
determinadas consonantes. Asimismo, usamos el alomorfo [i-] en ilegible, y en
irresponsable. La característica fonológica que comparten las laterales y las vibrantes es
el ser líquidas. Entonces, antes de líquidas el prefijo es [i-].
Alumno: ¿Y en amoral?
Profesora: Amoral e inmoral son dos palabras distintas. [a-] e [in-] son ambos
prefijos de negación. Pero las dos palabras existen, porque no significan lo mismo. Los
amorales son los que carecen en absoluto de moral, mientras que un inmoral es alguien
que actúa en algún momento violando alguna regla moral.
Gramática 20071C/T-P 3 Apuntes Sim 13

* inalegre: la restricción se da por bloqueo léxico, en tanto existe triste. No hace


falta decir que es el antónimo. De la misma manera, no existe *tora porque existe vaca.
* sensatecería: si se la compara con panadería, puede detectarse que este sufijo
indica "lugar donde se vende o se fabrica la sensatez". Es una restricción semántica,
porque, en realidad, sensatez denota una entidad abstracta y el sufijo [-ería] se aplica a
sustantivos que denotan entidades concretas.
* palatalificar: viene de palatal. Podríamos compararla con claro → clarificar. Palatal
y claro son adjetivos; esto quiere decir que [-ificar] es un sufijo que permite formar verbos
a partir de adjetivos. La restricción es morfológica porque los adjetivos terminados en [-al]
sólo pueden hacer verbos con [-izar]. Dicho de otro modo: [-ificar] no está permitido para
adjetivos con esa terminación.
Vean los casos que quedan en este ejercicio y hagan el de categorías
morfológicas. Si tienen dudas, las vemos la próxima clase, en la que estaremos
empezando con sintaxis.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod. 17

Gramática

Fecha: 16/04/07
Teórico-Práctico № 2 Prof.: Paula Mahler

Contenido: Guía III. Morfología.

Profesora: Buenas Tardes. Esta clase va a ser la primera de las dos que vamos a
dedicar a morfología. Vamos a trabajar a partir de ejercicios, los cuales a su vez nos
permitirán reflexionar sobre ciertos aspectos de la teoría. En los Teórico-prácticos vamos a
ver, además, algunos temas que no se ven ni en los teóricos ni en los prácticos, como, por
ejemplo, cierto tipo de afijos -los apreciativos-.
Necesitamos trabajar con distintos tipos de lenguas, de acuerdo a cómo se
caractericen desde el punto de vista morfológico. En este sentido, en el cuadernillo
Ejercicios de morfología, página 15, tenemos el ejercicio con el que vamos a empezar
hoy. Es el ejercicio número 5, basado en el siguiente corpus del swahili:

/nilipata/ "alcancé" /walitupiga/ "nos golpearon"


/walipata/ "alcanzaron" /niliwapiga/ "los golpeé (a
ellos)"
/nilipiga/ "golpeé" /watakipiga/ "lo (neutro) golpearán"
/nilikipata/ "lo (neutro) alcancé" /walikipiga/ "lo (neutro) golpearon"
/ulikipata/ "lo (neutro) alcanzaste" /ulipiga/ "golpeaste"
/nitakipata/ "lo (neutro) alcanzaré" /watakupiga/ "te golpearán"
/utatupiga/ "los golpearán" /ulitupiga/ "nos golpeaste"
/ulipata/ "alcanzaste" /nitakupata/ "te alcanzaré"
2 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 2

El swahili es la lengua nacional de Kenia, donde los documentos públicos y la


alfabetización de los niños se hacen tanto en inglés como en swahili. A partir del análisis
de este corpus, vamos a ver cuál es la estructura de esta lengua desde el aspecto
morfológico. En el ejercicio, primero se solicita que se haga un listado de los morfemas
que aparecen en este corpus, separando las raíces y los afijos. La raíz es el segmento
básico de significado de un morfema, y es constante. Por eso, si comparamos palabras
como mar, marino y maremoto, vemos que mar- es la raíz, el segmento constante en
todas ellas. Al eliminar los sufijos derivativos y los flexivos, queda la raíz de una palabra,
que es el punto de partida para que se produzca cualquier tipo de proceso morfológico,
tanto derivativo como flexivo. Los afijos, por su parte, son segmentos que se adjuntan a la
raíz y la determinan en cierta manera. Si a la palabra mar le adjunto el sufijo flexivo –es,
se obtiene el plural. En cambio, si se toman mar y marino, el pasaje de una a otra se da en
dos etapas: una derivativa, para formar el adjetivo, en la que se adjunta –in- a mar- y una
flexiva con –o, que es el género de ese adjetivo. De este modo los afijos determinan a esa
raíz. Los afijos se diferencian no sólo por el tipo de proceso en el que intervienen -
derivativo o flexivo-, sino también por la posición que ocupan en la palabra: si se ubican
antes de la raíz, son prefijos y si se ubican después, sufijos.
Vamos a comparar estas palabras del swahili, para lo cual contamos con los
significados. El procedimiento con el que vamos a trabajar los corpus en morfología es el
mismo con el que trabajamos en fonología. Consiste siempre en: seleccionar, editar,
conmutar y comparar. Tomemos /nilipata/ y /nilipiga/: son dos verbos. La parte que
se mantiene constante entre ambos es /nili/. Todavía no podemos saber qué es, pero
podemos distinguir la raíz, que es lo diferente: /pata/, la del verbo alcanzar, y /piga/, la
del verbo golpear. Si se observa el resto del corpus, se percibe que, al margen del tiempo
o de la persona en los que están estos verbos –incluso, si hay un pronombre incluido
dentro de la palabra- la raíz siempre se ubica en posición final. ¿Qué más se puede intuir
–no todavía saber- respecto de estas dos palabras?
Alumno: /nili/ es un afijo flexivo de persona.
Profesora: No se sabe si es solamente de persona. En este caso, la raíz está en un
verbo en pretérito y en 2ª persona. Son afijos flexivos pero alguno de los dos -o los dos-
Gramática 20071C/T-P 2 Apuntes Sim 3

da la información sobre las categorías de tiempo y de persona, cuestión que no podremos


saber si comparamos solamente los dos referidos. Si comparamos, por ejemplo,
/nilipata/ y /ulipata/, la constante es la raíz: /pata/ y también la sílaba –li-. La
diferencia se produce entre /ni-/ y /u-/: /nilipata/ y /ulipata/ se diferencian en la
persona. Entonces, se pueden determinar los afijos flexivos de, por lo menos, dos
personas: /ni/ para la 1ª persona y /u/, para la 2ª.
También puede intuirse que /li/ es un afijo que indica el tiempo pretérito. No puede
afirmarse que se trate de un pretérito imperfecto porque quizás en esta lengua no haya
contraste de aspecto. El hecho de que sea un morfema de pretérito se confirma al
compararlo con /nitakipata/: /nilikipata/ (lo alcancé), 1ª persona del pretérito y
/nitakipata/ (lo alcanzaré), 1ª persona del futuro. La raíz es /pata/; /ni/ es la 1ª
persona; /li/ es el pretérito que se opone a /ta/, que es el afijo flexivo de futuro. ¿Qué
más se puede intuir entre /nilikipata/ y /nitakipata/?
Alumno: /ki/ podría ser el artículo neutro.
Profesora: Sí, /ki/ es un afijo flexivo de un pronombre de 3ª persona singular
neutro. En esta palabra, además, es objeto directo: es un pronombre en caso objetivo. En
español, solo existe el caso, en tanto categoría morfológica, en los pronombres
personales.
Alumna: ¿Por qué /ki/ es de 3ª persona si se repite en palabras de 1ª o 2ª?
Profesora: Es en algunas de esas palabras hay dos pronombres. Si lo pensamos
en castellano, tendremos: un pronombre de 1ª persona, que es este /ni/; después viene
un morfema que indica el tiempo; luego, otro que indica el pronombre de objeto directo de
3ª persona y finalmente, la raíz. Para detectar esa estructura, hay que fijarse en las otras
palabras en las que aparece /li/.
Al comparar /nitakipata/ con /nitakupata/ -es decir: lo alcanzaré con te
alcanzaré-, se sabe que /ni/ es 1ª persona, /ta/ es futuro y /pata/ es la raíz. Este /ku/,
entonces, es el pronombre personal de 2ª persona: cuando es sujeto aparece como /u/ y
cuando funciona como objeto directo, /ku/. También aparece te alcanzaré: si lo
comparamos con /utatupiga/ ("nos golpearás"), vemos que /u/ es la 2ª persona con
4 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 2

función sujeto, y /ta/ es el futuro; /tu/ es un pronombre de 1ª persona del plural, en la


función de objeto directo.
En /niliwapiga/, /piga/ es la raíz; /ni/, la 1ª persona; /li/, el pretérito y /wa/, el
pronombre de 3ª persona del plural, que cumple la función de objeto directo.
Entonces, las raíces son /pata/ para alcanzar y /piga/ para golpear. Los afijos,
que son prefijos flexivos, son: /ni/ pronombre personal 1ª persona (sujeto); /u/ pronombre
personal 2ª persona (sujeto), y /wa/ pronombre personal 3ª persona plural.
Si se comparan los pronombres en /niliwapiga/ y /watakupiga/, puede
detectarse que no cambian su forma, a pesar de que cumplen funciones sintácticas
diferentes: en un caso, de objeto y en el otro, de sujeto. No pueden determinarse
cuestiones de este tipo, si no se avanza en la comparación. Por eso, los separé al
comienzo. Si comparamos una palabra como /ulikipata/, en la que /u/ es un pronombre
de 2ª persona singular, con /nitakupata/, en la que /ku/ es también un pronombre de 2ª
persona singular, podemos determinar entonces, que, según este corpus, los morfemas
para los pronombres no varían según su función sintáctica. De hecho, el pronombre de 2ª
persona alterna /u/ y /ku/: el primero siempre aparece en posición inicial y el segundo,
después de vocal. En este caso, así como en fonología existen alófonos en distribución
complementaria de acuerdo a ciertas características fonéticas o fonológicas de las
palabras, en morfología, existen alomorfos por causas fonológicas, como es el caso
anterior. El morfema varía según una determinada restricción fonológica: en este caso, su
posición en la palabra. ¿En qué orden se adjuntan estos afijos a la raíz?
Alumna: La anteceden.
Profesora: Sí, porque son prefijos. El orden es fijo: primero, va la persona; después,
el tiempo; luego el pronombre y, finalmente, la raíz. Siempre se mantiene este orden. La
lengua swahili es una lengua aglutinante. La mayor parte de las lenguas africanas lo son,
así como el turco o el quechua. El hecho de que sea aglutinante significa que los
morfemas se unen en posiciones fijas y prácticamente no existen variaciones alomórficas.
Cada morfema indica una categoría gramatical. En estas lenguas, no existe lo que se
denomina morfo amalgama. Si se analiza el verbo alcancé: la raíz es alcanc-. En los
morfemas, tenemos significado y significante. En este caso, -e es un morfo amalgama
Gramática 20071C/T-P 2 Apuntes Sim 5

porque su significado es: 1ª persona, singular, pretérito perfecto simple, modo indicativo y
aspecto perfectivo. Es decir, tengo persona, número, modo, tiempo y aspecto en el mismo
significante. Las lenguas aglutinantes carecen de estos morfos amalgama. La función
sintáctica de los pronombres se determina por el lugar del morfema en la palabra: si está
al principio, es pronombre personal sujeto; si está en el medio, es objeto. No hay variación
morfemática, ni flexión, ni caso.
Los primeros intentos de clasificar las lenguas del mundo tenían que ver con
cuestiones regionales, cuestiones genéticas de los tipos de lenguas. En el siglo XX, a
partir de las hipótesis chomskianas, se buscaron otros criterios de clasificación. Hoy salió
un artículo muy interesante al respecto, en el diario La Nación, sobre cómo y cuán rápido
los chicos aprenden a hablar. La hipótesis lingüística actual más fuerte es la de la
existencia de ciertos universales lingüísticos. La idea es que todas las lenguas del mundo
comparten ciertas propiedades. Por ejemplo: todas las lenguas tienen sintagmas; todos
los sintagmas tienen por núcleo una clase léxica. No hay lengua que no presente esa
estructura. La variación se produce respecto de la ubicación de ese núcleo en el sintagma:
en algunas lenguas puede estar al principio y en otras, al final. Entonces, pueden
agruparse las lenguas que tienen el núcleo al principio, por un lado, y las que lo tienen al
final, por otro. Las propiedades morfológicas son un criterio que se utiliza -y que se utilizó-
para clasificar las lenguas, ya que se encontró que había grupos de lenguas que cuyas
palabras las compartían.
A partir de este criterio, se llegó a la siguiente clasificación de las lenguas:

- aislantes o analíticas;
- aglutinantes;
- fusionantes o sintéticas;
- polisintéticas o incorporantes.

El primer grupo está conformado por las lenguas aislantes o analíticas, en las que
cada palabra tiene un solo morfema, como sucede en el vietnamita o en el chino. Este
rasgo hace muy arduo el hecho de aprender estas lenguas para los hablantes del español,
6 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 2

por ejemplo. Nosotros tenemos procesos como los de derivación, que permiten
determinar, aun cuando no conozca la raíz de una palabra, si es un adjetivo o un
sustantivo. Estas lenguas dan muy pocas pistas en este sentido, porque cada palabra es
un morfema. En el vietnamita, no puede establecerse qué pasa con los verbos, si hay una
desinencia verbal o no. En chino, cada ideograma corresponde a una palabra. Esta es la
diferencia: no se adjunta un morfema para indicar categorías o procesos flexivos sino que
cambia la palabra completa.
Ahora bien, se habla también de lenguas aislantes ideales, porque, en general, las
lenguas son fuertemente de un modo en unos aspectos, pero también pueden presentar
características de otro tipo. En las aislantes, el orden de las palabras en la oración es muy
estricto, porque no hay marcas morfológicas que permitan indicarlo. En cambio, en
lenguas con muchísimas marcas morfológicas, como lo son las que tienen declinaciones,
el orden se vuelve prácticamente irrelevante. Es el caso del latín.
El segundo grupo está formado por las lenguas polisintéticas o incorporantes. Estas
son lenguas que aglutinan en grado sumo: pueden expresarse todas categorías en una
sola palabra. Por eso, las oraciones de estas lenguas pueden tener una sola palabra. El
mapuche es un ejemplo de esto.
Alumno: ¿Esas oraciones son a la vez unidades léxicas?
Profesora: ¿A qué llamás unidades léxicas?
Alumno: A las mínimas unidades fónicas con significado.
Profesora: Nosotros no hablamos de unidades léxicas. Las unidades léxicas para
nosotros son palabras, lexemas. Y, por otra parte, vamos a hablar de raíces y no de
unidades mínimas fónicas.
Veamos un ejemplo del mapuche:

/äu©a-man’äa-la-§a-n/
cazar – liebre – negativo – futuro – indicativo – 1ª persona singular
Gramática 20071C/T-P 2 Apuntes Sim 7

Significa “No cazaré la liebre” y la estructura de la frase es la siguiente: cazar – liebre


– Negativo – futuro – indicativo – 1ª persona singular. Otro ejemplo de este tipo de
lenguas es el siguiente:

Wa-hi-nuhs-aahi:un: John
Aor-1ªS-casa-comprar-John

Significa “Compré la casa de Juan”. Se trata de la lengua oneida, del norte de


Estados Unidos. Lo primero que aparece en esa frase es un pretérito llamado aoristo;
después, la 1ª persona del singular; luego, "casa" y "comprar". De ese modo, se
incorporan los morfemas en la misma palabra.
Alumna: ¿El swahili sería un ejemplo de este tipo de lengua?
Profesora: No. En esta lengua, el hablante dice “compré la casa de Juan”, a partir
de una sola palabra. Si quisiera decir: “compré la casa de Juan y el perro de María”,
seguramente se exprese también una sola palabra, ya que la sintaxis está incorporada en
la palabra. En cambio, en las lenguas aglutinantes, como el swahili, los morfemas se unen
en un orden estricto en la palabra. En las lenguas polisintéticas, hay muchas palabras en
una sola, con la excepción de la incorporación de los pronombres. En español, por
ejemplo, existen los clíticos: compralo. El pronombre está incluido en la palabra comprá.
Alumno: ¿Una oración siempre se expresa aglutinando todos los morfemas en una
palabra?
Profesora: Sí, siempre es así. De hecho, cuando se incorpora una palabra que no es
de la lengua, queda separada, como se ve en el ejemplo, y no sufre transformaciones
morfológicas.
En tercer lugar, las lenguas fusionantes o flexivas son las lenguas cuyas palabras
declinan, es decir, aquellas en las que se expresan varias categorías morfológicas en una
sola palabra. Desde el punto de vista morfológico, son lenguas muy ricas, en las que
existen muchos morfos amalgama. La categoría sintáctica de una palabra se determina,
precisamente, por la morfología. Un ejemplo del latín:
8 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 2

Puella amat matem

Mater amat puellam

La primera frase significa: “La nena ama a la mamá”; la segunda, “La mamá ama a la
nena”. Dicho en español, mamá y nena no cambian su forma de una frase a otra, es decir,
el español no marca morfológicamente la función sintáctica que cumple la palabra en la
oración. En latín, en cambio, cuando una palabra cumple la función de sujeto, presenta un
morfema flexivo y cuando cumple la de objeto directo, otro. Ahora bien, al mismo tiempo
que estos morfemas marcan caso, indican que la palabra está en femenino y que
pertenece a la 1ª declinación.
Alumno: ¿Los morfemas flexivos pueden marcar una función sintáctica?
Profesora: Lo hacen de hecho en las lenguas con declinaciones: hay morfemas
flexivos que marcan la función sintáctica que cumple la palabra. Por eso, el orden de las
palabras no tiene importancia en este tipo de lenguas. Lo mismo sucede con el alemán,
que también es una lengua con declinaciones: las palabras cambian de acuerdo a la
función sintáctica que ocupan en la oración.
Ahora bien, el español es aglutinante en las categorías nominales. Hemos visto el
ejemplo de marino: el morfema derivativo no puede adjuntarse después del flexivo, porque
hay un orden establecido. Primero, se ubican los afijos de derivación y después los de
flexión. Respecto de los afijos de flexión, también hay un orden: primero van los de género
y después los de número. En cambio, en las categorías verbales, el español se comporta
como una lengua fusionante porque en un solo morfema aparece más de una categoría
morfológica.
Vamos a trabajar ahora la afijación -sufijación y prefijación- a partir del ejercicio n° 2
(pág.5). La primera consigna es: a) Lea atentamente el siguiente corpus, observando en
particular las características de la base, de los afijos y de los posibles derivados. A partir
de la comparación de estas palabras, vamos a ver ciertas características que presentan
los sufijos y los prefijos.
Gramática 20071C/T-P 2 Apuntes Sim 9

Definamos primero algunos conceptos. La base es el constituyente de una palabra


en algún momento de su estructura jerárquica; sobre ese constituyente, se puede operar
un proceso morfológico, que puede ser de derivación o de flexión. Una palabra como
constitución, es un sustantivo; constitucional, que es el adjetivo, se forma agregando un
sufijo de derivación a una base. En otras palabras, se aplica un proceso morfológico de
derivación para formar una nueva palabra. En el caso de anticonstitucional, la base ya no
es constitución sino constitucional. De hecho, no existe *anticonstitución como palabra. El
proceso por el que se forma anticonstitucional es de prefijación. La prefijación siempre es
derivativa, nunca flexiva. En el caso de anticonstitucionalmente, el proceso es,
nuevamente, de derivación, pero la base es anticonstitucional. A partir de estos ejemplos,
puede determinarse que las bases no son fijas: se van modificando de acuerdo al proceso
morfológico que se aplique sobre ellas. En cambio, la raíz siempre fija. ¿Qué es el tema
de una palabra?
Alumno: ¿Es el núcleo de significado?
Profesora: No, la raíz es el núcleo de significado. El tema de una palabra es lo que
queda cuando se sacan los afijos flexivos. En una palabra como mares, el tema es mar- y
coincide con la raíz. En cambio, en marino, el tema es marin-; en este caso, no coincide
con la raíz. Entonces, el tema no siempre coincide con la raíz. La noción de tema es muy
fructífera para el análisis porque permite trabajar con palabras de tema compuesto o de
tema simple los diferentes procesos, tanto los de derivación como los de flexión. Es un
concepto de tipo operacional. La base también permite aislar los procesos morfológicos.
Tomemos como ejemplo camionero o camionera. La base para la flexión es camioner-
pero la base para la derivación es camión. Sobre camión, adjunto el sufijo de derivación –
er, que también uso en panadero, fletero. Sobre esa base (camioner-) se produce la
flexión: camionero o camionera. El tema de esta palabra es camioner-. La base para el
plural sería camionero: camioneros. El tema sigue siendo camioner- en ambos. La base
se mantiene para determinado proceso morfológico, pero no es constante.

[ [ [ [camion] er ] o] s]
10 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 2

Ahora, veamos el ejercicio:

/produsír/ > /reprodusír/ > /subreprodusír/ - /rerereprodusír/

El proceso morfológico de la primera línea del corpus es el de prefijación. La base


en el proceso de derivación de /reprodusír/ es, indudablemente, /produsír/. En la segunda
derivación, /reprodusír/ > /sureprodusír/, la base es /reprodusír/. Y para llegar a
/rerereprodusír/, parto de la base /rereprodusír/. Más adelante, vamos a hacer un ejercicio
en el que trabajaremos con palabras posibles, aunque no existan como tales en español.
Según el proceso morfológico, los afijos pueden ser derivación o de flexión. Los
afijos de flexión indican las categorías morfológicas de las palabras; esas categorías
dependerán de las clases de palabras. Los afijos de derivación se adjuntan directa o
indirectamente a la raíz. En constitucionalmente, si partimos de constitución como base,
tenemos dos afijos de derivación: uno se adjunta directamente y el otro indirectamente. El
tema en constitucionalmente es toda la palabra porque no hay afijos de flexión y no puede
haberlos.

[ [ [contitucion] al ] mente ]

Los afijos de derivación, entonces, se adjuntan a la raíz y forman el tema de la


palabra junto con ella. Una clasificación de los afijos se hace por el proceso morfológico
que permiten realizar; la otra, por la posición que el afijo ocupa en la palabra. En este
sentido, tenemos confijos, infijos y circunfijos. Ambas clasificaciones se superponen: una
no excluye a la otra.
Los confijos son elementos continuos que no dividen la raíz. Pueden ser: prefijos,
sufijos o interfijos. Los prefijos van antes de la raíz: [re [lindo] ]; los sufijos, después:
[ [increíble] mente]. Los interfijos son morfos que tienen significante pero no tienen
significado. En general, se deben a razones históricas: suelen ser residuos en la lengua.
Un caso es el de conmigo: en latín, conmigo se decía /mekum/. Cuando pasó al español,
todas las velares sordas intervocálicas se sonorizaron. Entonces |k|, se transformó en la
Gramática 20071C/T-P 2 Apuntes Sim 11

velar fricativa sonora |g| y quedó /megum/. A su vez, todas las terminaciones en –um,
dieron –o en español: quedó /mego/. Se le agrega [con-] para no perder el valor de
"compañía" de esa palabra. Pero [-go], entonces, tiene significante y no significado. Pero,
insisto, este es un fenómeno aludido es residual. Se da en muy pocas palabras.
Alumno: ¿Son afijos flexivos?
Profesora: No, son derivativos. No hay afijos flexivos que no tengan significado. Los
flexivos son los que indican cómo se comporta la palabra desde el aspecto sintáctico: dan
las características respecto del género, del número y de la persona.
En la palabra pelirrojo: [-i-] es una vocal de enlace; en sentido estricto no tiene
ningún significado, pero nunca corta la raíz. Por eso es un confijo.
Alumna: ¿La vocal temática también sería un interfijo?
Profesora: Sí.
Alumna: ¿Los afijos de derivación no cambian la clase de palabra?
Profesora: No siempre. Pueden cambiarla pero no necesariamente lo hacen.
Alumna: ¿Eso no sería la función sintáctica de la palabra?
Profesora: No, porque un sustantivo, por ejemplo, puede ocupar muchas
posiciones sintácticas. Hay algunos sufijos de derivación que son indicadores de clase de
palabra pero no ocurre con todos. Los prefijos también son derivativos y no cambian las
clases de palabras. Todos los que vimos hasta el momento son afijos, clasificados de
acuerdo a la posición que ocupan en la palabra.
Los infijos, a diferencia de los confijos, segmentan la raíz: son morfos que se
insertan dentro de otro y hacen que la raíz se convierta en discontinua. El caso típico de
infijos se da en nombres como Carlos o Marcos. Las raíces son Carlos y Marcos
respectivamente. Pero en Carlitos, [–it-], que es el formante diminutivo, segmenta la raíz.
En cambio, en perro, la raíz es perr-: al hacer el diminutivo perrito, no hay segmentación
de la raíz.
Los circunfijos indican un proceso que se denomina parasíntesis, que da como
resultado palabras parasintéticas. En estos casos, el prefijo y el sufijo se unen
simultáneamente a la raíz. Hay una mutua dependencia entre ambos. Tomemos como
ejemplo enrojecer. La raíz es roj-. El verbo *rojecer no existe y el adjetivo *enrojo tampoco.
12 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 2

El prefijo en-, que denota proceso, y el sufijo –ecer, que convierte a un adjetivo en verbo,
se adjuntan simultáneamente a la raíz. Lo mismo pasa con reverdecer y con atravesar,
que viene de través –no hay un verbo *travesar-.

Prefijos [re [ lindo ] ]


Confijos Sufijos [ [increíble] mente]
Interfijos morfo vacío
Afijos
Infijos [Carlitos]

Circunfijos [ re [verde] cer ]

Tomemos, entonces, el corpus y el cuadro al que ya nos referimos anteriormente.


Vamos a hacer un diagnóstico diferencial entre sufijos y prefijos: veremos, primero, si
producen cambios semánticos, es decir, cambios en el significado de la palabra.
En la primera línea, en la que hay prefijación, debemos preguntarnos si el agregado
del prefijo cambia el significado de la palabra. En este caso, sí lo cambia. Otro ejemplo es
/aSudánte/ > /subaSudánte/ > /subsubaSudánte/ - / exsubaSudánte/. También cambia el
significado. La función de los prefijos es, precisamente, la de cambiar el significado de una
palabra.
Respecto de los sufijos, tomemos como ejemplos:

/kontár/ > /kontable/ > /kontabilidád/ - /*kontábleble/

Los sufijos de derivación también cambian el significado de las palabras. Otros


ejemplos de esto son:

/konstituír/ > /konstitusión/ > /konstitucionál/ - */konstitusionsión/


/puérta/ > /porté4o/ > /porte4ía/ - */porte4é4o/
Gramática 20071C/T-P 2 Apuntes Sim 13

Alumno: No me queda claro el cambio de significado en el corpus de contable.


Profesora: Contar es la acción de clasificar por medio de números. Contable se
refiere a la capacidad de ser contado. Cambia al menos un rasgo del significado de la
palabra: uno es una acción y el otro es una cualidad. En todas estas palabras, el rasgo
sémico fundamental no cambia porque la raíz permanece. La raíz constituye el rasgo
sémico fundamental.
La segunda pregunta que debemos hacernos respecto de estos procesos es si
producen cambios morfosintácticos o no, es decir, si al aplicarse, cambian la clase de
palabra. El prefijo nunca cambia la clase de palabra. Algunos sufijos, tampoco: mujer →
mujerzuela; paraguas → paragüero. En estos casos, se da un proceso de derivación que
no cambia las clases de palabras.
Alumna: ¿Cuáles son las clases de palabras?
Profesora: Las clases de palabras se dividen en dos grandes grupos: léxicas por un
lado, y gramaticales o funcionales por el otro. Las léxicas son: sustantivo, adjetivo, verbo,
adverbio y preposición. Esta clasificación se realiza sobre la base de propiedades
morfológicas, sintácticas y semánticas de las palabras. La derivación puede producir
cambios en las clases de palabras. Por ejemplo, puede transformar un nombre en un
verbo: de período, periodizar.
Alumno: Para eso, hay afijos especializados.
Profesora: Sí, -izar es uno de ellos, como –ecer. –izar es un verbalizador
denominal, es decir, permite crear verbos a partir de sustantivos.
De sustantivo a adjetivo: arena → arenoso. El sufijo derivativo es [–os-] porque
puede ser arenoso o arenosa. Es un adjetivador denominal.
De verbo a nombre: ofrecer → ofrecimiento. [–miento] y [–ción] son siempre
nominalizadores deverbales: permiten crear nombres a partir de verbos.
En puro → pureza: [-eza] es un nominalizador adjetival.
De adjetivo a verbo: puro → purificar. [–ificar] es un verbalizador adjetival. Estos
son los cambios morfosintácticos.
La aplicación de prefijos y de sufijos puede hacer que se corra de lugar la sílaba
acentuada de la base, que las vocales se diptonguen o que los diptongos se transformen
14 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 2

en vocales porque, al agregar sílabas, se modifica el entorno de acentuación de la


palabra. Los prefijos no producen cambio fonológico; los sufijos pueden producirlo. Esto
puede verse en nacional, nacionalizar y en puerta, portero: puerta es bisilábica y tiene un
diptongo que en portero cambia por una vocal.
Con respecto a la reaplicación del mismo tipo de afijación, puede determinarse que
los prefijos pueden reaplicarse.
Alumna: ¿Se puede transformar de nombre a nombre?
Profesora: Eso no importa. En general, se produce un cambio de clase de palabra.
En el caso de constitución → constitucional, se da un proceso de derivación que convierte
un sustantivo en un adjetivo. Sobre este adjetivo, aplico –mente y lo convierto en un
adverbio.
En el caso de los sufijos, hay algunas restricciones; no sucede lo mismo en el caso
de los prefijos. Por ejemplo: no pueden aplicarse dos sufijos que sirvan para lo mismo. Los
sufijos [–miento] y [–ción] permiten formar sustantivos a partir de verbos. ¿Por qué se dice
estacionamiento y no *estacionación? No hay una razón específica para ello. Sin
embargo, no podemos tener la palabra *estacionamientoción, porque estos dos sufijos
están en distribución complementaria. Si no fuera así, formarían palabras distintas, con
distinto significado. Los prefijos, en general, cambian el significado de la palabra; por eso,
no pueden aplicarse prefijos que signifiquen lo mismo. Podemos decir desagradecido pero
no indesagradecido. Lo mismo que ocurría entre [–miento] y [–ción], se da entre [in-] y
[des-].
En indesarmable, se aplican ambos prefijos. Este es un problema del momento en
el que se produce un proceso. La raíz es arm-. Después se le agrega des-: desarmar. Y
luego –able: desarmable, es decir, "algo que puedo desarmar". Algo que no puedo
desarmar será indesarmable. El prefijo in- se aplica sobre toda la palabra desarmable y no
sobre la raíz. De hecho, no existe *indesarmar, como verbo en español.

[ in [des [arm] able] ]


Gramática 20071C/T-P 2 Apuntes Sim 15

En el cuadro, aparece la reaplicación del mismo afijo, es decir, si es posible, una


vez que apliqué –ble, volver a aplicarlo. En el caso de los prefijos, es posible. De hecho, la
rererelección fue una palabra que se utilizó en algún momento de nuestra historia. La
reaplicación del mismo afijo es posible, teniendo en cuenta algunas restricciones, que
pueden ser semánticas o de convivencia del mismo afijo para el mismo proceso. Los
sufijos de derivación no pueden reaplicarse. Por eso, está marcado como agramatical:
*constitucionción.
La última pregunta que debemos hacernos tiene que ver con la especialización.
Los sufijos suelen especializarse; los prefijos, no. Algunos infijos pueden aplicarse a
distintas bases. Por ejemplo: -izar se adjunta a adjetivos: actualizar y a nombres:
cristalizar. Pero se utiliza siempre para formar verbos. –ero puede adjuntarse a un verbo:
de aguantar, aguantadero y también a sustantivos: arco, arquero. –azo se puede adjuntar
a un verbo: patinazo, a un sustantivo: codazo, a un adjetivo: buenazo. Los prefijos, en
general, se unen a cualquier base, aunque existen excepciones: a- nunca se adjunta a
verbos e in- no se adjunta a nombres.
En la clase que viene trabajaremos los afijos apreciativos, que no se van a ver ni en
teóricos ni en prácticos.
***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod. 17

Gramática 15

Fecha: Lunes 26/03/07


Teórico-Práctico № 1 Prof.: Paula Mahler

Contenido: Guía II: Fonética y fonología

Profesora: Buenas tardes. Estas dos horas del teórico-práctico semanales -que
antes no se dictaban- implican un incremento de la carga horaria de esta materia. La
decisión tiene que ver, por un lado, con la disminución del estudio de la gramática en los
colegios y, por otro, con una nueva complejidad teórica, ya que no se sigue la línea de lo
que se venía estudiando. Asimismo, el incremento responde a la necesidad de ver más
profundamente algunos temas.
En estas clases vamos a encarar los temas desde un punto de vista práctico; sin
embargo, por un lado, todos los temas tienen siempre un fundamento teórico, y por otro –
esto es muy importante- va a haber temas que solo veamos acá y que no se verán en los
teóricos pero que, luego, se aplicarán en los prácticos. Ustedes tienen una guía de
contenidos y una guía bibliográfica: les aconsejo que siempre la tengan presente y que
vayan siguiéndola durante el desarrollo de los temas. En esta materia, entonces, cuenta
lo que se ve en los teóricos, lo que se trabaja en los prácticos, lo que se ve en los teórico-
prácticos y, fundamentalmente, la bibliografía que tienen que leer. La bibliografía no es un
accesorio: es central en los temas de examinación. Por eso, nuevamente les aconsejo que
vayan siguiendo la bibliografía –que se da pautada específicamente para cada punto del
programa– a medida que se ven los temas en las clases.
Esta es la única materia de gramática obligatoria que ustedes tienen que cursar, lo
cual implica que recibirán al principio todo el conocimiento gramatical con el que pueden
terminar la carrera de Letras. Es probable que la mayoría de ustedes hoy piense que no
2 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /T-P 1

va a dar clases en un colegio secundario, por ejemplo. Sin embargo, es una salida laboral
que después resulta útil para muchos. Cuando se trabaja para editoriales como corrector,
como editor, lo que se usa es el conocimiento gramatical que ustedes van a recibir en esta
materia. Esto es para nosotros una responsabilidad social porque sabemos que un alto
porcentaje de los alumnos va a ir a dar las clases de la poca gramática que se ve en los
colegios secundarios solamente con lo que aprendan en este cuatrimestre.
Hoy vamos a empezar a trabajar con el tema de fonética.
Alumno: Antes de empezar tengo una pregunta: los alemanes, los ingleses y los
franceses dicen fonología.
Profesora: A lo largo de la clase voy a responder a eso.
Alumno: Pero Saussure dice fonética.
Profesora: Ustedes no empezaron todavía a trabajar con nosotros Saussure, pero
todos lo vieron en el CBC. Saussure se refería al signo lingüístico como la unión de un
significado y un significante.

Significado
Significante

Ambos elementos son imágenes mentales. Ese significado no es el significado real


que puede estar en el diccionario o que es objeto de reflexiones filosóficas. Para
Saussure, ese significado es una imagen mental del significado de un signo, que no es,
obligatoriamente, una palabra. El significante también es una imagen mental: no es el
sonido sino que es su representación mental. Voy a dar un ejemplo del español. La
palabra que escribimos de esta manera:

lluvia
Gramática 2007 1º C /T-P 1 Apuntes Sim 3

Cuando yo digo esta palabra, la pronuncio del siguiente modo: [‘½uºja] Si alguien
enseña lenguas extranjeras va a reconocer alguno de estos símbolos. Cuando yo emito el
sonido que está representado con la letra ‘ll’, mis cuerdas vocales vibran, porque yo ya
soy vieja. La mayoría de ustedes, que son jóvenes, pronuncian [‘§uºja] porque se está
produciendo un desplazamiento de este sonido en Buenos Aires. Las cuerdas vocales de
ustedes no vibran, como en Jésica Yolanda se pone la malla, pero las mías sí. En
Misiones, en cambio, dicen [‘ñuºja] y en La Rioja, [‘âuºja]. Estas cuatro maneras de
decir equivalen a cuatro sonidos diferentes. El signo es, entonces, una entidad abstracta,
es decir, psíquica, que contempla esas cuatro posibilidades de realización. Si esto ni fuera
así, es decir, si hubiese alguna diferencia respecto del significado, sería, por tanto, un
signo distinto y entenderíamos otra cosa porque la relación significado–significante sería
diferente.
Cabe aclarar que no vamos a trabajar con lo que comúnmente se denomina letra,
sino con otro sistema de representación, pautado también culturalmente. Existen muchas
lenguas que siguen siendo ágrafas en el siglo XXI, es decir, que no tienen un sistema de
representación a partir de la escritura. Asimismo, hay lenguas que no tienen un sistema
alfabético de escritura como tiene la nuestra. El chino, por ejemplo, tiene un sistema
ideográfico, en el que no hay correspondencia entre símbolo y sonido. Habiendo aclarado
que en el sistema de escritura no interviene en la fonética, definamos también que nos
referiremos a las letras como grafemas.
Las emisiones lingüísticas orales se perciben como un continuum, es decir, no se
pueden fragmentar. Esa es una de las características de lo que representamos entre
corchetes. Cuando empecemos a trabajar con los sonidos del español, veremos que
resulta muy difícil pronunciar muchas de las consonantes solas, como [m], [t] o [s].
Tenemos que encontrar, entonces, un sistema de representación de ese sonido, que
también es producto de una convención: el de la Asociación Fonética Internacional (AFI).
Ese es el sistema que tienen en el Cuadernillo de Trabajos Prácticos de Fonética y
Fonología de la cátedra. Por tratarse de una convención, es, hasta cierto punto, arbitraria.
De hecho, si buscan en algunos diccionarios, verán que no todos representan los sonidos
de la misma manera.
4 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /T-P 1

La representación convencional que encerramos entre corchetes es el sonido que


pronuncian los hablantes: es el fono, la unidad que estudia la fonética. Ahora nos vamos a
dedicar a esto. Voy a usar una convención determinada, que es la más utilizada respecto
de estos sonidos, para representar ese conocimiento abstracto de los sonidos reales.
Cada representación mental se escribe entre barras: /_ /. La unidad que queda delimitada
de ese modo se denomina fonema y es el objeto de estudio de la fonología.
Se elige, también por convención, el símbolo de un fono para representar un
fonema. Pero siempre se trata de un símbolo.
Alumna: ¿El fono sería el sonido de toda la palabra?
Profesora: No. El fono es la unidad. La palabra lluvia está formada por cinco fonos.
Alumno: ¿Cuál es la diferencia entre fono y fonema?
Profesora: El fono es el sonido real. Las cuatro realizaciones que vimos como
ejemplo son cuatro fonos diferentes. Podría haber más variedades de realización, pero yo
tomé cuatro sonidos reales que tienen, para los hablantes del español, una sola
representación, en tanto el significante es uno solo.
Las letras, los grafemas, quedan fuera de nuestro objeto de estudio. Tendremos
entonces, por un lado, los sonidos y, por otro, la representación mental de esos sonidos,
que es lo que interesa desde el punto de vista de la fonética. En lugar de la palabra
sonido, utilizaremos el término fono. Cada fono se señala entre corchetes. La fonología,
en cambio, se ocupa de los fonemas, esto es, elementos que, por oposición, distinguen
significados. La cuestión del significado no es relevante desde el punto de vista fonético.
En cuanto a su modo de señalarlos, los fonemas, en tanto representaciones mentales, se
colocan entre barras.
Grafema ---------- letra
Fono --------------- sonido [ ]
Fonema ------------ representación mental / /
Gramática 2007 1º C /T-P 1 Apuntes Sim 5

Los símbolos que utilizaremos pertenecen al alfabeto fonético de la AFI. Pueden


consultarlo en la página web de la AFI. Les recomiendo también el sitio web de la
Universidad de Iowa (www.iowa.edu), en la que se puede acceder a un muy buen
simulador fonético para el español.
En la clase de hoy determinaremos el objeto de estudio de la fonética, sus ramas y
la clasificación de los sonidos del lenguaje humano. La fonética se ocupa solamente de los
sonidos humanos; no se ocupa de los ruidos que rodean la comunicación, ni de otros
sonidos producidos por el mismo aparato fonatorio (ronquidos, silbidos, llantos, etc.). Solo
se ocupa de lo que Malmberg denomina los sonidos del habla. El texto de Malmberg es
del ’62 y tiene vigencia todavía para la fonética articulatoria no sólo porque el aparato
fonatorio no se ha modificado sino porque tampoco lo han hecho las pautas para clasificar
los sonidos desde el punto de vista articulatorio. Aunque en Argentina se estudia poco la
fonética, en otros países se ha avanzado muchísimo en el campo de la fonética acústica,
en virtud de que las empresas de informática hacen grandes inversiones en
investigaciones que les permitan el desarrollo de programas que puedan decodificar el
lenguaje humano. Este tipo de programas, como el Dragon -que es el que debe estar
usando Fontanarrosa-, funcionan a partir del reconocimiento de variedades fonéticas
particulares. Una vez que la computadora registra la variedad fonética de un hablante en
particular, no decodifica la de otro.
Ustedes tienen como bibliografía optativa un texto de Llisterri (1999), que es un
fonetista. En ese texto, Llisterri dice que la fonética estudia los sonidos del habla y que
estos sonidos tienen características articulatorias, acústicas y perceptivas. Aunque
nosotros nos centramos en las articulatorias, debe tenerse en cuenta que también hay
fenómenos físicos y cognitivos involucrados en los estudios fonéticos. El objetivo de la
fonética consiste en determinar cómo se usan los sonidos del habla con fines
comunicativos y en explicar cuáles son los mecanismos de su percepción y de su
producción. Aquí vamos a dar cuenta de la fonética del español. ¿Podríamos hacer una
fonética general, es decir, una fonética que funcionara para los sonidos de todas las
lenguas?
Alumno: Sí.
6 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /T-P 1

Profesora: Sí. Pero no podríamos hacer un inventario de todos los fonemas de


todas las lenguas. El inventario de los fonemas es propio de cada lengua particular porque
los fonemas son precisamente los elementos que distinguen el significado en un sistema
lingüístico.
El aspecto acústico de la fonética es el que estudia la estructura física de los
sonidos y los modos en los que el oído reacciona ante esos sonidos. La fonética
articulatoria se ocupa de la descripción del aparato fonatorio y de la manera en la que se
producen los sonidos. Una fonética general se va a ocupar, por ejemplo, de indagar las
posibilidades acústicas del hombre y el funcionamiento de su aparato fonatorio. Además
se ocupa de elaborar un modelo de percepción y de producción del habla.
La fonética descriptiva es un estudio de las particularidades fonéticas de una
lengua, mientras que la evolutiva se ocupa de los cambios fonéticos diacrónicos de una
lengua determinada. El desplazamiento de un fono sonoro a uno sordo, al que hacíamos
referencia al comienzo de la clase, se va a resolver en algún momento, probablemente,
hacia el lado del fono sordo, porque es el que usan los más jóvenes. Algún fonetista que
haga fonética evolutiva en el futuro va a dar cuenta de este proceso en el español del Río
de la Plata.
Nosotros vamos a hacer fonética articulatoria. Para eso, tenemos que clasificar los
sonidos. Comencemos por [½]. Hasta el momento, establecimos que es un sonido, y que
además es sonoro. Para clasificar sistemáticamente estos sonidos, hay que estudiar el
aparato fonatorio de los seres humanos. En el texto de Malmberg, tienen un esquema del
aparato fonador. Este esquema muestra el corte de una cara: la nariz, los labios, los
dientes, el paladar y lo que está dentro del cuello. El aparato respiratorio no aparece allí,
aunque son los pulmones los que permiten la entrada y salida de aire: sin corriente de aire
no hay sonido. En español, no existen sonidos en los que no intervenga el aire, así como
tampoco hay sonidos que no dependen de la salida del aire. En cambio, en algunas
lenguas africanas, hay sonidos que se denominan clics y que se producen en la
inspiración.
Gramática 2007 1º C /T-P 1 Apuntes Sim 7

¿Por qué a los italianos les cuesta pronunciar la jota?


Alumno: Porque no existe.
Profesora: Exacto. Entonces no tienen el entrenamiento fonético para pronunciarla.
Lo mismo sucede al aprender otras lenguas. Por eso, es más fácil incorporar los sonidos
de otras lenguas cuando se aprenden en la infancia, ya que la flexibilidad del aparato
fonatorio es mayor.
Bien. En la laringe se crea la energía sonora que se utiliza en el habla. Las cuerdas
vocales se encuentran en la glotis y todas las cavidades que se encuentran sobre ella se
denominan supraglóticas. Es en esas cavidades donde se articulan los sonidos. La glotis
es un espacio triangular. Malmberg lo describe de una manera didáctica y clara.
Si las cuerdas vocales se acercan, la glotis se cierra. En la respiración normal, la
glotis permanece abierta, ya que no se produce ningún sonido. Cuando hablamos, la glotis
se cierra, las cuerdas vocales vibran y se producen los sonidos sonoros. Todas las
vocales son sonoras ya que en su pronunciación las cuerdas vocales vibran. Sucede lo
mismo con todas las consonantes nasales. En el caso de las consonantes sordas, las
cuerdas vocales no producen vibraciones.
La velocidad con la que las cuerdas vocales se abren y se cierran determina la
altura de un sonido producido. En español, no existen diferencias de altura pero sí ocurre
en lenguas como el chino, en las que las oposiciones fonológicas son de altura de los
sonidos; no tienen acentos como en español. Asimismo, hay lenguas que tienen vocales
largas y vocales cortas para marcar esas oposiciones.
En la cavidad supraglótica se encuentran: la faringe; la cavidad de la boca; la
lengua que, en tanto órgano móvil, se apoya en distintos lugares e interviene en la
fonación; los labios, que se cierran, se abren, o van hacia delante, se redondean; y la
nariz, cuya función depende de la acción del velo del paladar. El paladar tiene una última
parte blanda, que denominamos velo, y es móvil. Dependiendo de ese movimiento, el aire
sale por la nariz o por la boca.
Es decir que si se parte desde la boca, de adelante hacia atrás, se encuentran: los
labios; los dientes -que se insertan en los alvéolos- y el paladar, que se divide en una
región anterior, una media y otra posterior. Cuando el velo del paladar baja, el aire pasa
8 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /T-P 1

por la nariz; cuando sube, por la boca. Al fondo de la boca, está la úvula, lo que
comúnmente se denomina campanilla. Los movimientos de la lengua se realizan con la
punta o ápice o con la parte de arriba o dorso. Puede verse, entonces, que tenemos
algunos órganos fijos y otros móviles. Los dientes y el paladar son fijos; la lengua y el velo,
móviles.
Hasta el momento hemos visto que en este proceso intervienen: el aparato
respiratorio, porque sin aire no hay sonido; las cuerdas vocales, que permiten diferenciar
los sonidos sordos, cuando no vibran, de los sonoros, cuando vibran; asimismo,
establecimos la existencia de un aparato fonatorio, que está formado por algunos órganos
móviles y otros fijos. Ese órganos entran en contacto de diversos modos. Los labios entran
en contacto entre sí, por ejemplo, en las consonantes de mamá. La lengua entra en
contacto con las zonas que no se mueven. Por ejemplo: en nene, entra en contacto con
los alvéolos; en tío, con los dientes.
Nos va a interesar, por un lado, el punto de articulación, es decir, la zona en la que
se unen dos órganos móviles o uno móvil y otro fijo. Por otro lado, debe tenerse en cuenta
la salida del aire. Por ejemplo: cuando digo barco, el aire sale de un saque, es decir, hay
un cierre y después sale todo el aire. En cambio, si digo frío o feo, no se produce un cierre
total de los labios para permitir la salida del aire. La diferencia entre la [b] de vaca y la [m]
de mamá es que, en el primero, el aire sale por la boca, mientras que en la [m] lo hace por
la nariz. Esto es el modo de articulación.
Hasta ahora sólo teníamos la indicación de que [m] es un símbolo, en este caso,
fonético. Para saber lo que ese símbolo representa es necesario considerar tres
parámetros que van a permitir su clasificación. Esos parámetros son: el punto de
articulación, el modo de articulación y la sonoridad o sordez. En general, se utilizan en ese
orden, que también es convencional. Entonces, desde esos parámetros este fono es:

bilabial (punto de articulación)


[m] nasal (modo de articulación)
Gramática 2007 1º C /T-P 1 Apuntes Sim 9

sonoro (sonoridad/sordez)

Los fonos consonánticos se clasifican siempre teniendo en cuenta esos tres


parámetros.
En el Cuadernillo de Trabajos Prácticos de Fonética y Fonología, tienen el cuadro
alfabético internacional, realizado en 1993 y corregido en 1996. Hay un cuadro para las
consonantes, otro para las vocales y otro para las semiconsonantes. Vamos a empezar
por las consonantes. Los sonidos consonánticos se definen a partir de esos tres
parámetros. Para las vocales, se utilizan otros parámetros, aunque el objetivo es siempre
el mismo: clasificar los sonidos en forma sistemática. Vamos seguir ese cuadro para
determinar los sonidos que corresponden al español y para explicar, fundamentalmente,
los modos de articulación.
En la fila superior del cuadro, aparecen los modos de articulación: explosivas,
nasales, vibrantes simples y múltiples, fricativas y laterales. En la primera columna, tienen
los puntos de articulación. Al mismo tiempo, hay columnas que aparecen subdivididas;
siempre que así sea, la primera es sorda y la segunda, sonora.
Los modos de articulación indican los modos de salida del aire y su distribución en
la cavidad supraglótica. Los puntos de articulación, dónde se produce el contacto entre
dos articuladores móviles o un articulador fijo y otro móvil. Además, el parámetro
sonoridad/ sordez aparece para cada uno de los cruces de doble entrada.
En las explosivas, se produce una oclusión completa, a la que sigue una apertura
brusca. En el caso de las fricativas, se estrecha el canal por el que pasa el aire y se
produce una turbulencia, como en la palabra feo: cuando la pronuncio, los labios se juntan
un poco y el aire sale por el medio, haciendo una turbulencia. Las explosivas, entonces,
pueden ser oclusivas (si se produce un cierre completo del paso del aire y una posterior
apertura) o africadas (si se produce primero un cierre completo que se resuelve, luego, en
una fricativa).
Las explosivas africadas son las dos palatales: la sorda y la sonora. El resto son
oclusivas. La palatal sorda africada aparece en palabras como chancho [’canco]. En la
pronunciación, hay un primer momento oclusivo y un segundo momento fricativo. Para
10 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /T-P 1

caracterizar ese sonido, diremos que es palatal africado sordo. El fono palatal africado
sonoro se representa con este símbolo [â] y aparece en palabras como [‘konâuge],
cónyuge.
Todas las palabras en español tienen acento. Algunos de esos acentos se
representan ortográficamente con tilde. En el caso de chancho, la sílaba que lleva el
acento es la primera. En fonética, el acento se indica con un trazo [‘], sin ninguna
inclinación, antes de la sílaba correspondiente.
Veamos las oclusivas. Las oclusivas bilabiales son dos, una sorda y la otra sonora:

[p] (sorda) [b] (sonora)


[pa’pa] papá [‘bo½a] boya
[‘päoa] proa [‘baka] vaca
[‘plata] plata [‘ambo] ambo

En español no pronunciamos el grafema v. La [p] aparece en posición inicial, ya


sea antes de vocal como antes de consonante, después del silencio inicial; aparece
también en posición intervocálica. La [b] aparece también en posición inicial y junto a una
consonante oclusiva nasal en posición interna. También este sonido aparece en una
palabra como [embi¶o], envido, porque se produce una asimilación entre estos dos
puntos de articulación.
Alumna: ¿Y la ene?
Profesora: No es una ene. La palabra se escribe con el grafema n por razones
históricas de las que se ocupará la filología. Para nosotros no es una ene, sino una bilabial
nasal sonora. Tampoco el sonido inicial de [‘baka] es una v.
La lengua es económica, siempre va a tratar de hacer el menor esfuerzo. Cuando
un punto de articulación queda lejos de la vocal que le sigue, lo que va a hacer es
asimilarse al punto de articulación de la vocal para acercarse y requerir menos esfuerzo.
En este sentido, la combinación dental-bilabial es complicada, por eso se transforma en
Gramática 2007 1º C /T-P 1 Apuntes Sim 11

dos bilabiales. Yo puedo decir [en’bido], pero no lo hago. Podemos hacerlo, pero no está
incluido dentro de nuestro sistema. Lo mismo ocurre con el sistema de la [-s] final en el
territorio de Argentina: nosotros las aspiramos levemente; en Rosario, no las pronuncian y
en Santiago del Estero, pronuncian [s] que no existen. El sistema se presenta de ese
modo y no tiene sentido forzarlo. Pueden estudiarse las razones de aparición de
determinados fenómenos en cada región. Hay estudios sobre lo de Rosario, respecto de
la influencia de la inmigración italiana; sobre el quechua, en Santiago del Estero. Pero el
sistema es lo que es.
Veamos las dentales. La [t] es la sorda y la [d], la sonora.

[t] [d]
[‘tio] tío [dok’toä] doctor
[‘atlas] atlas [‘toldo] toldo
[‘täen] tren [‘kwando] cuando

[t] siempre es sorda. Aparece en posición inicial seguida de vocal, en un grupo


consonántico con una líquida, y con una vibrante. No presenta grandes complicaciones.
De hecho, nosotros no tenemos en español palabras terminadas en [t], pero podríamos
pronunciarla sin ninguna dificultad, como una dental sorda oclusiva.
Alumna: ¿Por qué es sorda?
Profesora: Porque las cuerdas vocales no vibran.
La sonora aparece en posición inicial, con una lateral adelante y en combinación
con una nasal.
Hasta el momento, pasamos de las dentales a las palatales. Siguen las oclusivas
velares, sordas y sonoras. Se articulan en el velo del paladar.

[k] (sorda) [g] (sonora)


[‘kasa] casa [‘gato] gato
[‘kilo] kilo [‘gera] guerra
[ke] que [‘taøgo] tango
12 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /T-P 1

[‘kjeäo] quiero
[‘poko] poco
[‘tanke] tanque

Todas las veces que pronunciamos [k], independientemente de la grafía que se


utilice para representarla, el sonido es el fono velar oclusivo sordo. El fono [g] aparece en
posición inicial, antes de vocal, y combinado con una nasal alveolar.
Alumna: ¿No se pone el acento en [ke]?
Profesora: Es átona. Solo va con tilde, y en la grafía, cuando se utiliza como
pronombre interrogativo.
Vamos a ver las nasales. En las nasales no hay oposición sordo/sonoro, porque
todas son sonoras.
Alumna: ¿Cómo se pronuncian los glotales?
Profesora: Este cuadro tiene algunos fonos que están allí porque existen en otras
lenguas. En español, no hay fonos glotales. El guaraní, por ejemplo, es una lengua que
tiene muchas glotales. Por eso, suena en forma gutural. De todas formas, no tienen
muchos fonos en ese cuadro que no pertenezcan al español: solamente el glotal y la [‘]
francesa, que veremos oportunamente.
Alumna: ¿Cómo se escucha el fono glotal?
Profesora: No lo puedo decir, porque no lo conozco. De ahí la sugerencia de
consultar la página de Internet de la Universidad de Iowa. Nunca he pronunciado un
sonido gutural y no soy fonetista, por lo tanto, no sé pronunciarlos todos.
Para clasificar las nasales, dado que todas son sonoras, es suficiente utilizar dos
parámetros: el punto y el modo de articulación. La bilabial nasal [m] aparece en posición
inicial e intervocálica:

[ma’ma] mamá
[em’bi¶ja] envidia
Gramática 2007 1º C /T-P 1 Apuntes Sim 13

La labiodental nasal [–] señala que el punto de articulación se desplaza hacia atrás.
Eso sucede cuando la bilabial entra en contacto con una consonante que tiene un punto
de articulación posterior. Por ejemplo, en una palabra como inferior [i–fe’äjoä]. No
pronunciamos la alveolar nasal [n], sino que la lengua entra en contacto con la zona en la
que se insertan los dientes en el paladar. En palabras como enfermo o enfoque sucede lo
mismo.
La alveolar nasal [n] aparece en:
[‘na¶a] nada (posición inicial)
[‘ana] Ana (posición intervocálica)
[‘antes] antes (en contacto con una dental sorda)
[an’daä] andar (en contacto con una dental sonora)
[en’rike] Enrique (en contacto con una vibrante múltiple)
[enla’ta¶o] enlatado (en contacto con una lateral)

La palatal nasal [µ] aparece en palabras como: [‘µato], ñato, y [eµe], eñe, es decir,
en posición inicial e intervocálica respectivamente.
La velar nasal [ø], en palabras como [‘maøgo], mango, o [maøko], manco, aparece
en los casos en los que las nasales entran en contacto con una consonante que es
posterior en el punto de articulación. Como las velares son posteriores, la nasal retrotrae
su punto de articulación.
Otro modo de articulación es el vibrante, caracterizado por un contacto
momentáneo del dorso de la lengua con el paladar. Existen dos vibrantes: la simple y la
múltiple. En el caso de la simple, el contacto es momentáneo; en el de la múltiple, se
produce una vibración repetida del órgano móvil. En el español, ese órgano móvil es
siempre la lengua. En otras lenguas, puede ser la úvula. En el cuadro aparece la uvular
[‘], que es la de palabras francesas como region, donde la úvula es lo que produce la
vibración. No es así en el sistema del español.
El contacto momentáneo y el repetido produce la diferencia que aparece entre:
14 Apuntes Sim Gramática 2007 1º C /T-P 1

[‘peäo] pero
[‘pero] perro

Alumno: ¿El punto de articulación es siempre alveolar?


Profesora: El punto de articulación es siempre el mismo. El modo de articulación,
en el primer caso, es simple y, en el segundo, múltiple. Ambas son sonoras. El fono
vibrante simple aparece en posición final y en contacto con consonante. El vibrante
múltiple, en posición inicial. Ambos pueden hacerlo en un contexto intervocálico.

[‘ralo] ralo (vibrante múltiple)


[maä] mar (vibrante simple)
[a’täas] atrás (vibrante simple)

Estos dos fonos son, asimismo, dos fonemas diferentes. La oposición /‘peäo/ vs.
/pero/ es un claro ejemplo de ello porque produce dos signos diferentes. Si alguien dice
[‘manko] en lugar de [maøko], no se produce ningún cambio de significado. En cambio, sí
sucede contrastando las vibrantes en ciertos contextos. Cuando trabajen la noción de
archifonema, verán esto más específicamente.
En el modo de articulación fricativo, como dije antes, se produce una breve
interrupción en el paso del aire que, después, sale con turbulencias. En español, las
bilabiales fricativas presentan dos fonos: uno sordo y el otro sonoro. El sordo no pertenece
al sistema del español. El sonoro es [º] y aparece en palabras como:

[a’ºwelo] abuelo
[la’ºaä] lavar
[a’ºäil] abril
Gramática 2007 1º C /T-P 1 Apuntes Sim 15

Las bilabial fricativa sonora, entonces, puede aparecer en posición intervocálica y


en contacto con una vibrante. Eso es todo por hoy. Seguiremos la próxima con el cuadro
fonético.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


19 Cod. 21

Gramática

Fecha: 03/05/07
Teórico № 12 Prof.: Laura Ferrari

Contenido: Guía IV: Definiciones de oración. Estructura interna de oración.


Concepto de sintagma.

Profesora: Buenas tardes. El jueves que viene tenemos el parcial. Entra, como ya
saben, hasta lo que dé en la clase de hoy. Con respecto a bibliografía, entran completas
las de las Guías II y III. Con respecto a la Guía I, como ya dijimos, su desarrollo estará
repartido a lo largo del curso. De este modo, entran para el parcial Saussure, Di Tullio y
Lyons, pero no Bühler ni Halliday. Y con respecto a la bibliografía de la Guía IV, entran
todos los textos correspondientes a los puntos I y II y, en parte, el III. De la Ficha Nociones
sintácticas, entra todo el capítulo I y, del capítulo II, entran los puntos 1 y 2, es decir, "La
estructura interna de la oración" y "Las categorías sintácticas".
Hoy vamos a completar las definiciones de oración y luego nos vamos referir a la
estructura interna de la oración y al concepto de sintagma. Hasta aquí se les pedirá para
el parcial. Seguramente, se les pedirá que ejemplifiquen o identifiquen algún sintagma
nominal o verbal. Pero no entra para el parcial el análisis fino del sintagma nominal ni del
verbal. Sí entra la estructura del sintagma, porque, como veremos, es la misma para todos
los tipos de sintagma.
Han visto la semana pasada la distinción entre oración y enunciado, y también la
concepción de oración con la cual vamos a trabajar en el curso: oración como unidad
abstracta de construcción de la gramática. Esta definición claramente distingue entre
oraciones y enunciados, considerando a estos últimos como los datos que se le ofrecen
empíricamente al investigador. Uno de los primeros en establecerla, como ha visto, es
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 12

Lyons. Pero esta distinción no ha sido siempre sostenida a lo largo de las tradiciones
lingüístico-gramaticales de la lengua española.
En primer lugar, tenemos en esta tradición un grupo de definiciones que han estado
orientadas al aspecto semántico-comunicativo. También han sido llamadas definiciones de
carácter nocional. Un ejemplo claro es la que aparece en la Gramática de Alonso y
Heríquez Ureña, del año '38, y que retoma el Esbozo de la Real Academia Española, en el
año 19731. Lo que sostienen Alonso y Heríquez Ureña es lo siguiente:

La menor unidad de habla con sentido completo se llama oración (...) Tener sentido
en sí mismo o tener sentido completo quiere decir declarar, desear, preguntar o mandar
algo. (...) Para tener sentido completo es necesario que el que habla afirme o niegue con
ellas, o pregunte o desee o mande, esto es, que tome una determinada actitud ante lo que
esas palabras significan (...) La actitud del que habla, sea enunciativa, o interrogativa, o
desiderativa, o imperativa, es lo que da unidad al pensamiento, porque se mantiene
idéntica a través de todas las diferentes palabras que conforman la expresión. La actitud
del que habla es también lo que hace completo el sentido porque con las significaciones
de las palabras enuncia, desea, pregunta o manda algo.

Y la RAE reformula:

La intención del hablante divide la elocución en unidades de sentido completo en sí


mismas llamadas oraciones. Tener sentido completo en sí mismas quiere decir que
contienen una enunciación (afirmativa o negativa), una pregunta, un deseo o un mandato.

Como puede verse, en ninguna de las dos citas se distingue entre oración y
enunciado, es decir, no distinguen entre datos empíricos y unidad abstracta de la
gramática. En realidad, están trabajando con los enunciados, a los cuales denominan

1
El título seguramente se debió a que tenían el propósito de publicar una Gramática definitiva que, como
tal, nunca llegó a publicarse. Sí se ha publicado en el 2000 una Gramática descriptiva del español, un
proyecto totalmente diferente y, recién ahora, en el último Congreso de la Lengua, se presentó una
Gramática de la Academia, que tiene un carácter, además de descriptivo, social -dicen los académicos-.
Gramática 2007/Teórico 12 Apuntes Sim 3

oraciones. El presupuesto básico para que una construcción sea considerada oración es
que tenga unidad de sentido. Lo que da esta unidad de sentido, según estos autores, es la
actitud o intención del hablante, es decir, lo que más modernamente ha sido llamado acto
de habla, es decir, cuál es el propósito o intencionalidad del hablante cuando emite un
enunciado: afirmar algo, hacer una pregunta, manifestar un deseo, formular un mandato,
un pedido, etc.
El problema es que esta definición es de índole pragmática -tomando los
desarrollos actuales-, pero no es útil para la descripción gramatical, porque es sumamente
vaga, poco precisa. ¿Qué es tener sentido completo? Esta crítica es retomada por Di
Tullio, a partir de Hernanz y Brucart: hay oraciones de las que no podemos dudar que son
tales, como por ejemplo:

Le di el libro a tu amigo.

Y sin embargo hay elementos que necesitan ser decodificados a partir de un


contexto lingüístico o, por lo menos, situacional, tales como le y tu. Y, en tanto carecemos
de dichos contextos, esta oración no tendría sentido completo.
Por otro lado, si nos quedamos simplemente con la idea de que lo que define a la
oración es la posibilidad de que enuncie un mandato, una orden, etc., ¡Alto! sería una
oración.
Tenemos entonces una gran cantidad de estructuras diferentes que entra bajo el
término oración, definido de esa manera. Esto presenta el problema de que la disciplina no
puede formular reglas, dado que no podemos establecer ningún tipo de similitud entre las
distintas construcciones o estructuras.
Por esto es que las teorías lingüísticas han ido desarrollando mejores precisiones
terminológicas, que se resuelven manteniendo la distinción entre oración y enunciado. Así,
además, no se descarta el estudio de la intencionalidad del hablante o los actos de habla
como si no tuvieran validez o interés lingüístico. Simplemente, se separa este interés del
de hacer una descripción gramatical, para lo cual necesitamos deslindar la oración como
unidad abstracta de construcción de la gramática.
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 12

Ahora bien, no fueron los generativistas los primeros en darse cuenta de esto.
Hubo antes otros intentos por definir la oración con criterios de índole formal. Uno de ellos
es el de Bloomfield, quien -como buen estructuralista que era- intenta orientar su definición
al aspecto sintáctico-distribucional. Esto significa considerar los contextos de aparición de
una hipotética unidad a la cual llamará oración. Su definición es la siguiente:

La oración es aquella construcción que no está incluida en una estructura mayor.

Nuevamente, expresiones como Sí, Juan, constituyen oraciones, así como Dijo que
venía. Sigue habiendo, como puede verse, una enorme diversidad estructural entre estas
construcciones.
Por su parte, Ofelia Kovacci, lingüista y gramática argentina muy conocida, trabajó
mucho dentro de la corriente distribucionalista de Bloomfield, es decir, el estructuralismo
norteamericano, tratando de unir los criterios de esta corriente con los de la gramática
estructural europea, centralmente la de la Escuela de Praga. De esta última toma la
noción de entonación: esta determina el límite oracional, es decir, segmenta el continuum
en oraciones. Dirá entonces que la oración es una construcción constituida por dos
componentes solidarios: uno sintáctico y otro suprasintáctico o suprasemgental: la figura
tonal. A partir de esta definición, ella extrae dos corolarios: el primero es que la oración
tiene autonomía sintáctica -con lo cual está tomando el criterio distribucionalista de
Bloomfield- y el segundo es que la oración es una unidad modal, es decir, revela la actitud
del hablante -donde vemos la influencia de Alonso y Henríquez Ureña-.
De todos modos, esta definición tampoco distingue entre los datos empíricos y la
oración como unidad de construcción de la gramática. De hecho, resulta una definición
suficientemente amplia como para englobar estructuras muy diferentes.
Por todo esto, nosotros vamos a manejarnos, en este curso, con una definición de
oración en términos de unidad de construcción de la gramática, distinguiéndola de los
enunciados como datos empíricos que se le ofrecen al lingüista.
Ahora precisemos nuestra definición. La oración tiene dos características básicas:
es una construcción que posee autonomía sintáctica y que contiene una predicación.
Gramática 2007/Teórico 12 Apuntes Sim 5

Alumna: ¿Esta es la postura de la Cátedra?


Profesora: Sí. Una postura elaborada y consensuada.
A su vez, llamamos oración prototípica a aquella en que la predicación se realiza en
un sujeto y un predicado.
Alumna: O sea que ¡Alto! No es una oración.
Profesora: Hoy día se denomina a estas expresiones fragmentos oracionales; pero
nosotros las consideraremos oraciones no prototípicas, en tanto consideramos grados de
proximidad o lejanía respecto de la oración prototípica. El concepto de prototipo es el de
modelo o mejor ejemplar de una clase determinada de elementos. En este caso, el mejor
ejemplar de la clase de las oraciones es la que está constituida por sujeto y predicado.
Ahora bien, la relación entre sujeto y predicado tiene como núcleo la flexión verbal.
Consideremos:

[El avión] [aterrizó a las siete de la tarde]

concordancia rasgos de tiempo, modo y aspecto


en número y persona

La flexión verbal resume dos tipos de rasgos de diferente naturaleza: la


concordancia con el sujeto en número y persona, que articula sujeto y predicado, por un
lado; y, por otro, tres rasgos estrictamente verbales: tiempo, modo y aspecto, los cuales
localizan el evento. Es decir que la oración -a pesar de que ustedes verán, tanto en la
Ficha como en Di Tullio que está articulada en dos constituyentes- tiene como núcleo la
flexión verbal, que materializa la predicación. Por eso consideramos que las
construcciones que no contienen una predicación, o bien no son oraciones, o bien no son
prototípicas.
Ahora bien, hay construcciones que contienen una predicación pero no tienen
autonomía sintáctica:

[ Dijo [que Juan vendría] ]


6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 12

Evidentemente, [Juan vendría] contiene una predicación, tiene sujeto y predicado y


flexión verbal. Pero no tiene autonomía sintáctica. Este tipo de construcción ha sido
llamada proposición subordinada, de la cual hablaremos más adelante. Insisto entonces:
una oración debe tener una predicación y autonomía sintáctica.
Ahora bien, hemos hablado de gradualidad. Hay conjuntos de oraciones en los
cuales, por su estructura, nos vamos alejando paulatinamente del prototipo. Por ejemplo:

1) Llovió durante todo el otoño.


2) No había más leche.

Estas construcciones son oraciones, pero ya se están alejando del prototipo. No


tienen sujeto y predicado, pero contienen una predicación y un verbo flexionado, cuya
flexión, si bien manifiesta o señala una concordancia, dicha concordancia está
neutralizada; no tiene elemento alguno con el cual compatibilizarse. Por eso, en algunas
lenguas como el inglés o el francés tenemos elementos vacíos con los cuales se
establece la concordancia.
Oraciones como las de 1) y 2) son llamadas impersonales; se construyen sin
sujeto. Están, por eso, alejadas en un primer grado del prototipo.
Luego, tenemos, en segundo lugar, oraciones del tipo:

3) Los medios, un desastre.


4) La fiesta, un éxito.

En estos casos, tenemos una relación entre sujeto y predicado, una relación de
predicación, pero implícita en tanto no está presente una flexión verbal; sin embargo,
podemos reponer, eventualmente, un verbo como ser: [Los medios son un desastre], [La
fiesta fue un éxito]. Incluso, hay casos en que el verbo ser está inmediatamente antes, y
se elide. Por ejemplo:
Gramática 2007/Teórico 12 Apuntes Sim 7

5) El libro es muy interesante, pero la película no.

Tanto este caso como 3) y 4) son fenómenos de elipsis: podemos reponer el verbo
e incluso, como en 5), la predicación: [la película no es interesante].
En estos casos no podemos decir que no tengamos oraciones, porque hay una
relación de predicación, aunque esté implícita, y además hay autonomía sintáctica.
consideramos entonces que estas expresiones se alejan del prototipo, pero no dejan de
ser oraciones. Las llamamos oraciones de predicado no verbal.
Hjelmslev, un lingüista danés posterior a Saussure, tiene un trabajo llamado La
frase nominal, donde, justamente, analiza este tipo de oraciones. En lenguas como el
latín, cuando se trataba de oraciones con el verbo ser en presente, siempre estaba elidido.
Las gramáticas latinas hablaban, en estos casos, de oraciones de predicado nominal. Lo
que señala Hjelmslev es que cuando de todos modos está el verbo ser explícito, es por
motivos enfáticos. Lo mismo sucede en ruso.
Sin embargo, el predicado no verbal puede ser no sólo nominal, sino también
adverbial, como lo denominó la gramática estructural. Por ejemplo: El grabador, en la
mesa. Nosotros no nos dedicaremos a esto, porque son casos fáciles para el análisis
sintáctico y presentan pocas funciones.
Finalmente, consideramos oraciones no prototípicas a las del tipo:

6) ¡Alto!
7) ¡Fuego!

Alumna: ¿Una oración con el verbo en infinitivo no sería una oración?


Profesora: Depende. Hay construcciones en que, a través de ese verbo en
infinitivo, se establece de todos modos una predicación, dado que es posible extraer un
sujeto. Incluso, veremos con detalle ciertas construcciones en infinitivo incluidas en
estructuras mayores, es decir, proposiciones, donde se da también una predicación.
También hay un uso del infinitivo en oraciones imperativas: ¡A comer!. Dentro de este
modelo, consideramos a este tipo de oración como no prototípica. Evidentemente, es
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 12

discutible: ¡A comer! parece tener un mayor grado de prototipicidad que ¡Fuego!, dado que
tiene un verbo, aunque no conjugado.
Hay otro tipo de construcciones que Di Tullio presenta en su capítulo al respecto, a
las que denomina fragmentos oracionales. Por ejemplo, la respuesta a un diálogo:

- ¿Querés el café con azúcar o sin azúcar?


- Sin.

Considerado Sin independientemente, es imposible decodificarlo. Ni siquiera tiene


autonomía sintáctica. No es lo mismo que ¡Alto! o ¡A comer!, que si bien son oraciones no
prototípicas, no requiere de un contexto para ser decodificadas.
Ahora bien, Sin es un enunciado, en tanto es una respuesta y hay una clara
intencionalidad del hablante; pero no la podemos considerar oración.
Pasemos a la estructura de la oración. Han visto ya en clases pasadas que dentro
de la oración las palabras mantienen distintos tipos de relaciones jerárquicas, es decir, no
mantienen meras relaciones de adyacencia unas con otras, sino que encontramos un
número importante de estructuras intermedias entre la palabra y la oración.
El concepto de estructura intermedia fue acuñado por primera vez por Bello en su
Gramática, pero no fue para nada explotado por la gramática tradicional, ni tampoco por la
estructural, salvo por algunos estructuralistas. Recién con la gramática generativa se
comienza a elaborar esta noción de constituyente, aunque está tomada de un
estructuralista. Ya han visto la noción de constituyente. Hoy veremos una construcción
constituyente de la oración: el sintagma, sus estructura interna y su núcleo.
Definimos el sintagma como la expansión de un núcleo. Llevando al límite la
definición, aun cuando no está expandido el núcleo, es decir, cuando no tiene
complementos ni especificadores que lo acompañan, sigue siendo un sintagma.
Ahora bien, todo núcleo de un sintagma está constituido -desde nuestro punto de
vista- por una palabra que pertenece a alguna de las clases de palabras léxicas, esto es:
nombres, adjetivos, verbos, adverbios y preposiciones.
Gramática 2007/Teórico 12 Apuntes Sim 9

Uno de los modelos de descripción gramatical más lúcidos de la gramática


generativa es la teoría de la X con barra. Esta teoría plantea una estructura interna del
sintagma que es potencialmente válida para todos los tipos de sintagma. Todo sintagma
tiene, potencialmente, una estructura modélica, que podrá llenar o no. La productividad de
este planteo es que hace uniforme la descripción gramatical.
Ahora bien, la gramática generativa ha planteado esto como un principio de las
lenguas, es decir, postula que todas las lenguas tienen sintagmas, construcciones de
núcleo y complementos. El orden de dichos complementos sí es particular de cada
lengua, ya no universal. Pero la idea de que todas las lenguas tienen estas estructuras
intermedias llamados sintagmas, y que todos los sintagmas tienen una palabra que
constituye su núcleo, es planteada por la teoría de X con barra -en marco mayor de la
teoría de principios y parámetros-, como un principio. Y ha sido muy rico, en tanto ha
hecho avanzar mucho la descripción gramatical.
Veamos ahora un ejemplo de cada tipo de sintagma con su núcleo
correspondiente, para problematizar esta noción de núcleo del sintagma:

SN [El presidente de la Corte de más edad]


N

SAdj. [Muy difícil de encarar]


N

SV [Casi se rompe una pierna azarosamente]


N

SP [Muy desde el centro]


N

SAdv. [Bastante cerca de las estación]


N
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 12

Salvo la tercera, las demás no son oraciones sino construcciones.


Ahora bien, todos los núcleos son palabras pertenecientes a clases léxicas.
Definimos el núcleo de un sintagma -siguiendo, entre otros autores, a Ignacio Bosque-
como aquella palabra que determina la naturaleza categorial del sintagma: presidente es
un núcleo sustantivo que determina que su expansión sea un sintagma nominal; difícil es
un adjetivo, y se expande en un sintagma adjetivo; si el núcleo es un verbo, como se
rompe, tenemos un sintagma verbal; la preposición desde es núcleo de un sintagma
preposicional; y, en el último caso, un adverbio, cerca, lo es de un sintagma adverbial.
Pero además, el núcleo -de acuerdo a esta definición- tiene otra característica:
selecciona los complementos que lo acompañan. Esta es una noción muy importante,
porque se trata de una selección sintáctica y semántica o léxica.
En este curso de Gramática, vamos a hacer hincapié en la selección léxico-
sintáctica de los sintagmas verbales. De todos modos, hoy voy a hacer mención a la
selección que pueden realizar otras clases de palabras; pero no es un tema sobre el que
vayamos a profundizar. Lo que intento hoy es mostrar que el sintagma tiene una
estructura modélica, la cual puede ser llenada de diferentes formas por cada tipo de
sintagma. El sintagma que presenta mayor variedad y riqueza es el verbal; pero esto no
quiere decir que los otros sintagmas no puedan seleccionar complementos y
especificadores.
Alumno: ¿Los sintagmas pueden ser oraciones?
Profesora: Es más claro definir que la oración es un sintagma oracional.
Ahora bien, el corolario de esta similitud estructural es que todos los sintagmas son
endocéntricos, es decir, todos tienen un núcleo. Esta también es una modificación
respecto del planteo de la gramática estructural.
Esta última planteaba dos tipos de construcciones sintácticas: las endocéntricas, es
decir, aquellas que tenían un núcleo, y las exocéntricas: aquellas que no lo tenían. Aquí lo
que confunde es la terminología: la concepción de núcleo del estructuralismo era otra, en
tanto era considerado como: 1) aquella palabra que podía funcionar como toda la
Gramática 2007/Teórico 12 Apuntes Sim 11

construcción, es decir, que podía prescindir de sus complementos; y 2) aquella palabra


que no podía ser eliminada del sintagma.
Sin embargo, estas definiciones tienen problemas. Por ejemplo, ciertas clases de
palabras, como las preposiciones, no tienen la posibilidad de ser núcleo. Las
construcciones encabezadas por preposición, para la gramática estructural, eran
exocéntricas.
Les señalo esto porque es posible que encuentren otras gramáticas donde se
sostiene esto, y es bueno que sepan que no hay un pensamiento único en lingüística ni en
gramática, y que, además, hay una historia de la lingüística.
Según el estructuralismo, una construcción como [desde el centro] es exocéntrica,
porque, siguiendo la definición que daban, la preposición no puede funcionar sola, sin su
complemento.
Pero en realidad hay muchos contraejemplos respecto de esa definición
estructuralista. Veamos [casi se rompe una pierna]: tampoco el verbo romperse puede
funcionar sin su complemento y, sin embargo, no se ha cuestionado jamás la capacidad
del verbo de ser núcleo de construcciones.
Y por otro lado, hay problemas con la otra característica del núcleo: la de no poder
elidirse. Volvamos a un ejemplo anterior: [La película es interesante, pero el libro no].
Estamos elidiendo casi todo el sintagma verbal. O sea que el verbo, cuyo status de
núcleo, insisto, nadie cuestionaría, también puede ser elidido. Por lo tanto, esas
definiciones de carácter distribucional se muestran como insatisfactorias.
Además, resulta mucho más elegante -lo cual significa sencillo para la descripción y
más productivo- considerar que todos los sintagmas son endocéntricos.
Por último, la preposición comparte algunas de las características del verbo. Por
ejemplo, han visto la vez pasada la categoría morfológica de caso, una categoría que sólo
se manifiesta en español en los pronombres. El caso, además, explicita una conexión
sintáctica: la rección o régimen. Cuando el verbo, por su parte, se construye con un
pronombre personal, y este pronombre cumple la función de objeto directo, rige el caso
objetivo de dicho pronombre, es decir, el pronombre adquiere una forma específica. Vean:
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 12

[Yo me lavo las manos]


oi vn od

En tanto el pronombre personal de 1ª persona cumple la función de objeto


indirecto, debe ir en caso objetivo. En cambio, si cumple la función de sujeto, como se ve
en la misma oración, adopta la forma yo, es decir, caso nominativo.
El pronombre personal entonces tiene una manifestación morfológica de su función
sintáctica. Esta manifestación es lo que hemos llamado caso. Y la conexión gramatical es
llamad rección o régimen, lo cual quiere decir que el verbo exige del pronombre una
determinada manifestación morfológica, que no posee el verbo pero sí la exige del
pronombre.
Ahora bien, la preposición también lo hace. Veamos:

[Desde mí]
*[Desde yo]
*[Desde me]

Esta preposición exige de su complemento, si este es un pronombre personal, que


esté en caso terminal. En síntesis, también la preposición rige caso, característica que
comparte con el verbo. Y si decimos que el verbo es el núcleo sintagmático por
antonomasia, en tanto es, además, dentro del marco oracional, quien manifiesta la flexión
y es núcleo de la oración, la posibilidad que tiene la preposición de regir caso la legitima
como núcleo de sintagma.
Por otro lado, muchas preposiciones, como el caso de desde, indican "origen".
Encabezan una construcción de movimiento. En latín, este tipo de complemento se
denomina unde, es decir, "lugar desde donde". Esta misma idea está dada en español por
la carga léxica de la preposición. Del mismo modo, hacia, como en [hacia la ventana]
encabeza un complemento quo, es decir, "lugar hacia donde". Qua era "desplazamiento" y
ubi, "lugar en donde". En español, este último significado está dado por preposiciones
Gramática 2007/Teórico 12 Apuntes Sim 13

como sobre, en construcciones como [Estoy sobre la tarima]. Todas estas dimensiones de
lugar parten de la preposición. Es otra razón de peso para considerar que son núcleo de
sintagmas, a pesar de que la preposición nunca pueda funcionar sin complemento.
Ahora bien, la gramática generativa toma una distinción que la gramática tradicional
sólo aplicaba a los verbos: transitividad versus intransitividad. Sobre esto hablaremos
mucho, más adelante. De todos modos, ustedes deben recordar de la escuela secundaria
que esta es una división clásica de los verbos. Los transitivos son los que llevan
complemento objeto directo, y los intransitivos, los que no -luego veremos que hay mucho
más para decir sobre esto-. La gramática generativa -como podrán ver en Di Tullio-
extiende estos conceptos a las demás palabras mayores, y dirá, por un lado, que todas las
preposiciones son transitivas, en tanto todas llevan complemento; por otro, dirá respecto
de los sustantivos y los adjetivos que algunos son transitivos y otros, intransitivos -ahora
veremos ejemplos-, y que los adverbios, por lo general son intransitivos, salvo los que
indican relación, como el que tomé para el ejemplo: cerca de, lejos de, etc. Son casos de
adverbios transitivos. Traigo esta noción porque nos va a ayudar a ver la estructura
general de todos los sintagmas.
Veamos ahora con más detenimiento el primer tipo de sintagma:

[[El presidente [de la Corte] [de más edad]]

Los sustantivos pueden tener o no complementos. Ahora bien, esta distinción se


vincula con su semántica. Aquellos que son más prototípicos, en general no llevan
complemento: silla, mesa, casa, ventana. Pero hay también nombres que indican
"relación", como el que tenemos aquí: presidente. Se es presidente de algo. Lo mismo
sucede con hijo, padre o madre:

[Hijo de Juan]
[Padre de un niño de cinco años]
[Madre de un bebé recién nacido]
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 12

Se es igualmente siempre hijo de alguien, así como padre de y madre de. Los
sustantivos relacionales, si bien pueden enunciarse sin sus complementos, los tienen.
Al comenzar este tema, dijimos que la teoría de la X con barra plantea una
estructura interna del sintagma potencialmente válida para todos los tipos de sintagma.
Esto es, que todo sintagma tiene, potencialmente, una estructura modélica, que podrá
llenar o no. En este sentido es que la gramática generativa utiliza los conceptos que
acabamos de especificar de endocentricidad y de transitividad. Veamos cómo es esa
estructura modélica:

SX''

Esp. X'

X' Mod.

X ZY

Utilizamos X como símbolo de cualquier clase de núcleo -representa de manera


general tanto N, núcleo nominal, como V, núcleo verbal, etc.-, es decir, cualquier clase de
palabras léxica. De manera también general -estamos dando una estructura general para
todo tipo de sintagma- llamamos ZY al complemento de X. Entre X y ZY se establece una
relación muy cercana, tanto que, en general, no puede alterarse el orden, a menos que se
quiera dar una expresión enfática, como cuando decimos: De la corte, el presidente.
A su vez, está bastante limitada la cantidad de complementos que puede tener un
núcleo X.
Si seguimos analizando el primer sintagma, veremos que además del núcleo y de
su complemento, tenemos otro sintagma: [de más edad], que no funciona como un
complemento, en virtud de que no está seleccionado por el núcleo. Es claramente optativo
y puede llegar a tener mayor movilidad. Incluso, una posible coordinación del
Gramática 2007/Teórico 12 Apuntes Sim 15

complemento y de este otro sintagma sonaría muy extraña, casi agramatical: ?[el
presidente de la Corte y de más edad].
Alumna: Pero podríamos decir [El presidente de más edad de la Corte]
Profesora: Claro, este sintagma, que llamaremos modificador, tiene mayor amplitud
de movimiento.
Alumna: Pero ¿no pasa a ser [de más edad] el complemento?
Profesora: No, porque la propia estructura léxica del sustantivo presidente está
exigiendo el serlo de algo, exigencia que está satisfecha semánticamente por [de la
Corte], pero no por [de más edad].
Otra característica diferenciadora: virtualmente, podríamos agregar infinitos
modificadores.
Por todo esto, en el diagrama general de la estructura del sintagma vemos que el
modificador no está al mismo nivel, como sí lo están núcleo (X) y complemento (ZY).
Tendrá que depender de una ramificación independiente. Así, de la primera proyección del
núcleo, que representamos X', dependen el núcleo y su complemento. Luego, de una
segunda proyección de ese núcleo -de ahí la repetición de X-, que expresamos
nuevamente X', podemos desprender el modificador. En este lugar de la estructura, la
segunda X', es donde el sintagma puede aumentarse. A esta posibilidad se la denomina
recursividad. Una estructura es recursiva en los lugares donde puede seguir agregándose
la misma construcción.
Finalmente, el diagrama se completa con la proyección máxima del núcleo, que es
el sintagma correspondiente, SX'', de donde podemos desprender el especificador. Por
esto la teoría se denomina de X con barra -en realidad, aquí representamos, por razones
prácticas, las barras con comas-: la cantidad de barras o comas indican en qué nivel
jerárquico de la estructura estamos.
Los elementos más unidos son el núcleo y su complemento. Dicha unión se
proyecta hacia otra instancia, de la cual puede depender un modificador. El hecho de que
repitamos X', en lugar de agregar más comas o barras indica que estamos ante una
instancia recursiva. Por otra parte, el especificador en cambio depende de una X con
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 12

doble barra, porque es especificador de todo el resto. Proyectemos la estructura sobre el


sintagma que hemos considerado:

SX''

Esp. X'

X' Mod.

X ZY

El presidente de la Corte de más edad

Esta es la estructura básica que, en potencia, puede tener cualquier sintagma.


Nosotros, insisto, vamos a trabajar centralmente con el sintagma verbal. Les doy esta
estructura general para que sepan que esta estructura, que estudiaremos particularmente
con el sintagma verbal, en realidad se puede dar también en los otros sintagmas.
Me resta agregar algunos elementos a lo dicho en esta clase. En primer lugar, quiero
simplemente mencionar -porque surge de lo dicho- lo siguiente. Hemos dicho que todos
los sintagmas son endocéntricos; bien: la oración también es un sintagma endocéntrico, a
pesar de que didácticamente la consideremos como constituida por dos elementos. El
núcleo de la oración es la flexión verbal. Tampoco en este curso entraremos en este
aspecto.
Por otro lado, dijimos que los sustantivos relacionales son los que tienen, manifiesto
o no, un complemento. Sin embargo, existe otro tipo de sustantivos donde tal vez se vea
con más claridad el mismo fenómeno: aquellos que derivan de verbos. Por ejemplo:

[La defensa de la ciudad]


n
Gramática 2007/Teórico 12 Apuntes Sim 17

El sustantivo defensa es una nominalización, derivada de defender. Ahora bien, en


[Los soldados defendieron la ciudad], está claro que [la ciudad] es complemento objeto
directo de ese verbo. Pero cuando transformamos ese verbo en un sustantivo, este
sustantivo hereda los complementos del verbo del que proviene. Así, [de la ciudad],
aunque ya no es un objeto directo, es claramente el complemento de [defensa]. Si dijera
[la defensa], no entenderían de qué defensa se trata.
Cuando veamos la estructura interna del sintagma nominal, veremos que a
estructuras como [de la ciudad] en sintagmas como el de arriba las llamaremos
complemento del nombre, y no haremos distinción entre complementos realmente
exigidos y modificadores. Sólo haremos esta distinción en relación con el sintagma verbal.
Ahora bien, es muy importante destacar que siempre hay dos tipos de información: la
información categorial, que se vincula con la naturaleza léxica de los sintagmas -si se trata
de sintagmas adjetivos, nominales, verbales, etc.- y la información vinculada con el
potencial funcional de las construcciones. Si decimos, por ejemplo, que un sintagma
nominal cumple la función de objeto directo, estamos hablando de información funcional.
Se trata de la diferencia entre categorías léxicas y funciones sintácticas. Las primeras son
inherentes a los lexemas, y no varían. Un nombre, en tanto categoría léxica, será siempre
un nombre; en cambio, ese mismo nombre puede variar en cuanto a su función sintáctica.
Las funciones sintácticas son relacionales: dependen del lugar que ocupan dentro de la
oración.
Veámoslo contrastando estos tres casos:

1) El avión aterrizó a las siete de la tarde.


2) El piloto aterrizó el avión con maestría.
3) La azafata de/l avión sirvió la cena a los pasajeros.

En los tres casos, siempre [el avión] es un sintagma nominal: esta es su información
categorial. Pero en 1) es sujeto, en 2) es objeto directo y en 3) es complemento de un
sintagma preposicional. El mismo sintagma nominal cumple distintas funciones sintácticas
de acuerdo con el lugar que ocupe dentro de la estructura de la oración.
18 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 12

Por esto es que la información sintáctica es relacional, y se refiere al potencial


sintáctico que un determinado sintagma categorial puede tener. Y hay distintos potenciales
sintácticos, en tanto las categorías léxicas no pueden cumplir todas las funciones
sintácticas. Es decir, existe un potencial sintáctico inherente a cada clase de palabras. Por
ejemplo, no puedo decir *[En el piloto aterrizó el avión], dado que un sintagma
preposicional no puede funcionar como sujeto de la oración. En síntesis, cada clase de
palabras tiene un potencial funcional -término que encontrarán en Di Tullio-.
Alumna: ¿Qué es lo que en la secundaria veíamos como modificador directo e
indirecto?
Profesora: Lo que llamaban modificador indirecto está articulado como un sintagma
preposicional, y el directo, como un sintagma adjetivo. Hay una diferencia conceptual
importante: esos modificadores a veces serán tales y otras, serán complementos. Sin
embargo, no les pediremos estas distinciones en los análisis porque requerirían un
entrenamiento sintáctico que excedería los objetivos del curso; sí les pedimos que las
sepan en el nivel teórico, porque, insisto, los sintagmas tienen potencialmente todos la
misma estructura. Haremos esta distinción con detalle en el sintagma verbal: los
llamaremos complementos y adjuntos. Pero también veremos que hay algunos casos en
que la decisión acerca de si un determinado sintagma es complemento o adjunto es difícil.
Lo importante es que este modelo de X con barra se puede dar en todos los tipos de
sintagma, aun potencialmente en el sintagma adverbial, donde menos se da, de hecho.
Pero en el ejemplo dado sí se da:

[Bastante] [cerca [de la estación]]


esp. n compl.

Claramente [de la estación] es un complemento, dada su obligatoriedad: no puedo


decir *[bastante cerca], salvo entendiendo que la especificación de lugar esté implícita por
el contexto.
Ahora bien, volviendo al esquema estructural general, vean que [bastante] funciona
como especificador de todo el resto.
Gramática 2007/Teórico 12 Apuntes Sim 19

Inversamente, las preposiciones siempre tienen complemento:

[Muy] [desde [el centro]]


esp. n comp.

Y, también en sentido inverso al de los adverbios, es raro que las preposiciones


tengan un especificador. Estos son ejemplos que he buscado a propósito para subrayar el
carácter potencialmente general de la teoría de X con barra.
Lo mismo encontramos en el sintagma adjetivo:

[Muy] [difícil [de encarar]]


esp. n comp.

Aquí tenemos uno de esos adjetivos que, según la gramática tradicional, se


construían con régimen, lo cual quiere decir que seleccionan un complemento. Lo mismo
sucede con fácil de, capaz de, etc. Es un grupo relativamente pequeño de adjetivos, que
tienen también un matiz relacional. Por lo general, los adjetivos indican dimensiones o
cualidades. Y sí tienen frecuentemente especificadores, que tradicionalmente se
denominaban adverbios de grado, como muy o tan. Nuevamente, tenemos que distinguir
entre los dos tipos de información: funcionalmente, son especificadores; pero en tanto
clases de palabras son cuantificadores.
Como ven, esta estructura general del sintagma es de carácter teórico:
potencialmente, la pueden llenar todos los sintagmas; pero, en la práctica, cada sintagma
se especializa en algunos tipos de construcciones. Y los casos más complicados para
dilucidar se presentan en los sintagmas nominales, donde es más difícil decidir si los
núcleos están acompañados por complementos o por modificadores.
Los veo el día del parcial.
***

Versión completa: Damián Grimozzi


19 Cod. 21

Gramática

Fecha: 26/04/07
Teórico № 11 Prof.: Guiomar Ciapuscio

Contenido: Guía IV: Sintaxis. Clases de palabras / Sintagma / Oración

Profesora: Buenas tardes. Hoy, como les anuncié el martes, vamos a redondear
nuestra introducción a clases de palabras y luego vamos a entrar de lleno en el territorio
de la sintaxis, haciendo algunas consideraciones generales sobre este módulo central de
la gramática, anticipando algo sobre la noción de sintagma, central en sintaxis, y en la
última parte de la clase nos centraremos en la noción de oración como una de las dos o
tres -según el enfoque- nociones clave del nivel sintáctico.
Como dijimos, el tema de clases de palabras es una bisagra entre la morfología y la
sintaxis. Los hablantes tenemos un léxico mental almacenado bajo la forma de categorías,
esto es, las palabras, todas las unidades léxicas de nuestra lengua que conocemos, no
están depositadas caóticamente en el cerebro sin ningún tipo de orden, sino que, por el
contrario, así como categorizamos sonidos concretos mediante distinciones contrastivas
en el nivel de la fonología, también en el nivel de la morfología y de la sintaxis -niveles que
se cruzan en la unidad palabra- almacenamos las palabras en categorías. Hemos hablado
de las distintas denominaciones que se les da a estas categorías de palabras, es decir, lo
que conocemos como nombre, adjetivo, adverbio, verbo, conjunción, determinante, etc. Al
categorizar así todas las palabras de la lengua, asociamos con cada categoría una serie
de informaciones que conciernen, por un lado, al nivel fonológico: sabemos, por ejemplo,
cuál es esquema acentual que tiene una palabra -dónde cae el acento fuerte y dónde el
débil-, y sabemos también distinguir su conformación silábica. Por otro lado, al almacenar
palabras también asociamos cada categoría con informaciones morfológicas: hemos visto
que somos capaces descomponer palabras en sus formantes, de dar cuenta de por qué
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 11

las palabras de conforman lineal y jerárquicamente de determinada manera. Sabemos


también qué tipo de categorías morfológicas están asociadas con cada clase de palabra.
Vimos el martes, por ejemplo, cómo género y número están asociados esencialmente con
la categoría de nombre o sustantivo, así como las categorías de tiempo, modo y aspecto
están asociadas claramente a todas las unidades léxicas que adscribimos a la categoría
de los verbos. Y, por otra parte, también tenemos almacenada, respecto de las categorías
o clases de palabras, información de orden sintáctico. Es decir, sabemos cuál es el tipo de
acompañante que puede tener una palabra. Por ejemplo:

1)
_______ clase _______
la
esa
aquella
(...)

Consideremos la unidad clase y sus contextos anterior y posterior. La palabra es


inmediatamente categorizada por nosotros como perteneciente a una categoría
determinada. Supongamos que no sabemos a qué categoría pertenece; sin embargo, aun
sin conocer el concepto teórico de clases de palabras, un hablante común me dará una
lista adecuada de posibilidades, por ejemplo, para la primera posición: la, una, esa,
aquella, etc. Hay una cantidad importante de elementos que pueden preceder a esta
palabra. Y, mejor aún, consideremos estos otros dos casos:

2) 3)
______ compré ______ ______ rápido ______
hoy más
yo es
la corro
Gramática 2007/Teórico 11 Apuntes Sim 3

Nuevamente supongamos que no conocemos las clases de palabras; sin embargo,


todos reconocemos que compré y rápido pertenecen a dos categorías distintas. Si le
pregunto al mismo hablante ingenuo qué puede poner delante de compré, me dirá: hoy,
yo, lo, las, eso, la, etc. Ahora bien, la también puede preceder a clase; pero no es la
misma palabra. Cuando antecede a clase, la pertenece a la categoría de los
determinantes o artículos, mientras que la precediendo a compré sólo puede ser un
pronombre. Ante rápido, por su parte, puedo poner: más, es, corro.
Ahora dejemos de lado esta posición ingenua, y comencemos a ponerle etiquetas a
las categorías que van surgiendo: más, para muchas gramáticas, es un adverbio de
cantidad; para otras, es un cuantificador; es, desde ya, es un verbo, lo mismo que corro.
Pero ¿puedo poner un verbo delante de clase?
Alumno: Sí: doy.
Profesora: Bien. Claro que puedo. Pero notamos en seguida que [doy clase] o [hay
clase] constituyen construcciones muy distintas que [más rápido]. Hay, naturalmente,
posibilidades alternativas, pero también hay restricciones. Por ejemplo, un artículo no
puede anteceder a un verbo conjugado.
Sabemos en realidad que clase es un nombre. Si pensamos continuaciones para
esta palabra en el contexto de 1), surgen en seguida adjetivos: [la clase aburrida], por
ejemplo; pero también hay otras posibilidades: [la clase de ayer], [la clase de Gramática],
es decir que además de adjetivos, ese nombre puede ser seguido, por ejemplo, por un
complemento preposicional.
Tomemos una de las variaciones que hemos encontrado, [la clase aburrida], para
seguir avanzando en nuestra reflexión. En primer lugar, sabemos que el adjetivo aburrida
flexiona en género femenino y que manifiesta de manera no marcada número singular, y
que el artículo también manifiesta estas dos categorías. Yo sé que cualquier cambio de
género daría como resultado un sintagma agramatical: *[el clase aburrida]. Y también lo
haría cualquier cambio de número, por ejemplo, *[las clase aburrida]. De aquí concluyo
que en el sintagma [la clase aburrida] clase es la palabra más importante porque es la que
rige y ordena a las palabras que la acompañan. En lingüística generativa, se dice que es
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 11

la que comanda a las palabras acompañantes acerca de qué categorías morfológicas


deben expresar para poder conformar, con esa palabra central -a la que denominamos
núcleo- un sintagma aceptable en español -ejemplifico sólo con el nombre, pero veremos
que este comando no se limita a esta clase de palabras-.
Lo que acabamos de hacer puede expresarse también de otro modo: la palabra
clase, en tanto unidad léxica que corresponde a la categoría de nombre o sustantivo,
puede expandirse y, de hecho, mucho más que del modo visto. Por ejemplo: [La clase
dictada ayer en la Facultad de Filosofía y Letras...], etc. En esta expansión, todo está
determinado por ese núcleo nominal. Veo manifestada morfológicamente esta
determinación en la flexión de dictada, la cual, dependiendo de clase, constituye otro tipo
de organización interna, con elementos que ya dependen de dictada. Tenemos entonces
dos niveles de dependencia, como veremos más adelante.
Lo central por ahora es que estas categorías o clases de palabras rigen sus propias
conformaciones sintagmáticas:

N → SN
V→ SV
Adj. → SAdj.

Como sabemos, disponemos de miles de nombres en español, todos los cuales


pueden expandirse en lo que llamaremos un sintagma nominal (SN), es decir, una frase
que está organizada linealmente y jerárquicamente, de acuerdo con lo que N (nombre)
ordena. Asimismo, la categoría de verbo (V), que puede realizarse lingüísticamente en
una lista enorme de posibilidades, miles de unidades léxicas, también se expande, a partir
de sus reglas combinatorias, de sus posibilidades -nuevamente- lineales y jerárquicas, en
un sintagma verbal (SV), cuyos constituyentes tendrán que obedecer a lo que mande o rija
el núcleo verbal. Y así, sucesivamente, la categoría de adjetivo se expande en un
sintagma adjetivo, que reflejará las posibilidades combinatorias y organizacionales de esa
categoría, etc.
Gramática 2007/Teórico 11 Apuntes Sim 5

En suma, las categorías gramaticales y las clases de palabras tienen su propios


modos de organización sintáctica. También podemos enunciarlo al revés: a las categorías
o clases de palabras se les asocian, además de informaciones fonológicas y morfológicas,
informaciones de índole sintáctica, es decir, vinculadas con sus posibilidades de
combinación con otras palabras. Estas posibilidades de combinación no sólo se vinculan
con las propiedades sintagmáticas, es decir, qué tipo de palabras pueden entrar en
combinación en los sintagmas respectivos, sino también con propiedades jerárquicas. No
todas las palabras dentro de un sintagma tienen la misma importancia. Por el contrario -
esto es central- hay estructuras intermedias de organización.
A este punto llegamos el martes pasado. Les comenté que hoy en día los modelos
actuales no pretenden definir las clases de palabras o las categorías gramaticales a partir
de un único tipo de criterio, como hacía por ejemplo, el estructuralismo, sino que los
modelos hoy están de acuerdo en sostener que, para entender y dar cuenta de las
distintas categorías gramaticales o clases de palabras, es preciso recurrir a criterios de
distinta índole. Básicamente, tres: en primer lugar, criterios formales, es decir, de orden
morfológico; en segundo lugar, criterios de orden sintáctico. Lo morfológico es una
evidencia fuerte, pero no suficiente; a estos criterios debemos sumarles criterios
sintácticos, posicionales -en la oración, y respecto del verbo-; y por último, también se
acude a criterios semánticos. Si bien estos criterios semánticos no son de ninguna manera
autosuficientes, sí son muy útiles en el siguiente sentido. Por ejemplo, nombre y verbo
poseen rasgos generales de significado diferentes. Lo primero que pensamos respecto de
los nombres es que significan individuos u objetos. Esta caracterización sirve para una
enorme cantidad de sustantivos, pero no para todos. Sirve para mesa, hombre, tiza; pero
no para blancura, desvinculación u honradez. Estos tres últimos son nombres, pero
blancura no significa un individuo ni un objeto, sino una cualidad. Ahora bien, si volvemos
a las clases de palabras, encontramos que la significación de cualidad está principalmente
asociada a los adjetivos, la típica clase de palabras que expresa cualidades o atributos.
Sin embargo, tenemos nombres que también lo hacen. Ahora, consideremos
desvinculación. Morfológicamente, como hemos visto, es un derivado, más
específicamente, un sustantivo deverbal, una nominalización. Ahora bien, desde el punto
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 11

de vista semántico, desvinculación puede ser interpretable como acción, y también como
resultado. Los nombres deverbales tienen esta doble posibilidad de interpretación: algo en
proceso, y el resultado de ese proceso, en este caso, el de desvincular. Evidentemente, es
un sustantivo; pero no es un individuo ni un objeto ni una cualidad. Por último, honradez
es un sustantivo abstracto para el cual tampoco nos sirve aquella descripción semántica.
Es decir que la semántica es orientativa para distinguir clases de palabras y nos sirve para
un gran número de miembros de la clase: aquellos que llamaremos miembros focales de
las clases de palabras, o también prototípicos.
Las clases de palabras tienen determinadas características morfológicas,
sintácticas y semánticas que son cumplidas por un número importante de miembros de
cada clase, pero no necesariamente por todos. Habrá miembros focales de cada categoría
-de la de nombre, por ejemplo, casa, mesa, tiza, mujer, niño, etc.-, que cumplirán con el
rasgo semántico asociado a la clase nombre; pero habrá otros miembros no focales de la
categoría, que no lo harán.
Alumna: ¿Cómo entendemos los nombres propios?
Profesora: Los distinguimos claramente de los nombres comunes.
Alumna: Pero están dentro de la clase de los nombres.
Profesora: Sí, pero con características bien específicas. Su semántica es
completamente distinta, y esta es su diferencia central: los nombres propios tienen
referencia, es decir, son capaces de hacer referencia por sí mismos. Si digo Pedro o
María, estoy señalando un individuo en el mundo. En cambio, los nombres comunes no
pueden hacer esto solos. El nombre mesa, para que adquirir esta capacidad, necesita, por
ejemplo, un determinante: la mesa. En el caso de la distinción entre nombres propios y
comunes, es el criterio semántico, el que divide claramente las aguas.
Ahora bien, miremos la semántica desde otro punto de vista y pensemos en un
contenido o rasgo semántico, por ejemplo, la idea, contenido o significado "preocupación",
y cómo puede vehiculizarse en la lengua en términos de categorías de palabras. Por
ejemplo:

[La preocupación de Juan]


Gramática 2007/Teórico 11 Apuntes Sim 7

Aquí la idea se realiza mediante la categoría nombre. Pero puedo decir esto de otro
modo, es decir, la lengua puede verbalizar la misma idea con otras categorías:

[Juan se preocupó]
[Juan está preocupado]
[Juan se preocupa]
[Juan es una persona preocupada]

Es decir que el mismo significado se puede realizar mediante verbos y también


mediante participios. De aquí podemos concluir que no hay una correspondencia uno a
uno entre el significado y cómo ese significado se realiza en la lengua, pero sí hay
determinadas correspondencias regulares. Por ejemplo, desde el punto de vista
semántico, podemos generalizar la idea de que los verbos realizan en general significados
de acciones o de estados.
Por otro lado, tenemos los significados de cualidades. Se han hecho estudios
translingüísticos comparando gran cantidad de lenguas, muy diversas y de distintos
lugares del mundo, y se ha llegado a la conclusión de que existe la siguiente regularidad:
las cualidades, por ejemplo, las físicas o las morales -ser alto, lindo, bajo, feo, bueno,
malo, etc.- se realizan en la mayoría de las lenguas como adjetivos. Existe esta
regularidad de correspondencia entre este tipo de significado y esta clase de palabras, sin
que esto signifique una equivalencia uno a uno.
Las palabras entonces son unidades que interesan tanto a la morfología como a la
sintaxis: a la primera, como unidades máximas; y a la segunda, como unidades mínimas.
Ahora bien, aunque mínima, es la unidad esencial de la sintaxis, interpretada la palabra no
ya como un ejemplar sino como categoría de palabras, en el sentido en que lo venimos
exponiendo hoy. Las categorías gramaticales o clases de palabras son esenciales para la
sintaxis justamente porque de la categoría a que pertenece la palabra -si es un nombre,
un verbo, un adjetivo, un adverbio, etc.- dependerán las posibilidades de conformación
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 11

sintagmática. Cada categoría, como dijimos, puede expandirse en sintagmas, los cuales
obedecerán reglas de orden lineal y de orden jerárquico.
Esta idea se puede generalizar del siguiente modo: las categorías o clases de
palabras pueden actuar como núcleos organizadores de sintagmas. Ser núcleo significa
gobernar morfológica, sintáctica y semánticamente a todos los acompañantes de ese
núcleo. Ustedes ya conocen a estos acompañantes según distintas terminologías, tales
como modificadores, atributos, etc. Nosotros preferimos enfocar la sintaxis desde esta
perspectiva. Por ejemplo, un sintagma nominal tiene como núcleo un nombre, y esto
mismo le da al sintagma nominal una determinada configuración estructural esperable.

[__Det.__ Nombre ___Adj.____]


SN

Sabemos que esta es una configuración posible y admitida para los sintagmas
nominales -ya definiremos la noción de determinante, pero les adelanto que me refiero a
artículos, pronombres demostrativos, etc.-. Si el núcleo es un nombre común, yo puedo
predecir que una configuración esperable desde el punto de vista estructural será esa: un
determinante a la izquierda y un adjetivo a la derecha.
En cambio, cuando el núcleo es un verbo, en el sintagma verbal que se organiza
dependiendo de ese núcleo podré prever que a la derecha de ese núcleo habrá un
adverbio o bien un sintagma nominal:

[ Verbo____SN____]
SV

Por ejemplo: [Compré libros], [Vi al escritor], etc. Es decir que si el núcleo es un
verbo puedo predecir cierta configuración estructural; y, más aun -como veremos más
adelante-, dependiendo del tipo semántico del verbo, puedo también predecir ciertas
configuraciones. Por ejemplo, si los verbos son de la familia de leer o estudiar, es decir,
verbos que tengan como rasgo común de significado "actividad intelectual" o "actividad
Gramática 2007/Teórico 11 Apuntes Sim 9

volitiva", regirán un cierto tipo de sintagma nominal. No puedo decir *[Leyó una galletita], ni
*[Leyó una mesa], y sí, naturalmente, [Leyó un libro], [Leyó unas palabras], etc. Debe
haber una correlación semántica: los núcleos también ordenan, gobiernan el contenido
semántico posible -y, por tanto, predecible- de sus acompañantes.
Y esto no sucede solamente con los verbos. Si tenemos el sintagma nominal [una
roca], que sólo tiene un núcleo y un determinante, y quiero expandirlo agregando un
adjetivo, puedo decir [una roca dura / extraña / desconocida], pero no *[una roca
perversa]. Sé que roca es un nombre cuyo contenido semántico concreto incluye los
rasgos [-animado] y [-humano], por lo cual no admite adjetivos que exigen un instigador
humano, o dependiente de lo humano. Puedo decir: [un hombre perverso] y también [una
política perversa], ocultando el agente de esa perversidad metafóricamente, pero
sabiendo que detrás de esa perversidad hay un núcleo con el rasgo [+humano].
Hasta aquí mis argumentos para tratar de mostrar, de manera preliminar, la
importancia de las categorías gramaticales o clases de palabras para la sintaxis. Más
adelante, vamos a dedicar bastante tiempo a profundizar cada clase de palabras.
Haremos ahora algunas consideraciones generales acerca de la sintaxis.
Comencemos por la etimología de la palabra. Sintaxis es una palabra proveniente del
griego: syntaxis, que significa "organización", "ordenamiento" y también "relación". Una
definición bien neutra y a la vez operacional de la sintaxis es la siguiente: se trata de
aquella parte de la gramática que se ocupa de la combinación de palabras en unidades
mayores, como sintagmas y como oraciones. Podemos afinar nuestra definición diciendo
que estas palabras, que pertenecen a determinadas categorías y clases, van a formar
unidades mayores.
Aquí, otra vez, encontramos una idea que atraviesa todo el sistema gramatical, es
decir, es transversal a toda la organización lingüística: la idea de que, a partir de
elementos pequeños y de número reducido, podemos construir, mediante mecanismos
combinatorios, una infinito número de unidades mayores.
Aquí, el número acotado, finito, no es el de las miles y miles de palabras en tanto
unidades léxicas de nuestra lengua, sino el de las palabras en tanto clases de palabras a
las cuales se adscriben las unidades léxicas. Mediante este conjunto finito de elementos
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 11

podemos producir infinitas oraciones. Esta es una vieja idea que retoma Chomsky en su
texto fundacional de finales de los años '50: con un número finito de elementos, los
hablantes somos capaces de producir y comprender infinitas oraciones.
Para mostrar esta idea de que son posibles infinitas oraciones con argumentos
lógicos -más allá de que básicamente la aceptamos: sabemos que, aunque vivamos
ciento cincuenta años, no habremos podido escuchar todas las oraciones posibles del
español, y que nunca se dirán ni se escribirán todas las oraciones posibles del español-,
un argumento de peso es que somos capaces de interpretar oraciones que jamás hemos
leído o escuchado. Estamos, todo el tiempo, confrontados a oraciones nuevas, que traen
significados nuevos. En tanto hablantes conocedores de los elementos menores de la
lengua y de sus posibilidades combinatorias, somos capaces de esta comprensión, y
además, de producir oraciones o enunciados novedosos.
Pinker, a quien ya les he mencionado, hace una comparación interesante entre esta
característica de todas las lenguas naturales y el ADN, es decir, el código genético. Dice:
es notable que la gramática de las lenguas deba también comprenderse en términos de
un sistema combinatorio discreto. Este último es aquel que se define por el hecho ya
mencionado: a partir de un número discreto de elementos -palabras, en este caso-, que
son objeto de selecciones, combinaciones y permutaciones, los hablantes producen
estructuras más extensas: frases, oraciones, que presentan, por cierto, propiedades muy
distintas de sus elementos constitutivos. A partir de un sistema combinatorio discreto,
como lo son las gramáticas de las lengua naturales, se puede producir un número infinito
de resultados de esas combinaciones. Y así funciona el código genético: sobre la base de
un número finito o discreto de cuatro clases de nucleótidos, estos se combinan formando
sesenta y cuatro tipos de codones, que a su vez se organizan en un número dado de
genes. Así se produce la infinita diversidad de la vida.
Tampoco es casualidad el hecho de que el descubrimiento del ADN, sus
propiedades y su mecanismo combinatorio, desde su inicio haya sido descripto y
explicado sobre la base de la metáfora de la escritura. Se dice que el ADN es un código;
un código a descifrar; se entiende en términos de letras, y de combinaciones de letras; se
habla, en biología, de sinonimia, de traducción, de transcripción del código genético.
Gramática 2007/Teórico 11 Apuntes Sim 11

Esta idea de un sistema combinatorio discreto que puede producir un número infinito
de resultados es también la que explica la inmensa extensión del lenguaje, junto con su
enorme potencialidad.
Según Pinker, además, la gramática es un código autónomo respecto de otras
capacidades cognitivas. Con esto quiere decir que esta capacidad de producir infinitas
oraciones a partir de un conjunto finito de elementos es independiente de lo que
comuniquemos, esto es, de su contenido semántico. De este modo, puede explicarse lo
que sucede en este ejemplo clásico:

Verdes ideas incoloras duermen furiosamente.

Es un famoso ejemplo de Chomsky, en el que podemos ver una oración que, desde
el punto de vista gramatical, está perfectamente bien construida; se respetan todas las
reglas de la gramática: la concordancia, el orden de las palabras, etc., pero,
evidentemente, desde el punto de vista de su significado, la oración es muy extraña. En
primer lugar, las ideas no tienen color, en segundo lugar, las ideas no duermen, y menos
aun, furiosamente. Es decir, oraciones carentes de sentido pueden ser gramaticales. De
este modo, Chomsky intenta defender la autonomía de la sintaxis respecto del significado.
Volviendo a nuestro acercamiento preliminar, la sintaxis es entonces
fundamentalmente la posibilidad de construir infinitas oraciones a partir de un número
discreto de elementos, combinados según reglas y posibilidades combinatorias.
El conocimiento sintáctico, es decir, el que tenemos los hablantes respecto de la
sintaxis de nuestra lengua materna, es evidentemente algo muy potente, que no puede
entenderse en términos simples, tales como decir que, al adquirir la lengua, los hablantes
nos aprendemos una lista -enrome- de oraciones. Uno podría, efectivamente, pensar que
aprendió una lista de oraciones gramaticales del español; sin embargo esto colisiona
rápidamente con el argumento que acabamos de plantear: permanentemente estamos
interpretando oraciones nuevas y creando oraciones nuevas. La creatividad lingüística es
algo propio del hablante. Debe haber entonces un mecanismo mucho más potente que la
mera memorización de listas. Este mecanismo es el que la sintaxis -y en general la
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 11

investigación gramatical- intenta entender. Vean que este enorme potencial, ese
mecanismo poderoso, debe poder explicar también por qué yo siempre puedo, a partir de
una oración dada, producir ampliaciones, oraciones más extensas. Por ejemplo:

[El tránsito está paralizado]

Partiendo de esta oración, como hablante de la lengua, tengo varios mecanismos


para extenderla:

[María dijo que [el tránsito está paralizado]]

El primero es encastrar la primera oración en una oración mayor y convertirla en el


discurso referido de María. Es más, manteniendo este recurso del discurso referido y del
encastramiento, puedo continuar:

[Juan le contó a Martín que [María dijo que [el tránsito está paralizado]]]

Y todavía podría continuar. Mis limitaciones dependerán, en última instancia de la


capacidad de procesamiento de ustedes.
Por otro lado, no sólo puedo amplificar de ese modo sino que agregando un
coordinante:

[Juan le contó a Martín que [María dijo que [el tránsito está paralizado] y [que los
pasajeros que van a Ezeiza están furiosos]]]]

He usado dos mecanismos de generación de nuevas oraciones y nuevas


estructuras: el primero es la encastración, que depende de una relación sintáctica
fundamental: la subordinación. Yo siempre puedo subordinar unas oraciones a otras, es
decir, incluir estructuras dentro de una estructura matriz o mayor. Y el segundo, también
una relación sintáctica esencial para entender este complejo mecanismo de la generación
Gramática 2007/Teórico 11 Apuntes Sim 13

de infinitas oraciones, es la coordinación. Se trata de la unión de estructuras del mismo


nivel sintáctico. Coordinación y subordinación son dos relaciones centrales en la
gramática. Una tercera, en cuanto a lo que estamos señalando, es la concordancia, que
nos permite encadenar elementos para conformar oraciones gramaticales.
Otra idea que me gustaría compartir con ustedes -antes de pasar al concepto de
oración- es la que podemos extraer del siguiente procedimiento:

Juan compró obras de Auster en la Feria de / l Libro

np v nc prep np prep. det n prep./det nc

Esta es, evidentemente, una oración del español sobre la cual podemos emitir juicios
de gramaticalidad: podemos asignarle un significado, está bien formada, no colisiona con
ninguna regla de la gramática. Ahora bien, interpretar estructuralmente esta oración quiere
decir describir cómo está conformada desde el punto de vista de sus constituyentes. Así,
puedo hacer lo que está desplegado en la segunda línea, donde categorizo cada una de
las unidades léxicas que tengo: [Juan] es un nombre propio; [compró] es un verbo; [obras]
es un nombre común; [de] es una preposición, etc. He asignado una interpretación
categorial: a cada unidad léxica le he puesto la etiqueta correspondiente a la clase de
palabra que representa, para tratar de entender cómo está organizada esta oración.
No está mal, lo que hice; les aseguro que todas las piezas están bien categorizadas.
Sin embargo, no estoy realmente dando cuenta de la conformación estructural de esa
oración. Dicho en otros términos, [la] no se relaciona con [en] del mismo modo que con
[Auster]; tampoco el nombre común [obras] tiene la misma relación con [de], que le sigue,
que con [compró].
Las oraciones no son de ninguna manera listas de palabras sueltas. Entre el nivel de
la oración y el nivel de las palabras individuales que la conforman hay formas de
organización intermedias. Una lectura correcta, criteriosa de esa oración, me dice que
entre [Auster] y [obras] hay una relación mucho más estrecha que entre [Auster] y
[compró]. [de Auster] es una unidad estructural que depende, toda ella, de [obras]. Luego,
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 11

[en] no se relaciona con [Auster], aunque le siga, sino que está organizando otra
estructura: [en la Feria del Libro], que está en un mismo estructural que [obras de Auster].
Ahora bien, tenemos que mostrar pruebas de esto. ¿Por qué puedo decir que [obras
de Auster] es una unidad estructural?
Alumna: Porque, si cambio el orden, tengo que mover toda la estructura.
Profesora: Exactamente. Puedo decir: [En la Feria del Libro, Juan compró obras de
Auster]. E incluso podría interrogar por cualquiera de esos constituyentes, por ejemplo,
¿Qué compró Juan en la Feria del Libro? La respuesta sería toda la estructura: [Obras de
Auster].
Alumno: Se puede reemplazar también.
Profesora: Claro, puedo conmutar por pronombres: [Compró eso allí]. Es decir,
tenemos pruebas sintácticas que nos permiten descubrir niveles más sofisticados de
organización estructural en la oración.
Insisto con la idea: las oraciones no se constituyen a partir de una suma de palabras
sueltas, que "bailan", que están todas en el mismo nivel, sino que existen niveles
intermedios de organización, a los que llamaremos constituyentes. Desde ya, un
constituyente puede estar llenado por una sola palabra, como lo es [Juan], que resiste
todas las pruebas: ¿Quién compró obras de Auster en la Feria del Libro? Es respondido
con [Juan]; también puedo pronominalizar: [Él compró...], así como cambiarlo de lugar.
En estos niveles intermedios de organización estructural llamados constituyentes
tienen una importancia central las clases de palabras, porque cada constituyente está
organizado sobre la base y el gobierno de una clase o categoría determinada. Por
ejemplo, [en la feria del Libro] es un sintagma preposicional organizado por la preposición
[en], que es su núcleo; a su vez, [obras de Auster] es un constituyente organizado a partir
del núcleo nominal [obras], etc.
Hay una metáfora muy bella, en mi opinión, que usa Pinker para describir estos
modos de organización: dice que las oraciones son árboles. Y, de hecho, en gramática
generativa una oración como esta suele representarse mediante una estructura arbórea:
Gramática 2007/Teórico 11 Apuntes Sim 15

O (oración)

SX SY

SW SZ

A partir de O, que es la oración, puedo identificar constituyentes inmediatos entre sí,


que ramifican de manera binaria, y que denomino aquí, genéricamente, SX, que
correspondería a [Juan] y SY, que correspondería a [compró obras de Auster en la Feria
del Libro]. A su vez, la estructura arbórea implica que de cada nodo, SX y SY, se
desprendan los demás constituyentes, siempre en ramificaciones binarias. La idea de este
tipo de representación es visualizar mejor las relaciones estructurales y funcionales que se
dan en la oración. El árbol, justamente, tiene una organización en ramas. Pinker dice que
las oraciones no son cadenas de palabra sueltas, sino que son árboles y, en la gramática
de una lengua, las palabras se agrupan del mismo modo que las hojas se unen para
formar ramas. Es decir, a cada sintagma, a cada frase, se le da un nombre; y los
sintagmas más pequeños se pueden unir para formar otros mayores. En otros términos,
las oraciones son árboles, los sintagmas son ramas y las palabras son hojas.
Alumna: ¿Constituyente es sinónimo de sintagma?
Profesora: A ver: la de constituyente es una denominación estructural. Una
construcción es una secuencia de palabras que tiene algún tipo de organización. Los
constituyentes son las partes menores organizadas de esa construcción,
independientemente de cuál es la categoría de ese constituyente. El concepto de
constituyente es el de toda estructura que posea un núcleo, expandido o no. Ahora bien, si
ese núcleo es un nombre, conforma un sintagma nominal; pero, al decir esto, ya estoy
agregando información, no sólo estructural, sino también funcional, en tanto un sintagma
nominal puede cumplir varias funciones en la oración.
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 11

Para decirlo al revés: podemos delimitar constituyentes, niveles intermedios de


organización estructural, sin dar una descripción funcional. En cambio la de sintagma ya
es una noción estructural y también funcional. Dar información funcional implica considerar
qué clase de palabra es el núcleo y, por lo tanto, qué función puede cumplir en la oración.
Hemos hablado ya de sintagmas y de palabras. Ahora quisiera que nos
concentráramos en la noción de oración, que por mucho tiempo fue considerada la noción
clave de la sintaxis. Justamente, porque la gramática tradicional interpretaba que la
oración era una secuencia de palabras, en la cual el nivel intermedio de los sintagmas no
tenía de ningún modo la importancia que tiene en los modelos gramaticales hoy. La
oración era la unidad máxima, la más relevante. Sin embargo, a pesar de que la mayoría
de las teorías usaban la noción de oración como contexto máximo de ocurrencia de los
fenómenos sintácticos, el problema era cómo definirla. Nuevamente, entramos en el
terreno de las cuestiones terminológicas, que depende de la diversidad conceptual que
rodea al término oración.
Sin remontarnos a tiempos lejanos, desde el estructuralismo en adelante cada
modelo teórico, y prácticamente cada lingüista, proponía su propia definición de oración.
Naturalmente, cada definición de oración tiene detrás determinadas convicciones
epistemológicas y determinados objetivos de investigación. Como ustedes saben, la
definición de los objetos de estudio en nuestras disciplinas humanísticas y sociales no es
independiente del investigador, del sujeto que analiza. Esto ya aparece en el capítulo I,
Parte I del Curso de Saussure: el punto de vista no es previo al sujeto, sino que es el
sujeto investigador quien crea el punto de vista, el que define el objeto que va a estudiar.
Es decir, en nuestras disciplinas contamos con distintos paradigmas para entender
los fenómenos, aunque sean fenómenos parcialmente comunes. Estos paradigmas,
naturalmente, se explican en términos de objetivos de investigación, de métodos de
investigación, enfoques, etc.
Para estos temas que estamos iniciando tienen ustedes como bibliografía la Ficha
Nociones sintácticas. Ahora voy a referirme al primer capítulo de esta ficha, que se ocupa
de la distinción entre el concepto de enunciado y el de oración. En ese primer capítulo van
a encontrar varios pasajes traducidos del texto de Lyons, donde él defiende la necesidad
Gramática 2007/Teórico 11 Apuntes Sim 17

de distinguir entre el nivel de los datos empíricos y el de los términos teóricos. Traducido a
nuestro objeto de estudio, esto implica la necesidad de distinguir entre las expresiones -las
palabras, las oraciones, los textos, los discursos- tal cual las percibimos, tal cual las
producimos, oímos, leemos, codificamos y decodificamos, de nuestros conceptos teóricos
acerca de esas expresiones, esto es, nuestras categorías para hablar de esos datos
empíricos concretos.
Lyons, junto con muchos lingüistas, plantea la necesidad de distinguir entre dos
niveles: una cosa es hablar de la conducta lingüística de las personas que hablan, por
ejemplo, español, y otra cosa muy diferente es interesarse por descubrir y explicar el
sistema lingüístico que está detrás de esa conducta, esto es, encontrar el tipo de
organización subyace a la elocución lingüística.
Dicho de otro modo, las expresiones lingüísticas son los productos de la conducta
lingüística de un hablante, y son algo directamente observable. Ustedes, en este
momento, están percibiendo la cadena de oraciones que yo profiero desde hace hora y
media. Y, desde ya, este es un imput o insumo esencial para un lingüista; pero, a partir de
esa diversidad enorme de datos a los que está expuesto un lingüista, este debe decidir
qué parte, qué aspecto de esa diversidad va a analizar.
Según Lyons, cuando un lingüista describe una lengua, por ejemplo el español, no
debe dar cuenta de todos los datos y todas las expresiones, sino construir un modelo de
esa conducta lingüística; un modelo que recoja las regularidades que subyacen a esa
performance, a esa actuación. A partir de la necesidad de abstraer, a partir de datos, el
objeto de análisis del lingüista, Lyons plantea una distinción entre enunciado y oración.
El problema, en nuestra disciplina -no digo que sea privativo, pero es particularmente
relevante- es definir los términos. Si recuerdan, hemos marcado la diferencia entre palabra
y término: este último es una palabra con un significado acotado en el marco de una
disciplina y de un conocimiento, mientras que la palabra es una unidad de la lengua
general. El problema en lingüística es que usamos una cantidad de palabras que, para
nosotros, son términos, y que al mismo tiempo se usan como palabras generales. Ningún
hablante que yo interrogue en la vereda me va a decir que no sabe lo que es una oración,
o un texto. Son palabras que usamos en la vida cotidiana. Decimos: No entendí el texto
18 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 11

que leí, o Esa oración que dijiste es incomprensible, etc. Nuestro problema entonces es
que, de esas palabras de uso general, hacemos términos, y tenemos una fuerte necesidad
de definir nuestros términos.
Para referirnos a las oraciones -dicho en un sentido laxo y general- pensando en las
expresiones tal cual las proferimos o escuchamos, usaremos entonces el término
enunciado. Un enunciado es una muestra del producto de la conducta lingüística de un
hablante. Para oración, Lyons propone reservar el concepto de entidad abstracta, teórica,
deducida de las expresiones concretas. Podemos representar esta deducción mediante el
siguiente esquema:

Oraciones

Enunciados

Como adelantamos, se trata de dos niveles: el de los enunciados corresponde a la


conducta lingüística directamente observable, por ejemplo, lo que ustedes están oyendo
en este momento, así como todas las expresiones que puede producir un individuo y una
comunidad lingüística, o, más simplemente, los datos, el nivel de la empiria pura, sin
ningún tipo de reflexión teórica, donde puedo tener, como suele pasar en la oralidad,
oraciones incompletas, mal formadas, pero que se entienden, es decir, que
comunicativamente son completamente eficientes aunque desde el punto de vista
gramatical sean deficitarias.
El segundo nivel es el de las oraciones, consideradas como el resultado de
operaciones de abstracción a partir de los enunciados; operaciones que realiza el
lingüista: mediante abstracción y derivación, trata así de capturar las regularidades, no ya
aquello que es efímero, casual; no aquello que Saussure adscribiría al campo de la parole,
la ejecución individual del habla. Lo que hace el lingüista es capturar esas regularidades
de entre la diversidad empírica y construir un modelo teórico que explique esa conducta
lingüística. Para eso, acuñará una definición de oración acotada -como la misma palabra
definición lo indica: quiere decir, justamente, poner límites; definir es limitar-.
Gramática 2007/Teórico 11 Apuntes Sim 19

La oración entonces es una unidad abstracta, teórica, construida por el lingüista, que
propondrá una definición estipulativa, esto es, una definición que fije los límites del
concepto que denomino con ese término.
Una definición de oración entonces será siempre una operación que realiza un
lingüista en el marco de una teoría lingüística dada. El enunciado en cambio designa las
expresiones -completas o parciales- formuladas por los hablantes. Esta distinción entre
oración y enunciado intenta delimitar claramente el territorio de los términos teóricos, para
separarlo de los datos empíricos.
Bien. A lo largo de los últimos modelos gramaticales desde el estructuralismo en
adelante, este concepto de oración ha sido definido de distintos modos. Encontrarán en
Nociones sintácticas una revisión de tres perspectivas principales sobre el concepto de
oración. La última concepción de oración es la que se corresponde con esta descripción
que acabo de hacer, de acuerdo con el texto de Lyons. Es la concepción de oración de los
modelos formales actuales, que concuerdan en la necesidad de definir a la oración como
una unidad de la gramática que cumple básicamente con dos criterios, que son realmente
formales, no vinculados con expresiones concretas. Se trata de criterios que captan las
regularidades de los datos, y son dos: por un lado, la oración tiene autonomía sintáctica.
Esto significa que es una entidad que no está incluida en una estructura mayor. Se ve
claramente, así, que se trata de un criterio formal. Por otro lado, el segundo criterio es que
la oración contiene una predicación; más precisamente, una relación semántica de
predicación entre los componentes básicos, regulares de las oraciones, es decir, las dos
funciones sintácticas conocidas de sujeto y predicado. Esta relación de predicación se
realiza entre un predicado sintáctico, que porta el verbo, y un sujeto sintáctico, el
argumento -llamado por muchos argumento externo-. Entre estos dos miembros es que se
verifica la relación sintáctica antes mencionada: la concordancia.
Seguimos la semana que viene.
***
Versión completa: Damián Grimozzi
16 Cod. 18

Gramática

Fecha: 24/04/07
Teórico № 10 Prof.: Guiomar Ciapuscio

Contenido: Guía III: Morfología: categorías morfológicas.


Guía IV: Clases de palabras. Introducción a sintaxis.

Profesora: Buenas tardes. Les recuerdo la fecha del 1º parcial: jueves 10 de mayo
en el aula 324, en el horario de los teóricos: 17:00 a 19:00 hs. De ser posible, vamos a
disponer de otra aula para distribuirlos y que todos estemos más cómodos. Si alguno de
ustedes se enferma o tiene un problema especial, puede rendir en el examen
recuperatorio, que es una semana después y requiere una justificación escrita referida al
motivo de su ausencia. Los temas del parcial incluyen todo lo visto, tanto en teóricos como
en prácticos, hasta una semana antes del examen. El parcial se divide en dos grandes
partes, que tiene cada una el mismo puntaje: la primera consiste en ejercicios de fonología
y morfología, mientras que la segunda contiene preguntas de tipo teórico, ya sea
asociadas con los ejercicios dado o independientes de estos.
Ya hemos visto los procesos morfológicos y el tema de las categorías gramaticales
vinculadas con la morfología flexiva, excepto, según me informó la profesora Ferrari, la
categoría de caso, a la que me referiré hoy. Mi intención es realizar luego una introducción
general sobre el tema de las clases de palabras. Este tema posteriormente será motivo de
toda una unidad de la materia; pero es preciso abordarlo ahora en tanto es una suerte de
bisagra entre los dos módulos más importantes de la gramática: la morfología y la sintaxis.
Hemos visto en clases anteriores que la palabra es la unidad mayor de la morfología y es,
al mismo tiempo, unidad mínima del nivel sintáctico. Ahora bien, la definición más
elemental de sintaxis nos dice que esta zona central de la gramática se ocupa de la
combinación de palabras en sintagmas u oraciones. Es decir, la sintaxis se ocupa de la
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 10

combinación de palabras entre sí, para conformar unidades mayores. Estas unidades
mayores son los sintagmas y las oraciones. Así, la palabra, en tanto una unidad mínima
de la sintaxis, se integra en unidades intermedias: los sintagmas, y estos en oraciones.
Entre la palabra y la oración tenemos, entonces los sintagmas. La sintaxis trabajará,
fundamentalmente, en el nivel de los sintagmas, es decir, concentrará su atención sobre la
expansión de la palabra en lo que tradicionalmente se conocía como frase. Dicho de otro
modo, en sintaxis, las palabras van a ser consideradas elementos nucleares de la unidad
sintagma. Hemos dicho que la oración es la unidad máxima de la sintaxis. Ahora bien,
sostener esto implica tomar una posición sobre el tipo de gramática que vamos a practicar.
Les doy un ejemplo de otra perspectiva: la gramática textual, para la cual el ámbito
de la sintaxis se expande al ámbito mayor de la unidad texto; este planteo es muy lícito, ya
que las oraciones se combinan entre sí para formar textos. En términos de una
contraposición esquemática, podríamos decir que el lingüista puede sostener una posición
más tradicional y privilegiar una gramática de la oración, o bien puede sostener una
posición textual, desde la cual quedarse en el nivel oracional resulta una reducción. Sin
embargo, todos los gramáticos coinciden en un punto: es en el ámbito de la oración donde
puede encontrarse el máximo de riqueza y diversidad de funciones lingüísticas.
Vamos a considerar entonces la sintaxis como combinación de palabras en
secuencias o sintagmas, en cuyo marco la palabra es considerada unidad mínima. Sería
también lícito preguntar entonces por qué, para la sintaxis, la palabra resulta fundamental;
y la respuesta es que las palabras pertenecen a diversas categorías, es decir, pueden ser
agrupadas en clases: nombres, adjetivos, verbos, adverbios, conjunciones, preposiciones
y determinativos. Todos sabemos que el léxico de nuestra lengua resulta susceptible de
ser agrupado. En nuestra mente, ya sea de manera implícita o explícita, todas las palabras
se encuentran categorizadas en clases. Y si cada sintagma es la expansión de una
palabra en tanto su núcleo, la categoría de esta palabra definirá las características del
sintagma correspondiente.
Quiero insistir en algo que ya hemos sostenido desde la primera clase: todos los
hablantes tienen conocimientos gramaticales. Lo que hacemos los lingüistas es,
simplemente, explicitar la manera en que se ordena y funciona ese conocimiento. Y, en
Gramática 2007/Teórico 10 Apuntes Sim 3

este sentido, aunque no puedan describirlo, todos los hablantes cuentan con un
conocimiento sobre las clases de palabras. A su vez, es este conocimiento referido a
clases de palabras el que nos habilita y el que nos permite formar oraciones y sintagmas
gramaticales. Es este conocimiento el que permite construir secuencias bien formadas,
secuencias que, al ser gramaticales, pueden ser interpretadas.
Estas categorías o clases pueden agruparse así:

N
Adj.
V. categorías
Adv.
Conj./Det.

Se trata de una clasificación entre otras, y es, justamente, lo que vamos a discutir
en nuestro curso. Ahora bien, toda definición, y su consecuente clasificación, implica
tomar como punto de partida una determinada postulación teórica. Siempre nos estamos
moviendo a partir de categorías teóricas determinadas; categorías que son propuestas,
formuladas, definidas y justificadas en el marco de una perspectiva teórica. Nosotros
vamos a tomar aquí un modelo clasificatorio muy consensuado en los trabajos de
lingüística contemporánea; pero, desde Varrón y sus dos categorías de verbo y nombre,
pasando por taxonomías de decenas de clases, existen muchísimas posibilidades de
clasificación para las palabras.
La respuesta a la pregunta sobre cuántas clases de palabras hay recorre la historia
de la lingüística. Sin embargo, actualmente, la mayoría de los especialistas dice que esta
pregunta está mal formulada. En realidad, debemos preguntar cuál es el criterio a partir
del cual se hace una clasificación determinada. Porque a partir del criterio teórico que elija
voy a proponer un número dado de categorías de palabras y, por lo tanto, esta larga
discusión sobre la cantidad de las categorías resulta ser, en realidad, una discusión sobre
qué criterios emplear para contraponer las distintas clases de palabras. Según el criterio
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 10

adoptado se podrá, por ejemplo, caracterizar al nombre frente al verbo, o a la preposición


frente a la conjunción.
Durante nuestras clases pasadas, hemos comprobado que las categorías
morfológicas se agrupan en dos grandes clases: las nominales y las verbales. El género y
el número son las categorías morfológicas netamente nominales; atañen al sustantivo y al
adjetivo; las categorías morfológicas referidas al verbo son tiempo, modo, aspecto y
persona y caso, una categoría que, para el español, sólo cuenta con una representación
residual en muy pocas palabras.
Alumna: Las categorías que propone Hockett ¿son distintas a las que vimos en las
clases de morfología?
Profesora: Estamos hablando de lo mismo. Ambos modelos postulan la existencia
de categorías morfológicas; pero se trata de dos visiones distintas sobre un mismo objeto.
Para el punto de categorías morfológicas ustedes tienen dos textos en la bibliografía. Por
un lado, el de Hockett y, por otro, el de Fernández Lagunilla. El de Hockett es un criterio
más amplio y, en el fondo, semántico. En cambio, Lagunilla trabaja dentro del paradigma
más restringido del generativismo y, por lo tanto, su mirada es más sintáctica y gramatical.
Sin embargo, las categorías morfológicas que acabo de enunciar -género, número,
tiempo, modo, aspecto, caso, persona- son las que vas a encontrar, de manera implícita o
latente, en todas las teorías de la gramática.
Ahora bien, el problema es que, en el capítulo de Hockett, hay terminología que no
apareció en la clase teórica. Esto es algo habitual: la proliferación terminológica entre los
distintos autores. Como profesores y estudiantes, siempre vamos a encontrarnos con el
problema de la diversidad terminológica. Por ejemplo, yo enuncié el tema de hoy como
clases de palabras, pero el libro de Ignacio Bosque -que tomamos como bibliografía
básica para este tema- habla de categorías gramaticales. A su vez, los gramáticos
clásicos hablaban de partes de la oración. Son distintas denominaciones para un mismo
objeto. En principio, esta diversidad terminológica debería ser el reflejo de las diferentes
concepciones teóricas. Por ejemplo, si elijo la denominación clases de palabras, tengo que
justificar por qué lo hago, explicar por qué prefiero esa denominación y no la de partes de
la oración. Pero esto no siempre funciona así. Si bien en muchos casos las diferencias
Gramática 2007/Teórico 10 Apuntes Sim 5

terminológicas entre los distintos autores obedecen a distintas concepciones teóricas, en


otros casos vamos a encontrarnos con autores que no manejan su terminología con
transparencia. Sin embargo, como consejo para la carrera, quiero decirles que no le
teman a la diversidad terminológica, porque la van a encontrar seguido en la carrera de
Letras. Suele suceder en las disciplinas humanísticas que postular una teoría implica,
simultáneamente, presentar un sistema terminológico. Así, siempre que proponga mis
términos voy a tener que definirlos; tendré dar lo que se conoce como definición
estipulativa, vale decir, fijar los límites del concepto que nombro con ese término que voy a
usar. A su vez ustedes, como alumnos, tienen que saber qué significa el término
introducido por el autor, saber lo que significa para él en el marco de su postura y poxder
definir los términos que utiliza cada autor.
Volviendo a las categorías morfológicas y su clasificación, Fernández Lagunilla las
agrupa considerando, por un lado, la concordancia y, por otro, las categorías verbales.
Bajo concordancia ubica persona y número, mientras que reubica las categorías más
propiamente verbales -tiempo, modo, aspecto- entre las categorías verbales. Ahora bien,
esta reagrupación se encuentra claramente orientada hacia la sintaxis; porque la gran
categoría de la concordancia es la que va a vincular -a través de la persona y el número-
el sujeto con el verbo. Por esto es que la perspectiva de Fernández Lagunilla puede
calificarse de sintactista, ya que se orienta hacia la relación de conexión de las palabras
en el sintagma.
Hockett en cambio hace un análisis individualizado de cada una de las categorías
morfológicas, desde una visión centrada en lo semántico. Está pensando en algo que a
Lagunilla no le importa: la diversidad lingüística. El problema es saber si las categorías
morfológicas son o no universales para todas las lenguas. En realidad, hoy sabemos que
no lo son. Existen categorías que se desarrollan en algunas lenguas con más fineza que
en otras. Un ejemplo típico es el número. En español, nosotros tenemos dos posibilidades
de realización para esta categoría morfológica: singular, que significa "uno" y plural, que
significa "más de uno". En cambio, en griego clásico hay tres posibilidades para la
categoría de número: singular, dual y plural. Cuando me refiero a orejas o piernas, no
puedo poner en griego esos sustantivos en plural: provocarían un efecto risueño, ya que
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 10

estaría dando a entender, al no usar el dual correspondiente, que alguien tiene más de
dos piernas u orejas.
Antes de entrar en clases de palabras, veamos entonces, brevemente, la categoría
morfológica de caso. Suele decirse que es la categoría más gramatical, a partir de una
gran distinción entre los morfemas según estos estén más vinculados con el significado -
morfemas léxicos- o más ligados con un contenido relacional -morfemas gramaticales-.
Los morfemas léxicos transmiten un contenido descriptivo -por ejemplo, casa, auto,
rápido-; los morfemas gramaticales en cambio se vinculan, precisamente, con las
categorías morfológicas, las cuales se especializan en evidenciar contenidos de tipo
relacional o gramatical. En este sentido, el caso se considera más puramente gramatical,
porque sólo vehiculiza significados funcionales, es decir, un tipo de significados referidos a
las relaciones entre palabras. Dicho más específicamente, el significado del caso es la
función sintáctica que esa palabra realiza.
Para el español, el caso sólo encuentra expresión morfológica en los pronombres.
Por eso se la considera una categoría residual; proviene de la riquísima expresión de
casos que había en el latín. Veamos cómo en latín el caso marcaba las funciones
sintácticas:

Roma domina terrae fuit

"Roma fue la dueña de la tierra"

En primer lugar, hay que observar las desinencias de las palabras. En el latín, los
sufijos no sólo nos dan información de género y número sino también acerca de la
posición o función sintáctica de las palabras en la oración. En Roma y en domina, la
desinencia en [-a] pertenece al caso nominativo: esto implica que la primera palabra es un
sujeto y la segunda, un predicativo subjetivo: ambas funciones sintácticas se cumplen en
ese caso. Por su parte, terrae posee un sufijo que expresa el caso genitivo, es decir, el
que marca la relación semántica de posesión o pertenencia.
Gramática 2007/Teórico 10 Apuntes Sim 7

Entender la categoría morfológica de caso significa entender las posiciones


sintácticas en la oración. A lo largo de la evolución del latín al castellano, se fue perdiendo
la mayor parte de la información morfológica vinculada con la categoría de caso.
Entonces, el español no marca estas funciones sintácticas con recursos morfológicos, sino
que recurre, por ejemplo, a las preposiciones. Se trata de una forma que el español
encontró para suplir esta carencia morfológica.
Otra lengua que presenta una rica expresión en casos es el alemán:

Ich habe den jungen gesehen

"Yo vi al muchacho"

Tenemos un sujeto Ich, un verbo, gesehen -que en pasado que se construye con
auxiliar en participio: habe. Ahora bien, estamos en condiciones de traducir [Yo vi al
muchacho], donde [al muchacho] es objeto directo, porque den Jungen está en caso
acusativo, el caso típico de la función sintáctica de objeto directo.
En español, la categoría de caso ha quedado reducida, como dijimos, a los
pronombres personales. Esto significa lo siguiente: si tengo el pronombre de 1ª persona
en posición de sujeto sintáctico, estoy obligada a una elección formal: yo, y no me o mí.
Para el caso de la 3ª persona en posición de sujeto sintáctico tendremos las formas ella y
él. Si estos pronombres se encuentran en posición de objeto directo, tendremos: me para
la 1ª, así como lo/la para la 3ª, vale decir, el pronombre expresa la información funcional
correspondiente al caso acusativo: lo y la son formas que expresan el objeto directo.
Naturalmente, si aumento el paradigma de las personas al plural, tendré los y las.
Por su parte, la función del objeto indirecto se expresa en caso dativo. Para este
caso en español no distinguimos entre masculino y femenino, sino que tenemos una única
forma: le, como en [Le regalé flores a mi amiga]. En cambio, sí tenemos una variación en
número: [Les regalé libros a mis estudiantes].
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 10

Un último caso que encuentra expresión en los pronombres del español es el caso
preposicional o terminal. Se manifiesta, por ejemplo, en: [De mí depende que la clase
funcione bien] o [A mí me gustan los días lluviosos]. Se suele llamar preposicional porque
está regido por ciertas preposiciones, es decir, la preposición ordena, comanda, exige
que, si es seguida de un pronombre, este pronombre se manifieste en caso terminal o
prepositivo.
Noten que la flexión de caso terminal no se encuentra presente para todas las
personas pronominales. En la 3ª, encontramos, por ejemplo, depender de él/ella; y en la
1ª plural, depender de nosotros. En estos contextos, el pronombre no flexiona en caso.
Pero, para la 2ª, sí lo haría si usáramos tú y no vos:

[A vos te gustan las flores]


[A ti te gustan las flores]

En la 3ª persona hay otra manifestación del pronombre en caso terminal. Lo vemos


en depender de sí. Sin embargo, analizado diacrónicamente, ya casi nadie utiliza esta
forma.

Función sintáctica Forma


Sujeto yo - ella / él
Objeto directo me - lo/los - la/las
Objeto indirecto le/les

Alumno: No entiendo por qué Hockett sostiene que los casos son formas
flexionadas de los nombres que los adecuan para participar en construcciones
importantes en relación con los verbos.
Profesora: Los casos obligan a modificaciones flexivas. Cambio la flexión es un
cambio de forma. Cuando Hockett dice que los casos son formas flexionadas de los
nombres está diciendo que los casos son sufijos flexivos. Así como vimos que el caso se
Gramática 2007/Teórico 10 Apuntes Sim 9

vehiculiza en español en los pronombres, en otras lenguas, como vimos en el latín y el


alemán, lo hace en los nombres, que expresan mediante un sufijo de flexión determinadas
posiciones, es decir, relaciones sintácticas de los nombres respecto del verbo. Hockett
menciona el verbo porque esta clase de palabra es la que distribuye los roles y las
funciones sintácticas del resto de los sintagmas. Dicho de otro modo, las formas
flexionadas del nombre manifiestan casos y, de esta manera, se evidencia la función
sintáctica que ese nombre cumple dentro de la sintaxis de la oración, organizada por el
verbo. Los distintos casos nos indican -en las lenguas con sistema de flexión en casos- si
el nombre cumple la función de sujeto, objeto directo, indirecto, complemento genitivo, etc.
Pero esa definición que da Hockett es muy amplia. En español, dada la pérdida de la
morfología de casos, aparecen otros recursos: las funciones sintácticas se señalan, a
veces, por posición sintáctica y, muchas veces, se marcan funcionalmente con una
preposición. En este sentido, cuando nos adentremos en la sintaxis, veremos que la
preposición a que antecede a un objeto directo con el rasgo [+animado] o[+humano] es
una marca de función, es decir, lo que hace es marcar la función sintáctica del sintagma
nominal en la oración.
Ahora pasamos a desarrollar el tema de las clases de palabras. En el segundo
capítulo de su libro, Bosque se pregunta cuántas clases de palabras hay. Si bien,
posteriormente, él dirá que esta pregunta es casi una tontería, va a comenzar por aquí
porque, precisamente, durante muchos siglos, esta fue la manera en la que los gramáticos
se planteaban el tema. Gramáticos clásicos como Aristarco, Dionisio de Tracia y Apolonio
Díscolo se centraron en la disputa por la cantidad; todos ellos trataron de definir cuántas
clases integraban el inventario de las palabras. La respuesta que acaparó mayor
consenso fue la que propuso ocho clases de palabras: nombre, verbo, pronombre,
participio, artículo, preposición, adverbio y conjunción. Este tipo de reflexión y su
correspondiente taxonomía atraviesa toda la historia de la llamada gramática tradicional,
hasta el siglo XIX.
Alumno: ¿Cuál es el textos que corresponde a este tema?
Profesora: Todos los textos correspondientes, como dijimos en la primera clase,
están indicados en las Guías Temáticas y Bibliográficas, en las cuales siempre pueden
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 10

consultar detalladamente qué bibliografía va para cada tema. Lo que voy a exponer ahora
se basa en el de Di Tullio y el de Bosque. El texto más inteligente sobre este tema es el de
Ignacio Bosque: Las categorías gramaticales. En la Guía IV, figura el capítulo 3 como
bibliografía optativa; pero un poco más adelante en el Programa, en la Guía VI, nos
dedicaremos por completo al tema de las clases de palabras, y allí encontrarán que tienen
como bibliografía obligatoria el capítulo 2 de dicho libro. Respecto de Di Tullio, para la
Guía IV son obligatorios los capítulos III, IV y V.
Si bien hubo cierto consenso sobre este inventario, gran parte de los gramáticos
también coincidió en admitir que esa clasificación se sostenía o se basaba en una mezcla
de diversos criterios. Así, en tanto había que deslindar las diversas clases, por ejemplo,
distinguir el pronombre del artículo, o el participio del verbo, se solía apelar a un criterio
posicional: se clasificaban las palabras de acuerdo con la posición que cumplían en la
oración. Por ejemplo, respecto de la preposición, se observó que no podía funcionar sola,
que necesitaba algo posterior. Por lo tanto, si quiero caracterizar a la preposición en
términos posicionales frente a otras clases de palabras, diré que la preposición es la clase
que siempre está delante de, ya sea un sustantivo, un verbo, un adverbio o un adjetivo.
Pero este criterio de posición no era el único que se utilizaba para deslindar las
diversas clases de palabras. Al mismo tiempo, también se recurría a criterios de tipo
morfológico para distinguir entre dos grandes clases de palabras: las variables y las
invariables. En el repertorio de palabras sensibles a la flexión, es decir, las variables,
figurarán entonces: nombre, adjetivo, verbo, pronombre, artículo y participio. Frente a
estas, las palabras que no admiten flexión o invariables son: gran parte de los adverbios y
las conjunciones.
A su vez, se recurría a un tercer criterio: el sintáctico. Tal vez ustedes hayan
incorporado este último, ya que es el que tradicionalmente se ha utilizado en el
secundario. Se trata de un criterio clasificatorio basado en las funciones sintácticas que
pueden cumplir las distintas clases de palabras. Por ejemplo, el sustantivo puede ser
sujeto, objeto directo, etc.
A su vez, sobre todo en las taxonomías iniciales, hay una presencia muy fuerte de
los criterios semánticos. Esto es así porque, en sus inicios, la gramática no era una
Gramática 2007/Teórico 10 Apuntes Sim 11

disciplina independiente sino que formaba parte de la filosofía. En este sentido, las
diversas categorías gramaticales eran identificadas con la clasificación de entidades
lógico-conceptuales. Desde esta perspectiva, los nombres designaban sustancias, los
adjetivos cualidades y los verbos, acciones o estados. Bosque se explaya mucho sobre la
extraña mezcla de criterios a la que recurrían las clasificaciones de la gramática
tradicional. Se postulaban inventarios, pero se mezclaban los criterios, lo cual indicaba la
existencia de una gran confusión conceptual al respecto. Y no sólo había confusión
respecto de los criterios clasificatorios a utilizar sino que además tampoco se los
empleaba de manera consistente. Esto fue así hasta la llegada de Saussure y el
estructuralismo.
Por el carácter mismo de su enfoque epistemológico, el estructuralismo siempre
trató de postular criterios homogéneos para sus distinciones categoriales. El
estructuralismo vio con claridad que, en todas las clasificaciones de las categorías
gramaticales, se daba esta mezcla de criterios. Frente a este panorama, trató de buscar
un criterio único; un criterio que fuera consistente y pudiera sostener la clasificación. Yo fui
educada de acuerdo con el paradigma estructuralista, según el cual, por muchos años, la
enseñanza de la escuela secundaria privilegió lo sintáctico, privilegio que cupo también a
la distinción de las clases de palabras. La idea era que, por ejemplo, si el sustantivo tenía
la función privativa, esto es, propia, no compartida con otras clases, de ser sujeto, esto
servía como criterio clasificatorio. Por su parte, el verbo tenía la función privativa y
obligatoria de ser núcleo del predicado; el adjetivo tenía la función privativa de modificar al
sustantivo; el adverbio, la de modificar al verbo, etc.
Sin embargo, a pesar de su atractivo, la clasificación sintáctica está llena de
inconvenientes: las funciones sintácticas son más compartidas que privativas. Diferentes
palabras pueden cumplir las mismas funciones sintácticas y, por lo tanto, el criterio
privativo del estructuralismo no resulta adecuado para deslindar y distinguir a las clases
entre sí. Actualmente, se sostiene que las funciones sintácticas no son términos primitivos,
es decir, no son criterios de base a partir de los cuales se puedan definir categorías
gramaticales.
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 10

Invirtiendo aquel criterio estructural, la gramática generativa dice que las funciones
sintácticas no son primitivas sino que, por el contrario, son funciones derivadas, es decir,
funciones que derivan de la categoría a la que pertenece una palabra determinada. Los
textos de Bosque y Di Tullio sostienen una posición intermedia. Por una parte, es
necesario mantener delimitada y separada la pertenencia categorial de una palabra
respecto de sus posibles funciones sintácticas. Por otra parte, veremos cuáles son las
posibilidades -lo digo en plural- del funcionamiento sintáctico. Es decir, vamos a estudiar
las diversas clases de palabras por las características internas de cada clase y, además,
por su potencial funcional. La estructura interna de cada una de las categorías que
estudiaremos puede ser definida a partir de factores morfológicos, de sus formantes, y de
los constituyentes en los que participa. Posteriormente, tendremos que considerar el
aspecto funcional: las funciones sintácticas que cada clase de palabra está en condiciones
de desempeñar.
En este sentido, vamos a distinguir una serie acotada de categorías, que ordenan
las palabras en nuestro léxico mental:

Verbo
Nombre
Adjetivo
Adverbio Léxico mental
Preposición
Determinativo
Conjunción

Digo acotada porque, como ven, no he incluido los pronombres, una clase que
estudiaremos de manera independiente debido a que sus características la constituyen en
una clase transversal a las demás; comparte rasgos de varias otras clases.
Ahora bien, nuestro conocimiento léxico mental no se encuentra conformado, de
ninguna manera, por una lista desordenada y arbitraria de palabras; por el contrario,
cuenta con un principio de ordenamiento dado, precisamente, por las categorías
Gramática 2007/Teórico 10 Apuntes Sim 13

gramaticales a las que pertenecen, y en función de las cuales se organizan, las distintas
unidades léxicas de la lengua. Dicho de otro modo, almacenamos el léxico de las lenguas
que hemos aprendido -y de las que aprendemos- de acuerdo con el principio organizador
de las clases. Almacenamos las palabras de acuerdo con las categorías a las que
pertenecen. Y, a pesar de las apariencias -generadas en cierta medida por la práctica
escolar-, la pertenencia de las palabras a sus respectivas categorías no es una mera grilla
inventada por los lingüistas, sino que implica que tenemos una suma de conocimientos
asociados a cada categoría: una información categorial.
Por ejemplo, respecto de los verbos, tenemos un conocimiento asociado a su
categoría: sabemos que los verbos son sensibles a determinadas categorías morfológicas:
tiempo, modo y aspecto como categorías propias, y persona y número como categorías
asociadas con el sujeto. Es decir, esta clase da la información que hace que el hablante
sea capaz de utilizar la variante flexiva adecuada en una situación de comunicación
concreta. Los hablantes cuentan con la información necesaria para juzgar como
agramatical un enunciado como *[Ella vi]. Los hablantes conocen la relación de
concordancia, y debe respetar sus reglas para producir secuencias gramaticales. Para
ello, además, el hablante tiene que conocer el paradigma flexivo de los verbos, las
personas, los números, los tiempos, los modos y los aspectos. Es decir, tiene que conocer
toda la información relacionada con las categorías morfológicas.
Aquí vale la pena insistir en que, a pesar de que la mayoría de las personas no
puedan definir teóricamente qué es un verbo o qué es un adjetivo, todos los hablantes
tienen en su cabeza la información de las distintas categorías de palabras. Los hablantes
manejan, en este sentido, un conocimiento instrumental vinculado con los verbos, los
nombres, los adjetivos, etc. Vale decir, no tenemos un repertorio de palabras sueltas, sino
que las tenemos organizadas por categorías. Tenemos repertorios de verbos, nombres,
sustantivos, adverbios, etc. Y esto es así porque, tal como señala Steven Pinker, las
categorías gramaticales son como las piezas del ajedrez: así como cada pieza tiene
determinadas posibilidades de movimiento, cada clase de palabra cuenta con
determinadas posibilidades sintácticas.
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 10

Y no sólo eso: el conocimiento de las categorías de palabras con que cuentan


todos los hablantes conlleva información de tipo morfológico, sintáctico y semántico. Por
ejemplo, respecto de los nombres, sabemos que, desde el punto de vista de la morfología,
pueden manifestar la información referida al género y al número; que, respecto de la
sintaxis, las piezas pueden ocupar determinadas posiciones o funciones. Sé que los
nombres pueden ser sujetos oracionales, sé que verbos finitos siempre son, en términos
posicionales, núcleos de predicados, etc.
Sabemos también que, desde el punto de vista morfológico, las preposiciones
también cuentan con su respectiva información morfológica, sintáctica y semántica. Por
ejemplo, sé que ningún hablante me va a decir *[desdes las colinas], porque sabe, es
decir, adquirió el conocimiento de que las preposiciones son, desde el punto de vista
morfológico, invariables. Esto es sabido, inclusive, por las personas que no han sido
alfabetizadas. Ningún hablante del español dirá algo como *[mí de]; los hablantes tienen
el conocimiento operacional, en uso, de que la preposición siempre va delante su
complemento.
Alumna: El nombre es variable en género y número, pero el sustantivo mesa no
varía en género.
Profesora: Si bien la mayoría de los nombres flexionan en género y número,
sabemos que hay excepciones: nombres que no varían en número, como nupcias y crisis,
que son siempre plurales, y a su vez, nombres que no varían en género. Pero, aunque no
varíen morfológicamente, lo expresan en el determinante o en el adjetivo que le sigue, es
decir, poseen lo que hemos llamado género inherente. Siguiendo el ejemplo que diste,
todo hablante sabe que es gramatical [la mesa linda] y no lo es *[el mesa lindo].
El argumento que estoy tratando de explicitar es que las categorías poseen una
realidad cognitiva. Es decir, las clases de palabras no son arbitrarias, no son invenciones
de cada gramático, sino que están en el cerebro de los hablantes: son parte esencial del
conocimiento gramatical. Lo que nosotros vamos a hacer es explicitar ese conocimiento
intuitivo: vamos describir y explicar ese saber hacer de los hablantes comunes.
Para esto, vamos a hacer un uso intensivo de los conocimientos morfológicos que
hemos adquirido en las clases anteriores. Ahora bien, hoy no se considera un único
Gramática 2007/Teórico 10 Apuntes Sim 15

criterio para distinguir las clases de palabras. Actualmente, existe acuerdo sobre el hecho
de que, para describir y explicar las clases de palabras, necesitamos criterios de distinta
índole. Es decir, si bien, para la categorización de las palabras, vamos a necesitar
fundamentalmente datos morfológicos, estos datos no serán suficientes de por sí.
La evidencia morfológica es fuerte y confiable, porque, en este sentido, una palabra
presenta dos posibilidades: varía o no varía. Una palabra varía en género o no, marca el
modo o no, etc. Ya hemos comenzado a señalar, a partir de tu pregunta, por qué este
criterio no resulta suficiente. Hemos caracterizado el nombre por manifestar la categoría
de número y de género, aunque poseemos sustantivos como crisis, que no varían en
número.
También hay problemas morfológicos con los pronombres. Por ejemplo, sólo
considerando la subclase de los personales y, de ellos, sólo los del caso nominativo, es
decir, aquellos pronombres que pueden funcionar como sujetos:

yo
vos / usted
él / ella

Desde el punto de vista morfológico, inmediatamente vemos que la 3ª persona


presenta un comportamiento morfológico diferente respecto de la 1ª y la 2ª. Estos no
varían, ya sea el locutor hombre o mujer; en cambio, en la 3ª sí se manifiesta una
diferencia en la expresión de género. Por otra parte, para la 1ª persona, el objeto directo
es me. Sin embargo, comparemos:

[Me regaló flores]


oi v od

En una oración como esta, la misma forma actúa como objeto indirecto. El
problema entonces es que la forma me presenta un sincretismo de caso: puede ser tanto
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 10

dativo, es decir, función de objeto indirecto, como acusativo, es decir, función de objeto
directo, sin que esto se exprese en una alteración morfológica.
Veamos lo que sucede con el paradigma de los pronombres indefinidos. Si
contrastamos, simplemente, el existencial alguno/algunos vs. alguna/algunas, en términos
morfológicos, verificamos que hay variación tanto de género como de número. Sin
embargo otros pronombres indefinidos, como cada o nada, son invariables. Desde el
punto de vista morfológico, esto nos indica que en el subparadigma de los indefinidos
tengo caos. Dentro de una misma subclase voy a encontrar con comportamientos
totalmente distintos.
Son sólo algunos ejemplos que nos permiten sostener que el conocimiento
morfológico resulta ser una evidencia muy fuerte, pero no puede ser considerado un
criterio absoluto y definitivo. Por eso tenemos que sumar, en primer lugar, criterios de
orden sintáctico: considerar las potencialidades funcionales de las categorías; y, en
segundo lugar, información del plano del significado. El plano semántico nos ofrece
indicios que, sumados a los otros dos criterios de orden formal, nos van a permitir
distinguir y clasificar las diferentes clases de palabras.
Seguimos el jueves.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod.. 21

Gramática

Fecha: 08/05/07
Teórico № 13 Prof.: Guiomar Ciapuscio

Contenido: Guía IV: Estructura de la oración simple. Funciones sintácticas y


papeles temáticos. Sintagma verbal. Verbos transitivos, inergativos e
inacusativos.

[Nota: ver en última página fe de erratas indicada especialmente por la Cátedra]

Buenas tardes. Hoy avanzamos con los temas referidos a sintaxis. Ustedes ya han
visto el sintagma nominal, de modo que ahora podremos pasar a la parte más compleja
dentro de los componentes de la sintaxis. Veremos, en primer lugar, la organización de la
oración en sus rasgos principales, considerando para ello la oración simple, su
organización sintáctico-estructural, y la organización semántica que le corresponde.
Luego, nos concentraremos en la estructura interna del sintagma verbal.
Hemos definido ya a la oración como una unidad de construcción; unidad que, por
una parte, contiene una predicación y, por otra, posee independencia o autonomía
sintáctica. Ya sabemos que, desde su misma definición en tanto unidad de construcción,
una oración no está incluida en una estructura mayor.
Seguramente, en la secundaria, ustedes han trabajado con las nociones de sujeto y
predicado. Se trata, evidentemente, de las dos funciones macro de una oración simple.
También habrán visto que estas dos funciones, características de cualquier oración
prototípica, comparten ciertas propiedades funcionales: entre sujeto y predicado se verifica
la relación de concordancia en número y persona. Ahora bien, esta relación está articulada
sobre la base de la flexión verbal, en tanto elemento nuclear de la oración.
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 13

Por lo tanto, y desde el punto de vista estructural, los términos sujeto y predicado
se encuentran relacionados entre sí; más aun, ambos son interdependientes. Para definir
a uno de ellos, debo, al mismo tiempo, definir al otro. Siempre que un elemento es sujeto,
lo es de un predicado, y siempre un elemento es predicado lo es de un sujeto. Es un
requerimiento mutuo: siempre un sujeto necesita de un predicado, y siempre un predicado
necesita de un sujeto. La marca formal de esta relación se manifiesta a través de la
concordancia.
Estos rasgos son de carácter formal. Sin embargo, la oración simple no manifiesta
solamente un nivel de organización estructural, sino que también cuenta con un nivel de
organización semántica que le es propio. Habrá que considerar entonces también cómo
se organizan los elementos constituyentes de la oración desde el punto de vista del
significado.
Respecto del sujeto y del predicado, la gramática tradicional tendía a definirlos con
poca precisión; de hecho, tenía lugar en dichas definiciones una mezcla de criterios. Solía
caracterizarse al verbo, en tanto núcleo del predicado, como aquel elemento que realiza la
acción; mientras que se definía al sujeto como el agente de dicha acción. Cabe destacar
que, claramente, este tipo de definiciones no se distinguían por su carácter formal, sino
todo lo contrario. Y, como ustedes ya saben, a partir del desarrollo de las unidades de este
curso, lo que nosotros necesitamos son criterios formales, criterios que, en lo que respecta
a este tema, nos permitan determinar con rigor a los dos constituyentes básicos de la
oración. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que, tanto sujeto como
predicado, son nociones sintáctico-formales y que, por lo tanto, deberemos definirlos a
partir de este tipo de criterios. El sujeto de la oración es un constituyente de la misma, un
constituyente que cumple, necesariamente, con una determinada función sintáctica. Esto
quiere decir que el sujeto cumple un papel estructural, un papel que está en relación con
los otros elementos que integran la unidad oración. Tomemos un pequeño corpus de tres
casos:
Gramática 2007/Teórico 13 Apuntes Sim 3

S P
1) Juan rompió la ventana.
S P
2) Juan sufre de epilepsia.
S P
3) Juan fue mencionado por el ministro.

En términos de análisis, para identificar al sujeto sintáctico de la oración, debemos


ubicar en primer lugar el verbo, donde encontraremos la flexión y, por lo tanto, a partir de
esta, la concordancia. Esta relación de concordancia, manifestada en flexión, nos indica,
en los tres casos, la presencia de una 3ª persona singular. Inferimos, entonces, ante la
información que nos brinda el verbo, la necesidad de un sujeto sintáctico expresado en
una 3ª persona y en número singular.
Ahora bien, desde el punto de vista formal, el sujeto es llenado categorialmente por
un sintagma nominal, en tanto tiene que tener un núcleo nominal. Así, el sujeto presenta
una organización estructural que puede estar llenada por: 1) un determinante más un
nombre común, por ejemplo, [El gato]; 2) un nombre propio, por ejemplo, [Juan]; 3) un
pronombre en caso nominativo, por ejemplo, [Él]. Desde el punto de vista formal-
estructural, tenemos ya una importante información categorial: sabemos a qué clase de
palabras debe pertenecer el núcleo de la construcción que pueda desempeñar la función
de sujeto: debe ser un sintagma nominal -en cualquiera de sus variantes posibles-.

[det + nombre común]


Sintagma nominal [nombre propio]
[pronombre]

Ahora bien, volviendo a nuestro corpus, si sólo atendemos a la información


categorial, tenemos dos sintagmas nominales, y ambos concordarían en 3ª persona
singular. Pero el sujeto es [Juan] y no [la ventana]. Aquí es donde encontramos al
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 13

relevancia de considerar el nivel de organización semántica: sabemos que el sujeto es


[Juan], sencillamente, porque es lo que me pide la naturaleza semántica del verbo. El
verbo romper designa un proceso que requiere de un agente humano que lo realice, el
cual deberá cumplir la función sujeto y, al mismo tiempo, requiere también de otro
elemento: un objeto. Evidentemente, en este caso, el objeto seleccionado es [la ventana].
Sobre este segundo elemento requerido, el objeto, caerá la acción manifestada por el
verbo. Insisto: este elemento es, en términos categoriales, también un sintagma nominal.
Como ya hemos expuesto, los sintagmas nominales cumplen una serie de funciones
sintácticas que les son propias. En este caso, desde el punto de vista de su función en la
oración, [la ventana] es un objeto directo.
A partir de lo dicho hasta aquí, podemos reconocer dos tipos de información: la
semántica o categorial y la funcional o estructural. Por un lado, entonces, en todas las
oraciones vamos a encontrarnos con palabras pertenecientes a diversas clases, palabras
que se clasifican en una serie de determinadas categorías y que, fundamentalmente, en
tanto elementos léxicos, expresarán determinados papeles. Por otro lado, todos estos
elementos constitutivos de la unidad oracional están organizados por una serie de
relaciones que contraen entre sí. Dicho de otro modo, las funciones sintácticas serán
resultantes de las relaciones que los constituyentes contraigan entre sí. Por lo tanto, sujeto
y predicado son funciones; en cambio, si decimos que algo es un sintagma nominal o un
sintagma verbal, estamos dando una información de tipo categorial.
Volvamos al corpus. En los otros dos casos, [Juan] también cumple la función de
sujeto sintáctico. Los dos cuentan, además, con sus respectivos predicados. Sin embargo,
en estos otros casos ya no nos va a resultar adecuada la definición tradicional del sujeto
como agente de la acción. En 1) sí hay agentividad, lo cual puedo comprobar realizando la
paráfrasis Lo que hizo Juan fue romper la ventana. [Juan] en 1), y en función de los
requerimientos semánticos del verbo, cumple el papel temático de Agente.
Por paráfrasis entendemos el cambio de una estructura por otra de tipo
equivalente. Romper es un tipo de verbo que requiere un sujeto con el papel temático de
agente. No todos los verbos requieren un sujeto agentivo, sino específicamente los verbos
de acción. Estos pueden ser parafraseados por una estructura con el verbo hacer.
Gramática 2007/Teórico 13 Apuntes Sim 5

Ahora bien, esta paráfrasis, como decíamos, difícilmente resultaría aceptable en los
otros dos casos. Por ejemplo: *Lo que hace Juan es sufrir de epilepsia. Claramente, la
paráfrasis no nos convence, porque en esta oración [Juan] no es un agente activo que
lleve a cabo la acción con intención o finalidad. En cambio, desde el punto de vista
semántico, en 2), [Juan], aunque sigue teniendo la misma función sintáctica sujeto, es
aquel que experimenta o padece el estado denotado por el verbo. Decimos entonces que,
en términos de estructura semántica, la unidad léxica [Juan] de 2) es un Experimentante.
En 3) tenemos una voz pasiva: una oración construida con una frase verbal pasiva:
[fue mencionado]. Este núcleo verbal es complejo: está conformado por dos elementos
que forman un todo; además, tenemos [Juan] por un lado, y [por el ministro] por otro.
Evidentemente, este [Juan] no es Agente: él no se menciona a sí mismo. Evidentemente,
la paráfrasis no sirve, salvo que la apliquemos al ministro: Lo que hizo el ministro fue
mencionar a Juan. Detectamos entonces que el Agente no se corresponde con Juan, sino
con la estructura ubicada al final: [por el ministro].
En los tres casos, desde el punto de vista de la función sintáctica, [Juan] siempre
cumple el mismo rol de sujeto. Pero, tal como hemos visto, el rol semántico de Agente no
siempre se corresponde con la función sintáctica sujeto. En el ejemplo de la pasiva, el
Agente cumple otra función sintáctica -que ya veremos- y se ubica en el sintagma
encabezado por la preposición por. A su vez, en esta pasiva, el sujeto [Juan] ocupa el
papel temático de Tema o Paciente. Se trata de aquel sintagma de la oración sobre el que
recae el efecto o la acción expresado por el verbo. En este sentido, en 3), [Juan] es, desde
el punto de vista semántico, el objeto de la mención expresada por el verbo; es aquel que
fue mencionado.
S P
1) Juan rompió la ventana.
[Ag]

S P
2) Juan sufre de epilepsia.
[Exp]
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 13

S P
3) Juan fue mencionado por el ministro.
[T]

Volveremos más in extenso sobre los papeles temáticos. Esta introducción del
tema tuvo por objetivo destacar que la noción de sujeto sintáctico no puede ser definida en
términos semánticos -como sí lo hacía la llamada gramática tradicional-. Desde el punto
de vista semántico, lo que funcionalmente es sujeto, puede cumplir distintos roles o
papeles. Por lo tanto, al sujeto sintáctico no podemos definirlo a partir de informaciones
semánticas, del tipo "agente de la acción", sino a partir de marcas formales. Lo que me
dice la semántica no es confiable porque, en esa misma posición de sujeto, podemos
tener distintos significados: desde el punto de vista semántico, el sujeto oracional puede
cumplir distintos roles, como vimos, Agente, Tema o Experimentante.
En primer lugar entonces, como marca estructural, debemos considerar la
concordancia en número y persona. A diferencia de otras lenguas, como el francés o el
alemán, en el español podemos encontrar el sujeto elidido, es decir, lo que habitualmente
se conoce como sujeto tácito o desinencial. Se trata de oraciones en las que el sujeto no
se encuentra léxicamente realizado, sino solamente expresado en la desinencia del verbo.
Cuando el sujeto no está expresado, nos remitimos al indicio que nos da el verbo
conjugado. Por ejemplo, si tengo una oración como [Llegó tarde], el verbo indica una 3ª
persona singular. Podemos decir que, desde un punto de vista léxico, el español es una
lengua que tiene la posibilidad de tener sujeto nulo.
Alumna: ¿Lo llamamos sujeto tácito o sujeto desinencial?
Profesora: Es igual, son dos denominaciones equivalentes.
Sigamos con las marcas formales. Otro criterio estructural es el de la posición.
Ahora bien, en el español la posición del sujeto en el marco oracional no es única o fija.
Por el contrario, el sujeto puede estar antepuesto o pospuesto, respecto del verbo. Sin
embargo hay un orden preferencial de tipo lineal; el orden más tradicional para nuestra
lengua es el de sujeto-verbo-objeto.
Gramática 2007/Teórico 13 Apuntes Sim 7

Un tercer indicio formal que puede ayudarnos a definir e identificar al sujeto


oracional, surge de la configuración arbórea: el nodo sujeto es un sintagma nominal
ubicado a la misma altura que nodo verbal, en tanto nodos hermanos, que dependen de
O.
O

(S) (P)
SN SV

En este esquema arbóreo muy simplificado, la oración (O) es el tronco máximo y,


en tanto hemos definido la oración en términos de dos miembros, diremos que el sujeto y
el predicado, cuyo núcleo es el verbo, están representados por un sintagma nominal (SN)
y un sintagma verbal (SV) respectivamente. Ambos nodos son hermanos porque se
encuentran a la misma altura y en idéntica dependencia de un mismo tronco. Dicho de
otro modo, sujeto y predicado están inmediatamente dominados por O y, además, en
relación de mutua fraternidad.
Finalmente, cabe mencionar respecto de la posición sujeto que, si bien
habitualmente suele estar llenada por un sintagma nominal, también puede ser ocupada
por un pronombre en caso nominativo.
En síntesis, los rasgos formales que caracterizan al sujeto son los siguientes.
Desde el punto de vista categorial, el sujeto es un sintagma nominal. Desde el punto de
vista de la marca estructural, el sujeto se reconoce por la concordancia con el verbo. Para
el español, existe la posibilidad de que el sujeto carezca de realización léxica; en estos
casos, será sólo un sujeto gramatical, cuya marca está en la desinencia del verbo. Desde
el punto de vista de su posición en la oración, decimos que el sujeto no tiene posición fija.
Desde el punto de vista de su configuración estructural, se trata de un nodo inmediato
dominado por O, hermano del nodo predicado. Y, por último, el sujeto puede estar
representado por un pronombre en caso nominativo.
Ahora veamos los rasgos formales del predicado. Sabemos ya que tiene como
elemento nuclear el verbo. Este verbo presenta los rasgos flexivos -que concordarán con
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 13

el sujeto-. Ahora bien, desde el punto de vista de la organización estructural de la oración,


el verbo es el elemento central y fundamental. Veamos esto en detalle. En primer lugar,
claramente el tipo de verbo de que se trate -como veremos luego- es el que va a
determinar el número y el tipo de complementos que serán necesarios para la
construcción de una oración gramatical.
En segundo lugar, hemos dicho que, desde el punto de vista estructural, el
predicado se expresa categorialmente a partir de un sintagma verbal. Por lo tanto, y en
tanto nos referimos a un sintagma, el predicado es la expansión de ese elemento verbal
nuclear. Ahora bien, esta expansión del sintagma verbal, justamente depende del tipo de
verbo. Si determinamos qué tipo de verbo constituye el núcleo del sintagma verbal,
obtendremos inmediatamente información respecto de los otros elementos que deberán
aparecer en la expansión de ese sintagma, es decir, sus complementos.
Como ya adelantamos con nuestro primer corpus, no todos los verbos son iguales;
muy por el contrario, se clasifican de acuerdo con una serie de tipos que, según el caso,
exigirán, por un lado, diferente número de argumentos: uno, dos o tres. Y, en segundo
lugar, estos argumentos serán llenados, según la naturaleza léxica del tipo de verbo, por
una serie de papeles temáticos. De este modo es que el tipo de verbo nos brinda
información relevante respecto de las posibilidades y exigencias de expansión de un
determinado sintagma verbal.
Por ejemplo, verbos tales como sonreír, llorar o jugar, sólo piden un único
argumento. Un sintagma verbal cuyo núcleo es llorar, habilita la construcción de oración
gramatical del español, simplemente, conjugándolo: [Lloré]. Si bien también puedo decir
[Yo lloré], el único argumento exigido por el verbo se encuentra ya expresado en la
desinencia. Así hemos introducido una nueva noción, la de argumento. Cada argumento
que cada tipo de verbo requiera cumplirá, en cada caso, una función sintáctica específica.
Alumna: ¿Es lo mismo argumento que complemento?
Profesora: Por argumento entendemos una noción de tipo semántico. Por
complemento, una noción sintáctica. Pero ambos conceptos se aplican a un mismo
constituyente.
Gramática 2007/Teórico 13 Apuntes Sim 9

Retomemos [Lloré]. Desde el punto de vista sintáctico, decimos que el verbo llorar
cuenta con un modificador, que cumple la función sintáctica de sujeto. Ahora bien, este
elemento, además de ser el sujeto sintáctico, cumple un rol semántico determinado, en
este caso el papel temático de agente, lo cual podemos verificar mediante la paráfrasis: Lo
que yo hice fue llorar.
Así, estamos considerando ya, a partir de estas nociones, los dos niveles en los
que se encuentran estructuradas las oraciones. Por una parte, existe un nivel formal, un
nivel propio de las funciones sintácticas y las relaciones entre los elementos; y, por otro,
existe un nivel semántico, organizado en argumentos. Ambos niveles se encuentran
interrelacionados; pero no dejan de ser distintos. Siempre es necesario distinguir que, en
una oración dada, los elementos del sintagma verbal cumplen determinadas funciones
sintácticas y que son, además, representantes de determinados papeles temáticos. Son
dos niveles de organización, dos niveles que ustedes deben reconocer sin confundir,
porque no hay de ningún modo una equivalencia uno a uno. Desde el punto de vista
sintáctico, ya hemos indicado que los verbos cumplen la función de ser núcleos de todo el
predicado. La función del verbo es la de organizar sintácticamente al predicado. Por
ejemplo, un verbo como decir, no sólo exigirá un sujeto, sino también un objeto directo:
alguien dice algo. Decimos entonces que el verbo requiere, exige o selecciona, de parte
de sus sintagmas acompañantes, el cumplimiento de determinadas funciones sintácticas -
nivel formal- y el desempeño de determinados papeles temáticos -nivel semántico-.
En síntesis, hay que distinguir dos características referidas al elemento nucleador
de la oración: desde el punto de vista semántico, el verbo es una expresión predicativa y,
como tal, requiere argumentos. Desde el punto de vista sintáctico, requiere determinados
constituyentes que cumplen determinadas funciones. Dicho de otro modo, a la hora de
conformar oraciones, es decir, a la hora de constituir sintagmas que se expandan de
verbales a oraciones autónomas, los verbos seleccionan, requieren o piden determinado
número de elementos.
Según la cantidad de elementos requeridos por el verbo, podemos clasificar los
verbos en tres tipos:
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 13

1) verbos que requieren un argumento. Ejemplos: llorar, jugar, trabajar.


2) verbos que requieren dos argumentos. Ejemplos: decir, producir, romper.
3) verbos que requieren tres argumentos. Ejemplos: regalar, dar, poner.

En cuanto a los verbos del primer tipo, para expandir su sintagma verbal hasta
formar una oración gramatical, seleccionan un único argumento. Los verbos del segundo
tipo piden la presencia de dos argumentos: alguien produce algo; alguien dice algo, etc. A
su vez, con los verbos del tercer tipo, si queremos construir una oración gramatical,
deberemos recurrir a la presencia de tres argumentos: alguien da algo a alguien; alguien
pone algo en algún lugar.
Así, desde el punto de vista semántico, podemos verificar que en toda oración
subyace una determinada estructura predicativa. Ahora bien, esta estructura de tipo
semántico, se encuentra organizada alrededor del predicado semántico, el cual, a su vez,
exige determinado número y tipo de argumentos. Es decir, si el predicado semántico es
del primer tipo, se va a seleccionar un único argumento; en cambio, un verbo de tercer tipo
sólo va a poder funcionar con tres elementos argumentales.
Pero, a su vez, desde el punto de vista formal, cada uno de estos argumentos
desempeñará una función sintáctica determinada en el plano oracional. Consideremos el
verbo dar:

S P
Yo le di el libro a mi amigo
oi vn od oi funciones sintácticas
[Ag] [M] [T] [M] papeles temáticos

Dar requiere un sujeto, un objeto directo y objeto indirecto. Al mismo tiempo, estas
tres funciones sintácticas, desempeñan determinados papeles temáticos, exigidos por la
semántica del verbo: el sujeto [yo] es el agente [Ag] de la acción; el objeto directo [el libro]
cumplirá el rol de tema [T], y el objeto indirecto [a mi amigo], reduplicado por el pronombre
[le] cumplirá el papel de meta [M].
Gramática 2007/Teórico 13 Apuntes Sim 11

Ahora tomemos otro verbo del tercer tipo tres para distinguir que los argumentos no
siempre cumplen los mismos roles. El verbo poner requiere que alguien ponga algo en
algún lugar, por lo cual los papeles temáticos no son idénticos. El lugar que este verbo
pide es otro papel temático al que llamaremos Locativo.
Se ve claramente ahora que tenemos dos planos; por un lado, tenemos una
estructura organizada en términos de funciones sintácticas y, por otro, una organización
semántica de papeles temáticos.
Lo visto expuesto hasta aquí permite ya comprender claramente la metáfora del
verbo como director de orquesta de la oración. Es el verbo quien determina, por una parte,
el número de argumentos o participantes del predicado y, al mismo tiempo, el rol o la
función que le asigna a los mismos. Este rol de los participantes es doble: función
sintáctica y papel temático. El verbo posee una información léxica en sí, y cada verbo
posee determinadas características semánticas que le son propias e individuales: son
estas características las que explican qué tipo de sintagma es posible formar con ellos. Es
decir, la naturaleza del verbo indica cuántos argumentos o modificadores necesita y, al
mismo tiempo, qué rol cumplen estos argumentos, por un lado, desde el punto de vista
sintáctico-formal, y por otro, desde el punto de vista semántico.
Decimos entonces que los argumentos se realizan en determinadas expresiones
referenciales, y que estas expresiones referenciales presentan una configuración
estructural determinada, según el tipo de verbo del que, en cada caso, se trate. En este
sentido, es una tarea muy importante indagar qué tipos de verbos tenemos en nuestra
lengua, porque ellos portan en sí una importantísima información, tanto de índole formal
como semántica -información que es la clave explicativa acerca de cómo se configuran las
oraciones en el español.
Encontrarán estos temas explicados de manera clara y sencilla en la ficha
Nociones sintácticas. Allí también subrayamos que las funciones sintácticas son nociones
relacionales, es decir, nociones que no pueden ser definidas de manera aislada respecto
del contexto oracional. Dicho de otro modo, un determinado constituyente tiene una
función en relación a otro constituyente determinado. Siempre un sujeto lo es de un
predicado, etc. También hacemos hincapié en los dos aspectos mencionados: una oración
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 13

presenta tanto una organización sintáctica como una organización semántica. Y a su vez,
encontrarán una serie de definiciones referidas a los distintos papeles temáticos que
pueden cumplir los argumentos o elementos de una oración.
Al respecto, nosotros nos manejamos con una taxonomía muy sencilla de papeles
temáticos: Agente, Tema, Experimentante, Beneficiario y Locativo. El Agente se define
como el participante prototípicamente humano que causa o realiza la acción enunciada
por el verbo. El agente es quien, de manera deliberada, provoca un determinado efecto.
Así, por ejemplo, en oraciones como [El estudiante rompió el cartel] o [Juan juega al
fútbol], tanto [Juan] como [El estudiante], además de sujetos sintácticos, son, desde el
punto de vista semántico, Agentes.
El Tema es aquella entidad que recibe el efecto del verbo; es la entidad que se
traslada por la acción del verbo, o que sufre un cambio. También se la considera como
aquella entidad cuya existencia o posición está siendo considerada. Por ejemplo, en
oraciones como [Adquirió varios inmuebles] o [Quebró la ventana]; tanto [varios
inmuebles] como [la ventana] desempeñan el papel temático de tema. En [María golpeó a
Juan], el sintagma [a Juan] es el que recibe el efecto enunciado por el verbo golpear y es,
por lo tanto, el Tema. Hagamos la salvedad de que, en aquellos casos en los que este
sintagma afectado presenta el rasgo [+ humano], se lo suele denominar Paciente.
Con el concepto de Experimentante nos referimos a aquel participante que sufre o
experimenta algún tipo de estado emocional o cognitivo. El Experimentante es aquel
argumento que experimenta un estado psicológico determinado. En este sentido, verbos
como sufrir, emocionarse, amar, sentir, gustar, exigen típicamente un argumento que
cumple el papel de Experimentante.
El Beneficiario es aquella entidad que es beneficiada, salvo que se considera esto
tanto en sentido positivo como negativo, es decir, también puede tratarse de una entidad
que resulta dañada o perjudicada por la acción que expresa el verbo. Por ejemplo, en [Los
empresarios vendieron materia prima a sus socios], el sintagma [a sus socios] es un
Beneficiario.
Por último, el Locativo designa una ubicación espacial, es decir, el sintagma que
cubre este papel temático conlleva un significado local o espacial. Es requerido por verbos
Gramática 2007/Teórico 13 Apuntes Sim 13

del tipo poner, ubicar, colocar, etc.: alguien pone algo en algún lugar. Esto hace que,
habitualmente, este papel locativo se manifieste, en la superficie sintáctica, a través de un
sintagma preposicional o adverbial
Algunos autores consideran también el papel temático de Meta, para señalar una
finalidad. Es el típico caso de la construcción que, desde el punto de vista sintáctico, llena
un objeto indirecto. Por ejemplo: [Regalé flores a mi mamá]. Nosotros subsumimos este
papel temático bajo el papel de Beneficiario.
Al igual que las funciones sintácticas, esta serie de papeles temáticos que
acabamos de enumerar coinciden en ser, también, conceptos relacionales. Agente, Tema,
Experimentante, Locativo y Beneficiario son conceptos que se definen en relación con los
demás elementos de una oración en particular. Un elemento será el argumento Agente de
una oración determinada; no puede definirse por sí solo. Se trata de conceptos
relacionales, precisamente, porque necesitan definirse en relación a otro elemento. En
este sentido, el verbo es el elemento que nos indica qué complementos y qué papeles
temáticos serán requeridos o necesarios para una oración determinada.
Ahora sí, como adelantamos, vamos a realizar una clasificación más fina de los
tipos de verbos con los que contamos el español. A partir de esta consideración,
podremos ir profundizando en la estructura del sintagma verbal. Respecto de este tema, la
bibliografía obligatoria es un fragmento de un artículo escrito por Amaya Mendikoetxea
que forma parte de la Gramática descriptiva del español de Bosque y Demonte. Es
importante que lo lean, porque complementa la exposición de la Ficha, la cual es muy
breve.
La gramática tradicional distinguía sólo dos tipos de verbos: los transitivos y los
intransitivos. Un verbo transitivo era aquel que exigía un objeto directo; uno intransitivo,
aquel que no lo exigía. Se trataba, por lo tanto, de un criterio sintáctico-formal. En este
sentido, verbos como decir y producir, pueden considerarse dentro de los transitivos,
mientras que vivir, trabajar o sonreír eran intransitivos, es decir, aquellos verbos que
nunca requieren un objeto directo para funcionar en una oración gramatical. Sin embargo,
habría que decir, en base a lo que venimos exponiendo, que se trata de verbos con una
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 13

exigencia mínima: tienen la posibilidad de constituir oraciones gramaticales con un único


argumento, que sintácticamente será sujeto, por ejemplo, [Él sonríe].
Esta doble clasificación tradicional descansaba sobre la noción de transitividad.
Hoy por hoy, resulta preciso redefinir la noción de transitividad, considerándola no sólo en
términos sintácticos sino también semánticos. Vamos a pensar la transitividad como una
relación de selección o requerimiento por parte de cada verbo particular. Es decir: cada
verbo selecciona determinada configuración semántica y, al mismo tiempo, determinada
configuración estructural. Visto así, naturalmente, la clasificación tradicional en
transitivos/intransitivos, resulta demasiado general e imprecisa. Sin embargo, insisto, no
es que vayamos a abandonar la noción de transitividad, sino que debemos ajustarla un
poco a partir de reconsiderarla en este doble sentido: sintáctico-formal y semántico. Así,
vamos a ordenar los verbos de acuerdo con la noción de transitividad y su vínculo con la
selección que -de acuerdo al tipo de verbo- hagan respecto de los complementos que
cada verbo exija.
Consideremos un verbo como comer.

S P
Yo comí pastel de papas.
vn cod

Esta es una configuración oracional típica, si el núcleo verbal es de ese tipo. Desde
el punto de vista sintáctico, tenemos un sujeto y un predicado y, dentro de este, un objeto
directo, el cual podemos confirmar mediante la prueba de la pronominalización: [Lo comí].
También en cantar encontramos la misma configuración estructural: [Mi hermano cantó
una canción]. Sin embargo también es claramente gramatical [Yo comí] o [Mi hermano
cantó]. En ambos casos, el objeto queda presupuesto. Por lo tanto, tal como estos
ejemplos lo indican, existen ciertos verbos que, si bien se construyen con objeto directo,
pueden, igualmente, conformar oraciones gramaticales elidiéndolo. Llamaremos a este
tipo de verbos transitivos bivalentes, en tanto pueden toman un objeto directo o bien
obviarlo.
Gramática 2007/Teórico 13 Apuntes Sim 15

En segundo lugar, existe un segundo tipo de verbos transitivos, entre los que
encontramos decir o proclamar. Podemos construir ejemplos como [Yo dije un discurso] o
[El gobernador proclamó abiertas las sesiones]. Sin embargo, a diferencia de los
anteriores, no puedo decir *[Yo digo] o *[El gobernador proclamó]: la construcción resulta
agramatical. En estos verbos es imposible elidir el complemento de objeto directo. Los
verbos que exigen la manifestación explícita del objeto directo se denominan transitivos
absolutos.
Ahora bien, cabe observar que, aun dentro de los intransitivos, a verbos como vivir
o morir pueden agregarse objetos: [Vivió una buena vida], [Murió una muerte dulce]. Si
bien no son los usos más habituales, sí tienen, entonces, la posibilidad de tomar usos
transitivos.
Precisamente para profundizar en estos distintos comportamientos vamos a tener
que recurrir a nociones de orden semántico, y redefinir la noción de transitividad. Diremos
que un verbo es transitivo cuando, desde el punto de vista semántico, ese verbo denota
un evento o estado que requiere la presencia de dos participantes o argumentos. A su
vez, estos dos participantes se distribuyen del siguiente modo: uno de ellos cumple la
función de sujeto sintáctico, y el otro, la función de objeto directo. En el caso de los verbos
transitivos, ese sujeto sintáctico puede desempeñar, desde el punto de vista semántico,
dos papeles posibles: Agente o Experimentante de la acción o evento denotado por el
núcleo verbal. Por su parte, el segundo argumento de un verbo transitivo desempeña el rol
de Tema o Paciente. Consideremos estos dos casos:

1) [José pintó un cuadro] 2) [María ama la música]

En 1), el sujeto [José] tiene el papel temático de Agente: podemos parafrasearlo


por Lo que hizo José fue pintar el cuadro. En cambio, en 2), el sujeto sintáctico [María] es,
en términos semánticos, un Experimentante; esto es, María se encuentra en un estado
emocional determinado, el señalado por el verbo, en este caso, amar.
En síntesis, la configuración sintáctico-semántica que caracteriza a los verbos
transitivos es la siguiente:
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 13

[Ag] [Exp]

Sujeto Verbo [Cod]

[T] / [Pac]

Ahora hay que considerar los intransitivos, donde encontraremos más dificultades,
dado que bajo esa única clasificación se ha englobado tradicionalmente tipos de verbos
muy diversos y de comportamientos heterogéneos. Desde el punto de vista semántico, un
verbo intransitivo se define como aquel que denota un evento o actividad que sólo
requiere un participante o argumento. A su vez, este argumento será el que ocupe,
funcionalmente, la posición de sujeto sintáctico. Consideremos diferentes tipos de
intransitivos:

1) [La mujer sonrió]


2) [El niño jugó]
3) [El jardín floreció]

Este único argumento semántico tiene su realización sintáctica que se corresponde


con la función de sujeto oracional. Ahora bien, desde el punto de vista semántico, este
argumento -que funciona como sujeto- puede cumplir diversos papeles, pero los dos que
generan consecuencias más disímiles son el de Agente y el de Tema. Por este motivo,
dentro de los intransitivos, se han reconocido dos subclases: los inergativos y los
inacusativos. En el caso de los inergativos, el sujeto sintáctico cumple el papel temático de
Agente, mientras que en el caso de los inacusativos, el sujeto sintáctico cumple el papel
de Tema.
La subclase de los inergativos incluye los más clásicos verbos intransitivos, como lo
son llorar, trabajar, toser, etc. Los inergativos son verbos que se construyen con un rol
Agente y sin ningún tipo de transitividad; carecen de la relación que hemos señalado en
Gramática 2007/Teórico 13 Apuntes Sim 17

los verbos transitivos, es decir, no hay el menor asomo de la presencia de un tema: no


existe ningún objeto sobre el que recaiga la acción del verbo. Los verbos inergativos
designan actividades o procesos que se encuentran en relación de dependencia respecto
de la voluntad de un agente humano.
En cambio, los verbos inacusativos designan eventos o estados no agentivos, es
decir, eventos o estados que no dependen de la voluntad de ningún agente. Entre los
inacusativos, podemos mencionar: existir, aparecer, llegar, florecer, crecer, etc. Podemos
incorporar a esta lista una gran cantidad de verbos pronominales, del tipo levantarse,
abrirse, originarse, romperse, etc., con otras variantes pronominales que estos puedan
tener. En términos semánticos, para los verbos intransitivos de tipo inacusativo, el único
argumento es Tema. Consideremos estos dos casos:

1) [El rosal floreció]


2) [La ropa se secó]

En ambos casos, se trata de verbos que sólo piden un argumento y que, por lo
tanto, pertenecen a la clase de los intransitivos. A su vez, este argumento se encuentra en
la posición correspondiente a la función sujeto. Ahora bien, tanto en 1) como en 2) el papel
semántico que cada uno de estos sujetos cumple es el de Tema. En 1) el sujeto [El rosal]
es aquella entidad sobre la que recae el efecto del verbo florecer y, tal como ya definimos,
un Tema es aquella entidad que recibe el significado del verbo, es decir, es su objeto
nocional. Lo mismo puede decirse del sujeto [La ropa], que no coincide con la voluntad
propia de lo agentivo, sino que, nuevamente, se trata de un constituyente que recibe los
efectos del proceso designado por el verbo. Esta es la diferencia de base entre los
inergativos y los inacusativos: los primeros presentan un único argumento Agente, los
segundos un único argumento Tema.
Ahora bien, esta distinción puede todavía afinarse y será útil para comprender sus
diferentes comportamientos. Los inacusativos son un grupo de verbos que, por un lado,
comparte ciertas propiedades de los inergativos y, por otro, tiene ciertos rasgos propios de
los transitivos. Esto es: a la manera de los intransitivos inergativos, tienen un único
18 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 13

argumento; pero, a la manera de los transitivos, ese argumento único va a desempeñar el


papel semántico de Tema, que suele ser llenado sintácticamente por un objeto directo
cuando el verbo es transitivo.
Esta semejanza entre transitivos e inacusativos tiene consecuencias sintácticas
importantes. Los inacusativos conllevan un constituyente que presenta, respecto del verbo
que lo introduce, una relación de Tema. Por eso solemos posponer el sujeto sintáctico de
estos verbos, es decir, colocarlo en la posición típica de objeto directo: [Floreció el rosal]
es más usual que [El rosal floreció], y, más visiblemente, [Llegaron cartas] es mucho más
usual que [Cartas llegaron], aunque siempre [Cartas] sea el sujeto. Sin embargo la
semejanza entre transitivos e inacusativos es de orden semántico y no sintáctico; en los
transitivos, el papel temático de Tema se manifiesta en la función de objeto directo,
mientras que en los inacusativos, el Tema aparece manifestado por el sujeto.
Ahora bien, este parecido de familia puede verse también en lo que se denomina
alternancia causativa. Consideremos estos dos casos:

S [Ag] P
1) [Juan rompió la ventana]
v cod [T]

S [T] P
2) [La ventana se rompió]
v
En 1) estamos en presencia de un verbo transitivo, romper, que pide dos
argumentos: un Agente -cuya posición sintáctica será la de sujeto- y un Tema -cuya
posición será la de objeto directo.
En 2), dado que el verbo está pronominalizado, se construye con un argumento.
Ese argumento es sujeto sintáctico, pero su rol semántico no es el de Agente, sino el de
Tema. Esta pronominalización permite verificar que la relación semántica existente entre
el verbo [rompió] y [la ventana] es la misma en la versión transitiva que en la construcción
con un inacusativo: en ambos casos el argumento es tema.
Gramática 2007/Teórico 13 Apuntes Sim 19

La alternancia causativa nos muestra la estrecha relación que existe entre los
verbos transitivos y los verbos inacusativos.
Esto es todo por hoy.

***

Versión completa: Damián Grimozzi

FE DE ERRATAS:

En el Teórico nº 9, pág. 1, en el título del cuadro, donde dice: Procesos


morfológicos de derivación, debe decir: Procesos morfológicos.
Esta corrección se basa en que, en relación con los procesos de formación de
palabras o procesos morfológicos, Pena distingue centralmente entre adición y
modificación; dentro de la primera, distingue afijación y composición y dentro de
modificación, en que la base misma resulta modificada, sustitución, sustracción y
conversión.

***
Cod.. 26

Gramática

Fecha: 15/05/07
Teórico № 14 Prof.: Laura Ferrari

Contenido: Guía IV: Sintaxis. Sintagma verbal. Predicativos. Adjuntos.


Esquema general.

Profesora: Buenas tardes. Hoy vamos a completar el tema de los modificadores del
sintagma verbal, que comenzaron a ver en el teórico-práctico del lunes, considerando los
denominados predicativos. Tomemos estas dos oraciones:

1) [Los pasajeros viajan cómodos]


2) [Los pasajeros están cómodos]

En principio, podríamos decir que se trata de dos oraciones similares; lo único que
cambia es la índole del verbo. En ambas tenemos un mismo sintagma adjetivo,
[cómodos], actuando como modificador. Ahora bien, si hacemos la prueba de eliminar este
sintagma adjetivo, en 1) encontramos que la secuencia continúa siendo una oración
posible de la lengua: [Los pasajeros viajan], mientras que en 2) nos queda una oración
imposible para el español: *[Los pasajeros están]. Esto significa que en esta segunda
oración el adjetivo cómodo(s) presenta una característica particular, que distingue su
función respecto de la que cumple en la primera oración. El núcleo semántico de la
predicación de 2) no se encuentra en el verbo sino, precisamente, en el adjetivo: por eso
no podemos eliminarlo.
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 14

Sin embargo, en ambas oraciones el sintagma adjetivo cumple la función sintáctica


de predicativo. Hay que realizar entonces otra distinción: en 1), el predicativo es optativo,
mientras que en 2) es obligatorio, en tanto porta el núcleo semántico de la predicación.
Ahora bien, el reconocimiento de los distintos tipos de predicativo suele presentar
dificultades. Veamos, en primer lugar, cómo podemos reconocer esta distinción
obligatorio/no obligatorio a partir de otros ejemplos.

3) [La profesora está enojada]

Aquí, la estructura es similar a la de 1) y 2). Tenemos una oración con sujeto y


predicado y, verificamos que el predicado está constituido por dos elementos: un verbo y
un adjetivo, [enojada] cumple la función de predicativo obligatorio. Noten ahora no
podríamos decir *[La torta está enojada] ni *[La silla está enojada]; pero si el núcleo
nominal fuera, por ejemplo, mi hijo o el alumno, sí podría formar secuencias gramaticales:
[El alumno está enojado]. Todas estas pruebas buscan indicar lo siguiente: el predicativo
obligatorio tiene una repercusión en la selección del sujeto. Dicho de otro modo, en estos
casos, el que realiza la selección semántica del sujeto no es el verbo sino el predicativo.
Es visible que, si la selección la ejerciera el verbo -aquí, estar-, oraciones con sujetos
como [torta] o [silla] deberían ser aceptables. Ahora bien, en [Los pasajeros viajan
cómodos], no ocurre lo mismo: aquí sí es el verbo viajar quien selecciona el sujeto o, más
precisamente, dicha selección del sujeto corresponde a todo el sintagma verbal, pero el
verbo es quien actúa como núcleo semántico de la selección.
Por lo tanto, en los casos en los que el predicativo selecciona al sujeto, en
presencia de verbos como ser, estar y parecer, diremos que se trata de predicativos
obligatorios. En cambio, en aquellos casos en que el núcleo semántico que selecciona el
sujeto no recae sobre el sintagma con función predicativa diremos que se trata de
predicativos no obligatorios:
S P
Los pasajeros viajan cómodos
predicativo no obligatorio
Gramática 2007/Teórico 14 Apuntes Sim 3

S P
Los pasajeros están cómodos
predicativo obligatorio

Ahora bien, en segundo lugar, ambos predicativos son de tipo subjetivo. Esto es, su
predicación está orientada hacia el sujeto oracional. Este rasgo queda muy claramente
indicado por la relación de concordancia. Si el predicativo estuviera en singular, debería
decir [El pasajero viaja cómodo]; si el género del adjetivo es femenino, el sujeto
concordará: [La pasajera viaja cómoda]. El vínculo necesario de la concordancia nos está
indicando que la función predicativa de los adjetivos está orientada a referirse al sujeto de
la oración. Y esto es independiente de su carácter de obligatoriedad o no obligatoriedad.
Es claro que no podemos decir *[La profesora está enojado]. La concordancia en género y
número nos indica que, en estos casos, el predicativo se encuentra orientado hacia el
sujeto.
Ahora bien, dicha capacidad del predicativo de seleccionar un sintagma nominal
sujeto también puede lugar respecto de sintagmas nominales que cumplen la función de
complemento de objeto directo, con el cual concordará flexivamente. Y, también aquí,
podrán ser obligatorios o no.
Tenemos, entonces, diversos tipos de predicativo, según dos coordenadas: por una
parte, distinguimos entretenemos los predicativos obligatorios y los no obligatorios, y por
otra, entre predicativos subjetivos y objetivos.

- subjetivos obligatorios
- subjetivos no obligatorios
Predicativos - objetivos obligatorios
- objetivos no obligatorios

Por otra parte, en cuanto al aspecto categorial de los sintagmas, no siempre el


predicativo subjetivo se realiza a través de un sintagma adjetivo: podemos encontrar
sintagmas nominales en dicha función. Por ejemplo, en [Juan es un buen alumno], el
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 14

predicativo -en este caso, subjetivo y obligatorio-, está constituido categorialmente por un
sintagma nominal. Es más, en [La mesa es de cristal], el predicativo se realiza a través de
un sintagma preposicional.

[Juan es un buen alumno] [La mesa es de cristal]


pso (SN) pso (SPrep.)

Consideremos ahora con más cuidado el tipo de verbos que aparecen cuando
tenemos predicativos obligatorios. Si bien soportan la flexión verbal y, por consiguiente,
expresan las categorías morfológicas pertinentes, no logran ser núcleos semánticos de la
predicación. Se trata de verbos a los que suele denominarse livianos, porque presentan
una muy escasa carga léxica; más generalmente, se los conoce como verbos copulativos.
Este tipo de verbos admite la sustitución de su predicativo por el pronombre
invariable lo. Así, podemos sustituir [La mesa es de cristal] por [La mesa lo es]. Cabe aquí
hacer una observación: este pronombre invariable no es el mismo que utilizamos cuando
pronominalizamos un objeto directo. La diferencia está en que no se trata del mismo caso
pronominal. El pronombre que sustituye a la estructura del objeto directo es un pronombre
lo en caso objetivo, y es variable: lo/s, la/s. En cambio, el pronombre que -con verbos
copulativos- sustituye al predicativo obligatorio, es invariable. Noten la diferencia:

[Juan pintó la mesa] → [Juan la pintó]


cod cod

[Juan pintó el auto] → [Juan lo pintó]


cod cod

[Juan lavó los autos] → [Juan los lavó]


cod cod
[María es una buena alumna] → [María lo es]
pso pso
Gramática 2007/Teórico 14 Apuntes Sim 5

En resumen, los verbos copulativos son los que llevan predicativo subjetivo
obligatorio; son verbos con poca carga léxica y, en este sentido, sólo soportan las marcas
flexivas propiamente verbales -tiempo, modo, aspecto, persona, número-. Los verbos
copulativos admiten la sustitución del predicativo subjetivo obligatorio por el pronombre
invariable lo.
Ahora bien, existe otro grupo particular de verbos, muy similares a los copulativos
pero que, sin embargo, presentan un comportamiento levemente distinto. Los
denominamos pseudocopulativos. Consideremos este ejemplo:

S P
[El asunto se volvió complicado]
vn pso

Tenemos una oración bimembre de sujeto y predicado. Dentro del predicado,


tenemos un núcleo verbal, [se volvió] y un sintagma adjetivo [complicado] que cumple la
función de predicativo subjetivo. Comprobamos que se trata de un predicativo subjetivo
recurriendo a la prueba de la concordancia, por ejemplo, cambiando a plural: [Los asuntos
se volvieron complicados], o a femenino: [La materia se volvió complicada]. La flexión en
género y número, por lo tanto, indica que el predicativo se encuentra orientado hacia el
sujeto. Sin embargo, el verbo no pertenece exactamente al mismo tipo que ser, estar, o
parecer. Estos verbos pseudocopulativos no admiten la sustitución pronominal del
predicativo con el que se construyen. No puedo sustituir el predicativo por lo invariable en
caso objetivo: *[El asunto se lo volvió]. Asimismo, en [El cielo se puso violeta] no resulta
posible remplazar el predicativo [violeta] por el pronombre invariable lo, ya que el resultado
sería agramatical: *[El cielo se lo puso].
Si bien la gran mayoría de los pseudocopulativos son verbos pronominales, Di
Tullio da un ejemplo del verbo seguir utilizado en el sentido de "continuar en un estado".
Por ejemplo, en [Mi madre sigue enferma], el sintagma adjetivo está orientado hacia el
sujeto -lo comprobamos reconociendo que si dijera Mi padre debería concordar: enfermo-
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 14

y es obligatorio, dado que no puedo decir *[Mi madre sigue]. Por lo tanto, se trata de un
modificador exigido por el verbo, un predicativo subjetivo obligatorio. El verbo seguir, con
esa acepción, es pseudocopulativo porque no admite el reemplazo pronominal: *[Mi madre
lo sigue]. De todos modos, ni los verbos copulativos ni los pseudocopulativos forman
grupos amplios; por el contrario, son muy pocos.
Los verbos pseudocopulativos entonces se construyen con un predicativo
obligatorio, pero no admiten la sustitución pronominal. El predicativo es obligatorio, porque
tampoco podemos decir *[El asunto se tornó] o *[El cielo se puso]. Verbos de este grupo
son: volverse, tornarse, ponerse, etc. En estos casos, tenemos predicativos subjetivos y
obligatorios, pero los verbos con los que se dan no son copulativos sino
pseudocopulativos. Su comportamiento gramatical no es exactamente el mismo, como la
propia prueba sintáctica que permite reconocerlos como diferentes lo muestra. Pero
además, profundizando un poco, los verbos pseudocopulativos, a diferencia de los
copulativos, presentan cierta carga léxica mayor; ya no se trata de verbos de tan escasa
carga léxica como ser y estar.
Con respecto a esto último, cabe hacer una salvedad: existe una diferencia de
carácter aspectual entre ser y estar. Si bien las gramáticas señalan que los copulativos
son verbos livianos y que tienen escasísima carga léxica, existe una distinción de tipo
semántica: el verbo ser indica una cualidad permanente; en cambio, estar indica una
cualidad transitoria, o bien una cualidad permanente que es la resultante de algún cambio.
Por ejemplo, en [Esos animales son cuadrúpedos], el verbo ser está indicando una
cualidad permanente. En cambio, en [El aula está limpia], estar indica una cualidad
transitoria. A su vez, en [Este animal está muerto], sí estoy indicando una cualidad que es
permanente, pero que es el resultado de un cambio de estado. En este sentido, no
podríamos decir *[Ese animal es muerto], salvo que haya sido muerto y se trate de una
frase verbal pasiva. Esta diferencia de orden aspectual, ligada a la naturaleza léxica de ser
y de estar resulta bastante difícil de captar para los extranjeros que aprenden español,
porque la gran mayoría de las lenguas cercanas al español no establecen dicha
diferencia.
Gramática 2007/Teórico 14 Apuntes Sim 7

Pasamos, ahora sí, a considerar con cuidado los predicativos objetivos, ya sean
estos obligatorios o no obligatorios. Veamos las siguientes oraciones:

1) [Juzgó oportuna la respuesta]


2) [El jurado declaró desierto el concurso]
3) [Te creía en Nueva York]

En 1), tenemos una oración bimembre de sujeto y predicado con sujeto tácito o
desinencial de 3ª persona singular. En el predicado tenemos dos modificadores: un
complemento de objeto directo, realizado por un sintagma nominal: [la respuesta].
Además, tenemos un sintagma adjetivo [oportuna], que concuerda con el núcleo de este
otro elemento modificador que acabamos de identificar en el sintagma verbal. El sintagma
adjetivo concuerda en género y número con el objeto directo. A partir de esta coincidencia
resulta posible inferir que entre estos dos elementos que aparecen como modificadores en
el sintagma verbal, existe algún tipo de relación.
Ahora bien, este primer sintagma adjetivo es optativo. Aunque el sentido del verbo
sufriera una cierta modificación, yo creo que podríamos decir [Juzgó la respuesta].
Muchas gramáticas clasifican juzgar como un verbo que requiere un predicativo objetivo
obligatorio; pero, desde mi perspectiva, esa obligatoriedad es, por lo menos, dudosa. En
cambio, en 2), el sintagma adjetivo no puede ser eliminado. No podríamos decir *[Declaró
el concurso]. Por lo tanto, en 1) se trata de un predicativo no obligatorio, mientras que en
2) se trata de un predicativo obligatorio.
En 3), tenemos un objeto directo [te], al que reconocemos porque puede ser
reemplazado pronominalmente: [lo creía]. Ahora bien, el sintagma [en Nueva York] es un
predicativo objetivo y obligatorio. Es obligatorio porque, en este caso, el verbo creer no
está usado con la acepción que tiene, por ejemplo, en Creo en lo que vos me decís, sino
con el sentido de "suposición".

1) [Juzgó [oportuna] [la respuesta]]


p. no obl. cod
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 14

2) [ El jurado declaró [desierto] [el concurso] ]


p. ob. obl. cod

3) [ [Te] creía [en Nueva York] ]


cod p. ob. obl.

En síntesis, los predicativos objetivos son modificadores que están orientados hacia
el objeto directo, y están habitualmente realizados por sintagmas adjetivos.
Ahora bien, el problema es cómo reconocer un predicativo objetivo sin confundirlo
con un modificador ubicado dentro del objeto directo. En primer lugar, podemos recurrir a
la movilidad para identificar constituyentes:

1) [ [oportuna] juzgó [la respuesta] ]


p. no obl. cod

2) [El jurado declaró [el concurso] [desierto] ]


cod p. ob. obl.

3) [ [en Nueva York] [te] creía ] ]


p. ob. obl. cod

La separabilidad muestra que el objeto y el predicativo son complementos


distintos. Pero también podemos recurrir a una paráfrasis mucho más clara: La juzgó
oportuna o Lo declaró desierto. Se ve claramente que, al reemplazar el objeto directo por
el pronombre, el otro sintagma no desaparece junto con el objeto directo. Esta prueba
indica que [oportuna] y [desierto] son. Respectivamente, modificadores aparte, en este
contexto, predicativos objetivos.
Alumno: SI la oración fuera [Juzgó la respuesta oportuna] sería ambiguo.
Gramática 2007/Teórico 14 Apuntes Sim 9

Profesora: Exactamente. En ese caso, podríamos pensar que esa respuesta fue
juzgada como oportuna, o que la respuesta juzgada fue la oportuna. Precisamente, yo les
di la posición canónica: cuando el modificador precede al objeto directo es, claramente, un
predicativo objetivo. En cambio, cuando el predicativo sigue al objeto, ya se vuelve menos
claro.
Casos de predicativos objetivos aún más difíciles de identificar son aquellos en que
el predicativo objetivo no se encuentra realizado por sintagmas adjetivales, como en el
ejemplo 3): [Te creía en Nueva York], donde el predicativo está expresado por un
sintagma preposicional. Este ejemplo es el más complicado: si yo no les hubiera dicho que
era un predicativo objetivo, muy probablemente ustedes me hubieran dicho que se trataba
de un adjunto circunstancial. Para reconocerlo, conviene introducir aquí un concepto muy
importante: el predicativo objetivo suele implicar, generalmente, una segunda predicación.
En este caso, la primera predicación es Yo creo algo, en el sentido de que supongo algo.
Pero puedo elaborar una segunda oración: Yo creía que vos estabas en Nueva York, la
cual demuestra que hay una segunda predicación, correspondiente a aquello que creo, en
este caso, que estabas en Nueva York.
En los otros ejemplos, si bien los predicativos objetivos son más claros, la
segunda predicación no resulta tan transparente, mientras que en los casos de
predicativos objetivos más complicados, lo que sí resulta más claro es el
reconocimiento de una segunda predicación. En 2), [Declaró desierto el concurso],
podemos parafrasear las dos predicaciones así: 1) Se declaró el concurso y, 2) ese
concurso estaba desierto. Hay dos eventos: el de declarar el concurso y el de que el
concurso esté desierto. El segundo corresponde al predicativo objetivo.
Recuerden entonces que, para casos más complicados como el de 3), conviene
sobre todo considerar la segunda predicación implícita, predicación que nos indica que,
en realidad, [en Nueva York] no es un adjunto circunstancial sino un modificador
obligatorio -no podría decir *[Te creía]- y, en tanto se encuentra referido al objeto
directo, sabemos que se trata de un predicativo objetivo.
Hay otros ejemplos aun más tramposos, por ejemplo, cuando el predicativo está
realizado por un infinitivo. Si digo [Lo veo venir], tenemos el núcleo verbal [veo], el sujeto
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 14

implícito es 1ª persona del singular, un objeto directo [Lo] y el infinitivo venir que funciona
como un predicativo objetivo. Podríamos parafrasearlo así: veo que vos venís. Es dudoso
que sea obligatorio, porque también sería posible decir [Lo veo]. En términos de sintaxis,
este tipo de predicativos objetivos son los elementos más difíciles de identificar. Si ustedes
los entienden, no van a tener problemas para comprender los otros aspectos de la
sintaxis.
Nosotros no vamos a profundizar en el tema de la segunda predicación;
simplemente les indico el recurso de las paráfrasis para que vean más claramente que se
trata de predicativos objetivos. En los primeros dos ejemplos alcanza con la sustitución
pronominal; pero, en casos como el de 3), necesitamos hacer una paráfrasis para
reconocer la segunda predicación existente y, de esa manera, ver la relación entre el
predicativo y el objeto directo.
Alumna: ¿El hecho de que sea predicativo está referido a la función sintáctica?
Profesora: Sí, claro. Recuerden la distinción entre la información funcional y la
información categorial. Las funciones sintácticas siempre son relativas, y dependen de la
configuración de cada oración. En cambio, la información categorial siempre es la misma.
Por ejemplo, [oportuna], siempre va a ser un sintagma adjetivo. Lo que va a variar, de
acuerdo con la configuración estructural de la oración, es la función sintáctica que los
diversos tipos de sintagma van a realizar.
Alumna: Si digo que algo es un sintagma nominal, estoy haciendo un análisis
categorial; y si digo que ese sintagma es, por ejemplo, un objeto directo, ahí estoy
haciendo un análisis sintáctico.
Profesora: No: siempre estamos dentro de la sintaxis. Pero, dentro del marco de la
sintaxis, distinguimos dos tipos de información: la información categorial y la información
funcional. En tanto nos referimos a la información categorial, lo que hacemos es señalar la
índole categorial del núcleo de los sintagmas: si se trata de un nombre, de un adjetivo,
verbo, adverbio, o preposición. La información funcional en cambio se refiere al potencial,
a las posibles funciones que los sintagmas -clasificados en diversas categorías- puedan
llegar a cumplir y, efectivamente, cumplen en una oración determinada: sujeto, predicado,
modificadores, complementos, predicativos, adjuntos, etc.
Gramática 2007/Teórico 14 Apuntes Sim 11

Alumno: ¿Se puede pensar que la información categorial está vinculada al eje
paradigmático?
Profesora: Tomemos la oración [Juzgó oportuna la respuesta]. Si armo un
paradigma en la posición del verbo, siempre voy a tener que poner un elemento que,
categorialmente, pertenezca a la clase verbal. Es decir, desde esta perspectiva, sí es
válido lo que decís: dentro del paradigma de los verbos, tomo uno y lo ubico en un eje
sintagmático de una oración particular. En el caso del verbo, siempre voy a necesitar tener
ese misma clase de palabras. Pero hay que tomar esto con cuidado: dentro del paradigma
que corresponde a la posición del complemento, puedo tener, en términos categoriales,
distintos tipos de sintagmas que, funcionalmente, resulten equivalentes. E incluso, no
cualquier tipo de verbo puede ocupar el lugar de juzgar. El paradigma será, si nos
atenemos a lo que se sostiene habitualmente, el de todos los verbos que se construyen
con predicativos objetivos obligatorios. En general, serán de verbos como ver, declarar,
considerar.
Por otro lado, verbos del tipo tener en los casos en los que el objeto directo se
refiere a un objeto inalienable exigen un predicativo objetivo obligatorio. Por ejemplo:

[Tiene [las manos] [pequeñas] ]


cod p. ob. obl.

El objeto directo es [las manos], y a él se está refiriendo la segunda predicación, la


del predicativo, precisamente, objetivo; lo cual se verifica mediante la sustitución
pronominal: Las tiene pequeñas, que además muestra la imposibilidad de considerar toda
la estructura [las manos pequeñas] como un solo modificador objeto directo. No podemos
decir *[Las tiene]. Al comprobar que [pequeñas] no desaparece con la sustitución
pronominal correspondiente a la construcción del objeto, reconocemos que se trata de un
elemento aparte, y que la oración cuenta con dos complementos.
Ahora bien, hemos dicho que el elemento del objeto es del tipo denominado
inalienable. Este concepto se refiere a que no tiene sentido decir, salvo en ciertos
contextos, de las manos de una persona que las tiene; se da por supuesto que las manos
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 14

son partes inalienables de la persona. Por eso, si la construcción es con el verbo tener, y
el objeto es inalienable, la gramaticalidad exige agregar algún predicativo, que será
obligatorio. Todas las partes de la esfera personal -manos, ojos, pelo- ha sido llamadas
posesiones inalienables, término que acuñó Bally -uno de los discípulos de Saussure que
transcribieron el Curso-. En el mismo sentido, si dijera que alguien tiene los ojos, estaría
significando que hay personas humanas que no los tienen. Ejemplos similares son; [Tiene
los ojos verdes], o [Tiene el pelo rubio].
Veamos ahora algunos ejemplos de predicativos objetivos que, claramente, no
pueden ser considerados como obligatorios:

1) [ Come [cruda] [la carne roja] ]


2) [ Bebe [helado] [el vino blanco] ]

En cada caso, tenemos un complemento de objeto directo: [la carne roja] y [el
vino blanco]. A su vez, cada uno de ellos tiene un predicativo que se refiere a ellos,
respectivamente, [cruda] y [helado]; por lo tanto, se trata de predicativos objetivos. En
ambos casos, pueden construirse oraciones que elidan el predicativo. Resulta
perfectamente gramatical decir [Come la carne roja] o [Bebe el vino blanco], donde lo
que tenemos es un objeto directo con su modificador. Por lo tanto, estamos en
presencia de predicativos objetivos de carácter no obligatorio.
Sin embargo, podemos comprobar la persistencia de la doble predicación. En el
primer caso, podríamos parafrasear diciendo: Come la carne roja cuando está cruda. La
primera predicación es que come carne roja, y la segunda, que la come cruda. En el
segundo caso, podríamos parafrasear diciendo: Bebe el vino blanco siempre que está
helado. La primera predicación es que bebe el vino, la segunda, que lo bebe helado. De
todos modos, en tanto no son obligatorios, estas segundas predicaciones son omisibles:
podríamos predicar que, simplemente, se come o se bebe algo.
Alumna: ¿Los casos de segunda predicación se dan con los predicativos objetivos?
Profesora: En términos generales, sí.
Gramática 2007/Teórico 14 Apuntes Sim 13

Ahora bien, la distinción entre funciones obligatorias y funciones no obligatorias no


siempre resulta muy clara. Por obligatorio entendemos aquello cuya manifestación es
necesaria para la buena formación de la oración. Como ya señalamos, podemos decir
[Come carne roja], pero no *[Tiene las manos]. Por supuesto, el significado de [Come
carne roja], no es el mismo que el de [Come cruda la carne roja]: siempre que se agregan
contenidos léxicos, necesariamente el significado va a variar.
Vimos, por otra parte, que en [Te creía en Nueva York], al utilizar el verbo con el
sentido de "suposición", yo no puedo decir *[Te creía]. En cambio, si digo [Te veo muy
bien], estoy frente a un caso ambiguo.

[[Te] veo [muy bien]]

Podría significar "te veo muy bien, en cuanto a tu estado de ánimo", y, entonces:
¿es objetivo obligatorio u objetivo no obligatorio? Además, hay una ambigüedad de base,
porque, quizá, se trata de una persona que ve muy bien a otra en el sentido visual del
verbo ver. Entonces, si se trata de ver, sería un predicativo no obligatorio; porque
perfectamente puedo decir [Lo veo]. Pero a su vez, ¿sería objetivo o subjetivo?
Alumno: ¿No podría ser un adjunto circunstancial de modo?
Profesora: Considerémoslo detalladamente. En [Te veo muy bien] tenemos, en
primer lugar, un objeto directo [te]. Además, desde el punto de vista categorial,
encontramos un sintagma adverbial: [muy bien]. Hemos dicho que, si bien no es muy
frecuente, algunos predicativos pueden estar realizados por adverbios. Ahora bien, si
quiero decir que veo saludable a alguien, en ese caso es parafraseable o equivalente a
saludable: tendríamos un predicativo objetivo obligatorio. Ante la objeción de que la
obligatoriedad es dudosa porque podría decir solamente [Te veo], no es así, en tanto te
veo muy bien ya es casi una expresión lexicalizada, por lo cual el verbo ver no está
funcionando con su sentido pleno de percepción visual, sino de consideración o
evaluación del estado del otro. Desde la perspectiva que toma a ver como una expresión
lexicalizada, yo me inclinaría por considerarlo un predicativo objetivo obligatorio.
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 14

Por otra parte, si digo [(yo) te veo muy bien], con el sentido de que visualmente veo
bien a alguien de las filas de atrás, entonces el sintagma adverbial se vincula con el
sujeto. Pero ¿se trata de un predicativo o de un adjunto de modo? Si fuera un predicativo
subjetivo, no sería obligatorio y, por lo tanto, su comportamiento sería similar al de los
adjuntos. En realidad, yo lo consideraría un adjunto.
Alumno: ¿Cuál sería la diferencia entre un predicativo subjetivo no obligatorio y un
adjunto?
Profesora: En general, la gramática estructural siempre consideró que, si se trataba
de un sustantivo o de un adjetivo, era un predicativo, mientras que si se trataba de un
adverbio, ese modificador era un adjunto. Sin embargo, se han encontrado casos en los
que, por ejemplo, el verbo estar, exige complementos predicativos y que, en ciertos casos,
ese predicativo aparece expresado a través de un adverbio.
Por ejemplo, si digo [Él está bien]; no hay duda de que se trata de un modificador
obligatorio; de ninguna manera podemos hablar de un adjunto circunstancial. Porque,
además, el adverbio bien es el que lleva la carga de la predicación. En este caso, [bien] es
un predicativo que, en términos categoriales, es un sintagma adverbial. Desde mi punto de
vista, cuando se trata de un modificador obligatorio, aún en los casos en los que se trate
de un adverbio, estamos ante un predicativo. Ahora bien, en los casos en que tenemos un
modificador no obligatorio que es un adverbio, desde mi perspectiva y en términos
generales, diría que se trata de un adjunto. De lo contrario, no existiría ninguna diferencia
entre un adjunto de modo y un predicativo.
Cuando el predicativo se encuentra orientado hacia el sujeto, suele tener marcas
de esa orientación. Sin embargo, cuando el predicativo es un sintagma adverbial, nos
faltan las categorías flexivas de género y número, categorías que permiten relacionar al
modificador con el sujeto y que, como hemos visto, son una prueba que ayuda a
reconocer predicativos. Resulta más claro cuando el predicativo es un adjetivo, porque
marca la concordancia en género y número con el sujeto del que está predicando. Cuando
el predicativo es un sustantivo, a veces tiene marcas y a veces no las tiene. Por ejemplo,
en [Juana es una buena alumna], sí hay marcas que relacionan al sintagma nominal
predicativo [una buena alumna] con el sujeto en 3ª singular. Pero en cambio, si digo [La
Gramática 2007/Teórico 14 Apuntes Sim 15

película era un bodrio], no tengo concordancia entre el masculino [bodrio] y el femenino


[película]. De modo que, en ciertos casos, podemos tener predicativos realizados por
sintagmas nominales que no concuerdan con el núcleo del sujeto. Sin embargo, a pesar
de no tener la marca de concordancia que señala la relación con el sujeto, todas las
gramáticas coincidirían en marcar [un bodrio] como predicativo subjetivo obligatorio.
Porque, en este caso, dejando de lado la concordancia, lo fundamental es que el verbo
ser, en tanto verbo copulativo, lo exige como modificador obligatorio. Los verbos
copulativos exigen obligatoriamente una función modificadora como la del predicativo
subjetivo.
Para explicarlo por contraste, cuando hay verbos copulativos no podemos tener
objetos directos. Los verbos que llevan siempre objeto directo son los verbos transitivos.
Los copulativos son un grupo particular de verbos, que nunca pueden ser transitivos y
que, por lo tanto, nunca se va a construir con objetos directos, pero que, por su baja
lexicalidad, requieren un complemento predicativo.
Veamos otros casos en que el predicativo se realiza con otro tipo de sintagmas:

1) [Juan pasa por tonto]


2) [Lo nombraron como presidente]

En el primer ejemplo, tenemos, dentro del predicado, un núcleo verbal en [pasa] y


un predicativo subjetivo obligatorio: [por tonto]. El verbo pasar no es copulativo, sino que
pertenece a ese grupo cercano que hemos denominado pseudocopulativos. [por tonto] es
un sintagma preposicional. Hasta ahora, habíamos visto predicativos manifestados en
sintagmas adjetivos y adverbiales; pero también pueden estar expresados por sintagmas
preposicionales. Los predicativos construidos con preposiciones son más usuales con el
verbo ser, y es frecuente encontrarlos cuando indican con qué está construido algo, por
ejemplo, [de madera], [de vidrio], [de goma], etc.
En 2), tenemos un objeto directo [Lo] y el predicativo objetivo está introducido por
la partícula [como]. De acuerdo con el verbo, estos casos de predicativo pueden
considerarse como obligatorios o no obligatorios. En este caso, es obligatorio.
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 14

El predicativo es una de las funciones más difíciles de identificar; en términos


generales, hemos hecho un recorrido por los distintos tipos de predicativo con los cuales
ustedes podrán encontrarse y que deberán identificar y analizar.
Ahora, para entrar en algunas de las dificultades que han surgido de las preguntas,
veamos el tema de cierto tipo de adjuntos. En general, se trata de un grupo de
modificadores que no son seleccionados por el verbo y que, por consiguiente, no
modifican estrechamente o de manera exclusiva al verbo, sino que tienen un alcance
mayor. Consideremos tres ejemplos:

1) [Felizmente,] la guerra terminó]]


2) [En Europa,] los problemas inmigratorios avanzan día a día]]
3) [Geográficamente,] las variedades lingüísticas son muy abundantes]]

Todos tienen, como patrón común, la presencia de un modificador en posición


inicial. Desde un punto de vista entonacional, presentan una unidad melódica propia y,
precisamente, la coma está allí para indicar una pausa breve, pausa que se corresponde
con la diferente tonalidad de estas secuencia iniciales. Este aspecto de la melodía y la
coma está marcando que, de alguna manera, estos segmentos poseen -respecto del resto
de la oración- una cierta autonomía. Podemos comprobar esta mayor distancia haciendo
la prueba de eliminar, respectivamente, [Felizmente], [En Europa] y [Geográficamente]. En
los tres casos, nos quedaríamos con oraciones posibles de nuestra lengua:

1) [La guerra terminó]


2) [Los problemas inmigratorios avanzan día a día]
3) [Las variedades lingüísticas son muy abundantes]

Esta prueba nos indica que, en ninguno de los tres casos, se trata de
complementos. Se trata de adjuntos. Trabajemos este otro par de ejemplos para ver más
clara una diferencia importante:
Gramática 2007/Teórico 14 Apuntes Sim 17

4) [Felizmente, la fiesta terminó]


mod. de mod.

5) [La fiesta terminó felizmente]


adj. c. modo

De acuerdo a la diferente posición del adverbio [felizmente], se va a producir un


cambio en el significado. En 5), [felizmente] es, en términos de función sintáctica, un
adjunto circunstancial de modo o manera. Desde el punto de vista del significado, para la
gramática tradicional, [felizmente] actuaría como respuesta a la pregunta por cómo
termino la fiesta. En cambio, si digo [Felizmente, la fiesta terminó], lo que se expresa es
una opinión subjetiva del hablante. Podríamos parafrasearlo diciendo Desde mi
perspectiva soy feliz al decir que la fiesta terminó. Se trata de una evaluación hecha por el
hablante respecto del contenido del enunciado. Ahora bien, desde el punto de vista del
análisis sintáctico, estas estructuras se marcan como modificadores de modalidad. Los
adverbios modificadores de modalidad se caracterizan por modificar a toda la oración.
También estamos ante una evaluación realizada por el hablante en un caso como:
[Probablemente, la fiesta haya terminado]. Aquí, el hablante manifiesta no estar seguro
respecto del contenido del enunciado. Otro ejemplo de modificador de modalidad:
[Indudablemente, la fiesta terminó]. En los dos últimos casos, los modificadores son
adverbios que calibran el mayor o menor grado de certeza del hablante respecto a lo que
está diciendo. En cambio, modificadores como felizmente o lamentablemente son de tipo
evaluativo.
Ya lo veremos más adelante, pero les adelanto que estos modificadores de
modalidad pueden estar representados por otras construcciones, no sólo por adverbios y
que, además, existen diversos tipos de modalidad. Por ejemplo, si tuviera una secuencia
como [Según me dijeron unos vecinos, la fiesta terminó], también estaría ante un
modificador de modalidad que, en este caso, da la fuente. Dentro de los modificadores de
modalidad, tenemos los del tipo evaluativo -como lamentablemente-, los vinculados al
18 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 14

grado de certeza o epistémicos -posiblemente, indudablemente, quizás, tal vez-, los que
pueden indicar fuente -según me dijeron, según mi leal saber y entender-, etc.
Entre paréntesis, el mismo modificador en una construcción como [Según mi leal
saber y entender, esto es así] que en una como [Hizo la tarea según su leal saber y
entender]. En este último caso, tenemos un objeto directo [la tarea] y [según su leal saber
y entender] funciona como un adjunto circunstancial de modo. En cambio, ese mismo
segmento ubicado en posición inicial y separado por la coma, actúa como modificador de
modalidad. Se trata de una diferencia sintáctica que, como toda diferencia de este tipo,
implica repercusiones semánticas.
Evidentemente, estos modificadores de modalidad presentan, respecto del resto de
la oración, un nivel de relación muy diferente a la que tienen con la oración los adjuntos.
Hemos ya señalado la distinción entre complementos y adjuntos: los complementos están
muy íntimamente relacionados con el núcleo verbal, mientras que los adjuntos lo están
mucho menos. A su vez, dentro de los complementos, hay algunos de ellos relacionados
por transitividad que están aun más estrechamente emparentados con el verbo. También
hemos insistido en la noción de gradualidad: lo que se verifica, dentro de la oración, es la
existencia de distintos grados de dependencia sintáctica. Luego haremos un esquema
jerárquico, donde los distintos tipos de modificadores se irán ubicado en distintos niveles
de acuerdo con su mayor cercanía o lejanía respecto de los elementos nucleares.
Volviendo al caso 2), [En Europa, los problemas inmigratorios avanzan día a día],
estamos ante un tipo de modificador conocido como adjunto de marco, porque,
precisamente, lo que hacen es indicar un marco geográfico o temporal. No es un adjunto
circunstancial, porque [En Europa] está dando un marco para todo el evento y, en este
sentido, difiere de lo que podría ser un adjunto de lugar. Los adjuntos sólo modifican al
sintagma verbal. En cambio, este tipo de modificadores, llamados adjuntos oracionales o
modificadores del núcleo oracional, afectan a toda la estructura oracional.

[En Europa, los problemas inmigratorios avanzan día a día]


adj. oracional
de marco
Gramática 2007/Teórico 14 Apuntes Sim 19

En 3), [Geográficamente, las variedades lingüísticas son muy abundantes], también


tenemos un adverbio en función de adjunto oracional o modificador del núcleo oracional.
Lo que está indicando es la perspectiva o punto de vista desde el cual hay que enfocar el
tema. Del mismo modo pueden funcionar adverbios como políticamente, lingüísticamente,
etc.: indican el alcance que debe tener la aserción que modifican en su conjunto. Algunos
autores los han considerado también modificadores de modalidad pero, en términos
estrictos, son modificadores del núcleo oracional.

[Geográficamente, las variedades lingüísticas son muy abundantes]


modificador
n. oracional

En la Gramática descriptiva del español, la profesora Kovacci escribió un capítulo


referido al adverbio. Sobre este tipo de modificadores, ella considera que se trata de
modificadores nocionales, porque lo que hacen es indicar la perspectiva nocional desde la
cual hay que enfocar el texto. La idea es que este tipo de adjuntos oracionales equivale a
decir: "desde la perspectiva geográfica -o política, lingüística, etc.-, es desde donde se
tiene que entender lo que sigue".
Alumna: Si dijera [Los problemas inmigratorios avanzan día a día en Europa], ¿ [en
Europa] sería circunstancial de lugar?
Profesora: Sería un adjunto circunstancial de lugar.
Alumna: ¿Cuál es la diferencia entre unos y otros? ¿No son todos adjuntos?
Profesora: La distinción está ligada con la pauta entonacional y, además, no es
nada arbitrario el hecho de que los adjuntos oracionales vayan ubicados al principio de la
oración. La pausa les da una independencia que, de lo contrario, no tendrían. Por ejemplo,
si estuviera entre dos comas, también podríamos considerarlo como adjunto oracional:
[Los problemas inmigratorios, en Europa, avanzan día a día]. El hecho de otorgarles una
autonomía a partir de la entonación hace que este tipo de constituyentes sean omisibles.
20 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 14

El vocativo es otro modificador extraoracional; incluso, está más alejado y modifica


desde más afuera al núcleo oracional. El vocativo es la persona a la cual se dirige el
locutor, como en [Luciana, ¿entendiste este tema?]. Un vocativo es la mención del
interlocutor en el texto y, además, suele ir enunciado en un tono más grave. En la
escritura, va marcado por una coma en posición inicial o entre dos comas en posición
intermedia.
Es muy importante el hecho de que este tipo de elementos se encuentre
enmarcado por comas, porque nos está indicando que se trata de constituyentes
sumamente optativos. Los adjuntos oracionales, en sus diversas variantes, son
modificadores que afectan a toda la oración -por eso se los distingue, precisamente, como
oracionales-.
Particularmente, los modificadores de modalidad son levemente diferentes de los
demás adjuntos. Porque, si bien modifican a toda la oración, en realidad, no están
directamente relacionados con el contenido nocional o descriptivo de la estructura
oracional a la cual modifican, sino que están relacionados con la actitud del hablante.
Básicamente, es en este punto donde encontramos la diferencia entre los modificadores
de modalidad y el resto de los adjuntos oracionales. Los modificadores de modalidad
afectan al acto de decir del hablante.
Alumno: ¿Los marcamos como modificadores o como adjuntos?
Profesora: Es preferible que los llamen modificadores de modalidad. Pero, de todas
maneras, podrían ponerle adjunto de modalidad. Depende de cómo lo vean en los
prácticos. La profesora Kovacci los llamaba modificadores de modalidad y, más
particularmente, a los del tercer ejemplo, ella los consideraba modificadores del núcleo
oracional. Ella los distinguía de los del tipo felizmente, probablemente correspondientes al
ejemplo uno, porque decía que los del primer grupo estaban referidos al hablante;
mientras que los del segundo, como políticamente, geográficamente, etc. apuntaban al
contenido de la oración. Por su parte, a lo que Kovacci denomina adjuntos oracionales
modificadores del núcleo oracional, Di Tullio los llama adjuntos extraoracionales.
Gramática 2007/Teórico 14 Apuntes Sim 21

Vamos a trazar ahora un esquema donde ubicar los distintos tipos de


modificadores que hemos visto en las dos últimas clases. En este gráfico van a ver
representadas las distintas jerarquías.

O
Voc.
O

Mod. de modalidad
O

- Adj. extraoracionales O (SF)


- Mod. del n. oracional

SN SV
(sujeto) (predicado)

Esp N' V'

N V' Adj. circ.


P.S. No Obl.
P.O. No Obl.

V Cod Comp. Circ.


Coi Comp. Ag.
C. Prep. reg.
P.S. Obl.
P.O. Obl.
22 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 14

La oración presenta un sujeto o sintagma nominal (SN) y un predicado o sintagma


verbal (SV). Si comenzamos por la estructura nuclear del verbo, encontramos que existe
un grupo de modificadores que tiene con él una relación muy estrecha. Se trata de los
complementos ligados a la transitividad: complemento objeto directo, complemento objeto
indirecto, complemento preposicional régimen y predicativos obligatorios. Recordemos, en
este punto, que los predicativos subjetivos obligatorios se construyen con verbos
copulativos y pseudocopulativos, no con los transitivos. Es decir: son exigidos por los
verbos, pero estos verbos no son transitivos y, por lo tanto, no podemos considerarlos
dentro del grupo de los complementos ligados a la transitividad.
En este mismo nivel, dependiendo del mismo nodo V', ubicamos los complementos
no ligados con la transitividad: los complementos circunstanciales y el complemento
agente. La distinción entre complemento circunstancial y adjunto circunstancial es que, si
bien no están ligados a la transitividad, los primeros sí son exigidos por el verbo, es decir,
se construyen con determinados verbos que exigen la presencia obligatoria de un
elemento -al que llamamos complemento- en la estructura del sintagma verbal. En cambio
los adjuntos son siempre opcionales, vale decir, no están exigidos por el verbo. Por eso,
en el esquema, dependen de una segunda proyección V', que los aleja de esa relación
estrecha con V. Los adjuntos circunstanciales han sido clasificados de muchas maneras.
Entre los más usuales, están los de lugar, tiempo, modo o manera, compañía, tema, fin,
causa, instrumento y medio, etc. De todos estos circunstanciales, algunos adquieren el
carácter de complementos, y no adjuntos, en la medida en que son exigidos por el verbo,
por ejemplo; estos complementos circunstanciales pueden ser de lugar, de modo, de
compañía, de tema y, con algunos verbos particulares, de tiempo. Ciertos tipos de verbos
requieren siempre alguno de estos complementos; por ejemplo, los verbos locativos
siempre van a requerir un complemento circunstancial de lugar, como uno de sus
argumentos. Por ejemplo, ir es siempre ir a alguna parte. El circunstancial de tema, por
ejemplo, se constituye en complemento con el verbo hablar: siempre se habla de algo. A
su vez, el verbo durar siempre implica un transcurso temporal y, en este sentido,
necesariamente va a tener que ser acompañado de otro elemento que precise esa
duración, por ejemplo, [La clase duró tres horas].
Gramática 2007/Teórico 14 Apuntes Sim 23

Si seguimos subiendo, tenemos los modificadores de carácter no obligatorio u


opcional. En este nivel, encontramos los adjuntos circunstanciales y los predicativos no
obligatorios, tanto subjetivos como objetivos. Hasta aquí, el sintagma verbal. A este mismo
nivel, pero ocupándonos del sintagma nominal, tenemos que marcar los modificadores
que pueden aparecer en él. Es decir: dentro del núcleo del sujeto, este puede estar
acompañado por ciertos elementos: los modificadores.
Ahora bien, los modificadores de modalidad y los adjuntos oracionales, se
encuentran por encima de todo este conglomerado. Por lo tanto, en términos gráficos,
tenemos que ubicarlos, por encima de la oración (0). Repito: a todos estos modificadores
Di Tullio los llama adjuntos extraoracionales. Personalmente, no me convence esa
terminología, porque están dentro de una oración. Si una oración está comprendida entre
un silencio inicial y un punto final, no podemos decir que están fuera de la oración. En
realidad, con esa terminología lo que Di Tullio busca expresar es que están ejerciendo su
modificación sobre el nodo oración (O).
Si seguimos hacia arriba, y volvemos a repetir O (oración), podemos ubicar el
grupo de modificadores con los que estuvimos trabajando en nuestros últimos ejemplos:
los modificadores de modalidad. Si seguimos más arriba aún, encontrarnos el vocativo.
Como resulta visible, cada vez nos vamos alejando más del núcleo básico de la
predicación.
Seguimos el jueves.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod.. 15

Gramática

Fecha: 07/05/07
Teórico-Práctico № 5 Prof.: Paula Mahler

Contenido: Revisión / Sintagma nominal

Profesora: Buenas tardes. Vamos a empezar por aclarar algunas cuestiones para
el parcial. La primera tiene que ver con el tema de sílaba que aparece en las guías. No lo
vimos porque perdimos clases por los feriados y los paros, así que no se va a tomar en el
parcial. La otra cuestión es que para el parcial hemos pedido aulas separadas: tienen que
averiguar en qué aula les toca rendir. Los temas que se van a evaluar son los que se han
dado hasta la semana pasada. Los que se den esta semana y la que viene se agregan
para el recuperatorio. Vamos a dedicar la primera parte de la clase a responder las dudas
que tengan respecto de los temas del parcial.
Alumna: ¿La vocal de enlace siempre funciona como interfijo?
Profesora: Sí.
Alumna: Si en la flexión nominal el tema termina en consonante, ¿hay que
marcarlo?
Profesora: En una palabra como /’lapis/, la raíz de la palabra es / ’lapis/. En
este caso, también es el tema porque allí no hay flexión. Pero si esa palabra aparece en
plural /‘lapises/, el tema es /’lapis/. En general, en el parcial se va a preguntar por el
tema de una palabra cuando haya flexión. En una palabra como contabilidad, por ejemplo,
el tema no coincide con la raíz. El tema será contabilidad porque puede decirse
contabilidades, es decir, puede ser base de un proceso de flexión. Si se pide marcar el
tema en / ’lapis/, va a ser la base de la flexión: la /s/ forma parte del tema.
Alumna: ¿El recuperatorio es para los aplazos?
2 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 5

Profesora: No. Según la reglamentación de la facultad, los aplazos se computan


como tales. Si un alumno tiene dos aplazos, queda libre. Si tiene un aplazo y una nota con
la que alcance un promedio de cuatro al finalizar el cuatrimestre, su condición es la de
alumno regular. Esto sucede respecto de todas las materias de la facultad. Los aplazos no
se recuperan; solo se pueden recuperar los ausentes.
Alumna: La vocal temática ¿queda dentro del tema?
Profesora: Depende de la palabra. Por ejemplo, si les piden que determinen la raíz
y los afijos de siguiente palabra:
Cant | á | ba | mos
raíz v.t. sf sf

La raíz es cant-. Los sufijos de flexión son –ba– y –mos. Esos sufijos pueden
segmentarse porque –ba– indica tiempo, modo y aspecto y –mos, persona y número. Se
trata de dos morfos amalgama diferentes. El tema de esta palabra es canta–. En este
caso, raíz y tema no coinciden. La descripción estructural de una palabra no está dando
cuenta de sus formantes sino de su historia de formación y de su estructura jerárquica.
Difícilmente les pidan en el parcial la estructura de una palabra como cantábamos porque
no se puede establecer una jerarquía de formación de esa palabra. Podría segmentarse
del siguiente modo: [Cant] [á] [bamos], pero no podría indicarse un orden de aparición de
esos morfemas. En cambio, en el caso de una palabra como desestabilizar, el análisis
partiría de estable. De ahí, podría formarse el verbo: estabilizar y luego, el prefijo se
agregaría a ese verbo: desestabilizar.
[ des [estabil] izar]

Alumna: ¿Es necesario distinguir entre los dos sufijos flexivos en una palabra como
cantábamos?
Profesora: En ese tiempo verbal sí. Si se contrasta cantábamos con cantaba, se
está contrastando número dentro del mismo tiempo verbal. El morfema –ba– permanece.
También puede contrastarse el tiempo, por ejemplo, con cantaremos: en ese caso lo que
permanece es el morfema de tiempo y número. Puede contrastarse el modo, con
cantáramos: lo único que cambia es el formante de tiempo. Asimismo puede contrastarse
Gramática 20071C/T-P 5 Apuntes Sim 3

con el aspecto: canté. El resultado de esos contrastes determina que sí se pueden


separar los sufijos flexivos porque la amalgama no se da en un solo morfema: hay un
morfo amalgama para tiempo, modo y aspecto y otro, para número y persona. En canté,
por ejemplo, no puede separarse porque todas las categorías están expresadas en el
mismo morfo.
Alumna: Di Tullio habla del artículo como clase de palabra. Usted lo llama
determinante. ¿Cuál es la posición de la Cátedra?
Profesora: Nosotros trabajamos fundamentalmente con la noción de
especificadores, que se dividen en determinantes y cuantificadores. Los artículos, los
pronombres demostrativos y los posesivos funcionan como determinantes. Más adelante,
este tema se verá específicamente.
Alumna: ¿Cómo encorchetamos, si hay varias posibilidades de interpretación?
Profesora: En el caso de una oración ambigua, habrá varias posibilidades de
encorchetamientos, según cuál sea la interpretación. El encorchetamiento que se utiliza
en estos casos es el mismo que van a utilizar para hacer análisis sintáctico. Veamos un
ejemplo:

1) [ [Juan] [se le acercó [a un hombre con un cuchillo] ].]


2) [ [Juan] [se le acercó [a un hombre] [con un cuchillo] ].]

Lo primero que debe marcarse con corchetes es la oración. Después, se marca el


constituyente A y el B de la estructura arbórea: [Juan], por un lado, y [se le acercó a un
hombre con un cuchillo], por otro. En este caso, hay dos posibilidades de representación,
como puede verse en el encorchetamiento de 1) y 2). Eso es todo lo que se les va a pedir
en este primer parcial: las preguntas tendrán que ver con la posibilidad de encontrar
constituyentes y diferenciar interpretaciones posibles de una oración a partir de la
identificación de esos constituyentes.
Alumna: ¿Cómo sabemos que tipo de restricción opera en la alternancia de
morfos?
4 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 5

Profesora: Si los alomorfos alternan por cuestiones fonológicas, la restricción será


fonológica. Si lo hacen por cuestiones morfológicas, la restricción será morfológica. En
gramática, la restricción es lo que obliga a hacer algo. En este sentido, las reglas
gramaticales son restricciones pero, a la vez, son permisiones: restringen y permiten al
mismo tiempo.
Alumno: ¿Cuál es la definición de determinante?
Profesora: Los especificadores, dentro de los cuales se encuentran los
determinantes, son los elementos que acompañan al núcleo del sintagma nominal en la
posición de la izquierda. Especifican a ese núcleo en dos sentidos: pueden cuantificarlo –
como lo hacen: muchos, pocos, bastante– o bien, pueden determinarlo, es decir, pueden
restringir su alcance –como sucede con los artículos o con los pronombres posesivos–. En
un sintagma como mi casa, [mi] determina la posesión de ese núcleo del sintagma
nominal.
Alumna: ¿Qué es lo que se va a pedir en una representación arbórea?
Profesora: En una representación arbórea, lo importante es que puedan determinar
los nodos intermedios, porque siempre hay un nodo del que dependen los núcleos y los
complementos. También es importante que puedan diferenciar entre lo obligatorio –los
complementos– y lo optativo –los adjuntos–.
La estructura básica de los sintagmas es núcleo más complementos. Sin embargo,
el tipo de sintagma determinará en cada caso una estructura particular. Es decir, la
estructura del sintagma nominal será diferente a la del sintagma preposicional, o la del
sintagma verbal. Un sintagma es la expansión del núcleo. Entonces, siempre va a haber
un núcleo y sus complementos. En tanto los núcleos son clases de palabras léxicas
diferentes, tendrán propiedades semánticas distintas.
En el parcial van a tener una pregunta teórica, que tendrá que ver con Saussure y
con la teoría que se vio respecto del resto de los temas. Después tendrán algún ejercicio
de fonología con preguntas, otro de morfología y uno de sintaxis. El secreto es leer la
bibliografía obligatoria.
Antes de empezar con el sintagma nominal, veremos algunas cuestiones sobre los
sintagmas en general.
Gramática 20071C/T-P 5 Apuntes Sim 5

[Muchos pájaros blancos] Sintagma nominal


cuant N CN

[Vestía una camisa blanca] Sintagma verbal


N COD

[Por el sendero estrecho] Sintagma preposicional


N C

En el primer caso, se trata de un sintagma nominal porque su núcleo es un


sustantivo. El núcleo es el que le da las características y la estructura al sintagma. Esa
estructura básica que definía al sintagma –núcleo más complementos– se va a desplegar,
entonces, de distintas maneras. En el primer ejemplo, el núcleo es pájaros. Este núcleo
tiene un complemento nominal, que es blancos. Además, tiene un elemento a la izquierda,
que no aparece en los otros sintagmas. En los sintagmas nominales, sobre todo cuando el
núcleo es un sustantivo común, aparece este elemento a la izquierda. En este caso, se
trata de un cuantificador: muchos.
La estructura arbórea de ese sintagma se representaría del siguiente modo:

X''

cuant X'

X comp

El sintagma verbal no presenta ningún elemento a la izquierda del núcleo, que es el


verbo vestía. El resto es un complemento: [una camisa blanca], que es un complemento
de objeto directo. El complemento de objeto directo no es el único complemento del verbo.
Más adelante, veremos cuáles son los otros complementos.
En el sintagma preposicional, el núcleo es la preposición. La estructura del
sintagma preposicional es rígida: así como los especificadores siempre se ubican a la
izquierda, las preposiciones encabezan los sintagma preposicional y van a tener su
6 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 5

complemento siempre a la derecha. En cambio, la ubicación del complemento nominal no


es rígida. Podría decirse: Muchos blancos pájaros.

Suj. 1ª pl PVS
[ [Vamos [por [el sendero estrecho] ] ] ]
N N C SN
SP SV

Esa oración tiene A y B: el sujeto es desinencial porque está en la flexión del verbo
–no es tácito porque está explícito en la flexión–. [Vamos por el sendero estrecho] es un
sintagma verbal: el núcleo es vamos y el resto es un adjunto.
En este punto, es importante diferenciar la información categorial de la sintáctica.
En el ejemplo que vimos, [una camisa blanca] es un sintagma nominal. Esa es la
información categorial. La función sintáctica que cumple ese sintagma nominal es la de
complemento de objeto directo. [el sendero estrecho] también es un sintagma nominal. Sin
embargo, [por el sendero estrecho] cumple la función sintáctica de complemento de esa
preposición.
Observemos el siguiente ejemplo:

[El viejo gobernante] [El viejo gobernante]


det N C det C N

Se trata de un sintagma nominal. En este caso, determinar el núcleo de ese


sintagma dependerá de la interpretación, porque viejo y gobernante son adjetivos que se
sustantivizan. Entonces, si se considera que viejo funciona como sustantivo, una posible
paráfrasis podría ser: el viejo que gobierna. Si viejo es el núcleo, gobernante es el
complemento. Podría decirse: El viejo gobernante no quiere dejar el sillón. Si se sabe a
quién se está haciendo referencia, también podría decirse: El viejo no quiere dejar el sillón.
Alumna: Este sintagma ¿determina la aparición de cierto tipo de verbos?
Profesora: El verbo es la columna vertebral de la oración: es el elemento que
decide qué tipo de sujeto puede haber desde el punto de vista semántico, establece la
Gramática 20071C/T-P 5 Apuntes Sim 7

concordancia, etc. El verbo arma una puesta en escena de lo que tiene que aparecer
obligatoriamente en el escenario y la de lo que puede aparecer, aun sin ser obligatorio.
La otra posibilidad respecto del sintagma nominal con el que estábamos trabajando
es que se considere que el gobernante es viejo. En ese caso, el núcleo sería gobernante.
En el sintagma nominal, el núcleo es un nombre. Las características semánticas de
ese nombre van a determinar la estructura del sintagma. El núcleo siempre establece los
rasgos flexivos: el determinante y los complementos deben concordar en género y número
con el núcleo.

[ [En este barrio pasan] [esas películas] ]


det N

[ [En este barrio pasan] [esas películas viejas] ]


det N C

[ [En este barrio pasan] [películas, [esa invención del siglo XX] ] ]
N aposición

[ [En este barrio pasan] [esas películas (que añoro)] ]


det N CN

[ [En este barrio pasan] [películas [de Estados Unidos] ] ]


N CP

Vamos a concentrarnos solamente en los sintagmas nominales en los que películas


es el núcleo. Si bien todos esos sintagmas son nominales, son distintos porque su
estructura no es la misma.
En el caso de [esas películas], el determinante será esas y el núcleo, películas. En
este sintagma nominal, no hay complemento.
En [esas películas viejas], películas es el núcleo; esas, el determinante y viejas, el
complemento. Los adjetivos suelen funcionar como complementos del nombre en el
sintagma nominal; viejas es un adjetivo. Como puede verse, esas y viejas concuerdan con
películas en género y número.
En el caso de [películas de Estados Unidos], películas es el núcleo y de Estados
Unidos es el complemento. En este caso, también podría agregarse un determinante:
8 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 5

esas películas de Estados Unidos. [de Estados Unidos] es un complemento preposicional.


El núcleo es de y Estados Unidos es un sintagma nominal que funciona como
complemento de la preposición.
Los adjetivos o los sintagmas adjetivos, entonces, pueden funcionar como
complementos del núcleo sustantivo. La estructura de un sintagma como esas películas
muy viejas sería: películas, núcleo; esas, determinante y el complemento sería muy viejas,
en tanto sintagma adjetivo – su núcleo es viejas y muy es su cuantificador-.
Los complementos de los núcleos sustantivos de los sintagmas nominales pueden
ser: complementos nominales, cuando se trata de adjetivos, y complementos
preposicionales, cuando son sintagmas preposicionales.
En [películas, esa invención del siglo XX], el núcleo es, nuevamente, películas. El
resto es un sintagma nominal, que está modificando a otro sintagma nominal. Esto es lo
que se denomina aposición. La aposición es un complemento muy especial porque, en
sentido estricto, tiene la misma entidad referencial que el núcleo del sintagma. De hecho,
aposición y núcleo pueden intercambiarse. Podría decirse: En este barrio pasan esa
invención del siglo XX, las películas. Un sintagma nominal, entonces, puede modificar al
núcleo de otro sintagma nominal.
[esas películas que añoro] es también un sintagma nominal. Películas es el núcleo,
esas, el determinante y que añoro es una proposición subordinada. Más adelante,
veremos esta cuestión. Por el momento, basta indicar que una proposición subordinada
puede ser el complemento del núcleo de un sintagma nominal. (que añoro) es una
estructura predicativa. Esa estructura se diferencia de una oración porque no es una
estructura autónoma. Se trata de una proposición relativa o incluida, que se marca entre
paréntesis. En este caso, la proposición funciona como complemento nominal, con el
valor de un adjetivo.
Entonces, las estructuras que pueden funcionar como complementos del núcleo
sustantivo son: los adjetivos, los sintagmas adjetivos, las aposiciones o las proposiciones
relativas.
Gramática 20071C/T-P 5 Apuntes Sim 9

El núcleo de un sintagma nominal es un sustantivo. Cabe aclarar aquí que existen


distintos tipos de sustantivos y que las características semánticas propias de cada uno van
a determinar distintas estructuras de ese sintagma.
El núcleo del sintagma nominal puede ser un sustantivo común, uno propio o un
pronombre. Los sustantivos comunes tienen rasgos semánticos inherentes, es decir,
pueden asignársele uno o varios significados. En cambio, los sustantivos propios no tienen
esos rasgos. Los nombres propios denotan elementos individuales en el mundo pero no
hacen ninguna referencia a las propiedades ni a las cualidades del objeto denotado. Los
pronombres también carecen de rasgos semánticos inherentes; solamente denotan a los
participantes del coloquio –primera, segunda persona y la no-persona–. Los pronombres
demostrativos denotan la cercanía o lejanía de un objeto respecto del enunciador. La
característica semántica más relevante de esta clase de palabras es su fuerza deíctica, es
decir, la manera en la que señalan elementos del contexto.
Los sustantivos comunes, en tanto presentan características semánticas
inherentes, deben ser determinados, calificados o especificados, cuestión que se lleva a
cabo por medio de especificadores y de complementos. Por ejemplo, puede decirse: La
casa está vacía; pero no puede decirse: casa está vacía.
Los especificadores restringen semánticamente el alcance del núcleo: esa casa, es
la que el enunciador está señalando; mi casa, es la que el enunciador posee; la casa, es
una determinada; una casa, es una indeterminada –en tanto una no sea un numeral–. En
La casa de enfrente está vacía, [de enfrente] restringe el alcance del núcleo.
Los pronombres presentan autosuficiencia referencial. Por eso, en general, no
tienen complementos. No puede decirse: *Yo cansada me fui a dormir ni *El él se fue
temprano. El alcance de los pronombres personales no puede ser determinado.
El uso de determinantes respecto de los nombres propios es diferente. Se usan en
casos como El Diego, por ejemplo, pero ese uso no es el mismo que el que se hace en el
interior del país: la Laura, la María. Además, puede decirse: La Argentina del siglo XIX era
un país pujante y, en ese caso, también se está usando un determinante para un nombre
propio. Todos esos casos son diferentes. En primera instancia, son usos aceptados,
aunque el uso de determinantes para los nombres propios no sea lo más frecuente, ya
10 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 5

que tienen una relación unívoca con su referente. Sin embargo, en algunos casos como
en el de El Diego, se está personalizando porque ese Diego es uno solo: Maradona. Los
otros son casos dialectales. El uso de determinantes en una oración como Vino la Laura o
la Marina, no tiene relación con la clase social. En Córdoba o en Santiago del Estero, en
las situaciones cotidianas los nombres propios se usan con artículos, sin importar a qué
clase social pertenezcan los hablantes. Cabe aclarar aquí que ese artículo no está
determinando sino que está formando una unidad con el nombre.
En Santiago del Estero, sucede un fenómeno similar respecto de los parentescos:
se usan con pronombres posesivos. Por ejemplo: en una conversación entre dos
hermanas, una puede decirle a la otra: “Hoy vino mi madre”, aunque se trate de la madre
de ambas. Ese uso dialectal no entra en contradicción con las posibilidades de determinar,
por ejemplo, a los nombres de parentesco.
Sin embargo, algunos pronombres –en general, los de la tercera persona– pueden
ser cuantificados. Por ejemplo: Todos ellos/aquellos se fueron temprano. Otros usos
quedan restringidos por el mismo pronombre: *Todos algunos se fueron temprano.
También puede decirse: Esas, las que callan, son terribles. Esas es el núcleo y las que
callan es la aposición, aunque no sea un sintagma nominal sino una proposición
subordinada.
Los especificadores y los complementos no se comportan del mismo modo. En
general, los especificadores no pueden omitirse; los complementos, sí. Sin embargo,
existen algunos casos en los que los especificadores pueden elidirse. No puede decirse:
*Vino alumno nuevo; obligatoriamente, debe decirse: Vino un alumno nuevo. Pero puede
decirse: Como pan todo el día. Pan es un sustantivo que no necesita determinante.
Sucede lo mismo en Siempre se compra ropa cara. [ropa cara] es un sintagma nominal:
ropa es el núcleo y no hay determinante. Cuando lean a Bosque, verán que los
sustantivos comunes pueden ser contables y no contables. En español, como sucede con
otras lenguas, el hecho de que un sustantivo sea contable o no contable tiene implicancias
en la sintaxis. Los contables requieren obligatoriamente el uso de un especificador en la
posición izquierda. Los no contables o los contables en plural no requieren determinantes
en forma obligatoria. Por ejemplo: Vinieron alumnos nuevos.
Gramática 20071C/T-P 5 Apuntes Sim 11

La función de los determinantes es especificar, identificar la referencia del


sustantivo. Los cuantificadores limitan la extensión del sustantivo; no todos concuerdan en
género y número con el sustantivo, cuestión que sí sucede con los determinantes. Mucho
o poco, concuerdan en género y número; bastante solo concuerda en número.
La función de los complementos es restringir la extensión del núcleo del sintagma
nominal y aumentar su comprensión. Desde el punto de vista semántico, existen dos tipos
de complementos: los especificativos o reestrictivos y los explicativos o apositivos.

[ [Los candidatos [respetados por la gente] ] [ganarán las elecciones].]


det N CN

[ [Los candidatos, [respetados por la gente,] ] [ganarán las elecciones].]


det N CN

En el primer caso, la oración establece la existencia de un grupo de candidatos


respetado por la gente, que se opondría a otro grupo que no lo es. [respetados por la
gente]: especifica quiénes son los que van a ganar las elecciones. Con esto, se especifica
el alcance del núcleo del sintagma nominal, es decir, se circunscribe el conjunto de
individuos a los que ese sintagma hace referencia.
En el segundo caso, una paráfrasis posible sería que todos los candidatos son
respetados por la gente. En el primer ejemplo, se especificaba una parte respecto de un
grupo. En cambio, en el segundo, eso que se agrega como información se aplica a todo el
conjunto. La gramática es un conjunto de formas que se utiliza para decir cosas. A pesar
de que ambas oraciones presentan la misma forma, la misma estructura sintáctica y el
mismo análisis gramatical, están diciendo cosas diferentes. El análisis es el mismo; la
diferencia es semántica.

[Castigó [a [los hombres [(que trabajaban sin parar)] ] ].]


det N CN

[Castigó [a [los hombres, [(que trabajaban sin parar)] ] ].]


det N CN
12 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 5

En el primer caso, habría un grupo de hombres que trabajaban sin parar y otro que
trabajaban con descansos. Solamente fueron castigados los primeros. En el segundo
caso, se da una explicación adicional sobre el núcleo del sintagma nominal, no una
especificación. La función sintáctica es la misma: complemento nominal. La diferencia es
semántica, como sucedía en el caso anterior.
Al hacer referencia a la diferencia entre los especificadores y los complementos en
el sintagma nominal, debe tenerse en cuenta que siempre hay un nombre como núcleo. Si
ese núcleo es un sustantivo común contable, debe haber un determinante o un
cuantificador obligatoriamente en la posición izquierda. Si el núcleo es un pronombre,
puede haber o no un determinante; si es un sustantivo propio, no habrá determinantes ni
complementos porque ese tipo de sustantivos tiene una referencia unívoca.
El nombre que funciona como núcleo del sintagma nominal recibe complementos,
que pueden ser sintagmas de distintos tipos: adjetivos, preposicionales, nominales e,
incluso, pueden ser estructuras predicativas, como las proposiciones relativas.
El complemento especifica o explica al núcleo; por lo tanto, no son obligatorios.
Cabe aclarar aquí que la diferencia entre complemento y adjunto se da solamente en el
sintagma verbal, no en el sintagma nominal. La obligatoriedad está relacionada con un
vínculo estrecho en la concordancia, por ejemplo, en el complemento nominal. Se da,
también, en la relación semántica que se establece entre esos complementos y el núcleo
del sintagma nominal.
Veamos este caso:

[ [Lucía, [la más pequeña],] [ayuda mucho en la casa].]


N CN Aposición

[la más pequeña] es una aposición de tipo explicativa: no está restringiendo el


alcance del núcleo –de hecho, no puede hacerse- sino que está explicando características
de Lucía. Entonces, Lucía es el núcleo del sintagma nominal; la más pequeña es la
aposición, que además es un sintagma nominal. La aposición es un tipo de complemento
especial porque comparte la referencia con el núcleo al que modifica. Por eso, aposición y
Gramática 20071C/T-P 5 Apuntes Sim 13

núcleo son intercambiables. En general, la aposición es explicativa, aunque en algunos


casos puede ser especificativa. Por ejemplo:

[La avenida Rivadavia].


N C Apos.

[El presidente Kirchner].


N C Apos.

[El año 2007].


N C Apos.

En los dos primeros ejemplos, aparecen combinaciones de sustantivos que


comparten la referencia. Entonces, se considera que el segundo restringe el alcance del
núcleo: de todas las avenidas, se refiere solo a Rivadavia; de todos los presidentes, solo a
Kirchner y de todos los años, solo al 2007. Avenida, presidente y año son los núcleos;
Rivadavia, Kirchner y 2007 son las aposiciones, respectivamente. En estos casos, no se
pueden intercambiar con el núcleo porque cumplen con la propiedad de especificarlo.
Alumna: ¿Si dijera: La avenida es Rivadavia?
Profesora: Se trata de otra estructura: tiene un verbo. Rivadavia funcionaría como
predicativo subjetivo.
Veamos este ejemplo:

[El miedo [de volar] ]


N C
det N CP SN

Se trata de un sintagma nominal. El núcleo es miedo y el es el determinante. [de


volar] es el complemento preposicional. Dentro de ese complemento, el núcleo es de y
volar es el complemento, que es un infinitivo.
El infinitivo, entonces, puede aparecer como complemento de una preposición,
dentro del complemento preposicional de un sintagma nominal.
Es todo por hoy.
*** Versión completa: Damián Grimozzi
Cod.. 18

Gramática

Fecha: 14/05/07
Teórico-Práctico № 6 Prof.: Paula Mahler

Contenido: Sintagma verbal

Profesora: Buenas tardes. Hoy vamos a trabajar sintagma verbal, tema que
ustedes empezaron a trabajar con la profesora Ciapuscio el jueves pasado. Ya han visto
las características sintáctico-semánticas de los verbos: los verbos seleccionan sus
complementos desde un punto de vista semántico y tienen una cantidad de argumentos.
Claire Blanche Benveniste, una lingüista francesa que se dedica a la gramática de la
oralidad, sostiene que el verbo funciona como si fuera un empresario teatral que organiza
toda la escena. De hecho, se habla de los papeles temáticos de los argumentos, que no
son otra cosa que los roles o papeles que desempeñan cada uno de esos argumentos:
pueden funcionar como agentes, pacientes o experimentantes. El verbo es el elemento
que organiza lo que sucede en la oración. Desde la perspectiva en la que estamos
trabajando -que es la que ahora se adopta en sintaxis-, los fenómenos se observan no
desde un punto de vista sintáctico-semántico, es decir, se estudia cómo interactúan la
sintaxis y la semántica.
El sintagma verbal es un sintagma cuyo núcleo es un verbo conjugado. En este
punto, cabe recordar que hay formas verbales sin flexión: el infinitivo, el gerundio y el
participio, que no funcionan como núcleos de sintagmas verbales.
El núcleo del sintagma verbal puede aparecer en una forma simple, como en Juan
salió; en una forma compuesta, como en Juan ha salido y en una forma perifrástica: Juan
está saliendo. Al igual que en los otros, el núcleo determina la naturaleza categorial de
todo el sintagma y selecciona sus complementos. Por ejemplo: en Dormí toda la noche, el
2 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 6

verbo dormir es intransitivo y selecciona un solo argumento, cuya función sintáctica es


sujeto (yo). Este verbo carece de complementos.
En Leía el libro sin parar, el núcleo es leía. Leer es un verbo transitivo que
selecciona un complemento objeto directo (COD). Sin embargo, también puede decirse:
Leía sin parar. Hay ciertos verbos transitivos que pueden funcionar sin expresar el
complemento. El tema de la obligatoriedad de los complementos y los adjuntos es una
cuestión que suele generar problemas. Cabe recordar aquí que el adjunto no es
obligatorio y el complemento puede serlo. En algunos casos, como en el anterior, el
complemento puede expresarse o no. Sucede lo mismo con el verbo escribir.
Desde el punto de vista semántico, el verbo leer siempre va a tener un agente y un
tema, aunque no esté expresado. Cuando el tema está expresado, adopta la forma de
complemento, en este caso de objeto directo. No siempre existe una correspondencia
directa entre tema y objeto directo. En el caso de los verbos inacusativos, la función de
sujeto es tema, no agente. Algunas veces, el sujeto aparece como experimentante. El
verbo sufrir, por ejemplo, selecciona un experimentante, ya que nadie lleva a cabo la
acción de sufrir. El sufrimiento no es una acción sino algo que se experimenta. Los verbos
como leer son verbos transitivos bivalentes.

Suj. Des. PV
[ [ [Le] entregué [los papeles] [a Carla] ] ]
COI N COD COI

Entregar tiene tres argumentos: uno que funciona como sujeto; otro, como objeto
directo y otro, como objeto indirecto. El núcleo del sintagma verbal que funciona como
Predicado Verbal es entregué; [los papeles] es el complemento objeto directo; [a Carla] es
un complemento de objeto indirecto y [le] es la reduplicación de ese complemento de
objeto indirecto. Entonces, el verbo selecciona sus complementos y además permite
adjuntos. Los adjuntos no forman parte de la estructura argumental del verbo: no son
exigidos ni requeridos por él. En general, señalan circunstancias o estados que el verbo
denota: el modo, el tiempo, el lugar, la causa, etc. y suelen ser sintagmas preposicionales
o adverbios.
Gramática 20071C/T-P 6 Apuntes Sim 3

Suj. D PVS
[ [Leyó [toda la noche] ] ]
N Adjunto CT

El verbo leer selecciona un objeto directo como complemento, si aparece


expresado. Sin embargo, ese verbo no establece una relación semántica con el tiempo; el
tiempo es una circunstancia de esa acción. Podría decirse, por ejemplo, Lee parado en el
colectivo: [parado] sería un adjunto de modo y [en el colectivo] un adjunto de lugar. El
tiempo no aparece como un elemento necesario. Entonces, [toda la noche] es un adjunto
circunstancial de tiempo. Suele ponerse, tanto en los adjuntos circunstanciales como en
los complementos circunstanciales, el valor semántico que denotan. En este sentido, lo
importante es poder detectar si este constituyente es argumental en relación con el verbo
o no.
Alumno: Cuando Di Tulio habla de constituyentes inmediatos, hace una distinción
entre los argumentos y los adjuntos.
Profesora: No. La noción de constituyentes inmediatos tiene relación con la
adyacencia.
Alumno: Es lineal.
Profesora: Sí, es una noción lineal. Los adjuntos son externos al verbo; de hecho,
algunos autores los consideran periféricos. Si se representara un sintagma verbal en una
estructura arbórea, el adjunto se representaría separado del verbo:

V''

V' Adjunto

V Comp.

Generalmente, la posición de los adjuntos es más libre que la de los


complementos. Incluso, varios adjuntos pueden agregarse en una oración. Por ejemplo:
4 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 6

Descubrí el increíble mundo de los duendes.


Ayer descubrí el increíble mundo de los duendes.
Ayer, a pesar del calor infernal, descubrí el increíble mundo de los duendes.
Ayer, en la biblioteca, descubrí el increíble mundo de los duendes.
Tranquilamente descubrí el increíble mundo de los duendes.

Entonces, pueden incluirse otros adjuntos en la misma oración. En cambio, no


sucede lo mismo, por ejemplo, con los complementos de objeto directo. En ese caso,
podría haber un complemento de objeto directo que fuera complejo, pero no podría tener
dos en la misma oración. Por ejemplo: el mundo de los duendes y el universo de las
hadas.
Los complementos del núcleo del sintagma verbal son los siguientes:
- Complemento objeto directo (COD)
- Complemento objeto indirecto (COI)
- Complemento preposicional régimen (CPR)
- Complemento circunstancial (Ccirc.)

A esos complementos debe agregársele un tipo especial de modificadores, que son


los predicativos.
El complemento de objeto directo, el de objeto indirecto y el preposicional régimen
están vinculados al verbo por la transitividad. En el primer caso, por transitividad directa;
en el segundo, por indirecta y en el caso del complemento preposicional régimen, desde el
punto de vista categorial, es un sintagma preposicional. La transitividad de este
complemento también es indirecta, porque está mediada por la preposición. Se la
denomina transitividad del régimen preposicional.
Alumno: El complemento circunstancial ¿queda fuera de eso?
Profesora: Sí. Veamos este ejemplo:

[Viene [de lejos] ]


N CC
Gramática 20071C/T-P 6 Apuntes Sim 5

[Viene [todos los lunes] ]


N Adj CT

Semánticamente, [de lejos] indica lugar y tiene una relación semántica con el verbo
venir. En cambio [todos los lunes] no tiene una relación semántica con el verbo venir, dado
que ese verbo no selecciona el tiempo. Entonces, en el primer caso, se trata de un
complemento circunstancial y en el segundo, de un adjunto circunstancial.

[Puso el florero [en la mesa] ]


N CCL

El verbo poner selecciona tres argumentos: alguien pone algo en algún lugar.
Entonces, [en la mesa] va a funcionar como complemento circunstancial de lugar porque
es seleccionado por el verbo.
Categorialmente, un complemento de objeto directo puede ser un sintagma nominal
o una proposición sustantiva. Por ejemplo:

Suj. D. PVS
[ [ [La semana próxima] responderé [su carta].] ]
det N CN N det N
Adj CT COD

Suj. D. PVS
[ [ [Veré [a los niños] [el lunes].]
det N
N COD AdjCT

Suj. D. PVS
[ [Dijo (que no viene hasta el martes)].]
N COD

En la primera oración, no hay un sujeto visible, por lo tanto es un sujeto desinencial.


Entonces, se trata de un sintagma verbal que cumple la función de predicado verbal. El
núcleo de ese sintagma verbal es responderé. Es un verbo transitivo, por lo que exige un
complemento de objeto directo. En este caso es [su carta], que categorialmente es un
sintagma nominal. El núcleo es carta y su es el determinante. [La semana próxima] es un
adjunto circunstancial de tiempo. En general, los verbos no seleccionan tiempo. Es
6 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 6

también un sintagma nominal: el núcleo es semana, la es el determinante y próxima es un


complemento nominal.
Hay dos pruebas sintácticas para determinar si un constituyente es un
complemento objeto directo. Una es la pronominalización: debe poder reemplazarse ese
constituyente por un pronombre. En este caso, la prueba funciona porque puede decirse
La responderé la semana que viene. La otra prueba es la transformación en voz pasiva,
en la que el objeto directo de la oración en voz activa se convierte en sujeto de la oración
en voz pasiva.
La voz pasiva se construye con el verbo ser más participio. El participio debe
concordar en género y número con el sujeto: Su carta será respondida la semana
próxima. Podría agregarse por mí. En este caso, ambas prueban funcionan, aunque no
siempre es así.
En la segunda oración, el sujeto también es desinencial y el un sintagma verbal
funciona sintácticamente como predicado verbal. Funciona la pronominalización, ya que
puede decirse: Los veré el lunes. También puede decirse: Los niños serán vistos el lunes
por mí. En este caso, si bien la oración en voz pasiva es gramatical, no es habitual.
Entonces, [a los niños] es el complemento de objeto directo y [los lunes] sería un adjunto
circunstancial de tiempo.
Respecto de [a los niños], podría parecer un sintagma preposicional, porque de
hecho, está encabezado por una preposición. Sin embargo, se trata de una preposición
vacía desde el punto de vista semántico. En realidad, es lo que se denomina ‘marca de
función’. El sintagma es nominal porque el núcleo es niños y los es el determinante. En
español, cuando el complemento de objeto directo tiene un rasgo [+ humano] o [+
animado], suele encabezarse con la preposición a. De todos modos, el uso de esta a es
fluctuante. En este punto, debe destacarse que no siempre una preposición
semánticamente vacía es una marca de función: lo que la convierte en una marca de
función es precisamente el hecho de que funciona para un caso específico, que es el de
los objetos directos [+ humano]. La prueba de que ese sintagma es un complemento de
objeto directo es que el reemplazo se lleva a cabo a través de un pronombre de tercera
persona en caso acusativo: [a los niños], se reemplaza por los.
Gramática 20071C/T-P 6 Apuntes Sim 7

En la tercera oración, el sujeto es desinencial. El núcleo del sintagma verbal es dijo


y que no viene hasta el martes es una estructura predicativa, porque tiene un verbo. Se
trata de una proposición sustantiva. No vamos a avanzar hoy respecto de la proposición
sustantiva porque vamos a verlo en un par de semanas. Esta estructura funciona en esta
oración como complemento de objeto directo. Puede decirse: Lo dijo y Esto fue dicho (por
él). Más adelante veremos que no se puede avanzar en este nivel de análisis con el
análisis de la proposición, porque se trata de construcciones incrustadas en otras
mayores.
Desde el punto de vista categorial, el complemento de objeto directo es un
sintagma nominal, que en determinados casos está precedido por la preposición a -que
aparece como marca de función-, o por una proposición incluida sustantiva. Cabe aclarar
aquí que las dos pruebas sintácticas no siempre pueden hacerse. Por ejemplo:

[ [Juan] [saca [buenas notas] ] ]


N COD

En este caso, se puede pronominalizar: Juan las saca. Pero no puede decirse: ??
Buenas notas son sacadas por Juan, porque, aunque no esté contraviniendo ninguna
regla gramatical, no es una estructura habitual -por eso, se ponen esos signos de
interrogación al comienzo-. El complemento de objeto directo es tema o paciente del
verbo, desde el punto de vista semántico.
Alumna: ¿Qué significa tema y paciente?
Profesora: Al comienzo de esta clase, se dijo que los verbos tienen participantes de
la acción, que se denominan argumentos del verbo. Por ejemplo, en Juan corre, Juan es
quien lleva a cabo la acción, por lo tanto, es el agente. En cambio, en Juan sufre, Juan no
es el agente porque sufrir no es una acción sino algo que se experimenta. En ese caso,
será el experimentante.
El complemento preposicional régimen es un sintagma preposicional desde el
punto de vista categorial. El régimen está vinculado a la rección. En la concordancia, la
relación se establece entre dos elementos que concuerdan. Por ejemplo: entre el núcleo
del sujeto y el núcleo del predicado, se establece la concordancia en persona y número;
8 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 6

entre el núcleo de un sintagma nominal y su complemento, se dará en género y número.


En cambio, la rección no es una relación simétrica, sino jerárquica. Las preposiciones
rigen sus complementos; de hecho, rigen un caso determinado en los pronombres.
Algunos tipos de verbos también exigen o seleccionan sintagmas preposicionales
específicos, en general, encabezados por un sola preposición. Por ejemplo: Pensar en.
Sin embargo, también puede decirse: pensar sobre o acerca de. Pero no puede decirse:
pensar por. Otro caso es el de basarse en. Este verbo solo va con la preposición en.

SS PVS
[ [El investigador] [se basó [en [estas hipótesis] ] ].]
DET N
N C
SCR N CPR

En esta oración, hay un sintagma nominal que funciona como sujeto y un sintagma
verbal que funciona como predicado. El núcleo de ese sintagma verbal es basó. El se es
un signo de cuasirreflejo. [en estas hipótesis] es el complemento preposicional régimen.
Existe allí un vínculo estrecho entre en el verbo y la preposición: no puede usarse basó
solo, es decir, no puede ponerse nada después del verbo sin que esa preposición esté
mediando. La preposición funciona como núcleo de ese sintagma preposicional y [estas
hipótesis] es un sintagma nominal que funciona como complemento. Dentro de ese
sintagma nominal, hipótesis es el núcleo y estas es el determinante.
Es importante diferenciar la información categorial de la información sintáctica,
aunque estén relacionadas, porque sintagmas categorialmente semejantes pueden
ocupar diferentes posiciones sintácticas. Un sintagma nominal puede ser complemento de
objeto directo, sujeto o complemento de una preposición.
Existen algunos verbos que siempre se construyen con una preposición, aunque
admiten más de una. Un ejemplo de esto es el del verbo hablar: habló de eso, sobre eso,
acerca de eso.
Alumno: ¿Y habló con él?
Profesora: No. Si se toma: Hablo con X y Habló de X, puede determinarse que
semánticamente son verbos diferentes. En el primer caso, se trata de un adjunto de
Gramática 20071C/T-P 6 Apuntes Sim 9

compañía. Hablar se construye con un complemento de objeto indirecto: siempre implica


hablarle a alguien.
Alumno: ¿Habló no puede ir vacío?
Profesora: Casi todos los verbos pueden ir vacíos en respuesta a una pregunta. Por
ejemplo: ¿Habló con Pedro? Sí, habló. Pero cuando se necesita tematizar el objeto del
habla, se encabeza con las preposiciones: de, sobre o acerca. En líneas generales, podría
afirmarse que los verbos que admiten una sola preposición se construyen siempre con
complemento preposicional régimen.
En la ficha de nociones sintácticas, hay un listado de verbos que rigen
complemento régimen, aunque no es exhaustiva. Vamos a ver algunos ejemplos que no
son los que tienen allí.
Con la preposición en:

[ [Prorrumpió [en llanto] ] y [no pudimos hacer nada] ]


N CPR

El verbo prorrumpir se construye con la preposición en. Esta es una oración


compuesta. En la primera suboración, el núcleo es prorrumpió y [en llanto] es el
complemento preposicional régimen: en es el núcleo y llanto, su complemento.
El verbo fijarse también se construye con la preposición en: fijarse en algo. Por
ejemplo:

Suj. D. PVS
[ [Se fijaban [en [todo: [la ropa, las zapatillas, el maquillaje] ] ] ]
N N aposición
C
SCR N CPR

El sujeto es desinencial. El sintagma verbal funciona como predicado. El núcleo de


ese sintagma es fijaban y el se es el signo de cuasirreflejo. El resto es el complemento
preposicional régimen: el núcleo es en; lo demás es el complemento de la preposición.
Dentro de ese complemento, todo es el núcleo y los sintagmas nominales funcionan como
aposición de todo. Es una aposición compuesta por tres sintagmas nominales: cada uno
10 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 6

tiene su núcleo y su determinante. El sintagma preposicional tiene como núcleo una


preposición. En este caso, el complemento de ese núcleo es un sintagma nominal pero
puede no serlo. Por ejemplo, en Anda por ahí, [por ahí] es un sintagma preposicional cuyo
complemento es un adverbio.
Alumno: ¿Todo es el núcleo porque las aposiciones pueden ser reemplazadas por
él?
Profesora: En el caso de las aposiciones, determinar cuál es el núcleo y cuál es la
aposición es una cuestión de ubicación, porque tienen la misma entidad referencial. En
general, se pone como núcleo lo que aparece primero. Observemos este caso:

[ [Convertían [una casucha] [en [un palacio] ] ] ]


DET N N DET N
N COD CPR

El sintagma verbal funciona como predicado verbal. El núcleo es convertían; [una


casucha] es un complemento de objeto directo. Puede decirse: La convertían en un
palacio o Una casucha era convertida en un palacio. [en un palacio] es el complemento
preposicional régimen, que puede estar separado del verbo. En este caso, la separación
se produce por el complemento de objeto directo. También puede decirse: Convertían en
un palacio una casucha. La preposición no necesariamente debe estar “pegada” al verbo.

[Se negaron [a declarar] ]


N C
SCR N CPR

Puede decirse: me negué. Pero si se necesita tematizar el objeto de la negación, se


encabeza con la preposición a: [a declarar] es el complemento preposicional régimen. La
preposición es el núcleo y el complemento es un infinitivo. Los infinitivos funcionan como
sustantivos.
Algunos verbos rigen la preposición con. Por ejemplo:
[ [Me conformo] [con (que vengas temprano).] ]
N C
SCR N CPR
Gramática 20071C/T-P 6 Apuntes Sim 11

Esta podría ser una buena oración para el segundo parcial. El sujeto es
desinencial. El núcleo del sintagma verbal es conformo: siempre es conformarse con algo.
[con que vengas temprano] es el complemento preposicional régimen: el núcleo es con y
el complemento es una proposición sustantiva, es decir, una estructura predicativa que no
puede analizarse en este nivel sintáctico.
El verbo abogar se construye con la preposición por: abogó toda la vida por los
derechos humanos. Se aboga por algo.
En algunos casos, el complemento puede omitirse pero en otros, no. En El
gobierno aspira a solucionar el problema de Santa Cruz no puede omitirse, ya que no
puede decirse El gobierno aspira.
Entonces, estos complementos no son adjuntos porque tienen una estrecha
relación con el verbo. Tampoco es posible reemplazarlos por adverbios. En cambio, los
adjuntos pueden ser reemplazados por adverbios, en tanto indican una circunstancia. Los
complementos preposicionales régimen no indican ninguna circunstancia: ni el tiempo, ni
el modo, ni el lugar.
El otro complemento relacionado con la transitividad de los verbos es el
complemento de objeto indirecto. Por ejemplo:

[ [Le traje [el libro] ] ]


COI N COD

[ [Le traje [el libro] [a María] ] ]


COI N COD COI

[ [Se lo traje] ]
COI COD N

Categorialmente, el complemento de objeto indirecto es un sintagma preposicional


encabezado por la preposición a. Esta preposición será núcleo de ese sintagma.
En el caso de la primera oración, el sujeto es desinencial. [el libro] es el
complemento de objeto directo y [le] es el complemento de objeto indirecto. En la segunda
oración, el complemento de objeto indirecto es [a María] y [le] funciona como reduplicación
de ese objeto indirecto.
12 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 6

El complemento de objeto indirecto también puede pronominalizarse, como puede


verse en la tercera oración: el [se] reemplaza [a María]. El se es un alomorfo de le. Ese
alomorfo existe por una cuestión fonológica. Entonces, las pruebas sintácticas para
determinar si un constituyente es un complemento de objeto indirecto son la
pronominalización y la reduplicación. La duplicación se realiza con un pronombre personal
en caso dativo. En general, el complemento de objeto indirecto aparece con verbos de
tres argumentos, como prometer: se le promete algo a alguien. Lo mismo sucede con los
verbos enseñar, prohibir, dar, etc.

Agente Dar Tema Beneficiario


Sujeto COD COI

En el caso de enseñar, puede decirse enseño gramática. Sin embargo, cuando se


manifiesta el destinatario de esa acción, se hace bajo la forma del complemento de objeto
indirecto. Por ejemplo: Enseño gramática a los alumnos de primer año.
En el caso de Está prohibido fumar, hay un solo argumento tema. Pero si hay un
beneficiario de esa acción –se denomina beneficiario sin importar si se beneficia o se
perjudica-, se expresa bajo la forma de complemento de objeto indirecto porque depende
de la estructura argumental del verbo. Debería haber un diccionario que explicitara estas
estructuras argumentales porque a veces, cuando un verbo es transitivo tiene una
acepción y cuando funciona como intransitivo, tiene otra.
Algunos verbos no seleccionan complemento de objeto directo pero sí seleccionan
el de objeto indirecto. Por ejemplo:

PVS SS
[ [Me gusta] [la hermana de María] ]
COI N

En esta oración no hay un yo. El sujeto no es desinencial. El sintagma nominal [la


hermana de María] es el sujeto porque concuerda en persona y número con el verbo. Si
se pluraliza, cambia el verbo: Me gustan las hermanas de María. Esa es la prueba de que
Gramática 20071C/T-P 6 Apuntes Sim 13

el sujeto es ese sintagma nominal. En este sentido, lo que sucede semánticamente no


necesariamente es lo que sucede sintácticamente: en la voz pasiva, por ejemplo, el sujeto
de la oración no es quien realiza la acción. [me] es un complemento de objeto indirecto
porque puede ser duplicado: A mí me gusta la hermana de María. En este caso, no hay
objeto directo. Ese me nunca podría ser el sujeto porque no está en caso nominativo.

PVS SS
[[ Me encantan] [los muebles antiguos].]
COI N

Podría decirse: Los muebles antiguos me encantan. Sin embargo, esa no es la


posición habitual de los sintagmas. En análisis de discurso, eso se denomina topicalizar: si
se enuncia de ese modo, se quiere llamar la atención sobre esa estructura.
El complemento agente y el complemento circunstancial no están relacionados con
la transitividad. El complemento agente se da solamente en oraciones en voz pasiva.
Categorialmente, es un sintagma preposicional, encabezado por la preposición por.

SS PVS
[ [El agresor] [fue visto [por [todo el mundo] ] ] ] Voz pasiva
N C
det N N complemento agente

[ [Todo el mundo] [vio [al agresor] ] ] Voz activa


N COD

El complemento agente solo puede darse con verbos transitivos. La voz pasiva se
construye con el verbo ser más participio. El participio debe concordar en género y
número con el sujeto. En la primera oración, el complemento agente es [por todo el
mundo]: por es el núcleo y todo el mundo, el complemento. El sujeto de una oración en
voz pasiva es el complemento de objeto directo en la oración en voz activa. De hecho,
esto constituye una de las pruebas sintácticas que se hacen para comprobar si
determinado constituyente está funcionando como complemento de objeto directo.
El complemento agente es opcional y se utiliza cuando se quiere explicitar el
agente de una acción. ¿Por qué es un complemento si es opcional?
14 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 6

Alumno: Porque está seleccionado por el verbo.


Profesora: Sí. Se trata de un complemento porque está en la estructura argumental
de los verbos en voz pasiva. De hecho, el complemento agente es el sujeto de la oración
en voz activa. En español, se usa poco la voz pasiva porque existe una “maléfica”
partícula: se, que permite hacer formas pasivas con formas activas. Se dice Se venden
diarios matutinos, mientras que en otras lenguas, ese tipo de enunciados se expresa en
formas pasivas. Normalmente, en español se usa la voz pasiva sin el complemento
agente.
Desde el punto de vista categorial, los complementos circunstanciales pueden ser:
sintagmas preposicionales, sintagmas nominales o adverbios. Por ejemplo:

Fuimos al río
hasta el río
a través del río
allí

El verbo ir subcategoriza una dirección. Por eso, todos los ejemplos dados son
complementos. No son complementos preposicionales régimen porque pueden ser
adverbios o pueden usarse distintas preposiciones. Se puede decir: Residen en la
provincia / cerca de la frontera / del otro lado del río / hacia el sur / ahí / donde no llega
nadie. Los verbos ir y residir subcategorizan el lugar al que se va o en el que se reside
pero, en tanto pueden utilizarse distintas construcciones para expresarlo, no se trata de
complementos preposicionales régimen. Este fenómeno no sucede solamente con los
complementos circunstanciales de lugar. Por ejemplo:

¿Te cortó el pelo [con navaja]?


N CCI

El verbo cortar selecciona el instrumento, que en este caso es [con navaja]. Pero si
se dice: ¿Te cortó el pelo con navaja en el patio? [en el patio] no está subcategorizado por
el verbo cortar. El verbo hacer, por ejemplo, selecciona el modo:
Gramática 20071C/T-P 6 Apuntes Sim 15

Lo hizo mal
así
de ese modo

Todos son complementos circunstanciales de modo. En la mayor parte de los


casos, los circunstanciales son adjuntos, ya que son pocos los verbos que subcategorizan
las circunstancias. Para determinar si se trata de un complemento o de un adjunto, debe
detectarse si esa circunstancia tiene relación semántica con el verbo con el que se está
trabajando. La confusión entre un complemento preposicional régimen y un adjunto
circunstancial es un error grave; entre un adjunto circunstancial y un complemento
circunstancial, no. De todos modos, se trata de algo puede ser detectado a partir de la
reflexión.
Vamos a ver algunas diferencias entre los complementos preposicionales régimen
y los adjuntos circunstanciales.

Persiste [en sus posturas].


CPR

Despertó [en el cuarto equivocado].


AdjCL

El primero es un complemento preposicional régimen porque el verbo persistir se


construye con la preposición en. En cambio, el verbo despertar no subcategoriza el lugar.
Por lo tanto, [en el cuarto equivocado] es un adjunto circunstancial de lugar.

Carece [de sentido del humor].


CPR

Venía [de Rosario] [todos los fines de semana].


CPR AdjCT

En el primero, [de sentido del humor] es un complemento preposicional régimen.


En el segundo, [de Rosario] es un complemento circunstancial porque el verbo venir
16 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 6

selecciona el origen, pero [todos los fines de semana] es un adjunto circunstancial de


tiempo.

Cumplió [con el contrato] [al pie de la letra]


CPR

Me esperó [con la mesa tendida]


AdjCM

En el primer caso, [con el contrato] es complemento preposicional régimen porque


cumplir se construye con la preposición con. En cambio, [con la mesa tendida] es un
adjunto circunstancial de modo.
Es todo por hoy. La clase que viene vamos a trabajar perífrasis verbales.

***
Versión completa: Damián Grimozzi
Cod. 22
Gramática

Fecha: 17/05/07
Teórico № 15 Prof.: Laura Ferrari

Contenido: Guía IV: Esquema general / Guía VII: Coordinación y


subordinación.

Profesora: Buenas tardes. Hoy vamos a considerar, en primer lugar, con más
detalle el esquema general que vimos el martes, y luego entraremos en las relaciones de
coordinación y subordinación; en función de estas nociones, veremos los conceptos de
proposición coordinada y subordinada, los distintos modos en que pueden articularse y
las características correspondientes a cada una de estas dos relaciones sintácticas. A lo
largo de las siguientes clases y, particularmente en el teórico-práctico, irán viendo cada
uno de los tipos de proposición subordinada. Hoy, simplemente, haré una presentación
general. La bibliografía sobre el tema de las proposiciones incluye una Ficha de Cátedra
llamada Proposiciones sustantivas (2004).
Vamos a retomar nuestro esquema general, de abajo hacia arriba. Podríamos
hacerlo en el orden inverso, pero la idea es ir remontándonos de lo particular a lo general
y verlo, de esta manera, con mayor claridad. Partiremos entonces desde las palabras y, a
partir de ellas, iremos armando las distintas estructuras, para ir reconociendo los distintos
niveles de inclusión. La organización del cuadro nos dará la pauta de los alcances de
modificación correspondientes a cada una de las estructuras que pueden incluirse en, o
afectar a, la oración.
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 15

O
Voc.
O

Mod. de modalidad
O

- Adj. extraoracionales O (SF)


- Mod. del n. oracional

SN SV
(sujeto) (predicado)

Esp N' V'

N' modif. V' Adj. circ.


P.S. No Obl.
N Comp. P.O. No Obl.

V Cod Comp. Circ.


Coi Comp. Ag.
C. Prep. rég.
P.S. Obl.
P.O. Obl.

Tenemos el núcleo verbal V y, a su misma altura, los modificadores más


estrechamente ligados a este núcleo, es decir, los complementos. Los primeros que
debemos incluir en esta lista son los llamados complementos ligados a la transitividad,
esto es, complemento objeto directo (cod), complemento objeto indirecto (coi) y
complemento preposicional régimen (c. prep. rég.) Bajo la línea, tenemos que considerar
Gramática 2007/Teórico 15 Apuntes Sim 3

también otro tipo de complementos, ya no vinculados a la transitividad: los predicativos


obligatorios, tanto subjetivos como objetivos. Ya hemos señalado que estos últimos se
construyen con verbos no transitivos, exigidos por un verbo de tipo copulativo o
pseudocopulativo. Cabe agregar, no sólo que los predicativos subjetivos obligatorios
nunca pueden construirse con verbos transitivos, sino que además, en general, tampoco
son argumentales; los predicativos no suelen remitirse a entidades referenciales ni
participan del evento. Consideremos que los predicativos subjetivos suelen ser cualidades
-adjetivos- o formas de clasificar al sujeto dentro de una clase determinada -sustantivos-.
Los predicativos obligatorios funcionan de manera distinta de los complementos transitivos
porque están construidos con otro tipo de verbos. Sin embargo los consideramos dentro
de los complementos, porque en este sentido su comportamiento es muy similar.
En el mismo nivel, pero integrando un grupo aparte tenemos otros complementos
no ligados con la transitividad: los complementos circunstanciales y el complemento
agente.
A partir de este punto, pasamos a una instancia más elevada, con un segundo
grupo de modificadores, ya no seleccionados por ningún tipo de verbo. Son opcionales, y
se trata de los adjuntos circunstanciales y los predicativos no obligatorios, tanto subjetivos
como objetivos. Esta serie de estructuras sí funcionan como modificadores, en el sentido
de que, dentro del esquema teórico del sintagma, su presencia efectiva resulta opcional.
Particularmente dentro del sintagma verbal, estos modificadores de carácter opcional son
los elementos que designamos o englobamos como adjuntos.
En la organización formal de las estructuras oracionales, es central poder visualizar
que existen esquemas, y que estos esquemas remiten a posiciones o funciones
sintácticas determinadas, las cuales, tanto en el sintagma nominal como en el verbal,
pueden ser llenadas por modificadores opcionales y deben ser llenadas por
complementos exigidos y necesarios. Dentro del sintagma verbal, la instancia opcional de
los modificadores se encuentra representada por los adjuntos y por los predicativos no
obligatorios.
También cabe insistir en que los distintos tipos de modificadores se encuentran
vinculados con tipos particulares de verbos. A medida que ustedes profundicen sus
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 15

estudios de gramática, podrán comprobar la importancia que tienen las clasificaciones de


verbos. Desde el punto de vista del tipo de construcción, siempre resulta de gran
relevancia identificar el tipo de verbo del que se trate.
Ahora bien, cualquier categoría léxica con una sola barra, por ejemplo, V', es la que
puede repetirse, es decir, el sistema admite la posibilidad de la recursividad. Por lo tanto,
los modificadores ubicados al nivel de adjuntos son los que pueden repetirse con pocas
restricciones. Mientras que, por el contrario, no sucede lo mismo con los complementos,
los cuales presentan muchas restricciones. Por recursividad entendemos la posibilidad de
agregar, más elementos, con mayor alcance. Por ejemplo, si tenemos un adjunto que
modifica a un verbo, podemos darle mayor alcance con otro adjunto que modifique a ese
verbo y, además, a un objeto directo. Otra forma de recursividad tiene lugar cuando a un
adjunto sumo otro adjunto.
De este modo, podemos ver que, tanto en el sintagma nominal como en el
verbal, la zona de los modificadores es la más libre de la oración. El orden de los
adjuntos no es tan restringido y, dentro del límite impuesto por la semántica de la
oración en la que se inscriben, pueden acumularse con un margen importante de
libertad.
Seguimos subiendo en el esquema: el sintagma nominal equivale a la función
sujeto y el sintagma verbal a la función predicado. Observen que, en términos sintáctico-
formales, el sujeto tiene las mismas posibilidades de construcción y articulación que se
nos han presentado en el predicado. Veamos esto simplificadamente:
O

SN SV

Esp N' V'

N' Modif. V' Adj. circ.


Pred. no oblig.
N Comp. V Comp.
Gramática 2007/Teórico 15 Apuntes Sim 5

Dentro del sintagma nominal, también encontramos un núcleo y su complemento y,


si seguimos ascendiendo, un núcleo y modificadores, cosa que no alcanzamos a
determinar en la clase pasada. En el esquema del árbol, la única diferencia es la
presencia del especificador. De todos modos, en lo que respecta al sintagma nominal,
nosotros no vamos a hacer hincapié en la distinción entre complementos y modificadores.
Señalemos tan solo, aunque ustedes no tengan que reconocerlo sintácticamente, que sí
existe una diferencia. Veamos un solo ejemplo: en un sintagma nominal como [La terrible
defensa de la ciudad], el núcleo es [defensa]; encontramos varios elementos rodeando
este núcleo: [de la ciudad] es un complemento, mientras que [terrible] es un modificador y
[la] un especificador.
La idea que queremos que ustedes perciban es que, respecto de todas las clases
léxicas mayores, se repite la misma estructura sintagmática. Ahora bien, particularmente
es el sintagma verbal quien aprovecha más esta potencialidad organizativa y es, por lo
tanto, de una mayor riqueza que el sintagma nominal.
Alumna: En la Ficha dice que los modificadores son los especificadores y los
complementos; no se marcan aparte modificadores y complementos.
Profesora: Sí, eso es así. Lo hicimos para facilitarles la comprensión de los
elementos del análisis sintáctico. Por eso, vuelvo a aclarar, lo expuesto hace un momento
es ilustrativo, y tiene por objetivo mostrar que, en realidad, en función de la estructura
básica del sintagma, el sujeto tiene la misma estructura del predicado.
Alumna: ¿Cómo consideramos la aposición: complemento o modificador?
Profesora: Considérenlos a todos como distintos tipos de modificadores. Para hacer
una distinción más fina entre modificadores y complementos dentro sintagma nominal,
deberíamos dedicar más clases a este tema, y no tenemos tiempo. Resulta bastante
sencillo distinguir los complementos y los adjuntos del sintagma verbal, pero la distinción
entre complementos y modificadores en el sintagma nominal es mucho más sutil. Por este
motivo no vamos a profundizar en el tema; sólo recuerden que también existe esta
diferencia dentro del sintagma nominal. Además, ustedes van a encontrar esta distinción
en la bibliografía. Lo que sí queremos que sepan es la idea básica de la estructura
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 15

organizativa de los sintagmas. Como ya señalamos la vez pasada: en términos


potenciales, tanto el sintagma nominal como el sintagma verbal poseen la misma
estructura. Ahora bien, cuando ustedes analicen el sintagma nominal, háganlo de acuerdo
a lo que han visto en la Ficha Nociones sintácticas y en los trabajos prácticos.
Alumna: Pero en el sintagma nominal pueden aparecer elementos opcionales.
Profesora: Sí, pero en el sintagma nominal no hablamos de adjuntos sino, en
general, de modificadores. Sólo haciendo una distinción más fina encontramos la
estructura del árbol y, de acuerdo con ella, comprobamos que también en el sintagma
nominal hay modificadores y complementos, como lo he marcado hoy en esta
reproducción del esquema, pero lo hago sólo para que vean mejor el concepto general de
sintagma. Insisto: en este curso no entraremos tan en detalle respecto del sintagma
nominal.
Ahora bien, siguiendo hacia arriba, así la categoría de adjunto funciona como
modificador del sintagma verbal en el nivel marcado en el esquema arbóreo, también lo
hace en un nivel externo a la oración. La oración (0) equivale al sintagma de flexión, del
cual parten los sintagmas nominal y verbal. Siguiendo hacia arriba, tenemos los adjuntos
extraoracionales, también llamados adjuntos oracionales o modificadores del núcleo
oracional. Se trata de un tipo de modificadores cuyo alcance se extiende a todo el resto de
la oración. A continuación, vienen los modificadores de modalidad; y, por último, el
vocativo. Es decir, si, en primer lugar, los adjuntos extraoracionales modifican al resto de
la oración, por su parte, el modificador de modalidad modifica tanto al adjunto
extraoracional como al resto de loa oración. Por último, el vocativo tendrá por alcance a
todos los otros.
A medida que vamos avanzando, la relación se vuelve más laxa. Cuanto más nos
alejamos de la oración en sentido estricto, más omisible se vuelve la presencia de este
grupo de modificadores. Cada vez que subimos en el árbol, la relación del modificador se
vuelve cada vez más externa respecto del núcleo oracional. Pero, en tanto siempre nos
mantenemos en el plano de la sintaxis, por más opcionales que sean estos modificadores
o adjuntos, siempre que estén presentes cumplirán una función sintáctica.
Gramática 2007/Teórico 15 Apuntes Sim 7

Alumno: ¿La O no debería llevar una marca de recursividad, del tipo O', cada vez
que se repite?
Profesora: En términos lógicos, lo que decís es correcto; pero si consideramos esos
niveles de recursividad, excederíamos los límites de este curso, en tanto nos llevaría a
otros desarrollos de la gramática generativa, donde O adquiere una recursividad
indefinida. La gramática generativa postula que lo que se desarrolla a continuación son
sintagmas de otro tipo, en los cuales nosotros no vamos a profundizar.
Bien. Pasemos a la Guía VII. Hasta ahora hemos venido trabajando con un solo y
determinado tipo de oración: la oración simple. Sin embargo, como ya hemos adelantado
y ustedes saben, la oración simple no es la única estructura oracional que existe en la
lengua. Desde el punto de vista de la relación sintáctica entre sus constituyentes, existen,
además, estructuras más elaboradas.
Veamos un primer ejemplo:

El museo fue inaugurado la semana pasada pero las autoridades no asistieron al acto.

Estamos, ya no ante una oración simple sino ante lo que llamaremos oración
compuesta. Las oraciones compuestas son aquellas que se encuentran constituidas por
dos proposiciones o suboraciones, cada una de las cuales constituye una predicación.
Ahora bien, en tanto no cumplen con uno de los criterios esenciales de nuestra definición
de la unidad oración, esto es, cada una de estas proposiciones carece de autonomía
sintáctica, diremos que se trata de una sola oración.

[[El museo fue inaugurado la semana pasada] pero [las autoridades no asistieron al acto]] Or. Comp.
nv nv

Ahora bien, ambas proposiciones se encuentran en un mismo nivel jerárquico; en


este sentido, la conjunción pero actúa como elemento de enlace. Diremos entonces que,
la oración compuesta presenta dos -o más- proposiciones relacionadas por una -o más de
una- conjunción que coordina estructuras en un mismo nivel jerárquico.
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 15

Cabe señalar que no solamente se coordinan proposiciones: también podemos


coordinar palabras y sintagmas. Dicho en general, la coordinación es una relación
sintáctica caracterizada por el hecho de que sus constituyentes inmediatos presentan la
misma naturaleza categorial. Este dato nos indica que, por lo general, se coordinan
elementos pertenecientes a la misma clase de palabra: dos nombres, dos adjetivos, dos
adverbios, dos preposiciones o dos suboraciones o proposiciones. También es posible
coordinar sintagmas de diversa índole categorial; sin embargo, para considerar que se
trata de una coordinación, deben tener en común el cumplir la misma función sintáctica.
Por ejemplo, en el caso de [Era rubio y de ojos verdes], estoy coordinando dos sintagmas
de distinta naturaleza categorial: el sintagma adjetivo [rubio] y el sintagma preposicional
[de ojos verdes]. Pero, a pesar de la diferente categoría de los núcleos constituyentes de
cada uno, ambos sintagmas son funcionalmente equivalentes. La equivalencia funcional
es la condición de posibilidad de la coordinación.
Ahora bien, si se elide algún constituyente, podemos encontrar una aparente
diferencia funcional entre los elementos coordinados. Por ejemplo, en [La película era
interesante, pero el libro no], aparentemente estoy uniendo una proposición -[La película
era interesante]- con un sintagma nominal; sin embargo, sí estoy coordinando dos
proposiciones; la diferencia es que, en la segunda, el verbo ser se encuentra elidido, así
como su predicativo. Hay que reponer el texto faltante y hacer el análisis:

[La película era interesante] pero [el libro no era interesante]


1ª suboración coord. 2ª suboración

E los casos de elisión siempre existe la posibilidad de reponer los elementos


faltantes y, mediante la prueba de la reposición, podemos comprobar que, en realidad, sí
existe una equivalencia funcional entre las estructuras coordinadas. Otro caso de este tipo
es el de ciertas variaciones de énfasis. Una oración de esa clase sería, por ejemplo, [Me
gusta el chocolate y con creces]. En este ejemplo, la conjunción coordinante y reúne dos
suboraciones: [Me gusta el chocolate] y [me gusta con creces].
Gramática 2007/Teórico 15 Apuntes Sim 9

Al respecto, Ofelia Kovacci subraya que, en caso de este tipo, la manifestación


normal es con el texto elidido y que, cuando se repone ese texto -como hemos hecho
nosotros para reconocer la equivalencia funcional de la coordinación- se está agregando
un énfasis particular. Ella considera que el énfasis es un recurso semántico y que, cuanto
más texto se repone, mayor es el énfasis.
En síntesis, la coordinación presupone, al menos, igualdad en la función sintáctica
y, habitualmente, igualdad categorial. A veces, puede existir cierta diferencia categorial;
pero siempre hay equivalencia sintáctica. Lo fundamental de la coordinación es la
ausencia de desigualdades: ambos elementos se encuentran coordinados en un mismo
nivel jerárquico. Las oraciones en las cuales aparecen dos predicaciones funcionalmente
equivalentes en relación de coordinación, serán llamadas oraciones compuestas.
Veamos ahora la otra relación sintáctica fundamental:

El ejecutivo que asesinó a su mujer no sentía culpa

Tenemos dos predicaciones, cuyos núcleos son respectivamente asesinó y


sentía, pero no están relación de igualdad jerárquica, sino que una de ellas está incluida
en la otra. Al igual que en la coordinación, en este caso tampoco existe autonomía o
independencia sintáctica, pero, además, existe una diferencia decisiva entre esta nueva
relación y la anterior: hay una oración incluyente y otra incluida. A este tipo de
oraciones, con -al menos- dos predicaciones relacionadas de manera desigual, y en las
que hay una incluida dentro de otra, las llamaremos oraciones complejas.

SS PVS
[ [ El ejecutivo (que asesinó a su mujer) [ no sentía culpa] ] Or. Compleja
pred. pred.
incluyente incluida

Cabe hacer una aclaración, en este punto. El texto de Di Tullio considera a


ejemplos de este tipo como oraciones simples. Nuevamente, nos encontramos con el
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 15

problema de la variedad terminológica. La Cátedra considerará tres tipos de oraciones:


simples, compuestas y complejas. En estas últimas, tenemos una predicación que
formando parte de la predicación mayor. Esto permite considerar a la proposición incluida
como un constituyente de la oración mayor, a la que llamamos proposición incluyente.
Entre la oración incluyente y la oración incluida se establece la relación sintáctica conocida
como subordinación.
Ahora bien, las dos relaciones sintácticas básicas entre proposiciones: la
coordinación y la subordinación, también pueden darse entre distintos tipos de
construcciones. Así como la coordinación puede manifestarse entre proposiciones,
sintagmas o construcciones, con la subordinación sucede lo mismo. Podemos tener
subordinación entre proposiciones, sintagmas o construcciones. Podemos decir que todas
las relaciones existentes entre sintagmas, que son siempre endocéntricos -recuerden el
esquema arbóreo-, son relaciones de subordinación, en el sentido de que, en cada caso,
estas construcciones expresan distintos tipos de relaciones de dependencia. La
subordinación implica la existencia de una asimetría, una dependencia entre el elemento
regido respecto del elemento que lo rige, en cuyo carácter, será núcleo de una
construcción.
Y, a su vez, existen distintos tipos de dependencia porque existen distintos grados
entre los tipos de relación por los cuales un elemento depende de otro. El núcleo
establece distintos enlaces con los sintagmas que lo rodean. Muchos de esos enlaces son
más fuertes que otros, más laxos. Recordemos que, a medida que subíamos en el árbol,
las relaciones eran más distendidas. Por ejemplo, la relación de cercanía existente entre
un verbo transitivo y su objeto directo, no es la misma que existe entre ese núcleo verbal y
un adjunto.
Las distintas estructuras jerárquicas que se van estableciendo dentro de una
oración implican, necesariamente, el establecimiento de relaciones de dependencia. Y, a
su vez, cada una de estas relaciones de dependencia se va a expresar a través de
distintos tipos de relaciones de subordinación. Así como la coordinación era una relación
de igualdad jerárquica o equivalencia funcional, la subordinación será una relación de
dependencia sintáctica.
Gramática 2007/Teórico 15 Apuntes Sim 11

En general, la estructura de la subordinación presenta un sintagma que actúa como


núcleo y que establece algún tipo de relación de dependencia con otro sintagma, que será
el elemento subordinado. Dicho de otro modo, en toda relación de subordinación vamos a
encontrar un núcleo y, además, un elemento modificador que, precisamente, estará
subordinado respecto del núcleo al que modifica. Y más específicamente en el caso de las
proposiciones, la estructura general consiste en una predicación que incluye a otra. Por lo
tanto, esa predicación incluida cumplirá alguna función respecto del núcleo de la oración.
Consideremos nuevamente nuestro ejemplo:

SS PVS
[ [ El ejecutivo (que asesinó a su mujer) [ no sentía culpa] ] Or. Compleja

Hemos reconocido una proposición, (que asesinó a su mujer), la cual está


incluida dentro de una estructura mayor: un sintagma nominal con función sintáctica
sujeto: [El ejecutivo (que asesinó a su mujer)]. Dentro de este sintagma nominal, la
proposición tiene una función sintáctica, en este caso, la de complemento del núcleo
[ejecutivo]. Ahora bien, este modificador realizado por una estructura predicativa, no es
un modificador exigido por ningún constituyente. Por lo tanto, y retomando lo dicho al
principio de la clase, por conveniencia didáctica, hemos decidido, como verán en la
Ficha Nociones sintácticas, dar a los elementos que rodean el núcleo del sintagma
nominal el nombre general de modificadores, bajo los cuales distinguimos entre
especificadores y complementos. Pero, en sentido estricto, en tanto no se encuentra
exigido o seleccionado por el núcleo del sujeto, (que asesinó a su mujer) no es un
complemento en el mismo sentido en que lo es, por ejemplo, un objeto directo exigido
por un verbo en el sintagma verbal.
Aquí es preciso desarrollar un poco más esta distinción, porque habrá casos en que
sí encontraremos grados de exigencia. Los núcleos nominales pueden exigir una
estructura determinada, es decir, un complemento, como en [El ejecutivo de la empresa X]
o [El ejecutivo de esta empresa] A su vez, tras el complemento exigido, podríamos
continuar teniendo nuestro modificador expresado por una subordinada: [El ejecutivo de la
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 15

empresa X (que asesinó a su mujer) no sentía culpa]. La razón de que no abordemos en


este curso el sintagma nominal con más detalle, insisto, es que, en su análisis, no es fácil
distinguir la diferencia entre un modificador en sentido estricto y un complemento en
sentido estricto, dado que hay varios grados de exigencia, es decir, de mayor o menor
omisibilidad.
Alumna: Pero si es omisible va a cambiar el sentido de la oración.
Profesora: Sí, por supuesto. El sentido de la oración va a cambiar cada vez que
quiten o agreguen material léxico. Cuando decimos que algo es o no es omisible, eso
significa que, en el caso que un elemento no pueda ser eliminado, esa omisión convertiría
en agramatical a esa oración determinada. Por eso, insisto: como con tantos otros
aspectos de la gramática, lo que tenemos son grados de omisibilidad. En ciertos casos,
una construcción o complemento es más omisible que en otros.
Consideremos este caso:

1) [Los alumnos (que están sentados a la izquierda) levántense]

Estoy presuponiendo que hay también una cantidad de alumnos que están
sentados a la derecha. Ahora bien, por un lado, es cierto que el modificador proposicional,
al que llamamos complemento proposicional, es omisible, ya que su ausencia no afectaría
la gramaticalidad de la oración: pero, por otro lado, su ausencia sí cambia la identidad
referencial: si solamente dijera [Los alumnos levántense]. Ahora, comparemos:

2) [Los alumnos (, que están sentados a la izquierda,) levántense]

El estar sentados a la izquierda se convierte en una característica de la totalidad de


los alumnos. Este modificador que, aparentemente, sólo difiere del anterior por la
presencia de las comas o pausas, resulta mucho más omisible que el anterior. Pero
ninguno de los dos es, estrictamente, un complemento; porque no existe una exigencia
léxica por parte del núcleo del sintagma nominal [alumnos].
Gramática 2007/Teórico 15 Apuntes Sim 13

Bien. Acabo de darles es un ejemplo de un tipo de proposición subordinada al que


llamamos relativa, típica proposición que modifica el núcleo del sintagma nominal. Las
proposiciones subordinadas relativas se dividen en dos grupos: las especificativas y las
explicativas. En 1) tenemos una relativa especificativa, y su presencia pueden omitirse sin
afectar la gramaticalidad pero sí el sentido referencial; en 2), tenemos es una relativa
explicativa y, en tanto tal, resulta perfectamente omisible.
Es importante volver a destacar que, respecto de este tema, nosotros sólo vamos a
profundizar la distinción entre complementos y modificadores en el marco del sintagma
verbal, porque en él tenemos más instrumentos para reconocer a unos y otros. En el
sintagma nominal, existen grados de omisibilidad: podemos eliminar una construcción y
volver agramatical la oración, podemos eliminarla y alterar su sentido referencial o, por
último, podemos eliminar una construcción que transmita una información suplementaria
sin que la oración se vea afectada en ningún sentido. Ante estas posibilidades, resulta
claro que, en el sintagma nominal, muchas veces la distinción entre complementos y
modificadores no resulta tan transparente.
Ahora veamos la subordinación en el marco del sintagma verbal:

PVS
[Dijo (que no vendría)] O. Compleja
n cod (prop. incluida)

Es una oración compleja, donde tenemos dos predicaciones: la principal es [Dijo] y


la incluida es [(que no vendría)]. Ahora bien, esta segunda predicación o proposición esta
cumpliendo la función sintáctica de complemento objeto directo, como comprobamos
mediante la pronominalización: Lo dijo. Esto quiere decir que, en este caso, la proposición
se encuentra cumpliendo una función argumental, es decir, la función que cumple está
exigida por el verbo. Todas aquellas proposiciones que cumplen una función argumental
son proposiciones incluidas.
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 15

SS PVS
[ [ La corte] [ dictaminó (que los acusados quedaran en libertad) ] ] O. Compleja
n cod (prop. inc.)

Aquí tenemos, nuevamente, una predicación incluida dentro de otra y, por lo tanto,
tenemos otro caso de oración compleja. La predicación [La corte dictaminó...] incluye otra
predicación, que desempeña un papel argumental y la función sintáctica de objeto directo.
Las proposiciones incluidas forman parte de un tipo de proposiciones íntimamente
relacionadas con el núcleo verbal de la oración que las incluye.
Alumno: ¿El hecho de que cumpla una función sintáctica no determina que,
implícitamente, también cumpla una función argumental?
Profesora: No. Lo determinante es que la función sintáctica sea un complemento,
es decir, una función exigida por el núcleo del sintagma verbal. No todas las funciones
sintácticas son argumentales. También encontraremos, más adelante, proposiciones que
cumplen la función de adjuntos, caso en el cual no serán argumentales. Las funciones
sintácticas que al mismo tiempo son argumentales son aquellas que llenan las exigencias
de complementos que el verbo selecciona: complemento de objeto directo, complemento
de objeto indirecto, complemento preposicional régimen y complementos circunstanciales.
Ahora bien, todas las predicaciones subordinadas que cumplan, respecto del
núcleo del sintagma verbal, funciones sintácticas de carácter argumental serán llamadas
proposiciones incluidas. O, dicho de otro modo, las proposiciones incluidas son
constituyentes sintácticos requeridos por el verbo de la oración incluyente y, en tanto tales,
pueden desempeñar, según su contexto, cualquiera de las funciones sintácticas
correspondientes a complementos o argumentos exigidos.
También llamaremos proposiciones incluidas a las proposiciones relativas que
cumplen la función de complementos de sintagmas nominales, tales como la vista antes
en [El ejecutivo (que asesinó a su mujer) no sentía culpa]. Salvo que aquí el núcleo,
naturalmente, es un sustantivo y la proposición incluida, como complemento, modifica a
ese núcleo nominal.
A partir de estas consideraciones, podemos trazar una primera gran distinción:
Gramática 2007/Teórico 15 Apuntes Sim 15

Prop. sustantivas
Proposiciones incluidas
Prop. relativas (con antecedente)

En resumen, la diferencia consiste en que las proposiciones incluidas sustantivas


cumplen con una función argumental al interior del sintagma verbal, mientras que las
proposiciones incluidas relativas cumplen la función de complemento de un sintagma
nominal. Recordemos que, en la incluida relativa considerada, la proposición [(que asesinó
a su mujer)] modifica al núcleo sustantivo del sintagma nominal: [ejecutivo]. Estas
proposiciones relativas, que consideramos dentro de las incluidas, son proposiciones con
antecedente. Esto quiere decir que el pronombre relativo que las encabeza remite al
sustantivo al cual toda la incluida modifica en calidad de complemento.
Es importante insistir en la definición: de estos dos tipos de subordinadas, las
sustantivas son un complemento/argumento exigido por el verbo, y cumplen las funciones
sintácticas correspondientes; las relativas modifican al núcleo de un constituyente que,
generalmente, es un sintagma nominal. Ambas se subsumen en el marco global de las
incluidas.
La caracterización de las proposiciones está íntimamente relacionada con la
función sintáctica que cumplen dentro de la oración. Precisamente, las denominamos
preposiciones incluidas porque tienen una inserción muy fuerte dentro de la oración
principal. A medida que -en términos del esquema arbóreo- nos vayamos alejando de los
núcleos de los constituyentes oracionales, veremos que podemos encontrarnos con otro
tipo de proposiciones, con una relación más laxa respecto de la oración principal. En este
sentido, consideremos:

PVS
[Se marchó (cuando su madre se lo ordenó)] SD
nv adj.c.t. (prop. sub.)
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 15

Es una oración compleja, tenemos un sujeto tácito o desinencial, y dos


predicaciones, una de las cuales está subordinada. La segunda predicación: (cuando su
madre se lo ordenó) es una proposición subordinada, pero no la consideramos incluida,
porque la relación que guarda está estructura predicativa subordinada respecto del núcleo
verbal de la oración principal es menos estrecha o necesaria. Noten que, en términos
sintácticos, esta subordinada está cumpliendo la función de un adjunto circunstancial: [Se
marchó] es perfectamente gramatical.
Es interesante señalar al respecto que las mismas estructuras que ya hemos visto
en la oración simple vuelven a manifestarse en las oraciones complejas, con las
proposiciones subordinadas. A este tipo de proposiciones que cumplen funciones de
adjuntos las vamos a llamar proposiciones subordinadas propiamente dichas o,
simplemente, proposiciones subordinadas.
Contrastemos con este caso:

PVS
[Lo llevó (donde él le había indicado)]

En este caso, tras identificar la presencia de dos predicaciones, tenemos que


precisar si el circunstancial (donde él le había indicado), en el que se realiza la
subordinada, está funcionando como complemento o como adjunto. Para poder emitir un
juicio, tenemos fijar nuestra atención en el verbo. En este caso, llevar es un verbo de
movimiento, o locativo; un verbo donde está presupuesto o exigido un lugar hacia donde.
Por lo tanto, esta estructura será un complemento circunstancial de lugar. Ahora bien, en
tanto la proposición expresa un constituyente exigido y, a su vez, esto implica una relación
más estrecha con la oración principal, consideramos a este tipo de proposición como
incluida relativa, salvo que, a diferencia de las que afectan al sintagma nominal, esta
modifica al núcleo verbal.
Podríamos tener, también, una proposición encabezada por este mismo pronombre
relativo donde que, en lugar de ser complemento, estuviera funcionando como adjunto
circunstancial. Por ejemplo:
Gramática 2007/Teórico 15 Apuntes Sim 17

PVS
[Trabaja (donde más le gusta)] O. Compleja

Aquí, el verbo trabajar es intransitivo, y no exige la presencia de ningún


complemento. En este sentido, la proposición (donde más le gusta) actúa como un adjunto
circunstancial. Tenemos, simplemente, una proposición subordinada que funciona
sintácticamente como un adjunto. En la oración simple, vimos adjuntos expresados por
sintagmas preposicionales o por adverbios. Ahora vemos que, en las oraciones complejas,
podemos tener esa función realizada por una proposición subordinada.
Veamos otras posibilidades de relación entre proposiciones:

1) [Me preocupa su conducta porque es menor de edad] O. Compleja


2) [Si te apurás, alcanzás el tren] O. Compleja

Respecto de la primera oración, podemos identificar dos predicaciones: [Me


preocupa su conducta] y [porque es menor de edad]. La segunda carece de autonomía
sintáctica; sin embargo, la relación de inclusión o subordinación no es la misma que la de
los casos anteriores. Observemos lo siguiente: la segunda proposición funciona como
causa de la primera, es decir, como causa de la preocupación y, por lo tanto, como causa
de todo el evento que esa primera predicación explicita. Por lo tanto, [porque es menor de
edad] no es un adjunto del sintagma verbal, sino de toda la oración. En este sentido, a
esta segunda predicación le corresponde una de las funciones sintácticas que marcamos
al principio de la clase: adjunto extraoracional -recuerden que también se los llama
modificadores del núcleo oracional: el término extraoracional puede llevar a confusiones,
ya que [porque es menor de edad] forma parte de una oración-.
Ahora bien, ni en 1) ni en 2) podemos decir que la segunda está incluida en la
primera. Es más, ni siquiera hay una relación de subordinación propiamente dicha. Para
este tipo de casos, nosotros vamos a utilizar la denominación de cosubordinación. Al
realizar el análisis, debemos marcar las secuencias de la siguiente manera:
18 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 15

1) [ [Me preocupa su conducta] [porque es menor de edad] ] O Compleja


modif. núcleo oracional

2) [ [Si te apurás], [alcanzás el tren] ] O. Compleja


mod n. or.

De esta manera, a través de los corchetes, señalamos que, en realidad, esta


segunda proposición modifica a todo el resto de la oración y que, por lo tanto, su función
es la de modificador del núcleo oracional. En la cosubordinación siempre nos vamos a
encontrar con estos modificadores del núcleo oracional. Por su parte, en el segundo
ejemplo sucede lo mismo, aunque invertimos el orden. La proposición que actúa como
modificadora del núcleo oracional es la condicional inicial: [Si te apurás]. Ahora bien, el
caso de 2) no es tan simple. Se trata de construcciones que han llevado a largos análisis.
La tradición gramatical las define como períodos u oraciones condicionales. La
proposición inicial, -prótasis o primera parte del período-, en este caso, [Si te apurás], es la
condición suficiente y necesaria para el cumplimiento de la segunda parte del período o
apódosis: [alcanzás el tren]. Tenemos entonces un condicional expresado por una
proposición subordinada, pero su ámbito de modificación no es meramente el sintagma
verbal de la segunda proposición, sino toda la oración. Por lo tanto, tenemos un
modificador del núcleo oracional:
Alumna: ¿Al revés sería igual?
Profesora: En términos sintácticos, [[Alcanzás el tren], [si te apurás]] se analiza
igual. Lo que sucede es que, si lo invertís, cambia, desde el punto de vista semántico, el
énfasis. El orden del ejemplo que les di es el canónico.
Alumna: ¿Siempre hay una palabra que encabeza la condicional?
Profesora: En general, suele haber una partícula que encabeza la proposición
subordinada. En el ejemplo de recién, el encabezador es si. Pero también existen casos
de proposiciones subordinadas que actúan como condicionales sin encabezador: son los
casos de formas no finitas. Por ejemplo, [De saberlo, no venía].
Gramática 2007/Teórico 15 Apuntes Sim 19

Nuevamente, tengo que hacer una aclaración terminológica. Las oraciones en que
se presentan casos de cosubordinación son, para nosotros, también oraciones complejas.
En cambio, Di Tullio las considera como oraciones compuestas. Lo que sucede es que, en
los casos de cosubordinación, la relación entre las proposiciones es muy distinta que en
las otras subordinadas. Por eso algunos autores piensan que la cosubordinación es casi
una coordinación. Pero, estrictamente, lo que hay es cosubordinación. Básicamente, en
los casos de cosubordinación, tenemos que tener en cuenta lo siguiente: hay una
proposición que no es -como sí sucede en las incluidas sustantivas, las relativas y las
propiamente dichas- constituyente de la otra proposición, sino que, en realidad, es un
modificador que afecta a toda la proposición.
Las cosubordinadas -de ahí la denominación que hemos adoptado- representan un
grado intermedio entre las incluidas y subordinadas propiamente dichas y las coordinadas.
Como ya resulta visible, la relación entre las dos partes cosubordinadas es un problema
para la clasificación gramatical. Para nosotros, en la cosubordinación existe una relación
de interdependencia entre los dos constituyentes o proposiciones y, por lo tanto, no es
admisible hablar de coordinación. Es evidente que no podemos decir solamente *[Si te
apurás] o *[Alcanzás el tren] o *[Porque es menor de edad]. No tienen autonomía, están
enmarcadas en una sola oración y hay una entonación que marca la relación entre el
comienzo y el final. Pero -nuevamente- existen grados de relación entre los
constituyentes. De hecho, la otra proposición sí puede funcionar de manera autónoma en
la lengua: [Me preocupa su conducta] o [Alcanzás el tren]. Las oraciones con
constituyentes cosubordinados son más autónomas que las que tienen proposiciones
subordinadas; pero no tienen ambas autonomía, como sí la tienen las dos proposiciones
de las coordinadas.
Para finalizar, veamos un ejemplo de una proposición modificadora de modalidad:

[[Si no me equivoco], [el Congreso empieza el lunes]] O. Compleja


mod. de modalidad
20 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 15

También es un caso de cosubordinación, y también la vamos a considerar una


oración compleja. Ahora bien, aquí tenemos una estructura análoga a las condicionales,
pero la relación entre ambos constituyentes no es del mismo tipo. El hecho de que el
Congreso empiece o no el lunes es independiente del juicio del hablante, es decir, de si el
hablante se equivoca o no se equivoca. Que el hablante no se equivoque no es condición
de que el Congreso comience. La primera proposición está en realidad ligada con el acto
de decir, esto es, con la modalidad. Recuerden aquí nuevamente el esquema del árbol:
estamos frente a un modificador aun más externo, respecto de O, que los condicionales
anteriores.
Tengan muy presente para lo que iremos viendo de aquí en más que todo lo visto
en referencia al esquema endocéntrico de las construcciones constituyentes de la oración
simple también puede ser llevado a las proposiciones subordinadas respecto de su
relación con la oración matriz.
Seguimos el martes.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod.22
Gramática

Fecha: 21/05/07
Teórico-Práctico № 7 Prof.: Paula Mahler

Contenido: Guía V, punto I: perífrasis verbales

Profesora: Buenas tardes. El sábado, en la Ñ, salió publicado un sueltito que se


llama "La construcción poética", en una columna que seguramente está escrita por un o
una lingüista, en virtud del vocabulario que usa. Se trata, en general, de un comentario
sobre alguna expresión del español, literaria o no. Este sábado, el párrafo a comentar fue
el comienzo de Cien años de soledad. La cita y el comentario dicen:

"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el Coronel Aureliano


Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el
hielo". Había de recordar, el núcleo de la oración que abre Cien años de soledad, es una
perífrasis verbal, esto es, la unión de dos verbos: el auxiliar conjugado había, con sus
marcas de tiempo, número y persona, y el principal recordar, en infinitivo. Desde el
presente del narrador parten dos flechas. La primera en dispararse lleva a un futuro lejano:
muchos años después, y la otra a un pasado igualmente distante: aquella tarde remota.
Como una bisagra, la perifrástica de futuro proyecta una alocución expresada en pasado,
había de, hacia el futuro. Si de "corrección" se trata, el condicional recordaría también
hubiera sido adecuado. Pero, con la perífrasis, García Márquez eligió mostrar en una sola
secuencia el mecanismo que mueve toda la novela -o sea ir de atrás hacia delante todo el
tiempo- y nos invitó a mirarlo.

Traigo esta cita a modo de introducción porque hoy vamos a trabajar perífrasis
verbales. Además, también como comentario introductorio, estoy leyendo la novela La
2 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 7

suite francesa, de Irene Nemirovsky, en una traducción al español hecha en España. Uno
de los capítulos comienza con un diálogo, en el que uno de los personajes dice: No has
debido hacerlo. Estamos ante una perífrasis verbal: la unión de un verbo conjugado con
otro no conjugado -es decir, en infinitivo, gerundio o participio- unión que funciona, toda
ella, como núcleo del predicado verbal. Sin embargo, esa perífrasis en particular no es
usada por nosotros, que en su lugar hubiéramos dicho No deberías haberlo hecho, donde,
en realidad, hay dos perífrasis, una dentro de otra, es decir, una perífrasis compuesta.
Bien. Vamos a comenzar trabajando con algunas oraciones en las que
encontramos un verbo conjugado y otro no, y veremos en qué casos hay perífrasis:

S PVS
1) [ [Manuel] [ ha caminado mucho hoy] ]
n
S PVS
2) [ [Manuel] [ está caminando mucho últimamente] ]
n
S PVS
3) [ [Manuel] [ echa de menos [ caminar ] ] ]
n (loc.v.) cod

S PVS
4) [ [Manuel] [ debe caminar ] ]
n
S PVS
5) [ [Manuel] [quiere [ caminar ] ] ]
n cod

En todos estos casos podemos ver dos formas verbales sintagmáticamente


inmediatas: una conjugada, también llamada forma finita, y otra que pertenece a las
Gramática 20071C/T-P 7 Apuntes Sim 3

formas no finitas o no flexionadas, esto es, infinitivo, gerundio y participio. Lo hemos visto
en morfología, pero vale recordar los morfemas correspondientes:

infinitivo -ar / -er / -ir amar, temer, partir, etc.


gerundio -ndo amando, comiendo, etc.
participio -do / -da amado, amada, etc.

Se dice también que el infinitivo es el sustantivo verbal, porque muchas veces


funciona como tal; que el gerundio es el adverbio verbal; y que el participio es el adjetivo
verbal.
En 1) tenemos un verbo conjugado y un participio; en 2), un verbo conjugado y un
gerundio; en 3) encontramos un verbo conjugado echar de menos (una locución, como
veremos) y un infinitivo; en 4) y en 5) se repite la secuencia de 3). Sin embargo, no en
todos los casos estamos ante perífrasis verbales. Es decir, no es que la mera aparición de
un verbo conjugado seguido de una forma verbal no finita constituya de por sí una
perífrasis verbal, sino que tienen que darse más condiciones, de las cuales vamos a
hablar hoy.
En 1) tenemos una perífrasis verbal de participio -así la llamaremos-, dado que la
forma no finita es, justamente, un participio. Si analizamos esa oración, el núcleo del
predicado verbal será toda la perífrasis.
Alumna: ¿Qué es una perífrasis?
Profesora: Una forma perifrástica -no sólo hay formas perifrásticas verbales- es, en
general, una forma compuesta.
En 2) [está caminando] es el núcleo del predicado verbal, y también es una
perífrasis verbal.
En 3) el verbo es toda la locución echar de menos. Veremos que es posible
reemplazarlo por completo por otro verbo como extrañar, por ejemplo. Aquí no estamos
ante una perífrasis verbal, sino una locución verbal, donde el infinitivo que le sigue no
forma unidad, sino que es aquello que Manuel hecha de menos, por lo tanto, el
complemento de objeto directo.
4 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 7

En 4) el núcleo es [debe caminar], y es una perífrasis verbal de infinitivo.


Y en 5) nos encontramos con que no hay una perífrasis verbal sino que el verbo
caminar en infinitivo es complemento de objeto directo del verbo querer. Lo que sucede
aquí es que este verbo transitivo actúa seleccionando sus argumentos, uno de los cuales
está presente en el complemento de objeto directo, el cual puede realizarse de muchas
maneras. Vean:

Quiere eso pronombre


Quiere que todos caminemos juntos proposición
Quiere la caminata det. + nombre
Quiere caminar infinitivo en función de sustantivo

Di Tullio articula todo el capítulo sobre este tema en torno a la diferencia entre las
construcciones perifrásticas y las construcciones con verboide no perifrásticas.
Una perífrasis verbal es entonces una unión estrecha entre dos formas verbales.
No podemos dividirla, aunque a veces puede presentar en su construcción elementos
intermedios; por ejemplo, hay que trabajar también es perífrasis verbal aunque tengamos
que entre el verbo finito y el infinitivo; asimismo las perífrasis verbales de futuro del tipo:
Voy a dormir temprano llevan la preposición a. Pero la unión entre la forma flexionada y la
no flexionada es indivisible.
El primer verbo, el flexionado, es un auxiliar; el segundo es una forma no flexionada
y se denomina auxiliado -según Gómez Torrego- o principal -según Di Tullio-. Les señalo
esta diferencia terminológica en función de los dos textos que tienen que leer para el
tema, pero se están refiriendo a lo mismo. En lo demás, no hay grandes diferencias entre
ambos autores.

Perífrasis
ha caminado
Auxiliar está caminando Auxiliado
debe caminar
Gramática 20071C/T-P 7 Apuntes Sim 5

Por ejemplo, la perífrasis verbal ha caminado está compuesta por haber como
verbo auxiliar y caminado como verbo auxiliado o principal.
Ahora bien, el verbo auxiliar carece de estructura argumental. Y, en tanto junto con
el auxiliado constituyen un núcleo verbal, es el auxiliado quien selecciona los argumentos -
en este sentido es que Di Tullio lo considera principal: es el que arma la arquitectura de la
oración-. Por su parte, la función del verbo auxiliar es gramatical: marca los rasgos flexivos
verbales: persona, número, tiempo, modo y aspecto. El auxiliado en cambio no expresa
morfemas flexivos verbales.
Para entender mejor esta división de funciones, pensemos en 5) [Manuel quiere
caminar]. La selección de los argumentos corre por cuenta, aquí, del verbo flexionado.
Esta es una de las razones que nos impiden decir que 5), a pesar de presentar
sintagmáticamente la misma secuencia, verbo flexionado seguido de verbo no flexionado,
sea una perífrasis verbal.
Hay un texto clásico sobre perífrasis verbales: el de Mabel Manacorda de Rosetti,
de 1961, que ahora figura entre la bibliografía optativa para esta Guía. Sin embargo, en el
enunciado del punto I de esta Guía V, encontrarán: Distinción entre grupos verbales, giros
verbales y locuciones verbales. Para explicar esta distinción, quiero hacer una pequeña
referencia antes de entrar en los planteos de Gómez Torrego y Di Tullio.
Manacorda de Rosetti era una lingüista estructuralista, como Ana María
Barrenechea -de la cual leerán un texto para la Guía de Pronombres-. En los textos
estructuralistas, la manera de pensar los problemas lingüísticos es siempre la misma -lo
cual muestra coherencia con la teoría-. Cuando un estructuralista tiene una determinada
hipótesis X, para demostrarla procede por eliminación: recorre y elimina -dando razones
para hacerlo- todos los fenómenos que parecen X pero no lo son, hasta llegar a X. Así
trabaja Manacorda en este artículo, donde recorre las perífrasis con el objetivo de explicar
la voz pasiva en español. Va desechando todos aquellos casos que presentan la
secuencia de verbo conjugado seguida de una forma no finita hasta llegar a la pasiva.
Ahora bien, al hacerlo, clasifica de este modo:
6 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 7

Grupos verbales
Giros verbales V. Flex. + V. No Flex.
Locuciones verbales

Otra característica del estructuralismo es utilizar como herramienta para establecer


clasificaciones pruebas sintácticas. Respecto de esta clasificación en estas tres clases,
ella sostiene algo que vamos a utilizar nosotros: la prueba, aquí, es la conmutación, en
dos tipos: léxica y estructural -nosotros ya conocemos la conmutación de nuestro trabajo
en fonología y morfología-.
El uso de esta prueba es el siguiente. Si la secuencia permite la conmutación léxica
y la estructural, se trata de grupos verbales. Si permite la primera pero no la segunda, se
trata de giros verbales. Y finalmente, si no permiten ninguna de las dos, son locuciones
verbales.
Pero veamos mejor qué se entiende por conmutación léxica y estructural,
independientemente de que haya o no una secuencia de V. F + V. No F.

Conmutación

Léxica Estructural
[Estás prisionero] → [Estás preso] [Quiero venir] → [Quiero eso]

Preso por prisionero es una conmutación léxica, mientras que la conmutación de


venir por eso es estructural.
Para decirlo de manera más sencilla, un grupo verbal es un verbo conjugado y sus
argumentos. Consideremos:

[Tengo ojos verdes] → [Tengo la mirada clara] Conmutación léxica.


[Tengo ojos verdes] → [Tengo esto] Conmutación léxica y estructural
[Tengo lo que quiero] Conmutación estructural y léxica
Gramática 20071C/T-P 7 Apuntes Sim 7

El verbo tener con sus argumentos es un grupo verbal. En todos los casos hay dos
argumentos, uno es llenado por el papel temático de Agente, y sintácticamente es el
sujeto, y el otro, por el de Tema, que sintácticamente es un complemento de objeto
directo, aun en el tercer caso, en que el objeto directo es llenado por una proposición.
Veámoslo con otro tipo de verbo, que no exija un objeto directo:

[Vivo en Rosario] → [Vivo en la Chicago argentina] Conm. léxica


[Vivo allí] → [Vivo donde crece el Paraná] Conm. estructural

Ahora veamos:

Quiero eso.
la comida.
comer.

En el último caso, [Quiero comer] reaparece la secuencia de verbo finito + verbo no


finito, salvo que [comer], aquí, es argumental, por lo cual no constituye con el verbo finito
una perífrasis. (Hagamos una salvedad: Manacorda no hablaba de argumentos, desde ya,
sino de modificadores del verbo). Los grupos verbales entonces incluyen casos en que
hay un verbo no finito, como quiero comer, piensa venir, etc., así como casos en que sólo
hay un verbo y sus argumentos. Todos ellos admiten las dos variantes de la prueba:
conmutación léxica y conmutación estructural.
En segundo lugar, tenemos los giros verbales. Manacorda consideró dos tipos de
construcción:
1) Carece de buena voluntad.
Carece de gentileza.
Giros verbales
2) Hay que venir temprano.
Están lavando la ropa.
Llevan escritas mil páginas.
Van a venir temprano.
8 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 7

Las construcciones del tipo 1) se corresponden a lo que vimos la vez pasada: son
complementos régimen. Ella dice que en un giro verbal se establece una relación de
obligatoriedad entre el verbo conjugado y el resto, que admite conmutación léxica pero no
estructural, en tanto no podemos romper la unión entre verbo y preposición.
Las construcciones del tipo 2) son perífrasis verbales: admiten conmutación léxica:

[Hay que venir temprano] → [Hay que llegar temprano]


[Están lavando la ropa] → [Están enjuagando la ropa]
[Llevan escritas mil páginas] → [Llevan leídas mil páginas]
[Van a venir temprano] →[Van a irse temprano]

Pero no admiten conmutación estructural, porque si quiero mantener la marca de


"simultaneidad", por ejemplo, tengo que usar la forma perifrástica de [estar + gerundio], ni
tampoco puedo dar la perífrasis de futuro si no es mediante [ir a + infinitivo].
Este segundo grupo de giros verbales son perífrasis verbales. Insisto: admiten
conmutación léxica, pero no estructural.
Veremos las locuciones verbales con más detenimiento al final de la clase.
Adelantemos que se trata de formas en las siempre hay un verbo conjugado, el cual
puede estar unido a un verbo no conjugado, o también a algún otro tipo de construcción.
Son formas fijadas en la lengua, y que en general pueden parafrasearse. Hemos dado ya
un ejemplo: echar de menos, que es extrañar; asimismo es una locución verbal ponerse
de pie, parafraseable por levantarse, y lo es hacer hincapié. El tipo de unión es mucho
más rígida, es decir, no admiten, siguiendo a Manacorda, ni la conmutación estructural ni
la léxica: *Echo de más no significa nada, y *ponerse de mano, tampoco.
Alumna: ¿Son expresiones fosilizadas?
Profesora: No exactamente, pero hubo un proceso en la historia de la lengua que
quedó fijado en la locución. Tomemos hacer hincapié: ya no sabemos qué era hincapié.
Lo interesante en las locuciones verbales es que el todo no es la suma de las partes: no
Gramática 20071C/T-P 7 Apuntes Sim 9

es que sumamos los significados y de ahí extraemos el significado de todo el núcleo


verbal.
Alumno: En echar de menos, por ejemplo, ¿el verbo está desemantizado?
Profesora: Sí. Pero también a ese respecto hay una discusión entorno al verbo
flexionado de las perífrasis, como veremos en seguida. Cuando decimos Voy a ir,
expresamos "futuro": el verbo ir ha perdido todo valor "locativo". Se dice que está
gramaticalizado. Sin embargo, en Empezó a llover a las ocho, no está desemantizado. Es
verdad que también es una perífrasis, llamada incoativa porque marca "inicio", pero ese
verbo empezar conserva, justamente, su valor semántico de "inicio".
En esta discusión, tanto Di Tullio como Gómez Torrego dicen que prefieren decidir
qué es una perífrasis y qué no lo es por pruebas sintácticas y no por caracterizaciones
semánticas que no son válidas para todos los verbos. Cuando consideramos formas
compuestas, como lo son las de los perfectos, por ejemplo, He comido mucho, el verbo
auxiliar haber está absolutamente desemantizado. Lo interesante es que en latín estas
formas de perfecto no se expresaban con auxiliares sino con marcas morfológicas. Luego,
en la evolución de la lengua, se llegó a las formas compuestas.
Vamos a centrarnos ahora en las perífrasis verbales. Lo primero a señalar es que la
posibilidad de que admitan la conmutación léxica pero no la estructural sigue siendo una
prueba sintáctica que mantienen Gómez Torrego y Di Tullio. En segundo lugar, como ya
adelanté, el auxiliar no puede seleccionar sujeto ni complementos, tarea que realiza el
auxiliado. En tercer lugar, el auxiliar comporta las marcas morfológicas verbales, y no el
auxiliado. Es decir, entre los dos hacen uno. Podría objetarse que es poco económico,
pero en realidad es todo lo contrario: las perífrasis verbales permiten expresar lo que los
verbos solos no pueden expresar: dan valores temporales, aspectuales, de voz y modales
que no se pueden expresar de otra manera.
Veamos ejemplos:

PVS
[ [ Sigo leyendo [ el libro aquel ] ] ] SD.
n cod [Ag]
10 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 7

El sujeto es desinencial. El núcleo del predicado verbal es [sigo leyendo], una


perífrasis verbal de gerundio. Y [el libro aquel] es complemento de objeto directo.
Observemos que este complemento de objeto directo está subcategorizado por leer, que,
como sabemos, es un verbo transitivo. Veamos qué pruebas hay para sostener esto:

1) El tren sigue allí.


2) *El tren sigue leyendo el libro aquel
3)*Sigo leyendo el tren
4) *Sigo el libro aquel

1) es perfectamente posible. Pero en 2), la agramaticalidad surge, justamente, de


que no es [sigue] el verbo que selecciona o subcategoriza ese sujeto, que debe ser un
Agente: leer necesita, en principio, un sujeto [+ humano]. Digo en principio porque también
podemos decir: La historia lee los acontecimientos de distintas maneras. Pero que el tren
no lee, es seguro.
Y tampoco son posibles 3) y 4). El argumento Tema de un verbo como leer debe
reunir características semánticas que, evidentemente, el sustantivo tren no reúne. Pero,
sobre todo, no puedo decir 4).
Quizás uno de los verbos que mejor nos muestran el tema de la selección de
argumentos sea haber. Ya hemos mencionado, de pasada, las oraciones impersonales,
cuando consideramos en teóricos la definición de oración. El verbo haber es impersonal.
Decimos:

[ Hay [ muchas flores ] ahí ]


n cod adj.c.l.

[ Hay [ mucha paz ] ahí ]


n cod adj.c.l.
Gramática 20071C/T-P 7 Apuntes Sim 11

[muchas flores] está en plural y [mucha paz] en singular; sin embargo, el verbo
haber no flexiona en número. Haber, no como auxiliar sino como verbo principal,
pertenece a los llamados verbos defectivos, es decir, aquellos que no tienen todas las
formas. Y en particular haber posee sólo la 3ª del singular.
En ambas oraciones [hay] es el núcleo del predicado verbal y tanto [muchas flores]
como [mucha paz] son complementos de objeto directo. Finalmente, agreguemos que en
las oraciones impersonales no hay sujeto. El verbo haber funciona como un verbo
transitivo. De hecho, puedo pronominalizar y decir: Las hay y La hay.
Ahora bien, no es que haber no pueda flexionar en número:

[ Aunque hayan venido, me iré ]


n
Lo que sucede aquí es que haber ya no es verbo principal, sino que forma parte de
una perífrasis. Todos los tiempos compuestos en español se hacen en con [haber +
participio], y el participio no concuerda ni en género ni en número con el sujeto.
De todos modos, cuando haber integra una forma perifrástica también funciona
como impersonal o, dice Gómez Torrego, selecciona un sujeto nulo -que es decir lo
mismo-. Veamos:

PVS
[ [ No va a haber [ gente (que siga fumando) ] ] ] Or. Imp.
n
IPN n cod

Analicemos toda la oración. Marcamos todos los verbos: [va a haber] es el núcleo
verbal de la oración principal, y [siga fumando], el de la subordinada. Ahora bien, si la
perífrasis es va a haber, quiere decir que el verbo que subcategoriza es haber, el
auxiliado. Y, como es impersonal, no hay sujeto. En esta oración, no podemos poner
Sujeto Desinencial, porque es impersonal; es como si dijésemos [Llueve].
12 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 7

Sigamos: el predicado es toda la oración. Luego, la selección que realiza haber es


la de un Tema, realizado en un complemento de objeto directo: [gente (que siga
fumando)]. Dentro de este objeto, [gente] es el núcleo y [(que siga fumando)] es una
proposición incluida adjetiva relativa, que no podemos analizar en este nivel.
En síntesis, haber, dentro de una perífrasis y como auxiliado, actúa como
impersonal y, con esas características, exige sus argumentos.
Para completar el análisis, adelantemos que todas las oraciones tienen un polo
positivo no marcado o bien uno negativo marcado con un adverbio de negación, al que
llamamos ahora índice de polaridad negativa (IPN).
Veamos a continuación cada tipo de perífrasis, y las pruebas que nos permiten
reconocerlas. En primer lugar, tenemos las perífrasis de infinitivo. Como les dije antes, el
infinitivo puede funcionar como un sustantivo, en casos como:

SS PVS
[ [ Caminar ] [ es saludable] ]
n pso

El sujeto de esta oración es el infinitivo [caminar], el núcleo es el verbo ser, y


tenemos un predicativo subjetivo obligatorio.
Hasta tal punto funciona como un sustantivo que yo podría decir también [El
caminar es saludable].
En cambio, cuando el infinitivo aparece en una perífrasis pierde este valor de
sustantivo:

PVS
1) [ Va a cantar [ tangos ] ] SD
n cod

El núcleo verbal es la perífrasis [va a cantar], mientras que [tangos] es el


complemento de objeto directo.
Gramática 20071C/T-P 7 Apuntes Sim 13

Comparemos con una estructura muy similar pero no perifrástica:

PVS
2) [ Quiere [ cantar tangos ] ] SD
n cod (PIS)

Aquí en cambio el complemento de objeto directo es [cantar tangos], una


proposición sustantiva que no podemos analizar en este nivel, y el núcleo verbal del
predicado es sólo el verbo [quiere].
Comparando 1) y 2), podemos ir identificando todas las características que
permiten reconocer la perífrasis verbal de infinitivo. En primer lugar, en 1) puedo hacer
conmutación léxica: [Va a cantar chacareras], pero no estructural. En 2) puedo conmutar
por [Quiere eso], pero en 1) no puedo modificar la estructura del núcleo verbal, si quiero
mantener la marca de "futuro".
En segundo lugar, siguiendo nuestra afirmación anterior de que el infinitivo que
integra una perífrasis ya no funciona como un sustantivo, no puedo cambiarlo por un
sustantivo. Por ejemplo: *[va a canción]. En cambio, sí puedo en 2) hacer estos
reemplazos:

[Quiere eso]
[Quiere el tango]

En tercer lugar, puedo pronominalizar en 2): [Lo quiero], mientras que no en 1): *[Lo
va].
En cuarto lugar, puedo hacer una pregunta en 2): ¿Qué quiere?, pero no en 1):
*¿Qué va?.
Alumno: ¿No puedo hacer una pregunta para toda la perífrasis?
Profesora: Sí, claro; una pregunta que la incluya, y con el verbo hacer: ¿Qué va a
hacer? Va a cantar tangos. Y si hacés la pregunta por el objeto directo, se ve claramente
que la estructura perifrástica es inseparable: ¿Qué va a cantar?.
14 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 7

Alumno: Pero, por ejemplo, a la afirmación Va ganando River se puede preguntar:


¿Cómo va?
Profesora: Veamos el gerundio, para responder. En principio, yo creo que va
ganando es una perífrasis. Ahora bien, cuando vos podés preguntar por cómo y responder
con el gerundio, no es una perífrasis sino un circunstancial de modo. Consideremos este
otro caso:

[Los chicos están saltando]

Si pregunto por cómo están, la respuesta será Saltando. Pero lo que se quiere decir
es que están haciendo algo en ese momento, para lo cual se utiliza una perífrasis de
gerundio como esta. Ahora volvamos a [Va ganando]: ¿vos pensás que ese verbo ir
expresa "tiempo"? ¿Es lo mismo que River está ganando en este momento? Yo creo que
sí. El problema con tu planteo es la pregunta, que debería ser ¿Cómo va River?
Evidentemente, ese verbo ir no tiene significado "locativo" sino de "simultaneidad", como
la perífrasis de [estar + gerundio]. Veamos otra de las pruebas: no podemos separar, y
responder *[River va]. En cambio, consideremos:

[Los chicos vienen correteando por el jardín]

A la pregunta por cómo vienen los chicos, se responde: Correteando, que es


entonces un circunstancial de modo. Esta secuencia de verbo conjugado + gerundio no es
perífrasis.
Ofelia Kovacci decía que si vos podés separar con una conjunción, no tenés
perífrasis. En este caso, sería: Los chicos vienen y corretean. Pero ante una oración como
Los chicos están saltando, no puedo decir *Los chicos están y saltan, de modo que están
saltando es perífrasis. En tu ejemplo, no es posible River va y gana. Por lo tanto, va
ganando es una perífrasis.
Gramática 20071C/T-P 7 Apuntes Sim 15

Dicho de otra manera, el gerundio es un adverbio. Cuando funciona sólo como un


adverbio, indica modo; cuando integra una perífrasis, no funciona como un adverbio y por
lo tanto, no indica modo.
Ahora, veamos el participio. Existen muy pocas perífrasis de participio que no sean
las de los tiempos compuestos o las de la pasiva. Se dan con unos pocos verbos en
calidad de auxiliares, tales como llevar, tener, traer, etc. Por ejemplo:

1) [Llevo hechas mil cosas esta mañana]

Si yo pudiese reemplazar ese participio por un adjetivo, no estaría ante una


perífrasis verbal. Comparemos:

SS PVS
[ [ Tu hermano ] [anda resfriado] ]
n pso

Resfriado también es un participio, y sigue a un verbo conjugado. Sin embargo,


puedo decir [Tu hermano anda enfermo], donde enfermo es un adjetivo. Esto quiere decir
que anda resfriado no es una perífrasis verbal. El análisis sintáctico es el indicado:
[resfriado] es un predicativo subjetivo obligatorio, porque no puedo decir *[Tu hermano
anda], con el mismo sentido. Aquí, anda funciona como está, es casi un verbo copulativo.
Volviendo a 1), no puedo reemplazar [hechas] por un adjetivo, es decir, no admite
conmutación estructural, pero sí léxica: [Lleva vistas cien películas].
Veamos ahora otras características de las perífrasis verbales. Una de ellas es su
especial relación con los adjuntos. Estos no modifican sólo a los auxiliares, sino a toda la
perífrasis. Comparemos estos dos casos:

1) *El lunes debía ir a la escuela hoy.


2) El lunes Estela indicó hacer el trabajo hoy.
16 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 7

1) no es gramatical, mientras que 2) sí. Ahora bien, debía ir es una perífrasis de


infinitivo con verbo modal. Lo que vuelve agramatical la oración es [hoy], porque [el lunes]
es un adjunto circunstancial de tiempo que afecta al predicado en su conjunto. En cambio,
veamos el análisis de 2):

PVS SS
[ [ [ El lunes ] [ Estela ] [ indicó [ hacer el trabajo hoy ] ] ]
adj.c.t. n cod (PIS)

Tenemos el sujeto en el medio: [Estela]. Todo el resto es predicado. [El lunes] es,
nuevamente, un adjunto circunstancial de tiempo, el núcleo verbal es [indicó], y [(hacer el
trabajo hoy)] es un complemento de objeto directo realizado por una proposición
sustantiva, que no podemos analizar en este nivel. La diferencia entre el adverbio hoy de
1) y de 2) es que, en este último caso, modifica sólo al verbo de la proposición. No tiene
nada que ver con el verbo principal indicar.
Otra característica de las perífrasis es que pueden tener voz pasiva. Por ejemplo,
puedo decir:

SS PVS
[ [ Los teoremas más complicados ] [ van a ser explicados [ la semana que viene ] ] ]
n adj.c.t.

Ahora bien, desde el punto de vista semántico, ¿cuál es el verbo principal?


Alumno: Explicar.
Profesora: ¡Bien! Veamos: el sujeto es [Los teoremas más complicados] que, desde
el punto de vista semántico, es Tema. Recuerden: el sujeto de la pasiva es Tema en la
activa. El núcleo del predicado es [van a ser explicados], donde en realidad hay dos
perífrasis: una de futuro, [van a] y la perífrasis pasiva: [ser explicados]. De todas maneras,
marcamos todo como un solo núcleo.
Gramática 20071C/T-P 7 Apuntes Sim 17

Por otro lado, la posición de los pronombres clíticos también es una prueba para las
perífrasis, pero lo es por la negativa. Veamos:

1) [Los estudiantes tienen que entregárselo]


1') [Los estudiantes se lo tienen que entregar]

Tenemos dos pronombres clíticos: se, que cumple la función de objeto indirecto, y
lo, la de objeto directo. Podemos decirlo como en 1'). Ambas formas son correctas. Ahora,
comparemos con una estructura que no es perífrasis:

2) [Los estudiantes quieren entregárselo]


2') [Los estudiantes se lo quieren entregar]

También ambas formas son válidas. Es decir que podemos desplazar los clíticos en
una forma perifrástica y también en una no perifrástica. Ahora, miren el tercer caso:

3) [Los estudiantes lamentan entregárselo]


3') *[Los estudiantes se lo lamentan entregar]

[lamentan entregárselo] no es perífrasis, y no podemos desplazar los clíticos. Por


esto digo que es un criterio negativo: si un grupo de verbo conjugado + verbo no
conjugado no admite el movimiento del clítico, como en 3), podemos decir que no es una
perífrasis. En cambio, cuando lo admite no tenemos un criterio suficiente como para decir
que sea una perífrasis, como lo muestra el caso de 2).
Bien. Como dijimos al comienzo, los verbos auxilados o principales son los que
subcategorizan, y el verbo auxiliar, por una parte, manifiesta las categorías morfológicas
verbales; pero, por otra parte, son estos verbos auxiliares los que permiten expresar:
tiempo, aspecto, voces y modalidad. Por esto se dice que las perífrasis tienen valores:
18 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 7

tiempo
Valores de las perífrasis verbales aspecto
voz
modalidad

Esta capacidad de manifestar valores es correlativa a lo que decíamos antes de la


desemantización del verbo auxiliar. Incluso hay casos en que encontramos una
construcción de verbo conjugado y verboide, no hay perífrasis, y también el verbo está
desemantizado. Por ejemplo, en [Se lanzó a recoger datos], vemos que no hay perífrasis
en que es posible la conmutación estructural: [Se lanzó a la recolección de datos]. Sin
embargo, ese verbo lanzarse no significa lo mismo que en [Se lanzó a la pileta], sino que
es "iniciar". También está desemantizado.
Volvamos a los valores -es difícil ser exhaustivos con esto: leerán en Di Tullio una
lista bastante interesante-. Las perífrasis temporales pueden ser de futuro, básicamente,
con [ir + infinitivo] -como en [Los chicos van a llegar temprano]- y también con [estar por +
infinitivo], como en [El timbre está por sonar]. Estas perífrasis indican entonces "tiempo
futuro". De hecho, podemos parafrasearlas por un futuro simple: El timbre sonará dentro
de un ratito, o Los chicos llegarán temprano. Nosotros prácticamente no usamos el futuro
simple; para nosotros, el futuro ha perdido la inmediatez: es perifrástico.
Otra perífrasis temporal es la de los tiempos perfectos, con [haber + participio]: el
pretérito perfecto, como en [Ha leído mucho], o el pluscuamperfecto, como en [Había
llegado antes de las doce]. Como dijimos, en estos casos el verbo haber está
absolutamente desemantizado, es decir, gramaticalizado.
Las perífrasis aspectuales son la mayoría. El aspecto, como vimos, refiere a la
estructura interna del evento que marca el verbo. En morfología, vimos el contraste
aspectual entre perfectivo e imperfectivo. Pero no tenemos manera de marcar
morfológicamente que una acción se está iniciando, que una acción se termina o que se
repite. Hacemos esto mediante las perífrasis verbales. Por ejemplo, para las acciones que
Gramática 20071C/T-P 7 Apuntes Sim 19

se inician, se habla de aspecto incoativo: [comenzar a + infinitivo], [ponerse a + infinitivo],


[echarse a + infinitivo], [romper a + infinitivo], etc. Siempre el significado es "iniciar".
Hay también un aspecto inminencial, por ejemplo, en [estar a punto de + infinitivo] o
[estar por + infinitivo].
Alumno: ¿estar a punto de no es una locución?
Profesora: Sí, pero con infinitivo constituye, todo junto, una perífrasis.
Alumno: ¿O sea que las perífrasis pueden tener como verbo auxiliar una locución?
Profesora: Así es. Pero son casos marginales.
Podemos marcar también la duración y la progresión. En estos casos, las perífrasis
son con gerundio: [ir + gerundio], [venir + gerundio], [andar + gerundio]. Por ejemplo,
[Anda comiendo poco últimamente]. También, [seguir + gerundio], como en [Sigue
comiendo poco, a pesar de lo que le dijo el médico]. Las llamamos "durativas",
"progresivas" o "continuativas".
Hay perífrasis que marcan el hábito, o la frecuencia, por ejemplo, [soler + infinitivo],
y también [saber + infinitivo], que es muy usado en el campo: [Sabe venir a las siete].
El aspecto también puede se reiterartivo. La perífrasis más típica es [volver a +
infinitivo]. Tenemos también perífrasis terminativas: [terminar de + infinitivo], [dejar de +
infinitivo], [cesar de + infinitivo], y resultativas, como por ejemplo, [tener + participio], o
[llevar + participio], como en [Tiene leídas mil páginas].
En cuanto a la voz, en español no tenemos marca morfológica de voz pasiva sino
una pasiva perifrástica que se construye con [ser + participio concordado].
El otro grupo grande perífrasis es el último: las modales. Ya han entrado en
modalidad con la profesora Ferrari en la última clase. La modalidad refiere a una actitud
del hablante frente a su enunciado. En estos casos, se indica mediante el verbo auxiliar.
Un verbo como deber indica "obligación", y así lo hace al integrar una perífrasis: [Debe
completar el ejercicio]. Así también actúan [haber de + infinitivo], [tener que + infinitivo],
[haber que + infinitivo], donde la obligación se expresa de manera impersonal.
Podemos indicar también el propósito con [haber de + infinitivo], así como una
hipótesis con la misma construcción. En [Debe venir a las diez], hay una perífrasis que
20 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 7

indica obligación; en [Debe de venir a las diez] en cambio indica que Debería venir a las
diez.
Finalmente, nos quedan las locuciones verbales. Como adelantamos, en primer
lugar, al menos uno de los constituyentes tiene que ser un verbo. En segundo lugar, no
hay ninguna posibilidad de segmentación sintáctica. En tercer lugar, la locución aporta un
significado nuevo que no es producto de la unión de lo significados de las partes. En
cuarto lugar, volviendo a Manacorda, no podemos hacer ni conmutación léxica ni
conmutación estructural. En quinto lugar, en las locuciones no se marcan modificaciones
temporales, aspectuales o modales. En sexto lugar, el primer verbo -si la locución consiste
en dos verbos- es el que selecciona sujeto y complementos. Recordemos que también
hay locuciones de un solo verbo. De verbo + verbo es echar a perder, por ejemplo, que
podemos parafrasear por arruinar. Para destacar que es el primer verbo el que selecciona
sus argumentos, veamos:

Lo vas a echar a perder.


Vas a echarlo a perder.
*Vas a echar a perderlo.

El primer verbo es el que subcategoriza.


Ejemplos de locuciones de un solo verbo son hacer hincapié, o caer en la cuenta.

[No cayó en la cuenta del engaño].


n
Toda la locución es el núcleo del predicado. Hay muchísima variedad dialectal, es
decir, regional en las locuciones.
Es todo por hoy.
***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod. 25
Gramática

Fecha: 22/05/07
Teórico № 16 Prof.: Laura Ferrari

Contenido: Guía VI: Las clases de palabras El sustantivo.

Profesora: Buenas tardes. Hoy vamos a trabajar Clases de Palabras. Primero,


veremos la clasificación en líneas generales y luego veremos particularmente cada clase,
centrándonos hoy en el sustantivo y el jueves, en el adjetivo, el adverbio y la preposición.
El verbo y las clases funcionales serán dados por la profesora Mahler en los teórico-
prácticos.
La problemática de las clases de palabras ha sido objeto de reflexión y de
preocupación constante para numerosos lingüistas, a lo largo de la historia de la
gramática. Podría afirmarse que, más allá de algunas variantes, las distintas gramáticas -
tradicional, estructural, generativa- conservan, de manera bastante estable, las clases de
palabras identificadas en el siglo II a.C. En todas las clasificaciones, pueden reconocerse:
sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios, pronombres y conjunciones. Por lo que se sabe,
la primera clasificación pertenece a Aristarco y será la que, posteriormente, heredará
Dionisio de Tracia, uno de los gramáticos más conocidos de la antigüedad.
Sin embargo, existen diferencias según las distintas clasificaciones. Por ejemplo:
en algunas, el participio aparece como una clase de palabras aparte; en otras, sucede lo
mismo con el artículo. De todos modos, la clasificación mencionada ha llegado hasta la
actualidad con un alto grado de estabilidad. La permanencia de esta clasificación o la
constancia de sus elementos permitiría afirmar que la clasificación de las palabras en
clases no es arbitraria sino que, por el contrario, hay en ella una intuición que apunta hacia
una realidad cognitiva. Es decir: las clases de palabras son parte de nuestro conocimiento
lingüístico.
2 Apuntes Sim Gramática 20071C/T16

Muchas de las clasificaciones han apuntado hacia la cantidad de clases de


palabras que podían reconocerse. En este sentido, las discusiones se centraban en si el
artículo era una subclase del adjetivo o no, si los adverbios eran una clase homogénea o
si en ella podían, a su vez, distinguirse subclases, etc.
En realidad, como afirma Bosque, lo relevante no tiene que ver con la cantidad de
clases sino con la posibilidad de determinar los criterios que servirán para clasificar las
palabras en una serie de clases determinadas. De acuerdo a esta línea de reflexión, la
pregunta clave será si es posible utilizar un único criterio clasificatorio. Bosque no se
pronuncia por ningún criterio en particular pero sí va a problematizar la cuestión de
manera muy inteligente. El libro de Bosque se llama Las categorías gramaticales y es una
lectura recomendable para los interesados en la materia. De hecho, en la bibliografía que
ustedes tienen que leer, tanto Di Tullio como las profesoras Giammatteo y Albano siguen
la línea planteada por Bosque. Cuando Bosque habla de categorías gramaticales se está
refiriendo a lo que nosotros presentamos como clases de palabras. Son dos
denominaciones posibles, a las que habría que agregar una tercera, utilizada por la
gramática tradicional: partes de la oración. Bosque cuestiona la terminología de la
gramática tradicional por su excesiva ambigüedad y señala que las clasificaciones
tradicionales han sido el resultado de una mezcla de criterios. La gramática tradicional
basaba su esquema clasificatorio en criterios nocionales que se remontan a la filosofía
aristotélica: los sustantivos, por ejemplo, eran la clase de palabra que denotaba la
sustancia, mientras que los adjetivos se referían a las propiedades y los verbos a los
procesos, acciones o estados. Sin embargo, desde una perspectiva más moderna, se ha
reconocido que las clasificaciones basadas en criterios nocionales presentan muchísimas
falencias. Por ejemplo: existen numerosos sustantivos que no denotan sustancias sino
objetos, mientras que otros pueden denotar propiedades, como es el caso de bondad o de
dulzura; los derivados a partir de verbos denotan procesos, que es lo que sucede con la
mayoría de las nominalizaciones deverbales. Un ejemplo es construcción.
En el caso de las clases de palabras muy amplias, se dividen, a su vez, en
subclases que tienen comportamientos muy disímiles. Es el caso de los adverbios. Dentro
de esta clase, coexisten palabras muy diferentes: por ejemplo, se encuentran palabras
Gramática 20071C/T 16 Apuntes Sim 3

como tan o muy y otras como estupendamente. Muy y estupendamente presentan pocas
similitudes en cuanto a su comportamiento gramatical. Si bien podrían señalarse otros
casos que objetan la clasificación tradicional o nocional, lo importante es destacar que no
se trata de un criterio clasificatorio adecuado o productivo.
Otro criterio clasificatorio tradicional ha sido el flexional. Desde esta perspectiva de
carácter morfológico, las palabras pueden clasificarse en dos grandes grupos: palabras
variables e invariables. Sin embargo, las palabras variables no flexionan de manera
homogénea. Por ejemplo: algunos sustantivos poseen género inherente y otros flexionan
con la correspondiente alternancia genérica. En el caso de los pronombres, algunos
flexionan y otros no; hay un subgrupo flexivo que corresponde al pronombre relativo cuyo,
con sus variantes de género y número cuyo/a/s; otros pronombres sólo flexionan en
número: quien, quienes. Como puede verse, el criterio morfológico tampoco permite por sí
mismo distinguir con precisión las clases de palabras.
El criterio sintáctico tampoco será suficiente por sí mismo a la hora de organizar
una clasificación de palabras. Una clasificación basada únicamente en el criterio sintáctico
va a presentar varios inconvenientes. En primera instancia, habría que determinar qué se
ha entendido por criterio sintáctico en la historia de la gramática. La variante
norteamericana del estructuralismo utilizó el criterio distribucional como método de
análisis: se tomaba el contexto inmediato como criterio para determinar las unidades de
los diferentes niveles de la lengua. Por ejemplo: en un contexto como [_ es feo], los
estructuralistas norteamericanos sostenían que todas las palabras que podían ocupar la
posición de ese hueco serían palabras pertenecientes a una misma clase. Para ver con
claridad la manera en que procedían los distribucionalistas, consideremos una serie de
casos posibles:
[__ es feo]
[El profesor hizo ____]
[El alumno _____ una respuesta]
[Los trenes llegan _______]
[Sus _____ ojos]
4 Apuntes Sim Gramática 20071C/T16

En el primer contexto, la clase de palabra que podría funcionar en el espacio vacío


es el sustantivo. En el segundo caso, también podrían ser sustantivos. En el tercer caso,
las palabras que podrían ocupar el espacio vacío podrían ser verbos. En el cuarto
contexto, el hueco puede ser llenado por adverbios. Respecto del último ejemplo, las
palabras que tienen la posibilidad de ocupar esa posición son los adjetivos.
Sin embargo, en cada caso habría más de una clase de sintagma posible que
podría funcionar como una opción válida en las diferentes posiciones. Si se considera el
primer ejemplo, también puede decirse: [Lo que me dijiste es feo]. En ese caso, la posición
está cubierta por una proposición relativa. Existen, entonces, varias posibilidades: un
sustantivo: [Juan es feo]; un sintagma nominal: [Mi hijo es feo] o, como ya se ha señalado,
una proposición. La cuestión, en definitiva, es que existen entidades de distinta naturaleza
categorial que tienen la posibilidad de ocupar una misma posición.
En el segundo ejemplo, no sólo puede completarse con un verbo, también puede
hacerse con una proposición relativa: [El profesor hizo lo que pudo]; o con un sintagma
nominal: [El profesor hizo el parcial]. En el tercero, puede decirse: [El alumno dio / esperó
una respuesta], que es la posibilidad señalada por el distribucionalismo. Sin embargo,
también puede completarse con una perífrasis: [El alumno pudo dar una respuesta]. En el
siguiente, podemos llenar la posición con un adjetivo: [Los trenes llegan temprano]; o con
un sintagma preposicional: [Los trenes llegan a tiempo].
En el caso del último ejemplo, en apariencia, el único elemento que podría llenar
esa posición sería una adjetivo. Por ejemplo: [Sus pequeños ojos]. Sin embargo, también
podría hacerse a través de dos adjetivos: [Sus pequeños y redondos ojos]. Esta última
prueba estaría indicando que el criterio distribucional se encuentra estrechamente
vinculado al criterio funcional.
El funcionalismo es una derivación europea del estructuralismo, que partió de la
idea de que la comunicación es la función más importante de la lengua. Dentro del
estructuralismo, el criterio funcional ha sido central a la hora de categorizar las palabras:
en virtud de que las palabras ocupen un determinado hueco, deben ser palabras
funcionalmente equivalentes.
Gramática 20071C/T 16 Apuntes Sim 5

Asimismo, en el trabajo “Las clases de palabras en español como clases


funcionales”, escrito por Ana Barrenechea en 1962, van a encontrar el presupuesto básico
del estructuralismo: las clases de palabras pueden ser identificadas a partir de las
funciones sintácticas que cada una de ellas cumple en la oración. El estructuralismo parte
de las funciones sintácticas: a partir del reconocimiento de determinadas funciones
existentes en la oración, se irán identificando o adscribiendo esas funciones a
determinadas clases de palabras.
A partir de Chomsky, el generativismo va a considerar esta cuestión en forma
inversa: las funciones sintácticas como derivadas a partir de las respectivas clases de
palabras. Para la gramática generativa, las categorías léxicas son categorías primitivas, es
decir, silla siempre será un sintagma nominal y su función sintáctica será relativa a la
configuración estructural de la oración, vale decir, en tanto núcleo ya de por sí es un
sintagma no expandido, y su expansión depende de las características propias de la clase
de palabra léxica que constituye ese núcleo. Sucede lo mismo respecto de las otras
clases léxicas -adjetivo, verbo, adverbio y preposición-. En cambio, para el estructuralismo
funcionalista, todas aquellas palabras o construcciones que puedan cumplir determinadas
funciones se adscriben a una clase particular de palabras.
Para el estructuralismo, un sintagma como silla pertenecerá a la clase de los
sustantivos por el hecho de que podría cumplir las siguientes funciones sintácticas: sujeto,
objeto directo, complemento de preposición o predicativo. De hecho, desde la perspectiva
del estructuralismo funcionalista, todas las palabras que puedan cumplir estas funciones
sintácticas serán sustantivos. Para el funcionalismo, toda palabra o construcción que
pueda cumplir la función de sujeto será un sustantivo. En cambio para la gramática
generativa, las palabras tienen una entidad categorial permanente y, a partir de allí,
pueden cumplir distintas funciones.
El estructuralismo, además, distinguía particularmente entre funciones privativas y
funciones no privativas de las palabras. Las funciones privativas son aquellas que definen
la clase de palabra. Sobre este supuesto de las funciones privativas se basa tanto lo que
ustedes han aprendido de clasificación de palabras en la escuela como la clasificación de
6 Apuntes Sim Gramática 20071C/T16

las proposiciones subordinadas. Dicha clasificación de las proposiciones en sustantivas,


relativas y adverbiales se basa, precisamente, en el criterio de la equivalencia funcional.
Si bien nosotros no vamos a desdeñar la idea de la equivalencia funcional, no la
consideraremos como criterio de definición. Nosotros vamos a determinar el potencial
funcional de las distintas categorías pero, desde el punto de vista léxico, distinguiremos
entre un sustantivo y una proposición subordinada, porque son dos entidades diferentes y
no presentan el mismo comportamiento sintáctico ni gramatical.
Es importante que ustedes puedan distinguir los presupuestos teóricos en los que
se basan los diversos tipos de clasificación posibles. En el caso del funcionalismo, el
presupuesto subyacente es que la función sintáctica es la que determina la categoría
léxica de una palabra. En cambio, nosotros consideraremos que existen determinadas
categorías léxicas y que esas categorías pueden llegar a cumplir determinadas funciones
sintácticas; a su vez, esas funciones sintácticas van a depender de la estructura de la
oración. En este sentido, habrá distintas categorías léxicas que van a compartir
determinadas funciones sintácticas, mientras que otras funciones serán propias de cada
una de ellas.
Los planteos estructurales que clasifican a través de la función no son planteos
totalmente erróneos, tienen también un fundamento. Por ejemplo, la función de sujeto sólo
podrá ser cumplida por una serie de clases de palabras: un sustantivo o una proposición
sustantiva; por el contrario, un verbo o un adjetivo no podrán cumplir la función sujeto. Es
indudable que determinadas funciones sintácticas sólo podrán ser cumplidas por
determinadas clases de palabras, pero esto no implica que sea la función la que
determine la categoría léxica de una palabra.
En el capítulo de Bosque que ustedes tienen que leer, el autor considera que han
existido una serie de criterios binarios a través de los cuales se ha intentado clasificar las
diversas clases de palabras. En primer lugar, menciona la clasificación que distingue entre
clases de palabras flexivas y clases de palabras no flexivas.
Este criterio morfológico es muy importante, porque es un criterio de orden formal.
La relevancia de los criterios formales se encuentra en el peso de su evidencia. Por eso,
los criterios flexivos, es decir, los criterios ligados a manifestaciones morfológicas, tienen
Gramática 20071C/T 16 Apuntes Sim 7

un gran peso. Sin embargo, ningún criterio formal puede por sí solo dar cuenta de las
clases de palabras, porque existen clases que no tienen el mismo comportamiento en
cuanto a la flexión. Por un lado, algunos sustantivos, por ejemplo, no manifiestan
léxicamente la categoría de género; por otro, los adjetivos flexionan en género en
concordancia con los sustantivos; los verbos flexionan de manera homogénea; los
adverbios no flexionan -cabe insistir en que la gramática de los adverbios es muy disímil-.
Los cuantificadores se comportan de manera muy distinta de la de los adverbios
terminados en –mente y no pueden cumplir idéntica función sintáctica. Asimismo, los
pronombres son otra clase también sumamente heterogénea: respecto de su flexión,
algunos son variables y otros, invariables. En resumen, la clasificación y distinción
orientada por el parámetro flexivo/no flexivo resulta operativa siempre que se la
correlacione con otros criterios.
Un segundo criterio de clasificación agrupa las clases de palabras en series
cerradas y en series abiertas. Desde esta perspectiva, las preposiciones, los
cuantificadores y los pronombres pertenecen a las series a las que denominamos
cerradas. En cambio, existen otras clases de palabras -sustantivos, adjetivos, verbos- que
incorporan constantemente nuevas entidades a sus paradigmas. Por eso, las
consideramos series abiertas. A su vez, estas clases también van eliminando unidades
que caen en desuso. En principio, podría considerarse que sustantivos y verbos son las
clases más abiertas y productivas de la lengua, ya que son aquellas en las que los
hablantes introducen neologismos en forma constante.
Por otro lado, podría afirmarse que el cambio de sustantivos, verbos o adjetivos –es
decir, de las series abiertas- no implica consecuencias que afecten en forma considerable
a la lengua; en cambio, si se elimina de la lengua una palabra perteneciente a una serie
cerrada, esto puede provocar repercusiones estructurales. Por este motivo, Bosque
caracteriza a las unidades de las series cerradas como goznes o bisagras, en tanto
constituyen sistemas que, si bien son cerrados, permiten o garantizan el establecimiento
de relaciones entre las palabras de las otras clases. Dentro del paradigma
correspondiente a las clases cerradas, se ubican las preposiciones, algunos adverbios, los
pronombres, las conjunciones y los determinativos -determinantes y cuantificadores-.
8 Apuntes Sim Gramática 20071C/T16

En cuanto a los adverbios, aquellos terminados en -mente constituyen una clase


abierta, mientras que los demás constituyen clases cerradas. Los adverbios del paradigma
de tiempo -por ejemplo, hoy, mañana, ahora, etc.-, los cuantificadores y los adverbios
pronominales pertenecen a las series cerradas.
Ahora bien, el hecho de que las preposiciones conformen un paradigma cerrado no
implica que pueda considerárselas vacías de significado. En este punto, debe relacionarse
este parámetro clasificatorio de series cerradas/abiertas con otra clasificación: la que
distingue entre clases de palabras llenas y clases de palabras vacías. Se trata de dos
parámetros de clasificación que, a lo largo de la tradición gramatical, han estado
imbricados. Las clases pertenecientes a las series abiertas constituían, a su vez, clases de
palabras llenas, mientras que las clases pertenecientes a las series cerradas constituían
clases de palabras vacías.
Cabe aclarar que este criterio -palabras llenas y vacías- ya es un problema en sí
mismo. El concepto de lleno remite a un significado descriptivo inherente, caracteriza a
palabras que aluden a un contenido referencial definido y definible. El problema aparece
respecto de las palabras consideradas vacías. Bosque argumenta que el problema en
relación con esta categoría es que la tradición gramatical ha confundido el concepto de la
vaciedad de significado con el concepto de significado gramatical. Estas palabras, que la
tradición gramatical ha dado en llamar vacías, carecen de un significado descriptivo
inherente, pero esto no implica que carezcan de significado por completo. El significado de
este tipo de palabras, entonces, es gramatical, que es lo que la cátedra, siguiendo a
Bosque, sostiene al respecto.
Las preposiciones no tienen un comportamiento homogéneo respecto de su
significado, porque, en muchos casos, tienen un significado descriptivo y, por eso, parecen
pertenecer a la serie de las palabras abiertas/llenas. Por ejemplo, en [La pizza está sobre
la mesa] o [Se dirigió hacia la entrada], las preposiciones están funcionando con un alto
significado descriptivo. Sin embargo, existen preposiciones con un significado de tipo
gramatical, es decir, que funcionan como elementos que establecen relaciones
gramaticales entre dos construcciones. Puede señalarse, entonces, que las preposiciones
son una clase de palabra no homogénea. Cuando veamos cada clase de palabra en
Gramática 20071C/T 16 Apuntes Sim 9

particular, volveremos sobre estas cuestiones. Sin embargo, el criterio de series abiertas o
cerradas es fácil de reconocer: aquellas clases de palabras cuyo paradigma puede
incrementarse -a través de la incorporación de neologismos- constituyen clases de
palabras abiertas.
Cabe aclarar aquí que los elementos de las clases cerradas no son absolutamente
estables. Por ejemplo: la preposición so ha caído en desuso. Los cambios en las clases
cerradas pueden reconocerse de manera progresiva en períodos muy largos de la historia
de la lengua; son cambios importantes para todo el sistema. Quizás esto no se perciba
respecto de las preposiciones, por la naturaleza heteróclita de esta clase de palabra. Pero
puede percibirse si se piensa qué sucedería si desapareciera un artículo de nuestra
lengua. En términos de Saussure, el resto de los elementos que conforman la clase
artículo deberían repartirse la función y el significado del elemento desaparecido. Sin
embargo, si esto sucediera de repente, implicaría muchas complicaciones en el uso de la
lengua.
El último criterio de clasificación binaria que utilizó la tradición gramatical es el de
clases de palabras mayores y menores, terminología acuñada por la gramática
anglosajona. En general, las clases de palabras mayores se corresponden con las clases
de palabras llenas pertenecientes a series abiertas y las clases de palabras menores, con
las clases de palabras vacías pertenecientes a series cerradas. Desde la terminología con
la que nosotros trabajamos, las clases de palabras mayores corresponderían a las clases
de palabras léxicas, mientras que las clases de palabras menores, a las clases de
palabras funcionales.

clases léxicas clases funcionales

clases abiertas clases cerradas


clases llenas clases vacías
clases mayores clases menores
10 Apuntes Sim Gramática 20071C/T16

En tanto hablantes de un lengua determinada, tendemos a considerar que el


esquema de nuestra lengua –el que, de hecho, se repite de manera bastante similar en
las otras grandes lenguas occidentales– es universal y vale para todas las demás. Sin
embargo, es un buen ejercicio lingüístico acercarse a otras lenguas para analizar
funcionamientos diferentes. Bosque, de hecho, toma un trabajo realizado por Dixon en el
'77, donde muestra que lo que en algunas lenguas se considera una clase abierta puede
ser, en otras, una clase cerrada. Y esto no sucede solamente con una lengua. Dixon se
dedicó a estudiar una veintena de lenguas en las cuales los adjetivos constituyen -a
diferencia del español, del inglés o del francés- clases de palabras cerradas. Dice Bosque,
reflexionando sobre el trabajo de Dixon:

Para los que hablamos una lengua cualquiera, resulta muy difícil imaginar otra que
carezca de las categorías gramaticales que nos parecen naturales. Pero el mismo
razonamiento vale, a la inversa, para los hablantes de lenguas que poseen distinciones
gramaticales que apenas si podemos entrever mediante complicadas perífrasis. Existen,
por ejemplo, lenguas sin adjetivos. ¿Cómo expresarán entonces las nociones que
nosotros expresamos con ellos? Hasta donde las equivalencias son posibles, unas veces
utilizan nombres (como en hausa o en quechua), otras verbos (como en chino y en
algunas lenguas alconquianas y nilóticas) y otras, perífrasis diversas que equivaldrían a
nuestras oraciones de relativo o a nuestras frases prepositivas [...] Entre los ejemplos que
aduce Dixon está el del igbo (lengua del grupo kua de la familia congonigeriana). Esta
lengua posee únicamente ocho adjetivos, que significan "grande", "pequeño", "nuevo",
"viejo", "negro" (u "oscuro"), "blanco" (o "claro"), "bueno" y "malo".

Dentro de las lenguas en las que el adjetivo es una clase cerrada, Dixon realizó una
estadística para ver cuáles eran los más frecuentes y cuáles eran de uso obligatorio. El
adjetivo grande aparece en todas, le sigue pequeño -presente en diecinueve lenguas-,
largo -en catorce- y, el menos frecuente, hermoso, que aparece sólo en tres.
Este estudio muestra claramente la relatividad de las clasificaciones. Bosque
destaca el hecho de que, para nosotros, es imposible considerar al adjetivo como una
Gramática 20071C/T 16 Apuntes Sim 11

clase cerrada, pero para los hablantes de otras lenguas no lo es. Incluso, existen lenguas
sin adjetivos. Asimismo, las categorías morfológicas varían entre lenguas: en algunas, los
verbos tienen categorías morfológicas que no existen en español.
Bosque afirma que si nos dicen que una determinada lengua sólo posee cuatro
adjetivos, es muy probable que estos estén entre los equivalentes de los pares grande/
pequeño, nuevo/ viejo, blanco/ negro, corto/ largo. Desde luego, es seguro que no estarán
entre los pares tacaño/ desprendido o barato/ caro. Esto quiere decir que aun teniendo en
cuenta que no hay relaciones semánticas relacionadas unívocamente con determinadas
clases de palabras, existen algunos adjetivos que son más prototípicamente adjetivos que
otros.
Para dar cuenta de la realidad de una lengua, los criterios de clasificación tienen
que combinarse entre sí; de lo contrario, terminan convirtiéndose en algo excesivamente
esquemático. En español, el género era un clasificador nominal con una relación más o
menos motivada por la diferencia de sexos. Sin embargo, también consideramos el hecho
de que, en otras lenguas, los géneros estaban ligados con los tipos de forma y tamaño,
cuestión que repercutía en el adjetivo. De algún modo, es otra manera de comprobar que
las categorías morfológicas no son universales. El texto de Hockett, precisamente,
muestra que existen otras formas de categorizar la realidad.
Las división básica que estableceremos es la siguiente:

sustantivo
adjetivo determinativos
verbo clases léxicas clases funcionales
adverbio conjunciones
preposiciones

Los pronombres quedan excluidos de manera deliberada porque se trata de una


clase transversal y será objeto de un análisis posterior.
Alumno: Las clases léxicas ¿son las que aparecen cuando buscamos una palabra
en el diccionario? O sea, ¿la palabra gato es una palabra léxica, pero gatos ya no lo es?
12 Apuntes Sim Gramática 20071C/T16

Profesora: Cuando se habla de clases, se hace en el sentido de categorías o clases


en las que se clasifican u organizan los distintos tipos de palabras. Lo que estás
preguntando se refiere a algo que vimos en la unidad de morfología: la distinción entre una
palabra y las formas de esa palabra. La palabra o tema puede ser una palabra simple,
compleja o compuesta: esa palabra es la que aparece en el diccionario. A su vez, esa
palabra puede o no ser flexiva. En el caso de que lo fuera, se encontrarán otras formas de
esa misma palabra. En esta unidad de clases de palabras, se hace referencia a la índole
categorial de las palabras, es decir, si se trata de nombre, de un verbo, de un adverbio,
etc.
La diferencia entre clases léxicas y clases funcionales se basa en que las léxicas
tienen un contenido descriptivo o un significado inherente. Es decir, la presencia de un
contenido en una palabra de esta clase hace que se pueda tener una representación de
su contenido. Desde un punto de vista gramatical, las palabras pertenecientes a una clase
léxica constituyen el núcleo del sintagma en el cual se manifiestan. Esto hace que sean
los elementos que seleccionan su complemento. Por ejemplo, desde el punto de vista
categorial, una palabra como silla pertenece a la clase de los nombres o sustantivos. Por
eso, puede constituir el núcleo de un sintagma nominal, que es su expansión. Por
ejemplo: [La silla blanca]. Es decir, se trata de un elemento que puede ser adscripto a una
clase léxica: posee un contenido descriptivo, es núcleo del sintagma en el que aparece y
rige la concordancia. En ese ejemplo, por tratarse de un sustantivo femenino, tiene un
determinante femenino, [La] y un adjetivo -en el caso de que varíe- también femenino:
[blanca].
Silla es una palabra. Sillas es una forma flexiva de esa misma palabra. La palabra
silla tiene un significado léxico inherente: denota un objeto específico. El sufijo flexivo -s
tiene un significado de tipo gramatical. En morfología, debe distinguirse entre significado
léxico y significado gramatical.
Entonces, las clases léxicas poseen contenido descriptivo y son núcleos de
sintagmas. Las clases funcionales no poseen significado inherente sino gramatical y no
constituyen núcleos de sintagmas. Lo que hacen -y esto está ligado a su significado
gramatical- es establecer relaciones entre las distintas palabras, sintagmas o
Gramática 20071C/T 16 Apuntes Sim 13

construcciones. El significado de las clases funcionales es gramatical porque explicitan


relaciones de orden morfosintáctico.
Alumna: ¿Los cuantificadores no tienen algún significado léxico?
Profesora: En toda clasificación hay matices o grados de mayor o menor
prototipicidad. Dentro de las clases, tanto léxicas como funcionales, existen clases que
son más prototípicas y otras que lo son en menor medida. Dentro de las palabras
funcionales, hay algunas que, en ciertos casos, pueden presentar un cierto contenido
léxico, además del gramatical. Es lo que sucede con ciertos cuantificadores. Por ejemplo,
en [muy tarde], por un lado, se establece una relación de comparación superlativa. Los
cuantificadores presentan cierto contenido descriptivo.
Ahora sí, tras esta introducción general, veamos la clase de los nombres o
sustantivos. En esta cátedra, cada una de las clases de palabras va a ser definida de
acuerdo con un criterio triple: morfológico, sintáctico y semántico. Debe mencionarse una
pauta que funciona como guía a la hora de incorporar el aspecto semántico al análisis
gramático-formal. Respecto de la dimensión semántica de las clasificaciones de palabras,
Bosque señala algo que debe ser tenido en cuenta: las informaciones semánticas serán
relevantes en la medida en que repercutan en la gramática; si no lo hacen, no serán
clasificaciones que deban ocupar al gramático.
Desde el punto de vista morfológico, el sustantivo es una palabra flexiva, esto es,
variable, en género y número. La mayoría de los sustantivos poseen género inherente y
son las palabras que rigen la concordancia en el sintagma. Respecto del número, existen
ciertas particularidades, que van a determinar la clasificación de una serie de subclases de
sustantivos.
Desde el punto de vista sintáctico, puede señalarse que el sustantivo es el núcleo
del sintagma nominal, rige la concordancia y, en el caso de que los tenga, selecciona
complementos correspondientes al nombre. Este tema no va a ser profundizado, pero, al
menos, ya saben que hay algunos sustantivos que seleccionan complementos y otros que
no lo hacen. En cuanto a su potencial funcional, el sustantivo es núcleo del sujeto. A su
vez, en tanto núcleo de un sintagma nominal, el sustantivo puede cumplir funciones de
objeto directo, complemento de preposición o predicativo. En algunos casos, también
14 Apuntes Sim Gramática 20071C/T16

puede cumplir la función de adjunto circunstancial; más particularmente, en los casos de


sustantivos que tienen la indicación temporal o de duración de tiempo. Por ejemplo, en
una oración como [Este tren llega los lunes], el adjunto circunstancial de tiempo es
realizado por el sintagma nominal [los lunes].
Así, respecto de las funciones sintácticas, algunas sólo pueden ser cumplidas por
sustantivos -o proposiciones de carácter sustantivo-, mientras que otras –el predicativo,
por ejemplo- pueden ser compartidas por el sustantivo y otras clases de palabras.
Desde el punto de vista semántico, los sustantivos llamados comunes indican que
una entidad pertenece a una clase determinada. Por ejemplo, en [La mesa], estoy
adscribiendo una entidad a una clase determinada de objetos, es decir, a una clase con
una serie determinada de características que permiten individualizarlo.
Ahora bien, dentro de la clase de los sustantivos, hay que distinguir entre los
sustantivos comunes y los sustantivos propios. El sustantivo común requiere, por lo
general, la presencia o acompañamiento de un determinante para poder funcionar en la
lengua: lo requieren cuando preceden al verbo y cumplen la función de sujeto oracional;
en algunos casos -en los que siguen al verbo- los sustantivos comunes pueden prescindir
del determinante. El sustantivo propio, en cambio, no adscribe una entidad a una clase
sino que tiene la referencia incluida en sí mismo: en este sentido, es similar a un
pronombre. Esto hace que, dentro del sintagma nominal, los sustantivos propios no
admitan determinados complementos, particularmente, los sustantivos propios no admiten
los complementos restrictivos. Sólo admiten los complementos explicativos o apositivos,
porque no se puede acotar la referencia de aquello que ya tiene la referencia incluida en
sí.
El sustantivo común en cambio necesita del determinante. La base de esta
necesidad remite a un problema de semántica filosófica -problema que aparece esbozado
en el artículo de Bosque-. Pueden darse dos explicaciones referidas a la necesidad de los
sustantivos comunes de construirse con un determinante. Hay una tradición -que se
remonta a Bally y Coseriu- que considera que cuando al sustantivo le falta su
determinante, ese sustantivo no se encuentra actualizado. La idea es que el artículo es el
encargado de determinar las coordenadas espacio-temporales del sustantivo y, de esta
Gramática 20071C/T 16 Apuntes Sim 15

manera, el artículo es quien, finalmente, le permite al sustantivo funcionar en el discurso.


Siguiendo este razonamiento, cuando se dice [la silla], se alude a una silla determinada.
De este modo, el sustantivo actualiza al artículo, lo cual le permite ubicarse dentro del
discurso. El término actualización remite de manera concreta a las coordenadas espacio-
temporales; si se dice [la silla], no se hace referencia a la idea general de silla, sino a un
objeto silla particularmente ubicado.
La segunda explicación se liga a la semántica formal: sin artículo, el sustantivo
resulta un predicado. Por ejemplo, en [Juan es médico], el sustantivo común médico
funciona como un predicado y, por ese motivo, puede ser enunciado sin el artículo
correspondiente. De todos modos, en [Juan es el médico], se individualiza; se adscribe el
sustantivo médico a la clase de los médicos.
De estas dos teorías, la primera, que afirma que el determinante actualiza al
sustantivo en el discurso, es la preferida de los lingüistas. Sin embargo, a pesar de que el
sustantivo precisa del determinante, también existen ciertos sustantivos comunes que
pueden prescindir de él. Esto conduce a otra subclasificación: la de los sustantivos
contables y no contables.
En el caso del sustantivo contable, si se subdivide, su referente deja de tener
entidad como tal. En cambio, los sustantivos no contables indican una cantidad
determinada de algo: arena, sal, agua, azúcar. Si se divide una silla en partes, los
fragmentos respectivos que quedan ya no podrán ser denominados silla, que es un
sustantivo contable. En cambio, si se toma un puñado de arena y se fragmenta, cada uno
de los fragmentos seguirá siendo arena. Los sustantivos no contables también han sido
llamados sustantivos de masa o continuos por parte de la tradición gramatical
anglosajona; siguiendo esa línea, en sentido inverso, los sustantivos contables son
discontinuos.
Si se tiene en cuenta la advertencia de Bosque respecto de la semántica, la
distinción entre lo contable y lo no contable resulta relevante en tanto tiene repercusiones
en el plano de la sintaxis. Consideremos estos dos ejemplos:

[Esto es pan] [Quiero chocolate]


16 Apuntes Sim Gramática 20071C/T16

En ambos casos, se trata de sustantivos no contables. Puede decirse: [Esto es


chocolate, y [Esto es pan], lo cual indica que los sustantivos no contables admiten la
ausencia de determinante. En cambio, no puede decirse: *[Esta es silla]. En todo caso,
debería decirse: [Esta es la silla]. Los sustantivos contables no admiten la construcción
con pronombre demostrativo que sí admiten los sustantivos no contables. Esto vuelve
relevante la distinción, ya que tiene repercusiones gramaticales.
Por otro lado, los sustantivos de masa no se pluralizan; si así se hiciera, se los
estaría recategorizando: ya no se estaría aludiendo a la materia, sino que se estaría
indicando la existencia, por ejemplo, de distintos panes o distintos chocolates. A su vez,
los acotadores nos permiten fragmentar un sustantivo continuo: [Quiero un poco de
chocolate] o [Quiero una botella de cerveza]. Los sustantivos discontinuos o contables
admiten el plural, mientras que los sustantivos no contables o discontinuos no lo hacen,
salvo que sean recategorizados.
Alumno: Al decir: [Quiero dos latas de cerveza] ¿lo que se pluraliza es el sintagma
entero y no sólo cerveza?
Profesora: En ese caso, no se está pluralizando cerveza sino lata: se pluraliza el
núcleo del sintagma acotador.
De todos modos, hay casos ambiguos. Si se dice: [Quiero café], café es un
sustantivo de masa. En cambio, en el caso de [Quiero un café], se alude a un pocillo, una
taza, etc.
Ahora observemos lo siguiente:

*[Esta es silla]
[Estas son sillas]

La primera oración es agramatical, mientras que la segunda no. Esto muestra que
el plural de los sustantivos contables tiene un comportamiento similar al de los sustantivos
no contables: cuando están en plural, los sustantivos contables pueden admitir la ausencia
del determinante, como sucede con los no contables. También podría decirse: [Estas son
Gramática 20071C/T 16 Apuntes Sim 17

las sillas], salvo que, en ese caso, el determinante indica que se trata de unas sillas
particulares. El determinante es el actualizador. Cuando se utiliza el determinante, se
alude a que esas sillas ya han sido mencionadas previamente en el contexto.
Los sustantivos no contables pueden ser sujetos de verbos inacusativos. Sin
embargo, esto no implica que los contables no puedan serlo también en ciertos casos:

[Cae agua]
* [Cae libro]
* [Floreció rosal]
[Floreció el rosal]

En general, los sustantivos comunes contables no suelen admitir la ausencia de


determinantes. Por eso, no puede decirse: *[Floreció rosal], sino que debe decirse:
[Floreció el rosal]. Tampoco es gramatical: *[Cae libro], pero sí podría decirse, aunque sea
poco frecuente, [Caen libros]. En cambio, el primer ejemplo ofrece un contexto bastante
frecuente: un verbo inacusativo más un sustantivo no contable: [Cae agua].
Los sustantivos no contables no siempre se refieren a un elemento material.
Veamos algunos ejemplos:

[Esto es literatura]
[Esto es música]
* [Esto es novela]

Tanto literatura como música son sustantivos no contables y pueden construirse


con un demostrativo, lo cual no resultaba posible en el caso de los contables. Sin
embargo, salvo un sentido muy específico, no puede decirse: *[Esto es novela]; sí podría
decirse: [Estas son novelas].
En el artículo de Bosque, aparecen numerosos contextos contrastivos. Por ejemplo,
con los verbos de percepción, puede decirse: [Olor a perfume] o [Sabor a miel], pero no
podría colocarse en ese contexto un sustantivo contable sin un determinante, salvo que lo
18 Apuntes Sim Gramática 20071C/T16

recategorizara. Si se dijera: [Olor a rosa] u [Olor a pescado] estaría recategorizándose


rosa o pescado como un sustantivo no contable. Es probable que el distributivo cada sea
un ejemplo más transparente al respecto. Puede decirse: [Cada libro], [Cada silla] o [Cada
piedra], pero no: *[Cada azúcar]. Esto quiere decir que el distributivo cada puede utilizarse
con los sustantivos contables pero no puede utilizarse con los no contables.
En realidad, los sustantivos no contables están vinculados con las nociones de
sustancia y magnitud, mientras que los contables se vinculan con la cardinalidad, es decir,
se relacionan con la noción de número. En este sentido, si se toma un no contable y se
dice, por ejemplo, [Tengo un azúcar], se recategoriza para hacer referencia a un sobre de
azúcar. Los sustantivos contables son susceptibles de ser numerados; los sustantivos no
contables o continuos no resultan susceptibles de ser numerados, salvo que sean
recategorizados.
Otra distinción que podemos establecer es entre sustantivos cuantificables y
sustantivos enumerables. Dentro de los cuantificables, aparece un grupo particular de
sustantivos: los denominados pluralia tantum. Es una expresión latina que significa "sólo
en plural" e indica que existe un grupo determinado de sustantivos que sólo se
categorizan en la lengua como entidades en plural. En realidad, este plural corresponde al
punto de vista morfológico, ya que los pluralia tantum no son numerables. Tomemos, por
ejemplo, [Tengo ganas de tomar un café]. No existe un singular *gana que se oponga a
ganas. Lo mismo sucede con celos: [Tiene celos de su hermana]. Esto ocurre también
con sustantivos tales como comestibles, dominios, etc. En tanto aluden a una entidad que
resulta difícil de enumerar o parcializar, estos sustantivos que sólo tienen realizaciones en
plural podrían llegar a identificarse con los sustantivos continuos. No puede decirse:
*[Tengo tres ganas de tomar un café] ni *[Sintió cuatro celos].
Alumna: ¿La palabra comestibles no es adjetivo?
Profesora: En [Trajo muchos comestibles] o [Se quedó sin comestibles] funciona
como un sustantivo. Si se dijera: [Esto es comestible], estaría funcionando como adjetivo.
Dentro de los pluralia tantum, puede hacerse una distinción entre duales léxicos y
plurales léxicos. Los duales léxicos aluden a todos aquellos objetos que, en principio,
vienen de a dos: bigotes, pinzas, tijeras, pantalones, mientras que los plurales léxicos -
Gramática 20071C/T 16 Apuntes Sim 19

intestinos, escaleras- aluden a entidades que se enuncian siempre en plural, aunque este
plural es sólo morfológico.
Ahora bien, en muchos casos pueden generarse ambigüedades. Si digo [Tengo los
pantalones manchados], no se sabe si estoy haciendo referencia a un solo par o a todos
los pantalones que tengo en casa. Por lo tanto, pantalones es ambiguo; a partir de esta
ambigüedad, este sustantivo ha desarrollado, posteriormente, una forma en singular:
pantalón.
Cabe aclarar aquí que el sustantivo pantalones no dejó de ser un dual léxico por
haber desarrollado una forma singular, ya que pantalones no ha dejado de referirse a una
sola prenda. Pantalón puede referirse a una entidad o a más de una; luego, se ha
desarrollado la forma pantalón para hacer referencia de manera inequívoca a una sola
prenda. En tanto no hay una oposición entre una forma singular y otra específicamente
plural, pantalones es un dual léxico y no un mero plural respecto de un singular.
Bosque plantea que, desde el punto de vista morfológico, los pluralia tantum
presentan la forma de un plural ordinario, pero, desde el punto de vista de la semántica y
de su repercusión gramatical, resultan similares a los nombres continuos. De hecho,
puede decirse: [Un par de pantalones], utilizando los mismos acotadores admitidos por los
nombres de masa.
De hecho, en el artículo de Bosque deben prestar atención a la distinción que él va
a considerar fundamental: la de sustantivos continuos y discontinuos. En cierta medida,
Bosque reduce las otras distinciones a esta. Los enumerables son los sustantivos
discontinuos, y los cuantificables incluyen los pluralia tantum, duales y plurales léxicos. Lo
más importante es que ustedes puedan identificar este tipo de sustantivos, es decir,
aquellos cuya única manifestación en la lengua se realiza en plural. Insisto en que sólo se
trata de un plural morfológico, porque su comportamiento semántico y sus repercusiones
en la gramática son similares a la de los nombres continuos.
A su vez, resulta posible establecer una diferencia entre, por un lado, los que
aluden a sensaciones o cantidades indeterminadas tales como celos o ganas y, por otro,
los que apuntan a objetos de la realidad o partes del cuerpo humano -duales y plurales
léxicos-.
20 Apuntes Sim Gramática 20071C/T16

Una subsiguiente distinción es entre sustantivos individuales y sustantivos


colectivos. Los sustantivos individuales son los que se refieren a entidades aisladas o
únicas. Los sustantivos colectivos son los que, si bien se enuncian en singular, están
haciendo referencia a un conjunto determinado de unidades. Existen distintos tipos de
colectivos. Sin profundizar en este tema, la distinción dentro de los sustantivos colectivos
se hará en morfológicos y no derivados. Los colectivos morfológicos son aquellos que
están formados, partiendo de un sustantivo individual, por una raíz más un sufijo de
derivación. Los colectivos no derivados son los que no provienen de un proceso
morfológico derivativo realizado a partir de un sustantivo individual. Un ejemplo de
colectivo morfológico es alameda. La raíz es alam-, que proviene del sustantivo individual
álamo. Luego, a partir del sufijo derivativo -eda, se forma alameda. Este sufijo derivativo
indica la idea de "conjunto de álamos".
Los colectivos no morfológicos son palabras como clero, ejército o público. Se trata
de sustantivos que pertenecen a los colectivos, pero no son derivados, es decir, no son el
resultado de un proceso morfológico a partir de un sustantivo individual. Básicamente, los
sustantivos colectivos se caracterizan por aludir, en singular, a una cantidad de individuos.
En realidad, cuando se profundiza en las subclasificaciones, se van volviendo relativas.
Por ejemplo, dentro de los sustantivos colectivos, puede haber colectivos indeterminados:
muchedumbre, montón, puñado y otros numerales: docena, par, miles, ciento. Dentro de
ellos, también hay sustantivos colectivos no numerales: grupo. Estos podrían asimilarse a
los indeterminados, ya que hay diferencias significativas entre grupo, montón y puñado.
Ha habido una larga disputa en la tradición gramatical referida a la existencia o a la
ausencia de una repercusión gramatical en la distinción entre sustantivos individuales y
sustantivos colectivos. Sólo tiene sentido profundizar en las distinciones léxicas cuando
tienen una repercusión en la gramática. Las clasificaciones nocionales derivan en
discusiones bizantinas: al respecto Bello afirmaba que, si se profundizara excesivamente
en las distinciones, resultaría que casa es un sustantivo colectivo por el hecho de estar
formada por varias habitaciones.
Gramática 20071C/T 16 Apuntes Sim 21

Lo importante, para nosotros, será en qué medida los denominados sustantivos


colectivos presentan algún tipo de comportamiento que los vuelva diferentes respecto de
los sustantivos individuales. En este sentido, pueden detectarse algunos ejemplos que
avalan la idea de un comportamiento gramatical diferente entre unos y otros:

[Los novios compraron un auto].

[La pareja compró un auto].

La primera oración es ambigua, ya que podría considerarse que cada uno de los
novios ha comprado un auto para cada uno o que ambos han comprado un solo auto. La
segunda tiene una sola lectura posible: ambos compraron un auto. En tanto la segunda
oración no admite una lectura distributiva, puede sostenerse que el sustantivo pareja es un
sustantivo colectivo. Con este segundo ejemplo, encontramos una distinción gramatical
respecto de los individuales. Entonces, existe algún tipo de comportamiento diferenciado
en el caso de los sustantivos colectivos. Asimismo debe considerarse que no siempre
todos los colectivos van a cumplir o requerir exigencias gramaticales particulares respecto
de los individuales. Veamos otros ejemplos:

[Los niños tenían su caja de ahorro]

[La familia tenía una caja de ahorro]

La primera oración también es ambigua, porque admite una lectura distributiva:


todos los niños podrían tener una caja de ahorro o cada uno de ellos podría tenerla por su
cuenta. En cambio, en la segunda oración, el sustantivo colectivo familia no admite una
lectura distributiva: sólo puede significar que esa familia es la que tiene una caja de
ahorro.
La última distinción que permite clasificar sustantivos es la que distingue entre
sustantivos abstractos y concretos. Según Bosque, esta distinción no tiene demasiada
22 Apuntes Sim Gramática 20071C/T16

relevancia para la gramática. Los sustantivos concretos son aquellos que, desde el punto
de vista de su significado, aluden a una entidad que puede ser considerada un objeto o
entidad de la realidad. En cambio, los sustantivos abstractos son aquellos que se refieren
a los derivados de propiedades, de acciones o de eventos. En líneas generales, los
sustantivos abstractos pueden dividirse en: los que se derivan de adjetivos -dulzura,
bondad, fealdad- y que aluden a la conceptualización de determinadas propiedades, y los
que se derivan de verbos -estatización, construcción- y que, por lo tanto, conceptualizan
procesos o estados determinados.
Esta distinción entre lo concreto y lo abstracto, insisto, tiene escasa repercusión
gramatical y pude remitirse a la distinción entre sustantivos continuos y discontinuos.
Algunos sustantivos abstractos, derivados de adjetivos, presentan un comportamiento
similar a los nombres continuos. No puede decirse: *[Dos dulzuras] o *[Tres bondades].
Sin embargo, no puede extenderse esta idea a los sustantivos abstractos derivados de
verbos.
Hasta el jueves.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod. 21
Gramática

Fecha: 24/05/07
Teórico № 17 Prof.: Laura Ferrari

Contenido: Guía VI: Las clases de palabras: adjetivo, adverbio y preposición.

Profesora: Buenas tardes. Hoy continuamos con el tema de clases de palabras,


refiriéndonos al adjetivo, el adverbio y la preposición.
Hemos visto que el sustantivo dirige la concordancia respecto de las categorías
morfológicas de género y número: así lo hace con los adjetivos. Por esta razón,
tradicionalmente se ha considerado que sustantivo y adjetivo conformaban la clase de los
nombres, o sea, dos categorías nominales. Desde el punto de vista morfológico, el
adjetivo es una clase de palabras bastante sencilla, porque refleja las categorías
morfológicas que el sustantivo dirige. Desde la tradición, se ha considerado esta
concordancia como pura, por un lado, y reccional por otro. La primera tiene lugar cuando
un sustantivo flexiona en género y número, y también lo hace el adjetivo, por ejemplo, en
gata muerta. No es la más usual, sino la reccional, dado que la mayor parte de los
sustantivos tienen género inherente, el cual -si no hay determinante- se manifiesta
morfológicamente en el adjetivo, que flexiona en género, por ejemplo, mesa blanca.
Ahora bien, también hay adjetivos que no flexionan en género, como el caso de
silvestre:

[Ave silvestre]
[Pato silvestre]
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 17

Sin embargo siempre manifiesta el adjetivo flexión en número. Por lo menos en


español, podemos inferir que la categoría de número es más homogénea que la de
género.
La caracterización sintáctica o gramatical del adjetivo también es bastante sencilla.
De hecho, no es una clase de palabras problemática en sí misma, pero tiene una serie de
particularidades conceptuales que iremos viendo. La función principal -aunque no única-
del adjetivo es modificar al sustantivo. En tal sentido, se lo denomina -según la
terminología que usamos en la Cátedra- complemento del nombre, y forma parte del
sintagma nominal. Esta es la función del adjetivo que la gramática tradicional -y también
algunos teóricos de la gramática generativa- han denominado atributiva, función por la
cual el adjetivo acompaña al sustantivo precediéndolo o siguiéndolo, y modificándolo de
manera directa.

[El pizarrón verde]


[El verde pizarrón]

Esta función se diferencia de la predicativa, que muchos adjetivos también pueden


cumplir:

[El pizarrón es verde]

En este caso, el adjetivo actúa sintácticamente como un predicativo subjetivo


obligatorio. En otro casos, como hemos visto, también pueden funcionar como
predicativos objetivos. Ahora bien, no todos los adjetivos pueden cumplir la función
predicativa, lo cual nos va a permitir definir distintas subclases léxicas de adjetivos. Así
como pudimos el martes determinar subclases léxicas de los sustantivos en tanto tuvieran
repercusiones gramaticales, en el caso del adjetivo también podremos hacerlo:
destacaremos subclases léxicas en función de que tengan relevancia gramatical.
Veamos ahora la caracterización semántica de los adjetivos. Sabemos que dentro
de la clase de los adjetivos la gramática tradicional y la estructural incluyeron otras clases
Gramática 2007/Teórico 17 Apuntes Sim 3

de palabras que ahora nosotros hemos diferenciado: los artículos, algunos pronombres
demostrativos y algunos cuantificadores. Consideremos:

1) [El pizarrón verde]


2) [Este pizarrón verde]
3) [Algún pizarrón verde]
4) [Muchos pizarrones verdes]

Las palabras que encabezan estos sintagmas, que en algunos casos son
determinantes y, en otros, cuantificadores, habían sido consideradas bajo la clase de los
adjetivos, porque comparten con ciertos adjetivos que llamaremos calificativos la
característica de flexionar también en género y número, de acuerdo con el sustantivo de
que se trate. Ahora bien, esto es lo único que comparten estas clases de palabras -
adjetivos, determinantes y cuantificadores-.
En primer lugar, el adjetivo por sí solo no tiene función referencial, ni puede por lo
tanto transmitírsela al sustantivo. Y, para funcionar dentro de la lengua, el sustantivo
común necesita de un determinante o de un cuantificador. Está claro entonces que la
función de calificación que puede tener un adjetivo es distinta de la función de
determinación o cuantificación. Así, desde el punto de vista de la función gramatical, no
tienen ninguna semejanza.
Por otro lado, nosotros sabemos que el determinante incide sobre todo el resto del
sintagma nominal. Recordemos el esquema general de los sintagmas hecho en las clases
pasadas: el especificador o determinativo -bajo cuya categoría se incluyen determinantes
y cuantificadores- está en el mismo nivel que todo el resto del sintagma nominal,
dependiendo de un nodo común. A eso se debe la posición que le hemos dado en el árbol
al especificador: le otorga capacidad referencial a todo el sintagma, incluyendo al adjetivo.
Sustantivo y adjetivo solos, sin determinante, no pueden funcionar en la lengua, es decir,
no pueden constituir oraciones gramaticales.
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 17

Y hay más diferencias todavía entre especificadores y adjetivos. Los determinantes


y los cuantificadores constituyen clases cerradas, mientras que la de los adjetivos -al
menos en español- es una clase abierta.
Finalmente, el adjetivo es una clase léxica, mientras que los determinantes y
cuantificadores constituyen la clase de los determinativos, la cual no es léxica sino
funcional. El adjetivo tiene significado inherente y descriptivo, mientras que los
determinativos no.
Todas estas diferencias han llevado a la gramática generativa, y al modelo que
nosotros seguimos para este tema, a considerar determinativos y adjetivos como clases
diferentesm y a rechazar aquella clasificación estructural. Consideramos a los adjetivos
como una clase diferente de los determinantes -bajo los cuales incluimos los artículos y
los pronombres demostrativos-.
El hecho de incluir bajo una misma clase palabras de comportamiento tan disímil es
una de las críticas que se le ha hecho a las clasificaciones tradicionales de clases de
palabras. Y, como señalábamos, la clasificación funcional englobaba como adjetivos a los
artículos, a los demostrativos y a algunos cuantificadores basada sólo en el criterio de que
dichas palabras modificaban al sustantivo, sin tener en cuenta que en realidad el
determinante no incide sólo en el sustantivo sino en todo el resto del sintagma nominal.
Ahora bien, esto no es un descubrimiento de la gramática generativa: hay un trabajo de
Wells -que yo siempre recomiendo a los alumnos a quienes les interesa la lingüística-,
publicado en la década del '40. Se llama Constituyentes inmediatos. Está en inglés,
publicado por Language. La definición de constituyente que después manejará la
gramática generativa, y la que de hecho manejamos nosotros en la Cátedra, proviene de
Wells, que es un representante de la última época del estructuralismo norteamericano. Es
difícil que algún generativo lo cite. Lo mismo sucede, si recuerdan, con Pena, cuya
definición de tema en realidad es de Hockett, otro de los últimos representantes del
estructuralismo norteamericano. Justamente, la noción de que el determinante en realidad
incide sobre todo el resto del sintagma está en Wells, dado que él parte del presupuesto
de las particiones binarias, un principio que retoma la generativa. Lo menciono
simplemente para hacerle justicia a Wells.
Gramática 2007/Teórico 17 Apuntes Sim 5

Desde el punto de vista semántico, el adjetivo adscribe una propiedad o más de


una al sustantivo. Y precisamente el hecho de que también pueda adscribir más de una
propiedad es uno de los rasgos que nos permiten establecer una de las más importantes
distinciones en la clase de los adjetivos: los adjetivos calificativos y los relacionales.

[Hombre blanco]
[Mujer delgada]

Tanto blanco como delgada adscriben una propiedad al sustantivo que modifican.
Podemos hacer paráfrasis del tipo: El hombre que es blanco y La mujer que es delgada,
con lo cual vemos que esta función atributiva de los calificativos admite también la función
predicativa.
Ahora, contrastemos con este otro tipo de adjetivos:

[Pueblo costero]
[Vaca lechera]
[Viaje terrestre]

Estos adjetivos no adscriben una sola propiedad a los sustantivos que modifican.
De hecho, difícilmente podamos decir El pueblo que es costero, La vaca que es lechera,
El viaje que es terrestre. A veces, algunos adjetivos relacionales admiten la posición
predicativa, de modo que no es una prueba concluyente. Lo central es que estos adjetivos
adscriben más de una propiedad, y es así porque en realidad son derivados de nombres:

costa → costero
leche → lechera
tierra → terrestre

Así, adscriben al sustantivo todas las propiedades que poseen los sustantivos
originales de los que derivan.
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 17

Por esto es que tampoco admiten la cuantificación, cosa que sí admiten los
calificativos. Puedo decir Esa mujer es muy delgada o Este es hombre muy blanco, pero
no *Este pueblo es muy costero, o *Es un viaje muy terrestre. Esto es así porque, si
quisiera cuantificar, en tanto el adjetivo relacional contiene una serie de propiedades, no
se sabría cuál de las propiedades estaría cuantificando. Es el mismo motivo por el cual no
se pueden cuantificar los nombres: *El muy pueblo. De hecho, cuando sí lo hacemos, por
ejemplo, en Ella es muy mujer, en realidad estamos tomando el sustantivo con el valor de
un adjetivo. En tanto los adjetivos relacionales provienen generalmente de nombres, lo
que se establece entre dichos adjetivos y el sustantivo es la relación entre dos dominios.
Un sustantivo implica una serie de cualidades; si el adjetivo relacional las hereda, no es
posible cuantificar, porque no podemos elegir una cualidad y, sobre esa, cuantificar.
Pero hay más efectos gramaticales de esta gran distinción entre calificativos y
relacionales. Estos últimos tampoco admiten construcciones comparativas, del tipo: Este
pueblo es más costero que este otro, o Este viaje es más terrestre que el que hice el año
pasado. Asimismo, respecto de un sintagma como Revista médica, no es posible decir
Esta revista es más médica que esta otra.
También de dicha distinción surge que el adjetivo más prototípico, el que responde
mejor a la idea de adjetivo, es el calificativo. Los adjetivos relacionales reciben este
nombre porque están vinculando dos dominios. En cambio, los calificativos adscriben una
sola cualidad al dominio del sustantivo que modifican.
Alumna: ¿Los adjetivos que terminan en /-al/ son relacionales?
Profesora: En general, sí, justamente porque ese sufijo de derivación está
especializado en producir adjetivos a partir de nombres, como por ejemplo, constitucional,
presidencial, estatal, etc. Pero no se puede afirmar categóricamente. Justamente, Bosque
señala que ciertos adjetivos relacionales como constitucional alcanzaron un grado de
lexicalización tal que su funcionamiento comienza a asemejarse al de los calificativos.
En tanto los relacionales vinculan dos dominios, las mejores pruebas para
reconocerlos son entonces las antedichas: 1) los adjetivos relacionales derivan de
nombres; 2) no admiten la cuantificación; 3) no entran en construcciones comparativas; 4)
Gramática 2007/Teórico 17 Apuntes Sim 7

la gran mayoría tolera mal, o sencillamente no puede cumplir, la función predicativa.


Insisto en que esto último es dudoso en algunos casos.
En síntesis, la diferencia entre adjetivos calificativos y relacionales es léxica, pero
tiene repercusiones en la gramática: por eso es relevante.
En algunos casos, como acabo de adelantar, se produce una reinterpretación, que
Bosque señala en su libro Las categorías gramaticales, del adjetivo relacional en términos
de uno calificativo. Constitucional, que en algunos contextos, puede interpretarse como
calificativo. Por eso, para afinar nuestra caracterización, podemos decir que en general los
adjetivos derivados de nombres son relacionales, a menos que estén recategorizados,
esto es, que tengan un grado de lexicalización muy fuerte, por el cual se hayan alejado de
su sentido derivado.
Otro grupo de adjetivos es el de los llamados adverbiales. Tienen una vinculación
con localizaciones espacio-temporales o con la cuantificación. Consideremos:

1) [Su último viaje]


2) [Su insólita pregunta]

Aunque [Su pregunta es insólita] es gramatical, último en cambio no admite la


posición predicativa:

*[Su viaje es último]


[Su viaje es el último]

Para la segunda paráfrasis, hay dos explicaciones: 1) estamos sustantivando el


adjetivo; 2) estamos en presencia de una elipsis: Su viaje es su último viaje. La prueba
basada en la posibilidad o imposibilidad de la posición predicativa entonces no es muy
fuerte. Sí lo es la imposibilidad o gran dificultad de cuantificación de este tipo de adjetivos.
Pero, sobre todo, desde el punto de vista conceptual, estos adjetivos adverbiales no
denotan una propiedad. Otros adjetivos de funcionamiento similar: supuesto, susodicho,
como en [La supuesta intervención] o en [La susodicha cuestión]. Susodicho significa
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 17

"mencionado anteriormente", mientras que supuesta tiene un valor modal: mediante este
adjetivo adverbial, puedo cambiar el valor de verdad de todo un enunciado. En ningún
caso son calificativos.
Estos adjetivos adoptan, por lo general, la posición antepuesta al sustantivo, lo que
ayuda a diferenciarlos de los relacionales, dado que estos últimos van pospuestos.
Y, evidentemente, no podemos decir *La más supuesta intervención o *La muy
susodicha cuestión, ni tampoco hacerlos funcionar en posición predicativa: si decimos La
intervención es supuesta, la interpretación inmediata es una voz pasiva; y *La cuestión es
susodicha es claramente agramatical.
Sin embargo, estas pruebas no habilitan pensar que estos adjetivos adverbiales
son relacionales. Es cierto que igualmente no son cuantificables, no admiten la posición
predicativa ni entran en construcciones comparativas. Pero no son relacionales, en primer
lugar, porque no derivan de nombres y, en segundo lugar, porque, subsecuentemente, no
ponen semánticamente en relación dos dominios, sino que tienen un cierto valor adverbial.
Giammatteo y Albano dan más ejemplos de este tipo de adjetivos en su libro Las
clases de palabras: antiguo, próximo, habitual, único, simple.
Ahora vamos a considerar la clase de los adverbios. Se trata de una clase de
palabras que, conjuntamente con la preposición y dentro de las clases léxicas, comparten
la particularidad de ser ambas invariables, es decir, no flexionan.
Ahora bien, el adverbio ha sido considerado por antonomasia el "cajón de sastre"
de la gramática, en virtud de que todas aquellas clases de palabras que resultaban
difíciles de clasificar pasaban a la clase de los adverbios. Así como vimos que la clase de
los adjetivos, según varias tradiciones, reunía bajo ella a los artículos, a algunos
cuantificadores, etc., lo cual fijaba en una misma clase palabras de comportamiento
gramatical muy diferente, en el caso del adverbio esto se intensifica más aun. Toda
palabra, por el mero hecho de ser difícil de clasificar y de ser además invariable, pasaba a
ser un adverbio. Incluso todavía dentro de ciertos trabajos de la gramática estructural,
como el famoso trabajo de Ana María Barrenechea "Las clases de palabras en español
como clases funcionales", ella ya nota que bajo la categoría de adverbio se están
considerando palabras de comportamiento gramatical muy diferente.
Gramática 2007/Teórico 17 Apuntes Sim 9

Dentro de la clase del adverbio se ubicaba a todos los terminados en -mente pero
también a las palabras que nosotros consideramos cuantificadores, tales como muy, tan,
más, etc. Esto llevó a que, dentro de esta clasificación funcional, se considerara la función
del adverbio como la de modificar al verbo y a la vez modificar al adjetivo o a otro
adverbio. Pero Barrenechea misma se daba cuenta de que no todos los adverbios podían
cumplir todas esas funciones. Existen efectivamente palabras que modifican al verbo,
como todos los adverbios en -mente, y palabras que modifican a estos adverbios, por
ejemplo, en 1) y 2):

1) [Corre rápidamente]
2) [Corre muy rápidamente]
3)*[Corre muy]

Pero 3) no es posible. de modo que las funciones de los cuantificadores no son las
mismas que las de los adverbios en -mente, o la de, por ejemplo, los adverbios
pronominales, como ahora, mañana, temprano, tarde, etc.
Esto hizo que en modelos posteriores se eliminara de la clase de los adverbios a
los cuantificadores. Estos últimos, que además constituyen una clase cerrada, ahora son
considerados dentro de las palabras funcionales.
De todos modos, la clase de los adverbios sigue siendo heterogénea, en el sentido
de que aquellas palabras que ahora integran la clase presentan diferencias. Por ejemplo,
los adverbios en -mente constituyen una subclase abierta, mientras que los adverbios
pronominales son una clase cerrada. En seguida daremos una clasificación de los tipos de
palabras que constituyen esta clase.
Otro aspecto interesante para estudiar en relación con los adverbios es que tienen
distintos niveles de incidencia, cosa que vimos con el esquema de la oración simple la
semana pasada. En primera instancia, el adverbio puede modificar al verbo en tanto
núcleo de la predicación, como en [Corre rápidamente] o [La reunión finalizó
lamentablemente]. En estos casos, el adverbio es un adjunto que modifica al núcleo del
sintagma verbal.
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 17

Ahora bien, en segunda instancia, hemos visto que hay adverbios que poseen un
alcance mayor. Podrán encontrar desarrollado este tema en el libro citado de Giammatteo
y Albano. Ellas citan, a su vez, un trabajo de Ofelia Kovacci que apareció en la Gramática
descriptiva del español. Verán que hay algunas divergencias en cuanto a la adscripción de
algunos adverbios a determinadas subclases.
Comparemos estos casos:

1) [Lamentablemente, la reunión finalizó]


2 [Probablemente, la sesión terminó]
3) [Geográficamente, esa es una región turística]

En todos estos casos, el adverbio no modifica al verbo sino a todo el resto de la


oración. Ahora bien, las divergencias a las que aludí se refieren a lo siguiente. Para
algunos autores, todos estos adverbios en -mente son adjuntos modificadores del núcleo
oracional, o modificadores del dictum. Así lo encontrarán en Giammatteo y Albano; ellas
siguen, en este punto, el trabajo de Kovacci. En cambio, en Di Tullio encontrarán otra
perspectiva, que es la que nosotros adoptamos. La diferencia está en qué concepción de
modalidad se tenga: restringida o amplia. Puede considerarse la modalidad como una
categoría lingüística que se ocupa de evaluar el grado de certeza con que se realiza un
enunciado. Desde este punto de vista, sólo son adverbios de modalidad aquellos que
llamamos epistémicos. Es el caso de probablemente, indudablemente, evidentemente,
etc. Giammatteo y Albano, siguiendo a Kovacci, dicen que son adverbios modificadores de
modalidad sólo los epistémicos, vinculado con los grados de certeza, pero no los
relacionados con el acto de enunciación, del tipo: honestamente, francamente,
lamentablemente, etc. Este grupo de adverbios se llaman evaluativos. Nosotros, siguiendo
a Di Tullio, consideramos que los adverbios de este último grupo, el de los evaluativos,
también son modificadores de modalidad, basándonos en que la evaluación también
integra el concepto de modalidad. Para aclarar mejor el punto, la diferencia es que
Kovacci considera que los evaluativos también son modificadores del dictum -el contenido
Gramática 2007/Teórico 17 Apuntes Sim 11

proposicional- mientras que nosotros nos inclinamos a considerarlos afectando al modus -


la actitud del hablante respecto del contenido proposicional-.
Esta distinción entre ambos grupos presenta un efecto gramatical importante: su
mayor o menor omisibilidad. Los epistémicos no son omisibles: Probablemente, la sesión
terminó significa algo muy distinto que La sesión terminó, mientras que en
Lamentablemente, la sesión terminó el adverbio no afecta al contenido del dictum, sino al
modus, es decir, al juicio o evaluación que el hablante realiza sobre el contenido del
dictum. El adverbio probablemente pone en duda el contenido del dictum; no lo hace
lamentablemente en el segundo caso. Es decir que los adverbios evaluativos son
considerados de modalidad desde una perspectiva en que la modalidad incluye no sólo la
epistémica sino lo valorativo, en una concepción más amplia.
Además, cada uno de estos grupos de adverbios tienen comportamientos
particulares. Los evaluativos, como dijimos, son omisibles y admiten determinadas
paráfrasis, como por ejemplo, Es lamentable que la sesión haya terminado. Noten que, al
hacer la paráfrasis, ya necesitamos un modo subjuntivo. Esto muestra la vinculación de
estos adverbios con el modo, que los inclina, desde mi perspectiva, más hacia el lado del
modus que hacia el lado del dictum. Yo, particularmente, los considero adverbios
modificadores de modalidad, y también Di Tullio. Pero encontrarán otras posturas en la
bibliografía.
Ahora bien, adverbios como geográficamente en 3), sí son claramente adjuntos
extraoracionales o modificador del núcleo oracional. Del mismo modo funciona:

4) [Políticamente, es un golpe de efecto]

Estos son adverbios han sido denominados nocionales, porque acotan el dominio
en el cual se hace la afirmación. Son omisibles, desde la tradición lingüística; pero en
realidad tienen una relación bastante directa con el dictum, es decir, con el contenido
proposicional. Se ve en la paráfrasis: Es un golpe de efecto desde el punto de vista
político. Acotan el dominio de la afirmación. Kovacci denomina a este grupo adverbios del
dictum, lo cual es válido como clasificación léxica. Para nosotros, son, además, en cuanto
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 17

a su función sintáctica, adjuntos extraoracionales o, según otra terminología,


modificadores del núcleo oracional -son terminologías equivalentes-.
Alumno: ¿Son nocionales en el sentido de la semántica?
Profesora: Sí, pero esta denominación no proviene de la Semántica como disciplina
lingüística, sino de la lógica. Cuando aquí se utiliza el término nocional, se está remitiendo
a las explicaciones que daba la gramática tradicional. Por ejemplo, la definición del
sustantivo como aquella palabra que refería a objetos o personas es una definición
nocional, que se vincula con la definición aristotélica: los sustantivos refieren a sustancias,
los verbos a acciones o estados, y los adjetivos, a cualidades, en términos genéricos.
Estas son todas definiciones nocionales. Por eso, cuando hablamos de las distintas
definiciones de oración, nos referimos a aquellas orientadas a lo semántico-comunicativo
como definiciones nocionales. Son las de la gramática tradicional. Pero, cabe aclarar, en
muchos casos hay intuiciones muy interesantes. No son descartables. Lo que sucede es
que las definiciones nocionales no tienen un fundamento lingüístico-gramatical.
Justamente, la corriente estructuralista quiso despojar a la gramática de toda
interpretación nocional y basar todas las descripciones en las funciones gramaticales,
específicamente sintácticas, dejando de lado el significado.
Lo importante de los distintos tipos de adverbios es que tienen distinto nivel de
incidencia, es decir, alcance: pueden modificar a un verbo dentro del sintagma verbal; a
toda la oración, en cuyo caso serán adjuntos extraoracionales o modificadores del núcleo
oracional; e incluso tienen una equivalencia funcional en relación con las proposiciones
adverbiales.
Por último, entre los adverbios podemos distinguir subclases léxicas:

en -mente (derivados de adjetivos)


subclases léxicas deadjetivales (por conversión categorial)
de los adverbios pronominales
+ compl. prep.: cerca de, lejos de, antes de, etc.
Gramática 2007/Teórico 17 Apuntes Sim 13

La primera subclase es la de los adverbios en -mente. No derivan de adjetivos


relacionales, sino calificativos. Vean:

lamentable → lamentablemente
costero → *costeramente

La segunda es la de los llamados adverbios deadjetivales. Derivan también de


adjetivos, pero por conversión categorial. Cuando vimos este proceso en morfología
dijimos que consiste en que nada cambia en cuanto a los formantes morfológicos pero sí
se produce un cambio de clase de palabras. Por ejemplo:

[Come sano]
[Canta lindo]

Es un proceso muy productivo en español -al menos, en este estado actual de la


lengua-. Sano y lindo, en estos casos, son adverbios que derivan de adjetivos, mediante el
proceso morfológico de la conversión categorial. Vemos claramente que son adverbios en
su invariabilidad:

[Ella canta lindo]


[Él canta lindo]
[Ellos cantan lindo]

En tercer lugar, tenemos los adverbios pronominales. Son pronombres que indican
lugar -aquí, allí, etc.-, tiempo -ahora, entonces-, modo -así-, o son cuantitativos -tanto,
poco, mucho-, o son adverbios de polaridad -sí, no, también, tampoco, etc.-. Respecto de
este último grupo también hay polémicas. Muchos los consideran índices de polaridad y
no adverbios. En el libro de Giammatteo y Albano los encontrarán como adverbios de
polaridad.
Alumna: ¿Y el si condicional?
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 17

Profesora: No tiene nada que ver con sí. Es una conjunción. Además, sí es una
palabra tónica, mientras que el si condicional es átono.
Alumna: Así como marcamos no como índice de polaridad negativa, ¿tenemos que
marcar el sí como índice de polaridad positiva?
Profesora: Eso depende de cómo lo vean en los prácticos. Son aspectos periféricos
del análisis sintáctico que quedan librados al criterio de cada ayudante. Yo, por lo menos,
lo marco como índice de polaridad positiva.
En cuarto lugar, tenemos un grupo muy pequeño de adverbios que pueden
construirse con complementos preposicionales. Es posible decir La estación está cerca,
pero lo implícito es de aquí, es decir, hay una inferencia deíctica a partir del lugar de la
enunciación. Es de notar, ahora que vimos este último caso, que en general los adverbios
no llevan complementos.
Ahora veamos la preposición. Como con el adverbio, la preposición es una clase de
palabras invariables. Ha sido también considerada una clase de palabras conflictiva. No es
que las preposiciones en sí mismas lo sean, sino que lo es su adscripción al grupo de las
palabras léxicas o al de las palabras funcionales.
Desde el punto de vista morfológico son muy sencillas, justamente porque son
invariables. La única característica morfológica a señalar es que la preposición rige caso,
precisamente, el caso llamado preposicional o terminal del pronombre personal. Ahora
bien, esta es una característica relevante: ha servido de argumento a la gramática
generativa -entre sus representantes, Bosque- para considerar a la preposición como una
clase léxica, lo cual implica que es núcleo del sintagma en el que aparece. Así, como
hemos adelantado, un sintagma encabezado por una preposición será un sintagma
preposicional, y será también endocéntrico -coherentemente con la teoría-. Este último
aspecto es importante porque marca la diferencia con los planteos anteriores, que no
consideraban a la preposición como núcleo de sintagma. Consideremos:

[desde su casa]
Gramática 2007/Teórico 17 Apuntes Sim 15

Para la gramática estructural, este no era un sintagma preposicional, sino una


construcción exocéntrica -la gramática estructural concibe construcciones sin núcleo, en
las cuales hay una relación de interdependencia entre sus constituyentes-.
Precisamente, uno de los argumentos que llevan a la gramática generativa -y a
Bosque- a considerar que la preposición es núcleo de sintagma es, justamente, la
posibilidad que tiene esta clase de palabras de regir caso en el pronombre, como sucede,
por ejemplo, en [desde mí]. Hemos visto que el caso es la manifestación morfológica de
una función sintáctica. En español, sólo queda este tipo de manifestación en los
pronombres personales. No es posible decir *[desde yo], usando el pronombre en
nominativo, sino que la preposición exige que su complemento pronominal esté en caso
terminal.
Este argumento es muy potente, en tanto es formal, morfológico. Vean que otra
clase de palabras que rige caso es el verbo, el cual rige caso objetivo. Una de las pruebas
para reconocer el objeto directo es la sustitución pronominal, el cual debe estar en caso
objetivo: [lo vi], y no *[él vi]; [la vi], y no *[ella vi].
Esta propiedad de regir caso, que la preposición comparte con el verbo, es
entonces uno de los argumentos que hacen que la primera adquiera el status de núcleo
de sintagma. El segundo es que la carga léxica de la preposición caracteriza a todo el
sintagma. [desde su casa] o [desde mí] son expresiones locativas porque la preposición
indica "lugar desde donde". Los complementos latinos locativos son muy útiles para
expresar estos conceptos:

Significado locativo Latín Ejemplos de sintagmas preposicionales


equivalentes en español

"lugar desde donde" unde [desde su casa]


"lugar hacia donde" quo [hacia la calle]
"lugar a través del cual" qua [por la calle]
"lugar en donde" ubi [en su casa]
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 17

También expresamos un unde con de, como en [Viene de la estación]; un quo con
a, como en [Fue a la casa]. Así vemos que en español estas preposiciones tienen una
fuerte carga léxica, otro argumento que las habilita para considerarlas núcleos de
sintagma. Han sido llamadas preposiciones llenas.
Ahora bien, no todas las preposiciones responden igualmente a esta
caracterización. Otras no tienen una carga léxica tan fuerte, y otras no tienen ninguna.
Entre estas últimas, tenemos cierto uso de la preposición a: cuando es marca de función
de objeto directo animado. El español es una de las pocas lenguas en que el objeto
directo animado se construye con una preposición. La llamamos marca de función
precisamente porque no tiene la carga léxica de un quo, sino que solamente indica que lo
que sigue es un objeto directo animado. Incluso es posible observar que este fenómeno,
que prácticamente sólo se da en español -otras lenguas romances, como el francés o el
italiano, no construyen sus objetos directos animados con preposición- se está
extendiendo también a los objetos directos no animados.
La preposición a que es marca de función es absolutamente vacía desde el punto
de vista léxico. Por lo tanto, no construye un sintagma preposicional. Es importante
realizar este razonamiento: si la preposición es vacía, no es núcleo; si no lo es, lo será -
dado que es un objeto directo- el sustantivo, y el sintagma será nominal.
Otra preposición que, en determinados usos, es marca de función es de.
Consideremos:

[El avance de los soldados]


SN

Este es un sintagma nominal. Ahora bien, su núcleo es [avance], un sustantivo


derivado de un verbo mediante el proceso que conocemos como nominalización. Como
verbo, avanzar selecciona sus complementos y, a su vez, todo el predicado selecciona un
sujeto. Recuperando toda esta información, este sintagma nominal puede parafrasearse
por Los soldados avanzan o, mejor dicho, la construcción nominal El avance de los
soldados es paráfrasis de Los soldados avanzan. Evidentemente no significan lo mismo:
Gramática 2007/Teórico 17 Apuntes Sim 17

es otro el efecto estilístico, la intencionalidad es distinta, hay condensación de información,


etc. Consideremos entonces la oración original, y prestemos atención a los papeles
temáticos:

[[Los soldados] [avanzan]]


[Ag.]

Cuando el verbo se nominaliza, el sustantivo hereda los argumentos y papeles


temáticos del verbo del que proviene. Ahora bien, como de todos modos se trata de un
sustantivo, la relación entre un sustantivo deverbal y sus argumentos ya no puede ser
directa: tiene que haber alguna palabra, que siempre es una preposición, la cual indica
que lo que sigue es un complemento argumental de ese sustantivo deverbal. Esa es la
función de la preposición de, y por eso es vacía.
Traigo esta última explicación porque en la encontrarán en el libro de Giammatteo y
Albano; como remite a temas relativos a los complementos del sintagma nominal, tema en
que no vamos a profundizar, quizás puedan hacer uso de esta exposición que acabo de
hacer.
Ya hemos definido cuáles preposiciones son llenas y cuáles vacías. Tenemos un
tercer tipo que representa un estado intermedio; no tienen la carga léxica de las
preposiciones llenas, ni tampoco son simples marcas de función. Son llamadas
semivacías, e intervienen en el complemento preposicional régimen.

PVS
[ Confía [ en su intuición ] ] SD
n n comp.
C.p.rég.

Tenemos un sujeto tácito o desinencial, un predicado constituido por un núcleo en


[confía], y la estructura [en su intuición] es un complemento preposicional régimen, que se
caracteriza por estar encabezado por una preposición. Es un sintagma preposicional, en
18 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 17

tanto el núcleo es, en este caso, la preposición [en]. Ahora bien, esta preposición está
seleccionada, exigida por el verbo, en tanto el verbo confiar sólo se construye con
complemento encabezados por esta preposición.
Sin embargo esta misma preposición no tiene la carga léxica que tiene cuando
funciona como ubi, por ejemplo, en [Vive en Buenos Aires], donde claramente indica un
"lugar en donde", una preposición locativa.
A pesar de la menor carga léxica de la preposición en los complementos régimen,
la consideramos núcleo de un sintagma preposicional, en tanto tampoco es posible
considerar que es una mera marca de función.
Tampoco consideramos vacía la preposición a que encabeza el objeto indirecto,
que se ubica en el mismo status de semivacía, y lo mismo decimos de la preposición que
encabeza el complemento agente en la voz pasiva, donde claramente tiene una carga
léxica, que indica, justamente, quién realizó la acción expresada por el verbo.

SS PVS
[La habitación] [fue pintada [ por los estudiantes ] ]
n comp. SP

SS PVS
[ [Los estudiantes] [pintaron la habitación] ]

El hecho de que la preposición por no aparezca en la voz activa no indica que


carezca de carga léxica.
Vemos entonces que las preposiciones tampoco constituyen una clase
homogénea. Las que poseen fuerte carga léxica son las que encabezan y son núcleo de
complementos y adjuntos circunstanciales. Las que tienen una carga léxica menor son las
que encabezan el complemento preposicional régimen o la que encabeza el complemento
agente, o el objeto indirecto. Por último, las preposiciones vacías son marcas de función, y
no constituyen sintagmas preposicionales.
Gramática 2007/Teórico 17 Apuntes Sim 19

Por último, quiero señalar respecto de las preposiciones lo siguiente. Si bien nunca
pueden funcionar sin su complemento, el sintagma preposicional puede modificar a
distintas clases de palabras. En primer lugar, a un verbo, como en [Vino desde su casa];
en segundo lugar, a un núcleo sustantivo, como en [casa de madera]; y puede también
encabezar un complemento que modifique a otra preposición, como en este caso:

[ Por [ sobre la mesa ] ]


n comp. SP SP
n Comp.

Tenemos un sintagma preposicional constituido por un núcleo y un complemento


que a su vez es otro sintagma preposicional.
A su vez, puede modificar a un adjetivo, como en [incapaz de reacción]. Respecto
de este tipo de adjetivos, la gramática tradicional decía que tenían régimen.
Y también, en algunos pocos casos, puede modificar a un adverbio, como ya
dijimos. Por ejemplo:

[ Lejos [ de su alcance ] ]
n compl. SP SAdv.
n comp.

En este caso, tenemos un sintagma adverbial, que adquiere su complemento


mediante un sintagma preposicional.
Es todo por hoy.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod. 26

Gramática

Fecha: 28/05/07
Teórico-Práctico № 8 Prof.: Paula Mahler

Contenido: Guía V, punto II: Construcciones pronominales.

Profesora: Hoy vamos a abordar un tema bastante complicado: las construcciones


pronominales. La bibliografía obligatoria para este tema es el texto de Di Tullio. Verán,
cuando lo lean, que, si bien los conceptos están bien, se presenta difícil en cuanto a cómo
está armado; resulta difícil de leer. Además, al correr del texto, ella se centra en el
pronombre se, que es justamente el problemático. Sin embargo, como trataremos de
subrayar hoy, el centrarse en se hace perder de vista que lo que se está planteando para
ese pronombre en muchos casos vale también para otras flexiones de caso del pronombre
personal: me, te, nos, etc. Si no perdemos de vista este punto, será menos difícil entrar en
este tema. En virtud de esto último, será útil hacer a modo de introducción un índice
general:

1. Pronombre personal.
1.1.1 se reflexivo
1.1.2 se recíproco
1.2 oblicuos (no constituyen construcciones pronominales)
2. construcciones cuasirreflejas.
2.1. se absorbe un argumento: a) se intransitivizador; b) se de cambio de posición.
2.2. se como argumento externo: a) se impersonal; b) se pasivo.
3. se formante del lexema verbal.
3.1. se diacrítico.
3.2. se obligatorio.
4. se estilístico.
2 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 8

Tengamos presente este índice como una guía que nos permita ordenar todo lo
que vamos a exponer.
Hay, centralmente, dos tipos de pronombres en las construcciones pronominales:
aquellos en que son considerados pronombres personales y por lo tanto, son
argumentales, y aquellos en que son construcciones cuasirreflejas.
Dentro del punto 1, el apartado 1.2. corresponde a los casos en que se es un
alomorfo de le. Consideremos este ejemplo:

Yoi sej lo di.

Este se no forma parte de una construcción pronominal. No decimos *Le lo di, sino
que se es alomorfo de le: es entonces un pronombre personal. Como vemos en la
coindización, la referencia de se no es la misma que la de yo. Por lo tanto, este se no
integra una construcción pronominal. En tanto pronombre personal, debe estar incluido en
el índice general; pero en tanto no integra construcciones pronominales, 1.2. es un caso
que no vamos a considerar hoy.
En cambio, los casos de 1.1. sí integran dichas construcciones, y subsumen dos
posibilidades: a), el se reflexivo; b), el se recíproco (insisto: esto no vale sólo para se, sino
para todos los demás pronombres personales).
2. corresponde a las construcciones cuasirreflejas. Dentro de ellas, 2.1 es el se que
absorbe un argumento, por lo cual se abren también dos posibilidades: a) se
intransitivizador y b) se de cambio de posición. 2.2. indica los casos en que se supone un
argumento externo, y también tenemos dos subcasos: a) se impersonal y b) se pasivo.
3. se, así como otros pronombres, forma parte del lexema verbal. 3.1. corresponde
al se diacrítico y 3.2. al se obligatorio o intrínseco.
4. se estilístico.

Este problema del se, y de las construcciones pronominales, es uno de los más
debatidos en la gramática española, y además es una de las construcciones más difíciles
Gramática 20071C/T-P 8 Apuntes Sim 3

cuando se aprende el español como lengua extranjera, justamente, por lo que queda
reflejado en el índice: una misma forma abarca todas las posibilidades que se señalan allí.
El que está aprendiendo, incorpora esa sola forma se, la cual en realidad aparece en
posiciones muy distintas, con valores distintos, etc.
Ahora, comencemos por retomar algunas ideas sobre los pronombres personales.
Sabemos que morfológicamente flexionan en persona, en número, en caso y, a veces, en
género (él/ella, ellos/ellas, lo/la). Sintácticamente, los pronombres personales funcionan
como núcleos de sintagmas nominales.
Por otro lado, los pronombres personales pueden ser átonos (sin acento) o tónicos
(con acento). Sólo son tónicos cuando flexionan en caso terminal, después de
preposición: mí, ti, sí. Ahora concentrémonos en el otro grupo:

Clíticos (lo, la, los, las, le, les, etc.) Oblicuos


Pronombres átonos
de 3ª persona Reflexivo (se)

Doy ejemplos sólo de la 3ª persona porque apuntamos a se, pero me y te también


son clíticos.
La diferencia es que los clíticos son además oblicuos: su referente no es el mismo
que el del sujeto del verbo. Veamos:

1) Yoi lej dii el libro.


2) Loj tengoi.
3) Loj tenemosi.
4) Lasj llamamosi.

En 1), el referente de [yo] y de la flexión verbal es 1ª persona, mientras que el


referente del clítico [le] es 3ª persona. En 2), para la flexión verbal e igualmente el sujeto
desinencial, el referente es 1ª persona, mientras que el de [lo] es 3ª. En 3), el referente de
la flexión es 1ª del plural, y el del clítico es 3ª del singular. En 4), la referencia de la flexión
4 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 8

es 1ª del plural y la del clítico, 3ª del plural femenino. Son oblicuos: el referente es distinto
del sujeto. Estos casos corresponden al punto 1.2. del índice: los que no vamos a
considerar.
En cambio, veamos el punto 1.1.

1) Pedroi sei lava.


2) Yoi mei peino.
3) Nosotrosi nosi peinamos.

En todos estos casos el referente es el mismo que el del sujeto. El pronombre,


decimos, es correferencial. Como vemos en 2) y 3) -de ahí la necesidad de la aclaración
inicial- esto no es sólo válido para la 3º persona. Ahora bien, en estos tres casos nos
encontramos con pronombres reflexivos.
Comparemos estos casos:

1) Pedroi sei vioi en el espejo.


2) Pedroi loj vioi en el espejo.
3) Yoi laj vii en el espejo.
4) Las señorasi sei peinabani pacientemente.

En 1) se mantienen la correferencialidad y la convergencia en persona; en 2), en


cambio, hay correferencialidad -3ª persona en los dos casos-, pero persona no
convergente. En 3) ya no encontramos correferencialidad -tenemos 1ª y 3ª persona-, y la
persona es divergente. En 4) volvemos a encontrar correferencialidad y convergencia de
persona, ahora en plural. Notemos que la forma se es la misma para el singular y para el
plural.
Ahora bien, una construcción pronominal es una secuencia formada por un verbo y
un pronombre clítico no oblicuo, que comparten los mismos rasgos flexionales -persona y
número-. Esta definición nos permite decir que hay construcción pronominal en 1) y en 4),
y no la hay en 2) y 3).
Gramática 20071C/T-P 8 Apuntes Sim 5

Así, también [Me lavé] es una construcción pronominal, mientras que [Te lavé] no lo
es, porque el pronombre es oblicuo y no comparte al menos un rasgo flexional: persona.

Juan se lo dio.

Aquí tampoco hay construcción pronominal. Veamos: todo está en 3ª persona del
singular: el verbo, el sujeto, el pronombre se y el pronombre lo. Ahora, atendamos al nivel
semántico y coloquemos los índices:

1) Juani sej lok dioi.

Se no tiene el mismo índice porque no tiene el mismo referente: es un alomorfo de


él/ella. A su vez, lo no comparte la referencia ni con esta 3ª persona de se ni con el sujeto.
Si parafraseamos la oración despronominalizándola, todo resulta más claro:

2) Juani lej dioi el librok a Maríaj.

Aquí se ve claramente cómo se en 1) es alomorfo de le, por lo cual no comparte la


referencia con el verbo. No estamos ante una construcción pronominal.

3) Los hombres se arrepintieron de lo hecho.

Aquí sí tenemos una construcción pronominal. Tenemos una 3ª persona del plural
en una secuencia formada por un verbo y un pronombre clítico no oblicuo, que comparten
los mismos rasgos flexionales -persona y número-: se arrepintieron. Podría haber dicho:
Yo me arrepentí de lo que hice, y también tendría una construcción pronominal.
Ahora bien, una vez detectada una construcción pronominal, tendremos que
determinar cuál es la función del pronombre.
Sigamos adelante:
6 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 8

4) Se venden estas casas.

Alumna: Es impersonal.
Profesora: No.
Alumna: No es una construcción pronominal.
Profesora: ¿Por qué no?
Alumna: Porque las casas no se venden a sí mismas.
Profesora: Todavía no nos referimos a esa función en especial. Estamos viendo
solamente si la relación entre el verbo, el pronombre y el sujeto de ese verbo es de
correferencialidad o no, y si el pronombre es oblicuo o no. Hasta aquí, sólo tratamos de
definir esto. En este sentido, 4) es una construcción pronominal.

5) Se vende.

Esta también lo es. Pero comparemos:

6) Te vendo estas casas.

Ya no es una construcción pronominal, porque el pronombre no comparte los


rasgos flexionales del verbo ni la referencia.
Ahora, veamos los distintos tipos de construcciones pronominales. La gran división
que podemos trazar, mirando el índice, es entre 1.1.1, 1.1.2 , en cuyos casos se forma
parte de la estructura argumental del verbo, y, del otro lado todos los demás casos, en que
no sucede lo mismo. Es más: esta gran diferencia es la que hace que, en el primer grupo,
el pronombre que integra la construcción pronominal tenga función sintáctica, mientras
que en el resto de los casos no la tenga y sea un signo de cuasirreflejo, que además, en
algunos casos, tendrá un matiz pasivo o, en otros, impersonal.
Bien. Las construcciones pronominales de 1.1.1 son reflejas. Hablaremos de se
reflexivo, pero se trata de casos como:
Gramática 20071C/T-P 8 Apuntes Sim 7

1) Los chicos se bañan todas las mañanas. 3ª pl.


cod

2) Pedro se considera un genio. 3ª s.


cod

3) El señor se dio una palmada en el cachete. 3ª s.


coi cod

4) Nosotros nos lavamos de mañana. 1ª pl.


cod

En todos estos casos tenemos construcciones pronominales. En todos la persona


del pronombre es correferencial con el sujeto y el verbo, y no es oblicuo. A propósito he
puesto el ejemplo 4) para señalar que lo que digamos para estas construcciones
pronominales no será válido sólo para la forma se, sino para todas las personas. De todos
modos, se lo denomina se reflexivo. Sus características son las siguientes. En primer
lugar, este se, así como los otros pronombres: me, te, nos, etc., forman parte de la
estructura argumental del verbo. En segundo lugar, son anafóricos, es decir, remiten a
algo ya nombrado en la oración, en tanto son correferenciales con el sujeto de la oración.
Como vemos, son objetos -directos e indirectos-: el referente del objeto coincide con el
referente del sujeto. En tercer lugar, estos pronombres reflexivos admiten el refuerzo a sí
mismo:

Los chicos se bañan a sí mismos todas las mañanas.


Pedro se considera a sí mismo un genio.
El señor se dio a sí mismo una palmada en el cachete.
Nosotros nos lavamos a nosotros mismos de mañana.
8 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 8

Ya veremos el caso de los recíprocos, y cómo el caso 4) admite dos


interpretaciones. Por ahora, consideramos "cada uno de nosotros se lava a sí mismo". En
el caso del recíproco, la interpretación será "nos lavamos mutuamente".
En cuarto lugar, como adelantamos, el pronombre tiene función sintáctica. En 1), 2)
y 4) es complemento de objeto directo, mientras que en 3) dado que hay un complemento
de objeto directo, [una palmada], [se] será complemento de objeto indirecto.
Verán en el texto de Di Tullio un caso que también consideraremos objeto indirecto
a los fines del análisis sintáctico: el dativo posesivo. Se ve en una oración como esta:

Juan se peina las canas.

El dativo posesivo se usa, en general, para las partes del cuerpo o para prendas
personales. Es decir, todo lo que se denomina propiedades inalienables. Otro ejemplo:

Me duelen los brazos.

Me, en caso dativo, es un dativo posesivo porque son mis brazos. De hecho, en
inglés o en francés hay que usar obligatoriamente un pronombre posesivo también en el
objeto directo: mis brazos.
Veamos un ejemplo un poco más complejo:

PVS
[ [ Mei ] reprochabai [ a mí mismai ] [mii mal humor] ] SD: yoi
coi nv coi cod

Desde el punto de vista semántico, el índice del sujeto desinencial es [i], el mismo
índice que corresponde a [me], al verbo, a [a mí misma] y a [mi]. El núcleo verbal es
[reprochaba], y [mi mal humor] es complemento de objeto directo: Me lo reprochaba.
Podemos realizar esta prueba, pero no la de la pasiva, en este caso. Y, finalmente, el
complemento de objeto indirecto está reduplicado: [me] y [a mí misma].
Gramática 20071C/T-P 8 Apuntes Sim 9

Y tenemos también aquí una construcción pronominal reflexiva. Insisto -y por eso
traigo ejemplos con otras personas, como este- en que, a pesar de hablar de se reflexivo,
no se trata sólo de esa forma. Hay construcciones pronominales reflexivas con todas las
personas. Vean:

Vos te reprochás a vos mismo tu mal humor.


Todos nos reprochamos a nosotros mismos nuestro mal humor.
María se reprochaba a sí misma su mal humor.

Lo que sucede es que el problema es con las múltiples variantes de se, como
veremos. Pero no perdamos de vista que hay muchos casos en que lo que digamos
valdrá para todas las personas. El reflexivo es uno de estos casos.
Ahora, pasemos a 1.1.2.: el se recíproco, que, en sentido estricto, vale para todas
las personas del plural: nosotros/nosotras, ustedes, vosotros/vosotras, ellos/ellas. El
ejemplo típico es:

SS PVS
1) [ [ Juan y María ] [ [ se ] aman ]
cod nv

Es equivalente a:

[ [Juan] [ama [a María] ] y [ [María] [ama [a Juan] ]


cod cod
[Pac.] [Pac.]

Lo caracterizamos así. En primer lugar, resulta evidente que se es argumental,


porque el verbo amar exige un Paciente. Lo que sucede es que se realiza este papel
temático y es mutuo: cuando desarmamos la oración, en un caso es [María] y en el otro,
[Juan]. En la 1ª del plural, el pronombre nos funciona de la misma manera: Nosotros nos
10 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 8

amamos. En segundo lugar, el se recíproco admite estos refuerzos: unos a los otros,
mutuamente, o entre sí. En tercer lugar, el sujeto siempre estará en plural, ya sea que su
núcleo flexione en número plural, o que se trate de un sujeto plural por coordinación. De
hecho, siempre en el recíproco está subyacente esta idea de coordinación entre
suboraciones, y la referencia cruzada de la interpretación. En cuarto lugar, las funciones
sintácticas, nuevamente, podrán ser las de complemento de objeto directo y complemento
de objeto indirecto. En 1), se es complemento de objeto directo. Un caso de complemento
de objeto indirecto es el siguiente:

Los franceses [se] besan [ambas mejillas]


coi cod

Vean que, dependiendo del refuerzo, podemos tener un reflexivo o un recíproco:

Juan y María se lavan las manos a sí mismos. Reflexivo


Juan y María se lavan las manos mutuamente. Recíproco

Ahora bien, los usos reflexivos y recíprocos son agentivos, esto es, requieren un
Agente o un Experimentante y un Paciente o Tema.
Veamos algunos casos en que no podemos decir exactamente lo mismo.

1) Juan [se] hirió [la pierna]


coi cod

Esta oración no admite el refuerzo a sí mismo. Sin embargo, el verbo es transitivo,


[la pierna] es complemento de objeto directo y se es complemento de objeto indirecto. En
estos casos, algunos autores hablan de Agente involuntario. Lo cierto es que este sujeto
[Juan] no lleva a cabo la acción de herirse, como tampoco en [María se quebró el fémur
patinando]. En estos casos, se no es reflexivo. Podría serlo en 2):
Gramática 20071C/T-P 8 Apuntes Sim 11

2) Juan se hirió.
cod

Aquí cabría interpretar que se autoinfligió la herida, admitiría el refuerzo: a sí


mismo, y en ese caso se es complemento de objeto directo.
Ahora, veamos estos dos casos:

3) Fui a la peluquería y [me] corté [el pelo]


coi cod

4) Juan [se] construyó [una casa]


coi cod

Evidentemente, cuando decimos algo como 3) no somos nosotros mismos quienes


nos cortamos el pelo. Es más, en otras lenguas hay que decir: me hice cortar el pelo. Por
supuesto, es posible decir Me corté a mí mismo el pelo, pero no en casos como 3), ni 4):
es posible que se haya construido solo la casa, pero, en general, cuando se dice Juan se
construyó una casa, se interpreta que contrató a alguien para que le construyera la casa.
Bien. Estas oraciones se denominan causativas, y siempre tienen la interpretación
de: hizo que_____. Así, 3) se interpreta Hice que me cortaran el pelo, y 4), Juan hizo que
le construyeran una casa. En ambos casos, el pronombre no es reflejo ni recíproco, pero
es argumental y cumple función sintáctica.
Ahora pasamos al otro gran grupo: el de las construcciones cuasirreflejas. En todos
los casos que veremos a partir de ahora el pronombre no cumple función sintáctica. se lo
considera una marca sintáctico-semántica de muchos verbos. En general, la presencia de
se permite el contraste entre un verbo usado con significado transitivo y con significado
intransitivo. Por ejemplo, entre Juan movió la mesa y Juan se movió del lugar,
respectivamente. En muchos otros casos, cambia el significado de la unidad léxica: no es
lo mismo ir que irse. De hecho, cambia totalmente la dirección: uno va hacia algún lado, y
se va de algún lado. Son dos verbos distintos, según tengan o no el pronombre personal.
12 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 8

Comencemos por los casos que Di Tullio denomina de se intransitivizador. Esto


quiere decir hay verbos que tienen una forma transitiva sin el pronombre, y otra intransitiva
con el pronombre. Este es el se más frecuente del español.

SS PVS
1) [ [El apagón] [ asustó [a las mujeres] ]
cod [Pac.]
SS [Pac.]
2) [ [ Las mujeres ] [ se asustaron (por el apagón)] ]
scr

En 1), [a las mujeres] es complemento de objeto directo, y semánticamente es un


Paciente. En 2) lo que era objeto directo pasa a ser sujeto, pero mantiene el mismo papel
temático. [El apagón], que era sujeto en 1), en 2) es un adjunto circunstancial de causa, es
decir, el verbo intransitivizado ya no lo requiere como un argumento. El verbo asustar es
transitivo, mientras que asustarse es intransitivo. El Tema, aquí Paciente porque es
[+animado], de la versión transitiva sigue siendo Paciente en la versión intransitiva, pero
adquiere la función sintáctica de sujeto.
Esta capacidad de volver intransitivo un verbo transitivo se da con verbos que
denotan procesos, cambios de estado o cambio de posición. Por ejemplo, con los verbos
ergativos, es decir, aquellos que denotan un proceso que se realiza espontáneamente:

3) [El fuego] chamuscó [la carne]


cod [T.]

SS [T.]
4) [La carne] [ se chamuscó]
scr
Gramática 20071C/T-P 8 Apuntes Sim 13

Puedo decirlo como en 4), sin hacer ningún tipo de referencia al agente del
proceso.
Este se intransitivizador es entonces un signo de cuasirreflejo (scr). Otros lo llaman
índice de cuasirreflejo. Es lo mismo. Lo que se está diciendo con este término es que este
se no es argumental, que no tiene función sintáctica, y no se está diciendo nada acerca de
qué denota ese pronombre, salvo que convierte, en estos casos, un verbo transitivo en
intransitivo. Hay otros dos casos en que sí agregaremos un matiz: cuando es pasivo y
cuando es impersonal. En seguida lo veremos.
3) es la forma transitiva, donde [la carne] es Tema y es complemento de objeto
directo. En la versión intransitiva de 4), [La carne], que sigue siendo tema, es el sujeto de
la oración y desaparece el Agente o Causa.
Decimos, por ejemplo, Las vacaciones se arruinaron, y no se sabe si se arruinaron
por la lluvia, por el malhumor de la familia, o por lo que fuera. Si quiero expresarlo, lo diré
usando la forma transitiva: Las lluvias arruinaron las vacaciones.
Cabe aclarar que este no es un proceso general. Puedo decir [Juana mató las
hormigas del jardín], pero no [Las hormigas se mataron], como intransitivización de la
oración anterior. Esta oración es posible, pero tiene otras interpretaciones. La primera
tiene que ver con los pronombres ya vistos: supongamos que encontramos, en un
contexto ficcional, personajes de hormigas con la capacidad de suicidarse. En ese
contexto, por ejemplo una novela, una oración como Las hormigas se mataron nos
muestra un se reflexivo, no un cuasirreflejo. Y la segunda corresponde a un Agente
existente, pero que no se conoce. Ese se es pasivo: lo veremos dentro de un rato.
Ahora bien, los verbos de cambio de posición presentan una dificultad: parecen
reflexivos, pero no lo son. Consideremos:
SS [Ag.] PVS
1) [ [Juan] [ levantó [ la caja] ]
cod [T.]
SS PVS
2) [ [Juan] [ se levantó] ]
scr
14 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 8

En 1), [Juan] es sujeto y Agente, y [la caja] es complemento de objeto directo y


Tema. Tenemos un verbo transitivo clásico: levantar. En 2), no tenemos un se reflejo.
Vean que no podemos reforzar: Juan se levantó a sí mismo.
En 1) podemos disociar claramente el Agente del Tema y, si fuese un Paciente,
como en [Juan levantó a María], igualmente puedo disociar Agente y Paciente. En cambio,
en la versión intransitiva el Agente y el Paciente no se disocian: son lo mismo. Por eso se
no es argumental, sino un signo de cuasirreflejo.
Ahora bien, esto no vale sólo para la 3ª persona sino para todas: me levanté, te
levantaste, etc. Y lo mismo hay que decir del se intransitivizador.
En cambio, veremos a continuación el se impersonal y el se pasivo, que sólo valen
para la 3ª persona. Ahora sí, entonces, tenemos solamente la forma se. Veamos ejemplos
de se impersonal:

1) [En ese país no se lee nada que llegue de afuera]


scri

2) [Aquí se protesta todo el tiempo]


scri

3) [ Se está tranquilo ahí]


scri

4) [ Se crece mejor si se come bien]


scri

Doy todos estos ejemplos porque los verbos son diferentes desde el punto de vista
semántico. En principio, todos estos se son signos de cuasirreflejo. y en todos los casos
se supone la existencia de un argumento externo, un Agente, que no es definido. Ante 1)
podríamos preguntar quién no lee nada en ese país que llegue de afuera. No se sabe: es
Gramática 20071C/T-P 8 Apuntes Sim 15

indefinido. En 2), tampoco se sabe quién protesta. Sabemos, por la semántica del verbo,
que ese Agente debe tener el rasgo [+humano], pero además hay que agregarle el rasgo
[-definido]. En 3), ¿quién está tranquilo? No se sabe si se trata de todo el mundo, de la
gente, de alguien, etc. En 4), podríamos suponer que los chicos crecen mejor si comen
bien, pero es una generalización. Desde el punto de vista discursivo, se supone que se
utilizan estas estructuras porque es irrelevante la mención de ese Agente. Si fuese
relevante, lo diríamos. Por ejemplo:

1) En ese país, la gente del gobierno no lee nada que llegue de afuera.
2) Aquí el grupo X protesta todo el tiempo.
3) Los ancianos están tranquilos ahí.
4) Los chicos crecen mejor si comen bien.

Entonces, desde el punto de vista de la intención, no importa mencionar el Agente


de las acciones. Y, desde un punto de vista sintáctico, se considera que hay un sujeto
arbitrario. No hay sujeto sintáctico: estas oraciones son impersonales, de la misma
manera que lo son las oraciones con el verbo haber o las oraciones con verbos climáticos.
Alumna: En el uso pasivo tampoco se menciona al Agente.
Profesora: Pero es totalmente distinto. En las estructuras con se pasivo no es
posible mencionar al Agente. Y sobre todo, la característica semántica del Agente de
estas oraciones impersonales con se es, repito, [-definido].
Alumno: ¿Se puede hablar de una intención de universalizar?
Profesora: Sí, de generalizar.
Alumno: En la 4) ¿no está implícito [los chicos] en el verbo crecer?
Profesora: No, porque podría referirse a los animales.
Cuando uno ve un cartel que dice Se vende, es obvio que aquello que se vende es
lo que está debajo del cartel, supongamos, una casa. Y es claro que no es un se pasivo,
porque la paráfrasis Es vendida no es posible.
Ahora bien, en todos los casos que estamos viendo no tenemos ninguna marca de
sujeto. Atendamos ahora a la semántica de los verbos. En 1), leer es un verbo transitivo;
16 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 8

en 2), protestar es intransitivo e inergativo; en 3), estar es copulativo; y en 4), crecer es


intransitivo inacusativo.
Veamos este caso:

5) [ Se vende ] *[Es vendida]


scri

Nuevamente, se aquí es signo de cuasirreflejo impersonal. No puedo transformar


[Se vende] en una pasiva: *[Es vendida]. Ahora, comparemos:

PVS SS [T.]
6) [ Se vende ] [ esta casa ] ]
scrp

7) [Se venden [ estas casas]]


scrp

La función sintáctica de [esta casa] en 6) es sujeto: la prueba la tenemos en 7) la


concordancia con el verbo. De manera que no puedo decir que 6) y 7) sean oraciones
impersonales: tienen sujeto. Lo que sí puedo hacer es parafrasear estas estructuras por
una pasiva de este tipo:

SS PVS
8) [ [Esta casa] [es vendida [por la inmobiliaria] ] ]

Lo que produce confusión aquí es el papel temático del sujeto, que es Tema. Esto
hace que al realizar la prueba de la pronominalización, se llegue a confusiones. Suele
decirse *Se la vende, y a partir de ahí, se considera [esta casa] como complemento de
objeto directo. Sin embargo, la prueba de que es sujeto es, como dijimos, que manifiesta
concordancia en persona y número con el verbo. Cada vez que encuentren estructuras
Gramática 20071C/T-P 8 Apuntes Sim 17

donde tienen un papel temático de Tema, no lo adjudiquen automáticamente a la función


objeto directo: presten atención, y hagan dos pruebas: el pasaje a una pasiva, y el cambio
de número y persona del verbo. Porque tanto 6) como 7) son estructuras semánticamente
pasivas no perifrásticas, donde se es un signo de cuasirreflejo pasivo.
Estas estructuras prohíben la mención del Agente, pero no son como las
impersonales con se. Vean:

Esta casa es vendida por la inmobiliaria X.


*Se vende esta casa por la inmobiliaria X.

Insisto: son estructuras semánticamente pasivas. Y no son de toda persona, sino


sólo de 3ª, pero esta 3ª puede ser singular o plural. En cambio las estructuras
impersonales son sólo de 3ª singular.
El siguiente ejemplo suele traer complicaciones:

PVS SS
9) [ [ Se sabe ] [ que los candidatos están peleados ] ]
scrp

Saber es un verbo transitivo, y es imposible intransitivizarlo: no es un verbo de


cambio de posición, ni de movimiento, ni de proceso. Ahora, pensemos: si en lugar de una
proposición tuviéramos un sintagma nominal, veríamos en seguida la función sujeto:
SS
Se sabe [el resultado]
SS
Se saben [esas cosas]

Y además, podemos decir:

[Es sabido que los candidatos están peleados]


18 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 8

Esta también es una forma pasiva. Y es innecesaria la mención del Agente. No


decimos habitualmente Es sabido por la gente que los candidatos están peleados.
La función entonces de la proposición de 9) es sujeto. Si hubiéramos
pronominalizado, instantáneamente hubiéramos dicho: complemento de objeto directo. Sin
embargo, es sujeto. Y se es un signo de cuasirreflejo pasivo.
Digo que es un ejemplo difícil porque tengo una proposición, lo cual me impide
hacer la prueba anterior de la concordancia: no hay proposiciones en plural. Pero sí puedo
hacer la prueba de una paráfrasis por la versión perifrástica de la pasiva.
Presten atención, porque el error tiene su lógica: ese sujeto es semánticamente el
Tema.
Vamos a exponerlo de otro modo. En 9), lo primero que hay que hacer es
demostrar que tenemos una construcción pronominal. A continuación, hay que analizar
cuál es la función de se. En primera instancia, uno podría pensar que la construcción [se
sabe] es impersonal, y la proposición es complemento de objeto directo. Pero las
proposiciones no tienen número singular o plural. Entonces, si hacemos las
transformaciones antedichas a sintagmas nominales, podremos detectar si hay
concordancia con el verbo. Si verificamos esto, hay que prestar más atención. En segundo
lugar, en realidad, la de 9) es una construcción pasiva, salvo que no es perifrástica. Y
justamente, otra prueba de que lo es consiste en parafrasearla por una construcción
pasiva perifrástica, donde lo único que cambio es la construcción pronominal por una
perífrasis verbal pasiva: Es sabido que los candidatos están peleados. Pero está todo
relacionado: esta es la otra cara del objeto directo.
Alumna: No entiendo. ¿Es pasiva porque el sujeto va detrás?
Profesora: Es cierto que va detrás, pero no es esa la razón, sino que podría decir lo
mismo con una estructura pasiva perifrástica.
Alumna: ¿Las dos son pasivas?
Profesora: Claro, y en las dos la proposición es el sujeto. La diferencia es que en la
perífrasis verbal, el verbo adopta una forma pasiva, mientras que en la pasiva con se el
Gramática 20071C/T-P 8 Apuntes Sim 19

verbo adopta una forma activa, e integra una construcción pronominal. Justamente, el se
de la construcción pronominal es la marca de la pasiva.
Alumna: Pero la forma normal de la pasiva es la perifrástica.
Profesora: No. En primer lugar, no hay formas normales. Pero es interesante
destacar que en español usamos muy poco la forma pasiva perifrástica, y muchísimo más
la pasiva con se. Cuando vuelvas a tu casa, agarrá el diario y contá cuántas pasivas
perifrásticas encontrás y cuántas pasivas con se: el número de estas últimas es mucho
mayor. Usamos la forma perifrástica cuando es absolutamente imprescindible la mención
del Agente. O sea que no es lo normal, sino lo que vos conocías. El uso más marcado es
el de la perifrástica, mientras que el uso menos marcado, o sea, el más común, es el de la
pasiva con se.
Alumno: ¿La razón de que la proposición sea sujeto [en la oración 9)] es que el se
intransitiviza?
Profesora: No. Una oración como 9) presenta dos elementos que nos "hacen
ruido". El primero es que en esa estructura el sujeto sintáctico es semánticamente el
Tema. Pero además, en segundo lugar, estamos en una estructura activa. Cuando
estamos en una estructura pasiva perifrástica pasa lo mismo, con la salvedad de que el
sujeto sintáctico es Tema, y sobre todo, hay concordancia de manera evidente, entonces
no nos crea problemas. En cambio en 9), la concordancia es, en buena medida neutra,
porque una proposición no tiene ni género ni número. Por eso hay que recurrir a
sintagmas nominales: Se sabe eso, Se saben esas cosas. Y al pasar a la estructura
perifrástica pasiva, el participio no sólo concuerda en número sino en género con el sujeto:
Es sabido eso, Son sabidas esas cosas.
Bien. Ahora, comparemos estos casos:

PVS SS
1) [ [ Se abrió [ la puerta ] [ para que entrara todo el mundo ] ]
scrp

SS PVS
20 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 8

2) [ [ La puerta ] [ se abrió sola ] ]


scr

SS PVS
3) [ [ Juana ] [ abrió [ la puerta ] ]
cod

En 1) y 2), la función sintáctica de [la puerta] es sujeto. En 3) es complemento de


objeto directo, lo cual nos dice que el verbo abrir es transitivo.
Alumna: En 2) el se es intransitivizador?
Profesora: Sí. De hecho, la puerta no se abre a sí misma, así que no es reflexivo.
Y, como pueden ver, ese verbo transitivo en 2) es intransitivo; y además, hay un proceso.
¿Qué sucede en 1)?
Alumna: Es pasivo.
Profesora: ¿Por qué?
Alumna: Porque hay un sujeto.
Profesora: Claro. Si fuese [las puertas], concordaría: se abrieron. Además podemos
transformar la oración en una pasiva perifrástica: La puerta fue abierta para que entrara
todo el mundo. Y seguimos con un Agente [-definido]; no sabemos quién abrió la puerta.
Entonces marcamos se en 1) como signo de cuasirreflejo pasivo.
Vayamos al punto 3. de nuestro índice, que corresponde a se como formante del
lexema verbal. Esto quiere decir que va a aparecer en la entrada del diccionario por
separado.
Alumna: ¿Abrir y abrirse también tienen entradas distintas en el diccionario?
Profesora: No. En la misma entrada, vas a encontrar: transitivo e intransitivo.
Alumna: Entonces, es un mismo lexema.
Profesora: Exactamente. En cambio, ir e irse son dos verbos totalmente distintos.
Dentro del punto 3., entonces, tenemos dos tipos: se diacrítico y se obligatorio. El
primero es, justamente, un se que diferencia entre un verbo pronominal y otro que no es
pronominal. Son dos verbos, con dos significados distintos y regímenes distintos. No es lo
Gramática 20071C/T-P 8 Apuntes Sim 21

mismo que ocurra algo y que se me ocurra algo. El primer significado es "suceder", el
segundo es "pensar", "imaginar".
Vean este otro contraste: Negó las acusaciones. / Se negó a hablar.
Hay algunos casos que están en una zona intermedia entre el intransitivizador y la
marca léxica.
Algo que cuesta muchísimo a los que aprenden español como segunda lengua es
cuando el se marca aspecto, por ejemplo, entre dormir y dormirse. El primer verbo es el
"estado de estar durmiendo", mientras que el segundo es el "entrar en el sueño".
El se obligatorio es el que aparece en algunos verbos que sólo tienen formas con
se. Por ejemplo: quejarse. No existe *quejar. Otros: enterarse, dignarse a, desentenderse
de, etc. Este pronombre se forma parte del verbo. Y, nuevamente, habría que decir el
pronombre, porque es válido para todas las personas: yo me quejo, vos te quejás, él se
queja, nosotros nos quejamos, etc.
El último caso es el se estilístico, de un uso muy marcado en nuestra zona. Se usa
siempre con cuantificadores, y puede omitirse. Por ejemplo: Me leí todos los libros de la
biblioteca. Evidentemente, puedo decir Leí todos los libros de la biblioteca. También es
para todas las personas. Este pronombre no está absorbiendo ningún argumento. Sólo
tiene un valor estilístico, y sólo se da en los casos en que hay un complemento de objeto
directo determinado, con un cuantificador. Recuerden la canción de la Mona Jiménez: Se
tomaron todo el vino.
Alumna: ¿También es un signo de cuasirreflejo?
Profesora: La verdad es que es un se estilístico, no un signo de cuasirreflejo.
Alumna: ¿Y en el caso anterior del se obligatorio?
Profesora: En el análisis, márquenlo como un signo de cuasirreflejo, aunque en
realidad uno debería marcar todo el verbo con el pronombre incluido.
Mi recomendación para este tema es que lean el texto de Di Tullio lo más rápido
posible. No dejen estacionar este tema, porque es difícil.
***
Versión completa: Damián Grimozzi
Cod. 22

Gramática

Fecha: 29/05/07
Teórico № 18 Prof.: Guiomar Ciapuscio

Contenido: Guía VI: Las clases de palabras: el verbo / Clases funcionales.

Profesora: Buenas tardes. Hoy vamos a terminar con el tema de las clases de
palabras, para lo cual nos resta completar el repertorio de las palabras léxicas, y
considerar luego la otra gran clase: la de las categorías funcionales. En todos los casos,
para categorizar cada clase recurriremos a propiedades morfológicas, sintácticas y
semánticas.
La última clase de palabras léxicas que nos resta es el verbo, que es el centro de la
predicación. A partir de lo visto en otros temas -morfología y sintaxis-, ustedes ya conocen
gran parte de la información que hoy les daré. Haremos entonces una recapitulación y nos
referiremos a algunas características aún no vistas.
La primera distinción a trazar respecto de los verbos es entre las formas finitas o
flexionadas y las no finitas. Las primeras son las que integran el paradigma de las
conjugaciones y, en tanto lo hacen, manifiestan las categorías morfológicas propiamente
verbales, es decir, tiempo, modo y aspecto. Las formas no finitas o no flexionadas incluyen
tres subclases: el infinitivo, el participio y el gerundio.

formas finitas o flexionadas


Verbo infinitivo
formas no finitas participio
gerundio
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 18

Las formas finitas, además de manifestar las categorías propias o inherentes al


verbo, también expresan en su flexión otras dos categorías morfológicas: número y
persona. Son las que, en virtud de la concordancia, permiten al verbo concordar en
número y persona con el sintagma nominal que funcione como sujeto. dicho más
específicamente hay dos clases de categorías morfológicas vinculadas al verbo: por una
parte, las que le son inherentes: tiempo, modo y aspecto; por otra, las que son nominales,
adquiridas y relativas al contexto sintáctico: número y persona.
Consideremos ahora en detalle la subclase de las formas finitas o conjugadas.
Precisamente es el hecho de ser finitas lo que les permite ser formas especializadas en la
predicación. Al ser formas flexivas, pueden insertarse en el nivel oracional, y realizar la
relación de predicación. Entrando ya en el nivel sintáctico, desde el punto de vista
funcional, las formas finitas del verbo están especializadas en ser núcleos del predicado
verbal. También sabemos que ser el elemento nuclear implica, en este caso en el
sintagma verbal, ser el elemento rector de todo el sintagma.
En este sentido, desde el punto de vista sintáctico, el verbo rige o selecciona la
cantidad de complementos que -de acuerdo con la particular naturaleza léxica del verbo
del que se trate- le son necesarios para realizar su predicación. Desde el punto de vista
semántico, este elemento nuclear de la predicación, exige una serie determinada de
argumentos, y una serie determinada de papeles temáticos que esos argumentos deben
cumplir.
En términos sintácticos, podemos observar también esta capacidad rectora del
verbo en los casos en que el complemento exigido esté llenado por un pronombre: el
verbo exige que ese pronombre se manifieste en una categoría determinada de caso. Por
ejemplo, si el pronombre está en función de complemento de objeto directo, debe estar en
caso objetivo -lo, la, las, etc.-. Si el pronombre están en función de objeto indirecto, deberá
estar en caso dativo -le, les-. La competencia rectora del verbo respecto de sus
complementos también se manifiesta con ciertos verbos que exigen que su complemento
esté encabezado por una preposición determinada -y no por cualquiera-. En estos casos,
la función es la de complemento preposicional. Decimos, en este sentido, que ciertos
Gramática 2007/Teórico 18 Apuntes Sim 3

verbos poseen un régimen preposicional, esto es, rigen o seleccionan de manera


exclusiva una preposición específica. Por ejemplo, aspirar a, depender de, etc.
En cuanto a su significado, el verbo designa determinado evento en un sentido
amplio del término -sucesos o estados-. Estos eventos señalados se dan siempre en un
momento determinado del tiempo. Si ensayáramos una clasificación general, podríamos
decir que, desde el punto de vista semántico, tenemos por un lado verbos que designan
estados y, por otro, verbos que designan eventos en sentido estricto. La diferencia entre
un estado y un evento es la siguiente. Los estados carecen de dinámica; son propiedades
o atributos, por ejemplo, estados cognitivos o sentimentales de un sujeto. me refiero a
verbos como saber, conocer, amar o parecer. En ningún caso este tipo de verbos implica
la idea de [+cambio]. Los verbos de estado son durativos. Por el contrario, los verbos de
evento tienen incorporada a su naturaleza léxica el sentido de [+cambio]. Ahora, me
refiero a verbos del tipo: construir, romper, cruzar, comer, etc.
En términos globales, desde el punto de vista semántico, toda la clase de los
verbos designa eventos en sentido amplio, los cuales están temporalmente localizados en
virtud de la capacidad flexiva de los verbos y las categorías morfológicas que le son
propias.
Ahora bien, a partir de su constitución interna, estos eventos temporalmente
localizados son percibidos de acuerdo a determinadas perspectivas aspectuales. En el
español, tenemos una distinción muy marcada: aspecto perfectivo y aspecto imperfectivo.
Por otro lado, en virtud de la categoría morfológica inherente de modo, estos eventos son
localizados, de acuerdo con el punto de vista del individuo, como algo real o como algo
irreal, como algo deseado, etc.
Consideremos ahora las formas no finitas. En primer lugar, hay que señalar que
muchos manuales las han denominado verboides; el término quiere dar la idea de que se
asemejan a los verbos pero, en sentido estricto, no lo son. Sin embargo, la literatura
gramatical actual prefiere referirse a ellos bajo el rótulo de formas no finitas o formas no
flexionadas.
En primer lugar, consideramos el ángulo morfológico. Cada una de estas tres
formas -infinitivo, participio y gerundio- posee sus propias características morfológicas.
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 18

Veremos en seguida que este carácter de no flexionado debe restringirse un poco en el


caso particular del participio.
En español, los infinitivos cuentan con una desinencia muy característica, que se
construye con la vocal temática del verbo más un morfema de infinitivo. La vocal temática
indica la conjugación a la cual pertenece el verbo. En español tenemos tres posibilidades:
verbos de vocal temática en -a -1ª conjugación-; verbos de vocal temática en -e,
correspondientes a la 2ª conjugación, y verbos de vocal temática en -i, que conforman la
3ª conjugación. El morfema de infinitivo es siempre el mismo, realizado por la vibrante /r/.
El participio, desde el punto vista morfológico, es una forma con dos subclases:
participio no concordado y participio concordado. Consideremos los siguientes contextos:

SS PVS
1) [ [Las elecciones] [ serán realizadas el domingo próximo] ]
nv
SS PVS
2) [ [El gobierno] [ha realizado su opción] ]

En ambos casos estamos ante participios, que reconocemos por la presencia de


los sufijos: -adas y -ado. Pero la composición interna del sufijo es diferente. En 1),
tenemos: una vocal temática -a-, un morfema dental de participio -d-, una vocal -a- que
marca género, y una -s de plural. Vemos que en 1) el contexto oracional presenta un
sintagma nominal que manifiesta las categorías morfológicas de género y de número: [Las
elecciones]. En el sintagma verbal, el núcleo es una perífrasis: [serán realizadas], que
manifiesta la concordancia con el sujeto. Decimos que este es un caso participio
concordado.
Es posible testear la concordancia recurriendo a la prueba de variar las categorías
morfológicas del sintagma nominal sujeto. Por ejemplo, puedo variar género y número
reemplazando el sujeto por otro masculino y singular:
Gramática 2007/Teórico 18 Apuntes Sim 5

SS PVS
[[El evento] [será realizado el domingo próximo]]
nv

Necesariamente, tendré que concordar el participio con las mismas categorías


morfológicas que presenta el sujeto, es decir, deberá ser masculino y singular: [realizado].
Los participios concordados son aquellos que flexionan y concuerdan con el sintagma
nominal al cual están modificando.
En 2), desde el punto de vista morfológico, el sintagma nominal que cumple la
función sujeto manifiesta las categorías de masculino y singular. Ahora bien, ante esta
información, yo podría pensar que, nuevamente, me voy a encontrar con un participio
concordado; sin embargo, si en este caso cambio las categorías propias del sintagma
nominal, el participio permanece invariable:

SS PVS
[[Las naciones] [han realizado su opción]]
nv

Esto indica que estamos ante un participio invariable. Es el participio con el que
formamos los tiempos compuestos de los verbos.
Respecto de los diferentes temas que hemos estado viendo, y respecto a los que
seguiremos viendo, siempre es recomendable que cada uno haga un ensayo mental, es
decir, que recurra a su competencia de la lengua para buscar ejemplos y verificar lo que
les estamos diciendo. Por ejemplo, desde el punto de vista morfológico, si repasamos los
verbos de las diferentes conjugaciones, veremos que hay distintas vocales de enlace en la
formación de participios. Para la 1ª conjugación, tenemos la vocal -a, como en realizado;
para la 2ª y la 3ª, la vocal es -i como en tenido o salido.
El participio no concordado tiene un sufijo estable que, independientemente del
número y el género del sintagma nominal al que se refiera, permanecerá constante e
invariable: -do.
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 18

Consideremos el gerundio. Desde el punto de vista morfológico, su conformación


es estable: amando, leyendo, saliendo, etc. Si ustedes juegan con lo distintos verbos del
español, comprobarán que, en el gerundio, hay un sufijo que permanece estable: -ndo. En
cuanto a las posibilidades de la vocal temática, ésta varía de acuerdo con la conjugación a
la que pertenezca el verbo. Nuevamente; para los verbos de 1ª conjugación, tendemos -a,
como en saltando, y tanto para 2ª como para 3ª, la forma -ie. A estos formantes de vocal
temática se les suma el sufijo invariable -ndo.
Ahora consideremos qué categorías verbales son las que aparecen en las formas
no finitas del verbo. Básicamente, manifiestan un significado aspectual. Pero no hacen de
la misma manera que las formas finitas. Estas últimas expresan su significado aspectual
por medio de la flexión -tal es el contraste entre los tiempos perfectos e imperfectos-,
mientras que este otro tipo de formas verbales no conjugadas manifiestan el aspecto de
manera inherente, como una categoría verbal propia de cada una de las formas no finitas.
Justamente, será el aspecto la categoría que nos permita contrastar a estas tres formas
entre sí.
Veamos primero el gerundio:

1) Estoy viniendo de la cancha.


2) Sigo esperando tu llegada
3) Van ordenándose los acontecimientos.

Desde el punto de vista aspectual, es bastante evidente que aquello que el


gerundio señala es la acción en su duración, es decir, el aspecto durativo. El gerundio
manifiesta la acción en su transcurso, en su proceso.
El participio, en cambio, significa la acción como terminada o finalizada: [ha venido].
Es decir, el participio presenta el proceso indicado por el verbo como algo terminado, o en
su carácter perfectivo. En este sentido, decimos que las formas participiales tienen un
significado resultativo: marcan el producto, el resultado del proceso como terminado.
El infinitivo, finalmente, marca la máxima tensión del proceso, vale decir, cuando
aún no ha sido desarrollado. Consideremos estos casos:
Gramática 2007/Teórico 18 Apuntes Sim 7

Rompió a llorar.
Voy a salir.
Sabe cantar.

En general, y siempre desde el punto de vista aspectual, el infinitivo es utilizado


para señalar significados de tipo incoativo, esto es, significados vinculados al inicio de la
acción, a su principio. Esta terminología es una herencia de la gramática latina: incoativo
significa "acción en el sentido de su inminencia", una acción que está en su inicio.
Ahora bien, tal como ustedes ya han estudiado, las perífrasis verbales mantienen
estos rasgos aspectuales de su verbo auxiliado o principal. Las perífrasis construidas con
participio manifiestan un significado perfectivo o resultativo, las de infinitivo conllevan o
marcan el inicio de la acción, y la perífrasis de gerundio suelen indicar duración. vale decir,
su significado aspectual indica el aspecto progresivo de la acción.
Pero el ángulo más complejo de las formas no finitas del verbo está en el plano de
la sintaxis. Desde el punto de vista sintáctico, las formas no finitas pueden actuar de dos
maneras. En primer lugar, pueden hacerlo conservando su naturaleza verbal, en cuyo
caso, toman los modificadores que les correspondan. Pero, en segundo lugar, cada forma
no finita puede funcionar como otro tipo de categoría: los infinitivos, como sustantivos; los
participios, como adjetivos; y los gerundios, como adverbios.
Por lo tanto, estas formas no finitas participan simultáneamente de una naturaleza
verbal y de una no verbal.
Veamos estos funcionamientos:
SS PVS
1) [ [Fumar en lugares prohibidos] [ es su pasión] ]

Lo primero, como ya hemos señalado, es atender al verbo para reconocer la


concordancia. A partir de allí, inferimos la estructura básica de sujeto y predicado. En 1) el
sujeto es [Fumar en lugares prohibidos] y el predicado es [es su pasión], con un núcleo
[es] y un predicativo subjetivo [su pasión]. Atendamos ahora al análisis interno del sujeto.
Comprobamos que es sujeto porque podemos reemplazar toda la estructura por un
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 18

pronombre: Eso es su pasión. Pero el problema que se nos presenta es que,


evidentemente, dentro del sujeto, tenemos una estructura articulada a partir de un
elemento que, desde el punto de vista morfológico, es un infinitivo: fumar. Entonces,
tenemos que atender al contexto inmediato en el que se encuentra inserto este infinitivo.
En este caso, el infinitivo aparece como aquel elemento que nuclea a los demás
participantes del sintagma sujeto. Nosotros ya sabemos que el sujeto sintáctico de una
oración es una función que pueden cumplir los sintagmas nominales o los pronombres.
Por lo tanto, concluimos que esta estructura, organizada alrededor del infinitivo, funciona
como un sintagma nominal. Dentro de la estructura interna del sintagma nominal, el
infinitivo [fumar] es núcleo: al actuar en este contexto con su naturaleza nominal, le otorga
esa categoría a todo el sintagma. Sin embargo, hacia el interior del sintagma, [fumar] está
funcionando con su naturaleza verbal, lo cual verificamos a partir de la presencia de un
modificador: [en lugares prohibidos]. Si cotejamos con otro núcleo prototípicamente
nominal, como silla o mesa, veremos que no admite ese tipo de complemento. Es más,
inclusive podemos agregar otro modificador y, de esta manera, hacer más evidente su
carácter verbal:

[Fumar [cigarros] [en lugares prohibidos]


nv cod adj.c.l.

Respecto del infinitivo, [cigarros] está funcionando como objeto directo, cosa que
podemos verificar, en este caso, mediante la pronominalización: fumarlos. Y, por su parte,
[en lugares prohibidos] actúa sintácticamente como un adjunto circunstancial de lugar.
En síntesis, al interior del sintagma en el que participa como núcleo, el infinitivo
funciona con su naturaleza verbal, mientras que hacia fuera, en su relación con el
sintagma verbal, equivale funcionalmente a un sujeto, que realizado por un sintagma
nominal. Como última prueba, es posible -pero no necesario- agregar un especificador al
al sujet, lo cual muestra aún más que ese infinitivo tiene carácter nominal: El fumar
cigarros en lugares prohibidos es su pasión.
Ahora, consideremos este caso:
Gramática 2007/Teórico 18 Apuntes Sim 9

SS PVS
2) [ [El fumar [del consejero ] ] [es intolerable] ]
esp n comp. prep. nv pso

Nuevamente tenemos un infinitivo actuando como sujeto: [El fumar del consejero].
Sin embargo, la estructura sintáctica de este sintagma nominal es completamente
diferente de la anterior. Tenemos un especificador [el], que modifica a [fumar] y que no
puede ser eliminado sin producir una secuencia agramatical: *[Fumar del consejero es
intolerable]. A diferencia de 1), en este caso el artículo es necesario y obligatorio. Esto es
así porque el infinitivo fumar está funcionando exclusivamente de manera nominal,
completamente despojado de su naturaleza verbal. Si bien hay un complemento
preposicional, [del consejero], este complemento es un modificador exigido por el nombre.
En términos estrictos, no tenemos una estructura de tipo verbal. Incluso, en este contexto,
podríamos agregar complementos de tipo adjetivo sobre la estructura ya existente, lo cual
mostraría su naturaleza netamente nominal: El continuo fumar del consejero.
En cambio, en aquellos contextos en los que el infinitivo está funcionando con su
naturaleza verbal, lo que podríamos agregar es un adverbio: El fumar continuamente
cigarros en lugares prohibidos. Desde el punto de vista sintáctico, los adverbios se
caracterizan por modificar, precisamente, a elementos verbales.
En síntesis, de acuerdo con el contexto, las formas de infinitivo pueden estar
desempeñándose con su naturaleza verbal -y, por consiguiente, tomar los complementos
que le correspondan- o, por el contrario, pueden funcionar sólo con su naturaleza
nominal.
Alumna: En la primera oración, cuando el sujeto funciona como verbo al interior del
sintagma, ¿cómo analizo lo que me queda en ese sintagma?
Profesora: Todavía no hemos entrado en ese tema. Pero puedo adelantar que en
este nivel no puede ser analizado: es preciso "bajar" la estructura y analizarla en tanto
sintagmas verbal.
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 18

Con el participio sucederá algo semejante: habrá contextos en los que se


manifieste fuertemente con su naturaleza verbal, y otros en los que se comporte como
adjetivo. Comparemos:

1) [Los estudiantes aturdidos buscaban el aula]


2) [Los estudiantes aturdidos por los gritos de la calle...]

En 1), [aturdidos] actúa como adjetivo, cuya función típica es la de modificador de


un núcleo nominal, en este caso, [Los estudiantes]. En cambio en 2) tenemos el participio
tomando modificadores propiamente verbales, como lo es el complemento de causa [por
los gritos de la calle].
Veamos como también encontramos este doble funcionamiento en los gerundios:

1) [Trayendo malas noticias] se decidieron a dormir]


2) [Las personas llegaron llorando]

En 1), el gerundio [trayendo] está funcionando con un régimen verbal: selecciona


un complemento de objeto directo, realizado por [malas noticias]. Pronominalizamos:
Trayéndolas.
En 2), el gerundio [llorando] está funcionando como un adjunto adverbial del núcleo
verbal [llegaron].
Desde el punto de vista semántico, las formas no finitas no se distinguen de las
formas finitas, en tanto también señalan eventos Ahora bien, en virtud de ser meras
formas finitas, sólo tendrán un significado aspectual: no podrán cargar con un significado
de tipo temporal. Es decir, a diferencia de las formas flexivas o conjugadas, las formas no
finitas no pueden fijar o determinar el momento de la acción. Su semántica está, entonces,
vinculada -de manera inherente para cada una de ellas- a la categoría del aspecto.
Ahora veamos las clases funcionales. Cuando hicimos el contraste con las
categorías léxicas ya hemos señalado algunos de sus rasgos generales. Las categorías
funcionales se distinguen de las léxicas por el tipo de significado que manifiestan. Las
Gramática 2007/Teórico 18 Apuntes Sim 11

categorías funcionales no presentan significados léxicos, sino significados o contenidos de


tipo gramatical. Han sido llamadas también palabras vacías, pero en realidad no carecen
de todo significado, sino que, insisto, el tipo de significado es distinto del de las palabras
léxicas. Estas últimas tienen un contenido descriptivo inherente que, en principio, nos
permitiría hacernos una imagen mental del objeto designado: perro, gato, libro, etc. Ahora
bien, consideramos palabras funcionales a formas como el, ese, mucho, poco, y, pero,
porque, etc. Resulta muy difícil hacerse una imagen mental de estas formas. Pero esto no
quiere decir que las clases funcionales estén vacías de significado. Simplemente, no
poseen un significado léxico sino información gramatical o relacional. Por ejemplo, en el
caso particular de los determinantes, conllevan información sobre la palabra a la que
acompañan.
Dentro de las clases funcionales, vamos a distinguir dos grandes grupos: los
determinativos o especificadores y las conjunciones. A su vez, dentro del primer grupo,
consideramos dos sublcases: los determinantes y los cuantificadores.
Los determinantes incluyen: los artículos definidos -el, lo, los, las, etc.- y los
indefinidos -un, unos, una, etc.; los pronombres posesivos -su, tu, mi, etc.-; y los
demostrativos -este, esta, ese, estos, etc.-. Los cuantificadores incluyen, por ejemplo, los
pronombres indefinidos -varios, pocos, muchos, algunos, etc.-, en todos los casos, con
todas las variantes de género y número que correspondan. Los cuantificadores
manifiestan número o cantidad, ya sea esta definida o indefinida. Los determinantes, tal
como su denominación lo indica, son los que determinan al nombre, es decir, introducen el
sustantivo que sigue y dan información sobre su número, género, proximidad, posición,
posesión, etc.
Dentro de las clases funcionales, los determinantes y los cuantificadores son los
dos tipos de elementos que pueden cumplir funciones especificativas. Ahora bien, de
acuerdo con lo que acabamos de decir, no sólo hay pura información gramatical, sino que,
además, dentro de esta gran bolsa de las categorías funcionales, también hay algunos
rasgos de información léxica.
Por otro lado, tenemos la subclase de las conjunciones, dentro de las cuales
vamos a distinguir dos tipos: coordinantes y subordinantes. En ambos casos, nos vamos a
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 18

encontrar con elementos especializados en la unión de miembros de otras clases, esto es,
las léxicas.
Los coordinantes -y, pero, o, así, etc.- son palabras especializadas en unir
elementos de un mismo nivel sintáctico. Las conjunciones subordinantes, en cambio, son
palabras especializadas en conectar elementos de distinto nivel jerárquico. Precisamente,
subordinan, unen una estructura de un nivel inferior con otra de mayor jerarquía sintáctica:
que, porque, quien/es, cuyo/s, cuya/s, etc.

determinantes
determinativos
Clases o especificadores cuantificadores
Funcionales coordinantes
conjunciones
subordinantes

Las palabras funcionales tiene entonces significado gramatical, esto es, significado
relacional. Ahora bien, este tipo de significado relacional se encuentra de manera
prototípica en las conjunciones. La misma semántica de la palabra nos indica que,
precisamente, su función o especialidad es la de unir a otras unidades.
En primer lugar, dentro de los dos grandes grupos de palabras funcionales, nos
ocuparemos de los determinativos o especificadores. Desde el punto de vista morfológico,
el panorama de los determinativos es muy heterogéneo. En general -esto vale para todas
las clases funcionales- no resulta posible establecer rasgos fijos o caracterizadores. En
principio, los determinativos pueden o no manifestar categorías morfológicas, mientras
que las conjunciones son más predecibles.
También hay diferencias en las conjunciones: los coordinantes son
morfológicamente invariables, mientras que, de los subordinantes, algunos son variables y
otros son invariables. De este último tipo son porque, aunque o que. A su vez, existe un
tipo de subordinantes que constituyen una clase peculiar: los pronombres relativos, que
Gramática 2007/Teórico 18 Apuntes Sim 13

son morfológicamente variables en género y número -la cual, quien, quienes, el que, la
que, lo que, cuyo, cuyas, cuyo, etc.-, y se distinguen de las conjunciones subordinantes.
Los subordinantes en general se caracterizan por introducir estructuras subordinadas en el
marco de una oración o estructura mayor. La diferencia está, como veremos con detalle,
en que los pronombres relativos cumplen función sintáctica al interior de la estructura
subordinada, mientras que las conjunciones subordinantes no lo hacen. Estos pronombres
relativos -tal como lo demuestra su sola enumeración- pueden variar en género y número.
Como adelantamos, los determinativos tienen como función principal determinar el
alcance de las palabras que introducen. Esta determinación puede ser realizada, según el
caso, de manera diversa. Por ejemplo, si queremos conformar una oración gramatical con
un sujeto cuyo núcleo sea un nombre común en singular, requeriremos un elemento que
lo actualice, ya sea un determinante o un cuantificador. Veamos:

*[libro es interesante]
[El libro es interesante]
[Muchos libros son interesantes]
[Mi libro es interesante]

Los sustantivos comunes no pueden formar sintagmas por sí solos: necesitan un


elemento que los determine. Decimos, por lo tanto, que la función básica del determinante
o del cuantificador consiste en actualizar la referencia y, al mismo tiempo, conformar un
sintagma gramatical. Desde un punto de vista semántico, el sintagma debe permitirnos
denotar un individuo; y a la vez, en este contexto, comprobamos que un sintagma
gramatical debe tener una referencia en el mundo.
Suele decirse que el artículo determinado -el, la, los, las- es el actualizador por
antonomasia. Pero no es el único elemento que puede cumplir esta función, sino también
los pronombres demostrativos -este, ese, aquel-. Estos demostrativos se ocupan de
darnos información acerca de la cercanía o lejanía relativa del objeto de referencia.
También podemos determinar a través de la cuantificación:
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 18

1) Me compré dos libros en la Feria.


2) Los primeros libros que leí me encantaron.

En 1) la determinación está realizada por el cardinal, [dos]; en 2) encontramos un


cuantificador ordinal [primeros] combinado con un artículo [los]. Como se ve, con los
cuantificadores podemos lograr el mismo efecto de actualización. Finalmente, en el plano
morfológico es bastante transparente que los determinativos pueden manifestar, tanto la
categoría nominal de género como la de número.
Ahora bien, desde el punto de vista sintáctico, la función sintáctica propia de los
determinativos es la de ser especificadores. En este sentido, su función sintáctica de
especificadores del nombre ha provocado que, durante mucho tiempo, se los haya
ubicado en la misma bolsa en que se ubicaba a los adjetivos. En la bibliografía
encontrarán material suficiente respecto de esta discusión.
Desde el punto de vista semántico, los determinantes son un grupo limitado de
elementos, que se refieren a otras palabras a las cuales no agregan contenido léxico, sino
que las delimitan en su alcance. Por su parte, los cuantificadores denotan, en términos
semánticos, información ligada a la cantidad.
A continuación voy a introducir un tema que quedará, simplemente, presentado y
que, la semana próxima, será objeto de un desarrollo más acabado. Se trata del hecho de
que muchos determinativos cuentan con una naturaleza pronominal; y esto hace que, en
algunos contextos, no funcionen como especificadores y, por consiguiente, puedan
funcionar solos. Me refiero a elementos tales como los pronombres posesivos, los
demostrativos y los indefinidos con significado cuantificacional -varios, muchos, algunos,
etc.-:

1) [Todos los consejeros se levantaron]


2) [Todos se levantaron]

En 1), y en el sintagma nominal que funciona como sujeto, identificamos un núcleo


[consejeros] y, en posición prenominal, dos elementos determinantes: [los], un artículo
Gramática 2007/Teórico 18 Apuntes Sim 15

definido y [todos], un cuantificador, que señala, desde el punto de vista semántico, a la


totalidad de los individuos -en este sentido, se lo ha definido como cuantificador universal-.
Vean que no es posible invertir el orden: el sintagma se volvería agramatical. La
acumulación de especificadores requiere respetar un orden fijo: primero el cuantificador y
después el artículo. La función sintáctica de ambos determinativos es la de especificar al
núcleo nominal, es decir, darle referencia.
En 2) tenemos la demostración de que el cuantificador universal puede funcionar
solo, dado que es posible elidir el sintagma nominal [los consejeros]. Lo mismo sucede
con otros cuantificadores, como algunos, muchos, etc. Es evidente entonces que existe
una doble naturaleza en muchos especificadores pronominales.
Esto nos enfrenta con un problema tradicional de la gramática referido a este grupo
de palabras: estos elementos especifican, pero, a la vez, también son pronombres y, en
tanto tales, pueden funcionar sin un nombre explícito. Los pronombres pueden funcionar
en reemplazo del nombre y, de esa manera, pueden conformar, por sí solos, un sintagma
nominal. En el caso de que acompañen al nombre, son especificadores; en el caso de que
se presenten solos, son núcleos del sujeto. En este segundo contexto, el problema
clasificatorio queda planteado de manera evidente: tenemos una clase funcional que se
está comportando como una clase léxica.
De acuerdo con la perspectiva teórica en la cual se inscriba cada gramático, hallará
una manera distinta de resolver este problema tradicional. Nosotros vamos a detenernos
con atención en la clase particular de los pronombres y en su doble comportamiento léxico
y funcional.
Alumno: ¿Por qué no podemos considerar a [consejeros] como un especificador de
[todos]?
Profesora: Creo que estás confundiendo la sintaxis con la semántica. Desde el
punto de vista sintáctico, el sustantivo [consejeros] es núcleo del sintagma y, como tal, es
el elemento que le otorga esa categoría al sintagma y el que dirige las conexiones
sintácticas, entre las cuales se incluye un especificador particular. Los sintagmas se
conforman a partir de clases de palabras léxicas, que constituyen su núcleo. si el núcleo
es un nombre común, requiere ser especificado. Por lo tanto, en el contexto del primer
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 18

ejemplo, el pronombre está funcionando de acuerdo a lo que pide el núcleo sustantivo;


está en función de especificador, particularmente, de cuantificador.
A su vez, en términos sintáctico-estructurales, la palabra [todos] es un elemento
capaz de remplazar al conjunto del sintagma del que participa. Ahora bien, este reemplazo
hará perder cierta información específica. Consideremos que, si esto fuera un diálogo, el
contexto nos permitiría recuperar la referencia señalada por el pronombre. Por ejemplo:

A - Todos los consejeros se levantaron.


B - ¿Todos se levantaron?

No hay dificultades para interpretar la referencia. Aunque no hayamos entrado


todavía en los pronombres, podemos anticipar que uno de sus rasgos es la capacidad de
cargarse con significados diversos ligados a la situación.
Ahora concentrémonos en las conjunciones. En primer término, veamos los
coordinantes. Desde el punto de vista morfológico, los coordinantes son invariables.
Desde el punto de vista sintáctico, lo que hacen es relacionar palabras con igual función.
Por ejemplo:

Nombres: [gatos] y [perros]


Adjetivos: [raro] pero [interesante]
Proposiciones coordinadas: [El frío fue tremendo] y [distintas zonas tuvieron cortes de luz].

A diferencia de los subordinantes, los coordinantes no forman parte integrante de


ninguno de los miembros que unen. Es decir, el coordinante une sin quedar integrado en
el resto de las estructuras.
Los coordinantes tienen posición fija. El elemento coordinante se ubica en el medio
de los miembros que une, con independencia de la categoría gramatical a la que ambos
pertenezcan.
Dentro de los coordinantes, distinguimos cuatro subclases. En primer lugar, la
coordinación copulativa, del tipo y -porque y es su coordinante típico-. En términos
Gramática 2007/Teórico 18 Apuntes Sim 17

semánticos, la coordinación copulativa tiene el significado [+unión]. En segundo lugar, la


coordinación disyuntiva, realizada típicamente por el coordinante o, cuyo valor es el de
alternativa o elección. En tercer lugar, la coordinación adversativa, cuyas conjunciones
típicas son pero y sino. Ejemplos de este tercer tipo de coordinación: [No es tonto sino
reflexivo], [Es lento pero reflexivo]. Desde el punto de vista semántico, la adversativa pone
en contraposición los elementos, establece una relación contraria entre los miembros que
une. En cuarto lugar, la coordinación consecutiva, que marca la relación de consecución.
Su elemento coordinante típico es así que: [Se hizo tarde así que me fui].

Copulativa (y)
Conjunciones Disyuntiva (o)
coordinantes Adversativa (pero)
Consecutiva (así que)

Todos los subtipos de coordinación comparten el significado de "unión" y, además,


comparten el hecho de relacionar palabras o estructuras en un mismo nivel sintáctico.
Además de estos coordinantes, existen los elementos que suelen caracterizarse como
matizadores o reforzadores; son palabras del tipo también, tampoco, además, sin
embargo, etc. Estos reforzadores suelen acumularse junto con los conectores de
coordinación. En términos semánticos, los coordinantes tienen un significado relacional:
unen estructuras.
Veamos para terminar los subordinantes, siempre considerando la información
morfológica, sintáctica y semántica. Al igual que los coordinantes, desde el punto de vista
morfológico las conjunciones subordinantes -con excepción de los pronombres relativos-
son palabras invariables. Son elementos como porque, aunque, que. Los subordinantes
realizados por pronombres relativos sí varían, como ya señalamos. Desde el punto de
vista sintáctico, todos los subordinantes se caracterizan por introducir estructuras
predicativas llamadas proposiciones, dentro de la oración principal. Estas estructuras
predicativas, a las que llamamos proposiciones, quedan incorporadas dentro del esquema
18 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 18

oracional, esto es, cumplen dentro de la oración principal determinadas funciones


sintácticas. Por ejemplo:

[Dijo [(que llegaría tarde)]

Tenemos un subordinante [que], el cual introduce una proposición sustantiva. Este


[que] es la marca de la subordinación: introduce la proposición sustantiva que está, en
términos sintácticos, funcionando como complemento de objeto directo, exigido por el
verbo decir, que requiere necesariamente un papel temático de Tema.

[No vino a clase (porque estaba enfermo)]

En ese caso, tenemos un subordinante invariable [porque], el cual está


introduciendo una proposición adverbial de causa: [porque estaba enfermo] y que,
justamente, en el marco oracional, se encuentra desempeñando una función de adjunto
causal.
El subordinante aunque es propio de las proposiciones concesivas. Por ejemplo:

[Aunque tiene mucho trabajo, sigue siendo solidario]

Lo que hacen las conjunciones subordinantes es introducir estructuras


subordinadas que, en el marco de la oración más general, cumplen una determinada
función sintáctica. Pero la conjunción en sí no cumple una función sintáctica al interior de
la proposición.
Justamente, al respecto, los pronombres relativos nos van a traer problemas más
complejos. Veamos:

[Las elecciones (que se realizan el domingo) han calentado la situación política]


Gramática 2007/Teórico 18 Apuntes Sim 19

Veamos el sintagma nominal que funciona como sujeto. En su interior encontramos


una estructura interna compleja. Sabemos que el sujeto es [Las elecciones que se
realizan el domingo] porque concuerda con la perífrasis verbal de tiempo compuesto [han
calentado]. Evidentemente, el núcleo del sujeto es el sustantivo [elecciones], el cual, a su
vez, cuenta con un especificador en concordancia con el núcleo: [Las]. A continuación,
tenemos uno el elementos [que], mencionado como subordinante, que, justamente,
advierte sobre la presencia -dentro de la estructura principal- de una estructura
subordinada. A su vez, esta proposición subordinada, ubicada en el sujeto, está
cumpliendo, necesariamente, una función sintáctica respecto del núcleo nominal
[elecciones]. Para comprobar la existencia de esta relación entre el núcleo y la
proposición, puedo recurrir a una paráfrasis que reemplace la proposición subordinada por
alguna palabra que conserve el sentido primario. Por ejemplo: Las elecciones venideras
han calentado]. Con esta paráfrasis, logro clarificar la categoría de toda la construcción; si
he reemplazado [que se realizarán el domingo] por [venideras], esto indica que toda la
construcción desempeña la función típica del adjetivo: complemento del nombre.

[Las elecciones (que se realizan el domingo)] SN (sujeto)


esp n cpl nominal
(prop. sub. relativa)

Por lo tanto, toda la proposición introducida en el sintagma nominal sujeto está


funcionando sintácticamente como un complemento del núcleo nominal [elecciones].
Ahora bien, el elemento [que] introductorio no el mismo que subordinante conjuntivo, sino
que este es un pronombre relativo. Decimos que este que es un pronombre relativo
porque se trata de una forma que se carga con el significado de su antecedente. Y, si
observan con atención este contexto, el pronombre relativo está ocupando el lugar de
[elecciones].
En este caso, el pronombre relativo [que] cumple dos funciones sintácticas. Por una
parte, hacia el exterior de la proposición y respecto del sintagma sujeto, marca la
subordinación y permite identificar la proposición. Por otra parte, el que relativo también va
20 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 18

a cumplir una función sintáctica hacia el interior de la proposición. Desde el punto de vista
de su significado, reemplaza a [elecciones], vale decir, se carga con el significado del
núcleo del sujeto. Así, cuando bajamos la proposición también consideramos el
pronombre:

SS PVS
[ [que] [se realizan el domingo]]
n adj. circ. t.

Dentro de la estructura subordinada, el sujeto es [que], porque remite a [las


elecciones]. Por lo tanto, como pronombre, este [que] se está cargando con el sentido de
su elemento antecedente y está desempeñando, hacia el interior de la proposición, la
función sintáctica sujeto. Junto a él, tenemos un verbo y un adjunto circunstancial de
tiempo.
Ahora bien, si pensamos en las clases de palabras ¿de qué clase es este elemento
que? En el marco del sintagma nominal, hacia el exterior de la proposición, actúa como
clase funcional: introduce una estructura, relaciona dos estructuras. Pero al mismo tiempo,
hacia el interior de la proposición, y en tanto funciona como núcleo del sujeto, se
comportando como una clase léxica.
Veremos que este doble funcionamiento, no sólo sintáctico sino también, a veces,
categorial, reaparece en otras formas pronominales.
Seguimos el jueves

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod. 19

Gramática

Fecha: 31/05/07
Teórico № 19 Prof.: Guiomar Ciapuscio

Contenido: Guía VII: Coordinación.

Profesora: Buenas tardes. En la clase de hoy voy a ir cerrando temas que han
quedado pendientes de diferentes Guías. Con respecto a la Guía VII, veremos la
distinción entre coordinación y subordinación, y con respecto a la Guía I, veremos el texto
de Bühler, que nos abrirá los temas de la parte final de la materia, los cuales podemos
reunir bajo el término general de Gramática y uso o Gramática y Pragmática. Esta última
parte comienza con la Guía VIII de pronombres, una clase de palabras complicada, que
nos obliga a toma en cuenta factores que están por fuera del sistema lingüístico; si se
quiere dar de ellos una explicación adecuada, hay que considerar informaciones de
contexto tales como los roles de hablante y oyente, y otros. La Guía IX, Modalidad,
también está vinculada con la gramática y el uso, la gramática y el hablante. Y por último,
dedicaremos las últimas clases al tema de la Guía X: Gramática y variación, donde
consideraremos las diferencias de uso lingüístico de acuerdo a coordenadas geográficas,
sociales, etarias, grupales, etc. Es decir, el uso del sistema en contextos específicos. Con
esto cerraremos la materia.
En medio de estos desarrollos, tendremos el parcial, cuya fecha es el 21 de junio,
como siempre, en el horario de teóricos.
Alumna: El texto de Bühler estaba incompleto.
Profesora: No. Lo he verificado, y el problema es que son distintas ediciones. Las
que manejan ustedes no coinciden con mi edición en cuanto a la paginación, en base a la
cual yo confeccioné la Guía. Pero los contenidos del material que tienen son los correctos.
Alumna: No está el libro de Giammatteo y Albano.
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 19

Profesora: Te referís a ¿Cómo se clasifican las palabras? Es un libro, por ese


motivo no está en fotocopiadoras. Lo pueden conseguir en Biblos. El libro contiene otros
temas, además de los indicados en la Guía de Clases de Palabras, vinculados a la
sintaxis. No les vienen nada mal. Pero sí quisiera hacer una aclaración: en el tema de las
palabras funcionales, y especialmente de los determinativos, hay una errara debida
seguramente a un problema de impresión: las remisiones de los determinantes débiles y
los fuertes están invertidas, de lo cual se darán cuenta en seguida al leerlo. Existe también
un material previo a este libro de Gimmatteo y Albano: una Ficha de Cátedra de Opfyl
llamada Clases de palabras, muy útil y vigente. Ahora no la imprimieron, pero puede haber
remanentes. Además, para este tema tienen el libro de Di Tullio.
Vamos a redondear nuestra distinción entre coordinación y subordinación. Las
lecturas obligatorias para este tema son tres, sobre las cuales quiero decirles unas
palabras, y ordenar el tema según dos de esas lecturas. En primer lugar, tienen El
comentario gramatical, de Ofelia Kovacci, capítulo 13; en segundo lugar, un capítulo del
libro de Di Tullio; y, en tercer lugar, un material que seguirán viendo hasta el fin del
cuatrimestre: la Ficha de Cátedra Proposiciones subordinadas.
Quiero referirme particularmente a los dos primeros textos. Ambos tratan
parcialmente el mismo tema; pero tengan en cuenta al leerlos que las orientaciones
teóricas de una y otra -cosa que suele pasar casi siempre en Gramática y en Lingüística-
no coinciden en cuanto su concepción de determinados fenómenos gramaticales. Ofelia
Kovacci fue la titular de esta materia durante muchos años. Ella tiene una aproximación
estrictamente estructuralista, mientras que Ángela Di Tullio intenta presentar en su
Gramática una adaptación didáctica de uno de los modelos generativos, esto es,
chomskianos. Por lo tanto, hay ciertas rispideces -para decirlo metafóricamente- entre uno
y otro texto, sobre todo en de Di Tullio respecto del de Kovacci. Sin embargo, nada de
esto impide la comprensión de ambos textos, y además nosotros haremos las
aclaraciones que sean necesarias.
Ya hemos dicho varias veces a lo largo del curso que la coordinación y la
subordinación son dos tipos de relaciones estructurales fundamentales en la gramática del
español y de las lenguas naturales en general. Ambos tipos de relaciones unen
Gramática 2007/Teórico 19 Apuntes Sim 3

elementos, salvo que la coordinación lo hace esencialmente entre elementos de la misma


jerarquía, mientras que la subordinación relaciona elementos de distinta jerarquía.
Ahora bien, hemos definido el sintagma (SX) como la expansión de un núcleo X -
utilizo X para representar cualquiera de las distintas clases de palabras léxicas que
pueden ser núcleo de sintagma-:

X → SX
SX → X + Mod./Comp.n

Esta fórmula significa que un sintagma (SX) debe leerse como un núcleo (X) más
un número de modificadores o complementos a la enésima potencia, es decir, una
cantidad que no determinamos porque estamos generalizando, y dependerán de la
naturaleza categorial del núcleo de que se trate. Estos modificadores o complementos
están en relación de dependencia respecto del núcleo, dado que hemos definido a este
último como aquella palabra rectora que comanda y determina el número de argumentos y
los papeles temáticos que esos argumentos tienen que cumplir. Podemos ejemplificar con
el caso más complejo, el del sintagma verbal:

SV → V + Comp. (+ Adj.)

Los paréntesis indican el carácter opcional de los adjuntos.


Bien: todas las relaciones de dependencia que hemos estado trabajando entre los
núcleos de los sintagmas y sus modificadores son relaciones de subodinación, un término
que ahora focalizaremos en un nivel más complejo. Pero esas relaciones de dependencia
de los complementos respecto del núcleo -ya fuera en el sintagma verbal, en el nominal,
en el adjetival, etc.- son de dependencia estructural. El núcleo es el que comanda, y los
modificadores están subordinados a ese núcleo.
La coordinación, por el contrario, normalmente es una relación estructural que
vincula constituyentes -término relacional que puede remitir a palabras, sintagmas u
oraciones- de la misma categoría, y en la misma jerarquía. Por ejemplo:
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 19

Tonto y retonto

SAdj. + SAdj.

Los miembros unidos por el coordinante y, el más prototípico de la coordinación,


son adjetivos. Podría expandir ambos constituyentes sin perder la relación de
coordinación:

Muy tonto y requetetonto

Y también la coordinación podría unir sintagmas oracionales:

SO + SO [ __ __ ] y [ ___ ___ ]

Los corchetes, en un grado más alto de simbolización, expresan dos proposiciones


coordinadas, cada una con su sujeto y su predicado.
Pero hay que señalar también que a veces -por eso antes modalicé: normalmente-
la relación de coordinación puede unir elementos heterocategoriales, es decir,
constituyentes que no pertenezcan a la misma categoría. Por ejemplo:

1) Es [listo] y [de armas llevar]


SAdj. SPrep.

2) Es [cordial] y [muy buen amigo]


SAdj. SN

3) Me alteró [su mala educación] y [que rehuyera mi mirada]


SN Prop. sub. sust.
Gramática 2007/Teórico 19 Apuntes Sim 5

Vamos de lo más simple a lo más complejo. En todos los casos tenemos el


coordinante prototípico de la coordinación llamada copulativa -es decir, la mera unión de
elementos-. En 1), está uniendo un sintagma adjetival con uno preposicional, constituido
por lo que ya han visto como locución -es decir, una estructura lexicalizada, fija: de armas
llevar tiene un significado unitario, que no surge de la suma de los significados de sus
elementos, prueba de lo cual es el hecho de que no permite intercalar otros elementos-.
Lo central en nuestro ejemplo 1) es que la coordinación se da entre dos sintagmas de
distinta categoría.
En 2) tenemos un sintagma adjetivo coordinado con un sintagma nominal, dado
que su núcleo es un nombre. Y en 3), tenemos una coordinación más compleja: el
coordinante une, por un lado, un sintagma nominal y, por otro, una proposición sustantiva.
La coordinación es posible porque funcionalmente son equivalentes; pero son estructuras
diferentes.
Veamos ahora las características de las conjunciones coordinantes y las
subordinantes. Ya vimos las más importantes en la clase pasada, al abordar las clases
funcionales. Ahora veamos con más detenimiento los distintos tipos de conjunciones de
acuerdo con las relaciones semánticas que transmiten.
Los coordinantes son, desde el punto de vista sintáctico, una marca una función
que une los elementos coordinados, pero que no quedan integrados en ninguno de estos.
En los tres ejemplos que acabamos de dar vemos que el coordinante está en el medio
pero fuera de cualquiera de los dos miembros coordinados.
Consideremos ahora los subordinantes.

1) [ Pretendía [(que lo nombraran asesor)]


nv conj. sub cod
prop. sub. sust.

2) [No sabía (si vendría)]


nv c.s. cod

prop. sub. sust.


6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 19

En ambos casos, que y si son subordinantes. Si recuperamos lo que acabamos de


decir sobre los coordinantes, está claro que los subordinantes, en cambio, quedan
incluidos en la estructura que introducen. No están afuera, simplemente marcando función
de coordinación. En los dos casos tenemos proposiciones subordinadas sustantivas, las
cuales tienen valor argumental y, en ambos casos, tienen una función de complemento de
objeto directo.
Ahora bien, el carácter de integrado del subordinante dentro de la estructura que
introduce se hace evidente realizando las pruebas que acostumbramos hacer en
gramática, por ejemplo, la de permutación. Si quiero cambiar el orden de los miembros,
tendré que hacer una paráfrasis para lograr una oración gramatical: Que lo nombraran
asesor era lo que pretendía. Lo que muestra la permutación es que, al mover la estructura
subordinada, el subordinante se mueve junto con la estructura que introduce.
Esta unión estrecha que existe entre el subordinante y la estructura que introduce
se muestra también mediante otras pruebas sintácticas, como lo son la de negación y la
de cuantificación, esto es, modificar la totalidad de la proposición subordinada mediante
elementos que niegan o que cuantifican.
Partamos de una oración base como esta:

[Salió (porque hacía frío)]

La oración principal incluye una proposición adverbial de tipo causal, introducida


por el subordinante porque, que yo puedo someter a negación, lo cual afectará a toda la
estructura subordinada incluyendo el subordinante:

[Salió [no (porque hiciera frío)]

Y ahora veamos qué sucede si cuantifico:

[Salió sólo (porque hacía frío)]


Gramática 2007/Teórico 19 Apuntes Sim 7

El adverbio cuantificador sólo modifica a toda la estructura subordinada, en su


totalidad, algo que sería imposible en el caso de la coordinación.
Otra diferencia es que los coordinantes no pueden acumularse. No puedo, por
ejemplo, decir:

*Bajó la desocupación y pero los precios no bajaron.

En cambio sí puedo acumular subordinante tras subordinante, siempre que las


subordinadas correspondan a distintos niveles jerárquicos. Vean este ejemplo:

[El problema [son los precios (que, (cuando suben), disminuyen la capacidad adquisitiva de la
gente)]]

Sólo concentrémonos en el predicado. En primer lugar, tenemos un sintagma


nominal [los precios]. En segundo lugar, un subordinante [que], de tipo relativo en tanto es
un pronombre que toma el significado de [precios]. De modo que a partir de ahí se inicia
una proposición subordinada relativa, que llega hasta el final. Dentro de esta estructura a
su vez hay otra estructura subordinada a la segunda: [(cuando suben)], que analizaremos
luego. La estructura relativa es sintácticamente un complemento del nombre, equivalente
a un adjetivo en cuanto a su función. Ahora bien, para analizar esta proposición es preciso
bajarla, porque su análisis corresponde a otro nivel jerárquico. Al hacerlo, el pronombre
relativo deberá considerarse también porque se ha cargado con el significado de su
antecedente, y tendrá una función sintáctica dentro de la proposición que analizamos
separadamente:

SS PVS
[ [(que], [(cuando suben,) disminuyen la capacidad adquisitiva de la gente)] ]
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 19

El problema es que, como adelantamos, dentro de esta proposición relativa,


encontramos otra estructura subordinada que está introducida por el subordinante cuando,
prototípico de las proposiciones adverbiales de tiempo. Por lo tanto, tenemos otro nivel de
incrustación de estructuras.
El esquema estructural jerárquico de esta oración es el siguiente:

[ ]1 Oración principal (Oración compleja)


[ ]2 Proposición relativa
[ ]3 Proposición adverbial

La proposición adverbial está incrustada en la relativa, y ésta en la principal. Y,


dicho al revés, en el Nivel 1 tenemos una oración compleja, en tanto contiene estructuras
subordinadas, en el Nivel 2 tenemos una proposición relativa y, dentro de la relativa,
reconocemos un Nivel 3, un tercer nivel jerárquico de subordinación: una proposición
adverbial, en este caso.
Cuando hay, como aquí, diferencias en los niveles jerárquicos de la subordinación,
se pueden acumular los subordinantes.
Hasta aquí las distinciones principales entre coordinantes y subordinantes. Ahora
vayamos a ciertos aspectos de los tipos de coordinantes. Aquí es donde aparecen las
mayores diferencias entre los dos textos que acabo de mencionar: el de Di Tullio y el de
Kovacci. Veamos primero el planteo estructural clásico, y luego, algunas modificaciones
menores que aparecen en el texto de Di Tullio.
Con respecto a la coordinación, Ofelia Kovacci distingue dos tipos: la coordinación
binaria y la múltiple. Como las designaciones lo indican, hay coordinaciones de dos
miembros y otras de más de dos, las cuales no tienen, en principio, una restricción
numérica.
Dentro de las múltiples, Kovacci distingue a su vez tres subtipos: yuxtaposición,
copulativa y disyuntiva, y dentro de las binarias, dos: la adversativa y la consecutiva.
Gramática 2007/Teórico 19 Apuntes Sim 9

Yuxtaposición
Múltiple Copulativa
Disyuntiva
Coordinación
Adversativa
Binaria
Consecutiva

Las primeras diferencias que podemos señalar respecto de Di Tullio son las
siguientes: en primer lugar, Di Tullio no considera la yuxtaposición; en segundo lugar,
junto con otros autores, cuestiona que la relación consecutiva -típicamente realizada por la
conjunción así que- sea estrictamente de coordinación; algunos la ubican directamente en
el territorio de la subordinación, y otros plantean reservas: la consideran un tipo de
relación fronteriza entre la coordinación y la subordinación. Consideremos un ejemplo
clásico:

Llovió, así que decidió no salir.

Realmente, entre el primero y el segundo miembro hay una relación semántica de


causa-consecuencia, y hay un esquema entonacional que está marcando ese significado
semántico. Esto hace que así que pueda ser interpretado como parte del segundo
miembro de una estructura compleja.
Volviendo al planteo estructural clásico, Kovacci considera la yuxtaposición
simplemente como una unión de elementos que no está realizada o explicitada por un
conector, como lo sería y, además o pero, sino que sólo hay un esquema entonacional -en
la oralidad- y unas marcas tipográficas -en la escritura- que realizan esa unión. Por
ejemplo:

Compró libros, revistas, diarios.


10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 19

Estas enumeraciones sin marca léxica son coordinaciones por yuxtaposición. En


principio, puedo seguir coordinando constituyentes, en la medida en que el oyente pueda
procesarlos; pero no hay una restricción gramatical en cuanto a la cantidad de elementos
coordinados por yuxtaposición.
La coordinación copulativa tiene como coordinante tipo la conjunción y, como
dijimos. Otro copulativo es ni, en el caso de una unión negada: No me gustó ni la entrada,
ni el plato principal, ni el postre. También dentro de la copulativa tenemos coordinantes
correlativos, del tipo no sólo...sino también, como en No sólo me gusta ir al cine sino
también discutir después, y otros como tanto...como.
Todos estos coordinantes sólo unen, adicionan elementos o estructuras.
La disyunción, por su parte, también es múltiple. No existe una restricción
gramatical para la cantidad de alternativas que pueden enumerarse. Por ejemplo, Todos
los candidatos a Jefe de Gobierno: Filmus o Macri o Telerman o Lozano, etc. Estoy
usando el coordinante disyuntivo prototípico: o. Semánticamente, lo que expresa, en
principio, es una alternativa.
Ahora bien, dentro de la disyunción es preciso distinguir dos subclases, como lo
hace la lógica: disyunción exclusiva y disyunción inclusiva. En la primera, sólo una de las
alternativas es verdadera, mientras que en la inclusiva puede ser una verdadera y la otra
falsa o ambas verdaderas. Por ejemplo, en Tabaco o vida -un lema que suele verse-, la
disyunción exclusiva: uno de los miembros es verdadero, por lo tanto, el otro es
necesariamente falso.
Ahora bien, otro significado del mismo coordinante o es la disyunción de
equivalencia, que está en el territorio de lo que podemos llamar globalmente disyunción
inclusiva. La disyunción de equivalencia involucra operaciones metalingüísticas, es decir,
operaciones sobre el código de la lengua. Por ejemplo, las lenguas que derivan del latín
suelen llamarse lenguas romances o neolatinas. En otro universo discursivo, se habla por
ejemplo, de arquibacterias o bacterias primitivas. En ambos casos el coordinante
disyuntivo o da opciones denominativas, alternativas para mencionar el mismo referente.
Ya no se trata de Tabaco o vida. Volviendo al nivel lógico, en la disyunción inclusiva una
de las posibilidades, como dijimos, es que ambos términos sean verdaderos. Así sucede
Gramática 2007/Teórico 19 Apuntes Sim 11

con la disyunción de equivalencia: para un mismo referente, la lengua da dos alternativas,


ambas como verdaderas. La disyunción de equivalencia permite la conmutación del
coordinante o por es decir, esto es, en otras palabras, una serie de conectores disyuntivos
que explicitan esa equivalencia semántica.
Un tercer tipo de disyunción se denomina copulativa. Aquí el coordinante o equivale
al copulativo y en cuanto a su significado. Por ejemplo: En Buenos Aires o en Montevideo
se puede escuchar buen tango, es claramente conmutable por En Buenos Aires y en
Montevideo se puede escuchar buen tango. Algunos consideran que esta es una
disyunción aparente o falsa.
En el texto de Di Tullio encontrarán una nota a pie de página, donde ella explica
que deja de lado la yuxtaposición porque, en algunos contextos, la ausencia del marcador
léxico no implica necesariamente la reposición potencial de un coordinante, sino que
también podría implicar la de un subordinante.
Vamos a las coordinaciones binarias, es decir, la adversativa y la consecutiva.
Como su nombre lo indica, la primera plantea una cierta contraposición entre los
miembros que une. Por ejemplo:

[+] [-]
1) Es [audaz], pero [insolvente]

[+] [-]
2) [Se esforzó mucho], pero [no pudo asistir]

Claramente hay una contraposición de significados, a los que podemos asignarle


una marca positiva y una negativa respectivamente. Siempre hay cierta incompatibilidad
semántica entre un miembro y el otro.
Ahora bien, dentro de la adversativa se distinguen -así lo verán en todos los textos
que leerán-:
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 19

Restrictiva
Adversativa
Exclusiva

Los casos 1) y 2) son de adversativa restrictiva. Su coordinante típico es pero: el


segundo miembro restringe al anterior.
La adversativa exclusiva, que también es binaria y también significa cierta colisión o
contradicción entre los dos miembros que se unen, tiene por conector típico sino.

3) No tiene bienes sino voluntad.


4) No sólo parece tonto sino que lo es.

Siempre que utilizamos el conector sino requerimos en el contexto anterior una


negación. Ahora bien, en 4), la estructura es sino que, donde ya este conector une
proposiciones o -como en este caso- sintagmas verbales, es decir, estructuras más
complejas.
Alumna: Pero en 3) también hay dos proposiciones porque se podría reponer: no
tiene bienes sino que tiene voluntad.
Profesora: Exactamente, es una elipsis.
Por último, Kovacci, en el planteo clásico, integra la consecutiva a la coordinación
binaria, y menciona, como todos, el coordinante así que, en tanto típico. Otro que funciona
del mismo modo es por tanto. Marcan consecución o consecuencia.
Verán que en Di Tullio el territorio de la coordinación se ve limitado al centro de
este esquema. Para ella, la coordinación incluye: copulativa, disyuntiva y adversativa. Lo
interesante en Di Tullio -que no encontrarán en este texto de Kovacci, pero que ella, en
otros artículos ha estudiado a fondo- es el de los valores semánticos de la coordinación.
Veamos primero algunos ejemplos y analicemos sus significados:

1) Tropezó, cayó y se quebró el brazo.


2) Se acostó y se durmió profundamente.
Gramática 2007/Teórico 19 Apuntes Sim 13

3) Seguí así y vas a ver lo que te pasa.

En las tres oraciones interesa ver que, en principio, tenemos coordinación, a través
del mismo coordinante y. Ahora reflexionemos, y tratemos de explicitar el significado de
cada caso. En 1) tenemos yuxtaposición y coordinante y. Pero la relación de significado
que va uniendo un miembro con otro es, por un lado, una secuencia temporal y, por otro,
una relación causa-consecuencia. En latín se habla de relaciones temporo-causales.
En 2) también encontramos una relación temporal. En 3) en cambio encontramos
algo distinto: por un lado, en el primer miembro aparece un imperativo, que no tiene el
valor de una orden sino otro valor que también se expresa con este modo -como veremos
más adelante-: el de una advertencia o amenaza. Ahora bien, a esa amenaza, sigue una
conclusión; pero dicha conclusión surge de una interpretación de todo el contexto
oracional. Todo el acto de habla, en términos pragmáticos, toda esta oración, es una
amenaza. Sin embargo, lo que me interesa focalizar hoy es la relación entre el primer
miembro y el segundo, establecida por y: semánticamente, es, nuevamente, una relación
de causa-consecuencia.
Estos valores se han denominado valores semánticos de la coordinación en
muchos estudios y gramáticas, las cuales sostienen además que la pieza que porta estos
valores es el coordinante y. La explicación es que este coordinante se ha vaciado de su
significado copulativo y adquirido un significado abstracto, que podría tomar, según los
contextos, valores temporales, valores causales, de consecuencia, etc.
Por el contrario, la explicación de Ofelia Kovacci al respecto es que, en realidad, lo
que da ese significado global a esas construcciones son los miembros coordinados, es
decir, la semántica involucrada en cada uno de los miembros de la coordinación.
Pensemos: tropezar, caer, quebrarse evidentemente están, no sólo léxicamente
vinculados, sino que hay lo que en semántica se llama relaciones de mundo, que vinculan
esos miembros de manera causal o temporal.
En síntesis, Kovacci habla de valores semánticos de los miembros coordinados,
mientras que, para Di Tullio, aquello que explica estos valores es la existencia de
inferencias pragmáticas: los receptores o intérpretes, a partir del material lingüístico,
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 19

infieren estos valores semánticos. Si bien Di Tullio se apoya en el texto de Kovacci para
hacer estas afirmaciones, en realidad hay un desplazamiento en la explicación que no es
estrictamente fiel a los trabajos de la autora que está reseñando. Porque Kovacci habla de
motivaciones semánticas de significado, mientras que Di Tullio está hablando de
inferencias pragmáticas.
En este último terreno es que quiero entrar en lo que nos resta de la clase. La
definición clásica de pragmática considera que es aquella parte del estudio del lenguaje
que se ocupa de la relación entre los signos y los usuarios de los signos, es decir, los
hablantes y los interlocutores -en el caso del discurso oral- y los escritores y los lectores -
en el caso del texto escrito-. La pragmática es aquella disciplina que se ocupa del uso
lingüístico; del empleo del lenguaje en relación con sus usuarios.
Alumna: ¿Corresponde a lo que es el habla para Saussure?
Profesora: En cierto sentido, el habla para Saussure es el ejecución por parte del
individuo de la lengua. Son conceptos vinculados, pero con el término pragmática nos
referimos a un campo más amplio aun que con el término habla, porque nos referimos a
los usuarios, tanto hablantes como intérpretes, e involucramos además la situación
comunicativa, o, desde otros análisis, el contexto, es decir, todo lo que implica la puesta
en uso del lenguaje en una situación por parte de sujetos que se quieren comunicar entre
sí.
Las inferencias pragmáticas son aquellos razonamientos que los intérpretes hacen
en la situación comunicativa. Se trata de una interpretación concreta en situación, a partir
de cierto material lingüístico. Para realizar estas inferencias, los individuos no sólo usan
material lingüístico sino también conocimientos que están mucho más allá del ámbito
lingüístico: conocimiento de la situación, conocimiento de situaciones pasadas,
conocimiento experiencial, creencias, valores, finalidades, etc. Así, una inferencia
pragmática es mucho más amplia que una simple decodificación lingüística.
De este modo, tal como les había prometido, volvemos sobre la Guía I, uno de
cuyos subapartados (en el punto III) dejamos incompleto: el de la relación entre gramática
y pragmática. Para completarlo vamos a recuperar un texto muy viejo y clásico pero
anticipatorio de una serie de tópicos que hoy se perciben como hipermodernas pero, de
Gramática 2007/Teórico 19 Apuntes Sim 15

hecho, fueron dichas hace mucho tiempo. Este texto es la base de muchos desarrollos
actuales en lingüística: Teoría del lenguaje, de Karl Bühler, escrito en 1934. La traducción
de este texto al español data de 1950.
En esos tiempos, no existía la carrera de Lingüística en sí. Él era psicólogo, en
cuanto a su formación de base, pero su preocupación estaba centrada en el lenguaje.
Podemos decir que Bühler es el primer estudioso -no en términos genéticos, pero sí de
manera explícita- que elabora una teoría que explique el uso lingüístico, es decir, cómo los
individuos hacen uso del lenguaje y cómo algunos elementos de la gramática, a los cuales
da un nombre que para nosotros hoy es más restringido: demostrativos, involucra un
amplio repertorio de elementos lingüísticos especializados en vehicular lengua y situación.
Cuando él -y otros antes que él- usaba el término demostrativos se refería, por ejemplo, a
pronombres personales o adverbios pronominales del tipo aquí, ahora, mañana, etc. Estos
elementos hoy suelen denominarse deícticos, esto es, elementos lingüísticos que señalan,
que muestran, que se refieren a la situación o al contexto. Por este motivo, retomaremos
este texto cuando abordemos la unidad dedicada a pronombre.
El texto de Bühler persigue una pregunta a partir de un convencimiento de base. La
pregunta es cómo esquematizar, cómo diseñar o formalizar el signo lingüístico en relación
con sus usuarios y en relación con el mundo de objetos y relaciones que las lenguas
naturales vehiculizan. El fenómeno del lenguaje es básicamente complejo, como ya ha
dicho Saussure. Pero Bühler intenta encontrar una definición del lenguaje vinculada con
su función. Es decir, es una teoría que parte de un lugar completamente diferente del de
Saussure, y tiene otros propósitos.
Bühler toma para comenzar el diálogo Cratilo, de Platón, donde se define el
lenguaje en general como un órganon. Él usa la palabra latina organum, que significa
"herramienta". En el Cratilo se sostiene que el lenguaje es una herramienta que poseen
los hablantes cuya finalidad esencial es el comunicar algo del mundo a los otros. Esta es
una definición que se puede considerar, sin titubear, como estrictamente funcionalista,
esto es, se define un objeto a partir de su para qué. El para qué del lenguaje es ser un
instrumento de comunicación.
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 19

Para analizar su complejidad, Bühler -como ya han visto en Saussure y en muchos


otros teóricos- propone partir del acto concreto de comunicación, el cual da lugar, en
primera instancia, a un esquema sencillo que luego él va a complejizar. En este esquema
inicial, el acto comunicativo está constituido por una tríada elemental donde tenemos, en
primer lugar, las cosas -piensen el término en el sentido de mundo de referencia, objetos,
aquello de lo que se habla, y también relaciones entre las cosas-; en segundo lugar, uno,
que luego será el yo, el emisor, el hablante -estas distintas terminologías obedecen a
distintos momentos epistemológicos-; y en tercer lugar, el otro, que es el interlocutor, el
destinatario, el receptor. En este esquema muy básico, que luego reformula, el lenguaje
es un mediador de esta tríada. El lenguaje es el que permite al uno comunicar sobre las
cosas a través del instrumento, el órganon -ubicado en el centro del esquema- algo al otro.

Las
cosas

órganon
estímulo

estímulo
reacción

Uno El otro
Gramática 2007/Teórico 19 Apuntes Sim 17

En este esquema básico, el o la hablante y el o la interlocutora tienen un lugar


constitutivo, tan importante como el mundo de referencia de las cosas y como el hecho
lingüístico.
Esta primera interpretación de Bühler está planteada en términos conductistas. Esto
es, las cosas son vistas como una fuente de estímulo, que despierta la necesidad de
comunicar en el hablante algo sobre ese mundo. Y este estímulo sobre el hablante
provoca una reacción, que es, en el hecho comunicativo, una reacción lingüística, un texto
dirigido al otro. El hecho lingüístico, a su vez, se convierte nuevamente en un estímulo
para el otro, que decodifica el mensaje y a su vez puede inmediatamente tomar el lugar
del emisor y producir otro hecho lingüístico. Una visión conductista reductiva del hecho
lingüístico puede plantearse en estos términos de estímulo, como causa, reacción como
efecto, en el cual el lenguaje sería simplemente una reacción de tipo específico, que a su
vez puede ser en sí misma estímulo para una subsecuente reacción posterior del otro.
La visión conductista era típica de la época. Ahora bien, Bühler mismo va a criticar
esta manera de ver el fenómeno, y va a sostener que el yo y el otro, el hablante y el
interlocutor, no son meras instancias o entidades estáticas que sólo reaccionan de manera
automática, sino que cada una de estas estaciones en el hecho comunicativo, vale decir
los sujetos, son entidades críticas, instancias activas, que no obedecen a estos principios
tan simples de estímulo-reacción.
Reformula entonces este esquema y plantea un modelo de signo lingüístico más
sofisticado, como veremos la vez que viene. Que tengan un buen fin de semana.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod. 20

Gramática

Fecha: 07/06/07
Teórico № 21 Prof.: Laura Ferrari

Contenido: Guía VIII: Pronombres

Profesora: Buenas tardes. Hoy completaremos la Guía VIII. Daremos un


inventario de los pronombres, caracterizando los distintos subsistemas, tanto aquellos
relacionados con el acto del coloquio como aquellos relacionados con el hilo del
discurso. Como siempre, haremos estas caracterizaciones en el nivel morfológico, el
sintáctico y el semántico. También señalaremos algunas equivalencias y diferencias
entre la terminología del texto de Kovacci y la que utilizamos en la Cátedra, que se
corresponde más con la del texto de Di Tullio y el de clases de palabras de Bosque,
donde hace una referencia marginal al pronombre.
Ya sabemos que el pronombre es una clase heterogénea, difícil de definir. A lo
largo de la historia de la gramática, en algunos casos ha sido definida como una clase
en particular; así lo hicieron los gramáticos griegos y latinos, y la gramática tradicional.
Ya dentro de la gramática estructural, el pronombre generaba discusiones, por los
motivos que hemos relevado: no podía, sólo a partir de su funcionamiento sintáctico,
ser deslindada como una clase en particular. Los estudios de Barrenechea, cuyo
artículo vimos la semana pasada, fueron tomados como fundamento para todos los
trabajos de gramática estructural sobre el pronombre, a partir de los cuales se comenzó
a definir como una clase semántica y, desde el punto de vista sintáctico, como una
clase transversal. Esto último significaba que, sintácticamente, el pronombre era
considerado una subclase del sustantivo, del adjetivo y del adverbio. Sabemos ya que
este tipo de clasificaciones son peligrosas, porque estamos equiparando la categoría
léxica con la funcional, que es lo que hizo la gramática estructural. Ahora bien, la
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 21

gramática generativa no se ocupa demasiado del pronombre como clase, pero sus
reflexiones sirvieron de apoyo a las que realizaron ciertos gramáticos que, partiendo de
la generativa -como Di Tullio o Bosque-, tratan de evitar esa identificación entre clase
léxica y clase funcional.
En este sentido, nosotros no vamos a considerar al pronombre como una
subclase de los sustantivos, los adjetivos y los adverbios. Diremos que puede compartir
el potencial funcional de cada una de estas clases, en distintos contextos y, en otros, el
potencial de las clases funcionales. Veamos estas posibilidades en detalle.

1) [[Yo] [no llegué tiempo]]


2) [[Este libro] [no es el que yo necesito]]
3) [[Mi libro] [es éste]]

En 1) el pronombre cumple la función de sujeto, función equiparable a la de un


sintagma nominal. Pero nosotros sabemos que el pronombre no tiene estrictamente el
mismo comportamiento que un sustantivo. Hemos visto, al abordar el sintagma nominal,
los distintos tipos núcleo que puede tener, y hemos encontrado dichas diferencias: el
pronombre no admite determinados modificadores que sí admite un sustantivo común,
por ejemplo, no admite ni determinantes ni modificadores restrictivos en general. En
esto, se asemeja al funcionamiento de los nombres propios. En 1), de todos modos, la
equivalencia funcional con el sustantivo implica que está funcionando como una clase
léxica.
Ahora, comparemos con 2) y 3). Encontramos varios pronombres, pero
atendamos a [Este] en 2), un pronombre demostrativo que, inversamente al caso
anterior, sí cumple la función de un determinante, es decir, una clase no léxica sino
funcional. La gramatical estructural consideraba este tipo de pronombres como una
subclase de los adjetivos. Aquí es donde conviene señalar las diferencias
terminológicas. En el texto de Kovacci, verán que los pronombres demostrativos que
funcionan como en 2), o los posesivos como [Mi] en 3) -que para nosotros también es
Gramática 2007/Teórico 21 Apuntes Sim 3

un determinante- son considerados como subclases de los adjetivos, siempre en


contextos como los mostrados en 2) y 3).
No creo que estas diferencias terminológicas tengan por qué generales
problemas: ya hemos señalado, al especificar cuáles son nuestros criterios para definir
las clases de palabras, que el problema del criterio exclusivamente funcional es el de
equiparar subclases que, en realidad, presentan comportamientos muy disímiles. Es
evidente que palabras como este y mi en los contextos de 2) y 3) tienen un
comportamiento muy distinto que rojo en [libro rojo], o larga en [mesa larga]. Larga o
rojo son adjetivos calificativos -los cuales además son los adjetivos prototípicos-,
mientras que mi es un pronombre posesivo, que en el contexto 3) funciona como un
especificador y, dentro de esta clase, a su vez, dentro de la subclase de los
determinantes. Se ve muy claramente la diferencia: un adjetivo calificativo siempre es
una clase léxica, mientras que un pronombre posesivo en ese contexto actúa como
cualquier otra palabra de las clases funcionales. Ahora bien, vale volver a destacarlo: yo
también es un pronombre; pero, como vemos en 1), actúa como una palabra léxica, y
no funcional.
Por otro lado, cuando veamos los pronombres indefinidos, veremos que hay
incluso pronombres que funcionan como adverbios. De hecho, también encontrarán en
el texto de Kovacci caracterizados como adverbios pronombres exclamativos como qué
en: [¡Qué bueno!], por el siguiente motivo: en la concepción estructuralista, toda palabra
que modifica a un adjetivo es considerada un adverbio. Nosotros en cambio lo vamos a
considerar, desde el punto de vista funcional, un especificador. Es más, hilando un poco
más fino, dentro de los especificadores, debemos equipararlo a un cuantificador: vean
que una paráfrasis altamente aceptable es [muy bueno]. Palabras como muy eran
consideradas adverbios de grado por la gramática estructural. Para nosotros son
cuantificadores, es decir, están dentro de la clase de palabras funcionales, en la cual
hemos considerado dos grandes grupos: los especificadores o determinativos y las
conjunciones.
Estas diferencias terminológicas están en los textos. Pero nosotros no queremos
hacer lo que han hecho muchas escuelas lingüísticas norteamericanas, que, sobre todo
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 21

ante el surgimiento de los primeros modelos generativos, borraron el estructuralismo


completamente, considerándolo casi una mala palabra. No es ese el caso. Hay textos
que siguen siendo útiles, por eso los damos: el texto de Kovacci tiene datos y
observaciones muy valiosas. Pero también por eso señalamos con cuidado las
diferencias: así podemos acceder a textos que no sean todos del mismo modelo
teórico.

4) [Mañana vuelvo]

En este caso, mañana es un pronombre con valor adverbial de tiempo. Aquí sí


habrá coincidencia. Tanto para Kovacci como para nosotros este pronombre equivale
funcionalmente a un adverbio. Lo mismo sucederá con ahora, después, etc. Son los
llamados proadverbios.
Dicho en términos generales, si una palabra tiene rasgos generales de
significado y además establece un señalamiento deíctico o anafórico, es un pronombre.
Es lo que sucede con los proadverbios. El problema es con ciertos pronombres
llamados tradicionalmente indefinidos, que en realidad no hacen ningún señalamiento,
ni deíctico ni anafórico. Respecto de estas palabras, hay discusión acerca de si deben o
no ser considerados pronombres. Pero, dado que existe esta discusión, a los fines
didácticos de este curso los consideramos pronombres. Se trata de palabras como
alguno, alguien, etc. En seguida resulta visible que es en ciertos contextos, que no
tienen valor pronominal, pero en otros sí lo tienen. Son zonas periféricas, no nucleares.
Veamos ahora los distintos subsistemas. Desde el punto de vista morfológico,
son una clase heterogénea, en tanto las categorías morfológicas que manifiestan no
cubren toda la clase.
En primer lugar, los posesivos:
Gramática 2007/Teórico 21 Apuntes Sim 5

Pronombres posesivos

Posesor Poseído
(sufijos: género y número)
1ª singular mí-o/a-s, mi-s
1ª plural nuestr-o/a-s
2ª singular tuy-o/a-s, tu-s
2ª plural vuestr-o/a-s
suy-o/a-s su-s
3ª suy-o/a-s su-s

En español, a diferencia del inglés, yo digo mi libro y mi silla, su silla, su libro, sus
libros, sus sillas. No hay una distinción genérica en relación con el poseedor, como la
hay en inglés: si es una poseedora, será her book; si es un poseedor, será his book. El
francés y el italiano funcionan como el español, en este sentido: la concordancia se
establece con lo poseído. El sistema de los posesivos es el que tiene más variación de
género y número, es decir, mayor riqueza morfológica entre sus pronombres.
En segundo lugar, tenemos el sistema de los pronombres personales, cuya
característica morfológica es que, además de manifestar género y número, manifiestan
la categoría de caso. En español, tenemos en principio tres casos; Kovacci considera
un cuarto caso: el comitativo, término que indica "compañía". Como se ve en el cuadro,
sólo hay tres formas: conmigo, contigo y consigo. Esta última sólo es válida cuando las
personas son convergentes. Si son divergentes, se usa una forma preposicional: con él,
con ella, etc.
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 21

Casos
Nominativo Terminal Comitativo Objetivo
Acus. Dativo
1ª p. s. yo mí conmigo me
pl. nosotros/as nos
2ª p. s. tú/vos ti contigo te
pl. vosotros/as / ustedes os / les

s. él lo (le)
3ª p. ella la le, se
ello Diver-
pl. ellos / ellas los, las, les les, se gentes

si consigo se Conver-
gentes

Algunas otras particularidades: dentro del paradigma nominativo, en la forma


tuteante encontramos flexión de género en la 2ª del plural, mientras que en la forma
voseante sólo encontramos ustedes. Además, también cambia la concordancia verbal:
si la forma es voseante, esta concordancia es con la 3ª persona.
La 2ª del plural no distingue entre registro formal e informal. En cambio, en la 2ª
del singular encontramos un trato formal: usted, y uno informal: tú y vos. En general, la
forma usted indica lejanía, ya sea en edad, en jerarquía social, etc. El registro informal
se utiliza, justamente, cuando hay mayor cercanía en los sentidos indicados.
Las formas del caso terminal o preposicional también varían según la zona
dialectal. En las regiones tuteantes, son mí, ti y sí, mientras que la 2ª persona del
singular de las regiones voseantes es vos, con lo cual la forma es la misma que en
nominativo.
Gramática 2007/Teórico 21 Apuntes Sim 7

Este fenómeno se denomina sincretismo de caso, esto es, aun manteniéndose la


distinción sintáctica y semántica, se anulan las distinciones morfológicas.
De hecho, en la historia de la lengua se han multiplicado los fenómenos de
sincretismo. En latín, todos los sustantivos declinaban en caso -y eran varios más que
estos-. Durante el pasaje al latín vulgar y luego a las respectivas lenguas romances, los
casos comienzan a tener igual terminación, con lo cual pierden su capacidad de
distinguir funciones sintácticas. A partir de este fenómeno, las distinciones sintácticas
comenzaron a ser suplidas por preposiciones.
Ha quedado un rastro de todo este proceso en las formas pronominales conmigo,
contigo y consigo. En latín, "conmigo" se decía me cum, es decir, con la preposición al
final. Durante el proceso de sincretismo de caso, la marca de caso /-m/ final va
cayendo; a su vez, las consonantes sordas intervocálicas del latín al pasar al español
se sonorizan; así, /k/ pasó a /g/. Una forma intermedia ha debido ser entonces *megu.
Otros procesos de variación vocálica dieron luego migo, forma a la cual se le agregó
luego, "otra vez", por así decirlo, la preposición: conmigo. Pero, en realidad, el morfema
final /-go/ es la forma primitiva de "con". O sea que en la forma conmigo se está
repitiendo la forma "con".

me cum → mecum → *mecu → *megu → migo → conmigo

Ahora bien, en nuestro estado de lengua y en nuestro dialecto, asistimos a un


nuevo sincretismo: vos es la misma forma de nominativo y de terminal. Para nosotros,
la distinción casual sólo se da entre la 1ª persona y la 3ª, si es correferencial con el
sujeto: sí, como en Lo hizo para sí. Pero si no hay correferencialidad, la forma adopta la
misma morfología del nominativo: Lo hizo para vos, así como tenemos en todo el
español Lo hizo para él/ella. Es decir que si bien aún existe el caso terminal, su
variación morfológica ya está muy restringida.
Al contrario, el caso objetivo presenta una variedad mayor, tanto en género como
en número. Nuevamente, en la forma tuteante aún se mantiene una marca morfológica:
os, mientras que en el Río de la Plata ya esta forma es les, es decir, se asimila a la 3ª
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 21

del plural. Es otro fenómeno de sincretismo. De todos modos, y en líneas generales,


vemos que los pronombres mantienen una gran riqueza morfológica de caso, sobre
todo en el caso objetivo.
Existe otro subsistema dentro de los pronombres en el cual podemos hablar de
variación morfológica: dentro de los pronombres relacionados con el hilo del discurso,
encontramos variaciones entre los relativos, los interrogativos y los exclamativos; pero
no sucede con todos, es decir, tampoco esta es una variación morfológica homogénea.
Veamos:

Relativos Interrogativos Exclamativos


que ¿qué? ¡qué!
quien/-es ¿quién? ¡quién/-es!
cual/es ¿cuál/es? -
como ¿cómo? ¡cómo!
donde ¿dónde? ¡dónde!
cuanto/-s ¿cuánto/-s? ¡cuánto/-s!
cuanta/-s ¿cuánta/-s? ¡cuánta/-s!
cuanto (neutro) ¿cuánto? ¡cuánto!
cuando ¿cuándo? ¡cuándo!
cuyo/-a/-os/-as - -

Los pronombres relativos son átonos. La forma tónica corresponde a los


pronombres interrogativos y exclamativos. Estos pronombres tienen una raíz común
/k-/, excepto en el caso de donde. Por este motivo, a las proposiciones relativas
exclamativas e interrogativas indirectas se las llama cláusulas Qu-, expresado según la
grafía. En inglés dicha grafía responde a una mayor homogeneidad, por lo cual se
habla, en el mismo sentido, de cláusulas Wh-.
Ahora bien, como adelantamos, la morfología no es homogénea. Son invariables:
que, donde, cuando y cuanto en su forma neutra. Son variables en número: quien y
cual, aunque el pronombre exclamativo cuál en el español actual ha desaparecido.
Gramática 2007/Teórico 21 Apuntes Sim 9

Kovacci no lo da. Y son variables en número y género: cuanto, que puede ser
pronombre relativo así como interrogativo y exclamativo, y cuyo, que también varía en
todas su formas, pero sólo es relativo. Este pronombre tiene la peculiaridad de
funcionar siempre como especificador, es decir, pertenece en todo contexto a la clase
de palabras funcionales.
Esta lista configura gran parte de los pronombres relacionados con el hilo del
discurso -a la cual hay que agregar los pronombres indefinidos-, y vemos que su
comportamiento es absolutamente heterogéneo.
Hemos visto en la clase pasada las características sintácticas de los pronombres
y ahora hemos relevado las morfológicas. Nos queda por hacer una descripción
semántica de los pronombres, señalando los rasgos de significado que es posible
asignarles. Esto nos va a llevar luego a una reflexión que iniciamos la vez pasada.
Barrenechea planteaba una noción de Amado Alonso, quien a su vez la toma de
Husserl: el pronombre como palabra de significación ocasional y no descriptiva. El
concepto de significación ocasional ha sido refutado por algunos lingüistas, como
Henríquez, cuyas afirmaciones son retomadas por Kovacci, quien a su vez las toma del
trabajo de Ciapuscio que ustedes tienen en la bibliografía. Todos estos autores
plantean que en realidad los pronombres tienen rasgos generales de significado, lo cual
implica que la segunda parte de la definición de Barrenechea se mantiene: no son
palabras descriptivas. Pero estos rasgos de significación generales no son ocasionales,
sino fijos.
Dicho de otro modo, al ser el pronombre una palabra generalmente deíctica o
anafórica -o bien deíctica a secas, si tomamos el concepto amplio de deixis que utiliza
Bühler: deixis ad oculos y deixis anafórica-, en realidad lo que varía es la referencia,
pero no la significación. La forma de significar está determinada por la referencia. Y es
esta capacidad referencial lo que caracteriza a la clase de los pronombres, lo cual nos
lleva de vuelta al concepto de Bühler: lo que caracteriza a la clase es la deixis.
Como ven, el recorrido de los textos nos lleva a esta definición. Barrenechea
sostiene que los pronombres son en realidad una clase semántica, cuyos elementos
son palabras no descriptivas de significación ocasional. A partir de aquí, se descarta
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 21

toda definición por la vía puramente sintáctica o funcional. Luego, Ciapuscio y Kovacci
plantean que no es dable hablar de significación ocasional, sino fija: los pronombres
poseen rasgos, si bien fijos, muy generales de significado, y lo que varía es la
referencia, variación que está determinada por el tipo de señalamiento que estas
palabras realizan. De este modo llegamos a una caracterización de la clase a partir de
la deixis.
Veamos entonces cuáles son estos rasgos de significado generales pero fijos
que poseen los pronombres, y qué tipo de señalamiento realizan, esto es, si realizan
una deixis endofórica, es decir anafórica, o una deixis ad oculos, es decir, exofórica,
recorriéndolos según cada subsistema.
Comencemos por los pronombres personales. Podemos caracterizar al
pronombre yo mediante el rasgo [+ego] y al pronombre tú como [+tú] o [-ego]. La 3ª
persona, él y ella, son [-ego, -tú]. Esto ha llevado a algunos autores, como Beveniste, a
decir que la 3ª persona es en realidad la no-persona.
Los rasgos identifican a los participantes del coloquio, por lo cual la referencia
que realizan estos pronombres es, primariamente, exofórica, una deixis ad oculos -
también pueden realizar una deixis endofórica, es decir, textual-. Por esta razón, tienen
una gran dependencia del contexto: para poder ser decodificados, necesariamente
tenemos que conocer dicho contexto, en el cual están insertos. S esta serie en singular,
la serie plural sólo agrega el rasgo [+plural], y en los casos en que hay flexión de
género, los correspondientes rasgos: [+femenino], [+masculino], o bien, si queremos
expresarlo en términos binarios de miembro marcado y no marcado, a nosotros se
agrega el rasgo [+masculino], mientras que a nosotras, [-masculino]. La forma
masculina es la no marcada en tanto nosotros en muchas ocasiones incluye ambos
rasgos de género.
Veamos los pronombres posesivos. mi y todas su variantes agregan al rasgo
[+ego] que indica la 1ª persona el rasgo [+posesión], así como tu agrega, al rasgo [+tú]
o [-ego], el mismo rasgo [+posesión]. su, a su vez, es [-ego] [-tú], [+posesión]. También
realizan primariamente una referencia exofórica, con la salvedad indicada antes de que
pueden realizar referencia endofórica, es decir, al interior del texto.
Gramática 2007/Teórico 21 Apuntes Sim 11

Bosch distingue entre pronombres sintácticos y pronombres referenciales. Los


últimos son aquellos que nosotros consideramos relacionados con el acto del coloquio,
mientras que los primeros son los relacionados con el hilo del discurso. Ahora bien, él
sostiene que los pronombres referenciales no están controlados por la sintaxis. En
cambio, aquellos que hacen una referencia endofórica sí lo están. Consideremos el
caso de un pronombre relativo:

La mesa que me pusieron es muy chica.

El pronombre relativo encuentra su referencia, su identificación en un


antecedente, que está presente en la oración: mesa. Es más, si se trata de pronombres
relativos que además flexionan en número o en género y número, concordarán con su
antecedente. Así, estos pronombres, que primariamente son referenciales y no
sintácticos en la denominación de Bosch, pueden en algunos casos funcionar como
pronombres sintácticos. Sobre todo, los de 3ª persona. Comparemos:

1) El alumno que recién entró se sentó en el fondo. Él quedó dormido.

En este caso, el pronombre personal él está haciendo un señalamiento textual, y


no ad oculos, es decir, no está controlado por el acto del coloquio.
Pasemos al subgrupo de los pronombres demostrativos, que se caracterizan por
agregar a su definición componencial -es decir, en base a rasgos, como la que estamos
haciendo-, el rasgo de [+/-proximidad].Tomemos en primer lugar, el subsistema este,
ese aquel.
Este se define componencialmente así: [+ego], [+prox.]. La explicación es la
siguiente: este señala el objeto o individuo que está próximo al hablante, es decir, a la
1ª persona, cuyo rasgo, como vimos, es [+ego].
Ese se define: [+ego], [-prox.].
Aquel es: [-ego], [-prox.], o bien, [+distancia].
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 21

En el análisis componencial hay algunos aspectos bastante convencionales;


podría cuestionarse qué diferencia hay entre [-proximidad] y [+distancia]. Una respuesta
posible es que aquel refiere necesariamente a un elementos que está lejos del
hablante, mientras que ese en varios contextos resulta neutro con respecto a la
proximidad. Pero todo esto es relativo y teórico; es más, es uno de los problemas del
análisis componencial: a veces es demasiado teórico. Si alguno de ustedes sigue la
orientación en Lingüística y cursa Teoría Léxica, verá que uno de los temas es,
justamente, el análisis estructural del léxico. Y una de las objeciones hechas al análisis
componencial es el ser demasiado teórico: luego, en contexto, los ítemes léxicos no
necesariamente responden a dicha definición componencial. Sin embargo, son
altamente orientativos.
Alumna: ¿Por qué aquel tiene el rasgo [-ego]?
Profesora: También podría definirse como [+lejanía respecto del hablante].
Algunos autores lo definen como [-ego] porque no está cerca ni del hablante ni del
oyente, lo cual significa -según lo anterior- cerca de la 3ª persona, la no-persona. Sin
embargo también es relativo, porque todo el subsistema este-ese-aquel puede
considerarse como grados de cercanía-lejanía respecto de la 1ª persona, y en este
sentido es legítimo adjudicarle el rasgo [+ego], e incluso tal vez sea más claro.
Otro sistema de los demostrativos es el par que indica lugar: aquí/allí, con lo cual
entramos ya en los pronombres que la tradición ha llamado proadverbios. Para aquí, los
rasgos de significado general son: [+ego], [+locativo], [+prox.]. Esta descripción indica
que aquí es lo relativo al lugar, lo más próximo al hablante. Por eso mismo también son
pronombres demostrativos: realizan una deixis ad oculos. Para allí, la definición es:
[+ego], [+locativo], [-prox.] -Kovacci, en este caso, en lugar de [-prox.] utiliza el rasgo
[+lejanía]-.
Los proadverbios demostrativos de tiempo presentan los siguientes rasgos:
ahora es [+momento], aunque también podría caracterizarse como [+simultaneidad].
Hoy, en cambio, indica "duración", por lo cual se define: [+tiempo], [+ego], [+prox.],
[+día]. Tanto hoy como ahora se vinculan con el hablante, y es en relación con este que
tienen también el rasgo [+prox.]. Ambos son pronombres que no tienen un valor relativo.
Gramática 2007/Teórico 21 Apuntes Sim 13

Son referenciales, esto es, significan en relación con el tiempo y con el hablante. Hoy
indica un lapso próximo al hablante, y ahora es un lapso mínimo, simultáneo con el
presente del hablante.
Pero hay otros proadverbios o proformas con valor adverbial que tienen ya un
valor relativo. Por ejemplo, mañana, ayer, anteayer. Lo que indican es anterioridad o
posterioridad con relación al momento del acto de habla. Mañana se define como
[+ego], [+prox.], [+tiempo], [+posterioridad], mientras que ayer se define como [+ego],
[+prox.], [+tiempo], [+anterioridad]. De todos modos, para que realmente quede claro
que son términos relativos, veamos este esquema:

anteayer ayer hoy mañana pasado mañana

aquí y ahora
(momento del acto de habla:
tiempo y espacio en función del ego)

El aquí y el ahora son las coordenadas espaciotemporales presentes siempre en


el acto de habla: son las coordenadas propias de la deixis. De hecho Bühler plantea
que ahora, yo y este son el núcleo a partir del cual se establecen todas las relaciones
con el resto de los pronombres demostrativos. Vean que está incluyendo yo entre los
pronombres demostrativos.
Señalemos que los posesivos, en un sistema de relaciones más complejo,
establecen sus significados de [+posesión] teniendo como ejes a las tres personas.
Pero los proadverbios de tiempo, de lugar y de modo se establecen en relación con el
momento de habla, por tanto, en relación con el yo hablante.
Alumno: Pero si el ahora se determina según el acto de habla, es relativo, no
absoluto.
Profesora: Antes que relativo, es esencialmente referencial. La distinción que
establecemos se vincula con la existente en el discurso entre tiempos primarios y
tiempos secundarios. Estos últimos se llaman también anafóricos, porque su
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 21

significación tiene como eje otro tiempo; mientras que los primarios establecen su
significación directamente en relación con el momento de la enunciación. En ese
sentido los secundarios son relativos. Dicho de otro modo, el ahora o el hoy tienen una
sola instancia de referencia: el momento del acto de habla, mientras que mañana o ayer
pasan por dos instancias: una referida al ahora y, desde el ahora, al momento del acto
de habla. Aclarado esto, todos son referenciales, en primera o segunda instancia: su
contenido dependerá siempre del momento de la enunciación.
Los demostrativos de modo son los del tipo así o tal. Ambos aúnan los rasgos:
[+modo], [+ego].
El único demostrativo de cantidad es tanto, que agrega precisamente ese rasgo:
[+ego], [+cantidad]. De todos modos, puede discutirse si tanto no es en realidad un
pronombre indefinido. Es demostrativo si la cantidad que denota es considerada por el
hablante.
Como ya resulta claro, aunque dediquemos dos clases enteras al tema de
pronombres resulta poco en tanto excede el plano de la oración, y establece relaciones
con la semántica y con el discurso.
Ahora nos referiremos a la distinción entre pronombres neutros y pronombres
personales genéricos, es decir, aquellos que tienen género masculino o femenino. Un
autor citado por Kovacci, R. Otheguy, sostiene que los pronombres pueden hacer dos
tipos de referencia: discreta y no discreta. Consideremos este caso:

Sal es lo que no hay.

Tenemos un artículo neutro lo que antecede a un pronombre relativo que.


Podemos así considerar lo que como una unidad. Ahora bien, sal es un sustantivo no
contable o de masa. No diríamos *Sal es la que no hay, a pesar de que sal es
femenino. Esto es porque, al tratarse de un sustantivo de masa, no contable, no es
posible establecer límites concretos, claros en la referencia. La estructura relativa lo que
tiene una referencia, realiza una deixis anafórica, es decir, su antecedente es sal; pero
Gramática 2007/Teórico 21 Apuntes Sim 15

la referencia que hace es no discreta, con límites difusos, propia justamente, de la


referencia que hacen por sí mismos los sustantivos no contables.
Así, la distinción entre masculino y femenino por un lado y neutro por el otro en
español -en los pocos casos en que conservamos los tres géneros- tiene que ver, no
con el género del antecedente, sino con el carácter discreto o no discreto de dicho
antecedente. La referencia discreta será aquella que tenga límites claros, fácilmente
determinables. Por ejemplo, silla es un sustantivo común discreto que, como tal,
requiere un determinante para funcionar en la lengua:

Esta es la silla que está recién pintada.

Así, la referencia es discreta. Es más, si acotara el sustantivo no contable en el


ejemplo anterior con un determinante, podría volver discreta la referencia, y en ese
caso podría usar el artículo en femenino:

Esta sal es la que me alcanzaste.

Por motivos similares, estos pronombres neutros se utilizan también para hacer
referencias exofóricas. Por ejemplo:

Dame lo que te compré.

En este caso, lo que remite a un elemento externo. Utilizamos la forma neutra,


justamente, para no especificar esa referencia.
Pero también lo utilizamos para hacer referencia a porciones de texto. Por
ejemplo:

Su mujer comenzó a llevar una vida de aislamiento y meditación, lo que


acrecentó sus desconfianzas y recelos.
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 21

El relativo lo que, encabezado por el artículo neutro, remite a todo lo anterior.


Incluso hay autores, entre ellos Kovacci, que consideran que no estamos, en este caso,
ante una proposición incluida sino que hay una cierta relación de coexistencia. No
podemos hablar de coordinación, pero lo podemos parafrasear mediante una estructura
coordinada:

Su mujer comenzó a llevar una vida de aislamiento y meditación. Y eso


acrecentó sus desconfianzas y recelos.

Ahora bien, observemos que el pronombre eso también es un neutro, en este


caso, un demostrativo. De hecho, utilizamos esto, eso o aquello para remisiones a
porciones de texto, tal como lo hacemos con el artículo neutro lo.
Lo interesante es que en primera instancia consideramos los demostrativos como
los típicos pronombres que hacen señalamientos exofóricos, cuando en realidad son
muy usuales para realizar señalamientos endofóricos, es decir, señalan, como en este
caso, el texto anterior.
Este tipo de pronombres demostrativos, justamente, han sido estudiados como
importantes elementos de cohesión textual. Tomen cualquier texto y encontrarán que
este tipo de pronombres demostrativos neutros, así como los relativos neutros,
funcionan de manera fuerte en la cohesión del texto. Por eso han sido objeto de los
primeros estudios de gramática textual, junto con los coordinantes. Justamente, el
trabajo de Ciapuscio se denomina: "La deixis y el funcionamiento textual de los
pronombres". Allí ella señala que no sólo los pronombres relacionados con el hilo del
discurso sino, como vemos, también los demostrativos, que en principio están
relacionados con el acto del coloquio, pueden funcionar realizando una deixis de orden
sintáctico, o textual. Hemos dicho que los demostrativos indican, en primera instancia,
mayor o menor proximidad con el ego hablante, pero estos son los personales: este,
ese y aquel. Aunque incluso estos pronombres también pueden tener un
funcionamiento de deixis textual, son sobre todo las formas neutras, es decir, no
personales, las que en la gran mayoría de los casos realizan una referencia endofórica,
Gramática 2007/Teórico 21 Apuntes Sim 17

y constituyen uno de los principales elementos de cohesión textual, porque señalan o


remiten a porciones de texto. Por esto mismo es que decimos que realizan una
referencia no discreta.
Veamos un fragmento de Sábato:

Después de todo, siempre se es bárbaro respecto del idioma precedente. Y


siendo eso inevitable, es preferible quedarse con los barbarismos vivientes y
expresivos.

El pronombre demostrativo neutro eso remite a toda la oración anterior. Incluso


hay un punto. Por eso es que su funcionamiento da cohesión textual. Es un pronombre
demostrativo, y no está haciendo una referencia exofórica, es decir, al acto del coloquio,
sino endofórica, típica de los pronombres relacionados con el hilo del discurso.
Desde ya no es lo mismo utilizar un relativo neutro, como lo que, que un
demostrativo neutro como eso; los efectos estilísticos son muy diferentes. Incluso hay
una diferencia interesante entre decir -jugando con el texto de Sábato-: y siendo eso es
inevitable, o decir y siendo esto es inevitable. Quien enuncia utiliza ciertos valores de
los demostrativos en relación con el ego hablante, pero en un contexto en que el
pronombre demostrativo neutro es endofórico. Hay otro trabajo de Ciapuscio,
justamente sobre los usos de eso y esto, donde sostiene que la diferencia no es de tipo
cognitivo, sino que se trata de una dimensión emotiva del pronombre.
Alumno: Volviendo a lo anterior, yo entiendo que sal es un sustantivo no discreto
y silla es discreto; pero si digo Sillas es lo que no hay, está bien.
Profesora: Vos mismo te estás dando la respuesta. Los sustantivos sin
determinante y en plural constituyen un conjunto indeterminado. Si recuerdan, cuando
vimos los sustantivos no contables dijimos que tienen un comportamiento semejante a
los contables en plural sin determinante. E inversamente, si le agregamos un acotador a
sal, la referencia se vuelve discreta.
Alumno: Entonces, lo que es discreto o no discreto no es el sustantivo sino la
referencia.
18 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 21

Profesora: La condición de referencia discreta o no discreta depende de cómo


está articulado el sustantivo para establecer su referencia. Las formas personales, es
decir, las masculinas y las femeninas, establecen una referencia discreta. Esto está
ejemplificado en el texto de Ciapuscio con los pronombres demostrativos: este, ese
aquel, esta, esa, aquella. En cambio, el género neutro, que en español sólo aparece en
el artículo lo, el cual puede anteceder a un adjetivo o bien a un pronombre relativo,
como en lo que, lo cual, etc., establece una referencia no discreta, la cual puede tener
por referente un sustantivo no contable o bien un segmento textual que, al ser,
justamente, toda una porción de texto, no tiene una referencia discreta.
Ahora bien, esta distinción entre referencia discreta y no discreta es apenas un
acercamiento al importantísimo funcionamiento que tienen los pronombres en la
cohesión textual. Y, como vemos, van más allá de su funcionamiento en la oración. De
hecho, por eso vemos los pronombres en este momento, hacia el final del curso, donde
abordamos aquellos temas que nos obligan a salir del sistema y pasar a la lengua en
uso, como seguiremos haciéndolo en las clases que vienen.
Seguimos la semana que viene.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod. 22

Gramática

Fecha: 05/06/07
Teórico № 20 Prof.: Laura Ferrari

Contenido: Guía VIII. Pronombres.

Profesora: Buenas tardes a todos. Hoy vamos a terminar con el texto de Karl Bühler
y, a partir de las bases que este texto nos da y las de los textos correspondientes a la
Guía VIII, comenzamos con esta Guía, referida exclusivamente a los pronombres, a la
cual dedicaremos dos clases. La bibliografía incluye: el artículo de Ana Barrenechea "El
pronombre y su inclusión en un sistema de categorías semánticas"; el capítulo 13 de El
comentario gramatical de Kovacci y el artículo de Ciapuscio "La deixis y el funcionamiento
textual de los pronombres".
Como ya han visto con la profesora Ciapuscio, Bühler plantea un modelo donde el
lenguaje es concebido en términos de órganon, esto es, "instrumento". Toma esta noción
del diálogo platónico Cratilo, donde Platón sostiene que el lenguaje es un órgano que sirve
para comunicar, uno a otro, algo sobre las cosas.
Quedó pendiente la reformulación que el mismo Bühler hace de su primer
esquema. Este cambio obedece, en primer lugar, a la consideración de que el enfoque
inicial del lenguaje como órganon sólo es adecuado en los términos de un modelo de
causa y efecto directos; y en segundo lugar, a que el esquema original hace hincapié en el
aspecto representativo del lenguaje, mientras que a Bühler le interesa centrarse en
cambio en los participantes del evento comunicativo. La idea de que el lenguaje sirve para
comunicar algo sobre las cosas, ponía el centro de atención en la relación entre el
lenguaje y las cosas. Bühler, frente a esta perspectiva representacional -en este sentido,
suele denominársela también logocéntrica-, propone analizar el lenguaje desde el punto
de vista de los participantes del evento comunicativo.
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 20

En sete sentido, reformula el esquema, partiendo de una figura circular, que


responde a los fenómenos acústicos propiamente dichos, esto es, el conjunto de ondas
sonoras emitidas y percibidas por el emisores y el interlocutor. Sobre este círculo, él
inscribe un triángulo, que representa el signo lingüístico. El nuevo esquema se completa
con los participantes del evento comunicativo, emisor y receptor, y el mundo de cosas y
relaciones al que estos se refieren.

Mundo de Referencia Función Referencial


(cosas y relaciones)

Campo simbólico Símbolo

Signo

Campo mostrativo Yo Tú
o indicativo (emisor) (receptor)

Síntoma Señal

Función Expresiva Función Apelativa

En primer lugar, consideremos cuál es el tipo de relación que Bühler plantea entre
el signo lingüístico -triángulo- y el fenómeno acústico propiamente dicho -círculo-. Hay una
zona en que las superficies del triángulo y el círculo se superponen, otras en que el
triángulo excede los límites del círculo, y otras en que sucede lo contrario. Mediante esta
representación Bühler quiere destacar que, en un sentido, el signo comprende un campo
menor que el campo completo de los fenómenos acústicos y, en otro sentido, también es
dado lo opuesto. Recordemos lo dicho al comienzo del curso acerca de las nociones de
Gramática 2007/Teórico 20 Apuntes Sim 3

fono y fonema: el fonema, que es parte del signo, implica, con respecto al fenómeno
acústico concreto, un proceso de abstracción. Incluso el fono, a pesar de ser más concreto
que el fonema, también implica un proceso de abstracción. Y todo proceso de abstracción
implica dejar a un lado una serie de aspectos vinculados con el fenómeno acústico
concreto. En el plano fonético-fonológico, vamos dejando de lado todos los elementos que
no pueden ser sistematizados. Por este motivo el signo es más pequeño que el fenómeno
acústico concreto.
Pero, por otra parte, Bühler también sostiene que el signo excede o sobrepasa al
fenómeno acústico concreto, en el sentido de que en el signo también tienen lugar
aspectos aperceptivos, es decir, no ligados al campo inmediato de la percepción acústica
concreta sino con los mecanismos de abstracción. Desde este otro aspecto, el signo
sobrepasa al triángulo.
Bühler divide a su vez el espacio comunicativo en dos campos: el campo simbólico
y el campo mostrativo, también llamado indicativo. En primero se vincula con el aspecto
representacional del lenguaje, es decir, el vínculo que el lenguaje establece con el mundo
de las cosas y sus relaciones. El segundo, el campo mostrativo o indicativo, está
relacionado con el emisor y el receptor. Aquí, el término indicativo está tomado en su
sentido de indicación: remite a todos aquellos aspectos del lenguaje que señalan al emisor
y que son señales para el receptor.
Esto es lo novedoso de la reflexión de Bühler sobre el fenómeno lingüístico:
detenerse en los aspectos que relacionan al lenguaje con el emisor y el receptor. En este
punto, él formula lo que considera son las tres funciones del lenguaje:

1) función representativa
2) función expresiva
3) función apelativa

La función representativa, también llamada simbólica -y después, por Jakobson,


función referencial-, es aquella por la cual el lenguaje es representación de cosas y
relaciones.
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 20

Por otro lado, el lenguaje también se relaciona con el emisor. En este sentido, dice
Bühler que es síntoma del emisor. Esto significa que, en tanto un emisor se expresa a
través del lenguaje, lo hace siempre desde una cierta perspectiva. Esta perspectiva que
reconocemos a través del lenguaje responde a la función expresiva. Esta función
entonces es la que vincula al lenguaje con el emisor. Aun en aquellos casos en que se
pretende que el lenguaje de un emisor sea lo más objetivo posible o casos en los que un
emisor pretende alejarse u ocultarse, de todos modos siempre se pueden encontrar trazas
o huellas del emisor en su discurso. Esas huellas son las que se manifiestan en la función
expresiva, y en este sentido son síntoma del emisor.
En relación con el receptor, el lenguaje buscará llamar su atención. En este sentido,
funciona como una apelación al receptor. Así, la función del lenguaje correspondiente será
la que denominaremos función apelativa. Desde esta perspectiva, vamos a considerar que
el lenguaje es considerado como una señal para el receptor.
Ahora bien, ninguna función se da sola o en estado puro: hay una coexistencia de
las tres funciones del lenguaje, y una dominancia alternativa de una o más de una sobre
las otras o la otra.
A su vez, Bühler sostiene que cada una de estas tres funciones del lenguaje puede
relacionarse con los géneros literarios, aunque él no va a hablar de géneros discursivos,
como lo hace Bajtin. Si la función expresiva es la que expresa al emisor, esta función será
predominante en el género poético-lírico. A su vez, en tanto el lenguaje es considerado
como representación del mundo de las cosas y relaciones, la función representativa es la
que predomina en los géneros narrativos. Por último, la función apelativa es función
predominante en el género dramático. Cabe aclarar que esta vinculación entre géneros
literarios y funciones del lenguaje predominantes en cada uno de ellos, está planteada por
Bühler en un sentido general.
Podemos extender esta idea más allá de la literatura y pensarla en relación con
otros géneros de tipo discursivo, en los cuales también es posible establecer algún tipo de
dominancia de las funciones -de hecho, esta teoría de las funciones del lenguaje puede
rastrearse como fundamento de otras teorías lingüísticas funcionales posteriores-. Por
ejemplo, si consideramos los géneros que tienen lugar en la comunicación académica, es
Gramática 2007/Teórico 20 Apuntes Sim 5

altamente probable que en ellos predomine la función representativa. Ahora bien, la idea
de predominancia implica, justamente, que no es la única. Insisto: siempre las tres
funciones están presentes, es decir, es posible rastrear aspectos del lenguaje ligados con
las otras funciones. Así, en los géneros en los que predomina la función representativa
también encontraremos aspectos del lenguaje que sean marcas, esto es, síntomas del
emisor, aspectos que, por lo tanto, resulten indicadores propios de la función expresiva.
Ya nos hemos referido a esto cuando vimos los modificadores de modalidad.
Hemos dicho que la modalidad puede definirse como la manifestación lingüística de la
actitud del hablante: en este sentido, detectar en un discurso o texto modificadores de
modalidad implica mirar el sistema desde el aspecto de su función expresiva, vale decir,
considerar en qué medida el lenguaje es síntoma del emisor.
En relación con la función apelativa, y yendo también más allá de los géneros
literarios, podemos pensar en todos aquellos géneros discursivos que intentan actuar
sobre el emisor, por ejemplo, géneros directivos o instructivos: manuales, recetas de
cocina y, en general, todos los textos persuasivos que buscan llamar la atención o
convencer al receptor respecto de algo que está previamente en la intencionalidad del
emisor. Otro tipo de texto o género discursivo -la terminología varía de acuerdo a la
perspectiva teórica desde la cual se lo vea- donde la presencia de la función apelativa es
muy clara es el de la propaganda. En esos casos, de manera muy clara, se está actuando
sobre el receptor para que este compre un producto en particular, o realice una conducta
determinada.
Alumna: ¿El trabajo de Bühler es anterior al de los géneros discursivos de Bajtin?
Profesora: Veamos. El libro de Bühler es de 1932, mientras que los trabajos de
Bajtin dedicados al tema de los géneros discursivos pertenecen a la década del '40-'50.
Sin embargo, los de lo que se conoce como Grupo Bajtin, es decir, Voloshinov y
compañía, son contemporáneos a Bühler. Tu pregunta es interesante, porque permite
destacar que existe un clima de época, un clima intelectual que reacciona frente a la
perspectiva positivista que había dominado hasta principios del siglo XX. De hecho, el
planteo de Bühler, con su particular modelo de órganon aplicado al lenguaje, es un intento
de desprenderse de la perspectiva determinada por el predominio logocéntrico que nos
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 20

guía desde el Cratilo de Platón hasta entonces; es un planteo que trata de superar la
perspectiva que considera al lenguaje de manera exclusivamente representacional.
Personalmente, si bien no son idénticos, considero que los trabajos de Bühler y Bajtin son
complementarios; en cierta medida, el intento de Bajtin, al plantear el lenguaje en relación
con sus contextos comunicativos, está alentado por un espíritu similar al de Bühler. Sin
embargo, lo que distingue a Bajtin es la amplitud de su mirada hacia el fenómeno social, al
discurso en sociedad. Bühler, en cambio tiene siempre una mirada más específicamente
lingüística. Considera, sí, al lenguaje en relación con la situación, pero no en el sentido
social amplio en que lo considera Bajtin, sino en un campo más inmediato: el de las
marcas pronominales y deícticas. Precisamente, una gran parte del libro de Bühler está
dedicada a caracterizar el campo mostrativo. Justamente por este motivo lo hemos
presentado antes del tema de los pronombres. Si bien ya los griegos habían considerado
la deixis, él la va a estudiar con refinamiento y atención. Bühler, estudiando los
pronombres demostrativos y los proadverbios, diseña todo un sistema sobre el aquí y
ahora del hablante, sobre las coordenadas espacio-temporales en que se sitúa el
hablante. Frente a este tipo de trabajo, lo de Bajtin resulta más abierto a lo social.
Alumno: ¿Había alguna relación entre Bühler y la Escuela de Praga? ¿Él conocía
sus trabajos?
Profesora: También son contemporáneos. Probablemente él haya conocido sus
trabajos y, efectivamente, la Escuela de Praga plantea la lengua desde la perspectiva de
su función comunicativa. En este sentido, hay que tener en cuenta la figura de Jakobson,
que comienza sus trabajos justamente en Praga. Luego emigra a los Estados Unidos. Sus
trabajos están muy vinculado a la problemática de las funciones del lenguaje, que
originalmente ha tomado de Bühler, pero, ya hacia los años '50-'60, las reformula,
considerando seis funciones del lenguaje. Uno de sus intereses era fundamentar la idea
de que la función poética excede el ámbito de la literatura y puede ser rastreada en el
trabajo sobre el mensaje. Sin embargo, en el terreno de la lingüística, lo más relevante del
modelo de las funciones de Jakobson ha sido el concepto de metalenguaje.
Bien. Ahora sí entramos en el tema de los pronombres. El orden de exposición de
los textos bibliográficos es muy importante, porque sus desarrollos nos llevaarán
Gramática 2007/Teórico 20 Apuntes Sim 7

progresivamente a una definición de la clase. Vamos a comenzar por el texto de


Barrenechea, que abre la perspectiva de los pronombres como clase que requiere de la
semántica para ser definida, y luego veremos el modo como Kovacci realiza un inventario
de los distintos elementos pronominales y sus subgrupos -inventario que presupone la
lectura del trabajo previo de Barrenechea- e incorpora elementos del texto de Ciapuscio
que, cronológicamente, es anterior al de Kovacci.
Además, vamos a tener que hacer una homologación de los términos con los que
se va a manejar la Cátedra, dado que no siempre coinciden con la bibliografía.
En referencia a la bibliografía quiero pedirles que lean todo el texto de
Barrenechea, tanto para el parcial como para el final. Se trata de un trabajo muy
importante, donde ella, a través de su planteo, trasciende su propio marco estructuralista,
y además considera los tratamientos del pronombre desde la antigüedad grecolatina hasta
su presente de los años '60. Además, ella va expone cuáles son los fundamentos de
carácter filosófico sobre los cuales va a sostener su propia caracterización del pronombre.
Quizá no estemos completamente de acuerdo con su clasificación, pero su trabajo es muy
valioso, sobre todo por el estudio previo que ella va haciendo hasta llegar, justamente, a
su definición.
Los gramáticos latinos reconocieron al pronombre como una de las ocho clases de
palabras propias, es decir, lo consideraron como una de las llamadas partes de la oración
y, por lo tanto, como una clase de palabras diferenciada de las otras. Estos gramáticos
latinos consideraron que el carácter vicario de los elementos pronominales era un rasgo
suficiente para categorizar la clase. Este fue el planteo inicial: el pronombre como un
sustituto del nombre. De ahí la denominación: por-nombre es la forma que está en lugar
del nombre.
Los primeros en cuestionar esta caracterización del pronombre son los gramáticos
del Renacimiento, entre ellos Escalígero, quien, en el año 1540, realizar una serie de
objeciones a la idea de que el pronombre puede ser caracterizado como elemento
sustituto del nombre. Estas objeciones son las siguientes.
En primer lugar, en muchas ocasiones el pronombre se ocupa de orientar la
atención respecto de algo que no está dicho. En estos casos, no es posible decir que el
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 20

pronombre está sustituyendo a un nombre. Es lo que sucede en muchas construcciones


interrogativas:

¿Qué es esto?

Evidentemente, el pronombre esto no está sustituyendo a ningún nombre.


En segundo lugar, existen casos en los que el pronombre acompaña al nombre,
como en el título de la famosa novela Yo, Claudio, de Robert Graves. En este tipo de
casos se dice que el nombre funciona como aposición del pronombre.
En tercer lugar, existen otras palabras que también pueden presentar un carácter
sustitutivo o vicario. Expresiones del tipo Su Señoría, El abajo firmante, etc., son
construcciones nominales que también sustituyen nombres. Por lo tanto, si el carácter de
sustituto no es una característica exclusiva de los elementos pronominales, no es razón
suficiente para caracterizar a la clase.
La cuarta objeción es que no resulta nada fácil determinar a quién sustituyen los
pronombres de 1ª y 2ª persona: yo y tú son los pronombres que intervienen en el acto del
coloquio, pero no podemos decir a qué nombres están sustituyendo, en tanto su
significación depende de quien esté haciendo uso de la palabra y de quien esté oyéndola.
Sólo podríamos considerar que, en algunos casos, el pronombre de 3ª persona tiene
carácter sustituto.
Por todas estas objeciones, la definición del pronombre como sustituto fue dejada
de lado por varios siglos.
Sin embargo, fue retomada en las primeras décadas del siglo XX por el
estructuralista norteamericano Leonard Bloomfield. Él soluciona algunos de estos
problemas ubicando a los pronombres dentro de la categoría gramatical de los sustitutos
en general. Bloomfield, en tanto estructuralista, busca caracterizaciones que le permitan
dar cuenta de las clases de palabras sin tener que apelar al significado de la oración. bajo
esta perspectiva, encuentra que existen determinadas clases de palabras, a las que va a
llamar sustitutos: son todos aquellos elementos de la lengua que no poseen
características descriptivas fijas. Como los pronombres aparentemente no poseen
Gramática 2007/Teórico 20 Apuntes Sim 9

características descriptivas fijas, entran en esta clase general y poco determinada de los
sustitutos.
Pero los estructuralistas se dieron cuenta, de todos modos, de que estas diversas
entidades lingüísticas en condiciones de funcionar como sustitutos no manifiestan un
mismo comportamiento gramatical. Evidentemente, existe más una clase de palabras que
puede cumplir la función de sustituto, pero el comportamiento gramatical de cada una no
es homogéneo. Esto revela que la categorización de los sustitutos es una herramienta
poco efectiva. Por ejemplo, sustantivos como hombre, gente o cosa -conocidos en inglés
como nombres generales-, muchas veces funcionan como sustitutos. Barrenechea
argumenta, siguiendo la línea de pensamiento de Bloomfield, que, si bien el
funcionamiento de estos sustantivos como elementos sustitutos habilitaría considerarlos
dentro de la clase de los pronombres, al hacerlo estaríamos homologando dos clases de
palabras que no tienen el mismo funcionamiento sintáctico.
Recordemos, en este sentido, la diferencia entre los pronombres y los nombres en
el sintagma nominal. El pronombre no admite determinados modificadores que, por el
contrario, sí son admitidos por los sustantivos comunes. Por ejemplo, no admite
modificadores restrictivos, con lo cual su comportamiento se asemeja al de los nombres
propios. El pronombre sólo admite modificadores no restrictivos. Al respecto, yo suelo dar
el ejemplo de una de las Rimas de Bécquer:

Ella, la que me amaba,


se murió en primavera.

La proposición relativa (la que me amaba) es de tipo explicativa no restrictiva;


nunca podríamos tener una proposición restrictiva modificando a un pronombre, ni
tampoco a un nombre propio.
Al contrario, los sustantivos comunes o generales sí admiten modificadores
restrictivos. Por lo tanto, a pesar de que los sustantivos pueden funcionar como sustitutos,
este divergente comportamiento sintáctico de los elementos englobados bajo una misma
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 20

cagetorización, hace que Barrenechea deje de lado la propuesta bloomfieldiana de


retomar la idea del pronombre como elemento sustituto.
En este punto, conviene tener en cuenta el contexto epistemológico de los '60
dentro del cual Barrenechea desarrolla su estudio. Ella trata de continuar la línea
estructural que ya había manifestado en su texto sobre las clases de palabras en el
español, en el cual había caracterizado cada clase de acuerdo con sus funciones
sintácticas. Ahora bien, a partir de los inconvenientes registrados en el planteo de
Bloomfield, ella se da cuenta de que no le va a ser posible caracterizar el pronombre por
su función sintáctica, ya que no cumple una única función sintáctica que sea privativa de
su clase. Y Barrenechea necesita alguna característica que afecte a la clase en su
totalidad.
Está claro entonces, hasta aquí, que la característica de ser un sustituto del nombre
no le va a servir para clasificar a los pronombres: en realidad, son muy pocos pronombres
y en muy pocos contextos, los que actúan de ese modo. Y, esencialmente, existen otras
clases de palabras que también pueden funcionar como sustitutos. Barrenechea resume
diciendo que la caracterización del pronombre como elemento sustituto tiene un doble
inconveniente: peca por exceso y por defecto.
En este punto, Barrenechea comienza a considerar la posibilidad de definir los
pronombres como elementos de una clase semántica. Pero, siguiendo el método
estructural, para llegar a esta caracterización, punto final de su artículo, ella va a ir
deslindando el camino. En primer lugar, Barrenechea acude a las nociones de palabra
vacía y palabra general. Hemos visto ya que esta idea de lo vacío o general remite a cierto
tipos de palabras que no caracterizan a objetos que pertenezcan a clases con marcas
descriptivas inherentes. Por el contrario, son palabras que, si bien poseen algunos rasgos
de significación -esto les da su carácter general-, dichos rasgos pueden ser llenados por
otras palabras. En este sentido, decimos que su significación será ocasional.
Por ejemplo, una palabra como yo tiene algunos rasgos de significación, pero son
muy pocos: "1ª persona" y "singular". Justamente, estos rasgos son lo suficientemente
generales como para poder ser llenados por distintos individuos. Es decir, en tanto su
significación es general, la palabra yo puede señalar a distintos referentes.
Gramática 2007/Teórico 20 Apuntes Sim 11

Este concepto de palabra general condujo a otro autores a considerar el pronombre


en base a su función deíctica. Barrenechea, de todos modos, también descarta la deixis
como criterio caracterizador de la clase pronominal, aunque, para hacerlo, le dedica un
buen tramo de su artículo.
Nosotros también debemos detenernos en esta noción. La deixis es la capacidad
de señalamiento que poseen algunas palabras. El término deixis proviene del verbo griego
deiknúo que significa "señalar" o "indicar". Los griegos fueron, como adelantamos, los
primeros en detectar la capacidad que tienen los pronombres de realizar señalamientos.
Y, en términos modernos, quien retoma esta idea de los pronombres como deícticos y la
sistematiza es, justamente, Karl Bühler. Cuando él habla del campo mostrativo,
oponiéndolo al campo simbólico, dice que en el primero es donde operan los pronombres.
En este sentido, los pronombres son elementos que efectúan un tipo particular de
señalamiento: el señalamiento deíctico.
Bühler distingue tres tipos de deixis. En primer lugar, hay una deixis ante los ojos o
deixis ad oculos. Se trata del señalamiento que realizan centralmente los pronombres -
aunque otras clases de palabras también pueden llegar a realizarlo- hacia elementos que
se encuentran presentes en el circuito comunicativo. Son los pronombres relacionados
con el acto del coloquio. Evidentemente, los pronombres demostrativos son los elementos
que están más capacitados para realizar un señalamiento ad oculos: indican lo que está
ante la vista inmediata de los participantes en la comunicación. Por eso, a este primer tipo
de deixis también se la conoce como deixis propiamente dicha. La indicación deíctica está
asociada al gesto del brazo extendido, que señala aquello que se encuentra presente a
los participantes de una situación comunicativa particular. La deixis ad oculos se relaciona,
en el nivel del lenguaje, con las coordenadas espaciotemporales, vale decir, con el aquí y
el ahora del emisor.
Si bien las gramáticas no van a seguir su caracterización, Bühler llamará
pronombres demostrativos no sólo a los tradicionales este, ese y aquel -los que nosotros
conocemos como demostrativos-, sino también a los pronombres personales yo, tú, él y a
los del tipo ahora. Este enfoque de Bühler busca relacionar el yo con el este y el ahora
como núcleo central en función del cual se diseña todo el campo mostrativo o indicativo. Y
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 20

los pronombres personales señalan a los participantes que intervienen en el acto del
coloquio, el cual tiene lugar en el campo mostrativo. Otros pronombres ligados al acto del
coloquio y, en este sentido, capacitados para realizar un señalamiento ante los ojos, son
los pronombres posesivos, en tanto agrega respecto del objeto el rasgo [+posesión] y, al
mismo tiempo, lo relacionan con la 1ª, 2ª o 3ª persona.
Pero este no es el único tipo de señalamiento que pueden realizar estos
pronombres. Veamos.
El segundo tipo de deixis que señala Bühler es la deixis anafórica o anáfora;
también se la ha llamado deixis textual. En este caso, estamos ante el señalamiento que
los pronombres realizan en el texto o discurso. Consideremos:

Era su segundo volumen de poemas; en él alcanzó su máxima expresividad.

El elemento pronominal él nos remite a segundo volumen de poemas. Estamos


ante un pronombre personal que no está realizando una deixis ad oculos, sino una deixis
anafórica. La anáfora es un señalamiento en el texto, tanto hacia atrás como hacia
delante. Cuando el señalamiento pronominal nos remite hacia lo anterior estamos ante la
anáfora propiamente dicha; cuando el señalamiento remite a un elemento que viene
después en el texto, se habla de anáfora prospectiva o catáfora.
Los pronombres demostrativos también pueden utilizarse para realizar este
señalamiento anafórico y catafórico. Un ejemplo de señalamiento catafórico con un
demostrativo:

Presten atención a esto.

Lo que diga a continuación del pronombre esto será aquello que, hacia el interior
del texto, ha sido señalado por el demostrativo. Los demostrativos -y sobre todo los de
carácter neutro, como veremos en la clase próxima- no sólo pueden realizar una deixis ad
oculos, sino que también pueden realizar una deixis anafórica.
Gramática 2007/Teórico 20 Apuntes Sim 13

Justamente, Ciapuscio señala en su trabajo que los demostrativos neutros -esto,


eso, aquello- suelen funcionar realizando un señalamiento textual, y son centrales en la
cohesión textual.
Pero no sólo los demostrativos pueden hacerlo, sino también los indefinidos. Por
ejemplo

Les voy a hablar de algo muy importante, el parcial será el día 21 de junio.

El indefinido algo esta señalando de manera anticipada aquello sobre lo que voy a
hablar.
Ahora bien, Bühler plantea un tercer tipo de deixis: la deixis de fantasía o deixis ad
phantasma. Esta deixis se produce cuando los pronombres señalan alguna idea común al
hablante y al oyente, por ejemplo, cuando refieren a un concepto que forma parte de la
memoria común de ambos. Dicho de otro modo, es un señalamiento a algún elemento
que pertenece al conocimiento del hablante y el oyente. Por ejemplo: En aquellos tiempos
en que solíamos ir al cine todos los domingos. En ese caso, el pronombre está haciendo
un señalamiento a un determinado momento histórico pasado, momento que pertenece al
conocimiento compartido del hablante y el oyente. Si bien es un tercer tipo de deixis, en
términos del análisis lingüístico no tiene demasiada relevancia.
Más modernamente, el lingüista inglés Michael Halliday -fundador de la gramática
sistémico-funcional- va a retomar este tema del señalamiento a la situación, y va a hablar
de dos tipos de referencia: la referencia exofórica y la referencia endofórica. En los
términos de Halliday, la deixis ad oculos es equivalente a una referencia de tipo exofórica -
hacia el exterior del texto-, mientras que la deixis anafórica de Bühler será equivalente, en
la terminología de Halliday, a una referencia endofórica -hacia el interior del texto-.
Encontrarán esta terminología de Halliday en el capítulo de Kovacci.
Ahora bien, con respecto al concepto de referencia, hay algo importante que
aclarar. Dimos ya un ejemplo de un demostrativo actuando como anafórico. A su vez, lo
habitual es pensar en el funcionamiento anafórico en relación con los pronombres
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 20

relativos. Pero, en tercer lugar, también puede suceder con los personales. En todos los
casos, hablamos de correferencia.
Recuperemos los versos de Bécquer:

Ella, la que me amaba, se murió en primavera

[Referente extratextual]

Tenemos un pronombre relativo la que actuando en correferencia con el pronombre


personal ella. No es que sólo el relativo refiera al pronombre que, en este caso, actúa
como sujeto. Los pronombres son correferenciales, es decir, tienen el mismo referente.
Dicho de otro modo, cuando hablamos de correferencia estamos diciendo que ambos
elementos comparten una misma referencia. El antecedente del pronombre relativo la que
es otro pronombre: ella, es decir, el relativo señala anafóricamente a ella. Ahora bien,
ambos, el relativo y su antecedente, tiene el mismo referente.
Como es imaginable, en torno al problema de la referencia hay grandes
discusiones. Nosotros vamos a distinguir entre antecedente y referente. Consideramos
que el referente de un pronombre siempre es un elemento extralingüístico. Por
consiguiente, si ese pronombre aparece compartiendo su referencia con un nombre que
es su antecedente, diremos que también su antecedente tiene una referencia
extralingüística. Consideremos:

La niña que me saludó era su hija.

[Referente extratextual]

El pronombre relativo que tiene como antecedente niña. En este sentido, diremos
que el relativo que es correferencial con niña, es decir, ambos aluden al mismo referente
extratextual. Es decir, el referente del nombre y del pronombre está fuera del discurso, es
extralingüístico.
Gramática 2007/Teórico 20 Apuntes Sim 15

Ahora bien, para algunos autores, como Halliday, los conceptos de antecedente y
referente del pronombre se identifican. Nosotros en cambio vamos a mantener el referente
fuera del lenguaje. Por eso planteamos que los pronombres son correferenciales. En el
primer caso, teníamos dos pronombres, y en el segundo, un pronombre relativo y un
nombre: en ambos casos hay correferencia.
La razón de nuestra postura se basa, entre otros elementos teóricos, en el
esquema de Bühler: si el referente fuera interior al discurso, se nos mezclaría el mundo de
las ideas y las relaciones -campo simbólico- con el de los mensajes entre los participantes
en la comunicación -campo mostrativo-, o bien se fusionarían ambos campos. El lenguaje
es una representación de ese mundo de objetos y relaciones, y el propio concepto de
representación implica una separación entre aquello que representa y aquello que es
representado. Por eso, desde la perspectiva lingüística con la que nosotros analizamos el
lenguaje, es mejor trabajarlos por separado.
Hecha esta presentación del problema de la deixis, volvamos al texto de
Barrenechea. Como les adelanté, ella va a considerar que la deixis no es un criterio
categorizador válido para toda la clase, en virtud de que, al igual que en el caso de la
hipótesis del pronombre como sustituto, considerar al pronombre como deíctico es,
nuevamente, equivocarse por exceso y por defecto. Por exceso: existen palabras de otras
clases que también pueden realizar cierto tipo de señalamientos. Un caso son las
conjunciones copulativas; cuando digo naranjas y manzanas, la presencia del copulativo y
indica que a continuación del primer constituyente vendrá necesariamente otro
constituyente. En muchas ocasiones, las conjunciones pueden adoptar valor deíctico.
Otros elementos lingüísticos que manifiestan valor deíctico son los morfemas flexivos del
verbo. Más específicamente, las categorías morfológicas de persona realizan un
señalamiento hacia los integrantes del acto del coloquio.
En segundo lugar, la caracterización deíctica del pronombre peca por defecto: no
todos los pronombres son deícticos. Barrenechea considera que ciertos elementos
pronominales no realizan ningún tipo de deixis, a saber, los pronombres indefinidos. Son
los del tipo algo, todo, nada. Esta ausencia de deixis depende de los contextos. Por
ejemplo:
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 20

Nada me interesa.

En realidad, puede decirse que sí realizan algún tipo de deixis, pero que lo hacen
con un valor muy bajo. Pero hay que tener en cuenta que Barrenechea se mueve dentro
de la perspectiva estructural, la cual la lleva a buscar una propiedad que pueda definir a
toda la clase. En realidad, resulta innegable que la deixis es un rasgo constitutivo de casi
todos los pronombres; pero, al ser una clase tan heterogénea, vamos a encontrar
gradualidades. Justamente, la conclusión del trabajo de Ciapuscio será que algunos
pronombres manifiestan un alto grado de señalamiento o capacidad deíctica, mientras que
otros pronombres manifiestan una capacidad de señalamiento muy baja.
Sin embargo, dentro del modelo teórico-epistemológico del estructuralismo no se
podía admitir una caracterización lingüística donde pudieran quedar elementos fuera de
una clase o ubicados marginalmente. Por esto es que Barrenechea desecha la deixis
como rasgo caracterizador de la clase. Generalmente, las explicaciones gramaticales del
estructuralismo tienen este mismo inconveniente: fuerzan la categoría para que dé cuenta
de todos los elementos. El caso más típico es el del adverbio.
Después de descartar tanto el carácter de sustituto como el de deíctico en su
búsqueda de una propiedad que le permita dar cuenta de toda la clase, Barrenechea
retoma la idea semántica que ya había introducido en su artículo cuando mencionó las
palabras vacías y generales. A continuación entonces precisa esta idea de un significado
vacío o general, y lo hace a través de la siguiente denominación: palabras de significación
ocasional.
Toma la idea de que existen palabras con significado ocasional del filósofo alemán
Edmund Husserl, quien se refiere a ciertas palabras cuya significación no les es propia,
sino que les viene dada de acuerdo con la circunstancia. Para que esto sea posible,
deben ser palabras con un significado muy general; palabras con la generalidad suficiente
como para poder ser llenadas, en cada caso particular, con un significado concreto
requerido por la circunstancia.
Gramática 2007/Teórico 20 Apuntes Sim 17

Ahora bien, a esta caracterización realizada por Husserl de un tipo determinado de


palabras de significación ocasional, Barrenechea le agrega una determinación más
precisa de lo ocasional: las situaciones comunicativas que cargan de significación a estas
palabras estarán orientadas por el acto del coloquio o por el hilo del discurso.
Barrenechea no deja de señalar que esta idea husserliana de palabras de
significación ocasional ya había sido retomada por Amado Alonso, de quien ella la toma.
Ella cita, de hecho, la Gramática castellana de Alonso y Henríquez Ureña. A partir de esta
consideración, el paso siguiente de estos autores es definir el pronombre como una clase
de palabras con significación ocasional, esto es, el pronombre tiene un modo particular,
propio, de significar. En este punto se va a apoyar Barrenechea para alcanzar un criterio
clasificatorio para el pronombre. La significación del pronombre es variable, y esa
variación en su significado se encuentra orientada por las circunstancias del coloquio o por
el hilo del discurso.
Hay que señalar que, si bien Barrenechea ha descartado la teoría del pronombre
como deíctico, cuando habla de que esos elementos de significación ocasional se orientan
por el coloquio y por el discurso, en realidad está remitiéndose a los dos tipos de deixis
fundamentales que ya habíamos marcado en Bühler: la deixis ante los ojos y la anafórica.
Si lo pensamos desde Barrenechea y hacia Bühler, encontramos que la significación
orientada por el acto del coloquio equivale a la deixis ante los ojos, y que la significación
orientada por el hilo del discurso equivale a la deixis anafórica. Esto demuestra que, si
bien Barrenechea descarta la deixis como criterio, tampoco puede dejar de lado el hecho
de que esta característica del señalamiento está presente en toda caracterización del
pronombre.
Hecha esta salvedad, Barrenechea se va a mover con dos parámetros: por un lado,
el de una significación ocasional y, por otro, la dicotomía entre palabras descriptivas y
palabras no descriptivas. Clasificará los pronombres combinando estos dos parámetros en
un sistema de cuatro lugares, y caracterizará cada uno de esos lugares con ejemplos
correspondientes.
18 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 20

1. Palabras descriptivas de significación fija


2. Palabras no descriptivas de significación fija
3. Palabras descriptivas de significación ocasional
4. Palabras no descriptivas de significación ocasional.

Evidentemente, la dicotomía descriptivo/no descriptivo está muy relacionada con la


distinción entre palabras vacías y llenas. Al comienzo del recorrido por el artículo de
Barrenechea, mencionamos la idea de las palabras vacías: son aquellas que presentan
rasgos de significado no inherentes, es decir, son palabras no descriptivas.
En primer lugar, consideremos las palabras descriptivas de significación fija. En
esta categorización podemos incluir: sustantivos, adjetivos, verbos, preposiciones y
adverbios. Son palabras con un contenido descriptivo, y, además, ese contenido
descriptivo presenta cierto carácter estable. Cuando un hablante emita un mensaje o
enunciado, las palabras de estas clases que utilice serán palabras que mantengan su
contenido descriptivo previo. Son aquellas palabras que, cuando nos dedicamos al tema
de clases de palabras, hemos considerado como léxicas.
En segundo lugar, tenemos palabras no descriptivas pero de significación fija. En
este casillero Barrenechea ubica los nombres propios: evidentemente, no tienen
contenidos descriptivos inherentes; sin embargo, Mercedes, referirá siempre a la persona
que así se llama. Asimismo, República Argentina conserva siempre el mismo referente. La
significación fija es algo muy vinculado a la capacidad referencial, y con un tipo particular
de referencia que caracteriza a los nombres propios. El nombre propio no adscribe al
individuo a una clase -como lo hacen los nombres comunes-, sino que, simplemente,
señala a un individuo determinado. Ahora bien, generalmente, lo señala sin implicar
ningún contenido inherente: por eso es una palabra no descriptiva. Por lo tanto, desde
cierta perspectiva, los nombres propios realizan un señalamiento similar al de los
pronombres, con la diferencia de que su señalamiento siempre remite a lo mismo. Los
nombre propios no adscriben individuos a una clase determinada; sólo señalan
particulares en contextos determinados. Por este motivo, al igual que los pronombres, los
nombres propios no admiten modificadores restrictivos dentro del sintagma nominal
Gramática 2007/Teórico 20 Apuntes Sim 19

En tercer lugar, tenemos palabras que sí son descriptivas pero cuya significación es
ocasional: arriba, abajo, derecha, izquierda, primero, segundo, detrás, delante, etc. Todas
estas palabras, por un lado, cuentan con cierto contenido descriptivo, pero, por otro, su
significación depende del punto de referencia en el que se encuentre el emisor. Por este
motivo, decimos que, si bien presentan cierto contenido, su significación es ocasional. Si
decimos que algo está arriba, o abajo, detrás o delante, siempre lo estará en relación con
algún punto de referencia determinado; y ese punto depende de la situación en la que se
encuentre el emisor.
En este casillero, entonces, Barrenechea ubica un grupo de palabras -no muy
numerosas- que indican algún tipo de posicionamiento en relación con un punto de
referencia. Si bien Barrenechea habla de significación ocasional, lo que es ocasional es su
modo de referir. En realidad, ella está pensando en que lo ocasional es el señalamiento
que estas palabras realizan.
El cuarto casillero, naturalmente, es el de los pronombres, por lo cual quedan
definidos como palabras no descriptivas de significación ocasional. Dicha significación
ocasional de los pronombres estará orientada por circunstancias lingüísticas, que serán el
acto del coloquio o el hilo del discurso.

Significación no ocasional Significación ocasional


Nombres Comunes Numerales Ordinales
Adjetivos Adverbios de Posición
Contenido Descriptivo Adverbios Preposiciones/
Numerales Giros preposicionales
Cardinales
Contenido
no descriptivo Nombres Propios Pronombres

Ahora bien, si los pronombres orientan su significación ocasional a partir de dos


parámetros: el acto del coloquio y el hilo del discurso, esto le permite a Barrenechea dividir
20 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 20

los pronombres en sendos grupos: los pronombres orientados por el acto del coloquio son
los siguientes: pronombres personales, pronombres demostrativos y pronombres
posesivos; mientras que los pronombres orientados por el hilo del discurso son los
siguientes: pronombres relativos, pronombres interrogativos y exclamativos y pronombres
indefinidos.
En cuanto a este último tipo de pronombres, debemos decir que Kovacci y otros
autores van a dividirlos, a su vez, en dos subgrupos. Por una parte, los pronombres
identificativos y, por otra, los pronombres cuantitativos. Dentro de los identificativos,
además del artículo, Kovacci incluye palabras como mismo, propio, tampoco, también.
Dentro de los cuantitativos, incluye a los indefinidos propiamente dichos.
El jueves veremos cada uno de los grupos de pronombres y veremos cómo
funcionan, tanto desde el punto de vista morfológico como sintáctico y semántico.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod. 20

Gramática

Fecha: 12/06/07
Teórico № 22 Prof.: Guiomar Ciapuscio

Contenido: Guía IX: Modalidad

Profesora: Buenas tardes a todos. Hoy comenzamos un nuevo tema, que


corresponde a la Guía Temática y bibliográfica IX: Modalidad. Quiero hacer una corrección
respecto de esta Guía. Se deslizó un error en la bibliografía obligatoria: la que está
señalada respecto del texto de Di Tullio en realidad corresponde a Perífrasis verbales.
Sólo hacia el final de ese material hay un breve apartado referido a modalidad. Lo que
corresponde para esta Guía entonces es el capítulo 14, dedicado a "Tipos de oraciones",
que figura entre la optativa y debe figurar en la obligatoria.
Alumna: De la Guía I, ¿entra el texto de Halliday para el parcial?
Profesora: No. Lo veremos después, y lo vamos a tomar en el final. Pero sí se
agrega, para el segundo parcial, de esa guía, el texto de Bühler.
Alumna: Y respecto de la Guía IV, ¿entran el de Mendikoetxea y el de Bello?
Profesora: No entra el de Bello para el segundo parcial -sí para el final-, y sí entra
para el parcial el de Mendikoetxea porque es sobre clases de verbos, tema que vimos
después del primer parcial. Luego, entra todo lo de las Guías V, VI, VII, VIII y IX, que es
esta. Tomamos en el parcial siempre hasta lo que se ve en teóricos una semana antes del
parcial. El jueves, pasado mañana, terminamos con modalidad, o sea que entra también.
Alumna: Ayer, la profesora Mahler dijo que vos ibas a decidir, respecto del tema de
proposiciones, si entran las adverbiales propias, o hasta dónde.
Profesora: De teórico-prácticos, entra hasta lo que se vio ayer. En prácticos,
ustedes se están ejercitando en proposiciones. Los ayudantes les van a decir, a finales de
esta semana, hasta qué tema se va a tomar de lo que están viendo en prácticos. En
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 22

principio, desde ya, entran: proposiciones subordinadas sustantivas y relativas. Les


recomiendo que para este tema de proposiciones estudien utilizando la Ficha
Proposiciones Subordinadas, porque no sólo tomamos el análisis sintáctico sino que
hacemos preguntas conceptuales, cuyas respuestas están en ese material teórico.
Bien. El tema de modalidad es otro de los módulos que relacionamos con el texto
de Bühler, con el cual hemos iniciado estas últimas semanas de clase, puesto que, tanto
el tema de pronombres como el de modalidad, vinculan el área de la gramática con el de
la pragmática. Son temas que involucran el uso de la lengua por parte del individuo, en
enunciados concretos. Como ya fue expuesto, los pronombres son instrumentos
especialmente aptos para señalar al contexto comunicativo, es decir, poseen la capacidad
de la deixis, el señalamiento, ya sea al contexto de situación -lo que en Bühler se
denomina deixis primaria-, ya sea al texto -o deixis secundaria-, es decir, la anáfora o
señalamiento hacia atrás o hacia adelante en el texto, o, como dicen otros autores, la
mostración al hilo del discurso. Los pronombres son elementos de la gramática; pero esta
capacidad deíctica claramente vincula material lingüístico con el uso en contexto por parte
de los hablantes. Son elementos entonces, para cuya descripción y explicación, como
vieron con la profesora Ferrari, es preciso recurrir a factores ligados con el hablante, el
destinatario, el contexto comunicativo, etc.
El tema de modalidad está emparentado en este sentido con el de pronombres.
También presupone el uso de la lengua por parte de uno o más individuos, que, al hacer
uso del instrumento lingüístico, manifiestan, expresan de manera explícita o implícita, su
actitud ante el contenido de lo que dicen.
Se habla del campo de la modalidad, en singular, y también del campo de las
modalidades, en plural, porque, como veremos, hay distintos tipos de modalidad. Para
decirlo en términos generales e introductorios, podemos definir la modalidad como los
mecanismos expresivos del hablante, que manifiesta su actitud ante el contenido de su
mensaje, de su enunciado, de su texto.
Si afinamos un poco más esta definición, diremos que la modalidad consiste en la
expresión lingüístico-gramatical -es decir, por medios lingüísticos y medios gramaticales-
Gramática 2007/Teórico 22 Apuntes Sim 3

de la actitud del hablante o de otro sujeto participante de la interacción, ante el contenido


de su enunciación.
Estamos ya hablando de sujetos, de individuos que asumen la palabra, que se
hacen cargo de ella, que usan el instrumento lingüístico y que expresan mediante
mecanismos gramaticales y lingüísticos su actitud. Este es un término bastante amplio,
que trataremos de desbrozar en la clase de hoy.
Este tema de la modalidad se estudia en gramática, pero también en el análisis del
discurso y en la lingüística textual. Justamente, como vincula la dimensión del contexto
con la dimensión lingüística, es campo de interés, no sólo de la gramática que examina los
mecanismos expresivos -esto es, los recursos gramaticales y lingüísticos en general:
veremos que no son sólo gramaticales-, sino también de otras disciplinas de la lingüística.
Por otro lado, este tema se vincula muy estrechamente con la noción de acto de
habla, la cual fue elaborada en el marco de la filosofía del lenguaje y en la conocida teoría
de los actos de habla, originada a principios de la década del '60. Sus representantes más
conocidos -citados cronológicamente- son filósofos del lenguaje. El primero es Austin, y su
famoso libro Cómo hacer cosas con palabras, producto de la recopilación de una serie de
conferencias donde plantea la dimensión accional de las lenguas. Su continuador, quien
profundizó la teoría de los actos de habla, es John Searle. Estos dos son los nombres más
representativos de esta corriente de la filosofía del lenguaje.
Su tesis fundamental -y el cambio revolucionario que conlleva en cuanto al modo
de entender el funcionamiento del lenguaje- es la siguiente. Las lenguas no son meros
instrumentos para describir el mundo, ya sea objetivo o ficcional. Pensemos en un
enunciado como Hoy hay mucha humedad, donde, en principio, estoy describiendo un
estado de cosas. Si coincide mi enunciado con ese estado de cosas, diré que mi
enunciado es verdadero y, si no coincide, diré que es falso. En estos términos se habían
estudiado las lenguas, sobre todo desde la filosofía del lenguaje: vistas como instrumentos
de descripción, y centrándose en enunciados del tipo recién ejemplificado, a los que
llamaron enunciados constatativos. Ahora bien, Austin, sobre ese trasfondo de la filosofía
del lenguaje, viene a sostener que las oraciones -toda esta teoría está montada sobre la
unidad oración- involucran otras dimensiones, además de la proposicional. En una oración
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 22

del tipo Juan fuma habitualmente, una oración simple que establece una relación de
referencia -el nombre propio Juan remite a un individuo en el mundo, y el predicado
sostiene algo sobre ese referente, es decir, en términos de filosofía del lenguaje, realiza
una predicación, asigna a ese referente la acción de fumar y, además, esa acción está
determinada temporalmente-. Este es el nivel de la proposición, pero no el único. Existe un
segundo nivel: el expresivo, que corresponde al locuor, al acto de expresar. Y, finalmente,
lo que más interesa, lo que esta teoría presenta como novedad, es que las oraciones
tienen además una dimensión ilocucionaria. Esto quiere decir que la oración, gracias a su
fuerza ilocutiva, es una aserción, una afirmación, lo cual en este contexto teórico quiere
decir que tiene lugar un acto de afirmar, un acto de habla.
Si yo, simplemente, modificara mi oración de base mediante la entonación, o
mediante la grafía agregara signos de pregunta, tendría:

¿Juan fuma, habitualmente?

El aspecto referencial y el proposicional permanecen idénticos. Habría ya,


naturalmente, desde el punto de vista expresivo, un cambio fonológico en tanto he
cambiado el marco entonacional de esa oración. Ahora bien, desde el punto de vista del
acto de habla, es decir, de la acción lingüística que esa oración realiza, ya no estoy frente
a una aserción, sino ante a una pregunta.
El repertorio de actos de habla es bastante variado. Dicen estos autores que con el
lenguaje no solamente podemos producir aserciones y preguntar, sino también advertir.
Por ejemplo: Si no estudian para el parcial, no les va a ir bien. Y también puedo manifestar
un deseo, a través de un enunciado desiderativo, por ejemplo, Ojalá que estudien mucho
para el parcial. Puedo dar órdenes o indicaciones, del tipo: Estudien para el parcial.
No sólo podemos con el lenguaje describir y constatar estados de cosas en el
mundo sino que, fundamentalmente, dicen los fundadores de la teoría de actos de habla,
el lenguaje es un instrumento de acción. Esta postura nos retrotrae inmediatamente a lo
que sostenía Bühler: el lenguaje es un instrumento para actuar en el mundo, lo cual
significa llevar adelante distintos tipos de acciones; incluso modificar el mundo. Es posible,
Gramática 2007/Teórico 22 Apuntes Sim 5

mediante el lenguaje, cambiar un estado de cosas, como lo hacen los actos de habla que
ellos denominan realizativos. Son aquellos en que la enunciación misma, el acto de habla
mismo, al ser dicho, hace lo que dice. Los realizativos involucran siempre verbos del tipo:
casar, bautizar, dar por inaugurado, prometer, etc. Estos actos de habla cambian el estado
de cosas contemporáneo o inmediatamente anterior al momento de la enunciación.
La idea de base entonces es que el lenguaje es acción; que la lengua se emplea
para producir determinados efectos en el mundo y en los otros.
Ahora bien, es de destacar que los criterios de verdad o falsedad sólo pueden, en
rigor, aplicarse a actos de habla asertivos. No puede decirse que una promesa, una
advertencia, una sugerencia o una orden sean verdaderas o falsas. Entonces, salvo los
actos de habla asertivos, todos los demás, dice Austin, pueden ser, en cambio, felices o
adecuados si cumplen con una serie de condiciones de naturaleza pragmática.
Un ejemplo clásico es el de un acto de habla realizativo como casar, es decir,
declarar que, a partir del momento del acto de habla, un hombre y una mujer son marido y
mujer. Para que este acto de habla sea adecuado, para que -dice Austin- cumpla con las
condiciones de felicidad, es preciso que se reúnan y se sigan paso a paso varios factores
pragmáticos. Por ejemplo, quien realiza el acto de habla debe ser un juez o alguien
investido de la autoridad necesaria para poder producir ese cambio del estado de cosas
en el mundo a través del acto realizativo. En segundo lugar, debe haber testigos, etc.
Ahora bien, este nivel, el de los actos de habla, corresponde al ámbito de la
pragmática. En este sentido, si somos consecuentes con la distinción terminológica que
hemos trazado al comenzar este gran módulo de la sintaxis, deberíamos en principio
hablar de enunciados, y no de oraciones, porque estamos apelando a factores
contextuales y de uso, o sea, al empleo concreto del lenguaje con todas las condiciones
correspondientes: hablante, destinatario, marco institucional, etc. Los actos de habla
corresponden a nuestra unidad enunciado, que hemos caracterizado como unidades
lingüísticas textuales reales, tal cual se pronuncian, se expresan y se interpretan en
situaciones comunicativas dadas. Son los enunciados, los que pueden tener
interpretaciones ilocutivas. Es mi palabra, usada aquí y ahora, la que ustedes pueden
interpretar como un acto de habla, en este caso, informativo o persuasivo.
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 22

Resulta necesario entonces distinguir entre este concepto de acto de habla y el


nivel de la modalidad -distinción que es, desde ya, analítica-. Puesto que, cuando
hablemos de modalidad o modalidades y de tipos de oraciones que realizan esas
modalidades, nos estaremos ubicando en un plano gramatical. Es decir, tendremos en
cuenta siempre esta relación con el nivel de los enunciados, de las interpretaciones reales
y las producciones reales de los hablantes, pero nos situaremos en un plano de
abstracción que nos permita estudiar, justamente, la parte sistemática que subyace al uso
lingüístico.
Las oraciones son objetos gramaticales, no objetos reales, a pesar de que existen
correlaciones significativas entre actos de habla y tipos de oración. Con este último
término me refiero a las clasificaciones tradicionales por las cuales la gramática distingue
entre oraciones declarativas, oraciones dubitativas, oraciones exhortativas, oraciones
exclamativas, etc. Si bien hay correlaciones bastante sistemáticas entre actos de habla y
tipos de oraciones, no hay una relación uno a uno.
Tomemos, por ejemplo, una oración que caracterizo como interrogativa. Con este
mismo tipo de oración, puedo realizar distintos actos de habla. Dicho al revés, no siempre
una oración interrogativa es una pregunta. Consideren este caso:

¿Quién no sabe que estamos en campaña?

Alumna: Es retórica.
Profesora: Exactamente.
Desde el punto de vista de la forma, es evidentemente una oración interrogativa,
cosa que nadie puede objetar. Hay signos gráficos correspondientes a la interrogación,
hay un pronombre interrogativo, etc. Pero si interpretamos pragmáticamente esta oración,
encontramos que el significado es exactamente el contrario: Todos sabemos que estamos
en campaña. Es lo que se llama, como apuntó la compañera, una pregunta retórica. No es
en realidad una pregunta, sino una aserción desde el punto de vista de su valor
pragmático, desde su interpretación en situación. Desde el punto de vista de qué estoy
haciendo cuando digo esto, no estoy preguntando; el acto de habla que realizo cuando
Gramática 2007/Teórico 22 Apuntes Sim 7

digo ¿Quién no sabe que estamos en campaña? es una aserción. De hecho, al


parafrasearla para explicitar su interpretación accional, aplico un cuantificador universal:
Todos sabemos que estamos en campaña. Naturalmente, esta interpretación es válida en
contexto: por ejemplo, si voy caminando entre carteles de propaganda política.
Otro caso muy frecuente:

¿Podés pasarme la sal?

Nuevamente, desde el punto de vista gramatical, es una oración interrogativa. Pero


no estamos en realidad preguntando, sino pidiendo. Es más, si en la situación concreta, y
teniendo el salero al lado, alguien respondiera No, genera un efecto humorístico. Lo cual
demuestra que no se trata de una pregunta, interpretándola en términos accionales, sino
una indicación, un pedido.
Como ven, para interpretar los actos de habla, debemos recurrir siempre a factores
contextuales, es decir, considerar la oración en una situación concreta de uso, y así poder
asignarle una interpretación pragmáticamente adecuada. En cambio, para asignar una
interpretación gramatical a las oraciones, para decidir qué tipo de oración es, preciso
recurrir a criterios formales confiables.
Nosotros nos vamos a situar en la perspectiva gramatical de la modalidad. Hoy
vamos a ahondar en el concepto de modalidad, y a comenzar a recorrer los distintos tipos
de modalidad que la tradición gramatical y lingüística ha distinguido -hay bastante
consenso respecto de estas distinciones-. Luego, recorreremos los recursos expresivos
lingüísticos de cada tipo de modalidad.
La literatura sobre modalidad, clásica y moderna, se basa en un trabajo pionero
muy citado de Charles Bally, uno de los lingüistas que editaron el Curso de Saussure. Él
fue el primero en elaborar teóricamente el concepto de modalidad y en plantear las
distinciones fundamentales que subyacen a este campo de estudios.
Bally sostiene que en todo enunciado siempre están presentes dos componentes
esenciales, a los que llamó -y se siguen llamando- modus y dictum. Veamos algunos
ejemplos simples.
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 22

1.a. Llueve. 1.b. Yo afirmo que llueve.


2.a. No llueve. 2.b. Yo niego que llueve.
3.a. ¿Llueve? 3.b. No sé si llueve.

En primer lugar, desde el punto de vista proposicional, o sea, del contenido, en


cada par a. y b. estoy diciendo lo mismo. La diferencia es que, en primer lugar, en 1.b.
antepongo un predicado que explicita un hablante, el cual asume el valor modal de la
aserción, es decir, se hace responsable del valor de verdad de su aserción. Yo afirmo que
llueve podría parafrasearse con otros verbos que describan la actitud del hablante.
Nuevamente, aparece esta palabra general, que tendremos que ir desbrozando: actitud.
Mi actitud frente al contenido proposicional, el llenado semántico, lo que llamaremos el
dictum, es un estado de conocimiento. Paráfrasis posibles: Estoy convencida de que
llueve; Sostengo que llueve; Digo que llueve -esta última paráfrasis, más neutra-. Pero en
todos los casos presento de manera explícita mi dictum como verdadero: manifiesto mi
actitud de creer verdadero aquello que estoy afirmando.
En el par 2.a - 2.b la situación es similar. Desde el punto de vista del contenido
descriptivo, no hay cambio alguno. Pero en 2.b., al aparecer el sujeto que enuncia y el
verbo negar, que describe la actitud del que enuncia, queda explícito el modus. Este
modus podría ser parafraseado por: A mi juicio, es falso que llueve, o Considero falso el
hecho de que llueva.
En tercer lugar, tenemos la simple pregunta en 3.a., frente al despliegue en 3.b. del
valor modal de ese enunciado, que es, justamente, la manifestación por parte del sujeto
de un estado de incertidumbre ante el dictum. Este estado de incertidumbre es lo que
caracteriza a las oraciones interrogativas.
La actitud del hablante, sostiene Bally, se denomina modus. Y es, justamente, el
componente modal que expresa la perspectiva del hablante ante lo que dice. El contenido
de lo que dice es el dictum.
En los pares b. de las oraciones de arriba, tenemos el modus explícito. También es
el propio Bally quien distingue entre modalidad explícita e implícita. Recordemos la
Gramática 2007/Teórico 22 Apuntes Sim 9

definición inicial: modus y dictum tienen lugar ambos siempre en todo enunciado. Es decir
que aun en oraciones que no muestran explícitamente el modus, hay una actitud del
hablante determinada y determinable. Cuando el modus aparece realizado de manera
independiente del dictum, es decir, verbalizado mediante distintos recursos -en este caso,
yo recurrí a predicados verbales, pero no son los únicos recursos-, la modalidad es
explícita. Ahora bien, en los pares a. también tenemos modus, y podemos interpretar
correctamente el sentido modal de cada una de esas oraciones. Desde el punto de vista
de la interpretación, hemos dicho, no hay diferencias sustantivas entre los pares a. y b. Si
alguien dice Llueve, yo interpreto, aunque el hablante no lo haya dicho, que afirma que
llueve. En 2.a. reconozco la actitud de negar el dictum de quien la enuncia, y en 3.a.
reconozco la actitud de incertidumbre junto con el pedido al interlocutor de que solucione
ese estado de incertidumbre. En todos los casos a. la modalidad está implícita o, en
términos de Bally, escondida en el dictum. No está desplegada en una construcción
específica para el modus, sino codificada en el dictum mediante recursos gramaticales,
fonológicos, o dicho de manera general, en recursos lingüísticos.
Por ejemplo, aquello que hace que interprete correctamente Llueve como un acto
asertivo, como una afirmación, es la entonación y el modo del verbo, que es el indicativo,
o sea, el modo de la realidad, aquel que los hablantes usamos para expresar el
convencimiento acerca de la verdad del dictum.
Decimos, en estos casos, que el modus está encodificado en el dictum, esto es, no
desplegado mediante indicios léxicos independientes, sino escondido, dice Bally, en el
dictum.
Cabe señalar que hay autores que cuestionan esta terminología usada por Bally,
porque si la modalidad está codificada en recursos, está presente. Produce cierta
incoherencia lógica decir que está implícita, si hay rasgos que la denotan. Pero él se está
refiriendo a la clara distinción entre oraciones que despliegan en un predicado específico
el modus y otras que manifiestan el modus mediante recursos sólo fonológicos y
gramaticales.
El ejemplo de 2 es el de lo que llamaremos modalidad negativa, una modalidad que
resulta transversal a todas las otras, es decir, puede superponerse a las que veremos,
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 22

coexistir con ellas. El modus, la negación, está expresado en 2.a. sólo mediante el índice
de polaridad negativa.
En 3.a. encontramos el modus en el recurso entonacional, es decir, fonológico.
Ahora quisiera hacer algunos ajustes respecto del concepto de modus que hemos
presentado. En nuestros ejemplos, tiene siempre como sujeto al hablante. Sin embargo, el
modus puede estar a cargo de otro enunciador. Por ejemplo:

La señora afirma que llueve.

Así, lo que se presenta es la actitud de un sujeto oracional de 3ª persona frente a


su dictum. Y, como hablante, podría expresar mi propio modus frente a su dictum:

La señora dice que llueve, pero yo no le creo.

También el modus puede estar a cargo de otros, en el sentido de un sujeto


indeterminado. Por ejemplo:

Dicen que llueve.


Se afirma que llueve.

En síntesis, es posible la transferencia de la responsabilidad de la aserción y,


consecuentemente, del modus.
Alumna: ¿Siempre están el modus y el dictum?
Profesora: Sí. Bally dice que muchos lingüistas han vivido engañados a lo largo de
mucho tiempo, porque no han reconocido que siempre, detrás de todo dictum, hay un
modus. Justamente, la idea es que todo acto de lenguaje implica la presencia del
hablante. Estamos, con este trabajo de Bally, en los inicios fundacionales de lo que se
llama el movimiento subjetivista, el cual realiza una serie de estudios tendientes a mostrar
la importancia del sujeto en la lengua.
Gramática 2007/Teórico 22 Apuntes Sim 11

Ahora bien, el modus, la actitud, no se limita sólo a la expresión del grado de


verdad que otorga el hablante, u otros, a su enunciado, la falsedad o su posibilidad o
probabilidad. Es decir, no sólo el modus se refiere a los modos del conocer, a los grados
de verdad del dictum, sino que Bally sostiene:

El modus se refiere a todos los movimientos del alma susceptibles de acompañar la


afirmación, la negación, la duda. El modus entonces abarca el placer -por ejemplo, en
enunciados del tipo "Me gusta" o "No me gusta", "Me encanta"- el odio, el deseo, el miedo,
el elogio o la reprobación. La modalidad es el alma de la frase.

Está utilizando el término frase entendiendo por ello oración.


El campo que representa el modus, la actitud del hablante, no sólo se vincula
entonces con el conocimiento, sino también con todo lo que se suele englobar bajo la
etiqueta de lo emocional. Una de las modalidades que reconoce Bally, y con él toda la
tradición posterior, es la denominada modalidad afectiva, la cual abarca los estados
emocionales y las valoraciones de tipo emocional, respecto del contenido o dictum.
En virtud de esto último, Bally y otros teóricos, como Ofelia Kovacci -de la que
tienen el texto obligatorio de El comentario gramatical- y muchos otros, distinguen tipos de
modalidades. Es preciso tipificar, ordenar este campo enorme.
Ahora bien, el campo de estudio de la modalidad es compartido por la lingüística, la
lógica y la filosofía. En general, se suelen distinguir tres grandes grupos de modalidades y,
a su vez, dentro de cada uno, varios subtipos, donde veremos que la terminología muestra
este cruce de disciplinas.
El primer gran grupo es el de las modalidades intelectuales. Incluye las
modalidades que expresan los modos del conocer y el grado de conocimiento que se tiene
respecto de los hechos y estados de cosas que se expresan en el dictum. Dentro de las
intelectuales, los dos primeros subtipos son también llamados, en otras clasificaciones,
modalidades epistémicas, o sea, las vinculadas con el conocimiento. Son, por un lado, las
modalidades declarativas o aseverativas, las cuales refieren a un grado de convicción o
conocimiento tal por el cual el hablante otorga realidad, carácter verdadero al contenido de
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 22

su dictum, y por otro, las modalidades dubitativas o hipotéticas, es decir, cuando el


hablante no tiene certeza, sino grados de mayor o menor certidumbre. Por último, dentro
de las modalidades intelectuales, Kovacci incluye las modalidades interrogativas, que
expresan la incertidumbre completa, es decir, el estado del sujeto de no saber respecto
del dictum.

declarativas o aseverativas
Intelectuales dubitativas o hipotéticas epistémicas
interrogativas

Modalidades Volitivas exhortativas


desiderativas

Afectivas (exclamativas)
.....................................................................................................................
Polaridad (afirmación / negación)

Cada uno de estos tipos y subtipos de modalidades se realizan mediante recursos


lingüísticos -léxicos y gramaticales- específicos.
Un segundo gran campo es el de las modalidades volitivas. Como la denominación
lo indica, se vinculan con la voluntad. Son las modalidades que expresan, desde el deseo
hasta la obligación y la orden. Es así que se distinguen, como dos subtipos, las
desiderativas y las exhortativas.
El último campo es el de las modalidades afectivas, vinculadas con los sentimientos
y emociones de los hablantes.
Ahora bien, existe un cuarto tipo de modalidad que no tiene un lugar cómodo en
este cuadro: me refiero a la dimensión modal que se ha dado en llamar, sobre todo en las
últimas décadas, polaridad. Se trata del señalamiento de los términos complementarios de
afirmación y negación. Establecemos entre esta última y las tres primeras una línea de
demarcación porque, tal como surge de esta clasificación, la polaridad se superpone a las
Gramática 2007/Teórico 22 Apuntes Sim 13

otras modalidades. Adelantemos que la polaridad afirmativa es el término básico, que se


define por sí mismo, mientras que la negación o polaridad negativa siempre presupone la
afirmativa, a la que se contrapone. Por eso se habla de la negación como término
complementario.
Alumno: ¿Cómo hay que considerar las afectivas?
Profesora: Es un campo mucho más difícil de ordenar, aunque hay algunos intentos
de hacerlo, no tanto en gramática sino en trabajos sobre texto o discurso. En los textos
que tendrán que leer no encontrarán ningún ordenamiento. Simplemente, veremos tipos
de oraciones que realizan típicamente la modalidad afectiva, las cuales están en el campo
de las oraciones exclamativas.
Vayamos ahora a la expresión lingüística de cada una de las modalidades, tema
que nos va a llevar lo que queda de esta clase y la del jueves. El problema aquí es que,
más allá de la distinción arriba mencionada entre modalidad implícita y explícita, es
preciso decir que la expresión de la modalidad en castellano -y también en muchas otras
lenguas- alcanza prácticamente a todas las categorías gramaticales. Es decir, la
modalidad se puede expresar mediante verbos, mediante adjetivos, mediante sustantivos,
mediante adverbios, que es una clase de palabras central para la expresión modal, etc. Y,
naturalmente, la modalidad se expresa gramaticalmente a través del modo verbal. Los
modos son, justamente, indicadores gramaticales de modalidad muy relevantes. También
lo es la entonación, como hemos visto en algunos de los ejemplos ya dados, y en la
representación gráfica de la entonación en la escritura. Es decir que tendremos
indicadores léxicos y gramaticales diversos de cada uno de los tipos de modalidades que
hemos distinguido.
A la gramática le han interesado esencialmente los esquemas oracionales que
realizan las distintas modalidades, en tanto los tipos de oraciones son un recurso
expresivo característico de las modalidades. En gramática tradicional, se hablaba de
clases de oraciones, y se las tipificaba según la actitud del hablante, es decir, se hablaba
ya de modalidad.
Tenemos entonces esquemas oraciones prototípicos de cada uno de los grupos y
subgrupos de modalidades. Vayamos ordenadamente recorriendo cada uno. Para esto, yo
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 22

seguiré el texto clásico sobre modalidad, que es el de Kovacci. Es el que presenta a la


manera de un inventario, ordenado y sistemático, los recursos expresivos de los distintos
tipos de modalidad. Pero voy a complementar lo que vaya diciendo con algunos
elementos que aporta Di Tullio en su texto. Ambas textos forman parte central de la
bibliografía obligatoria que tienen para este tema.
Comencemos por las modalidades intelectuales. Sus primeros dos subtipos son la
modalidad declarativa y la dubitativa. Ambas se agrupan, en cierta bibliografía, como
modalidad epistémica.
El tipo de oración que realiza la modalidad declarativa es, justamente, la oración
llamada declarativa, que también ha sido llamada asertiva, aseverativa, enunciativa. No es
preciso que recuerden toda esta terminología; la menciono porque la encontrarán en la
bibliografía, variando de autor en autor.
Lo importante es qué significan las oraciones declarativas: el hablante presenta el
dictum como un hecho real, cierto, verdadero. Los recursos expresivos para presentar
nuestros enunciados como ciertos o verdaderos son los siguientes. Desde el punto de
vista entonacional -fonológico- es propio de las oraciones enunciativas o asertivas una
figura tonal que se desarrolla en paralelo al tono básico del hablante. Consideremos una
oración como Ayer llovió toda la noche:

.................................................................. tono básico del hablante

A yer llo vió to da la no che

Representamos la figura tonal así: primero, una línea horizontal, lo cual indica
mismo tono, hasta el primer acento fuerte, en que sube y se mantiene hasta la sílaba
anterior al último acento fuerte, con ligeras variaciones. El tono desciende claramente
hacia el final. Naturalmente, cuando las oraciones asertivas son categóricas, estos
descensos finales pueden ser más marcados.
Podríamos decir que en el marco entonacional de las declarativas es prácticamente
monocorde.
Gramática 2007/Teórico 22 Apuntes Sim 15

El modo verbal típico de las oraciones declarativas es, por supuesto, el indicativo.
Estos son los dos rasgos centrales desde los puntos de vista fonológico y gramatical.
Ahora bien, desde el punto de vista de la modalidad léxica, es decir, expresada por
unidades o palabras, tendremos cierta selección recurrente de lexemas; por ejemplo,
verbos que, a partir de su significado, han sido llamados verbos de decir, o de
entendimiento: afirmar, decir, saber, etc. También sintagmas verbales, construcciones de
[verbo + sustantivo] con cierto grado de lexicalización, como tener certeza, tener
seguridad, que señalan modos del conocimiento. Y también encontramos construcciones
de [verbo + adjetivo] con este tipo de significado, tales como es cierto, es seguro, etc.
Por otra parte, son centrales muchos de los adverbios en -mente como indicadores
de modalidad y, muchos de ellos, de modalidad declarativa. Por ejemplo: realmente,
indudablemente, ciertamente.
Hay, además, todo un campo de palabras especializadas en señalar distintos tipos
de modalidades, llamadas en las gramáticas índices de actitud. Para la modalidad
declarativa, tenemos índices del tipo sin duda, por cierto, etc.
Pasemos a la modalidad hipotética o dubitativa. El marco oracional típico son las
oraciones llamadas del mismo modo, que, justamente, se caracterizan por presentar el
dictum como algo probable, posible, hipotético o dudoso.
En castellano, la duda suele expresarse mediante determinados modos y tiempos
verbales. Veamos un caso interesante: el tiempo futuro, que básicamente expresa una
acción, evento o estado que se llevará a cabo en un momento posterior al de la
enunciación. De este modo interpretaríamos una oración como: Mañana dirán lo que
tengan que decir. En este caso, el futuro tiene un significado puramente temporal. Sin
embargo, veamos:

Ahora dirán que es mentira.

El verbo está en futuro, pero su valor interpretativo es modal, no temporal. Podría


parafrasear: Probablemente, ahora digan que es mentira. De hecho, el subjuntivo es otro
de los modos típicos para expresar duda o hipótesis.
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 22

Por otra parte, los adverbios son señales frecuentes de modalidad dubitativa
hipotética: difícilmente, probablemente, posiblemente.
También tenemos muchos índices de actitud: ojalá, tal vez, quizás, acaso. Notemos
que estos índices se combinan con el modo subjuntivo, el modo de la falta de certeza. Por
ejemplo:

Ojalá venga mañana


Tal vez pueda ir a tu casa.

Otros recursos muy frecuentes para expresar duda o hipótesis son las perífrasis
verbales con verbos modales, como poder o deber. Por ejemplo:

El domingo podemos tener sorpresas.

Aquí, poder tiene el valor epistémico de probabilidad. Otra posibilidad es el verbo


en potencial:

El domingo, en el ballotage, podríamos tener sorpresas.

El verbo deber se usa frecuentemente: en estos entornos hipotéticos, marca


obligación indirectamente, ya sea con el potencial o con el imperfecto del subjuntivo:

Deberías acompañar más a tu madre.


Debieras acompañar más a tu madre.

Naturalmente, la entonación es siempre una marca fundamental, y lo es también de


la modalidad hipotética. Un mismo dictum enunciado con otro marco entonacional puede
expresar, en lugar de duda, realidad. Vean este caso:

Vendrá mañana.
Gramática 2007/Teórico 22 Apuntes Sim 17

Según la entonación, podría ser un enunciado asertivo o hipotético.


Ahora bien, en las oraciones hipotéticas y dubitativas intervienen verbos de decir o
de entendimiento también, pero que manifiestan valores semánticos acordes a esta
modalidad. Por ejemplo, creer, dudar, suponer, presumir, etc.
Asimismo, expresiones impersonales construidas con el verbo ser + adjetivos, del
tipo ser probable, ser dudoso, ser incierto.
A este respecto, existe toda un área de investigación muy prolífica en la lingüística
actual en torno al campo de los llamados mitigadores. Es una categoría muy difusa;
podríamos, de todos modos, consensuar una definición: palabras que sirven para atenuar
la aserción, es decir, manifestar cierto grado de inseguridad o falta de certeza. Por
ejemplo, en general, aproximadamente, en principio. Si escuchan mi propio discurso, yo
estoy usando permanentemente atenuadores, palabras que, en cierto modo, relativizan, y
tratan de mantener mis enunciados, en particular el dictum de ellos, en el marco de cierta
precariedad, en el sentido de no pretender abarcar todos los casos posibles sino de
generalizar, y de hablar en términos más precavidos.
El modo verbal es centralmente el subjuntivo, aunque también el futuro y el
condicional.
Digamos algo de la interrogativa, tan solo para dejar planteado el tema. Ya dijimos
que las modalidad interrogativa en general expresa la actitud de desconocimiento o
incertidumbre del hablante respecto del dictum. Es central el recurso de la entonación. En
este caso, a diferencia de las oraciones declarativas, las interrogativas presentan, en su
figura tonal, movimientos alternativos de tonos graves a agudos o de agudos a graves. Es
decir, curvas entonacionales marcadas.
Quiero volver a destacar que hay una diferencia entre el preguntar como acto de
habla y la categoría interrogativa. No siempre hay una correspondencia uno a uno. No
todas las interrogaciones son preguntas -como vimos en el caso de ¿Me pasas la sal? o
¿Quién no sabe que estamos en campaña?- ni todas las preguntas son interrogaciones.
No siempre para preguntar usamos esquemas oracionales interrogativos. Si, por ejemplo
18 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 22

en este contexto, digo: Necesito saber la hora, el tipo de oración es declarativa, pero el
acto de habla es una pregunta. Se parafrasea por ¿Qué hora es?
Dejamos acá, y seguimos el jueves.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod. 20

Gramática

Fecha: 14/06/07
Teórico № 23 Prof.: Guiomar Ciapuscio

Contenido: Guía IX: Modalidad

Profesora: Buenas tardes. Quiero, antes de comenzar, indicarles cuál será la


distribución de aulas el día del parcial, el jueves que viene. Tenemos un aula adicional: la
347, a la cual irán los alumnos de tres comisiones de trabajos prácticos: la de Laura
Cornfeld, que funciona los martes de 13:00 a 17:00, la de Pilar Gaspar, que funciona los
jueves en ese mismo horario, y la comisión de Marcelo Arias. El resto de las comisiones
rinden el parcial en esta sala 324.
Continuamos con la guía de Modalidad, el último bloque de contenidos que entran
para el parcial. Ya señalamos el martes que el tema de los contenidos modales en la
lengua es compartido por la filosofía y la lingüística. De hecho, comenzó a estudiarse en
filosofía mucho antes que en lingüística. Ahora bien, si nos restringimos al área de
lingüística, el punto de partida es el texto clásico de Charles Bally, el lingüista francés
discípulo de Saussure, quien fue el primero en dedicar un tratado al tema de la modalidad
en la lengua. Él es quien tematiza el hecho de que siempre, en todo producto lingüístico,
en todo enunciado, hay un contenido modal, es decir, una expresión de la actitud del
hablante, que puede referirse a distintos dominios o dimensiones. En este último sentido,
suele hablarse de dos dimensiones fundamentales: una cognitiva, vinculada con el área
de los contenidos representativos o, como muchos autores los denominan, los contenidos
proposicionales y, por otro lado, una dimensión emotiva -que otros autores denominan
campo del afecto-. Se sostiene que, por un lado en la lengua y, por otro, en las actitudes
hacia la lengua, siempre están presentes estas dos dimensiones. En términos generales,
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 23

se trata de la expresión de la particular actitud individual del sujeto frente a lo que dice, por
ejemplo en términos axiológicos: considerar -lo que se dice, el dictum- bien o mal, juzgarlo
negativo o positivo, así como, en términos claramente emotivos, alegrarse o entristecerse.
Bally denomina a estos dos componentes siempre presentes en todo enunciado, en
toda frase -este último es el término que él usa en su texto, y era el más usado en su
época- del siguiente modo: el dictum es el contenido proposicional, es decir, aquella parte
del enunciado en que podemos reconocer una referencia y una predicación; el modus, en
principio, es definido como la actitud del hablante pero, como vimos, no sólo puede
referirse a la actitud del propio hablante sino que también suele transferirse la aserción.
Por ejemplo:

1) La señora dice que llueve.


2) Se dice que llueve.
3) Dicen que llueve.

La aserción en sí, el contenido, el dictum, es llueve; pero recibe distintas


modalidades en términos de transferencia de la aserción: en 1), el hablante transfiere la
responsabilidad por la aserción a una 3ª persona especificada; en 2), dicha aserción está
a cargo de un sujeto impersonal, que el hablante puede modalizar a través de
construcciones con se; o bien, como en 3), estará a cargo de una 3ª persona plural que
implica un sujeto indeterminado.
Dijimos también que Bally, como otros, afirma que el modus no sólo se refiere a la
verdad o falsedad que el sujeto atribuye al dictum, sino también a lo que él denomina
todos los movimientos del alma, es decir, todas aquellas actitudes que pueden acompañar
la afirmación o la negación; actitudes que expresan placer, displacer, deseo, miedo,
elogio, reprobación, rechazo, etc.
También introdujimos el martes la distinción que Bally realiza entre modalidad
explícita e implícita. Mediante estas nociones intenta distinguir casos como estos:
Gramática 2007/Teórico 23 Apuntes Sim 3

1.a. Vendrá mañana.


1.b. Estoy segura de que vendrá mañana.

Según Bally, en ambos enunciados el contenido proposicional es exactamente el


mismo. El dictum es vendrá mañana, en 3ª del singular y en tiempo futuro -vale decir,
posterior a la enunciación-. Ahora bien, el contenido modal también es el mismo, porque
en ambos el hablante está presentando ese contenido con valor de verdadero, de cierto.
La diferencia comienza en este punto: en 1.a. no hay señales explícitas de modalidad, en
tanto no hay un predicado modal separado que exprese esa actitud, como sí en cambio lo
tenemos en 1.b., donde está desplegada la modalidad en el sintagma [verbo + adjetivo]:
estoy segura manifiesta de manera explícita el convencimiento respecto del valor de
verdad que la hablante otorga al dictum, que es vendrá mañana.
En 1.a. y 1.b. tenemos modalidad declarativa, salvo que en 1.a. es implícita,
mientras que en 2.b. es explícita.
La modalidad declarativa a su vez se incluye en el gran campo de la modalidad
epistémica, es decir, todo el campo de la valoración modal relacionado con los grados de
verdad que el sujeto atribuye al dictum. Estas modalidades epistémicas, además de la
certeza -expresada en oraciones declarativas, asertivas o aseverativas, según las distintas
denominaciones que encontramos en la literatura- incluyen modalidades hipotéticas, por
las cuales el sujeto o hablante estima el dictum según grados: probable, posible, incierto,
etc.
Ahora bien, volviendo al carácter explícito o implícito de la modalidad, no sólo
puede darse dentro del grupo de las modalidades epistémicas, desde ya. Veamos:

2.a. ¡Salí ya de acá!


2.b. Te ordeno que salgas ya de acá.

También aquí tenemos el contraste entre modalidad implícita en 1.a. y explícita en


2.b. La primera es implícita porque no hay una expresión léxica que manifieste la actitud
modal, sino que dicha actitud se reconstruye a partir de: 1) los signos de exclamación, o
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 23

su equivalente tonal en la oralidad; 2) el verbo está en modo imperativo. No es que no


haya señales, entonces, porque las enumeradas permiten interpretar correctamente ese
enunciado como una orden, y esa es su modalidad.
Ahora bien, en 2.b. hay expreso un predicado, antepuesto al dictum, y que
manifiesta la modalidad: hay un verbo que realiza el acto de habla, dicho en términos
pragmáticos. Ordenar es, como dice Austin, un verbo realizativo, esto es, un verbo que, al
ser usado en el momento en que es usado, cumple la acción que enuncia. Y además,
realiza un valor modal, en este caso, de orden.
En 2.a y 2.b. estamos en presencia de la modalidad deóntica, que es el otro gran
campo. Como su nombre lo indica, la modalidad deóntica implica siempre una orientación
normativa; esta modalidad expresa o indica cómo debe actuar el sujeto oracional, que
normalmente, en el campo deóntico es el oyente, no el hablante -tanto las órdenes como
los pedidos, ruegos, etc., están orientados normalmente al interlocutor-.
Para terminar nuestra síntesis de lo visto el martes, distinguimos, dentro de la
modalidad, tres grandes campos: modalidades intelectuales, afectivas y volitivas. Esta
clasificación también proviene de Bally, y, adaptada de él, la encontrarán en el texto de
Kovacci, el cual deben considerar como ingreso al tema.
Las modalidades intelectuales incluyen tres subtipos: las declarativas y las
dubitativas o hipotéticas son las epistémicas, es decir, las relacionadas con el
conocimiento. Pero también, dentro de las intelectuales, Ofelia Kovacci considera las
modalidades interrogativas, en tanto significan el estado de desconocimiento o
incertidumbre que lleva al hablante a producir enunciados interrogativos.
En segundo lugar, tenemos el gran subgrupo de las modalidades volitivas, las
cuales expresan desde el deseo hasta la obligación y el mandato. Esto quiere decir que,
como subgrupos, incluyen las modalidades: exhortativas y desiderativas.
Por último, el tercer gran subgrupo es el de las modalidades afectivas, vinculadas
con los sentimientos y emociones del hablante.
Hemos incluido además -y haremos referencia hacia el final de la clase- la
dimensión transversal de la polaridad, es decir, los enunciados afirmativos y negativos.
Esta dimensión puede superponerse a todos los otros tipos de modalidad. La polaridad
Gramática 2007/Teórico 23 Apuntes Sim 5

expresa la conformidad o no conformidad del sujeto hablante respecto del dictum o de


partes de él, como veremos.
Ya hemos estudiado las oraciones declarativas y las dubitativas o hipotéticas. Con
ello, hemos comenzado a analizar desde un punto de vista más gramatical el tema de la
modalidad, porque lo que nos interesa en este curso de Gramática es estudiar los
recursos lingüísticos mediante los cuales la modalidad es expresada.
Uno de los más importantes es la entonación, es decir, un elemento perteneciente
al nivel fonológico. También tenemos, por supuesto, mecanismos gramaticales,
esencialmente, el modo verbal, y a su vez, indicios léxicos de modalidad. Como vimos el
martes, hay elementos léxicos pertenecientes a distintas categorías que también expresan
modalidad.
En gramática, uno de los modos de ver el tema de la modalidad es a partir de lo
que se conoce como esquemas oracionales, es decir, tipos de oración. Es una
clasificación tradicional que hoy se mantiene en las gramáticas modernas. A partir de aquí
me voy a basar de manera preferencial al capítulo 14 de Di Tullio, que también está
planteado desde esta perspectiva. El capítulo, de hecho, se llama "Tipos de oraciones",
donde se caracterizan opositivamente, en términos de modalidad. Esto quiere decir que
hay esquemas oracionales típicos que expresan modalidades.
Hemos visto ya oraciones declarativas y oraciones dubitativas o hipotéticas; ahora
comenzamos a ver las demás, comenzando por las oraciones interrogativas.
El martes señalamos una distinción que tampoco es menor entre acto de habla y
modalidad. Dijimos, hacia el final de la clase y entrando ya en el tema de las
interrogativas, que no hay que confundir una pregunta con un tipo de oración interrogativa.
Conviene tener claros estos dos niveles de análisis. Hay esquemas oracionales
interrogativos que sin embargo no son preguntas. Dimos el ejemplo de las llamadas
preguntas retóricas, del tipo Quién sino él puede saberlo. La definición de pregunta
retórica es que su significado modal es una aserción.
Por otro lado, puedo preguntar, es decir, llevar adelante actos de pregunta sin usar
esquemas interrogativos. Por ejemplo: Me gustaría saber en qué aula es el parcial. O
Necesito saber cuál es tu dirección. Estamos preguntando de manera indirecta.
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 23

La característica fundamental de los esquemas oracionales interrogativos es la


prosódica, es decir, el rasgo fonológico de la entonación. Es el único rasgo que opone las
oraciones aseverativas de las interrogativas:

Existe una ciencia nacional.


¿Existe una ciencia nacional?

Independientemente de los signos gráficos, es la figura tonal, la que cambia el


significado modal de la misma oración.
Antes de internarnos en los distintos tipos de interrogativas, conviene explicitar algo
que ustedes ya saben, y que es propio de las oraciones interrogativas -además del marco
fonológico entonacional-: la inclusión de pronombres interrogativos. Estos pronombres son
del tipo quién, cuándo, cómo, dónde, etc., que normalmente, como veremos, ocupan la
posición inicial, en virtud de que, cuando interrogamos, se produce un desplazamiento a
esa posición.
Pero también hay otros elementos propios de las interrogativas que, a diferencia de
los pronombres, se ubican en posición final. Se trata de palabras, giros o locuciones como:
...no es cierto?, ...no es verdad?, ...verdad?, ...no? Sobre estos elementos interrogativos
finales recae la unidad melódica interrogativa, es decir, el elemento prosódico que hace
que interpretemos estas oraciones como interrogativas.
Se suele distinguir entre dos grandes clases de oraciones interrogativas: las totales
-también llamadas polares- y las parciales. Comencemos por las primeras, que son de
este tipo:

1) ¿Bajaron los índices de pobreza?


2) ¿Disminuyó el trabajo en negro?

Como ven, la interrogación afecta a todo el dictum, y demanda del interlocutor una
respuesta por sí o por no. La incertidumbre que plantean estas preguntas responde a la
polaridad, es decir, exigen una reacción afirmativa o negativa.
Gramática 2007/Teórico 23 Apuntes Sim 7

Las interrogativas parciales, por el contrario, afectan sólo a una parte del dictum, y
suelen construirse con los pronombres interrogativos que mencionamos:

1) ¿Quién vino?
2) ¿Cuándo es el parcial?

En los dos casos, podemos observar el movimiento hacia la posición inicial de lo


que se denomina palabras Qu-, es decir, aquellas cuyo formante fonológico inicial ha
hecho que se las designe con ese nombre. Es un conjunto de palabras importantes para
la gramática, como lo han visto ya en el caso de las proposiciones subordinadas
sustantivas sin encabezador. Digo que son importantes porque nos permiten interrogar
por ámbitos restringidos del dictum. Su empleo produce una serie de desplazamientos que
vamos estudiar ahora con más detalle.
Expongamos primero por qué son parciales: el dominio de respuesta de estas
oraciones, insisto, no es todo el dictum. Veamos las respuestas:

1) Vino Juan.
2) El parcial es el jueves que viene.

En 1), el hecho de que alguien vino no está puesto bajo interrogación, sino quién lo
hizo, es decir, una parte del dictum queda fuera de la pregunta, mientras que la palabra
Qu- señala aquel ámbito del dictum sobre el que se interroga. En 2), el pronombre cuándo
interroga sólo acerca de aquella parte del dictum correspondiente al momento temporal en
que va a ocurrir el evento que expresa ese dictum, y no sobre el evento mismo.
Así, la palabra Qu- funciona como aquella variable que debe ser especificada en la
respuesta. Naturalmente el constituyente interrogativo, en correspondencia con el tipo de
elemento por el que se interroga, será entonces: el sujeto de la oración, el objeto directo,
un adjunto, etc.
Se suele distinguir una tercera subclase de interrogativas: las alternativas. Son
aquellas que plantean una disyunción. Por ejemplo:
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 23

¿Bajaron los índices de pobreza o disminuyó el trabajo en negro?

Las preguntas alternativas plantean una opción al interpelado, quien debe


responder por una de las dos alternativas.
Otro ángulo de distinción dentro de las oraciones interrogativas es la oposición ya
mencionada entre interrogativas directas, del tipo ¿Bajaron los índices de pobreza? o
¿Vino Juan? versus interrogativas indirectas, del tipo No sé si vendrá hoy, o Me
preguntaba qué sería de él. Las interrogativas indirectas son subordinadas que dependen
de un elemento regente -lo mismo sucede, como veremos, con las exclamativas
indirectas-, es decir, un elemento que las selecciona. Ahora bien, estos instrumentos
regentes, naturalmente, suelen ser verbos, como, no saber, ignorar, preguntarse, pero
también pueden ser sustantivos: La pregunta era si Juan vendría, o La duda era si habría
parcial ese día.
Veamos algunos ejemplos de oraciones interrogativas que trae Ángela Di Tullio, y
que vamos a comentar (pág. 260):

A. ¿Juan dijo eso? / ¿Dijo Juan eso?


B. ¿Juan dijo que se iba o que se quedaba? / ¿Dijo Juan que se iba o que se quedaba?
C. ¿Qué dijo Juan? / *¿Qué Juan dijo?
D. Preguntó si Juan había dicho eso.
E. No sabía quién había dicho eso.
F. Mi incógnita era quién había dicho eso.
G. No estaba seguro de si me había oído.

Todos estos ejemplos implican, dice Di Tullio, una indeterminación, una


incertidumbre por parte del hablante.
En A, tenemos dos interrogativas totales. Demandan una respuesta por sí o por no.
Naturalmente, incluyen el marco entonacional apropiado, las curvas entre agudos y graves
típicas de las oraciones interrogativas.
Gramática 2007/Teórico 23 Apuntes Sim 9

Ahora bien, mediante el contraste entre ambas oraciones de A, Di Tullio está


queriendo mostrar que el orden de palabras es relativamente libre: el verbo puede estar en
segundo lugar o en el primero. Incluso, en un contexto muy marcado, podríamos decir
¿Juan, eso, dijo?, adoptando una curva entonacional apropiada como para lograr un
enunciado interpretable.
En B, tenemos interrogativas alternativas: se plantea una opción entre dos
miembros. Y el par muestra que también en este caso la posición del verbo es,
nuevamente, libre.
En C, donde tenemos una interrogativa parcial, el espectro de respuestas
esperables no es la polaridad, sino que se está interrogando por un componente
determinado del dictum, en este caso, el objeto directo. Desde el punto de vista estructural
tenemos la palabra Qu- en el primer lugar. Los generativistas son quienes sostienen que
aquí hay un movimiento, a partir de considerar que hay, en la estructura profunda, una
oración de base: Juan dijo X, y la interrogativa realiza una transformación, que se verifica
en el movimiento: la función de objeto directo se mueve a primera posición bajo la forma
de la palabra Qu-.
Ahora bien, en el segundo par, *¿Qué Juan dijo?, encontramos un orden de
palabras que, para nosotros y en el ámbito del Río de la Plata, no está permitido. No
podemos posponer el verbo, sino que es necesario que esté en segunda posición. Sin
embargo -esto es lo que quería destacar- en otras zonas hispanohablantes, como el
Caribe, es normal construir las interrogativas parciales con este orden. Escuchamos:
¿Qué tú dices? ¿Qué tú haces? Un dominicano, por ejemplo, no hace interrogativas
parciales de otro modo que no sea con este orden de palabras. A veces, entre los
dialectos se presentan estas diferencias importantes, en tanto van más allá de la variación
léxica, que es más común -comenzaremos a verla la semana que viene- y que atañen a
cuestiones relativas al sistema de la lengua.
Bien. Entre A y C, estamos en el campo de las interrogativas directas. Con D,
entramos en el campo de las interrogativas indirectas. En D encontramos un elemento
regente: preguntar, que, desde el punto de vista léxico, selecciona un objeto semántico y
gramatical que tenga ese rasgo de interrogación. En este caso, tenemos una interrogativa
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 23

encabezada por la conjunción subordinante si. Toda la proposición cumple la función


sintáctica de objeto directo.
Veamos E. Es otra interrogativa indirecta. ¿Qué diferencias presenta respecto de
D?
Alumna: Tiene polaridad negativa.
Profesora: Sí, e incluso la significación negativa podría estar realizada léxicamente
a través de un verbo como ignorar: Ignoraba quién había dicho eso. Pero, desde el punto
de vista de su construcción, esta otra interrogativa indirecta no presenta una conjunción
incluyente sino una palabra Qu-, un pronombre interrogativo. Decimos que se trata de una
interrogativa indirecta sin conjunción. Ahora bien, también es interesante observar que la
posición del pronombre interrogativo no es modificable. Consideren: *No sabía había
dicho eso quién, o *No sabía eso quién había dicho. En esta estructura de interrogativa
indirecta la palabra Qu- tiene que ocupar la primera posición de la cláusula. Finalmente,
en E la proposición interrogativa indirecta también cumple la función de objeto directo.
Vayamos a F. Tenemos otra vez una indirecta, donde la diferencia respecto de los
ejemplos anteriores es la función sintáctica, que en este caso es la de predicativo.
Y en G encontramos otra vez una interrogativa indirecta con el encabezador
incluyente si. La proposición aquí cumple el papel de complemento de la preposición de, y
toda la construcción preposicional es complemento del núcleo adjetivo seguro, dado que
siempre se construye de este modo: estar seguro de.
Ahora podemos generalizar y sostener que, en cuanto al orden de palabras, el
movimiento de la palabra Qu- en las interrogativas directas, aunque es normal, habitual,
no es obligatorio. Veamos:

¿De quién dijiste que estabas hablando?


¿Dijiste que estabas hablando de quién?

Cuando la interrogativa es directa, lo normal es que la palabra Qu- esté al principio,


peor no es necesario. En cambio en las interrogativas indirectas sí es obligatorio:
Gramática 2007/Teórico 23 Apuntes Sim 11

Me preguntó a qué hora nos encontrábamos.


*A qué hora me preguntó nos encontrábamos.

El orden es más rígido cuando se tata de interrogativas indirectas.


Como ya ha comenzado a surgir a lo largo de los ejemplos, las oraciones
interrogativas pueden emplearse también para lograr ciertos valores expresivos
específicos. Es el caso de las interrogaciones retóricas, que sirven para negar
implícitamente lo que se está preguntando. Una oración como ¿Quién lo hubiera dicho?
en realidad tiene el significado: Nadie lo hubiera dicho. De igual modo funcionan las
interrogativas con sino: ¿Dónde iba a estar sino en la cafetería?, o ¿Quién lo iba a saber
sino Juan? La interpretación es, justamente, la contraria: No podía estar en ningún otro
lugar que en la cafetería, y Sólo Juan lo iba a saber, respectivamente.
Ahora bien, ya en otro marco estructural, las interrogativas sirven para expresar un
valor aseverativo enfático. Por ejemplo, ¿Fumar yo? se interpreta No fumo de ningún
modo.
También, naturalmente, con las interrogativas podemos manifestar una actitud
dubitativa: ¿Les parece que vayamos?
Veremos también con las exclamativas que los valores expresivos -en última
instancia, los valores pragmáticos- de las oraciones interrogativas y, en general, de las
exclamativas, son muchos y diversos. Frecuentemente sólo se pueden interpretar de
manera adecuada en el contexto específico, y con el llenado léxico específico.
Pasemos ahora a las modalidades volitivas que, como dijimos, se expresan
mediante esquemas oracionales exhortativos y también desiderativos. El campo de la
volición va, insisto, desde la orden hasta el deseo.
Estas modalidades también se realizan mediante verbos específicos, es decir, cuyo
significado ya codifica este rasgo de volición. Si la modalidad es desiderativa, se trata de
verbos como: desear, esperar, querer; si se trata de verbos exhortativos, serán del tipo:
sugerir, aconsejar, ordenar, mandar, etc.
También para este conjunto de oraciones hay rasgos gramaticales específicos. Los
modos verbales propios de la volición son el subjuntivo y el imperativo. En seguida
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 23

veremos, más específicamente, que otros modos expresivos de este campo modal son las
perífrasis verbales. También cuenta esta modalidad con índices léxicos de actitud y, por
supuesto, con su particular rasgo fonológico entonacional.
Vayamos primero a las oraciones exhortativas, también llamadas -otra vez, la
variación terminológica- directivas, como también las llama Di Tullio. Estas oraciones
sirven para expresar mandatos, órdenes, consejos, pedidos, ruegos. Todo estos actos de
habla pueden ser realizados mediante oraciones exhortativas.
En cuanto a los modos verbales típicos, los centrales son el subjuntivo y el
imperativo, que en nuestro dialecto marcamos morfológicamente en la 2ª persona: Vení,
por favor, Andá al médico, etc.
Suele acompañarse la orden o indicación con un elemento llamado vocativo: Vos,
andá al médico, o Fulano de Tal, vení por favor. El vocativo, como ya han visto con la
profesora Ferrari, es un elemento periférico; no es parte de la oración sino que lo
marcamos separadamente. Designa al destinatario de esa orden o indicación.
Ahora bien, el problema que tenemos nosotros es que usamos el imperativo sólo
para la 2ª persona, mientras que para las otras personas seleccionamos el subjuntivo.
Incluso cuando la 2ª persona expresa respeto o distancia, usamos la 3º del subjuntivo:
Venga usted. Y, cuando damos órdenes que nos incluyen, usamos la 1ª del plural también
en subjuntivo: Hagámoslo con calma, por ejemplo, donde además es de señalar que el
clítico va siempre pospuesto.
También usamos el subjuntivo cuando damos órdenes negadas: No vayas, No
vayamos, No votemos, etc. Aquí hay que hacer una mención especial respecto del voseo
y la negación. No todo el mundo dice solamente No vayas sino que es muy frecuente oír
al hablante voseante acentuar la sílaba final: No vayás, No votés, No abrás la puerta, lo no
impide decir tanto No la abras como No la abrás. No hay sistematicidad. El mismo
hablante, en distintas circunstancias, usa las dos formas. ¿Cómo lo ven ustedes?
Alumno: Depende del grado de énfasis.
Profesora: Eso me interesa. Tal vez podríamos intuir que está presente, en la
distinción, un componente emocional; hay un énfasis, una insistencia, que se marca con el
acento fuerte.
Gramática 2007/Teórico 23 Apuntes Sim 13

Ahora bien, también es de notar que usamos el indicativo para dar órdenes. Vean:
Ahora vas, y pedís disculpas. E incluso, otros esquemas oraciones con frases verbales:
Ya te estás yendo, o Te ponés ahora mismo a estudiar.
Esto quiere decir que tenemos recursos verbales típicos para manifestar órdenes
pero también la lengua es rica en variaciones para llevar a cabo esos actos de habla, no
necesariamente mediante el modo.
En segundo término, tenemos las oraciones desiderativas, también llamadas
optativas -esto proviene de la gramática griega-. Los verbos propios de estas oraciones
significan "voluntad", "deseo", "querer", "esperar", etc.
El modo verbal propio del deseo es el subjuntivo. A este modo verbal suelen
sumarse los llamados índices de actitud para realizar el deseo. Son palabras como ojalá, o
que, las cuales se ubican al inicio de la oración desiderativa:

Ojalá te vaya bien.


Que te vaya bien.

La misma palabra que, la cual usamos como conjunción subordinante para


introducir proposiciones, también se usa como índice de actitud.
Alumno: Cuando analizamos ¿las denominamos así?
Profesora: Sí. Estas palabras -ojalá, que, tal vez, quizás- forman parte de un
conjunto léxico muy importante desde el punto de vista modal. Incluso, rigen modo: si
encabezamos la oración mediante estos índices, tenemos que usar el modo subjuntivo. O
sea que son piezas gramaticalmente muy importantes, que se reúnen y se indican bajo
ese nombre: índices de actitud.
Alumna: ¿Estas palabras no pertenecen a ninguna clase de palabras, excepto ser
índices de actitud? ¿No son conjunciones?
Profesora: Se las llama también partículas de valor modal o elementos modales.
Pero no son conjunciones.
Ahora bien, hay una zona de transición entre la modalidad exhortativa y la
desiderativa, justamente por compartir el contenido volitivo. Esto se pone de manifiesto en
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 23

el hecho de que comparten estructuras y recursos lingüísticos que las manifiestan. Les
doy dos ejemplos:

1) Que pase el primero.


2) Que ganemos el partido.

En los dos casos, tenemos la partícula que inicial y el modo subjuntivo, pero 1) es
una orden, mientras que 2) es un deseo. Los mismos recursos pueden realizar distintos
tipos de oraciones y distintos actos de habla.
Alumna: Cuando analizamos, ¿cómo indicamos esos que?
Profesora: Como índice de actitud o índice modal.
Vayamos ahora al último grupo que nos queda: las modalidades afectivas. Realizan
la dimensión emocional. Se manifiestan, en primer lugar y fundamentalmente, en la
entonación; en segundo lugar, en determinadas selecciones léxicas: palabras que indican
emocionalidad. En cuanto al modo, hay una preferencia -no una obligatoriedad- del modo
subjuntivo. También es característico de las modalidades afectivas el empleo de un tipo de
morfología que ya conocen: la morfología apreciativa, es decir, los diminutivos,
aumentativos, defectivos, etc.
Ahora bien, desde el punto de vista gramatical, la modalidad afectiva ha sido
estudiada sobre todo en el marco de las oraciones exclamativas. Así lo encontrarán
también en Di Tullio.

¡Qué buen trabajo!


¡Cómo le gusta el cine!
¡Cuánto me alegro!
¡Qué asco!

Son marcos oracionales que expresan sorpresa, admiración, alegría, disgusto,


reproche, rechazo. Ahora bien, una característica típica de las modalidades afectivas es
que todos estos significados que acabamos de relevar pueden superponerse a los de las
Gramática 2007/Teórico 23 Apuntes Sim 15

otras modalidades. Ya la Escuela de Praga había postulado la necesidad del estudio de


las dimensiones emocional y cognitiva de las lenguas; ellos insistían en esta superposición
frecuente de lo afectivo con lo cognitivo, y la consecuente dificultad de discernir ambos
campos, propios de la lengua.
Las oraciones exclamativas evidentemente comparten varios rasgos con las
interrogativas. En primer lugar, está claro que son típicas en ellas las palabras Qu-, tal
como las vemos en los tres ejemplos iniciales que acabo de dar, donde se ve que también
tienen como orden natural la primera posición en la oración.
A su vez, también las exclamativas pueden ser directas o indirectas. Vean casos
de esas últimas:

No imaginaba cuánto sabía.


Me asombró cuánto había leído.
Es increíble cuán lejos ha llegado.
Me impactó cuánto sabe.
Me impactó lo que sabe.

Vemos en la última una variación interesante de la anteúltima.


Siguiendo con el parentesco entre interrogativas y exclamativas, tenemos también
exclamativas retóricas. Son las del tipo: ¡Pequeño lío en que nos hemos metido!, cuyo
significado es exactamente el contrario.
En el campo de las exclamativas, y típicamente en el marco de la modalidad
afectiva, actúa una clase de palabras que no hemos estudiado con detenimiento: la de las
interjecciones: ay, bah, etc.
Lo último que veremos hoy es el tema de la polaridad. Como adelantamos, refiere
al punto de vista con que el hablante fija su conformidad respecto de uno de los términos
de dicha polaridad: afirmación versus negación.

Hace frío / No hace frío.


Tal vea vengan. / Tal vez no vengan.
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 23

La mayoría de los autores hablan de la polaridad afirmativa como aquella que


expresa la conformidad del hablante con la referencia -objetos, propiedades, eventos del
mundo-. Esta polaridad afirmativa es el punto básico del enunciado. En cambio, la
polaridad negativa, en tanto se define en relación con la afirmativa, es el término marcado,
o secundario.
Hay elementos especializados en expresar polaridad negativa, tales como también,
tampoco, los cuales pueden además actuar como anafóricos de identidad, estableciendo
entonces una oposición de polaridad. Veamos:

Carlos pinta muy bien y María no.


Juan no sabe latín y María tampoco.
Carlos pinta muy bien y María también.
*Juan sabe latín y María tampoco.
*Carlos no pinta muy bien, y María también.

Tampoco exige una negación previa, así como también exige una afirmación
previa. Son elementos que precisan de una identidad polar en el miembro anterior.
Alumno: ¿Cómo los marcamos en el análisis sintáctico?
Profesora: Este tema quedó pendiente cuando abordamos la coordinación. Los
consideramos, en el marco de la coordinación, como matizadores y reforzadores, es decir,
elementos que acompañan matizando o reforzando el significado. Otros similares son: sin
embargo, además, etc. Son elementos conjuntivos que se acumulan con los coordinantes,
reforzando su significado en caso de que coincida -como en y también-, o bien
matizándolo, es decir, distanciándose del significado del coordinante al que se suman,
estableciendo respecto de él un matiz diferencial, en caso de que su significado sea
divergente, como en -y tampoco-
Encontrarán que algunos autores, como es el caso de Alcina Franch, consideran
también y tampoco como pronombres identificativos. Como ya hemos señalado, estas
diferencias de puntos de vista suceden con frecuencia en gramática y lingüística. Pero la
Gramática 2007/Teórico 23 Apuntes Sim 17

mayoría de los autores sostiene que son elementos conjuntivos que se acoplan a los
coordinantes, reforzando o matizando su significado.
Ahora bien, se denominan términos de polaridad negativa a determinadas palabras
que exigen que la oración tenga un elemento negativo, es decir, una negación explícita. Di
Tullio los menciona al comienzo del capítulo correspondiente. Ella lista como términos de
polaridad negativa, por ejemplo, los siguientes: ni siquiera, en absoluto, palabra de, gota
de, a nadie, etc.

No llegará ni siquiera al mediodía.


No probó una gota de alcohol.
Juan no invitó a nadie.

No podemos decir:

* Llegará ni siquiera al mediodía.


*Probó una gota de alcohol.
*Juan invitó a nadie.

A su vez, verbos como dudar también son activadores de polaridad negativa. En


este caso, son elementos léxicos cuya condición de posibilidad es que haya, en el
contexto oracional, elementos negativos.
Para terminar con el tema de modalidad, quiero volver a algo que hemos
mencionado tangencialmente: el hecho de que la negación puede afectar a todo el dictum,
o bien sólo a uno de sus constituyentes. Esto es, el ámbito -en el sentido de alcance- de la
negación tiene distintos grados.
Partamos de una oración base:

El gobierno no aumentó el presupuesto educativo este año.

¿Cuál es el alcance de la negación?


18 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 23

Alumno: Puede ser que niegue el momento en que lo hizo, que lo hizo en otro año
diferente o que no haya aumentado el presupuesto sino que lo disminuyó.
Profesora: Exactamente. Esta negación, en este contexto, podría recibir distintas
interpretaciones. En primer lugar, si consideramos que afecta a toda la oración, querría
decir: No es cierto que el gobierno aumentó el presupuesto educativo este año. La
negación, así, se aplica a todo el dictum, y podría estar antepuesta, explicitada con un
predicado del tipo No es cierto que, o Es falso que.
Pero también podemos jugar con la posición de elemento negativo, y encontrar
otras interpretaciones. En segundo lugar, como él sugirió, otra interpretación podría ser: El
gobierno no aumentó el presupuesto educativo este año sino el militar, con lo cual el
ámbito de la negación involucra sólo al modificador educativo. Una tercera interpretación
podría focalizar el tiempo: El gobierno no aumentó el presupuesto educativo este año sino
el anterior, donde el alcance de la negación es el adjunto temporal. En cuarto lugar, podría
negar toda el predicado verbal, como también sugirió el compañero: El gobierno no
aumentó el presupuesto educativo este año sino que lo disminuyó. Y, en quinto lugar,
podría negar sólo el sujeto: El gobierno no aumentó el presupuesto educativo este año,
sino que lo hizo el Congreso.
Es decir que la posición de la negación es relevante, y puede haber oraciones con
polaridad negativa que requieran ser interrogadas por componentes, por estructuras, o por
la totalidad.
Nos vemos el martes.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod. 15

Gramática

Fecha: 04/06/07
Teórico-Práctico № 9 Prof.: Paula Mahler

Contenido: Guía VII: Proposiciones Sustantivas y Relativas

Profesora: Buenas tardes. Vamos a trabajar, en las tres clases que nos quedan con
las proposiciones. Empezaremos con las proposiciones sustantivas; después, veremos las
relativas y finalmente, las adverbiales. Cabe aclarar que la relación de subordinación que
se establece entre la oración principal y los diferentes tipos de proposiciones no es la
misma. Las proposiciones tienen muchas características que las diferencian. Las
proposiciones sustantivas son proposiciones argumentales; las relativas se denominan de
ese modo porque están encabezadas por un subordinante -un pronombre relativo- y eso
constituye su característica diferencial; las adverbiales, por su parte, mantienen una
relación periférica respecto del verbo y, generalmente, cumple la función de adjunto.
Siempre que se habla de proposiciones se hace referencia a una estructura predicativa, la
cual puede tener un verbo conjugado o no -de hecho, las proposiciones pueden
construirse con infinitivos, en el caso de las proposiciones sustantivas; algunas relativas se
construyen con participios; y algunas adverbiales, con gerundios-, pero nunca esa
estructura predicativa será autónoma sino que tendrá una relación de dependencia
respecto de la oración principal.
Desde una caracterización funcional, las proposiciones sustantivas cumplen las
mismas funciones sintácticas que cumplen los sustantivos y los sintagmas nominales.
Veamos los siguientes ejemplos:
2 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 9

1. Que creyera en sus palabras fue absurdo.


2. Creer en sus palabras fue absurdo.
3. Me pregunto si fue absurdo creer en sus palabras.
4. No sabe cuándo creer en sus palabras.

En el primer ejemplo, se trata de una oración compleja. El predicado es [fue


absurdo]: fue es el núcleo y absurdo el predicativo subjetivo obligatorio. El sujeto de ese
verbo copulativo es [que creyera en sus palabras]. Ese sujeto no es un sintagma nominal
porque aparece un verbo: se trata entonces de una estructura predicativa, que es una
proposición incluida sustantiva (PIS). Esta estructura está incrustada en la oración
principal. Si se hiciera el análisis interno de esta proposición en este nivel, en tanto el
análisis sintáctico es una representación de la sintaxis, sería contradictorio respecto de la
teoría. Si se analiza sintácticamente esta estructura allí, la representación señalaría que
ambos verbos –el de la oración principal y el de la proposición- están en el mismo nivel
sintáctico, cuando esto no es así. Por eso, este tipo de estructuras se “bajan” para ser
analizadas, porque se trata de otro nivel sintáctico que queda representado en esa
“bajada”. En este caso, la construcción que se baja es [creyera en sus palabras] y se
analiza como si fuera una estructura autónoma. El [que] no se baja porque no cumple
función sintáctica en el caso de las proposiciones sustantivas; se trata de un incluyente o
subordinante, cuya única función es la de incluir una estructura predicativa dentro de otra.
El sujeto de esas proposición es desinencial y el resto es un predicado verbal simple, cuyo
núcleo es creyera; [en sus palabras] es el complemento preposicional régimen.

SS PVS
[ [Que creyera en sus palabras] [fue absurdo].] O. Compl.
PIS – N N PSO

PVS
[creyera [en sus palabras] ] SD
N CPReg

La oración 2) es similar a la primera; la diferencia es que el verbo no está


flexionado, ya que se trata de un infinitivo. El sujeto será [creer en sus palabras] y [fue
Gramática 20071C/T-P 9 Apuntes Sim 3

absurdo], el predicado verbal simple. El análisis de la proposición es exactamente igual al


anterior, ya que en algunos casos puede reponerse el sujeto del infinitivo. Por ejemplo, en
[Al caer el sol], el sujeto es [el sol]. Veamos otro ejemplo:

1) [ [Pabloi] [quierei [veniri el martes] ] ]

2) [ [Pabloi] [quierei [que vengaj Maríaj el martes] ] ]

La función de ambas proposiciones es la de complemento de objeto directo. La


diferencia es que en el primer caso se utiliza el infinitivo y en el otro, no. En la primera
oración, el sujeto del infinitivo coincide con el sujeto de la oración principal. En el segundo
caso, el sujeto de la subordinada es distinto que el sujeto de la oración principal. Esto
quiere decir que se puede atribuir referencia a los infinitivos, es decir, puede detectarse si
el sujeto es el mismo que el de la oración principal o si se trata de uno diferente.
Así, en [creer en sus palabras], el infinitivo funciona como núcleo de esa estructura
predicativa, aunque no esté conjugado.

SS PVS
[ [Creer en sus palabras] [fue absurdo].] O. Compl.
PIS – N N PSO

PVS
[creer [en sus palabras] ] SD
N CPReg

En 3), la proposición subordinada no funciona como sujeto. El sujeto es


desinencial: [yo]; el resto es el predicado verbal simple. En este caso, la proposición está
encabezada por si. El núcleo del predicado será pregunto y [me] funciona como
complemento de objeto indirecto; [si fue absurdo creer en sus palabras] es una
proposición incluida sustantiva. En tanto el verbo es preguntar, se trata de una
interrogativa indirecta. La pregunta directa sería: ¿Fue absurdo creer en sus palabras? El
si es un incluyente, por lo tanto no cumple función sintáctica dentro de la proposición.
Entonces, se baja: [fue absurdo creer en sus palabras]. En este caso, al analizarla se
4 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 9

detecta otra proposición subordinada: [creer en sus palabras], que es la misma que había
aparecido en los ejemplos anteriores. En este caso, la proposición es compleja, porque
incluye, a su vez, otra proposición subordinada.

PVS
[Me pregunto [si fue absurdo creer en sus palabras].] SD
COI N PIS – COD

PVS SS
[ [fue absurdo] [creer en sus palabras] ]
N PSO PIS - N

PVS
[creer [en sus palabras] ] SD
N CPReg

En 4), el sujeto es desinencial y el resto, predicado verbal simple, cuyo núcleo es


sabe. [no] es un índice de polaridad negativa; [cuándo creer en sus palabras] es una
proposición incluida sustantiva que funciona como complemento de objeto directo. Se
trata de una interrogativa encabezada por cuándo, que es un pronombre interrogativo.
Cabe insistir en que los pronombres cumplen una función sintáctica dentro de la
proposición, por eso se bajan con ella. La proposición encabezada por el pronombre
cuándo es un complemento de objeto directo, en tanto el verbo saber no selecciona una
relación con el tiempo sino con la transitividad. En cambio, al analizar por dentro la
proposición, sí el pronombre será un adjunto circunstancial de tiempo.

PVS
[No sabe [cuándo creer en sus palabras] ] SD
IPN N PIS – COD

PVS
[ cuándo creer [en sus palabras] ] SD
Adj.Circ.T N CPReg

Hasta el momento, se ha considerado la función sintáctica que cumple la


proposición en la oración. Sin embargo, puede señalarse que el criterio funcional por sí
mismo no permite detectar si una proposición es sustantiva. Para caracterizarla, entonces,
será necesario combinar criterios. Por ejemplo:
Gramática 20071C/T-P 9 Apuntes Sim 5

SS PVS
[ [El que llegue tarde] [será castigado] ]
P. Relativa - N N PSO

El sujeto es [el que llegue tarde]; se trata de una proposición. [será castigado] es el
predicado verbal simple. Sin embargo, este sujeto no es una proposición sustantiva sino
una relativa, porque es introducida por un pronombre relativo. Esto quiere decir que va a
haber proposiciones relativas que pueden cumplir las mismas funciones que los sintagmas
nominales. El criterio funcional por sí solo no sirve para caracterizar las proposiciones
sustantivas, cuestión que queda demostrada con el ejemplo anterior.
Para caracterizar las proposiciones sustantivas, entonces, deben tenerse en cuenta
tanto criterios funcionales como de estructura interna, a saber: la función, el encabezador
que las introduce, el tipo de relación estructural que mantiene con la oración principal y el
carácter flexionado o no del verbo de la proposición.

SS PVS
[ [El hecho [de [que llegue tarde] ] ] [es irrelevante].]
N PIS – C
Det. N CPrep. N PSO

PVS
[llegue tarde] SD
N Adj.Circ.T

En este caso, la proposición sustantiva funciona como complemento de una


preposición. El sujeto del verbo ser es [el hecho de que llegue tarde]; [es irrelevante] será
el predicado verbal simple. El núcleo de sujeto es hecho, que presenta un determinante:
[el] y un complemento preposicional, cuyo núcleo es de. El complemento de este núcleo
preposicional es una proposición incluida sustantiva: [que llegue tarde], que se baja sin el
incluyente [que], ya que no cumple función sintáctica.
Cabe aclarar que no siempre es posible reemplazar una estructura predicativa que
cumple la función de un sustantivo por un sintagma nominal. Puede decirse: No me
importa o Es irrelevante su llegada tarde, pero no puede decirse: *Creo su llegada tarde.
En este caso, debe aparecer una proposición encabezada por que, porque existe una
determinada subcategorización léxica. Algunos verbos, por ejemplo, exigen una
6 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 9

proposición subordinada. Es el caso de los verbos de conocimiento -saber, intuir, creer-;


los de comunicación -afirmar, declarar- y ciertos verbos de experiencia -percibir, sentir,
lamentar-. Estos verbos se forman con proposiciones sustantivas que cumplen la función
de objeto directo. Al mismo tiempo, un sustantivo puede seleccionar una proposición
sustantiva; lo mismo puede ocurrir con algunos adjetivos. Por ejemplo: Está seguro de que
va a llegar temprano.
Según su estructura interna, las proposiciones se caracterizan de diferentes modos.
Pueden: estar incluidas por un encabezador: que, si; ser interrogativas o exclamativas
indirectas parciales, que son aquellas que se denominan proposiciones Qu-; o bien, ser
sustantivas no flexionadas, que se construyen con infinitivo.
En algunos casos, el modo verbal de las proposiciones subordinadas está
determinado por las piezas que rigen. Por ejemplo:

1) [ [El director] [creyó [que el examen había sido justo] ] ]


N

2) [ [El director] [no creyó [que el examen hubiera / haya sido justo] ] ]
IPN N

En el primer caso, el verbo de la proposición está conjugado en pretérito


pluscuamperfecto del modo indicativo. En el segundo ejemplo, el verbo aparece negado y
por eso, rige modo subjuntivo. Otro ejemplo: Los espectadores obligaron a los actores a
que salieran a escena. En este caso, también podría decirse: Los espectadores obligaron
a los actores a salir a escena. El verbo obligar también rige subjuntivo.
En algunos casos, el incluyente puede omitirse, cuestión que suele aparecer en el
ámbito legal. Por ejemplo: La defensa solicitó se citara a la masajista. El que puede
elidirse perfectamente dado que su uso no es obligatorio -solicitó que-.
Alumno: ¿Eso no tiene que ver con el uso del discurso directo?
Profesora: No, no es por eso. Cada vez que aparece un verbo de decir, se está
haciendo referencia al discurso de alguien en forma directa o indirecta. Entonces, puede
decirse: La defensa solicitó: “Citen a la masajista”, que sería discurso directo, o bien, La
defensa solicitó (que) se citara a la masajista, que implicaría una referencia indirecta. Los
Gramática 20071C/T-P 9 Apuntes Sim 7

diarios utilizan una combinación entre el discurso directo y el indirecto. Es una cuestión
discursiva, no gramatical, ya que el uso del discurso directo genera la ilusión de
reproducción textual de lo que se dijo. Es una convención entre los hablantes: lo que
aparece entre comillas es lo que se supone que se dijo textualmente, aunque siempre sea
una reformulación y, con ello, la prensa no asume la responsabilidad por el enunciado
entre comillas.
La modalidad también tiene que ver con el grado de certeza de lo que se afirma.
Por ejemplo:

1) [El hecho de que esté embarazada no ayudó a la causa].

2) [El hecho de que estuviera embarazada no ayudó a la causa].

Se perciben dos actitudes distintas sobre la aserción. En el primer caso, se asevera


y en el segundo, no. El análisis sintáctico sería exactamente el mismo en ambos casos.
En las interrogativas indirectas -las cláusulas Qu-, el pronombre no se considera un
encabezador en sentido estricto, porque no está funcionando como nexo entre la oración y
la proposición, sino que pertenece a la proposición. Por ejemplo:

1) ¿Qué hizo?
2) Quiero saber qué hizo.

El qué que aparece en la segunda oración ya estaba presente en la primera. Es


decir: no se agrega un elemento que funcione como bisagra entre el verbo principal y el
verbo de la subordinada sino que ese elemento ya formaba parte de lo que en gramática
generativa se denomina estructura profunda. Esto sucede con palabras como qué, quién,
dónde, cuándo. En tanto son pronombres, cumplen una función sintáctica en la
proposición subordinada. Por ejemplo:
8 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 9

PVS
[No sabe [a cuántos va a invitar al cumpleaños] ] SD
IPN N PIS - OD

PVS
[ [a cuántos] va a invitar [al cumpleaños] ] SD
MF N
COD N CCirc.L/ T/ Fin

En este caso, el sujeto es desinencial; el resto, predicado verbal simple. El núcleo


del predicado es sabe, [no] es el índice de polaridad negativa y [a cuántos va a invitar al
cumpleaños] es el complemento de objeto directo: una proposición incluida sustantiva,
que se baja completa. La preposición será una marca de función. Dentro de la
proposición, el sujeto también es desinencial y el verbo, una perífrasis: va a invitar. [a
cuántos] será el complemento de objeto directo y [al cumpleaños], un complemento
circunstancial que podría ser de lugar, de tiempo, de fin o de direccionalidad.
También puede señalarse la existencia de una serie de sustantivos que van a estar
vinculados semánticamente a verbos como pensar, saber, etc., que también pueden
seleccionar una interrogativa. Por ejemplo:

PVS SS PVS
1) [ [Era [una duda] [cuándo había llegado] ].]
N det. N PIS – PSO

PVS SS
1') [ [Era [una duda] ] [cuándo había llegado].]
N PSO PIS – N

Como puede observarse, el análisis de esta oración puede hacerse de dos


maneras. Puede interpretarse que [una duda] es el predicativo subjetivo obligatorio, pero
también podría pensarse que se trata del sujeto de la oración. Esto puede suceder cuando
los predicativos son sintagmas nominales. En la mayor parte de los casos, la ambigüedad
se da por una cuestión de posición de los elementos. Si bien ambas formas de análisis
son aceptables, es probable que sea más adecuado considerar que [una duda] es el
sujeto, ya que el predicativo aparece en una estrecha relación con el sujeto. Si el
sustantivo duda puede regir una proposición, sería conveniente que se lo considerara
como sujeto. Veamos otro ejemplo:
Gramática 20071C/T-P 9 Apuntes Sim 9

PVS
[No sabía [si venir temprano].] SD
IPN N PIS – COD

PVS
[venir temprano] SD
N CCT

Se trata de una interrogativa indirecta introducida por si. Dentro de la proposición, el


verbo no aparece conjugado. Hasta el momento, los infinitivos habían aparecido en
proposiciones sin encabezador. Por eso, esa no es una proposición de infinitivo. Para el
análisis de la proposición, se reproduce [venir temprano]. El uso del infinitivo en este tipo
de proposiciones está permitido con algunos verbos. Es una cuestión que debe ser
pensada desde la semántica. El verbo venir selecciona argumentos: un agente (el que
viene) que sintácticamente va a ser el sujeto. Esa representación semántica del verbo va a
aparecer tanto en las formas flexionadas como en las no flexionadas. La función de esta
proposición será la de objeto directo.
Veamos un ejemplo más con infinitivo:

PVS SS
[ [No corresponde] [permitir fumar en el hospital].]
IPN N PIS – N

PVS
[permitir [fumar en el hospital] ]
N PIS - COD

[fumar [en el hospital] ]


N Adj.Circ.L

Debe recordarse que no hay sujetos impersonales. Puede haber sujetos


indefinidos, como en Tocan el timbre. En ese caso, se utiliza el verbo en plural porque no
puede determinarse el sujeto. [permitir fumar en el hospital] es el sujeto en tanto
concuerda con el verbo: si se pluraliza, cambia también el número del verbo. El sujeto,
entonces, es una proposición de infinitivo. Dentro de la proposición, permitir es el núcleo,
al que en este caso no puede atribuírsele una referencia concreta porque no lo permite el
contexto oracional. [fumar en el hospital] es una proposición incluida sustantiva que
10 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 9

funciona como complemento de objeto directo. Al bajar esa proposición, el núcleo será
fumar y [en el hospital], un adjunto de lugar.
Hay un discusión en gramática respecto de las que se denominan oraciones
mencionadas o icónicas, que son las que hemos visto anteriormente como discurso
directo. Por ejemplo:

SS PVS
[ [Pablo] [dijo: [“No voy”] ].]
N N PIS - COD

Se trata de una oración mencionada o icónica, porque X -alguien indeterminado- es


quien está diciendo lo que dijo Pablo. Se las llama icónicas porque se supone que lo
icónico es aquello que se reproduce en rasgos de la realidad. En estos casos, se supone
que el uso del discurso directo permite reproducir los gestos, la entonación que el locutor
original había utilizado en el momento de emitir el enunciado. Si se hace el análisis
sintáctico, [no voy] es el complemento de objeto directo. El problema que se discute tiene
que ver con la relación que se establece entre la oración principal y la mencionada: si
realmente hay una relación de subordinación o no. Nosotros vamos a considerarlo como
un caso especial de proposiciones subordinadas sustantivas.
Entonces, para la caracterización de las proposiciones sustantivas es importante
tener en cuenta: la función sintáctica que cumple en la oración principal, la presencia o
ausencia del incluyente y la relación de rección que se establece entre el verbo de la
oración principal y la proposición.
Bien. Las proposiciones relativas son aquellas que se introducen con pronombres
relativos. El paradigma de los pronombres relativos es el siguiente:

que
quien / quienes
como / donde / cuando
el que / el cual (y sus variantes en género y número)
cuanto / a / s
Gramática 20071C/T-P 9 Apuntes Sim 11

Existen dos tipos de proposiciones relativas: 1) aquellas que modifican a un


antecedente y 2) aquellas que no modifican a un antecedente y que, por lo tanto, son
libres. Por ejemplo: en El que llegue tarde será castigado, [el que llegue tarde] es una
proposición relativa libre, ya que no presenta antecedente.

SS PVS
[ [El chico [que vive enfrente] ] [es rubio].]
Det. N PRel. N PSO

SS PVS
[ [que] [vive enfrente] ]
N N CCL

En este caso, la proposición relativa [que vive en frente] se encuentra en el sujeto


de la oración. Dentro de ese sujeto, chico es el núcleo y [el] es el determinante. La
proposición relativa cumple la función de complemento nominal: está modificando a un
antecedente, que en este caso es chico, y funciona como un adjetivo en el sintagma
nominal.
Conviene aclarar, a esta altura, que la forma que puede funcionar como: a)
incluyente en una proposición incluida sustantiva; b) pronombre relativo que introduce
proposiciones relativas y que cumple función sintáctica en la proposición; y c) pronombre
interrogativo, cuando es tónico (qué). Los pronombres relativos mantienen una función
anafórica respecto de su antecedente. De hecho, los pronombres variables concuerdan en
género y número con su antecedente.
Veamos otros tipos de relativas.

[Se votó [ayer] [en [la ciudad [donde vivo] ] ] ]


det. N C.PRel.
N CPrep.
SCRI N Adj.CT Adj.CL

PVS
[donde vivo] SD
CCL N
12 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 9

Se trata de una oración impersonal, ya que no tiene sujeto. El núcleo es votó; [ayer]
es un adjunto circunstancial de tiempo y [en la ciudad donde vivo], un adjunto
circunstancial de lugar. El adjunto de lugar tiene la forma de un complemento
preposicional: en es el núcleo y [la ciudad donde vivo], el complemento de ese núcleo.
Dentro de ese complemento, ciudad es el núcleo; [la], el determinante y [donde vivo], una
proposición relativa que funciona como complemento nominal. El antecedente de donde
es ciudad. Donde podría reemplazarse por otros pronombres relativos: en la cual, en la
que. El sujeto de la proposición es desinencial; vivo es el núcleo del predicado y donde es
un complemento circunstancial de lugar. Veamos otros ejemplos:

PVS
1) [ [No sabe [dónde votar].] ] SD
IPN N PIS – COD

PVS
[dónde votar] SD
CCL N

2) [Se vota [allí, [donde está el cartel].] ]


N aposición
SCRI N Adj.CL

PVS SS
[ [donde está] [el cartel]]
CCL N det N

3) [Se vota [ [donde está el cartel], [allí] ].]


PRel. - N Aposición
SCRI N CCL

PVS SS
[ [donde está] [el cartel]]
CCL N det N

En el primer ejemplo, la proposición es sustantiva, porque dónde es interrogativo.


La pregunta directa sería: ¿Dónde se vota? La función de esta proposición es la de
complemento de objeto directo. Dentro de la proposición, dónde funciona como adjunto
circunstancial de lugar.
Gramática 20071C/T-P 9 Apuntes Sim 13

En el segundo caso, la oración es impersonal. Vota es el núcleo y [allí, donde está


el cartel] es un adjunto circunstancial de lugar. Dentro de esta estructura, allí es el núcleo y
[donde está el cartel] es una proposición relativa que funciona como aposición del
adverbio, que es el antecedente.
El tercer caso es una variación del segundo. [donde está el cartel] es una estructura
predicativa encabezada por un pronombre relativo. Por lo tanto, es una proposición
relativa, que no tiene antecedente: es libre. Este tipo de estructuras es la que se denomina
adverbial propia, cuestión que profundizaremos en la próxima clase. En este caso, allí
será la aposición de la proposición.
La clase que viene, continuaremos con las proposiciones relativas.

***
Versión completa: Damián Grimozzi
Cod. 15

Gramática

Fecha: 11/06/07
Teórico-Práctico № 10 Prof.: Paula Mahler

Contenido: Guía VII: Proposiciones Relativas y Adverbiales Propias.

Profesora: Buenas Tardes. Hoy vamos a terminar con las proposiciones relativas, y
luego veremos las adverbiales propias. En la clase anterior dejamos establecido que
existen dos grupos de proposiciones relativas: las que tienen antecedente y las que no,
que se denominan libres. Desde el punto de vista funcional, las proposiciones relativas
que tienen antecedente generalmente equivalen a un sintagma adjetivo. Sin embargo, en
algunos casos pueden cumplir la función de aposición. Las proposiciones relativas libres
pueden funcionar como un sintagma nominal o como uno adverbial. Por ejemplo:

SS PVS
1) [[Los militares [que ejecutaron delitos de lesa humanidad] ] [podrán ser juzgados ahora]]
Det N PIR – CN

SS PVS
[ [que] [ejecutaron [delitos de lesa humanidad] ] ]
N N COD

SS PVS
2) [ [Los que quieran presentar querellas] [podrán hacerlo] ]
PIR – N N

SS PVS
[ [Los que] [quieran [presentar querellas] ] ]
DET. N N

3) [ [Donde tenga que presentarse] habrá [formularios].] O.Imp.


PIR – Adj.CL N COD
2 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 10

[Donde tenga que presentarse]


CCL N

En el primer ejemplo, se trata de una proposición relativa con antecedente. El


sujeto en esta oración es [Los militares que ejecutaron delitos de lesa humanidad] y el
resto es el predicado verbal simple. El núcleo del sujeto es militares; [que ejecutaron
delitos de lesa humanidad] es el complemento nominal –funciona como un sintagma
adjetivo-, considerado desde el punto de vista funcional. Desde el punto de vista
categorial, se trata de una proposición incluida relativa. Para analizar en un segundo nivel,
se reproduce [que ejecutaron delitos de lesa humanidad]: el pronombre relativo que se
baja porque cumple una función sintáctica dentro de la proposición, en este caso, es la de
sujeto.
En el segundo caso, el sujeto de la oración es [los que quieran presentar querellas];
el resto es predicado. La proposición que constituye el sujeto cumple la misma función que
un sintagma nominal. Categorialmente, se trata de una proposición incluida relativa,
porque está encabezada por un pronombre que no tiene antecedente.
El tercer ejemplo es una oración impersonal. El verbo es habrá; [formularios] será
un complemento de objeto directo y la proposición [donde tenga que presentarse] funciona
como un adjunto circunstancial de lugar, es decir, se desempeña como un sintagma
adverbial. Desde el punto de vista categorial, constituye una proposición incluida relativa,
introducida por el pronombre relativo donde. No tiene antecedente. Dentro de la
proposición, el sujeto es desinencial. El núcleo del predicado es una perífrasis verbal y el
pronombre relativo, un complemento circunstancial de lugar.
Más adelante, se verá que esta proposición relativa es también una proposición
adverbial propia, introducida por el pronombre relativo donde. Cabe aclarar aquí que no
todas las proposiciones adverbiales van a ser relativas.
Los antecedentes de las proposiciones relativas pueden ser sintagmas nominales,
como puede verse en el primer ejemplo, o pronombres. Por ejemplo:
Gramática 20071C/T-P 10 Apuntes Sim 3

Voc.
[ [Vos, [el que está mirando] ], cerrá la puerta ]
N PIR - C

Aquí no hay sujeto, ya que [vos, el que está mirando], es el vocativo. El modo de la
oración principal es imperativo. El núcleo del vocativo es vos; el complemento es la
proposición incluida relativa: [el que está mirando]. Veamos otro ejemplo:

[Te hablo [a vos, [al que está mirando] ] ] ]


PIR - aposición
N COI

La diferencia respecto de la oración anterior es que la proposición reproduce la


misma estructura sintáctica. El verbo es hablo; [a vos, al que está mirando] es
complemento de objeto indirecto: a es el núcleo y el resto, el complemento, en el que vos
es núcleo y [al que está mirando], una proposición incluida relativa, que funciona como
aposición de [a vos].
Asimismo, los adverbios pronominales pueden funcionar como antecedentes. En la
clase anterior vimos ejemplos de esta cuestión. Veamos otro:

[ Está [ahí, [donde lo dejé] ] ]


N PIR – Apos.
N CCL

El antecedente de [donde lo dejé] –que es una proposición relativa- es ahí. La


proposición cumple la función de aposición del núcleo.
El pronombre relativo tiene la función de incluir la proposición subordinada dentro
de la principal, pero al mismo tiempo cumple una función sintáctica dentro de esa
subordinada. Esa función sintáctica dependerá de los argumentos que seleccione el verbo
de la proposición subordinada. Si se retoma el primer ejemplo, puede verse que el verbo
de la proposición es transitivo y necesita un agente. En este caso, el sujeto de ese verbo
está representado en el pronombre relativo
4 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 10

[Los militares [que ejecutaron delitos de lesa humanidad] podrán ser juzgados ahora]

SS PVS
[ [que] [ejecutaron [delitos de lesa humanidad] ] ]
N N COD

Veamos otro caso:

SS PVS
[ [El libro [que compré] ] [no trae la información necesaria].]
Det. N PIR – CN

PVS
[que compré] SD
COD N

En este caso, el sujeto es [el libro que compré]. [que compré] es una proposición
incluida relativa, que funciona como complemento nominal. En este caso, que reemplaza
a libro. Por lo tanto, funciona como complemento de objeto directo. El sujeto de la
proposición es desinencial.

SS PVS
[ [El niño [al que le compré la pelota] ] [la usa todo el tiempo] ]
Det N PIR – CN N

PVS
[ [a [l que] ] [le] compré [la pelota] ] SD
det N
N C
COI COI N COD

El sujeto de esta oración es [el niño al que le compré la pelota]. La preposición que
aparece al comienzo de la proposición subordinada es interna, en tanto es requerida por el
verbo de esa proposición: comprar. Alguien compra algo a alguien. Se trata de un verbo
que puede seleccionar tres argumentos: Agente, Tema y Beneficiario, los cuales están
realizados sintácticamente, en general, por: sujeto, objeto directo y objeto indirecto –este
último, se construye con la preposición a-. Entonces, [al que le compré la pelota] cumple la
función prototípica de las relativas: es un complemento nominal.
Gramática 20071C/T-P 10 Apuntes Sim 5

[Agente] comprar [Tema] [Beneficiario]


Sujeto COD COI

Dentro de la proposición, el sujeto es desinencial. El complemento de objeto directo


es [la pelota] y el complemento de objeto indirecto, [al que]: a es el núcleo y [–l que] es el
complemento preposicional. Otro ejemplo:

SS PVS
[ [El camino [por el que voy]] [ no es [el más corto] ] ]
Det N PIR – CN IPN N PSO

PVS
[ [por [el que] ] voy] SD
Det. N
N CP
CCL N

[El camino por el que voy] es el sujeto y [no es el más corto], el predicado verbal
simple. El verbo copulativo es funciona como núcleo; [no], el índice de polaridad negativa
y [el más corto], el predicativo subjetivo obligatorio. El núcleo del sujeto es camino y [por el
que voy], un complemento nominal. Nuevamente, la preposición aparece relacionada con
el verbo ir. Estas proposiciones se denominan proposiciones relativas con preposición y
son de adquisición tardía -de hecho, no suelen utilizarse-. Dentro de la proposición, el
sujeto es desinencial. Voy es el núcleo del predicado y [por el que], un complemento
circunstancial de lugar, en el que por será el núcleo y el resto, su complemento. Si se
toma carecer de, entonces, debería decirse las cosas de las que carezco. Normalmente,
en el uso cotidiano, la preposición se elide y queda solo el pronombre relativo. Sin
embargo, debería utilizarse porque es requerida por el verbo.
Existen diferencias entre las proposiciones relativas especificativas y las
explicativas. Cabe recordar en este punto, las cuestiones que fueron trabajadas respecto
de los complementos nominales especificativos y explicativos. La idea es la misma:
teniendo en cuenta la relación con las características semánticas del antecedente y con el
tipo de relación que la proposición establece respecto de la proposición principal, puede
diferenciarse entre proposiciones especificativas y explicativas. Como sucedía en el caso
6 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 10

de los complementos nominales, las explicativas van a tener un contorno tonal propio, que
se representa en la escritura a través de comas. Las especificativas cumplirán la función
semántica de restringir, especificar el alcance del antecedente; en cambio, la explicativa
tiene como función agregar información sobre el antecedente y tiene, además, un carácter
referencial que no presenta la especificativa, que, por eso, no puede modificar a
sintagmas nominales que tengan referencia propia, es decir, a aquellos formados por
nombres propios o pronombres personales. Por ejemplo:

*[Rosario que está a orillas del Paraná ha crecido mucho]

SS PVS
[ [Rosario, [que está a orillas del Paraná],] [ha crecido mucho].]
N PIR - CN

La primera oración es agramatical. De hecho, la pausa surge naturalmente en el


hablante, ya que la proposición sólo puede ser explicativa. En el segundo caso, [Rosario,
que está a orillas del Paraná] es el sujeto y [ha crecido mucho], el predicado. Dentro del
sujeto, Rosario es el núcleo; [que está a orillas del Paraná] es una proposición incluida
relativa, que funciona como complemento nominal. Este tipo de complemento será
explicativo y no apositivo. Veamos un caso en que las dos son gramaticales, para ver
mejor la diferencia:

SS PVS
[ [El niño [que juega a la pelota] ] [vive enfrente] ] especificativa
Det. N PIR – CN

SS PVS
[ [El niño, [que juega a la pelota],] [vive enfrente] ] explicativa
Det N PIR - CN

En estas dos oraciones no hay diferencias respecto del análisis sintáctico. En


ambas, la proposición relativa funciona como complemento nominal. La diferencia se
produce a nivel semántico, en la relación que se establece entre la proposición y el
antecedente. En el primer caso, la proposición restringe el alcance del antecedente. En el
segundo, le agrega características.
Gramática 20071C/T-P 10 Apuntes Sim 7

Las proposiciones especificativas tienen únicamente sintagmas nominales o


adverbiales como antecedentes. Las explicativas, además, admiten proposiciones como
antecedentes. Por ejemplo:

SS PVS
[ [El autor] [sostuvo [que los inmigrantes fueron pocos, lo cual es falso] ] ]
Det N N PIS - COD

SS PVS
[ [los inmigrantes] [fueron [pocos], [lo cual es falso] ] ]
Det N N PSO PIR - PSO

SS PVS
[ [lo cual] [es falso] ]
N N PSO

En esa oración, [el autor] es el sujeto; el resto, predicado. El núcleo de ese


predicado es sostuvo; el resto, una proposición incluida sustantiva, que funciona como
complemento de objeto directo. La proposición se baja sin el incluyente. Dentro de la
proposición, [los inmigrantes] es el sujeto; [fueron pocos, lo cual es falso] es el predicado,
cuyo núcleo es fueron. El antecedente de [lo cual es falso] es toda la proposición anterior
–los inmigrantes fueron pocos- y queda dentro de ella porque la modifica. Es decir, se
trata de otro nivel de análisis. El uso del lo neutro es, precisamente, un indicador de que el
antecedente es la proposición, ya que las proposiciones no tienen género.
Todos los pronombres relativos pueden encabezar una proposición explicativa. Sin
embargo, quien, el cual y el que –y sus variantes- pueden estar en proposiciones
especificativas solamente si forman parte de un sintagma preposicional. Por ejemplo:

1) [ [El diariero, [quien pasa a cobrar por casa] ], [no es del barrio] ]

2) [ [El diariero [a quien le compro el diario] ] [no es del barrio] ]

En el caso de la primera, sólo puede utilizarse quien en una proposición explicativa,


ya que, de otro modo, sería agramatical. En la segunda, sin embargo, puede utilizarse
8 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 10

porque encabeza el complemento preposicional, que funciona como complemento de


objeto indirecto. Veamos otro ejemplo:

SS PVS
[ [La secretaria, [a pedido de la cual se realizó el contrato] ], [está ausente].]
Det. N PIR – CN N PSO

PVS SS
[ [ [a [pedido [de la cual] ] ] se realizó] [el contrato] ]
N CN
N CP
Adj.CT SCR N det. N

En este caso el pronombre relativo está dentro de un constituyente complejo, en el


que se incluye el relativo. El sujeto es [La secretaria, a pedido de la cual se realizó el
contrato]; el predicado, [está ausente]. Dentro del sujeto, secretaria es el núcleo; [la], el
determinante y el resto es una estructura predicativa. Si se descompone esa estructura,
daría como resultado: El contrato se realizó a pedido de la secretaria.
Esa estructura predicativa, entonces, está encabezada por un pronombre relativo,
que está incluido en una construcción compleja. Por esta razón, se trata de una
proposición incluida relativa que cumple la función de complemento nominal. Dentro de la
proposición, realizó es el verbo; [el contrato], el sujeto. [a pedido de la cual] es un adjunto
circunstancial: a es el núcleo; [pedido de la cual] es el complemento preposicional, en el
que pedido es el núcleo y el resto, su complemento, que, a su vez tiene un núcleo: de y un
complemento: [la cual].
Vamos a ver ahora algunos ejemplos de proposición con verbo no conjugado que
no aparece en la Guía de Proposiciones. Para profundizar este tema, puede consultarse
un capítulo del libro de Di Tullio en el que se refiere a esto y lo que la Profesora Ciapuscio
haya señalado en las clases teóricas.

SS PVS
1) [ [Juan] [escuchó [el mismo concierto cantado por un grupo africano] ] ]
N N COD – PIAdj.
Gramática 20071C/T-P 10 Apuntes Sim 9

SS PVS
[ [el mismo concierto] [cantado [por un grupo africano] ] ]
N N CAgente

SS PVS
[ [Juan] [me indicó [que hiciera el trámite], [inquieto por su situación] ]
N N PIS – COD PIAdj. - PS

PVS
[inquieto [por su situación]]
N Adj.CC

Cantado e inquieto son participios. Los participios pueden cumplir la función de un


adjetivo y, en algunos casos, pueden tener una función verbal. En la primera oración,
[Juan] es el sujeto y el resto, predicado. Dentro de ese predicado, el núcleo es escuchó,
que recibe un complemento de objeto directo: [el mismo concierto cantado por un grupo
africano]. El núcleo de ese complemento recibe un complemento nominal, que es una
estructura predicativa, se analice tanto como complemento nominal o como predicativo
objetivo. Si se dijera: Juan escuchó el concierto mejor cantado, [mejor cantado] es un
sintagma adjetivo: cantado es el núcleo y mejor, un cuantificador. En la primera oración,
se encuentra un sintagma preposicional que depende de la forma verbal no conjugada.
Por lo tanto, se trata de una estructura predicativa. El sujeto de [cantado] es [el mismo
concierto]. Se trata, entonces, de una proposición incluida que no es ni relativa, ni
sustantiva, ni adverbial sino, adjetiva. [por un grupo africano] es el complemento agente.
Podría parafrasearse del siguiente modo: Juan escuchó el concierto que había cantado un
grupo africano. Allí es evidente que [el grupo africano] es el Agente.
En la segunda oración, [inquieto por la situación] es parte del sujeto: Juan, inquieto
por la situación, me indicó que hiciera el trámite. Es decir, se trata de un estructura
predicativa que funciona como predicativo subjetivo, cuyo núcleo es un verbo no
flexionado –el participio-. Entonces, se trata de una proposición incluida adjetiva: desde el
punto de vista semántico, el sujeto es Juan. Es decir, el sujeto es el mismo que el de la
oración principal. Esto se denomina sujeto conjunto. Cuando no coinciden ambos sujetos,
se denomina disjunto. [por su situación] será un adjunto circunstancial de causa.
10 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 10

Tradicionalmente, las proposiciones adverbiales se clasificaban de acuerdo a


cuestiones semánticas: de lugar, de tiempo, de modo, de causa, de fin; concesivas,
consecutivas, condicionales, etc. Sin embargo, establecer un conjunto tan amplio no es
posible porque no todas estas proposiciones comparten las mismas características.
Considerando tres criterios, a saber: el semántico, el de la relación de la proposición
subordinada con la oración principal y el que tiene que ver con la estructura interna de la
proposición, entonces, las proposiciones adverbiales pueden dividirse en tres grupos: las
propias, que en general funcionan como adjuntos del sintagma verbal; las impropias, que
afectan a toda la predicación u oración –es decir, funcionan como modificadores del
núcleo oracional- y las comparativas y consecutivas, que presentan una estructura
diferente, ya que siempre presentan dos constituyentes que entran en juego.
Las proposiciones adverbiales propias tienen una relación de inclusión respecto de
la oración principal, pero no tienen una relación tan estrecha como las proposiciones
sustantivas, que son argumentales, ni como las relativas, que tienen un antecedente.
Además, suelen ser requeridas por los verbos en muy pocos casos. Uno de ellos es el del
verbo poner, que requiere un Agente, un Tema y un Locativo. Por ejemplo:

PVS
[Puso [el arma] [donde nadie podía alcanzarla].] SD
N COD CCL – PIR/ PAdv.Propia

PVS SS PVS
[ [donde [nadie] podía alcanzarla] ]
CCL N N COD

El sujeto es desinencial. El núcleo del predicado es puso; [el arma] es el


complemento de objeto directo y [donde nadie podía alcanzarla] es una proposición
relativa libre –sin antecedente- y, al mismo tiempo, es una proposición adverbial propia,
que funciona como complemento circunstancial de lugar. Cabe recordar en este punto que
no todas las proposiciones adverbiales propias son proposiciones relativas. En este caso,
como está encabezada por un pronombre relativo, la proposición debe bajarse completa
para ser analizada.
Gramática 20071C/T-P 10 Apuntes Sim 11

Estas proposiciones suelen caracterizarse negativamente, ya que no son


argumentales y no modifican a un antecedente. Para los tres grupos de proposiciones
adverbiales, existen dos posibilidades de articulación: 1) con encabezador y un verbo
conjugado o 2) sin encabezador –o con un encabezador opcional- y un verbo no
conjugado. Por ejemplo:
PVS
[ [Llegado el verano], [se fueron de vacaciones].] SD
Adj.CT

PVS SS
[ [llegado] [el verano] ]
N det. N

[llegado el verano] es un adjunto circunstancial de tiempo, o bien causal. Esto es un


ejemplo de lo que en latín se denomina ablativo absoluto. Si bien existe el verbo
vacacionar –que no suele utilizarse cotidianamente-, no puede decirse que irse de
vacaciones sea una locución. [llegado el verano] es una estructura predicativa con un
verbo no conjugado que tiene un sujeto. No presenta encabezador. Al bajar la proposición,
[el verano] es sujeto y llegado es el núcleo del predicado.
Las proposiciones adverbiales propias puede reemplazarse por adverbios o por
sintagmas que funcionen del mismo modo, y pueden ser: locativas, temporales y modales.
Las locativas se construyen solamente con donde. Por ejemplo:

1) [ Me voy [allí, [donde vive mi abuela] ]


2) [ Me voy [a donde vive mi abuela] ]

En el primer ejemplo, hay un antecedente y una proposición relativa que modifica a


ese antecedente. En el segundo, aparece una proposición adverbial. Siempre que haya un
antecedente, es relativa; cuando esto no ocurre, se trata de una adverbial.
Las temporales utilizan distintas palabras introductorias, de acuerdo a la relación
que expresen –que puede ser de anterioridad, posterioridad, etc.-. Si la relación es de
coincidencia, puede usarse cuando o mientras. Cuando es un pronombre relativo que se
12 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 10

utiliza para hacer referencia a eventos puntuales. Mientras, en cambio, es un incluyente y


se utiliza para eventos durativos. Por ejemplo:

1) [ [Mientras dormía], sonó el timbre ]


2) [ [Desde que duerme de día], no sale más ]

En este caso, desde que está marcando simultaneidad e inicio. En cambio con
hasta que se marca el límite del intervalo: Hasta que deje de dormir de día, no le voy a
hacer el almuerzo. En todos estos casos, la función de la proposición es adjunto
circunstancial de tiempo, que se introduce por locuciones prepositivas.
La sucesión de acciones se marca con: luego de que, en cuanto, ni bien, apenas,
etc. Por ejemplo: Ni bien llegó, empezó el baile. Cabe recordar que solo se bajan los
encabezadores cuando son relativos.
Veamos un último caso:

PVS
1) [Viaja [hace dos días] ]. SD
N Adj.CT

[hace [dos días] ] P. Impersonal


N COD

2) [Hace dos días que viaja.]

Las proposiciones temporales pueden estar compuestas por el verbo hacer y un


complemento temporal. En el segundo ejemplo, se construye con que y en el primero, no.
Se trata asimismo de una estructura predicativa, ya que se construye con un verbo. En la
primera oración, el sujeto es desinencial. El núcleo del predicado es viaja y [hace dos
días], un adjunto circunstancial de tiempo.
Piensen ustedes cómo se analiza la segunda oración y la vemos la próxima clase,
que es dentro de quince días.
Gramática 20071C/T-P 10 Apuntes Sim 13

Los temas que entran en el parcial llegan hasta los que se den esta semana. Si la
profesora Ciapuscio decide terminar las proposiciones adverbiales propias esta semana,
entran en el parcial. Si decide que no, se evaluará hasta las locativas.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod. 19

Gramática

Fecha: 19/06/07
Teórico № 24 Prof.: Guiomar Ciapuscio

Contenido: Guía X. Gramática y variación

Profesora: Buenas tardes. Antes de comenzar con la última Guía Temática y


Bibliográfica, una aclaración acerca del examen final. Debido a que hemos tenido que
correr los teórico-prácticos este año a los lunes, se han perdido tres clases. Esto hizo que
no alcanzáramos a ver todos los tipos de proposiciones adverbiales, aunque han visto
algunos tipos más en los prácticos. De todos modos, para el examen final se espera que
ustedes conozcan todo el material bibliográfico correspondiente a proposiciones de la
Guía VII, incluyendo lo que no haya entrado para el parcial, que deberán consultar de
nuestra Ficha Proposiciones subordinadas, del cap. 15 de Di Tullio y del cap. 13 de
Kovacci. No sólo es preciso que estudien estos temas para el final, sino para su vida
ulterior. Aunque hoy les parezca muy lejano, cuando obtengan el título, una de las
primeras opciones laborales que encontrarán es la de profesores de lengua, para lo cual
necesitarán saber estas cosas.
Hoy daremos un panorama general acerca de la vinculación entre gramática y
variación, un tema que nosotros abordamos siempre al final de la materia, momento en el
cual están ya ustedes en condiciones de tomar contacto con algunas de las proyecciones
que tiene el estudio gramatical cuando considera el uso de las lenguas. La semana que
viene vamos a profundizar especialmente el tema de la variación en lo que compete a
nuestro dialecto rioplatense.
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 24

Ya desde hace algunas semanas, hemos venido considerando los aspectos del
uso lingüístico, a partir de un texto pionero: el de Bühler, donde él define el lenguaje como
un instrumento o herramienta de comunicación. Esto implica tomar en consideración los
aspectos vinculados con la situación o contexto extralingüístico. Para esto, Bühler postula,
recordemos, un modelo de signo lingüístico con tres vértices: hablante, interlocutor y
mundo de referencia.
Ahora bien, cuando hablamos de gramática y variación -uso por ahora el término
variación de manera difusa: iremos especificando a lo largo de estas clases cuáles son los
distintos ángulos de variación en la lengua-, ponemos en relación la gramática, o la lengua
o, aun en términos más saussureanos, el sistema, con los usos lingüísticos. Así
enfrentamos claramente una característica constitutiva de las lenguas naturales: su
carácter dinámico. Las lenguas naturales son objetos dinámicos, no estáticos, en virtud del
eje temporal, es decir, del paso del tiempo, y además, en virtud de los cambios sociales y
culturales. De hecho sería muy parcial pensar este dinamismo de las lenguas en términos
puramente históricos -en el sentido de diacronía, o bajo el concepto típicamente
decimonónico de erosión: la idea era que las lenguas se van gastando, erosionando-. No:
las lenguas son objetos dinámicos porque son usadas por grupos sociales, en contextos
socioculturales específicos. Mediante el lenguaje, se resuelven tareas sociales de todo
tipo, tareas culturales, políticas, etc. Las lenguas son objetos sujetos a la variación, la cual
sólo parcialmente puede describirse como variación diacrónica.
Es cierto que el tiempo es un eje central para entender la variación de lenguas,
para entender el cambio lingüístico, el nacimiento de lenguas a partir de otras anteriores o
lenguas-madre, como suele decirse. Pero tenemos dos ejes más a considerar de manera
entrelazada: el eje espacial y el de la situación de uso, ligada a lo social.
Gramática 2007/Teórico 24 Apuntes Sim 3

Variación

Ejes Tiempo Espacio Situación de uso


Formal
Registro
Informal
Derivaciones Variación sociocultural Género

sociolectos

Tipo de diacrónica diatrópica diastrática (=Coseriu)


variación (dialectal)
diafásica

A lo largo del tiempo tienen lugar variaciones de orden sociocultural, las cuales
implican naturalmente variaciones políticas, económicas, etc., de las comunidades que
usan en situaciones determinadas la lengua.
Un segundo ángulo de variación es el geográfico o espacial. Este eje, desde el cual
también puede observarse el dinamismo y la variación de lenguas, es especialmente
relevante en lenguas como el español, o mejor dicho, el castellano. Entre paréntesis, el
otro día alguien me consultó cuál era la diferencia entre los términos castellano y español.
Justamente, se trata de un tema importante, al considerar la variación desde el punto de
vista geográfico. Según muchos lingüistas, el español debería ver llamado castellano, en
tanto se trata de la lengua nacida en Castilla, y es una de las varias lenguas que se hablan
en España. Son efectivamente lenguas distintas -y no dialectos- el catalán, el gallego, el
vasco, etc.: lenguas vivas, habladas por los miembros de las respectivas Autonomías. Así,
la denominación de español es muy criticada, no sólo en España sino también en
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 24

América, dado que se considera que tiende al etnocentrismo, es decir, ignora las lenguas
minoritarias pero con valor de lenguas oficiales, como las que acabo de mencionar.
Ahora bien, para nosotros, como hablantes del castellano en América, es relevante
el hecho de que la lengua que hablamos en muchas naciones americanas es, de origen,
una lengua transplantada, traída cuando gran parte de América fue conquistada por
España. También el portugués o brasileño es considerado una lengua transplantada. Se
trata de lenguas que fueron extendidas a las colonias en procesos complicados, en los
cuales hay que considerar de manera central el hecho de que había otras lenguas antes
de que llegara la lengua del Imperio.
Otro elemento a considerar es que esta lengua, el castellano, en el momento en
que fue transplantada a estos territorios, comenzaba a ser sistematizada. Justamente,
1492, el mismo año del "descubrimiento", es el mismo año en que Nebrija publica la
primera Gramática de la lengua española. Esta gramática es, así, fundamentalmente un
instrumento político, es decir, una herramienta del Imperio. El libro está dedicado por
Nebrija a los reyes de España, y en el comienzo dice textualmente: La lengua, compañera
del Imperio.
Nuestra condición de ser hablantes del castellano, en tanto lengua transplantada,
lengua de la Conquista, implica una serie de problemas. Se han hecho múltiples estudios
históricos, abarcando desde los siglos XV y XVI en adelante, acerca de los procesos
políticos, culturales y sociales que se dan respecto de lo que se ha denominado actitudes
ante la lengua. Durante el período colonial, el castellano poseía -hasta cierto punto- una
metrópolis que regía, que decidía acerca de sus usos -para la época- correctos o
incorrectos. De todos modos, las colonias americanas fueron realizando sus propios
procesos de variación, los cuales se acentuaron notablemente con los procesos políticos
de independencia respecto de España, y luego, con los procesos de conformación de
cada nación. Surgen así varios centros en América -Perú, Buenos Aires, México, etc.-
que desarrollan sus propias variedades lingüísticas. La gente, al usar la lengua para llevar
adelante su vida social, se apropia de ella. En cada comunidad, la lengua sufre -en sentido
metafórico, no literal- diferentes cambios: aparecen neologismos, se incorporan palabras
Gramática 2007/Teórico 24 Apuntes Sim 5

nuevas, modos nuevos de pronunciar las palabras, modos nuevos de combinar palabras,
etc.
Otro aspecto importante de esta idea de transplante es el hecho de que los grupos
de dirigentes políticos intelectuales que llevan a cabo los procesos de independencia y la
subsecuente formación de nuevas naciones, asumen actitudes muy explícitas frente a la
norma traída por el país conquistador. Podemos identificar distintas actitudes lingüísticas
ante el español a lo largo de estos procesos de independencia y formación de los Estados
nacionales. En la Argentina, las elites intelectuales, desde la Generación de Mayo hasta
bien entrado el siglo XX, luego de la inmigración masiva, toman actitudes muy militantes,
vigorosas, polémicas y confrontativas respecto de qué lengua debe hablarse en la nueva
nación. Justamente en tanto nación, la generación romántica, especialmente, considera
que forma parte del hecho de ser una nación el tener también una lengua propia,
diferenciada de la de la metrópolis.
Las distintas actitudes lingüísticas -así se las denomina- a lo largo de todo este
proceso de Revolución y conformación de nuevas naciones son centralmente dos. En
primer lugar, el purismo, actitud por la cual se trata de conservar la lengua que une a
todas las naciones americanas; la lengua cuyo uso legisla la metrópoli, Madrid. El purismo
consiste en defender los usos y la normativa de esa lengua transplantada y tratar de
oponerse y combatir todo cambio, toda variación local. Sobre todo, con el siguiente
argumento: se consideraba peligrosa la posibilidad de "convertirnos en una Babel" -incluso
en títulos famosos, vemos este elemento-. La variación, la mezcla, sobre todo con el
italiano durante la inmigración masiva de fines del XIX, pero también con el español
hablado por los inmigrantes, representaba, para muchos intelectuales, una amenaza de
disgregación, o más bien, de pérdida de identidad nacional. Dentro de esta perspectiva, se
veía como problema el hecho de que surgieran incluso lenguas con nombre propio, como
el cocoliche, aquella mezcla de italiano y español -que conservamos gracias a la literatura,
y también al cine y al teatro.
En segundo lugar, frente al purismo, podemos agrupar las posiciones más
revolucionarias, más beligerantes, que propiciaban incluso la conformación de una lengua
propia, distinta, y la negación de toda sujeción a la lengua imperial.
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 24

Alumna: ¿Se puede considerar la variación como un universal lingüístico?


Profesora: Si entendemos por variación el hecho de que todas las lenguas
cambian, efectivamente sí, lo es.
Volviendo a nuestro esquema, vemos por lo expuesto hasta ahora cómo se
entrelazan los ejes: consideramos la dimensión o eje espacial en un sentido diacrónico, o
sea, temporal, al hablar de lengua transplantada y de todo lo que esto ha acarreado. Pero
podemos hacer el cruce en sentido inverso, y encontraremos otros fenómenos:
consideremos primero una perspectiva sincrónica específica: un recorte que nos muestre
la situación del castellano que se usa actualmente en España, en Filipinas, en el
Continente Americano incluyendo Estados Unidos -es la segunda lengua mundial en
cantidad de hablantes-; a su vez, una vez hecho este recorte sincrónico, si nos atenemos
sólo al eje espacial, encontramos: en primer lugar, una gran cantidad de variedades del
castellano; en segundo lugar, fenómenos de lenguas en contacto; en tercer lugar, hay que
atender, por ejemplo, al lugar de cada comunidad de habla en la economía mundial, etc.
Una tercera dimensión o eje es la variación según la situación de uso, para lo cual
hay que atender a variantes dentro de una misma comunidad. Pongamos por caso
nuestra variedad rioplatense, o mejor, restrinjamos aun más el ángulo de observación y
pensemos en el castellano que se usa en Buenos Aires y Conurbano. Al hacer esto,
vemos nuevamente los entrelazamientos: para considerar las situaciones de uso,
debemos hacer un corte sincrónico -eje temporal-, y a la vez un espacial, delimitando una
zona determinada. Fijados estos parámetros, a su vez podemos observar distintas
situaciones de uso, dadas por las distintas esferas de actividad de nuestra comunidad.
Esta variable es condensada por muchas corrientes lingüísticas actuales bajo el término
registro. Por ejemplo, yo estoy aquí, dando clase en la Facultad de Filosofía y Letras,
cumplo un rol formal y, por lo tanto, utilizo determinada variedad de lengua acorde con
esta situación. En cambio, si estoy en el bar de la esquina conversando con un colega y
amigo, utilizo otra variedad, que es informal. Entre paréntesis, las subdivisiones del
registro son múltiples; en este esquema consideramos de manera muy general y básica
dos: registro formal e informal. Pero es evidente que en cada uno haremos un uso del
Gramática 2007/Teórico 24 Apuntes Sim 7

sistema lingüístico apropiado, adecuado a la situación en la que estamos


comunicándonos; el tipo de registro implica diferencias de estructuras, de léxico, etc.
La variable registro o situación de uso hoy día también se analiza bajo la dimensión
de los géneros del discurso o géneros comunicativos. Es un concepto de larga historia,
por primera vez formulado con precisión por Bajtin, quien lo postuló como central en los
estudios del lenguaje. Bajtin sostiene que existen tipos relativamente estables de
enunciados o textos, es decir, tipos relativamente estables en la comunicación,
condicionados por situaciones de comunicación específicas. Así, se habla del género
clase, el género monografía, el género conversación de bar, etc. Todas estas situaciones
condicionan esquemas convencionales de usos lingüísticos, en función de esas
situaciones que son extralingüísticas, y de las finalidades de la comunicación. Bajo la
variable género, entran por lo tanto distintos factores: lingüísticos, recursos preferidos por
cada género, determinadas estructuras, etc.
Estos tres ejes básicos a partir de los cuales podemos desbrozar el dinamismo del
objeto lingüístico han recibido a su vez denominaciones. Por ejemplo, Coseriu -un lingüista
con el que seguiremos después trabajando- ha definido la variación ligada con el eje
temporal como variación diacrónica; la ligada al espacio, como variación dialectal o
diatópica: la ligada a lo social, a su vez ligada a la situación de uso, variación diastrática, y
a la variación ligada al concepto de género la ha llamado diafásica, aunque este último
término es más general que los anteriores y significa simplemente "variaciones de lengua".
El eje vinculado con lo social, aunque en nuestro esquema depende de la situación,
es muy importante, como ven, en cuanto a sus múltiples implicancias. Como ya
señalamos, el concepto bajtiniano de género lo incluye de manera central. Además, tal
como se viene estudiando, grupos sociales diferentes emplean variedades lingüísticas
diferentes. Si consideramos los usos lingüísticos de la ciudad de Buenos Aires y
alrededores, necesariamente tendremos que distinguir los distintos grupos sociales que
emplean la lengua. Así, habrá que hacer cortes etarios, es decir, según la edad de los
hablantes -por ejemplo, el lenguaje de los jóvenes-; cortes según los ámbitos laborales -
los géneros propiamente académicos, por ejemplo-; los usos lingüísticos de las mujeres,
etc.
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 24

El presupuesto es que cada grupo social es creativo respecto de la lengua, y


genera sus propias variedades y formas lingüísticas, que van conformando los
denominados sociolectos. Cuando la dimensión de la variación pasa por los grupos
sociales que emplean estas variedades -el sociolecto de los rockeros, el sociolecto de los
académicos, etc.- se habla de variación diastrática (es decir, "a través de los estratos
sociales").
Bien. La pregunta ahora es cómo ha lidiado la lingüística con la variación, es decir,
cómo han enfrentado las distintas teorías del lenguaje este hecho tan propio y constitutivo
de las lenguas. Cada teoría y cada enfoque lingüístico tiene sus metas, sus objetivos
específicos, es decir, sus intereses de investigación y, de acuerdo con estos intereses,
define su objeto de estudio. Hemos visto ya esto en nuestras primeras clases, cuando nos
referimos a Saussure. Recordemos: es el analista, para Saussure, el que crea el punto de
vista. Al abordar el lenguaje, Saussure encuentra que, a diferencia de otras disciplinas -en
su contexto positivista, al menos- la lingüística no tiene frente a sí su objeto de estudio,
sino que es el estudioso el que lo elige, lo recorta, lo delimita según sus objetivos. Este
curso comenzó, de hecho, con la teoría de Saussure y tal vez sea bueno volver a ella en
primer lugar, para ver cómo analizó la dimensión de la variación.
Saussure delimita su objeto de estudio acuñando aquella famosa dicotomía entre
lengua y habla, y dejando para el territorio del habla todo lo que concierne a la ejecución
individual, o sea, la puesta en uso de la lengua por parte del hablante, de la lengua; del
lado del habla queda entonces todo aquello que es fortuito, casual -él usa, de hecho, la
palabra accidental-. La lengua, por el contrario, está por sobre el individuo, por fuera: es
social, compartida, heredada. Saussure, al separar lengua y habla, lo que trata es de
encontrar un objeto de estudio delimitado, homologable en ese sentido a los objetos de
estudio de otras ciencias.
Recordarán también que hay dos características del signo lingüístico enunciadas
por Saussure, las cuales aparentemente son contradictorias: mutable e inmutable.
Justamente, podemos recuperar estas características para vincularlas con la dimensión de
la variación.
Gramática 2007/Teórico 24 Apuntes Sim 9

El signo lingüístico es mutable respecto del eje temporal. Ningún lingüista serio de
principios del siglo XX -ni tampoco antes- podía negar la variación que afecta a las
lenguas desde la perspectiva histórica. De hecho, como vimos, gran parte del siglo XIX fue
consagrado al estudio de los cambios en las lenguas; es más, a la reconstrucción de las
familias de lenguas y la postulación de la lengua madre.
También por esto es que Saussure acuña otra de las importantes dicotomías de su
teoría: sincronía/diacronía. El estudio sincrónico de las lenguas implica una segmentación
en el eje del tiempo y la concentración de los estudios en un determinado estado de
lengua, para poder considerar las relaciones entre los signos tal como son en ese
momento del tiempo. A esta lingüística sincrónica, Saussure opone el eje diacrónico,
desde el cual estudiar la evolución de las lenguas.
Justamente, la falta de una precisión convincente de la relación entre sincronía y
diacronía es una de las primeras y más fuertes críticas realizadas a la teoría saussureana.
Él trata de separar sus antinomias -del mismo modo que lo hace con las otras- de una
manera irreversible e irreconciliable; en este caso, trata de no vincular los hechos de
sincronía con los hechos de diacronía.
Ahora bien, para Saussure, a su vez, la lengua es inmutable desde el punto de
vista del individuo. Esto significa que el individuo, frente a la lengua, no puede hacer nada,
no puede modificar nada. Para abonar esta idea, Saussure usa muchas metáforas, por
ejemplo, sostiene que la lengua es un tesoro heredado, un tesoro depositado en una
sociedad determinada; la lengua es un contrato, también dice, pero sobre el cual nadie
nos ha preguntado si queríamos firmar o no: ya está firmado desde que nacemos en el
seno de una comunidad lingüística. Por eso el individuo, frente a la lengua, está atado; no
tiene modo de influir por propia voluntad sobre ella.
Una de las personas que más han cuestionado las dicotomías saussureanas es
Eugenio Coseriu. Coseriu, quien nació en 1921 y murió en 2002, fue un lingüista rumano
de nacimiento, sumamente influyente, que desarrolló su labor lingüística más importante
en distintos países. Durante la Segunda Guerra Mundial emigró a Italia, donde vivió
muchos años, y de ahí volvió a emigrar a Montevideo, donde vivió unos quince años.
Dado su momento epistemológico, es un lingüista estructuralista, de la escuela
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 24

saussureana. Desarrolló una obra importantísima en el ámbito de la filología románica, es


decir, en el de las lenguas romances -era un políglota notable- y en la lingüística general.
Gran parte de sus trabajos principales se centraron entonces en la lingüística
histórica; pero también escribió trabajos pioneros -que resultaron de referencia- en el
ámbito de lo que se conoce como semántica estructural, disciplina que en buena medida
se debe, justamente, a la obra de Coseriu. Y también se dedicó al campo de la variación
lingüística. Por eso les mencioné antes términos que provienen de la lingüística coseriana
-existe una corriente de este nombre-: variación diatópica, disastrática, diafásica, etc.
En términos de teoría lingüística, sus principales aportes están basados en una
crítica de base a las ideas de Saussure. Como les adelanté, él es quien con mayor
profundidad criticó y puso en tela de juicio las dicotomías saussureanas, a partir de los
problemas que generaban.
Hay un trabajo pionero de Coseriu -que a mí me gusta siempre mencionar, aunque
no figura en la bibliografía-: Determinación y entorno, el cual escribió estando en
Montevideo, hacia los años '55-'56. Como fue escrito allí y en castellano, un lengua que
pocos en la academia del Primer Mundo leían -y leen- pasó prácticamente desapercibido.
Pero luego, unos quince años más tarde, al ser traducido al alemán, fue considerado un
trabajo revolucionario y fundador de una subdisciplina que adquirió pujanza a mediados
de los '70: la lingüística del texto. En Determinación y entorno, él postula y fundamenta por
primera vez la necesidad de ampliar el horizonte de análisis de la unidad oración a la
unidad texto. Lo que se propone en este trabajo es desarrollar una lingüística del habla, o
del hablar, como él dice, esto es, lo que se conoce -a partir de Saussure, quien sostuvo
que este desarrollo era posible- como lingüística de la parole. Ahora bien, Coseriu basa la
posibilidad de una lingüística del habla en la total inversión de los términos saussureanos.
Veamos. En primer lugar, vale hacer otra vez la aclaración de que el Curso es la
versión estándar de Saussure, la que armaron sus discípulos. Ya hemos hablado también
de los manuscritos encontrados muy posteriormente, que relativizan bastante los planteos
del Curso. Sin embargo, naturalmente, Coseriu no conocía sino ese Saussure estándar
del Curso.
Gramática 2007/Teórico 24 Apuntes Sim 11

Ahora bien, Saussure había dicho en el Curso que era preciso colocarse en el
terreno de la lengua y postergar el estudio del habla. Coseriu plantea exactamente lo
contrario: la ciencia lingüística debe plantear sus preguntas fundamentales colocándose
en el terreno del hablar concreto. El hablar debe ser el punto de partida de todos los otros
niveles de abstracción que haga un lingüista. Porque la realidad del hablar concreto es lo
accesible de manera directa al lingüista, al estudioso. A partir del hablar es que deben
establecerse las abstracciones, vale decir, las nociones que el lingüista construya.
Hay un artículo muy citado de Coseriu, el cual sí integra la bibliografía obligatoria:
"Sistema, norma y habla", donde ya claramente desde el título observamos la novedad
teórica: aparece un tercer término, que rompe la tradicional dicotomía saussureana:
norma. Esta noción será central para los desarrollos lingüísticos ulteriores, a partir de este
trabajo de Coseriu.
Lo esencial de este artículo es objetar la distinción entre lengua y habla practicada
por Saussure, esa distinción tajante entre los hechos del sistema, los hechos de lengua
por un lado, y los hechos de realización por otro:

virtual
Sistema funcional Realización o
oposiciones ejecución

(lengua) (hablar)

Saussure define la lengua -en distintas zonas del Curso- como un sistema de
oposiciones. El sistema es un conjunto de elementos relacionados entre sí, tal que cada
elemento vale lo que los otros no valen. Es decir, cada uno adquiere su valor en términos
de sus relaciones opositivas con los otros elementos del sistema. Así nosotros
estudiamos, a lo largo de nuestro curso, el subsistema fonológico, el subsistema
morfológico, el sistema sintáctico, y sus distintas unidades. Una de las citas más
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 24

frecuentadas de Saussure es: la lengua no es más que un conjunto de oposiciones. Y


también dice: en el sistema no hay otra cosa que oposiciones.
Ahora bien, de esta relación de oposición entre los elementos que conforman el
sistema se deduce además la noción de sistema virtual y la de sistema funcional. Los
hablantes conocemos y compartimos todos los subsistemas de la lengua y las relaciones
de oposición, entendidas como relaciones que son funcionales, o sea, relevantes: hacen
al sistema. Estas relaciones son las que constituyen el juego del sistema lingüístico;
determinan lo que vale y lo que no vale. Gracias al sistema de oposiciones estamos en
condiciones de convertir ese sistema virtual en algo que corresponde al plano de las
realizaciones o ejecuciones. Esta última palabra es clave: lo que hacemos es, según
Saussure, partir de un sistema de oposiciones que conocemos y que es virtual, el cual, al
ponerse en uso, se realiza, se concreta. Así, el individuo está en condiciones de producir e
interpretar infinitas oraciones. Este conocimiento virtual y funcional es puesto en uso, en
ejecución, en los productos lingüísticos -con lo cual me refiero a textos, enunciados, etc.,
por ejemplo, los que en este momento ustedes están oyendo y procesando a partir de mi
enunciación--.
Saussure había pensado las cosas en estos términos de oposiciones que
enfrentaban lo virtual con la realización, lo que es lengua con lo que es habla. Pero
además, sostenía que todo el sistema de oposiciones era un patrimonio social. Su idea
era que el sistema no está en el individuo aislado, sino en la suma de todos los cerebros
de los individuos de una comunidad lingüística. La lengua es social, compartida. Vean que
es social y a la vez virtual. Es heredada, pasiva, mientras que a todo el campo del habla
corresponden las características opuestas.
Coseriu critica esta dicotomía e introduce una tercera noción: la de norma, que trata
de superar dicha dicotomía en tanto esta deja sin explicar varios problemas. Veamos un
caso:
Gramática 2007/Teórico 24 Apuntes Sim 13

/b/ sistema virtual

[b] [B]

[b] [b:] [b'] [B] realizaciones concretas

Sabemos que un fonema es una representación de un sonido, una abstracción. Sin


embargo, de otro lado, hay muchas ocurrencias, distintos fonos en español. Sabemos que
los fonos [b] y [B] comparten características comunes, pero no son las únicas ocurrencias
fónicas. Muy por el contrario, puede haber pronunciaciones más alargadas, [b:], algunas
palatalizadas, [b'], etc. Se trata de múltiples emisiones, hecho concretos semejantes.
A partir de esta variedad, un hablante de español puede reconocer el nivel máximo
de abstracción, que le permite contrastar, por ejemplo, /'baso/ y /'paso/. Y a su vez, el
hablante puede postular una variable oclusiva [b] y una variable fricativa [B] del mismo
fonema bilabial sonoro, y reconocerlas en cadenas como ['beBo]. Es decir que tenemos
tres niveles: el de los fonemas, el de los alófonos de un mismo fonema -que, en este caso,
tienen una distribución complementaria, esto es, el hablante, según el contexto, elige uno
o el otro- y tenemos un tercer nivel, que es el de los sonidos correspondientes a los
enunciados concretos, en los cuales puedo tomar la variable oclusiva y alargarla o
aspirarla, tomar la fricativa y hacer variaciones que dependerán de la velocidad, el énfasis
que quiera poner, etc. De cada una de esas variantes alofónicas, yo como hablante puedo
producir muchas más variantes fonéticas.
Ahora bien, en la cúspide tenemos los fonemas, que integran el sistema virtual,
donde sólo contamos con las oposiciones distintivas: /b/ como oral bilabial sonoro. En la
base, tenemos el hablar concreto. Si comparamos con Saussure, ¿dónde está el nivel
intermedio de las variaciones alofónicas? No son un hecho de lengua, porque, siguiendo
el razonamiento saussureano, el empleo -en el castellano de Buenos Aires- de una
variante oclusiva o fricativa para el bilabial sonoro oral no implica ningún contraste de
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 24

significado. Por lo tanto, no es sistemático. Sin embargo, yo realizo una abstracción y veo
que tengo un nivel intermedio respecto de los hechos concretos.
Bien: la norma en Coseriu corresponde, justamente, a esa franja intermedia -que
acabo de ejemplificar en el nivel de la fonología-. La norma es el hecho habitual. Es la
realización habitual, el hecho normal y esperable.
Consideremos la palabra /'beBo/. Lo normal y esperable, en nuestro hablar
rioplatense, es que en contexto inicial de palabra el hablante elija la variable oclusiva, y es
igualmente esperable que en contexto intervocálico, elija la fricativa. Esta es la predicción,
lo esperable para realización del fonema /b/ en estos contextos fónicos específicos y en un
hablante nativo. Y este nivel es el que llama Coseriu norma.
Por supuesto, la norma no sólo existe en el nivel de los sonidos, sino en todos los
ámbitos de la lengua.

A B
Hablar
a Norma b
Social a' b'
Indiv. Sistema
c' d'
c d
C D

Este es el esquema mediante el cual Coseriu expone su concepción. El hablar


concreto corresponde al cuadrado más grande, el del medio es el de la norma o -también
en plural, como veremos en seguida- de las normas y, en el centro, el sistema.
La idea de base es que todos los actos lingüísticos de un individuo son actos de
creación. En la perspectiva coseriana, el sujeto siempre es creativo, porque hace un
empleo personal e inédito, en palabras de Coseriu, de la lengua. Siempre el individuo
puede ser original, creativo en las combinaciones, y puede proponer incluso un
neologismo. Pero, simultáneamente, todo acto lingüístico, por más creativo que sea y por
Gramática 2007/Teórico 24 Apuntes Sim 15

la misma esencia que explica el hecho comunicativo, siempre es, además de creación,
recreación: siempre hay algo que es repetido; algo que forma parte del hábito. El hablante,
en sus actos lingüísticos, selecciona a partir de elecciones anteriores, que le vienen
impuestas por la comunidad a la que pertenece. Es decir, elige palabras y estructuras que
son, dicho de una manera muy simple, normales, tradicionales.
Ahora bien, adelanté que Coseriu habla de normas, en plural. La idea es que las
normas se refieren a los distintos niveles del sistema lingüístico. En el hablar de un
individuo concreto, en su acto de ejecutar habla, podemos encontrar elementos inéditos,
intuiciones originales, combinaciones originales, pero siempre al mismo tiempo
encontraremos en esos actos esquemas y modelos anteriores, que son propios de la
variedad lingüística de la comunidad a la que el individuo pertenece. Es decir, son normas
de su dialecto, de su sociolecto, etc.
Lo que tenemos entonces son elecciones condicionadas por la inmersión social del
hablante en determinado grupo, no sólo dialectal sino sociolectal. Como ven, estamos
pensando en normas lingüísticas ligadas al factor social antes señalado: estructuras,
palabras, esquemas que elige ese grupo social. Pero también tenemos norma en un nivel
individual, dice Coseriu. Es decir, hay elecciones, usos, hábitos lingüísticos que pueden
depender del individuo en sí, en tanto preferencias de dicho individuo.
Por último, a partir de todo acto o uso individual creativo de la lengua podemos
además identificar elementos que son esenciales e indispensables: elementos que no
tienen que ver con elecciones, sino que son necesarios y corresponden, ahora sí, al nivel
de las oposiciones funcionales, es decir, al sistema. Si mi idea es transmitir el significado
"ingerir líquidos" no puedo, en vez de decir /'bebo/ decir /'dedo/, porque conspira contra el
acto comunicativo mismo. Entre una dental oral sonora y una bilabial oral sonora, si quiero
transmitir un significado dado, no hay margen de elección: es obligatorio usar una o la
otra.
Ahora bien, norma y sistema son dos niveles de abstracción; pero, dice Coseriu, no
son nociones arbitrarias que acuñamos y luego llevamos a los datos del hablar. No son
nociones que imponemos a los datos lingüísticos, sino que son formas que se manifiestan
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 24

en el hablar mismo. Y el camino para llegar a distinguir estas nociones más abstractas no
es otro que partir del hablar concreto.
Para sintetizar, el concepto de norma de Coseriu es una instancia intermedia entre
la lengua y el habla; una instancia intermedia entre el sistema lingüístico abstracto y el
hablar concreto individual. La norma es entonces el conjunto de las realizaciones
normales, esperables, esto es, el conjunto de modelos y estructuras en vigencia -término
central, que trabajaremos la semana próxima-, es decir, que valen en, y rigen para, un
momento dado de la lengua, y que son reproducidas en el habla de cada uno. Siempre
podemos reconocer estas estructuras y modelos, que no son obligatorios pero sí
esperables, predecibles.
La lengua entonces debe ser definida ahora, con más precisión, como un sistema
de posibilidades. Dice Coseriu que es un conjunto de libertades que, naturalmente, son
limitadas por la norma.
Quiero insistir: la norma y el sistema no son, para Coseriu, realidades autónomas y
opuestas entre sí, ni tampoco meros aspectos del hablar, sino que sistema y norma
conforman una totalidad, la cual puede comprobarse en el hablar, es decir, en las
actividades lingüísticas concretas.
Las normas pueden ser externas, es decir, significar variaciones externas de tipo
social o regional -por ejemplo, el hecho de que yo sea una hablante del dialecto
rioplatense hace que mis elecciones a partir del sistema están condicionadas por el hecho
social y cultural de pertenecer a este ámbito regional y lingüístico-, o bien las normas
pueden ser más internas, como en el caso que presenté recién: el de los alófonos de la
bilabial sonora. La norma, por lo tanto, representa el equilibrio externo -social y regional-
entre las varias realizaciones posibles del sistema. Por eso la lengua es un sistema de
posibilidades.
Piensen, al respecto, en el sistema pronominal del castellano y, concretamente, en
la 2ª persona del singular del nominativo. El sistema del castellano habilita virtualmente
dos posibilidades: tú y vos. Los dos son pronombres del sistema del castellano, pero la
libertad de elegir entre una u otra forma está condicionada por la norma regional, dialectal,
que hace que un hablante de Buenos Aires o de Costa Rica elija vos, mientras que un
Gramática 2007/Teórico 24 Apuntes Sim 17

hablante de Madrid elija sistemáticamente tú, como un hecho habitual, repetido, previsible,
impuesto por la tradición.
Para Coseriu entonces, la lengua es una sistema de oposiciones funcionales, en el
que debe incluirse el concepto de norma, en el sentido de realizaciones normales de esas
oposiciones. Y el conjunto formado por el sistema de oposiciones funcionales y las
realizaciones normales es lo que Coseriu llamó lengua funcional.
La norma es un sistema de realizaciones obligadas, consagradas social y
culturalmente. Actúa como un filtro a través del cual se fija la lengua en modelos
tradicionales -dicho este último término en sentido sociocultural-.
No hay que confundir la noción de lengua funcional con otra noción sobre la que
hablaremos la vez que viene: lengua histórica. El castellano, considerado como lengua
histórica, incluye simultáneamente una variedad de normas.
Suerte en el parcial del jueves.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod. 22

Gramática

Fecha: 28/06/07
Teórico № 26 (Último) Prof.: Guiomar Ciapuscio

Contenido: Guía X. Gramática y variación.

Profesora: Buenas tardes a todos. Bienvenidos a la última clase de la materia.


Vamos hoy a redondear el tema de norma y uso, vinculándolo con el dialecto rioplatense,
para luego cerrar con una referencia a los dos grandes paradigmas en la lingüística actual:
formalismo y funcionalismo.
El martes pasado hemos comentado, hacia el final y a grandes rasgos, el texto de
Julián Marías relativo a los usos lingüísticos, y trabajamos con el concepto de vigencia,
que este pensador acuña para describir y explicar cómo en el habla, en las realizaciones
lingüísticas de una sociedad, el sistema se realiza en esos usos lingüísticos, y cómo estos
usos están en constante variación, en constante movimiento. Otro concepto que aparece
una y otra vez en el texto de Marías es el de estabilidad relativa. Cuando uno se refiere a
usos, formas, unidades léxicas vigentes, siempre tiene que percibirlos desde este punto
de vista de la estabilidad relativa, en el sentido de que la lengua está en constante
movimiento, en constante variación e interacción. Consecuentemente, la relación entre los
usos lingüísticos pueden describirse como instancias plenas de tensión, de resistencia y
de fuerza actuante.
El lenguaje es creación: su uso, tanto en la oralidad como en la escritura, es una
acción creadora ejecutada por cada individuo. Ahora bien, la mayoría de las creaciones
individuales son -dicho metafóricamente- abortos. La mayor parte de los descubrimientos,
por ejemplo, neologismos que un individuo puede crear o imaginar se extinguen en el
mismo momento en que se ensayan; son mayoritariamente casuales y esporádicos. Pero
hay algunos que, evidentemente, por su grado de apego a las posibilidades del sistema,
2 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 26 (último)

por su fidelidad al sistema, perduran, se incorporan y pasan a formar parte de la norma -


en el sentido coseriano-, es decir, parte de esquemas o formas que serán repetidas y
retomadas. Naturalmente, también esto último sucede en términos precarios, provisorios,
justamente, en virtud de la característica intrínseca de los usos lingüísticos, que son por
definición relativamente estables.
Ahora, vayamos al campo de lo usos que podemos englobar bajo el término
español bonaerense. Este término fue acuñado por una de las autoras de referencia que
tienen en la bibliografía: Fontanella de Weinberg, quien se ocupó de estudiar este campo
a lo largo de toda su carrera como investigadora. Su centro de trabajo fue la ciudad de
Bahía Blanca, donde formó discípulos que aún hoy continúan esta línea de investigación.
Para describir el español bonaerense, es preciso referirse a la historia, es decir, a la
constitución de esta variedad propia de la provincia de Buenos Aires, que parte,
naturalmente, de un centro irradiador: la cuidad y puerto -función muy importante en
términos históricos- de Buenos Aires.
Ya hemos señalado que la variedad argentina, considerada como parte de la
hispanoamericana, tiene como origen una lengua transplantada. La que hoy es nuestra
lengua fue traída por los colonizadores -o conquistadores-; pero, naturalmente, a partir de
haber sido transplantada, fue usada por otras culturas con cosmovisiones propias. De
hecho, la lengua es una de las formas de la cultura en donde más se manifiesta la
especificidad cultural y nacional.
Nuestra variedad argentina, y en especial la variedad rioplatense o bonaerense, fue
motivo, sobre todo a finales del siglo XIX y principios del XX, pero también ya desde la
Revolución de Mayo y durante el período de la organización nacional, de múltiples
controversias en torno a lo que ya hemos definido como actitudes lingüísticas -es decir,
tomas de posición y valoración positiva o negativa-. Hay tres movimientos clave en el
despliegue histórico del proceso de independencia y ulterior conformación de la nación, y
tres generaciones que protagonizaron esos momentos: la generación de Mayo, la
generación del '37 y la del '80. Todas adoptaron específicas actitudes lingüísticas,
respecto de la lengua transplantada. Hemos dicho ya que estas actitudes lingüísticas son
valorativas, y que se han repartido entre dos polos principales: el purismo y las actitudes
Gramática 2007/Teórico 26 (último) Apuntes Sim 3

más revolucionarias. Cabe agregar que en estas actitudes lingüísticas ha intervenido


siempre una dicotomía entre lenguas de prestigio versus lenguas no prestigiosas, como
veremos en el desarrollo de esta clase.
A su vez, las distintas actitudes lingüísticas han sido y son motivo de investigación
hasta el día de hoy, puesto que la actitud hacia la lengua se transformó, desde la
generación del '37 -la generación romántica-, en uno de los ejes del debate intelectual.
Nuestros intelectuales de dicha generación -entre los cuales, si hay que nombrar a uno de
manera principal, ese es Echeverría- produjeron escritos muy interesantes respecto del
problema de la lengua, el cual también es un sintagma interesante para seguir. Al
convertirnos en un país independiente, al estar construyendo una nueva nación, se
planteó si era o no preciso fundar una lengua nacional, es decir, esgrimir el derecho, no
sólo a ser una nación independiente, sino, junto con la construcción de una identidad
nacional, el derecho a tener una lengua propia.
Ahora bien, por lengua propia se pueden entender cosas muy distintas. En una
posición extrema, se entiende la postulación de una lengua distinta de la hispánica; en una
posición más moderada -la que representa la generación del '37- una lengua propia quiere
decir una variedad lingüística propia, con rasgos distintos de la variedad peninsular.
Sin embargo, como hemos señalado, las polémicas acerca de la lengua se inician,
prácticamente, con la generación de Mayo, en términos de purismo versus
independentismo. Desde allí, se puede seguir la polémica a lo largo del siglo XIX y durante
gran parte del siglo XX, hasta escritos famosísimos, que formaron parte de una polémica
en la que intervinieron, entre otros, Américo Castro, Amado Alonso y Jorge Luis Borges;
polémica que llegó a tener aristas muy serias -estos tres intelectuales produjeron escritos
que recomiendo calurosamente a quienes se interesen por este tema-.
Ahora bien, la reactivación de la polémica tiene todo que ver con el proceso de
inmigración masiva entre fines del XIX y comienzos del XX. Este proceso generó, sobre
todo en la ciudad de Buenos Aires y en la zona rioplatense, una situación lingüística
especialmente interesante, porque confluyó en el puerto de Buenos Aires un aluvión -
término con el que se describió el fenómeno- de extranjeros. Esto implicó la entrada de
otras lenguas distintas del español; especialmente, la del número mayor de inmigrantes
4 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 26 (último)

que llegaron al país: el italiano. Este fenómeno convirtió a Buenos Aires en una ciudad
multilingüe.
Hay que considerar también que, antes de esto, la generación del '37 tuvo su foco
intelectual en Francia, de donde tomó modelos políticos, sociológicos, culturales. Por este
motivo, el francés fue, desde la generación romántica en adelante y durante gran parte del
siglo XX, la lengua de la cultura. Aquí entra lo que señalábamos antes: era la lengua de
prestigio, de influencia. Desde esa influencia lingüística del francés, como lengua de la
cultura, nuestros intelectuales comenzaron a cuestionar la dependencia lingüística
respecto del español, y plantearon la necesidad de independizarse de la norma
peninsular.
El primero de los dos textos de Fontanella de Weinberg que tienen que leer es el
capítulo IV de su libro El español bonaerense. Cuatro siglos de evolución lingüística.
Consiste en un estudio diacrónico, evolutivo, del español bonaerense. Este capítulo IV
refiere a la situación lingüística del período 1880-1980, recorte que, evidentemente, no es
casual. A partir de 1880, y en base al lema alberdiano gobernar es poblar, se inicia ese
descomunal proceso de cambios políticos, económicos y sociales, los cuales incluyen de
manera sustantiva la entrada de centenares de miles de inmigrantes.
La primera parte de este capítulo de Fontanella de Weinberg trae una serie de
datos sumamente interesantes. Por empezar, la población de la ciudad de Buenos Aires,
entre 1880 y 1930, decuplicó su población: pasó de 286.000 habitantes a 2.254.000. En
segundo lugar, la magnitud del hecho inmigratorio en la Argentina es, proporcionalmente,
la mayor del mundo, es decir, superó a la que tuvo lugar en Estados Unidos. Argentina fue
el país que más extranjeros recibió, en proporción a la cantidad de habitantes que ya
tenía, y además, en un período extremadamente breve.
Ester aluvión de extranjeros hizo que el puerto de Buenos Aires, la ciudad y sus
alrededores, cambiaran radicalmente desde todos los ángulos imaginables: ampliación de
los servicios de transporte, construcción de los ferrocarriles y del subte, etc. Era una
ciudad pequeña, que no estaba preparada para semejante aumento poblacional tan
grande y tan brusco. Esto hizo que se conformaran núcleos poblacionales en los
Gramática 2007/Teórico 26 (último) Apuntes Sim 5

alrededores de la ciudad. Dicho de otro modo, se produjo un crecimiento no planificado, es


más, caótico, de la ciudad de Buenos Aires hacia sus orillas.
A partir de 1930, y considerando la crisis mundial de esos años, las corrientes
inmigratorias no cesan, pero sí disminuyen dramáticamente en cuanto a la cantidad. En
ese momento, comienza a darse otro proceso inmigratorio: el de aquellos que vienen de
países limítrofes y, simultáneamente, un proceso creciente de desplazamiento de grandes
poblaciones hacia la ciudad, en busca de trabajo.
Ahora bien, el período 1880-1930 constituye el foco de la transformación lingüística
de nuestro español actual. Las características de la variedad que hablamos hoy día en la
zona bonaerense provienen de ese período. Es importante entonces, tratar de describir la
situación lingüística de aquel Buenos Aires. Lamentablemente, los datos lingüísticos que
poseemos son muy pocos. No tenemos estadísticas acerca de cuántas personas
hablaban cada lengua. Ante esta situación, se suele reconstruir la situación lingüística del
Buenos Aires de ese tiempo a través de los censos poblacionales y otros datos anexos.
Los censos permiten conocer el origen de los habitantes de Buenos Aires. El censo hecho
en la ciudad en 1887 informa que en ese momento vivían 205.000 argentinos, esto es,
personas que se declaraban argentinas, y 228.000 extranjeras. Esto significa un 52,6% de
extranjeros. Dentro de los extranjeros, un 32% eran italianos; un 9%, españoles; casi un
5% eran franceses, y un 7% estaba formado por la categoría residual de "otros
extranjeros".
Este 52,6% de extranjeros y el predomino de los italianos en este grupo ya nos da
evidencia de cuál podía ser la lengua del Buenos Aires de ese tiempo. Pero a esto hay
sumarle -como bien señala Fontanella de Weinberg- la suposición de que muchos de los
que integraban ese 47,4 de argentinos, muy probablemente no hablaban el español como
primera lengua, ya que, considerando que el período abarca sucesivas olas inmigratorias,
podían ser hijos de inmigrantes, que hablaban la lengua de origen de sus padres.
Ahora bien, en este intento por reconstruir la situación lingüística de aquel Buenos
Aires, otro dato no menor es que gran parte de los inmigrantes españoles que recibimos
en esa etapa -y que seguimos recibiendo en etapas ulteriores- no eran hablantes de
castellano. De hecho, la mayor proporción de inmigrantes correspondió a los genuinos
6 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 26 (último)

gallegos -no los "gallegos" como les decimos nosotros a todos los españoles hoy, aunque
este sea el motivo de que se haya generalizado la expresión-, que, naturalmente,
hablaban gallego. Fontanella de Weinberg dice que es un dialecto del portugués, dado
que así era considerado en ese momento; pero decir esto hoy en Galicia sería
insostenible: la Autonomía Gallega la considera una lengua propia. Por otra parte, además
de gallegos, a estas tierras vinieron catalanes. Consideremos que lo hicieron en la época
anterior al dictador Franco, quien, tras la Guerra Civil Española, prohibió el catalán. Por lo
tanto, aquellos que llegaban eran hablantes de catalán como primera lengua, y sólo de
castellano como una segunda lengua. A esto hay que sumar los vascos, que hablaban
también su lengua.
Por otro lado, si bien la inmigración francesa fue mucho menor, hay que pensar que
muchos de los franceses que vinieron aquí no hablaban el francés estándar, sino, por
ejemplo, el dialecto provenzal. Y asimismo, los italianos eran en su mayoría también
hablantes de dialectos que diferían mucho entre sí; tanto que la comprensión entre ellos
mismos era complicada.
Fontanella de Weinberg, haciendo un diagnóstico de la situación lingüística del
Buenos Aires de esa época sobre la base de parámetros sociolingüísticos, concluye, en
primer lugar, que en el Buenos Aires de ese entonces se hablaban dos lenguas mayores:
el español y el italiano.
En sociolingüística se denomina lengua mayor a aquella que reúne uno o más de
los siguientes requisitos: 1) sus usuarios o hablantes superan el 25% de la población, o el
millón de habitantes; 2) son lenguas oficiales de la nación; 3) son medios de educación en
más de la mitad de los establecimientos secundarios y terciarios. Fontanella de Weinberg
considera al italiano como lengua mayor en ese período tomando entonces el primer
requisito: supera el 25% de los hablantes.
En segundo lugar, el italiano se caracteriza como una lengua de grupo. El español
en cambio es la lengua oficial y, naturalmente, superar también ese porcentaje de
hablantes, también es lengua mayor.
En tercer lugar, en el Buenos Aires de entonces el francés era lo que
sociolingüísticamente se considera una lengua menor. Lengua menor es: 1) aquella que
Gramática 2007/Teórico 26 (último) Apuntes Sim 7

es hablada por un mínimo de un 5% a un máximo del 25% de la población; 2) aquella que


es usada como medio de instrucción, de educación, más allá de la escuela primaria. Es
claro que el francés, hasta hace unas décadas, era la lengua extranjera que se estudiaba
en los establecimientos de educación secundaria.
En cuarto lugar, el inglés y el latín constituían lo que se denomina lenguas
especiales. El inglés también se estudiaba, por su importancia internacional, y sobre todo
en el contexto del Buenos Aires de ese entonces, donde, si bien los inmigrantes de habla
inglesa constituyeron un grupo reducido, tuvieron una altísima influencia en lo económico
y en lo político: los ferrocarriles, los frigoríficos, etc. Era una lengua de grupos de poder. El
latín, por fin, era, naturalmente, la lengua religiosa.
Sin duda, la descripción de la situación lingüística del Buenos Aires de esa época
no es otra que la de un multilingüismo, al que hay que sumarle el multidialectalismo, el
cual afectaba especialmente a las dos lenguas mayores: el español y el italiano.
El hecho del multidialectalismo junto con la composición social de los inmigrantes
son dos factores -aunque no los únicos- que permiten explicar la rápida adopción del
español como lengua única y el consecuente abandono acelerado, vertiginoso, del italiano
por parte de los inmigrantes y sus hijos.
Quiero recomendarles, al respecto, el libro de Ángela Di Tullio Políticas lingüísticas
e inmigración, donde ella -hija de italianos y hablante de esta lengua- realiza un estudio
realmente apasionante del italiano en la Argentina, y el modo como fue abandonado por
los propios hablantes "gracias" a la acción educativa, que seguía una política muy fuerte
de nacionalización del extranjero, centrada sobre todo en la labor de la escuela pública.
Desde esta institución es que se promovió el abandono del multilingüismo, y sobre todo,
del italiano, acentuando que este abandono era necesario para progresar socialmente.
Ahora quisiera aproximar más datos acerca del italiano, en el cual me voy a centrar
porque es la influencia que explica buena parte de lo que es hoy nuestra variedad
lingüística. Respecto del período que estamos considerando, Fontanella de Weinberg
afirma que la población italiana de Buenos Aires superaba con holgura la tercera parte de
la población total de la ciudad. Pero, además de este porcentaje tan importante, hay que
pensar que estos inmigrantes, que venían a trabajar, en general era varones que, en
8 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 26 (último)

primera instancia, vinieron solos -luego, una parte de ellos llamaba a sus familias-. Se
sabe entonces que el 80% de los varones de entre 15 y 80 años de esa época eran
italianos. Y, dado que trabajaban, eran el grupo activo por excelencia en la ciudad.
Quiero insistir en que, a pesar de esta inmensa cantidad de inmigrantes italianos
varones, había entre ellos una enorme variación lingüística, en virtud de lo señalado:
hablaban distintos dialectos. La diversidad del italiano de fines del XIX y comienzos del XX
era amplísima. Como adelantamos, este fenómeno fue decisivo para el futuro lingüístico
de esa lengua en la Argentina, dado que no podía confrontar una unidad lingüística frente
al español local, que además era lengua oficial.
Sin embargo, la importancia del italiano se ve con transparencia cuando uno
piensa, por ejemplo, en el cocoliche. Se trata de una variedad que todavía hoy podemos
observar y disfrutar en las primeras películas del cine argentino y en el teatro de principios
de siglo. Se ve en estas producciones que el cocoliche es una mezcla caótica de español
e italiano. De hecho, tampoco es posible describirla o caracterizarla cabalmente: tanto
puede decirse que es un español lleno de italianismos, como decir que es un italiano lleno
de palabras españolas. Es una forma intermedia, que sólo puede describirse -como se ha
hecho- en términos de un continuum lingüístico, cuyos dos polos, naturalmente, son el
español y el italiano. El término cocoliche proviene del nombre de un famoso personaje de
circo, un inmigrante italiano, que actuaba en el teatro de los Podestá -muy conocido y
popular en la época-, quien, naturalmente, hablaba esta mezcla, por momentos
incomprensible, de español e italiano. A raíz de esto, por sinécdoque, su nombre pasó a
ser el de la lengua que habló durante varias décadas gran parte de la población porteña.
Borges, por ejemplo, ha descripto el cocoliche como una lengua torpe y ridícula del
italiano inmigrado. Lo cierto es que, con respecto al destino del italiano en la Argentina
también hay que considerar el escaso nivel cultural que en general traía el inmigrante
italiano, dado que su origen era muy humilde. Por este motivo, la lengua italiana era
motivo -incluso más que la lengua española hablada por los inmigrantes españoles- de
desprecio, de discriminación, de risa. Eran grupos sociales marginados por las elites, por
los grupos dominantes argentinos. Este es un elemento decisivo, junto con los
mencionados antes, para que se haya establecido en nuestro país una política lingüística
Gramática 2007/Teórico 26 (último) Apuntes Sim 9

absolutamente centrada en el español como lengua de prestigio. Tanto es así que -como
lo revelan estudios hechos sobre los libros con que se formaban los docentes- incluso las
maestras de las escuelas recomendaban a los padres de sus alumnos que no hablaran su
lengua nativa con sus hijos, esto es, que abandonaran su lengua incluso en su casa, en
su comunicación cotidiana. Se consideraba esta indicación como una forma
culturalizarlos; nosotros diríamos hoy, en términos antropológicos, aculturarlos. Fue así
como finalmente se terminó imponiendo el español como lengua única, y de esta situación
de multilingüismo inicial, se pasó, en un lapso increíblemente corto, a una situación de
monolingüismo absoluto del castellano.
Sin embargo, naturalmente, quedaron rastros, no sólo en la cultura y en la
literatura, el teatro y las artes en general, sino en nuestra lengua actual.
Quiero leerles un trozo de una obra literaria llamada Los amores de Giacumina, que
tenía una enorme popularidad en esta época. Su autor es Ramón Romero. Allí se narran
las andanzas y amoríos de este personaje, Giacumina, una hija de inmigrantes
genoveses, cuya característica es atraer a hombres de diferentes orígenes y diferente
condición -incluso se dice que atajo a Sarmiento-. Dice Di Tullio que esta obra usa,
precisamente, el cocoliche, pero en una forma lingüística propia de los semidoctos, muy
cercana a la modalidad hablada pero ya con una pretensión de mayor elegancia. La base,
en este caso, es el dialecto genovés:

Giacumina teniva las piernas gurdas, así gurdas, pero así de gurdas, lo que hacía
que todos los hombres, cuando la viesen en ta calle, abriesen tamaño di grande los ojos.
E la piccara de la muchacha, que sabía que esto li gustaba a lo hombre, se pretaba las
ligas para que se le hinchasen más la pantorrilla de las piernas. Per supuesto que
Giacumina se entreteniva más de venti novio; no solamente per la pierna gurda, sinno por
la carita culorada y oltra cosita ridonda qui in il cuerpo sobresalía.

Podemos observar varias características fonéticas, por ejemplo, di por de, gurdas
por gordas; en términos sintácticos, era permanente, como se ve aquí, la fluctuación
permanente entre singular y plural. Era típico del inmigrante italiano que confundiera uno
10 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 26 (último)

con otro, o que los usara mal: venti novio, donde venti está en plural en italiano, pero novio
está en singular. Las diferencias léxicas están a la vista. Pero además, el fragmento
muestra la típica conducta lingüística del inmigrante que está perdiendo su lengua: esta
inseguridad opera sobre la fonética, sobre la fonología y sobre los giros y las palabras
usadas.
Bien. En 1930, como señalábamos, el multilingüismo que existió entre 1880 y 1930
se resolvió en un rápido cambio de lengua, de tal modo que los nietos de los inmigrantes,
e incluso muchos de los hijos -siempre en el caso de los italianos- se volvieron o
directamente se educaron como monolingües del español.
Dentro de este marco, es preciso mencionar el surgimiento de lo que Fontanella de
Weinberg llama un argot delictivo, que no es otra cosa que el lunfardo. Ella sostiene que al
menos en su origen el lunfardo fue efectivamente una lengua de ladrones -y el propio
término lunfardo significa "lengua de los ladrones"-.
Alumno: argot es la palabra que en francés designa, justamente, el lenguaje de los
delincuentes.
Profesora: Exactamente. Por eso se toma como designación conceptual para
aplicarla en general a las lenguas de los grupos marginales, contraculturales, etc.
Con respecto al surgimiento del lunfardo, hay que imaginarse la situación social: un
puerto por el que entraba y salía una enorme cantidad y variedad de mercaderías, con
una increíble cantidad de inmigrantes, un crecimiento económico y poblacional vertiginoso.
Todo esto genera un ambiente delictivo que es propio de toda gran ciudad.
El primer diccionario importante de lunfardo fue hecho por un estudioso llamado
Antonio Dellepiane, abogado y no lingüista, quien recogió este argot en las cárceles. A
partir de esos datos, ofreció en 1894 sus libros El idioma del delito y El diccionario
lunfardo. Dellepiane caracteriza el lunfardo del siguiente modo:

Los criminales reincidentes, los ladrones de profesión, que pululan en los grandes
centros urbanos del Viejo y el Nuevo Mundo se sirven en las relaciones privadas que
mantienen entre sí de un lenguaje especial, enteramente propio -que no trasciende, por lo
Gramática 2007/Teórico 26 (último) Apuntes Sim 11

común, fuera de la atmósfera del delito-, distinto para cada país. Recibe el nombre de
lunfardo en la República Argentina.

Según Fontanella de Weinberg, el lunfardo es una variedad cuyo nacimiento puede


datarse en la década de 1870, ya que es a partir de ese momento que empezamos a
tener testimonios de esta variedad, especialmente en artículos periodísticos, que
comienzan a incluir términos lunfardos. Volviendo a las categorías antes utilizadas,
naturalmente el lunfardo era también una lengua de grupo, ya que era usada sólo para
hablar con los propios miembros del grupo, mientras que para hablar con el resto del
mundo se usaba el español. Se supone que el lunfardo debió ser en sus orígenes
claramente una lengua que se reducía a los varones, ya que el ambiente criminal en esas
épocas era casi totalmente de varones. Sin embargo, dado que el lunfardo contiene tantos
vocablos relativos a la prostitución, es evidente que hubo mujeres que debían manejar esa
variedad. En cuanto a su constitución, si bien el lunfardo tiene muchos elementos del
español, la influencia del italiano es enorme.
Como les decía el martes, otros estudiosos, aunque no discuten el antedicho origen
del lunfardo, defienden el concepto de lunfardo como el lenguaje actual que se usa hoy en
las calles de Buenos Aires, y que se ha expandido a otras ciudades del país. Esta es un
definición mucho más amplia, evidentemente.
Ahora bien, a pesar del rápido cambio de lengua y la dominancia del español, este
origen multilingüe y multidialectal hizo que el español de Buenos Aires adquiriera unos
rasgos lingüísticos especiales, propios y característicos del español bonaerense, que
pueden observarse claramente en la entonación, en determinadas zonas de nuestro
paradigma fonético, en la morfología, en la sintaxis, y esencialmente en el léxico.
Antes de ver algunos de estos rasgos, quiero comentarles algunas de las
descripciones de la variedad de Buenos Aires que han hecho estudiosos y escritores
puristas que vinieron al Río de la Plata en las primeras décadas del siglo XX. No me
refiero solamente a escritores españoles, sino también a argentinos puristas. De
descripciones como estas es que surgieron las polémicas por la lengua que, de manera
tan interesante, se reflejan, por ejemplo, en la obra de Borges.
12 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 26 (último)

En primer lugar, Arturo Capdevila, uno de los personajes centrales de esta


polémica, representa de manera emblemática la posición purista, aquella que pregonaba
el terror respecto de que Buenos Aires y, en última instancia la Argentina, convirtiera la
lengua en una torre de Babel, de modo que llegaríamos a no entendernos siquiera entre
nosotros. Justamente, el libro que él escribe se llama Babel y el castellano. Les leo un
párrafo, donde caracteriza la variedad argentina:

Pero la verdadera mancha del lenguaje argentino es el voseo. La frase rioplatense


está como salpicada de viruelas, con esa ignominiosa fealdad. Es de veras extraño que un
pueblo tan hermosamente orgulloso de su personalidad como el nuestro haya venido a
singularizarse con tan calamitoso rasgo.

Naturalmente, el voseo es una de nuestras marcas de origen; es uno de los rasgos


que competen a la morfología y a la sintaxis que más reacciones adversas despertó en
estas polémicas sobre la lengua, hasta no hace mucho tiempo. Y es uno de los caballitos
de batalla de las posiciones puristas. El voseo se identifica, desde estas posiciones -esto
es algo muy frecuente en los puristas, como vemos en la cita- con el campo de las
enfermedades. El voseo es viruela, es una mancha.
Otra figura muy interesante de esta línea es Américo Castro, él sí un español, que
vino a la Argentina a dirigir el Instituto de Filología de nuestra Facultad, y que escribió La
peculiaridad lingüística rioplatense. Fue con Castro, que polemizó Borges desde su libro El
idioma de los argentinos. Para Castro, el voseo es una desaseada costumbre. Como
vemos, el campo metafórico ahora es, no el de la enfermedad, pero sí el de la higiene.
Dice él que el lengua de Buenos Aires -de esa época- muestra rasgos de desorden y de
desquiciamiento. La situación lingüística de este Buenos Aires es descripta como
popularismo lingüístico. Y agrega:

En Buenos Aires, es característica la rebelión contra la acción educativa. Nada


puede hacer un Sarmiento, nada puede hacer un diario como La Nación, o La Prensa,
nada puede hacer la riqueza de este país contra la gringuería del aluvión inmigratorio.
Gramática 2007/Teórico 26 (último) Apuntes Sim 13

Estas son algunas citas elegidas; yo les recomiendo que lean el libro de Borges
antes mencionado, donde responde a este tipo de posiciones.
Vamos a ver, ahora sí, cuáles son los principales rasgos que caracterizan al
español bonaerense, gran parte de ellos, resultado de este origen multilingüístico. En el
plano fonético-fonológico, y a raíz de la influencia del francés desde la generación
romántica en adelante, se introduce un fono que no estaba presente en el español: la
palatal sorda [S] que forma parte de palabras francesas como chic, charmant, champagne,
o parte de expresiones como robe de chambre. Estas palabras y expresiones del francés
se usaban en la vida cotidiana: están documentadas abundantemente en nuestra literatura
y en los periódicos.
Ahora bien, también encontramos en la actualidad este sonido palatal sordo, que
viene a ocupar un espacio vacío en el sistema fonético del español, en palabras de uso
cotidiano, por ejemplo, short, champú, flash, shock, etc.
Y además, este sonido -en algunas de estas palabras- alterna, en nuestra variedad,
con la africada [Z] en palabras como chalet o chofer. El ingreso de este fono ha producido
cambios en la zona palatal del sistema fonológico del español de Buenos Aires, y además
coincide con otro fenómeno que fue muy estudiado: el ensordecimiento del sonido palatal
sonoro [z] que utilizamos -sobre todos los más grandes- en palabras como yo o llámame.
La alternancia de la variante sonora [z] con la sorda [S] es un fenómeno
característico de nuestro dialecto. Entre los hablantes jóvenes tiene un uso más
generalizado la variante sorda, mientras que los adultos utilizamos la sonora. Los estudios
más clásicos sobre esta alternancia están vinculados con los usos sociales, es decir que en
realidad hay hablantes que usan una variante mientras que otros usan la otra y, por lo
tanto, estamos ante una variación libre. Pero mayormente hoy día la gente usa la variante
sorda. Este fenómeno viene siendo estudiado desde la década del '50, y en los '70 también
lo estudió Fontanella de Weinberg, quien notó un incremento muy fuerte del
ensordecimiento. Hoy podría hablarse de una dominancia de la variante sorda.
Otro fenómeno fonético-fonológico se produce en torno a la aspiración y hasta la
pérdida de la sibilante [s], un rasgo ampliamente difundido en el español bonaerense, ya
14 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 26 (último)

desde los primeros tiempos de su poblamiento. Ahora bien, ocurren distintos fenómenos,
de acuerdo a la posición que ocupe este sonido en la sílaba o en la palabra.
Frecuentemente, cuando la sigue una consonante en posición interna a la palabra, [s]
suele aspirarse. Naturalmente, mucho más notoria y sistemática es la pérdida de este fono
en posición final de palabra, fenómeno que está condicionado por factores de orden socio-
educacional. Es uno de los rasgos -de los que hablábamos el martes- que señalan a un
hablante como perteneciente a un grupo social determinado.
Otros fenómenos fonético-fonológicos están señalados en el texto de Fontanella
como en proceso de retroceso. Por ejemplo, la caída de la dentoalveolar sonora [D] en
posición intervocálica, cuando se trata de la última sílaba, como en cansado. Suele oírse
[kan'sao]. También se detecta la simplificación o cambio de los grupos consonánticos
cultos. Por ejemplo, aptitud, [apti'tud], que suele derivar en [abti'tud] → [aBti'tud] →
[a2ti'tud], ya con la pérdida de [p].
En segundo lugar, en el plano de la morfosintaxis, el voseo es el fenómeno central.
Pero antes quiero mencionar otros rápidamente. Por ejemplo, el empleo de haber y hacer
con flexión de número. Sabemos que haber, y hacer en ciertos usos, son impersonales;
verbos que no se conjugan, que no varían o, en otros términos, que no llevan sujeto. Por lo
tanto, decimos:

Hay mucha gente aquí.


Hay muchas personas aquí.

El verbo permanece en singular. Sin embargo es propio de nuestra variedad y está


muy documentada en niveles socioeducativos bajos la flexión:

Hubieron manifestaciones.
Hacen hoy veinte años que no nos vemos.

Lo segundo es más común.


Gramática 2007/Teórico 26 (último) Apuntes Sim 15

Otro fenómeno morfosintáctico es el cambio de género en los sustantivos: el calor /


la calor, el sartén / la sartén, la caparazón / el caparazón, etc.
Vayamos al voseo. Como ustedes saben, no es un invento argentino. Fue traído
por los españoles: en la época de la colonización, era un tratamiento pronominal que
alternaba con el tú. Es entonces, de origen, una forma transplantada. Pero en España
evolucionó de tal manera que fue sustituido por completo por el tú, mientras que en
varias regiones de Hispanoamérica sobrevivió el vos. Tenemos regiones, como
Uruguay, Chile y algunas zonas de Perú, donde coexisten las formas vos y tú, con
distintos significados, expresando distintas valoraciones sociales. Por ejemplo, en Chile,
el trato de vos es de mucha confianza; puede significar mucho cariño entre personas
que tienen una relación cercana. Pero, usado en situaciones en que la relación no es
cercana, es visto como una falta de educación, es decir, tiene connotaciones
peyorativas. En nuestro dialecto, en este Buenos Aires "tan desquiciado", según
Américo Castro, el voseo se generalizó completamente. Nuestra zona se mostró y se
sigue mostrando muy libre en cuanto a adoptar cambios lingüísticos. El voseo, de
hecho, ya en las primeras década del siglo XX, aparece en la literatura de los autores
de referencia, que emplean exclusivamente vos como tratamiento entre iguales, como
tratamiento de confianza.
En este sentido, puede decirse que la escuela fue un poco a la zaga de la
literatura, dado que en la educación pública se enseñó el tuteo hasta por lo menos la
década del '60 o '70. Los libros de lengua con los que se estudiaba gramática en las
escuelas traían los paradigmas verbales con los pronombres tú y vosotros.
Veamos qué características tiene el voseo en el habla bonaerense y, por
extensión, en el habla de los argentinos. En primer lugar, es forma única. No hay
alternancia con el tú, como en otras regiones de América. En segundo lugar, el empleo
del vos implicó cambios en la conjugación de los verbos. El español argentino acuñó
formas verbales específicas, es decir, formas voseantes, que se explican sobre todo a
partir del acento. En vez de Tú cantas, decimos Vos cantás, etc.
Se da, eso sí, la alternancia de acentuación en las formas presentes del
subjuntivo. Escuchamos: Vos cantes y Vos cantés, así como también en los usos del
16 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 26 (último)

imperativo negativo vemos esta alternancia: No cantes, No cantés; No mires, No mirés,


etc. Según los estudios hechos por Fontanella, esta alternancia entre formas graves y
agudas tiene una explicación: la forma grave es más cortés, mientras que la aguda
tiene un valor más taxativo.
En cuanto a la 2ª persona del plural, es general en América el abandono del
pronombre vosotros, como tratamiento familiar. En España, la distribución del
paradigma verbal para la 2ª persona se da entre vosotros / as y ustedes, donde la
primera forma está reducida al tratamiento de confianza mientras que la segunda es un
tratamiento que implica distancia. En toda la América hispanohablante se emplea
solamente ustedes. De todos modos, en la correspondencia y en la literatura del siglo
XIX todavía puede encontrarse una alternancia entre ambas formas.
Vayamos al léxico. Nuestra variedad se distingue de otras variedades del
español por la enorme presencia de préstamos de otras lenguas. Una de las
dificultades que tienen los extranjeros que aprenden español en España y luego llegan
a la Argentina es la de encontrarse con una gran cantidad de palabras tomadas de
otras lenguas, básicamente el italiano, pero no menos del francés y del inglés. Esto
tiene que ver, otra vez, con motivos históricos. Los términos tomados del francés de
debieron a la influencia cultural, literaria y filosófica que tuvo Francia en nuestra
generaciones romántica y del '80; los italianos, a la masa inmigratoria; los ingleses, a la
importancia que tuvo esta lengua en el comercio y la industria que se desarrollaron en
el país, con capitales ingleses, en las primeras décadas del siglo XX.
Veamos primero la influencia léxica del francés. Naturalmente, como lengua de la
cultura, los términos franceses se incorporaban sin límite a los textos literarios y
periodísticos que se producían en nuestro país. Fontanella de Weinberg ofrece un dato
interesante al respecto. Ella toma los artículos periodísticos de Lucio V. Mansilla,
publicados en Buenos Aires entre 1879 y 1889, y encuentra que en los primeros doce
artículos hay unas veinte palabras en francés. Pero no sólo eso: aparecen sin
traducción alguna. Esto implica la suposición de que el lector de periódicos de esa
época era capaz de entender el significado de dichas palabras.
Gramática 2007/Teórico 26 (último) Apuntes Sim 17

El italiano, por su parte, es omnipresente. Por eso tienen ese artículo de


Fontanella de Weinberg "Una fugaza con fetas de panceta y provolone: la incorporación
léxica en el español bonaerense", con el cual tienen un lindo tema para comenzar a dar
el examen final. Hay italianismos generalizados en el léxico de nuestra vida cotidiana.
En primer lugar, en el ámbito de la alimentación: peceto, feta, ricota, capuchino,
panceta, pastafrola, etc. En segundo lugar, términos referidos a las relaciones
familiares: nono, nona, nonino, pibe -en cuanto al origen de este último término, hay
controversia-. En tercer lugar, vinculados con el trabajo, como laburo, y otros que ya
menciono sin orden: bochar, capo, espamentoso, yiro -con los dos sentidos: "vuelta" y
"prostituta"-, y expresiones como me importa un corno, al dente, etc.
El inglés, en cambio, se concentró en otras zonas del vocabulario. Los campos
semánticos donde aparecen términos en inglés son -al igual que ocurre hoy en día- los
de la ciencia, la tecnología, la aviación, los deportes.
Ahora bien, existe una característica de multilingüismo, ya no en el nivel del
habla cotidiana -el de los inmigrantes que hablaban sus lenguas-, sino en relación con
las capas cultas de la sociedad. Este es también un rasgo característico de la sociedad
bonaerense de las primeras décadas del siglo XX: normalmente, una persona culta
manejaba varias lenguas. De hecho, se consideraba culta a una persona que podía
incorporar a su habla palabras del inglés, del francés, etc. Esto se ve con toda claridad
en el campo de las primeras publicaciones científicas especializadas en nuestro país.
Por ejemplo, yo he revisado -en busca de otros datos- la revista más prestigiosa
dedicada a temas médicos, llamada Medicina, una revista que sigue publicándose hoy.
En los primeros números de Medicina, que datan de la década del '40, se encuentra lo
siguiente. Como es usual, todos los artículos vienen precedidos por un resumen que
condensa el contenido de todo el artículo. Ahora bien, lo notorio es que en esos
números estos resúmenes estaban en cuatro lenguas: castellano, inglés, francés y
alemán. Hoy en día, como es sabido, la única lengua extranjera que, se supone, un
científico debe conocer es el inglés.
18 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 26 (último)

Es decir que ese multilingüismo de origen en nuestra sociedad también significó


para las elites el deseo de conocer varias lenguas, hecho que ha variado
sustantivamente en nuestros días.
Bien. Quiero terminar haciendo una referencia al texto de Halliday -que también
es un tema que pueden preparar para comenzar su examen final-, y que aparece en la
bibliografía de la Guía I. Este texto es la primera parte de uno de sus libros más
famosos, Una introducción a la gramática funcional. Lo que nos interesa de este texto
son aquellos apartados en los que Halliday opone los paradigmas funcionalistas -que él
representa- a los paradigmas formalistas. Lean entonces este texto a partir de esta
dicotomía. Los parágrafos más pertinentes son: "Introducción", "La Gramática y el
texto", y "Teorías del lenguaje". En este último está el foco que nos interesa que
ustedes tengan como lectura de cierre de este curso de Gramática, en el que hemos
tratado de darles una visión de esta disciplina que les permita reflexionar con
herramientas seguras, con conceptos teóricos de base, sobre la propia lengua materna.
Naturalmente, sobre una misma lengua existe una infinidad de gramáticas
posibles. Uso aquí el término gramática con el sentido de descripción de una lengua.
Por eso, hablar de una gramática del español o de la gramática del español debe ser
muy precisado y muy fundamentado. En principio, son posibles infinitas gramáticas del
español. Dado el carácter introductorio e instrumental de esta materia, nosotros
tenemos que hacer una selección de contenidos y de perspectivas relevantes y útiles
para que ustedes puedan profundizar, y estar además en condiciones de estudiar
distintos modelos gramaticales.
Básicamente, se suele distinguir entre dos grandes modelos -no me refiero ahora
sólo a gramáticas, sino a teorías lingüísticas-: los funcionalistas y los formalistas.
Nosotros hemos hecho un poco de cada cosa, pero nos hemos inclinado más hacia lo
formalista y menos hacia lo funcionalista. Lo hicimos por razones didácticas. Hemos
tratado de darles una mirada comprensiva de los principales componentes de la
gramática. Si miran ahora hacia atrás, verán que el tronco de la materia ha estado
dedicado a la morfología y a la sintaxis del español. Sin embargo, también hemos
tratado de darles algunas herramientas mínimas, por un lado de fonética y fonología, y
Gramática 2007/Teórico 26 (último) Apuntes Sim 19

por otro, nuestra sintaxis ha estado siempre planteada en relación con la semántica, es
decir, con el significado. Por eso, nos hemos centrado en una posición que puede
describirse como esencialmente formal, en tanto hemos prestado especial atención a
las unidades de los distintos niveles, y a las reglas que hacen al corazón de la
gramática, a sus mecanismos internos.
A su vez, en el último tramo de la materia, a partir de las unidades de modalidad,
pronombres y esta última, hemos tratado de mostrar cómo el sistema y sus recursos se
vinculan necesariamente con los propósitos de la comunicación, con la necesidad
básica a la que responden las lenguas: comunicarse con otros para determinados fines.
En este sentido, hemos abordado miradas más cercanas al funcionalismo.
La mirada que presenta Halliday en este texto, naturalmente, justifica su
gramática funcional. Sin embargo, en esta mirada encontrarán ustedes descripciones
de los planteos más formales, en contraposición con los funcionales. Es atendiendo a
esta contraposición, que yo les pido que lean el texto de Halliday.
Hagamos algunas aclaraciones sobre el examen final. Las fechas de esta
llamada son: 18 y 25 de julio. Quienes tengan un promedio de ocho (8) o más, pueden
preparar un tema para comenzar el examen -no hay ninguna restricción respecto de
qué tema elegir-. Luego -esto es igual para todos, independientemente de la nota que
hayan sacado-, el examen continúa viendo primero aquellos temas en que hayan tenido
problemas en los parciales, de modo que habrá una parte escrita, algún ejercicio
relativo a aquellas dificultades que han tenido.
Otro elemento importante: para el final entra todo. No es que entran los temas
que no entraron en los parciales, sino que se tomará todo lo que vimos, desde la
primera clase hasta la última. Preparen todos los contenidos de las Guías.
Alumna: ¿Ustedes hacen preguntas y nosotros respondemos?
Profesora: No nos gustan nada los exámenes "tirabuzón". Estudien de manera
de poder presentar ustedes mismos los temas, desarrollarlos, exponerlos. No es
deseable el interrogatorio. A nadie le gusta interrogar ni ser interrogado. Por eso
esperamos una presentación ordenada del tema. Naturalmente, sí preguntamos, pero
les damos un tiempo para que organicen su respuesta y puedan exponer.
20 Apuntes Sim Gramática 2007/Teórico 26 (último)

Alumno: ¿Cuál es el tiempo de exposición del tema?


Profesora: Preparen una exposición de unos diez minutos.
Mucha suerte.

***

Versión completa: Damián Grimozzi


Cod. 22
Gramática

Fecha: 25/06/07
Teórico-Práctico № 11 (Último) Prof.: Paula Mahler

Contenido: Guía VII. Proposiciones adverbiales propias e impropias.

Profesora: Buenas tardes. Hoy es nuestra última clase, de modo que trataremos de
ver con más detalle las proposiciones adverbiales propias, y dar un panorama general de
las impropias.

temporales
Proposiciones adverbiales propias locativas
modales

Estos son los tres tipos. Hemos visto que las locativas están introducidas por donde
o [donde + preposición] (a donde, por donde, etc.).

PVS SS (PIS)
[ [ No me gusta ] [ comer donde hay demasiada gente ] ]

En primer lugar, el sujeto está constituido por una proposición sustantiva de


infinitivo. Lo siguiente que tenemos que hacer entonces es bajar la proposición:

[ comer [ donde [ hay demasiada gente ] ] ]


n Adj.c.l. (Prop. Adv. lugar)
(Prop. Rel. libre)
2 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 11 (último)

El infinitivo comer es el núcleo y el resto, en cuanto a su función, es un adjunto


circunstancial de lugar, mientras que categorialmente es una proposición adverbial de
lugar. Si a su vez queremos seguir caracterizándola, diremos que es también una
proposición relativa libre. Volvemos entonces a representar la estructura:

PVS
[ [ donde [ hay [ demasiada gente] ] ]
Adj. c.l. n cod

Toda la estructura es un predicado verbal, en la cual [hay] es el núcleo, [donde] es


adjunto circunstancial de lugar, y [demasiada gente] es complemento de objeto directo.
Si la estructura fuera [No me gusta correr por donde caminan los bichos],
tendríamos donde encabezado por una preposición.
Vamos a las temporales. Tenemos dos grandes grupos: con encabezador y sin él.
Veamos las primeras:

Cuando simultaneidad
Temporales con encabezador mientras
Desde que inicio + simultaneidad
Hasta que fin + simultaneidad

El encabezador prototípico es el pronombre relativo cuando; por lo tanto, cumple


función dentro de la proposición. Ahora bien, lo que marcan los encabezadores de las
proposiciones adverbiales de tiempo es una relación temporal entre la oración principal y
la subordinada. Dicha relación puede ser de simultaneidad, de anterioridad o de
posterioridad. Cuando manifiesta simultaneidad, como en [Juan entró cuando yo estaba
comiendo], donde además se ve que este pronombre introduce una acción puntual. Pero
también podemos introducir una relación de simultaneidad con mientras: [Juan entró
mientras comía]. A su vez, introductores como desde que marcan el inicio de un evento, y
Gramática 20071C/T-P 11 (último) Apuntes Sim 3

hasta que, el fin de un evento, pero al mismo tiempo una simultaneidad. Pensemos en
este caso:

[ [ [ Desde que trabaja ] [ sale [ mucho menos] ] ] SD.


adj.c.t. (Prop. Adv.) n adj.c.cant.

Evidentemente, hay una acción iniciada con anterioridad, pero que prosigue en el
presente. Analicemos todo: tenemos un sujeto desinencial y un verbo principal, que es
[sale].
Alumna: [mucho menos] es adjunto de cantidad.
Profesora: Muy bien.
Alumno: [Desde que trabaja] es un modificador del núcleo oracional.
Profesora: No, porque no modifica a toda la oración, sino que es una circunstancia
temporal vinculada a ese verbo. Podemos preguntar: ¿Cuándo empezó a salir mucho
menos? Y la respuesta será la proposición adverbial.
Justamente, estas proposiciones se denominan adverbiales propias porque pueden
ser reemplazadas por un adverbio, y porque siempre su función es la de adjuntos, o
complementos en aquellos casos en que están exigidas por el verbo.
Ahora bien, para bajar la proposición hay que considerar que [desde que] es sólo
un incluyente. Por eso bajamos:

PVS
[ [ trabaja ] ] SD
n

En algunos casos, se puede marcar una relación de sucesión. Por ejemplo, con
incluyentes como apenas, ni bien, tan pronto como, antes que o antes de que. Por
ejemplo:
4 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 11 (último)

PVS
[ [ [ Entremos [ las sillas ] [ antes de que llueva ] ] ] SD.
n cod adj. c.t. (Prop. Adv.)

Aquí también podemos preguntar: ¿Cuándo entramos las sillas?, y la respuesta


será una estructura que modifica al verbo principal, pero no a toda la oración. Es una
pregunta parcial, que remite a un constituyente, no a toda la oración. Así, [antes de que
llueva] es una proposición adverbial. Bajamos solamente:

[ llueva ] Oración imp.

En el Cuadernillo tienen el repertorio de los incluyentes. Revísenlo con cuidado,


porque no los veremos todos en esta clase.
Vayamos al otro grupo de temporales:

Hacer
Temporales sin encabezador
Verbos no finitos

Hay dos tipos de estructuras diferentes: por un lado, las temporales con el verbo
hacer y, por otro, en las adverbiales siempre es posible encontrar proposiciones con
verbos no conjugados.
Veamos:

1) [ Llueve [ hace dos semanas ] ]


n

2) [ Hace dos semanas [ que llueve ] ]


n
Gramática 20071C/T-P 11 (último) Apuntes Sim 5

Está claro que, tanto en 1) como en 2), [hace dos semanas] es semánticamente
una marca de tiempo. La diferencia es que en 1), sin ningún tipo de marca de
subordinación, la estructura, que es predicativa, está subordinada al verbo de la principal.
En cambio, en 2), justamente la marca de tiempo constituye la oración principal. La
oración entera es una oración de tiempo. Y la subordinada [que llueve] es una relativa.
Estas dos estructuras tienen características semánticas distintas. El verbo hacer
tiene un sentido impersonal. No funciona como en [Hace los deberes] o [Hizo cajas de
cartón], etc., sino que es el que usamos en expresiones como [Hace frío], una estructura
impersonal.
Ahora bien, paradójicamente, podemos decir:

[Hace frío y llueve]

Simplemente no existe un verbo *friar, ni tampoco decimos *hace lluvia. Si


tuviéramos un verbo como *friar, diríamos *fría, y significaría igualmente "hace frío".
Pero, sintácticamente, podemos hacer pruebas como la de la pronominalización,
que nos dan [frío] como complemento de objeto directo: Lo hace. No podemos hacer la
prueba de la pasiva, por ejemplo; de hecho, decir Lo hace produce ruidos. Pero,
sintácticamente, este uso impersonal de hacer lleva objeto directo. El verbo conforma un
esquema impersonal, en el cual hay un complemento que incluye un sustantivo, y
constituye una unidad de tiempo. En la ficha, verán que estructuras como [hace dos
semanas] aparecen como complementos temporales, porque es obvia la estrecha relación
entre este tipo de complemento y el verbo. Este complemento siempre será temporal y
estará llenado por sustantivos que refieran al tiempo: hace dos semanas, hace dos
meses, hace unos días, etc., y no *hace dos libros ni *hace cuatro pájaros ni *hace unos
Juanes: siempre tienen que ser sustantivos que marquen semánticamente el tiempo.
Incluso, podríamos decir: hace dos lunas, con ese sentido temporal. En Cosquín, por
ejemplo, las noches de concierto se miden por lunas: primera luna, segunda luna, etc.
Bien. Así, en 1), tenemos una expresión verbal deíctica de tiempo, que ubica en
algún momento a la oración principal: la lluvia ha tenido lugar desde hace dos semanas y
6 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 11 (último)

hasta el momento de la enunciación sigue lloviendo. Lo mismo puedo expresar diciendo:


Hace dos semanas llueve. Es decir, cambiar el orden entre la principal y la subordinada.
En cambio en 2), no puedo decir *Dos semanas que llueve hace. La estructura es
fija: verbo de la principal, seguido de objeto directo con una proposición relativa.
Veamos otro caso, y hagamos un análisis completo:

PVS
3) [ [ Viene [ por aquí ] [ hace una semana ] ] SD.
N Adj.c.l. Adj. c.t. (Prop. Adv.)

Podemos en 3) alterar el orden de los constituyentes: Viene hace una semana por
aquí. También puedo omitir la estructura que marca tiempo: Viene por aquí. En 1), al igual
que en 3), puedo intercalar una preposición: Llueve desde hace dos semanas. Incluso,
puedo reemplazar por un adverbio: Llueve desde siempre. Ninguna de estas dos
operaciones son posibles en 2).
Veamos entonces cuál es la función de estas estructuras; en 1) y en 3), son
adjuntos. [hace una semana] es un adjunto, que modifica opcionalmente a [viene]. Pero,
tenemos estructuras predicativas, porque hay un verbo conjugado. O sea que son
adjuntos circunstanciales de tiempo, constituidos por proposiciones adverbiales propias
sin encabezador. Detengámonos en 3), y bajemos, entonces, la estructura:

[ hace [ una semana ] ]


n cod

Este es el análisis. La prueba, que, como les dije, de todos modos hace ruido -y
más que en 1)-, es la pronominalización: Lo hace.
Ahora bien, en 2) no hay una proposición adverbial en sentido estricto. Lo que
tenemos es un tipo de oración impersonal que denota el tiempo. [hace] es el núcleo, y
tiene un complemento de objeto directo modificado por una proposición relativa. Lo que
Gramática 20071C/T-P 11 (último) Apuntes Sim 7

sucede es que, en nuestra cabeza, interpretamos esta oración así: "Llueve hace dos
semanas".
Veamos ahora las temporales sin encabezador con formas no flexionadas. Por
ejemplo, consideremos las de preposición + infinitivo, y comparemos la diferencia
semántica entre estos dos casos:

1) [ [ Juani empezói a cantar [ antes de [ ingresari al escenario ] ] ]

2) [ [ Juani empezói a cantar [ antes de [ que ingresarax al escenario ] ] ]

El sujeto de la subordinada en 1) es el mismo que el de la principal. En cambio, en


2), el sujeto es necesariamente otro, que no podemos identificar como k, j, etc. Diremos,
genéricamente, x.
Veamos un análisis que, si bien es posible, no es el que haremos:

SS PVS
[ [ Juan] [ empezó a cantar [ antes de [ ingresar al escenario ] ] ]
n PIS - C
Adj.c.t.

[Antes de ingresar al escenario] es un adjunto circunstancial de tiempo encabezado


por preposición. El complemento de esa locución prepositiva [antes de] es una proposición
subordinada de infinitivo. Esto, en principio, no sería incorrecto; sin embargo, estas
locuciones prepositivas seleccionan infinitivo cuando el sujeto de referencia es el mismo.
Como vemos en 2), si el sujeto no es el mismo, no hay posibilidad de infinitivo alguno:
obligatoriamente el verbo tiene que estar flexionado. Entonces, estas locuciones
prepositivas se consideran incluyentes y, se considera la proposición como adverbial de
tiempo. Así, analizamos:
8 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 11 (último)

SS PVS
[ [ Juan] [ empezó a cantar [ antes de [ ingresar al escenario ] ] ]
n Adj.c.t. (Prop. Adv. de t.)

Alumna: ¿Podrías explicarlo de vuelta?


Profesora: Sí. El análisis anterior está bien: considerar que se trata de una
proposición de infinitivo. Hemos visto que las proposiciones sustantivas de infinitivo
funcionan, en muchos casos, como complemento de una preposición núcleo, en un
sintagma preposicional. Por ejemplo, en el parcial tuvieron un ejercicio semejante a este:

[Estoy feliz [de [levantarme temprano todos los días]]] SD.


n PIS de infinitivo

Ahora bien, en la oración 1) que estamos viendo tenemos una estructura muy
similar, no sólo con una preposición sino con una locución prepositiva -funcionan de la
misma manera: si pusiéramos un pronombre, debería ir el caso terminal-, pero la
diferencia es que esta estructura alterna con la de 2). Hemos trabajado con la noción de
alternancia, que nos ha sido muy útil. Bien: aquí, la alternancia se da en torno a la
coincidencia o no del sujeto de la incluida con el de la principal. Cuando el sujeto de la
incluida y el de la principal es el mismo, obligatoriamente va el infinitivo, y cuando el sujeto
es distinto, el verbo va conjugado. Entonces, en realidad, estamos ante una proposición
adverbial que puede estar incluida por un incluyente en sentido estricto como en 2), [antes
de que], o por una locución prepositiva, que será seguida de infinitivo.
Ahora, veamos casos de gerundio y participio.

PVS
1) [ [ Habiendo cantado ] se retiró del teatro ] ]
Adj.c.t. (Prop. Adv.)
Gramática 20071C/T-P 11 (último) Apuntes Sim 9

PVS
2) [ [ Habiendo finalizado la función ] se retiró del teatro ] ]
Adj. c.t. (Prop. Adv.)

3) [ [ Realizada la firma de la escritura ], tomó posesión del departamento ] ]

Estas estructuras con gerundio y con participio siempre están separadas


entonacionalmente del resto de la oración.
Ahora bien, la diferencia entre 1) y 2), nuevamente, es la coindización del sujeto: en
1) es el mismo para la subordinada que para la principal, mientras que en 2), el sujeto de
la subordinada es [la función], y el de la principal es una 3ª persona del singular. En
ambos casos, el análisis es igual.
Alumno: La 2) ¿admitiría una interpretación ambigua?
Profesora: Sí. Casi todas estas temporales la admiten. Pueden ser causales, y a
veces, hasta condicionales. Justamente, la ambigüedad está dada por el uso de los
gerundios. Yo podría decir: Cuando terminó de cantar, se retiró del teatro, pero también:
Se retiró del teatro porque terminó de cantar.
Alumno: Yo lo decía en referencia al sujeto. Por ejemplo, 2) podría ser: Habiendo
terminado la función, el pianista se retiró del teatro.
Profesora: De acuerdo. Es aceptable. En ese caso, [la función] es objeto directo.
Pero no representaría una diferencia de alternancia con 2), que es lo que queremos
marcar: la alternancia se da entre infinitivo y verbo conjugado para los casos de sujeto
conjunto y disjunto respectivamente.
Y, volviendo a la ambigüedad de interpretación, consideremos las paráfrasis de 3):
Una vez que se realizó la escritura, tomó posesión del departamento, o bien, Porque se
realizó la firma de la escritura, tomó posesión del departamento.
De hecho, estas estructuras existen en latín bajo la denominación de ablativos
absolutos, y son analizadas como temporo-causales, porque no es posible decidir si son
temporales o causales.
10 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 11 (último)

Ahora bien, entre las estructuras de gerundio y las de participio, hay otra diferencia:
las últimas presentan una marca morfológica de concordancia con el sujeto.
Vayamos ahora a las proposiciones adverbiales propias modales. Están
introducidas por el relativo como o por la conjunción según. Veamos:

[ Representó la obra [ como se lo habían indicado ] ]


[ Representó la obra [ según se lo habían indicado ] ]

La diferencia es que según es un incluyente y como es un pronombre relativo, por


lo cual este último cumple función sintáctica dentro de la proposición.
Veamos este ejemplo, que es interesante:

PVS
[ Baila [ como [ si nadie la conociera ] ] ] SD.
N Adj.c.m. (Prop. Adv.)

Alumno: Hay una proposición sustantiva.


Profesora: ¿Dónde?
Alumno: Encabezada por si.
Profesora: No es una sustantiva. Lo que sucede es que hay un verbo elidido: Baila
como (bailaría) si nadie la conociera. Hay entonces una estructura condicional, que en
seguida veremos. Pero, por el momento, señalemos la proposición modal: [como (bailaría)
si nadie la conociera], que cumple la función de un adjunto circunstancial de modo. La
representamos:

[ como [ si nadie la conociera ] ]


Adj.c.m. mod. núcleo or.
Gramática 20071C/T-P 11 (último) Apuntes Sim 11

El verbo elidido podría ser el núcleo de este predicado verbal. El relativo [como] es,
en este nivel de análisis, el adjunto circunstancial de modo, y ahora veremos que la
estructura que sigue es un modificador del núcleo oracional, en este caso, proposicional.
Bien. Para considerar las condicionales, tenemos que pasar al gran grupo de las
proposiciones adverbiales llamadas impropias. La primera distinción que separa propias
de impropias es que estas últimas, si bien pueden funcionar como adjuntos, en general
funcionan como modificadores de toda la oración, o bien como indicadores de modalidad.
Estas son las tres funciones que cumplen.
La segunda diferencia es que las propias siempre marcan una circunstancia del
evento o acción, mientras que las impropias, en cambio, establecen una relación lógica:
de causa, de condición, de oposición, de finalidad.

causales
Proposiciones adverbiales impropias finales
condicionales
concesivas
Veamos un ejemplo de causal:

[ Juan se quedó dormido [ porque no sonó el despertador ] ]


Adj. c. de causa

La función de la proposición es la de adjunto de causa: marca, en este caso, una


situación del evento. De hecho, también podríamos decir: [Juan se quedó dormido por el
despertador], sin proposición, donde sin dificultades diríamos que [por el despertador] es
un adjunto de causa.
Un ejemplo de final:

[ [Juan se quedó dormido [ para no tener que ir a la fiesta ] ]


Adj. c. final
12 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 11 (último)

Seguimos todavía con ejemplos en que la función de la proposición adverbial


impropia no cumple ni la función de modificador de núcleo oracional ni la de modificador
de modalidad. Aquí también es un adjunto: la finalidad de haberse quedado dormido era
no ir a la fiesta.
Ahora, la concesiva:

[ Aunque Juan se quede dormido,] [va a poder ir a la fiesta ]


mod. núcleo or.

Aunque es el incluyente prototípico de las concesivas, cuyo significado es


"oposición". Dichas proposiciones concesivas modifican a todo el núcleo oracional.
Condicional:

[ Si Juan se queda dormido ], [ no va a poder ir a la fiesta ]


mod. núcleo or.

La condición para ir la fiesta es no quedarse dormido. Por lo tanto, esta condición


modifica a la oración entera. No hay una relación sólo con la principal, sino que dicha
condición lo es de la existencia de toda la oración. Por eso las condicionales se
consideran modificadores del núcleo oracional.
En todos estos casos se está marcando una relación lógica, ya no de tiempo,
espacio o modo.
Ahora bien, es importante notar que podríamos expresar estas mismas relaciones a
través de la coordinación:

El despertador no sonó, y por eso Juan se quedó dormido.

Sigo manifestando la causa, sigo diciendo lo mismo, pero la estructura es de


coordinación. Por eso se habla de cosubordinación para las adverbiales impropias.
Gramática 20071C/T-P 11 (último) Apuntes Sim 13

Comparemos el esquema que hicimos de la subordinación, con el que Di Tullio propone


para la cosubordinación de las impropias:

subordinación cosubordinación

La cosubordinación es una subordinación conjunta. No hay una dependencia


unidireccional de una proposición respecto de la otra. No es que una proposición
subordinada aporta algo a la principal, por ejemplo, una modificación de tiempo, de lugar,
de modo, sino que la principal y la subordinada existen simultáneamente para que haya
oración.
Vean cómo podemos coordinar y expresar la condición:

Se queda dormido, y no va a poder ir a la fiesta.

Y para la concesiva tenemos que usar el coordinante o:

Juan se queda dormido o va a la fiesta.

Como dijimos, la función menos común de las impropias es la de adjuntos del


sintagma verbal. En general, o modifican toda la estructura oracional, o bien son
modificadores de modalidad. Veamos la distinción entre estas últimas dos funciones,
tomando primero dos oraciones condicionales:
14 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 11 (último)

1) [Si no lloviera], [iríamos al cine]


mod. núcleo or.

2) [Si estoy en lo cierto], [en ese lugar no crece nada]


mod. modalidad

Ambas son oraciones condicionales, las cuales están introducidas prototípicamente


por el incluyente si, aunque veremos que hay otros. Es cierto que hay una proposición
incluida, introducida por si; pero yo hablo, como ven, de oraciones condicionales, y no de
proposiciones, porque hay una relación tan estrecha que no es posible una sin la otra. No
hay algo condicionado, como [iríamos al cine], sin algo que condicione, como [si no
lloviera].
Ahora bien, la condición no es sintácticamente la misma en 1) que en 2). En 1), la
condición lo es del enunciado; en 2), lo es de la enunciación. El hecho de que crezca o no
algo en ese lugar no está condicionado por que quien enuncia esté o no en lo cierto.
Queda más claro si decimos: Si estoy en lo cierto, afirmo que en ese lugar no crece nada.
Es decir, tiene que ver con la actitud que el hablante asume respecto de lo que afirma.
Por esto decimos que en 2) la función es la de modificador de la modalidad,
mientras que en 1), es modificador del núcleo oracional.
Ahora veamos esta misma distinción, respecto de los otros tipos de impropias.
Comencemos con las concesivas:

1) [Aunque llueva mucho], [iremos al cine]


mod. núcleo or.

2) [Aunque no estés de acuerdo], [iremos al cine]


mod. modalidad

En ambos casos, se manifiesta una objeción. Pero en 2) la objeción está


relacionada con la actitud del hablante.
Gramática 20071C/T-P 11 (último) Apuntes Sim 15

Veamos las finales:

1) [Me fui temprano] [para que Carlos no se enojara]

2) [Para que los sepas], [Carlos se enojó]

En 2) no hay finalidad en sentido estricto: es un modificador de modalidad.


Un caso de causal:

[Viene tranquilo] [porque no se lo ve agitado]


mod. modalidad

La causa de que venga tranquilo no es que no se lo vea agitado. De hecho, presten


atención al nivel fonológico: siempre hay un cambio de entonación cuando se trata de un
modificador de modalidad.
Vamos a trabajar ahora los casos más prototípicos de las proposiciones
adverbiales impropias.
El incluyente prototípico de las causales es porque. Se distingue semánticamente
entre causales reales e irreales, o causales reales y modificadores de modalidad.

1) [El diario no salió hoy] [porque los obreros gráficos están de huelga]
Adj.c.causa

Evidentemente, la causa de que el diario no haya salido es la huelga de los


obreros. Esta es una causal real, y su función sintáctica es adjunto circunstancial de
causa.

2) [Debe de haber huelga de obreros gráficos], [porque el diario no salió hoy]


mod. de modalidad
16 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 11 (último)

Aquí en cambio no estoy afirmando la causa de lo anterior. La proposición incluida


por porque no es una causa real, sino un modificador de modalidad. Es mi punto de vista,
el que me permite suponer lo que afirmo en la principal.
Cuando la causal es modificador de modalidad siempre va pospuesta, nunca
adelante.
Otro incluyente causal es como:

Como no salió el diario, debe de haber huelga de los obreros gráficos.

Vean que tampoco puedo invertir: *Debe de haber huelga de los obreros gráficos,
como no salió el diario.
También hay proposiciones causales con verbos no finitos. Por ejemplo, con
gerundio:

[Estando jubilados],[ no trabajan más]

Puede claramente parafrasearse: No trabajan más porque están jubilados, o Como


están jubilados, no trabajan más.
Con infinitivo, suelen llevar la preposición por:

[Por no haber desayunado], [ahora está cansado]


Adj c. de causa

En este caso, volvemos a la primera función que señalamos: adjunto circunstancial,


en este caso, de causa.
En cuanto a las finales, el incluyente prototípico es para que, y otros son: a fin de
que, con el propósito de que, con la intención de que, etc. Estas expresiones, completas,
son el incluyente. Desde el punto de vista semántico, expresan una intencionalidad. Las
finales están vinculadas semánticamente con las causales. Yo puedo decir: Les
encomendó ese trabajo para que ocuparan su tiempo libre, y también, Les encomendó
Gramática 20071C/T-P 11 (último) Apuntes Sim 17

ese trabajo porque quería que ocuparan su tiempo libre. Por supuesto, el análisis
sintáctico será distinto, pero se ve que hay entre ambas vínculos semánticos.
Vamos a ver más en detalle las condicionales. Se habla, para las estructuras
condicionales, de una prótasis y una apódosis, términos con los que verán también en
latín y en griego las estructuras condicionales. La apódosis es la principal, y la prótasis es
la subordinada. Se usan estos términos por lo dicho: hay una relación directa y estrecha
entre prótasis y apódosis. No podemos separar la condición -prótasis- de lo condicionado -
apódosis-. Ahora bien, las condicionales puede ser de distintos tipos:

Ejemplos:
real Si vienen, los echo.
Condicional potencial Si vinieran, los echaría.
Irreal Si hubiesen venido, los habría echado.

Estas distinciones están basadas en la relación temporo-modal entre la prótasis y la


apódosis. En la real, se expresan ambas en indicativo y en presente. En la potencial,
usamos el subjuntivo en la prótasis y el potencial o condicional en la apódosis. Estoy
expresando que el hecho de que vengan es hipotético; si se diera, tendría lugar la acción
de echarlos; pero como la condición, la prótasis, es hipotética, la apódosis se expresa en
potencial o, como se lo denomina ahora, condicional. Por último, en la condicional irreal,
estamos expresando que aquello que es condición no sucedió, y lo hacemos mediante el
modo subjuntivo en pretérito pluscuamperfecto. La apódosis se expresa mediante el
condicional pasado. Estas correlaciones se denominan en latín consecutio temporum.
Ahora bien, hoy día se escucha y hasta se lee, lamentablemente, un desplazamiento del
condicional a la prótasis: *Si vendría, lo echaría, por ejemplo.
En estos casos hasta aquí mostrados, la función de la proposición es la de
modificador del núcleo oracional. Ahora, vean:

[Si no me equivoco], [el colectivo pasa por la esquina]


18 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 11 (último)

Esta condición, [Si no me equivoco], no lo es de lo que expresa la principal, sino


que es un modificador de modalidad, es decir, afecta a la enunciación. Podemos agregar
un verbo de decir: Si no me equivoco, afirmo que el colectivo pasa por la esquina.
Es más, las relaciones entre tiempos y modos -consecutio temporum- ya no se
mantienen, cuando la proposición es modificadora de modalidad.
También podemos expresar la condición mediante ciertas locuciones conjuntivas,
como: a no ser que, a condición de que, en el caso de que, suponiendo que, etc.
Veamos las estructuras condicionales con formas no finitas. Las construcciones no
finitas son todas iguales, aparentemente; ¿qué recurso tenemos para descubrir, ante
construcciones con verbos no finitos, de qué tipo son?
Alumna: Mediante paráfrasis.
Profesora: Claro. O sea que, finalmente, apelamos al sentido. Esta es la verdad.
Porque no hay nada en la sintaxis que nos diga realmente de qué proposición se trata.
Sabemos que es una adverbial, pero no cuál.
Veamos:

De no haber llovido, habríamos ido al cine.

Sólo podemos interpretarla como condicional parafraseando: Si no hubiera llovido,


habríamos ido al cine. Tenemos entonces una adverbial condicional con infinitivo.

Comprando aquí, gano plata.

Parafraseamos: Si compro aquí, gano plata. O sea que tenemos una condicional
real. Ahora, veamos una más difícil:

Recibida la factura, le envío el cheque.

En el caso de que tenga una disputa con la persona, en cuanto a si el cheque fue o
no enviado, por ejemplo, puedo interpretarla como condicional: Si recibo la factura, le
Gramática 20071C/T-P 11 (último) Apuntes Sim 19

envío el cheque. Ahora bien, la primera interpretación, en realidad, es la de una temporal:


Una vez recibida la factura, le enviaré el cheque.
Con respecto a las concesivas, ya mencionamos su incluyente prototípico: aunque.
Otro es aun cuando. Sintácticamente, las concesivas funcionan como modificadores del
núcleo oracional. Semánticamente, las concesivas presentan una objeción, marcan una
dificultad para que se lleve a cabo el evento expresado en la principal. Ahora bien,
también podemos definirlas en vinculación con las condicionales: la concesiva es una
condición negada:

1) Si llueve, vamos al cine.


2) Aunque llueve, vamos al cine.

Si la objeción que planteamos es real, se usa el indicativo:

1) Aunque es muy capaz, no logra tener un buen trabajo.


2) Aunque sea muy capaz, no logra tener un buen trabajo.

Pero en 2), no es que se cuestione el hecho de que sea capaz, sino que el
subjuntivo permite poner el acento en que no consigue tener un buen trabajo.
Nuevamente vemos el fenómeno de la cosubordinación, porque aquí, mediante la
conjunción adversativa pero, podemos expresar lo mismo mediante una coordinación:

Es muy capaz pero no consigue tener un buen trabajo.

Ahora bien, la posibilidad del subjuntivo queda bloqueada en la coordinación.


También hay concesivas sin nexo, las cuales pueden darse con formas verbales no
finitas -gerundio, infinitivo y participio-. Con gerundio:

Estando enfermo, se la pasa yendo a bailar.


20 Apuntes Sim Gramática 20071C/T-P 11 (último)

La paráfrasis es Aunque está enfermo, se la pasa yendo a bailar. Incluso es posible


Aun estando enfermo, se la pasa yendo a bailar.
Con participio:

Las barras bravas, si bien criticadas por todos, consiguen plata.

Claramente podemos parafrasear por la forma típica de la concesiva: Aunque todos


critiquen a las barras bravas, consiguen plata, y se ve el carácter de condición negada de
la concesiva.
Pero si digo:

Las barras bravas, criticadas por todos, consiguen plata.

Aquí no hay condición. Es pura adjetivación de [las barras bravas].


Les doy un ejemplo un poco rebuscado para el infinitivo:

Sus escritos, con estar perfectos, no me emocionan.

La paráfrasis es Aunque sus escritos sean perfectos, no me emocionan.


En la ficha de Cátedra van a encontrar una cantidad de locuciones que incluyen
concesivas: incluso, por mucho que, etc., así como construcciones con verbo repetido, del
tipo sea quien sea, venga quien venga, etc. Les recomiendo que consideren esta lista con
detenimiento.
Esto es todo. Nos vemos en los finales. Les doy un consejo: si les fue bien en los
dos parciales, no dejen pasar el tiempo: rindan en la primera fecha.

***

Versión completa: Damián Grimozzi

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