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BOLETÍN DEL INSTITUTO POLÍTICO DE LA REPÚBLICA

Publicat de

Universidad Tehnică "Gheorghe Asachi" din Iaşi

Tomul LXII (LXVI), Fasc. 1, 2016

Secţia

ŞTIINŢE SOCIO-UMANE

TRADUCIR EN UN CONTEXTO ESPECIALIZADO: RETOS


Y RIESGOS
POR

SORINA POSTOLEA*

Universidad "Alexandru Ioan Cuza" de Iaşi

Departamento de Inglés

Recibido: 21 de enero de 2016

Aceptado para su publicación: 22 de febrero de 2016

Resumen. A pesar de ser el tipo de traducción más común y frecuente que


se realiza hoy en día en el mundo, la traducción especializada, es decir, la
traducción de textos producidos dentro de un campo de conocimiento o
actividad especializado o referidos a él, ha sido asignada en su mayoría a un
estatus de segunda categoría dentro de la disciplina de los estudios de
traducción. Considerada mucho menos creativa, noble y glamurosa que su
homóloga tradicional, es decir, la traducción literaria, la traducción especializada
se ha asociado a rasgos más bien negativos, siendo descrita directa o
indirectamente como un proceso automático, restringido y a menudo tedioso.
Este artículo analiza algunos de los retos a los que se enfrentan los traductores
que trabajan con textos especializados en su trabajo, en un esfuerzo por mostrar
que la traducción especializada implica más de lo que parece y puede ser tan
exigente como la traducción literaria para quienes la realizan.

Palabras clave: traducción especializada; terminología; términos;


neónimos; frasemas; fraseología; traducción de textos; textos especializados;
géneros textuales.

1. Introducción
Una conversación reciente que mantuve con una de las mejores alumnas
de nuestro programa de estudios de traducción de grado me confirmó una opinión
que es más común de lo que se cree en los aspirantes a traductores. Cuando le
pregunté qué tipo de traducción le gustaría practicar cuando terminara sus
estudios.

Correo electrónico: sorinapostolea@gmail.com


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Contestó enseguida, sin inmutarse siquiera: "¡traducción literaria, por supuesto!".
Se mostró tajante al afirmar que una futura carrera como traductora que trabajara
con textos especializados sólo significaría una vida de innumerables horas
dedicadas a realizar algunas tareas insulsas y sin sentido, que no implican ninguna
creatividad y que aportan poca o ninguna recompensa profesional e intelectual.
Su opinión parece estar bastante extendida entre los estudiantes de traducción.
Mientras yo estudiaba traducción, la mayoría de mis compañeros soñaban con ser
también traductores literarios. Además, la mayoría de los estudiantes que conozco
hoy en día, que estudian lenguas extranjeras y prevén trabajar como traductores
en algún momento de su futuro, también han expresado el mismo deseo. Sin
embargo, lo más probable es que sólo unos pocos trabajen realmente con textos
literarios en su carrera profesional. Y de estos pocos, un número aún menor se
convertirá en traductor literario a tiempo completo y traducirá únicamente
literatura. Por el contrario, lo más probable es que la mayoría de los aspirantes a
traductores pasen su vida profesional trabajando casi exclusivamente con textos
no literarios. De hecho, Kingscott (citado en Byrne, 2014, 6) calcula que la
traducción científica y técnica representa hasta el 90% de la producción de
traducciones en todo el mundo cada año. Aunque se cree que esta cifra es algo
exagerada (Byrne, 2014, 6), los datos empíricos sugieren que no está tan lejos de
la realidad, si se refiere a la traducción especializada en general. Aunque las cifras
reales a este respecto son difíciles, si no imposibles de obtener, parece seguro
asumir que el número de textos no literarios producidos cada año supera con
creces el número de textos literarios publicados en todo el mundo. Es más, los
autores literarios que llegan a ser traducidos a otras lenguas son sin duda muy
superiores a las instituciones y personas que producen muchos otros tipos de
documentos traducibles y traducidos.
El atractivo de la traducción literaria entre los aprendices de traductor
está motivado, al menos en parte, por el estatus de segunda categoría que parece
haberse asignado a la traducción especializada dentro de la propia disciplina de
los estudios de traducción. Es sabido que la mayoría de las primeras reflexiones
sobre la traducción se han centrado principalmente en la traducción de obras
literarias (entendidas aquí como escritos religiosos, filosóficos o retóricos): Las
reflexiones de Cicerón y Horacio sobre la traducción, los puntos de vista de varios
traductores de la Biblia (San Jerónimo, John Wycliffe, William Tyndale, etc.), las
ideas de Etienne Dolet o George Chapman sobre la traducción de los maestros
griegos o el prefacio de John Dryden a las Epístolas de Ovidio, por poner algunos
ejemplos. Como muestra Bassnett en su capítulo sobre la Historia de la teoría de
la traducción (1992, 39-75), el marcado enfoque en la literatura continuó en los
siglos siguientes, con otros escritores y traductores -por ejemplo, Alexander
Fraser Tytler, August Wilhelm Schlegel, Friedrich Schleiermacher, etc. -
compartieron sus reflexiones sobre la traducción en un contexto literario. Durante
mucho tiempo, la reflexión sobre la traducción se comportó como si la traducción
no literaria no existiera. En 1972, cuando los estudios de traducción acababan de
empezar a desarrollarse como una rama científica del conocimiento, Holmes
señaló que "desde hacía mucho tiempo se intentaba elaborar teorías para la
traducción de textos literarios o sagrados, pero que
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Los intentos de desarrollar teorías para la traducción de textos científicos eran
relativamente nuevos" (citado en Olohan, 2009, 249).
La falta de interés genuino por los aspectos no literarios de la traducción
fomentó el surgimiento de una visión sesgada y estereotipada de la traducción
especializada. Mientras que la traducción literaria siempre se ha asociado a un
alto nivel de creatividad y a ciertas libertades tomadas del texto de partida, a la
traducción especializada se le asignó un estatus inherentemente inferior y se la
consideró "más fácil", "restringida", "maquinal" e incluso "monótona". A
principios del siglo XX, en su célebre ensayo La miseria y el esplendor de la
traducción, Ortega y Gasset menciona los escritos científicos y argumenta que
debido a su terminología "(...) estos libros son más fáciles de traducir de una
lengua a otra. En realidad, en todos los países se escriben casi en su totalidad en
el mismo idioma" (cursiva mía, [1937]2004, 51). Además, el filósofo español
asocia claramente la producción no literaria -y, por tanto, la traducción no
literaria- con rasgos intrínsecamente negativos o, mejor dicho, no positivos,
cuando dice que ha basado "el utopismo de la traducción en el hecho de que el
autor de un libro -no de matemáticas, ni de física, ni siquiera de biología- es un
escritor en el sentido positivo de la palabra" ([1937]2004, 51).
J.R. Firth, uno de los primeros lingüistas del siglo XX que reconoció la importancia
de la traducción, estableció una clara distinción entre la "traducción creativa", que
debía utilizarse principalmente en la literatura, y la "'traducción oficial', el tipo de
transferencia lingüística utilizada en documentos y tratados en las llamadas
lenguas 'controladas' o 'restringidas'" (qtd. en Anderman & Rogers, 2008, 7).
Incluso uno de los padres fundadores de los estudios de traducción modernos,
Eugene Nida, no tuvo piedad de la traducción no literaria cuando expresó su
convicción de que "las máquinas podrán hacerse cargo de algunas de las tareas
monótonas de la traducción de 'bajo grado' de ciertos tipos de material; por
ejemplo, la traducción de documentos técnicos de naturaleza altamente
especializada, en los que los múltiples significados de las palabras son mínimos
y no se requiere calidad literaria" (cursiva mía, 1964, 263-264). Aunque abogaba
por un enfoque holístico y gestáltico de la traducción, Snell-Hornby afirmaba que
"una mirada más atenta a la situación del texto fuente y a la función de la
traducción (...) muestra que el estatus del texto fuente literario es más elevado
que el de la mayoría de los demás tipos de texto" (cursiva mía, 1995, 4).
Aunque en los últimos años la bibliografía sobre la traducción
especializada ha crecido de forma significativa y la traducción no literaria parece
haber reducido parte de la distancia que la separa de su rival tradicionalmente
situado en la parte superior, algunos investigadores siguen notando el ligero
desdén con el que se trata la traducción especializada dentro de la disciplina. En
uno de los pocos libros que tratan específicamente de la traducción no literaria,
Byrne señala que la traducción técnica "ha sido considerada durante mucho
tiempo como el patito feo de la traducción, especialmente en los círculos
académicos. Al no ser especialmente emocionante ni atractiva y carecer
definitivamente del glamour y el caché de otros tipos de traducción, la traducción
técnica suele quedar relegada a la división inferior de la actividad traductora y se
considera poco más que un ejercicio de terminología especializada y
conocimiento de la materia (2006, 1).
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Byrne también aborda algunos de los conceptos erróneos más comunes
sobre la traducción técnica (un tipo de traducción especializada, en mi opinión),
entre los que enumera: que presumiblemente incluye el derecho, la economía, los
negocios; que todo gira en torno a la terminología; que el estilo no importa en la
traducción técnica; que no es creativa, sino simplemente un proceso de
transferencia reproductiva; que hay que ser un experto en un campo altamente
especializado para realizarla, o que todo consiste en transmitir información
especializada (2006, 2-7). Algunas de estas ideas erróneas también se analizarán
más adelante en este documento.

2. El alcance de la traducción especializada

A menudo se considera que la traducción técnica incluye las traducciones


realizadas en campos tan diversos como el derecho, los negocios, la religión, la
política, etc. De hecho, en la literatura, la traducción técnica y la traducción
especializada se tratan a veces como sinónimos. Aguado de Cea y Álvarez de
Mon y Rego ofrecen la siguiente definición del primer concepto "la traducción
técnica se refiere al proceso de traducción de aquellos textos que pertenecen a los
llamados lenguajes especializados y suele clasificarse junto con otras variedades
como la traducción jurídica, la traducción científica o la traducción de textos
médicos" (2004, 289). Más que tomar técnico y especializado como conceptos
sinónimos, esta definición parece aumentar la confusión, ya que, aparentemente,
implica que las traducciones jurídicas, científicas y médicas no se ocupan de
lenguajes especializados y no son "técnicas". En la siguiente definición, la palabra
"técnica" se refiere prácticamente a cualquier campo: "La traducción técnica (...)
abarca la traducción de cualquier material perteneciente a un área de
conocimiento, campo técnico o tecnología particular (por ejemplo, ingeniería
mecánica, hidráulica, ingeniería eléctrica, gestión empresarial, etc.), siempre que
los materiales requieran un conocimiento especial del área en cuestión"
(Gouadec, 2007, 30).
Según otra opinión, la traducción técnica es una subespecie de la
traducción especializada. Como explica Hann, "para evitar confusiones, la
expresión traducción especializada se reserva para el concepto superordinado
(Ge. fachsprachliche Übersetzung) y la traducción técnica denota el concepto
subordinado, la disciplina relacionada con la ciencia y la ingeniería (Ge.
technische Übersetzung)" (2004, 205). A su vez, Byrne subraya que "el simple
hecho de que un campo o área temática tenga una terminología única o
especializada no lo convierte en técnico (...) la traducción técnica se ocupa de
textos tecnológicos o, más concretamente, la traducción técnica se ocupa de
textos sobre temas basados en conocimientos aplicados de las ciencias naturales"
(2006, 3). Cabe señalar que la palabra "técnica" no significa exactamente lo
mismo según estos autores. Además, la naturaleza y el alcance exactos de la
traducción especializada no se especifican en estas dos definiciones. Entonces,
¿cuál es el alcance de la traducción especializada?
Tradicionalmente, la traducción especializada se ha definido a partir de la
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par dicotómico lengua general frente a lengua especializada o lengua para fines
generales frente a lengua para fines especiales(es). Según este punto de vista -
que está presente de forma abierta o encubierta en todas las definiciones citadas
anteriormente-, mientras que la traducción general se ocupa del lenguaje general,
la traducción especializada aborda una amplia gama de lenguajes especializados,
por ejemplo, el lenguaje de la informática, el lenguaje del derecho, el lenguaje de
la medicina, etc. Las definiciones basadas en la LGP/LSP son problemáticas al
menos por dos razones. Por un lado, el concepto de lengua general es demasiado
amplio y difuso para dar lugar a aplicaciones satisfactorias, por lo que resulta
difícil definir la traducción "general", como lo demuestra claramente la siguiente
definición, que, en contra de las normas generalmente aceptadas, sólo utiliza
términos negativos "la traducción general se refiere a la traducción de
documentos y materiales que no pertenecen a ningún tipo o área de dominio
específico, que no pertenecen a ningún tipo particular, que no implican un proceso
de traducción específico o el uso de equipos más allá de un ordenador y un
procesador de textos ordinarios" (Gouadec, 2007, 27). Lo que se considera lengua
general o traducción general es, de hecho, bastante difícil de precisar en la
práctica, y depende de una serie de factores diversos. Por otra parte, las
definiciones basadas en la LGP/LSP dificultan la decisión de qué constituye
exactamente un lenguaje especializado y, mutatis mutandis, cuándo entra en
juego la traducción especializada, porque la distinción no parece abarcar la
complejidad y la desconcertante diversidad de los textos reales. Por ejemplo, ¿el
lenguaje utilizado en (y la traducción de) un artículo periodístico sobre un nuevo
producto tecnológico debe considerarse general (medio de publicación y público
al que va dirigido) o especializado (por el uso de una terminología concreta)? ¿La
traducción de una nota de empresa (emisor especializado) que anuncia un nuevo
procedimiento de trabajo (información general) debe considerarse general o
especializada? ¿La traducción de los subtítulos de una película (temas generales)
debe considerarse general o especializada?
En los últimos años, sin embargo, la literatura parece haber dejado de
lado la distinción LGP/LSP y parece haber adoptado una visión doble, tanto
textual como de campo, sobre la traducción especializada, según la cual hay
prácticamente tantos tipos de traducción especializada como áreas de
conocimiento o actividades especializadas. Este parece ser el punto de vista
expuesto por la Enciclopedia Routledge de Estudios de Traducción (Baker &
Saldanha, 2009), donde no existe una definición de traducción especializada
propiamente dicha, pero sí varias entradas sobre la traducción comercial, es decir
un término que "pretende abarcar la traducción de todos los textos utilizados en
contextos comerciales, excluyendo los textos técnicos y jurídicos" (Baker &
Saldanha, 2009, 41), la traducción institucional, es decir, "traducir en o para
organizaciones específicas" (Baker & Saldanha, 2009, 141), o la traducción
científica y técnica, es decir, "la traducción de textos de los dominios de la
ciencia y la tecnología" (Olohan, 2009, 246), etc. Cabe destacar que ninguna de
estas definiciones menciona el lenguaje especializado como factor definitorio.
Según la perspectiva adoptada en este trabajo, la traducción
especializada se refiere a cualquier texto producido dentro de un campo de
especialización o referido a él
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del conocimiento o de la actividad, independientemente del público al que se
dirija o de su finalidad. Desde este punto de vista, todos los tipos de traducción
mencionados en las preguntas anteriores pueden considerarse especializados,
debido a su tema (la tecnología en un artículo periodístico), a su productor (un
productor corporativo y especializado en el caso de una nota de empresa) o a la
actividad especializada en la que se producen (subtítulos de películas). En otras
palabras, la traducción especializada puede definirse como la traducción realizada
en un contexto especializado, es decir, un contexto que implica a productores de
textos fuente especializados, temas especializados o una actividad especializada.

3. El tratamiento de la terminología: una tarea difícil

Volviendo al tema que nos ocupa, paradójicamente, el aspecto más


conspicuo de la traducción especializada -es decir, el hecho de que tenga que ver
con términos especializados- es una de las principales causas que aparentemente
han llevado a relegarla a un estatus de "traducción de baja calidad". Por ejemplo,
es a partir de la terminología que Ortega y Gasset explica por qué la traducción
científica es una tarea más fácil que la literaria: "si nos preguntamos la razón por
la que ciertos libros científicos son más fáciles de traducir, pronto nos daremos
cuenta de que en ellos el propio autor ha empezado por traducir de la lengua
auténtica en la que "vive, se mueve y tiene su ser" a una pseudolengua formada
por términos técnicos, palabras lingüísticamente artificiales que él mismo debe
definir en su libro. En resumen, se traduce a sí mismo de una lengua a una
terminología" ([1937]2004, 50).
Demostrar que los términos en general no son "palabras lingüísticamente
artificiales" o que la terminología no es una pseudolengua separada del lenguaje
real no entra en el ámbito de este trabajo. Baste decir que la opinión de Ortega y
Gasset no es singular. En un trabajo más reciente, Gómez González-Jover subraya
que "en traducción, son los términos especializados los que menos problemas
plantean al traductor y, además, suelen estar documentados en diccionarios
especializados, glosarios o textos científicos y técnicos, e incluso pueden estar
normalizados" (traducción mía, 2004, 28). Aunque muchos estudiosos parecen
creer que la traducción de unidades terminológicas especializadas es básicamente
un proceso sencillo, casi automático, que no requiere más que cotejar los términos
del texto de partida con su equivalente en el diccionario de la lengua de llegada,
cualquier traductor con cierta experiencia práctica en contextos especializados
sabe que esto está muy lejos de la realidad.
De hecho, el tratamiento de la terminología en la traducción especializada
es a menudo una tarea difícil y puede requerir mucho más esfuerzo y creatividad
por parte del traductor de lo que parece. Para empezar, la creencia de que un
diccionario multilingüe o una base de datos terminológica es todo lo que se
necesita para tratar la terminología especializada es cuestionable por al menos
dos razones:
a) Los diccionarios multilingües y las bases de datos terminológicas no
cubren todos los campos posibles del conocimiento y la actividad. Aunque esto
puede no ser inmediatamente evidente en países con una larga trayectoria
lexicográfica y terminográfica
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tradición, donde los diccionarios/bases de datos terminológicos, tanto
monolingües como multilingües, para los ámbitos técnico, jurídico, médico,
empresarial, etc., son relativamente comunes y fáciles de encontrar, esta realidad
es particularmente difícil en los países donde incluso estos dominios bien
establecidos no están bien cubiertos -o no están cubiertos en absoluto- por el
trabajo terminológico multilingüe. Muchas áreas de conocimiento nicho o menos
desarrolladas no se benefician en absoluto del trabajo terminográfico,
independientemente de la lengua en la que surjan. En todos estos casos de campos
no documentados terminológicamente, los traductores tienen que embarcarse en
una difícil búsqueda y encontrar por su cuenta, a través de su propia investigación,
la traducción convencional (si la hay) de los términos de origen en su lengua de
destino.
b) Los diccionarios y las bases de datos terminológicas no incluyen
todos los términos posibles. Por muy completos y precisos que sean (al menos en
los países en los que se crean, mantienen y actualizan constantemente), los
diccionarios y las bases de datos terminológicas tienen un límite. Al ser
repertorios limitados, no pueden pretender abarcar todas las instancias de la
lengua en uso ni todo lo que ocurre en los textos reales. Además, por naturaleza,
no pueden estar al día de todas las innovaciones que se producen en un
determinado campo del saber. En su trabajo, los traductores especializados
pueden encontrarse (y a menudo se encuentran) con neónimos -términos que son
neologismos, nuevas creaciones en la lengua de partida- y pueden tener que
intentar encontrar la mejor solución para introducirlos en la lengua de llegada.
Aquí es donde también interviene su creatividad lingüística.
Además de estas ideas erróneas sobre los poderes omnipotentes de los
diccionarios multilingües y las bases de datos terminológicas, existe cierta
confusión en torno a la traducción de los propios términos. A pesar de la opinión
común de que un término de origen y su traducción suelen estar vinculados por
una relación de uno a uno, a veces no hay una sola traducción disponible para un
término de origen. Aunque, en teoría, se supone que los términos son
monosémicos y cubren un solo concepto en un campo determinado, en la práctica
muchos términos son polisémicos y pueden requerir diferentes traducciones para
cada uno de sus significados. Por poner un ejemplo, la Enciclopedia de Términos
Tecnológicos de The Whatis?com recoge nada menos que cuatro acepciones
diferentes de "glitch" en este campo: 1) un fallo momentáneo de la alimentación
eléctrica; 2) cualquier pérdida temporal de servicio en la red; 3) un fallo que no
se encuentra muy a menudo; y 4) un ruido rápido y temporal en un archivo que
suena como un "chasquido". Además, incluso en ausencia de estandarización, la
traducción aceptada de un término también puede cambiar con el tiempo, debido
a diversas razones, y este es también un fenómeno que los diccionarios no siempre
son capaces de captar. En Rumanía, cuando las tecnologías de la información y
sus dispositivos empezaban a imponerse, la traducción más común del término
inglés (computer) "icon" era "iconiţă" (pequeño icono). Hoy en día, esta
traducción está empezando a quedar obsoleta y a utilizarse cada vez menos,
siendo sustituida paulatinamente por "pictogramă".
Además, los textos especializados no son meras listas de terminología
especializada. En cuanto a los términos, los textos especializados suelen incluir
series de (casi) sinónimos, paráfrasis, contextos de definición y un amplio léxico.
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y redes terminológicas. Además, debido a la gran interdisciplinariedad del
panorama actual del conocimiento, los textos que se limitan estrictamente a un
solo campo terminológico son la excepción, no la regla. Por ejemplo, la mayoría
de los textos de medicina incluyen términos de estadística, farmacología o física,
la mayoría de los textos que tratan sobre teoría musical se basan en la
terminología de las matemáticas, mientras que los manuales técnicos de usuario
abarcan términos jurídicos y empresariales. Parece inútil insistir en que un
traductor que se ocupe de este tipo de textos debe tener en cuenta y contabilizar
todas estas variables.

4. Encontrar las combinaciones de palabras adecuadas y el registro

Reducir la traducción de los textos producidos dentro de un campo de


conocimiento o actividad especializado, o referidos a él, a la traducción de su
terminología es una burda simplificación. Newmark (citado en Byrne, 2006, 3)
estimó que la terminología representa como mucho entre el 5 y el 10% del
contenido total de los textos técnicos. Por supuesto, esta estimación debe tomarse
cum grano salis, ya que la proporción de términos en un texto depende de
numerosos factores. Sin embargo, desde el punto de vista del léxico, el grueso de
los textos especializados está formado por palabras que pertenecen al vocabulario
cotidiano o por palabras que pueden considerarse semiespecializadas (de uso
común en varios campos). A modo de ilustración, he aquí algunos ejemplos
tomados al azar de un artículo médico (1), un libro de texto de negocios (2) y un
manual de usuario (3) - los términos están resaltados en cursiva:
(1) Durante el tratamiento con CC, los niveles de la hormona luteinizante
(LH) y de la hormona foliculoestimulante (FSH) aumentan, y vuelven a descender
una vez finalizado el curso típico de 5 días de terapia (7). En los ciclos de
tratamiento exitosos, surgen y maduran uno o más folículos dominantes. [1]
(2) Vuelva a mirar la regla básica presentada en el primer párrafo de este
capítulo, la regla que dijimos que todos los buscadores de precios intentan seguir
si su objetivo es maximizar los ingresos netos: Fijar el precio o los precios que le
permitan vender todas aquellas unidades y sólo aquellas unidades para las que se
espera que el ingreso marginal sea mayor que el coste marginal. [2]
(3) Pulse los botones izquierdo (2) y derecho (3) situados debajo del
panel táctil para realizar funciones de selección y ejecución. Estos dos botones
son similares a los botones izquierdo y derecho de un ratón. Tocar el panel táctil
es lo mismo que pulsar el botón izquierdo. [3]
Además de mostrar que los términos son sólo una parte relativamente
pequeña del vocabulario utilizado en los textos especializados, los ejemplos
anteriores también revelan otro aspecto difícil de la traducción especializada: el
tratamiento de los frasemas y el registro. Además de encontrar los términos
adecuados, los traductores que trabajan con textos especializados tienen que
identificar los distintos tipos de frasemas presentes en el texto de partida,
comprender su significado y los efectos perlocutivos que se pretenden, y tomar
decisiones informadas en relación con su traducción. Aunque las frases hechas
tienen un peso menor en cuanto al contenido informativo, su mala traducción
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puede dificultar la legibilidad general y socavar las funciones comunicativas
previstas del texto meta.
Para Mel'čuk, una frase hecha o frasema es simplemente una frase que
no es libre; esto significa que en su construcción o bien la selección de sus
miembros constituyentes o su combinación, o ambos, no se hacen libremente,
sino que se restringen a un número más o menos limitado de opciones (1998, 24-
30). Aunque está relativamente poco explotado en los estudios de traducción, el
campo de la fraseología parece ser de suma importancia en la traducción
especializada. Con el fin de agilizar la comunicación, cada campo de
conocimiento tiene su conjunto específico de frases y combinaciones de palabras
distintivas. Por ejemplo, "navegar por Internet / la web / a través de archivos /
datos", "leer / escribir un disco / datos", "herramientas de edición",
"procesamiento de imágenes", "uso/acceso no autorizado" son algunos de los
frasemas y combinaciones de palabras muy comunes en el campo de la
informática.
Cuando se trata de la fraseología de textos especializados, la elección de
las palabras adecuadas para acompañar cada término en la traducción es clave, no
sólo para preservar el registro/estilo específico del campo, sino también para
mantener y apoyar la función comunicativa que el texto traducido debe cumplir
en el contexto de recepción de destino. Una médica rumana me dijo una vez que
le había molestado mucho un texto médico traducido que había leído. En él, entre
otras cosas, un traductor rumano consideraba que verbos ingleses como "to die"
o "to flatline" eran demasiado duros, por lo que decidió "endulzar la píldora" en
la traducción. Como resultado, en la versión rumana del artículo inglés, los
pacientes "fallecieron", "perecieron" o "se separaron". Como explicó la doctora,
el efecto no deseado de tales asociaciones tuvo un impacto negativo en su
recepción del artículo en cuestión.
Aparte de las colocaciones específicas del campo, los textos
especializados pueden incluir muchos otros tipos de frases textuales y
referenciales. En el corpus paralelo de textos de uso general de las TIC que
construí para mi investigación doctoral pude identificar varios tipos de frasemas
referenciales frecuentes no específicos de las TIC: colocaciones léxicas ("alta
calidad", "próxima generación", "experiencia de usuario"), binomios irreversibles
("entrante y saliente", "rápido y fácil"), compuestos ("alta velocidad", "fácil de
usar") y verbos frasales ("encender/apagar", "configurar", "deslizar"). Los
frasemas textuales, los específicos de un campo y los que no lo son, van a veces
acompañados en los textos especializados por lo que Granger y Paquot (2008)
denominan frasemas comunicativos. Dependiendo del objetivo general que
persiga un texto especializado, estos últimos pueden adoptar la forma de fórmulas
de acto de habla (utilizadas principalmente en la publicidad o en textos que se
dirigen directamente a los lectores), fórmulas actitudinales (por ejemplo,
"yo/nosotros pensamos que", "yo/nosotros somos de la opinión de que", utilizadas
principalmente en textos argumentativos y científicos), lugares comunes
(utilizados a veces en contextos educativos), proverbios (o paráfrasis ingeniosas)
y eslóganes (anuncios, comunicación corporativa, etc.). A continuación se
presentan algunos ejemplos de este tipo de frasemas comunicativos, extraídos de
un libro de referencia en economía, The Economic Way of Thinking [2]:
(4) Volvamos ahora a una pregunta que formulamos pero que aplazamos
la respuesta. (240)
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(5) No estamos negando la posibilidad de que haya precios predatorios en las
empresas.
(216)
(6) Los casos sencillos son los mejores para iluminar los principios básicos.
(184)
(7) Ahí está la trampa. De hecho, es eficiente (desde su punto de vista) para
Ed a... (189)
(8) Un viejo proverbio afirma sabiamente que no se debe enviar al lobo a
vigilar a las ovejas. ¿Se debe confiar en el gobierno para preservar la competencia
en la economía? (212)
El tratamiento de todos los tipos de frasemas mencionados hasta ahora en
la traducción es de gran importancia, ya que, junto con los términos, participan
en la construcción del registro específico del campo y del registro general y
comunicativo (o estilo) tanto del texto de origen como del de destino. Como
señaló Byrne, "en muchos casos, la importancia o incluso la existencia del estilo
en los textos técnicos pasa completamente desapercibida, debido en gran medida
a la creencia de que, como el lenguaje técnico es funcional, debe ser "sencillo" y
estar desprovisto de cualquier forma de estilo o identidad lingüística" (2006, 5).
Los pocos ejemplos comentados hasta ahora indican que la neutralidad de estilo
o la falta de creatividad lingüística en los textos especializados no es universal.

5. Seguir las convenciones del género y las funciones comunicativas

Junto con los términos, los fraseos y el registro, otro aspecto crucial que
hay que tener en cuenta en la traducción especializada es el hecho de que suele
tratarse de textos,
es decir, entidades discursivas de pleno derecho, que no se escriben al azar, sólo
por escribir. Son el producto de un autor o de autores que pertenecen a una
determinada comunidad de discurso, y están destinados a servir a un propósito
determinado, porque "los individuos producen, o producen interpretaciones de
los textos de acuerdo con las normas de la comunidad de discurso y las funciones
que el texto está destinado a servir dentro de esa comunidad de discurso" (Bex,
2001, 66). Tanto la "tradición" de un texto como los objetivos comunicativos que
persigue cristalizan en las nociones de género y convenciones de género. Como
muestra Bhatia, el concepto de género "extiende el análisis más allá del producto
textual para incorporar el contexto en un sentido más amplio y dar cuenta no sólo
de la forma en que se construye el texto, sino también de la manera en que a
menudo se interpreta, utiliza y explota en contextos institucionales específicos o
más estrechamente profesionales para lograr objetivos disciplinarios específicos"
(2004, 20).
El discurso especializado es un ámbito en el que los géneros han
prosperado, ya que cada campo de conocimiento y/o actividad ha desarrollado -
o, a veces, tomado prestadas- sus propias formas convencionalizadas de
empaquetar los contenidos informativos. El ámbito jurídico, por ejemplo, abarca
una gama muy amplia de géneros textuales, desde sentencias, citaciones,
emplazamientos, requerimientos, hasta estatutos, testamentos, poderes o diversos
tipos de contratos. Los resúmenes de descargo, los informes de casos o las cartas
de consulta son algunos de los géneros más conocidos en
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el campo de la medicina, mientras que los extractos bancarios, los estados
financieros, los informes del libro mayor o las carpetas de cierre son géneros
habituales en el campo de la empresa/contabilidad. Por supuesto, muchos géneros
son transversales a varios campos. Un ejemplo en este sentido es el artículo
científico, que puede surgir como una forma convencional de organizar la
información en prácticamente cualquier campo del conocimiento, aunque las
convenciones textuales puedan ser ligeramente diferentes en cada caso.
Uno de los retos a los que deben enfrentarse los traductores
especializados es aprender a tratar todos los géneros que pueden encontrar en su
trabajo. Por un lado, tienen que ser conscientes de la "cultura" y los propósitos
que llevaron al uso de determinadas convenciones de género en la lengua de
partida y, por otro, decidir cómo deben tratarse estas convenciones en la cultura
de destino, de acuerdo con las posibles expectativas de los destinatarios (que
también tienen que prever). Como subrayan Neubert y Shreve, "la impresión de
que una traducción 'suena mal' proviene de la violación de las expectativas
textuales del lector. El lector tiene en mente un conjunto de expectativas tácitas
sobre cómo 'debería ser' el texto" (1992, 117). El cumplimiento de las
convenciones de género puede implicar a veces decisiones radicales, como
suprimir, añadir o reorganizar información en el texto de destino. Un estudio que
llevé a cabo para mi investigación doctoral reveló que las traducciones al rumano
de artículos de noticias sobre las TIC en inglés eran sistemáticamente más cortas
que sus fuentes (el tamaño medio de los textos de destino era de 373 palabras,
frente a las 500 de los textos de origen) y abarcaban un menor número de
divisiones intratextuales, como subtítulos o párrafos (1.793 en el corpus de origen
frente a sólo 1.354 en el corpus de destino). Esto demuestra que los traductores
hicieron un esfuerzo por adaptar los textos meta a las convenciones genéricas de
la cultura meta, que exigen que las noticias sobre las TIC estén más condensadas
en Rumanía. Puede ser necesario un esfuerzo de adaptación aún mayor en las
traducciones intergenéricas, en las que los géneros de origen y destino son
diferentes (por ejemplo, traducir un comunicado de prensa de origen como un
artículo de noticias en la cultura de destino).
En cuanto a las funciones comunicativas, a pesar de la suposición
tradicional, la práctica de la traducción parece sugerir que los textos
especializados que cumplen una función puramente informativa no son tan
frecuentes, ni siquiera en los ámbitos técnicos. A excepción de las descripciones
técnicas (por ejemplo, la descripción de las piezas que componen una determinada
máquina o su funcionamiento), que pueden considerarse únicamente
informativas, la mayoría de los textos especializados están destinados a cumplir
varias funciones comunicativas. Así, aunque su objetivo principal sea transmitir
información, la mayoría de los textos especializados también tienen como
objetivo persuadir (por ejemplo, mediante la argumentación, en los artículos
científicos; en los anuncios de productos), instruir (por ejemplo, en los manuales
de usuario; en las disposiciones legales), o incluso expresar puntos de vista
"personales" (por ejemplo, en los artículos científicos, en los informes
empresariales), etc.
(9) En el pasado, se recomendaba un examen para excluir cualquier
agrandamiento ovárico residual significativo antes de cada nuevo ciclo de
tratamiento, pero es
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ya no se recomienda. Aunque es prudente posponer el tratamiento cuando los
síntomas conducen al descubrimiento de un quiste de gran tamaño o de ovarios
groseramente agrandados, la investigación clínica y la experiencia clínica
acumulada sugieren que los exámenes físicos o ecográficos rutinarios "de
referencia" son innecesarios. [1]
(10) Cuando utilices el panel táctil, mantenlo -y tus dedos- seco y limpio.
El touchpad es sensible al movimiento de los dedos; por eso, cuanto más ligero
sea el toque, mejor será la respuesta. Si tocas con más fuerza, no aumentará la
capacidad de respuesta del touchpad. [3]
(11) ¿Cuál es el coste por debajo del cual no deben fijarse los precios?
¿Hay alguien que realmente venda por debajo del coste? Consideremos el caso
de la Sra. Profetta Seeker, propietaria del Supermercado Thrifty, que pide 1.000
libras de plátanos maduros. [2]
Como demuestran los ejemplos anteriores, para lograr todas estas
funciones en los textos de origen se utiliza una amplia gama de medios
lingüísticos y retóricos, y algunos de ellos pueden resultar especialmente difíciles
para los traductores.

6. Desafíos, responsabilidades y riesgos

Como se ha visto en esta breve reseña, desde el nivel de los términos


hasta la fraseología, el registro, las convenciones de género y las funciones
comunicativas, los traductores que trabajan con textos especializados tienen que
enfrentarse a muchos retos, que exigen no sólo conocimientos extralingüísticos
del campo o campos en cuestión, sino también capacidad de resolución de
problemas y creatividad lingüística. En muchos aspectos, en la sociedad del
conocimiento -donde la información se difunde a un ritmo vertiginoso, las
fronteras que separan las disciplinas se han desvanecido y los avances de la
ciencia y la tecnología se desarrollan a una escala nunca antes alcanzada- la
traducción especializada se ha convertido en una tarea al menos tan exigente
como la traducción literaria. En cualquier caso, no es en absoluto "más fácil",
"restringida", "maquinal" o "monótona", como en algunas visiones tradicionales.
En muchos aspectos, la traducción especializada y la traducción literaria son
similares. De hecho, llevando el concepto de especialización al extremo, en la
medida en que el arte literario podría considerarse una actividad especializada,
que sólo es practicada por un pequeño grupo de expertos, la traducción literaria
también podría considerarse como (un tipo de) traducción especializada. Sin
embargo, a pesar de su aparente similitud, el intento de hacer competir ambos
oficios y el empeño en asignarles etiquetas basadas en juicios de valor son tan
útiles como echar agua en un colador.
Los traductores especializados tienen una responsabilidad compartida
tanto con el texto fuente y su(s) productor(es) como con el texto meta y sus
futuros destinatarios. El estatus del texto literario de partida puede ser más
elevado que el de la mayoría de los demás tipos de texto, como afirmaba Snell-
Hornby, pero esto no significa que los textos de partida especializados carezcan
de autor ni que quienes encargan traducciones especializadas esperen menos que
un trabajo bien hecho, es decir, una traducción que consiga mantener la exactitud
del contenido informativo transmitido por el texto de partida y que, al mismo
tiempo, logre cumplir los efectos comunicativos previstos en el contexto de
destino.
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En sus constantes malabarismos entre la precisión y la exactitud en la
traducción de términos/contenidos informativos y el ingenio en la plasmación de
otros muchos fenómenos lingüísticos y pragmáticos presentes en sus textos de
origen, la traducción especializada no es una actividad exenta de riesgos. No es
casualidad que, según algunos puntos de vista, la noción de desviación en la
traducción (del texto meta con respecto al texto fuente) sólo sea aceptable cuando
se habla de documentos "científicos", "donde los hechos se exponen y presentan
en términos incondicionalmente objetivos para el lector del texto SL y TL por
igual, pero con los textos literarios la posición es diferente" (Bassnett, 1992, 79).
En los campos del conocimiento en los que la exactitud es un requisito previo, la
traducción errónea de términos puede tener resultados desastrosos, con
consecuencias que pueden ir mucho más allá del defecto de estilo de un autor
literario. Además, el tratamiento incorrecto de la fraseología y las elecciones de
registro inadecuadas pueden socavar por completo tanto la forma en que se
entiende y se recibe la información de los textos especializados como el efecto
comunicativo que se supone que debe producir la traducción en el contexto de
destino.
Por último, cabe señalar que, sobre todo cuando su lengua de destino es
menos conocida y terminológicamente estandarizada, los traductores
especializados, al igual que los periodistas o los autores, también son creadores
de lenguaje. Como subraya Montgomery, "la traducción (...) ha dado lugar una y
otra vez a la creación de nuevos vocabularios en lenguas anteriormente ajenas al
conocimiento pertinente" (2000, 18). Cuando los textos de origen son muy
influyentes o se benefician de una amplia difusión, algunas de las elecciones
realizadas en su traducción tenderán a quedarse en la mente colectiva y a ser
tomadas como norma, convirtiéndose así en las traducciones "convencionales" de
nuevos términos o de nueva fraseología específica del campo. Es así como suelen
introducirse préstamos formales o semánticos en una lengua, enriqueciendo su
vocabulario y ayudándola a seguir el ritmo de los avances de la ciencia y la
tecnología. Desde este punto de vista, los traductores especializados también
tienen responsabilidades hacia la lengua de destino y deben cuidarse del riesgo
de introducir traducciones poco rigurosas y de estilo pobre en el contexto de
destino. "El traductor, se ha dicho, debe ser algo más que un mero dispositivo que
pulsa palabra por palabra, frase por frase; debe participar activamente en la
elección del lenguaje, bailando la frontera entre la imitación y la innovación"
(Montgomery, 2000, 34).

REFERENCIAS

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*
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Ejemplos de:

[1] El Comité de Práctica de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, "Use of


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[2] Heyne, P., Boettke P. J., Prychitko, D. L., The Economic Way of Thinking, 12ª
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[3] Acer Incorporated, Aspire one Series User Guide, 2009.

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