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De Henrik Ibsen
Versión de David Amitín y Mauricio Kartun
EL PATO SALVAJE
De Henrik Ibsen
Versión de David Amitín y Mauricio Kartun
El pato salvaje se estrenó, durante la tem- JENSEN: Dicen que en sus tiempos, el di-
porada 1997, en la Sala Casacuberta rector...
del Teatro San Martín de Buenos Aires,
con la dirección de David Amitín PETTERSEN: Mujeriego como el que mas.
GREGORIO: Lo entiendo.
GREGORIO: ?El...?
GREGORIO: ¿Y él pagó...?
HIALMAR: Conciencia.
GREGORIO:
Sospechas. Si,
claro.
WERLE: Le doy
trabajo de
copista a Ekdal
en la oficina, y
por cierto lo
pago bastan- te
mas de lo que
vale.
GREGORIO: Me lo
imagino, si.
WERLE: Te hace
reir, por lo
visto. ?Te pa-
rece que no es
verdad? Bueno
no podria
mostrarte los
libros de
contabilidad
por- que
naturalmente
no se asientan
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 8
GREGORIO: ¿El aprendizaje de fotógrafo GREGORIO: Mi madre misma me lo dijo
de Hialmar no figurará, seguramente?. la ultima vez que la vi.
WERLE: Sigo sin entender a qué viene WERLE: Pensaba, justamente... ?De qué
eso. sirve que estés allá encerrado, en la fá-
brica, como un vulgar dependiente, sin
GREGORIO: Yo sí. ¿Este desprendimiento cobrar un centavo más que tu sueldo?.
tan generoso tuyo, no coincidió justa- Es una verdadera locura. (A un gesto
mente con su casamiento? de Gregorio.) No, no, lo entiendo. Ser
libre... No deberme nada... Lo entiendo.
WERLE: ¡¿Como voy a acordarme Pero precisamente ahora se presenta la
después de tantos anos?!. opor- tunidad de independizarte de una
vez por todas, Gregorio. De ser dueno
GREGORIO: Me escribiste una carta de tu pro- pio destino.
enton- ces -comercial, naturalmente- y
en la postdata me anunciabas el GREGORIO: ¿Ah sí? ¿Y cómo?
matrimonio de Hialmar con una tal
senorita Hansen. WERLE: Cuando te escribí pidiéndote que
volvieses enseguida a la ciudad, pensa-
WERLE: Asi se llamaba. Exactamente. ba...
WERLE: ¿Pero cómo te...? ¿Cómo se per- WERLE: Tengo que cuidar mis ojos, Gre-
mite ese desagradecido... ese fotógrafo gorio. Mi vista se ha debilitado
de... de... insinuar que yo... bastante.
GREGORIO: Es
posible. ¿Pero
quién tuvo la
culpa en todo
caso? ¡El
Director Werle, y
cada una de
sus amantes! La
última de las
cuales fue esa
mujer que
encajaste a
Hialmar Ekdal
cuando te
cansaste de ella.
WERLE: Palabra
por palabra:
Como si es-
tuviera
escuchando a
tu madre.
GREGORIO: Y ahi
queda ese
infeliz, ese
pobre ingenuo
rodeado de
enganos. Vi-
viendo bajo el
mismo techo
con una mujer
de esa clase y
sin sospechar
si- quiera que
eso que llama
inocentemente
«su hogar» esta
edificado sobre
una re- verenda
mentira.
Cuando miro tu
WERLE: ?Y cual es?, si se puede saber. Por la puerta de calle aparece el viejo
Ekdal con un rollo de papeles bajo el
GREGORIO: Te reirias si lo dijera. brazo y un paquete en el bolsillo del
abrigo.
WERLE: Un solitario como yo no se rie
tan facilmente, Gregorio. GINA: Vuelve tarde esta noche, abuelo.
GREGORIO: (Senalando a la sala.) Los in- EKDAL: Habian cerrado la oficina. Tuve
vitados estan jugando a la gallina ciega que esperar a Graaberg y pasar por...
con la senora Soerby, senor Werle. Bue- (Calla)
nas noches, y buena suerte. (Sale.)
EUGENIA: ?Te dieron algo mas para
WERLE: ?Infeliz...! ?Y dice que no es un copiar, abuelo?
fanatico!.
EKDAL: Todo esto.
ACTO II
GINA: Qué suerte.
Estudio de Hialmar Ekdal. Enorme techo
vidriado semicubierto con cortinados. EUGENIA: ?Y ese paquete del bolsillo?
Un sofa y una estufa de hierro.
Aparatos e instrumentos fotograficos de EKDAL: ¿Qué...? Nada, nada... Una...
toda clase. Frascos y enseres. Sobre la Nada. (Transición.) Con esto tengo
mesa foto- grafias, pinceles, lapices, trabajo para rato, Gina. (Entreabre la
etc. A foro una ancha puerta corrediza. puerta de foro.) Chist... (Cierra con
precaución.) Ya se durmieron todos. El
Gina Ekdal Cose. Eugenia, su hija, lee un se acostó en el ces- to. (Ríe satisfecho)
libro.
EUGENIA: ?No pasara frio en el cesto,
GINA: Eugenia... (Eugenia absorta no la abue- lo?
escucha.) Eugenia.
EKDAL: ¿Con tanta paja...? Qué ocurren-
EUGENIA: Si mama. cia. (A Gina) Tengo mucho que copiar,
Gina... Que nadie me moleste en mi
GINA: Ya no es hora para leer. cuar- to, ?eh?. Nadie. (Sale.)
GINA: Bueno... en realidad no podríamos Hialmar Ekdal entra desde la calle. Lleva
decir que lo haya invitado el señor abrigo y sombrero.
Werle propiamente. Fue su hijo
Gregorio que GINA: ?Hialmar...! ?Ya de vuelta?.
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 10
EUGENIA: ¿Cómo...? ¿Tan Con sus canas y acababas de
sus... Dejémoslo cruzar, y me
temprano?. al menos que apuré a ver si te
disfrute un poco. alcanzaba, pero...
HIALMAR: Si. AR:
Entra el viejo Ekdal EKDAL: Claro, claro.
Casi todos se ? vestido de Gracias, Hialmar.
entrecasa y ¿Quién era toda
retiraban, y... Dij fumando en
esa gente?
pipa.
EUGENIA: ?Tan o HIALMAR: Bueno,
EKDAL: ?Volviste? habia de todo. El
Me habia
pronto?. alg ma- gistrado
parecido re-
Gulstad, el
conocer tu voz.
HIALMAR: o... senador Paulsen,
Bueno... No el asesor
era mas que HIALMAR: Acabo Kaspersen... el
?
una comida. de entrar. no se que, no se
GI cuanto...
GINA: (Lo ayuda EKDAL: ?No me
NA: viste...? Alli EKDAL: ?Gina! ?
con el abrigo.) cuando pasa- ba,
No. digo... Todos funcionarios!
Dame. EUGENIA:
¿Q HIALMAR: No, no... EUGENIA: ¿Y de qué
(Hace lo propio.) Pero me dijeron
ué que hablaban, papá?.
Yo también...
(Gina cuelga el iba HIALMAR: ?Bah!. No
abrigo.) ¿Había
mucha gente, a hicieron mas que de-
papá? cir tonterias. Me
dec pidieron a mi que
HIALMAR: No, no reci- tara, pero
mucha. Unas ir? de ninguna
doce... o manera.
catorce HIALMAR: ¿No
personas. comentó de...? EKDAL: ?
Voy a entrar a
GINA: ?Y verlo. Les dijiste
estuviste
charlando con GINA: Creo que que no?
todo el seria mejor no...
mundo? GINA: ?
HIALMAR:
HIALMAR: (Desalentado) ? Hialmar,
Bueno... Un Dijo que no
poco. Un poco queria verme?. podrias
con cada uno.
Gregorio me GINA: No quiere haber...!
acaparó por ver a nadie.
com- pleto. (Un gesto.) HIALMAR: No, no.
¿Volvió papá? Entró con su... No va a andar
paquete. uno ha- ciéndole
EUGENIA: Esta los gustos a todo
alli en su HIALMAR: ? el mundo.
cuarto, Esta...?
escribien- do. EKDAL: Bien, bien...
GINA: Parece.
HIA HIALMAR:
HIALMAR: Mi Charlamos,
LM pobre viejo. tomamos una
copa... Después
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 11
tuvimos una amistosa-
pequeña mente, como es
discusión sobre natural. Al fin y
el oporto... al cabo eran
buena gente,
EKDAL: ?Tomaron no había razón
oporto? ?Un buen para herirlos.
vino!.
HIALMAR: Puede
ser. Depende,
natural- mente.
No todas las
cosechas son de
ca- lidad pareja.
Influye mucho
el sol que haya
tenido en el
ano.
GINA: Cuantas
cosas sabe tu
padre, Eugenia.
EKDAL: ?Y te lo
discutian?
HIALMAR: Lo
intentaron,
digamos. Pero
se callaron
enseguida
cuando se les
replicó que
pasaba lo
mismo con el
oporto que con
los
funcionarios,
que también
depen- den del
sol que más
calienta.
EKDAL: ?Y
tuvieron que
tragarse eso?
HIALMAR: No
volvieron a abrir
la boca.
GINA: ?Hialmar,
Dios mio! Las
cosas que se te
ocurren.
HIALMAR: Al final
todo terminó
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 12
EKDAL: ?Pero no te lo callaste! (Lo registra) Debería darte vergüenza.
EUGENIA: ¡Qué elegante estás con ese HIALMAR: No, no... Se me pasó, y... ¡Pero
smoking, papa. Y lo bien que te queda! tengo otra cosa que te va a gustar!.
(Bus- ca en los bolsillos del smoking.)
HIALMAR: ¿Verdad, no? Como a medida.
Un poco ajustado acá en los hombros. EUGENIA: ?Mama... Mama...!
A ver Eugenia... (Eugenia lo ayuda.)
¿Dón- de está mi saco, Gina?. GINA: ?Ves? Hay que saber esperar.
GINA: Aquí. (Lo ayuda a ponérselo. HIALMAR: (Sacando una cartulina.) Aqui
Eugenia colabora amorosamente.) esta.
EUGENIA: Los rulos mas bonitos del HIALMAR: Pero... Es... ?Es increible la
mun- do. can- tidad absurda de cosas que se
pretende que un padre de familia tenga
HIALMAR: Esta chica... presente en la cabeza! ?Increible...! ?Y si
se olvida de... del mas minimo detalle
Tiempo. enseguida le ponen mala cara!. En fin: a
todo hay que acostumbrarse. (A su
EUGENIA: Papa... padre.) ?Echaste un vistazo ya?
llama. e
I l
A a
M p
A u
R e
: r
? a
A .
GREGORIO:
e (Desde el umbral.)
s Disculpe... Gina
t retrocede un paso.
a GREGORIO: ¿Vive
aquí el fotógrafo
o HIALMAR:
¡Gregorio! ¿Dejaste
r la reunión...?
a GREGORIO: Sí.
La reunión y la
! casa. Bue- nas
noches señora
Ekdal. No sé si
me reconocerá.
G
GINA: No hay
i manera de
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 14
HIALMAR: ¿Cómo es eso que dejaste la
GINA: La madre de Hialmar sufría de los ojos
casa?
también.
GREGORIO: Acabo de dejar mis cosas en
un hotel.
GREGORIO: Gracias.
el es-
tudio.
GREGORIO: ¿Porqué?
GREGORIO: ?Ciega?
E E Acérquese.
U n GREGORIO:
G ¿Pero qué
E f es...?
. GREGORIO: ?
Teniente Ekdal! ?
? EKDAL: Una mano Cria galli- nas? ?
aqui, Hialmar, En medio de la
S para ayu- darme casa?
a abrir.
i EKDAL: ¡Y qué
GREGORIO: ¿De qué gallinas, señor
se trata? Werle! Aho- ra
,
están echadas
GINA: Bueno, no naturalmente,
vaya a pensar pero de día... Hay
que es nada que verlas, de
p
extraordinario, día.
a tampoco.
EUGENIA: Y
p Hialmar y su padre
van hasta la ademas hay
a pared del fondo y
empujan las un...
. hojas de la
puerta corrediza. EKDAL:
. A través de la
puerta se vis- Chst...
. lumbra una
buhardilla amplia Chst...
! y profun- da, de
dimensiones Todavia no.
irregulares.
Rinco- nes, vigas, GREGORIO:
y canos de ¿Palomas?
H ¿Tiene palomas
chimenea que la
atraviesan de también?
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 16
EKDAL: Bajo el
alero. Arriba.
Les gusta
anidar en
altura.
HIALMAR: Pero no
palomas vulgares...
EKDAL: ?
Mensajeras!
Pero venga...
venga mas
cerca. Vea el
nicho en el
muro. ?Son
conejos, amigo!
EKDAL: ?Yo...? En todo caso habria que HIALMAR: Por nosotros encantados...
preguntarselo a su padre.
GINA: Pero es que... Señor Werle esta no
GINA: Pero no ha sido el senor Werle mis- es una habitación digna de una
mo que nos ha regalado el pato. persona como...como...
GINA: Mientras
no se desquite
con el po- bre
abuelo, y le
saque el trabajo
de las copias.
HIALMAR: Bueno,
casi te diria:
mejor. Un
hombre como
yo... Un... un
hombre de
ciencia, tener
que ver que a
su padre
anciano lo
tratan como
un... paria. Pero
ya está llegando
el día. Sí, señor.
(Come otro
sandwich.) Uno
tiene una
misión en la
vida. Una
misión, y la voy
a cumplir.
Como que me
llamo Hialmar
Ekdal que la
voy a cumplir.
EUGENIA: Eso,
papa.
HIALMAR: Hemos
alquilado el
cuarto. Eso me
da más
independencia
para mis...
investigaciones.
Sí señor: el
hombre que se
impone una
misión en la
ACTO TERCERO
Estudio de Hialmar por la manana. Luz
por la claraboya del techo. Esta corrido
el cor- tinaje. Hialmar, a la mesa,
retoca unas fotografias. Eugenia
merodea y fastidia. Entra Gina de la
calle.
GINA: Si.
apuro...
Tenemos todo el tiempo del mundo.
EKDAL: (Vuelve a asomarse. En voz baja.) HIALMAR: Bueno, después de todo creo
?Mucho que hacer?. que... (Al ver a para después de
Gina en la comer, mientras
HIALMAR: No doy abasto con estas puerta de la estés hacien- do
foto- grafias. cocina.) ¿Yo?. No, la siesta.
no tengo
EKDAL: Bueno, bueno, nada. Si estas tiempo... Con HIALMAR: Ah,
tan ocupado... (Vuelve a su cuarto todo el trabajo bueno, bueno.
dejando la puerta abierta.) que hay. Entonces si,
(Tirando de una pondremos aqui
HIALMAR: (Deja el pincel y va hasta la cuerda baja una la mesa.
puer- ta de Ekdal.) ?Estas haciendo especie de telón
algo? ordina- rio que GINA: Igual no hay
deja invisible la ningun apuro.
EKDAL: Ya que estas tan atareado, yo parte baja de la Se la puede
tam- bién, caramba. buhardilla. seguir usando,
Vuelve a la digo.
HIALMAR: Bueno... bueno... (Vuelve al mesa.) A ver si de
tra- bajo.) una vez por HIALMAR: Ya ves
todas puedo que estoy
EKDAL: (Unos instantes después tener un mo- usandola todo lo
vuelve a asomarse a la puerta.) En mento de que puedo.
fin... Ahora, ya, tanto apuro no tranquilidad.
tengo. Gina vuelve
GINA: ¿Otra vez allí
HIALMAR: ?Hacias copias?. adentro, a la cocina.
haciendo vaya a
EKDAL: ¡Maldita oficina! ¿No pueden saber qué Un tiempo.
es- perar un día más? No es cosas...?
cuestión de vida o muerte, tampoco. Desde la
HIALMAR:
HIALMAR: Y al fin y al cabo uno Preferirias que buhardilla
tampoco es un esclavo, ?no? ande por ahi to-
mando... (Se Ekdal lo
EKDAL: Y con todo lo que hay que sienta.) ?
hacer ahi adentro. Buscabas algo? chista.
GREGORIO: Por mi, no interrumpas tu EUGENIA: Ajá. También hay una caja
tra- bajo. muy vieja, con pinturas; y otras cosas
por el estilo. Pero sobre todo: libros.
EUGENIA: Voy a seguir otro ratito.
GREGORIO: ?Y te gusta leer esos libros?
Gregorio la mira en silencio.
EUGENIA: Siempre que puedo. Lo que
GREGORIO: ¿Durmió bien el pato salvaje pasa es que la mayoría están en inglés;
esta noche? y yo no entiendo inglés. Pero miro las
figu- ras. Hay uno enorme, así, que se
EUGENIA: Creo que si, gracias. llama
«History of London» y tiene muchísimos
GREGORIO: (Por el desvan.) Con luz de grabados. Debe tener, no sé, cien años,
dia se lo ve muy distinto. por lo menos. Doscientos... En la
prime- ra página se ve a la muerte con
EUGENIA: Cambia mucho, si. un reloj de arena, y una muchachita.
¡Horrible! Mas adelante, si, hay otras
GREGORIO: Y... ?Te gusta estar alli? Con con iglesias y castillos, y barcos por los
el pato salvaje, digo... mares...
EUGENIA: Si. Siempre que puedo. GREGORIO: Y digo yo, Eugenia. cuando
estas ahi metida, mirando las
GREGORIO: Seguramente, mucho tiempo estampas:
de sobra no tendras. Con el colegio y ?No se sienten ganas de salir y ver el
to- das esas cosas. mundo de verdad...?
eso?
GINA: ??Sera
posible?! ?Ya
empiezan otra
vez con la
escopeta!
GR
EG
ORI
O: ?
Dis
par
an?
EU
GE
NIA:
Sali
ero
n de
caz
a.
GREGORIO:
¡Cómo! (Se
acerca a la
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 22
GINA: Alguno de estos dias va a haber zo?
una desgracia con esa arma.
HIALMAR: La de la perdigonada.
HIALMAR: Apenas.
GREGORIO: ?Demoniaco?
RELLING: Demoniaco.
GREGORIO: Aha.
Salen. Pausa.
cau-
sado al viejo Ekdal por... nosotros, no
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 26
que lo estan llevando a la ruina. lo permite.
HIALMAR: Regular. Dimos un paseo muy GINA: ¿Pero qué tiene que ver que el
largo Gregorio y yo. idiota de Pettersen se lo haya regalado
al abue- lo, para que...?
GINA: No tendrias que haber ido. No estas
acostumbrado. HIALMAR: Hay ciertas exigencias... la exi-
gencia de los ideales, ciertos compromi-
HIALMAR: Bah... Hay muchas cosas en sos que un hombre no puede eludir sin
este mundo a las que un hombre tiene danar profundamente su alma.
que acostumbrarse. ?Vino alguien
mientras yo no estuve? EUGENIA: Papa... Es solamente un
pato... un pato salvaje...
GINA: Los dos novios solamente.
HIALMAR: ?Y por eso te dije que lo perdo-
HIALMAR: ?Ningun encargo nuevo? no! Porque es tuyo. Y porque tengo
otros deberes mas importantes que
GINA: No. Hoy tampoco. cumplir. Bueno Eugenia, es hora de tu
paseo.
EUGENIA: Seguro que manana va a haber
muchos. EUGENIA: No tengo ganas de salir, ahora.
HIALMAR: Espero. Porque desde mana- HIALMAR: Este aire viciado no te sienta
na pienso ponerme a trabajar en se- bien.
rio.
EUGENIA: Papa... Dame tu promesa de
EUGENIA: ¿Mañana? ¿Qué día es maña- que no le vas a hacer nada malo al pato
na, papá...? cuan- do yo esté afuera.
HIALMAR: Ah... si. Verdad. Pasado mana- HIALMAR: Te dije que no le tocaré ni una
na, entonces. En adelante voy a hacer- pluma. (La abraza.) Eugenia...
me cargo yo mismo de todo el trabajo. Nosotros... (Le señala la puerta.) Vamos.
HIALMAR: ¡La
madre de mi
Eugenia! ¡Y
pensar que mi
casa...,(Patea
una silla.) todo
ésto que llamo
mi hogar, se lo
debo al canalla
de Werle!
GINA: ?Vas a
renegar de los
quince anos
que vivimos
juntos?.
HIALMAR: ?Y no
sentias
remordimiento
cada dia, cada
hora, por esta
red de men-
tiras que tejiste
como una
arana? ?La ver-
dad! ?No
sentias
remordimiento...
Angus- tia, al
menos!
GINA: ?Hialmar,
mi amor! Tenia
tanto que hacer.
Tanto en que
pensar todo el
dia en la casa.
HIALMAR: ¿Y
nunca se te
ocurrió mirar
hacia atrás?
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 30
HIALMAR: ¡Qué insensibilidad! ¡Qué indi- mi despedida. Y mi sueño era que me
ferencia más monstruosa! Eso es lo que sobrevivieras, acomodada y sin preocu-
más me indigna. Ni el menor arrepenti- paciones. Que todo el mundo honrara
miento. en Gina Ekdal a la viuda del famoso
inven- tor desaparecido.
GINA: Hialmar: ¿Qué hubiese sido de tu
vida si no hubieras encontrado una GINA: ?Hialmar, no hables asi! ?El senor
mu- jer como yo? no me permita ver el dia en que me
que- de viuda!
HIALMAR: (Con ironia.) ?Una mujer como
ella! HIALMAR: ¡Qué importa, ahora que se
ter- minó todo!
GINA: Si. La que fui siempre. La mujer
prac- tica de la casa, como quien dice. Gregorio Werle abre cautelosamente la
puerta y mira.
HIALMAR: ¿Que qué habría sido de mi?
GREGORIO: ?Puedo pasar?
GINA: En la época en la que nos conoci-
mos ya empezabas a descarriarte. HIALMAR: Adelante.
Y:
en
as
oc
he
s.
GI
A:
er
ta
GINA: ¿Cómo? ¿Te vas? SOERBY: Bastante sí. Hace muchos años
hubo algo entre nosotros. En esa época
SOERBY: Sí. Mañana a la mañana. A parecía que las cosas irían mucho más
Hoidal. El director se ha ido esta tarde. lejos.
(A Gregorio.) Me pidió que le dejara
salu- dos de su parte. GREGORIO: Fue una gran suerte para
us- ted que no sucediera, ?no?
HIALMAR: Asi que el senor Werle... ?Y
aho- ra se va usted? SOERBY: Tiene razón. Pero siempre me
cuidé mucho de actuar
SOERBY: Si. ?Que le parece? impulsivamente. A una mujer no le
conviene desperdiciar sus
HIALMAR: Que tenga cuidado. Eso me oportunidades.
pa- rece.
GREGORIO: ¿Y no le asusta que yo le ha-
GREGORIO: Hialmar... Mi padre se casa ble a mi padre de esa vieja relación
con la senora Soerby. suya?
GIN
A:
Con
la
seno
ra
Soer
by.
EUG
ENI
A:
Si.
HIALMAR: Y espero
que sea la ultima
vez.
EUGENIA:
(Acercandose
carinosa a su
pa- dre.) Papa.
HIALMAR: Si.
EUGENIA: La
senora Soerby me
trajo algo.
HIALMAR: ?Algo?
GINA: Berta
siempre te ha
regalado alguna
cosita para tu
cumpleanos.
HIALMAR: ¿Qué
es?
EUGENIA: No, no
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 34
HIALMAR: ?Otra cosa mas que se me HIALMAR: Hay más. No leíste lo que sigue,
Eugenia. (A Gina.) Después la donación
oculta?
será transferida a ella.
EUGENIA: Si vas a ponerte de mal humor
te lo enseno. Es una carta. (La saca.)
contento, si.
EUGENIA: ¿Qué?
GREGORIO: (A GREGORIO:
Gina.) ¿No (Tratando de
sería mejor de- cambiar de
jarlo sólo con tema.) Ahi esta:
su batalla el pato salvaje...
interior? Vamos a hablar
del pato salvaje,
GINA: Eso lo Eugenia.
resolverá
después. Ahora EUGENIA: Pobre
lo importante pato. Ya ni a él lo
es tranquilizar quiere ver más.
a la criatura. Le quería retorcer
(Sale.) el pescuezo.
EUGENIA: Ahora
EUGENIA: ?Y usted cree que serviria de EKDAL: Hialmar, queria decirte... ?No
esta Hialmar...?
algo? GREGORIO: Yo haria la prueba.
GINA: Salió.
Un tiempo. Se miran.
EKDAL: ¿Tan temprano? ¿Y con esta
EUGENIA: Sí. Probaré. neva- da? Bueno, bueno... daré el
paseo solo, entonces. (Se dirige al
GREGORIO: ?Tendras el valor que hace desván al que en- tra ayudado por
falta? Eugenia, quien cierra la puerta tras él.)
EUGENIA: Le puedo pedir al abuelo que EUGENIA: (En voz baja.) Mamá... ¿Qué va
lo haga. a hacer el abuelo cuando se entere que
papá nos va a dejar?
GREGORIO: Muy bien. Pero ni una pala-
bra sobre esto a tu madre. GINA: No, Eugenia. El abuelo no tiene
que saber nada. Fue una bendición del
EUGENIA: ¿Por qué no? cielo que no estuviera aquí durante el
disgus- to de ayer.
GREGORIO: Bueno... Ella no nos
compren- de. EUGENIA: Si, pero...
GINA: No. Salió con Relling. GINA: Dicen que esta abajo en casa de
Relling.
GREGORIO: ?Seguro?
GREGORIO: ?Pero es posible que haya
GINA: Me lo dijo la portera. Molvic iba con sa- lido con esos individuos...!
ellos.
GINA: Si.
GREGORIO: ?Justo cuando su alma nece-
sitaba tanto la soledad! GREGORIO: Ahora, precisamente que ne-
cesitaba tanto de la soledad.
GINA: Los hombres son tan raros. Tan ra- G I
t RELLING: EUGENIA: A lo
mejor es bueno
r No dice que duer- ma un
poco, mama.
a nada en
GINA: Puede ser.
absoluto. Seria mejor no
despertarlo
R EUGENIA: ? demasiado
temprano.
e No habla? Gracias Relling.
Ahora voy a
l RELLING: arreglar un
poquito la casa, y
l Ni una después...
Podrías
i palabra. ayudarme,
Eugenia.
n GREGORIO:
Entran las dos en
g Lo el salón.
. comprendo GREGORIO: (A
Relling.) ¿Y cómo
EUGENIA: ? bien. GINA: me expli- caría
usted este
Papa esta en ¿Y qué tumulto que está
vivien- do el
su casa...? hace, alma de
Hialmar?
GINA: (Al entonces?.
RELLING: ?Que me
mismo RELLING: Tirado caiga muerto
aqui mis- mo si
tiempo.) ?Esta sobre el sofa. le he visto algun
«tumulto del
alli? RELLING: Ronca. GINA: ? alma»!
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 37
sis, cuando toda espirituales. La sonrosado... el
su vida va a verdad, no creo ideal de las
reconstruir- se que tenga gran muchachitas;
sobre una base cosa que sentimental, con
nueva. Cómo agradecerles. ese timbre
puede decir que La desgracia de seductor en la
un carácter Hialmar es la voz... ¡Y con ese
como el de Hial- de haber talento para
mar... pasado siempre recitar los versos,
por talento- so y las ideas, de los
RELLING: entre los que lo demás!
¿Carácter, él? rodeaban.
No me haga GREGORIO:
reír. Si es que GREGORIO: ?Y (Indignado.) ?Y
alguna vez -de no lo es? ?En el usted se per-
chico- tuvo fondo de su mite hablar asi
predis- posición alma, por lo de Hialmar
para esas menos? Ekdal?
anormalidades
mor- bosas que RELLING: Ni alli. RELLING: Bueno,
usted llama Nunca le he si... con su
carácter, le notado nada permiso. Asi es
puedo asegurar que pueda ser por adentro el
que le fueron llamado asi. No idolo ese ante el
extirpadas de me sor- prende cual usted se
raíz que su padre lo arrodilla.
creyera un pro-
GREGORIO: No digio, porque el
recibió otra teniente, al fin
cosa en su in- y al cabo, ha
fancia que sido un idiota
educación y toda su vida.
afecto.
GREGORIO: Lo
RELLING: ?Usted que ha sido
se refiere a las Hialmar es un
dos solte- ronas hombre con
histéricas de corazón de
sus tías? niño. Y eso es
algo que usted
GREGORIO: ?Le no puede
informo, para entender.
su dominio, que
eran mujeres RELLING:
que jamas ¡Bueno,
soslayaron el bueno...! Mire
cumplimiento de Werle: cuando
sus deberes! Por nuestro
supues- to... A pequeño
usted estas Hialmar fue es-
cosas le causan tudiante
gracia. también
terminó
RELLING: No. Ni convenciendo a
siquiera estoy sus
de humor para compañeros de
eso. Conozco que él era el
bien a esas autén- tico
damas. Hialmar genio del
ha vomitado futuro. Como
abundante era amable,
retóri- ca sobre buen mozo,
sus dos madres blanquito y
GINA: Sí...
Claro... ¡Pero
cómo estás,
Dios mío...!
HIALMAR: ¿Cómo?
HIALMAR: Sí,
claro, sí. No
tendré más re-
medio que
revelarle toda
esta historia
sórdida. Tengo
que ver cómo...
Necesito unas
horas de
respiro. Pensar
un poco. No
puedo cargar
con todo esto
en un solo dia.
GINA: No... Y
menos con este
tiempo horri-
ble...
HIALMAR:
(Repara en el
papel del
director Werle.)
Veo que ese
papel anda por
aqui, todavia.
GINA: Si.
Yo no le
he
tocado.
HIALMAR
: Por lo
que me
importa.
exi-
gencias.
GREGORIO: ¿Y por qué no aquí? ¿No GREGORIO: ¡¿Hialmar, por qué ilusión?!
val- dría la pena intentarlo? Ahora HIALMAR: ¿Y cómo alerta. No sé si lo
estás pi- sando terreno firme, se puede saber la del donativo no
Hialmar. Ahora sí se puede ver- dad? Es una es simplemente
construir. Está tu invento, ade- duda horrible. el comienzo. La
más, que es un ideal que le da Pensar que quizá señora Soerby
sentido a la vida de un hombre. Eugenia jamás siempre tuvo
sintió por mí un debilidad por
HIALMAR: No me hables de ese ca- riño Eugenia. Ahora
invento. Vaya a saber si alguna vez verdadero. tiene la
estara termi- nado. posibilidad de
GREGORIO: hacer lo que se
GREGORIO: ¡¿Por qué?! (Escucha algo.) le ocurra con
Tal vez haya una ella. En el
HIALMAR: ¿Qué puedo inventar yo?. manera de momento que
Ya hay otros que inventaron casi probártelo. ¿Qué quieran, me la
todo. Cada vez se hace más difícil es eso? quitan.
encontrar algo que no esté ¿No es ese el
inventado. graznido del pato GREGORIO:
salvaje? Eugenia no te
GREGORIO: ?Y todo el esfuerzo que abandonara
has puesto en esto?. HIALMAR: nunca.
(Escucha.) Debe
HIALMAR: Culpa de ese libertino de estar papa en el HIALMAR: Yo no
Relling que me insistió, y me desvan. estaría tan
insistió... seguro. Si la
GREGORIO: (Se llaman con las
GREGORIO: ?Relling? ilumina.) ?En el manos llenas...
desvan...? Creo Ahora veo claro
HIALMAR: El me dio el empujón. Me que vas a tener que este oscuro
con- venció de que tenía talento una prueba del fotógrafo de
como para descubrir algo en el arte carino de la buhar- dilla
de la fotografía. pobre Eugenia. nunca significó
nada para ella.
GREGORIO: Así que fue él... HIALMAR: ¿Qué Que todo fue ni
prueba me puede más ni menos
HIALMAR: ?Y lo feliz que me hizo, dar? que una arti-
meterme en todo eso...! No tanto por ¿Por que tendría maña para
el invento en si... Por Eugenia, que que creerle? llevarse lo mejor
estaba tan entusias- mada, que posible con él
confiaba en el invento con esa fe GREGORIO: hasta el
ingenua que tiene los chicos. Bah... Eugenia no momento
por lo menos asi me lo hacia creer. conoce la oportuno.
Tonto de mi. falsedad,
Hialmar. GREGORIO: Es
GREGORIO: ?Podrias creer que fue falsa? una locura lo
HIALMAR: Eso es que estas
HIALMAR: ¿Qué importa lo que crea o lo que no sé. diciendo,
no?. Lo cierto es que se me cruza en Vaya a sa- ber lo Hialmar. Nadie
el cami- no. Va a ensombrecer mi que Gina y esa podria creer algo
existencia siem- pre. señora Soerby asi.
han andado
GREGORIO: ?Eugenia? ?Es posible cuchicheando HIALMAR: Eso es
que pienses asi? por aquí tantas justamente lo
ve- ces. Y terrible. Que no
HIALMAR: ¡Con el cariño que he Eugenia que sé lo que tengo
sentido por esa criatura!. ¡Qué anda siempre que creer. Que
felicidad volver cada vez a esta casa con los oídos no lo sabré
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 43
nunca. Mi Suena un disparo ba.
buen Gregorio: GINA: (Conteniendo
en el altillo.
estás confiando HIA el llanto.) Yo lo
demasiado en ves, Hialmar.
GREGORIO:
la exigencia de LM
los ideales. Si (Jubiloso.) ? HIALMAR: ¡Gina,
vinieran los Hialmar! ¿dónde está?!
AR:
otros, los de las
manos llenas, y HIALMAR: GINA: Pobre,
?
le dijeran ¡Bueno. Ya seguramente esta
«Vamos salió de caza sentadita en la
Cu
Eugenia, aquí otra vez...! cocina.
te espera la al
buena vida...» GINA: HIALMAR: (Abre la
(Apareciendo.)
pru puerta de la cocina.)
GREGORIO: ?Y Hialmar... Seria
?Eugenia, hijita
entonces? me- jor que
eba de mi amor...!
veas al abuelo.
(Mira.) No, aqui
HIALMAR: Y yo le Esta cazando
? no esta.
dijera: «?Estas solo.
dispuesta a GREGORIO: El GINA: Estara en su
renunciar a esa HIALMAR: Voy a
sacrificio infantil cuarto...
vida por mi?» verlo. de su te- soro
Ya verias lo que más preciado. HIALMAR: (Desde
me contestaba. GREGORIO: Eugenia adentro.) No,
(Emocionado.) convenció a tu tampoco.
Hialmar, no padre para que (Regresa.) Debe
podrias mate al pato haber salido.
imaginar lo que salvaje.
esta pasando.
GINA:
HIALMAR: ?Al Seguramente.
HIALMAR: ¿Qué...?
pato...? Como no la
querias en
G
GINA: ¡¿Dios mío, y ninguna parte.
R por qué...?!
E GREGORIO:
Decidió
G sacrificarte lo
más valioso que
O tenía en este
mundo porque
piensa que de
R
esta manera
volveras a
I
quererla.
O
HIALMAR:
:
(Conmovido.)
L
Esta criatura...
a
GINA: Las cosas
p
que se le ocurren.
r
GREGORIO: Quería
reconquistar tu
u
cari- ño, eso es
todo. Se le hacía
e imposible vi- vir
sin él.
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 44
HIALMAR: ?Dios mio, si volviera pronto esta recobrando el conocimiento! ?Si, si...!
para poder decirle... Para poder... ?Gre-
gorio, creo que ahora si puedo empezar
una nueva vida!
EKDAL: No.
GREGORIO: Tirada...
RELLING: (Entra seguido de Molvic.) ¿Qué GINA: Por lo que mas quieras, no cometas
pasa? ese pecado, Hialmar. Sera que no
teniamos derecho a conservarla.
GINA: Dicen que Eugenia se pegó un tiro. MOLVIC: La nina me va a ha- cer
no ha muerto... tragar lo del
HIALMAR: (Le indica que se acerque) Esta solo accidente.
?Relling, por favor...! dormida en el
sueno eterno... GREGORIO:
RELLING: ?Un tiro? (Revisa a Eugenia.) (Aterrado.) ?
RELLING: ¡Imbécil! Quién puede sa-
HIALMAR: ?No es nada grave, no...? berlo?
Relling... Sangra apenas... ?No es HIALMAR:
nada, no? (Observa a RELLING: El
Eugenia como disparo quemó la
RELLING: ¿Cómo quien no blusa. Dis- paró
entiende.) Qué apoyando el
fue? HIALMAR: ?No tranquila se la caño contra el
ve. pecho.
sabemos!
GINA: Habria que GREGORIO: Al
GINA: Quiso matar al pato salvaje. llevarla a su menos no murió en
cuarto. vano.
HIALMAR: Se le debe haber escapado ¿Ha visto cómo
HIALMAR: el dolor despertó
el tiro. (Mientras la en él toda su
llevan.) ?Gina, grandeza de
EKDAL: El bosque se venga... Pero no Gina...! ?Vas a espíritu?
ten- go miedo. (Se mete en el desvan poder
y cierra tras de si.) soportarlo...? RELLING: La
mayoria de la
HIALMAR: ¡Relling...! ¡¿Qué pasa...?! GINA: Tendremos gente se enno-
que ayudarnos blece ante la sola
RELLING: El disparo penetró en el pecho. entre los dos, presencia de la
Hialmar. Porque muer- te. ?Pero
HIALMAR: ?Si, pero esta reaccionando, ahora si que es cuanto calcula
hija de los dos. que le durara el
no? RELLING: Ya murió, Hialmar.
MOLVIC: (Con los
GINA: (Deshecha en llanto.) ?Hija de brazos
mi alma! abiertos.) ?Ala-
bado sea el
GREGORIO: (Oscuro.) En lo profundo senor! ?Polvo
de los mares... eres y en polvo te
convertiras!
HIALMAR: ?No senor, no senor! ?Tiene
que vivir! ?Por el amor de Dios, RELLING: ?Basta
Relling...! animal...! ?Estas
?Aunque sea un momento! ¡Para que borracho!
pueda decirle que no la dejé de
querer...! Hialmar y Gina se
llevan el cuerpo
RELLING: La bala le atravesó el de Eugenia por
corazón. Hemorragia interna. Murió la puerta de la
instantánea- mente. cocina. Relling la
cierra tras ellos.
HIALMAR: ¡Yo, yo...! ¡Yo la rechacé Molvic se es-
como a un perro! ¡Se mató por mí! cabulle por la
¡Y ya no lo podré reparar! ¡Ya no le escalera.
podré decir...! (Los puños al cielo.)
¿Por qué me hiciste esto, Dios...? Si RELLING: (A
es verdad que estás ahí arriba, ¿por Gregorio.) Nadie
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 45
esplendor? esos mal- ditos
acreedores que
GREGORIO: ?No vienen a
cree que lo golpear- nos la
conservara toda puerta, en
la vida...? ?Que medio de
ira aumentando nuestras mi-
dia a dia? serias,
exigiendo que
RELLING: Antes se les pague en
de un año la nombre de no
pequeña se que ideales.
Eugenia no será
para él más que GREGORIO: (Con
un bo- nito la mirada
tema de perdida.) En
declamación. ese caso estoy
satisfecho de la
GREGORIO: resolu- ción
¿Cómo se que he tomado.
atreve a decir
eso de Hialmar RELLING: ?Y
Ekdal? seria indiscreto
preguntarle
RELLING: Ya cual es?
hablaremos
cuando se GREGORIO:
hayan secado (Marchandose.)
las primeras Ser el nume- ro
flores sobre la trece a la mesa.
tum- ba.
Entonces lo Sale.
escuchará
recitar a cho-
rros sobre «la
niña arrebatada
prematu-
ramente del
corazón de su
desconsolado
padre...» Luego
verá como se
empapa en un
jarabe de
sentimentalismo
y autocom-
pasión. Ya lo
verá.
GREGORIO: Si
usted tiene
razón, y yo soy
el equivocado,
entonces sí que
la vida no
merece ser
soportada.
RELLING: La vida
podria ser
bastante so-
portable si nos
dejaran en paz