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EL PATO SALVAJE

De Henrik Ibsen
Versión de David Amitín y Mauricio Kartun

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 1


Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20

EL PATO SALVAJE
De Henrik Ibsen
Versión de David Amitín y Mauricio Kartun

El pato salvaje se estrenó, durante la tem- JENSEN: Dicen que en sus tiempos, el di-
porada 1997, en la Sala Casacuberta rector...
del Teatro San Martín de Buenos Aires,
con la dirección de David Amitín PETTERSEN: Mujeriego como el que mas.

PERSONAJES JENSEN: No sabia que tuviera un hijo.

El Director Werle PETTERSEN: Es que no ha vuelto ni una


Gregorio Werle, su hijo sola vez en todos estos anos. Gregorio
Teniente Ekdal no se mueve nunca de la fabrica de
Hialmar Ekdal, su hijo Hoidal alla en las montanas.
Gina Ekdal, mujer de Hialmar
Eugenia Ekdal, su hija JENSEN: (Por la presencia de Ekdal que
Sra. Soerby, ama de llaves del Director gesticula desde la puerta de entrada.)
Werle Pettersen... hay un viejo alli que...
Doctor Relling
Pastor Molvik PETTERSEN: (Descubriendo a Ekdal.)
Contador Graaberg ?Pero se puede saber que viene a hacer
Asesor Kaspersen aqui?
Senador Paulsen
Magistrado Guldstad EKDAL: Necesitaria... Necesitaria entrar
Pettersen, criado en la oficina, Pettersen.
Jensen, otro criado
Otros invitados PETTERSEN: Hace mas de una hora que
ha cerrado.
ACTO PRIMERO
EKDAL: Sí, sí, es lo que me han dicho en
Despacho del senor Werle. Dos criados, la entrada, pero Graaberg está ahí to-
Pettersen y Jensen, ordenan el lugar. davía y necesito... Sea bueno, Pettersen
Ru- mor de conversaciones, y risas que y déjeme pasar por aquí. Ya otras ve-
lle- gan desde el comedor. Tintinear de ces...
un cuchillo contra un vaso.
PETTERSEN: Bueno, pase rapido. Para
PETTERSEN: ?Oiste Jensen? El viejo pide sa- lir use la puerta de atras. Tenemos
un brindis por la senora Soerby. invi- tados.

JENSEN: ?Lo de ellos, entonces...? EKDAL: Claro, claro. Gracias amigo


Pettersen. Un millón de gracias... (Apar-
PETTERSEN: Claro como el agua. te.) Imbécil.
JENSEN: ?Otro empleado de la oficina?
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PETTERSEN: No. El viejo Ekdal. Le dan a HIALMAR: No tendrias que haberme invi-
hacer copias cuando hay mucho trabajo. tado, Gregorio.
JENSEN: Tiene un aire como de... GREGORIO: ¡Cómo! ¿Una fiesta en mi ho-
nor y no voy a invitar a mi mejor amigo?
PETTERSEN: Fue teniente del ejército en
su época. Ahora ya lo ve. Era socio del HIALMAR: Creo que a tu padre no le ha
viejo en la fábrica de Hoidal. Dicen que gustado. Como no frecuento la casa...
terminó jugándole una mala pasada al
señor. Le invito un trago cuando puedo. GREGORIO: Lo sabía. Pero vamos a ver...
Cuidado... Ya empiezan a levantarse de ¿Como estás? Hace por lo menos, no
la mesa. se... dieciséis años que no nos vemos.
¡O die- cisiete!.
Entran los comensales.
HIALMAR: ?Tanto?
SOERBY: Pettersen, sirva el café en el
GREGORIO: Y no has perdido el buen as-
salón. PETTERSEN: Si senora. pecto. Algo mas... relleno, tal vez.
ASESOR: ?Dios, que comida! Esto se lla- HIALMAR: Un poco, si.
ma trabajar.
GREGORIO: El mismo buen aspecto de
SENADOR: Es increible lo que se puede siempre.
comer en tres horas con un poco de
bue- na voluntad. HIALMAR: Bueno, el cuerpo puede ser.
Pero el espiritu si que no es el mismo.
ASESOR: El problema no es la entrada... No es necesario que te cuente como se
es la salida mi amigo... La salida. ha hun- dido todo para nosotros desde
entonces.
SENADOR: Ahh... Ahora un buen café y
un poco de música. GREGORIO: ¿Cómo está tu padre?
ASESOR: La senora Soerby tocara algo HIALMAR: Mejor no hablar de ciertas co-
se- guramente. sas. Vive conmigo el pobre. No tiene a
nadie mas en el mundo. Pero es tan do-
SENADOR: Con tal de que no nos olvide... loroso para mi tener que hablar de eso
Digo, ahora que... que... En fin: ?Como te ha ido alla en la
fabrica?
ASESOR: ?Berta? Berta no abandona a
los viejos amigos. GREGORIO: En fin... Aislado alli, en las
montanas, tanto tiempo... Digamos que
SOERBY: Por aqui, senores. (Salen.) fue una buena oportunidad para medi-
tar sobre muchas cosas.
WERLE: Espero que nadie lo haya
HIALMAR: Gregorio, no se como
notado, agradecer- te que me hayas invitado a
Gregorio. comer aqui. Eso quiere decir que ya no
te queda ren- cor alguno conmigo.
GREGORIO: ¿Qué?.
GREGORIO: ?Rencor? ¿A quién se le po-
WERLE: Terminamos siendo trece a la dría ocurrir?.
mesa.
HIALMAR: Bueno, sería natural. Con el...
GREGORIO: ?Trece?. desastre. Faltó muy poco para que tu
padre terminara también comprometi-
WERLE: Nada menos. Y en principio do en esas historias odiosas. Cuando
ibamos a ser justo doce. (A los me dijo cómo te sentías, pensé: bueno,
comensales.) Por aqui, senores. es lógico.
Salen todos dejando solos a Gregorio y GREGORIO: ?El te dijo que yo...? ?Es por
Hialmar. eso que no diste senal de vida en estos
anos? No me has escrito una linea.

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HIALMAR: A él no le pareció conveniente. honrada y trabajadora como podría
desearla el
GREGORIO: ¿Y quién es él para...? ¿Por
eso tu silencio?

HIALMAR: ¿Qué podía hacer? Todo se vol-


vió de pronto tan distinto. La desgracia
de mi padre, la vergüenza, la cárcel...

GREGORIO: Lo entiendo.

HIALMAR: No podía pensar en seguir con


mis estudios; no nos quedaba un
centa- vo; llenos de deudas, la mayoría
con él.

GREGORIO: Con mi padre.

HIALMAR: (Asiente.) Pensé que lo mejor


era romper con el pasado. El mismo me
lo aconsejaba cada vez que... Y como
habia tenido la bondad de ocuparse de
mi.

GREGORIO: ?El...?

HIALMAR: ¿De dónde iba a sacar yo todo


ese dinero para estudiar fotografía,
mon- tar mi estudio, y establecerme?
Para mi era una fortuna.

GREGORIO: ¿Y él pagó...?

HIALMAR: Hasta el último centavo. Creí


entender que te lo había escrito. ¿Cómo
es posible que no lo supieras?.

GREGORIO: Lo habra olvidado. Nuestra


correspondencia es puramente comer-
cial, y... ?Asi que fue él...?

HIALMAR: Nunca quiso que lo supiese


na- die. También gracias a él pude
casarme.
¿No lo sabías tampoco?

GREGORIO: Tampoco. Pero, bueno, mi


querido Hialmar, Me alegra muchisimo
todo esto. Y me remuerde al mismo
tiem- po. Veo que en algunas cosas he
sido in- justo con él. Si ha tenido
corazón, si ha tenido conciencia para...

HIALMAR: Conciencia.

GREGORIO: O como quieras llamarlo. No


encuentro palabras para expresar la
alegria que me das contandome eso de
mi padre... ?Pero asi que te has casado,
Hialmar!. Yo sí que nunca podré decir
lo mismo. ¿Y ella?.

HIALMAR: Ah... Es una mujer tan


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hombre más exigente. Y tiene su HIALMAR: Bueno, un hombre joven, una
educa- ción también, no vayas a chica joven...
creer. Su trato diario conmigo... La
vida educa. Aparte de que nos GREGORIO: ¿Y ahí fue donde mi padre se...
relacionamos con gente de talento. se ocupo de... tie- ne razón.
Seguro que si vieras a Gina aho- ra quiero decir
no la reconocerias. cuando em- Entran Pettersen y
pezaste tus
GREGORIO: (Gregorio lo mira estudios de Jensen con
extranado.) Gina... fotógrafo?
bandejas.
HIALMAR: ?No recordabas su HIALMAR:
Justamente. Tu SOERBY: (A los
nombre?. GREGORIO: Bueno, no... padre insistió
con que la invitados del
HIALMAR: Gina Hansen. Trabajó en fotografía era lo
esta casa algún tiempo. más adecua- do. salón.) Seño-
Gina opinaba lo res... Si gustan
GREGORIO: ?Gina mismo; y como una copa... por
ella ya habia aquí, por favor.
Hansen?. HIALMAR: Ella. hecho tiempo
atras algunos es- ASESOR: ?Pero por
GREGORIO: ¿La que administró la tudios de amor de Dios! ?
casa durante los dos últimos años retoque... Es ver- dad que
de la en- fermedad de mi madre?. nos ha derogado
GREGORIO: Te el sagrado de-
HIALMAR: La misma, claro. Pero vino de perilla. recho de fumar?
Gregorio, estoy seguro de que tu
padre te escribió que me había HIALMAR: De SOERBY: Si senor
casado. perilla. Una Asesor. Aqui en
casualidad mas los do- minios
GREGORIO: Bueno, sí me lo anunció, que oportuna. del senor Werle,
pero no me dijo que... Algo esta prohibidisi-
recuerdo, claro... Mi padre escribe GREGORIO: mo.
unas cartas tan cortas. Pero bueno, Diríamos que mi
¿y cómo fue que...? Es cu- rioso. padre termi- nó SENADOR: ?Y
¿Dónde la conociste?. siendo algo cuando se ha
providencial en decretado ese
HIALMAR: Había tanta complicación tu vida. nuevo articulo
aquí cuando la enfermedad de tu en la ley de los
madre. Gina no resistió mucho HIALMAR: Bueno: puros?
tiempo. Pidió su cuen- ta y se fue. no abandonó en
El año antes de la muerte de tu la ad- versidad al SOERBY: Desde la
madre, o el mismo año si mal no re- hijo de un viejo ultima comida
cuerdo. amigo. A eso lo senor Senador.
llamo yo un Ciertas personas
GREGORIO: El mismo ano, si. Yo ya corazón noble. se abusaron de
esta- ba alla en la fabrica. tal forma...
SOERBY:
HIALMAR: Bueno, Gina se fue a vivir (Entrando junto SENADOR: ?Y un
con su madre, que tenía una especie al senor Werle.) poquito de
de fonda y disponía de una Ni una palabra exceso no esta
habitación para alqui- lar; una pieza mas, querido permitido senora
bonita, y bastante cómoda. senor. Us- ted no Berta?
se queda alli
GREGORIO: ?Y alli...? adentro con SOERBY: De
tantas luces. No ninguna manera,
HIALMAR: Tu padre mismo me le hace nada senor se- nador.
sugirió alquilarla. Ahí nos bien.
conocimos. Los criados sirven
WERLE: las copas.
GREGORIO: Y se inició el noviazgo. (Frotandose los
ojos.) Creo que WERLE: (A
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Hialmar quien HIALMAR: Hojeaba Continua la charla
permanece jun- entre risas y bromas.
un album, senor
to a una mesa.)
¿Qué está director.
GREGORIO: (Por lo
mirando, bajo.) Tendrias
Hialmar? SENADOR:
Fotografias... que animarte a
Claro, eso debe participar en la
interesarle. charla, Hialmar.

ASESOR: ?No HIALMAR: ¿Yo?

trajo ninguna de De qué podría

las suyas? hablar...

HIALMAR: No... GREGORIO:

ASESOR: Una Vamos...


pena. Con lo
bueno que es ASESOR: Buena
para la idea la del
digestión oporto, senor
sentarse a Werle. Un
mirar fotos. magnifico
digestivo.
SENADOR: Y
siempre da WERLE: Y por si no
algún tema de se dio cuenta, el
conversación. que se acaba de
servir es de uno
SOERBY: de los mejores
anos.
Totalmente de
ASESOR: Un
acuerdo. bouquet
francamente
delicio- so.
MAGISTRADO: Ya
HIALMAR:
sabe: Si alguna
(Inseguro.) ?
Existe alguna di-
vez vuel-
ferencia en el
ve a invitarlo el
vino entre un ano
director Werle,
y otro?
recuerde que lo
esperamos con
ASESOR: (Ríe.)
sus fotos. Ese
sera su ¿Cómo...?
pasaporte.
WERLE: A usted si
ASESOR: De que no vale la
muchachas pena ser- virle
bonitas bebidas nobles.
sobreto- do... ?
Se animan SENADOR: Con los
hasta su vinos, senor
estudio las Ekdal, pasa como
muchachas del con la fotografia:
vaudeville? dependen mucho
de la luz del sol..
HIALMAR: A...
Algunas. HIALMAR: Si...
Claro...

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SOERBY: Algo asi como los funcionarios, tu...?
digamos: que se arriman siempre al sol
que mas calienta. ASESOR: ¿Qué pasa...? ¿Quién era?.

SENADOR: (Rie.) Ese si que es un chiste GREGORIO: Nada. El contador.


viejo.
MAGISTRADO: (A Hialmar.) ?Lo conocia?.
ASESOR: Y como si fuera poco, a costa
nuestra. ?Senora Berta, senora Berta...! HIALMAR: No se. No me fijé.

SOERBY: Lo que si es cierto es que hay ASESOR: ¿Pero qué es lo que...


una gran diferencia de un ano a otro. A
mas estacionados, mejor. Cuchicheos.

MAGISTRADO: ?A mi me contaria entre SOERBY: (Al criado.) Fijese que le den


los anejos?. algo para llevarse.

SOERBY: ?Senor magistrado...! De ningu- PETTERSEN: Si senora.


na manera.
GREGORIO: ¿Era él, no es cierto?
ASESOR: ¿Y a nosotros cómo nos clasifi-
caría?. HIALMAR: Si.

SOERBY: Como vinos dulces, GREGORIO: Pero dijiste que no lo conocias.


naturalmen- te, caballeros.
HIALMAR: En una circunstancia así...
Rien. Cómo podía yo...
WERLE: La señora Soerby siempre tiene GREGORIO: ?Negaste a tu padre!.
una salida. Señores: tomemos una
copa. Pettersen, por favor... Gregorio... HIALMAR: Gregorio, tendrias que estar en
(Grego- rio no se mueve.) Hialmar, ¿Y mi lugar.
usted? Acérquese a brindar.
ASESOR: ?No recuerda alguna poesia bo-
GRAABERG: (Asomandose por la puerta nita que pueda recitar, senor Ekdal?
de la oficina.) Perdone senor director... Di- cen por aqui que antes lo hacia
Es que no puedo salir por otro lado. muy bien.

WERLE: Otra vez se quedó encerrado. HIALMAR: No... No recuerdo ninguna.


GRAABERG: Si... Se han llevado las ASESOR: Una lástima. ¿Qué podríamos
hacer Senador? (Salen ambos hacia la
llaves. WERLE: Pase por aqui. otra habitación.)

GRAABERG: Es que... Somos dos. HIALMAR: Gregorio... Me voy. Cuando un


hombre se siente asi, golpeado por el
WERLE: Esta bien. Pasen de una vez. des- tino... Quisiera que me despidas
de tu padre.
Graaberg y el viejo Ekdal salen de las
ofici- nas. Werle no reprime un gesto de SOERBY: ?Ya se va, Hialmar?
fasti- dio. Cesan las conversaciones y
las ri- sas. Hialmar se estremece al ver HIALMAR: Si.
a su padre, y se vuelve dandole la
espalda. SOERBY: Mis saludos a Gina.
EKDAL: (Sin levantar la vista sale balbu- HIALMAR: Gracias.
ceando.) Estaba cerrada... La puerta...
Disculpen... (Salen con Graaberg.) SOERBY: Y dígale que iré a verla un día
de estos.
WERLE: Este idiota de Graaberg.
HIALMAR: Como no. (A Gregorio.) No hace
GREGORIO: (A Hialmar.) Pero... ?No era
falta que me acompañes.
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Prefiero salir GREGORIO: estás seguro que WERLE: ¿Quién
sin llamar la (Detiene a su fue el único otro...?
atención. padre que salía culpable?
también.)
GREGORIO: La
Jensen le entrega Papá. compra de los
a Hialmar su bosques la
sombrero y WERLE: Si... hicieron ustedes
abrigo. Sale. juntos.
GREGORIO:
SOERBY: (A Tenemos que WERLE: Fue Ekdal
Pettersen que hablar. el que trazó el
regresa.) ?Le plano y fal- seó
dio algo al viejo WERLE: ?No los límites. Y el
Ekdal? podrias esperar que dirigió la tala
hasta que ilegal en los
PETTERSEN: estemos solos? terrenos del
(Asiente.) Una estado. Toda la
botella de GREGORIO: No. admi- nistración
aguardiente. (Pausa.) No, del negocio estaba
porque no creo en sus ma- nos.
SOERBY: ? que volvamos a Yo ignoraba
Aguardiente, encontrarnos absolutamente
por Dios! ?No solos. todo lo que se
habia nada hizo allí hasta que
mejor? WERLE: ¿Qué estalló el
significa eso? escándalo.
PETTERSEN:
Nada le gusta Desde el salón GREGORIO: Es
mas al senor probable que ni
Ekdal que su llega la música él mismo supiese
botella de lo que estaba
aguardiente, del piano. haciendo.
senora.
GREGORIO: WERLE: Quizá.
ASESOR: Pero lo cierto es
(Asomandose ¿Cómo dejaste que a él lo
con unas condenaron y a
partitu- ras.) que esa fami- mi me
¿Qué le parece absolvieron. No
lia se hundiera
señora Soerby encontraron una
de esa
si to- camos sola prueba en
manera?.
algo a cuatro contra mio.
manos?
WERLE: Estas
hablando de GREGORIO: Lo sé.
SOERB los Ekdal por
lo visto. WERLE: Y una
Y: Con absolución es
GREGORIO: Si. una absolu- ción.
mucho Hablo de ellos. ¿Se puede saber
Hubo un a qué viene esto
gusto. tiempo en que de remover toda
el teniente esa historia?
LOS Ekdal era tu ¿Esto es lo que
intimo amigo. estuviste
INVITA rumiando todos
WERLE: Sí. Tan estos años alla?
DOS: ? íntimo que sus En lo que a mi
delitos ter- respecta todo eso
Bravo! minaron se ha olvidado
enturbiando mi aqui hace
Salen todos hacia reputación. tiempo.
el salón.
GREGORIO: ¿Y GREGORIO: Si. ?Y
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los Ekdal? ciertos gastos,
pero...
WERLE: ¿Y qué
querías que GREGORIO: No,
hiciese por claro. Mas vale
ellos? Cuando que no se
el Teniente salió asienten ciertos
de la cár- cel gastos.
era un hombre
quebrado. WERLE: ?Que
Absoluta- estas queriendo
mente. Sin decir?
remedio. Hay
personas que
apenas reciben
la perdigonada
se hun- den
hasta el fondo y
no vuelven a
salir a la
superficie. Te
aseguro,
Gregorio: hice
lo
humanamente
posible. Fui
hasta don- de
pude. De hacer
mas hubiera
termina- do
comprometido
en sospechas,
en
habladurias...

GREGORIO:
Sospechas. Si,
claro.

WERLE: Le doy
trabajo de
copista a Ekdal
en la oficina, y
por cierto lo
pago bastan- te
mas de lo que
vale.

GREGORIO: Me lo
imagino, si.

WERLE: Te hace
reir, por lo
visto. ?Te pa-
rece que no es
verdad? Bueno
no podria
mostrarte los
libros de
contabilidad
por- que
naturalmente
no se asientan
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GREGORIO: ¿El aprendizaje de fotógrafo GREGORIO: Mi madre misma me lo dijo
de Hialmar no figurará, seguramente?. la ultima vez que la vi.

WERLE: ¿A qué viene...? WERLE: ¡Ella!. Debí habérmelo imaginado.


Carne y uña. Fue ella la que te alejó de
GREGORIO: Sé que se lo pagaste, y que mí.
terminaste ayudándolo también a esta-
blecerse. GREGORIO: No fue ella. Fue todo lo que
sufrió. Lo que tuvo que soportar hasta
WERLE: Y a pesar de eso debo escuchar que murió.
cómo se me echa en cara el no haber
he- cho nada por ellos. Te aseguro que WERLE: No sufrió más que otras mujeres.
esa gente me ha costado realmente (Pausa. Evasivo.) Gregorio: creo que ya
caro, Gregorio. estás en edad de dedicarte a algo más
útil.
GREGORIO: Insisto: ?estan anotados
esos gastos? GREGORIO: Si. Creo que ya es hora.

WERLE: Sigo sin entender a qué viene WERLE: Pensaba, justamente... ?De qué
eso. sirve que estés allá encerrado, en la fá-
brica, como un vulgar dependiente, sin
GREGORIO: Yo sí. ¿Este desprendimiento cobrar un centavo más que tu sueldo?.
tan generoso tuyo, no coincidió justa- Es una verdadera locura. (A un gesto
mente con su casamiento? de Gregorio.) No, no, lo entiendo. Ser
libre... No deberme nada... Lo entiendo.
WERLE: ¡¿Como voy a acordarme Pero precisamente ahora se presenta la
después de tantos anos?!. opor- tunidad de independizarte de una
vez por todas, Gregorio. De ser dueno
GREGORIO: Me escribiste una carta de tu pro- pio destino.
enton- ces -comercial, naturalmente- y
en la postdata me anunciabas el GREGORIO: ¿Ah sí? ¿Y cómo?
matrimonio de Hialmar con una tal
senorita Hansen. WERLE: Cuando te escribí pidiéndote que
volvieses enseguida a la ciudad, pensa-
WERLE: Asi se llamaba. Exactamente. ba...

GREGORIO: Pero no parecias recordar GREGORIO: Qué. Estuve esperando todo


que esa senorita Hansen era Gina, el dia a que me lo dijeras de una vez.
nuestra antigua sirvienta.
WERLE: Quiero proponerte que entres
WERLE: No sabia que te interesaran tanto como socio en el negocio.
las criadas.
GREGORIO: ?En tu negocio? ?Yo, socio
GREGORIO: Ningún interés particular. tuyo?.
(Ba- jando la voz) Pero aquí en la casa
había alguien que sí lo tenía. WERLE: Si. No tendriamos necesidad de
estar siempre juntos. Dirigirias la casa
WERLE: ¿De qué estás hablando? central aqui en la ciudad, y yo me
¿Supon- go que no te referiras a mi? trasla- daria a la fabrica.

GREGORIO: Precisamente. GREGORIO: ?A la montana?

WERLE: ¿Pero cómo te...? ¿Cómo se per- WERLE: Tengo que cuidar mis ojos, Gre-
mite ese desagradecido... ese fotógrafo gorio. Mi vista se ha debilitado
de... de... insinuar que yo... bastante.

GREGORIO: Hialmar no me ha dicho una GREGORIO: Siempre fue delicada.


sola palabra. Ni creo que tenga la
menor idea de nada. WERLE: Nunca como ahora. Ademas, por
ciertas circunstancias creo que me con-
WERLE: ?Entonces de donde sacaste eso? viene vivir alli, al menos por un tiempo.
¿Quién te ha metido semejante idea en
la cabeza?. GREGORIO: No entiendo.
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WERLE: Gregorio: has decidido WERLE: Temia que
hay muchas GREGORIO: Esta casarte. por respeto a la
cosas que nos memo- ria de tu
separan, pero la senora Soerby. WERLE madre...
no por eso
dejamos de ser WERLE: Si. Esta : ¿Y si GREGORIO: No soy
padre e hijo.
un fanatico.
Me parece que la senora Soerby. así
podriamos
WERLE: Bueno,
llegar a un Y ha lle- fuese, seas lo que seas
acuerdo. gado a hacerse me has quitado
indispensable qué? un peso de
GREGORIO: Un para mi. encima. Me
acuerdo GREG alegra mucho
aparente, GREGORIO: contar con tu
querras decir. Bien. ¿Para qué ORIO: aprobación.
más?
WERLE: Bueno. Eso GREGORIO: Ahora
Algo es algo. WERLE: Bueno... termino de
¿Qué te pa- Me temo que digo entender para
rece? las cosas no que me
puedan seguir yo: necesitabas. El
GREGORIO: así. Una mujer cuadro vivo de
en su situa- qué. amor familiar. La
Hay algo ción crea una escenita
imagen WERLE: ?Te seria hogareña de
detras de equívoca en los reconciliación
de- más. No le muy... entre padre e hijo
esto. conviene a un para satisfacción
hombre como desagradable? de la señora
WERLE: yo. Soerby.
GREGORIO: ?A mi?
Nada. GREGORIO: Un WERLE: ?No te
hombre que da De ninguna permito!.
GREGORIO: Algo banquetes
util para tus como el de hoy, manera. GREGORIO: ?
planes se- a gente como Cuando hubo
guramente. la que esta alli, vida de fami- lia
puede en esta casa?.
WERLE: Entre un permitirse Nunca, que yo
padre y un hijo cosas peores. recuer- de. Pero
siempre es hoy, claro, seria
probable que WERLE: Yo si. de un efecto ex-
uno necesite al Pero esta ella. traordinario
otro. Aun supo- tener algo que se
niendo que por le parez- ca.
GREGORIO: Asi afecto hacia mi Poder decir que
dicen. estuviese el hijo, en un
dispuesta a arran- que de
WERLE: Me desafiar el amor filial ha
gustaría que te escandalo, ?Te vuelto volando al
quedases al- pa- rece hogar paterno
gún tiempo en admisible, para asistir al
casa. Toda la Gregorio, con casamiento del
vida me he tu sentido tan padre anciano.
sentido muy estricto de la ¿Qué quedaría
sólo, pero rectitud, así de los
ahora que me que...? rumores sobre lo
estoy poniendo que tuvo que
viejo... Necesito GREGORIO: sufrir la pobre
alguien a mi (Interrumpe.) difunta? Ni el
lado. Digamos, en eco. Su propio
re- sumen, que hijo los habria
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desmentido ?no vida, tu
es asi? pasado, me
parece ver algo
WERLE: Gregorio, asi como un
creo que no hay inmenso campo
perso- na en el de batalla
mundo a la que sembrado de
desprecies mas cadaveres
que a mi. hasta el
horizonte.
GREGORIO: Te he
visto demasiado WERLE: Creo,
de cer- ca. Gregorio, que el
abismo que nos
WERLE: Si. Pero separa es
con los ojos de infranqueable.
tu madre. Y
esos ojos vieron
turbio muchas
veces.

GREGORIO: Es
posible. ¿Pero
quién tuvo la
culpa en todo
caso? ¡El
Director Werle, y
cada una de
sus amantes! La
última de las
cuales fue esa
mujer que
encajaste a
Hialmar Ekdal
cuando te
cansaste de ella.

WERLE: Palabra
por palabra:
Como si es-
tuviera
escuchando a
tu madre.

GREGORIO: Y ahi
queda ese
infeliz, ese
pobre ingenuo
rodeado de
enganos. Vi-
viendo bajo el
mismo techo
con una mujer
de esa clase y
sin sospechar
si- quiera que
eso que llama
inocentemente
«su hogar» esta
edificado sobre
una re- verenda
mentira.
Cuando miro tu

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag


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GREGORIO: Cada vez lo veo mas claro. le envió la invitación. (Pausa.) Nosotros
Por eso tomo mi sombrero y me voy. no tenemos nada que ver con el
director, Eugenia.
WERLE: ?Vas a abandonar la casa?
EUGENIA: Estoy deseando que vuelva de
GREGORIO: Si. Creo que al fin le encuen- una vez. Me prometió pedirle algo rico
tro un sentido a mi vida. para mi a la senora Soerby.

WERLE: ?Y cual es?, si se puede saber. Por la puerta de calle aparece el viejo
Ekdal con un rollo de papeles bajo el
GREGORIO: Te reirias si lo dijera. brazo y un paquete en el bolsillo del
abrigo.
WERLE: Un solitario como yo no se rie
tan facilmente, Gregorio. GINA: Vuelve tarde esta noche, abuelo.

GREGORIO: (Senalando a la sala.) Los in- EKDAL: Habian cerrado la oficina. Tuve
vitados estan jugando a la gallina ciega que esperar a Graaberg y pasar por...
con la senora Soerby, senor Werle. Bue- (Calla)
nas noches, y buena suerte. (Sale.)
EUGENIA: ?Te dieron algo mas para
WERLE: ?Infeliz...! ?Y dice que no es un copiar, abuelo?
fanatico!.
EKDAL: Todo esto.
ACTO II
GINA: Qué suerte.
Estudio de Hialmar Ekdal. Enorme techo
vidriado semicubierto con cortinados. EUGENIA: ?Y ese paquete del bolsillo?
Un sofa y una estufa de hierro.
Aparatos e instrumentos fotograficos de EKDAL: ¿Qué...? Nada, nada... Una...
toda clase. Frascos y enseres. Sobre la Nada. (Transición.) Con esto tengo
mesa foto- grafias, pinceles, lapices, trabajo para rato, Gina. (Entreabre la
etc. A foro una ancha puerta corrediza. puerta de foro.) Chist... (Cierra con
precaución.) Ya se durmieron todos. El
Gina Ekdal Cose. Eugenia, su hija, lee un se acostó en el ces- to. (Ríe satisfecho)
libro.
EUGENIA: ?No pasara frio en el cesto,
GINA: Eugenia... (Eugenia absorta no la abue- lo?
escucha.) Eugenia.
EKDAL: ¿Con tanta paja...? Qué ocurren-
EUGENIA: Si mama. cia. (A Gina) Tengo mucho que copiar,
Gina... Que nadie me moleste en mi
GINA: Ya no es hora para leer. cuar- to, ?eh?. Nadie. (Sale.)

EUGENIA: Un minuto... un minutito mas. EUGENIA: ?Estaran en la mesa todavia,


mama?
GINA: A guardar el libro. Vamos... A tu
pa- dre tampoco le gusta. Jamas lee de GINA: Quién sabe... Puede ser.
no- che, tu padre.
EUGENIA: Lastima que no se haya
EUGENIA: Es que a papa no le alquila- do el cuarto hoy. Seria lindo
entusiasma mucho leer. recibirlo con buenas noticias, ?no?.

GINA: Vamos... (Eugenia obedece. GINA: Te gusta darle buenas noticias a


Tiempo.)
papa. EUGENIA: Si. Se pone mas alegre la
EUGENIA: ?No estas orgullosa, mama,
que el director Werle lo haya invitado a casa,
papa a su banquete?. ?no?.

GINA: Bueno... en realidad no podríamos Hialmar Ekdal entra desde la calle. Lleva
decir que lo haya invitado el señor abrigo y sombrero.
Werle propiamente. Fue su hijo
Gregorio que GINA: ?Hialmar...! ?Ya de vuelta?.
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 10
EUGENIA: ¿Cómo...? ¿Tan Con sus canas y acababas de
sus... Dejémoslo cruzar, y me
temprano?. al menos que apuré a ver si te
disfrute un poco. alcanzaba, pero...
HIALMAR: Si. AR:
Entra el viejo Ekdal EKDAL: Claro, claro.
Casi todos se ? vestido de Gracias, Hialmar.
entrecasa y ¿Quién era toda
retiraban, y... Dij fumando en
esa gente?
pipa.
EUGENIA: ?Tan o HIALMAR: Bueno,
EKDAL: ?Volviste? habia de todo. El
Me habia
pronto?. alg ma- gistrado
parecido re-
Gulstad, el
conocer tu voz.
HIALMAR: o... senador Paulsen,
Bueno... No el asesor
era mas que HIALMAR: Acabo Kaspersen... el
?
una comida. de entrar. no se que, no se
GI cuanto...
GINA: (Lo ayuda EKDAL: ?No me
NA: viste...? Alli EKDAL: ?Gina! ?
con el abrigo.) cuando pasa- ba,
No. digo... Todos funcionarios!
Dame. EUGENIA:
¿Q HIALMAR: No, no... EUGENIA: ¿Y de qué
(Hace lo propio.) Pero me dijeron
ué que hablaban, papá?.
Yo también...
(Gina cuelga el iba HIALMAR: ?Bah!. No
abrigo.) ¿Había
mucha gente, a hicieron mas que de-
papá? cir tonterias. Me
dec pidieron a mi que
HIALMAR: No, no reci- tara, pero
mucha. Unas ir? de ninguna
doce... o manera.
catorce HIALMAR: ¿No
personas. comentó de...? EKDAL: ?
Voy a entrar a
GINA: ?Y verlo. Les dijiste
estuviste
charlando con GINA: Creo que que no?
todo el seria mejor no...
mundo? GINA: ?
HIALMAR:
HIALMAR: (Desalentado) ? Hialmar,
Bueno... Un Dijo que no
poco. Un poco queria verme?. podrias
con cada uno.
Gregorio me GINA: No quiere haber...!
acaparó por ver a nadie.
com- pleto. (Un gesto.) HIALMAR: No, no.
¿Volvió papá? Entró con su... No va a andar
paquete. uno ha- ciéndole
EUGENIA: Esta los gustos a todo
alli en su HIALMAR: ? el mundo.
cuarto, Esta...?
escribien- do. EKDAL: Bien, bien...
GINA: Parece.
HIA HIALMAR:
HIALMAR: Mi Charlamos,
LM pobre viejo. tomamos una
copa... Después
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 11
tuvimos una amistosa-
pequeña mente, como es
discusión sobre natural. Al fin y
el oporto... al cabo eran
buena gente,
EKDAL: ?Tomaron no había razón
oporto? ?Un buen para herirlos.
vino!.

HIALMAR: Puede
ser. Depende,
natural- mente.
No todas las
cosechas son de
ca- lidad pareja.
Influye mucho
el sol que haya
tenido en el
ano.

GINA: Cuantas
cosas sabe tu
padre, Eugenia.

EKDAL: ?Y te lo
discutian?

HIALMAR: Lo
intentaron,
digamos. Pero
se callaron
enseguida
cuando se les
replicó que
pasaba lo
mismo con el
oporto que con
los
funcionarios,
que también
depen- den del
sol que más
calienta.

EKDAL: ?Y

tuvieron que

tragarse eso?

HIALMAR: No

volvieron a abrir

la boca.

GINA: ?Hialmar,
Dios mio! Las
cosas que se te
ocurren.

HIALMAR: Al final
todo terminó
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 12
EKDAL: ?Pero no te lo callaste! (Lo registra) Debería darte vergüenza.

EUGENIA: ¡Qué elegante estás con ese HIALMAR: No, no... Se me pasó, y... ¡Pero
smoking, papa. Y lo bien que te queda! tengo otra cosa que te va a gustar!.
(Bus- ca en los bolsillos del smoking.)
HIALMAR: ¿Verdad, no? Como a medida.
Un poco ajustado acá en los hombros. EUGENIA: ?Mama... Mama...!
A ver Eugenia... (Eugenia lo ayuda.)
¿Dón- de está mi saco, Gina?. GINA: ?Ves? Hay que saber esperar.

GINA: Aquí. (Lo ayuda a ponérselo. HIALMAR: (Sacando una cartulina.) Aqui
Eugenia colabora amorosamente.) esta.

HIALMAR: No te olvides de devolver el EUGENIA: ?Una hoja de papel!.


smo- king a Molvic manana a la
manana. HIALMAR: La lista del banquete. El

GINA: A primera hora. menú.


¿Ves? Acá arriba: menú. En francés vie-
HIALMAR: ¡Ah, qué bien se está en casa!. ne a ser lista de comidas de un...
La verdad... Nada más cómodo que la
ropa de todos los días. ¿No, Eugenia? EUGENIA: (Interrumpe.) ?Nada mas que
eso?
EUGENIA: Claro que si, papa.
HIALMAR: Bueno... Es que no valian gran
HIALMAR: La corbata abierta, así... ¿Qué cosa todas esas golosinas. En cambio el
tal? menu... Vamos: no sentamos a la mesa
y yo te voy diciendo el gusto que tenia
EUGENIA: Te combina con la barbita. Y cada plato. A ver, Eugenia...
con los rulos.
EUGENIA: (Tragandose las lagrimas.)
HIALMAR: Bueno, rulos... Algunas ondas, Gra- cias. (Se sienta pero no lee. Gina
Eugenia. le hace senas que advierte Hialmar.)

EUGENIA: Los rulos mas bonitos del HIALMAR: Pero... Es... ?Es increible la
mun- do. can- tidad absurda de cosas que se
pretende que un padre de familia tenga
HIALMAR: Esta chica... presente en la cabeza! ?Increible...! ?Y si
se olvida de... del mas minimo detalle
Tiempo. enseguida le ponen mala cara!. En fin: a
todo hay que acostumbrarse. (A su
EUGENIA: Papa... padre.) ?Echaste un vistazo ya?

HIALMAR: Si mi amor. EKDAL: Se metió en el cesto.

EUGENIA: Vamos... HIALMAR: ?En el cesto! ?Ya empieza a fa-


miliarizarse!.
HIALMAR: ¿Qué hay?.
EKDAL: Si senor, si senor. Hialmar... Creo
EUGENIA: ?No me hagas sufrir mas! que es hora de hacer esas... refacciones

HIALMAR: ( ... ) HIALMAR: Si, claro... ?A ver, vamos al


sofa! Hay que charlar bastante todas
EUGENIA: Lo estás haciendo a propósito esas me- joras.
para hacerme rabiar. Las cosas ricas
que me prometiste... EKDAL: Bueno... Voy primero a cargar la
pipa y a limpiarla un poco. (Entra a su
HIALMAR: ?Las...? Pero claro, las... Bue- cuarto.)
no, la verdad es que se me olvidó por
com- pleto. GINA: ?A limpiar la pipa...!

HIALMAR: ?Pobre viejo! (Transición.) Sí,


EUGENIA: No es cierto. Están escondidas.
esas refacciones... será mejor terminar-
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 12
las de una yo... ?Hay que abraza.) EUGENIA: Papito
buena vez moverse un Eugenia... querido...
mañana. poco, Gina! Eugenia.
HIALMAR: No, no.
GINA: Manana no EUGENIA: (Toma No me llames asi.
del mueble la No me lo... Me he
creo que quede armónica de sentado a la
Hialmar.) ¿La mesa del hombre
tiempo. armónica, rico, repleta de
papá? platos
EUGENIA: ?Si suculentos,
HIALMAR: No, regodeandome...
que habra no. Nada de ?Y no fui capaz
armónicas. de...!
tiempo, mama! Está visto que
esto de
GINA: ¡Pero, qué
GINA: Con todas disfrutar no
está hecho tonterías, Hialmar...!
esas placas que
hay que para Hialmar
Ekdal. Muy HIALMAR: Ninguna
retocar. Ya las tonteria. Pero no
han venido a bien... Enton-
ces, desde me lo reprochen,
buscar va- rias ustedes saben
veces. mañana
trabajaré hasta que a pesar de
que no pueda eso yo las quiero.
HIALMAR: ?Otra
vez las más. Hasta
deslomarme, sí EUGENIA: Y
benditas nosotras te
fotogra- fias! Ya señor.
adoramos, papa.
se haran. ?
Hubo algun GINA: Hialmar,
querido... No HIALMAR: Y si...
pedido nuevo? si... si a veces me
era eso lo que
yo queria... ven así, un poco
GINA: No. Para lunático, tengan
manana estan en cuenta que
solo esos dos EUGENIA: ?Te
traigo cerveza...? soy un hombre
retratos que ya que ha tenido
sabias. que pasar
HIALMAR: No. No
necesito muchas
HIALMAR: ?Nada tormentas.
mas?. Bueno, absolutamente
nada. ?Nada! (Pausa) No voy a
era previ- sible. to- mar cerveza.
Cuando uno no (Pausa)
Cerveza... ?Hay La armónica,
se ocupa... Eugenia.
cer- veza?
GINA: ¿Qué más Hialmar sentado en
puedo hacer? EUGENIA: Si.
el sofa. A su lado
Puse todos los Fresquita.
Gina y Eugenia
avisos que he abrazandolo con
podido. HIALMAR:
gesto amo- roso.
Bueno... Con
Hialmar toma la
HIALMAR: ¡Bah, tanta armónica y co-
los diarios! insistencia... mienza una
Para lo que ?Una sola, eh! melodía lenta y
sirven. ¿Por la sentimen- tal.
habitación ha GINA: ?Eso!
venido al- Pasemos un buen HIALMAR: No
guien? rato juntos. importa que bajo
este pobre techo
GINA: Hasta HIALMAR: vivamos
ahora... (Detiene a humildemente, ?
Eugenia que eh Gina?. No deja
HIALMAR: Es asi. sale ha- cia la de ser nuestro
Si no lo hago cocina. La hogar.
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 13
n confundirlo. El
Vuelve a su vivo retrato de su
armónica. a padre.

Unos golpes a la GREGORIO: En


realidad me
puerta rompen el a parezco mu- cho
mas a mi madre.
clima. GINA: b Usted
seguramen- te se
Hialmar... Alguien r acordara de ella.

llama. e

I l

A a

M p

A u

R e

: r

? a

A .

GREGORIO:

e (Desde el umbral.)

s Disculpe... Gina

t retrocede un paso.

a GREGORIO: ¿Vive

aquí el fotógrafo

h Ekdal? GINA: Si.

o HIALMAR:
¡Gregorio! ¿Dejaste
r la reunión...?

a GREGORIO: Sí.
La reunión y la
! casa. Bue- nas
noches señora
Ekdal. No sé si
me reconocerá.
G
GINA: No hay
i manera de
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 14
HIALMAR: ¿Cómo es eso que dejaste la
GINA: La madre de Hialmar sufría de los ojos
casa?
también.
GREGORIO: Acabo de dejar mis cosas en
un hotel.

HIALMAR: ¿Pero cómo...? Bueno, ya que


estás aquí dame el abrigo. Sentémonos
un poco.

GREGORIO: Gracias.

HIALMAR: En el sofa. Con confianza...

Gregorio se sienta en el sofa algo descon-


certado.

GREGORIO: Bueno... Así que ésta es tu

casa... HIALMAR: Bueno, como ves, éste es

el es-
tudio.

GINA: Acostumbramos a estar aqui.


Como es la pieza mas grande...

HIALMAR: Antes teniamos una casa me-


jor, pero esta tiene un desvan enorme.
Es una gran ventaja.

GINA: Y nos sobra una pieza ademas, que


la podemos alquilar si queremos.

GREGORIO: Ah... ?Tienen inquilinos?.

HIALMAR: Bueno, todavia no. No es tan


facil. Hay que ocuparse mucho, y... A
ver Eugenia, esa cerveza...

Eugenia sale hacia la cocina.

GREGORIO: ?Tu hija? (Hialmar asiente


orgulloso.) ?Y es hija unica?

HIALMAR: Sí. Es nuestra mayor alegría


en este mundo. Y también nuestra
mayor pena, Gregorio.

GREGORIO: ¿Porqué?

HIALMAR: Sus ojos. Esta en peligro de


per- der la vista.

GREGORIO: ?Ciega?

HIALMAR: Por ahora tiene solo los prime-


ros síntomas, pero según el médico es
irreversible.

GREGORIO: ¿Es posible? ¿Y a qué se


debe?.

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 14


HIALMAR: Eso dice mi padre, pero yo EKDAL: Bueno Hialmar ya podemos
no me acuerdo. hablar de... de... ¿De qué era...?

GREGORIO: ?Y ella? HIALMAR: Papá, tenemos visita. Gregorio


Werle, no sé si recordarás.
HIALMAR: No sospecha nada. No nos EKDAL: (Mirando a tamano.
he- mos atrevido a decirselo. Gregorio que se
Gorjeando como un pajarito ha puesto de pie) GREGORIO: ?Y
inconsciente, vuela hacia la noche ¿Werle...? ¿El ahora? ?Ya no se
eterna. Es una verdadera tortura hijo, no? ¿Y qué dedica a la
para mi, Gregorio. quiere de mí? caza?.

Entra Eugenia con cerveza y vasos. HIALMAR: Nada, EKDAL: Bueno


tanto como no
HIALMAR: (Acariciandola.) Gracias, papa. Ha venido a dedicarme...
mi amor. (Eugenia le murmura algo Todavía de
al oido.) No, no... Sandwiches ahora verme. EKDAL: ? cuando en
no. Salvo que Gregorio... cuando... Claro,
Entonces... nada ya no como
GREGORIO: No, no, gracias. antes, pero... ¿Y
en particular?. cómo están esos
HIALMAR: Bueno, en todo caso... Solo bosques allá
un par, con bastante manteca si HIALMAR: Nada. arriba?
hay. En absoluto.
(Llenando los GREGORIO: No tan
Eugenia vuelve a salir. vasos.) Cerveza, frondosos como
papa. (Le sirve a en su tiempo. Se
GREGORIO: Se la ve muy sana, sin Grego- rio.) ha talado mucho
em- bargo. (Pausa.) ¿Y qué edad Gregorio... ultimamente.
tiene?.
GREGORIO: Le EKDAL: ?
HIALMAR: Catorce. Los cumple traigo saludos de Talaron...?. Eso
pasado manana. sus anti- guos es peligroso. El
montes de bosque se venga.
GREGORIO: Es alta para su caceria, teniente
Ekdal. HIALMAR: (Le llena
edad. GINA: Pegó el estirón el el vaso.) Vamos
EKDAL: ?Los papa, un poco
año pasado. montes de caza?. mas.

GREGORIO: Viendo crecer a los ninos GREGORIO: ?Se GREGORIO: ¿Y


uno se da cuenta de lo viejo que es. acuerda cuando cómo es eso de
Realmente grande y hermosa. Hialmar y yo lo que un hom- bre
(Pausa) ?Cuanto hace ya que se ibamos a visitar amante de la
casaron? alla arriba, en naturaleza como
las vacaciones? usted pueda
GINA: Pronto van a ser quince vivir entre cuatro
EKDAL: ?Usted paredes?
anos. GREGORIO: ?Tanto?. y...? Bueno,
mucho no re- EKDAL: (Rie.)
HIALMAR: Quince menos unos meses. cuerdo. Pero si Bueno... No se
Imagino que estos anos te habran es por la caza, esta tan mal
re- sultado largos alla arriba en la me per- mito aqui, en
fabrica, Gregorio. decirle que si ha realidad. No se
habido alla en esta tan mal...
GREGORIO: Al principio. Pero ya no. Hoidal un
Casi no sé en que se me ha ido el cazador, ese GREGORIO: ?Y no
tiempo. cazador fue el extrana
Teniente Ekdal, aquello...? ?Los
El viejo Ekdal sale de su cuarto con si senor. ?Osos! bosques, la vida
una gorra de uniforme. Da unos He matado osos libre, la
pasos, vaci- lante. senor Werle! ? montana...?
Nueve! Y de buen
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 15
EKDAL: GREGORIO: ¿Qué I arriba a abajo.
(Cómplice.) Por las cla-
cosa?.
Hialmar... ¿Se A raboyas, una luz
lo ense- lunar ilumina
HIALMAR: Nada...
ñamos? L algunos rincones
Un... Un... Otro
y deja otros entre
dia. Esta
HIALMAR: M sombras.
oscuro ya.
(Turbado.)
Bueno no creo A EKDAL:
EKDAL:
que esta noche Tonterias. Hay
sea... R Venga,
luna llena. ?Lo
tie- ne que ver,
si senor! . : venga...

E E Acérquese.

U n GREGORIO:

G ¿Pero qué

E f es...?

N i EKDAL: Véalo usted


mismo.
I n
HIALMAR: (Algo
A . avergonzado.)
Bueno, son...
: . cosas de papa.

. GREGORIO: ?
Teniente Ekdal! ?
? EKDAL: Una mano Cria galli- nas? ?
aqui, Hialmar, En medio de la
S para ayu- darme casa?
a abrir.
i EKDAL: ¡Y qué
GREGORIO: ¿De qué gallinas, señor
se trata? Werle! Aho- ra
,
están echadas
GINA: Bueno, no naturalmente,
vaya a pensar pero de día... Hay
que es nada que verlas, de
p
extraordinario, día.
a tampoco.
EUGENIA: Y
p Hialmar y su padre
van hasta la ademas hay
a pared del fondo y
empujan las un...
. hojas de la
puerta corrediza. EKDAL:
. A través de la
puerta se vis- Chst...
. lumbra una
buhardilla amplia Chst...
! y profun- da, de
dimensiones Todavia no.
irregulares.
Rinco- nes, vigas, GREGORIO:
y canos de ¿Palomas?
H ¿Tiene palomas
chimenea que la
atraviesan de también?
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 16
EKDAL: Bajo el
alero. Arriba.
Les gusta
anidar en
altura.

HIALMAR: Pero no
palomas vulgares...

EKDAL: ?
Mensajeras!
Pero venga...
venga mas
cerca. Vea el
nicho en el
muro. ?Son
conejos, amigo!

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 17


GREGORIO: ?Conejos? EKDAL: Estaba cazando desde un bote y
le disparó. Pero con su vista... En fin,
EKDAL: ¿Oíste Hialmar?: Que si tenemos no hizo más que inutilizarlo.
conejos. ¿Qué tal? Pero ahora viene lo
principal. Aquí está. Cuidado, Eugenia. GREGORIO: ?Unos perdigones en el cuer-
Póngase aquí. Desde aquí. Allí abajo. po?
¿Ve el cesto con paja?
EUGENIA: En el ala. Aca. Por eso no
GREGORIO: Si. Hay una gallina anidando pudo volar.
en...
GREGORIO: ?Y se fue al fondo?.
EKDAL: ¡Cómo una gallina!
EKDAL: Al fondo, si, como hacen siempre,
GREGORIO: ?Un pato...? lo mas abajo que pueden. Se agarran
con el pico a las raices de los juncos y
EKDAL: Pero claro que es un pato, senor no vuelven a salir por nada.
mio.
GREGORIO: Pero parece que este sí salió.
HIALMAR: Pero no un pato cualquiera.
EKDAL: El perro de su padre. Un diablo
GREGORIO: Me temo que yo, de patos... de inteligente el perro ese. Se zambulló
de- trás del pato y lo sacó a flote.
EKDAL: Senor Werle: es un pato salvaje.
GREGORIO: ?Y se lo dieron a ustedes?
GREGORIO: ?Un pato salvaje?
HIALMAR: Estuvo un tiempo en casa de
EKDAL: Es nuestro pato, amigo. tu padre pero no se acostumbraba. Le
or- denaron a Pettersen que lo mate.
EUGENIA: Mi pato, porque es mio.
EKDAL: (Adormilado.) Pettersen, sí señor...
GREGORIO: ?Y puede vivir aqui en el Imbécil...
desvan?
HIALMAR: Y como papa lo conoce tanto a
EKDAL: Bueno, por supuesto le hemos Pettersen, se arregló para que se lo die-
puesto una tina con agua limpia, para ran.
que chapotee.
GREGORIO: ?Y esta contento en el desvan?
HIALMAR: Se la cambiamos dia por
medio. HIALMAR: ¡Muy contento! ¡Engordó! Lleva
tanto tiempo aquí que ya casi se vuelve
GINA: Hialmar, querido, esta haciendo doméstico.
frio aqui.
GREGORIO: ¿Encerrado?. Tal vez. Te doy
EKDAL: Bueno... habra que ir cerrando un sólo consejo: que no vea nunca ni
por hoy. Mas vale no interrumpirles el cielo ni mar. (Un tiempo.) Entre
des- canso. La puerta, Eugenia. paréntesis: Dijiste que tenías una
habitación para alquilar...
Cierran.
HIALMAR: Si. ?Se te ocurre alguien
EKDAL: Ya lo verá mejor alguna otra vez.
(Se sienta en el sillón junto a la estufa.) que...? GREGORIO: ?Me la alquilarias?.
Son muy extraños los patos salvajes,
?sabe?. GINA: Pero senor Werle...

GREGORIO: ¿Y cómo se las arregló para GREGORIO: ?Puedo alquilarla? Me trasla-


cazarlo vivo? daria manana a primera hora.

EKDAL: ?Yo...? En todo caso habria que HIALMAR: Por nosotros encantados...
preguntarselo a su padre.
GINA: Pero es que... Señor Werle esta no
GINA: Pero no ha sido el senor Werle mis- es una habitación digna de una
mo que nos ha regalado el pato. persona como...como...

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 16


HIALMAR: ¡Gina! Francamente, a primera
¿Por qué? HIALMAR: ? Gregorio, no en- hora...? (A Gina.)
tiendo una Créame que no
GINA: Bueno, no Realmente palabra. voy a darle
es demasiado ninguna
grande, y es un Gina...! (A GREGORIO: No molestia. Yo me
poco oscura importa. Creo arreglo solo. (A
como para... Gregorio.) que ni si- quiera Hialmar.) De lo
?Vas a tiene sentido. demas, ya
GREGORIO: No quedarte por el ¿Entonces hablaremos
tengo momento en la mañana manana.
demasiados ciudad? (Saluda.) Senora
escru- pulos, Ekdal...
no vaya a GREGORIO: Eugenia...
creer.
(Poniéndose el GINA: Buenas
HIALMAR: Yo, sin
embargo, la abrigo.) Sí. noches senor
encuentro
bonita, y esta HIALMAR: ?Y Werle. HIALMAR:
bastante bien
amueblada. que harias Cuidado, la
GINA: Con esos... aqui?. escalera esta oscu-
esos dos que ra.
viven aba- jo... GREGORIO:
Esos... (Pausa) Bueno, Hialmar lo
si lo supiera acompana hasta
HIALMAR: El seguramente la puerta. Sale
licenciado estaria mas Gregorio.
Molvik, y el tranquilo. Pero
doctor Relling. cuando uno HIALMAR: ?Al fin
tiene la puede uno
GREGORIO: ? desgracia de comerse un
Relling? Hubo llamar- se bocado! (Come su
un doctor Gregorio Werle. sandwich.) ?Lo
Relling durante ves, Gina...? Hay
un tiempo en HIALMAR: (Ríe.) que saber
Hoidal. Y si no fueras moverse.
Gregorio Werle,
HIALMAR: El ¿qué te GINA: Sí. Hubiese
mismo. gustaría ser? preferido que
fuese otro el
GINA: Creo que lo GREGORIO: ?Si inquilino. ¿Qué
mejor es me dieran a va a decir el
consultarlo con elegir? (Tiem- director?
la almohada po.) Un perro.
antes de HIALMAR: ¿Werle?
decidirse. GINA: ?Un perro? ¿Y qué le puede
impor- tar?
GREGORIO: No la GREGORIO: Si.
veo muy Un perro GINA: Es claro que
dispuesta a te- inteligente. De algo no anda
nerme en su esos capaces bien entre ellos.
casa, senora de zambullirse
Ekdal. y rescatar a un HIALMAR: Nunca
pato salvaje anduvo bien.
GINA: ¡Dios me que se agarra
desespera- do GINA: No sea cosa
libre! ¿Cómo se le a las raices del que crea que
fondo. somos no- sotros
ocurre?. los que le hemos
HIALMAR: llenado la cabe-
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 17
za. vida tiene que
ser
HIALMAR: Bueno, independiente.
si lo quiere (Por su padre
creer... El que duerme en
director Werle el sillón.) Gina:
ha hecho antes que
mucho por mi,
lo reconozco;
pero eso no
significa que yo
tenga que estar
a sus órdenes
por toda la
eternidad.

GINA: Mientras
no se desquite
con el po- bre
abuelo, y le
saque el trabajo
de las copias.

HIALMAR: Bueno,
casi te diria:
mejor. Un
hombre como
yo... Un... un
hombre de
ciencia, tener
que ver que a
su padre
anciano lo
tratan como
un... paria. Pero
ya está llegando
el día. Sí, señor.
(Come otro
sandwich.) Uno
tiene una
misión en la
vida. Una
misión, y la voy
a cumplir.
Como que me
llamo Hialmar
Ekdal que la
voy a cumplir.

EUGENIA: Eso,
papa.

HIALMAR: Hemos
alquilado el
cuarto. Eso me
da más
independencia
para mis...
investigaciones.
Sí señor: el
hombre que se
impone una
misión en la

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 18


nada vamos a acostarlo. Pobre viejo. No HIALMAR: Pero si estoy trabajando, caram-
pierdas la fe en tu hijo. Tiene hombros ba. Yo, cuando puedo, ya se sabe...
anchos. Y un dia, cuando te
despiertes...
?No te parece, Gina?

GINA: Si. Cuidado al levantarlo. ?Vamos?

HIALMAR: Si. Vamos.

Se llevan con cuidado al viejo dormido.

ACTO TERCERO
Estudio de Hialmar por la manana. Luz
por la claraboya del techo. Esta corrido
el cor- tinaje. Hialmar, a la mesa,
retoca unas fotografias. Eugenia
merodea y fastidia. Entra Gina de la
calle.

HIALMAR: ?Echaste una ojeada al cuarto


de Gregorio?

GINA: Si.

HIALMAR: Lo invité a desayunar. Como es


el primer dia. ?Hay algo en casa?

GINA: Habra que buscar algo.

HIALMAR: Creo que Relling y Molvic van


a subir también. Me encontré con
Relling en la escalera y tuve que...

GINA: ¿Así que también esa pareja de sin-


vergüenzas?

HIALMAR: ¡Dos más, dos menos...!

EKDAL: (Asomando desde su puerta.)


Hialmar... (Nota la presencia de Gina.)
Ah...

GINA: ?Necesitaba algo, abuelo?

EKDAL: No, no, es igual. (Vuelve a entrar.)

HIALMAR: Gina... un poco de ensalada de


arenque no vendria mal. Relling y
Molvic han andado de... de copas
seguramente anoche, y...

GINA: Mientras no se me aparezcan

ahora. HIALMAR: Pero si no hay ningun

apuro...
Tenemos todo el tiempo del mundo.

GINA: Podrias ir trabajando un poco en


esas fotos mientras tanto.

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 18


Vuelve de mala gana a los retoques. vas a ayudar?

EKDAL: (Vuelve a asomarse. En voz baja.) HIALMAR: Bueno, después de todo creo
?Mucho que hacer?. que... (Al ver a para después de
Gina en la comer, mientras
HIALMAR: No doy abasto con estas puerta de la estés hacien- do
foto- grafias. cocina.) ¿Yo?. No, la siesta.
no tengo
EKDAL: Bueno, bueno, nada. Si estas tiempo... Con HIALMAR: Ah,
tan ocupado... (Vuelve a su cuarto todo el trabajo bueno, bueno.
dejando la puerta abierta.) que hay. Entonces si,
(Tirando de una pondremos aqui
HIALMAR: (Deja el pincel y va hasta la cuerda baja una la mesa.
puer- ta de Ekdal.) ?Estas haciendo especie de telón
algo? ordina- rio que GINA: Igual no hay
deja invisible la ningun apuro.
EKDAL: Ya que estas tan atareado, yo parte baja de la Se la puede
tam- bién, caramba. buhardilla. seguir usando,
Vuelve a la digo.
HIALMAR: Bueno... bueno... (Vuelve al mesa.) A ver si de
tra- bajo.) una vez por HIALMAR: Ya ves
todas puedo que estoy
EKDAL: (Unos instantes después tener un mo- usandola todo lo
vuelve a asomarse a la puerta.) En mento de que puedo.
fin... Ahora, ya, tanto apuro no tranquilidad.
tengo. Gina vuelve
GINA: ¿Otra vez allí
HIALMAR: ?Hacias copias?. adentro, a la cocina.
haciendo vaya a
EKDAL: ¡Maldita oficina! ¿No pueden saber qué Un tiempo.
es- perar un día más? No es cosas...?
cuestión de vida o muerte, tampoco. Desde la
HIALMAR:
HIALMAR: Y al fin y al cabo uno Preferirias que buhardilla
tampoco es un esclavo, ?no? ande por ahi to-
mando... (Se Ekdal lo
EKDAL: Y con todo lo que hay que sienta.) ?
hacer ahi adentro. Buscabas algo? chista.

HIALMAR: Eso justamente es lo que GINA: Queria HIALMAR:


iba a decirte. ?Abro? preguntarte si
pongo la mesa ¿Qué...?
EKDAL: Y... No estaria mal, ir viendo... aqui.
EKDAL: Me parece
HIALMAR: Asi acabamos de una vez HIALMAR: Si... que sea como
por todas, ?no? Supongo que no sea va- mos a
vendra nadie tan tener que mover
EKDAL: Tendria que estar listo temprano. la tina.
manana a la manana. ?Porque es
manana, no? GINA: No. No HIALMAR: Si, eso
espero a nadie.
HIALMAR: (Asiente) Manana. Solo esa pare- ja estaba pensando.
de novios que
Hialmar y Ekdal abren las puertas tienen que posar EKDAL: En fin...
del desvan. Entra luz por el tragaluz juntos.
del te- cho. Vuelan algunas palomas En fin... (Vuelve a
de aqui a alla, y otras permanecen HIALMAR: ¡Pero
en las vigas arru- llando. Las gallinas caramba, ¿no entrar.)
cacarean en el fondo. podían po- sar
juntos otro día?!
Hialmar trabaja un
HIALMAR: Cuando momento, mira
GINA: Hialmar, mi de reojo la
quieras. EKDAL: ?No me amor... Los cité buhardilla, se
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 19
levanta a HIALMAR: (Tras a esta silla. estas. (Volviendo
medias. Apa- un silencio.) Lo adentro.) Vamos
rece Eugenia unico que te EUGENIA: Yo lo a ver... A ver si
por la puerta veo hacer es puedo hacer, puedo explicarte
de la cocina. meter las papa. Dame el como es la idea.
narices en todo. pincel.
HIALMAR: ?Te han
(Sentándose encargado que HIALMAR: ?Que
apresuradamente me vigiles? locura! No harias
.) mas que
¿Qué pasa? EUGENIA: ¡Qué estropearte la
vista.
idea!
EUGENIA: Nada.
Queria estar EUGENIA: Para
HIALMAR: ¿Qué
cerca tuyo.
nada. Dame ese
hace tu madre?
pincel. HIALMAR:
EUGENIA: Esta
(Duda.) Bueno...
ocupadisima con
(Levantándo-
la ensa-
se.) Es sólo un
lada de arenque.
minuto ¿eh?.
?Te puedo
ayudar?
EUGENIA: ¿Qué
daño me puede
HIALMAR: No, no.
hacer? Vamos a
Es mejor que
ver... Vamos a
haga todo yo
empezar por ésta.
sólo. Mientras
me queden
HIALMAR: Nada de
fuerzas. Al fin y
al cabo qué estropearte los ojos,
importa que tu ?Esta claro? No
padre consuma quiero hacerme
su salud... respon- sable
de... Es tu propia
responsabilidad.
EUGENIA: ?No
digas eso,
papa!. (Espia EUGENIA: Si, mia.
hacia el Solo mia.
desvan.)
HIALMAR: ?Ahi
HIALMAR: va! ?Muy bien,
Eugenia...! Muy
Eugenia... ¿Qué bien... Un
minuto, eh... Un
hace? EUGENIA: minuto. O dos.
(Se mete
Parece que quiere apresuradamente
en el desvan.)
abrir un ca-
mino nuevo para Eugenia trabaja.
que el pato Ekdal y Hialmar
llegue has- ta la discuten adentro.
tina. Hialmar se
asoma.
HIALMAR:
Trabajando así, HIALMAR: Eugenia,
sólo, no lo va a dame las tenazas
terminar que estan en el
nunca. Y yo estante. Y el
aquí condenado martillo, ya que
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 20
(Eugenia le alcanza las herramientas.) Cuando tenga tiempo. Todavía no ha
Gracias hijita. Menos mal que llegué yo, te- nido, pero cuando tenga...
sino esto... (Vuelve adentro nuevamen-
te. Martillazos. Llaman a la puerta, GREGORIO: ?Y estás todo el día aquí?
pero Eugenia no lo advierte.)
EUGENIA: Todo el dia aqui.
GREGORIO: (Asomandose. De entrecasa.)
Buenos dias. GREGORIO: Y ese desvan, me imagino,
debe ser como un mundo aparte.
EUGENIA: ?Adelante!
EUGENIA: Hay tantas cosas extraordina-
GREGORIO: Permiso... (Por los golpes.) rias ahi.
Parece que tienen gente trabajando hoy
aqui. GREGORIO: ?De veras?

EUGENIA: Papa y el abuelo. Voy a EUGENIA: Si. Unos armarios enormes,


avisarles. lle- nos de libros... Y muchos tienen
estam- pas.
GREGORIO: No, no. Prefiero esperar un
rato. GREGORIO: ?Ah...!

EUGENIA: ?Hay un desorden en esta EUGENIA: Y un escritorio antiguo con ca-


mesa! (Empieza a sacar las fotos.) joncitos, y un reloj grande con figuras
que salen cuando suena la hora. Pero
GREGORIO: Por favor, no... ?Son las foto- no funciona mas.
grafias para retocar?
GREGORIO: De manera que el tiempo se
EUGENIA: Lo estoy ayudando un poco a ha detenido alli, en los dominios del
papa. pato salvaje.

GREGORIO: Por mi, no interrumpas tu EUGENIA: Ajá. También hay una caja
tra- bajo. muy vieja, con pinturas; y otras cosas
por el estilo. Pero sobre todo: libros.
EUGENIA: Voy a seguir otro ratito.
GREGORIO: ?Y te gusta leer esos libros?
Gregorio la mira en silencio.
EUGENIA: Siempre que puedo. Lo que
GREGORIO: ¿Durmió bien el pato salvaje pasa es que la mayoría están en inglés;
esta noche? y yo no entiendo inglés. Pero miro las
figu- ras. Hay uno enorme, así, que se
EUGENIA: Creo que si, gracias. llama
«History of London» y tiene muchísimos
GREGORIO: (Por el desvan.) Con luz de grabados. Debe tener, no sé, cien años,
dia se lo ve muy distinto. por lo menos. Doscientos... En la
prime- ra página se ve a la muerte con
EUGENIA: Cambia mucho, si. un reloj de arena, y una muchachita.
¡Horrible! Mas adelante, si, hay otras
GREGORIO: Y... ?Te gusta estar alli? Con con iglesias y castillos, y barcos por los
el pato salvaje, digo... mares...

EUGENIA: Si. Siempre que puedo. GREGORIO: Y digo yo, Eugenia. cuando
estas ahi metida, mirando las
GREGORIO: Seguramente, mucho tiempo estampas:
de sobra no tendras. Con el colegio y ?No se sienten ganas de salir y ver el
to- das esas cosas. mundo de verdad...?

EUGENIA: No voy al colegio. A papa le da EUGENIA: No senor. Me gusta asi.


miedo que me estropee la vista. Quedar- me siempre en casa con papa
y mama. Y el abuelo. Y el pato... Mi
GREGORIO: ¿Te enseña él mismo? pato.

EUGENIA: Ajá. Bueno... me lo prometió. GREGORIO: Aja...

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 20


EUGENIA: (Aclara) Se lo presto a veces GREGORIO: ? cocina y pone la
a papá y al abuelo, pero el pato es mesa. Gregorio
sólo mío. Absolutamente hojea un album.
GREGORIO: mares»?
Supongo que segura? GREGORIO: Me
alla adentro ese EUGENIA: No sé. han dicho que
pato sera Me suena tan... Eugenia calla sabe reto- car,
dueno y senor. raro que lo asombrada. Gina senora Ekdal.
diga usted. llega de la
EUGENIA: Claro. GINA: Claro que sé.
Es un GREGORIO: ¿Y
auténtico pato por qué será? A GREGORIO:
sal- vaje. Da ver.
tanta pena el Una feliz
pobre, sin tener EUGENIA: En
con quien realidad... coincidencia.
entretenerse. Bueno, no sé.
Una tontería. GINA: ¿De
GREGORIO: No
tiene familia, GREGORIO: No qué?
como los co- es ninguna
nejos. tontería segu- GREGORIO: Que
ramente. Hialmar se hiciera
EUGENIA: No. Vamos a ver. fotó- grafo, digo.
Las gallinas, a ¿Por qué te
ratos se jun- hizo sonreír? EUGENIA: Mamá
tan entre ellas. también sabe
Pero él, EUGENIA: Es hacer foto-
pobrecito, que siempre grafías.
sepa- rado de que pienso en
los suyos... Tan el desván y en GINA: Bueno. Tuve
extraño... todo lo que hay
Nadie lo adentro, se me que aprender, claro.
conoce. Nadie ocurre que eso
sabe de donde allí se llama «la GREGORIO: ?Asi,
salió. profundidad de
los mares». No que en realidad, es
GREGORIO: Y, sé por qué,
como si fuera pero así se me us-
poco, viene de ocurre. ted la que lleva el
la profundidad Tonterias, negocio?.
de los mares. bah...
GINA: Y... Cuando
EUGENIA: GREGORIO: No Hialmar no tiene
(Reprime una me lo parece para tiem- po...
sonrisa.) ¿Por nada.
qué dice «de la GREGORIO: Claro,
profundidad de EUGENIA: Al fin ocupado como
los mares»? y al cabo no es esta, con su
mas que un padre...
GREGORIO: ¿Y desvan.
cómo habría que GINA: Sí. Se da
decirlo? GREGORIO: (La cuenta que esto
mira de tener que
EUGENIA: Bueno, fijamente.) ? andar retratando
podria haber Estas segura? a fulano o a men-
dicho... «del gano no es algo
fondo del mar». EUGENIA: ?Que justamente para
un hom- bre
GREGORIO: ¿Y no es mas que un como él.
por qué no «de
la profundi- desvan? GREGORIO: Bueno,
dad de los pero estando en el
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 21
ofi- cio... puer- ta.)
¡Hialmar! ?
GINA: ¿Oficio? Estas... Estas
Señor Werle: mi disparan- do en
Hialmar no es el desvan?
un... un
fotógrafo vulgar HIALMAR: (Desde
y silvestre. adentro.)
¿Llegaste, Gre-
Se escucha un tiro gorio? Ni me
que proviene del enteré, estaba
altillo. tan ocupa- do.
Gregorio (A Eugenia.) ¡Si
nadie me avisa!
se (A Gregorio,
enseñando un
sobresalta. pistolón de do-
ble caño.) Es
GREGORIO con esto nada
más.
: ¿Qué es

eso?

GINA: ??Sera
posible?! ?Ya
empiezan otra
vez con la
escopeta!

GR

EG

ORI

O: ?

Dis

par

an?

EU

GE

NIA:

Sali

ero

n de

caz

a.

GREGORIO:
¡Cómo! (Se
acerca a la
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 22
GINA: Alguno de estos dias va a haber zo?
una desgracia con esa arma.

HIALMAR: No va a haber ninguna desgra-


cia, y se dice ese arma, no esa. Veinte
veces te lo he dicho ya.

GINA: Ese o esa. Un dia va a haber una


desgracia.

GREGORIO: Asi que el amigo Hialmar se


ha vuelto cazador, también.

HIALMAR: Bueno... ¡cazador...! Tiro un


poco a los conejos de vez en cuando.
(Confi- dencial.) Por papá, Gregorio, no
sé si...

GINA: Los hombres son gente rara. Si yo


tendria que divertirme...

HIALMAR: (Interrumpe.) Tuviese. Si yo


«tu- viese».

GINA: (Dolida.) Hialmar...

HIALMAR: Y no hay más que hablar. (A


Gregorio.) De afuera no se escuchan...
Los tiros, digo. (Coloca el arma en el es-
tante.) Cuidado con el arma, Eugenia.
Uno de los cañones quedó cargado,
¿sí?.

EUGENIA: Ahora que terminó la caceria


puede mirar al pato.

GREGORIO: (Mirando hacia adentro.) Tie-


ne un ala caida.

HIALMAR: La de la perdigonada.

GREGORIO: Y arrastra una pata.

HIALMAR: Apenas.

EUGENIA: La que le mordió el perro.

HIALMAR: Pero fuera de eso... Y es asom-


broso, pensando en la acantidad de
per- digones que lleva en el cuerpo, y
que anduvo entre los colmillos de ese
perro.

GREGORIO: (Mira a Eugenia.) Y


sobretodo que ha estado tanto tiempo
«en la pro- fundidad de los mares».

EUGENIA: (Sonrie.) Si.

GINA: El bendito pato. Tanta


preocupación por un pato salvaje.

HIALMAR: ?Falta mucho para el almuer-


Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 22
GINA: En un momento. Eugenia...
Necesi- to que me ayudes. HIALMAR: Quiero salvar a ese náufrago,
Gregorio. El doctor Relling dice que
Gina y Eugenia salen hacia la cocina. cuan- do esté listo el invento, cuando
vengan los reconocimientos, las honras,
HIALMAR: Seria mejor que no te le per-
quedes ahi mirando a mi padre. mitirán a papá
No le gusta. Convendria que cierre volver a vestir el HIALMAR: ¡Y ya lo
la puerta antes que vengan los unifor- me. En creo!. A su ritmo.
demas. (Da unas palmadas para todo caso, sólo Todas las tardes,
espantar a las aves.) ?Ush! ?Ush! exigiré eso como después de
?Vamos, vamos! (Cierra la puerta.) premio. La única almorzar, me en-
Bue- no... como ves, a Gina no le recompensa del cierro en la sala
gusta mu- cho esto de tener pobre inventor. donde uno puede
animales en el estudio. pen- sar
GREGORIO: tranquilo,
GREGORIO: Lógico. Siendo el estudio Entonces, es lo meditar. Sin
su lugar de trabajo, ?no?. del uniforme lo urgencias, eso sí.
que... Si algo no sirve
HIALMAR: Bueno, las cosas mas es que me
sencillas se las confio a ella. Asi HIALMAR: Mi único apuren, como
puedo refugiarme en la sala a anhelo. Nadie dice el doctor
pensar en cosas mas impor- tantes, puede imaginar Relling.
en mi... (Indeciso) Gregorio, te han lo que sufro por
hablado seguramente de mi él. Si lo vie- ras... GREGORIO: ?Y no
invento...? No hay fiesta te parece que
familiar que no toda esta
GREGORIO: ?Un invento.? No. haga su entrada cuestión del pato
con el viejo salvaje, y el
HIALMAR: Bueno, todavía no está del uniforme, el de desván te
todo terminado, pero estoy los días felices. distraen del
trabajando en él. Te podrás Pero basta que invento...?
imaginar que cuando decidí llamen a la
dedicarme a la fotografía no era puerta, para que HIALMAR: ?Todo lo
para hacer retratos a cualquiera. corra a su cuarto contrario! No es
a cambiarse. hu- manamente
GREGORIO: Eso justamente me Asustado de que posible estar
comenta- ba Gina recién. ¿Y de qué alguien pue- da eternamente
se trata, si se puede saber? verlo. Eso concentrado en
desgarra el lo mismo. Es
HIALMAR: Amigo... no me pidas detalles, corazón de un importante un...
¿sí?. La cosa precisa tiempo. Y no hijo, Gregorio. un pasatiempo,
vayas a creer que lo hago por digamos para re-
dinero, por vani- dad, o algo así. No GREGORIO: ?Y frescarse un
trabajo para mí, Gre- gorio, no, no. cuanto tiempo te poco las ideas.
Es la misión que me impu- se, y no llevara terminar La inspira- ción,
la abandono de dia ni de noche. tu invento? el rayo de luz,
cuando llega,
GREGORIO: ¿Y cuál es esa misión, si HIALMAR: ¡Bueno, llega. Si es que
se puede saber? por Dios, no me llega.
pidas detalles así!
HIALMAR: Hay un anciano de cabellos ¡Cuánto tiempo...! GREGORIO: Mi
blancos en esta casa, Gregorio. En un des- querido
cubrimiento hay Hialmar... Te
GREGORIO: ¿Tu padre...? ¿Y qué muchas cosas miro, y te veo
podrías hacer por él? imprevi- sibles. tanto de pato
Depende mucho salvaje.
HIALMAR: Nada menos que devolverle de la inspira-
la dignidad perdida. Recuperar el ción... de la... la HIALMAR: ?De
honor del apellido Ekdal. intuición. pato salvaje?

GREGORIO: ¿Y esa es tu misión? GREGORIO: ?Pero GREGORIO: Te has


avanza al menos? hundido hasta el
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 23
ba- rro del te has encima de las lejos.
fondo, y te has infectado, y te pequeñeces de
agarrado a las has ido a lo todos los días. GREGORIO:
raices. mas hondo ¡Pero qué bien, Gracias. Todo
para morir en aquí llega el puede pasar:
HIALMAR: la oscuridad. almuerzo!. ayer fuimos trece
Gregorio... a la mesa.
HIALMAR: ¿En la Entran Gina y
GREGORIO: Yo oscuridad? Eugenia con HIALMAR: Basta,
no diria que bandejas. Des- Gregorio, de
¿Morir...?
estas herido, de la puerta de ideas sinies-
¿Qué disparates
pero si que te la escalera tras.
son esos Relling y Molvik,
metiste en un
Gregorio?. vestido de
pantano, que
riguroso negro.
GREGORIO:
Calma. Yo voy a GINA: Hay dos que
sacarte a la
superficie, si llegan a tiempo.
Hialmar. Yo
también tengo
RELLING: A Molvik
una misión en
la vida. La
se le metió en la
encontré ayer.
cabe-
HIALMAR:
za que olía como
Gregorio, te
ráfagas de
pediría que no
arenque, y ya no
me mezcles con
hubo manera de
esa... misión.
detenerlo. Bue-
Aparte de mi
nos días de
melancolía, que
nuevo, Hialmar.
es una cosa
natural en mí,
HIALMAR:
estoy tan a
Gregorio, te
gusto con mi
presento al senor
vida como
Molvic, licenciado
cualquiera lo
en teologia... y al
podria desear.
doc- tor Relling. ?
Se conocian ya,
GREGORIO: Otro
verdad?
efecto del veneno.
GREGORIO: Apenas.
HIALMAR:
RELLING: ¡El señor
Werle hijo, cómo
Gregorio, no me no! Nos hemos
peleado bastante
hables de ve- allá arri- ba en
nenos, ni de Hoidal. ¿Ha
enfermedades... venido a
No... No es- toy instalarse aquí?
acostumbrado.
Aqui en casa no GREGORIO: Desde
ha- blamos de
esta manana.
esas cosas. No
sera una casa
rica, bueno, RELLING: Abajo
vivimos Molvik y
pero soy un
yo, así que si
inventor, un
necesita médico,
padre de
y después pas-
familia. Esas
tor, no tiene que
cosas lo elevan
ir demasiado
a uno por
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 24
RELLING: Calma, Hialmar Ekdal. El dedo guien de esa famosa teoría suya...? Aquel
de la fatalidad no te toca. Te lo aseguro
yo.

HIALMAR: (Por Gina y Eugenia.) Así lo es-


pero por ellas. ¡Pero ahora sentémonos,
comamos, tomemos, y disfrutemos!

GREGORIO: ?No esperamos a tu padre?

HIALMAR: No. Prefiere comer en su


cuarto mas tarde.

Comen y beben. Gina y Eugenia van y


vie- nen sirviéndolos.

RELLING: ?Que borracho estaba Molvik


anoche, senora Ekdal! ?Habia que
verlo!

GINA: Ninguna novedad.

RELLING: ¿No lo oyó cuando lo traje?

GINA: No, no escuché nada.

RELLING: Mejor, porque estaba hecho


una lástima, realmente.

GINA: ?Si, Molvik?

MOLVIK: Corramos un velo sobre los


acon- tecimientos de anoche, senora.
Esas co- sas son totalmente ajenas a
mi yo supe- rior.

RELLING: El pobre se pone como un


poseí- do. Lo domina una especie de
sugestión, y no hay más remedio que
sacarlo de fa- rra por ahí. No hay nada
que hacer. Nos guste o no nos guste el
Licenciado Molvik es un auténtico
demoníaco.

GREGORIO: ?Demoniaco?

RELLING: Demoniaco.

GREGORIO: Aha.

RELLING: Y las naturalezas demoniacas


no pueden andar por la senda recta.
Eso no esta hecho para ellos. Necesitan
serpen- tear un poco de vez en cuando.
Desviar- se, perderse y volver a
encontrarse. ?En fin...! ?Y usted sigue
resistiendo alla arri- ba en esa fabrica
espantosa?

GREGORIO: Hasta ahora lo vengo sopor-


tando.

RELLING: ¿Y logró por fin convencer a al-


Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 24
compromiso que exigía. ¿Cómo era...? blanda y dulzona. Gusto a azúcar.
¡Buen prove- cho, señores!
GREGORIO: (Evasivo.) Ah, si.
Entra a su pieza.
RELLING: ?»La exigencia de los
ideales.»! MOLVIK: (Levantandose.) Disculpen un
segundo. No... No puedo mas...
Asi era.

GREGORIO: Una tonteria. RELLING: ?Sal de fruta, tonto!


Molvik sale EUGENIA:
RELLING: ?Tonteria? Recorria el apurado. (Evadiéndose.)
pueblo de Hoidal reclamando el Esta bien, ya.
cumplimiento de RELLING: ?Un
«La exigencia de los ideales.» brindis por el viejo HIALMAR: Se me
cazador! parte el corazón
GREGORIO: Bueno. Era muy joven. cuando pienso
HIALMAR: ?Si, por que no tendrás
RELLING: Indudablemente era joven, nuestro Buffalo más que esa hu-
sí. Y que yo recuerde, mientras Bill al borde de milde fiestita en
estuve allí no consiguió un solo la tumba!. el desván.
seguidor. (Brinda y ríe.)
EUGENIA: ?Pero si
GREGORIO: Ni después tampoco. RELLING: ¡Hialmar eso es
Ekdal sí que es justamente lo
RELLING: Presumo que habra tenido un hom- bre que quiero!
la cordura de transigir un poco. feliz! ¡Tiene una
misión por la RELLING: Un
GREGORIO: No transijo nunca cual luchar...! ¡Y poco mas de
cuando tra- to con hombres dignos una mujercita paciencia
de ese nombre. que va silen- Eugenia. Hasta
ciosa de aquí que tu padre
HIALMAR: Eso me parece muy bien, para allá termine ese
muy bien. Gina: un poquito mas de moviendo esas invento
manteca, caderas... extraordinario.
?podria ser? Haciendo todo
confortable, y HIALMAR: Si
RELLING: Y una tajada de panceta abrigadito a su señor. ¡Y no
para Molvik. alrededor...! pasará mucho!
Eugenia, he
MOLVIK: ?Por favor, no...! ?Ni la HIALMAR: La tomado la
palabra, panceta! verdad, Gina, es decisión de ase-
una buena gurar tu
Se escuchan golpes en la puerta del companera. porvenir. Serás
feliz mientras
altillo. HIALMAR: Eugenia... El abuelo GINA: Quieren vivas. Exigiré
hacer el favor de algo para mi
quiere sa- dejar de hija. No se...
lir. cotorrear sobre algo. Va a ser la
mi. única
Eugenia abre. Entra el viejo Ekdal con recompensa del
una piel de conejo recién arrancada, RELLING: ?Y la pobre inventor.
sangrante. pequena Eugenia,
Hialmar! EUGENIA: (Lo
EKDAL: Buenos días señores. Buena abraza.) Papá...
caza la de hoy. Maté uno de los HIALMAR: Querido papá.
grandes. ¡Eugenia...!
¡Eugenia sobre RELLING: (A
HIALMAR: Y lo desollaste sin todo! (Le acaricia Gregorio.) ¡Señor
el pelo.) A ver... Werle! ¿Qué se
esperarme. EKDAL: Y lo salé también, ¿Qué día es siente, para
mañana?. variar,
ya que estaba. compartiendo la
Me gusta la carne de conejo; es mesa bien
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 25
servida de una HIALMAR: ? no la saque. Llaman
familia dicho- Gregorio, otra
sa?. GREGORIO: ¿Y si lo a la
vez...!
hago, qué?
HIALMAR: ?Para puerta.
mi, nada mejor GINA: Dios sabe
que en esta RELLING: Va a
que la hora de bajar las EUGE
comer! casa olor no va
a encontrar. escaleras con la
Todas las cabeza. Y no diga NIA:
GREGORIO: Por que no se lo
mananas, an-
mi parte, me adverti. Llaman
tes que nada se
ahoga el olor
ventila pieza
del pantano. HI ,
por pieza.
RELLING: ?Del AL mama.
GREGORIO:
pantano? (Abandonando
la mesa.) Créa- M HIALM
me que el hedor
al que me AR AR: ?
refiero no suele
ventilarse en : Uf,
esta casa.
Pe mas
HIALMAR: ?Hedor?
ro fotos!
GINA: ¿Qué te
parece eso, Re GINA: (Abre la
puerta. Se
Hialmar?
lli estremece y re-
trocede.) ?
RELLING:
ng Usted...?
Perdone... ?No
sera usted el
que trae el olor ... El director Werle,
con abrigo de
de alla, de la
fabrica? G piel, entra en el
estudio.
GREGORIO: Es RE
propio de usted WERLE: Disculpen.
G Tengo entendido
llamar olor a lo
que yo traigo a que mi hijo vive
O aqui.
esta casa.

RELLING: RI GINA: (Sofocada.) Si.


Escuche, senor
Werle hijo; me O:
parece que
usted todavia Int
conserva intac-
ta en el bolsillo én
aquella
«exigencia de tel
los ideales»
o..
GREGORIO: No
en el bolsillo; .
en el cora- zón.
GINA: ¡Relling, por
RELLING: favor!, ¡Y usted,
¡Métasela señor Werle, no
donde le guste! es quién para
Pero mientras venir a hablar
yo esté aquí le acá de olor!
aconsejo que
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 26
HIALMAR: Senor director, por favor, ade- pue- de remediarlo nadie; pero a Hialmar
lante... si pienso salvarlo de la mentira y los
enganos
WERLE: Gracias. Sólo deseo hablar con
mi hijo.

GREGORIO: Bien, ?que hay? Aqui estoy.

WERLE: Quisiera hablar a solas.

HIALMAR: Por favor, pueden hacerlo aquí


mismo. Vamos al salón, Relling...
Gina...

Salen. Pausa.

GREGORIO: Bueno, ya estamos solos.

WERLE: Por las insinuaciones que hiciste


anoche, y viendo que te has venido a vi-
vir aqui, presumo que tus intenciones
para conmigo no son muy buenas.

GREGORIO: Mi única intención es abrirle


los ojos a Hialmar Ekdal. Que vea la
rea- lidad tal como es. Eso es todo.

WERLE: Así que esa es la misión de la


que hablabas.

GREGORIO: Si. No me dejaste otra.

WERLE: ?Soy yo quien te ha perturbado


el espiritu?

GREGORIO: Me arruinaste la existencia.


Y no me refiero a lo de mi madre. Quien
otro, si no, seria el culpable de los re-
mordimientos de conciencia que me
ator- mentan.

WERLE: Aha... Asi que es la conciencia la


que esta en juego.

GREGORIO: Tendría que haber


reacciona- do cuando se preparó esa
trampa para el teniente Ekdal.
Tendria que haberlo prevenido
porque sospechaba como terminaria
todo eso.

WERLE: Siendo asi, en efecto, ese era el


momento de hablar.

GREGORIO: Pero fui tan cobarde que no


me atrevi. Siempre te tuve terror.

WERLE: Por lo visto se te ha pasado.

GREGORIO: Afortunadamente. El mal

cau-
sado al viejo Ekdal por... nosotros, no
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 26
que lo estan llevando a la ruina. lo permite.

WERLE: Creyendo, naturalmente, que WERLE: ?Vas a volver a la fabrica?


con eso le estas haciendo un bien.
GREGORIO: No. Me considero despedido.
GREGORIO: Tengo la seguridad absoluta.
WERLE: ¿Y a qué vas a dedicarte en ade-
WERLE: Y pensando que el fotógrafo
Ekdal terminará agradeciéndote lante, si se puede GREGORIO:
semejante prueba de amistad. saber? Hialmar: quiero
que me
GREGORIO: Si. Asi lo GREGORIO: A acompanes a dar
cumplir mi un largo paseo.
creo. WERLE: Ya lo misión. Exclusi-
vamente. HIALMAR:
veremos. Bueno... Como
WERLE: ¿Y de qué no. ¿Qué que-
GREGORIO: Si voy a seguir vas a vivir? ría?. ¿Se trataba
soportando la vida, tengo que de mí?.
encontrar un remedio para mi GREGORIO: Algo
conciencia enferma. tengo ahorrado GREGORIO:
de mi sueldo. Vamos. Tenemos
WERLE: No se curará nunca. Ha bastante que
estado enferma desde tu infancia. WERLE: ?Y para hablar. Voy a
Herencia de tu madre, Gregorio: La cuanto tiempo ponerme el
única que te legó. abrigo. (Sale.)
alcanzara?
GREGORIO: Todavía no has podido GINA: No deberías
GREGORIO: Creo
digerir la desilusión que te llevaste que durara lo ir con él, Hialmar.
cuando des- cubriste que la fortuna que yo dure.
con la que te creias casar... no era RELLING: No
tal. WERLE: ¿Qué vayas. Es mejor
quedarse aqui.
significa eso?
WERLE: No cambiemos de tema.
Entonces estas decidido a poner a HIALMAR: (Toma
GREGORIO: No
Hialmar sobre una pista que te su abrigo y su
parece acertada. sombre- ro.)
tengo nada que
¿Cómo voy a...?
GREGORIO: Esa es mi intención. Cuando un
contestar. WERLE: amigo de la
WERLE: Creo que podria haberme infancia necesita
Entonces adiós, abrirme su cora-
ahorra- zón?
Gregorio.
do el paseo hasta aqui. Deduzco que es
inutil preguntarte si volveras a casa. RELLING: Pero... ?
GREGORIO: Adiós. Mierda! No ves
GREGORIO: Inutil, si. que ese tipo esta
Werle se va. chiflado, tocado
WERLE: ?Tampoco accederias a ser mi de la cabeza,
HIALMAR: loco.
so- cio?
(Asomando.) ?Se GINA: ¡Que te
GREGORIO: Tampoco.
decía yo! Su
fue? GREGORIO: madre también
WERLE: Muy bien. Pero como pienso
vol- ver a casarme voy a darte tenía ataques
Si. así, a veces.
inmediatamen- te tu parte de mis
bienes.
Entran los otros. HIALMAR: Razón
GREGORIO: No quiero de más para
RELLING: Y nos necesitar el
nada. WERLE: ?No? estropeó el cuidado de un
almuerzo. amigo. Adiós.
GREGORIO: No. Mi conciencia no me Hasta luego.
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 27
Sale. T Relling?
O
RELLING: Es una EUGENIA: Pregunté
verdadera pena
que este tipo no I hace un momento.
se haya V
desbarrancado GINA: Se le va a
en uno de esos Estudio de
precipicios de Hialmar, enfriar la cena.
Hoidal. momentos
después de EUGENIA: Con lo
GINA: ¡Jesús! ¿Por hacer una puntual que es
fotografía. En papa para la
qué dice una cosa medio de la ha- comida.
bitación, la
así? RELLING: Yo cámara,
cubierta con un
me entiendo. pano negro,
sobre un
GINA: ?Le parece tripode, un par
que esta loco de de sillas y
verdad...? algun
accesorio.
Anochece.
RELLING: No. no
se trata de eso. Gina, des- de la
No esta mas puerta, despide
loco que la a unos clientes.
mayoria.
GINA: Las tomas
del sillón veré
GINA: ¿Y qué tiene
primero como
entonces? salen antes de
copiarlas. Las
RELLING: Voy a del vestido de
decirselo, Gina: boda, que
Gregorio Werle tienen más luz,
es nada mas ni se las llevaré yo
nada menos misma apenas
que un las revele.
extremista de la Cuidado allí los
rectitud. escalones del
recodo: son
GINA: ?Y eso es estrechos, y
con la
una enfermedad? oscuridad se
ponen
RELLING: Hoy por peligrosos.
hoy: grave. Por Cierra la puerta.
Comienza a
suerte apa- ordenar los
rece sólo de enseres del
manera estudio.
esporádica.
(Saludan- do a EUGENIA: ¿Cómo
Gina.) Le es posible que
agradezco el no haya vuelto
almuerzo. todavía?
Sale. GINA: ?Estas
segura que no
A esta abajo en la
C pieza de

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 28


GINA: No te preocupes, Eugenia. No HIALMAR: ?Basta de estupideces,
puede tardar. (Descubre a Hialmar que Eugenia! Desde manana no piso mas
llega.) ese desvan
?Aqui esta!
EUGENIA: ?Papa! Me prometiste que ma-
EUGENIA: ?Papa, cuanto te esperamos! nana habria fiesta.

GINA: (Mirandolo de soslayo.) Tardaste HIALMAR: Bueno... ?Desde pasado mana-


mucho, Hialmar. na!. Me dan ganas de retorcerle el
cogote a ese maldito pato.
HIALMAR: (Sin mirarla.) Si. Tardé bastan-
te. (Se quita el abrigo. Ellas quieren EUGENIA: ?Mi pato!
ayu- darlo pero él las rechaza.)
GINA: ?Dios me libre!
GINA: ?Comiste con Gregorio?
EUGENIA: (Sacudiéndolo.) ¡Papá! ¡El pato
HIALMAR: No. es mio...!

GINA: Te traigo la cena entonces HIALMAR: Por eso mismo no lo hago.


Aun- que en el fondo de mi alma sepa
HIALMAR: No. No quiero comer. que es- toy haciendo mal. No tengo por
qué so- portar bajo mi techo nada que
EUGENIA: ?Te estas sintiendo mal, papa? venga de esas manos.

HIALMAR: Regular. Dimos un paseo muy GINA: ¿Pero qué tiene que ver que el
largo Gregorio y yo. idiota de Pettersen se lo haya regalado
al abue- lo, para que...?
GINA: No tendrias que haber ido. No estas
acostumbrado. HIALMAR: Hay ciertas exigencias... la exi-
gencia de los ideales, ciertos compromi-
HIALMAR: Bah... Hay muchas cosas en sos que un hombre no puede eludir sin
este mundo a las que un hombre tiene danar profundamente su alma.
que acostumbrarse. ?Vino alguien
mientras yo no estuve? EUGENIA: Papa... Es solamente un
pato... un pato salvaje...
GINA: Los dos novios solamente.
HIALMAR: ?Y por eso te dije que lo perdo-
HIALMAR: ?Ningun encargo nuevo? no! Porque es tuyo. Y porque tengo
otros deberes mas importantes que
GINA: No. Hoy tampoco. cumplir. Bueno Eugenia, es hora de tu
paseo.
EUGENIA: Seguro que manana va a haber
muchos. EUGENIA: No tengo ganas de salir, ahora.

HIALMAR: Espero. Porque desde mana- HIALMAR: Este aire viciado no te sienta
na pienso ponerme a trabajar en se- bien.
rio.
EUGENIA: Papa... Dame tu promesa de
EUGENIA: ¿Mañana? ¿Qué día es maña- que no le vas a hacer nada malo al pato
na, papá...? cuan- do yo esté afuera.

HIALMAR: Ah... si. Verdad. Pasado mana- HIALMAR: Te dije que no le tocaré ni una
na, entonces. En adelante voy a hacer- pluma. (La abraza.) Eugenia...
me cargo yo mismo de todo el trabajo. Nosotros... (Le señala la puerta.) Vamos.

GINA: ?Y cual seria la ventaja, Hialmar? Eugenia sale.


Complicarte la vida... Si yo con la
fotografia me arreglo bien. Mientras HIALMAR: Gina...
pue- das seguir con el invento...
GINA: ¿Qué?
EUGENIA: Y con el pato salvaje, papa, y
con las gallinas, los conejos... HIALMAR: Desde manana..., o bueno, pa-
sado manana, quiero llevar yo mismo
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 28
las mas o menos? rector Werle hayas
c c tenido algo con él?
GINA: Lo que
u u gasta. Y algo mas GINA: No, no es
para algu- na verdad. En ese
e e pequenez. momento no. El
director siempre
n n HIALMAR: ?Lo que me anduvo atrás,
gasta...? No me eso sí. Y la señora
t t habias dicho creyendo que
nada de eso. había algo armó
a a un escándalo
GINA: No. Te hacia horrible. Me tiró
tan feliz pensar de los pelos, un
s s
que con tu plata día, me pegó. Ahí
lo mantenías. me fui de la casa.
?
HIALMAR: Y HIALMAR: Entonces
d HIALMAR: Si.
resulta que lo
Bueno, o fue después.
mantiene el di-
e comprobar los
rector Werle.
in- gresos, por GINA: Volvi a casa
lo menos. de mi madre.
GINA: A Werle le
Ella... no era
l GINA: ?Jesus! ? sobra el dinero. como creias,
Los ingresos...! Hialmar. No
a Eso se com- HIALMAR: (Seco) ? hacia mas que
prueba Podrias encender insistirme con
enseguida. la lampara? que si el senor
era viudo... ?Esta
c HIALMAR: No Gina lo hace. claro, no?
parece. Tengo
la impresión de GINA: Además, no HIALMAR: ¿Y qué
a
que el dinero fui yo quien le
más?
dura buscó ese
s
demasiado trabajo. Fue
GINA: Bueno...
aquí. Berta Soerby,
a Supongo que
¿Cómo es eso? cuando entró en
sera mejor que lo
la casa del
. sepas de una vez
GINA: director.
por todas: No
Sencillamente paró hasta que
nos arreglamos HIALMAR: Me consiguió lo que
G con poco. buscaba.
parece que te
I HIALMAR: ?No HIALMAR: ¡Y ésta es
sera que a mi tiembla la voz.
la madre de mi hija!
N padre le estan ¡Cómo pudiste
pagando GINA: ?La voz?
ocultarme todo
A demasiado eso!
generosamente HIALMAR: Y las
esas copias que manos también.
: ¿O me equivoco? GINA: Hice mal. Lo
hace para reconozco.
Werle? Tendría que
GINA: Vamos,
habértelo
GINA: No lo sé. Hialmar. ¿Qué te
? contado mucho
No sé cual es el dijo de mí, ése?. antes.
L precio que se
paga por un HIALMAR: ?Es HIALMAR: Si. Asi
a trabajo como verdad..., puede me habria dado
ese. ser verdad, que cuenta a tiempo
cuando de quién eras.
s
HIALMAR: trabajabas en
Resumiendo: ? casa del di- GINA: ?Te
Cuanto cobra,
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 29
habrias ¿Examinar tu
pasado?
casado
GINA: Bien sabe
conmigo? Dios que casi
me habia
HIALMAR: olvidado esas
viejas historias.
No.

GINA: Por eso


justamente no
me animé. Yo te
quería
demasiado,
Hialmar. Y
nadie busca su
propia
desgracia.

HIALMAR: ¡La
madre de mi
Eugenia! ¡Y
pensar que mi
casa...,(Patea
una silla.) todo
ésto que llamo
mi hogar, se lo
debo al canalla
de Werle!

GINA: ?Vas a
renegar de los
quince anos
que vivimos
juntos?.

HIALMAR: ?Y no
sentias
remordimiento
cada dia, cada
hora, por esta
red de men-
tiras que tejiste
como una
arana? ?La ver-
dad! ?No
sentias
remordimiento...
Angus- tia, al
menos!

GINA: ?Hialmar,
mi amor! Tenia
tanto que hacer.
Tanto en que
pensar todo el
dia en la casa.

HIALMAR: ¿Y
nunca se te
ocurrió mirar
hacia atrás?
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 30
HIALMAR: ¡Qué insensibilidad! ¡Qué indi- mi despedida. Y mi sueño era que me
ferencia más monstruosa! Eso es lo que sobrevivieras, acomodada y sin preocu-
más me indigna. Ni el menor arrepenti- paciones. Que todo el mundo honrara
miento. en Gina Ekdal a la viuda del famoso
inven- tor desaparecido.
GINA: Hialmar: ¿Qué hubiese sido de tu
vida si no hubieras encontrado una GINA: ?Hialmar, no hables asi! ?El senor
mu- jer como yo? no me permita ver el dia en que me
que- de viuda!
HIALMAR: (Con ironia.) ?Una mujer como
ella! HIALMAR: ¡Qué importa, ahora que se
ter- minó todo!
GINA: Si. La que fui siempre. La mujer
prac- tica de la casa, como quien dice. Gregorio Werle abre cautelosamente la
puerta y mira.
HIALMAR: ¿Que qué habría sido de mi?
GREGORIO: ?Puedo pasar?
GINA: En la época en la que nos conoci-
mos ya empezabas a descarriarte. HIALMAR: Adelante.

HIALMAR: ?A descarriarme? Nunca vas a GREGORIO: (Radiante, tendiéndole las


entender lo que llega a sentir un manos.) ¡Y bien, queridos amigos...! (A
hombre desesperado, con un caracter Hialmar por lo bajo.) ¿No lo hiciste
impulsivo como el mio, encima. toda- vía?

GINA: No quiero discutir eso ahora. Lo HIALMAR: (Sombrio.) Si. Ya lo hice.


cier- to es que te volviste una buena
persona gracias a que tenias un hogar GREGORIO: ?Si?
y una fa- milia. Viviamos tranquilos y
felices, y ahora que nos habiamos HIALMAR: Y pasé la hora más amarga de
instalado bien, que Eugenia y yo mi vida.
ibamos a comprar un poquito de ropa,
a comer un poco me- jor... GREGORIO: Pero también la más pura,
¿no?
HIALMAR: ?Si, en el pantano de la menti-
ra!. HIALMAR: Lo cierto es que ya esta todo en
claro.
GINA: ?Dios mio! ?Ojala ese lunatico no
habria venido nunca a esta casa! GINA: Dios lo perdone senor Werle.

HIALMAR: ?Hubiese venido! GREGORIO: (Sorprendido.) No entiendo.

GINA: ?Hialmar...! HIALMAR: ¿Qué cosa?

HIALMAR: ¡Y yo que estaba tan contento GREGORIO: La gran explicación que


con mi casa, que creía que el mío era debía servir de punto de partida a una
un verdadero hogar! ¿Dónde voy a nueva vida conyugal, Hialmar... basada
encon- trar ahora el estado de ánimo en la verdad, y sin ninguna reserva.
necesario para sacar mi invento a la
luz?. Va a morir conmigo, Gina, y el HIALMAR: Sí, sí, ya sé... Lo sé muy bien.
culpable de ese cri- men habra sido tu
pasado. GREGORIO: Estaba convencido de que al
entrar iba a saltarme a la vista la
GINA: (A punto de llorar.) Hialmar, yo no transfi- guración resplandeciente del
he querido mas que tu bien. marido y la esposa. ¡Y qué veo!
¡Sombras y oscuridad!
HIALMAR: Cada vez que me recostaba alli
en el sofa a pensar sobre el invento, GINA: (Quitando la pantalla de la
sentia el presentimiento claro que la ta- lampara.) Si es por eso...
rea me estaba absorbiendo hasta las
úl- timas fuerzas; que el día que tuviese GREGORIO: Bueno, usted no entiende se-
la patente entre mis manos ése sería el ñora Ekdal. Pero, Hialmar: es imposible
de
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 30
que no sientas director Werle? RELLING: Usted propiamente, con
todo tu ser ¿Hablaban de cree que el lo que no puedo
vibrar y ele- él? matrimonio hablar mucho de
varse después Ekdal no es lo esto. Pero de lo
de la gran HIALMAR: De él, que deberia ser. que no tengo la
crisis. y de nosotros. menor duda es
GREGORIO: No es de que la unión
HIALMAR: Si, RELLING: (Por lo un matrimonio incluye también
naturalmente, bajo a muy dis- tinto de a los hijos. ¡Así
es decir, has- Gregorio.) ? tantos otros. Pero que dejen en paz
ta cierto Vayase a la todavía no ha a Eugenia!
punto... mierda! llegado a ser una
verdadera unión HIALMAR:
GREGORIO: HIALMAR: ¿Qué con- yugal. Eugenia... Mi pobre
Hialmar: no estás diciendo? Eugenia.
hay nada mas HIALMAR: ?Nunca
noble que RELLING: pensaste en la
perdonar a la RELLING: Hagan el
Expreso el exigen- cia de los favor, les pido, de
pecadora y ele- deseo sincero ideales, Relling? no mezclar a
varla hasta uno de que este Eugenia en nada
por amor. charlatan RELLING: ?Basta de esto. Us-
vuelva a su de sermones, tedes son
HIALMAR: ?Y te lugar de ori- Hialmar! personas
parece tan facil gen. Si sigue Perdone, senor mayores. Pueden
para un aqui es capaz Werle: Así, en chapotear en sus
hombre digerir de arruinar- números existencias y
un trago les la vida a los redondos... arruinar- las si
amargo asi? dos. ¿podría decirme se les antoja.
cuantas uniones Pero la de
GREGORIO: Para GREGORIO: conyugales Eugenia no.
un hombre Pierda cuidado verdaderas -como
vulgar tal vez senor Relling. usted dice- ha HIALMAR: No,
no. Pero para Aqui nadie va a visto en su vida? Relling, no.
Hialmar arruinarse. Ni Mientras Eugenia
Ekdal... Hialmar, a GREGORIO: Si me tenga a mi,
quien tengo que decir la mientras yo
HIALMAR: ¡Dios conocemos verdad, ninguna. viva...
mío, sí, lo sé! bien, ni esa
Pero necesi- to mujer que RELLING: Yo
que me ayudes, Llaman a la puerta
conserva a tampoco.
Gregorio. pesar de todo
Necesito de la escalera.
un fondo leal y GREGORIO: Pero
tiempo. honrado. he visto muchas Callan. GINA:
del gé- nero
GREGORIO: ? GINA: ?En ese opuesto. Y pude
Cuantas cosas Adelante.
caso, porqué comprobar de
quedan todavia no me aceptó cer- ca el dano
de pato salvaje, Ent
como soy? que esa clase de
Hialmar! uniones le puede ra
RELLING: (A causar a una
Entra Relling. Gregorio.) pareja. la
Sería
RELLING: ?Otra indiscreto HIALMAR: Toda la
vez el pato sen
preguntarle a base moral de un
salvaje sobre el qué ha venido hom- bre se
tapete! ora
realmente a puede derrumbar
esta casa. bajo sus pies.
HIALMAR: Si. La Soe
Eso es lo terrible.
presa del senor GREGORIO: A
Werle con el ala rby
conseguir una RELLING: Miren,
rota. verdadera nunca estuve lo
unión .
que se dice
RELLING: ¿El conyugal. casado SO
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 31
E

Y:

en

as

oc

he

s.

GI

A:

er

ta

SOERBY: Si, yo. ?


Estorbo?

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 32


HIALMAR: ?No, por favor! Alguien que HIALMAR: (Por lo bajo.) ?Si te callaras un
vie- ne de parte de esa casa. poco!

SOERBY: (A Gina.) Francamente no espe- RELLING: Adiós señora... Werle. (Sale.)


raba encontrar a tus hombres a estas
ho- ras. Me vine a la disparada para GREGORIO: Por lo visto usted y el senor
charlar un ratito y despedirme. Relling se conocen bastante.

GINA: ¿Cómo? ¿Te vas? SOERBY: Bastante sí. Hace muchos años
hubo algo entre nosotros. En esa época
SOERBY: Sí. Mañana a la mañana. A parecía que las cosas irían mucho más
Hoidal. El director se ha ido esta tarde. lejos.
(A Gregorio.) Me pidió que le dejara
salu- dos de su parte. GREGORIO: Fue una gran suerte para
us- ted que no sucediera, ?no?
HIALMAR: Asi que el senor Werle... ?Y
aho- ra se va usted? SOERBY: Tiene razón. Pero siempre me
cuidé mucho de actuar
SOERBY: Si. ?Que le parece? impulsivamente. A una mujer no le
conviene desperdiciar sus
HIALMAR: Que tenga cuidado. Eso me oportunidades.
pa- rece.
GREGORIO: ¿Y no le asusta que yo le ha-
GREGORIO: Hialmar... Mi padre se casa ble a mi padre de esa vieja relación
con la senora Soerby. suya?

HIALMAR: ?Se casa...! SOERBY: ?Usted piensa que no lo he ha-


blado yo misma?
GINA: ?Si, Berta? ?Por fin!
GREGORIO: ?Lo hizo?
RELLING: (Acusando el impacto.) ?Eso no
sera en serio, no? SOERBY: Su padre esta enterado hasta
del menor detalle de cuanto se pueda
SOERBY: En serio querido Relling. Abso- decir de mi. Jamas me he valido de
lutamente en serio. mentiras ni de enganos. Quiza parezca
que he te- nido suerte, y asi es en cierta
RELLING: ?Asi que piensa casarse de forma. Pero creo en realidad que no
nue- vo, Berta? recibo mas de lo que doy. Bueno; lo
cierto es que puedo decir con seguridad
SOERBY: Asi parece. Werle ha arreglado que estaré a su lado siempre y que me
los papeles, y haremos una boda considero capacitada para cuidarlo y
sencilla alla arriba, en la fabrica. atenderlo cuando no pue- da valerse
por sí mismo, como va a ocu- rrirle
GREGORIO: Entonces como buen hijastro pronto.
que cumple con su deber tendré que fe-
licitarla. HIALMAR: ?Que no podra valerse...?

SOERBY: Muchas gracias. GREGORIO: (A Soerby.) Esta bien, esta


bien. Mas vale que no hable de eso
RELLING: Bueno... Buena excusa para aqui.
sa- lir esta noche a emborracharme
con Molvic. SOERBY: Es imposible ocultarlo por más
tiempo, por mucho que él lo quiera. Se
SOERBY: No lo haga, Relling. No vuelva a está quedando ciego.
eso. Se lo pido yo.
HIALMAR: ¿Ciego? ¿El también?
RELLING: Es inevitable. (A Hialmar.)
Estas invitado, por supuesto. GINA: ?Hay tantos que lo son!

GINA: No gracias. Mi Hialmar no anda en SOERBY: Y ya se imaginan lo que eso sig-


esas cosas. nifica para un hombre de negocios. Na-
turalmente haré todo lo que esté a mi
al- cance para que pueda valerse de
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 32
mis pro- pios ojos. Bueno, siento habláramos GREGORIO: O por
mucho, pero ya no puedo algunas cosas lo menos, pronto
entretenerme más. Tengo can- más Gina, pero lo estaras.
tidad de cosas no hablemos tendrá que ser
por hacer antes más del en otra opor- HIALMAR: ?Estuve...
del viaje. Ah, asunto. Estoy tunidad.
bien, verdad?
me encargó dispuesto a
decirles el devolver todo lo Gina acompana a GREGORIO: Como
señor Werle recibido con el la senora Soerby el hombre que
que si puede cinco por al um- bral. siempre imaginé.
serles útil en ciento de
algo no tienen interés. HIALMAR: No HIALMAR: Hay
mas que momentos en la
comunicarse GINA: pases del vida en los que
con Graaberg. ¡Hialmar...! uno no puede
¿De dónde umbral, Gina. andar eludiendo
GREGORIO: vamos a sa- la exi- gencia de
Estoy seguro car...? Sale Soerby. los ideales. Como
de que Hialmar sostén de la
Ekdal no HIALMAR: Gina cierra la familia sé el
aceptara esa Hagame el esfuerzo que me
oferta. favor de puerta. va a costar
informar a su conseguirlo. No
SOERBY: ?No? prometido que HIALMAR: Muy es broma, ni
Bueno, yo tenia estoy bien. Aqui me mucho me- nos
entendido que trabajando sin ves, Grego- rio, que un hombre
en otro descansar en libre de esa así, sin fortuna,
tiempo... mi invento. Y deuda como yo, se
que lo que intolerable. proponga saldar
GINA: No, Berta. sostiene mi una deuda...
Ahora Hialmar ánimo en este ¿cómo es que se
no necesi- ta trabajo forza- dice...?
nada del do es el deseo Enterrada...,
director. de librarme de digámoslo así, en
una deuda que el polvo del
HIALMAR: me tortura. olvido.
(Lentamente.) Sólo ese es el
Salude a su objetivo de mi GREGORIO:
futu- ro esposo invento. Todas Hialmar, ?no
en mi nombre y las ganancias estas contento
dígale por fa- se em- plearán finalmente de
vor que en en pagar las que haya venido?
estos días iré a obligaciones
ver al conta- que he HIALMAR: Si.
dor Graaberg... contraído con
él. GREGORIO: ?No te
GREGORIO: ? alegra de ver
Serias capaz?. SOERBY: Algo como todo se ha
aclarado?
HIALMAR: ...que ha pasado en
iré a ver al HIALMAR: Si, claro.
contador esta casa.
Graaberg, Entra Eugenia, de
repito, para HIALMAR: Si.
pedirle la la calle, alegre y
cuenta de lo Algo ha
que le debo a sofocada. GINA:
su patrón. pasado.
Quiero pagar Volviste.
esa... deuda de SOERBY: Bueno,
honor. (Ríe.) adiós. Me EUGENIA: Sí. No
¡Deu- da de hubiera gusta- tenía más ganas
honor...! Bien, do que de pa- sear. Y fue
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 33
una suerte, se puede ver
porque todavia. Mama
volviendo me me lo tiene que
encontré con traer manana a
alguien en la la manana a la
puerta. cama.

GIN

A:

Con

la

seno

ra

Soer

by.

EUG

ENI

A:

Si.

HIALMAR: Y espero
que sea la ultima
vez.

EUGENIA:
(Acercandose
carinosa a su
pa- dre.) Papa.

HIALMAR: Si.

EUGENIA: La

senora Soerby me

trajo algo.

HIALMAR: ?Algo?

EUGENIA: Si. Para


manana.

GINA: Berta
siempre te ha
regalado alguna
cosita para tu
cumpleanos.

HIALMAR: ¿Qué
es?

EUGENIA: No, no
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 34
HIALMAR: ?Otra cosa mas que se me HIALMAR: Hay más. No leíste lo que sigue,
Eugenia. (A Gina.) Después la donación
oculta?
será transferida a ella.
EUGENIA: Si vas a ponerte de mal humor
te lo enseno. Es una carta. (La saca.)

HIALMAR: ?Una carta?

EUGENIA: Sí. Lo otro vendrá después, me


imagino. ¡La primera carta que recibo
en mi vida! Y pone: «Señorita Eugenia
Ekdal»
¡Esa soy yo!

HIALMAR: Eugenia... ?Puedo abrir esa

carta? EUGENIA: Bueno... si te pone

contento, si.

HIALMAR: (Abre el sobre, saca un papel,


lo lee y se muestra confundido.) ¿Pero,
qué es esto?

GINA: ¿Qué dice?

EUGENIA: ¿Qué?

HIALMAR: (Vuelve a leer. Empalidece.) Es


una donación, Eugenia.

EUGENIA: ¿Para mí? ¿Sí...? ¿Y qué me


da?

HIALMAR: Ahi esta escrito. (Le da el papel


a Eugenia, que lo lee junto a la
lampara. Hialmar murmura.) Los ojos...
Esos ojos, y ahora la carta.

EUGENIA: Pero me parece que es para el


abuelo.

HIALMAR: (Le arrebata la carta.


Nervioso.) Gina; ¿Qué es esto?

GINA: ¡Pero si ni sé de lo qué se trata!

HIALMAR: El director Werle le comunica a


Eugenia que su abuelo ya no necesitara
cansarse haciendo copias, y que desde
ahora podra cobrar cien coronas men-
suales en la oficina.

EUGENIA: ?Cien coronas mama, lo dice


clarito...!

GINA: ¡Qué suerte para el abuelo!

HIALMAR: Cien coronas mientras viva.

GINA: Bueno, ya esta asegurado el pobre,


entonces.

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 34


EUGENIA: ?A mi? ¿Todo ese dinero? cuando... empe- zaste a quererme,
como decías, ¿por qué nos dio los
HIALMAR: Dice que podras disfrutarlo medios para casarnos?
mientras vivas. ?Se entiende, Gina? GINA: Supongo que hace.
creyó que así
GINA: Si. Lo oigo. podría seguir HIALMAR: Para un
viniendo a casa. hombre como yo,
EUGENIA: ?Imaginense, toda esa plata aqui no hay
para mi! ?Papa, no estas contento? HIALMAR: ?Nada nada que
mas? ?No tendria reflexionar.
HIALMAR: (Rechazandola.) ?Contento? otro motivo?
(Se pasea excitado.) ?Con el GREGORIO: Al
panorama que estoy empezando GINA: No entiendo. contrario. Hay
a...? ?Asi que es a la propia mucho que
Eugenia a quien dota de esta HIALMAR: Quiero reflexionar. Para
manera? saber si tu hija llegar al supremo
tiene el derecho sacri- ficio, el
GINA: Por el cumpleanos... de vivir en mi que lleva a la
casa. auténtica
EUGENIA:: Papa, yo no necesito... purifica- ción, es
Todo sera para ustedes. Para GINA: necesario que
mama, y... (Indignada.) ? sigan viviendo
Hialmar! los tres juntos.
HIALMAR: Para mama, si. Muy oportuno.
HIALMAR: ??Si o HIALMAR: ?Nunca!
GREGORIO: Hialmar, esta es una no?! ?Eugenia es ?Mi sombrero!
trampa que te prepara. hija mia, o...? ? (Lo toma.) Se ha
Pronto! derrumbado mi
HIALMAR: ?Otra? hogar. (Estalla en
GINA: llanto.) ?
GREGORIO: Cuando estuvo esta Gregorio, ya no
manana me dijo textualmente (Desa tengo hija!
«Hialmar Ekdal no es el hombre que
estas imaginando» fiante EUGENIA: (Que
llega desde la
HIALMAR: Qué yo no soy... .) No cocina.) ¿Qué
estás diciendo?
GREGORIO: «Lo vas a comprobar lo sé. (Corre hacia él.)
ensegui- da», me dijo. ¡Papá, papá!
HIAL
HIALMAR: Y lo que ibas a comprobar GINA: (A
es que me desarmaba con dinero. MAR: Hialmar.) ?Lo
unico que faltaba!
EUGENIA: ¿Pero mamá, qué pasa? ¿Cóm
HIALMAR: ¡No te
GINA: Será mejor que vayas a dejar el o? me acerques!
abri- go en tu habitación. ¡Fuera! ¡No
GINA: ¡Qué puede puedo verte! ¡Ah,
Eugenia sale a punto de llorar. saber una mujer esos ojos...!
igno- rante como Adiós. (Va hacia
GREGORIO: Hialmar: éste es el yo...! la puerta.)
momento de demostrar quién tenía
razón. HIALMAR: EUGENIA: (Se le
Entonces ya no cuelga.) ?No, no,
HIALMAR: (Rompe lentamente el papel tengo nada que papa! ?No me
en dos pedazos y los deja sobre la hacer en esta hagas eso!
mesa.) Esta es mi respuesta. casa.
HIALMAR: ?No
GREGORIO: Es lo que esperaba. GREGORIO: puedo! ?No
Hialmar... Es quiero! ?Tengo
HIALMAR: (A Gina. Oscuro.) Y ahora importante re- que irme lejos de
basta de mentiras. Si las relaciones flexionar muy todo esto! (Se
entre us- tedes habian acabado bien lo que se despren- de
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 35
violentamente GINA: No llores digame qué es lo
de Eugenia y que pasa. ¿Por
hija. Va a volver.
sale ha- cia la qué papá no me
calle.) No llores. quiere más?

EUGENIA: ?Nos EUGENIA: No, no; GREGORIO: Mejor


deja mama! ?Se no volvera nunca no preguntar eso
va para mas. hasta que seas
siempre! mayor, Eugenia.
GREGORIO:
Créame señora EUGENIA: ?Pero no
Ekdal; lo hice puedo seguir así
con la mejor has- ta que sea
intención. grande...! Yo sé lo
que pasa. Me lo
GINA: Tal vez. imagino. ¿Es que
Pero que Dios no soy hija de
lo perdone, de papá, no?
todas maneras.
GREGORIO:
EUGENIA: (En el (Inquieto.) ¿Y
sofá.) ¡Me voy a cómo sería po-
morir! sible...?
¿Qué le hice yo?
¡Qué vuelva, EUGENIA: A lo
mamá! mejor mamá me
encontró en
GINA: Si, si, pero alguna parte y
no llores mas. papá no sabía.
Voy a bus- En los libros leí
carlo. (Se pone una vez una cosa
el abrigo.) Debe asi.
estar aba- jo,
en casa de GREGORIO: Sin
Relling. Pero no embargo, aunque
llores mas, fuese asi...
?si, Eugenia? ?
Prometido? EUGENIA: Igual
podría quererme.
EUGENIA: ¡Sí, más que
(Deshecha en antes todavía ! El
llanto.) No... no pato salvaje tam-
voy a llorar bién nos lo
mas. Con tal de dieron de regalo y
que vuelva no yo igual lo quiero
lloro mas. muchísimo.

GREGORIO: (A GREGORIO:
Gina.) ¿No (Tratando de
sería mejor de- cambiar de
jarlo sólo con tema.) Ahi esta:
su batalla el pato salvaje...
interior? Vamos a hablar
del pato salvaje,
GINA: Eso lo Eugenia.
resolverá
después. Ahora EUGENIA: Pobre
lo importante pato. Ya ni a él lo
es tranquilizar quiere ver más.
a la criatura. Le quería retorcer
(Sale.) el pescuezo.

EUGENIA: Ahora

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 36


GREGORIO: No lo hara, Eugenia. ros... Miré en el café de la señora
Eriksen, pero no estaban.
EUGENIA: No, pero lo dijo. Y eso no esta
bien. Porque yo rezo todas las noches EUGENIA: ?Mama, ?y si no vuelve?!
por el pato, para que Dios lo proteja de
la muerte y de cualquier dano. GREGORIO: Volvera. Yo lo buscaré maña-
na. Vas a ver como vuelve, Eugenia.
GREGORIO: ?Y eso te dijo? ?Que le Aho- ra a dormir. Buenas noches.
retorceria el pescuezo al pobre pato?
Sale Gregorio.
EUGENIA: Dijo que era lo que debía
hacer. Pero después lo perdonó por mí. EUGENIA: (Salta llorando al cuello de su
¿En eso sí fue bueno, no? madre.) ?Mama, mama!

GREGORIO: Eugenia... ?Y si por tu ACTO V


volun- tad... Por tu propia voluntad...
Por amor a papa, sacrificaras el pato? Estudio de Hialmar. Por las vidrieras
incli- nadas y cubiertas de nieve
EUGENIA: ?El pato salvaje? penetra una fria luz matinal.

GREGORIO: Si le ofrecieras aquello que te En escena Gina, barriendo, y Eugenia.


es mas precioso en el mundo, como
un... como un supremo sacrificio... Una El viejo Ekdal se asoma a la puerta de su
ofren- da para que vuelva. habitación.

EUGENIA: ?Y usted cree que serviria de EKDAL: Hialmar, queria decirte... ?No
esta Hialmar...?
algo? GREGORIO: Yo haria la prueba.
GINA: Salió.
Un tiempo. Se miran.
EKDAL: ¿Tan temprano? ¿Y con esta
EUGENIA: Sí. Probaré. neva- da? Bueno, bueno... daré el
paseo solo, entonces. (Se dirige al
GREGORIO: ?Tendras el valor que hace desván al que en- tra ayudado por
falta? Eugenia, quien cierra la puerta tras él.)

EUGENIA: Le puedo pedir al abuelo que EUGENIA: (En voz baja.) Mamá... ¿Qué va
lo haga. a hacer el abuelo cuando se entere que
papá nos va a dejar?
GREGORIO: Muy bien. Pero ni una pala-
bra sobre esto a tu madre. GINA: No, Eugenia. El abuelo no tiene
que saber nada. Fue una bendición del
EUGENIA: ¿Por qué no? cielo que no estuviera aquí durante el
disgus- to de ayer.
GREGORIO: Bueno... Ella no nos
compren- de. EUGENIA: Si, pero...

EUGENIA: El pato salvaje, si... Manana a la Entra Gregorio desde la puerta de la


manana... (Entra Gina.) ??Lo
encontraste?! escalera. GREGORIO: ?Alguna novedad?

GINA: No. Salió con Relling. GINA: Dicen que esta abajo en casa de
Relling.
GREGORIO: ?Seguro?
GREGORIO: ?Pero es posible que haya
GINA: Me lo dijo la portera. Molvic iba con sa- lido con esos individuos...!
ellos.
GINA: Si.
GREGORIO: ?Justo cuando su alma nece-
sitaba tanto la soledad! GREGORIO: Ahora, precisamente que ne-
cesitaba tanto de la soledad.
GINA: Los hombres son tan raros. Tan ra- G I

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 36


N Si, claro, Si? ?Y cuando mi
GREGORIO: ¡Qué
A ¿dónde va a Hialmar ronca...! dice! ¡Con
semejante cri-
: estar? EUGENIA: ?

EUGENIA: ¡Y Duerme? ?Puede

Y no nos avisó! dormir?

a RELLING: Es RELLING: Por lo


verdad. Soy un visto.
animal. Lo que
pasa es que GREGORIO: Es
v primero tuve comprensible.
que ocuparme Después de la
e del otro lucha interior
animal; del que ha
. demoníaco. Y sostenido.
des- pués me
dormí como un GINA: Ademas de
tronco. que no esta
E acostumbra- do
GINA: ¿Y él... qué a callejear por
n dice? ahi de noche.

t RELLING: EUGENIA: A lo
mejor es bueno
r No dice que duer- ma un
poco, mama.
a nada en
GINA: Puede ser.
absoluto. Seria mejor no
despertarlo
R EUGENIA: ? demasiado
temprano.
e No habla? Gracias Relling.
Ahora voy a
l RELLING: arreglar un
poquito la casa, y
l Ni una después...
Podrías
i palabra. ayudarme,
Eugenia.
n GREGORIO:
Entran las dos en
g Lo el salón.

. comprendo GREGORIO: (A
Relling.) ¿Y cómo
EUGENIA: ? bien. GINA: me expli- caría
usted este
Papa esta en ¿Y qué tumulto que está
vivien- do el
su casa...? hace, alma de
Hialmar?
GINA: (Al entonces?.
RELLING: ?Que me
mismo RELLING: Tirado caiga muerto
aqui mis- mo si
tiempo.) ?Esta sobre el sofa. le he visto algun
«tumulto del
alli? RELLING: Ronca. GINA: ? alma»!
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 37
sis, cuando toda espirituales. La sonrosado... el
su vida va a verdad, no creo ideal de las
reconstruir- se que tenga gran muchachitas;
sobre una base cosa que sentimental, con
nueva. Cómo agradecerles. ese timbre
puede decir que La desgracia de seductor en la
un carácter Hialmar es la voz... ¡Y con ese
como el de Hial- de haber talento para
mar... pasado siempre recitar los versos,
por talento- so y las ideas, de los
RELLING: entre los que lo demás!
¿Carácter, él? rodeaban.
No me haga GREGORIO:
reír. Si es que GREGORIO: ?Y (Indignado.) ?Y
alguna vez -de no lo es? ?En el usted se per-
chico- tuvo fondo de su mite hablar asi
predis- posición alma, por lo de Hialmar
para esas menos? Ekdal?
anormalidades
mor- bosas que RELLING: Ni alli. RELLING: Bueno,
usted llama Nunca le he si... con su
carácter, le notado nada permiso. Asi es
puedo asegurar que pueda ser por adentro el
que le fueron llamado asi. No idolo ese ante el
extirpadas de me sor- prende cual usted se
raíz que su padre lo arrodilla.
creyera un pro-
GREGORIO: No digio, porque el
recibió otra teniente, al fin
cosa en su in- y al cabo, ha
fancia que sido un idiota
educación y toda su vida.
afecto.
GREGORIO: Lo
RELLING: ?Usted que ha sido
se refiere a las Hialmar es un
dos solte- ronas hombre con
histéricas de corazón de
sus tías? niño. Y eso es
algo que usted
GREGORIO: ?Le no puede
informo, para entender.
su dominio, que
eran mujeres RELLING:
que jamas ¡Bueno,
soslayaron el bueno...! Mire
cumplimiento de Werle: cuando
sus deberes! Por nuestro
supues- to... A pequeño
usted estas Hialmar fue es-
cosas le causan tudiante
gracia. también
terminó
RELLING: No. Ni convenciendo a
siquiera estoy sus
de humor para compañeros de
eso. Conozco que él era el
bien a esas autén- tico
damas. Hialmar genio del
ha vomitado futuro. Como
abundante era amable,
retóri- ca sobre buen mozo,
sus dos madres blanquito y

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 38


GREGORIO: No creo haber estado ciego mí
hasta ese punto.

RELLING: Sin embargo no me extranaria.


Usted también es un enfermo como él.

GREGORIO: En eso tiene razón.

RELLING: ¡Y cuánta! Pero el suyo es un


caso complicado. Primero esa molesta
fiebre de rectitud extremista y después,
lo que es peor, esos delirios de
adoración que lo hacen admirar
aturdido cualquier cosa de las tantas
que usted no tiene.

GREGORIO: Es verdad. Siempre he nece-


sitado buscar fuera de mi.

RELLING: Es que usted sufre unas aluci-


naciones espantosas, Gregorio, con
esas fantásticas moscas gigantes que
cree ver alrededor. Entró de nuevo,
como en Hoidal, a la casa de una pobre
gente a reclamar que se pague «la
exigencia de los ideales». Pero en esta
casa, Werle, no hay nadie solvente.

GREGORIO: ¿Y cómo es que con esa opi-


nión sobre Hialmar igual le guste estar
en su compañía?

RELLING: Bueno, sea como sea, al fin y al


cabo soy médico. ¿Quién se ocuparía
sino de los enfermos de su propia casa?

GREGORIO: ?Aja...! ?Asi que Hialmar


Ekdal es un enfermo?

RELLING: Uno mas. En realidad todo


hom- bre es un enfermo.

GREGORIO: ¿Y qué tratamiento le


aplica?, si se puede saber.

RELLING: El de costumbre. Trato de


man- tenerle viva la mentira salvadora.

GREGORIO: ¿Mentira... salvadora?


¿Escu- ché bien?

RELLING: Sí. Mentira salvadora. Algunas


almas más cursis la llaman ilusión.

GREGORIO: ?Y puede decirme que clase


de mentiras quiere inocularle a
Hialmar?

RELLING: ¡Jamás! Nunca revelo secretos


profesionales a curanderos. Sería capaz
de arruinar a mi paciente más de lo que
está. Pero el método es infalible. Se lo
apliqué a Molvic también, y gracias a
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 38
hoy es un auténtico «demoníaco». Eugenia.) Y bien, mi querida ma-
Unas inhalaciones de fe que le he drecita de patos salvajes, voy a bajar a
recetado y que le han hecho mi cuarto a ver si tu padre está todavía
extraordinariamente bien. despatarrado en mi cama meditando
so- bre su maravilloso invento. (Sale
GREGORIO: Entonces, ?no es realmente por la puerta de la escalera.)
un GREGORIO: (A EKDAL: Humm...
«demoniaco»? Eugenia.) Veo No es nada
por esa cara que divertido dar el
RELLING: ¿Y qué quiere decir eso de todavia no lo has paseito de la
«de- moníaco»? Una ocurrencia hecho. manana solo.
cualquiera. Una estupidez que
inventé para salvarle la vida. Si no EUGENIA: ¿Qué? EUGENIA: ?No te
lo hubiera hecho, ese po- bre cerdo ¿Lo del pato...? gustaria salir de
bonachón se hubiera dejado No. Ano- che caza, abuelo?
destruir por su complejo de cuando
inferioridad hace ya mucho tiempo. conversábamos EKDAL: No hace
¡Y ni hablar del teniente! ¡Aunque me parecía una buen tiempo
ese encontró el reme- dio solo! idea hoy. Muy
extraordinaria, nublado.
GREGORIO: ¿Ekdal? ¿Cómo? pero hoy al des-
pertarme ya no EUGENIA: Y... ?no
RELLING: ¡Qué me cuenta del viejo me parecía tan te gustaria cazar
terror de los osos que se dedica buena. algo mas que
ahora a cazar conejos en un conejos?
desván...! No hay en el mundo un GREGORIO: Tiene
tirador más feliz que el pobre su precio haberse EKDAL: ?Te
hombre merodeando ahí adentro criado en esta
entre todos esos cachivaches viejos. casa. Algunas parecen poca cosa
Los cua- tro árboles de navidad cualidades tuyas
apolillados que conserva como oro, tenian los conejos?
son para él el fron- doso bosque de forzosamente que
Hoidal en primavera. El gallo, y malograrse. EUGENIA: Un pato
cinco gallinas viejas son las gran-
des aves, posadas en la copa de los EUGENIA: No me salvaje...
pi- nos. Y los conejos que le cagan importa. Lo
sin parar el piso de la buhardilla unico que quiero EKDAL: Aja... Aja...
son los osos que el indómito es que mi papa ?Te ha dado
cazador de las montañas aniquila vuelva. miedo que mate
sin piedad. a tu pato...? No
GREGORIO: lo haria por nada
GREGORIO: Pobre viejo. El si que tuvo Bueno... Si en el mundo.
que abandonar el ideal de juventud. tuvieras verdade-
ro espiritu de EUGENIA: Bueno,
RELLING: Oiga, Werle... No use esa sacrificio, supongo que no
espan- tosa palabra extranjera de decidido y ale- te seria nada
«ideal». Aqui usamos otra mas gre, ya verías facil; dicen que
apropiada: «mentira». como regresaba es muy dificil
él a casa. En ma- tar a un
GREGORIO: ?Y usted cree que fin... No pierdo la pato salvaje.
significan lo mismo? fe, Eugenia. (Sale
por la puerta de EKDAL: ??Difícil
RELLING: Son tan distintas como tifus la escalera.) para mí?!
y fiebre tifoidea.
Eugenia se pasea EUGENIA: ¿Y cómo
GREGORIO: ¡Doctor Relling, no pararé inquieta. Se harías? Bueno,
hasta haber salvado de sus garras a dirige hacia la no con mi pato,
Hialmar!. cocina. Llaman a con un pato
la puerta del cualquiera.
RELLING: Peor para él. Si le quita la desvan. Eugenia
men- tira salvadora a un hombre abre a medias. EKDAL: Una
vulgar, sus quimeras, le estirpa Sale Ekdal. perdigonada en
también la felicidad. (Vuelve la pechuga. Lo
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 39
mas directo. Y se les acierta! HIALMAR: Cómo te
siempre a Bueno, voy a has puesto el
contrapelo; vestirme. (En- abrigo nuevo...
nunca en el tra a su cuarto.) Arruinado.
sentido de las
plumas. Eugenia se acerca EUGENIA:
a la estantería. (Asomandose.) ?
EUGENIA: ?Y se Toma el Mama, no se- ria
mueren? pistolón de dos mejor...? (Ve a
caños y lo Hialmar.) ?Papa,
EKDAL: ?Por examina. En- papa...!
Dios, claro que se tra Gina con la
mueren si escoba. HIALMAR:
Eugenia deja el (Volviéndose y
arma sin que rechazándola con
su madre lo un gesto.) ¡Fuera,
note. fuera! (A Gina.)
¡Que se vaya de
GINA: No aquí, Gina,
revuelvas las vamos!
cosas de papa,
Eugenia. GINA: Eugenia. Es
mejor que
EUGENIA: Estaba esperes en el
quitandoles un salón.
poco el polvo.
Eugenia se va
GINA: Más vale silenciosamente.
que vayas a la
cocina a ver el HIALMAR: (Saca
café. Quiero nervioso el cajón
llevarle la de la mesa.)
bandeja cuan- Tengo que
do baje a verlo. llevarme mis
libros.
Sale Eugenia. ¿Donde están mis
Gina barre. Se libros?
abre la puerta
con timidez y GINA: ¿Qué libros,
asoma Hialmar Hialmar?
con el abri- go
puesto, pero sin HIALMAR: Los
sombrero. El libros cientificos,
cabello por su- puesto. Y
desgrenado y la las revistas
mirada técnicas que uso
somnolienta. para el invento.

GINA: ?Hialmar...! GINA: (Busca en la


De vuelta... biblioteca.) ?
Estas que estan
HIALMAR: Sólo... sin encuadernar?
solo un minuto.
Vuelvo para
irme enseguida.

GINA: Sí...
Claro... ¡Pero
cómo estás,
Dios mío...!

HIALMAR: ¿Cómo?

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 40


HIALMAR: Si. mirando los dos pedazos. Los suelta rá-
pidamente al entrar Gina.)
GINA: ?Le digo a Eugenia que te corte las
paginas? GINA: (Coloca una bandeja sobre la
mesa.) Un poquito de café. Y unas
HIALMAR: No. ?No necesito que nadie tostadas, por si quisieras... Y un poco
cor- te las paginas! de arenque ahu- mado.

GINA: Entonces... ?Estas decidido a HIALMAR: (Mira de reojo.) ¿Arenque...?


aban- donarnos, Hialmar? ¡Bajo este techo, nunca más! No probé
un solo bocado desde hace casi veinti-
HIALMAR: ?Hay alguna duda? cuatro horas, pero no importa. ¡Mis
apuntes! ¡El comienzo de mi
GINA: Bueno, bueno... autobiogra- fía! A ver ¿Dónde está mi
diario íntimo, y todos mis documentos
HIALMAR: ¿Cómo puedo seguir viviendo importantes? (Abre la puerta del salón.
en esta casa donde me clavan un puñal Es evidente que vuelve a encontrar a
en el corazón a cada hora? Eugenia. Re- trocede.) ¡¿Aquí también
me la encuen- tro?!
GINA: Dios te perdone por pensar de mi
esas cosas tan injustas. GINA: ?Por Dios! ?En alguna parte tiene
que estar la criatura!
HIALMAR: ?Pruebas! ?A ver... Pruebas! ?
Me gustaria que pudieras probar algo! HIALMAR: ¡Fuera! ¡Qué salga de ahí! (Se
aparta para dejar pasar a Eugenia que
GINA: No soy yo la que tiene que probar vuelve atemorizada al estudio. A Gina.)
nada. Preferiría que durante los últimos mo-
mentos que paso en mi antiguo hogar
HIALMAR: ?Con un pasado como el tuyo? se me evitara la presencia de intrusos.
Hay ciertas exigencias, que yo llamaria (Pasa al salón.)
las exigencias de los ideales...
EUGENIA: (A Gina. En voz baja y temblo-
GINA: ¿Y el abuelo? ¿Qué va a ser del po- rosa.) ?Habla... de mi?
bre viejo?
GINA: Vamos Eugenia... será mejor que te
HIALMAR: Conozco muy bien mis quedes en la cocina. (Hacia el salón.)
deberes. Se vendrá conmigo. Ahora ¡Hialmar, no revuelvas los cajones de
mismo me voy a hacer los trámites esa manera!. Yo sé donde están
necesarios, y... (Du- dando.) ¿No guardadas las cosas. (Entra al salón
encontró nadie mi sombre- ro en la también ella)
escalera?
EUGENIA: (Permanece un tiempo inmóvil.
GINA: ?Lo perdiste? Conteniendo el llanto.) ¡El pato salvaje!
(Se acerca a la estantería y toma el
HIALMAR: Estoy seguro de que anoche al arma. Entreabre la puerta del altillo,
volver lo traia puesto; pero hoy no lo entra y cierra.
en- cuentro por ninguna parte.
HIALMAR: (Entra seguido por Gina. Pone
GINA: ¡Válgame Dios! ¿Adónde te habrán sobre la mesa unos papeles y
arrastrado ese par de calaveras? cuadernos deshojados.) ¿Qué voy a
hacer con esa valijita...? Con todo lo
HIALMAR: ?No me vengas ahora con que tengo para lle- var.
pavadas! ?Como si tuviera humor para
recordar detalles! GINA: Podrias dejar esto aca por ahora y
llevarte una camisa y unos calzoncillos
GINA: Menos mal que no tomaste frio. de frisa.
(Pasa a la cocina.)
HIALMAR: ?Todos estos preparativos
HIALMAR: (Vaciando el cajón. Para sí.) agotadores! (Se quita el abrigo y lo deja
¡Relling, miserable...! ¡Instigador sinver- sobre el sofa.)
güenza! ¡Maldita sea la...! (Encuentra el
papel que rompiera la víspera. Se GINA: Se te va a enfriar el café.
queda HIALMAR: Si. (Toma
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 40
maquinalmente . GINA: ?Y abajo, HIALMAR: ?Esos
un trago y dos esclavos del
otro.) GINA: con Relling...? vicio! Necesito un
sombrero como
GINA: Lo dificil va Si. HIALMAR: ?No me sea. (Come otro
a ser encontrar nombres a esa bocadillo.) De
otra bu- Segura gentuza, te lo alguna manera
hardilla asi de pido!. Me da voy a tener que
grande como mente. nauseas de solo conseguirlo. No
para los co- pen- sarlo. No; estoy dispues- to
nejos. HIALMAR: Mi esta visto que no a andar
pobre viejo... hay mas re- arriesgando la
HIALMAR: Tan sólo y... medio que salir salud tampo- co.
¿Qué...? ¿Voy a (Toma una en medio de la (Busca algo en la
tener que lle- tostada, la nieve y el viento bandeja.)
varme también come, y a buscar de casa
los conejos...? termina su en casa un refu- GINA:
taza de café.) gio para mi
GINA: El abuelo padre y para mi. ¿Qué estás
no podria vivir GINA: Si no
un dia sin sus GINA: ?Pero sin buscando?
conejos. habrias alquilado sombrero,
Hialmar...? Lo HIALMAR:
HIALMAR: Tendra el cuarto... perdiste.
que Manteca.
acostumbrarse. HIALMAR:
Yo voy a hacer GINA: Ahora mismo
sacrificios mas (Corrige te la traigo. (Sale
grandes que ha- cia la cocina.)
esos conejos. mecanicamente.)
HIALMAR: ?No
GINA: ?Te guardo Hu- hace falta! Me
bieses. arreglo con un
la armónica en la pedazo de pan
GINA: Hubieses... seco.
valija? HIALMAR: Si no hubieses
alquila- do el GINA: (Trae la
¡Como para cuarto te manteca.) Aquí
podrias haber está. Recién
armónica estoy mudado ahi. batida.
Fresquita.
yo! HIALMAR: ?Yo? ? (Vuelve a llenarle
¡La escopeta En la misma casa la taza de café. El
quiero! que...? se sienta en el
¡Cargada! ?Jamas! sofá, unta
manteca en el
GINA: GINA: Podrías pan. Come y
(Buscandola.) instalarte en el bebe en si-
No esta. La salón un par lencio.)
debe ha- ber de días.
agarrado el Estarías HIALMAR: ¿Te... Te
abuelo. completamente parece que
sólo, con tus podría vivir un
HIALM cosas. par de días en el
salón sin que
AR: HIALMAR: nadie me
molestara, nadie
Estara Nunca entre en absoluto?

en el estas GINA: Por supuesto


que si.
desvan paredes.
HIALMAR: Porque,
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 41
la verdad, no zarlo.
veo como voy a
poder sacar HIALMAR: De
todas esas todos modos
cosas de papa ésto no es ra-
en tan poco zón para dejar
tiempo. que se pierda.
Entre tan- to
GINA: Y ademas, papelerío
primero podría pasar
tendrias que que...
de- cirle que no
vas a vivir mas
con noso- tras.

HIALMAR: Sí,
claro, sí. No
tendré más re-
medio que
revelarle toda
esta historia
sórdida. Tengo
que ver cómo...
Necesito unas
horas de
respiro. Pensar
un poco. No
puedo cargar
con todo esto
en un solo dia.

GINA: No... Y
menos con este
tiempo horri-
ble...

HIALMAR:
(Repara en el
papel del
director Werle.)
Veo que ese
papel anda por
aqui, todavia.

GINA: Si.

Yo no le

he

tocado.

HIALMAR

: Por lo

que me

importa.

GINA: Si, claro...


Yo tampoco
pienso utili-
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 42
GINA: Yo lo guardo, Hialmar. abandonar el hogar?

HIALMAR: La donación es para papá, y a


él le corresponde aceptarla o
rechazarla.

GINA: (Suspira.) ?Pobre abuelo!

HIALMAR: Para mayor seguridad... ?No


habra por ahi un poco de engrudo?

GINA: (En el estante.) Aqui esta el frasco.

HIALMAR: ?Pincelito, habra?

GINA: Y el pincel. (Le trae ambas cosas.)

HIALMAR: (Toma la tijera.) Con una tira


de papel pegada atras... (Corta la tira y
la pega uniendo los dos pedazos.) Si
hay algo que no va con mis principios
mo- rales es apropiarme de lo que no
me pertenece. Menos tratandose de un
vie- jo sin medios. En fin, ni de un
viejo ni de nadie, ?no...? Ya está. Hay
que de- jarlo secar. Cuando esté seco
lo sacan de mi vista ¡No quiero volver a
verlo ja- más!

GREGORIO: (Entra por la puerta de la es-


calera.) ??Hialmar, estabas aqui?!

HIALMAR: (Se levanta disimulando.) Esta-


ba muerto de cansancio.

GREGORIO: Veo que ya te desayunaste.

HIALMAR: El cuerpo también tiene sus

exi-
gencias.

GREGORIO: ?Decidiste algo?

HIALMAR: Para un hombre como yo hay


un solo camino posible. Estoy recogien-
do mis cosas. Pero... lleva su tiempo,
?no?.

GINA: (Algo impaciente.) ?Entonces,


prepa- ro la habitación o la valija?

HIALMAR: (Enojado. Mirando de reojo a


Gregorio.) ¡La valija, por supuesto...! ¡Y
la habitación!

GINA: (Toma la valija.) Te pongo la cami-


sa... Y los calzoncillos. (Sale hacia el sa-
lón.)

GREGORIO: (Tras un silencio.) Nunca hu-


biera pensado que esto terminaria asi.
?Te parece verdaderamente necesario
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 42
HIALMAR: ¿Y qué voy a hacer? No nací humilde y verla co- rrer hacia mí con
para ser desgraciado, Gregorio. sus hermosos ojos en- fermos! ¡Cuánto
Necesito tran- quilidad alrededor amor!. Y me hacía la ilu- sión que ella
mío. me correspondía.

GREGORIO: ¿Y por qué no aquí? ¿No GREGORIO: ¡¿Hialmar, por qué ilusión?!
val- dría la pena intentarlo? Ahora HIALMAR: ¿Y cómo alerta. No sé si lo
estás pi- sando terreno firme, se puede saber la del donativo no
Hialmar. Ahora sí se puede ver- dad? Es una es simplemente
construir. Está tu invento, ade- duda horrible. el comienzo. La
más, que es un ideal que le da Pensar que quizá señora Soerby
sentido a la vida de un hombre. Eugenia jamás siempre tuvo
sintió por mí un debilidad por
HIALMAR: No me hables de ese ca- riño Eugenia. Ahora
invento. Vaya a saber si alguna vez verdadero. tiene la
estara termi- nado. posibilidad de
GREGORIO: hacer lo que se
GREGORIO: ¡¿Por qué?! (Escucha algo.) le ocurra con
Tal vez haya una ella. En el
HIALMAR: ¿Qué puedo inventar yo?. manera de momento que
Ya hay otros que inventaron casi probártelo. ¿Qué quieran, me la
todo. Cada vez se hace más difícil es eso? quitan.
encontrar algo que no esté ¿No es ese el
inventado. graznido del pato GREGORIO:
salvaje? Eugenia no te
GREGORIO: ?Y todo el esfuerzo que abandonara
has puesto en esto?. HIALMAR: nunca.
(Escucha.) Debe
HIALMAR: Culpa de ese libertino de estar papa en el HIALMAR: Yo no
Relling que me insistió, y me desvan. estaría tan
insistió... seguro. Si la
GREGORIO: (Se llaman con las
GREGORIO: ?Relling? ilumina.) ?En el manos llenas...
desvan...? Creo Ahora veo claro
HIALMAR: El me dio el empujón. Me que vas a tener que este oscuro
con- venció de que tenía talento una prueba del fotógrafo de
como para descubrir algo en el arte carino de la buhar- dilla
de la fotografía. pobre Eugenia. nunca significó
nada para ella.
GREGORIO: Así que fue él... HIALMAR: ¿Qué Que todo fue ni
prueba me puede más ni menos
HIALMAR: ?Y lo feliz que me hizo, dar? que una arti-
meterme en todo eso...! No tanto por ¿Por que tendría maña para
el invento en si... Por Eugenia, que que creerle? llevarse lo mejor
estaba tan entusias- mada, que posible con él
confiaba en el invento con esa fe GREGORIO: hasta el
ingenua que tiene los chicos. Bah... Eugenia no momento
por lo menos asi me lo hacia creer. conoce la oportuno.
Tonto de mi. falsedad,
Hialmar. GREGORIO: Es
GREGORIO: ?Podrias creer que fue falsa? una locura lo
HIALMAR: Eso es que estas
HIALMAR: ¿Qué importa lo que crea o lo que no sé. diciendo,
no?. Lo cierto es que se me cruza en Vaya a sa- ber lo Hialmar. Nadie
el cami- no. Va a ensombrecer mi que Gina y esa podria creer algo
existencia siem- pre. señora Soerby asi.
han andado
GREGORIO: ?Eugenia? ?Es posible cuchicheando HIALMAR: Eso es
que pienses asi? por aquí tantas justamente lo
ve- ces. Y terrible. Que no
HIALMAR: ¡Con el cariño que he Eugenia que sé lo que tengo
sentido por esa criatura!. ¡Qué anda siempre que creer. Que
felicidad volver cada vez a esta casa con los oídos no lo sabré
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 43
nunca. Mi Suena un disparo ba.
buen Gregorio: GINA: (Conteniendo
en el altillo.
estás confiando HIA el llanto.) Yo lo
demasiado en ves, Hialmar.
GREGORIO:
la exigencia de LM
los ideales. Si (Jubiloso.) ? HIALMAR: ¡Gina,
vinieran los Hialmar! ¿dónde está?!
AR:
otros, los de las
manos llenas, y HIALMAR: GINA: Pobre,
?
le dijeran ¡Bueno. Ya seguramente esta
«Vamos salió de caza sentadita en la
Cu
Eugenia, aquí otra vez...! cocina.
te espera la al
buena vida...» GINA: HIALMAR: (Abre la
(Apareciendo.)
pru puerta de la cocina.)
GREGORIO: ?Y Hialmar... Seria
?Eugenia, hijita
entonces? me- jor que
eba de mi amor...!
veas al abuelo.
(Mira.) No, aqui
HIALMAR: Y yo le Esta cazando
? no esta.
dijera: «?Estas solo.
dispuesta a GREGORIO: El GINA: Estara en su
renunciar a esa HIALMAR: Voy a
sacrificio infantil cuarto...
vida por mi?» verlo. de su te- soro
Ya verias lo que más preciado. HIALMAR: (Desde
me contestaba. GREGORIO: Eugenia adentro.) No,
(Emocionado.) convenció a tu tampoco.
Hialmar, no padre para que (Regresa.) Debe
podrias mate al pato haber salido.
imaginar lo que salvaje.
esta pasando.
GINA:
HIALMAR: ?Al Seguramente.
HIALMAR: ¿Qué...?
pato...? Como no la
querias en
G
GINA: ¡¿Dios mío, y ninguna parte.
R por qué...?!

E GREGORIO:
Decidió
G sacrificarte lo
más valioso que
O tenía en este
mundo porque
piensa que de
R
esta manera
volveras a
I
quererla.
O
HIALMAR:
:
(Conmovido.)
L
Esta criatura...
a
GINA: Las cosas
p
que se le ocurren.
r
GREGORIO: Quería
reconquistar tu
u
cari- ño, eso es
todo. Se le hacía
e imposible vi- vir
sin él.
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 44
HIALMAR: ?Dios mio, si volviera pronto esta recobrando el conocimiento! ?Si, si...!
para poder decirle... Para poder... ?Gre-
gorio, creo que ahora si puedo empezar
una nueva vida!

GREGORIO: Lo sabia. Por la nina debía


iniciarse la redención.

El viejo Ekdal se asoma a la puerta de su


cuarto, vestido de uniforme, muy ocu-
pado en cenirse el sable.

HIALMAR: (Estupefacto) Papa...

EKDAL: (Fastidiado.) ?Desde cuando vas


de caza sin mi?

HIALMAR: ?No estabas en el desvan?.

EKDAL: No.

HIALMAR: Y ese disparo entonces...

GREGORIO: ?Hialmar, ella misma ha ma-


tado al pato!

HIALMAR: ¡¿Qué ha pasado aquí...?!


(Abre de par en par la puerta del altillo.
Lla- ma.) ¡Eugenia! (Entra en el
desván.)

GINA: ¡Jesús, ¿qué pasó?!

HIALMAR: ?Esta tirada en el suelo!

GREGORIO: Tirada...

GINA: (Simultáneamente.) ¡Eugenia!


(Entra también en el altillo.) ¡No, no,
no!

EKDAL: ¿Así que también la criaturita se


dedica a cazar?

Hialmar, Gina y Gregorio traen a Eugenia.


En su mano crispada trae el arma.

HIALMAR: (Trastornado.) ¡Se disparó...!


¡El arma se disparó...! ¡Se hirió sin
querer!
¡Pidan auxilio! ¡Auxilio!

Entre Hialmar y Gregorio acomodan a


Eugenia en el sofa.

GINA: (Por la puerta del pasillo.) ?Relling!


?Doctor Relling! ?Venga rapido por fa-
vor!

EKDAL: (Por lo bajo.) Yo lo decia yo. El


bos- que se venga.

HIALMAR: ?Ahora va a reaccionar! ?Ya


Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 44
GINA: ?Donde esta herida? No veo... qué me hiciste esto? ¡Por qué!

RELLING: (Entra seguido de Molvic.) ¿Qué GINA: Por lo que mas quieras, no cometas
pasa? ese pecado, Hialmar. Sera que no
teniamos derecho a conservarla.
GINA: Dicen que Eugenia se pegó un tiro. MOLVIC: La nina me va a ha- cer
no ha muerto... tragar lo del
HIALMAR: (Le indica que se acerque) Esta solo accidente.
?Relling, por favor...! dormida en el
sueno eterno... GREGORIO:
RELLING: ?Un tiro? (Revisa a Eugenia.) (Aterrado.) ?
RELLING: ¡Imbécil! Quién puede sa-
HIALMAR: ?No es nada grave, no...? berlo?
Relling... Sangra apenas... ?No es HIALMAR:
nada, no? (Observa a RELLING: El
Eugenia como disparo quemó la
RELLING: ¿Cómo quien no blusa. Dis- paró
entiende.) Qué apoyando el
fue? HIALMAR: ?No tranquila se la caño contra el
ve. pecho.
sabemos!
GINA: Habria que GREGORIO: Al
GINA: Quiso matar al pato salvaje. llevarla a su menos no murió en
cuarto. vano.
HIALMAR: Se le debe haber escapado ¿Ha visto cómo
HIALMAR: el dolor despertó
el tiro. (Mientras la en él toda su
llevan.) ?Gina, grandeza de
EKDAL: El bosque se venga... Pero no Gina...! ?Vas a espíritu?
ten- go miedo. (Se mete en el desvan poder
y cierra tras de si.) soportarlo...? RELLING: La
mayoria de la
HIALMAR: ¡Relling...! ¡¿Qué pasa...?! GINA: Tendremos gente se enno-
que ayudarnos blece ante la sola
RELLING: El disparo penetró en el pecho. entre los dos, presencia de la
Hialmar. Porque muer- te. ?Pero
HIALMAR: ?Si, pero esta reaccionando, ahora si que es cuanto calcula
hija de los dos. que le durara el
no? RELLING: Ya murió, Hialmar.
MOLVIC: (Con los
GINA: (Deshecha en llanto.) ?Hija de brazos
mi alma! abiertos.) ?Ala-
bado sea el
GREGORIO: (Oscuro.) En lo profundo senor! ?Polvo
de los mares... eres y en polvo te
convertiras!
HIALMAR: ?No senor, no senor! ?Tiene
que vivir! ?Por el amor de Dios, RELLING: ?Basta
Relling...! animal...! ?Estas
?Aunque sea un momento! ¡Para que borracho!
pueda decirle que no la dejé de
querer...! Hialmar y Gina se
llevan el cuerpo
RELLING: La bala le atravesó el de Eugenia por
corazón. Hemorragia interna. Murió la puerta de la
instantánea- mente. cocina. Relling la
cierra tras ellos.
HIALMAR: ¡Yo, yo...! ¡Yo la rechacé Molvic se es-
como a un perro! ¡Se mató por mí! cabulle por la
¡Y ya no lo podré reparar! ¡Ya no le escalera.
podré decir...! (Los puños al cielo.)
¿Por qué me hiciste esto, Dios...? Si RELLING: (A
es verdad que estás ahí arriba, ¿por Gregorio.) Nadie
Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 45
esplendor? esos mal- ditos
acreedores que
GREGORIO: ?No vienen a
cree que lo golpear- nos la
conservara toda puerta, en
la vida...? ?Que medio de
ira aumentando nuestras mi-
dia a dia? serias,
exigiendo que
RELLING: Antes se les pague en
de un año la nombre de no
pequeña se que ideales.
Eugenia no será
para él más que GREGORIO: (Con
un bo- nito la mirada
tema de perdida.) En
declamación. ese caso estoy
satisfecho de la
GREGORIO: resolu- ción
¿Cómo se que he tomado.
atreve a decir
eso de Hialmar RELLING: ?Y
Ekdal? seria indiscreto
preguntarle
RELLING: Ya cual es?
hablaremos
cuando se GREGORIO:
hayan secado (Marchandose.)
las primeras Ser el nume- ro
flores sobre la trece a la mesa.
tum- ba.
Entonces lo Sale.
escuchará
recitar a cho-
rros sobre «la
niña arrebatada
prematu-
ramente del
corazón de su
desconsolado
padre...» Luego
verá como se
empapa en un
jarabe de
sentimentalismo
y autocom-
pasión. Ya lo
verá.

GREGORIO: Si
usted tiene
razón, y yo soy
el equivocado,
entonces sí que
la vida no
merece ser
soportada.

RELLING: La vida
podria ser
bastante so-
portable si nos
dejaran en paz

Dramática Latinoamericana de Teatro/CELCIT N° 20 pag 46


Toda representación de esta versión deberá contar con las cátedras Creación Colectiva, y Dramaturgia; y dicta
la debida autorización de ARGENTORES. J.A. en la Escuela de Titiriteros del Teatro San Martín la
Pacheco de Melo 1820 (1126) Capital Federal. Rep. materia Dramaturgia para títeres y objetos. De
Argentina. continuada actividad pedagógica en su país y en el
exterior, ha dictado talleres y seminarios en España,
Dramaturgo y Maestro de Dramaturgia, Mauricio México, Cuba, Colombia, Venezuela y Puerto Rico.
Kartun ha escrito desde 1973 hasta la fecha mas de
quince obras teatrales entre originales y adaptaciones. Alumnos formados en sus talleres se han
Chau Misterix, La casita de los viejos, Pericones, Sacco hecho acreedores a la fecha a mas de setenta
y Vanzetti, El partener, Desde la lona, y Rapido premios nacionales e internacionales en la
Nocturno, aire de foxtrot, son sus producciones mas materia.
representadas, y publicadas, en la Argentina y en el
extranjero. Mauricio Kartun. Correo electrónico:
mkartun@arnet.com.ar
Sus obras han ganado en el país algunos de los
premios más importantes: Asociación de Cronistas del Todos los derechos reservados
Espectáculo, Nacional, Municipal, Konex, Argentores, Buenos Aires, Argentina. Abril de 2000
Prensario, Fondo Nacional de las Artes, Léonidas
Barletta, María Guerrero, Pepino el 88, y Trinidad CELCIT. Centro Latinoamericano de Creación e
Guevara. Investigación Teatral
Director: Carlos Ianni
Creador de la Carrera de Dramaturgia de la E.A.D., Bolivar 825. (1066) Buenos Aires. Argentina
Escuela de Arte Dramatico de la Ciudad de Buenos Teléfono/fax: (5411) 4361-8348. e-mail:
Aires, es responsable allí actualmente de su Cátedra de celcit@sinectis.com.ar
Taller. Es docente de la Universidad Nacional del Internet: http://argen-guia.com/celcit
Centro en cuya Escuela Superior de Teatro es titular de

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