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El herrero y el diablo 1

EL HERRERO Y EL DIABLO.
Juan Carlos Gené
Fiesta teatral compuesta por Juan Carlos Gené
sobre el Capítulo XXI de Don Segundo Sombra de
Ricardo Güiraldes.

Ante la puerta del Paraíso. El momento preciso en que el viejo MISERIA, astroso y mugriento
como anduvlera por la tierra en sus últimos años, termina su viaje desde la muerte. Golpea en
las sacras puertas. Aparece SAN PEDRO.
SAN PEDRO: ¿y vos? ..
MISERIA: ¿y vos? ..
SAN PEDRO: " ¿Como "y vos"? Yo soy San Pedro, el portero 'e los'Cielos ¡y vos me
conocés muy bien, viejo ladino!
MISERIA.: ¿Que yo lo conozco? ...¿ y de ande, si se puede saber?
SAN PEDRO: ¡Ajá. ..! Te estás haciendo el chancho rengo porque no te convienen los
recuerdos. MISERIA: ¡Eso eh'una calunia!
SAN PEDRO: ¿Calunia? ¿Así que no te acordás cuando estuve en tu herrería con Nuestro
Señor pa' concederte tres gracias y yo te dije que pidieras el Paraíso y vos
me contestaste: "Callate, viejo idiota" ?
MISERIA: (Besando sus dedos en cruz, ruidosamente.) ¡Por ésta, señor. que no sé de
qué me está hablando!
SAN PEDRO. ¡No jureh' en vano, viejo pecador, que t'enterrás hasta la verija! Decime: ¿
vos no tenías tu rancho en Tierra Santa?
MISERIA: Sí, señor .
SAN PEDRO: ¿ y no te acordás tampoco que por ahí anduvo Nuestro Señor, de pueblo
en pueblo y de rancho en rancho enseñando el Evangelio y Curando con
palabras a la gente, y también a los mentirosos como vos?
MISERIA: ¡ Cómo no me hei de acordar! ...Si todo el mundo hablaba de eso. Viajes
duros, como los del resero. ..
SAN PEDRO: ¡ Si lo sabré yo! A mí me llevaba de asistente porque me quería mucho por
creyente y servicial.
MISERIA: No me dIga ...
SAN PEDRO: ¡Si te digo! ¡y no te hagás el inorante " porque estás muy enterao! Y sabés
muy bien que un día, a la mula en que iba Nuestro Señor se le perdió una
herradura y dentró a manquiar. y por eso juimos a tu herrería. ¿ Ti acordás
o no?
MISERIA: (Haciendo un diminuto gesto con los dedos.) " ¡Ni esto!
SAN PEDRO: Miseria, la paciencia se acaba. ..
MISERIA: ¡Que no se diga de un santo!
SAN PEDRO: ¡ Callate, atrevido !
MISERIA: Me callo.
SAN PEDRO: Estás guapiando pa' defenderte. Porque sabés que malusaste las gracias
que te concedimos y que con ellas trampiaste para encumbrarte en la
Tierra. Y eso te pesa en la concencia.
MISERIA: ¡Un momento! ¡Que sólo engañé a los diablos de loh'infiernosl
SAN PEDRO: jAjál. ..¡Te pesqué: reconocés!
MISERIA: (Confundido.) No. ..es que. ..me ha venido como un hilito 'e memoria.
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El herrero y el diablo 2

SAN PEDRO: Yo te via hacer recordar todo. Vení p'acá.


MISERIA: (Con fingida humildad.) Mande, señor .
SAN PEDRO: Ponete ahí como estabas el día en que Nuestro Señor y yo caimos por tu
herrería. ¿Cómo estabas?
MISER.IA: Y. ..yo debía estar en el yunque como siempre. ..
SAN PEDRO: ¡Qué en el yunque, gaucho pícaro! Si no has trabajao en tu vida!. ..Estabas
durmiendo acurrucao en la puerta 'e tu rancho y el sol de la siesta te
calentaba los sesos.
MISERIA: (Ubicándose donde SAN PEDRO le indica.) Pero cuando me había echao
a la mañanita había sombra del nogal.
SAN PEDRO: Pero el sol camina y si uno no es un viejo vago, tiene que moverse pa' que
no le caiga encima!
MISERIA: (Como ante un extraño descubrimiento) ¡Veeea!
SAN PEDRO: Ahora atendé bien y vas a ver cómo solito vas a recordar todo. (El espacio
se va llenando con la luz cruel del mediodía pampeano. Sea porque SAN
PEDRO mismo los coloca, sea porque aparecen de pronto, o porque la luz
creciente los pone de manifiesto, si es que ya estaban ahí, el hecho es que
surgen ahora los elementos que evocan el rancho de MISERIA: el nogal,
una o dos sillas ruinosas, el yunque.) Dormite nomás, que has de estar
cansao del viaje y te hace güena falta descabezar un sueñito. ¿No ves cómo
calienta el sol? ¡y qué modorra!.. .Si los güesos parece que se te ablandan...
(La mágica voz del santo sugestiona a MISERIA, que ni siquiera advierte
lo que está ocurriendo a su alrededor. Efectivamente, bosteza, se estira y
se duerme. SAN PEDRO entra de prisa en el Paraíso. Una larga pausa
sobreviene, de silenciosa pesadez. Luego aparecen NUESTRO SEfVOR y
SAN PEDRO caballeros en humildes mulitas. Va manqueando la que
monta NUESTRO SEÑOR.)
NUESTRO SEÑOR (Dirigiéndose a SAN PEDRO, que cabalga a su lado.) ¿Quién es que
teniendo cien ovejas, y eh habiendo perdido una d'eyas no deja las noventa
y nueve en el corral. y sale al campo a rastrear la que se le perdió hasta
encontrarla y en habiéndola hallado, se vuelve muy contento pa' las casas,
y si se da con alguien en el camino se para y le dice cruzando la pierna
sobre la cruz del cabayo: "¡ chóquelá, compadre; que encontré la oveja mía
que se había perdido !?"
SAN PEDRO: Siguro. ..
NUESTRO SEÑOR: Así te digo, que hay más fiesta en el Cielo por un pecador que se
arrepiente, que por noventinueve hombres güenos que nunca se han
desmandao.
SAN PEDRO: (Súbitamente) ¡Téngase, Nuestro Señor que su mula manquea!
(Descabalga y revisa la mano de la mula del Maestro)
SAN PEDRO: ¡ Chá digo. ..Si ha perdido una herradura!. ..
NUESTRO SEÑOR: Fijate si ves una herrería, que ya estamos dentrando al poblao. (Otean
ambos, haciendo girarlas mulas en redondo y molestos por el calor y la
resolana.)
SAN PEDRO: ¡Ahí me gustó! Allá veo un rancho viejo, de paredes rajadas, con un cartel
pintao que dice "Herrería".
NUESTRO SEÑOR: Vamos. .. (Marchan hasta donde duerme MISERIA. Detienen las mulas.
Un perrito imaginario, sólo identificado por el ladrido que, de ser posible,
emitirá uno de los actores, sale ladrando y asustando a las mulas. Pero el
tumulto del bicherío arremolinado no basta pura despertar a MISERIA)
SAN PEDRO: (Jinetazo, y amagando al perro con el talero) ¡Juira perro!
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El herrero y el diablo 3

NUESTRO SEÑOR.- ¡Ave María! (El saludo despierta a MISERIA quien; sin levantarse, mira
legañoso a los forasteros...)
NUESTRO SEÑOR: Güenas tardes. ¿Podrías herrar 'mi mula que ha perdido la herradura de
una mano?
MISERIA. (Levantándose pesadamente y dirigiéndose al perro que sigue provocando
a las mulas) Quieto perro... (Se acerca a la mula de NUESTRO SEÑOR
para revisarla.. Pero la intranquilidad del animal impide la inspección.
Toma una piedra del suelo y la sacude en el lomo del perro con toda la
fuerza que le permiten sus años.)
MISERIA: -¡Juira cuzco! (Dispara el perro aullando, seguido por las miradas de
todos. MISERIA revisa ahora la mano de la mula ya apaciguada. Todos
sus movimientos son lentos y pesados, parte por vejez, parte por la pereza
que le salpica con bostezos todos los gestos) Apiensén y pasen adelante.
Voy a ver si puedo servirlos. (Los forasteros desmontan. NUESTRO
SEÑOR entrega su mula al herrero. SAN PEDRO ata la suya por ahí.
Ambos toman asiento en las sillas disponibles y esperan. MISERIA,
después de desperezarse y bostezar a discreción, realiza su tarea con;
exasperante lentitud, interrumpiéndola con frecuentes bostezos. Cuando
por fin queda lista la mula la entrega a su dueño. )
NUESTRO SEÑOR: ¿Cuánto te debemos, güen hombre?. (MISERIA lo filia de arriba abajo...)
MlSERIA: Por lo que veo ustedes son tan pobres como yo. ¿Qué diantres les via
cobrar? Vayan en paz por mundo, que algún día tal vez Dios me lo tenga
en cuenta.
NUESTRO SEÑOR: Así sea. ¿Cuál es tu nombre?
MISERIA: Me llaman Miseria.
NUESTRO SEÑOR: Tá güeno. Que Dios te lo pague, entonces.
MISERIA: (Siempre bostezando y hasta rascándose) Pa’ servirlos... (Salen. MISERIA
vuelve a acurrucarse, cuidando de hacerlo ahora a la sombra del nogal.
NUESTRO SEÑOR y SAN PEDRO se alejan montados en sus mulas pero
cuando han andado un trecho SAN PEDRO se vuelve a NUESTRO
SEÑOR)
SAN PEDRO: Verdá, Señor, que somos desagradecidos. Este pobre homlbre nos ha errao
la mula, no noh ha cobrao nada por más que es repobre, y nohotro nos
vamos al sobrepaso sin darle siquiera una prenda de amistá.
NUESTRO SEÑOR: Decís bien. Volvamos hasta su casa pa' concederle tres gracias que él
elegirá a su gusto. (Vuelven grupas y regresan hasta MISERIA. Mismo
juego del perro. MISERIA despierta, mira a los viajeros y, sin decir
palabra, se levanta y se pone automáticamente a trabajar en el yunque...)
MISERIA: Pasen adelante. (Aceptan la invitación y desmontan.)
MISERIA; ¿La recogieron?
SAN PEDRO. ¿Qué cosa?
MISERIA: La herradura.
SAN PEDRO. ¿Qué herradura?
MISERIA: La que yo le puse. ¿No se disprendió?
SAN PEDRO: No.
MISERIA: (Dejando el trabajo.) ¡Haberlo dicho! Cuando los vide golver me dije:
"Dejuro que han perdido la herra- dura y güelven a protestarme, como
hacen todos" ; y sin darles tiempo a que hablaran me puse a trabajar .
SAN PEDRO. La herradura está en su sitio. No hemos venido por eso.
MISERIA: ¿ Y a qué entonces han güelto, si se puede saber?,

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El herrero y el diablo 4

NUESTRO SEÑOR: Te has portado como un hombre güeno y queremos pagarte


concediéndote tres gracias que vos nos pidás. (Largo silencio. MISERIA
Ios mira de soslayo, "medio con ganitas de rairse medio con ganitas de
disparar")
MISERIA: ¿y usté quién es p'andar repartiendo gracias? ¿Eh' el Gobernador acaso?
SAN PEDRO: iNo seah' irrespetuoso, que estás hablando con Nuestro Señor Jesucristo,
el Hijo de Dios vivo!
MISERIA: (Burlón) ¡Lástima estar tan cansado y no poder descubrirme! ,
SAN PEDRO: (Sacando el cuchillo en ademán amplio y ostentoso de compadre) ¡Ahora
vah'aprender a faltarle el respeto a la Divinidá! lAbra cancha, Nuestro
Señor, que a este gayo la atiendo yo solito! ¡Dejenló venir que acá hay
hombre!. (En fintas y cuchilladas al aire se va SAN PEDRO, ante la
mirada tranquila de MISERIA y de NUESTRO SEÑOR. Por fin se da
cuenta de que está haciendo el ridiculo y se detiene jadeando)
NUESTRO SEÑOR: Sosegate, San Pedro y guardá el alfajor, que el que a fierro mata a fierro
muere. ( A MISERIA.) Y vos no li hagás caso. Es un viejo farolero pero de
güen fondo. (Rompiendo la situación.) Güeno, no hemos querido
molestarte. Si no querés las gracias noh' iremos nomás por donde vinimos.
Que Dios te ayude. (NUESTRO SEÑOR y SAN PEDRO se disponen a
salir)
MISERIA: (Dispuesto a divertirse hasta el final.) ¿y quién ha dicho que yo no quiero
las gracias?
SAN PEDRO: No sé si las querés o no, pero si sé que estoy muy arrepentido de haber
intercedido ante Nuestro Señor pa' que jueras premiado. (MISERIA, ya
poseído de abierta antipatía por SAN PEDRO, va a retrucar, pero se
encuentra la mirada de NUESTRO SEÑOR clavada en él. Turbado, se
calla y desvía la vista)
MISERIA.: Güeno, voy a pedirlas. .. (Ahora es SAN PEDRO quien va a protestar y
también se traga las palabras al encontrar los ojos de NUESTRO
SEÑOR.)
NUESTRO SEÑOR: Bueno. Pero pensá bien antes de hacer tu pedido. (Largo silencio.
MISERIA sonríe ante lo ridículo de la situación, pero es evidente que algo
hay que lo intranquiliza y no lo deja gozar la a sus anchas. Busca a su
alrededor alga que le sugiera las gracias que pedirá)
SAN PEDRO: (Detrás de MISERIA, soplándole.) Pedí el Paraíso.
MISERIA: (Por lo bajo.) Cayate, viejo. (Conteniendo su indignación SAN PEDRO se
sienta con arrogancia de santo ofendido en una de las sillas viejas.
MISERIA tiene una idea y lanza rápidamente su primer pedido)
MISERIA: Quiero que el que se siente en mi silla, no se pueda levantar della sin mi
permiso. (SAN PEDRO se levanta a toda velocidad.)
NUESTRO SEÑOR.: Concedido. A ver la segunda gracia. Pénsala con cuidado.
SAN PEDRO: (Volviendo a colocarse detrás de MISERIA, insistente.) Pedí el Paraíso.
MISERIA: ¡ Cayate, viejo metido! (Desentendiéndose del tozudo, SAN PEDRO se
aleja unos pasos. Dispuesto definitivamente a hacer de él el centro de la
broma, MISERIA no le pierde pisada. SAN PEDRO se da con el nogal y
alarga la mano para tomar de alguna rama baja uno de los tentadores
frutos. MISERIA se apresura a hacer el segundo pedido) Quiero que el
que suba a mis nogales no se pueda bajar dellos sin mi permiso. (SAN
PEDRO retira la mano del. árbol como quien se quema)
NUESTRO SEÑOR: Concedido. Y ahora la tercera y última gracia. No te apurés.
SAN PEDRO: (Insistiendo una vez más en favor de MISERIA.) ¡Pedí el Paraíso, porfiao!
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El herrero y el diablo 5

MISERIA: {Por lo bajo.) ¿ Te querrás callar, viejo idiota? (Resolviendo con evidente
arbitrariedad el último pedido.) Quiero que el que se meta en mi tabaquera
no pueda salir sin mi permiso.
NUESTRO SEÑOR: Concedido. Tres gracias. Que Dios te ayude para que sepás hacer buen
uso de eyas. (Por señas trata SAN PEDRO de hacer comprender a
MISER!A el error que ha cometido, pero éste se limita a desafiarlo con su
sonrisa. NUESTRO SEÑOR ha tomado ya las riendas de su mula y se
vuelve a SAN PEDRO quien, al verlo, detiene sus mudas imprecaciones y
se dirige a su cabalgadura. NUESTRO SEÑOR monta y emprende la
marcha sin volver la cabeza. SAN PEDRO lo hace después de echar una
última mirada de reproche al herrero. Desaparecen. MISERIA los sigue
con la mirada y luego rompe a reír a carcajadas. Pero .lo corta la
irrupción de SAN PEDRO, que vuelve a aparecer por la puerta del
Paraiso., ya sin la mula, y arremete contra él)
SAN PEDRO: ¿ y aura ? ¿ Qué decís aura ? ¡Hacete el olvidadizo aura! Vos mismo lo has
dicho aura. ..
MISERIA: M'está boleando parao. ..Déjemé siquiera que hable un poco. ..
SAN PEDRO: ¿ y qué podés decir en tu descargo ? Ya está todo dicho. y no es que te la
guarde, pero no puedo dejarte pasar porque en habiéndote ofrecido tres
veceh'el Cielo, vos te negaste a acetarlo.
MISERIA: ¿ y cómo había de saber yo que ustedes eran de veras Nuestro Señor y San
Pedro? Pensé que serian dos locos escapaos o dos cuenteros.
SAN PEDRO. ¡Hombre de poca fe! ¿ y por qué hiciste trato con Lucifer!
MISERIA: Mire con lo que me sale! ...Hice trato con él pa' destruir su poder sobre la
Tierra.
SAN PEDRO: ¡Mentís, viejo, mentís! Hiciste trato con el diablo porque te picó el bichito
'e la carne.
MISERIA: , ¡Eso eh'una calunia!
SAN PEDRO: ¿Otra más, eh? ¡Las vas a pagar todas juntas! ¡y no es que te la guarde! ¿
Qué hiciste vos cuando Nuestro Señor y yo salimos de tu rancho?
MISERIA: Me quedé mirando y pensando que al llegar al poblao los prenderían y los
degolverían al loquero.
SAN PEDRO: ¿ y entonces? (La pregunta de SAN PEDRO vuelve a surtir el mágico
efecto. MISERIA vuelve a mirar hacia donde desaparecieron las mulas y
a reír como entonces. SAN PEDRO se aparta para mirar los hechos.
Aparece una joven y hermosa amazona cabalgando excelente redomón
bien aperado.)
MISERIA: ¡A esta prenda en fija que no se le ha de perder la herradura! (Intenta
cerrarle el paso y tomarle las riendas.) ¿No se apea a tomar unos mates?
AMAZONA: (Esquivándolo.) Deje las riendas no mah, que dende el año pasao sé andar
solita.
MISERIA (Intencionado.) ¿ y no tiene miedo que la muerda algún tigre?
AMAZONA: (Doblemente intencionada, como buena mujer.) Aquí no hay tigres.
MISERIA: Puede venir uno de pajuera. ..
AMAZONA: No será cebao en carne'e cristiano. (MISERIA, lascivo, le ha tomado la
mano. La muchacha le .golpea la suya con la fusta)
AMAZONA: ¿Se ha creido que soy escoba 'e barrer sobras? (Desaparece al galope
revolcando por el suelo a MISERIA, que ha intentado detenerla. A toda
carrera aparecen dos gauchos uniformados, de aspecto terrible, jinetes en
caballos no menos imponentes)

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El herrero y el diablo 6

GAUCHO 1 (Pinchándolo con la lanza.) ¿Es cosa de hombre andar guapiando con las
mujeres?
GAUCHO 2 (Idem.)¿Por qué no nos parah'a nosotros?
GAUCHO 1: (Desmontando y acariciando el cuello de ,MISERIA con su tremenda
faca.) ¡Aura mesmo vas a pagar el sacrilegio, gaucho sucio !
GAUCHO 2- ¡Queremos tu cabeza pa' jugar al pato por haberte propasao con l'hija 'el
Gobernador!
MISERIA: ¡No, no me maten que no hubo maldá! Yo sólo qujse invitarla a tomar
mate. Además, no sabia que fuese persona de tanta calidá !
GAUCHO 1 ¿Y de ande acá se invita a las mozas cerrándoles el camino ? ( Le pincha
la barriga.)
MISERIA. ¡Ay, ay! ¡No me maten! ¡Por mis hijos!
GAUCHO 2 ¿Ande están tus hijos?
MISERIA: Entuavía no los tengo. ¡Pero cuantito me reponga 'el susto, puedo empezar
a hacerlos !
GAUCHO 2 - ¡De ande, viejo. ..(Nuevos pinchazos. Grita MISERIA.)
AMAZONA.: (Reapareciendo al galope por donde había salido.) Lindos guardianes me
han dao que siempre tengo que andar sola.
GAUCHO 1- Estamos castigando al maula que la molestó.
AMAZONA.: Si hubieran galopiao a mi lado no me habería molestao.. .
GAUCIIO 1: ¿Es que la señorita había sido jinetaza y no es fácil irle cerca!
AMAZONA: ¡ Basta! ¡ A caballo ya las casas! (Diligentes, los dos gauchos tratan de
cumplir la orden. Pero están demasiado nerviosos, se atropellan,
confunden los caballos, no pueden montar. Por fin lo hacen y pasan
humildes ante la AMAZONA, quien con ademán imperioso les indica con
la fusta la dirección a seguir. Cuando ha pasado el último, lo pecha con
su caballo como 'a novillo y sale a la carrera. Ella.. divertida, retoza al
galope por la escena.
MISERIA: ( A la mujer, apasionado, ridículo.)
Uno, dos, tres, cuatro.
si no me querés me mato.
AMAZONA: (Saliendo.)
Uno, dos, tres,
matate si querés. (MISERIA la sigue con la vista. SAN PEDRO vuelve a
intervenir)
SAN PEDRO: Y jué entonces cuando convocaste a loh' infiernos.
MISERIA: ¿Jué entonces?
SAN PEDRO. Ajá. ..¿Y cómo fué que dijiste?
MISERIA: (Contestando con los hechos y a pesar suyo la pregunta de SAN PEDRO)
¡ Claro. ..! Yo soy el viejo Miseria, pobre y achacoso. ¡.Juera joven y
platudo iba a ver la hija ‘el Gobernador y las reinas y las marquesas! Lo
que es, si aurita mesmo se presentara el demonio ofreciéndome tres gracias
como esos locos, dejuro que antes de dejarlo hablar le daba mi alma con
tal de poderle pedir veinte años de juventú y plata a discreción. (Sobre
estas palabras aparece el caballero Lilí. Es un elegante, ataviado a la
inconfundible moda de las ciudades: levita negra de impecable corte,
chaleco rojo, galera negra. Al terminar de hablar, MISERIA tropieza con
él)
MISERIA: ¿Y usté quién es ?
LILI.- Yo soy el caballero Lilí.
MISERIA: Y si no ando errao, viene de la ciudá. ..
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El herrero y el diablo 7

LILI.- (Señalando hacia el Infierno de donde viene.) Sí, de allá vengo..


MISERIA: ¿ Y en qué puedo servirlo?
LILI: Eso es lo que digo yo. Vos me llamaste y aquí estoy.
MISERIA.- ¿Que yo lo llamé?
LILÍ: ¿No dijiste vos que si se presentara el demonio le darías el alma a cambio
de veinte años de vida joven ?
MISERIA.- Sí.. .
LILÍ: Y bueno. ..Aquí me tenés.
MISERIA.- Ah, pero entonces usté es. . .
LÍLÍ: No, pero soy su emisario.
MISERIA.: ¡Ave Maria purísimal (Se santigua en rápido exorcismo. LILl se
estremece.) ¿ Y qué me quiere?
LILÍ: Si vos querés, Miseria, yo te puedo presentar un contrato dándote lo que
pedís. (Desentraña un rollo de entre sus ropas, lo despliega y' lee) "Por el
presente contrato el Herrero Miseria se compromete a entregar su alma al
Rey de los Infiernos a cambio de veinte años de juventud y plata a
discreción, que este último entrega en este acto. El pago de la deuda así
contraída por Miseria se efectuará dentro de veinte años, a contar desde el
momento en que el mismo estampe su firma al pie del documento.
Firmado: Satanás, Rey de los Infiernos. O Lucifer, o Luzbel, o Mandinga,
o El Negro, o El Malo, etcétera. Hay un sello." Si estás de acuerdo podés
firmar aquí abajo. (Le ofrece la pluma.)
MISERIA: (Después de meditar detenidamente lo propuesta.) Y cómo sé yo que una
vez que firme no me quedo sin el alma, sin la plata y sin los años.
LILÍ: Habías sido desconfiado. ..
MISERIA. El diablo sabe por diablo. ..
LILÍ. Te voy a hacer una demostración. Si no te gusta te pongo como antes y
aquí no ha pasado nada. Vení. (MISERIA se. acerca con evidente temor y
desconfianza. LILl le saca las barbas con un pañuelo, dotado de poderes
infernales, le borra las arrugas de la cara) Ahora mirate en el bañadero
de los patos. (MISERIA lo hace y queda mudo de asombro y de alegría.
Está transformado en un apuesto mozo.)
LILÍ. Y. ..¿qué te parece?
MISERIA.- ¡Jesús, María y José! (Nueva conmoción de LILl.)
LILÍ: '¿Conforme?
MISERIA: ¡Un momento! Falta la plata.
LILÍ: Revisate el tirador y encontrarás una bolsa repleta . de monedas de oro.
MISERIA: (Extrayendo de la cintura la bolsa que abre y vuelca en su mano.)
¡Ánimas del Purgatorio! ¡y son de las güenas!
LILÍ: Entonces firmame con mucho pulso arriba del sello. (Le entrega la pluma
y MISERIA firma con gran esfuerzo deletreando su nombre) Ahora estás
listo para tu nueva vida. Hasta dentro de veinte años. (Sale. MISERIA ha
quedado solo, viviendo la plenitud de sus músculos nuevos. Pero las
palabras de SAN PEDRO van haciendo sombra sobre él. Llega un
momento en que se ha esfumado totalmente. La luz sólo alumbra al portero
divino)
SAN PEDRO: ¡Amigo!. ..Habia de ver cómo cambió tu vida dende entonces. Terciaste
con príncipes y gobernadores y alcaldes, jugaste como nenguno en las
carreras, viajaste por todo el mundo, tuviste trato con hijas de reyes y
marqueses... (Su divina barba es ahogada por la tiniebla total y su voz por
un bombo legüero en cuyo parche ha estallado furiosa la fiesta. los veinte
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El herrero y el diablo 8

años de fiesta corrida que MISERIA se regala. La fiesta tiene por ahora
una presencia exclusivamente sonora. El bombo y los alaridos van
evocando el inconfundible infierno de galopes y polvareda de las carreras.
Un grito rasga la oscuridad:¡ Hiiiijí ...!" y ante los ojos espantados del
buen santo se derrocha la histeria de la multitud que presencia la prueba)
UN GAUCHO: ¡Ellos y se vinieron! (Corea la multitud el ansiado aviso, y las miradas se
tienden al punto remoto en donde se supone se larga la prueba. Prueba
que quedará expresada solamente en el redoble creciente del parche del
bombo)
OTRO: ¡Véalo al colorao si parece que se va tragando la tierra!
ALGUIEN: ¡Pero me gusta el ruano y doblo la postura!
OTRO: ¡Pago!
OTRA VOZ: ¡El ruano, pa' todo el mundo! ¡EI ruano por un pescuezo! (Aclamaciones,
gritos y bromas. Corre el dinero)
MAMADO: Abranlé paso aun mamao, porque el hombre que se mama ha de ser güen
hombre.
ALGUIEN: Aura sí que está lindo. ..¿y por qué?
MAMADO: Porque el hombre que se mama, sabe que va a hablar por demás y al que
tiene mala entraña no le conviene mostrar la hilacha. (Risas, comentarios)
UNA VOZ ASOMBRADA: (Dominando el vocerío y atrayendo la curiosidad general.) ¡Se
están deslumbrando con apuestas! (Corre la multitud como atraída por el
aviso y se concentra alrededor de un punto desde donde llegan las voces
de la extraordinaria puja)
VOZ DE UN ESTANCIERO: ¿Vamos mil? Yo juego al tostado.
VOZ DE.MISERIA: (ApIomada, viril.) ¡Pago! Silbidos, exclamaciones y corridas de los
curiosos que se suman al grupo, dan a la formidable apuesta el marco de
asombro que necesita. ,
VOZ DE UN ESTANCIERO: (Dominando el bochinche, farolera.) ¿Vamos dos mil?
VOZ DE MISERIA: ¡Pago! Como ya la gente no puede redoblar su asombro en proporción
a la parada, redobla al menos el torbellino y el bullicio.
VOZ DE UN ESTANCIERO: (Como enojado, exaltado por la puja.} ¿Va'mos cinco
mil? (El remolino de los que, retrasados, llegan tarde al circulo, provoca
una grieta en la mesa, de modo que ahora podemos ver a M[SER[A ya su
contendor. ¡Diosl ¡Lo que puede el Diablo! El atuendo de M[SERIA dice
a gritos su nueva condición de gran señor de la pampa: copudo el
sombrero, ajustado el pecho en el chaleco de riquísimo bordado, plata en
la cintura, y el chiripá bien volado sobre el' calzoncillo de elegante criba.
El otro, no menos rico pero con algo de vaca en todo lo que hace. Ambos
llevan enormes baldes de cuero crudo en los que resuenan y lucen los
billetes de banco y las monedas de oro)
MISERIA: (Respondiendo con arrogancia al desafío y al silencio expectante de la
gente.) ¿Por qué no vamos diez mil, pa' darle gusto? (Del estupor general,
rayano ya en el respeto popular por la compadrada, saltan algunas voces)
UNO: ¡Paj..jarito! ¿De ande sale tamaño manate?
OTRO: El más viejo es don Cárdenas, el estanciero 'e la costa.
UNO: ¿y el otro?
OTRO. No sé; de acá no es.
UN TERCERO: ¡Aura caigo! ...¡De fijo éste es el famoso Miseria,el hombre 'más rico 'e la
provincia!
MAMADO: (Gritando congestionado, con orgullo de local} ¡No se le vaya a achicar,
mi don Cárdenas!
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El herrero y el diablo 9

ESTANCIERO. (Estimulado por el grito, desechqndo la duda que le impusiera el desafío


descomunal de MISERIA.) ¡Pago! (Los locales aclaman a su platudo líder,
pero M[SERIA domina el barullo con un qrito)
MISERIA: ¿Por qué no vamos una millonada?
ESTANCIERO. (Sin titubear, derrotado.) ¡No, gracias. Estoy jugao! (Primero es el
murmullo del desencanto. Luego, el más veleta aventura la traición vocal)
UNA voz: ¡Machazo!
OTRA: ¡ Y mire que pararle a don Cárdenas!
MAMADO. ¡y dejarlo chatito! ¡Macho y medio!
ALGUIEN: ¡Viva el forastero!
LA MULTITUD: ¡Viva!
OTRA VOZ: (Con algo de clarín estridente.) ¡Se vinieron! A la voz anunciadora y al
ruido enervante de los cascos de los parejeros, vuelve la multitud en
desorden a retomar las posiciones abandonadas durante el duelo de los
ricachos. Bombos y gritos traducen la carrera, que termina como todas en
Un despliegue increíble de alaridos y dinero.
OTRA VOZ: ¡ El manchao por varios cuerpos !
ESTANCIERO: (Vaciando su balde de dinero en el de MISERIA.) Tome don. Usté gana.
MISERIA: (Arrojando dinero a la multitud que se lanza a recogerlo.)' ¡ Huija ! ¡Que
la gente se divierta!
SAN PEDRO: (Gritando desde su puesto de observación.) ¡Abrí el ojo, Miseria! Que
pronto se pasan los años cuando se emplean de este modo. (MISERIA le
amaga una pedrada que recordará la que arrojara a su cuzquito. SAN
PEDRO se esconde)
MISERIA: ¿Ande están el vino y la música para alegrar esta fiesta ?
SAN PEDRO: (Reapareciendo.) ¡Andá, divertite! y aguantate a loh' adulones que ya van
a tu alrededor como moscas'a los pasteles. (Corre el vino. MISERIA bebe
y regala plata. )
SAN PEDRO: ¡Chá, que es zorro Satanás! ¡La plata yama a la plata! (Estancieros y
comerciantes vuelcan sus baldes de oro como un baño sobre MISERIA. )
UNO DE ELLOS: Por su ganao vendido.
OTRO: Por sus cueros embarcaos.
OTRO: Por sus tierras.
OTRO: (Trayendo de la mano a una hermosa muchacha y bañándolo también con
su dinero.) Por casarse con mi hija.
OTRO: (En la misma actitud.) Por casarse con la mía.
OTRO: ¡No! Que ha de ser con la mía. (Se pelean con el yerno tirándose monedas
y billetes a la cara.)
MISERIA: (Interviniendo con ironia, bastante bebido, pero indudablemente
seductor.) ¡Haiga paz entre los hombres! (La batahola se detiene por
respeto al personaje.) ¿Qué dicen las mozas? (Se deshacen las muchachas
en un coro de suspiros y, rodeándolo, le prenden flores en la ropa)
MISERIA (Cubierto de flores como un dios.) ¡Sí que me gusta! La mujer callada y
tierna. Venga la música pa' que las mozas digan lo que sientan. La fiesta
se define entonces en una danza febril. MISERIA baila con todas las
mujeres un palito prodigándose en la viril elegancia del zapateo.
SAN PEDRO: ¡Una vida 'e pecados! Te digo que abrás el ojo y te acordés de que el
tiempo pasa ..
MISERIA: Tiempo al tiempo, viejo. Que ya me va a yegar el momento de acordarme
de usté.
SAN PEDRO: ¿Qué? ¿No has gastao bastante tu vida?
La Biblioteca Teatral Santa Fe RECUERDA que la representación de obras de teatro deben contar con la debida
autorización, según la normativa vigente. En Argentina ARGENTORES= J.A. Pacheco de Melo 1820 (1126)
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El herrero y el diablo 10

MISERIA: Entuavía falta. Que tengo de conocer a las marquesas y princesas uropeas.
(Los mismos concurrentes de la fiesta se trasmutan ahora en cortesanos.
Mudando detalles de la indumentaria -por ejemplo un sombrero por una
corona- resultando así un conjunto estrafalario, tal como el narrador lo
puede imaginar) (Apersonándose a un marqués.) ¿No presenta al
hembraje, Su Alteza ?
MARQUES: (Presentando a las mujeres.) Las marquesitas de este reino y... (Música
especial) la Princesa Heredera. (Como antes, las mujeres cubren de flores
a MISERIA. Pero él recibe con especial deferencia las de la Princesa)
MISERIA: No hay nada como una zamba pa' cortejar una moza. (Y la zamba se traga
a los bailarines que se florean en el juego galante del baile. La Princesa
baila bellamente, pero la inquietud de los cortesanos va creciendo de
punto al advertir que está evidentemente seducida por el gaucho)
MARQUES: ¡Paren el baile! (Pero nadie se mueve. El baile sigue, prendida la Princesa
de los ojos de MISERIA)
SAN PEDRO: ¿No oís? Te dicen que parés y yo también te lo digo. Que tu plazo se vence
sin remedio. (Pero MISERIA no oye nada. y sobre los últimos compases
de la zamba un grito de triunfo se le escapa de la garganta mientras huye
entre los cortesanos llevándose en vilo a la Princesa rendida de amor.
Tumulto general)
MARQUES: ¡Que nadie se alarme y que siga el baile! ¡La guardia perseguirá al ladrón!
(Baile general con la urgencia y el bullicio exagerado con que quieren
taparse los episodios desagradables. Pero la som bra vuelve a crecer
sobre la fiesta, que se va apagando. y cuan- do la fiesta se ha perdido en
la tiniebla y la música se ha tornado pesada y melancólica, se levanta
lentamente la luz sobre un MISERIA nuevamente decrépito y andrajoso,
cubierto de flores marchitas, como un muerto en un ataúd. Está solo. Pero
a su lado el CABALLERO LILI tiende el contrato firmado veinte años
atrás)
SAN PEDRO: (Siempre presente en los acontecimientos.) Se cumplió el año vigésimo,
Miseria, y ahí tenés tu viejo rancho adondé vendrán a cobrarse la deuda.
LILI: ( A MISERIA.) Supongo que sabés a qué vengo.
MISERIA: ¿ Cómo no hei de saberlo ? Y no tenga miedo que soy hombre honrao y
aunque muy tristón voy a acompañarlo. Eso si, voy a lavarme Ya ponerme
güena ropa pa' presentarme en el Infierno como es debido. A la larga, todo
lazo se corta y mi felicidá ha terminado. Espereme un momentito. i (Sale.
LILI se pasea por el rancho curioseando. Chocan a su sensibilidad y
modales de señor la sordidez y suciedad reinan tes. Por fin, tras soplar
cuidadosamente una de las sillas desvencijadas, se sienta. Queda un
momento inmóvil. De pronto, se levanta. Pero la silla lo suelta, pegada a
sus asentaderas. Se alarma LILI, pensando primero en un accidente y
realiza las más inverosímiles maniobras tratando de desprenderse. Pero
por fin, derrotado, decide esperar el regreso de MISERIA. Reapareciendo
armado de su humilde Ponchito deshilachado y su bultito bataraz del que
asoma insolente la bombilla del mate.) Ya estoy acomodao. ¿Vamos
yendo?
LILI: ¿ Cómo hemos de irnos si estoy pegado en esta silla como por un encanto?
MISERIA: (Haciendo luz en su memoria después de un momento de asombro.) ¡El
hombre 'e la mula! ¡Entonces era cierto! ¡Enderezate, pues maula, si sos
diablo! (Convencido ahora de que le han tendido una trampa corcovea
LILI haciendo bellaquear la silla. Y a MISERIA -y por reflejo al
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El herrero y el diablo 11

espectador- le sugieren sus gestos la doma de un potro. Entonces lo


apadrina, burlándose de él) ¡Charquiale nomás, sin asco! ¡Tirale de firme
nomás, hasta que recule ¡Pa' la izquierda,.. ¡Aura pa' la derecha. .. ¡Aura
sí, hasta que se desaugue! (LILI Se ha detenido, aqotado.) ¡ Ché, que había
sido chapetón. ..!
LILI: ¡Miseria, ya basta! Es Una broma ingeniosa pero estoy muy ocupado.
Explicame el mecanismo para salir de aquí, que tenemos que irnos.
MISERIA.: ¿Irnos? ¿y adónde?
LILI: ¡Vos sabés muy bien adónde! Soltame porque si me enojo lo vas a pasar
mal.
MISERIA: Por eso mesmo, no pienso soltarlo.
LILI: ¡Te ordeno que me sueltes!
MISERIA: Ni pienso.. Lo voy a tener aquí, guardadito en mi rancho. Pero no se aflija
que no le voy a hacer faltar nada. y hasta de vez en vez lo voy a sacar a un
paseo por el poblao.
LILI: ¡Me niego a sufrir tal humillación! (Nuevos corcovos. El mismo, resultado)
MISERIA: No gaste la fuerza ni la pacencia Porque hasta que yo lo autorice no va a
poder salir. (Pausa.) Güeno, si no le gusta por el Poblao lo sacaré al campo
pa' que se airee y no se apoliye. Lo atamos con la silla a un mancarrón
manso y cairse no se va a cair.
LILI ¡Soltame! {Haciendo un supremo esfuerzo, sólo logra caer al suelo con
silla y todo y quedar inmovilizado)
MISERIA: ¡ Que habia sido de a caballo! ...¡ Rueda, pero no afloja!
LILI: ¡Te maldigo por tres generaciones!
MISERIA: Tá güeno ...
LILI: ¡Estás violando las leyes divinas !
MISERIA: ¿Y de áhi?.. (LILI se arrastra detrás de MISERIA desesperado, llevando
la silla consigo)
LILI: ¡ Miseria, sé gaucho; soltame !
MISERIA: Aura viene con ruegos. ..
LILI: .:.¡Todo lo que vos quieras! ¡Pedí!
MISERIA: No necesito nada. Estoy cansao de todo. Puede llevarme cuando quiera. ¡Y
vamos, que tengo apuro! (Inicia Ia marcha.)
LILI. (Siempre desde el suelo, gritando.) ¡De ningún modo me expongo a la
burla de mis colegas con este armatoste a la rastra!
MISERIA. (Volviendo sobre sus pasos.) Como usté quiera. ..Entonces, pongasé en un
rinconcito y no moleste, que voy a dormir un poco.
LILI; ¡Pero no podés dejarme así !
MISERIA. ¿Que no? (Se dispone a salir.)
LILI: (Gritando de impotencia.) ¡Pero es posible que haya de tratar con gente
tan descreída! ¡Nadie se ha visto jamás humillado en esta forma! (Llora.)
MISERIA: Si querés dirte, firmame otros veinte años de vida joven y plata a
discreción.
LILI (Tras revisar in mente lo que MISERIA le propone.) ¡Jamás!
.MISERIA: Bueno. ..Güenas noches. Aviseme cuando quiera partir.
LILI: Esperá. (Pausa.) Acepto.
MISERIA: Entonces agregá al pie del documento otros veinte años y plata a
discreción.
LILI: Primero soltame.
MISERIA: Primero firmame. (LILI lo hace muy a regañadientes) Podés salir. (La silla
se desprende de LILI sin ningún esfuerzo.)
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El herrero y el diablo 12

LILI. (Sacudiéndose el polvo con el mágico pañuelo que usara para rejuvenecer
a M[SERIA.) ¡Es un ardid insolente para torcer tu destino! ¡Pero no podrás
contra Satanás! ¡Pagarás tu deuda, quieras o no!
MISERIA. (Arrebatándole de un manotón el pañuelito.) ¡Mi deuda la pagaré dentro
de veinte años, como hemoh' arreglado. ¡ Y despeje ia cancha! (LILI
recompone a medias su noble porte y sale, bastante maltrecho)
MISERIA: (Gritándole mientras se aleja.) ...¡Y cuidate del Malo, que no le va a gustar
que le haya trampeao veinte años más! (Ya solo, eufórico.) Vengan
diabloh' y santos, que aquí los espera Miseria a pie firme. (Se dispone a
borrarse la vejez con el pañuelo. Pero un tremendo puntapié en el trasero
lo vuelve a la realidad. Es SAN PEDRO)
SAN PEDRO: ¿Qué has dicho?
MISERIA: (Reaccionando) ¿Yo? ...Nada. Eso jué lo que dije en aquella oportunidad.
SAN PEDRO: Parece que te estás deschabando. ..
MISERIA Ya te digo, me vienen así como hilitos de memoria.
SAN PEDRO: ¡Abreviemos! Pasaron los veinte años. Remozao y platudo, golviste a
correr mundo; terciaste con príncipes y manates, gastaste plata 'como
naides, tuviste trato con hijas de reyes y de comerciantes juertes. ¿ Pero al
fin ? ...
MISERIA: Ahí ya no me acuerdo.
SAN PEDRO, (Insistiendo amenazador.) ¿Pero al fin?
MISERIA: Güeno. ..y haberé pagao.
SAN PEDRO.: ¿ y entonces qué haceh' acá ?¡ Andá al Infierno que tenés reservao por
contrato !
MISERIA: .¡No! ¡No! ¡Téngasé! ¡Téngasé! ¡Ahora me acuerdo que no pagué!
SAN PEDRO ¡Ah...! (Aparecen LILI y el DIABLO I, éste ataviado como aquél. Pero
LILI tiene un ojo negro)
LILI: (Desplegando el contrato.) ¡Ahora sí, Miseria. Se acabó lo que se daba!
(MISERIA se acerca, pero en vez de mirar el contrato le mira el ojo
machucado)
MISERIA: ¿Un acidente? ..
DIABLO I: ¡Je, je! (LILI se violenta.)
MISERIA: ¡No! ¡Lo han trompeao! ¡A usté! Pero veea. .. .¿Y quién? (LILI mira
indignado a su compañero) (Con saña, sabiendo que no resulta gracioso.)
No habrá sido su diabla.
DIABLO 1: ¡Je. ..!
MISERIA: ¿ Quién pues ?
DIABLO I. (En carcajada incontenible.)¡Jo, jo, jo. ..!
MISERIA: ¡Pero a que ha sido don Luzbel! ...
DIABLO I: (Desatado.) ¡Jua, jua, jua, jua. ..!
MISERIA: ..¡ Pero que hahia sido bravo! ...Claro, usté se le descuidó. ..
LILI: (Hablando apresuradamente para cortar tan violenta situación.) Y para
evitar nuevos procedimientos dilatorios el Rey de los Infiernos ha
ordenado que dos viniéramos a buscarte al fin del trato. En esta forma mi
colega tendrá el ojo alerta para mis imprudencias y yo vigilaré las suyas.
MISERIA: ¡Pero ni falta que hacia! Soy astuto pero honrao. Voy a pagar. Estoy
encantao de conocerlo, amigo. (Sacude la mano de DIABLO I, que no ha
cesado de reír.) Y usté, Lili: lo pasao pasó y olvidemos. Venga esa mano.
(Toma por fuerza la mano que LILl trata de ocultarle y ya con malicia
agrega;) Sientensén, que tomaremos unos mates. (DIABLO I, que ya ha

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El herrero y el diablo 13

entrado en confianza, va a sentarse, pero LILl lo detiene en el momento


culminante.)
LILI. No nos sentamos. (El susto ha parlizado la risa de DIABLO I.)
MISERIA: Como quieran. Espérenmé mientras yo me lavo y me visto pá' entrar en el
Infierno como es debido. Pueden pasar al patio y bajar unas nueces, que
seguramente serán las mejores que habrán comido en su vida 'e diablos.
(DIABlO I se mueve hacia las nueces, pero LILl lo detiene nuevamente)
LILI: ( A MISERIA.) No queremos saber nada. (Sale MISERIA. A DIABLO I.)
Hay que andar con ojo alerta. Este viejo está protegido y es ladino.
DIABLO I: ¡Está bien, está bien! No voy a bajar ninguna. Pero alguna habrá por el
suelo y no ha de haber mal en probarlas.
LILI: Bueno; pero tené cuidado. (El acompañante de LILl husmea por el suelo.
Encuentra una nuez. La abre y la come. )
DIABLO I: ¡Hum. ..Son las más ricas del mundo!
LILi (Tentado.) ¿Si? ..
DIABLO I: Quien las pruebe no podrá negarlo.
LILi Veamos si encontramos una yuntita. (Buscan los dos. LILI encuentra una
y se la come) ¡Hum. ..! ¡Tenias razón! (Estimulado por ver comer a LILI,
el D.IABLO I trata de subir al árbol)
LILi: ¿Adónde vas?
DIABLO I: (Siempre tratando de trepar.) Quiero seguir pegándole al manjar .
LILI: ¡Esperá! ¡Hay que desconfiar!
DIABLO I: (Ya encaramado.) Por el suelo no quedan más y se me ha calentado la boca
(Rompe y come con fruición) ¡ Hum ...¡ Qué buenas! ...¡ Chá, que son
buenas!
LILI. (Desde abajo, chasqueando la lengua.) Tirame unas cuantas.
DIABLO I: Allá va una. (Se la arrojaJ (LILI la come)
LILI: Tirame otras cuantas.
DIABLO I: Estoy muy ocupado. Si querés más subite al árbol. (LILI cavila un instante.
Pero luego -¡ah, la gula, pecado capital- se trepa. Ambos comen con
grandes exclamaciones con apetito verdaderamente infernal. En esto sale
MISERIA que seguramente ha estado espieando la maniobra y al ver a
los diablos subidos al árbol le entra una risa tremenda)
MISERIA: (Riendo) Aquí estoy a su mandao. Vamos cuando usteden gusten. (Los
diablos, a quienes ya la risa de MISERIA no les habia gustado nada,
intentan bajar, pero no pueden.)
LILI: ¡No nos podemos bajar!
MISERIA: ¿Cómo es eso?
LIL1: (Descubriendo la trampa) ¡Maldición! ¡Es otro ardid! (Se sacuden. Una
violenta tempestad con rayos y truenos azota el árbol, cuyas ramas se
doblan hasta el suelo por los esfuerzos que hacen los pobrecitos. Pero no
pueden moverse. Las carcajadas de MISERIA dominan por encima del
temporal)
MISERIA: Démen otros veinte años de vida y plata a discreción.
LILI: Antes pudrirnos aquí por toda la eternidad. ¡Ay, de quien desafíe la
paciencia de los Infiernos!
MISERIA: Tá bien. Quédensé. Me van a adornar el patio. Les enseñaré a decir
palabrotas ya dar la patita a las visitas.
LILI: (Cada vez más arrogante) No tendrás nada de nosotros.
Desencadenaremos sobre este patio una continua tempestad, de modo que
nadie pueda acercarse.
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El herrero y el diablo 14

MISERIA: No li hace. Me iré pa'l pueblo. No me van a molestar.


LILI: ¡Te maldigo por seis generaciones!
MISERIA: Tá güeno. .. (El DIABLO I llora estúpidamente. LILI lo hace callar
tratando de mostrar a MISERIA una soberbia indiferencia) Güeno, si no
mandan nada más me voy de viaje. Hasta la güelta. (Inicia la salida)
LILI: (Vencido por la decisión que muestra MISERIA)....¡Espera! ¡Tenemos que
arreglar esto!
MISERIA: Usté dirá. ..,.
LILI: (Casi amable, tratando de hacerle entender) Comprendé, Miseria, que
podemos darte todo lo que pidás, pero nunca otros veinte años.
MISERIA: ¿ y qué puedo pedirles, sinó la vida? De nada me iba a servir lo demás. ..
LILI: (Reaccionando violentamente.) ¡Pero es que no puede ser!
MISERIA: (Tranquilo.) Si yo no digo nada... Sólo que no hay negocio. Güenas
noches. (DIABLO 1 rompe a llorar. LILl comprende que tiene que
capitular)
LILI: ¡Bueno! ¡Maldito sea yo! ¡ Acepto!
MISERIA: Ahi tiene el royo. Haga lo que tenga que hacer. (LILl firma violentamente.
Luego arroja el rollo a MISERIA) Ahora pueden bajarse. (Los dos diablos
caen al suelo. MISERIA se arroja sobre LILl y sin darle tiempo a nada le
saco de entre las ropas el pañuelo brujo)
LILI: (Humillado, sucio y hasta algo rotoso, levantándose trabajosamente del
suelo.)¡Esto nos pasa por tratar con el populacho! ¡Gente bárbara, sin
honor ni creencias! ¡ Buenas noches! (De un manotazo se apodera de su
contrato y sale tan dignamente como puede, arrastrando tras sí a su
compañero, estropeado y haciendo pucheros.)
MISERIA: (Gritándole.)¡ Cuide el otro ojo!
SAN PEDRO: ¿Te creibas que t’eiba a durar siempre?. No por eso e'mpleaste mejor los
veinte años. Otra vez la gente copetuda y las damas de primera ya tirar
plata. Pero ni una obra 'e bien pa' lavar tus culpas!
MISERIA: Es que no había tiempo.
SAN PEDRO: ¿En veinte años no tuviste un momento pa' juntar las manos y acordarte 'e
nohotros?
MISERIA: ¿Que si me acordé? No hubo final de carrera en que no dijera pa' mis
adentros: "¡San Isidro, dale lonja!" Eso si: sin juntar las manos, pa' no
ostentar .
SAN PEDRO: ¡De la boca pa' juera y con interés!
MISERIA: ¿No le digo qu'era pa' mih'adentros?
SAN PEDRO: (Desorientado.) Güeno. ..(Reaccionando.) ¡No me confundás!
MISERIA: ¡Libremé Dios! Pero no quisiera que me la guardara porque me acordé de
San Isidro y no de usté.
SAN PEDRO: ¿Qué queris decir? ¿ Te creés que soy un gaucho pretencioso, como vos?
¡Me indina que sólo hayas rezao pa' ganar carrerasl
MISERIA: Y las riñas de mi bataraz.
SAN PEDRO: ¿No ves? ¿ y no veías que los años pasaban y que algo dentro tuyo te decía:
"Rezá, arrepentite, Miseria"?
MISERIA: Debe haberlo dicho muy bajito, porqne dejuro que no escuché nada.
SAN PEDRO: ¿Y al cumplirse el plazo?
MISERIA: Queriendo dar pago a mi deuda, me jui pa' la herrería donde había sufrido.
¡ Pero qué quiere. ..! Me había dentrao como un gustito 'e pelea y quería
ganarle a Satanás. Pero al llegar a mi rancho vide más gente riunida que
en una jugada 'e taba y esa gente, acomodada como un ejército, parecía
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El herrero y el diablo 15

estar a la orden de un mandón con corona. (Aparece SATANAS con el


regimiento de todos los diablos de los Infiernos. Es una especie de matón
de comité. Él y su gente visten como los anteriores, pero el jefe lleva
alrededor de la galera negra, una fina corona de oro. El número de los
diablos no interesa. El hecho es que ahí están todos)
SATANAS: (A su tropa formada.) ¡Firmes! ¡A retaguardia, frente! ¡A retaguardía,
frente! ¡Descansen! IFirmes! ¡Descanso! ¡ Firmes ! Media vuelta, izquiér...
¡ Carrera, marr. ..! ¡Cuerpo a tierra! ¡Atención! (Los diablos se
inmovílizan) ¿No les previne que anduvieran con esmero, porque ese
hombre era por demás ladino? ¡Inútiles! Da lo mismo que haya sido Lili u
otro. ¡Son todos unos inútiles que ni para angelitos sirven! ¡ A retaguardia
frente! ¡ Carrera, marr ...! ¡ Cuerpo a tierra !
MISERIA: (Aparte.) Si escapo de ésta, en fija que ya nunca la pierdo. (Alto..)¡Ave
María, purísimal (Los diablos, incluido SATANAS. se detienen como
paralizados ante tan insólito saludo) ¿ Quieren hablar conmigo ?
SATANAS: (Ya recobrado de la sorpresa..) Si, señor. Aquí hemos venido toditos a ver,
si te nos escapás esta vez.
MISERIA: Con usté no he tenído trato nenguno pa' que venga tomando velas en este
entierro.
SATANAS: ¿Cómo que no? Vos me vas a seguir, porque yo soy el mismo Rey de los
Infiernos.
MISERIA: ¿ y quién me da el certificao?
SATANAS: Me habían dicho que eras un gaucho atrevido, pero nunca creí que llegaras
a pedirme documentos. ¡Lilí! (LILI se adelanta. Tiene los dos ojos negros)
SATANAS: ExplIcale a este quién soy yo.
LILI: (Rápidamente. tratando de ocultar su rostro) El señor es el Rey de los
Infiernos.
MISERIA: Chas gracias, pero eso no prueba nada. ¿De ande el Ray de loh'lnfiernos
un gritón con pinta 'e cajetiya?
SATANAS: (Tanteándose el sobaco bajo la levita.) ¿Cajetilla? (Ha sacado un
cuchillíto fíloso y brillante y se abalanza sobre el viejo.) ¡Te voy a ojalar
el cuero!
MISERIA: (Escabulléndose entre los diablos..) ¿ Y con eso qué? ¡Un cuchillero 'e
boliche...! ¿De ande Satanás?
SATANAS: (Arrojando el. cuchillo, convencido por el argumento..)¡Ah, gaucho
sinvergüenza! No necesito estar armado para probarte quién soy. ¡Y en
cualquier forma puedo hacerlo!
MISERIA: ¡A que no!
SATANAS: ¡A que sí!
MISERIA. Vamoh’a ver. Si usté es lo que dice, ha de poder hacer de fijo,. ..por
ejemplo. ..¡Ahí está! Que todos los diablos dentren en su cuerpo y usté
golverse una hormiga.
SATANAS: (Con suficiencia.) ¿Que no? (Da un grito. Todo se oscurece. Truenos y
rayos. Cuando todo se tranquiliza, los diablos ya no están.) .
MISERIA: (Con simulado asombro.) ¡Pero veeea. ..! ¡Si es de no creer!. ..¿Ande está?
VOZ DE LA HORMIGA: Aquí. Por donde yo estaba parado.
MISERIA: (Busca por el suelo. Encuentra la hormiga y la levanta. La deposita en la
palma de la mano y se dirige a ella.) ¿ y cómo lo hace, don ?
VOZ DE LA HORMIGA: ¡Eso no te importa! ¿Ahora me creés o no?
MISERIA: (Sin responderle.) ¡Si parece cosa 'e brujería. ...
VOZ DE LA HORMIGA: ¡ Cosa de Satanás! ¿ Te convencés?
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El herrero y el diablo 16

MISERIA. Hum. ..No del todo.


VOZ DE LA HORMIGA: ¿Cómo?
MISERIA: ¡Claro! Yo veo que usté aura es una hormiga. ¿Pero cómo sé yo que los
demás también son esta hormiga ?
SATANAS.- Los vas a escuchar vos mismo. Les paso lista. ¡LILI!
VOZ DE LILI: ¡Presente!
SATANAS., ¡ Ontañón !
OTRA: ¡Presente!
SATANAS: López Oqueda.
OTRA: ¡presente!
SATANAS.: ¡Etchesortu!
OTRA: ¡Presente !
SATANAS: ¡BarraI!
OTRA: ¡Presente! .
SATANAS: (Sobrador.) ¿ y ahora qué decís?
MISERIA: ¿De modo que están todos?
SATANAS: Toditos.
MISERIA; ¿No falta nenguno?
SATANAS: Ninguno. ¿No lo has visto?
MISERIA: Es lo que quería saber. (Echa la hormiga en la tabaquera y tira
violentamente del tiento que obtura la boca) ¡Huija! ¡A forcejear aura, que
esta vez sí que no los Iargo! (Rumor confuso en la tabaquera. MISERIA
corre al yunque, toma el martillo y aporrea la bolsita, de la que salen
gritos de dolor y de protestas. Mientras golpea.) ¡Alcagüetes a sueldo!
¡Mandones de viejas! ¡Mandame embajadores aura, Satanás, que se
acabaron las deudas! (Exaltado, corre en todas direcciones enarbolando
su tabaquera y dando gritos...) ¡Vengan todos que tengo a loh'Infiernos en
mi tabaquera! ¡Bien dicen que a los malos los pierde el orguyo I. ..(Se
interrumpe bruscamente, impresionado por sus propias palabras.)
SAN PEDRO: (Sentencioso.) Eso mesmo digo yo. Te perdió el orguyo.
MISERIA: ¿ y por qué? ¿No era una buena acción encerrar a los diablos? Se acabaron
las peleas y las enfermedades y todo anduvo como reló de rico. Qué, si ni
había que baldiar los pozos porque toda agua era güena. La gente vivia
sana y güena y en paz, hasta que un día se quedaban quietitos porque les
había yegao el turno 'e morirse. y se iban derechito pa'l Cielo con una
sonrisa en los labios.
SAN PEDRO: Pero ansina como no hay caminos sin repechos, no hay suerte sin
desgracias. Y vino a suceder que abogados, procuradores, jueces de paz,
curanderos, médicos y todos los que son autoridá y viven de la desgracia
y vicios de la gente, comenzaron a ponerse charcones de hambre.
MISERIA: Mejor así. ..
SAN PEDRO: ¿Cómo mejor así? ¿Pero no ves que siendo el mundo como es no puede
pasarse del mal y que las leyes y lah'enfermedades y todos los que viven
d'ellas, que son muchos, precisan de que los diablos anden por la Tierra ?
¿O te creés que Nuestro Señor los puso para que un cualquiera los
encierre?
MISERIA: ¡Lo mesmito me dijo el Gobernador!
SAN PEDRO: jSigue la deschabada! ¡Entonces hablaste con Suecelencia ?
MISERIA; Sí. Como él también dentraba en la partida de los castigaos, se endilgaron
pa' mi rancho en comitiva pa'esigirme que les arreglara la situación.
(Irrumpe la comitiva, encabezada por el GOBERNADOR, caudillo
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El herrero y el diablo 17

prototipo con algo de toro en su físico y un mucho de burro en la sesera.


Indumentaria gaucha, gran poncho, galera de felpa con divisa roja.)
GOBERNADOR: ( Apersonándose a MISERIA.). Vos sos el herrero que yaman Miseria ?
MISERIA: El mesmo.
GOBERNADOR: jAjá, sos vos! jBonito andás poniendo el mundo con tus brujerías y
encantos!¡ viejo indino!
MISERIA: De seguro a Suecelencia le han ido con un chisme.
GOBERNADOR: ¿Es un chisme que vos tenés a los diablos de loh'IIifiernos encerraos en tu
tabaquera ?
MISERIA: El que se lo dijo es un chismoso. Pero es la pura verdá,
GOBERNADOR.- Ajá. ..¿ y no sabés las calamidades que están sucediendo por eso? .
MISERIA: ¿ Qué calamidades van a ocurrir si se acabaron los enfermos y los malos y
hasta los perros se han güelto virtuosos? .
GOBERNADOR: (Seña[ando a [a comitiva.) Por lo mesmo. Mirá cómo se me está poniendo
esta gente..
MISERIA: ¿ y estos quiénes son ?
GOBERNADOR: Este es el Juez de Paz, que tiene muchas quejas contra vos.
JUEZ DE PAZ: En el pueblo ya no hay peleas, ni plaitos, ni alegaciones. Tengo hambre.
Aquí está el dotor que puede dar fe de eyo.
ABOGADO: Doy fe. Y como sigamos así mi procurador y yo tendremos que armarnos
de caballos. aguantadores y salir a mendigar por las estancias...
GOBERNADOR: Y esta es Misia Gertrudis, la correvedile del pueblo. Diga nomás doña
Gertrudis ...
DOÑA GERTRUDIS: Los maridos no las castigan a las mujeres ni las madres a los
chicos. Tíos, primos y entenaos se entienden como Dios manda. ¡Ya no
hay de qué hablar! y" siento que la lengua va perdiendo soltura! ¡ A la
larga, voy a. quedarme muda!
MÉDICO: ¡ Claro! órgano sin uso se atrofia. Como mi propia inteligencia médica y
'mis manos de cirujano y -¿por ! qué no decirlo?- mi bolsillo de honbre
honesto y trabajador. Los enfermos ya no me visitan...
VIEJA BRUJA: Dígameló a mí, que antes tenía mi pasar: hoy un empachíto, mañana un
pasmo, pasado un hombro sacao. ..Y una tiene suh'artes! Pero aura! ...Pa'
remediar mis males, me hice curandera 'e ganados. ¡ Pero qué I. ..Si los
baguales ya no corcovean más que de alegría, y ni siquiera un mal de ojo,
ni una maldición me piden. Y, claro está, tampoco naides necesita que lo
desgualichen. Ya no salen la viuda ni el chancho. Ni se ven luces malas y
todo el Inundo esta contento. Tenés que largarlos, Miseria. No podemos
seguir así.
GOBERNADOR: -( A MISERIA.) ¿\' ...? ¿Qué decís?
MISERIA: y, ..Que lo siento mucho.
GOBERNADOR: Aurita vah'a dejar las cosas como estaban, sin meterte a redimir culpas ni
castigar diablos. ¡En este mesmo momento vah'al trote al medio el campo
y largás loh'lnfjernos de tu tabaquera!
MISERIA: ¿Ah, sí ? ¿ Y a cambio de qué?
GOBERNADOR: ¡A cambio de que yo te lo mando, gaucho zorro!
MISERIA: No gano nada, entonces. ..
GOBERNADOR: ¡ Ganás que no te meta en el cepo por el resto 'e tu vida!
MISERIA: (Incrédulo.) ¡Miiirel. ..
GÓBERNADÓR: ¿No me creés? ¡Proceda, Comandante! (Un comandante de campaña
ayudado por un sargento y dos soldados encepan a MISERIA. )

La Biblioteca Teatral Santa Fe RECUERDA que la representación de obras de teatro deben contar con la debida
autorización, según la normativa vigente. En Argentina ARGENTORES= J.A. Pacheco de Melo 1820 (1126)
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El herrero y el diablo 18

MISERIA. (Mientras sufre los manipuleos de la operación.) Encépemé, ñomás. Pero


a los diablos no los largo porque me llevan con ellos y allá la paso, pior.
¡Así, sí, salgo ganando! (Ya está encepado.) .
GOBERNADOR: ¿Entonces., no los largás?
MISERIA: ¡Ni pienso! Siempre pan y agua, será mejor que juego lento. (Desconcierto
en el grupo.)
ABOGADO: ¡Probemos la persuasión! Miseria, tenemos hambre. La ropa ha empezado
a quedarnos grande. Yo sé que no sos un hombre malo...
MÉDICO. (Terciando, desesperado.) Tenemos familias, hijos, esposas... ¿ Qué va a
ser de ellos ?
MISERIA: Y. ..Yo no sé. Yo sólo sé lo que va a ser de mí el dia que abra la bolsita.
DOÑA GERTRUDIS: ¡Soh'un egoísta! ¡Cuando me haiga quedao muda te vas a
arrepentir!
MISERIA: ¿Quién le dice? Con todo va a ser una suerte...
VIEJA BRUJA: jDesalmao! ¡Te vas a perder pa' siempre!
MISERIA: ¿ y ande ? ¡ Si el infierno está cerrao! ...
MÉDICO: ¡Con este hombre no se puede hablar!
ABOGADO: ¡Es inútil, amigos: todo está perdido!
GOBERNADOR: ¡Acá no se pierde nada hasta que yo no lo ordene I ¡ Soltalos o te jusilo !
(Expectativa. MISERIA ni se molesta en responder) ¡Proceda,
Comandante! (El COMANDANTE saca su sable y dos soldados apuntan a
MISERIA con sus fusiles. El sargento rubrica la autenticidad de la
ceremonia emitiendo con la boca el redoble del tambor)
COMANDANTE: Pelotón. ..Apunten. ..
MISERIA: ¡Metan bala, nomás! ¡ Que cuando yo esté muerto, ya naides podrá abrir
la tabaquera!
ABOGADO: ¡Tiene razón! ¡Que no la maten!
GOBERNADOR: ¡Suspendan la ejecución! .¿Entonces, si no la abrís vos, naides puede
hacerlo? ¡A mí no me vah'a madrugar. ¡Trái p'acá! (Le arrebata la
tabaquera y forcejea) ¡Yo que he quebrao a más de un toro, no voy a abrir
una tabaquera!. .. (Es inútil: la tabaquera no se abre. Uno de la comitiva
no contiene su impaciencia y se prende a su vez de la bolsita. Como
tampoco se logra nada, otro se prende por otro lado, y al rato todo el
mundo cincha tratando de abrirla. Pero el lado más débil de los que tiran
cede, y todos caen al suelo en horrible confusión. Gritos y pata.leo. Los
que han podido levantarse están en un estado lamentable y algunas
prendas se han confundido en el tumulto. Así, el MÉDICO luce la gorra
del COMANDANTE y éste la galera del GOBERNADOR, etc.)
MISERIA: Eh'inútil, Suecelencia, no se va a abrir hasta que yo no lo diga.
GOBERNADOR: Pero entonces. ..
ABOGADO: Sólo nos queda la miseria.
VIEJA BRUJA: Impetremos a San Roque, que es el santo 'e los pobres, para que él nos
proteja.
MÉDICO: ¿Qué otro remedio? Recemos. .. (Todos caen postrados y van
desapareciendo en la penumbra mientras rezan en forma bastante
despareja esta oración: "San Roque, santito con perro, que recorriste los
caminos de esta Tierra tragando polvo y chapaleando barro; danos el que
por tu gracia nos sea concedida la consolación eterna. Amén". Han desa
arecido con su rezo en la sombra. )

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El herrero y el diablo 19

SAN PEDRO ¿Y esa es toda la historia


MISERIA: .Casi toda. Lo demás ya lo sabe. Libre 'e mih'enemigos por todos laos, me
di a vivir como pude hasta lah'ultimas humeadas del pucho; porque a todo
cristiano le llega el momento 'e entregar la osamenta y yo bastante la habí!l
usao. y pensando hacerlo mejor me juí a echar sobre mis jergas a esperar
la muerte. y queriendo hacer penitencia, ni me levantaba siquiera pa' comer
ni tomar agua.
SAN PEDRO: ¡Qué penitencía! ¡De puro aburrido y desganao de la vida1...
MISERIA: ¿No ve que siempre está dudando de mí?
SAN PEDRO: ¿Vos estás creyendo que yo te la guardo, no? No es por eso, sinó porque
te conozco mentiroso.
MISERIA: ¿No le digo? ...Si parece justicia, que siempre tiene razón. ,
SAN PEDRO: ¡No me provoqués que vah'a salir perdiendo! ¡Acabá el cuento!
MISERIA: Güeno. ..Despacito nomás y sin dolores ni vejeces, como se usa aura en la
Tierra graciah'a mí, me juí consumiendo hasta que dejé el cuerpo pa' los
bichos. y sin dilación enderecé p'acá pa' entrar en el Cielo que me he ganao
por mis güenas obras.
SAN PEDRO: ¿No sos zonzo, eh ? Pero esta vez te hicieron un hijo macho. Acá no entrás.
MISERIA: ¡Eso eh'injusto!
SAN PEDRO: Ya te dije que no se dentra en el Cielo que se ha rechazao tres veces.
MISERIA: ¿Entuavía sigue con eso? ¿No he lavao mis ' culpas destruyendo el mal
sobre la Tierra ?
SAN PEDRO: Lo que hiciste jué meter la pata, porque naides te yamó a hacerlo.
MISERIA..: ¡Apelo!
SAN PEDRO: ¡Viejo leguleyo! ¡Este es Tribunal supremo!¡sin apelación! ¡Arreglate
cómo podásl (Va a entrarse en el Cielo.)
MISERIA. Espéresé!
SAN PEDRO: ¿Qué querés? A vos hay que tenerte cuidao porque siempre tenés un
engaño preparao.
MISERIA: ¡Líbremé San Pedro!. ..quiero decir. ..Güeno, cualquiera d'eyos. Estamos
entre amigos. ..
SAN PEDRO: Menos palabras que a vos ya te conozco. ¿Qué querés?
MISERIA: Yo decía. ..No sé. ..¿No habrá alguna forma? .
SAN PEDRO: Nenguna.
MISERIA: Por ejemplo, si yo me pasase unoh'añitos de pena en el Purgatorio. ..
SAN PEDRO: ¡Eh'inútil! Sólo pueden dentrar las al.mas destinadas al Cielo, y como vos
nunca podrás yegar a esa gloria, por haberla desnegao en la oportunidá,
alli no te pueden guardar. (Señalando hacia el Infierno.) Las penas eternas
te toca cumplirlas en el Infierno.
MISERIA: ¡Pero es que ahí no hay nadie!. ..¿No ve? (Gritando hacia adentro.) ¡Ave
Maríal (Sólo un eco repetido responde al grito.)
SAN PEDRO: ¡Aquí te quería agarrarl Esto es lo que has ganao con tus obras: no tenés
ubicación. Te has quedao sin dentrada a ningún lao, porque ni en el Cielo,
ni en el Purgatorio, ni en el Infierno te quieren como socio. Entoces, te
volveh'a tu cuerpo en la Tierra y seguís viviendo con tu tabaquera bien
cerrada. La miseria dende ahora es cosa del mundo y nunca se irá a otra
parte porque en ninguna quieren almitir su esistencia. Dios te acompañe.
(Va hasta la puerta del Cielo. Se vuelve.) ¡ Si entuavÍa tiene ganas ! (San
Pedro desaparece en el Paraiso cerrando la puerta tras sí,
ireparablemente)

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El herrero y el diablo 20

MISERIA. (Solo como nunca.) Miseria. ..Pobreza. .. Pero la verdá que no lo entiendo!
Uno ha hecho más bien que naides y le pagan así. Hay que elegir entre
largar a los diablos y que lo apaleen a uno, o arrastrarse eternamente como
pobre. De dos males hay que elegir el menos pior. A seguir viviendo,
entonces, como Dios manda: en la pobreza. La miseria es cosa d'este
mundo y nunca se irá a otra parte. (Hablando a la tabaquera.) Póngansé
cómodos, señores diablos, porque tienen pa' rato ahí dentro. Ya ven que
no puedo soltarlos.
VOZ DE SATANÁS: (En la tabaquera.) ¡Miseria, por favor, la ganastel Estamos
escarmentados. Si alguna vez golpeás a la puerta del Infierno vamos a salir
quemando, con la cola como bandera de comisaría, acordándonos de las
palizas en el yunque. ¡Te juramos no volver nunca por tu casal
MISERIA: No se canse. Dos gayos no caben en un gayinero.
VOZ DE SATANAS: No corrés ningún peligro. Si el Clelo ha sentenciado que volvás a la
Tierra, tenemos que respetarlo y dejarte tranquilo. Larganos y te firmo
contrato para siempre. Total, a vos de nada te servimos. ¡ Compadecete de
estos pobres diablos!
MISERIA: Claro. ..Yo los largo pa' que güelvan a recorrer la Tierra sembrando el mal
y pa' engordar al Gobernador ya los suyos. ..Si por lo menos aura me
sirvieran pa negociarlos. ..( Se interrumpe. Una súbita alegría estalla en
sus palabras ante la idea que se le acaba de ocurrir.) Un momento... ¡y
claro que puedo negociarlos! ¡Aguántensén un poco que en seguida van a
estar libres. ¡Suecelencia! ¡Suecelencia! (Echa a correr . El grupo del
GOBERNADOR y su corte reaparece postrado y rezando, tal como había
desaparecido, pero con visibles muestras de estar todos famélicos)
GOBERNADOR: (Débilmente.) ¿Quién yama?
MISERIA. Miseria.
GOBERNADOR: ¿ y aura qué querés?¿ Venis a rairte de !nohotros?
MISERIA: Vengo a proponerle un arreglo. (Instantáneamente el grupo está de pie
rodeando a MISERIA y atendiéndolo con solicitud)
ABOGADO: ¡Alabado sea! ¡Hable, hombre! Siempre nos encontrará dispuestos a un
arreglo honorable. Lo escuchamos.
MISERIA: Hay una cosa que yo puedo cambiar por la suelta 'e los diablos y sólo me
la puede dar usté, Suecelencia.
GOBERNADOR: (Perdonavidas, buenazo.) ¡Deci, hombre, deci! Que p'ayudarnos estamos
loh'hombres. ..
MISERIA: Y es el puesto 'e Gobernador. (Hay una pausa de estupor general que corta
brutalmente el GOBERNADOR)
GOBERNADOR: ¡ Ah, maula! ¡ Sabía que ibas a venir con chicanas! ¡ Venir a desafiarme
en mi mesma casa! ...¿ y adónde está tu ejército pa' que vengás buscando
guerra? ¿No sabés que a una orden mia levanto cuatro mil gauchos que
van a defenderme?
MISERIA: Güeno. ..Si eh'asi. ..Quédesé con el puesto y yo con los demonios.
ABOGADO: ¡Un momento! ¡No podemos dejarlo ir!
COMANDANTE DE CAMPO: Piénselo, Suecelencia. ..
GOBERNADOR: ¡No tengo nada que pensar! ¡Está decidido! ¡Y que salga 'e mi vista porque
de no lo hago degoyar!
MÉDICO: ¡Recuerde, por favor, Su Excelencia, que mientras hay vida hay
esperanzas!
GOBERNADOR: ¡Y yo pierdo las esperanzas pero lo degüeyo!
JUEZ DE PAZ: ¡No se altere, Suecelencia, y seamos cevilizados !
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El herrero y el diablo 21

DOÑA GERTRUDIS: Hay que pesar híen las cosas


GOBERNADOR; -¡Yo no estoy aquí pa' pesar nada sino pa' mandar! ¡y le mando a ese que
salga 'e mi provincia, porque donde lo encuentre lo desueyo!
MISERIA: Tá bien. ..Me voy.
ABOGADO. ¡Un momento! (Aparte, al GOBERNADOR.) Su Excelencia, no tenemos
nada que perder. Acepte, y en cuanto abra la tabaquera, los diablos lo
arrebatarán y usted volverá a regir nuestros destinos.
GOBERNADOR: (Tras una pausa en la que ha tratado de hacer claridad en su mente, ya de
por si bastante oscura.) ¿ Usté crée? Siendo así y si usté lo garantiza, yo
le cedería a ... ese maleta. ..¡Pero que no se diga nunca que yo me he
achicao ante una esigencia! ,
ABOGADO: No tema, Su Excelencia, no se dirá. (En voz alta y en tono solemne.) Tras
consultar con sus consejeros, Su Excelencia ha decidido sacrificarse por el
bien de la Patria y ruega a Don Miseria acepte de su mano la investidura
de Gobernador. (El GOBERNADOR entrega su galera al ABOGADO,
quien la coloca en la cabeza de MISERIA.)
GOBERNADOR: (En cabeza, heroico.) ¡Viva la Patria!
TODOS: ¡Viva!
MISERIA: ¡Así me gusta! Aura sí que los largo; pero antes les voy a dar la últIma
sobada pa' que'estos se acuerden de mí! (Pone la tabaquera en el suelo y
la pisotea.) ¿Si yo los largo van a andar embromando por aquí?
VOCES EN LA TABAQUERA: ¡No! ¡No! ¡Basta! ¡Juramos no volver a molestarte!
GOBERNADOR: (Que junto al ABOGADO ha observado ansiosamente los movimientos de
MISERIA.) ¿Cómo? ...¿Se asustan por unos golpecitos? ...,
VOCES EN LA TABAQUERA: Es que hay orden del Cielo de que Miseria quede en la
Tierra y no podemos llevarlo. ..
GOBERNADOR: (Arrebatando la galera a MISERIA y devolviéndola a su propia cabeza.)
¡Ahijuna! ¡Me iban a engañar entre un gaucho rotoso y un dotor!.
..¡Dotorcitos a mí! ¡Vayan saliendo los hombres sabios, que les hago sentir
el fierro !
ABOGADO: Considere, Su Excelencia. ..
GOBERNADOR: (Quitándolo de en medio de un manotazo)¡ Apartate, traidor!
MÉDICO: (En un lamento.) ¡ Ya no hay esperanzas !. ..
COMANDANTE: (Dominando el tumulto con su vozarrón militar.) ¡Las hay! ¡Acá mi tropa!
Los soldados y el sargento se reúnen con él y previos los saludos de
reglamento deliberan en un rincón. Al cabo de un momento el
COMANDANTE se dirige al GOBERNADOR.
COMANDANTE: Suecelencia, las tropas bajo mis órdenes acaban de vivar una proclama que
yo he lanzao, por la cual declaramos que estamos sublevaos contra el
Gobierno y caduca su autoridá, esigiéndole la renuncia inmediata y la
entrega del poder a Don Miseria, a quien aclamamos Gobernador. (. Los
soldados apuntan al GOBERNADOR) (El COMANDANTE lo desarma.)
Y aura esperamos que entregue las insinias del mando.
GOBERNADOR: (Patético.) ¡Me han traicionao! ¡Pero sólo muerto he de entregar el
mando! (Se encasqueta la galera hasta los ojos.)
COMANDANTE: (Con el mismo tono de proclama.) Considerando la resistencia de las
autoridades a almitir los derechos del Pueblo, que con justa cólera viene a
esigir por intermedio de nuestra tropa, para acabar así con una época e
infortunio y alevoso tratamiento de los derechos republianos, ordenamos
el jusilamiento del actual Gobernador, para que deje libre el campo. Quiera
Dios que la Patrie comprenda eI sacrificio que por ella hago, al ordenar
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El herrero y el diablo 22

con puño sereno el fusilamiento de unos de sus hijos diletos, que debe
cumplirse para evitar a esta tierra males mayores. Firmado: Tiburcio
Ontameda. Comandante del Ejército Libertador. Pelotón, ¡apunten. ..!
GOBERNADOR: ¡No tiren, por su madre! ¡Me entrego!(Arroja la galera.) ¡ y que sepa la
posteridá que sólo me he rendido para no enlutar. a la Nación !
COMANDANTE: (Siempre en su tono.) Y en este acto, el pueblo deposita su confianza en el
nuevo Gobernador, Don Miseria. (Vuelve a colocar la galera a MISERIA.)
¡Viva el Gobernador!
TODOS: ¡Viva! .
COMANDANTE: ¡Viva Miseria, Protetor de la Libertá 'e los pueblos!
TODOS: ¡Viva!
MISERIA (Exaltadisimo.) ¡Aura si! ¡Apártensén que ahí va! (Gran ansiedad en
todos. MISERIA abre con extrema precaución la tabaquera. Oscuridad,
truenos y relámpagos. Y, disipada la tormenta, aparecen los diablos en
montón, apretujados y temblorosos, mirando desorientados a su alrededor
Asustándolos.) ¡Juira! Y los diablos escapan aullando y levantando otra
tempestad. Revolotean en el viento infernal faldones y polleras y algunos
sombreros siguen a los diablos. Pero todo el mundo está contento y gritan
disparates a los demonios en fuga.
MÉDICO: (Borracho, por ahora sólo de alegría.) ¡Acá hay Gobernador para rato!
ABOGADO: (Más borracho que él) ¿Con la Miseria en el Poder? ¡Gobernador para
siempre! ¡Viva la Libertad!
TODOS: ¡Viva I ¡Viva la libertad!
Borrachera general - FIN DE LA FIESTA

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