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Investigaciones de Historia Económica - Economic History Research 9 (2013) 2–6

Investigaciones de Historia Económica - Económicas

Investigación de Historia

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Métodos en historia económica

La pobreza de Boldizzoni: resucitar la escuela histórica alemana

Deirdre N. McCloskeya,B
a Profesor de Economía e Historia, Universidad de Illinois en Chicago, Chicago, Estados Unidos
B Profesor invitado de Historia Económica, Facultad de Negocios, Economía y Derecho, Universidad de Gotemburgo, Gotemburgo, Suecia

información del artículo abstracto

Historia del artículo: El ataque de Boldizzoni a la cliometría no es convincente, en parte porque no comprende la economía y sus usos, en
Recibido el 30 de noviembre de 2012 Aceptado parte porque admira acríticamente a la Escuela Histórica Alemana y a sus descendientes modernos, los Annalistes
el 17 de diciembre de 2012 Disponible en
franceses. Hay mucho que aprender de las escuelas anteriores, pero no descartando los conocimientos que ofrece
Internet el 11 de enero de 2013
la economía sobre cómo una economía se mantiene unida.
© 2012 Asociación Española de Historia Económica. Publicado por Elsevier España, SL Todos los derechos
Clasificación JEL:
reservado.
001

Palabras clave:

Cliometría
Escuela de los annales

Escuela Histórica Alemana

La Pobreza de Boldizzoni: la resurrección de la Escuela Histórica Alemana

resumen

Códigos JEL: El ataquedeBoldizzoni a la cliometríanoes convincente, enparteporqueélmismonodomina laeconomía y sus usos, y

001 en parte porque admira demanera acrítica a la Escuela Histórica Alemana ya sus seguidores modernos de la Escuela
francesa de Annales. De esas dos escuelas se puede aprender mucho, siempre que no se desprecie el conocimiento
Palabras clave:
que la ciencia económica ofrece sobre el funcionamiento de la propia
Cliometría
Escuela de los Annales Escuela economía como un todo integrado.
Histórica Alemana © 2012 Asociación Española de Historia Económica. Publicado por Elsevier España, SL Todos los
derechos reservados.

Francesco Boldizzoni ha escrito un libro audaz, en verdad audaz. Está
elegantemente escrito (aparte de demasiadas anticipaciones: "como veremos"),
asombrosamente así para un italiano nativo, y se compara con maestros italianos
del estilo inglés en nuestro campo como Stefano Fenoaltea o Gianni Toniolo o
Giovanni Federico. El capítulo 1, "La verdad en la cruz: ciencia e ideología", ofrece
una historia esquemática de la cliometría, atacando en particular a Robert Fogel y
Stanley Engerman.Tiempo en la Cruz. Capítulo 2, "¿Economía con rostro humano?"
ataca a Douglass North por buenas razones, aunque por razones menos buenas,
elevando por contraste a Karl Polanyi y Moses Finley el clasicista (un
estadounidense, pero durante mucho tiempo en Cambridge, el decano de la
historia económica antigua). Capítulo 3, “El fantástico mundo de
Clio ”, ataca extensamente la escritura de Avner Greif en Génova, y
otras personas inclinadas a la cliometría, como Avner Offer (dos Avner demolidos
en un capítulo: un registro) y mi maestro Peter Temin. El capítulo 4, "El mundo
que hemos perdido: historia microeconómica", hace una pausa en los ataques a
los cliometristas para elogiar extensamente al historiador económico polaco
Witold Kula (1916-1988), y luego a una serie de otros antieconomistas de
Alexander Chayanov (1888-1937). ) a Marshall Sahlins (n. 1930). El capítulo 5, "El
mundo que hemos perdido: perspectivas macroeconómicas", elogia laAnnalistes y
Paul Bairoch. El capítulo 6, “Construir en el pasado: el poder creativo de la
historia”, ofrece la salvación en Weber, CliffordGeertz y JackGoody, y la
condenación en Joel Mokyr, Gregory Clark y Deirdre McCloskey. Habrá detectado
un patrón aquí: atacar, atacar, atacar la economía histórica en todas sus formas, y
elogiar, elogiar, elogiar la historia cultural en todas sus formas, incluso económica.
varios

Los héroes de Boldizzoni son List, Chayanov, Sombart, Tawney, Malinowski,

Polanyi, Myrdal, Braudel, Kula, Finley, Cipolla, Sahlins, Dalton, Goody, Cattini. No
Revisar de Francesco Boldizzoni, los Pobreza de Clio: Resucitando Económico
se trata de cifras despreciables, y algunas de ellas serían héroes para cualquier
Historia. Princeton: Princeton University Press, 2011.
Dirección de correo electrónico: deirdre2@uic.edu persona de gusto. El gran

1698-6989 / $ - ver portada © 2012 Asociación Española de Historia Económica. Publicado por Elsevier España, SL Todos los derechos reservados.
http://dx.doi.org/10.1016/j.ihe.2012.12.002
 DN McCloskey / Investigaciones de Historia Económica - Economic History Research 9 (2013) 2–6
El antropólogo Clifford Geertz fue una vez un colega cercano mío, y el gran
antropólogo Marshall Sahlins es un amigo admirado, con quien jugaba al póquer
en los viejos tiempos, y con cuyas opiniones estoy cada vez más de acuerdo.
Como dijo Sahlins en el nuevo prefacio de su clásico de 1972,Economía de la Edad
de Piedra, "actividad económica. . . [es] la expresión, en un registro material, de
los valores y relaciones de una forma particular de vida ”(Sahlins,“ Prefacio ”, 2003,
p. ix). Si.
Y Santhi Hejeebu y yo, aunque no admiramos la historia económica amateur y
luego tendenciosa de Karl Polanyi, estuvimos de acuerdo enfáticamente con su
punto de que incluso los mercados anónimos están, como lo expresan los
sociólogos modernos, "incrustados", lo que equivale simplemente a decir que los
compradores y los vendedores son personas, también, y se preocupan por serlo.
Adam Smith dedicó su vida a hacer el mismo punto, que todas las virtudes y vicios
figuran incluso en una sociedad comercial, aunque muchos de sus seguidores
lograron olvidarlo, centrándose en Prudence Only. Aquí Boldizzoni tiene toda la
razón. Estos son humanos los que estamos construyendo, no partículas atómicas.
Polanyi argumentó que en todas las culturas y durante la mayor parte de la
historia humana, el intercambio materialsentido mucho más allá de la satisfacción
de deseos individuales. Eso es correcto. Piense en su gusto por los muebles para
supied a terre en el Lower West Side de Nueva York. Polanyi argumentó que el
comercio reafirmaba y fortalecía los valores sociales de la comunidad en general.
Si. Piense en su parrilla de gas para las comidas al aire libre del vecindario en
Winnetka, Illinois o en su televisor de plasma para la fiesta Superbowl en
Riverside, California. Polanyi dijo que el comercio ocurre con un significado y de
una manera. Tal proposición no será entendida por la mayoría de los economistas
(quienes de hecho nunca han leídoLa riqueza de las naciones, y para quien es una
nueva noticia que Smith también escribió un libro llamado La teoría de los
sentimientos morales). Para estar seguro.
En otras palabras, Karl Polanyi y su entusiasta seguidor Francesco Boldizzoni
tienen algo en este asunto; lo digo como un economista que durante décadas fue
hostil a tales puntos de vista y que no había leído a Polanyi con mucho cuidado, ni
siquiera a Adam Smith más allá. algunos fragmentos. Creo que todavía estoy
justificado en mi elevado desdén por laantimercado carga del trabajo de Polanyi, y
especialmente el tema antimercado en el trabajo por lo demás distinguido de sus
seguidores como el clasicista Moses Finley o el politólogo James C. Scott o el
economista Douglass North, o en un nivel académico inferior los numerosos
influidos por Polanyi. gente que no ha ido mas alla
La gran transformación. Ninguno de ellos, declaro, acierta los hechos. Todos
piensan que los mercados "surgieron" recientemente, aunque, por el contrario,
los mercados ya habían surgido en la antigüedad, en los siglos XX y XIX a. C.,
como dijo Jean Baechler, o en el siglo 700 a. C. fuera de las cuevas de la gente en
el sudeste de África habla un idioma completo. Sin embargo, el algo extra de
Polanyi, que los mercados están arraigados, humilla incluso al orgulloso
economista. Es, por ejemplo, el punto principal de mi trilogía de libros largos,La
era burguesa, pesado hasta un tercer y último volumen. Titular: Antipolanyista
desde hace mucho tiempo admite que Polanyi tenía una idea básica correcta.
Como el hombre del viejo chiste gritaba en cada piso después de saltar de un
edificio de 100 pisos: Hasta ahora, para Boldizzoni, todo bien.
Y aquí hay un piso más que pasó zumbando con éxito, otro asunto sobre el
que Boldizzoni tiene razón, aunque lo tiene menos claro que sobre su disgusto
por la medición. Es que, dado que tenemos que considerar qué actividad
económicamedio para los humanos, necesitamos algo más que una economía
basada únicamente en la prudencia, lo que significa ir más allá de contar algo sin
saber qué es ese algo. Para decirlo como Boldizzoni no lo hace, y debería,
debemos considerar las humanidades, lo que los hablantes británicos llaman las
"artes" y lo que se denominan en italiano.gli studi umanistici o en alemán die
Geisteswissenschaften (suena muy espeluznante en inglés moderno: "las ciencias
del espíritu") o más esclarecedor en francés para las partes sociales les sciences
humaines y para las partes literarias letras.
Lo que aprendemos científicamente de la literatura son principalmente
categorías y actitudes éticas. Las categorías son importantes incluso en la ciencia
no humana y anteriores. (Los científicos físicos y biológicos piensan que las
actitudes éticas no son importantes.
3
equivocado.) Las categorías completan el vínculo entre los estudios científicos y
literarios. Tienes que saber qué estrellas gigantes rojasestán antes de
comprometerse a contarlos, aunque la mezcla de calidad y cantidad se muestra
en la misma palabra "gigante". Necesitamos, como dice el economista
experimental Bart Wilson, una "humanomía". Ese es el punto por el que Boldizzoni
está luchando, sin lograrlo. Tienes que saber qué ciudadanos suizosestán antes
de que te comprometas a contarlos. Tienes que conocer las fronteras de Zúrich -
"¿Qué es?" - antes de emprender a medir su altitud o ingresos o composición
religiosa. Nótese la indagación humanista y cualitativa involucrada en decidir, por
ejemplo (bastante trivialmente) la sub-pregunta si usar metros o pies para medir
la altitud, o (mucho más significativo) la indagación humanista, cualitativa, incluso
ética involucrada en la decisión de la sub- cuestión de qué incluir en "los ingresos
de la ciudad de Zurich" o en "protestante" o "agnóstico". Y, por lo tanto, con
respecto al ataque de Boldizzoni a unexclusivo centrarse en la cuanti fi cación, se
puede decir de nuevo: Hasta ahora, todo va bien.
El tema principal de Boldizzoni es ver la invasión de América con alarma. Está
sobre todo en contra de los historiadores económicos estadounidenses. "La
amenaza cliométrica", escribe, "se cierne sobre Europa", citando a George
Grantham, un estadounidense que vive en Canadá y que celebró en 1997 "La
Revolución Cliométrica Francesa". Un espectro acecha a Europa. En cierto sentido,
debo decir, su ataque a los Yankees es sabio, y continúa el hasta ahora tan bueno
de su salto salvaje desde el edificio histórico. Siempre estoy animando a mis
colegas europeos en historia económica o economía o estudios de gestión a
preservar algunas de sus propias tradiciones, y no perder todo el tiempo después
de la aprobación del mundo de habla inglesa. Las ciencias de habla inglesa son
tan dominantes en el sentido amplio que los administradores de la ciencia en un
país pequeño pueden adoptar algún plan especial: “¡Publicar sólo en revistas en
inglés! ”O“ ¡Haz las cosas como lo hacen los yanquis! ”, Eso sería limitado incluso
como programa de ciencia en el estado de Nueva Jersey o Carolina del Norte. Para
decirlo de otra manera, ya tenemos Nueva Jersey y Carolina del Norte, que tienen
aproximadamente la misma población que, digamos, Suecia (en cuyo país se
escucha mucho en estos días “Publicar solo en revistas en inglés”). No
necesitamos otra Nueva Jersey o Carolina del Norte.
A los italianos les va mejor en el estudio de la literatura italiana o de muchas
materias de la historia económica italiana, no de la geología o la biología evolutiva
o la teoría económica, que pueden, si lo desean, dejar sin peligro a los yanquis, oa
los italianos de orientación yanqui. Una razón economista para dejar las ciencias
no humanas en manos de los yanquis es que los beneficios intelectuales o
prácticos de tales ciencias se extienden a otros países, mientras que los
descubrimientos de las humanidades no suelen serlo, al ser específicos de cada
país. La química es la misma universalmente; la poesía no lo es. Para obtener
estudios serios de la historia de la lengua italiana o de la industrialización italiana,
necesitamos italianos para las bibliotecas y las computadoras. Los habitantes de
Carolina del Norte no harán el trabajo.
Hasta aquí todo bien. Pero entonces el libro de Boldizzoni, cayendo por el
edificio de 100 pisos, golpea el pavimento. Paga el precio de su salto. No es lindo.
Boldizzoni ha leído mucho en partes de la historia europea, como si fuera un
estudiante muy capaz en un buen curso de posgrado de, digamos, Joel Mokyr.
Pero lee demasiado apresuradamente como eso: un estudiante graduado que
estudia para un examen completo en lugar de unmagister tratando con la debida
seriedad de llegar a la frontera. El crítico literario Wayne Booth solía decir que la
tarea de un estudiante es
debajoestar de pie, es decir, subordinarse al sujeto, pasarlo por los lóbulos
frontales. Esto contrasobreposición que deben hacer los estudiantes de posgrado.
Pero a menudo es dudoso que Boldizzoni haya alcanzado inclusodebajoCliometría
de pie. Estoy en una buena posición, por ejemplo, para hacerle un rápido examen
de licenciatura sobre mis propios libros recientes, que afirma, según su larguísima
bibliografía, haber leído,Las virtudes burguesas (2006) y
Dignidad burguesa (2010). Tendría que fallarle, tristemente. No me gusta hacerlo.
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Para sobreStand es obtener una comprensión crítica de la literatura en
preparación para la siguiente etapa, como un joven conferencista, que es la
creación. Seguramente es lo que los estudiantes de posgrado deben hacer, y
muchas veces no pueden. Es cierto que Boldizzoni desprecia mucho las becas que
no del tododebajoestar de pie, pero eso no es lo correcto sobre estar de pie es.
Como muchos hombres jóvenes, las mujeres jóvenes son mejores, él está tan
ansioso por hablar que no puede escuchar bien. Nunca se detiene y se dice a sí
mismo: “Bueno, Robert Allen no es tonto. Quizás tenga algo aquí. Déjame
escuchar atentamente lo que dice ". El mundo académico imaginado de Boldizzoni
está poblado principalmente por tontos, por lo que solo puede escuchar
respetuosamente a su pequeña banda de maestros y héroes, desde List hasta
Peter Burke. El presidente estadounidense Harry Truman solía decir que "Un
experto es alguien que no quiere aprender nada nuevo, porque entonces no sería
un experto". Un erudito que practica la humildad aprenderá más que el que se
entrega al orgullo. Deseo que, para su propio desarrollo intelectual, Boldizzoni
intente comprender y luego, correctamente, con los oídos abiertos, dominar.
Puede obtener del libro de Boldizzoni una revisión rápida y sesgada de mucha
literatura sobre historia económica. Eso no es algo completamente inútil. No
estaría mal poner el libro en manos de algunos de nuestros colegas más
provinciales, para animarlos a leer más allá del último uso erróneo de signi fi
cación estadística en, digamos, los registros de salud de la Guerra Civil de Estados
Unidos. Boldizzoni quiere que los historiadores económicos vayan más allá de sus
estrechas preocupaciones, lo cual es una buena idea, sin duda. Sin embargo, su
llamado a la ampliación habría sido más persuasivo si se hubiera molestado en
tener una única referencia sostenida a la historia económica de América Latina,
África o Asia, o para el caso de los Estados Unidos, excepto su ataque
sorprendentemente mal informado contra Fogel y Engerman. . El suyo es un libro
muy eurocéntrico.
Y me temo que su libro le dará numerosos enemigos, de por vida, aunque muchos de nosotros los viejos lo
perdonaremos, o deberíamos, habiendo pecado en nuestra propia juventud también con orgullo y arrogancia,
dándonos cuenta ahora en nuestros dotages de que el perdón como la humildad es un pecado. virtud incluso en la
ciencia histórica. Si Boldizzoni en su libro hubiera tratado con sobriedad y seriedad tal o cual historia económica y la
hubiera encontrado, después de una cuidadosa consideración, equivocada en tal o cual punto, las personas a las que
critica al menos habrían sentido que su trabajo había sido tomado en serio, lo cual es todo lo que un científico puede
pedir a otro. Considere y decida. Es lo que nos vemos, si nuestra ciencia no se convierte en un diálogo de sordos.
Dejando a un lado la ética y los sentimientos heridos, una consideración tan seria es necesaria para un progreso
científico serio. Habiendo escrito yo mismo un libro extenso (McCloskey 2010) diciendo que la mayoría de mis colegas
en economía e historia económica están equivocados al pensar que sus explicaciones de la Revolución Industrial
tienen el empuje cuantitativo para explicarla, reconozco el problema retórico. Pero tuve cierto cuidado en el libro para
tomar en serio el trabajo de mis colegas, por si acaso yo, aunque era un experto, podía aprender algo nuevo. Uno
debería, con toda humildad, tratar de encontrar a sus queridos colegas en sus propios terrenos y discutir
tranquilamente cuáles podrían ser las categorías y las magnitudes. Pero tuve cierto cuidado en el libro para tomar en
serio el trabajo de mis colegas, por si acaso yo, aunque era un experto, podía aprender algo nuevo. Uno debería, con
toda humildad, tratar de encontrar a sus queridos colegas en sus propios terrenos y discutir tranquilamente cuáles
podrían ser las categorías y las magnitudes. Pero tuve cierto cuidado en el libro para tomar en serio el trabajo de mis
colegas, por si acaso yo, aunque era un experto, podía aprender algo nuevo. Uno debería, con toda humildad, tratar
de encontrar a sus queridos colegas en sus propios terrenos y discutir tranquilamente cuáles podrían ser las
categorías y las magnitudes.
No Boldizzoni, que no pesa ni considera, sino que simplemente se burla. La
burla es en ocasiones una retórica científica válida. Un oponente científico queno
Preste atención a cuál es el argumento, quién muestra desprecio por los hechos o
la lógica, a veces puede ser descartado correctamente con una mueca de
desprecio. El problema es que Boldizzoni se burla de todos excepto de su breve
lista de héroes y maestros antieconómicos. Él declara en su Prefacio: “No deseo
que mi crítica suene hostil a los colegas”. Es poco probable que su deseo se
cumpla. No se convertirá en un colega de estudiosos de primer nivel como Jan
Luiten van Zanden clasificando sus descubrimientos científicos bajo una “boga de
cuantificación anacrónica”. . . [y] especulación ”(p. 84); Tampoco agradará a los
miembros de la tierra con cariño al difunto StephenR. Epstein clasificándolo con
"algunos que han llegado tan lejos" y llamando a su trabajo "una forma de hágalo
usted mismo" (p. 84). Tales burlas, que son muy frecuentes cuando está
descartando la historia económica cuantitativa, funcionarían, repito, si se
cobraron con un argumento real. Pero
casi nunca ofrece Boldizzoni razones por burlarse del centenar de eruditos que él
considera dignos de burla, como Sheilagh Ogilvie (págs. 111, 112) o Jan de Vries
(pág. 112). Es burla y burla de nuevo, y luego pasa a la siguiente burla. En esto
sigue a David Landes, ese brillante erudito que juega al squash, quien cuando no
tiene ningún argumento simplemente mira con burlona alarma, generalmente en
una nota al pie (quizás, entonces, le sirve a Landes justo cuando es tratado en las
páginas 2, 57 a. el Boldizzoni Sneer).
Boldizzoni estudió economía moderna, como dice repetidamente, pero no le
gustó mucho. Tampoco lo entendió mucho, aunque cree firmemente que sí. (Otro
pequeño examen: ¿podría resolver alguno de los problemas elegidos al azar del
antiguo
La teoría aplicada del precio [2ª ed., 1985]? Lo dudo, pero espero con la mente
abierta el resultado del examen.) Por ejemplo, su único intento de análisis de
oferta y demanda en la p. 94 es vergonzosamente incompetente y confunde
curvas de oferta que se inclinan hacia atrás con curvas cambiantes, aunque se
ofrece con confianza como una crítica devastadora de la economía convencional.
Está al nivel de un estudiante de segundo año no tan talentoso. ¿Es ese el nivel de
crítica de la cliometría que necesitamos? ¿Y es plausible que aplicar la economía
moderna al pasado económico sea tan groseramente despreciable?
Boldizzoni, por tanto, nos insta a la Escuela Histórica Alemana y a la Annalistes.
Bueno, ¿qué hay de malo en eso? No todo. Schmoller y Braudel nos dieron
muchos datos interesantes sobre el pasado económico. Es cierto que a menudo
uno no sabe exactamente cuál es el punto de muchos de los libros de cualquiera
de las escuelas. El retrato de Braudel del Mediterráneo, por ejemplo, tiene la culpa
de ser lo que RG Collingwood llamó en
La idea de la historia Historia de “tijeras y pega”, en el sentido de que no hace una
pregunta y, por lo tanto, no da respuesta a nada. El mar, el mar. Bien,alors? “Los
historiadores de tijeras y pasta estudian períodos”, escribió Collingwood, o en el
caso de Braudel, junto al mar. “Recopilan todo el testimonio existente sobre cierto
grupo limitado de eventos, y esperan en vano que algo salga de ellos. Los
historiadores científicos estudian los problemas: hacen preguntas, y si son buenos
historiadores hacen preguntas que ven la manera de responder ”(Collingwood,
1946, pág. 281). Como decimos en el Departamento de Historia, al juzgar
desfavorablemente a un candidato, la mayoría de los libros de las dos tradiciones
admirados por Boldizzoni (yo excepto Sombart, por ejemplo) no tienen un tema
argumentado; los historiadores decimos que tal candidato se está involucrando
en (palabra condenatoria) "anticuarianismo". Historia anticuaria, que es en gran
parte lo que incluso algunos de los productos más famosos de la Escuela Histórica
Alemana y elAnnales
las escuelas son, no van a ninguna parte, no hacen preguntas, muy a diferencia
de la historia científica y tematizada practicada por, digamos, Peter Burke y
Moisés Finley (selecciono entre los héroes de Boldizzoni para afirmar que incluso
la historia cultural puede ser científica en el sentido de Collingwood).
La incompetencia de Boldizzoni en economía es, por supuesto, bastante
habitual entre los defensores de un enfoque anti-cliométrico. Ni Schmoller ni
Braudel ni sus estudiantes comprendieron la economía neoclásica, con lo que no
me refiero a lo que la gente suele decir en estos días, que se llama mejor
economía samuelsoniana y de la que Boldizzoni y yo sospechamos, pero
"neoclásica" en su sentido histórico propio, la escuela de la década de 1870:
Jevons, Menger, Walras y el joven Marshall. Y así, los escritores de la Escuela
Histórica Alemana y laAnnales La escuela comete errores elementales en el
razonamiento económico, que Boldizzoni vende al por menor. Eso no sería un
gran defecto en su erudición si estuvieran escribiendo la historia de la iglesia o
incluso la historia diplomática, pero están escribiendoeconómico historia. ¿Parece
plausible que un buen enfoque de la historia económica sea desdeñar por
completo ese lado del edificio y saltar del lado antieconómico? Si estuvieras
escribiendo sobre ritual, ¿no querrías comprender la antropología? Al menos en la
licenciatura,debajonivel de pie? Si estuviera escribiendo sobre población, ¿no le
gustaría comprender la demografía? Me refiero a una muy buenasobrede pie,
nivel de estudiante de posgrado? Boldizzoni toma
 DN McCloskey / Investigaciones de Historia Económica - Economic History Research 9 (2013) 2–6
ofensa (la menciona dos veces) en la queja de Douglass North sobre la Annalistes
que "rara vez han aprendido la teoría de los precios", que es lo que piensa
Boldizzoni "aparentemente un juicio que emitió sobre cualquiera que no
compartiera sus propias convicciones" (p. 129). No. El conocimiento de cómo los
asuntos económicos podrían mantenerse unidos no es un juicio sobre cómo, o si,
hacer mantenerse unidos de alguna manera particular en algunas circunstancias
particulares. Solo la evidencia puede decirnos que, la evidencia que North de
hecho recopiló durante la primera mitad de su carrera (como en North
1968).
Boldizzoni ataca, por ejemplo, durante dos párrafos (una burla inusualmente
sostenida, este) al muy sabio historiador de Francia, Philip Hoffman ("con sede en
California", informa, de manera imprecisa e irrelevante), culpándolo por hacer
"indirectas deducciones como la productividad total de los factores ”, que parecen
malas porque son“ modernas ”y“ no tienen sentido si se aplican a otras épocas
”cuando los factores de producción (afirma de manera poco convincente en otros
lugares) no se usaron de manera moderna. (Usted ve la afirmación subyacente en
la Escuela Histórica Alemana, hecha en evidencia casi irrelevante, de que la
economía "inglesa" asume erróneamente que el agua corre cuesta abajo: en Baja
Sajonia en 1435 un gremio dijo que subió). Boldizzoni está diciendo que la
producción por hombre “No tiene sentido” si el hombre es un esclavo en lugar de
un trabajador asalariado. Pero la producción por hombre es la producción por
hombre, ya sea en la Luna o en Milán. Habiendo negado el sentido común,
declara que el crecimiento de la productividad total de los factores
No me un 'lograr el crecimiento económico' ”. Onwha t argum ent?
Ese Felipe Hoffman "no hace" preguntas como "cómo muchos
las granjas eran allí." ¿Qué? ¿Cuál es la relevancia de los nu mber
de granjas (no ese Hoffman haría tengo mucho problema respuesta-
inglo, si el lo habia pensado relevante para su historia científica)?
Francesco Boldizzoni por su propia parte no habla en su libro
sobre la Serie A clasificación en 2011. O el Ley sálica. O si la táctica
los cerdos tienen alas. Para usar en él su propia
aquí de preguntas totalmente
irrelevante burla: Estos son todos que hace Boldizzoni
no preguntar.
Boldizzoni afirma repetidamente que cada ciudad, región o incluso hogar
requiere su propia historia. Así, sobre los ingeniosos cálculos de Paolo Malanima
sobre la renta nacional real en Italia, dice
que "hay en dólares No tiene mucho sentido hablar sobre el PIB (¡PPA expresado!
de 1990
argumento aquí;
sospechas ignorantes entre historiadores no económicos]). . . para políticas y
economías. . . que no se integraron a nivel nacional ”(p. 84). Está cometiendo de
nuevo el error Anti-Phil-Hoffman. Pero si el profesor Malanima quiere evaluar la
productividad de la economía italiana, es irrelevante si el Reino de Nápoles quiso
o no unirse al Piamonte, o si, de hecho, toda la bota “no estaba integrada”
económicamente.
Pero el otro y más característico error de las escuelas que admira viene en la
siguiente frase, que ataca a Malanima y a otros idiotas del orden de estudiosos
tan despreciables como Angus Maddison o Robert Allen o Stefano Fenoaltea por
“partir de una o dos series de salarios , posiblemente de grandes ciudades que
han sido elegidas arbitrariamente entre cientos de series, cada una de las cuales
refleja las particularidades distintivas del área en cuestión ”(p. 84, una veta rica). Si
no comprende la economía neoclásica, o la contribución distintiva de Adam Smith
en el capítulo 10 deLa riqueza de las naciones, usted, como Boldizzoni, no
comprenderá que los salarios y los precios a veces pueden ser arbitrados para
moverse aproximadamente de la misma manera en muchas "áreas en cuestión".
La recopilación de pruebas aquí no se trata derepresentatividad, que es lo que la
mente económicamente no capacitada supone que está en juego: apilar
información de tijera y pegar para obtener una "imagen" representativa sobre "un
cierto grupo limitado de eventos". No. Un historiador científico preguntaría si el
sesgo de seleccionar Nápoles y Roma, digamos, comoindicativo es largo. La
indicatividad, no los representantes, es lo que importa. A menudo, el sesgo no es
grande o no es lo suficientemente grande como para importar mucho. A menudo,
es cierto,es grande y
5
la amplitud del sesgo importa para alguna pregunta que la historiadora ve la
manera de responder. Pero, en cualquier caso, la cuestión es la amplitud, una
cuestión empírica que no debe responderse.a priori burlándose de la idea misma
de que la gente tiende a mudarse de áreas de bajos salarios a áreas de altos
salarios, lo que hace que los salarios se muevan juntos.
Dicho de otra forma, Boldizzoni recomienda que sigamos cometiendo el
principal error de la historia económica de tijeras y pegamento, a saber, el error
de pensar que la historia económica de cada país, región o ciudad o, en realidad,
hogar es lo mejor. contado por el estudio intensivo de cada lugar como una isla
de datos. El temido economista inglés / neoclásico, por el contrario, nos recuerda
que debemos considerar que ningún lugar es una isla, en sí mismo. Por ejemplo,
tal economista nos recordaría que Holanda estaba
no plagado de una "falta de recursos naturales" (es decir, carbón, p. 135), ya que
era tan cercano al carbón barato a través del agua como Londres. El historiador
de tijeras y pega siempre está buscando otro pequeño lugar para recortar datos.
Su suposición metodológica es que, dado que cada lugar es una isla, la
acumulación de datos “inductiva” (pág. 135 y en todas partes) dará como
resultado la formación de un continente.
Uno de los meramente dos historiadores económicos que conozco en la
literatura es el aburrido nuevo marido de Hedda Gabler, Jørgen Tesman, en la
obra de Ibsen:
HEDDA: ¡Conoces a Tesman, mi querido juez! Su idea de la bienaventuranza se mueve en un
muchas librerías sucias y haciendo copias interminables de manuscritos anticuados. SOPORTE
(Con un toque de malicia): Bueno, después de todo, esa es su vocación en la vida, ya sabes.
O en gran parte.
HEDDA: Sí, si es la vocación de uno, supongo que eso lo hace diferente, ¡pero en lo que a mí respecta!
¡Oh, mi querido juez, no puedo decirle lo aburrido que he
estado! SOPORTE (Con simpatía): ¿Lo dices en serio?
....
HEDDA (Mitad riendo, mitad irritada): ¡Pruébalo tú! Nada más que la historia de
civilización mañana, mediodía y noche.
BRACK: eternamente.
HEDDA: Y luego todo este asunto sobre las industrias nacionales de Brabante durante
¡la edad Media! Esa es la parte más enloquecedora de todo.
El pasaje hiere más profundamente mis sentimientos, ya que en verdad me
encantan las librerías y copiar manuscritos. Y mi vocación tardía en la vida se ha
convertido en la historia de la civilización, mañana, mediodía y noche,
especialmente la historia de la innovación. La industria nacional de Brabante en la
Edad Media es muy interesante en ese sentido, ya que las innovaciones en la
cerveza con lúpulo se conectaron de manera más interesante con el corte de
turba. . .. Y el otro historiador económico de la literatura es Jim Dixon, como
Tesman, un aspirante a académico, en la novela de Kingsley Amis de 1954,Lucky
Jim, cuyo único y nunca publicado artículo es "La influencia económica de los
avances en las técnicas de construcción naval, 1450 a 1485". Mmm. Interesante.
Pero no es historia científica. Cuando la historia económica no incluye
argumentos prudenciales, que es de lo que trata la economía neoclásica, se
pierde la mitad de lo que motiva a la gente. Solo la mitad, que es donde Boldizzoni
y yo estamos de acuerdo. Pero correr hacia el otro lado y saltar de cabeza desde
el edificio no tiene, por desgracia, un final feliz.
Referencias
Allen, RC, 2009. La revolución industrial británica en perspectiva global. Cambridge
University Press, Cambridge.
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