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RESEÑA
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
RESEÑA
“No me importa Dohrn, te quiero fuera de esta oficina y no quiero verte hasta
después de año nuevo”
Era la regla de oro y él la había violado, hace unos meses se involucró con quien
no debía y ese alguien se lo estaba haciendo pagar en el trabajo y el jefe obviamente lo
culpaba a él por esos errores, después de todo Elliot era el editor en jefe y era el
responsable de su equipo de trabajo. Samuel sabia eso, por esa razón estaba tratando de
sabotear las cosas para que culparan a Elliot, le estaba resultando bastante bien, jamás
pensó que Samuel sería tan rencoroso.
Así que aquí estaba, ayer había buscado en internet e hizo reservación en una
isla en el Caribe, había pensado que podría quedarse en casa, comiendo comida chatarra
y viendo televisión, pero Samuel hasta ahí lo acosaba. Por eso tuvo que improvisar,
playa, sol y mar, las vacaciones perfectas, era lo que decía el eslogan del hotel. Pero aun
así seguía sin gustarle la idea, en dos días seria navidad, pero él no tenía familia con
quien celebrar, sus padres estaban divorciados y cada uno hacia planes con sus propias
familias, y aunque lo invitaban, él no se sentía cómodo. A su edad seguía sin hijos, sin
familia, sin pareja… Solo tenía su trabajo y ahora hasta eso estaba a punto de perder si
no soluciona el problema.
Tomando una profunda respiración se colocó los guantes y salió del vehículo,
agradeció al chofer cuando entrego su maleta, no quería vacaciones, pero no podía
hacer nada al respecto, a lo mejor utilizaría este tiempo libre para adelantar los diseños
del siguiente mes.
—¡Al fin llegas! — Un joven hombre rubio con ojos preciosos se colocó enfrente
de él, sus mejillas rojas, no sabía si eran a causa de que estuviera molesto o por el frio
que estaba haciendo, después de todo estaban en Nueva York y era temporada de
invierno. —El vuelo está a punto de salir, ¿querías darme un infarto al corazón? —
—Yo…—
—Lo siento, solo quería corroborarlo— él hombre rodo los ojos, nuevamente lo
tomo por el brazo y lo empujo hasta la estación de embarque.
—Sé que las personas que se dedican a lo que tú haces deben tener muchos
clientes, estoy seguro que ni mi nombre recuerdas—
—¡Ya está hecho! ¡Ya está hecho! —murmuraba Clyde nervioso mientras retorcía
nerviosamente sus manos.
—Yo no te estoy juzgando, solo quiero saber algunas cosas para poder hacer
bien mi trabajo— Clyde suspiro pesadamente, pero aun así lo miro a los ojos.
—Tengo dos años que no me reúno con mi familia en navidad, los he visto en
otras épocas del año, pero ahora particularmente estará reunida toda la familia y desde
hace algún par de años evito por completo a mi hermano— Elliot tenía que concentrarse
lo suficiente para entenderle con claridad, hablaba muy deprisa, claramente estaba
nervioso
—Los problemas con mi hermano van más allá de solo no llevarnos bien ¿tienes
hermanos? — Elliot negó con la cabella, sus padres tenían hijos con sus nuevas parejas,
pero él no los consideraba sus hermanos. —Tienes suerte— murmuro rodando los ojos.
—Desde niños peleábamos por todo, por la bicicleta, por el ultimo pedazo de
tarta, por quien tenía las mejores cosas, hasta por los novios, eso se extendió hasta
nuestra edad adulta— Elliot se acomodó más en el asiento.
—Supongo que tanta enemistad con tu hermano es por algún hombre— Clyde lo
miro durante un segundo, quiso sonreír, pero el dolor en su mirada no lo engaño.
—Gracias…— dijo tomando el sobre, no sabía que más decir. ¿Eso costaba un
servicio como estos? Si algo tenía claro es que no tomaría un centavo de ese dinero,
ahora sí sentía algo de culpa por engañarlo, devolvería el dinero cuando los diez días
terminaran
—Me parece bien, puedes decir que soy Editor, que trabajo para una compañía
de diseño de portadas— el asintió.
—¿Cuánto tiempo llevamos juntos? La primavera que los visité les dije a mis
padres que estaba saliendo con alguien—
—Tenemos todo el vuelo para afinar los detalles, pero hay algo que quiero dejar
bien claro, dije nada de sexo, pero tal vez sea necesario alguno que otro beso, que nos
tomemos de la mano, y lo más probable es que compartamos una habitación, mis padres
rentaron una cabaña, estará toda mi familia, mi hermana y su marido y su hijita de tres
años, y obvio estarán mi hermano y Math, no tengo problemas en compartir la cama,
pero tú en tu lado y yo en el mío—
—Estoy de acuerdo— la azafata los interrumpió cuando les llevo unas bebidas.
—¿Cómo supiste que era yo? —pregunto con curiosidad. La azafata ya se había
retirado. Elliot lo miro confundido así que aclaro —En la entrada del aeropuerto, no nos
habíamos visto antes de esto— era claro que no, porque de haber tenido una cita con su
novio contratado él no estaría ahí.
—Dijiste en tu correo electrónico, que eras moreno, cabello oscuro y ojos café,
que llevarías un jersey rojo, además era claro que eras tú, eres el único con el aspecto
físico y la personalidad para ser un acompañante masculino… sin ofender— Elliot rio
ante el sonrojo del otro hombre.
★★★
Se suponía que la navidad debería de ser la mejor época del año, pero para Clyde
Haider estaba siendo todo un infierno, en los últimos años su vida había sido un
infierno, era un gran profesional, con una vida estable, departamento propio, ahorro
para el retiro, seguro médico y gastos funerarios, pero en la vida sentimental y sus
relaciones amorosas era un desastre, aprendió por las malas a ser desconfiado.
Math lo había matado por dentro y destruido su confianza por completo, maldito
idiota, el hijo de puta era un maldito malnacido que le había roto el corazón, ahora por
su culpa desconfiaba de cada hombre que mostraba algún interés en él, por eso en
consecuencia, aquí estaba, sentado al lado de un completo extraño que bien podría ser
un asesino en serie a pesar de lo que había leído en su página de web.
Clyde rodo los ojos, estaba sobre actuando, un hombre como este no podría ser
un asesino serial, tal vez un gigoló o un prostituto muy caro, pero no un asesino. En todo
caso, mataría de placer a su víctima, el solo mirarlo era un regocijo para la mirada…. Sin
duda su hermano estaría muerto de envidia, el presentarse del brazo de este hombre
por lo menos evitaría que su orgullo fuera pisoteado aún más. Por esa razón no había
pensado dos veces echar mano de sus ahorros para poder contratarlo.
—De acuerdo— Clyde asintió satisfecho, era agradable este hombre, lo imagino
de otra manera, claro que lo había juzgado de acuerdo a los correos, le había parecido
un hombre arrogante, le alegraba haberse equivocado, si tenía que pasar los próximos
diez días fingiéndose enamorado que mejor que fuera con alguien agradable. Pero al
mismo tiempo era un maldito problema, puesto que lo que tenía de agradable lo tenía
de apuesto… era obvio que al dedicarse a lo que se dedicaba tendría que ser como esos
hombres de portada de revista, según él se había preparado mentalmente para no
sentirse atraído por el hombre, pero le estaba resultando imposible.
—¡Mi princesa! Mira que enorme estas— Clyde tomo en brazos a la niña, la cual
encantada comenzó a darle besitos por toda la cara. Suponía que era la sobrina que
había mencionada.
—¿Tu novio? Mama lijo que tlaias a un novio— Elliot rio ante las palabras de la
niña, tan chiquita, pero a pesar de que no podía pronunciar bien, era muy lista.
—Pero papí…—
—No importa— dijo Clyde —si princesa, es mi novio— Elliot tomo la mano de la
niña y le sonrió.
—Mucho gusto hermosa, tu tío me ha hablado mucho de ti— no era verdad pero
tenía un papel que representar, además no le estaba costando mucho trabajo. Era obvio
que Clyde adoraba a esa niña
—Gracias… pero tú eres todavía más linda— aseguro él apartando uno de sus
mechones rubios de la cara.
—¡Clyde! Mi vida, estas aquí— una mujer rellenita de mediana edad salió al
poche. Era la madre, estaba seguro, el parecido era muy obvio.
Pero no todo podía ser perfecto, algo le llamo la tensión, tal vez fue la sensación
de ser observado, al levantar la vista se encontró con unos ojos marrones que lo
miraban a través de la venta, estaba seguro que ese hombre pelirrojo no era otro más
que Math, el ex novio de Clyde, claro que lo era, apostaba su vida en ello, después de
todo está claro que los Haider eran en su mayoría rubios. Durante unos segundos
ambos se observaron, después el pelirrojo desapareció a través de la cortina.
Interesante. En su breve segundo de observación Elliot había llegado a una interesante
conclusión. El ex novio de Math, que ahora era el esposo del hermano se sentía celos de
Elliot por ser el novio actual de Clyde… esto se estaba poniendo interesante.
★★★
—Creo que salió bien ¿verdad? — Clyde se movía nervioso por la habitación,
hasta ahora todo estaba bien, no los habían descubierto, tenía que admitir que el
recibimiento de su familia fue muy bueno, hasta Logan su hermano se había mostrado
feliz de verlo…pero no hay que confiarse, así era el modo operandi de su hermano,
atacaba cuando menos lo esperaba y Math... Clyde cerró los ojos, había sido duro verlo
nuevamente.
—Debes relajarte, ni siquiera tienen de que sospechar, todo estará bien— Clyde
abrió los ojos para mirar a Elliot, el cual estaba acomodando ropa en su cómoda.
—Temo quedar en ridículo delante de todos— odiaba sentirse tan inseguro, pero
Math y Logan arruinaron su confianza para toda la vida. Elliot se detuvo delante de él,
no lo toco, aun así, Clyde se sintió incomodo ante la cercanía.
—Solo relájate ¿sí? Todo saldrá bien, no permitirá que sea de otra manera—
Clyde sintió su aliento atascado en sus pulmones cuando él toco su mejilla con la yema
de su dedo, fue una caricia rápida y sin segundas intenciones, pero Clyde sintió un
estremecimiento por todo su cuerpo, Elliot le sonrió y después se alejó hacia el cuarto
del baño.
Math era otro maldito problema, no habían cruzado palabra en realidad, pero
Elliot era muy consciente de las miradas pesadas por parte del otro hombre, ¿Cuál era
su maldito problema? Logan y Math ahora eran pareja, ¿Por qué seguían queriendo
fastidiar a Clyde? Ahora comprendía porque el hombre recurrió a contratar a alguien
que se hiciera pasar por su novio, era más como un escudo, y Elliot estaba muy
comprometido con esto, si era lo que Clyde necesita Elliot estaría aquí para eso, no sabía
porque se sentía de esta manera tan sobre protectora por el otro hombre, pero ahora
esta situación ya se estaba tornando de manera personal.
—Así que cuéntame Elliot, ¿te gusta tu trabajo? — pregunto Logan entregándole
una copa de vino, Elliot le sonrió por cortesía, no porque en realidad sintiera
agradecimiento por el acoso del hombre. Era curioso, en otra ocasión, Elliot habría ido
detrás del chico, era hermoso, con su cabello rubio un poco más largo, sus facciones
finas, ojos encantadores y un cuerpo firme de manera delicada, pero ahora era más
consciente de que era solo una belleza fría.
—Ya te dije…. —
—Lo sé. Lo sé. — Interrumpió él —Pero aun así…— Elliot suspiro y lo tomo por
el rostro colocando ambas manos en sus mejillas y lo obligo a que lo mirara.
— Clyde, seamos amigos, así será más sencillo, nos relajaremos el uno con el
otro, ¿te parece? — él pareció estarlo considerando.
—Bien— Elliot lo libero y dio un paso atrás —¿Qué tal si nos disculpamos con
todos y nos retiramos a la habitación?, podemos ver una película, platicaremos y nos
conoceremos mejor— Clyde pareció estarlo pensando, después asintió con la cabeza.
Horas más tarde, Elliot apago la televisión, miro a su lado, Clyde se había
quedado dormido a la mitad de la película, al principio había estado muy tenso y
nervioso, admitía que también él, pero su plan había funcionado, lograron relajarse
mutuamente, platicaron principalmente de la película, se rieron y comieron palomitas, a
materia personal no había conseguido muchos detalles, a acepción de que le gustaba
demasiado el chocolate y su color favorito era el rojo, pero ya era algo.
Tomando una respiración profunda, salió de la cama, hacia una hora que todo se
escuchaba tranquilo en la casa, la familia no se molestó cuando les anunciaron que se
retirarían a su recamara, le echaron la culpa al cansancio del vuelo y a la altitud. Pero
Elliot no podía dormir por más que lo intentara, sus cargos de conciencia no lo dejaban
tranquilo.
Abrigándose bien, bajo las escaleras sin hacer ruido, de la cocina tomo un par de
cervezas y se dirigió al porche trasero de la cabaña. Casi le dio un infarto al corazón
cuando vio una sombra sentado en una esquina.
—Somos pareja, tratamos de ser honestos el uno con el otro— Elliot miro hacia
las montañas nevadas, no era bueno mintiendo, pero ¿qué podía hacer?
—Escucha— Elliot lo detuvo, estaba oscuro, pero estaba seguro que el hombre
pudo ver su mirada furiosa a pesar de la oscuridad. —–No quiero escucharte hablar de
lo mucho que lo sientes, de lo equivocado que estabas, del error que cometiste, de lo
arrepentido que estas o que aun sigues amando a Clyde—
—Yo no… —
—Soy buen observador, he visto cómo te comes a mi pareja con los ojos, créeme,
sé de memoria el repertorio de escusas que puedes dar para justificar lo hijo de puta
que fuiste, pero no me interesa. Es muy tarde para arrepentimientos — si pensó que el
pelirrojo se dejaría asustar se equivocó, él dejo la cerveza a un lado y se levantó.
—¿Te sientes amenazado? — Elliot sonrió y se levantó, era un poco más alto que
Math.
—Eres patético, tomaste una decisión, escogiste a Logan, y ahora aléjate de Clyde
—
—Si arrojas el guante, puedes estar seguro que lo recogeré — con una última
mirada al pelirrojo, regreso a la casa. Sentía la furia correr sus venas. ¿Qué se creía ese
hombre? Estaba con Logan ahora, ¿Qué buscaba? Al llegar a la habitación, miro el
pequeño bulto en la cama, Clyde estaba acurrucado en el centro de la cama como un
gatito, sonrió, él no permitirá que Math le hiciera daño, estaba claro que sea cual fuese la
relación de Logan y Math, el pelirrojo no había podido olvidar a Clyde, más que nadie él
sabía lo que era tomar malas decisiones a causa del impulso del momento, había visto
los síntomas en Math, no podría asegurarlo, pero estaba convencido de que se
arrepentía de la decisión tomada. Elliot apretó los puños, Clyde era un hombre
impresionante y muy vulnerable, si Math se lo proponía fácilmente podría manipularlo,
Elliot no lo permitiría. Ahora estaba aquí, tal vez no era el novio contratado que Clyde
creía, lo estaba engañando deliberadamente, pero Elliot le ayudaría de alguna u otra
manera.
★★★
Clyde ronroneo, literalmente, odiaba el frio, y para colmo su madre había
escogido el lugar más helado del planeta, odiaba la nieve, y odiaba los deportes, y esta
maldita montaña tenia ambas cosas, gimió y se acurruco más bajo las mantas se pegó
más hacia la fuente de calor, Elliot era tan cálido…
—Estoy seguro que tu madre y tu hermana apreciarían trabajar sin que un grupo
de hombres que no tiene la menor idea de lo que hacen les estorben— Elliot estudiaba
atentamente las tres muñecas que había separado, él quería llevarse las tres, pero Clyde
le había dejado claro que solo debían llevar una, su hermana era muy estricta en eso de
sobre consentir a la niña. No era como si fuera la única cosa que le iban a regalar, Clyde
había traído consigo una infinidad de vestidos y cositas para su única sobrina, pero eso
su hermana no lo sabía, como fuera, habían visto la juguetería y él no se había podido
resistir a comprar un último obsequio, así que Elliot estaba decidido a encontrar la
muñeca perfecta.
—Como sea— Clyde se cruzó de brazos, y miro al hombre frente de él, a simple
vista no parecía un hombre que tiene la prostitución como trabajo, eso lo hizo sonrojar,
miro hacia otro lado, no sabía porque últimamente pensaba en el trabajo de Elliot,
cuando lo contacto, lo único que le intereso fue que lo acompañara durante diez días,
jamás analizó más allá, más concretamente lo que involucraba algunos de sus trabajos,
en su primer correo electrónico él le había mandado el contrato, en general especificaba
sus tarifas y condiciones. Si a Clyde le hubiera interesado tener sexo con el hombre
habría tenido que pagar dieciséis mil dólares, en pocas palabras seis mil más por
agregar sexo al trato, ¿Quién pagaba seis mil dólares por sexo? Miro a Elliot, podía
entender la razón, tal vez… ¡no vayas por ahí! Se reprendió mentalmente, tal vez ya tenía
tiempo sin sexo, pero no estaba desesperado, ¿estás seguro? Pregunto su
subconsciente… tenía un bono de navidad por parte de Industrias Lower por el trabajo
hecho en el jardín…
No, no, no, el señor Lower le había asegurado que era para que se comprara un
relajo por parte de la empresa, pero ¿comprar sexo? Clyde negó con la cabeza, la altitud
lo estaba matando.
—¿Una bebé que gatea? — Clyde enarco una ceja —¿Todo este tiempo para
escoger una muñeca tan simple como esta? —
—No me molesta que preguntes, recuerda que tenemos un trato, ahora somos
amigos, no estoy casado, no tengo sobrinos, bueno al menos no los conozco, y serian
algo así como… medios sobrinos, mis padres son divorciados, y ambos tienen diferentes
familias, yo vivía con mi madre después del divorcio, se embarazo cuando tenía catorce,
me fui de casa a los dieciocho, así que mi medio hermano tenía cuatro años, no lo
recuerdo mucho, mi padre creo que tiene dos hijas, pero de él solo recibía los cheques
de cada mes, después de terminar la carrera, nada— a Clyde se le encogió el corazón, no
podía imaginar la vida sin sus padres, tal vez sin su hermano sí, pero Clyde amaba a su
familia.
Media hora más tarde, había dejado a Elliot comiendo un helado de vainilla,
¿Quién comía helado con este frio? Clyde se estremeció, pero había tomado esa
oportunidad así que con el pretexto de ir al sanitario había ido a una tienda de regalo,
buscando el obsequio para su novio comprado, frunció el ceño, que tristeza pensar así,
pero era verdad, y entre más lo repitiera para sí mismo sería mejor, el que estuviera
engañando a su familia, no quería decir que debía engañarse así mismo también, su vida
ya era demasiadamente patética, como para empeorarla y permitir que un hombre al
cual contrato lo dañara más de lo que ya estaba.
Al final se había decidido por un polo color crema, estaba seguro que ese color le
quedaría realmente bien, bueno al menos al imaginarlo con él puesto le pareció
demasiadamente sexy. Malos pensamientos, niño malo. Después de envolver el obsequio
regreso a buscar a su novio falso, casi se tropieza al encontrarlo sentado donde lo había
dejado, en una pequeña banca, con vista hacia el primer piso del centro comercial, el
problema era que su hermano Logan estaba ahí y ambos parecían… divertidos.
¡Oh no! ¿También a él? ¿había alguien en este planeta que no sucumbiera a los
encantos de su hermano? Su hermano tenía la extraña capacidad de hechizar a las
personas, al parecer ni su cita falsa podría resistirse, no debería de dolerte, pero lo
cierto era que, si le dolía, y mucho. Estaba a punto de darse la vuelta y marcharse
cuando Elliot giro la cabeza y lo vio.
—¡Bebé! ¿Por qué tardaste tanto? — Clyde parpadeo con sorpresa, ¿Cuándo
había ocurrido que alguien ignorara a Logan por él? Le estas pagando idiota, es su papel
fingir que te ama, aun así, no pudo evitar la sorpresa, y su hermano al parecer también
estaba sorprendido, porque parpadeo aturdido cuando vio que Elliot se levantaba e iba
hacia él.
—Creí que habías ido al baño, tardaste una eternidad deja que te ayude con las
bolsas—
—Me topé con una tienda que tenía cosas muy interesantes…—detuvo su
monologo, cuando Elliot lo tomo de la mano y lo guio a la mesa, empujándolo primero
sobre la banca y él tomando asiento a su lado.
—Siempre dejando las cosas para último minuto, ¿no es así hermanito? Un poco
más y roban a tu pareja— Clyde miro a Elliot el cual no había soltado su mano.
—Creo que Elliot está bastante grandecito para cuidarse solo, ¿no es así…cielo?
— Ok, las palabras sonaron raras hasta para él mismo, Elliot sonrió y le dio un rápido
beso en los labios haciéndolo sonrojarse.
—Aun así, deberías cuidarme más bebé, no quiero que el señor del costal me
lleve— no supo si rio a causa del mal chiste o de lo nervioso que estaba, pero si, rio
como no había reído en días.
—Estoy tomando un respiro amor, ¿Por qué no te sientas y tomas algo con
nosotros? —
—Tengo cosas que hacer, debemos irnos— Logan miro duramente a su esposo,
algo ocurría ahí, Math era escritor, trabaja desde casa y donde fuera, era fácil puesto que
solo necesitaba su laptop, pero, aun así, si no recordaba mal, jamás fue tan duro con él,
ni tampoco anteponía mucho su trabajo a otras cosas, los días que estuvieron juntos,
durante el día le prestaba toda la tensión del mundo, aunque por la noche estuviera
trabajando a marchas forzadas. Es por esa razón que no vio venir su traición. Clyde
había estado perdidamente enamorado de ese hombre.
—No, tengo un plazo que cumplir— con una última fría mirada a Math, Logan
regreso la atención hacia ellos. Su falsa sonrisa se extendió por su hermoso rostro.
—La seguiremos más tarde chicos, mi hombre es un obseso del trabajo— sonrió
rígidamente, tomo su vaso de café y las bolsas que traía y se marchó detrás de Math, el
cual solo les dedico un asentimiento de cabeza.
—¿Tienes algo más que comprar? —pregunto Elliot llamando su atención.
—¿Algo anda mal entre ellos? — Elliot miro a la pareja y después regreso su
mirada hacia él.
★★★
Esa noche Elliot bajo antes que Clyde, con cuidado acomodo las cosas que habían
comprado, además del obsequio que había comprado para Clyde, esperaba que fuera
una agradable sorpresa, no conocía los gustos del hombre, pero había elegido algo
especial, más que nadie Clyde lo necesitaba. Al ser paisajista y creer en todo eso del Chi
y la energía equilibrada, estaba seguro que encontraría el significado de su obsequio.
—¿Hay algo que no sepas hacer? —pregunto Clyde en un susurro para que su
madre y hermana no escucharan, de todas formas, ni atención en ellos estaban
prestando, estaban más concentradas discutiendo sobre que el pavo estaba reseco.
—No soy perfecto, ningún hombre lo es, créeme, tengo un baúl con trapos sucios
que ocultar—
—Mientras no tengas un cadáver en el desván, creo que puedo manejarlo—
Elliot sonrió, y no pudo resistir el impulso de besarlo, así que lo hizo, fue un beso rápido,
a él le gustaría más que eso, deseaba hundir sus manos en ese sedoso pelo y averiguar si
era tan suave como imaginaba, deseaba recorrer con su lengua esos labios tan
apetecibles y … Elliot se apartó y regreso la mirada a la ensalada, no debería tener esos
pensamientos, pero no podía evitarlo, había algo en el hombre que lo atraía… pero no
debería de olvidar porque estaba aquí, debía fingir ser el hombre que contrato, tal vez,
solo tal vez, una vez que los diez días terminaran y le contara la verdad… No, para que
engañarse, en cuanto Clyde supiera lo que había hecho, lo odiaría, nunca tendría una
oportunidad con el chico.
La cena fue perfecta, Elliot jamás había pasado una noche buena como esta,
siempre de fiesta o en bailes, incluso un año la paso en un club nocturno de intercambio
de parejas, él no tenía pareja, pero había sido la tercera rueda de una, miraba ahora
hacia atrás, y pensaba en lo patética que era su vida, siempre, trabajo, trabajo y más
trabajo, y ahora estando en un ambiente familiar como este, le hacía desear… una
familia.
No todo era cien por ciento felicidad, ahora estaba más que nada seguro que
había algo mal entre Logan y Math, estaba más que claro y aunque trataban de fingir lo
contrario, hubo ocasiones en las que fue más que obvio la tensión del uno con el otro, y
estaba seguro que no solo él se había dado cuenta.
—¿Prostituirme? —
—Sí, ya sabes…— dijo él nerviosos —Tienes sexo con tus clientes— susurro para
que nadie más escuchara. Elliot respiro profundamente, no sabía las razones por las
cuales algunos hombres se dedicaban a esto, bueno al menos tenía que tratar de pensar
lo que el verdadero novio contratado diría.
—No siempre hay sexo con los clientes—dijo, no estaba seguro que fuera verdad,
era una suposición.
—Tal vez no, tus tarifas son muy altas— Elliot rio, miro divertido a Clyde
sonrojarse.
—¿Altas? —
—¡No te burles de mí! Yo no pagaría seis mil dólares más por diez días de sexo—
¡¿seis mil dólares?! Grito internamente Elliot, pero trato no mostrar sorpresa, Clyde no
debería sospechar que no era él. En cambio, se movió ligeramente para quedar más
cerca del hombre.
—Bueno, te aseguro que esos seis mil dólares valdrían cada centavo— dijo
subjetivamente moviendo las cejas, Clyde boqueo como un pez.
—No… yo… im…— Elliot detuvo cualquier protesta, siguió sus instintos, Elliot
sentía la necesidad de estar más cerca, de tocarlo, de sostener al hombre en sus brazos.
Él veía cómo Clyde miraba la puerta detrás de él, con la ansiedad escrita en su mirada,
¿temía que alguien podría verlos o quería huir? Votaba más por lo segundo, pero no
retrocedió. Elliot pasó su mano por detrás de la madera de la mecedora, la necesidad de
estar cerca de ese hombre estaba amenazando su cordura. No entendía eso, lo había
conocido hacia poco y no le importaba en este momento. Todo lo que quería era
meterse bajo de la manta y explorar cada centímetro de ese hermoso hombre. Clyde
tragó saliva.
—Creo … que debemos entrar… hace frio—aseguro Clyde nervioso, Elliot sentía
muchas cosas, menos frio, de hecho, se sentía tan caliente…
—No me tengas miedo bebé— él solo pensar de que cualquier forma pudiera
dañar al hermoso chico, le retorcía el corazón, No había ninguna razón para que se
sintiera de esa forma por un hombre que acababa de conocer, pero una sensación de
pertenencia se establecía en su interior. Tal vez le haría daño al final, cuando se enterará
quien era, y que lo había engañado, pero ahora pensaba que si tal vez, lograba que él lo
conociera mejor antes de que tuviera que decirle todo… tal vez… tendrían una
oportunidad de estar juntos.
—No es buena idea…— Clyde se oía tan desanimado que desgarró el corazón de
Elliot
—Jamás te dañaría —Elliot colocó sus manos en los hombros de Clyde y antes de
que pudiera detenerlo besó al chico. Clyde gimió, inmóvil mientras Elliot empujaba su
lengua en el interior de su boca. Él tomó ventaja de las defensas bajas de Clyde y exploró
su boca, él no se quedó inmóvil mucho tiempo. Sus brazos se envolvieron alrededor de
Elliot, jalándolo más cerca, devorándolo como un hombre hambriento. Elliot pensó que
se quedaría sin aire pronto.
Elliot movió la manta a un lado, jalándolo para recostarlo y colocándose sobre él,
Clyde tomó el cabello de Elliot, jalando la cabeza hacia atrás mientras lamía el cuello de
Clyde. Él gimió, sus manos recorrían la espalda de Clyde mientras lo jalaba más cerca. Él
había supuesto correctamente. Gimió cuando sintió la erección de Clyde presionando su
abdomen y deseaba que pudieran estar desnudos, preferentemente en la cama y no en
ese inestable e incómodo balancín, pero así de rápido como habían sucedido las cosas,
así de rápido terminaron, protesto cuando Clyde lo empujo lo suficientemente fuerte
para que se apartara y le diera la oportunidad de huir.
Elliot se quedó observando como desaparecía a toda prisa por la puerta, no fue
por él, en cambio respiro profundamente esperando que el aire helado despejara sus
ideas y calmara su libido… lo cual llevaría horas.
CAPÍTULO 5
—¡Navidad! ¡Navidad! Tío Cly es navidad— grito su pequeña sobrina corriendo
hacia él, Clyde la tomo en brazos y la hizo girar en el aire haciéndola chillar de felicidad.
Cuando Logan y Math entraron en la habitación, Tammy corrió hacia sus tíos,
Clyde aprovecho la oportunidad para escapar y acercarse a Elliot, lo menos que deseaba
ahora es que hubiera murmuraciones si su familia pensaba que había discutido por algo.
—También tengo un regalo para ti— la sorpresa en la cara de Clyde fue más que
obvia, no se lo esperaba. Elliot le entrego una pequeña cajita, de unos quince
centímetros de largo, por cinco de ancho y tres de alto.
Horas después y se dio de una larga ducha para regresar al salón, pero lo
encontró vacío, así que recorrió la casa por señales de vida, en el estudio se encontró
con las dos personas que menos deseo encontrar, bueno, al menos no juntas, dos pares
de ojos lo miraron, Math estaba en el escritorio trabajando en su laptop y Elliot estaba
cerca del estante checando un libro.
—Tu madre y Shena dijeron que deseaban cinco minutos de paz, salieron a
tomar algo, tu padre le toco cuidar a Tammy, Scott fue a pescar y creo que Logan tenía
algo que hacer— informo Math, Clyde lo miro, <<creo que Logan tenía algo que hacer>>
¿esa era la respuesta?, ¿no sabía dónde estaba su esposo o que estaba haciendo? ¿Tan
fría era su relación? Desgraciadamente Clyde conocía muy bien a Math y en sus ojos
logro ver una gran tristeza.
—Él no sabe esquiar— contesto Math —La última vez se lesiono un brazo—
—De verdad que no soy bueno en los deportes, prefiero leer un poco—la cara de
Elliot no reflejaba nada, pero por sus ojos podría asegurar que lo le gusto para nada su
respuesta.
—Como quieras— dijo con una amarga sonrisa, asintiendo con la cabeza, lo
rodeo y salió por la puerta sin mirarlo una segunda vez. Una punzada de culpa lo
recorrió. ¿Se había molestado?
—¿Disculpa? —
—Digo que, parece ser un buen hombre, tal vez un poco temperamental, pero lo
importante es que seas feliz— Clyde parpadeo sorprendido.
—¿Todo bien? — pregunto antes de que lo pensara dos veces, Math dejo de
teclear y respiro profundamente, después lo miro.
—Digamos que las relaciones de pareja nunca son sencillas — <<Aléjate y deja
las cosas como están, no te entrometas en la relación de tu ex y tu hermano. ¡Él te rompió
el corazón, no merece tu compasión>>
—Siempre hay bueno y malo, supongo — durante el tiempo que paso con Math
todo fue muy bueno, tal vez por eso no vio venir su traición, fue un idiota.
—Sí, creo que sí, ¿quieres tomar algo? No hemos tenido la oportunidad de hablar
y…—
—No, creo que debo irme— dijo dando un paso atrás, era lo mejor, estar
haciendo amistad con el hombre que le destrozo el corazón no era buena idea.
—Clyde…—
—Pero…—
—Tengo que irme— dijo saliendo de la habitación, era mejor así, no quería
escuchar, lo hecho, hecho estaba, y el pasado era mejor enterrarlo. No quería escuchar
que la relación de ellos iba mal, porque se conocía, habían pasado años, pero aun así él
seguía sintiendo cosas por su ex, era la razón por la que había recurrido a contratar a
una cita, Elliot estaba aquí para ser una barrera entre él y Math.
Abrigándose lo mejor que pudo, Clyde salió en busca de Elliot, debía disculparse,
él lo había invitado a salir, le dio una vía de escape de Math y Clyde lo había rechazado,
inconscientemente tal vez quería quedarse con su ex. Ahora se daba cuenta que había
estado equivocado.
—Lo siento— dijo, pero Elliot ni caso le hizo —¿Me escuchaste? Dije que lo
siento—
—¿Por qué lo sientes? No deberías de hacerlo, ¿sabes una cosa? Sé que estoy aquí
para fingir ser tu pareja, creo que me equivoqué al pensar que respetarías eso, pero ya
me di cuenta en realidad qué papel ocupo aquí— Elliot tomo una mochila y paso por un
lado de él.
—Me trajiste para fingir tener pareja como un método de distracción para tu
hermano, así tú intentarías recuperar a tu ex novio—
—¿A no? — lo desafío Elliot con la mirada dejando caer la mochila de mala
manera al suelo —Es más que obvio que sigues enamorado de tu ex—
—Cierto— dijo Elliot apretando los labios —Lo siento señor, el cliente siempre
tiene la razón, no volveré olvidar mi lugar— a Clyde no le gusto ver la decepción en los
ojos del hombre, ahora podía sentir la culpa corroer su alma, estaba molesto, por eso
dijo esas cosas hirientes.
—¡Hola chicos! — su padre asomo la cabeza por la entrada del garaje, Clyde se
tensó pensando que pudo haber escuchado algo, pero su padre sonreía —Tengo que ir a
recoger a las chicas, se quedaron atascadas en el camino, ¿alguno quiere acompañarme
y el otro puede vigilar a Tammy un rato? —
—Yo iré señor Haider— dijo Elliot —Le echare una mano con el auto, se algo de
mecánica—
—Tu padre espera, debo ayudarlo, prometo que lo que sucedió hace un momento
no ocurrirá de nuevo, es tu vida, vívela como tú quieras— dijo él tomando la mochila y
lanzándola a un rincón, después rápidamente corrió dentro de la casa. <<mierda,
mierda, mierda>> había metido la pata. Cerró los ojos, ¿Por qué nada le salía bien
últimamente?
★★★
Elliot no creyó que su día podría empeorar, pero últimamente no tenía tanta
suerte, al regresar de ayudar con el auto de las mujeres, se encontraron con la sorpresa
de que Clyde se había lastimado un tobillo al tratar de subir las escaleras corriendo.
Tuvo que tragarse la bilis que se le formo en la garganta al ver a un diligente Math
atendiendo a Clyde, no pudo evitar los celos que se formaron en su sistema, pero tenía
que hacerlos a un lado, este no era su asunto, Clyde lo había dejado muy claro, y por más
que deseaba darse la vuelta y dejarlo ahí con la pierna en alto mientras Math se
deshacía en atenciones, no lo hizo, tenía un papel que representar y aunque al final le
contaría a Clyde todo, y le devolvería su dinero, por ahora tenía que seguir guardando
las apariencias.
—Puedo hacerlo yo— Clyde quiso alejar la pierna pero Elliot la mantuvo en su
lugar mientras lo vendaba. Con ayuda de Math lo habían llevado a la habitación, y como
la pareja que era le tocaba atenderlo. Aunque seguro que si le hubiera dicho a Math que
continuara con la tarea de ponerle el bálsamo para la inflamación y lo ventara, el
maldito pelirrojo lo habría hecho.
—Yo creo que si lo haces, lo siento no quise decir lo que dije allá abajo— Elliot
coloco el pie bajo una almohada, después se limpió las manos con la toalla y comenzó a
recoger las cosas que había utilizado — ¿Si quiera volverás a mirarme alguna vez? —
Elliot lo miro.
—¡Maldita sea! Estoy bien ¿Cuántas veces tengo que decirlo? — Elliot apretó los
labios y asintió. Esto ganaba por preocuparse.
—Yo sé que me pagas por esto, ¿pero es tan difícil es creer que me preocupo por
ti? — Clyde lo miro por largos segundos.
—Lo hago— era obvio que Clyde tenía miedo de bajar la guardia. Tenía miedo a
confiar. No podía culparlo por ello, no conocía todos los detalles de su vida, pero desde
el hecho de que se vio en la necesidad de contratar a otra persona para que fingiera ser
su novio, indicaba que ya lo habían dañado bastante en su vida.
—Me vuelves loco — Los ojos de Clyde se abrieron como platos y luego los
estrechó en unas rendijas mientras miraba a Elliot a los ojos.
—Shhh, tranquilo bebé— Elliot cerró los dedos en el cabello de Clyde, acercando
su rostro aún más, Clyde podía sentir el cálido cosquilleo del aliento en sus labios.
—Disfruta de lo que quiero hacer contigo, Clyde. —Elliot bajó la cabeza y tomó los
labios de Clyde, su beso era hambriento y dominante y francamente abrasador,
haciendo que el pene de Clyde estuviera duro como el acero. Clyde no estaba tan seguro
de poder discutir más con Elliot el hecho de que esto no era parte del trato. Los labios
del hombre sabían a miel pura para Clyde y él quería más.
Se quedó sin aliento cuando Elliot obligó a sus labios a abrirse empujando su
lengua. Sin dudarlo, Clyde los abrió, Elliot entró con una intensidad salvaje, besar a
Elliot no tenía el efecto que Clyde había pensado, era como besar a un tren de carga
fuera de control. Un minuto estaban corriendo, y al siguiente iban viento en popa, con
los penes duros y gruñidos salían de sus gargantas.
Clyde giró la muñeca mientras desabrochaba los jeans de Elliot y los separaba, su
boca se hizo agua al ver el camino feliz de vello que iba desde el ombligo del hombre a
muy por debajo de sus pantalones. Levantó la vista y vio a Elliot sobre él, jadeando,
mirándolo, eso hizo sentir a Clyde que aún estaba bajo control. Cuando sintió el largo y
duro pene contra sus manos, supo que no podía perderse del espectáculo completo,
apartando la mirada del rostro del hombre miro hacia abajo. Trago saliva cuando tuvo la
primera mirada de su hermoso pene. Era enorme
—Infiernos—
—Oh bebé… no te detengas —Elliot gritó. Clyde sabía que estaba deteniendo el
orgasmo de Elliot. Pero ¿dónde estaría la diversión en dejar que el hombre se corriera
tan pronto? No quería darle una mamada rápida y terminar, ahora que por lo menos
estaba decidido a algo y tenía suficiente valor para hacerlo, quería disfrutarlo, se
conocía a si mismo muy bien, sabía que cuando el momento pasara, la culpabilidad lo
mataría. Por ahora Clyde planeaba mostrarle a Elliot el amante experto que era.
El problema con torturar a Elliot era que Clyde estaba torturándose el mismo,
estaba tan excitado, que deseaba que el hombre lo jodiera. Justo cuando Elliot volvió a
gemir, Clyde chupó el pene del hombre hacia abajo a su garganta y tragó saliva. Y luego
se apartó. Clyde se inclinó y palmeó el saco del hombre y comenzó a rodar suavemente
los testículos de Elliot en la mano. Elliot empujó sus caderas hacia delante y gimió. Oír el
placer de él le hizo que la sangre corriera por todo su cuerpo. Clyde no quería jugar más.
El ver a Elliot en la agonía de la pasión le estaba afectando tanto, buscando a ciegas, bajo
el elástico de sus pantalones de pijama y envolvió sus dedos alrededor de su pene y
comenzó a acariciarse a sí mismo mientras chupaba a Elliot de nuevo intensamente.
—Eso es bebé, has que me corra —dijo Elliot con un gruñido mientras tomaba el
cabello de Clyde, enviando sacudidas de deseo por todo su cuerpo, Clyde chupó con
fuerza mientras tomaba con la otra mano las bolas de Elliot y jalaba duro el arrugado
saco. El hombre gimió y empujó sus caderas mientras Clyde lo chupaba hasta la parte
posterior de su garganta una última vez antes de que Elliot se empujara y gruñera su
liberación.
Elliot le dio a su pene unos cuantos jalones más y se corrió uniéndose a Elliot, su
semen salpico sobre ellos, pero no le importaba ahora estaba muy cansado, Elliot sacó
su pene y acunó la cara de Clyde, colocando un suave beso en los labios.
—Descansa un poco. —Elliot rodó de la cama, caminó hasta el baño y regresó con
una toalla húmeda en la mano. Clyde sólo se quedó allí mientras el otro hombre lo
limpiaba. Estaba muy cansado pero no tanto como para admitir que ningún otro amante
había sido tan atento, y Clyde estaba disfrutando de la intimidad entre ellos. Cuando
Elliot regresó del cuarto de baño, se recostó a un lado de él y lo atrajo contra su pecho
Clyde pudo sentir otra grieta en su armadura.
CAPÍTULO 6
A la mañana siguiente el tobillo de Clyde amaneció mucho mejor, Elliot en lo
personal se sentía mejor de lo que se había sentido en meses, no habían hablado de lo
que había pasado la noche anterior, cada que se interponía entre ellos el incómodo
silencio que daba a pie a que aclararan en qué punto se encontraban en ese momento,
Clyde se sonrojaba, cambiaba el tema y evitaba mirarlo. Elliot decido mejor dejarlo
pasar, prefería que las cosas surgieran de forma natural, lo espontaneo era mejor. Tomo
el silencio de Clyde como una aceptación a que las cosas entre ellos podrían cambiar a lo
que tenían en el acuerdo inicial, al menos eso pensaba ya que por ningún motivo
rechazaba sus besos, o sus caricias, o algún piropo, el que calla otorga.
Desayunaron con la familia y como Clyde no podía esquiar con él, decidió que
podían por lo menos ir a cenar a la ciudad, Scott le había hablado de un buen
restaurante de comida tailandesa, y por eso ahí estaban, estaba resultando ser una
agradable velada.
—¿De verdad eres publicista o es un papel que has ensayado muy bien? —Elliot
miro a Clyde precavidamente, en verdad no quería tener esta conversación.
—¿En serio quieres tener esta conversación? — Clyde dejo su copa de vino y
tomo su mano a través de la mesa.
—Soy jefe del departamento de edición desde hace varios años, me gusta mi
trabajo, ser acompañante masculino es como un…. —
—¡Vamooooos! Somos amigos ¿no? Quiero saber— Elliot enarco una ceja,
amigos era lo último que él quería ser. Pero por ahora. ¿Cómo podría responder a eso?
¿Por qué un acompañante masculino hacia lo que hacía? Claro que por lo económico
sería la primera razón, pero dado que no era este el caso, ¿Qué podría decirle?
—Me gusta ayudar a las personas— dijo lo primero que se le ocurrió —Creo que
los que solicitan este servicio es porque están…. —
—¿Desesperados? —
—¿Qué cosa? —
—Te acuestas con tus clientes ¿no? Creo que a eso no se le puede llamar …
ayuda— dijo con las comillas en el aire.
—Lo soy, no te hablare de sexo con otros clientes ¿más vino?— Clyde frunció los
labios pero asintió con la cabeza. —Háblame sobre tu trabajo— Hablar sobre jardines y
paisajes fue buena distracción, Clyde era un parlanchín, y era un tema conocido para él.
Durante horas charlaron sobre sus respectivos empleos. Era un tema seguro.
Compartieron a alguno que otro recuerdo de juventud. Fue una velada sumamente
maravillosa. Además el vino tuvo un buen efecto en Clyde, estaba chispeante y relajado.
En algún momento de la noche se trasladó más cerca de él y no podía mantener las
manos quietas, lo tocaba cada que tenía oportunidad. No le molestaba en absoluto. El
problema era que las pequeñas provocaciones estaban haciendo pedazos en su auto
control.
Una vez de camino a la cabaña, ya no tenía auto control, Clyde no estaba ebrio
pero se mostraba cariñoso, receptivo, relajado. Habían compartido un encuentro
caliente el día anterior, tal vez por ello ahora se mostraba menos… aprensivo. Una ligera
ventisca había comenzado dificultando un poco el camino.
—Eso es lo que quiero…así que apúrate y llévame a una cama— mandando todo
a volar, Elliot giro en la curva que llevaba a la cabaña. Él no aguantaría hasta llegar ahí,
dejarían la cama para después, buscando un lugar donde aparcar a un lado de camino
Elliot miro la parte de atrás de auto. Era pequeño, pero podrían ajustarse, suerte que
habían quitado la silla de seguridad de Tammy.
—¿En serio? —
—Sí, en serio, necesito que vayas al asiento trasero —Elliot lo ayudo a empujarse
hacia atrás —Cuidado con la pierna— no quería que se lastimara. Rápidamente bajo del
coche y entro en la parte trasera. Clyde subió a su regazo tan pronto como Elliot se
sentó. Su boca besaba un rastro hacia abajo por el cuello de Elliot mientras sus manos
tiraban para deshacerse del suéter.
Clyde tomó su pene a través de sus pantalones. Elliot abrió las piernas y su
cabeza golpeó contra la piel del asiento. Clyde trabajo en sus pantalones hasta que su
erección salto libre, tomándolo entre sus manos pasó su pulgar por la brillante cabeza
del su pene tomando el pre semen y haciendo que Elliot olvidara quién era.
Clyde tomó su boca, besándolo con fuerza. Elliot le quitó la chaqueta y la camisa,
dejando al descubierto su torso. Era divino. Pero deseaba tenerlo desnudo por
completo. A ciegas trabajo con sus pantalones, fue un poco más difícil, ya que se
encontraban en un espacio estrecho y su pequeño travieso se negaba a bajar de su
regazo. Al fin consiguió liberar el pene de Clyde
—¡Siiii! —Clyde gritó. Elliot deslizó un tercer dedo, entonces un cuarto dedo,
Clyde se empalaba en ellos.
—Me robas el aliento bebé—Elliot empujó sus dedos más profundo Clyde se
inclinó hacia adelante apoderándose de su boca con avidez Elliot empujó sus dedos más
profundo.
—Follame —Clyde rogó. Elliot sacó su mano y tomó la base de su pene mientras
Clyde se deslizaba por el empalándose a sí mismo. Elliot gruñía mientras Clyde
lentamente se deslizaba hacia abajo, sus manos acunaron el trasero del chico mientras
estiraba el cuerpo de Clyde. Primitivas sensaciones lo recorrían ante la sensación de
estar enterrado hasta las bolas en el interior del hermoso hombre.
—Estoy cerca —Clyde murmuró en sus labios. Elliot se empujó más duro. El
ruido de piel contra piel era fuerte dentro del auto. Estaba tan excitado. No recordaba
haberse sentido así jamás con otro amante. Elliot gruñó, mordiendo el labio inferior de
Clyde mientras se empujaba más fuerte, ondas eléctricas lo recorrían, y Elliot lo jaló más
fuerte contra su cuerpo, abrazándolo mientras se empujaba en él profundamente. Clyde
pasó sus manos a través de su cabello.
Elliot jaló a Clyde mientras Se empujaba más duro, Clyde gritó, mientras se
corría fuertemente. Elliot envolvió sus brazos bajo los hombros de Clyde y empujó su
eje más fuerte mientras gritaba su liberación, su pene pulsaba en el interior del chico.
Elliot se empujó unas cuantas veces más antes de enterrar su cara en el cuello de Clyde.
Clyde estaba jadeando, sus manos bajo la camisa de Elliot sintiendo la sudada
piel Clyde jaló la cabeza de Elliot, buscando sus labios con los suyos y tomó el culo de
Elliot, evitando que se saliera —Aun no— Elliot asintió empujando su medio
duro eje más profundamente dentro de él.
—Ha sido maravilloso. Eres fantástico —Elliot confesó besando en los labios a
Clyde.
CAPÍTULO 7
Clyde bostezó y se frotó los ojos. Era bastante tarde, desde hacía horas ya
deberían de haber bajado, sabrá dios que estaba pensando su familia, pero lo cierto era
que no le interesaba. No quiera moverse.
—Me extraña que mi madre no haya venido a buscarnos ya— Dijo Clyde. Elliot
abrió los ojos. Estaban compartiendo la almohada porque Elliot seguía tendido medio
encima de él, sus piernas enredadas. Ambos estaban sudorosos y pegajosos después del
sexo, pero Clyde no quería moverse. Se sentía demasiado bien para moverse. Anoche
había mandado a volar su cordura a quien sabe dónde, había follado con Elliot en el
carro de alquiler de su cuñado, no estaba muy claro en sus recuerdos de cómo habían
llegado a su habitación. Pero lo que si recordaba con claridad era que casi no habían
dormido.
—Tu madre es una mujer sensata, por eso me cae muy bien— aseguro Elliot
mientras bajaba la cabeza para lamer uno de sus pezones. Se estremeció. Sus pezones
no eran particularmente sensibles, pero Elliot parecía tener una fijación extraña con
ellos. No es que fuera desagradable ni nada, pero habría preferido que Elliot chupara y
lamiera algo más.
—Tal vez deberíamos bajar— era mejor poner algo de espacio. No había tenido
tiempo de pensar en lo que había hecho. No estaba arrepentido ni nada, pero había
muchas cosas que considerar. Esperaba por lo menos no salir corriendo hacia las
montañas cuando analizara las consecuencias que esto traería.
—Ya veo cual es el problema, tendremos que hacer algo—Elliot miró sus labios
sonrientes. Clyde se relamió los labios.
—Tal vez… aunque admito que también estoy hambriento— dijo con mirada
sugerente.
—Creo que también poder cubrir esa necesidad— él trepó por encima del
cuerpo de Clyde y luego le dio de comer su polla, Clyde gimió alrededor de la gruesa
carne en su boca y miró hacia la puerta. Solo esperaba que nadie de su familia
interrumpiera, pero con el pene de Elliot en la boca no podía pensar correctamente. A la
mierda con todo.
Relajando la mandíbula, Clyde alzó la vista y vio como Elliot jodía su boca. Amaba
ver esto, nunca se había sentido tan poderoso como ahora, ver como el hombre perdía el
control era una victoria para su orgullo. Su autoestima había sido severamente afectada
años atrás. Y ahora con Elliot sentía que estaba recuperando al viejo Clyde. Se sentía
sexy, sensual, seguro de sí mismo…
Apretando los labios alrededor de la polla, Clyde movió su mano a su propia polla
y comenzó a masturbarse, dejando a Elliot follar su boca y hacer lo que quisiera. Podía
sentir que el otro hombre estaba cerca ya, pero de repente Elliot se detuvo y se retiró.
—¿Qué?— Clyde gimió en protesta lamiéndose los labios, los cuales sentía
hinchados.
Varias horas más tarde, sin el aturdimiento de la neblina sexual Clyde vio las
cosas de manera diferente… de una muy mala manera diferente, ¿Qué había hecho? Los
acontecimientos de la noche anterior parecían bizarros y surrealistas. Si su cuerpo no
molestara y su culo no le doliera, él habría pensado que había sido sólo un sueño. Pero
no fue un sueño.
Había tenido sexo real con su cita contratada. Lamiendo sus labios, Clyde salió de
la cama, haciendo una mueca cuando el movimiento envió una nueva
ola de dolor sordo a través de su culo, tomando una camiseta de la cómoda y unos
calzoncillos se vistito ignorando deliberadamente el numero considerables de
moretones que tenía por todo el cuerpo. Analizaría el recuento de los daños una vez que
pudiera tomar una ducha, Elliot le había sugerido que entraran juntos, pero Clyde había
querido distanciarse un poco.
La situación era muy jodida, pero necesitaba mantenerse sereno y pensar con la
cabeza fría, el problema en si no era tan grave, había tenido sexo con el hombre que
había pagado para que fingiera ser su novio. El sexo no fue parte del contrato, pero
había ocurrido. Clyde podría haberse negado fácilmente. Podría fácilmente haberlo
detenido. Pero no lo había hecho; Solución… pagar el cargo extra por el sexo.
Sintió la bilis subir por su garganta, jamás pensó que pagaría por sexo, pero ya no
había marcha atrás. No tenía el suficiente efectivo ahora mismo, pero eran adultos,
podrían llegar a un acuerdo, bien podría darle un cheque ahora o Elliot podría esperar
más tarde a que fuera al cajero a retirar dinero. Lo que si estaba seguro es que tenía que
ser el primero en sacar la conversación, no quería que Elliot pensara que se estaba
aprovechando y se sentiría realmente abochornado si más tarde él decidía cobrarle.
La puerta del baño se abrió de repente, y Clyde saltó un poco, pero se obligó a sí
mismo a serenarse, Elliot salió del cuarto de baño, abotonándose la camisa.
—Listo bebé el baño es todo tuyo— la cara de Clyde debió de reflejar algo muy
malo, porque Elliot enarco una ceja y se puso serio — ¿Ocurre algo?—
— ¿Cuánto quieres? —
— ¿Qué cosa? — pregunto extrañado, Clyde podía sentir su cara arder, pero aun
no aparto la mirada de Elliot.
—Por lo de anoche, ¿Cuánto tengo que pagar? No tengo mucho efectivo, pero
puedo darte un cheque, o si prefieres más tarde puedo ir al cajero—
—No te preocupes, corre por cuenta de la casa— dijo con los dientes apretados,
se dirigió hacia una esquina para tomar sus zapatos. ¿era su imaginación o Elliot se
había ofendido?
—Pero…—
—Te he dicho que lo olvides— él le dio una dura mirada —No te preocupes,
tómalo como mi regalo de navidad atrasado—
—¡Espera un maldito segundo!— dijo Clyde molesto, Elliot ya estaba yendo hacia
la puerta —No necesito caridad, puedo pagarte— Elliot rio entre dientes.
—Eres un idiota— escupió con desdén —¿No se te ha ocurrido pensar que si
quisiera haberte cobrado te lo había dicho antes?— Clyde lo miro con ojos muy abiertos.
No, sorprendido no, estupefacto, aturdido, pasmado… esos eran adjetivos más
precisos, ¿Qué mierda acababa de suceder?
★★★
—Siempre pensé que el sexo mejoraba el humor y no al revés— Elliot abrió los
ojos para mirar a Scott. Venia saliendo del garaje con su equipo de esquí. Con cuidado
lanzo unas bolsas de lona detrás de la camioneta todo terreno que habían alquilado.
—Yo también creí eso por muchos años— Scott le caía bien. Había charlado
mucho con el hombre y hasta ahora le parecía agradable. Scott rio.
—¿Iras a esquiar?—
—Tanto como esquiar no, pero si pienso deslizarme por la montaña, ¿te
apuntas? — Elliot miro indeciso hacia la ventana del segundo piso, oh no, ahora él no
estaba dispuesto a dar su brazo a torcer y la verdad sea dicha, lo que menos deseaba en
este momento era mirar a Clyde, necesitaba controlar su temperamento.
—Para nada, tengo la oportunidad de lanzarte montaña a bajo— Dijo con ironía.
—¡ok! Yo que pensé que no podría haber más tensiones por un día— Dijo Scott
regresando al garaje.
—Lo sabes ¿cierto? — solo quería confirmar sus sospechas, pero estaba seguro
que Scott sabia lo ocurrido.
—Por supuesto que lo sé, Shena es muy unida con su hermano, aunque sus
padres no se dieron cuenta, a ella y a mí nos tocó juntar los pedazos cuando Math lo
abandono por Logan— Scott tomo una profunda respiración —Quería matarlo, créeme,
pero Clyde lo impido, ni siquiera sé de donde saco fortaleza para ser el padrino de
Logan— Elliot no pudo evitar golpear con el puño cerrado la mesa de trabajo, las
herramientas saltaron por todos lados. Scott no se sorprendió por su arrebato
—¿El padrino?—
—Vamos entonces—
Necesitaba controlarse, estaba molesto con Clyde por haberle ofrecido un pago,
no podía culparlo, después de todo estaba fingiendo ser su novio de alquiler, aun así, él
debió de haber sentido que lo que sucedió entre ellos no era por lastima o por conseguir
un pago… había sentido cada caricia, cada beso… Clyde estaba sin querer metiéndose en
su corazón. Ahora tenía que encontrar la manera de decirle la verdad y procurar no
perder al chico en el proceso.
CAPÍTULO 8
Clyde asomo la cabeza por la ventana justo al tiempo que la camioneta salía por el
camino ¡mierda! había metido la pata, realmente había ofendido a Elliot, aunque no
sabía muy bien porque, el preguntarle cuanto le debía por lo de anoche había sido una
pregunta valida ¿no? Después de todo era su negocio, ser acompañante y tener sexo con
sus clientes era el paquete ofrecido en el contrato.
Lo sucedido anoche, y esta mañana había sido el mejor sexo de su vida entera, no
recordaba que fuera así de bueno con nadie, ahora comprendía porque el hombre
cobraba demasiado… pero la tristeza en los ojos de Elliot al asegurarle que le extendería
un cheque lo había realmente desconcertado. Elliot había salido furioso de la habitación.
Clyde había perdido tiempo en ducharse y cambiarse y ahora resultaba que se había
ido… cerró los ojos, estaba sobre dramatizando, no se había ido de Aspen, solo había ido
con Scott y Math a esquiar… ¿desde cuándo Math esquiaba? Era de una de las cosas que
tenían en común, no eran mucho de deportes, Math era un hombre más intelectual. ¡Y
ahora estaban juntos!
—Daré un paseo— se enredó con las cosas que estaba tomando del estante, tropezó
con el esquí y por poco cayó al suelo. Logan se agacho y tomo el casco que rodo hasta
sus pies.
—Gracias por señalarlo, de hecho, no hay día que señales que eres mejor que
yo— Logan rodo los ojos.
—Cualquiera diría que ustedes no son pareja…— cada vez se convencía que entre
ellos las cosas no iban bien.
—Yo no tengo la culpa que tengamos los mismos gustos en hombres, Math me
gusto desde el momento en que lo vi, ahora es mío, siempre obtengo lo que quiero— la
sangre de Clyde hervía de ira, su hermano era cruel, egoísta y caprichoso, nunca le había
importado que tenía que hacer con tal de conseguir lo que deseaba, pasaba por encima
de quien fuera, ignoraba todo a excepción de su objetivo, y jamás sentía remordimiento
si dañaba a alguien en el proceso.
—Me da igual, por ahora, tengo un buen empleo, tengo un buen estatus social,
tengo al hombre que quiero y me divierto como quiero ¿Qué tienes tú? — su hermano
riendo se puso las gafas y entro en el vehículo. Clyde quería golpear algo.
Preferentemente a Logan. No tenía que sorprenderse de las palabras de su hermano, él
era así, pero sentía una rabia que no podía contener, él le había arrebatado todo cuanto
quería…
Las palabras de Logan resonaron en su cabeza, <<¿Qué tienes tu?>> Clyde cerró
los ojos, podría no ser como Logan, pero también tenía cosas buenas en su vida… tenía
un empleo que amaba, tenía amigos <<Lo cual dudaba que tuviera Logan>> tenía a su
familia a la cual amaba y por ellos ahora estaba aquí y soportaba todo lo que Logan le
había hecho a lo largo de los años y … tenia a Elliot.
Abrió los ojos sorprendido ante ese último pensamiento, ¿Por qué pensaba en
Elliot? Él no era suyo. Le estaba pagando por fingir ser su pareja… pero no podía pensar
en él de otra forma que no fuera “Suyo”
Una sonrisa surco sus labios, ahora se sentía un poco más tranquilo, admitía que
se había equivocado esa mañana, la situación de cómo comenzó esto, no pudo ser la
mejor, pero lo que sintió en los brazos de Elliot no se podía fingir ¿o sí? Miro el equipo
en sus manos ¿Qué estaba haciendo? Él no sabía esquiar, si lo intentaba terminaría en
urgencias y eso arruinaría sus planes, dejando el equipo en su lugar fue a buscar ropa
más abrigadora.
Estaba loco si creía tan siquiera poder subir la montaña, así solo lo esperaría al
pie de la montaña, era más seguro, además con la teoría de que todo lo que sube tiene
que bajar… por más que escalara Elliot con tal de alejarse de él al final tendría que bajar.
Le daría su espacio. Le permitiría pensar y le daría tiempo de calmarse, pero al final…
quisiera o no tendría que escucharlo.
Llevaba horas parado al pie de la montaña, pero hasta ahora no había señales de
ninguno de los tres, ya estaba comenzando a desesperarse, deportistas bajaban y
bajaban, pero ningún rastro de Elliot, Scott o Math, tal vez fueron a alguna otra zona, lo
más sensato era esperarlos en la cabaña. Pero Clyde negaba a darse por vencido.
Esperaría.
—Lo siento mucho señor— dijo el hombre con acento muy marcado, si debía
adivinar diría que era cubano o algo por el estilo.
—Estoy bien— aseguro intentando levantarse, era muy difícil con tantas capas
de ropa.
—¡Estoy bien! Y no me llames Cly— Su familia era el único que lo llamaba con el
diminutivo de su nombre, que Math lo hiciera solo le traía malos recuerdos. Y a pesar de
sus protestas Math termino ayudándolo para que se pusiera de pie.
— ¿Clyde? ¿Qué ocurre? — él se giró hacia la voz que deseaba escuchar. Elliot se
encontraba a un lado de Scott, ambos asombrados de verlos ahí. No le importaba.
Apresurándose y tratando de no caer corrió hacia Elliot. Él tuvo que tomarlo en brazos
al final para evitar que resbalada.
—Clyde…—
—Lo sé— dijo Elliot llevando una mano enguantada hacia su rostro —Se lo que
pensaste, yo también me disculpo, no debía molestarme como lo hice, pero pensé que
anoche había quedado claro que tú me importas—
—Mucho— se inclinó para darle un beso en la punta de la nariz —Te diré algo—
dijo tomando su rostro entre ambas manos —Eres un hombre maravilloso, cualquier
hombre estaría orgulloso y feliz de estar contigo— Elliot se inclinó y pego sus frentes,
tomó una profunda respiración —y si todavía no me crees, solo me queda agregar que sí
yo te hubiera tenido, solo volviéndome ciego, sordo o imbécil… te hubiera dejado—
Clyde sintió que el suelo se movía bajo sus pies, nadie jamás le había dicho nada tan
bonito. Con los ojos anegados de lágrimas lo abrazo por el cuello y lo atrajo para
besarlo… ¿Qué le había hecho este hombre? No lo sabía, pero ahora mismo tenía la
resolución de no dejarlo escapar… muy en el fondo anoche había sabido que se estaba
enamorando de él, por esa razón había ofrecido el pago en la mañana, para convencerse
más que nada así mismo que esto solo era un mero contrato que estaba a punto de
concluir.
Hoy. En este preciso momento. En sus brazos. Con lo que acababa de decirle. Clyde
supo que no se estaba medio enamorando de este hombre…. Ya lo estaba.
★★★
Elliot rio mientras veía nuevamente a Clyde caer sobre la nieve, definitivamente
no había esperanza para él, lo habían intentado durante horas, pero Clyde seguía sin
poder avanzar un metro sobre los esquíes. Riendo fue a ayudarlo.
—Sera mejor que dejemos las clases hasta aquí bebé— Dijo Elliot ayudando a
levantarse, tuvo que esquivar uno de sus bastones o le habría dado en la cabeza…en el
último par de horas había llegado a una conclusión… Clyde igual a desastre total.
—¿Te molesta?— Elliot se tensó, creyó que después de ocurrido horas antes, a él
le había quedado claro que tenía intenciones de cortejarlo pero al parecer se había
molestado. Clyde toco su mejilla con su mano enguantada.
—Vamos a casa— susurro Clyde entre sus labios. Elliot rio y se apartó del
hombre el cual protesto como niño pequeño.
—No bebé, todavía no, ¿Qué tal un poco de chocolate caliente? — Clyde hizo un
adorable puchero —Es tarde, nos hemos saltado el almuerzo y no sé tú, pero yo tengo
hambre—
—Yo no tengo hambre de comida – Cuando Clyde paso su lengua por sus labios,
Elliot gruño.
—Pero...—
Era tarde cuando regresaron a casa, había sido una tarde y una noche
agradable… más que eso admitía Elliot, todo iba bien, Clyde era divertido, alegre,
parlanchín y muy cariñoso, se estaban conociendo, tenía algunos días más por delante
antes de que al final Elliot le dijera la verdad, lo cual temía, en cuanto más conocía a
Clyde mas se enamoraba, él lo hacía desear cosas que jamás pensó llegar a desear. Por
primera vez, pensó en una pareja, una casa, un perro, niños… deseaba una familia y con
Clyde sabía que podría conseguirlo.
CAPÍTULO 9
Clyde se removió incomodo en la cama, era gracioso, no había salido al bar con
Scott y Elliot porque estaba cansado y deseaba dormir, y ahora no podía hacerlo. Miro
hacia la mesilla de noche, el reloj marcaba la una de la mañana, pero ellos no habían
regresado todavía. Era la noche libre de Scott, su hermana y su cuñado tenían una rara
rutina, durante el mes, cada uno tenía una noche libre para poder salir, no es que fueran
a ser infieles el uno con el otro, era para descansar de la rutina del día a día y de las
obligaciones de ser padres, tener una niña tan pequeña daba mucho trabajo. Viéndolo
desde ese punto de vista comprendía porque necesitaban una noche al mes para
recargar baterías, así que su cuñado y Elliot habían ido a tomar una copa, era una salida
de chicos inocente, solo para beber y charlar, pero no sabía porque razón la atacaban los
celos al imaginar a un hombre como Elliot, en medio de un bar, lleno de hombres y
mujeres que buscaban un poco de diversión. Conocía a Scott y sabía que él jamás
engañaría a Shena, pero Elliot….
Negó con la cabeza desechando esos pensamientos, él hasta ahora no había hecho
nada para que desconfiara, de hecho, el último par de días habían sido maravillosos,
mañana era noche vieja y después… todo terminaría, no habían hablado sobre lo que
harían después y eso lo mantenía inquieto. Apartando las sabanas de una pata decidió
buscar algo de tomar.
—Tan hermoso— Clyde gimió al sentir la mano de Math recorrer una de sus
piernas desnudas, llevaba solo unos pantalones cortos de dormir y una delgada
camiseta, la cabaña tenia calefacción así que no había tenido frio. Ahora en cambio
sentía frio, terror e impotencia. Las manos de Math no le causaban excitación, jamás
pensó que eso llegara suceder, ¿Cuántos años sufrió por la ausencia de este hombre?
¿Cuántas veces deseo volver a tenerlo junto a él? ¿Qué lo besara? Intento nuevamente
empujarlo, pero el aprisiono sus manos detrás de su espalda, el filo de la encimera se
clavó en sus muñecas haciéndole daño. Lo sostenía con una mano y su cuerpo
aprisionándolo mientras con la otra mano le tapaba la boca.
—No sabes cuánto te extraño— susurro él apretando sus frentes juntas —Me
equivoque Cly y no sabes cuánto me arrepiento— Clyde hizo una mueca agria, su
respiración se atascó en su garganta, esto no era bueno, nada bueno, las alarmas se
encendieron en su interior. La mirada desenfocada de Math lo estaba asuntando, estaba
ebrio, y sabía que no podía confiar en él en este preciso momento.
—No…hagas esto— susurro, pero Math volvió al ataque, luchó por escapar de los
bruscos besos, Math estaba vuelto loco, fuera de control, aunque no pudiera con él Clyde
no pensaba rendirse, así como así. Su familia estaba en el piso superior, tenía que pedir
ayuda, miro a su alrededor, pero no tenía nada a mano para que pudiera ayudarlo.
Entonces, así de rápido como Math lo había atacado, así de rápido desapareció su
peso de encima de él.
—¡Hijo de puta! ¡te voy a matar! — gritó Elliot mientras lanzaba a Math por
encima de la encimera tumbando todo a su paso, a Clyde le costaba enfocar la vista. Por
instinto cuando alguien toco su hombro él se encogió con temor.
—Tranquilo Cly, ya no puede hacerte daño— Clyde sentía que no podía respirar,
miro a Scott preocupado. Nuevamente se escucharon los gritos de Elliot y cosas que se
quebraban por todos lados. Escucho pasos y las voces de sus padres. ¿podría ser esto
más humillante? Se había desatado el caos. Ahora ellos se enterarían de alguna u otra
forma lo que él había tratado de ocultar por años
—¡Que lo mate!— dijo Scott furioso, mientras le colocaba su chaqueta sobre los
hombros para cubrirlo un poco. Clyde lo miro con ojos suplicantes.
—¡por favor… has algo! No quiero que Elliot vaya a la cárcel— Su cuñado apretó
los labios, pero asintió. Clyde temblaba incesablemente, no podía escuchar nada
claramente, solo era ruido… mucho ruido, pero al levantar la mirada, pudo ver a Elliot
apresurarse hacia él, Clyde no lo dudo tendió los brazos hacia él. Elliot cayó de rodillas a
su lado y lo envolvió en sus abrazos con amor
—Necesito una ducha— Aferrándolo más fuerte, Elliot llevó a Clyde al cuarto de
baño. Él no dijo nada, pero Clyde podía sentir lo tenso que estaba.
—¿Preferirías un baño o una ducha? — pregunto Elliot dejándolo sobre sus pies,
lo tuvo que sostener un segundo para que se equilibrara. Clyde lo miro mordiéndose el
labio, de repente se sentía tan avergonzado y nervioso, miro hacia el
suelo, la vergüenza lo llenaba.
—Me gustaría una ducha, pero también me gustaría estar un momento a solas un
momento— el silencio lo hizo levantar el rostro para mirar al hermoso hombre. —Por
favor— Suspirando Elliot le besó la cima de la cabeza.
—Estoy bien— de nuevo miro hacia el suelo, de repente los dedos de sus pies le
parecieron más interesantes —No quiero pasar por más vergüenzas, por favor, solo
necesito una ducha—
Una vez que él se hubo marchado se desnudó y encendió la ducha para que se
calentara el agua, no pudo resistirse a mirarse en el espejo hizo una mueca al ver las
marcas de dedos salpicando su piel cremosa. Inclinado sobre el espejo Clyde vio su
mejilla, donde se había golpeado al caer… todavía parecía aturdido, sus ojos rojos por
las lágrimas, negándose a seguir contemplando el desastre que era, Clyde entro en la
ducha, cogió el cepillo y el jabón y comenzó a lavarse, sin ser consciente de lo que hacía
comenzó a fregar su cuerpo con fuerza, y después otra vez y otra vez… no se sentía lo
suficientemente limpio todavía… ¿porque? ¿Por qué Math le había hecho esto? ¿No le
había bastado con el daño que le causo a su corazón cuando lo boto del apartamento
alegando que tenía alguien más?. Le había roto el corazón, lo había humillado y ahora
esto.
Preguntas sin fin acosaron su mente hasta que Clyde pensó que se volvería loco,
lanzando el cepillo contra la pared de la ducha se deslizo hasta el suelo y comenzó a
llorar. Se envolvió en sus propios brazos y se balanceo hacia atrás y hacia adelante. No
supo cuánto tiempo estuvo ahí, hasta que escucho vagamente que alguien entraba en el
baño, todavía con lágrimas en los ojos, vio como Elliot cortaba el flujo de agua y lo
envolvía amorosamente en una toalla mientras lo levantaba del suelo. Clyde no podía
hablar, era como si observara la escena desde fuera. Elliot lo llevo hasta la cama y se
hizo un ovillo en el centro.
—No me dejes— acertó a decir entre lágrimas, tenía miedo, no podía parar de
llorar y no deseaba estar solo. Sentía que su mundo se derrumbaba a su alrededor y no
podía hacer nada.
—Shh, tranquilo bebé, estoy aquí— Elliot retiro el cabello mojado de su cara y
levantó el mentón para verlo a los ojos. —Descansa, no iré a ninguna parte— Se inclinó
y besó castamente los labios. Clyde confió en él, al acomodar la cabeza sobre su pecho,
sintió paz, confianza y tranquilidad. Sin saber cómo se quedó dormido.
CAPÍTULO 10
Elliot no quería abandonar a Clyde, pero tenía cosas que solucionar primero, con
cuidado de no despertarlo, salió de la cama, lo arropo bien, cuando le dio un beso en la
cien, él gimió, pero no despertó.
A fuera se encontró con Scott, no tuvo que ser adivino para saber que estaba ahí
haciendo guardia. No quería que bajara o dejarlo solo por temor de que terminara su
trabajo sobre ese hijo de perra…
—¿Cómo se encuentra?—
—Se ha quedado dormido, tengo que volver pronto, ¿Cómo están las cosas? —
pregunto dirigiéndose hacia las escaleras, pero Scott lo detuvo tomándolo del brazo.
—Shena ha tenido que contarle todo a sus padres, no lo están tomando muy
bien, no quisiera ser Jon ni Nicol en este momento, están divididos entre llamar a la
policía o no, después de todo Logan también es su hijo— Elliot apretó los puños.
—¿Qué ocurre?— Scott miro hacia otro lado —Dímelo— exigió, había aprendido a
confiar en él, era un buen hombre y apreciaba mucho a Clyde, simplemente por eso se
estaba permitiendo ser su amigo.
—Logan se niega a creer que Math haya intentado abusar de Clyde, asegura que
lo más probable es que Clyde este mintiendo o que él mismo lo ínsito y ahora se está
haciendo la víctima—
—Así es Logan—
—Aquí solo hay un maldito manipulador y ese eres tu— dijo Elliot molesto. —
¿Qué te ha hecho tu hermano para que lo odies tanto?— Logan lo miro molesto.
—Él apenas y conoce a Clyde, no sabe hasta dónde llega su maldad— Elliot
estaba por perder la paciencia. Scott se colocó a su lado, seguramente preparándose
para detenerlo por si golpeaba a Logan —Deberías agradecer que no levante cargos por
agresión, bien que te lo tienes merecido— eso fue la gota que derramo el vaso, sin
perder de vista al pequeño rubio, en dos zancadas estaba enfrente de él, lo tomo por las
solapas de su cara chaqueta, el grito como una niña asustada pero no le importo, lo
estrello contra la pared, al instante Scott y Jon estaban ahí para tratar de separarlo. Pero
él mantuvo su agarre firmemente contra Logan.
—Eres un maldito hijo de perra retorcido. ¡Es tu hermano! Pero siempre buscas
la manera de herirlo, le arrebataste al novio, ¿Por qué no te conformaste con eso? Tienes
lo que quieras ¿no? A Math, pero seguro que eso no es suficiente para ti, ya lo tienes y ya
no hay diversión en eso, ¿verdad? ¿por esa razón te estabas besuqueando en el bar con
ese hombre no? —Los ojos de Logan se abrieron con sorpresa, Scott y él habían
descubierto a Logan entrando con un hombre en el bar, él no los había visto, fue esa la
razón por la que ellos habían decidido regresar antes, no querían verse involucrados en
problemas
—Su hijo a sufrido demasiado por culpa de esa escoria— señalo molesto a Logan
—Y lo ha soportado todo por no hacerlos sufrir a usted, pero ya fue suficiente—
—Elliot…— intento hablar Shena pero con una dura mirada la detuvo.
—Tu eres testigo de todo esto, siempre lo has sabido todo y no has hecho mucho
por ayudarlo, sabes que lo que decimos es verdad ¿seguirás defendiéndolo? — Shena
miro a Logan y después agacho la mirada.
—Ambos son mis hermanos— ella miro a Scott y después a sus padres —Pero es
verdad lo que dice Elliot, no podemos permitir que Clyde siga sufriendo, tal vez no
quiere que llamemos a la policía, pero debemos hacer algo—
—¡Cállate!— grito Shena a Logan —Ya has hecho bastante daño, Scott y yo
tuvimos que ocuparnos de Clyde después de que tú y Math lo traicionaran, ¿y qué hiciste
después?— pregunto ella con ironía —¡Te burlaste cuando me contaste lo que habías
hecho, y todavía con cinismo te jactaste que le pedirías ser tu padrino de boda, siempre
utilizaste a nuestros padres para chantajearlo—
—Si lo es— intervino Scott —Es una víctima de tu maldita mente retorcida—
Scott miro a Elliot apenado —Me da vergüenza admitir que no hemos hecho mucho para
ayudarlo—
—Si guardamos silencio es porque él nos lo pidió— Aseguro Shena. Elliot miro a
los señores Haider.
—Sé que esto es difícil para ustedes, pero Clyde es lo más importante para mí, tal
vez no quiera hacer nada legalmente, pero si Math y Logan siguen aquí, no me dejan
más alternativa que llevármelo inmediatamente— Jon y Nicol se miraron mutuamente,
les estaba causando dolor al hacerlos elegir, pero Clyde merecía tener un poco de paz.
Nicol asintió, y Jon dio un paso hacia su hijo Logan.
—Necesitamos procesar todo esto— dijo Jon con tristeza —Tu madre y yo
estamos muy decepcionados, hablaremos de esto cuando regresemos a los Ángeles,
pero por ahora… Te pido que tú y Math se marchen inmediatamente por la mañana—
Logan estaba rojo de ira.
Aun no procesaba todo lo que había pasado, cada que recordaba a Math encima
de él, Clyde entraba en pánico. Durante su relación jamás lo había forzado a nada, ni
siquiera a que comiera brócoli. Él odiaba el brócoli, y Math siempre había sido muy
comprensivo con todo, rara vez habían discutido, jamás le había gritado, cuando tenían
algún desacuerdo, Math optaba por encerrarse a trabajar que discutir, Y ahora así como
así había pretendió violarlo. Analizando mejor sus sentimientos, llego a la conclusión
que no lo odiaba, sentía lastima por él, debería de ser realmente duro lo que estaba
viviendo con Logan que lo había llevado a tal grado de agresión.
—Tammy sigue roncando como un tronco, faltan cinco minutos para que
comiencen los fuegos artificiales y espero de verdad que no despierte— Informo Elliot
entregándole una taza de chocolate. Clyde sonrió agradeciéndoselo.
—Shena dice que ni un tractor podría despertarla, ¿Por qué crees que Scott
estuvo jugando con ella en el trineo? Fue un plan bien organizado, querían agotar a la
pobre— Elliot rio sentándose a su lado en el columpio acolchado del porche trasero.
Como había dicho, fue un día difícil. Lleno de tensiones, pero había insistido en que
nadie cancelara sus planes para hoy, sus padres habían ido a una reunión con amigos, y
había convencido a su hermana y a su cuñado para que salieran a divertirse, él no tenía
ganas de salir, así que se ofreció a cuidar a Tammy, a Elliot también le había dicho que si
deseaba celebrar el año nuevo podría ir sin preocuparse por él. El hombre simplemente
había rodado los ojos y lo había besado. Por esa razón aquí estaban. Recibirían el año
nuevo acurrucados bajo una manta, tomando chocolate caliente y pastelillos de
chocolate y nuez. Durante largos segundos se sumergieron en un cómodo silencio, de las
cabañas alrededor les llegaba el sonido de música. Todo mundo estaba de fiesta.
—Gracias— susurro, su tono fue tan bajo que no creyó que Elliot lo escuchara.
—¿Por qué me das las gracias?— Clyde no lo miro, tenía la vista enfocada en las
pequeñas luces navideñas de las otras casas.
—Por esto, por estar aquí, sé que por días no hemos hablado sobre el hecho de
que yo te contrate…—
—Clyde..—
—Déjame terminar— miro al Elliot —Yo te contrate, pero lo cierto es que me he
olvidado de eso en los últimos días— dijo sinceramente —No sé qué habría hecho yo sin
ti— Elliot lo rodeo por los hombros con un brazo y lo beso en la sien.
—Mañana todo termina, no sé qué pasara después, pero ahora mismo no quiero
pensar en eso— Clyde sintió a Elliot tensarse a su lado, no quería mirarlo, no quería que
le dijera que el día de mañana seria el adiós, el contrato terminaría y volverían a Nueva
York para cada uno tomar su camino.
—Clyde….—
—No digas nada— se pegó más hacia su cuerpo —Ahora no digas nada por
favor, no quiero romper esta burbuja— Elliot tomo su mentón con sus dedos y lo obligo
a mirarlo.
—Todo estará bien bebé— aseguro Elliot besando su nariz —Te prometo que
estaremos bien— Clyde sonrío, quería tener fe. Su proximidad lo tranquilizó, aunque
estaba a punto echarse a llorar, tenía los sentimientos a flor de piel.
—Confió en ti— justo en ese momento las campanas comenzaron a sonar y los
fuegos artificiales de colores estallaron en el cielo. —¡Feliz año nuevo!— susurro
besando a Elliot en los labios.
—Dime lo que deseas —le pidió Elliot. él irguió la barbilla en una invitación
inconfundible. Entonces Elliot lo besó, y el beso produjo exactamente el efecto que él
quería. Math desapareció en el calor generado por el encuentro de sus labios. El
contacto se prolongó cada vez más, privándolo de respiración y voluntad, y dando paso
al deseo. La boca de Elliot en la de él era como un bálsamo curativo que relegaba el
recuerdo de la agresión de Math a los más lejanos confines de su memoria. No deseaba
recordar, deseaba sentir. Quería que Elliot borrase lo que casi había sucedido noche.
Deseaba...
—Quiero que me hagas el amor— susurro, Elliot gruñó contra sus labios y profirió
sombríos e incoherentes juramentos de pasión que a él le parecieron salvajes y
excitantes. Cuando su lengua rozó sus labios, Clyde se abrió a él, paladeando su sabor y
su fragancia. Clyde se arqueó contra él, entrelazándole los brazos alrededor del cuello
para
atraerlo más cerca. Un gruñido sordo se deslizó entre los labios de Elliot, y de pronto él
interrumpió el beso.
—Más que nunca— aseguro —Te deseo— Esa fue toda la confirmación que
Elliot necesitara, con un último beso, lo ínsito a levantarse, tomaron el monitor por si
Tammy despertaba, y abrazados se retiraron a la habitación, Clyde sonrío, no podía
pensar una mejor manera de recibir el año nuevo que en los brazos del hombre del cual
estaba enamorado.
CAPÍTULO 12
Y al fin estaban comenzando el año, y con ello llegaba el final de los diez días del
contrato de acompañante. Clyde frunció los labios, ya no quería pensar en eso, Elliot
había dejado de ser solo un contrato hace días, no habían hablado de los planes a futuro,
pero supuso que lo harían durante su regreso a Nueva York, ambos evitaban al gran
elefante blanco en la habitación, pero tarde o temprano tendrían que poner las cartas
sobre la mesa.
Miro el reloj, no faltaba mucho para que tuvieran que salir rumbo al aeropuerto,
Elliot había acompañado a Scott a entregar el equipo de deporte de alquiler. Esperaba
que no se tardaran, deseaba comprar un latte de camino. Si en algo eran especiales aquí
en Aspen era en las bebidas calientes. Llevando su maleta hacia un lado de la puerta
comenzó a revisar en su bolsa de viaje que llevara toda la documentación, sonrió al ver
el sobre con los diez mil dólares que había pagado a Elliot, él no le había dicho
absolutamente nada, pero Clyde los había encontrado el día de ayer que estaba
buscando efectivo para pagar la pizza que Shena había pedido para comer. Lo tomo
como una buena señal. Él le había regresado el dinero. Tenemos probabilidades de iniciar
algo. Pensó vagamente, eso lo animaba a tocar el tema en cuanto estuvieran a bordo del
avión, antes de aterrizar en Nueva York tenían que dejar todo claro.
—Todo listo bebé es hora de irnos— Elliot entro en la habitación bastante alegre,
pero al ver la cara de Clyde se preocupó. —¿Qué ocurre? Estas pálido— se aproximó a
él, pero Clyde se levantó y se alejó. —¿Clyde…? — sin decir nada, apretó el botón para
que se reprodujera en mensaje y puso el altavoz. Elliot palideció con cada palabra del
hombre.
—¡No me llames así! — estallo Clyde lanzando el teléfono hacia la cama —¡Me
engañaste! —
—No es lo que crees— Elliot intento acercase, pero nuevamente Clyde lo esquivo.
—¿Por qué no me lo dijiste? ¿Tan divertido te pareció? Pensaste que era un pobre
idiota, patético y desesperado imbécil con el cual podrías divertirte un poco—
—Fui obligado por mi compañía a tomar unas vacaciones, cometí un error grave
en el trabajo que puso en peligro mi estancia ahí, mi jefe me dijo que tomara unos días,
al regresar no sé si encontrare un trabajo al que volver, pero no me importa—
—¿y crees que debo sentir lástima por ti? — Elliot se sentó en la cama y se agito el
cabello desesperado.
—Yo estaba un poco aturdido ese día, no me había tomado jamás un día libre,
entonces apareciste tú, me confundiste con ese acompañante y sin saber cómo, temía
decirte la verdad, en serio quería ayudarte por eso seguí con esa farsa—
—¡Me engañaste! — en un movimiento rápido Elliot lo tomo por los brazos y lo
aprisiono contra la puerta
—¿tan malo es? — pregunto duramente –No soy ese acompañante prostitutito
que creíste ¿y eso qué? Deberías estar aliviado en que no lo fuera, a menos claro que el
que no lo sea ser una excusa para ti para terminar con lo nuestro—
—No hay nada entre nosotros— dijo duramente, inmediatamente Elliot lo libero y
dio un paso atrás.
—¿de verdad? — pregunto Elliot dolido, Clyde se arrepintió de haber dicho eso,
pero estaba demasiado molesto.
—Es lo menos que me debes— La verdad Clyde no pensaba eso, pero estaba tan
dolido.
Sin decir nada ambos bajaron, se despidieron de toda la familia, ninguno de los
dos eran buenos actores, su familia rápidamente se dio cuenta que algo había pasado,
pero respetaron su privacidad. Solo su padre antes de irse le dijo que se alegraba que
hubiera encontrado al hombre perfecto para él. Si supiera….
★★★
Elliot había hecho bien al temer esto toda la semana, había sido demasiado
bueno para ser verdad, apretando el aza de su maleta miro al auto de Scott
alejarse. Todo había terminado. Tomando una respiración profunda, miro a Clyde, él
estaba parado a su lado, cambiando su peso de un pie al otro, seguramente esperando
también que Scott se alejara lo suficiente para poder volver a echarle en la cara lo
sucedió. Elliot no lo había a permitir, aceptaba su culpa, pero no creía que fuera tan
malo para que el hombre lo condenara por ello. Como fuera, Elliot no quería un mal
recuerdo de Clyde y de su familiar. Tomando una se dio la vuelta y comenzó a caminar
hacia recepción.
—La puerta de embarque es hacia allá— señalo Clyde, Elliot se detuvo y lo miro
por sobre su hombre.
—Lo sé, y es mejor que vayas si no quieres perder tu vuelo, yo cambiare el mío, e
evitare pasar un segundo más aguantando mi presencia— aseguro con los dientes
apretados.
—Pero…—
—Mi trabajo está hecho— aseguro, se giró por completo para enfrentarlo, —
Pero ha terminado, y aunque no me creas no lo hice con otra intención más que la de
ayudarte— Clyde entrecerró los ojos.
—Por supuesto que si— dijo con convicción —Yo te lo contaría una vez que los
diez días finalizaran, tenía la esperanza que, para entonces, me conocieras lo
suficientemente bien para confiar en mi palabra— dijo con convicción.
—Yo…—
—Vaya… jamás te había visto trabajar con tanto ahínco, sé que las vacaciones
reaniman a un hombre, pero no exageres— se burló Andrew mientras terminaba de
plantar las margaritas a un lado de la fuente improvisada.
—Ni para eso, ni para nada— aseguro él —¿Tan mal lo pasaste? Sabemos que tu
hermano es un dolor de culo, por esa razón contrataste a alguien, ¿hizo mal su trabajo?
— Andrew había sido el que le recomendó la página de acompañantes. Dejando de
escarbar, miro a su miro a su amigo.
—Tu hermana subió una foto a Instagram, en ella estabas sentado al lado de un
moreno muy apuesto— Clyde suspiro, si, había visto la foto. Incluso hasta estuvo
tentada de bloquear a su hermana de su cuenta para evitar verla.
—Él no era mi cita— dijo resignado, no supo porque, pero termino contándole
todo a su amigo, una vez que termino el relato completo se sintió un poco mejor.
—No lo sé, — dijo sinceramente, habían pasado dos días, y había tenido tiempo de
pensar, de verdad no había tomado las cosas bien. Había exagerado, Elliot no había
hecho nada malo a excepción de querer ayudarlo. Lo había visto en su mirada aquel día
en el aeropuerto, estaba herido.
—Yo creo que la tienes fácil— su amigo interrumpió sus pensamientos —Tienes
que buscarlo y disculparte—
—Pero…—
—¡Sera mejor que te vayas ahora mismo! O llamare a la policía— Math parpadeo,
pero lo miro directamente a él, pudo ver el dolor en su mirada.
—Está bien Andrew, hablare con él— Su amigo lo miro como si estuviera loco.
—No me hará daño— extrañamente estaba seguro de eso, Math no era agresivo,
idiota, petulante y arrogante, tal vez, pero no agresivo. Lo que sucedió fue producto del
alcohol. Asintiendo Andrew se alejó, pero todavía podía verlo a través del jardín.
Regreso la mirada a su ex. Si no fuera por su mirada y por las bolsas debajo de sus ojos,
pensaría que Math se encontraba bien, pero a pesar de que veía impecable, ni una sola
arruga en su ropa se dio cuenta que el hombre estaba pasando por un infierno
—No tengo mucho tiempo, así que te escucho —Clyde dejo la pala y se quitó los
guantes de trabajo
—Nos vamos a divorciar, desde hacía tiempo las cosas entre nosotros no estaban
bien— Math hablo fríamente. —Lamento lo que hice Cly— dijo ando un paso hacia él,
pero Clyde retrocedió
—Gracias…—
—Si eso es todo, quiero que te vayas— Pero Math no se movió, sostuvo su mirada.
Después de una breve pausa su ex dio un paso hacia él, Clyde intento no retroceder,
tenía que superar este miedo, nada sucedería Andrew estaba ahí.
—Fui un idiota Clyde, no vi lo que tenía hasta que te perdí— Clyde bufo.
—Ahora me dirás que estas arrepentido, que me amas y que quieres que
volvamos a intentarlo ¿no? – Fue un comentario sarcástico, pero al ver la mirada en la
cara de Math supo que era verdad, era lo que el maldito esperaba. Rio nervioso —No
estarás hablando en serio—
—Piensa en ello, Cly —Math continuó —Estábamos bien juntos, éramos una
buena pareja—
—¿Éramos? ¿En serio? — pregunto con ironía, cruzándose de brazos, en los días
posteriores a su rompimiento, Clyde habría dado cualquier cosa por haber escuchado
esas palabras entonces, había tenido la esperanza que Math se diera cuenta en realidad
lo manipulador que era Logan, ¿y que consiguió? Una llamada de su hermano pidiéndole
que fuera el padrino de su magnífica boda. Y aun así, durante meses siguió guardando la
esperanza de que Math recapacitara y volviera a él. ¡que patético había sido! Ahora tenía
esa oportunidad en las manos, sería tan fácil tomarla…. Pero Clyde no quería eso.
—Clyde…—
—¡Que no! — volvió a repetir, esta vez recorrió los pasos que lo separaban del
pelirrojo —Me destruiste, confié en ti y me traicionaste, con mi propio hermano, ¿Qué
tan jodido es eso?— dijo con rabia, apuntándolo con un dedo agrego —No conforme con
eso, siguieron fastidiándome, me destrozaste el corazón y la confianza en mí mismo,
pero no más— El dio un paso hacia atrás, le hizo una seña a Andrew para que se
aproximara.
—Lo sé, y ya te perdoné— dijo Clyde —Y no te quiero volver a ver cerca de mí, por
algo me mude de los Ángeles, ahora regresa a casa y arregla tu vida con tu esposo, o
divórciate, o has lo que quieras, simplemente no regreses— con una indicación de
cabeza le dijo a su amigo que lo siguiera.
—¿A dónde vamos jefe?— pregunto Andrew alcanzándolo en la calle, tenían que
terminar este proyecto, pero como había estado trabajando a marchas forzadas para
evitar pensar, tenían mucho trabajo adelantado, bien podría tomarse algunas horas.
—Por supuesto, ¿Qué planeas? —Una pequeña sonrisa subió a sus labios.
—Tengo algo importante que hacer— Clyde sería un poco más egoísta de ahora
en adelante, dejaría de ser un maldito mártir que se preocupa por los demás en lugar de
por el mismo, ni Math, ni Logan, ni nadie era mejor que él, Clyde tenía que aprender a
luchar por lo que quería, estaba dispuesto a alcanzar la felicidad, sea como sea era una
meta bastante elevada. Por supuesto, la única manera de lograr realmente la dicha era
tener a Elliot de regreso, eso claro, suponiendo que el hombre lo perdonara por haber
sido un idiota.
★★★
—Señor Landri, por favor acompáñeme, el jefe quiere verlo— Samuel enrojeció,
miro consecutivamente entre la asistente y él.
El trabajo nunca le fallaba, era lo único estable y bueno en su día a día, retomaría
su vida y su rutina, era lo mejor, no quiera pensar, pensar era malo, cada que cerraba los
ojos, veía a Clyde, su hermoso bebé, y lo había perdido, sus intenciones no habían sido
malas, pensó estúpidamente que al descubrir la verdad Clyde se sentiría aliviado que
con el hombre con el que había tenido sexo, no era un acompañante masculino. Pero se
equivocó.
—Señor Dohrn, hay un repartidor con una entrega, pero se niega a entregarla a
menos que sea usted en persona sea quien firme de recibido— Elliot frunció el ceño.
—Yo no ordene nada— miro a los miembros de su equipo, pero todos negaron
con la cabeza —¿Dijo que era?—
—Me alegra que todo se haya solucionado con Samuel, ya era hora que hicieras
algo— Stefan era lo más cercano a un amigo.
—El jefe no te habría permitido renunciar, eres el mejor en tu trabajo, sabe lo que
vales— Elliot le sonrió. No se consideraba de los mejores en la rama de la publicidad,
pero trataba de hacer lo mejor posible su trabajo. Por el rabillo del ojo un punto rubio
llamo su atención, se detuvo de golpe, parpadeo sin podérselo creer. — ¿Qué ocurre
hombre? Te has puesto pálido—
—Yo…— Clyde dio un paso hacia él, todos en la recepción estaban al pendiente de
ellos, pero para Elliot todos se desvanecieron, solo tenía ojos para su hermoso rubio,
vestía unos pantalones desteñidos, una chaqueta con un logo de repartidor, seguro no
era de él, era demasiado grande, Clyde sostenía una caja blanca en una mano y en la otra
una gorra también con logo de la empresa repartidora. —Un amigo me debía un favor—
Explico enseñándole la gorra –Tenía que verte, y no me dejaban entrar sin cita— Elliot
trago saliva, sabía que tenía que decir algo, pero no le salían las palabras —Traje
donas— Clyde dijo incómodo.
—¡No he hecho nada!— se quejó su colega, aun así Elliot tiro de Clyde para
apartarlo del hombre, Stefan era conocido por ser un rompecorazones empedernido.
—Si mi perdón es todo lo que buscas… lo tienes, no hay nada que perdonar, yo te
engañe, estamos a mano— Clyde paso su lengua por sus labios, Elliot trago saliva.
—Lo sé— dijo nervioso —Pero sucedió— hizo una pausa —¿Qué dirías si te
dijera que creo que me enamore de mi acompañante masculino?— Elliot contuvo el
aliento. Lo miro atentamente, con un dedo delineo la comisura de su boca.
—¿Solo lo crees?— La voz de Elliot sonaba cansada. Clyde negó con la cabeza.
―Te amo ―susurró con voz ronca, la declaración encendió todavía más a Clyde,
enredo sus brazos alrededor de su cuello para atraerlo más hacia él, además de que
trepo y se enredó en él como una enredadera, con sus piernas envueltas firmemente
alrededor de sus caderas, Clyde comenzó a restregarse contra él.
Elliot se puso rígido, su polla se endureció tan rápido que su cabeza comenzó a
girar por falta de sangre. Todo su cuerpo pareció cobrar vida cuando Clyde se abrió para
él, chupando la lengua de Elliot como si estuviera muriendo. Pero se vieron
interrumpidos cuando alguien llamo a la puerta.
—¿Elliot? Oye, amigo… siento interrumpir, pero el jefe quiere el negativo de los
artículos del mes— Elliot gruño y Clyde gimió de frustración.
—¡Ahora voy!— grito frustrado a través de la puerta.
—Buscando en internet— Elliot enarco una ceja —Claro que no te busque en las
páginas de citas, pero recordé algunas cosas que le contaste a mi Padre y a Scott, un
amigo es experto en búsquedas—
—Si quieres plantar, escarbar, construir, derribar y diseñar, soy tu hombre, no soy
bueno con las computadoras— Elliot rio y le dio un beso en los labios.
—Pues le dirás a tu amigo que se acabaron las búsquedas— Clyde esbozo una
hermosa sonrisa.
—¿Ah sí? ¿y eso por qué? – Elliot gruño y lo beso con fuerza para demostrarle un
punto, Tenía a Clyde en sus brazos, y allí era donde tenía previsto mantenerlo. Un
pequeño estremecimiento sacudió el cuerpo de Clyde cuando Elliot le dio un último
antes de separse.
―Ahora eres mío, Clyde ―Elliot susurró contra su boca ―Te amo y vamos a
quedarnos juntos—
EPILOGO
CASI UN AÑO DESPUES…
Clyde se sentía relajado y somnoliento, era cierto lo que decían los slogans
publicitarios, el sol, el mar, la arena, eran el paraíso de las vacaciones, El mar relaja,
energiza y oxigena había dicho su madre cuando les informo el destino elegido para
estas vacaciones, miro a su pareja recostado en la tumbona de alado, hoy era noche
buena, pero no se habían resistido venir a la playa a relajarse un poquito.
—No puedo creer que hayas convencido a mi madre para que escogiera este
lugar— Elliot no aparto la mirada del libro que estaba leyendo, sus ojos estaban ocultos
bajo las gafas de sol, pero la comisura de su boca lo delataba.
—Solo tenían que abordar la situación desde el punto de vista correcto— rio —
¿Qué mujer se resiste a un spa, con un tratamiento especializado con algas y sales
relajantes?—
—Buen punto— Clyde rio, ni siquiera él podría haberse resistido a eso, regreso
la mirada al mar tropical. Esto era el paraíso, nada que ver con toda esa nieve del año
pasado, aunque no le molestaría regresar a Aspen alguna vez, siempre le mantendría
cariño a ese lugar, ahí había encontrado al hombre de su vida, frunció el ceño, bueno en
realidad lo había encontrado en el aeropuerto de Nueva York pero el caso era que en las
montañas nevadas era donde habían podido conectar.
Hacía casi un año que estaban juntos, había sido un buen año, como todo…
siempre había cosas buenas y cosas malas, diez días de conexión no hacían toda una
vida entera, la magia navideña había hecho su parte al unirlos, perro el resto dependía
de ellos y estaban trabajando en ello… se esforzaban y estaban comprometidos en esta
relación. Siempre convivir con otra persona era difícil, donde a él le gusta el rojo, a Elliot
le gustaba el negro, Clyde podría comerse una hamburguesa cada noche, pero Elliot lo
hacía correr cada mañana. Clyde prefería los gatos, pero a Elliot no le gustaban los
animales.
Pero habían llegado a un pacto, a solo tres semanas de salir juntos, tuvieron su
primera discusión de pareja, ahora podría decir que fue algo sin importancia, pero en
ese tiempo Clyde había pensado que todo había terminado, Elliot se había molestado
porque Clyde le había prestado algo de dinero a Logan para el alquiler de un nuevo
departamento en lo que solucionaba lo de su divorcio con Math y la repartición de los
bienes. Elliot había visto rojo, enfureció y se había marchado molesto de la casa esa
mañana, comprendía su rabia, pero le gustara o no Logan era su hermano… Esa noche
Clyde se había ido a dormir y se había quedado dormido llorando, se sorprendió al
despertar justo cuando Elliot se estaba desnudando para ir a la cama… no estaban
viviendo juntos todavía, pero dormían juntos cada noche, ya fuera en la casa de Elliot o
en su casa…
“Siempre volveré a tu lado Clyde, por muy molesto que me encuentre, siempre podrás
esperar a que regrese, siempre regresare”
Así que ambos estaban a bordo de esto a largo plazo, trabajarían en su relación
pasara lo que pasara, tratarían de solucionar cualquier obstáculo, hasta estaban
dispuestos a ir a terapia si era necesario, eso le daba cierta tranquilidad a Clyde, y
aunque Elliot le había propuesto matrimonio hacia un mes, Clyde pensaba que era solo
un mero papeleo, no lo necesitaba, lo que tenían era más valioso que eso.
Clyde levanto la cabeza justo cuando vio pasar a Logan del brazo de un hombre,
negó con la cabeza, él no tenía solución, Elliot no estaba muy feliz de que estuviera aquí,
pero no pudieron pedirle a sus padres que no lo invitaran. Simplemente le habían
advertido que se mantuviera apartado de ellos. Regresando a su posición de nuevo se
propuso a disfrutar del sol, esperaba que cuando volviera a Nueva York dejara de
parecer un cadáver, su piel necesitaba algo de color.
—¿Cómo fue que preferiste congelar tu culo en las montañas que esto?— Elliot le
había contado lo que había sucedió con su compañero de trabajo y de las vacaciones
forzadas que lo obligaron a tomar el año pasado.
—Fue fácil— abrió los ojos cuando sintió a Elliot besar sus labios – Tenia que
escoger entre la playa y ayudar a un apuesto rubio con los ojos más hermosos que había
visto— Clyde hizo una mueca.
—No tengo nada en contra de las princesas de los cuentos, pero me gustan más
los penes que los pechos, así que digamos que es un guerrero rescatando a un apuesto
príncipe— ambos rieron —Pero la idea en general es esa… yo al final me quedaba con el
príncipe—
—Muy afortunado sin duda— Agrego Elliot con ironía, besándolo más
profundamente,
Las oportunidades de que ellos llegaran a encontrarse alguna vez fueron de una
en un millón, ¿magia navideña? ¿destino? No sabría explicarlo, cada que podía pensar en
ello seguía sin encontrarle una explicación lógica, pero lo cierto que era que a pesar de
que contratar un acompañante masculino fue la idea más estúpida que había hecho en
su vida, no podía quejarse, había encontrado al hombre perfecto para él. Elliot no había
sido el acompañante masculino que había contratado, pero sería su acompañante para
el resto de su vida.
FIN