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Es un proceso político – jurídico que, en su versión inicial, a partir del siglo XVIII, tuvo por
objetivo establecer en cada Estado un documento legal, la constitución, con determinadas
características.
Antecedentes:
La Carta Magna fue uno de los antecedentes más importantes del constitucionalismo, este
documento marca el comienzo de una nueva etapa en la dura lucha por la libertad del hombre.
La revolución inglesa que sucedió durante el siglo 17 acabó con el Absolutismo y reafirmó el
principio de la soberanía parlamentaria.
El Pacto Popular, si bien no fue sancionado, establecía una diferencia de principios, unos
referidos a los derechos inalienables de la Nación, los cuales correspondían al pueblo y no
podían ser afectados por el parlamento y otros referido a los derechos y obligaciones del
parlamento. Estos principios influyeron sobre el Instrumento de Gobierno y que al parecer es
la única constitución que Inglaterra haya tenido. Pero la primera constitución escrita
corresponde a EE. UU, fue elaborada en el año 1787 por la convención de Filadelfia y en ella se
contemplaban la creación de un Estado Federal, el presidencialismo como forma de
organización del gobierno, el control judicial del constitucionalismo de las leyes y la división de
los tres poderes. Dos años más tarde de la Revolución Francesa y luego de la declaración de los
derechos del hombre y del ciudadano, ocurrido en el año 1789, se declara la Constitución
Francesa en 1791.
La Burguesía denominado el tercer Estado estaba conformada por la clase media. Hasta la
Revolución Francesa el gobierno estaba repartido entre los reyes, nobles y el clero. Mientras
estos gobernantes se corrompían por el poder, la Burguesía iba labrando el presente y
asegurando el porvenir de la Nación, llegó el momento en el cuál controlaban varios sectores
como la economía, las artes, las ciencias, esto ocasiono un reclamo hacia el gobierno, reclamó
una parte del gobierno de la sociedad, esto ocasiono la caída de la clase gobernante y entró al
poder la Burguesía. Con el aumento de la industrialización aparece la clase obrera,
conformando el cuarto Estado o Proletariado, este como lo hizo el tercer Estado reclamó
participación en la dirección y responsabilidad del poder y a consecuencia de ello ha logrado
influir en numerosas constituciones.
Ubicamos dentro de los antecedentes el largo ciclo histórico que precedió al advenimiento de
las primeras grandes constituciones de fines del siglo XVIII. Los dos más importantes
antecedentes son: la revolución inglesa y la carta magna.
- La Revolución Inglesa: es el proceso histórico que durante el siglo XVII acabó con el
absolutismo en Inglaterra y reafirmó el principio de la soberanía parlamentaria. Aparece el
Agrement of the People (Pacto Popular), que fue elaborado en 1647 por el consejo de guerra
de Cromwel. El pacto distinguía los principios fundamentales, de los no fundamentales. Los
primeros eran los derechos del pueblo que no podían ser afectados por el parlamento. Los
segundos, tienen que ver con los derechos y obligaciones del parlamento. Si bien no fue
sancionado sus principios influyeron en el Instrument of Goverment, que se promulgó en
1653, y que al decir de algunos es la única constitución escrita que tiene Inglaterra, aparecen
los derechos del pueblo y las obligaciones de los parlamentarios.
- Otro antecedente es la Carta Magna que constituye uno de los antecedentes más
importantes del constitucionalismo. Este documento se caracterizó por dar soluciones
concretas y precisas a problemas determinados. Limita el poder del rey y enuncia:
1) el rey debe respetar los derechos de la comunidad fijados por el rey o la costumbre;
La Carta Magna marca la iniciación de una nueva etapa en la dura lucha del individuo por la
libertad y debemos reconocer en él a un venerable y glorioso antecesor del moderno
constitucionalismo. Fue otorgado al clero y a los nobles en el año 1215 por el rey Juan sin
Tierra.
DERECHO CONSTITUCIONAL I
Fueros en la Península Ibérica: El nombre «Fuero» proviene del latín fórum. Estos eran los
estatutos jurídicos aplicables en una determinada localidad, cuya finalidad era, en general,
regular la vida local, estableciendo un conjunto de normas jurídicas, derechos y privilegios,
otorgados por el rey, el señor de la tierra o el propio concejo, es decir, las leyes propias de un
lugar.
Fueros municipales: los fueros municipales eran cartas expedidas por los reyes provenientes
de su soberanía, en las que se contienen instituciones, ordenanzas y leyes civiles y criminales,
para regir villas y ciudades y erigirlas en municipalidades.
Cartas de población o Cartas pueblas: En ellas se consignaban la cesión del suelo, posesiones y
términos que hacía el señor, como dueño territorial, a los pobladores, y el reconocimiento por
éstos del vasallaje, con los tributos y prestaciones personales a que en cambio se obligaban. Se
establecían de tal modo que, si el señor deseaba variar las condiciones del primitivo contrato,
precisaba el asentimiento de quienes habían contratado con él o con sus respectivos
herederos.
Está al servicio del tercer estado (llamado también estado llano o burguesía: comerciantes,
industriales, clase media alta) que, a partir del siglo XVII, triunfa sobre el primer estado (el rey
y la aristocracia) y el segundo estado (el clero). Esa victoria se concreta en tres grandes
revoluciones, que producen diversos documentos constitucionales de gran predicamento
posterior:
La Revolución Francesa: fue en 1789 y promovió una modificación radical, abrupta, violenta,
surgió en medio de una severa y profunda crisis económica. Si bien la toma de la Bastilla, el 14
de julio de 1789, es uno de los símbolos del inicio de la revolución, es evidente que la
revolución comenzó mucho antes. La declaración de los derechos del hombre y del ciudadano,
fue aprobada por la asamblea Constituyente de Francia el 26 de agosto de 1789.
La Declaración de los Derechos: este documento dictado en 1789 tiene una clara inspiración
iusnaturalista. Consta de diecisiete artículos, constituye un instrumento institucional. Francia
tuvo a partir de entonces diversas constituciones, la última de las cuales es la de 1958,
parcialmente modificada en nueve oportunidades hasta 1995. La actual constitución comienza
haciendo mención de aquella declaración proclamando su adhesión.
Fueron muchos los países que comenzaron a sancionar sus respectivas leyes fundamentales
durante ese período, que comprende la mayor parte del siglo XIX. Casi todas ellas siguieron,
los grandes modelos del constitucionalismo clásico. En Francia, después de la Declaración de
los Derechos del Hombre y del Ciudadano, aparecieron las constituciones de 1791, 1793, 1795
y 1799. En España se sancionó en 1812 la Constitución de Cádiz, un largo repertorio
constitucional de 348 artículos. Suiza sancionó su constitución en 1848. También aparecen en
Suecia (1809), Noruega (1814), Bélgica (1831) y Dinamarca (1849). La mayoría de los países
sudamericanos habían sancionado su constitución con antelación a la nuestra: Chile (1813),
Perú (1823), Uruguay (1830) y Paraguay (1844).
Fue en esta etapa cuando quedaron establecidas las bases fundamentales del estado
constitucional. Durante ella surgieron las primeras grandes constituciones escritas, que
paulatinamente fueron generando un proceso de imitación en muchos países del mundo. La
ubicamos en la segunda mitad del siglo XVIII.
b) Crisis de igualdad: la igualdad formal que declaraban las constituciones contrasto con
enormes diferencias sociales entre la alta burguesía y el proletariado.
Emerge con toda fuerza un problema grave: la cuestión social, provoco cambios sustanciales
en la estructura vigente, nacen diferentes doctrinas como el socialismo, anarquismo,
marxismo, corporativismo, que reclamaban un nuevo orden no individualista.
que atender necesidades sociales; el estado social promete brindar a todos niveles decorosos
de vida, se pasa del estado gendarme individualista al estado de bienestar. La justicia social
opera como una justicia protectora de los carecientes y débiles. El estado debe asumir un rol
más protagónico en la vida económica y social.
Esta es la segunda etapa del constitucionalismo y tuvo sus orígenes a principios del siglo XX y
se caracterizaba por enriquecer al constitucionalismo liberal con una visión más amplia del
hombre y el Estado.
Tiene una visión más integradora del hombre frente a determinadas situaciones sociales que
debe afrontar y como integrante de grupos sociales más necesitados de protección.
El Estado pasa a ser más intervencionista, tiene un papel más activo y protagónico en el
aseguramiento del goce de los derechos constitucionales, es importante aclara que el
constitucionalismo social no se opone al liberal, sino más bien lo complementa y enriquece con
nuevos aportes. Su difusión cobro especial relevancia después de la segunda guerra mundial.
Los primeros ejemplos fueron las constituciones de México (Querétaro) y la de Alemania
(Weimar).
Es el proceso constitucional que tuvo sus primeras expresiones normativas a comienzos del
presente siglo y que se caracteriza por enriquecer el constitucionalismo liberal con una visión
más amplia del hombre y del estado.
Tutela al hombre frente a diversas situaciones que debe afrontar (enfermedad, trabajo,
vivienda, salud, etc.). Pasa a un enfoque más participativo de parte del estado, se le reconoce
al estado un papel activo y protagónico, para hacer posible el goce de los derechos
constitucionales.
Los primeros ejemplos de cláusulas económico - sociales fueron las constituciones de México
de 1917 y la de Weimar de 1919 de Alemania. Su difusión cobró especial relevancia después de
la segunda guerra mundial. En Argentina, nuestra constitución fue reformada en 1957 con la
introducción del artículo 14 bis, que contiene derechos individuales y colectivos de los
trabajadores.
Constitucionalismo Actual:
Esta tercera etapa es una mezcla de las dos etapas anteriores. Vivimos esta etapa desde el año
1994 en adelante. El Estado no puede estar ausente ni abarcar todo.
Nos inclinamos a considerar que estamos transitando un constitucionalismo nuevo, que recoge
lo mejor del constitucionalismo liberal y del social, pero reconociendo que ellos son
insuficientes y que hay que alimentarlos con nuevos desafíos. El constitucionalismo actual se
preocupa no sólo por quienes son sus destinatarios, sino también por las generaciones
venideras. Así cobran importancia la defensa del medio ambiente, la protección del espacio
vital y los derechos ecológicos. El desafío del constitucionalismo actual es hacer efectivamente
operativos los derechos y las garantías.
Después del período de esplendor del constitucionalismo sobrevino una crisis profunda,
caracterizada por el surgimiento y el desarrollo de regímenes totalitarios. Más que un rechazo
a las constituciones escritas pareció insinuarse una actitud política de indiferencia hacia ellas.
Ejemplo de ello fue: La Revolución Rusa de 1917 que instauró el Comunismo. La Italia fascista
que surgió en 1922. Otro fue el nacional – socialismo que fue instalado en Alemania en 1933
por Hitler.
Los Totalitarismos:
Son tipos de regímenes políticos que se caracterizan por concentrar todos los poderes del
Estado en un grupo o partido. No son ideologías políticas, sino un régimen en el cual todos los
poderes están en manos de un partido único y su líder supremo, y donde todos los órdenes de
la vida se encuentran subordinados al Estado.
Tampoco existe el derecho a disentir, a opinar libremente o a intervenir en la vida política del
país ni a formar organizaciones o movimientos políticos alternativos al partido de gobierno.
Por otro lado, el totalitarismo hace un uso intenso de la propaganda política y explota todos
los medios posibles de control social y de represión, como las policías secretas o políticas.
Son monismos políticos porque rige toda la estructura de poder en torno al poder político,
generalmente un solo líder, absorbiendo los poderes que se afinan a éste y negando los que
son independientes o contrarios. De esta forma, al contrario de las formas de estado
democráticas, en donde el poder político es una forma más de poder, que se encuentra en una
jerarquía, sobre el poder social, en el totalitarismo no existe esa jerarquía de poderes, debido a
que sólo existe uno, el poder político total.
El aspecto jurídico para los totalitarismos: Manejan su propia concepción del derecho
afirmando que sólo existe un derecho positivo que el Estado otorga a las personas. Es decir,
que no existen derechos naturales en las personas, por el solo hecho de ser personas, además
niega la existencia de dignidad en la persona humana de manera natural. Los derechos
naturales que pudiesen existir, el totalitarismo considera que son otorgados por el estado, por
lo tanto, pasan a ser derechos positivos.
Ejemplos de totalitarismos: fueron la Unión Soviética comunista (URSS) de Josef Stalin, la Italia
fascista de Benito Mussolini, la Alemania nazi de Adolf Hitler.
La Rerum Novarum (de las cosas nuevas- 1891), considera el gravísimo problema de injusticia
existente en aquellos años, entre trabajadores y patrones. Sostiene que la propiedad individual
es conforme a la naturaleza, debiendo el hombre poseer la propiedad o dominio sobre la tierra
que le brinda sus frutos y cosas que él ha de necesitar en el porvenir y sean el alivio de sus
necesidades. Siendo el hombre más antiguo que el Estado, debió recibir de la naturaleza el
derecho de cuidar de su vida y de su cuerpo (hombre = Familia).
En orden a estas ideas, la D.S.I. instituye una serie de deberes inherentes al Estado:
Luego esboza una serie de principios que se constituyeron base del derecho del trabajo.
En la Quadragessimo Anno (40 años de la anterior- 1931), se advierte el moderno concepto del
derecho de propiedad limitado en función del interés social que, tiempo después lo
encontraremos en los textos constitucionales como uno de los principios más destacados del
constitucionalismo social. Además, se juzgan y critican sistemas económicos y se pone en
práctica la “justicia social”.
La Centessimus Annus (100 años de la 1°, 1991), nos indica que una auténtica democracia es
posible sólo en un “Estado de Derecho” y sobre la base de una recta concepción de la persona
humana. Requiere que se den las condiciones necesarias para la promoción de personas
concretas, mediante la educación y la formación de los verdaderos ideales. Una democracia sin
valores se convierte con facilidad, en un totalitarismo visible o encubierto.
Por último, la falta de seguridad, junto con la corrupción de los poderes públicos y la
proliferación de fuentes impropias de enriquecimiento y de beneficios fáciles, basados en
actividades ilegales o puramente especulativas –que, en la última reforma constitucional entre
nosotros, se trata de cubrir por conducto de la norma contenida en el art. 36 penúltimo
párrafo-, son algunos de los obstáculos de nota para el desarrollo y para un orden económico
que asegure la paz social.
Los derechos humanos gozan de protección a través de todas las fronteras nacionales. La
soberanía o la autodeterminación de los pueblos no es excusa para desconocerlos o violarlos.
La protección de estos derechos no termina en las iniciativas de los Estados. Dado que estos no
pueden depender solamente de las circunstancias internas de cada país, existen sistemas
regionales e internacionales de protección a los que todas las personas tienen derecho a
dirigirse y mecanismos de cooperación con el mandato expreso de apoyar en la
implementación eficaz de sus normas internacionales, priorizando su defensa por encima de
los intereses de los Estados.
Los procesos de integración en América Latina viven un renovado impulso político con avances
en diferentes frentes y a distintas velocidades. Hay múltiples organizaciones regionales o
subregionales de integración y concertación. El proceso de integración más reciente es la
Alianza del Pacífico. Entre los organismos regionales destacan MERCOSUR, CAN, CARICOM,
UNASUR, SICA, ALBA, la Alianza del Pacífico y CELAC.
El Mercado Común del Sur (MERCOSUR) se constituye el 26 de marzo de 1991 por el Tratado
de Asunción. Está integrado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay y Venezuela, país que se
incorporó como miembro de pleno derecho en 2012. En la Cumbre de Brasilia de diciembre de
2012, Bolivia firma el Protocolo de Adhesión. MERCOSUR aglutina el 75 por ciento del
Producto Interior Bruto (PIB) de Suramérica. La Unión Europa (UE) busca negociar con
MERCOSUR un Acuerdo de Asociación que, además de un refuerzo de la cooperación y el
diálogo político entre ambos bloques, incluya un Tratado de Libre Comercio.
una organización de concertación política, suma una población de 392 millones de habitantes y
una extensión superior a los 17 millones de km2. Uruguay ejerce la Secretaría Pro-tempore
desde diciembre de 2014. El secretario general es el colombiano Ernesto Samper.
En el medio (influencia meso lógica) ubicamos a las ciudades, a las provincias y a Buenos Aires.
Las ciudades dan origen a zonas que, con el tiempo, demarcarán las jurisdicciones provinciales.
Y las provincias librarán su lucha por su existencia y supervivencia política, para asegurar su
personalidad histórica en un sistema federal. Buenos Aires, por fin, actuará como polo
centralizador y unificante, para atraer como por un plano inclinado, hacia la unidad de un solo
estado, a las catorce provincias meso lógicamente susceptibles de entrar en su radio de acción.
Estas influencias del medio se intercalarán con las del hombre. El hombre dará a la vida, a las
ideas, a las costumbres de cada provincia, un estilo sociológico y cultural propio, que será la
razón de ser de las autonomías locales. El hombre será el pueblo, serán los caudillos, será
Artigas.
Del hombre situado en el medio surgirá la ideología. Sin la fuerza ideológica, el medio y el
hombre hubieran sido estériles, no hubieran llegado por sí solos a la coyuntura constitucional
de 1853. La ideología de emancipación, de democracia, de gobierno republicano, de
federalismo, germinó en una estructura constitucional pensada y creada por el hombre en un
medio físico y geográfico.
Las constituciones fundan y organizan Estados, no los crean, se proponen unir, afianzar y
asegurar
Es la ley fundamental de un estado tanto desde la perspectiva política como de la jurídica. Una
constitución debe reconocer los derechos naturales del hombre, asegurar ciertas formas de
protección hacia ellos y una razonable limitación y distribución del poder.
Con el Derecho Administrativo: desde el punto de vista subjetivo como el derecho público que
regula la organización y funcionamiento de la administración pública instalada en el ámbito del
poder ejecutivo desde el punto de vista objetivo tomando en cuenta la sustancialidad de la
función administrativa del poder ejecutivo, legislativo o judicial. existe relación de jerarquía, en
tanto las instituciones administrativas se subordinan a los principios y normas constitucionales.
DERECHO CONSTITUCIONAL I
Con el Derecho Internacional Público: regula la relación entre los estados y de estos con los
organismos regionales o mundiales con personalidad internacional, aparece de inmediato su
estrecha vinculación con la Constitución, que es en ella donde encontraremos los principios
fundamentales y las normas que, como Ley Suprema de la Nación, establece en este ámbito de
la vida estatal.
El pensamiento contractualista:
El contractualismo es una corriente moderna de filosofía política y del derecho, que explica el
origen de la sociedad y del Estado como un contrato original entre humanos, por el cual se
acepta una limitación de las libertades a cambio de leyes que garanticen la perpetuación y
ciertas ventajas del cuerpo social. No es una doctrina política única o uniforme, sino un
conjunto de ideas con un nexo común, si bien extremadamente adaptable a diferentes
contextos, lo que explica su vitalidad y su capacidad para ir evolucionando y redefiniéndose
hasta la actualidad.
Clases de contractualismo:
Teorías contractualistas:
Con sus teorías, los contractualistas pretenden llevar a cabo una racionalización del estado y
un análisis crítico sobre el poder y legitimidad. El Estado no tendría un origen natural o divino,
por lo que la obediencia no sería algo natural ni necesario. El estado debería entenderse,
desde esta interpretación, como un acuerdo o contrato entre las personas que conforman una
sociedad.
La constitución
La ley
La jurisprudencia
La doctrina
La costumbre.
Si bien la constitución es una ley, su carácter de norma fundamental, tanto desde la
perspectiva jurídica como de la política la ubica en una grada preferente. Esta relevancia no
sólo le corresponde por su carácter normativo privilegiado, sino también porque en ella están
los principios y valores sobre los cuales cada estado edifica su régimen político y judicial.
Se pueden distinguir dos grandes aportes: las fuentes nacionales y las fuentes extranjeras.
b) Entre las fuentes extranjeras se puede mencionar la Constitución de los Estados Unidos
de 1787 y sus diez primeras enmiendas. Muchos de sus principios (supremacía
constitucional, control judicial de constitucionalidad de las leyes, separación de poderes,
separación de poderes, sistema federal de organización del estado, presidencialismo, etc.)
pasaron a integrar nuestro sistema constitucional. En menor medida, la Constitución de
Suiza de 1848. También la Declaración de los Trechos del Hombre y del Ciudadano de 1789
en Francia, las constituciones francesas de 1791 y 1795, la Constitución de Cádiz de 1812 y
la Constitución de Chile de 1833.
La justicia social,
La igualdad de posibilidades,
DERECHO CONSTITUCIONAL I
Por la ética
Por la protección del ambiente y;
El reconocimiento de los derechos ecológicos.
Supremacía Constitucional:
La supremacía constitucional es uno de los principios básicos en que se asienta el orden
constitucional. Implica reconocer a la constitución como norma fundamental de un estado.
Supremacía normativa: La Constitución tiene fuerza normativa que la hace aplicable, exigible y
obligatoria. La constitución formal o escrita tiene normas jurídicas, lo que le da fuerza
normativa y obliga a que las leyes se ajusten a ella; todo el orden jurídico político del estado
debe ser compatible con la constitución formal. Es exigible, obligatoria y vinculante para el
gobernante y para los particulares.
Supremacía valorativa: La constitución contiene una ideología que le brinda un espíritu que
merece respeto y no debe ser alterado. Contiene ideales operantes que significan una toma de
posición valorativa, formando un sistema ideológico que vertebra, inspira y moviliza a toda la
constitución. Esto se conecta con el orden de valor: que proyecta e inspira los fines del estado
orientados a su deber-ser ideal, y hace valoraciones haciendo escoger las soluciones que se
encaminen a dichos fines; con el orden de conductas y con el orden normativo, ya que en la
constitución formal describe las pautas ideológicas, los fines el estado.
“Esta constitución, las leyes de la Nación que en su consecuencia se dicten por el Congreso y
los tratados con las potencias extranjeras, son la ley suprema de la Nación; y las autoridades
de cada provincia están obligadas a conformarse a ellas, no obstante cualquiera disposición en
contrario que contengan la leyes o constituciones provinciales, salvo para la provincia de
Buenos Aires, los tratados ratificados después del Pacto de 11 de noviembre de 1859.”
El primer interrogante que se plantea es el orden jerárquico de las diversas normas que
menciona el art. 31. Cuando se analiza el caso de la constitución con relación a las demás
leyes, la solución parece clara. Si las leyes deben ser dictadas en su consecuencia por el
congreso, es lógico concluir que ellas tienen que guardar armonía con la constitución; por lo
tanto, primero está la constitución y luego las leyes. Estas deben cumplir con el principio de
legalidad, que implica una evidente subordinación a la ley fundamental. Mas difícil es en
cambio determinar el lugar que ocupan los tratados internacionales y su relación con la
constitución.
Gelli: El Art. 31 contiene dos principios sustantivos del ordenamiento jurídico de la República
Argentina: el principio de supremacía constitucional y el principio de jerarquía de las fuentes
del derecho.
El Art. 31 declara, pues, la supremacía de la Constitución Nacional por sobre todo el orden
jurídico argentino. Éste debe subordinarse a aquella y no debe modificarla si no es por el
procedimiento establecido en el Art. 30 de la Ley Suprema. Por disposición del Art. 27 de la
Constitución, también los tratados de paz y comercio deben respetar el orden público
establecido en la norma de base.
Adaptabilidad:
Este principio impone amoldar la constitución a las cambiantes necesidades de la vida social,
según una interpretación dinámica y evolutiva de ella.
Todos los ciudadanos tienen el derecho de resistencia contra quienes ejecutaren los actos de
fuerza enunciados en este artículo.
Atentará asimismo contra el sistema democrático quien incurriere en grave delito doloso
contra el Estado que conlleve enriquecimiento, quedando inhabilitado por el tiempo que las
leyes determinen para ocupar cargos o empleos públicos.
El Congreso sancionará una ley sobre ética pública para el ejercicio de la función.”
Este artículo sintetiza el intento de contener mediante normas jurídicas los hechos de fuerza
directa o indirecta contra el orden institucional, así como la dinámica de la violencia política, y
la necesidad de componer con reglas normativas, los conflictos ideológicos.
El Art. 36, además, hace visible uno de los males más insidiosos de las democracias, la
corrupción administrativa, y dispone medidas-deberes estatales para combatirla.
El artículo dispone quitar toda eficacia jurídica a los actos de fuerza contra el orden
institucional o el sistema democrático.
Los actos que la Constitución Nacional declara insanablemente nulos son los de fuerza contra
el orden constitucional y el sistema democrático. Es decir, los hechos de fuerza. No se incluyen,
en consecuencia, los restantes actos del Estado dictados por las autoridades de facto que serán
nulos o anulables, según los casos.
Reformabilidad:
Artículo 30:
El Art. 30 diseña un proceso de enmienda constitucional rígido, integrado por dos etapas. La
primera de ellas, llamada preconstituyente, a cargo del Congreso Federal, quien debe declarar
necesaria la reforma; la segunda por medio de la actuación de una Convención Constituyente,
convocada al efecto.
De este artículo surge que […] la Constitución puede reformarse en todo o en cualquiera de sus
partes.
Dado que el Art. 30 de la Constitución prevé que esta puede reformarse en el todo o en
cualquiera de sus partes, resulta inconsistente, desde el punto de vista jurídico, sostener la
existencia de contenidos pétreos que no deben modificarse. Salvo que la misma Constitución
incluyera expresamente algún contenido inmutable, en cuyo caso la regla del Art. 30
contendría el principio general que admitiría una o más excepciones concretas. […] En ese
sentido todos los artículos de la Constitución podrían reformarse, pero algunos sin alterar, o
suprimir el núcleo fuerte de ese contenido.
Características instrumentales:
Escrituralidad: es escrita, está asentada en un documento sancionando el efecto.
Esta clasificación coincide con la anterior. Las constituciones codificadas son rígidas y las
dispersas son flexibles.
Hay otra clasificación que tiene en cuenta el mayor o menor grado de novedad que tienen los
contenidos constitucionales.
La constitución es una ley especial, distinta de las leyes ordinarias por razones jurídicas. Es
redactada por un legislador especial y mediante un procedimiento especial para su aprobación
y que comporta un grado de solemnidad y seriedad muy superior al de las leyes ordinarias.
La constitución es una ley suprema porque establece los órganos o sujetos que están
facultados para producir normas. Establece la competencia de cada uno de esos órganos.
La constitución establece la jerarquía de todas las normas que pueden producirse y quienes
pueden producirlas. En consecuencia, todas las normas jurídicas de un ordenamiento
obtendrán su validez en la medida en que hayan sido producidas como dice la constitución y
por quien dice. Sin embargo, una constitución política Formal generalmente no refleja la
realidad social.
Lassalle en “Qué Es La Constitución” (1872) dice que una constitución que no se ajuste a la
realidad social del momento y a los poderes fácticos y sociales que operen en esa sociedad y
que no atienda al inmediato pasado del Estado, no puede ser una constitución porque pierde
su utilidad.
Entre las fuentes extranjeras se puede mencionar la Constitución de los Estados Unidos de
1787 y sus diez primeras enmiendas. Muchos de sus principios (supremacía
constitucional, control judicial de constitucionalidad de las leyes, separación de poderes,
separación de poderes, sistema federal de organización del estado, presidencialismo, etc.)
pasaron a integrar nuestro sistema constitucional. En menor medida, la Constitución de
Suiza de 1848. También la Declaración de los Trechos del Hombre y del Ciudadano de
DERECHO CONSTITUCIONAL I
Cláusulas Operativas: son las que por su sola inclusión en la constitución tienen plena
eficacia. Pueden ser reglamentadas pero la carencia de reglamentación no impide su
cumplimiento; reciben también la denominación de autosuficientes o
autoaplicativas. El poder legislativo puede, no dictar la norma reglamentaria, pero no
podrá legislar en contrario de lo establecido por ella.
Cláusulas Programáticas: son aquellas que pese a estar incluidas en el texto
constitucional, no tienen plena eficacia hasta tanto el legislador ordinario las
reglamente. Es la condición a que se hallan sometidas, son reglas orientadas a la
persecución de determinados fines.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación estableció en 1957 al resolver el caso “Siri, Angel”,
que las cláusulas constitucionales que reconocen derechos y garantías personales y
fundamentales son operativas. Este mismo concepto aparece en algunas constituciones
provinciales. Este caso dio lugar por primera vez a un amparo para proteger la libertad de
expresión, se trataba de un periódico clausurado, presuntamente por orden de autoridad. La
corte ordenó el levantamiento de la medida y restableció la libertad de prensa, valiéndose de
un procedimiento sumario equivalente al de Hábeas Corpus. Ya estaba abierta la puerta para
dar acceso al Recurso de Amparo en nuestro derecho constitucional.
El Preámbulo:
Antecedentes nacionales y extranjeros: Es un prólogo o introducción que contiene los fines y
objetivos acerca de lo que se propone la constitución. El antecedente directo de nuestro
preámbulo es el de la constitución de los Estados Unidos.
Jurídicamente no se puede sostener que el preámbulo tenga el mismo valor que las cláusulas
constitucionales. Siempre será un valioso instrumento de interpretación de las normas
constitucionales. La Corte afirma que el preámbulo no integra la Constitución, sino que es una
introducción a ella. Se debe al temor de que los poderes del gobierno se viesen aumentados,
sobre todos los del ejecutivo, por cuanto los principios allí mencionados son muy amplios.
Explicación: “[...] reunidos en Congreso general constituyente por voluntad y elección de las
provincias que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes...” (el más importante
de tales acuerdos fue el de San Nicolás de los Arroyos, cumplido por todos los gobiernos, con
excepción de Buenos Aires. Los pactos interprovinciales preexistentes tuvieron por objeto, en
primer lugar, ratificar y consolidar la unidad de la Nación y mantener incólume la unión
fraterna entre las provincias argentinas.)
Fines o propósitos: “[...] con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia,
consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y
asegurar los beneficios de la libertad...” (representan objetivos permanentes del pueblo
argentino, en el espacio y el tiempo). El fin perseguido significaba organizar institucionalmente
la Nación, pues hasta 1853 sólo existía la Nación inconstituida, formada por la unión más o
menos sólida de las provincias que la componían.
Cláusula invocativa: "...invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia..." (va
más allá de una religión determinada. Un pueblo sin fe en Dios no es capaz de concebir los
DERECHO CONSTITUCIONAL I
grandes principios de la moral y del derecho, ni capaz de formularlos en la ley escrita que lo
rige.)
Partes de la Constitución:
Parte Dogmática: es en donde son enunciados los principios que fundamenta el orden
constitucional, es decir, resuelve el status de las personas dentro del estado, en sus relaciones
con éste y entre sí. Después de 1994 la parte dogmática de nuestra constitución ha quedado
dividida en dos capítulos, el primero llamado “declaraciones, derechos, y garantías” (art.1 al
35), y el segundo titulado “nuevos derechos y garantías”, que incorporado en la reforma del 94
y comprende los artículos (36 al 43). Se fijan también los principios que deben regir al
gobierno, establece también los principios y objetivos de la constitución.
Interpretación Constitucional:
Pautas básicas: Interpretar significa dotar de significado a ciertas cosas, signos, fórmulas o
acontecimientos. Es asignar sentido a determinados hechos, signos o palabras, es pasar el
lenguaje simbólico al lenguaje significativo. Respecto de la interpretación constitucional, se
discute si ella ha de regirse por los principios de la interpretación del derecho en general o al
contrario si constituye una interpretación parcialmente distinta, que necesita instrumentos
propios y diferenciados. La interpretación constitucional tiene una relevancia tal que a veces
produce variantes de tal envergadura política y jurídica, que bien puede asimilárselas a los
efectos de una virtual reforma constitucional. Con referencia a su alcance no sólo comprende
el entendimiento y la significación de la constitución formal, sino también de la constitución
material, de las normas complementarias de la constitución, de los tratados internacionales y
del derecho judicial.
Modelos de interpretación:
Clases de interpretación:
La coherencia intraconstitucional:
Transitando desde abajo hacia arriba la pirámide, nos encontramos con la cúspide de la
pirámide de Kelsen, que no puede ser tocada si no es por el órgano constituyente y sólo
mediante esta intangibilidad podemos preservar la coherencia del ordenamiento. Si no
hubiese normas supremas, de las cuales todas las demás fueran derivación, no se podría
construir un ordenamiento lógico, razonable. La Constitución ha de ser preservada como regla
procedimental y como norma sustantiva.
"En último término, debemos obedecer las decisiones de un juez o un órgano administrativo,
porque debemos obedecer la Constitución. Si nos preguntamos por qué debemos obedecer las
normas de una Constitución vigente, es posible que tengamos que remontarnos a una
Constitución más antigua que ha sido sustituida de modo constitucional por la presente
Constitución. Y remontándonos en el tiempo llegamos por fin a la primera Constitución de la
Historia." Así llegamos a la idea de "Supremacía Constitucional" según la cual "la Constitución
formal, revestida de superlegalidad, obliga a que las normas y los actos estatales y privados se
ajusten a ella.".
El mismo Bidart Campos nos dice que: "La Constitución está en el techo del ordenamiento y
tiene que filtrarse con consecuencias prácticas a todos los resquicios de ese ordenamiento, a
todos, no hay ninguno que se pueda evadir."
Interpretación alternativa:
Una importante apertura y relectura de la cuestión se planteó en la doctrina nacional a
comienzos de los años setenta, la que al vincular la interpretación constitucional con los
antagonismos sociales señaló que no eran dos los métodos (estático y dinámico), sino tres
(agregando el revolucionario).
Dijo Sampay: la interpretación estática hace perdurar las instituciones originales de la clase
social que dictó la Constitución (a través de los legisladores constituyentes que la
representaban); la dinámica evita que la constitución escrita se trueque en una mera
constitución nominal, es de lege lata pues los viejos moldes sirven de cauce a las nuevas
necesidades; en cambio, la interpretación “revolucionaria” le da un nuevo contenido a la idea
DERECHO CONSTITUCIONAL I
de justicia que importa una metamorfosis radical de la constitución escrita; es de lege ferenda
al desentenderse absolutamente de la voluntad del constituyente y reemplazar el núcleo de
sentido de la norma que sólo conserva su letra.
En forma parcial, esta tercera modalidad interpretativa se vincula con lo que, tiempo después,
se denominó “interpretación mutativa promotora de una mutación contra constitutionem de
una cláusula constitucional injusta”, pero acotada a aprehender la extrema situación en que el
juez se viera compelido a no aplicar una norma constitucional por su manifiesta injusticia.
Es un movimiento crítico que difiere de otros por no ser meramente académico -aunque en
parte también lo sea- Es abarcativo de variados profesionales del derecho en su praxis diaria,
ya sea en el foro (magistrados judiciales y abogados populares) o en la universidad (profesores
y estudiantes críticos), surgido como respuesta a la injusta realidad social brasilera,
caracterizada por la exclusión y marginalidad de gran parte de su población. Aunque la
expresión direito alternativo lato sensu engloba diversas vertientes, en materia interpretativa
obviamente lo que importa es el llamado “uso alternativo del derecho”: enfrentado conceptual
y prácticamente a la denominada por ellos enseñanza oficial de la normatividad vigente,
postula cuestionarla y leerla desde una nueva óptica, favorable a las necesidades populares.
Con este entendimiento, procuran que los jueces sean instrumento de transformación social y
que abandonen su función legitimadora de la dominación y opresión: que dejen de ser meros
aplicadores del derecho positivo y pasen a interpretarlo siempre para lograr la justicia en el
caso concreto “dentro de la ley, fuera de la ley, en contra de la ley y más allá de la ley”. Sin
embargo, intentan dejar en claro que no defienden la libertad total del juzgador para decidir
con arbitrio personal de forma voluntarista sino enmarcada por esta nueva visión global; una
actitud nueva que permita ejercer la magistratura en favor de las clases oprimidas (Rosa de
Andrade).
Enfoque consecuencialista:
Se trata de un criterio de verificación del acierto o justicia de la interpretación elegida en cada
caso concreto, en virtud del cual la faena interpretativa (en cualquiera de las variantes antes
analizadas) no puede dejar de ponderar los efectos, derivaciones, consecuencias o resultados a
los que conduzca la exégesis elegida. Es decir, que funciona como un test práctico de
verificación o corrección por el cual se evalúan predictivamente los resultados de la
interpretación. Lejos de reemplazar la justificación lógica y axiológica, la complementa con la
previsión acerca de qué ocurrirá si la norma se aplica de una u otra manera. En suma, lo que se
postula es que también se tengan en cuenta razones o argumentos extranormativos.
Este enfoque consecuencialista procura que la interpretación sea funcional, que no paralice el
sistema constitucional al preocuparse por los efectos concretos que implica toda aplicación
normativa. De alguna manera, es tributario de la teoría sistémico-cibemética que, como
vemos, también impacta a la hora de fundamentar el mejor modo de conocer y aplicar la
Constitución. Así, ante alguna dificultad interpretativa (ej. en caso de lagunas, inconsistencias o
incompatibilidades normativas, o ante la indeterminación de los conceptos jurídicos acuñados)
el intérprete debe centrar su atención también en los efectos de la solución a que arribe, en
términos de equilibrio social, de paz pública, de equidad en el reparto. Ello no significa
convertir a la eficacia de las normas en la sustancia del fenómeno jurídico, pues eso implicaría
un reduccionismo inaceptable que conduciría a abjurar de la justicia como ideal en perpetua
transformación.
DERECHO CONSTITUCIONAL I
Calificamos a esta facultad del pueblo como suprema porque, como expresión de poder, no
reconoce otra superior. La puede ejercer el pueblo en forma directa, caso difícil en la
actualidad, o en forma indirecta, eligiendo a este fin a sus mandatarios, o combinando ambos
procedimientos. Algunas constituciones disponen que sus modificaciones serán efectuadas por
el órgano legislativo ordinario, pero luego el pueblo, mediante el sufragio, deberá
pronunciarse por su aceptación o rechazo.
El primer gran expositor de la teoría del poder constituyente fue Emmanuel Sieyès. Este realizó
un estudio del llamado estado llano en el cual plantea la necesidad de superar la organización
estamental de la época, en que habitualmente predominaban la nobleza y el clero. Sieyès
junto a Rousseau y otros pensadores de la época realizó importantes aportes al sustento
ideológico de la Revolución Francesa.
Sin embargo, Sieyès atribuía dicha titularidad a la nación, entendida como un cuerpo de
asociados que viven bajo una ley común y están representados por la misma legislatura. En su
concepción jusnaturalista, la nación era preexistente y suprema, y de ella debía emanar el
poder constituyente.
La Constitución Nacional adoptó el principio según el cual el pueblo es el titular del poder
constituyente, en su preámbulo al hacer referencia a la autoridad de quien emana, de la
Nación Argentina. El art. 33 reconoce el principio de la soberanía del pueblo, que el art. 30
tácitamente admite, al establecer que la reforma constitucional no se efectuará sino por
medio de una Convención convocada al efecto. El nuevo art. 37 incorporado por la reforma de
1994 “garantiza el pleno ejercicio de los derechos políticos, con arreglo al principio de la
soberanía popular”.
Poder Constituyente Derivado: que es el que se pone en ejercicio para reformar la constitución
preexistente.
La doctrina clásica, sostiene que el poder originario carece de límites, por ser supremo. Era lo
que sostenía Sieyès, para quien el deseo de la nación era suficiente motivo para justificar el
ejercicio del poder constituyente. Estimamos que el calificativo de ilimitado con que se
pretende encuadrar al poder constituyente originario es demasiado presuntuoso, aun cuando
sea efectivamente muy amplio. La libertad no es legítima para hacer el mal, o si es utilizada en
contra del bien común.
Limites que condicionan el poder constituyente:
Tratándose del ejercicio del poder constituyente derivado, hay que agregar dos limites más:
Bidart Campos considera, sin embargo, que la reforma tiene otro limites materiales, que no
pueden ser infringidos. Son los contenidos pétreos implícitos.
La Reforma Constitucional:
La reforma de la constitución implica el ejercicio del poder constituyente derivado. Reformar
significa, en materia constitucional, cambiar algo que estaba mal para hacerlo bien, o aquello
que estaba bien hacerlo mejor. Se suele hacer una distinción entre reforma y enmienda
constitucional: la enmienda seria, la modificación restringida tan solo a uno, o a unos pocos
artículos.
las reformas, ocurren otros cambios no formales, derivados de usos y practicas diferentes, a
las cuales el destacado constitucionalista denomina "mutaciones constitucionales".
Estas mutaciones, en algunos casos, agregan ciertos contenidos; por tal circunstancia, se las
denomina "por adición".
Las mutaciones "por sustracción", en cambio, son aquellas que le quitan virtualidad a alguna
disposición constitucional.
También, hay otra variante de mutación, que tiene lugar por desconstitucionalización: se
produce cuando la constitución escrita pierde vigencia y es reemplazada por otra constitución
material diferente, aunque sin ser derogada la anterior. (Ejemplo: la Constitucion de Weimar
de 1919, en Alemania, que perdió vigencia con el advenimiento del régimen nacionalsocialista,
pese a que no fue derogada).
Reconocemos que estos cambios habitualmente ocurren, pero debemos aspirar a que sean
mínimos.
La paz entre ambas partes se selló en el Pacto de San José de Flores, en el cual Buenos Aires se
declaró parte de la Confederación Argentina y en el que se estableció que la provincia porteña
podría proponer reformas a la Constitución Nacional de 1853, que establecía la forma de
gobierno federal, para que fueran evaluadas por una Convención Constituyente Ad Hoc.
Reforma de 1866: La reforma constitucional de 1866 fue una breve pero crucial modificación
relacionada con los ingresos del Estado nacional, impulsada por el presidente Bartolomé Mitre
al solo efecto de restablecer los impuestos a las exportaciones, llamados también retenciones
o derechos de exportación, que habían sido abolidos a partir del 1 de enero de 1866 por la
reforma constitucional de 1860. La reforma modificó dos artículos, el artículo 4, para eliminar
el vencimiento de 1866, y el artículo 67, inciso primero, para restablecer la facultad de
Congreso Nacional para imponerlos.
Reforma de 1898: Hacia fines del siglo XIX se hizo evidente que el desarrollo económico y
social requería un aumento del tamaño de Estado, que desbordaba los límites previstos en la
Constitución. En 1897 el Congreso Nacional declaró la necesidad de reforma constitucional,
estableciendo las materias y artículos para reformar, la representación asignada a cada
DERECHO CONSTITUCIONAL I
provincia (los ciudadanos de los territorios nacionales no tuvieron derecho a elegir ni ser
elegidos) y demás requerimientos para conformar la Convención.
Trataron los tres puntos que el Congreso consideró necesario reformar y aprobaron reformas
en dos:
Reforma de 1949: La necesidad de incorporar nuevos derechos sociales y las nuevas funciones
del Estado, siguiendo los lineamientos del constitucionalismo social, fueron los argumentos
básicos que motivaron esta reforma. Fue promovida por el gobierno de Juan Domingo Perón.
La modificación incorporó en sus artículos los derechos de segunda generación (laborales y
sociales), reconoció la igualdad jurídica del hombre y la mujer, incorporó la función social de la
propiedad, estableció la autonomía universitaria, los derechos de la niñez y la ancianidad, el
hábeas corpus, facultades de intervención de Estado en la economía, entre otras normas.
También posibilitó que el presidente pudiera ser reelegido indefinidamente, y dispuso su
elección y la de los diputados y senadores por voto directo.
Proclama militar de 1956: El 27 de abril de 1956 el presidente de facto, teniente general Pedro
Eugenio Aramburu, el vicepresidente de facto y los ministros, emitieron una proclama de
carácter constitucional, declarando «vigente la Constitución Nacional sancionada en 1853, con
las reformas de 1860, 1866 y 1898, y exclusión de la de 1949», la que a su vez debía
subordinarse «a los fines de la Revolución enunciados en las Directivas Básicas del 7 de
diciembre de 1955, y a las necesidades de la organización y conservación del Gobierno
Provisional».
Reforma de 1957: En 1957 la dictadura encabezada por el general Aramburu declaró por
decreto 3838 la necesidad de reformar la Constitución y convocó a elecciones de
convencionales constituyentes para convalidar la derogación de las reformas de 1949 y
realizar, eventualmente, nuevas reformas constitucionales. El gobierno militar prohibió la
presentación de candidatos peronistas. La Asamblea Constituyente se limitó a convalidar la
decisión del gobierno militar e inmediatamente después los convencionales comenzaron a
retirarse sin tratar las reformas preparadas por las comisiones. Mientras los representantes se
retiraban, una parte logró sancionar el artículo 14 bis, referido a algunos derechos del trabajo.
Luego de ello ya no fue posible lograr una nueva sesión con cuórum.
El Estatuto establecía que el mismo regiría hasta el 24 de mayo de 1981, fecha en que
automáticamente quedó sin vigencia. Notoriamente, casi la totalidad de los cambios vigentes
entonces fueron incorporados a la Constitución en la reforma de 1994.
La reforma se concretó a partir de un pacto entre peronistas y radicales (Pacto de Olivos), que
por entonces eran los dos partidos mayoritarios del país, en el que ambos partidos acordaron
un "Núcleo de Coincidencias Básicas" para incluir en la Constitución, que debió ser votado "en
bloque" por la Convención, sin poder realizar agregados ni quitas.
Entre otros cambios, introdujo los derechos de tercera y cuarta generación, normas para
defensa de la democracia y la constitucionalidad, las características de los órganos de
gobierno, y nuevos órganos de control. La Convención Constituyente se celebró en las
ciudades de Santa Fe (sede tradicional de las convenciones constituyentes) y de Paraná
(primera capital de la Confederación).
DERECHO CONSTITUCIONAL I
Poder Ejecutivo: El art. 87 dispone que éste poder sea desempeñado por un ciudadano con el
título de “Presidente de la Nación” (es unipersonal).
Sólo pueden ser elegidos para el cargo los argentinos nativos o por opción, pero sólo aquellos
que son hijos de ciudadanos nativos nacidos en el extranjero que hayan optado por la
ciudadanía argentina.
El Presidente es elegido para un período de cuatro años a través del voto popular directo, y en
doble vuelta (en caso de no obtener más del cuarenta y cinco por ciento de los votos
afirmativos). También tiene la posibilidad de ser reelecto por un sólo período consecutivo. Lo
acompañan el Vicepresidente, elegido por el mismo período y con misma modalidad del
Presidente. El jefe de Gabinete de Ministros y ministros.
Poder Legislativo: A cargo del Congreso de la Nación compuesto por dos cámaras, una de
Diputados de la Nación y otra de Senadores de las Provincias y de la Ciudad de Buenos Aires.
La Presidencia del Senado es ejercida por el Vicepresidente de la Nación, que no tiene voto,
salvo en caso de empate. Es parte integrante, aunque haya sido elegido constituyendo la
fórmula presidencial.
Ésta cámara está compuesta de tres senadores por provincia y tres por la ciudad de Buenos
Aires, elegidos en forma directa y conjunta por seis años, renovable por tercios cada dos años,
correspondiendo dos bancas al partido político con la mayoría de votos y la restante al partido
que le siga.
La Cámara de Diputados cuenta con 257 miembros elegidos en forma directa por cuatro años y
reelegibles, renovables por mitad cada bienio.
La Corte Suprema de Justicia está compuesta jueces nombrados por el Presidente con el
acuerdo del Senado.
El Consejo de la Magistratura administra el Poder Judicial y tiene a su cargo la selección
mediante concurso público de los magistrados de los tribunales inferiores. El Ministerio
Público es un organismo independiente con autonomía funcional y financiera para a la
promoción de la actuación de la justicia en defensa de los intereses de la colectividad, estando
integrado por un Procurador General y un Defensor General de la Nación.
La Constitución vigente consagra la institución del jurado para los juicios criminales ordinarios.
El estado nación se reconoce como soberano y hay nada sobre sí. En teoría no tiene un límite.
“El soberano es el pueblo”
Los derechos están limitados por las leyes que reglamenta su ejercicio, art 14. Y 19. 116 –
corresponde a los tribunales y a la corte, el conocimiento de todos los hechos y causas.
En nuestro país, los constituyentes de 1992 recurrieron a la fórmula clásica de dividir el poder
en tres ramas distintas, el poder administrador o Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder
Judicial.
El límite fundamental que los constituyentes de nuestro país establecieron para el Ejecutivo es
la prohibición de extender por más de cinco años el ejercicio de ese poder para toda persona
que lo ejerza.
Los enormes poderes de la Presidencia de nuestra República están definidos en el Artículo 238
de nuestra Constitución: Dirigir la administración general del país; participar en la formación
de las leyes, reglamentarlas y controlar su cumplimiento; dictar decretos; nombrar y remover
por sí a los ministros del Poder Ejecutivo, al procurador general de la República y a los
funcionarios de la Administración Pública, cuya designación y permanencia en los cargos no
estén reglados de otro modo; comandar en jefatura las Fuerzas Armadas de la Nación, dictar
los reglamentos militares, disponer de las Fuerzas Armadas; organiza y distribuye; nombrar y
remover a los comandantes de la Fuerza Pública; proveer, por sí los grados en todas las armas,
hasta el de teniente coronel, entre otras.
El Estado confederal: hay una unión de estados independientes basada en un pacto o tratado
con el propósito de defender exteriormente sus intereses y mantener en su interior la paz.
Supone el máximo grado de descentralización de la autoridad política. Los estados miembros
conservan para sí el ejercicio de la soberanía y pueden ejercer los derechos de nulificación y de
secesión.
El Estado federal: Esta es la forma de Estado más difundida, existe descentralización política.
Existe una unión de una pluralidad de estados que se realiza por medio de una constitución.
Los estados son autónomos, pero carecen de soberanía, la cual recae únicamente en el estado
federal.
La declaración de inconstitucionalidad solo es aplicable para los sujetos que son parte de ese
acto judicial. Solo el propio congreso puede derogar una ley. Si el poder judicial tuviera el
poder de hacer inconstitucional una norma, intervendría en el poder popular del congreso
violando el federalismo.
Puede ser a pedido de parte, que quiere decir que una de las partes le pida al juez que dicte la
inconstitucionalidad de una norma.
Si puede hacerlo de oficio como se estableció en Mill de Pereyra (fallo), a través de un sistema
de requisitos para que el juez pudiese declarar de oficio. En el banco comercial de finanzas se
establece menores requisitos. Rodríguez Pereyra, en este caso mientras haya causa o
controversia la primera obligación como juez, es hacer el control de constitucionalidad y
convencionalidad (controlar respeto de los tratados internacionales) sobre las normas que
integran ese caso, ya que el poder judicial es el último interprete. Las partes pueden pedirla o
no, pero el control de constitucionalidad es obligatorio para el juez ya que este debe
establecer la supremacía. El juez no debe tolerar una violación a la constitución.
Para que se cumpla esa supremacía se usa el sistema de control de constitucionalidad que es
un mecanismo que se efectúa para darle efectividad al cumplimiento de la constitución
nacional.
Tipos de Control:
Debido al órgano de control, pueden distinguirse tres tipos de sistemas de control de
constitucionalidad: judiciales, políticos (parlamentarios, ejecutivos, electorales, sui géneris), y
nacionales o internacionales.
1) Difuso: cuando cualquier órgano judicial puede ejercerlo. La realiza cualquier juez
(corte suprema, juzgado cualquiera, etc.), con algunas particularidades como dentro
de algún caso concreto (caso judicial) tiene que haber una afectación para una de las
partes; tiene que haber una petición de partes; tiene que haber un interés legítimo; es
por vía incidental (planteada la inconstitucionalidad entonces se forma lo que se llama
un incidente que es un juicio dentro de otro juicio para determinar si eso es
inconstitucional o no).
2) Concentrado: cuando corresponde a un órgano jurisdiccional único y específico que
ejerce con exclusividad el control. Es un control preventivo pero su sanción erga
omnes.
Con respecto al sujeto que está legitimado para provocar el control puede ser:
a) Preventivo: se lleva a cabo antes de que la norma sea tal, es decir, consiste en un
control sobre proyectos;
b) Reparador: tiene lugar después de entrar en vigencia la norma controlada;
c) Mixto: se puede practicar el control antes y después de que la norma se sanciones.
1) los jueces no gozan de un origen democrático directo, dado que no son elegidos por el
voto popular, sino que son designados, además de que no están sujetos a una
renovación periódica de sus mandatos, ni son responsables directos ante la opinión
pública.
2) Las decisiones de los jueces no gozan del valor epistémico que si tiene el proceso
democrático. El proceso valorativo del juez respecto a los conflictos sobre los cuales
tienen que decidir, comprende únicamente las personas directamente afectadas sobre
el cual tiene que decidir, y no atiende a las repercusiones que podría provocar en otras
personas afectadas por el conflicto en cuestión. Quienes defienden el control de
constitucionalidad alegan un cierto tipo de elitismo epistemológico, en el cual la
destreza intelectual de los jueces y la habilidad para resolver cuestiones que tengan
que ver con el derecho son más importantes que la capacidad para representarse y
equilibrar imparcialmente los intereses de todos los afectados por una decisión
judicial.
3) No existe ninguna garantía de que los jueces no se vean tentados a infringir los
derechos de los individuos o las minorías a menos que sus intereses coincidan con los
de la minoría cuyos derechos se encuentran en peligro.
4) La contradicción interpretativa de las normas de la Constitución en la que incurren los
diversos tribunales del Poder Judicial.
El recurso extraordinario:
El recurso extraordinario federal es la vía procesal que permite elevar a la Corte Suprema todo
expediente en el que se haya dictado una sentencia definitiva, emanada de cualquier superior
tribunal de la causa del país, a fin de plantearle a aquélla temas de derecho federal; entre
otros, inconstitucionalidad de las normas, interpretación de leyes federales, impuestos,
convertibilidad y desregulación.
b) proteger la supremacía de la Constitución y del resto del derecho federal, aun contra
sentencias de tribunales federales;
c) uniformar la aplicación del derecho federal (“casación federal”) y
d) dejar sin efecto sentencias arbitrarias. En primer lugar, son impugnables por el
recurso extraordinario pronunciamientos judiciales, esto es, las sentencias definitivas
dictadas por un superior tribunal de la causa.
Sentencias definitivas son las que producen en un proceso cosa juzgada material (es decir, las
que impiden que el asunto en ellas decidido pueda replantearse en otro proceso), y también
las equiparadas por la Corte a las “sentencias definitivas”, a los fines de dicho recurso
extraordinario. Son éstas las resoluciones que causan gravamen irreparable paralizan el
procedimiento o resultan portadoras de “gravedad institucional”.
El superior tribunal de la causa, para un proceso, es aquel que puede conocer en último
término, antes que la Corte Suprema, el problema del derecho federal que se va a plantear en
el recurso extraordinario.
Es ejercido por la vía indirecta, esto significa que puede ser planteado al órgano competente
por la persona que tenga un interés afectado, y únicamente como excepción o defensa. No se
puede reclamar por la norma en sí, nos tiene que afectar. La declaración de
inconstitucionalidad acarrea en el derecho federal argentino, la inaplicabilidad de la norma o
acto así declarado al caso concreto que fue planteado. En el derecho constitucional federal de
nuestro país podemos sintetizar el control así:
Es difuso porque todos los jueces pueden llevarlo a cabo, sin perjuicio de llegar a la Corte
Suprema como tribunal ultimo por vía del recurso extraordinario; solo el poder judicial puede
ejercer control, es el único habilitado para juzgar la validez de las normas dictadas por el Poder
Legislativo. En cuanto a las vías procesales utilizables no existe vía directa, de acción o de
demanda. El art. 2 de la ley 27 prescribe que los tribunales federales solo ejercen jurisdicción
en casos contenciosas. No procede por vía de consulta sobre la inconstitucionalidad de la
legislación. Como sujeto legitimado para provocar el control, la corte suprema solo reconoce al
titular actual de un derecho propio que se pretende ofendido. El interés que puede tener un
tercero en impugnar como inconstitucional una norma que él debe cumplir no es aceptada por
la corte para investirlo de legitimación con la promoción del control. Inconstitucionalidad de
oficio significa que, si el juez advierte que una norma es inconstitucional, pero ello no ha sido
planteado por las partes, no puede declararlo. Solo procede a pedido de parte interesada. El
control de constitucionalidad es aplicable a las leyes y a los demás actos de los poderes
públicos federales y provinciales.
Este solo puede efectuarse en el marco de una causa judicial conforme lo determina el art. 116
de la Constitución Nacional. También se aplica a los tratados, sentencias judiciales y actos
particulares. Quedan excluidas las cuestiones hipotéticas, las consultas, las causas simuladas,
las abstractas y las causas políticas. En lo referente a las causas políticas, la jurisprudencia las
excluye del control constitucional por considerarlas no judiciables. Se incluyen entre otras: la
declaración de la intervención federal, la declaración del estado de sitio, la reforma
constitucional, la declaración de la utilidad pública de la expropiación, el proceso de formación
y sanción de leyes, el ejercicio de los poderes de guerra, el juicio político, el indulto y la acefalía
presidencial.
1) negociación del tratado con las demás naciones, a cargo del Poder Ejecutivo Nacional;
2) firma del tratado por el Poder Ejecutivo;
3) aprobación del tratado por el Poder Legislativo, de acuerdo con lo establecido en el
art. 75 inc. 22; y
4) ratificación del tratado a cargo del Poder Ejecutivo.
El Poder Legislativo podrá, mediante el voto de las dos terceras partes de la totalidad de los
miembros de cada Cámara, darle jerarquía constitucional a un tratado. Los tratados solo
podrán ser denunciados por el Poder Ejecutivo Nacional previa aprobación de las dos terceras
partes de la totalidad de los miembros de cada Cámara.