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El hecho es que retrasamos todo lo retrasable; quizás todos sabemos profunda-

mente que somos inmortales y que tarde o temprano cada hombre hará todas las
cosas y lo sabrá todo.

^A CONfRSZON COMO t2284,O deIser


en^ariaZamibranoy
SAN118215tM

para recoger aquello que permanece en ci eter-


no presente.

La reflexión de Maria Zambrano inten-


ta sacar a la luz la centralidad de la disconti-
nuidad en la vida del hombre, una disconti-
nuidad que es Ia misma realidad y hace posible
ci descubrimiento que ci hombre hace de sI, de
la acción sobre la realidad con ia que se distin-
gue de ios animaies, que se "deslizan" con sim-
piicidad en Ia vida. El tiempo, asi, nos viene
dado como "ia relatividad mediadora entre dos
absoiutos, ci absoiuto del ser en cuanto tal, asI
como aparece al hombre, y ci absoluto de su
propio ser tal como inexorablemente él lo pre-
tende"2.

Reasumiendo Ia distinción hecha por


Max Scheler entre hombre y animal, Maria
Zambrano subraya la continua posibilidad de
renacer, la esperanza que acompafia la vida del

1
Parménides, DK, fr. 8.
Maria Zambrano, El sueño creador, Madrid, Turner, 1986, p. 50.
hombre como hambre de nacer del todo. "La cuando se nos dice: No querdis conformaros con
vida es dada, pero es un don que exige a quien este siglo, para que Ia tierra produzca en la mis-
lo recibe vivirla, y al hombre de especial mane- ma fuente de la vida el alma viviente, y en tu
ra"3 Nos consumimos en el tiempo porque palabra, por medio de tus evangelistas, un
solamente en él podemos nacer enteramente. alma continente, imitando a los imitadores de
La vida se desarrolla en el tiempo y solo en las tu Cristo" 5 . Es Ia palabra, al ser el centro de la
mOitiples posibilidades de Ia experiencia se vida eterna, una palabra que proviene de Ia
hace posible para el hombre conquistar la vida, unidad que sostiene las cosas de la tierra.
vivir finalmente más allá de Ia fragmentacion Inmediatamente después San AgustIn comple-
de la experiencia misma: "Vivir humanamente ta la cita de San Pablo en la Carta a los Roma-
es una acción, no es un simple deslizarse en la nos, que exhorta asi al hombre: Reformaos en Ia
vida y por ella"4 novedad de vuestra mente6.

El hombre debe hacerse Ia propia vida, y SOlo de Ia tierra emerge el alma viviente
el tiempo es el don del cual dispone para hacer porque sOlo desde Ia tierra es posible encontrar
que Ia vida misma sea un vivir. Segün Maria aquella unidad que es sede de un conocimien-
Zambrano, en Las Confesiones de San Agustin to que puede entenderse como fuente de amor
hay un acercamiento entre verdad y vida, un y de vida. Para San Agustin es esencial enten-
acercamiento frente al originario conflicto rea- der que cada cosa es impulsada por cl amor,
lizado por una razOn que se aleja de la vida ver- que también las personas por encima de todo
dadera. Esta ültima es la que nos aleja de Ia intentan entenderse entre elias, tender como es
realidad, pero, a su vez, es Ia que penetra más natural la una a la otra, hacia el propio lugar.
profundamente en ella, justamente porque La mutación y sucesión del tiempo hacen
está dispuesta para recibirla. posible el cambio, el paso de una forma a otra
forma: "El cuerpo, por su peso, tiende a su
El vivir del hombre está ligado a un sen- lugar. El peso no solo impulsa hacia abajo, sino
tir, a un un pensamiento que precede a la con- al lugar de cada cosa. El fuego tira hacia arri-
ciencia, a una acciOn que proviene del yo on- ba, la piedra hacia abajo. Cada uno es movido
ginanio y que ileva a recordar aquello que es. por su peso y tiende a su lugar [...] Las cosas
San Agustin nos dice en sus Confesiones que no menos ordenadas se hallan inquietas: ordénan-
puede ser descubierta Ia verdad que no pase se y descansan. Mi peso es mi amor; él me lie-
1 Il 1
por el descubrimiento del alma por parte del va aoquiera soy iievaao
alma, un alma que cuando tiene la verdad la
encuentra ya comün y compartida, comunica- La eternidad está fuera del tiempo, pero
da con los demás. La verdad de la que habla el tiempo coincide con la creación en que, en
San AgustIn es una verdad inmatenial y sOlo en cuanto tal, es ya sucesión. La eternidad del
la creaciOn divina, en lo que inmutablemente orden es dada por el cambio. La sabiduria al
permanece, puede ser vista y, por lo tanto, principio, en su expresión o manifestaciOn, lo
entendida: "Pero tu palabra, oh Dios!, es fuen- dice todo de una sola vez. Es ci alma Ia que
te de vida eterna y no pasa; por eso en tu pala- debe entregarse a Ia verdad, debe encontrar en
bra es cohibido aquel apartamiento de él, Dios una celebraciOn y elevaciOn de si misma y,

Ibid,
Ibid.
S. AgustIn, Las Confesiones, XIII, 21, 31, en Obras completas II, Madrid, BAG, 1998, p. 580.
6 Ibid.,
p. 582.
Las Confesiones, XIII, 9, 10, p. 561.
Papeles del Seminario Maria Zambranoa

en este sentido, hacerse espejo de una imagen to positivo porque es la interpretación misma
nueva del hombre, hombre que descubre en la la que restituye y deja más claro un comporta-
interioridad de si mismo una renovación de su miento fundamental del ser, que, en el contex-
alma y de su mente. Es en el sacro vientre de su to de una limitación temporal como la de
mente donde para San AgustIn es posible ver Ia nuestra existencia, se mueve y se organiza
luz de verdad que transcurre en el tiempo e ilu- como un ser para el fin. Este elemento o sus-
mina un nuevo saber. También para Maria tancia de pensamiento puede aparecer y hacer-
Zambrano Ia situación del hombre es el trans- se real mediante el tiempo. Como muestra ai:mn
figurarse de la vida en pensamiento, en un Heidegger en Sery tiempo, la interpretación es
"argumento". El "argumento" no es el tiempo, ya la comprensión, cada ver es ya comprender
pero es el modo, la modalidad en la cual se des- segiin una interpretaciOn, que es el dirigir a sí
pliega la vida del hombre, el tiempo es la expli- mismo la mirada. La dirección de Ia humani-
citación del pensamiento en cuanto el pensa- dad es ya su alma, Ia tension hacia otra cosa,
miento llena de contenido el puro y abstracto porque la inquietud propia del hombre es la de
transcurrir de la vida: "Una consecuencia de la estar fuera de la verdad del ser. Es el sentido el
especIfica situación del hombre en la vida, el no que gufa y estructura lo que es comprensible
ir deslizándose simplemente por ella es que el abriendo a las infinitas posibilidades del len-
pasar de la vida y el nacimiento y la muerte que guaje. El lenguaje propiamente humano está
de comün tiene con todo lo viviente, se confi- originariamente ligado al sentir, y cada sentir
gura ante su conciencia y aiin antes en su sen- tiene ya en sI su comprensión: "A los ojos, en
tir, en un argumento" 8. La transfiguracion de la efecto, pertenece propiamente el ver; pero
vida sucede en tres momentos, de los cuales el también usamos de esta palabra en los demás
primero es el sentir, un sentir ya humano por- sentidos cuando los aplicamos a conocer"0.
que es capaz de transformar la vida, luego la
conciencia que capta de lleno el fluir del tiem- Segiin Heidegger, San AgustIn está entre
po, y el pensamiento, que introduce en el paso los pensadores más profundamente inmersos
del nacimiento a la muerte un elemento que en la verdad originaria que solo a través de la
i:ransforma el transcurrir de la vida. Este ele- iluminaciOn, la intuición pura, capta el ser.
mento de transformación de la vida no puede
desconocer su conexión con la muerte. Como La concupiscencia es propia de los ojos,
se dice en una nota de Ser y tiempo, Martin porque solo el ver puede captar el sentido más
Heidegger traza ya, de la teologIa cristiana has- allá de Ia percepción directa, por lo tanto
i:a llegar a Calvino, el movimiento de un pen- introducirse en una percepción pura del obje-
samiento que lleva siempre incluida la muerte to. Quien siente, quien escucha, quien sabe
en su interior: "La muerte es un fenómeno de calla, comprende. Este es el camino seguido
Ia vida, el vivir del ser entendido como un por San AgustIn, que intenta ver y sentirse a sí
modo de ser, el cual pertenece al ser del mun- mismo para descubrirse en su verdad de hom-
do. La vida puede ser determinada ontológica- bre que se reconoce siempre en otro y sabe
mente solo en virtud de una orientaciOn nega- entonces que se puede transformar. La concu-
t:iva del Dasein"9. piscencia del ver debe volverse más exigente en
el hombre si no quiere caer en la vacuidad que
Esta orientación negativa no puede ser lo empuja a pensamientos vanos, privados de
sustituida, ni tampoco aplazada en un elemen- amor, hacia lo que en la inminencia de una

El sueo creador, ed. cit., p. 58.


"M. Heidegger, Sery tiempo, cap. 49.
Las Confesiones, X, 35, 54, p. 439.
confesión se va a conocer. La confesión es la pertar, tomar conciencia de abrir los ojos ante
puesta en escena de este camino, un camino las cosas que nos circundan. Maria Zambra-
que hace las cuentas con un tiempo que expo- no, en Hacia un saber sobre el alma, a propósi-
ne con fuerza a la memoria de un pasado, del to de la trascendencia y realidad se refiere ai
que siempre se aleja, pero también de un futu- pensador Francisco Romero, que interpreta la
ro, la espera como esperanza puesta por ci realidad como trascendencia: "La trascenden-
hombre en aigo. Propiamente en la sucesión cia no es otra cosa que la capacidad que tienen
de los tiempos el pensamiento y la vida de San los seres de salir de si traspasando los propios
AgustIn se pierden en el olvido de un vaclo, de limites, dejando la impronta en otro ser, pro-
una explosion de sentido que toma todo el duciendo un efecto, haciendo it más aliá de Si
tiempo en un solo instante. El instante ilumi- mismo, como si ci ser de cada cosa acabara en
nador de Ia vida, que pone a! hombre ante la otra". El hombre no coincide con ci propio
inexorabilidad de su mirada y ia vision de io ser, es extraflo a si mismo, a si mismo, a dife-
que hasta ahora no ha visto: "AsI, asi, aun asI rencia dcl animal vive al mismo tiempo ia
ci alma humana, aun asi ciega y languida, tor- imposibilidad de ser y la imposibilidad de set
pe e indecente, quiere estar oculta, no obstan- simpiemente criatura. Es por esta posiciOn
te que no quiera que se le oculte nada. Mas lo particular, la de set un paso, un puente, un
que le sucederá es que ella quedara descubier- entre, pot io que ci hombre intenta superarse
ta ante la verdad sin que ésta se descubra a a si mismo, atravesar la vida arriesgandoia: "Sc
ella". Conseguir ver lo que está escondido, lo podria definir al hombre corno ci ser que
que en Ia cercanIa parece demasiado lejano padece su propia trascendencia"12.
está relacionado con una disposiciOn del horn-
bre, una apertura que no es otra cosa que San Agustin, en este contexto, puede ser
amor desmesurado hacia ia reaiidad, la vida una figura ejempiar, puesto que considera un
misma. tipo de conocimiento que parte de si, de io que
parece escondido y por io tanto poco cono-
El problema aquI indagado relaciona la cido, para ilegar a una unidad que no es ya
dispersion del tiempo y la incapacidad identidad como Ia unidad platOnica, sino
inquietud de vivir ci tiempo como posibili- coenvoltura, envoitura en realidad. SOlo ci
dad; San AgustIn para salir y superar esta fal- conocimiento del alma y de Dios puede col-
ta coloca ci tiempo en ci ánimo del hombre, mar ci vacIo que separa a! hombre de si mis-
Maria Zambrano parece aludir aqui a una mo, pero no a partir de una asimiiaciOn ad
práctica que atañe a la persona entera, un mundo inteligible, sino más bien de una con-
cuerpo y una psique ya de siempre herederos fesiOn, de una paiabra que revela ci fondo
de aigo, pertenecientes a una historia. La cxi- oscuro e inaccesibie donde reside la unidad del
gencia de la vida de ser vivida es lo que pone ser: "Mas ahora mis años sepasan en gemidos. Y
ai hombre ante su "más", un "más" que es su ul, consuelo mb, Señor y Padre mio, eres eter-
trascendencia. La trascendencia se entiende no; en tanto quc yo me he disipado en los
aquI como lo que impuisa hacia la realidad, tiempos, cuyo orden ignoro, y mis pensamien-
como lo que sOlo puede restituirnos a noso- tos -las entraflas intimas de mi alma- son des-
tros mismos. Cuanto más nos alejamos de la pedazados pot las tumuituosas variedades, has-
realidad de Ia vida, más nos alejamos de noso- ta que, purificado y derretido en ci fuego de tu
tros mismos. El nuestro es un continuo des- arnor, sea fundido en ti"3.

' O.c., X, 23, 34, p. 422.


12
Elsueño creador, ed. cit., p. 85.
13
Las Confesiones, XI, 29, 39, p.499.
Pap eles del Seminario Maria Zambrano

El alma humana parece carente de un ci fondo lo que tiene delante es posible acceder
centro, tampoco en la linealidad de la sucesión a un conocimiento que mantiene vivo C1 yin-
(Ic los tiempos San AgustIn puede encontrar cub entre sentir y entender. Muy próximas a
consuelo, más bien la mutabilidad desmem- esta imagen del pensamiento sumergido en la
bra, disipa la intimidad del corazón. San Agus- vida están las palabras de Maria Zambrano
tin no hace sino recordar, está todo en su cuando escribe, en La confesión, género litera-
inemoria y se dirige hacia una unidad que sabe rio, a propósito de San Agustln: "Ser o no ser
que ha perdido. La vida del hombre vive esta filósofo es sobre todo una cuestiOn de amor
paradoja de poder rebelarse contra la realidad, [...] La salvaciOn del corazón parece en efecto
darle la espaida; pensar el ser no es más que un consistir en hacerbo entrar en la luz, en con-
modo de volverse hacia otra realidad justa- vertirlo en la luz". La luz es lo que vuelve trans-
inente por esta cesura, por esta ruptura entre parente a! corazOn, es bo que pide a! oldo ser
iino mismo y el mundo. Pero, al contrario, el escuchada desde dentro, una palabra que ha
presupuesto fundamental del pleno realizarse pasado al alma y que se escucha como una ver-
(IC la vida del hombre, de su ser, es la unidad dad de fe, de caridad. La luz no es aqul enten-
entre hombre y mundo, entre conocimiento y dida como oposición a la oscuridad, sino como
vida. La unidad sobrenatural que busca San iuz que ilumina bo que de nosotros está más
AgustIn no debe confundirse con el dios de la escondido: un corazón transparente es un
realidad inteligible o con la pureza de Ia cosa corazOn que respira, que vive en la luz, que
en sI; es la simple unidad de vida y verdad, necesita ser desveiado en su interioridad. La
Intima cavidad del alma humana que debe ser confesiOn misma es un modo de obtener la
protegida y custodiada por el hombre. San realidad completa que no está disponibie para
AgustIn se reencuentra en un pensamiento de ci hombre, una unidad que parece pertenecer-
Ia luz que no tiene nada que ver con el méto- be pero que, al mismo tiempo, parece sustraér-
do propiamente filosófico: "Confiese, pues, lo sele. La confesión se puede considerar el modo
que sé de ml; confiese también lo que de ml más explicito con que el pensamiento lieva
ignoro; porque lo que sé de ml lo sé porque ul ante sI la vida. Recuerdo y olvido son los
inc iluminas, yb que de ml ignoro no lo sabre modos con los que el pensamiento despliega el
hasta tanto que mis tinieblas se conviertan en tiempo, esto es, la transformación de la vida en
inediodla en tu presencia"4. conciencia. Para Ia vida, en esta perspectiva, el
conocer es recordar, es vivir en la entereza de la
La aceptación de la realidad en San memoria, la presencia del recuerdo y del olvi-
AgustIn coincide plenamente con su "entrar en do: "Porque cogo es respecto de cogito lo que
la luz", la "vision mirabie" y la luz de la verdad, ago de agito yfacio defactito. Sin embargo, la
Ia visiOn sin sombra, completamente esclareci- inteligencia ha vindicado en propiedad esta
(Ia por la luz eterna. Nuestra condiciOn es la de palabra para si, de tal modo que ya no se diga
venir del pasado, como testigos y herederos de propiamente cogitari de lo que se recoge (colli-
una historia, e ir hacia ci futuro. El ser proyec- gitur), esto es, de lo que se junta (cogitur) en
tado hacia ci futuro es lo que empuja a! horn- un lugar cualquiera, sino en ci alma "15
bre hacia la creación de algo duradero, aigo
qi permanezca por si mismo, el futuro es en El cogito agustiniano es la acción del
su presencia el tiempo de las multiples posibi- recoger en la mente los momentos de la vida,
lidades. Pero San Agustin no se detiene aqul, por bo tanto un movimiento del reunir que
solamente olvidando ci pasado, mirando hasta contrasta con la dispersiOn. Se trata de un con-

"O.c., X, 5, 7, p. 395.
"O.c., X, 11, 18, pp. 405-406.
traste permanente, pues la vida sin conciencia penetración de la palabra divina en el tiempo.
serIa pura dispersion. El pensamiento se hace La actividad intelectiva en San Agustin es
asI responsable de la vida, de lo que irIa dis- superior a Ia razón, sOlo la primera puede, en
perso y perdido. Justamente ésta es la opera- efecto, recoger los principios y la verdad que
ciOn del pensarniento, la de recoger, mantener pertenece al ser en cuanto tal. SOlo a través del
unidos los momentos dispersos de Ia vida, en éxtasis, del salir fuera de si, es posible entrar,
una tension y, por esto, en una extension. La por un instante, en lo que no pasa: "Y subimos
extension del alma en el tiempo es dada no por todavIa rnás arriba, pensando, hablando y
el conocimiento del presente, del pasado o del adrnirando tus obras; y llegarnos hasta nuestras
futuro, que para San AgustIn no existen como alrnas y las pasamos también, a fin de ilegar a
realidad en sI o como un dato, sino en el pre- la regiOn de Ia abundancia indeficiente, en
sente del pasado (memoria), en el presente del donde tü apacientas a Israel eternamente con
futuro (espera) y en el presente del presente el pasto de la verdad, y es la vida la Sabiduria,
(intuición directa). Este punto nos hace enten- por quien todas las cosas existen, asI las ya
der rnás clararnente lo que ha intentado decir creadas como las que han de ser, sin que ella lo
Maria Zambrano a propOsito de la transfor- sea por nadie; siendo ahora como fue antes y
maciOn de la vida en el sentir, en la conciencia como será siempre, o más bien, sin que haya en
y en el pensamiento. En San AgustIn, para ellafie ni sent, sino solo es, por ser eterna, por-
comprender la transforrnaciOn de la vida en el que lo que ha sido o sera no es eterno "17
pensamiento es necesario poner en relaciOn la
sabidurIa anterior y el tiempo, como mediador La dificultad en la cornprensiOn de estos
del conocimiento argumentativo. El hallazgo pasajes, que remiten uno al otro, parece ser la
más evidente que aparece en Las Confesiones es especial manera de vivir que el hornbre tiene a
aquél entre una verdad de la razón y una ver- disposición y que debe asurnir la vida como
dad de la vida. Desde la dispersion y fragmen- fuente prirnaria del vivir. Este tiempo está on-
taciOn de la unidad humana San AgustIn llega ginariarnente en relaciOn con la sabidurIa que
a un redescubrimiento de los vInculos que da el ser. La sabidurIa que da el ser no tiene en
mantienen unidos conocirniento y vida: "Es Si la sucesión, pero es capaz de asumirla corno
posible que, después de haber bajado la vida a experiencia temporal del hombre. Este conoci-
vosotros, no queráis subir y vivir? Mas adOn- miento se dirige a la necesidad Intima del horn-
de subisteis cuando estuvisteis en alto y pusis- bre, una necesidad de despertar ante la reali-
teis en el cielo vuestra boca? Bajad, a fin de que dad, de tornar conciencia de Si rnismo y de las
podáis subir hasta Dios, ya que caIsteis ascen- cosas que lo rodean y opnimen. El tiempo es
diendo contra el" 6. La crItica de San Agustin este punto de referencia en el cual el yo
a los maniqueos es indicativa de un cierto encuentra refugio, pero también la apertura,
modo de entender el conocimiento que, en sus carnino hacia el otro, descubnimiento de Ia rea-
momentos más profundos, es revelaciOn, pala- lidad. La realidad es el encuentro con los seres:
bra originaria de la cual el hombre ha tornado en cuanto reales los seres están al descubierto.
siempre distancia. La palabra de Dios lo dice Que significa estar al descubierto? Que no se
todo de una sola vez y permanece eternamen- conocen en su interioridad, sino en su relaciOn,
te, a diferencia de las palabras de los hombres, y esta relación para Maria Zarnbrano es el
que están sujetas al cambio y a Ia sucesión del tiempo. No se da en el hornbre la unidad del
tiernpo. Podemos decir que el hacerse aI inte- ser y, justamente por esta disgregaciOn, para
rior del oldo exterior entra en relación con la cornpletarse, el hombre tiende a la realidad. La

16 O.c., IV, 13, 19, pp. 176-177.


17 O.c., IX, 10, 24, p. 371.
Papeles del Seminario Maria Zambrano

eternidad está fuera del tiempo, pero aI mismo de la mutación. El presente existe solo en cuan-
tiempo, es lo que determina el pasado y ci to tiende a convertirse en no-existente, cae en
futuro, como escribe también San AgustIn: el pasado y se proyecta en ei futuro; si perma-
"Quién podrá detenerle y fijarle, para que se neciese inmóvil, serIa un presente eterno. El
detenga tin poco y capte por tin momento el presente, por su fugacidad, parece no tener
resplandor de la eternidad, que siempre per- extension pero, al mismo tiempo, es también el
manece, y Ia compare con los tiempos, que lugar en ci cual se perciben los intervalos de
iiunca permanecen, y yea que es incompara- tiempo. Es la falta de tiempo la quc aflige al
hle?" 8 . La extension del tiempo . que, en San hombre y lo ponc ante su condición f'inita,
AgustIn, es la extension del ánimo -lo que ante la vida. Cuando no se tierie rnas tiempo CS
constituye ci tiempo breve y largo de las slia- nuestra propia vida la que disminuye, encon-
has, de las pausas de la mt'isica- esta siempre trándose ante una irreversibilidad que es Ia
determinado por lo que no está sujeto a la icy caracterIstica maS evidente del tiempo.

Josep C/s quella


Rajoles de Gaud, 1999

O.c., XI. I, 13, p. 475.

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