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H M I I L M I ni U I ,|UM I IL V,

Alvarez, M. y D. Fiore. 1993. La Arqueología como Ciencia


Social: apuntes para un enfoque teórico-epistemológico. Boletín de
INSTITUTO PANAMERICANO DE GEOGRAFÍA E HISTORIA Antropología Americana. nc 27, pp:21-38. México.

AUTORIDADES 1994-1997 mynan r. alvarez


dánae fiore"
Presídeme Dr. Jorge Salvador Lara (Ecuador)
Vicepresidente lo. Dr. James G. Tanner ' (.Canadá)
Vicepresidente 2o. Dr. Noé Pineda Portillo (Honduras)
Secretario General Dr. Chester J. Zelaya-Goodman (Costa Rica)

COMISIÓN DE CARTOGRAFÍA COMISIÓN DE GEOGRAFÍA


la arqueología como ciencia social:
Presidente: ' Sr. Ful L. Peeier, Jr. Presidente: Prof. Speridiao Faissol
' Vicepresidente: Sr. Ja-ties R. Plasker
(EUA)
Vicepresidente: Prof. Mariiourdcs López .
rerreira
apuntes para un enfoque teórico-
(Brasil)

COMISIÓN DE GEOFÍSICA
epistemológico
COMISIÓN DE HISTORIA
Presidente: Cite. \R) Laurio Heáeivio Presidente: Dr. David A. Novelo
Desiéfani Figueroa
Vicepresidente: Dr. Hernán Asdrúbal Suva Vicepresidente: Dra. Elsa Leticia Flores "La ciencia sólo debe aceptar ti pensamiento critico".
(Argentina) (México) Nicos Híájini

COMITÉ DE ANTROPOLOGÍA
Presidente: Prof. Georsc Cerqueira Leite Zarur (Brasil)
Introducción de distintos investigadores de larga trayectoria
MIEMBROS ACTIVOS Y CORRESPONDIENTES (entreoíros. Arenas ¡988. Borrero 1989.1993:
En ¡os últimos tiempos ¡a arqueología j; ha Boschin 1992. González 19S5. Laguens 1994.
Argentina Dra. Amelia Sanguinetti de B. Dr. Juan Alfredo Tomasini vtsto sacudida por un debate teórico acerca ce Llamazares y Slavutzky !991:Núñez Reguei-
Solivia Arql. Maihias Strecker „•>• los diversos enfoques utilizados en 5u seno. ro 1974, Pérez Gollán y Heredia. 19S7; Politis
Brasil .Muchos son ios arqueólogos que han puesto 1988. 1994; Tarrago 1991. 1992; Tertusiy Nú-
Canadá Je manifiesto la necesidad de dicho cébate ñez Regueiro, 1993).
Colombia Antrop. María Victoria Uribe (Bate 1981.19S9;3inford 1986. DunneU !5S9. Nuestro objetivo consiste entonces en el-'
Cosía Rica Dra. María E. Bozzoli de \V. Dr. Marco Guevara Berger Gándara 19SO. 198!; Gilman 19S9, Hodier
Sr. Jorge Hidalgo L. planteo de ciertas perspectivas de análisis
Chile Dra. Victoria Castro Rojas 198S, Lumbreras 1984. Shanks y Tiilcy, ;9S7; desde un enfoo.jje^socia.l de la arqueología,
Ecuaoor Dr. Segundo Moreno Yañez R.P. Juan Bonazo
Shitier 19SS. Trigger. 1982, 1989: Vargas- profundizando algunos elementos de r.iv-1
El Salvador Dr. José Humbeno Velázquez
Arenas 19S6: por sólo citar algunos cases). El teórico-epistemológico planteados por varios
Estados Unidos Dr. Tilomas Abcrcrombic
Guatemala Lie. Rober.o Rubio Cifuentes mismo implicó un replanteo sobre ios ¡imites de aquellos investigadores.
Haití y alcances de la explicación, en arqueología, _¿¿OS orientamos hacia la dcfin¡c_i¿n_del
Honduras Lie. Femando Cruz Sandoval Lie. Manuel Chivez Borjas incluyendo sntre otros, el tema ce la valida- proceso de '-abajo —su estructura y caracte-
México Mira. Adriana López Monjardin Mtro. Luis Revgadas Robles Gil" ción, la i-ponar.r.ia de! contexto en el surgi- rísticas— como vía de acercamiento a ios ma-
Nicaragua Lie. Jorge Espinoza miento üe una teoría y en definitiva los teriales arqueológicos concebidos como
Pana na objetivos últimos que cada teoria le atribuye ^productos sociales generados en el seno át
Paraguay a la arqueología como ciencia. ¿Es historia? distintas esferas de producción. En concordan-
Perú Dr. Juan Ossio Dr. Francisco Irriane Brener
¿Es bioloaia? 0Es antropología? ¿Es literatu- cia con este eje, postularemos la aplicación de
Rcp. Dominicana Dr. Femando Morbán Laucer Dr. Carlos Esteban Deive
ra?... distintos niveles de análisis que posibilitan la
Uruguay Prof. José J. Fisueira
. En nuestro país, este debate se planteó con investigación de diversos aspectos de dichos
Venezuela
variadas intensidades a partir de los trabajos productos, enfatizando la importancia de la
distinción entre éstos como entidades reales
y aquellos como instancias de conocimiento.
' Mu«o Etnográfico. "3.3. Ambroseitr. Faculad de Fi-
lotofu y Ls'.ras. Universidad de Buenos Aires. Moreno
Sin embargo, la utilización de postulados fi-
3 50 (1091) Capulí Federal. Argemín». losóficos y conceptos previamente elaborados
2: BOLET1XD.E ANTROPOLOGÍA AMERICANA • 27 JULIO 1993 MVRIA.N R. ALVAREZ Y DANAE FIORE LA ARQUEOLOGÍA COMO CIEV

por otros autores ce la arqueología no trans- teriza: e ^movimiento. La propia constitución


forma e! objetivo dei presentí trabajo en una atómica de la materia implica un constante
historia de la filosofía ni de la arqueología, devenir energético. Es éste el principio enun-
sino que constituye ti marco contenedor en e! ciado por Heráclito mediante la conocida
que se sustenta nuestra discusión. metáfora acerca de que: "No se puede... des-
cender dos veces en el mismo río ni aferrarse
La arqueología y la realidad: dos dos veces a una sustancia perecedera en es-
premisas tado permanente" (Llanos 1936:33). En sínte-
sis, "...la existencia objetiva dei universo se
En tc-Ja perspectiva teórica subyace una ¡dea manifiesta como existencia de materia en mo-
ce lo que entendernos por ciencia (Levinas • vimiento (...) más aún, ia materia y ei movi-
i990) y por lo c a n t o de su conexión con ¡a miento son de tal manera inseparables que no
.realidad, lo cual, a su vez, se vincula de ma- existe materia i n m ó v i l , ni tampoco existe
nera directa con ¡a líber rup.creu: del cientí- ¡nuvimieni.0 ¡rmi.v.erial" (Goriwi 1991:84).
fico, quien "para ser produc:ívo ... debe operar Si bien la transición es un estado perma-
con una autoconciencia alerta sobre las ideas nente en cualquier fenómeno, es decir que
y supuestos po'r las cuales é: obra" (Binford toda entidad real, o toda realidad material se
• 1977:31: la traducción es nuestra). Es en este encuentra en constante transformación, esto;
sentido que creernos adecuado retomar dos no invalida la posibilidad de distinguir por-
postulados en los cuales se apoya nuestro ciones de dicha realidad que'exhibcn cienos La arqueología como ciencia momento y a! mismo tiempo. reruitico _¿e -as
planteo. éiernentos que las constituyen de manera par- investigaciones pre-.ider.ies y_ounto de par-
La primera premisa consiste in concebir a ticular, brindándoles una determinada identi- Cuando hablamos de ciencia nos referimos, enfc .tida de las nuevas investigaciones " ( B a t e
la reauaád «Tomo una entidad objetiva y ma- dad. Ei cambio continuo no siempre transforma :¿rminoS2ír¡era!es.aunaformadeconocimien-| 1989:S). Esto implica entonces, que ;e::ü de
terial, lo cual implica que es independiente de a una entidad en otra, sino que en muchas to representativa del pensamiento del hombre ¿ toda formulación de un problema q-e 2'.sa i
la conciencia de ios hombres (para un desa- ocasiones solamente le agrega a dicha entidad (Levmas 1989:3). Desde es:a perspectiva de un proceso de investigación, siempre is:a pre-
rrollo completo y sistemático de :ste punto ver más cantidad de los elementos que la carac- abordaje de ia realidad, consideramos que la sente un entramado teórico que io sustenta y
Roíental 1962. 3ate ¡981. Gonari 1991). Esto terizaban desde un principio. Estos cambios se arqueología se constituye como una ciencia define.
significa que -.odos los procesos que le dan denominan cambios cuantitativos, en oposi- oaüo que se aboca al estudio de arTa"porción" E! método es un referente que nos permite
origen a !a realidad existen —ín un princi- ción a los cambios cual ilativos, que son aque- de la realiiiadLr-!os resíps rnateriales dejados garantizar e! desarrollo de procedimier.tos vá-
I - pio— con independencia ce !as ideas que .los llos que transforman a una realidad en ora por las sociedades pasadas— mediante la apli- lidos desde un punto de vista lógico pira con-
seres humanos se formen di ellos,' pero no (Gonari 1991, Llanos 1986, Rosental 1962). cación de jeorias. m¿todos_v técnicas que trastar nuestras teorías e hipótesis. Añeraftien,
implica cus ideas y realidad material —como Los cambios cuantitativos se expresan, en- posibilitan un desarrollo sistemático del JJTO- tal como lo señala Bate (1989:7)"... r-.o poce-
veremos en e! punto tris y subsiguientes— no tonces, como cambios a'z magnitud dentro de ceso de investigación (Vargas Arenas 1986, mos plantearnos cómo conocer s: círíc:rr.o¿
se encuentren vinculados entre sí. una realidad particular. Los cambios cuaiiti- Bate 1981. Gándara Í987, Schiffer 1988, Binford de toda noción sobre qué buscamos cono-
Dada esta condición material de la reali- tivos, a su vez, implican el pasaje de una rea- 1986. Suílivan 1978). cer...". Esto implica dos cosas: en primer lu-
dad, existí una segunda premisa aue la carac- lidad a la existencia de otra distinta, es decir, Dentro de este conjunto gnoseológico, la gar que el método uue se deriva dejo conocido
son cambios de cualidad, ya que transforman teoría es un conjunto de principios que brin- previamente, es decir que la lógica presupo-
1 a las características de una entidad de mane- dan e.xpiicaciones sobre una porción de la rea- ne"primero ei desarrollo de una ontoiogia o
Es:o puede ejemplificarse de :a siéntente forma: tn ti ni-
vel físico, il hecho di que :a nerra gire alrededor del ra tal que ésta deja de ser reconocible para car lidad. Se trata de una serie de general izaciones teoría sobre la realidad (ibidem) y er. según -
sol is real y objetivo, existe ¿esce millones de años an- origen a una nueva entidad' (idsm). que resultan válidas para cada perspectiva en do jugar como consecuencia^de ¡o^interiorcme
tes de que aparecieran los serrs humanos, y los proce- particular: sin que necesariamente aquéllas el método debe_concordarjiecesariamenie con
sos que !o causan na han desendido de que Copemico la teoría sustentada.
Por ejemplo, si sometemos a un objeto de árenla cruda
deban ser valoradas como relevantes desde
formulara la teoría heliocéntrica. £n ei nivei social. !a
existencia de tos pueblos americanos no ha decido es- al calor, el crecimiento zradual d: la temperatura en un otros enfoques. Por otra pane la teoría cum- El rol dei métoao es_entonces. ei de^posi-
perar a la llejzaa je Colón ni a ¡as postenores teorías principio, por ejemplo de 0°C a !GO°C y de !00°C a ple siempre un rol dialéctico en la dinámica bjl,itar_el cp.ntactp entre la teoría y ja realidad
sobre el poblarciemo del "nuevo mundo" para ser cali- 200*C .10 prcvoca importantes transformaciones: se tra- de ¡a ciencia ya que: "La teoría es, en cada empírica, entre la explicación y !o ex3ijcaqo,
ficada como una realidad. Por io tanto, el descubnmien- ta de cambios cuantitativos. Pero al llegar a la frontera entre lo abstracto ylo concreto, que a nuestro
rto de una ley. de un principio, o de un fenómeno que de los 6QO°C. dicho objeto llegará a adquirir nuevas
. •.-•.., ... * ' - propiedades, tales como rigidez, y aun resistencia ¿i ca- que definen a una nueva entidad real, la cerámica. Se ha criterio, debe ser logrado de una manera ob-
jetiva , <s~S¿Sir contfasfab'e.)
JULIO 1993 MYRIAN R- A L V A R E Z V DAN'AE MOKL
PIN DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA • 27

el ex,stente entre las propias perspectivas de


Vor , „..- ¿ i c h a contrastaron. se logra a
análisis de una misma ciencia. Tal es el caso,
M r. 1 :'deiaap ! ¡cac,ór.d S :.r.a5eriede P rocedi-
por ejemplo, de la teoria general de los siste-
r^ientos sistemáticos o técnicas que posibili- mas (Von Benalanffy 1987:34. 35). que na
tan ¡a manipulación de determinados objetos, sido acucada tanto al campo de la psicología,
-: re^stro de atributos o propiedades que de- como al campo de la biología y de la arqueo-
vsi'ñ cieñas características de la evidencia y
;a obtención de información acerca de la mis- losía.
"En este sentido. denominamos_teonagerie :
ma. que en definitiva constituye la base de la ral al conjunto de postulados que cor.forman
• explicación científica. £l_conjunto_de proce:. laTasc gnoseológica fundamenta! en la que se
dimiemos_v técnicas cíe análisis constituyen la enmarca una postura científica, mientras que
metodología. la teoria especifica se remite a la aplicación
. L - n p r i t a e r aspecto ¡".portante de destacar,
parÚcular Je dicTa base a un determ.naoo
-entro de las relaciones entre estas distintas
obieto de estudio.
Rancias del conocimiento — filosofía, teo- " En el Gráfico 1 se representan tndimensio-
ría. método y metodología— , es que a diferen- nalment=7íoHrellsPectos recién detimoos.
cia de la sólida interdependencia entre las tres Pn el eje vertical se expresan las relaciones
orirneras, como recién lo subrayáramos, la entre las instancias de conocimiento (primer
'me-odologia resulta ser la insianciajnásJnát- aspecto); en el eje.horizontal se granean las
«snciente'dado que muchas técnicas pueden relaciones entre distintos enfoques teóricos en
'¿-'uTííízadas por varias ciencias y bajo dis- una misma ciencia (segundo aspecto); en el
— tos marcos teóricos sin que se transformen eje lateral o je^rofundLdad se ilustran las re-
su obietivos últimos- Tal « el caso del uso de laciones entre ciencias (tercer aspecto).
.— - técnica -neutral", como e! uso del nivel £1 pensamiento científ.co se distingue,
ó-ico por geólogos y arqueólogos, cuyo em- entonces, de otras formas de pensam.ento (co-
pieo no transforma la identidad de ninguna de mo el sentido común) dado que necesaria y
. estas dos disciplinas. .
Sin embargo, el postular una neutralidad ficación, buscando la interconexión entre los
metodológica no significa -que el aplicar o cocimientos adquiridos (Bunge 19/2, Gor-
ignorar una técnica no esté siempre funoamen-
tari 1991).
;¡ro en una postura teórica y desde una pers- Al referirnos a la verificación de los pos-
-,ec:iva epistemológica ^Gándara 198 0. Por tulados científicos, entramos en el tema de .a
Ornólo, en la utilización de la microestrati- objetividad en la ciencia. Como ya hemos o.-
s'ra'la y en el rechazo de aplicación del car- •cho consideramos que la existencia de la rea-
bono 14 hay siempre un entramado teórico lidad es en sí objetiva, dado que no deper.ae
subyacente que sustenta a cada decisión. de que ningún sujeto la piense, y por lo tanto
. de esta cuestión, es el
tampoco depende de las explicaciones que so-
relativo a la existencia de diversos mareos bre ella se formulen. Pero en lo que concier-
teóricos dentro del seno de una misma cien- ne a la objetividad de las exjjljcacjojics en si,
-cTqüé se traduce en una amplia variedad de la misma es una con1tru«iór,Jiis^.car^«
perspectivas de abordaje del objeto de estudio, determinada, lo cual implica que vana de
asi como en distintos recortes de 'i misma. íc^erdo a las posibilidades de elaboración del
í>r- último, unjcrceL55£££5° « d ^ ue ata" pensamiento que tiene una sociedad en el mo-
ñe a la vinculacióncntre distintas ciencias. La mento en que dicho pensamiento es generado O
teoría general a dis-
(Fiore 1993a:39); parafraseando a Levu^s
tintos objetos de estudio, genera una semejan- (1989-15) cadasociedad recorta "diferentes zo-j
za conceptual entre ciencias por sobre la ñas de objetividad conforme a sus planteos y I
divergencia entre sus objetos de estud.o. pro-
concepciones".
duciendo un acercamiento a veces mayor que
26 BOLETÍN DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA • 27 JULIO 1993 MYRIAN R. ALVAREZ Y DANAE FIORE LA ARQUEOLOGÍA,

Es;o no justifica las posturas que relativi- nerado, dentro del contexto de la lógica formal, ron resultado de actividades pasadas_jy_que a quedes producto del hombre genera,
z;n tocio conocimiento hasta neutralizar su una visión disociada de ambas como for- la vez han participado en interacciones com- vinculación con otros hombres, y.en inte.
poder e x p l i c a t i v o basándose en el hecho de mas de razonamiento incompatibles postulan- plejas desde el contexto de su producción has- ción_con la naturaleza. En segundo lugar, es
que nunca puede llegarse a un conocimiento do, muchas veces, lapreeminencia unilateral de ta el momento de su hallazgo (Bate 1981:22). en la interacción previamente enunciada don-
tcialrnente objetivo de ¡a realidad (Bate 1981; una por sobre la otra. . En este sentido, es importante destacar el de se generan elementos previamente inexis-
cfr. Shanks y T i l l e y , 1987; Hodder 1987, Si bien consideramos que constiuwen dos aporte de^Bjnjhrd.-quien resaltó e! papel fun- tentes, lo cual le confiere una dimensión
I93S). Si bien, las explicaciones de la realidad vías jndejjeadic.ntesy necesarias enjodqj)_rOr damental de esta cuestión (ibidem). material a la realidad social. Es en este sentí-1
Si e n c u e n t r a n históricamente determinadas, ceso de conocimiento!, las mismas son solida- En segundo término, las_p_ecul¡aridades-de do" qué afirmamos qué "la realidad social es 1
por io cual es posible transformarlas, eso no rias en tanto se vinculan d_e_una_rnanera no la^evjdencia que manipulan los arqueólogos también una realidad objetiva. En tercer lugar,
implica que no puedan ser objetivas en térmi- lineal sino espiralada, dialéctica. Dicha vincu- condicionan los procesos investigativos espe- dentro de la praxis social, y como consecuen-
r.os de aproximarse a ¡a.. explicación de la di- lación se da siempre en tres pasos. En prirr.sr cíficos para su procesamiento. Es decir que la cia de ella, se originan reflejos activos en si
'r.irr.ica ce la realidad (Fiore 1993a:39). término, la jnducción es necesariamente pre_- identidad de esta disciplina está también con- r pensamiento del hombre, que devienen fri
E". r-;te -'rnti-Jü. «•' métorlo no e-~. en si mi?- vía al proceso deductivo, yaque posibilita rea- firmada r>ir mfiodología dV r*:o!ecciór. y •• el desarrolla, ¿e r.:vc!c: •J;_cj_úc:í.-cjc /_ce
rr.o objetivo. En efecto, los métodos, como las lizar abstracciones a partir de la realidad procesamiento de (a información. No obstan- p_reseniacjón_ae la realidad (García Cancüni
iícrias. son elaboraciones subjetivas en tanto material. En segundo término, la deducción es_ te, la arqueología sejia vistp_enri.q.uecida_por 1986, Levinas 1989). Es decir que, por una
ser, productos generados por el hombre (Ro- el proceso que le sigue a la inducción, a partir los apones delecnicas y procedimientos_sur_- parte, la realidad social es objeto de pensa-.
ser.tal 1962. AK-arez 1993a). del cual se ponen a prueba tas, Conclusiones... gidos e imp (ementados ert el irnbitp _ de ..airas miento del hombre y, por otra parte, e! pen-
""Al hablar de_obie:ividad en laciencja. nos acerca de la realidad mediante lacontrastación ciencias, sin que esto signifique una alteración samiento de! hombre se revierte sobre la
estarnos refiriendo entonces a la adecuación con evidencia empírica relevante. Por último, de los objetivos últimos de la explicación ar- realidad social, reproduciéndola y/o transfor-'
de las explicaciones científicas a la realidad, la inducción,cierra el espiral dialéctico corro- queológica, orientada siempre hacia una in- mandola.
y no-a la objetividad de la realidad en si, a la borando las hipótesis favorablemente contras- vestigación del pasado humano. Dado que. tal como lo sosteníamos en e!
cual se i n t e n t a conocer" (Fiors 1993a:39, tada? o corrigiendo las hipótesis refutadas. El _obieto de tsiu.dk1.—de la arqueología punto previo, la ciencia es un producto más
jhuster 1981). seguñTsean adecuadas o no para explicar la —la realidad social del pasado— constituye de! pensamiento humano, es importante des-
En consecuencia, podemos puntual izar tres realidad (Fiore 1993a). entonces un recorte del mundo real, cuyas tacar que la propia delimitación entie lo S0j
ooservaciones ai respecto. En primer lugar, características la definen cualitativamente, cial v lo natural es siempre generada desde !o
"í¡ conocimiento de la realidad y la realidad La arqueología como ciencia social proporcionándole una identidad propia y re- social, razón por la cual no es fija ni inmuta-
rr .aisrial no son idénticos" (Bate 1981:17). En conocible. En primer lugar, esta realidad pue- ble: es variable en tiempo y «spacio.JJe hecho,
lugar, la objetividad no es una con- Decíamos que toda ciencia se aboca al estu- de ser denominada como sociai en la medida la división entre ciencias sociales y ciencias
exión a priori. sino que se logra a partir del dio de una porción de la realidad, que es su
desarrollo completo de un proceso cognosciti- objeto de estudio. Desde nuestra perspectiva,
vo. en c! que la oraxis^es indispensable como la argueologia.se ocupa de! estudio de las so-
forma de poner a prueba la concordancia de r ciedades del pasado a panir de los restos ma-
nuestras explicaciones con el m u n d o real ' teriales que las mismas produjeron durante el
(Alvarez 1993a:17). En tercer lugar^ la obje- transcurso de su existencia (entre otros. Childe
tividad no es patrimonio de una ciencia en M955, Leroi Gourhan 1976, Bate 1981, Lum-
pan ¡cu lar. sino un problema que atañe a todas breras 1984, Vargas Arenas 1986). Es por ello
e.-i gí.-.era! (Shuster 1982. Aivarez 1993a). - que consideramos a esta disciplina como una
.Ahora bien, e! movimiento seguido por la rirni;jfi sncial en tanto las evidencias con las
cognición implica e! acceso a un fenómeno cuales trata forman parte de distintos momen-
jjsconocido a partir de una serie de datos tos de la historia de la vida de los hombres. '7^ JL r*&£i
-? <t4 &
£3Au /f
conocidos, cuyo resultado posteriormente se Sin embargo, lo que lajiiferencia v la par-
integrará al dominio gnoseológico abriendo un ticulariza-distinguiéndola de otras ciencias ü>- -•"""' fk-'SV'':1 -<í^a
nuevo camino al descubrimiento de fenóme-
nos. Este proceso se denomina inferencia.
sociales, es su forma de aoroximacjón al ob-
jeto de estudio, ya que, en primer término, el
*"""' ^-u «**^$yé-M&
La lógica formal ha distinguido dos formas conocimiento de las sociedades pesadas se
de razonamiento: la inducción y la deducción logra a partir de una determinada clase de
(Rosentai 1962). El movimiento opuesto pro- evidencia empírica diferente a la de otras cien-
ducido entre ambos tipos de inferencia, ha ge- cias: se trata de e]emsniqs_actua[es_g.ue. fue-
ceptual de la aplicación del trabajo sobre 1976:293), es decir, permite coniiruir dis-
atúrales es mucho más reciente que la exis- ma. Concebimos que las sociedades humanas tintas soluciones para distintos flnei.
el objeto (Vargas Arenas 1986:31).
tencia de la ciencia como producción social se distinguen cualitativamente de otros com- - Socializa a la naturaleza generando un en-
: - Producto nuevo: es el resultado genuino
(Levinas 1989). ponentes de la realidad ya que las mismas torno —la cultura— que posibilita la re-
generan sus condiciones de vida, por medio del del proceso.
Como corolario de la exposición de este producción de la vida humana. 1
punto, vemos que materia e idea son los ele- proceso de trabajo. De esta manera, las_actii_ Está socialmente organizado (Bendei
Una conexión con otros procesos, ya que
mentos constitutivos, indisociables y simultá- vidades dej_hp_rnbre_se_a[ejan dejjnundflJiia^— ! 1985:53). Se produce a través de una prác-
el proceso3é~trabajo"HespnfpHcTá partir de
neos \sensu García Canclini 1986), en todo lógico para integrar el mundo social, en la tica que genera pautas comunes, a partii
distintos materiales tiene como finalidad la
proceso social, ya que las ideas no existen sin medida'que "_..- el^trabaio' generado por es- de las cuales se genera un contexto que leí
producción de objetos que participarán —lue-
un sustrato material que las genere. En dicho pecies animales no humanas es producto de un permite a los hombres abstraer una idea,
go de terminada su manufactura— en otros
sustrato pueden reconocérseles Factores: largo procesó evolutivo ... está programado un proyecto previo al próximo trabajo,
procesos de trabajo, evidenciando la existen-
genéticamente, en cambio en el hombre es Es transformable. Por ser un producto 10-
cia de una concatenación entre los mismos.
a) E! objeto material a conocer, que implica consciente, el hombre forma en su mente imá-' cial, generado a partir del proceso de en-
Este punto será retomado en el acápite referi-
una realidad social, natural, física o quí- genes de los fines para los cuales trabaja" sayo y error, el proceso de trabajo permite
do a las esferas de producción. Y una paracu-
mica. (Carnese et al., 1988). laridad, desarrollada a partir de que cada construir soluciones nuevas, y, por lo tan-
5) El comento histórico, realidad material de . Por lo tanto, toda producción humana pane to, posibilita generar cambios en sus re-
proceso asume siempre formas concretas. Esto
la c u a l p r o v i e n e n tanto los problemas de un determinado proceso de trabajo (Sanoja sultados materiales.
implica que en la praxis existe una gran va-
planteados como las soluciones propues- 1984:35, 36: Vargas Arenas 1986:18), gene- Genera productos extemos al propio pro-
riedad de procesos de trabajo dada no sólo por
tas para los mismos. rando una determinada socialización de la ceso de trabajo. El trabajo en sí ¿s ur
el interjuego de las dimensiones anteriores
c) E! propio cuerpo del hombre, que consti- naturaleza, es decir, una apropiación de ele- proceso, y como ta! es inasible, pero los
sino también por su despliegue dentro de la
tuye en sí mismo una realidad material, a mentos presentes en el entorno natural para resultados materiales del mismo no sola-
realidad.
partir de cuyos sentidos se establece una transformarlos con el objeto de satisfacer dis-
Por otra pane, el oroceso de trabajo puede
interacción con el objeto a conocer. tintos fines. de¿airse_.rtLií(iinm».las siguientes característi- para una consideración sobre la labor invenida rn icll
Ahora bien, en el desenvolvimiento de di- vidades productivas y en actividad» "iparcntcmtnli
cas (Fiore 1993a): esotéricas o rituales" y para una distinción y vinculiciór
Estas observaciones i n t e n t a n superar la cho proceso pueden distinguirse euarodimen.-
entre la 'supuestamente rigurosa" reproducción bioló-
clásica dicotomía platónica (Carpió 1984) en- sjones (Alvarez 1993a y b). Una dinámica gica y las estrategias de reproducción social ver: Bcndo
1. Surge a partir de las respuestas que el
tre mundo inteligible —reino de las ¡deas, interna, que es el producto del movimiento 1985.
hombre le da z sus necesidades (Godelier
que existen fuera del tiempo y del espacio universal de la materia. Se expresa a través de
y que son por lo tanto inmutables— y mundo la puesta en marcha de una serie de activida-
. sensible —reino material y falso derivado del des que consisten en la obtención, producción,
anterior— dicotomía en la cual se sostiene la uso y descarte de artefactos y/o ecofacios.J¿njL_
existencia de una subordinación de la materia estructura, conformada por elementos cons-
a la idea. titutivos o componentes del proceso de traba-
Por el contrario, en la praxis social la con- jo, que le confieren la identidad al mismo.
junción de materia e idea queda expresada en Siguiendo a Burkún y Spagnolo (1985:10 y
la dinámica propia del proceso de trabajo. 11) éstos son:

- Energía viíc.1: que el hombre tiene para


£/ proceso de trabajo: una vía de
crear, disefiír y poner en práctica la pro-
acercamiento a las sociedades del pasado
ducción.
En el transcurso de este artículo hemos seña- - Materia prima: son bienes que incorpora-
lado que el objeto de la arqueología, conce- mos en su e:;tado natural.
bida como una ciencia social, está constituido - Objeto de trabajo: es aquello sobre lo cual
por el estudio de las sociedades pasadas, a el hombre despliega su creatividad y capa-
través de sus restos materiales. Dentro de esta cidad.
perspectiva consideramos entonces funda- - Herramientas: son bienes para hacer otros
mental establecer ios elementos que caracte- bienes.
rizan a una sociedad y que resultan relevantes - Técnicas: son los modos específicos de ha-
para la investigación arqueológica de la mis- cer las cosas, constituyen el referente con-
30 BOLETÍN DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA • 27 JULIO 1993 AN R. ALVAREZ Y DANAE FIORE LA ARQUEOLOGÍA COMO C.

mente son asibles, sino que se vuelven pacio específicos"! Es decir, es el acotamiento
"independientes" de !a existencia del pro- del1 proceso de trabajo realizado con un de-
ductor. Este factor permite, por una par- terminado fin, en un determinado contexto
te, el almacenamiento y la posibilidad de histórico-social, a través de la articulación de
la acumulación de excedente, y por otra sus dimensiones y características, que le pro-
pane, el e«r¿ñarnjeQío_de! productor con veen a cada esfera de producción una identidad
respecro ai producto resultante, que pasa propia, posibilitando su distinción cualitativa.
a formar pane del contexto materia! de la Esta visión nos permite entonces, distinguir
sociedad. diversas esferas de producción que se integran
6. Produce elementos bajo una dinámica en el seno de una sociedad determinada y dis-
especifica, que le confiere cienos rasgos criminar los distintos productos sociales ge-
al producto final, rasgos que permiten nerados dentro de cada una de las esferas.
adscribir dicho producto a un determina- En este sentido, podemos hablar, por ejem-
do cs'.üo. E: ;:t::o de -j.:; p.-o¿t¡c;c conáti- plo, de ia existencia de una esfera de produc-
tuye entonces una característica distintiva ción de la subsistencia en toda sociedad, más
de los productos sociales, y los diferencia allá de los productos sociales que la intesren
cualitativamente de otras entidades rea- como tal —caza, horticultura, recolección,
les: ningún producto de !a naturaleza exhi- agricultura, etcétera—. Es decir que, sin intro-
be atributos estilísticos. (Ladiscusión acerca ducirnos sr. la gran variedad de productos que
de ¡as'concepciones de estilo en arqueo- se generan en su desarrollo espacio-'.ernporal
logía exceden los objetivos de este traba- concreto, dicha esfera de producción tiene
jo; sin embargo, podemos citar entre otros una cualidad propia que posibilita su identi-
los enfoques de Wiessner ¡990—estilo e ficación como subsistencia. 4
información sociai—Shaafsma 1985—es- Sin embargo, toda esfera de producción se
pacio social y esiilo— Sackert 1990—esti- conecta «n su desarrollo necesariamente con
lo y ctnicidad: estilo e isocrestismo— y fas dcmas¡rrazón por la cual, resulta impor-
. Conkey I9S4, 1989—estilo y estructura- tante que, en el estudio de una determinada
'•- ción de contenidos—). esfera se tomen en cuenta sus vinculaciones
7. También los desechos son reconocibles. con e! resto de las esferas para intentar una
Sus productos son reconoc¡b';sa/-i?ue<7/o- aprehensión más rica de la totalidad social. Un Cráflco 2.
giccrr.ente. A panir de los rasgos que e! ejemplo de estas relaciones puede observarse
prop.'O trabajo deja en los objetos que pro- en el Gráfico 2.
duce, sus productos son distinguibles de Las delimitaciones y conexiones entre es- necesario arribar a la definición de los nive-
toco elemento natural. feras de producción podrían parecer, en un les de análisis que permiten su abordaje. Con-
Para sí desarrollo de este trabajo hemos delimitado las principio, una cuestión de poca importancia cebimos a los niveles de análisis como las
Dadas estas características, podemos suge- siguientes esferas de producc¡ón:_ajrts.(i«u« García teórica, e incluso hasta de sentido común. Sin instancias abstractas mediante las cuales pue-
Onclini I936)usubsistencia (sensu Vargas Are.ias embargo adquieren otra relevancia explicati- de examinarse un producto social para dirimir
rir que todo artefacto^ ¿cofacto o rasgo (reto- 1936), tecnología (sensu Vareas Arenas 1986), reunión
mamos esta distinción del planteo realizado va cuando a la distinción entre éstas se le in- los elementos que lo componen y su funcio-
(jrr/uru Godelier 1980) y gobierno (setau Vargas Are-
por Sharer y Ashmore 1979) es el resultado de nas I9S7) sin que las mismas agoten la totalidad de es- corpora, tal como veremos en el siguiente namiento entre sí y con otros productos-
un deterrrñriá'do procesó de trabajo que se de- teras existentes en una sociedad. apañado, otros criterios de conocimiento: los (Cardoso y Pérez Brignoli. 1979;Duby 1977).-
senvuelve dentro de una particular esfera de Tal a el caso de las actividades de caza pertenecientes niveles de análisis. Los niveles de análisis utilizados en una jn-
a la esfera de la subsistencia, que presuponen, por ejem- vestigación científica íependenjei j^argojeá.
producción. plo, la manufactura de instrumentos generados a partir
Denominamos esfera de producción al de la esfera de producción tecnológica. Oel mismo Realidad social y niveles de análisis rico desde el cualjeiojjiiuLe.jausiía- Ahora
r"conjunto de actividades secuenciales, conoci- modo, la estera de producción tecnológica se vincula bieri73adá~lá perspectiva teórica que se plan-
mientos y elementos materiales (artefactos, por medio de cienos productos sociales —artefactos Habiendo planteado la posibilidad de distin- tea en este trabajo, consideramos que los ni-
ecofactos, tecnología, fuerza de trabajo, etcé- tales como cinceles, morteros, hisopos, etcétera— con guir diversos productos sociales como entida- veles que nos resultan re!evaniesy_operaiivos
la esfera de producción del arte —en nuestro caso,
tera), involucrados al generar determinados des reales generados a partir del para el análisis de los restos materiales de ¡as
específicamente arte rupestre—, relación en la que es-
productos sociales en un tiempo y en un es- tamos trabajando actualmente. funcionamiento de esferas de producción, es sociedades del pasado son:
rí)E ANTROPOLOGÍA AMERICANA • 27 JULIO 1993 MVRl.AN R. ALVAREZ Y DANAE F10RE LA ARQUEOLOGÍA COMO CIENCIA... 33
'U * : «cM-'••"'
I N'ive! íconómico ! análisis de todo producto social, ya que estos
I Nivel político niveles se corresponden con la mencionada
( Nivel ideológico ¡ distinción er/.rs materia—nivel económico—
e idea—nivei ideológico y político. Sin em-
£! nivel económico está constituido por los barso, estí distinción planteada, no significa
objetos de_trabajo. los medios de producción que existan productos únicamente económi-
y la propia fugaa_dcjcahaifl'3e~lóFnombKS. cos, o únicamente ideológicos.' por el contra-'j
i n c l u y e n d o además a-las relaciones de los rio en todo producto social pueden distinguirse j
hombres con los objetos, los medios de pro- i n stañ ci ^íc^ríó1rñic^7£?!51sl^^^lé£lS3y
ducción y los hombres entre si. Esto ha sido (Garcia~CaHc7ÍñTl981.1986). De hecho, todo
denominado como el dominio estructural de producto social de una sociedad es la expre-
una sociedad (Bate 1981., Godelier 1976, en- sión materia! de una ¡dea y requiere para ser
:re otros). plasmada ce la definición y aplicación de es-
E! nivel £p_[mcp.,es el conjunto de estrate- trategias llevadas a cabo por individuos que
gias, relaciones, roles e instituciones que re- ocupan roles en grupos o instituciones. Esta es 1
g u l a n la dir.árr.ica de una sociedad (Bender la razón por la cual ios contenidos ideológi- '
¡9851. Es necesario destacar que cuando nos eos y las es:rategias políticas pueden ser visi-
referimos ai nivel político no debe confun- bles arqueológicamente (algunos ejemplos de'
dírselo con ¡a forrea de gobierno de una so- análisis de niveles ideológicos y políticos en Gráfico 3.
ciedad. En síselo, asi como la política no es casos arqueológicos pueden verse en Kush y .
redücüble a la forma de gobierno, ya que se Gordillo. :9S7;Gordillo 1990, Tarrago 1991).'' resultantes, la simultaneidad e indisociapili- que éste ejerce durante el tratamiento del re-
•.rata de una instancia que constituye la exis- En e! Gráfico 3 ilustramos las vinculacio- dad de los niveles de análisis (sensu García gistro y sus consecuencias: la multiplicación
:enc;a de todo producto social, la forma de nes entr: esferas de producción y niveles de Cancüni 1986), así como la presencia de un y la reducción de v a r i a b i l i d a d (Bate 1989,
gobierno no ss una esfera analizable exclusi- análisis. En e: mismo se intenta representar las entramado teórico que dé cuenta de todas es- Binford 1977, 1986; Hodder 1987, 1938;
vamente desde el nivel político, ya que exis- delimjtacior.ís entre.Las.qistintas_ejferas que tas relaciones. En síntesis, la necesidad episte- Leone 1986, Schiffer 1987a y b; S u l l i v a n
ten otros órdenes que la constituyen. constituyen una sociedad expresadas a través mológica de-recortar el objeto de e_s_tudio de 1978, por sólo citar algunos).
E! nivel ideológico incluye el conjunto de de diversos productos materiales y los nive- nuestra ciencia por niveles de análisis y/o por Desde el marco en el que se articula nues-
conceptos y pautas necesarios para desplegar les de análisis como herramientas heurísticas esferas de producción no se contrapone a la tro trabajo, e! registro arqueológico puede
actividades dentro de una sociedad, es decir, que el investigador puede utilizar para el es- necesidad de mantener una unidad teórica en concebirse como el conjunto de datos que el
abarca toda_construcción del conocimiento y tudio de c:iz!quierc de esos productos. Esto beneficio de la consistencia del método, sino j arqueólogo registra a parar del análisis de ll
pensamiento humano. Esto implica además ríos Térrriíe a uña última cuestión que quere- que, por el contrario, la enfatiza. ' evidencia empírica. Esto implica que el inveí-
que ia ideología puede ser concebida como "la mos subrayar. En la actualidad, el desarrollo tigador registra una serie de variables o pro-
estructura conceptual por medio de la cual una teórico-rní'.odológico de la arqueología, con- ¿Cómo se ve en el registro arqueológico? piedades que resultan relevantes parí ll
sociedad representa —a través de un proceso j u n t a m e n t e con la gran variedad de evidencia resolución de un determinado problema, pro-
•de resignificscioncs— su realidad" (Boschin recuperací. provoca la necesidad de un recorte J Habiendo planteado la perspectiva teórica des- duciendo información sobre los material»!
1991:97). Estos dos últimos niveles constitu- de su obie:o de estudio —las sociedades pa- de la que concebimos a la arqueología, queda con los que trabaja. Ahora bien, es importlfl»
yen el dominio superestructura! de una socie- sadas— y genera la focalización sobre una entonces por abordar la forma en que este en- te distinguir por un lado al registro trqueold*
dad (Bate 1981, Godelier 1976, entre otros). esfera de producción en particular y/o sobre cuadre se aproxima al registro arqueológico, gico como Ijr^Sonstrucción^Lci
En este punto surge un interrogante: ¿por un nivel de análisis específico. Este recorte discutiendo ahora su aplicabilidad a los res- por el otro a la evidencia material,
qué señalamos a estos tres niveles como aque- —fructífero y a la vez necesario— no impli- tos arqueológicos y no las herramientas de con la que el mismo opera, y que exilll mjÉ"
llos relevantes y operativos para el abordaje ca, sin embargo, el ignorar la imervincuiación análisis que lo caracterizan. allájeja.labor del arqueólogo, ya que hl t!i5
de las sociedades pasadas? Tal como lo hemos entre esferas de producción y sus productos Coincidimos con Patrick (1985) acerca de generada a partir de otros comporiimitnil
expuesto en el apartado "La arqueología corno que la noción de registro arqueológico resulta humanos en el pasado.
ciencia social", concebímos que materia e ser ambigua. Mucho se ha debatido sobre su En síntesis, la distinción entre re|lllrl |
idea son siempre ¡ndisociables y simultáneas ' Es asi que U esfera de producción de la subsistencia,
definición y características", discutiendo temas queológico y evidencia se correspondí II
habiiualmenic vinculada de manera exclusiva con el
en toda realidad social. Asumido este postu- tales como la existencia empírica del registro distinción teórica entre pensamiento y I
nivel económico de una sociedad (Godelicr 1976), en-
lado, resulta difícil ignorar la profunda inte- irelaza ¿demás paulas ideológicas y estrategias políticas arqueológico, la observación/construcción del dad objetiva que hemos planteado ll ll
gración entre ios niv.eles que posibilitan el que dan cuenta de su funcionamiento. mismo por parte del arqueólogo, la influencia este trabajo; es por ello que conftindlf I
MYRIANR.ALVAREZYDANAEnORE LA ARQUEOLOGÍA COMO L.
3-1 BOLETÍN DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA • 27 JULIO 1993

Cuadernos del Instituto de Estudios 1993 "Artefactos y evolución". Pci:fr.psis:o


mero con la segunda puede llevarnos a con- aprovisionamiento de materiales, manufactura
Histórico-Sociales. Universidad del 3. Buenos Aires.
f u n d i r la construcción del conocimiento con y uso de herramientas para su producción,
Centro, Tandil, en prensa. Boschin, M.T.
la realidad que pretende explicar. etcétera; ^generación de estrategias de regu-
Aivarez, M.R. y D. Flore 1992 "Arqueología: catíscrias. ccnctptos y
Asumiendo la existencia de esta diferen- lación en los usos de materia prima, organi- unidades de aniiisis". Boletín di .-Í.T.TO-
zación de la homogeneidad o heterogeneidad 1994 "Análisis de los procesos de produc-
ciación, e! eje de !a pregunta planteada se des- ción del arte rupestre y de los artefac- poIogiaArr.encsr.c^s. 2-. Ir.sv.tuto Pa-
plaza: en primera instancia, el jsrqueólogQ.rio de los roles en la producción de los artefac- namericano de Geografía e Historia.
tos uticos en e! Paraje Paso de los
"ve'J_a| registro sino a la evidencia. El regis- tos —es decir, especialización artesana!, pro-
Molles, área Pilcaniyeu, sudoeste de México.
tro que el investigador realice a partir de laevi- ducción en serie, etcétera—, decisión acerca
Rio Negro: conclusiones que conver- Bunge, M.
derxia depende entonces de! marco_tepricp_en_ de~íos diseños de forma y decoración vincu- 1972 Causalidad. EüDEBA. Buenos Aires.
gen''. XI Congreso Nacional de Ar-
e: que haya formulado sus problemas (Bate lados a los distintos usos de las piezas; conoci- Burkún, M. y A. Spagr.o'.o
queología Argentina. Sar. Rafael.
198 I). Por lo tanto, e! pun:o central de esta mientos sobre las propiedades de las distintas . !985 "El hombre y su er/.cmo económico y
materias primas, asi como de las técnicas a ser Mendoza.
.cuestión consiste en la manera en que adecua- sociaj". "ocí.T.ír -'í £::jf.r,niÍ3 Políti-
empleadas, pantos sobre organización espa- Arenas P.
mos los postulados teórico-episternológicos a 1988 "Apuntes para una historia critica ¿e is ca. Zavalia. Buenos Aires.
'os hallazgos arqueológicos, la formulación de cial de las actividades, estructuración de dise- Cordoso, C. y K. Pirez Brij-.oli
antropología en la Argentina". Revista
^preguntas que consideremos pertinentes para ño y contenidos de significación simbólica de 1979 "'La historia social". Los métodos de ;'c
ds Antropología. II!. 4. Buenos Aires.
la interpretación del pasado, asi como las al- las imágenes plasmadas en la decoración del historia. Grijaibo. México.
Aschero, C. • : .
ternativas metodológicas que utilicemos para artefacto. Quedan reflejadas entonces en es- Carnese, R.; R. Gutchón y L. Pincrd
19S3 "Pinturas rupestres, actividades y re-
.registrar la información. Para dar un ejemplo, te ejernpio algunas de las distintas formas de cursos naturales, un encuadre arqueo- !988 "Bases biológicas y sociíies para la
sóio si se considera al arte rupestre como re- abordaje de las posibilidades que brindan los lógico". Arqueología Contemporánea evolución humana". A/c.-:-;: s'í Antro-
sultado de una secuencia de producción se bus- niveles de a n á l i s i s anteriormente plantea- Argentina. Ed. Búsqueda. Buenos Ai- pología. M. L:sch;r.i :cmp. EUDE3A.
cará registrar indicadores que den cuenta de la dos en e! estudio de un producto social.
res. Buenos Aires.
misma (tal es el caso del trabajo de Aschero De esta manera, concluimos este intento de
Bate, L. Carpió, A.
1988): sólo si se considera la posibilidad de la definición de vías de acercamiento hacia el 198! ''Relación genera! entre teoría y méto- 1984 Principios de f:icso/lc. L'na introduc-
existencia de perturbaciones postdeposita- conocimiento del pasado desde una perspec- do en arqueología". Sole'.in de Antro- ción a su problemática. Glauco. Buer.os
cionaies se diseñarán los mecanismos para re- tiva social. Nuestro objetivo ha sido contribuir pología Americana No. 4. I n s t i t u t o Aires.
levarlas (por ejemplo Nash y Pstragüa 1987; a la discusión de la operatividad del uso de Panamericano de Geografía e Historia. Childe, G.V.
Schiffer 1987). estos elementos teóricos en la arqueología. México. 1955 Man maks; nirr.se:/. Thi Nev- American
Somos conscientes, tal como lo señala_Bate Creemos que resta aún un importante desarro- 1989 "Notas sobre e! materialismo histórico Librar/, New York.
en 198!, que en muchas ocasiones la arqueo- llo de este enfoque tanto a nivel teórico como en e! proceso de investigación arqueo- Conkey, M.W.
joeia social no ha enfatizado lajbúsqueda de en su aplicación metodológica. No obstante, lógica"1. Boletín de Antropología Ame- 1984 "To find O'jrseives: a." and iociai geog-
definiciones operacionales que posibilitaran consideramos que e! mismo posee un solido ricana No. 19. Instituto Panamericano raphy of prehistoric hunter-gscherss".
v i n c u l a r consistentemente la generación y entramado que ya ha posibilitado importantes de Geografía e Historia, México. Past and Presen: in H-jnter Octr.srer
validación de hipótesis con e! manejo de la . logros en nuestra disciplina.'Si el pensamiento Bender. B. Studies. Ed. M. Shire. Acadírnic Press.
empiria. critico es el camino de la ciencia, dejemos que 1985 "Emergen! tribal formatioris in thc New York.
Por esta razón, resulta interesante plantear éste recorra también espacios alternativos. El American midcontinenr. American 1989 "The structural anaiysis of ?¿!eo!ithic
algunas consideraciones sobre su aplicación debate continúa abierto... Antiquicy, 50(1). art". Archceolcg'.cc! inougnt in Ame-
especifica para establecer dentro de un mis- Binford, L. rica. Ed. by Larr.berg Karlovsky, Cam-
mo caso, distintos niveles de análisis que den Bibliografía 1981 "Middle range rtsearch and the role of bridge Universiry Press. Cambridge.
Cuenta de las distintas instancias que marcha- actualistic studies". Boms: ancient
Duby G.
ron simultáneamente en la dinámica de una es- Alvarez. M.R. men and modern miths. Academic
1977 ''Las sociedades medievales. Una apro-
fera de producción. Como ejemplo tomaremos I993a"E.\plotación de recursos uticos en e! Press, New York. ximación ce conjunto". Hombres y Es-
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el Paraje Paso de los Molles, área 1989 "Replanteo de la arqueología patagóni-
ción del trabajo en términos de manufactura chaeologicsl Thought in Amenes.
Pilcaniyeu, sudoeste de Río Negro". ca"'. Interesencia 14, No. 3.
y uso de artefactos, selección de fuentes de
N DE ANTROPOLOGÍA AMERICANA - 27 JULIO 1993 MYRUN R. ALVAREZ Y D.A.NAE FIORE LAARQUEOLOGUCOMOCJENCU... :

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queología de la P a t a g o n i a . Puerto Colombia
Geografía e Historia. México.
Macryn. 1) Fomentar, coordinary difundir los cí^cics cartográficos, geofísico!. :?s;rífi::i : -;s:cr.: -.ss:i
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Von Bertáianfíy, L.; W. Ross Ashby; G.M. como los relativos a las ciencias afines ce interés para Amer.ca.
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ch¿eolo°icai rhoitghl in America. Cuba' 1) Promover y realizar estudios, abajos •• capacitaciones en esas discipiincí.
1987 Tendencias en la teoría general de sts-
\. '.T.Ixrj S>:;r.víky -<¡i'f". <eí7:ai. Aiiix;;z¿ Luiversiaad, iVl-.¿:id 3) Promover la cooperación entre los Instituios de sus disciplinas er. .AJr.=r.ca y ::n ;as ::•;i.-.i-
Ecuador
Vargas-Arenas. Y. Wiessner, P. zaciones internacionales afines.
1986 "Arqueología, ciencia y sociedad". 8o- 1990 "Is there a ur.iry to style?" The uses of El Salvador
Las actividades •/ proyectos que desarrcüa ei Ir.stiruto je conjugan en tres :ro¿n.- as cve :u-T.:. :- '.os
¡etin de Antropología Americana No. styíe in arc.haeoíogy. Ed. by M. Cónkey fines ya señalados. '
Estados Unidos
14. Instituto Panamericano de Geogra- and C. Hastorf, Cambridge Uni^ersity de América
fía e Kiüoria. México. Press, Cambridge. 1) Dirección y Administración
l\ Publicaciones
Guatemala 3) Asistencia Técnica

Haití Solamente ios Estados Americanos poeten ;er miembros del !?GH. Existí :irr::'r- j :;•;.-. -i ;t
Observador Permanente del ÍPGH. Acrjaimente jamaica y España :ienen es:a ::¡icü.
Honduras
El [PGH s« compone de los si^uiesies ¿ríanos panamericanos:
Méjico
1) Asamblea General
Nicaragua 2) Consejo Directivo
3) Comisiones de:
Panamá Canoeraña (Restan. VA. EUA)
Geografía (?.io ce Jr-neiro. 3r^sii>
Paraguay Historia (SstrMS Alrís. Arger.tinai
Gcafísica iMcrasu. D.r.) _ *
Perú 4) Reunión de Autoridades
5) Secretaría General
República
Dominicana Además en cada Estado Miembro funciona una Sección Nacional cuyos c:mpcner.tes jen r.cT. rnco»
pot cada gobierno. Cuentan con su presidente. Vicepresidente. Miembros Nacientes ¿e Ci.".: cit'a.
Uruguay Geograña. Historia y Geofísica, y mis ¿e sesenta miembros de Comités y Ctupoí ¿e Tsiaio :•: : :3is.
de tal modo que si capital humano cci L-.s;iruto «tá constituido por numerosos -enaficcs. 5C2:¡r-r.:ccs
Venezuela y ticnicos.

Comisión de Historia Instituto ?ina.T.er.car.o


Secretario de la Academia de Gcoitatla ; Hisicr.i
Nacional de ía Hisiona • Secretaria C-enerai
Balcorce 139 Aoanado ?os:i¡ '.JS^í
Buenos .Aires. Argentina 1 IS70 Méxic:. D.r.

Correspondencia científica y técnica Canie. venta y ;:srr.c«:;n


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* Desde 1962 el Gobierno de Cuba ha estado e.xciuido del Sisietna tnteramericano.

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