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Paz se pregunta ante todo por la síntesis entre poesía y vida.

Su lectura de la tradición
poética moderna se guía por la búsqueda de esta unión. La modernidad es una época
determinada por la escisión en todos los ámbitos de la vida, por la disociación
irreconciliable entre las palabras y las cosas, entre la naturaleza y la cultura. Une saison en
enfer es el poema inaugural de esta época y Rimbaud el poeta con el que se hace necesario
que la poesía transforme a la vida misma. El pensamiento marxista y la praxis
revolucionaria inspirada en él han fracasado, sin embargo, la imagen de una sociedad
comunista donde cada individuo sea valorado en todas sus dimensiones se ha vuelto una
convicción común a todos.
Para revitalizarse, el pensamiento revolucionario futuro necesariamente tiene que
asimilar la tradición poética, donde se concentra la experiencia de la otredad, la
comunicación intersubjetiva plena bajo la cual podría organizarse armónicamente la
sociedad. Nuestra época ha perdido toda cosmovisión sobre la que pueda fundarse unidad
alguna que armonice todas las dinámicas políticas y estéticas en síntesis con la naturaleza y
sus ciclos temporales. El horizonte de sentido mediante el que se hace posible la
comunicación con los otros, la riqueza semántica de las cosas y, al cabo, hace mundo al
mundo, ha desaparecido, dejándonos a merced de la tecnocracia y la dominación política y
económica a nivel global. La técnica que prospera en esta época huérfana de mundo
convierte en instrumentos las cosas que antes eran signos, incluidos a los individuos
mismos. Perdida también para el tiempo, la modernidad se abisma en un ahora infinito y
asfixiante.
La recuperación de la experiencia vital y de nuestro contacto con los otros sólo
puede darse al interior del poema y de forma momentánea. Faltando una imagen de mundo,
un lenguaje compartido por todos que posibilite la comunicación, esta síntesis
intersubjetiva alcanzada por el poema se concierta sólo azarosamente, arrojando sentidos
intermitentemente y avanzando de manera siempre interrogativa, sin fincarse en ningún
punto arquimédico, sólo aquello que permanece en movimiento puede devolvernos las
raíces. Un coup de dés es el poema donde se lleva a cabo esta nueva poética que ya no
aspira a copiar un mundo vivo amparado por una cosmovisión plena, sino que pone en
juego una forma que recrea la incertidumbre misma de la modernidad ante la pérdida de
todo horizonte de sentido. Para una época atrapada en infiernos circulares, el poema ensaya
una redención que avanza en espiral, en dirección de un futuro impredecible pero buscando
recuperar la síntesis originaria con las otras mediante la cual podrían restaurarse los ciclos
orgánicos entre naturaleza y cultura.

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