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La muda Linilla
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Gerardo Daniel Jiménez (Aguascalientes, 1994) escribe. Actualmente es alumno de la Maestría en Literatura
Mexicana de la Universidad Veracruzana. Ha publicado poemas en revistas como Letras Libres, Radiador, La
Libélula, Abiert@ y Replicante!
Me quedo mirando unos mechones sueltos del tapiz.
Me creerían ingenioso.
donde nos miramos como a los niños muertos que seremos algún día.
navajeándose en un callejón.
¿Hablar es diluvio?
Somos las cenizas de una parábola. Un susurro también puede ser montaña, el susurro
también puede sembrar montañas. Ojalá el fondo de la tristeza fuera una música, qué
dichosos seríamos, pero es un espantoso texto. ¿Por qué es la muerte la única bocanada
de aire fresco que queda? Sabiduría que sólo puede suspirarse entre el polvo. El infierno,
con una sola ojeada, abarca todos los corazones, desentierra todos los destinos. El alma es
una alquimia que se apaga. En esos espejos invertidos, los sueños son una muerte muda.
Al abrir los ojos, mis párpados sepultan no sé cuántos mundos, estremecen algo de tierra
invisible para sepultar universos que sólo siento porque siento sus tumbas. Mi cuerpo es
un panteón que se deshoja – sólo despedazándome puedo leer lo que se fue –. Mis ojos
están ciegos por todos los universos que tuvieron que dejar partir. Las huellas se
acumulan sin trazar ningún camino. Las catedrales son la mirada devastada de los circos.
Miramos los interminables peregrinajes de los otros hacia la Infancia, mientras el ídolo
aire, no sea que la borrasca nos arranque los rostros y nos dé otros nuevos. El círculo que
traza corriendo es el único ojo desde el que podemos llorar, llorar lágrimas
verdaderamente extranjeras, hermanas de los espejos que sólo pueden duplicar panteones,
¿No existen los comienzos? ¿O por qué las mañanas tienen el color de las cenizas? Si
oscurezco las palabras, ellas se voltean hacia sueños impresionistas y yo me quedo ciego
detrás de ellas. Nos quedamos pensando en las ventanas abiertas de nuestra casa: no
exiliados? En cada huella que dejamos nace una laguna donde nos reflejamos cayendo
por un abismo.
Aqua Alsietina